Un espacio abierto para: El cuento El micro relato La poesĂa Y mas.
Dirección Editorial: Arturo Zamarrón Diseño: Arturo Zamarrón
Colaboradores: MA. ESTHER RUÍZ ZUMEL JUAN CARLOS CAMARIN HERNÁNDEZ SERGIO RAMOS CAROLINA GARCÍA FLORES ISABEL VITALITH MADURO RODRÍGUEZ RUTH PATRICIA DOMÍNGUEZ HERNÁNDEZ FRANCISCO DÁVILA FLORES ARTURO ZAMARRÓN ANDREA RODRÍGUEZ
DERECHOS DE AUTOR Y DERECHOS CONEXOS, año 1, No. 5 Diciembre-Enero 2014, es una publicación mensual editada por Revista Alejandría, calle Hacienda del Márquez de Aguayo, 371, col. Hacienda 2, Ramos Arizpe, Coahuila de Zaragoza, C. P. 25900, tel. (844) 1222147, www.revista-alejandria.com, alejandria_@outlook.com. Editor responsable: Arturo Rodríguez Zamarrón, reserva de derechos al uso exclusivo: En trámite, ISSN: en trámite, ambos otorgados por el instituto nacional de derecho de autor. Responsable de la última actualización de este número, unidad de informática INDAUTOR, Lic. Arturo Rodríguez Zamarrón, fecha de última modificación, 30 de Noviembre de 2014. Las opiniones expresadas por los autores no necesariamente reflejan la postura del editor de la publicación. Queda prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos e imágenes de la publicación sin previa autorización de la revista. Derechos reservados.
ODA A BURGOS Mツェ ESTHER RUIZ ZUMEL TEJEDORA DE SUEテ前S. DERECHOS RESERVADOS.
Burgos, Origen Griego. Centinelas disfrazadas de torres. Vigilando la ciudad, Fortificada.Escondes historia. Atapuerca. Tesoro de arqueología. Acunando al primer Europeo. Casas cercanas al Alarzon. Recorriendo tus entrañas. Condado de Castilla. Saboreando la capital del Reino Castellano.
Catedral de Santa María. Patrones Góticos Parisinos. Mezclado estilos artísticos españoles. Silencio. Roto cada sesenta segundo. Situado en las bóvedas de tu entrada. Papamoscas. Muñeco articulado. Abriendo la boca. Marcando con el brazo derecho. El sonido del Badajo. Una partitura. Doce golpes. Doce bostezos. Despertando amaneceres. Acunando anocheceres. 08
Original reloj. Dando fama a grandes literatos. Dejando muchas novela. Legado famoso. Cimborrio Gótico Plateresco. Capilla del Condestable. Gótico Isabelino. Retablo hermoso. Tres artes diferentes, Formando mosaicos. Sepulcros.Escalera Dorada. Tradicional devoción. El Santísimo Cristo. Descansando en paz el héroe Burgales Cid. Amada Esposa. Doña Jimena. Unas cartas de arras. Un cofre. Patrimonio de la humanidad. Monasterio Cisterciense. Reales Huelgas.Grandeza de España. Cementerio de Nobleza. Conservando un preciado Tapiz. Pendón de las Navas de Tolosa. Arrebatado a los árabes, En cruel batalla. 09
Paseo del Espol贸n. Exhalando naturaleza. Grandes jardines. La Estatua de Alfonso VI. Conectado al Arco de Santa Maria. Sal贸n de la ciudad.
Plaza Mayor. Plaza de Mercado Menor Centro de actividad comercial. Puertas de Carretas. Paseando carros de mercado. Abasteciendo la ciudad. La modernidad la destruy贸. Junto a la Muralla. Casco Viejo de la ciudad. Parques orgullo de Burgos. Palacios rebosando arte. Mirador del Castillo. Observando la ciudad. Ruta Peregrina. Destino Santiago. Rebuscando en la historia. Encuentro sinagogas, Culturas remotas que habitaron. Burgos hermoso.
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Clima frío pero humano. Noble. Leal. Tu ciudad magnifica, Escudo. Bandera. Himno.
Gastronomía bendito placer. Morcilla. Queso fresco deleita el paladar. Sopas. Carnes. Legumbres. Despierta el apetito. Idealizando postres. Tapas recorren calles. Caminos dirigidos a la cultura. Paseos literarios. Deleitan los oídos. Letras universales. Respetando a San Anton. Con titos gratuitos. San Lesme Patrón. Romería de la Virgen Blanca. Curpillos . Antigüedad florecida. Después del Corpus. Fiesta principal. Honrando a Pedro y Pablo. Santos son. Finalizando Junio. Pregón retumbando alegría. Siete días de diversión. 11
Ambiente de infancia. Ambiente adolescente. Ambiente pausado en la madurez, Ambiente de pieles plegadas. Disfrutando. Recordando su juventud. Fuegos artificiales. Iluminando de colores el cielo Burgales. Orquesta Sinf贸nica, Que honor, Trajes t铆picos. Burgaleses celebres que pasearon por las baldosas de esta Ciudad Castellana, Universidades, Instituto Castellano- Leones, Difundiendo por el mundo. El idioma Castellano. Museo de la Evoluci贸n Humana. Transportando al origen de la humanidad. Regresando a la actualidad.
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Burgos hermoso. Mi infancia, Una excursión. Por allí pasee, Admirando la Catedral con los ojos de la niñez.
Visita corta pero extensa. Hoy esta Pucelana. Ya no paseo. Doy gracias a Dios. La tecnología . Unas amistades creyeron en mí. Este simple poema es de agradecimiento. Burgos gracias por estar ahí. Fomentando la amistad, FIN
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Sobre su autora: Mª Esther Ruiz Zumel. Nací en Valladolid un 15/06/1970 . Graduado Escolar. Con diploma. 2º BUP.( ANTIGUO). A los 18 años sufrí una enfermedad degenerativa que me produjo una discapacidad de 85% reconocida por los organismos médicos Españoles. Soy Madre soltera. En el año 2007 sufrí un accidente grave que me ha dejado secuelas. No pongo foto porque problemas de este accidente. Tengo publicada en una poesía titulada “TORMENTA" en una antología. Un diploma de la revista Mirlo. Escribí dos poemas que fueron recitadas en un concierto de La Coral de Cámara de San Esteban en el Monasterio de San Pedro de Caederna ( BURGOS) En Abril 2014.
