ARS 12

Page 1



TERREMOTO EN SAN SALVADOR, 7 DE JUNIO DE 1917


CONTENIDO

08

La arquitectura del Teatro Nacional de San Salvador. Por Inti Marroquín

17

Julia Díaz 1917-1999. Por Astrid Bahamond

22

Terremoto en San Salvador 1917-2017. Por Mario Noel Rodríguez

28

Breve semblanza sobre la percepción panorámica de Luis Gallegos Valdés. Por Rafael Mendoza (el viejo)

35

Hugo Lindo. Cien octubres del poeta. Por Mario Noel Rodríguez


56

40

Ion Cubicec. Su vida Por Salvador Marroquín

52

Camilo Minero 1917-2005. Por Astrid Bahamond

100 años, Ricardo Trigueros de León: ¡Un corazón cinco veces más grande! Por Yanira Soundy


EDITORIAL n hito importante: 1917. ARS 12 está dedicada a conmemorar a muchos de los artistas y acontecimientos que nacen y acaecen en dicho momento, dentro del cual recordamos con justicia y para la historia del arte salvadoreño a muchos ilustres representantes de diferentes expresiones y disciplinas artísticas, quienes conforman la modernidad del siglo XX.

Les siècles, tour à tour, ces gigantesques frères. Differents par leur sort, semblables en leurs voeux, trouvent un but pareil par des routes contraires. Los siglos en reverso, esos gigantescos hermanos. Diferentes por su destino, semejantes en sus deseos, encuentran un fin parecido por caminos contrarios. Odas y baladas. Libro segundo, “L´histoire”. Victor Hugo

El centenario del Teatro Nacional de San Salvador, el centenario del terremoto estruendoso que inspiró al poeta colombiano Porfirio Barba Jacob; el nacimiento de los pintores: Julia Díaz y Camilo Minero; del músico Ion Cubicec; de los escritores y poetas: Hugo Lindo; Ricardo Trigueros de León y Luis Gallegos Valdés. Estamos conscientes de nuestra crisis nacional de autoafirmación, lo cual constituye para esta edición un tiempo y un espacio propicio para la inspiración y la reflexión en el devenir de las artes: deseamos hacer un ejercicio restaurático de las prácticas artísticas contemporáneas, gracias al aporte de nuestros precedentes inmediatos que nos legaron un camino a seguir. Las circunstancias culturales han cambiado, vivimos en contextos sociales y económicos diferentes y nos expresamos en lenguajes técnicos diferentes. Es por eso que en este “Centenario” ofrecemos ARS 12, nueva era, para que nos sirva como vehículo de una revelación. Término que contiene connotaciones religiosas; sin embargo, no es gratuito.


Primeramente, religioso fue el arte occidental hasta el renacimiento, en segundo lugar religión proviene del latín “religare” que para efectos de este número- podríamos traducir como volver a vincular. Si el lenguaje común comunica, los lenguajes artísticos vinculan, -razón que suele ser irrelevante- para los autores que directamente si lo están con el mundo imaginado por ellos o por ellas; pero quién afirma revelar, nos hace comprender que se revela aquello que nos era hasta ese momento desconocido. Rimbaud el poeta escribe al poeta Georges Izambard: que precede llegar a los desconocidos por el desorden de los sentidos. Abrir una puerta a lo desconocido es la ambición de todo artista; no obstante, si el poeta recurre al desorden y al desarreglo de los sentidos para alcanzar sus objetivos, otros u otras realizan el movimiento inverso: reordenan sus sentidos a fin de abrirse a lo desconocido. Una revelación para los comienzos del milenio, y que este sea un “revival” que habilite los nuevos despertares del presente, desde el pasado, es nuestro objetivo. Dra. Astrid Bahamond

N U E VA E R A • N Ú M E RO 1 2 • A Ñ O 2 0 1 8 • A R S ARS, Revista de la Dirección General de Artes del Ministerio de Cultura. ARS, arte en latín. Fue el nombre de la revista de la extinta Dirección de Bellas Artes. Nueva Era comienza a partir de 1993 bajo la dirección de Ricardo Lindo (1947-2016).

Silvia Elena Regalado Ministra de Cultura Marta Elena Rosales Directora General de Artes Astrid Bahamond Panamá Directora de Artes Visuales y Cine Directora de ARS Consejo Editorial Alexander Hernández Oscar Meléndez Guillermos Cuéllar Mario Noel Rodríguez Corrección de estílo Mario Noel Rodríguez Elda Vásquez de Godoy

Las opiniones vertidas en ARS son exclusiva responsabilidad de sus autores. El contenido de ésta revista puede ser reproducido total o parcialmente citando la fuente.

Diseño y diagramación Juan Marcos Leiva

Ministerio de Cultura de El Salvador, Dirección General de Artes


Fachada del Teatro Nacional de San Salvador, ubicado en el centro histórico, foto: Carlos Rodríguez M., 2012.

Hotel de la Marine en París. Arquitecto: Jacques Gabriel. Foto: //commons.wikimedia.org/w/index.php?carid=16505510. 2011

8


LA DEL

ARQUITECTURA

Teatro Nacional DE SAN SALVADOR

ANA INTI MARROQUÍN

“El diseño fue autoría, según nos mencionan diversas publicaciones, de Daniel Beylard, arquitecto francés...”

Caminando por el centro de la capital, a lo largo de la calle Delgado y frente a la plaza Morazán, encontramos una hermosa edificación que constituye uno de los pocos ejemplos en El Salvador de la arquitectura Neoclásica, tan representativa de los movimientos independentistas americanos y que se le encuentra desde Washington en Estados Unidos, hasta Santiago de Chile. Su exterior invita a una contemplación serena y a un regocijo compartido. Su interior produce vivencias nuevas y, según se suba, se gire o se entre, asombros variados que se entretejen otorgándonos el reconocimiento de una obra completa, unitaria dentro de su complejidad. Fachada El diseño fue autoría, según se menciona en diversas publicaciones, de Daniel Beylard, arquitecto francés que decidió participar en un certamen internacional convocado por la Junta de Fomento de San Salvador en el año de 1910, para construirle un hogar a las artes escénicas. Su inspiración, según parece, fue el Hotel de la Marine en París. Donde antes se levantara el antiguo teatro que fue pasto de las llamas, se acordó por parte de las autoridades urbanas emplazar el nuevo edificio. Sin embargo, desde que se abrió el concurso de proyectos arquitectónicos hasta que se recibieron los planos que enviara Beylard desde Francia, pasaron varios meses y los terrenos adyacentes al mencionado, se fueron vendiendo a diferentes compradores en transacciones que, a veces y según comenta Roberto Salomón, incluían algunos metros del terreno destinado al futuro Fot 9


Teatro. Para iniciar la construcción, ingenieros salvadoreños se habrían encargado de realizar las modificaciones de acuerdo a las dimensiones reales del espacio. Sin contar por el momento con el modo de asegurar esta información, lo que sí es evidente es que el espacio dedicado a las artes escénicas capitalinas nunca tuvo las dimensiones espaciales que ocupara el modelo original. De esto el arquitecto Beylard estaba bien enterado, y había trabajado reacomodando aquél diseño de inspiración para que resultara armonioso y funcional. Es así que la construcción cuenta con una equilibrada composición arquitectónica sobre un lote casi cuadrado. Consta de un sótano con tres niveles superiores, un entrepiso y la azotea, desde donde se llega a la cúpula y a la linternilla, además de diversos mecanismos e implementos tecnológicos. La fachada sigue los cánones compositivos neoclásicos tan esenciales al Hotel de la Marine, provenientes de una estética grecolatina que, por su parte, había sido concebida por una antigüedad de hombres manifiestamente pares, donde el poder de gobernar no era un privilegio a ostentar sobre inferiores, sino una responsabilidad a ejercer con los iguales. Por eso prima el equilibrio sobrio de líneas puras y formas geométricas básicas. La horizontalidad del TNSS se enfatiza con el balcón corrido del cuerpo central y la cornisa volada que marca la división entre niveles, al tiempo que los dos cuerpos laterales sobresalen no hacia lo alto sino hacia el frente, acentuando su masividad casi cuadrada con gruesas pilastras y siendo coronados por frontones en triángulo isósceles. Si bien al interior del inmueble los espacios abiertos rigen la organización constructiva debido a su función destinada, la impresión exterior rectangular se salva de resultar demasiado maciza gracias al balcón del segundo nivel, que se extiende por el cuerpo central luciendo anchas columnas de fuste liso y capitel mixto, cuyos zócalos dividen la balaustrada del balcón. Detrás, amplios ventanales acentúan la sensación de aire y se cierran para

10

dar lugar, más arriba, a las ventanas correspondientes al entresuelo, estando decorado el espacio entre unos y otras con guirnaldas del mismo tipo de las que aparecen en los capiteles y los escudos. Este conjunto presenta un agradable balance del vacío con el lleno de los cuerpos laterales. El nivel inferior muestra los vanos de ingreso al recinto, cinco en el cuerpo central y tres en los laterales sin enfatizar ninguno, pues recordemos que una sola entrada principal y notoria era característica de los antiguos regímenes monárquicos o religiosos, pero ya no era deseable en una naciente democracia. Los muros presentan un aparejo derivado de los almohadillados de la construcción francesa, pero simplificados en líneas paralelas que, en los dinteles de las entradas, se levantan hasta una posición transversal, disminuyendo el área que delimitan imitando a las dovelas y, por tanto, acelerando su sucesión, remarcando la clave con un diseño estriado que toca el dintel, abajo, y la cornisa, arriba. Los cuerpos laterales también cuentan con un par, cada uno, de columnas, sosteniendo entre todas un entablamento cuyo friso, a diferencia del francés, ostenta una guirnalda estirada en horizontal, pero lo que es de notar es que sobre este elemento se exhibe el título de TEATRO NACIONAL. La última cornisa, después del friso, se adorna a su vez con dentículos que se duplican en el tímpano de los frontones, enmarcando aún más la decoración vegetal y la cartela de los mismos. Este motivo ornamental tipo cartela o escudo fue repetido por Beylard en la azotea, y le encontramos después adentro, aunque con modificaciones. La fachada del TNSS termina en una balaustrada seccionada. No cuenta con remates de ningún tipo, difiriendo en esto de su progenitor galo, el cual fue creado todavía bajo la tutela de un rey, y por más que los aires ilustrados animaran sus llenos y vanos, la presencia real se manifestaba en, por ejemplo, su extensión imperial o en los remates de las pilastras de sus cuerpos laterales.


Pasillo interior. Acceso a escaleras, a oficinas y a Garan Sala. Foto: Carlos Rodríguez M., 2012.

Decoración interior Cuando el TNSS fue inaugurado, aun no contaba con decoración interior. Se abrió al público porque la Junta de Fomento quiso así participar en los festejos con que, el 2 de Marzo de 1917, el presidente Carlos Meléndez (1915 a 1918) deseaba celebrar sus primeros dos años como presidente constitucional. Según crónica periodística, la Banda de los Supremos Poderes tocó el himno nacional en el vestíbulo y después, los asistentes pasaron a la sala principal para comprobar la acústica del recinto: un solitario flautista de la Banda de Santa Tecla tocó una dulce melodía, que se escuchó muy bien.

ganancias de la explosión de la cinematografía comercial. Fue el inicio de un período muy obscuro para tan bello edificio, que se transformó en cine de cuarta categoría al tiempo que otras instituciones se repartían varios de sus espacios internos.

Pero entonces, el Teatro se convirtió en el elefante blanco de San Salvador. Funcionaba, pero los años pasaban y el interior nunca se engalanaba con un trabajo decorativo equivalente a su hermoso exterior. La espera no obtuvo resultados, y lo que terminó sucediendo fue que en 1933 el edificio se asignara al Circuito de Teatros Nacionales, invención del gobierno de entonces que pretendía multiplicar las salas de cine para participar de las

Fue entonces que a ellos se unió Simón Magaña, por entonces docente de la UES, para hacerse cargo del decorado. Cargado con libros sobre diferentes estilos de decoración, el trabajo final de Magaña resulta en una mezcla sui géneris de diferentes lenguajes, algunos elegidos por él y aprobados por Jiménez Castillo, y otros ya marcados por la construcción original.

Tal situación terminó en 1975, cuando Roberto Salomón y Roberto Jiménez Castillo, de teatro uno y de arquitectura el otro, lograron que el TNSS fuera reasignado al Ministerio de Educación y que el coronel Armando Molina, presidente de 1972 a 1977, autorizara los fondos para su reestructuración como teatro moderno.

11


Dos de las estancias más señoriales resultan ser el vestíbulo y el gran salón (común y equivocadamente referido como Grand Foyer por influencia francesa, cuya traducción es “Gran Vestíbulo”), situados en el primer y segundo nivel respectivamente, el gran salón sobre el vestíbulo. Muestran ambos su relación directa con Europa al estar investidos de un aire señorial, si bien no ampuloso. El vestíbulo es, quizás, el que más guarda el estilo neoclásico de líneas corridas, simples y horizontales; sus pilastras adosadas pareadas cuyos sencillos capiteles no muestran más que una sucesión de ovas y una decoración apenas perceptible en el ábaco; el inicio de escaleras hacia el segundo nivel adornado solo con dos grandes macetones sobre pedestales sencillos de piedra, doblados a su vez por jarrones tipo tinaja, de piedra, con adorno de guirnaldas clásicas, dentro de limpias hornacinas en la pared. Sin embargo, el piso del vestíbulo presenta una diferencia notable a la atmósfera neoclásica pues su diseño luce un esquema geométrico que enmarca un diseño floral, de notable parecido a nuestra flora tropical, aún más si tenemos en cuenta su multicolor: amarillo ocre, rojo tierra, gris claro y gris marrón sobre un fondo cremoso.

El gran salón es mucho más vistoso gracias a las amplias vidrieras por las que entra la luz del balcón principal, gracias a los cortinajes azules, a las grandes lámparas de araña y a los fuertes colores contrastantes del piso de mármol: azul, blanco, ocre. En el ala derecha de la construcción y sobre la avenida Monseñor Romero, encontramos tres espacios, uno sobre otro, dedicados a diferentes fines pero hermanados decorativamente por dos estilos europeos que fueron sucesivos: Art-Déco y Art-Nouveau. En el primer nivel tenemos el Café Teatro, delicioso recinto que nos da la bienvenida con un hermoso piso que recuerda las alfombras orientales, enmarcado en mármol claro. Las paredes están adornadas por una sencilla lacería Déco que se complementa con el mobiliario, también diseñado por Magaña. El segundo nivel cuenta con la Pequeña Sala, dedicada a la música, y sobre cuyas paredes se entrecruza delicadamente la lacería Nouveau. Y finalmente en el tercer piso tenemos el Pequeño Teatro, con una simplificación de líneas casi minimal o, más bien, modular. A lo largo de todas las paredes internas encontramos

Gran Salón. Foto: José Luna, 2012.

