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IGLESIAS MOZÁRABES
ESTABI,ECIMIENTO
:
OHテ:ICO
:
THOMAS
:
BARCELONA
JUNTA PARA AMPLIACIÓN E
ESTl'DIOS
Dlí
INVESTIGACIUNES CIENTÍFICAS
IGLESIAS
MOZÁRABES
ARTE ESPAÑOL DE LOS SIGLOS
IX
A
XI
POR
M.
GÓMEZ-MORENO
CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS
MADRID 1919
\iíQ*^\
31-
S-.
general
índice PREÁMBULO: pág. ix. ANDALUCÍA: pág.
I.
i.
Lo mozárabe y
mudejar o morisco; su
lo
concepto, límites y caracteres. Factores orgánicos bajo pág.
Libertad religiosa, culto, iglesias,
2.
bajo almorávides y almohades, p.
p.
Crisis del siglo IX. Otra
3.
Destrucción general de
4.
Bizantinismo andaluz. Indicios de arte mozárabe, doba. Inscripciones, códices, la
Biblia hispalense, p.
TOLEDO. Su
II.
etc.
S.
comparación con
Comba
la
Sta.
ARAGÓN.
Peña,
p. 30.
7.
Zacarías de Cór-
Arquitectura decorativa
arte bajo los godos, p. 9. Rebeliones e
mozárabes. Restos de
III.
Paleografía, p.
p. 6.
iglesias, p. 5.
8.
Inscripciones mozárabes, p.
cia, p. 10.
conquista árabe,
la
Ginés, p.
12.
11.
Sta.
independen-
Obras de arquitectura seudo-
María de Melque,
y otras iglesias, p.
18.
p. 31.
14.
Ruinas anejas,
Restos decorativos zaragozanos, p. 29. S.
Tradiciones históricas,
p.
Descripción,
Su
p. 25.
Juan de
p. 33.
Obras
del siglo XI, p. 39.
CATALUÑA.
IV.
Influencias mozárabes, p. 41. Colonizadores, p. 42.
Influjo científico. Gerberto, p. 44. Relaciones políticas, p. 45. Indicios ar-
queológicos, p. 46. Arte románico catalán, p. 47. Arto carolingio: S.
de las Puellas, des-Prés,
p. 48.
Iglesias de
Tarrasa,
Influjo francés, p. 52. Corriente meridional: S. S.
Quirce de Pedret,
de Buada
pág. 71
,
.
p. 59. Sta.
en
el
siglo X, p. 5i
Miguel de 01érdula,p.
María de Marquet,
p. 63. S.
53.
Julián
p. 67.
ASTURIAS.
V.
p. 49.
p. 5o. Restos bizantinos. Corrientes artísticas
Pedro
La de Germigny-
Carácter de su monarquía. Orientación francesa,
Arquitectura carolingia,
p. 72.
Arquitectura prerrománica o rami-
rense, p. 73. Ingerencias mozárabes, p. 74. S.
(Boides), p. 76. Alfonso
III
Salvador de Valdediós
fautor de ella, p. 77. Decoraciones de tipo cor-
GENERAL
ÍNDICE dobés,p.78.
S.
Miguel deVillardeveyo,p.82.S.AndrésdeBedriñana,
Lena: su
pág. 83. Sta. Cristina de
Priesca y tos en S.
Pedro de Nora, p. 86. S. Martin de Salas, Laspra y S. Miguel de Barcena, p. 90.
S.
Res-
p. 88.
GALICIA. Pobreza monumental. Monjes mozárabes en Sames,
pág. 93. S. Pedro de
Camba,
Rocas,
ciudad autónoma,
p.
97.
Reliquias de mozarabismo. S.
LEÓN.
VIII.
239 a ibi.
Fructuoso de Montelios y
Concordancias decorativas. Coimbra,
Colonizaciones.
98.
p.
las págs.
Iglesias godas: S.
Balsemón.
Pedro de
Restos en S. Miguel de Eiré y S. Juan
p. 94.
Véanse adelante
p. 95.
PORTUGAL.
VII. S.
Salvador de
Martín de
VI.
de
iconostasis, p. 84. S.
Mozárabes y moros,
Pedro de Lourosa:
su fecha,
Corriente asturiana: Cripta de Palencia,
99.
100.
p.
p.
p.
io5.
Fun-
daciones monásticas. Pobladores mozárabes. Reedificación de Zamora,
Nombres
pág. 106. Monasterios, p. 107.
arabizados. Jerarquía de las perso-
nas, p. 108. Sistemas onomásticos, p. 110. Procedencia y estirpe. Indicios
mozárabes,
Nombres
p. 116. Siervos, p. 119.
geográficos árabes, p. 120.
Palabras árabes en documentos latinos, p. 121. Códices mozárabes, p. 130.
Organización social leonesa, de
pecto
Castilla,
p.
137.
Repoblación,
p. 132.
Administración
p. 135.
local,
p.
Diferencias res-
Conclusiones
138.
generales, p. 139. Carácter de los monasterios leoneses, p. 140. S.
de Escalada,
141.
p.
Su
Restos en Valdabasta.
Boñar,
Adriano de Boñar,
S.
S.
pág.
172.
Problema de
oriental, p. 182. S.
Toro
Gino deshecho.
Juan de Rivadelago,
167.
en
pórtico, p. 164. Decoraciones accesorias, p. i58.
p. i65. El arquitecto
pág.
Miguel
170.
de Hornija,
y Morales, p. 189. Sta.
p.
162.
S.
Salvador de
Martín de Castañeda,
S.
ábsides opuestos, p.
los
Román
p.
S.
p. i85.
Cebrián de Mazóte, 176.
Capiteles de tipo
Fragmentos decorativos
María de Bamba,
p.
193. El
obispo
Sahagún, p. 202. Su consagración, pág. 204. Restos en S. Pedro de Dueñas. S. Pedro de Eslonza, p. 206. Restos en Valdalcón, Mellanzos, Rueda, Sandoval y Mansilla,
Frunimio,
p. 195.
Descripción, p. 196.
pág. 208. S. Salvador de
Távara.
Moreruela. Restos en Ayoo,
El códice tavarense, p. 209. Restos en
p. 211.
S.
Pedro de Montes,
p. 212.
santos Fructuoso y Valerio. El obispo Genadio, p. 213. Ermita de
Cruz,
p. 21G. S.
pág. 218.
Clemente de Valdueza.
Santiago de Pe alba,
—
p. 224. El
VI
—
Sto.
Tomás
la
Los
Santa
de las Ollas,
obispo Salomón,
p. 12b.
Des-
GENERAL
ÍNDICE cripción, p. 227. Epigrafía, p. 237.
Miguel de Celanova. Descripción,
p. 24(3.
Memuria de consagración,
El obispo i^udesindo y FYoila su
Sla.
Maria de Vilanova,
Palaz de Rey, en León. La devota Geloira, de León,
Villarmún. Supervivencias mozárabes,
CASTILLA.
IX.
pág. 263. Población
de Santillana,
de Le be ña,
Román de
la
p. 265.
p.
282. S.
p. 2(09.
Baudel de Berlanga,
p. 288.
p. 323.
p. 309.
PRESEAS ECLESIÁSTICAS.
X.
p. 325.
Castilla central,
María
p.
San
287. S. .Millán
Falsificaciones, p. 291.
Suso,
Su amplia-
p. 296.
Sus pinturas,
p. 317.
Culto externo. Inventarios ecle-
Las imágenes. Fase anti-icónica española,
Su remoción bajo Fernando
Claudio,
la
Descripción, p. 270.
Juan de Socueva,
Indicios de mozarabismo, p. 292. La iglesia de
siásticos, p. 321. El altar, p. 322.
Museo
p. 261.
Cogolla. El presbítero Emiliano,
ción, p. 306. S.
el
La casta de caballeros. Las Asturias
p. 264.
conde Alfonso,
p.
p. 239,
Salvador de
Rioja y Soria. El galicanismo, p. 266. Sta.
267. El
de Moroso,
S.
San
260. Sta. María de
p.
División en regiones. Carácter de
mozárabe,
hermano,
Restos en
p. 263.
San Martín de Villamoros,
267.
p.
p. 25o.
p. 238.
I,
p. 324.
Inventarios inéditos,
p. 32G.
Indicios históricos: Teodulfo,
Servicio de altar: cruces,
capsas; díptacos; coronas, p. 328: lucernas; candelabros, ciriales
p. 327;
y candeleros, p. 329; cálices: aquamaniles; turíbulos o incensarios, p. 330; signos y campanas, p. 331; cátedras; analogios; velos principales, páíeos, p. 332; alhaiaras o alhagaras; acitaras o citharas; frontales, p. 334; pallas.
Ropas sacerdotales, u orarios,
p. 335; casullas,
p. 336: balteos o cíngulos;
dalmáticas, túnicas, albas, orales
capas y mantos,
p. 337.
Servicio de
mesa:
manteles, sábanas y facitergia o fazalelias, p. 338. Vajilla: infer-
turias:
missorios o mensorios, p. 339; culiares o cocleares; truliones o
trullos;
cifo;
salares, sulcieras y pigmentarios; taregos: tágaras; fixorios
tenaces; scalas, p. 340; copos; fíalas o pataras; coppas; ferratellas; calderas;
moiolos; cúcuma.
Vasos irakés,
p. 341;
concas, arrotomas o redomas,
Concos y aquamaniles. Vasijas de cocina. Luminarias. Lechos. Ropa de cama, navatellas, palmares, portellas, kana.
p. 343; culcitras
Alcalla; soparías, p. 342.
o cozedras, plumazos, tapetes, gálnapes o génabes,
almuzallas, sábanas, allihafes o alifafes. Librerías
p.
344;
eclesiásticas: su
carácter y valía, p. 345. Libros eclesiásticos, p. 346; antiphonarium, ora-
tionum,
p. 348;
comicum, manuale
—
v passionum.
vu
—
psalmorum
o psalterium,
ÍNDICE ordinum, horarum, precum,
MUSEO MOZÁRABE.
dices, de
p. 349;
p. 355.
los siglos
sermonum. Libros
Opúsculos poéticos. Renovación de
espirituales, p. 35o.
XL
GENERAL divinos. Libros
las librerías, p. 352.
Có-
Mueblaje eclesiástico subsistente.
Escrituras uncial v cursiva; escritura minúscula. Códices
VI
y IX. p. 356. Literatura del siglo X: fase arabizada;
11
códices conservados,
p. 357: serie
andaluza, su valor artístico,
p. 368; serie
toledana, p. 369; serie leonesa, p. 360; serie castellana, sus pinturas, p. 3614
Florencio y Magio. Códices del siglo XI, p. 362. Escritura árabe: cifras
numerales, criptografía; glosas castellanas; notación musical, riales.
Inscripciones,
p. 364: serie andaluza, p. 365.
p. 363;
Piedra,
mate-
p.
369;
escasez de ejemplares mozárabes; pila de León; restos en Oviedo, p. 370.
Marfil:
serie de
Fernando
I,
cruz en
p. 371;
el
Louvre,
p. 372; ara
de
la
Cogolla, p. 373: caja de Davillier. p. 374; piezas de ajedrez. Cristal, p. 376;
redoma en Astorga; en Astorga,
piezas de ajedrez en
p. 377: otra
en Montes.
la
Oro y
Cogolla, p. 376.
Madera:
plata, p. 378; cruces de Oviedo;
San Isidro de
caja de Astorga, p. 379: caja de las Ágatas, p. 380; caja de
León: copa de Braga, p. 384;
p. 382; cáliz
campana de Córdoba,
Madrid; aguamanil
p. 392:
p. 386;
p. 389;
Plano de
la
campana de León,
lámparas de Elvira,
candelero de Elvira,
baros; aguamaniles y concos, p.
mento de Montes,
de Silos. Bronces: cruz de Peñalba, p. 386; candil
de
del Louvre. p. 387: las obras salomónicas, p. 388; lám-
paras de tipo copto,
de Elvira,
cajas
p. 396;
p.
390;
corona de luces
p. 393; dije crucifero;
bronces bár-
Tejidos: velo de Gormaz; frag-
394.
sudario de León, p. 396.
España septentrional, con
ñen a arqueología cristiana, y especialmente a
lo
las
localidades que ata-
mozárabe.
Registro de nombres geográficos, pág. 397. Registro de algunas voces de arquitectura, pág. 403. Serie de láminas numeradas, de
I
a
CLl, que comprenden 199 repre-
sentaciones fotográficas, con su índice alfabético
al frente.
PREÁMBULO DUDOSO
que
parecer¿\
tenido. Q)uizá
el titulo
de este libro responda bien de su con-
peque por exceso, dando cabida, bajo
título
mo-
de
zarabismo, a iglesias que no son tales sino en concepto de arte, y quizá peque también por defecto,
que
al tratarse
una porción de cuestiones
Lo primero
sólo indirectamente atañen a los edificios.
se
razona por
fuerza de hechos, que asignan a lo mozárabe un área de influjos
de
lo
que
se
pensaba;
lo
segundo, por necesidades de organización en
teria histórica resbaladiza
Por consecuencia, recelos, hijos de
mayor
ma-
y apenas autorizada.
este libro
ha ido formándose con lentitud y entre
una desconfianza prudente, dando lugar
a estudios
com-
plementarios, que los unos representan aquí valor negativo tan sólo, no
habiendo servido ahora sino para excluir, para callar extraño o mal conducido, y en cambio
la
que de antemano
que resultaba
investigación llevó en otros casos
a establecer derivaciones y puntos de mira imprevistos y las hipótesis
lo
se acariciaran.
Con
menor
aun contrarios
a
todo, este libro no es
violencia posible, pero
más que un fragmento, arrancado con
la
también con descuaje hoy día temerario,
a la gran cantera de nuestro arte
godo, cordobés, prerrománico y morisco, sin estudiar dignamente aún, y por consecuencia los valores cotizados aquí no tendrán sanción de público sino
el
día en
que toda
esta nuestra historia
monumental propia
divulgada. Temores caben aún de haber empezado por
lo
más
sea bien
ditícil,
y de
traer desconcierto, dudas, repulsas en el aprecio de tal o cual edificio, de tal
o cual parte;
contrario, puesto
mas
ello,
que
al
viniendo de buena
ñn
resultaría
definitiva de crítica. Por otra parte, se IX
fe,
no acarreará daño, sino
al
una orientación más consciente y ha procurado plantear el problema
—
PREÁMBULO en su integridad, sin malicia y poniendo
al
alcance de todos
máximo
el
caudal de información directa posible, dentro de nuestros medios.
Ahora
bien,
lo
que
si
revela este libro bajo su titulo es
índole
la
Son materiales y nada más; pero dispuestos para ajustarse definitivamente en obra de sínmonográfica, analítica de su concepción y desarrollo.
tesis, lo
que hubiera resultado
fácil,
lograrlo entrara en nuestro plan.
si
Las hipótesis formuladas parecen convidar a bilidad de engaño queda válida, y en
sus materiales perderían
mucho
uno
antes, presentándolos
a
ello: sin
tal caso,
yendo
uno con su verdad propia; que
riesgo de instabilidad, y constituvendo artístico. Así,
mas como
hoy por hoy,
a tierra el edificio,
de su valor. Resulta preferible asegurarse
que luego su ajuste sea obra de conciencia
analice, y
embargo, una posi-
el
el
colectiva, con
monumento
queda
edificio
sin
su provecto existe, será bueno quitar
la crítica los
menos
de nuestro pasado
hacer deliberadamente;
al lector el
cuidado de
irlo
rastreando a través de estas páginas, y enseñárselo aquí, en confidencia, sin
responder de su bondad, pareciese
mucho
e
invitándole a retocarlo o a presentar otro.
si
si
edificio para los materiales aquí allegados, bastará recor-
dar que ellos son una parte no más de
más
Y
difícilmente aprehensible;
la
totalidad recogida, pero parte la
resto irá saliendo por
el
el
mismo camino,
ocasión, fuerzas y sobre todo entusiasmo no se apuran.
Aparte
menos
las
cuestiones técnicas,
de mirarse
al
al irse
fraguando
este libro
no ha podido
rededor, en historias y pergaminos de aquellos siglos,
en valores sociales, en datos de geografía, en indicios arqueológicos y hasta de observación folkloresca. Merced a ello han ido poco a poco ensanchán-
dose horizontes y surgiendo inesperadamente un concierto de ideas, con la
explicación de problemas difíciles y enredosos, y con una perspectiva
más
clara de siglos
que nuestras
historias,
ofrecen descarnados y sin alma. Por
lo
en programa, que ha ido saliendo bajo
la
literariamente compuestas,
mismo que nada de mera presión de
acumulados, parece legítimo asignar un cierto valor a investigación histórica, vislumbrado a
compás de
los
ello
entraba
los
testimonios
este
proceso de
problemas de
arte,
que con su objetividad permanente y segura, son buena guía para orientarnos.
como
Cumple ahora
es, trajese fértil
desear que
la
totalidad de esta labor,
aun seca y árida
enseñanza para lectores avisados, poniéndolos en con-
diciones de acercar a
si
aquellas lejanías anteriores al milenario, donde
PRKAMIiULO parecen acusarse notas
muy
fuertes de nuestro ^enio propio,
desconciertan y enredan bajo presiones extrañas, haciendo difícil
que luego
se
mucho más
su reconocimiento y estudio en períodos sucesivos. Sería justo que,
no hablándose más entre nosotros de
medievales, viésemos allá
las tinieblas
hombres y cosas de que no nos separan misterios sino las complicaciones ulteriores, y que para comprenderlos basta observar sustratos sociales aun vivos en los senos de nuestra enrevesada geografía. La vida del siglo
Córdoba no podremos saborearla; pero
si
la
que
X
en
se llevó entre cristianos
y sobre todo en las montañas, porque allá giró dentro de lo vulgar, que no tiene historia.
Por una parte, conocemos con su apogeo bajo en Alháquem
11:
el
Califato y
las historias
el
proceso del arte y cultura andaluzas,
una dirección personal
muy
árabes dieron materia para verlo
mente, aun antes de estudiar sus reliquias. Respecto de tiana,
un tópico
bien definida
lo rige todo: es la
lucha contra
el
moro,
la
la
España
justifica.
suelo,
los
muy
á
realidad no siempre
la
Se quiere presentar un pueblo español reconquistando
cuando de hecho su pérdida
cris-
epopeya de
siete siglos, eje y razón final para una simplificación histórica,
gusto de nuestros estímulos pasionales, pero que
clara-
así
el
perdido
fué solamente para los godos fugitivos
nosy para su gobierno; además, el concepto de unidad nacional, entre otros a lo menos, aparece de antiguo como una simple fórmula de servi-
dumbre y
explotación. Nuestra unidad fué impuesta una y otra vez, bajo
romanos, bajo godos y bajo árabes, para regular El
las
operaciones del
pueblo español quizá no tuvo concepto nacional hasta
modernos, v ciertamente que no
le
los
fisco.
tiempos
tiene aún cumplido. Una España como
ideal colectivo, siquiera en deseo, tal vez
no existió nunca; pues a través
de opresores y gobernantes que forjaron su historia política y sus linderos, percibimos siempre de región en región al demos rebelde y esquivo,
desorganizado, pero siguiendo firme su camino, quizá sin variación desde los
tiempos más remotos, y según
los
rumbos que
su genio de raza
le
impone. Entre
las
gentes del norte peninsular parecen ser
más razonables
astures, de estirpe céltica probablemente. Ellos acogieron a los godos tivos, evitándoles
rias sin
someterse a
los árabes,
y así principió
el
los
fugi-
reino de Astu-
majestad ni pretensiones conquistadoras. Cántabros y gallegos se
PREÁMBULO les
agregaron: pero hacia oriente
tera definitiva.
vascones determinaron fron-
los feroces
mantenido una
otros godos, tras de haber
En Cataluña,
sombra de reino con Aquila y Ardo, buscaron apoyo en Francia, y sometidos a ella impusiéronse de nuevo sobre el pueblo indígena. Después, las primeras guerras fueron para
dejando yermas sus respectivas
aislarse,
compensación
fronteras meridionales; y en
el
tomasen arraigo, y que un
instituciones bárbaras
que
influjo carolingio hizo
arte de tipo
europeo
gallardease en Oviedo y Barcelona, sin acordarse casi para nada de Toledo ni
de Córdoba.
Luego,
la
segunda mitad de aquel
cambio de orientación sobre
la
Península
soberanía cordobesa iba perdiendo efectividad
la
:
IX determinó en Asturias un
siglo
Mérida, Coimbra, Badajoz, Toledo, Zaragoza,
;
etc. se
simpatizaban con
regían por cuenta propia, y estos focos rebeldes
los
moda guerrear contra el igual rumbo con algún éxito.
principados cristianos libres del norte. Púsose de
emir de Córdoba, y
los
asturianos siguieron
quedaba establecido; Asturias seguía
El contacto
sular, y las torpezas del
León, Astorga y
allá arriba.
ello era atraer al
encaminaban castillos, la
naciendo
En
a Oviedo, y
Bierzo se repoblaron; pero adivinando que
el
también
fortificar los pasos
que desde
allí
se organizó militarmente, a base de
zona fronteriza oriental, por donde
los
cordobeses llegaban,
así Castilla.
tal
grado parecía eficaz
nimo Albeldense
el
poder contra
asalto al
favor de Alfonso
-en
profecía favoreciese a
como soberano
Omar,
en toda
y había de cumplirse
los árabes,
que em-
restauración del reino godo. Así lo auguraba
la
la
la
el
muy
anó-
verosímil que idéntica
hijo de Hafsón, para
Andalucía
el
Magno; quizá tamby&ji alentaba
el
Benicasi, reyes de Zaragoza, y es
ello a los
Omeya
gran movimiento penin-
traducíanse en auge y ansias de progreso
enemigo, cuidóse de
pezó a profetizarse
el
Omeya
el
alta.
imponerse de golpe
El año 884, en que
Omar
se alzó
profecía de Albeldense, fué realmente crítico; y
de Córdoba no
lo
ron impunes y señores por
perdió todo, a
lo
más de cuarenta
jación de los fundamentos sociales tenía
si
menos sus enemigos queda-
años. Tal desgobierno y rela-
que desatar odios
e injusticias; es
natural que los cristianos sometidos, los mozárabes, padecieran; se les desterraría el
alma de
como la
peligrosos, a veces; en ciertas regiones,
guerra
civil, les
tocaron en XII
—
el
donde
ellos
fueron
día de la pacificación repre-
PREÁMBULO salías inexorables,
determinando su fuga
a pais cristiano
fuese posible; una clase especial, los hijos de renegados
no tenían otro remedio que la
que
es verosímil
los
ello
que cristianizaran,
éste para salvar su vida, y en
aun
rebelión no cuajase
siempre que
comarcas donde
españoles significaran su
protesta emigrando.
A por
este
comarcas que con
las
León y
momento responde
Castilla.
Alfonso
inmigratoria, proveer a intereses
que
la
el
gran expansión territorial de Asturias,
tiempo llegaron a ser reinos de Portugal,
Magno tuvu
el la
la
el
mérito de encauzar
la
corriente
seguridad del país y legislar de acuerdo con los
nueva sociedad demandaba para desarrollarse. Todo
organismo bárbaro de Asturias y Galicia quedó para aristocracia y la esclavitud cedieron ante
ella
invalidado;
un pueblo, que en León
el
la
se reveló
haciendo patria con su trabajo, y en Castilla ennobleciéndola, mediante su esfuerzo militar y
tomaron cuerpo
intrepidez con que
la
instituciones
las
mantuvo sus derechos. Entonces
que nos salvaron del feudalismo, nos
hicieron libres y democráticos, y prepararon
generosas que marcan
no
el
el
derroche de iniciativas
genio español, mientras los patrones de afuera
son impuestos.
le
Sin embargo,
España cristiana
la
modesta. Ofuscábala
el
del siglo
X
se nos ofrece
pobre y
imperio cordobés, tan espléndido y rico en su apo-
geo, imponiéndola cuanto era trasmisible en instituciones, administración,
mercaderías,
etc.
Recibió
ciertas clases sociales,
tal
documentación de entonces de
los
vez hasta su habla
produciendo
y válida entre gentes que si
bio
gran caudal de voces árabes que
la
la
lengua árabe pudo conservar categoría
al
XIV, cuando ya
de Argéntea,
la
olvidados ya del
transpirenaicos dieron de
sí
un
enten-
X un escrito latino,
Omar
el
rey, en
latín.
los libros santos, puestos así al
Sólo en Cataluña los estímulos
cierto esplendor literario propio,
en parte sobre base igual, puesto que
—
cam-
cristianos insignes, ya tratados cien-
ya versiones de obras clásicas y de fieles,
este siglo
heroica hija de
sabemos que escribieron en árabe
alcance de los
casi nadie la
parecer ni siquiera eran mozárabes. Ade-
Andalucía solamente ha conservado de
las actas martiriales
tíficos,
culta entre
poquísimos escritos conservados. Toledo, con sus escrituras v sus
oficial entre cristianos hasta el siglo
más,
como lengua
arroja, y explicándose así la misera latinidad
monedas, patentizó luego cómo
día,
el
xni
allí
—
aunque
se tradujeron libros del árabe.
PREÁMBULO El arte cristiano del siglo bés,
completándose
la
X
semejanza en punto
musulmán no hubiera podido ella
de antiguo
el
parece asimismo una hijuela del cordo-
imaginería religiosa, que
lo
que igualmente fué ajeno
a
a la
inspirarle, ya
culto cristiano español. Pero, en general, revélase lo
zárabe del norte con un sello de inventiva que
le
mo-
presta siempre fisonomía
propia respecto de los tipos califales. Las iglesias de entonces en territorio cristiano son, pues,
por
el
un perfecto
influjo absorbente de la
España árabe, merced
meridionales, antaño sometidos a
propiamente mozárabe. lo
Y
ambiente
reflejo del
ella,
la
contacto con los
al
dándose lugar a un período histórico
no sorprenda
moro, puesto que, por una parte
determinado
social
rendimiento de
este
Europa
del siglo
X
lo cristiano a
no estaba en con-
diciones de trasmitir sino barbarie guerrera, y por otra, los Estados cristianos peninsulares, sin excepción, acabaron por acatar la soberanía del Califa, ya obedeciéndole, gal,
como hacían
los
condes de Cataluña y de Portu-
ya bajo pacto de clientela, con poca fidelidad guardado, siendo verosí-
mil que ciertas campañas guerreras contra
como
los cristianos, tratados
rebeldes, tuviesen carácter jurídico de incitaciones a
del vasallaje. Así se explica
y moras en
el
también
la
la
siempre
observancia
promiscuidad de tropas cristianas
ejército cordobés, y su intervención
mutua para
resolver
conflictos de soberanía.
En
el
siglo
XI
los valores se
mundial, una vez aniquilado
el
trocaron: España perdió su predominio
Califato; la presión
que
éste ejerciera
todos los órdenes sobre los principados cristianos relajóse, y un
cimiento general fué su consecuencia. En contrario y a
europeos reaccionaban favorablemente;
Italia
la
par
en
empobre-
los
Estados
avivó su arte a base de
bizantinismo, propagándolo hacia occidente y norte, y fué una Era nueva
de prosperidad y adelantos.
A España
llegó
relajándose desde entonces para esta región país cristiano, unificado bajo
siguió
la
misma
ya no es andaluz
el
el
rápidamente por Cataluña, vínculo nacional;
señorío de los hijos de Sancho
el resto el
de
Mayor,
tendencia: su arte, con rasgos pujantes de orientalismo, ni
mozárabe, pero
se ingerta
en cepa castiza y es nuestro,
como resultó antes nuestro el arte cordobés, aun tomada de Oriente asimismo su esencia. El mal vino a la postre cuando se rindió nuestra personalidad en aras de instituciones exóticas, uniformándonos a gusto de los
cluniacenses franceses y de los legados pontificios, desconcertados aquí
—
xiv
—
PREÁMBULO ante una sociedad sobre bases que
les
otra vez por acá las heces bárbaras, a (ines del sif^lo
IX
eran extrañas. Entonces fermentaron
que tan extrañamente habíamos raído
pero, en compensación,
;
nos de nuevo y con más fuer/a sobre
empeñándose
la
lucha entre
<^vi\n
andaluzas, que dio a
los
iiiílujos
el
espíritu de conquista llevó-
centros de vida musulmanes,
transpirenaicos y sugestiones
España medieval su complejidad, sus
la
mundo
concertantes, su transigencia de ideas, escándalo del
Según
el
equilibrio,
estos datos, el arte
echándonos contra Europa.
mozárabe puede circunscribirse
movimiento reorganizador
del siglo IX,
de Abderrahman
fortificó
II,
que
puras, convertidas para tas, a
con
la
fomentado por
el
a partir del
avance cultural
alma española dotándola de
el
ideas
vida práctica en ansia de gloria y de conquis-
base de un ideal justiciero puesto por encima de
la
a la
cuanto nos caracterizara mientras
lo oriental; es decir,
no volvió a romperse
por igual
musulmanes, su poesía enjundiosa, su razonar
entre cristianos y entre
europea y sentir a
antítesis des-
las leyes,
y termina
ruina del Califato, que fomentó un despotismo regional contra-
rio a los
imponiéndose
intereses morales de todos,
pero venida de afuera: por Francia en favor de
al
fin
cristianos,
los
Berbería con carácter de invasión entre musulmanes.
una reacción,
En aquel
y por
período,
entre 85o y 1030, se nacionalizó España, en cuanto era posible, y según ello es
de valor enorme su estudio.
Otro punto
es la realidad del arte
mozárabe;
es decir, su
existencia
dentro del periodo susodicho, su desarrollo entre mozárabes, y caracterizarse con suficiente individualismo para ser definido.
Los argumentos
directos y positivos que sobre ello tenemos van consignados en las páginas
siguientes; lo que falta es su contraprueba, o sea
la serie
de datos circun-
dantes, que nos llevarían a reconocer, por diferencia, que artístico
mozárabe no puede
ser,
el
contenido
en cuanto se nos alcanza, otra cosa ni de
otro tiempo.
Atribuirlo a período anterior, es decir, al godo, solamente era
sobre documentos, respecto de una iglesia,
Chindasvinto
;
las otras hipótesis
de Bamba, San Pedro de Rocas y consiguiente, a prior
i,
de Hornija, fundación de
formuladas en igual sentido, respecto la
Cogolla, carecían de
sólo habría razón en
—
la
lícito,
XV
—
tal
base, y por
un caso para envejecer nues-
PREÁMBULO Por
tras atribuciones.
excluyen de
el
hay
contrario,
edificios
por juzgárselos godos;
este trabajo
si
y restos de
que
ellos
se
con razón, será cosa de
verlo cuando de lo godo tratemos; baste ahora decir que sobre esta idea y contra el criterio por ñn adoptado intentamos un día resolver el problema,
cuando menos en Especialmente
el
parte, sin llegar a fiVmulas de clasificación aceptables.
esfuerzo ha sido grande respecto de San Pedro de
Reconquista: mas aun resuelto
es que,
Nave, la
tendríamos que dejarlo aparte, como
asi,
supervivencia extraña y sin conexiones con
Más de temer
la
cuadra mejor dentro del periodo de
edificio que, por su anticlasicismo,
lo
mozárabe reconocido.
como
sobre todo fuera de España, se defina
erróneo todo nuestro aparato de cronología, repitiendo
que a
lo
la
ligera
sentaron Marignan y Enlart, a saber, que en España no hay arte cristiano anterior
al
románico francés, o que
Aunque no
dad, salvo accidentes
acostumbrados
moderna
a
que
lo
algo hay carece de valor y notorie-
si
dejen de doler
las injusticias,
español se vilipendie, sobre
la
norma de nuestra
inferioridad; el patriotismo francés actúa de
donos; pero aun
es creíble
que
estamos
buena
a la larga se nos estudie
fe
juzgán-
y haga
justicia,
siquiera respecto de siglos lejanos.
Aparte prejuicios, en cuenta, sobre
este
punto
casi el
no
vista es legítimo y ha de tenerse
existe,
fijar la
edad de un
y sólo un criterio
edificio.
muv ampHo
valor que los datos documentales merezcan.
abundancia de
muy
experiencia de que ni documentos ni inscripciones
la
bastan en absoluto para
sobre
punto de
su coordinación
ellos,
y diferencias, con los
La evidencia en
hará
fe
caso actual,
la
e ilustrado
En
el
este
mutua y conformidad, por analogías
demás datos cronológicos admitidos, parecen dar
se-
guridades de acierto. Podrá dudarse en años más o menos, dentro del período;
un margen de error posible va descontado, y aun, apurando mucho,
quizá raras fechas de
abajo consignadas se garanticen absolutamente;
las
pero, traspasadas ciertas lindes artísticas y llegando cerca del siglo XII,
ya no cabe admitir de buena produjesen,
número de
ni
fe la
posibilidad de que nuestras iglesias se
todas ni aun siquiera una, teniendo para contrastarlo gran
otras románicas y moriscas imposibles de asociar con ellas.
Cierta severidad en
la
selección ha hecho que dejemos fuera,
como
obras godas o asturianas, porción de miembros decorativos y aun edificios relacionados con
el
ciclo
muzárabe; y que asimismo juzguemos aparte,
—
XVI
—
PREÁMBULO por moriscas, iglesias de Toledo, Salamanca, Segovia y Andalucía, aun en caso de abonar su mozarabismo algún dudoso epígrafe. Las obras románicas con inílujús árabes caracterlzanse
una
más
fácilmente, y
si
se
da cabida a
— Villarmún — es por vía de ilustración muy significativa sobre
el
caso.
aquí ahora registrados los datos documentales sobre cronología,
lie
tocantes a iglesias de tipo mozárabe: S.
Juan de
Peña:
la
edificación hacia 85o; ampliación y dedicación
hacia 928. S.
Valdediós
Salvador de
— Boides,
concordancia explícitamente
deTuy: fundación de Alfonso
declarada por Lucas
— Velio:
111;
consagrada en 893.
S.
Miguel de Villardeveyo
S.
Salvador de Távara: fundación de íines del siglo IX.
Sta.
Cruz de Montes: en
bajo Alfonso
III
(8G6-910).
905.
S.
Pedro de Lo u rosa: fecha de 912.
S.
Miguel de Escalada: por monjes cordobeses; consagración en 913;
restauración en 1126. S.
Cebrián de Mazóte: por monjes de igual procedencia; fundación
antes de 916. S.
Pedro de Montes: consagración en 919.
S.
Salvador de Priesca: consagración en 921.
S.
Martín de Castañeda: fundada por monjes cordobeses; consagra-
ción en 921 Sta.
María de
Bamba:
citada desde 928.
S.
Adriano de Boñar: consagración en 929.
S.
Miguel de Olérdula: fundación hacia 930: renovación y dedi-
cación en 991.
Sahagún — San Facundo:
fundación por monjes mozárabes; consa-
gración en 936. Sta.
María de Lebeña: fundación hacia 930.
Santiago de Penal ba: construcción de 931 a 937; consagración en S.
Miguel de Celanova y
S.
Salvador de León: entre 931 y gbi.
S.
Martín de Salas: renovación en 951.
S.
Salvador de Boñar: construida en 980.
S.
Millán de
la
Sta.
i
io5.
María de Vilanova: hacia 940.
Cogolla: dedicación en 984; restauración hacia 1030.
—
XVH
—
PREÁMBULO Estos datos de cronología, ceñidos a tan corto período y a un área geográfica relativamente pequeña, parece que habrían de responderá iglesias
uniformes o cuando menos dotadas de organización
fija,
como im-
puesta por un medio social consciente de sus necesidades v de sus gustos. Sin embargo,
la
repeticiones,
no hay tipos; cada
realidad es totalmente otra: no hay uniformidad, no hay
camino diverso
la
iglesia
de
busca por
las subsistentes
satisfacción del ideal cristiano, y este desconcierto no
marca de evolución progresiva, de selecciones y de perfeccionamiento. Como si cada artífice pugnase por acertar en cada obra, y lleva consigo
como siguiendo
su capricho, contra
la
ley de ideal colectivo a
que
la
arquitectura para ser fecunda obedece.
La comprobación de la depuraci(')n clásica
nacal es hijo
creó los órdenes griegos,
el estilo
cómo de
la
arte
XI
revela, desde este
un esfuerzo consciente hacia grandes empresas, y nuestro
aspecto,
moruno, en evolución mantenida,
tables sobre
es reflejo de las bases
que cada sociedad musulmana actúa. Frente
podemos conocerla, marchó
tectura goda, en cuanto natural, puesto
fi-
pobre organización asturiana tiene su
tipo de iglesias, pobre también; la Cataluña del siglo
mismo
la
románico, y cómo de catedral en catedral llegó a
Entre nosotros,
jarse el g()tico.
cómo disciplina mo-
esta ley nos llevaría lejos; baste recordar
que desconcertada
servia; luego, respecto del período
sin
también
se nos ofrece
inquebran-
a ello la arqui-
rumbo la
fijo,
y es
sociedad a que
mozárabe que estudiamos, puede ima-
ginarse fácilmente cuan dislocados hubieron de entrar los factores meridionales en
el
hoy día suelen Entonces la
la
solar de galaicos, astures y cántabros, entre quienes fallar,
como no
cultura andaluza
aun
asimiladas bien, las características latinas.
hubo de implantarse
allí,
como
suya, en colonias, monacales o aristocráticas, varias entre
bajo sí,
romanos
conforme
a su procedencia, y que, lejos de obtener la conquista espiritual del país,
fueron reabsorbidas por
la
rusticidad ambiente,
aunque dejando rodeadas
sus creaciones de justa admiración por peregrinas y singulares.
Ahora
bien,
si
que desarrollar un zar en un edificio
causas sociales malograron estilo el
propio;
fijar
quizá
modelo que para
sociedad española premilenaria;
mento digno de
si
en
si
la selección
los artífices
iglesias
no supieron
faltaron arrestos para erigir
xvni
—
cristali-
hubiera satisfecho a
arte los ideales de todo
—
de tipos sobre
el
un pueblo,
la
monula
base
PREÁMBULO técnica sobre que ello
pudo haberse
realizado, esa
si
existe y se revela en
de edificios aquí estudiados. Así pues, hoy, que tan locos andamos
la serie
sin ideal y sin
planteó,
rumbo, pudiéramos completar aún
mirando hacia nuestros fondos con
Los caracteres de
se las
se
espíritu de laboriosa jactancia.
la
evolucitm musulmana, de que
aprehendieron formas típicas en una
se
también y antes
obra que entonces
este arte nacional cristiano arraigan en lo visigodo y
guardan paralelismo, según va dicho, con evidentemente
la
fase postrera,
modo que una
incorporó asturianas; de
como
tendencia
de unificación parece animarle, con progresivo y hábil enriquecimiento. Así resulta que su arco típico,
de herradura, pasó de
el
mayor amplitud de
nes godas a fijarse con
las oscilacio-
rosca, descentramiento del
acusando su intradós algo de conca-
trasdós, alfiz y dovelaje subrradial,
jambas y columnas son monolíticas o poco menos; hay arcos doblados, arredrándose el inferior para aligerar su masa; también los hay gemelos, y suelen ser abocinados los de ventanas. El cañón vidades laterales;
las
de bóveda se desarrolló parejo con de gallones, a base de ni
baída y de
la
además campean
los arcos; la
las
bóvedas
de aristas capialzada, sin trompas
pechinas siempre, pero arrancando sobre arcos murales, que concen-
tran sus empujes en los ángulos sabiamente, y también las hay esquifadas
con nervios, de inspiración cordobesa. Para contrarrestos, ya
emplean
exterior los alzados curvilíneos, ya se
función, va se desliga del
muro
la
segunda solamente, ya por último
él
combinación de
sistema de fuerzas en orden de equilibrio. Cierto que
cados en escala llos, si
En
muy
corta, pero
en grande se acometiese lo
anulan
al
estribos a conciencia de su
bóveda para que la
se
actúe a favor de ellas constituye
la
un
son recursos apli-
también susceptibles de grandes desarroel
problema de
accesorio es novedad plausible
aleros de gran vuelo sobre modillones,
la
los
abovedamientos.
sustitución de cornisas por
que además alcanzan considerable
valor decorativo por razón de su traza; en moldurajes llegó a prevalecer la
nácela, simple o en grupos, formándose así
Sus capiteles mantuvieron talla
tipo corintio,
cimacio de
las
columnas.
aligeradas las volutas, con
de hojas francamente bizantina y adherido
una soga,
el
collarino,
que remeda
tipo superior en belleza y arte a cuantos el Occidente medieval
produjo hasta la
el
el
la
revolución gótica. Lo demás de ornamentaciíui, cuando
hay, mantúvose
fiel
a
ciertos prototipos godos,
—
XIX
—
con fauna estilizada
PREAAIBULO bien pobre v faltando absolutamente representaciones
humanas:
la
ley
no registra infracciones.
eclesiástica, prohibitiva en este punto,
La composición de edificios huve do
sencillez
la
basilical y de los
ámbitos diáfanos, buscando algo de misterio, estructuras complicadas, perspectivas breves en que
la
elevación predomina y que suscitan a cada
paso novedades imprevistas; y aun quizá
el
arte litúrgico por excelencia,
los cantos polífonos
a varios coros, evocarían allí extrañas resonancias,
vagando de nave
nave y de bóveda en bóveda sus modulaciones. Las
a
luces oscilantes de coronas y candelabros,
metales refulgentes,
los velos
de seda y oro, los
vestiduras espléndidas, todo provocaría emociones
las
ahora mudas y plebeyamente alhajadas. Y si todavía cupiesen dudas acerca de la individualidad del arte mozárabe, basvivísimas en estas
taría
iglesitas,
recorrer las series de códices,
epígrafes, marfiles, bronces, etc.,
conservados, de que se hace recuento en
las
últimas hojas de este libro.
Realmente no sabemos qué parte llevarían nuestros mozárabes en desarrollo de los estilos andaluces bajo lo
verosímil es que.
impulso
fieles o
por
artístico,
lo
el
dominio musulmán;
menos
hasta los días de
Abderrahman
coadyuvaron con nuevos elementos sobre
nales de acá. Pero
como
son anteriores
Andalucía. Quizá por le
III,
el
cuando
los tradicio-
mozárabes conservados, en su mayose
adaptan generalmente a
un periodo de evolución previo, mal conocido en
esta fase última, sino a
que
los edificios
apogeo del Califato, no
al
embargo,
renegados, a españoles se debiera casi todo
artistas orientales
ría
sin
el
ello lo
mozárabe aparente más originalidad de
la
corresponda; pero desde luego una base goda, impregnada de
bi/.antinismo, señorea sobre todo. Ciertas formas, por ejemplo los gallones,
más de haberlos en Córdoba, pre-
acredítanse de andaluces, puesto que, a
dominan de
antes en
cosas venidas a lo
la
gran mezquita de Cairuán, tan andaluza; añádanse
mozárabe de hacia norte por
lingio; todavía rasgos
hay que más bien son
general, que de escuela determinada; pero,
dicho, queda para
De
muy su
lo
mozárabe un
este ciclo artístico
cercenados ya por
mayor auge
recuerdo de
la
influjo asturiano o caro-
típicos de aquel siglo
guadaña de
se obtendría en
en
aun aquilatando cuanto va
cierto cariz peculiarmente suyo.
no poseemos en realidad sino segmentos, y
la
X
los
los siglos;
mas cabe presumir
linderos septentrionales,
patria andaluza estimularía a los desterrados
—
XX
—
ellos
donde
si
el
mozárabes
PHEAMüULO para crear obras bellas y lucidas, puesto que allá en
musulmanas,
la
pobre/.a o
cristiano lo¿;rarlas.
el
Además,
tiempo del omeya
el
si
nos atenemos a
la
ya que
la
el
culto
única serie artística de
las inscripciones, ellas
Califato,
Mohámed
sur las restricciones
estado de guerra coartarían para
mozarabismo andaluz conocida, esplendor coincidi<3 con
el
enseñan que su
primera y bien ruda
aun
(852 a 886), de suerte que ni
es de
allá
es
dable traspasar los linderos arriba señalados para este período. Si en
Andalucía v Toledo, como natural que
en
Le(')n,
al
mismo
es probable, las iglesias eran basílicas, resulta
obedezcan
tipo
primeras fundaciones mozárabes
las
a saber: Lourosa, Escalada y Mazóte; pero, al contacto de otros
tipos septentrionales cruciformes y abovedados, o por la concurrencia de
al^ún
artífice
oriental acaso,
la
estructura de las iglesias complicóse, y
progresivamente fueron surgiendo
de Melque, Bamba, Lebeña, Pe-
las
ñalba, Celanova, etc., mientras daba testimonio de esta evolución en tierra
leonesa
el
tipo de modillones que, a base de lo cordobés, desarrollan en
sentido especial estos
sulmana experimentó
mismos
edificios.
igual reacción,
Ni se olvide que aun
como prueban
nas de tipo bizantino, refluyendo sobre
lo
las
morisco en
área
el
mu-
mezquitas toleda-
como San
iglesias
Martín de Segovia y Sta. María de Lebrija. Separadamente formóse otra derivación mozárabe del arte del Califato hacia
la
parte oriental, de
que
poseemos dos ejemplares en San Millán y San Baudel, testimonios de
la
riqueza de soluciones posibles dentro de aquel arte, y que, por responder a
una
fase
andaluza más avanzada, tienen ciertas conexiones con
lo
morisco posterior. Este otro gran ciclo de nuestro arte nacional arranca de
de Toledo, cuando
medio musulmán socialmente
al
el
dominio cristiano
culto,
se ejerce
la
conquista
por primera vez en un
bajo leyes privativas que dan lugar
amparado
mudejarismo: cae fuera de nuestro tema, pero
es su
com-
plemento inmediato.
Queda artística
explicar algo
emprendidos en
el
proceso de este libro: Trabajos de catalogación
tierras leonesas por
en contacto con algunos edificios de luego.
A
la serie
quien esto escribe,
la
investigación,
el
aunque por medios
—
XXI
—
pusieron
mozárabe, cautivándole desde
poco, un escrito de carácter técnico sobre
llevó a extender
le
arco de herradura
le
indirectos, contribu-
PREÁMBULO yendo
amigos queridos, cuyos nombres
a ello
los Sres.
el
honra en consignar aquí:
Lampérez, Agapito Revilla, Simón y Nieto, Vázquez Núñez, López
Ferreiro v Huidobro. Después, formulado ya
en
se
el
tema como labor colectiva
Centro de estudios históricos, emprendióse una
ocupó gran parte
del verano de 1910, y en
Nebot y Torrens, arquitecto y discípulo de
Campos y
poldo Torres
excursión, que
que tomaron parte D. Francisco la
Escuela de Barcelona, D. Leo-
Balbás, que entonces emprendía igual carrera, y don
Juan Allende-Salazar, como adjunto, visitándose cuanto de arquitectura medieval prerrománica llegó a nuestras noticias en Asturias y Alto Aragón: luego, en lucía,
con
León, Galicia,
inmediato invierno, recorrióse Anda-
más peren-
aludidos Sres. Nebot y Torres; y aunque trabajos
los
torios distrajeron a síntesis
el
Castilla,
poco
un avance de
la
actividad hacia diversos temas,
esta cuestión, sobre
pudo darse en
bosquejo escrito en 1909, titulado
«De arqueología mozárabe», que se imprimió en 191 3. Entonces repitióse la excursión a Castilla, con el mismo Sr. Torres Campos, D. José Moreno Villa y D. Eladio Oviedo,
mismo
el
señor, ofreció
el Sr.
más
fotografías,
de Olérdula y Marquet, y por
excursión
adjunto, llegándose hasta León y Berlanga.
Puig y Cadafalch había suministrado notas y Instituto de estudios catalanes, por iniciativa del
Respecto de Cataluña, fotografías;
como
allá,
fin,
cooperando en
realizó otra a
completar
cierta información.
allí
la
las iglesias
en enero de igiS, pudo organizarse una
ella
Últimamente
expresamente hechas, de
con buen éxito D.
Ramón
Gil Miquel.
Cogolla D. Pedro M. de Artíñano para
Entre tanto habían ¡do preparándose materiales gráficos, o sea, delineaciones, perspectivas y dibujos, y redactándose monografías de iglesias,
de
modo que
lentitud con
en otoño de aquel año pudo decidirse ya esta publicación. La
que
avanzaba dio margen después a intensificar
ella
el
con-
tenido de las introducciones a cada capítulo y formar los dos últimos, su-
pliéndose con los
muy
escasos e improvisados recursos del autor algo de lo
que en un principio y con esfuerzo colectivo de competentes pudo realizar el
Centro,
a saber;
prerrománico.
un estudio integral de nuestra sociedad en
lia sido
atención, porque
si el
un atrevimiento, para
el
que
se
el
período
ruega un poco de
echar en cara defectos y errores, algunos ya recono-
cidos, sirve a otros de acicate para revisar la materia diestramente, se merece, logrados estarán por fin sus deseos.
—
xxu
—
como
PREAMHUI.Ü Las aportaciones extrañas
cuidadosamente ancjtadas en
núcleo de colaboradores de Sección van
al
el
punto, recordando, a m¿is de
quisiéramos no
texto, y
los citados, a
Sres.
los
fallar
nada en
Conde de
este
(dedillo,
Macías, Fernández Alonso, Marquina, Castillo, Torbado, Bravo, Díaz-
Jiménez, Giner de Asín,
que
olvidar
etc., sin
se
ha trabajado,
edificios
como
Ríos, Velázquez,
los el
Alvarez, Cabré, P. G. Antolín,
personal de los museos, archivos y bibliotecas en
ni las
entidades eclesiásticas a que competen tantos
aquí se estudian:
rendirles
el
homenaje de reconocimiento
y ¿gratitud es honor para nosotros.
Otra cuestión por aclarar es
la
bibliográfica: prescindiendo de útiles
monografías, este libro va tras de otros dos capitales, a saber: de
la
Arquitectura cristiana española en
pérez, y «L'arquitectura falch y otros.
la
lo
«Historia
Edad media», por D. V. Lam-
románica a Catalunya», por D.
La confrontación de textos y gráficos
publicaciones y
la
J.
Puig y Cada-
paralelos, entre estas
nuestro, será tarea fácil y provechosa para quien desee
un conocimiento completo de
la
materia, que desde luego hará ver dis-
crepancias, no sólo de concepto sino aun en lo descriptivo y representativo
de los edificios. Generalmente este libro escusa toda polémica, y se dan
por justificadas incorrecciones ajenas, en obras de tan gran comprensión
como si
las
aludidas y respecto de edificios singularmente complicados;
todavía
el
mas
observador quedase perplejo ante informes contradictorios,
solamente podríamos advertirle que nuestro trabajo
se basó en las infor-
maciones previas; que cuando no bastaba una inspección del monumento, se repitieron hasta tres en
algunos casos, de suerte que
parecen salvados; y
se
tipo mozárabe, se
si
no
habla de edificios que otros ponen
han tenido razones para
cuestión íntegramente. Declarado esto,
queda ya reconocida
la
los errores
si
ello,
se
de bulto
como
después de estudiar
nos coge en
de la
faltas graves,
imposibilidad de defensa, y solamente nos acoge-
remos a perdón. Respecto de colaboraciones internas en este
libro,
un
cilmente valorable aun para nosotros mismos, debido a y cambio de ideas continuo,
mábamos cada
excursi(')n, y
al
el
la
comunicación
observar los edificios, entre quienes for-
asimismo en
diciones, dibujos, etc. Luego,
factor ha}- difí-
la
tarea de obtener croquis,
me-
desarrollo de los trazados geométricos fué
labor casi exclusivamente nuestra; las perspectivas lo son del Sr. Nebot,
—
xxni
—
PREÁMBULO 94 que es del Sr. Torres Campos, quien aportó además un estudio preliminar de la iglesia de Moroso, ya vista por él en otra ocasión;
excepto
la fig.
demás
entre los Sr.
Nebot
dibujos, descontados los de confección casera, son del
las figuras 18, 33 a 37,
40 a 42, 44 a 48, 62, gS, 98,
1
15,
1
16,
123,
126, 142 a 147, 163, 154, i58, 160 a [62. 168 a 173, 202 y 203, y del señor
Moreno
Villa las
i.
16, Ó4. 85,
140, 141. 149, i5o, 178 a 180, 186,187 y 189
a 198.
Éste
mismo colaboró
que respecta
en obtener datos de cartularios gallegos y en lo
a códices y miniaturas,
que ha estudiado largamente, y
Sánchez Cantón ayudó con noticias de erudición
Sr. fías,
literaria.
De
el
fotogra-
salvo las pocas allegadas, que llevan al pie indicación de su autor,
de Cataluña
demás, a
Moreno
corresponden
las
Villa, Torres,
Artíñano y a quien esto escribe. Las delincaciones, en su
mayoría, y
mapa
Camps 121,
el
fueron trazados por
Cazorla, y otras,
por
el
al Sr. Gil,
y
las
el Sr. Gil:
que corresponden
los Sres.
algunas, por
el
señor
a las figs. 12, 13, 91, 92, 120 y
hábil delineante Sr. Fino.
Una declaración, por último, con que prevenir suposiciones: en el Centro de estudios históricos ha habido y hay maestros en filología y jurisprudencia, capaces de ilustrar felizmente cuestiones de las aquí vertidas: su benevolencia y amistad garantizaban acudir a ellos con éxito; pero, temiendo enredarlos en cosas
que inevitablemente perturbaban sus
ocupaciones propias, o bajo condiciones de salud desgraciadamente precarias, faltó decisión para abordarlos, y así se
aficionado imperito
la
condenó
balumba de problemas que
—
XXIV
—
a ir
en hombros de
llenan este libro.
I
ANDALUCÍA EL
concepto de
mozarabismo
dad sometida a
los
abarca dos
musulmanes
y conviviendo con ellos, y los
como
zárabes emancipados, ya se alzasen propia, ya emigrasen a paises cristianos,
donde
meridional andaluz bajo diversos aspectos. serie,
no solamente
las iglesias
fases, a saber: la cristian-
rebeldes en su
ellos
representan
Entran, pues, en
el
mo-
tierra
inílujo
nuestra
propiamente mozárabes, sino todas aquellas
de país conquistado, que deben su ser a cristianos del mediodía y siguen las
reglas del arte
godo primero y del cordobés más adelante, frente
otro grupo de edificios
emanados de
a su vez, la penetración invasora de
Nuestra historia tradicional, definidas para
datos
el
no acusa razones sociales bien
arte; sin
monumentales enseña que su proceso
reinos cristianos,
ceder
cuándo v dónde
ante ventajas que
deslindar un
la
campo
lo
embargo, fué
la
observación de
complementario de
la
Edad media, y que avanzó en nuestros los estilos
de Francia
meridional ofreciese.
e
Italia
hubieron
Además, cumple
vastísimo, que no es propiamente mozárabe sino
morisco,
es decir, fruto de la colaboración
trocado
predominio de fuerzas en
el
al
que significan,
Europa.
la escrita,
andalucismo en
corriente europea durante toda
de
influjo septentrional v
la
musulmana, cuando, una vez
Península, fueron moros sometidos
a los cristianos, o sea mudejares, quienes ejercían tal influjo.
ANDALUCÍA
Un como
mozárabe
límite entre artes
y
morisco tampoco
habremos de atenernos
regla práctica de división en períodos,
mozárabe
observaciones: El arte
claro:
est¿í
es sustancial:
mas,
a estas
dentro de una tlexibilidad
y procedimientos variados, Ilota un principio
enorme para adoptar formas
de originalidad que da su fisonomía a todo
grupo; no se confunde con
el
marcha acompasada, progresiva,
lo
musulmán;
lo
europeo: tiene una frescura de invención, un individualismo, que
no sigue
parecer se dio antes en
la
el
arte visigodo y
serva de
mo de
tal
sino
cristiano v septentrional: lo gótico
no
que no
clavo,
español de tiempos
unas veces moruno puro, y otras no con-
es
envoltura,
la
lo
se pierde el respeto a las reglas traspirenaicas. El
mudejar
arte morisco o
técnica o
la
alma, poesía;
falta
le
ritmo, ingertos en un organis-
el
y,
mientras
hizo fecundo, mantúvose durante siglos
lo
al
que no volvemos a descubrir sino
en Oriente: pero también sigue dando carácter a
más modernos, en cuanto
unilateral de
el
contacto
como
arte es-
engalana para lucir sino para dar gusto a gentes extra-
se
ñas y antojadizas.
La conquista anomalías que
brutalidad de
la
los
la
musulmanes, aparte
los
guerra o pactos especiales ocasionasen,
orgánicos: trasmisión de
giró sobre estos factores
y de
de España por
v sumisión
las tierras
en general
bienes eclesiásticos a favor de los nuevos señores; elegir entre
convertirse al islamismo o una cuota personal de tributo, a
más de
otra
contribución por los bienes poseídos; libertad religiosa para todo cristiano, y también autonomía de gobierno, justicia y administración, conforme a la ley
goda; sumisión
al califa,
musulmán
padre
quien, nacido de
hacerse cristiano. El califa,
de
la
libertad religiosa, por
Simonet:
edición,
el
los reyes
de
godos y protector
derecho de elegir obispos y
solamente una prerrogativa nos interesa explanar, y es
ello
H
tomo
I,
lo
istoria de los
ches sur l'histoirc 3.'
como heredero de
islamizado, tratara
los concilios (i).
De todo
(i)
o habiendo
cristiandad sometida, se arrogaba
convocar
la
respeto al Islam y castigo de muerte para
et
la
que atañe
m ozárabes;
a los edificios del culto.
capítulos
littératurc de l'Kspagne
pág. 72 y siguientes.
2
III
y IV.
— Dozy:
pendant
le
Recher-
Aloyen age;
ANDALUCÍA A través de lo casuístico de la legislación musulmana, es dable fijar, como base doctrinal en esta materia, el reconocimiento de la superioridad Islam sobre toda otra religión.
del
En consecuencia, preceptuábase
a los
cristianos no hacer ostentación de cruces ni de sus ceremonias religiosas
en lugares frecuentados por musulmanes,
con sus cánticos,
ni molestarles
música o toques de campana; en cambio, fué obligación dar alojamiento en algunos santuarios a los viajeros mahometanos; iglesias
por
nuevas y aun renovar
ellos;
en general,
y,
el
que
las
se arruinasen
se
prohibía hacer
en lugares habitados
derecho a poseerlas, repararlas, ampliarlas
y construirlas de nuevo se basaba en los pactos de avenencia celebrados
cuando
la
conquista
rehuvendo
los
Al principio debió de haber pocos tropiezos, pues,
(i).
invasores
contacto con los cristianos, vivían en los cam-
el
como una que Hánax fundó de Sevilla. Después, cuando muchos
pos y establecieron mezquitas en las alquerías,
en Elvira
(2)
y
de Abdeláziz, fuera
la
españoles fueron renegando,
el
conflicto legal se impuso, ya
islamizar, pasaban a situación
doles las que estaban en despoblado;
lo
que
ciudades, quedánallí
fueron despo-
y conventos en lugares donde sólo habitasen cristianos.
Pocos hechos, mas consignan
en
mas todo
las
debió de compensárseles con algo de libertad para tener
jos e injusticia,
quita,
ellos, al
de privilegio respecto de los cristianos,
y éstos fueron desposeídos de sus iglesias dentro de
iglesias
que
las crónicas:
ellos suficientes
En Barcelona
que Ludovico Pío restituyó
Córdoba
los
para confirmar estas suposiciones,
al
su Catedral fué trocada en
mez-
culto cristiano con sólo purificarla
árabes tomaron para
las iglesias
sí
de dentro de
la
(3);
ciudad,
y respecto de su Catedral fué partida entre cristianos v musulmanes: pero luego,
queriendo Abderrahman
en 785,
los cristianos
1
hacer de toda
ella
permitirles reedificar las iglesias demolidas fuera de la invasi(')n (4).
Andando
(i)
Simonet: Ob.
(2)
Dozy:
(3)
Simonet: Ob.
(4)
Texto
cit.;
cit.,
el
tiempo, en
3."
edición,
primera mitad del siglo IX. dos
la
tomo
I,
pág. 331,
pág. 286.
del Razí, trascrito en el las
murallas cuando
págs. 83 y siguientes, 100, 255 y 256.
Recherches,
ción de Fagnan) y en
Mezquita mayor,
hubieron de ceder su parte, a cambio de dinero y de
Ba ya n ol
m ogri b
Analectas de .Mmacarí (tomo
— — 3
I,
(tomo
11,
pág. 368).
pág. 378 de
la
traiiuc-
ANDALUCÍA monasterios fueron hechos de nuevo en
Tábanos y la
el
de Peñamelaria
(i
),
cristiandad oprimida llegó a
los
mártires de Córdoba,
derribar
antiguas
las
el
famoso de
de piadosas familias; pero cuando de protesta que representan
la exaltac¡(')n
Mohámed
ordenó,
como
represalias,
además, cayeron entonces chapiteles
basílicas;
— culmina — de templos, erigidos más la
de Córdoba:
nuevamente construidas v todo adorno y agregación
las iglesias
hecho en
a costa
emir
el
la sierra
de tres siglos antes, en virtud de
acepción materialista que daban a este dicho del Profeta: «El Islam
predomina y
así
Pasó esta
nada
se elevará sobre él» (2).
con otros daños mavores aún para
crisis,
mozárabe, pues
la
que
lo
heroico ejemplo de los mártires
el
cuando un plan gigantesco de liberación mundanal exaltó
andaluces: pero entonces fueron castillos, taron.
De una
en mezquita,
sola, al
Después,
en
la
la
historia casi
los califas del siglo
más que
iglesias, lo
a los
que levan-
alcazaba de Tólox, se habla y ésta fué convertida
paso que caían por
Abderrahman
pacificadora de
que
cristiandad
elevación de obispos indignos y escisiones internas
compensarían de sobra en mal reparase,
la
X
fin los castillos
rebeldes bajo
la
mano
III (3).
enmudece para
los
mozárabes. Sólo sabemos
restablecieron una libertad amplísima para
cristianismo: que los pactos se guardaban,
aun con menoscabo de
el
la ley
musulmana, y que los cristianos, en Córdoba por lo menos, lograron convivir honrosamente con los árabes, merced a la adopción de algunas prácticas de semitismo traslucir por
(4).
De nuevas
iglesias ni
una palabra
es
dado
medio alguno.
Tal situación jurídica, de paz v mutuo respeto entre moros y cristianos,
duró a través de
las taifas
del siglo XI. El fanatismo de los
período nuevo, en
el
que
las
hasta
la
invasión almorávide,
dominadores africanos abrió entonces un
pasiones se desataron suscitando violencias
contra los mozárabes, según reconocemos por dos episodios:
(i)
Simonet: Ob.
(2)
Id., id.;
cit.;
págs. 395 y 451.
págs. 444 y 81.
(3)
Id., id.; pág. 589.
(4J
Id., id., págs. 583, 603,
a fines
608 y 629.
—4—
el
de
la
des-
ANDALUCÍA trucción en Granada de una nia^nílica
matanza de Hoto V,
monjes de
los
puestos
al
el el
populach(j
(
i),
y
la
Alf^arbe. en 1099(2).
su vez por los pactos,
a
habla con los cristianos libres del norte, dieron facilidades v
cooperaciim para
almorávides
por
del (Aiervo, en
mozárabes atropellaron
equilibrio, los
el
la ¡«^lesia
if^lesia
avance de
el
la
Reconquista, acarreando
que
ello el
los
deportasen en masa a Berbería, y aun matasen a algunos,
les
en virtud de leves que todavía hoy son practicadas contra
espionaje
el
(3).
Sin embargo, una reacción favorable a ellos parece haber sucedido a esta crisis,
como síntoma
de
la
rápida hispanización de los almorávides
Sobrevino luego un más terrible azote con v
si
va entonces ni aun los
hallaron gracia ante
la
in\asi(')n
la
musulmanes andaluces, reputados de
nueva
\'
y,
por consiguiente, fuera de
toda lev y dignos de ser extirpados sin remisión de
la
sociedad musul-
no solamente quedó abolido, respecto de
efecto,
inlíeles,
bárbara secta, menos habían de obtenerla
nuestros cristianos, politeístas a su juicio,
mana. En
(4).
almohade;
pacto de clientela y su peculiar organización eclesiástica y pos, condes, jueces v clero, sino
que Abdelmumen
ellos, el civil,
antiguo
con obis-
decreti') la expulsi''>n
general de cristianos v judíos. Así se llevó a cabo en todos los que no islamizaron, cumpliéndose, además,
pena de muerte y confiscación en
quienes resistieron aquella orden. Su consecuencia inmediata fué destruir todas las iglesias v sinagogas del imperio almohade, según hacía proclamar
explícitamente siglo
XII
}'
a título de gloria su
emir Yacub Almanzor, a
fines del
(5).
Es. pues, bien natural que no haya
quedado
ni
una
sola iglesia, en
Reconquista. Lo que
abundan, y en Mérida extremadamente, son vestigios decorativos de un arte más
todo
o
el
Mediodía español, anterior a
menos bárbaro
(6),
pero anteriores, salvo
— Dozy:
(i)
Simonet: Oh.
(2)
Id., id., pág. 257.
(3)
Simonet: Ob.
(4)
Id., id.,
pág. 760.
(5)
Id., id.,
pág. 762 y siguientes.
(o)
Dibujados en
cit.;
cit.,
la
pág.
73.4.
muy
Rccherches;
pocas y nada seguras
3.' edic¡(5n.
pág. 750 y siguientes.
Monumentos arquitectónicos
—
3
—
sí
de España.
tomo
I,
pág. 351
ANDALUCÍA excepciones
a
no sólo
valiosos: la
(i),
que
es verosímil
Gran mezquita
el sello
invasión árabe. Córdoba suministra datos, además,
la
sea
primitivo de
lo
una supervivencia de
de bizantinisnio correspondiente
la
la
fachada principal de
Catedral antigua, pues lleva
al siglo
VI
sino que también
(2),
su gran serie de columnas, aprovechadas de otros edificios,
denuncia
iglesias,
\'
en especial
evolución del tipo corintio a través de los siglos
la
bárbaros, con mediación de selectos ejemplares bizantinos; además, los
cimacios dan todo un ciclo de ornamentación v molduraje, que se corres-
ponde paralelamente con Puede creerse que, se esparció
ella (3).
tras
una poderosa corriente bizantina en Córdoba,
por Andalucía v Extremadura un arte bárbaro, análogo
Toledo y sobre reminicencias
latinas, del
que son características
En cuanto
a estructura de las
patrón basilical, nada sabemos, pues
María del Algarbe, dada por fantasía oriental (4). Y,
VIH
corriendo los siglos
Una
o bajo su tolerancia? tia,
^cómo
la
iglesias,
somera descripción de
y IX, en virtud de tratos con
musulmanes
los
(5)
las
modes-
ampliaciones
«con ruda estruc-
Entre estas excepciones sirva de ejemplo un ara procedente de Alcaudete y con-
(1)
servada en
el
Museo de Madrid (número
produjo en una lámina de
a
con cruz entre adornos ondulados. Se
bajo
el
número
la
re-
8.
través del arco de herradura, en Cultura
190G.
Reproducciones en de
96),
Mon u mcntos,
G<3mez-Morcno: Excursión
Española, (3)
de Santa
como una
sola cosa es dable inferir: su pobreza v
de antiguas basílicas hechas en tiempo de los árabes
Córdoba
la
el
serían las otras iglesias hechas y ampliadas,
explícitamente declarada por Eulogio cuando habla de
(2)
deco-
una vez decaído
Cazuiní, debe considerarse
el
de
sumamente
raciones a base de círculos, temas radiados y formas vegetales estilizadas.
las
al
la serie
Mon u mcntos
España: sus mon
u
arq uitec ton icos de España y en
me n tos
y artes; pero
mucho
el
tomo
de ello perma-
nece inédito. (4)
Simonet: Ob.
(5)
Id., id.,
pág. 524.
pág. 444. — Herculano
considerando seguro
lo contrario, es decir
corrige caprichosamente ruere, et quidquid
cit.
formationi.
novo cultu
in
(Historia de Portugal; que
lo
de rudi se refiere a
libro Vil, parte las
El texto dice: «lubet ecclesias
nuper structas
antiquis basilicis splendebat, fueratque temporibus
rudi formationc adieclum, elidere».
(Memoriale sanctorum,
—6—
I),
obras visigóticas, di-
arabum
libro 111, capítulo III).
ANDALUCÍA
— iLidi
tura»
so
F.llo
aviene con
inscripciones correspondientes
de
rusticidad
aunque
for niat iune.
al^^una de
Respecto de
buen
tipo, sin fecha,
los siglos
X
a
la
extremada escasez y
los
mismos
puede juzgarse de
sif^l(js
íincs del
IX
(i), (2).
y XI no consta que en su transcurs(j se alza-
sen iglesias; pero una suposición afirmativa es harto verosímil, dada
buena inteligencia que hubo con
dobés arquitecto, llamado Zacarías, que fué
la
Consta de un cierto cor-
los cristianos. al
monasterio de Lorbán,
cerca de Coimbra, ya
mediado para hacer
X,
siglo
el
allí (jbras y,
además, unos puentes y
molinos
(3).
inscrip-
de
porción
Existe
ciones atildadísimas, con
de
fechas
a
923
1002, casi todas epitafios V a
de
veces con orla
hojitas
bizantinas.
Hay códices
latinos
primorosamente decorados,
y
los
hay con
versión arábiga de textos cristianos (4).
Fig.
Hay
Dibujo de
I.
la Biblia
bronces, hay marfiles, probando todo tístico,
un especial desarrollo
influjo de la
Tocante a
la
estilo,
con
obras musulmanas.
las
métrica árabe en
las
También
escritura epigráfica, elegante y graciosa, fué usurpada de
Hübner: Inscriptiones Ilispania' christianse; números
(2)
Id., id., n." 457.
(3)
Simonet: Ob.
(4)
Fragmentos de San Pablo, en pl. 25).
se revela
consonancias de algunas poesías.
(i)
mina...
ar-
bajo los esplendores del califato, entre los mozárabes, de confor-
midad, en cuanto a el
ello
hispalense, a mitaJ de tamaño.
cit.,
— Libro
299, 375, 454.
pág. 633. la
catedral de Sigüenza (l£hrle y I.iebaert:
escurialense de Concilios; hoy en
perdidos. Véase Simonet: obra
cit.,
pág. 752.
7
la
Speci-
Biblioteca Nacional, y otros
ANDALUCÍA una desviacitSn original
de los códices v representa
A
falta,
del tipo latino (i).
pues, de iglesias andaluzas, bien será recordar las
de fantasía que ad(irnan Biblia hispalense (2), en
mozárabes,
ci^dices
cuyo
y sobre todo
278 cobijase
folio
arquitecturas la
famosa
canon de Eusebio den-
el
con primorosos atauriques, seguramente
tro de arcos de herradura,
in-
mesopotámico de entonces, y destacando sobre Además, en el folio 70 vuelto, hay dibujada con
fluidos por el arte abasí o rojo V azul
(Lámina
1).
tinta sólo otra pareja de arcos sobre
nas con altas basas (Figura las
de San Pedro de
cosas orientales,
abundante
comunes
v son
la
antiguo,
del siglo IX y
de León, en su texto reescrito
(4),
la iglesia
mavor de
también andaluz
liar árabe,
como
leoneses, de
la tabla
Sevilla,
es el códice
2):
(5)
(3).
Palimsesto
por último, una serie
de sedes episcopales contenida en
fechado en 1049
año 988
donde, por carteles de registro de dos
cuadernos, hay otros arquillos de herradura (Fig. de ellos adorna
herradura de
serie de arquerías de
heredó su amigo Juan, obispo de Córdoba,
y a su muerte quedó vinculada en
Más
la
obra de cierto Servando, sevillano, que llegó
a obispo de Bastigi, de quien
como
a toda
primera mitad del siglo X. Esta Biblia fué
la
de León: tamaño natural.
colum-
que recuerdan
Nave, pero también
la
otros códices, así toledanos Fig. 2. Dibujos del Palimsesto
i).
y testimonio de
la
el
códice Conci-
ya completa arabización
de los mozárabes por aquel tiempo.
(i)
Véanse especialmente en Hübner
las
inscripciones
y 456; la obra tantas veces citada de Simonet, pág. 834, y la
H
istoria, (2)
tomo LXV,
el
números
128, 222, 228, 130
Boletín déla Academia de
pág. 56 1.
Existe en la Biblioteca Nacional, procedente de la librería de
Catedral de
la
Toledo. (3)
Véanse: Flórez:
España sagrada; tomo
Vil,
pág.
93.
Simonet: obra citada;
páginas 627 y 640. (4)
Librería de dicha Catedral; códice n."
(5)
Hoy en
Sobre toda tico,
la
la serie
18.
Biblioteca Nacional. Véase Simonet: obracit., págs. 720 y siguientes.
de códices españoles de tipo mozárabe, desde su punto de
prepara una publicación
el
Centro de Estudios Históricos, que
se editará
vista artís-
en breve.
II
TOLEDO DE
propósito se ha hecho caso omiso de Toledo en las referencias
para
anteriores,
estudiar separadamente
aspecto mozárabe, dado que lo
él se
y con
especialidad
su
desarrolló con independencia de
andaluz y sirve de enlace para con
las
ramificaciones mozárabes del
norte de España.
Toledo, bajo los godos, fué centro de arte
muy
marmóreos, no
tigua su gran serie de fragmentos
poderoso,
como
ates-
inferior a la emeritense,
pero algo diversa, con predominio de las decoraciones geométricas curvi-
un
líneas y
tipo especial
más progresivo de adornos
vegetales, en bellas
ondulaciones y con acompañamiento de flores y frutos, que apenas asoma en Mérida
(i)
y nunca en Andalucía v Levante. Además, poseemos una
ruina considerable, inédita aún, en San Pedro de
forme con arcos de herradura
(i)
mero
58).
Fragmentos en Aquí mismo,
hay en San Pedro de
la
el
los
(2).
(2)
la
Mata, iglesia cruci-
que autoriza para agrupar a su lado
.Museo de Toledo,
(n." 66, etc.) y otros
en
el
Mata. El de Mérida, hoy perdido, se grabó en
Nave constituyen
Descubierta por
las
de .Madrid, (nú-
procedentes de Guarrazar, (números j5, 92, 136 y 137), y otros
arquitectónicos de España, lám. Pedro de
la
el
el Sr.
Monumentos
VII, n." 66. Las espléndidas decoraciones de
último término de esta
Conde de
serie.
Cedillo, en cuya
—9—
compañía
la
estudiamos.
San
TOLEDO Comba
de Santa
de Bande y San Pedro de
la
Nave
(i).
San Juan de Baños
representa una desviación, en sentido cruciforme, del tipo basilical la cripta
primitiva de
la
Catedral palentina da otro testimonio de
plejidad con que este arte godo español se desarrolló hacia
mitad del
la
(2),
y
com-
segunda
la
siglo Vil (3).
Después, bajo
los árabes,
decayó Toledo absolutamente de su antiguo
esplendor, sin capitalidad v desviada de los centros andaluces que hereda-
ron el
poderío; pues
el
la
necesidad de apoyarse en Oriente y sobre todo en
Estrecho, para conservar sus dominios españoles, determinó que los
musulmanes
se alejasen del
su señorío en toda
la
corazón de
la
Península, debilitando con ello
región septentrional. Ésta quedó
cristianos libres de Asturias y del Pirineo; y
así
por cebo de los
Toledo pasó, de centro y
cabecera de España, a plaza fronteriza, con vida militar y estrechez de subsidios,
como
atenida a sus recursos propios, nunca
muv
pingües, de
seguro.
Con
nuevo régimen cambió, por consiguiente,
el
el
ser de los tole-
danos: sus fuerzas dominadoras antiguas, cohibidas ya, se derivaron en aspiraciones de libertad, en hegemonía e independencia, tan bien sosteni-
das que, desde sufrió
el
advenimiento de
más yugo que
el
apoyando
al
el
poder central. Primero, en 761, hizo su apren-
partido fihrí contra
moviéndose por cuenta propia, la
hasta 932, no
de terribles escarmientos y reveses de fortuna, en
guerra tenacísima contra dizaje
Omeyas en Córdoba
los
omeya. Después aparece siempre
el
bandera árabe
sin
ni berberisca: desde 797
acaudilló un poeta renegado español, Garbid; otro renegado,
Háxim,
mandaba en
829, y a seguida empiezan a exteriorizarse discordias de religión. Los mozárabes parece que llevaban la mejor parte, de modo que un jefe
renegado tuvo que abandonar
armas, ante
la
persecución que
la
el
ciudad, y en 862 Toledo se alzó en
emir
Mohámed
suscitó contra los cris-
tianos sometidos. Organizóse luego en cierto género de república, sujeta
(i)
de
la
Gómez-Moreno: San Pedro de
la
Nave, iglesia visigoda, en
Sociedad Castellana de Excursiones, Mayo, (2)
Cerrato. (3j
Agapito Re villa: La basílica visigoda de
a
—
través del arco de herradura. 10
—
Boletín
San Juan Bautista en Baños de
1902.
Gómez-Moreno: Excursión
el
igoó.
TOLEDO cumo ron
\anu
tributaria al poder cordubés, y en
SLi
independencia, \endiéndo.se
al
1(js
renegados comprometie-
emir, en 873
(i).
Toledo rebelde; y
Así, parecen reconocerse tres fases en la historia de la tercera,
que abarca desde 852
como
alinidades cordobesas,
Metropolitano, aunque
mente con
los reinos
el
lo
prueba
la elecci<')n
Emir
veto del
hecha en Eulogio para
invalidó, y ligada política-
la
de León, Navarra y Zaragoza, a cuya sombra afianzó
su libertad, no cediendo sino ante
como
fuei/a expansiva ofrece
Zamora, en
mozárabe probablemente, con
a 932, fué
pujanza de Abderrahman
la
testimonio
893, con mozárabes toledanos
111.
Su
hecho de haberse repoblado
el
(2).
Estos cincuenta años de paz y autonomía bien pudieron ser favorables
para
el
desarrollo de las artes en sentido cristiano; sin embargo, falta toda
clase de datos
documentales y epigráficos respecto de
ello.
Por vía de com-
pensación, he aquí otros indicios: unos versos que encabezan
mozárabe de San Tirso, usurpados tiera
himno
duda de algún epígrafe que
sin
exis-
en iglesia construida por un Cixila en honor de dicho santo, dan pie
a suponer bre,
el
que
si
ella se
erigiría en
Toledo por
años 744 a 763
lo fué hacia los
el
(3).
Metropolitano de este
nom-
El epitafio descubierto en
Guarrazar, entre vestigios de edificio godo y junto al celebérrimo tesoro, parece llevar la fecha de Era 781 (743), no Era 731 como sus editores consignan
(4), y,
por consiguiente, es mozárabe. Al siglo IX avanzado sólo
corresponderá probablemente un trozo de epígrafe métrico, redactado con tipo de letra
muy
semejante
al
andaluz
(5);
y ya
como
del siglo
palabras: «Sci Genesii», grabadas con letra análoga en
perteneciente a
(1)
Dozy: Histoiredes
da; capítulos XI, (2)
do
al
cit.,
una columnilla
musulmansd'Espagne; tomo
— Simonet: obra cita-
II.
b, pág. 204 de f.
la
traducción de Fagnam.
— Abenhayán, copian-
83.
393.
— España
Sagrada, tomo
V, pág. 244.
pág. 297.
Hübner: Ob.
este libro; pero sobre
cit., n." i58.
El signo
todo no deja duda
queológico de Madrid. (5)
las
titulo.
Hübner: Inscr. Hisp. chr.,n."
— Simonet: Ob. (4)
mismo
son
XXII y XXIX.
Ba yanol mógri
Razí: cod. de Oxford, (3)
del
la iglesia
X
Hübner: Üb.
cit., n." i5ó.
la
L
= 5o se aprecia en
el
dibujo publicado en
piedra original, conservada en
el
Museo Ar-
TOLEDO En cuanto
monumentos,
a
el
que reputaron
edificio
Tirso los eruditos toledanos del siglo XVI. sobre V que publicó
el
toda seguridad
(i).
Sr.
Lampérez,
es
el
una simple sala de baño moruno, con
Las iglesias que mayor carácter de antigüedad ofre-
San Sebastián, Santa Eulalia, San Lorenzo y Belén, parecen posteriores a la Reconquista y ellas encabezan cen
allí,
de San
iglesia
dato arriba consignado,
a saber:
morisco.
(2).
Cristo de
la
capilla de
periodo
el
La
mezquita del
Luz
es otro edificio
que modernamente
ha querido
se
mirar como cristiano en su parte
menos en
mas homogéneo de su construcción y baja o a lo
planta;
estar orientado precisamente
ángulos hacia
los
lo el
con sus
puntos cardinales,
contra rito de iglesias y según uso
de
mezquitas,
obligan
como
tal
más,
excavaciones
juzgarlo
desde sus cimientos: ade-
hechas
1910, con motivo de
tan
a
como
hábil
la
allí
en
restauración,
desatentada,
del
maestro Aguirre, pusieron de manifiesto
paredes de otras construccio-
nes, sobre Fig. 3.
que
la
mezquita
y sin relación alguna con
Ventana de San Ginés de Toledo, hoy en el Museo de Madrid
se alzara
ella.
Dese-
chado todo, queda por mozárabe, con alguna probabilidad, un simple
resto,
procedente de
la
iglesia de
San Ginés, demolida en 1840, que se reputaba mezquita en su cuerpo central (3) y cuyo muro exterior, en pie todavía, está lleno de fragmentos
(i)
Historia de
Madrid. 1908.
Tomo
sería efecto de tales
un
I,
la
arquitectura cristiana española en
pág. 213.
— El arco de herradura deprimido, que
arreglo, en vez de los dos arcos gemelos y
baños hay de ordinario: un caso análogo
Gómcz-.Moreno: Arte
(3)
Sisto
Parro:
el
Edad Media,
el
dibujo hace ver,
columna medial que en
de Tordesillas.
mudejar toledano; en publicación. Toledo en la mano, iSSy; tomo II, pág. 123.
(2)
Ramón
se da en
la
12
los
TOI>EDO decorativos godos. El
tal resto
una ventana de dos arcos gemelos, en
es
forma de herradura, v partida por co: se
conserva en
el
lina y larga
columna de mármol blan-
Museo Arqueológico Nacional
Las arq ui voltas de esta ventana
se
(Fig. 3) (1).
recortan en una sola pieza de
arenisca, con amplio desarrollo de curvatura, doble línea grabada rebor-
deándolas y otra por contorno de
modo
piedra, a
la
de
alfiz
o recuadro
(2).
Este elemento falta en ventanillas análogas de tiempo godo, por ejemplo
en San Pedro de e
Nave y Baños y en
la
la
monolítica del museo de Mérida,
igualmente en otras asturianas, antes de llegar
fines del siglo
occidentales, del
mismo
IX
{3);
en cambio, es elemento típico de arquerías morunas
como ya en Cairuán
siglo;
influjos andaluces a
allí
pero ni en
echa de ver, desde
se
Toledo musulmana
la
primera mitad
la
en Córdoba se dan
ni
ventanas de semejante aspecto, sino con dovelaje trasdosado, tas, etc. (4).
La de San Ginés auna un
(i)
La columna mide
(2)
La palabra
al fiz
m. de
1*13
ancho
largo;
godo con
tipo
total,
la
exageración de
grueso de
1*22;
impos-
los arcos, o'ii.
debe sustituir en nuestro tecnicismo arqueológico a
la
caprichosa
y moderna arrabaa, inventada por cualquiera de nuestros pedantes del siglo último.
Aquella otra se abona en libro de di.x.
tal
(Biblioteca Colombina, Sevilla),
edificio alfiz».
que
es
un
triangulillo
que
autoridad
donde
como
Diccionario manuscrito del P. Gua-
el
«Una
se lee, bajo Albanega:
se causa entre la rosca
de un arco y
Consta por otros documentos que albanegas eran llamadas
las
parte de pared o lo
quadrado del
enjutas de arco entre
moriscos.
Podría ser caso excepcionalmente prematuro
(3) la iglesia si
de San Tirso (Boletín de la
datase de Alfonso (4)
de
la lista
A
tales
el
Casto;
mas
ello
allí el
la
ventana del testero de
Sociedad Española de Excursiones; tomo XVI) no
es indudable.
ventanas llaman ajimeces por corruptela erudita, emanada probablemente
de voces técnicas de origen árabe dada por Cean (Llaguno y Cean-Bermúdez:
Noticia de los arquitectos inexactitud en
la
mayoría de
las
solana, y su acepción antigua
y
arquitectura de España; tomo L
pág- 243), cuya
definiciones es notoria. Dicha \oz significa simplemente es
de balcón grande voladizo, que entre moros se formaba
con celosías (xemesías) para que no fuesen usa en nuestros conventos de monjas.
vistas las
En Granada
mujeres desde afuera, como aun se
se dieron repetidas órdenes,
para derribar los aximezes y balcones, por ser las calles en se habían
de
muchos
desde i5oi,
sitios angostas;
en 1498
«cortado algunos aximezes de moros» para ornato, e igualmente se dispuso que
nadie «saque aximcz ni portal ni passadizo fuera de
Municipal de Granada).
—
13
—
la
haz de
la
propia pared*. (Archivo
TOLEDO curva y lo
alliz
musulmanes, haciendo verosímil que
mozárabe. Respecto de
donde va al
clasifiquemos entre
la
la
escrito el
mismo
arte,
columna, que lleva en si tallados capitel y basa, y susodicho nombre «Sci Genesii», puede corresponder
dado
el
acento bárbaro que
la
separa de su prototipo corin-
bien con otras columnillas godas mantiene algo de parentesco. Por
tio, si
último, entre a todas luces,
columna y arcos media un cimacio de caliza, que es godo puesto que los hay con labores iguales en Mérida y Córdoba,
ciertamente anteriores a
lo
árabe
(i).
formasen conjunto en un principio
muy
Es
dudoso que todas
tres piezas
(2).
SANTA MARÍA DE MELQUE Si en
Toledo no
es dable averiguar
cómo
serían las iglesias de este
monumento
período, por desquite nos ofrece su comarca un valía,
cuya existencia reveló
el
señor Conde de Cedillo
(3).
Es
de singular la
ermita de
Santa María de Melque, a unos 36 kilómetros de Toledo, hacia O. SO.
Pilastras de la Cisterna y otros
(1)
Palmas en
la
manes. Uno
sus
catedral de Córdoba,
(2)
verse en postas,
la
pág. 414 del
,
la
tomo correspondiente
completa en
el
Museo,
es
sido tirada
Española,
musul-
España,
suelo esta ventana, puede
La parte de jambas
e
im-
en
Cultura
1907,
El llegar
allí
es
penoso, pues, tras de
31
kilómetros por carretera hasta Calvez,
Para no extraviarse en este último trecho, una vez pasado el
los
de:
moderna.
queda una hora larga de andadura por camino muerto hasta
siempre
al
iSSy, pág. 324.
Un monumento desconocido. Santa María de Melque;
(3)
puerta de las
la
artes.
Un dibujo, hecho cuando aun no había el Semanario pi ntoresco español
que hoy
(4)
\'
y cimacios de
que además ostentan cruces mutiladas por
de ellos se reproduce en
monumentos
mármoles en Mérida,
(4),
sendero de a
mano
derecha.
—
14
—
el
llegar a la
dehesa de Melque.
arroyo de Ripas, bastará tomar
AlELQUE sobre un rebato que alluye pruntaincntc
Taju y en terreno granítico,
al
algo quebrado y casi desierto. Dependió siglos atrás del célebre castillo de
Montalbán, que fué de Templarios, y
Hoy
en dicha ermita, según dicen. V su antigua
imagen
una de sus
ellos establecieron
Puebla de Montalbán, con
se traslad(') a la
el
aún de Nuestra Señora de Melque. No sabiéndose otra cosa que hoy por hoy,
respecto de documentos, queda sin historia,
pudiendo sólo colegirse que en tiempos antiguos hubo
el
nombre le
ataña
edificio,
explotaciones
allí
agrícolas de cierta pujanza, según revelan los diques o presas
que atajan
el
Se habla de una calzada y de piedras escritas romanas existentes
regato.
por
bailias
está con\ert¡da en establo y pajar (i),
lo
allí,
nado en
que indujo
a
Hübner pero
los Itinerarios (2);
buscado
el
a
suponer un ramal de
no consig-
vía,
una comprobación, que en vano ha
falta
señor Conde de Cedillo. La topografía del terreno parece desde
luego
muy
de
ermita; de suerte que, lejos de buscar comunicaciones al fundarla,
la
resulta
desfavorable para
más verosímil que
el
tendido de carretera en las proximidades
huyó de
se
escusado, agreste y cultivable, merced a
la
Las adjuntas reproducciones (Láms.
dan idea
del edificio.
Por
recomendándose
ellas,
quitectónicos bien extraordinaria, de
por
lo
abundancia de agua. II
IX) y trazas (Figs.
a
échase de ver una
ellas
el sitio
pujanza de
4. 5
y
7)
recursos ar-
suerte que, fuera de las rotondas
tal
bizantinas, quizá no subsiste en Occidente, y de hecho en España, iglesia
abovedada por completo, de y robustez a esta de Melque
(3).
Ahora
bien, su ventaja es solamente de
tamaño, no en cuanto a sistema, porque cañones de 4.60 m. de ancho y 7.70 de
(1)
absoluto respeto hacia
la
Corpus
diente del
i
monumental de Melque, por conducto
si
han apresurado a ordenar un
mas todavía
u
m
latinarum
II,
sería plausible
n.° 293*,
alguna pro-
y en
el
mapa correspon-
Supplementum. La de San Pedro de
las
Fuellas en Barcelona,
si
vedas, con un ancho de y'So ms. para sus brazos, llevaba
más
se
garantizase digna y permanentemente.
la
nscription
Después de nuestras
el edificio.
Clemente de Diego,
integridad de esta ruina;
tección de parte del Estado que
(3)
bien un abovedamiento con
alto es extraordinario para aquellos
significación
la
del cultísimo jurisconsulto D. Felipe
(2)
si
Sólo en gracia de esta utilidad se ha mantenido enterados sus dueños de
visitas,
que supere en amplitud
arte prerrománico,
desde un principio
mucha
ventaja a
consideramos que su grosor de muros no excedía de 00 cmts.
—
l5
—
tal
la
vez.
aguamó bóde Melque, y
t'.-T'.T-.rí
Fig. 4. Planta de Santa
^Trr.-'
María de Melque (Toledo).
oo
^
TOLEDO íii.^^r.j^ 3i¿3i .3.
ningún mérito representa
aparejados con
sillería
de granito, alcanzan a 1.40 m. de grosor: por con-
siguiente, su ley estática es casi la
de Santa
iglesita gallega
en vista de que sus muros,
ello
Comba
misma que
desarrolló en
el siglo V'^II la
de Bande, y tanto más vale
este cotejo
cuanto grandes son sus analogías de disposición y estructura, resultando
:omo un
prototipo
Sabida es va
(
que entre visigodos obtuvo
la prediiecci "H
planta de
la
cruz con ramas poco desiguales, particularidad sólo repetida con insistencia,
durante
primeros siglos del cristianismo, en
los
Asia menor, según
el
hoy día una porción de ruinas, cuya
atestigua
enumeración no hace
tampoco
insistir
en
caso ahora
al
los otros
como
Í2),
modelos peninsu-
i
La principal diferencia entre Melque y sus análogas visigodas, como también respecto lares.
~^
de
barcelonesa de San Pedro de
la
está en la
cabecera, que forma un ábside con
curva de herradura, por dentro, y rectángulo por fuera íLám.
Santa María de Tarrasa finido,
y
glo
—
—^
^
obra de tiempo inde-
,
(3), la
catedral francesa de V'^aison
Venasque
í
5)
'
'
ción CFíg. (i)
.
í
(4), el
las igle-
c
ii
África ello se
.
,
'la compara-
6).
neuland der KunstW. M. Ramsay and mis G. I..
Véanse especialmente: Strzygouskí: Kleinasíen ein te. ;
(3)
y casi todas
el si-
ficientes, inte-
iii
resa dar
paños en
según repiten
II),
., jívr-/-»sias Iconcsas del X. En Oriente y
PUnU de
Santa Comba de Bande íoreiue)
Fi«. 6.
IX
tres
que bien pudiera rebajarse hasta
baptisterio de
*
las Fuellas,
J.
— Rott;
K.leínasíat¡s
Thousand and One Puig y CadaCalch,
etc.:
"
—
'
:
f^
L'arquítectura románica a Catalunya, tomo
I,
página 321. (4)
Bulletin
gieuse en France; (5)
monumental;
i^oS, pág. 253.
— Lasteyrie:
L'architectuí
c
.
-
ñg. 161.
Bulletin archéolog
.
página 2^7.
—
18
—
des
tr
storiques;
1904,
MELQUE observa cuando van asociados
propósito de evitar rincones tan iglesita si
bien data del siglo XI o XII
razado su ábside,
al
(i),
y
las
al
análoga a
basílicas de
período bizantino
(2),
la
Annuna
de Melque. y
Guelma
que tienen desembaespañoles. Esta
obra por fuera dótala de un refuerzo equivalente
la
mucho
de los estribos románicos, facilitando
eludiendo
muy
Jinnis,
como en Melque y demás ejemplares
solución de encuadrar
el
pero dan ejemplos en contrario, una
s(Jlo:
armenia cruciforme, cerca de
en Argelia, correspondientes
al
ábside compartimientos laterales, con
al
aparejo del
conforme a un principio de
exterior redondeces,
guardado escrupulosamente por
el
musulmán de
arte
el
muro
v
estética,
acá: ello presta
carácter a lo que podríamos llamar bizantinismo occidental, en oposi-
ción
de Grecia.
al
Rompen adyacentes a
la
simetría del edificio únicamente sus
la capilla
mayor, resultando
cho más recio de muros que
incertidumbre que padecemos sobre en
hace
iglesias españolas
las
difícil
cuerpos laterales,
el
la
mu-
del lado de la epístola
y cerrado hacia
otro
el
el
La
crucero.
el
destino de tales dependencias
explicación de este caso,
com-
plicado rnás por utra singularidad, que consiste en haber puertas hacia el
pero nótese que, fuera de
exterior:
ellas,
la iglesia
no tuvo sino
otra,
hacia poniente, cuando es lo general que haya dos. por razón de las procesiones.
A
parte de la epístola
la
altar y ventanilla,
capilla el
según
mayor y hacia
el
vemos una capillita hacia
rito:
detrás,
otro lado pudiera suponerse desaparecido
oriente,
aquello de entrada accesoria para
En
el
crucero,
al
lucillo.
(1)
En
el
altar
altar allí: en
la
En
con su múrete diviel
fondo, hacia
cambio, pudo servir
la iglesia.
frente de su brazo de la derecha, o sea lado de la
epístola, y debajo de la ventana,
de
el
frente a la del altar.
embargo, faltando ventana en
menos verosímil un
resulta
crucero, con su
un aposento, con puertas hacia
campo, y una ventana, de
sorio dentro del arco: sin
el
mismo
húndese un gran arco en
el
muro, a mudo
brazo, en dirección a puniente, hay una venta-
Bachmann: Kirchen und Moscheen in Armenicn und Kurdistan;
figu-
ras 19 y 30. (2)
Gsell:
Les
monuments antiques
—
ly
de l'Algerie; tomo
—
II.
págs. i6ó y 201.
TOLEDO que corresponde por fuera con un hueco arqueado, como puerta (Lá-
nilla
minas IV y V) no primitivo
sino hecho para comunicar con
tal vez,
cuerpo de habitación, agregado por señales claramente: recuérdese
la
a la iglesia,
allí
y del que
se
un ven
ventana de Doña Sancha en San Isidro
de León.
En
brazo contrario, por bajo de
el
duda
ventana
la
lateral,
hay una puerta,
con dintel de pizarra y que se cerraba desde afuera, comunicando con un recinto a cielo descubierto (Lám. IX b), que rodean lu-
sin
postiza,
arqueados, en semicírculo
cillos
aun
al parecer:
llaman «el cemente-
le
rio», y debió de serlo. La torre que, arruinada ya, cabalga en del crucero, y otro
correspondan
al
una especie de
cuerpo sobre
tiempo de castillo,
los
según
mayor
la capilla
es
muy
el
centro
probable que
Templarios, cuando hubo de formarse los usos de
época.
la
allí
La sobrecarga que
representan estas agregaciones originó, de seguro, los desconciertos, roturas y
desplomos que en todo
el
crucero se advierten por dentro.
El hastial de poniente (Lám. V), forma
sobre jambas
apean hacia
mucho más
el
interior
avanzadas,
un poderoso
un gran arco
medio punto,
a
como en San Pedro de
dintel;
la
'Nave,
que
en cambio, por fuera albérgase
ruda y postiza obra, compuesta de dintel en tres piezas con enlaces acodados, arquillo para descarga y paramento de mampostería menuda, hasta llenar todo existió
el
hueco
del arco grande.
un porche incorporado
Reconócese, además, que hastial
al
acaso, y bien se ve relleno de piedra
mismo, con puertas
menuda
el sitio
pared con otra. Es verosímil que, excavando
el
mas ahora
exterior laterales
donde atizonaba una
suelo, aparecieran sus
partes bajas o siquiera cimientos conservados. El Sr. fotografiar todo este hastial libre;
al
Lampérez alcanzó
se adhiere
a
un establo a su
parte izquierda, afeándolo gravemente.
El
aparejo
del edificio es todo de sillería de granito, sentada a
y despezada con e hiladas
aun menos
las hiladas,
hav
irregularidad:
de hasta 55 cms. de
30 a 38, y
cuencia
mucha
a veces;
dinteles de 3
subiendo y bajando del
entre
la
ellas
de
tampoco guardan horizontalidad con fre-
modo más
caprichoso, o recu-
rriendo a piezas acodadas para resolver algunos ajustes.
muros permite que
m. de largo
pero generalmente no pasan
alto,
hueso
sillería
de
ambas haces medie un
ripiazón y mortero bien fraguado.
—
20
El grosor de
—
relleno de
MELQUE
Fig.
Hoy el aspecto como ajustada mal férica, tan intensa
7.
de
Perspectiva axonométrica de
la
el
de Melque.
obra es rudo, viéndose descantilados
la sillería:
en
la iglesia
pero ello es sólo efecto de
granito, pues algún paraje,
la
en San Pedro de clásica.
La obra
erigido sobre
el
la
Nave y en
las
del cementerio
lo
humedad no lisura, tal como la
obras morunas andaluzas, según tradición
no diliere respecto de
cimborio y capilla mayor, que
cho más grosero que
bordes y
corrosión atmos-
donde
ha hecho estragos, muestra juntas sutilísimas y absoluta
los
primitivo, y de 21
la
baja
la iglesia:
es de aparejo
pero
sí
lo
acuñado, mu-
Edad Media seguramente.
TOLEDO Los vanos que sirven de puertas son adintelados, con quicialeras para dos hojas y
correspondiente; los dinteles, todos monolíticos,
el retallo
llevan su parte de alféizar (i) rebajado
en
sí,
en
la
para batiente de las hojas,
como
asturiana iglesia de Valdedios. Las
dos puertas mayores, encaradas hacia oriente y poniente, descárganse mediante arcos, de tal amplitud,
que dentro de su
hueco encaja libremente
como debió la Fig.
8.
el
dintel (fig. 8),
repetirse en
San Pedro de
Nave, a diferencia de
los asturianos,
que, según regla general, pisan sobre
Puerta oriental de Melque. por dentro.
dintel igualando su diámetro al la
puerta:
el
muy
primer sistema da una elasticidad
Estos arcos y
el
provechosa a
la
del lucillo o nicho del crucero se desarrollan a
punto; los demás todos son de herradura; pero
como unos y
el
ancho de obra.
medio
otros van des-
pezados a hiladas horizontales hasta nivel más alto que su centro o linea diametral, resulta que
la
lev estática en
hom-
todos es una misma. La parte de
bros enjarjada corre como paramento llano, sin trasdosar;
no
así
el
dovelaje,
sobre cuyo trasdós sobresale buen trecho la
piedra central o clave en
grandes: su despiezo es
mente hacia
lo alto,
hacia puntos
más
arcos
radial
sola-
en extensií'^n de una
mitad de semicírculo:
la
los
resto se dirige
el
altos,
promediada
así
dirección del despiezo respecto de los
otros sectores del arco,
si
bien con poca Fig. 9.
simetría y exactitud (Fig. trario, dial,
9).
Por
Arco
Alféizar
adentro para encajar
es
simplemente
las
el
del vestíbulo de
NE. en Melque.
con-
en los arcos de descarga y ventanas todo
cun centros cruzados, no
(1)
el
muy
el
dovelaje es suprarra-
simétricamente, y clave triangular de
recodo que se hace en conturno de un vano hacia
maderas.
22
MELQUE anchísima
Tocante
con propósito de asegurar su estabilidad (Fig.
c¿ibez¿i, tal \c/.
desarrollo, todos
a su
del semicírculo en cantidad de
los arcos
un semirradío,
titud en los torales. Respecto de las
me
hacia
el interior,
más pequeña, además su
dovelaje,
que
li;
se
ventanas, como
canon susodicho hasta
el
aunque mal trasdosado,
es
observa con exac-
llevan fuerte derra-
sus haces resultan descentradas, y
traspasa
8),
de heri"adui-a tienden a exceder
tres
la
exterior,
mucho
cuartos del radio;
completo, pero extrarra-
díaK dirigiéndose hacia puntos escalonados, con poco orden, de suerte que el
de sus primeras ¡untas suele caer bajo
encima
tantes
plantillas se
(Fig. lo y lám. IX).
guardó en
Nótase en
los
En
el
centro de
la
curva y
los res-
realidad ignoramos qué sistema de
esta y otras iglesias
mozárabes de tipo arcaico.
arcos de herradura que sistemáticamente su diámetro
hueco de entre jambas, y que sus salmeres están algo arredrados sobre las impostas, particularidades ambas que se echan excede en amplitud
al
de ver en edificios godos bien caracterizados, en
la
alcazaba de Mérida,
del siglo IX, y rara vez en obras del X. prevaleciendo desde éste en Cór-
doba
la
En medio,
tendencia contraria.
tradicionales godos, sobresale,
Melque en ción
son
esto de los arcos, su
como
pues, de una serie de pormenores
característica
do con con
más avanzada de
amplitud de rosca, que alcanza
moruna típica, y sin atenuación alguna de Las bóvedas de cañón
muv
la
la
propor-
saliente en los salmeres.
peraltadas, de acuer-
los arcos:
sillarejos,
van hechas
con
bastante
regularidad, y desligadas, al parecer, de los arcos torales: así
en
iglesia
En
el
las
cuatro alas de
la
y aposentos accesorios. ábside formóse una se-
micúpula, prolongada en ambos sentidos; y en medio del
crucero hay una especie de Fig. 10.
cimborio (Láms.VIl comparable a
los
Ventana de
la
nave hacia N., por fuera, en .Melque.
v VIH),
de Santa
Ravena. La estructura de
Comba
esta
de Bande y mausoleo de Placidia en
bóveda
—
23
es
cupuliforme, aparejada de
—
sillería
TOLEDO como
y procediendo por anillos,
unas
que luego
aristas,
si
desvanecen en cuanto salvan
se
dida entre los arcos torales, resultando pialzada,
como
la del
una bóveda de
así
compren-
parte
muy
aristas
ca-
como
es el arrancar,
las
bóvedas de
las
romanas, sobre apeos angulares, principiando en repisas embriona-
iguales a las del
rias,
la
San Vital de Ravena, prototipo de
presbiterio de
lombardas. Otra particularidad suya aristas
hay
fuese baída; pero en los ángulos
mausoleo de Placidia. Este cimborio recibe luz por
cuatro claraboyas redondas, derramadas hacia adentro en dirección oblicua.
Respecto de apovos, esta
apeando
los arcos torales,
algo escasas y despezadas a par de los muros,
que
sin basas ni otro capitel
da ejemplo de recias semicolumnas,
iglesia
la
cornisa que rodea
repetido en la iglesia de Liño, junto a Oviedo, y en
ello se
el edificio:
de Lena: algo
la
así
ve
da
también un arco de Escalada y otro en San Millán de la Cogolla, según veremos; mas no vuelven a registrarse, ni antes, desde tiempo de romanos, ni
después hasta
columna en función de
lógico de la
godo
ni
período románico. Esta estructura, hija de un concepto
el
por
pilar,
mozárabe, siguiendo
el
la
no fué sentida por
el
arte visi-
presión de ideas bizantinas; de
Melque y de Asturias, simples jambas redonausencia de capitel hace más sensible, dan idea de buen
suerte que los tales fustes de
deadas, según
la
sentido en
artífice.
el
Cosa análoga
se
hizo en las esquinas exteriores de
mayor
brazos y cabecera, que están redondeadas, para darles acaso
resis-
tencia contra cualquier intento demoledor: no recuerdo ejemplo igual.
Nuestra
hubo de
iglesia
muro, apeando
el
tener verdaderas
columnas,
tangenciales al
arco del ábside, cuyos salmeres vense hoy desbaratados
y sin que debajo haya señal de apoyos.
Todos
los
arcos de herradura, grandes y pequeños, arrancan sobre
impostas molduradas, de rodean todo
el
edificio,
tipo igual a las cornisas que, por dentro y fuera,
excepto sus dos cuerpos laterales de
la
cabecera
interiormente; además, es verosímil que guarneciesen los frontispicios con
que remataban sus Estos
mo Murajes
hastiales, a juzgar por el de oriente
se conserva.
revelan extremada barbarie, siendo una de las notas
fehacientes del edificio y única decoración en todo les
que aun
entre escotas, en
número de uno
él.
más
Compónense de boce-
a tres, sin filetes
que
les
separen; una
mocheta cuadrada encima, por corona, y un apéndice, ya esquinado, ya oblicuo, por abajo (Fig.
1
1):
Como
—
estilo se
24
—
parecen a
los
más rudos cima-
MELQUE cios de
l¿i
mezquita de Córdoba, a alguno de Germigny-des-Prés
de San Pedro de
las
Asturias. Entre las super\ivencias
romanas de
sistema de Melque aparece
como
señal de tejado, que entestaba con
iglesia
el
se
lo
un
la
iglesia,
portal, hacia N. y O., relati-
observan (Láms. IV
domina un áspero paisaje de rocas
romano.
no dejaron sino una
la iglesia
brazo septentrional de
se dijo, aparte las otras señales de
vamente modernas, que también
IX en
moldurajes visigodos, y el siglo X, este
intermedio, por degeneración de
Los edificios anejos antiguamente a
como ya
los
a los del siglo
que se generalizó en
simplificación, a base de nácelas,
una
aunque menos,
Puellas y tambieMí,
(i), a los
V). Hacia S. la
\'
graníticas, socavadas por co-
de
rrientes
van
que
agua,
formando cuenca
más y más profunda hacia el Tajo. La fuente Higuera, que nace
de
la
a
poniente,
regato
muy dos
Fig. II. Moldurajc de impostas y cornisas en Melque.
ellos
pie nace la fuente el
que llaman del Estancón,
muy
forma
un
interceptado
en
viejos tiempos por
embalses,
aun
próxima
útil,
uno de a
cuyo
a la iglesia;
y
otro, aguas arriba, muestra su dique roto, elevado en amplio talud por
ambas Otro
caras hasta unos diez metros y con 5.io de ancho por su cresta.
regatillo,
que alluye
de ellos roto y ble
más
el
determinar
alto
cruza por dos diques menores, uno
con taladro redondeado en medio.
estas obras hidráulicas son de
si
más
poseían Melque o
al anterior, se
cuando
los
No
es facti-
Templarios
antiguas.
Sin historia esta iglesia y sin conocerse otros edificios, fechados y análogos,
sobre que basar cronología, no cabe sino apreciar diferencias y
semejanzas para
Como
ir
limitando
base de criterio
el
tiempo en que pudo
erigirse.
debe reconocerse un fenómeno:
la
pujanza de
su construcción por un lado, y su barbarie y miseria decorativas por otro;
(i)
Haupt: Die
Baukunst der Germanen;
—
25
—
fig.
163.
TOLEDO de
modo
que, lo uno comprueba desahogo de recursos, prosperidad e
máxima
intento acaso de hacerla indestructible; es decir, un esfuerzo de intensidad, dentro del medio artístico v social en que se formó;
lo
otro
revela una atonía pUistica sin igual y bien elocuente, porque ya nos da un
La Toledo
jalón preciso.
del siglo Vil se distinguió absolutamente por su
exuberancia decorativa: mármoles esculpidos, que llenan todavía dad,
mismo
comprueban con elocuencia. Más aún,
lo
así
que a
siglo o
se atribuyen,
él
ejemplares de
en vez de
las
la
ciu-
iglesias ciertas del
las
contando entre
ruinas de Guarrazar y de San Pedro de
la
cercanas
ellas las
Mata, no dejan de ofrecer
con temas ya geométricos, ya vegetales,
frisos esculpidos,
bárbaras estrías de Melque. Antes del siglo Vil no hay que
pensar en fecharla, por muchas razones, y entre
misma
ellas esta
barba-
más y más inconcebible según nos acerquemos a lo constantiniano. Tenemos, pues, un límite máximo de antigüedad hacia el siglo VIII, rie,
cuando
la
invasión árabe desoló
Busquemos ahora un decenios del siglo
X
límite ulterior y próximo.
el
dominio
doba. Después de 930, cuando el
Península, rayendo todo clasicismo.
vuelven a aparecer
mientras Toledo caía bajo
hacer iglesias con
la
la sitió
iglesias
en
irresistible
Desde
la
el Califato,
de los Califas de Cór-
Abderrahman, no era ya
desahogo que revela Melque; además,
como
centraliza-
la
el
factible
de Toledo,
derivación del cordobés en formas y proce-
pero con cierta originalidad en cuanto
dimientos; ladrillo
revélase
primeros
meseta castellana,
ción y unidad del imperio trascendió entonces a su arte, y bajo
los
y mampostería, con preferencia a
la
al
aparejo,
usando
piedra tallada. Ornamenta-
ción de relieve apenas se halla, y por molduraje sólo
campean
nácelas de
amplio desarrollo. Entre
las
obras toledanas de este período y Melque apenas hay con-
formidad, y desde luego sus caracteres específicos, según van declarados, faltan aquí. Baste añadir
que
acuñada y con argamasa; que
la
jados y con dovelaje subradial; aristas sino baldas,
que no hay
de entonces no es a hueso, sino
sillería
de herradura van secamente enjar-
los arcos
que
las
hechas sin cimbra
y,
bóvedas capialzadas no son de por consiguiente, de
y
fustes entregos ni despezados.
Respecto de otras iglesias ya iremos viendo
que guarda
ladrillo,
esta de
Melque con
las del siglo
—
26
—
X
cómo se
las
pocas analogías
dan precisamente entre
MELQUE lo
más
cimborio como precedente de
viejo y arcaico, siendo su
^alltmadas leonesas que en <^ran serie se ccjnservan: estructura, sus arcos
andan cerca de todos
inllujos del Califato.
Su ábside
andan otros raje y
a los
los otros a
bóvedas
también, por
carolingios, y son francamente típicos del siglo
hombres, como el
el
más cerca
IX su moldu-
lo
la
hizo.
tradicional en
Melque
es visigodo;
y da tipos arcaicos respecto del arte leonés del
misma,
ni
más
ni
hubo un período, de 862
menos que
los
hay formas caro-
musulmán andaluz, siglo X. Y como, vista la
hay escasas novedades que provendrán de
historia de Toledo,
siglos,
riesgo de incendios y demoliciones pesase gra-
ánimo de quien
Resumiendo: lingias;
si
la
que no alcanzaron
tiene similares leoneses, pero
columnas. La robustez de su mole parece desafiar, más que
vemente en
sí
así
las
lo
a 930, en que se gobernó por
Estados del norte, en relaciones con
y predominando mozárabes, resulta verosímil atribuir a entonces, bien dentro del siglo IX, la iglesia.
ellos
—
27
—
III
ARAGÓN OTRA
región
hist(')r¡ca
de gran valía es
la
aragonesa, donde arraigó
pruntu una capitalidad con gobierno propio, independiente a tem-
poradas y en otras tributario, sobre prevaleciendo Benicasi,
la
allí
los árabes, fué
que asumió
el
el
fenómeno de que, aun
una familia goda islamizada,
poder en
el
siglo
la
de los
IX, al arrimo de Asturias,
Navarra y Toledo. Zaragoza ostentaba una mezquita
muy
venerable, fundaciiSn del tabi
Hánax, compañero de Muza, y que es verosímil cultivase la arquitectura; mas allí no queda sino el recuerdo de dos arcos gemelos, de estilo del Califato,
va destruidos, que en nada diferían de lo cordobés. Explícase
esta penuria por la calidad de los materiales del país tro,
yeso
— tan deleznables, y
Tocante tro,
ello se
hace extensivo
al
—
ladrillo,
alabas-
periodo visigótico.
Zaragoza conserva un trozo de pretil de alabas-
a cristiano,
de Gy cmts. de ancho, con espléndida decoracií'm vegetal por una de
sus haces, distribuida en tres zonas verticales (Líim. X). Recuerda algo piezas italianas y coptas
(i);
mas, dentro de
la
Península, no hay equipara-
bles a él sino ciertos relieves de Escalada, de principios del siglo X. Por
(i) fig.
no) y
Fragmentos de ciborio en Cividale (Venturi: Storia deU'artc italiana; frisos
de Ajnas en
el
Musco
del Cairo ^Gayet: L'art
—
29
—
copte,
t.
II,
págs. 84, 218 y 219).
ARAGÓN habríamos de repu-
consi¿;uiente, de tener \ali>r sincrónico este parecido, tar
mozárabe dicho fragmento y presumir sobre él un alto desarrollo durante el período que estudiamos (i). La epigrafía cristiana de
artístico
Aragón
casi es
Pero
también desconocida. francamente mozárabe tan poquísimo da de
tierra
la
si
cambio
el
sante y
mal conocido en
muy
Navarra conserva algo
país aragonés fronterizo con
sí,
en
intere-
SAN JUAN DE LA PEÑA Sabido nes de
un
por
papel de este santuario en los oríge-
las historias (2) el
restauración aragonesa. La leyenda es antigua y en cierto
la
se acredita sitio,
es
con yacer
allí
algunos de
los
primeros caudillos de Navarra:
además, ofrécese como teatro digno para levantar
ideal de libertad y fortalecerlo en la
que desde
del llano,
La
pinares.
documento
monumento, que
se
domina
a través de
un
a los invasores
montañas y de bravios lejos la desolación del
criterio de escepticismo sano;
la sierra
el
espíritu hacia
el
empresa de expeler
podrá dudar de todo; desde
historia
inspira
allí
modo
mas, en presencia del
entera con sus bosques y sus panoramas consti-
tuye, ha de confesarse que las legendarias huidas a la cueva, la atracción de
sus anacoretas en la crítica, lo
(i)
ciente al
avalora
A más
códices 1397, 2078,
1
297 y 1236 de
la
el
códice de
Cogolla n."
la serie
como
pertene-
Museo Arqueoló-
etc.,
valen para
la historia
de este Monasterio los
Biblioteca Nacional; su cartulario, de que subsisten va-
tomo VI de
por ejemplo
Historia;
la
el
impone.
conocidos de Abarca, Blancas, Moret, Briz,
los libros y estudios bien
rias copias,
y
susodicho,
se
2.', n.° 10).
Yepes, Risco, Traggia, Quadrado, Oliver,
el
al
cancel, se descubrió en la plaza del Pilar y existe en
de
comprobado por
y un raciocinio de credibilidad
la fantasía
Otro fragmento, pequeño, pero análogo en absoluto
mismo
gico de Madrid (Sección (2)
edícula de San Juan, todo aquello no
la
31
,
la
en
colección la
Abad
de diplomas reales y particulares conservada en
—
y Lasiorra en
misma Academia, que
30
—
el
la
Academia de
la
trae algunas efemérides,
Archivo histórico nacional.
LA PENA Los hechos pueden reducirse a poco, una gusto de los siglos medios, que
Muchos
cristianos aragoneses,
musulmanes, edifican
los
más
relaciones
las
huyendo
monte
al
eliminadas leyendas a
\'e/,
I
viejas
no incluyen.
ruel por
no rendirse a
de Pan(jn, que es tomado y destruido
el castillo
luego por Abdelmélic ben (^atan, en 734 probablemente. Cierto Juan hace vida eremítica en torio él
la
cueva de San Juan de
(edicula), sin que conste
mismo
llegaron al
goza, Voto v Felicio,
sitio
ni
Peña, donde fabricó un ora-
la
aun aproximadamente
la
fecha.
Muerto
dos hermanos, caballeros mozárabes de Zara-
imitando a Juan en su penitente vida;
siguen
les
otros dos. Benedicto y Marcelo, por cuya agradable conversación y
refugio que
Ahora al
cueva ofrecía, comenzó a sentirse gran atracción hacia
la
v esto en los primeros decenios del siglo IX.
el sitio,
uno,
bien, entre los
pergaminos conservados del monasterio, hay
parecer original y fechado en 858, por
el
que García Jiménez, rey
de Pamplona, y Galindo, conde de Aragón, conceden
San Juan
Bautista,
llamado de
Peona y
otro
pequeño monasterio, San Martín
nos.
Verdad
blemente
que
es
otro,
se
ha supuesto
semejante a
él.
abad
a su
de Ciella.
que también
se
monasterio existía en dicho tiempo, se hace posible
el
rey aludido amplió su el
dores de
armas
las
(i);
la
(i)
los
don
J.
al
Fortún Garcés, a
monasterio, cortando
mismo
fines del
litigios
siglo
IX, éste
suscitados con los pobla-
villas colindantes Benava y Katamesas.
victoriosas contra Navarra,
altares,
cuando Abderrahman
otra turba
de
1
11
llevó sus
fugitivos se acogió a la
iglesia
con
dio sepultura honorífica al cuerpo del ermitaño Juan, y
Lstc lleva fecha de 9G4 y existe en
Oliver
que
iglesia
tradición sigue refiriendo que,
diplomas
pero no hallo
tradición de que
nuestra cueva, donde hizo viviendas, procedió a ampliar
nuevos
proba-
lo es
y que en ella fué sepultado, hecho necrologio de Leire con omitir a dicho rey. Después hay
noticia de que. reinando
señaló términos
como
contrario, sabiéndose
el
que confirma
propiedad de
con sus rentas y térmi-
conserva
el
monasterio de
al
Atilo, la
diploma,
falso este
fundamento para negarle autenticidad; y por
La
el
reales;
aquél tiene
el
el
número
(Discurso de recepción en
.archivo histórico, 2
la
en
3»
misma
—
bajo
el
número
serie, y fué
.\cademia de
y 7 de sus documentos).
—
la
la
H entre
publicado por
Historia; números 6
ARAGÓN un obispo
fué dedicada por
en
Iñigo,
Febrero de
de
5
además, organizóse una comunidad de clérigos, bajo Transirico, y cuando, pasada casas,
allí
quedó
encaja entre
que
el
año 920, fecha de
Simancas, tan gloriosa para
plona, y otra en 937
bató
refugiados a sus
de Valdejunquera, v
la batalla
contra Navarra fueron, una en 924, cuando
por
los
monasterio subsistente. La cronología de estos hechos
el
se dio la de
año;
potestad abacial de
la
tempestad, volvieron
la
incierto
(i),
que motivó
los cristianos; las
el
939, en
campañas
Abderrahman destruyó Pam-
reconocimiento de su soberanía
el
moro de Zaragoza y por el cristiano de Navarra, a quien arretreinta castillos. En aquel tiempo mismo año, 928, el conde Galindo
el
rey
amojonamiento
rectilicó el
Llegado a
del término del monasterio, bajo la autoridad
como regente. mayor edad García Sánchez y
de Jimeno Garcíez la
nuestro santuario, subió
allí
el
creciendo
la
fama de
conde Fortún Jiménez, que, complacido
instado por los monjes, cedióles un territorio vecino con cierta
Gallons», que
ha identificado mal con
se
la
cueva bajo que
e
«cova
se abriga el
monasterio. El rev, no sólo aprobó este donativo, sino que, subiendo a su
monjes derechos de juridicción para mejor defender
vez, concedió a los
sus propiedades:
En
lo
ello
sucesivo
aumento. Sancho
la
II,
en 969.
fama y grandezas de San .Juan de la Peña fueron en García su hijo y Sancho el Mayor sobre todos, lo
enriquecieron con donaciones de tierras, villas y monasterios;
dispuso introducir en
él los
el
último
privilegios y regla de la casa matriz de Cluní,
eximiéndole de juridicción episcopal, y fué repoblado con doce monjes y el abad Paterno, hacia i*)i4. Separada luego Aragón de Navarra, la Peña constituvó iglesia
el
santuario predilecto y enterramiento de sus reyes, donde una
nueva fué consagrada en 1094
de puro estilo románico. Luego
(2),
vinieron calamidades: primero, decadencia y menosprecio reino hacia florido con
la
región catalana,
bien aun tuvo
si
una obra riquísima y de
las
capitular o capilla de San Victorino en
al
orientarse
acogida
el
lo
gótico
primeras españolas, que es
la sala
el
claustro,
allí
hecha de 1426 a 1433;
luego, un incendio, propagado desde las cocinas, en 1494, acabó con todo
(i)
Véase: Dozy:
Recherches;
(2)
Academia de
la Historia:
3.*
edición,
códice 31 de
—
32
tomo
la
—
I,
págs. 222 a 223.
CogoUa, en anotaciones
del siglo XIII.
LA PENA
el
niaderajo del edificio,
que aun
se
alhajas y
ornamentos
entonces
donde
).
( I
comunidad
la
nuevo
y mayor desastre
)tro
incendio
como
sin poesia de ruina ni
mas para
alli
111.
el
conmemoran (3), transfigurada Hoy todo nos ofrece sus muros
un
sí
cuyo pie mana todavía rumorosa la
notoria
la
la
sí
encalados,
entrañas de
las
el
la
roca,
paisaje por todos lados, la
todo entero
cueva, ennegrecida el
monasterio, y a
fuente. El edificio resulta
aureola soberbia que ella
en-glacial
por abajo; breñas y matorrales, entre los
e inaccesible
y rojiza a trechos, que alberga dentro de
luchando con
reyes,
profundísimo, con enredoso
valle
yergue un pinar magnífico, cierran
y deslucido bajo
cueva,
la
gravedad que su abolengo reclama.
la
dejando ver, sin embargo, en una clara del fondo,
así,
encima de
donde yacen algunos
capilla
la
decidiendo
(2),
anticuo constituyó un último
poderoso manantial, abriéndose paso en
camino desde arriba se
en lOyS
se
desgarróla hasta franquear ante
que
acaeci<')
trasladarse a un llatKj, por
edificio;
renovación de
la
tantos
<
anaquelería bajo Carlos
Un
primores decorati\'os de sus piedras,
\en calcinadas, y consumi(') libros, aliares, cajas de reliquias,
sur^^ió
aunque no
destro/.i') los
le
de cerca, no puede
deparó
la
el artificio
ruindad de sus creaciones. Chocan,
sí,
las
pequeño
Naturaleza: porque
humano
sino hacer
cubiertas del edificio,
simplemente entabladas; y su cuerpo central descubre algo de obra románica,
formando una especie de
lisos,
otros dos encima,
que dan luz
a
la
torre,
con ventanón de arcos escalonados
hoy cegados, y largas saeteras abocinadas en
iglesia
bajo,
subterránea, única parte del edificio que nos
corresponde examinar (Lámina XI).
Primitivamente
En medio,
el
suelo de
la
cueva formaría declive
a su pie y teniendo tras de
sí el
muv
acentuado.
manantial, formóse
la iglesia
primitiva; y a su alrededor pujarían viviendas y cementerio, escalonados
(1)
Biblioteca Nacional: ms. 1236.
(2)
Abarca:
(3)
De Navarra no yacen
Trépido y
la
anteriores a
Anales de Aragón; tomo
esposa de Sancho
Ramiro
Aragón; tomo
I,
I
que
se
allí,
el
1,
pág. yb.
probablemente, sino Garci Jiménez, Garci Sánchez
Mayor.
A
ellos
corresponderían
las tres
únicas sepulturas
reconocían sin epitafios antiguamccte. (Abarca:
pág. 74).
—
33
—
el
Anales de
ARAGÓN
Figs. 12 y 13.
San Juan de
la
Peña
:
—
planta y sección de la iglesia subterránea.
34
—
LA PENA por todo la
el
ámbito de
la
rasante principal del
Andando el tiempo, establecióse más en alto monasterio, de modo que la primera iglesia quedó gruta.
subterránea, prolongada hacia los pies con otro cuerpo de edificio y dis-
Fíg. 14.
San Juan de
la
Peña: perspectiva de
puestas amplias sostrucciones a
la
la iglesia
subterránea.
parte del Evangelio. Asi,
la iglesia
con-
sagrada en 1094 viene a tener debajo y justamente hacia su mitad santuario primitivo Éste ello
(i).
mide escasamente
siete
en dos naves y capillas a
para orientarlas
(i)
el
asi. al eje
la
metros en cuadro de planta, distribuido cabeza, dirigidas hacia SE., ateniéndose,
transversal de
la
gruta (Figs. 12 a 14 y lám. XII).
Respecto de éste no hay publicado, que yo sepa, sino dos líneas que
señor Lampérez en su citado libro:
tomo
I,
-
pág. 258.
