RAÍCES DE PAPEL Revista de la Plataforma Cultural Raíces de Papel Número 6
Julio - Diciembre
2010
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SUMARIO
EDITORIAL, 9 PREGUNTAS CON RESPUESTA JULIA GALLO SANZ entrevista al ilustrador JESÚS PRIETO REVUELTA, 12 MARCOS CALLAU VICENTE entrevista al poeta MIGUEL ÁNGEL YUSTA, 24 "
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entrevista a la pintora BEGOÑA MAZA MARTÍNEZ, 37 ARTÍCULOS
MARÍA PILAR DE CECILIA - Ana María Matute - Premio Cervantes 2010, 47 ANTONIA PONS COCH
- Josefina Aldecoa, 54
MILAGROS SALVADOR - Juan Filloy, una invitación a su lectura, 61 JARO GODOY - Delmira Agustini - El poema inconcluso, 65 AMELIA PECO - Tres mujeres cochabambinas, 73 MARÍA DEL CARMEN GAGO FLORENTI - Giovanna, o la primavera florentina, 79 REYES CÁCERES MOLINERO - Una fiesta del Arte - Exposición "Jardines Impresionistas", 87 - Miradas - Exposición de Maruchi Molinero, 94 JOSE ANTONIO RODRÍGUEZ HODAR Juan Luís López Anaya-Artista y amigo, 100 GRAFOLÓGICAMENTE HABLANDO NURIA SÁNCHEZ CARAVACA - Grafología, 106 EL ALMA DEL POEMA JUAN RUIZ DE TORRES - El alma del poema (2), 111 POESÍA JOSÉ JAVIER ALEIXANDRE - Todavía, 115 3
JOSÉ IGLESIAS BENITEZ - Niebla, 117 BLAS MUÑOZ PIZARRO - El silencio de Dios, 120 CARMEN RUBIO - I, 122 ALEJANDRO MORENO - Como un sediento muro, 124 RAÚL CALVO VARELA - Decir, 126 REYES CÁCERES MOLINERO - Las veinticuatro horas del bosque, 128 FRANCISCO MIGUEL LÓPEZ JIMÉNEZ - A Juan López Pinto, in memoriam, 130 ANA ROMANO - Cautivo - Añoranza, 132 ELADIO MÉNDEZ - Alas de ceniza, 134 ELISA BERNA - Quito laberíntico, 136 FRANCISCO JAVIER CARMONA CAMARERO - Abel - Ulises, 138 FERNANDO FIESTAS - El exilio ante el espejo, 141 FRANCOISE ROY - He aquí que amanecí, 144 RAMIRO GAIRÍN MUÑOZ - La loca celeste - Tolkeyen, 145 JOSÉ MARÍA IZARRA - Autorretrato - Salmo - NaCn, 147 JOSÉ LÓPEZ RUEDA - A José López Martínez, 149 MARTA DE ARÉVALO - Anagrama chino, 150 NÉLIDA LEMOS PAGANINI - Miel y sal, 151 OSWALDO ROSES - Esta madrugada de mala noche, 152 PATRICIA K. OLIVERA - Soy, 154 PEDRO TENORIO - En Colliure, 156 PLÁCIDO RAMÍREZ - La cifra azul de nuestra infancia, 159 ROLANDO REVAGLIATI - A Miguel Hernández, 161 RONALD BONILLA -Pastor de la sangre, 162 JOSÉ CERCAS - Volveré a escribir tu nombre, 163 MANUEL GIMÉNEZ GONZÁLEZ - Inicio del poema, 164 VALERIANO FRANCO - Páramo, 166 NARRATIVA ALEJANDRO MORENO - La azotea roja, 169 ROBERTO MALO - El regalo, 172 SOLEDAD CAVERO - El poder de la envidia, 173 4
PALOMA HIDALGO DÍEZ - Adelante, 177 CARLOS I FERNÁNDEZ CARBONELL - Su norte, 180 JAVIER BUENO JIMÉNEZ (ARVIKIS) - La Fuente Amarga, 182 JUAN CALDERÓN MATADOR - Las medias azules, 184 TEATRO JOSÉ MANUEL SITO - El pistoletazo, 191 RESEÑAS MILAGROS SALVADOR - Dos minutos y medio, 196 - Hijos del trueno, 198 JULIA GALLO SANZ - Corales, 200 MARÍA CRISTINA BOROBIO IBARRONDO - R-Textos (Reflexiones con fecha), 202 PEDRO CARRERO ERAS - Kilómetro 0, 205 MARTA DE ARÉVALO - El árbol de las ausencias, 207 AGUSTINA GARCÍA MANZANO - Con otro final, 210 MARISOL MARIÑO - Canto a Lilith, 212 MAITE FREIRE PÉREZ - Sueño de libertad, 214 FRANCISCO DE LA TORRE DÍAZ-PALACIOS - Blanco, negro y otro color, 217 REYES CÁCERES MOLINERO - Los vientos y la guerra, 221 PEPA NIETO - Últimos pasos, 223 LIBROS Y REVISTAS RECIBIDOS 225
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Raíces de Papel Revista de la Plataforma Cultural Raíces de Papel Nº 6 - JULIO / DICIEMBRE - 2010
Dirección: Javier Bueno Jiménez (Arvikis) y Juan Calderón Matador
Subdirecciones: Julia Gallo Sanz (Preguntas con Respuesta)
Reyes Cáceres Molinero (Artículos)
Milagros L. Salvador (Reseñas)
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Corresponsales:
Amelia Peco (Guadalajara)
Ana Gamero (Cádiz)
Blas Muñoz (Valencia)
Lola Vicente (Segovia)
Pácido Ramírez (Badajoz)
Ana Mª Castillo (Mérida)
Marcos Callau (Zaragoza)
Raúl Calvo (Galicia)
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Plataforma Cultural Raíces de Papel C/ Benito Castro, 11 2º Izq. 28028 Madrid raicesdepapel@gmail.com http://raicesdepapel.blogspot.com/ Portada y Contraportada : Ayesha López Rubio http://ayesha-thelazycat.blogspot.com ayesha_lr@yahoo.es
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EDITORIAL Una vez más tenemos el placer de dirigirnos a ustedes, queridos lectores, para ofrecerles un nuevo número de Raíces de Papel. En esta ocasión les reseñamos algunas novedades que, aun siendo de índole interno, queremos compartir. En nuestra continua intención de mejorar la publicación hemos decidido ir delegando algunas funciones en personas de reconocida trayectoria, por lo que hemos creado tres subdirecciones, de las que se encargan: Julia Gallo Sanz (Preguntas con respuesta), Reyes Cáceres Molinero (Artículos) y Milagros L. Salvador (Reseñas). A estos tres magníficos fichajes unimos la inestimable colaboración de una red de corresponsales que comienza a extenderse a lo largo y ancho de España, con la misión de acortar distancias entre nosotros y los autores de sus respectivas provincias o zonas, facilitando las relaciones y la cooperación con la revista. Los nombres de casi todos ellos les resultarán conocidos, tanto por méritos de su obra como por sus colaboraciones en números anteriores: Amelia Peco (Guadalajara), escritora, Ana Gamero (Cádiz), periodista, Ana María Castillo (Mérida), poeta, Blas Muñoz (Valencia), poeta, Lola Vicente (Segovia), escritora, Marcos Callau (Zaragoza), escritor,
Plácido Ramírez (Badajoz), poeta, y Raúl Calvo (Galicia),
escritor. En cuanto a contenidos, añadimos también tres nuevas secciones: "El alma del poema", a cargo del Profesor Juan Ruiz de Torres, "Grafológicamente hablando", de la que se ocupa la Grafóloga Nuria Sánchez, y un apartado dedicado a las Artes Escénicas, donde se publicarán los textos teatrales que recibamos. A todo este magnífico equipo, que paulatinamente irá aumentando, le damos nuestra más efusiva bienvenida, le expresamos gratitud por haber aceptado sin titubeos nuestra propuesta, y estar dedicados con entrega, de forma totalmente altruista, a sus respectivos cometidos. También queremos informar de la buena acogida que ha tenido la convocatoria de los Certámenes Literarios Raíces de Papel: II Certamen de Microrrelatos sobre el Cine "Arvikis-Dragonfly", y III Certamen de Poesía "Poeta Juan Calderón Matador", a los que han concurrido un número de participantes que duplica al del año anterior. El plazo de presentación finalizó el día 15 de Mayo, y ahora le queda una ardua tarea a los
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respectivos
jurados
para
elegir
los
mejores
trabajos
de
cada
modalidad.
Afortunadamente dispondrán de un largo verano para leer y deliberar. Gracias a todos los participantes por haber respondido a nuestro llamamiento. Os deseamos mucha suerte. Y gracias también a Ediciones Cardeñoso (Vigo) por haber patrocinado, otra vez más, estos premios. El fallo se dará a conocer, como muy tarde, a comienzos del mes de octubre. El desaparecido actor y dramaturgo Fernando Fernán Gómez decía, en el título de una de sus obras más conocidas, que las bicicletas son para el verano, pero en la actualidad quizás tendría que haber dicho que son para cualquier estación del año. De un tiempo a esta parte parece que el vehículo de dos ruedas se ha puesto de moda, y la ciudad se ha llenado de ellos. Su estampa no deja de resultar romántica, y hasta ecológica, pero no carece de inconvenientes para los viandantes, siendo frecuentes los sobresaltos cuando, sin previo aviso, vemos cómo invaden las aceras en una u otra dirección, viéndonos obligados a hacer continuos quiebros de cintura para sortearlas y, claro, a ciertas edades eso resulta tarea complicada. Esperemos que los gobernantes de las ciudades sepan solucionar el problema con prontitud, creando carriles-bici, antes de que veamos volar nuestra cadera sobre cualquier manillar desenfrenado. Por hoy nos vamos a quedar con las imágenes más divertidas y bellas de las bicicletas, esparciéndolas por las páginas de Raíces de Papel, con la esperanza de que les hagan viajar plácidamente por sus diferentes secciones. Les deseamos un feliz semestre y una estupenda travesía por los contenidos que en esta ocasión hemos elegido para ustedes. Recuerden que, si nada lo impide, volveremos a encontrarnos en Enero de 2012. No nos sean infieles, por favor.
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PREGUNTAS CON RESPUESTA
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Julia Gallo Sanz
Entrevista a
Jesús Prieto Revuelta
HISTORIAS DIBUJADAS
Jesús Prieto Revuelta, madrileño, ha nacido con el don de comunicar mediante el trazo, lenguaje del que se sirve para contar emociones, sensaciones, cosas. Sus dibujos nos hablan entre líneas, mediante líneas, formas, colores. “Me cansé de dibujar en la
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Facultad de derecho y, tras licenciarme, y un breve coqueteo con el mundo de las oposiciones, decidí formarme en el campo de la ilustración”, dice. Opositó al Cuerpo de Gestión del Estado, superando las dos primeras fases del proceso selectivo; tiene en su haber Certificado de Aptitud Pedagógica en la rama de Filosofía, con desarrollo de prácticas en el Colegio de los Salesianos de Atocha de Madrid; trabaja en La Casa del Libro; ha sido entrenador de baloncesto, profesor de dibujo…, y tenaz trabajador en el discurrir de muchas, muchísimas horas de Dibujo e Ilustración tradicional, así como de Diseño e Ilustración Digital, porque Jesús, por encima de todo, es artista, un excelente artista del dibujo: un ilustrador, solo hay que verlo. http://ilustracioneshombresinpasado.blogspot.com
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¿Desde cuándo tus dedos trazan personajes? Desde que tengo uso de razón. Realmente he dibujado siempre, mi madre tiene guardados garabatos míos de cuando era muy niño. Más tarde, ya en el instituto o en la universidad, siempre me recuerdo dibujando en clase, en los apuntes, en el libro de texto…Tenía un profesor que se quedaba con mis dibujos, no los rompía como solían hacer los demás cuando me descubrían. Hay que ser un buen ilustrador para poder hablar con el vocabulario de la ilustración, ¿de dónde emana la magia para transmitir? Supongo
que
emana
de
la
necesidad
de
transmitir,
de
exteriorizar,
de
comunicar…Después hay que encauzar esa necesidad a través del vocabulario visual, manejando los elementos que integran ese lenguaje. Analizas “la forma de dar forma” a unos dibujos que provoquen una emoción en el lector, o te dejas llevar sin premeditar nada. Creo que las dos son válidas. Primero me dejo llevar sobre un papel; más tarde, una vez finalizados los bocetos iniciales, trato de racionalizar lo que tengo delante. En este último paso intento de encontrar la mejor solución para transmitir de la manera más clara y comprensible mi primera sensación, mediante los elementos de que dispongo. Creo firmemente en la inspiración, por eso te pregunto: Jesús, ¿en qué te inspiras? Generalmente me inspira la tristeza, el sufrimiento, la incomunicación, la incomprensión, la soledad…Me resulta más costoso encontrar inspiración, por ejemplo, en la alegría o la felicidad. He de decir que en los últimos tiempos estoy tratando de encontrar sugerencias en otro tipo de realidades más alejadas de las que me suelen inspirar, para ampliar mis miras y enriquecerme un poco en ese sentido. ¿Cómo te viene a la cabeza la imagen exacta que cuente con inmediatez lo que deseas expresar? 14
Bueno, al principio siempre hay una imagen, incluso varias. Esa imagen a veces es más exacta, otras más difusa, a veces sólo veo con claridad el ambiente de la ilustración, en otras ocasiones son las formas las que represento con precisión en mi cabeza…Finalmente es el dibujo el que acaba moldeando esa idea original, acercándose más a la misma o alejándose incluso.
¿Qué narra más, el dibujo o el bocadillo (también llamado globo)? Creo que ambos deben narrar. A mí me encantan las ilustraciones que por sí solas cuentan historias. Mirándolas no sólo ves lo que ves, puedes imaginar lo que ha pasado antes o pasará después de ese fotograma en ese pequeño mundo imaginario. Obviamente si hablamos de cómic, dibujo y guión deben colaborar en la narración.
En ocasiones tus ilustraciones son mudas, ¿por qué?
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Creo que una parte de la respuesta anterior podría servir para contestar esta pregunta. Mi forma de comunicar es el dibujo, por ahora las letras no entran dentro de mis planes…Además, no sé si se me daría bien escribir. Joseph Pulitzer y Wiliam Randolph Harst se sirvieron de viñetas, sobre todo en los suplementos de sus respectivos periódicos, como ingrediente más para captar nuevos lectores. ¿Hoy el cómic sigue siendo tan buen reclamo? Pienso que las imágenes siempre son un gran reclamo, debido a que sólo con una mirada podemos captar una gran cantidad de información en una fracción de segundo. En mi opinión, las imágenes nos ofrecen la forma de comunicación más directa que existe.
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La Literatura, el cine, la fotografía, ¿te parece que han legado cierta herencia al cómic (bande, dessinée, fumetti, manga, cuadrinhos, monos, pepines, TBO)? Creo que el cómic se ha dejado influenciar por el cine o la literatura, y eso es magnífico pues le ha enriquecido enormemente. En cuanto al cine, su influjo ha sido muy importante, pues ha ayudado en el desarrollo de soluciones para la captación del movimiento, el dinamismo, en los planos en los enfoques. El cómic manga es brillante en este sentido, Eisner nos ofrecía en sus historias enfoques totalmente cinematográficos… También hay que decir que el cómic aporto ideas al cine primitivo cuya característica principal era el encuadre fijo y la ausencia de variantes en planos y escalas. Hubo algún dibujante que aportó ideas al cine a través de sus cómics. Creo que la literatura influye en los argumentos, en las tramas, en las historias; también hay cada vez más adaptaciones de obras literarias a través del cómic. A finales del S. XIX, coincidiendo con el nacimiento del cine en 1895, surge el cómic sucediéndose hasta hoy, que es incluso objeto de coleccionismo. ¿Por qué tiene tanta aceptación social? Creo que se debe a que el cómic ha evolucionado de tal manera con el paso de los años que se ha convertido en una forma de comunicación muy rica y variada, dando cabida a todo tipo de lectores. Seguramente sus características influyen también en esta realidad: el cómic es un cauce de entretenimiento, pero también tiene relevancia como transmisor de cultura, ideas y pensamientos, como espejo de la sociedad y de nosotros mismos, de nuestros problemas, sueños, frustraciones…por no hablar de su naturaleza artística. En este último aspecto hay que decir que hay comics que son verdaderas joyas desde el punto d vista visual, no me extraña que sean objeto de colección.
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¿Sus mayores lectores entre qué edades se encuentran? Creo que el cómic abarca todas las edades. Tiene mucho peso y atractivo para jóvenes y adolescentes, pero no es menos seductor para niños y adultos, debido a la diversidad y variedad que el mundo del cómic nos puede ofrecer. El humor gráfico es, sin duda, un arte de carácter sociológico, ¿por qué? ¿Está libre de censura? El humor gráfico, desde sus orígenes, ha sido un instrumento de crítica social a través de la sátira y la caricatura. Creo que la comunicación gráfica es perfecta para alcanzar estos fines. En cuanto a la censura quiero pensar que no, las publicaciones tienen una tendencia siempre, pero en mi opinión los humoristas gráficos están al margen de las mismas y tienen libertad y margen de creación. 18
¿Tiene que ver el humor de un cómic con el humor de su creador? Creo que están íntimamente ligados. Al leer la biografía de Schulz puedes descubrir que gran parte de sus vivencias y personalidad quedaban reflejadas en las viñetas de Peanuts. Hay mucho del autor de
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estas famosas tiras en Charlie Brown, Lucy, Linus, sus reflexiones vitales…incluso Snoopy es un reflejo de una parte de la vida de su creador. Facilidad… no sé, como ilustradora conozco la perseverante disciplina; economía de medios para la realización de los dibujos, dicen que sí. ¿Existe economía en el mundo de la ilustración, cuánto se tarda en la realización de una obra así? Yo suelo tardar en hacer una ilustración final 4 o 5 días si trabajo a pleno rendimiento, teniendo en cuenta que tengo que compaginar esta actividad con mi vida laboral. En cuanto a la economía temporal, se puede decir que hay trucos para que una fase de la creación sea más rápida o nos ocupe menos tiempo (por ejemplo en las pruebas de luz o de color ayudan mucho las técnicas digitales), pero no puedes saltarte ningún paso. De hecho si lo haces (a veces se hace) luego tienes que estar corrigiendo sobre la ilustración final, y eso es muy molesto. Háblanos de tu experiencia como ilustrador, de tus proyectos, de lo que deseas hacer en el futuro. Tengo dos proyectos interesantes, ambos relacionados con el mundo de la literatura infantil. Es difícil abrirse camino en este mundo debido a que hay una gran cantidad de escritores e ilustradores, pero creo que son dos buenas apuestas y confío mucho en ellas, y en las personas con las que estoy trabajando. En cuanto a mi experiencia es más bien poca, pues apenas ha pasado un año y medio desde que acabé mi formación, y se podría decir que aún estoy completando mi porfolio. En cuanto a mis escasas experiencias he de decir que ha habido un poco de todo, pues no todo el mundo se toma en serio el trabajo y el esfuerzo de los demás. Ahora, cuando trabajas con alguien que respeta la actividad que llevas a cabo, el proceso creativo es fantástico.
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He oído decir que está en inferioridad de categoría la ilustración frente a la palabra, siempre relacionada con lo culto. Una frase ha de ser pensada, un dibujo habla al que lo ve sin necesidad de palabras. ¿Tus ilustraciones reúnen el prodigioso requisito de hablar sin palabras, sólo con el dibujo? No lo sé, quiero pensar que sí, al menos eso intento. Aunque en realidad supongo que la comunicación no sólo depende del emisor, también depende del receptor. En cuanto a esa supuesta inferioridad, he de decir que no la comparto. En realidad el lenguaje visual es muy complejo, a pesar de la inmediatez con la que nos transmite su mensaje. Por otro lado también creo que la palabra está sobrevalorada; en ocasiones sobran o no son necesarias,
y a pesar de ello ahí están, sobrecargándonos de
información (y a veces hasta desvirtuándola). Jesús, con tan magnífico currículo académico, ¿los que te rodean entienden que quieras ser dibujante? Bueno, he tenido apoyo e incomprensión a ambos lados del camino. He de decir que entiendo que haya sido así, pues no siempre canalizamos bien las preocupaciones que nos generan las decisiones que adoptan las personas que nos importan.
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Para terminar. ¿Qué diferencias apuntarías entre la ilustración por si sola y la historia gráfica? La diferencia esencial es que el cómic es eminentemente secuencial, aspecto que brilla por su ausencia en la ilustración. Ésta última nos ofrece un fotograma aislado (o varios) de una historia determinada, en la historia gráfica esos fotogramas o lienzos no están separados unos de otros, sino que integran una secuencia. De esta forma podríamos decir que la ilustración es una parte imprescindible y esencial del engranaje del cómic. El hombre es capaz de realizar maravillas, hay muchas pruebas de ello. Resulta difícil comprender cómo alguien puede componer música, esculpir un bloque de mármol, escribir poemas, crear dibujos concatenados que cuenten historias… Jesús Prieto Revuelta, además de otras pericias, es esto lo que mejor hace: dibujar, porque es una gracia que le tocó en el reparto de talentos y el suyo no lo ha enterrado, nos lo ofrece incansablemente mudando formas y colores sin perder su propio sello. Que tengas la suerte que mereces. Te admiro desde hace muchos años. Ha sido un placer entrevistarte. Gracias.
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Marcos Callau Vicente
Entrevista a
Miguel Ángel Yusta
MAYUSTA, POESÍA Y COPLA
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Miguel Ángel Yusta (Zaragoza, 1944) poeta y escritor, cuenta con una larga e importante trayectoria literaria ligada también a los medios de comunicación. Columnista del diario Heraldo de Aragón ha sido el autor de diversos artículos sobre el folklore aragonés y las coplas, con cuya autoría ha obtenido numerosos premios. Sus últimos trabajos han sido los poemarios Luces y sombras (1999), fotopoemas con fotografías de C. Moncín, el estupendo Peregrino de ausencias (Unaluna.2006), Teoría de luz (2007), Reloj de arena (2008), Senderos de amor y olvido (2008), Rincón de coplas (Unaluna 2006), Artículos indefinidos (2010) y el asombroso poemario de memoria histórica titulado Ayer fue sombra (2010). Pero, sobretodo, Miguel Ángel es un hombre que derrocha sabiduría en la mirada, amable, capaz de sacarte una sonrisa en cualquier momento, simpático, excelente amigo, cercano y siempre preocupado por la divulgación de la poesía en su tierra y entre los jóvenes por los que mantiene una gran dedicación para su desarrollo literario. Miembro de la Asociación Aragonesa de Escritores coordina diferentes ciclos de poesía en Aragón y últimamente forma parte en programas de intercambio literario con poetas de Madrid.
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Miguel Ángel, conocido en el mundo de los blogs y en su rincón de coplas de Heraldo de Aragón como Mayusta, debo decirte que todavía está recién leído en mis manos tu último poemario Ayer fue sombra. Como zaragozano confieso que es emocionante leer estos poemas advirtiendo lo que creo que es un profundo amor a nuestra tierra. Pero también destacan en él los crudos recuerdos dolorosos de un tiempo de posguerra que marcaron la historia de nuestro país. Esta memoria histórica que destila Ayer fue sombra lo convierten igual de cercano para un lector aragonés que para otro de cualquier otro punto geográfico. Háblanos un poquito de cómo llegaste a escribir este sensacional poemario y lo que significa para ti. En primer lugar muchas gracias querido Marcos por pensar en mi modesta persona para realizar esta entrevista. Sabes que siento un gran cariño por tu persona y tu obra que está evolucionando y creciendo con fuerza y te deseo lo mejor en este complicado mundo poético. Pasando a contestar tu pregunta, en efecto, el poemario “Ayer fue sombra” es una catarsis emocional de unos sentimientos que estaban ahí desde mi niñez y que, de alguna manera, quería verter y compartir con el lector y especialmente con el lector joven que no vivió aquella época pero que debe conocerla para salvaguardar el progreso que, por fortuna, consiguieron nuestros padres con su sacrificio. Por eso, la obra está dedicada “A mis padres” y “A mis hijos”. Utilizando uno de los versos que abren el libro “Liberas poemas de tus viejas carpetas antes de que se pierdan en el olvido” . ¿Cómo se recuerda en pleno siglo XXI aquella infancia en Zaragoza? Con una mezcla de nostalgia, dolor y ternura. Éramos niños y en mi casa no sobraba precisamente el dinero, sino al contrario. Mi padre estaba represaliado por sus ideas y desempeñaba trabajos esporádicos y mal remunerados. Naturalmente, no estaba “enganchado” a los “enchufes” del régimen. Mi madre tenía que hacer malabarismos para llegar a fin de mes. Todo eso lo percibe un niño de una manera especial dentro de su mundo infantil, sin percatarse a fondo de la situación general, pero sintiendo que algo pasa en las miradas, en las palabras, en el recuerdo de los ausentes...
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En poemas como Escaparates con camiones, trenes eléctricos y bicicletas se advierte esa derrota que siempre está presente en Ayer fue sombra (los vencidos, que pudieron ser todos) y sobretodo la miseria, parecida a la que quiso relatar Luís Buñuel previamente en su documental Las Hurdes. ¿Logras encontrar belleza también entre estos paisajes desoladores para escribir un poema? Un poema es una expresión tanto de belleza como de dolor, rabia, reivindicación, pero expresada, claro, de forma poética. Los paisajes desoladores de que hablas están en mucha de la poética de posguerra ( véase al gran Joan Margarit) y en muchos otros autores que fueron testigos de su tiempo aunque a algunos de ellos no pudiéramos conocerlos a fondo hasta la desaparición del franquismo. El poema “Escaparates...” relata la ilusión de un niño al que un cristal le separa de un mundo inaccesible para él porque, simplemente, no existe la manera de que “los Reyes” vengan a su balcón como
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a los de los niños más pudientes, aunque siempre hubo un pequeño y modesto juguete que recuerdo con enorme cariño y que duraba, por supuesto, todo el año...
Un poema que me encanta es Gloria Grahame en el cine de mi barrio. Hoy en día somos unos apasionados de aquel gran cine pero, en aquella época, ¿qué suponía poder acudir al cine a contemplar el maravilloso mundo estadounidense casi onírico para una España sumida en una posguerra alargada en la tristeza? Pues para los adultos era una liberación y para los niños una fiesta de ilusión. Las salas no eran, precisamente, lugares idílicos, sino sitios calurosos en verano, malolientes casi siempre y llenos de gente que pasaba las tardes en las “sesiones continuas” a veces buscando refugio a la soledad, al frío en invierno o al aburrimiento que reinaba en un país gris y sin perspectivas para muchos. Pero, cuando se iluminaba la pantalla, se olvidaban los problemas y durante la proyección, a veces cortada por restricciones eléctricas, se soñaba con un mundo mejor y posible.
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Después de los tiempos grises de España llegó Paris. ¿Qué supuso en tu vida el descubrimiento de la capital francesa? Mis viajes a Paris fueron desde la adolescencia ( tenía un tío médico, refugiado, que ejercía en la capital francesa ) una liberación y una ventana al conocimiento, a la libertad. Piensa, querido Marcos, que la España de los últimos años cincuenta y primeros sesenta, era casi un cuartel, que una pareja besándose en la calle podía incurrir en un delito de escándalo público y que había piscinas para hombres y mujeres, entre otras cosas. Cuando vi que, en París, las parejas se besaban tranquilamente en la calle, en el metro, pensé por un momento que iba a acudir un guardia a detenerles...París fue un sueño donde pude leer autores prohibidos aquí, ver cine que tardó años a poderse contemplar en nuestro país, observar, anotar y conocer gente extraordinaria...y ver mujeres desnudas en cine o espectáculos ( donde por cierto acudían tranquilamente familias) verdadera obsesión en los chavales de mi época que podíamos ir a fuego eterno si accedíamos a tan placentera contemplación... Otro poema escrito en Oración por el viejo amigo sorprende por la relación entre el poeta y su diálogo con Dios. Se vislumbra entre estos versos una dedicatoria personal pero ¿en qué medida influye aquí una creencia en un dios que más parece una esperanza? En la época no había elección en materia de creencias y había que ser “católico apostólico romano”. Eso nos creó intensos conflictos que, por fortuna, muchos superamos con el conocimiento, con la adquisición de una cultura basada en la tolerancia y el respeto y en los valores humanos. Yo puedo pensar que hay algo que mueve todo este tinglado, pero déjenme creerlo -o no- y que, a veces, dude. Déjenme la libertad de buscar el camino que pueda “religarme” con ese dios que no creo que tenga barbas ni, por supuesto, un representante en Roma que decide quién y cómo “ se salva”...Déjenme, en suma, la facultad de decidir y ojalá se esgrimiesen más las banderas de la tolerancia y el respeto y se arrumbasen para siempre las de los diversos dogmatismos que crean tanto dolor por el mundo.