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La soledad te inventa Juan Carlos Camarin Hernรกndez
La soledad te inventa Te busco, con mi mente persigo tu cuerpo abro los ojos y desapareces tal vez solo es un invento mĂo algo en lo que creo y no es cierto una necesidad del sentimiento, solo imagino lo que no es verdadero mi mente construye la realidad. Todo va y viene y sigo esperando tu beso en la banqueta, solo llega y me abraza tĂş ausencia el tiempo me alcanza el sol se aleja desaparece la claridad del cielo y es cuando creo que estoy bajo tu sombra.
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Sobre su autor: Juan Carlos Camarin Hernández (23 de agosto de 1990) actualmente estudia Comunicación en la Universidad Autónoma del Estado de México, plantel Huehuetoca. Ha publicado crónicas y notas periodísticas sobre eventos de interés social en la revista de dicha universidad "Amorfo". Su género literario favorito es la poesía y es lo que nos comparte.
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Fruta prohibida Arturo Zamarr贸n
En la obscuridad de la noche todo se oculta, se mescla la realidad y la fantasía, bajo tenue manto todo sentido sepulta hasta cubrir todo vestigio de hipocresía.
Grita tu mirada lo que a boca dificulta. Guardas en silencio tu amor con alevosía. En la misma prisión de pasión estas envuelta.
Por un matrimonio sacrificas tu alegría.
Escapémonos de este intransigente y frio mundo. Que el fuerte lazo de nuestros cuerpos lo derritan aunque nos señalen como un deseo prohibido.
Vámonos lejos donde las mentiras no impidan a expresar tanto deseo y amor reprimido, 19
donde tu cuerpo y el mío solamente existan.
Capítulo 7: “Alonso” Lo besó. Con toda su fuerza y amor. Daniel dejó que el reproductor de música resbalara de sus manos. Alonso lo aprisionó con los brazos. La música de la fiesta, que comenzaba a formarse en la terraza, hacía que los vidrios vibraran. Pero los jóvenes se encerraron en su palacio con aroma a rosas. Pronto el contacto de los labios ya no fue suficiente. Las manos se entrelazaron, las frentes se pegaron, los ojos verdes y castaños se fundieron. Alonso estaba recostado en el suelo, con el corazón latiéndole en la frente. Un insecto pasó por la sucia alfombra, se detuvo un instante para ver a la pareja y luego regresó a su hogar entre la pared de la habitación 22 y la 21. Las dos tazas de café mentoladas chocaron y se rompieron. Ese beso, no el anterior, ni el posterior, marcó el destino de ambos. La sonrisa de Alonso se sentía por encima del contacto y el sonrojo de Daniel llegaba hasta la orejas. Entonces las palabras escaparon de su eterna cárcel. Alonso le dijo todo a Dany: le contó lo guapo que se veía de traje. Lo inteligente y valiente que era por defender la postura que más le convence, sin importarle contra cuántos tendría que pelear. Por mostrarse serio y al instante siguiente reír a carcajadas. Por su gracia al sentarse en el autobús, como una estrella inalcanzable que sólo él había atrapado. Daniel también se sintió libre de decirle a Alonso lo buen actor que era. Lo atractivo que se veía cuando usaba camisa a rayas. Lo interesante que era platicar con él. Cuánto amaba su tono de desinterés y seriedad que se tornaba en el chiste del año. El sabor de sus labios.
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—Daniel —exclamó Alonso—. Eso no tiene nada que ver… los besaste hace muy poco. —Siempre supe que sabrían así —interrumpió Daniel, levantó a Alonso y lo abrazó con todas sus fuerzas—. Adoro cada detalle de ti. Eres increíble, Alonso. Las palabras terminaron de enloquecerlo; se sacó el suéter con un movimiento. Daniel vio como el pecho de amigo subía y bajaba al compás de la música de la terraza. Le ayudó a sentarse en la cama y comenzó a besar su cuello. Quitó el primer botón de la camisa y sintió su piel. Alonso lo jaló por la nuca hasta hacer que se recostaran. Valeria seguro estaba llorando, Lucía no los dejaría olvidar lo lentos que se vieron en aceptarlo y Gaby les diría maricas con el doble de regularidad. Sin mencionar a la escuela con hambre de chisme y la imposibilidad de tomar clase con la profesora Wendy, después del beso que protagonizaron en el autobús. —Alonso —susurró Daniel a su oído cuando abrió por completo la camisa—. Te quiero. Perdona si me tardé y disculpa las muchas veces que te herí. Pero te necesito aquí, conmigo. Alonso derramó las lágrimas de felicidad que había contenido desde el instante en que Daniel se agachó para ayudarle a recoger sus cosas. Desde que supo que anhelaba su corazón. 25
.-.-. —Sólo llevo dos cervezas —dijo Alejandro ante la mirada preocupada de sus amigas—. ¡Es verdad! No vengo a ponerme pedo, vengo a hacer un trabajo de la profesora Paty. Así que nada de borrachos. —Ale, ya estás pedo —dijo Dulce—. Ya no le den nada. Te conocemos lo suficiente para saber cómo te pones. — ¡Estoy perfecto! —Alejandro trató de caminar en línea recta hasta la puerta. Chocó contra la pared y tuvo que tantear con la mano para encontrar la perilla—. Y no pienso quedarme con gente que no me valora. Cerró la puerta de un golpe. La música era tan fuerte que el hotel entero parecía temblar. Caminó como pudo por entre los delgados pasillos y trastabilló en varias ocasiones; pero nada le impediría llegar a la fuente de sus conflictos internos. Se plantó afuera de un cuarto y tocó. —Chicos —comenzaba a arrastrar las palabras—. Alonso, Daniel…
Nadie respondió, tampoco esperaba que le abrieran. El shock aún recorría sus células. Cerraba los párpados y los veía, labio a labio, estrellas de Marte con una frente de rubí. Dudas y más dudas. Alejandro no sabía a dónde inclinarse: Valeria, su amiga entrañable que no merecía nada de esto, o Daniel, el compañero incómodo que se convirtió en el único ser capaz de soportar los contenidos de su estómago emocional sin romperse. 26