35
-
le
dedica
el
ARAGÓN He aquí una así;
pero en su cabecera
probando que
por su disposición geminada: En
y Compostela, románica
criptas de Leire
algo
iglesia notabilísima
la
distribución
cias de apeos y bóvedas.
otra, se repite
la
geminada solamente obedece
Lo mismo, según
en otras alemanas insignificantes
(i).
a
capilla,
convenien-
regla dominicana, se observa
de los Jacobinos de Tolosa, y San Millán de la CogoUa resulta otro
en iglesias francesas, descollando entre
ellas la
más completo; pero ya veremos que
caso
una y ogival
la
dualismo fenece y hay una sola
el
las
tal
disposición se logró acciden-
talmente, al parecer. Luego, te-
nemos dos ejemplares: uno semirománico, en Udalla (Santander) (2); el otro,
del siglo
(Zamora),
casos
aún. Éste de
la
tría perfecta,
XVI, en Nuez
no
explicados
Peña marca sime-
imposible de acha-
car a mutilaciones
reformas;
ni
su explicación verosímil está en la liturgia
misma, que asignaba a
cada nave y a cada capilla una dedicación especial, de suerte que, si Fig.
1
5.
puerta de
San Juan de la iglesia
la
Peña:
dos eran
que
subterránea.
se
las
advocaciones sobre
se alzaba la iglesia,
imponía-
una distribución geminada,
y,
efectivamente, las memorias históricas de nuestra iglesia hablan de estar
dedicados sus primitivos altares a san Juan y a los santos Julián y Basilisa.
En cuanto el
a
paredes,
la
roca misma, cortada verticalmente, forma
lienzo de cabecera y parte del costado derecho; lo
demás de
éste es
revestimiento de mampostería, y los otros dos lados ciérranse con
un
muros
harto gruesos, hechos con sillares bien labrados de piedra caliza fina, cuyo alto viene a ser
de 8 a 32 cmts., dominando
las
hiladas de 22 cmts., poco
más
o menos. La
muy
peraltado, de largo dovelaje y despiezo no radial, sino convergente a
puerta
se halla
en
el
costado izquierdo, formando arco
(i)
Dehio und Bezold: Die
Kirchüche baükunst;
(2)
Lampérez: Obra
tomo
citada;
II,
pág. 280.
- 36-
lám. 169.
LA PENA puntos escalonados,
como en Mclque, y con
tan sólo, ya que no hallamos indicios de
tiempos
(Plfj;.
precedentes en
tal
lo
sistema en otros países ni
i5).
El interior aparece
abovedado con cañones
semicilíndricos, hechos
de sillarejos toscos y sin impostas. Atájanlos dos arcos, que capillas;
visigodo
comunican entre
y otros dos arquitos
si
apeándose hacia
lumna. En
las el
lii7iitan
menguadas naves, centro en una co-
testero de las capillas
el
las
hay
arcos de poco fondo, sin impostas, sus-
tituyendo acaso
ventana de
la
otro arquillo minúsculo taladra
ambas
divisorio de
vir de credencia
capillas,
común
tal
ritual, el
y
muro
para servez,
cuyo
solero avanza fuera del ras del
muro
sobre molduras de nácela, San Juan de la Peña: arquillo medianero entre las capillas.
como facili-
Fig. 16.
tando
poner ob-
el
jetos allí (Fíg. i6).
Estos arcos todos son de herradura, prolonga-
dos en razón inversa de su tamaño, o sea respectivamente, del radio bajo
el
'/.«,
y
'/»
'/a.
semicírculo; su des-
piezo parece radial, según lo que hay visible; respecto
de impostas, llevan un
m oíd u raje
uniforme y
extraño, que recuerda algunos tipos asturianos del siglo
IX(Fig.
Finalmente,
17) (i).
la
columna
su-
sodicha se constituye por un simple cimacio con molduraje de biseles y fuste anillado todo (Fig. 18), cual
no recordamos otro en España, sino
mento
del
Exceptúanse
retocadas hacia (2)
el
Enlart:
las
Monkwearmouth. en
jambas de
las capillas
con baquetones verticales
Manuel
d'
al
mismo
la
/í^t.^r^r
e
—
período, y algo
Inglaterra
(2).
los
muros
imposta chaflanada.
Archéologie rran»;aise; tomo 37
T.a
que responden contra
siglo XII
—
San Juan de
17.
un rudo. frag-
Museo de Oviedo, correspondiente
afine de los del pórtico de
(i)
es
f¡^
I,
pág. 112.
laterales,
ARAGÓN En
puerta que da
la iglesia alta, la
dura, reconocido ya por primitiva y coetáneo de
el
al
Lampérez como perteneciente
Sr.
la iglesia inferior,
de mala manera, cuando se
le
un arco de herra-
claustro es
grabó
el
aunque repuesto en
el
a la obra siglo
XII
que hay en su dove-
dístico latino
Su prolongación
laje (i).
excede algo de un tercio del radio, y sus impostas,
o mejor dicho, la imposta
que
resistió a los estragos
del incendio, lleva dos ba-
quetones retorcidos entre biseles, de estilo igual lo
y
que
de abajo (Lám. XI 11 fig-
19)-
Aquí, en
la iglesia pri-
mitiva, se conserva
el
so-
porte de un altar, cilindrico, de 90 cmts. su alto
y 34 su diámetro, algo ro-
zado verticalmente, como para adherirse a una pared,
y con
una cavidad
arriba, para las reliquias,
cuyo reborde indica que tuvo su tapa especial. Los dos altares actuales son Fig. 18.
San
.Tuan de la Peña:
columna de
la iglesia
subterránea.
macizos lio por 71 cmts. en su base, rematando con del período románico. sia,
según
se
Se
le
piedra,
de
moldura biselada, y datarán
Entonces decoróse también con pinturas esta igle-
observa en ambas capillas, que se libraron del enjalbegado
general, gracias a
(i)
de
que en
transcribe en
el
giendo bien su primera palabra,
el siglo
XVII
manuscrito de
Portam,
la
se las inutilizó,
sacando afuera
los
Biblioteca Nacional arriba aludido, corri-
en vez de Porta. La cuarta se lee claramente
caeli.
-38-
LA PENA altares y
puniendo delante retablos. La
capilla de
la
i/.quierda resulta de
acceso dificilísimo ahcjra, por un canal de desagüe, y desfigurada a causa del iiKinantial
que brota en
lo alto
no obstante, grandes vestigios de dichas
Percibense.
creciones calizas.
de su testero, llenándolo todo de C(^n-
pinturas en su b(')veda, figurando
de
la
cruz, hacia lo alto, y
Crucifixión, con ángeles a los lados
la
un martirio de dos santos, en
guera que atiza un esbirro con su
De
fuelle.
los
pie sobre la
puede
letreros
«ministri» y «...am ian us», haciendo creer que representa
Cosme y Damián. Su
leerse
a los santos
románico francés puro, y no han merecido
estilo es
estudio alguno ni aLin menci(')n hasta
La prolongación de
ho-
lo
iglesia,
la
presente.
que será del
siglo
XI
\'
obedece
a la
de encima, constitu}'e dos naves con pilar cruciforme en medio, arcos que
arrancan cerca del suelo sin impostas, bóvedas de cañón y ventanas abocinadas a los pies, todo
liso
completamente. Sirvió de bodega en tiempo
antiguo, según aparece ya en
el siglo
XV, y
es
posible que sus arcos de comunicación, respecto
de
la iglesia
más modernos
primitiva, sean
am-
aún. Al costado izquierdo extiéndese un plio salón
— sobre
viendas claustrales,
el
que hay un patio
— dividido en cinco
\'
\ i-
naves
de diferente amplitud, con bóvedas de cañón
y arcos cruzados sobre pilares, de estructura igual
que
la
susodicha bodega.
La primitiva obra ofrece caracteres bastante precisos y
que responden bien
a las noti-
cias históricas del edificio. Efectivamente, pro-
bada
hay
la
existencia del monasterio en 858,
dificultad en hacer
buena
la
(i)
Aunque no
es garantizable
ni
la
puerta del claustro.
no
tradición de que García Jiménez, rey por
aquellos años, no solamente fué sepultado
primitivo oratorio de san Juan,
SanJuan de laPeña:
Fig. 10.
imposta de
como
allí,
sino que hizo ampliar
su epitafio consignaba
(i),
el
compro-
siquiera su existencia, helo aquí: «Hic requiescit
famulus Dei sénior García Ximend primus rex Arayonum qui ampliavit dictam ecclesiam sanoti loannis ibique vita functus sepelitur». Yepes:
nito; tomo
III, fol.
14 V.
—
39
—
Crónica de
la
Orden de San Be-
ARAGÓN bándolo aquellas otras referencias de que
aragoneses
los
hacia 924, hallasen ya una iglesia con dos altares, va, entre los
ño, y
que dieron honorílica sepultura
que añadiesen otros dos
la iglesia,
al
consignan en narraciones, óbitos y
se
y realmente del siglo
X
la historia
más o menos adjuntas
pero
(i);
ermita-
el
epitafios,
éstas,
como
no merecen
a
fecha
la
todas las fe
alguna,
tradicional de Navarra carece de cronología antes
(2).
Así obtenemos existía en
se conser-
obispo Iñigo. Suena también
de 842, según unos, y de 874 según otros
que
como aun
cuerpo de Juan
al
altares, en capillas
cuya dedicación rogaron
tal
refugiados,
allí
presunción de que
la
edificio primitivo actual ya
el
924 y databa verosímilmente de hacia 85o. El no apreciarse
indicios de
inlluencia andaluza,
por
sino,
visigoda neta, caracterizada por
la
el
contrario,
una tradición
forma v proporciones de sus arcos
y despiezo del de entrada, son desde luego favorables a dicha hipótesis, y
la
más
refuerzan
otros caracteres secundarios,
que
reflejan el arte del
mol-
siglo IX, cuales son el peralte extraordinario del arco de entrada, el
duraje todo y
la
supresión de capitel en
la
columna. Por último,
duras funiformes del arco alto recuerdan precisamente dicho
el
señalar
avienen con
Blancas (Aragón,
(i)
gunda
se
el
ms. n." 1236 de día de santa
los
demás
rerum comm.
la Biblioteca
Águeda,
5
asturiano de
y privación de adorno son rasgos bárbaros
siglo. El fuste anillado
que también
lo
datos.
i588; pág. 24) da la
primera fecha, y
Nacional, escrito en 1594. Coinciden
de febrero, para
la
consagración, siguiendo
latina adjunta al Cartulario; pero Blancas lo hace dubitativamente, tenida en
nión del príncipe de Viana, que
mol-
las
fijó
en día de santa
Ana
tal
la
se-
ambos en crónica
la
cuenta
la
opi-
ceremonia. La segunda fecha,
874, se asigna por todos al fallecimiento del abad Transirico. (2)
Compruébase
ello
en vista de
la
exigüidad de noticias que pudieron allegar los
escribas de los códices Albeldense (976) y Emilianense (994), tratando de hacer historia de
Navarra, por vez primera acaso. Ellas arrancan de 906 con Sancho Carees, después de esta declaración:
«Hic
a prcdictis regis
se decía en Albelda, foco tal vez el
(Pampilonensium nomina) ignoro quales
más
culto de Navarra,
centenares de monjes.
—
40
—
donde
se
fuisse».
congregaban a
la
Y
esto
sazón
IV
CATALUÑA existencia de influjos
LA
Cataluña, es decir,
dentro de
Cataluña desde
como
un posible
reflujo de
el
dominio franco en
iniciativas
meridionales
organización septentrional, carolingia, que informó a
la
el siglo
del Sr.
el
peninsulares bajo
IX, es cosa no investigada, que yo sepa; libro hay,
Balari(i),
donde
problema
tal
se elude
absolutamente,
con dejación de cuantos datos conducirían a vislumbrarlo, y no menos curiosa es al
caso.
habilidad con que otros (2) retuercen argumentos favorables
la
En
el
terreno artístico
Puig y Cadafalch
el Sr.
(3)
ha consignado
con lucidez hechos que bastan para acreditar su existencia; y ahondando míís en
el
propio tema, parece verosímil descubrir aquí un estado análogo
aunque muchísimo menos pujante. Respecto de maní festaciones sociales y políticas un hecho parece
al del
reino de .Asturias,
seguro, y es
la
no ingerencia de elementos mozárabes en
tiva de Cataluña; a
lo
menos vo no
hallo vestigio en
(i)
Orígenes históricos de Cataluña,
(2)
Por ejemplo,
el
Sr.
el
la
acción direc-
caudal de docu-
1899.
Sanpere y Miquel, en su discurso sobre ^<L'ari barhrev,
págs. 33 y 35. (3)
a
J.
Puig y Cadafalch, A. de Falguera y
Catalunya;
t.
1,
J.
págs. 359 y siguientes.
—
41
—
Goday: «L'arq u itcctura
románica
CATALUÑA mentación que
apoyada por
se
me
La íntima conexión con Francia
alcanza.
e
Italia,
que recibía su inspiración del Papa y del Metropoli-
el clero,
tano de Narbona, determinaba en Cataluña una orientación europea capaz
de neutralizar hasta cierto punto, y desde luego oscurecer,
datos acusan, no obstante, su presencia. Hacia 874,
andaluza. Algunos
un presbítero de Córdoba, llamado Tirso, Barcelona, a despecho del obispo, y con apelar al rey de Francia
que
los
corriente
la
obispo a
el
ejercía funciones pastorales en
de invalidarlo
fin
hubo de
favor y éxito, que
tal
No olvidemos
(1).
francos se habían hecho dueños de Barcelona por fuerza y sin
apoyo de su población indígena, que seguramente prefería
musulmán, como insinúa
el
«Mientras tanto, dice,
ciudad era inhospitalaria para
más bien
asociada
al
la
partido de los moros»
esquivase aún
el
mismo pueblo
a
un mozárabe. Además,
la
la
No
(2).
dominio
el
poeta Ermoldo Nigelo, comentando
el
asedio:
el ejército
franco,
pues, extraño que
es,
autoridad del prelado franco, siguiendo
protesta
armada contra
había
los invasores
surgido rápidamente cuando los godos, auxiliares de aquéllos en un principio,
perdieron
uno de
benevolencia imperial, determinando
la
ellos, alzase el
país,
gran daño y vergüenza de
en 826, ayudado por tropas cordobesas y con
yerma y devastada: hacia
tiempo de su conquista
o
la
la
parte de territorio donde
llegados
(i)
España sagrada;
(2)
Pasaje alegado a este propósito por Dozy: Hist.
II.
marquepudo
conquista tuvo luego que recibir gran masa de colonos
pobladores de tierra musulmana, ya
cap.
sur, por los
y hacia norte por las tropas
(4),
árabes auxiliares de Aizón, en forma que consolidarse
que Aizón,
los francos (3).
Cataluña entera quedó ses francos, al
el
t.
XXIX,
págs.
formando grupos con
184 y 464.
des musul. d'Kspagne;
Los versos dicen: «Urbs crat interca francorum inhóspita turmis,
maurorum
t.
II,
votis
adsociata magis.» (3)
Anales bertinianos;
bién en los de Einhart. El Sr. el
hecho de
hasta
la
campaña
Gerona en
insertos en la
Codera pone muy en duda
realizada por
el ejército
cordobés,
sagr.; la
al
Capit. an
.
8
i
5;
X, pág. 574, y tam-
mando
de Marohán y llegando
demás. (Estudios críti-
201).
en Baluze: Capitularía
regum francorum;
Crónica de Ludovico Pío; texto citado en .Marca hispánica,
—
t.
existencia de este Aizón; pero
827, es perfectamente histórico y garantiza lo
cos de historia árabe española; pág. (4)
España
42
—
col.
281.
t.
I,
col. 549.
CATALUÑA SUS propios condes, ya sueltos
(i),
y ellos provendrían de
mismo, antaño
o bien serian las {gentes del pais
baja Cataluña
la
fugitivas ante el avance
aselador de los francos. Consta una primera etapa de colonizadores
mozárabes ellüs,
que
Consta cos
se
concepto legal bajo que fueron amparados por
el
(3); y,
nombres de cuarenta y dos de expresan, hay dos árabes, Zoleiman ) Zate, «m il ites» (2).
bajo (>arlo Magno; y entre los
además, tenemos recuerdo suyo en varias
una de 85o que alude por
otra, de 872,
a
que
la
los «sujatarii
cita,
(5),
en que se exceptúa de ser donado a
donaci'm en
la
(7).
Todo
hace sospechar
ello
mozárabes, serían
tes del sur,
los
(4);
condado de
catedral de Barcelona cerca de
llamarse entonces Spania privativamente las tierras
península
el
y una tercera, de 878, más explí-
Montseny «quod spani homines de eremo traxerunt»
tra
cartas, por ejemplo,
yspani», en tierra de Gerona
se reser\an de cierta
Besalú «apprehensiones iiispanorum»
los reyes fran-
si
(G):
bien sabido es
musulmanas de nues-
aquellos
mismos inmigran-
«primi homines» de
documen-
otros
tos (8), laicos y monjes, colonizadores del país bajo el señorío franco, y
que con derecho de «aprisione» llegaban
Uno
en cultivo.
a poseer las tierras
homines»,
de aquellos «primi
Galí, lleva
que metían
nombre que,
corregido en Galib, resulta árabe, y otro se llamaba Samuel, caso frecuente entre andaluces
(i)
Capit
.
(9).
an. 816; en
id., col.
id.,
5óq.
Copiada en
la
España
sagr.
;
t.
XLIII,
pág. 369. (2)
Baluze: obra
cit.; col.
(3)
Id., id.; cois.
549 y 5Ó9.
(4)
Marca hispánica; documento núm. XXI.
(5)
Id.;
499.
documento núm. XXXII.
(6)
España sagrada;
(7)
Valga
XXiX.
t.
como ejemplo
pág. 459.
esta frase de Oliva, el obispo
predecesor Borrel, que «ab hispanis veniens (Villanucva:
Viage literario;
t.
et
lerundam
de Vich, refiriéndose a su
adiens..
morte pervenlum
estv».
VI, pág. 291). «.\rgento de Espania>\ «auro spanescho»»,
«mancusos de Spania», «monete
Ispanie>\ etc., designaban en Cataluña las piezas árabes,
en contraposición a
La diferencia entre Ispania
se declara
en
las
las
del país.
actas del concilio
página 2G2).
Ob.
(8)
Balari:
(9)
Id., id.; pág. 321.
cit.;
y Cotia, es decir, Cataluña,
de Barcelona, año go6 (Villanueva: Ob.
págs. 316 y 316.
—
43
—
cil.,
i.
VI,
CATALUÑA Esta
misma razón
nombre
del
hace creer mozárabe a un «Abab-
dela qui vocatur Maradon», testigo en juicio a favor del obispo de
en 8i8
(i);
Sálama
como
era
dueño de
pur
cierta villa
Abdirama», en
al «villare
una
«vilar de Abdela», en la N'ellés (6); a
(9).
Acaso también
misma
(8),
estirpe
tierra de Besalú (5); al
Bañólas
(7);
y a la conocida villa de
lengua árabe corresponda
a
la
«villa lafare», hacia
Moya
a un «castrum Marphani», cerca de
un
(2);
en 950(3), y un Tebet figura
allí,
Recuerdos de otros hombres de
testigo en 1002 (4).
quedaron dando nombre
Calaf
Abdala
otro presbítero de Gerona, en 908, se llamaba
Gerona
el
nombre de una
«speluncam Guandalmate» citada en 939 (10). Nombres genéricos árabes en documentación catalana de entonces deben ser raros: sólo recuerdo un <^camisio de alcotono»
un desarrollo de comercio
más de
a
(i i),
muy
nomenclatura monetal. que prueba
la
vivo (12).
andaluz
es
indicio
un obispo de Gerona, Godmar, dedicó
al
califa
Del influjo científico
la
crónica franca que
Alhaquem, siendo prín-
caso de Gerberto, aquel famoso y cipe (13); mas sobre todo hace fuerza calumniado Silvestre II, que, llevado de un ansia de saber excepcional el
(i)
España sagrada;
(2)
Villanueva: Ob.
(3)
Id., id., id., pág. 24Ü.
(4)
Id., id., id., pág. 257.
(5)
Marca hispánica; documento núm.
t.
cit.; t.
XLIII, pág. 371.
— Villanueva:
Ob.
cit., t.
XIII, pág. 222.
Xlll, pág. 238.
LIV. Esp. Sagr.;
t.
XLlll, págs. 381,
392 y 398(6)
Esp. sagr.;
(7)
Marca
(8)
Villanueva: Ob.
(9)
Id., id.;
(10)
Id., id.;
(i i)
Id.,
t.
id.;
2.°),
infiere
1,
pág. 482.
CLXXIV.
VI, pág. 271.
295.
VI, págs. 270 y 271.
id.,,
pág. 273. cit.;
principios del siglo XI se citan pieles «espanescas» o
págs. 602 y 604, y
mismo
y desde fines del
A
siglo
Balari:
Ob.
cit.,
Homenaje
abundan ya
de referencias acotadas por Balari. (Ob.
(12) t.
cit.; t.
VIH, pág.
t.
«alfanechas» (Balari: Ob.
nota
XXIX,
t.
hisp.; documento
págs. 663 a 673.
cit.;
los
a
D.
F.
Codera,
nombres genéricos
árabes,
pág. 209,
como
se
págs. 601 a 616 y 686.)
— Botet
y Sisó:
Les monedes catalanes;
págs. 26 en adelante. (13)
Referencia de Masudi consignada por
d'estudis catalans;
t.
III,
1909-10, pág.
—
181.
44
—
el
Sr.
Codera:
Anuari del Instituí
CATALUÑA entre europeijs de entonces, acud¡('), hacia
Atton, obispo de \'ich, allá
matemáticas con
a estudiar
(jGy,
siendo trasmisor en Europa de ciencias ignoradas
peculiares entonces de las escuelas árabes C(jrdobesas,
\
música y
astronomía, geometría,
Él
(i).
multiplicación y división de los números, obra de un Yúsuf,
la
sabio español, o sea andaluz
y
(2),
la
traducción que Lupito, barcelonés,
había hecho de un libro árabe de astrologia
ánimo de Gerberto con hervían Francia
Italia,
e
Más aún: trastornado
(3).
turbulencias, crímenes
las
y barbarie
aquel gran espíritu catalán en
(4).
el
que
en
suspiraba desde allá por repetir su viaje a Cata-
luña en busca de paz v de consuelos, que trataba de hallar en
tífico
son
mismo sostuvo después obtener libros árabes, como cierto
tísica
correspondencia con catalanes para tratado de
como
la
Hlosofía
Ello viene a darnos idea de un llorecimiento cien-
el siglo
X,
como
reflejo del
de Córdoba y a base de tra-
ducciones árabes en ciertas materias, cuya repercusión en Europa pudo
además, algunos volúmenes contenidos en
ser grande; librería de
medio
(5),
zárabe, en
Ripoll,
sorprendente
creada entonces, se explicarían mu}- bien por este
haciendo ver en el
la
el
mo-
gran cenobio catalán un foco de ciencia
sentido arriba dicho.
Por complemento, sabemos de relaciones diplomáticas, o más bien declaraciones reiteradas de obediencia y clientela, por parte de los
condes de Barcelona, en pro de
menos
(6);
(1)
hecho de que
Biografía
los califas
los historiadores catalanes
(2)
no
t.
se
lo
han dado mucha
Leltres de Gerbert,
de Gerberto, por Richer, citada en Ilavet:
París, 1889. Las alusiones a su aprendizaje
España sagrada;
de Córdoba, hasta 974, a
con musulmanes fueron consignadas por Risco:
XXVIII: Advertencias preliminares.
Cartas nú ms. 17 y 27, escritas desde
Reims en
984:
«Libellum
a loseph
Ispano
editum», y «loseph sapiens sententias quasdam edidit», dice. (3)
Carta
núm.
24 «Lupito barcbinonensi», a quien dice:
«Librum de
astrologia
translatum a te michi pétente dirige.» (4)
Carta 45, dirigida desde Reims en 984, y
(5)
Se catalogaron en
ella,
mética, otro de música, varios
en
el
la 72,
escrita
desde
«de computo»
Abenhayán nos ha trasmitido
y 974, que tradujo
el
Sr.
Codera.
(
en 980.
uno de
págs.
io5 y
107.
prolijos relatos de dos de estas embajadas, en
Boletín de
la
pág. 454.)
-
45
arit-
y otro de los signos del Zodiaco. Beer:
Die Handschriften des Rlosters Santa María de Ripoll; (ó)
Italia
siglo XI, cuatro libros de medicina,
-
.\cade
m ia
de
la
Historia;
t.
971
Xil,
CATALUÑA cuenta,
parecer, no obstante su importancia para reconocer la verda-
al
como probable consecuencia en yOb (i). Asimismo su com-
dera situación política de Cataluña entonces,
de
embestida victoriosa de Alhaquem
la
II
probación plena dásenos en un:i frase dictada por en 988, brindando con su ayuda
rey lluj^o Cápete,
conde de Barcelona Borrell, en caso de
al
que prefiriera obedecerle más bien que
según
a los árabes; de suerte que,
los catalanes seguían reconociendo
ello,
el
pués de asolada su capital por Almanzor
la
soberanía cordobesa aun des-
(2).
Desde entonces empezó a correr en Cataluña
la
moneda
de oro
cordobesa, en señal de que se habían estrechado vínculos de comercio
ambos pueblos
entre
como
así
(3).
hecho de copiarse en Barcelona
el
los
dinares hamudíes de Ceuta revela planes de afianzar su propio crédito a la
sombra
del de
cecas meridionales, hasta llegarse a un ensavo de
las
autonomía monetaria con
las piezas
Ramón, no muy avanzado Gerona con
catedral de
debajo en árabe,
La piedra grabada de
(4).
la
la
condesa Ermesindis, repetido
testimonio del predominio andaluz en Cataluña
En cambio,
(5).
XI
siglo
nombre de
el
es otro
por aquellos días
el
bilingües arábigo-latinus del conde
su desgarramiento de Francia se con-
firma por dos intentos de emancipación eclesiástica, respecto de Narbona, restableciendo
en 958, bajo
la
metrópoli tarraconense: primero con
obispo de Vich, Atton, que, apoyado por ser consagrado arzobispo;
parte
mas
(i)
Dozy: Hist. des mus.,
(2)
Carta
si
usque
12
13)
la
t.
el
infirió luego,
le
nobisque potius obedire delegistis
Iiu<í0,
quam
donde
se dice:
Botet y Sisó: Ob.
lámina
cit.; t. I,
desde
frente del
la
in
hismahelitis, legatos ad nos
tomo
pág. 26. y págs. 72 y 81.
(4)
Id., id.:
Museo español de antigüedades;
al
Ramón
Borrell,
I
hecha por
el
t.
1,
pág. 471. La atribución
(Homenaje
a D. F.
Codera;
España sagrada; t.
Vil, pág.
169.
t.
pág. 21
XL\,
— Marca
a
dicha
Sr. Saavedra, se garantiza por la historia
y por los caracteres epigráficos, mejor que otras suposiciones expuestas por
cit.;
«Quia
Pascha dirigite.»
condesa, mujer de
Ob.
el
cap. V.
III,
(5)
(6)
con
conde Borrell, logró del Papa
muerte violenta que se
de Gerberto, escrita en nombre del rey
fore mavultis,
in
abad Cesarlo,
protecci()n de los leoneses (ó), y trece años después
la
1
el
el
Sr. Carreras.
5).
págs. 160 y 370;
t.
XXV,
pág.
100.
hispánica; documento CXCIV.
-46-
— X'illanueva:
CATAI.UNA en 971, hace sospechar alguna represalia de parte de Francia:
que
allí
acabó
En
síntesis:
la
emancipación deseada
vemos conquistada
lo cierto es
(i).
la
Cataluña por
vieja
los
francos y
sujeta al imperio carolingio; después, reacciones contrarias van decidiendo
un esfuerzo progresivo hacia
que
independencia y nacionalización del
la
logró merced al creciente desconcierto
se
Frente a
ella,
que Cataluña
Europa.
de
C()rdoba desplegaba poderío y cultura en grado máximo, utilizó
para su propio desenvolvimiento, irradiando con
eficacia sobre lo europeo.
Después Andalucía decae: Cataluña pugna por
recoger su parte de herencia en
comercio exterior, fomentandcj relacio-
el
nes marítimas especialmente con la
barbarie
y
país,
Italia,
v así creció y floreció fuera ya de
órbita española.
Esta última fase tiene su representación artística, bien conocida, en el
románico catalán,
arte
comienzos del son
la iglesia
erigida de
siglo XI, parece
grada en 1032,
etc.
la
a
comprobada con obras grandiosas, cuales
de Casserres, consagrada,
1019 a 1040;
muy
Su actividad,
lombardo.
hijo del
parecer, en 1006; la de Cardona,
al
de Tabernoles, coetánea;
la
de Ripoll, consa-
La de Canigó, cuya última consagración data de
102Ó,
desmerece por su rusticidad y arcaísmo, separándose del grupo lombardo.
Ahora hechas
más
bien: ^es dable reconocer, dentro de éste, obras catalanas
guas? No, a mi al siglo
juicio:
pues considero sobrado inciertas
X, sobre fechas de consagración, de otras
símilmente fueron después reconstruidas:
así
como
atribuciones
las
iglesias,
que vero-
parece creíble que
eximio abad de Ripoll y obispo de
\'ich, Oliva, fuese
un propulsor
simo de
Siendo, además,
la
esta revolución
artística.
como primordiales
ciertas obras
rústicas
el
eficací-
arquitectura lom-
barda una importación en Cataluña, no parece razonable en dar
anti-
modo alguno
y mezquinas,
que
si
no
tienen bóvedas es por impotencia, y antes bien representan desviaciones o
degeneración de un tipo más elevado.
Al período carolingio en toda su pujanza corresponde una sola obra,
la
(i)
desgraciada iglesia de S.
España sagrada;
t.
Pedro de
X.XV, pág.
—
101;
47
i.
—
las
Fuellas en Barcelona,
XXVIII, págs. 04 y siguientes.
CATALUÑA que
llegó a este siglo
más
menos
o
alterada, pero salvándose de tantos y
tantos estragos, para caer recientemente en
manos desaprensivas^ que
han puesto imposible de reconocer. Es afrenta para
hoy haber dado lugar
a semejante atropello;
mas
la
Barcelona culta de
la
todavía, gracias a foto-
grafías y dibujos,
puede formarse un concepto aproximado de su cariz
primitivo y de
gran importancia que para
ñaba
(i).
la
la
historia del arte entra-
traza cruciforme, su amplitud extraordinaria, su aboveda-
Su
miento, sus pormenores decorativos y su romanismo, en armonía con
las
tendencias del Renacimiento carolingio, todo ello hacía de nuestra iglesia
un monumento primordial y único. Pasa hoy entre
como averiguado que una
los eruditos
parte de su
cuando
fábrica perteneció a la iglesia de S. Saturnino, existente ya en 945, se
consagró
de S. Pedro, y que a esta fecha corresponde lo
la
Los documentos hablan, en de
las Puellas, erigida
y en
el
como
se citan
nave o capilla
cabe pensar
(4),
iglesias (3);
más
aulam,
estrictamente de
no sería
si
circuyen, y
si
la
advocación de
S.
los
pero
es decir,
en cuestión,
ella el edificio
perfectamente homogéneo todo, sino un anejo, de le
testis»,
con distinción ambas
de S. Pedro es calificada
la
(2).
Pedro
efecto, de la iglesia monasterial de S.
entonces «contra atrium Saturnini, Domini
XI todavía
siglo
demás
que, ya renovados,
Pedro, privativa del monasterio, se
generalizaría al cuerpo de fábrica principal, usurpando al cabo la primitiva de S. Saturnino. S.
Pedro fué destruida
(i)
Véanse
En cuanto
dibujos figuras 414 y 473.
disminuida en
la "/,
publicadas por
el
de
la
a plano,
Da mejor
arquit. crist. española;
Puig y Cadafalch: Ob.
(3)
España sagrada;
Puig: Ob.
(5)
Próspero Bofarull: Los cit.;
XXIX,
t.
(5),
Puig en su citada obra, tomo
II,
mediante
los
figura 34 ha de corregirse
I,
de
el
que publicó
figura 526),
el
Lampérez
Sr.
aunque su
escala está
parte del crucero. págs.
1
15
pág. 463.
y 56i.
En un testamento de 962
se
nombra
Geografía general
35o).
(4)
Ob.
la
cit.; t. 11,
t.
Sr.
sancti Petri et sancti Saturnini». (Carreras y Candi:
de Catalunya; nota
Balari:
el
¡dea de conjunto
y hay algún error en
(2)
«monasterium
iglesia
la
— dissipata — cuando entró Almanzor en 985
las fotografías
figuras 35, 36 y 38.
(Historia de
Además, constando expresamente que
cit.; t. II,
pág.
1
15,
nota
6."
condes de Barcelona vindicados;
pág. 277.
-48-
t.
1,
pág. 133.
CATALUÑA mal podríamos reconocerla en cabe que éste sea
mente, su
eri^íidó
estilo se
IX
del siglo
consagrado
el
buena
carolinf;io, haciendíj (
i
mejor, en absoluto, con tradición
la
que
No
rrasa, antigua sede episcopal de Egara.
rraga»,
embargo, que
nombres con que
el
la
pujanza
considenj
como
iglesias de
Ta-
le
).
Otro problema, quizá más arduo, envuehen
cos, parece, sin
Por consecuencia,
SaUírnino antes de 946, y efectiva-
a S.
mucho
compafíina
por Ludovico Pío
edificio conservado.
el
las
restaurada
por los fran-
ella
«castrum Terracinense», o «castro Ta-
el
lugar era designado en
siglo IX, resistía la
el
autoridad del obispo de Barcelona, según consta explícitamente por querella resuelta a
favor de éste en 874
y después, en
(2);
el
último tercio
del X, se citan las iglesias de S. Pedro, Sta. María y S. Miguel de Egara,
con insistente alusión a
sede antigua
la
Todas
(3).
un tiempo y a pocos pasos de distancia entre
sí:
mil que no llegaron a terminarse por entonces
(4).
aunque
ofrece traza
como de
baptisterio,
fueron levantadas a
tres
parece, además, verosí-
Respecto de
S.
Miguel,
no estando dedicada
al
Bautista
y faltando rastro de piscina, no obstante lo afirmado en contrario, es
mera
como baptisterio, y vano el fundar sobre ello toda edificio. En realidad parece sensato y verosímil atribuir
hipótesis considerarla
la
cronología del
lo
primitivo de todas tres iglesias
al
siglo
IX, sobre influjos extraños a
la
tradición española, en cuanto ello es presumible, juzgando por lo conocido.
La existencia de
estribos en partes primitivas de S. Miguel es argu-
mento de fuerza para no los
atribuirle
mayor antigüedad,
si
bien ninguno de
descriptores del edificio parece haberse percatado de ellos: los arcos
peraltados y ábsides con desarrollo ultrasemicircular carácter, haciendo recordar sobre todo ciertas
imprimen también
iglesias
del
Asia Menor,
y desde este punto de vista no será impertinente agruparlas con
(O los
Fr. Francisco Diago:
Historia...
de
los
condes de Barcelona; libro
I!,
la
de
capítu-
XVII y XXIV. (2)
España sagrada;
t.
(3)
Puig y Cadafalch: Ob.
(4)
En ninguno de
X.XIX, pág. 467. cit.; t.
los estudios
1,
pág. 307.
hechos hasta
el
presente de
hace mérito de los arranques conservados y bien ostensibles de aparejo mixto de sillarcjos y ladrillo es uno de los
Cataluña
se
observan.
—
49
—
más
claros
la iglesia la
de S. Pedro se
nave primitiva, cuyo
temas carolingios que en
CATALUÑA Germign v-des-Prés,
Francia, cuyo españolismo viene alegándose
en
con un criterio algo romántico. Esta última iglesia, consagrada en
8o(3,
ya no existe, por desgracia. Fué
muy mal
demolida de 1867 a 18O8, por amenazar ruina y además estar hecha: v
como
sustituyó otro edificio análogo, pero correctísimo y esmerado,
la
a los adelantos de nuestro siglo y a eruditos remend(jnes
Se salvaron unos fragmentos, en
desdice va del resto del edificio.
Dely
(i) V los
excelentes dibujos y observaciones de Bouet, abonados por
Según
Vasseur
(2).
dura en
el testero;
tados,
Hemos, pues, de atenernos, para juzgar
a testimonios anteriores, especialmente los trazados de
que hubo,
lo
compruébanse
ello
tres ábsides
En
etc.
taluña o de
la
(3).
la
estribos en los ábsides
aparecieron restos de arquería decorativa
por
reconstruyó en forma de herradura, no sé
con
icSyn
bajo del mosaico, y se
buenos motivos
con planta de herra-
puerta lateral, de que ya se hizo referencia: arcos peral-
mas no de herradura absolutamente: acaso
mavores,
Teodulfo,
Septimania
(4);
el
fundador de
esta iglesia, era godo,
y pues consta que
la
parece
agruparla entre
lícito
menos con
lo
lo
de una escuela de arquitectura
la
local, a
\'ll
da pie para inferir
sí
que correspondan
edificios de Barcelona, Tarrasa y Germigny,
más
de Ca-
otros
No mucho
Narbonense.
visigodo español del siglo
arabizado del X; pero
si
hizo con arte diverso del
galicano, es dable inferir se valiese de algún artífice de
me
compete.
parte del ábside
mosaico que, restaurado también cuidadosamente, no
principal con su
de
museo de Orleans, y
el
la
y
existencia
susodichos
los
que en
el
SO. de
Francia pudieran reconocerse. Escuela de tipo bizantino, con aboveda-
mientos y material de
sillería,
que a su vez dimanase de una escuela des-
arrollada en las cortes visigóticas siglo VI,
apegada sillería
de Narbona y Barcelona durante
y cuyos influjos pudieron actuar sobre al tipo
la
toledana del Vil, tan
cruciforme. Aquella basílica de S. Pedro, construida de
con arte goda
— «miro opere
quadris lapidibus
manu
(2)
Révue genérale de A rch ¡teclure; t. VIII, pág. 113. Bullelin monumental; t. XXXIV, págs. 566 y 621.
(3)
Lasteyrie:
(4)
Nicolás Antonio:
(i)
el
gotthica
1
'
L'archilecture religieuse en France;
Bibliotheca vetus;
podría ser italiano parece escasamente fundada.
—
5o
—
t.
I,
figura
pág. 339. La
172 y pág
216.
duda acerca de
si
CATALUÑA nobiliter C(jnstructa»
— que hacia
535 se hizu admirar en
Kuán
(1),
puede
ser testiinunid de lo dicho, y su bizaiitinisniíj explicaría la existencia de restos decorativos peregrinos en Barcelona (2); pero todo ello cae luera del
tenia actual.
Determinado
carácter con que se desarroll»')
el
luña, V retrasado hacia fines del siglo
mismo
un lapso, dentro de este Los
rencia. ellos
documentos
siglo,
X
el
en Cata-
que nos interesa explorar con prefe-
poco enseñan: pero en
presumible, antes, a
es
Así, en Cux¿i (Rosellón) se consigna ser
madera labrada (4);
(3);
lo
la
segunda mitad
menos en
hecha
del
X
ciertas localidades.
la iglesia
de piedra, cal y
de Bañóles construyese abovedada para que no
la
en Ripoll las bóvedas de cañón se juzgan dignas de encomio
y en varias se consagran tres o cuatro altares,
número de sias
lo carcjlin^io
románico-lombardo, queda
alardean de algo nuevo; de un arte y de complicaciones de estructura
no logrados, según
arda
arte
capillas
sin
((3):
embargo,
la
lo
presteza con que todas estas igle-
fuert)n reconstruidas en el siglo XI, salvo partes de la de
prueba que su arte era demasiado mísero en parangón con
Veamos ya
lo
(5),
que representa igual
Cuxá el
acaso,
lombardo.
que, por selección, es dable atribuir en Cataluña
al
siglo X. Induciendo hipótesis de hechos, se ofrecen dos orientaciones verosímiles para
el
arte: la
una francesa,
débil, ya
que Cataluña
se había
desgarrado de ella y que Francia, a su vez, yacía en una calamitosa postración; la otra, española, débil también, puesto que las relaciones de
Cataluña con
los otros
Estados cristianos de
Córdoba, faltando
nificantes; y respecto de
que no
se revela
en
modo alguno después
muy
(1)
Duchcsne: Ilistoriae
Acta sanctoruin;
ayoslo,
t.
Puig y Cadafalch: Ob.
(3)
Id.: id.;
(4)
Id.: id.; id.,
pág. 124.
(5)
id.: id.; id.,
pág. i58.
(ó)
Id.: id.; id.,
pág. 131.
cit.; t.
I!,
cooperación de mozárabes,
como
hacia aquella parte
Francorum scriptores coelanei; cit.; t. I,
San Audoeno.
figuras 397 y 398.
pág. 100.
—
5l
el
considerable, su influjo no podría
IV, pág. 818, en la vida de
(2)
Oh.
la
Península debían ser insig-
del siglo IX, era difícil adaptar
su arquitectura a los usos cristianos; mas,
esplendor de riqueza y cultura era
la
—
t.
i,
pág. 638.
CATALUÑA dejar de ejercerse, en cuanto
la
más o menos
El influjo francés, ciertas
iglesias pobres,
ciado, por ejemplo
la
pobreza y rusticidad del país
que
directo, quizá
lo consintieran.
pueda hallarse en
investigadores catalanes habrán despre-
los
de Canapost (Gerona), en su parte primitiva
con
(i),
cabecera cuadrada y bóvedas de cañón, pero cuyo adornado tejaroz y arco doble de el
Rosellón acaso no sean posteriores
llar
de
puerta permiten clasificarla dentro de lo románico,
la
el
En
de san Martin de Fono-
las iglesitas
y santa María de Vida, con bóvedas también vareos peraltados, a más
lo
primitivo de san Miguel de
La otra corriente,
Cuxá
(2).
meridional, única
la
perseguimos, se patentiza mediante
que en
fase
este estudio
presencia sistemática de arcos de
la
herradura de tipo musulmán, no godo, a vueltas de abovedamiento más o
menos completo y gran miseria de estructura, tal como ni antes de este período ni en la baja Edad Media es dable concebirla. Contamos, además, con un dato que a primera vista parecerá baladí matemática; refiérome a
fijeza casi licas,
eran amplias
vcon
celosías
las
embargo,
y, sin
ventanas, que primero, en las basí-
marmóreas; luego,
inseguridad pública
la
hizo reducirlas a una angostura extremada, imposibilitando ellas, a costa
el
entrar por
de entenebrecer las iglesias; pero se inventó formarlas aboci-
nadas, con derrame hacia
muros, poco remediaba
el interior, lo
que, dado
el
mucho
grosor de los
oscuridad susodicha: por último, se promedió,
la
hacia adentro y hacia afuera,
el
derrame, según regla general ya desde
Tal mejora resultaba un éxito demasiado
siglo XI.
una
es de
dejar de utilizarlo siempre,
una vez conocido;
fácil
el
y provechoso para
por consiguiente, su
y,
defecto en edificio religioso vale por indicio de vetustez o arcaísmo casi
Es
decisivo.
cialmente
(i)
las
el
caso de las iglesias a que se restringe este estudio, y espe-
cuatro de Cataluña que a continuación van examinadas
Era parroquia citada ya en loiq. (Esp. sagr.;
901 hay testimonio de
una
(2)
Puig: Obra
(3)
Ellas fueron
«villa
cit.; 1. I,
como
edificios y
págs. 379 y 381;
t.
(t.
base de estudio; pero añadiendo a ello el
lit.;
t.
XIII, pág. 235).
pág. 98.
II,
generalmente desconocidas hasta que
de algunos otros que
XLIIl, pág. 428); además, en
Caneposto». (Villanueva: Viage
Puig y Cadafalch en su tantas veces citado libro sirvió
t.
la
1,
las
págs.
estudió y publicó
369 y siguientes)
52
—
el
señor
que
me
observación directa de los mismos
preclaro arquitecto catalán agrupa juntos.
—
(3).
SAN MIGUEL DE OLERDULA Entre
una
de éste
mar y dominando los
En
la
tarraconense,
la
hubo de
los
ella
aunque algo
habitantes
un baluarte
posterior, de
desmantelada y arruinada, ya que
ser
dura
el
silencio hasta
que en
repobló, o lo intentó al menos.
como punto avanzado
contra
goría de capital del Panadés y
la
de
agricultura hicieron
el siglo
el
llano,
geogra-
mantuvo
asi
(i)
cate-
XI. Al conquistarse
repobló de seguida,
camino hacia
el
siglo X, hacia 930,
el
estratégico: luego, en
la
la
De hecho, Olérdula
musulmán, v
condado durante
destruyeron, y aunque se
vides
país
el
Tarragona en 1089 perdió su valor
la
que
tan a ibérico suena, falta por completo en
historia clásicas, y
conde Suñer
valia
extiéndese
mas no cabe duda en que su imponente
país;
el
fecha remota
nombre Ülerda, que
el
llano de cerca. Es posible
hermana de
línea de murallas es
fía e
el
colonos de Tarraco hiciesen de
desde donde subyugar
seguro.
mar
el
constituyesen en refugio para días de guerra o invasión; es po-
la
también que
sible
— Penitense — y
montuosa, donde surge OlcM'dula sobre una de sus cumbres, con
zc^na
vistas al
llanura del Panadcs
la tcrlil
1
108, los
almorá-
conveniencias
las
formándose
la
población
de Villafranca a sus expensas. Quedaba todavía dentro del recinto una parroquia, san .Miguel, pugnando por conservar antiguos;
mas
al lin
la
tradición y
suelo vuelven a seiiorear únicamente chaparros y tomillos,
como hace
siglos,
sobre
las
ruinas
(2)
pues
la
treinta,
Es
fácil
señorío
prodigando
la
como hace
diez
naturaleza su juventud eterna
(2).
Un documento
(i)
otro de 1026 hace
el
ha cedido ante otra nue\a, puesta abajo: y en aquel
de 979
la
mención «urbis visitarlas,
llama «civitate Olérdula» (Balari: Ob. sive castri
yendo desde
Olertulas»
(Marca hisp.;
Villat'ranca del
Desde
la
antigua ciudad destacando sobre
villa el
y por todo
el
horizonte.
-
53
-
camino
pág. 256), y
doc.
CXCVIII)
Panadés en coche o andando,
una vez dejada
la
columbra perfectamente
la
distancia es de unos seis kilómetros, con subida algo fatigosa,
carretera, a lo último.
cit.;
se
CATALUÑA Una hace
escritura, conservada en el archivo de
de
fe
le
\'
Barcelona,
mismo, juntamente con ij^lesia
conde Suñer,
el
obispo de Barcelona Teude-
el
de san Miguel dentr(j del recinto, demarcó sus
subordinó xarias
\'iva.s,
susodicha
la
él
empezó su
términos
Catedral de Barcelona,
reconstrucción del castro de Olérdula por
la
añadiendo que rico,
la
iglesias.
Además, en
otro obispo de
qt)!,
ruego del presbítero Suniefredo, que había renovado
a
ediíicando basílica en honor de san Miguel y san
iglesia,
Pedro, acudió a dedicar sus altares y confirmar sus rentas y términos
Dodalia sancti
(i)
michaelis olerdule in penitensi. de mansis. de honoribus. de
de terminis. de affrontationibus. de decimis.
alodiis.
«IN NOMIiNE Domini
Domnus
moysen
legis lator.
inuocandum nomen
domum
auditam
facta sunt
sibi
Aaron sacerdos.
et
domum.
eius.
a
namque
ex uirgine
nis.
A
renibus
cupiens cudere
christi
processurum qu¡
illius
dei dilectus impleuit edificauit
ille
dominus
el
regenerationis.
uenit
Domum
saluator noster ihcsus christus.
Nutu
dei
íiat
Actum
omnium est.
saluatoris suplex deposcens begnitatem
dedicauitque
decimarum
basilicam.
ac primitiarum
derrum.
per ipsa fonte de canta lupis.
ac
protinus dos
castrum nuncu-
domni
Qui preno-
uiuiani presul insig-
libenler adquiescens
illius
Dediuetera.
ut hedilicarotur baselica
íirmauit.
precibus
donariaquo
oblationumque omnium. A termine et
orti.
fieri
incoat ad
graditur per ipsa lacuna que dicitur palma, et sic
et discurrit ipse
aquaque dicunt aragnon. A
qui
Que
catholicorum tem-
uenerabili uiro suniefredi leuita ceterisque sulTraganeis suis.
ipsa spelunca. qui uocitatur
ipsa
e.\
christi et beati archangeli michaelis. et clauiger etherei petri. In
Ídem clemencia
censuit
uoluminibus. qualiter dominus
Dauid perco
hediticare. sed
ad dcdicandum inueniret pretextam hasilicam.
illius.
maluit
lieri
rubricatis pellibus iussit sibi preparari ad
e.x
noua. Construuntur basclice. dedicanturque ut
patur olérdula. tatus
in diuinis
demum
Apost
domino non
plum remissionis per aquam honore
quam
Dei Eterni miseratoris. Hec est paginóla dotis
impleret iussa dei. Qui utique salomón cauitque. Editum
in
dominicaturis. et cetera.
et primitiis.
uiuas barchinonensis cathedre cod rus In honore sancti michaelis angeli. el apos-
tolorum princebs Petrus fundata. Comperimus per
(i).
torrens usque in gorgo nigro. et iniungit in
parte uero circi inquoat in iamdicta aqua aragnon.
et
uadit usque in strata qui est super ipsa turre, de elmerado. et pergit usque in rio qui dicitur mathana. et discurrit ipse riuus usque in petra
fouexo.
et sic
ficta,
et
per ipsa strata qui pergit ad uilla qui dicitur furriel,
ducto qui dicitur ballobono.
A
uadit usque in riuo de et sic
peruenit
in
aqua
parte uero occidentis inquoat in iamdicto riuulo bailo bono,
et
injungil in rio que dicitur sancti stephani. et sic per ipsa sinapi. et per ipsas borrelarias.
et
per argadarias. et usque ad puio de fluridio. et per ipsa pineda, et graditur per ipsa
comba
luposa usque
ipsas cegias.
et
in ipsa
mare. A parte uero meridies. inquoat per ipsa mare.
per fonte anastasio.
et
sic
-
et sic
per fonte de cuzinas. et per ipso capra
54
-
per
fico. et
OI.KRDrLA Hacia iglesia
más
lo
del
alto
y XV'I; Hgs. 20 y
antif^ua ciudad se conserva esta
la
21):
I
que podemos
'na priniiti\a,
relerir a
inclitus cotncs
sancti JLiÜani. sancti
hilis
ipse
sancta
saiuti ciiristofori. sancti genesii.
pctri.
muros cum üenerabili
sancti michaelis situm infra
ct
niaria
luris
muros,
inquoauil predicta ecclesia
uiro tcuderico episcopo. ignoscat
illis
ahluat uniucrsis piaculis illorum. isdcm et términos firmare maluit uenera-
ct
ohremedium anime
uiuas
pontitc.x
anime
ccclesia sancta digna, sancti petri. sancti saluatoris.
niemoratus idcm comes castruin olcrdula.
qui constru.xit
dominus.
cum
(echa
la
Hos términos pre-
graditur per ipsa gauarra. et usque in spelunca qui dicitur derruin. censLiit suniarius
XV
parecen reconocerse tres edificaciones (Láms.
y en ella
(i),
de
sitio
sue.
suorumque gcnitorum.
et
ob remedium
cum
su<3rumque gcnitorum consanguineorum que omnium.
prelibati sunicl'redi
non inmérito uiuendi dignus, ante quam egregius pontifex aduenlret
casu
fatali
peruentus quod obtabat uidere non meruit. sed tamen miserante deo impleta sunt. Hec
namque
diem dedicationis
oblata sunl deo. a religiosis uiris inlustribusque in
Dedit archilcuita. lobetus pareliata. una. de torra,
et
lecus ferragenal. una. Morgatus ferragenal et spelunca
basilice.
modiatas. duas. de uinea. Enda-
cum
cásale.
Ermegille sesterada.
una. de térra in uitrano. Guifredo simiüter. una. de térra in migriniano. Guilamagnus
mediata, una. de uinea que est ad ipsas tortas. Petrus similiter. una. de uinea
in papiolo.
Vndisclo similiter. una. de uinea ad ipso pozólo. Katuual similiter. una. de uinea qui
ad ipso trescorno. Felice latitudine uero.
miro
filios
suos ferragenal. una. qui est ad ipsa fonte. Trans-
ipsa uinea marciola abintcgre. .Mbarico semodiata. una. de uinea qui est ad ipso tres
corno. in
cum
Aldena
vi.
est
Altimiro. uiridiacario. xv. dextros in longitudine. in
K-illerio.
Teudeuino
uitrano.
ferragenal. una. qui est ad ipsa ualle. Eruinosus similiter. una. de uinea
oferta sunt deo archangeloque.
Ista
aduenerit. occurrat
nissimoque
illius
gratia dei episcopus. fideliter
in
illis
adiutorium.
clauiculario.
ut
eos permittat tangere. Dig-
ut paradisi
qui ad dedicationem istius altaría ueni.
dictum
ut
.Amodo
est.
fíat
et
cum
michaele. ut in ultima ora
manus extranea nos
oferta sunt simul.
consumaui. Voló namque
quo omnium
et
illius
ualuas et
illis
aperiat.
Viuas
opus domini ut ualui
donaria decimarum. primiciarumque oblationum
usque
et
sempiternum. Seniofredus archipresbiter.
Suniefredus presbiter. Julianus presbiter. .\udegarius sacerdos. Lonuardus preshiter. Gaucefredus presbiter. Ermenardus presbiter. Vidale presbiter. Guillara presbiter. Bonaricus presbiter. Maller presbiter. Eruigius presbiter
cognomento marchio qui
mas
Annus Domini .DCCCC. nonagesimus
dotis exarauit. era .xxx. pus millesima.
mus. inditione
.v.
et
cum duobus
litteris
superpositis in uerso
.x.
et
cum
iudex has quiga-
die et
pri-
anno quod
supra. Hiis terminj castri olerdule.»
Catedral de Barcelona:
Antiqu
i
tates;
t.
IV,
Miquel. (1)
Puig: Ob.
cit.;
t.
I,
pág. 382.
—
55
—
t'ol.
iio.
Transcripción del señor Gil y
CATALUÑA aproximada de 930, y será objeto de estudio especial aliora. Otra, mucho más amplia, dominándola hacia sur, con cabecera cuadrada, nave única, puerta de arco sencillo
al
costado meridional y ventana
de
dos arcos a los
pies; ello
puede creerse
lo
terminado en 991. Y, por último, una transforma-
mismo edifilevantando más sus
ción de este cio,
paredes, erigiendo cimborio
y abovedándolo todo,
conforme
a los procedi-
románicos
mientos
los
:
caracteres de la puerta del
espadaña
hastial y de la
como
acreditan esta obra
un
arte
se haría
des-
perteneciente
avanzado, v pués 1
de
108,
al edificio.
en
el
invasión
la
que
acarrease
a
gran
destrozo
Una
variación
aspecto de
postería
la
mani-
denuncia
proceso de
rejuntadas
mas no
este
las obras,
sultando por fuera
jas,
de
verosímil
es
las
re-
muy
partes ba-
las altas,
que
son de aparejo más cui-
dadoso y conservan abiertos los
mechinales donde
se fijó el
A Fig. 20. San Miguel de Olérdula: planta general.
—
56
—
lo
andamio. de 991
aun no
pUCdc atribuiTSC aboicn-
OLÉRDULA go lombardo, por su cabecera cuadrada y
ventana del hastial, con arcos
la
redondos gemelos, que acusan mucha vejez; mas queda incierto techos o bóvedas, y
ya ent(.)nces acusaba su na\'e
si
si
llevarla
división en tramos,
la
con estribos interiores y arquerías murales, cosa poco verosímil, juicio:
supongamos abovedada con simple cañón
dura en
la
nave, sobre
línea
la
mi
una arma-
capilla, y
la
de muros que hoy constituye
a
fondo de
el
susodichas arquerías.
las
Siguiendo
hasta
esta hipótesis,
el
siglo XII
no hub(j de procederse a
recrecer por dentro lus muros, según veremos luego repetido en Pedret, facilitándose así el
impostas a
bisel,
abovedamiento general. Los arcos son redondos y con
que no vuelan sino en
cornisas. El cimborio ofrece
como
frentes, y lo
los
particularidad
mismo
son
esquinado hacia
ir
exterior su octógono, respecto del cuadrado sobre que cabalga, como en
mas por dentro no
baptisterio italiano de Biella (i);
bardo usual. Resulta esbelta de proporciones: de
sillarejos,
Una
y en algún
capilla lateral es
Examinemos ya
Una
capilla
que
el
el el
lom-
aparejo de los pilares es
aparecen rejuntados con cintas de relieve.
moderna, y enfrente nunca tuvo compañera.
la
obra primitiva,
minúscula y una sola nave
arruinada, pues ella:
sitio
el
difiere del tipo
las
muro
septentrional de
de 930, según apariencias.
la
la
constituían. Esta última yace
la iglesia
posterior avanza sobre
pero quedan arranques de su pared contraria, y aun es verosímil la
capilla lateral
Respecto de
la
moderna cabalgue sobre
capilla primitiva
arco V en comunicación con
la
los
cimientos de su hastial.
quedó sirviendo de
otra capilla mayor,
metro más elevado. En cuanto a formas,
la
tal
cuyo suelo
arco de herradura hacia
derrame
sensible, pero
la
el
del testero:
respecto de
(1)
la capilla,
Rivoira:
muro
ensanchando algo de arriba
la otra,
hacia
está
un
bóveda
anterior,
de cuarto
que abría su
nave. Recibe luz mediante dos saeteras sin
revés por fuera, hasta acabar casi en punta.
medio
está casi
capilla, rectangular por
fuera, truécase en absidal por dentro, y se cubre con
de esfera, prolongado hasta entestar con
cegado su
sacristía,
el
a abajo por dentro y al
Una de
ellas está abierta
costado derecho. El arco,
hecho de
sillería
(Lám.
W
Le origini dclla archittetura lombarda;
-
57
-
y
figs.
muy
fig.
21),
en
angosto
con su
199 y 200.
CATALUÑA dovelaje
muy
desigual, sin trasdosar y despezado con esta orden: sif^uiendo
líneas radiales en el tercio
promediada su del otro.
direcci(')n
medio de
en
el
la
curva, horizontalmente en lo bajo,
resto y
con desigualdad un lado respecto
Su amplitud excede justamente en una mitad
círculo; y las impostas, cortadas en los salmeres;
todo ello
como
semi-
del radio al
forma de nácela, sobresalen algo de
en Alelque. exacto. El aparejo, en
demás
lo
del edificio, es de
mam-
postería, con esquinas de sillares gruesos, y reves-
tido todo por dentro.
La
piedra es una caliza basta,
la
misma
sobre que
el
del suelo edificio se
alza.
La forma de ábside, curvo y con envoltura cuadrangular, va nos es
conocida en Aíelque, y
también
se
da en santa
María de Tarrasa; pero
nunca trasciende a
Fig. 21. Olérdula: arco de la capilla primitiva, por fuera.
mánico. sin
derrame, justifican igualmente una gran vejez,
marca posterioridad
al
arte de las basílicas, y
si
Las ventanas,
bien su angostura
aun respecto de las iglesias
de Tarrasa. datos de cronología que se robustecen observando toral,
el
arco
perfectamente ajustado a ejemplares mozárabes del siglo IX y prin-
cipios del X, salvo laje,
lo ro-
el
mayor arcaísmo que representa no
trasdosar
cosa general en las iglesias catalanas aquí agrupadas.
el
dove-
La fecha de 930
resulta verosímil; pero en caso de faltar este dato sería perfectamente lícito
suponer mayor antigüedad mozárabe, según
la
al edificio,
amplitud
del arco
—
58
aunque dentro siempre demuestra.
—
del período
SAN QUIRCE DE PEDRET Carece de historia. El lu^ar, Pedredo. consta en escritura de 983, y su en otra de
iglesia
tendido sobre
la
margen izquierda
la
La portada
actual, el
reforma de uno de
más antiguo una nas
XVI
el
los valles altos,
campiña de Berga, y ocupa un
del
río (2).
Una masía
abovedamiento de
hov hacia
reforma considerable de esta avanzado, o sea en
punto donde, traspasados
el
la
la
siglo XII.
de ambos
(3),
ello,
es
arte
el
figs.
más
fácil
románico
reconocer en
lo
(Lámi-
edificación prerrománica con arcos de herradura
y XVII, y
la
mayor, todo acredita una
capilla
Descartado
acompaña.
nave en cañón agudo,
cuando imperaba
iglesia
en ladera,
alto,
tan sólo la
los ábsides laterales y las pinturas
sus puertas que se abren
mismo nombre,
Existe juntíj al puente del
(i).
horizonte por
se dilata su
sobre
el
1180
Elobregat, en
22 y 23).
Las paredes son de mampostería, y los arcos y jambas, de sillarejos mal cortados, acusando mayor rusticidad que lo de Olérdula, pero dentro
mismo
de un
período artístico. La capilla
con angosta ventana, hoy cegada, en
el
mayor
(1)
Puig y Cadafalch: Ob.
confines de Ripnll en 888 (2)
El
cit.;
t.
1,
bóveda
testero (4) y
peraltado en forma de herradura; encima caía
pág. 369.
el
es de base trapecial,
de cañón algo
tejado, pero
— Un «rio Petrelo»
se cita entre los
(Marca iiispánica; documento XLVI).
camino más corto para
de Berga, y siguiendo luego a pie
la
llegar a esta iglesia es por ferrocarril hasta la estación
misma
vía adelante, sin pérdida posible, hasta
de Pedret, que son apenas tres kilómetros. Subiendo hasta Berga también hay y una distancia próximamente igual, por senda de herradura;
cementerio de
llegando
al
dar en
puente susodicho.
el
(3)
pie del
la villa,
la iglesia
y se sigue a lo largo de
La que hoy da
suprimidas en
el
pintures muráis catalanes;
luz, en el costado derecho, es
un pequeño
adjunto plano, que dan a
-
los ábsides laterales.
5y
-
fase.
moderna y
el
fácil
puente
camino
empieza a verse en
Las del ábside meridional, bien conservadas, se reprodujeron
d'Estudis Catalans, en Les (4)
moderna-
por
I.
1907.
lo
mismo
valle hasta
el
Institut
sus puertas,
CATALUÑA mente
se le
puso armadura, una vez alzados
metros, hasta igualar con
el
cuerpo de
los
la iglesia.
muros en cantidad de dos El arco toral, prescin-
diendo de su deformación por rebajamiento, aparece hoy como de medio
punto y rozada
la
jamba dehaciasur, que, además, algo
marca de prolongación en herradura,
permitiendo su-
poner que primiti-
vamente fué semejante a los colaterales.
De arcos tando
estos otros
dos,
naves me-
las
nores,
entes-
correspon-
dían a los ábsides: el
de
hacia norte
quedó deshecho
al
elevar
el
el
piso;
otro se conserva ce-
gado, y es de herra-
dura con impostas Fig. 22.
San Quirce de Pcdrct: planta.
de nácela
como para
ladas,
'caer
se halla.
de planta ultrasemicircular, conservando
siglo
la
VI
al exterior
(i) (2)
capilla de Leiría (i), en la basílica de (2),
y en
la
el
Los respectivos ábsides son
que habremos de ver arcaísmo, ya que España no que en
vo-
sobre columnas, que ya no existían cuando en
XII fué pintado, según hoy
siglo
muv
su curvatura, en lo
les
conserva
así
más
Cabeza del Griego, del
ruina de Marialba (León). Francia ostenta los de
o Archeologo portugués; Memorias de la Acad. de
t.
Vil, pág.
316.
Historia;
la
t.
III,
lám. VIII. El dibujo ori-
ginal para ella, firmado por Isidro Vclázqucz, existe en la sección de
Biblioteca Nacional. — Lampércz: Ob.
cit.; t.
—
I,
60
fig,
59.
Estampas de nuestra
PEDRET Germif;ny-des-Prés, correspondientes
San Salvador de Brescia, atribuido la
IX
al
\'lll
al
);
i
(
e
{2).
Italia,
de
el
Pedret,
\in
tenor de nica su
la
b<'>veda es
como
cur\atura del muro. El otro ábside muestra
parte alta, con bóveda mejor desarrollada,
del ladu de
el
menguando en
de cañón,
cripta de
derrame hacia
Epístola recibe luz por dos saeteras con amplisim(j
dentro, y su
la
desarrollo a
como obra romá-
cornisa a bisel por
i
Fig. 23. Pedret: sección transversal de las naves.
fuera y ventanillo arqueado que promedia su derrame hacia
ambas
haces.
Antes remataba seguramente a igual altura que su compañero; mas, como el
terreno va en declive y llegase a resultar casi enterrado este ábside,
convino, hacia
el
siglo XII, subir de nivel su solería, y al par la bóveda,
para quitarle humedades. Respecto del cuerpo de
y Pijoán
es exacta,
muros, en
los
la
se abrían
izquierda, la
agregaron en
XII para
queda
(i)
visible el
(2)
al
nave central por facilitar el
monumental;
otro
el
t.
edificio,
XXXIV)
muro
y arcos que se
le
abovedamiento. Al lado derecho
arranque de arco inmediato
nuevo
muy distantes uno
arcos, se conserva perfectamente,
La planta vulgarizada entre nosotros por
y corresponderá
(Bull.
el siglo
dos arcos a cada lado,
muros y
aunque oculto desde
sólo
hipótesis de los señores Puig
la
reconociéndose que formó tres naves, separadas por
que sólo
de otro. Lo de
iglesia
la
el
Sr.
al testero,
Lampérez
siendo también
se
debe a M. Lisch
obra suya. La antigua y fidedigna se dio por Bouct y
siguieron F'nlart y Haupt.
la
Cattanco: L'archi tect urc en
1
tal
—
i
61
o
d u
—
\'
le
au
.\
I
<=
siécle;
fig.
63.
CATALUÑA primitiva
parte
la
que toca
de los pies y este mismo, con una
al hastial
exigua puerta, arqueada en semicírculo y rudísima: otro arco mayor se
vislumbra en
el
ábside, v acaso
muros de se
les
la
nave
de sur, junto a su
lateral
únicas entradas primitivas. Los
nave principal no sólo están recrecidos por dentro, sino que
la
alz'i
muro correspondiente a ambos arcos fueron las
más, acusándose por fuera variación de obra, precisamente
desde encima de los arcos divisorios.
De
las
naves laterales,
de
la
hacia sur quedó
especie de capilla, con ventanas de doble
moderna: pero rampante,
la
casi
derrame y bóveda de
nave del otro lado conserva en todo su lar^o una
llana y
hecha de
lajas pizarrosas,
una
reducida a
como
lo
aristas
bóveda
demás. Ella
un problema inte-
suscita
sobre todo
resante,
la
si
consideramos primitiva,
lo
que no puede negarse á
examinando
priori,
su
construcción. Otras así cu-
bren
capillas laterales
las
de san Pedro de Tarrasa,
antigüedad tam-
pero su
puede
poco
bastante.
garantizarse
Desde luego
ella
no ayuda en modo alguno para equilibrar central, ya
que
la
bóveda
falta
en
la
parte de sur,
más compro-
metida por
descendiendo
Fig. 24. Pedret: arco divisorio de las naves.
hacia
allí
el
terreno; y su forma,
zada, obedece sólo a
como en
los triforios
comodidad para echar encima
el
ir
de Avila y La Cal-
tejado. Cabría
pen-
una solución primitiva con abovedamiento completo, supuesto un cañón semicilíndrico en la nave mayor, según la figura 23 adjunta propone: v aun podría inferirse que, habiendo cedido a su empuje toda la parte
sar en
meridional, por
quedando
la
intacto
razón susodicha, se impusiera el
—
62
—
el
reforma del siglo XII,
muros haría
posible todo
caso, parecerá
más razona-
otro colateral. El grosor de
esto; mas, faltándonos modelos que acrediten
la
PEDRET suponer un piimitixo sistema de cubiertas de madera para
ble
Los arcos de herrad lu'u son de i^ual tipo que cuantié a impostas y desari'olhj de al
curva,
la
el
de
las tres
naves.
(Jlúi'dula,
en
más exceder su diámetro
C(jn
hueco de entre jambas, como en Melque. Sus dovelas son angostas; en
alf^ún caso, hacia el salmer. están puestas
piedras
el
grosor del arco,
(i), y, si
hacia
clave, pues lo
la
zontal, según sube
(Figura
como en
hay dovelaje
antiguas
el
musulmanas de
ciertas obras
radial,
únicamente
es
demás va inclinándose poco
las
más
en una estrecha zona a poco, desde la hori-
arco, exagerando lo ya visto en Olérdula y
Melque
24).
El testero de
la iglesia
no
está orientado, sino
vez por ceñirse a los niveles de
tal
de espejo, componiendo varias
la
ladera.
Sus
que
se desvía hacia SE.,
titulares son san
Quirce
y santa Julita.
En suma,
como
edificio
todos los datos coinciden para juzgar
la iglesia
de Pedret
próximamente coetáneo de san Miguel de Olérdula. con
rasgos mozárabes arcaicos, que hacen probable su atribución al siglo
poco avanzado. base, entonces
mil el
si
Si
un abovedamiento complet(j primitivo
habríamos de ver en
atendemos
a los caracteres
ello influjo
se le
X
compro-
provenzal. nada inverosí-
que luego fueron
típicos de lo catalán en
período románico, y ello sin alteración de cronología.
SANTA MARÍA DE MARQUET Ni siquiera de nombre es conocida por diplomas antiguos: y
gaminos que constituirían su de
historia dícese
últimos poseedores del manso a que corresponde.
los
(i)
También hay
los
otros ejemplares cristianos poco significativos,
Aun
conserva
como
varios arocs
del recinto de Avila y la puerta de la iglesia de Belpuig, en el Rosellón (Lasteyrie:
citada;
fig.
385).
-
63
_
per-
que fueron quemados por uno
Obra
CATALUÑA esta iglesia calidad
de ermita, pero ya sin culto y desprovista del retablo
gótico en que se representaban de pintura santa Eulalia, en medio, san Se-
bastián y san Juan Bau-
con sus respectivos
tista,
martirios,
además,
y,
una pequeña imagen de
Madre de
la
Dios,
que
subsiste y datará del si-
es
Su situación
XIII.
glo
un altozano sobre
la
izquierda del Llo-
orilla
bregat, a
medio kilóme-
tro por bajo del
puente
de Vilomara, parroquia de Rocafort
En
(i).
rusticidad de apa-
rejo
mal
y
replanteo
gana con mucho
aunque dentro
Pedret,
misma
de una
a la de
artística,
evoluci(Sn
y ha llegado a
nosotros aun
más
cerce-
nada su obra primitiva (Láms. XVII y
figs.
1
25 a 27).
a
XXIII,
La cons-
tituven una capilla, pró-
ximamente cuadrada, y una especie de crucero, Fig. 25. Santa
dividido
Maria de Marquet: planta.
en tres
com-
partimientos, de los que el
meridional fué destruido, quedando, sin embargo,
arcos y bóveda para juzgar de
(i1
Desde
la
él.
Las
tres
lo
bastante de sus
naves, que a continuación se
estación de ferrocarril de San Vicente de Castellet basta andar cosa de un
kilómetro rio arriba para llegar a esta
iglesia,
pudiéndose
-64-
ir
aun en
tartana.
MARQUET desarrollaban, lampocu existen, habiéndolas sustituido una sola,
como
del
con bóveda de cañón peraltado sobre arcos perpiaños, ventanillas
siglo Xll,
con doble derrame y puerta arqueada, todo ello de manipostería menuda, pero cuidadosa. De lo antiguo quedan un arranque y cimientos a norte,
que permiten reconocer su El
aparejo de
seros:
y
donde
los
sitios
la
hay. en
exactamente
largo,
el
mismo
de
la
nave actual.
parte primitiva es de mampostería o sillarejos grolienzo de hacia norte y partes altas centrales,
el
cantos aparecen sistemáticamente colocados formando raspa,
opus spicatum, que
decían los latinos. Los cañones de
va peraltado en herradura
de
el
la
capilla
bóveda
son,
mayor, ya en semicírculo y respecto
paralelos
ambos
de
aquél,
colaterales; se voltearon
sobre zarzos de cañas, que han
dejado su impresión, trias,
mo
la
en
la
como
es-
argamasa, y asimis-
ostentan algunos arcos.
Éstos son de herradura todos: los torales
con desarrollo de dos
tercios de su radio, a
más
semicírculo, y los arcos
jvmw^ Fig. 26. Marquet: sección transversal por
el
res
crucero.
del
meno-
prolongados en una mitad
del tal radio: rizontal
el
dovelaje es ho-
inclinán-
por abajo,
como jarjamentos (i) al tomar tramo superior. En forma análoga se
dose débilmente luego, v formando algo direccirSn radial o suprarradial su
fraguaron
las
bóvedas, según permite verlo
la
de hacia sur, hoy medio
arruinada. Las impostas, aunque tan rústicas, algo se acercan nácela: los salmeres
quedan
retraídos algún tanto respecto de ellas, y
diámetro del arco excede siempre, y no poco, bas respectivas. Las
ventanas
queándose en herradura tangular
(i)
la
del
la
al corte
de
al
hueco de entre
las
de el
jam-
tienen amplio derrame hacia adentro, arla capilla
(Lámina XXIII). y siendo rec-
tramo izquierdo.
Jarjamentos o jarjas son los hombros del arco aparejados a hiladas horizontales,
procedimiento usual en
lo
árabe español, así
como en abovedamientos ()D
góticos.
CATALUÑA En un velo tería,
mayor
capilla
la
atraviésase en alto
un madero, que conserva
adornos pintados, y haria veces de trabes para colgar lámparas o
restos de
acaso.
como
Queda
En
hay un macizo cuadrado, de mampos-
la capilla lateral
base de altar. incierto
un punto, a saber,
tramo central
cubierta del
la
del
crucero. Allí aparecen remetidos hoy dos muros, a derecha e izquierda,
con aberturas para entrar en
capillas
las
bóveda de cañón, mucho más baja que
y soportando una
laterales
los arcos torales
caberos y con una
Encima fórmase
tronera.
un aposento con puerta hacia sur,
no
muy
antiguo y
cubierto de madera y
teja,
en forma bien mezquina. Rastros de otro cerramiento
abovedado, de corona-
ción ni de ventanas, no se
perciben. La tronera de
la
bóveda, para registrar algo de
la iglesia
der a
ella
y aun deseen-
desde
el
^^^^^^^^^^^^^^^
referido Fig. 27. Marquet: sección longitudinal de
la
cabecera.
aposento, asegura que se trata de vivienda o refugio;
pero
disposición de
la
encajados malamente y deformando toda
la
la
bóveda y muros,
obra, da testimonio de que ello
un expediente brutal y relativamente moderno. Para resolver cómo se cerraría aquel tramo, de 3 por 2.10 ms., donde correspondería cimborio o fué
una
torre,
faltan datos y ejemplos sobre
simple cañón atravesado parecerá
lo
más
Tarrasa, Canapost y Amelie-les-Bains
do longitudinal y más
muros
alto, lo
que
inferir hipótesis; quizá
sencillo,
(i);
como en
un
san Pedro de
o bien otro cañón en senti-
que podría explicar
el
grueso mayor de los
laterales primitivos.
Con toda
su rudeza,
la
de Marquet constituye un tipo
iglesia
más
complejo, más singular y que tal vez refleja otras construcciones de arte cuidadoso y fino, ya desaparecidas.
(i)
Puig y Cadafalch: Ob.
cit.;
t.
I,
fig.
—
358 y
66
—
t.
II, fig.
146.
SAN JULIÁN DE BUADA Así se llama hoy citó,
de pasada,
Juan
(2),
y un
pueblecillo a que esta iglesia corresponde, y así
el
el Sr.
Sanpere
documento de
de Buadela, según Balari
(3).
El Sr. Montsalvatje
(i).
1362
como parroquia de
designa
la
De todos modos no consta su del siglo XII,
dral de cia,
en
dán
(5),
san Juan
existencia antes
fué cedida a la cate-
Gerona
(4);
la fértil
llanura del bajo
y está en su provin-
abandonada y
modo que se
cuando
(Láms.
Su aspecto
a
Ampur-
sin culto hoy, de
poco en arruinar-
es fácil tarde
XXIV
la
nombra san
la
XXVI
y
figs.
28 y 29).
mezquinísimo: su cons-
es
trucción revela un tímido esfuerzo ante
problema de
abovedamientos, y contrasta su ruda manipostería en muros
el
y bóvedas con
los
cuidadoso aparejo de
el
muy
arcos, hechos con sillares tados, atestiguando
L'art barbre; pág. 30.
(2)
Noticias históricas de t.
bien cor-
un esmero inverosí-
(i)
de Gerona;
los
XVII, pág.
20.
la
provincia
El señor Puig
la
llama sant Feliú de Boada, equivocadamente, pues
cuya
éste es otro lugarejo distinto,
como doc.
San Julián de Buada: planta.
Fig. 28.
Ob.
cit.;
(4)
Montsalvatje: Obra y lugar citados. Dice que
III,
y relaciona
Córdoba en (5)
el
«estilo árabe» del
1017
iglesia se cita
(Marca hispánica:
CLXXIV).
(3)
guer
parroquia en
edificio
con
pág. 106. la la
cesión fué por
Ramón
Beren-
expedición de los catalanes a
1010.
Desde La Bisbal
unos cuatro kilómetros,
la
se
puede
ir
en cochecillo a Buada; pero cae
estación de ferrocarril de Sant Climent, en
—
67
-
mucho más
la
cerca, a
línea de Palamós.
CATALUÑA mil,
dada
la
considerase
miseria del conjunto. Quizá cuando este edificio surgía se
como una obra
de Fonollar. en
el
maestra; y
lateral,
vez imitación suya es san Martín
tal
Rosellón, que tanto se
Una pequeña nave compartida capilla con
le
parece
(i).
en dos tramos por un arco, puerta
planta de trapecio
hastiales constituyen el edificio,
le
muy
ridad de aparecer desligados los tres
ambos
fondo, y ventanitas en
al
mal replanteado y con la particulatramos de que se compone, como si hubiesen ido agregándose
uno
a otro; pero quizá se
pretendi(')
con
ello localizar
cualquier ruina o desplo-
mo
que, con motivo de ar-
cos y bóvedas, se suscitase.
Las bóvedas son de cañón, prolongado
de
el
la
forma de herra-
capilla en
dura; y se voltearon sobre zarzos de cañas, entreteji-
dos cuidadosamente,
que
quedar im-
determinan,
al
presos en
argamasa, un
la
gracioso dibujo (Fig. 30).
Sin embargo, se superpuso otro revestimiento, y, ade-
más,
la
capilla y su arco
tuvieron pmturas Fig. 29. San Julián de Buada: arco de
la capilla.
gran
aun
se perciben,
dominando
los colores rojo
ventana de
período románico. La
la
al
fresco
de santos con nimbos, en serie,
cuyos vestigios
y amarillo: quizá datasen del
capilla
forma un arquito de herra-
dura, cuyo derrame inferior acaso no es primitivo, pues se obtuvo a costa
de reducir se
la
altura del hueco por fuera.
vislumbra, tapada
fi)
Puig: Ob.
cit.;
l.
como
1,
se halla,
por
La otra ventana de
las
los pies sólo
hiendas del revestido, y sería
pág. 379. Fotografías de D. Adolfo Más, de Barcelona
—
68
—
nUADA if^ual
que
la
otra.
En
la
puerta
se reconoce
mal loque haya de primitivo;
quizá fué un arquito, trasdosado por una contrajamba, visible hacia poniente y por ruda, arquivolta de lajas; las
jambas de
sillería
y
el
dintel,
que
hoy están caídos, parecen modernos.
Ambos arcos
torales, de herra-
dura, resultan curiosos por
la
total
diversidad de procedimientos con que
fueron hechos, no obstante hermanar su aspecto y materiales. El de pilla (Fig. 29)
la
ca-
excede en poco de un
tercio del radio su prolongación
por
bajo del semicírculo; las dovelas, en Fig. 30. Buada: impresiones en las bóvedas.
número de
treinta
y
seis, lo
que equi-
vale a dar idea de su estrechez, no van trasdosadas, y respecto de su direc-
ción pocas atluN'en bajo, ya por
al
centro de
encima de
él,
la
curva, yendo a puntos diversos, va por
con poca regularidad, haciendo creíble que su
Fig. 32. Buada: impostas del arco medianero.
Fig. 31. Buada: impostas del arco loral.
trazado no se regía por un patrón de conjunto, sino por plantillas empí-
ricamente ordenadas, variando de los dos tercios bajos en este último tan sólo donde
la
forma de cuña y
-
69
-
la
al central,
y siendo
convergencia se pro-
CATALUÑA curaban con relativo esmero. Toda
mente respecto de jambas
e
arquivolta se retrae considerable-
la
impostas,
puntas como dientes de lobo, modelo
las
casi
cuanto conocemos de aquellos siglos (Fig. El otro arco
manes
(Liím.
XXV) guarda
del siglo X, resultando
Cataluña,
lo
que
tal
línea de impostas,
exactamente igual a
la
las
jambas
obra? De hecho
al
filete
y único en Cataluña, y sin par en 31).
musul-
los
mozárabe por excelencia entre todos
la
si
número de
los
Su prolongación de curva
de
treinta y una,
luz de las jambas, y las impostas 32):
muros
al
centro
laterales y él
70
es
forman nácela
halla todo deformado, por haber
se
empuje. ^Se añadirla
los
convergen
llega al
bien tampoco van trasdosadas; su diámetro
con breve semibocel debajo (Fig. cedido
adornan con un
vez da indicio de cierta posterioridad respecto del de
semirradio; sus dovelas, en la
se
conformidad absoluta con
Olérdula, por ejemplo, tan arcaizante.
de
que
—
este arco
después para asegurar
aparecen desligados.
V
ASTURIAS EN
la
región cantábrica
árabe fué más rápido
por ostentarse
resurgir cristiano después de la invasión
el
intenso que en los Pirineos, y se caracteriza
e
como prosecución
del poder visigodo neto, y
como
oligarquía aristocrática por consiguiente, sin arraigo popular y aun rela-
jando aquella fisonomía romana que
impusieron en otro tiempo a
pecho de
el
mantener
ni
aun
conveniencias del país español
de Toledo, con menoscabo y a des-
germánicos. Estos revivieron en
los tradicionalismos
la ficción
rido
el
A
sesgo
de soberanía nacional, abandonada por
mero hecho de no acuñar moneda y de contentarse con
pes sus caudillos.
el
nueva Monarquía, ya que en Asturias era impo-
legislativo especial de la sible
la corte
las
la vez,
título
de prínci-
y robusteciendo este criterio, resultaba transfe-
dominio español, con
visos de derecho, a los
musulmanes, según
acreditan sus prerrogativas aun sobre lo eclesiástico, en proveer obispados
y convocar concilios, arrebatándose
que
ellos
a orientación política,
pudo consolidarse, gracias
mente, Alfonso
godo
la
enorme fuerza
social
representaban.
En cuanto rias
así al
ella se dirigió el
una vez que
a pactos
hacia Francia,
con
como
los
el
señorío godo en Astu-
musulmanes probable-
atestiguan las relaciones que
Casto, primero de los príncipes asturianos
sostuvo con Carlo-Magno, que
le
que organizó
corte,
llamaba en cartas «su cliente». Frustrados
—
71
—
ASTURIAS luego los planes de conquista que
emperador fomentara respecto de
el
España, y decayendo progresivamente en poder lingios, la eficacia del inllujo francés
hubo de
desde que una serie de campañas contra
los
los sucesivos revés
ir
caro-
menguando, sobre todo
cordobeses y largos años de
paz sucesivos pusieron a Asturias en contacto vivo con Andalucía. Este intervalo de un siglo, edificios cual
no
la
el
IX, se llena en arte con una serie de
ofrece tan copiosa país alguno, gracias a ser
región culta de España que se libró de incursiones siglo X. Ello cae fuera de nuestro
sivo es
tema
única
musulmanas en
como
actual; pero,
la
el
el
período suce-
una mera y aun accidental evolución suya, cumple discurrir algo
acerca de sus modalidades típicas.
Desde luego,
el
arco de herradura, tan generalizado en edificios ante-
riores a la invasión y ya típico de lo cordobés,
para Asturias, hasta que a fines del siglo
En cambio, en
el siglo
la
forma cuadrangular de
IX
queda totalmente extraño
se inicia el influjo
VII, se mantiene siempre, atestiguando que
no alcanzó a restablecer
el
mozárabe.
las capillas, característica el
semicírculo absidal primitivo.
influjo
española
europeo
En cuanto
al
uso
del ladrillo, frecuente en Asturias, sobre todo para los arcos, provino acaso
de Francia, puesto que mal puede rastreársele origen dentro de
lo visi-
godo, y Asturias, por su estructura geológica, más bien es favorable a
un extraño fenómeno
edificar con piedra. Resulta
lombardos, a que parece ral predilección
Las la
la
ausencia de trenzados
tuvo desapego aquí, mientras gozaban de gene-
se
en Europa.
iglesias asturianas (i)
son de tipo
pluralidad de altares y advocaciones
basilical,
con
tres capillas,
demandaba ya en
según
aquellos tiempos;
dos sacristías: porche o nártex, con departamentos laterales generalmente; a veces tribuna encima, v rior,
sobre
la capilla
un refugio,
sin
más acceso que
su arcada exte-
principal. Pilares monolíticos separan las naves, con
molduras arriba y abajo; los arcos torales suelen llevar columnas; hay también pilastras encapiteladas, cosa no vista en España desde que cayó lo
(i)
A más
del
conocido libro del Sr. Lampérez, véanse: Redondo: Iglesias pri-
mitivas de Asturias.
—
— Selgas:
Monumentos ovetenses
Prados de Oviedo
Laprimitiva basílica de Santianes de Pravia.
del siglo IX.
—
(en publicación).
—
72
—
La basílica de
S.
Julián de los
ASTURIAS romano:
capilla
la
mayor
decora con arquerías murales, y
se
amplias
las
ventanas llevan losas con arquillos y adornos varios calados. Esta unifor-
midad de donde rio
la
tipo y caracteres acusa desde luego algo
anormal para España,
polimorfía es lev, atestiguando una fijeza y persistencia de crite-
que explicaría
proceso de
la
acción asturiana, o sea goda, en
la
considerar aparte dos remociones perturbadoras del suso-
artístico:
la
segunda constituye
primera sólo accidentalmente nos atañe, y
monumental, un examen
Me
el
Reconquista.
Hemos de dicho tipo
fecundo de
lo
el
tema principal nuestro;
la
dado su gran valor
exigiría,
distrayéndonos demasiado y sin provecho
prolijo,
pequeño y desconcertante grupo de San Miguel de Liño, Santa María de Naranco y Santa Cristina de Lena, que tanto ha dado
ahora.
que
refiero al
toda filiación de las
embargo, sigue mal conocido y rebelde
escribir y dibujar, y, sin
Una
estilo.
boutades de Marignan
a propósito de su cronología, y es afianzar en
definitiva la atribución a
Ramiro
cuadro de caracteres que
ellas ofrecen,
(842-850) de estas obras. Tocante al
1
ni
aun
muy
atenuado
es dable
rastrearlo en otro lugar simultánea ni anteriormente, a pesar del
avance que
la
erudición artística de
estos últimos años.
a
embargo, parece resuelta ya, contra
cosa, sin
la
Alta
enorme
Edad Media viene dando en
Queda, como solución algo verosímil del problema,
el
supuesto de un agente, con poderosa fantasía y excepcionales dotes de constructor, que, sobre la arquitectura asturiana ya consolidada, y haciendo
decoración con temas heterogéneos, produjo organismos artísticos de originalidad suma, que son modelos de lógica, de ritmo, de progreso y aun exquisitos, dentro del barbarismo propio de su siglo.
Baste consignar
tiempos de Alfonso
el
algunos rasgos: Fué típico de Casto a
profusamente, cosa no
vista,
medievales, aunque en
lo
Ramiro, a res, a
lo
menos, reforzar
asturiano,
muros con
que sepamos, hasta entonces en
romano
solía
estos estribos, sólidos y recios,
modo
los
lo
desde
estribos edificios
darse a veces. Pues bien, bajo
corresponden refuerzos interio-
bizantino, en forma de columnas, y sobre ellas cabalgan arcos
murales y otros de través, o sea perpiaños, ciñéndose a
que cubren absolutamente
estos edificios. Resultan
consecuencia, los métodos que dos siglos
tema románico lemosino. Lo de
estar
—
más
las
bóvedas de cañón
inaugurados aquí, por
tarde constituyeron
completamente abovedadas
73
—
las
el sis-
cons-
ASTURIAS trucciones ramirenses de Oviedo probablemente obedeció a preservarlas de los piratas
normandos, que, incendiándolo todo, amenazaban
aquellos años
Oviedo para
el
la
Asimismo,
(i).
Cámara
al erigir
Alfonso
el
Casto en
santa sobre otra nave abovedada, daría
palacio-iglesia de Naranco.
En
fundamental
lo
el
país por
la
catedral de
tal
vez modelo
estos edificios
cua-
dran absolutamente con una explosión de ideales nuevos, que desde mitad del siglo IX sacudió nuestro país abriendo
las
la
Edades modernas. Su
expresión arquitectónica consistió en abolir todo clasicismo; en un nuevo
canon de proporciones, con ventaja de riales ricos:
la
basílica.
Es
empuje
el
la
el
ponderada lucidez
abandono de mate-
a
que antes respon-
del orientalismo sobre lo europeo,
asalto en asalto llegó a transformar la
en
en complicaciones de estructura, y en buscar emociones de
exaltación espiritual, en vez de dió
la vertical:
el
Occidente;
que de
mas aun para Asturias
revolución era demasiado prematura y violenta, y no llegó a consoli-
darse sino a través de reacciones atenuadas
La segunda implantación a otra crisis
más hondamente
actividades hacia
la
artística, local,
(2).
dentro de Asturias, corresponde
determinada por un incremento de
parte meridional del país, que fué absorbiendo poco a
poco y desvirtuando
los
primitivos ideales políticos de aquella monarquía,
y concluyó por dislocar hacia León y hacia Castilla
los ejes
de su poderío.
Quedó Asturias inmovilizada y en decadencia, que nunca más volvieron a remediar las circunstancias ulteriores, y en virtud de ello se mantuvo con carácter conservador y aristocrático, difícilmente asequible a influjos exte-
siempre tardía en evolucionar y propensa a retrocesos atávicos. Este período arranca de fines del siglo IX, bajo Alfonso el Magno. Su
riores,
nota artística dase mediante el
arco de herradura,
con tendencia a
(i)
(Hübner: (2)
Alude I
a ellos,
como
almena escalonada y decoraciones bizanpero accidentales dentro del organismo construcirse
retrayendo su empleo y debilitarse, en forma
probablemente,
nscr. Hisp. christ.;
Añádase
aparición de caracteres meridionales,
el alfiz, la
tinas bien ostensibles, tivo, y
la
la
n.° 484) y
inscripción de
desde luego
la
la capilla
de
la
de santa Leocadia
Catedral (Id.; n.° aSg).
a la bibliografía contenida en nota anterior, respecto de estos edificios:
Monumentos arquitectónicos
de España:
varias
—
monografías.
—
Ilaupt:
Die
Rivoira: Architettura musulBaukunst der Germanen; p. 197 en adelante. mana; pág. 330 en adelante — Marcel Üiculafoy: Kspagne et Portugal.
—
74
—
ASTURIAS que un
siglo
tradici(')n
después disipóse todo
quedando
persistente la
asturiana neta, contal fuerza de rutina que apenas hay diferen-
tiempo de Alfonso
cia entre construcciones de
aun
del siglo XI y otras
D.
lo allegadizo,
Pelayo
de
Casto, las de comienzos
posteriores. Al lin, y quizá por obra del obispo
Oviedo (1101-1129), que supo levantar
país con sus escritos, y
impusieron tardíamente ríodo románico
el
fértil
aun las
a
espíritu
del
fuerza de mixtificaciones históricas, se
modas
artísticas
francesas, entrando
un pe-
en arcaísmos.
Desgraciadamente, pocos edificios asturianos del siglo y sólo fragmentos de algunos para determinar
el
que serían
las características
muy
X
se salvaron,
típicos acaso; pero ello basta
susodichas de influjo meridional,
com-
probando que, dentro de Asturias y en el campo del arte, actuaron los factores sociales dominantes a la sazón y reconocidos fuera de allí con más pujanza, según veremos. Además, como no incumbe a nuestro propósito
el
cuadro general de
los estilos asturianos, ni
cen de típico, sino exclusivamente el
lo
aun aquello que ofre-
que fueron aportaciones mozárabes,
estudio de edificios en esta región va hecho fragmentariamente, y se
omiten por sistema edificio inédito y
los
como
trazados gráficos de conjunto, salvo en un caso de
ejemplo, para no tergiversar
investigación.
-
75
-
el
alcance de nuestra
SAN SALVADOR DE VALDEDIOS «Tu generosa piedad, oh Cristo Dios, salva muchas veces a los impios tu generosa Confiésanla los hombres y
porque
te
piedad.
aplauden incesantemente
muerto confiésanla
vivificas lo
resplandezca doquiera; pues
los
hombres.
Seas amparador del mísero; asistas por tus méritos
clemencia en que sobresales
A mí mismo, me hieren
sé tú
amparador
me
en verdad, crueles
alma; y
las
multitudes;
las
al
bueno; con
la
del mísero.
atenazan
caídas mortales del
las
culpas a mí mismo, en verdad, crueles.
Resplandezca ahora clemente tu fructuosa gracia:
la
que levanta
al
derribado resplandezca ahora.
Tu
piedad nos
asista,
amparándonos en cuerpo
en espíritu tu piedad nos asista»
Con lírica
hermosa
esta
española cerrase
(i).
plegaria, la
a todos; y salvándonos
consignada en un mármol,
tal
vez
tradición del gran Eugenio Toledano, que por
dos veces había empleado semejantes ritornellos en sus poesías Existe en esta iglesia de Valdediós, y a su pie, en
conmemora
la
consagración de
ella
en 893 por
lo
se
que
que no consta
y quién, por consecuencia, elevaba
la iglesia
(2).
mismo mármol,
el
siete obispos, entre los
aparece uno mozárabe, Eleca, de Zaragoza. Pero
quién erigió
la
es
deprecación
la
transcrita.
San Salvador de Valdediós escóndese en un frondoso de Villaviciosa
(i)
rias
Asturias y León;
(2)
lám. pág.
U 190,
de tantas otras fundaciones, conserva
muchas veces publicado, por ejemplo, en
El texto latino ha sido
monumental,
número
y, a diferencia
(3),
valle del concejo
b y
5;
Quadrado:
Hübner:
I
Recuerdos
y
Vigil:
Astu-
bellezas de España:
nscriptiones Hispaniae christianae,
261.
Edición de VoUmer, en
Monumenta Germaniae
histórica;
t.
establecido
allí
XIV, pági-
nas 240 y 262. (3)
Dista
de religiosos, en
unos
seis
kilómetros de ella por carretera.
el edificio
Hay
del antiguo monasterio cisterciense.
-
7Ó
-
un colegio
VALDEDIOS íntegro su edificio, ria.
mas nada de pergaminos que den
La afirmación de que
fué monasterio es gratuita, pues no basta verla
absorbida por otra fundación real cisterciense, que
la
cobijó protegiéndola
desde 1200, y sólo, gracias a sus diplomas, sabemos que antiguo Boiges o Bogies
Magno
donde
(866-910), y a
una vez desposeído del trono?
Se
(2)
le
relegaron sus
le
buscaba en vano cerca de
Gijón, por mala inteligencia del texto de Sampiro, donde
consigna
(3);
él
la
noticia se
pero, de ser cierta su concordancia con Valdediós, se afian-
zaría la presunción, ya verosímil, de
inspirando a
llamaban de
al sitio
^Será por ventura aquel Valle Boides donde
(i).
edificó palacios Alfonso el hijos
conocer su histo-
a
lo
menos su
que Alfonso
poesía deprecatoria,
si
fundase esta
III
no
es
que
la
iglesia,
compusiera
mismo, pues de hombre letrado y erudito dejó fama. El edificio, en su disposición general, pertenece al grupo asturiano
neto y cae fuera de lical
y
los
la
categoría mozárabe.
una transcripción atenuada, ideales
En
él se
alian la tradición basi-
avances de estructura obtenidos bajo Ramiro
nuevos que arriba
se analizaron,
pueblo aristocrático y conservador Pero,
al
tiempo que
muy
por consecuencia,
y,
como
1,
viniendo a ser
razonable, de los
puestos a servicio de un
(4).
esta iglesia se edificaba,
no eran ya solamente
Asturias los valles cantábricos; estaban pobladas León, Astorga y Coyanca,
Campos Góticos y Zamora hasta el Duero. declinaba más y más hacia sur, como antes se dijo, y
y avanzaba por del reino
oligarquía goda veía crecer, allá fuera de sus montañas, en
un pueblo anónimo que
y soleada,
t.
Vigil:
(2)
Sampiro: Cronicón; núms.
La crónica del Silense
de España;
t.
II)
Risco:
«Cultrocis»
la
misma
la
España sagrada;
Téngase en cuenta
planos publicados falta indicar pecto de
la
llanura
de
mismo
la
texto: «Bortes villula»,
XXXVII, el
el
págs.
ms. 8396 de
2177
222.
la
No
Antigüedades
que no
es errata,
en
Biblioteca Nacional.
es «valle Boidis» sino
texto. Así lo entendió Flórez,
puntuando
bibliografía consignada en la nota 2.* de la pág. 74. la
fértil
(España Sagrada;
edición de Berganza:
códice Complutense (Biblioteca Nacional: ms. 1358,
el
la
antigua
pág. 604.
lección arroja t.
la
la
organizaba sobre bases diversas de
y i5 de la edición de Flórez
localidad aneja a Gegione, según
su edición de contormidad con (4)
2
(n." 62
transcribe sobre el
vez de «Boites», puesto que (3)
se
Asturias monumental;
(1)
XIV).
El centro
los
f.
En
35).
los
existencia de otra sacristía, hacia norte, y simétrica res-
meridional, cuya puerta y arranques de muros subsisten.
—
77
—
ASTURIAS las
suyas godas, ansioso de libertad, mirando hacia
los dilatados
horizontes
meridionales y discurriendo según experiencias adquiridas en su trato con
moros. Este factor social nuevo
los
que hace su aparición
artística en
es el
Valde-
dios, con elementos de indudable estirpe
andaluza, y mozárabes por consiguiente,
ya que no son mero trasplante sino adaptaciones elaboradas con vistas a
un medio
diverso, cual podrían ocurrirse a cristianos salidos de tierra precisamente cordobesa.
En
efecto,
si la
netamente asturiana;
si
mientos y formas constructivas, es obra
sus arcos son de medio punto, comprendidos los
de cantería que desarrolla su minúsculo pórtico serie de
de Valdedios, en
todos sus caracteres esenciales, procedi-
F'g-33Valdedios: ventana de la nave central.
una
iglesia
piezas decorativas
cedentes conocidos en Asturias,
lateral,
en cambio hay
sin pre-
como obra
de un escultor advenedizo, pero que allá hizo escuela, según veremos.
Todas
las
ventanas
XXIX), más
(Fig. 33 y lám. tía
que subsiste
tipo toledano
altas de la iglesia la
de
la sacris-
(Fig. 34), son gemelas, del
de San Ginés, con sendos
arquillos de herradura, alfiz, columnitas,
adornos y molduraje sogueado, conforme de tiempo de
éste a la tradición asturiana
Ramiro:
los arcos
alcanzan
al
semirradio
en su peralte.
Entran en serie también
ventana de
capilla
la
mayor
(i)
y
fig. 35),
cuyas columnas
(i)
les
si
t
la del Fig. 34. Valdedios: ventana de la sacristía.
aquélla con tres arcos semejantes a los demás, pero
exceden en corpulencia. La del hastial de
Véase dibujada, acompañando
tectónicos,
I
la
aposento de refugio abierta encima (Lámi-
na XXVIII y
1
bien incorrectamente,
al
texto respectivo, en
como
-
7«
de ordinario.
los pies,
Monumentos
arqui-
VALDEDIOS en cambio, es alfiz
tan
muy
esbelta, y
un vastago ondulado, hojas
y
flores,
(Fig. 36 y lám.
de
del
y
la iglesia
XXXI
de
y
que brobizantino
tipo
XX Vil).
Sus capiteles, con todos de
adorna su
los
y del pórtico (Láms.
fig. 37),
demás
XXX
excepto los corintios
las capillas laterales,
son acampana-
dos, con abaco rectilíneo y su collarino retorcido, variando de los bizantinos y
lombardos tan sólo por acusar, debajo de sus ángulos, planos ligeramente cón-
quedan
cavos en forma de hojas, y
así
distribuidos en dos series los
campos de Fig. 35. Valdedios: ventana alta del testero.
ornato que
les llenan:
Naranco y Lena,
recuerdan
los
de
sin su rigidez ni los recuadros de
molduras.
mero
llarse a
sobre
íSS^c^&ÉS^^i^^,
campo
ta-
modela trazos con-
biseles,
uniformemente
destacados
vexos,
en
en vez de
pero,
relleno;
Como
decoración es de
los bizantinos, su
bárbaro
llano y con
desgarbo, aunque a través de ello se rastrean
en
lo
temas decorativos usuales
bizantino
y
muy
especial-
mente en Córdoba.
Todo
parece
comprobar
que
aquí hubo un tracista andaluz, bien
experto en país,
el
arte
musulmán de
actuando sobre
tinario cincel de los capiteles v
el
torpe y ru-
un asturiano. En
ventana de
la
mavor. primera cosa hecha revélase lo que
daba de
el artista
capilla tal vez,
asturiano
trazando; a saber, una
especie de palmas, de las que
Fig. 3Ó. Valdedios: ventana de la lachada principal.
—
sí
79
—
su
no
ASTURIAS sabía salir, por lo visto; luego, aparece, en los capiteles del hastial (Lámi-
na XXXI), una trenza de
tres ramales,
corriendo por su abaco,
tal
vez
única en Asturias, mientras era tema usual en dibujos cordobeses; y por todas partes repítense con variedad palmetas, tulipanes, cogollos, tallos
ondulados, hojas dobles y picudas,
De
las
etc.
celosías del porche consérvanse dos (Lám. XXXII), no menos
excepcionales para Asturias:
la
una
es de entrelazados en cuadrícula,
Fig. 38.
Adorno cordobés
con
del
año 855. (Catedral: puerta de san Esteban.)
Fig. 37. Valdedios: capiteles del porche lateral.
un
cierto ritmo,
que acaso arguye conocimientos de
andaluz, ya iniciada. La
la
evolución del lazo
otra es preciosa, con roleos y cogollos,
demos-
trando, mejor aún que los capiteles, ser modelo cordobés, ineptamente interpretado, su dibujo (Fig. 38).
que por
sí
Queda un útimo
solo da evidencia al cuadro:
—
80
—
el
rasgo, tan elocuente
rematar ambos hastiales con
VALi)r:i)i()s
almenas, semejantes (Fi¿^. 3()),
tipo;
con
a
y de donde parten la
que coronan
las
la
íjran ^;iMezquita cordobesa
repeticiones conocidas del
tíxlas las
mismo
particularidad
de que estas de Valdedios son únicas en acercarse a las
cordobesas más
guas por
la
anti-
sinuosidad de
su cima, argumento definitivo en favor de nuestra tesis (i).
Los aleros, con
ladrillos volados
Fig. 39. A. Valdedios: almena del testero, B. Catedral de Córdoba: almena.
asoman-
do una esquina, como dientes de
son otra novedad respecto de
sierra,
Asturias, y también de estirpe oriental o andaluza
(i)
Al
hastial
muchos juzgan
de
los
pies
primitiva, y sobre ella fué izada
vértice del frontispicio,
según
enfilan otros remates bulbosos, (2)
fué añadida en tiempos
el
sia)
—y
A
lo largo del caballete del
el
tejado se
singulares.
Esta forma decorativa se halla
musulmán de Oriente
modernos una espadaña, que
almena; mas antes cabalgaría en
otro hastial enseña.
muy
abad (Dieulafoy: L'art antique de a lo
la
(2).
— palacio
a lo bizantino y lombardo.
la
tal
vez primero en
Perse; IV
las
parte, lám.
ruinas sasanidas de Firuz-
XV), trascendiendo luego
de Racca
— y Occidente — palacio de Sedrata
No muy
entrado
mozárabe de san Aliüuel de Escalada.
—
81
—
el siglo
X
la
veremos en
la
(Argeiglesia
SAN MIGUEL DE VILLARDEVEYO Cita Sampiro, entre las fundaciones de Alfonso
Miguel de Velio
(i),
que
es
indudablemente
esta parroquial,
de Llanera
haya
de san
III, la iglesia
del concejo
aunque no
(2),
que yo
dicho,
Conservando su
se
sepa.
aspecto
primitivo conociéronla arrui-
nada
los eruditos del siglo úl-
timo, y
la
atribuyeron
al
IX;
pero después ha sido reconstruida
totalmente,
en
1884,
quedando por testimonio único de su abolengo ilustre una piedra en lo alto
celosía de
del testero (Fig.
seme-
40),
jante a otras de Arguelles y
de Liño, y sobre todo a hastial de esta última
pero toda
ella
más
basta,
como
de
Además, en
si.
el
la del
iglesia;
recia
y
material daba ser de
he-
rradura sus arquillos estriba '-v^/
la
>--
monio dc
Fig. 40. Villardeveyo: celosía de la antigua iglesia.
de
la
(i)
Cronicón;
(2)
Es
que (3)
n." 2 de la edición de
fácil visitar este
dista
principal diferencia, testiintlujOS
nueVOS
(3).
Flórez arriba citada.
pueblo, apeándose del ferrocarril en
la
estación de Villabona,
poco más de un kilómetro.
Vigil (obra citada; pág. 416) dice
que
Pedro Armada Valdés hizo una descrip-
D.
ción de esta iglesia antes de su derribo; pero en vano se ha buscado, a ruegos míos, en
archivo de
la
Universidad de Oviedo.
¡2
—
el
SAN ANDRÉS DE BEDRIÑANA Sirve de parroquial a una aldea cerca de Villaviciosa, hacia norte
De su
historia ni
una palabra
se sabe, ni
hace gran
ya que
falta,
la
(i).
parte
conservada primitiva recibió decoración verosímilmente por
mismo la
artista
el
seudoandaluz que
de san Salvador de \'aldedios.
Es de nave única y hasta sin porche, si
como
ermita, puesto que
tiene puerta lateral ella es
mo-
derna. Postiza también su cabecera, lleva
un arco
toral
romá-
cuatro
columnas,
XI 11
ya: pero la
nico
sobre
como
del siglo
Fig. 41. Bedriñana: ventanas laterales de la iglesia.
capilla
mayor,
asi
como
otras dos late-
rales hacia norte, parecen
nas.
Mide
la
más moder-
nave 7,65 por 4,33 m. de
hueco. Su puerta, a los pies, está hecha
con
tres piedras,
según costumbre en
siglo IX: sobre ella existe
arqueada, con celosía: de
sillares,
y en
la
las
el
una ventana esquinas son
que revuelve hacia
norte queda un modillón de corte con^Fig. 437B¡dlTñana: celosía, a los pies de
(i)
^
la iglesia,
vexo V con
estrias, tipo repetido
veces por allá, desdc que cn Santullano
Dista ella escasamente tres kilómetros, hacia norte.
-
muchas
83
ASTURIAS de Oviedo aparece, sirviendo para apoyar tal
hubo de
ser la
las rastras
cubierta de dicha nave. En
de una armadura, que
los lienzos
de sus costados
abríanse, casi a tres metros de altura, seis ventanas gemelas, de las que sub-
una
sisten
Con
dos a mediodía, sin su columnita central todas (Fig. 41).
a norte v
decir de ellas
que son idénticas
a las de Valdedios, se escusa
repetir lo de sus arcos de herradura, guarnición
Uos en
las
y
alfiz
sogueados, adorni-
albanegas y sencillas columnas laterales. Respecto de
también responde
sía (Fig. 42)
al
mismo
criterio artístico
que
celo-
la
principal
la
de Valdedios, adivinándosela compuesta por tallos ondulados y tangenciales, el
con sus brotes de roleos. y todo
ello rítmico, a
modo
cordobés; pero
intérprete no acertó sino a recortar y grabar finamente círculos con
No
protuberancias formando espirales.
aun
como obra maestra en
vale
obstante produce buen efecto, y
su género. Mide 99 por 56 centímetros.
SANTA CRISTINA DE LENA La célebre ermita grino iconostasis
(2)
(i) sólo
nos interesa por cuanto se
en tiempo desconocido,
si
la
dotó de un pere-
bien próximo
al
de su edi-
ficación. Iconostasis así había en todas las iglesias asturianas de estos siglos,
pero sólo
de Lena se ha conservado completo: y que
el
él
demués-
fué postizo
modo
de adherirse a los muros y por su arte bien diverso, a más de estar hecho con piezas de acarreo, cuya ausencia caracteriza justa-
trase por el
mente
el
grupo de
edificios a
que
este de
Lena corresponde (Lám. XXXIII).
Tres arcos peraltados, sobre columnas,
le
forman: éstas son de mármol
y hermanan con ciertos capiteles certísimos de tiempo de Ramiro
que
se hallan en
Véase
la
puesto
Santa María de Naranco, y datarán de entonces (Lá-
mina XXXIV). Son más probablemente godas (i)
I,
bibliografía de la pág. 74, nota
2.',
las piezas del
además,
y,
el
cancellum
o
estudio especial de
D. Juan B. Lázaro, discreto restaurador del edificio. Existe la ermita dos kilómetros apartada,
hacia norte, de la estación de
Es
(2)
presbiterio,
llamarla
así.
gración a
la
el
Campomanes, correspondiente
nombre que, en
las iglesias
de
generalmente con arcos y donde
se colocan
Detrás corre un velo para ocultar a lus laicos
comunión.
-
84
al ferrocarril
ritos orientales,
-
el
de León a Oviedo.
designa
la
delantera del
imágenes, de que proviene oficio divino,
desde
la
el
consa-
f.ENA
pretil, tral,
con adornos y letreros, que forman barrera en
l-^ncima de los tres arcos, bien peraltados, sube
cinco celosías, rudas y desiguales, de
que
las
central lleva una serie de
la
arquillos de herradura calados; y sobre ello, por arcos,
rematando
Mezquita cordobesa
esta idea
de arcos superpuestos?
mil, y en todo caso el
hecho de
celosía, dicen algo de
mozarabismo. Otras
Valdedios,
como
las
más complicada
mol antiguas, pues quedan
Hemos la
quizá también
primera de
la
de inscripción visibles en una de
pasaría la
ellas.
las
ejemplo, en
ellos
Por consecuencia,
también con arcos v
Lena, fueron usuales en Occidente, por
tegurium
o baldaquino,
trabes direc-
la
Catedral de Torcello.
ruinas de San Pancracio en Canterbury
que
estos
ciertas regiones
de ocultar a
los
fieles
una parte de
corre tras del iconostasis; y
memoria de que
la
liturgia,
mediante
aunque en Occidente,
ello se practicase,
tenemos aún
la
las cortinas,
dragesimale», con que se cubren los altares en cuaresma,
práctica
velo
el
parecer,
al
donde
no tuvo
cobija los altares,
acogida. Respecto de su uso, los ritos orientales han conservado
mode-
como en
escalerillas laterales,
Roma
que en
de Benian, del
la
es de creer
menos en
lo
(i);
y San Miguel de
(2)
como
pero sobre todo basílicas africanas,
algunos de
la
Oriente siguen
el
Véneto, dispuesta
al
de otra iglesia romana mal definida
las
siglo V. y las de Tigzirt (4).
el
la
hechas utilizando losas de már-
y bella: están restcjs
de
cuadricu-
celosías de éstas son
de Priesca, y recordando algo
moda columnas, como por allí
Casos más antiguos ofrecen
los,
parece inverosí-
los arquillos
reforma galicana bajo Alfonso VI. En todo
tamente sobre
(3);
semejanza, junto con
Gran
X, dando a entender que su existencia fué general en España
usándose, y de
Capua
la
No
la
de volver a encontrarnos con iconostasis y trabes en igle-
sias del siglo
antes de
cabalgan otros tres
fin,
obra. ^Estará inspirada en las arquerías de
la
ladas o jaqueladas,
intercolumnio cen-
el
un trecho macizo con
que
se
no hav
«velum qua-
como recuerdo
de una práctica análoga. Sería costumbre, a lo menos, recatar
el
santuario
fuera de las horas litúrgicas, puesto que velos en abundancia, donados a
nuestras iglesias en los siglos de que tratamos, atestiguan
Le origini della architettura lombarda;
(i)
Rivoira:
(2)
Id.: id.; figs.
(3)
Cattaneo: L'architccture enltalic..,; pág.
(4)
Gscll:
Les
el
fig.
hecho. 425.
427 y 428.
monumcnts antiques
—
85
179.
de lAlgcrie;
—
t.
H,
figs.
117 y
137.
SAN SALVADOR DE PRIESCA Y SAN PEDRO DE NORA Diversa categoría vienen mereciendo estas iglesias que, sin embargo, son
hermanas:
la
de Priesca figura en los
«Monumentos arquitectónicos
de España», y
1
se la trae y lle-
va con
los prin-
cipales edificios
de
la serie
astu-
riana; consta su
consagración en 921, y responde
con absoluta delidad
fi-
tipo
al
de iglesias arriba descrito
(i).
La de Nora
(i)
(2)
•
Es del con-
cejo de Villaviciosa,
y dista de su capi-
unos
tal
seis
kiló-
metros hacia oriente
de
,
poco la
desviada
carretera que
va hacia Colunga y Ribadesella. (2)
se
Deteniéndo-
en San Claudio,
estación que es del ferrocarril
de Ovie-
do a Trubia, pue-
Fig- 43-
de llegarse a Nora
San Pedro de Nora: planta.
andando poco más de dos kilómetros.
86
—
PRIESCA Y NORA es
absolutamente desconocida; de su historia no sabemos sino que en qoS
se la cedió a la Catedral de
sencillo, sigue el tan
Oviedo
(i),
y su edificio, aunque algo
invariable modelo, con
mayor
más
esbeltez y desahogo
en su traza (Figs. 43 y 44).
Respecto de estructura, ellas retroceden a antes, caída en
el
vacío toda
la
los
métodos de un
siglo
gran evoluciiui lograda bajo Ramiro y aun
Alfonso
bajo
Magno,
sin
el
quedar
en su bárbara decoración rasgos de
mozarabismo tampoco.
Nos encon-
tramos, pues, ante
un
rutsinarimo
evidente y una de-
cadencia, que res-
ponde
muy
bien al
estado político: Asturias caía ya fuera del círculo de proSan Pedro de Nora: perspectiva
Fig. 44.
interior.
greso del reino; corte residía en León, y nuevas fuerzas e ideales lo
la
impulsaban todo hacia
sur; su papel histórico había terminado.
No
obstante,
a la zaga todo
como
la
inmovilidad en arte
marcha convergente hacia un
podía menos de acusarse un reflejo de
lo
es
absurda, v más o menos
ideal,
en estas iglesias no
que ya caracterizaba
el
leonés, y así ostentan el arco de herradura, tímido, incierto a veces y
a desgana, pero
marcando con
cierta progresión: las arquerías
punto; los demás arcos de
mucho, y
fi)
Vigil:
obispos en t.
los
XIV, pág.
el
de
las
la
sello elocuente la obra.
como
nótase
murales de su capilla mayor son a medio
cabecera, simplemente peraltados,
aunque no
naves y porche, de herradura, con prolongación equi-
obra citada; pág. 229. Es una de
concilio
En Priesca
arte
las
iglesias citadas
segundo de Oviedo (España sagrada;
401).
-
87
t.
como
residencia de
XXXVII,
pág.
aSo y
ASTURIAS valente a un cuarto de su radio. Dos ventanas gemelas, hecha de ladrillo
una y monolítica reentrante.
zárabe,
su
alfiz
En
la otra,
dan una curva bien peraltada, mas dudosamente
estas ventanas
es
novedad para Asturias, en sentido mo-
desaparición de columnas laterales; y
la
correspondiente, sin dejar espacio entre
él
la
En Nora
segunda ventana y
lleva
los arquillos.
arcos y bóvedas son peraltados y casi siempre reentrantes,
pero sin exceder, ni aun llegar a veces, a un cuarto del radio su prolongación vertical respecto del semicírculo.
SAN MARTÍN DE SALAS De
esta iglesia, en su estado antiguo,
empotrados en la
edificio
puerta del hastial
(i).
moderno
no existen ya sino fragmentos
e insignificante,
Consta su donación a
la
aunque
sea de arte gótico
Catedral de Oviedo en 896;
pero sobre todo conocemos
la
trucción de 961, gracias a
los
dichos
fragmentos,
abundan
que, destruida de iglesia,
suso-
que
los
inscripciones, ya deprecati-
vas ya históricas
la
entre
recons-
un
(2).
Resulta de ellas
mucho tiempo
cierto
Adefonso,
fesso, o sea penitente,
la
atrás
con-
mandó
re-
novar, mejorándola, en dicho año, y allí
fué sepultado en 969.
para crcer de cstírpe
Fig. 45. San Martín de Salas: ventana en su fachada meridional.
real,
Ahora
como
bien, se
ha
supuesto, a este piadoso y culto personaje,
(i)
sobre
monje
vez, no
hay razón alguna: precisamente Adefonso,
San Martín constituye hoy un
la carretera (2)
tal
Vigil:
de Oviedo a Tineo, en
Obra
citada;
barrio, la
próximo a
la villa
de Salas, y ésta se halla
que hay servicio ordinario de coches.
con láminas, que copió Hübner en
paniae christianae, núms. 494 a 604.
el
I
nscri pt iones Mis-
SAN MARTÍN DK SAI.AS primogénito de Froila otra iglesia en
II,
con quien se ha tratado de identificar, edificó
mismo año
el
(j5i,
y
la
inscripción alusiva de ello consigna
su ascendencia, cosa que falta
en
las
de Salas
Subsiste a
la
(i).
cabe-
cera una ventanilla con
arcos gemelos de herra-
dura y guarnición, todo ello en una sola piedra,
Fig. 46.
San Martín de
Salas:
fragmentos en
la
fachada septentrional.
que mide 5o por 38 centímetros (Lám.
XXXV).
Otras cuatro ventanas compónense de tres arcos,
levemente prolongados en herradura y más ancho
que
los tiene iguales,
central, excepto
el
sobre parejas de columnas y con
alfiz,
una
desarrollado
en faja con adornos. Su ancho toacerca a 80 cmts. (Fig. 46).
tal se
Dos de
ventanas, colocadas
estas
hoy hacia
sur, están completas; las
otras, en el lado contrario,
servan sino
no con-
piedra superior, con
la
arcos y alfiz (Fig. 46); y todas ellas,
en
el
campo que media
y otro, albergan catorias.
con e
la
la
tres tableros
cruz tan repetida en Asturias
fragmentos de Piedra en
leyendas depre-
Hay, además,
inscripciones
Fig. 47. San Martin de Salas:
entre unos
(Fig. frisos
47),
y dos
decorativos.
La prodigalidad ornamental de
fachada meridional.
Valdedios, que se nos eclipsara en Priesca y Nora, vuelve a enriquecer estas piedras, definitiva.
Hay algún adorno, como
tallo vegetal,
técnica de relieves de Valdedios; pero en todo lo
tamente a
biseles,
como
tud, otros andaluces,
(i)
Vigil:
Obra
si
bien ya en despedida
donde
demás
se
mantiene
la talla es
la
resuel-
bizantina, y sus temas repiten, a veces con exacti-
aunque desarrollados
a capricho,
dando
clara
citada, pág. 329: inscripción de Santa Eulalia del Valle.
- 8y-
prueba
ASTURIAS de mozarabismo. Alguna vez aun perseveran
sogueadas;
mas
la
necido, pudiera ser
En (I
molduras
piedra donde ello se observa, con cruz y letrero desva-
más
antigua.
1006 era monasterio, cuando fué cedido segunda vez, juntamente
con otros y todos sus bienes, quita
las tradicionales
a la Catedral
de 0\ iedo por
reina Velas-
la
).
SAN MARTÍN DE LASPRA Y SAN MIGUEL DE BARCENA Tras
las
piedras excepcionales de San Martín de Salas no volvemos a
hallar cosa parecida. Rutina y
modelos antiguos siguen campeando en
las
escasísimas obras conservadas; pero el
arco de herradura tampoco des-
aparece, según
ventanas
dos ejemplares de
monolíticas,
diseñando
sendos arquillos gemelos y ambas fuera de su lugar primitivo, por reedificación de las iglesias a
que co-
rresponden.
La una de Aviles
está en
Laspra,
(2); lleva
territorio
por parteluz una
columnilla sin capitel, y otras dos
medias a
los
lados,
indicando que
probablemente corresponde
a
los
primeros años del siglo X. Su tamaFig. 48. Laspra: ventana.
_
es
r
c /iro\ de 76 por 63 cmts. (Fig. 48). ,
no
..
El segundo ejemplar, rudísimo, con arquillos casi redondos del todo y
(i)
España sagrada;
(2)
Dista pocos centenares de metros de
t.
XXXVIll,
285.
pág. la
modernísima estación veraniega de Las
Arenas, a donde llega un ramal de ferrocarril desde Aviles.
—
90
—
LASPRA Y BARCENA sólo la
una columna en medio (Fig.
iglesia
49), se
conserva en
lo alto del testero
fundado en 973 por los condes D. Vela y Totilde, iglesia de hoy es románica, de la segunda mitad del menos, y
siglo XII, a lo
En
de
de Barcena, concejo deTine(j(i), donde hubo un monasterio
el
muy
está
se{j;ún
dicen
(2).
La
derrotada.
claustro hay una piedra sepulcral,
muy
bárbara, con orla andaluza de hojas y letrero que
parece decir: «-|-
Hin nomine domini
corpore conlegite requiescit confessa et obiit
ec lapide posite a kapite
fámula dei arogontine
ic
kalendis septembris era
lili feria die
milessima XLI a.»
Corresponde
al
año 1003
Probablemente
(3).
difunta es una Aragonte, conocida los
condes fundadores
prueba
la
(i)
Dista de
(2)
Yepes:
(3)
Vigil:
(4)
el
Fig. 49-
Barcena: ventana."
nieta de
horrible estilo con que está redactada
incultura miserable a que Asturias llegó en este tiempo.
tipo de letra es
(Obra citada,
y
(4);
como
la
Su
también mozárabe (Lám. XXXVI).
Tineo unos once kilómetros por sendas de herradura.
Corónica de Obra
citada;
la
orden de
S.
Benito;
VI,
f.
13.
pág. 673 y lámina correspondiente. La transcribió
n.° 5o6), interpretándola mal.
España sagrada,
t.
t.
XXXVIII,
—
pág. 64.
91
Hübner
VI
GALICIA
NO
obstante las grandezas relatadas acerca de
tela,
obra de Alfonso
ni las
Todo hace sospechar que dino,
comprobándolo
la del
el
el
del siglo
subsuelo de
edificios tan miserables
dio albergue, sucesivamente,
misma
cesión refrendada luego por
allí
por
la capilla
pobre y anode Samos
(2)
abad Argerico y su hermana
al
musulmán, en tiempo
procedencia, bajo Ramiro
Ordoño en
presbítero, cordobeses, puestos
basí-
Sil.
Sarra, venidos desde Spania, o sea de país Froila; al obispo Fatalix, de la
como
la
allí,
IX o X, que yo sepa.
arte gallego en" estos siglos fué
abad Tranquila junto a Rivas de
Samos
aparece resto alguno
ni
amplias excavaciones practicadas en
han aportado elementos decorativos
lica
y
que
III (i), ello es
Compos-
de
la iglesia
el
853; a cierto
mismo
del rey I,
con-
Audofrido y a un
rey en 852; y, por último,
monja María y el presbítero Vincencio, que llegaron también huyendo de Córdoba (3). En 902 anejóselc otro monasterio, bajo
al
abad Offilón,
la
de san Vicente, fundado en 786 por Aduano, hijo de cierto Egila,
título
emigrado de país musulmán con su familia, reinando Froila
(i)
España sagrada;
(2)
Villa-Amil y Castro;
(3)
Yepes:
Historias...;
Arch.
hist.
(4) así:
XIX, pág.
t.
p. 143.
nac; ms. 267 B,
fs.
sagr.;
t.
19.
XIV, pág.
t.
367. — Bibl.
ct
ecclesiam.» Esp. sagr.
,
mazon t.
III,
f.
216 vto.
— Sandoval: 260. —
nac, ms. 18387,
f.
363 a 355, donde se copian tres cartas reales inéditas.
Se hizo esta fundación con monjes de Samos, uno de
«Avolinus e(d)itor
la
344.
Iglesias gallegas; pág.
CorónicadelaOrden de san Benito;
— Esp.
Mas
(4).
XL,
qui
p. 367.
cum
propria
manu
Véase, además,
—
93
—
el
ellos arquitecto,
misit
fundamentum
susodicho ms. 18387,
f.
que firmó in
262.
illam
GALICIA relajación y los vicios no cesaron de
corromper aquella
casa, exigiendo
una inmediata reforma. La semilla mozárabe parece haber prendido Galicia, v careci(3 de elicacia en lo tocante a arte. Sólo
mal en
de
mozárabe
estilo
hacen excep-
Celanow
y Vilanova, que son como en su lugar veremos (i).
iglesias del ilustre san Rosendo,
ción las
muy
leonés,
SAN PEDRO DE ROCAS A
monasterio, análogo por su disposición
este
Peña, viene atribuyéndose origen godo, sin inscripción
allí
conservada
(2),
que
más
al
de San Juan de
la
garantía que una extraña
se asigna a la
Era 611, cuando su tipo
de letra y otros indicios obligan a leer
Era
1
1
de mil. de ejemplos. la
dando
(5cxi),
1
1
lo
que
signo
al
valor
6,
probable haya otros
es
Con más
verosimilitud corre
leyenda del caballero Gemondo,
rado a este
para hacer vida eremí-
sitio
donde luego fundó un monas-
V
tica,
instancias de Alfonso III, do-
terio, a
mismo rey. Al fin se corporó como priorato a Celanova
tado por
el
(i)
Capitulo VIII;
(2)
Boletín de
ria;
XLI, pág.
t.
tal
5o2.
