Iglesias mozárabes : arte español de los siglos IX a XI (1919) - tomo 1

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IGLESIAS MOZÁRABES


ESTABI,ECIMIENTO

:

OHテ:ICO

:

THOMAS

:

BARCELONA


JUNTA PARA AMPLIACIÓN E

ESTl'DIOS

Dlí

INVESTIGACIUNES CIENTÍFICAS

IGLESIAS

MOZÁRABES

ARTE ESPAÑOL DE LOS SIGLOS

IX

A

XI

POR

M.

GÓMEZ-MORENO

CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS

MADRID 1919

\iíQ*^\

31-

S-.



general

índice PREÁMBULO: pág. ix. ANDALUCÍA: pág.

I.

i.

Lo mozárabe y

mudejar o morisco; su

lo

concepto, límites y caracteres. Factores orgánicos bajo pág.

Libertad religiosa, culto, iglesias,

2.

bajo almorávides y almohades, p.

p.

Crisis del siglo IX. Otra

3.

Destrucción general de

4.

Bizantinismo andaluz. Indicios de arte mozárabe, doba. Inscripciones, códices, la

Biblia hispalense, p.

TOLEDO. Su

II.

etc.

S.

comparación con

Comba

la

Sta.

ARAGÓN.

Peña,

p. 30.

7.

Zacarías de Cór-

Arquitectura decorativa

arte bajo los godos, p. 9. Rebeliones e

mozárabes. Restos de

III.

Paleografía, p.

p. 6.

iglesias, p. 5.

8.

Inscripciones mozárabes, p.

cia, p. 10.

conquista árabe,

la

Ginés, p.

12.

11.

Sta.

independen-

Obras de arquitectura seudo-

María de Melque,

y otras iglesias, p.

18.

p. 31.

14.

Ruinas anejas,

Restos decorativos zaragozanos, p. 29. S.

Tradiciones históricas,

p.

Descripción,

Su

p. 25.

Juan de

p. 33.

Obras

del siglo XI, p. 39.

CATALUÑA.

IV.

Influencias mozárabes, p. 41. Colonizadores, p. 42.

Influjo científico. Gerberto, p. 44. Relaciones políticas, p. 45. Indicios ar-

queológicos, p. 46. Arte románico catalán, p. 47. Arto carolingio: S.

de las Puellas, des-Prés,

p. 48.

Iglesias de

Tarrasa,

Influjo francés, p. 52. Corriente meridional: S. S.

Quirce de Pedret,

de Buada

pág. 71

,

.

p. 59. Sta.

en

el

siglo X, p. 5i

Miguel de 01érdula,p.

María de Marquet,

p. 63. S.

53.

Julián

p. 67.

ASTURIAS.

V.

p. 49.

p. 5o. Restos bizantinos. Corrientes artísticas

Pedro

La de Germigny-

Carácter de su monarquía. Orientación francesa,

Arquitectura carolingia,

p. 72.

Arquitectura prerrománica o rami-

rense, p. 73. Ingerencias mozárabes, p. 74. S.

(Boides), p. 76. Alfonso

III

Salvador de Valdediós

fautor de ella, p. 77. Decoraciones de tipo cor-


GENERAL

ÍNDICE dobés,p.78.

S.

Miguel deVillardeveyo,p.82.S.AndrésdeBedriñana,

Lena: su

pág. 83. Sta. Cristina de

Priesca y tos en S.

Pedro de Nora, p. 86. S. Martin de Salas, Laspra y S. Miguel de Barcena, p. 90.

S.

Res-

p. 88.

GALICIA. Pobreza monumental. Monjes mozárabes en Sames,

pág. 93. S. Pedro de

Camba,

Rocas,

ciudad autónoma,

p.

97.

Reliquias de mozarabismo. S.

LEÓN.

VIII.

239 a ibi.

Fructuoso de Montelios y

Concordancias decorativas. Coimbra,

Colonizaciones.

98.

p.

las págs.

Iglesias godas: S.

Balsemón.

Pedro de

Restos en S. Miguel de Eiré y S. Juan

p. 94.

Véanse adelante

p. 95.

PORTUGAL.

VII. S.

Salvador de

Martín de

VI.

de

iconostasis, p. 84. S.

Mozárabes y moros,

Pedro de Lourosa:

su fecha,

Corriente asturiana: Cripta de Palencia,

99.

100.

p.

p.

p.

io5.

Fun-

daciones monásticas. Pobladores mozárabes. Reedificación de Zamora,

Nombres

pág. 106. Monasterios, p. 107.

arabizados. Jerarquía de las perso-

nas, p. 108. Sistemas onomásticos, p. 110. Procedencia y estirpe. Indicios

mozárabes,

Nombres

p. 116. Siervos, p. 119.

geográficos árabes, p. 120.

Palabras árabes en documentos latinos, p. 121. Códices mozárabes, p. 130.

Organización social leonesa, de

pecto

Castilla,

p.

137.

Repoblación,

p. 132.

Administración

p. 135.

local,

p.

Diferencias res-

Conclusiones

138.

generales, p. 139. Carácter de los monasterios leoneses, p. 140. S.

de Escalada,

141.

p.

Su

Restos en Valdabasta.

Boñar,

Adriano de Boñar,

S.

S.

pág.

172.

Problema de

oriental, p. 182. S.

Toro

Gino deshecho.

Juan de Rivadelago,

167.

en

pórtico, p. 164. Decoraciones accesorias, p. i58.

p. i65. El arquitecto

pág.

Miguel

170.

de Hornija,

y Morales, p. 189. Sta.

p.

162.

S.

Salvador de

Martín de Castañeda,

S.

ábsides opuestos, p.

los

Román

p.

S.

p. i85.

Cebrián de Mazóte, 176.

Capiteles de tipo

Fragmentos decorativos

María de Bamba,

p.

193. El

obispo

Sahagún, p. 202. Su consagración, pág. 204. Restos en S. Pedro de Dueñas. S. Pedro de Eslonza, p. 206. Restos en Valdalcón, Mellanzos, Rueda, Sandoval y Mansilla,

Frunimio,

p. 195.

Descripción, p. 196.

pág. 208. S. Salvador de

Távara.

Moreruela. Restos en Ayoo,

El códice tavarense, p. 209. Restos en

p. 211.

S.

Pedro de Montes,

p. 212.

santos Fructuoso y Valerio. El obispo Genadio, p. 213. Ermita de

Cruz,

p. 21G. S.

pág. 218.

Clemente de Valdueza.

Santiago de Pe alba,

p. 224. El

VI

Sto.

Tomás

la

Los

Santa

de las Ollas,

obispo Salomón,

p. 12b.

Des-


GENERAL

ÍNDICE cripción, p. 227. Epigrafía, p. 237.

Miguel de Celanova. Descripción,

p. 24(3.

Memuria de consagración,

El obispo i^udesindo y FYoila su

Sla.

Maria de Vilanova,

Palaz de Rey, en León. La devota Geloira, de León,

Villarmún. Supervivencias mozárabes,

CASTILLA.

IX.

pág. 263. Población

de Santillana,

de Le be ña,

Román de

la

p. 265.

p.

282. S.

p. 2(09.

Baudel de Berlanga,

p. 288.

p. 323.

p. 309.

PRESEAS ECLESIÁSTICAS.

X.

p. 325.

Castilla central,

María

p.

San

287. S. .Millán

Falsificaciones, p. 291.

Suso,

Su amplia-

p. 296.

Sus pinturas,

p. 317.

Culto externo. Inventarios ecle-

Las imágenes. Fase anti-icónica española,

Su remoción bajo Fernando

Claudio,

la

Descripción, p. 270.

Juan de Socueva,

Indicios de mozarabismo, p. 292. La iglesia de

siásticos, p. 321. El altar, p. 322.

Museo

p. 261.

Cogolla. El presbítero Emiliano,

ción, p. 306. S.

el

La casta de caballeros. Las Asturias

p. 264.

conde Alfonso,

p.

p. 239,

Salvador de

Rioja y Soria. El galicanismo, p. 266. Sta.

267. El

de Moroso,

S.

San

260. Sta. María de

p.

División en regiones. Carácter de

mozárabe,

hermano,

Restos en

p. 263.

San Martín de Villamoros,

267.

p.

p. 25o.

p. 238.

I,

p. 324.

Inventarios inéditos,

p. 32G.

Indicios históricos: Teodulfo,

Servicio de altar: cruces,

capsas; díptacos; coronas, p. 328: lucernas; candelabros, ciriales

p. 327;

y candeleros, p. 329; cálices: aquamaniles; turíbulos o incensarios, p. 330; signos y campanas, p. 331; cátedras; analogios; velos principales, páíeos, p. 332; alhaiaras o alhagaras; acitaras o citharas; frontales, p. 334; pallas.

Ropas sacerdotales, u orarios,

p. 335; casullas,

p. 336: balteos o cíngulos;

dalmáticas, túnicas, albas, orales

capas y mantos,

p. 337.

Servicio de

mesa:

manteles, sábanas y facitergia o fazalelias, p. 338. Vajilla: infer-

turias:

missorios o mensorios, p. 339; culiares o cocleares; truliones o

trullos;

cifo;

salares, sulcieras y pigmentarios; taregos: tágaras; fixorios

tenaces; scalas, p. 340; copos; fíalas o pataras; coppas; ferratellas; calderas;

moiolos; cúcuma.

Vasos irakés,

p. 341;

concas, arrotomas o redomas,

Concos y aquamaniles. Vasijas de cocina. Luminarias. Lechos. Ropa de cama, navatellas, palmares, portellas, kana.

p. 343; culcitras

Alcalla; soparías, p. 342.

o cozedras, plumazos, tapetes, gálnapes o génabes,

almuzallas, sábanas, allihafes o alifafes. Librerías

p.

344;

eclesiásticas: su

carácter y valía, p. 345. Libros eclesiásticos, p. 346; antiphonarium, ora-

tionum,

p. 348;

comicum, manuale

v passionum.

vu

psalmorum

o psalterium,


ÍNDICE ordinum, horarum, precum,

MUSEO MOZÁRABE.

dices, de

p. 349;

p. 355.

los siglos

sermonum. Libros

Opúsculos poéticos. Renovación de

espirituales, p. 35o.

XL

GENERAL divinos. Libros

las librerías, p. 352.

Có-

Mueblaje eclesiástico subsistente.

Escrituras uncial v cursiva; escritura minúscula. Códices

VI

y IX. p. 356. Literatura del siglo X: fase arabizada;

11

códices conservados,

p. 357: serie

andaluza, su valor artístico,

p. 368; serie

toledana, p. 369; serie leonesa, p. 360; serie castellana, sus pinturas, p. 3614

Florencio y Magio. Códices del siglo XI, p. 362. Escritura árabe: cifras

numerales, criptografía; glosas castellanas; notación musical, riales.

Inscripciones,

p. 364: serie andaluza, p. 365.

p. 363;

Piedra,

mate-

p.

369;

escasez de ejemplares mozárabes; pila de León; restos en Oviedo, p. 370.

Marfil:

serie de

Fernando

I,

cruz en

p. 371;

el

Louvre,

p. 372; ara

de

la

Cogolla, p. 373: caja de Davillier. p. 374; piezas de ajedrez. Cristal, p. 376;

redoma en Astorga; en Astorga,

piezas de ajedrez en

p. 377: otra

en Montes.

la

Oro y

Cogolla, p. 376.

Madera:

plata, p. 378; cruces de Oviedo;

San Isidro de

caja de Astorga, p. 379: caja de las Ágatas, p. 380; caja de

León: copa de Braga, p. 384;

p. 382; cáliz

campana de Córdoba,

Madrid; aguamanil

p. 392:

p. 386;

p. 389;

Plano de

la

campana de León,

lámparas de Elvira,

candelero de Elvira,

baros; aguamaniles y concos, p.

mento de Montes,

de Silos. Bronces: cruz de Peñalba, p. 386; candil

de

del Louvre. p. 387: las obras salomónicas, p. 388; lám-

paras de tipo copto,

de Elvira,

cajas

p. 396;

p.

390;

corona de luces

p. 393; dije crucifero;

bronces bár-

Tejidos: velo de Gormaz; frag-

394.

sudario de León, p. 396.

España septentrional, con

ñen a arqueología cristiana, y especialmente a

lo

las

localidades que ata-

mozárabe.

Registro de nombres geográficos, pág. 397. Registro de algunas voces de arquitectura, pág. 403. Serie de láminas numeradas, de

I

a

CLl, que comprenden 199 repre-

sentaciones fotográficas, con su índice alfabético

al frente.


PREÁMBULO DUDOSO

que

parecer¿\

tenido. Q)uizá

el titulo

de este libro responda bien de su con-

peque por exceso, dando cabida, bajo

título

mo-

de

zarabismo, a iglesias que no son tales sino en concepto de arte, y quizá peque también por defecto,

que

al tratarse

una porción de cuestiones

Lo primero

sólo indirectamente atañen a los edificios.

se

razona por

fuerza de hechos, que asignan a lo mozárabe un área de influjos

de

lo

que

se

pensaba;

lo

segundo, por necesidades de organización en

teria histórica resbaladiza

Por consecuencia, recelos, hijos de

mayor

ma-

y apenas autorizada.

este libro

ha ido formándose con lentitud y entre

una desconfianza prudente, dando lugar

a estudios

com-

plementarios, que los unos representan aquí valor negativo tan sólo, no

habiendo servido ahora sino para excluir, para callar extraño o mal conducido, y en cambio

la

que de antemano

que resultaba

investigación llevó en otros casos

a establecer derivaciones y puntos de mira imprevistos y las hipótesis

lo

se acariciaran.

Con

menor

aun contrarios

a

todo, este libro no es

violencia posible, pero

más que un fragmento, arrancado con

la

también con descuaje hoy día temerario,

a la gran cantera de nuestro arte

godo, cordobés, prerrománico y morisco, sin estudiar dignamente aún, y por consecuencia los valores cotizados aquí no tendrán sanción de público sino

el

día en

que toda

esta nuestra historia

monumental propia

divulgada. Temores caben aún de haber empezado por

lo

más

sea bien

ditícil,

y de

traer desconcierto, dudas, repulsas en el aprecio de tal o cual edificio, de tal

o cual parte;

contrario, puesto

mas

ello,

que

al

viniendo de buena

ñn

resultaría

definitiva de crítica. Por otra parte, se IX

fe,

no acarreará daño, sino

al

una orientación más consciente y ha procurado plantear el problema


PREÁMBULO en su integridad, sin malicia y poniendo

al

alcance de todos

máximo

el

caudal de información directa posible, dentro de nuestros medios.

Ahora

bien,

lo

que

si

revela este libro bajo su titulo es

índole

la

Son materiales y nada más; pero dispuestos para ajustarse definitivamente en obra de sínmonográfica, analítica de su concepción y desarrollo.

tesis, lo

que hubiera resultado

fácil,

lograrlo entrara en nuestro plan.

si

Las hipótesis formuladas parecen convidar a bilidad de engaño queda válida, y en

sus materiales perderían

mucho

uno

antes, presentándolos

a

ello: sin

tal caso,

yendo

uno con su verdad propia; que

riesgo de instabilidad, y constituvendo artístico. Así,

mas como

hoy por hoy,

a tierra el edificio,

de su valor. Resulta preferible asegurarse

que luego su ajuste sea obra de conciencia

analice, y

embargo, una posi-

el

el

colectiva, con

monumento

queda

edificio

sin

su provecto existe, será bueno quitar

la crítica los

menos

de nuestro pasado

hacer deliberadamente;

al lector el

cuidado de

irlo

rastreando a través de estas páginas, y enseñárselo aquí, en confidencia, sin

responder de su bondad, pareciese

mucho

e

invitándole a retocarlo o a presentar otro.

si

si

edificio para los materiales aquí allegados, bastará recor-

dar que ellos son una parte no más de

más

Y

difícilmente aprehensible;

la

totalidad recogida, pero parte la

resto irá saliendo por

el

el

mismo camino,

ocasión, fuerzas y sobre todo entusiasmo no se apuran.

Aparte

menos

las

cuestiones técnicas,

de mirarse

al

al irse

fraguando

este libro

no ha podido

rededor, en historias y pergaminos de aquellos siglos,

en valores sociales, en datos de geografía, en indicios arqueológicos y hasta de observación folkloresca. Merced a ello han ido poco a poco ensanchán-

dose horizontes y surgiendo inesperadamente un concierto de ideas, con la

explicación de problemas difíciles y enredosos, y con una perspectiva

más

clara de siglos

que nuestras

historias,

ofrecen descarnados y sin alma. Por

lo

en programa, que ha ido saliendo bajo

la

literariamente compuestas,

mismo que nada de mera presión de

acumulados, parece legítimo asignar un cierto valor a investigación histórica, vislumbrado a

compás de

los

ello

entraba

los

testimonios

este

proceso de

problemas de

arte,

que con su objetividad permanente y segura, son buena guía para orientarnos.

como

Cumple ahora

es, trajese fértil

desear que

la

totalidad de esta labor,

aun seca y árida

enseñanza para lectores avisados, poniéndolos en con-

diciones de acercar a

si

aquellas lejanías anteriores al milenario, donde


PRKAMIiULO parecen acusarse notas

muy

fuertes de nuestro ^enio propio,

desconciertan y enredan bajo presiones extrañas, haciendo difícil

que luego

se

mucho más

su reconocimiento y estudio en períodos sucesivos. Sería justo que,

no hablándose más entre nosotros de

medievales, viésemos allá

las tinieblas

hombres y cosas de que no nos separan misterios sino las complicaciones ulteriores, y que para comprenderlos basta observar sustratos sociales aun vivos en los senos de nuestra enrevesada geografía. La vida del siglo

Córdoba no podremos saborearla; pero

si

la

que

X

en

se llevó entre cristianos

y sobre todo en las montañas, porque allá giró dentro de lo vulgar, que no tiene historia.