—Dany —Alejandro alargó la última sílaba, tocó una melodía insultante y miró hacia la habitación 8, que estaba al otro lado del patio central—. Vale. Se asomó por la ventana. La cortina estaba entrecerrada y no podía ver más que los zapatos de los jóvenes en el piso. Maldita sea. El alcohol iba a noquearlo. En cinco minutos, no recordaría absolutamente nada de lo que hiciera. Debía hablar con ellos, necesitaba saber por qué pasó esto. ¿De dónde proviene ese amor? ¿Dónde podría encontrar él uno así? —Creo que tengo que dejar de buscarlo —susurró con la cabeza botada por el ruido y las cervezas en su estómago—. Espero que ahora sí seas feliz, Daniel. Porque Alejandro era la única persona, además de Alonso, que comprendía la cantidad de sufrimiento que Dany podía contener en su pecho sin que sus párpados temblaran. .-.-. Victoria observaba el cielo de Real de Catorce, manchado de copos de nieve suspendidos en el tiempo. En la ciudad sólo llegaba a apreciar uno o dos, y aquí parecían hablarle. Ella era la única, de todo el grupo de adolescentes enloquecidos por un viaje sin supervisión (porque la presencia de los maestros no era un verdadero impedimento para la borrachera), que no tenía ánimos de festejar. Ella no sabía cómo sentirse respecto a lo que pasó. Le ofendieron profundamente los comentarios de sus compañeros, quienes por dos horas hicieron chistes sobre la sexualidad de Daniel y Alonso. Pero tampoco se sentía en la obligación de salir a la calle y pugnar por un trato igualitario. 27
Quizá su confusión se debía a que siempre consideró que Daniel era una persona en extremo interesante. Un hombre capaz de hacer muy feliz a las personas a su alrededor, pero condenado a sufrir. No obstante, con ese beso se rebeló a su destino. Victoria admiraba eso. Ella deseaba tener la fortaleza para lograrlo. También Alonso es un joven excepcional. Alguien capaz de sacrificar lo que sea con tal de salvar a quienes ama. Victoria nunca olvidaría el fin de semana que trabajó con él en un trabajo parcial. Los ánimos se debilitaban al paso de las horas y el nulo avance del monstruoso proyecto; sin embargo, Alonso se encargó de levantarlos en cada caída y curar sus rasguños. Luego Valeria cruzó sus pensamientos. La vio reflejada en los copos de nieve, con lágrimas en los ojos y un corazón machacado. No se conmovió. — ¿Preferirías haberte enterado en diez años? —dijo Victoria. El viento frío de Real de Catorce le calmó e hizo que dejara de apretar los puños—. ¿Por qué hacemos un revuelo por algo que debería verse sin miedo? El amor es natural en los humanos. Pensó que las estrellas le darían la respuesta a sus interrogantes. Permanecieron mudas. Los tres policías del turno nocturno se asomaron por la esquina. Ésta sólo era una noche más de un pueblo escondido entre las sierras. .-.-. Teresa aún no comprendía por qué accedió a ir al viaje. No tenía motivos escolares, ni personales. Quizá fue una manera de romper con la rutina, escaparse de su realidad cotidiana y luchar contra el frío que aún se siente en los primeros días de primavera. Tampoco estaba en sus planes ser testigo de la salida del closet de dos de sus compañeros.
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De Daniel se lo esperaba desde el instante en que lo conoció; pero Alonso era otro asunto. Ella no ha olvidado las pocas palabras de aliento que el joven le dio durante los exámenes finales del semestre pasado. “A lo único que debes temer es a tu peor pesadilla. ¿Reprobar es tu peor pesadilla?”. No lo era. Alonso sabía de los horrores que puede depararte la vida. Teresa también. Ambos habían perdido a alguien muy importante, y eso deja marcas imborrables. —Me alegra tanto que sea feliz —a su compañera de cuarto pareció no hacerle gracia. —Si tú fueras la novia, no te alegraría tanto —respondió con la furia del engaño. —Si yo fuera la novia… —repitió Teresa, pero no pudo ponerse en el lugar de Valeria. Alonso era el único que cabía en su cabeza—. Si yo fuera Alonso, estaría por desmayarme de felicidad. .-.-. —Daniel. Dame un respiro —Alonso lo empujó lo más suave que pudo. El joven retrocedió. La habitación parecía más brillante y Martínez se veía tan adorable que Dany no soportó la separación por más de diez segundos. Lo abrazó y escuchó el corazón latirle hacia las costillas, era una melodía de cariño incondicional. —Quizá digas que voy a arruinarlo todo, pero no permitiré que Valeria nos separe. 29
—Sabes, si quieres mantener el romance no menciones a tu novia. —Mi ex novia —corrigió Daniel—. En cambio tú, Alonso… —Yo… —el suspiro murió en un nuevo beso. Ya hablarían de Valeria, de lo que harían con sus compañeros de escuela, de las bromas de Gaby y Lucy, de las confesiones familiares, de su futuro juntos. A fin de cuentas, tenían tiempo de sobra. La música se apagó y tocaron la puerta. La historia aún no se acaba. Continúa en “Los tres ‘sí’ de Luis y José”. Contacto: garcia.carolina4@gmail.com
Sobre su autora: Nacida en Saltillo, Coahuila en 1995. Es estudiante de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Autónoma de Coahuila y de la Escuela de Escritores Carlos Monsiváis.
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I INFANCIA
Al pequeño Teodoro le llama la atención la gente zurda. Le despierta mucha curiosidad saber que un par de compañeritos en el salón escriben con la “otra” mano. Al darse cuenta que él no puede hacerlo le pidió a su padre una explicación. -Papá quiero ser zurdo, ¿qué necesito?
Su padre responde:-Pues nada, en realidad se nace con ello, pero ¿qué problema tienes con ser derecho? -Ninguno, pero se ve más interesante la gente zurda. -Pues te diré algo que te sorprenderá: Hay gente ambidiestra. -¿Y qué es eso papá? - Es gente que tiene la habilidad de usar las dos manos por igual. -mmm, pues no, en realidad a mí lo que me interesa es nada más usar una sola, pero que sea la izquierda. -Entonces empieza a practicar con esa mano y cuando menos lo pienses ya serás un nuevo zurdo en tu salón.
