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PRODUCTIVIDAD CONSCIENTE
EL ARTE DE REDESCUBRIR LA VIDA CON OJOS NUEVOS
Disfruta de la aventura de tu vida desde la humildad del aprendiz
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Nos encontramos apasionadamente inmersos en un nuevo paradigma tecno-digital y somos testigos de los increíbles avances que nos trae la inteligencia artificial. Sin duda somos unos auténticos privilegiados por vivir en este momento de la historia de la humanidad dónde nos estamos dando cuenta de que no existen límites para nosotros como especie, más allá de la propia mentalidad. Pero aún así, hay algo que difícilmente la tecnología podrá igualar y que nos define excepcionalmente a todos los seres vivos, y es el desarrollo de la conciencia. PRODUCTIVIDAD CONSCIENTE
Mahatma Gandhi (1869-1948)
Qué es la conciencia, dónde se origina (a nivel biológico) y cual es su significado evolutivo y espiritual aún se nos escapa, y de hecho es la segunda pregunta más importante para la cual la ciencia aún no ha encontrado respuesta (según la prestigiosa revista Science).
La conciencia es la experiencia subjetiva que cada uno de nosotros tenemos de nuestro cuerpo, entorno y conocimiento, y que determina las gafas con las cuales vemos el mundo. Nos permite crecer y evolucionar, porque implica adquirir conocimientos que nos permiten abrir la mente a las infinitas posibilidades que nos circundan y encontrar las soluciones a las incógnitas que se nos van presentando en la vida. Es una brújula interna que nos indica en todo momento en qué punto del mapa de la existencia nos encontramos y qué camino debemos seguir.
Las grandes tradiciones espirituales nos muestran que el camino de la conciencia no es un trayecto en línea recta con una mejora exponencial, sino que en realidad es un camino en espiral, en el cual vamos adquiriendo una mayor consciencia de la experiencia humana y, a la vez, experimentando situaciones que parece que ya hemos vivido antes pero desde una nueva perspectiva. Esto hace que muchas veces el viaje sea arduo porque parece que muchas veces pasamos por el mismo camino ya superado, pero si lo observamos detenidamente nos damos cuenta de que ya no lo vemos igual por como nos hemos transformado. Solo entonces percibimos la auténtica magnitud de nuestro cambio interior. Y esto solo es posible si adoptamos de base la postura del aprendiz que se maravilla con el nuevo paisaje a cada paso que da, desde la humildad de reconocer que una vez superada una etapa, aún quedarán muchas más por alcanzar. Que no desfallece sabiendo que esta es una aventura únicamente reservada a los valientes que se atreven a desaprender con modestia y sin miedo todo lo que ya no les sirve, para poder hacer espacio a todo lo bueno que está por venir.
El esfuerzo que siembra el aprendiz cosecha valiosas recompensas. Subiendo por la espiral nos damos cuenta de que cada vez somos
capaces de hacer las mismas cosas un poco
mejor, que cada vez somos más productivos y efectivos en nuestros empeños. Que cuando creemos que hemos llegado al máximo que podíamos llegar, siempre existe la milla extra por mejorar, por optimizar, por descubrir. Que
nos podemos poner nuestros propios retos
solo por el placer de disfrutar del progreso del aprendizaje que nos convierte en maestros de los que van un paso por detrás nuestro, y aspirantes avezados del siguiente nivel.
Y sobre todo, sintiéndonos siempre en continua expansión como el mismo Universo del cual formamos parte y del que nunca nos hemos separado.