Por una parte, conocemos con su apogeo bajo en Alháquem

11:

el

Califato y

las historias

el

proceso del arte y cultura andaluzas,

una dirección personal

muy

árabes dieron materia para verlo

mente, aun antes de estudiar sus reliquias. Respecto de tiana,

un tópico

bien definida

lo rige todo: es la

lucha contra

el

moro,

la

la

España

justifica.

suelo,

los

muy

á

realidad no siempre

la

Se quiere presentar un pueblo español reconquistando

cuando de hecho su pérdida

cris-

epopeya de

siete siglos, eje y razón final para una simplificación histórica,

gusto de nuestros estímulos pasionales, pero que

clara-

así

el

perdido

fué solamente para los godos fugitivos

nosy para su gobierno; además, el concepto de unidad nacional, entre otros a lo menos, aparece de antiguo como una simple fórmula de servi-

dumbre y

explotación. Nuestra unidad fué impuesta una y otra vez, bajo

romanos, bajo godos y bajo árabes, para regular El

las

operaciones del

pueblo español quizá no tuvo concepto nacional hasta

modernos, v ciertamente que no

le

los

fisco.

tiempos

tiene aún cumplido. Una España como

ideal colectivo, siquiera en deseo, tal vez

no existió nunca; pues a través

de opresores y gobernantes que forjaron su historia política y sus linderos, percibimos siempre de región en región al demos rebelde y esquivo,

desorganizado, pero siguiendo firme su camino, quizá sin variación desde los

tiempos más remotos, y según

los

rumbos que

su genio de raza

le

impone. Entre

las

gentes del norte peninsular parecen ser

más razonables

astures, de estirpe céltica probablemente. Ellos acogieron a los godos tivos, evitándoles

rias sin

someterse a

los árabes,

y así principió

el

los

fugi-

reino de Astu-

majestad ni pretensiones conquistadoras. Cántabros y gallegos se


PREÁMBULO les

agregaron: pero hacia oriente

tera definitiva.

vascones determinaron fron-

los feroces

mantenido una

otros godos, tras de haber

En Cataluña,

sombra de reino con Aquila y Ardo, buscaron apoyo en Francia, y sometidos a ella impusiéronse de nuevo sobre el pueblo indígena. Después, las primeras guerras fueron para

dejando yermas sus respectivas

aislarse,

compensación

fronteras meridionales; y en

el

tomasen arraigo, y que un

instituciones bárbaras

que

influjo carolingio hizo

arte de tipo

europeo

gallardease en Oviedo y Barcelona, sin acordarse casi para nada de Toledo ni

de Córdoba.

Luego,

la

segunda mitad de aquel

cambio de orientación sobre

la

Península

soberanía cordobesa iba perdiendo efectividad

la

:

IX determinó en Asturias un

siglo

Mérida, Coimbra, Badajoz, Toledo, Zaragoza,

;

etc. se

simpatizaban con

regían por cuenta propia, y estos focos rebeldes

los

moda guerrear contra el igual rumbo con algún éxito.

principados cristianos libres del norte. Púsose de

emir de Córdoba, y

los

asturianos siguieron

quedaba establecido; Asturias seguía

El contacto

sular, y las torpezas del

León, Astorga y

allá arriba.

ello era atraer al

encaminaban castillos, la

naciendo

En

a Oviedo, y

Bierzo se repoblaron; pero adivinando que

el

también

fortificar los pasos

que desde

allí

se organizó militarmente, a base de

zona fronteriza oriental, por donde

los

cordobeses llegaban,

así Castilla.

tal

grado parecía eficaz

nimo Albeldense

el

poder contra

asalto al

favor de Alfonso

-en

profecía favoreciese a

como soberano

Omar,

en toda

y había de cumplirse

los árabes,

que em-

restauración del reino godo. Así lo auguraba

la

la

la

el

muy

anó-

verosímil que idéntica

hijo de Hafsón, para

Andalucía

el

Magno; quizá tamby&ji alentaba

el

Benicasi, reyes de Zaragoza, y es

ello a los

Omeya

gran movimiento penin-

traducíanse en auge y ansias de progreso

enemigo, cuidóse de

pezó a profetizarse

el

Omeya

el

alta.

imponerse de golpe

El año 884, en que

Omar

se alzó

profecía de Albeldense, fué realmente crítico; y

de Córdoba no

lo

ron impunes y señores por

perdió todo, a

lo

más de cuarenta

jación de los fundamentos sociales tenía

si

menos sus enemigos queda-

años. Tal desgobierno y rela-

que desatar odios

e injusticias; es

natural que los cristianos sometidos, los mozárabes, padecieran; se les desterraría el

alma de

como la

peligrosos, a veces; en ciertas regiones,

guerra

civil, les

tocaron en XII

el

donde

ellos

fueron

día de la pacificación repre-


PREÁMBULO salías inexorables,

determinando su fuga

a pais cristiano

fuese posible; una clase especial, los hijos de renegados

no tenían otro remedio que la

que

es verosímil

los

ello

que cristianizaran,

éste para salvar su vida, y en

aun

rebelión no cuajase

siempre que

comarcas donde

españoles significaran su

protesta emigrando.

A por

este

comarcas que con

las

León y

momento responde

Castilla.

Alfonso

inmigratoria, proveer a intereses

que

la

el

gran expansión territorial de Asturias,

tiempo llegaron a ser reinos de Portugal,

Magno tuvu

el la

la

el

mérito de encauzar

la

corriente

seguridad del país y legislar de acuerdo con los

nueva sociedad demandaba para desarrollarse. Todo

organismo bárbaro de Asturias y Galicia quedó para aristocracia y la esclavitud cedieron ante

ella

invalidado;

un pueblo, que en León

el

la

se reveló

haciendo patria con su trabajo, y en Castilla ennobleciéndola, mediante su esfuerzo militar y

tomaron cuerpo

intrepidez con que

la

instituciones

las

mantuvo sus derechos. Entonces

que nos salvaron del feudalismo, nos

hicieron libres y democráticos, y prepararon

generosas que marcan

no

el

el

derroche de iniciativas

genio español, mientras los patrones de afuera

son impuestos.

le

Sin embargo,

España cristiana

la

modesta. Ofuscábala

el

del siglo

X

se nos ofrece

pobre y

imperio cordobés, tan espléndido y rico en su apo-

geo, imponiéndola cuanto era trasmisible en instituciones, administración,

mercaderías,

etc.

Recibió

ciertas clases sociales,

tal

documentación de entonces de

los

vez hasta su habla

produciendo

y válida entre gentes que si

bio

gran caudal de voces árabes que

la

la

lengua árabe pudo conservar categoría

al

XIV, cuando ya

de Argéntea,

la

olvidados ya del

transpirenaicos dieron de

un

enten-

X un escrito latino,

Omar

el

rey, en

latín.

los libros santos, puestos así al

Sólo en Cataluña los estímulos

cierto esplendor literario propio,

en parte sobre base igual, puesto que

cam-

cristianos insignes, ya tratados cien-

ya versiones de obras clásicas y de fieles,

este siglo

heroica hija de

sabemos que escribieron en árabe

alcance de los

casi nadie la

parecer ni siquiera eran mozárabes. Ade-

Andalucía solamente ha conservado de

las actas martiriales

tíficos,

culta entre

poquísimos escritos conservados. Toledo, con sus escrituras v sus

oficial entre cristianos hasta el siglo

más,

como lengua

arroja, y explicándose así la misera latinidad

monedas, patentizó luego cómo

día,

el

xni

allí

aunque

se tradujeron libros del árabe.


PREÁMBULO El arte cristiano del siglo bés,

completándose

la

X

semejanza en punto

musulmán no hubiera podido ella

de antiguo

el

parece asimismo una hijuela del cordo-

imaginería religiosa, que

lo

que igualmente fué ajeno

a

a la

inspirarle, ya

culto cristiano español. Pero, en general, revélase lo

zárabe del norte con un sello de inventiva que

le

mo-

presta siempre fisonomía

propia respecto de los tipos califales. Las iglesias de entonces en territorio cristiano son, pues,

por

el

un perfecto

influjo absorbente de la

España árabe, merced

meridionales, antaño sometidos a

propiamente mozárabe. lo

Y

ambiente

reflejo del

ella,

la

contacto con los

al

dándose lugar a un período histórico

no sorprenda

moro, puesto que, por una parte

determinado

social

rendimiento de

este

Europa

del siglo

X

lo cristiano a

no estaba en con-

diciones de trasmitir sino barbarie guerrera, y por otra, los Estados cristianos peninsulares, sin excepción, acabaron por acatar la soberanía del Califa, ya obedeciéndole, gal,

como hacían

los

condes de Cataluña y de Portu-

ya bajo pacto de clientela, con poca fidelidad guardado, siendo verosí-

mil que ciertas campañas guerreras contra

como

los cristianos, tratados

rebeldes, tuviesen carácter jurídico de incitaciones a

del vasallaje. Así se explica

y moras en

el

también

la

la

siempre

observancia

promiscuidad de tropas cristianas

ejército cordobés, y su intervención

mutua para

resolver

conflictos de soberanía.

En

el

siglo

XI

los valores se

mundial, una vez aniquilado

el

trocaron: España perdió su predominio

Califato; la presión

que

éste ejerciera

todos los órdenes sobre los principados cristianos relajóse, y un

cimiento general fué su consecuencia. En contrario y a

europeos reaccionaban favorablemente;

Italia

la

par

en

empobre-

los

Estados

avivó su arte a base de

bizantinismo, propagándolo hacia occidente y norte, y fué una Era nueva

de prosperidad y adelantos.

A España

llegó

relajándose desde entonces para esta región país cristiano, unificado bajo

siguió

la

misma

ya no es andaluz

el

el

rápidamente por Cataluña, vínculo nacional;

señorío de los hijos de Sancho

el resto el

de

Mayor,

tendencia: su arte, con rasgos pujantes de orientalismo, ni

mozárabe, pero

se ingerta

en cepa castiza y es nuestro,

como resultó antes nuestro el arte cordobés, aun tomada de Oriente asimismo su esencia. El mal vino a la postre cuando se rindió nuestra personalidad en aras de instituciones exóticas, uniformándonos a gusto de los

cluniacenses franceses y de los legados pontificios, desconcertados aquí

xiv


PREÁMBULO ante una sociedad sobre bases que

les

otra vez por acá las heces bárbaras, a (ines del sif^lo

IX

eran extrañas. Entonces fermentaron

que tan extrañamente habíamos raído

pero, en compensación,

;

nos de nuevo y con más fuer/a sobre

empeñándose

la

lucha entre

<^vi\n

andaluzas, que dio a

los

iiiílujos

el

espíritu de conquista llevó-

centros de vida musulmanes,

transpirenaicos y sugestiones

España medieval su complejidad, sus

la

mundo

concertantes, su transigencia de ideas, escándalo del

Según

el

equilibrio,

estos datos, el arte

echándonos contra Europa.

mozárabe puede circunscribirse

movimiento reorganizador

del siglo IX,

de Abderrahman

fortificó

II,

que

puras, convertidas para tas, a

con

la

fomentado por

el

a partir del

avance cultural

alma española dotándola de

el

ideas

vida práctica en ansia de gloria y de conquis-

base de un ideal justiciero puesto por encima de

la

a la

cuanto nos caracterizara mientras

lo oriental; es decir,

no volvió a romperse

por igual

musulmanes, su poesía enjundiosa, su razonar

entre cristianos y entre

europea y sentir a

antítesis des-

las leyes,

y termina

ruina del Califato, que fomentó un despotismo regional contra-

rio a los

imponiéndose

intereses morales de todos,

pero venida de afuera: por Francia en favor de

al

fin

cristianos,

los

Berbería con carácter de invasión entre musulmanes.

una reacción,

En aquel

y por

período,

entre 85o y 1030, se nacionalizó España, en cuanto era posible, y según ello es

de valor enorme su estudio.

Otro punto

es la realidad del arte

mozárabe;

es decir, su

existencia

dentro del periodo susodicho, su desarrollo entre mozárabes, y caracterizarse con suficiente individualismo para ser definido.

Los argumentos

directos y positivos que sobre ello tenemos van consignados en las páginas

siguientes; lo que falta es su contraprueba, o sea

la serie

de datos circun-

dantes, que nos llevarían a reconocer, por diferencia, que artístico

mozárabe no puede

ser,

el

contenido

en cuanto se nos alcanza, otra cosa ni de

otro tiempo.

Atribuirlo a período anterior, es decir, al godo, solamente era

sobre documentos, respecto de una iglesia,

Chindasvinto

;

las otras hipótesis

de Bamba, San Pedro de Rocas y consiguiente, a prior

i,

de Hornija, fundación de

formuladas en igual sentido, respecto la

Cogolla, carecían de

sólo habría razón en

la

lícito,

XV

tal

base, y por

un caso para envejecer nues-


PREÁMBULO Por

tras atribuciones.

excluyen de

el

hay

contrario,

edificios

por juzgárselos godos;

este trabajo

si

y restos de

que

ellos

se

con razón, será cosa de

verlo cuando de lo godo tratemos; baste ahora decir que sobre esta idea y contra el criterio por ñn adoptado intentamos un día resolver el problema,

cuando menos en Especialmente

el

parte, sin llegar a fiVmulas de clasificación aceptables.

esfuerzo ha sido grande respecto de San Pedro de

Reconquista: mas aun resuelto

es que,

Nave, la

tendríamos que dejarlo aparte, como

asi,

supervivencia extraña y sin conexiones con

Más de temer

la

cuadra mejor dentro del periodo de

edificio que, por su anticlasicismo,

lo

mozárabe reconocido.

como

sobre todo fuera de España, se defina

erróneo todo nuestro aparato de cronología, repitiendo

que a

lo

la

ligera

sentaron Marignan y Enlart, a saber, que en España no hay arte cristiano anterior

al

románico francés, o que

Aunque no

dad, salvo accidentes

acostumbrados

moderna

a

que

lo

algo hay carece de valor y notorie-

si

dejen de doler

las injusticias,

español se vilipendie, sobre

la

norma de nuestra

inferioridad; el patriotismo francés actúa de

donos; pero aun

es creíble

que

estamos

buena

a la larga se nos estudie

fe

juzgán-

y haga

justicia,

siquiera respecto de siglos lejanos.

Aparte prejuicios, en cuenta, sobre

este

punto

casi el

no

vista es legítimo y ha de tenerse

existe,

fijar la

edad de un

y sólo un criterio

edificio.

muv ampHo

valor que los datos documentales merezcan.

abundancia de

muy

experiencia de que ni documentos ni inscripciones

la

bastan en absoluto para

sobre

punto de

su coordinación

ellos,

y diferencias, con los

La evidencia en

hará

fe

caso actual,

la

e ilustrado

En

el

este

mutua y conformidad, por analogías

demás datos cronológicos admitidos, parecen dar

se-

guridades de acierto. Podrá dudarse en años más o menos, dentro del período;

un margen de error posible va descontado, y aun, apurando mucho,

quizá raras fechas de

abajo consignadas se garanticen absolutamente;

las

pero, traspasadas ciertas lindes artísticas y llegando cerca del siglo XII,

ya no cabe admitir de buena produjesen,

número de

ni

fe la

posibilidad de que nuestras iglesias se

todas ni aun siquiera una, teniendo para contrastarlo gran

otras románicas y moriscas imposibles de asociar con ellas.

Cierta severidad en

la

selección ha hecho que dejemos fuera,

como

obras godas o asturianas, porción de miembros decorativos y aun edificios relacionados con

el

ciclo

muzárabe; y que asimismo juzguemos aparte,

XVI


PREÁMBULO por moriscas, iglesias de Toledo, Salamanca, Segovia y Andalucía, aun en caso de abonar su mozarabismo algún dudoso epígrafe. Las obras románicas con inílujús árabes caracterlzanse

una

más

fácilmente, y

si

se

da cabida a

— Villarmún — es por vía de ilustración muy significativa sobre

el

caso.

aquí ahora registrados los datos documentales sobre cronología,

lie

tocantes a iglesias de tipo mozárabe: S.

Juan de

Peña:

la

edificación hacia 85o; ampliación y dedicación

hacia 928. S.

