Arique No.19

Page 1

A r iq ue Desde la Atenas de Cuba No.19 / Abril-Junio de 2006

Serafina Núñez In Memoriam

Carlos Benítez Villodres José Ángel Buesa / Julia de Burgos Bonifacio Byrne / Ángel Cuadra Jorge Enrique González Pacheco Francisco Henríquez / Lolita Lebrón Serafina Núñez


El sitio web de la poesía cósmica cubana abre ahora sus páginas los poetas cósmicos puertorriqueños porque...

A los más de 700 poemas de autores cubanos se irán uniendo en el transcurso de los próximos meses alrededor de 300 textos de autores puertorriqueños, a partir de las antologías editadas por el Frente de Afirmación Hispanista entre 2000 y 2003. http://islacosmica.50webs.com http://islacosmica.cu.tc

La página Contactos de Islacósmica, pretende servir de puente y abrir vías de comunicación y conocimiento mutuos entre los poetas cósmicos, dando a conocer las direcciones postales, teléfonos, correos electrónicos y otros medios para comunicarse con ellos. Invitamos a los poetas cubanos a enviarnos sus señas a: info@islacosmica.50webs.com

o

I.S.Merlin Calle 336 No.10506 e/105 y 107, Naranjal Norte Matanzas 40100, Cuba


En este número: Carlos Benítez Villodres José Ángel Buesa Julia de Burgos Bonifacio Byrne Ángel Cuadra Jorge E. González Pacheco Francisco Henríquez Lolita Lebrón Serafina Núñez


ARIQUE.– N.s.m. – Voz. ind. – Tira de Yagua para atar o asegurar cualquier cosa; a cuyo efecto se moja la Yagua haciéndola más flexible. YAGUA.– N.s.f. – Voz ind. – Produccion que a manera de cuero o corteza cubre la parte superior de la Palma Real (...) Esteban Pichardo Diccionario provincial casi razonado de vozes y frases cubanas (1875)

A r iq ue Desde la Atenas de Cuba No. 19 Abril-Junio de 2006 Edición artesanal de muy limitada tirada, sólo para el intercambio con poetas amigos Editor: Raúl Tápanes López info@arique.50webs.com En internet: http://arique.50webs.com http://arique.cu.tc Para correpondencia: Iván Suárez Merlín Calle 336 No. 10506 e/ 105 y 107, Naranjal Norte Matanzas, Cuba

Sumario - Raúl Tápanes López / Poesía: Subversión y compromiso social / pág.5 - Julia de Burgos / Poema para mi muerte / pág.9 - Lolita Lebrón / Musa en mis ojos / pág.11 - José Ángel Buesa / Ya era muy viejecita / pág.13 - Ángel Cuadra / Testimonio / pág.14 - A. Croa / Bonifacio Byrne: Las piedras de su cimiento / pág.16 - Bonifacio Byrne / Domingo Mugica / Nuestro idioma / Harén de estrellas / pág.18 - Oraciones por Serafina Núñez / pág.21 - Serafina Núñez / A un ruiseñor amaneciendo / Poema de vigilia / Ofrecimiento / pág.22 - Jorge E. González Pacheco / Por el agua que destella un astro / pág.25 - Carlos Benítez Villodres / A la poeta Serafina Núñez / pág.26 - Francisco Henríquez / Cuando muere un poeta / pág.28 - Comentario de libros / pág.29

(...) para nosotros, americanos, el mito es una búsqueda, una anhelante y desesperada persecución. Mito y lenguaje están para nosotros muy unidos, no pueden ser nunca recreación, sino verbo naciente, ascua, epifanía. tenemos que situar y El título Arique es una crear un rostro en el fuego, en el aire, en idea original de el agua, en el remolino que asciende. José Lezama Lima Introducción a Esfera Angel Antonio Moreno Imagen (1970)

arique 4


Poesía: Por Subversión y compromiso social Raúl Tápanes López

Hay muchas formas de matar a un poeta –dice Alexander Solshenitsin- sin llevarlo a la tumba, a la muerte física. Para el poeta lo primero es la poesía y ésta necesita indispensablemente de su público. Cualquier presión excesiva sobre alguno de estos tres elementos –poeta, poesía, público- influye en los otros deshaciendo la empatía, el milagro. Las entidades conservadoras (ortodoxias las llama Octavio Paz) no admiten opiniones heréticas, ni apenas divergentes. El poder político, religioso o económico tiende a la inmovilidad en razón de su subsistencia1. Una vez asumido el control del poder, la dinámica propia que de él emana impele a su mantenimiento supeditándolo todo, incluyendo al arte, a esa fuerza centrípeta. Es por ello que históricamente, luego de la eclosión inicial, los grandes imperios de poder, sabiduría o religiosidad se anquilosan y empantanan. La filosofía explica que una renovación histórica puede terminar un sistema de control del tipo que fuere, pero nunca significará una verdadera revolución en la manera de pensar2. El camino se origina, generalmente, a la inversa. La expansión hacia nuevas formas de pensamiento y de sensaciones de extroversión ilimitada, tan queridas al arte y en particular a la pioiesi, se ven sin embargo contaminadas y limitadas más allá de sus imperfecciones propias, por el subyacente conflicto de intereses con la dinámica particular de las entidades conservadoras3. Una variante similar en sus conflictos a la expresada, es la que enuncian los que otorgan categoría social a la creación artística en su carácter de producto estético o ideológico4. Hace ya casi un siglo escribía Freud en su obra La interpretación de los sueños: El escritor político que tiene verdades desagradables que decir a los que ostentan el poder, se encuentra en una situación comprometida: si lo dice todo, sin reservas, el gobierno lo censurará retrospectivamente en el caso de expresiones verbales de opinión, o preventivamente si se van a publicar en la prensa. Los centros de poder van extrayendo en la sucesión nuevas variantes más perfeccionadas de la experiencia anterior. Esa reiteración en el actuar va dejando un sedimento inconsciente aún en aquellos que reniegan de él. Las diversas entidades conservadoras además, establecen una santa alianza en defensa de su común naturaleza intrínseca, aunque sólo sea de manera solidaria o inconfesada. Así se oponen por ejemplo, tanto a la pornografía como al arte aún inconscientemente subversivo en un plano puramente estético5. Ello implica la suposición de que es preciso eliminar toda manifestación de pornografía o renovación del pensamiento. Esa falsa actitud inducida por las fuerzas retrógradas contraviene la imprescindibilidad de los contrarios, establecida hace milenios por los primeros pensadores. La eliminación de los contrarios, en el fondo por obstaculizar la inmutabilidad del poder, busca impedir el acceso a nuevos conceptos rompiendo el vínculo del público –y por tanto del arte- con aquellos. Una vez ejercida la acción quizás parezca que se ha restaurado, aunque sea en una ínfima porción, el amenazado ordenamiento de la ortodoxia. Pero es este un concepto peligroso si nos atenemos a la historia.