12


Monograma en pared interior. Foto José Luna, 2017.

luces, algunas en forma de candelabro, otras de lámpara redonda, que adornadas con volutas o colgantes de vidrio esparcen una luz suave y cálida. De una sencilla elegancia, anuncian desde los pasillos de la entrada que éste es un recinto dedicado a los sentidos, donde nos reunimos los visitantes para abrir nuestra percepción en una experiencia emotiva y reflexiva. El techo, que bajó de nivel debido a la instalación de los aires acondicionados, ostenta como estilo decorativo las líneas limpias y geométricas del Art-Déco, mismo que también encontramos en algunos tramos de las escaleras públicas, así como en el pasamanos de las interiores. La sala principal o Gran Sala, corazón del TNSS, hermana por medio del color rojo borgoña al telón de boca con las alfombras y la tapicería de la platea y palcos. Adornos arquitectónicos en las pechinas, arco y palcos también contribuyen con su color broncíneo a la unidad del conjunto. Para conseguir producir todos estos elementos debidamente, el grupo reconstructor invitó a Margarita Álvarez (conocida en el medio artístico como Negra Álvarez) a unírseles, pues era quien conocía las técnicas necesarias que después seguirían los artesanos contrata-

dos, amén de aportar su propio criterio para las decisiones plásticas. Obra suya son, por ejemplo, las placas colocadas en las entradas de los palcos principales y de los sanitarios. Monograma El diseño que sirve de firma o carátula del TNSS es un monograma, que resulta en sí mismo un producto de numerosos afluentes, y cuyo ejemplo máximo es el de yesería que encontramos en las paredes interiores. La tipografía parece pertenecer, o provenir, de la Times New Roman, representante de los años 30 de la gran prensa británica. Dos son las iniciales elegidas, encerradas por un óvalo que se vuelve pesado al estar formado por elementos decorativos vegetales, como derivación neoclásica, y que se une por medio de un lazo en la parte superior a una guirnalda que parecería estar conformada por fasces estilo Imperio, y de las que desconcertantemente derivan, a cada extremo, tres líneas perfectamente verticales que, a su vez, se quiebran al final en diversos ángulos y longitudes, dando la impresión de un comentario extravagante y reducidamente desproporcionado en relación a los demás elementos. 13


Escenario con la Orquesta Sinfónica de El Salvador. Foto: Carlos Rodríguez M., 2012.

Palco. Foto: Carlos Rodríguez M., 2012.

Platea, palco, concha acústica. Foto: Carlos Rodríguez M., 2012.

14


Mural sobre techo falso Carlos Cañas, 1977. Foto: Carlos Rodríguez M., 2012.

Café Teatro. Foto: Carlos Rodríguez M., 2012.

Acceso a palcos, tercer nivel. Foto: Carlos Rodríguez M., 2012.

No deja, quizás por lo mismo, de provocar curiosidad y llamar la atención del visitante. Epílogo El TNSS es un edificio complejo, lleno de recovecos y anécdotas, que arquitectónicamente presenta, a cada paso, conjuntos verdaderamente maravillosos de formas y espacios. Pero hay que penetrar para sentirlos, pues esa es la manera en que la arquitectura se vive. Paseando por el Teatro, se recibe como una fascinación el efecto Art Nouveau de los baños; el encanto del acceso, en el tercer nivel, al entrepiso; la elevación casi espiritual de caminar por los deambulatorios de las escaleras en el segundo nivel.

Escaleras de acceso al entrepiso, Foto: Carlos Rodríguez M., 2017.

Sobre la Sala Principal, tanto la cúpula como la linternilla fueron engalanadas por el pincel de Carlos Cañas, el mismo que le añade maravilla al encanto del Café Teatro con un pequeño mural sobre el techo, justo sobre un cuadrado de mármol negro y blanco del piso, donde retrata evocativamente a las diferentes artes. El Teatro Nacional ha logrado, a través de su historia, volverse una obra arquitectónica que representa muchas de las cualidades únicas de este país, que sueña hacia afuera y mezcla hacia adentro, siguiendo un sentir y un latir muy propio, y que vale la pena conocer.

15


Maternidad, 1981. AcrĂ­lico, 108 x 76 cm

16


JULIA DÍAZ 1917-1999 ASTRID BAHAMOND

“Su pintura refleja lo propio de una conciencia social, natural, vivida; una tendencia constante en el sentido de lo dicho, que conmemora un acercamiento con lo humanístico”.

Nadie que haya seguido con verdadero interés el movimiento de las artes plásticas en El Salvador pudo haber ignorado el esfuerzo entusiasta de Julia Díaz para crear, con su personalidad dinámica y su indiscutible valor artístico, un verdadero centro magnético del arte por el intermedio de la ya famosa Galería Forma, indiscutible núcleo de selección con poderes educativos en la materia y capacidades suficientes para hacer permanente la indispensable conexión entre las gentes que poseen capacidades de comprensión de la belleza plástica y, además, sienten suficiente amor por ella para fomentarla, poniendo interés constante o adquiriendo por selección personal las mejores piezas creadas por artistas tanto nacionales como extranjeros. Es grato también hacer evidente la forma en que Julia Díaz elevó año con año su capacidad expresiva, sufriendo, a base de exploración, investigación y concentración, una verdadera metamorfosis que la presenta ahora como un indiscutido valor entre los artistas de Centroamérica. Su pintura refleja lo propio de una conciencia social, natural, vivida; una tendencia constante en el sentido de lo dicho, que conmemora un acercamiento con lo humanístico. Es un fiel reflejo de esa fracción del mundo que tenía frente a ella. Su Obra domina más lo sentimental que lo meramente físico.

17


Julia Díaz, viaje a Austria.

En su pintura hubo mucho juego de emociones, que se manifestó en tonos medios sobre rostros de niños-temas. Mostraba un panorama de lo inmediato; lo real conjeturable de la pintura en la realidad de los modelos existentes.

Firma Acta de la Fundación “Julia Díaz”. Julia Díaz al centro, Claudia Allwood, Roberto Galicia, Francisco de Sola, Luís Ángel Salinas, Luís Enrique Gutiérrez, Napoleón Díaz Nuila.

18

Su obra fue dolorosa, con imágenes inquietantes en su poderosa presencia. Figuras y rostros que vienen del pueblo expresados en recursos poco convencionales, desde la práctica visual de lo reticente. Julia Díaz, tras su bocetismo, invierte la lógica de un proceso de creación, pues la síntesis a la cual somete su lenguaje, conlleva un estudio profundo de las fuerzas estructurales que existen en el mundo real y funcional. Este proceso es complejo, desde todo punto de vista, con respecto a una visión directa de la realidad.


Paisaje, รณleo sobre lienzo. 45 x 37 cm.

19


No obstante, esta complejidad no significa que el espectador se sienta distanciado en cuanto a la comprensión del alfabeto visual de Julia Díaz. La fuerza expresiva de su mensaje ocupa los vacíos que supuestamente sostienen las formas e imágenes de su obra.

Asistentes a la inauguración de la exposición del pintor colombiano Edgar Álvarez.

Se habla de complejidad en el sentido de que, a veces, resulta más sencillo proyectar las imágenes basadas en normas de construcción ya establecidas. Julia, no necesita precisar lo tangible de las figuras, la economía o la sugerida espontaneidad de su trazo, la inestabilidad de su sfumato, la capacidad de absorción de los soportes textiles, la capacidad pictórica de anamorfosis; ofrece una interacción armoniosa, por muy sintetista que pueda ser. Julia Díaz en Galería Forma, en noche de inauguración de exposición del artista español Benjamín Saúl.

20


El esquema matriz en la poética compositiva de Julia es de tipo ortogonal, en tanto que sus figuras aparentan cierto estatismo. Éstas, al ser colocadas en fondos abstractos y delicadamente transparentes, contrarrestan su poca movilidad con el énfasis en que la artista destaca algunos rasgos faciales; los ojos de los personajes sintetizan toda aparente fijeza y pasividad.

Mujer, 1976.

Después de la quema, óleo sobre tela. 73.0 x 92.3 cm. 1950.

Julia Díaz nació en 1917 y fallece en 1999. A temprana edad asiste a la” Academia de Pintura y dibujo de Valero Lecha”, de la cual forma parte de la primera generación de pintores egresados como discípulos del maestro español. Continúa sus estudios superiores en la Academia Julien de Paris, Francia, luego recorre los centros culturales más importantes de Europa. En 1951 parte a Europa y regresa a El Salvador en 1956. Funda la primera Galería de Arte en 1957, en el centro de San Salvador, la que posteriormente se convierte en el “Museo Forma”, principal legado cultural de la artista.

21


EL TERREMOTO EN SAN SALVADOR 1917 - 2017

MARIO NOEL RODRÍGUEZ

El término “Valle de las hamacas” se remonta a tiempos pretéritos. Así se nos conoce. La tierra no deja de mecerse. Cada cierto tiempo un sacudón nos mueve la vida, nos caemos, nos sacudimos el polvo, recogemos lo caído y seguimos adelante. La naturaleza con cada golpe nos da lecciones, pero no entendemos. Seguimos maltratándola, pues en nuestro afán de transformarla, nos hacemos daño nosotros mismos. A las futuras generaciones estamos heredando una tierra afectada, pero hay que seguir adelante, creyendo en las cosas buenas que podemos hacer como familia, como país. Hace cien años vivimos uno de los mayores dramas que registra la historia nacional: el terremoto de San Salvador. Todo cayó al suelo, la vida nacional se derrumbó en terrones, la vulnerabilidad se puso en evidencia una vez más. Según los entendidos este movimiento telúrico no tiene precedentes en toda Centroamérica. A los salvadoreños nos tocó vivir aquí, construir sueños desde aquí, y ningún sismo nos hará retroceder en el empeño de aferrarnos a la vida. Testigo ocular de esta tragedia fue el poeta y periodista colombiano Porfirio Barba Jacob. A horas de sucedido el terremoto, el periodista inició la crónica que recoge el drama humano, el día a día de la zozobra, y lo hace con la agu22


Las fotografías del terremoto de 1917 son fotograbados del señor Antonio Berríos, incluidas en el libro que regaló el Presidente de la República señor Carlos Meléndez a los señores Hass Bros. Fuente consultada: Dr. Ricardo Roque Baldovinos. Galería Forma, en noche de inauguración de exposición del artista español Benjamín Saúl.

deza de un periodista que jamás abandona su condición de poeta. Escribe Barba Jacob: “¡La muerte ha rozado con sus alas todas las frentes! Y hay después un silencio largo, largo, preñado de lágrimas, en el cual no se oye sino el retumbo lejano del monte en cólera y el ahogado sollozo de las mujeres y los niños”. A continuación reproducimos, por su enorme importancia, tres textos incluidos en la edición que hizo Villegas Editores de la crónica novelada “El terremoto de San Salvador. Narración de un superviviente” *, escrito por Porfirio Barba Jacob. El primero escrito por Carlos Cañas Dinarte, historiador salvadoreño, el segundo por el escritor colombiano Germán Arciniegas y el tercero por el mismo Barba Jacob (texto de fuerte influencia modernista). ** 23


CRÓNICA DE UNA

TIERRA DANZARINA (fragmento) CARLOS CAÑAS DINARTE

1917. El 7 de junio, jueves de Corpus, a las 18:55, 19:30 y 20:45, tres grandes terremotos de origen volcánico destruyen San Salvador y otras localidades como Apopa, Nejapa, Quezaltepeque, San Juan Opico, Santa Tecla, Armenia, San Julián, Sacacoyo, Tepecoyo, Ateos, Caluco y San Vicente. Calculados posteriormente con magnitudes de 6,7 y 5,4 grados Richter e intensidades máximas de VIII grados Mercalli, su culminación es la erupción del cráter secundario de Los Chintos y la evaporación de la laguna del Boquerón, localizados en el volcán de San Salvador. El poeta colombiano Porfirio Barba Jacob -que entonces usaba el seudónimo de Ricardo Arenales- escribe su testimonio novelado El terremoto de San Salvador. Narración de un superviviente, que se difunde en las páginas del Diario del Salvador, periódico de Román Mayorga Rivas, donde el poeta era redactor. Con pérdidas humanas calculadas en 1.050 personas y una cantidad indeterminada de heridos, los daños materiales evidencian que de cerca de las 9.000 casas de la capital, sólo 200 quedaron intactas. De los edificios nacionales, no sufren daños el Palacio y Teatro Nacionales, aunque sí resultan arruinados la Escuela de Medicina, la Escuela Normal de Maestros (aún en construcción), la Central de Correos y Telégrafos, el Hospicio de Huérfanos, la Catedral y demás templos, la Universidad, la Escuela Politécnica, el Palacio del Tesoro, el Municipal, los mercados, la Imprenta Nacional, la Penitenciaría, la Casa Blanca, la Logia Masónica, la Residencia Presidencial, los cuarteles, el Manicomio, los bancos Salvadoreño, Occidental y Agrícola, los teatros: Principal, Colón y Variedades, etc. 24


NARRACIÓN DE UN

SUPERVIVIENTE (fragmento) GERMÁN ARCINIEGAS

Todo un terremoto trasladado al relato, y todo Porfirio Barba Jacob haciendo poesía y manejando el pincel. Algo como las cosas que escribía Lugones cuando hacía el relato de la destrucción de Sodoma. Pero Barba Jacob trabajaba como modelo vivo al frente. El poeta va al hospital, al manicomio, al cementerio, a los barrios pobres, a los de los ricos, para que no quede nada fuera del relato. Cuando un preso cae entre los escombros de la celda y ruge como un tigre, lo retrata. Retrata a los locos, al extravagante que va al cementerio para pagar una última visita a la tumba de su mujer mientras se desploman y ruedan por las desiertas calles de la muerte los mausoleos. Va al Campo de Marte, donde hacen sus carpas las familias ricas, la aristocracia. “Los cuellos dejaban ver collares de perlas en sartas prodigiosas; las manos aparecían consteladas de gemas que resplandecían al copiar las reverberaciones del monstruo de ultramonte: tal esmeralda, tal rubí, tal zafiro… Y nunca ha comprendido, como entonces, la dolorosa analogía que hay entre un diamante y una lágrima”. Barba Jacob era Barba Jacob. No todo para Barba Jacob era pedrería. Agarraba al vuelo lo grotesco, o caricaturesco. Recogía los sarcasmos del humor, los broches de risa nerviosa. Miraba el cielo estrellado entre la danza de las torres bamboleantes. Escribió un capítulo al rojo vivo, con la fuga de los humildes acosados por la lava. Vio a un hombre que se apoyaba tranquilamente en un bahareque tumbado. Pensó: ése se queda ahí para que los ladrones no se lleven su riqueza en ruinas. -¿Qué hace usted? -le preguntó. -Esperar la voluntad de Dios.

-¡Y por qué no se va a la plazuela? ¿No ve que si se acaba de caer esa pared puede matarlo? “Alzó la cabeza de un modo que me sorprendió; y a la claridad indecisa que el volcán lejano y el incendio de la ciudad arrojaban sobre la escena, pude ver unas pupilas inmóviles, sin expresión, entre unas cuencas rojizas y horribles. -Me abandonaron aquí, señor. Querer irme, sí quiero; pero no sé si en la calle habrá casas caídas y si voy a dar de bruces al caminar. Antes, yo tocaba con mi bordón; pero ahora, toda está trastornado...”