Acad. de
La
losa en
(3).
menos
Histo-
la
que
caja, abierta
vez se contendría o a lo
nasterio,
in-
al final.
la
bada cubre una pequeña
donde
reti-
está gra-
en
la
archivo del
el
los títulos
peña,
mo-
de propiedad
indivisa que corresponderían a individuos cuyos
nombres consigna mente: «
-f-
Eati Flavi
cidas
el
letrero,
diciendo simpleFig. 5o.
Ruve
era
S'CX'I.» Mide
molduras y una cruz, tendida (3)
Yepes: Obra citada;
t.
la
piedra 49 por 82 cmts., y se adorna con
como
altar.
retor-
a lo ancho.
IV,
f.
197 v. Se halla este santuario a distancia de
once kilómetros hacia NE. de Orense. Puede luego por sendas un trayecto
San Pedro de Rocas: soporte de
Quinedi
Her editas n. Eufraxi Eusani
de
tres kilómetros.
—
94
unos
irse por carretera hasta Vilar de Ordelles, y
—
ROCAS La excavación
en semicírculo; mas,
mente
los
de sus cuevas forma tres capillas con ábsides
artística
como
sus portadas de cantería no traspasan segura
-
últimos anos del si^lo XII, es verosímil que ábsides, lucillos y
arcos interiores no sean tampoco
más
antiguos.
Primitivamente debían ser simples cuevas, hechas capilla y viviendas,
según costumbre acreditada por documentos del siglo X dose del tiempo de capilla o gruta de
la
la
fi),
fundación, con toda probabilidad,
izquierda, hacia norte, que es una
cuyo soporte, cuadrado en su dura esculpidos en cada
el
conservánaltar de
mesa de
la
granito,
base, lleva parejas de arquitos de herra-
frente, sobre fustes y zócalo sogueados, y,
un monograma adherido a una cruz y compuesto de
además,
las letras R\'.
Mide
77 cmts. de altura por 44 de base, y coincide perfectamente con
el
asturiano de fines del siglo IX, impregnado de mozarabismo (Lám.
XXX\M
y
estilo
fig. 5o).
SAN MIGUEL DE EIRÉ Y SAN JUAN DE CAMBA Según
noticias y dibujo de D.
Ángel del
(Lugo), a pocos kilómetros de Rocas
(2),
en Mosteiro de Eiré
Castillo,
tapando un hueco
al
poniente
de su iglesia románica, existe una ventanilla monolítica,
formando arcos de herradura gemelos, de labor
tosca y
(i)
cuyo tamaño
es
de 60 por 36 cmts. (Fig. 5i.)
Por ejemplo: uno de 990 consigna, que «Pelagius cog-
nomento Zuleiman
frater»
dona
bulo sancti Martini episcopi, ad F'ig.
5i. Eiré: ventana.
centi et
270
V.)
Socueva, (2)
Véanse más adelante
las
penna intus cabala, voca-
moñacos prenominati Cres-
Gamil cum omnia mea que intus abebam»; a saber,
cereales, ropa y utensilios de oro y plata para f.
«illa
¡líos
el
culto.
(Tumbo
descripciones de San Millán de
de la
la
Catedral de León;
Cogolla, San Juan de
etc.
Unos
diez y nueve, hacia norte, pasado
el Sil
y Miño. El titular de esta iglesia es san Miguel.
-
95
-
y sobre
la
divisoria de los ríos
Cabe
GALICIA Otra análoga conserva
el
museo de Orense
San Juan de Camba, antiguo monasterio de
la
(Fig. 52), procedente de
diócesis de Astorga, pero
enclavado en tierra gallega, y que va no existe piedra
la
(i).
por 64 cmts.:
Sy
quizá está mutilada
impostas
Mide
es
y
en
de
las
granito
basto.
Dos
relieves rudísimos, de
<A
o
la
misma procedencia y con
escenas sagradas, a saber,
la
Magos y
el
adoración de
los
bautismo de Cristo, parecen corresponder
Fig. 52.
San Juan de Camba: ventana.
(i)
tado; pero
iluminando
el altar,
Dista unos 38 kilómetros el Sr.
al
según
siglo XI,
y ventana
es
verosímil que
les
sea coetánea. Desde luego,
y sus
ésta
consignadas, estaban puestas, sin duda, en iglesias,
al
el
la
similares
arriba
testero de las respectivas
rito (2).
este de
Vázquez Núñez afirmaba que
Orense, en tierra de Caldelas. allí
no había sino
las
No
piedras que
lo él
he visirecogió
para dicho museo. (2)
Es citado este monasterio en documento de io85
pág. 468).
-96-
(España sagrada;
t.
XVI,
—
VII
PORTUGAL LA
arquitectura de este país bajo los godos ilústrase mediante dos igle-
sias,
conocidas desde ha pocos años: San Fructuoso de Montelios, junto
Braga
a
(i),
y San Pedro de Balsemón, antiguo lugar de Medelo o
Amedello, cerca de Lamego
cuya advocación
cuadrado y con crucero central,
mezquita del Cristo de
revelándose además
como
la
el
santo
año 660, resulta ejemplar máximo nues-
lleva, cerca del
tro del tipo bizantino la
La de Montelios, edificada por
(2).
a
que pertenecen
Luz, en Toledo, y San Martin, en Segovia,
simplificación de San Vital, en Ravena, y con-
génere, por sus triples arcadas inscritas en tres de los arcos torales.
Su
robustez de muros denuncia un abovedamiento completo; los arcos son
de herradura, de tipo godo; y laterales
basilical sencillo
Menos
sible.
— Albano (2)
1898,
la real
de pilastras, pero corriendo
Balsemón
es de tipo
p.
Bellino
Associaíao de Architectos civis
e
Archeologos
18: la reconstrucción ideada aquí por el Sr. Korrodi es
Archeologia Christíá;
:
1900,
p.
33.
—
inadmi-
Terra portu-
191Ó, p. 5o.
Arte;
1908,
n.°''
39, 40, 48.
románica em Portugal; excursiones,
—
Terra portuguesa; 1916, n.°' ó y 7. Arte — Boletín de la Sociedad Castellana de
láms. 41 a 45.
n." 84: artículo del Sr.
Lampérez.
— »3
modo
clásica, la iglesia de
con capilla cuadrada; sus impostas de gran rollo resultan
Boletín de
portugueses; guesa;
columnas, corintias, llevan responsiones
encapiteladas igualmente, a
en torno de cada pilar.
(i)
las
97
—
PORTUGAL similares de otras, seguramente godas, que existen aprovechadas en
la
Alcazaba de Mérida. y de una hermosa quicialera del Museo de Sevilla, procedente de
la
Giralda: también las hay en las naves extremas de la pri-
mitiva Gran Mezquita de Córdoba: son
así los
modillones asturianos del
siglo IX. en Oviedo. Goviendes, Valdediós, Bedriñana. Llera, etc.. y final-
mente, ciertas impostas de Santullano. Valdediós y Priesca.
bien éstas
si
mucho menor campeo entre su molduraje. La ornamentación, bárbara como es. recuerda partes de Sta. Comba de Bande (Orense) y San
dan
al rollo
Nave (Zamora), y también, los moldurajes sogueados asturianos: pero sus antecedentes legítimos han de verse en las Cítanías romanoPedro de
célticas
la
de
la
misma
región
portuguesa, representando así
indígena
el arte
en persistente actividad.
La transformación cuando Alfonso
ulterior del país realizóse a la
llevándose consigo a los cristianos de
te.
I.
frontera por él arras<i>i¿. y
^a.
mitad del siglo VIII,
aambre que hizo huir en
berberiscos y árabes, determinaron
la
la
sentido contrario a
despoblación del territorio hasta
Viseo. Coirabra. libre del reparto de tierras entre
musulmanes
(i).
man-
tuvo probablemente un gobierno autónomo, y fué respetada también por Alfonso, constituyendo acaso
foco
el
hecho vino a
pais occidental. L'n
amenazada por enemigos, obtuvo solamente gallegos,
la
más
el
:o después de 8óó. pues,
trastorr.. el
de mozarabismo en
p*3tente
auxilio de Alfonso
Magno, que no
el
incorporó a sus estados sino que llevó hasta
allí
pobladores
quedando nuevamente urbanizadas Braga. Oporto. Viseo. Lamego
y demás ciudades
Coimbra. Viseo y
irr."
'"~'2S hasta
La:. ._.
:..-
el
Tajo.
ñn
la
987.
sumisión de
Almanzor. aunque acarrease
devastaciones, no {>arece haber desquiciado establecidas (3), y por
En
mucho
las
las
usuales
bases sociales ya
realizó su conquista dennitiva
Fernando
I.
de
1067 a 10Ó4.
(1)
(a)
Dozt: Recherches t. I, p. 74. También Saniarém, más a sur. Chroaica Albeldease: «Coaimbriam ab inimicis possessam eremavit, ;
galleéis postea p.op-.:laTii.>
Sampiro parece corregir
lo anterior,
diciendo
:
et
«Conimbriam ab
iaimicis obsessam defendit, suoque imperio subiugavit.» (3)
Portugaliae
ioo5 a la invasión
como
monumenta
histórica: cartae:
n.*
CLXXXXIV. alude ya
cosa pasada. Véase Herculano: Hist. de Port.; L
-98-
III,
nota
en
.XI II.
PORTUGAL Los fondos diplomáticos por mi conocidos aclaran bien, respecto de algunos puntos
lo anterior,
timonios directos
La
:
colonización gallega compruébase por tes-
mas. junto a
(i>;
los
advenedizos del norte, persevera
una masa de población diferente, con nombres arabizados a medias, todo en territorio de Coimbra, y de cepa tan cristiana que afecta a
&ol>re
nume-
rosos presbíteros y monjes, sobre características exactamente iguales
que
en cuyo examen nos detendremos luego trátase, por tanto, de
las leonesas,
mozárabes, y su foco más ostensible dase en
monasterio de Lorbán,
el
cerca de Coimbra, cuyas relaciones con andaluces arriba quedaron apuntadas, a propósito
dd
arquitecto cordobés Zacarías ípág.
7),
y cuyo origen
mozárabe parece indudable. Citas de esclavos moros hay también; pero
más elocuente
musulmanes perfectamente reconoci-
resulta la presencia de
quienes no alcanza rastro de nombres europeos, citándoseles siem-
bles, a
pre en igual forma, con su filiación respectiva y un gentilicio, que nunca
da entre cristianos
se
riana, por lo
menos en
tierra
ya que se observa
el
de Qjímbra. ni
hecho de no
caldaria. según práctica
allí
goda de Asturias, sino que regia
La corte
de Sevilla, y
él
nos llegados de tierras musulmanas
AfjCf
hist.,
^opauná^m Pon. moii.
Mirii e: ¿d
XIV
ns».
terra.m per
zaai. Halaí ibe^
-íist.
VI).
y
de otros cristia-
ct
— Año 1C38:
aJbcDdc Adeíonsom pnDC.ptm
cum corou
et
iOKÍooe dotnini Adeíonsi prÍAc:pb».
pomipat^ Maiiamen
CCXL,
cum
et
Sahema
corre&poQdiefiícs
t
et
il<l^ n.*
ma uro».
CCCIV).
— Núme-
Zafara ip&as siau-
Loroáa. aix» ioi5 j loiS:
^...:^ testigos, eritrt mochos: lahu iben Fa.-h ;oca
Aada AiaoiaT^ Ahmat faift.,
ílvcndc de
«Venerant saos friMTok» id pre-
de Adderahnien neptus de Hant. Zuleimar itcn Giarab
i
Pon. Bon.
o^rnum
áist.: cartae. N.» XII, año 8crr *Abdel§ar
CCXXIX, CCXXX
tierras
Aciki j Oborroi ...._-.
(jl
a.*V,
j XV^L, a. 907: «Maociputs
— N.**
«cadeo
conquistó a Q»imbra
facilitó la afluencia
«Prescrant nosxroi pnore%
Vin'taraLni>.
Pon mon.
(2)
romana
La ley
(3).
S70: «Villa qac prssimas crum
comité L-addií
rege».
I
prueba
por cónsul o alvazir a Sisnando, hijo de David, un mozárabe
educado en
(1)
su organización,
registrarse por allá juicios con
i
puso
ros
de Almanzor destruyeron
Librum udicum. Todavía cuando Fernando
del
tí.
la
como tampoco probablemente
convivencia religiosa,
la
Es, pues, notorio que ni La dominación astu-
(2).
ii>ea
L'mar .Ainiurad;. A>deii?
n.'I>LXXXI.— :^
de Pon., >• ed^
t.
lU, p- <ji
—
99
:-r.czM; san
— l-.ii
—
íec
•^e••5
Abcm
Alha-
Zttds AikairJ.
—
—
—
—
—
PORTUGAL Con
esta persistente acción del
puede extrañar que
los
formas romanceadas,
documentos
reflejo del
elemento indígena en Portugal, no latinos ofrezcan
un
cierto caudal de
habla vulgar, y palabras árabes, alusivas
principalmente a importaciones comerciales y a técnica de organización
andaluza
(i).
Respecto de arte, un solo edificio parece haberse conservado
de este periodo, v pues, consistencia
ofrece predominantes caracteres de arcaismo.
él
el
supuesto de que
la
Toma,
arquitectura mozárabe no cobró
fisonomía peculiar y valores de sistema constructivo sino después y en tierra leonesa,
como
se irá viendo.
SAN PEDRO DE LOUROSA
En
territorio de
Coimbra, sobre
y cerca ya de las estribaciones de
la
vertiente izquierda del
la sierra
de
la Estrella existe esta iglesia,
hoy parroquial de un lugarejo correspondiente Hospital, y en lo antiguo
encomienda de
dato a que alcanza para mí su historia,
Mondego,
la
concejo de Oliveira do
al
orden de Malta
más
la
(2);
único
fecha de 912, según
veremos.
(i)
mon.
a
las
que
se citan en el capítulo siguiente
hist., bajo las fechas adjuntas:
Alkazoua,
alcazaba: 1094.
Addarbis,
añádanse
Aleara o karia, calle: 1083.
éstas,
consignadas en Port.
alquería: años 897 y looi.
Scnoga,
sinagoga: 968.
— Maza-
ría, almacería, tienda: 960. — Assamassa, solana?: 1080. — Mazadoria, manantial: 944. — Alfagia, alegato favorable: 1039. Menequiis, clase de maravedís; 1084. Hallices, clase de sueldos o moneda: 1046. — Mohomati, ídem: 977. — Adaraga, escudo: 1041. Alhácama, cabestro: 922. — Arriaces, gavilanes de espada: 1078. — Alcalla, vasija de barro: 1042. — Alleale, abalorio?: 968. — Almitiga, especie de forro: 1043. Acou ve, capuchón: 1090. — Alamir, especie de tela: 994. — Hubeidi, idem: 1093. Olarí, idem: 1021. — Dulcerí, idem: 1008. En cambio, suprímanse alimonia y folie, (a)
Tomás López Mapa :
de Portugal, 1778.
—
100
—
,
>
'
¡'
-.
>
—
—
LOUROSA El edificio recibió alteraciones profundas
resuelvan
hoy para
los españoles,
incertidumbres de hoy
las
dificultan reconocer lo
más apurado, que circunstancias
primitivo, mientras un estudio directo políticas dificultan
que
(i)
y sobre todo exploraciones, no
(Figura 54: láminas XXXX'll
y XXXVIII). Su amplitud y distribución desde luego responden al tipo basiücal, con nave de 5.38 m. de ancho; otras colaterales, de 2.20. aproximadamente, por 8.63, separadas entre
como
por arquerías de a tres huecos,
sí
en Balsemón, y aquí también sobre columnas. Éstas marcan un punto de
mayor analogía con
las iglesias
mozárabes leonesas de tipo
basilical, res-
pecto de las asturianas; pero su especialidad consiste en ser de orden
dórico romano, sin cimacio ni collarino. Capiteles así no recuerdo otros sino en
la
ampliación tardía de San Millán de
CogoUa, y
la
cimacio solamente fué algo general en Asturias: pero
muy
romanas y aprovechadas, cosa
si
estas
que afianza más dicha
la
cripta de la Catedral de Falencia,
cos y las
donde sirven de basas
fustes son cortos, de i.i5
ellas v
Balsemón y en capiteles dóri-
m. en longitud;
sobre los capiteles retráense algo los salme-
cosa que, según ya sabemos, parece señal de arcaísmo. Tocante a los
arcos. "son de herradura,
con despiezo
radial, dovelaje trasdosado, robusto,
y amplitud de un tercio de su radio bajo
godo: acusa, pues, todo
andaluza (Fig.
lo
— tres
antiguo pudo
metros
acreditar
la
ello
— de
resulta ello
porque aquí en Lourosa
Arte;
como en
lo
más de tradicionalismo que de evolución hoy
1911,
muy
prolongada hacia
formar porche, dados
de tribuna
y en Valdediós. y ello no obstante
(i)
semicírculo,
la
los
pies:
excesiva
mas
amplitud
su arco de entrada y una ventana encima, que parece
existencia
Arte románica
el
55).
La nave central en
tierra,
impostas, que sirven de arranques a los extremos de estas arquerías,
forman nácela, y sobre res.
columnas son
hoy bajo
hipótesis, repitiéndose el caso en
aun jónicos romanos. Los
de
verosímil, su anormalidad quedaría
explicada; por basas existen capiteles iguales, invertidos, lo
la falta
existe,
el
como en San Miguel
hacia los pies del cola-
Terra portuguesa;
láms. 40 a 52, y VIII.
—
de Liño
caso contrario de San Juan de Baños:
como prolongación
n.*" 82, 83 y 87.
em Portugal;
alta,
lOi
—
191Ó, n.°* 9, 10 y i3.
PORTUGAL
Fig. 54. San Pedro de Lourosa; planta restituida.
—
102
—
LOUROSA teral
hoy
de norte, un cuerpo de edificio en que se aloja vetusta escalera, sin uso,
cuya única explicación
es
haber servido para dicha tribuna.
La ventana
mide
del hastial
i.5o
por 0.88 metros; adintelada y sin derrame por dentro, muestra hacia
exterior
el
dos
arquillos
de
herradura rebordeados, sobre pilastras pie,
con molduraje por cabeza y
como
faltando
en otros asturianos, y el. soporte medial (fig. 56).
Debajo,
el
arco de entrada primi-
tivo resulta
de medio punto con gran dovelaje; mas pudieron ser
rozados sus salmeres en
el
siglo
arco menor;
entre
ambos hay una
1
1
DCCCCL»,
«E R A
impostas
e
meter dentro
y por relleno piedra,
como
de ventana, donde se
desús naves.
hacia adentro, cmts. de alto:
al
otro
dintel Fíg. 55. Lourosa: arquerías
XVIII,
que corresponde
al
en
caracteres
año 912
lee,
de
(Fig. 67).
La cabecera ofrece mayores dificultades aún para restituirla.
En
el testero
de
las
naves laterales
hay arcos de herradura; otros dos más costados de
la central,
especie de crucero,
tal
la capilla
vez mediante
como en
la interposi-
Escalada, y
allí
mayor, hoy ampliada y deshe-
cha. Sobresaliendo a los costados de las
hay cuerpos de
en los
indican que se formaba una
ción de un iconostasis, entestaba
allá,
edificio,
naves,
con puertas hacia norte y
sur respectivamente, iguales entre
sí,
adinteladas
y con arco escazano para descarga, exactamente
como en Melque;
la
pared septentrional deja ver
su aparejo de granito en sillería grande, y para estrechar su puerta modernamente aprovecharon
dovelas de otro arco de herradura (Lám.
—
103
—
Fig. 5o. Lourosa: ventana del hastíjl.
XXXVIl). Nótense
las
jambas
PORTUGAL como
atizonadas de dicha puerta, derivación de
la
tendencia
Puertas laterales
tadamente alegó
así
el Sr.
al
suelen verse en Asturias y Toledo,
monolitismo propia de
este periodo.
hacen recordar San Pedro de
la
Nave, como acer-
Pessanha, y también Santullano de Oviedo, impo-
niéndose restituir dos alas de crucero salientes y capillas menores, aunque para éstas no haya elementos de reconstrucción perceptibles, y aunque suministre ejemplo negativo Santa María de Marquet. La solución de capillas
en esta iglesia preséntase indecisa; mas
ella o ellas,
desde luego, serían
sus únicas partes abovedadas.
qCC€€%1 Fig. 57. Lourosa: Piedra sobre
el
La piedra con fecha 912, aunque por
arco de entrada.
si
no constituya dato explícito,
convida sin embargo a tomarse como referencia del año en que el edificio.
Ejemplos
tales
Catedral de Sigüenza;
hay en periodos subsiguientes, cual
mas no en
el
que nos ocupa.
esta iglesia suscitaría controversias,
se hiciera es el
de
la
Si ella faltase, el fechar
pues quizá se buscasen argumentos
para creerla goda; mas, en realidad, sus caracteres, afianzados por dese-
mejanzas con
los edificios godos, inclinan a creer
adecuada va con
la
fecha preinserta, que guarda un cierto paralelismo
con San Miguel de Escalada, y que basilical
que su cronología más
mozárabe. Su
lisura,
vez da idea del tipo dominante
tal
aun en moldurajes, y sus columnas aprove-
chadas préstanse a reflexionar sobre
el
fenómeno de no
existir vestigios
apreciables de arquitectura mozárabe en la regiones meridionales, pues
ciertamente edificios
como
el
de Lourosa, una vez demolidos, apenas deja-
rían rastro.
104
—
VIII
LEÓN arcos de LOSAsturias
herradura y dem¿is indicios mozárabes registrados en
movimiento desarro-
v Galicia sólo eran reflejo débil del
llado al sur de
la
poblados bajo Ürdoño
cordillera Cantábrica, en los territorios I
nuevamente
y a que dio enorme impulso Alfonso
Dos corrientes de arte luchan
allí:
el
Magno.
La una, meridional, da lugar a los
fenómenos arriba enunciados y que estudiaremos ahora; la otra, procedente de Asturias, apenas tuvo desarrollo: la cripta de la catedral palentina, en su tramo primero, sería pujante, que es de
la
lo principal,
como
trasunto exacto, pero
más
nave baja u oratorio de Naranco; pero ya su ábside
constituye anomalía, y
además razones
históricas abren la sospecha de
aquello será una obra simplemente románica de tiempo de Sancho
Mayor sias
(i).
Mármoles
de Alfonso
el
de tipo asturiano,
Casto y Ramiro
I,
como
abundan
empleados en
los
la
(i)
en
la
Quadrado: Falencia.
— Simón
tomo XIV. Las
el
Descu br m icntos arq ucológicos i
Boletín
teorías desarrolladas aquí por el
contrarias a lo e.xpucsto arriba.
— 14
y Nieto:
Catedral de Falencia; publicado en
muy
este
punto, en xMoreruela de Távara y en Camarzana.
Excursiones;
son
más
ya rehecha de San
Pedro de Montes, habiéndolos también con aspecto de cosa visigoda en
mismo
el
las igle-
en otras leonesas de las
antiguas, cuales son las de Mazóte y Escalada, y en
si
io5
—
de
la
Sociedad lispañola de
benemérito erudito palentino
LEÓN Algunas de
estas localidades
Moreruela
son históricas:
San Pedro de Montes,
el
mo-
(i) fué
nasterio fundado por san Froila, siguiendo iniciativas de Alfonso
antiguo cenobio de san Valerio, en
11;
1
y
VI,
el siglo
obtuvo una restauración próspera en 895 con san Genadio, protegido
mismo
tambicMi del
rev. Parece
Alfonso en propagar
el
muy
monacato, especialmente en
mientras repoblaba toda
la
que desarrolló
significativa la acción
campos
los
leoneses,
zona amplísima septentrional del Duero, yerma
desde los tiempos del primer Alfonso, y por consiguiente inadecuada para ofrecer expansión al régimen señorial asturiano, por falta de conquistados a quienes reducir a el
servidumbre. Es de creer que en
los
monasterios viese
gran rey un medio de colonización eficaz, educando
piendo tierras eriales y organizando trabajo, ya que por
Duero no
como en
exigía puestos militares contra la la
más
de Asturias, o
sabemos, en
avance repoblador
barrera del
allí la
tan imperiosamente
efecto,
negaban la
que Astorga
se
pobló con bercianos difícil,
si
a siervos y familiares licencia para
(2);
los señores,
la sierra:
mas
ello
como
abandonar sus
es
tierras,
tutela real cobijase, en cuanto era dable, a los fugitivos, se-
gún consta. La solución rio, es decir,
que dimanase
es natural
bien del Bierzo y estribaciones meridionales de
debió resultar precario y sobre manera
y aunque
rom-
región oriental castellana.
El primer proceso de
natural,
morisma
pueblo,
al
eficaz había, pues, de proceder en sentido contra-
de hacia sur, atrayendo
sulmana, y en primer término a
los
al
elemento asimilable de
mozárabes
tierra
mu-
o cristianos sometidos,
cuya emancipación no constituía problema para Asturias. Precisamente ocasión, a fines del siglo IX, era propicia, dado
se
fuerza y
III.
Los hechos comprobatorios abundan:
Zamora
desconcierto y anarquía
misma anarquía daba
reinantes en país de moros, mientras esa estabilidad al reino de Alfonso
el
la
ün
cronista árabe relata que
pobló en 893 con gente de Toledo; que un cristiano de
allí
costeó su cerca, y que luego acudieron a vivir en aquella comarca las gentes
(1)
La forma primitiva de
consigna un documento de gSi se
este
nombre pudo
? (Cartulario
ser Marelola o Morelola, variantes
de Sahagún,
número
18).
da en otro de igual fecha, correspondiente a Celanova. (Su becerro, (2)
Flórez:
Españ a sagrada; tomo XVI,
—
106
pá^. 425.
—
que
La forma Morariola f.
149
v.).
LEÓN de
Irudtcra árabe
la
que
C^onsta
(i).
susodichu Rey acogió
el
mozárabe de Ercávica, Sebastián, expulsado por la silla
de (Jrense.
santos
Facundo y
Además
él
compró, en 904,
moros, colocándole en
los
iglesia
la
arruinada de
l^rimitivo, con las tierras vecinas, para
que
allí
un abad Alfonso y sus compañeros venidos de Andalucía, dando al
Sahagún
célebre monasterio de
cordobesa precisamente, fundaron
ñeda. Con posterioridad, de tierra de moros
(4),
mismo
símil que lo
y
(O Oxford,
de Escalada,
los
origen
Mazóte
y Casta-
doña Palmaria y sus compañeras, huidas fundaron el de Vi me, en Sanabria, y se cree vero-
mozarabismo
indicios de
de un «Martinus abba cordovensis»
sentencia dada en Astorga en 878, ante
Fraj^mentos inéditos de y citando
al
la
Ordoño, rey de
por
(0).
Rey, obispo
crónica de Abcnhayán, contenidos en
Razí, en esta forma: «Dice Isa ben
893] dirigióse Adel'onso hijo de
el
(5);
por unos diez con
resulta confirmada, entre otros personajes,
fol. 83,
asi
cierta
la cita
Hay más: una
fundase
sucedería respecto de otros monasterios cuya historia
ejemplo, mediante
corte,
los
(3), y otros monjes, de procedencia
pero que mantuvieron
se desconoce,
obispo
al
Áhmed:
el
códice de
y en ese año
Galicia, a la ciudad de
Zamora,
la
[280= despo-
blada, y la construyó y urbanizó, y la fortificó y pobló con cristianos, y restauró todos sus
contornos. Sus constructores eran gente de Toledo, y sus defensas fueron erigidas a costa
de un hombre agemí de entre
momento comenzó
pues, desde aquel
ellos. Así,
ciudad, y sus poblados se fueron uniendo unos a otros, y a
tomar (2)
sitio
en
ella».
Nota del
sobrino del Rey, que cita incidentalmcntc
y
él
real,
gentes de
la
a florecer la
frontera fueron
Sr. Asín.
P'spaña sagrada; tomo XVII, pág.
quien dedicó su crónica
las
el
No
se le
confunda con otro Sebastián,
mismo diploma
(pág, 246); de seguro aquel a
244.
congetura que no hallo utilizada por nadie a este propósito,
fué obispo de Salamanca. (3)
Escalona: Historia del
lleva el n." i5 en su cartulario, (4)
Así debe entenderse
Ksp. sagr.,
t.
XVII,
p.
161.
monasterio de Sahagún;
conservado en
una
el
doc. XXII, cuyo original
Archivo histórico nacional.
de Flórez, sobre documento astorgano ya perdido:
cita
«Mocelemes»
vale tanto
como «musulmanes»
y no es de-
signación topográfica conocida ni verosímil. (5)
justifica
de
la
No mal
se la
cuente
el
de
.\
pe liare o A bel lar, cerca de León, pues su cartulario
hipótesis acariciada por
Historia, tomo XX, pág.
(6)
Tumbo
de
la
el
Díaz Ximénez: Boletín de la
Sr.
Academia
128.
Catedral de León,
fol.
388
v.
Es donación
pero se otorgaría en tierra de Campos, probablemente, y fecha, 921 o poco antes, pues en dicho
año confirmó
—
107
—
la
el
al
monasterio de Abellar;
abad figura como
donación Ordoño
II.
testigo.
(Id.,
f.
Su
38o v.)
LEÓN
nombres árabes
y entre
ellos
un presbítero
En
(i).
carta del obispo de
León, cuatro años anterior, figura también un testigo con nombre árabe
menos, en diploma cortesano de 898
otros tres, a lo
turas de 887, 896 y 900 se multiplican
(4).
Después, entr¿ido
(3)
y más aún en
X,
el siglo
análogos
los casos
enormemente, de suerte que hacen mayoría
los
(2);
escri-
documen-
tos leoneses y castellanos, ya reales ya particulares, en que figuran
individuos con tales nombres, sabiéndose a veces su gerarquía social. De
abundan
gente de iglesia
número que
presbíteros y diáconos, en tanto
los
un centenar; añádanse diez y ocho abades (5), dos prepósitos (7) y algunos monjes (8). Entre los perso-
registrados pasarán de
dos abadesas
(6),
(3)
España sagrada, t. XVI, pág. 426. Id., t. XXXIV, pág. 430. Yepes: Corónica de la Orden de San Benito;
(4)
Tumbo
(5)
Son
(i) (2)
de
la
Catedral Legionense;
Domno
estos:
Mélic, antes de 929
año 926 (becerro de Cárdena, Abogalebh
p. 438).
ragdo en
la
212
fs.
f.
v.
,
(tumbo Legionense,
Zanom; 937 (tumbo
54).
Domno Vellite,
Catedral de Córdoba).
(tumbo Leg.,
p.).
Daudi y
f.
408; cart.
simplemente domno
y 176; Esp. sagr., Ziti,
t.
en
XXXVI,
f.
San Dictino, en Astorga; 1014
(B.
Habibi, de San Prudencio, en
la
f.
XVI,
Sahagún, nros. 426 y
Domno
Domno
fs.
200
v.
Hisccam,
Zithaius o Citaius, de
39).
cogno-
429^. Salvatus
(tumbo Leg.,
Hílale, de Valdesálice; 984 a 1000
IV).
Bierzo; ioi5
el
t.
,
de Valdevimen; 961 (tumbo Leg.,
de Valcavato; 962 (tumbo Astoric). Hilal; 967 (tumbo Leg.,
Hilal, o
Abeiza;
v.).
Esp. sagr.
Astoricense:
y 207). Ramellus, de Algadef; 969 a 962 (cart." Sahagún, nros. 389 y 395).
mento
462
f.
abad probablemente de Barelánica, hacia 940 (cod. de Sma-
presbiter,
Apeliare; 972 a 974
XIV.
II, escrit.
t.
46 y 2o5.
fs.
i54
Eiza, de Algadef; ioo5 (cart. Eslonza, n." 10
(tumbo Astoric). Theodomlro cognomento Muza, de
Nac, ms.
9194).
Havive y
Rioja (Yepes: Ob.
cit.; t.
Citte, en
V,
f.
1029 (Id.). Otro
id.;
89). Pctrus prolix Citis o
Petro Citiz, de Sta. Marta de Tera; 1083 (tumbo Astoric).
Hamama
(6)
Leg.,
fs.
y Habba cognomento Leokadia, en Santiago de León; año 982 (tumbo
321 V. y 347).
(7)
lohannes cognomento Zaide; año 1000 (becerro Sahag.,
f.
195
v.).
Habzon, de
Villazeit; 1012 (cart. Sahag., n." 468). (8)
Frater
Frater Abdela; año 917
Montakem; 952 (tumbo
monago; 980 Zuleiman
(Id.;
frater;
f.
990
Leg.,
f.
167
Astor.). v.).
Mutarraf; 941 (becerro Sahag.,
Habze monago; 958
Frater Abolbalite; 982 (Id.;
374). (Id.,
(tumbo
f.
370
v.).
Frater Hazeme;
f.
321
(Id.;
v.).
1002 (Id., 394
f.
v.).
1014 (San Dictino de Astorga: Bib. Nac. ms. 9194). Frater Valite; ioi5
Xabe monago; 1030 (tumbo
Leg.,
f.
336).
—
108
—
37Ó
Pelagius
v.).
f.
85
v.).
Cazeme
cognomento
Hapze monacho; (tumbo
Astor.).
LEÓN najes palatinos (if^uran diez, jueces (i), cinco alguaciles (2) y dos o tres
criados del rev en funciones judiciales
un merino
(5):
un tesorero
dos apoderados
(9),
un despensero
(4);
Kbrahem ms.
f.
226
192 y
id., fs.
V.).
Saiones:
Cárdena,
Amar; 946
Datnun
17).
f.
«Illa (villa)
f.
Sahag., n.° 387).
(cart.
f.
determinavit
nesas
como
sicuti
pueros nostros Zuleiman
testigo,
53
f.
V.).
desde
439
(Id.,
(cart.
f.
Bibl.
real,
Froila
i55).
et
XVI,
Mazarefe; 944
Eben Abdella; 972
(Id., n." 423).
et asignavit
t.
per iussione nostra (Hordonii regis) puero
449
f.
— «Ego
mismo
Este
199).
f.
individuo, alguna
una porción de
figura en
v.),
escrituras leo-
Adefonsus rcx... concedo... ipsa
Aiub determinaverunt
et
c'tario»,
que puede
villa...
consignaverunt»; 931 (becerro
Quati-
III,
209).
f.
comilario; 942 (tumbo
leerse
1
Leg.,
«Munius Aiub cubicularius
(7)
«Abolazan Hanniz comes confirmat»; 959
(8)
«Uazimar qui
testis»;
(cart.
945
tenuit
et
omnem mandationem
(9)
año
994).
el
Pelagio
Quizá distinto
fuit
Sahag., n.° 389).
ct fuit
multisque
eius in
es otro
i5).
entre los magnates de
cognomento Zuleiman
«Eixame maiordomus», en 987 «Abdezalam qui
Sahag., n."
(cart.
maiordomus confirmat»:
et
Sahag., n.° 439). — «Fuit homo nomine Zuleiman
V.;
palacio; o85
maiordomus regina domna locis».
Después
arriba citado
se
— «Hauma frater de domno
«Zuleiman maiordomus», en 961
f.
(1 1)
Hanni
389
llama
(cart.
Sahag.,
(Id., n." 449).
vicarius .\dultí
«Ababdella cellarario de
le
(tumbo Legión.,
quando domno
Cixila consignavit ipsas
vineas ad Ncpotiano et Ncpotianus tradidit cas ad Abdezalam'>v, 929 (tumbo Leg.,
(10)
histórico
195 B).
(6)
n.° 425).
(tumbo Astoric: Arch.
«Cite loanis maiorino de Morales» de Tera; 1083
Tarasia
Leg.,
204-205).
Sah., nros. 24,
Otra diligencia de embargo realizó, por mandato de Ramiro
«frater» y, seguramente, es
345
f.
V.).
(5)
f.
un
(i i),
154).
91 5 hasta 953.
«Abaiub iben Allcama
nac, ms.
(cart.
(8),
p. 425).
,
nus Zelemi, personaje palatino conocido, en 977 (bec. Sahag., (4)
Leg.,
924 (tumbo Astoric:
Abozekar; 958
58).
nostro Abaiub iben Tebite»; año 918 (tumbo Leg.,
f.
(tumho
Gutinus Zclimiz; 970 a 977
24).
vez con título de «iudex» (tumbo Leg.,
Card.,
del rey en Castilla
Arbori; año 878 (Esp. sagr.
959
Abolkazeme; 1024 ^tumbo Leg., (3)
mayordomos
(Id., n.''439).
filius
Valiti;
Cíjmisario, acaso
arbicier; 941 a 968 (cart. Sahag., nros. 370 y 380; be-
(bec. Sahag.,
Sahag., n."
(cart.
Abrameliz; 985
27, 435 y 427). (2)
Abaiub iudex
i55).
Abaiubiz; 967 a 970
(bec.
un alférez
(10),
cuatro
(7),
Zeiten, Ziuhar y RcvcUe, en Astorga:
iben
F. 4,
II.
un conde
Índices: Vistrcmirus co<ínoinento Hatee, en Leiín; g\5
(1)
cerro
{(')),
Además, un
(3).
rideiussor»; 954
domno Ovecco
(tumbo Leg.,
—
109
f.
—
54
v.).
439
v.).
430).
episcopo de Legione,
V.).
«Izani alfierez rex»; 992 (becerro Card.,
f.
f.
testis»;
943 (tumbo
LEÓN vasallo
más
(
I
otro
)
\'
tal
Lin jefe
de
zahbascorta, ejerciendo en Toro
i;uardia o
la
que aparece en Sahagún, venido de Córdoba en 1003 para con-
firmar paces con los cristianos, a consecuencia de
seguramente
así
que
la
fincas,
confirmantes y testigos de escrituras,
gran masa de estas gentes figuraba entre
la
ganaderos y labradores de León y de Castilla
culta,
Un
número de
cierto
muerte de Almanzor
nombres árabes, por muchos centenares,
El resto de
(3).
corresponde a dueños de resultando
(2),
y algunas posteriores
menos
(4).
comprendidas entre
citas,
burguesía
la
las fechas
902 a 1000,
designan individuos bajo nombre de
ciertas,
estirpe cristiana, ya latino ya godo, seguido de
cognomento
un
o sobre-
nombre precisamente árabe y análogo a la «cuniav> clásica, de lo que da buen testimonio el comenzar con gran frecuencia por abu, como entre árabes, contraído en
ab muchas
ambos nombres, no
entre
como en «Recemirus
qui
mento Abolfeta», que «Muza, confessor, ni peculiar
que haya excepciones, ya por
Abulfeta»
et
usual
es lo
nomen
(6);
«cognomento»
ya por trasposición, en este caso: (7).
El sistema no era nuevo
llamábase «Tajus cognomento
\'II,
(2)
«Zahbascorta Venabolhauz sedente in Toro»; 998 (bec. Sahag.,
(3)
«In presentía qui
vasallo, confirmat»; 974 (becerro Sahag.,
ibi fuit
Aunque
(4)
caso de un
aquí,
Domnos
(5)
Leg.,
Cart. de
f.
47) y
«Hoba
et
la corte
de
se
llamen «Vassalle
f.
38;
Gómez
f.
43).
f.
144
v.).
condesa doña Urraca,
documento de
t.
XXXIV,
et Haliffa»,
p. 449.
En
en 976 (tumbo
184).
902. Parecen casos de omisión análogos
Sahag., n." 387). Cixila Abuhabze; 960 y 970
(cart.
Abdella; 960 (cart. Sahag., n." 392). loannes Alatar; 970
(bec. Sahag.,
f.
VermudoAboleze; 940 (Escalona: Hist. de Sahag.
n.°
la
tumbo Legionense; y Esp. sagr.,
(Id., n." 421). (7)
f.
Covarrubías;n° XV.) el
Speraindeo Algalebe; año 969 136 y 206).
v.).
arabizados no resultan desempeñando cargos,
Telia» en 964 (bec. Sahag.,
Tumbo Legionense,
214
Sanctos; 1003 (becerro Sahag.,
los
forma se explicará que otros individuos
(6)
estos:
Castilla,
Escritura de 919 en
f.
Zacbascorta Ebembacri quando venit de Cordova pro
«domino Abolbalite de Arcos», en
1027. (Serrano:
igual
en
muy
nada de arabismos, por ejemplo: Tajón,
sin
«Marban
el
faltar ella,
en vez de «Recemirus cogno-
(i)
pace confirmare ad romanos in
año
(5),
Teudemiro»
eius
célebre obispo aragonés del siglo
dase
Dicha palabra «cognomento» media
de nosotros, puesto que abundan ejemplos coetáneos y aun
anteriores de el
et
sin
veces.
Documento de Sahagún de ion, publicadapor
LXVL
—
1
10
—
,
doc. XVIII).
Escalona: Hist. de
Sahagún,
LEÓN Samuhel», y
Ouen
francés san
el
era
«Audoenus cognomento Dado»
en Piasca tenemos un «Deodavit cognomento Amorellas» hacia 86
en 875 es citado un colono leonés «Cesario cognomento Caubello»
Romanus»
diácono de Aslorga se llamó «Celeri cognomento
muchos. En cambio, apenas para una
misma
íljo,
árabes leoneses no fué por
mento» obedecían
nombre árabe y sobrenombre
y que desde luego
moda
a razones
la
excluirla, por tradiciím
aun para que
estos leoneses casi
nunca
un
y
asi
(4),
latin(jí5). lo
caprichosa, sino que
nombre
y
«cogno-
determinadas y constantes. Respecto del nomel
bautismo
cuando menos, que fuese de
«cognomento» algo mediaba de prevenci()n
el
(3);
aparición de nombres
bre varias alusiones hacen saber que era impuesto en
que
(2);
1
da caso de nombre y sobrenombre árabes
se
persona, ni de
que prueba un sistema
(i);
se
(G),
lo
estirpe árabe; y
puesto
religiosa,
llamaron Mahómad, considerado
tal
nombre
como una cierta filiación espiritual del Profeta, impropia de cristianos (7). Esto mismo ya fué observado por Simonet respecto de los mozárabes; y además valga recordar que entre ellos repitióse precisamente leonés,
cuando menos aplicado
un nombre
Acta sanctorum Agosto,
(2)
Cart. de Sahag., n.° 358.
t.
,
(3)
España sagrada,
(4)
Id.,
(5)
Hay
t.
XVI,
t.
f.
los
documentos
p.
431.
connomentum
25i
Ceite»; 993 (bec. Sahag., v.).
Velitc»; 9Ó9 (cart. Sahag., n.° 418).
163 v.). «.Meleke
f.
A un
presbítero
cognomento
«Zuleman Lcgioniz cognomento Salamona»;
dudoso, «Abolbin cognomento Abundancias», en 930
(6)
«Rademundus
(Id.,
f.
cognomento Meliki»
(cart.
qui cognominatus Heyreth» se
(7)
en 960
Parecen excepción de lo dicho estas
año 946 (tumbo Leg.,
(cart.
(bec. Card., t.
WI,
Covarr., n.° f.
83
p. 438).
v.).
El
I).
f.
v.).
citas:
(tumbo
v.^.
f.
llama también
le
411).
Leg.,
f.
Respecto do
465).
un Mahomath, dueño de
tierra de
finca en tierra
Burgos; año 981
«Ajuz xMcdumat», testigo de escritura en Astorga en 937
Mahmud,
278
Mafhomate, confirmante de escritura castellana
Mahomate, poseedor de una viña en
Mahematus de
en Mahemutus, o sea
416
f.
Sahag., nros. 389 y 390), se repite igual giro en 906,
diciendo: «Melic presbiter qui de babtismo Saluti vocatur»
leonesa;
1017 (Id.,
Uellite»;
2i5).
«Heyret presbiter qui de baptismo Rademundus», en 961 (tumbo Leg., otro, «Saluti
y otro
latinos,
IV.
XXXIV,
estas excepciones: «Fata
i048(tumbo Leg.,
sistema
p. 437.
«Ozmanus cognomento
Como
siempre en
cristiano, preferido
(i)
el
a personas de alta categoría social, a saber:
(
Esp. sagr.,
escritura sahaguntina de 922 (Su cart., n." 364) se corrige
por otra de 926 (becerro Sahag.,
—
III
—
f.
135).
LEÓN árabe, del que usaban para comunicarse con los dominadores. Bien cono-
metropolitano hispalense Juan, llamado Zeit entre árabes, y obispo Recemundo, por otro nombre Rabi, hijo de Zit (i). Un perso-
cidos son el
el
sobrenombre Abdesalam
naje cordobés, Leovigildo, llevaba por
célebre conde Servando, el
de
Abuamir
Ahora
y
(4),
el
(2);
de Hagege(3): un Sisnando, portugués ilustre,
el
así otros.
bien, no siempre se consignan, respecto de nuestros a
rabiza-
dos leoneses, nombre y sobrenombre a la vez, sino uno u otro, según se infiere de las varias alusiones a una persona misma; por ejemplo: el susodicho «Recemirus cognomento Abolfeta» se nombra otras veces ya sólo por el
cognomento, ya «Abolfeta iben December» o «Recemirus iben Decem-
ber»
(5):
valiti»
un «Vincenti cognomento Citiamone» debe
de otra escritura
Abolmondar»
es el
de otros diplomas
me
o Iscam
«Zitamon Avol-
ser el
de igual modo, un «Ruderico cognomento
(6):
«Abolmondar Sarraciniz» o «Abolmondar
(7);
presbiter»
un «Luvila cognomento Iscam» suele llamarse
Iscia-
y «Saluti cognomento Meliki» firmaba Melichi o Saluti,
(8),
a secas (9). Por consecuencia, en estos casos lo árabe aparece o no según
sea
«cognomento» o nombre
Mucho más
lo
que
se consigne: aquéllo resulta preferido.
frecuente es añadir
nombre
el
de filius, ya con su equivalente árabe, iben o
(1) (2)
Id., id.; p. 478. Id., id.; p. 554,
(4)
Id., id.; p. 655.
(5)
Años 904
Legionense,
nota
vez en
la
a 944. Sahagún: cartulario, nros. 2 y
Cartulario de Sahagún, n
"
449; becerro de id.,
Becerro de Cárdena;
fs.
(8)
Sahagún; cartulario,
n." 387; becerro,
(9)
Tumbo
fs.
He
14;
becerro,
fs.
198 v. y 172.
Tumbo
198, etc.
f.
pág. 425). 896:
Legionense,
aqui las
Aomar
December
(cart.
63.
Sus
citas. 878:
95
2).
filius
Obra
filius
Arbori (Rsp. sagr.
cit.,
t.
9o5: Rapinato iben
Mudarraf,
—
Ci.xila
112
íilii
—
,
II,
doc. XIV). 904:
Conantio
XVI,
t.
Mazuia (tumbo Legionense,
gutu iben Mauratelli diaconus, Maurelli eben Deben, Gibuldus filius
años 932 a 939.
a los
v., 58, etc.
Datnun
Teodemiri, Abohalaf
de Sahagún, n."
aeben Tebite, Teodomiru
techas, 987 y 973.
73, 465, etc.
más antiguas filius
fs.
t".
correspondiendo
34, 58 v. y 90 v.,
898: Lupi Benalgotiz, Zaite iben Aiub (Yepes:
iben
(10), rara
1.'
(7)
(10)
eben
Simonet; Historia de los mozárabes; págs. 320 y 606.
(3)
(6)
del padre, ya precedido
f.
4Ó),
Recemirus
(Id., n.° 5). 9i5: Sis-
filius
Ezhac (tumbo Leg.
Almundi, Abaiub ,
f.
2o5), etc.
l.EON
forma de
plur¿il,
bcni, usiida con propiedad aludiendo a colectividades
familiares o a puntos de su residencia, ciertas palabras (i).
que uno u otro
es cristiano
minoría exigua
los
ello diferencia
mento, en
ios
iben
individuos
filiación árabes, y aquellos en
abundan mucho y por
nombres
probando
ta
acierto en la interpretación de
si
Los casos de nombre y
cambio son
igual: en
cristianos ligados por la palabra «iben», no
de estirpe sino uso del nombre, y no de cognodesignados: recuérdese
así
ejemplo de «Abolfe-
el
December» o «Recemirus iben December», tratándose de un mismo
En todo
personaje.
caso estas formas de filiación no traspasan
Otro sistema equivalente fué, por
predominar
en genitivo, seguido o no de
z,
modo
a
nombre
del padre
castellano, reconociéndose
nombres
árabes de filiación terminados en ez o
Mas como
X.
siglo
ganando terreno, hasta
contrario,
el
poner simplemente
del todo, y consiste en
el
hasta
el
mal a
la
iz
estas desinencias se ajustasen
el
último tercio del XI
(2).
nombres
estructura de
árabes, resulla que en ciertos casos la filiación carece de matiz propio,
dejándonos sospechar
923: Froila veni
(i)
cerro Sahag p.
,
214
f.
V.).
si
más
se trata
bien de un sobrenombre
Gonta (tumbo de Castañeda,
9o5: Beneservande,
nombre
f.
Arias veni Karute (be-
39). 974:
topográfico
Dase
(3).
(Es p. sagr.,
t.
XXXVII,
335). 982: «Carraria que discurrit ad Vaneiuniz». 1009: «Carrale que discurrit ad Vani-
keibas»
(tumbo Leg.,
fs.
321
ms. 9194). 978: Benuimber,
v.
1023: «villa in
y 318).
vila cerca
1077: «Casata de Vanimirel (bec. Sahag.,
232
f.
Gonantius Zaleme, Theodemiro Mutarrafiz
disalvus Validiz, Petro Haviviz (Id.; filiación
t.
V, doc. XXII).
v.), etc.
Ejemplos más antiguos: en gi5, Abzuleman Fredenandi (tumbo Leg.,
(2)
917:
Vanidona» (Biblioteca Nacional,
de Covarrubias (Yepes; obra citada;
en
it,
fs.
(Id.).
367 y 388
entre ellos: Ensila Gamarit,
v.), etc.
En 937
se registran
2o5).
f.
Gun-
Hacia 930: Velasco Hakamez,
nombres de
Aboamar Handinit (España sagrada,
t.
XVI,
Pág- 438). (3)
(cart.
Recuérdese
la
nota
6.*
de
la
pág.
en esta otra forma, lulianus aben Motaher árabe los t.
el
Ejemplo de
10.
XVI,
si
no constase designado
Eslonza, n.''2ii). La particularidad de ser
(cart.
p. 438),
ejemplos:
Aiuz Medumat, Aiza
Hacen Algiab
(bec. Cárdena,
y 445), Citi Alhaire (bec. Sahag.,
f.
f.
Zitavit,
34),
En cambio, 171 v.),
—
Amroze
Alvalite
Zaayti o Zet
—
filiación
(tumbo Leg.,
Manzor (tumbo
CidcCuleb (tumbo Leg.,
113
la
en
Mahacer Zibalur (Esp. sagr.,
que principian igualmente son verdaderos nombres compuestos.
i5
en lulianus Motahar
ello:
primer nombre, alejando esta hipótesis, hace suponer consignada
siguientes
y Abdella lunes (cart. Sahag., n.°449). V.
1
Sahag., n.° 373) creeríamos que lo árabe era sobrenombre
f.
Leg.,
f.
fs.
2i5)
449
296) y otros varios
LEÓN mote
algún ejemplo de verdadero vo
en Pela^ius Alfane^^o
y en «Zuleiman Quoxo», es decir, cojo,
(i),
nombre
motes, anejos a individuos con
(el
Cabrito), sier-
de acuerdo con otros
(2),
cuales son:
cristiano,
«I'^roila
Rubio», en 944: «Godesteo Nafarro», en 961; «Paternus Fabanecra», en 970; «Donelle Kalvo», en 987; «Velasco Manco», en 1062,
hembras
Las
que
varones
los
nunca
solían llevar
muy
cambio
cristiano (4); en
proporción de nombres
la
escaso, traspasando apenas
una docena
los regis-
(5).
Una siglo
nombre
designa su filiación, y desde luego
se
árabes entre ellas es trados
también «cognomento», en forma igual
o sea pospuesto a
(3),
etc.
de siervo leonés hallamos en
sola cita
X, y
documentación del
la
de «laha Yuzef», servo de Lázaro Tello que, a
es la
compró una
su señor probablemente,
en 926
vila
nombre de
y adviértase
(6),
ano-
la
malía de estructura de este nombre respecto de los arriba consignados.
También
hace notar ausencia de sobrenombre y de
se
filiación
en
las desig-
naciones de judios, que son algo frecuentes en León, ya lleven
hebreo ya de
vulgares árabes, cuales son Habzecri y Aziz, en varones;
los
Tumbo
(O
dos de animales,
nombre
de Celanova,
como
f.
Entre siervos gallegos abundan sobrenombres toma-
56.
Cabrela, Connelio, Xorra, Leclon, Perrot
Muía, Carneiro, Po-
{?),
dengo, Aquilón.
tumbo Legionensc;
(2)
En
(3j
Teodegundia cognomento Anza, esclava (López Ferreiro: Mist. de
1014:
de Santiago;
t.
ap.
II,
cognomento Tenehen año
949),
363
f.
(Id.,
La ya
Son
(5) (id.,
Hamama
f.
v.),
v.),
abbatissa
el
Zuheila (tumbo Leg.,
f.
t.
XVI, (6)
p. 455).
o
(id.,
Amaiub
Legionense,
f.
Maria
cognomento Emulmutarrar(cart. Legionense;
Columba cognomento
Sahag., n." 394), se
316),
Ilaviva
llamaba Eolalia Hala (Simonel:
Oniuzef
Haviva
(id.,
f.
(id.,
388
v.),
Maluca (becerro Sahag.,
(cart.
Sahag., n.° 485;
confianza en f.
f.
309),
Heznona
321 v.),
Aun no tengo
Tumbo
Cat-edral
435),
«Habba cognomento Lcokadia» aparece como excepción,
Omalkazeme
(id.,
Omaiube
(cart.
la f.
nombre.
Hatita (cart. Leg., años 940 y 959),
y 183 v.) y
Quirita
Leg.,
p. 829).
citada abadesa
estos:
432
v.
En Toledo una mujer mozárabe
quizá por llevar traspuesto
mina
442
f.
mozárabes,
Hist. de los (4)
v.).
316
XXX), Simplizia cognomento Zeza (tumbo
Emilo cognomento Hamita
(tumbo Leg.,
f.
el
292
f.
209),
v.),
Masfara f.
tumbo
(id.,
102 v.),
Astor.
,
Vehel
Korexia f.
(id.), (id.,
301),
Omaialde
f.
114
—
Mau274),
Hadida o (id., fs.
63
en 976; Esp. sagr.,
arabismo de alguno de estos nombres.
201.
—
(id., f.
LEÓN Cete y Xaba, en hembras. Además, en
«quondam iudeus
o Nabaz
año qoS figura un
postea vero christianus et
sobrenombre v
El uso de
el
llliaciim
Habaz
cierto
monacus»
no hubo de ser general,
ni
(i).
aun entre
cristianos leoneses varones, sino restringido a individuos de cierta categoría
o de cierta procedencia: y las gentes de clase popular debían llevar un
nombre
árabe o cristiano indistintamente, según comprueban
sólo,
los
datos que poseemos de familias enteras. La religiíjn no entraría para nada
en dar preferencia a unos u otros, sino que, en unos casos,
musulmanes en sus ciudades haría aprender su lengua, y
preferir
contrario,
al
nombres
árabes,
el
trato
con
como también
población rural que viviese aislada
la
hablando romance y llamándose como sus progenitores, con nombres vulgares, indígenas, latinos o godos. El ejemplo en León de cierto
seguiría
que únicamente
Froila, presbítero,
arabizados porque en árabe, ^Mjuí
yfi
al
(2),
se
denuncia de pertenecer a nuestros
firmar, en vez de signo, escribía su propio
hace creer que
así
nombre
habrá muchos, imposibles de ser
monjes, y
reconocidos, llevando nombres cristianos. Especialmente entre
aun en aquellas comunidades de origen andaluz, donde consta, por
como lengua literaria, los nombres persoexclusivamente cristianos, sin más excepciones que las arriba
que era familiar
dicios,
nales S(jn casi
árabe
el
consignadas. Escasean también muchísimo
según ya
se dijo, frente a
nombres mujeriles
un gran número de otros bárbaros y
carácter de calificativos domésticos y afectuosos
y
como
na
(3),
este
mismo fenómeno
puede
ello
admitirse
observa en
se
como
lo
íntimo de
niencias del trato social carecían de fuerza. el
palacio episcopal de Astorga
hemos
visto
importantes durante todo
el
cómo
Tumbo
(2)
Cartulario de Sahagún, n.° 29.
(3)
Pons Boigues: Escrituras
Leg.,
f.
392
ellos
siglo X;
(i)
muchos de
la
los
con
segundos;
la
incompleta arabización
familia,
En un
donde
principio
la
las
conve-
corte leo-
a la organización administrativa
no faltan desempeñando cargos
pero sus características especiales
fecha, 974.
mozárabes toledanas.
—
latinos,
población mozárabe toleda-
v.
Su
árabes,
abundaban en individuos arabizados,
que coadyuvarían con su mayor cultura y política, y ya
la
testimonio de
de estas gentes, que no alcanzaba a
nesa y
in-
Il5
—
LEÓN debieron poco a poco desvirtuarse, absorbidas por
medio
el
social en
que
vivían, mientras la casta señorial castellana preponderaba y mientras
el
bajo pueblo agrícola olvidaría sus asimilaciones meridionales, de suerte
que en
el
vemos
irse
transcurso del siglo XI los indicios de arabismo en personas
desvaneciendo rápidamente.
Menguadas
noticias
poseemos acerca de
Que
de aquellas gentes arabizadas leonesas.
lidad se prueba por el concilio de Coyanca, a
la
ellas
procedencia y estirpe eran cristianas en su tota-
año io5o, donde no
se autoriza
moros, sino a judíos solos, para morar entre cristianos, situación legal
que no
vari(3 hasta
conquistarse Toledo.
En pro de
su
mozarabismo debe zamoranas que
alegarse un hecho elocuentísimo, mediante las escrituras
poseemos. Sábese, como va dicho, que poblaron ledo y de las tierras
musulmanas
970 y 983 resulta que
la
quedando entre
árabe,
cristianos de
fronterizas; pues bien, en
To-
documentos de
gran mayoría de personas citadas llevan nombre
las
excepciones una hembra, un abad y un monje,
nombre árabe
que, sin embargo, tenía un sobrino con
documento
allí
(i).
Además, un
leonés, sin fecha, pero tardío, cita «illa vinea qui fuit de
nico muccaravi», o sea mozárabe
(2),
Domi-
y otro diploma de 1022 nos revela
el
establecimiento, en cierta alquería leonesa y bajo los auspicios de Alfonso V,
de tres «muzaraves de rex tirazeros», es decir tapiceros, de los que uno
(i)
Son
estos,
en 970: Vitalis
con fessor,
domnus
su sobrino Abdelmec,
lusto abba,
Ablabaz, Zalle, Zaitamira, Donnan, Zuleiman, Ornar, loannes Alatar, Abamorie, Abderra-
keman, Isciam, fincas,
Motarraphe, Placidia, Escla, Seror y Aloni
lahia,
que por colindantes
registra la escritura, siendo natural
respectivas filiaciones y nombres, excepto uno,
n.°42i).
Dos escrituras de 983 añaden
Taureli, Zeit diaconus, K.azem presbiter,
nicus Zicri diaconus, Zeit Abuibet y siete f.
149);
En
Abdimelki,
otra de loio se
cristianos (Id. id.,
diendo en (Id.,
la
f.
149).
(cari.
Tumbo
trata de
se
dueños de
consignen sus de Sahagún,
en calidad de testigos casi todos:
Algalip diaconus, Kazan, Zait,
más con nombre
Domi-
cristiano (becerro de Celanova, etc. (Id.
id.,
f.
i5o).
nombran: lohannes Azetello mendiguero, Abzaet y Naet, entre varios Otros individuos zamoranos: Aiub presbiter zamorense,
Esp. sagr.,
Zulemaniz»; 986
Hodman,
Se
les llevasen (cartulario
K.azem, Alaz, Zaalon, Abdalla presbiter,
Corte; 945 (cart. Sahag.,
n.° 395 y
(2)
Temam,
aunque
los siguientes,
(?);
que no
t.
núm. i5V
XXXIV,
p. 464).
Sahag., n." 447).
Legionense,
f.
357.
—
116
resi-
Zamora; 962 y 982 «In Zamora curtes que fuerunt de Aiub
Allaytte bresbiter de
—
LEÜN llevaba
el
nombre árabe de Abiahia
(i).
Un «Hakam cordubense»
como colono
cerca de Sahaf^ún en 9G4
Toletanos
dos alquerías leonesas prueba qué gentes
(4)
y
(2),
=
niuzaravcs de rcx. tatis sanctis
In
nomine
fincaba
llamarse Cordobeses
(3)
y
domno Adulfo
et
poblaron.
las
Plazo intcr iVatrcs de sancti Alartini do Valle de Salicc abba
(i)
fuit
el
Patris ct Filii et Spiritu Sancti et individué scilicel Trini-
verus Deus: ad nuiltis
quidem
scitum non ad paucis
est
dcclaratum. Orla
est
intencio in Valle de Archos inter fratres de sancti Martini de Valle de Salice abba
domno Adulfo
muzaraves de rex tirazeros nominatis Vincente
et
cum omnias
dedit rcx villa de Paliarelios
muzaraves ad ipso abbate super nominatum per hercdilatcs runt de Lctico
de Fulgenzo
ct
Abiahia
et
lohannes cui
in Valle
de Archos quos fue-
de Zalama. Venientes in presencia rex abentes intencia
et
super ipsas hereditates: ordinavit
mcntum secundo
et
adiacencias eorum. Inquircntes fuerunt ipsis
ille
amborum
rex ut dedissent de
partís scientcs et firma-
et íirmassent cum sacramentum verum sic et fecerunt. domno Adulfo frater Froila et Xabe Danieliz et Ovecco in presente viccario de comde dompno Moniu suo maiordomo Arias Fortuniz et salón Abolkazeme, et de parte muzaravis Salvatori ct Viatero. Recensantes fuerunt amborum ut agnoverunt secundo illi abba veritate tcnentc cómodo ipsas ercditates comparavit ille abbate domno
Prescntavit
Hilale de
¡lie
,
per
parte rex
rium non rit vel
in
abba
homines de préstamo determinatas
sumus
natis: iuraturi
ignem
dcterminassent
manu
Froila et
saion
Xabe
Abolkacem
noque de qualiter
lives
nec inmodice.
faciant
Factum
.
est
ita
nunc modo
in
homo
diem tremendum
iudicii
cum Domini
Xpi.
in
hominem
perpetua firmitate. Factum scrípture agnicionis
de
ipsum monastc-
per ipsas hereditates inquietacione fcce-
vite
non abeant parte
hunc factum nostrum íirmum
nomi-
eciam per caldaric
primis careant suis ad frontibus lucernis
luda traditorem in eterna dampnatione deleantur de libro
auri talentis x et
et
ut nullus
de ipsas hereditas disturbancia
aliquis
(Jt si
vero firmantes ipsis desuper
Ovecco per sacra sacramenta
et
homo
corrumpendum venerimus
et scientes
et stabilitum
notum
die
usque
in
in regni Dei. ct
permaneat
quod
erit
in
et
cum
perpetuum. Ad desuper pariet
omni robore
VI kalendas
et
aprilis
— Adefonsus Vermudiz nutu fultus in regnum manu mea confirmavi — Nunus Dei gracia cpiscopus manu mea confirmavi — Moniu Moniz manu mea rovoravi — armiger Rudericus Uelazi — Didacus Frcdinandiz — Garsca Moniz — Froila lohanniz — Arias Fortuniz — Ordonius Veremudiz maior domi rex — Anaia Zitiz — Assur = — Froila frater — iterum Lazarus presbiter lemeliz — frater Lazarus Potro cxaravit — Vela I-^nncquiz manu mea — Moniu Ruderizi manu mea — Munio Garsca manu mea — muzaraves Vincencius — Johanncs — Abiahia, — (Catedral de León: tumbo Era LXIl super millesima.
tcstis
testis
testis
I;
fol.
154 mod.) (2)
Su
cartulario, n."4o6.
correspondiente a 941: «villa de Cordobeses».
(3)
Id., n.° 370,
(4)
Cita de 916, en
Esp. sagr.
,
t.
XXXIV,
p. 436:
hoy, Tóldanos.
LEÓN Ahora
bien,
si la
procedencia de país
musulmán
tanto lo que al problema de su estirpe se refiere.
datos de los que hoy poseemos, sentó
dando vuelo
riscos (i); y,
la
es cosa evidente,
Dozy, sobre menos
hipótesis de
que fuesen berbe-
a su fantasía, llegó a ver en los
maragatos
la
argumentos
descendencia de aquellos arabizados cristianos del siglo X. Sus
nombres personales uno
carecen de solidez en absoluto: entre los
no
solo halló
berberisco, Taurel; además, es falacísimo traer, a colación de iMalacoria o
iMalacuera éstos
suceso alguno de berberiscos ni de maragatos; y tocante a
(2),
no cabe suponer seriamente sino que puedan ser reliquia de
riscos
granadinos
Romey
(3).
creyó que
(4)
el
los
mo-
León pro-
influjo árabe en
vino de los cautivos, tránsfugas y renegados sarracenos, hechos subditos leoneses, opinión
tuvo a su vez
la
combatida por nuestro gran
H ere ulano
que man-
(6),
mozarabismo, abonada por tantos y tantos datos
teoría del
como vamos exponiendo. Sin embargo, no ha de negarse algún valor relativo a los otros fac-
tores sociales posibles:
que era gétulo,
historia del mártir de
allí
que entre aquéllos
les
y monje
se hizo cristiano
máxime cuando una
dominadores árabes no
Córdoba Félix enseña
mauritano o berberisco; que desde Compluto fué
es decir,
llevado a Asturias y que repetirse,
la
Este caso
(G).
pudo
fraternidad entre invasores berberiscos y
llegó a establecerse,
y cuando además
es verosímil
hubiese cristianos, puesto que hijos de cristianos
eran ciertamente; mas, fuera del referido, yo no hallo hecho alguno sobre
que afianzar
Una
teoría.
alusión clara de
(7)
no
es
Recherchcs;
(2)
España sagrada;
(3)
Es
res de las
t.
I,
p.
116.
XXllI, págs. 310 y 381.
l.
cómo
opinión vulgar; además no hallo
maragatas sean iguales a
los
de
las
explicar de otro
donde
ellos traficaban
(,4)
Hist. de España,
(5)
Hist. de Portugal,
(6)
E.ulogio de Córdoba:
(7)
Cart. de
Sahagún;
t.
como
IV, cap. t.
III,
local, y
pág.
arrieros.
i(j5
y nota XIV, pág. 426.
año 968.
—
los colla-
debió aplicár-
III.
Memoriale sanctoru m
n." 38G,
modo que
moriscas granadinas, no volviéndose a ver
en otras regiones. La designación de maragatos no es geográfica ni seles en Castilla,
el
convincente. Listas de prisioneros o «mancipia» posee-
(1)
la
falta:
exiguus» cierto «Petrus cognomento Abderrali-
calificarse de «christianus
man»
convertido leonés nos
118
—
;
lib. 111,
cap.
VIH.
m:ón mos
variiis, especialiiicnto
serie de se
nombres godos,
en Galicia;
la
de Santiaj^o, de
dimanaban de mercados musulmanes,
como
así
quos fuerunt ex gente smaelitarum
nombres europeos, aunque
corresponde a siervos de tribus ismaelitas
«mancipios
maurorum» heredados por
Entre
san Rosendo, y que
a su monasterio de Celanova, figuran un «Fees
y un «Salvator Rodesindiz alusi(Sn al
de caballo»
(5).
Obsérvese que en Galicia y
una de
lo
no moviese a
los
interés
más
sino a largo plazo y
cierto
el
Bierzo,
«pistores»
donde
estos siervos
cristianos la esclavitud
a
un cambio de
se
religión,
las categorías
la
y,
preeminentes a
sobre todo, vista
L(jpez Ferreiro: Hist.
de
Catedral de Santiago; tomo
la
la
región habitada por ellos.
datos concordantes ofrecen las escrituras, con
(1)
I!,
ap.
nom-
XXX.
(2)
Becerro de Celanova: folio
(3)
Esp. sagr.;
(4)
Bec. de Celanova;
(5)
Al conceder un abad Armentario a cierto monasterio de Astorga, en 920, una
en
intus in
el
t.
XXXVII, fs.
161 v.
p. 293.
198 y 56.
Bierzo, heredada de sus padres, añade: «et
illa villa
homines de nostra criazón qui sunt
quos fuerunt ex nostra condictione per unguUas caballunas quos adduxi-
extra sarrazinorum ex tribu hismaelitarum, id esi luliano et eius coniuge
luliana quos fuit comparata in una mulla et stent villa
tam
en
Arch.
el
no
bien por inllujos del ambiente social; pero desde
número de arabizados correspondía,
Nuevo orden de
mus
como
y asimismo resulta curiosa
musulmanes cautivos
ausencia casi absoluta de siervos en
viia
asignó
mauro de monte Corduba»
contrario que entre moros, parece natural que
luego no satisface este medio para explicar
que
«servos de origine
no procediendo, por consiguiente, derivar
Además, como entre
los otros.
redimía convirtiéndose, el
igualmente, que
población libre arabizada, de tipo leonés v
la
castellano, falta casi en absoluto, la
(4),
man-
procedimiento de adquirir siervos en tierra de moros «a uña
musulmán abundan,
de país
maurus»
fuit
él
los
et
lista
y otra, de 1042,
(2),
se consigna,
(3).
españoles
Una segunda
fi;uerra.
agarini»
et
que
individuos aludidos
los
inédita, de 1032, ofrece iguales características, y es de
ima
arroja una
los otros serían
islamizados o mozárabes hechos prisioneros en
sólo contiene
i),
(
i
latinos y árabes, y entre éstos alf^unos de los
imponían a esclavos únicamente, probando que
cipellas
(ji
illos
quam
hist.
stirpe sua qui
nac; ms.
n.° 1193 B,
semper
ipsos
ex illorum nati fuerint.» f.
8ó.
—
I
K
)
—
nomine
homini
in servitio in ipsa
Tumbo
astoriccnce: copia
LEÓN bres geográficos árabes en
muy
sonales en su gran mayoría (i); pero algunos,
acusan designaciones topográficas, v son
En p.
Asturias: Villa de
tomados de apelativos per-
tierras leonesas,
escasos relativamente,
estos:
Almunia; año 1042 (Esp. sag.,
t.
XXX\'lll,
291-292).
En
Galicia:
En En
el
San Pedro de Mezquita; io5i (tumbo de Celanova,
Bierzo: Almázcara; año 1000
tierra
962
(id.,
f.
Hadraysces; 966
42).
(cart.
f.
En
Algo-
Sahag., n.° 408). Xaharices;
tierra
de León: Alcoba;
1042 (Esp. Sag.,
t.
XXXVI,
Castro Alcova; 885: en documento de autenticidad dudosa p. 339).
Alcorzekis; 1026 (tumbo Legión.,
(id.,
(id.,
f,
(cart.
f.
313
309). V.).
Vallelio de
Muzandiga;
tierra de
Almanza; 1044
Campos:
1023
(id.,
(id., f.
327
v.). f.
t.
XIX,
Villare de Almazarefe;
386
v.).
Garrafe; 989
v.).
Valle
Villa Alcopa; 989 (Quadrado:
t.
III, p.
Almanara; 960
28).
Valle de Almunia; 977 (bec. Sahag., (id.,
sagrada, Villa
297
(id.,
Rozzaffe, 963
f.
t.
1
Mazockos; 986
En
p. 436). Villa
cap.
I).
fs.
Sahag., n.° 22).
(cart.
143 v. y 187 v.). Valle de
(id., id.).
Castro Fadoth; 916
Anebza;
(España
Giniganate; 967 (cart. Sahag., n.°4i7).
(id., n.*' 440).
tierra de Burgos:
(id.).
(i)
Avasta; 1046
15). Villa
XXXIV,
Zamora,
Sahag., n.° 5oo). Almaraz; 1087 (López Ferreiro:
(cart.
Hist. de Santiago,
1046
f.
Alver; 911
p. xlmi).
Sahag., n.° 403).
En
1068
126).
(id., n.° 474).
1029
964
vm).
Astor.). Zauttes: 1028 (id.).
de Zamora: Villa Alkamin; 909 (bec. Sahag.,
tierra
p.
929 (tumbo Astoric). Rivulo Xodanebebel; 1027 (Esp. sagr., t. XVI, p. 460.)
(id.).
Zamuta; 1022 (tumbo
tre;
XXXVI,
t.
i58).
de Astorga: Alhannastros:
Almuzara; i025
En
(Esp. Sagr.,
f.
Alkocero; 1068
(cart.
Moral, n.°
I).
Haraluzela;
Villa de Mezerese; 978 (cart. Covarrubias, n.° VII). Villa
He aquí algunos, recordados
al azar:
Mes-
Castrum Gunzalvo ibcn Muza, hoy Castro-
gonzalo; Castrello de líale, hoy Castilfalé; Villa de Zait o Villaccle, Castrum de Abeiza Guterriz, Castro Mutarraf, Castro de Abaiub, Castro de
Muza, Valle de Zuleiman, Valle
de Aboxoque, Sta. Eugenia de Haggege, Puteo de Abdurama, hoy Pozadurama; Autero de
Abozaabel, Valle de
Mahmude,
villas
de Avelacet, de Havivi, de Autman, de Maizara, de
Axarifcs, de Azuake, de Nazare, etc., etc.
—
Poquísimos de entre
120
—
ellos se
han perpetuado.
LEÓN kina; 962 (becerru (^iirdeña,
Fueros,
loyS (Muñoz:
.\lLi/,iehar;
87). Mazarctiis;
1".
p. 260). Villa
de Zafalanes: 978 (cartu-
lario (A)varr., n." \'I). \'illa /(jiiiicta: loHS (bec. Card.,
En ps.
tierra
f.
97).
de Xájera: Zahara y Zafira u Azofra; 1076 (Muñoz: Fueros,
293 y 294).
La lücalización de
la
marcas de Astorga, León y
donde
seca,
perfecta ¡dea del territorio ara-
región montañosa, con Galicia y
más
progresa
casi totalmente,
nombres da
estos
bizado, que, dejando libre
y
más en
Castilla;
dirección hacia sur por las co-
pero comprende sobre todo
la
región
la
sistema de praderas y árboles con regadío es sustituido
el
Páramo
el
Zamora y Campos. Despoblado dominación musulmana demasiado efímera para que hayan de todo ello desde el siglo N'lll,
y tierras de allí
Bierzo,
el
por cultivos amplísimos en secano, de viña y cereales, a saber,
fué
Arlanza).
io3() (cartulario
atribuirse a entonces
nombres árabes
topográficos.
Además, relacionados
con aquéllos que derivan de personas, suelen figurar éstas mismas en
documentos, como propietarios y fundadores de observación cuadra, y es reconocer que,
nombres árabes por pueblos,
lo
como hemos
ciudades, entre
la
si
las
granjas aludidas. Otra
gente
bien aquella
y marcaba con designaciones tales algunos
visto, la
lengua árabe no debió de hablarse sino en
gente culta, entre judíos acaso y en ciertos monasterios.
se explica la ausencia general de
nomenclatura árabe en
que con tanta frecuencia
como en Aragón
modo no
se
consignan
escritos, aJ contrario de
lo
expuesto arriba, importa
mucho
palabras árabes, que, como nombres apelativos de
mismos
textos latinos,
pues
ellas
Lo conocido de público hasta hoy, referente a
palabras, anteriores
al
Academia Española), y al siglo
XI 1, en
el
año
mil, recogidas por
coleccionar cosas, se
prueban eficazmente
aportaciones que este elemento meridional llevó consigo
(1)
el
Sr.
esta materia, es
121
—
dan en
calidad de
una
lista
de diez
Codera (Discurso de recepción en
como
índice de documentos de Sahagún, por
—
las
(i).
otras catorce, con etimologías aceptables, incluidas,
glosario del
la
la
anteriores
el Sr.
Aquí van acotadas unas ciento setenta, fruto imprevisto y sorprendente de
16
de
los deslindes
sucedió más tardíamente, por ejemplo.
Relacionado con
los
llevaba
común
El vulgo de campesinos se expresaría en romance, pues de otro
terrenos,
los
la
Vignau. revisión
.
LEÓN En punto de naturaleza
y
campo
como
escasean ellas muchísimo,
va
dicho, no obstante tratarse de gentes que vi\ian de productos agrícolas
por completo, v cu\as referencias llenan inlinÍLlad de documentos leoneses, gallegos
y castellanos. Son estas:
Alcor:
colina. 911:
Allarace:
tumbo Legionense.
López Ferreiro:
caballo. 982:
de Santiago,
t.
386
f.
v.
de
llist.
Catedral
la
178.
II, p.
Azémila:
caballo albardón. 1063:
Metranza
(kavallo en): ^cerril? 1076: cart. Sahagún,
Muñoz: Fueros...
p. 230.
n°
586.
Las palabras que se refieren a obras rústicas son:
Almunia:
Aldia, aldea: granja. 1030:
Mazaría: ^vivero?
Almuzara:
sagr.,
Siglo XI: bec. Sobrado,
f.
cisterna. 916: Esp. sagr.,
t.
Alisare: borde. 1039: Esp. sagr.,
p. 441
241 v.
f.
23.
96.
f.
hidráulica. 946: cart. Sahag., n."
iG.
XXXIV, p. 440. XXXVI, p. xl.
t.
Allizaze: cimiento. 1028: bec. Sahag.,
Vereda: camino para ganado.
XXXI V,
t.
nac; ms. 18387,
Bibl.
cercado. 964: bec. Cárdena,
Azenia: rueda Xafarice:
España
huerto con casa. 916:
140 v.
f.
tumbo
1002:
Adovera:
sitio
Atemina:
estercolero. 1026: bec. Sahag.,
Leg.,
f.
321 v.
de hacer ladrillos. 1063: bec. Cárdena, 222
f.
f.
5i v.
v.
Conceptos urbanos envuelven estas otras palabras:
Alfoze: término de pueblo. 945:
Alvares:
Esp. sagr.,
egidos. 998:
Arravalde: suburbio, Mezkita:
t.
XL,
f.
76 v.
p. 409.
arrabal. 960: bec. Celanova,
oratorio. 1031: id.,
Alfóndega: posada.
bec. Card.,
1033:
f.
f.
i85.
tumbo
Legión.,
f.
298
v.
de escrituras, en gran parte inéditas; pero esta abundancia obliga a reducir
que podrán tener cabida en estudio
depurando
lo
hacia 1100;
la
antigua, sin variantes, etimologías ni crí-
Entonces será hora de aquilatar conceptos,
idea
deque
descenso en palabras nuevas, mayor aún que hasta
reaccionar, dentro del
romance
citas para
más
la
que ahora sólo con carácter provisional
mas cabe aventurar
las
especial.
cada palabra a una sola, generalmente tica,
70.
el
el
territoriales.
I
22
de voces córtase
período sucesivo haría patente un gran
observado en
castellano,
—
se ofrece. El acopio
—
más
el siglo
XI, respecto del X,
tarde y a impulsos de conquistas
LEÓN Maragata:
venta. 1003: bec. Celan.,
Azore: muralla.
A
conceptos
OG
f.
Muñoz: Fueros,
1076:
v.
p. 2(ji.
personales se refieren:
Kben, iben
o
aben:
hijo,
Véase arriba, pá^.
para designar
l¡liaci<Mi.
la
898, etc.:
12.
i
Gy. bec. Card., U nía madre, en sentido de a\a o ama, quiz.'i. Mozlenios, mocelemes. muzleimitax: musulmanes, moros. (j'")8:
:
994:
Esp. Sag.,
f.
X\'l, p. i(m, etc.
t.
Muzáraves o muccára\'i: ci'istianos sometidos a mí)ros. tumbo Legión., 154. servicio. Mal lato: criado de 934: Esp. sagr., t. XL, p. 400.
i(j24:
I".
M a lata:
«puella^>,
Forro: hombre
moza. Siglo XI: glosas
libre.
Mesk-ino: pobre.
1074:
Mazarefe: ¿mercader? Tirazero:
v.
p. 275.
XL,
p.
411.
tumbo
Legión.,
f.
albeitar. 1023: bec. Celanova,
XI:
sillero. Siglo
id.,
más
Personales tambitMi, pero estos
t.
317
f.
950: cart. Eslonza, supl. P., n.^G.
tejedor de seda. 1024:
Alveidar: herrador,
Zerraco:
Muñoz: Fueros,
Esp. sag.,
1032:
silenses,
f.
¡54. f.
157.
67.
afectos a organización
colectiva, son
nombres:
Alvazile: consejero.
Zahbascorta:
Zavazouke:
1076:
Esp. Sagr.,
prefecto de policía. 998: bec. Sahag.,
964: bec. Celanova,
Alfiérez: abanderado. 932: bec. Card., caudillo. 1076:
54
Muñoz: Fueros,
p. 284.
nac, ms.
juez. 1081: Bib.
Alidar: abogado.
.x.xxv.
v.
Alcaedi:
n." 720.
1081: Id., id.
1088: cart. Eslonza, supl. P.. n.° 18.
testigo jurado. gbS: cart. Cat. Jaca.
Azetor: ¿encubridor?.
io55: cart. Sahag., n." 531.
Harra/.e: guardia. 95o: tumbo Legión., los
48.
146.
1069: Id., id., p. 249.
Aimoxerif: contador o mayordomo.
A
f.
f.
Alcalde: juez municipal.
Guliffa:
f.
p. 314.
prefecto del mercado. 1020: Fuero de León,
A la miro: comandante. Alcayde:
XXXVIll,
t.
mismos conceptos, de orden
estas palabras con significación objetiva:
—
123
f.
449
v.
social y administrativo, responden
—
LEÓN Aleive: deshonor.
Maneria:
falta
Vignau: cart. Eslonza,
logS:
de hijos. gSo: Muñoz: Fueros,
Adrias: tributo por yugadas Alcabalas: impuestos,
Nubtio,
(i).
p. 28.
Asturias,
897: Vigil:
Corónica.
iioi: Yepes:
p. 368.
V,
t.
p. 58.
p. 494.
nució: derecho de sepultura. 1020: Fuero de León. xwi.
A n nafa ka:
derecho de aprovisionamiento. 972:
Atafeke: avenencia
judicial. ii'44: bec. Celan.,
Alalas: ¿gananciales? 103 1:
Albaroc: propina,
id.,
88.
f.
131 v.
f.
36 v.
f.
robra. gOS: bec. Sahag.,
tumbo
Adufaira:
renta en pago. 964:
Alimonia:
subsidio. 960: cart. Sahag.,
Saturca: limosna sagrada.
id.,
46.
f.
Legión.,
n°
447.
f.
21.
946: id., n." 372.
Falifa: pacto de alianza. Siglo XI: Anales Complutenses.
Alvende:
^;promesa? 870: Santa Rosa: Elucidario,
Azofra: ¿prestación?
Albara: exención.
1069:
1039: bec. Card.,
Maquila: pago en grano. Almutelio: medida de
Almude, almute:
Muñoz: Fueros, 98
cart. Irache.
Muñoz: Fueros,
libras. 1020:
registro. gSo: Yepes:
Morabetino:
Hazumí
lo
Corónica,
Id., p.
t.
oro, diñar. giS: L. Ferreiro: ob.
mismo, maravedí.
1082: cart.
(argento):
Annuteba: Adras, en al
,
el
aviso de guerra. 969: bec. Card., cronicón de Cárdena (Berganza;
empleó en
XXXVIII, 63
el
f.
28 v.
f.
104.
p. 288.
v.
texto, sin
..,
t.
II, p.
583),
duda genuino,
antigüedad o permanencia de aquel voto, pro-
erigir castillos v palacios,
—
t.
f.
85.
II, p.
Oña, suplemento.
Antigüedades
voto de Santiago. El diploma ovetense citado en
bablemente histórico sin embargo, pues Alfonso la
t.
¿dirhemes de Alcásim?io72: bec. Sahag.,
tiene, entre otras excelencias, la de rebatir la
menos, y
cit.,
(argentum): clase de moneda. 984: bec. Sobrado,
:
(i)
173.
V, escr. X.
Alfetena: sedición, revuelta. 1031 Esp. sag.
aludiendo
p. 71.
cuartal. 1102: id., p. 391.
Metcal: peso de
Caz mí
32.
f.
1028: bec. Cogolla.
lo anterior.
Garfato: medida de un puñado. Siglo XI:
Albala:
109.
p.
v.
áridos. 966: bec. Card.,
Arrelde: peso de cuatro
1,
p. 248.
970: cart. de Ibeas de Juarros.
Kafiz: otra medida, cahiz. 1061:
Arrobo:
f.
t.
124
111
cobraba esta renta en Asturias, a
según
—
instituci(^n
de sus predecesores.
lo
LEÓN Fossatum;
tala,
Fueros,
devastación. 978: Muñuz:
Arcato: correrla
p. 49.
militar. 974: id., p. 3H.
Atalaya: reconocimiento
militar. 1017: cart.
Azeipha: expedición de verano. Al mafala: campamento. 1064:
Recoage: cabalgada.
1099:
uña,
n.° 9.
Siglo X: Cron. de Sampiro.
Britto:
Monar.
Muñoz: Fueros,
usyt.,
1
1.
11,
f.
377
v.
p. 347.
Es decir, que tanta exigüidad de nomenclatura rural árabe como resultó al principio, desaparece ante la vida
como
país leonés, este e
orden
rellejase
imitados de
las
si
la
conceptos nuevos también, dentro de aquella sociedad,
León; pero, aun dado caso de ser
así, el
con-
hecho de un
influjo poderoso,
queda subsistente, y ello es natural ponían en contacto un idioma riquísimo, como el árabe,
y una jerga deshecha, cual era entonces
que sólo poseemos esa nomenclatura que
sería razonable lo
a los arabizados cristianos,
toda vez que se
los
No
organizaciones musulmanas.
que usos tradicionales asturianos cambiasen de nombre en
trario, a saber,
merced
urbana y administrativa del
abundancia de palabras meridionales nuevas en
el
romance. Además, no
a través de
documentos
notario se esforzaba siempre por salvar
el
lingüístico, traduciendo las
la
latinos, en
pureza del
artificio
denominaciones bárbaras del lenguaje común,
y sobre todo neologismos, hasta que Resulta notable
la
se olvide
la
fuerza de
la
costumbre
se
impuso.
pobreza de nomenclatura monetal, formando vivo
cialidad comercial en
como síntoma de una escasa potenprimero francesa, tal León y de poca moneda
vez
—
contraste con
(i),
opulencia catalana,
la
y luego árabe
—
circulante, cosa
que
la
documentación acredita
consignando frecuentísimas transacciones y tributos en especie y actividad agrícola productora tan sólo; mas ello, con la ganadería y los bien,
hilados caseros
—
pannos, lenzos
— que aun perduran
fabricándose en
nuestras montañas, bastaba para vivir.
Ahora
bien,
si las
características leonesas acusan sobriedad y falta de
estímulos progresivos en
el
vulgo, también son notorios los refinamientos
y fastuosidad de las clases elevadas, que se acreditan por
mentos y por alimentar
la
tal
muchos docu-
cual pieza conservada en nuestras iglesias. Esto había de
importación de productos exóticos de artes suntuarias, y algo .'I
(1)
«Solidos gallicenses», en 885 y 906: becerro de Celanova,
—
I
25
—
*
fs.
43 y 128
v.
LEÓN Atestiguan
de industria. Galicia (i)
colonia de mozárabes tirazeros, o sea tapiceros,
aquella
y
segundo frecuentes transacciones de seda en
lo
protegidos de Alfonso V, a que arriba se aludió leonés, en
manos de
judios probablemente
levantinas, con Navarra o Cataluña
como
o franciscas, valor tiene
decían
el calificativo
(2).
comercio
al
nada trasluce de relaciones
(3).
y poco de cosas europeas, francas
(4),
abundan más
(5);
En cuanto
de greciscas
las
telas bizantinas, si tal
pero sobre todo
(6),
de importaciones venía de tierra musulmana, según
la
mera
gran masa
la
de
lista
nom-
bres árabes alusivos a ello hace patente.
Refiérense a primeras materias, casi todas exóticas, estas palabras:
Almafil, ammafide:
marfil. 942: bec. Celanova,
Alaules:
Esp. sagr.,
Cenne:
perlas. 1063:
latón o fuslera. io25: cart.
Algotón: algodón.
Alchaz:
960:
Alphaneke:
piel
f.
3.
p. cl.xxxix.
Sahagún, n."47i.
Esp. sag.,
seda. 942: bec. Celan.,
XXXIV,
t.
f.
XXX1\',
t.
p. 455.
3.
de comadreja blanca. 923: bec. Sahag.,
Cingabe:
piel
de ardilla. 976: cart. Sahag., n.° 430.
Gardunio:
piel
de gato garduño. 1060: bec. Celan.,
f.
f.
237.
183.
Utensilios varios:
Arrodoma (1)
o
rotoma:
frasco. 942: bec. Celan.,
robo de mil libras (1047:
el
id.,
Págs.
(3)
El proceso de 1047, citado en nota anterior, versaba sobre el
1
les
fueron arrebatados
la
(4) (6)
«Facistergulo francisco»; 938; bec. Celan,
126 se citan «solidos de Uñeros iaqueses»: cart. Eslonza, supl., n." 26.
franka obtima»: looó;
Abundan
id.,
— «Kappa
3.
f.
tumbo Legionense,
referencias con
f.
320
f.
6
— «Caliccm
franziska»:
franciscum», «fialas
1003; cart.
tal calificativo,
que no f.
era de color, pues
5);
de géneros preciosos. Debían ser cosa bizantina
que pudimos
t.
XXXVl,
p.
lx), pero
los
no abundan hasta
recibir a través del árabe.
—
126
«Spata
—
una vez
mas tampoco puede ciclatones, o
dos formando círculos, que más adelante se llamaron «pallia rotata»: Hay
en 1073 (Esp. sag.,
—
Melón.
v.
habla de dalmática grecisca cárdena (938: bec. Celan., se tratase
cierto
seda y sayales y lienzos en gran número.
Sólo en
1
hecho de que
tenía «suos hebreos in sua casa qui facicbant suo mercaiu et de
cuando
argénteas franciscas»: 942;
que
63, 65, etc.)
16 y 117.
Menendo Gundesalviz
(6)
fs.
131 v.).
f.
(2)
plures»,
3.
hacían pagos mediante libras de sirgo (loio: bec. Celanova,
Allí se
y un proceso consigna
homes
f.
el
cita
se
inferirse
sea broca-
de ciclaton
siglo XII, y es palabra
LEÓN A/.cptrc:
Ganza:
escudilla grande.
Tacara: Bi/ath .A
saj^r.,
XXXV'I,
1.
tunibu Legiun.,
971»:
f.
334.
(navicella): fuente llana. 942: bec. Celan.,
candelero.
Máncale: mesa. Árganas:
Limace:
(170:
tumbo
Ksp. sa^.,
1073:
Le^^ion., t.
XXX\1,
f.
3.
334.
f.
p. l\.
alforjas. 922: cart. Sahag., n." 3(34.
riCüraza? 922: bec. Sobrado,
45
f.
v.
(lancea): de bordes ondulados. 1034: bec. Sahag.,
lleites (spolas):
de cuello largo. 932: bec. Card.,
Artarfe: punta,
acicate. 932: Id., id.
Ballugas: borceguíes.
Amorcesce: sagrada,
Natamia:
XXXVI,
50
v,
Samos. 1063:
España
p. cl.\.\.xix.
labor de cuentas enfiladas. 988: cart. Samos.
Romí: manufactura
bec. Celanova,
Irak.? 942:
vestir,
Almexía:
Pintella: cierta túnica exterior. 938:
id.,
túnica, cota. 943: bec. Card.,
Adorra: túnica abotonada. Moffarrex: túnica
etc.
84
f.
v.
f.
f.
130.
5.
f.
94.
Rev. hispanique,
936:
t.X'lI, p. 317.
abierta. 1099: cart. Sahag., n.° 710.
Mutebag: túnica ceñida sin mangas. 1103: Feyrach: ropón. 942: bec. Celan., f. 3. Arrita: manto. 998:
cart. Santillana,
Feruzí: especie de manto. 921:
Barragán: manto de
bec. Card.,
f.
toca. 929:
29 v.
3(17.
tumbo
—
t.
Legión.,
127
—
f.
3.
f.
14.
'
bec. Card.,
Rev. hisp.,
Sahag., n.° 730.
10 v.
f.
lana. 942: bec. Celan.,
Zoramen: albornoz. 955: id., Mobatana: manto forrado. 944: velo. 979:
cart.
23 v.
f.
Zarama: capa. 947: tumbo Legión., f. 216. Kabsane: sobretodo. 933: cart. Sahag., n.°
Alhagara:
3,
de cama y de mesa y paramentos:
túnica cerrada. 919: bec. Celanova,
Alfimiane:
f.
tumbo Ovetense.
griega o romana. io85:
Reiteles: alhaja incierta. 928: bec. Celanova,
Algupa:
f.
87.
f.
formando cadena.
metálica
labor t.
1074: cart.
Eyracli, iraké, erag: ^del
Prendas de
p. xliii.
Samos.
vaso. 1074: cart.
Imanara:
Alavés
Esp.
1042:
c¿ilLlereUi.
Vil, f.
p. 316.
331 v.
LEÓN Alara: quizá
Almágana:
Elucidario,
lo anterior. 969:
velo bordado. 938: bec. Celan.,
Almeleha: sábana de
vestir. 927:
Allihafe o alifafe: manto
-Mmuzalla: cobertor
Cithara:
cortina. 969:
5.
f.
Legión.,
f.
385.
f.
1002:
f.
5.
3.
3.
f.
Sahag., n.° 364.
cart.
id., n."
lo anterior.
Mataraffe:
id.,
rico. 938: id.,
Izare, izale: sábana. 922:
Fazale: mantel. 996:
tumbo
109.
p.
1,
rico de pieles. 93H: bec. Celan.,
Fatele: manta de abrigo. 942:
Fazalelia:
t.
455.
Esp. sag.,
Esp. sagr.,
XVIII,
t.
tapete. 938: bec. Celan.,
XXXVl,
t.
p. xiv.
p. 337.
5.
f.
Anamat: paramento, frontal. 1083: bec. Almandra: cogin. 1063: Elucidario,
Sahag.,
p. 96.
I,
t.
Folie: manta para caballo. 922: bec. Card., Serie tan copiosa no abarca, sin embargo,
66 v.
f.
37.
f.
sino prendas de cierto
valor y amplitud que merecían consignarse en inventarios, con destino
común,
eclesiástico, por lo
además, con otra
o
precio en transacciones. Acreciéntase,
nombres
serie de
manufactura o adorno de
como
calificativos,
determinando colores,
mismas prendas, cuya explicación
vaga y aun incierta, generalmente, cosa bien experimentada siempre que de las
indumentaria tratamos. Son
Carmez:
estos:
carmesí. 914: bec. Card.,
20
f.
v.
Saibí: rubio. 969: Santa Rosa: Elucidario,
Zamor:
rojizo, gbo:
Zumake:
Amarello: Azul:
f.
944: bec. Card.,
938: bec. Celan.,
bordado. 938:
Hatani: bordado con Atibachi: brocado. :
XXXIV,
p.
1,
108.
p. 455.
37.
5.
14.
f.
f.
5.
id., id.
oro. 927:
969:
tumbo
Esp. sagr.,
tejido de seda labrado. 934:
Batunada:
forrada. 1019:
Exagege
exakeka:
o
f.
t.
amarillo. 919: cart. Sahag., n.° 361.
Alvexí: brocado.
Tiraz
t.
938: bec. Celan.,
mismo.
esto
Morgom:
Esp. sag.,
bermejo. 922: bec. Card.,
Meskí: pardo.
es
t.
XVIII,
Esp. sagr.
386.
t.
,
p. 337. t.
XL,
p. 400.
tumbo Lucense.
tela
—
Legión.,
de seda. 938: bec. Celan., 128
—
f.
5.
LEÓN Sardone:
especie de tafetán. 1068: bec. Sahag.,
Kaskerxí:
de seda cruda? 938: bec. Celan.,
^;tejido
Albaz: paño.
tumbo
927:
Legión.,
f.
Marayze: Habí:
de lana roja. 994: bec. Card.,
Morcús:
Canzi: paño compacto. Cazaví:
3.
v.
73
(.
10G8: bec. Sahag.,
tela listada. 1042:
Vitione:
tela
¿?
Ozolí:
¿?
Elucidario,
t.
Esp. sagr.,
Bazorí:
¿?
1042:
Oveite:
^r*
998:
Fazenzal:
23 v.
f.
XXX\'I, f.
.xliii.
p.
3.
5.
p.
i,
XL,
t.
941: bec. Liévana,
¿?
108.
Sahag., n.° 3O7. f.
998:
Zuranni:
cart.
938: bec. Celan., gbg:
¿?
t.
para forrar. 942: bec. Celan.,
Acata: ^gironada? 932:
Suruz:
Esp. sag..
p.
I,
t.
62.
f.
tejido de canutón. 998: cart. Santillana,
Leztori:
Aluz:
f.
blanca y negra. 959: Elucidario,
tela
5.
f.
385.
tela rameada. 942: bec. Celan.,
tela
G2.
f.
f.
109.
p. 409.
37 v.
tumbo Lucense. Esp. sagr.,
t.
XL,
p. 409.
996: cart. Sahag., n.° 455.
¿?
Faltan absolutamente verbos y partículas en este acarreo de voces
árabes leonesas,
como
dada
la
lengua en que
la
documentación
Respecto de apelativos, es latino o bárbaro cuanto se
fué redactada (i). refiere a
es natural,
conceptos vulgares y apremiantes de
la
vida: lo árabe toca sólo a
refinamientos suntuarios, lujo, mercadería, complicaciones y trabas sociales,
que arguyen
la
presión de otro estado de cosas
nizado, cual había de ser
el
más complejo y
de Córdoba y aun de Zaragoza,
la
orga-
corte semi-
española semiárabe, cuya superioridad de cultura era notoria. El haber
nido
allí
Alfonso
musulmanes los
(2),
el
el
Suele darse etimología árabe a nuestra preposición hasta las
Sahas., n." 65o), ata (983:
formas arcaicas adía
tumbo
Sólo hallo hata una vez, en 1098 (2)
17
Ordoño. para educarse con
Cron.
al
los Benicasi
porvenir de
el
arabismo, que tanto progresó, efectivamente, bajo
pero no son favorables a ello cart.
a su hijo
demuestra cómo aquel gran rey orientaba
leoneses hacia
(i)
Magno
te-
,
derivándola de hatta;
(945: bec. Card.,
f.
jb
Astoricense) y fasta (1074: .Muñoz:
v.),
adte
Fueros,
(1092:
p. 274).
(cart. Silcnse).
bel dense, n." 67 de
la
edición de Flórez:
l-:sp.
sagr.
.
t.
XIII. p. 453.
LEÓN mismo Ordoño, segundo de
aquel
su nombre. Nótese, además, que
más bien
desarrollo no fué progresivo ni duradero, sino que
extinguirse pasado
el
X,
siglo
y,
navarra y afrancesada de Sancho Castilla y de
León en
la
desde luego, una vez que
Mayor
el
persona de Fernando
Toledo abrió nuevos cauces
zado, habiendo de ceder en general bajo
galicana o europea,
ulterior de
quedó
éste
localila
definitivo.
la serie
de códices escri-
con caracteres minúsculos, que en gran número se conservan, no sola-
tos
mente producidos en en
tema
a fa\"or de nuestro
estirpe
la
presión de otra corriente,
la
más congénere y de arraigo
También conduce
mas
tiende a
herencias de
las
La conquista
I.
inlUijo meridional;
al
con
se alzó
tal
zona cristiana
la
letra
siglo;
libre.
La antigüedad de
estos últimos quizá no pasa de
IX, mientras otros del sur les exceden acaso en
fines del siglo
medio
mozárabes, a saber, Andalucía y Toledo, sino
tierras
más de
pero todos forman un solo grupo, caracterizado por aquella
«mozáraba
vel toletana»,
según
la
apellidaban en
Xlll
el siglo
que
(i),
hoy, con notoria inexactitud, llamamos visigoda, y que, aun pareciéndose a
la
lombarda, va en contraposición con todas
más antiguos
libros,
que en León y Asturias
Andalucía, según canta uno de
ellos:
Magno
europeas. Los
se registran,
emigraron de
«Samuel librum ex Spania veni»
Luego, aparecen otros, de tipo toledano, con cipis librum^>, refiriéndose al
las escrituras
rey,
este dictado:
según todos
(2).
«Adefonsi priny de
los indicios (3);
seguida introdújose por costumbre dotar de un «explicit» o suscripción
cada códice, donde se expresan escriba y
aun
el
del monasterio
la
donde
se editaba.
«Littera ista niO(;:arava appellatur vel toletana», en
(i)
de san Isidoro, procedente de Zaragoza y conservado en
Beato de Ashburnham.
mofarabas»: en
el
Liévana,
Lo mismo, en
derno
Roma,
(P.
I.
67
f.
v.
de trabajos de
I
p.
la
«Un
expediente de
el
del
Estos datos arrancan
un códice de
Escorial (&.
1.
las 3).
laimologías «Estas letras
libro de letra toledada»: 1319, cartulario de la
«Ordinatio ecclesiae Valentinae»:
Escuela española de arqueología
e
Cua-
historia en
81.
(2)
Códice misceláneo de
(3)
Biblioteca del
7).
el
nombre
fecha, principe reinante,
la
catedral de León, procedente de Abellar, n.° 22.
Escorial: Sentencias de san
Otro, citado por Morales, en Oviedo
(Viage santo,
ignora hoy.
—
130
Isidoro (T.
—
p.
II.
97),
25) y
Etimologías
cuyo paradero
se
LF.ON
aluden
del ¿iño 9*32 (i),
condes de
(>ast¡lla
dad en su
/.ona,
una \erdadera
reyes leoneses casi excliisivaiiieiile, y, aeleniás, a
a
con frecuencia, acreditando escritorios de gran activi-
desde
en este arte de
re\ oluciíui
los C(')dices,
escritos por Beato de Liévana.
Thompson
miniado por
(antes, de
sabemos; y
el
segundo
precisamente en
En
Ashburnham), data de
de Kscalada en
se termin(')
(juG (2)
muchos más de
(3),
ijhH
cuya
sendos letreros cúficos, meandros
blancas v rojas, otros arcos de
como
los
y está escrito y
por un discípulo de Magius,
la serie, se
conocido.
n(js es
prodigan representacio-
y,
como
palmera,
la
sobre todo, vistas de ciudades y edifi-
un orientalismo
almenas escalonadas, puertas con
l(')bulos,
que aun subsisten morunos,
lechos, cátedras, etc. El
ambiente que
llaves, altares,
lámparas,
estos libros y su arte traspiran, sobre
notorio, es bien otro de aquella diáfana tranquilidad
saturada de luz y bajo
la basílica,
Los Beatos arrastran hacia un
mundo
la
misterioso, inquietante, lleno de
sero rebajamiento del pueblo cristiano, incapaz ya de sentir lo bello, el
amor que
(i)
Vita patrum, en
(2)
Ksta fecha parece indudable, pues resulta consignada
la
+ = 2
4;
1902;
Un abad
p.
Víctoris regía
que conste
gro-
emoción de las
dul-
así:
«dúo gemina
= 900; 3 X
100
10X2
li
ft
y
ms.
in
ter lerna
= 60, que
A descrip-
the collection
ot'
H.J.
304.
mismo, probablemente, que p. 430), sin
3X3X
964; sin embargo, se ha interpretado por Era 932 (año 894):
catalogue of the second series of
Thompson.
al
Biblioteca nacional; ms. n." 10007.
ccnties et ter dena bina era»; o sea 2
componen Era
la
Naturaleza inspira a toda alma sensible y
la
que
inspiración del Evangelio.
horrores y de amenazas, que los discípulos del Apocalipsi oponían
(3)
de
de arcos de herradura, alguna \ez con sus dovelas alternadas
cios, llenos
tive
el
fundaci(')n m()zárabe ya
dero, escenas de guerra, músicos, etc., árboles exóticos,
informó
Apocalipsi,
vida corriente: faenas campestres de vendimia, lagar y mata-
la
cerrojos,
la
un mcjnasterio de san Miguel,
monasterio de Távara, que también
el
estos libros, y en
nes de
el
al
Su más antiguo ejemplar conocido,
cierto Magius, al parecer, en
que puede creerse fuera
caracterizada por
Comentarios
espléndida aunque bárbara serie de los
Mr.
Algo antes hablase producido
niiiad del si^h^ X.
la
el
el
monasterio donde fué escrito
ligura en
una confirmación
real
nombre de su monasterio; pero con
su proximidad a León.
—
131
—
el
códice en cuestión;
de 920 (Ksp. sagr.,
l.
el
X\'l,
ello se alianza la hipótesis
de
LEÓN zuras de
palabra de Cristo, y que por
la
punzante de de
los
Novísimos para reaccionar hacia
terrible
irilidad
\
mismo
lu
necesitaba
bueno.
lo
revulsivo
el
Un
misticismo
aquellas representaciones y aquellos textos,
inspir(')
evocadores de una emociim nueva y de un ideal, antitesis de clasicismo, que había de informar el arte de la Edad Media avanzada en toda Europa; pero aquí en España se anticipó casi dos siglos, precipitado por de espíritu,
la
dándose
hasta
XII
el si^^lo
los
estímulos que
los
el
comentarios de
la
las profecías
notable en estos códices leoneses, que
es
de Patmos y de Daniel,
libro favorito en el X.
que habían sido nuestro
Y
tensión
vecindad de moros y caso de no trascender a Europa con éxito
lucha de ideas,
cristianos produjo;
la
muchos de
entre ellos
contienen anotaciones y escolios árabes, ni más ni menos que los de
toledana y andaluza, dando testimonio de que en los monaste-
las series
de país cristiano eran también familiares
rios
andando
el siglo
es
la
Cogolla, en Barelánica, en Carrión,
conocida
observar que, hacia
la
procedencia de
la
primera mitad del
y de Silos, son glosas romanceadas bes
(2),
lengua y escritura árabes,
X, o sea que eran mozárabes, y esto en Távara, en Sa-
hagún. en León, en no siempre
la
las
tales libros (i).
el
puesto que
Valga, por
fin,
siglo XI, en códices de la Cogolla
que vienen
acreditando, en apariencia cuando menos,
mento meridional por
etc.,
a sustituir a las árala
absorción del ele-
castellano.
Las cartas y diplomas enseñan todavía más cosas, a vueltas de su trivialidad habitual, en el
punto de organización. Asturias, Galicia y aun
Bierzo mantuvieron su régimen señorial bárbaro, con
el triste
cortejo
de siervos y «criationes» perseverando siglos, de suerte que hasta en
(i)
Los códices leoneses con notas árabes son
Escorial, arriba
Madrid (ms.
León
ciliar
de
la
Catedral de León (n."
la
en
6).
Academia de
la
la
la
de Sahagún, en
id (n."
1872).
id (Vit.
I.
el
Biblioteca universitaria de
Biblia primera de
San
Isidro de
Historia (n." 20V Morales de san
Biblioteca nacional (n." 80). Fuero juzgo primero, en
de Beato, primeros, en
XI
Sentencia de san Isidoro, en
mencionado. Biblia primera complutense, en
n." 31)- Biblia
(n." 2). Biblia de la Cogolla,
Gregorio, en
estos:
el
id. (n."
10064).
Con-
Conciliar de Carrión, en Id (n.° 10041). Comentarios 4).
Comentarios de Beato, de Távara, en
el
Archivo
histórico nacional (V. 36, n." 257). (2)
Acad. de
la Historia:
ms. de
la
Cogolla n.°6o.
—
132
—
— Museo
británico: ms. n.° 30853.
LEÓN se registran allá
con trccLicncia
No
adscritos perpetuaiiieiite al sucio. «in
montes» o «térra de
t'oris
de esclavos, siervos y familias
listas
las
asi
en
las \ertientes
como
loris»,
decían
internas del país,
o sea en
íi),
banda
la
septentrional del Duero, donde se rc\ela desde un principio cierto estado
nuevo y
social
diferente, bajo la tutela del Soberano,
que
un domi-
ejercía
nio patriarcal y absorbente en todos los órdenes. El dualismo antiguo de
señores y siervos se transforma en Estado llano, con simple vasallaje, bajo la
forma de prestaciones y tributos. En torno del
en León, aparecen
rey,
obispos, abades y clero, individuos arabizados, «pueros», o sea «mallatos»,
y otras gentes oscuras, que vendrían a constituir una alta servidumbre
musulmán,
o clientela de tipo
reclutada, en parte acaso, entre mozárabes
cortesanos, sin que figuren hasta cerca de tinos, o sea la
refugiados, y consta
aconsejándole, en la
la
mitad del siglo
X
condes pala-
En cambio, no faltaban allí señores árabes de uno, Omeya, hijo de Ishac, que asistía a Ramiro II,
nobleza goda.
de Simancas
la batalla
(2).
Cuando
salían los pueblos de
potestad real por donación, sus gentes no rendían al nuevo señor sino
prestaciones personales, de tiempo en tiempo y reglamentadas tierras
moro sias
trasmitían
se
(4).
hombres de
sin
Desde luego
las familias
salvo
servicio,
de criazón,
cual
tal
y
(3),
esclavo
los siervos adscritos a igle-
y monasterios no aparecen nunca, y esto desde un principio, en
cuanto
los
documentos alcanzan,
sin
respecto de otro estado previo. Así,
y Alfonso
el
Magno
el
que país
se
perciban rastros de evolución
nuevamente poblado bajo Ordoño
resulta con características sociales
también nuevas.
Sus bases orgánicas traslúcense mediante referencias documentales; tierras
abandonadas por sus antiguos dueños,
árabe, fueron apreendidas por dichos reyes,
(i)
Privilegio de
Ordoño
a
I
la
(Esp. sag.,
el
8 y 166.
t.
XXXIV,
— Tumbo
p. 431).
como
f.
las
de
la
invasión
cosa propia,
al
parecer,
el siglo
Catedral de Oviedo (Esp. sagr.
,
t.
XXXVII,
el
III,
p. 323),
de 875
Celanova,
397, etc., etc.
(2)
Dozy:
(3)
Sobre este punto quizá no haya documento más antiguo y circunstanciado que
3.'
edición, págs.
fuero de Cirueña, de 972: Bol. de la (4)
como
en
1.
Legionense,
Recherches;
allá
Archivo histórico. — Carta de Alfonso — Cartulario de Samos, n." — Becerro de
cuyo original apareció ha poco en
fs.
las
Por ejemplo, en
el cart.
Acad. de
de Sahagún, n."
precio, entre animales, caso explicable
—
167 y xxix.
si
133
37.S.
la
Hist.,
t.
XXl.X,
p.
34?.
El doc. 397 consigna «.uno serbo»,
eran nobles asturianos los otorgantes.
—
LEÓN V
empleando en
como
de su ser\idLinibre
ello el trabajo
Ellos conser\aron,
(i).
bienes patrimoniales, una parte de dichas tierras, que trasmitieron a
sus hijos
administradas a veces por hombres arabizados
(2),
y otras
(3),
fueron cedidas a personajes, catedrales y monasterios. Además. Alfonso Maf^no, va ejercitado en repoblar
padre
(4),
comarca de Orense por encargo de su
la
promulgó un edicto de repoblación, hacia
dando aquel suelo vastísimo y
año 876
el
repartido en suertes
fértil,
biin-
(5),
a quienes
(()),
acudiesen a roturarlo y colonizarlo, y ello con propiedad absoluta, salvo tributación real
Aun
(7).
se
alude más concretamente
«Señera ad Turrem de Sea. Maria Alva qu¡
(1)
desqualido de gente barbárica
illut
adprehendimus»: habla Alfonso bajo
el n.° IV).
— «Quinionein
manu
nostrum proprium de presura
dominissimi Adefonsi de populatione ordinationis eius
Ramiro
II,
en Q18 (tumbo Leg.,
iuniores que
serán aquellos afectos
al
dominio
(2)
Véase
(3)
«Fuit
tenuit
el
real
200),
f.
Los
pueris nostris
bone niemorie
patris nostri
de Mora»; habla
in Valle
tales colonos, servidores o libertos del rey,
solían excluirse en las donaciones territoriales,
(Vignau: cart. de Eslonza,
texto primero de
p.
9).
fuit
et
maiordomus regina domna Tarasia
eius in multisque locis»; 994
(tumbo Leg.,
f.
«Pelagius cognomento Zuleiman» era «fratcr», o sea monje, y obtuvo de
Teresa
illa
testar,
o sea donar, cierto santuario rupestre en 990
270
f.
(5)
Esta fecha se induce únicamente de cierta «presura» realizada
XVII,
p.
habuimus
(tumbo Leg.,
Lste
doña
f.
f.
i5o
tercio ante
204).
v.).
f.
i58).
— «Et
— «Sulco antiquo
448).
f.
«lulianus (presbiter) exivi ad térras populandas per heditum regis donni Adefonsi
(7)
principis et
comitum Savaricum, prendidi
Camba
nuscrito
(tumbo Leg.,
«anno
de sorte antiqua»: 934 (bec. Sahag.,
ea (térra, villa) de sueco antiquo»: 928 y 930 (id.,
dividente termino»: 939
flubios
quam habuimus
v.).
la r'úna
244.
disfecta de Pulburaria», y esta batalla se dio en 878
«Hereditate...
345
et
v.).
España sagrada;
(6)
la
(id.,
(4)
t.
quedando
nota anterior.
la
homo nomine Zuleiman
omnem mandationem
cum
domno
Alkamin...
copiado por Escalona,
120;
est
ct
— «Villa
propria f.
la
ordenamiento para
v.).
434
f.
en 909 (bec. Sahagun,
III,
al
de presura de avio nostro
fuit
Hordonio»: habla Garsea, príncipe, en 909 (tumbo Leg.,
secundum nos
el
1
et
195 B,
Vive f.
74).
et
nominis
villa
villa
luliani
— Habla Alfonso
de exqualido relicta ab antiquo secus
in territorio Pin^ie»: 912 (Arch. Hist.,
IV en 931, confirmando
al
ma-
monasterio de Cárdena
posesión de Villafrida: «sicuti et obtinuistis de populatione primeva in diebus principum
priorum nostrorum avorum
quod habuerit
in
et
parentorum»
(bec. Card.,
tempere tune adprehensione
in
ipsum locum Riuvosicco testamentum»
—
134
63
Rivosicco
ea sibi vindicavit ab integro. Postea vero discurrente era rex fecit de
f.
—
etc.:
v.).
cum
— «Memoria
illi
fuit
eo
alios plures et post illud
DCCCCVllII
...
934 (tumbo Leg.,
domno f.
Garseani
387). — Dona-
LEÓN repoblar
ciudad de
la
dado por
Le(')n,
mejor en
recta suya revélase
mismo
el
rey
parte central de los nuevos dominios, pues
la
extremas hubieron de intervenir condes, se^ún
en
las
y,
efectivamente, consta de uno, llamado Sabarico, en
próxima
que
Bierzo,
al
La repoblación a
fundar
mantuvo
se
se hizo
Esta acción di-
(ij.
antiguo régimen;
el
adscrita a Astorga (2).
unas veces por individuos sueltos, que acudían
tarde o temprano transformadas en pueblos
vilas,
gallega
regi(')n
la
mas
(3);
lo
general debi(3 de ser agruparse varias familias, «sortitores» o «sodales»,
que permanecían asociadas y con no
era corriente
S(')lo
proindivisi(')n entre C(jherederos (5),
la
o protiliac¡(')n de personas extrañas, que entraban
la ad(jpci(')n
ciún de un
sistema de
Flste
(4).
la
sucio resulta generalizadísimo, puesto que en las testamen-
indivisii')n del
tarías,
comunes
tierras
campo
«sicut illud de scalido prendidit»: 912 (id.,
f.
394).
como
— «Terra
sino
copar-
que
fuit
presura de nostros parentes que est in loco Rivosicco que vocitant Bobatella»; 941 (bec. Saha-
gún, et
f.
85
V.).
— «Habuimus ipsum
bustum de presura de guardiatores
Froila et Latccio,
presserunt cas abios nostros de iscallido in tempore antiquo... de nostros antecessores
bustum ganaverunt»: 938
qui ipsum
eremum prehendere 955 (bec. Card.,
11 v.).
f.
(id.,
— «Nostram
202
f.
vel scadare aut scalidare
domno Adefonso
nosiro
num
Alfonso (1)
III
«Prcsit
Vimara cum suos
filios
aqua
lavoraverunt presea
et
(2)
Véase
(3)
«Villa
la
nota
(tumbo Leg. 6."
de
la
(4)
(tumbo
Sodales:
ona, Hist. de (5)
f.
Leg.,
í.
el
7).
Aquí aparece
istirpe
antiquo ante qualibet pre-
illa
et
tactos suos
molinos
disfecta de Pulburaria possidentes
204).
qui
et
parentorum mcorum
ct
contcsso populavi a populacione in
territorio
Palencie ripa rivulo
322).
doc.
Véanse especialmente
hermanos, contenidas en
impera-
página anterior.
bec. Sahag.,
Sahagún,
tilio
concilio et posuerunt termi-
aduxerunt aqua
et
mea quam ego Manni Oveccoz
prima quam abui de avorum ICarrione»: 977
,
nostros
el
Vernesga ad populalionem de Legione ad
in
abuit iuri quieto in facicm universi anno tercio ante per annos multos»: 915
locum
otros reyes leoneses.
editum principi bone memorie domnissimi Adefonsi de sura signa vel decora,
ibi
Kslonza; supl. P. n."
(cart.
como después
con dictado de emperador,
in
tenucrunt iure quieto
et
Gum domno Gundisalbo
princebs, et adgregati lucrunt
hubi vocitant Canalelia»: gbo
in illo loco
«Que parentibus meis
vindigaverunt
et
posucrunt términos
sicut antiqui dereliquerunt, ct
—
hereditatcm... ubi habuerunt nostros abios
parentes vustos que prendiderunt de escalido
tori
v.).
potuerunt sicut antiqua gens dereliquerunt»:
f.
212
V.
— Parce ra:
Id.,
f.
4.S v.
— Sortitores:
Ksca-
XCIII. las
particiones testamentarias entre san
becerro de Celanova,
-
.35
f.
-
ibó.
Rosendo y sus
LEÓN tícipes o sea
«heredes» con iguales derechüs
alcanzaba a
las salinas,
la
además,
molinos, hornos, pesquerías,
disponían libremente de
cuente
(i);
proindivisión
la
Los condueños
etc.
suyo, pudiendo venderlo, y de hecho es fre-
lo
reabsorción por individuos ricos o monasterios, que iban poco a
poco adquiriendo raciones de suelo hasta poseer su totalidad. Las susodichas colectividades, fundidas con
común
transcurso del tiempo bajo
el
balanario
frente a los llamados «iuniores», suje-
(3),
y tributo personal, por su calidad de antiguos libertos
Además,
del rey.
de hombres libres llamados de
las categorías
y de benefactoría
(2)
tos a prestación
ellas
constituyeron organismos locales, dotados de cierta
tacultad gubernativa,
como
asuntos judiciales
(4)
y algunos ejemplos de acuerdos en
cesión de fincas,
bien ellos corresponden a territorio castellano
Véase,
(i)
Sr.
razón
de «heredes», que responde a su calidad de propietarios del suelo,
fueron origen probable de
el
la
si
como
acreditan
ejemplo, una carta del becerro de Sahagún,
Tumbo
Legionense,
402
f.
eran de valanario o propias de un
tal
v.,
donde
se
común
224
la «villa
sobre
(5).
extractada por
v.,
bajo
consigna un pleito sobre
Argemiro y su esposa Auria; año
Sentencia contra los habitantes de
(3)
.
mon. de Sahagún,
Vignau, en su índice de los doc. del (2)
independencia de su acción en
la
el n."
si
6o5.
ciertas tierras
941.
sancti Laurenti in Valle Ibdonia»,
cerca de Astorga, «que fuit hereditas sánete Marie (Astoricensis) et aliquibus temporibus
intumuerunt omnes havitantes
in ea
servitium ad supradictum locum
terre ipsius havitatores, asserentes
Pleito sobre
quorum
parentes et avi solitum habuerant exercere
e.xterminarunt se inde, sicut mei averant eos infanzones
et
quod
erat benefactoría»: 1046. (B. N., ms. 712,
unos solares eran de benefactoría o «in préstamo»: 1064 (tumbo Leg.,
si
Becerro de San Martín de Castañeda (B. N., ms. 18382,
(4)
sobre propiedad de esta vila y de su pesquería en rio y
f.
Ranosindo con sus gasalianes: año
el
f.
41): Pleito
como
f.
—
331).
de Calende,
lago de Sanabria, entre dicho monaste-
927. Celebróse en la iglesia de san
Spino, territorio Sampire (Bierzo), actuando
88.)
Pedro de
villa
jueces «Gutier Fernández, Froyla Veni-
gonta, Dauti, Maurelle, Kldcmiro, Lilla, Trasarico, Trabessa, Absalon vel aliorum iudi-
cum», y recibiendo
«Ego
(5)
Valdeo
et
las fianzas el
Filauria,
sayón Anagillo, sin presidencia
parentes nostros»; 932 (bec. Sahag., et
más
omni collado de Melgare una cum domino Rexindo damus
sancti lohannis et ad abbatc lubla
maiores
ni
trámites.
Teoda, Adica, Gundisalvo, Taione, Isciame, Gomiz, item Adica,
minores iubenes
et
uno prato ad f.
95).
F'onte Auria... pro
— «Nos totos
omnes
in
sancta basílica
animas nostras
concilio pleno de
senes nostras spontaneas volumptales
sic
tibí
domino
nuastí nos de
illo
labore de íUos castellos per sécula seculorum»: 972 (bec. Cárdena,
—
136
—
illa
de
donamus atque
roboramus ad
nostro comité García Ferdínandiz
et
Agusyn
defesa pro eo quod ingef.
3).
LEÓN efect¡\
Castilla,
amento, bajo aspcctu análogo
al
de
la
propia-
tierra
una organizaciini más compleja y perfeccionada. Las iniciativas no partían allá exclusivamente del rey sino de los condes,
mente leonesa,
desaiToll<')
soberanos de hecho y aun ccm cierto derecho, puesto que Alfonso debió
la
corona
al
conde Rodrigo; pero
esta
misma
el
Magno
insubsistencia legal de
títulos para declararse independientes y usurpar las prerrogativas reales
dio a Castilla, a
como
a
Navarra y Aragón, cierto cariz democrático, debido
que sus condes sólo a fuerza de prestigio personal afirmaron una supre-
macía notoriamente
que
impusieron
se
eficaz y laudable. Ello explica, tal vez, la fuerza
con
instituciones populares, con ventaja sobre las teo-
allí
de regalismo absoluto. Por otra parte,
inseguridad de fronteras y ser paso obligado de tropas enemigas hacia León, ya que el Duero cortaba rías
desde mediodía
el
merced
privilegio,
llos, lo
a franquicias y exenciones tributarias, en favor de
y ocupando ciudades
los labriegos o villanos,
consecuencia natural de
la
y casti-
al país.
elemento militar
castellanas.
No hay
condado
se revela
V
tal
vez
castillos ni
(i), es decir, al
mucho menos,
grandes propietarios,
y,
el
Monje, señalándole términos «sine rosso el
hecho de consignarse
diversa de lo demás,
(2)
Leg.,
f.
11, y,
397).
no
el
existir
el
le
al
ñn
hacen
sin
al
et
(2).
monasterio de Abellar en 929
homicidio
tumbo Lesiónense
del
El ambiente
et fossataria
(f.
452
v.),
con
vobis letra
muy
sospechoso de falsedad.
testamento de Hermenegildus Felici, diácono, en 936 (tumbo
— Documentación de doña Salomona
— 18
el rey,
su original tampoco, sino copia suelta en letra del
sobre todo, su redacción
Por ejemplo:
las capitales:
cuando puede sondearse algún encumbra-
Aparece como excepción un privilegio concedido
concedimus»; pero
siglo XI
él
hereditario; no se destacan señores
miento, su origen está en simples mercedes del rey
(i)
y con
generalizarse las teorías
más ciudades muradas que
en forma de mera tenencia o vicariato por
carácter permanente, y
por Alfonso
falta,
con carácter de exenciones tributarias, que no hacen su apari-
ción antes de Alfonso
ni
por en-
confianza que inspiraba su frontera del Duero,
sin puentes, de seguro, e invadeable. El
el
muy
contrario, en tierra leonesa no parece acusarse nada semejante,
el
los fueros
un
fortificadas
guerra, considerado
la
que dio su fisonomía y destinos singulares
Por
una situación de
acceso, obligó a fomentar en Castilla
orden especial de gentes aptas para
cima de
la
137
—
(Id.,
f.
277 y
sigs.).