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El resultado fue desastroso. Por más que el pequeño lo intenta no puede escribir con la mano izquierda, se sale constantemente del renglón y la letra resulta indescifrable. El problema es que su frustración lo ha llevado a escribir también en forma defectuosa con la mano “natural”, la derecha, pues a final de cuentas se trata del mismo cerebro. Cuando los maestros percibieron la situación le prohibieron terminantemente seguir intentando con la mano izquierda. Hasta aquí llegaron las aspiraciones del pequeño Teodoro de ser zurdo…por el momento.
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II
ADOLESCENCIA Con la adolescencia llegaron los deportes. Esa extraña fascinación del ahora joven Teodoro por la gente zurda se acentuó con la práctica de los deportes. Piensa que si es complicado realizar tareas cotidianas con la mano izquierda, en los deportes que se requiere mayor precisión y casi siempre contra reloj y frente a un jugador o equipo adversario, resulta una destreza digna de admiración. Inclusive conquistó a una compañera de aulas por el simple y exclusivo hecho de ser zurda, pues no se resiste observar como realiza sus actividades con esa mano casi de manera inconsciente; le gusta verla comer, escribir, peinarse, etc. Si en la infancia, cuando apenas tuvo edad para advertirlo le causaba curiosidad o extrañeza, en la adolescencia esa atracción se convirtió en una fijación.
Cuando el tutor académico del grupo asignó como parte de sus tareas académicas realizar una investigación que les permitiera graduarse de la preparatoria y se formaron los equipos para ello, Teo decidió hacer una muy exhaustiva sobre la gente zurda. Nadie de sus compañeros quiso participar en su equipo y empezaron a percibirlo como un compañero de gustos “raros”.
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Por su parte el tutor en aras de la libertad académica, y en realidad más por curiosidad, no objetó su proyecto. Para sorpresa de todos, su trabajo fue el mejor elaborado y se llevó una mención honorífica por parte del jurado. En su investigación dio cuenta pormenorizada del porcentaje de zurdos en el mundo; reveló personajes históricos con esa habilidad en prácticamente todos los ámbitos, desde emperadores hasta deportistas, pasando por la ciencia, la historia y el arte; mencionó profesiones y oficios en donde hay mayor probabilidad de éxito para la gente con esa condición y también dio una lista de enfermedades a las que son más propensos. Intentó nuevamente convertirse en zurdo, pero con el mismo resultado. Desafortunadamente su preferencia comenzó a tener visos de obsesión.
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III ADULTEZ
Una vez situado en la edad adulta y tomando en cuenta que había fracasado a lo largo de su vida en sus intentos de forma “natural” para ser zurdo, y que su “filia” ha crecido o se ha enquistado de forma enfermiza, decidió averiguar a fondo otras posibilidades. Con base en ese deseo enfermizo, se propuso investigar las posibilidades médicas de alguna operación. Y como la coordinación parte del cerebro, planteó el desafío (muy bien remunerado por cierto) a una comunidad integrada por médicos de pocos escrúpulos y escaza ética profesional, para ser conejillo de indias y ser sometido a una operación cerebral que lo convierta en una persona zurda. Por supuesto que las pocas personas que se enteraron de semejante aberración y que le profesan algún aprecio, como lo son sus hermanos, amigos y pareja, han tratado por todos los medios de hacerlo desistir de semejante capricho. Su concubina le advirtió que si sometía a tan innecesario riesgo lo abandonará. Pero la decisión ya está tomada. El día señalado para la operación, el único sentimiento que albergaba su mente era despertar de la anestesia como un nuevo zurdo.
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Para su sorpresa, efectivamente “regresó” de su operación como un nuevo siniestro, pero por razones que no hubiera deseado, pues ya no sentía su brazo derecho, al tratar de moverlo percibió en su lugar un muñón hasta la altura del codo, al tiempo que el “doctor” en jefe encargado de la cirugía le dijo esbozando una sardónica sonrisa: -Bienvenido al mundo de los zurdos. Sergio Ramos. Noviembre del 2014.
Puedes enviarme tus comentarios a: fantomas95@outlook.com
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La revista Alejandría y todos los que colaboramos en ella les deseamos de todo corazón que pase una feliz navidad en compañía de sus seres queridos y además agradecerle infinitamente su apoyo durante este año, gracias.
Josefina lo vio en las noticias, no podía creerlo, aquella mujer perfecta a quien casi idolatraba, ¡estaba muerta! El mundo del espectáculo se llenó de chismes y cotilleos, con mil teorías acerca del deceso de la infortunada presentadora. Meses antes la bella mujer había lanzado su nuevo programa, una mezcla entre reality, belleza, decoración y modas, era la última tendencia, todo sazonado con los consabidos clichés. -Y por Dios, que le hagan un makeover, le mandó a decir con su asistente el productor, necesita una pompis como el que se usa ahora, volumen detrás, cintura de avispa, busto pronunciado, extensiones, póngale una minifalda y tacones, aquí no queremos feas, necesitamos mujeres que llamen la atención, si quisiéramos hacer un noticiero habríamos contratado periodistas, no modelos. Maite era una mujer espigada, pero no tenía ese deseado y abultado trasero, ella nunca se imaginó que para resaltar en un programa no se tomarían en cuenta sus estudios, de los cuales estaba orgullosa, el Sr. Ramírez definitivamente no estaba tan interesado en su currículo como en las medidas de sus caderas. Pronto se vio en el consultorio del milagroso y famoso “Rey de la belleza”, el artista que había moldeado los glúteos más bellos de la televisión. -Ves ésta querida, es todo obra mía, le decía con orgullo mientras le señalaba una foto de Viviana Marqués, la itgirl. Ésta le sonreía con sus blancas carillas, desde un enorme poster abrazando en una pose sugerente sus sinuosas y abultadas curvas, mostrando las piernas en un ajustado vestido corto.
