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LOS ALIMENTOS QUE TE DAN VIDA
Probablemente cuando piensas en tu alimentación, lo primero que te viene a la mente son las calorías. Sin embargo, ¡los alimentos son muchísimo más! Mucho más allá de si un alimento “engorda” o “adelgaza”, o si es “bueno o malo para la salud”, los alimentos que consumimos forman parte de nuestra vida de maneras muy profundas.
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Aunque no me gusta nada esa idea de que “eres lo que comes”, porque es simplista e incompleta, no hay duda de que nuestra dieta (entendida como el qué, cómo y cuándo comemos lo que comemos) tiene un efecto muy marcado en nuestro cuerpo. No solo por la energía que nos aportan los alimentos, sino por todos sus nutrientes y demás sustancias que afectan nuestra.
Por ejemplo, ¿sabías que una comida rica en proteínas te ayuda a sentirte con más energía? Cuando necesitamos estar alertas, ser más productivos o sentirnos imparables, los alimentos ricos en proteína animal o vegetal son nuestros aliados. Agregar siempre una porción de carne, ave, pescado, huevos o legumbres a una comida ayudará a que nuestro cuerpo esté más despierto, con un metabolismo más rápido y con músculos más a tono. De hecho, el mantenimiento de tus músculos debería ser uno de tus objetivos principales si quieres mantener un cuerpo joven y lleno de vida. En efecto, la pérdida de masa muscular con la edad es uno de los principales marcadores del envejecimiento, causante de la pérdida de movilidad, agilidad y autonomía.
Otro ejemplo: las vitaminas, minerales y antioxidantes presentes en frutas y verduras ayudan a que todos nuestros sistemas funcionen correctamente, y agregar estos alimentos en cada comida es la mejor manera de cargarnos de estos micronutrientes indispensables, ya no solo para tener buena salud, sino para funcionar a un mayor nivel y sostener tareas exigentes por más tiempo sin sentir que se nos acaba la batería o que ya no rendimos más. También la fibra que nos aportan las frutas y verduras, además de los tubérculos y otros alimentos ricos en carbohidratos integrales y naturales, nos ayudan a mantener niveles estables de azúcar en la sangre, evitando ese “bajón” que nos suele dar a mitad de tarde y disminuyendo considerablemente los ataques de ansiedad.
¿Te cuento sobre un último alimento indispensable para llenar tu cuerpo de vida y energía? Se trata del agua. En realidad, no es un nutriente como tal: no aporta calorías. Y, sin embargo, morimos si no consumimos la suficiente. Mantenernos bien hidratados durante el día es indispensable para regular nuestra temperatura, desintoxicar nuestro cuerpo y evitar dolores de cabeza o de articulaciones, entre muchísimos otros beneficios.
Probablemente estés pensando que todo esto ya lo sabías y que no te estoy contando nada nuevo. Es cierto, nada de esto es “nuevo”. Pero ¿realmente eres consciente de cuánto tienes en tus manos el control de tu bienestar y tu nivel de energía? ¿Sabes cuán importante es el cuidar tu cuerpo físico para que te permita realizar todos esos proyectos que deseas, y pasar aquí el mayor tiempo posible sin perder calidad de vida? Y, sobre todo, ¿estás haciendo ya lo mejor que puedes para aplicar estos conocimientos que tienes acerca de cómo llevar una vida sana?
Si sí, ¡felicidades! Estás por encima de la media, y es de admirar. Y si no, no estás solo. Muchas personas luchan con su cuerpo y con su alimentación, siempre deseando mejorar, pero nunca consiguiendo la forma de instaurar hábitos saludables. En efecto, comer más sano y cuidarnos no lleva trucos, pero tampoco hay atajos. Por eso, lo primero es que sepas qué puedes hacer para mejorar hoy, entiendas lo mucho que puedes conseguir dando unos primeros pasos adelante (¡así sean pequeños!) y empieces a motivarte viendo cómo pequeños cambios en tu alimentación te dan grandes resultados en tu bienestar.
Una última aclaratoria: nunca se trata de restringir, de eliminar o de evitar. Más bien, enfócate en añadir lo que le está faltando a tu cuerpo y a tu vida para estar bien: más nutrientes, más sabor y más placer. Porque sí, el comer sano debe ser un placer en tu vida para que quieras y puedas transformarlo en un hábito permanente. Lo que comes no solo afecta tu salud física, sino también la emocional. Usa tu comida para darte energía y vida, incluyendo paz, felicidad y placer al comer.