arique 5


Comprendiendo esto, los intereses hegemónicos en el último siglo han recurrido con mayor frecuencia a la domesticación de los intelectuales y cuadros en sustitución del arcaico método de la represión directa, ahora aplicada sólo en casos extremos o en la fase agónica del poder. El estado del colonialismo tardío somete a sus trabajadores a olas de presiones sicológicas y violaciones de los “ajustes”. No hay persecución de ideas. Hay silencio longitudinal, casi perfecto, o bien amenaza de exclusión social. (Eduardo Rosenzvaig, Las condiciones del escritor en el colonialismo tardío, Revista Casa de las Américas, La Habana, 1996). En el tema que nos ocupa esa domesticación es el estímulo y fabricación de una poética oficiosa, de una poesía oficial que sirva de sustituto desnaturalizado de la verdadera creación6. El método es simple, generalmente exitoso y difícil de resistir; los que entran en los parámetros establecidos como tolerables por la entidad conservadora, reciben de ésta los honores y demás favores inherentes al servicio prestado. A veces en el centro de poder, la ortodoxia propone el abordaje de una determinada temática conflictiva pero controlable –llámese social, mística o erótica-, otras veces excluye esa posibilidad prescribiendo un arte per se, supuestamente puro, aséptico. La aparente contradicción no es más que coincidencia, los extremos se tocan desde los albores de la humanidad. Por eso el tratamiento o no de una temática en particular no es en lo absoluto garantía no ya de enfrentamiento, sino tampoco de indepencia de la cultura respecto del poder. Recordemos que la subversión poética no es el resultado del tratamiento directo del asunto, sino de su naturaleza íntima. En nuestro tiempo el lector promedio no pretende que el creador se ajuste a su enfoque particular. Cada vez más vemos el éxito de obras que agreden la percepción habitual del público; es época de emociones fuertes, de contradicciones y provocación, incluso sobrepasando los límites considerados tradicionalmente inviolables. Pero lo que sí se considera esencial más allá de temas, políticas o costumbres éticas, es la individualidad, la fidelidad a la propia naturaleza única y particular del creador, del poeta. Su mayor detracción sería entonces su solubilidad en ese discurso oficial de las entidades conservadoras7. Junto a este enfoque de la literatura en cuanto problemática social, surgen otros aspectos de novedosa consideración. Se atiende menos a la leyenda muchas veces oficiosa del autor y más al logro de su comunicabilidad, de la expresión original de su propuesta8, preferida incluso por encima de consideraciones políticas o estéticas. La poesía se convierte en un cuerpo contradictorio, múltiple, que al excluir un sentido único de expresión reafirma su carácter social y subversivo9. Hemos arribado entonces a la esencia del problema, esa substancia non apparentum, contradictoria, diseccionada hasta sus más ínfimas porciones, particularmente rebelde, iconoclasta, incorpórea: el poema. Una de las varias denominaciones que intentan englobar los caminos del poema es la de poesía social. Este término un tanto vago e inexacto por cuanto ya convinimos en considerar toda la cultura un producto social, sirve de cómoda referencia que engloba la poesía que más directamente asume su papel subvertidor, con una añeja y profusa trayectoria histórica. Y este controvertido cartel de poesía social ha sido en las últimas décadas vinculado al juego político e ideológico de determinados sectores, a favor o en contra de los centros de poder; enredada en los múltiples peligros que la acechan –la domesticación, el rejuego grosero y coyuntural del oportunismo político, la palabrería hueca, las contradicciones entre poeta como ente social y creador, etc-, ha ido perdiendo validez en los tiempos que corren. Muchos, tal vez demasiados poetas, renuncian a relacionarse con términos tan desprestigiados y se van al extremo opuesto, obviando en sus textos toda referencia política, social o histórica10. Esa actitud es errada en cuanto no

