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El alcalde contra las cuerdas

Desde que asumió la alcaldía de la ciudad de Nueva York, Eric Adams ha estado dando tumbos para solucionar la crisis ocasionada por los indocumentados que llegan en busca de asilo. Está obligado por ley a ofrecerles refugio. Los ha puesto a vivir en hoteles y campamentos y ha pedido ayuda al gobierno federal por su alto costo,

Desde la primavera del año pasado han llegado más de 72.000 indocumentados, algunos enviados en buses desde el estado de Texas. El costo ascenderá a 4.300 millones de dólares al final de este año.

En los últimos días ha contemplado la idea de meter indocumentados, en su mayoría venezolanos, en casas privadas y en iglesias, inclusive está dispuesto a abrir las puertas de Gracie Mansion, su casa oficial en el este de Manhattan.

“Estoy hablando con mi personal para ver si podemos ofrecerle vivienda a una familia en Gracie Mansion”, dijo el alcalde Adams. “Me gusta tomar las riendas del problema. Los generales van a la batalla al frente de sus tropas”.

Para meter indocumentados en su casa oficial, el alcalde Adams tiene que estar seguro que no quebranta protocolos o leyes de la ciudad.

“Si alguien tiene problemas para pagar la cuota mensual al banco por su vivienda y posee un cuarto disponible para albergar inmigrantes, entonces podemos hacerlo”, dijo el alcalde Adams. “Soy el alcalde de Nueva York y voy a resolver este problema de alguna manera”.

En la sede de la alcaldía, el primer mandatario dijo que ha creado una coalición de iglesias, sinagogas y templos para dar morada a los indocumentados. “La comunidad religiosa siempre ha estado en nuestro radar”, dijo el alcalde Adams.

La organización religiosa sin ánimo de lucro New York Disaster Interfaith Services habilitará 50 espacios para acoger, cada uno, un máximo de 19 adultos hombres a un costo de 125 dólares por noche. El costo actual para hospedar a un inmigrante por noche es de $364.

Esta iniciativa incluye cinco centros para que los inmigrantes pasen el día. Primero albergarán a casi mil indocumentados y luego aumentarán la capacidad.

La ayuda de $40 millones que el gobierno federal ha otorgado hasta ahora, sólo alcanza para cinco días de alojamiento y demás servicios. “Es una situación insostenible”, dijo el alcalde Adams, quien también busca que los inmigrantes reciban permisos de trabajo. Una ínfima minoría ha solicitado asilo político, un requisito para obtener permiso de trabajo. “Hacemos lo que podemos y estamos recibiendo ayuda de abogados que no cobran por sus servicios”.

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