Valdediós

Salvador de

— Boides,

concordancia explícitamente

deTuy: fundación de Alfonso

declarada por Lucas

— Velio:

111;

consagrada en 893.

S.

Miguel de Villardeveyo

S.

Salvador de Távara: fundación de íines del siglo IX.

Sta.

Cruz de Montes: en

bajo Alfonso

III

(8G6-910).

905.

S.

Pedro de Lo u rosa: fecha de 912.

S.

Miguel de Escalada: por monjes cordobeses; consagración en 913;

restauración en 1126. S.

Cebrián de Mazóte: por monjes de igual procedencia; fundación

antes de 916. S.

Pedro de Montes: consagración en 919.

S.

Salvador de Priesca: consagración en 921.

S.

Martín de Castañeda: fundada por monjes cordobeses; consagra-

ción en 921 Sta.

María de

Bamba:

citada desde 928.

S.

Adriano de Boñar: consagración en 929.

S.

Miguel de Olérdula: fundación hacia 930: renovación y dedi-

cación en 991.

Sahagún — San Facundo:

fundación por monjes mozárabes; consa-

gración en 936. Sta.

María de Lebeña: fundación hacia 930.

Santiago de Penal ba: construcción de 931 a 937; consagración en S.

Miguel de Celanova y

S.

Salvador de León: entre 931 y gbi.

S.

Martín de Salas: renovación en 951.

S.

Salvador de Boñar: construida en 980.

S.

Millán de

la

Sta.

i

io5.

María de Vilanova: hacia 940.

Cogolla: dedicación en 984; restauración hacia 1030.

XVH


PREÁMBULO Estos datos de cronología, ceñidos a tan corto período y a un área geográfica relativamente pequeña, parece que habrían de responderá iglesias

uniformes o cuando menos dotadas de organización

fija,

como im-

puesta por un medio social consciente de sus necesidades v de sus gustos. Sin embargo,

la

repeticiones,

no hay tipos; cada

realidad es totalmente otra: no hay uniformidad, no hay

camino diverso

la

iglesia

de

busca por

las subsistentes

satisfacción del ideal cristiano, y este desconcierto no

marca de evolución progresiva, de selecciones y de perfeccionamiento. Como si cada artífice pugnase por acertar en cada obra, y lleva consigo

como siguiendo

su capricho, contra

la

ley de ideal colectivo a

que

la

arquitectura para ser fecunda obedece.

La comprobación de la depuraci(')n clásica

nacal es hijo

creó los órdenes griegos,

el estilo

cómo de

la

arte

XI

revela, desde este

un esfuerzo consciente hacia grandes empresas, y nuestro

aspecto,

moruno, en evolución mantenida,

tables sobre

es reflejo de las bases

que cada sociedad musulmana actúa. Frente

podemos conocerla, marchó

tectura goda, en cuanto natural, puesto

fi-

pobre organización asturiana tiene su

tipo de iglesias, pobre también; la Cataluña del siglo

mismo

la

románico, y cómo de catedral en catedral llegó a

Entre nosotros,

jarse el g()tico.

cómo disciplina mo-

esta ley nos llevaría lejos; baste recordar

que desconcertada

servia; luego, respecto del período

sin

también

se nos ofrece

inquebran-

a ello la arqui-

rumbo la

fijo,

y es

sociedad a que

mozárabe que estudiamos, puede ima-

ginarse fácilmente cuan dislocados hubieron de entrar los factores meridionales en

el

hoy día suelen Entonces la

la

solar de galaicos, astures y cántabros, entre quienes fallar,

como no

cultura andaluza

aun

asimiladas bien, las características latinas.

hubo de implantarse

allí,

como

suya, en colonias, monacales o aristocráticas, varias entre

bajo sí,

romanos

conforme

a su procedencia, y que, lejos de obtener la conquista espiritual del país,

fueron reabsorbidas por

la

rusticidad ambiente,

aunque dejando rodeadas

sus creaciones de justa admiración por peregrinas y singulares.

Ahora

bien,

si

que desarrollar un zar en un edificio

causas sociales malograron estilo el

propio;

fijar

quizá

modelo que para

sociedad española premilenaria;

mento digno de

si

en

si

la selección

los artífices

iglesias

no supieron

faltaron arrestos para erigir

xvni

cristali-

hubiera satisfecho a

arte los ideales de todo

de tipos sobre

el

un pueblo,

la

monula

base


PREÁMBULO técnica sobre que ello

pudo haberse

realizado, esa

si

existe y se revela en

de edificios aquí estudiados. Así pues, hoy, que tan locos andamos

la serie

sin ideal y sin

planteó,

rumbo, pudiéramos completar aún

mirando hacia nuestros fondos con

Los caracteres de

se las

se

espíritu de laboriosa jactancia.

la

evolucitm musulmana, de que

aprehendieron formas típicas en una

se

también y antes

obra que entonces

este arte nacional cristiano arraigan en lo visigodo y

guardan paralelismo, según va dicho, con evidentemente

la

fase postrera,

modo que una

incorporó asturianas; de

como

tendencia

de unificación parece animarle, con progresivo y hábil enriquecimiento. Así resulta que su arco típico,

de herradura, pasó de

el

mayor amplitud de

nes godas a fijarse con

las oscilacio-

rosca, descentramiento del

acusando su intradós algo de conca-

trasdós, alfiz y dovelaje subrradial,

jambas y columnas son monolíticas o poco menos; hay arcos doblados, arredrándose el inferior para aligerar su masa; también los hay gemelos, y suelen ser abocinados los de ventanas. El cañón vidades laterales;

las

de bóveda se desarrolló parejo con de gallones, a base de ni

baída y de

la

además campean

los arcos; la

las

bóvedas

de aristas capialzada, sin trompas

pechinas siempre, pero arrancando sobre arcos murales, que concen-

tran sus empujes en los ángulos sabiamente, y también las hay esquifadas

con nervios, de inspiración cordobesa. Para contrarrestos, ya

emplean

exterior los alzados curvilíneos, ya se

función, va se desliga del

muro

la

segunda solamente, ya por último

él

combinación de

sistema de fuerzas en orden de equilibrio. Cierto que

cados en escala llos, si

En

muy

corta, pero

en grande se acometiese lo

anulan

al

estribos a conciencia de su

bóveda para que la

se

actúe a favor de ellas constituye

la

un

son recursos apli-

también susceptibles de grandes desarroel

problema de

accesorio es novedad plausible

aleros de gran vuelo sobre modillones,

la

los

abovedamientos.

sustitución de cornisas por

que además alcanzan considerable

valor decorativo por razón de su traza; en moldurajes llegó a prevalecer la

nácela, simple o en grupos, formándose así

Sus capiteles mantuvieron talla

tipo corintio,

cimacio de

las

columnas.

aligeradas las volutas, con

de hojas francamente bizantina y adherido

una soga,

el

collarino,

que remeda

tipo superior en belleza y arte a cuantos el Occidente medieval

produjo hasta la

el

el

la

revolución gótica. Lo demás de ornamentaciíui, cuando

hay, mantúvose

fiel

a

ciertos prototipos godos,

XIX

con fauna estilizada


PREAAIBULO bien pobre v faltando absolutamente representaciones

humanas:

la

ley

no registra infracciones.

eclesiástica, prohibitiva en este punto,

La composición de edificios huve do

sencillez

la

basilical y de los

ámbitos diáfanos, buscando algo de misterio, estructuras complicadas, perspectivas breves en que

la

elevación predomina y que suscitan a cada

paso novedades imprevistas; y aun quizá

el

arte litúrgico por excelencia,

los cantos polífonos

a varios coros, evocarían allí extrañas resonancias,

vagando de nave

nave y de bóveda en bóveda sus modulaciones. Las

a

luces oscilantes de coronas y candelabros,

metales refulgentes,

los velos

de seda y oro, los

vestiduras espléndidas, todo provocaría emociones

las

ahora mudas y plebeyamente alhajadas. Y si todavía cupiesen dudas acerca de la individualidad del arte mozárabe, basvivísimas en estas

taría

iglesitas,

recorrer las series de códices,

epígrafes, marfiles, bronces, etc.,

conservados, de que se hace recuento en

las

últimas hojas de este libro.

Realmente no sabemos qué parte llevarían nuestros mozárabes en desarrollo de los estilos andaluces bajo lo

verosímil es que.

impulso

fieles o

por

artístico,

lo

el

dominio musulmán;

menos

hasta los días de

Abderrahman

coadyuvaron con nuevos elementos sobre

nales de acá. Pero

como

son anteriores

Andalucía. Quizá por le

III,

el

cuando

los tradicio-

mozárabes conservados, en su mayose

adaptan generalmente a

un periodo de evolución previo, mal conocido en

esta fase última, sino a

que

los edificios

apogeo del Califato, no

al

embargo,

renegados, a españoles se debiera casi todo

artistas orientales

ría

sin

el

ello lo

mozárabe aparente más originalidad de

la

corresponda; pero desde luego una base goda, impregnada de

bi/.antinismo, señorea sobre todo. Ciertas formas, por ejemplo los gallones,

más de haberlos en Córdoba, pre-

acredítanse de andaluces, puesto que, a

dominan de

antes en

cosas venidas a lo

la

gran mezquita de Cairuán, tan andaluza; añádanse

mozárabe de hacia norte por

lingio; todavía rasgos

hay que más bien son

general, que de escuela determinada; pero,

dicho, queda para

De

muy su

lo

mozárabe un

este ciclo artístico

cercenados ya por

mayor auge

recuerdo de

la

influjo asturiano o caro-

típicos de aquel siglo

guadaña de

se obtendría en

en

aun aquilatando cuanto va

cierto cariz peculiarmente suyo.

no poseemos en realidad sino segmentos, y

la

X

los

los siglos;

mas cabe presumir

linderos septentrionales,

patria andaluza estimularía a los desterrados

XX

ellos

donde

si

el

mozárabes


PHEAMüULO para crear obras bellas y lucidas, puesto que allá en

musulmanas,

la

pobre/.a o

cristiano lo¿;rarlas.

el

Además,

tiempo del omeya

el

si

nos atenemos a

la

ya que

la

el

culto

única serie artística de

las inscripciones, ellas

Califato,

Mohámed

sur las restricciones

estado de guerra coartarían para

mozarabismo andaluz conocida, esplendor coincidi<3 con

el

enseñan que su

primera y bien ruda

aun

(852 a 886), de suerte que ni

es de

allá

es

dable traspasar los linderos arriba señalados para este período. Si en

Andalucía v Toledo, como natural que

en

Le(')n,

al

mismo

es probable, las iglesias eran basílicas, resulta

obedezcan

tipo

primeras fundaciones mozárabes

las

a saber: Lourosa, Escalada y Mazóte; pero, al contacto de otros

tipos septentrionales cruciformes y abovedados, o por la concurrencia de

al^ún

artífice

oriental acaso,

la

estructura de las iglesias complicóse, y

progresivamente fueron surgiendo

de Melque, Bamba, Lebeña, Pe-

las

ñalba, Celanova, etc., mientras daba testimonio de esta evolución en tierra

leonesa

el

tipo de modillones que, a base de lo cordobés, desarrollan en

sentido especial estos

sulmana experimentó

mismos

edificios.

igual reacción,

Ni se olvide que aun

como prueban

nas de tipo bizantino, refluyendo sobre

lo

las

morisco en

área

el

mu-

mezquitas toleda-

como San

iglesias

Martín de Segovia y Sta. María de Lebrija. Separadamente formóse otra derivación mozárabe del arte del Califato hacia

la

parte oriental, de

que

poseemos dos ejemplares en San Millán y San Baudel, testimonios de

la

riqueza de soluciones posibles dentro de aquel arte, y que, por responder a

una

fase

andaluza más avanzada, tienen ciertas conexiones con

lo

morisco posterior. Este otro gran ciclo de nuestro arte nacional arranca de

de Toledo, cuando

medio musulmán socialmente

al

el

dominio cristiano

culto,

se ejerce

la

conquista

por primera vez en un

bajo leyes privativas que dan lugar

amparado

mudejarismo: cae fuera de nuestro tema, pero

es su

com-

plemento inmediato.

Queda artística

explicar algo

emprendidos en

el

proceso de este libro: Trabajos de catalogación

tierras leonesas por

en contacto con algunos edificios de luego.

A

la serie

quien esto escribe,

la

investigación,

el

aunque por medios

XXI

pusieron

mozárabe, cautivándole desde

poco, un escrito de carácter técnico sobre

llevó a extender

le

arco de herradura

le

indirectos, contribu-


PREÁMBULO yendo

amigos queridos, cuyos nombres

a ello

los Sres.

el

honra en consignar aquí:

Lampérez, Agapito Revilla, Simón y Nieto, Vázquez Núñez, López

Ferreiro v Huidobro. Después, formulado ya

en

se

el

tema como labor colectiva

Centro de estudios históricos, emprendióse una

ocupó gran parte

del verano de 1910, y en

Nebot y Torrens, arquitecto y discípulo de

Campos y

poldo Torres

excursión, que

que tomaron parte D. Francisco la

Escuela de Barcelona, D. Leo-

Balbás, que entonces emprendía igual carrera, y don

Juan Allende-Salazar, como adjunto, visitándose cuanto de arquitectura medieval prerrománica llegó a nuestras noticias en Asturias y Alto Aragón: luego, en lucía,

con

León, Galicia,

inmediato invierno, recorrióse Anda-

más peren-

aludidos Sres. Nebot y Torres; y aunque trabajos

los

torios distrajeron a síntesis

el

Castilla,

poco

un avance de

la

actividad hacia diversos temas,

esta cuestión, sobre

pudo darse en

bosquejo escrito en 1909, titulado

«De arqueología mozárabe», que se imprimió en 191 3. Entonces repitióse la excursión a Castilla, con el mismo Sr. Torres Campos, D. José Moreno Villa y D. Eladio Oviedo,

mismo

el

señor, ofreció

el Sr.

más

fotografías,

de Olérdula y Marquet, y por

excursión

adjunto, llegándose hasta León y Berlanga.

Puig y Cadafalch había suministrado notas y Instituto de estudios catalanes, por iniciativa del

Respecto de Cataluña, fotografías;

como

allá,

fin,

cooperando en

realizó otra a

completar

cierta información.

allí

la

las iglesias

en enero de igiS, pudo organizarse una

ella

Últimamente

expresamente hechas, de

con buen éxito D.

Ramón

Gil Miquel.

Cogolla D. Pedro M. de Artíñano para

Entre tanto habían ¡do preparándose materiales gráficos, o sea, delineaciones, perspectivas y dibujos, y redactándose monografías de iglesias,

de

modo que

lentitud con

en otoño de aquel año pudo decidirse ya esta publicación. La

que

avanzaba dio margen después a intensificar

ella

el

con-

tenido de las introducciones a cada capítulo y formar los dos últimos, su-

pliéndose con los

muy

escasos e improvisados recursos del autor algo de lo

que en un principio y con esfuerzo colectivo de competentes pudo realizar el

Centro,

a saber;

prerrománico.

un estudio integral de nuestra sociedad en

lia sido

atención, porque

si el

un atrevimiento, para

el

que

se

el

período

ruega un poco de

echar en cara defectos y errores, algunos ya recono-

cidos, sirve a otros de acicate para revisar la materia diestramente, se merece, logrados estarán por fin sus deseos.

xxu

como


PREAMHUI.Ü Las aportaciones extrañas

cuidadosamente ancjtadas en

núcleo de colaboradores de Sección van

al

el

punto, recordando, a m¿is de

quisiéramos no

texto, y

los citados, a

Sres.

los

fallar

nada en

Conde de

este

(dedillo,

Macías, Fernández Alonso, Marquina, Castillo, Torbado, Bravo, Díaz-

Jiménez, Giner de Asín,

que

olvidar

etc., sin

se

ha trabajado,

edificios

como

Ríos, Velázquez,

los el

Alvarez, Cabré, P. G. Antolín,

personal de los museos, archivos y bibliotecas en

ni las

entidades eclesiásticas a que competen tantos

aquí se estudian:

rendirles

el

homenaje de reconocimiento

y ¿gratitud es honor para nosotros.

Otra cuestión por aclarar es

la

bibliográfica: prescindiendo de útiles

monografías, este libro va tras de otros dos capitales, a saber: de

la

Arquitectura cristiana española en

pérez, y «L'arquitectura falch y otros.

la

lo

«Historia

Edad media», por D. V. Lam-

románica a Catalunya», por D.

La confrontación de textos y gráficos

publicaciones y

la

J.