arique 6


obedece a una falta de motivación, de impulso, sino a su represión consciente11. De esta forma el poeta hace el juego a la entidad consevadora que ha terminado imponiendo sus reglas de juego: el no compromiso es, en este caso, también un comprometimiento con prejuicios no gratuitos, sino artificialmente inducidos por las ortodoxias respecto de la poesía más directa y radical. Surge entonces, si de proyecciones hacia las antípodas se trata, el cuestionamiento y la pregunta claves: ¿Es la poesía social un ente comprometido? ¿Con quién o qué es válido ese compromiso12? Intentemos algunas aproximaciones. El compromiso, ese término algo simplista, ambiguo e impreciso como la palaba en sí, va a depender en primerísimo lugar, del nivel de profundización, del grado de ahondamiento alcanzado por el creador en su yo íntimo o sea, en esa entelequia que es paradójicamente, sinónimo de proyección hacia los demás, de adopción de un dolor supremo, una línea maestra o un principio no necesariamente dogmático, pero sí consecuente. Cuestiones todas que pudieran implicar incluso –no lo afirmo, pero es bueno dejar siempre espacio para la duda, una especie de antídoto contra lo absoluto-, su coincidencia eventual con el discurso del poder, pero de ningún modo su integración al esquema de las ortodoxias o sus opositores de ocasión. Algo más, en fin, que oportunismo, que literatura oficial que hace el juego desde la banca o la oposición a la entidad conservadora13. Un poco que caemos entonces en los cuestionamientos supremos que nos atormenta tanto: ¿Qué es la poesía? ¿Para qué sirve? Pero no vamos a sumergirnos en esos abismos demasiado profundos y por lo mismo sólo visitables por los sabios; limitémosnos apenas a su entreveimiento parcial, a su contacto tangencial. En este nuevo siglo tan oscuro y en estas provincias del mal que habitamos entre dudas, egoísmos y opresiones, la poesía puede tender puentes hacia nuevos sentimientos y armonías, hacia horizontes más limpios14. Y puede haber otros conceptos menos idealistas, puede haber trampas ocultas, porque en definitiva la poesía es también una representación, un escenario discursivo donde se intenta pensar, sentir y definir mediante la construcción de un producto místico pero real, social y sin negaciones válidas15. Pero todas estas aproximaciones un tanto filosóficas, espirituales y por lo mismo físicamente poco concretas, no pueden sostenerse en la vida práctica con la política del avestruz, el rehuir la implicación social, el compromiso, la esencia subersiva de la poesía que es transgresión, acto violatorio y definitivo16. La poesía verdadera, que es social, no la oficial o la carente de naturales referencias, está en continuo intercambio crítico con el ambiente que la rodea y pretende domarla. Ambiente frente a poeta y frente a poesía. Forcejeo, incomprensión, rozadura (...), dice Odón Betanzos Palacios. La poesía reviste una complejidad mayor que aquellas referenciales más o menos directas que el discurso propone (...) Cuando un poema, por su fuerza expresiva y sus valores estéticos, sobrepasa la contin gente adversidad histórica que lo inspiró, los lectores ejercitaremos nuestro propio compromiso con ese texto que fluye con energía, mági camente17. Con estas palabras de Norma Pérez Martín queda resumida la esencia de todo lo expresado con anterioridad: el compromiso de la poesía es con el lector, que se identifica con el yo íntimo del poeta, y en ese escenario, en esa representación, asumimos con la aceptación o no de referencialidades del ambiente una actitud de apoyo o enfrentamiento a todo lo conservador, a lo que representa la ortodoxia y el poder, mediante una expresión, una forma, una idea que siempre será social, comprometida, aún a pesar nuestro. De esta forma mientras caen ortodoxias e imperios, tabúes morales y muros de piedras, la poesía permanece misteriosa e incólume18, subversiva y comprometida... a pesar de todo.

arique 7


Notas 1. La confabulación del poder político y la ortodoxia ideológica se resuelve invariablemente en sociedades jerárquicas que tienden, sin lograrlo nunca del todo, a la inmutabilidad. Octavio Paz, Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fe. 2. Enmanuel Kant, Crítica de la razón pura. 3. Ver a A. Vera-León en El uno y su doble, La Gaceta de Cuba, La Habana, septiembre-octubre de 1996. 4. Toda creación artística es también práctica social, y por ello, producción ideológica, precisamente porque es un proceso estético y... no porque sea una práctica social que represente tal o cual realidad. Claude Duchet, Sociocrítica, prácticas textuales, culturas de fronteras. 5. Para anular a la poesía s eha creado toda una organización de falso pudor, parecida a la que existe para limitar la extensión del amor. Aldo Pellegrini, La acción subversiva de la poesía. 6. Aldo Pellegrini, ob. cit. 7. Ver a Mario Benedetti en Letras del continente mestizo. Arca, Montevideo, 1967 8. El garante de la verosimilitud del sentimiento deja de ser paulatinamente la biografía o la personalidad de su propio autor (...) Ya el autor no puede garantizar el carácter genuino de las emociones expresadas. Estas deben ser convincentes por su propia expresividad, por su valor estético y formal, sin referirse a nadie en general y a todos en particular. Gonzalo Millán. Recuerdos del porvenir. 9. Hugo Achúgar, Sobre escenarios y representaciones en poesía. 10. Ver a Sigfredo Ariel en Fast Delivery / Entrega instantánea, El caimán barbudo, La Habana, no. 285. 11. Aldo Pellegrini, ob. cit. 12. ¿Qué es esto del compromiso en la poesía? ¿En qué y ante qué ha de comprometerse el creador? Compleja tarea ésta de convocar al pensamiento a fin de que analice el nexo racional y poético que enlaza términos tales como poesía y compromiso, o las particularidades que los separa. Julio Aristides. 13. Ver a Mista Yáñez en ¿Y por qué no vivir en Candonga?, Unión, La habana, no. 23 de 1996. 14. Sirve la poesía, deberá servir, será su función, armonizar el espíritu universal, conducir con la emoción, hacernos ver otras luces, otras sensaciones, superiores, angélicas, de casi cielo y casi conducta. Odón Betanzos Palacios, A la búsqueda de una interpretación de la poesía. 15. Hugo Achúgar, ob. cit. 16. Ver a Omar Pérez en El loco servicial, notas sobre poesía y traducción, Unión, La Habana, no. 24, 1996. 17. Norma Pérez Martín, Escrito en América, Corregidor, Buenos Aires, 1998. 18. Raquel Jodorowsky en Cuaderno Carmín de poesía, Buenos Aires, no. 9 de 1997.

