3 minute read
TALENTO EN ABUNDANCIA
POR QUÉ LA HUMILDAD ES UNA VIRTUD INCOMPRENDIDA
Definimos generalmente la humildad como “la virtud que consiste en conocer las propias limitaciones y debilidades y actuar de acuerdo a tal conocimiento”. ¿Será verdad que para ser humilde hay que conocerse muy bien, pues aquel que no conoce sus limitantes puede tener dificultad siendo humilde? Creo que esto es verdaderamente cierto, pero no porque al conocer nuestras limitantes como seres humanos actuamos como seres humildes, sino porque ser humildes nace de comprender nuestra naturaleza divina.
Advertisement
La experiencia probablemente te ha mostrado personas que no tienen idea clara de quiénes son, cuáles son sus limitaciones y fortalezas, y confirman con su actuar que no tienen un pelo de humildes. Es más, andan por el mundo comportándose como si fueran mucho más que el resto de los humanos. El caso opuesto también es muy común, es decir, personas que saben muy bien sus limitaciones y debilidades humanas, pero actúan de manera soberbia y sienten que están por encima de todos. TALENTO EN ABUNDANCIA
Otra definición común habla de la humildad como aquella característica de tener escasez de recursos materiales. Esto lo escuchamos comúnmente cuando alguien se refiere a otra persona diciendo: “Es una persona muy humilde que nació en el campo y que no tuvo la oportunidad de estudiar”, como si la humildad tuviera que ver con el estatus económico o el conocimiento intelectual.
Otras definiciones de la humildad se desprenden de las enseñanzas religiosas. En el caso de la religión católica la humildad tiene que ver con el reconocimiento de la superioridad divina, y en el budismo la humildad se refiere a la conciencia del camino que hay que transitar para liberarse del sufrimiento.
Más interesante aún es la definición de Friedrich Nietzsche, quien veía la humildad como una falsa virtud que enmascara las decepciones que una persona esconde en su interior.
Son tan variadas las definiciones de la humildad que la hacen una virtud incomprendida. Hoy te invito a ver a la humildad no partiendo de la religión, las debilidades humanas o la fachada desde la cual te escondes, sino desde la total certeza de que todos somos energía divina manifestada en seres que estamos juntos en este maravilloso viaje que se llama vida, y al cual llegamos con diferentes herramientas y capacidades.
Si vemos nuestra naturaleza como divina, sin falsa modestia y comprendiendo que somos una expresión de esta energía suprema, no menos ni más, entonces llegaremos a la conclusión de que no existen seres superiores a nosotros. La diferencia es que aquellos que vemos como superiores, divinos, o más capaces lo que han hecho es transitar el camino de la evolución y la consciencia probablemente de manera más efectiva que otros, y por eso en nuestra mente lineal los vemos habitando jerarquías o mundos ‘más altos’.
Cuando asimilamos la verdad de ser seres divinos multidimensionales no nos sentiremos ni más ni menos que nadie. Ser multidimensionales significa que somos energía que podemos accesar en cualquier momento, en cualquier lugar y bajo cualquier circunstancia porque somos el todo y la fuente, expresándose ella misma en cada instante del presente. Al ser omniscientes estamos todos en un plano equilibrado. Cuando comprendemos esta verdad que habita en nosotros seremos verdaderamente humildes, es decir, sabemos que “somos”, sin jerarquías ni diferencias que nos apartan a unos de otros. La humildad es una virtud incomprendida porque no recordamos quiénes somos. Algo que hemos olvidado al encarnarnos y que cada vez estamos recordando más fácilmente gracias al avance de la consciencia. Es por eso que las nuevas almas que llegan en este milenio tienen más certeza de su naturaleza divina, dándole así el sentido verdadero a la virtud de humildad.