25


ALMA

SALVADOREÑA P O R FI R I O BARBA JAC O B

¡Hora de angustias! El firmamento cobija un mundo que se desploma; se oye un ruido sordo y violento de valle en valle, de loma en loma. El negro carro de infortunio choca en el monte, choca en la peña; y en la sombría noche de junio solloza el alma salvadoreña. En la penumbra se hunde y se empina, como en las ondas de un océano, la valerosa ciudad latina, gloria y orgullo del genio humano. Se bambolean choza y palacio; cruje una torre, se abate un muro, y un gran lamento sube al espacio por entre nubes de polvo oscuro… 26

¡Hora de angustias! Un fuego interno, un trueno vasto y un humo hediondo -vivo trasunto de rojo infiernosurgen del fondo, surgen del fondo… Y el ígneo río se desparrama, incendia el bosque, refluye al llano; mas no es un río, tal como brama: es el remedo de un mar lejano… Inútilmente su frente humilla y clama el hombre; tal vez Dios sueña, y este es acaso su pesadilla que oprime el alma salvadoreña. ¡Hora de angustias! La luz temprana de un triste día dora la cumbre: ¡no! ¡Que no venga la luz ufana porque la triste verdad no alumbre!


Áridos campos, selvas ardientes que agosta el vaho de lo profundo; tétricas nubes, rojo torrente que empaña el cielo, que anega el mundo. Y en ancho cerco de horror y muerte -¡oh fraternales almas latinas!-la ciudad bella, la ciudad fuerte, -yace en escombros, está en ruinas… Pero… ¿qué es esto? Bajo del muro que al cataclismo rodó impotente, se oyen las notas de un canto puro que sube al cielo serenamente. Y un golpe firme -firme aunque blandomueve las ruinas amontonadas, y de su seno surge cantando vivas alondras de alas doradas. Alondra altiva que deja el suelo, que rasga el éter, que canta y sueña símbolo noble de un gran anhelo, esto es el alma salvadoreña… No la aprisionan despojos ruines, no la sepultan ceniza y lava: para eternales y excelsos fines ella persiste, serena y brava. Se alisa ahora la leve pluma; y aún temblorosa y aún arrecida, burla a la muerte con gracia suma, con gracia suma canta a la vida. ¡Oh vigorosas almas latinas que el infortunio jamás domeña! ¡Aun entre escombros y aun entre ruinas, es grande el alma salvadoreña!

* El terremoto de San Salvador. Narración de un Superviviente. Porfirio Barba Jacob. Villegas Editores, Bogotá, Colombia (2001). Edición donada cuyos recursos serían destinados a la recuperación de la comunidad salvadoreña San Juan Buenavista, afectada por los terremotos de enero y febrero de 2001. ** Porfirio Barba Jacob, seudónimo del escritor, poeta y periodista Miguel Ángel Osorio (escribió también como Ricardo Arenales), nacido en 1883 en la población antioqueña de Santa Rosa de Osos (Colombia) y fallecido en 1942 en Ciudad de México. Obra poética publicada: Canciones y elegías, Rosas negras, Poemas intemporales. La excelente biografía “Barba Jacob el mensajero”, ha sido escrita por su compatriota el novelista Fernando Vallejo.

27


28


BREVE SEMBLANZA SOBRE LA PERCEPCIÓN PANORÁMICA DE

LUIS

GALLEGOS VALDÉS 1917 - 1990

RA FA E L M E N D O ZA ( E L V I EJ O )

“Un punto y aparte se impone para hacer constar que la incipiente producción, más que todo poética, de cada uno de nosotros logró llamar la atención de otras personalidades del ambiente intelectual salvadoreño, ...”

Este año cumplirá diez lustros de haber sido fundado el Grupo Literario Piedra y Siglo, dentro de cuyo círculo desarrollamos casi toda nuestra actividad como escritores: Ovidio Villafuerte, Uriel Valencia, José María Cuéllar, Ricardo Castro Rivas, Julio Iraheta Santos, Luis Melgar Brizuela y quien responde por este trabajo. De los siete mencionados, sólo los cuatro últimos no hemos cruzado aún el Aqueronte. Y al volver la vista atrás, en ocasión de un cumplimiento tan significativo, además de la senda que nunca más se ha de volver a pisar, relucen otros nombres que nos acompañaron temporalmente, o se acercaron generosos a alentarnos al vernos pasar y tomar nuestros puestos en el corredor de la historia literaria nacional; entre los que anduvieron un tiempo con nosotros, Jonathan Alvarado Saracay y Jorge Campos; aquél, desaparecido en el distanciamiento a que obligan los compromisos laborales o familiares; éste, inmerso hasta su muerte en una vesania provocada por el sistema a través de un injusto proceso judicial; y entre los segundos, Ricardo Bogrand, el licenciado Saturnino Francés Beroiz; y con una voluntad, a más de buena muy generosa, el navegante ya mayor de versos y solícito editor Italo López Vallecillos, quien creyó en nuestros respingos iniciales y, como director de la Editorial Universitaria, les permitió a nuestros primeros poemas convertirse en noveles pasajeros del periódico La Pájara Pinta y la Revista Universidad. Un punto y aparte se impone para hacer constar que la incipiente producción, más que todo poética, de cada uno de nosotros logró llamar la atención 29


... “el “Panorama de la Literatura Salvadoreña”, que según autores y críticos tanto nacionales comodedela otras naciones podría considerarse “el más comple... “el “Panorama Literatura Salvadoreña”, que según autores y críticos to estudio tanto sobre el desarrollo literario país, de la época prehispánica hasta nacionales como de otras nacionesdel podría considerarse “el más completo estudio nuestros días”, ...” sobre el desarrollo literario del país, de la época prehispánica hasta nuestros días”, ...”

de otras personalidades del ambiente intelectual salvadoreño, muy generosos también, que procuraron orientar aquellos pasos iniciales, con valiosos consejos sobre los autores universales contemporáneos a considerar como guías para deconstruir las influencias romántica, nerudeana y vallejeana que había marcado a las generaciones inmediatamente anteriores, como sucedió en nuestro caso con las valiosas sugerencias sobre la obra de Borges, entre otros autores, que nos hizo el doctor José Enrique Silva; la franca demolición de la becquereana tendencia manifiesta en nuestras iniciales composiciones, que en cuartilla y media de muy serena pero firme crítica realizara el licenciado Alfonso Orantes; o las charlas en “Altamar” con Hugo Lindo. Similar padrinazgo amparó a otros de nuestros compañeros de grupo, merced a la relación con los círculos intelectuales y académicos, en especial, de Humanidades, frecuentado por: Matilde Elena López, Roberto Armijo, Mercedes Durand, Cristóbal Humberto Ibarra, los Rodríguez Ruiz padre e hijo; y la misma Claudia Lars. No obstante y lo valiosa que fue la asistencia que nos brindó el trato con las personalidades antes mencionadas y otras que escapan a este medio siglo de memorias, quizás quienes más contribuyeron a que los nombres de “Piedra y Siglo” y de sus integrantes quedaran registrados indeleblemente en los anales literarios de El Salvador, fueron dos notables investigadores literarios que dejaron huella en nuestro país; el primero de ellos, Juan Toruño nicaragüense de origen, autor de la obra “Desarrollo literario de El Salvador” (1958),” y responsable durante muchos años de la sección de letras del periódico Diario Latino que mantuvo abierta para quienes nos iniciábamos en la poesía; el segundo, un personaje de suave trato personal y acertados juicios literarios, a quien paradójicamente, no frecuentamos mucho: don Luis Gallegos Valdés, autor del registro de voces y obras de escritores nacionales más completa que se haya realizado hasta la fecha en nuestro suelo, en el marco de una pormenorizada relación de escuelas, acontecimientos sociales y culturales, que datan desde antes de la colonia hasta los años ochenta. 30

Aunque no tratamos nunca a don Luis cuando ya andábamos ensartando versos, tuvimos oportunidad de conocerle cuando compartíamos estudios con sus dos hijos en el vetusto edificio del Liceo Salvadoreño, que desde antes de aquellos años asentaba su armazón de madera y lámina sobre la décima Avenida Sur, en colindancia con la Iglesia La Merced. En más de una ocasión acompañé a los Gallegos mis compañeros hasta su casa, en donde ocasionalmente veía a su laborioso progenitor perdido en promontorios de libros y papeles, en plena investigación de todo aquello que volcó en sus obras, entre las cuales destaca la que registró, entre otras generaciones y agrupaciones, la que dimos en conformar siete aventureros de la palabra bajo la denominación “Piedra y Siglo”: el “Panorama de la Literatura Salvadoreña”, que según autores y críticos tanto nacionales como de otras naciones podría considerarse “el más completo estudio sobre el desarrollo literario del país, de la época prehispánica hasta nuestros días”, tal cual lo afirma el periodista y poeta Renán Alcides Orellana I, aser tó que encuentra eco en lo que otro escritor, el novelista Manlio Argueta, dice al respecto: “Se trata de una impor tante obra monográfica para conocer la fuente general de la literatura de El Salvador, considerándose como única en su género en el país (…) No cabe duda que el Panorama de la Literatura Salvadoreña está respaldado por un acucioso trabajo producto de disciplina y organización del estudio. Gallegos V., además, demuestra su gran amor por la producción literaria de su país.”2 Sin pretensión de parecer conocedores a profundidad de la obra precitada, permítasenos traer a estas líneas algunos datos que sobre el Panorama son parte de otros artículos o estudios, en los cuales nos hemos enterado de que dicha obra fue creada para formar parte del Panorama das Literaturas das Américas, que produjo en Nova Lisboa, Angola, el escritor y diplomático portugués Joaquim de Montezuma de Carvalho, quien, según el mismo don Luis gallegos Valdés, se decía descendiente de un hermano del último emperador de México. La contribución de nuestro compatriota con su Panorama de la

. d u e


Literatura Salvadoreña fue incluida, sin ningún cambio, en el segundo tomo de la monumental obra del lusitano. Afirma el autor de la obra que nos ocupa en el Prefacio a la Tercera Edición de la misma, que para la creación de ésta aprovechó artículos de su creación en donde comentaba la identidad literaria y la obra de nuestros escritores. Uno de esos artículos le fue publicado en el Bulletin Hispanique que dirigía el hispanista francés Charles V. Aubrun. Conocidos que fueron en los círculos literarios europeos y americanos los dos primeros volúmenes del Panorama de Montezuma de Carvalho, el de don Luis comenzó a recibir menciones en prestigiosas publicaciones, como la revista parisina Cuadernos, que en su número 35 de marzo-abril de 1959 le asigna a dicha obra carácter monográfico, calificación que a nosotros nos parece inapropiada y, diríamos con toda propiedad, injusta, (aunque el mismo don Luis lo acepta con la humildad que siempre le caracterizó, en el mismo Prefacio a la tercera Edición) puesto que en el Panorama de Gallegos Valdés no se aborda sólo una faceta de la actividad literaria desarrollada en nuestra patria por sus escritores, como que en un panorama no solo se avistan detalles terrenales, sino lo que trasciende el horizonte, los vestigios cultuales que se relacionan con el oficio, de igual manera las relaciones de la realidad con el ánimo y el espíritu de los creadores. Quizás con un poco de mezquindad, Gerald Moser, de la Universidad de Pensylvania, calificó la obra de nuestro compatriota como “una historia completa, llena de nombres, pero necesariamente limitada en enfoque y significación.” No podemos eludir la necesidad de rechazar la anterior afirmación. Hagámoslo en párrafos aparte. Como argumento extraído de la revisión directa del Panorama que hicimos más de una vez a lo largo de nuestra formación personal, hemos de plantear que si “significación” es indicativo de importancia, esa obra de Gallegos Valdés, por esa estimación valorativa que hace

de los autores y de las condiciones de las realidades temporal y espacial que les correspondió enfrentar como creadores, es muy significativa, sobre todo porque antes de él no se había realizado empresa tan ardua ni tan completa; y en cuanto al “enfoque” que la obra presenta desde el punto de vista histórico-literario, mister Moser debió entender que Gallegos Valdés no pretendía realizar un exhaustivo examen de las obras de los autores recopilados ni aplicar una tabla rasa analítica en la valoración de las peculiaridades creativas de cada uno de ellos, sino presentar a quienes habían ejercido el oficio y lo que de valor dejaron a la posteridad desde nuestros orígenes como nación. Por ejemplo, al tratar la relación entre Darío y Gavidia, no fue su propósito esclarecer porqué el salvadoreño no alcanzó las ramas más altas del modernismo que Darío remontó después de recibir de aquél la clave en alejandrino, sino establecer que Gavidia obtuvo esa clave por inmersión personal en “el arte de escandir los versos” al cruzar el puente tendido por el francés Victor Hugo con su poesía, de la cual don Chico había tomado como modelo a analizar el célebre poema Stella (Je m’étais endormi la nuit près de la grève…) El notable humanista, doctor José Luis escamilla, catedrático emérito de la Universidad de El Salvador, hontanar de inquietudes que en los años de creación de la obra que tenemos en nuestras manos bullía en ideas revolucionarias, tanto a nivel de conocimiento como en el inevitable meandro de la política, es quien responde con más propiedad y acierto a su par norteamericano y lo hace desde las líneas con que prologa Letras de Centroamérica, el otro itinerario que sobre autores y obras literarias, pero con la vista puesta en Centroamérica, produjo Gallegos Valdés años más tarde: “Una de las caras de la obra de Gallegos Valdés tiene carácter crítico y la otra cara, crítica pedagógica. Luisito está combinando dos formas que pocas veces suelen usarse: la estimación valorativa y la función didáctica”.

... “el Panorama de Gallegos Valdés no se aborda sólo una faceta de la actividad literaria desarrollada en nuestra patria por sus escritores, como que en ... “el Panorama de Gallegos Valdés no se aborda sólo una faceta de la activiun panorama no solo se avistan detalles terrenales, sino lo que trasciende dad literaria desarrollada en nuestra patria por sus escritores, como que en el horizonte, ...”

un panorama no solo se avistan detalles terrenales, sino lo que trasciende el horizonte, ...” 31


“A la luz de lo que aporta el epistemólogo hispano Aullón de Haro, hemos de concluir, entonces, con que Gallegos Valdés sí ejerció la críla luz de lo que aporta el epistemólogo hispano Aullón de Haro, tica literaria,“A como labor de divulgación o con carácter divulgativo, ...” hemos de concluir, entonces, con que Gallegos Valdés sí ejerció la crítica literaria, como labor de divulgación o con carácter divulgativo, ...”