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También este poemario contiene una fuerte carga urbana con algunos poemas incluso a ciertos modelos de coches americanos que más parecen un sueño. ¿Todo era soñar cuando se era un niño o un adolescente en la vieja Zaragoza? Los sueños forman parte de la vida y la vida , ya lo decía el viejo maestro Calderón, es a veces sueño. Soñar es necesario, siempre y cuando el sueño no sea un sustitutivo de la realidad. Hay que, ante todo, asumir la realidad de cada cual y dejar espacio al sueño, a los sueños, pero mirando con el rabillo del ojo el mundo real, que es donde tenemos los pies. Es bueno soñar y más para los niños, sobre todo cuando hay carencias, pero es también muy importante trabajar para que esos sueños no solapen la realidad y para que desaparezcan las carencias que, a veces, hacen que nos refugiemos en los sueños.
Dejando ya el poemario Ayer fue sombra pasamos a otro orden de asuntos. Tu relación literaria con Madrid cada día es más estrecha. Últimamente se están preparando unos intercambios poéticos entre Madrid y Zaragoza. ¿Qué ha sido y qué es para ti Madrid y toda su tradición literaria del Café Gijón o actualmente la actividad en Los Diablos Azules? Es bueno que la poesía sea un vehículo que fortalezca las relaciones personales y que los poetas de diferentes registros y geografías se reúnan e intercambien sus trabajos y sus conocimientos. Madrid es un referente cultural, un inmenso puerto a donde llegan todas las tendencias, todas las culturas. Es importante esa relación entre autores de diversas procedencias. Donde se reúnen muchos, hay mucho que aprender, Nueva York, Londres, París, Madrid, Barcelona, junto a un numeroso y diverso grupo de ciudades, son lugares que emanan continuamente una intensa actividad cultural que a todos
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beneficia. El localismo, en su peor sentido, nos lleva a la endogamia cultural y es necesario salir afuera, conocer y beber de las diversas fuentes que originan los ríos de la cultura. Madrid, donde tengo grandes amigos, así como Barcelona, son ciudades donde puedes crecer y aprender y eso es siempre necesario -también- para un escritor, para un poeta. ¿Qué oportunidades tiene la poesía hoy en día para salir a flote? La poesía está teniendo hoy en día un auge espectacular, tal vez porque el hombre necesita hacer un alto en el camino del materialismo y sentarse a contemplarse a sí mismo y al mundo que le rodea y, para ello, la poesía es un vehículo perfecto. Hay muchos poetas y muchos buenos poetas que están aportando su granito de arena para que seamos mejores y pensemos en que no solamente estamos en el mundo para tener el último modelo de automóvil o engordar una cuenta corriente... Últimamente en literatura y en general en todas las expresiones artísticas, se está hablando de una unificación de estilos. Algunos dicen que ya no hay poesía pura sino prosa poética e incluso se está llegando a hablar de novela poética. ¿Esto es bueno para la literatura? Toda expresión poética es admisible si tiene belleza y calidad. Otra cosa es que muchos autores se refugien en conceptos o formas complejos para ocultar una cierta dificultad de expresión. Mi concepto de la poesía es que debe ser comprensible y llegar a su intérprete: el lector. Para ello es buena herramienta cualquiera que pueda ayudar a la claridad y la concisión. Todo vehículo es bueno si transporta calidad... Por otra parte, el tiempo decantará lo bueno de lo menos bueno y, lo que quede, será clásico, sea cual fuere su vestimenta formal.
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Este año pasado Aragón perdió probablemente a uno de sus más grandes personajes literarios con la muerte de José Antonio Labordeta. En esta revista, en el anterior número, tuve la oportunidad de escribir un artículo en su honor con la inestimable ayuda de Marta Navarro y de Sofía González. Tú mantuviste una estrecha relación con José Antonio. ¿Cómo se debería recordar a un personaje tan importante para Aragón y cómo lo recuerdas tú, personalmente? José Antonio, con quien tuve una relación ocasional pero intensa, era una persona singular, sencilla en la intimidad y, a veces, distante para quien no le conocía a fondo. Una cierta timidez le hacía parecer tal vez así, pero era todo corazón. De familia ilustrada, con un hermano, Miguel, referente en la poesía española contemporánea, José Antonio Labordeta fue un excelente cantautor, un buen poeta que aportó, en tiempos difíciles, ilusión y entusiasmo a un territorio, Aragón, abatido por la indiferencia. Esta tierra está en deuda con quien mejor supo expresar en palabras y música, el sentimiento aragonés de varias generaciones. Como miembro de la Asociación Aragonesa de Escritores eres el coordinador de varios ciclos poéticos y literarios del panorama cultural zaragozano. En mi opinión
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todos estos actos representan una inyección muy positiva y necesaria para la vida cultural de nuestra ciudad. ¿Cuál es el nivel actual cultural de Zaragoza teniendo en cuenta su candidatura a Capital Europea de la Cultura? Creo que se está trabajando en esta ciudad bien y mucho en diversos sectores, especialmente en el cultural. La Asociación Aragonesa de Escritores, de cuya Junta formo parte, está llevando a cabo una intensa y entusiasta labor en ese sentido. El año pasado organizamos más de cuatrocientos actos culturales literarios, colaborando con las Instituciones y por cuenta propia. Hay un equipo excelente de personas que, generosamente, están trabajando con profundidad y elevando mucho el listón cultural de Aragón y Zaragoza. Invito a los lectores a que se acerquen a la página web de la Asociación y se percaten de las actividades que se celebran, al tiempo que también les sugiero que de una manera u otra se asocien y colaboren para que crezcamos y penetremos en todos los estamentos de interés literario. No estamos en Aragón muy acostumbrados a trabajar en equipo, pero es indispensable hacerlo, sin crear pequeños reinos de taifas y con el común denominador de acrecentar la cultura y competir fuera de nuestra tierra. Esa es la clave del éxito que puede llevarnos a ser capitalidad cultural. Internet es la nueva y más potente vía de información del mundo. Normalmente publicas poemas propios en tu blog mayusta.blogspot.com ¿Qué ha significado para ti Internet como medio de comunicación y expansión cultural? Internet es una herramienta cuya importancia pienso que no hemos valorado aún debidamente. La Red cambiará nuestras vidas en un tiempo muy próximo ( lo está haciendo ya) y hay que manejar esa herramienta, - que a mi a mi parecer tiene una trascendencia mayor aún que la que tuvo la imprenta en su tiempo- con habilidad y conocimiento, para que la herramienta no nos maneje a nosotros. La forma de ver el mundo, la educación, las relaciones personales y muchas cosas más están cambiando día a día con Internet. Como medio de comunicación a través de los blogs, permiten que en el otro extremo del mundo, una persona vea en el instante, un poema que has “colgado” en la red.¿No es eso un milagro estupendo? Pero, cuidado, su abuso puede hacernos depender de ella en exceso, hacernos “adictos” y eso tiene unos riesgos que es bueno conocer y prevenir.
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He leído en alguna otra entrevista que no te importaría ser recordado como coplista. Explícanos en qué consiste un poquito tu admiración por la copla. La copla es una hermosa estrofa poética injustamente devaluada por ciertos poetas “cultos”. La copla, utilizada por numerosos poetas españoles de todos los tiempos y revalorizada muy especialmente por algunos de la Generación del 27 ,está teniendo actualmente un gran impulso con composiciones de calidad poética extraordinaria. Es una estrofa nuestra, muy cercana, que expresa nuestro pensamiento e idiosincrasia y que , a no dudar, va a seguir creciendo porque es un hermoso vehículo de expresión poética.
¿No es muy complicado expresar una idea en una copla, cuatro versos de ocho sílabas?
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Tiene la dificultad de su extensión y la virtud de que, eso mismo, hace que necesite poseer claridad, concisión y belleza a partes iguales. No es fácil hacer buenas coplas. Muchos poetas actuales las temen, pero es, como toda rima clásica, un bonito ejercicio de composición poética que debe ejercitar nuestra capacidad de creación. Háblanos un poquito de esa relación que estableces entre la copla y la jota, la música aragonesa por excelencia. La copla es la letra de la jota, se compone de cuatro versos que, al cantarse se desdoblan en siete, ya que se repiten segundo, cuarto y primero. Eso hace que tenga una peculiaridad y que la copla de jota sea especialmente difícil pues, en su desdoblamiento, no debe perder su sentido, sino reforzarlo.
Junto a Joan Margarit Casi todo el mundo hoy en día apuesta por el verso libre. ¿Aún se puede apostar por la poesía clásica rimada? Hoy en día, por fortuna, ambas formas se cultivan sin entorpecerse, sino al contrario. El metro y rima clásicos pueden vestirse de modernidad conceptual perfectamente. El verso libre ( no tan fácil como algunos creen) permite otro tipo de expresión poética.
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Pero en ambas formas debe haber musicalidad. Nada es poesía si no tiene ritmo y música: lo demás es, simplemente, prosa... Para terminar, Mayusta, me gustaría preguntarte cuáles son tus próximos proyectos y darte las gracias por atender a estas preguntas de alguien que te admira. Ha sido una entrevista muy bien articulada y densa y yo soy quien debe agradecerte el que me hayas dado la ocasión de expresarme contestando a tus buenas preguntas. Mi proyecto, para finalizar, es seguir aprendiendo cada día, trabajar honestamente y no tener jamás prisa para publicar. En poesía, las prisas son muy malas consejeras y la obra debe ser meditada, reposada, repasada y revisada. Nunca está terminado un poema, y eso lo dicen los mejores poetas. Lectura, reflexión y trabajo son armas fundamentales con las que el buen poeta esculpe su obra. Por otra parte es interesante amar, vivir y dejar vivir como lema existencial y a eso me dedico con todas mis fuerzas. Muchas gracias por tu entrevista, amigo Marcos...
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Marcos Callau Vicente Entrevista a
Begoña Maza Martínez
ARTE PARA UNA DÉCADA: SIGUIENDO LOS TRAZOS DE BEGOÑA MAZA MARTÍNEZ
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Begoña Maza Martínez nació en Zaragoza (1970) y desde muy temprano adquirió interés por el dibujo. Su formación fue autodidacta y experimental, mientras que su trayectoria artística ha sido muy variada (Autocad, Diseño gráfico, decoración, fotografía, ceramista etc.) En el año 2004 diseñó su propia página web (http://www.bmaza.com/) que pueden visitar también para conocer su obra. A lo largo de sus quince años como profesional ha participado en once exposiciones colectivas y ocho individuales. Entre 2009 y 2010 Begoña ha trabajado intensamente también en la rehabilitación de muebles antiguos. Su última exposición sobre pintura abstracta se titula Arte para una década. En ella destaca la reutilización de materiales variados (papel, madera, cristal, cuero etc.) que conforman la totalidad de las obras suponiendo el resultado de varios años de trabajo sobre el reciclaje en la pintura. La única fuente de inspiración de la artista es su propia imaginación y también requiere de la imaginación del propio espectador para poder sacar las conclusiones personales en cada obra en la que no tendremos suficiente con un solo visionado para advertir todo lo que se esconde en el lienzo.
¿Quién es Begoña Maza Martínez y cómo evolucionó su pasión por la pintura? Yo misma no sabría como definirme, el recorrido de cada persona lo dice todo. Soy bastante trabajadora y no me conformo con las cosas fáciles. Valoro mucho los pequeños detalles de la vida. También pienso que tenemos que aprovechar cada instante (CARPE DIEM) ya que nunca sabes cuando te vas a ir. Mi pasión por la pintura me viene desde muy pequeña, pero el empujón grande se lo debo a mi marido Blas ya que siempre me veía dibujando. Él fue el primer entusiasta de mis trabajos y espero que lo siga siendo. Begoña, estamos ante tu última exposición titulada “Arte para una década”. ¿Qué razones te hicieron escoger este título? Esta exposición ha exigido mucha dedicación y sobre todo ilusión. Sabía que era una técnica diferente y de vanguardia y que cada cuadro tiene un proceso muy elaborado. Funciona por capas y mini-construcciones todas ellas producidas por mi imaginación. 38
Diez años me parecieron bien para esta técnica ya que siempre intento evolucionar y experimentar. Seguiré en esta línea pero un poco más compleja. Tu obra es abstracta pero con guiños figurativos quizá escondidos. ¿Cómo definirías tu estilo? Mi obra no es figurativa pero tampoco es un abstracto puro. Necesito que cada obra tenga su propia alma y que las personas que vean mi obra se imaginen cosas además de esconder yo alguna sorpresa en cada una de ellas. Te respondería que mi estilo es una mezcla de ambos. Viajando por tu obra vas en busca de unos principios que cada día faltan más en esta sociedad. Explícanos un poco esta idea. Para mi es muy importante hacer declaraciones con mis cuadros. Los principios básicos, ser humanitario, ser fiel en todos los sentidos, ser cívico ayudar a tú familia y amigos siempre en lo que puedas. Toda esta obra que expones en “Arte para una década” está confeccionada con materiales reciclados para la pintura. ¿Cuánto tiempo has empleado en su preparación y en qué consisten esos materiales? Llevo trabajando es esta exposición 18 meses (diez horas diarias). He usados materiales que hay en la naturaleza papel, cuero, chapa, metal y madera. Muchas piezas la mayoría son de baldas de muebles de librerías. Con lo cual tiene más valor y trabajo a la hora de tratarlas, la idea la tenia y la duración como anteriormente te he comentado un año y medio. Tu imaginación a la hora de trabajar un cuadro es la principal fuente de inspiración pero en qué manera influye también ante esta obra la imaginación del espectador?
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Intento que el espectador abra su imaginación en cada obra. El color y la luz es primordial. Siempre que quiera el espectador le explico yo misma la muestra y dejo que ellos mismos vean más allá. Seguidamente nos detendremos en algunas obras de las que te querría hacer algunas cuestiones.
EL MURO En el cuadro titulado El muro, además de las tonalidades rosadas, podemos observar diferentes perspectivas según el punto de vista que ocupemos en la sala, así como una marcada profundidad que, cuanto más te aproximas, parece volverse plana. ¿Cómo concebiste este cuadro?
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El muro es especial ya que quise buscar muchas tonalidades rosas, además tengo tendencia a trabajar de cerca-lejos-lado y en el suelo por eso se crea en ese cuadro esa sensación que comentas.
Los puntos determinados de iluminación distribuidos estratégicamente es una constante en todas tus obras. Quizá el mejor ejemplo de luz sea Estratos de la historia en que una hermosa luz roja parece iluminar desde el centro el resto del lienzo. ¿Qué nos puedes contar sobre ella? Es un cuadro que comencé pensando en la erosión de las piedras pero también en la historia de las personas, el recorrido y la estela que dejan a su paso, por eso pensé en centrar la luz en un sitio y buscar que esa misma luz fuera capaz de iluminar y oscurecer. Como el día y la noche. Y el color rojo para mi era el apropiado ¿Consideras tu obra principalmente luminosa? Pienso que es luminosa, trabajo desde los oscuros a los claros. Siempre hay en cada obra una zona de luz. Para mi es la energía que tenemos en cada momento que puede ser pequeña pero también de alto voltaje.
Una de los aspectos que más me han llamado la atención es que consideras todas tus obras positivas pero también tenemos algún ejemplo donde predominan las sombras y la nocturnidad como La basílica, Costa verde o Edad Media. ¿Podemos también encontrar aquí positivismo? Todos los cuadros incluidos en la relación que nombras para mi tienen positividad, y energía. Las sombras y la nocturnidad no tienen porque ser negativas. Mucha gente, incluida yo, en esas horas de oscuridad puedes crear algo inusual, homogéneo, sublime siempre claro que estés trabajando. La oscuridad también es bella y da mucho a la imaginación.
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INVASIÓN Invasión es una obra inquietante. ¿Qué se expresa en este cuadro? Es una obra dedicada al mar y a la ingeniería. El mar tiene una fuerza incalculable es bello pero a la vez peligroso. Creé este cuadro pensando en los muros de contención que tantas veces se ven en cada playa para proteger a la ciudad. Nunca se sabe el tiempo que durarán pero no puedes vivir con miedo, por eso la dedicación de los ingenieros.
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El mar también es un paisaje muy presente en toda tu obra, como la escenificación fantasmagórica del puerto de Bilbao. ¿Qué es el mar en la pintura de una mujer que, sin embargo, ha nacido tan lejos de él? Para mi el mar es la fuerza, la tempestad, pero también me da sosiego, tranquilad y sobre todo el horizonte. Es muy apasionante el no ver más allá, es como tener una ventana abierta y colorear según el día que ha salido. Tenemos muchos ejemplos también de un claro afán constructivo por tu parte, al superponer estructuras que parecen llegar a formar ciudades o elementos geométricos como en La vidriera. ¿Qué hay de urbano en estas obras o en Paisaje urbano o Ciudad de piedra y de ese afán constructivo? En cada una de mis obras intento asentar, construir, organizar. Para mi es muy importante esta base ya que siempre el ser humano está inventando, construyendo etc. Como por ejemplo la rueda…… Es un homenaje a la naturaleza ya que sin ella no seriamos nada.
LOCURA TRANSITORIA
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Locura transitoria es la obra principal de la muestra. En ella la mujer juega un papel muy importante. ¿Nos podrías explicar este concepto escenificado en tu cuadro y cómo se desenvuelve una mujer artista en este mundo actual? En ese cuadro intento explicar y creo que además lo he conseguido, que la locura es una línea muy fina que en cualquier momento de la vida la puedes traspasar. Bien en la juventud, en la madurez o en la vejez. Y siempre que pasa, el apoyo generalmente lo da la mujer que es la que soporta todo el peso. No quiere decir que también sea al revés en algún caso. Pero esa obra la he pintado así. En estos momentos no me he puesto a pensar en que sitio estamos ya que para mi lo importante es desarrollar cada artista a su manera todas sus inquietudes y para eso no hay genero. En expresiones artísticas como la Literatura se está hablando últimamente de la desaparición de géneros. ¿Ocurre algo parecido con la pintura?. ¿El futuro está en el abstracto, en el realismo o en una acertada mezcla de las dos expresiones? Antes de leer esta pregunta te había contestado anteriormente que cada uno se expresa como lo siente. Claro está que siempre hay unas bases muy importantes, que no puedes olvidar cómo es el dibujo. Después de eso está la interpretación y la creación de cada obra que para mi es el clímax de mis cuadros.
Como ya hemos explicado en la presentación, además de pintora, eres restauradora de muebles antiguos y trabajas con la decoración mobiliaria. En Arte para una década tenemos algunos ejemplos. ¿Llegaste al mismo tiempo a la decoración mobiliaria y la restauración que a la pintura? Siempre me ha gustado el diseño-creación-la mezcla de lo antiguo con lo nuevo, a eso lo llaman estilo ECLIPTICO. Existen muebles de otra época 10 a 30 años que se pasan de moda y pensé que merecían un respeto y no tirarlos sino renovarlos, al estilo del momento o por mi parte a mi propio estilo. Aprovechar mi pintura y trasladarla al mobiliario.
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¿Cuáles son tus próximos proyectos? Tengo algunos en la cabeza pero necesito descansar un par de meses para volver a empezar en esta selva. Creo que será también para recordar ya que me involucro hasta las cejas por eso también será muy especial. Pero como soy un poco supersticiosa de momento no te digo nada.
COSTA VERDE
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ARTÍCULOS
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María Pilar de Cecilia
ANA MARÍA MATUTE
PREMIO CERVANTES 2010
Entre el 26 de julio de 1925 y el 27 de abril de 2011 transcurren ocho décadas y media, casi exactas, de la historia personal de una de las figuras femeninas más relevantes de la literatura española del siglo XX y lo que lleva de existencia el XXI. Aquel lejano día de verano, mencionado en primer lugar, fue el de su nacimiento en Barcelona, la ciudad donde su familia paterna se encontraba al frente de una fábrica de paraguas. La más reciente y primaveral, mencionada en segundo lugar, corresponde a su consagración como figura inmortal en las páginas de la historia de las letras españolas, tras el primer paso dado en esta dirección con el ingreso en la Real Academia en 1996. Curiosa coincidencia: Ana María Matute Ausejo ha sido la tercera mujer académica y la tercera en recibir el Premio Cervantes, que le fue concedido en diciembre de 2010 y entregado por el rey don Juan Carlos en la celebración del Día del Libro del año 2011 que, al coincidir con la Semana Santa, se retrasó del tradicional 23 al 27 de abril.
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Segunda de cinco hermanos, tres mujeres y dos hombres, tuvo una infancia enfermiza que le impidió hacer una vida activa de juegos y le exigió temporadas de reposo y permanencia en casa. Por suerte para sus futuros lectores, su padre comprendió que la mejor forma de paliar el aburrimiento de esta forzada inactividad era descubrirle el ilimitado y siempre cambiante mundo de la fantasía a través de los libros. A la pequeña Ana María no le gustaban los mismos juegos que a las demás niñas, las muñecas y las cocinitas; a ella lo que le gustaba era leer a Andersen. Por eso ha podido decir en una entrevista: “He tenido una infancia de papel” y añadir que en la adolescencia por mucho que le gustara un chico si le escribía una carta con faltas de ortografía” ¡eliminado!” Este escenario de lecturas, tranquilidad y sueños que se desarrolló en Barcelona, Madrid y Mansilla de la Sierra el pueblo riojano donde los Ausejo tenían una finca, se ve bruscamente oscurecido por el estallido de la guerra civil que sorprende a su familia en Barcelona, a punto de dejar la ciudad para irse de veraneo.
La niña de diez años vivirá una largo invierno del alma que durará casi tres años y que imprimirá a su entrada en la adolescencia un tinte sombrío hecho de asombro ante realidades y sentimientos inimaginables en su protegida existencia anterior: el miedo a las bombas, el hambre, las largas colas para conseguir comida, la fabrica familiar incautada, la visión de cadáveres en las calles, la profanación de iglesias... Vuelta la normalidad, a los diecisiete años se presenta en la editorial Destino con un cuaderno de tapas de hule negro donde lleva escrita a mano una novela que quiere publicar. Ignacio Agustí entonces un escritor conocido la recibe amablemente y la anima a volver con el original pasado a máquina.
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Cuando
lo hace le ofrece por el texto un contrato de 3000 ptas., cantidad muy
respetable en aquel 1942 de penurias postbélicas. Sin embargo la obra en cuestión “Pequeño Teatro” no se publicó hasta 1954 aunque a modo de compensación por el retaso lo haría como ganadora del premio Planeta. En cambio de este primer intento en Destino saldría la publicación de otra novela “ Los Abel “que quedó entre las finalistas del premio Nadal en 1947, cuyo ganador fue un rival de la talla de M. Delibes. La guerra civil ha marcado a la generación a la que la escritora pertenece y esta novela lleva una inevitable impronta cainita que se manifestaría, con mayor o menor intensidad en los novelistas españoles del medio siglo, incluidos en la corriente del llamado realismo social.
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Ana María sigue escribiendo, contra viento y marea a pesar de problemas y dificultades personales. Ya casada en 1952, ese año gana el premio Café Gijón en Madrid, donde vive tras su matrimonio, con “Fiesta al Noroeste” y en 1954, año en que nace su único hijo, gana el ya mencionado Planeta. La continuación de su prolífica labor narrativa alcanza un momento especialmente brillante en 1959 cuando con “Primera Memoria” gana el premio Nadal, el de la Critica y el Nacional. Esta excelente novela, ambientada en Mallorca durante la guerra civil, inicia la trilogía titulada “ Los Mercaderes” de la que también forman parte “Los soldados lloran de noche” premio Fastenrath de la R.A.E. en 1962 y “ La Trampa” (1969) Mencionar la bibliografía completa de la autora sería alargar excesivamente esta reseña por su extensión, pero vale la pena mencionar que los cuentos con los que entretiene a su hijo la acercan a la literatura infantil y en 1965 gana el premio Lazarillo con “El polizón del Ulises” y que en 1971 publica su primera novela fantástica de ambientación medieval, dando un giro decisivo desde el anterior realismo social a una libertad creativa más despegada del ámbito circundante.
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La ruptura de su matrimonio, la lucha por la custodia de su hijo, las dificultades económicas, la necesidad de trasladarse a dar clases en universidades norteamericanas para tener cierta estabilidad laboral y el encuentro con un nuevo y definitivo amor que duraría hasta la muerte en 1990 de su segundo marido provocan grandes tensiones emocionales y físicas en la autora cuya salud sigue siendo problemática.
Al paso de los años, en su cara las arrugas de las risas conviven con el rictus de los sufrimientos. Y, aunque afirma que la literatura ha sido “el faro salvador de muchas de mis tormentas”, lo cierto es que pasa casi dos décadas sin escribir. “No tenía ningún sentido para mi. Tuve una depresión terrible. Pero escribía por dentro. Yo pensaba que algún día volvería a escribir. Y lo hice.” Su retorno fue con un libro para niños “Solo un pié descalzo” premio Nacional de literatura infantil 1984 y con la publicación de “Olvidado Rey Gudú” en 1996. Una obra sobre la incapacidad de amar y llorar, que hace que el protagonista caiga en el olvido. Desde esa fecha la autora ha seguido incansable e inasequible a los rigores de la edad, puliendo su estilo “hasta el agotamiento” como ha dicho cuando le han preguntado si corrige mucho. “Aranmanoth” (2000) y “Paraíso Inhabitado (2008) han sido los títulos
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más recientes y, sobre todo, el último, sorprenden por la belleza lírica del estilo, la delicada matización psicológica del perfil de los personajes y lo sugestivo de la ambientación. Ana María Matute no se adscribe en sus obras a una corriente narrativa determinada aunque en su forma de tratar temas y construir tramas haya ido evolucionando con el paso del tiempo. Así, en sus primeros títulos, cercanos al realismo de denuncia de opresiones e injusticias, nunca permitió que lo social instrumentalizara o anulara el ámbito literario. O que la ideología primara sobre la creatividad. Para ella la defensa del débil no se circunscribe a una lucha de clases, sino al choque entre humildes y prepotentes, como realidad que puede darse en una misma familia, en una pareja, sin salir de un mismo nivel externo. Esta defensa de los heridos a causa de un entorno de incomprensión, el lamento melancólico por la inocencia perdida, el dolor que una mente heladoramente racional puede causar o la ciega aceptación de prejuicios estrechos, es lo que inspira su escritura, teniendo siempre como objetivo el alma individual y su búsqueda de la felicidad soñada e imposible. Rebelde, un poco oveja, negra pero inofensiva, lo único que le ha importado es escribir los libros como quería escribirlos.“ Yo cojo lo que me gusta del mundo real y lo que me gusta del otro” afirma y añade que por eso ha llegado a ser octogenaria, que si no ya se habría muerto a los treinta. Esta postura novelística es la que permite considerar a Ana María Matute una de las pocas figuras literarias que en España se ha acercado a lo que se llama realismo mágico, siempre dentro de unos márgenes normativos amplios, dada su resistencia a todo encasillamiento. Lo cierto es que la mayoría de sus historias tienen un cierto simbolismo que proviene más de lo afectivo que de lo racional, que su estilo está cargado de imágenes y metáforas y que su léxico es de una delicada precisión, llena de sutiles resonancias. Su literatura sin edad llega a todos con suave discreción ofreciendo un recreo de sueños
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donde alegrías y tristezas conviven inevitablemente, pero donde siempre queda una chispa de luz en medio de La oscuridad. Maestra de la narrativa corta, género cuya dignidad artística ha reivindicado siempre, igual que de la novela, solo cabe esperar que su amor a la vida y a los libros, le permita seguir aplicando su lema de que: resistir es vencer por mucho tiempo más.