LEÓN mezquino, aunque
rústico y
sensible es de vulgaridad general,
sin
las
depravaciones y grosería de Galicia. Todo es plebe, de la que solamente el clero y monasterios se destacan, sin salir de cierta vulgaridad tampoco,
moral y
que manejaban; pero quizá con buen
los libros
según acreditan
espíritu
que legitimaría su ascendiente.
religioso,
De administración
poco se trasluce. Probablemente
local
las
colec-
tividades vecinales, llamadas «collaciones» con frecuencia (i) y reunidas en «concilio», se regirían con igual sencillez país
mismo; y aun
las
como
viudas gozaban,
los
concejos de hoy en
hoy, de todo derecho
sayón, encargado de
oficial era el
único funcionario
que
las
actuaban
exacciones legales;
y
mismos, en número ilimitado, reuniéndose en
ellos
El
(2).
fuerza representativa estaba en los vecinos honrados, «homines bonos»
la
(3);
la iglesia,
ejercían autoridad, refrendaban escrituras y ventilaban sus pleitos
allí
conforme a
gótica
la ley
más sanción
sin
(4),
que sepamos. En Astorga
ulterior ni
aun apelación,
obispo presidía los juicios; en León, ya se
el
constituía en tribunal el rey con su corte de obispos y magnates;
juzgaba
el
obispo
(5),
reina
alvacil,
vez, y
tal
mujeres, presidía
la
nota
de
6.'
localidades de realengo, probable-
como en
los concejos; así
Recuérdese
(i)
alcalde
ya
Sólo en casos especiales actuaba un juez del rey, o sea un
(7).
en
mayordomo o un «préside», (6). Cuando el litigio era entre
ya un
esto en causas criminales la
el
la
pág. 136,
donde
se alude a la «coUacio
de Melgare»,
que seguramente era de laicos, puesto que, años después, Filauria e Isciame, dos de sus
tumbo Legionense
individuos, resultan casados. El
cione sancti loannis in Vega», f.
146),
año
(f.
212)
menciona «homines de
colla-
938; y en diploma de Astorga, sin fecha (B. N., ms. 9194,
confirman varios hombres «in coUacione sancti Petri».
(2)
«Goda
et
Senda mulicres viduas ut habeant foro secundum habuerunt parentela
eorum»: año 966 (tumbo Leg., (3)
f.
«Homines bonos qui
(tumbo Leg., (bec. Sahag.,
f.
f.
292
212
v.).
v.);
—
373).
ibi
presentes fuerunt»
«Homines bonos»:
«rogaverunt», 998
(Id.,
«Concilio» en Astorga, sobre pleito ante
benenatorum hominum»: 1026 (4)
Vignau: obra
(5)
Vignau:
id.;
(6)
Tumbo
Leg.,
(7)
Id.;
f.
cit.,
núm.
302 V.,
fs.
(Id.,
f.
el
otorgamiento de una escritura, 987
«in concilio de Palaciolo et de Ceia», 1003 184);
«rogant», 1027 (tumbo Leg.,
obispo, magnates de palacio «et
277).
núms. 614 y
826.
Tumbo
Leg.,
f.
i85, etc., etc.
586.
463 y 394, datos
año
f.
al
ambos correspondientes
1057.
-
138-
a 1039.
f.
302).—
multorum
fili
LEÓN mente, ejercía rio.
el
conde
De «maiorino», en
o,
en representación suya, un
tierra
mayordomo
leonesa, no recuerdo sino citas
o vica-
muy
tar-
días (i).
El
hecho histórico
poner de
relieve,
Colonizada
Amaya,
la
podrá
vez formularse bajo
111 se
góticos. El procedimiento la
siguiente generalización:
aprovechó de sus victorias sobre
los
Duero, con Zamora y
ses para extender la repoblación hasta el
a gentes de
la
vertiente meridional cantábrica, con el Bierzo, Astorga, León,
Alfonso
etc.,
tal
social, que todas estas series de datos vienen a
adoptado para
ello
hubo de
zona musulmana fronteriza y amparar a
cordobe-
los
Campos
consistir en atraer los fugitivos
anda-
medio musulmán y obligaexpatriarse. Estas gentes, que se reco-
luces, especialmente monjes, inadaptables al
dos, ante las revueltas del país, a
nocían a
mismas como romanas, no godas, según
sí
de «romíes», hiciéronse valer de
tal
modo que
sus
el
concepto árabe
nombres
brillan en la
corte de León, en los palacios episcopales y en la administración del reino
durante todo
el siglo
X; ellos aportaron elementos meridionales de todo
género y signos de cultura, cuales son
encima,
flota algo
los arriba
más profundo y humano, más
enunciados; mas, por decisivo
tal
porvenir nacional, y es un sentido democrático, aprendido en
con musulmanes y en
la
común
el
vecindad
desgracia de los sometidos españoles.
Cuánto pudiese haber de acción modificativa en la
la
vez en
ese pueblo, respecto de
base asturiana o sea goda, quizá se refleje a través de los ordena-
mientos famosos de León y Coyanca; pero realmente es factor imposible de aislar hoy día. En cambio, la parte pasiva, el lastre echado por el vulgo de arabizados leoneses, labriegos trabajados por
la
adversidad y esclavos
del suelo, perdura verosímilmente en el tipo castellano, prosaico, tranquilo, contento con mirar crecer sus mieses en la llanura feraz; pasando
con nabos y centeno, criados a duras penas entre
los
canchales de
la
zona
pobre: serán aquellos villanos, cuyos orígenes no sin sagacidad trató de inquirir
el
benedictino Sarmiento
Ellos mantuviéronse ajenos al
(2).
pulso conquistador de los montañeses, y
(i)
Año
(2)
Valladares:
1042: cart. de Morerucla, n."
i.
— Año
Semanario erudito; tomo
—
quedaron acorralados
así
139
—
im-
tras
de
1045: cart. de Eslonza; supl., n.° 10.
V.
LEÓN las colonias militares
zadas contra
la
que progresivamente
morisma, en
los
se iban
bordes de
la
fundando, como avan-
meseta castellana, y donde
floreció nuestra casta de hidalgos inquietos, holgazanes
La vida de
monasterios leoneses nos
los
conocida con cierta
es
Los reyes solían favorecerlos, cediéndoles
precisión.
jurisdicción sobre sus habitantes; pero
de ellos revélase
muy
aparición y fusión de
la
y soñadores.
iglesias v vilas
con
munificencia particular a favor
parca en un principio, determinando esto
muchas fundaciones. Sahagún, cuyo gran
la
des-
cartulario
poseemos, no recibió de particulares sino unas ocho donaciones desde su fundación hasta 960,
al
paso que alcanzan a 36 en
los veinte
y cinco años
sucesivos, y asi progresivamente. Hágase cuenta de que las adquisiciones
monásticas reflejan más bien días de miseria y calamidades, a cuvo remedio
acudían así,
los
monjes, recibiendo en compensación fincas de
por ejemplo,
llamaba
(1),
el
año gSo, que fué de hambre, o año pésimo, como
cesión casi todas; y
como
esto
número de
el
mismo
X
cuando
éste sería
fincas adquiridas, a título de
da respecto del 965. no sólo en
se
dicho libro de Cárdena, sino, además, en
siglo
el
de Sahagún, es dable inferir
mal año. Sin embargo,
la
primera mitad de aquel
fué para los monasterios leoneses su período el
se le
tradúcese en los becerros castellanos de Cárdena y Valpuesta
por un auge extraordinario en
que también
los favorecidos;
entusiasmo de
manos y esfuerzo
iglesias,
taciones personales, a que
los
monjes
les
arte,
llevaba a labrar con sus propias
alardeando de no oprimir el
más fecundo en
al
pueblo con pres-
derecho jurisdiccional autorizaba.
Estas iglesias son las estudiadas a continuación, donde lo andaluz de su arquitectura se justifica por un ambiente mozárabe,
comprobado en su
origen respecto de varias comunidades, y formando grupo bien
géneo, original y de valor extraordinario, dentro de cristiano. Ellas aparecían antes
como
la
homo-
evolución del arte
algo exótico y accidental dentro del
ambiente leonés; mas ahora, una vez reconocida
la
integridad de manifes-
taciones meridionales y arabizadas que hicieron irrupción en aquel suelo,
dicha arquitectura resulta expresión monumental adecuada y aun típica de nuestra España cristiana en
(i)
Bulletin hispanique;
t.
el
siglo X.
Vil, p. 335.
—
140
—
SAN MIGUEL DE ESCALADA
l.a
historia de
cripción
latina,
consigna exclusivamente en una ins-
este edificio se
publicada por Risco
testimonios anteriores
(2),
pero nadie
(i),
más
y de cuya existencia poseemos la
copió y ha desaparecido. Ella
honor del arcángel Miguel
dice (3) que: «Este local, de antiguo dedicado en
y erigido en pequeño edificio, tras de caer en ruinas, permaneció largo
tiempo derrotado, hasta que ros de
Córdoba su
el
abad Alfonso, viniendo con sus compañe-
patria, levantó la
arruinada casa en tiempo del poderoso
y serenísimo príncipe Alfonso. Creciendo
número de monjes,
el
erigióse
de nuevo este hermoso templo con admirable obra, ampliado por todas partes desde sus cimientos.
estas obras en doce meses,
Fueron concluidas
no por imposici()n autoritaria
oprimiendo
ni
al
pueblo, sino por
lancia insistente del abad Alfonso y de los frades,
grado este templo por
(i)
el
España sagrada;
obispo Jenadio a doce de
t.
XXXV,
p. 311.
vigi-
cuando ya empuñaba
Mumadona, en
cetro del reino García con la reina
la
la
era g5i, y fué consa-
las
calendas de diciem-
Copiada varias veces, por ejemplo en
Inscripliones llispaniae christianae, por Hübncr, bajo
el
número
(3)
Boletín de
la
Academia de
la
Historia;
t.
XXXII,
p. 369.
«Hic locus antiquitus Michaelis archangeli honore dicatus, brcvi opere instructus, post ruinis abolitus, diu mansit dirulus,
doncc Adcfonsus abba edis
ruinam
crexit
cum
sociis
advcniens a Corduvensi patria
sub valentc seren(issim)o Adefonso principe.
Monachorum numero
crcsccntc
demum
hoc tcmplum dccorum
miro opere a fundamine exundique amplilicatum
Non
erigitur.
iussu imperiali ve) oppresione vulgi
sed abbatis Adefonsi et fratrum instante vigilantia
duodenis mensibus peracta sunt haec opera,
Mumadomna cum DCCCCLI
Garsea sceptra regni paragens
Era
regina
Sacratumque templum ab episcopum lennadium Xii
—
141
—
kal.
las
469, con algunas
incorrecciones. (2)
el
decembrium.»
LEÓN bre». La fecha corresponde a 20 de noviembre de 913,
y no vuelve a
saberse otra cosa hasta 1040, año en que un nuevo epígrafe
exención jurisdiccional del monasterio,
parecer.
al
fundación mozárabe de tiempo de Alfonso ses,
IIl
conmemora
Tenemos, pues, una
y con monjes cordobe-
perfectamente documentada.
La iglesia románicas del
lleva caracteres de tal,
siglo XII;
cisa, el edificio suscita
hemos de tuario
irlos
donde primero
aprovechadas
que perseveran hasta en añadiduras
además, aunque su fecha de consagración
problemas
e
incertidumbres,
salvando. Por de pronto,
sueltos; acaso varias (i).
se instalaron los
columnas de
En cuanto
si
baja, y su planta
de ordinario, y
algo queda del pequeño san-
tipo asturiano
que en
la iglesia
la
actual fueron
no puede dudarse que
no deja comprobar modificación; pero en
eran recogidos por aquellos contornos, y
que están labrados arcos de gracilidad
típica;
la
la
arte
de Boñar, con
la
un escultor habilísimo
entalló con gran arte, y se asentaron capiteles de
expresamente y en perfecta armonía con
como
la
los materiales
y no hay de
sillares,
sino algunas molduras. Luego, se trajo caliza fina,
parte
su grosería;
les caracteriza
de obra se escatimaba, cortando grandes
la
curso de
el
obra manifiéstase con toda claridad un cambio. Al principio,
mano
es pre-
cordobeses, han de ser materiales
buque de
al
como
todo surgió de una vez: sus muros guardan absoluta unidad en
la
la
mármol
la
blanco, hechos
obra de piedra;
de
las aras
consagración datan de entonces, y todo hace creer que ello fué realizado
en 913. Por comprobación se impone
el
cotejo de otros relieves, copia
verosímil de los de Escalada, en Boñar, que corresponden a 920; además, nuestra iglesia existía ya, de seguro, hacia 940, cuando pórtico,
que nada de común
tiene, en
cuanto a
arte,
le
fué añadido
un
demás
del
con
lo
y cuya data se comprueba mediante analogías evidentes respecto de Peñalba y Celanova, según veremos.
edificio,
El edificio existe en un rellano, por encima del
Rueda
f 1)
del Almirante,
Además, en
el
dominando
museo de León
la
camino que va
amplia vega del Esla, de cara
se conserva,
como
a
al sol
procedente de esta localidad, un
trozo de piedra arenisca recortado, con labor geométrica a biseles, de aspecto godo, y esta inscripción, cuyo tipo de letra ble para mí:
LCPA
*
puede
RN «SUO.
referirse al siglo Vil, clara y completa,
Quizá
es
—
mas
ininteligi-
fragmento de arquillos decorativos para ventana.
142
—
ESCALADA y dispuesto a media ladera de un pelado cerro, que antes llevó encinas, destacado en
el
borde de
romana Lancia
(i).
ni
aun
que
el
muro
fotografías antiguas acusan (2); a la espalda, contra
septentrional de
monte, arrastradas por
iglesia,
la
van aglomerándose
y una soledad absoluta
la lluvia,
ruina para
se traduciría en
edificio
el
el
si
pocos años atrás con una obra de consolidación el
arquitecto D. Juan B. l>á/.aro
Es
difícil
explicar hoy
no hay agua
allí
las la
arcillas del
envuelve, que
Estado no hubiese acudido
muy
laudable, dirigida por
(3).
elección de aquel sitio para monasterio,
la
no fué exclusivamente apego pues
surgió
Del claustro y viviendas monásticas no quedan ya
la
los tapiales
misma meseta en cuya punta meridional
la
al
santuario de san Miguel que
le
si
precedió,
Respecto de sus fundadores, nótese que
siquiera.
andaluz era también, y Alfonso de nombre,
el
abad primero de Sahagún,
citado en escrituras de 904 y 916, sin que pueda asegurarse por ningún indicio tratarse de
una misma persona,
monjes de San Miguel y vindo
llamó
se
nombre
Por
(i)
serlo,
El
table para coches desde
Ha
abad de San Miguel. Esta casa
el
llegando a ser
III,
de
ir
allá
que
irse,
si
se aparta
de
la
carretera, al pie de la meseta de Lancia,
mano
izquierda, por otra carretera que bordea
tancia desde León, por
el
Principalmente
hoy
allí
paso del
río,
lo cruza;
camino más la
el
durante
el
además, hay
un
día,
guardián de Escalada, no hay aloja-
llegar hasta Gradcfes o hasta Mansilla.
corto,
el
la orilla iz-
bien con servicio bastante irregular. La excursión ha de hacerse durante
miento alguno, y para obtenerlo habría que
ro
l'^scalada. El
aunque molesto por una presa de molino que
porque en Valdabasta, barrio próximo donde vive
(2)
y de patronazgo
cedieron en ii55
pues, a caballo, o bien seguir adelante en coche hasta pasado
puente de Mansilla, y luego, a
barca,
la
desde León ofrece algunas dificultades, por no ser transi-
quierda del Esla, hasta llegar a Villamondrín, frente a estiaje, es fácil
muy rica
D.^ Sancha y su hermano Alfonso VI
camino para
Villasabariego.
llevaba en 940
Ramiro
parece fué dotada por real.
de Sahagún; y aun hay más, puesto que Reces-
segundo abad de Sahagún, cuyas memorias alcanzan
el
hasta 947, e igual
los
aparecen relaciones entre los
ni
La dis-
no baja de 30 kilómetros.
de Laurent, que va reproducida en
la
adjunta lámina
núme-
XXXIX. (3)
Este
mismo señor
publicó un estudio del
y amplitud de las obras realizadas por
él
monumento,
pués en casos similares desgraciadamente. Se insertó en
pañola de Excursiones, tomo XI
especificando la tendencia
en 1895, modelo en su género y no imitadas desel
Boletín de
(1903), págs. 8, 36, 69 y 74,
—
143
—
la
Sociedad es-
quedando
sin terminar.
LEÓN a la abadía francesa de
San Rufo, transformándose en priorato de canónigos
regulares, con rápida y progresiva decadencia, hasta acabar en parroquia
Fig. 57. San Miguel de Escalada: planta
rural pobrísima. Al P. Fita se debe
la
reconstitución histórica de Escalada
con abundancia de documentos inéditos
(i)
Boletín de
la
Academia de
—
la
(i).
Historia, tomos XXXI
144
—
y
XXXll.
ESCALADA
con
Su iglesia
(Fi^s. Sy a
tres ábsides
y crucero;
5();
láms.
mas
XXXIX no
éste
se
XLVII)
a
acusa
basílica
desde donde
al exterior,
naves aparecen corridas
las
.
una
(i) es
de largo a largo, quedando circunscrito por dentro a una
simple discontinuidad en
la
organización de arquerías y a unos atajos en las naves pero
si
respecto de
estructura del
ediíici(j ello
laterales; la
representa poco, en cambio el tal
.
¡^v^ ^v^l
iH,
^fc.,^^.
l
crucero limita perfecta-
^^ f
mente
^
presbiterio, con otro atajo, a
a
,.,,^ ^^ I «
^ ^
-o
« •S
$^\
s^
destinada a
parte
la
mitad de altura, en
nave
la
mavor, a modo de iconosta-
formando
sis,
eos, delante
dido a
la
tres
galanos ar-
un madero, ten-
misma
altura que su
I
remate, y pretiles, de los que
rt
grandes trozos se conservan.
(i)
En
Monumentos
ar-
quitectónicos de España apacuatro láminas
recen ella,
en
referentes a
con planta, alzados y detalles gran
número,
dibujadas
por
D. Ricardo Velázquez, y son de las
más recomendables por su tud y buen arte de toda
En
última
la
lámina
exacti-
la
son
serie.
ajenos
de Escalada los capiteles números 6 y
en
las iglesias
le
el
del
n." 3,
ha fotografiado en grande,
si
— í9
que existen respectivamente
de Santa Cruz y San Lorenzo de Sahagún. Kl
ya no existe, que yo sepa, y
pues no se
g,
lámina
4.*,
pretil n.° 4
de
—
lámina
3.'
debe también tenerse en cuenta,
bien aparece en nuestra lámina
145
la
XLIV.
LEÓN Obsérvese que
parte restante de naves constituye un cuadrado perfecto.
la
muy
Los ábsides, dispuestos sobre planta de herradura parecen un retroceso hacia y de Marialba, que pasó a
mihrabes, y
es típico del
Pedret, bajo los
mismos
nesas difieren por
ir
el tipo
las
godo de
basílica de
la
desarrollada,
Cabeza
del Griego
mezquitas andaluzas y africanas para sus
grupo leonés mozárabe. Ya
influjos probablemente,
vimos
les
así
en
bien las capillas leo-
si
envueltas en un macizo cuadrangular, como
los
mihrabes y como otros ábsides ya reconocidos, en Melque, Santa María de Tarrasa, etc. No volviéndose a repetir ello en el período románico-morisco
— salvo
el
caso transicional de \'illarmún
argumento cronológico bien seguro para
Que todo
— resulta
lo
de estos ábsides un
mozárabe.
estaba preparado para no llevar bóvedas, excepto
el edificio
— de brazos del crucero son notoriamente modernas — pruébase por delgadez de muros, que no pasan de 56 centímetros, nave mayor y paramento del ábside alto de fabricados — excepto que resistieron central — con mampostería revestida y esquinas de en los ábsides
los
las
la
la
lo
sillares,
siglos
y
tribos,
siglos, gracias a su
aun en
los
riores, resultaron
buen mortero; mas como
puntos donde
desplomos, que comprometían gravemente su permanen-
varias clases, la que
el
En
la
mampostería entró piedra de
predominando una pudinga
suelo daba,
sera y piedra toba; ía cepa se las
obra carece de es-
se ejerce la presión de las arquerías inte-
cia antes de la reparación susodicha.
cuanto a
la
formó con pedruzcos
esquinas, jambas y
muy
pilares son de sillería de piedra
caliza al parecer, en gran aparejo,
que
rojiza gro-
corpulentos, y en
muy basta,
llega hasta 67 centímetros.
Los dos
pilares (Fig. 60) de base cruciforme, van despezados, hilada por hilada, en una o dos piezas, alcanzando algunas 97 centímetros de alto: pilares así, les
aunque
teníamos desde
muy
el siglo
raros antes de lo románico,
VIH
en
la
Córdoba. Piedras mayores aún hay en
gran Mezquita de las
jambas
de los
arcos, alternando a veces las enhiestas con otras tendidas, Fig. 60. Escalada:
que entran como tizones en
pilares del crucero.
de
la
obra. Las jambas
llevan incorporados fustes,
más
del
iglesia,
la
mampostería para trabazón
,,>,, del ábside
como en Melque y
•
^
i
>
-vtihx
principal (Lam. aLIII)
Asturias, destacando poco
semicilindro, procedimiento excepcional, aun respecto de esta
como
si al
principio no hubiesen pensado sus constructores en co-
—
146
—
ESCALADA
En
naves.
las
que sostienen
m¿\rm(')reas sueltas, cuales son las
lumnas
los
como
molduraje
se
la
como
edificios,
algo de
compone de amplísima
(Fig. 6i) se
grupo de
intradós, según
tal
en
costumbre
jamba y algo de IX.
edificios cordobeses del siglo
en
practici')
minúsculos, resultando anómala este
arquerías de
ábsides menores y brazus del crucero coronan las jambas
impostas molduradas, que vuelan sólo por el andaluza, abarcando además la misma pieza arquivolta,
las
lo
El
escota entre dos boceles
combinación, puesto que
godo y andaluz,
es el
lo
usual en
predominio de
nácela o semiescota casi absolutamente.
A
punto de voltearse
de trabajo en
el
arcos hubieron de mejorar
los
las
condiciones
acarreándose entonces piedra caliza compacta,
edificio,
que. por su gran finura, se prestaba, no sólo a tallar dovelajes con cisión debida, sino
constituyen
iglesia
además
decorativos, que en esta
más
nota
su
miembros
a esculpir
pre-
la
singular. Efectivamente, los arcos
XLV)
(Lám.
están despezados en
desiguales, pero angostas dovelas,
y
trasdosadas
ellas
con
y
juntas
sutilísimas; su curva es de herra-
dura, con amplitud que varía de
un
tercio
a
—
mitad del radio,
la
aproximadamente, sobre
el
semi-
círculo,
excepto los laterales del
crucero,
mucho menos
desarrolla-
I'ig.
6i. Escalada: impostas de arcos
dos, por atenerse su alto a la ra-
sante
de armaduras del cuerpo de
desde luego no se pensó en destacar
cuanto
despiezo
al
sería
necesario
incierto
próximas del radio
a
la
más
como
comprobando
crucero respecto de
el
bien su trazado, pues evidentemente plejo e
iglesia,
la
hacer plantillas el
las naves.
En
para determinar
sistema usual es casi tan
en Melque. Parece, sin
que
ello
embargo, que
las
comjuntas
clave son radiales v las sucesivas convergentes un tercio abajo.
primeros en hacerse,
el
arco de enmedio ofrece
En
los
ábsides laterales,
cuyos arcos serian
los
despiezo parece radial en absoluto (Lám. XLIV);
como
el
particularidad llevar descentrado por eleva-
ción su trasdós (Lám. XLIII), obedeciendo a influjo cordobés precisamen-
—
147
—
LEÓN te (i),
y los del iconostasis. llegan a un límite
gancia (Láms.
XLI
construcción se prepararon para los arcos simples
la
sus jambas, salvo en
las otras sueltas
les
ábside mavor, según va dicho;
el
más amplios
después, bajo un régimen de
jambas, o bien se
de gracilidad y ele-
y XLII).
Al principio de
impostas sobre
máximo
recursos, encapiteláronse las
adaptaron columnas tangentes, haciendo juego con
que separan
algún caso en Asturias
(2);
las naves.
De antas
o jambas con capitel hay
pero sobre todo abundan capiteles
así,
de base
rectangular y de estilo corintio bárbaro, en esta región del NO., proban-
do que
se les
usó desde antes de
la
invasión
musulmana
Precisamente
(3).
aquí en San Miguel se aprovecharon dos, recortándolos para acomodarlos al
arco de
la
nave
lateral derecha,
mientras se hacían otros nuevos análogos
de enfrente y para el iconostasis. Las columnas tangentes a jambas, pero llevando capiteles entregos, o sea tallados en un sillar que entra en el
para
el
muro, constituyen regla generalísima en Asturias antes
del período
muy digna
nico, y su repetición en Escalada es particularidad
romá-
de anotarse,
pues demuestra un influjo asturiano, que no vuelve a observarse en
demás
iglesias
causa, es
la
de esta serie. Otra particularidad, achacable a
ausencia de
cimacio
El
hay en Escalada, sobre
como simples
naves, pero
(i)
les
hecho
se repite
misma
sobre los capiteles, que, en relación con
arcos de herradura, constituye caso único, fuera del
Lourosa. Realmente
la
las
menos
significado de
columnas exentas de sus
tableros incorporados a los arcos
con mucha posterioridad, aplicado
al
(4).
arco semicircular, en
arquitectura lombardo-toscana, sin explicación conocida, que yo sepa. Acaso derive bién de lo español, puesto que
vemos
las
la iglesia
la
tam-
románica de San Pedro de Galligans, en
Gerona, con sus ventanajes y una puerta dispuestos de igual modo, o sea descentrado
el
trasdós de sus arquivoltas. (2)
San Salvador de
Priesca, en los arcos de sus capillas laterales. Las pilastras deco-
rativas de Santullano de los (3)
Prados son poco de
Les hay romanos en
Posteriores, en
Camarzana y
el
San Tirso de Oviedo,
Sta.
fiar, tal
como
se hallan
museo de Pontevedra y en e
de recortadas hoy.
Alija de los
Melones (León).
iconostasis de Lena, unos y otros aprovechados, y en
Marta de Tera (Zamora). Desde
el
siglo
X
en adelante quizá no haya
otros en estas comarcas. (4)
Para uno de
ellos,
sobre
la
primera columna del lado del Lvangelio hacia
aprovechóse un mármol con epitafio métrico pagano, sólo en escasa parte bien leída todavía (Bol.
Acad. H
ist
.;
t.
—
XXXI, 148
p. 514).
—
los pies,
visible, y ella
no
ESCALADA Los ábsides cúbrensc pues forman
bóveda de
cóncavos y delante un cuarto paño como de
tres cascos al¿;o
proyectando su semicírcuhj tras del arcu de entrada. Ya
aristas,
vimos en Melque
b(')\cdas cupuliformes, de tipo especial,
c<jii
bóveda baída con
la
aquí tenemos otro caso aná-
aristas;
más observaremos en
logo, a base de cúpula, y varios
grupo, constituyendo un verdadero sistema, C(m arraigo en
Como
gallonadas bizantinas y andaluzas. la
mismo
iglesias del las
cúpulas
ejemplar más antiguo recuérdese
constantinupolitana de S. Sergio y Baco
(i).
Los ábsides colaterales de
Escalada no pueden estudiarse en su estructura por hallarse revestidos, y
además si
les
desfiguran cornisas, probablemente modernas;
el
ábside central
tiene visible su aparejo de caliza fina, a hiladas horizontales
tas,
excepto
como en
las
el
casco anterior, volteado
bóvedas de
como
muy
angos-
arco; las aristas se acusan,
romanas, en piezas acodadas, que sirvieron
sillería
de guía seguramente para tramar
la
bóveda, y
ella
arranca sobre un anillo,
modo de friso, esculpido. Las ventanas son rectangulares y con derrame hacia adentro. Sobre la bóveda del ábside mayor, hasta la armadura
a
del tejado,
media un hueco, que
de las iglesias asturianas,
si
trae a la
memoria
los
aposentos o refugios
bien aquí no aparece ventana ni puerta que
le
corresponda. El ría
muro
de arenisca, limitado por dos
del siglo XII, y prosigue,
con esta
la torre,
paramento exterior de silleestribos, lo que se reconoce como obra un
del ábside principal lleva
que
es del
reforma toda
el
abarcando
colateral de hacia sur, hasta unirse
el
mismo tiempo (Lám. XL).
ala del tejado, hecha con
adentro, y obra, en su género, selecta (Fig. 62).
Salvóse, no obstante, en la
misma
caliza fina de
Compónese de modillones
en curva de nácela, formando lóbulos convexos, con sus respectivas tabicas y cobijas, y arrancando sobre listones.
(i)
una cornisita de dientes de
Este último tema es oriental
Sus diez y
seis cascos
Byzaniine churches
in
(2);
sierra entre dos
se le halla en
Córdoba rara
son alternativamente llanos y cóncavos (A. van Millingen:
Constantinople,
fig.
28).
Otras ciipulas bizantinas de gallo-
nes son frecuentes en iglesias del siglo X. ^2)
Como
cornisa, o sea volando sobre su listón de abajo, existe en los palacios sasa-
nidas de Sarvistán y Firuzabad, en tinas desde friso, tal
el
como
siglo
X
las
en adelante, en
en Escalada, se da en
la
ruinas de Raccay de el
palacio
torre de
—
musulmán
Rabatammán, en
argelino de Sedrata, etc.
San Apolinarc en Ravena
149
—
iglesias bizan-
(Ricci:
Como
Ravenna,
LEÓN vez
(i),
pero
sí
mucho
en obras toledanas, hecho con ladrillos
más reducido, en
bable que se repitiese,
los ábsides laterales,
(2).
Es pro-
pues hay un
pequeño trozo bajo
el
te-
jado contiguo a
torre.
la
Tocante a
los
modillones son de estirpe cordobesa; les
allí
mos en
tene-
iguales
las partes
más primitiFig. Ó2. Escalada: alero del ábside principal
vas de
gran
la
Mezquita; siguieron imitándose a través del Califato y perseveran hasta el período morisco (3). En lo leonés caracterizan todo el grupo mozárabe, y luego se adaptaron a fig. 53),
en
la
lo
románico
(4).
cabecera de San Ambrosio y torre de San Sátiro en Milán (Cattaneo: obra ci-
tada, figs. 121 y 127), aquélla y éstas atribuidas al siglo IX, y en edificios posteriores
lom-
bardos y catalanes, por ejemplo San Pedro de Galligans. (i)
Guarniciones de arcos en
naves de
las
la
Gran Mezquita, correspondientes
a la
ampliación de Alháquem. (2)
A
partir del
año
1000,
Arte mudejar toledano); en irradiación castellana del (3)
mismo
Así son todos en
el
en
fachadas del Cristo de
morisco, hasta
el
la
Luz (Gómez-Moreno:
siglo
XIV, y en toda
susodicho la
edificio,
incluyendo restauraciones posteriores
Sar en Compostela,
etc.
El grupo francés, provenente de
abarca iglesias de Auvernia, Nevers, Perigeux, págs. 309 y 322).
Realmente
los
a la
misma Córdoba, por ejemplo San Miguel.
Ejemplos románicos: San Isidro y Santa María del Camino en León;
la colegiata del
la
arte.
conquista cristiana, y en iglesias de (4)
las
lo posterior
etc. (Viollet-le-Duc:
la
la
catedral y
misma
Diction naire...
cepa, t.
IV,
ejemplares de Galicia y Francia no se derivan del arte leonés
sino del árabe de Córdoba. La teoría de Viollet-le-Duc a este propósito es tan ingeniosa
como
insubsistente, pero
no conociendo nuestro
busca de explicación para una forma
artística sin
arte era legitimo apelar a la fantasía
en
como
la
precedentes europeos y tan bella
de los modillones de Clermont-Ferrand, a los que acompañan cobijas con platillos gallonados, igualmente cordobeses.
—
i5o
ESCALADA La nave central, de
encima de
pies a cabeza, levántase, por
cuanto fué necesario para dotarla de ventanaje a
laterales,
lo largo.
parte del edificio varia por estar fabricada con ladrillos y barro,
grosor de 45 centímetros a los muros largos; sillería,
como
las
co-
las
Esta
dando un
esquinas prosiguen de
mampuesto
abajo, y los hastiales siguen también de
hasta
su cima. Los ladrillos son rojos, durísimos y alabeados, por excesiva co-
chura, midiendo 30 centímetros de largo, por
de grueso. va,
y que,
Todo si
inclina a creer
que aun
mitad de ancho y hasta 6
la
esta parte del edificio es primiti-
se varió de material, fué para aliviar
de carga
las
arquerías
sobre que tales muros posan. El ventanaje consta de seis arquillos a cada lado, dispuestos sobre
macizos, aproxi-
los
—
I
^ ji\^^
T\
madamente: el último
^^f^t{
hace excepción, ca-
^"X'^.íO'U
vendosobresurespectivo arco del crucero;
mas
sólo es decorati-
vo y no se acusa por fuera.
Interiormente
son todos iguales, a
medio punto y abocinados; pero con de-
rrame que varía de Fig.
'13.
Escalada: modillones del alero, a los extremos de las naves
uno
a otro, alternati-
vamente, dejando su abertura exterior ya algo ancha ya angosta. Los arquillos de afuera están recortados en una sola piedra cada uno. Otras ventanas, grandes, rectangulares y provistas de celosías de piedra, hay en
Frisos de dientes de
sierra entre listones,
el
copete de los hastiales.
como
el
del ábside central,
pero hechos con ladrillos, según cuadra a su estructura, corren por estos hastiales, debajo de sus ventanas,
tejado, y llas
además
(Lám. XL). En
bajas,
encima, guarneciendo
a todo lo largo de los las
muros
las
pendientes del
laterales, sobre sus
esquinas, tanto de esta nave central
vuelan modillones de piedra, análogos a
los
de
la
ventani-
como
capilla
de
las
mavor,
pero dispuestos en línea recta y oblicuamente sus lóbulos, que además se
—
i5i
—
LEÓN adornan por
costados con rosetas varias (Fig. 63). Estos modillones
los
constituían los extremos de las alas del tejado, cuyos
demás elementos eran
de madera, según dos ejemplares de modillones descubiertos por
señor
el
Lázaro, iguales a los de piedra, pero algo cóncavos en su corte general y con florecillas de seis pétalos, todas iguales, talladas: su grueso es de siete
centímetros (Fig. 64).
Las
armaduras
de
las
modernas y malas, según
muy
el Sr.
bien, no pasa del siglo
con pinturas de ataurique y primitiva estuvo algo
naves bajas son recientes, y sustituyen a otras
más
Lázaro. La de
XIV los
la
nave central
se
conserva
y es obra morisca notable, embellecida
blasones de Castilla v León repetidos. La
baja, y su
punto era menor, según acreditan
los
hastiales.
Fig. 64. Escalada: modillón de madera, procedente de la nave principal
De puertas, una, con doble plancha de madera y no grande, se ve tapiada en el muro septentrional, acaso primitiva y destinada a una sacristía,
se
que, sin embargo, no ha dejado huellas. De otra puerta,
conservan
las
jambas de
sillería
en medio
que tuvo plancha de madera, y en
tal
costumbre. Hacia sur, donde estuvo cesible
hoy
caso
el
la
precedería un zaguán, según
claustro, existe la única puerta ac-
— aparte un postigo moderno — con
achaparrado (Lám. XLVII). Sobre
él
arco de herradura,
la
jurisdicción
muy
hay una piedra con inscripción,
bárbaramente redactada y en rudos caracteres mozárabes parece vindicarse
muy grande,
del hastial de poniente; parece
escrita,
— honorem — de San Miguel, en
el
donde
año 1040,
y sigue una escueta mención de Fernando y Xancia, reyes, de Cipriano, obispo de León, y de Sabarico, abad, con
—
l52
—
los frades
y socios que servían
la
ESCALADA Además, en un salmer de dicho arcü
iglesia (i). referid(j,
que
IP
Sabaricus abba die
« t Obiit
LXLVir' super
era
epitafio del abad
niilessima (año
nobembres
kalendas
VIII
feria
io5(j): ipse fecit iste
non abea parte cum Christo orno qui de
iace:
eslá el
dice:
isto loco
arcum: a suo cabo
Amen»
sakare.
(2).
Consta, pues, que Sabarico «hizo» este arco. Sus impostas llevan mol-
duraje
como
de los arcos interiores de
el
desarrollo de
el
la
cabecera (Fig. 61.
la
perfil 3.°);
arquivolta excede justamente en una mitad del radio
al
semicírculo; su despiezo es suprarradial, pero sin convergencias deter-
minadas
ni
siquiera simetría,
siglo IX, por
ejemplo
los
como
tal
observa en ciertos arcos del
se
de Melque y Alcazaba de Mérida, y
el
intradós
desarrolla una cierta concavidad a los lados, lo que se repite en la cabecera
de esta
en res
misma
Cristo de
el
la
más
en varias
iglesia,
Luz en Toledo
(3).
muy
para ser obra del siglo XI
que iremos anotando, y Desconcierta este cuadro de caracte-
del siglo X,
avanzado; pero
la
solución está en ella
misma, viendo trazadas con bermellón, sobre sus dovelas, alfabético, idénticas a las de la inscripción de 1040,
proceder cuando se rehace una obra de
viejos de Escalada,
y
así se
que Sabarico
según
es
en orden
costumbre
para no equivocar
sillares
orden de piezas. Hemos, pues, de suponer que
letras
este arco es
de
los
repuso, llevándolo quizá de otro
lo
explica que veinte años después, al escribir
el
más sitio,
el epitafio, lo
reputa-
es algo defectuosa.
Su copia
sen obra suya.
La transcripción de Quadrado, única vulgarizada,
(i)
literal dice:
^<Honorem nisimo
I
domno
Maria
in sea
suis
I
|
sci
Micaeli arcangeli
nso Fredinandus rex
sub mscdiá
cum timorem Dni (2)
toria;
t.
et platas
|
LXXXVIII' super mila
era et
Scancia
re
|
Dni Sabaricus aba
p. 478.
regnante principe sere-
|
cum ómnibus
t'ratribus et
socüs
in eglesia sectantes».
Publicada ya, pero con graves yerros, en
XXXI,
|
su uirtus Xpi Ciprianus Dei gracia epi
En
la
el
Boletín de
la
Acad. de
la
His-
transcripción de arriba van desligadas las abreviaturas, que
no ofrecen vacilaciones graves, aun dada su barbarie. (3)
Su razón de
ser
no
se
me
alcanza; pero,
barse en Andalucía, será cosa de asimilar
la
si
esta particularidad
susodicha mezquita toledana
trional mozárabe, en cuanto a su estructura.
Con
el
las arquivoltas.
—
1^3
—
llega a
al
compro-
grupo septen-
revestimiento general que hoy
mascara por dentro, desde su restauración desdichada, quedó invisible dicha de
no
la
la
en-
concavidad suso-
LEÓN Ante dicha puerta, cubriendo todo hasta ligar con
la
dura sobre columnas. Su número
tramos perfectamente el
cuerpo de
la iglesia,
son
diferencia entre
la
de doce, pero han de cor.^iderarse dos
es
distintos: los siete arcos occidentales, lindantes
más
lo
didos, seguramente, después de
meros,
frente meridional de la iglesia
el
hay un píirtico de arcos de herra-
torre del siglo XII,
con
antiguo; los cinco restantes fueron aña-
hecha
la torre, y,
ambos grupos
aunque imitan
a los pri-
es harto sensible.
Los arcos más antiguos (Lám. XLVI), no sólo son coetáneos, sino aun
mismo
obra del
que
artífice
la iglesia
de Santiago de Peñalba, pues ofrecen
moza-
idénticos caracteres, permitiendo atribuirlos al decenio de 930, v su
rabismo
es absoluto. Ellos rebasan en
llegando
la
la
normal andaluza,
inflexión cóncava (Fig. 65),
tituyendo
alfiz,
como en
piezo, en
V
demás de
los
proporción entre alto y ancho de su curva a 4
sube considerablemente, como en ción es
amplitud a
el
3
:
los cordobeses,
:
esta iglesia,
5;
trasdós
el
de suerte que su propor-
y se guarnece con una moldura de doble
4,
que además trascendía en líneas rectas cons-
Peñalba, Celanova y Córdoba.
arco extremo, donde
el
En cuanto
al
des-
dovelaje es completo, éste
converje a un punto inferior a los centros y único; en los demás,
que están enjarjados, por adovelada converje
una pieza de
S^^
centro de
al
hombros monolíticos,
la
serie
la
parte
curva del intradós, habiendo
ajuste en vez de clave.
tramo forman
este
ser sus
también con
Las las
columnas
de todo
de Peñalba: son siete
iguales, provistas de cimacio, y la primera, a partir de los pies rig. 03.
de
Escalada:
moiduraje del pórtico.
la iglesia, está
en contacto con una jamba monolítica. Luego,
que cierra gigy^ pared en áneulo, t r o & '
jos
el
pórtico, hecha con sillarer
de arenisca, sin guardar hiladas, pero ajustándose perfecta-
ventana con
arcos
gemelos monolíticos de herradura, columna partiéndola, de igual
estilo
mente entre
que
las
alféizar
sí.
En
ella,
de cara a poniente, hay una
otras vecinas, y alfiz
(Lámina XLVII); además
lleva por dentro
con quicialeras para encajar hojas, cosa mal explicable dada su
disposición actual.
de Valdediós, aunque cerrado y con ventanas (Lám. XXIX); posteriores son los de San Salvador de Deva
De
pórticos así
hay precedente en
y San Isidro de León, ambos
al
en tierra soriana, por ejemplo
los
el
norte de sus respectivas iglesias; varios
—
de San Esteban de Gormaz, románicos 164
ESCAÍ.ADA todos, y por último
anterior. cidos, y
Ui
Realmente
tampoco
cumplida y que derivará de la pórtico de Escalada nos son descono-
serie segoviana, tan
los
modelos del
dable comprobar
es
ejemplo suyo
decoración merece un estudio
la
se harían otros: la
hecho su desaparición
fragilidad de tales construcciones ha
En Escalada
a
si
fácil.
especial.
No hay
otra
tan rica en iglesias del siglo X, y ella cierra casi nuestro ciclo ornamental cristiano de
la
Edad Media remota. Forma
aprovecha-
tres series: piezas
das; las hechas hacia 913, que son lo más y lo mejor; y columnas correspondientes al pórtico, de hacia 930, que forman ciclo aparte, cuyas mani-
festaciones iremos después observando en otros edificios.
Se aprovecharon todos
fustes del interior, excepto dos, situados
los
de poniente, que son de piedra caliza; y además tres en
junto
al hastial
parte
menos antigua
Los primitivos son de mármol, rara vez
del pórtico.
blanco, generalmente
manchado con
vetas grises, y alguno de bella pudin-
ga; sólo dos llevan collarino y varios se
componen de
empalmados.
trozos
Respecto de basas, algunas, de mármol, parecen godas;
son de
las otras
piedra, groseras y desarrolladas en curva continua de gorja. Cinco
teles pertenecen a este
para pilastras, en
el
la
mismo grupo
arco travesano de
capi-
de aprovechamientos, y son: dos la
nave colateral hacia sur, cortados
en un tercio de su ancho, por venir grandes para este
sitio:
llevan
una
fila
de hojas, ancho abaco salpicado de adornillos y collarino; pueden ser godos. Otros dos capiteles (Lám. XLVIII), en las primeras columnas exentas
de
las naves,
son corintios, bárbaros, con hojas
lisas,
que revuelven su
punta considerablemente, y collarino propio: están rotos y desgastados, conociéndose que rodaron
mucho
Goviendes en Asturias,
lo
que
mas con
qué
fijeza
no
sé a
antes de colocarse; algo recuerdan los de
llevaría a clasificarlos dentro del siglo IX,
arte correspondan. El último capitel, puesto
junto a uno de los anteriores (Lám. XLVllI), es
mana con
los del iconostasis
corresponderá, dado la
lo
muy
corpulento y her-
de Santa Cristina de Lena; su fuste parece
bien que ajusta, y su cimacio podrá ser
el
que
lleva
susodicha columna vecina, con molduraje sogueado, particularidad que
decide a creer estas piezas asturianas y no anteriores a Ramiro
Pronto hubieron de agotarse tiguas, disponibles para
ir
las piezas decorativas,
enriqueciendo
el edificio,
hacerlas nuevas. Entonces nacieron capiteles de
—
i55
—
y
más
o
I.
menos an-
hubo que pensar en
mármol
grisiento,
para
LEÓN completar
las
columnas de
pues, dado
las naves,
de recibir, exigíase material
más compacto que
el
gran peso que habían
la caliza.
Con
ésta se hicie-
ron los capiteles entregos, y además frisos ornamentales, pretiles, aras y celosías, siendo de notar que estas piezas de caliza fina llevaban teñidos de
según dejan ver perfectamente capiteles y costumbre de Andalucía. Quizá todo ello fué obra de
rojo los fondos del adorno, frisos,
siguiendo
un solo
mo
la
artífice, diestro
tado de fantasía para les,
en
el
relieve a biseles, con el rigor de esquematis-
que desde tiempos godos
modelos bizantinos; do-
se practicaba sobre
componer inagotable
serie de caprichos
girando sobre pocos temas, y de gusto nada selecto,
ornamenta-
comparamos
si
con otras obras que pudieron servir de modelo, pues resulta evidente su inspiración de acarreo, aprendida en los edificios, especialmente godos,
que abundarían entonces. Más indicios de su procedencia meridional sugiere
el
haber representado aves cogiendo un pez con
de simbolismos orientales
el pico,
asunto propio
pero que hallamos repetido en obras cordo-
(i),
X (2) y en la decoración de códices andaluces y toledanos mozárabes, sobre modelos coptos acaso; también hay leones, que no rebesas del siglo
cuerdo sino en Naranco y Lena, mientras fué representación predilecta entre
musulmanes; alguna palmera; goda y asturiana
las tradiciones
(i)
trenza de cuatro ramales, ajena a
la
y por último,
(3);
El águila, teniendo entre sus garras
griegas de Sinope y de Istrus; quizá las imita
el friso
un atún o un
delfín, aparece
n.° 16), y
un ave entre peces
se halla esculpido
ción, de acuerdo con
el
t.
1,
simbolismo
en monedas
un disco de bronce esmaltado descubierto en
Wroxeter (Reports... of the Society of Antiquarics of
(De Vogüé: Syrie céntrale;
del iconostasis,
en
A
lám. 24).
London;
1913, lám.
10,
el
dintel romano-siriaco de Jarbetclbeida
este
último caso podría darse una explica-
cristiano, bien sencilla;
otras escenas de animales vencedores y vencidos, rapaces y
mas en
realidad ésta y tantas
mansos, entran en un simbo-
lismo talismánico, acaso, de los pueblos jonios, explotado luego, más o menos consciente-
mente, por cristianos y musulmanes. (2)
Pilas de
Almanzor, copias verosímilmente de un prototipo
Alhambra, con inscripción suplantada de Mohámed lám. IV); gran parte de otra, con fecha de 988, en
fragmentos de
la
misma en
tando cisnes y peces. Se
la
(Id.;
halla en
t.
Sevilla,
uno de
ellos,
XXI, lám. XI y
t.
el
III
siriaco:
(Rev. de Archivos;
una en t.
Museo arqueológico de Madrid,
la
XXIX, y
más
en su Museo, con trozo de orla represen-
XXXIII, lám.
II).
nimbar de Cairuán, de provenencia mesopotámica,
siglo IX, y (3) en piezas del califato cordobés. Así puede atribuirse a origen meridional su repetición en el
—
1
56
—
ESCALADA tallado en yeso, arte peculiar de
de
vista, sin
embargo, que
obras cordobesas, sino caracterizan
composición general del ornato no recuerda
las espirales
de
follaje
decoración de San Pedro de
la
más bizantina
la
moros en nuestra Península. No perdamos con aves entre medias, que la
Nave, en su segunda
fase
y un fragmento inédito del museo de Oviedo, proce-
(i),
dente de Liño, según dicen, (Fig. 66); también, otras obras precisamente orientales,
como
decoración de San Nicolás de Mira
la
(2),
relieves de Ate-
nas y del Athos, de Ravena y Venecia, donde se dan enlaces de cuadrados,
como en
Escalada; y especialmente
didos roleos de
De
arriba descrito y reproducido (Lám. X).
follaje,
hechos con mármol, hay
esta serie, y
y uno en
iglesia
otro pretil de Zaragoza, con esplén-
el
pórtico
el
siete
capiteles dentro de
(Lám. XLIX); entregos, de
caliza,
la
hay hasta
cinco parejas, y coinciden todos en re-
medar
el
orden corintio, llevar con-
sigo el collarino y carecer a veces de
abaco. Sus hojas son
un
acusando
o
cas,
cuando
m.ás:
simples
lisas,
como
pen-
nervio central,
en vez de caulículos tienen
tallos
corvos, o bien anchas
alas rayadas; les
acompañan
flores,
a
modo
de palmetas en abanico, otros
tallos
u hojas, joyeles, leones y aves
llenando huecos, todo
desgarbado, feo
tal
ello
vez.
Fig. 66. Museo de Oviedo: fragmento decorativo, procedente de Liño
caprichoso,
Aunque en
realidad son ejemplares únicos, su
remedo bárbaro de aquellos
modelo podría reconocerse en cualquier
romanos con hojas
otros capiteles
lisas
que
tanto abundan.
De frisos esculpidos hay uno en torno
del ábside central, sirviendo
de imposta a su cúpula, y mide 21 centímetros de alto; otros, con breve
un
capitel
Cataluña
(Lám. XXXI) de San Salvador de Valdediós, caso único entre nosotros, fuera de
—
iglesia
de San Pedro de
las Puellas,
en Barcelona
—y
de ciertos códices, por
influjo corolingio verosímil. (i)
Boletín de
(2)
Rot:
la
Sociedad castellana de Excursiones:
Kleinasiatische denkmáler;
-
i57
fig.
-
i25.
1906.
LEÓN nácela debajo, corren sobre
el
mismo
arco de este
ábside, a lo
ancho de
nave, y sobre los dos arcos travesanos colaterales; y además, está yeso,
que corona
el
el
la
de
Todos desarrollan vastagos ondulados, con
iconostasis.
su brote de hoja en cada sinuosidad, y dentro, ya un cogollo, ya racimo,
ya leones, ya aves en variadas posturas y algunas con
las alas abiertas.
Pocas veces estos animalejos resultan graciosos; mas ha de considerarse
que para
el
tiempo en que fueron hechos equivalen a
obras maestras.
En cuanto
a prototipo, parece legítimo
buscar obras bizantinas, por ejemplo los marfiles calados que guarnecen
las tapas del
regalo del rey Berengario
sacramental de Monza,
(i).
Las dos celosías, puestas en
ambos
frontispicios de
hastiales (Figura 67), son de piedra caliza
bién, y repiten exactamente tal,
los
tam-
una composición ornamen-
a base de arquillos de herradura y venera o palmeta
en abanico, tema usual en decoraciones godas. Se parecen a otras de Asturias;
mas en
sutileza estas de Esca-
lada difieren.
Sin lugar Fig. 67. Escalada:
(Láms. L a
mado
es:
I
han salvado hasta
tra iglesia, se
celosías de los hastiales
pero seguramente hechos para nues-
fijo,
Lll), de caliza fina,
'02 de alto; o'62 a o'Gy de
de pretiles
seis trozos
cuyo tamaño aproxi-
ancho, que antes hubo de ser
mucho
más, y o'23 m. de grueso; llevan labor de relieve por una de sus caras,
mando
for-
dos series, de cuatro y dos piezas, a tenor de sus respectivos ador-
nos; pero
como no
ajustan entre
sí
las
partes recortadas es imposible
tamaño y disposición primitivos. Hay algún fragmento misma serie en el museo de León; otro paño, totalmente diverso,
cerciorarse de su
de
la
que no he podido
hallar, fué
dibujado por
y finalmente, sirviendo de dintel a
la
el Sr.
puerta de
la
Velázquez (Figura
68),
adjunta capilla de san
Fructuoso, debajo de torre, existe un octavo paño (Lám. Lili), recortado en semicírculo, pero completo longitudinalmente, que mide ¡'27 m. y her-
mana con un
el
otro perdido, por
el
adorno de una de sus zonas;
epitafio sin fecha, pero del siglo XII,
(i)
Colasanti:
que habrá sustituido
L'arte bisaniina in Italia; lám.
—
i58
—
90.
lleva en
sí
a otro letre-
Í':SCALADA
La
ro primitivo, tal ve/.
acotando
el
culocaci(')n (^rij^inaria
presbiterio, quizá entre las
de estos pretiles hubo de ser
columnas
del iconostasis, cuyas
basas están mutiladas lateralmente, huecos que coinciden con
el
tamaño
de dicho último tablero, y otros cerrarían los arcos de las alas del crucero, en cuyas jambas hay unas muescas que pudieron servir para encajarlos.
La decoración de se distribuye en
tales pretiles
.
zonas verticales,
alternativamente anchas y angos/JIH^'^Í.
tas;
unas veces
de cuadrados, de
como
albergan red
ellas
'
'^^msw?^^'''^-
í
'
'-'f
bizantino,
tipcj
arriba se dijo, y que, a su
vez, se llena con florones, cogollos,
palmetas
racimos,
y
aves
pico-
teando; otras veces son tallos, de los jas,
que brotan simétricamente horacimos y cogollos; o bien
tallos
forman
como en
espirales,
los frisos, o serie
los
de círculos enla-
zados y casi siempre con aves entre medias; hay también una red de mallas de cuatro lóbulos con florecitas,
y cintas
de
doble
bisel
trenzadas.
Afines de estas piezas son tres aras,
correspondientes sin duda a
los ábsides.
Dos de
mayor, y todas
formando trenzas de dos ramales y
procedente de Escalada: hoy perdido
idénticos a los frisos y pretiles.
dras son coetáneas entre
tres
de caliza fina con orlas
a doble bisel, ya desarrolla-
la
tercera con tallos ondulados y ho-
No
cabe duda tocante a que estas pie-
das en curva ya en ángulos rectos, y jas,
Pretil
son casi
ellas
iguales (Figs. 69 y 70); la otra, talladas,
Fig. 68.
y respecto de todo
el
caracteres epigráficos cuadran perfectamente con
la
913, y con
el
sí
mozarabismo de
sus letreros con los de
la
los
edificio;
además, sus
fecha de consagración,
monjes constructores. Baste comparar
arqueta Ovetense de
las
ágatas (año 910), Montes
(año 919), Boñar (año 920?) y Castañeda (año 921), para desvanecer ¡59
las
,
LEÓN hipótesis
que acerca de una más remota antigüedad formularon
los
seño-
y Hübner (i). Al ara mayor, no conocida en facsímil sino por los «Monumentos arquitectónicos», se atribuyó, en cambio, la fecha de 1126, res Fita
consignada en otra
ins-
cripción que corre por
sus cantos, cuando, en realidad
+H0[lN/qLT/]RESVN7RE[iQy|E
perfecta-
es
mente hermana de
las
aras menores, y todas
S/1NCTIEMILI/1MI PRBRl
enumeran
tres
las reli-
quias santas contenidas
SANCJ1B/1RT0L°ME1/1P5Ü
en sus respectivos alta-
SRNCTISTEFflNlLEVITE
Ahora
res (2).
principal
SflNCTLMARTlMIEnSCOR
hubo de
restaurado en F¡g. 69. Escalada: ara de
uno de sus
tonces,
altares
le
de Santiago
el
Mayor, consignada en un
conmemoró
el
hecho mediante
la
según se desprende de
los
ser
126; en-
no antes,
borde
(3),
se
y se
grabada con
tor-
primitivas
(5).
las
superficial es de 1*03 por o'82
correspondientes dibujos de
nicos, y no son de mármol sino de
(4),
atildamiento de
Inscript. Hisp. christ., n."382. Su tamaño
(i)
tros,
el
1
el
añadió una reliquia
letrerito junto al
inscripción del canto
peza y desaliño, que contrastan con
SI
bien,
me-
Monumentos arquitectó-
caliza fina.
Las hay del mártir cordobés Acisclo; de otros dos santos, Cristóbal y Columba,
(2)
acaso los martirizados en presbítero venerado en
la
la
misma ciudad por
los
musulmanes; de san Millán,
Cogolla; de san Adrián, san Julián y santos
el
célebre
Cosme y Damián, con
especial culto en otras iglesias leonesas, etc. (3)
«f Sci
lacobi apsli frtr sci loannis».
Su
tipo de letra coincide con
el
de
la
inscrip-
ción de Boñar de 980, abajo reproducida. (4)
«
t Sub
Christi
in sancti Mikaeli die
V
nomine Petrus
feria
et
episcopus de sánete Marie qui
XVII kalendas
iuli
era milessima et
feci
CXXVI:
restauracione rcx Adefonso
Suero Alvaric abas». (5)
El ara
bles. t.
mayor
se
conserva en su
sitio,
formando
la
mesa
del altar principal; las
mismo, dentro de cajones fuertemente clavados, y por consiguiente invisiFotografías, mal retocadas, de éstas se grabaron en el Bol. de la Acad. de la H ist.
otras están
allí
XXXIII, págs. 218 y
221.
—
160
—
ESCALADA En
el
tramo de
p<'>rtico
más
antigucj sus siete
if^uales entre
s!:
las
tienen
y cimacios son de mármol blanco
fustes de caliza; pero las basas, capiteles
y exactamente
C(jlumnas
basas son áticas; los capiteles (Lámi-
na LIV), corintios, de tipo especial y con so-
gueado collarino; abacos forman
hinSWTRELiO-VIERECONDITE
los
tres ba-
quetoncillos y nácelas
^
5flHnTEN/l RIÑE
ETSANCTECE CI Lie e^SANTl ACIS CU
entre
notar que
un capitel
<^ lleva
^9
Es de
medias.
cierto
remiendo
por abajo, no menos antiguo, y en
ETSANCTI CRISTO FORl
él
escul-
pida pequeña ave pi-
eTS/lNE^E:OLVM Be
'
cando un racimo gura
Fig. 79. Escalada: ara del otro altar colateral
71).
(Fi-
El alto
de
estos capiteles es de 26
centímetros. es
de igual
En
la
ventana del hastial del
tipo, toda
mismo
pórtico su columnilla
de mármol, sin cimacio y con hojas
lisas
picudas su
capitel.
Hay más: en teles
to
parte
la
mayores (Lám. LIV)
uno que
retalladas, a
sólo llega a
— como que miden 39 centímetros de excep34 — son corintios, con hojas gallardísimamente alto,
como siempre, y sogueado que los precedentes, pero mu-
su collarino. Son de
la
todos corresponden a un
bizantino que abasteció de piezas tales
los edificios leoneses
saber,
postiza del pórtico, otros cinco capi-
biseles
misma escuela cho más bellos, y taller
moderna y
Mazóte,
de hacia 920 a 940, a
Hornija,
Bamba, Sahagún,
Peñalba y acaso Eslonza.
Reconócese que
estos cinco pertenecieron a edificio de tipo
bizantino, con pilares y les a los
columnas tangencia-
mismos, pues llevan una cara
vertical para adherirse al
muro. Uno de
lisa
y
ellos Fig. 71. Escalada:
se
corona con cimacio propio, exactamente 161
—
remiendo de un
capitel de su pórtico
LEÓN como
Vn
primer tramo.
los del
sexto capitel igual, pero destrozado,
hay
almacén, juntamente con trozos de otro y de un cimacio, y por último, en el parteluz de la ventana de la torre, que cae sobre la puerta suso-
en
el
dicha del dintel esculpido. ha\- otro bello ejemplar, de di\erso tipo, aun dentro de
En
la
misma
serie (i).
próximo lugarejo de Valdabasta, que ha venido
la iglesia del
sustituir
como
parroquial a
de 46 centímetros de para
el
alto,
la
a
de Escalada, hay otro capitel semejante, pero
y labrado por todas cuatro caras. Sirve de pila
agua bendita, puesto sobre
estuvo adosado a un muro,
otro,
como
los
menor y
roto,
pero semejante, que
San Miguel.
SAN ADRIANO DE BOÑAR Boñar
es
hoy
el
antiguo territorio o alfoz de Boniare, citado en 953, y
antes Balneare, según
bre que
le
documento de
aun
se explota. Allí
además
del
mismo nombre,
al pie
traria»,
928, en las
montañas de León, nom-
vino por una fuente de aguas cálidas, cuya virtud medicinal
que hoy desecado
es citada
como
localidad Bóvata, junto al arroyo
de un antiguo castro y cerca del «stagnum Tines el
hoyo de Trinitera; lugar donde un conde
Gisvado o Guisvado, con su mujer Leuvina, y aconsejándose de
los
obispos
Genadio, Atila y Cixila, decidieron ampliar honoríficamente cierto monasterio
— atria — en
honor de
los santos
Adrián y Natalia y bajo
de san Benito, cuya iglesia fué consagrada por
mio. Después, en 929,
los
el
que
los
condes
vuelve a saberse más sino que en 1099 terio al de Eslonza;
obispos Cixila y Fruni-
la
lo
al
nuevo
arquillos
que caen sobre
él
autorizando
cierto 1
Ruderico Vermú-
134,
y que entonces
«Monumentos arquitectónicos».
son de herradura, por tradición dentro del arte románico.
—
162
No
infanta Urraca cedió este monas-
que después fué usurpado por
Alguna idea da su reproducción en
edificio,
dotaban espléndidamente.
diz y su esposa Gontrodo, quienes lo retuvieron hasta
(1)
regla
fundadores obtuvieron del rey Alfonso IV que,
con su corte y cinco obispos, concurriese todos un diploma por
los
la
—
Los
BOÑAR se
llama «monasterium Balneari<jrum
le
como en que
in
territorio de
Fiuénnar»,
así
1289 es apellidado Sant Adriano de las Callas, o sea Caldas, por-
como
lado iiay otra fuente termal. Reducido luego a priorato,
a su
simple parroquia alcanzó
Aparte
un
ello, a
tiempos modernos.
los
de ballesta de San Adriano, realizóse otra funda-
tiro
San Salvador, en 980, monasterio que era de mujeres
ción, con título de
en 994 y 996, cuando recibió ciertas fincas y enseres en donación temporal
incorporándose también por
,
XII a
menos
lo
fin a
Eslonza, desde principios del siglo
(i).
Ninguna de ambas
conserva sino pocos restos de su edificio
iglesias
primitivo, costando trabajo aun enterarse de su respectivo
sitio,
lo
que
es
dable merced a las noticias que Sandoval recogió. Por ellas venimos a saber que
el
junto
silla,
monasterio de San Adriano estuvo en
el
reedificada en
del Salvador,
Adriano, junto a
las
siglo
el
XU,
está en el otro barrio de
En
la Losilla,
año
ello el
San Adriano, que
es
la sacristía,
y en
mayor de Escalada, con
12
centímetros de
alto.
Desde aquí fué trasladado
paño de pretil, también como
los
de
la
al
fina,
como
dien-
y midiendo
museo de León un
de Escalada (Lám. LV), aunque de
Sobre todo esto véanse: Vignau: Carlulario del monast. de Eslonza, nú-
(i)
— índice de documentos de Sahagún, — Yepes: Corónica de la orden de san Benito, tomo IV,
meros XXIIl, XXV, V, LXIII y CLXXIII. 764, 7Ó7, 2298, etc.
donde
se transcribe literalmente
do en 1602 sobre
el
de su libro de Las (2)
sacra ossa latlo
el testero
facetas,
de sierra, entre dos listones, hecho en piedra caliza
355,
actual
también moderna, quedan dos trozos de un
tes
f.
nombre
(2).
metido en una pared de
friso, idéntico al de la capilla
números
San
realidad no se sabe a qué dos santos correspondían las re-
liquias trasladadas en dicho
capilla de
Lo-
Caldas, y a ella se trasladaron las supuestas reliquias
de san Adrián y santa Natalia en 1268, motivando
En
la
arroyo, donde hay una iglesia completamente moderna. La
al
del lugarejo.
actual barrio de
Id.:
un impreso de
Fr.
Prudencio de Sandoval, redacta-
terreno, y que se incluye, después del capítulo de Eslonza, en ejemplar
fundaciones,
n."
3-8334 de
la
Biblioteca nacional.
Sandoval: lugar citado. La inscripción puesta entonces decía, según
duorum sanctorum,
séptimo calendas
iulii
a
pro quibus multa miracula
domino
Dominus
fecit,
él:
«Hic iacent
quorum
trans-
Petro Martino abbate devotissime facta tuit era
MCCCVI.» 163
—
LEÓN más
labor algo
zonas verticales:
tosca, dividido en tres
una con trenza
la
de cuatro ramales, otra con roleos conteniendo amplias hojas, zarcillos y racimos menudos, v la central, más ancha, también con roleos vegetales,
pero añadiendo aves en actitud de picotear:
mide ro2 metros de ancho, 93 centímetros de En la casa rectoral se conserva un trozo tros — de
inscripción que
alto
y
18
— mide
de grueso
(i).
por 26 centíme-
31
existió en el hastial de poniente de la igle-
copiaron Ambrosio de Morales y Sandoval (Lám. LV). Es una
sia (2) y
losa de
la
de caliza verdosa basta y
es
mármol
blanco; sus caracteres
dice, supliendo dentro de paréntesis
miden dos centímetros de
cuadrados
lo
que hoy
alto,
y
y disueltas
falta
las abreviaturas:
f Hec Christi aula sanctorum Adriani
cum
famulus Gisvad[o
instruxit Dei
et
N[atalie
nomine
dicata]
coniuge Leuvina]
era discurrente nobies centen[a octava et quinquagena.] Sit tibí
quod
Domine ratum famulorum p[urissimum votum,]
tibi alacri
Suscipiant[ur a qui[squis hic
devo[tione in honore te
Deus orationes miserorum:]
pie
tristis
tuorum testium paraverunt.]
ingreditur reus a prece letior inde redeat.
Consecratumque templum ab episcopis Cixilane Frunimio era
Además, en
(1)
con iguales
muy
DCCCCLVIII
tallos,
semejante a
el
mismo museo
formando
las
allí
(3)
un trozo de otro paño de
círculos en dos zonas, y hojas,
la
pared que cae
baxo de un pequeño campanario donde
no cabe
existe
(3).
una de
pretil
como
ellas
está
al
poniente, por
la
La copia de Morales resulta
muy
una campana de poco más de veinte
descuidada, a diferencia de
en cuanto puede juzgarse por
tuvieron en cuenta
tal
tis,
la
el
la
consignado en
el
texto del
libras,
que
de Sandoval que
al
uno
y otro
no
nominativo Ci-
diploma de 929. Morales da como fecha de consagración ni
en uno ni en otro año
fecha queda incierta y sospechosa de mal leída: sí
perfil,
trozo conservado. Únicamente, en vez de
forma de ablativo usual Cixilane, correspondiente
DCCCCLXIIII; mas como
era 964
de
parte de afuera, de-
«Cixilane», pone «Cixilla nomine», donde Morales «Cixilanensi», porque
la era
vista
mayor.»
es casi exacta,
xllanis
compañero,
que guarnecen un ara de Escalada.
Localízala Sandoval «en
(2)
idus octobris]
(?) IIII
et Fortis
el
el
dia
marcado fué domingo,
cayó en domingo, y este retraso de tiempo viene mejor para
el
obispo de Astorga, cuyas memorias ciertas parecen arrancar de 922.
—
164
—
la
día tres de los idus de octubre de la
pontificado de For-
DONAR Lo que, traducido en romance, dicado bajo
siervo de Dios Guisvado con su esp(jsa Leuvina, corriendo Séate, lo
oh Señor, acepto
aparejaron para
acogidas por
tí,
tí
el
oh Dios piadoso,
las
oraciones de los desgraciados, en
como
triste
reo,
templo por
mediante su plegaria luego los
obispos Cixilano, Fruni-
mio y Fortis, el día doce de octubre de 920 (ó 926).» La otra inscripción histórica de San Salvador los
año 920.
con activa devoción en honor de tus mártires. Sean
alegre. Se consagró este
por copias de
el
el
deseo purísimo de tus siervos, puesto que ellos
forma que quien entre aquí
marche
de-
santos Adrián y Natalia, construyó
advocaci(')n de los
la
significa: «Este recinto de Cristo,
mismos
conoce de público
tomadas sobre una piedra
editores,
hay, a poca altura del suelo, en
se
muro meridional de
el
caliza,
misma
la
que
iglesia.
Ella contiene tres epígrafes: dos, perfectamente iguales en cuanto a tipo, y
con caracteres del siglo XII, que son medias, en letra semicursiva y del
como obra
los
publicados, y un tercero, entre
mismo tiempo, pero
de cualquier desocupado. Contiene esta jaculatoria: «Ave fylia
dey patrys ave mater dey fylya ave spon»... y no de
desaliñadísima,
las otras inscripciones, la
más. Respecto
se escribió
no histórica debió ser compuesta en
glo Xll, pues su estructura de versos así lo acredita
(i):
la
si-
el
histórica dice
así, a la letra:
In aula dni nsi ihu xpi sci salvatoris
regnante oac
si
dmo
ramiro rex cialarie ermegildo abba
indi sub xpi dei gra sisnando
epis gino fecit era m'*
lx'* viii
dnicus notuit.
Está perfectamente clara, bien conservada y con triples puntos sepa-
rando
las palabras;
indignus»
no hav pues
ni «notavit»,
y
la
el
«Callaciae^> ni
«Ermenigildo»
ni
«ac
si
era es 1068 sin duda, no 1018. Sería cosa de
echarse a nadar por un piélago de conjeturas para explicarla; sin embargo,
por esta vez sabemos a qué atenernos, viendo en
(1)
el
Al principio del segundo verso no ha de leerse «nec»,
«ñeque». La transcripción de Morales también aqui es errónea.
—
l65
—
muro
contrario de
como pone Hübner,
la
sino
LEÓN misma
original,
copió
hacia norte, otra piedra, que es
capilla,
donde aquel Doniinicus no
lo transcrito,
do a través de
la
muy
la
del siglo XII leyó y
Ha
perspicazmente.
pasa-
erudición moderna sin merecer sino
una alusión de Sandoval, no tenida en cuenta, que
sepamos
(i).
La piedra
(Fig. 72) es caliza, de Boñar; su
haz
mide ryo por o'22 metros, y de fondo liega a 62 centímetros, lo que se aprecia gracias a estar metida en esquina: lleva por
ambos extremos y rodeando
la
inscripción una serie de adornos tallados a bisel, de
<,
los
más rudimentarios:
pas, rosetas
ibérico viene
campeando, ya como símbolo ya por
mero adorno, en nínsula
ü^ u^
in
ik
ris
bir Ví3r-
Su
(2).
semicírculos, recuadros, as-
y aquella rueda elizoidal que desde lo
regiones occidentales de
las
dmo
ranimiro rex
sub xpi dei gracia sisnando epis
Su
nada o
tipo epigráfico
mozárabe, recordando más bien en
forma cuadrada de
la
«Lo mismo dize
(1)
la c.
otra piedra,
puerta del norte, metida en
f ermegildo auba
la
ciala rieo ac
gno
muy
tres varas del suelo y
Sandoval no se tomó
el
era
indi
mi
xvín
poco tiene de excepto
El copista Dominico
que
pared, y es
muy
feci
si
lo visigodo,
dos varas de largo y una quarta de alto.»
más de
Pe-
letrero dice:
aula dni nsi ihu xpi sci salvato
regnante
la
está a
un lado de
un hermoso
Como
llena de musgos,
sillar
la
de
está puesta a
seguramente
trabajo de cotejar su texto con el otro,
salvo en cuanto a su fecha, que la prefirió acertadamente.
Este arte
(2) lar,
como
hubo de conservarse en
la
carpintería
acredita una pequeña caja del relicario de
de Astorga, obra verosímilmente de Genadio,
el
la
popu-
Catedral
obispo santo, y
aun perduran supervivencias reconocibles, sobre todo en Portugal (Arte;
1908, p. 24).
—
166
—
BOÑAR no advirtió que
el
contexto de cada renglón forma dos partes, que han de y de ahí prcnienen sus oscuridades c invenciones;
leerse por separado,
mas aun queda
difícil
de entender para mi
«auba
el
|
cialarieo»,
si
no está
por «abbatiola», en sentido de pequeño monasterio, y por «reo». Supuesto su sentido sería:
ello,
«En dor
e
el
recinto de Jesucristo nuestro Señor, Ermegildo,
aunque peca-
indigno, hizo este humilde monasterio de san Salvador, en
reinando don Ranimiro rey y siendo, bajo
el
año 980,
gracia de Cristo Dios, obispo
la
Sisnando».
Realmente ya que
buen Hermegildo no había de alcanzar fama
este
por su estilo literario, tuvo éxito cumplido en dar que hacer siglo tras siglo a los el
hombres
curiosos, intrigados por el
Gino, inventado por Dominico
pérez, se desvanece;
megildo
enigma de
la tal
piedra.
A
su vez,
y hecho arquitecto por Llaguno y
mas en cambio podría
entrar,
si
Lam-
place, nuestro Her-
(i).
SAN MARTÍN DE CASTAÑEDA Gastaría o Castinaria llamaban en
el
X
siglo
(2) al
monasterio que,
bajo la advocación de san Martín, fué repoblado entonces por
(i)
Probablemente datan de
fragmentos de losa de cuarcita, de labor igual, la
este
otra con trenza de dos ramales,
dispuesta en biseles su
talla,
período, reflejando
el
la
llo,
borde, con línea en zigzag y
como
la
que rodea
el
ara
mayor de Escalada, pero no
sino todo grabado simplemente y picados los fondos: quizá
peña Salona, sobre
las
lo halló,
entre otros
Caldas de Boñar, donde hay cimientos de un casti-
según dicen. (2)
En
los siglos
XI y Xlll
Véase su libro becerro en de
unos
al
una estrecha, junto
sean de pretiles. Conozco un solo trozo, recogido por un labriego, que similares, en la
arte asturiano,
centímetros de grosor, tallados por ambas haces con
13
compuesta de dos zonas,
mismo
monjes cor-
fincas,
la
se escribió Castañeira, y
el
Xll Castineira y Castanaira.
Biblioteca Nacional, ms. n." 18382. Otro, en forma de apeo
hecho en 1714, hay en
(n." 170 B).
en
el
Archivo histórico, añadido con noticias interesantes
Aquí también su cartulario original (VI,
—
167
—
Sao).
LEÓN dobeses, en Es un
bria.
agreste,
solana del monte Suspiazo y
la
que no
mucha holgura
sería dable
hacía 916, quizá con
el aliciente
de
el
lago de Sana-
magnificencia, pero tan retirado y
de imponderable
sitio
dominando
para sus monjes, atraídos
allí
pesquerías del lago, desde Mouzoute,
las
en tierra de Campos, donde primero habitaron, con un abad Martín, que
no hay dificultad en identificar con arriba
En
(i).
921,
como veremos,
San Juan de Rivadelago. hay luego, padeció
la
el
«Alartinus abba cordovensis» citado
fué reconstruido
noticia en
el edificio.
tiempo cercano a
la
si
anejo,
fecha anterior;
decadencia, que al parecer fué general hacia
en todos estos monasterios, y no sabemos
De su
el siglo
Xí,
con intención de restaurarlo
Alfonso Vil, a ruegos de Arnaldo, obispo de Astorga,
le
impuso por abad
un monje famoso de Carracedo, Pedro Cristiano, de noble estirpe, en i5o. Por fin y tras larga resistencia, en 1245 el abad Bibiano accedió a some-
a
i
terlo al Cister, siguiendo el
ejemplo de Carracedo.
El edificio de su iglesia fué renovado, bajo influjos artísticos zamora-
segunda mitad del
nos, en la
siglo Xll. Interesantes a nuestro propósito
quedan sino cuatro piezas de pizarra frontera,
como dovelas de
arcillosa,
no
aprovechadas en una casa
arco (Fig. 73), iguales entre
sí,
con labor
re-
petida de hojas bizantinas, a biseles, y su fondo teñido de rojo, lo que hace creerlas del siglo X,
tidumbre, por
que ninguna
Muy
aunque no con cer-
anómalo de su
lo
otra cosa
significativa es
mozárabe recuerda.
además
ción histórica (Lám. LVI) en
lo alto
tablero de
inscrip-
la
(2),
conservada
del hastial de la iglesia, en
mármol
centímetros.
Sus
letras
son de carácter
un arco
sus autores, siendo andaluces, tenderían
si
a evitar las formas paleográficas el
Fig. 73. Castañeda: dovelas de
de
aras
las
Escalada, que hace sospechar
en
un
blanco, de 47 por 71
mozárabe atenuado, como
mano que
estilo,
allí
en uso, acercándose
al tipo
más ro-
norte perseveraba: ello explicaría ciertas fluctuaciones y
(1)
Página
(2)
Aunque en
107.
esta reproducción aparezcan
grabadas en hueco, según costumbre.
—
168
—
como
de relieve sus
letras,
ellas están
CASTAÑEDA el
asomar verf^onzanle de
caracteristicas andaluzas las
Así en este epígrafe se da sistemáticamente
llamar coja,
asi
como
la
más
privativas.
forma de n que podriam<js
enlaces de letras, lo alargado de proporciones,
Respecto de su contexto, es clarísimo remedo del de
la
etc.
otra inscripci(')n
histórica de Escalada transcrita antes (i), con extravagancias explicables por
asimilación de
ella
y por
deseo de obtener algo
el
como
hemistiquios con-
sonantados. Resulta, pues, evidente que los monjes de Castinaria estaban
en relaciones con los de Escalada, cosa natural ya que
la
misma
inscripción
consigna que su abad Juan, renovador del monasterio, procedía de Córdoba. Las copias publicadas
todo en
la
de antiguo son erróneas en varios puntos y sobre
fecha, arbitrariamente modificada para concertarla con los años
de un Ordüño rey, a que
Ambrosio de Morales yándose en
el
al
se alude.
allí
962
— era
En consecuencia,
fué atribuida por
novies centena no(vies de)na
hecho de llamarse Juan
el
abad de entonces, según consta
por diplomas; otro erudito, fray Bernardo de Villalpando de
— corrigiendo:
i)iC)
rísimas de
la
et
— pero
novies centena (sexies) nona
piedra no autorizan tales lecturas, y en
que bajo forma abreviada y s(emis) centena
de entender,
difícil
nona — o sea
— apo-
la
(2),
supuso
las letras cla-
cambio arrojan, aun-
era 969,
— era
nobi(es)
año 921, perfectamente admisible, y
cuando otro documento consigna un abad Juan en
la
más
927.
La inscripción dice textualmente, pero disueltas sus abreviaturas:
— Martinus sanctus honore dicatus brevi opere instructus — diu mansit dirutus hic templum doñee lohannes abba a Córdoba venit — acte saxe exarabit edis ruginam a fundamine erexit — non imperialibus iussus — fratrum vigilantia instantibus dúo tribus mensibus — peracti sunt hec operibus semis centena nona. llordonius peragens sceptra — era nobles Ilic
locus antiquitus
litavit
et
et
et
(3)
et
et
Su versión castellana viene
a ser lo siguiente: «Este local,
(i)
Página
141.
(2)
Yepes:
Corónica,
(3)
Debía decir «iussibus» correctamente y para
t.
V,
f.
de antiguo
91 v. la
consonancia del verso, y luego
«sed» en vez de «et», que descubre una ciega transcripción sobre
—
169
—
la
de Escalada.
LEÓN dedicado en honor de san Martín y erigido en pequeño
mucho
edificio,
mantú-
abad Juan vino de Córdoba y pensó hacer aquí un templo. Erigió desde sus cimientos la arruinada casa y la-
vose caldo
tiempo, hasta que
el
bróla con obra de piedra: no por imposiciones autoritarias, sino con
la
insistente vigilancia de los monjes, fueron ejecutadas estas obras en cinco
meses, teniendo Hordoño
Puesto que
no por
la
el
cetro, en el
reconstrucción se llevó a cabo en tan pocos meses
con grandes empujes
iría
como
allí,
año novecientos veinte y uno.»
suntuosidad, y
ni
despojos suyos,
así se
(i),
explica que falten
columnas marmóreas que generalmente
las
suelen conservar, aun después de reedificadas, otras iglesias de entonces.
RIVADELAGO. — En junto a
la
la iglesia
entrada del río Tera en
San Martín,
una ermita arruinada, San Juan
mismo alguna lenguaje. Dice
al
inscripción (Fig. 74), procedente de
el viejcj,
unos 700 metros, hacia
Mide 5G por 38 centímetros; sus mutilaciones
lago de Sanabria, y dependiente de
el
mármol con
existe otro
tran, a distancia de
parroquial de este pueblecillo, situado
cuyos vestigios aun
NP]., y en el confín de su vega.
que pueda determinarse
sin
se regis-
la
amplitud de
como
principio, cu}"a lectura aparece incierta,
otra palabra, todo ello dificultado por
la
asi-
barbarie de su
así:
[ho]c
templum
c[ondidi]
(?)
lohanne Babtista honore dicatum.
llic
requiescor
ego peccator Manesindus prioris loce
s
t
e u s
.
Queso vos s(anc)tisimi D(e)i tis
serví
qu(m) epitafiu(m) hec
pro
me
prelegi
reu(m) exora[re]
D(omi)n(u)m non pigeant. Ambrosio de Morales tradujo,
(i)
sin
embargo, «se acabaron todas
dos años y tres meses.» Quizá simplemente para obtener
«mensibus» omitida
la
se
descompuso
el
la
numeral «quinqué», y esto
palabra «annis».
—
170
—
estas obras en
consonancia de «tribus» es
más
sencillo
—
que suponer
CASTAÑEDA Nótese que,
trase claro V
del siglo
El
la
inscripciim histórica de (^.astañeda ofrece disimulado
andaluz o mozárabe, en esta
tipo de letra
el
si
otra, por el contrario,
mués-
con toda pure/a, resultando grandísimo su parecido con
X que
se
las
conservan en (^.órdoba.
«steus» aparece grabadcj más profundamente, con
das y de diverso tipo,
como
hubiese dejado hueco para otra
se
alli
si
letras espacia-
palabra, quizá
el
nombre propio
La deprecación última recuerda
sitio.
contenida en un diploma
esta otra,
año
real del
(J13:
non pigeant»
«.et
pro nos orare
(i).
Su traducción podrá
EGOfE[[AToP^^A^í¿-StH!)V5
del
ser:
«Edi-
fiqué este templo, dedicado en
honor
de san Juan Bautista. Aquí descanso
rmfém stevó
yo pecador, Manesindo, prior de lugar. Ruégoos,
este
oh santísimos siervos
de Dios que leéis este epitafio, que
no
DnqEPiTAWlfCgElEOi
cansen de rogar por mí, delin-
se
cuente,
Señor.»
al
Hay
noticia de otra
fundación
próxima, hecha por un mozárabe,
ÜNnU'}NFiGLí\
no andaluz probablemente, llamado Zuleiman, quien con su compañero
Fig- 74-
Cipriano, compró tierras en un luga-
Rivadelago: epitafio de la ermita de san Juan
llamado Intranio,
rejo
al
norte de
Castañeda, por donde confinan los territorios de Sanabria y Cabrera, lin-
dante con Abania, hov La Baña. Establecieron
con al
iglesia
dedicada a
los santos
se decidió
(i)
Vignau: Cart. de Esl onza;
tomó
Zamora, tomo
I,
el
tomado consejo
llegar
del obispo Salo-
someterlo a Castañeda en 953, a cambio del auxilio nece-
rro de 1714, folio 20, se hizo tan y de aquí lo
una colonia monástica,
Cosme y Damián; mas, no pudiendo
ápice de perfección que deseaban, y
món,
allí
Sr.
11."
— .M
II.
transcribirse dicho epitafio en
mal que su última línea
Fernández Duro para
dice: *<anno
insertarlo en sus
pág. 262.
171
—
el
bece-
novingentessimo»,
.Memorias históricas
de
LEÓN sario (i).
quizá
A
podrá referirse
estos sucesos
mismo Zuleiman, que
el
un
tradición de
la
frey Jólime,
vivió retirado en una cueva de
una legua de Castañeda, en donde
XVIII subsistían
a principios del siglo
paredes antiguas a que llamaban «la casa del Santo»
a
la sierra,
(2).
SAN CEBRIAN DE MAZÓTE Es fenómeno interesante que haya llegado a tiempos moddrnos en gran meseta castellana un grupito de edificios de
formado por
(i)
«Hec
una
pariter
lohannes abba
Abderrahmen
cum germano meo
et
fieri
Ambiguum
maluimus ego Zuleiman con-
esse
in
monasterio sancti Martini in
non
potest set plerisque
congermano meo Cipriano
et
vocitant Intranio inter térras de fratres de sancto Martino eo nasterio qualiter fructum
plantavimus pomiferis, collegimus in regione
de
illo
domino
Domino Deo
cognitum
patet eo
locello in loco predicto
que
quod fecissemus ibidem mo-
Damiani seu
et
et
habuissem auxilio qualiter
et
episcopo,
commotus in
et
Servandi
laceravimus multis annis
ita ut
et
Germani,
invenissemus
peccato nostro inpediente non potuimus
Nunc verummodo
domino Salomone
Sisaberto a
qui illum in dicione sua tenebat, vel
fratres et
vivorum; sed obsistente zabulo
pervenire ad apicem perfectionis.
mano meo
tibi
caperemus animarum nostrarum. Hcdificavimus domos, con-
struximus ecclesia vocabulo sanctorum Cosmas
locum
y Almanzor, en
III
Sisaberto necnon et abbati nostro Maior
omni congregationi degentes
quod conparavn ego Zuleiman
quem
testamenti
cst cartula pacti vel
sempiternam saluiem amen.
Edad Media remota,
la
de Hornija, Mazóte, Bamba, Baños y catedral de
las iglesias
Falencia, a pesar de las correrías de
versi
la
in
tempere etiam expctivimus conger-
fabulavit
et
ille
a
domino lohannes abba
a misericordia concessit
germano meo
confessione Domini perdurantes unanimiter
ut
Do-
mini fruercmur auxilio ut navigantcs inter undas quoque Domino protegente pervenisse-
mus ad portum, quod habitavimus unanimiter novem pervenire ad portum salutis. nostri,
confugium facimus ad
dipsos et ipsum locum in
Heres
et in
Lausata
talia
et
Sioya
suo accessu et in
vel recessu
Cassaio
nec siquidem potuimus
cogitavimus extremum diem exitus
sancti Martini et ad ipso lohannes
cum omni et in
idus septembris in era
Hanc nos videndo
annis
etiam
abba tradimus nos memeet
pausata
quom habcmus
Facta series pacti vel testamenti pridie
DCCCCLXLl. Regnante serenissimi
principis nostri
Mordonio rex
in
Legione. Ego Zuleiman confessor... Ego Maior qui ibidem regimem tenui... Ego Sisaberto...
Condesindus abba confirma.» Becerro de Castañeda; (2)
Arch.
hist.
nac; libro 170
B.
—
172
—
f.
42.
mazotp: cuya
que
táctica sabido es
tocf)
merodeando
que entraba no dejar
la
soldadesca; pero realnienie
cala de paso en aquellas expediciones, y
meras
iglesias,
quizá influyó
el
donde quiera
iglesia en pie la
además, respecto de
ampararse con
Campos no
tierra de
las tres pri-
monte de Torozos, cuyas
el
espesuras fácilmente podían servir de abrigo a los cristianos, desde donde
acometer con ventaja a habían de
muy
ir
Entre dichas da; y tanto,
los
núcleos de tropas morunas, que por necesidad
diseminados en su faena de robar y asolar de San (-ebrián de Mazóte es
iglesias, la
ello la tardía
camino para todas partes
(2).
De documentación hay aún mayor penuria:
de
107,
siempre dan por
nombre
en 1013, se nombra «flumen Bajoz; en 1040 se repitióse dicho
le
(i),
expli-
y escasa información que respecto de su arte conocía-
mos 1
más escondi-
que aun hoy, arrasado ya dicho monte, cuyo nombre antiguo
fué Tarsa y l'araza, cae fuera de
cando
la
el pai».
Mozout, Mozot o Mazóte
Muzghod»
al
bajo
la
decía Mo(¿oti, igualándose con
al lugar; antes,
riachuelo que pasa por
llama «ribu Mozaudi», pero
nombre
varias citas, a partir
al
hoy
allí,
dorso del documento
forma Muzuodi, y finalmente en 1124 el
del pueblo.
Recuerda
el
se
de cierto indi-
viduo Mozhote que vivía cerca de Sahagún en 946, y un Mozaute,
lec^nés,
de 974: probablemente todo viene del nombre personal árabe Masud. Respecto de
la iglesia
quizá nos descubre algo de su historia un pri-
vilegio de gb2, a favor del monasterio de Castañeda, en Sanabria,
haciéndose
memoria de
allí
los
tiempos de Ordoño
cuando poseyó dicho monasterio
las
pesquerías del
II
pues
y año 91G, desde
lag(;
de Sanabria,
declárase que aquellos monjes son los que primero habitaron, con su abad
Martín, en Mouzoute
(i)
Pueden
Valladolid a
la
(3).
De
nombre no
este
del
conoce otra localidad;
automóviles y coches que prestan servicio de
utilizarse para ir allá los
Mota
se
Marqués y a Tiedra, andando
metros en ambos casos, respectivamente, y con
al fin
mucha
un trayecto de cinco
pérdida de tiempo. La distancia
Bamba
desde Valladolid es de unos 38 kilómetros por carretera directa, que pasa por rrelobatón, de suerte que, día.
aun en coche, puede recorrerse
También desde Hornija puede
térito
Véase
(3)
«Textuní de ripa de stangno. Verba
la bibliografía inserta
gloriosi serenissimi
el
camino de
y
To-
ida y vuelta en
un
irse a caballo.
(2)
dena tempore
a tres kiló-
por
el Sr.
Lampércz en su citado
libro.
series agnitione facta erit nobies
domini Ordonii principis relatum quod
de regno avii sui domnissimi Ordonii regis quod
—
'73
—
c.x
centena nobies
fuit
tempore pre-
tune usque actenus per curricula
LEÓN además,
el tal
monasterio poseía «sernas» y viñas en tierra de Campos, o
sea en Rioseco, Villaceide y Coianca, desde antes de 940, es decir,
cuando
apenas contaba con otro suelo que su propio término, y añádase que cierta
donación
al
mismo, hecha en
968, aparece refrendada en
Villa de Zait — hoy Belver de los Montes — no lejos
como
pensar que dichos monjes, cordobeses,
primero
el
do de
sequía general,
la
de Mazóte, haciendo
de Escalada, fundaron
monasterio en cuestión, regidos por aquel Martín, abad cordo-
cuya noticia en otro lugar apuntamos
bés,
los
concejo de
el
el
retiraron a Sa-
(2), se
de Escalada, Castañeda y Saha-
los
bien su mozarabismo, según ya, en hipótesis, y
sobre los caracteres artísticos del edificio, expuso
Desgraciadamente
vez huyen-
tal
origen v cronología de nuestro monasterio
quedarán estrechamente ligados con
muy
y que luego,
hambre y epidemias de 916
nabria. Si ello es exacto,
gún, razonándose
(1).
la
conservación de
el Sr.
Agapito Revilla
esta iglesia
(3).
deja mucho que
desear y, entre partes destruidas, encubiertas y renovadas, lógrase a duras
penas formar juicio de su aspecto antiguo, quedando siempre incertidumbres,
sería
que sólo una exploración de piqueta y azada podrá resolvernos. Esto barato y hacedero, salvo los riesgos que la indiscreción de un restau-
rador erudito traería consigo irremediablemente; mas, con todo,
annorum xxxvi de tinaria
piscaría lacu maris egrediente rivulo Terie
que fuimus habitantes
in
quod emimus
Mouzoute... Nos vero supradicti fratres
quieto per
temporum regum domni Hordonii domni
Ranemiri sereníssimi nostrí
domni Ordonií
regís hodíe xxxvi
regís prolis
San Martín de Castañeda:
Bib.
(i)
Página
(2)
Bayanolmógrib,
(3)
De
una en
1
annos usque
Froílaní in
traducción de Fagnam,
vicisitudes históricas apenas
149 (Manrique:
sabemos
t.
Annales cistercienses;
t.
II,
hermanos, que habían recibido de Fernando
II
(Zamora ilustrada;
n.° 41), y
una
II, p.
et
domni
regni sui». Becerro de
Corónica,
t.
V, n." xiv.
p.
cierta vila
en
carta real de 1228 por la
que ocupara.
174
88); otra
—
1
193,
cuando Al-
en cambio de San Cipriano de
fundó un convento de monjas dominicas, con señorío sobre
—
278.
de Zamora y D." María Vela y sus
a la catedral de Falencia las rentas de este lugar (Bibl.
edificio
abbate nostro
habuiínus iurc
que referencias de su nombre:
otra cosa
la catedral
Mazóte
de Cas-
107.
fonso IX resolvió una contienda surgida entre
daba
ven-
presens tcmpus gloriosí princípis
39. — Yepes:
f.
et
domni Adefonsi
domni Ranemiri secundo anno
nac, ms. 18382,
fratres
cum
Martinus abba conparavimus ipsa piscaría ex utraque parte rivulo
las
nac, ms. el
que
el
13123).
mismo En
rey
1305 se
pueblo, y aun subsiste
el
MAZÓTE de reconocer en su iiUcj^ridad
t¿ijas
primitivo se sobreponen, y hacen
lo
deseable ver alf^ún día limpio y desembarazado, de cuanto
incompatible,
sea
el edificio.
tamaño
Por
moderno
excede a todas nuestras
del
ij^lesias
mismo
siglo; su es-
tructura posee rasaos de originalidad bien notables, y en su construcción
entran elementos andaluces y bizantinos, que desde luego avaloran esta obra,
nos
\
la
ofrecen acaso
como
prototipo de
la
arquitectura mozárabe
leonesa.
Su planta
(Fig.
naves y crucero,
yS) es basilical, C(jn tres
l-^ste
remala con exedras, ejemphj nunca más visto en España, inspirado acaso en los «trichoros» orientales v romanos, cuya función principal era nuar, mediante sus b(')vedas, los empujes del cimborio. signe ejemplo
la
de
la
y
(i).
llas
respectivo
(2),
la
catedral armenia de
se atribuye al siglo Vil, y ella posee
además
respecto de Occidente, recuérdese
la capilla
Siria,
creyó carolingio,
que
lo
A ellas
la
Bcthléem,
Vinccnt
(2)
Grüneisen: Sainte
(3)
Rott: K.Iei
et
Abel:
lám.
tal
capilla
(4)
Lynch:
Armenia;
Vinccnt
ct
(6)
Bulicti n archéologiquc,
(7)
Pág. 5u.
t.
I,
lámina en
Abel: obra citada,
II.
la
pág. 244.
fig. 6.
1893, láms.
'7 5
(5);
vez esté los
más
justificado,
nuestros de Astu(7).
mayor ahora y con muro
Marie Anliquc; fig. 369. nasiatische Denkmáler; fig. 70.
(5)
que
capillas laterales cuadradas: entre
media un tramo rectangular, hecho
(i)
hoy arruinada
de Germigny-des-Prés, antes explicada
cabecera desarróllanse dos
(4),
se atribuye al siglo \"l:
teniendo en cuenta semejanzas de sus capiteles con la iglesia
Exmiadzin
de San Lorenzo de Grenoble.
con cuatro ábsides, opuestos dos a dos, edificio que
y además
sillería
gemelas y recuadradas por
Ruhaiba en
fuera, poseía igualmente la basílica de
rias (6),
típica
otros ábsides opuestos en sen-
tido longitudinal (Fig. 76); exedras colaterales,
lo
extremos
disposición exactamente repetida en una de las capi-
rupestres de IJrgub (3) y en
pero A. Saint Paul
los
da in-
Las del Athos ofrecen como
que sirven de coros, con su
existencia de ábsides colaterales así, atril
iglesias
Natividad en Belén, con dos ábsides a
del crucero, que datan de Justiniano la
En
el ate-
—
I
a VIII.
MAZÓTE de cerramiento
muy
alto, el dovelaje
posterior, en
allí
por dentro y hacia
se advierte,
como
como
una ventana rectangular,
inferior, y debajo
lavada de abajo a arriba,
que
que
de un arco bien grande, sea o no primitivo,
gando algún hueco
ficio
el
para salvar
lo
descar-
muv
sos-
altura de otro cuerpo de edi-
la
prosiguiese hacia afuera. Efectivamente, observando en
plano
proporciones
las
el
de
la
su amplitud de alas y
iglesia,
capilla de los pies, resulta pobre-
mente desarrollada
la
cabecera,
y échase de menos un ábside,
análogo
de Melque, y parejo en curvatura a los otros fenecial
mientos de
nociendo
retablo, y
en
el
la iglesia:
la
sólo reco-
pared, tras del actual
excavando por fuera
inexplicable macizo que
hay, podríase comprobar
allí
ello es o
no exacto. Ni extrañe
su desaparición, porque todo r Fig. 70. Catedral de
M
1
Exmiadzin (.\rmenia): planta
edificio
— salvo lado — altos
las del ala
los
de
la
el
descubre lastimosas hue-
^^S de píqUCta demoledora, COn la
das,
si
que fueron
al
suelo sus bóve-
septentrional del crucero y capilla del
mismo
nave central, hacia sur, y otros muros travesanos
y arcos, mutilaciones que parecen efecto de un derribo, suspendido en
buena hora, más bien que amputaciones obligadas por causa de ruina.
modo
El coro occidental, a los pies, sería otra capilla, a
ábside, cuyo diámetro alcanzaba a 6.74 metros; pero solamente dejó reconocible, hacia
mente que
los Sres.
cia implica otro
problema de orden
bio de orientación,
(i)
la
comprobado en
— 23
aun no
—
así
esclarecido,
obedezcan
de Oriente,
y siguientes.
177
echaron de ver. Su existen-
que ábsides
iglesias
p. 2 ló
la
litúrgico,
hipótesis de
Strzygowski: Kleinasicn,
derribo aludido
parte baja, su curvatura, y tan escasa-
la
Agapito y Lampérez no
en realidad es deficiente
el
de contra-
la
porque al
cam-
de Balbek
(i)
— LEÓN por ejemplo. Inglaterra suministra indicios de otros (i);
hacia
el
IX
les
Grenoble, antes aludida;
En
migny-des-Prés.
desde
el
siglo VII
hubo en Alemania, siendo bien notorio y elocuente en
plano del monasterio de
este sentido el
tales,
y,
según
África se
se dice,
cuentan
Gall
St.
la
añádase
(2):
también
(3).
de
de Ger-
gran basílica copta de Erment,
argelinas de Orleansville y Matifu y las tunecinas de
V Mididi, todas de arte constantiniano
la capilla
asi era la iglesia
las
Uppenna, Feriana
En España consérvase
el
dato
de dos coros, que pueden reputarse ábsides, construidos por un abad
Locúber, año 691, en de Camarzana en
de Castulo
iglesia cerca
de Vidríales (Zamora)
el valle
además,
(4);
parroquial
la
Santiago de Peñalba,
(5),
donde pudo tomarse a Mazóte por modelo, y Santa María de Lebeña, que tiene cuadradas sus capillas y obedece a diverso rumbo. Finalmente, hay edificios
romanos con ábsides opuestos, que no pueden suponerse
por carecer de
diado por
la
el Sr.
orientación ritual; ejemplos:
el
iglesias,
Gasón de Jumilla, estu-
González Simancas; una ruina de
Úxama
y otra en San
Valmuza (Salamanca), enriquecida con pavimentos de mosaico; mas difícilmente podrán ser aducidas como explicación del problema
Julián de
que nos ocupa. Esta iglesia de Mazóte (Láms. LVII a LIX;
San Pedro de
la
figs.
Nave, ofrecía dos tipos de estructura:
verosímilmente, por
las
bóvedas de su cabecera, y
das naves. La central alcanzaba doble altura que sin ventanas, abrirían
norte, acaso
(1)
— Lnlart:
Rivoira,
(2) (3)
Gsell:
Les
monuments antiques
Gauckler: Basiliques (4)
el
los lienzos
y éstas, de sur y
págs.
119,
págs. 5o2, 670 y Ó89.
169 y i85.
570.
de TAlgeric,
t.
II,
págs. 222 y 343.
chréiionnes de Tunisic.
Hübncr: Inscript. Hisp. christ.
siendo de Bailen, D. R. A. de los Ríos: (5)
1,
de
en sus techa-
las colaterales;
Le origini della architett ura lombarda, t.
la
bizantino,
y renovados huecos; dicha
los actuales
Manuel d'archéologie fran^aise, Ann. benedict., t. III, pág.
Mabillon:
el latino
probablemente dos puertas en
donde mismo están
como
77 y 78),
La constituye una
,
núms. 5o2 y
Monum.
670. Publicóla
sola nave, y de su ábside occidental
además, en un huerto próximo, están
los
como
toledana,
arquit. de España: Toledo;
pág. 39.
no quedan sino cimientos;
dos capiteles para pilastras a que arriba se aludió,
parejos a otros que hay en Santullano de Oviedo y San Pedro de Montes,
rresponden a columnas, y también quedan solerías de mosaico vulgares.
—
178
—
si
bien éstos co-
— MAZÓTE nave central llexaba en
mente hacia
septentri(')n,
pondencia posible con
como les,
lo alto
sej^ún se conserva perfecta-
f^uardando distancias iguales entre
los
en Escalada, que,
un \entanaje,
si
sí
y sin corres-
cinco arcos bajos medianeros; además obsérvase, bien por dentro todas estas ventanas son igua-
su derrame se acentúa alternativamente
más o menos, resultando por
fuera dos huecos de 18 centímetros y otros dos de 46 en anchura, y con
Fig. 77. Mazóte: sección parcial de
la iglesia
rebajo exterior para encajar celosías de piedra, según costumbre. Entre
nave medial y
el
crucero atravesábase un muro, cuyas señales permane-
cen, sobre un arco, de seguro, garía probablemente rito español. El
más
alto,
que ha desaparecido, y
éste a su vez alber-
un iconostasis o trabes, como en Bamba, según
crucero comprende dos
con ventanas
laterales,
alas
abovedadas y tramo central
cuyas jambas perseveran hacia sur, de-
jando un hueco, aproximadamente igual a iglesia
la
los
más anchos
del
cuerpo de
la
y derramado, pero con menos amplitud, hacia adentro; su cubierta
es creíble
que fuese de carpintería, en atención a
5.55 por 4.86 metros
—y
lo
alargado de su planta
delgadez de muros, no contrarrestados y con ventanas laterales, que hacen inverosímil, igualmente, un cañón de a
la
bóveda. Las capillas laterales son bajitas, y
—
170
—
el
tramo de cabecera entre
LEÓN medias, con
que hoy
el
se
comunican mediante arcos modernos, llevaba
seguramente bóveda de cañón, pues resulta
de
lo alto
gualderas todo
las
socavado, denunciando su derribo. El suelo actual en toda estar
más elevado que
el
primitivo, y hay
un pozo en
la
la iglesia
debe
nave de en
me-
dio, hacia los pies. Orientación del edificio, perfecta.
El
aparejo de
menuda
intercaladas de piedra
guardan hiladas con igualmente con
el
mampostería, con algo como cintas
es de
en algunos lienzos; las esquinas, de
mampuesto; por dentro, jambas y
sillares
asimismo de piedra notándose que
muros
los
muy
pilas se
sillería,
forman
largos y de 24 a 30 centímetros en alto; y
caliza y con sutiles juntas es
de
éste y la sillería
el
dovelaje de los arcos,
jambas sobresalen algo de
las
los
para-
mentos, que iban revestidos.
La bóveda que
se
conserva en un ala del crucero
de ladrillo tabicado, moderna
— forma
— pues
otra es
la
cañón semicilíndrico, rematando
con una semicúpula algo prolongada en herradura, sin imposta en su
como por
arranque; y
bajo de ella
parte de los arcos laterales, resulta
semicilindro de
el
la
La bóveda de
exedra abarca
rosca de éstos arqueada también y
disminuyendo progresivamente de grosor hasta lados (Lám. LVIII).
la
la
uno de sus
clave por
la capilla lateral
vecina es de aristas,
de tipo romano, o sea por intersección de dos semicilindros
apean en cio.
En
se
rincones sobre columnas, sin mediación de imposta ni cima-
los
la capilla
compañera, pues ría
que
(i),
del lado meridional sólo el
enorme desplomo de
quedan arranques de
la
bóveda
la
pared lateral exterior provoca-
su ruina.
Los arcos son todos de herradura, incluvendo haz interior. En cuanto a proporciones alcanzan
que viene
a ser
una prolongación de
tres
semicírculo; resultando constituidos sobre altura, y en relación los arcos
como
las el
ventanas por su
mayor
desarrollo,
quintos del radio por bajo del
un triángulo de
igual base
que
cuatro a cinco respecto del diámetro: esto en
grandes, pues los de
las
ventanas son
mucho menos
prolongados.
Su intradós forma concavidad bien acentuada, quizá para avivar más las aristas,
y
ello se
observa con persistencia notable en todo
leonés del siglo X. Las
(i)
Se repiten
así
en
el
impostas son
algibe de
la
—
recios abacos de piedra sin
Gran mezquita de Córdoba.
180
—
el
grupo
moldu-
MAZÓTE dunde turman pequeña nácela y se haciendo a su vez oficio de salme-
raje alguno, excepto en las ventanas,
incorporan a
la
curvatura
res (Fig. yy). Respecto del
pero en
las
arco,
despiezo, poco puede verse con
los enlucidos;
ventanas obsérvase gran descentran! ientu del trasdós,
arcos árabes desde la
ilel
el siglo
X; dovelaje
muy
regular, con
como
extremidad superior de algunas dovelas, y su trazado parece ser
a lo
menos desde
la
segunda junta en adelante, yendo •7
radial,
primera a otro
la
punto más bajo, como en
De
cos visigodos. res
en
empalmes hacia
los
ar-
mavo-
no hay visible sino un
trozo
(Fig.
80),
donde
se
nota igualdad de anchos en el
dos
dovelaje,
primeras
juntas horizontales, y luego,
desde la
altura del centro de
la
curva, con\ergen ellas no
punto sino a otro infe-
a este rior,
acercándose
a
así
los
procedimientos musulmanes de aquel siglo; además, hubieron de llevar una guarnición
Fig. 79. Mazóte: ventana de la nave principal
de
yeso,
figurando
molduraje de trasdós
según puede apreciarse por
descentrado,
las
Todos
los arcos
la
pila,
al
grandes se apean sobre
muro, y coronadas
no entregos como en
lo
exentos, que
los
miden de 35
de
el
columnas, ya
exentas ya
estas últimas por capiteles desligados de
asturiano y románico se acostumbrara.
De basas no puede saberse por quedar en su diámetro, desde
contorno y yeso, de seguro.
líneas de su
por unas mellas hechas en cada dovela para sujetar
tangenciales
muy
las
soterradas. Los fustes varían
mucho
que son delgaditos, hasta
capillas,
los
Son generalmente de mármol
a 40 centímetros.
blanco sucio, con vetas negras o de tonalidad gris o rosada; tres hay de granito
muy
oscuro; uno de éstos desarrolla estrías biseladas y en espiral,
pudiendo ser obra del groseramente.
En
el
siglo IX, y varios se
cementerio, contra 181
—
forman con trozos empalmados la
cabecera de
la
iglesia, existe
LEÓN mármol
tirado otro fuste de
imbricaciones y algo
como
blanco, estrías
muy
deshecho, con labor esculpida de
por su remate superior; mide en largo
2.45 metros y su diámetro,
aproximadamente, 32 centímetros: parece godo. Los capiteles forman colección notabilísima en esta iglesia: llegaría
número
su
éstos
a cuarenta,
hay unas
siete parejas iguales entre sí,
aunque dentro
del tipo corintio siempre.
romanos, hay en flores
en su
dalucía
de los que permanecen veinte y nueve, y entre
el
crucero,
muy elegantes
dominando gran variedad,
Dos y
iguales,
bellos,
con
An-
eje
medial y parecidísimos a otros de
De
tipo bárbaro, correspondientes al arte
(i).
asturiano con probabilidad, hay trece: ya con folíolas talladas y sin caulículos: corpulentos algunos de ellos,
que están en
(Lám. LX,
la
i.°)
y otro con abaco rectilíneo y arrancando
sobre amplia y
como de
estrías,
los pies
de
modo
lisa
siendo
nácela; ya van rayadas sus hojas así
la iglesia,
su abaco (Lám. a
capilla del lado izquierdo: otro bajito
LXÍV,
una pareja colocada en
coro
el
con óvulos de tipo bizantino en 2°). y
un tercero ostenta vasos
de cálices con asitas en medio de sus frentes;
otro hay, de elegantes proporciones, los capiteles gallegos
que algo recuerda
de Sietecoros, con venas de relieve
sus hojas, un retorcido caulículo en
medio y parejas de informes aves llenando huecos (Lám. LX, 2.°): por fin,
dos
más con
hojas
lisas,
semejantes a otros del Museo de
Oviedo y de Escalada, y con finos caulículos uno de
Una
los
ocho, iguales de dos en dos y siado pequeño para les
ellos.
más homogénea,
tercera y principal serie, la
primer término por todos
capiteles exentos de
muy
robustos.
Un
un tan amplio cimacio como
Fig. 80. Mazóte: arco lateral hacia sur
se constituye
las
naves, que son
par de ellos resulta lleva
en
dema-
encima; son capite-
primorosos y de rica estructura; sus astrágalos fueron recortados,
al
cambio añadiéronseles abacos postizos con palmetas rudas y molduraje (Lámina LXllI); los seis restantes son muy corpulentos, llevan
parecer, y en
(i)
la
Uno
de ellos reproducido, sobre fotografía del Sr. Lampérez, en
Sociedad Española de Excursiones,
t.
I«2
X, lámina.
el
Boletín de
MAZOTK astrágalü, va liso va sogueado, caulículos finos
sumamente encorvadas por
\'
a veces retorcidos, hojas
su extremidad, adhirit'ndose alguna vez a ex-
trañas varetas; sus foliólas van retalladas con elegancia y uno de ellos
omega pendientes (Láms. LXl
ostenta cruces griegas, con las letras alfa y
y LXII). Entran en serie cuatro capiteles menores, correspondientes
extremo superior izquierdo de con astrágalo
rales,
de ellos y en el
liso
las
naves y a
arcos de las capillas late-
los
y en cambio labor sogueada en
el
abaco de uno
equino de otro. Una última pareja sirve hoy de
el
agua bendita:
estos capiteles,
que
al
pilas para
vez se arrancarían del iconostasis,
tal
son grisientos, miden 46 centímetros de
alto,
con gran esbeltez de propor-
ciones; llevan sogueados su astrágalo y abaco, las folíolas alcanzan poco relieve, se
acompañan con palmetas en
(Lám. LXIV,
Su
lo alto
y carecen de caulículos
i.°).
belleza, perfección técnica y refinamientos
ponen
estos capiteles a
la
cabeza de todos sus similares, españoles y franceses, correspondientes a
la
Edad Media remota, pudiéndose asegurar de
lengo oriental, siriaco acaso, estilo
y
tal
más
ellos
una
cosa, y es su abo-
bien que bizantino, y con
tal
pureza de
variedad que han de creerse obra de artistas asiáticos. Es de
advertir que estas piezas inauguran porción de otras
— esparcidas
de Escalada entre
ellas
primera mitad del
siglo
Duero para abajo,
ni
X
más
—
las del pórtico
por tierra leonesa en edificios de
la
exclusivamente, no volviéndoseles a hallar del
en Galicia, Asturias y Castilla, salvo imitaciones en
Lebeña y Vilanova. de fecha algo posterior que los originales marmóreos. Y más admirable es que ni en Cairuán, cuya Gran mezquita brinda con riquísima serie de capiteles bizantinos, ni en
Italia ni
en Oriente
conózcanlos ejemplares equiparables, haciendo inverosímil
que fuesen piezas de comercio traídas de un extremo neo. Es
muy
típico en ellas el astrágalo sogueado, tal
fragmentos del altar de San Clemente en Roma,
(i)
y 45i
el siglo
IX,
a otro del Mediterrá-
como
se halla en los
del siglo VI (i),
que pro-
tema desarrollado con profusión
como sabemos,
sobre reminicencias bizantinas
Venturi: Storia dell'arte italiana,
del mismo libro. — British
hipótesis de
laurel, y es
piamente remeda una corona de en Asturias en
la
mismo
t.
1,
fig.
74.
Véanse también
las figuras 4.}5
Museum: Catalogue of Early Christian Antiqui-
ties, láminas XIII a XVIII, que reproducen
-
la
célebre arqueta de Proyecta.
183
-
LEÓN acaso. Respecto de fecha, viene diciéndose
que todos
estos
mármoles son
godos, y en verdad que su estilo no es indigno del siglo de Justiniano; pero
razón positiva en su apoyo: ni
falta
las iglesias
godas que aun subsisten,
ni
caudal de sus despojos, conservado copiosamente en Toledo, Mérida,
el
Sevilla,
rezca
Córdoba,
(i),
etc.,
ofrecen un solo ejemplar que ni de lejos se
y en cambio
X
los edificios leoneses del siglo
les
siempre en series homogéneas, como hechos expresamente para
una de sus caras
pa-
mantienen ellos
y con
vertical y llana casi siempre; mientras los capiteles godos,
no ser entregos, aparecen completos, aunque
a
les
se
arrimen
al
muro, como
se observa en San Juan de Baños. Fueron hechos, pues, para construccio-
nes ajenas a los métodos visigodos, en cuanto
podemos juzgar de
inclinando todos los indicios a creer que son de
ellos,
primera mitad del
la
X, y que se harían en la región de Astorga o del Bierzo, donde hay canteras de mármol blanco, por ejemplo en Filiel y Camposagrado.
siglo
Otro miembro decorativo sustancial en
alero del tejado, que en desarrollo
muy
y a ejemplo de
serva
el
las
condiciones climatológicas del país
En Mazóte no hemos logrado
obras cordobesas. los
el
grupo leonés de que tratamos adquiere un
grande, conforme a las
uno siquiera de
ni
el
medievales es
los edificios
hallar
modillones que formarían su alero; únicamente con-
lienzo septentrional
una cornisita, quesería su
alicer o
moldura
de apoyo, hecha con piedra caliza fina, de doce centímetros de alto y for-
mando
dientes de sierra entre dos filetes (Fig. 79), exactamente
ya vistas en
como
las
mayor de Escalada y en Boñar. aún son los vestigios de pintura decorativa conservados
la capilla
Más curiosos
a la altura de las ventanas de la nave central, sobre
blanco que cubre
la
el
revestido de yeso
mampostería, y consiste simplemente en un fingido
aparejo de ladrillos rojos entre anchos tendeles blancos, cual se acostum-
braba en edificios musulmanes andaluces de siglos posteriores.
En
i5i8,
según letrero pintado que observaron
y Agapito, concluyóse una armadura en la
señores Lampérez
tramo central
del crucero, de
que subsisten sus cuadrales y estribado, con canes de
tipo morisco y
pinturas lombardas.
(1)
y
los
el
En Toledo son
Una simple
viga
la
el
separaba de
la
armadura de
la
bizantinos un capitel del segundo patio del colegio de Santa Cruz
del cementerio del Cristo de la Vega, pero
—
184
nada tienen que ver con
los leoneses.
HORNIJA nave, que píirece rehecha después y se adornó con groseras pinturas. Macia el
mismo tiempo
fueron decorados los muros del susodicho tramo con
como
ventanas a medio punto,
más antigua y de huecos en alto
sillería es la
muy
cio,
los años,
que envuelve
capilla lateral de
la
En
XVI
el siglo
añadióse a SE. una sacristía;
hacia 1778, se realizó
terio,
sillería
que surge a
una capilla
los pies,
y,
gran transformación del edifi-
la
con su abovedamiento general de ladrillo tabicado,
espadaña de
NE., con
grandes, entre machones, que luego se redujeron a
ventanillas arqueadas.
andando
de ladrillo, pintadas. Edificación acaso
hacia norte, etc. La espadaña tiene adarajas a
monumental
la
lateral,
para baptis-
la vista,
para enlace
con otros muros no existentes aún, y una portada en medio, haciendo creer en un proyecto de reconstrucción general, que por gran suerte no se llevó a cabo.
SAN ROMÁN DE HORNIJA En que
se
la
continuación a
atribuyó de antiguo a san
murió fuera de Toledo, año San
Historia de los reyes godos por san Isidoro,
la
Román
de
663, y
Hornisga, junto
que Chindasvinto
Ildefonso, dícese
que fué sepultado en al
Duero, que
río
desde sus cimientos; y que yacía dentro de
la
misma
el
él
monasterio de
había edificado
iglesia,
en un gran
sarcófago con frontispicios puntiagudos por sus cuatro frentes, pues
parece explicarse te a
un crucero de Fuera de
cita
la frase
edificio,
esta noticia,
como entendió
(i)
«Cindasvinthus
Morales.
cuya comprobación no arroja
de 891, cuando Alfonso
extra
1
11
cedió a San Salvador de
Tolctum pace
obiit, in
Hornisga secus fluvium Dorii, quod ipse a fundamento in
cornuto per quatuor partes
monumento magno
— 24
i85
así
mejor que suponiéndola referen-
del cronista (i),
hay
monasterioque
fuit».
la
Tuñón, en Astu-
sel.
Romani
aedificavit, intus ecclesiam
sepultus
—
el edificio,
de
ipsam
LEÓN muchas propiedades, «monaslerium
entre otras
rias,
Ornica
iuxta flumine Dorio»
más apoyo que
Hubo
recelos.
de ser reedificado
pero quizá esta referencia no tenga
(i):
aun todo
texto anterior, y
el
diploma no deja de inspirar
el
monasterio en
el
X, como se probará después; mas no hallo
siglo
referente al
mino por
como
mismo, hasta que en 1124
se
priorato, de
San Pedro de Montes, en
la
documental segura, posesión de su tér-
Ya entonces dependía,
(2).
el
primera mitad del
la
cita
confirmó
reina Urraca, siendo abad Pelagio
la
Romani de
sancti
Bierzo, y
como
tal
sigue
apareciendo en varios documentos, por ejemplo, dos bulas pontificias, que cita
Yepes
(3),
y un diploma zamorano de 1202, autorizado por
el
prior de
Romani de Ornisia», cuyo sello conserva pendiente. Aun duraba la misma situación en 1479, cuando el abad de Montes otorgó foro a San
«S.
Román, que permanece blecer aquí
Luego, dicen que hubo intentos de resta-
inédito.
una comunidad exenta,
que sustentarse; por
sin
buen éxito por
falta
de rentas con
en 1489 D. Alonso de Fonseca, obispo de
ello
Osma y
comendatario del monasterio de Ornija, entró en negociaciones para venderlo a San Benito de Valladolid, con bula pontificia autorizándole,
y volvió a ser priorato suyo por bula de 1603
se llevó a cabo,
La iglesia actual
es
sillería
y lienzos de tapia y
(4).
una construcción amplia, de una
cuyo ancho mide y'So metros, repartida en en
ladrillo,
los
tres tramos,
que
se
como
sola nave,
con estribos de
abren ventanas góticas
con tímpanos de claraboyas, como del siglo XV, y se haría probablemente cuando el susodicho intento de restauración, dejando por cabecera la obra
como
antigua,
XVI, según Ambrosio de Morales
del siglo
to
en Bamba; pero ello se demolió del todo en
(i)
España sagrada,
(2)
Archivo
hist.
t.
XXXVIl,
último tercio
acredita, sustituyéndolo por
pág. 341.
nac; documentación de San Benito de Valladolid; caja 232:
en diploma de Sancho IV. Ornisia es
lugar, y así dura hasta
el
siglo
el
XIV por
lo
la
forma bajo que aparece aquí
menos. En carta
real
de 1279 se
el
le
inser-
nombre
del
llama Ornija,
siempre sin H; Sandoval aun escribe Ornixa; pero Morales restableció eruditamente
forma Hornixa, que ha prevalecido en arroyo que pasa por
allí,
(3)
(4)
Arch.
hisi.
moderno. Ornisia era también
citado para localizar
de 916 y 955 (Esp. sagr.
Corónica de
lo
t.
,
la
nac;
XXXIV,
nombre
la
del
un «castrum de Abeiza Gutérriz» en diplomas
págs. 436 y 459).
orden de San Benito,
sala VI, cajas 232 a 236.
—
el
186
—
t.
II,
f.
184.
HORNIJA simple capilla CLiadr¿ida; y por último, a fines del XVllI, agre^^óse a pies un tramo de nave, con torre en el hastial y capillas laterales, obra
un¿i los
sosísima de un
Juan Ascondo, arquitecto. Por delante
t'ra\'
queda un amplio cimiento de grava y argamasa, con
tancia
}'
a cierta dis-
restos de para-
mento de manipostería, que nada enseña. Respecto del edificio antiguo Sandoval y Yepes no supieron otra cosa que glosar a su
modo lo dicho por En un pasaje
Morales, y tampoco esto es de gran
claridad ni provecho.
equipara
los
de Bamba,
arcos de Hornija a los
lo
que viene
que eran de herradura
a significar
otro pa-
(i);
saje dice así: «"^'o vi la iglesia anti-
gua, de obra gótica, con su cruzero
de cuatro brazos, S. Ildefonso
como
descrive
la
quando habla de su fun-
Mas por ha ver después que-
dación.
rido ensanchar la capilla
ha perdido
forma de
la
antigua, y solo
mayor la
se
fábrica
quedan muchas de
colunas de diversos géneros
las ricas
y colores de mármoles que avía por todo
el
edificio»;
además contenía
dos capillas, que en base sin
el
sarcófago de
una mostrá-
la
mármol
blanco,
donde yacía
letrero alguno,
el
cuerpo de Chindasvinto, venerado allí
como
santo, y en
ba colocada, reliquias
allí
sirviendo
Fig. 81. Hornija: ara de un altar
otra esta-
la
de
altar,
depositadas,
pero
un ara antigua con
un conflicto entre
modo
el
el
arte a
ni
alusión
histórica
(2).
que pertenecía. Desde luego suscítase
dato de su fundaci<')n por Chindasvinto y
(1)
Viage santo,
{2)
Corónica general de España,
pág. 87.
-
de
quedan sus mármoles, atestiguando
El edificio cayó por entero; sólo
riqueza y en algún
fecha
sin
inscripción
lib.
187
XII, cap. 28.
-
el
carácter
LEÓN
común
de los susodichos despojos, que nada de
mente godos, y
al
X. El altar aludido, con su inscripci(')n, subsiste convertido en
siglo pila V
no viéndose de letras sino algunas hacia
go, bastan para
de Morales
concordar
(i).
Ahora
IX o principios
siglo
ofrecen con los notoria-
contrario respecto de obras mozárabes leonesas del
alargado y
la
A
la lectura,
los
no completa
ángulos, que, sin embar-
ni
muy fiel,
por desgracia,
bien, sus caracteres epigráficos corresponden al
del X, con la
sin travesano.
C
rectilínea, el ápice izquierdo de la
La piedra
es de granito,
T
con base cuadrada
y molduraje de tradición romana formando cornisa (Fig. 8i).
Otro elemento decorativo notable son alero del edificio, unos puestos
bajo de
la torre,
y otros
hoy como
los
el
losas en el portal de la iglesia,
a la vera sueltos y
allí
modillones que tuvo
muy
rotos. El dibujo
ad-
junto (Fig. 82) da idea buena de su corte cóncavo, repartido en lóbulos
convexos y sin adorno alguno; su
alto es de 64 centímetros: el grueso,
de 21, y están hechos de
tama-
caliza basta. Si su
ño estaba en relación con el
del edificio, esta iglesia
hubo de exceder otras del
las
{
grupo mozárabe
>*
leonés, en
ten
a
las
que
modillones
se repi-
iguales,
aunque menores y generalmente decorados:
ellos
inícianse en Escalada, se-
(i)
n.° 140).
Muchas veces Quizá pudiera
F¡g. 82. Hornija: modillón de alero
repetida y siempre sobre
atendiendo a
restituirse,
el
la
texto de Morales (Inscr. Ilisp. chris.,
exigua parte conservada, en esta forma:
nomi ne Dni Salvatoris mundi In
(?)
hic sunt reliquie sel
Romani monachi Ma
Martini epi sce
sci
riñe virgs sci Petri apli sci
et
loannis bpte
sci Aciscli
aliorum numero scoru.
18»
—
IlOKiNIJA
gún ya
se adujo,
y van
Lebeña, Moroso y
la
repitiéndose en
Peñalba. Celanova,
Cogolla, hasta pasar a
Vilanova,
románico. Sus prototipos
hj
tambicMi va dicho que son cordobeses,
y además parece averiguado que en los edificios
godos no
usaron ale-
se
ros de modillones, sino cornisas.
En col umnas ja
es
de Horni-
notabilísima y suscita proble-
mas, a gran
la serie
la
par que
la
transcendencia
piezas en
la
iglesia
de Mazóte, de
Hay
artística.
misma, sirxiendo
de pila para agua bendita y sostenien-
do
el
pulpito; en la adjunta casa del
priorato, construida en
molino que de Santo
le
1768; en
perteneció; en
Tomás
ello
la iglesia
— salvo
hay
número
total
algunos grandes
fustes,
de
granito —
el
Bierzo; los capiteles mayores,
es
las
de capiteles
basas, fustes y cimacios en crecido
blanco, algo sucio y veteado generalmente, cuyas canteras
conocidas se hallan en
Tomás
de San .luán en Morales, y en
y ermita del Canto en Toro. El
vistos llega a diez y seis, y
Todo
Fig. Í3. Toro: capitel en la iglesia de Sio.
un
de
número.
mármol
más próximas cuyo diámetro
inferior se acerca a 38 centímetros, estuvieron exentos y son cuatro,
nada
parejos de estilo; medianos, o sea de unos 27 centímetros, hay nueve, todos ellos
con una de sus caras llana
y vertical, para fustes que habían de
tangenciales
ir
y ligados a
la
al
muro
fábrica solamente
por sus cimacios, particularidad
muy
notable, porque en lo visi-
godo no parece haberse observado dijo. Fig.
tí4.
