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Sexualidad Holística

Pesimismo y Optimismo ante la sexualidad

La sexualidad es la forma como una persona vive el hecho de ser sexuada, es decir, de tener genitales y de desear placer y unión a través de ellos.

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Es la forma cómo vive el impulso sexual.

Para cada persona es una construcción única. Muchos elementos participan en ello.

La educación recibida en casa, la influencia de la educación escolar, los comentarios y consejos de amistades y familia, los medios de comunicación audiovisual, la religión, la sociedad en general, y la propia investigación personal sobre el tema.

Igualmente influyen la experiencia obtenida de sus exploraciones. El primer toque de los genitales, el primer beso, el primer encuentro. Todo deja su huella, todo aporta a la historia.

Nadie puede “no” ser sexual.

El impulso sexual existe, desde el nacimiento hasta la muerte y lo que va cambiando es la forma cómo se manifiesta y la conducta que asume el individuo bajo su influencia.

En el pasado, cuando aún no se estudiaba la sexualidad en profundidad, se pensaba que era básicamente un instinto al que se responde con mayor o menor contención, sin considerar más complejidad en el asunto. sexualidad holística

Hoy en día se entiende que el ser humano necesita el placer como parte fundamental de la vida y cuando sus ideas, creencias y emociones lo alejan o lo bloquean del placer, su vida entera se afecta.

A este alejamiento lo vamos a llamar una actitud pesimista ante el placer.

Muchas personas han construido su sexualidad desde la postura pesimista.

Algunos consideran el impulso sexual como algo que les controla y les hace inferior, parecido al instinto de un animal. Controlar el impulso se vuelve doloroso y agotador, y se genera un rechazo a sentirlo.

Otros alimentan el pesimismo porque no logran satisfacer sus expectativas con relación a lo que desean sentir sexualmente.

Sus heridas emocionales, la ignorancia, la inseguridad y la desconfianza les impiden entregarse completamente a ese impulso que invita a perderse para poder encontrarse.

El pesimismo ante la sexualidad es más frecuente y está más arraigado de lo que estamos conscientes.

Ha estado intensamente alimentado por la sociedad y la religión, que han propuesto y ejecutado diferentes estrategias para controlar el impulso sexual. Lo han hecho con la intención de evitar las consecuencias que tiene para la sociedad una sexualidad inconsciente.

Esta actitud pesimista ha generado mucho dolor, confusión y desconfianza al momento de experimentar el impulso sexual y modelar la conducta sexual.

Se requiere ahora una actitud optimista ante la sexualidad. Ya son demasiados años del extremo pesimista.

El optimismo con su actitud positiva, con la mirada bondadosa, siempre eligiendo ver lo bueno por encima de lo malo, se necesita en la sexualidad.

Una mirada alegre, que no vea el impulso sexual como una amenaza, como un enemigo desconocido, sino como una aventura para descubrir un tesoro.

Una actitud proactiva, en favor de experimentar la sexualidad para poderla conocer y manejar conscientemente, en vez de reprimirla por miedo al descontrol.

Permiso y confianza para sentir, para entregarse, para experimentar sin juicio.

Desde el optimismo se puede explorar la sexualidad sin miedo, y así avanzar en su perfeccionamiento. La sexualidad que produzca satisfacción personal sin perjudicar a la sociedad.

Se requiere optimismo para poder madurar sexualmente.

Así como un niño cuando es educado por unos padres miedosos y pesimistas, siempre pensando en el peor escenario, no puede probarse y madurar, así una persona expuesta siempre a una actitud pesimista ante el impulso sexual no puede madurar sexualmente, y el resultado es un conflicto para vivir la sexualidad en forma individual o en relación con otros.

La definición de “optimismo” es “tendencia a ver y a juzgar las cosas en su aspecto más positivo o más favorable”.

¿No sería hermoso que toda la sociedad tuviera una actitud optimista ante el placer, el cuerpo, los genitales, el disfrute, la pasión, el erotismo y el amor?

Te invito a reflexionar si tienes una postura pesimista u optimista ante la sexualidad, e invitar a otros a hacerlo.

Dra. María Gabriela Santini

El impulso sexual existe, desde el nacimiento hasta la muerte y lo que va cambiando es la forma cómo se manifiesta y la conducta que asume el individuo bajo su influencia.

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