Puig y Cada-

paralelos, entre estas

nuestro, será tarea fácil y provechosa para quien desee

un conocimiento completo de

la

materia, que desde luego hará ver dis-

crepancias, no sólo de concepto sino aun en lo descriptivo y representativo

de los edificios. Generalmente este libro escusa toda polémica, y se dan

por justificadas incorrecciones ajenas, en obras de tan gran comprensión

como si

las

aludidas y respecto de edificios singularmente complicados;

todavía

el

mas

observador quedase perplejo ante informes contradictorios,

solamente podríamos advertirle que nuestro trabajo

se basó en las infor-

maciones previas; que cuando no bastaba una inspección del monumento, se repitieron hasta tres en

algunos casos, de suerte que

parecen salvados; y

se

tipo mozárabe, se

si

no

habla de edificios que otros ponen

han tenido razones para

cuestión íntegramente. Declarado esto,

queda ya reconocida

la

los errores

si

ello,

se

de bulto

como

después de estudiar

nos coge en

de la

faltas graves,

imposibilidad de defensa, y solamente nos acoge-

remos a perdón. Respecto de colaboraciones internas en este

libro,

un

cilmente valorable aun para nosotros mismos, debido a y cambio de ideas continuo,

mábamos cada

excursi(')n, y

al

el

la

comunicación

observar los edificios, entre quienes for-

asimismo en

diciones, dibujos, etc. Luego,

factor ha}- difí-

la

tarea de obtener croquis,

me-

desarrollo de los trazados geométricos fué

labor casi exclusivamente nuestra; las perspectivas lo son del Sr. Nebot,

xxni


PREÁMBULO 94 que es del Sr. Torres Campos, quien aportó además un estudio preliminar de la iglesia de Moroso, ya vista por él en otra ocasión;

excepto

la fig.

demás

entre los Sr.

Nebot

dibujos, descontados los de confección casera, son del

las figuras 18, 33 a 37,

40 a 42, 44 a 48, 62, gS, 98,

1

15,

1

16,

123,

126, 142 a 147, 163, 154, i58, 160 a [62. 168 a 173, 202 y 203, y del señor

Moreno

Villa las

i.

16, Ó4. 85,

140, 141. 149, i5o, 178 a 180, 186,187 y 189

a 198.

Éste

mismo colaboró

que respecta

en obtener datos de cartularios gallegos y en lo

a códices y miniaturas,

que ha estudiado largamente, y

Sánchez Cantón ayudó con noticias de erudición

Sr. fías,

literaria.

De

el

fotogra-

salvo las pocas allegadas, que llevan al pie indicación de su autor,

de Cataluña

demás, a

Moreno

corresponden

las

Villa, Torres,

Artíñano y a quien esto escribe. Las delincaciones, en su

mayoría, y

mapa

Camps 121,

el

fueron trazados por

Cazorla, y otras,

por

el

al Sr. Gil,

y

las

el Sr. Gil:

que corresponden

los Sres.

algunas, por

el

señor

a las figs. 12, 13, 91, 92, 120 y

hábil delineante Sr. Fino.

Una declaración, por último, con que prevenir suposiciones: en el Centro de estudios históricos ha habido y hay maestros en filología y jurisprudencia, capaces de ilustrar felizmente cuestiones de las aquí vertidas: su benevolencia y amistad garantizaban acudir a ellos con éxito; pero, temiendo enredarlos en cosas

que inevitablemente perturbaban sus

ocupaciones propias, o bajo condiciones de salud desgraciadamente precarias, faltó decisión para abordarlos, y así se

aficionado imperito

la

condenó

balumba de problemas que

XXIV

a ir

en hombros de

llenan este libro.


I

ANDALUCÍA EL

concepto de

mozarabismo

dad sometida a

los

abarca dos

musulmanes

y conviviendo con ellos, y los

como

zárabes emancipados, ya se alzasen propia, ya emigrasen a paises cristianos,

donde

meridional andaluz bajo diversos aspectos. serie,

no solamente

las iglesias

fases, a saber: la cristian-

rebeldes en su

ellos

representan

Entran, pues, en

el

mo-

tierra

inílujo

nuestra

propiamente mozárabes, sino todas aquellas

de país conquistado, que deben su ser a cristianos del mediodía y siguen las

reglas del arte

godo primero y del cordobés más adelante, frente

otro grupo de edificios

emanados de

a su vez, la penetración invasora de

Nuestra historia tradicional, definidas para

datos

el

no acusa razones sociales bien

arte; sin

monumentales enseña que su proceso

reinos cristianos,

ceder

cuándo v dónde

ante ventajas que

deslindar un

la

campo

lo

embargo, fué

la

observación de

complementario de

la

Edad media, y que avanzó en nuestros los estilos

de Francia

meridional ofreciese.

e

Italia

hubieron

Además, cumple

vastísimo, que no es propiamente mozárabe sino

morisco,

es decir, fruto de la colaboración

trocado

predominio de fuerzas en

el

al

que significan,

Europa.

la escrita,

andalucismo en

corriente europea durante toda

de

influjo septentrional v

la

musulmana, cuando, una vez

Península, fueron moros sometidos

a los cristianos, o sea mudejares, quienes ejercían tal influjo.


ANDALUCÍA

Un como

mozárabe

límite entre artes

y

morisco tampoco

habremos de atenernos

regla práctica de división en períodos,

mozárabe

observaciones: El arte

claro:

est¿í

es sustancial:

mas,

a estas

dentro de una tlexibilidad

y procedimientos variados, Ilota un principio

enorme para adoptar formas

de originalidad que da su fisonomía a todo

grupo; no se confunde con

el

marcha acompasada, progresiva,

lo

musulmán;

lo

europeo: tiene una frescura de invención, un individualismo, que

no sigue

parecer se dio antes en

la

el

arte visigodo y

serva de

mo de

tal

sino

cristiano v septentrional: lo gótico

no

que no

clavo,

español de tiempos

unas veces moruno puro, y otras no con-

es

envoltura,

la

lo

se pierde el respeto a las reglas traspirenaicas. El

mudejar

arte morisco o

técnica o

la

alma, poesía;

falta

le

ritmo, ingertos en un organis-

el

y,

mientras

hizo fecundo, mantúvose durante siglos

lo

al

que no volvemos a descubrir sino

en Oriente: pero también sigue dando carácter a

más modernos, en cuanto

unilateral de

el

contacto

como

arte es-

engalana para lucir sino para dar gusto a gentes extra-

se

ñas y antojadizas.

La conquista anomalías que

brutalidad de

la

los

la

musulmanes, aparte

los

guerra o pactos especiales ocasionasen,

orgánicos: trasmisión de

giró sobre estos factores

y de

de España por

v sumisión

las tierras

en general

bienes eclesiásticos a favor de los nuevos señores; elegir entre

convertirse al islamismo o una cuota personal de tributo, a

más de

otra

contribución por los bienes poseídos; libertad religiosa para todo cristiano, y también autonomía de gobierno, justicia y administración, conforme a la ley

goda; sumisión

al califa,

musulmán

padre

quien, nacido de

hacerse cristiano. El califa,

de

la

libertad religiosa, por

Simonet:

edición,

el

los reyes

de

godos y protector

derecho de elegir obispos y

solamente una prerrogativa nos interesa explanar, y es

ello

H

tomo

I,

lo

istoria de los

ches sur l'histoirc 3.'

como heredero de

islamizado, tratara

los concilios (i).

De todo

(i)

o habiendo

cristiandad sometida, se arrogaba

convocar

la

respeto al Islam y castigo de muerte para

et

la

que atañe

m ozárabes;

a los edificios del culto.

capítulos

littératurc de l'Kspagne

pág. 72 y siguientes.

2

III

y IV.

— Dozy:

pendant

le

Recher-

Aloyen age;


ANDALUCÍA A través de lo casuístico de la legislación musulmana, es dable fijar, como base doctrinal en esta materia, el reconocimiento de la superioridad Islam sobre toda otra religión.

del

En consecuencia, preceptuábase

a los

cristianos no hacer ostentación de cruces ni de sus ceremonias religiosas

en lugares frecuentados por musulmanes,

con sus cánticos,

ni molestarles

música o toques de campana; en cambio, fué obligación dar alojamiento en algunos santuarios a los viajeros mahometanos; iglesias

por

nuevas y aun renovar

ellos;

en general,

y,

el

que

las

se arruinasen

se

prohibía hacer

en lugares habitados

derecho a poseerlas, repararlas, ampliarlas

y construirlas de nuevo se basaba en los pactos de avenencia celebrados

cuando

la

conquista

rehuvendo

los

Al principio debió de haber pocos tropiezos, pues,

(i).

invasores

contacto con los cristianos, vivían en los cam-

el

como una que Hánax fundó de Sevilla. Después, cuando muchos

pos y establecieron mezquitas en las alquerías,

en Elvira

(2)

y

de Abdeláziz, fuera

la

españoles fueron renegando,

el

conflicto legal se impuso, ya

islamizar, pasaban a situación

doles las que estaban en despoblado;

lo

que

ciudades, quedánallí

fueron despo-

y conventos en lugares donde sólo habitasen cristianos.

Pocos hechos, mas consignan

en

mas todo

las

debió de compensárseles con algo de libertad para tener

jos e injusticia,

quita,

ellos, al

de privilegio respecto de los cristianos,

y éstos fueron desposeídos de sus iglesias dentro de

iglesias

que

las crónicas:

ellos suficientes

En Barcelona

que Ludovico Pío restituyó

Córdoba

los

para confirmar estas suposiciones,

al

su Catedral fué trocada en

mez-

culto cristiano con sólo purificarla

árabes tomaron para

las iglesias

de dentro de

la

(3);

ciudad,

y respecto de su Catedral fué partida entre cristianos v musulmanes: pero luego,

queriendo Abderrahman

en 785,

los cristianos

1

hacer de toda

ella

permitirles reedificar las iglesias demolidas fuera de la invasi(')n (4).

Andando

(i)

Simonet: Ob.

(2)

Dozy:

(3)

Simonet: Ob.

(4)

Texto

cit.;

cit.,

el

tiempo, en

3."

edición,

primera mitad del siglo IX. dos

la

tomo

I,

pág. 331,

pág. 286.

del Razí, trascrito en el las

murallas cuando

págs. 83 y siguientes, 100, 255 y 256.

Recherches,

ción de Fagnan) y en

Mezquita mayor,

hubieron de ceder su parte, a cambio de dinero y de

Ba ya n ol

m ogri b

Analectas de .Mmacarí (tomo

— — 3

I,

(tomo

11,

pág. 368).

pág. 378 de

la

traiiuc-


ANDALUCÍA monasterios fueron hechos de nuevo en

Tábanos y la

el

de Peñamelaria

(i

),

cristiandad oprimida llegó a

los

mártires de Córdoba,

derribar

antiguas

las

el

famoso de

de piadosas familias; pero cuando de protesta que representan

la exaltac¡(')n

Mohámed

ordenó,

como

represalias,

además, cayeron entonces chapiteles

basílicas;

— culmina — de templos, erigidos más la

de Córdoba:

nuevamente construidas v todo adorno y agregación

las iglesias

hecho en

a costa

emir

el

la sierra

de tres siglos antes, en virtud de

acepción materialista que daban a este dicho del Profeta: «El Islam

predomina y

así

Pasó esta

nada

se elevará sobre él» (2).

con otros daños mavores aún para

crisis,

mozárabe, pues

la

que

lo

heroico ejemplo de los mártires

el

cuando un plan gigantesco de liberación mundanal exaltó

andaluces: pero entonces fueron castillos, taron.

De una

en mezquita,

sola, al

Después,

en

la

la

historia casi

los califas del siglo

más que

iglesias, lo

a los

que levan-

alcazaba de Tólox, se habla y ésta fué convertida

paso que caían por

Abderrahman

pacificadora de

que

cristiandad

elevación de obispos indignos y escisiones internas

compensarían de sobra en mal reparase,

la

X

fin los castillos

rebeldes bajo

la

mano

III (3).

enmudece para

los

mozárabes. Sólo sabemos

restablecieron una libertad amplísima para

cristianismo: que los pactos se guardaban,

aun con menoscabo de

el

la ley

musulmana, y que los cristianos, en Córdoba por lo menos, lograron convivir honrosamente con los árabes, merced a la adopción de algunas prácticas de semitismo traslucir por

(4).

De nuevas

iglesias ni

una palabra

es

dado

medio alguno.

Tal situación jurídica, de paz v mutuo respeto entre moros y cristianos,

duró a través de

las taifas

del siglo XI. El fanatismo de los

período nuevo, en

el

que

las

hasta

la

invasión almorávide,

dominadores africanos abrió entonces un

pasiones se desataron suscitando violencias

contra los mozárabes, según reconocemos por dos episodios:

(i)

Simonet: Ob.

(2)

Id., id.;

cit.;

págs. 395 y 451.

págs. 444 y 81.

(3)

Id., id.; pág. 589.

(4J

Id., id., págs. 583, 603,

a fines

608 y 629.

—4—

el

de

la

des-


ANDALUCÍA trucción en Granada de una nia^nílica

matanza de Hoto V,

monjes de

los

puestos

al

el el

populach(j

(

i),

y

la

Alf^arbe. en 1099(2).

su vez por los pactos,

a

habla con los cristianos libres del norte, dieron facilidades v

cooperaciim para

almorávides

por

del (Aiervo, en

mozárabes atropellaron

equilibrio, los

el

la ¡«^lesia

if^lesia

avance de

el

la

Reconquista, acarreando

que

ello el

los

deportasen en masa a Berbería, y aun matasen a algunos,

les

en virtud de leves que todavía hoy son practicadas contra

espionaje

el

(3).

Sin embargo, una reacción favorable a ellos parece haber sucedido a esta crisis,

como síntoma

de

la

rápida hispanización de los almorávides

Sobrevino luego un más terrible azote con v

si

va entonces ni aun los

hallaron gracia ante

la

in\asi(')n

la

musulmanes andaluces, reputados de

nueva

\'

y,

por consiguiente, fuera de

toda lev y dignos de ser extirpados sin remisión de

la

sociedad musul-

no solamente quedó abolido, respecto de

efecto,

inlíeles,

bárbara secta, menos habían de obtenerla

nuestros cristianos, politeístas a su juicio,

mana. En

(4).

almohade;

pacto de clientela y su peculiar organización eclesiástica y pos, condes, jueces v clero, sino

que Abdelmumen

ellos, el civil,

antiguo

con obis-

decreti') la expulsi''>n

general de cristianos v judíos. Así se llevó a cabo en todos los que no islamizaron, cumpliéndose, además,

pena de muerte y confiscación en

quienes resistieron aquella orden. Su consecuencia inmediata fué destruir todas las iglesias v sinagogas del imperio almohade, según hacía proclamar

explícitamente siglo

XII

}'

a título de gloria su

emir Yacub Almanzor, a

fines del

(5).

Es. pues, bien natural que no haya

quedado

ni

una

sola iglesia, en

Reconquista. Lo que

abundan, y en Mérida extremadamente, son vestigios decorativos de un arte más

todo

o

el

Mediodía español, anterior a

menos bárbaro

(6),

pero anteriores, salvo

— Dozy:

(i)

Simonet: Oh.

(2)

Id., id., pág. 257.

(3)

Simonet: Ob.

(4)

Id., id.,

pág. 760.

(5)

Id., id.,

pág. 762 y siguientes.

(o)

Dibujados en

cit.;

cit.,

la

pág.

73.4.

muy

Rccherches;

pocas y nada seguras

3.' edic¡(5n.

pág. 750 y siguientes.

Monumentos arquitectónicos

3

de España.

tomo

I,

pág. 351


ANDALUCÍA excepciones

a

no sólo

valiosos: la

(i),

que

es verosímil

Gran mezquita

el sello

invasión árabe. Córdoba suministra datos, además,

la

sea

primitivo de

lo

una supervivencia de

de bizantinisnio correspondiente

la

la

fachada principal de

Catedral antigua, pues lleva

al siglo

VI

sino que también

(2),

su gran serie de columnas, aprovechadas de otros edificios,

denuncia

iglesias,

\'

en especial

evolución del tipo corintio a través de los siglos

la

bárbaros, con mediación de selectos ejemplares bizantinos; además, los

cimacios dan todo un ciclo de ornamentación v molduraje, que se corres-

ponde paralelamente con Puede creerse que, se esparció

ella (3).

tras

una poderosa corriente bizantina en Córdoba,

por Andalucía v Extremadura un arte bárbaro, análogo

Toledo y sobre reminicencias

latinas, del

que son características

En cuanto

a estructura de las

patrón basilical, nada sabemos, pues

María del Algarbe, dada por fantasía oriental (4). Y,

VIH

corriendo los siglos

Una

o bajo su tolerancia? tia,

^cómo

la

iglesias,

somera descripción de

y IX, en virtud de tratos con

musulmanes

los

(5)

las

modes-

ampliaciones

«con ruda estruc-

Entre estas excepciones sirva de ejemplo un ara procedente de Alcaudete y con-

(1)

servada en

el

Museo de Madrid (número

produjo en una lámina de

a

con cruz entre adornos ondulados. Se

bajo

el

número

la

re-

8.

través del arco de herradura, en Cultura

190G.

Reproducciones en de

96),

Mon u mcntos,

G<3mez-Morcno: Excursión

Española, (3)

de Santa

como una

sola cosa es dable inferir: su pobreza v

de antiguas basílicas hechas en tiempo de los árabes

Córdoba

la

el

serían las otras iglesias hechas y ampliadas,

explícitamente declarada por Eulogio cuando habla de

(2)

deco-

una vez decaído

Cazuiní, debe considerarse

el

de

sumamente

raciones a base de círculos, temas radiados y formas vegetales estilizadas.

las

al

la serie

Mon u mcntos

España: sus mon

u

arq uitec ton icos de España y en

me n tos

y artes; pero

mucho

el

tomo

de ello perma-

nece inédito. (4)

Simonet: Ob.