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Antonia Pons Coch
JOSEFINA ALDECOA
Necesitamos, urgente, un cielo, un para铆so y si, por un prurito agn贸stico no existiera, crearlo, porque la nada es la ausencia en su estado puro que no encaja con las cenizas 54
de un maestro. La forja de seres humanos, el acompañar su crecimiento y dirigirlo hacia la expansión de su pensamiento libre y responsable, socialmente útil y solidario, es una de las tareas más arduas, menos valoradas y reconocidas, que requieren de un gran número de capacidades personales, intelectuales y conocimientos que además hay que saber transmitir y utilizar con arte e infinita paciencia, dirigido hacia una materia prima extremadamente delicada y vulnerable, con la exigencia de crear obras maestras de cada uno de los alumnos que pasen por sus manos, con los medios de que se disponga que, generalmente, no son muchos, pero con la dificultad añadida de condicionantes múltiples de toda índole y desde todos los frentes. Dianas del descontento y de la crítica, responsables, y víctimas, junto con sus alumnos, de planes de estudios no siempre adecuados o correctamente planificados, en cuya elaboración no tienen voz ni voto, pero que tienen que defender y aplicar como si suyos fueran. Y todo eso ¿de qué manera puede llevarse a cabo? Sólo única y exclusivamente con elevada capacidad de fe en el ser humano, extenuantes dosis de paciencia, el ánimo pletórico de esperanza y un corazón lleno de amor. Y, cuando se nos va alguien así, merece que le tengamos preparado un lugar suficientemente digno donde podamos creer que permanece imperecedero y en nuestro recuerdo. Va hoy por ti, Josefina Rodríguez Álvarez, Josefina Aldecoa.
Nacida en La Robla, León, un ocho de marzo, a trece días de la primavera y fallecida después de haber pisado el idus de marzo. Después de ochenta y cinco años se ha cerrado definitivamente la historia de una maestra, hija y nieta de maestras, que compaginó su labor pedagógica con su vocación literaria. Su madre y su abuela eran 55
maestras que participaban de la ideología de la Institución Libre de Enseñanza, institución nacida a finales del XIX con el objetivo de renovar la educación en España, principios pedagógicos en los que se basó para la fundación, en 1959, del Colegio Estilo en el barrio madrileño de El Viso, una escuela pionera que ella dirigiría durante más de cuarenta años, basándose en lo aprendido en sus viajes de estudios por Inglaterra y Estados Unidos. En Madrid estudió Filosofía y Letras y se doctoró en Pedagogía. En las aulas universitarias tomó contacto con aquel grupo de escritores que formaron parte de la Generación del 50: Carmen Martín Gaite, Rafael, Sánchez Ferlosio, Alfonso Sastre, Jesús Fernández Santos, Ignacio Aldecoa, amparados por el grupo de la Revisa Española que reunía Antonio Rodríguez Moñino, en cuyas páginas dejó el primer cuento publicado en nuestro país de Truman Capote y que ella tradujo. Se casó en 1952 con Ignacio Aldecoa, de quien tomó el apellido. En la presentación de uno de sus libros, Carmen Martín Gaite le reprochó con vehemencia el haber usado el apellido de su marido en detrimento del suyo propio. Josefina confesó con una sonrisa que no deseaba desprenderse ni tan siquiera literariamente del apellido del hombre con quien había unido su vida. De hecho, cuando este falleció, tardó diez años en reanudar su actividad literaria, después de asumir el vacío que deja siempre un amigo y compañero de la vida y sólo entonces volvería a escribir. La seguridad que otorga la propia valía, que no merma por la renuncia voluntaria, y por amor, de aquello que le es propio. Su dedicación estuvo dirigida a las letras y a la enseñanza, con la plenitud que requiere el dedicar la vida a aquello que se quiere. En su obra, Josefina Aldecoa reserva sus afectos a los más débiles, a los que están más cerca del desamparo o de la injusticia. No hay alardes estilistas en su obra, pero si rigor literario y sus personajes nos resultan creíbles, porque son imperfectos.
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Hija de una maestra republicana, escribe “Historia de una maestra” en la España profunda del atraso y la ignorancia, en un contexto socio político denso y difícil, con una narrativa coherente, aunque esté cargada de ideología, pero sin empeño ni propósito de adoctrinamientos ni caer en el maniqueísmo de buenos y malos, según la proximidad de las creencias de los protagonistas a las suyas propias. Todo ello en un período de nuestra historia, la segunda república, donde la visceralidad y la pasión vendan la razón y alejan a sus personajes de la objetividad y la serenidad necesarias para una reflexión provechosa y fértil acerca de la educación, la igualdad de género, política, religión…que sufren estancados en su evolución a causa de la carencia de juicios ecuánimes y de anclarse en las diferencias ideológicas y personales. Josefina Aldecoa escribe en gris, porque este era el color social que imperaba en el entorno y sabía cómo hacerlo para que llegara a nuestra conciencia. Escribió la “Historia de su maestra” para no repetirla y para sentar las premisas de lo que la sociedad necesita y quiere hacer con su futuro. Amó la libertad y trabajó para hacer hombres y mujeres libres, tolerantes y con espíritu crítico. “La libertad está ahí y hay que luchar por ella, pero no empieces a conformarte con las palabras….”. Siempre defendió a un colectivo sacrificado, del que formaba parte activa, para quienes los tiempos siempre fueron duros, unos más que otros, pero nunca fáciles en la
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lucha contra la ignorancia y el cerrilismo. Ella les ha dado voz y después, en silencio, de puntillas, se nos ha ido. Toda una dama.
OBRA •
El arte del niño (1960)
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A ninguna parte (1961)
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Los niños de la guerra (1983)
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La enredadera (1984)
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Porque éramos jóvenes (1986)
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El vergel (1988)
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Cuento para Susana (1988)
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Historia de una maestra (1990)
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Mujeres de negro (1994)
•
Ignacio Aldecoa en su paraíso (1996)
•
Espejismos (1996), cuento en Madres e hijas. Laura Freixas (Ed.)
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La fuerza del destino (1997)
•
Confesiones de una abuela (1998)
•
Pinko y su perro (1998)
•
El mejor (1998), cuento en Cuentos de fútbol II. Jorge Valdano (Ed.)
•
La rebelión (1999), cuento en Mujeres al alba.
•
El desafío (2000), cuento en Cuentos solidarios 2.
•
Fiebre (2001)
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La educación de nuestros hijos (2001) 58
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El enigma (2002)
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En la distancia (2004)
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La casa gris (2005)
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Hermanas (2008)
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PREMIOS Y DISTINCIONES •
En 2003 Premio Castilla y León de las Letras
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En 2005 le fue impuesta la Gran Cruz de la Orden de Alfonso X el Sabio
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En 2005 Premio Julián Besteiro de las Artes y las Letras
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En 2006 recibió la Medalla de Oro de las Bellas Artes.
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En 2006 Premio Internacional de la letras
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En 2006 Premio de la Fundación Cristóbal Gabarrón
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Nombrada en 2006 miembro del Patronato del Instituto Cervantes,
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Distinguida recientemente por el Gobierno con una medalla a la promoción de los valores de igualdad que se entregaron con motivo del Día Internacional de las Mujeres el pasado 8 de marzo y que recogió en su nombre, de manos del presidente José Luis Rodríguez Zapatero, su amiga la periodista Amelia Castilla.
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Milagros Salvador
JUAN FILLOY, UNA INVITACIÓN A SU LECTURA
Juan Filloy es un escritor argentino, de ascendencia gallega por parte de padre y francesa por parte de madre, nacido en la ciudad de Córdoba ( Argentina), en 1894, y que muere en el año 2000, a la edad de 105 años. Es un escritor reconocido en su país con premios tan importantes como el Gran Premio de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE), el Premio Trayectoria del Fondo Nacional de las Artes, Gran Premio de Honor de la Fundación Argentina de
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Poesía, y el Premio Esteban Echevarría, por destacar algunos, y condecorado por Italia y Francia, como caballero de las Artes y las Letras. Es un escritor con una obra muy extensa y variada, que incluye novela, cuento, poesía ensayo, crítica literaria, y un número muy considerable de palíndromos, que demuestran du dominio del lenguaje, con un evidente instinto literario, sensibilidad y talento, de gran erudición y original humor, que vierte en muchas de sus obras.
Con Borges y Bioy Casares, representa una época que definió durante bastantes años una brillante literatura argentina, Filloy, a pesar de no haber vivido nunca en Buenos Aires, un dato curioso, casi único, influyó en los jóvenes que se iniciaban en la letras , como muy bien señala Alfonso Reyes, que le considera “progenitor de una nueva literatura americana, y el escritor y crítico Mempo Giardinelli, para el que la influencia de Filloy en sus contemporáneos es mucho más evidente que estudiada. Un original escritor, con características propias, como su predilección por el número siete, que justifica el que los títulos de todas sus novelas, (más de cincuenta), tenga siete letras, e incluso sean siete algunos de sus personajes. ¡Estafen!, una crítica a la
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corrupción de la justicia y del pueblo que lo permite,( no olvidemos que fue juez durante muchos años), Caterva, acaso la más conocida, y calificada de vanguardista, citada por Cortazar en su Rayuela, y en La vuelta al día de ochenta mundos, y a la que debe mucho, Vil y vil, un alegato social que en su tiempo fue secuestrada por el gobierno argentino, Op-Oloop, La Potra, Los Ochoa, Sexamor, además de numerosos cuentos. En su poesía, Filloy hace alarde de un lenguaje preciso y expresivo, que le lleva a presentarnos libros tan distintos como Balumba, atrevido y prostibulario, a los poemas en prosa de Finesse, el más delicado. Como conocedor de la métrica, y gusto clásico, nos muestra sus megasonetos, colección de 14 series de 14 sonetos, que merecen una especial atención. El mismo Filloy nos recuerda en muchas de las entrevistas que le hicieron que llegó alcanzar los 896 sonetos, no por casualidad múltiplo de siete. Valga un ejemplo: Tu mirada dibuja el pensamiento en arabescos de sutil finura, y dócil al amor que la madura tu sonrisa colora al sentimiento. Límite de rencor y de lamento mi piel sufre la tosca sobadura de la pena que leuda la amargura cerca del horno del resentimiento. Tú brillas como Dios en los vitrales mientras yo caigo en viles espirales numen porfiado en indagar la noche; pero, sumiso como el agua quieta, sigo tu voz de sangre y de reproche ahogando en mí su grito de profeta. No queremos dejar de mencionar
su original libro, un verdadero tratado de
palindromía, titulado Karcino, que el propio autor define en el interesante preámbulo con “aventura y epopeya intelectual” y añade “en puridad, ¿qué es la palindromía sino la resurrección de la misma frase de tumba de letras?”. Un libro en el que demuestra ser 63
uno de los mejores y más prolíficos autores de palíndromos en lengua castellana, por no decir el mejor.
Los palíndromos son palabras o frases, también llamadas bifrontes, jánicas, reversibles, anacíclicas, retroversales, simétricas, etc. que pueden leerse de izquierda a derecha o de derecha a izquierda, sin perder el significado. Citamos algunos ejemplos: ARDE FEDRA AMENO FONEMA LUZ AZUL ANULA LA LUNA OS AMA DAMASO SE PAGA SUS ÁGAPES AGITA FALSOS ULISES ILUSOS LA FATIGA OTERO LE DARÁ LA LUZ AZUL AL ARA DE LORETO Muchos profesores, críticos y escritores han estudiado
la obra de Filloy, por citar
algunos: Adolfo Prieto, Mempo Giardelinelli, Cristina Piña, José Torres Roggero, Dardo Cúneo, Bernardo Verbistski, entre otros, lo que demuestra también el interés por el autor. Oportuno me parece terminar con unas palabras de Hugo Aguilar, crítico y profesor de la universidad de Río Cuarto: “Ese es Juan Filloy, escritor argentino. El hombre que fue juez y parte en el destino de sus obras y que nos confió la aventura, el placer y compromiso de su lectura”.
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Jaro Godoy
Delmira Agustini
EL POEMA INCONCLUSO
Muero de ensueños; beberé en tus fuentes puras y frescas la verdad; yo sé que está en el fondo magno de tu pecho el manantial que vencerá mi sed.
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Los pies apurados de dos padres pisaban la escarcha mientras evitaban un viento asustado, la nena nacería una hora más tarde, la madrugada de un 24, que recorría los territorios de octubre del siglo diecinueve. Niña precoz y atrevida navego por su juventud y se desprendió de un tirón el vestido mal calzado de la adolescencia. Ya a los diez años escribió sus primeros poemas, y cinco años más tarde, con su desparpajo tan natural en ella, publico sus escritos dentro y fuera de su Uruguay natal. Publico con la misma vertiginosidad con la que vivió “El libro Blanco” de 1907, "Can tos de la Mañana” de 1910, y “Los Cálices Vacíos” de 1913, en su Montevideo natal. Nunca tuvo fronteras para lo que quería, mucho menos para sus palabras, Gaviotas buscando el mar. Escribía como un ángel, y cincelaba el erotismo con manos de artesana. Sorprendió al mismo Rubén Darío, quien la proclamo como la nueva Santa Teresa, al leer sus poemas de música entre sagrada y pagana, la sensualidad de una ninfa recién estrenada. De una extraña pureza nacieron sus poemas, siempre en la búsqueda de la palabra que acompañara su caminar. Niña encantada de extremada ingenuidad y perfeccionada por los dioses oscuros que la llevaron de la mano, por los territorios de la belleza y la desnudez.
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Camino a la felicidad. Todo empezó como un juego, así empiezan estas cosas, me miro y sonrió, Correspondí a su sonrisa, era hermoso, era la reencarnación de mis poemas, Era el cielo y sus Ángeles, era increíblemente irreal, Nos enamoramos rápidamente, y dos noche después dormíamos bajo la sombra de las estrellas, Enrique Reyes, descendiente directo del gran adonis, hasta su nombre suena a realeza, Me trata como a su reina, me lleva mis flores preferidas, y hoy logro conseguir el perfume del que tanto hablamos, Pasan las noches y nosotros con ella, hablamos y nos amamos, nos deseamos, El me habla de sus sueños, yo leo mis poemas en su oído, el ríe. No hay mayor felicidad en este día, hoy me ha pedido casamiento, y no lo dude un instante, nos casamos bajo Dios y sus bendiciones en una iglesia hermosa, hoy todo esta hermoso, creo que no podría pedir nada mas ya.
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Pisando las piedras del infierno. Enrique ya no es el mismo, esta cambiado, ya no habla conmigo, Esta como ausente, dice que dedico mas tiempo a mis poemas que a el, Pero eso es mentira. Es el quien esta portándose de una manera extraña. Hoy tuvimos nuestra primera discusión, demasiados gritos, Y un portazo pusieron final a las palabras, Salí corriendo detrás de el, pero ya no escuchaba mis ruegos. Lo amo demasiado para perderlo, Hoy no vino a dormir a casa, y pase toda la noche esperándolo, No quiero perderlo. El mundo esta desintegrándose a pedazos afuera, la lluvia arrecia, Pero adentro el clima es mucho peor, La discusión es acalorada y no hay freno posible, Al fin lo ha confesado, tiene otra mujer, no puede haber infierno peor, Este es el fin de mi vida, no podría sin el,
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Por que le pregunto y nada contesta, solo atina a decir que fue culpa mía, Que estaba siempre ocupada, que soy una artista, Y que necesito estar sola para la creación. Intento que no se valla pero me detiene con un golpe seco en la cara, Vuelvo adentro por un pañuelo, ya no se que hacer. Me pidió el divorcio y al final se lo di, es ahora libre y también yo, Pero no se que hacer con esta libertad hecha de pesadas cadenas, Hace tiempo largo ya que apenas lo veo pasar, me estremezco, aun lo deseo, Nadie me contenta, nadie es el, ningún hombre podrá superarlo, Ni siquiera el que duerme ahora en mi cama, solo es un pasatiempo de mi soledad, Hoy salió publicado mi libro “Cantos de la Mañana”, esta dedicado por supuesto A Enrique, he logrado en este libro plasmar muchas de aquellas noches, También algunos de mis miedos, pero sobre todo, el extraño deseo de que me abrase y vuelva a encenderme en sus hogueras, Hoy lo vi, vino a la presentación del libro, y junto a unos amigos, salimos a Festejar, se acerco a mi, y me toco suavemente, Fuimos a mi casa y la noche desapareció, he vuelto a la vida.
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El diablo en la mesa. Ya llevamos tres años de vernos a escondidas, y estoy cansada, No quiero compartirlo, el es solo mío, Lo necesito, a toda hora a mi lado, y muchas veces no esta, Hoy salió mi libro “Los Cálices vacíos” así me siento, vacía como un Cáliz Que ha sido roto sin posibilidades de recomponerse. No vino a la presentación, estoy de mal humor, no quiero ver a nadie mas, Me encierro en mi casa, sola a llorar, Estoy triste, últimamente mi tristeza empieza a superar mis ganas de vivir, No entiende cuanto lo amo, He dedicado casi todo el libro a su figura, están mis miedos, mis gritos de Soledad, mis ansias de algo mejor. Paso las noches en constante vigilia, pero estoy triste, Dibuje un poema donde hacíamos el amor, una noche de Abril, Cuando nadábamos en pasión. Estamos en Julio ya, el tiempo pasa tan apurado que nunca se detiene, Ni por mis lagrimas, ni por la ausencia del amor, Hoy me dijo que venia, trataremos de hablar, empezar de nuevo, Tengo un vino tinto, y también quizás una nueva vida, Afuera la vida ríe, el sol espléndido anuncia su melodía, Hoy me dijo que venia, Aun que el diablo este sentado a la mesa, luminoso, intacto, transparente. La muerte citada en tu cuerpo, a la hora sin luna, donde las hilanderas De las sombras, van destejiendo la noche, A la hora justa en que el suicida anuncia su próxima victima. Hoy dijo que venia.
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En mi alcoba agrandada de soledad y miedo, taciturno a mi lado apareciste como un hongo gigante, muerto y vivo, brotado en los rincones de la noche húmedos de silencio, y engrasados de sombra y soledad. Y esperaba suspensa el aletazo del abrazo magnífico… ¡y cuando te abrí los ojos como un alma, y vi que te hacías hacia atrás y te envolvías en yo no sé qué pliegue inmenso de la sombra. 24 de octubre de 1887-6 de Julio de 1914.
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Delmira Agustini murió un seis de Julio a mano de su marido-amante, a la corta edad de 27 años, quien minutos después de observar el cadáver de su ex mujer, decide matarse con la misma arma, aunque sobrevive tres horas. Dejó solamente tres libros impresos, precursora del erotismo en su belleza pura, dejó su estigma en todas las mujeres y hombres que todavía disfrutan sus poemas.
Foto Matteo Basile (uno.com & artenet.com)
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Amelia Peco
TRES MUJERES COCHABAMBINAS EXPERIENCIA PERSONAL CON TRES MUJERES QUE TRABAJAN EN UNA ONG DE COCHABAMBA, (BOLIVIA)
Liliam, Bertha y Cecila, son tres mujeres Cochabambinas que trabajan en “Global Internacional”, una O.N.G. que se ocupa de los niños y niñas de la población indígena. Conocí a Liliam por mediación de unos familiares que tengo en Cochabamba. Nos presentaron en “La Tirana”, un bar de copas muy singular, ya que este espacio lúdico es una gran casa adaptada para dicho fin; por lo tanto cuando entras, con lo primero que te encuentras es con un hall que te conduce a un pasillo con paredes decoradas con cuadro de Frida Kahlo, a partir de ese momento la casa-bar, se va convirtiendo en una especie 73
de museo donde dicha pintora es la invitada de honor. Bueno, pues en este lugar tan especial y tomando unas cervezas, conocí a Liliam, Berta y Lucía. Rápidamente conectamos como si fuéramos amigas que hace tiempo que no se ven. Después de saludarnos, lo primero que hizo Liliam fue preguntarme que, -qué me parecía su país. Así comenzó todo, con dicha pregunta. Hablamos, entre otros asuntos, de las incertidumbres sociales y políticas por las que atraviesa Bolivia. Me comentó que llevaba algunos años trabajando en la O.N.G. “Global Internacional”, y que trabajaba con los niños de algunas de las aldeas del departamento de Cochabamba. Le dije que me encantaría unirme a ellas con el fin de conocer de cerca una realidad social a la que nunca me había acercado. -por supuesto, -me contestó Liliam.
Cochabamba está al abrigo de la gran Cordillera de los Andes y de este Cristo inmenso que siempre está acompañado de devotos y de algún que otro turistas. Es una ciudad que se abre paso con toda la fuerza que puede tener un país en vías de desarrollo, 74
o sea con unas ganas inmensas por superarse y de que afloren sus materias primas, ya sea en el plano colectivo como en el personal, con el fin de proyectarse al resto del mundo. Ya que tiene riquezas económicas y valores culturales y humanos que bullen en su magma patrio. Quedamos para el día siguiente. Partimos al salir el sol en un recorrido que duraría hasta las 14,00 h. y que, aunque pueda parecer poco tiempo, es suficiente para darse cuenta de cómo vive una parte de esta población indígena que se dedica a las labores del campo y a la artesanía. Viajamos unos kilómetros por carreteras perfectamente asfaltadas dejando atrás pequeños núcleos de población y campos casi áridos. Las arboledas eran muy escasas sólo pequeños reductos en algunas de las zonas por donde pasábamos. Mis compañeras de viaje me anunciaron que pronto comenzaríamos a viajar por caminos empedrados. Y tengo que decir que me sorprendieron enormemente por su perfecta construcción pétrea y su belleza. Según avanzábamos me llamaba la atención comprobar que los ríos estaban todos completamente secos. Mis compañeras de viaje me aclararon que el invierno no es la estación de las lluvias, -he de aclarar que estábamos en agosto y era invierno en aquellas latitudes- y por tanto, los ríos allí se secan. Pasamos por pueblos casi abandonados, donde la construcción de sus pequeñas casas era de adobe con sus puertas de madera ya desgastadas por el tiempo, dejando entrever, tímidamente, que un día, muy lejano, estuvieron pintadas. En alguno de estos pequeños pueblos, se alzaban a veces nuevas edificaciones, unas en proceso de construcción y otras ya terminadas. Bertha me aclaró que esas nuevas casas, eran del producto económico, que el dinero de la emigración entraba en el país. Por fin llegamos al primer pueblo en el que Liliam, Bertha y Lucía trabajan. Y cuál no sería mi sorpresa cuando veo solamente a un niño. Nuevamente mis guías me explicaron que los padres tienen que recurrir a la única “mano de obra” que tienen: sus hijos, aunque estos sean pequeños, pero poco a poco fueron llegando algunos más. Ellas, acostumbradas a dicha desolación, comenzaron con total tranquilidad a sacar de la furgoneta los instrumentos musicales que llevaban: tarkas, tambores, zampoñas, quenas, flautas.… Mientras estaban en dicho quehacer comenzaron a llegar
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más niños y niñas. En ese momento pensé que no hay mejor cosa para conocer un pueblo o a un ser humano que meterse dentro de su propia camisa.
Según iban llegando los niños, repartieron los instrumentos a aquella concurrencia infantil, que dejaban ver en sus rostros una alegría sin igual ante la llegada de aquellas tres mujeres. Con los instrumentos en las manos comenzaron a entonar esas canciones de su folklore que, día tras día, de paciencia, Liliam, Berta y Lucía les habían enseñado; otros chiquillos, en cambio, tocaban sin ton ni son, “pero eso era lo que menos importaba”. De lo que se trataba era de ofrecerles la posibilidad de que pudieran hacer algo diferente unas horas por semana en su vivir de cada día, como me dijo Liliam. Y es que el arte, en este caso la música, tiene un poder sanador, eso quedaba bien patente observando las sonrisas de aquellos niños y la algarabía que iban formando entre ellos, al tiempo que entonaban los sones más característicos de su folklore. Mientras aquella “orquesta” improvisada, paseaba por las calles del pueblo como si anunciaran a los vecinos la fiesta mayor del lugar, yo me acerqué a saludar a una mujer y a un chico joven, que estaban sentados al resolano de una pared dando de comer alfalfa a sus ovejas. Me presenté y les dije que venía de España. La mujer me habló con esa timidez que caracteriza al que se siente inferior y comenzó a contarme que ella se marchaba a trabajar a España por temporadas y dejaba a sus hijos de diez y seis años, al cuidado de su hermano, -que era el joven que la acompañaba en esos momentos-, y de su padre, un hombre mayor y enfermo del corazón. Le pregunté por su marido y me contó que la había abandonado por otra mujer cuando Kevin, -su hijo pequeño-, nació, y por tanto era ella la que estaba al frente de la familia.
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Tengo que decir que era una mujer muy guapa, a pesar de su abandono físico, y que sabía expresarse con total corrección. Sus ojos proyectaban una gran tristeza y su alma parecía repleta de una tremenda conformidad hacia ella misma, pero no para sus hijos, como así me lo refirió: -Quiero que estudien y que vayan a la Universidad, -me dijo. En esta conversación, se acercó a nosotras el pequeño, Kevin, yo le sonreí y bajé hasta su altura para darle un beso, entonces…, aquel niño, morenito y de unos ojos negros bellísimos, se abrazó a mi cuello sin más. Después de un largo abrazo, le miré fijamente a los ojos, Kevin me sonrió con una de las mayores ternuras que jamás he visto en un rostro. El breve tiempo que estuve en aquel pueblecito se quedó a mi lado, me tomó de la mano y ya no me soltó hasta que monté en la furgoneta para seguir viaje. Tengo que decir también que había niños que no me dejaron que les tocara, y otros, que al llamarles, se acercaban a mí con recelo. Seguimos nuestro camino y nos dirigimos al siguiente pueblo. Allí me integré más en sus actividades. Jugamos y les hice algunas fotos con la cámara que Liliam me prestó. Me atrevería a decir que más de uno se sintió importante ante la sesión fotográfica, ya que algunos de ellos posaban con cierto orgullo. A otros niños, en cambio, no pareció gustarles demasiado e incluso hubo algunos que se tapaban la cara. Una niña, de la cual no recuerdo su nombre, estuvo todo el tiempo a mi lado, lo mismo que Kevin. Al marcharnos, se abrazó a mí y me preguntó que si volvería al día siguiente para jugar con ella. ¿Qué puedo decir de estas emociones? Solamente, que hay algo en el corazón que se remueve cuando niños que no te conocen te abrazan y te sonríen, sin conocerte, a cambio de nada, solo les has dado un poco de atención. A veces la soledad y el abandono social crea lazos de agradecimiento sólo por el hecho estar allí, jugar con ellos, o simplemente darles la mano por un breve instante. En ese momento pensé en Evo Morales y en su dolor como indígena hacia esta tierra explotada y saqueada por otros, no solamente por los españoles de siglos pasados. Los españoles fueron uno de tantos conquistadores que hicieron barbaridades como otros colonizadores de aquellos siglos, pero la fusión cultural y humana que se produjo dio origen a este mestizaje que hoy nos hermana; porque he de decir, que a esos niños con los que compartí unas horas y que me abrazaron con aquella ternura, yo les sentí y le sigo sintiendo como a mis hermanos. 77
Estoy convencida de que para levantar un país no hay que recrearse en el dolor del pasado, -aunque por supuesto hay que conocerlo. Regodearnos en el pasado negativamente nos puede llevar a que las nuevas generaciones que vienen avanzando crezcan en el rencor. Y el rencor, bien sabemos, nos mutila como seres humanos. Bolivia es un gran país, que tiene que hacer su propia andadura como muchos otros. Para terminar diré que, ¡cuidado! con la “Coca cola” que la he visto infiltrada no solo en las ciudades sino y también en cada pueblecito y cada aldea donde los niños como Kevin, van con los pantalones rotos y con zapatos o zapatillas de goma, o descalzos. Mi agradecimiento a estas tres Cochabambinas por el recorrido que me brindaron por la otra Bolivia y, por supuesto, toda mi admiración por la labor que desarrollan con los niños y niñas más desfavorecidos de la sociedad de su país. Personas como ellas nos enorgullecen a todos y, por supuesto, mi admiración a esas mujeres que, como la madre de Kevin, luchan por sacar ellas solas a sus familias en cualquier parte del mundo. Bolivia es un país lleno de riquezas de todo tipo, como decía al principio, que tiene que hacer su propia andadura, pero que no debería olvidar, que su Pacha mama, debe seguir conservando sus valores y su cultura sin dejarse impregnar demasiado, por estas sociedades, llamadas del bienestar, y que el capitalismo feroz está destruyendo. Pacha mama, significa madre tierra, en Quechua Por último decir algo que me llamó mucho la atención, tanto de la familia, a la que fui a conocer en dicho viaje, sino de todas las personas con las que tuve ocasión de compartir mi estancia en Bolivia, y es que, cuando se acercan a saludarte, te dan un abrazo y, lo que es más importante, te hacen sentirlo como tal.