Aporta el maestro Escamilla esa apreciación de suyo muy objetiva, muchos años después, ciertamente, de la primera edición del Panorama y a unos cuantos de realizada la tercera, pero nos da con esa calificación una impresión de lo que, en su papel de investigador, pudo motivar a Gallegos Valdés para la producción de esa obra: dar cuenta de la evolución histórico-literaria de la literatura salvadoreña, más quizás con intención de ponerla al servicio de la enseñanza, que de satisfacer las exigencias de los críticos de acá y de acullá. No olvidemos que Gallegos Valdés produjo la primera versión de la obra mientras se desempeñaba como catedrático de Literatura española e hispanoamericana en la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional. ¿Ejerció Gallegos Valdés la crítica con la creación de esa obra o sólo fue un acucioso investigador? Sobre esto él mismo apunta en el prefacio de su obra: “En cuanto al método crítico-histórico aquí empleado, debo ser sincero; se trata en estas páginas, ante todo, de una labor de divulgación, no de un trabajo exhaustivo de investigación y de alta crítica con atención primordial a la estilística dentro de las exigencias sistemáticas de la especialización.” El maestro Escamilla, en el mismo orden de lo que expresa sobre la obra en la cita que incluimos en párrafos anteriores, afirma que “el vocablo crítica es de origen griego y tiene el sentido de (la) investigación”, con lo que pareciera contradecir la razón de Gallegos Valdés, quien le asigna a su Panorama carácter meramente divulgativo o, lo que es igual, informativo. Es necesario dejar constancia de que la afirmación del doctor Escamilla se aproxima en gran medida a la distinción que el catedrático español Pedro Aullón de Haro establece entre una crítica literaria que se propone como proyecto el rigor metodológico y científico, y otra que establece subjetivamente su punto de vista o su carácter ya polémico, de militancia o simplemente informativo.3 A la luz de lo que aporta el epistemólogo hispano Aullón de Haro, hemos de concluir, entonces, con que Gallegos 32

Valdés sí ejerció la crítica literaria, como labor de divulgación o con carácter divulgativo, lo que puede dar sentido a la afirmación de Escamilla, que traduce este carácter como función didáctica o crítico-pedagógica, toda vez que la intención del autor del Panorama al proyectar la obra fue la de impartir conocimientos sobre toda actividad de naturaleza literaria realizada en nuestra nación desde antes de sus orígenes como tal, para lo cual, en buena parte del libro, se valió precisamente de las notas que preparaba para sus clases de Literatura en la Facultad de Humanidades de la Universidad estatal. Bastaría con el valor que dentro y fuera del país se le concede a esa visión panorámica de historiador literario con que Gallegos Valdés realizó su más importante obra, para considerarlo uno de los escritores más importantes de nuestro país, pero a esa faceta de sus capacidades intelectuales hay que sumar sus méritos como profesor de literatura universal tanto en la Universidad de El Salvador como en la que fuera Escuela Normal Superior. En calidad de funcionario estuvo al frente de la Dirección General de Bellas Artes, dirigió en esos años algunas publicaciones oficiales y estuvo al servicio de las Relaciones Exteriores del Estado salvadoreño como diplomático. Produjo, además del Panorama de la Literatura Salvadoreña (1962 y 1981), Tiro al Blanco (1952 y 1978); Plaza Mayor (1960 y 1970); Temas Hispánicos (1977); Caricaturas Verbales (1982); Dos conferencias: Quevedo y Santa Teresa de Jesús (1984); Letras de Centroamérica (1984). Poesía Femenina de El Salvador, en colaboración con David Escobar Galindo (1976) y Ocho Cuentos y una Meditación (1992).4 No estaría completa esta breve semblanza sobre don Luis Gallegos Valdés y su relación con las últimas generaciones de poetas nacionales que alcanzó a conocer y estudiar, si no hiciéramos, al menos, un comentario acerca de lo apuntado por él en su obra sobre este aspecto, al analizar el caso de la “Generación Comprometida”; lo que dice es que “no todos los días es fácil asistir al nacimiento de una generación literaria, que, según los


cómputos de los entendidos, viene definida por la fecha de nacimiento, por la coetaneidad en todo caso, y cuya aparición oscila entre cada quince o cada veinte años…”. Sobre esta afirmación de Gallegos Valdés, Tirso Canales, escritor que pertenece a la generación analizada por el autor del Panorama, coincidiendo en gran parte con el crítico, explica que “una generación de escritores es un conjunto de individuos nacidos en fechas próximas, que han recibido más o menos la misma educación e influjos culturales semejantes que comparten de manera afín, en algunos sentidos y aspectos esenciales, de la etapa histórico-social en que viven y trabajan”5. No obstante, ninguna de esas dos concepciones sobre lo que constituye una generación literaria reconoce que otra de las características que la distingue de las anteriores es, generalmente, el mayor o menor grado de iconoclasia de sus miembros. Tampoco establecen

distinciones entre lo que es una generación literaria y los grupos o colectivos literarios. Sobre esto último quisiéramos nosotros agregar algunos lineamientos conceptuales, pero sería una materia que escapa a los propósitos de este trabajo y que, por otra parte, ya ha sido tratada en la Antología “Piedra y Siglo y la Persistencia del Compromiso”6 por el también crítico y catedrático Ricardo Roque Baldovinos, en el estudio introductorio que hace del Grupo en calidad de colectivo; y páginas más adelante, por los propios miembros de éste en “El Grupo Literario Piedra y Siglo: Balance del compromiso”, que bien podría ser considerado como el tercer manifiesto nuestro, a cincuenta años de haber surgido en el ambiente de la literatura centroamericana y a treinta y seis de la última revisión que don Luis viera publicada de su Panorama, pasaje autorizado hacia la posteridad para muchos de los que aún seguimos poniéndoles bridas a los versos.

1) Orellana, Renán Alcides. Diario Latino, Suplemento Tres Mil, 29-08-2015 2) Argueta, Manlio. REDICCES. redicces.org.sv 3) Aullón de Haro, Pedro. Teoría de la Crítica literaria, TROTTA editorial p. 18 y ss 4) Fuente: enriquebolanos.org 5) Diario Colatino, Fantasmario, 16 de mayo de 2015 6) Editorial Rubén H. Dimas, San Salvador, S.A. de C.V. Diciembre de 2013.

33


34


HUGO LINDO Cien octubres del poeta *

MARIO NOEL RODRÍGUEZ

“Es de las contadas voces poéticas de las que El Salvador y Centroamérica levantan orgullosos el estandarte de la poesía imperecedera.”

Fotografías propiedad de Familia Lindo Fuentes. Fuente consultada: Astrid Lindo Fuentes.

Poeta de altura. Y no sólo por su estatura física. La calidad literaria le da esa altura. Para calificarlo, el mejor término sería: poeta de altos vuelos. Pero para eso fue capaz de sacrificar todo por conseguir una metáfora que contara su paso entre nosotros. Vocación literaria que nace en su juventud. Es de las contadas voces poéticas de las que El Salvador y Centroamérica levantan orgullosos el estandarte de la poesía imperecedera. Así como Guatemala tiene a figuras emblemáticas como Miguel Ángel Asturias, Honduras a Juan Ramón Molina, Nicaragua a Pablo Antonio Cuadra, Costa Rica a Eunice Odio, Panamá a Rogelio Sinán, El Salvador tiene a Hugo Lindo. Si buscáramos alguna identificación con otras voces, definitivamente sería con la de los poetas de la Generación del 27, española. Por allí vemos a un Federico García Lorca en el “Poema Eucarístico”, a un Miguel Hernández en “Sólo la voz”, y sin duda a un Rafael Alberti en “Aquí mi tierra”. Por demás está decir que el escritor fue un devoto lector de los escritores del Siglo de oro español. Porque definitivamente lo que da soporte a su obra es la lectura de otros autores. La lectura como conocimiento y crecimiento, la lectura para entender mejor la condición humana. Hugo Lindo formó parte de una generación de escritores que entendió que la literatura no era un pasatiempo, al contrario, para ellos era una forma de dialogar con el tiempo que les tocó vivir. Poeta que no se doblegó frente a la crítica virulenta, pues en su momento plumas con una fuerte carga ideológica se ensañaron contra su obra. Pero él continuó escribiendo, mereciendo 35


importantes premios nacionales e internacionales. Hugo Lindo sostuvo que la poesía debía exaltar lo humano, jamás ser fotografía de la realidad. Años después aquellas plumas virulentas han sido soterradas por el olvido, pero Hugo Lindo está vivo con su obra. Como ensayista no podemos pasar por alto el extenso y exhaustivo prólogo que hizo a las Obras escogidas de Salarrué a finales de los años 60s, publicadas por la Universidad de El Salvador. Hugo Lindo, entre otras cosas, aborda por primera vez la parte mística en el gran Sagatara de Cuscatlán. Poeta, narrador, ensayista, diplomático, primer Ministro de Educación salvadoreño, promotor cultural, galerista, librero, Director de la Academia Salvadoreña de la Lengua, pero como él mismo lo manifestó, lo que vitalizaba todo era su visión de poeta. No encontramos en su obra un libro en el que decaigan las formas y las esencias, como él llamaba a esa relación eterna. Poeta de progresión permanente. Se creyó durante años que su libro “Sólo la voz” (1967) sería insuperable por el mismo autor. Pero vendrían obras magistrales como “Maneras de llover” (1969), “Resonancia de Vivaldi” (1976) y “Fácil palabra” (1985). El primero de los tres hace un viaje íntimo por la raza y la mater natura. Para César Aller, “Maneras de llover” es la contemplación del mundo y sus criaturas, vistos en su origen y en su unidad”.

Digo la selva de mi trópico y sus marimbas verticales anticipadas en el canto sereno y hondo de los árboles.

Digo el desorden primigenio, la hoguera viva en donde arden las increíbles salamandras de los poderes germinales.

Digo la luz de sus montañas, los verdes puros y vitales que estremecidos de potencia hacen varón nuestro paisaje.

Digo el invierno sin clemencia, la furia múltiple y salvaje con cuya mano se suaviza el rostro nítido del aire.

Digo el furor de las gargantas en que aluviones y descuajes tienen la fuerza del granito y su vehemencia de catástrofe.

Digo mi América de Enmedio: la que comienza en las Pirámides.

Digo el coyote y su aullido, la protección de los nahuales, el verde rayo de la iguana bajo las yerbas palpitantes. El lomo terso de los ríos que van reptando entre maizales, el vuelo sabio de las águilas y el lento azul de su donaire.

36


“Poeta, narrador, ensayista, diplomático, primer Ministro de Educación salvadoreño, promotor cultural, galerista, librero, Director de la Academia Salvadoreña de la Lengua, pero como él mismo lo manifestó, lo que vitalizaba todo era su visión de poeta.” Si el poeta había hablado de la música de la lluvia en su libro “Maneras de llover”, faltaba que dijera su entrañable pasión por la música barroca. Y así nació su “Resonancia de Vivaldi”, inspirado en ”Las cuatro estaciones” de Antonio Vivaldi. El poeta alza vuelo para decir poéticamente la belleza de esta obra universal del barroco italiano. Reproduzco íntegro el Tercer movimiento de La Primavera. Allegro De nuevo está la despedida ya despidiéndose, y el agua quiere colores reposados para adormir su sed de infancia. De nuevo el aire se refugia en recovecos y ensenadas, a calentar su aliento en oros, crepitaciones, leños, ascuas. Brinca la ardilla de la luz en el columpio de las ramas. Caen estambres imprevistos mientras maduran las palabras. Tú, Primavera, niña púber, entre los niños te solazas, y tu percal de campesina gira en los filos de la grama, como una peonza de milagro o una alegría de girándula. Tú, Primavera, niña entera, desde el suspiro a la esperanza,

de la llovizna al pozo quieto, de la locura a la fragancia, desde el terrón hasta la oliva, del azahar a la manzana, buscas los soles cenitales y genitales que te aguardan donde el verano, varón fuerte, sus dardos fúlgidos dispara. Tu paganía sin pecado, tu levedad de pura magia, tus dedos finos en el arte embrujador de las guirnaldas, dicen adiós con un pañuelo de menta, anís y mejorana. La tierra dobla su cintura de antiguas pistas planetarias: lo que fue polen se hará espiga, dará el amor cosechas claras; pero tu nombre ha de escribirse con iniciales decoradas -oros, azules, rojos, verdes, curvas insólitas y amplias-, con un balcón lleno de flores y una sonrisa de muchacha.

37


38


Así como “Trenes”, el poema novelado de Miguel Ángel Espino no tiene precedentes en la literatura nacional, de igual manera lo es la “Resonancia de Vivaldi”. Lo que hace singular a esta obra es que el poeta dijo en alta poesía cada estación del año, cada momento de su vida en que entrañó música, poesía y estación del año. Un esfuerzo descomunal sin parangón en la poesía centroamericana. Cabe mencionar que el poeta fue un degustador y conocedor -como pocos- de la música académica, orquestal y de cámara. En “Fácil palabra”, el poeta busca decir el Universo en pequeños trozos poéticos, una especie de epigramas muy personales. 33 Fácil palabra. Nunca hubo palabra fácil para entregar ni recibirse. Siempre el trayecto le cortó las alas, el aire avaro le robó matices y ese fervor con que la pronunciamos redujo la fragancia de su origen. Aprende en ello que si amor te digo es más amor de lo que tú percibes: que te llega el reflejo y eso basta para que te circunde y te ilumine.

Debemos regresar una y otra vez a este gran señor de la palabra: a sus novelas, a sus cuentos, a su obra poética. A 32 años de su partida material, sabemos que en algún punto del Universo el poeta estará escribiendo de su amor por nuestra tierra. ¡Salud, Hugo Lindo, en estos primeros cien octubres! *Hugo Lindo nace el 13 de octubre del año 1917 y fallece en San Salvador el 9 de septiembre del año 1985. Algunas de sus obras. Novelas: ¡Justicia, señor gobernador!, El anzuelo de Dios, Cada día tiene su afán, Yo soy la memoria. Cuentos: Guaro y champaña, Aquí se cuentan cuentos, Espejos paralelos. Poesía: Prisma al sol, Clavelia, Poema eucarístico, Dos afluentes de sangre, Libro de horas, Sinfonía del límite, Territorio del sentido, Trece instantes, Varia poesía, Navegante río, Sólo la voz, Maneras de llover, Las ausencias presentes, Sangre de hispania fecunda, Resonancia de Vivaldi, Aquí mi tierra, Fácil palabra, Prólogo a la noche, Desmesura (Memorias en verso, lo que le da carácter de único)

39


Maestro Ion Cubicec, con alumnos de la Escuela superior “Alberto Masferrer”. Entre ellos de izquierda a derecha Joseph Karl Doetch, Midas Forrer y al final José Santamaría Lagos.


ION CUBICEC SU VIDA SA LVA D O R MARRO Q U Í N

¿Quién era Ion Cubicec? ¿Por qué razón dejó su patria? ¿Por qué en su época de madurez con bastante frecuencia visitó Europa? Son muchas las preguntas que podemos hacernos respecto a este maestro que se esmeró en hacer obra en disímiles direcciones.

Ion Cubicec nació en Forotic el 10 de noviembre de 1917 y creció en la occidental ciudad de Timisoara, Banat, Rumanía.