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Ella estaba sorprendida, todas habían pasado por sus manos, y después de esa transformación, lo que quedaba al final era el éxito, el universo de las posibilidades, se dijo que un poco de sacrificio valía la pena si lograba obtener lo que tanto había deseado. Era el último eslabón de la cadena, esos ansiados glúteos ya estaban muy cerca. -1, 2,3, grabando. Allí estaba ella, tratando de sentarse en uno de los diminutos bancos de la escenografía, con ese enorme trasero duro como una roca. Desde ese mismo día empezó a notar que el pompis parecía tener personalidad propia y se iba apoderando de ella cada vez más. Cuando el productor le hablaba parecía hacerlo no a ella, sino al gran trasero, era como si otra persona estuviese viviendo en su cuerpo, otro yo que la invadía, en las fotos, los reportajes, las redes sociales… en todos lados hablaban de él y no de ella. Su vida había dejado de ser suya y pasado a ser la del trasero, un usurpador del cual todos querían saber, se dio cuenta que el programa giraba en torno a él, las preguntas que se hacían, las poses, la ropa que usaba, las conversaciones, los hombres, su vida había dejado de pertenecerle. -Ponte de lado, no, no, mejor en ¾ así podemos ver el trasero y al mismo tiempo los senos y cara, es mejor, así muy bien. Le decían. Por su parte, Josefina no se cansaba de verla en la televisión, en su programa y los reportajes que le hacían, también en Facebook y Twitter, su nuevo look le sentaba muy bien, “ahora era más sensual”, decía, ya no está tan plana como antes, se veía llamativa y sexy. Sus nuevos tributos la estaban catapultando a la verdadera fama.
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Maite estaba grabando, cuando de pronto empezó a sentirse mareada, todo le daba vueltas, el mundo se puso negro y entonces no supo más de sí. Oyó los comentarios, la cara de preocupación de los médicos, los exámenes, el ir y venir de una clínica a otra, operaciones y los resultados nada alentadores… migración de fluidos. -Eso es incurable, dijo una enfermera mientras negaba con la cabeza, estará toda su vida en tratamiento. Otra decía: -Estas mujeres arriesgan hasta la vida para verse así. Su mente daba vueltas, esto no era lo que quería, era un resultado inesperado, como trasponer una frontera hacia un lugar desconocido, se sentía impotente. Nunca logró estar del todo bien, a pesar de operarse, hacer todo tipo de tratamientos, ese maldito fluido se había esparcido por todo su cuerpo, resultaba imposible sacarlo. En el programa la sustituyeron con otra chica, la cual poseía un trasero más grande y abultado, al parecer con mejor personalidad que el de ella y dispuesto a más cosas. Un día después de ver su cuerpo desnudo, empezó a sentir que se le agotaba la respiración, en su parte posterior habitaba un ser deforme, tuvo una sensación de desolación al pensar que ella misma se había dejado hacer eso, luego le vino un gran ahogo, se retorció en el piso buscando un poco de aire con desesperación mientras agitaba sus brazos, hasta que ya no pudo respirar más… al fin ese otro yo la dejaba libre.
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Sobre su autora: Isabel Vitalith Maduro Rodríguez (30 de Septiembre de 1980) actualmente se desempeña como facilitadora de talleres artísticos para niños. Graduada de T.S.U Agroindustrial en la Universidad Centro occidental Lisandro Alvarado en el año 2004, Graduada en Licenciatura en Artes Plásticas en la misma universidad en el año 2012. Se dedicó a escribir de forma amateur hasta que edita su libro: Concepción estética de la forma femenina con la Editorial Académica Española en el año 2012, Ganadora del Premio Internacional de Poesía María Calcaño 2012, y seleccionada en varias antologías de concursos literarios en poesía y relato, ha publicado con las revistas literarias Letralia y Lápiz y papel en el año 2013.
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Ayer se me hizo tarde, varias veces. La muerte constantemente ronda y hace presencia en todas las actividades de mi vida, incluso en las del descanso, como una sombra pesada que me acecha sin cesar, esperando...esperando. El ambiente desde hace casi una década es denso, cruento. He visto y olido cotidianamente a las siluetas rígidas que compone, y acomoda a un lado del camino, seres sin fin, maravillosos, tornados en orcos, e incluso, siento decir que he sido su cuchilla segadora, sin poderlo evitar, de algunos animalillos que en su espanto, corrieron directo al aplastante abrazo del dolor instantáneo del todo hacia el arrastre de la nada. . He visto seres que duermen siestas de días; aburridos se inflaman en su hastío, perfuman con hediondez su entorno, como diciendo, yo viví aquí, para reventar en una mendaz grosería visceral como último acto, por no atender su físico reclamo. ¡Yo viví! retumba en mi mente. Bailan, ruedan, una ronda por un ruedo, hacen lluvia. Los brillantes rayos, dan solaz a la res, devorada por cuervos y otras rapiñas, retornando algo a otras vidas, a la tierra, al verdor. Carretera cincuenta y siete, tramo ”Los Chorros”, aproximadamente siete o diez kilómetros de dolor, se extiende la memoria de su tiempo sitiado por la salpicadura constante de agua, recreación, voladeros, paseo, velocidad, picnic, tractocamiones, familias, premura, recuerdos, viajes, emoción sangre, necedad de un potentado corrupto. Conciencia infantil aterrada por un campo semántico que envuelve vocablos como “cadáver”, yuxtapuestos a tecnicismos como:”falla mecánica” o “error humano”, fantasmas, señalización, frenos chorreados, rampa, etcétera, en lóbregas mortajas con cremallera. La palabra inferida y el velo que lo cubre todo: sangre.