Morales de Toro: capitel en
la iglesia
tal
cosa,
como
ello
para fechar desde luego
neralísimO en nueStraS ¡glesías
de S. Juan
las piezas
181)
bastando
en cuestión y comprobar que
hubo de parecerse por su estructura
—
se
Al contrario, fué uso ge-
leonesas del siglo X,
edificio
antes
—
el
a Santa María de Lebeña. Las
LEÓN grandes piezas exentas, sin embargo, hacen sospechar
como en Mazóte. no más antiguos aún,
existirían, a
si
más
del crucero, naves prolongadas,
Pudieran ser godos,
si
fundado por Chindasvinto, dos capiteles de iguales,
que copian
detalles clásicos,
si
los
bien rudos en cuanto a su técnica y llevando consigo
que pudo hacerse en
LXVl
medianos, enteramente
orden corintio romano con toda precisión } aun con
el
un collarino angosto; además tienen una cara
nas
y proceder del edificio
V LX\'II,
el siglo i.°).
X
al
lisa
y vertical, mutilación
aprovecharlos en otro edificio (Lámi-
También de
tipo
romano puro, con
retorcidos
Fig. 86. Hornija: Fig. 85. Hornija: capitel en
la
casa del Priorato
capitel
que sostiene
el
pulpito en su iglesia
caulículos, pero sin collarino, es otro capitel de los mayores,
sosteniendo
el
coro de
la iglesia
toresana de Santo
junto con otro de tipo bizantino, y
ambos
que
existe
Tomás Cantuariense, mármol blanco,
sobre fustes de
de 2'o8 metros de alto y o' 38 de diámetro.
Los restantes capiteles encajan en patrón bizantino, siempre bajo tipo corintio,
más
o
menos
alterado, y
esculpido a manera de soga.
conformes en
lo
de llevar un collarino
Hermanan perfectamente con
los otros
de
Mazóte, Sahagún, contornos de Eslonza, pórtico de Escalada, Peñalba,
Lebeña y Celanova, mas ninguna otra serie le llega en variedad de tipos, haciendo verosímil una prioridad de tiempo, salvo la de Mazóte acaso. He aquí su análisis: tres filas
Un
gran capitel hay, prototipo de
de hojas iguales entre
sí,
los
de Sahagún, con
escotadas, hendidas a biseles y revueltas
sus folíolas con arte admirable, que singulariza este grupo (Lám. abajo). Otro, de igual
tamaño, o sea con 62 centímetros de altura, IQO
—
LXV, es
más
IIOKMJA exactainenie C(H-inlio, con caulículus, flores y trenzas en su abac(j, ubra magistral (Láni. LX\', encima). Se aludi"),
parece
le
nuiv deteriorado, con menos
otro de Turo, a
el
que antes
se
hojas y florones variados, y sin collarino,
revolviéndose en cam-
bio su zona inferior de hojas
-^
en ligera curva; pero no sa-
ía^ bemos
En sólo llegan a 26,
forma, y
serie de
tamaño me-
centímetros de altura, excepto dos que
algún cáliz y trenzas varia-
flores, aves,
LXVI, LXVIII y LXX;
das (Láms.
la
83).
reveíanse dos tendencias: ya las hojas son de clásica
acompañan palmetas,
las
provendrá de
para rcducir SU altO íFig.
Fig. 87. Hornija y Morales de Toro: basas
más
ello
un cercenamiento moderno
=i:u/
diano, o sea con 30 o pocos
si
fig. 84);
ya
la
disposición es
más
libre,
transformándose sus hojas en cogollos y palmas, con esquematismo bizantino y adoleciendo de cierta mezquindad (Láms. LXVI y LXVll. 2.°): en
un
una hoja y
capitel de estos últimos faltó piedra para
repitiendo
el
se la sustituyó,
caso de Escalada, por una paloma picando racimo (Fig. 85).
Estas representaciones animales son esquemáticas e infantiles. El capitel del pulpito
(Lám. LXIX)
es imitación inexperta y
quedó con hojas
lisas,
excepto por una cara, donde reaparecen los
procedimientos asturianos de
talla
(Fig.
86).
Este último capitel, que iba exento, lleva
un fuste adornado todo con
estrías
-
en espiral
biseladas, dispuestas en dos tramos y coronadas Fig. 88. Hornija: cimacio
por
filas
de hojas, poco artísticamente esculpi-
(Lám. LXIX). Otro
das; su diámetro es de 18 centímetros
asimismo;
estrias tural,
los
demás son
lisos, sin
collarino siempre,
y ya cilindricos, ya en tronco de cono poco acentuado
(i)
En
Monumentos arquitectónicos
duciendo esta columna del pulpito entera y
Además,
los tres del portal
de
la
los
fuste
como
el
ángulo SE. de
moderna.
—
191
—
na-
de España grabóse una lámina repro-
dos capiteles grandes de nuestra lámina
casa del priorato,
la iglesia
es
(i).
muy
LXV.
defectuosamente interpretados,
la
que
se
inscripción del ara y otra sepulcral del siglo XIll, era i25o, grabada en un gran
conserva en
hay con
sillar
LEÓN De basas, hay desarrollada,
tres grandes, áticas, sin plinto
y con su escota
muy
ya con tendencia cónica ya de amplia curva, según se
extrema en un cuarto ejemplar, de menos diámetro, que hay en Morales de Toro, bajo el capitel antes reproducido (Fig. 87, perfil 3.°). Otra gran basa, de piedra basta, carácter
hay ante una casa que perteneciese
al
romano bárbaro y mezquino desarrollo, San Román; pero ella no es seguro
frente a la iglesia de
mismo
edificio
que
las otras.
Hay, además, fragmentos de cimacios, sirviendo de base a lastres columnas de la fachada del priorato. Son del tipo usual leonés, que acom-
paña siempre
o'Ti
— excepto
Mazóte
—a
piteles
susodichos
en
de ca-
las series
bizanti-
y que además se les halla en Bamba. Compónennos,
una sobre
se de dos nácelas, Fig. 89. Hornija: adorno de
un cimacio
guarnecidas por conta-
otra, rios
y con un tablero de coronación (Fig.
tiene
además por un
que no parece de
88).
Uno
de estos tres mármoles
frente labor de girones y orla curiosamente adornada,
estilo posterior al siglo
X,
si
bien tampoco hallamos
cosa equiparable (Fig. 89).
Toda que
esta serie de
la iglesia
mármoles, tan bien caracterizada, permite creer
de Hornija fué de tipo mozárabe, formando crucero,
en Mazóte y Bamba, ya fuese de tipo bizantino,
como
ésta última
como la
de
Lebeña, ya con prolongación de naves, como en Escalada y Mazóte,
y,
por correlación de fechas, dataría de hacia 930 Resulta imposible hallar hoy en
correspondiente a un letrero, «en
un poste quadrado, parte de copiado
así:
I
Campo
cuerpo de
de piedras de |
la
Historia
la
papeleta
la iglesia
(de Hornija), en
mármol y
parte de otras»,
lOANNIS
|
MONACHI
|
(2).
San Román de Hornija tiene estación de
a Salamanca.
(2)
(i).
Academia de
NN-DÑ|H-C-R-B- SISTE
PECCA TORI
(i)
él
el
la
y
Hübner: Inscr. Hisp. christ.,
—
n." 52*
192
ferrocarril en la línea de
Medina
del
SANTA MARÍA DE BAMBA No fué
averiguar C(3mo ni cuándo se dio por cierto que este pueblo
es fácil
Gérticos,
la vila
o heredad de Recesvinto, donde
alcanzó
le
la
muerte
en 672 y donde Wamba fué elegido por sucesor en el reino de los visigodos. La semejanza entre el nombre actual y el de este rey tampoco parece asegurar su etimología ni la
provincia de Zamora;
santo
Tomás
y
(i),
el
la
el
uno hacia
norte, en
XII
siglo
con
(2);
la
particularidad de que,
lián (3) y la crónica de Albelda,
quizá
muy
es
hagún
el
según
el
Gérticos ha de ser un
si
antigua, según lo dicho en
la
Con
Villafáfila, entre las
al
que Gérticos reconocíase a
Tordehumos
lagunas saladas que por
Donaciones a Historia de
viginti millibus
(6),
por encima del
la
Wamba,
f.
el
en
la
Esp. sagr.,
ab Urbe Regia distans
t.
in
Gérticos territorio Salmanticensi
Museo
(5)
villa
(6)
«Subtus monte Cauriense iuxta Autero de Pumos»:
Británico (n." 14092), repite lo
el
in
5 a ó).
a
que antes
obiit:»:
dedit,
Bibl.
mismo, con
monte Cauriensi
—
122 a 1232.
quae
fcrc
ccntum
nac, ms.,
1358.
Otro
yerros.
sita est
se aludió (pág. 173).
193
1
sita est».
propria mortc dccessit».
1088. ^Becerro de
monasterio de S. Pedro, que luego se llamó de
monte mismo de Torozos
Estaba a NE. de
su archivo; años
nomen
el
nomine Gérticos quae
fs.
Salmanticensi territorio
«In
estaba
nos
VI, p. 535. Dice así, refiriéndose a la
villa
24). Allí
Bamba que
se extienden.
villula qui antiquitas Gérticos
— a5
allí
Zamora conservadas en
catedral de
«In
códice, en
la
monasterio de San Martín de Castañeda por Sancha, hermana de
muerte de Recesvinto: «In
(4)
todo, la otra hipótesis
monte de Cauria, citado con frecuencia en documentos de Sa-
Donación
(3)
declaran
(4),
continuación anónima de san
Alfonso VII, en ii53, y otras sucesivas. (Bib. nac, ms. 18382,
(2)
Templarios en
códice de Alcalá
territorio Salmanticense.
del siglo XI, hacia
(i)
fué de
este último lugar, ya que san Ju-
Isidoro (5) y en la crónica de Sebastián, de
sazón en
de
iglesia
otro al sur del Duero, hacia Salamanca, en Val de
Bamba, cuadra mejor su reducción a que estaba situada en
radicaron en
Lampreana, con
Xema, donde hubo monasterio de san Martín, que el
Bamba
concordancia; otros dos
la
Sahagún,
Espina, y resulta ser
LEÓN ocupa ahora, y en incorporada a
Dihigo
la
fundará
ello se
tal
vez
la
crónica de Sebastián en
andadas
es,
tres leguas a occidente
rreno algo montuoso y de ingrata vista por el
célebre bosque de Torozos, que
Fig. 90. Sta. María de
alto del
pueblo álzase
terio, cuyo abad
la
Ñuño
una sede
documentos son
(i)
es citado
vulgo appellatur
t.
XXIII, (2)
Bambense
le
absoluta
falta
dominaba, no
de arboleda, existe.
(2);
monas-
después fué convento
XII; pero lo
más notable
es
apa-
con su obispo Frunimio, de 928 a 948. Los
in villam
Bamba
et] in
lo
Bamba; planta
en 945 y gSi
el siglo
En
un diploma original de Alfonso IV, expedido en
tres:
«Recesvindus
[a
la
de Valladolid, en te-
iglesia, hoy parroquial y en lo antiguo
de caballeros de san Juan desde recer
texto publicado por Barrau-
el
(i).
Su posición ya que
interpolación de este nombre,
la
propriam venit cui nomen erat Gerticos, quae nunc
monte Caurac
esse dignoscitur.»
(Revue hispanique;
p. 240).
«Nunnus abba
sce.
de Bamba»: 949 (bec. Sahag.,
Marie Bambe» f.
(cart.
58).
—
194
—
Sahagún, núms.
i5 y 18).
— «Fratres
,
RAMRA primera fecha preinserta, Nerosimilmente ción del Cíxiice d(j
can<'>nic(_)
de San Juan de
(i); la
ulro de 948(2), y
Peña,
hü_\'
la
suscrip-
perdido, expresan-
que habla
sido
escrito
en 938 en
el
«monasterio
U
m be »
ba
bajo
go-
el
del
bierno
obispo Fru-
por
nimio,
Ñuño
diáco-
no,
proba-
blemente
el
mismo que apa-
luego
abad, según Fig. 91.
va dicho
Bamba: sección de
la
nave central
(3).
Este Frunimio debe ser aquel obispo de León, bien conocido, que duró
(i)
allí
«Frunimius
episcopus Bambensi
se-
dis confirmat»: cartulario de
Sahagún,
(2)
episcopus
n." 14.
«Frunimius
Bambensae
scdis confirmat»:
Fsp.
sagr.,tomoXXXVni, pág. 275. (3)
«Explicit
li-
canonum Deo
iu-
bante sub die xvu
Ica-
ben
lendas iulias die
W
'y^/^/wMwmm^/^/^^^^^^
vi fe-
Fig. 02.
ria
Bamba: sección de
las
naves laterales
hora secunda lxxvi
ter terna cencies era.
Conpletusque
in
monasterio
Ubambe
a
Nunno diácono
licet
sub regiminc Frunimii episcopi regnante Ihesu Xristo eterno ct cathedra residens
-
195
-
indigno
Ranimi-
LEÓN hasta enero de 928, cuando hizo testamento en favor de su Catedral, donán-
menos
dola fincas y objetos, y que luego vivió retirado, hasta 963, a lo
(i).
Ciertamente que Risco dio como seguro que su retiro fué en San Andrés de Perameno, por pero
los otros
intervención que tuvo a favor de sus ermitaños en 944;
la
Bamba
datos de
son más concluyentes, haciendo creíble que
Frunimio fundó
este monasterio,
y ello hacia 928.
A
la edificación
cas,
como
su predecesor Cixila
mismo
munificencia del
la
de su iglesia, y aunque
creada precisamente hacia
ejemplo de
el
mismos
los
es verosímil
años, y
de Apellare,
el
que
se debiera
Siman-
diócesis de
la
de santa María,
el título
raro en monasterios de entonces, podrían llevarnos a sospechar un intento
de sede episcopal nueva en Bamba, sin embargo, se la aplicase el título de sede sin
más
residía en
Samos
más probable
como
y Rudesindo en Celanova
(2)
La decadencia de Bamba hubo de
es
que
motivo que ser residencia de un
obispo dimisionario y sin jurisdicción pastoral,
cuando
lo
andaluz Fatalis
el
(3).
ser rapidísima, y gracias a ella se
libró de renovaciones el edificio, hasta que, bajo los Hospitalarios, padeció
gran reforma, cavendo una mitad de
la iglesia
para dejar
naves,
sitio a tres
con cubiertas de madera y separadas por arquerías
muy
cabecera primitiva con todo
que basta para formar
el
lienzo septentrional,
Quedó
airosas.
la
idea de la distribución y estructura, con fijeza no lograda por quienes
estudiaron antes
el edificio.
Éste parece haber sido un ejemplar de tipo bizantino, con planta en
forma de cruz
inscrita en
un cuadrilátero, y todo cubierto con bóvedas,
cual nos lo ofrecen el Cristo de la
en su parte más
Luz en Toledo, San Martín de Segovia,
Germigny-des-Prés,
vieja,
no advertida aún, de contrarrestarse
los
etc.;
mas con
rus in regno inperante paterno legeris
memento mei.»
1239:
anno autem rcgni
menscs
viii
Ordinatio ecclesiae Valentinae
XXXIV,
(i)
Esp. sagr.;
(2)
«Sub dominio
(3)
«Rudesindus episcopus Dumicnse
t.
sui vi
trabajos:
de Santiago
iglesia, la
mismo grupo. También
Roma: cuadernos de
arqueología e historia en
p.
al
particularidad,
empujes de sus arquerías mediante
estribos, que traen recuerdos de Asturias y de otra de Peñalba, perteneciente
la
el
ser de
planta
Tu
vero qui
dies
.\ii.
(Escuela española de
I).
p. 236.
Fatalis episcopi cimeterio
Samonensi»: Esp. sagr
sedis Cellenovensc»:
340.
—
196
—
.
,
t.
XL,
Esp. sagr.,
t.
p. 21 5.
XVIII,
BAMBA cuadrada sus
implica una tradición goda u asturiana, que
tres capillas
luego cayó en los edificios de estructura mozárabe ras 90 a 94; láminas
LXXl
más compleja.
(I''igu-
LXXIII).
a
Respecto de proporciones esta iglesia ofrece notable contraste: arcos son relativamente bajos, no traspasando esbeltos; en
cambio,
ias
bóvedas suben
hiasta
el
duplo de su ancho
un
ios
ios
más
ancho de
triplo del
las
naves, y es verosímil que superase esta proporción su compartimiento
obedeciendo todo a
central,
conveniencia de dar luces directas a cada
la
tramo, de suerte que en realidad cio.
es
Tocante
como
las alturas
son mínimas en todo
edifi-
el
a anchos, la proporción entre sus naves central y colaterales
tres a dos,
siendo cuadrados todos los tramos de aquélla y
pillas colaterales, infiriéndose
de esto que
cuerpo de
el
la iglesia es
las
ca-
alarga-
do, en desacuerdo con los prototipos bizantinos, y por apego a las tradicio-
nes occidentales probablemente. Orientación, normal. El
aparejo de
los
muros
es
nal obsérvanse cintas de lajas
menudas
como en
las
lo
árabe toledano;
En
de mampostería. entre cada
capillas
sin acusar cintas, bien careadas y de parejo
guardan
el
de cantos gruesos,
fila
el
tamaño sus
lienzo septentrio-
mismo piedras,
hiladas, en correspondencia con los sillares de las esquinas,
menguando progresivamente de abajo los estribos y los pilares
de adentro son de
que forman
cuyo
a arriba, y su labor es
rada, siendo de piedra caliza basta todo ello
orden, pero
alto varía,
poco esme-
(Lám. LXXI). Al contrario,
sillería
muy
bien labrada y con
juntas sutiles, alternando sin orden hiladas de unos 64 centímetros y otras
que no pasan de las
20: así
también de cuidadoso
bóvedas van hechas regularmente con
es el dovelaje de los arcos, y
sillarejos largos y
angostos bien
cortados. Las pilas e.\entas son cuadradas en su base.
De bóvedas no en igual sentido que
existen sino seis, todas ellas de cañón, desarrolladas el eje
de
la iglesia,
arrancando sobre impostas y algo
prolongada su curva en forma de herradura, sobre todo en
mayor. El tramo central no puede saberse ya cómo bóveda de los ta,
aristas o de gallones, y
tramos colaterales
al
mismo
sí
la
capilla
se cubría, tal vez
con
abriendo ventanas en sus lunetos. De
queda indicio en una cornisa de impos-
reconociéndose que eran cañones, atravesados respecto del
eje
de
la
iglesia, y a conveniente altura para que las otras bóvedas contiguas reci-
biesen en firme sus empujes. Las
—
impostas son de 197
—
filete
liso,
y obsér-
LEÓN vase que ellas rodean por
la
cabecera
tramos de naves conservados,
los
medio por ventanas rectangulares, que parecen anti-
cortándose en
guas (Lám. LXXII). El
muro
de sur aparece desplomado, con deforma-
ción de los arcos y bóvedas de aquella parte, atestiguando que
no logró acertar en
el
edificador
el
contrarresto de empujes.
Los arcos son de herradura, sobre impostas de molduraje y con
como
in-
observa en Mazóte y otras iglesias mozárabes leonesas; su despiezo queda incierto por hoy, pues tradós algo cóncavo en sentido transversal,
se
la iglesia fué re-
vestida grosera-
mente, primero
con barro y paja V encima con
modo
de
yeso,
que sólo están visibles algunas
bajas
juntas éstas
son
y
hori-
ha-
zontales,
ciendo suponer radial el despiezo;
respecto de
amplitud, curva en Fig. 03.
Bamba: sección
las
ves laterales al-
transversal, desde la cabecera
canza a dos cios de la circunferencia; los
la
na-
ter-
medianeros quedan algo cortos, o sea con pro-
longación de dos quintos del radio por bajo del semicírculo (Lám. LXXIII); el
de
la capilla
daba
al
mayor
está oculto por
un revestimiento de madera y
que
centro del crucero tiene unos arranques verticales, salientes e
interrumpidos de mala manera, sobre
los
que
se desarrolla
Esta anomalía no parece explicable sino en caso de tasis,
el
como
los
en semicírculo.
existir allí
un iconos-
de Escalada y Lena y como, según indicios,
generalmente en nuestras
iglesias
hubo
de aquellos siglos, formando tres arcos
sobre columnas, cuyos apeos laterales serían, en
—
les
198
—
tal
caso, los salmeres
HAMBA
Fig. 94. Sta. María de
conservados (Fig.
93).
Bamba; perspectiva isomctrica del
Además, ante
el
arco de
costados del tramo anterior, hay gruesos maderos, la, los
la
edificio
capilla
mavor v
como trabes
o
a los
pérgu-
que servirían para colgar lámparas y cruces, y también para tender velos, completando con el iconostasis el cerramiento del presbiterio.
—
199
—
LEÓN Las impostas de
los arcos
todos (Fig. 96) son de caliza lina, primo-
rosamente labrada, formando grupos de nácelas o semiescotas escalonadas, en
número de dos
o tres, y entre medias baquetones, ya
remedando em-
como
hojitas enfiladas:
brionariamente contarios, ya con rayas oblicuas, ya es
modelo
persistente en casi todas las iglesias
Fig. 95.
Bamba: impostas de
iremos viendo; pero estos ejemplares de variados, dentro de la serie.
mozárabes leonesas, según
los arcos
Bamba
resultan los
más
ricos
y
Del alero exterior no puede reconocerse
vestigio alguno.
Una gran bendita (Lám.
pieza decorativa posee esta iglesia y es su pila para agua
LXXIV), de mármol
por dentro, exactamente igual que
blanco, en forma de taza gallonada
las árabes,
y con aspecto de capitel co-
rintio por fuera, tallados sus cauliculos y hojas
rigidez de líneas, a
modo
sobriamente y con cierta
griego; la parte medial de cada frente
queda
lisa
y algo convexa, y por abajo, en vez de astrágalo, lleva una escotadura: su alto, 40 centímetros. Los capiteles marmóreos convertidos en pilas son numerosísimos: pero
esta pieza ofrece
—
200
muchas dudas sobre
si
es
una de
I5AMBA
tantas o
si, al
como
contrario, fué desde luego labrada
y a esto nos
pila,
inclinamos con preferencia. Respecto de tiempo, su parecido con capiteles de Mazóte, y en general con toda
como
grupo leonés mozárabe, aconseja reputarla ciendo ser
más
pieza
la
mayor vecindad
como
artística se halla al
en capiteles de
y de
Itálica
Catedral
la
periodo romano, aunque de cincel griego.
esta iglesia subsiste
un largo trozo de
aprovechado
friso,
material en su torre, con labor de rombos, según repiten varias veces
mármoles godos de Córdoba, por ejemplo: parece de piedra basta
Museo arqueológico de Valladolid contiene blanco, que, según dicen, proviene de esta misma El
•
las
•
^^ ^Jk^ '/'il^^
iglesia
^h;#Ai¥~iyy ^ \ /\ /^ J^/iLS^—:'^ Bamba:
Pig. 96.
(i),
mármol
de Bamba. Es
al exterior,
y junto a su borde
"""
^'''
en
la
la
^'"" ''""'"• '"^' ""''«"'''"'' "°
parece traspasar
el siglo
Xlll: su diámetro
mismo
exterior es de 47 centímetros. El friso
como
adorna una cenefita de entrelazados ara-
'Jk'
Ik
andaluzas
(Fig. 96).
otra pila, de
de ocho gallones, no solamente por dentro, sino también
i
este
del siglo X: pero recono-
arcaizante y clásica entre todas, de suerte que su
de Córdoba, correspondientes
Además, en
mantenida en
bi/.antina
la decoraci(')n
torre
museo, y también como procedente de
Bamba, conserva un soporte de en
altar
cuadrangular, esculpido a
lo alto,
ces; su alto
I
'32 metros,
modo
cajita
para reliquias
de pilastra y con grandes cru-
y de base 26 centímetros: es pieza visigoda indu-
dable, y otros ejemplares semejantes
Ha de
marmóreo, con
hay en Mérida, Córdoba y Toledo.
tenerse en cuenta que las atribuciones consignadas en
de dicho Museo ofrecen
En
muy
síntesis, la iglesia
mozárabe
inventario
escasa garantía de exactitud.
Bamba merece
de
leonés, con afinidades las
bien, tal vez por
el
más
economía o premura,
clasificarse dentro del
grupo
directas en Peñalba y Lebeña,
ni tiene
mármoles
ni se
apean sobre
columnas sus arcos. Los cañones con sección de herradura recuerdan iglesia
siglo
X
goda de Baños; pero
no autoriza para retrotraer más
Su prototipo
Alháqucm
II
es.
allá del
es la pila del
aproximadamente, admisible.
Museo arqueológico de Granada, con
y fecha de 970. Vaciado suyo existe en
— 26
la
su construcción, dado que también reaparecen en San Miguel de
Celanova. La fecha de 928
(i)
ello
si
201
—
el
Musco de
.Madrid.
inscripción de
LEÓN De obras
posteriores
tramo de nave
central,
la
más inherente
cuerpo,
más moderno y con al arte
el hastial,
de ogivas
el
torre, levantada sobre el
lo
primitivo, sobre
que
lo
se alza otro
arcos también para las campanas. Las naves la
evolución ogival. de
modo que
muy
aparejo, de sillería estrecha; portada
sus rica
con fecha de Era 1233; una capilla adyacente, con dos bóvedas
lisas,
capialzadas, y arco medianero a medio punto sobre re-
pisas; claustro hacia norte,
hecha con
que
románico, bajo
arquerías son apuntadas;
en
una
con dos arcos por lado, semicirculares, hoy maci-
zos, y todo ello de aparejo igual
corresponden
es
lajas,
con bóveda de aristas en uno de
los ángulos,
y algunos lucillos y arcos de poca significación.
Toda
esta
obra parece ser de escuela zamorana, cuando menos en su elemento
románico.
SAHAGÚN Alfonso
el
Magno, movido
compañeros, idos de
tierra de
villa de Zacarías, junto a
la
a
compasión hacia
moros
el
a sus Estados,
abad Adefonso y sus
compró en 904
calzata o vía romana, que desde
Burgos cruzaba a León, con su
la
cierta
Rioja y
iglesia
parroquial o basílica de los santos
Facundo y Primitivo, arruinada como
estaba, desde 883, por las tropas
cordobesas: cedióla a los susodichos para que en ella estableciesen un nasterio ejemplar, y así se verificó, bajo la advocación de los
mártires, cuyas reliquias
Zeiense
el
allí se
veneraban
monasterio, por estar en
del castillo del
mismo nombre; mas, de
sanctos» (2) o «Sancto
Facundo»,
(i).
vega del
la
En un
mo-
mismos santos
principio fué llamado
río Zeia o
Cea y depender
ordinario, decíase al lugar
«Domnos
Sanfagund y
lo
que
i5,
publicados por Escalona en su Historia
se
contrajo
en
Sahagún, (i)
Cartulario de Sahagún: núms.
de Sahagún, bajo (2)
los
números
II
i
y
y XXII.
«Domini sanciisimi» llamó Alfonso
904, primero de los arriba citados. — «In tivi-, dice otro
diploma de 960
111
a los mártires aludidos,
locum Domnos sanctos
(n." 21 del Cartulario).
—
202
—
et
en su diploma de
aula Facundi
et
Primi-
SAHAÜÚN La fundación prosperó, favurecida pur utros reyes y
carácter muzárabe
priniiiivo, hasta Allbnso VI.
fuerza este rey, cuando luego recobró a
casa o por deshacer lo antiguo, puso desde 1080
la
de
corona, no sabemos
la
ella,
variar su
sin
Hecho monje si
allí
por
por amor
como abades
frente
al
sucesivamente, a dos monjes franceses de Cluní, Rodberto y Ber-
segundo por haber llegado
nardo, famoso
el
reformador de
la Iglesia
a ser arzobispo de
Toledo y
española, es decir introductor del culto y
modas
galicanas, bajo la salvaguardia de los legados pontificios. Sahagún, hecho
cabeza de
la
orden cluniacense en
janza correspondiente a su vera
la
nueva era románica;
Burgo de Sahagún, origen de
el
transformó sus edificios con pu-
Castilla,
abad Bernardo fundó
el
la villa actual,
en io85, dotándolo
de un fuero, célebre por su barbarie y tiranía frente a todos y
así llegó a
entre
dad
sí
plantearse
durante
consumarse
incendios y derribo en
Ya no pesa sobre
el
grandezas de
fueron heredados por
poblachón
el
XIX
incivil, entre
de
el
Sahagún
democracia de
mole del prepotente monassus glorias, su cultura no
la villa; se
quedó
Puyol y Alonso: El
J.
(3)
Es curiosa y ejemplar el
en proporción del estrago
allí
la
a labrarse, en 1121,
una
manera como
procuró enterarse de hacia qué parte del
el
más
digna
bien protu-
monasterio fué vendido: salió a subasta
los edificios
momento un
catalán,
que viendo
remataron por unos pocos miles de
mundo
templo, porque, adquirida por
el
Eduardo Saavedra tuvo un
Estado
sin licitadores reales.
Luego,
caían sus nuevas propiedades, fué allá y
en material vendible, salvándose
y partes adyacentes, porque el reloj de la villa estaba
rretera, D.
iglesia,
convento próximo de Tríanos, como bienes nacionales. Ac-
estas fincas, ocurriósele pujarlas y en él se
año transformó
(3).
Abadengo de Sahagún.
cidentalmente se hallaba presente en aquel
tras
con aires de
ésta
ruinas hechas muladares, y en cuanto a los pro-
(2)
ral del
la
monasterio, conforme a los modelos románicos, o
tal
la legali-
(2).
nuevo régimen comenzó
en Madrid, juntamente con
año
unos y firmes en
extinción del señorío monacal, con dos
la
caserío de
vechos tampoco parecen lucir Bajo
los
éste, sus tesoros artísticos, la
los españoles,
dura guerra que burgueses y monjes sostuvieron
pidiendo franquicias
siglos,
los otros, hasta
terio; las
la
a
la
montado
allí,
la torre
y además,
la
de
la iglesia
puerta late-
zona correspondiente, para abrir una ca-
rasgo, único tal vez en los anales de la ingeniería
española, pero digno de su elevado espíritu, haciéndola pasar bajo de aquella portada, subsistente en calidad de arco de triunfo.
—
203
—
LEÓN ogivales, puesto
que bóvedas de ogivas,
embargo, que
cia, sin
hastial de poniente;
la
más
muy
arcaicas,
iglesia antigua quedó en
coro de los monjes, dando ello motivo, cuando
otra pared, en
apoyo de
la
tocándola por su
terremoto de lySS, a que
el
de encima, quedando
muy
mitivo desfigurado y sin uso. K\
pie,
remediarlo hubo precisión de alzar en
se resintiesen sus bóvedas, y para
medio
cubrían. Es creen-
tarde se la echó encima una pared del
menos
o
la
asi el edificio
pri-
erudito arquitecto D. Ricardo
Ve-
herradura y
lázquez asegura haber visto aún arranques de un arco de
columnas marmóreas: dicen que sus muros quedaron soterrados entre la carretera v la casa de los señores Font, donde seria bueno practicar excavaciones; pero realmente hoy no poseemos a la vista sino porción de co-
lumnas espléndidas, que dan razón de su época y Consta que
la
Ramiro
presente
11
consagración de
estilo
esta iglesia fué
y con asistencia de
siete
exactamente.
en 29 de junio de 936,
obispos y ocho abades, según
expresa, por rara casualidad, un diploma de otro monasterio el
mismo
rev.
en 937, hacía una donación a
repparacione eglesie vestre»
los
Además,
monjes de Sahagún «pro
y otros privilegios
(2),
(i).
desde 944, a
reales,
lo
menos, hasta 1094, aluden en su preámbulo a esta nueva iglesia, bajo la fórmula «et templo dicato (o dedicato) mire magnitudinis ornato (o composito)».
Lo de
la
«magnitud» queda probado por otros ejemplos que no
de grandor, y efectivamente, dícese que media esta iglesia cosa de cincuenta por treinta pies (14 por 8'40 metros); iba distribuida en tres
hace
fe
porcionada; en sus paredes se
delgadas y llenas de molduras, que indican es parecida a
las
«muy hermosa
y proven varias columnas de piedra pequeñas y
naves casi iguales, con bóvedas: era toda de piedra:
mucha
antigüedad, y su fábrica
antiquísimas de Oviedo». La llamaban últimamente
capilla de san Mancio, por venerarse
alli
además con-
reliquias suyas;
tenía los sepulcros de Alfonso y Recesvindo, primeros abades del
(i)
Biblioteca Nacional; ms. 720,
f.
236,
donde
se registran incorrectamente varios
diplomas de San Isidro de Dueñas, para uso de Sandoval acaso. Entre nación por Ramiro, rey, de una discurrente era
DCCCCLXXIII anno
los alio die sacracionis (2)
vila,
«subtus castcllum Donnas», en III
monas-
regni nri. feliciter
el
ellos figura la
commorantes
in
Domnos
eiusdem».
Diploma de Ramiro
II;
n." 13 del Cartulario.
—
204
—
Su fecha segura
do-
día «IIT kls. iulias
es
Era 975.
sáne-
SAHAGUN du una santa Luinbrosa, guardadora del nüsnKj cuando
teriü, el
deso-
la
lación de Almanzor, y los de aquellos siete condes que murieron en batalla de Uclés,
según dicen
Procedentes del
mismo
la
(i).
son conocidas cuatro parejas de capi-
edificio,
teles y dos más, sueltos; cuatro gruesos fustes, también de
mármol
blanco,
dos de granito y un cimacio. Éste es exactamente igual a los del pórtict) de Escalada;
los
fustes carecen de molduras, probando que corresponden
como
a capiteles provistos de astrágalo,
en efecto
enumerados, con labor en forma de soga, y con caulículos o sin
tio,
en foliólas retalladas a
ellos y hojas
bisel,
capiteles
de sinuosos contornos, distribuidos
con gusto exquisito, que da una supremacia
la
serie
leonesa-bizantina
del
siglo
X.
deban
quizá
reputarse
llevan todos los arriba
ellos se ajustan al tipo corin-
de clasicismo a este grupo, sobre todos los
demás de
le
/^'^JTíIlJii
de
(Domo prototipos los
mayores de
Hornija, reproducidos antes.
que
verosímil
Resulta
la
de
iglesia
Sahagún, no obstante sus bóvedas, que realmente
no constan como primitivas,
fuese de tipo basilical, con dos
columnas
Fig. 97.
San Pedro de
las
Dueñas: capitel
exentas a cada lado, por lo menos, sepa-
rando sus naves, ya que son dos
las parejas
de capiteles, una con caulí-
culos y otra sin ellos, que llevan labor en toda su periferia para tos; otras
rirse al
de
muro, quizá en
extremos de
los
uno, con
menor que
toral y el otro,
todos, a
La pareja de grandes de
tros
de
173.
arquerías divisorias: y respecto
cimacio, pudo corresponder
el
una ventana,
capiteles
y sirve de soporte a
alto,
el
ms. del
arco
exentos, sin caulículos, está en
la
pila del
la
pieza unos 48 centíme-
agua bendita, excavada a a capitel
de unos
LXXV).
Escalona, obra citada, pág. 232. Otras referencias en Yepes:
Otras en
al
tal vez.
cimacio, que hubo de corresponder
30 centímetros (Lám.
p.
las
San Lorenzo de Sahagún: mide cada
su vez en un
(i)
exen-
dos parejas tienen una cuarta parte llana y vertical, para adhe-
los capiteles sueltos,
iglesia
ir
P.
Guardiola, en
la Bibl.
20D
—
Nao., n.° i5iq,
f.
Corónica,
126.
t.
III,
l-EÓN
De
la
un capitel
ütra pareja, con caulículos,
Falencia, recogido por D. Francisco Simón; pues llega a 63 centímetros, está en
el
estíi
en
el
Museo de
un poco mayor,
otro,
el
Museo de León (Lám. LXXVI);
ambos muy mutilados. De las parejas con parte lisa, tres piezas están en este mismo Museo de León (Lám. LXXVII) y la otra en Santa Cruz de Sahagún, sirviendo de
mucho mejor
se conservan
Un
pila: (i).
capitel, sin caulículos,
alto de 34 centímetros v
su alto aproximado es de 42 centímetros y
muy
en todo análogo a
destrozado, está en
los anteriores,
el
Museo de Palé n cía,
y por último, otro, con caulículos y hojas del todo
San Pedro de gún; su
De
las
Dueñas, monasterio cercano
lisas, sirvió
y dependiente de Saha-
fustes, dos, de mármol, están en los portales de
corresponden
convento de
de pila en
24 centímetros (Fig. 97).
alto,
los
pero con
la
al
Ayuntamiento:
los otros,
en una calleja, en
la plaza, el
que
derruido
Peregrina y en una huerta, todo ello en Sahagún; son cortos,
en proporción de su grosor, y vienen bien para
la
mayoría de
los capiteles
arriba dichos.
En dita,
la iglesia
de Santiago de Sahagún hay una pila para agua ben-
de mármol jaspeado rojizo,
como
el
llones profundos, por dentro y por fuera,
de Cabra, formando ocho ga-
como
a partir del siglo X, bien labrada. Recuérdense
y
la del
Museo de
las pilas la
árabes andaluzas,
de Bamba, por dentro,
Valladolid.
SAN PEDRO DE ESLONZA Las cercanías de este monasterio están sembradas de vestigios arquitectónicos,
de
la
que componen una
serie de
de Sahagún, contándose en
(1)
Dibujado fielmente por
el
Sr.
ella los
columnas, perfectamente
ya descritos capiteles y cimacios del
Velázqucz, en
Monumentos
entre piezas correspondientes a San Miguel de Escalada,
ción suya va por cabeza de
la serie
de láminas adjunta.
—
206
similar
—
como
arquitectónicos,
arriba se dijo, y reproduc-
i:SLÜNZA
localidad que sólo dista unos cinco kilóme-
moderno de Escalada,
pórtico
Es presumible
tros hacia oriente de Eslonza. si
bien
no ser
cuatro fustes de
mármol blanco de una
solían labrarse tales allá desde
La fundación de
(2)
el
portada, puesto que no
período románico.
monasterio fué obra del rey García, en 913,
este
basílica de santa Eulalia (i).
zando una antigua
manzor
todo ello procederá de aquí,
arruinado ya, nada conserva de antes del siglo XVI, a
el edificio,
los
si
y estaba disuelto en
iocjíj,
utili-
Fué quemado por Al-
cuando doña Urraca,
la
de Zamora,
esmeró en reformarlo y dotarlo, con ayuda de su hermano Alfonso VI. Entonces hace relación un diploma de su iglesia, edificada con admirable
se
obra y suntuosidad hasta 952 desde
por
real,
el
mandada consagrar por
fundación, y
la
abad Adiuvando, cuyas memorias llegan
dato este último en contradicción con feridas,
el estilo
de
la serie
no anteriores a 930 probablemente, siendo
en 914; pero establecido
primitivo. Si
así
rey García
(3),
de columnas re-
que
el
rey murió
caso habitual fué de hacerse las iglesias años después de
el
el
el
monasterio, cuando su expansión exigía local mayor que
el
como
es
parroquial de
la
Villarmún
se inspiró en Eslonza,
verosímil, dada su proximidad, tendríamos indicio de que esta otra iglesia
perteneció
al
grupo mozárabe, con ábsides como
Descritos ya los del siglo
(1)
X, y
los
Diploma de
mármoles
de Escalada.
los
de esta última localidad, no puestos en obra
de Valdabasta
quedan por
(4),
revisar los siguientes:
fechado en 30 de agosto de 912, no aludiendo aún sino a
este rey,
la
basílica de santa Eulalia y san Vicente. Otro, de 13 de octubre de 913, en que aparece
fundado ya
el
monasterio, bajo
y gobernándolo
el
ponde
al
(3)
I
los santos
documentos de Sahagún; número
hija de los reyes
Fernando y Sancha, fechado en
de 1099, donde se consigna, «quod cenobium (apostolorum Pctri situm) tritavus
meus
et
abbatis Adiuvandi perornavit, qui regio
sumptu eclesiam miro opere
honore predictorum apostolorum consecrare
de Eslonza; pág.
14
de
mayo
Pauli in valle Elisonza
Garsias rex in culmine regni positus construxit, ctiam et coUegio
nachorum sub regula sancti patris Bencdicti Dco militancium decoravit,
(4)
que corres-
755,
988.
Diploma de Urraca,
fatus rex in
Pedro y Pablo,
y H.
Vignau: índice de
año
advocación de santa Eulalia y
abad Adiubando. Publicados por Vignau: Cartulario del monasterio
de Eslonza; núms. (a)
la
14.)
Páginas 161 a 1Ó2.
—
207
—
fccit», etc.
eum
edificavit,
mo-
benedictione
quam
supra-
(Vignau: Cartulario
LEÓN
V^ALDALCÓN. mármol blanco
— Capitel
como como los
sucio, con caulículos
pero talladas sus hojas
pila en su iglesia.
utilizado
como en
del pórtico de Escalada,
de Sahagún, recordando
los
una cara
griego; tiene
lisa
acanto
el
y vertical para adhe-
muro; astrágalo sogueado:
rirse a
Es de
36 cen-
alto,
tímetros.
MELLANZOS. — Sirviendo de base al pulpito de su iglesia, capitel muy semejante a los
menores
del pórtico de Escalada; su alto,
27 centímetros.
RUEDA DEL ALMIRANTE. — Fué importante y amurallada, en
el siglo
villa
XII, sobre
un castro antiguo, probablemente,
vestigios de
y a poca distancia de Escalada, río arriba. Su
conserva
iglesia
mismo
if
la capilla
mayor, de
fines del
bárbaramente ordenada, con bó-
siglo,
veda de cañón sobre ogivas y columnas, dos de
capiteles de
llevan
cuales
mármol
blanco, semejantes a los mayores de Escalada.
/y Vi
Otros dos de
misma
la
serie,
con un frente
sirven de peana a dos postes en
m
J.
las
derno de tros.
Fig, 98
Mansilla de las Muías: fuste de columna
misma
la
iglesia;
Además, con
ellos
el
portal
liso,
mo-
su alto, 41 centíme-
hay un
cimacio,
compuesto de nácelas y boceles, como
los
de
Escalada también.
SANDOVAL. — A
poco más abajo de Mansilla, es-
orillas del Esla,
tuvo este monasterio del Cister, fundado en 1167. Su
alto,
como
que
se con-
el
agua bendita, un magnífico
los
mayores del pórtico de Esca-
serva bien, ostenta, sirviendo de pila para
capitel, de 48 centímetros de
iglesia,
lada y de Valdabasta, y labrado en redondo.
MANSILLA DE LAS MULAS. territorio, al
sirve de
paso de
la
— Es
la
carretera que cruza por
villa
más importante
Sahagún hacia León.
guardacantón en una bocacalle, junto a
la
del Allí,
plaza del Mercado, un
magnífico fuste de columna de mármol blanco, partido en dos mitades, con 2G centímetros de diámetro y más de tres metros de alto. Cúbrese todo
—
208
—
TAYA HA él C(jn imbric¿icii)ne.s
pina, y rematand(j por arriba en astrágalo con
compañera
excepcional,
pie/.a
como
de relieve al^u C(jnvoxas, en turma almendrada,
de
di¿;na
la
(')vljIos
de
tijKj
bizantino. Es
de capiteles reseñados
serie
(Fifi. y8).
SAN SALVADOR DE TÁVARA Desde aquella mención de torres en cio, dispuestas
para que, aun de
espléndida ciudad ministra
modo más
el
(i),
lejos,
la
basílica
Eborense de San Man-
reconociese por ellas
el
quizá no hay otra en nuestro país hasta
códice de Beato llamado Tavarense
(2).
Al
fin
viajero la
que su-
de este libro, a
de «explicit», hay un texto escrito con palabras latinas, pero de
ininteligible, por el
Magio en
que
se infiere la
muerte
del
968, dejando sin terminar el códice, para lo
la
lo
monje «arcipictore» que fué llamado
al
propio monasterio Tavarense su discípulo Emeterio, presbítero, que efec-
tivamente
le
dio fin en tres meses, a 28 de julio de 970; y ponderando lo
fatigoso de su labor,
según costumbre, exclama: «Ü turre Tabarense
alta et
lapídea insuper prima teca ubi Emeterius tribusque mensis incurvior sedit, ct
cum omni membra calamum
tuvo alientos para llenar torre
el
conquassatus
dorso de
misma, como hecha de
la
sillería
Sin embargo, aun la
policroma, con arcos de herradura,
un andén volado, de madera, en torno él
fuit».
hoja con una representación de
del
cuerpo superior, tejado y sobre
dos ligeras torrecillas con otras tantas campanas. Tres hombres suben a
la torre,
desde su segundo cuerpo, mediante escaleras de mano, que irían
colocadas en
(1)
el interior,
España sagrada;
aunque
t.
el artista,
XIV, pág.
377:
para mayor claridad,
«Nc parum
hace
las
esset, circa basilicam
muri
¡n
latum dispositis turribus instruuntur, ut quisque de longe conspexerit splendidam iudicet *
supcrcrcvissc civitatem^>. (2)
Archivo histórico nacional: V.
cuela diplomática a D.
Ramón
Alvarcz de
35, n." 257. la
—
Braña.
209
—
Fué comprado para
la
extinguida Es-
LEÓN visibles desde afuer¿i, y otro
una de
hombre abaju hace
sonar, mediante cuerdas,
campanas. Al lado, en un cuerpo de
las
aparecen Emeterio «fatigatus». pluma en mano; él.
edificio anejo a la torre,
monje Sénior,
el
frente a
escribiendo, y otro indi\idüo cortando pergamino con grandes tijeras
(Lám. LXXVllI). El códice
rabismo en aquellos monjes que El
Tapori de Plinio, llevaba
mismo
lo utilizaron (i).
cenobio Tavarense o Taborense
tal
códice
(3);
la
probando moza-
está lleno de escolios ¿irabes,
nombre que recuerda
(2),
advocación de san Salvador, según declara
debió de existir en
a fines del siglo IX, por el santo
bajo los auspicios de Alfonso
III.
en
1
congregándose
sexos, dedicados al servicio divino
137
(5),
el
actual villa de l^ávara, pro\ incia de
la
Zamora; y consta su fundación,
ambos
los
(4).
La
conserva a sus pies una gran torre,
allí
abad Froila,
seiscientos fieles de
iglesia actual,
como de
consagrada
entonces, romá-
nica y con arquerías sencillas en sus cuerpos altos: lleva escalera, de 48
centímetros de ancho, embebida en viéndola de techo; y está hueco todo
el
muro, con
losas escalonadas, sir-
interior de la torre
el
misma,
al
que
se entra desde la iglesia
por un arco, rudamente hecho, en forma de herra-
dura. Es probable que
éste,
y acaso toda
la
mitad baja del
edificio, lisa
manipostería de pizarra, sea obra primitiva; quizá también,
formando arco sobre columnitas. que hay sobre
Otro códice, copia del Tabarense, hecha en
(i) las
Huelgas de Burgos, que estuvo en manos del
la
la
puerta de
XII, poseyó
el siglo
cuando
P. Flórez,
el
y de
ventanilla, la escalera;
monasterio de
éste publicó el texto
de Beato, y lo describe, copiando con variantes buenas su «explicit» (Sancti Beati... in
A pocal ypsin... com mentaría;
mino, y hoy existe en
que debo pero en
la librería
de Mr. Morgan, en Nueva York, según noticia y fotografías
profesor H. A. Sanders. La copia de la torre contenida en
concuerda y carece de
lo esencial
(2)
más
al
pág. xxxvni). Salió de Kspaña, quizá por mal ca-
el
es bastante libre,
letreros.
Esta segunda forma ortográfica ofrece otro texto original del siglo X, transcrito
abajo. (3)
«In Tavarense arcistcri sub umbráculo
(4)
Biblia
mozárabe de
la
sci.
catedral de León;
Salbatoris».
fol.
101 v.,
donde, relatando
la
vida de
san Froila, se dice: «Edificabit Taborense ccnovium ubi congregavit utratramque
sexum
centies seni
(5)
in era
animas Domino servientium».
Dice una inscripción, junto a su portada: «Rubertus cps. consecravit
.MCaLX.W
pater [noster]
(sic)
abbas quod erat Dominicus Adefonsus
».
—
210
—
in
sci.
ista
Martini orate pro
cclam. illo
in
TAVARA mas
ello
queda
incierto, mientras
fué imposible.
\í\
no
pueda ver de cerca,
se la
cuadrado exterior de
la
torre
mide
6.8(j
lo
que me
metros: )
el
arco, en su anchura, 1.43.
La segunda fundación de Froila, asistido por el
mismo
Til
junto
valle,
vara, donde
se
l^sla,
al
\'
se llam<')
Attila su colej^a, fué en
Morerola, hoy
Moreruela de
juntaron doscient(js monjes haciendo vida regular.
Allí la iglesia es del siglo XIII,
pero C(;nser\a fragmentfjs much(j
más
vie-
cuales son, trozos de
jos,
algún friso con labor de trenzas, y
una celosía Ilf l^lJirhv,-^
para ventana, de már-
mol, arqueada, con orla de roleos vegetales, sem¡Hor(')n lobulado y pilastrillas,
según tradi-
ción goda todo ello, y por
consiguiente no corres-
ponde
a nuestro asunto.
AYÓO DE vidríales.
— Muy
al
Fíg. 100. Ay^o: basas de
estas localidades, cerca de los los valles
XV
columnas en su
iglesia
norte de
montes que dividen
la
cuenca del Tera y
de Astorga, existe este pueblo, con amplia iglesia de los siglos
a X\'I.
Su
portal se
blanco veteado de de Mazóte, aunque
apoya en dos
pertenecientes a
gris,
ellas
columnas la
misma
iguales,
serie
que
de
mármol
las
mayores
son relativamente pequeñas, midiendo sus cilin-
dricos fustes dos metros de alto por 22 centímetros de diámetro:
los capi-
y 36 las basas. Estas últimas son muy notables por su gran desarrollo y extraña composición de molduras, resultando
teles, 33
una de
centímetros de
ellas
alto,
acampanada y
son corintios;
el
la
otra casi cilindrica (Fig. 100). Los capiteles
uno, con retorcidos caulículos y abaco sogueado, a dife-
rencia del otro que carece de aquéllos y lleva labor de
en
el
rombos biselados
abaco: las hojas y palmetas están exquisitamente y a biseles talladas,
según costumbre (Fig.
En tuoso,
el
loi).
esta localidad había
un monasterio) o cassa, dedicada
solitario del Bierzo, a la
que Gelvira, 211
a san Fruc-
<vl)eo dicata et Christi ancil-
LEÓN la
prolis
Beremudo princeps», donó en
in Vitriales»,
que fué de su padre
"yl K-: f^i*^ "^
una
«villa
nomine Graniocelio
Consta otra donación a este monas-
(i).
por Severo, obispo de Coria, en
terio \-
io52
1
156,
luego fué anexionado al de San Martín
de Castañeda; pero los Templarios se lo
apropiaron, dando lugar a una bula ponen
tificia
I
182 V a
una sentencia canc'mica
en 1326, obligándoles a restituirlo: todavía en
siglo
el
XVI
lo tenia
qués de Alcañices concordarlo con
el
(2).
usurpado
Quizá sea prudente
monasterio Agegio,
tado en una carta de 940
parece ser
el
el i\íar-
(3),
ci-
nombre que
personal árabe Hachach, se-
1
gún Fig. 10
1.
Ayóo:
transcripción antigua,
la
como tam-
capitel en su iglesia
bién podría ser aquél de donde procedía
san Genadio, y en cuyo testamento
diploma de 1062 da
las
le
llama Ageo
formas Ayo y Aió, no
(4);
se olvide la
pues aunque
el
transformación
análoga de Legione en Leione y Leone.
SAN PEDRO DE MONTES El territorio Bergidense, hoy Bierzo, por donde corre
hacia oriente con
la alta
montaña
el Sil,
ciérrase
del Teleno, nacimiento de dicho rio; y
sus estribaciones, a grande altura y con rápidas vertientes, extiéndense
hacia sur, separando aquel territorio de los valles de Sanabria: llaman hoy
nac, ms. iigS B,
SgS.
(i)
Arch.
(2)
Becerro de Castañeda, de 1714, en
texto de
hist.
ninguno de
los
f.
el
Archivo histórico.
documentos concernientes
referencias van aquí mencionados. (3)
Esp. sag.;
(4)
Id., id., pág. 130.
t.
XVI, pág.
129.
—
212
—
a
Ayóo desde
el
No
he podido lograr
siglo XII,
el
que sólo por
MONTES
fué su
Aguiana, corrupción de «monte de Aquiliana», que nombre antiguo. Uno de sus senos es el Valdueza, denominado así
por
riachuelo Üza, que
a esta cordillera la
el
le
baña, valle frondoso y de apacible clima en
verano; pero ello se compensa con padecer inviernos largos, crudísimos e inhospitalarios. Allí, hacia lo alto, desgárrase un cabezo de peñas, con tres C(jrtaduras arliliciales o fosos, a
la
nada con su fuente debajo: hoy de Ordoño
cho antes cionan
11
le
designa
los escritos
«quodam
piana,
como
parte oriental, } dentro una breve lla-
le
llaman
el r,astr(j;
«castello antiquissimo l<u(¡ano»
excelsorum alpium convallia»
mu-
mennomen dedit Ru(mj5,
uno de tantos
Ll es
(2).
privilegio (ij, y
de san Valerio, cuya muerte acaeció en
castellum. cuius vetustus conditor
inter
mas un
reductos primitivos, castros o citanias, donde se guarecían las gentes del
muy
país en tiempos inciertos, pero quizá no
remotos.
Bien cerca y por debajo del Castro eligió su retiro san Fructuoso,
buscando soledad, no mediado aún
el
siglo VI, y edificó
allí
un oratorio
en honor de san Pedro apóstol. Cosa de treinta años después, otro asquea-
do del mundo, gióse en la
susodicho Valerio, siguiendo
el
misma
celda, y
allí
lidades y contradicciones, que
más de
pasó él
mismo
las huellas
de aquél, reco-
veinte años, resistiendo pena-
dejó escritas con ingrata pluma,
hasta que por fin un su sobrino, llamado Juan, logró hacer habitable sitio, el
construyó monasterio, ampli()
Bierzo
la iglesia
el
y ello fué célebre ya en todo
(3).
La invasión musulmana daría de través con aquella Tebaida española; pero
quedaban sus recuerdos, que movieron
alientos, Genadio,
a
con doce compañeros, a restaurar
en 896. Limpiaron de maleza y árboles
el sitio,
un monje de grandes allí la
repararon
vida eremítica las
arruinadas
habitaciones, roturaron y cultivaron tierras, con cuyo producto sustentarse,
y fué abad Genadio, hasta que sus grandes dotes
cuatro años después, a
la silla
se
llamaba monasterio Rufianense
Fundaciones; inoncstcrio de
Sandoval:
(2)
España sagrada;
(3)
Id., id.
(4)
Id., id., p. 414.
t.
XVI,
exaltaron, unos
episcopal de Astorga. Celoso y encariñado
con su fundación, que primero
(i)
le
p. 398.
—
213
—
S.
Pedro de Montes,
f.
(4),
20. v.
LEÓN tomando nombre
del castro susodicho, dispuso reedificar su ij^lesia
de
San Pedro, transformándola con ampliaciones y obras admirables, por mano de los monjes mismos y con largueza de pagas: Genadio y otros tres obispos
la
consagraron en 919
(i).
Era opinión, acreditada por Morales y Sandoval. que subsistía
misma iglesia de entonces cio
románico
(2):
pero desgraciadamente no es
del siglo XIl la sustituye,
quedando
güedad varias columnas de mármol en su
un
asi;
tan sólo de
la
edifi-
mavor
anti-
con capiteles de tipo
torre,
asturiano, principalmente los dos del último cuerpo, que pueden verse de
Camarzana y
cerca: uno, semejante a los de Santullano de Oviedo,
Pomar
de
muy
y otro
(3),
bárbaro, con hojas sueltas, ruines caulículos,
veneras, rosetones y aves pareadas, que recuerda la
misma
Pegado además
(i)
al
muro meridional
Inscripción que abajo se copia.
meo
patre apostoli el abbate
eremitarum delectatus, cum duodenis
quem
sanctus Valerius
Sandoval; libro citado, (2)
Morales:
eum
t.
7
p.
p.
1,
Iste
p. 10).
Arandiselo in Ageo monestcrio degercm, vitam
fratribus et benedictione supradictis scilicet ad san-
172.
los
— Sandoval:
la iglesia
Fructuoso
corum
et institutus,
scripta doclarant»;
Dice
Fundaciones,
misma, con
epitafio,
f.
24
v.
Éste indi-
que Flórez copió en
un Viviano, maestro y constructor de
modernos dan por sentado que fué
edificios.
el
arquitecto
(Noticia de los arquitectos y arq
u itec-
así:
dictus fuit hic Vivían us
tegit hic paries
magister erat in eis sperat
et
conditor ccclesiarum.
qui preces pocis earum.
paleografía corresponde al siglo XII o principios del XIII, y este
como obra
fecha. El edificio actual de
personal y hecha en vida, lo que explicaría
San Pedro
es
una
iglesia
románica de
arte
mismo tiempo la
carencia de
avanzado
caizante, pues tiene ogivas en su ábside, y ello será con toda verosimilitud
la
y
aun ar-
obra de Vi-
viano. (3)
Boletín de
el
por 0*46
Deus huic requies angeliceque manus
Nunc denota su redacción,
i'oi
— Testamento de Genadio, donde dice: «Cumque
61) y se refiere a
Llaguno y
Quem
Sit
Su
XVI,
t.
Genadio para sus
turadc España;
que lindaba con
iglesia,
27.
f.
fecha; pero
de quien se valió
la
obtinuit... historiae et vitarium
Viage santo,
(Esp. sagr.,
iglesias, sin
de
perrexi, qui locus positus a beato
ca que su arquitecto estaba sepultado en facsímil
arte de las pilastras de
un tablero de mármol blanco, de
ctum Petrum ad sanctum ercmum post
el
de Santullano y capiteles del iconostasis de Lena.
iglesia
claustro pequeño, existe
adhuc sub
Revilla
la
Sociedad castellana de Excursiones, año XVI,
—
214
—
p.
448.
MONTES mctrus, d(jnde, en caradores dcsgarbadíís semimozárabcs, relátase esculpirse a raiz de
ria del edificio,
\'
principalmente
conmemora
debi(')
la
sentido
es:
turado l'^'uctuoso, insigne en méritos, después de fundar plutense, también hizo un oratorio pequeño en
san Pedro. Después de el
ello, el
frades, lo restaurt) en
el
este sitio,
año
el
«Kl bienaven-
cenobio
Com-
con nombre de
no inferior en méritos y santo Valerio amplió
Modernamente, Genadio,
edificio de esta iglesia.
que
consagraci<')n susodicha,
LXXiX). Su
(I.¿im.
histo-
la
Una
8()5.
presbítero, con doce
vez hecho obispo, erigiólo de nuevo
como
desde sus cimientos admirablemente,
se
echa de ver. no mediante
pueblo, sino con grande costa y con sudor de los frades de
opresi(')n del
Fué consagrado
este monasterio.
templo por cuatro obispos: Genadio,
este
astoricense; Sabarico, dumiense; Frunimio, legionense, y Dulcidlo, sala-
manticense, en 24 de octubre del año 919»
(i)-
Genadio había consagrado cinco años antes calada,
aun no correspondiendo a su
de relaciones con sus monjes. Quizá
movió
a renovar esta iglesia de
con
trato
los
la iglesia
diócesis, lo la vista
mozárabe de Es-
que prueba
cierto género
de aquel edificio peregrino
le
San Pedro, y aun puede creerse que su
mozárabes de Escalada siguió siendo asiduo, puesto que entre
la
inscripción histórica de allá y ésta de San Pedro hay contactos evidentes
en
el
desarrollo general y ciertas frases. Recuérdese lo de «brevi opere»,
«miro opere
(1)
«non oppresioni vulgi
a fundamine... erigitur»,
sed...
fratrum
Insigne meritis beatus Fructuosas, postquam Complutense condidit
ccnobium, post
et
nomine
quem non
sancli Petri, brebi opere in hoc loco fccit oratorium;
inpar mcrilis Valerios sanclus opus aeciesie dilatabit.
cum xii fratribus restaurabit, era dccccxx.xiii'; funda mentis mirifice ut cernitur dcnuo crexit,
Nobissime Gennadius presbiter
pontifex etfectus non oppresionc Consecratum
a
vulgi, sed largitate pretii et sudorc fratrum huius monasteri.
est
hoc templum ab episcopis
Dumiense, Frunimio Legionense,
el
nobies centena, decies quina, terna,
Nótese que
la
iiiioi",
et
quaterna,
quinta línea, donde se contiene
la
pág. 97 del es
la
fecha (Inscript. Ilisp. ch rist
Supplemen
t
u
m
,
aun
resulta
poco
fiel
bueno, como de costumbre.
—
2l5
—
viiii"
principal
dece este epígrafe, está redactada con letras mayores que sobre Morales, erró
Gennadio Astoricense, Sabarico
Dulcidio Salamanticense; sub era
.,
lo
kalendarum nobembrum.
conmemoración
restante.
n." 243
),
Hübner,
y corregido
a que obeai
copiarla
ello,
en
la
su texto. Fl de Quadrado, en cambio,
LEÓN instante vigilantia» en la de Escalada, haciendo verosímil
persona redactase ambos textos; y cas del segundo, sensibles en coja, etc.,
hacen sospechar
la
particularidades mozárabes epigráfi-
las
T
revuelta por su ápice izquierdo,
también andarían en
si
que una misma
la
la
N
reconstrucción de
San Pedro andaluces.
ERMITA DE LA SANTA CRUZ. Valerio, construyó por su
— Cierto Saturnino,
discípulo de
mano un templo pequeño, con nombre
Cruz y de San Pantaleón, sobre
cierta roca
de Santa
donde acostumbraba san Fruc-
tuoso hacer oración, por bajo del monasterio de San Pedro; hízolo consagrar por Aurelio, obispo de Astorga y después
celda para vivienda suya
No
(i).
consta, pero créese que este oratorio fué
fábrica vio Sandoval: descríbela, diciendo
que cae dos
risco
que
su fecha
está
al
reedificado en goS, cuya
letras
el río
Oza...
como
pequeña lumbrera que tiene encima bien formadas romanas», y la copia, errando la
(2).
Ya tampoco junto
con
el
que estaba «fundada sobre un
de arcabuz de San Pedro, sobre
tiros
parece en una piedra que está en del altar,
añadió una reducidísima
le
existe;
pero
reconstruida,
al ser
más abajo de
camino, en 1723, colocáronse encima de su puerta
los
la
antigua y
fragmen-
tos decorativos de aquélla, formando groseramente una ventanilla gemela,
quizá con
el
mismo orden que guardarían
Sandoval. Son dos
pilastrillas
en
el
testero antiguo,
según vio
de caliza blanca, con labor esculpida de
círculos enlazados, a biseles y con
buen
arte,
que
se revelan
como obra de
tiempos godos, y pueden creerse despojos del edificio primitivo. Otra piedra recorta dos arquillos incompletos, rebordeados y con alfiz, me-
diando entre unos y otro esta inscripción: «Aece sce Crucis», que significará probablemente:
tablero con cruz de las letras alfa
y por remate hay un Angeles, y pendientes de ella
«Ecce (signum) sanctae Crucis» relieve,
como
de los
la
(3);
y omega, según costumbre asturiana; los fondos de esta cruz
(1)
Esp. sagr.,
t.
XVI, págs. 408 y
(2)
Lugar citado,
f.
20.
(3)
Hübncr: Inscr. Hisp. christ.,
s(an)cíl)e Crucis», y lo
41
1.
n." 246, transcribe, sin
mismo Quadrado.
—
216
—
embargo: Acc(clcsi)e
MONTES y
(Figura
Por con
ba,
41, 18 tres
de
el
i('>n
.
al siglo
IX.
tablero de
que mide
es de gra-
parecer (Fig.
al
I']scalad¿i
centímetros en sus
7
dimensiones y
nito,
Sus
\'
relie\es de
dos piedras godas
nscri pe
i
los
sirviendo de jam-
lin,
susodichas, está la
como
Seguramente ambas piezas no serán anteriores
loi).
las
teñidos de rojo,
están
iiiscripci'in
\i\
102).
hermanan con
letras
los arquillos
y con
el
las
gran
epígrafe de consagraci(')n de
San Pedro.
Lo con
AELESIELIIVLÍS
escrito en
grandes
el
trente,
abreviaturas,
dice: «In
honore sánete Cru-
Cis sánete
Marie SanCti loan-
Fig.
km. Momcs: piedras de
la
ermita de
la
SamaCruz
nis Babtiste sancti lacobi sancti
Matei sancti Clementis». Y en el
canto derecho se añade: «Era
DCCCCXLIII kalendisdecem-
c£Oj
bris».
dudarse
Podría
tres cifras
últimas de
corresponden a
mas no
la
fecha
la
Era o
las
si
al día:
punto delante, y además, cayendo en domingo el
ha}'
primero de diciembre de
Era
1)43,
hip('>tesis
asegúrase y
consiguiente
i\) I
).
Hühncr, en esto,
cha, por no estimar Fig. 102. Montes: inscripción de la ermita de la Sta.
38
el
lu^ar citado,
'
aun admitiendo
—
primera
año yo5. por
el (i
la
la
de X, y puso Era 913.
Cruz
217
-
equivocó la
la
fe-
L pendiente
LEÓN
SAN CLEMENTE DE VALDUEZA. Su
iglesia,
un pueblecillo, camino
cuenca del Oza y junto a sus citada en documento de 992 (i), quizá sea la misma que
de San Pedro de Montes, en aguas.
— Es
fundó Juan, otro de
bajo de
lo
los discípulos
la
de Valerio, aunque a ella deja
lo escrito
referente
mucho que
desear en
cuanto a precisión topográfica (2),
y aun se conserva desmante-
lada, sirviendo de
Forma un
cementerio.
rectángulo, de io'85
por 6'75 metros, con muros de i'io
metros de grosor, hechos
con
lajas
de pizarra,
material
único en aquel país, y conserva rastros de siglo
pinturas,
XVI; su
quizá del
frente oriental cié-
rrase en dirección algo oblicua,
con pared llana, que no muesSan Clemente de Valdueza: ventana de la iglesia vieja
tra
Fig. 103.
apariencias de ser moder-
na, y enfrente
abocinada y con arco de herradura, (Fig.
103).
costumbre
hay una ventana
groseramente hecha,
Será cosa del siglo X; pero ventanas
así,
como
en bajo, no eran
a los pies de las iglesias, sino en su cabecera, de suerte
asalta la sospecha de
encarando su
si
todo
que
ésta iría dispuesta, contra la orientación de ritual,
altar hacia poniente.
SANTO TOMAS DE LAS OLLAS En medio
del Bierzo,
rrada. puja entre
ambos
donde confluyen ríos
Biblioteca nacional; ms. 9194,
(2)
Esp. sagr.,
XVI,
p.
Bóeza y
el Sil,
sobre Ponfe-
un macizo rocoso, en parte granítico y en
(i)
t.
el
f.
73: «villa
408.
—
218
Oza
in
Vergido ad scm. Clementem».
LAS OLLAS parte pizarreño,
nombre de
que llaman Colinas.
su iglesia,
la
que en
lo
Allí
antiguo, hacia los siglos XII y XIII, por
Tomás
su posición, era llamada Santo
que recibe
está el pueblecillo
de
Entram basaguas,
y dicen que
perteneció a San Pedro de Montes. Después, por haberse establecido
hornos de el
actual
allí
cuyos restos perseveran, cambió de sobrenombre por
alfarería,
(i).
El archivo de Montes ardió probablemente, con su librería, pocos años
después de
la
exclaustración, y nada se conserva de
aunque una de
historia de esta iglesia: pues
la
la
él
que pudiera
misma
advocaci'Mi fundó
Genadio, consta localizada en un valle próximo a Peñalba en sierra.
Sus caracteres
tante fijeza,
merced
artísticos,
por otra parte,
más
como tampoco
el
en
ni
el
por reminicencias godas, sino que
se les explica
bien tienen relación con obras carolingias, dejando, por tanto, un
absolutas ofrece
v de los inílujosque presidie-
Sin embargo, discrepancias
al 'construirla.
se la
si
compara con
mucho mayores
vez sea razonable atribuirla a los tiempos de Genadio.
el
edificio
menos normal dentro de
LXXX
y
LXXXI;
figs.
Compónese de nave y
v
aun
nuestro románico; de suerte que
lo
tal
nas
que estudia-
cuadro general mozárabe
margen de indecisiones respecto de su fecha ran
misma
la
bien denuncian con bas-
a la estructura de sus arcos, este período
mos, con todo, no entran de lleno en asturiano,
si
ilustrar
serie
la
En
todo caso es
leonesa mozárabe
(Lámi-
104 a 106). capilla,
con orientación exacta y aparejo de
mampostería, que, por estar revestido en su mayor parte, no deja ver bien si
misma antigüedad. La nave
todo alcanza una
románica y otra
hubo
muy
sencilla,
a los pies,
que
se
tiene puerta hacia sur,
conoce estar remetida en obra más
hoy cegada, con arco semicircular,
al
vieja;
parecer, v hacia
norte hase agregado una capilla moderna.
En ancho excede
la
nave
a la capilla
mavor; mas aparecen sus muros
dando
fe
de ser coetáneos, y en altura se igualarían, antes
de haber sido rebajada
la
nave en todo su perímetro.
ligados entre
sí,
La capilla mayor, por tería de pizarra y
(i)
menudos
Dista solamente
fuera, descubre parcialmente su rollos, sin
un kilómetro, hacia
que entren piezas largas formando
norte,
párroco vive en Ponferrada.
—
2
I
<
I
mampos-
—
de Ponferrada, por carretera. El
LEÓN
Fig.
esquinas,
como
es
1
06. Sto.
Tomás
de
costumbre, aun en
su trabazón, obtenida aquí mediante
las Ollas:
planta
los aparejos la
más descuidados, para
fuerza del mortero,
muy
grande,
puesto que ni desplomos ni grietas aparecen. De sus dos ventanas, hacia sur es
moderna
v
la
En
contraria está cegada.
parece haber existido nunca, sino un nichito en tica
cruz de piedra, hecho de
sillería
testero
el
la
de
no hay,
ni
albergando rús-
lo alto,
y en cuyo dintel hay dos semicírculos
grabados concéntricos, simulando arco:
na sobre
el
la falta
altar es
de venta-
anormali-
dad notable. Una cornisa de lajas
de
corona
pizarra,
el edificio.
Por dentro sorprende
cúpula de
Fig. io5. Sto.
Tomás de
las Ollas:
sección longitudinal
ría
mural
— seis
metros de ancho
— lleva
desarrollada
esta capilla,
cascos y
con
arque-
ciñéndola, parti-
Cularidad que. a
tamaño, de
(Lám.LXXXI)
ver
en redondo
V////y^// h?;//;///ftfP/
moderna,
más de
SU
relativamente gran-
fuera de los límites usuales este ejem-
plar de capilla, respecto de las otras similares de Escalada, Mazóte. Peñalba. etc.. v
cuvo precedente,
del siglo
W.
?20
es la basílica
de Segóbriga.
como
1
LAS OLLAS va sabemos (Pág. 6o). Parece redonda, y sin embargo jan
un exceso de 5o centímetros en
trasversales, siendo pur consiguiente
o poyo, sobre
el
que
el
las
mediciones arro-
radio longitudinal, respecto de los
ovalada. En torno hay un rebanco
se distribuyen,
colateralmente
al
arco de entrada,
ocho cortos pilares monolíticos de granito, con zócalo y cabeza simple-
Fig. lOÓ. Sio.
Tomás
de las Ollas: perspectiva
i
mayor
mente chaflanada, v sosteniendo nueve arcos de herradura. Éstos guardan la proporción usual del siglo X. o sea excediendo en una mitad del radio
al
semicírculo: su dovelaje. de granito, sobre jarjas perfectamente
definidas, es radial, con junta en
.\rquerias
lumnas,
las
murales
asi.
medio y trasdosado
(Fig. 107).
en ruedo, pero semicirculares y sobre co-
hay en obras carolingias provenzales. como 22
la
catedral de \ ai-
LEÓN son
(i)
y
el
en Borgoña, a través de y en
St.
Venasque
baptisterio de
Restitut (3), obedeciendo, probablemente, al
capillas
allí mismo y rotonda de Dijon
y fueron mantenidas,
era románica; por ejemplo, en
la
apeos que determinó en Asturias
Lena y
(2),
la
mismo
sistema de
organización rectilínea de Naranco y
la
mayores de SantuUa-
no y Priesca; asimismo, en Francia.
San Lorenzo de Grenoble. naves rales de
San Pedro de Vienne
late(4)
crucero de San Martín de Angers
En Ravena San Juan
(5).
Fonte resulta
in
prototipo de esta serie, a siglo
y
la
mitad del
V. Es un sistema cuyo funda-
mento mecánico parece
ser la inde-
pendencia entre bóveda y muros, haciendo que aquélla cargue sobre tales arquerías, en contacto, pero desligadas, de los
muros que. no recibiendo
carga, rebajarían libremente, al hacer asiento, sin tas; éstas,
nolitos
al
mismo tiempo
trasdosados
cubier-
— mo-
flexibles
podían
ponder de su equilibrio; y no hacen
las
sobre apoyos rígidos
—y
arcos
comprometer
los
res-
Fig. 107. Sto.
Tomás
de
oficio sino de caja inerte,
aun recibiendo
el
bóvedas.
Todo
llegarse a
un concepto claro de empujes y contrarrestos.
En
el
el
las Ollas:
arquería mural
muros empuje de arcos y
sistema gótico pudo emanar de aquí, solamente con
caso de Santo
Tomás,
el
voltear
una arquería curvilínea llevaba
consigo dificultades de estereotomía graves, que, sin embargo, se eludieron
Manuel d'A rchéologie frangaise;
(i)
Enlart:
(2j
Lasteyrie: L'
(3)
Id., figs. 271 y 435.
Tournus,
Arch itect ure religieuse Además,
en
fig.
42.
France;
capilla sepulcral de
etc.
(4)
Id., figs.
(5)
Gailhabaud:
34 y 35.
Monumenis anciens 222
et
—
figs.
Cambon
modernes.
noy
ni.
(Auvernia), giróla de
LAS OLLAS con una sencillez y perfección sorprendentes. Bastó trasformar en polí-
gono,
pilar va en voltas,
no en
los
la capilla,
y todo se redujo a trazar oblicuamente
continua,
la
mismo
quiebra. Ello
quie-
las asi,
cada
junta central del dovelaje
la
repite,
aunque
capilla octogonal de Binbirk.ilisse, en Asia
la
también son de herradura
La cúpula
es de cascos, u sea
uno más de
los
lombarda, como
que ocasiona
moldura de nácela, interrumpida por
el
el
le
Menor, cuyos arcos
de Aquisgrán caro-
número de
el
cascos
interior,
ven-
la
según costumbre.
como
capilla seria de herradura,
la
trasdosa por fuera, con saliente de 24 centímetros:
hubieron de rozarse
los
ellos
arco toral. Arranca sobre
arquillo semicircular de
tana subsistente primitiva, que forma derrame
que
formar arquería
ordenación mural exigía, y aun
la
entrada para
la
mas aquí
posteriores;
que
desiguales, por el desconcierto
El gran arco de
sin
(i).
muchas árabes andaluzas
llega a once,
es el otro
pero situando
macizos, sino en los ejes de tales arcos;
un solo plano con sus dos ramas correspondientes de arqui-
para ajustarlo a
lingia y
redondez de
a partir de ellos, la
bras o vértices,
lo
mas
arranques del primero, para quitar estorbos, y su
desarrollo es exactamente
el
ya observado en
típico árabe,
arquería
la
mural de adentro. Las impostas, con moldura de nácela, corrían en
común
para ambas arquivoltas; y respecto del dovelaje, que es de
de granito, sólo hay visibles algunas juntas, especialmente y distanciadas cosa de 40 centímetros, que será
medido por
el
intradós,
caso de parejas de arcos
quedando así,
mismo, en
el
lombarda de
el
ladrillo,
palacio imperial de Tréveris
(i)
a todo lo
desde
menos antiguos y en
Sobre dicho arco, por fuera y tocando
madero
ancho de
la
nave, que
Strzygowski: Kleinasien, ñgs.
17,
la
Rivoira:
(3)
Id., fig. 549.
—
223
dovelas,
el
el siglo
18, 108
menor, VI a
lo
(2):
lo
árabe toledano,
decadencia romana;
(3).
pudo
—
lo
casi a la pared,
servir de
hav tendido un
trabes o pérgula,
y 109.
Le origini della architettura lombarda;
(2'l
las
punto de convergencia. El
pudiendo rastrearse un origen común en obras de por ejemplo,
ancho de
ventanaje superior de San Vital de Ravena
edificios orientales
sillería
de en medio,
concéntricos y retraído brevemente
fué usual en la arquitectura
menos, como acusa
incierto su
el
la
fig.
63.
LEÓN faltando
iconostasis,
para suspender cortinas,
lámparas,
como
etc..
se
observó en Marquet, Escalada y Bamba: y poco más arriba sobresale del muro una cornisa de fílele cuadrado, como en los testeros de Escalada
(Lám. LXXX).
SANTIAGO DE PEÑALBA Después que Genadio hubo renovado de Montes, año 896, fundó
vida eremítica en San Pedro
la
mismas
cerca, en las
allí
de Aquiliana. y una legua desviados hacia oriente de San Pedro,
mitorios, con sus respectivas
San Andrés, valle los
el
el
tres
aula monasterial de
Silencio,
el
oratorio de Santo
Tomás. Para dotación de
señaló, en escritura o testamento de 919, las tierras
que
les
deaban, libros de rezo, cálices, cruces, coronas y lámparas de metal
un año después,
(1)
Según
(Corónica;
el
lib.
el
mismo Genadio
luego, en
acuerdo con corregida
la
el
la
cap. xlv), resulta distinción, primeramente, entre
ambos
el
de Santo
y
texto latino del
el
solicitudinem
omnemque
quam dudum
monasterio de
el
Tomás
reparto de libros, no suena Peñalba, probando no haber
actual topografía y según
ecciesiam sancti Petri, pliavi ct in
(i):
traslado castellano del testamento de Genadio, que vulgarizó Morales
XV,
puntuación propuesta por Sandoval
«Omnem
ro-
que, ya libre del inaguantable yugo
Santiago y otro de Peña Alva, mediando entre
mas
ere-
de Santiago de Peñalba. v entre ambos, en un recóndito
que llaman
mismos
iglesias, a saber:
monte
vertientes del
en
tal
el
Silencio;
distinción, de
documento mismo, una vez
(Fundaciones,
f.
27
industrian! erga supradictum
v.),
en esta forma:
cremum
exercens,
restauraveram, miris aediiicaminibus revolvens
melius ut potui erexi. Deinde autcm
in
montibus
illis
aulam nomine
sancti
amAn-
dreae construxi aliudque monasterium ad ordinem monasticum; intcrvallum distendcns in
memoriam
sancti lacobi tertium construxi,
locum, qui dicitur ad Silentium,
Su traducción
es:
in
honorem
quod vocatur Pennalba; sancti
Tomac quartum
inter
utrumque vero
oratorium fabricavi».
«Desplegando toda mi solicitud y todo mi ingenio sobre
susodicho, amplié y erigí cuanto mejor pude
la iglesia
el
yermo
de san Pedro, que había restaurado
poco antes, transformándola con admirables edificaciones. Después construí en aquellos
mismos montes un
claustro, bajo la advocación de san Andrés, y otro monasterio
—
224
—
según
Í'ENALHA
pastoral,
\
anacoretas del Silencio, dispuso de
ivía retiradu entre los
de Laguna, on Somoza, según
la
para que una mitad de
poseyesen
y
ella la
venían disfrutando
C(')nclave cenobial
el
señalados concurrían allá platicando juntos por
él
nobio, a
le
()2(>.
de Santiago
monjes en días
salud de sus almas, y
hizo
11,
primero de
el
vot(j
ellos,
que
de edificar otra casa o ce-
maestro, y deseando atraerse bendiciones
el
Silencio para edificarlo, y
el
ciones;
mas
deseó consumar
el
al
muerte
sucederle, ya en tiempo de
Ramiro
una voz proveyeron que
comenzada, por ser inconveniente
muy
cerca de
Santiago. Por consecuencia,
Salomón mismo, cuanto
11
pultado
el
el sitio
allí,
en
se
mudase
lugar ya fundado y
el
dice
sitio,
allí
a residir,
que Salomón,
(2);
fué se-
morir en 936. probablemente, y
al
aspereza del lugar y pocos rendimientos, la
obra
la
piedad del Señor otorgó y ahora aparece»
la
acudió luego tan gran turba de confesores
ello el príncipe
1),
más apto de
«empezamos y concluímos en aquel
cuerpo de Genadio.
posesiones de
Í931 a 93
de Silencio para cenobio, y que
colocó reliquias de Santiago y san .Martín, sus patronos;
allí
tas
sin llevarlo a término.
designio de su maestro; y congregados los abades y con-
fesores de aquellos lugares, a
se reconstruyese
sitio
fué principiado, siguiendo sus instruc-
allí
asaltó a Fortis. hacia 930. la
Entonces Salomón,
la
elegido
en pro de su alma; lo que gozosamente oído por Genadio. santificó un en
la
(i).
tras otro, en su sede, luego
va dicho. Fortis.
reinando Ordoño
de congraciarse con
fin
uno
siguieron,
como
renunciado,
obispo hacia
la
demás eremitas dispersos por aquel yermo
Dos discípulos
hubo
obispos de Astorga,
o celdas de su contorno, cuyos Irades o
demás reclusiones
otra mitad, los
los
la vila
allí
vista la
aumentó su dotación con
cier-
mitra, en 9 de febrero de 937. autorizándole para
Ramiro.
A
los tres años, éste
último coadyuvó con más
orden monástico; separado un trecho, construí en memoria de Santiago un tercer monasterio,
que
se
llama Peñalba, y entre uno y otro, en
el
lugar que se dice Silencio, fabriqué
un cuarto oratorio en honor de santo Tomás». Efectivamente, entre Peñalba y
España sagrada;
(2)
Constru.\imus
Inchoavimus
et
t.
XVI,
p.
vocabulum,
explevimus
(Testamento de Salomón;
et
ubi
in eo loco
alium locum qui
225
ibi
manct tumulatum
quantum
España sagrada,
— 29
cruza
429.
illud (coenobium)... in
sancti lacobi aposioli
Corpus...
valle del Silencio
derruida ermita de san Andrés.
(1)
aptum
ret
la
el
t.
—
XV),
pietas
erat
ipsius
Domini
p. 435).
fundatum
el
plus
donni lennadi
iusit et
nunc appa-
LEÓN ofrendas, entre las que descuella, por conservarse aún. una cruz de azófar
con su inscripción dedicatoria
y hay referencia de otras dádivas de
(i),
fincas en el siglo XI: pero la vida del monasterio se pasó en la oscuridad.
Luego, consta su anexión a en
Resulta de
dicho alguna vacilación para fechar nuestra
lo
aunque dentro de
priorato suyo,
y acabó por reducirse a simple parroquia.
siglo XII (2),
el
como
Catedral de Astorga,
la
muy
límites
el
segundo decenio
la
mención secundaria que de
restringidos.
En
fundó y dotó
del siglo X,
efecto,
Genadio, corriendo
cenobio de Peñalba: pero
el
hizo en su testamento, postergándolo
él
de San Andrés, cuyo edificio cuéntase haber sido humilde, y sucesivos, hacen creer que,
si
a Genadio algo
debe de
se
ción, efectivamente, principióse otro cenobio en
món,
es posible
que en
desarrollado antes en
Salomón para cuanto
sitio
la
sí
en
la
el
los
al
hechos
lo actual, ello
fué
Salomón. Bajo su direc-
a consecuencia de las iniciativas de Fortis v de
oratorio anterior de Santo
iglesia,
el
Silencio, quizá sobre el
Tomás: incorporado luego
a Peñalba por Salo-
obra definitiva tomase cuerpo un plan artístico
mas
Silencio:
la frase trascrita:
la
gloria de todo parece recabarla
«empezamos y concluímos en aquel
piedad del Señor otorgó y ahora aparece». Bajo una modes-
jactanciosa trasparentase aquí su bien justa satisfacción, viendo
tia casi
erguirse
el
edificio de Peñalba,
monumento digno
conmemorar
para
la
grandeza y santidad de Genadio, y cuyo mozarabismo resulta explicable, visto el
ambiente en que
jes laicos
se
movían aquellos obispos, rodeados de persona-
y clérigos con nombres árabes
cronología de nuestra iglesia entre acción
común
el
de Genadio y Fortis,
Astorga, en 931, y
la
(3).
En
resolución, puede fijarse
tercer decenio de aquel siglo, bajo la
el
acceso de Salomón al episcopado de
fecha precisa de su conclusión en 937. El oratorio de
San Miguel en Celanova, próximo en fecha y de tura,
como veremos,
Hoy
(i)
el
semejante arquitec-
monasterio ha cedido lugar a unas veinte casas, que se agrupan
Gómez-Moreno: Santiago de Peñalba; en
España sagrada;
censis ecclesiae prior tenens (3)
muy
garantiza, sin género de duda, estas conclusiones.
tellana de Kxcursiones; año Vil, (2)
la
t.
XVI,
t.
Boletín de
la
Sociedad cas-
p. 204. p.
monasterium
España sagrada;
el
485,
figura, en 1154,
sancti lacobi
XVI, págs.
—
donde
Pinnae Albae».
426, 432, 437 a 438;
226
—
un «Pelagius Astori-
t.
LXVIIl,
p. 326, etc.
FENALBA humildes en torno de su
iglesia, a
media ladera bajo uno de
los picos
de
la
Aguiana, donde puja un cuchillo gigantesco de caliza marmórea blanque-
que cuadra
cina, entre los pizarrales, al
sirvió de material para nuestra iglesia.
umbrío, que
vado
el
nombre, o
documentos asoman,
es el Silencio;
a
aunque no sepamos
más bien
si
las
La
un arroyo abundante, v entre
la
(i).
de Santiago consérvase hasta hoy en perfecta integridad,
iglesia
Ambrosio de Morales pudo
aun en
digna de ser vista que entre suscribe plenamente
preciosos que
testimonio de
la
antigüedades tiene España»
Edad Media
la
(2),
más curiosa y
(3),
juicios
moderna, reputándola como uno de
arquitectura de
que
los jalo-
rem(;ta conserva,
fuerza extraordinaria v personalismo de nuestro arte na-
la
cional entonces, y ejemplar
y láms.
las
la crítica
de
el siglo
«ser mirada y alabada su traza y fábrica»
llegando Sandoval a juzgarla de «obra mosayca» y «la cosa
más
tajos
supuesta de san Genadio. a que se
gracias a su excelente construcción, tan peregrina que
nes
los
cinco cuevas donde se recluían los anacoretas
antiguos, casi inaccesibles, excepto
ha facilitado un sendero
por tradición ha conser-
si
de imposición erudita moderna, sobre
es
del siglo X. Allí se desliza
man(j derecha,
designación de Peñalba. y que Córtalo por abajo un valle hondo y la
LXXXIl
a
mozárabe de
más potentes
los
(Figs. 108 a
1
10
LXXXIX).
Constituyela una sola nave, que mide
1
1
por
metros, dividida en dos
5
tramos poco desiguales, mediante un gran arco sobre columnas, v forman-
do cimborio
(i)
el
principal: sendos aposentos laterales
tancia es de
y hospedajes aceptables;
el
puede
ir
y volver
un día y con cierto desahogo, pues
unos 20 kilómetros. Ponferrada tiene estación de alquilar caballería
Puede también recorrerse en coche una gran parte la
acompañan, para
El viaje a Peñalba es factible en verano con relativa facilidad. Se
a caballo, desde Ponferrada del Bierzo, dentro de
licia
le
no
ferrocarril en la linea
será difícil, salvo en
del
camino y
el resto,
la dis-
de Ga-
tiempo de
trilla.
andando, aunque
ascensión resulte fatigosa.
En una misma jornada
es posible visitar,
además, San Pedro de Montes, yendo
desde Peñalba por camino casi llano y de magnífica
mente, hasta dar con
el
vista, y
descendiendo luego directa-
de subida, poco antes del pueblo de San Clemente; mas, fallando
alojamiento regular en estos
sitios, sería
necesario apresurar
(2)
Viage santo,
(3)
Fundaciones: San Pedro de Montes,
pág.
mucho
174.
—
227
—
f.
19 v.
el viaje.
Figs. io8 y .09. Santiago de l'e帽alba: planta y secci贸n longitudinal
PE N ALBA que dan forma de cruz
sacristías o celdas, la
entrada por
el
dos puertas franquean
al edificio;
tramo secundario, y en
hacia oriente y po-
los testeros,
aunque por
niente, desarróllanse capillas curvilíneas,
fuera disimulen su
redondez con macizos rectangulares, según costumbre: de círculo en su base;
tres cuartos
tado. V
como un
otra es en planta
arco peral-
ambas apean sus arcos delanteros sobre columnas tangenciales
muro, como siempre. De el
la
una alcanza a
la
estas capillas, la secundaria u occidental contiene
sepulcro de san Genadio, a
más que
mano
tapa de su sarcófago, y
la
al
al
derecha, no sobresaliendo del suelo otro lado yace un san l'rbano, abad
desconocido del monasterio, bajo tapa de dos vertientes. El haber sacristías o aposentos laterales venía siendo costumbre española desde tiempos godos
Comba
de Bande
—y
mas en
asturianas;
lo
— ejemplos
en San Pedro de
perseveraron sistemáticamente con
mozárabe leonés
este caso
una modalidad algo frecuente en
iglesias
Nave y Santa
ella las iglesias
de Peñalba es único. Res-
pecto de ábsides opuestos ya se habló a propósito de fué
la
la iglesia
medievales de
de Mazóte:
muy
varias
fechas, pero sin llegar a constituir regla, sino es en el Rhin, al parecer.
Su
presencia obedece, verosímilmente, a razones no litúrgicas; y en efecto, Lasteyrie apunta una bien plausible, afianzando hipótesis ya formulada:
de que
el
venerables
ábside occidental sirvió para contener sepulcros de personajes (i).
gelia) se hizo
Consta, en efecto, que
en 476 para
de
el
las reliquias del
bre santuario de San Martín de Tours
el
así los actos litúrgicos:
que
el
obispo Reparato: que en este santo yacía
cuerpo de
basílica de Zraia (2).
parece argumento definitivo; y
ramente en
lo
en áb-
que no interrumpían
y
así
también
otro, al costado dere-
Aquí en Peñalba
como hubo
la
repetición del caso
prohibición, mantenida seve-
antiguo, de sepultar dentro de las iglesias, quizá se ocu-
rriese la idea de añadir
un oratorio adherente
así
el
los
cuer-
pueblo rendía culto,
su declaración canónica de santidad.
(1)
L'Architecture religieuse en France,
(i)
Gsell:
Les
mismas, para
a las
pos de obispos u otros difuntos venerables, a que
previniéndose
el céle-
ábside occidental de Matifu, antigua Rusgu-
nia, junto a Argel, contenía sepulcros, la
de Orleansville (Ar-
la basílica
side especial y con acceso directo a los peregrinos,
cho de
la
monuments antiques
—
230
p.
70.
de l'Algerie,
—
t.
II,
págs. 222 y 342.
PENALBA LüS muros del
ediíiciu, y
aun sus esquinas, están hechos de manipos-
muy
de pizarra y caliza,
tería
(irme v entera: su grueso general es de
72 centímetros, y se refuerzan con estribos de otra tanta corpulencia, no
excesivos y bien puestos, revelando un concepto de su función
sabio que
do con
demostrado en Cataluña y Asturias anteriormente, y de acuerya vistos en Bamba; pero como este uso racional del estribo
el
los
también
se
observa en
posteriores del norte
que obedecen ello,
mucho más
la
lo
Gran Mezquita de Córdoba, en tanto que obras
desxirtuaron, queda realmente dudoso
las iglesias
de
Bamba
el
influjo a
y Peñalba en ese punto, no siendo
desde luego, atributo genérico de mozarabismo. El abovedamiento, general y con desahogo, da
y confianza en
métodos empleados. Las
los
de un gran dominio
fe
sacristías
y
el
tramo primero
de nave se cubren con cañones semicilíndricos, en proporción dupla alzado respecto de
la
planta, y con
moldura de arranque por tramo
o cimborio es
pero con desarrollo
dando
el
prototipo
tres
más
de
elevado,
formando cúpula
muy nuevo (Lám. LXXXVIII): romano
del serápeo de Tívoli,
vos, hace patente Rivoira (i);
ésta,
particularidad de extenderse su
muros, como en Bamba. El segundo
los
San Sergio en Constantinopla, por
y sobre todo, a
la
la
bizantino,
de gallones, recor-
es
cuya analogía con
al oct(í)gono sin
-el
de
alternación de cascos llanos y cónca-
también
cúpulas de Escalada,
se parece a las
sobre arcos. Sus gallones son ocho, pero lógrase
drado
modo
a
absidal de San Lorenzo de Grenoble, arrancando,
la
el
mediación de trompas
ni
tránsito del
el
como cua-
pechinas, con sorpren-
dente facilidad, ventajas y bello aspecto, pareciendo extraño que no se repitiera en edificio
que sepamos, en
alguno conservado, y
la historia
de
la
así
resulte único ejemplar éste,
arquitectura.
Compónese de
cascos
muy
cóncavos, cuya especialidad consiste en un desarrollo mayor de los corres-
pondientes a tir
los
ángulos, que nacen a nivel
más bajo que
de unos embrionarios saledizos, especialmente a
mas todos
los cascos resultan
la
los otros, a
parte de
la
par-
cabecera:
parejos una vez alcanzada su nivelación.
Por base de apoyo no hay, pues, un anillo, como en Escalada v otros ejemplares musulmanes de Andalucía
— desde
los
de
doba, cuyos actuales prototipos vemos en Cairuán
(i)
Le origini dclla Architettura lombarda;
—
231
—
la
Mezquita de Cór-
— sino
ñg. 343.
cuatro arcos
LEÓN adheridos a
los
muros, sobre repisas dispuestas en
los
rincones y con mol-
dura por guarnición: arcos que ofrecen de ventaja concentrar en los del
cuadrado
la
en cierto modo, independientes de propósito de Santo
empujes
carga, restando
Tomás de
a los
las cubiertas,
las Ollas,
según
LXXXIX),
nadas (Lám.
crucero de
el
se aplici) a b(')ve-
arcos.
iglesia ostentan
Las dos capillas de nuestra
sistema que. a
el
queda expuesto. En
mismo procedimiento de
ángu-
muros, y haciéndoles,
San Martín de Angers y mausoleo de Placidia en Ra\ena das baldas este
los
asimismo cúpulas gallo-
pero dispuestas sobre un anillo, con siete cascos y
porción semicilindrica, entestando con
el
arco de entrada que
la intersecta,
va que su altura mínima no permite voltearlas en redondo simétricamente, V
mismo sucede en
lo
evidencian
A
las
más
de Escalada,
sencillas, pero tan similares
coordinación artística de todo este grupo leonés de
la
excepción de
los
susodichos arcos de
la
cúpula y otro de
iglesias.
la
puerta
demás en
volteados en semicírculo, todos los
septentrional, por dentro,
que
Peñalba son de herradura, según tipo musulmán, sobresaliendo como especialmente significativos
y
LXXXIX)
nas
el
y
LXXXVI), que
ble,
como en los seis arcos más obra segura del mismo artífice. En estos
el
descentramiento de líneas de
haciendo alargar
la
arquivolta es
más que
los
muv
percepti-
salmeres, según
Escalada y Mazóte. Su trazado y proporciones coinciden
trasdosados por moldura reservan
metro en su flecha o altura
la
medida
la
típica
— tres cuartos del diá-
curva del trasdós, resultando recre-
aun algo más
tronque cordobés y precisamente
X, notándose que estos arcos
siglo
el
— para
cida hasta cuatro quintos, y
califal
a veces, la del intradós: el
en-
de este grupo de iglesias queda
ello patente.
Los arcos
lisos
tantes del edificio
la
la
cla\e una cuarta parte
con normas cordobesas usuales en
vera
moldura guar-
trasdós de su rosca, exactamente
se hizo notar en
con
entrada principal, por fuera (Lámi-
la
llevan alfiz o recuadro y otra
antiguos del pórtico de Escalada,
ejemplares
LXXXIIl
de hacia oriente (Láms.
la capilla
y los dos gemelos de
LXXXV
neciendo
de
el
la
no descentran su dovelaje, pero en
las tres
— sacristías y entrada septentrional (Fig.
susodicha proporción de
los
1
1
puertas res1)
— perse-
cuatro quintos. Los demás aliénense a
regla general de tres cuartos, o sea excediendo su flecha en
una mitad
del radio al semicírculo, y con desarrollo de dos tercios de circunferencia
—
232
—
PEÑAI.BA
la
además incorpurado con
rosca. Dichas puertas llevan
también
repetirse en Escalada;
vimos
forma aquellas concavidades
Bamba Luz, como
y en
en Mazóte y Cristo
de
dicho.
En cuanto
la
al
usaba en r.órdoba durante
coiikj se
arranque de su duvelaje,
las
el
intradós,
en los
impostas
ÍX y arcos grandes, el
sif^lo
observadas en esta última
laterales
el
iglesia,
el
va
despiezo
siempre, sin clave y empalmadas alj^unas dovelas es radial
de
los arcos
ternan con
arranques hasta metral
desde
pero la
/
como
las enterizas,
Mazóte;
en
mayores, que al-
los
línea dia-
juntas son hori-
las
zontales, variando en esto de lo
acostumbrado en
sias anteriores v
Su labor
bés.
lo
cordo-
muv
cuida-
en
favoreciendo para ello
dosa, el
es
las igle-
excelente
material
calizo Fig. III. Peñalba: puerta septentrional
que
Peña alba deparaba.
la
La puerta principal
es
muy
digna de alabanza: sus dos arcos gemelos,
sobre columnas, son novedad usurpada de
exactamente
la
misma
las
ventanas, pues ellas repiten
disposición, forma v juego de molduras en
la
.Mez-
quita de Córdoba, Tornerías v torre de Santiago, en Toledo, y torre de
mezquita de Abentulún, en ble.
Cairo
(i),
obra de
de
las sacristías se
las
Sobre
el
(i)
arqui-
adaptan por dentro robustos dinteles o
madera que hay en todo
el edificio.
la
nave, descargándolo y con
principalmente, ábrese otro arco de herradura,
que hav en
los
cuyas
planchas
arco medianero de
otros tales
alféizar, en
madera (Lám. LXXXVIl). A
hojas de
con quicialeras para dos hojas, única
el
Cristo de
la
como
fin
decorativo
ventana, similar de
Luz. en edificios de Oriente y aun en
Velázquez Bosco: Medina Azzahra;
— 30
mano cordobesa induda-
Por dentro cobíjales otro gran arco, sirviendo de
impostas enmangaban llos
el
la
233
—
fi^.
4.
I.EON
lo
románico. De ventanas, son adinteladas v sin derrame
de
las
los ábsi-
des, provistas de celosías de mármol antiguamente: resultan derramadas
hacia adentro, desiguales y algo descentradas
las
cuatro de
mantienen señales de travesanos a sus lados, como para
nave, que
la
reja o vidriera; e
igualmente, con derrame amplio interior y recortados en forma de herra-
dura sus dinteles,
los tragaluces
Constituven decoración
apeando
la
de las sacristías.
más
nueve columnas,
rica en esta iglesia
principales arcos y tangentes a sus jambas, a las que no se
los
incorporan sino
los
mármol
cimacios. Su material es
manchado
blanco,
de gris parcialmente, llegando hasta ofrecer intensas vetas negruzcas en
gunos fustes, sobre todo; exceptúanse
los
son de granito y algún tanto ahusados. Las
muy
pero con su escota
basas mantienen
tres nácelas, ya
una sobre otra directamente, ya interpuestos menudos
somera como de contarlo, da, Hornija,
puerta,
e iguales a los registrados
Bamba, Sahagún y Rueda (Láms.
muv
son corintios,
el
tipo ático,
desarrollada, juzgando por las de la puerta, únicas
Los cimacios llevan dos o
visibles del todo.
al-
grandes del arco medianero, que
uniformes entre
XC
en
cabalgando
boceles, con labor
el
pórtico de Escala-
y XCI). Los capiteles
variando sólo ligeramente
sí,
menores en tamaño, y apenas
de
los
la
difieren de los de Escalada, en su
tramo primitivo de pórtico, asegurando un absoluto sincronismo entre
ambas
obras, pero con alguna ventaja de arte en los de Peñalba: talla a
biseles, estriados caulículos, collarino
caracteres: los
mismos
.
Pieza decorativa de
celosía de
tros, es
ridas a
la
son sus
'
mucho
valor,
mas desgraciadamente fragmentaria,
ventana del ábside occidental. Mide 129 por o'56
de caliza blanca, y no restan sino él,
etc.
tantas veces expuestos, analizando series análogas,
en este capítulo.
es la
sogueado, bizantinismo,
el
me-
cerco y algunas partes adhe-
sobre todo en lo alto, formando composición de tallos ondulados
y hojas a biseles, con arte similar al de los capiteles susodichos y pretiles
de Escalada (Fig.
1
12).
rativas, cuales son las
de
las sacristías,
gura al
113);
y
el
Igual concierto muestran las restantes piezas deco-
repisas
del
cimborio
e
impostas de
compuestas de nácelas escalonadas, como
m oíd u raje
de
los
del pórtico de Escalada (Fig.
arcos que 114).
234
cimacios (Fi-
llevan, a bisélese idéntico
Las cornisas son simples
cuadrados.
—
le
los
los arquillos
—
filetes
PENALHA Otro elemento de estudio son
It^s
lones. más galanos, pero semejantes
aleros del tejado, con sus
de Escalada y Hornija. Desarro-
a los
curva de nácela sus enfilados
llan
número de
baquetones, en siete,
con
de seis pétalos
llores
rueda helizoidal, generalmen-
la
adaptada
te
seis u
y adornan sus costados cir-
culillos
o
modi-
baquetón superior,
al
de doble corpulencia que los otros,
además
V
acompañarles
suelen
modo
unos trazos picudos, a cuernos (Fig.
ii5).
de
Muchos modi-
han desaparecido, sustitu-
llones
yéndoles rudas lajas de pizarra, y las sacristías
tal
nada se conserva de
go,
forman tejado
clavadas sobre
Fig,
1
ventana del ábside occidental
12. Peñalbu:
y capilla occiden-
en
ellos.
Lue-
losas pizarreñas,
maderos
livianos,
conforme
al
constituir
armadura. Por último.
en
la
capilla
uso del país, y sin
mayor y
sacristías so-
bresalen del muro, un metro por debajo de su cima, unas canales o gár-
muy
golas,
pequeñas y
agua llovediza
lisas,
que probablemente servirían para verter
filtrada hasta los ríñones de las bóvedas,
recalos:
también
diendo a
los
Santullano de
alto sus iglesias, a partir de
Prados.
los
Consérvanse por
acá otras dos gárgolas primitivas, notabilísi-
mas
e inéditas: la
una en
formando cabeza de Mérida,
muy
ros y con I
I
3.
el
Museo de Oviedo,
león, y la otra en
larga, llena de
el
de
adornos bárba-
un rostro humano.
Rodea Fig.
el
edificio
un miserable
portal cu-
Impostas de
las sacristías
bierto.
quc
sirvíó
el
de
hay en Asturias, pero ctjrrespon-
las
aposentos de refugio que suelen
más
llevar en lo
en evitación
de
235
cementerio,
—
dejando
LEÓN libre
sola-
mente
la
cabecera: y a
los
álzase
des
pies
una
mesu-
rada espa-
daña, desfigurando
las líneas exteriores pri-
Por dentro, su encalado y pintura modernos le afean: en tiempo más lejano mitivas.
fueron pintados los arcos
al óleo,
rectificando
algo su despiezo con líneas oscuras; las pare-
des tenían enlucido blanco, y en occidental percíbese un zócalo rojo Fig,
1 1
Peñalba:
5.
modillón del alero
La
SO.
solería
era de losas de
pizarra
que
sobre
,
alza
se
entarimado madera,
de
sin de-
visibles
jar
un
las
basas de las co-
lumnas. mente, de
es
Final-
digna
atención
la
pila para agua bendita,
quizá
coetánea del edificio:
hecha de
mármol gris con vetas negras, mi-
de
I
'06
metros,
-t^
por o'yS figura
Fig.
—
1
16.
Peñalba: pila para
236
—
^7- el
agua bendita
-
la
capilla
muy
ter-
"
-
^
^
PENAI.BA una artesa por dentro y guarnécela exteriormente por tres ladus robusta moldura de gorja. Pudiera ser una coronación de pedestal romano apro-
más
vechada; perú todavía choca
soporte, alargado también,
el
™
ensan-
chandi; progresivamente por sus caras largas, conforme sube, y cun unas X
\
r^
^
ir\
"ff-^ r^^'=f='
v
v
-í
,5
niuescas inexplicables abajo
%é-
^-t^
thiCPfeTROHAWS Fig,
1
_ - ,. 17. Penalba:
-
.
.
.
epitaño grabado en
<'--
.
,
la
cabecera
fieos
>
-i
--
monumentos
l)e
epitírá" ti' ^r
hay en Peñalba un sim-
plicisimo epitafio, que podrá datar del siglo X, con letras mozárabes, de
dos centímetros de está
grabado junto
alto,
diciendo
«f Hic
ventanillo de
al
Petronatus (iacet)» (Fig.
la sacristía
117):
septentrional, que se abre
hacia oriente, en una de las piedras que lo forman. Otro epitafio, con fecha de 979, bar-
baramente
redac-
tado y sin carácter
mozárabe,
se con-
signó en unaloseta,
de 28 centímetros en cuadro, caída de su sitio en (Fig.
tal
así:
1
«¡^
.umulo
el
por-
18).
Dice
[In
ho]c
requi[esc),t
íWM^^Tú ^j Qj E A FTA 1_ PTlífTV (X ISMQ Kl^ 5^MMl_S_ o
g 5
Tlj
tamulusD(e)i[grla-
de memorie D,i,-
mi[alne
y-
boc(atü)
I
ost)r(i)squio[b]it
\
die
IIP f(e)r(i)a
rr
€ ¡^H
;
r
'
:
'^""^=^
X Vi
f\
'J\^\ j
^P^
jj
t^^Z^6^""^^'
~^
^
-—
N\J\
I
o"8©
1
FP^R^nr?"
or(a)IIPXII™ok(a)l(en)das mar(tia)s
[_
era M'í™)^ XVII'i'a».
Fig.
I
i)s.
Heñalba: epiíaiio en
ti
portal
Otro epitafio, poco legible y rudo, eñ el testero del ábside occidental, quizá llo\e por fecha la
Era io52; otro hubo de un lucillo
Vilias,
muerto en
con dos arcos románicos, adosado 237
al
—
la
Era 1080: posterior será un
mismo
ábside, y en
una jamba
í
LEÓN de
la
puerta septentrional se grabó en versos leoninos
abad Stéfano, franco,
Una
Era
fallecido en la
170
además
inscripción histórica posee
vestimiento interior, a
1
mano derecha
de
(
i
honore(ml
ecl(esi)a in
et
puerta principal, v luego pinta-
la
Vil
epitafio de cierto
grabada en su re-
el edificio,
das de rojo sus letras y de negro un recuadro (Fig. «In era C^ XLIIl pus m(i)l(le)
el
).
1
19).
Dice
idus m(a)rc(i) consecrata est hec
lacobi ap(osto)li et plurimor(um)».
s(an)c(t)i
I
fy
No
se
escribió más,
íT*
'^
lo siguiente:
X
C
faltandolapa-
iHEíiAcxiinFntETvjnD^
—
fc-—=
torum» V de-
i>«La
mil CONSECRAAESTOCECL A wJL
«.
tancias.
t
consagración
IHHOHORE.SCllACOBIApIlETpkiRf/^CJy •*
Fig. iiQ. Peñalba:
en
'
aunque abunden casos de
mexplica-
consagradas tardía-
iglesias
mente. Desde luego, un criterio cerrado legitimaría conclusión:
mas no creo
mucho más
antiguos vimos grabados en
defensible
hipótesis.
tal
tectura leonesa usual era iglesias
la
entonces su
fijar
muchos años
románica, puesta de
moda
por
de San Isidro de León y Santiago de Compostela:
del edificio:
antes, la arquilas
así lo
dos famosas
acreditan, en
Bierzo mismo, San Esteban de Gorullón, reedificada de 1093 a
el
portada netamente compostelana; San Miguel, en ría
cia
de Bisbayo, aun más vieja probablemente; 1
108; las
en Laciana,
la
misma
la iglesia
villa:
100.
con
Santa Ma-
de Cacabelos. de hay,
Más aún, tenemos en
cronología admitida: v otro tanto significa
más
estos edificios
el
a norte,
oratorio de
e
incontrovertible, en favor de
la
abundancia de caracteres co-
mozárabes leoneses arrojan, con fuerza definitiva
para quienes alcancen noción de nuestras evoluciones artísticas.
(i)
1
de Robles, consagrada en 1090. Ninguna de estas iglesias ofre-
Celanova un argumento de analogía, positivo
munes que
la
de San Martín de Salas, Carracedo y Espinoso,
ce puntos de contacto con Peñalba.
la
el
Letreros sepulcrales
mismas piedras
las
sobre todo, a principios del siglo XII v aun
y,
io5 resul-
I
memoria de consagración ta
ble para nosotros,
Esta
Bol. de
la
Soc. Casi, de Kxcursiones; año
-
238
-
Vil, p.
204.
SAN MIGUEL DE CELANOVA Ingrato
cuando
es,
se desea reconstituir U) antiguo,
no hallar delante
sino un nombre, una fecha, sequedades inexpresivas y vacías de sentido espiritual: pero es
más
dar con historias hechas que, ante
triste
de contradicciones y convencionalismos, se
quedando
sólo en pie las
costumbre. Es siglo X,
el
que ante
mismas
caso de san
nombres
fechas,
Rosendo,
en vez de
la crítica,
hace
la
necesario
conflicto
el
desvirtuar,
e insustancialidades
de
gran figura de Galicia en
el
salir vivificada, se oculta
y escapa,
dejándonos percibir sin embargo un aroma de algo bello y sensible.
He aquí
lo
que
al
parecer hay de cierto, en
lo
que nos atañe, de
la
figura histórica de Rudesindo: Él era hijo mayor de un conde
(Juttier
Menéndiz y de ilduara. emparentados con
que
los reyes leoneses (i),
les
favorecieron con señoríos v fincas en varias comarcas, especialmente Galicia.
Coimbra, Zamora,
cuando Guttier donó
Años
etc.
llevarían de casados ios condes en 912,
a su esposa varias propiedades y, en
compensación de
gananciales, asignóla dinero y siervos de origen moro, ganados probable-
mente en expediciones guerreras que tierra
tición
portuguesa
Falleci() él
{2).
fueron confiadas,
la
herencia de su madre, aun viva. Según
Geloira.
(1)
la
hija
de Ramiro
II,
le
V.),
Alfonso
la
V
la
llama tío suyo: y
como
naturalmente, entre sus respectivos padres, de Alfonso IV y de
como duque,
(3).
entrando en
decía que (Id.;
ella
tradición del siglo XII.
el
mismo
parentesco había,
declaran cartas del susodicho Ramiro,
hermana de ambos. Scemena (Becerro de Celanova,
genere de propinquis erat»
en
en 934, y entonces Rudesindo hizo par-
de bienes con sus cuatro hermanos restantes
también
y 174
le
fs.
37, 74 v.. 173
conde Hermegildo Menéndiz, padre de Guttier, «regio
el
4
f.
v.
— Yepes:
t.
V, escr.
El
v).
entronque
real, sin
em-
bargo, no resulta definido. (2)
Becerro de Celanova;
quantumcumque ganare
potuero que usque ovitum
quod
te
per legem
medietatem (3)
f.
valui de
meum
ig8: «Aditio etiam tibi per
qua dote
in
de munificentia regis de preda vel de ex aliquo ganato
gotorum non conpctebat tam
tibi et posteritati
tue
Becerro de Celanova;
f.
hanc scripturac donationis
coniugio copulavi vcl ganare aut aucmentare
in
argento
in
scrvos de origine
dono atque concedo.» lóó
v.
Su
—
fecha, a
239
—
1
1
de marzo.
maurorum
LEÓN Rudesindo
habí¿i
GAl^lCIA
:
nacido en Monte Córduba, junto a Salas, donde Ilduara
hizo construir una iglesia de san Miguel
cumentos un <^monte Córduba» da Cordovarium, junto por su marido, según
(2),
Por incidencia se
(i).
y además una
Aranco, trasferida en propiedad a Ilduara
al río
documento de 912
el
que arriba
a
Arango, que riega
Salas, en el valle de
el
arroyo Aranguín, datos que in-
clinan con probabilidad a localizar aquí, en Asturias, sindo, y no en Corva, localidad portuguesa,
Rudesindo era obispo
como
se
la
Rude-
admite generalmente.
menos
lo
como simple
y ello
(4),
reciendo comprobado que ejerciese ministerio pastoral
hermano menor,
ñedo. Su
patria de
monasterio de San Martin Dumiense. junto a
del
Braga, quizá desde y2i a
que
se aludió (3), y
de identificar hoy con San Miguel de Cordovero, ayuntamiento de
fácil
vila,
en do-
cita
vila en Asturias, llama-
Froila, casado
título,
no apa-
en
Mondo-
ni
allí
con Sarracina, donó en 936 una
en territorio de Búbalo, llamada Villare, heredada de sus padres, para allí
Rudesindo un monasterio, bajo su gobierno, con tem-
estableciese
nombre de Cellanova
plo de san Salvador y
{i)
Kspaña sagrada;
(2)
Véase arriba;
(3)
«In territorio Asturiense villa
fundata iuxta ripa
rivi
XVIll,
t.
Fué cumplido
(5).
así,
ayu-
p. 379.
iig,
p.
quem
Cordovarium ab
integritate qui est
Arancum.» Figura después en cada «colmcllum
divisionis» de la
vocitant
testamentaría susodicha.
En 927
(4)
se le
denomina «Rudesindus
sci.
pus»; pero esta fecha es dudosa (Bec. de Celanova,
alude a
él
Alagundia
Martini Dumiensis monasterii episco-
quizá sea una donación de 916, encabezada tibi
subrino
meo Rudesindo salutem» (Bec.
con seguridad, suscribió de Rivadesil (Arch.
hist.
Esp. sagr.,
escr. XXXI.
como
r.
173),
«Ego Nepotianus
así:
«episcopus Dumiense sedis»
XVII,
p.
18).
y luego otras de 932 (Id.;
f.
f.
28
v.).
En
et
921, al parecer
2.
Yepes:
Corónica;
meo domno Rudesindo f.
i52 v.) y 936 (Id.;
f.
(5)
San Salvador de Fegio,
Becerro de Celanova;
cho Ordóñez, que consta en
sagrada,
t.
lio 174 V. del
XVIII,
p. 326.
el
f.
a orillas del
93. Yepes;
mismo
172). Este
V, escr.
iv. f.
a Froila por
— La carta de donación de San-
1.S2 v.,
240
—
fué impresa en la
Scemena
Revue hispanique,
—
mo-
Miño.
libro becerro al
La confirmación
becerro, se publicó en la
t.
vilas
episcopo»
último documento es más explícito, declarando que Rudesindo vivía entonces en un nasterio llamado
IV,
t.
Sigue una donación, en 927, salvo error, de
173 v.), 933 (Id.;
se
uxor mea
restauración del monasterio
la
nacional: diplomas de Samos; n." t.
más antigua en que
cita
Celanova,
en territorio asturiano, por Patruina «vobis nepto (Id.;
La
62).
f.
t.
X,
España
en 936, inserta en p. 371.
el
fo-
CELANOX A dándole también su niadre Ilduara
mismo
puniendo por abad
\'
Rivalogio
el
monasteriu de Rivadesil
(1
y reformadu en 927
),
Ilduara y Rudesindo enriquecieron en j^rande
(2).
de Celanova con (incas, ganado, ropas, servicio de mesa,
abad
hermana l'"iankila
preeminente
con Scemenu Didaci
del obispo, casada
en 969, en Celanu\a,
el
etc.,
luj^ar allí,
como
para obispo de
Iria,
(5).
nueva casa en 938
\i\ia
el
Fru-
nombramiento de Rudesindo
en tiempo y bajo circunstancias discutibles. Lo son
igualmente una especie de virreinato sobre Galicia, que se torias sobre
Aun
(3)
Ado-
Fatalis en Sainos, Cixila en Apeliare y el
de
el
de Rudesindu, que ucupaba
lad(j
al
nimio en Bamba, situación turbada por
en 977
la
respectivamente: y siguióse dunaci<')n de vilas en 950, por
(4),
sinda,
l'rankila,
que. bajo los auspicios del cunde Guttier y de Rudesindu. había
repoblado, en 921,
V 942
a
le
atribuye, vic-
normandos y moros y su abaciazgo en Celanova. Murió aquí
((3).
La personalidad moral de Rudesindo queda menos definible aún
que sus
actos: él dejó adscrita a
maurus
apelativo de
«servos de origine
llos
Celanova una porción de familias
con
(7).
algunas, que probablemente descenderían de aque-
maurorum» adquiridos por
el
conde su padre, cuya
descendencia perpetuamente había de ocuparse en servicio de
los
monjes,
señalándose los oficios que cada una ejercería: panaderos, cocineros, porqueros, lavar las cubas y hacer baños donde los monjes lavasen su cuerpo,
andaderos, olleros, carpinteros de froga, vinateros, lenceros, herreros, sin
que
la
(i)
puesta
de
21
allí
calidad de monjes, alcanzada por alguno de estos siervos, redi-
Documento mismo, en
citado arriba. Tres años anterior es la
Becerro de Celanova,
(3)
Id.,
f.
5 V.:
Í4)
Id.,
f.
2 V.
(5)
Id.,
f.
7 V.
(6)
El
inscripción iiistórica suya,
Ó2.
f
Esp. sagr.
t.
,
XVlil,
p. 325.
parece estar inédita.
Ycpes;
t.
V, escr.
1:
copia
muy
descuidada.
hecho ocurrió entre su testamento, otorgado en
17
de enero, y una carta
real
de marzo, donde ya consta «sanctissimum corpus eius honoritice humatum'* en Ce-
lanova
(Revue hispaniquc,
(7)
i
t.
X,
f.
94: es
p.
4ii\ resultando
justificada la celebración de su
de marzo.
Becerro de Celanova;
que resume
la historia del
diploma
real,
monasterio.
— 31
la
ermita de San Juan del Cachón, y que aun se conserva.
(2)
aniversario en
1002,
etc.,
241
—
importante y
al
parecer inédito, de
LEÓN miese su condición social
desacuerdo con
En
(7).
:
GALICIA
esto seguíase
legislación asturiana, en
la
nuevos usos del país leonés, donde
los
ni
un solo caso de
como ya sabemos. Rudesindo que consideramos como influjos mo-
siervos y familias registran sus monasterios,
queda
fuera, por consiguiente, de los
zárabes, y su fundación no se revela diferente de los otros monasterios ga-
Hay, sin embargo, un diploma, escrito quizá por Rudesindo mis-
llegos.
mo, donde resplandecen ideas de
justicia pura,
con motivo de restituir
la
ingenuidad, y prerrogativas de ciudadanía romana, a una liberta suya con
nombre
además una
árabe, Muzalha, en 943. dándole
parte de sus bienes
patrimoniales, libremente y sin imposición de señorío alguno
Intriga
(i).
saber quién fuese aquella arabizada, que mereció del insigne obispo tan
señaladas mercedes; pero nada es dable traslucir respecto de
Muzalha,
ello.
cuyo nombre hace sospechar que procediese de mercado musulmán, pudo que
ser su aya, su educadora, la
le
mas todo
bres fácil de rastrear en sus actos:
dumbre alguno. Hay
ello
no alcanza grado de
certi-
otra particularidad, reveladora de gustos depurados,
lujo y aficiones suntuarias en
Rudesindo, que son
las listas
de objetos ofre-
«Notitia de pistoribus huius sce. Cellenove quos eps. Rodesindus tradidit hic qui
(7)
in
infundiese una delicadeza de costum-
hoc cenobio Deo servirent» (Becerro de Celanova,
de apellidos que descubre. Allí consta que «Aulfus stituit ei
servitium
de semine
Incertum
56): es interesante
fuit
in
quibus
fratres
tempus
vite
mus, nec finem
scire
est
por
la
evolución
de criatione de epo. Rudesindo,
sicuii alus fccit, ut custodiret greges
balneos
porcorum
et
abluere cupas
et
Cellenove corpora abluissent».
nomine Domini ego Rudesindus episcopus
In
(i)
suum
illius faceré
f.
tibi liberte
mee Muzalha
salutem.
eo quod mortali ducimur casu, quia nec initium nascendi novi-
valemus
cum
ab hac luce celerius transeamus, atque prophetico elo-
quio docti qui dicit: dissolve colligationes impietatis, solve fascículos deprimentes, dimitte eos qui confracti sunt liberos, et dentes,
tam
in
honore
scimur, verum
simul
et a
et in
penis
mee
caligo servili clara in
verum
et inter
inponendum
pii
omne honus eorum disrumpe.
His enim monitis adten-
Redemptoris nostri cuius nos omnes sanguine redempti cogno-
propitiatione libcratione,
animarum genitorum meorum Absolvimus
te
Guttiherris
et
Ylduare,
ab omni nexu servitutis qualiter detersa
aulam ingenuitatis resplendeas,
et
non
te
liberam ínter liberos statuo,
ydoneos lícentiam tribuo. Civium romanorum consequi priviiegium,
capiti tuo
nitorem ingenuitatis, Concedo
tuum quicquid aucmcntari
vel
tibi
omne peculium
vol
et
ad
peculiarem
aucmentare deinceps cum Domini adiutorio potucris. Adi-
tiens aditio insuper tibi vacca vitulata et
restaurationis adobtivi que mii in
bovem
et
similem rationem de alus meis roborem
colmellum divisionís exierunt
—
242
—
inter
germanos meos:
in
CKLANÜVA cidüs por
él
y por Ilduara a Celanova, tan ricas en nomenclatura técnica y es-
pecialmente en palabras árabes, designando ro no tienen rival en los
nominatas,
villas
in
documentos
Bubale Mauregati Vizamondi
ct
Pumares do Viduas
in
liberi
denduní tam libi
dominio subdo,
alicuius
te
regia potestas
quam quemlibet
diem
precipio, ut in
quem
nisi
Domini cereum
natalis
in
libcrtatis vel restaurationis quislibet generis
extrañéis ausu temerario infringere quiverit,
modo tccum
quo
pro tuo iustum
tibi
in
tri-
ad dcfen-
Hoc
vcl qui tibi placuerit.
oblationem
et
villa
animi volun-
tu ipsa tibr'elegeris
domum
Domini
valueris inpendas. Siquis hanc se-
homo tam
de propinquis meis
excomunicatus
sit
libi
heredibus tuis qui uno
de gente nostra
pauperibus stipendium pro anime mee
ot't'eras et
riom
nisi
sunt, aut ct ad confessoribus monasterü Cellenove qui
buant pretium. Va nuUi
tantum
Fraxeneto, in Porlucal
et
cogente necessitate acciderit
si
de ipsa hercdilate pro venderé, non vendas
anbus
i).
(
Caldcllas Piniaria media, in Sallare de Genetivi duas partes,
id sunt: in
de Lc¿a, sub ca tanicn rationc sérvala, ut tas
ropas y vasos, q ue de segu-
telas,
cristianos similares de aquel siglo
el
quam
et
de
ab omni cetu sanctorum
privatus ct insuper parict rcgie polestali auri talentum. Facía scriptura ingenuitatis et restaurationis sub die x" kalendas octobris Era dcccclxxxi'.
episcopus
in
hanc scripluram ingenuitatis
hanc reslauralionem supra mcmorali
mea
el
expialione roborem
el restaurationis
Christi
nomine Rudesindus YIduara
mei gratuito animo confirmo
pontificis ñlii
mea manu
Sub
manu mea (signo). Ego
indidi (signo).» Becerro de Celanova,
Por referirse a una mora, esclava de familia arabizada, puesto que
f.
