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Líder de derechos civiles

Por Javier Castaño

Mide seis pies y dos pulgadas. Ingresó a la policía en 1982. Desde marzo del año pasado es el alguacil (sheriff) de la ciudad de Nueva York.

“Ingrese a la policía porque es una profesión con respeto, aunque no era mi sueño”, dijo Anthony Miranda en su oficina de Long Island City, Queens.

Miranda es de padres puertorriqueños, el menor de ocho hermanos. Nació y creció en Brooklyn. Vive en Queens. Tiene tres hijos de 27, 25 y 15 años. Antes de convertirse en policía estudió matemáticas y servicios humanos en el John Jay College. Hace un año obtuvo una maestría de administrador público en Monroe College.

En 1991 Miranda creó la Asociación Nacional Latina de Policías y fue su presidente. “En ese entonces peleábamos mucho contra el sistema y participábamos en conferencias de prensa porque era necesario, aunque ahora es diferente, somos más estrategas”, dijo Miranda en su oficina.

“Llegará el momento en que la comunidad latina se una y seremos valorados no por ser los primeros en llegar a un cargo, sino porque somos los más calificados para esa posición”.

Miranda habla perfecto en español, algo que aprendió de su abuela Ana Laborde Su madre Mercedes le inculcó la Educación. Su padre Sigfredo era constructor. “Toda mi familia ha servido a la comunidad y yo siempre he luchado por los derechos civiles”, recuerda Miranda. Estudió en escuelas públicas y fue allí donde experimentó y entendió el racismo hacia los latinos. “Me pusieron en una clase inferior por el simple hecho de ser latino, asumen que somos incapaces”.

Conoce muy bien la ciudad de Nueva York y tiene una excelente relación de muchos años con el alcalde Eric Adams, ex policía.

“La oficina del alguacil es interdisciplinaria, obedecemos el mandato de las cortes y estamos aquí para ayudar a la gente en momentos más críticos, cuando requieren ayuda”, dijo Miranda, cuya oficina depende del Departamento

Financiero de esta ciudad. “Nos encargamos de investigar, inspeccionar, aplicar la ley y ayudamos a buscar el dinero de la ciudad de Nueva York”.

La oficina del alguacil de esta ciudad posee 250 empleados, 135 de los cuales son uniformados. Luego del fallo de una corte, hacen arrestos y toman posesión de propiedades, incluyendo vehículos, y supervisan a las personas con grilletes. “Si el alcalde dice que debemos actuar, así lo hacemos”, dijo Miranda al lado de una placa que recibió este año del presidente Joe Biden por “una vida de logros”. Miranda no es el primer latino en ocupar el puesto de alguacil. Es el tercero. “Aunque ahora bajo la administración del alcalde Adams la posición de alguacil ha adquirido más importancia y nos estamos conectando mucho más con la comunidad”, dijo Miranda. “Acabamos de recibir 8.400 solicitudes de personas que quieren trabajar en esta oficina y mi objetivo es duplicar el número de empleados para ayudarle a la ciudad a crecer y mejorar”.

Su oficina no se mete en asuntos de inmigración, educación, construcción, empleo o problemas de calidad de vida, al menos que haya una orden de la corte.

Este fue el mensaje que Miranda dio a los alumnos del York College a finales del mes pasado y que considera importante para la comunidad latina: “Cada persona debe hacer lo mejor para empoderarse y contribuir a la unificación de la comunidad, evitando los nacionalismos y los estereotipos”

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