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La sangre de esa llaga negra, no coagula. Las pérdidas se amontonan, como las cruces blancas que fijan para pretenderla sanar. Su rodamiento alcanza distantes percepciones en fotografías. Años ha que renegué un trabajo de vampírico pintor, electrónico maquillador carmín de escenas fatales. al pasquín , abusador de la molicie de cada día. La víctima trágica, victimizada en mofa al final. El interfecto se prolonga. Las ánimas a la orilla, susurran distracción, por necesidad de compañía, quizás aún por mágicos veneros de agua sustentados, en una esquina psicológica inconsciente, aguardan su descanso, en rocas socavadas, o el flujo espectral del frío calmazo, o la sombra de su nombre esfuminado a cien kilómetros por hora. Ráfagas memorias, viento salvaje, son del cañón escarpado. Con diecisiete años, encaré el dolor testigo del sinsentido, como "buen samaritano" removiendo un auto de encima de la inocencia mancillada vaciada de su tibia juventud. ¿¡Porqué!?.... Sí, ayer se me hizo tarde, a mí, a alguien, a todos: para llegar, hasta para dormir, dormir. Lágrimas sublimándose en letras. Ojos cansados.....ayer en la carretera sobre el asfalto tinto, claveles encarnados, una castaña sin dueño, sin remitente, o dirección. Ayer, vi, un hombre.
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Cuando el matrimonio Pérez-Lomelí acude a la estación de policía para levantar la denuncia del robo al interior de su casa. El oficial que los atiende les dice que como el comandante en turno no se encuentra en esos momentos el será el encargado de tomarles declaración. Luce muy joven todavía , quizás hasta inexperto. Sin embargo el reto y la emoción de iniciar con un verdadero caso su etapa como detective le otorgan al joven oficial una seriedad que quizás el mismo se creyó. Pasa entonces en primer termino a la Sra. Lomelí y le pide que le describa como ocurrió el asalto y que fue lo que el o los ladrones sustrajeron de su casa. Ella aclarando la garganta y tomando una pose que revelaba pesar empieza su declaración: Que conste en acta oficial que fui victima del robo de mi mayor tesoro. Ayer sábado en la noche y aprovechando que los hijos ya todos están independientes de nosotros. –Chiquitos míos, yo todavía los veo muy pollitos. pero bueno ellos son así. Muy independientes. Dos viven solos y la mas pequeñita, aunque todavía vive con nosotros salió con sus amiguitas a bailar.Alfonso – mi marido- y yo decidimos ir a cenar. Al regresar a nuestra casa aproximadamente a las 11:00 pm y después de haber disfrutado una deliciosa y muy romántica cena. Nos extraño que la puerta principal no tenia la llave puesta, sin embargo yo con cariño recordé que le había pedido a mi hija que por favor regresara temprano por eso de la inseguridad. Hermosa! Pensé en ese momento, es tan obediente mi niña! El oficial pacientemente seguía el relato de la mujer con ternura y pensando un poco en su propia madre.
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Me dispuse a llamarla para darle la buenas noches cuando escuche a mi marido emitir una gran maldición al entrar al saloncito de la televisión. Asustada acudí a ver la razón de su improperio y me dijo que nos habían robado! El lugar lucia desordenado y yo inmediatamente corrí a la recamara de Gaby mi hija,. Con tranquilidad me di cuenta que ella no había llegado aun, eso me dio un respiro de alivio. Imaginase oficial si han entrado cuando mi niña estuviera en casa! No quiero ni pensar. Dios me guarde de una situación así. Entonces regrese al lugar en donde estaba mi marido. Quien ya mas calmado revisaba los cajones en donde tenia guardada las llaves de su caja de seguridad con algo de efectivo y bueno algunas joyitas que me heredo mi madre que en gloria este. Triunfante me mostró el doble fondo del cajón intacto, no lo habían descubierto y me dijo que al parecer no se llevaron nada de valor. Quizás nosotros llegamos a tiempo. Afirmo con voz relajada.
Sin embargo yo que soy muy observadora me dispuse a recorrer con la mirada toda la habitación y, ahí oficial! cual seria mi gran disgusto al observar la pared del fondo desnuda!
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En ese momento sentí que el aire me falto y las rodillas se me doblaron. Alfonso al verme tan pálida me preguntó que que me pasaba y yo con voz casi ahogada le dije que se habían llevado nuestros mas grandes tesoros! No podía creer lo que nos estaba pasando. Tantos años para reunirlo. Etapas duras algunas y placenteras otras pero vividas con todo nuestro amor. Sabia que lo que el o los ladrones se habían llevado era el resumen de nuestros esfuerzos, nuestro mayor logro. Entendí, que eso jamás lo iba a poder recuperar . Quizás pudiera hacerme de algunas otras, pero esas que impunemente se habían llevado de mi casa jamás! Lloré por un largo rato y mi marido tratando de consolarme me dijo que no importaba, que aunque los marcos fueran algunos de plata, no era tanto el valor que tenían. Entonces oficial, incrédula voltee a verlo y le dije que yo no lloraba por los marcos. Habían robado las fotos de mis hijos. Nuestro mayor tesoro. O al menos mi mayor tesoro! Ante la narración de los hechos de la Sra. Lomelí, el oficial se sintió incomodo y compartió el sentimiento de perdida de la pobre madre. Sin embargo, él que estaba en los inicios de su carreara, supo que el deber es inaplazable y los sentimientos se pueden guardar en cajones, que luego pueden ser abiertos o simplemente dejarlos olvidados.