6o
de
el jefe
pro
el v.
ella tenia
por cognomento Meruán, vale aducir aquí otra carta de ingenuidad, sin fecha, sacada del
mismo
Dice
libro, folio 134.
así:
cum
«In Dei nomine. Ego Goldregoto una
filiis
mino Deo eternam salutem. Dubium quidem non
meis
esl sed
mancipia mea
tibi
multis manet
lulia in
fuerunt genitores tui de tribus ismaelitarum tribu salomorum. Necnon ctiam pradicta
domina
nostra Goto, placuil nobis alque convenit,
spontanea mea volumtáte,
cognomento .Maruan, facimus
tibi
ut pro
remedium anime
scriptura ingenuitatis vel restaurationis ut
vel fece servili
ingenua cive qui
su-
et ipsa
propria nobis accessit
et
noslre vel de virum
Domino mcrcede
ut in dio iudicii ante
Do-
notum eo quod
mcum
et
Adanaricum
indulgentiam accipiamus,
vel
sis libera et
obsoluta ab
omni nexu
romanum deexernimus ut ubi volueris vivendi manendi Neminem quidem te micimus servicium vel patroci-
fovendi maneal indubitala posterilas
Deum
nio retenere nisi (i)
He aquí un
rum galnabbes muzalla
i,
rege poiestatis.»
trozo de
pallias
morgom
et
iiii,
plumazos
galnabes laneas
xviii,
XXX solidos que
fuit
la
pallios
plumazos
de
carta de Ilduara, de 938: «.Addicimus et stragmina leciuo-
allihaffes vulturinas
domino
sic
111
láñeos
ytria. ínter
fazistergias tramisiricas
11,
ambas
pallias
antemanum,
xi,
scaleas argénteas
iii
ut
memoria
savanos
et
manteles parea x ex
casullas de sirico
—
tapetes
11
eius
una mezqui
243
—
sit
et alia
i
iii,
linolas
al-
viii,
ex ipsis una exaurata de
meo
et viro
¡mmaginatum cum sua
11
quarto iramisirco, culcitra addani
et
in ea,
vasa enea,
eis litteratos
concum parea
vii
alba pintella alias mata-
LEÓN
GAIJCIA
:
Otro punto que ignoramos en absoluto es de
el
carácter y valor artístico
edificios de Celanova erigidos por Rudesindo. Todo
los
traspasa
XVI; aun
siglo
el
debió serlo también
el
lo
actual no
anterior parece haber sido románica:
la iglesia
sepulcro del fundador, arca de piedra levantada
sobre columnas, que era costumbre golpear reciamente cuando se deseaba
y ningún vestigio subsiste que pueda achacarse
un milagro
(i),
Todo
hecha excepción de un
esto,
presente estudio, } que
además
Es
el
edificio anejo al monasterio,
muy
algo
si
San Miguel,
oratorio o capilla de
especial
le
najes
lo
restauró
medio de un
antiguo de sepulturas de abades y otros perso-
la
memoria de
1002, en virtud de la cual
ella se
al
abad Manilano que
principia con un historial de
sindo edificó domicilios, donde reunió
macén hizo un lo
más
oratorio que,
la
Bermudo
11
111
el
pallas vin
(4).
monjes, y «que cerca del al-
mundo»
(5).
La biografía
exageges una amarella alia suruz vi,
et tercia alba.
es
del
Ítem
orales brosetos de auro et argento t'resatos ni,
cum
un dúos inde mataraffes uno vermiculo 11,
había elegido
aun bajo aspecto de pequeña hospedería,
albas de lino un et quinta túnica, amictos
lo et alios pallios
éste
fundación, diciendo que Rude-
a los
precioso, a juicio de todo
raffes alias lineas v, albas de sirico
frontales
rev
el
disciplina del monasterio, alterada violentamente a poco de
morir su fundador, reponiendo
de
mo-
(3).
Existe una
En
del
singularizase.
dispuesta a pocos pasos del
nasterio, hacia norte, frente a las celdas de huéspedes (2), en
jardín v rodeada en
tema
único aludido expresamente y con
es el
como
elogio en los textos antiguos,
X.
al siglo
una alba de
cruce de argento
filo et
alio
amarel-
fazistergulo tVancisco et alia de alvexi
illo
terzaria exaurata kaskerxi quarta tyrace vermelia quinta grecisca sexta alba similitudinem
de
illis
dalmaticis séptima cárdena similem
exaurata. Velos pallios principales
daré de
illo
servitio
de gricisca
Libros psalterio
11
et
goticum
almágana cárdena Iterum
i
de mensa que nobiscum trahunt troliones un sulzegas
octo culiares extra quod desuper resonat que ad (1)
España sagrada,
(2)
Id., id., p. 388.
(3)
Morales:
(4)
Becerro de Celanova,
(5)
«Rudesindo
11
mandamus salares
11
et
Celamnovam testamus.»
XVIIl, págs. 388 y 410.
t.
Viage santo, f.
p.
55. Yepes:
Corónica,
t.
V,
f.
27.
94.
hedificavit domicilia in
quo adunavit moñacos,
paterfamilias degentes vitam monasticam actualem fecit
i
octava
et
oraculum quem visu ospitiolum parvum
—
in
ut est pretiosior in oculis
244
—
et ipsc
super eos
cenobio, et próximo in promtuario
hominum.
CELANOVA santo, escrita por este pasaje,
munje Ordoño hacia
el
r8o
i
glosa indudablemente
(i),
cuando expone que Rudesindo «hizo además, dentro
del claus-
almacén y no lejos de sus iglesias, un oratorio de san Miguel arcángel, con visos de pequeña hospedería, cubierto con admirable obra lapídea y muy admirable a vista de quienes lo contemtro monasterial, junto al
Además,
(2).
terio,
año 942, encargaba sufragios en
el
san Miguel arcángel se ofrezca
hermano PVoilano» de Celanova en
como ya
inclinación de Froila hacia
dicho lleva sobre
la
el
mismo
(3), el
()^i),
ciertos días, y
oficio divino en
a
quien
se dijo.
las
que
(4);
pero
este capítulo,
Existe en un códice de
de D. Eladio Oviedo; y debe ser «Fecit (Rudesindus)
el P.
la
el
primera idea y
edificio suso-
el
es
dable hallar concomitancias
et
comprobada, ofrece
mozárabes, justificando
no obstante radicar en Galicia
Yepes
ello
(5).
coincidieron con los antiguos en
(6)
cita
Herculano, procedente de Alcobaza,
intra monasterii claustrum,
honorem
n.° 133.
prope promptuarium non
Sci. Salvatoris,
secunda
sci.
Petri, tertia
lohannis apostoli), sancti Michaelis archangeli oraculum, visu ospiciolum parvulum,
miro lapídeo opere tabulatum, oculis valde admirabile cernentium.v Nota del
prueba de
ción libre, he aquí los
f.
la
escasez de elementos arabizados en Galicia, entre su pobla-
nombres de individuos
que resultan en
tales
v.);
Adala, testigo en 933
en 947
(f.
83V,
(f.
i52 v.): K-azeme, id. en 934
Marvane, donante en 954
Channiz, firmantes de escritura en 909
cognomento Abdela, donante en 963 (5)
lómetros.
Celanova
(f.
(f.
7Ó
133 v.); v.);
(f.
80);
Homar,
148);
(f.
Sarracinus iben
presbítero, y Havelaz
Zalamma,
Hazeme,
testigo en 9Ó2
testigo en 969
(f.
142
(f.
bo):
Moysen
v.).
está en la provincia de Orense, hacia sur de la capital y distante 38 ki-
Hay buena
carretera y servicio regular de coches, que hacen
monasterio se halla establecido un colegio de
las
Escuelas Pías.
— Corónica
de
la
(ó)
documentación ga-
la
Celanova coetánea de Rudesindo: Homari, presbiter, compra finca en qo5 (Bece-
42
Sila, id.
Oviedo.
mei Froilani.»
Como
(4)
llega de
Sr.
«Festa vero sancti arcangeli Michaelis dedicetur sepe (obsequellam) in memoria
(3;
dilecti fratris
rro,
el sitio
Biblioteca municipal de Oporto, según comunicación
que
longe ab eisdem ecclesiis (principalis in sci.
la
efectivamente,
y,
edificios leoneses
Ambrosio de Morales y
(2)
memoria d^ mi amado
capilla de san Miguel, obra suya
la
estudiemos en
(1)
de
la íiesta
puerta una oración deprecatoria en favor suyo. Para
mavores analogías con la
debió
que «en
Parece inferirse de ello cierta devota
Arcángel
el
se
Rudesindo y aun para su monasterio no mozárabes
monas-
santo fundador, en su carta de dotación del
plan»
Viage santo,
p. 55.
—
245
—
fácil el
orden de San Benito;
viaje.
t.
V,
í.
En
el
2Ó
v.
LEÓN elogiar efusivamente
:
GALICIA
capilla de san Miguel, miniatura de iglesia, «brinco
la
graciosíssimo», tan pequeña que cabe toda en 8'5o por 3'85 metros de
como
planta y 6'oo de altura: tan sana y completa
que
día en
el
se hizo;
tan maja que alegra verla y suspende con sus primores. Nave, crucero
y ábside
la
componen:
el
último es redondo por dentro, con diámetro de 1
'35 metros,
encarada su ven-
hacia
tanilla
y con
oriente
credencias laterales, para celebrar
el sacrificio sin
de ministro,
dad del
como
la
a\uda
exigüi-
local exige: sería prác-
tica entre reclusos
des, puesto
que
la
y huéspe-
designación
de «hospitiolum» acredita ser n«
así el tipo
de oratorios desti-
nados a presbíteros forasteros (Figuras 120 a
XCII
122:
láminas
XCVIl).
a
La
tierra
gallega ofrece
un material excelente y cil
de cortar en
fá-
sillares,
el
granito, mientras falta cal, de
suerte que
Figs. 120 y 121. S. Miguel de Celanova: planta y sección
aparejo de
impone, cual
se
llería
el
le
si-
ve-
mos en San Miguel de Celanova (Lám. XCII). Los sillares arrojan mucha desigualdad de tamaños, entre 40 y 16 centímetros de alto, pero siempre aventajan en corpulencia
los
de
las
esquinas, puestos de
que hace haz una de sus caras mayores, como en bre; hiladas angostas se intercalan entre las
acodadas, para ajustar niveles diferentes,
más
lo
andaluz fué costum-
altas,
como en
el
y a veces hay piezas portal de Escalada,
por ejemplo. Están asentadas a hueso, es decir, sin mortero en
como en Melque, pues
el
metros, no obstante
la
las juntas,
granito no traba satisfactoriamente con
esta falta de cohesión justifica
que
el
modo
la cal,
y
grueso de muros alcance a 62 centí-
exigüidad del edificio. Préstanle además un apa-
rente refuerzo dos pares de estribos, cuya utilidad no se comprende, y
—
246
CtLANüVA
Fig. 122. S. Miguel de Celanova: perspectiva isomctrica del edificio
están hechos con piezas atizonadas alternando con otras sueltas cas:
si
en
Bamba
La estructura
mismo
artífice se
lar-
y Peñalba los estribos son elemento preciso y consciente,
aquí parecen obedecer
de acuerdo con
muy
el
más bien
a rutina,
como
otros
muchos de
Asturias.
un sistema perfectamente metódico, y desarrollado en Santiago de Peñalba, como si a un interior acusa
debiesen uno y otro edificio; pero, en
—
247
tal
caso.
Celanova
LEÓN será posterior en fecha, puesto
que demuestra un mayor avance del
ma, con depuración de formas y
como
lidaran
GALICIA
:
sutilezas,
que
arte delinitivo en nuestro pais.
no
es deplorable
conso-
dominan-
Los caracteres
tes son: abovedamiento general; curva de herradura
se
siste-
engendrando arcos y
bóvedas; descentramiento de curvas, que hubieran podido ser concéntricas,
elevando que,
si
la
mayor, y
puntos más resistentes; métodos
trasferir cargas a los
bien son peculiares del arte califal cordobés, probando un agente
mozárabe, sin embargo revisten apariencia de originalidad en sus aplicaciones;
Tres bóvedas cubren nuestra
como herradura,
iglesita: la
una, de cañón prolongado
sobre imposta que además corre de lado a lado por los
pies de la nave; la del
crucero (Lám. XCV), de
aristas,
normal, como
de Mazóte, pero volteada sobre arcos murales, en forma igual que borio de Peñalba,
modillones de
si
muros
oriental y occidental, los
tentes, en virtud de sus respectivos contrarrestos
Comba
como
brotan sobre les,
las las
más
resis-
de capilla y nave. El cru-
de Bande, edificio próximo a Celanova y de tiempos
godos seguramente, se cubre también con una bóveda de alzada,
los
simplemente recortadas formando lóbulos con-
vexos, y ellas arrancan de los
cero de Santa
cim-
hermanan con
bien son de herradura; sus repisas
los aleros,
el
las
aristas,
pero capi-
lombardas, y mal hecha; en ésta de Celanova sus aristas
que determinan
el
nacimiento
común
de los arcos
mura-
en forma que su línea general diseña diagonalmente otro arco de he-
rradura. La tercera bóveda corresponde al ábside (Lám. XCVII); es una especie de cúpula peraltada, con sección de herradura y dividida en cascos,
alternativamente realzados,
más un paño delantero arqueado:
esto último
exactamente como en sus similares de Escalada y Peñalba.
De arcos,
el
de este
mismo
ábside (Lám.
XCIV)
traza y guarnición, idéntico al de Peñalba, salvo raje; y su despiezo es radial, excepto
converje a un punto inferior, entre nave y crucero tradós,
el
en cuanto a su
simplicidad de moldu-
primera junta de cada lado que
como en Mazóte,
(Lám. XCVI),
formándose hacia
la
la
es,
Escalada,
El otro arco,
etc.
es doble, para aligerar la
crucero una segunda arquivolta
elevada, completamente retraída sobre sus jambas,
como
masa de
in-
más amplia y
suelen algunos
ejemplares godos: dicha duplicidad de arquivoltas obedece a igual principio que
el
arco toral de Santo
Tomás
—
de las Ollas y otros en San Baudel
248
—
CELANOVA de Berlanga;
radio al semicírculo, y
grupo de
también excede en dos
flecha de estos arcos
la
tercios del
intradós acusa las concavidades habituales en este
el
Las ventanas sun arquillos semejantes, derramados
iglesias.
hacia adentro; y los dos que miran a poniente marcan por fuera, relevadas
en
remedando
piedra, arquivoltas con su trasdós descentrado,
la
moldura de impostas corre
ábside. Por dentro, toda
muriendo
En
al
molduraje son simples
su pequenez. La cornisa
a 45 grados:
del
de cornisa,
contacto de arcos y bóvedas.
esta iglesia el
diendo a
modo
a
la
la
cuadrados, respon-
nave córtase en bisel
dientes de sierra volados, como en obras orientales que pagina 149, nota
en
la
la
modillones
2.^; la
idénticos a los de Peñalba,
La puerta de nuestra
fila
de
recordaron desarro-
bien compuestos de un
si
y hélices alternando grabadas (Lá-
flores
(Lám. XCVI)
iglesita
se
más importante, pues
del crucero es
mayor número de lóbulos y con mina XCIII).
una
123) lleva, entre dos filetes,
del ábside (Fig.
la
filetes
exterior de
es adintelada,
con batiente
para dos hojas de madera, y sobre su dintel campea un tablero, de i'o8 por o'29 metros y de granito, como todo, en el que se grabó la ins-
cripción antes aludida, con caracteres romanos, de cuatro centímetros de alto,
bastante clásicos, y
tura y alrededor.
modo le
que,
Su
mediando rayas pareadas entre
honra como poeta
(i).
Dice
asi.
vertido al castellano:
cador, en
(i)
gas,
la
—
amado que
Tú, oh
Cristo, borra sus
El cual desea, y sobre ello
lees esto,
te
conjura en
a el
para que hagas memoria de mí. pe-
oración sagrada.»
Entre
las
copias impresas, únicamente
p. 7), es exacta.
Dice «
-}•
Auctor huius operis
Dele pecata ómnibus
qui obtat ut
la
del Sr. Villa-amil
(Iglesias galle-
así:
Instat presens
me
et in
tu
te
memoria
Domino
peccatorc
Deus
esse crederis.
Christe hic orantibus.
indigno fámulo Froila, te
coniurat, o bone dilecte qui legis,
memoria babeas
— 32
esta obra.
que aquí oren. La presente memoria recomienda
los
Froila. tu indigno siervo.
Señor, oh buen
hermano, poco
a ruego de Froila su
«Tú, oh Dios, eres creído autor de pecados a todos
de escri-
rimado, vale poco literariamente; de
texto, en parte
compuso Rudesindo,
si lo
las líneas
249
—
sacra e.xoratione.»
LEÓN El
en
pavimento
las iglesias
es de
GALICIA
:
chinarro cementado con
cal,
exactamente como
asturianas de los siglos IX y X. El altar es un tablero de
granito con molduraje y besantes, que pudiera ser del siglo XII tan bien
como de tiempo de
los
Reyes Católicos, puesto sobre un soporte de piedra de 27 centímetros de
en
lado
su
pero
base,
rodeado
de
obra de la-
qui-
drillo,
mentar Miguel de Celanova: cornisa del ábside
Fig. 123. S.
su
estabilidad.
Delante hay
una parte solada con azulejos moriscos y góticos del siglo XVI. Ante la puerta fórmase un portal, sostenido por pilares de piedra bocelados; y,
como
única restauración en
échase de ver un modillón del
el edificio,
alero con adornos varios, no impropios del siglo XII o del XIII. Sólo estor-
ban por dentro
la
encaladura y
los pintarrájeos
de bóveda, arcos y zócalo.
SANTA MARÍA DE VILANOVA Entre
las
donaciones que, en concepto de gananciales, hizo
Guttier a Ilduara, su esposa, en 912
correspondía en Villanova (i)
Véase arriba, pág. 239.
(2)
«Sive dono
tibi in
cum ómnibus
competet
Villanova
t.
XVIII,
figura
la
localidad apellidada de las
meam
el
conde
porción íntegra que
f.
le
Infantas y
portionem ab integrum quantum
prestationibus suis». Becerro de Celanova,
casa los condes, según consta en
grada,
(2),
(i),
el
me
in ea
198. Allí tenían su
diploma de Sancho Ordoñez, año 927. (España sa-
p. 325).
—
25o
—
VI LAÑO VA
con
titulo
de
en
villa
Celanova, subre
hija,
aqui otro
l'und('»
monasterio
muerte en gSS
vivió retirada, hasta su
Adosinda, su
como anejado
Celanova, y
a
trasladó a Allariz en 1270
para mujeres, donde ella
el Sr.
pero hay
(3),
lo
(2);
demás queda
que
siguió
la
dificultad de
la
nombre de
conservóse, con
Yepes
incierto:
Vázquez Núñez afirma que que
Capilla, en
la
se
convento de
el
Fenecido
Allariz, protegido por Alfonso X, es de franciscanas. terio, su iglesia
madre
llduara,
y también dicen
(i),
a norte de
luego que enviudó de Scemen(j Didaci. Constan refe-
rencias del monasterio en 982 y 1007 lo cita
misma condesa
riachuelo Arnoya. La
el
de san Rudesindu,
moderno, y distante unos i5oo metros
lo
el
monas-
barrio de
el
Santa María, hasta cerca del año 1880: después fué arruinándose, pero que-
daban partes en
pie hacia 1894; ya
bro decorativo, de que
Recuerdos dan
fe
no hay sino cimientos y
más notable
lo
conserva en
se
el
cual
tal
miem-
Museo de Orense.
López Ferreiro, consignados en cartas de 1907,
del Sr.
de que componían
iglesia
la
sola nave, de quince a diez y seis
una
metros de largo por cuatro de ancho, y una capilla pequeña, redonda por dentro
\-
cuadrada por fuera, como
rejo era de sillería,
muy esmerada
muros carecían de
los
de San Miguel de Celanova. El apa-
la
y recordando
eran todos en esta
tuviese. El Sr.
la
puerta, en
lienzo de los pies,
romanos, y terminando con arco de herradura, como iglesia:
no había bóveda
Vázquez Núñez alcanzó
a ver
La arquería mural
interior
Su sepulcro estuvo en
de que nunca
ni señales
uno de
de herradura y parte de alero con modillones
(i)
el
un nicho de planta semicircular, hecho con
tenía por dentro, a cada lado,
lo
edificio;
estribos, pero interiormente guarnecíanse con arcos
murales, unos cuatro a cada costado;
ladrillos, al parecer
de este otro
la
estos
arcos murales
(4).
cuadra perfectamente con
la iglesia
mayor de Celanova con
Yepes y otros (Hübner: Inscr. Hisp. christ.,
n.° 231.
los
epitafio
España sagrada;
apeos de
que copiaron t.
W
III,
gina 90). Su fecha se aduce con variedad: ya Era 981, ya 986, ya 996. Probablemente
gundo, año 948, a que presta
te
un corresponsal de FIórez,
hasta los años 947 y 948 (bec. Celan., (2)
final
Becerro de Celanova;
fs.
fs.
100
v.
la
es lo exacto,
pá-
lo se-
pues consta viviente
173 y 83).
y
otorgada por Odoino, que dejó inédita
5.
La primera
el
Sr.
(3)
«La arquitectura cristiana en
(4)
Discurso arriba citado,
la
25i
corresponde a una diligencia
provincia de Ürense>>:
p. 27.
—
cita
López Ferreiro.
—
discurso; 1894.
LEÓN
:
GALICIA
Peñalba y Celanova, en sus respectivos cruceros, y con
Tomás
de
mayor, que
existe en la solana de
una
casa,
De
carretera, frente al santuario de la Virgen del Cristal (Fig. 124).
la
modillones
los
capilla de Santo
verosímil que correspondiese a ella una repisa,
las Ollas: es
idéntica a las de Celanova, pero
en
la
del alero
quedan varios trozos en
el sitio
además uno entero en
estaba v
el
donde
el edificio
Museo de Orense,
tambÍL'n igual exactamente que los de Celanova
(Lám. XCVlll). Por último, en dicho Museo consérvase un capitel, de los
que apeasen
el
mármol
blanco,
tal
vez de
arco del ábside (Lám. XCVlll).
Tiene cauliculos retorcidos mezquinos, hojas retalladas con minuciosos y varios accidentes foliáceos, de tipo bizantino; así Fig.
1
recordando
En
entre ellas y
sogueado collarino desarróllase un ondulado
24. Vilanova: repisa
análogas.
como
los pretiles
tallo,
de Escalada y demás obras
general todo es pobre y nimio, pero bien clara se ve
imitación de capiteles,
como
los
el
de Hornija, Ayóo, Peñalba,
etc.,
la
hecha
por artista de menos resolución y destreza.
San Miguel de Celanova y Santa María de Vilanova eran hermanos, y emparentados
muy
Bamba,
el
ral
Su
fecha, hacia
decenio de 940, afianza
la
cronología gene-
admitida, y sus rasgos de andalucismo alcanzan evidencia innegable
(i) el
etc.
edificios
de cerca con los de Peñalba, Escalada,
Una
año 962,
ellos cierto tifica
que
carta de donación a
lleva por testigos
(i).
Rudesindo y su monasterio, por «Giloyra Deo vota», en
una porción de monjes, de Celanova probablemente, y entre
«Egeredus magister confessor». Quizá era un monje arquitecto, pero nada jus-
se trate del autor
de
las iglesias referidas (Bec.
—
252
—
de Celanova,
f.
9).
SAN SALVADOR DE PALAZ DE REY, EN LEÓN Dice Sampiro, cuya Crónica data de hacia
que Ramiro
II
(931 a 96
1)
palacio real», y ello para poner en
sagrada
al
durante
la
él
niñez de su sobrino Ramiro
Ramiro
II,
Ordoño
III
estrago con
en 988. Sin embargo, Rodrigo, relatando le
que vivió con-
III,
años 967 a gjb
y Sancho
(3)
Gordo
el
dejando de
(4),
la
el
edificio
devastación provocada por Almanzor
la
texto leonés de
el
Dicho
(2).
real, donde fueron sepultados
por su destronamiento, y luego es verosímil que
111
más o menos
sufriera
al
Señor, sin embargo de ejercer luego una especie de regencia,
mismo Ramiro
serlo
ciudad de León, junto
la
a su hija Geloira (i),
monasterio tuvo anejo un cementerio el
es sabido,
«construyó un monasteri(j de admirable magni-
honor de san Salvador, dentro de
tud, en
año 982, como
el
la
crónica del Arzobispo don
sepultura de los susodichos reyes Ordoño y Sancho,
menciona exactamente con su denominación vulgar de «San Salvador
de Pala(¿e (o Falaz) de Rey» Este
«Ranimirus
(i)
(5).
mismo nombre conserva una
filiam
iglesia parroquial,
suam Geloiram Deo
dicavit, ct
de
las
suprimi-
sub nomine eiusdem
mo-
nasterium intra urbem Legionensem mire magnitudinis construxit in honore sancti Salvatoris iuxta toris, in
(2)
palatium
así se
tuit in
sarcophaco iuxta aecclcsiam sancti Salva-
suae regine domine Geloire».
filiae
Esta última fecha consta en un diploma de
tia del
el
año siguiente
mismo, en 982
la
(Bec.
Samos (Re vue hispanique;
sustituye Tarasia,
Sahagún,
f.
171
v.),
madre
del rey.
no debe
La
cita
t.
X,
de una doña
referirse a Geloira,
aunque
haya supuesto. (3)
toris,
— «Sepultus
cymiterium quod construxit
pág. 406). Desde
Ebera,
rcj^alis».
Dice Sampiro, bajo
Ordoño
III:
«Legione sepultus
fuit,
iuxta
auiam
sancti Salva-
secus sarcofagum patris sui Ranimiri regis». (4)
Un
secus patrem (5)
interpolador de Sampiro añadió, bajo Sancio, hijo de Ramiro
suum
in ecclesia sancti Salvaioris
sepultus fuit>^
Biblioteca nacional; ms. n." 1004Ó, procedente de
—
263
II:
—
la
Catedral de Toledo.
«Legione
LEÓN das, cerrada luego al culto y resuelto su derribo, quizá para dar gusto a in-
que
tereses topográficos, sin
dadas
ello suscitase protestas,
e insignificancia artística del edificio.
Así
la
mezquindad
la
cuestión en 1910,
el
abolengo
histórico del edificio y alguna idea de cosa extraña contenida en él deter-
minaron una
revisión,
cuyo fruto fué reconocer
partes considerables
allí
de obra primitiva, dignas de conservación y susceptibles de ensancharse
mediante exploraciones. El discretísimo, hábil y entusiasta arquitecto D. Juan C.
Torbado hizo algo en
que bajo
suelo actual prosiguen
acota en
el el
este sentido, resultando, efectivamente,
muros y cimientos, cuyo
plano adjunto, hecho sobre
los datos
desarrollo se
que puso a nuestra dispo-
sición dicho señor, con licencia para hacer público
resultado de sus ex-
el
ploraciones, a las que se debe una iglesia más, entrando en el grupo que
estudiamos, y contar León con un monumento, por testimonio de sus
grandezas políticas del siglo X. Todavía excavaciones amplias y un reco-
nocimiento escrupuloso del edificio arrojarían
formar juicio exacto del monasterio ramirense; ya
el
que hoy
los datos
faltan para
ello será factible, alejado
peligro de que todo cayese de una vez brutalmente, y cabe abrigar
esperanzas de restituir a
la
veniencias de vecindad que
posible integridad lo primitivo, salvando conle
amenazan
La parte más completa subsistente
formando bóveda de
número mayor que
la
(Fig. 126 y
es
un crucero sobre cuatro
aristas capialzada,
de Peñalba y correspondiendo aristas a
determinarían una bóveda de tipo lombardo, de San Vítale en Ravena y recordando cuatro paños cóncavos que aquí hay,
Está hecha
la
obra con
ocho
la la
como
los
modo que la
de
U
ángulos.
ellas solas
capilla
mayor
de Melque; pero, en vez de
los
bóveda leonesa distribuye doce
aristas escazanas intercaladas
sillarejos
arcos,
o mejor dicho de gallones, en
Estas últimas alcanzan desarrollo semicircular, de
cascos, mediante otras
Lám. XCIX).
(Lám. XCIX).
de piedra toba, sobre cuyo revestimiento
percíbense restos de pinturas, figurando sillería con trazos rojos dobles y además adornos geométricos sencillos y figuritas en arcos torales, que parecen corresponder
al
carecen de guarnición e impostas, quedando incierto
forma de herradura; mas clinarse a
como
la
el
el
intradós de los
período románico. Estos arcos si
se
prolongarían en
ejemplo similar de Peñalba autoriza para in-
negativa, y desde luego se apean sobre pilares en ángulo,
en Santa
Comba
de Bande y mausoleo de Placidia en Ravena, con
—
264
—
CIUDAD DE LEÓN
Fig. 125. S. Salvador de Palaz de Rey, en León: piania
—
255
—
LEÓN la
diferencia de que estos arcos de
vamente
bóveda, según
la
el
León no soportan paredes sino exclusi-
sistema observado en Peñalba y Celanova;
en torno de
ellos
iban adheridos los cerramientos v
del edificio,
que
así
del
miembros
pudieron cercenarse sin comprometer
colaterales
equilibrio
el
cuerpo central.
Su adherencia por
lado de occidente consérvase casi en todo su alto,
el
pero despedazada. Era un ábside, ultrasemicircular por dentro y
neo
como
al exterior,
rodados con mortero de
ramento
cal;
como
interior, así
muros son de morrillos
tantos otros: sus
pero
las
ocupados cgn yeso, entre sus hiladas; y
bóveda
piso;
mas quedan
éstas son
que
alto, sin
pa-
el
sillería
de
solos dos milímetros,
muy
desiguales, desde
falten piezas
acodadas para
una hilada misma, como en Celanova, por
salvar diferencias de nivel en
ejemplo. La
hechos con
median tendeles de
6o a 42 y aun 22 centímetros de
o cantos
amplias y adarajadas esquinas y
los pilares torales, están
caliza basta, casi a hueso, pues
rectilí-
fué deshecha,
una vez alzado considerablemente
el
restos de sillarejos de piedra toba, de i5 a 18 centímetros,
en hiladas horizontales, que
formaban, y aun parece rastrearse que sería
la
de gallones, con desarrollo peraltado en forma de herradura. De su arco toral
no quedan sino arranques
lumnas sobre que occidente
la
cabecera de
crucero junto
al
más
fundada en
la
Nótese
la
y piedras de asiento para las coanomalía de estar situada hacia
pues aunque sería posible otro caso de
la iglesia,
como en Mazóte y
ábsides dobles,
contraria,
se apeaba.
laterales
Peñalba, sin embargo
la
existencia de
ábside occidental y lo débil de cimientos hacia
la
parte
bien autorizan a suponer una orientación anormal, quizá
disposición del palacio a que iba aneja.
La cepa de muros antigua, pues
r86 metros por bajo de
la actual.
solería
no ha sido
se halla
vista,
Formando brazos de crucero
existen
dos alas de edificio, reconocibles en un alto de 36 centímetros, sin que
premioso de
la
excavación permitiera ver
hacia norte, hay soleros, bles, y al otro lado,
como de
si
lo
llevaban estribos; además,
otras columnas, difícilmente explica-
cimientos para jambas de arco. En
la
parte de los pies
descubrióse un cimiento largo, hacia norte, y enfrente un trozo solo, en
medio y atravesado, como para idea de
que
estribo, todo ello de
esta parte del edificio era
Su extremidad, donde ahora
menos
está el altar
—
256
—
poca fuerza, dando
recia y firme
mayor de
que
la
la iglesia,
cabecera.
queda por
CIUDAD DK reconocer; mas, suponiendo que hasta rla
una longitud
total
recuérdese ahora
la
dad que merecía en
Hoy
la
alcanzase
allí
el
siglo
X
calificarse de
la iglesia está
muro con una
en
el
la
nave:
grado de reali-
«admirable magnitud».
ábside primitivo: a un costado
el
puerta, no anterior al siglo X\'
correspondiente a una capilla aneja, que era de
el
primitivo, resulta-
de 18*40 metros y un ancho de S'yo para
según letrero puesto sobre otra puerta que da a estaba
lo
ponderación de Sampiro y veremos
puerta de
prolóngase grueso
I.fcÓN
la
tal
vez,
hermandad de Caridad,
la calle (1).
nivel interior sólo unos 80 centímetros por
entonces formóse una cabecera con bóveda gótica
En
encima
muy
el
siglo
XVI
del primitivo:
alargada, sobre
repisas de estilo de Juan de Badajoz: una capillita lateral lleva cúpula del
mismo tiempo,
a
más de una
ventanilla gótica con tres arcos, que puede atribuirse siglo
al
XIV, y
hay otras bóvedas de aristas
y arcos del
XVI: en juno g
^iV^^^Ak
^d^\.l
.^^ZBHffiBSIQií^^SSifliffTlTni^iPUtfV'
to,
poco más
que nada.
VESTIGIOS.
—
Desolada
León -^
^K^y^^
a^^^
<•
_
««-M
_
por Al-
manzor en
el
año 988, no
se
repobló hasta
principios
del siglo XI,
bajo los auspicios de AlFig. 126.
(i)
del siglo
Musco de León: modillón de
fonso
V
(999-
Dice: «Hicieron la puerta los de la Caridad, cuya es esta capilla», en letra gótica
XVI, y
le
acompaña un escudo de armas con cinco
— 33
alero
267
—
cruces, perro, cabra y león.
LEÓN
Fig. 127. Modillón
románico Icones
1028), y éste
mismo
les.
En
ellos
consta que
Fig. 128.
la
Museo de León: fragmento de modillón
cercó de
muros
(i),
que son
los
actua-
aprovechóse una gran cantidad de materiales romanos, especialmente
sillares,
epitafios,
columnas,
más, rior,
se
tal
estelas etc.;
ade-
cual fragmento poste-
cuya fecha mínima
por
con
infiére-
las fechas preinsertas,
cuyo mozarabismo
les
y hace me-
recedores de ser tenidos ahora
en cuenta. Su procedencia de las
murallas de
ciudad acre-
la
dítase por
notas del cultísimo
arquitecto
D.
quez,
Ricardo Veláz-
obtenidas a
raíz
de su
descubrimiento, y hoy se conservan
las
piedras en
Arqueológico de
ma. Son
la
el
Museo
ciudad mis-
éstas:
Modillón de
alero, tipo de
Peñalba, con flores de seis pétalos Fig. 129. Modillón de
(i)
13
adornando sus baquetones y
algún apéndice picudo, como en
Mezquita de Córdoba
Cronicón de Cárdena: «Don Alfonso... cerró de buenos muros
(Esp. sagr.;
t.
XXIII, pág. 377).
—
258
la villa
de León».
CIUDAD DE LEÓN Peñalba (Fig.
corpulento que
los otros,
conocidas, acercándole la faja
ble
que su baquetón superior no
126); se diferencia en
como
solamente en
la
anteriormente re-
se verifica en las series
más en cambio
que aparece sobrepuesta
a los
más
es
cordobeses; y también por
ello a los
baquetones mismos, por debajo y
extremidad superior, porque
de hombre
figurilla
nudo, con
visi-
con una
resto se carga
el
des-
boca abierta
la
y ambas manos entre
primera y úni-
piernas, [^ (C'^
yir^
las
ca representación
humana
QLie es
dable registrar en
la serie
mozárabe. La pro-
cedencia de este modillón disipa
sospecha de que
la
perteneciese
mánico
lie
León: fragmento de
las
pretil
iglesias
Isidro y Santa María del Mercado, son ral;
románicos, ta-
los
como abundan en
les
Museo
pero,
sucesivo;
además, Fig. 130.
período ro-
al
leonesas
menos tendidos en
de
San
su curva gene-
carecen de flores a los costados; también, del remate convexo con
que fenecen por arriba
los
baquetones y de
faja
sobrepuesta, llevando en
cambio, a veces, alguna hoja o bolas en su lugar (Fig.
Fragmento de otro modillón semejante, pero en forma de palma, recorriendo asimismo
más que en
de 19 centímetros, tres
también algo mayores (Fig. (Fig. 129) acredita que, series
128).
aun siendo
el
la
127).
sin figura.
Acusa labor
medial; su grueso es
faja
precedente, y sus baquetones son
La comparación con otros cordobeses éstos últimos el prototipo
común
de
las
mozárabe, leonesa, morisca y auverniense, quedaron sus derivacio-
nes completamente disociadas, constituyendo tipos hermanos, pero irreductibles.
Fragmento de pretil, de mármol blanco, esculpido por dos lados con follajes bizantinos, a base
remate de
la
REDDVNT,
misma, un
de un rombo en letrero, del
la
cara mayor, y llevando, por
que solamente
se
en letra clásica, que puede ser del siglo
—
25g
—
X
conserva
la
(Fig. 130).
palabra
SAN MARTIN DE VILLAMOROS Villamoros de
las
Regueras
es
un pueblecillo, a cuatro kilómetros de
León, hacia NE., ribera del Torio. existe
Allí,
en
la
cuesta de
la
Candamia,
una cueva, que llaman de San Martín, cavada en forma de
artificialmente, con
nave y ábside ultrasemicircular, que se
por un arco a medio punto. Unas mellas, que ante
él
iglesia,
comunican
se advierten a los
costados, pudieron servir para
encajar
la
pérgula o trabes de
costumbre. Son datos obtenidos en 1887 por D. Inocencio Arre-
dondo y que conserva la Institución libre de Enseñanza de Madrid
(Figs. 131 y 132).
Solamente
la
forma de
la
capilla induce a clasificar esta
cueva como obra del planta y sección
la
puesto que
la
región
misma
leo-
ruina de Marialba, otro ábside semejante, de período
más antiguo y acaso romano, según Sr.
X:
pero ni aun ello con seguridad,
Figs. 131 y 132. Villamoros: ermita de S. Martin;
nesa depara, en
siglo
indicios, estudiado
asimismo por
el
Arredondo, en i8go, a quien debo una reproducción de sus notas;
y es ruina que aun se conserva con ciertos menoscabos. La cueva de San
Martín da idea, con todo, de
las
ermitas rupestres, cuya cita es frecuente
en diplomas del siglo X, y que probablemente abundarán, sin reconocer
aún, en
la
Montaña.
—
260
SANTA MARÍA DE VILLARMUN Todo ses
lo
que hemos podido
rastreando de fechas, en edificios leone-
ir
con carácter muzárabe, apenas alcanza a
la
segunda mitad
La inscripción de Boñar de g8o carece de signos progresivos: lada, de io5o y loSg, son bárbaras y sin arte, y
arco de
En
puerta por Sabarico da
la
Asturias,
la
parte de 1023 en
allí
mismo
la
del siglo X. las
de Esca-
reposición del
de una miseria de inventivas singular.
fe
San Salvador de Fuentes tan simple
es
cuanto prolija su epigrafía. El reconstruir con barro y ladrillo Alfonso V la iglesia
de San Isidro de León, nuevo cementerio
de San Salvador, v de arte en
la
capital
el
rudo aparejo de
misma. Todo en
las
el
real,
en sustitución del
murallas marcan igual pobreza
territorio leonés hace patente
que
su decadencia política, guerras civiles y perseverante desgracia de sus ejércitos, frente a los golpes
potencia tocante
de Almanzor, se reflejaron en rápida
a la arquitectura; o fué
más bien que
cuando Alfonso V restauró
aportaciones
ambiente leonés, y que desolación anterior, no quedaban de
meridionales se agotaron sin desarrollarse en luego,
las
im-
la
el
arte sino reminiscencias degeneradas.
Necesitóse un cambio de dinastía y de orientaciones para que León
tomase vida, bajo Fernando
I.
Ya entonces
la
misión artística se cumplió
siguiendo derroteros nuevos, con cierto orientalismo, a veces, por ejemplo en Silos, o con un romanismo pujante, en y
la característica
antiguo,
lo
nueva
iglesia
de San Isidro:
de este período es un absoluto divorcio con todo
ninsular anterior. Solamente lo
la
al
lo
pe-
correr de los años llegó a mirarse otra vez
andaluz, reapareciendo entonces arcos de herradura y lobu-
lados, bóvedas de crucería, follajes bizantinos, caligrafías, lazos, etc.. etc.:
pero siempre dentro de marco netamente románico, haciendo imposibles
de confundir tales usurpaciones con
las
obras de progenie andaluza neta
y genuína. Este
carácter híbrido de
las
dentro del período románico, sirve
—
reacciones artísticas
como
261
—
peninsulares,
piedra de toque a su vez para
LEÓN afianzar
la
mostrando la
cronología de los otros edificios no románicos vecinos, deel
iglesia de
hiato que les separa; y a este propósito vale hablar aquí de
Villarmún, única
tal
vez donde
por modelo un tipo mozárabe, anterior en dos
el artista
románico tomó
siglos.
Este pueblecillo dista unos dos kilómetros de Eslonza, hacia sur. Su iglesia es
una
sola
nave, techada y mezquina, más una capilla en su
testero, de planta ultrasemicircular
gura
133),
por dentro y rectilínea por fuera (Fi-
hecha de mampostería, salvo
gruesos: cúbrese con una
cúpula,
esquinas, que son de sillares
las
sin cornisa en su arranque, y delante
ábrese un arco de herradura, con prolongación de un cuarto del radio
sobre
el
semicírculo, cabalgando en columnas, con fustes monolíticos tan-
genciales al muro, altas basas áticas, capiteles y biselados cimacios, todo ello
de piedra basta.
Los capiteles son netamente románicos:
el
hendidas, cargando su punta con una bola; basilisco,
uno el
lleva caulículos
segundo,
y hojas
monstruos:
tres
grifo y sirena, de relieve
plano y rudísimos. El ala del tejado
como
vuela sobre modillones,
los
de
San Isidro de León, con bastones atravesados los unos, y otros forman-
do nácela y con figuras sobrepuestas variadas: ya son cuadrúpedos o una
cabeza de toro, ya hombres, en capri-
^^ '^
^
*
^^ chosas y a veces indecentes posturas, ^^ como en iglesias románicas fué coslUmore.
Fig. 133. Villarmún: cabecera de su iglesia
Clara se ve aquí
la
obra de un
constructor local, encariñado con algún tipo viejo de iglesia; pero cuya
educación diferente demuestran ralte del arco
y
la
bóveda sin
el
aparejo de las esquinas,
aristas ni cornisa; asistióle,
entallador de escuela románica leonesa, que libremente oficio en
columnas y
alero, sin arcaísmos.
—
262
—
el
escaso pe-
además, un
desempeñó su
IX
CASTILLA ol
castellana, la de Burgos, y otras periféricas, destacándose
entre ellas Cantabria,
la
Rioja y tierra soriana. La Castilla central,
donde condes como Rodrigo, Fernán González y Sancho, un solo
noticias alcanzan,
rabe, ni cerse.
casi absoluto,
gobernaron con señorío
fueros,
tampoco
se sabe
Abundaban,
tas regiones,
sí,
edificio,
un
por ejemplo hacia Cárdena:
del capítulo anterior, y
(i)
vale
el
como
tal
cual individuo se cita de
nombre
queda registrado, en (i).
Ahora
bien,
los
más secundarios
los la
explicación del
abades con nombre
se registran dos
del de S.
Clemente en Motua de Zafalanes,
de Covarrubias,
que ha hecho famoso su gran calígrafo Florencio,
y estuvo más a sur, cerca de Tordómar, sobre
permanente, como apellido, contra
el
el
Sarraclniz,
Becerro de Cárdena,
en diploma de S. Millán de
—
la
263
nombre patronímico
Arlanza. El uso de
uso castellano, acreditase con
cognomento Abolmóndar» o Abolmóndar
niz y de Elduara (Serrano: ser la referencia,
preliminares
ya citado Abogalebh, presbítero, de S. Pedro de Baleránica o Bara-
lánica y luego Baralangas, monasterio
derico
accidental del
trabajo de ser estudiada.
Ápaz o Hápaz, presbítero y abad
el
más
árabe: pero todo ello pesa
localidad despoblada hoy en la cuenca del Ausines (Serrano: Cart. pág. 10), y hacia 940
mozá-
pueda recono-
tal
como desbordamiento
no merece más
En monasterios de
árabe: en 978,
buenos
gentes arabizadas, labriegos generalmente, en cier-
estadio leonés. Bajo este concepto
sí
los
no conserva, en cuanto mis
de fundación alguna que
escasamente, y deberá juzgarse
fenómeno
de
el
solo fragmento con carácter
elevada categoría, y hay localidades con
muy
más propia y
caso nuestro han de considerarse, una región
PARA netamente
el
que era
ejemplo de un «Ru-
hijo de Feles Sarracf-
págs. 229 y 347).
Más
valiosa parece
Cogolla, expedido por Fernán González en
—
CASTILLA De inmigraciones meridionales comprobadas hav desde
la
S(Mo una, en 814.
Alcarria, probablemente, y coincidiendo con una
cida entonces en las tierras del sur
para que alcancemos a medir
hambre pade-
pero es fecha demasiado remota
(2);
de
la eficacia
tal
suceso. El avance repobla-
dor castellano va descubriéndose con distinto rumbo, desde norte y poco a poco, por Amaya (año 860), Auca (antes de 877), Burgos y Ovierna (882),
Cárdena
Osma, Clunia, San Esteban, Roa y Aza (912); Sepúlveda en progresión metódica y aun estratégica, bajo un sistema de
(899),
(930), etc.,
fortalezas
que sirviesen de refugio en casos de invasión enemiga, como
efectivamente se dieron, con desastroso éxito para los castellanos, que
una y otra vez presenciaron los cordobeses,
apenas
el
incendio y devastación de sus ciudades por
ellos se apercibían
de cada progreso cristiano.
Eran condiciones poco tentadoras para que
los
trasladasen allá sus casas ni fundaran monasterios.
mozárabes pacíficos
Además,
necesitaba eran gentes guerreras, dispuestas a vivir sobre
lo
que
el país,
allí
se
en fuerza
de incursiones contra fronterizos, más bien que a crearse trabas con su trabajo, y afanosas de libertad y de medros, a
cambio
del riesgo en
que
las
fortunas del guerrear les colocaban. Este tipo social no podía formarse
en
las tierras llanas
metodizado
comer
fértiles del sur, entre
y
y lleno de responsabilidades;
gentes sometidas a un régimen
porque donde
se vive atado al suelo, prefiriendo ceder
mancera da de
la
siempre algo de sus frutos
antes que arriesgarlo todo frente a quienes nada tienen que guardar y perder.
La
casta guerrera foméntase
de trabajo; donde la
vida y
la
caza y
la
muerte; donde
la el
donde
allí
el
suelo no
ganadería familiarizan con
empapa sudor
los misterios
hombre, mero espectador de
lo
que
se
de
pro-
duce, es arbitro, en cambio, de recoger sus utilidades. Cantabria,
guo por
gSo, de el
la
la fiereza
serranía dominante sobre Castilla, se acreditó en lo anti-
indómita de sus pobladores, y
un üriovo Zahaggeini, entre
los
cargo de «prefecto de los mozárabes»
(Bib. nac; ms. 712,
f.
bj
similares registradas en
v.). la
Añádase
ellos
mismos
confirmantes, es decir, de un individuo que ejercía
— i^áhib-alachem, según
esta voz,
la
zahaggemi, que
transcripción
moderna
era desconocida, a sus
página 123, y también esta otra: atarefa, escudo (10Ó2: cartu-
lario de Arlanza). (2)
serían bien
Gómez- Moreno: Anales castellanos
—
264
(Discurso), pág. 10.
—
CASTILLA aptos, en estos primeros siglos de la Reconquista, para
rebasando hacia
ir
más bagaje que armas y rebaños,
sur sus linderos, sin
sin tradición
de
cultura ni ley moral acaso que dirigiera sus conciencias. Los fueros loca-
con exenciones tributarias, serian cebo que
les,
alcance para
adelante organizar entre ellos
que resultó imposible más
sistema feudal francés, predominand(j en
el
cambio un individualismo exaltado. Sólo
Campos
de
condes ponían a su
llenando de guerreros los castillos necesarios en defensa
ir
del pais, bajo tales condiciones de franquicia,
tierr¿i
los
v desde
y explotaciones, irían
los
a su sombra, corriéndose desde
Alcarria, con opuestos designios de trabajo
la
arabizados poblando algunas campiñas, en si-
tuación jurídica grandemente desventajosa respecto de los caballeros, y
por consiguiente sin intiuir, a no ser levantando cargas, sobre
la
marcha
de vida castellana.
podemos
Ésta
Rodrigo fué
tilla;
nan
el
rastrearla en el fuero de Castrogeriz, en las gestas de
Campeador, en
el
nervio de
la historia
la
la
leyenda de Avila y en
como
Reconquista, y
Fuero
viejo de Cas-
sus glorias militares lle-
cruenta de nuestra España. Pero no son éstas las que aquí
de León y de aquellos signos de cultura que, sobre influjos
perseguimos; baste anotar su desacuerdo con de Asturias, y
tal
el
la falta
los tipos sociales
meridionales, venimos anotando. Ellos alcanzaron, sin embargo, acceso en el
como no
país,
podía ser menos: un pasaje relativo
García (ioo5 a 1021) nos en
el
que
descubre vistiendo ropas morunas y sentado
suelo entre cogines mientras daba audiencia
llegó a
Córdoba con su
también celebró biendo
como
el
ejército en loi
caber en
para imponer
el
mismo conde
allí
primer pacto de mudejarismo de que hay
las
regiones periféricas de Castilla,
el
arte,
de
modo que
capítulo anterior,
renciales de regionalismo, en
si
un
califa,
y
noticia, reci-
la
Cantabria occiden-
primitivas de allá podrían
las iglesias
a su vez
armonía con
no presentasen caracteres difelas
notas geográficas. Son
(i)
Dozy: Recherchcs.
(2)
Anales complutenses: l£spaña sagrada,
Anales Compostelanos,
..,
3.*
bajo
edición;
el
año
— 34
Es
o Asturias de Santillana, resulta sujeta a influjos directamente leoneses
en cuanto a su
los
i
(i).
vasallos a los sarracenos de la frontera castellana en 1019(2).
Respecto de tal,
le
conde Sancho
al
t.
1,
loii.
265
—
mo-
pág. 204. t.
XXIII, pág. 312. Compárense
CASTILLA zárabes, en sentido análogo que otras de Asturias, no porque rastrear colonizaciones meridionales, sino por iniciativa
vidual y porque en
el siglo
X
la
sea dable
allí
puramente indi-
superioridad andaluza en arquitectura
refluía sobre cualquier país aledaño,
siempre que cierta depuración de
gustos hiciese buscar primores de estructura en los edificios sagrados.
Las otras dos regiones aludidas
un solo leonés, vos,
edificio de los nuestros
como
principio, Rioja y Soria, conservan
al
cada una; pero insigne, discrepando de
que dan otra nota más avanzada mozárabe. Pudo
merced a nuevos
influjos directos,
ella
dimanar de
de país musulmán,
artífices llegados
que implantaran su gusto propio con más libertad aún que en nesa, por no contrapesarlo corriente alguna extraña; y ello
en los años que corrieron entre correrías de se
lo
su alejamiento justifica, y con arabismos altamente expresi-
el
pudo acaecer
de Simancas (939) y
la feliz batalla
Almanzor, o después, bajo
tierra leo-
las
conde Sancho García, mientras
gozó de paz y pudieron recogerse los adelantos artísticos del Califato. Algo más tarde, cuando, disuelto éste y disipada su amenaza, los cris-
tianos rehicieron su poderío, volviendo a cultivar las artes, bajo
Mayor y sus
hijos, el
predominio navarro
diferente, la transpirenaica, y con ella
llevó consigo
Sancho
un cambio de gustos, que
sobre Castilla y León, reinando Alfonso VI,
el
una orientación atrajo
cristianismo galicano, con
el
sus monjes, ávidos de agiografías, de iconos y de magnificencias con que
alucinar imaginaciones, y aspirando no a tacto lo
agrandó todo:
iglesias, culto,
la
soledad sino a regir. Su con-
imágenes, santos, milagros, peregri-
naciones, guerras civiles, nobleza, conquistas y derrotas; y ello prendió,
como
es natural,
con más fuerza en
donde
Castilla,
pedía un apoyo moral de aventuras también a el
milagro apenas dejó atención para regularse por
Ante
este fulgurar
se desvaneciese, y
diese dos
rumbos:
sores de afuera,
que
humanismo soñador
la
ya, exaltado, venció en fuerza
tomando
y donde
la fe
en
la
España del
siglo
X
raza nuestra
empren-
dinámica a sus propul-
ilusiones por realidades, con logros a veces tan
prodigiosos que hacen dudar de
la
eficacia de la razón;
encerróse en un culto de individualismo, asequibles,
de
vida aventurera
la ley.
de ideales nuevos, resultó que el
la
lo divino,
como
si
propias y extrañas, no valiesen lo que
propio ensueño.
—
266
—
ya, deprimido,
todas las realidades la
inmanencia del
SANTA MARÍA DE LEBEÑA Los valles de Liébana, territorio Li vánense bajo Alfonso
I,
antifi;uo,
repoblado
constituyen una región medianera entre y\sturias, León y
con límites naturales de montañas altísimas y en forzado aisla-
Castilla,
miento: pero
como
sus aguas, que forman
Deva, caen
el río
mar
direc-
como apéndice
tamente, parece razonable considerar esta tierra
embargo de corresponder
Asturias de Santillana, sin
al
León en
a
de
las
lo eclesiás-
y de que dependiese de Castilla su gobierno, cuando alcanzó auge
tico,
mayor
el
iglesias,
condado de Carrión y Saldaña. Lo más famoso allí, en punto de es el monasterio de Sto. Toribio, antiguamente llamado San
Martín, en
el
lugar de Torenaio o Torenao, cerca de Potes, anejado
niacense de San Salvador de
uña por
Alfonso,
el
de
las
Navas, en
1
al
clu-
183 (i).
María de Flevenia en la forma Leveña,
Igual suerte corrió en 1187 esta otra iglesia de Sta. (2),
sobrenombre vulgarizado, desde
cuyo tal
XIII,
edificio es joya de aquel país, rivalizando en
con Santiago de Peñalba
Su becerro, en
(i)
cumentos... de Id.
(2)
Alienor...
eiusdem
Planum in
el siglo
id.:
dono
et
la
el
real
Academia de
«Ego Aldefonsus Dei et
cum
Bezerril... etc.
incierta, pero
Pacta carta
debe ser Era
II,
que
i.
et
in
Levana
el
— índice
de do-
pág. 39.
Castelle et Toleti
re.x
monasterio sancti Salvatoris Onie
apud
1225,
B), folio
Historia, tomo
quatuor solaribus... necnon
en otros diplomas (Índice de (3)
la
gratia
eiusdem conventui
ecclesie electo universo regis...
monumen-
(3).
Archivo histórico nacional (990
concedo Deo
importancia
et
una cun»uxore mea vobis
domino
Petro
cuerano quod dicitur
ecclesiam sánete Marie de Flevenia,
et
Burgos era .wccxxi kalendis iulii.» La fecha resulta es
cuando
el
documentos...
Hay dos caminos opuestos para
abad Pedro figura también como electo t.
ir allá: el
11, p.
37).
uno en coche, con
servicio regular des-
de León a Potes, faltando aún hasta Lebeña una legua por carretera, hacia norte;
el
otro,
desde Unquera, estación de ferrocarril entre Asturias y Santander, alquilando coche para recorrer los 31 kilómetros que de arriba.
en
el
allí
En caso de pernoctar habrá de
tiempo que media entre
el
dista nuestra iglesia, por
proseguirse hasta Potes;
paso de dos trenes.
—
2G7
—
buena carretera,
mas
la
río
Deva
excursión es factible
CASTILLA
A
propósito de su historia se alega una escritura del becerro de
compuesto
Sto. Toribio,
a principios del siglo
XIV
documento dema-
(i).
siado sospechoso por varios conceptos, pero vulnerable definitiva y direc-
tamente en
pergamino
vista del
original,
fingida letra mozárabe, trasluciendo
en interés de
los
un milagro de
una
Oña probablemente,
cluniacenses de
San Martín. En cambio,
Su última
(1)
en los folios 3 y 8
es la
menos descuidada,
v.,
hecha
copia que publicó
la
María de Lebeña,
Archivo histórico nacional:
(2)
i885, pág. 37),
sala
sit
el
éste certifica
la
resulta dos veces trans-
segunda redacción, que
la
señor Torres
Campos (La
De aquí parece
venir
la
otra copia
274). El falso texto original dice: «In Dei
quod ego Alfonsus comes
cuntís ac manifestum
monasterio de
con algunos verros.
caja 212.
II,
impresa por Sandoval en sus Historias (pág.
nomine. Notum
documento
con variantes considerables; y sobre
está
(2).
iglesia al
documentación auténtica de
fecha, Era 1354, al parecer. Este
crito,
iglesia de Sta.
la
hecha
parece comprobado
ni siquiera
anexión de nuestra
la
con
a fin de acreditar
fundado en tradiciones
Sto. Toribio, quizá
hecho fundamental de
se conserva,
falsificación del siglo Xill,
Rechacémoslo por completo, ya que el
que también
et
mea uxor
lusta
cometissa hedificaumus ecclesiam sánete Marie de Flebenia ut transferrem Corpus sancti Turibii in eam,
et
sum usque adeo quod
iudicio Hagellatus a culpa qui
cum
quantum habui
quia famulis meis precepí ut foderent,
cum
cepissent fodere, divino
factus fui cecus, et milites
sarcuiis cecipissent fodere
in
et
Lcvana sancto Turibio,
mei qui erant inmunes
lumen amiserunt. tune
et tibí
Opila abba,
obtuli corpus
meus
et
ibidem Deo ser-
et clericis
vientlbus, vídelicet offero et concedo eclesiam sánete Marie de Flebenia que est sita in alfoz
de Celorico ibi
ad
me
meo
ecclesia sancti
p^rtinet. et illam
meo
de domino liter
cum
Romani
et
cum
meam maredes que est in alffoz de Cereseda cum ómnibus suis pertinenciis et cum suis
rege Ordonio
bodiam quam habui ex meis sancto Turibio
et sancti
avis.
cum quantum quam comparavi
hereditatibus et collaciis et
hoc totum dono
Martino pro anima mea
ventu clericorum recepi lumen quod perdideram a
et offero et et
terminis
corpus
et
simi-
meum domino
parentibus meis, eo quod inter-
Domino
ihu
Xpo
per intercessionem
beatissimi Turibii et milites mei et famuli receperunt lumen, facta scriptura donationis era dcccclxiii die
Gonzavet
mus
fieri
volverit
iiii
in Castella.
nonas decebris sub principe Ordonio
Ego comes Alfonso
confirmamus
sit
et
manibus
in
Legione
lusta
et
teste.
Muñoz
iussi-
hanc donationem 111
libras auri.
confirmat. Ferrat Roiz confirmat. Tel Diat
Sisegundus. omnes milites de Levana
otra letra y con su signo).
—
comité Ferrant
hanc cartam quam
maledictis et luda traditore sepultus, et a parte regís terre pectet
lohannes presbiter
comes» (de
mea cometissa
nostris roboraimus. siquis contra
Roderidus Alfosus confirmat. Belasco teste.
et
268
—
testes.
— Alfonsus
LEBENA existencia de
Alfonso, conde de Lévana, y de su esposa Justa, desde
924 hasta cerca de 963
sucediéndoles en
(i),
según consta en g66
deriz,
(2),
conde Alfonso no consignaba su
además
castellano;
resulta
condado un Fernando Ru-
el
y luego los Benigómez de Saldaña. El
haciendo suponer que no fuese
filiación,
como advenedizo,
a donación real, a contribuciones de
ya que debía sus propiedades
— de conlata amicorum — y
amigos
a compras, sin aludirse a herencia de familia;
pero
que viene más
lo
a
nuestro propósito es saberse, por documenten genuino, que Alfonso y Justa
fundaron y dotaron, junto dicha iglesia de Sta.
María
Xpofori locum vocabulo Cesaría
uxor tue luste
..
Sonna
id est
Emilianus vicarius de comité.»
Froila.
(folio
in
Plano»
40
v.).
collacio sancta in presencia de patre nostro et comité
nante Ranemiro principe ex
manu mea
fui»
(f.
9
didistis
V.).
in
domno
— Era 984: «príncipe
domno Adefonso
(3)
«Notum
Xpo notum Marie
illa
señera ad
«Reg-
orta
illa
Sahagún;
dominis
ecclesie id est
sit
fui et
quam
pren-
in
Legione»
n." 379:
Era 990,
comité nostro Adefonso ín Levanense.»
Sahagún, n.°4i3.
térra Libanensi » Cart. de
et sancti
sita est in
et
et
Ranimiro. Alfonsus comité preses
del monasterio de Piasca, en el de
«Comis Fredenandus Ruderiz
Rufine cuius baselica
Allefonso»... Kra 979.
.
(2)
est
nos convenció
fuit ínter
comité.» Era looi «Sub Sancio principe
«regnante principe nostro Ordonio in Legione
sancti Salvatoris et sánete
domno Adefonso
Era 962. «Regnante principe
etc.
Legione. Allefonsus comes ubi presens in ipsa collacionc
roboravi.» (folio 38).
— Cartulario
sobre-
abitantes in ecclesia sancli
— «Hec
— «Et accepímus de vos térra in Lerones in
de quinta de
(folio 34;.
et
sumus
vobis comiti nostro
et Citi
comutaremus pumares
ut
la
Tod(j esto, no divulgado hasta hoy,
(3).
Becerro de Sto. Toribio: «Nos cultores qui
(i)
et
lugar de su residencia, Flevenia,
al
Romani
et ÍVIartini et
locum quod
patronis meis glorióse
et
sánete Prisce et sánete luste
dicitur Flevenia
quod nos
serbi vestri
Allefonssus et lusta superno timore conpulsi propria et spontanca nostra volúntate absque aliqua persequcione vel necesitate
non
anime nostre redencione eredendo
ei
reeipiet in
eternum centuplum.
et
quia in
atinguet nisi elemosina ipsa extinguet
premium Pro
id
de
esse tali
servatum pro
fide
potestatis
illa
omne peccatum
visi
ideo ad
expectam quia non
sumus abere nos iam
est
sit
(
sícut
in salute nostra
raspad ura)
non
arta
Xpo obtatum
Deus
suscepio pro
set
unum munum...
pecunia quamlibet
promisione gaudentes piacuit nobis
senso ut quidquit
non alícuius ínpulsione
qui dixit: qui diderit
homo
balet
ñeque
credidi nobis
ut mereciatur.
uno animo paríque con-
supradicti id est Aldefonsus et lusta in villa
Flebenia conccdímus ad ipsa ecclesia que nos laboravimus sibe ercditabimus de ea omnia
quantum abemus vincas etiaiii
ct
pumares
in
ipsam villam ipsos palacios
et olivares et figares et
de conlata amicorum sibe
Plebenia sibe
et in
Cesárea casas
et
et
cum suo
pumiferos
et
exitus et regrcssus
quod conperabimus
et
ipsas villas qui
erreos et molinos et servas
—
26q
—
et térras et
molinos sive de donacione regís seu
et
pumares
ibidem sunt
sceptis
illa
in
serna
CASTILLA compensa con ventajas
documento carece de
tal
año en que
terior a 924,
alude.
él se
diploma en que su his-
apoyándose.
toria venía
El
descalificación del otro
la
Llaman
los
fecha,
pudiendo sólo
inferirse
condes adquirieron una de
a la iglesia
que
—y
pos-
que en
las fincas a
«baselica», y su principal advocación era
de san Salvador y santa María; expresan haberla ellos construido
mus
es
— labo-
dotan con una cruz, caja, cáliz y patena de plata, lucerna y candelabro de bronce, ciriales, campana también de bronce, dos ra vi
la
un paño para casulla y dos dalmáticas; cama, colcha y manta, para los sacerdotes o monjes que tuviesen la iglesia, y además los
velos de seda,
palacios, tierras, viñas,
frutales,
poseían los fundadores.
Nunca
molinos, campo, dehesa,
que
etc.,
allí
fué monasterio, al parecer, ni tuvo cele-
bridad artística sino en virtud de los estudios publicados por D. Rafael
Torres Campos, desde 1882
La
iglesia
(i).
composición, no
de Lebeña, en su
sino considerada
como un aborto
en su desarrollo, por razones ajenas rante
el
curso de
las obras,
se explica fácilmente
como
artístico; es decir,
que
al edificador,
malogrando
el
idea incompleta
se atravesasen
du-
plan primitivo; pues, dada su
estructura casi perfecta, repele una falta de sentido armónico tan clara y
según nuestros puntos de mira. Quédanos,
a la vez tan fácil de remediar, sin
embargo, un dejo de incertidumbre. observando
otras iglesias leonesas llevan en tes variase
mucho
de sancti Aciscli busta mirabile ex auro
et
modo
del
sí,
como
si la
ecclesie
siricos
ereum obtimum
et
de altera
lum. quia scimus sctiptura que in
manibus
serni
tuis
habes incertum
quod supra iam
locuti
in Flenia ut sacerdotes vel
illud obtineant vendicent
dicit:
est
ereum
(1)
Deo
et regi»
et
redime
enim
panum obtimum
plumacium pallcum
te
homo redime
ut post
mortem
cálice
una maior
te
et
dum
monachi qui
sint liberi
— Becerro de Sto.
vivis
—
dum
signum
et
kabal-
precium
nostra quis nos redimat. Ideoque sancti Salvatoris
sive et posideant. de
omines
11
nostros
quod
ad atque ingenui nuiliusque adentcs patrocinio
Toribio de Liébana; y
et
almuzaalia
et
minore
ipsa ccclcsia tenuerint firmiter et indubitanter
adque defendant
La ilustración española
argenteum
et altera
pro casulla
sumus donamus adque concedimus primum
ingeniamus post nostrum obitum nisi solo
et ecclesie et
letum palleum
nos-
de tesauro de ecclesie crucem argenteam
casa similiter lucerna erea candelabrum
dúos velos
gen-
como estamos
de sentir actual, formados
et exiitus et regresis. id est
genialidades que
ley estética de aquellas
patena, de bestimentis ornamentis ecclesie id est dúos almaticas ciriales alies
las
americana, 270
—
1882,
2.
f.
tomo
I,
pág. 276.
LE BE NA Otros bajo fijados
presión de otros modelos y de sistemas lejos o posteriormente
la
(Láms. C a CVII; Figs. 134 a
Un
137).
tipo arquitectónico bien notorio,
cruciforme,
el
necesidad ante nosotros cuando miramos una iglesia con bóvedas, ésta
de Lebeña. Es tipo que, bajo
demuestran
Sta.
que desde
siglo
el
bizantinas. Sin embargo,
últimos, nacidos bajo
el
la
Nave y San Pedro de
vinculado en Oriente para
hemos de reconocer que,
impulso
el
En
planta,
primordial; pero, luego, afición a
el
muchas veces
donde
ni cristiano,
le
la
cruz parece
ser
tema orgánico
alzado lo desvirtúa, quedando tan sólo en vigor
desarrollos centrales
uniforme y bajo, que do,
moro
pe-
arquetipo de crucero diáfano, con su cimborio y brazos domi-
n¿intes iguales.
la
las iglesias
salvo los dos casos
local de ideas extrañas, en todo este
riodo que estudiamos no se depara otro ejemplar,
prospere
Mata;
la
Puellas y en Melque, según se hizo
las
X quedó
como
tal
godos, estuvo en boga por acá, según
Comba, San Pedro de
que persevera en San Pedro de notar, y
los
por
flota
muy
preeminentes y un cerco, todo
ciñe: el Cristo de la
Luz y
las
Tornerías en Tole-
San Martín de Segovia, San Miguel de Tarrasa y Germigny-des-Prés
obedecen a
Bamba,
quet.
Los cruceros de Escalada, Mazóte, Peñalba, Mar-
este ideal. etc.,
quedan embrionarios, por
por discordancia en sus miembros periféricos. Es
que juzguemos casual
este
de organismo central o
falta
mucha
persistencia para
hecho, racionalmente inexplicable, pero
probado, y en consecuencia debemos fundar sobre
com-
una lev estética
ello
local.
Ahora dad
bien,
es aquí en
fecto,
donde su existencia
se nos revela
con aplastante efectivi-
Lebeña. Su planta (Fig. 134) daríanos un crucero per-
de tipo bizantino, sólo con franquear
los atajos
de hacia los pies,
que, en vez de cuerpos laterales de nave, forman aposentos; o bastaría
suposición de que, por acabar antes y con
mo
completo entre
cimborio al
y,
menos
costa, se omitió
desde luego,
los arcos torales
la
mente
falta
son bajos, quitando notoriedad
supuesto crucero. Será justo, por tanto, sancionar
zarnos en componer
un tra-
dos postreros actuales. Además, en alzado,
los
la
lo
hecho, sin esfor-
del arquitecto inventor a gusto con nuestras
ideas.
El hecho real, descontados prejuicios y suposiciones, deja de fiesto
un
edificio
mani-
totalmente cubierto con bóvedas, sobre disposición
—
271
—
CASTILLA cuadriculada, reservando una mitad de su área para el clero, sin iconostasis, pero marcada con un escalón a todo lo ancho, más otros que añadían
las
capillas. Éstas son cuadradas, pues ya en
hallaremos ábsides de tipo leonés, y te
si
hoy
se
A
los pies
sí
median-
fórmase en
capilla, que, de serlo, nos recor-
darla los contraábsides de Mazóte y Peñalba:
«^
sucesivo no
comunican entre
arcos escazanos, ellos fueron abiertos en i58o.
medio una prolongación, a modo de otra
lo
mas no
está claro
lo
5
que obe-
Ms
Fig. 134. Sta. María de Lebeña: planta
deciese a otro laicos.
otros
lin
que aumentar
Quedan, a derecha
capacidad del
e izquierda,
como venimos observando
asturianas,
la
aunque dentro
destinado a los
dos aposentos, similares de tantos
en iglesias primitivas nuestras, godas y
grupo mozárabe no
del
sitio
se
repiten sino en
Peñalba, y nunca dispuestos a los pies. El estarlo aquí recuerda, por otra parte, los
compartimientos laterales de porches en Asturias, aunque
comuniquen con
ellos
no
se
es
poco verosímil suponer una entrada en medio del hastial de occidente
la iglesia,
excepto en San Miguel de Liño; además,
aquí en Lebeña, porque, en este caso, dicho tramo central sería porche,
—
272
—
LEBENA con
puerta en
el
fondo y arco libre hacia
afuera,
que no
se verifica;
y
para
en rior
estar
muro
el
huelga
tanilla
de
ella
exte-
la
ven-
lo alto.
Sin embargo,
hubo
un hueco gran-
allí
de
lo
y,
según dicen,
informe, antes de ser
restaurado
edificio,
el
desapare-
ciendo entonces sin Fig. 135. Lebeña: sección transversal, hacia los pies
que D. José Urioste, razonara
mente,
las
mismas
el
el
arquitecto,
hecho. Puertas primitivas serian, probable-
actuales renovadas: la principal, hacia sur, con pórtico
delante, fechado en 1797; la secundaria, en el lado opuesto, sirviendo para
i
y
i
y
y
y
M
a
a
a
N
Fig. 136. Lebeña: sección por la nave colateral de hacia sur
—
273
—
CASTILLA una
tamaño
también moderna. Su
sacristía,
— es
grosor de muros, 0.60
proporción de vanos anda
— 14.50
por 10.70 metros;
acostumbrado cuando hay bóvedas, y
el
cerca de ser dupla;
mas
la
la
nave central sube
hasta un triplo de su ancho.
La estructura
puede explicarse brevemente, diciendo
del edificio
misma de Bamba, pero agregadas columnas, según el sistema que empezó a tantearse en Escalada y se desarrolló en Peñalba. Mantiene que
es
la
una gran sí
a
miembros, haciendo que
elasticidad de
mismos, desligados de
los arcos
respondan de
muros y sobre apeos monolíticos, trasdosados su vez por jambas, también de una pieza o poco menos. Los muros pe-
riféricos valen de
simple caja, y
sino dentro de límites les;
los
reciben empuje de bóvedas,
ni siquiera
sumamente
restringidos.
No hay
arquerías
mura-
pero todas las bóvedas algún tanto elevadas posan sobre arcos, y ellos,
siempre, sobre apoyos de absoluta rigidez y cohesión. Consecuencia lógica fué
el
prescindirse de estribos; y
la
bondad
estado de conservación perfecto en que
Su aparejo, en adarajadas de
los
muros,
es de
del sistema se acredita por
el edificio se
el
mantiene.
mampostería ordinaria, con esquinas
puestos de canto y haciendo haz una de sus caras
sillares,
mayores. Por dentro, hasta
el
arranque de
los arcos,
hay un sistema uni-
forme de jambas, hechas de una pieza generalmente, sobre
las
que entran
los cimacios, a diferentes alturas, sirviendo
de impostas para los arcos; y debajo de aquéllos van simplemente adheridos capiteles, fustes y basas,
como en
todos los edificios leoneses de nuestra serie. Jambas monolíticas
vimos en
pórtico de Escalada y en Peñalba; y los dos pilares cuadrados
el
repiten exactamente
el
caso de Mazóte,
por cada frente, y compuesta de dos
empleado
es piedra arenisca de
Las puertas de líticas
también y
los
si
bien con una
sillares la pila. El
columna adosada único material
buena calidad.
monocomo en
aposentos aludidos fórmanse con jambas
dinteles, descargados por arcos de
medio punto,
Asturias, salvo que ellos, los arcos, dejan completamente libre su dintel
respectivo para evitar
aunque
las
en
muy
central no
no hay rebajo para batiente de hojas,
denuncien sus correspondientes quicialeras. Las ventanas de
las capillas,
dras y
la fractura;
el testero,
son también adinteladas, hechas con cuatro pie-
amplias, para llevar celosías (Lám. 5i); pero de
queda sino
el
solero, desde
—
274
que
—
se
formó
allí
la
ventana
mismo una
esca-
BCi
K
CASTILLA para
lera,
erigida
la torre
encima en
que ya no
1830, y
ventanas forman arquillos de medio punto, hacia
el interior:
cuatro corresponden a
la
muy
existe.
Las demás
pequeños y derramados
nave central, dispuestos en
los
hastiales y hacia sur; otros tantos, a las naves laterales, v tres al lienzo de
poniente.
Todas
las
bóvedas son de cañón,
sin peralte ni impostas: hiciéronse
con piedra toba, irregularmente despezada, y su organización saliente del edificio.
Asturias
Hay
otros con tres naves y
— Liño y Valdediós — anteriores en
más
abovedamiento general en
fecha;
más pequeña de
ve a repetirse sino en Bamba. La
es lo
mas
caso no vuel-
el
estas iglesias,
la
de
Valdediós, lleva cañones a lo largo, sin reparo alguno; Liño tiene otro en
su nave central, elevadísimo y con arcos perpiaños, que ya no existen,
pero
de uno; y
las repisas
si
las
naves laterales iban cubiertas con cañones
atravesados, altos y bajos, alternativamente y por tramos
ya vimos señal de cañones atravesados, pero tan sólo en
los
pondientes a un supuesto cimborio. Lebeña nos ofrece un a lo largo, cortado en su mitad por
matar
el
rabe leonés y castellano, riéndose
forzando
un atajo sobre arco,
nunca
efecto de largas superficies abovedadas,
como tampoco
En Bamba
brazos corres-
cañón central al
propósito de
vistas en lo
mozá-
propiamente árabe, prefi-
lo
impresión misteriosa de altos muros, que no permiten ver, sino
la
la visual,
su acabamiento. De los cuatro arcos medianeros, entre
nave central y colaterales, igualando con
los
los
dos de hacia
la
cabecera son pequeños,
travesanos de las naves menores, y los otros dos, en
cambio, emparejan con especie de
en
(i).
los
travesanos de
la
principal,
crucero, desigualdad a que responden
formando
las cubiertas
asi
una
de los tra-
con sus cañones atravesados, a diferente altura dispues-
mos
laterales,
tos.
Los compartimientos colaterales extremos,
es decir, las capillas
me-
nores y aposentos, llevan cañones, volteados en sentido longitudinal y
muy
bajos, de suerte
que no comprometen con grandes empujes sus muros
exteriores: en conjunto el sistema de equilibrios resulta perfecto (Figuras
135 a 137).
En
los
arcos de
las
tres
capillas rómpese
quizá por influjo asturiano, dando preferencia a
(i)
Haupt: Die
Baukunst der Germanen;
—
276
—
fig.
la
la
tradición mozárabe,
curva de
medio pun-
126 y lámina inicial.
LEBENA tü,
con peralte en líneas verticales
seguramente
sorios, jas. 1
Su despiezo cuando
58o,
a lin
de
el
la
ruines
}'
,
formando como un
lisos,
hubo de chaflanarse en
un friso con adornos de re-
sí
alfiz en conjunto: pero su
sorios menores, son de
unos a otros, entre un tercio cumplido de su radio y
en razón inversa del tamaño, según costumbre; pero,
contrario de
como
más de
solía procederse
lo
que
como
el
tanto varia-
semirradio,
sus sal
m eres
curvatura general pide
la
en tiempos godos
despiezo
su desarrollo excede a las mediciones. El
CU I).
en crucería, y cuatro acce-
torales,
herradura, con prolongación algún
o primeras dovelas avanzan
mala he-
bien acaso prim¡t¡\a (Lám.
si
Los demás arcos, a saber, cuatro
ble de
acce-
él los
bóvedas ane-
las
Escalada; de sus extremos penden suplementos verticales,
chura da impresión de cosa postiza, ,
y sin
para
comunicación susodichos, descanti-
se hicieron los arcos de
como en
mayor
mínimu
es radial, y la arista delantera
lados igualmente. El arco toral lleva sobre lieve,
capilla
de lograr un altu
—
—
al
efecto óptico de
el
es radial,
con hiladas
horizontales abajo, a las que suelen seguir algunas otras convergentes a
punto más
alto,
para disimular
casos ya registrados.
En medio ajuste
el
desacuerdo de
líneas,
como en
tantos
suele haber, en vez de clave, una pieza de
muy
por abajo
estrecha; el dovelaje es trasdosado, y el
intradós mantiene las concavidades
que desde Escalada tando (Láms.
Como
CU
Celanova
a
se
han ido ano-
y CIV).
va dicho, las
columnas
son entera-
mente de piedra arenisca. Sus fustes conservan el
más
éntasis clásico,
o
menos desgarbadamente
y por excepción. Las basas son áticas, con bocel
filetes,
las
perfil
de
según
(
1
las
basas
el
modelo usual leonés
(Fig. 139),
1
recordando especialmente
impostas de Bamba, aunque sin adorno y más sencillos. Por último,
(i)
El señor Torres
tas protuberancias,
sólo fuera
ron
menudo (Fig. 38), y a veces muv feas ). Los cimacios compónense de dos escotas entre
superior
Fig. 138.
Lcbeña:
las
como
una adherencia
columnas.
Un
Campos afirmó repetidamente que una de garras, en sus ángulos. fortuita de argamasa, y
Hoy no
como
tal
las tiene,
las
basas llevaba cier-
y es presumible que
desapareciese cuando se limpia-
ejemplar de garras sería único en este periodo, caso de haberle.
—
277
—
CASTILLA los
capiteles encajan en
culpidos por los
el
la
mismo que
propia serie leonesa, pudiendo creérseles es-
hiciese los de Peñalba y pórtico de Escalada:
de las capillas laterales son especialmente análogos a estos otros: yoría,
cuyo
alto llega a 42 cmts., es
tres filas de hojas,
y siempre
débiles y collarino
mayores plicada
lleva la
solamente dos
muy
Lebeña: de los cimacios
Fjg. 139
desarrollados,
los
más opulenta, con
acompañan uno de
tilas
inferior con roleos,
(Lám. CVl): un par de perfil
las
sogueado;
caulículos
estos
capiteles
de hojas, pero
como
menores
ñores entre
ma-
la
com-
otros de Hornija tiene caulículos
medias, en
uno, y
abacos rectilíneos; pero sobre ellos y mediante escota-
duras fíngense otros abacos de tipo corintio usual (Láms.
CVl, a
la
izquierda, y CVII).
La restauración de
esta iglesia, efectuada en i8g6, bajo excelentes
condiciones técnicas y económicas, redújose por dentro a una limpia ge-
m, Figs. 140 a 143. Lebeña: modillones de los aleros
neral y renovación de enlucidos, sin trastorno sensible; por fuera, en bio, fué
de
el
un desacierto grave
punto de
la
reposición de aleros, nada apremiante, des-
vista de consolidar, y
muy dudosamente
cam-
basada en supuestos que hoy parecen
aceptables, una vez adquirida experiencia
278
mayor de
la
LEBENA que pudcj alcanzarse entonces. Afortunadamente del señor
Torres Campos
a resolver el
Hoy
(i)
los datos
y fotografías
dan alguna idea del estado antiguo y ayudan
problema.
cobijan toda
la iglesia,
salientes aleros, volados sobre
en sus dos zonas de tejados, alta y baja,
modillones, en su mayor
parte
moder-
^) 7>
im
Figs. 144 a 147. Lebeña: modillones de los aleros
nos, pero copia exacta, con toda su prolija decoración, de los antiguos.
Son
éstos de tipo leonés,
como
los
de Peñalba, por ejemplo, con cinco
lóbulos, generalmente, y aventajando
adornan sus costados
las
el
superior en corpulencia a los otros;
usuales ruedas en espiral y flores de seis pétalos,
pero además, hojas, tallos ondulados,
más
flores, lineas
quebradas,
etc.,
con poco gusto y labor mezquina, que recuerda cosas de Asturias (Figuras 140 a
147).
Por solera de estos modillones, cuando van dispuestos
horizontalmente, y a
(i)
modo
Conservados por su
de frisos bajo
hijo, D.
los frontispicios
de
Leopoldo Torres Balbás, y puestas por
ción nuestra.
—
279
—
los hastia-
él a
disposi-
CASTILLA corren fajas llenas de adornos también, armonizando con
les (i),
friso del
arco de
la capilla
mayor,
a
que
se aludió arriba (Fig.
otro
el
Su
148).
decoración forma ondulaciones jas,
acompañadas de ho-
y alguna vez aspas a
biseles enfiladas (Figs. 149 a
con
154),
la
particulari-
dad de que cada pieza va rebordeada y que unas a otras se
f
MiV^^i*-""^^
^SSBS^BSS^S
T"^
l1l^Ml^|(¡»lll[^j^j|[y||||lH| llllllu^||!l:l(lllltllll^lllMllll ll^|||||[|lllllJlll
Fig. 148. Lebeña: friso de
encima
III
lili ijiii|iiil lli
del arco toral
yuxtaponen a ca-
pricho, sin enlace ni continuidad.
En
partes no removidas
y en gran parte ocultos
los
res-
la
NE. (Lám. CV), vense
tauración, por ejemplo al costado de la capilla de
remetidos
cuando
modillones, probando que alguna
vez
redujo
se
aleros
estos
el
vuelo de
bajos,
para
su
mayor seguridad, probablemente. Líneas de modillones, corriendo oblicuamente los frontispicios ^i^ij'^i
tal
como
se
sobre
y sin solera,
ven aquí en Le-
beña, chocan, por desvirtuar, !¡|l|IUini1imi¡li¿nillliminiinilimlll.||_limiiiMil/lillUlin,iililuim.»i
quizá, un principio de gran lógica,
guardado en todos
edificios del
sobre
la
los
grupo mozárabe,
razón deque
el
alero
sirve para echar afuera
las
aguas, y que éstas no se de-
rraman sino por
la
base del
tejado. Antes de la restaura-
ción estos frontispicios iban
desprovistos de voladizo o Figs. 149 a
(1)
I
52.
Lebeña:
frisos
llevaban sobre rudos pedrus-
de los aleros
El de hacia poniente, abajo, fué añadido
—
280
le
cuando
—
la
restauración, para embellecer.
LEBENA eos, por efecto de
de
la
alguna reforma (Láni.
nave central, intactos
probando que
el
(]).
Todavía
los aleros laterales
parecer, rematan sin modillones de esquina,
al
vuelo no se extendía por
los hastiales,
de acuerdo con
lo
observado en Peñalba, Escalada y Moroso. Todo hace presumible un desacierto en
restauración, y sería plausible restablecer
la
puso mano
en ello ligeramente
La conformidad entre
lo \iej(j,
ya que se
(i).
esta iglesia de
Lebeña y
las
mozárabes leonesas
queda evidenciado, y no hay que insistir en ello. El prescindirse de estribos denota una mayor fijeza en las teorías bizantinas que sus hermanas de
Bamba
de
las capillas
to inicial
y Peñalba. Los tres arcos re\elan qui/.á un inten-
de seguir otro rumbo, dan-
medio punto. Quizá
do preferencia
al
un
educación limitada,
artista de
el
autor de sus hermosos capiteles acaso, inlluído por constructores mozárabes,
produjo todo
el
edificio,
eludiendo
bóvedas complicadas y sutilezas de estereotomía, en lo que
él
desmerece
ll!|l||l|l!l!li!lllfllllllMtil^
sensiblemente. Respecto de cronología relativa, el cotejo les
con
ambas
series, contra la
Mazóte,
etc.,
y 154. Lebeña:
frisos
de los aleros
de estos capite-
de Peñalba y su
los
Figs. 153
fijeza
dentro de un tipo, característica en
exuberancia de variaciones en Hornija, Sahagún,
hace presumible que interviniese un
mismo
artista
en ambas
obras, y por consecuencia su proximidad de fechas, con precedencia
de Lebeña
do con
más
bien, es decir, hacia 930; y ello va perfectamente de acuer-
los datos
que poseemos del conde Alfonso, edificador suyo.
Respecto de éste cabe sospechar bajo
la
si
seria
Magno o de heredados y de nombre
protección de Alfonso
mención de bienes
el
un noble
PJn
los
adjuntos trazados
se
forastero, acogido
Froila su hijo. El no hacerse
patronímico:
rencia de amigos, que contribuyeron a su auge;
(i)
el
la
extraña refe-
nombre de
Justa, su
ha hecho abstracción de estas innovaciones, que
fotografías acusan ampliamente.
Más reproducciones fototipicas publicó
en su monografía descriptiva de
la
restauración.
281 36
la
el
las
señor Urioste,
CASTILLA esposa, extraño en
de figurar
la
región de norte v ratificado de andaluz por
santas sevillanas Justa
las
iglesia, V la dedicaci'jn al
dad de
las titulares
hecho
el
de nuestra
santo cordobés Acisclo de una serna, propie-
mismos condes, parecen
los
Rufina entre
\'
indicios ajustados al caso, tal vez.
SAN ROMÁN DE MOROSO más hacia
TJn poco
de Europa, en influjo
so
el
oriente, lejos ya del
mozárabe leonés en Cantabria, mucho menos si
metros hacia norte
la iglesia
lavega en sentido contrario
Román
la
margen derecha
del río Besaya,
de un valle cubierto de robles, y próximamente
encumbrado que Bostronizo,
de Moroso, dado
lo
al
mente con sus anejos, entre
lugarejo del que dista pocos centenares de
en cuestión, y unos i8 kilómetros de Torre-
tardía
conocemos de
de Silos por
la
que figuran
los
este
monasterio de San
reina Urraca, en 1119, juntala iglesia
de Santa Leocadia
de Bostranigo, campos y dehesas
(2),
permaneciendo, hasta
menos, como priorato de Silos
(3).
Debió quedar abandonado
lo
cuando
(i)
la
las
la
Desde
la
estación de las Fraguas, en
ruina de Moroso queda
pendientes (2)
allí
muy
la
cerca de
la vía férrea,
a
puede
arriba.
irse
En de-
norte de las Fraguas; pero
son enormes, y los senderos, difíciles de reconocer. regis Aldefonsi regineque Constantie
cartam... testamenti... ecclesie sancti Dominici... monastcrii vidclicct sancti est in Asturiensi patria et
minatum BostranÍ90 (3)
a
el edificio
línea de Falencia a Santander,
una media legua hacia NE., cuesta
«Ego Urracha... Ispanie regina
Moroso quod
XIV
el siglo
exclaustración; desapareció su tejado y armadura, cayéronse a
a Bostronizo fácilmente, pues sólo dista
recho,
mismo de
(i).
documentación
Sólo
significativo y valio-
bien no aparece clara una derivación
presumible del mismo. Existe sobre lo alto
los Picos
apacible valle de Iguña, consérvase otro testimonio del
que Lebeña, pero congénere,
hacia
nudo montañoso de
et
cum
D. M. Ferotin:
cum
suis ecclesiis...
cum
filia...
Romani de
suo rure nomine preno-
sua defesa... Facta carta séptimo calendas aprilis era
Charles de Silos,
—
282
p.
43 y otras.
—
fació
i
iSy.»
MOROSO pedazos varios miembros, y
amenaza la
asi está,
perdida en medio del monte y con
de seguir arruinándose: su propiedad parece que corresponde a
parroquia de Bostronizo en calidad de ermita.
tamaño
Por
(Láms. CVIII
y disposición este monasterio es de
CX;
a
i55 y
figs.
i5(3):
nave, con una
los
más humildes
sola puerta hacia
norte, y capilla casi cuadrada, en el testero, le constituyen; aquélla
6.30 por 4.50 metros y tuvo
capilla
por
3.36
de madera a dos aguas, y con has-
por consiguiente;
tiales,
la
armadura
mide
no
pasa de
3.20
metros,
conservando arranques de
bóveda
una
cañón
semicilíndrico,
hundida, ángulo
con
de
testero
todo
la
el
^¿v^^^^^^^^^
quizá
SE.,
por culpa de
daña,
de
espa-
erigida sobre su Fig.|i55. S.
durante
Román
de Moroso: planta
pe-
el
ríodo románico, al parecer,
con dos arcos a
í
medio punto y moldurajes
en chaflán (Lámi-
na CIX). Si se
exceptúan
al-
I
gunas grandes piedras en
la
J
base del edificio,
su aparejo es todo me-
nudo, con
sillares
cuyo
grueso no excede de 30 centímetros, y descien-
Fig. i5ü.
Moroso: sección longitudin.il
de hasta casi una mitad
en ciertas hiladas. Sin embargo,
las
esquinas ofrecen apariencia de
grande, por llevar sus piedras asentadas sobre uno de
como
los
sillería
cantos largos,
en Celanova, por ejemplo, y así ofrecen superficies de hasta 107
por 63 centímetros, alternando con hiladas de otros sillarejos tendidos, 283
CASTILLA
Fig. 157.
Moroso: aparejo de su
para encadenamiento de
Puede observarse que mientras
los
la
obra,
ello fué
ángulo de NE.
capilla en el
con bastante buen orden (Fig.
iSy).
asentado a hueso, es decir, sin mortero,
paramentos de hiladas estrechas
solas llevan tendeles de barro
V núcleo interior de pedruzcos, sistema difícil de explicar racionalmente y
cuyo mal resultado ruina de
la capilla.
se
El
denuncia con
material
la
es piedra
arenisca, semejante a la de Lebeña, y su
labra se hizo a punta de cincel, difiriendo
sensiblemente de ría,
más
lisa,
la
sille-
denota que se labró a boca
Quedan
de escoda.
espadaña, cuya
vestigios de
miento por dentro, de color El cañón de
revesti-
rojizo.
bóveda susodicho
era de
también, arrancando, pero sólo
sillarejos
en su costado derecho, sobre imposta de bisel.
en Fig.
1
58.
Moroso: ventana del testero
Al
mismo
forma
de
Ventana, y
—
284
—
lado hay una credencia,
nichito;
más
Otra igual en
el
arriba,
una
testero,
am-
MOROSO derramadas
bas
hacia
adentro y provistas de su losa correspondiente, calada en forma de arquillo de herradura,
que
angosta por abajo y
al
exterior diseña una es-
pecie de cruz íFig. i58).
dos
Otras
como
ventanillas,
ábrense
saeteras,
hacia sur en
nave, y
la
una más sobre toral, bien alta,
do con exceso de Fig. i5g.
(Lám. CX)
de
es
Moroso: arco
toral
arco
rebasan-
el
trasdós
colindante bóveda.
Este dicho
con
herradura,
la
el
arco toral
la
prüpürci(3n máxima observada en Mazóte, Peñalba, etc., es decir,
excediendo
en tres quintos del radio su flecha al semicírculo; apenas puede considerarse trasdosado, por a
tramos
desigualdad que con
recorta su dovelaje hacia
se
despiezo aseméjase
lo alto,
y
ciertas
obras
el
la
bárbaras,
al
de
especialmente
de Cataluña y puerta de Escalada, pero llevando las divergencias hasta
que
creíble
se
hacer
procedió sin regla alguna,
y cerrado sin clave, mediante una pieza
que
siquiera guarda simetria; desde
ni
luego, no hav junta alguna en direcci(')n radial,
yendo todas a puntos más
excepto
las
altos,
dos primeras que son hori-
zontales (Fig.
1
59).
barismo arrojan
las
Otro indicio de bar-
impostas
o
cima285
—
Fig. 160.
Moroso: imposta del arco
toral
CASTILLA cios del arco
mismo, que, remedando
desarrollan sino chaflanes oblicuos en
vuela completamente
al
aire
Fig. 161.
falta
la
usuales nácelas escalonadas, no
número de
molduraje,
su
siete (Fig. 160).
y aun
al
Ahora
izquierdo
lado
Moroso: modillón cabero
jamba monolítica; pero
lumna que
las
la
conservada mantiene rastros de co-
se la adhería tangencialmente,
según costumbre. La puerta
de entrada fué otro arco igual, con impostas idénticas y
de columnas
falto
también; pero se
le
desmontó
con
intención
una
finca próxima,
allí
al
de llevarlo a
lado en
y yacen
montón sus
piedras: bien hubiera el
culpable
hecho
reparar
en
el
daño, asentándolas de nuevo.
<
Respecto
286
las
columnas,
fácil
hallarlas en
algún edíficio dc
las cefcanías.
quizá sea Fig. 162. Moroso: modillón de la nave
de
MOROSO Un
último orden de miembros importante son
formaron
que
las alas
de su tejado, en
rematando
los hastiales,
ambas
los
modillones que
vertientes de norte y sur, puesto
como va
en frontispicios, carecían de ellos,
dicho. Son del tipo leonés usual, con cinco o cuatro baquetones, casi iguales entre
lo
sí,
que será indicio de
cierta
posterioridad, según las
enseñanzas obtenidas en León, y a sus costados llevan
las
ruedas y flores
de costumbre, pero desgarbadas y sin primor alguno (Figs.
i6i y 1G2).
SAN JUAN DE SOCUEVA Un la
Maximiano Regil
artículo de D.
con todas sus deficiencias,
(i),
es
única información que alcanzamos respecto de este modestísimo san-
cuya asimilación
tuario,
comprobaciones
grupo mozárabe parece verosímil, aun faltando
al
históricas.
El valle de Ruesga, en las regiones orientales de la
de Santander, tiene, hacia su parte sur y
man Socueva,
elevada,
el río
Asón, y dominado por
es de caliza gris floja,
la
provincia
un barrio que
adscrito al ayuntamiento de Arredondo, por
cerca de sus fuentes
Juan. Ésta
más
misma
altísima
lla-
donde corre
peña de San
que da lugar a una porción de cuevas,
y entre ellas una se transformó en ermita, con título del santo Precursor. Es, pues,
una gruta natural,
muy
mientos por muretes de mampostería, y neras (Fig.
163).
Constituyese
así
pequeña, dividida en compartila
alumbran escasamente dos
una especie de nave y una capilla
redondeada, mediando entre ambas una de
mando arco de herradura, bisel V
como
muy
credencia, y
(1)
na
todo ello
Boletín de
rústico
allí
la
se
tro-
las
susodichas paredes, for-
de 80 centímetros de luz, con impostas a
(Lám. CXI). En
conserva
el altar
la capilla
vese un nichito,
primitivo, de piedra arenisca,
Sociedad Española de Excursiones, tomo
189.
—
287
—
IV, pági-
CASTILLA formado pur un soporte con ochavas algo cóncavas v
tablero, de 5o centí-
metros en cuadro, chaflanado por abajo. Sirve hoy de base a una imagen relativamente moderna.
La
capilla redondeada,
como
los
ampliamente desarrollado, y aun
el
ci(')n.
ábsides leoneses: altar justifican la
traza del arco,
la
susodicha atribu-
pudiendo creerse que
se trata de
ermita del siglo X, análoga a
morus,
la
las
de
una
\ illa-
Cogolla y San Pedro de Rocas,
justificando las referencias de monasterios
rupestres en aquel siglo, donde los ereFig. 163.
mitassc rccügían para
S.Juan de socueva: planta
A-xi
vivir santamente.
'
.<
SAN MILLAN DE LA COGOLLA <>L
Emiliano
'
gados ocios por le
o Millán fué un pastor de ovejas, que entretenía sus oblilos
exaltaron hacia
montes pulsando una especie de la
Divinidad, arrastrándole
al
cuyas melodías
cítara,
cultivo de su espíritu,
bajo las enseñanzas de un famoso eremita llamado Félix. Volvió luego a
villa
Vergegio, su
jóse hasta lo casi
patria, desde
más escondido de
cuarenta años. Por
fin, el
donde, mal avenido con
la sierra
vecina, pasando
de Vergegio; mas
el
le
tal
la
puso a regentar
santo varón, atento a ejercitar
do necesidades, disipó de
en
soledad
obispo de Tarazona, deseoso de aprovechar
sus virtudes, forzóle a ordenarse de presbítero y sia
allí
las gentes, ale-
la
la igle-
caridad socorrien-
suerte los intereses temporales que
le
estaban
confiados, que su clero se alzó en quejas y fué depuesto del cargo. Retiróse
entonces a su antigua morada, cerca del lugar mismo, donde tenía un oratorio: allí
acudían enfermos y endemoniados, buscando
su palabra, hasta que, enfermo y decrépito, ciertas vírgenes
un años cuando Su
consagradas falleció
al
la
virtud eficaz de
hubo de recogerse en
Señor, alcanzando
la
casa de
edad de ciento y
en 574.
vida, escrita por san Braulio, sobre testimonios de personas
2»»
—
que
LA COÜOLLA trataron a Emiliano
ha dado motivo para pr(jclamar
(i),
gloria de su
la
nombre; pero también para discusiones violentas, fraudes y recelos deplo-
que aun padecemos. Una
rables,
de esta contienda,
fase
de que
la
santo
el
hubiera sido abad y benedictino, cesó ya de merecer sostenerse; otra cuestuvo últimamente un campeón decidido,
tión, la geográlica,
guella
rebatiendo, a favor de
(2),
Min-
P.
el
tradiciim y con éxito, las pretensiones
la
aragonesas, que formulara con su vehemencia natural D. Vicente de Fílente to, el
(3).
Es cuestión resuelta, y más
no alegado que yo sepa, sobre santo hizo vida eremítica.
el
como
acredita
mucho más
diciendo: «Dorius nascit in Dircetii montis»
brióse
dominante sobre
sierra
la
montaña misma donde es llamarla Distercio; el P.
Minguella, dicen:
verdad: un pequeño tratado geográfico,
la
inserto en códice de 932, pero quizá
cación con
la
Lo común y moderno
y ésta es
(4),
toma por base un argumen-
nombre de
pero los códices antiguos de Braulio, «Dircecii montes»
se
si
antiguo, lo menciona,
modo que
de
(5),
Cogolla es indudable.
la
sa en esta forma:
DERCETIO SACRVM
cia epigráfica del
monte Teleno, como advocación de Marte
Entre
(i)
tellana:
la
(6),
el
que
Fundaciones,
se avalora
con
el
citada, pág. 223.
La misma forma empleó, en
nando, poco alterada en «montis CirceCii» (Esp. sagr.,
(ó) III, p.
nomina locorum
vel
occidontalcm partem, cadit
131, y
t.
in
mare oceanum,
inscr. lat. II, núm. 5809.
IV,
p.
1
más
siglo Xii, el
(8)
Suscripción del cod. Emilianensc
como l.
— Bol.
monje Fer-
L, p. 366). B.),
f.
Ó9
v. a 70:
currit milia
de
la
CCCLX.»
Acad. de
la
Historia,
V,
f.
vol. II, núm. 293.
núm.
do en 946: «Gomesani abbati sancto Emiliano
Corónica,
el
respetables.
1.
Additamenta nova ad Corporis
Albelda de gSo figura
(8).
cursu ribulorum... Flubius Dorius nascit in Dircetii montis,
(7)
(Yepes:
t.
el
Códice miscAáneo del Archivo histórico nacional (ms. 1007
Corpus
X
pro-
Toribio Minguella, en
y la de Fr.
cotejo de dos códices, los
Obra
et defluit in
el
ediciones de este opúsculo hay dos, seguidas de traducción cas-
las varias
de Sandoval, en sus
(4)
«Incipit
y
siglo
San Millán de la Cogolla, libro que se publicó en 1883. España sagrada, tomo L, pág. 2 en adelante, y folleto posterior.
(5)
descu-
se expre-
(7),
(3)
(2)
25,
en
la
Academia de
Dircetii monesterii».
la
Historia, fecha-
— En
un diploma de
confirmante: «Stephanus Dercensis abas de sancto Emiliano» 436
v.).
— 37
Allí
recordando otra referen-
Cogolla se apellidaba Dercensis en
la
libro abajo citado, p. 213,
t.
su identifi-
una piedra, con inscripción romana votiva, cuva dedicación
pio monasterio de
la
289
-
CASTILLA Las otras concordancias topográficas, sobre
Vergegio será Berceo, distante un kilómetro de
tad:
no entrañan dificul-
esta base,
CogoUa
la
«Castellum Bilibium», donde Félix habitaba, es hoy
el
a cuyo pie se desliza
cómo
el
dose sus linderos,
No
Ebro
el
consta
falta
como
si,
entrar en
al
pueblo del santo caía en
la
peña de
Queda
Rioja.
la
la
tan sólo, y Bilibio,
sin explicar
diócesis de Tarazona; pero, ignorán-
base para discutir sobre ello.
pasó en Montes, respecto de Fructuoso,
ejemplo
el
de Emiliano tendría imitadores, que organizasen vida monástica en aquel
mismo
paraje antes de la invasión
dicada
al santo,
según
bas,
el
donde
Ni aun consta
hubo de-
mas nada sabemos
la
el
gran
respecto del lugar donde existiera
residencia de monjes en
la
navarros
los
CogoUa bajo la
el
dominio
(i).
mu-
Rioja, no obstante resultar
verosímil para los otros monasterios próximos de Monte Laturce y Al-
ello
belda.
La vida
del de
San Millán solamente
toma de Nájera, en
la
como primer bienhechor
923, por
a Tuta,
la
se acredita
del monasterio (2); pero los hijo,
los otros
es
mencionado
diplomas conocidos
en dos grupos, según aluden
madre, o a Tarasia, esposa de dicho
unos serán de 927 á 929 y
como consecuencia
Sancho Abarca, rey que
no alcanzan sino a García Sánchez, su
rey.
En cuanto
a fechas,
de 930 á 946. Son donaciones de
varios monasterios a San Millán, de vacarizas, ermitas, y,
sí
milagros hechos en su nombre atraían alas tur-
los
sulmán, y antes de conquistar
los
basílica
caluroso epígrafe compuesto en verso por Eugenio,
poeta toledano;
de
musulmana. Una
la
dehesa limítrofe
por último, vilas próximas a Nájera. Siguen confirmaciones y dádivas
de Sancho Garcés y García, cho,
el
el
Trépido; luego, una restauración por San-
Mayor; esplendores bajo García,
cia sucesiva.
No
el
de Peñalén, su hijo, y decaden-
fueron solos en tributar homenaje a Emiliano los reyes
de Pamplona, sino que también constan donaciones por Fernán González,
Carmina Eugeni
(1)
Wollmer:
(2)
Diploma confirmatorio de
Se conservan dos libros becerros de el
otro de letra francesa.
sobre todo, célase hoy
Ambos
al
toletani episcopi,
dehesa del monasterio por Sancho
la
Cogolla:
el
uno,
muy
los alega repetidas veces el P.
números 712 y
el
Mayor, en 1010.
antiguo, de letra toledana, y
Minguella; mas
el
primero,
estudio de los eruditos. Por mi parte no he podido disponer sino
de extractos incompletos y poco escrupulosos, que posee critos
p. 241.
la
897.
—
290
—
la
Biblioteca nacional;
manus-
LA CüGOLLA en
y 960, y por un rey Ordoño. Verdaderamente,
(J47
arraigó sobre todo en
ron preciso conceder inmunidad a
CogoUa en tiempos de guerra Contra
lo
a la
(1).
existen-
consignados en sus códices, que hoy guarda
la
Acade-
entre 621 y 906,
donde
contienen a
se
lo
menos ocho
fechas, escalonadas
nombres de un «comes Rusconum», de abades y aun
completa de
serie
que iban
los pei'e^rinos castellanos
la
Historia,
la
santo
al
arriba expuesto exhíbense testimonios remotos de
cia del monasterio,
mia de
devoción
la
de suerte que los reyes navarros considera-
(^astilla,
apócrifo, según el
la
de san Millán; pero todo es absolutamente
ellos a partir
mero estudio de su
paleografía delata
(2),
como también
célebre piedra ochavada, «descubierta», es decir, hecha en 1601, y fruto
la
de
torpísima indiscreción de algún monje que, por estos medios,
la
y,
ade-
más, raspando unas cosas v corrigiendo otras, en diplomas y libros, creyó asegurar los
las glorias del
aragoneses
que produjo todo
(3).
la
Otra etapa de fraudes hubo
los votos
mismo el
en
XVI
por
siglo XII,
el
libro becerro, sobre
de san Millán y otros varios, encaminados a
dotar de riqueza y exenciones
la
casa
(4).
Bien notorio resulta, efectiva-
Ce-
Carta del rey Sancho de Navarra, de 1068, publicada en romance por Yepes:
(i)
rón ica,
t.
1,
f.
266
V.
España sagrada;
(2)
t.
XX.X1I1,
p.
171, sobre
vero posterior del monasterio mismo, que deploraba
La piedra ochavada
(3)
del
allí
introducción de diplomas falsos en
famoso de
el
monasterio, contrariadas a fines del siglo
tiempo en que
existe,
como
testimonio de otro monje, archi-
caso.
patentizando con sus adornos que precisamente data
se la publicó, y los designios
publicó Sandoval; además,
el
transparéntanse demasiado en
no alega ninguno de
éste
que
acta
el
los datos apócrifos
conteni-
dos en los códices, parece verosímil que se confeccionasen algo después, cerca del mismcs
año 60 1. 1
(4) l.
I,
ps.
A más
del de los Votos (índice de los documentos... de la Acad. de la Historia;
233 y 410.
España Sagrada;
t.
L, p. 376), corresponden a esta serie
de 929, confeccionado sobre otro auténtico del rey García registrado en tivo,
bastando
el
cotejo de
ambos para
de Sancho «rex Hispaniarum», que francesa del siglo XII (Bol. de
y falso igualmente podrá ser blicó Yepes
arriba
(Corónica,
t.
el I,
la
certificarse
de
la
el
un diploma
becerro primi-
falsedad, y otro de 1030, a
nombre
ambos constan en un mismo pergamino, con
Acad. de
la
Historia;
t.
XXIV,
p. 239).
Análogo
al
letra
último
otro diploma, alegado en pleito eclesiástico de 1245, que puescr. xxii), y
mencionado, y en un papel
del
también
se
consigna en
Archivo histórico nacional.
—
291
—
el
ms.
n.° 712,
f.
11,
CASTILLA mente, que
si
este período
nuestra literatura histíSrica se
mozárabe, como en
zas trajo acá todo
mantuvo limpia de tachas en después
los anteriores,
el
afán de grande-
bagaje de amaños, fantasías y sugestiones bárbaras,
el
cultivado en otros países de antiguo, y es uno de los síntomas que caracterizan nuestro período románico.
Los datos que pudieran acreditar algo de mozarabismo en del monasterio, es natural
que una de
que hayan desaparecido, caso de haberlos, por-
cotizadas
las glorias
orígenes
los
allí
en
XVII
el siglo
hubieran pisado moros aquel suelo. Ello es que
las
que nunca
fué la de
aclaraciones y glosas
árabes, frecuentes en códices de este período, faltan en los de San Millán,
aunque
a fuerza de raspaduras
escrita en árabe, latina:
muy
pudieron eliminarse, excepto una palabra
bien, pero ininteligible (i), y precedida de esta frase
«qui legis ora pro nobis». Disimulado
ello
dentro del texto pudo
salvarse de expurgadores, acreditándose de coetáneo respecto del códice
mismo, que
es la célebre Biblia gótica
y no anterior
como
nombre
CogoUa, fechado en 977
más antiguos
códices emilianenses
menos, dado que tenía
Añádase que
(3).
es en absoluto
gran cultura obtenida en
la
que sustraerse
al
ambiente guerrero
la
el
tipo artístico de los
mozárabe,
ni
CogoUa durante
podía ser el siglo
X
navarros y caste-
e incivil de •
En Albelda formaron probablemente bajo
el
cenobio primitivo cuevas abiertas en
la roca,
señorío de los reyes moros de Zaragoza. Quizá en
el
CogoUa sucedió algo parecido, supuesto que
la
la
existencia de ermitaños
antes de la conquista navarra, parece inferirse por una carta real
de 929, concediendo
al
monasterio de San Millán cinco ermitas vecinas,
cuyo nombre colectivo de
(1)
«celia Alfoheta» parece árabe (4). Varias cartas,
Podría leerse Axbaxnar, pero va escrita sin vocales.
(2)
Cód. n.° 20 de
(3)
Cód.
(4)
«Concedimus
Emilianum) rie
Tam-
árabe, Moterrafe, escribiendo cierto
llanos.
allí,
obra del siglo X,
(2),
sus falsas apostillas quisieron hacer valedero.
bién figura un diácono con libro de la
de San Millán
la
n.° 29 de la ct
Academia de
la Historia; al
f.
70.
misma.
confirmamus vobis quinqué heremitas
id est sancti Martini sánete
qui vulgo dicunt celia Alfoheta
cum
Marie
et
292
vicinas (ad
Sebastiani et sancti loannis
exitis». Bib.
—
ibi
—
nac, ms. 897,
f.
139.
et
sanctum
sánete
Ma-
LA COGULLA desde 927, aluden
yacía bajo de un altar
(i),
y otra cláusula de
de sus bienes «in devotione
Más
sancti Emiliani» y al cuerpo del santo,
al <iatr¡uni
et
gún dos diplomas dignos de crédito la iglesia
(3).
Y
nótese que, al calificarse de «su-
terminada, presupone haber ya entonces otra iglesia en
que de
bajo, únifo indicio
nos alcanza en
ello se
antes aludióse a una consagración de
puede creerse que
ella estaría
en
el
mente ocupa
(i)
lugar de
el
Donación de
quiescit
necnon
et
como
Facta carta offertionis
B. N., ms. 897,
f.
Í3)
«De confirmatione •
XX
scmper
et
in
hec
est
Domini
virginis et genitricis
nostri lesu Christi et
Petri et Pauli et sancti
f.
•
139:
secunda
villa
Gonzalvo
et
Cordovin
et
et viii (?)».
sancti Emiliani:
quam
pagina confirmationis
honore sancti Emiliani presbiteri
et
fieri iussi
Facta carta confirma-
luniz
in die dedicationis ecclesie sancti
Emiliani»... Id.,
Sub nomine
confessoris Christi. Ita
tali
tenore ut
creberrimis orationibus specialiter pro remedio
Domino
omni anno
cum
niam consequi mereamur noxarum nostrarum. Facta die dedicationis ecclesie superioris sancti Emiliani.
na conf. Garsea ipsius regís
filius conf.
et
tribus vicibus exceptis fiat
commemoratio
obtentu precum vestrarum ve-
igitur
Domna
Sancius Lupiz prior
Sancius conf. ínclita
domna
Urraca clusdem regís germaIn
omni imperla
curie rega-
conf. Orlolus episcopus conf. Benedictus eplscopus conf. lulianus episcopus conf.
cellus
villas
potius beatis-
carta confirmationis in era mxxii in
Ego
Urraca conf. Ranimirus prefati regís germanus conf.
et
—
Urraca regina
ministrantibus
animarum nostrarum
missarum psalmorum clamorum nostrorum apud Deum,
145.
confirmamus vobis abbati
quas párenles mei ob remedium animarum suarum antecessoribus vestris
simo Emiliano devotissime concesserunt
f.
sánete individué Trini-
ego Sancio rex una
Sisebuto ceterisque servis Dei in arcisterio sancti Emiliani
lis
Andree apos-
confirmationis sub era ter terna centena sex dena
«De confirmatione omnium villarum tatis,
veneratione tumula-
«Confirmatio generalis ad sanctum Emilianum».
Id. id.,
M
cum
143.
(2)
tionis era
primi-
de Locrunio y Assa: «patroni nostri Emiliani sanctissimi
sanctorum apostolorum
sancti Michaelis archangeli et toli...
la
se la llama, verosímil-
sanctorum sanctarumque ibidem recondite noscuntur reliquie
sánete Marie
sanctis scilicet
como
de San Millán en 929,
la basílica
sublimius ac reverentius venerari altarlo ubi corpus cius sacra
tum
siglo X; pero,
ermita donde san Millán habitaba y donde re-
la
las vilas
el
lugar de Yuso, siendo quizá
El edificio superior o iglesia de Suso,
tiva.
(2).
memoria tenemos de una dedicación de la iglesia de presentes los reyes de Pamplona Sancho y Urraca, se-
explícita
San Millán en 984,
perior»
confirmación
justifica la
íj2(}
sacratione basilice regentem»
que
Mar-
abba conf. Fortunius Galindonis dux conf. Fortunlo Garseanis conf. Slsebutus abba
sancti Emiliani exaravll». Id.,
f.
14Ó
v.
—
293
—
CASTILLA
En
cibió sepultura su cuerpo.
que
misma
esta iglesia
tensiones de dirigida pur
terrible caudillo, en
Cogolla después de 997
Ferrucio y rey Sancho,
Mayor
(5).
nación de Cugolla, en
Cuculla,
(i)
Historia,
latín
f.
valle,
(lo fué
in fronte altarium ecclesie».
más
mano
atildada, pero
(2)
Recherches...,
(3)
La transcripción de
3.'
edición, la
Códice n.° 23 de
de Fernando, monje de
la
t.
1,
in la
Cogolla, intercaladas en (
España sagrada,
10),
que presenta una lisura.
p. 193.
al
esta localidad a Canales de la Sierra,
nacimiento del
río Najarilla,
camino sino para perderse en
pue-
en localidad frago-
la sierra.
los de la Cogolla, va fechado
en 1009.
Este primer diploma, confirmación de licencia sobre pastos, consta en
dicho ms. n.° 897, (6)
es
usque odie
Academia de
El códice conciliar, llamado Emilianense, fué terminado en 994. Otro de Silos,
guardando conformidad con (5)
no
la
desmereciendo en cuanto a espontaneidad y
Dozy redujo
cabo de un valle próximo, junto
sísima, insignificante y que
denomi-
forma árabe Canalex por Canillas abónase con ejemplos
geográficos de la región granadina.
(4)
la
de 993 a 1014), combusit
incompleto y tomándolo de otro ejemplar (cód. n."
redacción posterior,
al
que
ex tolo ab animis labatur huic operi inserendum videlur,
39, en anotaciones de
L, p. 374), pero
blo
apelaciones
sancti Emiliani superioris, cuius dilapidationis vestigia parent
que manent
antiguo
el
según parece abo-
su opúsculo sobre los milagros de san Millán, que publicó La Fuente t.
justifica el
de 1180, aplicada
se registre antes
que dominan aquel
los picos
«Antequam hopnino
fracta capitella,
paso,
al
mismo abad
(6),
relato brauliano quizá, sin
Almazor rex maurorum, tempere Ferrucii abbatis
monesterium
el
Dercensis, llamándose de Vergegio el
qualiter
mismo,
edificio
el
Entonces había caído ya
eruditamente impuestas sobre
uno de
bien a San
escritorio y colección diplomática de la
el
reanudándose en loio, bajo
(4), el
nombre de monasterio
a
ella El
(3).
que carezcamos de fechas para
primero
muy
y a un lugarejo situado
comprobado todavía en
Este desastre,
última campaña
la
que pueden reducirse (2),
recuerdo de
el
modernas pre-
las
pone como términos de
1002,
como Dozy adujo sagazmente
dos leguas hacia norte
contra
(i),
efectivamente, un relato de
— Aldeire — y Canillas,
Cenobio Millán,
el
quemó Almanzor
la
casa, y,
la
XII manteníase vivo
el siglo
«Atrium
f.
1
suso-
52.
sancti Emiliani presbiteri qui est monasterio in Eergegio»,
ción de 952 (Llórente:
el
Provincias vascongadas;
t.
III, p. 328).
«sancti Emiliani de Vergegio» consta entre los destruidos
según diploma de 1027.
(Id. id., p. 366), y
—
Además,
—
monasterio
que restauró Sancho
en escritura de Cárdena de 1059.
294
según dona-
el
el
Mayor,
COGOLLA
I.A
nar su etimología de «ccumbre picuda^*
(i),
y luego
Hasta entonces parece que no se habla tocado a
que yacía en
el
un
suelo, debajo de
altar,
como
la
diplomas del
los
solemnemente, puestas dentro de una arca de plata
(2).
sepultura del santo,
1030 eleváronse las reliquias sobre
acreditan; pero en
mismo
cenobio
al
(3),
siglo
con
X
mismo,
altar
el
que, según
lo
devoción popular. Llegado
el
año 1053, cuéntase, ade-
más, que García Sánchez, habiendo fundado
la
iglesia
dicen,
hi
crcci(')
Nájera, trató de enriquecerla con la
de Suso:
iglesia
taba en
el
cuerpo de san Millán y subió por
el
mas un prodigio
comitiva, depositar las reliquias en
de Santa María de
hizo detenerse
a
a la
al pie del valle
enfermería del monasterio, que es-
la
lugar de Yuso, y promover
él
la
allí
construcción de otra
donde fuesen veneradas dignamente. Concluyóse
la
iglesia,
obra en 1067, y hacia
1076 otra arca riquísima, enchapada de oro, con cinceladuras, pedrería y marfiles esculpidos, sustituyó a
la
de plata
otra consagración, en 1137 y presente
conocido
renovados en
(i)
mero
el siglo
Diploma
712, (2)
más todos
(5);
f.
real
el
(3)
medievales de Yuso desaparecieron
XVI.
de 1180, copiado en
el
manuscrito de
Corónica;
la
I,
f.
373.
la
Cuculla» desde
el
Diplomas sospechosos, los
t.
Archivo histórico nacional; núms, a lo
mismos,
menos con parecer
al
(4)
n." 39,
f.
2 v.
esta fecha, citados arriba, y relato del
monje
(España sagrada;
donde
Carta real de 1053, publicada por Yepes
Su descripción, amplísima y de gran
ciones. Hoy
existe
t.
L, p. 365),
valor, la hizo
(Corónica;
la
francesada. La fecha que se
errónea, y asimismo su atribución a un Aparicio;
et
Rodolpho
libro, estudió el
señor Sentenach
tampoco. (Bol. de
driz,
mas
el
le
2
n."
.\xiii).
Fundamo-
viene asignando, 1030, es
nombre de
los autores el
constaba
que podía
los relieves principales
la
de esta arca y de
la
Soc. española de Excursiones,
Referencias a una carta de Alfonso Vil, donando a San Millán
fechada en
I,
la
leerse:
Sobre fotografías tan sólo y no aludiendo a dicho
filio.»
sin distinguirlas (5)
t.
Sandoval en sus
claramente en uno de los marfiles perdidos, con retratos y letrero, en rmagis]tro
el
códice de
solamente una parte de sus marfiles y piedras, puestos en arca
derna; lo demás pereció cuando
«Enel
en diplomas
192,
1
10 y 11.
constan, además, los sucesos posteriores. Fechas escuetamente consignadas en
Academia,
nú-
Biblioteca Nacional,
monasterio «sancti Emiliani de
de Alfonso VIII, que conserva
Fernando, basado en
Emperador, según diploma des-
el
los edificios
25 V. Alusión en Yepes:
Regístrase
Finalmente, hay noticia de
(4).
de noviembre de 1137 en
el
monasterio mismo, a donde
295
—
t.
el
Féli.x,
XVI).
de
Ma-
rey fué,
con
la vila
varios obispos, a la consagración de su iglesia (Biblioteca nacional; ms. 5790;
—
de san
fs.
98 y 102).
CASTILLA Respecto de
monacal de
los
de Suso, creíase axiomático, según tradición
iglesia
la
últimos siglos, que
mismo
ella era el oratorio
edificado por
san Millán, y asi vino admitiéndose por tratadistas de arte, salvo aquellos
más remisos que cida mejor
la
como árabe
definían
todo arco de herradura. Hoy, cono-
historia del monasterio, el visigotismo de su iglesia es, desde
luego, poco verosímil, y
aun
examinados sus caracteres un
las apariencias, a
impone absolutamente
se
edificio de tipo
mozárabe y
del siglo
San Millán de Suso álzase a media ladera, en nado
negarlo, una vez
La realidad corresponde, según todas
artísticos.
X avanzado.
solana de un empi-
la
valle, cubierto
de encinas, a vista del monasterio de Yuso y pocos centenares de metros más arriba (i). Forma un conjunto de construcciones vulgares, del que sobresalen escasamente las cumbres de su iglesia, con
una ridicula
torrecilla
(Lám. CXII), y cuyo revoco reciente
le
ha robado
el
escaso matiz de vejez y
la
impresión sigue siendo desfavorable (Láms. CXIII y CXIV), en térmi-
monumentalidad que antes acusara. Por dentro,
nos de que sólo a fuerza de abstracciones lógrase reconocer valor, algo emocionante, fuera del paisaje,
En
prez de las tradiciones emilianenses.
podido omitirse y sin arte,
como
cal en la iglesia,
la
de
ocasión, reduciéndose lo
miendos eruditos,
la
el
la
lo
encubierto y maltrecho; pero se
bueno
a descubrir dos capiteles inte-
escasez de medios y a no terciarse re-
edificio se conserva el
con todos
los estragos
monje Fernando
los
que
el
observó en
XII, y en disposición de poderse estudiar sin mixtificaciones.
Una
tajadura de
manantial que por
allí
La estación de
donde hay abiertas varias cuevas, y un derrama su agua, juntamente con la fertilidad del
la
roca,
ferrocarril
golla, y allí es fácil alquilar coche, irse
algo de
vale y mantiene
recientes obras de reparación ha
incendio de Almanzor provocara, según
(i)
sí
sus bóvedas tabicadas del siglo XVIII, que encubren los
resantísimos. Gracias, con todo, a
el siglo
éste
deshacerse algunas partes desfavorables
altos del edificio, y explorar algo
malogró
que
allí
desde Nájera y desde Santo
menos
distante es la de Haro, a 32 kilómetros de la Co-
pudiéndose
Domingo de
y volver dentro de un día.
ir
la
regular de coches desde Haro. El alojamiento en
Calzada, localidades que tienen servicio la
nas pueden recomendarse.
—
296
También puede
—
Cogolla y aun en Santo
Domingo ape-
,
LA COGULLA terreno, razonan
Primero,
las
elección de sitio para viviendas en
la
cuevas servirían de habitación; a
el
lugar de Suso.
arrimándose
irían
ellas
construcciones suplementarias, y en especial un edificio para iglesia, y así
quedó hecho monasterio;
de San Pedro de Rocas y San Juan de
los
la
Peña
ofrecen disposición análoga.
Como
Suso
esta última iglesia, la de
pondientes capillas a creer que no fué
man un cuerpo
tal
la
de dos naves, con sus corres-
es
cabecera (Figs. 1G4 a 166): mas hay razones para
En
su aspecto primitivo.
de edificio que entesta con
pujándola V descollando sobre
la
capillas
efecto, dichas
for-
cortadura del terreno, sobre-
construcciones. Por dentro se divide
las otras
en dos tramos iguales y cuadrados, con sus respectivas bóvedas a grande altura;
un arco media entre
sodichas v dos los
más hacia
ellos, otro se
las actuales naves,
últimos no son iguales entre
viéndose
sí.
lumnas, V descentrado v mal hecho Si este
no
oratorio primitivo.
mucho
lo es
del
el
sí.
las
cuevas su-
todos ellos de herradura: pero el
uno sobre parejas de
tramo próximo a
último arco se considera posterior y adventicio,
disposición de iglesia por el
abre hacia una de
valiéndole de capilla
Aunque parezca pequeña
la
la
lo
co-
gruta.
demás
tiene
cueva, que pudo ser
— 12 por 3.70
metros
—
para aquellos tiempos, llevando bóvedas, y además su ga-
lana construcción
compensa para ennoblecerla. Solamente su orienta-
ción, hacia norte
casi,
la
rito,
pero justifícase
como impuesta por
topografía natural y con ejemplos similares en las otras dos iglesias
citadas de la capillas nes, el
va contra
Peña y Rocas. Por contra, su disposición de ahora, formando
gemelas
como
al
extremo de dos naves, peca de
insólita por varias razo-
son: la desigualdad de arcos y descentramiento de
uno de
ellos;
gran arco medianero entre ambas, no visto jamás, que yo recuerde, en
capillas antiguas: su elevación grandísima,
superando
a las naves,
y su
traza entera, en planta y cubiertas, reñida con lo usual en iglesias de este
período; faltar ventanas en tan alta
el testero,
que no podía llenar
justificarse
la
pues aunque hay una pequeña, cae
prescripción de rúbrica, y, finalmente, no
por duplicidad de advocación,
como sucede en
la
Peña,
el
caso
de naves gemelas. Por consecuencia, creo verosímil que dicha parte, y sólo ella, constituyó la iglesia del monasterio antes de alcanzar éste su re-
forma en
Con
el siglo
ello
XI.
no estaba,
sin
embargo, completa
— 38
297
—
la
iglesia:
Sus dos naves
CASTILLA
—
298
—
LA COGULLA actuales se quiebran cerca del
É
promedio, en razón del
ángulo que sirviendo
peña forma,
la
muro
de
a
lo
largo del costado izquierdo. Bien se conoce
que
di-
cha quiebra limita dos
tra-
mos de construcción
di-
versos, y
que
los pies fué
terior,
de hacia
el
agregación pos-
con intento, delibe-
rado ya, de formar El tramo
naves.
dos
las
primero
largo una
desarrolla a
lo
arquería de
tres
vanos en
curva de herradura, sobre o.
