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Hablemos de Cebú
Tamaño del ganado a seleccionar Por: Fabio Jaramillo Jaramillo
Dentro de los criterios de selección, vivimos muchas veces de modas. En los años 40 y 50 la novedad era el baby beef, por esta razón, se producían ganados que estuvieran gordos, terminados, con una cobertura de grasa grande sobre la canal, a la menor edad posible, sin importar el peso final, el rendimiento de la canal o la ganancia media de peso por día.
Con el tiempo surgió el interés por una mayor ganancia diaria y un mejor rendimiento en canal, es decir un animal más rentable y con carne menos saturada en grasa, más sana para el consumo humano. Con estas teorías en mente los profesores de las universidades en Estados Unidos, apoyados por las investigaciones médicas y por el estudio de Ankony Farms en la raza Angus, empezaron a promover el crecimiento de los ganados a través de los juzgamientos, las evaluaciones genéticas y de los estudios sobre rendimiento y desempeño de la cría y selección de los ganados grandes: pero aquí viene una paradoja, nunca nos dijeron hasta dónde había que crecer y en los años 80 se llegó al gigantismo del ganado.
Posteriormente, se realizaron estudios para explicar lo que habíamos perdido por los excesos de tamaño, primordialmente adaptación al medio, es decir, en pastoreo, baja en la fertilidad y la producción de leche a campo, precocidad en el acabado de canales, defectos de aplomos, etc.
En 1997 hicimos un estudio con el Departamento Técnico de Asocebú para determinar cuál es el tipo ideal de vacas en producción a campo para nuestro medio colombiano. Tomamos como parámetros: la fertilidad, medida en el intervalo entre partos; habilidad materna, tomada en los pesos al destete de las crías; y la calidad de las crías, determinada por la calificación otorgada por los técnicos en las visitas; es decir, escogimos las vacas más eficientes y rentables de los hatos, de los valles interandinos, la costa atlántica y el piedemonte llanero (las zonas más ganaderas del país). Luego de tomar los pesos y hacer las medidas bovinométricas, encontramos que las vacas escogidas como las mejores y más productivas son vacas de 1.41 a 1.42 metros de alzada al anca y de 500 a 550 kg en condiciones de pastoreo.
Si tenemos en cuenta el estudio de la Universidad de Texas A&M, que nos indica que el macho equivalente a una vaca pesa entre un 60 y un 65% más, estamos hablando de toros en condiciones de pastoreo entre 800 y 900 kg de peso, y si además analizamos que nuestros clientes de toros comerciales nos solicitan este tipo de animales, podemos concluir que este es el tipo de animales que debemos producir para vender y el tipo de ejemplares que debemos escoger en nuestros juzgamientos, añadiendo a este biotopo a escoger que los animales de exposición, debido a su alta nutrición, crecen un poco más que los levantados solo con pasto. Aquí nace una preocupación, y es lo que en muchos casos se está escogiendo como campeones, con unos tamaños pequeños que distan mucho del animal productivo y rentable que demanda el comprador. No quiere decir que no tengan uso los toros de mayor tamaño, otros más compactos, estos no dejan de ser una herramienta en nuestros programas de selección para vacas más pequeñas o más grandes, siempre buscando el tipo ideal y, por supuesto, la uniformidad del hato, pues es claro que el proceso o mejoramiento de un hato se mide en los promedios y no en las individualidades.