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Maria del Carmen Gago Florenti
GIOVANNA, O LA PRIMAVERA FLORENTINA
Primavera en la belleza y en el arte.
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Siglo XV florentino: la pintura celebra la resurrección del goce de vivir. Es tiempo de enlaces matrimoniales porque el despertar del letargo invernal, invita al hombre a iniciar nuevos caminos. Estamos en 1486 y Giovanna degli Albizzi celebra su boda con Lorenzo de Tornabuoni. Ella es la Bella Vanna, una de las “bellas” (la otra fue Lucrecia Tornabuoni que pasaría a la historia por sus habilidades políticas y por su talento literario) en quienes Florencia reconoce su apogeo. Nacida en 1468 en una de las familias más importantes de la ciudad, contrae matrimonio con Lorenzo, otro jovencísimo noble de la localidad, emparentado con los Médicis. Discípulo de Policiano, es apuesto y erudito, triunfador en torneos y desfiles, al mismo tiempo que entendido en Humanidades y medallas. El enlace se celebra por todo lo alto durante tres días, tal como figura en las crónicas, perfectamente detallado. Juegos y torneos ocuparán la atención de invitados y curiosos el las dos jornadas posteriores al gran acontecimiento. Cien muchachas vestidas de blanco dan escolta a los novios. Son, -por orden de Lorenzo el Magnífico, su primo,- hijas de las cien principales familias; quince pajes vestidos con el color azul de la casa Tornabuoni, forman el cortejo nupcial y, por mandato de este mismo personaje, la boda se celebra en la Catedral de Santa María del Fiore.
Además, soldados de caballería, caballeros y dignatarios, ornan igualmente el séquito de la novia, acompañándola en su recorrido por las calles de Florencia camino del palacio de los Tornabuoni, donde, a su llegada, es recibida con todos los honores por su futuro suegro. Ese mismo día, tras los esponsales, Giovanna bailará delante de la iglesia 80
de San Michele, cerca del palacio, invitando a otras parejas de jóvenes a unirse a ella. Imaginar esa escena, aun hoy, resulta gratificante por cuanto tiene de frescura juvenil y goce estético.
Palacio de los Tornabuoni según grabado de Emilio Burci La alianza se le entregó en presencia del Duque del Infantado, Grande de España, Embajador ante la Santa Sede, en representación de Felipe I, rey de España. Están, entre otros, Ghirlandaio –autor del retrato-, Verrochio, Botticelli, o Niccolo Fiorentino, grabando en su retina y en su corazón la exquisita imagen de Giovanna, que es el símbolo de Florencia y podría serlo del arte de cada uno de ellos. Los amados de los dioses no se marchitan; pero a los dos años de aquella inolvidable boda de la que se seguiría hablando un siglo después, la muerte de Giovanna antes de cumplir los 20, embarazada de su segundo hijo, truncaría toda la felicidad que se le auguraba. Policiano escribió en su memoria el siguiente epigrama: Por linaje, belleza, nacimiento, riqueza y marido fui afortunada, y también por talento, carácter y espíritu pero en el segundo parto y el segundo año de mi matrimonio ¡Ay de mi! Cuando aun no había nacido la criatura, perecí.
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No podía haber muerto más tristemente, pues la Parca me mostró muchos bienes pero no me los concedió. De todas las estaciones, la Primavera es la más breve: todo, en torno a esta primavera hecha mujer, pasó raudo. El joven y apenado viudo encarga entonces a uno de los grandes maestros del momento y amigo de su familia, Domenico Ghirlandaio, un retrato que le permita recordar y honrar para siempre la memoria de su esposa, y que reflejara no sólo su belleza exterior sino también la interior: “ARS VTINAM MORES / ANIMVMQVE EFFINGERE / POSSES PVLCHRIOR IN TERRIS / NVLLATA BELLA FORET / MCCCCLXXXVIII”; “¡Ojalá pudiera el arte reproducir el carácter y el espíritu! En toda la tierra no se encontraría un cuadro más hermoso”. (Epigrama del poeta Marcial que figura en el “cartellino” dentro del propio retrato) Además de esta bellísima exaltación, el mismo Lorenzo en la última página de un manuscrito que contiene el poema nupcial que les dedicó Naldo Naldi, escribió: Aquella a la que las Gracias otorgaron belleza interior y Venus belleza externa. Aquella a quien la diosa Diana concedió un casto corazón, yace aquí Giovanna, honor de su tierra, descendiente de los Albizzi, pero casada todavía, joven doncella, con un Tornabuoni, así como en vida fue muy amada por la gente, que sea ahora querida por el Altísimo Dios.
Un mal hado parecía presidir el entorno de Giovanna; no solo por su propia muerte a los 19 años, sino por la de su hermana Albiera a los 16 y la de su esposo Lorenzo, que hubiera llevado apodo de magnificencia a no ser por su primo que ya lo poseía; fue traicionado y decapitado a los 29 años (1497) en su lucha por el poder. Era llamado “espejo de elegancias”, pero los Médicis, al caer, hicieron añicos este espejo que formaba parte de su dominio. A propósito de esta noticia, debemos hacer un paréntesis para decir que el fin del Quattrocento se inició con la trágica muerte de Lorenzo “El Magnífico” (1492) en su villa de Careggi; a nuestro pintor, Ghirlandaio, se lo llevó la peste de 1494 en tan solo 5 82
días cuando contaba 45 años; Girolamo Savonarola quemado vivo...Inundaciones, terremotos, plagas y revoluciones fueron el epílogo de un fin de siglo convulso. El pintor dejó de existir junto con la sociedad que había retratado con sensibilidad y refinamiento. No cabe duda de que el encargo del retrato de los Tornabuoni a Ghirlandaio, a quien le unía un vínculo muy especial, llevó a este a sacar lo mejor de sí mismo. Gracias al extraordinario estado de conservación de la tabla, su contemplación nos permite apreciar el gran esmero con el que fue ejecutada: el rostro, las manos, la ropa y los objetos que rodean a Giovanna; joyas, cada una de las cuales representando algo específico, y el Libro de Horas, están pintados con enorme belleza y delicadeza. La obra pasaría a ocupar un lugar de honor en uno de los aposentos más importantes de Lorenzo Tornabuoni en el Palazzo de la familia, de los más suntuosos de Florencia junto al de los Médicis.
Retrato de Giovanna degli Albizzi Tornabuoni
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En torno a 1486, Sandro Botticelli incluyó a Giovanna degli Albizzi en su fresco: “Venus y las Gracias ofreciendo dones a la joven”. La obra está expuesta en el Museo del Louvre de París.
Fresco de Botticelli-Giovanna, Venus y las Gracias
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Fresco de Ghirlandaio en la Capilla Tornabuoni, Santa Maria Novella, Florence (1486 -1490). Detalle de Giovanna Tornabuoni en el panel de la Visitación del que sacó su retrato póstumo.
El retrato de Giovanna degli Albizzi Tornabuoni fue adquirido por la familia Thyssen en 1935, en cuyo museo madrileño puede contemplarse. Hasta ese momento había formado parte de la Colección Pierpont Morgan. La primavera florentina pasó rauda, pero Giovanna degli Albizzi Tornabuoni, tras su día más espléndido y en un florecimiento perenne, quedó atrapada para siempre en la
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obra de Domenico Ghirlandaio para goce y disfrute de todas las generaciones pasadas, presentes y futuras. No pudo sustraerse la Fealdad de la Muerte a la envidia de su belleza.
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Reyes Cáceres Molinero
UNA FIESTA DEL ARTE EXPOSICION “JARDINES IMPRESIONISTAS”
Desde el 13 de Noviembre del 2010 al 13 de febrero hemos podido contemplar la exposición titulada “Jardines impresionistas”.
Ha estado organizada por el Museo
Thyssen-Bornemisza y la Fundación Caja Madrid en colaboración con la National Gallery of Scotland y comisariada por Clare Wilsdon, profesora de la Universidad de Glasgow, Michael Clarke, director de la National Gallery de Scotland y Guillermo Solana, director artístico del Thyssen.
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Allí hemos visto ciento treinta obras de gran calidad y magnitud que han quedado grabadas en nuestra retina como una alegre explosión de luz y color, de tal forma que nos aventuramos a decir que en estos cuadros podría estar lo mejor del impresionismo. Los préstamos corresponden al Metropolitan Museum of Arte of Nueva York, la National Gallery of Art de Washington, el Musée d,Orsay de Paris o la Tate de Londres. La gran novedad es que se trata de la primera vez que el jardín se convierte en protagonista temático de una exposición. El recorrido es un paseo por un
amplio
espacio verde desde mediados del siglo XIX hasta comienzos del XX donde se exhibe una amplia representación de precursores del impresionismo como Delacroix, Corot, de los impresionistas puros: Manet, Monet, Pisarro, Renoir, Sisley, Caillebotte, Berthe o Morisot y también de artistas posteriores que recogen su impronta: ahí están las obras de Cézanne, Van Gogh, Gauguin,Klimt, Munch y Nolde, entre otros. La búsqueda de la luz que se cuela entre la frondosidad o los matorrales, los lugares festoneados de flores mil colores y hojas de toda la paleta de verdes imaginables que ofrece la naturaleza o unos simples y recios troncos se convierten en cada pintor en un hallazgo sorpresivo y diferente.
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El jardín como motivo artístico Sociológicamente tiene su razón de ser el hecho que estos pintores tomaran este tema como algo muy suyo. Por un lado, a mediados del siglo XIX,
llegaron a Europa
plantas exóticas procedentes de Asia, África y América. También contribuyó la apertura al público de los parques reales. En Francia por ejemplo las flores solo estaban hasta entonces en los jardines como Versalles. La urbanización de la capital llenó la ciudad de espacios verdes de forma que en este país y en el resto de Europa fue brotando un sentimiento y movimiento hortícola. Poco a poco se puso de moda tener su propio jardín, diseñarlo y cultivar plantas diversas, afición de la que también participaron pintores impresionistas como Monet y Caillebote. Hay que tener en cuenta que el artista impresionista era un amante de la naturaleza. Estos pintores disfrutaban con los jardines y sabían cuidarlos. El placer del aire libre, la sabia elección de los colores, el hábil manejo de la luz a diversas horas del día convierten las flores y las plantas en una fuente de inspiración realmente bella. Fue el jardín propio el que ofreció más tema para sus pinceles: un jardín cambiante, primaveral u otoñal, muy propicio para los especialistas en el tratamiento de la luz.
Afirma Clare Wilsdon, comisaria de la exposición: “En el siglo XIX el jardín se convirtió en un motivo artístico, en lugar de limitarse a servir de decorado como en el arte medieval y renacentista. Mientras que el jardín paisajístico del siglo XVIII y principios del XIX está intencionalmente modelado, con el impresionismo los jardines 89
se convierten en motivo de inspiración artística, y tal como concibe Monet su jardín de Giverny, en un equivalente de arte” Los jardines se alejan del clásico parterre antiguo y hierático y van siendo irregulares, más salvajes y podríamos decir que más humanos. La concentración de flores, su color y su aroma resultan importantísimos para estos artistas. Wildson asegura “Los jardines de artistas y los parques públicos alcanzaron su máxima sofisticación en la era del impresionismo. No hay más que fijarse en la obra de Manet “Almuerzo en la hierba”, en la que los personajes del cuadro aparecen retratados en plena naturaleza como si estuvieran en un lugar privado”. Los ramos y arreglos flores constituyen un gran descubrimiento pues les permiten una gran libertad de color y forma. Monet decía: “Creo que las flores son algo estupendo de pintar”. Y Renoir se expresaba así:“pintar flores me relaja. No tengo la misma tensión que cuando estoy cara a cara con un modelo. Cuando pinto flores, empleo distintos colores y ensayo audazmente sus efectos, sin preocuparme de estropear el lienzo”.El mismo se trasladó a una casa con jardín y llegó a expresar: “Dadme un manzano en un jardín de los suburbios: ¡Con eso me bastaría! No necesito para nada las cataratas del Niágara”.
Los jardines despertaban emociones y experiencias diversas. A la muerte de Caillebotte dijo un crítico francés: “A lo largo de los arriates de flores, en los claros del bosque minúsculo, en los intersticios de las piedras que forman un pedestal rocoso para el invernadero, por todas partes, la vegetación despliega sus yemas, las florecillas brillan como ojos infantiles, los brotes vivaces perforan la tierra. Todo este pequeño
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mundo vegetal etiquetado, mimado, adorado por Caillebote, ha acudido puntual a la cita. Veréis mi jardín en primavera, les decía a sus amigos en la última cena con los impresionistas”. Monet afirmaba que tal vez le debía a las flores el haber sido pintor y culmina su etapa floral con la exposición de nenúfares en Paris en 1909. Las flores salen a la calle La exposición en el Thyssen arranca con un bloque dedicado al jardín propiamente dicho. Los floreros domésticos de Bazille o Renoir cobran protagonismo, esos íntimos jardines de interior salen al exterior y los pintores de la escuela de Barbizon hacen una inmersión en ellos como tema pictórico, dándole el relieve y la categoría de paisaje. Millet, Corot y Daubigny son el referente antecesor del impresionismo francés. Estos artistas se acercan desde una dualidad o confrontación: la ciudad y el campo, o también lo decorativo y lo productivo. El jardín se convierte en nexo de unión entre lo rural y lo urbano, puede ser un oasis en medio de la urbe o también una aproximación a la ciudad en medio del campo. Estos conceptos están presentes a lo largo de toda la muestra, se entrelazan entre sí y dan lugar a interesantes oleos.
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Hay otro punto de vista que configura la exposición y es el concepto de lo público y lo privado: se pintan parques como el Monceau, el Bois de Boulogne o el Trocaderoasí como pequeños jardines privados de las casas de los artistas. Monet, Pisarro, Morisot y Sargent abren sus ojos y nos muestran los parques de París y de otras ciudades como ámbitos y escenarios de la vida social, ya abiertos al gran público, donde confluyen gentes diversas y se unen en el olor, aroma y colorido de las plantas. Ya en el interior de las casas estos pintores dibujan la intimidad, lo recóndito, la serenidad de una charla familiar o el juego y el descanso entre verdores. El jardín decorativo, ese jardín diseñado y retocado al que quizá se la han recortado un poco las alas a su crecimiento salvaje es ahora una obra de arte en manos del artista que disfruta en su casa de un pequeño vergel. Decía Renoir: “Cuando pinto flores hago audaces experimentos con los tonos y los valores y no me preocupa perder un lienzo. Pero no me atrevería a hacerlo con una figura por temor a estropearlo todo”. El jardín también aparece como ámbito de relaciones sociales, donde la figura humana es un elemento más que no resta protagonismo a las flores ni al paisaje, acompañantes de la naturaleza.
El tercer ángulo de visión de la muestra se establece entre el jardín decorativo donde el ocio es el protagonista y el productivo -es decir la huerta- donde el elemento que destaca es el trabajo. Las dos últimas salas del Thyssen están dedicadas al trabajo de Pisarro y el huerto, quien tuvo gran influencia en pintores como Cezannne, Gauguin o Van Gogh. Claude Monet llamaba a su jardín su obra de arte más bella ya que fue el lugar donde puso en práctica el oficio de jardinero que aprendió en su juventud. Así lo afirmaba: “un jardín como este no se parece a nada, es una pura maravilla, todas las plantas del mundo crecen aquí en el mismo suelo sin que parezca que las cuida nadie;
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hay montones de todas las variedades de palmeras, todas las especies de naranjas y mandarinas” Y después… Salimos del Thyssen y nos acercamos a la Fundación Caja Madrid, en su sala central se recoge la época tardía de los impresionistas franceses y podemos contemplar pinturas de Monet, Pisarro o Caillebotte así como
la nueva oleada de
postimpresionistas: Van Gogh, Klimt, Vuillard, Bonnard o Toulouse-Lautrec que ya pertenecen y rozan otros istmos. La planta superior se ha dedicado a la pintura europea y americana del cambio de siglo. Artistas alemanes, escandinavos, británicos o norteamericanos dejan su huella influidos por la luz impresionista. También la pintura española se deja embriagar por este influjo y hallamos obras de Sorolla, Regoyos, Pla, Meifren o Anglada-Camarasa que han bebido de la misma fuente aunque lo plasman con un toque y fuerza diferentes, diríamos más hispano. La última sala ofrece la metamorfosis del jardín en lo que supuso la transición del postimpresionismo y que se asoma a las primeras vanguardias del siglo XX, como el fauvismo, cubismo o expresionismo: aquí nos encontramos con Cezanne, Munch, Nolde, Dufuy, Braque, Malevichy Ernst. Es una realidad que el impresionismo es un movimiento pictórico agradable que suele gustar al gran público y resulta fácil de entender, pero su aparente facilidad encierra una calidad y originalidad enormes. Con los ojos deslumbrados terminamos nuestro recorrido por esta exposición que supone un derroche de color, luz y alegría de vivir, algo así como una fiesta del arte.
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Reyes Cáceres Molinero
MIRADAS EXPOSICION DE MARUCHI MOLINERO
Del 1 al 15 de Marzo ha tenido lugar en el Centro Cultural Nicolás Salmerón una exposición retrospectiva de la pintora Maruchi Molinero, artista madrileña, aunque gran parte de de su vida ha residido en Andalucía. La muestra abarcaba trabajos desde el año 1967 hasta el 2006 y agrupaba distintas técnicas: oleo, litografía y aguafuerte en un total de 26 obras. Maruchi Molinero en plena posguerra se encontró con dificultades para estudiar Bellas Artes y con la tenacidad de una auténtica vocación tuvo que hacerlo por su cuenta, aprendió a dibujar con la profesora inglesa Nelly Harvey y más tarde con Eduardo Chicharro (hijo) y Carlos Sáenz de Tejada.
Se inicio también en el
modelado con Ángel Ferrant en cerámica con Carlos Moreno así como en grabado 94
en el Círculo de Bellas Artes. Según ella la hicieron pintar “hasta el agotamiento” algo que señala como positivo pues afirma algo obvio “para saber pintar hay que saber dibujar”. Apartada durante unos años de su tarea artística, ya en Andalucía retoma la pintura e inicia una actividad ininterrumpida hasta hace poco tiempo. Expone por primera vez en 1967 en la Sala Díaz de Madrid, desde entonces cuenta en su andadura con una larga trayectoria de exposiciones -más de sesenta y tres- tanto de forma individual como colectiva en diversas ciudades de España y en el extranjero. Durante una temporada forma parte de varios colectivos artísticos entre ellos del llamado “6 pintores del Campo de Gibraltar” junto con Rafael Gómez Valdivia, José Guerra, José María Jiro, Juan Gómez Macías y Andrés Ruiz Laporte. Fue una de las artistas presentes en los inicios de la pionera galerista Magda Bellotti de Algeciras, actualmente en Madrid. En 1992 el pintor y poeta Juan Gómez Macías hablaba de ella en un artículo de 1992: “ha logrado el dorado privilegio de la madurez gracias a su entrega incansable a la tarea diaria. Pintar para vivir. Pintar para encontrar sentido a su vida. Pintar como se respira, para sentirse plena, viva y vivida….” Parece una buena definición de Molinero.
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En la exposición del Nicolás Salmerón hemos encontrado retratos impresionistas de pinceladas largas y profundas y de amplio colorido
sabiendo crear un marco
descriptivo y sugerente de la personalidad del retratado. Destaca el cuadro “Hombre y luna” con marcado acento poético y evocador, acompañado de otros de la misma época de
grandes brochazos cargados de pigmento. Le siguen una colección de lienzos
abstractos con diversos cromatismos: en uno de ellos Maruchi M. ha incorporado un nuevo elemento: arena de playa. Se trata de un cuadro de grandes dimensiones titulado “Abstracción en gris” que presidía la sala. Pertenece a la llamada “época de las tierras”, quizá una de las etapas más floreciente y representativa de la artista. Toda su pintura es difícil de catalogar pues la artista ha ido siempre adelantándose a su tiempo y rompiendo moldes. Este talante innovador y una gran sinceridad son las claves para entender su modo de enfocar el arte. Ella afirmaba en una entrevista en el Diario de Cádiz en 1976. “trato de volcar mi interior en los lienzos y quizás ahí resida el motivo de mis cambios de estilo en la plasmación de las obras”.
Prosigue la exposición con una serie de litografías en torno a una serie de
figuras
femeninas de elegante y decisivo trazo, con cierto aire romántico así como varios
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aguafuertes
que muestran el poderío del dibujo y su dominio técnico. Un tema
recurrente de M. Molinero es la figura humana representada y proyectada desde distintos ángulos: el hombre o la mujer definidos con todos sus trazos como en épocas primeras o totalmente sintetizados y levemente esbozados por una simple línea como en los últimos años. Siempre el hombre como centro de su pintura, el hombre como un universo a explorar.
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La sala recoge casi al final ocho oleos de pequeño formato correspondientes a la última etapa pictórica titulada “Líneas y colores”,
son geométricos, de colores muy
vivos y mezclas imposibles, una sabia y atrevida combinación de tonalidades: amarillos oscuros, rojos oxido, blancos, negros y una amplia gama de verdes y azules conformando unas estructuras que recuerdan la armonía arquitectónica y sorprenden al espectador. Ese juego de color se rompe con unas punzantes líneas negras, muy breves, que parecen quebrar el lienzo. Hay un componente narrativo aun en estos enigmáticos cuadros en los que la abstracción es total y quizás podemos estar hablando de una vuelta a la simplicidad de formas: ángulos y espacios incompletos como parte de un escenario.
Contemplando la sala del Nicolás Salmerón llama poderosamente la atención la profunda evolución a lo largo de los años de esta pintora madrileña y es que una de sus cualidades, además del trabajo intenso ha sido una búsqueda constante, una inquietud 98
siempre insatisfecha por renovarse y descubrir nuevos modos de expresarse, que a lo largo de su amplia trayectoria pueden parecer hasta contradictorios. Cada hallazgo y cada horizonte han cuajado du vida de sorpresa y han marcado su paso hasta el 2004 año en el que definitivamente deja de pintar. Concluyo con unas palabras de Gómez Macías en el artículo anteriormente citado: “Las pinturas de Maruchi Molinero son retazos de enormes jardines con figuras. …/he tenido la oportunidad de aprender mucho de ella, de lo que dice y de lo mucho que calla. De verla, de oírla, de presentirla me nace la certeza de que está entregada a un solo, único, irrepetible paisaje: como un edén soñado. Quiere, está tozudamente decidida a dejarnos memoria y crónica de una geografía, de un paraíso al que ella aspira y desea para todos nosotros. Si fuimos expulsados del jardín de las delicias ella nos recuerda que el corazón del hombre guarda memoria precisa del oasis y de él depende recuperarlo.”
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José Antonio Rodríguez Hodar
JUAN LUIS LÓPEZ ANAYA ARTISTA Y AMIGO
Hablar del Luiyi artista es más fácil de lo que parece. Sobre todo, si conoces a la persona. Todo lo que hay en esa brillante cabeza – va sin segundas - se refleja, sin
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ningún tipo de aspavientos, en sus fantásticos y, a
veces, desgarradores dibujos,
capaces de hablar y transmitir emociones diversas. Aún recuerdo la primera vez que vi a aquellos inmigrantes bajados de la patera, esposados, y recién salidos del mar. ¿Eran peces o personas? Aún hoy tengo mis dudas, a pesar de verlos a diario mientras paseo por el pasillo de mi casa. Siempre me han gustado sus dibujos – lo reconozco – aunque ni él mismo lo supiera. Recuerdo la primera vez que dormí en casa de su abuelo y me encontré un dibujo suyo, gigantesco, colgado de la pared. Esto que aquí escribo no lo sabe ni él, pero me quedé un largo rato siguiendo sus trazos, sus colores, y pensé: “esto lo ha hecho Lorca”. Al principio eran rayas, cuadros, líneas con colores, pero, poco a poco, ibas descubriendo algo más… ¡y me gustó!
No volví a saber del Luiyi artista hasta años después, cuando empezó a mandarme dibujos para alguno de mis relatos, y tengo que reconocer que su arte, en más de una
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ocasión, llegó a cambiarme el color del relato, la cara de un personaje, e incluso el final de una historia. Viendo sus dibujos sobre África pensé que no pintaba con lápiz… Creí que lo hacía con las uñas porque sus líneas atravesaban el papel mientras a mí me desgarraban. Y es que, siempre que admiro cualquiera de sus obras relacionadas con el continente negro me vino a la mente una palabra: COMPROMISO. Y es que Juan Luís, al que a veces no hemos comprendido – quizás por su vehemencia - siempre ha estado comprometido con la verdad, o su ideal de la misma, lo que le ha llevado a más de una discusión y algún que otro malentendido que, rápidamente, ha sabido subsanar.
Pero hablemos del Luiyi artista, que es lo que interesa ahora. Hay gente – mucha gente – que es capaz de contar una historia uniendo palabras. No se necesita nada especial para hacer eso. Si acaso, algo de paciencia y mucha imaginación. Y para contar una historia completa se necesitan muchas palabras, muchas frases, y también muchas hojas. Hay que hablar de lugares, de personas, de situaciones, y de sentimientos.
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Pues bien, hay otro tipo de gente – y ahí entra Juanlu – que es capaz de contar una historia completa con solo cuatro esbozos, sin usar paisajes de relleno que resten fuerza a su mensaje primario, y mucho menos a sus protagonistas. Ni siquiera necesita darle color, pero no me hace caso. En sus cuadros hay personas, y en ellas hay pasión a raudales, un amor desmedido, un sufrimiento casi inhumano, y unos africanos que me han hecho sentir mejor persona. Recuerdo una vez, mientras escribía la historia de unos amantes, consiguió robarme el rostro de la protagonista. Aunque era yo el que la estaba escribiendo fue él quien puso cara y cuerpo a los personajes… y así fue hasta el final ¿No es eso ser un artista?
En definitiva, Juanlu es de esos “genios locos” que se muestran sin ases bajo la manga. Lo que te quiere decir te lo muestra a primera vista, sin escondites poéticos, sin falsos ademanes innecesarios, y sin ir más allá de lo que ha pretendido dibujar. Todo esto hace que su pintura sea desgarradora a veces, dulcemente infantil cuando hace algún dibujo para un cuento, y poética la mayoría de las veces. Por suerte, Luiyi sigue los consejos únicos que debería escuchar un artista, lo que le convierte en uno de esos artistas que se empeñan en sentir, y no en razonar.
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Si tuviera que elegir entre el Luiyi artista o el Luiyi amigo lo tendría claro: me quedaría con los dos. Es imposible el uno sin el otro... Los dos están llenos de verdad. Nota: ¡No te pierdas la tristeza de sus personajes. No lloran lágrimas… Lloran flores marchitas!
Jose Antonio Rodríguez Hodar (blog: http://josamotril.wordpress.com/) Juan Luis López Anaya (http://dididibujos.blogspot.com/)
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GRAFOLÓGICAMENTE HABLANDO
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Nuria Sánchez Caravaca
GRAFOLOGÍA
Tengo el placer de iniciar en esta Revista Cultural RAICES DE PAPEL, una Sección dedicada a la Grafología, cuya Ciencia es conocida en los ámbitos, social, laboral, educativo y jurídico; en este último caso, para determinar la autoría de manuscritos, falsificaciones, etc, mediante la peritación caligráfica, pero, sin embargo, no es tan conocida por la sociedad en general.