«
columnas robustas, y encima se abre otra fila de
§
seis
^
arquillos,
la
que
^
mencionó Sandoval,
visi-
2
ble
y,
únicamente hoy desde
encima de ¿ Oí)
bóvedas.
las
interpuestas
que
Nótese
el
arco bajo de en medio es
más ancho y laterales,
alto
que
resultando
los
con
simetría de pórtico, antes
bien que de arquería divisoria entre naves, y éstas
mismas
muy
tienen
desigual,
anchura haciendo
todo creíble que, efectiva-
mente,
la
nave de a
mano
derecha o meridional fuese
pórtico, y
—
299
—
que
la
otra
CASTILLA quedase que,
la
al
descubierto, con
al
la
parecer, contuvo
peña en
el
cuerpo de san
el
ahora un antiguo cenotafio, y
fondo y
el
menor y
otra,
santo se recluía durante las cuaresmas
(i).
allí
doble,
con
la
así
donde suponen que
Así quedaba constituida una
muro de
el
sur, for-
arco de herradura sobre parejas de columnas, y en comunicación
por
la iglesia
na CXI
grutas:
las
recordándolo
iMillán,
especie de atrio o claustro, con puerta exterior en
mando
dos de
11).
el
otro arco susodicho,
Más razones apuyan,
al
el
ambas
tejaroz de las capillas que, sin
por aquel lado, y subir
el
muro de
(Lámi-
lleva
las
parecer, esta solución, especialmente
imposibilidad de que, \endu cubiertas
su armadura
que también
la
derecha
naves, dejase de cortar
embargo,
existió
completo
— descabezado como está —
como el medianero de los arcos, cuando lo natural era dejarlo mucho más bajo para tender encima faldones de armadura con la pen-
casi tanto
diente necesaria. Si a ello se agregan
muro antiguo
sobre
la
la
desigualdad de naves,
de
falta
peña, dificultades para echar afuera las aguas
de lluvia que coge, cial
ella re-
simetría
espe-
de los arcos del
supuesto pórtico, disparidad de los torales
y anomalías
más que
ficientes en la
las
tendremos
capillas,
indicios
en
su-
favor de
solución propuesta
(Fig. 167).
Revocada enteramente por dentro iglesia, Fig. 1Ó7. S. Millán de Suso: planta primitiva restituida
(i)
a la
Más
a la izquierda y en alto hay entrada para otra
que van ligadas tradiciones
manuscrito 18387,
mayor,
f.
está la capilla
del
mismo
lar
la
para disimu-
quízá
loS eStragOS
cueva con varios senos y
altar,
santo. Plano de ella, hecho en 1757, hay en
el
347, de la Biblioteca nacional. Al e.xtremo contrario, tras del altar
de Sta. Áurea, que pudo ser también cueva primitivamente.
300
—
LA COGOLLA
incendio, bien ostensibles desde encima de
del
niedio de reconíjcer
despie/o de
el
las
que tan
no hay
bóvedas,
iniptjrtantes con-
Por fuera, reconócese aún, en parte,
clusiones lleva ordinariamente.
aparejo de muros primitivo:
Kjs arcus, a
es de sillería de piedra caliza íina,
el
muy
bien labrada y con diferencias considerables de altura sus hiladas, lo que, sin la
embargo, y en
las partes
superiores a
menos, depende solamente de
lo
colocación, alternando con regularidad una de 22 a 25 centímetros con
otra de 34 a 38,
formadas
estas últimas
con
sillarejos angostos, pero
asen-
tados de cara sobre uno de sus cantos largos, como en Celanova y Moroso
vimos y como fué regla en ladas
más
los
aparejos andaluces durante
el
Califato. Hi-
bajas muestran sillares de hasta un metro por 64 centímetros de
formando quiebras y ondulaciones, como en Melque. El mortero, en tendeles finísimos, es de yeso, conforme también al haz, y a veces proceden
uso de Andalucía.
En
muro de
el
la
cabecera, hacia oriente, a gran altura,
distingüese por fuera una ventanilla tros,
derramada hacia adentro
como
saetera, de 64 por
única primitiva, ya que
\-
grandes, de hacia sur se abrieron con posterioridad, tel
como
1
5
centíme-
las tres,
su
falta
muy
de din-
acredita.
Los arcos son de herradura, con amplitud, generalmente, de dos
que
cios de circulo, exactos,
excede
muv
al
es la
hueco de entre jambas, y
como
medida cordobesa las
típica; su
ter-
diámetro
impostas siempre forman
nácela,
elevación de jambas
entre
moros
se
suele llegar al duplo del
ancho
del vano: dos arcos tienen parejas de co-
amplia,
lumnas adosadas, como en se
la
acostumbraba;
la
Gran mezquita de Córdoba, y
los del pórtico
apean en otras columnas, con gruesos y despezados fustes y sobre rudos
plintos.
Los arquillos de
encima recuerdan
los
de
la
Gran mezquita
de Damasco y otros de Jerusalén y de El Cairo; no tienen más finalidad
que aligerar de peso
embelleciéndolo, y parecen ser de medio
el edificio,
punto, llevando recortada su arquivolta en solas dos piedras.
De capiteles no puede juzgarse toral
de
las
columnas, pues ya
destruidos por
el
fuego.
No
así
el
como
todo
en los arcos divisorios ni en
el
monje Fernando declaró que estaban
dos del arco de entrada, sobre su jamba
izquierda, últimamente descubiertos caliza fina,
ni
el edificio,
(Lám. CXVlll): están hechos con
y son de tipo corintio, pero con singu-
laridades de estilo que solamente les acerca a los cordobeses de tiempo del
—
301
—
CASTILLA Califato, y
más aún
a los
traza general, tan esbelta:
de la
la
Aljafería de Zaragoza. Efectivamente, su
forma de sus hojas;
decorativos libres, de tradición bizantina, y tas,
poner en
el
corte de las
el
como
en cuanto pueden reconocerse, mutiladas
teres de
'J.f,
son carac-
se hallan,
tal
temas
pequeñas volu-
estirpe
mediación,
ellas
andaluza, con
vez, de
modelos
zaragozanos; pero además contienen rasgos peculiares, que les
asimilan a otras piezas decorativas
mozárabes de
estudiadas, follajes,
como
las
rehundidos entre
salientes,
arriba
son: su talla de
que dan
filetes
la ilusión
un grabado en hueco;
de
otros ador-
nos a biseles, de repertorio cristiano, a saber: la rueda helizoidal, trenza los
de dos ramales, círcu-
combinados,
y,
finalmente,
un pez, como ballena, que pudo tener debajo una figura
humana
y representar a Jonás, siendo,
en
caso,
tal
la
única obra de
índole figurativa registrada en lo
ciones, tal vez por los soldados
Fig. 168. S. Millán de Suso: capitel del arco de entrada
de
dudoso
(Figs. i68 y 169).
hay grabada, con
ellos
mozárabe; pero sus mutila-
Almanzor, dejan
le
letras del siglo
X
o del XI,
la
palabra
lOHANE.
capillas, vuela sobre una
forman modillones, que son ejemplares insignes
de arte decorativo (Lám. CXVI). Corresponden los en
punto
Los fustes carecen de collarino, y en uno de
El alero del tejado, correspondiente a las
cornisa de nácela y
el
curva de nácela, como
los leoneses,
al tipo
cordobés, con lóbu-
pero avanzando
mucho menos
y robustecidos por delante con un suplemento angosto y calado, que da forma cuadrangular al conjunto (Lám. CXVll y figs. 170 a 176). En los modillones andaluces del Califato suele haber una
—
302
faja realzada,
en
el
LA COGOLLA
mismo
lu^ar que
suplementos; Cíjmo \a vimos sobre imitaciones
estíos
leonesas; pero también hay ejemplares, la
—
T'ig.
129
— en
la
ampliación de
Gran mezquita cordobesa hecha bajo Almanzor, con suplemento prode
modo que
minente (Fig.
177),
modillones de
la (>op;olla
comprobada, y
derivación directamente califal de
los
resulta
mismo
este
la
tipo
sobrevive en obras de carpintería
morisca
(l'^ig.
ciadamente,
17H).
Desgra-
los estragos del in-
cendio, que, sobre todo, atacó la
parte de hacia las naves, y lo
de su material calizo mo-
frágil
tivaron que uno solo de estos
modillones se conserve íntegro; pero
bien
se
reconoce que
la
forma y decoración de dichos suplementos variaba de uno a otro,
como
albanegas
las
de
tanto
los
el
o
adorno de
triangulillos
modillones mismos. Su
repertorio
decorativo,
herma-
nando con
los capiteles,
respon-
de a tradición goda, serie
leonesa:
ramales,
como en
trenzas
de
la
dos
meandros, segmentos
Fig. 1Ó9. S. Millán de Suso: capitel del arco de entrada
de círculos, rueda helizoidal de dos tipos, rosetas con seis pétalos, pentágono estrellado, biseles y
con buen
arte.
ancho y 20 de grueso;
etc..
Los modillones miden 48 centímetros de los
de
las
todo ello a alto,
43 de
esquinas, que volarían más. están des-
trozados; las metopas son casi cuadradas y sus cobijas no existen; pero
en cambio se añadió encima otro orden de canecillos de madera, con su tablazón correspondiente, salvando
En íntimo capillas,
enlace con
el
así los
deterioros de lo primitivo.
alero construyéronse las
bóvedas de
estas
en forma que, sin desbaratar aquél, no pudieron éstas modificarse,
y sus materiales son igualmente piedra caliza blanquecina y yeso. El 303
—
se-
CASTILLA ñor Lampérez. único en hablar de
novedad que
bóvedas, desconcertado ante
tales
la
supuso rehechas siglos después y bajo
ellas representan, las
influjos ogivales arcaicos; mas. en atenciim a lo susodicho y apreciados la
antigüedad y carácter del alero, impónese dar como coetáneas y
ello sin
ñola
\'
las
bóvedas,
dificultad, puesto que también obedecen a una evolución espa-
moruna, perfectamente reconocida.
Trátase (Lám.
CXV)
de
bóvedas esquifadas con nervios
radiales,
en número de ocho, arrancando sobre cornisas de nácela, iguales que
la
A
^IV
Fig. 170 .
'^.
Millán de Suso:
modillón del alero, por ambas haces
del exterior y a nivel
probablemente:
V formando arcos de medio punto sobre otros; su
ancho
los cascos
nervios
diagonales y peraltados los
las
es de 33 centímetros y sobresalen
encajan en dichos arcos
ella
son de corte cuadrangular.
bóveda, no sólo por debajo, sino también por
que
los
con
como
el
unos 22 del cuerpo de
la
trasdós, haciendo creer
tableros de carpintería engar-
golados. Semejante a estas bóvedas no conozco sino otra en lo alto de la torre
nueva de San Martin de Arévalo, obra morisca no posterior a
segunda mitad del estilo
románico
rez en
siglo XII, puesto
aviles el
que a su
alega
un pórtico de el
Sr.
Lampé-
favor de su hipótesis caen demasiado lejos, porque en ellos los
arcos van aplicados fuera de las aristas, lo
pie arrimase
más puro. Los ejemplos que
la
están igualmente en
la
al
promedio de cada paño, como
torre vieja de la Catedral de
Oviedo y crucero de
San Martín de Segovia, probablemente obra morisca lo es otra
bóveda, esquifada asimismo, en
—
304
—
la
esta última,
como
torre vieja de la susodicha
LA COGOLI.A de San Martin de Aré\alu, donde los arcos van dispuestos dia^o-
iglesia
nalinente, cuniu of^ivas, acercándose así al tipo niás complejo de su veci-
Sabemos, además, que
na.
arte calilal
el
andaluz
us(')
corrientemente de
bóvedas sobre arcos cruzados, con admirable variedad de soluciones; que
bóveda esquifada fué niuy suya, como acre-
la
ejemplares cordobeses, también del si-
ditan
molduraje,
las
etc.,
de
hay dificultad intrínseca en la
misma
serie,
m
Cogolla hermanan
la
perfectamente con estas otras, de suerte que
de
K^§S]
X, y que en su aspecto general, estructura,
¿;lo
n<j
clasificarlas dentro
dando de lado
a
semejanzas
incompletas con obras ogivales nuestras, que, en parte a
lo
menos, pudieron originarse por
virtud de intlujos moriscos.
Hechas
sobre
el
razón técnica
ni
insistir
la
r¡ i\o:^
estas observaciones,
apenas
ha}'
No hay
carácter del edificio:
menos
histórica para
que
mantener
atribución a tiempos godos. Su conformidad
con
el
un grado máximo
arte del Califato da
de mozarabismo, dentro de
como obra evidentemente dobés; y aun su pórtico, dole
así,
trae
zona cristiana,
la
inspirada en si
lo
cor-
acertamos llamán-
vislumbres orientales, con su ar-
quería superior, sin otro ejemplo en España.
Tocante
a
fecha,
la
de su dedicación en
resulta fidedigna, desde luego,
cuadro de caracteres
el
artísticos
observados. Figs. 171 y 172.
Indirectamente favorecen este supuesto tajas
que ofrecía
tal sitio
para
de monjes, creyendo ponerse
(184
y verosímil para
la
las
ven-
S. Millán:
modillones
concentración
así a salvo
de
las
devastaciones que
Alman-
zor realizaba por aquellos años: varios códices emilianenses, y en especial el
de Concilios, escrito de 962 a 994. prueba
la
tranquilidad con que se
procedía en su escritorio, y asimismo ayudarían a
la
prosperidad de
la
casa repetidas donaciones de vilas, por los reyes Sancho y García, entre los
años 971 y 997,
— 39
305
—
CASTILLA La restauración subsiguiente del monasterio, bajo
Sancho
Mayor, trayendo
el
consigo una gran
afluencia
de peregrinos, pudo motivar
que
se
ampliase hacia ponien-
te la iglesia,
y con ello trans-
formarla en dos naves. Ya entonces
la
orden
benedictina de Cluní campeaba en Navarra, y haría sentir su influjo sobre los monjes del país,
estimulando un ideal de engrandeci-
mientos, popularidad y dominio, antes no
conocido, vinieron
parecer.
al
los
localidades
En
arquitectura sobre-
modelos románicos,
como
pero
esta de la Cogoila,
en
tan a
trasmano, sus reglas de construir es verosímil
que no llegasen Fig. 173. S. Millán: modillón y canecillo
y
al
pronto sino
bajo envoltura de
formas tradicionales.
Figs. 174 a 176. S. Millán de Suso: modillones de las capillas
—
306
—
muy atenuadas
LA COGULLA Asi
es,
en efecto:
el
tramo de naves gemelas añadido
fué cubierto con
dos b(')vedas de cañón, y sus paredes meridional y occidental llevan
ventanas
cuatro
de
arco
y derramadas,
semicircular
promediando hacia adentro y hacia afuera, cosa no vista
jamás en su
período anterior;
el
aparejo de
dinaria
es
de
sillería or-
toba
estribo
muy
rresta el
empuje de
divisoria,
ría
para
falta
que
se
deberá
trucción, los
contra-
recio
y
las
un
caliza;
arque-
la
en cambio
bóvedas, a tal
lo
vez su des-
no quedando sino
arranques.
Otro arquería y
cantar
dicha
son
el alero,
pues
perseveran apegados a
ellos
la tra-
dición española: dos arcos, Fig. 177. Córdoba: repisas de
la
fachada oriental de
la
Mezquita
separando continuación a siendo,
como
los del
las
forman
antiguo pórtico,
de herradura sobre
ellos,
columnas; pero
las naves,
arquivoltas parecen
de ladrillo; su desarrollo es menor, no
excediendo sino en un cuarto del radio semicírculo,
y ábrense menos que
respectivos intercolumnios. Sus
al
los
impos-
tas córtanse oblicuamente, y una lleva
grabados trazos en
zis-zas.
Las
colum-
nas, compuestas de varias piezas, pare-
cen aprovechadas, a juzgar por su varie-
dad de collarinos: basa y de capitel, y f j
las
-'
les lleva
la
adosadas carecen de exenta de en medio
formando bocelones de bárbara
—
307
^ ^ „ „. p,g 178. Hino)osa de Duero:
^.
canes de
.
la
armadura de su
iglesia vieja
CASTILLA estructura.
El
alero meridional
cornisa de
iba sobre
quedan sino dos de sus modillones, junto
al ánf2;Ld(j
nácela, pero no
de sur-oeste: son de
arenisca rojiza, e igualan en tamaño, forma y decoración a los de cera, salvo carecer de su aleta suplementaria,
medianeras quedan
a ras del
dadas
las
pulcramente:
circunstancias de que
del fuego, y que,
si al
la
la
esté-
primero
lo
ángulo SO. de
si
en
el
siglo
la iglesia
es en absoluto preferible,
color rojizo de su piedra parece efecto las
dos naves, quedó ellas,
el
pórtico, por su
su alero estaba de
parte nueva de hacia sur,
uniformando
en todo su largo esta fachada.
Hecho luego postergada, y ello los
el
techumbre común de
sobra y pudo ser trasladado a así
el
organizarse
banda septentrional, bajo
metopas o tabicas
obra más antigua o
la
Figs. 170 y 180. S. Millán de Suso: modillones en
se les copió tan
cabe-
179 y 180). Resulta, pues, lícito dudar
corresponderían dichos modillones a
XI
las
muro, probando variación de principios
ticos ¡respecto de la cabecera (Figs. si
y
la
el le
monasterio de Yuso, quedaría valió para conservarse.
la
iglesia superior
muy
Su mérito principal estaba en
recuerdos del santo, v sobre todo haber sido depósito de sus reliquias
durante
siglos, lo
que movió
a
perpetuar
—
308
—
el
hecho construyendo un mag-
LA COGULLA
nifico
cenotafio,
modo
a
de sepulcro, con imagen yacente, rodeada de
pequeños monjes y de peregrinos que le imploran, en la cueva donde yaciera, y además engalanarla cun una bóveda de aristas capialzada y arcos redondos sobre columnas, todu ello de arte francés, y obra segura-
mente de
del propio maestro
allí,
erigiera su Catedral y
La fecha de
i
iSy, en
que
mcnte para determinar na con
el
maestro,
claustro
la
la
el
adornara cun otro sepulcro
tiempo de
(>ogolla, suministra
al
mismo
arte exquisito de este
el
ogival
lo
en
Castilla,
incógnito
según
parece,
una contraprueba decisiva, respecto de
pobres bóvedas con nervios de
pueden asignarse
imágenes.
e
obra referida, que también herma-
la
de Silos; y
alt(3
Calzada, bien cerca
la
se principi(') este otrcj edificio, vale apr(jxiniada-
introductor de
primer
actuando en las
que en Santo Domingo de
las
capillas,
que en modo alguno
agente.
'
SAN BAUDEL DE BERLANGA Es ermita distante unos nueve
kil(')metros
entre Caltójar y Casillas, y erigida en
derrama sus aguas hacia
el río
la
Escalóte.
humbría de un pequeño
Hoy
todo aquel
sembrado, pero no ha mucho que era monte de la
de Berlanga, hacia SE.,
ermita. Ella se funda sobre peña viva, que sirvió
para su construcción, y es una caliza basta de color
el
de ceremonial religioso se celebra en
que
raso y
a su vera
además de material
gris.
Como
a diez pasos,
allí la
gente de los pue-
día de san Baudilio,
aunque ya nada
hacia oeste, nace un manantial, y todavía concurre blos inmediatos, en son de romería,
sitio está
quedando
robles,
valle,
la
ermita, y aun estuvo abandonada
y sin puerta durante años, según dicen.
Su traza
es
muv
sencilla:
un rectángulo, con apariencias de cua-
drado, aunque mide 8'5o por y'So metros; puerta hacia norte, único frente del edificio
de
4' 10
que
el
declive del terreno deja libre hasta su base, y capilla,
por 3'6o metros, a su cabecera, desviada bastante de
la
orientacii'm
normal, o sea hacia NE. Quedaría, pues, en obra vulgarísima, de no haber
—
309
—
CASTILLA
Fi^. i8i. S. Baudel de Berlanga: plaata
Fig. 183. S. Baudel de Berlanga: sección longitudinal
—
310
—
CASTILLA presidido en su fábrica
desi¿;n¡o de excluir ki
el
Además
prevenirse contra incendios.
que respecta a su tribuna, conservada posible reconocer un
ella es
ermitaño,
En
el
tal
como no
esta iglesia es singularísima por lo
muy
bien, no obstante ser obra sutil,
tipo de vivienda para
se hallará otra
monje «incluso» o
en edificio de aquellos siglos acaso.
rincón de hacia sur húndese una gruta, cuyo alto excede poco de
un metro, en forma de tal
en absoluto, \a por
no impropio del periodo que venimos estudiando, \a más bien para
lujo,
y en
iiiadei-¿i
anguloso v con dos senos algo amplios,
calleji'm
vez excavados artificialmente: pudo habitarse antes de existir
V ser ella, juntamente con
CXIX la
a
La tradición
venerable.
solitario
fundamento conocido.
aplica este hecho al santo titular, pero sin
Para abovedar
ermita,
manantial, motivos para su edificación, en
el
honor y recuerdo, quizá, de algún ras i8i a 183; láms.
la
(F'igu-
CXXV).
nave de esta
iglesia, tan
ancha como
es y tan pobre-
mente fraguada, era indispensable que una solución extraordinaria entrase previamente en
los cálculos del edificador,
lingios hubiesen bastado, sin
ver
problema según
el
pues
aun
los arrestos
caro-
un lujo de materiales inverosímil, para
resol-
los principios clásicos.
campo nuevo y más fecundo
ni
En Córdoba
el
apogeo
califal
abovedar ligero y galano; pero también hacer bóvedas cordobesas a su tamaño era cosa reservada para un
abrió
gigante de
la
al
arquitectura. El edificador de nuestra pobre iglesia
aportar solución
en su género.
más
No
precaria, pero digna de
hombrearse con
como
medios insuperable. Efectivamente,
de San Millán de Suso, con ruindad de
las
-
.
aparejo de
el
los
muros
es
una mampostería mal con-
un metro; abajo, enormes
certada, con grosor de
sillares
de pudinga sirven
de zarpa, y otros, mal cortados y no grandes, forman
mantiénense abiertos al
hacerse
la
alabadas
parece sino que los términos del problema eran estos,
elevar al duplo bóvedas
mio
las
hubo de
los
mechinales, donde entraron
las
las
esquinas: aun
agujas del anda-
obra, y varias grietas denuncian que los empujes inte-
riores remo\'ieron aquello, sin
cuanto a proporciones, resulta
comprometer demasiado su el
edificio tan alto
como
estabilidad.
En
ancho por fuera
(Lám. CXIX).
La nave sorprende por dentro (Lám. CXX), viendo alzarse en medio
un redondo
pilar o
macho, que
contribuye
—
3'2
—
al sostén
de su bóveda, porque
BERLANGA ésta
no
diliere de las de
San
macho
zarse, irradian del
ramas de palmera, se^ún
que sus
Milláii sino en
hacia
la
periferia (Lánis.
arccjs,
en ve/ de cru-
(>XX1 y CXXV), cunio
de un primer descriptor de este edificio
frase
(
i),
y siendo por consiguiente doble su número. El material es piedra toba,
fraguada con yeso y revestida también con la
éste, a
muy
Cogolla. La b()veda es de tipo esquifado,
por consiguiente más sobre
el
modo
andaluz,
deprimida, y gravitando
macho que no empujando
contra los muros.
Los arcos son delgaditos, de herradura y variad(js en cuanto
según
la
magnitud
del espacio
que cubren; llevan
peralte los
y todos aparecen deformados al^ún tanto.
Los que
van en sentido diagonal no parten de
rincones
los
como en
a desarrc^llo,
más angostos
sino de unas pequeñas ochavas dispuestas en ellos,
trompas abocinadas con
sobre
según
el
modelo cordobés
CXXII), y
típico (Fig. 184 y
esta particularidad, a
indicios, aleja la sospecha de
llarnos ante
arco de herradura,
más de
lámina
tantos otros
que pudiéramos ha-
una creación de tipo ogival, como admi-
tieron los Sres. Mélida y Alvarez al describir esta iglesia (2).
Propiamente la
el
macho no
hueco hasta
llega sino
bóveda, ni ésta cierra sino dejando en medio una
especie de linterna, apenas adivinada por dichos
señores y realmente apenas visible, pero que consti-
tuye una de edificio.
las
particularidades
más
insignes del
Ella tiene su base a nhitad de
la
altura del
abovedamiento, sin más acceso que unas lumbreFig. 184. S. Baudel:
como
ras,
arquillos de herradura, cerrando en pico
por abajo y dispuestos entre los arcos de en
punto donde
el
tros,
el
macho
la
los rincones
es de 24
centíme-
bóveda,
anchura mayor
fenece: su
trompas de
y a través de ellas percíbese un local cilindrico,
cuyo diámetro
apenas alcanza un metro, y cubierto por una cupulilla con nervios
(i)
Pág- 33
D. Elias Romera, en
el
Boletín de
Academia de
la
Historia;
1S.S4;
t.
V,
••
(2)
Boletin de
la
Sociedad i:spañolade E.xcursiones;
— 40
la
313
—
t.
XV,
pág. 144. 1907.
CASTILLA cruzados, de tipo cordobés perfecto (Fig. i85). Estos nervios son
como como en
puestos en cruz dos de ellos y los otros cuatro pareados,
cúpulas segovianas; desarrollan arcos de herradura,
seis,
en las las
del
Cristo de la Luz, y su remate por abajo son nácelas minúsculas; están
pintados de rojo y blanqueado lo demás. Para nuestros sentires del arte,
meramente
efectistas, este
una puerilidad; mas
primor de obra, destinado a no y especialmente
los antiguos,
verse, resulta
los orientales,
arte por su
el
amaban desen-
fin,
tendiéndose de espectadopues, reser-
Si aquí,
res.
vóse para
tal sitio
una tan
pulcra bóveda, es porque
algún destino elevado se reservaba; ni podía ser
le
otro
que guardarse
allí,
a
cubierto de robos y profanaciones, las preseas sa-
gradas,
como alguna
cajita
con reliquias, una cruz o
un el
precioso,
cáliz
dados
aislamiento y situación
fronteriza, respecto de
o.So
>
I.
1,0
Jo
ros,
/Vi
de esta
agrandaban
Fig. i85. S. Baudel: cúpula de la linterna central
iglesia,
moque
tales peligros.
La capilla principal, en cambio, es tas;
muy
sencilla,
cubriéndose con bóveda de cañón, sin impos-
y su ventana del frente, aunque es
abocinado de herradura en su derrame dichas. Cinco escalones la realzan sobre
Otra capilla corresponde a edificio tral,
(Lám. CXXV). Avanza
como
interior, el
saetera,
como
ella
trompas suso-
piso de la nave.
tribuna, puesta en
la
las
forma un arco
alto a los pies del
en medio, hasta tocar
el
macho cen-
siendo tan exigua que no alcanza sino a i'io metros en cuadro su
planta. El arco de entrada va sobre fustes ruines; su sin impostas; a
mano
izquierda, en bajo, hay
culares, con fuste entre medias, pero sin capitel
—
314
—
bóveda
es de
cañón
un par de arquillos semicirrii
impostas en
los
arran-
BERLANÜA ques, y encima da luz otro arquillo de herradura, que a
para registrar
la
puerta de
vez serviría
puesto que cae delante. Allí podría
la iglesia,
celebrarse misa en privado, y esto hace creer que retiro
la
la
tribuna se formó para
de algún presbítero, celada desde abajo por un pretil de i'i3 metros
de altura
independiente de
e
la iglesia,
rotura del pretil y escalera rudísima.
gulo meridional, en para que
el
el
aunque hoy
comuniquen por una
Su puerta antigua cae cerca
del
án-
lienzo de los pies, y a bastante altura desde afuera
entrar ofreciese dificultades, y así
podía ser efectivo.
se
Una
ventana,
como
la
de
la
el
aislamiento del monje
capilla
mayor, daba
vista
y luz hacia poniente.
tribuna cabalga sobre un sistema de columnas,
hsta
bóvedas
muy
curioso, con altura total de i'8o metros (Láms.
CXX1\'). Recuerda, por ejemplo, cruzadas y bóvedas,
rías
aquí son esquifadas, o
como armaduras de ños,
arquillos y
las cisternas bizantinas,
que
CXXIII y
con sus arque-
r -y
más bien cinco pa-
hecho todo con piedra toba
y yeso; pero además los techos se formaron sobre un entrama-
do de maderas, que en
muro de
el
se afianzan
los pies,
asegu-
rando contra desplomos y torceduras una obra tan minúscula,
y ello hace recordar
los
ma-
derajes análogos que envuelven,
en
gran Mezquita cordobesa,
la
sus bóvedas.
Repetidamente va dicho que los
arcos son
de
herradura:
pero dase una excepción en puerta de
la
la
tribuna, que es de
medio punto,
Fig. 186. S. Baudcl; puerta exterior de
trasdosado
la
tribuna
y
Melque y suprarradiales, y probando que esta-
sin impostas por fuera (Fig. i86); su dovelaje recuerda los de
congéneres, procediendo en líneas
mos
ante una obra de tradición indígena, bien lejos de los procedimientos
-
3i5
CASTILLA románicos y de todo clasicismo. Los demás arcos, grandes y pequeños excepto aquella pareja decorativa de la capillita y contando los de las
—
—
herradura, hechos de piedra
de
bóvedas, son
generalmente y con despiezo
gando
radial.
a los dos tercios del círculo,
En cuanto
como en
el
mal trasdosados
toba,
a desarrollo varían, lle-
arte
andaluz y toledano del siglo X, los de
puerta principal
la
y capilla de
la tri-
buna, en tanto que
descienden el
mucho
toral y otros pe-
queños.
im-
Las
postas son generalmente
nácelas,
que en
arco de
el
entrada (Fig. se
187)
incorporan con salmeres
los
una
sola
como
se
en
pieza,
observa
en otros cordobeses del siglo
en
algunos
zárabes;
IX y
mo-
difieren
las
arquerías de
la
tribuna,
por
arrancar sobre pieFig. 187. S. Baudcl: puerta principal
zas de base cruci-
forme y desarrollo
vertical, caracteres
que recuerdan, ya cimacios cordo-
beses de tiempo del Califato, ya los de Mazóte, pero cuya mejor explica-
ción sería
el
deseo de
precisamente a así el
la
arco total
mermar
salientes y tropezaderos en obra
altura de la cabeza.
como
el
de
la
iMás notable es
Tomás
de
las
hecho de que,
puerta, sean dobles, incluyéndose
dentro y algún tanto retraído respecto del otro. Lo
Santo
el
que cae
Ollas y en Celanova,
—
316
—
mismo
explicable por
uno
se vio ya en el
grosor de
BERLANÜA muros, cuando no
masa de
{^ran la
esta en
intrad(')S
proporción con
los
abrumarla su aspecto
vanos, porque entonces
la
medio no
se
si
por
cíícIkj
compartiese, y es procedimiento que del arte h^mbardo pasó con ex-
traordinaria
profusi(')n
modo alguno
la
románico
al
cronología de nuestra
que
francés, sin iglesia.
F^l
esto
prevenga en
arco de entrada y
el
de
la
tribuna llevan por dentro, en su alféizar, un segundo arco escazano,
como
de bre\isima Hecha, casi
dintel ado\elado, y respaldando
hay una plancha de madera, donde enmangaban
columnas
Las
primero
el
de
la
puerta.
todas carecen de capitel; pero abajo las de
la
tribuna
llevan un plinto, ya descantilado ya con
las hojas
molduraje
y algún cerco de
rayas oblicuas, dándose esto último en las cuatro delanteras, correspondientes a (Fig.
1
la capilleja,
88).
excepto
eñ todo
el edificio
Los fustes aparecen groseramente labrados, quizá para reves-
ya que todo
tirlos,
adorno que hay
y es lo único de
el interior,
\
_. ,
enlucido
está
ellos,
con yeso, siguiendo
la
».
cos-
tumbre moruna. Las cubiertas dicen que fueron
¿.M^ATr?.^.
Hoy son
de piedra.
aleros
^^^jl^^-J
co-
IlÍiMI-
rren losas ligeramente reta-
Pig.
tejados,
liadas en
y
por
1
88.
S.Baudel: basas de columnas de
la
tribuna
moldura de nácela.
Esta ermita de San Baudel, aparte su arquitectura, adquiere gran
notoriedad por
por dentro,
si
la
decoración pictórica que
el edificio,
recalos; la capilla
total.
mas como algunos
hay que juzgar sobre
y con pocos colores;
lados,
las
completamente
mayor
ello.
la
tomaron por base para
Su procedimiento esa temple
pinturas de las bóvedas perdiéronse a fuerza de y
el
rincón oriental, en gran parte, fueron enca-
no manteniéndose visible y bien conservado sino una mitad del
Sus representaciones son del Evangelio, empezando en
fueron dispuestas en tres zonas,
con escudos, alanceando
Su
reviste
bien no hace al caso nuestro estudiarla, por corresponder a
otro arte y a otro período;
fechar
la
estilo es
al
más una adoración de
dragón, pintados en
la
los
la
btSveda. y
Magos y ángeles
capilleja de la tribuna.
seudobizantino, absolutamente rutinario, con arquitecturas de
arcos angulares, redondos y escazanos sobre columnas bizantinas, e inte-
—
317
—
CASTILLA resando sobre todo ciertas figuras tomadas del natural, especialmente
grupo de guerreros, guardianes del sepulcro, cuyo
el
con
traje es: loriga
al-
mófar, calzas rojas, zapatos de orejas, yelmo picudo con guardanás y escudo en forma de almendra. Otra zona inferior desarrolla asuntos de la vida ordinaria, expuestos con naturalismo sincero, especialmente cacerías,
personajes militares, animales, telas de Oriente y adornos, sin cosa que revele influjos moriscos, pero traje talar,
si
hay un gran camello y un hombre con
CXXII
yelmo, lanza y adarga redonda con sus borlas (Láms.
CXXIII). En
la capilla se
ilegibles (i).
Será verosímil fecharlas
y
traslucen letreros en mavúsculas romanas, pero entre
segunda mitad del
la
si-
glo XII y principios del XIII, valiendo para ello las otras pinturas de
San
Isidro de León,
aunque mucho más
pero es cuestión ajena de
que
él
es
En cuanto
edificio.
el
Deducir otra cosa,
con
que un
edificio se
haya pintado luego de terminarse.
a datos de historia no se conocen sino referencias del
«mo-
nasterio sancti Bauduli», dependiente de Berlanga, y envuelto en los
año inmediato, por
la
langam cum ómnibus terminis
En consecuencia,
el
suis et
al
sud del Duero, y entre
cum
en
el
Osma
al
II,
ellas
«Ber-
monasterio sancti Bauduli»
primer obispo segontino Bernardo,
pudo hacer donación
liti-
y Sigüen-
cual decidió que pasasen del obispado de
de Sigüenza varias parroquias situadas
144,
Osma
en 1136, dando lugar a una bula de Inocencio
za, se ventilaron
1
al
El Sr.
especial de dicho monasterio con sus perte-
Romera habla de un
expresa haber construido
una inscripción, en
el
«letrero gótico, algo estropeado, en el altar,
XVI,
letra francesa del siglo la
difícil
de
leer
en
el
Loperraez:
(3)
«Monasterium nichilominus
cum ómnibus
se
obra del mismo.
sancti Bauduli,
pertinentiis suis
de Sigüenza; copia suya en
donde
zócalo del retablo, y
Colección diplomática del obispado de Osma;
(2)
usibus
(3).
santuario Sansón y su esposa». Ello seguramente se refiere a
que naturalmente no puede aludir sino a
tris
(2).
dotar su Catedral
nencias, cediéndolo a los canónigos para atender a sus necesidades
(i)
es
experiencia de que lo verdade-
la
gios que, sobre límites de jurisdicción entre las diócesis de
en
i8o;
sea coetáneo de ellas, va en contradicción, no solamente con
los caracteres arquitectónicos, sino
ramente raro
i
no ayudando sino para comprobar
lo nuestro,
una fecha mínima de antigüedad para decir,
que datan de hacia
francesas,
la
quod
circa
pág.
318
-
f.
117.
18.
situs est, ves-
adhabendum concedo». Archivo de
Biblioteca nacional, ms. 13073,
-
Berlangam
la
catedral
BERLANGA Verdad
es
que modernamente
nada tenían que ver
C(jn
nuestra iglesia, confundiendo
edilicio, asciterio o cenobio,
con
el
nas,
la
se
congregaban, perso-
seis
cuya pequenez y simplicidad hizo que en su gran mayoría pereciesen
cuando entre
más pequeños y que
creerse, pues, indudable
ermita de hoy son una
Viniendo a juzgar
misma
ruines aún que
cosa.
ser éste «el ejemplar
quitectura mozárabe».
No
desde luego, próximo a
las
de
el
monasterio del siglo XII
el
exacta
los caracteres del edificio, resulta
Lampérez de
sión del Sr.
conservados del grupo mozárabe figu-
los
de Moroso y los catalanes,
el
San Baudel. Ha de y
concepto del gran
el
donde centenares de monjes
monasterio simple, que solía no albergar sino a cuatro o
sin dejar rastro, y
ran
ha dado pur supuesto que estas noticias
se
la
expre-
más mahometano de
en balde también es
ar-
más moderno acaso
el
ciudades aragonesas musulmanas, donde
diciones del norte habían de valer menos, y donde
la
la
cultura de
la
y,
las tra-
Frontera
superior árabe influiría vivamente, dado que los Benicasi y los Tochibíes de
Zaragoza gobernaban de plorable que siglo XI, el
común acuerdo con
sus vecinos cristianos. Es de-
ignoremos todo respecto de arte aragonés antes de mediar
lo
quedando
incierto
si
nuestra iglesia recibiría de
allá
su ser; pero
hecho de una procedencia más o menos directamente andaluza,
su mozarabismo, parece indudable, y tanto que
hace patente sino en
el
arco de entrada a
debemos atenernos, más bien que nas y arcos y a
la
la
el
es decir,
tradición local no se
tribuna. Respecto de fecha,
la
formas algún tanto arcaicas en colum-
a
ausencia casi absoluta de adorno,
al
avance técnico que
representan sus bóvedas de crucería, trompas y cimacios acodillados, referibles al arte del Califato,
según
propagó a
se
las
musulmanas
provincias
a fines del siglo X, en cuanto los edificios de Toledo enseñan.
Ahora do
I,
bien, la conquista de Berlanga por cristianos fué bajo
según testimonio del Silense; también
pero, desde luego,
se
achaca
quedó abandonada hasta que Alfonso
repobló poco después de
i
io8 (i), constando
como señor
Azenárez hacia 1130(2). Son fechas demasiado tardías
que sea dable
ello a
referir a entonces nuestro edificio, y
(i)
Bedoya:
Memorias históricas
de Berlanga.
(2)
Muñoz: Fueros municipales;
págs. 467 y 477.
—
319
—
I
Fernan-
Alfonso VI,
de Aragón
la
de ella un Fortún estas últimas para
más teniendo en cuenta
1845.
CASTILLA que agitaron aquellos años, y que San Baudel, lejos de abriamparo de la ciudad, avanza buen trecho delante hacia la frontera
los disturbios
garse
al
que moros y castellanos, en guerra contra el rey aragonés, amenazaban. Con anterioridad sólo alcanzamos a saber que, pasado el azote de Almanzor, la autoridad del
toda
la
frontera, y
conde de Castilla Sancho pesó grandemente sobre
que Berlanga
directo probablemente
(i);
quedó sometida, aunque
le
dominio
entonces, en los primeros decenios del siglo XI,
sería posible
que un monasterio
contornos, y
así
organizase con cierta seguridad en los
se
naciese este peregrino edificio. Ello supuesto poseeríamos
dos iglesias netamente mozárabes:
la
de Melque y
la
de San Baudel.
i
I
(i)
sin
España sagrada;
t.
XXIII, págs. 308 y 319.
—
320
—
;
.1
X
•
PRESEAS ECLESIÁSTICAS AUNQUE
perdura
el
estudiadas arriba,
ocho
la
siglos últimos,
culto cristiano en la mayoría de las iglesias
evolución del
que
mismo
fué tan aparatosa en los
aun siquiera después de indagar
ni
mentos de información salvados, podemos formar cabal idea
que
ellas ofrecieron
terios, es decir,
de
los ele-
del aspecto
en un principio. Desde luego, respecto de los monasla
vida claustral, puede renunciarse a
conocerla; pero tocante a culto
externo quizá
ilusión de
la
sea dable inquirir algo
con provecho, según iremos ahora \iendo a través de documentos, de pinturas y de escasas reliquias.
Base principal de estudio para ello son
los
inventarios de
consignados en testamentos o donaciones, que sos (i); pero síMo respectan a
(ij
con
He aquí en
de
III, 80.
— Cat.
Bec. Celanova, Froliulfi: 910.
f.
mon.
hist., n.° VI.
17 v.
313.
— S.
I,
393.
—
—
Martín de Klabio: Id., id; III,
— S.Salva-
—Sta. Maria de Mezonzo:
871. L. Fe-
— Santiago
321
tierra leonesa,
de Auca: 864.
de Santiago;
11,
245.— S. Salvador de
de Lugo: 897. Esp. sagr.: XL, 385.
Galicia histórica;
culto propia-
14.
de Orense: 886. Fsp. sagr., XVII,
— Cat.
el
las citas sucesivas:
— S. Felices
S. Vicente de Armerecio: 867. L. Ferreiro: Hist.
rreiro; II, 22.
modo que
España Sagrada; XXXVll,
numero-
conservan
más importantes que conozco de
Provincias vascongadas;
dor de Sozello: 870. Portug.
41
libre,
que servirá como referencia para
Catedral de Oviedo: 812.
Q3._
zona
serie cronológica los
su fuente bibliográfica,
853. Llórente:
la
se
iglesias,
— S.
Herías: 889.
Juan de Villa
de Compostela: 911. L. Ferreiro;
— .
PRESEAS mente mozárabe no
se
lo
desconocemos por
ven diferencias entre
guesa anterior a
documentación asturiana, gallega y portu-
la
meridionales y
los influjos
mozárabe, salvo en nombres de servicio eclesiástico no varió la
unidad de
tólica se
rito
como
conducto. Sin embargo,
este
mucho
la
del periodo subsiguiente
y vasos, cabe inferir
telas
que
este
punto del
hasta fines del siglo XI, manteniéndose
y sus características nacionales, según desde
organizaron por acá.
edad apos-
la
•
Lo primero que importa
discernir es
consagración del altar, mediante
el
el
punto hierático. Aquí,
depósito de reliquias santas en
la él,
parece rito indispensable. Los altares tenían forma de mesa, con soporte
único y relativamente angosto, en cuya cabeza formábase una cavidad o
— S. Sebastián de Monsácer: 914. 54. — S. Pedro de Montes; giS. Sandoval: — Id: — Julián de Samos: 922. Yepes: Cerón ica: 17 Esp. sagr.;XlV, 370. — Sahagún: 922. Vignau: Índice de Sahagún, — Sta. María de Aguilar: Museo español de antigüedades: 5gg. — S. Cosme de Abeliare: 927. Infra; págs. 326 y 348. — S. Julián de Boñar: 929. Infra: pág. 338. — Sta. María de Piasca: 930. Ind. de Sahagún, 114. — S. Salvador de Celanova: 938. Supra, 243. — 942. Galicia hist., 128. — Santiago 754, nota. — Sta. Marina de Paradela: 947. L. Ferreiro; de Valdeavita: 949. Ind. de Sahagún, 128. — S. Juan de Vega: gSi. Esp. sagr.; XXXIV, SalgSb. i56. — 146. — 453. — S. Salvador de Sobrado: 962. L. Ferreiro; vador de Porma: 969. Ind. de Sahagún; 140. — S. Salvador de Vimaranes: 959. Port. mon. hist.; lxxvi. — S. Juan de Caaveiro: 122. — S. Salvador de L. Ferreiro: Lorenzana, 969. Esp. sagr.; XVIII, 336. — Santiago de León: 970. Tumbo de León, 334. — S. Salvador de Pozuelo: 973. Ind. de Sahagún, 169. — Celanova: 977. Yepes; — S. Cosme de Covarrubias: 978. V, V, xxii. — Sta. Eulalia de Curtís: 990. Esp. sagr.; XIX, 386. — S. Salvador de Bóvata: 996. Ind. Sahagún, 176. — Cat. de Lugo: 998. Esp. sagr. XL, 409. — Cat. de León: 1002. XXXVI, xiv. — Vimaranes: 1008. Port mon. hist.; cci. — S. Isidoro de Callobre: L. Ferreiro; 35. — S. Martín de Lalín: 1019. Infra, 327. — S. Salvador de Valle Gaudiosa: 1019. Bec. Sobrado, 43. — S. SalvaII,
65.
Id., 11,
Fundaciones;
v.
918.''
S.
II, xiiii.
p. iii
922.^
.
I,
Id.:
p.
II,
p.
góó.''
S.
Id.; II,
Id.:
II,
11,
f.
Id.;
II.
Id.;
;
III,
1018.''
p.
f.
mon.
dor de Leza: 1021. Port.
de Sahagún,
188.
— Santiago de
de León: 1042. Esp. sagr.,
— S.
hist.; rxxLviii.
xliii.
— Catedral —
Catedral de Oviedo: 1045. Vigil: Asturias, 72.
ccccvn.
— S.
riza: io65.
Lix y Lxi.
Isidro
Port.
—
.S.
de Lugo: 1042.
1
1
1
— Sta.
.
Infra,
Vimaranes: io58. Port.
— S.
María
p. 328.
mon.
.
sagr.
S.
;
hist.; ccccxlviii.
Pedro de Eslonza:
L. Ferreiro; III, 58.
de Lugo, n."
hist.;
XXXVI, clxxxix. — Martín de Vacca— Catedral de León: 1073. Esp. sagr.; XXXVI, 1099. Yepes; IV, xxxvi. — S.to Tomé de Nemenio: iio5.
de León: 1063. Esp
mon.
Tumbo
Meylán: 1030.
XXXVI,
Salvador de Villa Mirelie: io25. Ind.
Cosme de Covarrubias:
—
322
1
1
—
12.
Serrano:
Fuentes;
I,
xxi.
ECLESIÁSTICAS sepulcro, donde con
el
se depositaban cajitas de reliquias,
muy
ara o tablero, cuadrado y no
ción declaratoria de las reliquias
grande, que solia llevar inscrip-
contenidas:
allí
cubriéndose luego
pues, de ellas
el cultu,
fué capital en nuestras iglesias.
No puede
admitirse otro tanto respecto de
imágenes.
El canon
famoso del concilio de Eliberri: «Aprobóse que no debe haber pinturas en para que no sea pintado en paredes
las iglesias,
adora»
mantúvose válido entre nosotros; y claro
(i),
quedaban prejuzgados. En
gresiones comprobables
asuntos bíblicos, en
otros y figurillas de apóstoles, en
en
siásticos, ellas
más
faltan,
el
la basílica
si
la
muy
la
más
las
trans-
remota malicia:
mallorquína de
San Pedro de
episcopio emeritense, y poco
como
peligrosos de
periodo antemusulmán
el
redúcense a pocas y de
pavimento de
el
se reverencia y
está que, prohibido
signos icónicos, a saber estatuas y relieves,
ello, otros
ostentar,
que
lo
Sta. María;
Nave; personajes eclesi
acaso. Después
aun
severidad canónica se acentuase, puesto que en
Asturias los minúsculos relieves de los edificios ramirenses carecen de significación religiosa, y en cambio, las
un hecho positivo de altísimo valor son
pinturas de SantuUano de los Prados, en Oviedo, que cubren sus pare-
des totalmente, sin contener
nos que
la
más
representación, signo ni leyenda cristia-
cruz áurea con alfa y omega pendientes
esculpida ya pintada,
como
signo
máximo
de
la
él
mismo decoró también
la iglesia
cual se repite, ya
religión cristiana, por
todas partes. Ni se arguya privación por ineptitud en
porque
(2),
el
pintor de Oviedo,
de San Miguel de Liño, donde,
entre adornos idénticos, rastréase una figura de perfil, sentada en cátedra,
que
tal
vez sea retrato.
Aun
en
los objetos
aplicados
culto
al
la
misma
cruces de altar, cajas eucarísticas, libros litúrgicos, el
Agnus
Dei,
el
Tetramorfos, ángeles... En
privación es regla: etc.,
las Biblias
no llevan sino
todo
el
nuevo Tes-
tamento carece absolutamente de ilustraciones, sin más excepción que unas pequeñas escenas en
(1) et
la
Biblia de
Canon XXXVI: «Placuit,
la
Catedral de León y una Majestad
picturas in ecclesia esse
non deberé; ne quod
colitur
adoratur in parictibus depingalur.» (2)
Fortunato de Selgas. La basílica de
San Julián de
do: 1916.
—
323
—
los
Prados en Ovie-
PRESEAS y
Anunciación
la
jados a Maria v Juan dolientes, drería.
San
frente de la Biblia de
al
al
Otro libro lleva dibu-
Isidro.
una simple cruz adornada con pe-
pie de
Tardíamente, libros de rezo, como
el
Antifonario de León de 1067,
ostentan representaciones de santos y de Cristo; su natividad, circuncisión, epifanía, las mujeres ante
piamente contrario cifixión del códice jero,
sepulcro, ascensión, etc.; pero asunto pro-
el
al secreto
primitivo de los dogmas no hay sino
Cru-
gerundense de Beato, pintada por Ende, quizá extran-
en 975. Es de observar además que
la
actitud de bendecir en nuestras
figuras de Cristo ajustase al rito oriental y no al
pulgar y anular tocándose. llanos,
la
cayendo fuera de
la
No olvidemos que
romano, o sea con
los
dedos
todos estos libros son caste-
órbita propiamente mozárabe, v
que represen-
tarán influjos transpirenaicos: los códices andaluces, toledanos y leoneses,
aun siendo que
muy
numerosos, no ofrecen caso alguno de transgresión, en
a esta regla de abstenciones respecta.
Los inventarios de nuestras
enseñan elocuentemente, primero
iglesias
con su silencio y luego con datos positivos, el
lo
culto de las imágenes:
los
cuándo
reyes Fernando
San Isidro de León un primer Crucifijo,
1
C()mo se propagó
y Sancha pusieron en de marfil famoso, que
el
hoy nuestro Museo arqueológico nacional;
atesora
\'
inmediatamente
e
los
inventarios de 10G3 y 1073 consignan éste y otros Crucifijos y frontales
de oro y plata, con representaciones probablemente, a la vez que, en el pórtico o cementerio real de San Isidro, recibíanse por decoración de
Lázaro y curación del leproso,
capiteles escenas de la resurrección de
como avances de romanismo importados desde Navarra, según
todo ello
luego hizo irrupción definitiva con Alfonso VI
Respecto de
(1).
las
imá-
genes conservadas a que se atribuye piadosamente una mayor antigüedad,
Aun
(i)
en Cataluña, donde los influjos extraños predominaron, sólo constan «reta-
bulos» de metal precioso hacia
el
mismo tiempo (Marca hispánica,
argénteas ante altare» desde principios del siglo
Viage; 1087
t.
VI, pág. 273). Asimismo, en
(Portugaliae mon. hist.,
n.*
Coimbra
X
se
no anterior
Monte Sacro», como hecho
al siglo XII,
1
193) y «tabulas
— Villanueva:
consignaba plata para un frontal en
DCLXXVllj. La
escritura de fundación de Santa
María de Covadefonga (Covadongaj expresa: «transtulimus beate Maric de
col.
(Id., cois. 840 y 973.
in
relatado en 718, pero
ipsam ecciesiam imaginem la
falsedad del
quedó reconocida ya por Risco (España sagrada,
págs. 95 y 303.)
—
324
—
documento, ^t.
XXXVII,
ECI.KSIASTICAS
SU
examen
según
indicios dan
fe
de este periodo anti-icónico español: Teodulfo,
gran figura nuestra en
mosaico absidal su
iglesia
corte de Garloinagno
la
de Germigny,
dada por querubines; v en
el
de Orleans, probablemente, el
orbe todo con sus
y con los vientos en figura el
pintar una alegoría de
devorados por
ade-
ceñía las tierras,
Aun más
(2).
tierra y
la
significativo es
caso de otro español, Claudio, a quien Ludovico Pío hizo por fuerza
viendo llenas de imágenes
como la
mar que
el
humana soplando
obispo de Turin, para que educase en él,
arca del Testamento guar-
el
de banquetes de su palacio episcopal
sal('>n
mandó
ríos,
decorar con un
(i), al
de imitar a italianos y bizan-
lejos
tinos representando imágenes sagradas, efígió
más
sin excepci<')n concjcida,
\'
es nijtorio.
Más la
artístico lo contradice absí^lutamente
el
Evangelio a aquellas gentes: mas
que
las basílicas y
pueblo
el
aduraba
las
a simples cruces, predicó en contra, calificándolo de idolatría,
así
según
doctrina de san Agustín, y aun atrevióse a destruir todo aquello, de
donde vinieron escándalos y controversias
emperador reunió una
El
(3).
especie de concilio en 925, y poco después, muerto ya Claudio, sus detrac-
que en
tores atreviéronse a impugnarle; pero nótese
naba sino su celo inmoderado
el
fondo no se conde-
por contrario a
e iconoclasta,
la teoría
bien
conocida de san Gregorio, declarada en caso análogo contra Sereno, obispo de Marsella; pues en
lo
de considerar supersticioso
el
estaban acordes todas las iglesias occidentales, donde
787 fué contradicho, y a este propósito nunca se hasta proclamar allá
como
doctrina canónica
culto de las imágenes el
alega.
le
concilio Niceno de
En cambio
canon de Eliberri,
el
cir
ejemplo español tocante a representaciones sagradas, mientras
de
las
costumbres supersticiosas de
Es curioso
(i)
el
empeño que ponen
de Teodulfo, cuando tan claramente Fleury, coetáneo y bien informado. lidad sería nada
menos que
En cambio
la hija del
(3)
«Veni
él
t.
mismo
desconocer y
el
la
patria española
cronista de su abadía de
io5, col. 336.
Inveni
Italiam, civitatem Taurinis.
strucre solus coepí, et idcirco aperuerunt
adiuvisset me, forsitam
se dolían
hacen padre de cierta Gisla, que en rea-
sordibus anathematum imaginibus plenas,
Dominas
adu-
Emperador bien conocida.
(3j
veritatis
le
sin
y de algunas regiones de Oriente,
los franceses en
consignan
la
Migne: Patrología latina; in
Italia
llegóse
omnes
et
omnes
quia,
—
325
—
(
ordincm
quod omnes colebant, ego de-
ora sua ad
vivum deglutissent me.»
basílicas contra
blasphemandum me,
Patrol. lat.
;
t.
et nisi
io5, col. 460.)
PRESEAS y
aunque Jonás, principal contradictor de Claudio, conocia nuestro
ello
habiendo residido en Asturias
país,
Ha
a su siglo.
mismo
(i).
querido verse en Claudio un revolucionario, un
Nada menos puesto en razón que
protestaba contra
hombre superior
tal juicio,
pues no solo
él
novedad de sus doctrinas, sino que sus comen-
la
como un perfecto ortodoxo, ceñido a corear las sentencias de los Padres más acreditados y sin rastro de ideas propias ni atrevimientos. De su Apologético sobre las imágenes no queda sino
tarios bíblicos nos
revelan
le
un extracto hecho por adversarios: fuerza tendrían sus argumentos cuando revuelo produjeron en
tal
el
imperio carolingio; mas, dados
sancionadas en España, manteniendo además
oprobio de
contraria a ostentar
el
absoluta eficacia de
las
se
antigua doctrina romana
la
peregrinaciones
e intercesión la
el altar
de
el
las iglesias
antiguas no había nada permanentemente,
lugar sagrado.
En
bóveda o de arque-
la
uso prendían: y aunque
tal
misma
práctica.
Los inventarios consignan, además,
estas piezas directamente aplicadas al culto, bajo el concepto de
teria altaris» u otros equivalentes
(1)
galo:
De
Véanse: Agobardo:
man-
de tipo mozárabe, hay miniaturas castellanas
así repiten las iglesias
que comprueban
la
Asturias todas las iglesias de este periodo
tienen argollas, donde las cadenas apropiadas a
nada
pre-
coronas, luminarias, arquetas y vasos, que solemniza-
perchas, las
y
al
no
elevación moral del medio en
y sólo fué costumbre colgar encima, pendientes de
ban
de los santos,
la
educara.
Sobre
rías
anteceden-
Pasión de Cristo; y respecto de
la
gonarla Claudio no hace sino comprobar
que
los
presumible que Claudio no hizo sino propagar reglas ya
tes del caso, es
i
(2),
y son
las
inagi n bus sanclor u i
m
«minis-
que siguen:
.
— (Claudio:
obras.
Adversus Claudium — Joñas: De cultu imaginum.(Patr.lat.;t. Valgan como ejemplo estos tres inventarios, al parecer inéditos: (2) .
—
Bún-
104 a 106).
j.
Monasterio de Abeliare; testamento de su fundador
una erea
ministeria altaris: cruces duas
et
el
obispo Cixila, en 927: «ítem
una argéntea fusilem gemaiam
et
deauratam,
cum
capsam argenteam gematam
el
patena similiter gematam
et
deauratam,
unam
deauratam, capsuUa ebúrnea per incensó, inferturia argéntea,
ex eis
aquamaniles
gematam
cum
et
deauratam
de stagno, kalicem argcnteum
et alia
et alies
dúos de stagno, coronas argénteas
susceptoribus, candelabros éreos dúos
—
326
—
cum duodecim
brachiis,
sua 111
lucernam
ECLESIÁSTICAS Cruces: Gencralniente cada
hechas de
iglesia tenia varias: las unas,
bronce o de latón, y otras, que se llevarían en
procesiones de los días so-
las
lemnes, eran de oro o plata, dorada con frecuencia, y a veces con piedras
aun
preciosas adornándolas y
que eran fundidas. Una, representada en
a 58 sueldos, y es
de
otras pendientes; suele constar su peso, de 400
forma tradicional goda, con
la
omega colgando de
alfa y
como
largo astil y peana. Se conservan ejemplares,
kampanam
eream, incensarium ereum, signum ereum,
palleum principaiem
et vela altaris ita:
miculum de
manteles, facitergias
ct III
unam vermiculam
et
haddanis
palleas
III
suis amictis, orarios VIII
et
II
V
aliam albam, albas autem
habentem unaqueque tos seu
tramisirgas
kamisam lineam.
et
kasullas lineas
III,
V duas
Janeas
duas túnicas pro diebus quadragesime
et
unum
cumunionibus dúos
textiiem
brosi-
albos, scalas argénteas V. Lectuaria per ospitibus: genabes .XII
III III
aguisum ex eodem metallo. Sane
similiter palíeos tcrcium vero ver-
stamineas
III,
sus brazos,
en su lugar veremos.
quintum haddaní scxtLim alvum
alhaz quartum pinctum
Ítem savanos XII
et
dúos frontales
et
cierta miniatura,
polimatas laneas VI, plumazos XII VI palíeos
T de
tapedes VI, almelehas hatanis VI.» Becerro
Catedral de León,
la
et
f.
VI tramisirgos,
385.
Monasterio de San Martín de Lalín, dotado por Adosinda en 1019: «Idemptidem con-
cedimus ipsam eclesiam quos ibidem lavoramus cum omni ornamento signus
id est
tea,
et
ministeria eius,
metallus, cruces duas argénteas miro opere conpositas, capsa una argén-
III
coronas duas argénteas, cálices dúos argénteos
et
III"
de ammalide
HIT
et
eirake el
patenas suas argénteas, digtacus éneos, turivulos dúos, inferturia de argento, lucerna enea,
candelabros dúos, campaneas V, velos principales
IIII,
alhaiaras de sirgo
et
III
de lino
frontales VIII, pallas VII de super altare, item alias de super cálices V, casulla pesinia
vatanada oveite
I,
tiraze
I,
casulas fazanzales
orales diagonales auriteste psalterios
num
I,
iudicum, canticorum I,
una de
I,
de lino V, tónicas
II,
grecisco
I.
antiphonalium
III,
liber
signo
una, dalmáticas duceri una, pesinias
tiraze, alia eirake, greciscas III, tiraze
I,
alfimiano
comnico
manualio
I,
I,
II,
alvas
polemdos
ordinos
V cum
lili.
IIII,
cruce
I,
cálice
linu, alva
I
I,
preco
I,
versario
I,
con suo amicto, orales
II.
— ítem
les 11, pallas II.
tramisirgus
III,
de C solidos
—
PZt
cum duas
navccella
in sea.
alhaiara
Tegla
alhaiara
I,
in
1
II
litteratas, litones
XXX.
1
sinonanimarum,
eirake;
conquos
11
frontales
Anzo signo III,
2.°, n."
327
46.
—
Venesegio III,
casula
cálice
I,
casula
I,
I
ora-
id est lectus palíeos II,
id
sunt palmare
con suos aquamaniles, cancistales
tomo
—
— In
argéntea, copa de argento
super altare pro cálice. Vasos eirakes,
histórico nacional; Catedral de Lugo,
passio-
I,
Servltium de mensa argénteo
salares, escalas lili argénteas, ferratella siat
I,
frontales
ad ipsum superdictum monasterium pertinet,
mutas de mensa
con sua cooperturia que III,
I,
II,
suos amictos,
orationum
virginitatis sánete Marie.
con sua patena, velos principales
II,
Libros eclesiásticos
regule beati Benedicti, liber beati Martin!, alio beali Agustini,
de argento, cruce una de argento, velo principale
domas
alios
I,
II,
cum
II.»
1,
arre-
Archivo
PRESEAS Capsas: Resultando
ellas
parece que sirvieran para
la
de uso general en nuestras iglesias, verosímil reserva eucarística; tardíamente consígnase
respecto de algunas cajas su destino para reliquias, y otra contenía los
Evangelios, dato que permite asimilar a ella los
superevangeliares me-
algunas veces. Eran de oro, de electro, y
tálicos citados
pesaban de 260 a 5o sueldos, y solían
éstas últimas
más de
las
plata;
doradas y enrique-
ir
cerse con piedras preciosas y perlas. Habíalas también de estaño; una era
de vidrio oriental
— ágata? —
,
dispuesta formando arcos
(i),
y últimamente
de martil con engarce metálico. Se conservan todavía tres de
se hicieron
carácter mozárabe, con reliquias.
DiPTACos: Cítanse varios dípticos de marfil, uno de cobre y otro de plata con peso de 80 sueldos: su uso no estaba generalizado, al parecer, ni
queda muestra de
fuera del consular de Oviedo.
ellos,
Coronas: Quizá no haya inventario de
iglesia
donde no figuren; aun
solían contarse dos o tres en cada una, y eran a veces de oro, pero gene-
ralmente de plata, con peso de 120 a 33 sueldos algunas de doradas, y ostentando piedras preciosas y gemas
ellas; otras
pendientes. Cítanse
Recuérdense
bién de bronce, de azófar, de cobre y de vidrio.
iban
tamde
las
Guarrazar: mas, aparte representaciones en miniaturas, no se conserva
Catedral de Lugo: dotación por Pedro, obispo, en 1042: «Dicimus cciam ria eclesiastiga frontales III
corona argéntea
bazorí;
Adefonso,
dozoruno
deaurata
I
cum
et alia
episcopale
I,
croniga regum argénteas
II,
C
et alia
dcaurata
cum
lapidibus pensante solidos
e.xakeke
I.
psalterium I.
Signum
scalas
aquamanile pare (i)
de miste-
et
argento opere polemito,
111°
calicem de argento deaurato quos nobis concessit üutier
Tenplum
principale
lapidibus quos restauravimus, kapsa simi-
CC
mus. Vestimenta sacerdotale: kasuUas greciscas cisca
cum
alium subter cumsimile, quos nobis concessit Gilvira Ruderiquiz; cruce
argéntea pensante solidos liter
alium
I,
corporale palea de super cálices mirivice conposita.
et et
I,
candidum deaurato
et alia similiter II
iraké
Libros eclesiastigos oracionum
cum canticorum
argénteas
lili,
tomo
salare
I,
I
deaurata quos restauravi-
marayz zomde
dalmatiga ere-
I
de toto anni circulo, ordinum
imnorum perfectum,
et
ex mctailo pensante libras
I.» Id. id.;
I
CLXXX.
sceptra
Serbicio de
cócleas VI, supostorio
I,
kanoiium
I,
mensa concas
cirialc
I,
conko
et
9.°, n." 92.
Sobrado: dotación por Sisnando, obispo, en 955: «Capsam evangeliorum similiter
argenteam solidos C deauratam lapidibus preciosis ornatam.»
Ordoño, rey de Galicia, en opere compositas
et
91
1:
— Compostela: dotación
«Cabsasduas ex auro obtimo cum
cum nomine
nostro.
Aliam ex
-
328
-
vitro
lapillis et
transmarino
por
margaritis miro
in arcos dispositam.»
ECLESIÁSTICAS ninguna. Entre
áurea que
inventariadas en San Isidro de León consta
las
Lucernas: Estaban hechas de cobre, bronce o ima era fundida, y solían tener
pie y
ralmente había una sola en cada
diadema
misma
(i).
latón; especifícase
que
reina Sancha, ofrecida al santuario por ella
la
us(')
la
un remate, quizá de tapadera. Gene-
iglesia, sin
contar
las
muchas, sobre
tod(j
de vidrio, puestas en candelabros. El transcribirse su denominaci<')n latina por la árabe
candil da idea de su forma, y
servados; pero en miniaturas aparecen
Candelabhos: Según
indica su nombre, eran para llevar lucernas y
en
el altar,
la
uno con quince lucernas de
plata
allí
y
con
vidrio, otro
otro, regalo de
un tercero pesaba quinientos sueldos y
?
con peana.
vez se usa con distinción.
palabra árabe
aro
ejemplares con-
almanara, que alguna
día
a la Catedral de
los
platillos
o percha, y les correspon-
colgábanse ante
Menciónanse de
son
pérgula
cirios; la
así
como simples
Alfonso
el
siete,
Magno
Lugo, llevaba una lucerna también argéntea, encima un
escrito el
nombre
del donante.
Había también candelabros de
bronce, entre ellos una pareja compuesta con doce brazos, y otros de cobre fundido y aun de hierro, citándose dos o tres en cada iglesia
Las miniaturas
les
(2).
muestran pendientes de cadenas y con brazos para
candelas, de tres en tres. Sólo han llegado a nosotros ejemplares musul-
mezquita de Elvira (Granada), de bronce y semejantes a otros coptos, ya en forma de disco ya de corona y con brazos
manes
del siglo IX, en
la
para lucernas en torno.
Ciriales (i)
tes III
candeleros: Figuran entre
un candelero de
ellos
plata,
Compostela: dotación por Ordoño, en 911: «Coronas ex auro obtimo prefulgen-
cum
«Coronas
y
lapidibus preciosis órnalas.»
tres áureas;
una ex
dens, alia est de anemnates
his
cum
cum
— S.
Isidro de León: dotación por
Sancha, en 10Ó3:
scx alfas in gyro et corona de alaulcs intus in ea pen-
olovitreo áurea, tertia vero est
diadema
capitis
mei auream.»
La palabra alfas probablemente es árabe, significando gemma. (2)
Catedral de Oviedo: dotación por Alfonso
teum cum lucernis
vitreis
XV,
de Lugo: dotación por Alfonso
et
III
«Kandelabrum cum septem
n." 57.)
nomina
I
— Eslonza:
cum
dotación por
la
candclavro
cum X
brazos
ct
329
1
tumbo, en
—
el
infanta Urraca, en 1099:
cum duodecim
mazana.»
— Catedral
lucerna argéntea
— Abeliare: brachiis.» — Cova-
lucernis argenteum ante altare illuminandum.»
— 42
«Candelabrum argen-
nostra Heteras scripta.» (Su
dotación por Cixila, en 927: «Candelabros éreos dúos rrubias; rii2: «Et
Casto, en 812:
en 897: «Candelabrum de argento
pesiperius (sic) lucerne hereus ibique
Archivo histórico nacional,
el
lucernas argénteas de alio candelabro VIIII.»
PRESEAS dos parejas de ciriales de latón y otros de bronce: similares debían ser ciertas
lampadas
de plata que consigna un inventario. Dos canicistalesde bron-
ce y
un casistale para lucerna serian soportes
bién
(i).
De
este tipo consérvase
a
modo
de candeleros tam-
un ejemplar andaluz, procedente de Elvira.
CÁLICES: Unos eran de oro con piedras preciosas, perlas
e
incrusta-
ciones de vidrio; los demás, generalmente, de plata, con pesos que caen entre 6o y i5 sueldos, comprendidas sus
patenas o parópsides;
varios
iban dorados y con gemas, según costumbre, y uno se califica de francés. Citanse otros de estaño y de marfil y uno yrake, acaso de vidrio, con
patena de plata. Su número llega hasta cinco en algún inventario
Ninguno
se
conserva anterior
Aquamaniles: Entre
de Silos, a no ser
al
la
(2).
copa de Braga.
piezas de iglesia constan varios de plata, y algu-
urceum
nos de ellos esculpidos y dorados; también, de igual materia, un
y urceolos, con peso de ocho sueldos, y por fin, concos, uno de azófar y los demás de bronce, que serían, así como una peí ve, para verter agua en
Donde más abundan menciones de
ellos.
de comedor: pero, aplicadas
manos
bendita, lavarse las plares de bronce,
al culto,
sacerdote y
el
estas piezas es entre la vajilla
valdrían para bautizar, para
como
el
vinajeras. Existen
que parecen godos, coincidiendo con
agua
ejem-
ciertas representa-
ciones en miniaturas.
Turíbulos
Los de plata pesaban de 33
o incensarios:
a 60 sueldos;
algunos hubo de oro, pero su mayoría era de bronce fundido, de latón y de cobre, en número de hasta tres juntos. Les complementaban sus correspondientes offerturias o inferturias, o sea platillos para
que solían
ser de plata, sirviendo para lo
plata o de marfil,
como
Orense; 886: «Eream lucernam delabra
enea
tria
Covarrubias; (2)
side
cum
cum
«Ex
I
cirial
cum
II,
ex ere, lucerna
argenteum
solidis
argenteum purum. de ammafide
et
rey, en 911:
margaritis oloviireum ornatum.»
L deauratum cum patena
— Lalín: dotación
HIT
eirake
et
— Cat. de
— Sobrado; 955: «Canfusile.» —
cum pede suo eneum
VI mazanas de cazmí malo.»
Compostela: dotación de Ordoño lapillis et
lucernas idem, lampadas de c slds.»
suo casistale vestisque fusiles.»
fusilia, canicistales II
11 12:
mismo también unas cajitas de En las minia-
entre bizantinos se acostumbraba.
Vimaranes; 969: «Candelabros
(i)
incienso,
el
«Calicem aureum
cum
sua parap-
— Sobrado: dotación de 955: «Calicem
lapidibus preciosis
compositum
et
alterum
por Adosinda en 1019: «Cálices dúos argénteos
patenas suas argénteas.»
—
330
—
et
IIT
ECLESIÁSTICAS turas
incensario suele representarse bajo
el
forma usual de copa, con
la
tapadera calada y pendiente de cadenas. Respecto de ios offerturia, eru-
como bandejas
ditos extranjeros los explican
por
durante
los fieles
Signos
campanas:
y
ambos nombres,
ofrenda presentada
la
misa; pero nuestra documentación no apoya esta
la
no ser un caso en que
hipótesis, a
para
lin
se las llama fialas
probablemente
(i).
algunos inventarios ofrécense con distinción
sin aclararse la diferencia de concepto:
mas como tam-
campana» y «signos fusiles puede creerse que las campanas pro-
bién se citan «sif^num metalli miriñci sonanti
ex metallo
totidem campanis»
et
(2),
piamente eran fundidas y de una aleación admirable por su timbre, en
que entraba
lat(')n,
es decir,
cobre y cinc, según consta
signos ordinarios eran de cobre o del bronce usual varios agisos o badajos
número de signos
(5); el
mientras
(3),
los
Algunos tenían
(4).
suele llegar a cuatro:
el
de campanas, a cinco, y una vez aparecen cuatro mayores y otras tantas
menores: en cuanto
peso citanse signos de 70, 100, 140, 180 y 200 libras;
a
varios juntos, hasta mil libras, y
una campana
«ministrandíssimum», quizá por destinarse avisar
la
presencia del
acostumbra
(i)
Sacramento fuera de
«Turibulum
argenteun"! fusile
«Turibulum argenteum cum sua tcnentem L solidos
et
infertoria.»
(3)
Dexterigo, presbítero, dota
iae
dúos ex metallo
Sámanos de meo alaione tius et magister
cum
offertura solidis
inferturia áurea.»
— Guimaranes;
—
XL
»
— S.
Isidro de
Catedral de León; 1073:
969: «Turificarlos
LX cum suis íielis oblatis.» monu menta historicae: chartae; núms.
Portugal
«Offero... signos
cum
II;
unum
alium
(2)
et
el
monasterio de Meylán, sobre
meus Vegitus
el
Miño, en
1030:
CXL libras quos mii laborarunt in aillo de LXX libras quos conparavi cum
uno de
fusiles illo
per precio meo, et
ccccxlviii y lxxvi.
illo
presbiter.» Arch. hist. nac;
tumbo de Lugo,
n.° 111.
La dotación de Obona por Adelgaster (Esp. sagr.; XXXVII, 308) consigna
«Duas campanas de
ferro»;
bablemente fraguado en
(5)
mano para como aun hoy se
a ser llevado a la iglesia,
Oviedo; 812: «Capsella argéntea pro incensó, offertorium pro incensó argenteum.»
León; 1063: «Turibulos dúos áureos
Repite lo
signo califícase de
De campanas manuales queda un famoso ejemplar en
(O).
— Sobrado; gbb:
(4)
Un
12.
mismo
la
pero téngase en cuenta que
el siglo
carta de
cuando
Xll,
el
el
documento
monasterio alcanzó gran íiorecimlento.
Covadonga, arriba condenada (pág.
Monsácer: «Slgnum
cum
es apócrifo y pro-
aquisibus suis.»
324).
— Paradela: «Signum de metallum cum
suos agisos.» (6)
Celanova; 942: «Signos
cum
agisos
—
331
II
et
—
teriium ministrandisslmum, campa-
PRESEAS Córdoba; de
grandes, ninguna anterior a
las
fechada en 1086; pero en
la
pintura de
torre
la
de San Isidro de León,
la
Ta várense vemos campa-
nas colgadas de sus asas y que sonaban mediante cuerdas, tirando desde
abajo (Lám. LXXVIIl). La inscripción de dicha
campana de León y un
pasaje de Eulogio ratifican lo ya sabido por los inventarios, a saber, que
aquí llamaban signos a
campanas grandes, como nombre genérico
las
Cátedras: De mueblaje
eclesiástico
poco sabemos:
la
(i).
cátedra episco-
Compostela era de madera y hueso, con clavos y bolas de plata y de admirable trabajo, así como su escabel (2). Varias miniaturas y los pal de
marfiles de San Millán represéntanlas en forma de sillón, con brazales, alto espaldar y la
cátedra en
remates torneados. En
españolas no debió estar
las iglesias
fondo del santuario, según costumbre romana, sino en
el
el
coro o aprisco formado en medio de las naves.
Analogios: Así llamaban
a unos atriles para colocar los libros litúr-
Según miniaturas, eran de madera también, con
gicos mientras se leían.
soportes torneados y arquillos de herradura por adorno.
Velos principales: Este nombre y tanibién vela altaris o vela templi daban a las cortinas con que se ocultaba el santuario, ya fuese durante
una parte de
la liturgia,
tiempos penitenciales, de resma; ya fuera de
las
como aun
lo
se
acostumbra en Oriente; ya en
los
que son reminiscencia nuestros velos de cua-
horas litúrgicas, permitiendo esta incomunicación
dar empleo con cierta libertad a
donde consta que efectivamente
parte de iglesia reservada a los laicos,
la
se
celebraban asambleas populares y jui-
nas II.»
— Curtis; dotación por Pedro obispo, en 990: «Signa ex metallo bona pensantes libras
mille.»
—
962:
Monasterio de San Vicente, a
«Campanas duas cum (i)
Miño, dotado por
suis tinlinabülis.»
191
(Esp. sagr.; XXXVIIl,
— De igual modo
se
de Germigny
Fáfila, confesor,
v.)
— Cariavio;
christicolis
entendía en Francia, (villa
everteret,
cum
erant; ad
como
testifica
una referencia coetánea, sobre
Germaniacus), erigida por nuestro Teodulfo, aludiendo
Compostela; 911: «Cathedram episcopalem ligneam atque oseam
malis argentéis
templorum
innuendum.» (Apologelic us martyrum;
maderaje de su torre, «de qua signa pendebant». (Baluzius: Miscellanea, (2)
suo scabello miro opere conpositos.»
—
en
1076:
327.)
pinnaculorum prosterneret, quae signorum gesiamina
conventum canonicum quotidie
la iglesia
f.
«Nonnullas apud Cordubam... urbem basilicarum turres
arces dirueret, et excelsa
22).
orillas del
«Signum metallum canpana.» (Becerro de Celanova,
332
—
,
.
ir
,
t.
cum
I,
al
p. 492).
clavis et
ECLESIÁSTICAS dormían
cios,
en
los
caminantes,
y bVancia,
Italia
nostasis,
al
el
modo que
etc.
No
había para
ello entre nosotros,
tef^urium o baldaquino, sino pérgulas
e
como ico-
en Oriente y África, según ya sabemos; pero estos
velos principales no pendían de
mayor,
sino ante
el
arco de
subiendo y bajando mediante poleas, que aun
se
conservan en San Salva-
dor de Valdediós, y
de polegia
así lo
allí,
capilla
la
atestiguan algunos inventarios, llamando velos
generalmente, califícanse de palíeos
a los susodichos. Ellos,
o ex palléis, género de piezas textiles que también se aplicaron a frontales,
como voz
tiempos ulteriores resulta pallium
mas
al
zescos»; nótese
palíeos,
cum
auro factum» y «palíeos grecos» o «gre-
además que nuestros inventarios nunca asignan
como
de manufacturas polícromas, el
color a los
materia, pudiendo inferirse de todo ello que se
ni especifican su
cosa preciosa, v ta
genérica de sederías ricas:
principio distinguíase entre «sérico pallio» y «simplici pallio»; en
Cataluña se citan «palleo
trata
En
cubiertas de lecho y, excepcionalmente, a vestiduras amplias.
Notoriamente, eran
tapicería.
valor de uno, estimado en quince sueldos
no resul-
(i),
desproporcionado. Pocas veces estos velos principales se consignan
séricos o de seda; uno estaba bordado figurando papagayos,
nombre árabe de una
y otros se califican de dozoruno o lotzorí,
cubierta
(2).
Hubo, además,
declarándose una vez que
(i)
Ello en Galicia,
se
es
que
el
o sea en total 18 gramos de plata. Ya vemos que esta
parecer,
especie de
subminores,
ciertos velos secundarios o
colocaban por bajo de
año 910. Sabido
al
como
los otros; ellos
eran de
sueldo carolingio valía doce dineros,
misma unidad lomábase
para medi-
das de peso en los documentos de que tratamos; pero su equivalencia nunca consta y
el
sistema es anormal respecto de los países europeos. (2)
Catedral de Orense; 886:
Lugo; 897: «Vela templi sérica.» ex quibus
unum plumatum cum
«Velum de
— Compostela; siptacos.» — S.
arcipreste, en 912: «Velos principales hist.
nac, ii25 B,
f.
74 v.)
— S.
que
inter
polegia palleum
unum.»
gii: «Velos de polegia
— Catedral
de
dúos principales
Ciprián de Pinza; dotación por Juliano,
veslibulum
et altare
dependunt.» ^Arch.
Pedro de Sorga; dotación por Adosinda en 967: «Vela
cea principales qui ad t'aciem apendunt altaris.» (Becerro de Celanova,
f.
89.)
siri-
— Sobrado;
— Catedral de Lugo; 1042: alium subler cumsimile.» — S. Isidro de León; 10Ü3: «Templum principale dozoruno «Velum de templo lotzori maiore cum alios dúos minores arminios.» — La voz cortina,
955:
«Velos principales palíeos
II
et
alios
subminores
lili.»
et
en lugar de velo, aparece en escritura de 1043 (Bec. Celanova,
—
333
—
f.
io5).
PRESEAS
arminios y
seda o de lino adornados; otros,
como
jero,
si
otro
Alhaialas
o
alhagakas: Este era
chos velos, vulgarizado en
nombre
el
las
mitad verdes, bordados con oro y
columnas
o sea extran-
privativo árabe de di-
como
región leonesa,
la
principalmente de seda; también, greciscos y de otros, por
espaven
respondiesen a influjos meridionales, equivaliendo así a las
tantos otros. Fueron
uno era morado;
lino;
plata, etc. (i).
Penderían entre
del iconostasis.
Acitaras
o citharas:
Voz equivalente,
al parecer,
de alhaiaras, pues
aplicanse a unas y otras prendas iguales determinativos; pero
más tardíamente
aquéllas generalizóse
dadas
No
(2).
eran tapetes para
uso de suelo,
el
finura y riqueza de su labor, sino paramentos, doseles o cortinas.
la
En un diploma ovetense
muy
pero antiguo, y en otro de fecha
falso,
avanzada figuran azitaras riquísimas, sustituyendo a velos
el
acostumbrados
los
(3).
Frontales: Probablemente
como
se colocarían ante el altar,
ahora.
Los de oro y plata con pedrería se inauguran en San Isidro de León, bajo Fernando I, como ya se dijo; antes todos eran palíeos, que predominan en un principio, y además, de lino adornados, de seda bermeja, blanca o amarilla, bordados con oro o con plata a veces, con una cruz de hilo de plata, greciscos, etc. (4).
(i)
Vimaranes; oSg: «Alara una de
«Alfagara facenzal moreda
I.»
— Lalín;
S. Miguel de León; 1029: «Alfagara
de León; 1073: ante altare
«Unam
I
ah'eicí, velos lineas
grecisca.»
et
— Eslonza;
Lorenzana, en 969; Covarrubias, en 978; Coimbra, en 1087.
(3)
España sagr.;
azitaras: et
I
XXXVII,
constantina de unna
media fazroen (4)
alhaz,
et allia
media baebi
Abeliare; 927:
p. 317, dice:
«Frontales, pallas, acitaras auro textas
«Dúos
et alia loztorí et II
et
I
— Covarrubias;
morgomes
II
II
cum
— Aguilar; 922?: Sex frontales — Catedral de Lugo; 1042: «Frontales ciclatones.»
alios pallios II.»
illos
argento opere polemito, 111° bazorí.»
—
334
—
dúos creciscos III:
illa
vermiculum de
alvum.» — Celanova;
cruce de argento
«Et XII
bazlis.»
frontales similiter palíeos, tercium vero
dúos inde mataraffes, uno vermículo
11 12:
greziscas et altera
tapet pallio et altera fazroen et
quartum pinctum, quintum haddaní, sextum
les IIII,
II.»
«Unum velum
1099:
(2)
t.
996:
— — Catedral
de lino
et
argento frixo mirifice textum.»
greciscas bacris et serici lineique ornamenti diversa genera.»
et
III
(Esp. sagr., XXXVI, xxxv).
alagaram dimisam in viridi.»
ponendum auro
— Bovata;
quatuor.»
1019: «Alhaiaras de sirgo
filo et
938: «Fronta-
alió amarello, et
et illos alios bracillis
candidum deaurato
I,
alium
cum
ECLESIÁSTICAS Pallas: Extendíanse sobre cuencia; pero en
la
el altar,
indumenta
según o
rito, se
kamisas
las
o
fre-
donación de llduara constan ocho pallas de diversos
colores y tejidos, todos ellos preciosos los
y eran también palleas con
(i).
Habían de
vestimenta blancos de
cubría
el
ser cosa diferente de
lino, o sea manteles,
con que,
llamados alguna vez túnicas de altaría
altar,
lineas. Cítanse asimismo otras y corporales de bisso; pal-
riquísimas para cubrir
una de
cáliz,
el
ellas
tejida
con oro
(2),
y finalmente otros paños, llamados superevangeliares, que se pondrían
sobre
analogíum
el
o
atril,
como aun hoy
acostumbra, y eran de
se
pal leo a veces.
Las ropas eclesiásticas sacerdotales constituyen otro grupo numeroso de prendas consignadas en inventarios, y con alusiones en ciertos
por ejemplo
libros,
de Leovigildo, presbítero cordobés del siglo IX, titu-
el
«De habitu clericorum». Aquí
lado
v subdiáconos en
la iglesia
costados por abajo; y
era
que
el
orare o
brazo izquierdo, por
los
cruzado además sobre señalados
la
el
enebladium,
diáconos sobre
el
los
de diáconos
especie de amito rodeado
subdiáconos sobre
hombros y por
el
los presbíteros
pecho; que los obispos solamente usaban en días
cetharis o mitra, blanca y con
mismo
el traje
una túnica blanca o alba, abierta en ambos
estola era llevado por los
casulla con capucha picuda, según
que
de los presbíteros, otra semejante, pero negra u
el
obscura; que los diáconos usaban al cuello;
se explica
tal
como
las
flecos,
llevando de ordinario
miniaturas enseñan, uso que,
Varo-
autor, provenia de Torcuato y sus compañeros, los
nes apostólicos evangelizadores de Andalucía, que, aun después de recibir el
orden episcopal, conservaron
la
sencillez monástica, revelada en
el
me-
lote, que dicha otra prenda recordaba. Al contrario, los presbíteros no
velaban con
la
casulla su cabeza (3).
(i)
Véase arriba, pág. 244, nota.
(2)
Vimaranes; gSg: «Palas gliziscas duas,... de aluz quinqué.»
«Pallea de supcr cálice auro textile.»
super callees
Boletín de
(3)
cómo
V.»— Cat.
entendía
vez con
el
— Cat. de
León; 1002:
1019: «Palias VII de super altare; item alias de
de Lugo; 1042: «Corporale palea de super cálices mirivice conposita.» la
Academia do
la historia el P.
jesuíta
— Lalín; la
Historia;
t.
LIV.
p.
5oo.
Para juzgar de
Flórez, a propósito del referido libro, y de acuerdo por esta
Rávago, véanse además
—
las
páginas 103 y siguientes del tomo LV.
335
—
PRESEAS Casullas: Abundaban
las
de lino, y entre ellas una cárdena: en
lo
más
antiguo danse de lana, teñidas de rojo alguna vez y otra blanca, sin contar las
de manufactura moruna, a juzgar por los nombres. Son menos fre-
cuentes
las
de algodón, citándose una amarilla y otra blanca: pero, sobre
todo, las preferentes y ricas eran de seda, con gran variedad y
nomencla-
tura árabe: habíalas a dos haces y con forro; también, rameadas en verde, amarillas, bermejas, piscinias, greciscas, de tiraze, irakés, de ciclaton, de
brocado, bordadas con oro,
pues no siempre
etc.,
el
concepto descriptivo
se ofrece claro para nosotros.
Dalmáticas: Resultan mucho menos generalizadas y abundantes que como prenda que parece ser ajena a la tradición española; y
las casullas,
por
común no pasan de una
lo
o dos en cada iglesia
(i).
Eran de seda
probablemente, citándoselas blancas, amarillas, cárdenas, piscinias, bordadas con oro, greciscas,
tirazes, oveites, etc.
Túnicas: La equivalencia griega de nada, es planeta
se
(2):
usaban,
y sólo tardíamente se especifican franjas, etc. Cítanse
este
nombre, alguna vez consig-
como ahora todavía, en Cuaresma (3), como de seda, greciscas, cárdenas con
también túnicas cuculas una vez
(4).
Albas: Habíalas de lino y de seda; alguna amarilla y otras en blanco
y negro. Eran complemento suyo oro, y a ellos
Orales
amictos,
los
puede aludir también una orarios: Equivalen
u
cita
a veces bordados y con
de umerarii
a la stola,
como
se
(5).
hace constar una
vez
(6); eran de seda especialmente, bordados o tejidos con oro y plata: alguno llevaba flecos de oro y gemas, aumentando su riqueza en los últimos
tiempos, cuando aparecen también
(1)
Única
cas donadas a
955:
la
cita
manípulos.
que recuerdo, anterior a
Catedral de
la
Lugo por Alfonso
mitad del siglo X,
Magno
el
(2)
Celanova; 942: «Duas planetas vitiones.»
(3)
Abeliare: véase pág. '327.
(4)
S.Martín de Villamedina; 924 fPort.
«Cugulas de sirgo (5)
teis et
III;
item cugulas
Testamento de Rudesindo;
et
977:
Cítanse orales de bro-
mon.
es la de cinco dalmáti-
en 897.
hist., n." XXVIII).
— Sobrado;
albas lincas fusiles.»
«Indumenta sacerdotum
et
levitarum
cum
bal-
umerariis.»
(6)
S.
Juan de Vega; gSi: «Orales X quod scripturas dicunt
959: «Stolas cultas XII capas duas stolas litoneas.»
—
336
—
stolas.»
— Vimaranes;
ECLESIÁSTICAS cado y greciscüs, para diáconos y también un orario de comuniones, que es dato importante ).
tela lisa
para
las
(
i
Balteos
con piedras también
drería, y otros de plata
Capas no
hasta el siglo XII (3). Respecto de
segunda mitad del XI, cuando
la
(2).
mantos: Cítanse alguna capa de seda y otras entre
y
divulgaron
se
uso de
Especificase que algunos eran de oro con pe-
o cÍNGí los:
los inllujos
mas
orales:
mantos, arranca su extraños empiezan a
prevalecer; eran ricos también generalmente, y quizá persevera su
empleo
en nuestros modernos capillos.
Nótese que en tan largas enumeraciones de ropas
como
figuran en los
inventarios nunca se especifican representaciones sagradas decorándolas,
de animales,
ni siquiera
correspondientes
flores, etc.,
en oposición de los italianos y de
los
período sucesivo, pudiendo inferirse que los tejidos
al
usuales eran lisos o con decoraciones esquematizadas y geométricas, así
como
los
bordados. Únicamente se habla de ramajes, bajo
maraize,
sin
que pueda excluirse no obstante
voces, entre las
mal explicadas,
Una de
cargas usuales de
las
se refieran
la
el
nombre árabe
hipótesis de
también
las iglesias era el
que algunas
a oi'den decorativo.
alojamiento y
tención de huéspedes, ya pobres ya señoriales y aun reyes, a
lo
manu-
que obe-
decían en parte las rentas de que se las dotaba; proveíaselas además de
(1)
haddanis
—
Abeiiare; 927: «Orarios Vill II et III
Id.; 942:
albos.»
León; 1002: «Orales
—
S.
V auro
XXXVI,
opera ex auro
«Duas
Covarrubias; (2)
xxxv).
et
— S.
Isidro de
1
auro
et
argento compositos
IIII.»
uno cum perpendes deauratos
tres do sirgo et alio
12: «II estolas
et
III.)»
— Catedral de cum gemmis.»
cum argento.» (Lspaña cum amoxerce argénteo et
texitum
León; 10Ó3: «Stolas áureas
aliud argenteum ad amorcece habet opera olovitrca. »
stolas argénteas et 1
938: «Orales brosetos de auro et argento fresales
cum
textiles et illo
Miguel de León; 1029: «Orarios
sagr.,
1073:
— Celanova;
«Orales VIIII, ex quibus
unuin textilem comunionibus dúos brositos seu
— Catedral de
León;
aliam auro fresam quibus inieci manípulos greciscos.»
morcerceles
cum
suas tablas exoratas
Celanova; 942: «Cingulos áureos gematos
II,
et
—
suas petras.»
alios argénteos exauratos ex
quibus
unum gematum.» — Compostela; 911: «Balteum sacerdotale ex auro gemmis atque lapidibus constructum.» — Lugo; 998: «Circulo cum baltheo argénteo lapidibus.» — León; et
1002:
«Balteum ex auro puro (3)
Un documento
cum
lapidibus suis.»
gallego de 1003 cita «1
kappa franziska»; mas no consta que
fuera de uso eclesiástico (Archivo hist. nac: diplomas del monasterio de Melónj.
— 43
337
—
PRESEAS no sólo con dicho
vajilla y lechos,
abades, ries
que vivían en
etc.,
ellas,
fin.
por
sino para decoro de los obispos,
que
lo
fi^^uran
de objetos preciosos y ricos, probando una vez
mientos que en
el
si^lo
X
Servicio de mesa. riaba de los usos actuales:
desplegaba
en
más
el
lujo v refina-
sociedad leonesa y gallega (i). El adorno y pulcritud de ella para comer no vala alta
mantelería, que llamaban «mutas de mensa»,
la
era abundantísima, hasta darse 184 pares alguna vez: v
que serían grandes; también, sábanos, o sea
aun de piezas
como
de tamaño menor,
los
ricas
mantilia o manteles,
suele contar dos a diez pares cada fundación. Había
y facitergia o fazalelias, equivalentes de toballas y pañue-
servilletas; los, al
inventarios se-
los
parecer. Manteles y servilletas
su calidad, y
hermanaban formando
según
series,
apellidaban polimitos o polendos, que querría decir
les
labrados a colores; litteratos, que iban adornados con seda, trazando rayas, y litones
o
lintiones, que eran
los
más
ordinarios, quizá con
labor negra. Las toballas a veces eran asargadas, es decir, con sobretrama de
además stamineas, cosa de estambre; algún cogin o pul-
seda. Cítanse
mesas mismas,
billo de mesa, y respecto de muebles,
las
dar y banquetas de refectorio, pues
comensales
los
aunque alguna miniatura represente a
modo clásico. En cuanto a
(1)
He
aquí,
el
Sr.
a los del festín de Baltasar recostados
como
ejemplo, otro inventario leonés, por extraña casualidad dejado
Vignau, en su Cartulario de Esl onza, que bajo el
original completo,
plumacium; de lana vero tapete
argenteam
scifum ereum
I,
sedilias in refictorium
calicem argenteum
sarem ereum
I,
I,
II,
II,
mensas
n.'XXV
cita ai final.
transcribe
Trátase de
crucem ercam 1.
I,
III.
coronam argenteam
Ítem vela
3 v.).
1,
altaris:
I,
galnapem
sacerdotalis: casullas de lino
II.
338
-
de sirico
II,
I,
I,
incen-
alhaialam
I.
Ex
Libros vero eglesiasticos: anliphonahist.
a
nac, Eslonza;
parts., n.° 3 bis.
cupa usque ad minima conca.»
Cubas o toneles formaban principalmente
-
capsam argenteam
candelabrum ereum
altaris: frontales
Sobrado; 962: «Vasa lignea usibus humanis apta f.
lectum
quattuor pulmatios. Scalam
et
ítem ex vasa
rium, comicum, manuale, orationum, precum». Arch.
(Su becerro,
sirico:
sua, conpendeales V, decios V, sellas scapulares V,
cupas
III,
autem domus ex
galnapem polimatam
cum conca
signum ereum
indumento quoque
(a)
que sólo
el
de dotación del monasterio de Boñar, por Gisvadoy Leuvina, de que se trató arriba
(pág. 162), y lleva fecha de 929: «Supellectile et
se colocarían sentados,
vajilla, las
una copia abreviada, menospreciando la carta
con espal-
más vulgares eran de madera, y alguna alusuministra un documento gallego (2); pero las consignadas
sión de ello
inédito por
sillas
esta serie.
ECLESIÁSTICAS
como dotación de iglesias eran generalmente de plata más preciosas, como lo seria el vidrio blanco y tallado atestiguan miniaturas carolingias y
costumbre conservar con
de Oriente. Según
Pentateuco de Ashburnham. fué de mesa colgadas de ca-
ostentaci(')n estas vasijas
menos que
denillas, ni m¿is ni
el
coronas y candelabros de
las
aun
y de materias
ya
las iglesias,
pieza por pieza, ya varias de las menores dentro de un recipiente. Las series
más
ricas
(ialicia
desde principios del
también son considerables y similares en
siglo X, pero
faltando en
numerosas consígnanse en
v
la
castellana; y
si
zas mencionadas, con tecnicismo bien diferente, por lo
quedan localizados
dental,
donde
los
regi'm leonesa,
pobreza
la
con ser casi exclusivamente de estaño y cobre
del país denunciase
Así
la
en Cataluña dase algo parecido,
común,
las pie-
del leonés.
foco oriental, de asimilación francesa, y
el
occi-
el
meridionales predominan, dando lugar a
influjos
serie de vasos y artefactos de
Preferentemente v bajo
la
comedor que siguen:
el
nombre de «servitium mense» agrúpase
un número determinado de piezas argénteas, que
se presentarían al prin-
cipio de la comida, y son:
Inferturias: Recipientes amplios, como bandejas, de
plata; escul-
suposto-
pidas y doradas, a veces. Llamábanlas también intromissios, rios, discos o naves, y
además hablase de un intermisium redondo
y plano, adornado con admirable labor y dorado (i). MissoRios o MENsoRios; Tacitas en que se ser\ían licores; algunas
mismo
veces cuéntanse dos, cuatro y hasta ocho en un solo dorado pesaba 30 sueldos,
(i)
ratum.»
Compostela;
—Sobrado;
uno, omnia
e.x
91
1:
probando que también
les
había grandes
«Intermisium rotundum palmiceum miro opere pictum
935: «In servitio de
vel líalas
argénteas X.»
1,
sulcieram argenteam
— Cclanova; 977; «Fíalas
— Sahagún; 98Ó; «Nave argéntea que cum suo servitio scmper abutimur.» — Vimaranes; 1008: «Servitium de mensa et
turia et trolion et
dúos coliares.»— León;
truiione argénteo
uno
(2)
uno
Sahagún;
salare et
1083;
1042; «Servitio de
uno disco argénteo
«Uno messorio cum suo
uno pigmentario
et
uno
exau-
I,
tarego.'»
339
—
et ferturia
i
mensa
salaret infer-
argéntea;
uno
culiares argénteas octo.»
servicio de
— Vimaranes;
lidos deaurato.»
—
mensa
alium
et inferturias
in nostra
auro perlucidas.»
salare argénteo
et
(2).
mensa; fixorium, inferturia, cocleares IIU, trolione
argento solidis XLIII, salarem argenteum
trullionem eburneum, pataras argénteas scultas
vez uno
lote; otra
mensa cum suas
io58; «1
culiares et
mensurio de
XXX
so-
PRESEAS CILIARES
COCLEARES: Cucharas de
O
torce juntas. Se consignan tanibitMi
diminLiliw)
el
número de dos
plata, en c
li
a ca-
liai celli^s (i)
v la
forma romanceada cugares.
Trlliones
o TRULios: Cazos o cucharones provistos de colador, para
servir manjares y escanciar
el
vino sin impurezas. Eran de plata y alguno
de marfil. Excepto una \ez que constan dos y otra cuatro, figurar
uno
lo
ordinario es
solo en cada inventario.
CiFo: Canuto para sorber: aparece nombrado uno de oro
Salares, sulcecas
o
sulcieras
pigmentarios: Eran
y
(2).
vasijas para
condimentos de mesa, como su nombre indica. De pigmentarios no hay sino dos citas algo tardías
(3),
aludiendo
la
primera de
un ejemplar
ellas a
esculpido y dorado, con 17 sueldos de peso.
Tarecos: Pequeñas conservas en salazón
vasijas, de oro y de plata,
que
dencia
se
conocen
moruna
presentaban
se
(4).
Tacaras- A una de oro las
donde
refiérese cierta alusión
tardía,
como
todas
probablemente cilindricos y de proce-
de estos vasos,
(5).
Frixorios: Debían ser recipientes para
el
asado; y pues consta uno
de plata, no se pondrían al fuego.
Tenaces: Serían
tenacillas para coger manjares,
según
cita
única
(6).
Los objetos siguientes aparecen inventariados con distinción respecto de
lo anterior.
ScALAS:
Eran escudillas de
plata,
con peso de
seis a treinta sueldos,
y en número de hasta ocho juntas. Estaban doradas a veces, esculpidas
(i)
Catedral de León; 847: «Scala argéntea, culiarccllos argénteos quatuor, trulione'
argénteo. (Esp. sagr.; (2)
auro
429). in
ihesaurum cum coclearios XII
cifo ex
ct trulios II.» (3)
Vimaranes; io58:
gún; 1083: véase
una
XXXIV,
Vimaranes; 959: «De servicio mcnse
la
nota
2
«1
de
pimcnteira scultile dcaurata continct solidos XVII.»
la
página anterior.
(4)
Sahagún, 1049 y 1083. León, 1073
(5)
León, 1073. Sahagún, 1083.
infertoria et (6)
truUione
San
cum
uno
salare et
— Saha-
V
— Sames,
1074:
«Duas
tagaras et
uno troliono
el
culiares.» (Arch. hist. nac.)
Isidro de León; 10Ó3: «Servicio de
mensa,
coclearibus X.»
—
340
—
id
est salare
inferturia tenaces
ECLESIÁSTICAS y aun con
el
nombre
del
donante; doce
Copos: Se asimilaban
esculpidos y aun dorados
oneario
tal
ton es serían nieladas quizá
como
a tres, y eran
(
i).
tazas cilindricas;
igualmente de plata,
cual vez; uno pesaba quince sueldos v otro
(2).
Platillos o tazas equivalentes. Cítanse
Fíalas o patabas:
mención
sas de plata: en otro caso sustituye su
como
i
scalas, quizá
las
número de uno
pero no figuran sino en
era lit
a
I
\()ces siníSnimas, v
también
se cita
a
dos france-
ordinaria de scalas,
la
una «scala argéntea pagel la». Su
peso resulta de doce v de quince sueldos, según un d(jcumento.
CoppAs: Tenían tapadera; eran de
generalmente dorada, excepto
plata,
algunas litones; no se consignan juntas arriba de cuatro; una pesaba sesenta sueldos; de otra consta que servía sobre
y
otra, esculpida
inferirse
el altar
en vez de cáliz
(3),
por dentro v fuera, pesaba 210 sueldos, de donde puede
un tamaño extraordinario
Ferratellas: Su vía. Estas otras vasijas
(4).
tipo originario seria
el
de
herrada, en uso toda-
la
eran pequeñas y cilindricas, citándose una de plata
y otra de azófar.
Calderas: Serían calderetas con MoioLos: Tres de
asa;
una de plata y
plata sobredorada
tres
más
se citan.
pónense juntos, y eran jarros
cilindricos para beber.
Cúcuma: Es
decir marmita, de plata.
Como
Vasos:
voz genérica abarca una porción de tipos de vasijas,
especialmente copas y copos de plata y
Recuérdense estos versos de Teodulfo, hablando de vasos argénteos dorados por
(i)
dentro y nielados
al
exterior:
«Pocula promittit quidam
exierius nigredo decorat,
logía lat.,
cum
Lugo; 998: «Scalas
«Coppo
nes; 1008:
scala
litoneario.»
color argenti sulphure lactus abil.» (Migne:
sculfitas deauratas
— Cartavio;
documento copiado
Lalín, en
(4)
Sahagún; donación rustico
toria pesante
pulchra daturum... inicriusque
Patro-
1076:
II,
alio
copo
sculfito.»
«Copo uno argénteo sculpto
— Vimarael
deauraio
una argéntea.»
(3)
teum quod
cum
se
io5, col. 2Hy.)
t.
Cat. de
(2)
et
preciosos y óptimos de cristal
que apellidaban yrak.es, eirakes, eyraclis
o vidrio blanco, coco, etc.,
aurum
los
del
arriba, pág. 327.
conde Gutier Adefonso;
sermone dicitur copa intus
ccx solidos, quod
in
io52:
et foris mirabiliter
quadragesime diebus sempcr
—
34'
—
«Unum
vasculum argcn-
sculptum
usi
cum
sua copcr-
fuimus pocula bibere.»
— PRESEAS O eirikales.
también algún vaso con imágenes y dorado
Cítase
Congas: Eran tazones, ya de
(i).
con pesos de 5o a 36 sueldos y a
plata,
veces doradas, ya iracas, y en un inventario aparecen hasta quince sin especificarse su materia.
urceolo o
Arroto.mas más, ya de
y otra
jarro,
o
Una conca argéntea figura con su correspondiente con su scifum o taza de bronce.
redomas: Es
tipo de vasijas conocido; eran irakés las
ya cúc urnas: otras, de plata dorada con dos asas, o bien
cristal
moruna
de bronce, y otra espanesca, es decir,
(2).
Cítanse hasta doce
una en Astorga, como veremos.
juntas, y se conserva
Navatellas: Consta una
además una navicella bizath:
iraké, y
serian recipientes alargados.
Palmares: Eran vasos
marium
irakés, y lo ratifica el citarse
también un pal-
cristallinum.
Portellas: Tenían
como
asas,
bandejas, y figuran entre vasos irakés.
Kana: Aparece una sola entre vasos irakés. En Cataluña regístranse
can natas o channadas, con tapadera de
estaño, y recuérdense también
nuestras cañas, vasos especiales para manzanilla.
Alcalla: Debe
ser jarro de arcilla, y es cita única de su especie en los
Con
inventarios conocidos.
tructa de cristallo
y otras vasijas preciosas menciónase una
ella
(3).
Soparías: Una dorada y otras bubalinas, más un dente elevan-
cornuas bubalinas, en Lugo, y corneas o inventarios leoneses, como vasos, haciendo creer que alu-
tino, figuran en Celanova;
cornia en den a
los
otros
de forma cónica para vino, imitando cuernos o de asta de buey
precisamente. Cítase además un vasito de una especie de calabazo, coco tal
vez, esculpido, con tapadera y decoración de piedras preciosas en ella (4).
fi)
Véanse estos inventarios, éntrelos citados arriba: Celanova, 942; Lugo, 998;
Lalín, 1019, y S. Isidro de León, 1063.
nac, ms. 18387, stallo
III,
una
f.
Vimaranes, 963:
cum
273
v.).
alcalla, «I
— Vimaranes,
una
— Samos, 1042:
«Vasos airages
tructa de cristallo.»
vaso immaginato
«Aredoma
et
988: «Octo vasos erakes obtimos.» (BibL
(Port.
111,
mon.
arrotomas XII, vasos de hist.,
n."
exaurato.» (Id., n.° LXVII).
índice de Sahagún,
(2)
Bóvata, 996:
(3)
Véase arriba: nota
(4)
Catedral de Lugo; 998: «Alio vásculo in specie de calaba90 sculphito
erea
cri-
CCCXXX).
I,
espanesca
I.»
n." 767.
i.
lapidibus.»
—
342
—
et
coopertoria
ECLESIÁSTICAS
Como
era
costumbre lavarse
las
manus inmediatamente
pués de comer, resulta natural que figuren con
aq
uaman iles,
aq ua fusiles o
aquemanibus
antes y des-
concos
frecuencia
entre las piezas de
y
come-
dor, hechos de
bronce fundido, de latón o de cobre, citándose concos
immaginatos.
o sea con figuras y, por último,
tinados también a lavarse
Aun suenan más
las
manos
ydrias o calderos,
(i).
vasijas, tal vez de cocina,
como
erea, un aceptre erreo, un mortalio o mortero de o pestello, arcas,
compendíales, escrituras de
dornas osea
una tazóla
son:
lat(')n
con su
mano
balneos y compingiales o que servían como medida de capacidad, según
vasijas
Sahagún
des-
artesas,
{2).
Para alumbrarse predominan referencias de ciriales de latón, especialmente uno en forma de caballo; infiérese que otro de cobre sería también
así,
pues
le
de dormitorio,
llaman caballello
cancistales o
(3):
candelabrum
con
una lucerna de
En miniaturas
cirios,
sobre
astil
en miniaturas, con sus cabezales altos, les cita,
como
del festín de Baltasar
y trípode.
Los lechos eran de madera torneada, según
de hierro se
latón, otra
castízales de br(jnce en parejas v dos
ceroferales de plata sobredorada. figura un
cítanse
los
les
vemos reproducidos
romanos: pero también
y análogamente lectos strados, baionolas, bis-
ternas y scannos o tarimas. Los más ricos lechos iban adornados de palleo, apreciándoseles en ciento v en doscientos sueldos. La lectuaria, liteira o su perlectile, o sea ropa de cama, ofrece
muchas
dificultades
para ser bien definida. Recuérdese que san Isidoro prescribía que
la
cama
de sus monjes había de componerse de estera, tapete, dos zaleas, manta,
(i)
Celanova; 938: «Concurrí immaginaium
V° cervo, concos immaginatos Vil.»
— S.
Juan de Vega; 951:
«Ydria herea (2)
I
— Valdeavita;
«Aquafusiles
II
et
cum 949:
sua ytria.»
«Conco
et
— Id.;
942: «Ydrias lili et
aquemanibus fundenii.»
suos proprios conccos».
— Oviedo;
1045:
pro aquemanibus.»
Villa Froliulfi; 910,
ras lectos intromissios scalas
donde
se
enumeran: «Cupos cubas
tulias
escamnos kadede-
conkas missorios conpingiales dornas balneos
et
omne
vasa.»
—Samos; 926: «ICatedras conpendiales concas messorios mensas intermisios dornas karros.» (Arch. nac; diplomas de Samos). — Boñar; 929: véase pág. 338. hist.
(3)
Catedral de Oviedo; 1045: «Ciriale similitudinem equiis quod est allatonis.»^
Catedral de León; looa: «Caballello éneo pro céreo portare ad mensa.»
—
343
—
PRESEAS tohalla? y dos
almohadas
(
En
).
I
el
sobrecama con envés de
ricos colchoneta,
de cielo ni colgaduras que cerrasen
nomenclatura de
la
CuLciTRAs
X
el
cama
a lo
como después
lecho,
usuales entre
que añadían
pieles y sábanas.
No hay
los
noticia
fué costumbre.
tales ropas:
cozEDRAs: Eran colchonetas o acaso jergones; habíalas
o
nombre árabe
de lino v otra es calificada de inferior con referencias son escasas: quizá no
Plumazos
ropas de
las
un cobertor y una almohada,
pobres eran un tapete,
He aquí
siglo
(2):
más que en
— addaní — Sus
tres inventarios.
Equivalen a colchones lujosos y almohadas, rellenos de
plumas acaso. Que eran
lo
primero pruébase por
el
hecho de usarse como
plumazos
de ka-
peza. plu mellas y fazales, que serían propiamente almohadas; y
a favor
voz equivalente pulvinaria, y que se citen con ellos
de
lo
segundo en lechos pobres valga
y capites en lugar de plumazos. Los
el
aparecer otras veces capitales
más
lujosos eran páleos, o sea de
tapicería quizá: otros, asargados; otros de lana,
yendo uno labrado
a colo-
de lienzo de lino y greciscos; algunos se califican de bisternales; con ellos van otros de cabeza palios fazerolios, y respecto de uno res: otros
Almohada
hácese constar su frunna.
que aparece en documento gallego de ÍA petes:
es
almuvadia distinción,
antemanos, como
acierte a saber la clase de tejido de seda
voz árabe querrá decir
es palabra tardía,
11 16.
Llámanse también, pero con
cales; suelen calificarse de
que yo
o
listado: otro iba
en
la
mantas
otras piezas de
que
mán-
y
cama,
ello significa,
delantera, pues se
sin
pero le
si
llama
de antelecto. Mantas, habíalas moriscas y facenzales.
GÁLNAPEs, GÉNABEs bis
la
manta velluda de lana
estudiamos otras eran
las
había palleas, tasadas ya en diez sueldos, ya en setenta:
antemanu
labradas, greciscas con
(1)
et
«Cuius stratus
y
antemanissime
franja y
erit storea et
31 V.; (3)
La forma degenerada pero quizá deba
A
ir
c
,
asargadas, de lana y de lino
mauriscas,
calificadas de óptimas (3).
stragulum, pellesque lanatae duae, galnabis quoque
facistergium geminisque ad capul pulvillus.» (2)
f.
En tiempos godos llamábase galnaque servía para cobertor. En el período que
O vÉNAPEs:
Regula,
hornazo aparece
bajo
el
cap.
14.
año 8óo en
a cargo del copista, en los comienzos
el
lumbo de Sobrado,
del siglo XIII.
propósito de los páleos, es notable esta cita de 1013: «Pallei superlectiles sirgo
veslilibus pretiosis.»
Port.
mon.
h ist., n.° ccxxn.
—
344
—
ECLESIÁSTICAS
Almuzallas: Equivalían
a las gálnapes y mantas, com<j
pero con ventaja en íinura y riqueza, aluiliendu a ellas arriba consignadas, probablemente.
de lino y bordadas
ciclatón,
anamat,
últimas citas
I'>an de paleo, séricas, greciscas, de
Tardíamente suelen apellidarse
moriscas.
palabra árabe no bien definida.
Sábanas: Parece seguro que país sino a ropas de mesa.
este
nombre no
se aplicaba en nuestro
Sus equivalentes de cama,
las
líneas o
lí
nu-
úsanse pocas veces, pero un inventario consigna treinta; otras voces
las,
sin<')nímas árabes,
izares y almelehas hatanis, también aparecen por
excepción, e igualmente escasas son el
las
cubrecamas:
poco valor de estas
telas,
que no
ción, justificará
Allihafes
linteos de
las referencias a
lino;
mas
producto del país y usual materia de tributa-
se las inventariase
generalmente.
Eran colchas, paleas o
o alifafes:
greciscas, con su envés
de piel de marta o de ardilla; también, vulturinos, quizá labrados en espi-
como
ral,
ruedos, y h u be id es, acaso hechos en Ubeda. Serían análogos los i
fateles v atibachis, que aparecen descrít(js con términos equivalentes.
Librerías: El pulso intelectual de clero,
puede advertirse, en
su peculio
más
cierto
modo, mirando
costoso, tenida cuenta de que,
tecas indican mal, generalmente, el
contrario, en aquellos siglos era
un
título
de
la
las iglesias nuestras, es decir
un
Deuda hoy, que no
si
a los libros
en
lo
de su
que fueron
moderno
las biblio-
cultivo de espíritu del poseedor, al
libro cosa tan personal y preciosa
manos de quien
está sino en
se
como
gana su
explotación.
Desde luego no intentemos buscar pozos de ciencia en aquel su cultivo
como
ideal entraba en la
de piedad, meditación sobre
bios. Ejercicios
tudio profundo de trina,
según
la
norma de vida de
la
exégesis bíblica,
entendieron
los
los textos
como medio la fe
o
con más pasic'm y buena voluntad que
la
bien o mal traídos, que razonamientos; con
ritu
de crítica y
la
prez
como
Prudencio, y
la
para consolidar su doc-
corte de Cario
el
cristiano tla-
pluma en defensa de sus
arte:
tos,
En
sagrados y un es-
buen sentido
el
queaban, aquellos hombres cogían enardecidos
filosofía.
antiguos ceno-
Padres: a ello reduciríase. por lo general,
saber mozárabe. Únicamente cuando
ideales,
los
clero, ni
con más copia de tex-
más
Magno
letra
muerta que
espí-
espafioles se llevaban
expositores bíblicos, y al frente de ellos Claudio y Galindo allí
mismo
floreció nuestro
—
345
gran Teodulfo, moralista y delica-
—
PRESEAS disimo poeta. En Córdoba sabido es que
bismo, que en
lengua
el
X
siglo
literaria, la
mozárabes avivaron un rena-
los
cimiento de literatura clásica, movidos ante
la
inevitable absorción del ara-
de sus opresores; mas, andando
en condiciones de beber
como
triunfó al cabo, haciendo suya entonces,
la
ciencia griega que
el
el
tiempo,
nos puso
ello
romanismo desechara, y
erigirnos en maestros de filosofía y mística medieval, entre otros saberes,
respecto de Kuropa.
Antes de llegarse a des filósofos
esto, la inferioridad cristiana parecía tal a los
musulmanes
del siglo
XI que por
gran-
española
ellos la ciencia
indígena era considerada nula; y es que, siendo de cepa erudita v bíblica
en exclusivo, carecía de valor para quienes buscasen ideas puras aplicables a lo científico y lirismos arrancados a
pasión. Había, ciertamente, un
la
foco de arte y de belleza fecundísimo en las preces eclesiásticas, exuberan-
de
tes
con sencilla y tierna explosión de afectos, que darían su fruto
fe,
entre almas acondicionadas por una pureza interior:
mas
reducir inteligencias perturbadas por
la
el
hecho
social de
que
su purificación en
los unos,
ignorancia o
la
un nuevo sistema
removió aquellas conciencias, bajo
Providencia vigilante que llevaba castigos intencionado, ayudando
así,
la
las
al
idea de
ser la revolución predicada por los
como el
categoría social cristiana,
Evangelio. Es quizá
de Dios en cenobios y monasterios, a espaldas de
mundo
la
Cruzadas y contuvo, por una parte,
de hombres purificados por
el
doctrinal,
pecador y auxilios
emigración cenobítica, vigorizando
bien a costa de perderse,
cerrando
el siglo
X
al
más una bien
mediante un problema de intereses, a purifi-
hubo de
de Cluní, que arrastró a
por otra,
De aquí
aislamiento cenobítico, mientras otros progresarían
el
a tono con su barbarie,
civiles y,
barbarie.
por millares, buscaron durante
en bestialidad y rudeza, hasta tanto que,
car disipaciones. Tal
sin nervio para
la la
las
monjes guerras
sociedad,
si
casta antigua
Ciudad
el
apogeo de
la
sociedad militante y
la
antiguo, lo que hace misterioso e incomprensible casi
para nosotros aquel siglo X. Este esplritualismo de una parte de nuestros cristianos de entonces
aparece hoy bajo aspecto de rebajamiento rio
buscar en
el
«De contemptu mundi»
artística y sobre todo
e
acicates de progreso y actividad
monumental, cuando
vida. Gracias al fermento clásico, a
—
que 346
incapacidad; pues sería iluso-
el
—
el
«omnia vanitas» encauza
la
cristianismo no hizo por sus-
ECLESIÁSTICAS traerse, tras el
hubo
arte mientras la sociedad laica tu\o fuerza espiritual, y
pueblo educado alentó ideales nobles; pero
más y más,
llegó a perderse casi en el siglo
comarca obtuvo
este factor, debilitándose
para Occidente. Sólo una
cierto robustecimiento de vida, dentro del cristianismo,
que fué Andalucía, porque clásica,
X
mien-
dando por
la
educación árabe se implantó
mozárabe, infiltrado en
fruto este arte
la
allí
sobre
la
sociedad leo-
que vimos descaecer demasiado
nesa, gracias a inmigrantes de Andalucía, y
comprobando
pronto, a tenor que los cenobios se llenaban de penitentes,
no ser aquellos hombres, asqueados del mundo, sino mundanos ilustrados y piadosos sus fautores.
Sólo un arte precisaba mantener y aun fomentar en los cenobios, a
despecho de austeridades:
el
de
escritura, puesto que
la
los libros
eran
fuente de vida espiritual, y ejercicio imprescindible su lectura para elevarse hacia Dios mediante
el
rezo. Si los
monjes eran buenos,
a
una edu-
cación literaria, intensamente cristiana y piadosa, deberemos atribuirlo.
y ello explica
la
enorme cantidad de manuscritos que hubieron de produ-
cirse en los siglos
IX a XI. dado
número de
el
embargo, en su conjunto, de ninguna gran formar
por
juicio,
falta
mas aun con
conclusiones que deben acercarse a
que
Una (i)
R.
11. 18,
se
Spaniens,
apoyan
serie de libros,
95),
realidad, vista la concordancia de
la
llamados ecclesiasticos, era imprescindible,
el
del códice
fechado en 882 y que publicó últimamente Beer
pág. 37GJ. Júzgase por todos
el
reuniendo datos, llégase a
ello,
como el
alusivo a códice;
y aun lleva indicios de haber sido escrito, en su parte creerse que
podemos
(i).
Oviedo, donde en tiempo de Morales existía
la
Ovetense (Escorial:
(Handschriftenschátzc
biblioteca de
mas como
la
Catedral de
éste parece ser andaluz,
más moderna, por Eulogio,
bien pudiera
inventario en cuestión se refiere a algún monasterio de Córdoba. Los
inventarios algo importantes, complementarios de estos:
librería eclesiástica
Al frente de los inventarios conocidos figura f.
que aun subsisten. Sin
de inventarios, refiriéndose los conocidos a insti-
tuciones poco florecientes;
indicios sobre
lus
documentos
demás
referidos en la pág. 321
Armerecio; 867. San Salvador de Herías; 889. S. Pedro de Montes;
91 5.
,
son
Samos; 922.
Abeliare; 927. Celanova; 942. S. Juan de Vega; 951. Vimarancs; 959. Caaveiro; 96Ó? Lalin; loiQ. Catedral de
Como más intercalado en
León; 1073. Eslonza; 1099.
importante que
el te.vto
los
demás
ya impreso en
e inédito,
merece publicarse aqu!
pág. 326. Quizá se
la
andaluza, a juzgar por uno subsistente, y dice:
—
347
—
el
de Abeliare,
formó con libros de procedencia
PRESEAS más modestas, aunque no siempre
hasta en las fundaciones
muchos
completarla, y a ella corresponden
se
lograse
códices entre los conservados.
Trátase del ritual y oficiero toledanos o mozárabes, peculiares de España,
como por
es bien sabido, y fruto de la antiquísima evangelización acá traída
Varones apostólicos. Desde
los siete
consignan estos
libros,
el
siglo
pudiendo apreciarse un
IX muchos inventarios
cierto orden de agrupación,
que obedece verosímilmente a su empleo, antes de sistema de incorporación, lo
que probablemente
tal
Que contiene
pulpito o
que cerraba con un
las piezas
de canto melódico polí-
uno con voz cantante, junto
fono, desarrollado en tres coros: el
Su no-
siglo XI.
es esta:
Líber antiphonarum:
respondiendo, en
segunda mitad del
se realizó en la
menclatura primitiva
un nuevo
llegarse a
vez a ejemplo del misal y breviario romanos,
al altar; otro,
y un tercero, constituido por
atril,
el
pueblo,
«Gloria» cada antífona. La Catedral de León
triple
conserva un ejemplar insigne de este libro, inédito aún, y otro hay procedente de
la
CogoUa
(i).
Comprende
Líber orationl m:
aquí
la
por incorporación, texto
más completo
«Bibliotegam
rei.
Prosperi liber
nielis liber
I,
I,
et
códice famoso de Verona contiene su
corporibus divisam, Castrorum liber
regularum septem
vitas
patrum
Ezechielis liber
Eucerii. Liber Audacis Sergii.
uno corpore.
in
et ierontico in
Cronicorum
I.
corpore, expositum Zacharie liber
ter
De
I,
de
Catonis liber
et I.
Diversos libellos
Dracontili liber
I.
de efficienciam aqui vini
liber
(i)
diversorum
et
I,
et 1,
Expositum Da-
i.
laterculum in uno
epistoiis liber
Adelelmi
Audaci Sermi ac Ponpegii
I.
I.
alium de versibus precium
psalterios dúos,
I,
et prosa.
orationum
orarum
liber
libor
Liber
Simili-
I.
Eugenii
I.
I.
vel luvenalis.
Etimologiarum
Virginitatem sánete Marie liber I,
lohannis Hosau-
et
et
Marci
libros
II.
Prosopopeia
et
Liber epistolarum. 1,
ordinum
liber
1,
liber I.»
Los prólogos del códice leonés han sido impresos por Férotin, en su <^Liber
sacramen tor um», (a)
sententiarum
diversis sentenciis liber 1.
Libros quoque ecclesiasticos antiphonare liber
civitatis Dc¡, collacio-
Liber Virgili eneldos. Prudenti liber
et olei liber
comnigum unum, manuale
et
I,
Efrem
arte Donati et versos Alcirnii et
Alium collectum ex
domni Eugenii
unum.
libri III,
Beati
Claudiani liber
litteris iuris et
exaracium diversarum, librum antiqum
Liber Alcimi
no constar a veces,
(2).
in tribus
num, institulionum
libros se observa, y
Un
segundo.
el
oraciones anejas a las antífonas, y de
las
relación que entre ambos
col. 916.
Publicado por Bianchini:
Thomasii opera:
-
348
-
1741.
I'XLESIASTICAS LihER comicum: Se compilan en éste las lecciones litúrgicas, tomadas de
Hay
y evangelios.
los profetas, epístolas
subre un códice procedente de Silos
Seguramente
LiBEk máncale:
varios ejemplares, y está publicado
(i).
místico o missale, que
es el
regis-
traba las fórmulas litúrgicas para celebrar los santos misterios; y se llamaría
manual porque había de manejarlo
que ahora
se
usa, razón
tomus, disminuyendo
así
por su
la
que generalmente
volumen y
poco exacto, sobre un códice toledano Líber passionum: Solía ser tas
celebrante, sin
el
se
le
el atril
de altar
dividía en dos
peso. Está publicado con título
(2).
complemento
del anterior, conteniendo ac-
de mártires, aplicadas a sus respectivos oficios, y responde a un códice
de Cárdena, que ahora posee
Museo
el
Además de
Líber psalmorum o psalterium:
ticos
e
himnos.
P'ué
Británico. los
publicado separadamente dos veces por extranjeros,
sobre un códice toledano y sobre otro de Silos que está en Londres Líber ordinum: Al parecer formaba dos cuerpos;
episcopalium y
el otro,
obispos o pontifical, o
cán-
salmos, contenía
las
sacerdotali
u
m
,
el
ordinum
uno,
según contenían
(3).
el ritual
de
ceremonias sacramentales y demás aplicables a vida cristiana. Se conserva, aunque no
diversas circunstancias de
la
pleto, en dos códices de la
CogoUa y de
Silos,
que están publicados
com-
(4).
Líber horarum: Consígnase pocas veces, relativamente, en los inventarios,
quizá por
ir
englobado con
siguiente. Equivale al libro de horas,
el
diurnas y nocturnas, reasumiendo
el
contenido de varios entre
anteriores, hasta dar lugar al llamado breviario toledano, del
los libros
que abundan
ejemplares. Líber precum: Aparece con
rationes o
letanías,
mucha
frecuencia, y contiene las
oficio divino, y están publicadas
zárabes. Juntas con las
formando parte
horas aparecen en
comicus:
del misal y breviario
los libros
(i)
Morin: Liber
(2)
Férotin:
Le libcr mozarabicum sacrainen toru
(3)
Gilson:
Mozarabic Psalter:
Férotin:
al
mo-
de uso de Fernando
1
1893.
