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CONSTRUIR EN COMUNIDAD

Para el arquitecto, Amador Rodríguez, director del Instituto Municipal de Vivienda IMUVI León, en este tema la arquitectura tiene la misma relevancia o incluso menor a lo social, pues es necesaria la participación de la comunidad desde el inicio del proyecto hasta su final, y en este trascurrir de tiempo se logra tal integración y trabajo con la gente, que esto se vuelve más relevante que la arquitectura en sí. Por tanto, también la satisfacción para los profesionistas de esta materia logra ser muy importante para sus vidas.

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En cuanto a las ciencias políticas, es muy importante que los gobiernos promuevan la creación de este tipo de iniciativas y los apoyos necesarios para, de alguna manera, aportar a la realización de los proyectos. Al respecto Amador Rodríguez indica que incluso el hecho de diseñar las estructuras financieras necesarias para que las comunidades puedan adquirir estos proyectos, llega a ser más importante que la solución arquitectónica.

El estado de Guanajuato tiene actualmente un déficit de 70 mil viviendas de interés social, según datos del delegado estatal de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), Javier Contreras Ramírez. Para satisfacer estas necesidades el gobierno Federal señala que es necesario crear sistemas de financiamiento diferentes o dar acceso a personas que no acceden a Infonavit o Fovissste.

En la ciudad de León el IMUVI ha estado trabajando en estas herramientas de financiamiento para personas que no pertenecen a un sistema de seguridad social o que su nivel de ingresos es muy bajo o inestable para pagar un crédito bancario o de alguna institución privada. Para el IMUVI es importante que en este sector de población también existen, al igual que en el resto del mercado inmobiliario, perfiles de personas con necesidades diferentes, y por eso deben planear y pensar en otras formas de solucionar el problema.

© CC BY-SA 4.0

Por una parte, se han venido desarrollando y ejecutando obras de vivienda vertical, ubicadas en predios consolidados dentro de la ciudad que cuentan con servicios y equipamiento para un mercado con un nivel medio bajo y medio que no pueden comprobar ingresos frente a entidades bancarias. También, se han realizado proyectos de vivienda de interés social en colonias establecidas, con casas ya terminadas, usualmente en obra blanca o con pocos acabados.

© ENSUSITIO Arquitectura

También se han hecho grandes esfuerzos en todos los municipios para llevar servicios a colonias irregulares, después de regularizarlas al igual que a las construcciones existentes. En este tema, es importante señalar que en estos lugares normalmente hay muchos predios vacíos, según el arquitecto Amador, incluso llegan a ser el 50% del área de dichas colonias, pero como son lotes pequeños o muy irregulares se hace imposible desarrollar un proyecto por parte de un instituto como el IMUVI.

Programas de autoconstrucción

Por esta razón se piensa en la autoconstrucción que puede ser en dos formatos, por una parte, Alejandro Aravena creó el término Urbanización Progresiva, la cual consiste en que los beneficiarios de viviendas sociales completan sus casas con sus propios medios y según el arquitecto, “de acuerdo a sus necesidades y gustos”. El concepto también se conoce como vivienda incremental, e implica la participación activa de los beneficiarios en el diseño, hasta la construcción de sus casas.

Para el arquitecto Rodríguez del IMUVI esta forma no sería posible aplicarla en la ciudad de León, porque requeriría hacerse en terrenos en la periferia y el objetivo es utilizar los que están ya dentro de la mancha urbana. Por otra parte, el mismo funcionario señala que muchas de las viviendas que se construyeron irregularmente por los propietarios, se hicieron con espacios multifuncionales, y con el paso del tiempo, no mejoraron, sino que las personas siguen viviendo en las mismas condiciones de hacinamiento, falta de luz natural o ventilación.

La otra forma es, el ejemplo que realizó el IMUVI en León, el cual, en una colonia de reciente regularización, tomó en una primer etapa 10 terrenos, y en la siguiente 40, de tamaños más o menos similares, en los cuales era posible construir una Unidad Básica de Vivienda, conformada por sala, comedor, cocina un baño completo y dos recámaras y diseñada en una sola planta. El instituto financió a los propietarios de dos formas, un crédito sobre el terreno y otro para la compra de los materiales.

Mónica Lucia Pulido Celis Por: MCO.

REPORTAJE ESPECIAL

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© Pedro Bravo Antes de comenzar la obra, los futuros habitantes recibieron diferentes capacitaciones por parte del instituto y de ONU Habitad, sobre temas relacionados con la construcción y sus técnicas, pero especialmente sobre finanzas personales, vida en comunidad, y otros relacionados con lo social, así al momento de habitar sus viviendas ya conocían a sus vecinos, habían trabajado con ellos para realizar las casas y solucionar los problemas de todo, con este hecho, además de llegar a vivir en su casa, lograron una gran integración con sus vecinos y comunidad.

Para la realización de la obra, el IMUVI diseñó, imprimió y subió a su página, para descargar el Manual de Autoconstrucción, el cual explica por medio del personaje, Armando Casas, todo el proceso de obra de ésta vivienda, desde la limpieza del lote, hasta los acabados e instalación de muebles sanitarios. Sobre los materiales, por la historia personal y familiar de los usuarios, son sistemas tradicionales, complementados al final con calentadores solares. Al final, cada uno de los propietarios definió los acabados a utilizar de acuerdo al manejo de los recursos que había hecho durante la obra.

Para el arquitecto Amador Rodríguez, con la realización de este trabajo y la participación de la comunidad en todo momento, se ha creado un modelo, no sólo para el desarrollo de vivienda, sino que es posible también utilizarlo para la construcción de equipamiento recreativo o social en las mismas comunidades marginadas.

Es importante destacar que este modelo de construcción es totalmente diferente a lo que ha hecho el instituto hasta ahora, por tanto, también es novedoso en el estado, y aplicable a cualquier ciudad. Finalmente, es el resultado de un proceso en el cual se conoce y documenta desde la forma en que las personas vivían antes de adquirir sus casas y cómo van a hacerlo en un futuro, con condiciones estructurales, de aprovechamiento de la luz y el aire, que usualmente no tendrían si construyeran sus casas, sin ninguna asesoría por parte de ningún instituto o profesional.

Sobre esto el arquitecto Miguel Ángel Rangel Cruces, director general del Instituto Municipal de Planeación de Irapuato, considera que actualmente está dado el marco legal y normativo para controlar la construcción irregular de vivienda, pero también de parte de la sociedad debe venir la conciencia de que es mejor construir en terrenos regulares y de la forma correcta para evitar problemas y especialmente para tener una mejor calidad de vida en sus hogares.

© PICO

MCO. Mónica Lucía Pulido Celis.

Directora de contenidos Revista Arkin. monicalucia.arkin@gmail.com

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