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Se dispuso entonces a llamar al Sr. Pérez para tomarle su declaración: - Me podría por favor narrar la forma en que ocurrió todo en el robo de su casa y que fue lo que el reporta como robado. El sr. Pérez sin mostrar emoción alguna se dispuso a contar lo siguiente. Primero oficial le quiero decir que yo no quería venir, en realidad no fue nada de valor lo que se llevaron, de seguro eran novatos.. - Aun así le suplico me detalle los hechos. -Pues mire sargento, estábamos mi Sra. Y yo en la casa solos, los dos hijos mayores ya no viven con nosotros. Como les corte la chiche cuando se graduaron y además les dije que como ya eran productivos tenían que apoquinar al gasto. Los muy malcriados dijeron que entonces mejor se iban a vivir solos. A ver cuanto duran. Nomas la mas chica, todavía vive con nosotros, pero como es la niña de mis ojos, pues la pura verdad es que prefiero tenerla conmigo antes de que se vaya a vivir sola. Entre mas grandecita mejor. No cree? Ella se había salido con amigas. Bueno, pues le decía que nos salimos a cenar como a las 8:30 mas o menos, y me acuerdo de la hora por que ya tenia mucha hambre, es que comí muy temprano, así que ya sabrá. Regresamos a la cas a las 11:00- 11:15 aproximadamente. Noté con un poco de preocupación que la puerta de la entrada estaba sin llave. Pensé que alguno de mis hijos, pudo haber ido y olvidado cerrar de nuevo. Sin embargo, al ingresar al salón de la televisión para ver alguna película antes de dormir, vi con sorpresa que estaba todo revuelto. En la madre! Pensé, ya nos robaron! 55
Automáticamente me dirigí al escritorio en donde tengo un cajón con doble fondo, ya que ahí guardo las llaves de la caja de seguridad, donde tengo cosas de valor. Con alivio observé que no habían encontrado el doble fondo. Hasta pendejos resultaron. Me disponía a acomodar algunas cosas cuando oí el grito histérico de mi mujer. No le voy a negar que me asustó, quizás algún carbón todavía estuviera adentro de la casa. Tomé el atizador del fuego de la chimenea y acudí al lado de ella, tendría que defenderme de cualquier cosa, y pos también a ella, para eso soy su marido. Cuando llegué a su lado le pregunté que había pasado. Ella llorando como Magdalena me señaló la pared en donde había colocado a lo largo de muchos años las fotos de nuestros hijos. De chiquitos, de adolecentes, de jóvenes. Ya no había ninguna foto. - Eran novatos vieja no te apures los marcos como quiera no valen tanto. Ella entonces volteó y me vio como incrédula y enojada. Yo oficial, no entendí por que. Luego me dijo que a ella no le importaban los marcos, que lo que le dolía eran las fotos de los hijos. Apuesto a que a usted le dijo que nos habían robado nuestro mayor tesoro. - Jajajajaja, a que mi vieja, oficial. Pero bueno así es ella de sentimental.
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Después yo le dije que no se apurara, que las fotos valían madres, que al fin y al cabo los teníamos en carne y hueso. Vivitos con nosotros. Que así lo dejáramos y ya olvidáramos esto. Y nada oficial ella insistió en venir a levantar la denuncia por el robo de nuestro mas grande tesoro. Hágame usted favor! Bueno, pues eso es todo lo que tengo que decir, para mi no hay vuelta de hoja, se llevaron las fotos por salir corriendo y no irse con las manos vacías, y no por otra cosa. Los pinches marcos que no valen nada.
Al terminar de tomar la declaración del Sr. Pérez, el sargento cayó en la cuenta de que ese día había aprendido algo muy valioso que le ayudaría en lo sucesivo en el desarrollo de su carrera policial. Aunque se trate del mismo hecho, quien narra, marca la gravedad del delito.
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El mejor regalo que puedes hacer esta navidad es despertar la imaginaci贸n.
Regala un libro.
A continuación presentamos otra crónica elaborada por la alumna de La Facultad de ciencias de la Comunicación de la Universidad Autónoma de Coahuila por iniciativa de la profesora María Concepción Recio Dávila. Que imparte la materia de Periodismo II.
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Todo sea por precios bajos Por: Ruth Patricia DomĂnguez HernĂĄndez
Son las 8:00 de la mañana y algunas personas esperan con sus carritos a que les sean abiertas las puertas del supermercado “La Cabaña”, ubicado en la colonia Vicente Guerrero, de esta ciudad. Un señor de cerca de 41 años revisa detenidamente su larga lista, mientras la hija, chiquilla de cabello corto y chino alborotado, brinca dentro del carrito. Las cortinas de metal provocan un fuerte ruido mientras uno de los trabajadores entreabre las puertas permitiendo la entrada a la tienda. Los clientes ingresan apresurados: parece como si estuvieran en uno de esos concursos en los que se llevan gratis toda la mercancía que agarren. “La Cabaña” es un supermercado pequeño, pero tiene gran variedad de surtido y precios bajos. La mayor parte de los artículos está acomodada en su respectiva área. Desde las bocinas llegan algunos temas de música grupera que se escuchan en toda la tienda. Al dejarse oír la canción “Y fue así”, la mayoría de las personas canta. Un joven de cabello despeinado recarga sus codos en el carrito y pega sus manos a la cara, mueve la cabeza y tararea al ritmo de Julión Álvarez. El fondo el supermercado se ilumina de colores por la rica variedad de frutas. El verde intenso de los limones hace perfecta combinación con el rojo vivo de las manzanas; asimismo, las naranjas ofrecen el color de las hojas en otoño. Una familia llega a la repisa donde se exhiben los cocos; el papá toma uno y lo agita cerca de su oreja para escuchar el sonido del agua; su hijo hace lo mismo y se depositan dos de estos frutos en el carrito. 61
Una delgada mano con dedos pequeños y uñas mordidas toma un puño de papitas adobadas dispuestas en un contenedor: es una chica pelirroja que, mientras mastica, voltea a todos lados para ver si alguien la miró. Los letreros de colores fosforescentes indican los precios, no pasan desapercibidos. Varias señoras se arremolinan cerca del anaquel que contiene aguacates. El precio, 15 pesos el kilo. Se aproxima un chico delgado, moreno, de gorra azul, empujando un “diablito” con cajas llenas de aguacate: “compermiso, compermiso”. Las señoras se abalanzan a escoger el aguacate. Un niño pequeño de camisa rayada observa por todos lados. Cara de preocupación y lágrimas a punto de brotar. En unos segundos suelta el llanto, pidiendo a su mamá. Una señora se le acerca y lo toma de la mano, pero él desconfía y llora aún más; la mujer se queda con él. Tiempo después la madre llega cargada con dos bolsas llenas de tomate, mira a su pequeño y se conmueve. El olor a carne fría se desprende del área de carnicería y salchichonería; las personas forman una larga fila; los empleados atienden apresurados y amables. Una chica robusta, con lentes RayBan y sandalias desgastadas, se dirige a un carrito descuidado, toma una bolsa aparentemente con jamón y se la lleva. Minutos después se acerca una joven madre que se queda buscando algo en su carrito, muestra
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un mohín de disgusto y avanza con el carrito frunciendo el ceño. Por todos los pasillos hay carritos que impiden el paso, algunos llenos hasta el “tope” y con artículos de marcas reconocidas, otros con poca mercancía. Cerca de la línea de “Cajas” los carritos forman una fila que llega casi a mitad de la tienda. Al inicio de las “Cajas”, una señora de cabello corto, corpulenta, de mediana estatura, paga su cuenta. La cajera recibe la indicación de cargar ocho pesos a la cuenta y la mujer se molesta. —¿Por qué me cargas ese dinero? ¿De qué es? —Lo que pasa es que me dieron órdenes, ya que las cámaras la capturaron comiéndose unas uvas. —¡Pero eso es injusto!, yo no me comí nada, además es mucho dinero para unas simples uvas. No les voy a pagar nada y háganle como quieran. Las personas ven y escuchan con atención. El esposo de la mujer, muy apenado, le insiste que pague, pero ella sigue discutiendo por buen rato. Al final, la señora decide dejar todo el mandado y se marcha indignada. La fila avanza y es el turno para pagar de un señor con sombrero vaquero. Vacía su mandado ordenadamente mientras hace pausas para acomodarse su pantalón ‘Dickies’. La cajera
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platica con el “cerillito” juguetón; ella ríe a carcajadas mostrando su blanca dentadura mientras cobra a su cliente. Al término, la cajera desliza la tarjeta azul celeste por la terminal. “Señor, su tarjeta no pasa”. El hombre se pone nervioso, le pide una disculpa y sale de la tienda. La cajera y el niño juguetón se lanzan una mirada de desagrado. El niño regresa toda la mercancía con ayuda de sus compañeros de trabajo. “La Cabaña” es un supermercado diferente a otros. Aquí se vive un ambiente que no se da en todas las tiendas. Una atmósfera que a ratos satura, que termina por agotar. Al salir, la mayoría de la gente siente un gran alivio de irse con su mercancía bien surtida luego de haber pasado ahí esas largas horas. “Todo sea por precios bajos”.