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Visto lo anterior, se pretende dar a conocer los orígenes, historia y cómo no, dar una idea sobre los estudios grafonómicos, así como el análisis de diversas firmas célebres, que no dejan de ser la carta de presentación de sus autores. Por lo tanto, comienzo con definir lo que es la escritura, que es un dibujo convencional, destinado a transmitir el pensamiento, éste al ser más rápido que el movimiento de la mano, hace que se produzcan trazos inútiles, u otros rasgos que se simplifican, se combinan, conformando asociaciones originales.
Las modificaciones del trazado, procedentes de un impulso inconsciente, a la hora de escribir, es lo que determina la peculiaridad de cada escritor, su individualidad y, en definitiva, su gesto gráfico, el cual se compara con su gesto mímico y, como ejemplo, cabe el siguiente: en la distancia, podemos comprobar si dos personas están discutiendo o, por el contrario, están hablando amigablemente, por sus ademanes; pues bien, si dichos gestos los plasmásemos sobre el papel, se transformarían en dibujos, cuyos rasgos serían volutas, curvas elípticas, circulares, etc., estos elementos, son la representación esquemática del gesto y, el gesto es un movimiento expresivo, involuntario y espontáneo, revelador de nuestros sentimientos. Es justamente esa estrecha colaboración entre el gesto espontáneo y la escritura, en general, en lo que está basada la Grafología. Una importante diferencia con la mímica fugaz, es que ésta última desaparece, mientras que la que está plasmada sobre el papel, se puede conservar durante años, quedando impresas las características de personalidad del autor, por lo que, en caso de haber fallecido éste, de alguna manera, le revive en cuanto, no solo a la parte material
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del manuscrito propiamente dicho, sino que se le recuerdan, al menos, sus facultades intelectuales, de la voluntad o de la personalidad. Hemos oído, en ocasiones, que las palabras se las lleva el viento, pues bien, en este caso permanecen en el tiempo con nosotros, quedando una parte viva para rememorar. No cabe duda, de que si todos escribiéramos igual, la Grafología no tendría ningún valor. Conforme se va a afirmando nuestro carácter, se modifica, asimismo, la escritura.
Considero que es importante y saludable mentalmente, el escribir a mano, dado que nos aporta intimidad, silencio, con la interacción cerebro-útil escritural; reafirmación y confirmación de nuestra personalidad; el manuscrito nos humaniza y nos hace disfrutar, no solo de un bonito bolígrafo, portaminas o pluma, sino del placer de recrearnos con nuestra propia letra. No obstante, he oído algunas veces: ¡es que mi letra no hay quien la entienda!, y contesto: el solo hecho de reconocerlo prevé la intención de mejorarla; eso dice mucho a favor del escribiente, dada su posible fuerza de voluntad, para que los demás le puedan leer y enterarse de lo que pretende decir.
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Basado en lo anterior, y si el escribiente lo consigue, habrá dado muestras de generosidad ¿Cómo?, por ese mismo esfuerzo que la mano, dirigida por su cerebro le está indicando, pero bien, ahí entraríamos en otro terreno como es la Grafoterapia, de la cual hablaré en el futuro, asimismo, mencionaré en próximos números las escuelas grafológicas de Europa y América a lo largo de los tiempos y los historiadores, profesores de Lógica, Metafísica, médicos, filósofos que con sus investigaciones, estadísticas y demás pruebas han conformado el sistema grafológico.
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EL ALMA DEL POEMA
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Juan Ruiz de Torres
EL ALMA DEL POEMA (2)
Dijimos 1que habría que considerar el verso magnífico como aquella unidad del poema que abre al lector una puerta ayer desconocida. Claro que en un buen poema hay otras cosas: armonía conceptual, equilibrio de sonidos, visión del mundo en relación con nuestros sentimientos... Para nosotros, repetimos, el gran poema es el que acierta a resumir y plasmar en un verso magnífico una imagen, una visión que nos descubre un mundo cuya existencia ignorábamos o tan sólo sospechábamos. Veamos un ejemplo más: el soneto más famoso de Francisco de Quevedo, “Amor más allá de la muerte”:
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AMOR MÁS ALLÁ DE LA MUERTE Cerrar podrá mis ojos la postrera sombra que me llevare el blanco día, y podrá desatar esta alma mía hora a su afán ansioso lisonjera;
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mas no de esotra parte en la ribera dejará la memoria en donde ardía: nadar sabe mi llama el agua fría, y perder el respeto a ley severa. Alma a quien todo un Dios prisión ha sido, venas que humor a tanto fuego han dado, medulas que han gloriosamente ardido, su cuerpo dejarán, no su cuidado; serán ceniza, mas tendrá sentido; polvo serán, mas polvo enamorado. El poema presenta una hermosísima visión de lo que es, en el fondo, la vida: amor. Tanto así, que el poeta ofrece en el famoso verso final una genial paradoja, que lo ha hecho imperecedero. Es más: es el verso que todos recordamos. Y cabe preguntarse: ¿por qué esa memoria perenne? Porque Quevedo ha sabido resumir nuestro anhelo de eternidad a través del amor. Ese verso podría ser: “Polvo seré, mas polvo enamorado” Creo que todos podemos estar de acuerdo en que ese verso solo resume el poema. Q.E.D. 1
El alma del poema, 1
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POESIA
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José Javier Aleixandre
TODAVÍA He de seguir andando aunque mis huesos me van hablando ya de descansar. Pero como soy sordo no los oigo. No necesito aún un tercer pie que sujete mis pasos. Y si camino más despacio ¿para qué necesito ir más deprisa? Si lo que puedo ver con estos pobres ojos que ya no ven del todo no me gusta mirarlo, todavía consigo cuando busco hacia atrás encontrar tantos goces como tuve, para gozar de nuevo recordándolos. Necesito creer que quedan todavía caminos nuevos para mí. 115
Que aunque se acaben todos cuando me acabe yo, nada me importarán tantos caminos que ya no podré andar. Quiero creer que aún tengo palabras naciéndome en la lengua, y no quiero pensar aunque sea cierto que ahora no me queden más que unas pocas cosas por decir. Es cierto que no espera nadie -ni yo tampocoque consiga vencer en ninguna carrera con mis manos tendidas para llenarlas de otras manos. Pero a pesar de todo durante un libro entero debo seguir andando, hasta que logre un último soneto como punto final. (Del libro "Últimos pasos)
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José Iglesias Benítez
NIEBLA He salido a la calle como un perro ladrando desengaños a la aurora. Olía el corazón a madrugada. Descolgaba el invierno sus andrajos, sus sábanas de niebla sobre el río. A estas horas el alma es una casa vencida por el tiempo: desvencijadas las ventanas, rotas las puertas, que los vientos baten, toda el alma es puro escombro, un escondrijo de arañas y otras sabandijas. Llueven los años inclementes; llueven, llueven, en la cadencia inútil de los días iguales; trampantojos que acumula la memoria. Tropiezos. Reciclajes. 117
En otro tiempo el corazón vibraba: Frutecían las manos sus magnolias de pétalos de lumbre, alboreaban, pecho adentro, sus frutos inmaduros. En otro tiempo el sol era un regalo. Era fácil amar, porque era fácil amanecer sin más desesperanza que la ración de olvidos necesarios para abrazarse al sol de cada día. En otro tiempo, era la vida oficio para ganar los sueños, los menores espejismos de aquella luz trenzada que fue poniendo el viento a nuestro alcance. Hoy sucede que todo está perdido. Se han poblado las calles de epitafios y de otros desatinos. Se ha marchado la luz con el sigilo imprescindible para escarchar la piel de los almendros y agostar la blancura en sus depósitos. No sabemos decir qué pasa con la niebla que nos viene punzando. Qué nos pasa que agonizan las rosas en los puentes de la ilusión marchita. Qué nos duele cuando abrimos la boca y aspiramos el dulzor deshojado de los tilos. Sólo la luz que arrebató el invierno 118
tal vez pudiese armarnos de esperanza, si regresara pronto con sus pitas erizadas de rayos, de promesas de nuevos horizontes. Si volviera cargada de ilusión como quien vuelve de habitar en la hoguera, de iluminar un canto, de arrojar al detrito las cenizas, de encender la alegría. Sólo la luz podrá resucitarnos. Solo la luz. He vuelto a casa como un perro lamiéndome la herida que me causó la calle, la vida que en la calle amanecía. No pudo el sol reciente deshilachar la niebla.
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Blas Muñoz Pizarro
EL SILENCIO DE DIOS (Premio Aula de Poesía “Pedro Antonio de Alarcón” del Ayuntamiento de Valdemoro, 2008)
...Nada hay tan mudo como la boca de un dios.
R. M. Rilke Hay momentos en la vida en los que es fácil callarse aunque nadie nos reclame ese gesto generoso de devolver al silencio, indefensas, las palabras. Es ya de noche. Las piedras han borrado sus perfiles y los caminos han huido. Las aguas del río sueñan pájaros de niebla o nubes de suavidad imposible, y hay un hálito que ahueca la copa añil de los árboles. Todo gira en este instante. No pesa el mundo: gravita alrededor de mi frente. Y me invade la presencia, al menos, de mi deseo de no estar solo en la noche y creer que este silencio es la palabra de Dios
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dibujada en las estrellas. Cuando un poeta se calla las cosas pierden sus nombres, y un árbol ya no es un árbol ni su sombra es una sombra. Por eso quiero creer que en este momento existo porque hay Alguien que en silencio me nombra –o tal vez me piensa- como yo nombro las cosas. Alguien que, callado, suena en el rumor de las hojas de los álamos del río o en la evocación difusa del camino y de las piedras bajo la noche estrellada. Alguien que nos piensa –o sueña- hasta que llegue ese día en que borre de sus labios -o de su sueño- mi nombre para acogerme de nuevo en su centro silencioso. (Hoy quiero creer en Dios desde la fe que no tengo.) Y como si Él me escuchara, como si, al nombrarlo, hiciera real mi presentimiento, como si con mi palabra imitara su poder, voy a cantar esta noche, aunque no crea –pues quiero-, que hoy creo en Dios. Y creo que en Él estoy, inmerso en Él, como el denso fluir del río hacia el mar, como las piedras y los surcos del camino en la noche, en esta noche de prodigioso silencio y de árboles que por fin son árboles solamente donde anidan las palabras como pájaros de Dios.
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Carmen Rubio
I Se ha cumplido ya el plazo que dijiste. El tiempo ha ido labrando poco a poco mi rostro, y me saca la flor de los labios; entonces era todo el jardín que tú querías. Sin saber si arderá mi piel en tu memoria o será raso inútil -quebrado su color ante otra pielabandono la casa. Dejo de par en par abierto el corredor, la lámpara encendida por si llega algún indicio tuyo mientras estoy ausente. Sobre la arena, firme, ante este mar que decidió torcer su semejanza, y postuló a tus ojos otro color del mundo,
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escarabajeando por dentro de tu hombría, ensayo la más dulce de las voces, el vino de tu nombre. El mar me mira y calla a la luz indecisa de la tarde. Parece que me busca con tus ojos. Me pongo de rodillas a sus pies, como un bulto. Dejo que me recorra con sus lenguas la nuca, el cabello, los labios. Noto como se yergue enardecido, y su afán se me antoja manos entre mis pechos; tus manos de otro mundo. Soy como un pez. Quisiera llegar hasta tus islas, caer entre tus redes, ser tu sombra. Entre mis ropas sal; toda la sal que luego te padece. En medio de la noche, sólo un jardín que espera.
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Alejandro Moreno
COMO UN SEDIENTO MURO Como un sediento muro de torturados légamos surge tu frente huyendo de la noche. Tus ojos interrogan al aire y a la piedra y a la mar escondida cuyas orillas sólo tú conoces, cuyo sangrante abismo con tanta aplicación sufres e ignoras. De la caverna azul de tu garganta brota un himno de sal, una garrida endecha con que al reír te hieres. Yo te escucho manar desde la muda arena que me acoge. Y me estremece el brío con que cada mañana regresas a la tórrida pelea con las manos heridas y desnudas y doblegas el arco del día 124
y encaminas sus saetas. Ejércitos de perros galopan por tu seno, quiméricos neblíes atraviesan tus bóvedas. Y siempre, en lo más turbio del combate, un gorrión de azúcar acude a refugiarse a tu ventana. Y te salva, a la tarde, la sonrisa.
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Raúl Calvo Varela
DECIR Si digo tiempo, hay palomas que viajan sin descanso por las veredas del pasado con la mochila llena de recuerdos; hay caballos trotando de puntillas para llegar puntuales a la tertulia del presente; hay hombres desbocados para disfrazar el aire de radioactividad y el milagro del porvenir en un paisaje triste de la sangre. Digo verdad y surgen pétalos socavando el vacío que llevo en cruz como dos lágrimas de bruces; se despide la noche y, allá en el horizonte, el sol distancia el pecado para que no se desplome el cielo.
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Y si digo amor, s贸lo me escuchas las estrellas.
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Reyes Cáceres Molinero
LAS VEINTICUATRO HORAS DEL BOSQUE El bosque va naciendo sin que nadie lo sepa y verdes lágrimas despiertan la nostalgia del chopo. Mientras, se acercan mis pasos al corazón verde que palpita en sus trémulas hojas sin que nadie lo sepa. Los golpes de la sombra en la espesura asoman entre las ramas su rostro. Cuando atardece, el violeta descubre recuerdos ocultos en la memoria de amarillas tardes que se disponen a besar el agua. La tarde ya se extingue con un sombrero verde que la lluvia ha tejido con las hojas de tu verde melena y despliega en la arboleda los sueños. Una gota se filtra en el verdor silente, abrigando la mudez de la tierra como una boca hambrienta que aguardara su pan. Sin que nadie lo sepa.
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Los pรกjaros cuelgan plumas verdes atentos al rumor y una malla invisible de perfume se despliega en el bosque con su manto. El frescor de la noche alumbra una luz sedienta de huellas, de aquellos hombres que hollaron tu suelo.
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Francisco Miguel López Jiménez
A JUAN LÓPEZ PINTO, IN MEMORIAM En tierra antigua de biznagas y capachos desplomaron tu sangre cartagenera, roja de geranio, en ríos abiertos por las playas de albahacas. No tuvo Diciembre golondrinas, la jábega vacía de copo derivó por el mar de los muertos en tus ojos dormidos. Y el tañer de un címbalo a difuntos prestaba las olas de un mar roto, 130
densamente gris, densamente triste, sin libertad gratuita para la sed del hĂŠroe que bebiĂł para morir y vive desde la muerte. Ahora multiplica el pan de sus sueĂąos en las bisagras del tiempo tan espesos como el aire, tan libres como la vida.
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Ana Romano
CAUTIVO Se sacude inquieto aletea Aun agobiado se rebela Mientras lo acordonan en el intento de aplastarlo chilla hiende rasguĂąa Dispuesto a salir (se) ademĂĄs gime.
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AÑORANZA Asomada al recuerdo emerge tu figura soberbia autoritaria desprotegida En aridez sembraste diminutas semillas La muñeca impávida detecta cómo llega la muerte Despido en cuanto salpica un hálito de destellos.
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Eladio Méndez
ALAS DE CENIZA Cuando la nostalgia fluye de mi pecho, con anhelo desbordado pregunto por ti, te procuro en el aire, en el tiempo, en la niebla en la lívida voz anterior a mi infancia A veces me calmo y mi boca descansa, mas luego al instante mi ser al completo pregunta por ti por tus alas de brisa, tus claras pupilas, tu sombra de estrellas tu infinita ausencia. Y te sueño en la albura, te busco en la senda imposible del tiempo en la copa de vino, en la ración de pan en el remoto brocal de la memoria
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Pero no hallo consuelo a esta búsqueda aciaga. Tan sólo una racha de viento murmura que ya formas parte de la luz y el silencio, que tus alas de aire se tornaron ceniza, que tu cuerpo de trigo alimentas la tierra de la fraternidad. (De “El Verso Arrebolado”)
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Elisa Berna
QUITO LABERÍNTICO A Rafa Intuyo en ti la soledad del viajero que en su bolsa de mano comprime la infancia junto a viejos pergaminos. Y se arroja al océano -como si no hubiese sido nunca niñodemoliendo un tiempo perdido al otro lado del charco que engulle nombres y raíces. Antes de ese quiebre umbilical hubo otra joven réplica de ti enredada en los maizales, asaltando los portales herrumbrosos de un Quito laberíntico y astral. Mientras, han ido emborronándose las cartas ávidas de sal del navegante,
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y aunque no olvidas caminos, volcanes, ni el rostro tambiĂŠn huido de otros hijos de la vorĂĄgine, ya te es difĂcil retornar a los breves granos consumidos del racimo ambiguo de la memoria.
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Francisco Javier Carmona Camarero
ABEL
Se acerca el día, y con él, tú. En la noche, a la que llegas silencioso, todo es diferente a aquella luz de sangre que nos hizo hermanos. Tus armas se han ido deshaciendo al ritmo de tu caminar, y desnudos tus dedos no pueden vivir manchados de transparencia.
No he olvidado aquel clamor errante entre crujidos de vida. No he olvidado los nombres que quise olvida r para tomar tu mano. No he olvidado el momento en el que coloqué tu nombre entre despojos de mi memoria. Pero bien sé que ahora, manso, como un trueno licuado entre la niebla, caerás entre mis brazos, pensando que tras ellos corre la misma sangre. *
*
*
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Fue en diciembre lento y bruma cansada. El vapor de mar y el humo de frío iban empapando el cielo y las nubes. Salió a la calle a beberse el último olor de la noche, a pasearse las últimas risas y colores, a comprarse desesperadamente un último ápice de sus sueños. Desde la Rúa Augusta tendió su mirada en el Castillo iluminado, para dejar secar su memoria náufraga, arrojada al vaivén por un golpe de ventisca. Su recuerdo congeló la noche de Lisboa eternamente y, en el vaho del hielo, quedó escrita para siempre esa saudade que despide a los marineros de la nostalgia. *
*
*
Llegaron allá donde no quedaba más tierra ni más día. Abajo, roto, el mar comenzaba a desangrar la tarde y les llevaba un silbo dulce de viento y sal, de hondo restallar de rocas y esp umas. Pasearon largo tiempo su silencio entre el vacío, aspiraron lentamente el último claror para no olvidar que el horizonte siempre se viste de esperanza. De la mano, y de silencio vestidos, volvieron a la noche, con la pincelada indeleble de atardecer que les había dejado el cielo, para siempre recordar que más allá sigue existiendo el día. *
(Cabo Espichel) * *
Lo vi llegar de un llanto blanco y tierno. Se fue vestido de dolor, dueño de saber que la noche de la vida acababa entre sus manos. Las miró con el fervor juvenil de quien sueña una nube de azúcar del rosa de las ilusiones y recordó que el mismo dolor con el que hoy viajaba, las había arrugado y
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curtido desde sus primeras lágrimas; que con ese dolor oscuro también había posado en sus manos una piel de seda, un fruto feraz y miles de sonrisas y placeres de perenne caricia. “Soy dolor, y me voy con el dolor de mis manos” –dijo antes de partir, dibujando la feliz curvatura de la tarde en sus labios, al recordar que la noche oscura de la vida también da luz a quien la gana. *
*
*
ULISES “Media luna a la deriva en el cielo no es suficiente para iluminar esta noche, pero sí para mirar tu sonrisa”, –escribió junto a su bitácora, tendido en la hamaca, imitando el reposo horizontal de la luna, convencido de que en aquel marco de plata habitaba su norte. Fue callando el rumor de las mareas; un bostezo de viento que traía recuerdos ausentes, hizo noche su memoria. Desde entonces, las estrellas con semblante de mujer y voz de sirena, comenzaron a cantar hacia la luna, como espejo donde Ulises busca cada día eternamente la sonrisa de su hogar. (Poemas en prosa pertenecientes a la colección "Prosas encontradas")
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Fernando Fiestas
EL EXILIO ANTE EL ESPEJO “En esta casa hay siempre un simulacro de ruina.� J.M. Caballero Bonald
No me hice hombre llevando piedras al hombro, porque todo paisaje tiene sexo a pesar de las cruces que marcan tu inocencia cuando -oficio de alcobaste aprendes de semilla a diario. No me arrepiento 141
de haber dejado de ser niño sin darme cuenta, lejos descansan los columpios, los toboganes, las sombras de mi hogar donde sigue cantando el mismo tordo junto a la fuente añeja. Lejos perduran las sonrisas en torno a mi mirada y a las preguntas simples. En casa de mis padres los rostros de las cosas fueron cambiando de color mientras era testigo del vals de las persianas con los tabiques y decoraba las esquinas con pedazos del mundo que robaba a la tierra. No me arrepiento de olvidar los juguetes en los desvanes, con sus azules sempiternos, pues yo era un frágil soplo entre miles de puntos, que rompía su cascarón a la luz de las velas 142
y ante el espejo p a r a s i e m p r e
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Francoise Roy
HE AQUÍ QUE AMANECÍ He aquí que amanecí con el ojo donde el ombligo y el ombligo centrado en la frente, los pies de manos y las manos de pies. Miro desplazarse la línea equinoccial a la velocidad del relámpago. Pese al trastocar de órganos, permanezco tranquila. Me lo dice el dios negro al cabalgar el cielo: “Un día, sin que tú sepas por qué, se abrirá la puerta, y la casa se inundará; todas tus partes fuera de lugar se irán flotando en la corriente como piezas sueltas.” A plena luz de la noche agrandada por las luminarias, una vez hecho el cambalache de órganos, todo aquello que vivía en las profundidades quedó ciego. A duras penas subió como un ángel con dos piedras por alas. Dónde está el alma extraviada de cada cosa de fondo, qué cuerda la retiene, si en la subida los animales de profundidades perdieron hasta los zapatos, el peso que les servía de lastre. Soy oficiante de su extravío. Custodio el faro de luz del alma.
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Ramiro Gairín Muñoz
LA LOCA CELESTE Lloraba quitaesmalte y escupía albatros en los más fríos jardines de un palacio a medias. Y en su anhelo de almendras, en su duelo quebrado, advertía: no habrá ya veranos ni epopeyas si dejáis que se maten los ancianos, si dejáis que se mueran los poetas.
TOLKEYEN que no pase de largo por tu puerta el hombre de tus sueños Joaquín Sabina
De tus argentinas manos al norte. De la bruma en las jironadas fauces del mar, en el dintel mitológico de la puerta garza del fin del mundo.
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De los lagos que devuelven violetas, de los bosques para esconder la nariz, de la mueca de petisa con novio al futuro de fascinada extensión. Mi ángel, el futuro es solamente todo lo que nos va a ocurrir mañana, el remolino de las madrugadas que anidaremos en Tierra del Fuego si cuando amanezca tras el Olivia esperamos a que deje de nevar. (Poemas de mi libro PINTAR DE AZUL LOS DÍAS LABORABLES, Editorial Islavaria, Granada, 2011)
http://haciaotrasaventurasmashermosas.blogspot.com/
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José María Izarra
AUTORRETRATO Me he preguntado muchas veces quién era el individuo más tonto de este mundo. Inútilmente. Hoy, sin embargo, al plantearme la cuestión, me he sorprendido a mí mismo alzando el dedo índice. Curiosidad, pues, satisfecha.
SALMO Un amoroso salmo para momentos de zozobra extrema: “¡Seréis hijos de puta!”
NaCn Desde que tengo uso de razón, y desde antes, tal vez, he sido muy consciente
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de lo que al hombre lo aguardaba. En consecuencia, siempre he sabido lo que quiero. Por tal raz贸n, conmigo siempre va la panacea (una pastilla de cianuro de sodio). Por si la vida decidiese no matarme de golpe.
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José López Rueda
A JOSÉ LÓPEZ MARTÍNEZ Este tan sosegado caballero que peina aún cabello plateado mientras tantos de cráneo pelado le dan trabajo poco al peluquero, es de Castilla vástago señero, escritor a su mesa encadenado, columnista, poeta acrisolado que cincela sus versos con esmero. Criado entre viñedos y alcoholeras rumor de pueblo suena en su escritura. y Sancho le protege de quimeras, pero a veces olvida la cordura y sueña con las mágicas banderas del Señor de la Mancha y la locura.
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Marta de Arévalo
ANAGRAMA CHINO Noche alta, Nostalgia sobre TI - LE -HANG Leía un antiguo poema chino que hablaba de un amor clandestino. Lo escribió el último Emperador Tang. Medianoche serena, siglo diez. Galería al sur, penas de ayer. Ella iba a él, llama y dulzura. " ... porque sólo a veces podían verse ( contaba pausado el poema), al verse, ¡ qué infinita en los dos la ternura ! " La lluvia susurra el poema de antaño... Yo estoy sola en la noche y te extraño. (Del libro “ Soledad”)
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Nélida Lemos Paganini
MIEL Y SAL Con infinitos recuerdos en la memoria postales envejecidas él se va... voraz por encontrar el misterio de su sed que su inspiración supo dar. Se aleja por senderos conocidos atravesando sus miedos que vuelve a amordazar. ¡Gigante pretensión de fuerzas! Adormecer la vida, negar el tiempo. Ir a buscar horizontes enteros lunas diferentes palabras que convencieron. Cuentos de miel y sal. (Del libro "El árbol de las ausencias")
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Oswaldo Roses
Esta madrugada de mala noche te encuentro en el máximo valor del alma y eso que estaba vestido de caníbales y eso que acaso lloré y me decidí por la lágrima interminable que nunca cae que nunca cae su mar o su abismo pero tranquiliza pero desinhibe más una miseria incorrecta yo que amo cuando nadie sueña yo que canto mientras sobran límites sí con una longitud de la invisible ebriedad con una lividez de alas sin causa con un camino fantasma de los ojos Entonces esta madrugada de mala noche te encuentro tras las nubes perdidas tras las paredes desatadas tras los hoteles imprudentes 152
tras el silencio atroz como si la vida tuviera ahí un aspecto íntegro de cuento – de mito – de imprevisto y sutil beso de al fin amor
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Patricia K. Olivera
SOY… Soy un poco gaviota, soy un poco raíz... En gaviota se torna mi espíritu cuando las letras se prenden de mí. En raíz vuelven mis plantas cuando a tierra me baja mi real existir. Como cometas dejando estelas así yo paso por el cenit y como el agua corro sin pausa animando vida de principio a fin. ¿Qué mejor árbol de ramas altas, de hojas danzantes, verde y feliz. De tronco grueso y sabia fresca que lo recorre, fresco vivir? ¿Qué mejor ave que vuela libre y que se esconde dentro de mí.
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Que está de paso y logra en el suelo lo que no puede en manto sutil? Soy un poco aire, soy un poco tierra... Mezclando elementos me he moldeado así. Espíritu libre, alma errante que en cuerpo mortal sigue aquí. Mirando el horizonte, que se ve tan lejos presiento al lucero cruzando el nadir que guiará mis pasos sin piel y sin huesos cuando el fin de éste día se empiece a sentir.
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Pedro Tenorio
EN COLLIURE Estos días azules y este sol de la infancia… A. Machado
Siempre, Antonio, nos ibas hablando de recuerdos, del tiempo que se vive, no del reloj del tiempo: “Estos días azules y este sol de la infancia…” …de un patio de Sevilla, de Soria y tus paseos por donde traza el Duero su curva de ballesta… No debiste morir anunciando tu muerte. “Estos días azules… “. No has hablado del mar si no es el de Castilla en tus poemas, esas olas del Moncayo azul o el mar de los olivos de Baeza. Y ahora, en el bolsillo de tu chaqueta gris, del color del exilio, esas palabras mientras miras al mar. Esos días azules…
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Y cuando llegó el día de tu último viaje ligero de equipaje contemplabas el puerto de Colliure, sabiendo que es el mar donde desembocamos. No debiste morir anunciando tu muerte. *
*
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A Colliure fui a verte con algunos alumnos. Les había leído “A un olmo seco” por ver si verdecía otro milagro de la primavera. Cruzamos la frontera por Figueras, como tú habías hecho acabando la guerra de los facinerosos contra una España preñada de futuro. Te albergó una familia, gente buena, en la misma pensión en que tu madre se hubiera despedido, tres días antes de que tú lo hicieras, de las calamidades. Y tú…, desalentado, ligero de equipaje, con el alma tranquila, pero triste, no debiste anunciar tu muerte ya anunciada. Les dije a mis alumnos: aquí murió Machado, su poesía vive cada vez que os acercáis a ella. Yo, ya un viejo maestro, a estas alturas… *
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Fuimos a ver la tumba donde descansa aún. 157
Un cementerio humilde de humildes sepulturas Y en la suya que no sobresalía del suelo dos centímetros, rodeada de velas apagadas pero que habían ardido, se podían distinguir grabadas las letras de su nombre. Y anónimos mensajes en papeles efímeros. Paseé por el puerto de veleros azules y recordé sus versos, por eso sé que aún vive.