Rumania. Antecedentes históricos. Rumanía históricamente corresponde a la antigua Dacia, por la ubicación de su territorio, ha pasado por muchas vicisitudes e invadida infinidad de veces por ejércitos como los romanos, antes del año 275 fueron los godos, los hunos, los ávaros, magliares y búlgaros. Hacia el s. XI invadieron del Asia central los Petchenegos y el siguiente siglo por los Cumanos. Siguieron otra serie de ocupaciones proseguidas por los turcos en 1775 otra parte de Rumanía pasó bajo el poder de Rusia en 1812. En 1815 fue parte del Imperio Austro-húngaro. Todo influyó para que tuvieran la influencia de la cultura romana, francesa, austríaca, turca, rusa, griega, etc. Su lengua es considerada romance, al igual que los idiomas: italiano, francés, castellano, gallego, catalán y el portugués. Más aún, alguna herencia cultural de la Antigua Roma es evidente, gracias a las costumbres de los rumanos y a sus afinidades con otras naciones latinas. El pueblo rumano que aparece en fuentes del siglo X ya es cristiano, y el cristianismo parece haber sido adoptado en tierras rumanas desde siglos anteriores, especialmente el ortodoxo, bajo la influencia de Constantinopla. (1) El maestro. Ion Cubicec nació en Forotic el 10 de noviembre de 1917 y creció en la occidental ciudad de Timisoara, Banat, Rumanía. A los 9 años de edad, inició sus estudios musicales con el maestro Joaquín Perian, el año siguiente inicia sus estudios en el Conservatorio de Timisoara en donde estudió sistemáticamente con el profesor Sabino Dragoi. En ese lugar, en 1936, terminó sus estudios generales de música y los de educación secundaria, luego, se incorpora a la 41


Academia Real de Música del estado de Bucarest y Viena (Austria). Su profesor de composición fue Mihail Jora y de Dirección orquestal y coros fue Ione Perlea. Finalizó sus estudios en esa Academia, y más tarde, en 1940, con su obra: Cuarteto en re mayor, opus 10 logra ganar el “Premio de la Academia de Música”. Posteriormente, en contra de la voluntad de su padre, se va para Alemania y tomó cursos de post-grado en Leipzig con el maestro Clemens Krauss y en Viena con Alfred Uhl. Entre sus actividades como Director de Orquesta, citaremos sus conciertos en Bucarest y Viena, dirigiendo varias orquestas, entre ellas la Orquesta Sinfónica de Radio, la Orquesta Sinfónica del Conservatorio, así como la Orquesta Sinfónica de Viena. Tenía la formación necesaria para destacar en el ambiente musical europeo, teniendo esa amplia experiencia musical, y un futuro de brillante por venir, su juventud y desarrollo musical se ven empañados por la crueldad de los eventos acontecidos en Europa a mediados del siglo XX, sorprendiéndolo en la Alemania nazi la segunda guerra mundial (1939-1945). El joven Ion, no siendo judío, fue llevado al campo de concentración de Buchenwald. “En una ocasión expresó el maestro en la Escuela Normal Superior, que en esa época, debido a la explosión de una bomba aliada, le quedó afectada parcialmente la audición de un oído” (2). El joven Cubicec escapa hacia Viena (Austria). Para toda Europa, ese período fue sumamente difícil, había mucha destrucción, no había trabajo, destacaba más el hambre, la miseria y la muerte. Toda aquella persona

Iglesia bizantina de Timisoara.

42

Éxodo de rumanos durante la II Guerra Mundial.

Mapa de Rumania durante la II Guerra Mundial.

que no tuvieran los rasgos físicos, el idioma y la nacionalidad alemana, era un potencial enemigo. Después de la segunda guerra mundial, debido a la ocupación de Rumania por el Ejército Rojo y la imposición de un régimen comunista en Rumania, un gran número de artistas, científicos y personalidades culturales huyeron del país, y algunos consiguieron influenciar la escena cultural internacional (3). Entre los muchos músicos rumanos conocidos en el período incluyen al conductor Sergiu Celibidache (Director principal en dos orquestas prestigiosas: la Filarmónica de Berlín y la Filarmónica de Múnich) y a Constantin Silvestri (Director principal de la Orquesta Sinfónica de Bournemouth). Gheorghe Zamfir fue un virtuoso de la zampoña, e hizo que este instrumento sea conocido alrededor del mundo, y también fue compositor e intérprete de música para varias películas (4).


Maestro Rafael Olmedo.

Concierto de la Orquesta Sinfónica del Ejército y la Sociedad Coral Salvadoreña, en el Teatro Gavidia en la ciudad de San Miguel.

Antecedente coral salvadoreño. Desde antes de 1930, ya existían varios coros en toda la república. Para entonces muchas compañías europeas de ópera y zarzuela venían al país a realizar grandes temporadas que se presentaban en los teatros de nuestras principales ciudades. En ese ambiente se formaron improvisadamente diversos coros para apoyar a las compañías mencionadas y ser la contraparte salvadoreña. Con esa finalidad, de manera espontánea y no institucional, se reunió un grupo de 35 cantantes que se autodenominaron Coro Nacional y participaron en una temporada operística durante el año 1950. Al concluir la temporada, el grupo, entusiasmado por los logros, decidió no desmembrarse (5). “Después de la segunda guerra mundial, mi papá relataba cómo estaba devastada Europa en ese tiempo, después de escapar del campo de concentración, se había dirigido a Viena y estaba allá con familiares y amigos. Dada la situación, la mayoría de músicos buscaban la posibilidad de irse a Estados Unidos. En esas circunstancias, llegó una carta al conservatorio de Viena solicitando un maestro de armonía, composición y contrapunto por parte del gobierno de El Salvador y mi papá concursó y ganó esta plaza. Contaba que nunca había escuchado del nombre de El Salvador y fue a buscar un mapa y lo localizó y vio que estaba en el continente americano. Así fue como llegó a El Salvador con un contrato por 1 año. Él me contaba como el día 1 de enero de 1950 cuando aterrizó

en el aeropuerto de Ilopango y vio aquel cielo tan azul y maravilloso, quedó enamorado” (6). Desde entonces no regreso a su país, sino hasta 1987. Desde 1950, Cubicec, fue contratado por el Ministerio de Cultura del Gobierno de El Salvador, para que impartiera clases en la Escuela Nacional de Música “Rafael Olmedo”, sirviendo las cátedras de armonía, contrapunto y composición. El anteriormente mencionado grupo de 35 cantantes, al conocer la llegada del rumano Ion Cubicec, le solicitaron que fuera su director y en el transcurso del tiempo, de 35 miembros, pasaron a ser más de cien. Es así como se fundó, de manera no institucional, la Sociedad Coral Salvadoreña en septiembre de ese mismo año. Dicha “Coral salvadoreña” contaba con una Directiva. Estos eran: Sritas: Zoila Portal, Mary Galdámez, Sra: Fina de Wagner y los Sres.: Salvador Méndez, Teniente coronel Oscar A. Bolaños, Carlos Vaquero, Enrique Seidner, Eduardo Navarro, Juan Wagner y Sabino Deodanes (7). Mi mamá (Srita. Zoila Portal), participaba en el coro de la iglesia (creo que ella era algo así como organizadora) y mi papá comenzaba a platicar con las diferentes personas que cantaban, para formar la sociedad coral. Así fue como los presentaron y posteriormente mi mamá comenzó también a colaborar como secretaria de la Sociedad Coral Salvadoreña y se volvió su brazo derecho, él en la parte creativa, innovadora y directiva, y ella en la administrativa y gestora” (8). Se casaron el 22 de 43


Maestro Ion Cubicec con su alumno Joseph Karl Doetsch.

noviembre de 1958 y procrearon a su única hija: Doína, quien desde hace muchos años radica en Guadalajara, México, con su esposo, ambos médicos. Desde 1954, el maestro Cubicec ocupó puestos importantes: fundó y dirigió el Departamento de Coros Nacionales y Educación musical, dependencia del Ministerio de Educación. Ese mismo año, obtuvo su ciudadanía salvadoreña. Fundó y organizó la Dirección del Departamento de Música de la Escuela Normal Superior desde 1962 hasta 1967. Este departamento de música, comenzó a funcionar en el Convento de los Benedictinos en San Jacinto, San Salvador, actualmente inexistente. En ese período tuvo alumnos aventajados que han dejado huella en la enseñanza de la música en El Salvador, formando instrumentistas y especialmente en la coral. Algunos de los alumnos del maestro Cubicec en la Escuela Normal Superior fueron: José Santamaría Lagos, Joseph Karl Doetsch, Julio César Rodríguez Gracias, Midas Forrer Haupt, Amado Vega Chinchilla, José Chinchilla, Anselmo Cayax, Pablo Rosas, Rogelio Quinteros, Ignacio Cáceres y dos compañeras, cuyos nombres eran Nohemy y Blanca Lydia. Otros de los muchos estudiantes particulares que tuvo el maestro fueron: Luis Ventura, Mercedes de Alvarado, Francisco Campos, Alfredo Burgos García, Francisco “Paco” Avelar. 44

Una de las primeras presentaciones que el maestro hizo, fue la “Flauta mágica” de Mozart. Hubo presentaciones en el Teatro Gavidia acompañados por un elenco de lujo: Gladys de Moctezuma, Gonzalo Vega (Pianista), Rosita Rodríguez, Mario Farrar, Abel Ayala Bonilla, Abraham Soto Domínguez, etc. El repertorio que se cantaba en esa época fue: “Las siete palabras”, la “9ª Sinfonía” de Beethoven, la “Creación” de Haydn, las “Estaciones” de Haydn, El “Réquiem” de Brahms, la parte solista la cantaba el joven Joseph Karl Doetsch en alemán, cuya soprano solista fue la norteamericana Ruth Jacobs”(9). En noviembre de 1967 con el Patronato Pro Cultura, organiza exitosamente el Primer festival Internacional de música de El Salvador, con la participación de connotados artistas de la talla del director y cellista Pablo Casals, entre otros. En 1968 fue nombrado Director General de Cultura por el Ministerio de Educación. En esa época, patrocinó y abrió un Departamento de coros que se encargó de organizar los festivales corales que reunieron a 5000 voces con los coros de todo el país. En ese momento los principales centros educativos se disputaban por tener, por competencia nacional, el mejor coro de la república. Yo participé cantando en el coro del Colegio Bautista de Santa Ana en 1969, en el festival coral de ese año (10).


Concierto de piano y orquesta dirigido por el Maestro Cubicec y ejecutado por el joven Joseph Karl Doetsch.

Desde 1971 hasta su jubilación, en 1997, fungió como Profesor de música en la Primaria de la Escuela Americana. En esa institución educativa, también asumió las graduaciones de High School. Desde 1974 a 1975 fue Director del Departamento de Extensión Cultural de la Universidad de El Salvador. Dentro de sus proyecciones estaba fundar la Facultad de Artes (se le mencionaba en el exilio, porque había sido tomada la Universidad por el ejército), pero desgraciadamente por lo difícil de la situación política de ese momento, no le fue posible alcanzar ese sueño. En 1979, fue contratado como Consejero artístico del Teatro Nacional. Desde 1980 hasta 1984 fue Director de Cultura del Ministerio de Relaciones Exteriores de El Salvador.

Su obra. Su obra como compositor fue muy fecunda. Entre sus composiciones se mencionan: • Una Misa en Re menor para coro y orquesta, Opus 35. • Dos Sinfonías • Dos Poemas sinfónicos • Un “Divertimento rústico” para orquesta • Una Suite para Orquesta de cuerdas • Tres Cuartetos de cuerda • Tríos para diferentes instrumentos • Sonatas para Piano; para Violín y Piano. • Varias piezas de carácter • Estudios para diferentes instrumentos • Himno a Gavidia con música del maestro Ion Cubicec y letra del Dr. Hugo Lindo. • También está su obra MINIATURAS OP. 41 No.1 para Piano, fue concebida con carácter didáctico, donde se recrea alguna de las tendencias más importantes del siglo XX, como son el dodecafonismo, el neoclasicismo, el impresionismo y el nacionalismo. Estas piezas son una excelente introducción a los estilos y lenguajes musicales 45


del siglo pasado, para los jóvenes pianistas. Actualmente el manuscrito original se encuentra en posesión de la Fundación María Escalón de Núñez, el cual está disponible para su estudio e interpretación. Premios honoríficos: 1965, Junio. Jurado en el concurso de Piano de Montreal Canadá. 1972 Jurado en el concurso de Música sobre Composición realizado en San José, Costa Rica organizado por el Ministerio de Cultura, Juventud y Deportes. 1979 Ciudadano Meritísimo nombrado el 1 de noviembre de 1970 por la Alcaldía de San Salvador. 1979 Honor al mérito y reconocimiento por su labor cultural. 1981 Jurado del Premio Nacional de Cultura en la rama de Arte en El Salvador. 1983 Elegido como Miembro Fundador de la Sala de Reunión Legal de la Universidad Dr. José Matías Delgado el 5 de noviembre de 1983, por sus altas cualidades académicas y espíritu de servicio. 1983 El Ministerio del Interior y el Grupo de Teatro Vivencias le hacen entrega de la Presea Nacional “La Rosa 1983” por su meritísima contribución al desarrollo de las artes. 1984 Placa Laurel de Oro otorgado por la Junta Directiva de Establecimientos Ancalmo S.A. de C.V. la cual se entrega a personalidades que reflejen el éxito de toda trayectoria de engrandecimiento de los diferentes órdenes culturales y de valor nacional. 1985 Jurado en el I Concurso Nacional de Composición Musical Manuel de Adalid y Gamero organizado por la Dirección General de Cultura de la República de Honduras. 1988 Asesor artístico en el VII Festival de Arte 100 años de pintura en El Salvador. 1989 Camaleón Dorado otorgado por el Grupo de Teatro Camaleón en gratitud y reconocimiento del Artista Nacional y por su maravillosa entrega. 1990 Diploma de Reconocimiento a su Fecunda Labor Artístico Cultural otorgada por la Respetable Logia “Cuscatlán”. 1990 Socio Honorario del Club Musical Compacto Magistral como homenaje en el Día del Maestro. 1990 Placa de Reconocimiento y Honor otorgada por el Ministerio de Educación de la República de El Salvador por su valiosa contribución al desarrollo de las artes en nuestro país. Acto especial de entrega en el Teatro Nacional el 12 de diciembre de1990. 1991 Se nomina con el nombre Ion Cubicec a un Cole46

gio de Educación Básica en San Salvador, El Salvador. 1993 Diploma al Mérito Artístico por el Club Kiwanis por enaltecer el arte en nuestro país y legarlo a futuras generaciones el día 26 de noviembre. 1993 Acreedor al premio de cultura “Licenciada Antonia Portillo de Galindo” en la rama de artes, especialidad Música, con Diploma de Honor. 1993 Diploma de honor conferido por el Colegio Salesiano Santa Cecilia el 27 de agosto de 1993 por su valiosa y destacada labor al mundo del arte y de la educación salvadoreña. 1994 El ATENEO de El Salvador le ofreció homenaje por haber sido seleccionado como Artista Distinguido y en reconocimiento a sus múltiples afanes en beneficio del Arte y la cultura del país. Ceremonia llevada a cabo en el 82 aniversario de su fundación el 22 de septiembre de 1994. 1996 En el marco de la celebración de los 450 años de la obtención del Título de Ciudad, El Comité de Festejos Agostinos de la Alcaldía municipal de San Salvador le otorgó un reconocimiento a su magnífica obra y valiosa contribución al desarrollo de nuestra identidad histórica y la cultura artística en El Salvador. 1996 En el marco del II Festival Centroamericano de Piano organizado por el Consejo Nacional de Cultura y Asociación Pro-Arte recibe homenaje y Diploma de Reconocimiento por su magnífica labor como maestro de piano y su contribución al desarrollo de la cultura pianística salvadoreña el 8 de octubre de 1996. 1997 En una Ceremonia de Honor, la Asociación de Ex alumnos de la Escuela Americana le otorgaron placa de reconocimiento por su meritísima labor como maestro. 1997 En el marco de la temporada Sinfónica, el 11 de junio de este año, El Consejo Nacional para la Cultura y El Arte le reconoció su noble y valioso aporte al desarrollo de la cultura musical de El Salvador y El Patronato Pro-Cultura le confirió Placa al Mérito por haber hecho de su vida una genuina entrega a las causas culturales de El Salvador. 1997 La Unión de Artistas y Escritores Salvadoreños UNARTES le otorgó Diploma y Placa de Honor por su relevante aporte a la Cultura Nacional. Su cultura y filosofía de vida. A pesar de la distancia, cuando vivía en nuestro país, mantuvo contacto con sus compañeros del arte. Era invitado para realizar seminarios o conciertos en Europa para realizarse como compositor y director orquestal. Al principio a través de amigos podía intercambiar correspondencia, pero después se perdió. En 1987, regresó a su patria porque deseaba ver a su padre, pero, tristemente,


Maestro Cubicec con sus alumnos pianistas, entre los cuáles se distinguen Midas Forrer, Joseph Karl Doetsch y Amado Vega.

