Cuando un visitante de otras latitudes llega al trópico, nada le causa más impacto que las palmas del paisaje tropical. La razón es que muy pocas especies de palmas crecen más al norte que el trópico de Cáncer o más al sur que el trópico de Capricornio, las dos líneas geográficas imaginarias que delimitan las zonas tropicales y subtropicales. Así mismo, las palmeras son asociadas con la vegetación de los densos bosques de las zonas tórridas y húmedas. No es coincidencia que África, con sus grandes regiones desérticas, sea el continente con menor número de especies de esta familia botánica y, por el otro lado, América tropical –con sus bosques húmedos– sea el que contiene el mayor número de especies.