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Plácido Ramírez
LA CIFRA AZUL DE NUESTRA INFANCIA A los amigos que no están. A Encarna Ballesteros. También a Ángel Villar e Isidoro Ginés.
En la barranquilla, en esta tarde de primavera cuando ya los cardos exhiben sus moradas coronas junto a las tapias del “polea”, hay magia, y también una luz especial que desnuda intenciones, como entonces. Aquí estoy, otra vez, ante la mirada inquieta de esta torre mudéjar que lloró y rezó por mí cuando me fui lejos, y me esperó siempre con los brazos abiertos, como una amante fiel. En esta primavera, cuando ya las flores se abren a los lados del camino de los castillejos, cuando los lirios crecen junto a los ríos y a los arroyos. Aquí mismo, en esta plaza donde ayer, aullaban corazones sin hambre, donde se quedaron quietas tantas madrugadas en estas piedras con memoria. Aquí donde el vaivén de la existencia, nos llevo a contar con números equivocados. Y también quisimos soñar con otras fronteras y nuevos caminos, con el auxilio de nuestra imaginación y la energía de la infancia Nos tiembla la palabra al recordar aquellas noches ebrias de alegría, de esperanza y de sueños derramados.
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Es la hora de la amistad y de buscar las miradas, también las sombras que se abrazan en este espejo del tiempo. Y tras la noche vendrán lágrimas con un marcado acento de tristeza, seguiremos buscando la cifra azul de nuestra infancia. Aquí estoy, otra vez, ante esta torre mudéjar que vigiló mis juegos de niño, y la cartera de la escuela que se quedó olvidada en algún banco. Mientras nos llega el viaje al invierno de nosotros mismos, escribo poemas de la existencia.
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Rolando Revagliati
A MIGUEL HERNÁNDEZ Descienden de los silbos unos rayos de agua a los cometas
Ascienden de las décimas y en ronda - ¿fríos? – soles cenicientos.
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Ronald Bonilla
PASTOR DE LA SANGRE Homenaje a Miguel Hernández
Como tu sangre, amapola del alba, pastor de la espiga, de tanto silbo malherido por el viento. Como tu sangre, todo es abrazo, perito en penas, soldado de la luz serás mañana cuando amanezca el mundo. Como tus ojos, alucinados, de las nobles fatigas del yuntero, venda del oprobio, ración de escarcha. Desde tanto abandono y sus guijarros y sus almas colmeneras y sus abrojos, todos tus amigos te cercan y la luna sigue resuelta como tu Josefina entera. Nada es olvido. Nadie te olvida. Muerte, amor y vida: Te sangran los costados. Yo voy amando, Miguel, tan de tus pasos, iterando tu fuego y tu palabra. Yo voy contigo; la luz es nuestra.
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José Cercas
VOLVERÉ A ESCRIBIR TU NOMBRE En el borde de la vida, yo, volveré a escribirte y la luz de antaño vendrá, entonces, a sementar el fruto; escribiré de las sombras que envejecen en el llanto; del viento que bordea la colina, o del agua cuando mana y besa la sed que tengo de tu boca. En las silentes sábanas de la noche, acunaré tus besos dormidos y ya solo veré a través de tus ojos... Entonces, recordaré que te quise y mis osadas manos se deslizaran por el contorno de tu cuerpo. En el borde de la vida, yo, volveré a escribir tu nombre.
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Manuel Giménez González
INICIO DEL POEMA Todo comienza buscando el argumento. La materia estaba allí, sin maquillaje, al alcance de las manos, para que el poeta la arañara con sus uñas y ordenara la textura del papel en un cuaderno de infinitos matices. La memoria cubría la tinta en el rincón de la penumbra y, de cuando en cuando, salía a la calle perfumada con vestidos de seda tejidos con nubes de ensueño. Tomó como amante fiel a la palabra y, oculta en un verso, quiso pasar sin esfuerzo por el ojo insondable de una aguja clavada en su regazo, o aparecer transformada de gigante en enana, buscando en la honda sima de la fábula la íntima sustancia de las revelaciones. Escribir poesía es desnudarse, deshacer
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los nudos del pasado y del presente, dar fe de la existencia de un vasto territorio donde convergen infinitos caminos de errantes direcciones. El poema, entonces, recuerda un tiempo inexistente, se resiste a ser un bramido insolente, se rebela del texto incomprendido con palabras de trueno y s铆labas de fuego, pues es conmoci贸n del pensamiento, el elemento donde se lee y se descifra la clave interna del poeta. Todo comienza en el valor primario del inconsciente con un discurso poblado de atavismos. Para unos, el fin se justifica en el poema; para otros, la escritura es una piel que se abre sin tapujos, y destapa, para s铆 sola, la verdad del arte para que sea una imagen recompuesta en el pulso real de su entramado. Comencemos.
Ilustraci贸n Randy Mora
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Valeriano Franco
©
PÁRAMO A ti, desconocida colega de emociones. Qué suerte tienes tú. Quién supiera decir lo mismo: Entrar en ese mundo del maestro por la inmensa rendija diminuta del Borges infalible, abrir el comprender de la sombra que habita en cada arruga, y llegar al sabor caliente del saber donde afana la avaricia. Yo, a rebusco, por páramos desiertos, persigo el grano ausente entre terrones, y sólo encuentro el muro que destruye el paso luminoso, pues la noche me orienta por caminos
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que ya no saben de esperanza. Afortunada tĂş que oteas desde el Borges infinito.
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NARRATIVA
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Alejandro Moreno
LA AZOTEA ROJA No lo podía remediar. En cuanto amanecía, saltaba de la cama y subía corriendo a la azotea. En verano daba igual, casi era de agradecer dejar el calor de su cuarto y salir a tomar el fresco de la mañana. En invierno, en cambio, tuvo que volverse tiritando más de una vez porque, en realidad, no se despertaba hasta que llevaba un rato caminando con los pies descalzos sobre las losas. Pero cuando la modorra se disipaba, florecía ante sus ojos todo el mundo prodigioso que aguardaba escondido entre los pliegues del aire. Entonces era cuando se asomaba a la barandilla y se ponía a charlar con los tejados, con las calles, con el puerto y con el mar. Desde allí, les contaba sus penas, sus temores, sus gozos, sus sueños y sus pesadillas. Entonces, los tejados, las calles, el puerto y el mar lejano le iban respondiendo con sus colores: azul para sonreírle, naranja para darle ánimos, verde para advertirle que algún peligro andaba al acecho, amarillo dorado para responderle al gozo con el gozo, rosa para enviarle calma y consuelo. Cada color se iniciaba como un punto sobre el horizonte, avanzaba sobre las aguas de la bahía y, muy despacito, iba tiñendo el puerto, las calles y los tejados, hasta posarse sobre la azotea, donde se diluía sobre las losas como se diluye el sueño sobre la realidad, al final de la siesta. 169
Entonces volvía a su cuarto y se preparaba para ir al colegio. Algunos días, los días de azul celeste, bajaba las escaleras con alas en los tobillos y el alma llena de campanas. Otros, los días de verde lagarto, partía con el espíritu encogido y como andando sobre grava caliente. Los días de color naranja, un perfume de mandarina le iba dando escolta por entre las sábanas tendidas a secar. Los días dorados, sólo la voz de la abuela, trepando paredes arriba, era capaz de rescatar su atención del mundo encantado de la azotea. Aquella madrugada, que aún remoloneaba sobre los mástiles del puerto, le abrió los ojos con un desconocido sobresalto, con un gato arisco y caliente acurrucado entre las caderas. Subió a tientas a la azotea y disparó su congoja a través los tejados, las calles, el puerto y el mar.
Sobre la distante raya del agua se alzó un punto blanquecino, que iba creciendo y coloreándose a medida que se acercaba a tierra. Cuando ya tocaba los muelles era de color naranja y llegó a los tejados rojo, como la cresta de un gallo gigantesco.
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Descendió sobre la azotea y, poco a poco, fue poniendo las losas del color de las amapolas. Pero no daba señal alguna de diluirse como los otros colores. Y entonces fue cuando apareció el terror. Se retiró de la barandilla y vio que el rojo de las losas se había apoderado de sus pies y subía por sus tobillos como si se propusiera devorar su cuerpo. Corrió escaleras abajo con el pavor aleteando a sus espaldas. Miró un momento hacia atrás y vio sus propias huellas, teñidas del mismo rojo de la azotea. Llamó a su abuela a gritos y, cuando la anciana apareció en el pasillo, soñolienta y alarmada, se zambulló en sus brazos, gimiendo. Su abuela se apartó un instante, le dirigió una mirada de abajo arriba y otra de arriba abajo. Le besó las mejillas y la frente y le habló como se habla a los niños asustados: -¡Calma, criatura! ¡Calma, que no pasa nada malo! Anda, ven conmigo. No hay por qué tener miedo, mi vida. Además, las mujeres tenemos que ser valientes. ¡Y tú, ahora, ya eres una mujer...!
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Roberto Malo
EL REGALO
Ella –la mujer que habría hecho enloquecer de lujuria a más de un hombre- me entregó el mejor de sus sueños como muestra de amor infinito hacia mí. No supe qué decirle. No la amaba, en modo alguno, pero se trataba de un regalo fabuloso, que no podía rechazar por nada del mundo, así que lo acepté de buena gana, asegurándole además que yo también la amaba, con toda mi alma. Sin duda se dio cuenta de mi mentira –nunca he sabido mentir, ni de niño-, pero hizo como si se lo creía y nos casamos. Fuimos muy felices. Tuvimos tres hijos, una casa preciosa y montones de alegrías. Nunca la amé, tal y como yo entendía que debía de ser el amor, pero nunca me sentí infeliz. Por las noches, mientras abrazaba el sueño que ella me había regalado con tanto amor, me sentía el hombre más dichoso del mundo. http://robertomalo.blogspot.com
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Soledad Cavero
EL PODER DE LA ENVIDIA Un grupo de hombres del municipio rural de Bjönstrand sentían envidia de Jerker Ostenson, ya que desde pequeño demostró él una inteligencia superior, que le llevó a cultivar entre otras materias su talento artístico: Pintaba al estilo de Van Gogh, tocaba el piano y escribía versos como la lluvia que al caer enciende los labios de cualquier joven en flor de mayo. Además, su atractivo físico y desmedida altura acentuaban el malestar de ciertos hombres. Jerker era hijo único y había heredado de sus padres, ya fallecidos, la parte meridional de una de las zonas más ricas del lugar. Pero no eran estas las causas que habían engendrado aquel odio mezquino, sino la enorme atracción que Jerkel ejercía en casi todas las mujeres de Bjönstrand. Creo que cuando contemplaban de cerca sus ojos, llenos de misterio, y su musculatura de gigante nórdico caían sin remedio en sus brazos. Por eso, aquellos hombres roídos de envidia no paraban de plantearse cómo quitarse de encima tan irresistible seductor porque, de seguir así, iban a quedarse sin las mujeres más bellas. -¡Es el hombre más tierno que he conocido! –escuchó uno de estos envidiosos comentar a una de las jóvenes que él pretendía. Aquella fue la última chispa que hizo explotar el polvorín contenido en el pecho de todos ellos, y decidieron que no podían permitirlo. Pero ¿Cómo deshacerse de tan sobresaliente personaje? Hubo propuestas como la de arrojar a Jerker a un tonel de vino 173
hasta que se ahogara poco a poco, o la de rociar con gasolina su casa cuando él estuviera dentro. Finalmente un tal Kauras, en representación de semejante grupo de hombres, decidió ir a visitar a una extraña mujer, famosa por sus malas artes. Y cual no sería el asombro de Kauras cuando tan intrigante mujer, que ya conocía de oídas al personaje, le aseguró que lo que le daba a Jerker su peculiar atractivo era su increíble altura.
-A pedrada limpia podréis bajar a Jerker su estatura – aconsejó a Kauras aquella medio bruja que arrastraba su voz por el suelo como una boa. Así que al día siguiente, a primeras horas de la mañana, aunque el frío calaba hasta los huesos, aquel grupo de hombres sin que nadie les viera esperaron agazapados en el cruce donde Jerker solía pasar casi a diario, camino del pueblo. La agresión fue horrible. El pobre Jerker quedó inerte en el suelo hasta que algunos vecinos se prestaron a recogerle y trasladarle al hospital del Santo Ángel. Por desgracia, al salir de dicho centro había perdido treinta centímetros de altura y tenía algunas cicatrices, pero aún así no había perdido todo su atractivo. Menos mal que, aunque no tenía familia, en el lecho del dolor no le faltó la asistencia de sus queridas mujeres: Inga, Ulla, Alvida y Agneta, al enterarse de lo ocurrido estuvieron a pie de
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cama y no le faltó de nada: Le llevaron merengue, compota de frambuesas y tarta de requesón, que eran sus postres favoritos. No obstante, a pesar de la paliza recibida, el corazón de Jerker no había sufrido ningún desperfecto. Pensaba a veces en irse de allí, pero cuando el volcán amoroso de alguna joven se empeñaba en conquistarle cambiaba en el acto de idea. Y un cuadro pintaba para Uggel , la de los brazos de oro, o se ponía a interpretan a Chopín delante de Hellen Stenströn, que era la mujer más delicada y rica de los alrededores. -¡Hay que bajarle mucho más la estatura! –sentenció un hombre tan insignificante como una pulga. Un río de ira se desató otra vez dentro de aquellas bestias. Así que de nuevo esperaron a Jerker escondidos. Y aunque él trató de cubrirse como pudo, ante aquel aluvión de cascotes y piedras Jerker quedó totalmente disminuido. Después, ya repuesto, al verse tan pequeño y desfigurado ante el espejo sintió tal impotencia que decidió apartarse para siempre de sus amadas mujeres: Ninguna volvería a arder jamás entre sus brazos. Y como los invisibles agresores continuaban sueltos en aquel fétido lugar Jerker decidió, muy deprimido, que lo mejor que podía hacer era quedarse en casa sin salir una larga temporada: En Bjönstrand había nacido y no estaba dispuesto a abandonar sus propiedades. Necesitaba sanarse, y nada mejor para el alma que sentir el sonido de las estaciones por aquellos hermosos prados y montañas, que le daban tanta vida. Pero después de un tiempo a solas con la Naturaleza , viendo pasar en invierno bajo copiosas nevadas, sintió Jerker la tentación de subir una mañana hacia el centro de la población. Se encontraba relativamente tranquilo porque con tan insignificante apariencia ¿Quién iba a querer ahora hacerle daño? Con los víveres no tenía problema, ya que se los llevaba el capataz de la finca, pero necesitaba unos libros y era diferente porque sin leer algo nuevo no podía estar. Pensaba él que, habiendo desaparecido como había hecho de la vida cotidiana de aquel lugar, no existía ya peligro. Mas un golpe de mala suerte removió de nuevo aquella venganza y todo volvió a desatarse como si no hubiera transcurrido el tiempo. -¡Mira cómo ha quedado Jerkel! –dos hombres se rieron delante de sus narices al verle pasar camino de la librería. Jerkel sin demostrar el miedo que sentía continuó andando como si nada. Situado en una de las callejas de la Plaza del Ayuntamiento volvió a ver a los provocadores. 175
Hoy comentan aún en Bjönstrand que la preferencia de las mujeres por Jerkel no fue la única causa que desató su desgracia. Aquel día unos extranjeros se acercaron hacia él despistados: Querían preguntarle dónde se encontraba situado un castillo de los alrededores y cometió la imprudencia de informarles en inglés y alemán. Semejante demostración de sabiduría removió las bilis de aquellos individuos al oírle, y le propinaron la última paliza cuando iba camino de su casa: No cabe duda que -a pesar de su insignificante estatura -, Jerker brillaba todavía demasiado y debieron caer sobre él todas las máscaras de los envidiosos de Bjönstrand. Después de los golpes recibidos, con
su ya minúscula talla y el rostro
ensangrentado bañado por las lágrimas, un niño que pasaba por allí se acercó hacia Jerker creyendo que se trataba de uno de los enanitos de Blancanieves. Y entonces él, temblando como una hoja, miró al niño con inmensa ternura y desapareció rápidamente bajo tierra.
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Paloma Hidalgo Díez
ADELANTE
Una tarde descubrí mi reflejo en el escaparate de la pastelería cuando volvía a casa. Me paré delante como tantas otras veces, allí estaban, absolutamente apetecibles. Sentí el rugido de mi pobre estómago quejándose por permitir que aquellas deliciosas imágenes desfilaran ante mis ojos. Decidí degustarlos, aquellos pasteles cremosos y recubiertos de chocolate me llamaban. Tenía que conseguir insuflar vida propia a mi segundo yo, aquella aparición espectral que se proyectaba sobre el cristal, por ver si
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cambiaban las cosas y llegaba a sentir el deleite que seguro me proporcionarían aquellos tentadores dulces. Algo falló, no sé si fue la sirena que avisaba de la necesidad imperiosa de encontrar refugio ante el ataque aéreo, o mi poca destreza para dotar de vida propia a mi otro yo. A lo mejor no escogí bien el momento, no sé, el caso es que hasta dos semanas más tarde no volví a intentarlo. De noche y en mi cama, cuando las sirenas y los bombardeos lejanos no me dejaban dormir, me concentraba en idear un plan perfecto que me permitiera disfrutar de esos pequeños placeres que con la guerra había perdido. Un día, cuando volvía a casa después de pasar la mañana con mi amigo Pedrito entre los vagones rotos de lo que fue un tren correo, me paré delante de una pequeña tienda de instrumentos porque en el escaparate había un tambor con el borde rojo y brillante que parecía estar esperándome. Allí estaba, en el centro de la vitrina. Limpié con la manga de mi chaqueta el cristal que lleno de polvo apenas me permitía verlo. Entonces volvió a suceder, mi otro yo, ese doble transparente me saludaba desde el escaparate; parecía sonreírme. Me sorprendí, de nuevo levanté la vista muy despacio y allí seguía. Dudé unos instantes, pero al comprobar que no había nadie a mí alrededor, me armé de coraje y le hice un gesto con la cabeza para pedirle que cogiera el tambor. Nervioso, me aparté de la tienda, y me senté recostando mi espalda contra la pared. Casi inmediatamente empecé a sentirme diferente. En mi cabeza sonaban redobles y repiqueteos… Era una sensación maravillosa, permanecí allí hasta que la caída de la noche me recordó que tenía que volver a casa. Pensé que sería más prudente no contárselo a nadie, porque nadie se iba a creer semejante cosa, ni siquiera mi amigo. Era mejor mantenerlo en secreto. Al llegar a casa encontré a mi madre fregando el suelo de rodillas, me dio un beso y me pidió que saliera de nuevo mientras se secaba. Bajé las escaleras canturreando una cancioncilla, la portera al escucharme me regañó y me dijo que era mejor que los niños no nos metiéramos en política. Asentí y dejé de hacerlo sin comprender bien por qué razón le molestaba, a mí me la había enseñado Pedrito, y él era un niño como yo, no un político. Me había acercado a la tienda de ultramarinos del barrio para ver si mis nuevos poderes seguían activos, pero la poca luz me lo impedía. Oí un estruendo enorme, y sobre mi cabeza vi pasar un avión enorme, creo que cayeron algunas bombas, en el portal contiguo a la tienda me encogí tanto cuando pude tratando de tapar mis oídos, y hecho un ovillo esperé a que pasara todo. Al levantarme, entre la nube de polvo vi aparecer a mi madre que gritaba mi nombre, corrí a su encuentro y me cogió en brazos 178
cubriéndome de besos. Entonces, seguro y protegido entre sus abrazos, me aventuré a decirle que tenía poderes especiales. Ella sonrió y pidió que se lo contara, y al enterarse me confesó que ella también los tenía. Y que era estupendo ponerlos a trabajar, porque gracias a ellos, podía disfrutar de muchas cosas que de otra forma nunca habría llegado a tener. Me dijo que por la mañana iríamos juntos a un sitio que ella conocía donde a menudo se paraba al volver del trabajo, me aseguró que me iba a gustar mucho. Ni que decir tiene que no pegué ojo en toda la noche, y que me levanté el primero para estar enseguida preparado. Aunque era sábado, no había mucha gente por las calles a esa hora de la mañana, además el día había amanecido nublado, y amenazaba con regalarnos un aguacero de un momento a otro. Mi madre me llevaba de la mano, anduvimos por muchas calles que yo no conocía, hasta que llegamos a una gran avenida que ahora, gracias a la guerra, estaba llena de sacos de arena, de edificios desplomados, de ladrillos y basura, pero mamá me dijo que al final de la cuesta, habríamos llegado. Un rayo de sol se abrió camino entre los nubarrones grises y su luz iluminó el escaparate. Allí, agarrado de la mano de mi madre descubrí una gran librería, nos acercamos y después de limpiar con la mano su superficie, volví a verme reflejado, ahora también veía a mamá, ella también sonreía. Nuestras imágenes se soltaron de la mano y se adentraron en la tienda, mientras afuera mamá y yo empezamos a sentir las primeras gotas que permitían que un gran arco iris se instalase sobre nuestras cabezas. Así, protegidos por aquel precioso arco, cerré los ojos y comencé percibir las imágenes de tantas y tantas cosas bonitas, vi leones, elefantes, cisnes, delfines. Desde entonces el poder mágico que ambos poseíamos, me acompaña a todas partes. Mi imaginación ahora es capaz de hacer cosas mucho mejores, pero sigue proporcionándome la misma felicidad que cuando era un crío. He tenido la precaución de enseñarles a mis hijos a usarlo, y reconozco que hay pocas cosas en éste mundo capaces de proporcionarme tanta dicha como utilizarla juntos. ¡Aunque no sé por qué yo sigo viendo al mismo niño que veía pasteles! Como reflejo de propia vida, se presentan sobre el cristal las imágenes fantasmagóricas y espectrales que entremezclan a hombres y mujeres, a ancianos y a jóvenes sobre su fría superficie acristalada, intentando quizás que nos demos cuenta de que están ahí, a nuestra entera disposición, para acercarnos al mundo de la fantasía. Adelante, imagina, vive.
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Carlos I Fernández Carbonell SU NORTE − No me digas que llamas desde el pueblo. − Sí, papá, ¿desde dónde quieres que llame? − Pero entonces… ¿ya has vuelto de la guerra? − Nunca he estado en la guerra, papá, el que estuvo fuiste tú, no yo. − Vaya, se lo tengo que decir a tu madre, estaba muy preocupada, la pobre. Con su padre siempre es lo mismo, hace años que es así, Antonio ya está acostumbrado a su particular senilidad, al calidoscopio de recuerdos y olvidos que construye y derriba cada día en su cabeza. Su madre cuida de él y es la que mejor le ha enseñado a tomarse con sentido del humor su progresivo desdibujamiento. Siempre quiso ser enfermera y encontró en la enfermedad de su padre una piedra de toque que, paradójicamente, acabó por acercarla más a él. Su vocación fue superior a cualquiera de sus sueños, que los tenía, que compartió con Antonio y de los que su padre nunca llegó a percatarse. Dejar El Bonillo, volver a su Barcelona natal, abandonar a su padre. Hoy los ve felices. Los ojos de su madre rebosan energía y vitalidad y su padre nunca hubiera podido resistir vivir sin ella. − ¿Le has comprado algo a tu madre para su cumpleaños? − Claro papá, nunca se me olvida. Hala, cuelga y nos vemos en un rato. Durante la comida familiar su padre le dirige miradas cada vez más hurañas. − Hay que ver lo que traga este electricista. A ver cuándo se pone ya usted a trabajar. Los hijos de Antonio no tienen reparo en tomárselo a risa. − Di que sí abuelo, este hombre no da un palo al agua.
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Pasó el rato, llegó la hora de irse, los hijos de Antonio plasmaban besos rápidos en las mejillas de sus abuelos. Antonio paseó su mirada por las viejas fotografías que superpoblaban el aparador. En una de ellas aparecía su padre en su época de actor. Se le vuelve a pasar por la cabeza lo paradójico de la situación, el hecho de que la enfermedad de su padre fuera lo que, finalmente, impidió que su madre lo abandonara, cómo algo a priori cargado de tristeza había aportado felicidad a ese hogar, cómo algo que separaba por naturaleza había llegado a unirlos de nuevo. Antonio sale a la calle acompañado de sus hijos y de su madre. El más pequeño de ellos vuelve a recoger una chaqueta olvidada. − Lo del electricista ha estado bien, abuelo –le dice al oído al padre de Antonio. Él no dice nada, no le mira. Sólo se sonríe.
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Javier Bueno Jiménez (Arvikis)
LA FUENTE AMARGA
Hace aproximadamente dos siglos, en una Castilla de campos sedientos, vivía una muchacha llamada Aulaga, su padre era pastor y ella cultivaba un pequeño huerto, además de realizar todas las labores de la casa y atender las exigencias de su padre. Por los alrededores no abundaban los muchachos casaderos y Aulaga si algo deseaba era tener un hijo. Pero manifestar ésto en presencia de su padre, era desatar todas las iras de éste, ya que no quería quedarse solo y desatendido. De esta forma la muchacha era constantemente humillada, y no podía alejarse sin recibir algún golpe o paliza de su progenitor. Aulaga, con frecuencia, elevaba sus bellos ojos al cielo, como reclamando de su madre la protección y el consuelo que nadie le daba. Un día, que la muchacha escardaba los tomates, pasó a su lado un joven llamado Pedro que tiraba de una mula testaruda, e iba de camino a Navas del Prado, para establecerse como carpintero. Pidió a Aulaga si podía darle un poco de hierba y agua para la mula. Ella lo hizo, con una bella sonrisa, y además cortó de la parra dos racimos de uvas que ofreció al viajero. Éste agradeció la cortesía besando fugazmente las manos de su bienhechora. Conversaron durante un buen rato, y se sintieron felices. Se descubrieron el uno al otro.