El maestro Cubicec fue un profundo enamorado del arte y en especial de la música. Anhelaba la permanencia de la música a un alto nivel, como se vivía en su terruño. Por esa razón, para él era de urgente necesidad volver para re-conectarse con ese standard artístico europeo. éste ya había fallecido tres meses antes. Aunque portaba pasaporte salvadoreño, le dijeron sus familiares que con el régimen comunista de Ceausescu, arriesgaba su vida. Los rumanos tienen una filosofía de vida: una forma de preservarse y sobrevivir, según me contó el maestro Cubicec, en el salón de música de la Primaria de la Escuela Americana: tienen por norma que cada rumano debe tener un hijo, sembrar un árbol y escribir un libro. De esa manera, tratan de multiplicarse y sobrevivir como pueblo; de proteger su tierra ante la destrucción del medio ambiente; y por último, cultivarse y dejar por escrito, a sus futuras generaciones, la base del cultivo del intelecto, de sus costumbres, su orgullo regional, su ideario, su arte y cultura.

El maestro Cubicec fue un profundo enamorado del arte y en especial de la música. Anhelaba la permanencia de la música a un alto nivel, como se vivía en su terruño. Por esa razón, para él era de urgente necesidad volver para re-conectarse con ese standard artístico europeo. El lamentaba que su segunda patria, había bajado el nivel cultural heredado del siglo anterior, por esa razón creía que ya no se apreciaba el arte. Sin embargo, en lugar de cruzarse de brazos, esto le impulsó a hacer una gran labor institucional de promoción y difusión del arte musical, como hasta entonces no se había visto. Falleció en San Salvador, el 13 de octubre de 1998. Sus restos mortales descansan en el Parque santo “La Resurrección” de El Salvador.

47


Maestro Ion Cubicec con sus alumnos. Primera fila: Maestro Cubicec, Midas Forrer. Segunda fila: Joseph Karl Doetsch y Amado Vega.

48


Alumnos de la Escuela Normal Superior festejando al Maestro Ion Cubicec.

Citas: (1) Diccionario Enciclopédico UTEHA (Unión Tipográfica Editorial Hispano Americana) Tomo IX México, 1952. 157 – 165 pp. (2) Escobar Noyola, Israel. Maestro normalista y Lic. Entrevista 2017. (3) https://es.wikipedia.org/wiki/Cultura_de_Rumania. (4) Wikipedia. ibid. (5) Marroquín, Salvador. El Coro nacional de El Salvador en la historia. 2011. Documento inédito. (6) Cubicec Portal, Doina. Doctora en medicina. Entrevista en línea. 2017 (7) Programa de concierto de la Sociedad Coral Salvadoreña. S.S. 22 de agosto de 1952. (8) Cubicec Portal, Doina. Entrevista en línea. (9) Doetsch, Joseph Karl. Maestro normalista y doctor en dirección coral y orquestal. Universidad de Indiana, EUA. San Salvador, 2017 (10) Marroquin, Salvador. Compositor, etnomusicólogo y Lic. en Filosofía. UCA, 2017.

Bibliografía: • Boletín Cultural Informativo. Universidad “Dr. José Matías Delgado” AÑO IV VOL III No 13 MARZO 31 DEL 2005. • DATOS BIOGRAFICOS DE LAS FIGURAS MÁS SOBRESALIENTES EN EL AMBIENTE MUSICAL SALVADOREÑO. Suplemento de Departamento de Coros Nacionales. Documento inédito. • Diccionario Enciclopédico UTEHA (Unión Tipográfica Editorial Hispano Americana) Tomo IX México, 1952. 157 – 165 pp. • Gonzalez Sol, Rafael. “Datos históricos sobre el arte de la música en El Salvador” Imprenta Mercurio, San Salvador, 1940. 41-44 p. • López Guzmán, Víctor Manuel. Diccionario de la Música Española e Hispanoamericana. Tomo IV, Madrid, 1999. 275 p. • Cubicec, Ion. Curriculum vitae. El autor agradece la colaboración de los que brindaron información, en especial a la señora Doina Cubicec Portal de Schalk.

49


NiĂąos vagabundos, xilografĂ­a sobre papel. 1971.

50


CAMILO MINERO

(1917-2005)

ASTRID BAHAMOND

“En la capital entabla

relaciones con los pintores coetáneos Carlos Cañas, Luis Ángel Salinas y Mario Escobar, con quienes funda el grupo Los Independientes”.

Nace en 1917 en Zacatecoluca, departamento de La Paz, en el seno de una familia humilde. Su padre se dedica a la ebanistería, oficio que influirá en el futuro artista. Otra de sus influencias de infancia la recibe de Antonio Pineda Coto, quien desde niño dibuja y moldea piezas de barro. Su padre intuye la vocación artística de su hijo y lo inscribe en el taller dirigido por Marcelino Carballo, quien fue maestro de Carlos Alberto Imery, de Pascasio González y de Napoleón Nóchez Avendaño. Las enseñanzas básicas aquí son el dibujo, la pintura y la escultura. Su permanencia bajo la dirección de este maestro es de cuatro años, después de los cuales se traslada con Pineda a San Salvador e ingresa a la Escuela Nacional de Artes Gráficas, donde se especializa en dibujo, el cual pone en práctica como escenógrafo en el Teatro Nacional. En la capital entabla relaciones con los pintores coetáneos Carlos Cañas, Luis Ángel Salinas y Mario Escobar, con quienes funda el grupo Los Independientes. Debido a sus méritos, en 1957 fue promovido con una beca para continuar sus estudios de pintura en México e ingresa al Instituto Politécnico Nacional, donde es discípulo del maestro José Gutiérrez. Refuerza entonces la pintura e ingresa al Taller de Gráfica Popular, donde se impregna de la técnica del grabado. México fue decisivo en su desarrollo en cuanto a contenido y lenguaje se refiere. Del primero asimila que el mensaje ético, pedagógico y social que el arte debía cumplir en las realidades latinoamericanas debía ser directo y abierto para coadyuvar a las soluciones de las condiciones precarias propias 51


Maestro Camilo Minero.

“Como una innovación de su tradicional expresión estética resalta el amarillo, a diferencia de otros pintores que utilizaban los ya tradicionales azules, verdes, rosados y celestes, guardando sus reservas sobre el amarillo.”

de los países latinos. Minero, motivado por este compromiso, acude a los temas arqueológicos e indigenistas. Durante su estancia en México, becado por el gobierno salvadoreño, los murales de Diego Rivera le impresionaron; quería analizarlos, no en su temática social, que también le intrigaba, sino en la composición geométrica que desarrolló el maestro Rivera en sus obras. Siempre trató de estudiar su composición en los murales, en libros y en forma objetiva, es decir, en la teoría y en la práctica. Su trabajo fue el trazo de líneas diagonales, como eje de expresión artística. Todos los artistas griegos, renacentistas, manieristas, neoclásicos y muchos más, trazaron líneas geométricas basadas en el equilibrio rítmico del hombre (euritmia), es decir, en las medidas universales, con la variante de que la mayoría de ellos lo ocultaron como trazado, pero están subyacentes en el conjunto. Minero dejó esos trazados visibles, a veces llenos y otras en vacíos, como una sensación caleidoscópica, en formas prismáticas o de luces quebradas, en busca de la cuarta dimensión. Como una innovación de su tradicional expresión estética resalta el amarillo, a diferencia de otros pintores que utilizaban los ya tradicionales azules, verdes, rosados y celestes, guardando sus reservas sobre el amarillo. Aplicó los amarillos frenéticos, cálidos; los rojos vivos e irritantes que en él provocaban la furia y la cólera revelante; el blanco quiere decir

52


Retrato de Farabundo Martí, xilografía en papel. Sin fecha.

Retrato de Alberto Masferrer, cromoxilografía. Sin fecha.

paz; los anaranjados y los sienas son atenuantes, acordes de los amarillos. Minero mantuvo columnas permanentes en la prensa nacional desde los años sesenta. Al profesor José Gutiérrez, quien fuera su profesor inmediato, le debe el método de utilización de nuevos materiales como el politex. El maestro mexicano era consultado por pintores reconocidos de México, Estados Unidos, Rusia y Francia. Éste le enseña la preparación de soportes y la técnica adecuada a emplear según el soporte. En el Taller de Gráfica Popular sigue a los maestros: Leopoldo Méndez, Nacho Aguirre, Ángel Bracho, Pablo O’Higgins y Arturo García Bustos, quienes le enseñaron grabado a punta seca, linóleo, xilografía, litografía, agua fuerte, etc. Minero se incorpora al Frente Nacional de Artes Plásticas, que agrupa a la mayoría de los escritores y artistas mexicanos y residentes en el Instituto Politécnico Nacional. Con Salinas —su compatrio-

ta—,Roberto Martínez García y Carlos Sánchez, se dedica a realizar dos murales, uno en la Escuela de Pentecostés (Texcoco) y otro en la Escuela Insurgentes Bravo, ensayando en éstos la técnica del politex. A su llegada a la capital mexicana expone en la Alameda de las Pérgolas; el catálogo de la exposición fue presentado por David Alfaro Siqueiros. Igualmente, conoce a Diego Rivera y José Clemente Orozco, pues los estudiantes del Politécnico estaban obligados a observar pintar a los grandes maestros del mural. A su regreso al país, en 1960, Minero presenta una exposición en los talleres de artes plásticas de la Dirección de Bellas Artes. Esta obra es el resultado de sus años de estudio en México, donde presenta óleos, piroxilina, politex, acuarela, grabados en madera y litografía, causando ésta gran admiración por el novedoso lenguaje que trata de implementar con mayor agudeza, aunado al empuje ideológico social que nutrió su estancia en la cultura mexicana. 53


“Minero es ante todo un grabador de factura expresionista. Si al tratamiento del color le da muchísimo énfasis en cuanto a la propuesta estructural, ...”

tica de obediencia al embargo estadounidense ante la conversión de la isla al socialismo, una medida propia de la guerra fría. Camilo Minero se traslada a Nicaragua y viaja por casi tres décadas dentro de programas artístico-culturales, proyectándose por la lucha a favor del desarme mundial y la paz, visitando Francia, España, Polonia, Finlandia, la Unión Soviética, los países Bálticos, tesoros culturales dejan mella en México, Nicaragua y El Salvador.

Homenaje a Da Vinci, piroxilina sobre madera. 1978.

Se incorpora de inmediato a la Dirección de la Academia de Bellas Artes y es nombrado profesor de dibujo y pintura en el departamento de Artes Plásticas. En 1961participa en la celebración del primer aniversario de la Revolución Cubana, en La Habana, hecho que determinará su exilio desde julio del mismo año hasta febrero de 1962, debido a la polí-

54

Participa en proyectos nacionales e internacionales. Su experiencia vivencial es realmente envidiable, no solamente por sus logros, sino por las duras situaciones que pasó en el exilio, que fueron atenuadas con la acumulación de las conexiones que Minero tuvo con la cultura mundial. Todo esto para resumirlo en una entrega total hacia los más necesitados de su sociedad. Minero es ante todo un grabador de factura expresionista. Si al tratamiento del color le da muchísimo énfasis en cuanto a la propuesta estructural, más bien esto no deja de tener una connotación esquemática, pues el color está totalmente supeditado a las soluciones compositivas.


con lo angular que supone ser el soporte compositivo. En 1996, Camilo Minero es honrado con el Premio Nacional de Cultura y en 1998, con la condecoración de Hijo Meritísimo de El Salvador, otorgada por la Asamblea Legislativa. Muere en la ciudad de San Salvador el 6 de mayo de 2005.

Niña aguadora, xilografía sobre madera. 1977.

Su planteamiento espacial es tomado de las leyes renacentistas: los artistas, mediante el estudio profundo de las ciencias exactas y naturales, tratan de adecuar éstas a los proyectos plásticos. En pintura, por ejemplo —y es lo que más interesa en el caso de Minero—, preconciben el espacio utilizando las leyes de la geometría: equilibrio, tensión y profundidad, son resueltos matemáticamente, para luego introducir las imágenes, motivos o temas de la totalidad pictórica. Sin embargo, aunque esta preestructura es invisible, nuestro artista enfatiza evidentemente las fuerzas direccionales, establece la regla de equilibrio, dibuja las líneas divisorias espectrales, etc; estos fondos abstractos sirven de soporte a figuras humanas que contrastan, por sus contornos circulares,

Niños jugando, xilografía sobre papel. 75.0 x 36.0 cm.1977.

55


56


100 años

Ricardo

Trigueros de León: ¡Un corazón cinco veces más grande! YA N I RA S O U N DY

Soy don Federico de Onis, ¿recuerda? Aquel viejo profesor de literatura en varias universidades norteamericanas, salmantino de nacimiento, estuve de paso en Santiago de Chile.

Viajé mucho, asistí a congresos, seminarios, a dictar conferencias, fue en uno de esos viajes, exactamente en Alemania cuando comencé a sentirme enfermo y le pedí a otro amigo escritor que hablaba perfectamente el alemán que me acompañara a hacerme un chequeo médico, mi amigo con mucho gusto lo hizo. El Doctor que me examinó me dijo: -Usted tiene una lesión en su riñón derecho de origen congénito, y su corazón esta cinco veces más grande que el tamaño normal. Debe ser operado inmediatamente. Yo le contesté: -Si he vivido 43 años con esa lesión bien puedo vivir otros cuarenta años más y si mi corazón está muy grande es porque he amado mucho. El doctor se enojó y me dijo: -Usted toma todo en broma, pero no le doy mucho tiempo de vida. -Pues viviré lo que me queda. Contesté. A los pocos meses de haber regresado de Alemania, fui internado en la Policlínica Salvadoreña gracias a mi único apoyo, mi hermana. En ese hospital pasé un buen tiempo, y me hice muy amigo de una monjita española, platicaba mucho con ella y le regalé un libro de Kempis. Un día le dije a la monjita: -¿Por qué usted siendo tan bella tomó los hábitos? Ella me contestó: -¿Y usted cree que a Dios se le da lo más feo? 57


Fue esa monjita la que se encargó de llevarme un sacerdote para que me confesara en mis últimos momentos. Al llegar el sacerdote, discutimos mucho sobre teología. El sacerdote me dijo: -¿Ya arregló cuentas con Dios? Contesté: -Dios va arreglar cuentas conmigo. Y así pasó el tiempo sin confesarme, el sacerdote –que era Monseñor- me dijo que no podía darme los Santos Oleos, sino me confesaba. Yo respondí: -Ya me confesé con Dios no con un hombre como yo. Las visitas de todas mis amigas eran interminables, me llevaban cristos, tierra santa, rosarios, agua bendita, etc. Yo llamé a mi hermana y le dije: -Hermana, a todas ellas las he amado mucho, quiero que te encargues de recibirlas a distinta hora para que no se junten y poder recordar los momentos felices que pasé con cada una de ellas. La monjita nunca me dejó solo, rezaba sus oraciones a mi lado, le pedía a Dios que me perdonara. Al sentir que la muerte se acercaba yo abrí los ojos y dije: “- Hermana: La oración es la Paz”. Después de estas palabras, el 20 de mayo de 1965, dejé el cuerpo material. Pasé a este límite, desde tu orilla hasta la otra donde ahora me encuentro. Pude ver a mi madre junto a mí, enseñándome las primeras sílabas. La vi hermosamente joven, allá en aquella casa de fragante madera, en la montaña.