(5)

Id., id.,

pág. 524.

pág. 444. — Herculano

considerando seguro

lo contrario, es decir

corrige caprichosamente ruere, et quidquid

cit.

formationi.

novo cultu

in

(Historia de Portugal; que

lo

de rudi se refiere a

libro Vil, parte las

El texto dice: «lubet ecclesias

nuper structas

antiquis basilicis splendebat, fueratque temporibus

rudi formationc adieclum, elidere».

(Memoriale sanctorum,

—6—

I),

obras visigóticas, di-

arabum

libro 111, capítulo III).


ANDALUCÍA

— iLidi

tura»

so

F.llo

aviene con

inscripciones correspondientes

de

rusticidad

aunque

for niat iune.

al^^una de

Respecto de

buen

tipo, sin fecha,

los siglos

X

a

la

extremada escasez y

los

mismos

puede juzgarse de

sif^l(js

íincs del

IX

(i), (2).

y XI no consta que en su transcurs(j se alza-

sen iglesias; pero una suposición afirmativa es harto verosímil, dada

buena inteligencia que hubo con

dobés arquitecto, llamado Zacarías, que fué

la

Consta de un cierto cor-

los cristianos. al

monasterio de Lorbán,

cerca de Coimbra, ya

mediado para hacer

X,

siglo

el

allí (jbras y,

además, unos puentes y

molinos

(3).

inscrip-

de

porción

Existe

ciones atildadísimas, con

de

fechas

a

923

1002, casi todas epitafios V a

de

veces con orla

hojitas

bizantinas.

Hay códices

latinos

primorosamente decorados,

y

los

hay con

versión arábiga de textos cristianos (4).

Fig.

Hay

Dibujo de

I.

la Biblia

bronces, hay marfiles, probando todo tístico,

un especial desarrollo

influjo de la

Tocante a

la

estilo,

con

obras musulmanas.

las

métrica árabe en

las

También

escritura epigráfica, elegante y graciosa, fué usurpada de

Hübner: Inscriptiones Ilispania' christianse; números

(2)

Id., id., n." 457.

(3)

Simonet: Ob.

(4)

Fragmentos de San Pablo, en pl. 25).

se revela

consonancias de algunas poesías.

(i)

mina...

ar-

bajo los esplendores del califato, entre los mozárabes, de confor-

midad, en cuanto a el

ello

hispalense, a mitaJ de tamaño.

cit.,

— Libro

299, 375, 454.

pág. 633. la

catedral de Sigüenza (l£hrle y I.iebaert:

escurialense de Concilios; hoy en

perdidos. Véase Simonet: obra

cit.,

pág. 752.

7

la

Speci-

Biblioteca Nacional, y otros


ANDALUCÍA una desviacitSn original

de los códices v representa

A

falta,

del tipo latino (i).

pues, de iglesias andaluzas, bien será recordar las

de fantasía que ad(irnan Biblia hispalense (2), en

mozárabes,

ci^dices

cuyo

y sobre todo

278 cobijase

folio

arquitecturas la

famosa

canon de Eusebio den-

el

con primorosos atauriques, seguramente

tro de arcos de herradura,

in-

mesopotámico de entonces, y destacando sobre Además, en el folio 70 vuelto, hay dibujada con

fluidos por el arte abasí o rojo V azul

(Lámina

1).

tinta sólo otra pareja de arcos sobre

nas con altas basas (Figura las

de San Pedro de

cosas orientales,

abundante

comunes

v son

la

antiguo,

del siglo IX y

de León, en su texto reescrito

(4),

la iglesia

mavor de

también andaluz

liar árabe,

como

leoneses, de

la tabla

Sevilla,

es el códice

2):

(5)

(3).

Palimsesto

por último, una serie

de sedes episcopales contenida en

fechado en 1049

año 988

donde, por carteles de registro de dos

cuadernos, hay otros arquillos de herradura (Fig. de ellos adorna

herradura de

serie de arquerías de

heredó su amigo Juan, obispo de Córdoba,

y a su muerte quedó vinculada en

Más

la

obra de cierto Servando, sevillano, que llegó

a obispo de Bastigi, de quien

como

a toda

primera mitad del siglo X. Esta Biblia fué

la

de León: tamaño natural.

colum-

que recuerdan

Nave, pero también

la

otros códices, así toledanos Fig. 2. Dibujos del Palimsesto

i).

y testimonio de

la

el

códice Conci-

ya completa arabización

de los mozárabes por aquel tiempo.

(i)

Véanse especialmente en Hübner

las

inscripciones

y 456; la obra tantas veces citada de Simonet, pág. 834, y la

H

istoria, (2)

tomo LXV,

el

números

128, 222, 228, 130

Boletín déla Academia de

pág. 56 1.

Existe en la Biblioteca Nacional, procedente de la librería de

Catedral de

la

Toledo. (3)

Véanse: Flórez:

España sagrada; tomo

Vil,

pág.

93.

Simonet: obra citada;

páginas 627 y 640. (4)

Librería de dicha Catedral; códice n."

(5)

Hoy en

Sobre toda tico,

la

la serie

18.

Biblioteca Nacional. Véase Simonet: obracit., págs. 720 y siguientes.

de códices españoles de tipo mozárabe, desde su punto de

prepara una publicación

el

Centro de Estudios Históricos, que

se editará

vista artís-

en breve.


II

TOLEDO DE

propósito se ha hecho caso omiso de Toledo en las referencias

para

anteriores,

estudiar separadamente

aspecto mozárabe, dado que lo

él se

y con

especialidad

su

desarrolló con independencia de

andaluz y sirve de enlace para con

las

ramificaciones mozárabes del

norte de España.

Toledo, bajo los godos, fué centro de arte

muy

marmóreos, no

tigua su gran serie de fragmentos

poderoso,

como

ates-

inferior a la emeritense,

pero algo diversa, con predominio de las decoraciones geométricas curvi-

un

líneas y

tipo especial

más progresivo de adornos

vegetales, en bellas

ondulaciones y con acompañamiento de flores y frutos, que apenas asoma en Mérida

(i)

y nunca en Andalucía v Levante. Además, poseemos una

ruina considerable, inédita aún, en San Pedro de

forme con arcos de herradura

(i)

mero

58).

Fragmentos en Aquí mismo,

hay en San Pedro de

la

el

los

(2).

(2)

la

Mata, iglesia cruci-

que autoriza para agrupar a su lado

.Museo de Toledo,

(n." 66, etc.) y otros

en

el

Mata. El de Mérida, hoy perdido, se grabó en

Nave constituyen

Descubierta por

las

de .Madrid, (nú-

procedentes de Guarrazar, (números j5, 92, 136 y 137), y otros

arquitectónicos de España, lám. Pedro de

la

el

el Sr.

Monumentos

VII, n." 66. Las espléndidas decoraciones de

último término de esta

Conde de

serie.

Cedillo, en cuya

—9—

compañía

la

estudiamos.

San


TOLEDO Comba

de Santa

de Bande y San Pedro de

la

Nave

(i).

San Juan de Baños

representa una desviación, en sentido cruciforme, del tipo basilical la cripta

primitiva de

la

Catedral palentina da otro testimonio de

plejidad con que este arte godo español se desarrolló hacia

mitad del

la

(2),

y

com-

segunda

la

siglo Vil (3).

Después, bajo

los árabes,

decayó Toledo absolutamente de su antiguo

esplendor, sin capitalidad v desviada de los centros andaluces que hereda-

ron el

poderío; pues

el

la

necesidad de apoyarse en Oriente y sobre todo en

Estrecho, para conservar sus dominios españoles, determinó que los

musulmanes

se alejasen del

su señorío en toda

la

corazón de

la

Península, debilitando con ello

región septentrional. Ésta quedó

cristianos libres de Asturias y del Pirineo; y

así

por cebo de los

Toledo pasó, de centro y

cabecera de España, a plaza fronteriza, con vida militar y estrechez de subsidios,

como

atenida a sus recursos propios, nunca

muv

pingües, de

seguro.

Con

nuevo régimen cambió, por consiguiente,

el

el

ser de los tole-

danos: sus fuerzas dominadoras antiguas, cohibidas ya, se derivaron en aspiraciones de libertad, en hegemonía e independencia, tan bien sosteni-

das que, desde sufrió

el

advenimiento de

más yugo que

el

apoyando

al

el

poder central. Primero, en 761, hizo su apren-

partido fihrí contra

moviéndose por cuenta propia, la

hasta 932, no

de terribles escarmientos y reveses de fortuna, en

guerra tenacísima contra dizaje

Omeyas en Córdoba

los

omeya. Después aparece siempre

el

bandera árabe

sin

ni berberisca: desde 797

acaudilló un poeta renegado español, Garbid; otro renegado,

Háxim,

mandaba en

829, y a seguida empiezan a exteriorizarse discordias de religión. Los mozárabes parece que llevaban la mejor parte, de modo que un jefe

renegado tuvo que abandonar

armas, ante

la

persecución que

la

el

ciudad, y en 862 Toledo se alzó en

emir

Mohámed

suscitó contra los cris-

tianos sometidos. Organizóse luego en cierto género de república, sujeta

(i)

de

la

Gómez-Moreno: San Pedro de

la

Nave, iglesia visigoda, en

Sociedad Castellana de Excursiones, Mayo, (2)

Cerrato. (3j

Agapito Re villa: La basílica visigoda de

a

través del arco de herradura. 10

Boletín

San Juan Bautista en Baños de

1902.

Gómez-Moreno: Excursión

el

igoó.


TOLEDO cumo ron

\anu

tributaria al poder cordubés, y en

SLi

independencia, \endiéndo.se

al

1(js

renegados comprometie-

emir, en 873

(i).

Toledo rebelde; y

Así, parecen reconocerse tres fases en la historia de la tercera,

que abarca desde 852

como

alinidades cordobesas,

Metropolitano, aunque

mente con

los reinos

el

lo

prueba

la elecci<')n

Emir

veto del

hecha en Eulogio para

invalidó, y ligada política-

la

de León, Navarra y Zaragoza, a cuya sombra afianzó

su libertad, no cediendo sino ante

como

fuei/a expansiva ofrece

Zamora, en

mozárabe probablemente, con

a 932, fué

pujanza de Abderrahman

la

testimonio

893, con mozárabes toledanos

111.

Su

hecho de haberse repoblado

el

(2).

Estos cincuenta años de paz y autonomía bien pudieron ser favorables

para

el

desarrollo de las artes en sentido cristiano; sin embargo, falta toda

clase de datos

documentales y epigráficos respecto de

ello.

Por vía de com-

pensación, he aquí otros indicios: unos versos que encabezan

mozárabe de San Tirso, usurpados tiera

himno

duda de algún epígrafe que

sin

exis-

en iglesia construida por un Cixila en honor de dicho santo, dan pie

a suponer bre,

el

que

si

ella se

erigiría en

Toledo por

años 744 a 763

lo fué hacia los

el

(3).

Metropolitano de este

nom-

El epitafio descubierto en

Guarrazar, entre vestigios de edificio godo y junto al celebérrimo tesoro, parece llevar la fecha de Era 781 (743), no Era 731 como sus editores consignan

(4), y,

por consiguiente, es mozárabe. Al siglo IX avanzado sólo

corresponderá probablemente un trozo de epígrafe métrico, redactado con tipo de letra

muy

semejante

al

andaluz

(5);

y ya

como

del siglo

palabras: «Sci Genesii», grabadas con letra análoga en

perteneciente a

(1)

Dozy: Histoiredes

da; capítulos XI, (2)

do

al

cit.,

una columnilla

musulmansd'Espagne; tomo

— Simonet: obra cita-

II.

b, pág. 204 de f.

la

traducción de Fagnam.

— Abenhayán, copian-

83.

393.

— España

Sagrada, tomo

V, pág. 244.

pág. 297.

Hübner: Ob.

este libro; pero sobre

cit., n." i58.

El signo

todo no deja duda

queológico de Madrid. (5)

las

titulo.

Hübner: Inscr. Hisp. chr.,n."

— Simonet: Ob. (4)

mismo

son

XXII y XXIX.

Ba yanol mógri

Razí: cod. de Oxford, (3)

del

la iglesia

X

Hübner: Üb.

cit., n." i5ó.

la

L

= 5o se aprecia en

el

dibujo publicado en

piedra original, conservada en

el

Museo Ar-


TOLEDO En cuanto

monumentos,

a

el

que reputaron

edificio

Tirso los eruditos toledanos del siglo XVI. sobre V que publicó

el

toda seguridad

(i).

Sr.

Lampérez,

es

el

una simple sala de baño moruno, con

Las iglesias que mayor carácter de antigüedad ofre-

San Sebastián, Santa Eulalia, San Lorenzo y Belén, parecen posteriores a la Reconquista y ellas encabezan cen

allí,

de San

iglesia

dato arriba consignado,

a saber:

morisco.

(2).

Cristo de

la

capilla de

periodo

el

La

mezquita del

Luz

es otro edificio

que modernamente

ha querido

se

mirar como cristiano en su parte

menos en

mas homogéneo de su construcción y baja o a lo

planta;

estar orientado precisamente

ángulos hacia

los

lo el

con sus

puntos cardinales,

contra rito de iglesias y según uso

de

mezquitas,

obligan

como

tal

más,

excavaciones

juzgarlo

desde sus cimientos: ade-

hechas

1910, con motivo de

tan

a

como

hábil

la

allí

en

restauración,

desatentada,

del

maestro Aguirre, pusieron de manifiesto

paredes de otras construccio-

nes, sobre Fig. 3.

que

la

mezquita

y sin relación alguna con

Ventana de San Ginés de Toledo, hoy en el Museo de Madrid

se alzara

ella.

Dese-

chado todo, queda por mozárabe, con alguna probabilidad, un simple

resto,

procedente de

la

iglesia de

San Ginés, demolida en 1840, que se reputaba mezquita en su cuerpo central (3) y cuyo muro exterior, en pie todavía, está lleno de fragmentos

(i)

Historia de

Madrid. 1908.

Tomo

sería efecto de tales

un

I,

la

arquitectura cristiana española en

pág. 213.

— El arco de herradura deprimido, que

arreglo, en vez de los dos arcos gemelos y

baños hay de ordinario: un caso análogo

Gómcz-.Moreno: Arte

(3)

Sisto

Parro:

el

Edad Media,

el

dibujo hace ver,

columna medial que en

de Tordesillas.

mudejar toledano; en publicación. Toledo en la mano, iSSy; tomo II, pág. 123.

(2)

Ramón

se da en

la

12

los


TOI>EDO decorativos godos. El

tal resto

una ventana de dos arcos gemelos, en

es

forma de herradura, v partida por co: se

conserva en

el

lina y larga

columna de mármol blan-

Museo Arqueológico Nacional

Las arq ui voltas de esta ventana

se

(Fig. 3) (1).

recortan en una sola pieza de

arenisca, con amplio desarrollo de curvatura, doble línea grabada rebor-

deándolas y otra por contorno de

modo

piedra, a

la

de

alfiz

o recuadro

(2).

Este elemento falta en ventanillas análogas de tiempo godo, por ejemplo

en San Pedro de e

Nave y Baños y en

la

la

monolítica del museo de Mérida,

igualmente en otras asturianas, antes de llegar

fines del siglo

occidentales, del

mismo

IX

{3);

en cambio, es elemento típico de arquerías morunas

como ya en Cairuán

siglo;

influjos andaluces a

allí

pero ni en

echa de ver, desde

se

Toledo musulmana

la

primera mitad

la

en Córdoba se dan

ni

ventanas de semejante aspecto, sino con dovelaje trasdosado, tas, etc. (4).

La de San Ginés auna un

(i)

La columna mide

(2)

La palabra

al fiz

m. de

1*13

ancho

largo;

godo con

tipo

total,

la

exageración de

grueso de

1*22;

impos-

los arcos, o'ii.

debe sustituir en nuestro tecnicismo arqueológico a

la

caprichosa

y moderna arrabaa, inventada por cualquiera de nuestros pedantes del siglo último.

Aquella otra se abona en libro de di.x.

tal

(Biblioteca Colombina, Sevilla),

edificio alfiz».

que

es

un

triangulillo

que

autoridad

donde

como

Diccionario manuscrito del P. Gua-

el

«Una

se lee, bajo Albanega:

se causa entre la rosca

de un arco y

Consta por otros documentos que albanegas eran llamadas

las

parte de pared o lo

quadrado del

enjutas de arco entre

moriscos.