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Intuyeron lo agradable que podría ser una
vida en común y alzaron sus ojos al
firmamento, suplicando una oportunidad al destino. La muchacha sabía que su padre nunca accedería a que se marchara de allí, y tampoco consentiría, debido a sus enfermizos celos, que pudiera desposarse con nadie. Pedro le propuso que se marchara con él, pero ella, con lágrimas en los ojos, le dijo que era imposible. Mientras la consolaba, se oyeron los gritos del padre, que la insultaba desde lejos. Aulaga pidió a Pedro que se marchara corriendo. Y así lo hizo. Cuando llegó su padre, comenzó a golpearla y a decirle que le había deshonrado, que era una ramera. Ella gritaba que no, que solo habían hablado y su honra estaba intacta. Pero seguía y seguía golpeándola, hasta que, en su huída, Aulaga tropezó y fue a caer de espaldas junto al brocal de la pequeña fuente. Su cabeza chocó contra las piedras y murió de forma instantánea. La sangre, mezclada con el agua, tiñó de rojo el pequeño manantial. El padre, horrorizado por las consecuencias de la acción, se dejó caer sobre su cuchillo, dándose muerte. Esta es la leyenda. Lo cierto es que, desde entonces, se dice que si alguien dice una mentira sobre un asunto trascendental, puede ser descubierto dándole a beber agua de la fuente, pues sentirá un amargor tan terrible en su boca que no podrá por menos que escupirla. En cambio, si dice verdad, podrá disfrutar del frescor de un agua deliciosa. Así nació la leyenda de “Fuente amarga”
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Juan Calderón Matador
LAS MEDIAS AZULES
Mamá era la famosa cantante Coral Fontén, y papá su manager. Sus vidas transcurrían entre aeropuertos, carreteras y hoteles, sin un solo día libre para dedicárnoslo a nosotros, sus hijos. La tristeza era una pintura sin brillo que cubría 184
nuestras vidas, y no la podía disimular la ropa cara con la que mamá pretendía taparla. ¿Para qué nos servían los juguetes exclusivos que traían de sus viajes, si no les teníamos a ellos para tirarnos en la alfombra y compartir los juegos? En una ocasión me regalaron el barco más impresionante que jamás hubiesen visto mis compañeros de colegio. Todos me envidiaban, sin saber que aquel navío sólo navegaba por el río de mis lágrimas, y que me hubiese cambiado por cualquiera de ellos cuando eran recogidos en la puerta del colegio por sus madres. Nuestra infancia transcurría en la soledad de una casa magnífica, con la única compañía de las personas de servicio, más preocupadas por cumplir escrupulosamente con las obligaciones marcadas por sus jefes que por darnos un poco de calor humano, una pequeña dosis de afecto. Así fue hasta que llegó la tata Miguelona y nos zurció, con agujas de alegría, las heridas del alma. Ninguna otra etapa de mi vida ha sido tan feliz como la que viví junto a ella. Cuando recaló en casa, mi hermana Marisina debía tener cuatro años y yo uno más. Entró como la primavera, poniéndole color a los rincones más sombríos de la vida, llenando de aromas agradables la caja de nuestra infancia. Su entrada fue triunfal, ¡tan grande, tan morena, con aquellos pechos enormes, que iluminaron los ojos de mi padre e hicieron que mamá la mirase con recelo! No menos chocante era su equipaje: Una maleta desvencijada, atada con cuerdas de pita, y una cesta con una gallina viva que traía de regalo para nosotros ¡Qué jolgorio cuando el animal escapó de su prisión de mimbre y revoloteó por la casa, llenándola de “kikirikíes”! Jamás podré olvidar aquel momento con papá, la tata, Marisina y yo, corriendo tras la gallina, sin que ninguno consiguiéramos cogerla mientras volaba de una silla a otra. Lo mejor llegó al encaramarse sobre la televisión para hacer un dúo con Lola Flores, que en aquel momento estaba actuando. De allí huyó, rauda, hasta el dormitorio de matrimonio, seguida por la tata, que le decía: -Perica, Perica ¿Quieres parar de una vez? ¡Qué bochorno, señorito! -No se preocupe, mujer, pero ande y cójala antes de que haga un estropicio – Respondió papá, sin poder contener la risa. Y Miguelona logró echarle mano provocando un confeti de plumas anaranjadas, que brillaron en la semipenumbra de la alcoba, como si se tratase de las lentejuelas de escena de mi madre. Pero Perica no estaba dispuesta a perder su libertad y volvió a revolotear por la estancia. -Saque a ese bicho de casa inmediatamente –Gritaba horrorizada mamá desde la puerta de la calle -¡Qué ocurrencia, venir con una gallina, ni que Madrid fuera una pocilga como su pueblo! 185
-Cariño, las gallinas no están en las pocilgas sino en los gallineros –replicó papá. -¡Ahora me vas a decir tú dónde viven las gallinas, ignorante! La tata Miguelona, que conocía a Perica desde que salió del cascarón y la había criado con mimo, como si de su propia criatura se tratase, se puso roja cual tomate maduro, temiendo que la obligaran a abandonar al animal en mitad de aquel Madrid, lleno de vehículos, que tanto le asustaba. -Pita, pita, pita, pita, pita. No lo hagas, Perica, te lo pido por favor. Perica, no lo hagas. Ven aquí, bonita, ven, gallinita linda.
Pero la gallinita linda no la escuchó y lo hizo. La muy descarada depositó su caca en la colcha de bordados orientales que cubría la cama de mis padres, ante nuestro regocijo y el estupor de mamá. En aquel instante Perica firmó su sentencia de muerte y acabó en la cazuela ese mismo día. Ni Marisina ni yo pudimos probar un solo bocado. La tata Miguelona lloró, disimuladamente, mientras la cocinaba, y sólo mis padres se dieron un buen festín con su carne; hasta tal punto, que mamá, después de la comida, se quejó de que por culpa de Perica no le entrarían sus trajes de escena. La verdad es que no se llamaba Miguelona, su verdadero nombre era Micaela, pero nosotros, al verla tan grande, decidimos bautizarla con aquel otro apelativo que nos parecía más apropiado. Ella sí supo rodearnos de cariño, y por primera vez en nuestras tempranas vidas nos encontramos protegidos de verdad. Ya sé que puede resultar un poco fuerte, pero he de confesar que ella se convirtió en nuestra verdadera madre, la que siempre estaba allí para darnos la aspirina cuando nos encontrábamos mal, la misma que nos llevaba el vaso de leche calentita a la cama, ésa que nos acompañaba al colegio y nos esperaba a la salida, la que nos arropaba cada noche y nos contaba un cuento antes de dormir, poniéndole a nuestros sueños el bálsamo de ternura que tanto necesitábamos. Aquel era un momento mágico. La tata empezaba siempre con el mismo juego: -¿Queréis que os cuente el cuento de las medias azules? 186
-Sí, sí –respondíamos a coro, a lo que ella contestaba: -Yo no digo ni que sí ni que no. Yo lo que digo es que si queréis que os cuente el cuento de las medias azules. -No, no –contestábamos, a sabiendas de que esa era la respuesta que ella esperaba. -Ya os he dicho que yo no digo ni que sí ni que no. Yo lo que digo es que si queréis que os cuente el cuento de las medias azules. Y dijésemos lo que dijésemos, ella siempre respondía con su archisabida cantinela de las medias azules, hasta que el sueño se asomaba a la ventana de nuestras caras y decidía poner fin al juego, del que nunca nos cansábamos. Entonces nos decía: -Como veo que no me respondéis a lo que os estoy preguntando, he decidido que os contaré el cuento que a mí me dé la gana. Por ejemplo... –Y nos decía el título del que a continuación nos contaba, casi siempre historias acaecidas en el pueblo extremeño que la vio nacer, un pueblo con un castillo tan grande y tan bonito, nos decía, que en él habían vivido los príncipes y las princesas de todos los cuentos existentes. Una noche, Marisina sintió que en su nuca se había introducido el clavo de la enfermedad. Fue tanto el dolor que le produjo que una ambulancia hubo de llevarla al hospital. Papá y mamá, como de costumbre, no estaban en casa; aquel día les tocaba recepción en una embajada y, a pesar del aviso, mamá prefirió continuar amortizando su modelito de altísima costura, afirmando que lo de la niña sería un dolor de cabeza sin importancia; así que, la tata y yo, nos subimos en el vehículo para acompañar a mi hermana. Fueron unas horas horribles. La fiebre se había atrincherado en el cuerpo de Marisina. Los médicos no hacían más que ir y venir a la habitación y hablaban entre ellos. La tata les preguntaba qué le pasaba a la niña, pero ellos parecían estar perdidos y no acertaban a darle una respuesta. La enferma, bañada en sudor y como delirando, llamaba a Miguelona una y otra vez. -Estoy aquí, cariño ¿No ves cómo te cojo la mano? -Tata, no te vayas de mi lado ¿Lo prometes? -Claro que sí, Marisina. Duérmete un rato, ya verás como al despertar estarás bien. -No puedo dormir, tata, me duele la nuca. ¿Por qué no me cuentas el cuento de las medias azules? Pero no el de jugar, el otro, el de verdad. -Pero si es sólo un juego, no hay un cuento de las medias azules. 187
-No es verdad, tata, cuéntamelo. Entonces la tata Miguelona se quedó en silencio, pensando. Como si presintiese lo que ocurriría horas más tarde, quiso darle aquel último capricho y comenzó a inventar la historia de las medias azules. Las palabras bajaron a su boca como pájaros cantores, dibujaron vuelos de amor sobre la cama, pusieron dulzura en los ojos de fiebre de Marisina y un poquito de miel y de agua fresca sobre sus resecos labios. -Ocurrió una vez, hace mucho tiempo, en un lugar muy lejano; tan lejano que en él vivía Dios. Todo allí era azul, porque aquel país era el Cielo, y todo el mundo sabe que el azul es el color que más le gusta a Dios. Una mañana, llamaron a sus puertas dos niñas que se habían perdido en un bosque de la Tierra. Las pobres se vieron sorprendidas por las sombras de la noche, sin encontrar una casa donde refugiarse del frío y la nieve que caía en abundancia. Las dos se abrazaron, muertas de miedo y tiritando. Lloraron y lloraron hasta que el sueño las rindió bajo la copa de un árbol. Cuando despertaron estaban frente a las puertas de aquel lugar fantástico, donde todo era de color celeste. Las enormes y pesadas puertas, respondiendo a su llamada, se abrieron de par en par y asomó un ser que resplandecía tanto como el sol y llevaba en la mano una llave maravillosa que brillaba más aún que las estrellas. -¿Qué deseáis? –preguntó -Nos hemos perdido en el bosque y tenemos mucho miedo ¿Nos deja entrar en su país? -Este es el país de Dios, el más hermoso de cuantos existen, aquí no tendréis miedo. Si lo deseáis podéis pasar, porque las dos tenéis el alma limpia y lleváis unas preciosas medias azules, el color que más le gusta a Dios. Y las dos niñas entraron, de la mano de aquel ser tan imponente, y se sintieron felices y contentas para el resto de su existencia. Y, colorín azulado, este cuento se ha acabado. -Es el cuento más bonito de todos los que nos has contado. Tata, yo no tengo medias azules, y si me pierdo Dios no me dejará entrar en su país. -No te preocupes por eso, cariño. Ahora mismo iré a comprarte el mejor par que encuentre. La tata Miguelona, lo primero que hizo fue ir a comprar unas medias celestes para Marisina. Llegó con ellas justo a tiempo para ponérselas, y ver cómo mi hermana sonreía al contemplarse las piernas, vestidas con aquel color. Fue como si hubiese
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estado esperando aquel último detalle para emprender su viaje camino del Cielo. Cuando mis padres llegaron al hospital ella ya se había marchado. Nada desde entonces volvió a ser igual para la tata ni para mí. Se apoderó de nosotros una melancolía que nos ha seguido a lo largo de los años, como un cachorro fiel. Ella fue envejeciendo mientras yo me convertía en un hombre. Mis hijos la han querido tanto como la quisimos mi hermana y yo, convertida para ellos en una abuela tierna y cariñosa que les consentía todos los caprichos. Cuando la enfermedad se asomó a sus ojos, supimos que no había remedio y que pronto tendría que marcharse, fuimos a comprar a la mejor mercería, en la Calle Marqués de Pontejos de Madrid, las medias azules más bonitas que existían, para que cuando llamase a las doradas puertas y el dueño de la llave las abriese, quedase impresionado por aquel par y la dejase pasar sin ponerle ninguna pega.
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TEATRO
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José Manuel Sito
EL PISTOLETAZO (Dos personas en diferentes lugares de la escena hablando una con la otra por teléfono)
EL QUE LLAMA. -¿Es ahí el cielo? EL QUE ES LLAMADO -¿Dígame? EL QUE LLAMA. - ¿Qué si es ahí el cielo, es decir la gloria? EL QUE ES LLAMADO. - Por favor hábleme alto y claro. EL QUE LLAMA. -Le repito por cuarta vez ¿qué si es ahí la gloria?, es para unas dudas que tengo sobre la eternidad y el más allá, aunque yo estoy bien de salud. EL QUE ES LLAMADO. - Le escucho mucho mejor, ¿dígame, que desea? EL QUE LLAMA. -¿Qué si es ahí donde se pide hora y día para la eternidad? EL QUE ES LLAMADO. - Dígame su nombre. EL QUE LLAMA. - Menos mal, mi nombre es José Lucas Senante Lainez.
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EL QUE ES LLAMADO. -Dígamelo alto y claro. EL QUE LLAMA. - Que mi nombre es José Lucas Senante Lainez. EL QUE ES LLAMADO. - ¿Me lo deletrea? EL QUE LLAMA. - Se lo deletreo mi nombre es Jo-sé Lu-cas Se-nan-te Lainez, ¿me escuchó? EL QUE ES LLAMADO. - Pues no. EL QUE LLAMA. - Veamos ahora, mi nombre es José con “j” de jade, con “o” de órdago, con “s” de semilunio, con “e” de esperanto y de esto es lo que hay. EL QUE ES LLAMADO. -Si me lo repite se lo agradecería. EL QUE LLAMA. - Que mi nombre es José con “j” de jamás digas nunca jamás, con “o” de orgasmo múltiple, con “s” de sabios es rectificar, y con “e” de “escríbeme a la tierra que yo te escribiré”, que es un verso de un poema de Miguel Hernández, sígame prestando atención, mi segundo nombre es Lucas, con “l” de libro, librería, libreta, lectura, letra, y con “u” de ukelele, y con “c” de castañas pilongas, y con “a” de árboles hay que no dejan ver el bosque, y con “s” de sombrero, sombra y sombrajo, y mi primer apellido es Senante con “s” de “SILBO DE AFIRMACIÓN EN LA ALDEA” y sigo. EL QUE ES LLAMADO. - ¿Cómo dijo? EL QUE LLAMA. - Con “s” de “SILBO DE AFIRMACIÓN EN LA ALDEA”, que es el título de un poema de miguel Hernández, y con la “e” de érase un escritor a un érase pegado, y con la “n” de napias, narices, narizota, y con la “a” de Arquímides, Antígona, Anaxagoras, Anacreonte, Atenea, Arión, Ariovisto, y Ariosto, y con la “n” de nadie y ninguno que eso es usted, y con la “t” de “TODAVÍA, ESTÁ TODO TODAVÍA” que es un verso de Manuel pacheco, y con la “e” de estiércol y excremento, y mi tercer apellido es Lainez, con “l” de “los ladrones somos gente
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honrada”, que es el título de una obra de teatro, y con la “a” de almorranas, y con la “i” de ineficaz, que eso es usted. EL QUE ES LLAMADO. - Lo de ineficaz lo oí bien, pero por favor, cálmese. EL QUE LLAMA. - No quiero calmarme, decía que con la n de nervermore y de nunca más hablaré con un cretino por teléfono y con la “e” de escatológico, y de ¿escuchó o no escuchó?, y de ¿entendió o no entendió? Y con la “z” de Zaratrusta y ahora dígame que me escuchó estupendamente. EL QUE ES LLAMADO. - Perdone es que tenía el audífono del oído derecho cerrado, me lo repite otra vez. EL QUE LLAMA. - ¿Qué se lo repita otra vez?, (con ironía), pues claro eso está hecho, pero ahora óigame bien. Mi nombre es José con “J” de ¡joder, es usted gilipollas!, y con “o” de onanismo y de ósculo podrido, y “s” de solitaria en el intestino tiene usted más de una, y con la “e” de eunuco y mi segundo nombre es Lucas, con “l” de limbo que es donde está usted, y con la “u” de urinario público que es donde se mea usted encima, y con la “c” de caramba es usted idiota, y con la “a” de animal que es lo que es, y con la “s” de sudor de suegra que es lo que se merece, y mi primer apellido es Senante, con “s” de señor mío es usted siniestro, y con la “e” de enano, y con la “n” de navajazos a traición es esta conversación, y con la “a” de ano, y con la “n” de nervioso estoy porque es usted un negrero, y con la “t” de tonto del culo, y con la “e” de escupidera para que se la ponga de sombrero, y para acabar mi segundo apellido es Lainez, con “l” de lengua de lagarta que esa es la suya, y con la “a” de ácaro asqueroso, y con una “i” de imberbe, y con una “n”de ninfómana, y con una “e” de escarabajo pelotero, y con una “z” de zopenco, zángano, zoquete. EL QUE ES LLAMADO. - ¿Pero usted por quien pregunta y a donde llama? EL QUE LLAMA. -¿Cómo que por quien pregunto y a donde llamo?, pues al cielo. EL QUE ES LLAMADO. -Pues se ha equivocado porque esta es la centralita del infierno. 193
EL QUE LLAMA. - ¿Qué? EL QUE ES LLAMADO. - Pero si necesita algo de nosotros yo soy un demonio muy servicial y le escucho. EL QUE LLAMA. -Deseo un libro de reclamaciones, deseo hacer un manifiesto, y aunque yo estoy bien de salud, ahora mismo deseo la muerte. EL QUE ES LLAMADO.- Pues dígame. EL QUE LLAMA. - Que yo sólo deseaba hacer una pregunta, pero ante gente como usted no queda más remedio que el suicidio o el asesinato. EL QUE ES LLAMADO. - ¿Cómo dice que acaba de salir de presidio y que vuelve al rato? EL QUE LLAMA. - Cuando oiga el pistoletazo si es que lo oye, ya puede colgar. EL QUE ES LLAMADO. - ¿Cuándo oiga qué? EL QUE LLAMA. -(Grita) El pistoletazo (saca una pistola y se la arrima a la cabeza, dispara y se oye el tiro) EL QUE ES LLAMADO. -Que grosera y que ordinaria es la gente, pues no que me acaba de llamar: ósculo podrido, y eunuco y lengua de lagarta, y ninfómana y escarabajo pelotero, ya no hay pecadores como los de antes, antes se era pecador con educación y siempre te daban las gracias, y es que hoy hay gente para todo (cuelga el teléfono).
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RESEÑAS
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Milagros Salvador
Título: DOS MINUTOS Y MEDIO Autor: Reyes Cáceres Género: Poesía Editorial: Verbum Páginas: 75
El título que ha elegido la autora para su libro es rotundo y sugerente al mismo tiempo, dos cualidades que lo adornan, y digo sugerente, porque la frase “dos minutos y medio” puede representar un breve plazo de la vida que quiere rescatar la poeta, puede ser la referencia a un tiempo de espera, puede ser la intensidad se un tiempo corto que se 196
ha vivido, unido a recuerdos, a la memoria, y puede ser también, un motivo para hacer del tiempo el protagonista del libro. Con toda seguridad, en la intención de la autora ha estado todo esto, y lo ha ido desgranando entre sus versos, Ya en la portada emerge el tiempo con esa imagen de reloj de sol y su expresiva leyenda:”Señalo las horas buenas”. En el libro Cinco poetas del tiempo, José Olivio Jiménez nos dice que “el tiempo es gran tema, el tema central y orgánico de la poesía contemporánea”, pero no sólo contemporánea, se podría decir, ya que de manera velada o no ha sido un tema de siempre, porque el tiempo es más que un tema, es la impronta de la vida, el eje transversal de la existencia del hombre, es decir de nosotros mismos; el tiempo que se ha traducido y expresado de diferentes maneras en la poesía de cada época, y este poemario es una muestra de ello, alcanzado por la autora con pasión y oficio. El tiempo ha permitido ser tratado en este poemario con un matiz lírico que la poeta ha evidenciado en títulos como “Jardines de Humo”, “Reliquias de un amor completo”, correspondientes a las dos partes en que ha dividido el libro. Poesía y tiempo juntos, así nos presenta Reyes Cáceres
sus poemas,
fundamentalmente poemas cortos, suficientes para mostrarnos la intensidad poética con que la autora consigue emocionarnos, y tratándose de poesía, también podríamos decir conmovernos o conmocionarnos. El primer poema es el que da título al libro, y también nos da algunas claves de su interpretación, así que leemos: “… dos minutos y medio. / Apriétalos con ansia,/ como atrapas el día o la noche,/para que no se escapen.” El día o la noche, es decir la vida entera. Es verdad que la poesía trasciende al lenguaje, pero no olvidemos que además se nutre del lenguaje, y esta debe ser la primera apreciación del poemario. Las imágenes van aflorando en el libro, y digo aflorando,
porque se van
asomando desde el filón poético a la superficie del poema, recogidas al amparo del ritmo que exigen los versos. Lirismo inteligente, de un apasionante poemario, Dos minutos y medio, cuyo título no deberá engañar al lector, ya que necesitará leerlo con tiempo y con la atención que merecen sus versos
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Milagros Salvador
Título: HIJOS DEL TRUENO Autor: Soledad Cavero Editorial: Ediciones Cardeñoso Género: Poesía Páginas: 82
Soledad Cavero en su Hijos del trueno, ha elegido un tema, que a la vez es disculpa, confesión, fondo y metáfora de su intención, y nos lleva por el río de su poesía, como nacen los ríos, en su comienzo, con su agua clara de arroyo rápido y vivo, para terminar en un ensanchamiento caudaloso, de amplio y profundo
cauce, que
parece no querer llegar a su fin, lo mismo que el placer de su lectura que nos mueve a saborear los versos de este bello poemario, inspirado, maduro y reflexivo.
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Este libro llega a nuestras manos con la semejanza de un canto, con la carga de los cantos clásicos. La figura es el héroe, Parsifal, pero un héroe nuevo, en palabras de la autora: “Cuentan que un héroe nuevo quiere venir al mundo”, (canto I) pero “sólo la luz sabe el camino”, (canto III). El personaje, Parsifal, aparece rodeado por la luz que emerge como el héroe, y con el poso de nuestra herencia, Soledad Cavero nos dice muchas cosas en sus versos y entre sus versos, la importancia de los opuestos, el resultado de la lucha y la significación de lo complementario para entender el ser todo, metáfora y ensueño como espíritu que aparece entra las palabras del poemario. Hombre y mujer se entrecruzan sobre las misiones heredadas de la cultura, pero esas misiones sobrepasan el propio hacer singular de la mujer. “Sólo la mujer, Parsifal, /es patria compañera en los exilios”, continúa en el mismo canto IX “Todo es en su desnudo vientre cósmico / el único milagro conseguido”, dice Soledad Cavero en nos versos, para mí fundamentales, que darán paso a otros, que se multiplicarán en el poemario, como se multiplican las hojas las dalias. ”No podrá hacer nada el hombre solo”, pero hace falta estar ungido por el canto de la vida, porque es ella a la que se debe servir como destino, como único destino de los dos sexos, y su dimensión, la llama, la promesa que es la “luz del camino”, en el encumbramiento del amor, “porque para el amor nacimos”. “Toca la flauta Parsifal, y no llores”, (canto XVII), porque es tiempo de esperanza, compartir es la palabra, la palabra deseada, la palabra que actúa a la luz de la realidad, “el Verbo que crea lo imposible”, (canto XX), con la voluntad irreductible de la razón, de la cordura, que marca en la frente, la más alta parte del cuerpo, que es lugar de nuestra corona. El libro se va desgranando en un discurso muy rico, Hijos del trueno, es una muestra admirable de cómo el arte engarza historia, mito y sabiduría, libro que merece la atención de su lectura como corresponde a un interesante poemario.
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Julia Gallo Sanz
Título: Corales Autor: Emilio Porta Género: Poesía Edita: Asociación de Escritores y Artistas Españoles. Colección Julio Nombela
¿Pensó Emilio Porta en el pequeño pólipo que vive arracimado en colonias, llegando a alcanzar grandes dimensiones hasta crear una mágica población bajo las aguas? Seguramente. E hizo honor a la inspiración: Corales. Así de concreto es el título de su último libro de poemas, galardonado con el XXI Premio de Poesía “Blas de Otero”
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2009 del Ayuntamiento de Majadahonda. Con este nuevo poemario Emilio Porta, poeta de esencias, vuelve a conmover, como requiere el principio de toda poética que se precie. Si el poema no implica, no cala ni emociona, ¿es poesía?, Emilio practica esta base esencial con oficio y pulcritud, y lo hace desde la metafísica, la filosofía y el análisis, extrayendo su quid puro, sin bisutería. Este escritor, este poeta, vive la disciplina del verso (de su escritura, que abarca todos los géneros) desde la atenta mirada y continuo análisis de la vida, del periplo del hombre en su discurrir entre corrientes, marejadas, dolores, gozos y también, cómo no, fotosíntesis humana: cambios de color y apariencia, si no simbiótica como los corales, sí por reflejo de los intereses y conveniencia que estigmatizan o esclavizan. Los versos de Emilio Porta se concatenan en un rosario de complicidad, pesadumbre, belleza, sugerencia y esperanza ante la existencia, preguntándose una y otra vez e intentando indagar las artimañas del mundo, cuestionándose a qué conduce la permanencia temporal en este universo y valorando el poder del tiempo por encima de toda incógnita ilusoria de futuro. Como los corales, que aún después de muertos mantienen sus milimétricas estructuras calcáreas para que se sustenten en ellas otros corales a lo largo de sucesivas generaciones, la poesía de Emilio Porta parece hecha de la misma contundente materia. Para finalizar el recorrido de Corales dice: En el paisaje/ de los rastros/ la huella/ visible/ de la materia./ Y la invisible/ de la mirada./ Solo eso./ Final/ de trayecto. / Postura/ del signo./ Memoria/ astral. Emilio concluye su poemario con un breve capítulo titulado Hojas. Me atrevo a decir que si Corales es un viaje, Hojas es un epílogo nostálgico, expectante, desolador, pero cargado de esperanza: Rendidas/ a la profanación/ os ha vencido el tiempo. Otra vez el tiempo con su inmenso poder. El tiempo que mantiene las hojas o las arroja al suelo, a la tierra. El tiempo como verdugo que va erosionando la materia hasta devastarla. Mas, asegura el poeta a sus simbólicas protagonistas, las hojas: Pero el tiempo os traerá./ tan sólo el tiempo./ Qué sabe el porvenir.
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Maria Cristina Borobio Ibarrondo
Título: R-TEXTOS (Reflexiones con fecha) Autor: Libro Colectivo Editorial: Altorrey (Colección "Casa del Tiempo)
Este librito es el primer volumen de un proyecto que promete ser una serie publicada con características idénticas anunciadas ya desde estos comienzos: igual número de páginas, un total de sesenta y dos artículos con una extensión fija de no más de una página y de diferentes autores procedentes de varios países, de los cuales al final se nos dan unas “microbiografías” que a pesar de no ocupar más de dos líneas, son suficientes 202
para conocer que en su inmensa mayoría se trata de poetas y poetisas que con su especial sensibilidad nos ofrecen sus personales reflexiones sobre distintos aspectos de la realidad de nuestros días. No faltan también representantes de otros ámbitos del conocimiento y de las más diversas profesiones (profesores, periodistas, economistas, traductores, historiadores, pintores, filósofos, ingenieros, informáticas, fotógrafos, académicos y hasta un minero, procedentes de México, Uruguay, Portugal, El Salvador, Argentina, Venezuela, Cuba y, naturalmente España, quienes no obstante el particular lugar de nacimiento de cada uno, han enriquecido su experiencia vital al haber, en muchas ocasiones, también vivido en otros países fuera del ámbito iberoamericano. Este amplio abanico de orígenes, intereses y formación de los autores, provoca una variedad de estilos y prismas a través de los que se ve la vida de nuestros días que hace del conjunto una obrita, a pesar de constituir un todo uniforme en cuanto al formato, un variopinto mundo de reflexiones en cuanto al contenido que nos invitan a pensar más allá de las líneas maestras que nos ofrecen como punto de partida. Escritos todos ellos en un lenguaje sencillo y estilo ameno, asequibles por eso mismo para cualquier tipo de lector, tienen como vehículo de expresión la prosa en castellano, si bien hay también un poema en portugués del que se nos facilita la lectura con su correspondiente traducción al pie. La amplia experiencia del editor proporcionada por su dilatada carrera en el mundo de la literatura como escritor de obra narrativa, poesía, teatro y ensayo es ya por sí misma garantía antes de comenzar la lectura de que no vamos a encontrarnos con cualquier cosa sino que el interés de la antología va a ser seguro, no nos va a defraudar y esta impresión primera va cobrando certeza y auge según avanzamos por las páginas hasta convertirse en segura y verdadera al llegar a su fin donde nos quedamos con la esperanza e ilusión de que ese prometido siguiente volumen de R-TEXTOS que en la presentación del libro el propio Juan Ruiz de torres nos avanza se haga realidad en breve. Estamos ante el pensamiento de nuestro tiempo y las inquietudes de ciudadanos que cada vez más, con las posibilidades que ofrecen actualmente las Nuevas Tecnologías, no se resignan a estar en silencio sino que quieren comunicar al prójimo su particular visión de la actualidad con sus problemas y especiales características. Abundan en este sentido publicaciones en formato tradicional, entre las que es digno representante este librito, pero también en formato digital o en blogs personales y esta 203
abundancia no es fortuita sino indicativa de una necesidad de expresi贸n de las propias vivencias y de comunicaci贸n con los dem谩s como medio para salir en lo posible del aislamiento que en ocasiones provoca la gran ciudad y su cultura urbana. Vemos pues, que estos R_TEXTOS se enmarcan en una necesidad que demandan las personas del siglo XXI y el acierto que por ello ha tenido el editor al embarcarse en esta empresa que es al fin y al cabo como vemos una demanda social.