arique 8


Julia de Burgos Poema para mi muerte Morir conmigo misma, abandonada y sola, en la más densa roca de una isla desierta. En el instante un ansia suprema de claveles, y en el paisaje un trágico horizonte de piedra. Mis ojos todos llenos de sepulcros de astro, y mi pasión, tendida, agotada, dispersa. Mis dedos como niños, viendo perder la nube y mi razón poblada de sábanas inmensas. Mis pálidos afectos retornando al silencio -¡hasta el amor, hermano derretido en mi senda!mi nombre destorciéndose, amarillo en las ramas, y mis manos, crispándose para darme a las yerbas. Incorporarme el último, el integral minuto, y ofrecerme a los campos con limpieza de estrella doblar luego la hoja de mi carne sencilla, y bajar sin sonrisa, ni testigo a la inercia. Que nadie me profane la muerte con sollozos, ni me arropen por siempre con inocente tierra; que en el libre momento me dejen libremente disponer de la única libertad del planeta. ¡Con qué fiera alegría comenzarán mis huesos a buscar ventanitas por la carne morena y yo, dándome, dándome, feroz y libremente a la intemperie y sola ronpiéndome cadenas! ¿Quién podrá detenerme con ensueños inútiles cuando mi alma comience a cumplir su tarea, haciendo de mis sueños un amasijo fértil para el frágil gusano que tocará a mi puerta? Cada vez más pequeña mi pequeñez rendida, cada instante más grande y más simple la entrega; mi pecho quizás ruede a iniciar un capullo acaso irán mis labios a nutrir azucenas. arique 9


¿Cómo habré de llamarme cundo sólo me quede recordarme, en la roca de una isla desierta? Un clavel interpuesto entre el viento y mi sombra, hijo mío y de la muerte, me llamarán poeta. De El mar y tú

arique 10


Lolita Lebrón Musa en mis ojos Ma llamarás poetisa porque tengo el suspiro de musas en mis ojos. Tengo una llama dulce y ardentísima regalada del sol aquí en mi frente. Tengo raudal de lluvias golondrinas, cantos y quejas, risas. Tengo vertientes por donde me paseo y corto heridas en collar de frutales en mi mente. También recojo cestos de aleluyas que en frondales me brindan las corrientes. Voy por los huertos...replénome en perfumes de capullo y de flor y de alegría. Toco el fulgor profundo del rocío y en la gran multitud de las estrellas juntos recitamos la poesía. La brisa es mi hermana del consuelo... sándalo celestial de mi agonía, es la unción prometida. Hay besos y hay caricias en el viento. Y en el espíritu infinito de los ecos se agiganta mi pecho al universo. El mar, el monte, el valle, el eco. El ave y la montaña, el verso. La lira de los cánticos eternos. Rico pan en mi mesa de luceros. Aceite para mis cabellos. Polvo de tierra para mi piel rosa, y del sol tengo el rojo en mi promesa. El mundo con su oasis en la espera: allá en la cumbre de la loma bella con todo el verde azul de la epopeya. Todo lo tengo: la lágrima y el niño arique 11


con su risa de flor, su esquivo llanto. El granel del oro de su mano tan deslumbrante de pasión y cántico. Las piedras, con los pájaros, los nidos y los árboles ; la sonora quebrada entretenida con su viaje de raíz florida. El hondo dolor del infortunio en nonsotros... los seres de este mundo: y la fuerza inmortal para el remedio del dolor tan hiriente...¡ y tan fecundo! De Sándalo en la celda

arique 12


José Ángel Buesa Ya era muy viejecita Ya era muy viejecita... Y un año y otro año se fue quedando sola con su tiempo sin fin. Sola con su sonrisa de que nada hace daño, sola como una hermana mayor en su jardín. Se fue quedando sola con los brazos abiertos, que es como crucifican los hijos que se van, con su suave manera de cruzar los cubiertos, y aquel olor a limpio de sus batas de holán. Déjenme recordarla con su vals en el piano, como yéndose un poco con lo que se le fue; y con qué pesadumbre se mira la mano cuando le tintineaba su taza de café. Se fue quedando sola, sola... sola en su mesa, en su casita blanca y en su lento sillón; y si alguien no conoce que soledad es esa, no sabe cuánta muerte cabe en un corazón. Y diré que en la tarde de aquel viernes con rosas, en aquel "hasta pronto" que fue un adiós final, aprendí que unas manos pueden ser mariposas, dos mariposas tristes volando en su portal. Sé que murió de noche. No quiero saber cuándo. Nadie estaba con ella, nadie, cuando murió: Ni su hijo Guillermo, ni su hijo Fernando, ni el otro, el vagabundo sin patria, que soy yo.

arique 13


Ángel Cuadra Testimonio (versión) Cuando un poeta dice: "Llegará el futuro, vendrán los días verdes y nuevos; tened fe en que la vida será otra vez creada por la mano del hombre, con la ayuda de la frente y del callo florecido". No penséis que os ha dicho que es necesario el odio, que hay que escupir a Dios y a todo lo que existe, que es preciso suprimir la rosa. Cuando un poeta canta y en su canto la vida abre sus rocas y, en su entraña de pedernal vibrante, muestra el fuego recóndito, la almendra existencial que se desnuda; porque el canto es la vida revelándose la flauta sublime traduciendo el misterio... Oíd, donde se acuestan las campanas. Atended a la música azul del viento. Cuando un poeta canta solo y libre, desde el eco del pueblo o desde su pavorosa soledad, sin un harapo ajeno en su desnudo acento, sin estar tarifado en un fichero comercial, sin que deba serle grato a los "señores", sin que su canto sea un ajuste de cosmético dócil, sin acomodos burgueses y sin consignas oficiales, sin el tono "adecuado y conveniente", sin que su canto vaya a ser juzgado por un aerópago de monjes grises... Atended, sin el gesto enemigo, a un himno respetado. Cuando un poeta canta y dice: "Este es mi canto. Fue hecho con la carne del rocío, mojó su frente en las aguas abiertas; nutrió su savia en la sangre de otros y viene a fundar, a combatir, a darse"; o "Amaneció en mi sangre solitaria: este canto viene desde una llaga pura como una estrella que no indagó su cielo"; o "Vino así de un entusiasmo de uva salvaje y como una honda convicción de mis tuétanos..." arique 14