Podría ser caso excepcionalmente prematuro

(3) la iglesia si

de San Tirso (Boletín de la

datase de Alfonso (4)

de

la lista

A

tales

el

Casto;

mas

ello

allí el

la

ventana del testero de

Sociedad Española de Excursiones; tomo XVI) no

es indudable.

ventanas llaman ajimeces por corruptela erudita, emanada probablemente

de voces técnicas de origen árabe dada por Cean (Llaguno y Cean-Bermúdez:

Noticia de los arquitectos inexactitud en

la

mayoría de

las

solana, y su acepción antigua

y

arquitectura de España; tomo L

pág- 243), cuya

definiciones es notoria. Dicha \oz significa simplemente es

de balcón grande voladizo, que entre moros se formaba

con celosías (xemesías) para que no fuesen usa en nuestros conventos de monjas.

vistas las

En Granada

mujeres desde afuera, como aun se

se dieron repetidas órdenes,

para derribar los aximezes y balcones, por ser las calles en se habían

de

muchos

desde i5oi,

sitios angostas;

en 1498

«cortado algunos aximezes de moros» para ornato, e igualmente se dispuso que

nadie «saque aximcz ni portal ni passadizo fuera de

Municipal de Granada).

13

la

haz de

la

propia pared*. (Archivo


TOLEDO curva y lo

alliz

musulmanes, haciendo verosímil que

mozárabe. Respecto de

donde va al

clasifiquemos entre

la

la

escrito el

mismo

arte,

columna, que lleva en si tallados capitel y basa, y susodicho nombre «Sci Genesii», puede corresponder

dado

el

acento bárbaro que

la

separa de su prototipo corin-

bien con otras columnillas godas mantiene algo de parentesco. Por

tio, si

último, entre a todas luces,

columna y arcos media un cimacio de caliza, que es godo puesto que los hay con labores iguales en Mérida y Córdoba,

ciertamente anteriores a

lo

árabe

(i).

formasen conjunto en un principio

muy

Es

dudoso que todas

tres piezas

(2).

SANTA MARÍA DE MELQUE Si en

Toledo no

es dable averiguar

cómo

serían las iglesias de este

monumento

período, por desquite nos ofrece su comarca un valía,

cuya existencia reveló

el

señor Conde de Cedillo

(3).

Es

de singular la

ermita de

Santa María de Melque, a unos 36 kilómetros de Toledo, hacia O. SO.

Pilastras de la Cisterna y otros

(1)

Palmas en

la

manes. Uno

sus

catedral de Córdoba,

(2)

verse en postas,

la

pág. 414 del

,

la

tomo correspondiente

completa en

el

Museo,

es

sido tirada

Española,

musul-

España,

suelo esta ventana, puede

La parte de jambas

e

im-

en

Cultura

1907,

El llegar

allí

es

penoso, pues, tras de

31

kilómetros por carretera hasta Calvez,

Para no extraviarse en este último trecho, una vez pasado el

los

de:

moderna.

queda una hora larga de andadura por camino muerto hasta

siempre

al

iSSy, pág. 324.

Un monumento desconocido. Santa María de Melque;

(3)

puerta de las

la

artes.

Un dibujo, hecho cuando aun no había el Semanario pi ntoresco español

que hoy

(4)

\'

y cimacios de

que además ostentan cruces mutiladas por

de ellos se reproduce en

monumentos

mármoles en Mérida,

(4),

sendero de a

mano

derecha.

14

el

llegar a la

dehesa de Melque.

arroyo de Ripas, bastará tomar


AlELQUE sobre un rebato que alluye pruntaincntc

Taju y en terreno granítico,

al

algo quebrado y casi desierto. Dependió siglos atrás del célebre castillo de

Montalbán, que fué de Templarios, y

Hoy

en dicha ermita, según dicen. V su antigua

imagen

una de sus

ellos establecieron

Puebla de Montalbán, con

se traslad(') a la

el

aún de Nuestra Señora de Melque. No sabiéndose otra cosa que hoy por hoy,

respecto de documentos, queda sin historia,

pudiendo sólo colegirse que en tiempos antiguos hubo

el

nombre le

ataña

edificio,

explotaciones

allí

agrícolas de cierta pujanza, según revelan los diques o presas

que atajan

el

Se habla de una calzada y de piedras escritas romanas existentes

regato.

por

bailias

está con\ert¡da en establo y pajar (i),

lo

allí,

nado en

que indujo

a

Hübner pero

los Itinerarios (2);

buscado

el

a

suponer un ramal de

no consig-

vía,

una comprobación, que en vano ha

falta

señor Conde de Cedillo. La topografía del terreno parece desde

luego

muy

de

ermita; de suerte que, lejos de buscar comunicaciones al fundarla,

la

resulta

desfavorable para

más verosímil que

el

tendido de carretera en las proximidades

huyó de

se

escusado, agreste y cultivable, merced a

la

Las adjuntas reproducciones (Láms.

dan idea

del edificio.

Por

recomendándose

ellas,

quitectónicos bien extraordinaria, de

por

lo

abundancia de agua. II

IX) y trazas (Figs.

a

échase de ver una

ellas

el sitio

pujanza de

4. 5

y

7)

recursos ar-

suerte que, fuera de las rotondas

tal

bizantinas, quizá no subsiste en Occidente, y de hecho en España, iglesia

abovedada por completo, de y robustez a esta de Melque

(3).

Ahora

bien, su ventaja es solamente de

tamaño, no en cuanto a sistema, porque cañones de 4.60 m. de ancho y 7.70 de

(1)

absoluto respeto hacia

la

Corpus

diente del

i

monumental de Melque, por conducto

si

han apresurado a ordenar un

mas todavía

u

m

latinarum

II,

sería plausible

n.° 293*,

alguna pro-

y en

el

mapa correspon-

Supplementum. La de San Pedro de

las

Fuellas en Barcelona,

si

vedas, con un ancho de y'So ms. para sus brazos, llevaba

más

se

garantizase digna y permanentemente.

la

nscription

Después de nuestras

el edificio.

Clemente de Diego,

integridad de esta ruina;

tección de parte del Estado que

(3)

bien un abovedamiento con

alto es extraordinario para aquellos

significación

la

del cultísimo jurisconsulto D. Felipe

(2)

si

Sólo en gracia de esta utilidad se ha mantenido enterados sus dueños de

visitas,

que supere en amplitud

arte prerrománico,

desde un principio

mucha

ventaja a

consideramos que su grosor de muros no excedía de 00 cmts.

l5

tal

la

vez.

aguamó bóde Melque, y


t'.-T'.T-.rí

Fig. 4. Planta de Santa

^Trr.-'

María de Melque (Toledo).


oo

^


TOLEDO íii.^^r.j^ 3i¿3i .3.

ningún mérito representa

aparejados con

sillería

de granito, alcanzan a 1.40 m. de grosor: por con-

siguiente, su ley estática es casi la

de Santa

iglesita gallega

en vista de que sus muros,

ello

Comba

misma que

desarrolló en

el siglo V'^II la

de Bande, y tanto más vale

este cotejo

cuanto grandes son sus analogías de disposición y estructura, resultando

:omo un

prototipo

Sabida es va

(

que entre visigodos obtuvo

la prediiecci "H

planta de

la

cruz con ramas poco desiguales, particularidad sólo repetida con insistencia,

durante

primeros siglos del cristianismo, en

los

Asia menor, según

el

hoy día una porción de ruinas, cuya

atestigua

enumeración no hace

tampoco

insistir

en

caso ahora

al

los otros

como

Í2),

modelos peninsu-

i

La principal diferencia entre Melque y sus análogas visigodas, como también respecto lares.

~^

de

barcelonesa de San Pedro de

la

está en la

cabecera, que forma un ábside con

curva de herradura, por dentro, y rectángulo por fuera íLám.

Santa María de Tarrasa finido,

y

glo

—^

^

obra de tiempo inde-

,

(3), la

catedral francesa de V'^aison

Venasque

í

5)

'

'

ción CFíg. (i)

.

í

(4), el

las igle-

c

ii

África ello se

.

,

'la compara-

6).

neuland der KunstW. M. Ramsay and mis G. I..

Véanse especialmente: Strzygouskí: Kleinasíen ein te. ;

(3)

y casi todas

el si-

ficientes, inte-

iii

resa dar

paños en

según repiten

II),

., jívr-/-»sias Iconcsas del X. En Oriente y

PUnU de

Santa Comba de Bande íoreiue)

Fi«. 6.

IX

tres

que bien pudiera rebajarse hasta

baptisterio de

*

las Fuellas,

J.

— Rott;

K.leínasíat¡s

Thousand and One Puig y CadaCalch,

etc.:

"

'

:

f^

L'arquítectura románica a Catalunya, tomo

I,

página 321. (4)

Bulletin

gieuse en France; (5)

monumental;

i^oS, pág. 253.

— Lasteyrie:

L'architectuí

c

.

-

ñg. 161.

Bulletin archéolog

.

página 2^7.

18

des

tr

storiques;

1904,


MELQUE observa cuando van asociados

propósito de evitar rincones tan iglesita si

bien data del siglo XI o XII

razado su ábside,

al

(i),

y

las

al

análoga a

basílicas de

período bizantino

(2),

la

Annuna

de Melque. y

Guelma

que tienen desembaespañoles. Esta

obra por fuera dótala de un refuerzo equivalente

la

mucho

de los estribos románicos, facilitando

eludiendo

muy

Jinnis,

como en Melque y demás ejemplares

solución de encuadrar

el

pero dan ejemplos en contrario, una

s(Jlo:

armenia cruciforme, cerca de

en Argelia, correspondientes

al

ábside compartimientos laterales, con

al

aparejo del

conforme a un principio de

exterior redondeces,

guardado escrupulosamente por

el

musulmán de

arte

el

muro

v

estética,

acá: ello presta

carácter a lo que podríamos llamar bizantinismo occidental, en oposi-

ción

de Grecia.

al

Rompen adyacentes a

la

simetría del edificio únicamente sus

la capilla

mayor, resultando

cho más recio de muros que

incertidumbre que padecemos sobre en

hace

iglesias españolas

las

difícil

cuerpos laterales,

el

la

mu-

del lado de la epístola

y cerrado hacia

otro

el

el

La

crucero.

el

destino de tales dependencias

explicación de este caso,

com-

plicado rnás por utra singularidad, que consiste en haber puertas hacia el

pero nótese que, fuera de

exterior:

ellas,

la iglesia

no tuvo sino

otra,

hacia poniente, cuando es lo general que haya dos. por razón de las procesiones.

A

parte de la epístola

la

altar y ventanilla,

capilla el

según

mayor y hacia

el

vemos una capillita hacia

rito:

detrás,

otro lado pudiera suponerse desaparecido

oriente,

aquello de entrada accesoria para

En

el

crucero,

al

lucillo.

(1)

En

el

altar

altar allí: en

la

En

con su múrete diviel

fondo, hacia

cambio, pudo servir

la iglesia.

frente de su brazo de la derecha, o sea lado de la

epístola, y debajo de la ventana,

de

el

frente a la del altar.

embargo, faltando ventana en

menos verosímil un

resulta

crucero, con su

un aposento, con puertas hacia

campo, y una ventana, de

sorio dentro del arco: sin

el

mismo

húndese un gran arco en

el

muro, a mudo

brazo, en dirección a puniente, hay una venta-

Bachmann: Kirchen und Moscheen in Armenicn und Kurdistan;

figu-

ras 19 y 30. (2)

Gsell:

Les

monuments antiques

ly

de l'Algerie; tomo

II.

págs. i6ó y 201.


TOLEDO que corresponde por fuera con un hueco arqueado, como puerta (Lá-

nilla

minas IV y V) no primitivo

sino hecho para comunicar con

tal vez,

cuerpo de habitación, agregado por señales claramente: recuérdese

la

a la iglesia,

allí

y del que

se

un ven

ventana de Doña Sancha en San Isidro

de León.

En

brazo contrario, por bajo de

el

duda

ventana

la

lateral,

hay una puerta,

con dintel de pizarra y que se cerraba desde afuera, comunicando con un recinto a cielo descubierto (Lám. IX b), que rodean lu-

sin

postiza,

arqueados, en semicírculo

cillos

aun

al parecer:

llaman «el cemente-

le

rio», y debió de serlo. La torre que, arruinada ya, cabalga en del crucero, y otro

correspondan

al

una especie de

cuerpo sobre

tiempo de castillo,

los

según

mayor

la capilla

es

muy

el

centro

probable que

Templarios, cuando hubo de formarse los usos de

época.

la

allí

La sobrecarga que

representan estas agregaciones originó, de seguro, los desconciertos, roturas y

desplomos que en todo

el

crucero se advierten por dentro.

El hastial de poniente (Lám. V), forma

sobre jambas

apean hacia

mucho más

el

interior

avanzadas,

un poderoso

un gran arco

medio punto,

a

como en San Pedro de

dintel;

la

'Nave,

que

en cambio, por fuera albérgase

ruda y postiza obra, compuesta de dintel en tres piezas con enlaces acodados, arquillo para descarga y paramento de mampostería menuda, hasta llenar todo existió

el

hueco

del arco grande.

un porche incorporado

Reconócese, además, que hastial

al

acaso, y bien se ve relleno de piedra

mismo, con puertas

menuda

el sitio

pared con otra. Es verosímil que, excavando

el

mas ahora

exterior laterales

donde atizonaba una

suelo, aparecieran sus

partes bajas o siquiera cimientos conservados. El Sr. fotografiar todo este hastial libre;

al

Lampérez alcanzó

se adhiere

a

un establo a su

parte izquierda, afeándolo gravemente.

El

aparejo

del edificio es todo de sillería de granito, sentada a

y despezada con e hiladas

aun menos

las hiladas,

hav

irregularidad:

de hasta 55 cms. de

30 a 38, y

cuencia

mucha

a veces;

dinteles de 3

subiendo y bajando del

entre

la

ellas

de

tampoco guardan horizontalidad con fre-

modo más

caprichoso, o recu-

rriendo a piezas acodadas para resolver algunos ajustes.

muros permite que

m. de largo

pero generalmente no pasan

alto,

hueso

sillería

de

ambas haces medie un

ripiazón y mortero bien fraguado.

20

El grosor de

relleno de


MELQUE

Fig.

Hoy el aspecto como ajustada mal férica, tan intensa

7.

de

Perspectiva axonométrica de

la

el

de Melque.

obra es rudo, viéndose descantilados

la sillería:

en

la iglesia

pero ello es sólo efecto de

granito, pues algún paraje,

la

en San Pedro de clásica.

La obra

erigido sobre

el

la

Nave y en

las

del cementerio

lo

humedad no lisura, tal como la

obras morunas andaluzas, según tradición

no diliere respecto de

cimborio y capilla mayor, que

cho más grosero que

bordes y

corrosión atmos-

donde

ha hecho estragos, muestra juntas sutilísimas y absoluta

los

primitivo, y de 21

la

baja

la iglesia:

es de aparejo

pero

lo

acuñado, mu-

Edad Media seguramente.


TOLEDO Los vanos que sirven de puertas son adintelados, con quicialeras para dos hojas y

correspondiente; los dinteles, todos monolíticos,

el retallo

llevan su parte de alféizar (i) rebajado

en

sí,

en

la

para batiente de las hojas,

como

asturiana iglesia de Valdedios. Las

dos puertas mayores, encaradas hacia oriente y poniente, descárganse mediante arcos, de tal amplitud,

que dentro de su

hueco encaja libremente

como debió la Fig.

8.

el

dintel (fig. 8),

repetirse en

San Pedro de

Nave, a diferencia de

los asturianos,

que, según regla general, pisan sobre

Puerta oriental de Melque. por dentro.

dintel igualando su diámetro al la

puerta:

el

muy

primer sistema da una elasticidad

Estos arcos y

el

provechosa a

la

del lucillo o nicho del crucero se desarrollan a

punto; los demás todos son de herradura; pero

como unos y

el

ancho de obra.

medio

otros van des-

pezados a hiladas horizontales hasta nivel más alto que su centro o linea diametral, resulta que

la

lev estática en

hom-

todos es una misma. La parte de

bros enjarjada corre como paramento llano, sin trasdosar;

no

así

el

dovelaje,

sobre cuyo trasdós sobresale buen trecho la

piedra central o clave en

grandes: su despiezo es

mente hacia

lo alto,

hacia puntos

más

arcos

radial

sola-

en extensií'^n de una

mitad de semicírculo:

la

los

resto se dirige

el

altos,

promediada

así

dirección del despiezo respecto de los

otros sectores del arco,

si

bien con poca Fig. 9.

simetría y exactitud (Fig. trario, dial,

9).

Por

Arco

Alféizar

adentro para encajar

es

simplemente

las

el

del vestíbulo de

NE. en Melque.

con-

en los arcos de descarga y ventanas todo

cun centros cruzados, no

(1)

el

muy

el

dovelaje es suprarra-

simétricamente, y clave triangular de

recodo que se hace en conturno de un vano hacia

maderas.