58


++++ Me miro frente a un espejo. Recuerdo al poeta surrealista...” sonríes con la axila derecha y me escuchas con el ojo izquierdo”. Hago unas cuantas líneas en un poema nocturno, los críticos lo elogian... me siento en torno a Masferrer y aparezco en una representación de Hamlet, una de las más conocidas obras de Shakespeare, en el Teatro Nacional, realizada por un grupo de aficionados al teatro inglés. De pronto la soledad pensativa de Alejandro Carrión, los ojos limpios de Pedro Geoffroy Rivas.

“He olvidado los nombres de las mujeres que amé.Veo sus siluetas, borrosas, perdidas en un tiempo sin sentido. Algunas bellas; otras, ni siquiera hermosas, pero todas tienen un algo que me une a ellas, un extraño olor, un sabor a nostalgia, a cosa perdida.”

Veo a Alberto Guerra Trigueros comentando el hecho en la columna “Buscando a once varas”. Y de pronto estoy reeditando “Platero y yo” de Juan Ramón Jiménez, la edición más ilustrada de todas. Se han pagado los derechos de autor, se tienen listas las ilustraciones, el papel, etc. Será una edición de lujo. ¿Qué es todo esto? “Tórrido Sueño” de Serafín Quiteño aparece de pronto lleno de plasticidad y color y “Fábrica de Sueños” de Waldo Chávez Velasco. Las manos de Gabriela Mistral tocan mis manos, su manuscrito, con el contraste de los colores puros, rodeada de niños, como los cuentos que repiten las ayas de su valle de Elqui.. ¿Dónde estoy? Soy don Federico de Onís, ¿recuerda? Aquel viejo profesor de literatura en varias universidades norteamericanas, salmantino de nacimiento, estuve de paso en Santiago de Chile. La misma voz terca de don Federico. Nada ha cambiado en ella. Ni las zetas, ni las jotas, ni mucho menos su acento silvestre. Federico se acerca para hablar de Unamuno y de Ortega. Del sombrero blando de don Miguel y de las sutiles ironías de don José. De las agonías del vasco y de la pura inteligencia del madrileño. Paso hurgando en un promontorio de libros. Y aparece una nota de elección de la junta directiva de periodistas junio de 1957: Manuel Andino (Presidente), Rafael Antonio Tercero (Secretario de Actas), Víctor Manuel Alemán (Síndico), Alfonso Morales (Secretario de correspondencia), Enrique Salazar (tesorero), Salvador Pérez Gómez (Segundo Vocal) y yo (Primer Vocal). Aparece otra nota como Miembro de la Comisión Organizadora a la Primera Mesa Redonda Sobre Conservación y Enseñanza del Idioma Castellano, en 1960. Corren las imágenes y los sonidos… He olvidado los nombres de las mujeres que amé. Veo sus siluetas, borrosas, perdidas en un tiempo sin sentido. Algunas bellas; otras, ni siquiera hermosas, pero todas tienen un algo que me une a ellas, un extraño olor, un sabor a nostalgia, a cosa perdida. Tampoco recuerdo como se llamaban; solo siento su piel desnuda, el vello tierno que les cubre su piel de durazno. Una de ellas suave; otra dulce como la ingenua alegría; otra áspera como una blasfemia. A todas las amé, a su tiempo. Algo de ellas quedó en mí; pero, aunque me afane, no acierto a descubrirlas. Con estas experiencias brevemente reseñadas, vuelvo a México, donde me encuentro con Diego Rivera y su mural imposible de contemplar sin un temblor de emoción. Es un canto lírico, pleno de poesía y de amor a la madre Tierra y a todos los que la trabajan.

59


60


En ese sitio estoy perdido quizás mi vocación de marino, he recorrido países, a la hora de muerte. Abigarrado color de las calles de Marsella, me enamora una española de un pueblo de Valencia. Sus ojos verdes y su boca de coral. Descubro la vida, me reencuentro con Manuel Andino, de codos sobre la baranda del puente, en un barco lejano, caída la gorra sobre las cejas, fumando su pipa de espuma....escribo lleno de amarillos y azules. Sólo me queda una brújula, una estela en el cielo... Leo la prosa ágil en el escollo que se destrenza y echa al viento. Se llamaba no sé...no lo recuerdo...y tenía los ojos como dos esmeraldas palpitantes... deliro y me veo entrevistando a famosos personajes de la época, los analizo y desdibujo sus rostros en el aire del recuerdo... saber contar es un privilegio me digo sin voz. Llego a la flora cuscatleca y las leves mariposas de tallo y estambre blanco son flores sobre las hojas. Mi hermana Amalia aparece borrosa, en mi círculo de amigos. Gracias al chispeante ingenio de Barba Salinas. Fue difícil desprender su letra menuda y fina, con rasgos trazados como si hubiesen sido hechos sin apoyar la mano. Recuerdo la casa rodeada del brillante plumaje de los pájaros y las risas de las mujeres de negro... Camino o floto –no se- atrás quedan las calles tortuosas o pasillos de auténtico carácter español, los ventanales florecidos, los faroles encendidos de retorcidos hierros. Los conventos, museos y las iglesias. Mi Cristo no tiene macilento el rostro, y en sus hombros no se han posado como pájaros las saetas. Mi Cristo no tiene cárdenas heridas, ni huesosas manos, pies lacerados ni mantos en los que el arabesco de oro se transparenta. Mi Cristo tiene que estar vivo. No importa si su cuerpo es moreno o si es blanco o negro. Vuelvo a mis libros y se pasan las horas releyendo teología. El sacerdote explica al abogado su concepción de la Trinidad: “La Trinidad está compuesta, en el fondo por cuatro personas. El Padre, el Hijo, el Espíritu Santo y el Hombre. El Hombre no es el hijo. Es el hijo del hijo. Y como el Hijo es también llamado el Hijo del Hombre, no habría dificultad de señalar que el Hombre es nieto del Hombre. Es un razonamiento concebido a la manera de aquel enrevesado razonar de Don Quijote, dado a los libros de caballerías donde se encontraba escrito: “La razón de la sinrazón que a mi razón se hace, con tal manera mi razón enflaquece, que con razón me quejo de vuestra hermosura”. Pienso en estas líneas. Paso de un paisaje de octosílabos con viento desatado entre las ramas y lejano relincho de caballos. Las amigas de las preciosas Dulcineas llegan en Diligencias. De Ahuachapán a Atiquizaya, de Santa Ana arriban los invitados. El cura echa a vuelo las campanas y los cohetes salen disparados y a tronadores, en señal de alegría.

61


Veo hacia atrás un tesoro de libros y me siento a escribir desaliñadas memorias... hablo de ánforas, de sutiles perfumes, de todas esas palabras olvidadas de la poesía. Me encuentro con Roque Dalton: personal y rara poesía que clama con voz nueva, digna de figurar entre la mejor poesía contemporánea. No se trata de caer en lo intelectivo, en el análisis de la fría razón, sino de una poesía de sangre con el trasunto fiel de la realidad- en donde hay valores de contenido social, lo cual es más impactante que las dulces colinas de durazno de un cuerpo virgen. Y tú tan pequeña, con solo seis meses de edad... tus ojos el universo de la palabra que pugna por salir de la crisálida y abrir las alas. Te veo jubilosa estrenando los sentidos, corre el frío, llueve, vuelve el sol, trazarás otros signos cargados de reflexión de cauce más hondo. No esperas un príncipe de nariz socrática y pecas dispersas en los valles de la cara. Mi hermana se encargó de enseñarte a estar a gusto entre Garcilazo y Boscán. Aprendiste a escribir a vuela máquina con el choque de dos sangres y con el espíritu frente al reino terrestre o para decirlo de otra manera del reino de lo absoluto en contraste con lo relativo y transitorio. Escondida en el estudio de la casa, a tus cinco años de edad abriste los cofres de recuerdos –yo te he observado siempre en silencio desde este límite-. Lees sin comprender las cartas de mis amigos donde cada quien menciona su futura muerte. Algunos la esperaban jubilosamente; otros la veían reflejada en una rosa y hablaban de su muerte personal, propia, intransferible- Rilke_ y hay quienes decían su muerte sin fin (Gorostiza). Tú buscabas en esas palabras mi voz enronquecida. Habías olvidado tus muñecas en tu cuarto tibio, las cuales te esperaban llenas de paciencia -dulcemente trémulas-. Mientras la palabra se fugaba Yanira, tú la perseguías. Muchas veces nos vimos- en el invierno- ¿Recuerdas? Tú movías las manos buscando la huella de mis dedos. Me llamabas “El hombre de blanco”. Ahh- los cofres llenos de recuerdos. Manuscritos de mis amigos, cartas de amor, fotografías, todos fueron devorados una y otra vez por ti – niña asomada a mi mundo tachonado de estrellas¿Recuerdas el hambre de inmortalidad de que hablaba Unamuno, el deseo de perpetuarse, de vivir en quienes han de llegar, de marcar un cauce y trazar un camino donde palpita la poesía.....? Celestes campos hoy has sembrado de diamantes....

62


Llego a ti: mi luna en el silencio, para llenar tu soledad. Adorno tu frente de espumas y olas, tomo tus manos sordas y dibujo en ellas aristas sin llantos irrisados. Te hablo Yanira de esta sucesión en la vida, donde no existen los peces de colores ni los jardines de barbas blancas. Te hablo con el pecho alegre, el beso diario enredado a tu cabellera de ideales. Llego a ti, el milagro descubierto, para que eches tus miedos a las sombras, el dolor a las espinas y te vuelvas libre de ti misma.

“De acuerdo a los críticos, sus obras llenan toda la pauta a seguir de los ya consagrados. Él figuró en todos los medios periodísticos, editoriales y radiales de El Salvador, su frescura, sinceridad y cultura fueron únicos.”

*** Ricardo Trigueros fue considerado durante su juventud, como uno de los valores de más porvenir en la tierra cuzcatleca. De acuerdo a los críticos, sus obras llenan toda la pauta a seguir de los ya consagrados. Él figuró en todos los medios periodísticos, editoriales y radiales de El Salvador, su frescura, sinceridad y cultura fueron únicos. Su voz irresistible le permitió trabajar en la Radio Cadena YSU como locutor y presentador crítico de obras literarias. En una ocasión la página “Girándula” de La Prensa Gráfica (Viernes 10 de mayo de 1940), dijo sobre su obra: “La emoción llega por caminos ocultos al poeta; ya por cauces del recuerdo (la maestra que le enseñó las primeras letras) o por sendas de dolor (la mujer que se queda, oscura y sola, con fiebre que martilla las sienes y cara llorada); o es la alegría que repicó sus campanas en el campanario único de la niñez perdida. En medio de todo va la línea sinuosa, irregular, de una manera de ser, de una desesperanza latiendo en el pecho de un hombre que pareciera venir de una isla de angustia.”

Cuando los poetas extranjeros se marchaban de nuestra tierra, Trigueros de León los despedía, así ocurrió al irse su entrañable amigo Juan Guzmán Cruchaga: “Y el poeta encontró una tierra sonora, fácil para despertar la canción azul, y cantó. Cantó maravillosamente. A su viaje dejó un libro a Cuscatlán y éste, en cambio, le ofreció un hijo que lleva el nombre de nuestro pueblo y, enredada para siempre en su oído, la canción más tierna de nuestras campiñas. “Trigueros de León es un muchacho que lee mucho, demasiado; al parecer sin orden y sin selección. Y todo lo que lee se arraiga en su cerebro fuertemente. De ahí que se note de continuo en sus versos influencias diferentes...” (Juan Felipe Toruño). Trigueros de León escribió en diversos periódicos de Latinoamérica, La Tribuna, Centroamérica; El Diario de Hoy, El Salvador; La Mañana, Montevideo; El Imparcial, Guatemala; América; La Prensa Gráfica, El Salvador; La Nueva Tribuna, El Salvador. 63


Eugenio Martínez Orantes, a cargo del Latino Cultural en 1987 publicó: “Ricardo Trigueros de León fue uno de los intelectuales más cultos y mejor informados que han existido en el ambiente literario salvadoreño. Nació en noviembre de 1917 en la ciudad de Ahuachapán y falleció en San Salvador el 20 de mayo de 1965. Se destacó como poeta, periodista, crítico literario y, sobre todo, editor. Viajó por Centroamérica, Panamá, Sudamérica, México, Estados Unidos y Europa. Finalizó sus estudios de Derecho, en Madrid, España. Fue Profesor de literatura y durante muchos años dirigió en un periódico capitalino, una página semanal titulada: “Filosofía, Arte y Letras”. Esta página gozó de gran prestigio entre los intelectuales. Para quienes empezábamos a escribir a fines de los años 40’s y principio de los 50’s era motivo de gran satisfacción que Ricardo publicara algo nuestro, debido al prestigio que gozaba su página y a lo estricto que era él en sus selecciones. Trigueros de León, además de ser un hombre de amplia cultura, se mantenía bien informado del desarrollo de las letras en América y Europa. Debido a ello, muchos intelectuales acudían a él a consultar cualquier tema literario.Y nadie quedaba defraudado, sino por el contrario, muy satisfecho no sólo de haber obtenido más de lo que buscaba, sino también del trato amable, característico de Ricardo. Los temas literarios lo apasionaban tanto que era capaz de pasar muchas horas en amena tertulia acompañada de tazas de café. 64

En septiembre de 1953, dejó de ser Jefe del Departamento de Letras de la Dirección General de Bellas Artes, para asumir el cargo de Director de la Editorial del Ministerio de Cultura, que desempeñó durante 12 años, hasta su muerte. En este aspecto, Ricardo se desarrolló a la perfección. Editó a los escritores salvadoreños más importantes, del presente y del pasado, salvándolos del olvido. Todas esas ediciones fueron hechas con el más exquisito buen gusto, en magnífico papel, impresión y formato. Cada ejemplar era una obra de fina artesanía, ilustrada con el mejor de los gustos. Los elogios para esa labor, única, jamás existida en Centro América, fue elogiada no sólo en El Salvador sino en todos los países donde fue conocida. Desdichadamente, y por razones largas de enumerar, a la muerte de Ricardo, también murió su labor. Jamás se pensó en continuar esa obra que nos había dado prestigio internacional.Y así, durante 21 años no hubo ni un solo intelectual a la cabeza de la editorial. Tras ese vacío de más de dos décadas ha llegado por fin un hombre que sí sabe de letras: el Lic. Cristóbal Humberto Ibarra –galardonado varias veces por sus obras- , quien posee la capacidad necesaria para encauzar nuevamente en su auténtica labor a la Editorial del Ministerio de Cultura. Esperamos que no tenga obstáculos y que se le brinde toda la colaboración necesaria para hacerla resurgir en beneficio de las letras nacionales. S.S. 6/1/87. E.M.O”


EL CRÍTICO “Pasa el tren anudando distancias......Pasa” Trigueros de León. Como crítico fue severo, así lo muestran varios de sus artículos donde expuso su criterio acerca de la obra de quienes le hacían llegar sus trabajos literarios. “Larga y difícil ha sido la vida, y continúa siéndolo, para las gentes que se dedican a escribir, a escribir profesionalmente en países que no reconocen tan noble labor y que la toman, cuando más, como vulgar pasatiempo.” (Trigueros de León) En una ocasión el presidente Coronel José María Lemus lo llamó para comisionarle la publicación de un libro de poemas que el mismo había escrito, al leerlo Trigueros de León respondió: “Coronel, después de haber leído el manuscrito no quiero ponerlo en ridículo ante nadie, recuerde que usted ocupa la Presidencia de la República”. Y seguido a esto dijo que renunciaría a su cargo si le obligaba a publicar el libro. El Presidente Lemus se retractó y guardó sus poemas. EL AMIGO Juana de Ibarborou “Mi gran amigo: gracias por su libro “Labrando en Madera”, gracias por su GRABADO que “me ha llegado al alma” como por aquí decimos. Tiene usted la certeza de un artista burilador, que capta maravillosamente los detalles que caracterizan definitivamente.