Entonces, como que empuĂąa el canto como una espada libre, como en su canto vibra una verdad de arterias, como desde su canto se alza una llama pura, no sigĂĄis el camino: escuchadle De Esa tristeza que nos inunda

arique 15


Por A. Croa A setenta años de su muerte Bonifacio Byrne: las piedras de su cimiento arique 16

Bonifacio Byrne (18611936) es uno de los grandes poetas del siglo XIX que hicieron a Matanzas merecer el sobrenombre de Atenas de Cuba. En tiempos en que la ciudad contaba con numerosos periódicos y publicaciones literarias, colaboró con media docena de ellos. Aquí vio la luz en 1893 su Excéntricas, una excelente muestra de poesía de intimidad, nostalgias y evocaciones dentro de la corriente modernista prevaleciente. En el tratamiento de cosas cotidianas, sencillas, muchas veces olvidadas, se halla uno de los particulares encantos de su obra; esos temas son desarrollados en La alcoba, Los muebles, Entre los míos y otros poemas, y serán más tarde ampliamente cantados en la poesía de Antonio Machado. Julián del Casal (1863-1893) una de las más altas figuras cubanas del modernismo, lo llamaría -con motivo de Excéntricas- "admirable y exquisito poeta", haciendo notar los matices de reminiscencias y lejanía de la poesía de Byrne. En 1895 estalla de nuevo en la isla la lucha independentista iniciada en 1868. Siguiendo la suerte de muchos poetas e intelectuales cubanos a lo largo de nuestra historia, se ve obligado a emigrar a los Estados Unidos por la circulación de unos versos manuscritos en protesta por el fusilamiento del patriota Domingo Mujica. ¡Murió de cara al mar, en hora impía!, y no rugió de rabia el océano, ni en noche eterna convirtióse el día. (Domingo Mugica) En el exilio colabora, entre otros, con el periódico Patria fundado por José Martí y publica en 1896 su libro Efigies, dedicado a resaltar en sonetos las figuras de los mambises, los cubanos alzados en armas contra el poder colonial. Entonces su obra adquiere un matiz político, apreciable en Lírica y espada (1900), su tercer poemario impreso. Pese a tratarse de un tema coyuntural, es precisamente esta vertiente de su quehacer poético la que le dará su más preciado título, el sobrenombre por el que trascenderá a la posteridad: "el poeta de la guerra" - término acuñado por el crítico Nicolás Heredia (1859-1901)- y por el que será conocido hasta nuestros días. Hace más de cien años, un invernal cuatro de enero de 1899, terminada la guerra cubano-hispano-norteamericana, compone el que sería su más famoso texto al divisar desde el vapor que lo trae de regreso a la patria, la bandera norteamericana ondeando sobre la fortaleza de El Morro, al lado de la cubana enseña de la estrella solitaria.


Al volver de distante ribera, con el alma enlutada, y sombría, afanoso busqué mi bandera ¡y otra he visto además de la mía! (Mi bandera) En 1903, ya instaurada la República, publica Poesías, un cuaderno que lo lleva por ámbitos diferentes a su producción anterior. "Son poemas extensos, algunos de ellos recuerdan a Leopoldo Lugones, claro que no hay que hablar de influencias, pues Byrne realizó los suyos mucho antes de que Lugones encontrara su manera", dice, refiriéndose a esos versos otro grande de la poesía hispanoamericana, José Lezama Lima. Bate el viento las duras portezuelas; los árboles, del bosque centinelas, parecen el camino vigilar. Crujen las grandes vértebras de acero, y el humo, su penacho pasajero deja sobre la máquina flotar. (En el tren) Once años después de poemas como El mendigo, El andamio, El relicario, La granja y otros agrupados en su cuaderno de 1903, el poeta da a la luz su último libro, En medio del camino. Byrne, es uno de los clásicos poetas matanceros que sin descollar en planos más universales logran alcanzar la excelencia de los maestros. Poseía una sorprendente intuición para -sin romper los moldes estéticos de su época- avizorar nuevos caminos luego recorridos por prominentes figuras. Sonetos como El sueño del esclavo, Nuestro idioma y Harén de estrellas muestran en todo su esplendor la estatura poética de Byrne. Del mar vecino hasta y lanzándome en alas antes de que extinga monto de un salto en (Harén de estrellas)

la margen llego de la mente, el sol poniente, su corcel de fuego.

Reconocidos estudiosos de las letras cubanas le reprochan no haber roto las limitaciones del provincianismo pese a su evidente evolución estética, la indudable influencia de sus viajes, el desarrollo de sus ideas políticas y su señalada intuición. Pero de él puede decirse lo mismo que escribiera de los gauchos el poeta Leopoldo Lugones: Su recuerdo, vago lloro, de guitarra sorda y vieja, a la patria no apareja preocupación ni desdoro. De lo bien que guarda el oro, el guijarro es argumento; y desde que el pavimento con su nivel sobrepasa, va sepultando la casa las piedras de su cimiento.

arique 17


Bonifacio Byrne Domingo Mugica Murió de cara al mar aquel valiente, bañado por la luz de la alborada, noble, serena y firme la mirada, tranquilo el corazón, alta la frente. Cerca, la muchedumbre indiferente para ver aquel crimen congregada, mejor hubiera estado arrodillada, que es la actitud que cuadra al impotente. ¡Murió de cara al mar, en hora impía!, y no rugió de rabia el océano, ni en noche eterna convirtióse el día. Murió con el valor de un espartano, mientras la libertad le sonreía señalándole el cielo con la mano.

