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Ser, Sentir, Servir
Todo lo que ocurre es a tu favor
El título de este artículo pareciera una idea romántica y poco realista. Sin embargo, aquellas personas que juzgan sus circunstancias como una oportunidad favorable, suelen ser las que salen adelante.
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Por lo tanto, el optimismo es una forma de respuesta ante esas cosas a las que nos enfrentamos, sin sentido ni significado. No se trata de fingir que todo está bien mientras la pasamos mal. Más bien se trata de algo más profundo.
Para poder actuar con optimismo, hay que tener claridad mental. También ser consciente de tus emociones y necesidades. Así que, experimentar el optimismo no necesariamente significa entrar en el autoengaño.
Una persona que elige el optimismo como valor tiene que tener la determinación de ir siempre hacia adelante. Esto no lo define la circunstancia sino el saber cómo vivir. Y es alguien tan fiel a su manera de pensar, que, aunque todo juegue en su contra, está decidida a sacar provecho de lo que ocurre.
Ser optimista no es ir por el mundo tratando de demostrar que la vida es bella. Se trata de una persona capaz de apreciar su existencia tal y como es.
Investiga si tu manera de pensar está alineada con el optimismo o no. La intención de indagar en tus pensamientos siempre es para aclarar y determinar si es una herramienta útil para ti. El optimismo puede ser una característica no ajustada para todos. Por lo que te corresponde verificar si es algo compatible a tus intereses y necesidades.
Todo lo que ocurre es a tu favor
Cuando logras pensar de una manera que te permite considerar que cada acontecimiento contribuye en tu vida, ya no eres víctima de la circunstancia. Dejas de preguntarte por qué te pasa esto y empiezas a examinar qué necesitas para atravesar la situación.
También dejas de justificar los problemas como enseñanzas cósmicas incomprensibles y crueles. Quizás puedes pasar a buscar en tu mente la manera de pensar que convierte la experiencia en un conflicto. Te das cuenta de que todo aquello con lo que interactúas es un mensaje para ti. El meme en las redes sociales, las noticias que lees. Los libros en los que te sumerges, las conversaciones que surgen. También los cursos que haces, las series que miras o las películas que disfrutas.
Cada una de tus decisiones habla de ti. Aprende qué hacer con eso que llega a tu conciencia. En tus manos está usarlo para despejar tu mente o para seguir en el mismo patrón de siempre. Ninguna respuesta es incorrecta, simplemente es lo que es.
Todo lo que ocurre es a tu favor, lo aceptes o no. En la vida nada se desperdicia. Sin embargo, sí podemos llegar a negarnos a ser conscientes. Eres tú la única persona que puede elegir qué estado mental desea tener y mantener.
Recuerda, la respuesta correcta es la que traiga alivio y tranquilidad a tu vida. Atrévete a usar tu existencia para aprender y desarrollar habilidades con las que construyas una percepción feliz. Siempre puedes volver a elegir.
Hasta pronto.