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Pedro Carrero Eras
Título: KILÓMETRO 0 Autor: Milagros Salvador Editorial: Vision Libros Género: Poesía Páginas: 84
En su peregrinaje poético por el alfabeto, Milagros Salvador se topó con la letra K, y surgió la inspiración más idónea, “Kilómetro 0”, esa placa que se halla en el pavimento de la Puerta del Sol, punto de referencia del que parten todas las carreteras de España, ese lugar que tantas veces hemos pisado los madrileños. De ese Kilómetro Cero irradian también las distintas partes que componen esta obra de Milagros Salvador: “Triada de sonetos”, Madrid me habita”, “Calendario”, “Pétalos de siete flores”, e “Instantes”. Es la manera que tiene la poeta de estructurar la obra, es decir su camino y su meta, tras un desarrollo en clave poética del lema de la
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villa, el cuentakilómetros de los versos se dispara a lo largo del libro hasta alcanzar las esencias y el alma de Madrid. Porque este libro tiene dos claras direcciones, que se combinan y armonizan: la de un Madrid exterior y un Madrid interiorizado. Obsérvese que la segunda parte se titula “Madrid me habita”. No es sólo el hecho de que la poeta vive en Madrid, sino que hay un Madrid íntimo que lleva consigo. Cafés desaparecidos, tertulias de ayer, entrañables librerías de viejo, estatuas famosas y sugerentes, tranquilas y habitables calles de la infancia, algún héroe anónimo del pasado…En todo ese Madrid que Milagros Salvador desgrana en sus versos hay luces, colores, primaveras floridas, aromas, recuerdos agradables, alegría de vivir, bullicio humor e ironía. Sin embargo, también a veces,
aparecen sombras, tonos
grisáceos, invierno, desolación y memoria dolorosa. Considerado en su conjunto, es un libro feliz, pero no en la línea de un madrileñismo fácil, sino con esos matices de lo que ya no es tan risueño. En definitiva, en el libro están presentes esa cara y cruz de la existencia. La destreza creativa se manifiesta en imágenes muy certeras. He aquí una muestra: la Gran Vía, como “una brecha, una herida” abierta “ en el centro de tu pecho; las librerías de viejo donde los libros “lo mismo que el amor / esperan las caricias de unas manos / con actitud de entrega”;ese mes de “mayo resignado / que recogía todas las tristezas / que desprende el invierno”, o esos claveles que “se asoman a la calle, / buscando una salida, / y nos regalan desde las alturas / sus rojísimos besos / de amor a nuestro paso. Hay que decir que Milagros Salvador contribuye con este libro de poemas a completar el perfil de la capital de España, a añadir a su itinerario lírico unos cuantos kilómetros más de esencias y sugerencias, de visiones y epifanías. Desde este Kilómetro Cero.
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Marta de Arévalo
Título: EL ÁRBOL DE LAS AUSENCIAS Autor: Nélida Lemos Paganini Editorial: Blanco Genero: Poesía Páginas. 102
Nélida Lemos Paganini, espíritu inquieto que transitó por la plástica y el verso, había recogido parte de su producción poética en una carpeta, con la intención, muy probable, de publicar el volumen que ahora sale a la luz. El destino ha querido que nos tocara analizar y recopilar esos textos ordenados por ella así como numerosos otros que quedaron dispersos. Encontramos poemas de variados tiempos, si no todos, muchos fechados desde 1992 en adelante. Necesariamente realizamos una selección que es la que aquí presentamos. Estos textos evidencian una personalidad sensible y afectuosa que supo valorar la amistad y la familia. Varios son los poemas que dan fe de ello. Dice de su madre: “ Esa hermosa mujer / de ojos verdigrises / de alma valiente / es mi madre. // La
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he postulado / en mi vida / con mucho reinados…” Recuerda su infancia al retratar a su hermana: “Mi hermana bonita / vivía en el país / donde todos ríen. // En sus ojos / color ámbar / brillaban los sueños” Hace suyo el dolor de una amiga: “Amiga, disculpa el silencio / frente a tu dolor./ Balbuceo frases / que inútiles se pierden / e intento decirte / que el vacío que ahuecó / tu alma lo reservo yo.” Destacamos dos motivos principales que resaltan en el poemario. Una profunda soledad que la agobia a pesar de que dice no querer escribir tristezas, querer dar felicidad, ya que confiesa “Dentro del triángulo / que le he dejado / al corazón para vivir / vive / sufre / a veces llora.” Por ello pide: “Blancas palomas blancas / llevarme en el pico negro / Dejarme caer al mar / para buscar el silencio”. El otro tema reiterado y apremiante, es la ausencia del hijo -artista residente en el extranjero- Hay un reclamo constante solicitando la vuelta del ser tan amado: “Cuando mis manos / convenzan al viento / y se agiten con fuerza / de abrazos. // Cuando mis ojos vean / que es cierto / y encamines tus pasos / hacia nuestro encuentro // (…) entonces, hijo / ya tendrá mi amor reposo / y mis caricias / dejarán de acariciar / al viento.“. Son numerosos los poemas alusivos al tema y hay mucho sentimiento doloroso en ellos. Sentimiento que se hace trágico en el poema “Potro negro”: “Tenebrosos los potros del miedo / golpearán mi alma / mientras tú no vuelvas. // A duro hierro / me quemarán / la piel.” Miedo que también se evidencia en “Se va escapando”: “Si no amara tanto / la vida, le temería / a mis silencios…” Expresión que el lector podría interpretar como defensa ante una resolución dramática. Aunque el poema se resuelve más adelante hacia otras interpretaciones. Y en “Muerte primera” confirma: “Necesito callar mis miedos / seguir representando / mi papel. // (…) Buscar un lugar / pequeñito / desaparecer en él.“ Sin embargo hacia el final del libro un poema premonitorio pone la nota diferente: “ Él te quitará la tristeza / que se instaló en tus ojos. / Te ayudará a cruzar / los campos de espinas. // (…) Aunque la mala luna / te desgarre el alma, apoyaré / mis labios en tu corazón / y volverá a latir. // (…) Y así, hijo mío, / sentirás mi presencia.” Emocionante despedida donde la mujer se crece en madre para ser consuelo y esperanza. Y si a nuestro juicio, estos son los principales temas que sustentan el libro, no es menos cierto que Nélida Lemos se interesó en otros aspectos de la vida y del 208
mundo. Entre los primeros textos del libro encontramos un encantador poema que finaliza así: “Me detuve / quedé quieta / me detuve/ sin miedos / me detuve / para ver. // (…) Y por valiente me dieron / un pedacito de luz / una poesía sin versos / y el arco iris entero.” Precisamente, el tema del “arco iris” es un motivo que se reitera en varias poesías. como un ansia de luz, de vida y color, como un canto a la vida a pesar de emociones menos positivas que en algunos instantes, abruman, desde el libro. Así también le cantó al árbol, a quien llamó “altar de la vida”; y amó y cantó al mar a quien califica de “ mal amante”; y evidenció su piedad cuando desechó el rencor por “aquel que tiró la piedra” y sentenciando: “le buscaré la excusa / y lo podré perdonar”. Y eso porque como sostiene: “Por todas las vidas / por todas las voces / por todos los cantos / que oigo / no puedo dejar de amar.” Aprendió de su vivir y en su experiencia nos dejó una serie de aforismos que llamó “Graffiti” y de los cuales decíamos en oportunidad de su publicación en 2004: “Nos hizo pensar que talvez, mientras sus manos diligentes restauran un óleo
o
modelan armoniosamente una cerámica, su mente, en meditaciones hondas, realiza el hallazgo, entre emoción y vivencias, de estas auténticas joyitas morales, que atrapan y hacen reflexionar al desprevenido prójimo, ya casi acostumbrado a un mundo cambiante, vano y agresivo. El género, antiguo y noble, está logrado en el decir de esta uruguaya que lo brinda, sin proponérselo, como un arte de la convivencia, como la ciencia de la paz interior. Descubrimos un aire de ancestral sabiduría, siempre vigente y
casi inocente -vigencia de lo moral, inocencia de la verdad- en estos, a veces,
peculiares aforismos, donde la autora, ética y estéticamente, se da a conocer.” En resumen, esta obra constituye una muestra de la vida de una mujer a veces ansiosa, ilusionada; a veces triste, ceñida en nostalgia;
a veces vibrante y
creativa; siempre amistosa y solidaria. Un ser que amó, sufrió, creció y soñó. Y que al final de sus días, recogió su dolor existencial -el que cada cual carga como cruz humana- y lo transformó en una oración: “Cada vez que rezo / quito cristales rotos / de mi alma. // (…) Al unir las manos / siento la cercanía / de Dios.”
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Agustina García Manzano
Título: CON OTRO FINAL Autor: Francisco de la Torre Díaz-Palacios Editorial: Tintaviva Género: Narrativa
Ramillete de breves narraciones de un hombre de letras, profesor de Derecho Público que sabe leer en el corazón de la gente con sensibilidad de poeta e ironía de dramaturgo. El libro es una invitación a ver el gran teatro de un mundo enmascarado que va cayendo como hojas de otoño. Ilustrado con los alegres y bucólicos azules de Fidel María Puebla y prologado atinadamente por Nicolás del Hierro. Con otro final se abre paso a
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través de la edición de Grupo Literario Tintaviva, un libro que le encantaría leer a un autor como Cees Nooteboom, quien admira de la literatura española esta capacidad de publicación entre la maraña de las omnipotentes editoriales. En Crónica de un crimen, La mujer del gorrito escocés y El conductor del autobús, el tema del tiempo se presenta con un tinte humorístico que deja claro el deseo de libertad y de utopía en un mundo lastrado por lo absurdo de nuestra forma de vida. Por otro lado las ruinas y las antiguallas que evocan el pasado aparecen en Saloon Turina y en El abanico de la bisabuela, transmiten una liberación de los apegos, si bien el autor no renuncia al Cuento de Navidad con su clásico Misterio. La sociedad española del siglo XXI se asoma especialmente en cuatro cuentos que podríamos llamar antropológicos: La broma, donde aparece el abuso de poder; Un hombre del metro, mosaico de viajeros zarandeado por un mendigo; Un hombre vulgar, que muere pero no está muerto, lo cual le permite ver la falsedad a su alrededor; y Un hombre confundido, que es el cuento más tremendo del libro en el que a los veinticinco años de la Constitución (sobreentendemos la Constitución Española de 1978) se suicida el protagonista, mercenario del terror. No abundan en la obra referencias geográficas, apenas algunos topónimos como Alcalá Meco, La Almunia de Doña Godina, o los Montes de Toledo. No se olvida el autor de regalarnos con dos cuentos de honda tradición literaria: Perro mundo, protagonizado por animales, y El día más triste, sobre el pobrecito escritor. Finalmente destacamos cuatro cuentos de tema amoroso: Una mujer muy enamorada, Luna erótica, La soledad expectante, y La dama del viernes, en todos ellos el amor está visto a través de una esencial ironía que llega a escenas dignas de ser representadas en un escenario. La sabiduría juguetona y creativa del autor nos deleita en estos dieciséis cuentos Con otro final.
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Marisol Mariño
Título: CANTO A LILITH Autora: Amelia Peco Género: Poesía
En el prólogo, Ramón Rocha Monroy, nos dice que “según la leyenda bíblica, no explicita del todo pero sí desarrollada por la tradición y hasta por la malicia popular, Lilith, fue la primera mujer, anterior a Eva”
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Solo esto ya resultaría atractivo para hacer este poemario interesante. Pero por encima de esta leyenda, en este Canto a Lilith, Amelia Peco, nos descubre paso a paso, como fue ese principio, esa vida, ese deseo de saber más, de no conformarse con lo conocido, por bueno que pueda parecer. Con una escritura bella, clara, casi transparente, despojada de todo adorno innecesario, nos conduce con mano magistral por el recorrido que hacen sus personajes a través de: la felicidad, el amor, el sexo, la pasión, el dolor, la ausencia, la soledad, la libertad y la muerte. Amelia nos lleva, nos obliga dulcemente a vivir con ellos su felicidad, sus dudas, su sufrimiento. A preguntarnos como hacen ellos el ¿por qué? de tantas cosas. A dudar. “¿Por qué no te seguí?” Encontraremos versos esplendidos, para hacernos comprender su esperanza, su amor, su soledad Nos descubre unos sentimientos que nos conmueven, nos emocionan, y nos llevan a disfrutar de este bellísimo y original poemario.
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Mayte Freire Pérez
Título: SUEÑO DE LIBERTAD Autor: Raúl Calvo Género: Novela
EL TEMA PRINCIPAL La rebelión de una mujer por cumplir su sueño de libertad, una libertad que el autor refleja en el personaje de Amina, pero que realmente podría ser cualquiera de nosotros. En relación con el argumento de la obra, les daré sólo unas pinceladas
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En una ciudad repartida entre Asia y Europa, Estambul, vive nuestra joven protagonista AMINA, hija de padre chiíta y conservador, de clase social alta AMAD RAMI, un hombre aperturista y de madre cristiana MALIKA descendiente de una de las familias de los primeros cristianos perseguidos y refugiados en la Capadocia, ella es musulmana cerrada, es un personaje intolerante, lo que le llevará a tener fuertes diferencias y enfrentamientos con AMINA que desde muy joven sueña con la libertad y con un mundo que en un principio sólo le es mostrado a través de su ventana. Nuestra protagonista conocerá el amor a través de MIJAIL, su profesor de filosofía árabe. Volviendo a esa libertad añorada, nos encontramos en la novela con un personaje especial, una reliquia familiar, YUSUF AL JAL el espejo donde a ella se le muestra la libertad. Aconsejada por él, AMINA viaja a Nueva York, donde intentando integrarse en esa sociedad, protagonizará extrañas experiencias y aventuras. Volverá a Estambul y viajará a Madrid dónde conocerá a Alfonso, un personaje muy interesante, un joven gallego de clase social trabajadora que muy pronto alcanzará el éxito profesional. El amor envuelve la vida de estos 2 personajes que les lleva a protagonizar una historia inolvidable. Pero Amina sigue buscando esa libertad que parece no encontrar; la persigue y la sueña… y al fin retorna a Estambul ¿Qué puedo decir de la obra? Ya que he pasado muy sutilmente por su desarrollo Es una obra elaborada dónde se mezcla lo histórico, filosófico, el amor, la muerte y por supuesto la religión, dando cabida a un sinfín de imágenes en las que se muestra al ser humano, sin malicia, noble, con ansias de libertad y que poco a poco cambia su forma de ver el mundo a través de sus experiencias. El tema filosófico nos hará plantearnos cuestiones, o quizás reforzar opiniones que se mostraban ya como pilares importantes en nuestro pensamiento.
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La religión y la cultura, se palpan y saborean, en la forma de ser y vivir de los personajes y tras sus diálogos un trasfondo, algunas veces poético, que se deja ver como pequeñas pinceladas en el cuadro de cada instante. Un libro donde la temática social y el planteamiento filosófico se mezclan con maestría en una obra llena de momentos de pasión, ternura y dureza, como la vida misma. Creo que es un libro que no deja indiferente a nadie, quizás porque todos hemos perseguido o perseguimos todavía esa libertad tan añorada y que se ve limitada por el poder, el dinero y las leyes, que nos frenan o nos reprimen algunas veces sabiamente. Me he sentido un poco Amina, uno abre los ojos en la vida y ve que quizá se viste un poco de hipocresía, admiro su valentía y su particular batalla o lucha por encontrar la libertad que todo ser humano persigue y pocas veces encuentra. Arturo Pérez Reverte dice:"La vida es muy traicionera, y cada uno se las ingenia como puede para mantener a raya el horror, la tristeza y la soledad. Yo lo hago con mis libros." Así lo hace también _Raúl calvo Varela Su actividad es incesante, y mientras tiene esta novela “Sueño de Libertad” buscando premio por ahí, ya está trabajando en otra nueva. Decía Emily Dickinson “Para viajar lejos, no hay mejor nave que un libro” Les invito a que viajen con la novela “SUEÑO DE LIBERTAD”
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Francisco de la Torre Díaz-Palacios
Título: BLANCO, NEGRO Y OTRO COLOR Autor: Javier Bueno, Juan Calderón, Julia Gallo, Concha García, Carmen Gracia, Joaquín Martínez, Isabel Miguel, Carmen Silva, Alicia Wandelmer. Editorial: Tintaviva Género: Relato y poesía
No ha sido fácil comentar con brevedad estas páginas porque ceñirme a los mandatos del espacio ante una prosa surgida de ocho autores, salpicada amorosamente por las líricas intervenciones de Isabel Miguel, a modo de preludio ante las páginas de cada autor, habría exigido unas páginas de las que carecemos. Siempre he reído que el relato breve puede ser bueno en sí, y en ocasiones mejor, si nuestro juicio lo acoge como
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posible anticipo de una novela o un ensayo. Y este doble criterio figura en estas páginas que ustedes deben leer. Abre el volumen la pluma de Javier Bueno Jiménez que expone sus tres aportaciones con esa difícil naturalidad que capta la atención del lector, destacando apuntes poéticos tanto en el primer relato, "La sirenita de Finisterre", como en el segundo, "Azufre en las velas", con expresiones envolventes como el "Abrazo árido de los acantilados" o "salpicar mi cuerpo de gotas de luna". No me extraña ante estas expresiones su dedicatoria al gran poeta francés Artur Rimbaud. Su tercera aportación muestra cómo la vida y la magia se funden en el recorrido de un "ascensor". Juan Calderón Matador representa una pluma largamente aplaudida, que ahora expone en "La doncella seiscientos trece", a modo de historia, "donde tu piel de nieve eclipso al paisaje" y "donde el túmulo se convierte en tálamo", un relato sugestivo, que se asume con interés. Cambia el tercio al trazar un relato bellamente erótico, "El animal más bello del mundo", personificado en aquella hermosa mujer, la actriz Ava Gardner, dueña de planos y de hombres, aunque también víctima de éstos. Su tercera intervención con el relato "Basura cotidiana", que cabe en un solo párrafo, significa mucho, porque al término de su lectura hago mía su última oración trucando el femenino por el masculino, "Y renació en el camino de la vida, dispuesto a descubrir de nuevo el olor de la hierba y el frescor del rocío". Ameno el retrato final, "Han matado al príncipe", que el autor ofrece para señalar la escasa distancia que media entre el héroe y el pusilánime. Julia Gallo Sanz, mujer inquieta. Cosechadora de aficiones, incluso devociones, ansía llegar a la cúspide. En el libro que comentamos me ha deleitado con esa lograda carta, suscrita por un hombre, titulada "Amparado en las sombras -Lo llaman ansiedad..." con su sorprendente final. El relato "Su rostro" está muy logrado, acaso porque bullen atisbos biográficos que lo dotan de autenticidad junto a la magia, cariño o cariño-magia que encarna la bañista de un balneario en el que pasa la protagonista las fiestas de Año Nuevo. Concha García de los Arcos nos entretiene en su primera aportación "Viento del Sur". Ambientada en el Rif nos distrae su exotismo, sin que quizá se hermane con sus propias vivencias. Hay momentos en los que nos afectan términos de la etnia escogida, nombres 218
de las personas incorporadas al relato, costumbres que parecen próximas a la autora, etc. En el segundo relato "El encuentro", continuamos en escenario norteafricano, concretamente en Melilla, y ahí coinciden dos grupos femeninos: trabajadoras, uno, y estudiantes, otro. Se produce un encuentro aparentemente banal que sirve para que el primer grupo aprecie la belleza interna del segundo, cuya protagonista comprueba que más allá de su físico denota unas condiciones estimables. Parece que la ligereza domina el texto, pero leído despacio se llega a la convicción de que podría haberse convertido en relato de mayor enjundia. Tengo literatura muy reciente de Maria Carmen Gracia Abad por haberme concedido el honor de presentar su poemario "Tiempo sin edad" y ahora con esta fugaz participación ante su prosa ratifico parte de lo que afirmé entonces: Estamos ante una buena escritora, abierta a géneros diversos convivenciando el encanto de la poesía con el análisis de la prosa. Riqueza expresiva en su primera aportación "Dos estrellas fugaces y un árbol", aunque más allá de la narración caben profundas consideraciones. Seguidamente, presenta "La incógnita", en la que descubrimos que no hay tal. La vida está llena de incógnitas parecidas, pero es triste que no siempre las desentrañemos. El relato más extenso, "Neogénesis" lleva la firma de Joaquín Martínez Maneiro, que rompe con la uniformidad argumental de todos los anteriores. Nos sitúa en un mundo que está por existir, porque el nuestro se queda atrás: un peculiar personaje, "Océano" ve todo lo anterior en su extraño letargo, aferrándose a un punto de esperanza, mientras sentencia "Hágase la luz". Estamos sin duda ante unas páginas difíciles, aunque sugerentes, que sustentan una hipótesis visual distinta. El oficio de Carmen Silva Velasco es patente en su narración "La encuesta", que ya conocía, y al releerla advierto nuevos méritos. Quiero destacar el aparente humor que destilan las primera páginas frente a la tristeza que provoca la realidad. Por otra parte, es evidente que los mismos personajes y sus sucedidos no dejan de ser lo que son y cómo son, aunque puedan parecer distintos. Realidad e imaginación se hermanan en este relato. Belleza decadente hermanan las tres páginas de "Las alas del colibrí", relato suscrito por Alicia Wandelmer, influida por un
discutible estatus político, un tierno ambiente 219
familiar y la aparición de un ave diminuto que enternece el ambiente. Su otra aportación, "La casa rural", impresiona: el pasado y el presente se encuentran, mas cada uno permanece en su lugar, y ese grato conocer que este último se adueña de lo que sirva de aquel. Guste o no la vida del ser humano es el presente, pero sobre las cenizas de ayer. Tenemos que finalizar el comentario de "Blanco, negro y otro color" pidiéndole disculpas por haberme extendido más de lo habitual, pero ya habrán advertido que no es lo mismo comentar un texto que diecisiete. Tienen que leerlo y así advertirán más cualidades literarias que las que en síntesis he captado.
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Reyes Cáceres Molinero
Título: LOS VIENTOS Y LA GUERRAL Autor::Juan Calderón Matador Editorial: Ediciones Cardeñoso (Colección "Breviarios Raíces de Papel" de la Plataforma Cultural Raíces de Papel Género: Poesía Páginas : 24
Juan Calderón, ganador del Certamen de Poesía Villa del Escorial “María Fuentetaja” 2009 con el poema “Los vientos y la guerra”,
acaba de publicarlo en
Ediciones Cardeñoso dentro de la colección Breviarios Raíces de Papel. Juan Calderón es escritor de distintos géneros, pintor, animador cultural, director de la Plataforma Cultural Raíces de Papel y de la revista digital del mismo nombre.
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Esta breve obra que acaba de salir a la luz se presenta en un cuidado formato bellamente ilustrado con
estampas
de estilo
clásico, alguna prerrafaelita,
que
acompañan al poema también de corte clásico. Un poema, dividido en once bloques, que posee un marcado componente narrativo y que nos relata una trágica historia de amor con cierto aire épico e imbuido de un tinte mitológico. A lo largo de más de doscientos versos
y en veintidós páginas se dan cita personajes que encarnan
sentimientos y conductas como el enamoramiento, los celos o la guerra. El lenguaje empleado es siempre nítido, lleno de frescura y claridad, forma que se adecua plenamente a la sinceridad del autor. “Los vientos y la guerra” arranca con una situación feliz y prospera en un país imaginario descrita con calidez y cercanía de esta forma: “Nunca faltó una hogaza/de pan en cada mesa, ni cántaro en la umbría/que refrescara el agua, /un cuenco de buen vino, /ni dulces secos”. encontramos a
Tras la aparición del primer personaje -el Aire-
nos
una bella mujer, un personaje que Juan Calderón dibuja así “Ella
debió nacer/del amor de los dioses, / ¿cómo si no explicarse/el poder de sus ojos/tan de color violeta? Esta mujer es cortejada por un anciano y por un joven atleta que nos evoca la gloria y elegancia de las olimpiadas griegas:
“El le dio su corona/ella su
amor primero y un beso que volaba cual cinta de tisú”. Aquí
estalla el clímax pues
“Aire enferma de celos” y “con la llaga
sangrante/de aquel amor tardío/volvió a por la muchacha”. Brota la violencia así como el arrepentimiento expresado con estas expresivos versos: “…y gimió, como un niño, /por el juguete roto, /hasta que se apiadaron/las sombras de la noche/ y pararon por siempre/la arena en su reloj”. Pero ya ha nacido la Guerra: “se odiaron los Vientos”. En los bloques nueve y diez el tono lírico
acude a imágenes cargadas de fuerza y crudeza con las que se
plasma la desolación, la muerte y la sangre como en “oscura Guerra, domadora de ancianos, caníbal de la infancia…/ o en el acertado contraste de vergel/se doblegó al instinto/del fuego y de la hambruna”. Y
“Lo que fuera
la Guerra se extiende
“desbrozando el planeta”. Juan Calderón cierra “Los vientos y la guerra” con un final esperanzado que recupera el ritmo de sosiego y dulzura con que inicia su poema pues hay “un niño de plumas/que en su gruta secreta/les cura las heridas/con paciencia y melaza”.
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Pepa Nieto
Título: ÚLTIMOS PASOS Autor: José Javier Aleixandre Editorial: Tintaviva Género: Poesía
“A mí mismo me hablo” José Javier Aleixandre se habla una vez más a sí mismo y lo hace con este nuevo poemario Últimos pasos. Pero no, solamente se trata del titulo de un poema, no sería correcto decir aquí que se limita a hablar a sí mismo, todo lo contrario, nos habla a todos los que le admiramos, le leemos y le queremos. Podríamos decir que se aconseja y nos aconseja con sus versos, como cuando dice: Abre en los sueños tus ventanas. Deja que respire la luz como una llama por tus venas. Y ponle rumbo de amanecer a tu mirada.
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O cuando dedica un poema a la mujer y le habla del aborto, y en unos versos dice: A ti, mujer sin esperanza, que decides perderte tantas cosas hermosas, Sin contar que precisamente una parte del libro titulada “Por el camino muertes que no mueren” está dedicada a varios poetas como José García Nieto, José Hierro o Rafael Morales, entre otros. Y que José Javier Aleixandre les habla a través de sus versos, con gran belleza y sencillez, sin artificios, no le hacen falta, cuenta con innumerables recursos y experiencia para hacer de la poesía otra manera de compartir y comunicarse. Esto no siempre ocurre con los poetas, sí con José Javier Aleixandre, como ya pudimos constatar en muchos de sus anteriores libros publicados, en los que con profundidad trata diferentes temas, en muchos casos sumamente intimistas y personales, vivencias como pueden ser la tristeza, el amor que ya no nos acompaña, la muerte, la alegría o la derrota, pero que a la vez por su universalidad compartimos todos. Y es justamente en este bello poemario donde, sin duda, podemos apreciar más, si cabe, esa generosidad, Últimos pasos es, ante todo, un libro generoso, donde el poeta con extremada delicadeza, abre su alma al lector, comparte con él sus íntimos sentimientos. Y nos dice en el SONETO ÚLTIMO: Sé que ya no me puedo permitir seguir, porque todo lo vacié verso a verso mi vida. Porque sé que me faltan las ganas de seguir. Yo quiero decirle a José Javier Aleixandre, que siga, que todavía hay versos, muchos versos por decir, que estamos esperando como un regalo más de su hermosa cosecha.
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LIBROS Y REVISTAS RECIBIDOS
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BREVIARIOS RAÍCES DE PAPEL
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Diego Fernรกndez (Piropo)
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