arique 18


Bonifacio Byrne Nuestro idioma Hallo más dulce el habla castellana que la quietud de la nativa aldea, más deleitosa que la miel hiblea, más flexible que espada toledana. Quiérela el corazón como una hermana desde que en el hogar se balbucea, porque está vinculada con la idea, como la luz del sol con la mañana. De la música tiene la armonía, de la irascible tempestad el grito, del mar el eco y el fulgor del día; la hermosa consistencia del granito, de los claustros la sacra poesía y la vasta amplitud del infinito.

arique 19


Bonifacio Byrne Harén de estrellas Del mar vecino hasta la margen llego y lanzándome en alas de la mente, antes de que se extinga el sol poniente, monto de un salto en su corcel de fuego. Evoluciono en el espacio... Luego cruzo como un relámpago el ambiente, las águilas contemplo frente a frente y mi bandera en el azul despliego... Escribo un madrigal en una nube, y, al ver que exangüe, mi corcel no sube al asilo en que mueren las querellas, un alcázar fabrico en un celaje, y cada vez que vuelvo de ese viaje torno feliz con un harén de estrellas.

arique 20


Oraciones por Serafina Núñez

Virgilio López Lemus encuentra en Serafina “cierta proximidad a lo neorromántico”; Severo Sarduy define: “… es esencialmente eso: espontaneidad poética sin retoricismos ni extravagancias publicitarias; para Salvador Bueno “es una estilista de la lengua”; Portuondo encuentra en su canto “un sentido paramental y literario”; Mirta Yáñez encuentra “galas metafóricas que exhiben residuos modernistas ya dentro de un lenguaje de compatibilidades vanguardistas”. (...)Tal vez lo cierto sea que le quedamos debiendo a Serafina algún premio, algún reconocimiento en el universo literario de la isla, más allá de la exigua afirmación de un intimismo que muchas veces desbordó. Tampoco importa tanto. En el sitio donde habita desde ahora la fama no es imposible, pero tampoco hace falta. De cualquier modo, aquí, en la polvorienta Calzada cuyos apresurados transeúntes vigiló desde su alta ventana, segura de estarme en el sitio de las elegías que la literatura nacional admite como parcela prudencial para las mujeres que se atreven a escribir, puedo elevar mi propia oración por la muerte de Serafina Núñez... Mercedes Melo Pereira La sonrisa y el sonlloro de esta emperadora cubana buscan así, en el lugar de la luz nueva que va a ser nueva en otra parte...Muchas espinas de mano y de brazo de palmera en danza hay en el verso de Serafina Núñez, que rozan con su corte agudo los diversos cristales de la existencia y los hacen responder con rechino o suspiro... Juan Ramón Jiménez Serafina Núñez, nonagenaria y auténtica, se yergue hoy como una de las voces más vigorosas de la lírica femenina cubana del presente siglo. .Vigor de Serafina misma que como un herido diamante espera, aún no cansada, conjurar el milagro de la luz... Roberto Carlos Hernández El libro suyo fue leído y releído. Su alma se merece toda la atención, el cuidado, el escrúpulo...Sus elegías me han sobre-entusiasmado. Queman en la mano y bueno es quemen. Luego vienen esos poemas breves e intensísimos... Gabriela Mistral

arique 21


Serafina Núñez A un ruiseñor amaneciendo Dulce señor del reino que enamora inventando la estatua del desvelo por el agua sin fin donde ya es vuelo la partida granada de su aurora. ¿Para la alcoba de qué dios implora el herido diamante de ese cielo goteando en tu garganta?...¿Qué alto tu canto muda en brasa, y fluye y dora, alba perfecta en música inaudita, y sostiene las ideas del rocío y detiene la muerte a su albedrío? Un ángel en tu voz alza su coro y en las serenas márgenes habita, en pura nieve derramado oro.

arique 22


Serafina Núñez Poema de vigilia Escribo en la noche susurrante y ajena, en esta calle mía agresiva y ruidosa como plaza de Roma colmada de peregrinos espectaculares y comerciantes pregoneros. -El sueño es un ciervo que huye en lentos espiralesEscribo en esta noche incitante y extraña; a mi lado el color feliz de la quimera, besa mis párpados, araña las paredes, penetra los poros, se pierde en altos cielos... Escribo en esta noche de inesperados laberintos: en su penumbra, como ascuas, espejos vigilándonos, los rostros de los amados muertos, los rostros de los vivos, los innumerables rostros de la vida y sus variados universos. Escribo en esta noche lenta, envolvente como una profecía, en la infinita vigilia de sus astros... Mis palabras habitan la soledad.

arique 23


Serafina Núñez Ofrecimiento Para el joven poeta Jorge Enrique González Pacheco Yo tengo para tu prisa la calma de un árbol viejo, el sabio fuego en mi espejo da el azul a mi sonrisa, la ruina que me bautiza, ceniza de esplendor llueve, toda la vida conmueve y con su magia cansada es la memoria apresada en un pájaro de nieve.

arique 24


Jorge Enrique González Pacheco Por el agua que destella un astro Por el agua que destella un astro es punzante la oración de mis ojos y relucientes manzanas ofrecen su amargor a los cardos del hambre que saborea tu tarde. Cascada te vuelves al continuar yo triste. Papel dentado tras la serpiente, crujen vientos que ladran su horror desde el espejo, putrefacto todo sobre mi sed marchita. Aquí, ahí, en lo oscuro enciendes las palomas y esferas rozan la dura cicatriz del holocausto; brillan distancias. El azar del cuerpo, circunda entre nieves de azuladas muertes. No lo invento, me ha bebido tu flor... alegre flor sobre páramos ausentes de sueños inmóviles en la flecha ciega, marmórea además al naufragar mi espanto. Lejos, dormito en ríos, en ámbitos dilatados, en sepulcros brillantes como brasas, como labios: me clavan sin pena tu cruz de lodo, tenue se yergue y de su voz estatuas nacen. Tú me tenías más allá de la suerte, detenido también al precipitar los abismos, desgarrados en el rincón ocultamente insomne, delgado donde el hervor detuvo mis silencios. ¿Cuál calzada quiebra estos antes, estas uñas, estas estacas, estos signos; temidos desde el vuelo sin luz que me nombra –oculta luz en la gracia de tu desafío–? La ciudad, húmeda entonces me ha de recibir, caminaré sus años quizás viejos en mi trauma, a lo mejor dichosos en tu distraído oro. Figura de oro que la ciudad revela. Di, mi agua es fuego, retumba, mirándonos lanzar nuestro silbido, así el otoño suspira en su fuga mientras tus venas recorren mi carne. Pero, serás aquél, y yo quien detenga tus párpados no sólo muerden con saetas que estrellas izan, sino que cúspides crean su ancho disfraz. Evoca después en mis ojos al liberar tu canto.