22


MELQUE anchísima

Tocante

con propósito de asegurar su estabilidad (Fig.

c¿ibez¿i, tal \c/.

desarrollo, todos

a su

del semicírculo en cantidad de

los arcos

un semirradío,

titud en los torales. Respecto de las

me

hacia

el interior,

más pequeña, además su

dovelaje,

que

li;

se

ventanas, como

canon susodicho hasta

el

aunque mal trasdosado,

es

observa con exac-

llevan fuerte derra-

sus haces resultan descentradas, y

traspasa

8),

de heri"adui-a tienden a exceder

tres

la

exterior,

mucho

cuartos del radio;

completo, pero extrarra-

díaK dirigiéndose hacia puntos escalonados, con poco orden, de suerte que el

de sus primeras ¡untas suele caer bajo

encima

tantes

plantillas se

(Fig. lo y lám. IX).

guardó en

Nótase en

los

En

el

centro de

la

curva y

los res-

realidad ignoramos qué sistema de

esta y otras iglesias

mozárabes de tipo arcaico.

arcos de herradura que sistemáticamente su diámetro

hueco de entre jambas, y que sus salmeres están algo arredrados sobre las impostas, particularidades ambas que se echan excede en amplitud

al

de ver en edificios godos bien caracterizados, en

la

alcazaba de Mérida,

del siglo IX, y rara vez en obras del X. prevaleciendo desde éste en Cór-

doba

la

En medio,

tendencia contraria.

tradicionales godos, sobresale,

Melque en ción

son

esto de los arcos, su

como

pues, de una serie de pormenores

característica

do con con

más avanzada de

amplitud de rosca, que alcanza

moruna típica, y sin atenuación alguna de Las bóvedas de cañón

muv

la

la

propor-

saliente en los salmeres.

peraltadas, de acuer-

los arcos:

sillarejos,

van hechas

con

bastante

regularidad, y desligadas, al parecer, de los arcos torales: así

en

iglesia

En

el

las

cuatro alas de

la

y aposentos accesorios. ábside formóse una se-

micúpula, prolongada en ambos sentidos; y en medio del

crucero hay una especie de Fig. 10.

cimborio (Láms.VIl comparable a

los

Ventana de

la

nave hacia N., por fuera, en .Melque.

v VIH),

de Santa

Ravena. La estructura de

Comba

esta

de Bande y mausoleo de Placidia en

bóveda

23

es

cupuliforme, aparejada de

sillería


TOLEDO como

y procediendo por anillos,

unas

que luego

aristas,

si

desvanecen en cuanto salvan

se

dida entre los arcos torales, resultando pialzada,

como

la del

una bóveda de

así

compren-

parte

muy

aristas

ca-

como

es el arrancar,

las

bóvedas de

las

romanas, sobre apeos angulares, principiando en repisas embriona-

iguales a las del

rias,

la

San Vital de Ravena, prototipo de

presbiterio de

lombardas. Otra particularidad suya aristas

hay

fuese baída; pero en los ángulos

mausoleo de Placidia. Este cimborio recibe luz por

cuatro claraboyas redondas, derramadas hacia adentro en dirección oblicua.

Respecto de apovos, esta

apeando

los arcos torales,

algo escasas y despezadas a par de los muros,

que

sin basas ni otro capitel

da ejemplo de recias semicolumnas,

iglesia

la

cornisa que rodea

repetido en la iglesia de Liño, junto a Oviedo, y en

ello se

el edificio:

de Lena: algo

la

así

ve

da

también un arco de Escalada y otro en San Millán de la Cogolla, según veremos; mas no vuelven a registrarse, ni antes, desde tiempo de romanos, ni

después hasta

columna en función de

lógico de la

godo

ni

período románico. Esta estructura, hija de un concepto

el

por

pilar,

mozárabe, siguiendo

el

la

no fué sentida por

el

arte visi-

presión de ideas bizantinas; de

Melque y de Asturias, simples jambas redonausencia de capitel hace más sensible, dan idea de buen

suerte que los tales fustes de

deadas, según

la

sentido en

artífice.

el

Cosa análoga

se

hizo en las esquinas exteriores de

mayor

brazos y cabecera, que están redondeadas, para darles acaso

resis-

tencia contra cualquier intento demoledor: no recuerdo ejemplo igual.

Nuestra

hubo de

iglesia

muro, apeando

el

tener verdaderas

columnas,

tangenciales al

arco del ábside, cuyos salmeres vense hoy desbaratados

y sin que debajo haya señal de apoyos.

Todos

los

arcos de herradura, grandes y pequeños, arrancan sobre

impostas molduradas, de rodean todo

el

edificio,

tipo igual a las cornisas que, por dentro y fuera,

excepto sus dos cuerpos laterales de

la

cabecera

interiormente; además, es verosímil que guarneciesen los frontispicios con

que remataban sus Estos

mo Murajes

hastiales, a juzgar por el de oriente

se conserva.

revelan extremada barbarie, siendo una de las notas

fehacientes del edificio y única decoración en todo les

que aun

entre escotas, en

número de uno

él.

más

Compónense de boce-

a tres, sin filetes

que

les

separen; una

mocheta cuadrada encima, por corona, y un apéndice, ya esquinado, ya oblicuo, por abajo (Fig.

1

1):

Como

estilo se

24

parecen a

los

más rudos cima-


MELQUE cios de

l¿i

mezquita de Córdoba, a alguno de Germigny-des-Prés

de San Pedro de

las

Asturias. Entre las super\ivencias

romanas de

sistema de Melque aparece

como

señal de tejado, que entestaba con

iglesia

el

se

lo

un

la

iglesia,

portal, hacia N. y O., relati-

observan (Láms. IV

domina un áspero paisaje de rocas

romano.

no dejaron sino una

la iglesia

brazo septentrional de

se dijo, aparte las otras señales de

vamente modernas, que también

IX en

moldurajes visigodos, y el siglo X, este

intermedio, por degeneración de

Los edificios anejos antiguamente a

como ya

los

a los del siglo

que se generalizó en

simplificación, a base de nácelas,

una

aunque menos,

Puellas y tambieMí,

(i), a los

V). Hacia S. la

\'

graníticas, socavadas por co-

de

rrientes

van

que

agua,

formando cuenca

más y más profunda hacia el Tajo. La fuente Higuera, que nace

de

la

a

poniente,

regato

muy dos

Fig. II. Moldurajc de impostas y cornisas en Melque.

ellos

pie nace la fuente el

que llaman del Estancón,

muy

forma

un

interceptado

en

viejos tiempos por

embalses,

aun

próxima

útil,

uno de a

cuyo

a la iglesia;

y

otro, aguas arriba, muestra su dique roto, elevado en amplio talud por

ambas Otro

caras hasta unos diez metros y con 5.io de ancho por su cresta.

regatillo,

que alluye

de ellos roto y ble

más

el

determinar

alto

cruza por dos diques menores, uno

con taladro redondeado en medio.

estas obras hidráulicas son de

si

más

poseían Melque o

al anterior, se

cuando

los

No

es facti-

Templarios

antiguas.

Sin historia esta iglesia y sin conocerse otros edificios, fechados y análogos,

sobre que basar cronología, no cabe sino apreciar diferencias y

semejanzas para

Como

ir

limitando

base de criterio

el

tiempo en que pudo

erigirse.

debe reconocerse un fenómeno:

la

pujanza de

su construcción por un lado, y su barbarie y miseria decorativas por otro;

(i)

Haupt: Die

Baukunst der Germanen;

25

fig.

163.


TOLEDO de

modo

que, lo uno comprueba desahogo de recursos, prosperidad e

máxima

intento acaso de hacerla indestructible; es decir, un esfuerzo de intensidad, dentro del medio artístico v social en que se formó;

lo

otro

revela una atonía pUistica sin igual y bien elocuente, porque ya nos da un

La Toledo

jalón preciso.

del siglo Vil se distinguió absolutamente por su

exuberancia decorativa: mármoles esculpidos, que llenan todavía dad,

mismo

comprueban con elocuencia. Más aún,

lo

así

que a

siglo o

se atribuyen,

él

ejemplares de

en vez de

las

la

ciu-

iglesias ciertas del

las

contando entre

ruinas de Guarrazar y de San Pedro de

la

cercanas

ellas las

Mata, no dejan de ofrecer

con temas ya geométricos, ya vegetales,

frisos esculpidos,

bárbaras estrías de Melque. Antes del siglo Vil no hay que

pensar en fecharla, por muchas razones, y entre

misma

ellas esta

barba-

más y más inconcebible según nos acerquemos a lo constantiniano. Tenemos, pues, un límite máximo de antigüedad hacia el siglo VIII, rie,

cuando

la

invasión árabe desoló

Busquemos ahora un decenios del siglo

X

límite ulterior y próximo.

el

dominio

doba. Después de 930, cuando el

Península, rayendo todo clasicismo.

vuelven a aparecer

mientras Toledo caía bajo

hacer iglesias con

la

la sitió

iglesias

en

irresistible

Desde

la

el Califato,

de los Califas de Cór-

Abderrahman, no era ya

desahogo que revela Melque; además,

como

centraliza-

la

el

factible

de Toledo,

derivación del cordobés en formas y proce-

pero con cierta originalidad en cuanto

dimientos; ladrillo

revélase

primeros

meseta castellana,

ción y unidad del imperio trascendió entonces a su arte, y bajo

los

y mampostería, con preferencia a

la

al

aparejo,

usando

piedra tallada. Ornamenta-

ción de relieve apenas se halla, y por molduraje sólo

campean

nácelas de

amplio desarrollo. Entre

las

obras toledanas de este período y Melque apenas hay con-

formidad, y desde luego sus caracteres específicos, según van declarados, faltan aquí. Baste añadir

que

acuñada y con argamasa; que

la

jados y con dovelaje subradial; aristas sino baldas,

que no hay

de entonces no es a hueso, sino

sillería

de herradura van secamente enjar-

los arcos

que

las

hechas sin cimbra

y,

bóvedas capialzadas no son de por consiguiente, de

y

fustes entregos ni despezados.

Respecto de otras iglesias ya iremos viendo

que guarda

ladrillo,

esta de

Melque con

las del siglo

26

X

cómo se

las

pocas analogías

dan precisamente entre


MELQUE lo

más

cimborio como precedente de

viejo y arcaico, siendo su

^alltmadas leonesas que en <^ran serie se ccjnservan: estructura, sus arcos

andan cerca de todos

inllujos del Califato.

Su ábside

andan otros raje y

a los

los otros a

bóvedas

también, por

carolingios, y son francamente típicos del siglo

hombres, como el

el

más cerca

IX su moldu-

lo

la

hizo.

tradicional en

Melque

es visigodo;

y da tipos arcaicos respecto del arte leonés del

misma,

ni

más

ni

hubo un período, de 862

menos que

los

hay formas caro-

musulmán andaluz, siglo X. Y como, vista la

hay escasas novedades que provendrán de

historia de Toledo,

siglos,

riesgo de incendios y demoliciones pesase gra-

ánimo de quien

Resumiendo: lingias;

si

la

que no alcanzaron

tiene similares leoneses, pero

columnas. La robustez de su mole parece desafiar, más que

vemente en

así

las

lo

a 930, en que se gobernó por

Estados del norte, en relaciones con

y predominando mozárabes, resulta verosímil atribuir a entonces, bien dentro del siglo IX, la iglesia.

ellos

27



III

ARAGÓN OTRA

región

hist(')r¡ca

de gran valía es

la

aragonesa, donde arraigó

pruntu una capitalidad con gobierno propio, independiente a tem-

poradas y en otras tributario, sobre prevaleciendo Benicasi,

la

allí

los árabes, fué

que asumió

el

el

fenómeno de que, aun

una familia goda islamizada,

poder en

el

siglo

la

de los

IX, al arrimo de Asturias,

Navarra y Toledo. Zaragoza ostentaba una mezquita

muy

venerable, fundaciiSn del tabi

Hánax, compañero de Muza, y que es verosímil cultivase la arquitectura; mas allí no queda sino el recuerdo de dos arcos gemelos, de estilo del Califato,

va destruidos, que en nada diferían de lo cordobés. Explícase

esta penuria por la calidad de los materiales del país tro,

yeso

— tan deleznables, y

Tocante tro,

ello se

hace extensivo

al

ladrillo,

alabas-

periodo visigótico.

Zaragoza conserva un trozo de pretil de alabas-

a cristiano,

de Gy cmts. de ancho, con espléndida decoracií'm vegetal por una de

sus haces, distribuida en tres zonas verticales (Líim. X). Recuerda algo piezas italianas y coptas

(i);

mas, dentro de

la

Península, no hay equipara-

bles a él sino ciertos relieves de Escalada, de principios del siglo X. Por

(i) fig.

no) y

Fragmentos de ciborio en Cividale (Venturi: Storia deU'artc italiana; frisos

de Ajnas en

el

Musco

del Cairo ^Gayet: L'art

29

copte,

t.

II,

págs. 84, 218 y 219).


ARAGÓN habríamos de repu-

consi¿;uiente, de tener \ali>r sincrónico este parecido, tar

mozárabe dicho fragmento y presumir sobre él un alto desarrollo durante el período que estudiamos (i). La epigrafía cristiana de

artístico

Aragón

casi es

Pero

también desconocida. francamente mozárabe tan poquísimo da de

tierra

la

si

cambio

el

sante y

mal conocido en

muy

Navarra conserva algo

país aragonés fronterizo con

sí,

en

intere-

SAN JUAN DE LA PEÑA Sabido nes de

un

por

papel de este santuario en los oríge-

las historias (2) el

restauración aragonesa. La leyenda es antigua y en cierto

la

se acredita sitio,

es

con yacer

allí

algunos de

los

primeros caudillos de Navarra:

además, ofrécese como teatro digno para levantar

ideal de libertad y fortalecerlo en la

que desde

del llano,

La

pinares.

documento

monumento, que

se

domina

a través de

un

a los invasores

montañas y de bravios lejos la desolación del

criterio de escepticismo sano;

la sierra

el

espíritu hacia

el

empresa de expeler

podrá dudar de todo; desde

historia

inspira

allí

modo

mas, en presencia del

entera con sus bosques y sus panoramas consti-

tuye, ha de confesarse que las legendarias huidas a la cueva, la atracción de

sus anacoretas en la crítica, lo

(i)

ciente al

avalora

A más

códices 1397, 2078,

1

297 y 1236 de

la

el

códice de

Cogolla n."

la serie

como

pertene-

Museo Arqueoló-

etc.,

valen para

la historia

de este Monasterio los

Biblioteca Nacional; su cartulario, de que subsisten va-

tomo VI de

por ejemplo

Historia;

la

el

impone.

conocidos de Abarca, Blancas, Moret, Briz,

los libros y estudios bien

rias copias,

y

susodicho,

se

2.', n.° 10).

Yepes, Risco, Traggia, Quadrado, Oliver,

el

al

cancel, se descubrió en la plaza del Pilar y existe en

de

comprobado por

y un raciocinio de credibilidad

la fantasía

Otro fragmento, pequeño, pero análogo en absoluto

mismo

gico de Madrid (Sección (2)

edícula de San Juan, todo aquello no

la

31

,

la

en

colección la

Abad

de diplomas reales y particulares conservada en

y Lasiorra en

misma Academia, que

30

el

la

Academia de

la

trae algunas efemérides,

Archivo histórico nacional.


LA PENA Los hechos pueden reducirse a poco, una gusto de los siglos medios, que

Muchos

cristianos aragoneses,

musulmanes, edifican

los

más

relaciones

las

huyendo

monte

al

eliminadas leyendas a

\'e/,

I

viejas

no incluyen.

ruel por

no rendirse a

de Pan(jn, que es tomado y destruido

el castillo

luego por Abdelmélic ben (^atan, en 734 probablemente. Cierto Juan hace vida eremítica en torio él

la

cueva de San Juan de

(edicula), sin que conste

mismo

llegaron al

goza, Voto v Felicio,

sitio

ni

Peña, donde fabricó un ora-

la

aun aproximadamente

la

fecha.

Muerto

dos hermanos, caballeros mozárabes de Zara-

imitando a Juan en su penitente vida;

siguen

les

otros dos. Benedicto y Marcelo, por cuya agradable conversación y

refugio que

Ahora al

cueva ofrecía, comenzó a sentirse gran atracción hacia

la

v esto en los primeros decenios del siglo IX.

el sitio,

uno,

bien, entre los

pergaminos conservados del monasterio, hay

parecer original y fechado en 858, por

el

que García Jiménez, rey

de Pamplona, y Galindo, conde de Aragón, conceden

San Juan

Bautista,

llamado de

Peona y

otro

pequeño monasterio, San Martín

nos.

