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Derechito al hospital
Alexis Peralta pasó 460 días en una prisión en Nicaragua, de donde salió sorpresivamente en la madrugada del 9 de febrero rumbo a Estados Unidos junto a un grupo de otros 221 presos políticos. A poco más de un mes de su llegada, Peralta se enfrenta a nuevo “impacto bastante grande” en su vida, dio positivo a la tuberculosis.
Exámenes médicos determinaron que Peralta no es transmisor de la enfermedad y no sufre síntomas, pues no está presente en sus pulmones, aunque puede estar alojada en el organismo. Su caso se repite en al menos otros cinco nicaragüenses que llegaron en su misma condición.
“Nosotros en la prisión le teníamos mucho temor a esa enfermedad porque las personas que tenían tuberculosis las mandaban a una celda especial con un tratamiento por seis meses. Todos los afectados bajaron de peso y el color de su piel cambió. Al recibir la noticia fue muy duro”, dijo a la Voz de América
Peralta, como los demás ex presos del grupo, recibió un parole humanitario en EEUU que les permite la permanencia legal en el país por dos años. Este mismo recurso legal actualmente facilita la entrada de hasta 30.000 nicaragüenses, venezolanos, cubanos y haitianos cada mes.
Uno de los requisitos del programa establece que dentro de los primeros 90 días después de otorgar un parole al entrar a EEUU, las personas deben someterse a una prueba de tuberculosis llamada ensayo de liberación de interferón gamma (IGRA). Otras de las enfermedades para vetar a las personas que entran al país son gonorrea, lepra y sífilis. El Virus de Inmunodeficiencia Adquirida (VIH), que causa el sida, fue removida de la lista de enfermedades transmisibles de importancia en 2010.
Durante 2022, EEUU reportó 8.300 casos de tuberculosis activa. La incidencia de casos fue del 2,5 por cada 100.000 personas. Datos de CDC apuntan a que entre
2014 y 2019 aproximadamente 3,5 millones de extranjeros se mudaron a EEUU. En ellos, el examen médico identificó 139.683 casos de tuberculosis activa.
Moises Astorga también cumplió con el requisito de la prueba después de recibir el parole humanitario en EEUU tras su liberación de la cárcel conocida como “El Chipote” en Nicaragua. Astorga recibió un resultado positivo al análisis pocos días después y fue remitido a un hospital público de la Florida. CVT está al tanto de los reportes de tuberculosis entre los ex presos políticos y coordinan con los CDC para ayudar a las personas a encontrar pruebas y tratamientos gratuitos.
Jorge Adolfo García, ex preso político nicaragüense, no recuerda haberse infectado de tuberculosis en algún momento de su vida, tampoco ha presentado síntomas, sin embargo, su resultado en la prueba resultó positivo. No le sorprendería si la bacteria hubiese penetrado a su sistema en prisión. “Era una situación difícil. Ahí donde estábamos defecábamos en unos hoyos, a veces los hoyos se tapaban y se rebasaban y eso era completamente un desastre”, contó a la VOA.
VOA