arique 25


Carlos Benítez Villodres A la poeta Serafina Núñez, Emperadora cubana, (1913-2006). In memoriam 1 Como rayo que calcina hasta el negror de una cueva llegome la mala nueva del vuelo de Serafina. Desde ese instante mi encina, toda dolor y amargura, sangra por su desventura estrellas de sentimientos que expanden los pensamientos de esta poeta de altura. 2 Siento en mi alma el oleaje, “emperadora cubana”, que lleva para el mañana la gloria de tu bagaje. Son los dones de tu viaje por este mundo que vaga entre el jazmín y la daga al encuentro de esa euforia donde habita la victoria y la luz que no naufraga. 3 Con su adiós definitivo Serafina se acrecienta ante el amor que alimenta a todo lo que percibo. Por eso ni aquel olivo, creado por un poeta, a su corazón inquieta, ni de él fluye angustia alguna…, sólo en sus frutos aúna las bellezas del planeta. arique 26


4 Desde Cuba a todo el mundo diste tu sabiduría sin conocer la porfía ni el delirio de lo inmundo. Por siempre tu amor fecundo será para mi navío el faro y el poderío en su rumbo hacia lo eterno, donde no existe el invierno que cultiva el desafío. 5 De mis pasos y deseos, unidos como en familia, serás el sol que concilia sus distintos laboreos. Lejos de los coliseos y de tantas falsedades se alzarán tus claridades sobre retos en penuria que pretenden con su furia aniquilar las bondades. 6 Sin rituales ni elocuencias, que se olvidan en seguida, La Habana te dio su vida en sus más puras esencias. De ella manan tus vivencias, riquezas universales, frutecidas de ideales y de luz del pensamiento para el caminante hambriento de bellezas virginales. (*) Así la llamó Juan Ramón Jiménez.

arique 27


Francisco Henríquez Cuando muere un poeta Cuando muere un poeta marca el duelo sus límites, con rayos tremebundos, y en las horas se vuelven los segundos como enjambres de penas en un vuelo. La noche impone sobre el sol su velo, y se ahueca de abismos tan profundos que ladran como canes iracundos los clásicos panteones. ¡Y arde el cielo! Converge su camino en un recodo del sueño ilimitado, donde el lodo jamás se ha visto ni con voz remota. Yo le auguro, de mármoles, un parque: ¡Base de un nicho superior que abarque los ámbitos que el tiempo nunca agota!

arique 28


Una sección a cargo de A. Comentario de libros

Antología de la Poesía Oral Traumática y Cósmica de Antonio de Undurraga (1911-96) por Fredo Arias de la Canal / Frente de Afirmación Hispanista, A.C., México 2006 De nuevo el FAH rescata una de las voces esenciales de la nueva poesía hispanoamericana muchas veces olvidada, a veces controvertida y hasta ahora no bien estudiada: la del chileno Antonio de Undurraga (191196), ensayista y poeta quien recibiera el reconocimiento de contemporáneos suyos tan destacados como Jorge Luis Borges, Gómez de la Serna y Carlos Drummond de Andrade, entre otros. De él escribió Fernando de Toro-Garland: Antonio de Undurraga es quizá, junto con Borges. uno de los más imprevisi bles, más profundos y más «europeo», por lo humanista de su obra, de los escritores hispanoamericanos ya maduros y consa gradosde la hora actual. (...) sufre por la Humanidad, por su ignorancia, por su fanatismo ciego, por su trágico destino. La búsqueda angustiosa, incesante e inútil por l a solución de un destino insoluble agita el espíritu del poeta, y con los años l e amarga más y le sume en profundas elucubraciones, donde se mezcla la averiguación de lo incógnito, escondido en los más recónditos rincones del alma humana.

¿Por qué nos llega ahora desde México este análisis arquetípico de casi medio centenar de poemas de Undurraga? Porque el chileno nos dejó ensayos tan lúcidos como su Teoría del Creacionismo en Vicente Huidobro, novelas como La diplomacia de Jeremías, y poemarios tan indispensables para el que quiera conocer la poesía hispanoamericana como Zoo subjetivo, y quizás por lo mismo que escribiera hace más de medio siglo la también chilena Pepita Turina en Sombras y entresombras de la poesía chilena: Lo que a mí me ha hecho elegir a Antonio de Undurraga es su angustia metafísica que usa símbolos telúricos, marítimos, zoológicos, floreal es, y de otras diversas índoles para un decir altivo, entre frío e intelectualizado, que lo ha ido marcando como un luchador osado que hace, acoge y defiende l a poesía actual.

Pero además de los textos de Undurraga este modesto volumen, terminado de imprimir en el mes de marzo del presente año, viene con una especie de prólogo constituido por un pequeño ensayo -Constructivismo y deconstructivismo-, que abre con audacia las puertas a este replanteo de la historia, la contemporaneidad y el lenguaje de la poesía que propone el estudioso mexicano Fredo Arias de la Canal: Hasta el descubrimiento de las leyes de la creatividad que informan de los rquetipos que constituyen el protoidioma, el lenguaje de la crítica estuvo sujeto a las mismas limitaciones que el lenguaje literario, porque desconocía el significado de los símbolos poéticos de carácter oral-traumático, que ahora dejan de ser enigmas o símbolos porque son inteligibles a la lógica, y simplemente toman el nombre de arquetipos. Es evidente que el protoidioma viene a rescatar a la crítica literaria del descontructivismo nihilista, hijo del escepticismo de Sócrates, Sánchez y Descartes y sus émulos Derrida, de Man, et al.