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Foto: Prof. María Concepción Recio Dávila Y Ruth Patricia Domínguez Hernández
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8:00 P.M. El gran pino a un lado de la puerta alumbraba de forma multicolor todos los objetos de la sala, las luces apagadas hacían resaltar mas el espectáculo y a su vez acentuaba mas las adornos colgados de él, las cintas plateadas y áureas se deslizaban en largos rizos desde la punta hasta el faldón; esferas de varios tamaños salpicaban su verde follaje e incipientemente se dejaban ver algunos otros objetos diversos como campanas, tambores miniatura, figuras de osos tiernos, santa Claus y renos; también estaban colocadas las tarjetas con los buenos deseos para estas fiestas por parte de personas conocidas y muchas no tan conocidas. Y como punto final estaba en la cima una estrella brillante alumbrando vigilante desde las alturas además de ser testigo mudo de todo su dominio alrededor. La música se dejaba sentir a un volumen ligeramente alto e invadía con sus ondas sonoras una gran área de la casa, patio y exterior en la calle; pasaba de lo tropical a lo norteño, de lo “pop” al “tecno” incitando a mover el cuerpo a ritmo de salsa, cumbia, etc. alegrando el ambiente y anunciando a la gente que ahí la alegría se desbordaba en esta fecha tan especial. 67
10:00 P.M. En el patio principal se coloco una “piñata” para ser rota después de rezar y dormir al niño Jesús, recostado en la representación del nacimiento junto a las figuras en barro de José y María, sus padres; algunas ovejas, vacas y burros también habían sido colocados en torno al pesebre; no podían faltar las tres figuras de los reyes magos completando la representación bíblica del nacimiento del hijo de dios. 11:30 P.M. El ambiente se saturo con las delicias que emanaban de la cocina; se mesclaba el olor del pavo con un delicioso relleno integrado por nueces, crema y carne molida; los romeritos revueltos con delicioso mole de pipián; los tamales en todas sus presentaciones: rojos, verdes, de dulce e incluso había “oaxaqueños” en su interior de la vaporera; el ponche de frutas con sus respetivas cañas de azúcar, tejocotes, y guayabas estaba ya listo para servirse calientito. Esta orquesta de sabores anunciaba la cercanía de la cena. La mesa principal se encontraba despejada, adornada con un largo camino rojo que atravesaba a lo largo, en cada asiento estaban ya dispuestos los platos, tenedores, cucharas y vasos, todo dispuesto para colocar encima de ella cada uno de los platillos antes descritos.
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11:50 P.M. Faltaba ya poco para recibir el primer minuto de la navidad, y fiel a la costumbre de la casa Amelia aceleraba las cosas para cumplir a tiempo con la tradición, volteo hacia la mesa y mentalmente conto los utensilios necesarios para que la familia se reuniera a la mesa, como cada año; uno, dos, tres, cuatro, y cinco perfecto estaba completo. Tomo del trinchador de madera al lado de la mesa el salero par ponerlo en la mesa. El trinchador estaba adornado con figuras navideñas y la corona de adviento con sus cuatro velas usadas a lo largo del mes, a un lado se encontraban las fotos de la familia: el de Amelia junto con su esposo Pedro y Juan, Betty, y Pepe disfrutando de la playa en sus vacaciones de verano; en otra foto al extremo opuesto del mueble estaban los mismos pero sentados en la sala, con una alegría reflejada en el rostro de todos. 12:02 P.M. Amelia apresuro a todos para que ocupasen su lugar en la mesa, en la cabecera se sentó Pedro a su lado derecho su esposa, Juan al lado de su madre y Betty al lado izquierdo de su padre, inclinaron la cabeza todos y empezaron a orara en conjunto: “padre nuestro, que estas en el cielo…” las lagrimas se dejaron caer sobre la adornada mesa, entre tantos deseos de paz y de bendiciones que se decían en todas partes, aquí esta simple familia solo tenía un deseo: que regresaran a su hijo Juan con vida, desaparecido en alguna parte del país solo por desear un mundo mejor. 69
Sobre su autor: ARTURO ZAMARRÓN (México, D.F.) Licenciado en Economía por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM Azcapotzalco). Estudiante de la Facultad de Derecho por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM Campus C.U.). Columnista en la sección de economía del periódico “El Demócrata” y en otras publicaciones. Locutor de radio para las estaciones: Digital Coahuila y Eva Radio. Editor de la revista “Alejandría”. Estudiante de la escuela de escritores en la librería “Carlos Monsiváis”.
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