65


66


¡Cómo me ha conmovido, en Mi MADERA, ese posesivo fraterno, que me dio la seguridad de que no he escrito en el agua!. Le va uno de mis últimos libros. Sigo con su libro en las manos, admirando hallazgos preciosos. Queda para siempre en mi corazón este regalo suprasensible de sus páginas. Suya, Juana de Ibarborou” “Juana, lo que yo comencé a mar, es Juana vegetal, acuática, silvestre. Después fue otra: Juana, la mística, quien como Francisco, el de Asís, cantó a Dios nuestro Señor, elogiando las cosas y los animales por Él creados. Allí el agua mansa, la oruga, la estrella rutilante y la mariposa. Su cántaro fresco me dio mayor salud que un día entero de campo.Y después fue la esposa, la de cabritos mellizos y la manada de ovejas que suben al Monte Galaad; y Ruth, la espigadora, y Esther, quienes me hablaron. Llegaron más tarde “Loores de Nuestra Señora”, alabanzas a la Virgen –vara de nardo que aroma las almas y rosa de consuelo para los afligidos.Esta es mi Juana, la que yo amo desde que, con gracia silvestre; se adueñó de mí..” (Trigueros de León) El viajar llevó a Ricardo Trigueros de León a otros climas y posar su mirada en otros paisajes y escritores de su época. Visitó la tierra reseca y agrietada de las regiones desérticas, la arcilla húmeda de las montañas, el Mar de Plata, las cataratas del Niágara, Europa, América. Disfrutó los paisajes aztecas y amó entrañablemente la dulzura del fruto tropical salvadoreño. Gabriela Mistral le ofreció su palabra y con asombro publicó Recados. Otro amigo fue el escritor Pablo Neruda, a quien entrevistó y posteriormente publicó “Estampas de un viajero: entrevista con Pablo Neruda”. Recuerda aquel retrato – reminiscencia de mar- (un barco sobre una estufa) que nos dio la presencia material de este gran poeta chileno. También conoció a Eduardo Zamacois, casualmente en una feria del libro. Ambos en España caminaron por las calles adyacentes, mientras las palabras fluían y empezaron las anécdotas, los chistes, el buen humor. Otro día de tantos conoció a Rafael Alberti, luciendo su camisa de marinero y con la hoja de trébol en la mano. Rafael, a quien Trigueros de León llamó “torero de ese gran toro celeste que es el mar”; Torres Rioseco, poeta chileno, profesor de la Universidad de California; Alberto Velásquez, poeta de endecasílabos humedecidos en linfa de emoción; José Clemente Orozco, el famoso muralista

azteca; en fin una lista interminable de amigos y amigas que dejaron su huella en el camino del escritor, crítico y editor salvadoreño Trigueros de León. SUS OBRAS Frescura y sencillez. Dos elementos vitales en la obra de Ricardo Trigueros de León. Tiene el amor abierto en las manos, poesía en prosa que muestra a don Nayo el viejito de la barba de espuma, la vecina con su zenzontle, su lora y su perro; la tortuga de caparazón color de tierra, el sapito escondido entre las piedras, la brisa y la lectura de un libro de Francis Jammes. Nos habla de la ventana abierta y separa el viento y la distancia. Las rosas blancas sin espinas, las manos en el misal añejo, Sor Fidelina, son su ensueño antiguo enredado en el breviario. Trigueros de León canta a la tierra nuestra, su poesía nos regala libros de versos lloviendo en un pueblo blanco, trasciende lo intrascendente. Motivos humildes, paisajes familiares, atardeceres, todo lleno de rosas de agua. Su pueblo triste como una sola familia, creciendo a “la sombra acogedora del tiempo”.

67


poema. La imagen ondula y revuela en sus páginas, en un juego de gozo, en una evocación de días niños. Y junto al retrato de esas figuras típicas de los pequeños pueblos –retratos de gran relieve realista- aparece en una fina pincelada, el perfil de la maestra, que el poeta gusta de revivir...”. Campanario penetra el jubiloso palomar de músicas, el eco de los recuerdos, las imágenes que ondulan en una evocación de días niños. Ricardo estrena paisajes e inaugura almas. En este libro ha sabido cantar con su verdad desnuda, franca, cierta, pero bañada en gracia ilustral de la palabra pura. Hugo Lindo al referirse a “Campanario” dijo: “Mi voz llega de otro campanario. El tuyo tiene gracilidad de vuelo. El mío tortura de minería, pues que está bajo de y no sobre. Sin embargo, he aquí que tú por los aires y yo por las entrañas del mundo, hemos llegado a descubrir la misma veta inagotable y es esa que retratas en la página 7 de tu libro: “El tiempo pasa y no pasa en estas cosas, ungiéndolas de gracia”. NARDO Y ESTRELLA “El artista que cuida mucho del refinamiento y moderación de la frase. Un literato profesional, empapado de todas las aguas de la contemporaneidad. “ ( Juan Chapin) “Trigueros de León sabe poner su alma a tono con las cosas menudas: con la brizna que arrastra el viento, con la florecilla que brota entre las zarzas del camino, con la estrellita que fulge en la vastedad negra de la noche. Ahueca sus manos para escuchar mejor los varios rumores que vienen de debajo de la tierra” (Luis Gallegos Valdés) CAMPANARIO Gastón Fugueira (La Nueva Democracia, mayo de 1941, Nueva York.) “Hay algo de la humanidad feliz de Francis Jammes en las páginas sútiles de este pequeño libro, cuya prosa poética revela un auténtico temperamento artístico. Sabe animar con gracia y pureza la estampa de la calle del pueblo, de la mañana en que las campanas son “un jubiloso palomar de músicas”. Sabe penetrar en el secreto de la Naturaleza y escuchar sus voces. Su emoción logra revivir, en el valle solitario, el eco de los recuerdos. A veces es una sola frase. Una línea sola, le basta para hacer todo un

68

PERFIL EN EL AIRE De la colección de Contemporáneos – n°5- editada por el Ministerio de Cultura de El Salvador, nos envía su último libro, Perfil en el Aire, el joven y notable escritor y poeta salvadoreño, Trigueros de León. Se trata de una galería de 24 figuras contemporáneas, escritores, poetas y artistas, con los cuales el autor conversó, o a quienes evoca en esbozos trazados en el aire muy rápidamente, pero no por ello menos definidos. Aún cuando el propósito al editar el libro, es el de “guardar la palabra nacida en la intimidad, al correr de la charla, o traducir la emoción de un lector”., según él mismo lo dice, la obra, sin embargo, es de mayor aliento que el de la intención, pues en el perfil logra trazar, la mayoría de las veces, una perfecta línea, aunque sencilla, muy acertada, acerca de la importancia del personaje y de su participación en el pensamiento o el arte contemporáneo....” M.F.G (Tomado de El Centroamericano –León, Nicaragua, noviembre 14 de 1956). “Trigueros de León, de mente cultivada, de copiosa y firme información literaria, con sensibilidad de artista y espíritu alerto, dispuesto siempre a captar la vibración


más honda, por más pequeña que parezca, tiene además, ese sentido crítico especial que permite aquilatar, presentar, aplaudir o censurar con una lógica imparcial, tan segura, como el propio fiel de la balanza. El logra pintar a un Diez Canedo y a un José Clemente Orozco, cada cual en su estatura espiritual o en su ambiente distinto...” Henriette Morvan (Tomado de La Nación, Santiago de Chile, 18 de mayo de 1958). “Perfil en el Aire” es una muestra de su vocación como entrevistador y retratista de las grandes personalidades de su tiempo.” Ricardo Trigueros de León fue un apasionado de la literatura; vivió por ella y para ella. Fue editor, poeta, prosista y periodista cultural de primer nivel. “Perfil en el Aire” es una muestra de estas facetas. (La Prensa Gráfica, 21 de octubre de 1998). PUEBLO Pueblo es como una segunda parte de Campanario, el primer libro de este escritor salvadoreño, publicado en 1941. En aquella obra las estampas son más breves, en apretado afán de síntesis; en ésta, en cambio, se amplían los temas en transparente prosa poética. Esta literatura íntima, poco cultivada entre nosotros, da testimonio de una época, de una región, de un pueblo, a través de sus figuras representativas – sean o no humildes personas – quienes le imprimen un sello característico al sitio donde les tocó vivir. (La Prensa Gráfica, 28 de mayo de 1961) Pueblo es como una segunda parte de Campanario, el primer libro de Ricardo publicado en 1941. En esta obra las estampas amplían los temas en transparentes prosas poéticas. “Ciudad tallada en piedra y barro; cuna de los luceros, hermana de los jazmines, dueña de lindas mariposas.” “Un patio, una enredadera, unos rosales florecidos, una claridad sobre los hombros, una brisa, un aroma... Es un rincón de la ciudad en una casa antigua.” Esta literatura íntima es testimonio de una época, de una región, de un pueblo, a través de sus figuras representativas. PRESENCIA DE LA ROSA “Con emoción y envidia he leído sus sonetos de “Presencia de la Rosa”. Me parecen finamente creados con mucho sortilegio y con transparencia. Son una línea muy

firme de una belleza pura y misteriosa. Digo con envidia porque yo estoy tan lejano de esos cielos líricos a los cuales algún día ojalá pueda llegar.” H. Díaz Casanueva (Embajada de Chile, Canadá, 15 de mayo, 1945) LABRANDO EN MADERA Contiene imágenes queridas, acariciadas largamente y que aparecen en el santuario de las admiraciones. Don Luis Gallegos Valdés se refiere a esta obra diciendo: “Un día traza una imagen y se siente el gozo de lo bien hecho. Otro, se traza una nueva imagen, y, de este modo, sin prisa, van saliendo estas páginas para nuestro regalo íntimo. Van sus preferencias barajadas sin preocupaciones metodológicas o de escuela. Con cierto impresionismo literario, con la alegre libertad del artista.” EL ETERNO ENAMORADO EN SUS OBRAS Amó la flor del campo, la lluvia y el sol, el trópico lleno de frutas, la ambrosía de los nísperos. Estuvo rodeado de muchas mujeres: Johjana celosa, hiriente como el filo de un puñal. Ojos grandes e inquietos cual dos lagos de azogue; la mujer del crepúsculo marino, abandonada junto a él como dos barcas a la deriva; aquella, a quién dedicó su trilogía, las palabras en los labios deshaciéndose las imágenes al ser pronunciadas; Cypactly y su “Soledá”, la única capaz de descifrar su secreto; mujer de harina y musgo, tímida frase de agua con quien leía “La Fugitiva” de Tagore; “La enredadera”, cuyos cabellos de ébano esparcido marcaron oscuros tatuajes en su carne; Guitlen con su ballet de mariposa, “libélula celeste se alza de la rosa” y el verso de Li-tai-pé; “la mujer desnuda” en el peinador así toda blanca y feliz, no era Diana, ni Helena, ni Friné, ella cantaba una canción cualquiera y se miraba los senos; su afán en el recuerdo. SU MUERTE “Me contaba él que en su viaje a Francia, había visitado el Pere-Lachaise, en París, observando que mientras tumbas de ilustres escritores franceses: Stendthal, de Maupassant y otros, delataban un notorio abandono, en cambio la de Oscar Wilde indicaba una atención traducida en ramos de flores constantemente renovadas. En cuanto mausoleo, era éste una obra de las más bellísima estatuaria que presentaba a la poesía, en forma de mujer empinada sobre el plinto, tendiendo sus brazos igual que dos alas hacia el sur......Una inscripción al pie de la estatua decía: homenaje de una admiradora incógnita.

69


70


Dejémosles, pues, a las bellas admiradoras de Trigueros de León la bucólica misión de renovar sobre su tumba las rosas y siemprevivas.” (Notas del Atelier, Mayo de 1965). “Pluguiera a Dios que esta fosa fuera un surco y este cuerpo una semilla, para que Cuscatlán pueda tener cosecha de hombres como él: hombres que la levanten y la hagan lucir como él lo hiciera, sin intención, con su trabajo de amor. En mayo suelen morir los poetas, cuando se les llama en juventud. Con las cigarras se van, invocando la frescura del agua fecunda......Pluguiera a Dios que esta fosa fuera un surco y este cuerpo una semilla. Y luego, el abrazo cálido de la tierra y sobre ella el vasto silencio de nuestro cielo constelado..” (Salarrué, mayo 1965). “...No escribo hoy para decir lo que pierde un país pequeño como el nuestro con un hombre como Trigueros de León. No para hacer un recuento de su infatigable obra de trabajador de las letras y propulsor de la cultura en su patria. Ya habrá tiempo de hacer una revisión y de reconocer sus méritos intelectuales y personales. Escribo –quisiera, más bien escribirle- como una carta esta mañana de mayo con Zenzontles y nieblas, acariciando amorosamente las colinas que él amó con su corazón de poeta, subiendo por los árboles, en la savia invisible que alimenta las flores y los frutos; derramándose, entera, con su inocencia de doncella, sobre el valle plácido que,

como sus hijos legítimos, lleva por dentro el fuego de la pasión y el arrebato. Nada de dormir, de ausentarse, de dejar de ser. Más bien, el milagro de la estrella que se abre cuando la flor se cierra. Los pájaros que empiezan su canto, justo donde las cigarras han muerto.....” (Pedro C. Maravilla).

TRIGUEROS DE LEÓN Nació el 13 de noviembre 1917 y murió el 20 de mayo de 1965. Fue uno de los más importantes editores y escritores de poesía en prosa en la historia nacional. Dirigió la Dirección de Publicaciones desde 1953 hasta su muerte. Estudió Leyes en El Salvador y se graduó de abogado en España. Viajó por diversos países latinoamericanos y europeos donde conoció a grandes escritores de su época. Publicó las siguientes obras: Campanario (1951), Presencia de la Rosa (1945), Perfil en el Aire (1945), Nardo y Estrella (1943), Pueblo (1940) y Labrando en Madera. Fragmentos del libro inédito: “Peña Blanca” escrito por Yanira Soundy en honor a la memoria de su tío Ricardo Trigueros de León. La autora tiene varios libros publicados y mucha de su obra está dispersa en periódicos, revistas y sitios de internet. Sus poesías y cuentos han sido incluidos en varias antologías en el extranjero y en El Salvador. Se le ha distinguido por su trayectoria literaria y periodística a favor de los derechos humanos y temas sociales con premios y reconocimientos. Es abogada y notario, nació el 6 de noviembre de 1964.

71





Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.