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Entre los escombros y los mitos engendran sus verdades los pueblos.
Tengo miedo de ser mujer Porque a una mujer la mataron Por ser Mujer
Flamean las banderas del pasado y se despluman las historias, en mercaderes ajenos.
Lo que no entendemos Es que somos esa Mujer Y que ya Estamos muertas
Encrucijada incierta del edilicio tiempo y sus tangentes. Noviembre ya fue noviembre tantas veces certezas que se pierden en primicias, gangrenas del destino y mientras tanto‌ cae la arena crece la malva.
Karina BĂźttner
Mujeres
Desde la muerte Es la lucha Contra la muerte Ninguna resultĂł ilesa Ante cada golpe Aunque no se haya dado Por enterada
La lucha es ser mujer La resistencia Es amar Estar unidas
Florencia Palacios
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Carne desecha
Carne desecha La junto, me armo Me tuviste por la fuerza No tenía fuerza Me junto, te armo No sos vos, fuiste fuerza Que en mí no tenía Salgo afuera, busco allá Quién soy Estoy acá Adentro mío, adentro tuyo ahora no Estamos iguales si no hay tiempo Vos me tuviste, yo ahora me tengo Ya nadie me tiene Soy mía Sos tuyo Nadie me agarra más Por la fuerza Por fuerza soy mía, mi fuerza me saca, de vos, de nadie soy No me agarras más Dónde estaba cuando pasó Fue mi culpa, yo dije que no Las palabras no importan, no? Pegarte no podía Gritar no podía Dentro mío estaba No estoy sola ahora, me encontré, te eché, te saqué con la fuerza que no tuve cuando por la fuerza te apropiaste de esto que soy No me agarras más.
Denisse Mastronardi
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La potencia
Me encontré bebiendo vinos agrios en copas limpias. Amansando la furia de esperar por las palabras de los hombres. Evocando recuerdos de sus manos. Repasando las heridas de mi cuerpo. En silencio, agazapada, sola, niña. Me encontré sufriendo, para poder ser. ¡Que mi cuerpo se retuerza, mi pulso se agite! Fumar, fumar hasta que de la voz ronca solo salga un quejido agudo. Y los días, las noches se vuelvan batallas contra el ahogo que incomoda pero me permite ser: sensible, frágil, querida, mujer. Me encontré y me odié entera. Me odié con tanta fuerza que me quise hasta el último poro. Hasta las yemas de mis dedos que al ritmo del fuego que me crecía dentro escribían el comienzo de lo que jamás fui. La potencia No me tengo miedo. No me tengo lástima. No soy la amante cansina que te chupa la pija
para que la ames. No soy la insuficiencia de mi pecho cuando se quiebra. No soy las lágrimas que lloré la última vez que me dejaron. No soy una buena mujer No soy una buena mujer. Soy el manifiesto de lo que lucho. Hermosamente ridícula. Apacible como el viento de las noches de verano pero fuerte como el árbol que podría caer sobre el techo de tu casa. Soy todas las vértebras de mi espalda cada una de las venas de mi cuerpo. Soy sangre, voz. Grito agudo, grito grave. Una bala proyectándose. No tengo miedo No tengo lástima Y el quejido, las lágrimas de la niña que fuí, los tragos agrios que no vomité son la bandera y el escudo que hoy me levantan.
Belén Maldonado
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Ilustraciones de Sibila