1905.
— Blume:
m 1912. Hymnodia
Además, nuestro Lorenzana, en su Breviarium gothicum. {j\)
mise-
generalmente en prosa rimada, correspondientes
Le líber ordinum:
—
1904.
349
—
:
gótica:
1897.
PRESEAS y de
reina Sancha, que conservan respectivamente
la
la
biblioteca uni-
versitaria de Santiago y la Real (i).
Líber sermonum: Para edificación de los
fieles, los libros
litúrgicos te-
nían dispuestas homilías o sermones, que se recitaban en las diversas fes-
tomando por modelo quizá
tividades,
de san Agustín, y se conservan
los
códices con ellos solos, no publicados totalmente, cuales son dos de Silos
en
el
museo
Británico, y otro toledano sobre los Evangelios.
Una segunda y es decir, la
sagrada Escritura, o Bibliotheca,
masia, según texto latino distinto del de
damente
demás
nado de Egipto; usaron de
la
él las iglesias
inventarios constan además,
teuco y
el
Vulgata, que hoy estudian ávi-
la
Eptático que,
africanas, y desde
mente
la
España transcen-
más venerable parece
como volúmenes
ser el
Cáven-
Penta-
sueltos, el
a los cinco libros de aquél, añadía los de Josué
y Jueces. Comprendíanse también exposiciones sobre
el
decían por antono-
evolución romana. Dicho texto créese dima-
dió a Irlanda. El ejemplar conservado
En
como
indicios, la antigüedad
independencia respecto de
se.
libros divinos,
los
y que revela, de acuerdo con nuestra peculiar remota de la Iglesia española y su
los especialistas,
liturgia y
forman
preferente categoría
de san Gregorio sobre
Expositum Ezechielis,
el libro
mismo, especial-
lo
de Job, que llamaban Moralia;
obra del mismo;
nimo: comentarios de san Agustín sobre
los
el
de Daniel, por san Jeró-
Evangelios;
siodoro sobre los Salmos, y otros de autor incierto. La
el libro
de Ca-
Explanatio
in
Apocalipsim, por Beato según se cree, no es citada sino una o dos veces, aunque de ella quedan tantos y tan ricos ejemplares, probando quizá ello
haberse propagado especialmente entre
Libros spirituales tores cristianos, fondo tín llevábase la prez,
el
o
laicos.
místicos llamaban en general
más nutrido délas
con sus obras
librerías eclesiásticas.
Véanse,
el
del
la
La suposición
del F. Tailhan,
referencia de ellas consignada en
epístolas (2).
Meyer, de Golinga, comenzado
mozarabischen liturgie»,
mismo, sobre nuestra poesía rítmica (2)
en
W.
estudio especial de
en 1914, sobre «Die Preces der
San Agus-
De Trinitate, De Civitate
Enchiridion, Quaistiones, Sermones y algunas
(1)
a los de doc-
Dei,
Hay
a publicar
y folletos anteriores,
cristiana.
proponiendo que el
se lea
Probam en vez de Probum,
catálogo ovetense de 882, es perfectamente exacta,
—
3^0
—
ECLESIÁSTICAS
rónimo, aparte
comentarios
los.
por san Ambrosio; de san Je-
los arríanos,
un ejemplar del tratado contra
De
bíblicos, están el libro
víris illustrí-
bus y epístolas; cítase además bajo su nombre un tratado De predestinatione et libértate arbitrii, que no consta escribiese (i). Sin especicatalóganse obras de san Juan Crisóstomo (Hosaurei), san
ficar títulos,
Efrem, Claudiano, san Próspero, san Fulgencio, Junilio, priano se atribuye un libro titulado española, según se cree
erudition
u
m
(2);
tiones V De octo viti
dan
Gregorio
ticon
is
,
san Ci-
bien obra
de Eucerio se conservan epístolas y
el
Líber
seniorum, Institu-
y de Smaragdo, que murió en
820,
aun abun-
Benito y homilías. Por último, san
a la regla de san
comentario
el
Cenam nubtiarum, más
de Juan Cassiano, lasCollationcs
;
A
etc.
Magno aparece muy estimado, con los Dialoga o GeronPastoral y Homiliai, a más de sus Sententiac, compiladas
el
(3),
por nuestro Tajón.
Entre
los
españoles descuella,
como
es natural,
san Isidoro, con sus
Etymologiae, Sententiae, Synonima, Genera officiorum. Regula,
Chronica, DifterentÍLe, De natura rerum. De viris
bus. Epistolae,
etc.
comentario sobre tín
el
De Apringio hay
citas,
que seguramente aluden a su
Apocalipsis, hoy perdido.
Dumiense y Fructuoso iban inventariadas
De san Leandro, san las respectivas
Valerio y Braulio, sus cartas y biografías; de Juliano,
futuri
temporis; de Eugenio,
opúsculo
De virginitate sanctai María;, uno
.Mar-
Reglas; de
Prognosticon
el
Epitameron, y de
el
illustri-
de los que
Ildefonso,
más
se
el
copia-
ron seguramente.
pues
así dice el original.
Kn cambio,
lationes de Boecio, donde hay
es inadmisible
Más que
Moyen
aluda a
se
artis
las
Conso-
grammatice. (Les 303: en las
Nou-
a los conocidos libros de san Agustín, acércase este título al de
Hinc-
bibliothéques espagnoles du Haut
veaux mélanges, (i)
entender que
Liber conlationum
escrito:
por Cahler,
maro: «De praedestinatione Dei
tomo
age; págs. 302 y
IV).
et libero arbitrio»,
dedicado a Carlos
controversia suscitada en Francia sobre estas cuestiones en
el
el
Calvo. Sabida es
la
siglo IX, recrudeciendo las
teorías pelagianas.
la
(2)
Tailhan: lugar citado; pág. 302, nota
(3)
Este dualismo de
idea de Berganza,
nombres consta en
que atribuye
el
segundo
-
6.* el
códice de Urgel, fechado en 938, contra
título a
35i
-
un conjunto de
reglas monásticas.
PRESEAS De españoles posteriores
invasión árabe no se
a la
cita,
en cuanto
conozco de inventarios, sino a Elipandu una vez; por otra parte, siendo regla general
que
las
obras de este período nos sean conocidas merced
a ejemplares únicos en letra mozárabe,
mismo una
sión, y por lo
total
queda probada su escasa difu-
pérdida verosímil de muchos escritos.
Entre obras anónimas y colecciones,
Vitas patrum. referente
Forum iudicum
llamado
más
repetida es una serie de
monjes orientales; también abundaban
a
Líber Canon um, compilación de legal
la
o
actas conciliares y decretales;
Líber goticum; y
(i).
mática, citándose especialmente
Hay un el
las
difíciles
de
libro de geometría; otros de gra-
Arte de Donato; además, obras de un
Pómpelo y un Audax, que pueden suponerse de historias, aparecen
texto
glosarios latinos,
de que aun subsisten varios ejemplares. Otras citas son más reconocer o incomprensibles
el
el
de Orosio y
mismo
del
la Eclesiástica
género. Respecto
por Eusebio y Rufino,
Laterculum, quizá referente al cómputo pascual. Opuscula poetarum constan separadamente en el inventario de 882, y a este mismo género pertenecen los más de los libros llevados por
y dos veces un
Eulogio a Córdoba gilio, las sátiras
(2).
De
de Horacio,
las
de Juvenal, algo de Marco Catón, sus dís-
morales seguramente: de Ovidio, quizá
ticos
Eneida de Vir-
alto clasicismo figuran tan sólo la
las epístolas,
tario sobre Porfirio, único libro de carácter filosófico,
y algún comen-
y correspondiente
a los de Eulogio.
De bajos tiempos y especialmente himnos,
etc.
cristianos se consignan poemas,
de Avieno, Juvenco, Prudencio y Draconcio, españoles; de
Alcimo, Venancio Fortunato y Coripo, de san Eugenio
Aldhelmo, obispo sajón, que murió ya entrado
mos
el
siglo
el
VIH. Como anóni-
figuran los panegíricos en loor de Atanasio y Justino
radores del siglo VI, y obra de Coripo
En
el
peia.
joven,
empe-
otros países los libros fueron haciéndose viejos y renovándose pau-
Tales, las siguientes:
De efficicnciam aqui
(Eneida.''). (2)
el
segundo.
latinamente, sin crisis de invalidación. España, por
(i)
toledano, y de
Casirorum
líber
De
I.
vini et olci liber
1.
el
contrario, vio
litteris
iuris.
un
Prosopo-
Igerarium gerie. Troyano
Librum Hierem. España
sagr.,
t.
X, pág. 55o.— Simonct: Hisl.
—
3^2
—
de los mozárabes,
pág. 346.
pxlesiastií:\s
día su antigüedaí-l atropellada:
puestos en tela de juicio
dad reconocida para
enamora por su sa;
y
como
como
iibrai'Kjs
sus Icxlos saiiUjs, su
\ i(')
heréticos, sin
que
de pr(jscripción
:
valiese lue^o \i<')
nitidez v clai'idad, suplantada por
inevitable postergación,
como en Córdoba
el
como
el
anatema de
difíciles
de leer
romanismo no cayó
los
si
la
bien aníjnimo, que
la
modernistas ya con cabo. Pero así
tampoco dejó de ofre-
tomar en cuenta glorias
al
Era nueva, filosofando
la
historia de Alfonso VI en latín salustiano,
quizá su obra,
los libros \'iejos
sin generosa protesta y revulsi-
nacionales merecidas, sabia ponerse a tono con
sobre
inmuni-
francesa, tan confu-
e inútiles al
vos, ante Alvaro y Eulogio, así la invasión galicana
cernos un contradictor,
la
su escritura, que hoy
la
consecuencia, de ^olpc. a fines del siglo XI,
todos cayeron en desuso, ya bajo
su rezo
lilupf^ia,
loque hace merecedora
crónica llamada Silense, de un primer puesto en los
albores del Renacimiento clásico europeo. Este hecho de
mozárabe
la
renovación de bibliotecas españolas tras del período
trajo consigo, ciertamente, la
en cambio, también rejuveneció
cammo
el
pérdida de
mucho
espíritu nacional, permitiéndole abrirse
libremente hacia donde su genialidad anticlásica
—
antiguo: mas,
3^3
—
le
llevara.
XI
MUSEO MOZÁRABE LA
suma
escasez de
mueblaje y enseres
que estudiamos
siglos
correspondientes a los
consigo dificultades de clasificación
lleva
grandes, hasta dejarnos en último término dudosos sobre tación a que algunas piezas obedecieron; porque hay grupos,
por ejemplo, en que ignorándose aún a titulo de
la fase
una
orien-
orfebrería,
andaluza, rechazar o incluir
mozarabismo ejemplares de Asturias no puede
decidirse: y tocante a códices
la
la
sin
temeridad
cierta cuantía de influjos transpirenai-
cos probables y de supervivencias obliga a categorías y distingos, cuvo
examen no adoptado
es
es propio de esta reseña general
de cerrar
las
que bosquejamos. El
aportaciones bajo Fernando
I,
este reinado corrientes de arte nuevas; limitar el estudio
ralidades, puesto
que sobre
con cierta amplitud se
los
impone, preparando
criterio
por decidirse en
de códices a gene-
prepara otro libro especial, y admitir cristiano, cuya agrupación
ellos se
demás enseres de uso así
su estudio de conjunto, por hacer aún.
CÓDICES La
sustituc¡<)n en ellos del
novedad generalizada en
alfabeto uncial por
los paises
pueda saberse de dónde partió •
latinos hacia
la iniciativa.
-
355
-
el
el
minúsculo
siglo Vil!, sin
fué
que
Los motivos y precedentes
sí
MUSEO MOZÁRABE aparecen claros:
escritura uncial y la seniiuncial eran corpulentas, y
la
exigían para trazarse gran parsimonia y habilidad; frente a ellas, desde los
tiempos clásicos, usábase para documentos sueltos otra escritura sim-
plificada y de rápida ejecución, la
cursiva, que aun eñ
para consignar a veces notas, efemérides,
ahorrando tiempo y
fatiga,
etc., sin
los
códices servia
pretensiones caligráficas,
pero con menoscabo del arte que en
ción de libros venia observándose. Hacer clara y artística
poniéndola en condiciones de suplantar
la letra
cursiva,
pudo
alfabeto semiuncial,
al
confec-
la
ser
ocurrencia de un solo hombre: aunque, una vez reconocidas sus ventajas, la
difusión del sistema
Además,
rapidez.
por
los
escritorios
occidentales lograríase con
similitud en sus orígenes de todas las escrituras
la
minúsculas, que luego se diversificaron por regiones, da indicios de probabilidad a
la
hipótesis susodicha.
En España quizá su desgarbo,
más que nada,
distingue los códices de tipo uncial,
su anticlasicismo,
en
forma que
el
tránsito al
nuevo
más bien un avance
sistema no representa dejación de principios, sino
cumplido: y en realidad entre códices semiunciales nuestros, como
Fuero Juzgo del Vaticano y rios al
Génesis de Autún
Ni precisa quizá buscar
romana
cursiva
la
el
de Berlín, y
el
minúsculo de
los
el
comenta-
variación es apenas sensible a primera vista.
lejos los factores
de
evolución, puesto que
tal
la
española, según documentos inéditos, difiere apenas de
nuestra minúscula primitiva. Respecto de fechas,
la lista
de diócesis del
códice Ovetense misceláneo, escrita antes de 779, ofrece una escritura
minúscula
casi pura: luego, el
actas del concilio de
ya cambios hasta
Fuero Juzgo de Colbert, de hacia 828, y
Córdoba de 839 acusan
el siglo
fijación de tipo,
X, cuando dentro de
destacarse varias escuelas caligráficas. Entre las
la
las
no habiendo
Península comienzan a
demás
piezas de escritura
mozárabe primitiva descuellan unos fragmentos poéticos de Juvenco y Eugenio en
la
Catedral de León, otro isidoriano en
la
de Barcelona,
el
códice
de Albi, los fragmentos del Fuero Juzgo de RipoU y varias Etimologías.
Desde resulta
el
muy
punto de
pobre:
el
vista artístico este
primer grupo de
tipo de letra es descuidado, sin claro-oscuro ni
precisión de trazos; en los epígrafes suele conservarse el
mayúsculo en
códices
las capitales
y
títulos,
el
alfabeto uncial, y
pero con variaciones que, fijadas
sobre todo en Andalucía, llegaron a constituir un bello tipo epigráfico en
—
356
—
CÓDICES el
mozárabes más
siglo X, y es de las características
fijas.
Suelen darse
acom-
páginas enteras en escritura cursiva, y también glosas marginales,
pañadas
de otras árabes. Por vía de
a veces
adorno
llevan ciertas orlas
\'
sobre todo iniciales con hojitas, trenzas de dos ramales y otros temas sencillos, a colores vivos,
predominando
laberintos, en códices procedentes de
volumen
lleva
esta
los
siglos IX y
X
el
como
simultáneamente en
el
santo monje de Córdoba.
hay diferencias IX
libros y literatura nuestros. El
tanto mozárabes
Magno,
escritos al parecer en Toledo, y
deprecación del escriba: «Eulogii mementote
peccatoris», acaso puesta por
Entre
biblioteca de Alfonso el
la
que dicen «Adefonsi principis librum», otro
Hay
pajizo, verde y rojo de minio.
leonesas,
es
fecundo en
muy la
profundas tocante a
producción de obras,
con cierto valor y de varios géneros:
arte de los códices
no hay ejemplar que merezca
señalarse por refinamiento alguno. El siglo X, en cambio, dio escasísimo fruto literario: las relaciones martiriales de Argéntea y de Pelayo,
Sebastián,
primeros anales Castellanos,
los
cuantos epígrafes, todo ello de
muy
la
seudo-
el
unos
crónica Iriense y
escaso valor y latinidad bárbara; pero
en códices desde un principio se desarrollan perfeccionamientos caligrá-
de iluminaciones, materiales más selectos y un arte similar
ficos, lujo
de
los libros coptos, siriacos
rios
en
al
y bizantinos. Además, los testimonios litera-
de arabización cristiana crecen, ya con glosas de los códices, aun
la
zona
libre,
bes andaluces
como sabemos; ya
la
llegando a ser literaria entre mozára-
lengua de sus opresores, de suerte que Recemundo,
el
obispo, redactó en ella sus tratados de astronomía; Juan, metropolitano
de Sevilla, tradujo los textos
al
árabe
la
Sagrada Escritura, y otro tanto
canónicos, según ejemplar conservado.
nadie entendía
con
entre piezas latinas
influjo de la métrica árabe, y luego
Toledo
características árabes sus notarías, hasta tiempos en
que ya
algunos epitafios descubren
mantuvo bajo
Aun
se hizo
tal
el
lenguaje. Concretando a nuestros
códices mozárabes,
y dentro de una uniformidad perfectamente definida, échanse de ver en siglo
X
el
escuelas y tendencias varias, que responderán a diversidad de
escritorios y a evoluciones sucesivas,
aunque por
faltarnos datos
quede
oscuro este punto. Efectivamente, junto a una obra purista, pero de
extremada sencillez y con dejos carolingios que no prevalecieron, como Biblia Cávense, obra de Danila,
tenemos
-
3^7
-
la
Biblia
la
segunda Complutense,
MUSEO MOZÁRABE ampliamente decorada
(Figs.
189 y
190),
mérito principal está en sus ilustraciones,
aludiendo a
y luego
la
como ya eñ las
Hispalense, cuyo otro lugar se dijo
de tipo arquitectónico
Esta Biblia, vinculada en
la
(i).
Catedral
de Sevilla por cierto obispo, en 988, y escrita
pocos decenios antes, da idea de cia
a
la
la
tenden-
andaluza, impregnada de orientalismo, par que en técnica de pintura sigue
los
exquisitos procedimientos de aguazo bizantinos, cuales
no vuelven a reconocerse en
obra alguna española. Pero
lo
más notable
son sus representaciones: abundan aves y peces con estilizaciones rítmicas, a tenor de
un sentido propiamente fica
incluirse
el
árabe (Fig.
que ya en
191),
una
oriental,
(2).
rati-
y es tema representativo
se analizó a propósito
Escalada
como
vez aclaraciones en
Más
de relieves
valor alcanzan tres
humanas simplemente dibujadas, retratando a los profetas Naum, Miceas y Zacarías (Lám. XXVI): el uno, sentado de figuras
frente sobre cojines, con las piernas cruza\
^^'fl'il '^
con ropaje
talar,
todo finamente rayado, barba y toca;
el ter-
das;
el
segundo, de
pie,
cero, en silla de tijera, lles
con amplios zaragüe-
y zapatos, en actitud de escribir con
la
zurda sobre un tablero, teniendo delante un artefacto desconocido y maceta con ramaje;
una especie de aureola rodea
Figs. 189 y 190. Iniciales de la Biblia
mos ción estos dibujos llevan
y desapego a
la
tal
profetas.
Dentro de su bárbara incorrec-
aire de realismo, sinceridad, fuerza, expresión
iconografía tradicional que nos dan impresión de algo
(i)
Véanse: pág.
(3)
Fág.
1
a los dos últi-
Complutense
8, fig.
i
y lám.
I.
56.
358
CÓDICES fuerte y sano en aquella sociedad
mozárabe
procedencia desconocida, aquél donde dolientes al pie de
la
cruz, aludidas arriba y
más terriblemente bárba-
ras aún. agrega tres dibujos marginales, ajenos al texto,
bebedores (Figs. 192 a
uno en
194): el
gran turbante y breves zaragüelles; .sentados sobre
mas
(i).
Una
pie,
que representan
con jarro y copa en sus manos,
los otros,
almohadones, empinando redo-
inspiración absoluta del natural atractivo a estos dibujos, que
mayor
presta
Otro libro, de
del siglo X.
están las figuras de iMaria y Juan
ratifican el juicio arriba emitido sobre la Bi-
independencia, su evoca-
blia Hispalense: su
ción
naturalista,
su
finura
de percepción,
Lo ignoramos todo
bases de arte verdadero.
respecto de pintura durante
el
mas
Califato,
quizá estas pequeñas obras den una tenue idea de su carácter.
La
muy
es
serie de
libros toledanos
parecer
comprende uno concluido
copiosa:
en 902 para
al
Fig. 191. Dibujo de
la iJiblía
Hispalense
abad Trasamundo, por Ar-
el
mentario, «regnantedomno Adefonsum princeps», y otro en cuyo explicit el
presbítero Isidoro consigna que lo escribió para
en 938, «regnante Habderrahmen regni eius XXVII"°, luna
Muhammed
filio
la
abadesa Gundissa.
nepos Habdalla, anni
quod arabice nunccupatur Almuharram»; y
prosiguen nombres de escribas y aun fechas. Todos estos libros son de
así
letra
descuidada y arcaizante, pero hecha con gran soltura: su parte decorativa parece de tipo siriaco o armenio; tiene policromía viva a rojo, amarillo,
yen, a
verde y rara vez azul, sobre perfiles de
más de adornos
vegetales,
preferentemente con animales bras(Figs. 195 a 197) (i)
scintillae
y
el
Academia de
tinta,
es
el
presumible
acuarela* con
y
la
— liebre,
— y personas, en
gallo,
pavón, cigüeña, peces, cule-
grupos y actitudes apropiados a su
Historia: cod. n" 26. Contiene, entre otras cosas,
147, al principiar lo
inferir
que de
allí
constitu-
trenzas, etc., letras capitales formadas
scripturarum * por .\lvaro de Córdoba. Dichos dibujos van en
del Calvario en
Cárdena
la
la
el
«Libellus
los folios i5i a iS^
de Alvaro. Por semejanza con otros códices de vino;
mas por encima
andaluz.
3^9
—
está
el
atribuirle origen
MUSEO MOZÁRABE papel de letras, salvo alguna representación
san Ambrosio bendiciendo, puesta
y
fig.
198): otra
más
al frente
digna,
como
figura de
la
CXXVII,
de su vida (Lám.
de Santiago, un dibujo de Balaam detenido por
un santo predicando,
etc.
Pero estas insignificantes obras,
el
ángel,
rudas,
sin
nervio y hasta sin gracia generalmente, y en las que apenas vale sino nota de color, denuncian tanta frescura de invención
como
las
andaluzas
en que debieron inspirarse, mas sin su arte ni eficacia representativa; y
peor fué que sobre esta escuela se organizó
Figs.
\->
la
lo
leonesa, heredando así su
192 a 194. Dibujos marginales en un códice andaluz
¿^
rebajamiento. Libros litúrgicos abundan especialmente en
dana, gracias
la
al
mantenimiento aquí
del rito español, pero
la
serie tole-
degenerando
siempre y sin evolucionar.
Los códices de
la
zona libre en una gran
parte no son fáciles de
distinguir de los anteriores propiamente mozárabes, constituyendo ello
uno de informó
los
más
claros
argumentos de
la
acción meridional sobre que se
este periodo. Artísticamente los aludidos son
muy
pobres: esca-
sean en figuras, sobre todo humanas, y su ornamentación carece de originalidad, girando sobre elementos de extracción compleja. esta serie la Biblia de
San Millán por
—
3*>^
la
Descuella en
exuberancia decorativa de sus
CÓDICES arquerías, correspondientes al canon de Eusebio; pues en lo
demás
es sen-
cillísima.
Destacándose entre
gresivos, que
arranca de un libro de
Biblia de
la
la
grupos más pro1^1
primero
Catedral de León, escrito hacia 910 por Tattilano
letras decorativas
mozárabe mayúsculo la
de imitación hay
caracterizan por sus avances caligráficos.
se
pulcramente, con
los códices
de animales y epígrafes en que
se desvirtúa por influjos clásicos extraños.
Catedral misma, fechada en 920, donde
el
el
tipo
Sigúele
diácono Juan
explayóse trazando una serie de piezas decorativas extremadamente bárbaras, pero sujetas a
un canon
gs.
zado a
listas
1
estético especialísimo, en
95 a 197. Iniciíles de
c(.
que entra
el
mati-
dices toledanos
de vivos colores, sobresaliendo
asi
gelistas y cuatro escenas evangélicas, estilizadas a
alegorías de los
modo
Evan-
caligráfico y sólo
reconocibles en virtud de sus correspondientes letreros (Lám.
CXXVlll),
junto a las cuales resultan obras maestras los dibujos andaluces arriba presentados.
Mas aun
ciones en
códice canónico del abad Superio, no obstante su excelencia
en
la
el
les
ganan en perversión de diseño otras representa-
parte decorativa y colorido.
como evolución del anterior y propiamente castellano, avanza más en elegancia de caligrafía, en romanismo de sus
Otro grupo, al parecer,
mayúsculas y en un amplio concepto de todo.
Corresponde
a
él
las ilustraciones pictóricas,
sobre
una gran cantidad de códices, que ejercieron
influjo sobre las otras escuelas, absorbiéndolas casi al
Su fautor más
(in.
conocido, y desde luego príncipe de nuestra caligrafía, es Florencio,
monje de Baleránica, que nos dejó una primera obra en
— 46
3Ó1
—
el
el
Smaragdo de
MUSEO MOZÁRABE Córdoba,
que dedicó
sin fecha,
mismo de fué
presbítero Abogalebh, calificándose a
podamos
peregrino, es decir, extranjero, sin que
cosa sobre ello sino
mismo
al
el
orientalismo de su
rematada en 946,
estilo.
inferir otra
Una segunda obra
donde aparecen figuras humanas y
tardío influjo carolingio hubiese llegado a
él
del
capitales
como
de lazos curvos exquisitamente bellas,
sí
un
si
entonces
(Lám. CXXXIX). Otro
Maio serie
o
artista disputa a
Magio,
el
Florencio prioridad, y es
inventor probable de
de códices de Beato, puesto que
fechado en 926,
la
suyo
el
parecer, y sus discípulos
al
ingente
le
ron fielmente. Él resulta influido también y
está
imita-
más
a
ciegas por lo carolingio, con sus capitales de lazos
curvos rematando sierpe, su pintar
'in^^
con
frecuencia
densamente
produciendo
sí,
tonos empastados y sombríos; v sobre todo
códice toledano
de
aguazo, con mezcla
al
de blanco y de otros colores entre
Fig. 198. Figura de un
en cabezas
él
parece
humanamente con más atrevimiento
haberse lanzado primero a interpretar al
hombre,
componer escenas
a
que habilidad, y a
fijar
ilustrativas del texto
por último aquel tipo de personajes terribles, con
mirar torcido y loco, saltándose de sus órbitas concierta con
los ojos,
y que sin embargo
Miceas hispalense. Los datos de cartografía medieval,
el
arquitectura, indumentaria y mueblaje de todo género aportados por estas
representaciones
las
hacen sumamente valiosas (Láms. LXXVIII,
CXXX
y CXXXI). Dentro de
la
escuela que .Magio y Florencio creasen descuellan
códice canónico Albeldense, concluido en 976, con figuras de aspecto bizantino, y
el
Emilianense concluido en 993, como ya
con otros libros de igual procedencia y de
Silos,
el
más
se dijo, que, junto
acusan un recrudeci-
miento de barbarie indígena y de orientalismo, siendo de notar su preferencia por tonalidades exclusivamente azules y pajizas en
(Lám.
CXXXI
El siglo
y
XI
fig.
coloración
199).
arroja un lapso estéril, de
registra libro alguno,
la
1009 a
y luego apenas descubre sino
1039, en el
rutinas anteriores, aun dándose códices tan espléndidos
362
—
que no
se
sobrevivir de las
como
el
Beato de
CÓDICES Fernando
hasta que los ¡nfluj(;s del arte románico, o postcarolingio
I,
bien, hacen su aparición verj^un/ante en
tado por Frictoso en io55, en en
los
Breviario de Fernando
el
Beatos de
Osma
más pin-
I,
(108G) y Silos (1109?), y
Penitencial de iio5.
el
Aparte
existen varios códices de letra mozárabe, algo singular
ello,
por su predominio de trazos verticales rectos, y con mayúsculas y capi-
sobriamente adornadas según patrón carolingio
tales
:
son probablemente
muy la
antiguos y producto de región levantina, puesto
que uno de
mandó
consta
ellos
hacer un obispo
le
Ma-
galonense. La Biblia de San
Juan de
la
Peña, conservando
a'"^^^^ Jvm
aún arcos de herradura y letra mozárabe, es románica va en sus
adornos;
libro
de
y
último
el
con
español
tipo
fecha conocida parece ser
el
Becerro de Sahagún, que al-
canza a
1
1
10,
mientras aqui
mismo se expidieron diplomas reales en letra francesa desde 1080.
Los códices mozárabes, aparte
su
interés
artístico, Fig. 19Q.
llevan consigo la
el
paleografía
siglo XII, y
con
un códice de
Inicial de
la
árabe, ello
desconocida
cifras
por
numerales
conductos antes
otros
del
IX,
tal
vez las
guas conocidas. También hay escritura hebrea y griega glosas; la
abundan
frases latinas transcritas en
epigrafía cristiana de
no siempre
Cogolla
que ofrece
legible. El
más
del
anti-
en algunas
mayúsculas griegas, como en
Roma, y además una escritura criptográfica, valor de las glosas castellanas de dos códices
ya se advirtió en su lugar. Otro punto de estudio es
la
notación musi-
cal para canto, en neumas, rebelde hasta hoy a ser interpretada: su fase
primera, de gran sencillez, obsérvase en
—
363
el
—
canto de
la sibila
Eritrea. según
MUSEO MOZÁRABE lo
transcribe san Agustín, en un códice levantino: asimismo, en algunos
versos del códice de Azagra; pero sobre todo, en
sobre textos de
como
iglesia,
Pasión y del Bautismo, que habían de cantarse en
la
acreditan los registros marginales que este libro lleva.
otra fase avanzada son
con
la
mas
muchos
los
modelos en
escrito por
Dominico,
y sustituida pur
la
lleva en parte
francesa, de
melodía, cosa poco verosímil,
De
la la
libros de rezo toledanos (i),
particularidad de que algún códice de
Manual
Biblia de San Millán,
la
la
CogoUa
el
(2),
precioso
raspada su notación de neu-
modo que
no
a la par
si
se varió
de
podría servir de clave para descifrar
ello
nuestra música.
Todos fino
los códices
como
vitela en
mozárabes están
escritos en
algunos del siglo XI, y no son raros
palimpsestos, en parte no descifrados aún.
de Silos, de hacia pio,
la
pergamino,
Como
resto,
que
de
excepción dase un libro
está sobre
al
princi-
pergamino, y será
el
un antiguo catálogo como «misal toledano de pergamino de
descrito en
trapo». Respecto de
encuademaciones,
las
conservadas son de tablas
gruesas, no siempre revestidas de badana: pero quizá las sas,
los casos
mitad del siglo XI, con 38 hojas de papel
cuva escritura no varía del
casi tan
hubo más
lujo-
ya que ciertas miniaturas reproducen tapas de libros cubiertas de
entrelazados.
INSCRIPCIONES De
la
caracteres
zona septentrional quedan presentadas
más
visibles: adelante se copiarán las de objetos eclesiásticos;
pero todavía faltan otras, epitafios generalmente, afectas
aun en Asturias y rarlas, las
Galicia,
tipo
el
inscripciones participasen de
No
así
(1)
Juan
(2)
N." 50, en
F.
al
mismo
él
mozárabe de escritura
más
o
menos por
corriente,
Riaño: Early
Spanish Music.
Academia de
Historia.
la
—
3^
—
que
entero.
de tierras meridionales, pues ellas revelan, a
la
influjo,
que no enseñan bastante para merecer enume-
siendo natural, dado
las
que ostentan
las
falta
de
INSCRIPCIONKS edificios y
mejor aún que
de allá pose}'eron durante
los cristianos
monumental que
potencialidad
los Cí^dices, la
el
siglo
X
y comienzos del XI,
con más siendo generalmente obras de arte selectas y de una originalidad absoluta. Sin embargo, no es del caso sino enumerarlas, puesto que su publicación dignamente será objeto de un futuro estudio especial.
por orden de fechas
Van
:
852 a 886. Epígrafe incompleto de Floresindus, «regnante
met regem sarracenorum»
Mam-
(Fig. 200). Descubierto en Trevélez (Alpujarra:
Granada) hacia 1867. en
Existe
arqueológico nal
(n.*'
.^
Museo
el
nacioSe
16622).
consigna en letra mayúscula,
con
resa-
bio seminucial en las eses, y
van rudamente
picados a golpes sus trazos en
una
losa de
negra
pizarra 923.
(
i
)•
Fig. aoo. Inscripción de Floresindo
Epitafio de
Eugenia, mártir desconocida, redactado en
catorce versos acrósticos.
^^ quedan
Se descubrió junto a Córdoba, en 1544.
925. Epitafio métrico, de igual amplitud que
diente a
lohannes Eximius,
Atanaildo, natural del
hijo de
campo de
el
él (2).
anterior, correspon-
Sindemiro y nieto del gran varón
Beacia y
casa de Córdoba, grabado en tablero de
sino dibujos de
alumno ortodoxo.
mármol blanco
Existe en una
(3).
rimado del presbítero y abad Daniel, descubierto hacia en término de Adamuz (Córdoba) y aquí conservado. Es una losa de
930. Epitafio 191
1
mármol, con
orla de relieve figurando
tamente como en
el epitafio
un ondulado
tallo
con hojas, exac-
de Cipriano abajo reproducido
(4).
(i)
Hübner: Inscriptiones Mispaniae christianae; n.°454.
(2)
Id., id.; n." aao.
(3)
simil de (4)
Id.,
id.;
n." 455.
— Simonet:
llist.
de los Mozárabes, pág.
un calco malo repintado por Fernández-Guerra.
Boletín de
la
Acad. de
la
Historia;
365
-
t.
LXV,
p. 56i.
834, con fao-
MUSEO MOZÁRABE Martinus. monje v obispo Astigimontes de Córdoba en 1729 y se conserva en Málaga,
931. Epitafio en nueve versos de tano.
Hallóse en los
en
hacienda de
la
Concepción, con otras varias, procedentes de
la
de tallos ondulados en doble serie y hojas entre medias 936. Epitafio
rimado de
la
de Córdoba, donde se conserva
(2).
bién guardado en Córdoba, según parece
Largo
958.
586 y
conmemorando
allí
anterior, y tam-
compuesto de veinte y cuatro hemistiquios aso-
epitafio
al
presbítero y cantor
un Cisclus,
962. Breve epitafio de 1
el
(3).
en Comares (Málaga) hacia i855, y existe en
de
(i).
anciana monja Killio, descubierto cerca
948. Epitafiio de lusta. religiosa, descubierto con
nantados,
la
un tablero de mármol con orla
colección Villacevallos cordobesa. Es
conservado en
el
Museo
Samuel. Se descubrió
Museo de
el
Berlín
(4).
descubierto en Córdoba antes
(5).
963? Epitafio, aun menor, de Matheus, párvulo. Hallóse en Cór-
doba y pues
conserva en Málaga. La fecha puede ser algo más avanzada,
se
falta
piedra
(6).
Teudefredo. que
Epitafio rimado, incompleto, de un
¿?
se
des-
cubrió cerca de Córdoba y subsiste en Málaga. Lleva una orla de tallos ondulados con hojas como de yedra, de tipo califal. Aunque su fecha no
puede precisarse,
parece
repitiendo unas
mismas
966. Doble
epitafio
haber servido de modelo para
enlazando,
rimado de Speciosa y su
como en una de
se conserva en
(1)
Málaga
Su
orla se
las aras
Inscr. Hisp. chr.;
n." 223.
Bol. de la Acad. de la Hist.; Id.;
(4)
1
nscr.
H
i
sp
.
(5)
id.; n." 224.
(6)
Id.;
n." 225.
(7)
Id.;
n."
(8)
Id.;
n" 222.—
132.
Tranquilla, línea
quebrada
de Escalada. Procedente de Córdoba,
Berlanga:
Catálogo del Museo
p. 126.
(2)
p.
compone de doble
— Rodríguez de
(3)
LXV,
hija
(8).
de los Marqueses de Casa-Loring,
t.
que sigue,
(Lám. CXXXI).
frases (7)
fallecida ésta antes, en 927.
el
LXV,
t.
p.
558.
467.
ch
r.
;
n." 214.
— R. de Berlanga: Ob. — R, de Berlanga: Ob. R. de Berlanga
-
:
cit., p.
Ob. 366
cit.,
128. p.
cit., p.
-
129 y lám.
XXXIX.
128 y lám.
XXXIX.
INSCRIPCIONES Kpitafio pequeño de cierta Rulina, descubierlu juntamente con
<)77.
los
de 936 y 948, y se conserva con éste último
incierto. Está en
el
Museo de Córdoba
982. Epitafio de
i).
presbítero, cuyo nombre queda
incomplettj de un
Kpitalio
(jHi.
(
(2).
Salvato, con orla formando trenza de dos ramales.
Se descubrió cerca de Córdoba en 1870 y existe en
el
.Museo municipal de
Sevilla (3).
982. Epitafio de Vite,
Didicus Saracini, que ambos
esposa de
fueron hechos prisioneros en Simancas por Almanzor. Existió en Cór-
doba, mas sólo por copias descuidadas
982? Gran
epitafio,
lo
conocemos
(4).
compuesto de 24 hemistiquios asonantados, como
el de 968, hermanando ambos, y queda sin poderse comprobar Es del monje Amansuindo, y se descubrió antes de i585 en la
Málaga: no quedan de 987. Epitafio de
él
sino dibujos
garbe) y
o sea hijo de Táric. Es-
allí
conservado,
donde
una transcripción
(8).
en
is,
piedra fué hallada en i52o.
la
compuesto de ocho versos
Epitafio
y correspondiente
Tiene orla con
No
acrósticos,
Se descubrió en Elvira, cerca de Granada, y existe en ciudad.
Daniel, que se
tallos
ondulados de tipo
el
conoce sino
al
parecer.
.Museo de esta
bizantino (9)
(Lá-
mina CXXXI).
Acad. de
(i)
Bol. de
(2)
Ins. Hisp. chr.; n.''46i.
(3)
Id.; n." 4Ó4.
la
(4)
Id.; n." 226.
(5)
Id.
;
n.°
21 5.
(6)
Id.; n." 228.
(7)
Id.; n." 210.
(8)
Id.; n." 213.
(9)
Id.; n.° 456.
— Bol
.
la
de
la
Hist.;
t.
L.W,
Acad. de
—
367
la
—
p.
H
468.
ist.
,
l.
lo
rimando todos
noble Cipriano, hijo de Ellano,
al
(.\1-
(7).
Epitafio, en doce versos acrósticos, del obispo
sería de Badajoz,
1002.
parecer
al
(6).
luliano, descubierto cerca de Tavira
Epitafio del obispo
1000.
sierra de
(5).
Agoblasto Abeatarecus,
tuvo en Córdoba, y tampoco subsisten sino dibujos malos 991.
su fecha.
l,Xl.\, págs.
400 v 4o5.
.
MUSEO MOZÁRABE loio. Parte inferior de epitafio métrico, análogo al de
Amansuindo
y correspondiente a un obispo. Encontrado hacia 1838 cerca de Málaga,
donde quizá
conserve
se
(i).
io5i? Epitafio rudo de cierta
(Granada) y que se conserva en completamente diversa de la de
los
Florite,
Museo de
el
encontrando en
esta ciudad.
el
Padul
Su paleografía
es
precedentes ejempla-
res (2) (Fig. 201).
Sin fecha danse los si-
que todos obedecen
guientes, al
siglo
cordobés
usual
tipo
del
X:
Fragmento de
epitafio a
dos columnas, hallado en
las
Mesas de Villaverde (Málaga) y que existe en el Museo de Granada. Probablemente corresponde a de dicho
la
primera mitad
siglo
(3)
(Lámi-
rry^Y^
na CXXXI). Epitafio de cierta
Mar
i
a P'ig.
existente en
201. Epitafio de Florite
Córdoba y Museo de la misma ciudad. Su
en
descubierto
el
lectura,
no publicada, es:
«In nomine Domini nostri Ihesu Xristi obiit nempe fámula Dei Maria expletis [vitej su[e annjis
décimo kalendas
Fragmento de que
está en el
epitafio métrico,
Museo de Córdoba
Gran fragmento de (i)
triginta
dúo migrabit ab oc
iulias...», faltando al fin la
(3)
Id.; n.'^457.
(4)
Id.; n.''462.
(5)
Id.; 0.-463.
séptimo
(4).
rimado todo en ctus, deunMartino,
(5).
la
fecha en
Simonct
pág. 636.
Id.; n.o 468.
seclo
otro epitafio en versos acrósticos, alusivo a un
Id.; n." 216. Corregida
(2)
Era
-
368
-
:
Hist. de los Mozárabes;
INSCRIPCIONES obispo Leo..., que se descubrió cerca de Lucena en 1735 y hoy está en
Málaga
(i).
rVagmento de no bien
linea,
probablemente métrico, de que
epígrafe,
legible.
Estuvo en Toledo, y
se
conoce por un dibujo
quizá en una baldosa de barro, antes de cocerla; mas
ni
no existe
se
descubrió en
se
(4).
obispo Biterrense,
Epitafio de un
proce-
y se refiere a
a,
llamada Maria. Estaba mutilado cuando :
la
él
(3).
Epitaño en versos acrósticos que todos riman en
Córdoba, en i586
(2).
he visto de
sino vaciados en yeso, hechos por Góngora, ni consta tampoco
cierta anciana
sola
Dominicus, impreso
Epitafio bárbaro y difícil de entender, de un
dencia, seguramente andaluza
una
resta
posterior a
la
Era milésima, que
descubrió en Córdoba hacia 1670, y fué copiado entonces con defi-
ciencias
(5).
Dudosamente mozárabes son siglo
estas
dos inscripciones,
vez
tal
del
IX: Epitafio de un niño llamado
en 1871. y está en su Museo
Anni. que
la
probablemente
(7).
descubrió en Granada
(6).
Baldosa donde se grabó, estando crudo Descubierta en
se
el
barro,
una
Zubia, junto a Granada, en 1888, y
frase evangélica.
allí
se
conservará
PIEDRA Respecto de territorios arabizados no hay sino que repetir al
comienzo de
este libro
:
la
lo
ya dicho
imposibilidad en que nos hallamos de reco-
nocer vestigio alguno pétreo decorativo con carácter mozárabe; mas
(i)
Hübner: obra
(2)
Id
.
;
(3)
Id.
.
11."
{4)
Id.
;
n." 130.
(5)
Id.; n.^ 227.
(6)
Id.; n.'>456.
(7)
Id.; n.<'375.
n.''
citada; n." 128.
— R.
cit., p.
127.
i56,
459.
Su vaciado más completo, en
— 47
de Berlanga; obia
369
la
Academia de
la
Historia.
como
MUSEO MOZÁRABE en
las inscripciones,
resulta explicable
en caso de
más
la
que no puedan
la
zona
ellos
son de tipo
puro,
califal
musulmán, aun
distinguirse de lo
fenómeno ponen de manifiesto
existir, e igual
posteriores a
En
cuando hay adornos,
iglesias coptas
invasión árabe. libre septentrional
afine a los atauriques
poco hay sobre
morunos
del siglo
XI en
ya presentado. Lo
lo
es
una pila convertida
sepulcro,
menterio
en
de
real
\
drode León, una
losa
ce-
el
San
Isi-
y tapada con
moderna, que im-
pide ver su forma interior,
pero desde luego se cian
le
apre-
agujeros para desa-
güe. Mide
1
.
1
2
por 0.60 m.
de base y 0.40 de alto: por abajo desarrolla molduras en torno, de perfil bárbaro,
y encima campea de relieve
un doble
tallo,
formando
ondulaciones, de que brotan largas hojas estriadas
y frutos, alternativamente, estando además los tallos
surcados a
lo
largo por
ranura: destaca
el
una
relieve
sobre fondo teñido de rojo. Fig. 202.
Tabernáculo de
la capilla
de Sta. Leocadia, en Oviedo
Su comparación con adornos de
la
Aljafería zarago-
zana, aun evidenciando una gran semejanza, permite reconocer en
la
leonesa algo de bastardo, que hace inverosímil se trate de una pieza portada, no conociéndose arte leonés
La
además
obra
im-
otra tal en tierra de moros. Dentro del
tampoco hay cosa parecida (Lám. CXXXII).
cripta de Sta. Leocadia en la
Catedral de Oviedo, obra
del
Rey
Casto, tiene ventana en su testero, cobijada por un arco, y debajo hay
—
370
PIEDRA puesto un tabernáculo de p¡edr¿i en forma de edícula, probablemente
para contener reliquias bajo de su tapa, y en
el frente,
a
modo
de puerta,
fórmase un arquillo de herradura, donde estaba incrustado un tablero,
que no
existe.
máxima
es
tros; el
fondo
Su altura
de 74 centíme-
ancho, de 64, y su
33.
La curva
del arco
arguye mozarabismo, y talla,
la
con ángulos algo ro-
mos, acredita que pertenece
al
diamos
periodo que estu(Fig. 202).
Aunque fragmento decorativo de aplicación incierta, es
digno de ponerse
aquí un tablero de caliza
que
fina,
Museo
está en el
de Oviedo, como procedente de Liño: mas no se parece a cuanto
Mide
allí
Fig. 203.
Fragmento decorativo en
el
.Museo de Oviedo
hay.
35 cmts. por lado de superficie sobre 7 de grueso, y lleva
una figura
de león, simplemente tallada a planos rectos y con esquematismo que
arguye sentido musulmán más que bizantino, dentro de un orientalismo
Como
indudable.
técnica se parece a los adornos de Valdedios (Fig. 203).
MARFIL Reputado
está por
una de
las
más espléndidas
galas del Califato espa-
ñol su taller de marfiles, que, trasladado luego a Cuenca,
de mediar
el
siglo XI:
como también
serie de marfiles cristianos
en que
los
i
n
ti
u jos
se conoce,
duró hasta cerca
aunque no
tanto, la otra
con ojos de azabache, de tiempo de Fernando
mozárabes síMo alcanzan
mente de hei^radura. En uno y otro grupo
a la la
forma de arcos, general-
imaginería entra con prefe-
rencia notable: sobre temas religiosos exclusivamente en
—
371
—
I,
el
cristiano, y
MUSEO MOZÁRABE como esparcimientos profanos y de Corte perceptible cómo se progresó, de simples animaban figura
los atauriques.
a cacerías
humana campea con
en
el
musulmán, siendo aquí
animalejos, que
principio
al
en que
y otras composiciones,
la
desenfado.
Entre ambas series y acreditando bien a
arriba expuesto
las claras lo
de mozarabismo y de anti-iconismo, tenemos dos piezas cristianas de marfil, o
más bien sus fragmentos.
La primera fué una cruz procesional de gran tamaño, cuyas dos ramas
verticales figuraron
una colección francesa desde
en
Museo
del Louvre.
menos, y hoy están en
el
cedencia cuando tan
resueltamente fueron clasificadas
desde un principio en París
con
los otros
(i),
y efectivamente, su absoluta
la
CogoUa. Su tamaño,
enchufe para otra pieza redonda central,
según
el
como
españolas
hermandad
fragmentos que luego estudiaremos hace creer que proven-
drían de San Millán de
su forma es
1878 a lo
Debía de constar su pro-
ensanchando por
usual,
la
prototipo bizantino de
tramo de
tajar en largo el
es
la
sin contar las espigas de
de 25 cmts. aproximadamente:
los
extremos en curvas suaves,
cruz áurea de Justino
los pies, v su
II,
pero sin aven-
decoración es homogénea y absolu-
tamente igual por ambas haces, formando cenefas con labor de
que dejan una parte medial
lisa,
donde encajarían chapas
según hacen creer ciertos taladros y marcas de ajuste. También de
los relieves
relieve,
metálicas, el
fondo
conserva o conservó rastros de dorado, que yo no alcancé a
ver(Lám. CXXXIII). La decoración forma roleos de ataurique, con hojas y
frutos de escaso
desarrollo brotando de cabezas monstruosas, y a trechos rítmicamente
campean animalejos:
leones, antílopes, águilas y grifos, siempre repetidos
por igual, dos veces en cada tramo, y todo de plumas enfiladas. Si dobeses del califato,
comparamos
los
ello
dentro de una orla
estos elementos con los marfiles cor-
veremos repetidos todos, excepto
que a su vez entra en piezas marmóreas similares, cia
que
cierta
como
sin
el
mascarón,
otra diferen-
pobreza de invención y mezquindad, propias de
artista
secundario: pues un mozárabe allá en tierras del Norte no podría competir
naturalmente con
(i)
los
maestros de
Gazette des Beaux Arts,
las
atarazanas reales cordobesas,
1878, p. 281: en artículo de A. Darcel.
—
372
—
MARFH. aunque en
elkis
luminosa
susodicha comparaci('>n, advirtiendo que
la
precisamente con obras lechadas bajo a
comienzos del XI
las del
— cajas
reinado anterior de
modo que
Pamplona — perú
de Braga y
Alháquem
subsistente en
serie de
— cajas
mucho después
Cogolla.
la
tablero de pórlido verde con que figuró en
como
europeo del siglo XI
pedestal cun
plinto y ceja,
con madera de nogal
)'
con vistas a
Zamora y Londres
de
X
— de
de qjo.
fragmentos decora huy un altar portátil, aun
San Millán de
del tipo corriente
analogías dánse
las
Amíridas, de fines del siglo
los
podría fecharse nuestra cruz no
La segunda
Y aun puede resultar más
hubiese aprendido su arte.
la
bien ha perdido ya
si
Exposición de 1892
(i).
el
Ks
1,
hecho
midiendo de
alto
95 mmts., sobre base de 29 por 21 cmts. Por debajo, su concavidad entera revístese con
un trozo de
tela
de seda asargada, a colores I-'ig.
204. Ara de
la
(Mogolla; parle Je letrero
malva, negro, verde, pajizo y blanco, figu-
rando dobles bustos de leones alados, dentro de círculos con 28 cmts. de diámetro, y tampoco será posterior
XI 1. Por fuera
al siglo
lleva
como
guar-
nición tiras de marfil incrustadas en la madera, y entre medias chapitas
de plata dorada con labor de filigrana, que sólo en parte subsisten,
igualmente
Todo
ello
los marfiles,
da
tinto, pero,
la
sobre todo en
la
cara superior (Lám.
como
CXXXIV).
impresión de ser mal acoplados vestigios de mueble dis-
aun admitido
ello,
precisa reconocer que los marfiles fueron
desde un principio guarnici(')n de
altar,
según acredita su trozo de inscrip-
ción subsistente (Fig. 204). Éste
mide 46 por
21
mmts., diciendo en
letras
mayúsculas de tipo pre-
románico, relevadas según costumbre de árabes y bizantinos: <^Hanc
sacro...» Probablemente constituiría un
dístico,
pudiendo terminar con
alguna referencia personal. Los demás marfiles forman dos series de las
unas, con 22
mmts. de ancho, corren por
aram tiras:
tres lados del plinto, repitiendo
labor de atauriques con antílopes, leones, grifos y águilas, dispuestos en
sentido vertical, exactamente
(i)
Sala
XX,
n." 403.
como
sus similares de
Vaciado suyo, en
—
el
373
la
cruz arriba descrita.
Museo de Reproducciones.
—
MUSEO MOZÁRABE con
que no puede dudarse de un origen común para todo
lo
La otra
más angosta
serie de tiras es
marcando
como
hojitas,
en
trozo de
el
son tema cordobés notorio, y en
calmente
los
— 18
el
mmts.
— con
ello (Fig. 2o5).
bordes
lisos u
bien
inscripción, que
la
campo
enfílanse verti-
mismos animalejos, y además
ciervas, cabras y liebres (Fig. 206).
Los fon-
dos del relieve estuvieron dorados, afian-
l^m
zando
que respecto de
ello lo
la
cruz alirmó
Darcel.
Sabido la
es
que en
Cogolla se fabricó
la
magnifica arca de san Millán, adornada
con marfiles, hacia 1070
(i);
y
como
ellos
en nada se parecen a los del ara y cruz suso-
queda
dichos,
antigüedad
dedicada
^¿^
r^ri^/
hi^
.'^M¡
riguó
para
hasta
traerse
un
fijo
límite
éstos,
'^\\
H
mínimo de
que puede retro-
cerca de 984, año en que fué
la iglesia
de Suso,
como ya
se ave-
(2).
Todavía quizá pudiéramos acercar otra obra
al taller
golla. y es la
mozárabe presunto de
la
cajita de Davillier,
Co-
en
el
Louvre, rectangular y con tapa llana, donde campean en relieve los mismos leones, anáguilas y
tílopes,
no
liebres entre ataurique,
mucho
estilo,
mejores, en cuanto a técnica y que las piezas arriba consignadas;
pero cuya discrepancia resulta Ara de Gogolla: mar-
mayor aún Fig. 206.
Fig. 2o5. la
de
los
tentizándolo
así
respecto
cordobeses,
marfiles
pa-
fíles
otra
cajita similar,
Florencia, obra selecta,
la
del
que pudo valer de modelo
(3)
Véase arriba; pág. 2g5.
(2)
Id.; pág. 293.
(3)
G. Migeon:
triéis;
Ara de
Cogolla: marfíles
Bargello, de
(i)
la
figs.
1
15 y
1
Manuel dArt musiilnian. Los
16.
374
—
arts plastiqucs et indus-
MARFIL Finalmente, en til,
Museo de Kensington hay un tablerito de mar-
el
como de 85 mmts. de
pero de estilo cordobés
el
alto,
con decoración análoga a
las
susodichas,
más puro. Sin embargo, en un pequeño rectán-
gulo reservado hacia su parte superior, aparece un ángel hasta medio
cuerpo, cuya actitud, turma de alas y modelado se despegan absolutamente del resto;
añádanse su color, más blanco que en
dos taladros de
moderna, en cajita a
dejado
sitio
que perteneció
los cortes laterales
del tablero, y los
para hacer creer que se trata de una suplantación
las alas,
el
demás
lo
el
la
como evidencian el reborde superior y No hay, pues, motivo para acoger esta
tablero,
chaflanados.
pieza entre lo mozárabe
para ajustar una pieza de herraje de
liso
(i).
En Santiago de Peñalba consérvanse, como de uso de san Genadio, a principios del siglo X, cuatro
piezas de ajedrez de marfil: dos,
bien grandes y rotas, forman por arriba
vexos
(2),
adornada con grupos de
jantes entre
sí,
una escotadura de lados con-
aunque de tamaño
desigual, son
como
semiesferas prolon-
gadas en cilindros y con una o dos protuberancias en conocidos. el
No
parece inverosímil
seme-
circulillos concéntricos; las otras,
el
origen que se
les
lo alto
:
son tipos
atribuye, y aun quizá
juego de ajedrez fué entretenimiento de los monjes aprendido en An-
dalucía.
CRISTAL La
talla
en
cristal,
ya propiamente dicho ya vidrio trasparente, no
parece haber tenido gran desarrollo entre los se
conocen aquí piezas comparables a
las orientales.
estilizadas bizantinas es lo único de este
pueden agregarse a
ello sino las piezas,
musulmanes de España,
Un
vaso con hojas
orden obtenido en Azahra
(3), ni
relativamente modestas, que aquí
ahora presentamos.
(i)
Migeon: obra
(2)
Id., id.; fig. 327:
(3)
R. Velázquez:
citada;
fig.
130.
reproducción de otra pieza semejante, de
Medina Azzahra;
-
375
ni
lám. LV.
-
cristal
de roca.
MUSEO MOZÁRABE La principal
un
es
frasco esférico de vidrio trasparente v bastante del-
gado, con 95 mmts. de diámetro, solero y gollete cilindrico, va roto, pero
que
sería largo,
como en
ampollas de vidrio común, abundantes en
las
Elvira y Azahra. Se conserva en
el relicario
de
dentro de
una montura metálica del
que
X\'II1,
siglo
Catedral de Astorga,
la
desfigura,
le
diendo reconocerlo bien
y por sim-
dicho se considera cáliz de santo
ple
(D^¿^i m
(i),
impi-
Toribio; pero ni es cáliz ni a este santo, siglo V,
del
posible
es
referirlo.
parece reconocer en
fácil
arrotomas irakés frecuencia en
perdura
— en
él
Más
una de
las
inventariadas con
el siglo
X, y de que aun
cita castellana
—
I
redoma erag
iii2(Lám. CXXXV).
Su decoración,
tallada en relieve,
desarrolla formas vegetales
muy
estili-
redoma de Astorga
Fig. '¿07. Decoración de la
zadas (Fig. 207), en que se echan de ver
elementos iguales a
una procedencia
oriental:
forma de redoma no
España era
la
de jarros fatimíes análogos, haciendo ello verosímil
los
es
pero
igualmente ha de observarse que esta
conocida por ejemplares de
como una porción de
usual,
allá,
mientras aquí en
representaciones de bebedores
acredita.
El arca
moderna de
tados los marfiles,
reliquias de
aunque no
san Millán, donde subsisten incrus-
todos, de
la
antigua, lleva por remates en
la
espina de su tapa tres piezas de ajedrez, de cristal de roca tallado y
forma semiovoídea,
la
mayor
central de ellas
—
alto,
5
cmts.
— con
especie de cresta y adorno de palmetas, y las otras dos iguales entre
mitad de tamaño y con entalladuras sencillas (Lám. el
arca de hacia 1070, es verosímil
piezas,
(1)
Madrid
que hacen recordar
Reprodújose
así
las
la
una sí,
a
CXXXV). Datando
anterioridad, quizá
mucha, de
estas
otras, arriba consignadas, de Peñalba.
en Las joyas de la
exposición hist(3rico-curopca de
de 1892; lám. XIV.
376
—
MADERA
MADERA Poquísimos v puesta, y
iiienLidos objetos
caen dentro de
principal es una cajita f;uardada en
lo
dral de Astorga. Otras
la
clasificación
el relicari(j
de
la
im-
Cate-
tales
para reliquias, ahuecadas ruda-
rT^&^/ r/i:^/
mente en un pequeño tarugo, y escrito a un lado con tinta el
nombre
quias
del santo cuyas reli-
permanecen
contenía,
habitualmente
en
primitivos de
región leonesa:
la
altares
los
excepcionalmente una del
reli-
cario susodicho lleva enchapa-
dura
sutil
grabado lagi»:
de plata, donde fué
nombre: «S. Pe-
el
y no choque
tal
porque como antes de ción galicana
el
miseria, la
reac-
culto de reli-
quias por acá no parece haber salido del rito de consagración Fig. 208.
de los altares, quedando por consiguiente
sepultadas
dentro de su cavidad,
el
rio
HE
ellas
L_
J¡
Cajita relica-
de Astorga: A, cara
superior; B, C, costa-
dos; D, cabezal; E, solero.
uso de
relicarios espléndidos quizá fué
desconocido.
La cajita primero aludida es
de madera de peral, en una
pieza
que tendría
de
largo
^^
9 cmts., pero fué cortada por
un extremo
casi
en un tercio:
su ancho es de 25
mmts., y de
i5
su alto,
faltando
la
tapa, que era
corrediza (Fig. 208). Cúbrela una decoración grabada primorosamente, y
empastadas
las incisiones a
colores verde v negro, distribuidos irregular-
— 48
377
—
MUSEO MOZÁRABE mente, resultando un nielado en madera de que no recuerdo más casos.
En
los
bordes que rodeaban
aspas y crucetas; en espiral
el
tapa y en un costado hay decoración de
la
solero se distribuyen tres florones, con rayos en
de en medio, según fué
el
y entre medias enfílanse letras,
moda como
en los canecillos de tipo mozárabe,
dio fecit». Al otro costado y en
«
Salbatoris.
Mathei.
s.
rece borroso.
En
el
Xpofori.
sci
s.
primer letrero
donde puede
del siglo X.
Benedicti.» Este último se consignaría el
desde luego
el
de su obispo santo, Genadio,
eremítica en
el
Bierzo a íines del siglo IX.
manos? Desde luego
que aun
vale
mantiene vivo
se
como
«+
cabezal subsistente hay:
el
el
;
Sci
nombre apa-
nombre
acabado en dio. Ahora bien, tratándose de Astorga, viene a
sus
leerse
del autor,
mientes
las
restaurador de
la
vida
^Tendremos aquí una obra de
testimonio remoto del arte popular,
e invariable
por aquellas montañas.
En el relicario de San Pedro de Montes hay otra caja, tumbada como las bizantinas, abriéndose al ras de su cobertera, que forma tronco de pirámide; mide i6 cmts. de largo por lo de alto, y es de madera de pino,
con
filetes
incrustados de otra madera oscura,
Posteriormente se siendo
antigüedad para
la
taracea simplicísima.
recubrió con una tela de seda, para enriquecerla; y
la
ella del siglo
como
mayor
XIl, probablemente, queda garantizada una
madera.
ORO Y PLATA En
Angeles, de 808 ria, de 908 lo
Su
(3).
arte,
(2) J.
de
Compostela, de
en cuanto a
mismo
por D.
J.
las filigranas, es
las
que
de
la
Victo-
novedad respecto de
Monumentos arquitectónicos
se hicieron fototipias,
de España; y
No quedan
Reproducciones poco
fieles
la iglesia
y estudio, en
-
378
de
ella sino las fotografías
ampliando sus discos centrales; mas no
han publicado. Véase, López Ferreiro: Hist. de (3)
la
de los
A. de los Ríos.
Desapareció misteriosamente en 1906.
Limia, sobre
874(2), y
la
tesoro de Guarrazar, y esto viene a favor de un
el
Reproducida en coloren
estudio aquí
D.
(i); la
godo, juzgando pur (i)
cruces asturianas:
orfebrería son famosas las tres
-
Mon.
de Santiago;
arq. de España.
t.
11, p.
de se
171.
ÜHO Y PLATA intlujo extrañu, en igual sentido
más,
los
fonso
el
tinos.
Mas aunque no
esmaltes aplicados a
la
que
cruz compostelana prueban que bajo Al-
Magno, desde un principio,
como tampoco cordobesa
se acogieron
sea dable atribuir a
remotas para ajustarse a
fechas de
las
procedimientos bizan-
mozarabismo
negarlo, mientras ignoremos
desde luego
(i),
arquitectura del país inisnio; ade-
la
estas novedades,
rumbo de
el
la orí'ebreria
ambas cruces parecen demasiado
corriente leonesa, y mejíjr se explicaría
la
la
presencia de esmaltes relacionándola con ios edificios ramirenses, tan im-
pregnados de orientalismo.
En
cruz de
la
Victoria (Láms.
la
ez aquellas incrustaciones de
recen a su
\
prodigaron
las
St.
CXXXVII)
Denis
(2),
ser obra española su
reapa-
vidrio coloreado, que tanto
como elementos
cuya repetición solamente hallo fuera de
si,
España en una obra famosa, dente de
y
jo\as bárbaras: pero en forma especial,
relevados de por
florales
CXXXVI
la
patena verde con peces, del Louvre, proce-
que nada aclara
el
problema de orígenes, pudiendo
También
guarnición.
las
íil
igra ñas de
la
misma
cruz desarrollan bizantinismo exquisito, en evolución progresiva desde de
los
como
Angeles: y si el
T, acusa mozarabismo,
la
de Gauzón, donde esta magnífica pieza fué labrada,
taller real
reflejase algo
dado
tipo de letra, en cuanto a
el
menos
de atractivos meridionales, aquí ya
avance de fecha, 908. Sus esmaltes
el
matizan almenillas,
la
flores
inverosímiles, y traslúcidos
fileteados
y animalejos, de colores blanco y violeta, azul
y verde en varios tonos.
La caja de Alfonso
el
Magno, en
quizá destinada en un principio a fase del arte asturiano
(i)
Elvira,
(Láms.
El uso de filigranas bajo
que
se
conserva en
el
el
Museo
el la
relicario de la Catedral de
reserva eucarística, nos revela otra
CXXXVIll
y
CXXXIX)
(Gómez-Moreno
fuese
los
:
Medina
Elvira; lámi-
pasadores de
mencionada (Venturi: Storia dell 'arte italiana,
lícito atribuirlos a
Es de madera,
(3).
Califato no se acredita sino por un dije sencillísimo de
de Granada
na XVI, n." 218). Más importancia tendrían a este propósito Bargello, arriba
Astorga,
t.
11,
la cajita del
fig.
470),
si
no
restauración posterior y cristiana.
(2)
Muchas veces reproducida, por ejemplo en Venturi
(3)
Reproducciones de su frente
se
Boletín de la Sociedad española de excursiones;
—
:
han publicado
379
—
obra citada varias;
t.
III.
pero
;
t. II, fig.
la
177.
mejor cu
el
MUSEO MOZÁRABE con chapa de plata dorada; perseveran guarneciéndola incrustaciones de
vidrio azul, rojo v verde sobre montura blanca, con igual cruz de
la
demás campea
Victoria: en lo
que
arte
repujado, muy bárbaro,
el
si
la
se
carolingias, ya reproduciendo
compara con obras similares bizantinas y
vegetales estilizados, ya ángeles en actitud de adoración, probablemente, ya, en la tapa, el
Cordero de Dios,
una chapa con dos de
ellos
que declaran
explicativos,
—y ser
los
símbolos de
otros ángeles,
no dorado y
solero,
falto
una cruz repujada, del
encima unas
flores,
de
acompañados de
«Gabrihel» uno de
consígnanse estos nombres: «Adefonsus rex los bollones
los Evangelistas
los últimos;
— Scemeña
que
le
300 por
95
1
falta
letreros
y además
En
regina».
el
servían de asiento, hay
tipo de la susodicha, con alfa y
omega pendientes y
cuales se repiten con frecuencia en lo asturiano y leo-
significando originariamente candelabros acaso
nés,
—
mmts. de base y
i65 de altura.
(i).
Su bocallave,
Mide
esta caja
las visagras
y un
con rótulo son añadiduras del siglo XVIII.
cartel
Dichos letreros
daron fabricar
que Alfonso
testifican
esta caja,
donándola quizá
Magno
el
al
él,
man-
y su esposa
cabo de su vida, cuando
estuvo en Astorga. Su forma es bizantina, con tapa tumbada: pero se diferencia de vertical,
las
más antiguas en incorporarse
acercándose
res posteriores.
das que
le
a ésta
una mitad de
cordobés, de que sólo conocemos ejempla-
así al tipo
Quizá cordobesa
también
es
la
idea de las almenillas picu-
Su composición con arcos recuerda
sirven de remate.
algunos sarcófagos constantinianos; y desde luego que
el
del
acuérdase bien con
los caracteres
la
de
no marcar sino
leve tendencia a la herradura la serie superior de aquéllos y ni ralte la inferior
parte
la
aun pe-
remisamente mozárabes
medio asturiano. Otra caja conserva
logía
muy
la
Cámara
grandes respecto de
inscripción histórica grabada: D(e)i
la
santa de
anterior.
(i)
tasar en
Una miniatura
et
En
torno de su base lleva esta
«Susceptum placide maneat hoc
quod offerunt famuli Xpi Froila
Hoc opus perfectum
Oviedo, con puntos de ana-
concessum
castellana del siglo
et
in
Nunilo cognomento Scemena.
est seo Salvatori Ovetensis.
X
ho(no)re
reproduce
el
forma idéntica. Recuérdese además que una pintura
candelabro del
Quisquís
festín
del baptisterio de
Ponciano,
en Roma, presenta otra cruz con candeleros sobre sus brazos, y no es caso único.
-
380
-
de Bal-
ORO Y PLATA auferre hoc donaría nsa presumseri
tum
DCCCCXL^VIIP». Sabemos,
estera
divino intereat ipse. Opera-
fLiIniiric
pues, que
la
ofrecieron Fruela
II
y su esposa en 910, antes de reinar (Láms. (>XL a CXLIl).
Mide 42 por 27 cmts. de base y
17
de
repitiendo
alto,
Astorga. Es de chapa de oro pálido, excepto
la
el tip(j
de
la
de
base, de plata; carece de
yendo en cambio tachonada con pedrería menuda y además, el fondo de los arcos, que lo llenan todo, con irregula-
vidrios incrustados, sin valor;
ridad bien chocante a veces, constituyese por tableros de ónice pulimentado, que motivó
de las Ágatas
llamarse
el
esta caja.
Su decoración
orlas trazan rayitas
más bien cordobeses, y las oblicuas en grupos triangulares, como un mármol de
Hornija
solero de
repujada
es toda de
(i);
pero
el
bizantinos o
follajes
la caja,
a
más de
la
inscripción transcrita y
de cuatro bollones para asiento, lleva en medio una cruz y los
escudos, con
la
exactamente como
símbolos de
forma de bustos alados, que sobresalen de discos
Evangelistas, en
como
los
las
misma
orla, a base de triángulos, y rayos curvos,
ruedas de
estelas célticas
las
repetidas luego en decoraciones godas y leonesas hasta
presentada arriba. Recuérdese que
paganas de por acá, la cajita
símbolo del toro en
el
va sobre dos ruedas iguales a éstas; además
lo
la
de Genadio
caja de Astorga
repiten varias representa-
ciones del Tetramorfos, en miniaturas de códices nuestros, a partir del de los
Morales terminado por Florencio en 946, y aun dase
misma composición
el
caso de que
toda forme una rueda heiizoidal con las alas de los
monstruos (Lám. CXXIX). Por consiguiente ha de buscarse para significación
según
el
adecuada
al
simbolismo de
texto del Apocalipsis,
por tradición, sobre caja es
el
que
la
formas de
disposición igual
:
fig.
de actividad eterna
89.
la tal
andaluzas
las
Ordoño
En Andalucía, bajo
rueda?
II
el
típicas.
(2).
^^Nacería ello,
Como
Califato, danse
Gómez-Moreno: Medina Elvira, lám.
técnica esta estilo,
Recuérdese
a Santiago en 911,
la
y su
des-
que habría
adornos de hojitas en
Vi.
Sanctus sanctus sanctus Dominus Deus omnipotcns, qui erat Et
una
Cap. IV: « Et quatuor animalia... réquiem non habebanl die ac nocte dicentia
(2)
est.
ella
Majestad, no pudiendo ser otra,
de Astorga, pero sin variar de
cripción de otra caja, donada por Veáse arriba,
la
la
sentido pagano de
más primorosa que
letrero acusa ciertas
(i)
la
cum
thronum
darent
illa
animalia gloriam
et
honorem
viventi in saecula saeculorum»...
-
3«i
-
el
et
qui est
et
:
qui venturus
benedictionem sedenti super
MUSEO MOZÁRABE de ser análoga, puesto que tenia vidrios de ultramar dentro de arcos
Nada va dicho tiza,
del
paño central
de
la tapa,
como estupenda obra bizantina que
es,
(i).
ya que resulta cosa pos-
de oro puro, con guarni-
ción fileteada incrustando vidrios rojos, de que sobresalen a trechos perlas
y piedras finas: y jas
los
campos
están excavados, diseñando dragones y pare-
diante incrustaciones mates de turquesa, azul lapis v típico: es
nacional otra caja, semejante y base y 135 de
alto — en
la
debiéndose probablemente
que ya a
un
el
más pequeña
rojo cereza
Museo arqueológico
— i85
por 130 mmts. de
hacia
taller leonés,
el siglo
XI, aunque
muy gruesa, cince-
dorada v nielada, formando arcos de herradura de tipo moruno, rec-
tángulos y curvas con enlaces, bien dispuestos.
Hay
rosetas en varios cruces
y algo de follajes bizantinos, que se desarrollan especialmente en
la
aldaba
de cierre: sus nielad u ras forman raspas y gallones, y es arte que pea también en
la
arqueta de
Alháquem
II.
Gerona, v en otras piezas cordobesas. El asa
una chapa
es
de plata troquelada gótica, del siglo
La Catedral de Braga posee, como la
pino;
incrustan piezas de ónice, ya planas ya almohadilladas, y las
recuadra una guarnición sobrepuesta de chapa de plata
de
la
tampoco hace imposible asignarla
musulmán puro (Láms. C.XLllI y CXLIV). Es de madera de
ella se
los
es evidente y pleno el influjo andaluz,
falta de elementos cristianos en esta obra
lada,
mismo
(2).
Sacada de San Isidro de León, expónese en
origen
el
obra capitalísima en su género, y quizá provenga del tesoro de
reyes godos
en
me-
de aves con un árbol entre medias, que se destacan en colores,
existente en
la
cam-
Catedral de
moderna, y por solero hay
XV.
reliquia de san Giraldo v dentro
famosa caja árabe de marfil convertida en estuche, una copa de
plata dorada,
cuvo
alto es
de once cmts.. con base llana,
astil
provisto de
nudo y arquillos de herradura calados, y recipiente semiovoídeo (Lámina CXLIV). Lleva todo él decoración cincelada y nielada, cuyo tema
(1)
Véase arriba: pá^. 328, ñola.
(2)
En
esta caja,
Monumentos
en pequeño y
contundiéndola con
ma
la
muy
arquit.
de España
se
publicaron cromolitografías de
descuidadas; además, sus letreros e.xplicativos son erróneos,
de Sta. Eulalia, a que corresponden oirás representaciones de
lámina. Vigil copió bien
la
plancha del solero: Asturias
-
382
-
monumental,
la
mis-
lám. IX.
OKO Y PLATA principal es un vastago ondulante de ramaje, albergando en sus senos tres leones, en actitud diferente cada uno, de estilo
animales trasciende a moruno y en
rudo v firme, que en
lada. El pie desarrolla dos lineas concéntricas de escritura
dice
:
«+
ficando
Tuda»
:
(i
In
nne dni Menendus Gundisalvi
«En
el
nombre
los
recuerda temas de esca-
los follajes
mayúscula, que
Tuda donna sum», signisoy de Menendo González y de doña
del Señor,
-f et
).
Ello no expresa donaci(')n ni uso eclesiástico, pues para cáliz resulta
demasiado pequeña; de suerte que ple
disalvi y su esposa, y
nombre de
la
que casó con
creer se trata de una sim-
avorum
verunt
ipsi
la
que hace donación
mei parentes»
(2).
Además
Gundisalvi» resulta actuando en un
del
conde Menendo Gun-
Bermudo
hijo de los
III,
Santiago de cierta
a
parentum meorum Alenendi
et
al
la historia
de ellos Geloira, errando sólo en
la hija
condesa; pero hay una carta de
susodichos reyes, por fuit
fácil
V tuvo por ayos
obispo Pelayo dice que Alfonso
el
más
es
copa de uso domestico. Sus dueños son conocidos:
vila,
«que
domne Tote et ex ea gana«dux domnus Menendus proles
el
litigio
et
con Alfonso
\'.
en 1007
(3); él
mismo confirmó documentos en Coimbra, año 981, y en X'imaranes, año 999; mandaba en Leza en 1004 y había ya muerto en 1014, cuando la condesa domna Tuta ejerce autoridad por sí misma en Vimaranes o GuiTutadomna y falleció entre «comitissa Tuda Vigilaz», hizo donación
maraes. Ella firmaba
1022 y i025, año en que
su hija,
al
ranes de vilas que fueron de sus padres,
Tuta domna»
(4).
zarabismo de
esta singular pieza
todo
si
monasterio de Vima-
«dux Menendus
E\ punto histórico no necesita
más
<3undisalvi et
aclaración, y
el
mo-
queda perfectamente establecido, sobre
en Coimbra, ciudad donde
elemento mozárabe y musulmán
el
se
mantuvieron bien pujantes, como sabemos, encargó Menendo labrar su copa, antes de que
(i)
lám.
Almanzor entrase
Reproducción sobre
fotografía,
CCCXIV. — Véanse además:
religiosa
em Portugal,
en 987.
allí
en
Rohault de Flcurv
Al baño Bel lino:
fascículo
4.".
(2)
López Ferreiro: Hist. de Santiago;
(3)
Id., id.; ap.
(4)
Portugaliae mon.
t.
LXXXIil Iiist.:
chartae.
-
383
-
:
La
Messc;
Archeologia christá,
1!,
ap.
XC.
p.
(.
IV,
78.— Arte
MUSEO MOZÁRABE Si por
pequeña
cuyo
alto es
terio
mismo,
ella
no parece cáliz, en cambio
el
de Silos famoso,
de 30 cmts., desconcierta por grande. Subsiste en
que
al
lo
donara santo Domingo de
Silos, su
monas-
el
abad (1041-1073),
como declaran estas palabras grabadas en su solero: +In nomine Domini ob honorem sci Sabastiani Dominico abbas fecit» (Lám. CXLV). Es de plata dorada y
feo de
equivalencia entre copa y peana contra
la regla
España otra
hechura para nuestros gustos, por
la casi
igualdad de sus curvaturas y del nudo,
e
generalísima que en vasos tales rigió siempre; mas aquí en
con
ley de simetrías verticales
según denuncian, a más de
éste, otros casos
bién obras morunas de tiempo
La forma previene que acentúa su labor de
eje
medial parece haber valido,
de bronces bárbaros, y tam-
del Califato.
ya, por consiguiente, filigranas,
en favor de mozarabismo,
con alambre
liso
generalmente y retor-
cido a veces, sin nada de bizantinismos, pero dibujando series de arcos de
herradura can
la
muy
desarrollados; y en vez de tachones, granos de plata salpi-
composición. Disimetrías constantes en
cuido extraordinario: y lejos
la
la filigrana
prueban un des-
simplicidad de temas organizados con
ella,
tan
de los estilismos y finuras usuales en esta clase de obras, permiten
reconocer un periodo decadente y un arte ineficaz para satisfacer a los
avances progresivos de aquel siglo XI
(i).
BRONCES No
es
propiamente de bronce, sino de azófar o
por su aspecto, una cruz del tipo de
las
Su forma
es
ligera inflexión
como
la
como de oro
asturianas, que está en
de León, llevada desde Santiago de Peñalba, nos es tan conocida (Lám.
latón, y
la iglesia
el
Museo
mozárabe que
CXLVI). de los Angeles, pero sin sequedad, gracias a
cóncava de sus
líneas:
los brazos,
iguales entre
sí,
la
van
unidos a un disco medial, y llevarían otras letras alfa y omega pendientes, en vez de
fi)
por
Dom
las
actuales modernas. Por
Reproducción suya en E. Roulin, en la
el
anverso adórnala una orla cincelada
Monu memos
Revue de
arquit. de España.
l'Art chrétien; 1898.
-
384
-
— Otra
y estudio
BRONCES de tallos ondulados bizantino-andaluces, sencilla y salpicada de chatones,
hoy enteramente nuevos; pero
el
disco medial debe estar invertido, pues se
acusa su orla en repujado, igualmente que
la
de
brazos por su reverso.
los
Éste lleva tenuemente grabado, a leves golpes que produjeron trazos en
una inscripción dedicatoria que dice:
zis-zás,
Ihu
:
Xpi
tipo de
ob onorem
:
^anct
-f"
:
lacobi
«-|-
aplostoli
;
mozárabe con
,
Y[(>h\\
HE
:
:
:
nsi
ofrt». El
O M IH^'-ISÍ
'.
'J)
puntos
IZ. y'ia íZl «aplostoli»
nomine: Domini
es
letra
triples
:
'
Ranemirus rex
ii;Q
X^
:
J
:
M
C$0 H o']l. E
ex-
S:yZ! +SANCí:lAro;EI: braen «apli»,se^
^. . _, Fig. aog. Letrero de
,
la
^ - ,^ . cruz de Penalba
gún costumbre, resultando Este
que
al
cabo
Ranemiro rey
faltó
le
duda
sin
espacio
dádi\as a Santiago de Peñalba en 940 la
(i).
el
campo de Espiel
,
lugar de
dentro de un pozo, corriendo bronce, que hoy conserva
el
comprendida
sonarla a mano, va que
el
el
(Fig.
209).
Respecto de
estilo,
su carácter
el siglo
la
avance mozárabe.
sierra de
X\'l,
una
Córdoba,
se
descubrió
campana pequeña
de
Museo arqueológico de dicha ciudad (Lá-
mina CXLVll). Es semiovoídea, midiendo tanto de alto,
«offert»
tendencia leonesa de aquellos tiem-
pos, valiendo por insigne testimonio del
En
el
segundo de su nombre, que otorgó
es el
meridional en absoluto cuadra con
para
iqS
mmls. por
el
borde v otro
asa con que remata, en disposición para
profundo desgaste de su labio prueba que
badajo hería siempre en dirección paralela del asa misma. Por cuatro perforaciones, dispuestas simétricamente, quizá
el
lo alto tiene
para aclarar
el
sonido, y lleva en torno esta inscripción, grabada en letra mozárabe pura:
(i)
España sagrada,
t.
.\V1, p. 134.
49
385
-
MUSEO MOZÁRABE munus Samson
«4- Offert hoc
abbatis in
Xpi era DCCCCLXLIII.» La lectura de segura,
como
se ve por la
antigüedad por
más
varla
Sabastiani martiris
sci
fecha, correspondiente a qbb, es
— Era 913 ó 963 — con deseo en
año 890 en que
bés famoso, a quien sin
domum
adjunta fotografía: no obstante, asígnasele mayor
los editores
allá del
la
embargo
falleció
muchos de
Samson, abad v
literato
es imposible referir este
ele-
cordo-
pequeño mo-
numento. El monasterio mismo de San Sebastián, a que perteneció, es desconocido (1).
campana, bien granmantiene en San Isidro
Otra de, se
muv
de León,
notable por su
pues ostenta
antigüedad,
este
letrero cincelado cerca del bor-
de: «In
nme Dni ob honorem
Laurenti arce dcni Ruderi-
sci
cus
Gundisalbiz
fieri
iusit
in
hoc
signum
XX" IHP
era C^
pus T" S.» Corresponde, pues, al
año 1086
(Fig. 210).
Su forma
es
abriéndose hacia
más el
elegante,
borde, por
donde mide bj cmts. de diámetro; el asa es redonda, Fig. lio.
Campana de San
Isidro de
bordes por fuera,
León
con re-
como en
la
de
Córdoba: va reforzada por dos y bajo de ellos hay también pequeños taladros.
suplementos
laterales,
Tenía sonido
muv argentino,
desprenderse un trozo, con en su
alto,
(1)
fecto.
fecha precisamente. Las letras, de tres cmts.
guardan similitud con
su analogía con las del siglo X,
la
pero se cascó ha pocos años, y aun amenaza
campanas de
el
tipo
la torre
mozárabe; además
es absoluta
Tavarense, dibujada en un códice
como ya sabemos (Lám. LXXVlll).
Hübner: Inscr. Hisp. christ.;
— R. de Fleury: obra
cit.;
n." 221,
lám. 499.
386
con facsímil del
letrero, algo
imper-
BRONCES El
Museo arqueológicu nacional
conserva, procedente de fon-
dos ant¡¿;uos (n." 857), una lucerna o candil de bronce con dos piqueras V este letrero grabado:
Oc opus Salomonis erat» (Lám. CXLVlil).
*.-f-
Debió destinarse a estar colgado, como denuncian sus piqueras, y
aunque
tierra
remedando
que
sola,
nariz de
II).
que ofrece
aunque menos elegante y
es lo normal; su asa remata en cabeza de ciervo,
obras clásicas;
mide 22 cmts. de
largo, en proporción
que da
y su fundición es tan perfecta que
igualdad de tamaño para ambos,
recipiente no llega a un milímetro de grosor; a juzgar
CXL\
granadina (Lám.
similitud completa de lineas respecto de aquél,
con una piquera
la
para imaginarla otro candil de
falta el asa sirve
mi colección, descubierto en
en
orificios
la
el
aleación parece tener cinc,
por su tono pajizo, siendo por consiguiente azófar.
Este tipo de candiles reconócese
como degeneración
del cristiano pri-
mitivo, conocido por varios ejemplares, con asa figurando una cabeza de grifo o de caballo;
piquera y un gollete
degeneró en un
más escotada
pero los españoles varían en tener
muy
anillo, del
largo. Después, en el siglo
que
X
avanzado,
el
la
asa
brota gran hoja plana, con calados y cin-
celaduras, siendo ejemplar príncipe de esta serie
el
de Elvira, en
el
Museo
de Granada, perfectamente conservado, con su tapa cónica y despaviladeras pendientes de una cadenilla plar del la
Museo de Madrid, cuva
misma cabeza
del
asa, de
la
simple chapa arqueada, remata en
un aguamanil en forma de pavo
líquido;
la
real,
que
cresta lleva taladros en
nocer dos arquillos de herradura; el
ejem-
inscripción del candil referido impónese asociarle
Louvre (Lám. CXLIX). Su
introducía
tipo intermedio véase otro
del ciervo (2).
Por similitud con otra pieza,
Como
(1).
el
asa es a
modo
está
que
en
el
Museo
es fácil reco-
de sierpe, y por
allí se
cola rodéase con seis circulillos, y los espolones,
prolongados en herradura, dan estabilidad
a las patas sin
más
base.
Una
labor grabada, en forma de escamas, remeda las plumas del ave, y en
pechuga vense dos
líneas de escritura finamente
(i)
Gómez-Moreno: Medina Elvira; lám.
(2)
Revista de Archivos;
oxidado, se reproduce aquí en
la
1899; lám.
I.
pág. 13.
-
387
-
la
grabada; la superior dice:
.\.
Otro semejante
al
de Elvira, pero
muy
MUSEO MOZÁRABE «-f-
Opus Salomonis
Abdelmélic
eral>>; y la iníeriur,
La conformación de
cristiano^> (Fig. 2ii)(i).
el
mente como en leones de tiempo
la
lomonis
ojos, entera-
del Califato (2); la cresta y la cola,
recuerdan soluciones análogas en otros bronces de Elvira;
como
«Hecho por
en árabe, significa:
de nuestros candiles, y principalmente
la
boca del asa,
repetición del
la
que
«opus Sa-
erat». son fuertes indicios para creer obra andaluza este singular
aguamanil,
así
como
nombre
el
del artitice delata su
Los textos alusivos a obras salomón iegas
mozarabismo.
se registran sobre
todo
en España: en el
tesoro de losvi-
+opVS"S/^LoM^NlVa^Tv —
"
siglo VI, el
sigodos poseía
'
~"
piezas sorpren-
^1;=^] ¿3X^1
A±cXo^
dentes y pre-
de
ciosas
tal
manufactura; Fij,;.
2.1.
Letrero del afiuamanil del Louvrc
un documento inglés cita
«duobus
urceolis pretiosissimis ex operibus Salomonis»; Este-
de Navarra,
fanía, reina
mandó
vender, en io52, «illos vasos vel forteras
salomonaticas»; en Covarrubias, año
suo cobertuorum de labor salamoniego
moniego», y en
el
bien que de material,
plata.
como
Sobre tales
ello,
et III
(3).
del
mismo
siglo
XI 1, cons-
Parece tratarse de una manufactura,
aunque desde luego
atendiendo a
cum
basos de plata de labor sala-
diploma apócrifo de Obona,
tan «tres vasos salomoniegos»
más
inventariaron «I copa
11 12, se
éste es
siempre bronce o
dos piezas arriba descritas y clasificadas
las
por sus mismos letreros, cabe deducir que
la
obra salomónica
Edad media, y que debió siendo quizá España el primer país occi-
seria de fundición a la cera, arte casi perdido en la
restaurarse por influjos orientales,
dental en que ello se lograra. Realmente una pieza de fundición
(i)
a. Prevost de Longpérier:
Manuel dart musulmán; (2)
i865,
p.
366.
— Migeon:
IX.
Véase
Du Cange
:
el
186.
Por ejemplo, ciertos bronces del Museo de Granada: Gómez-Moreno:
Elvira, lám. (3)
t.
Revue archéologique;
II, íig.
como
Dictionarium mediae
-
388
-
et
infimae laiinitatis.
Medina
BRONCES aguamanil
del
sorprender
á
Louvre revela destreza singular y dominio de
la
técnica para
profanos.
Entre
los
bronces coptos del
Museo
del Cairo valen a nuestro
propósito
los
fragmentos de
una lámpara (Fig. 212), en
forma de co, tí
dis-
de 4G cen-
metros
de
diámetro, con círculos
,
ar-
quillos V cruces, entre
va-
retas radiales,
calados en
él,
y tres asas de
lasquependía,
mediante barras metálicas
-W'
convergentes en una pieza trifolia,
que
a
SU vez remata
Fig. 212.
lámpara copta en
el
.Museo Jel Cairo
en otra asa (i).
Un segundo
ejemplar,
procedente de Calabria, pasó a
Basilewski (Fig. 213), con disco
menor
— 23
cmts.
la
colección
— y abreviada su
com-
posición de ornato, pero concordante; llevaba tres cadenas de suspensión.
(i)
Strzygowski
:
K.optische K.unst;
-
389
n."«
9154 y qi56.
.
.
MUSEO MOZÁRABE y por remate un disco vertical calado (i). Otro platillo de lámpara, muy semejante al copto y sin aspecto de gran vejez, aunque clasificado de bizantino, hay en
diámetro y quizá de (Fig.
xMuseo Británico
el
finito, salió a la
lejos
por
las
en 1910 y 1914. arrastrado
//^^^~~^^
^S^
arquillos v los remates acóa favor
un origen andaluz,
y un tercero, de 34 cmts. de
la
forma de herradura de sus
razonados inclinan
(2),
Granada
comercio
embargo,
sin
214);
el
venta en
asi
^,.-—
JI
\^
¡y-*
(
-^
J v^^^^'^^^^"^^^^^ (
^
de
como
cruces no permiten dudar
de su cristianismo.
Desde luego, la
periferia y
aun
el
de
central
encajar vasos
para
servían
los aros
cónicos de vidrio, iluminando
aun puede
artísticamente: y
creerse que a este tipo de lu-
minarias,
tal
muy
vez no
pro-
pagado por Europa desde
las
Fig. 213. Platillo de
una lámpara calabresa
regiones orientales, aludirán lus
lychnos, pintorescamente
origen clásico tas
al
parecer.
descritos por san Paulino de Ñola (3) v de
Ninguna
como hay en monumentos lo
corresponde a dicho
gráficos,
embargo, y tampoco hay lámparas dar ellas por
representaci(')n eclesiástica, entre tan-
tales
tipo,
de mezquita, no obstante reme-
general obras cristianas.
Esto a reserva, sin embargo, de excepción insigne en nuestra
Mezquita de diada en
1
PZlvira. Reconstruida en 864 por
010 por
los
La messe; lám.
R. de Fleury
(2)
British Aluseum: A guide to the fig.
:
el
R. de Fleury: obra citada;
(4)
Texto de Abenaljatib en Dozy
t.
early Christian and
VI. pág. 4. :
—
(4).
tenia
439.
41
(3)
Gran
emir Mohámed, incen-
berberiscos y no vuelta a reedificar ya
(i)
antiquities;
sin
Recherches. 390
—
.
; .
t.
1,
p. 331
Byzantine
BRONCES lám paras exactamente
similares de las susodichas; y seis de ellas,
incompletas, sacadas de sus ruinas, existen en
menos
de Granada
Dos entre
(i).
el
más o
Museo arqueológico
ellas ofrecen características
de arte avanzado,
V datarán, a lo más,
de cuando se reconstruyó
mezquita;
la
m&)^.
cuatro
las otras
pero
son tan similares de
aun
cristianas,
las
cruces
faltándoles
que
,
dificultad
sin
podrían creerse pasadas de iglesias a
mezquita.
como
la
lue-
go, siglos adelante,
fueron tantas otras piezas de mezquitas a
nuestras iglesias.
Desde luego,
si
no
son mozárabes individualm.ente, de se-
guro
copian
tales,
Fig. 214.
a periodos
musulmanes
Las lámparas de Elvira (Láms.
mismas
den de
mente
cadenas: entre
igual
lisas.
sucesivos.
CXLIX
y
CL
y
fig.
21 5)
abundan en
varetas radiales, circuios y remates cordiformes ya dichos: pen-
tres
semejante
ya
de lámpara español
manteniéndose como cosa regional, va que no trascendió su modelo,
que sepamos,
las
Platillo
otras
al
Los
que
el
los
trípodes de suspensión hay uno casi exacta-
copto (Fig. 216), v también un disco de suspensiiSn es
calabrés (Fig. 217); pero platillos
más abundan
de aspecto más
pelotas, va verdugadas,
miden de 44 a 36 cmts. de diálos otros, menores y más finos,
viejo
metro; dos son casi exactamente iguales:
llevan series de arquillos de herradura, siendo quizá prototipos.
(,1)
Gómez-Moreno: .Medina Elvira;
—
39»
p. 8
—
y lám. VIH.
,
MUSEO MOZÁRABE En
el
conglomerado informe de bronce, carbón, plomo derretido,
vidrio V estera de esparto
quemada, que
salió en 1874 de las ruinas de la
Mezquita de EIvira, y una vez entresacadas
lámparas
seis
gracias a ^^>r^.
las
la
pa-
ciencia y habili-
dad de mi benemérito padre,
quedóimposible
recomponer
de
^y^
otro
objeto
de
más tenue masa, incompletísimo
hpcwmt
y deshecho, pero
en
el
que pudo
adivinarse
una
corona de luces, de las que Fig. 21
5.
Disco de lámpara de
la
Mezquita de Elvira
tanto hablan los
documentos. Pasados muchos años vino a publicarse otra sencilla, rio va
que
posee el .Museo copto del Cairo (1).
tal.
aunque más
pudiendo arianzarse
crite-
sobre los fragmentos granadinos (Fig. 218).
Constituíala un aro cilindrico, de 28 cmts.
aproximadamente de diámetro por 9 de
alto,
bordes reforzados salientes v calada en
lo
labor de circuios secantes,
mitivas celosías de el
la
como una
demás las pri-
de
Catedral de Córdoba.
borde superior engarzaban
tres anillas
con
para
En las
cadenas de suspensión, y de entre medias caían
Fig. 216. Colgadero de de Elvira.
lámpara
hacia afuera horizontalmente doce barritas triangulares articuladas, de
unos diez cmts. de largo, aplastadas por su extremidad hasta formar aran-
(i)
Gayet: L'arl copie; pág. 29Q.
—
392
—
BRONCES délas, en
donde encajaban
los vasillos
de vidrio, soportes que equivalían
de documentos antiguos, comprobados por
a los delfines
la
corona del
Cairo y por otro artefacto de luces argelino, en
forma de
perteneciente a
la
colección
Fuera de dicha Mezquita, entre
las
ruinas del
basílica,
Basilewsky
(i).
mismo tiempo que aquélla, un candelero de bronce, que puede
caserío incendiado al
descubrióse creerse los
también de tipo español
cristiano, pues
conocidos musulmanes son cortos y con cubo
para encajar
muy
esbelto,
para ensartar
gua (Fig.
el cirio,
mientras éste de Elvira es
con base redonda y púa terminal, cirio, según la costumbre anti-
Fig. 217. Bronce de Elvira
el
219).
Su decoración
es
muy
sencilla,
reconociéndose que fué
vaciado sobre un modelo a torno, y se reduce a nudos
Fig. 218.
Corona de luces de
la
su alto es de 49 cmts. Consérvase en la
La población de Elvira
(1)
misma
el
más gruesa zona
anillada;
Museo de Granada, con
otros
procedencia.
hubo de
constituirse en su gran mayoría por
R. de Fleury; obra citada; lám. 438.
— 5o
arandelas
Mezquita de Elvira (restauración)
arriba y abajo, entre los que media una larga y
bronces notabilísimos de
como
393
—
MUSEO MOZÁRABE renegados españoles y mestizos; pero que también hubo mozárabes acredítase por
un dije de plomo fundido,
allí
también descubierto, y
le
constituye una cruz dentro de aro, cuyo diámetro es de
dos centímetros (Fig. 220).
Otro gran
lote
hay de bronces
cer solamente se descubren hacia
cristianos, el
que
al
NO. de España. Son
jarros con gollete acampanado, base equivalente, las
pare-
si
bien
hay con menor desarrollo, y asa no siempre, que suele
rematar por abajo en un mascarón; además, platos hondos, con tetón en medio. El alto
de aquéllos acércase a 24 cen-
tímetros;
diámetro de
Unos y
el
los platos, a 22.
otros llevan decoración
verdu-
gada, de fundición, y casi todos además letreros y adornillos grabados.
Sus leyen-
das, sumamente bárbaras y
difíciles
Fig. 220. Dije de
Klvira
de
interpretar, parecen deprecaciones en favor de individuos
nombran; y como cierta miniatura represente a un hombre bautizando con un jarro idéntico, es de inferir
que
se
que para
esta
ceremonia
Probablemente
así
se destinasen.
eran los
aquamaniles
y
concos
registrados en nuestros inventarios de iglesias, pudíendo referirse al siglo
IX aproximadamente; pero como obras
de tipo asturiano y origen bárbaro, sin otras conexiones
con Fig. 119. Candelero
tal
lo
mozárabe que
cual adorno.
En
la
forma de algunas
letras
o
atención a ello quede su estudio
de Elvira
para otra ocasión. Baste consignar que de esta serie, un jarro del Museo de
nomine Dni Arvildi
vita
León,
la
pieza príncipe
lleva este letrero:
«+
In
Ds concedat».
TEJIDOS Aparte
los lienzos
y paños con que
necesidades ordinarias, sabemos por
—
el
394
el
país cristiano proveería a sus
sinnúmero de testimonios alega-
TEJIDOS dos arriba sobre inventarios, que
de Le(jn y Galicia con sus
las iglesias
monasterios atesoraban tejidos preciosos, sederías especialmente labradas con oro, cuyas variadísimas designaciones cun nombres árabes delatan su procedencia; y adeniíís tenemos
rabes, que, estando de Pajarejos
dato de aquellos
el
a servicio de
ti
race ros
Alfonso V, poblaron
la
mozá-
aldea leonesa
(i).
Fantasías de clasificación refieren a aquellos siglos ejemplares ricos,
que probablemente son más modernos; pero queda uno,
Esteban de Gormaz, conservado aquí como Es de
lino,
como
el califa
almaizar, con ancho de 1.12 m., v en
conservada lleva zonas varias con trama de seda, entre
una
letreros y
velo de San
que
trofeo y
testimonio auténtico de haberse tejido para
inscripcií'^n
el
las
la
lleva en su
Hixem
(2).
extremidad
que descuellan
medallones con animales y bebedores. Las sedas
serie de
van matizando de blanco a
verde y morado, más oro de
celeste, pajizo,
Chipre, o sea cabritilla dorada revuelta sobre hilo de seda. El procedi-
miento de labor
que
es de creer
es a
punto de
tapiz,
exactamente como
y
a esto llamasen tiraz en árabe.
Dos ejemplares leoneses permiten
dándonos quizá idea de
lo
que
allí se
terio del Bierzo, el de la
ser
el
anterior,
más famoso y antiguo monas-
Montes. Su borde
urdimbre de
agrupados con
fabricaba sobre modelos andaluces.
El uno es fragmento que proviene del
formados por
las telas coptas,
lleva hilos de fleco
lino; siguen
muy
ralos,
una zona de 22 mmts., con
trama carmesí de seda, otra zona de lino toda, con 69 mmts., y luego, una
ancho de 22 mmts. también, y otra zona carmesí de amplitud incierta. La cenefa labrada lleva
principal, labrada de punto de tapiz, en
por
fin
sedas de colores blanco, celeste, índigo, amarillo, verde y carmesí, for-
mando adorno esquemático igual
que
el
velo de
mucho más
cromática
de gusto indefinido, con técnica exactamente
Hixem, pero
sin oro, resultando
además su gama
viva y alegre. Los tintes son excelentes y
de obra en todo irreprochable, dentro de
las
la
mano
deficiencias propias de
la
(Lám. CLl; izquierda).
tapicería
(1)
Véase arriba; págs. 116 y
(2)
P.
1917; lám.
I.
117.
M. de Artiñano: Catálogo de El
tal
la
velo o enseña militar existe en
—
395
Exposición de tejidos españoles, la
Academia de
la Historia.
MUSEO MOZÁRABE El Otro ejemplar es una pieza de 2.77 m. en cuadro, y que
tal
vez
alcanzó doble longitud, quedando sólo uno de sus cabos, con fleco de
urdimbre. El tejido de
una
lino, a distancia
cenefita labrada, de 5 cmts., en
tapicería,
de 19 cmts. del
que vuelve
fleco,
da lugar a
a darse igual técnica de
con trama de seda en colores blanco, azul, verde pálido, malva
y tabaco, diseñando temas de remoto carácter vegetal entre rombos, y algo
como
contarios a los bordes.
velo de
Hixem, pero
remate de cenefas en listas
Su tonalidad,
más descuidada su
es
fría
técnica.
las tres telas referidas es
polícromas (Lám. CLI
;
y débil, recuerda
la
del
Valga advertir que
el
perfectamente similar, a
derecha).
Sirvió esta última tela para envolver la mitad de los huesos de san
Froilán en
el relicario
de
la
Catedral de León, donde aun
quedando garantizada su existencia en el sello
la
episcopal que ligaba los cabos de
segunda mitad del la tela
misma
(i);
siglo
subsiste,
XII por
pero no sería
inverosímil retrotraer su origen a fines del siglo X, cuando se llevaron a la
Montaña desde León
(i)
E.
las reliquias del santo,
Diaz-Jiménez:
Reliquias de
y 26. Esta última cita corresponde
al
mas coincidiendo su descripción con trate
de otra
amarillo por
tela
la
para salvarlas de Almanzor.
Iglesia
de de León; págs.
17,
19
sudario del cuerpo de san Pelayo, ahora invisible; la
del otro en lo principal, cabe presumir
semejante y completa, pues mide
ambos extremos.
—
396
que
se
3 por 1.22 metros, con cenefas de rojo y
.
REGISTRO DE NOMBRES GEOGRÁFICOS
Bañólas, pág. 5i Baños, 10, 13, loi, 172, 184, 201. Baralánica, 108, 132, 263, 361.
Abellar ü Abeliare: págs. 107, 137, 196, 241, 326, 329, 334, 347.
Adamuz,
365.
Ajnas, 29. Albelda, 40, 290, 292, 362.
Barcelona,
Albi, 356.
Barcena del Bedriñana
Alcaudete,
Algarbe,
3,
i5,
18,
5i
6.
,
25,
42 a 48,
157, 271
,
,
356.
Río, 91. 83.
Belén, 175.
5, 6.
Belpuig, 63. Benian, 85.
Alija, 148.
Amaya,
")
139, 264,
Amelie-les-Bains, 66.
Berlanga, 319: véase S. Baudel de
Angers, 222, 232.
Berlín, 356, 366.
Annuna,
Biella, 57.
19.
Binbirkilisse, 223.
Arévalo, 304, 306, Arguelles, 82.
Bisbayo, 238.
Arredondo: véase Socueva. Aquisgrán, 223.
Boñar,
Astorga, 77, 107 a
1
1
1
,
1
Boides o Boiges, xvii,
xvii, 77.
142,
159,
160,
162 a
167, 184, 261, 338.
15, 119, 120,
Braga, 373, 382.
135, 138, 166, 376, 377. 380, 381.
Athos, 175.
Brescia, 61.
Autun, 356.
Badajoz, 367.
Buada, 67 a 70. Burgos, 210, 264. Cabeza del Griego, 60, 146, 220. Cacabelos, 238.
Bailen, 178.
Cairo, 29, 233,
Balbek, 177.
Cairuán, xx,
Ávila, 62, 63.
Ayoo,
21
1
,
252.
Balsemón o Balsemáo,
Bamba,
301,
13, 97,
389, 392, 393. ¡56,
XV, XVII, XXI, 161, 172, 179,
Calzada (Santo
Domingo de
192 a 202, 206, 224, 231, 233, 234, 246, 252, 271, 274. 276, 277, 281.
Bande: véase Sta. (i)
No
es
Comba
183, 231.
Caldas: véase Boñar.
97, loi.
62, 309.
Camarzana,
Camba,
de
io5, 148, 178, 214.
96.
completo, pues faltan referencias accidentales que no tocan a muchas del capítulo X, repetidísimas.
lugares desaparecidos, generalmente, y
—
la),
397
arte, las
de
REGISTRO Cambón,
Cuxá, págs. 5 Damasco, 301. Deva, 154.
pág. 222.
1
Canapost, 52, 66. Canigó, 47. Canterbury, 85.
Capua, 85. Cárdena, 109, Cardona. 47.
52.
,
Dijón, 222.
Dueñas: véase 140, 263, 264, 349.
Dume,
S.
Pedro de
las
240.
Eiré, 95.
Carracedü, 238. Carrión, 132.
Elvira,
Casillas: véase S. Baudel.
Erment,
Casserres, 47.
Escalada, xvn,
Castañeda,
329,
3,
367,
376,
379, 387,
388, 390 a 394.
xvn,
178.
167 a
xxi, 24, 29, 81, 103 a io5, 107, 131, 141 a 164, 167 a
170, 173, 212.
169, 179, 182 a 184, 188, 190, 191,
107,
159,
Castulo, 178.
198, 2o5, 207, 208, 2i5, 217, 220,
Cava, 35o, 357.
224, 231 a 235, 246, 248. 252, 261,
Celanova,
xvii, xxi,
94,
114,
271, 274, 277, 278, 281, 285, 358.
119,
142, 154, 189, 190, 196, 201, 226,
Eslonza,
161 a 163, 190,
238 a 252, 256, 277, 283, 301, 316, 33I' 342-
Cividale, 29.
Clermont-Ferrand,
Cogolla,
262, 329.
Espinoso, 238. Evora, 209.
Exmiadzin,
i5o.
175, 177.
XV, XVII, XXI, XXII, 24, 36,
Feriana, 178.
95, 101, 132, 189, 288 a 309, 312,
Firuzabad, 81
313. 348. 349, 360, 362 a 364, 372
Florencia, 374, 379. Fonollar, 52, 68.
a 374> 376.
Coimbra, 7, 324, Comares, 366. Compluto, 18. Compostela, 36,
,
5o, 61, 175,
178, 196, 271, 325, 332.
1
93,
119, i5o,
238,
Gerona, 42 a 44, 46, 67, 148, i5o,
328 a 330, 332, 35o, 378, 381. Constantinopla, 149, 231.
Gérticos, 193.
Córdoba,
Gormaz: véase
xx, 3, 4, 6, 13, 14, 23, 25,
45, 5i, 79 a 81, 85, lio, 141, 146, 149, i5o, i54,
149.
Fuentes, 261. Germigny-des-Prés, 25,
383.
206 a 208,
169, 170, 180, 201,
231, 233, 258, 259, 303, 307, 312, 3i5. 316. 332, 346, 347, 352, 362, 365 a 369, 375, 385, 392.
324, 382. S. Esteban de Goviendes, 98, i55.
Gozón, 379. Granada, 5,
13,
i56, 201, 367 a 369,
379, 387, 388, 390 a 393.
Corullón, 238.
Grenoble, 175, 178, 223, 231. Guarrazar, 9, 11, 26, 328, 378.
Covadonga,
Guelma,
324, 331.
19.
Covarrubias, 329. 330, 334, 388.
Hinojosa de Duero, 307.
Coyanca, 77, Cuenca, 371.
Hornija,
1
16,
139.
xv,
161,
172,
i85 a 192,
2o5, 234, 235, 252, 278, 281, 381.
-
398
.
GEOGHAFir.O Mellanzos, pág. 208. Mérida, 5, 9, 13, 14, 23, 98,
Jarbetelbeida, pág. i55.
Jerusalén, 301
Jumilla, 178.
Mididi, 178.
Lalín, 327.
Milán,
Lancia, 143.
Mira, 157.
Laspra, Le be ña,
1
5o,
Monkwearmouih,
90. xvii,
xxi,
190, 201
183,
178, ,
Montalbán,
189,
37.
i5.
Montelios, 97.
267 a 282, 284.
Montes,
Lebrija, xxi.
xvii,
212
186,
Leire, 31, 36.
a
io5,
217,
106,
219,
159,
178,
224,
290,
Leiría. 60.
378, 395-
Lena,
24, 73, 79, 84, 85, 148, i55,
Le(')n
XVII, 8, 20, 77,
i56, 198, 214, 222.
1
,
5o, 154,
1
108 a 140, 142,
58, 206, 210, 238, 253 a
259, 261, 262, 318, 323, 324, 329 a 334, 348, 35o, 361, 370, 382, 384 386, 394, 395.
Liño, 24, 73, 82, loi, 157, 272, 276, 323. 371-
Londres, 349, 35o, 373, 375, 390. Lorbán, 7, 99. Losilla: véase Boñar.
Lourosa,
xvii, xxi,
i58.
Morales de Toro, 189, 191, Moreruela, io5, 106, 211.
Moroso,
1
56, 201, 324,
XXIV, 189. 281, 282 a 287,
301. 319.
Mosteiro de Eiré, 95. Mozote: véase Mazóte. Nájera, 290, 295.
Naranco, 73, 74, 79, 84, io5, Narbona, 42, 46, 5o. Nave: véase S. Pedro de la
Nora, 86
a 88, 89.
xxii,63 a 66, 104,224,271
Mata: véase S. Pedro de
Olérdula,
xvii, xxii,
Ollas: véase Sto.
.
la
las
xvii, xxi, io5, 107, 161
,
13, 37, 74, 98, 148. 157, 159,
172 a i85, 189, 190, 192, 198, 201,
347'
211, 220, 230, 232, 233, 248, 256,
Santullano.
37, 58, 63,
177, 246,
254, 271, 301 ,315. 320.
252. 330.
182, 2(H, 235, 304, 328, 329, 331,
168,
271, 272, 274. 281, 285, 316, 320.
1,
264, 363.
Oviedo,
103, 146, 147, 149, 153,
de
Orleansville, 178, 230.
Osma,
Matifu, 178, 230.
14 a 27,
53 a 59, 63, 70.
Tomás
Orense, 96, 107. 134. 25 Orleans, 325.
Marialba. 60, 146, 260.
xxi,
i56, 222.
Oña, 267, 268.
Málaga, 366 a 369. Mansilla de las Muías, 208.
Melque,
192.
Nuez, 36. Obona, 331, 388.
365, 382, 387, 395.
Mazóte,
Monza,
Nevers, i5o.
100 a 104, 148.
Lucena, 369. Lugo, 328 a 331, 342. Madrid, 7 a 11, 13, 30,
Marq uet,
153,
201, 235, 323.
Jinnis, 19.
37''
37<>-
37^ a 380. Véase
Padul, 368. Palencia,
10,
Pamplona, París,
399
loi, io5, 172, 206.
373.
356, 372, 374, 379, 387, 389.
.
REGISTRO Pedret, 5g a
San Martín de Salas,
64, 146.
Peña: véase S. Juan de
Peñalba,
xvii, xxi,
142,
154,
San Millán: véase Cogolla. San Pedro de la Mata, 9, 26, 271. San Pedro de la Nave, xvi, 8 a 10,
161,
224 a
238, 246, 248, 249, 252, 264, 256, 258, 267, 271, 272, 274, 278, 279,
13,
20 a 22, 97, 98, i57, 178, 230,
281, 285, 375, 384, 385.
271, 323.
San Pedro de
4.
las
Dueñas, 2o5, 206.
Pontevedra, 148.
Sanpetersburgo, 389, 393. San Prudencio, 108.
Pravia, 72.
Santa
Piasca. III.
Priesca,
85a87,89,98, 148,222.
xvii,
Rabatammán,
98,
23.
24,
149,
97,
157,
Comba
de Bande,
10, 18, 23,
230, 248, 254, 271, 287, 318.
Santa Eulalia del Valle, 89. Santa María (Mallorca), 323. Santa Marta de Tera, 108, 148. Sant Gall, 178.
149.
Racca, 81, 149.
Ravena,
222,
223, 232, 254.
Revilla de Pomar, 214.
Santiago: véase Compostela.
Rivadelago,
Santillana, 265, 267.
168,
170.
Tomás
Robles de Laciana, 238.
Santo
Rocas, XV, 94 a 95, Roma, 85, 183, 356,
SantuUano,
RipoU, 45, 47.
288, 297.
Rueda
iio,
98,
148,
178,
Sarvistán, 149. Sedrata, 81, 149.
Segóbriga: véase Cabeza del Griego. Segovia, XXI, 97, ¡55, 196, 271, 304.
175. xvii, 107,
83,
214, 222, 235, 323.
5i.
Sahagún,
72,
5i, 356.
del Almirante. 142, 208, 234.
Ruhaiba,
de las Ollas, 218
a 224, 232, 248, 252, 316.
380.
Rivadesil, 93. 240, 241.
Rouen,
88 a
90, 240.
178, 189, 190, 196, 201, 220,
Peñamelaria,
xvii,
la
132,
Sevilla,
140,
143, 145, 161, 174, 190, 202 a 206,
3,
8,
13, 98,
Sigüenza,
234, 281, 341, 363.
Saint Restitut, 222.
Silos,
7,
104, 318.
132, 261, 282, 309, 349,
Salas del Bierzo, 238.
35o,
362, 363, 365, 384.
Saldaña, 267.
Simancas, 196. Sobrado, 328 a 331.
Samos, 93, 196, 241 San Adriano: véase Boñar.
Tábanos,
Salas: véase S. Martin de
San Baudel, xxi, 248, 309 a San Clemente de Valdueza,
i56. 358, 367.
Sietecoros, 182.
Socueva, 320. 218.
95, 287, 288.
4.
Tabernoles, 47. Tarazona, 288.
Sandoval, 208.
Tarragona,
San Esteban de Gormaz, 154. 395. San Juan de la Peña, xvii, 30 a
Tarrasa, 18,49,58,62,66,146,271. Távara, xvii, 131, 209a 21 1,332,386.
40, 94, 195, 297, 363.
San Juan
del
Cachón, 241.
53.
Tavira, 367.
Tera: véase Santa Marta de
—
400
—
.
.
GKOGRAKICO Tigzirt, 85.
Valdesaz,
Tívoli, 231
Valdevimen,
Toledo,
XXI, 6,
8 a
14,
2('),
78, 97,
106,
ii5,
116,
i5o,
163,
184,
196,
201,
233,
271,
314.
319,
357, 359, 369.
i
17.
108.
Valdueza: véase San Clemente de \'almuza, 178. Valpuesta, 140. Valladolid, 201
,
206.
Tolosa, 36. Tólox, 4.
Velio: véase Villardeveyo.
Torcello, 85.
Venecia, 157. Verona, 348.
Venasque,
Tordesillas, 12.
Toro,
122.
Vich, 43 a 47. Vida, 52.
lio, 189 a 191
Tournus,
18,
222.
Tours, 230.
Vienne, 222.
Trevélez, 365.
Vilanova,
xvii,
94,
183,
Tuñón,
Udalla, 36.
Villamoros, 260, 288. Villardeveyo, xvii, 82. Villarm ún, xvii, 146, 207,
Uppenna,
Villaverde, 368.
345.
Urgel, 35
Urgub,
Úxama, Vaisón,
178.
Vime, 107. Wroxeter, i55. Zamora, 11, 77,
175. 178.
221.
Valdabasta, 162, 207. Valdalcón, 208.
Va Id ed ios,
xvii, 22,
106,
107. 116. 120,
Í39. 373-
Zaragoza, 29 a 76 a 81, 83 a 85,
89,98, loi, 154, 157, 276, 333. 371.
401 5i
261, 262.
Vimaranes, 330, 331.
1.
18,
25o
Villacete, 108.
i85.
Turín, 325.
Úbeda,
189,
a 252.
Tréveris, 223.
Zraia, 230.
Zubia, 369.
31, 76, 157. 302, 370.
REGISTRO DE ALGUNAS VOCES DE ARQUITECTURA
ADARAJAS.
Dentellones que se forman en
de un muro, para su trabazón
AJIMEZ. sías,
proseguirlo.
Saledizo ante una ventana,
como
balcón cerrado con celu-
para asomarse las mujeres sin ser vistas. La acepción moderna de
ventana gemela
carece de autoridad: véase pág.
ALBANEGAS.
Enjutas de arco; o sea
a cada lado entre su rosca v
ALFÉIZAR. tro,
al
interrupción lateral
la
el
recuadro o
Recodo que
el
13,
hueco
nota
trianf^ular
véase pág.
alfiz:
4.
13,
que media
nota
2.
forma en torno de un vano hacia aden-
se
para encajar las maderas.
ALFIZ. capricho
le
Recuadro decorativo de arco morisco. Modernamente y
a
llaman arrabaa.
ARISTA. Intersección saliente de dos cóncavas. Bóveda de aristas normal es la cañones perpendiculares
ARQUIVOLTA.
superficies,
que pueden
ser
simple intersección de dos
e iguales.
Rosca de arco, o sea su parte curva, hecha con
piezas cortadas en dirección radial generalmente. Escribir archivulta es
purismo inadmisible
ya;
mas pronunciar
ARRABAA. Véase alfiz. ATAURIQUE. Ornamentación BAIDA.
la
ch no tiene atadero.
morisca de tipo
Bóveda cupuliforme o de casquete
gonal, generalmente
cuadrada.
Su desarrollo
vejetal.
esférico sobre base politotal
es
como pechinas
prolongadas por arriba hasta cerrar en curva continua. Su sección diagonal da
un semicírculo;
BAQUETÓN. BOCEL.
CANON. bién
su
línea
las
normales, arcos escazanos.
Moldura como bocel pequeño.
Moldura convexa semicilíndrica. Bóveda semicilíndrica, generalmente; mas puede
ser
generatriz apuntada, elíptica, escazana, peraltada
herradura.
—
4'"'3
—
tamo de
VOCKS DE
CAPIALZAR.
Desarrollar un arco o bóveda con oblicuidad progre-
siva, siendo horizontales
bóveda de
y paralelos sus arranques. La
tas capialzada tiene su clave central
más
alta
que
los arcos
aris-
formeros, y
su sección diagonal da un semicírculo o un arco apuntado.
CIMACIO. sobre
el
medieval
suelto,
como abaco de gran
desarrollo,
que va
con aumento del plano superior de apoyo. Es elemento
capitel,
casi constante y típico.
CINTA. la
Miembro
Hilada angosta y con ancho
que distribuye en zonas
fijo,
organización general de una obra.
COBIJA.
Pieza monolítica, generalmente llana, con que se cubre un
vano. Aplícase a los tableros que, volando entre modillones, constituyen el
ala de
un
tejado.
DERRAME,
muro en
Corte oblicuo del
aumentando su capacidad de una haz y con desarrollo mínimo a
la
a otra, o
un vano,
periferia de
la
promediado hacia ambas
mitad de su grosor. Así,
las
ventanas aboci-
nadas y saeteras.
DESCANTILAR. longitudinal oblicuo:
DESPEZAR. de
la
Robar su
arista a
como chaflanar.
Cortar
el
material de conformidad con
obra; sobre todo en los arcos su
DOBLAR. blado
menos
es
el
Reforzar un
que
una esquina, mediante un corte
despiezo
miembro con
lleva sotopuesta
la
estructura
es esencial.
otro equivalente.
Arco do-
una segunda rosca, concéntrica y de
grosor.
ENJALBEGAR.
Blanquear una pared, con lechada de
cal general-
mente.
ENJARJAR.
ENTREGAR.
Organizar un arco o bóveda con
jamba recortada como
ESCAZANO, de
él
muro un miembro saliente, dotado de en obra como tizón. Columna entrega
Incorpiorar al
masa complementaria que entra es la
jarjas.
tal
columna parcialmente.
Arco de menos desarrollo que
el
semicírculo,
al tercio
generalmente: también, escazarí y escarzano.
ESCOTA.
Moldura cóncava semicilíndrica, o de más desarrollo aún.
Decir escocia es italianismo.
ESPEJO.
como acera, y
Piedra colocada en un se aplica
generalmente
—
404
muro presentando a
su cara mayor,
mamposterías de poco
—
tizón.
ARQUITKCTIJK
ESQUIFADA. muros de apoyo;
Bóveda de cascus
\
llanos,
que avanzan en
formando rincones o
se ¡ntersectan
sus secciones normales son semicírculos. Llamarla
octógono regular, cuádrale
ESTRIBOS. bóvedas; como fenecí
el
FORMERO.
su extremidad
o contrafuerte, en cierto modo.
Arco pegado
al
muro, preparando
nacimiento o
el
es galicismo.
Casco cóncavo, rematado en redondo, generalmente, por
más ancha. Moldura de curva compuesta, por arriba cóncava y luego
GORJA.
convexa: también,
papo de paloma.
HERRADURA.
Arco desarrollado en más del semicírculo, exce-
diendo generalmente su flecha o altura en un tercio o en es
base un
muros para contrarresto de arcos
arranque de una bóveda; como forma. Decir formalete
GALLÓN.
los
bóveda en rincón
mas cuando tiene por lombarda. cúpula nombre de
Pilares adheridos a los
con
aristas entrantes, y
es galicismo deshonrible;
de claustro
y
linea
la
mitad del radio:
nombre moderno.
HOMBROS.
Parte inferior de arco o bóveda, que. no
empujando
contra los muros, se despieza libremente, ya incorporada a ellos ya maci-
zado su trasdós para refuerzo.
HUESO
Disposición de los sillares, asentados en contacto unos
(A).-
con otros, sin cuñas ni tendeles.
ICONOSTASIS. orientales,
Cerramiento ante
que atraviesa
la
el
coro y altar, en
las
iglesias
nave principal, formando arquería sobre co-
lumnas, generalmente.
IMPOSTAS.
Miembros
horizontales, salientes y
común, sobre que arranca un arco
INTRADÓS.
o
JARJA.
lo
o bóveda.
La cara o superficie
JARJAMENTO
moldurados por
interior y
cóncava del arco.
Porción inferior u
hombro de un
arco
o bóveda, que se erige sin cimbra y a hiladas horizontales, rematando en corte oblicuo para salmer de
JEMESÍA
o
XEMESÍA.
primera dovela.
la
Enrejado de piedra,
ladrillos, yeso o
dera, para dar luz y ventilación, sin registro desde afuera:
LISTÓN.
Moldura cuadrada de poca
MECHINALES.
como
ma-
celosía.
saliente.
Agujeros que resultan en una pared, por ocuparse
durante su construcción con
las
agujas del andamio.
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4o5
—
VOCES DE
MEDIO PUNTO. así
por
ir
que
se
arco. Se llamó
su punto o centro a mitad del ancho. Por analogía, tercio
de dos centros dispuestos
es el arco el
Curva semicircular, tratándose de
al tercio
de su ancho; cuarto punto,
punto
organiza sobre cuatro divisiones, y todo
centros en los arranques. Parece que los tratadistas
dado buena cuenta de
MOCHETA. miembro
esta
pu nto
nomenclatura, propia de
el
que
tiene sus
modernos no
los
se
han
maestros ogivales.
Listón cuadrado con que remata horizontalmente un
o paramento.
MODILLÓN.
Miembro voladizo sobre que extremos de un dintel: como can
alero, o bien los
NÁCELA. un cuarto'de
Moldura cóncava, que arranca
asienta
una cornisa o
y canecillo.
vertical y suele desarrollar
cilindro.
PARTELUZ.
Pilar medial de
un vano; como alaros en
lo
morisco.
Saledizo en forma de triángulo esférico, dispuesto en un
PECHINA.
rincón para apeo de cúpula o anillo.
PERALTE.
Porción vertical sobre que se desarrolla
la
curvatura de
un arco o bóveda, partiendo de sus impostas.
PÉRGULA. de que pendía
Trabe o madero horizontal, y
el
velo ante
el altar
de
a veces sobre columnas,
las basílicas,
atravesando su nave
mayor.
PERPIAÑO. a otra en
Miembro
un muro, ya
PLANCHA.
el
el sillar
que va de una haz
arco que atraviesa perpendicularmente una nave.
Dintel de
PUDINGA.
travesano: ya sea
madera que
cierra
un vano.
Piedra formada por un conglomerado de cantos
dos, según imitan nuestros
RAMPANTE.
mármoles
menu-
artificiales.
como el arco y la bóveda que nivel. También llamaban así a lo
Construcción en declive,
tienen sus impostas oblicuas o a distinto
capialzado de una bóveda.
RASTRA.
Madero que
se asienta a lo largo del
muro, para trabazón
o apoyo de techo.
REPISA.
Miembro voladizo sobre que carga un
arco o pilar: antes,
represa.
RESPONSIÓN.
Pilar dispuesto a
modo
de columna, o sea pilastra,
y guardando correspondencia con una columna. ROSCA. Arquivolta o dovelaje de arco.
—
406
—
ARQUITECTURA
SALMERES.
Piezas en
¿irranque del arco, una a cada lado, ya
el
rematando simplemente sus jambas o postas, para recibir
SARPANKL
encima
las dovelas.
CARPANEL.
o
o dispuestas sobre las im-
jarjas,
Arco rebajado
elíptico:
del
francés
anse de panier.
TABICA.
Tablero que cierra
dós miembros salientes,
TAPIA.
como
vertical u
metopa
la
Obra de argamasa o
oblicuamente
el
huec<j entre-
clásica.
tierra apisonada,
que fragua dentro de
una horma, formada con tableros y agujas movedizos. Su tamaño, de dos varas de largo y una de alto, valía por medida superficial.
TEJAROZ. TIZÓN.
Alero de tejado o guardapolvo.
Pieza alargada que entra en obra puesta de cabe/a, que-
dando ocultas dentro
del
muro
sus caras mayores.
TOBA. Piedra caliza estalactítica, muy esponjosa. TRASDÓS. Superficie exterior convexa de un arco trapuesta al
intradós. Llamarla extradós
TROMPA.
es
o b('>veda, con-
barbarismo insigne.
Arco o elemento de bóveda que, cabalgando en un rincón
diagonalmente, contribuye en equivalencia de
la
al sostén
de ciertas bóvedas o de un ochavo,
pechina.
VERDUGO. Cinta ZAPATA. Especie
saliente,
como baquetón.
de cimacio, alargado y sobresaliendo por dos
frentes opuestos.
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