Bienvenida entonces la crítica que nos permite rescatar de los claroscuros entretelones del actual pensamiento literario hispanoamericano los valores de un Antonio de Undurraga.

arique 29


Los poetas Benítez Villodres, Carlos (Málaga, España). Escritor, poeta y periodista. Es autor de los libros Canto a Granada (1993), Sustancia de vida (1998) y Siempre en vuelo (2005). Otros textos de él pueden encontrarse en http:// www.carlosbenitezvillodres.es Buesa, José Angel (Cienfuegos,Cuba, 1910-1982). Entre sus obras más notables destacan: El canto de las horas (1932), Canto final (1936) y Poeta enamorado (1949). Es uno de los poetas más populares de Cuba. Murió en República Dominicana, donde residía luego de salir de Cuba. Burgos, Julia de (Carolina, Puerto Rico, 1914-1953). Educadora y dramaturga además de poeta. Residió por un tiempo en Cuba y murió en Nueva York, Estados Unidos de América. Es autora de los poemarios Poemas en veinte surcos (1938), Canción de la verdad sencilla (1939) y El mar y tú, publicado póstumamente. Cuadra, Angel (La Habana, Cuba, 1931) es autor de los poemarios Peldaño (1959), Tiempo del hombre (1977) y La voz inevitable (1994). Cumplió 15 años de prisión en Cuba por sus actividades contra el gobierno. Reside en Miami, Estados Unidos, desde 1985 y es miembro honorario del Pen Club Internacional. González Pacheco, Jorge Enrique (La Habana, 1969). Poeta y escritor. En 2002 el Frente de Afirmación Hispanista publicó la Antología de la Poesía Homosexual y Cósmica de Jorge Enrique González Pacheco. Henríquez, Francisco (Unión de Reyes, Matanzas, Cuba, 1928). Poeta. Es autor de la Antología de la Décima Cósmica de Matanzas y Zonas aledañas (2001). Edita la revista de poesía Carta Lírica desde Miami, Estados Unidos, donde reside. En 2005 recibió el Premio Vasconcelos que otorga anualmente el Frente de Afirmación Hispanista. Lebrón, Lolita (Lares, Puerto Rico, 1920) Poeta. Es autora del cuaderno Sándalo en la celda, escrito durante su prisión en Estados Unidos de América, donde guardó 25 años de cárcel por el ataque llevado a cabo contra la Cámara de Representantes en 1954. Poemas suyos pueden ser leídos en http://islacosmica.cu.tc Núñez, Serafina (La Habana, Cuba, 1913-2006). Sus primeros poemas fueron antologados por Juan Ramón Jiménez en su antología La poesía cubana en 1936. Es autora de más de una decena de poemarios publicados en Cuba, Francia y otros países. Su obra ha sido poco divulgada en Cuba, donde permaneció los últimos años prácticamente enclaustrada en su casa y dedicada a la actividad literaria.

arique 30


Arique, a sus amigos Arique es una revista de poesía originada en Matanzas, la Atenas de Cuba, a 100 kms de La Habana. Confeccionada de manera artesanal desde julio de 2000, ha visto la luz con regularidad, primero desde una máquina de escribir y luego a partir de un computador personal, en ediciones de no más de 300 ejemplares. Como declarara desde su segunda aparición en octubre de 2000, la revista no se adhiere a corriente social, política o estética de ningún tipo, ni está patrocinada por ninguna organización. Es una revista independiente que se distribuye gratuitamente sólo como medio de intercambio y difusión con poetas y escritores amigos. En marzo de 2003 se habían agotado todas las posibilidades de seguir haciendo la revista en Cuba. Los números 12-13 (doble, abril-septiembre de 2003) y 14 (que cubrió todo un año, octubre 2003-octubre 2004) pudieron ver la luz con mucho retraso y sólo gracias a la ayuda de amigos en otros países que la re-imprimieron y la hicieron circular. Casi un año más tarde Arique continúa saliendo, pero ahora desde Valparaíso, Chile, a partir de los textos y la edición realizada en su originaria Matanzas. Así ven la luz los números 15 (noviembre 2004-junio 2005) dedicado al 400 Aniversario de El Quijote, el número doble 16-17 (juliodiciembre de 2005) con un estudio sobre la poesía cubana actual, y el número 18 (enero-marzo 2006) en homenaje al desaparecido escritor cubano Reynaldo Arenas. La revista lograba ponerse al día en sus ediciones y regularizar sus salidas. Su presencia en la web data del primer trimestre de 2002 pero dejó de ser actualizada en 2003, a raíz de la situación entonces presentada y que ya mencionamos. Actualmente Arique, actualizada, puede ser visitada en las siguientes direcciones: http://arique.cu.tc http://arique.50webs.com Una versión digital de la revista se hace llegar por correo electrónico a más de 2000 direcciones dentro y fuera de Cuba. Ahora, a partir del presente número, Arique se imprime no sólo en Chile, sino también en la Atenas de Cuba, siempre a partir de un ordenador personal, una impresora no comercial y la edición realizada por su equipo redactor en la Isla. De esta forma, además de incrementarse ligeramente su tiraje, su circulación es más amplia entre los escritores y -esencialmente- los poetas cubanos. Valparaíso, Junio de 2006.


Si de morir habemos… Con el pecho cruzado de sorpresa y relámpagos viajaré los confusos países del cansancio. Serafina Núñez La Habana, 1913-2006


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.