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Pisón El Viña NÚMEROS PRIMOS de La Calle Juan Carlos López
Carlos López de La Calle
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LA INCLUSIÓN DE MARCAS E IMÁGENES RESPONDE SÓLO A CRITERIOS INFORMATIVOS
>> En tiempos en los que la magra nómina de grandes vinos registra bajas, es gratificante comprobar la solidez, indesmayable como las medias aquellas que se anunciaban en los años sesenta, de uno de los iconos del vino español moderno. En tiempos de confusión, en los que se vende como auténtico y natural algo que es fruto de la manipulación o del abandono, cuando no de la codicia, llena de satisfacción palpar la autenticidad. En tiempos en los que el desánimo hace que muchos bajen los brazos, es una alegría constatar el empuje de un equipo que sin alardes muestra una energía envidiable. Vivimos tiempos difíciles en muchos sentidos pero de vez en cuando todavía cabe el gozo que proporciona un vino grande si paliativos. Viña El Pisón reúne un montón de cualidades y no es la menor el hecho de ser como los números primos, definidos como números naturales que tienen solamente dos divisibles, ellos mismos y el uno, dígito que es muy familiar para este rioja monumental. En el caso de Viña El Pisón, es indivisible pero además es, perdón por el palabro, inmultiplicable por la limitada extensión y producción de la viña que le da nombre y sustento. Le cabe también la aplicación de otro término olvidado de nuestra educación infantil, el de los números enteros. Tal vez por todo ello, los responsables de la bodega eligieron una efeméride única y, en lugar de esperar a completar un aniversario redondo, optaron por un número primo. En una fiesta de grandes
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dimensiones cualitativas y reducida en el número de invitados, igual al de vendimias de la marca, Juan Carlos López de la Calle y su equipo celebraron en mayo las 19 cosechas de la más rutilante de las estrellas de la constelación Artadi, su primer vino ‘parcelario’ y uno de los hitos de la recuperación para el rioja de la vieja costumbre de los tintos con nombre propio de un origen limitado a un terruño concreto. Para la celebración contaron con otros números primos para acompañar adecuadamente a una de las vedettes del vino español. En una cena celebrada a pie de viña ofició con su habitual maestría Aitor Arregui, del restaurante Elkano, de Getaria, uno de los mejores asadores del mundo, que hizo alarde de perfección en la muy complicada sencillez de elaboración necesaria para resaltar unos productos del mar y de la tierra difícilmente repetibles. Sirve como alegoría de la finca y de la materia prima mimada que da lugar al mismo tiempo se hacía la oportuna laa un vino que, sin hacer referencias cobor del arado. Corrió a cargo de Jean Phimerciales a ecologías y biodinámicas, es lippe Rody, agrónomo bordelés profundo respetuoso al máximo con un terruño conocedor de la finca, que puso especial único como es la viña El Pisón. interés en destacar que la singularidad del Al día siguiente, en la antigua bodega Viña El Pisón nace de un viñedo de 2,4 familiar de la muralla de Laguardia fue el hectáreas que no es uniforme ni en su turno de la sofisticada y genial cocina de orografía ni en la composición de su sueJuan Mari Arzak, que va camino del melo sino que atesora una diversidad que es dio siglo situado en lo más alto de la couna de las claves de su cina vasca y mantiene una grandeza. inquietud e ilusión del En tiempos de Rody no jugó al hippisque acaba de llegar al núconfusión, en los mo vitícola y enológico mero uno. Era el turno de que se vende como que nos invade, confesó la intervención profunda y auténtico y natural que lo suyo era un intendecisiva de la mano del algo que es fruto to científico de explicar y hombre para transformar de la manipulación comprender la magia de una materia prima exceo del abandono, un terruño y destacó lente y que dé lugar a un cuando no de la también la importancia producto diferente y reficodicia, llena de fundamental de la internado, tal como se hace satisfacción palpar vención humana, que con el Viña El Pisón dula autenticidad. generalmente tiende a rante su crianza. uniformizar y a perder Entre asados y platos esa diversidad que aparece en el terruño. complejos, se tuvo ocasión de gozar de Y ese es el momento de destacar la labor varias de las cosechas que han jalonado la callada, en una modestia nada afectada, brillante trayectoria de Viña El Pisón y del de Juan Carlos López de la Calle, que hecontacto con todo el equipo de la bodereda el conocimiento empírico ancestral ga. Se preparó una lección magistral a pie del viticultor sabio a través de su padre, de viña, envueltos en los aromas de tierra Primitivo. viva que desprendía un terreno en el que
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Juan Carlos destacó que ha dejado de ver al viñedo como a un enemigo, que quiere acompañar a la viña en los años favorables y en la adversidad, en un discurso de respeto a la vida y a los antídotos naturales. Es la aplicación de una soberbia intuición en la interpretación de ese terruño para lo que cuenta con la pericia, no menos callada, de su enólogo Jean François Gadeau, y la participación cada vez más visible de su hijo, Carlos, un yogurín de impresionante preparación que usará para mantener y mejorar, si cabe, las cotas conseguidas. Se pudo catar en primicia la cosecha ’12 a través del Viña El Pisón y de los otros tres ‘parcelarios’ de la casa, el exuberante Valdeginés y su contraparte, el sobrio Carretil, y el fresco Poza de Ballesteros. Sería por realidad manifiesta o por sugestión, lo cierto es que esa nueva entrega el vino estelar evocaba los aromas de tierra sana y viva que impregnaban el ambiente en la viña. El auténtico vino natural, que su autor califica como transparente, con toda su sofisticada sencillez en el inicio de una larga vida. AP
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