Verdad

blemente

que

es

otro,

se

ha supuesto

semejante a

él.

abad

a su

de Ciella.

que también

se

monasterio existía en dicho tiempo, se hace posible

el

rey aludido amplió su el

dores de

armas

las

(i);

la

(i)

los

don

J.

al

Fortún Garcés, a

monasterio, cortando

mismo

fines del

litigios

siglo

IX, éste

suscitados con los pobla-

villas colindantes Benava y Katamesas.

victoriosas contra Navarra,

altares,

cuando Abderrahman

otra turba

de

1

11

llevó sus

fugitivos se acogió a la

iglesia

con

dio sepultura honorífica al cuerpo del ermitaño Juan, y

Lstc lleva fecha de 9G4 y existe en

Oliver

que

iglesia

tradición sigue refiriendo que,

diplomas

pero no hallo

tradición de que

nuestra cueva, donde hizo viviendas, procedió a ampliar

nuevos

proba-

lo es

y que en ella fué sepultado, hecho necrologio de Leire con omitir a dicho rey. Después hay

noticia de que. reinando

señaló términos

como

contrario, sabiéndose

el

que confirma

propiedad de

con sus rentas y térmi-

conserva

el

monasterio de

al

Atilo, la

diploma,

falso este

fundamento para negarle autenticidad; y por

La

el

reales;

aquél tiene

el

el

número

(Discurso de recepción en

.archivo histórico, 2

la

en

misma

bajo

el

número

serie, y fué

.\cademia de

y 7 de sus documentos).

la

la

H entre

publicado por

Historia; números 6


ARAGÓN un obispo

fué dedicada por

en

Iñigo,

Febrero de

de

5

además, organizóse una comunidad de clérigos, bajo Transirico, y cuando, pasada casas,

allí

quedó

encaja entre

que

el

año 920, fecha de

Simancas, tan gloriosa para

plona, y otra en 937

bató

refugiados a sus

de Valdejunquera, v

la batalla

contra Navarra fueron, una en 924, cuando

por

los

monasterio subsistente. La cronología de estos hechos

el

se dio la de

año;

potestad abacial de

la

tempestad, volvieron

la

incierto

(i),

que motivó

los cristianos; las

el

939, en

campañas

Abderrahman destruyó Pam-

reconocimiento de su soberanía

el

moro de Zaragoza y por el cristiano de Navarra, a quien arretreinta castillos. En aquel tiempo mismo año, 928, el conde Galindo

el

rey

amojonamiento

rectilicó el

Llegado a

del término del monasterio, bajo la autoridad

como regente. mayor edad García Sánchez y

de Jimeno Garcíez la

nuestro santuario, subió

allí

el

creciendo

la

fama de

conde Fortún Jiménez, que, complacido

instado por los monjes, cedióles un territorio vecino con cierta

Gallons», que

ha identificado mal con

se

la

cueva bajo que

e

«cova

se abriga el

monasterio. El rev, no sólo aprobó este donativo, sino que, subiendo a su

monjes derechos de juridicción para mejor defender

vez, concedió a los

sus propiedades:

En

lo

ello

sucesivo

aumento. Sancho

la

II,

en 969.

fama y grandezas de San .Juan de la Peña fueron en García su hijo y Sancho el Mayor sobre todos, lo

enriquecieron con donaciones de tierras, villas y monasterios;

dispuso introducir en

él los

el

último

privilegios y regla de la casa matriz de Cluní,

eximiéndole de juridicción episcopal, y fué repoblado con doce monjes y el abad Paterno, hacia i*)i4. Separada luego Aragón de Navarra, la Peña constituvó iglesia

el

santuario predilecto y enterramiento de sus reyes, donde una

nueva fué consagrada en 1094

de puro estilo románico. Luego

(2),

vinieron calamidades: primero, decadencia y menosprecio reino hacia florido con

la

región catalana,

bien aun tuvo

si

una obra riquísima y de

las

capitular o capilla de San Victorino en

al

orientarse

acogida

el

lo

gótico

primeras españolas, que es

la sala

el

claustro,

allí

hecha de 1426 a 1433;

luego, un incendio, propagado desde las cocinas, en 1494, acabó con todo

(i)

Véase: Dozy:

Recherches;

(2)

Academia de

la Historia:

3.*

edición,

códice 31 de

32

tomo

la

I,

págs. 222 a 223.

CogoUa, en anotaciones

del siglo XIII.


LA PENA

el

niaderajo del edificio,

que aun

se

alhajas y

ornamentos

entonces

donde

).

( I

comunidad

la

nuevo

y mayor desastre

)tro

incendio

como

sin poesia de ruina ni

mas para

alli

111.

el

conmemoran (3), transfigurada Hoy todo nos ofrece sus muros

un

cuyo pie mana todavía rumorosa la

notoria

la

la

encalados,

entrañas de

las

el

la

roca,

paisaje por todos lados, la

todo entero

cueva, ennegrecida el

monasterio, y a

fuente. El edificio resulta

aureola soberbia que ella

en-glacial

por abajo; breñas y matorrales, entre los

e inaccesible

y rojiza a trechos, que alberga dentro de

luchando con

reyes,

profundísimo, con enredoso

valle

yergue un pinar magnífico, cierran

y deslucido bajo

cueva,

la

gravedad que su abolengo reclama.

la

dejando ver, sin embargo, en una clara del fondo,

así,

encima de

donde yacen algunos

capilla

la

decidiendo

(2),

anticuo constituyó un último

poderoso manantial, abriéndose paso en

camino desde arriba se

en lOyS

se

desgarróla hasta franquear ante

que

acaeci<')

trasladarse a un llatKj, por

edificio;

renovación de

la

tantos

<

anaquelería bajo Carlos

Un

primores decorati\'os de sus piedras,

\en calcinadas, y consumi(') libros, aliares, cajas de reliquias,

sur^^ió

aunque no

destro/.i') los

le

de cerca, no puede

deparó

la

el artificio

ruindad de sus creaciones. Chocan,

sí,

las

pequeño

Naturaleza: porque

humano

sino hacer

cubiertas del edificio,

simplemente entabladas; y su cuerpo central descubre algo de obra románica,

formando una especie de

lisos,

otros dos encima,

que dan luz

a

la

torre,

con ventanón de arcos escalonados

hoy cegados, y largas saeteras abocinadas en

iglesia

bajo,

subterránea, única parte del edificio que nos

corresponde examinar (Lámina XI).

Primitivamente

En medio,

el

suelo de

la

cueva formaría declive

a su pie y teniendo tras de

sí el

muv

acentuado.

manantial, formóse

la iglesia

primitiva; y a su alrededor pujarían viviendas y cementerio, escalonados

(1)

Biblioteca Nacional: ms. 1236.

(2)

Abarca:

(3)

De Navarra no yacen

Trépido y

la

anteriores a

Anales de Aragón; tomo

esposa de Sancho

Ramiro

Aragón; tomo

I,

I

que

se

allí,

el

1,

pág. yb.

probablemente, sino Garci Jiménez, Garci Sánchez

Mayor.

A

ellos

corresponderían

las tres

únicas sepulturas

reconocían sin epitafios antiguamccte. (Abarca:

pág. 74).

33

el

Anales de


ARAGÓN

Figs. 12 y 13.

San Juan de

la

Peña

:

planta y sección de la iglesia subterránea.

34


LA PENA por todo la

el

ámbito de

la

rasante principal del

Andando el tiempo, establecióse más en alto monasterio, de modo que la primera iglesia quedó gruta.

subterránea, prolongada hacia los pies con otro cuerpo de edificio y dis-

Fíg. 14.

San Juan de

la

Peña: perspectiva de

puestas amplias sostrucciones a

la

la iglesia

subterránea.

parte del Evangelio. Asi,

la iglesia

con-

sagrada en 1094 viene a tener debajo y justamente hacia su mitad santuario primitivo Éste ello

(i).

mide escasamente

siete

en dos naves y capillas a

para orientarlas

(i)

el

asi. al eje

la

metros en cuadro de planta, distribuido cabeza, dirigidas hacia SE., ateniéndose,

transversal de

la

gruta (Figs. 12 a 14 y lám. XII).

Respecto de éste no hay publicado, que yo sepa, sino dos líneas que

señor Lampérez en su citado libro:

tomo

I,

-

pág. 258.

35

-

le

dedica

el


ARAGÓN He aquí una así;

pero en su cabecera

probando que

por su disposición geminada: En

y Compostela, románica

criptas de Leire

algo

iglesia notabilísima

la

distribución

cias de apeos y bóvedas.

otra, se repite

la

geminada solamente obedece

Lo mismo, según

en otras alemanas insignificantes

(i).

a

capilla,

convenien-

regla dominicana, se observa

de los Jacobinos de Tolosa, y San Millán de la CogoUa resulta otro

en iglesias francesas, descollando entre

ellas la

más completo; pero ya veremos que

caso

una y ogival

la

dualismo fenece y hay una sola

el

las

tal

disposición se logró acciden-

talmente, al parecer. Luego, te-

nemos dos ejemplares: uno semirománico, en Udalla (Santander) (2); el otro,

del siglo

(Zamora),

casos

aún. Éste de

la

tría perfecta,

XVI, en Nuez

no

explicados

Peña marca sime-

imposible de acha-

car a mutilaciones

reformas;

ni

su explicación verosímil está en la liturgia

misma, que asignaba a

cada nave y a cada capilla una dedicación especial, de suerte que, si Fig.

1

5.

puerta de

San Juan de la iglesia

la

Peña:

dos eran

que

subterránea.

se

las

advocaciones sobre

se alzaba la iglesia,

imponía-

una distribución geminada,

y,

efectivamente, las memorias históricas de nuestra iglesia hablan de estar

dedicados sus primitivos altares a san Juan y a los santos Julián y Basilisa.

En cuanto el

a

paredes,

la

roca misma, cortada verticalmente, forma

lienzo de cabecera y parte del costado derecho; lo

demás de

éste es

revestimiento de mampostería, y los otros dos lados ciérranse con

un

muros

harto gruesos, hechos con sillares bien labrados de piedra caliza fina, cuyo alto viene a ser

de 8 a 32 cmts., dominando

las

hiladas de 22 cmts., poco

más

o menos. La

muy

peraltado, de largo dovelaje y despiezo no radial, sino convergente a

puerta

se halla

en

el

costado izquierdo, formando arco

(i)

Dehio und Bezold: Die

Kirchüche baükunst;

(2)

Lampérez: Obra

tomo

citada;

II,

pág. 280.

- 36-

lám. 169.


LA PENA puntos escalonados,

como en Mclque, y con

tan sólo, ya que no hallamos indicios de

tiempos

(Plfj;.

precedentes en

tal

lo

sistema en otros países ni

i5).

El interior aparece

abovedado con cañones

semicilíndricos, hechos

de sillarejos toscos y sin impostas. Atájanlos dos arcos, que capillas;

visigodo

comunican entre

y otros dos arquitos

si

apeándose hacia

lumna. En

las el

lii7iitan

menguadas naves, centro en una co-

testero de las capillas

el

las

hay

arcos de poco fondo, sin impostas, sus-

tituyendo acaso

ventana de

la

otro arquillo minúsculo taladra

ambas

divisorio de

vir de credencia

capillas,

común

tal

ritual, el

y

muro

para servez,

cuyo

solero avanza fuera del ras del

muro

sobre molduras de nácela, San Juan de la Peña: arquillo medianero entre las capillas.

como facili-

Fig. 16.

tando

poner ob-

el

jetos allí (Fíg. i6).

Estos arcos todos son de herradura, prolonga-

dos en razón inversa de su tamaño, o sea respectivamente, del radio bajo

el

'/.«,

y

'/»

'/a.

semicírculo; su des-

piezo parece radial, según lo que hay visible; respecto

de impostas, llevan un

m oíd u raje

uniforme y

extraño, que recuerda algunos tipos asturianos del siglo

IX(Fig.

Finalmente,

17) (i).

la

columna

su-

sodicha se constituye por un simple cimacio con molduraje de biseles y fuste anillado todo (Fig. 18), cual

no recordamos otro en España, sino

mento

del

Exceptúanse

retocadas hacia (2)

el

Enlart:

las

Monkwearmouth. en

jambas de

las capillas

con baquetones verticales

Manuel

d'

al

mismo

la

/í^t.^r^r

e

período, y algo

Inglaterra

(2).

los

muros

imposta chaflanada.

Archéologie rran»;aise; tomo 37

T.a

que responden contra

siglo XII

San Juan de

17.

un rudo. frag-

Museo de Oviedo, correspondiente

afine de los del pórtico de

(i)

es

f¡^

I,

pág. 112.

laterales,


ARAGÓN En

puerta que da

la iglesia alta, la

dura, reconocido ya por primitiva y coetáneo de

el

al

Lampérez como perteneciente

Sr.

la iglesia inferior,

de mala manera, cuando se

le

un arco de herra-

claustro es

grabó

el

aunque repuesto en

el

a la obra siglo

XII

que hay en su dove-

dístico latino

Su prolongación

laje (i).

excede algo de un tercio del radio, y sus impostas,

o mejor dicho, la imposta

que

resistió a los estragos

del incendio, lleva dos ba-

quetones retorcidos entre biseles, de estilo igual lo

y

que

de abajo (Lám. XI 11 fig-

19)-

Aquí, en

la iglesia pri-

mitiva, se conserva

el

so-

porte de un altar, cilindrico, de 90 cmts. su alto

y 34 su diámetro, algo ro-

zado verticalmente, como para adherirse a una pared,

y con

una cavidad

arriba, para las reliquias,

cuyo reborde indica que tuvo su tapa especial. Los dos altares actuales son Fig. 18.

San

.Tuan de la Peña:

columna de

la iglesia

subterránea.

macizos lio por 71 cmts. en su base, rematando con del período románico. sia,

según

se

Se

le

piedra,

de

moldura biselada, y datarán

Entonces decoróse también con pinturas esta igle-

observa en ambas capillas, que se libraron del enjalbegado

general, gracias a

(i)

de

que en

transcribe en

el

giendo bien su primera palabra,

el siglo

XVII

manuscrito de

Portam,

la

se las inutilizó,

sacando afuera

los

Biblioteca Nacional arriba aludido, corri-

en vez de Porta. La cuarta se lee claramente

caeli.

-38-


LA PENA altares y

puniendo delante retablos. La

capilla de

la

i/.quierda resulta de

acceso dificilísimo ahcjra, por un canal de desagüe, y desfigurada a causa del iiKinantial

que brota en

lo alto

no obstante, grandes vestigios de dichas

Percibense.

creciones calizas.

de su testero, llenándolo todo de C(^n-

pinturas en su b(')veda, figurando

de

la

cruz, hacia lo alto, y

Crucifixión, con ángeles a los lados

la

un martirio de dos santos, en

guera que atiza un esbirro con su

De

fuelle.

los

pie sobre la

puede

letreros

«ministri» y «...am ian us», haciendo creer que representa

Cosme y Damián. Su

leerse

a los santos

románico francés puro, y no han merecido

estilo es

estudio alguno ni aLin menci(')n hasta

La prolongación de

ho-

lo

iglesia,

la

presente.

que será del

siglo

XI

\'

obedece

a la

de encima, constitu}'e dos naves con pilar cruciforme en medio, arcos que

arrancan cerca del suelo sin impostas, bóvedas de cañón y ventanas abocinadas a los pies, todo

liso

completamente. Sirvió de bodega en tiempo

antiguo, según aparece ya en

el siglo

XV, y

es

posible que sus arcos de comunicación, respecto

de

la iglesia

más modernos

primitiva, sean

am-

aún. Al costado izquierdo extiéndese un plio salón

— sobre

viendas claustrales,

el

que hay un patio

— dividido en cinco

\'

\ i-

naves

de diferente amplitud, con bóvedas de cañón

y arcos cruzados sobre pilares, de estructura igual

que

la

susodicha bodega.

La primitiva obra ofrece caracteres bastante precisos y

que responden bien

a las noti-

cias históricas del edificio. Efectivamente, pro-

bada

hay

la

existencia del monasterio en 858,

dificultad en hacer

buena

la

(i)

Aunque no

es garantizable

ni

la

puerta del claustro.

no

tradición de que García Jiménez, rey por

aquellos años, no solamente fué sepultado

primitivo oratorio de san Juan,

SanJuan de laPeña:

Fig. 10.

imposta de

como

allí,

sino que hizo ampliar

su epitafio consignaba

(i),

el

compro-

siquiera su existencia, helo aquí: «Hic requiescit

famulus Dei sénior García Ximend primus rex Arayonum qui ampliavit dictam ecclesiam sanoti loannis ibique vita functus sepelitur». Yepes:

nito; tomo

III, fol.

14 V.

39

Crónica de

la

Orden de San Be-


ARAGÓN bándolo aquellas otras referencias de que

aragoneses

los

hacia 924, hallasen ya una iglesia con dos altares, va, entre los

ño, y

que dieron honorílica sepultura

que añadiesen otros dos

la iglesia,

al

consignan en narraciones, óbitos y

se

y realmente del siglo

X

la historia

más o menos adjuntas

pero

(i);

ermita-

el

epitafios,

éstas,

como

no merecen

a

fecha

la

todas las fe

alguna,

tradicional de Navarra carece de cronología antes

(2).

Así obtenemos existía en

se conser-

obispo Iñigo. Suena también

de 842, según unos, y de 874 según otros

que

como aun

cuerpo de Juan

al

altares, en capillas

cuya dedicación rogaron

tal

refugiados,

allí

presunción de que

la

edificio primitivo actual ya

el

924 y databa verosímilmente de hacia 85o. El no apreciarse

indicios de

inlluencia andaluza,

por

sino,

visigoda neta, caracterizada por

la

el

contrario,

una tradición

forma v proporciones de sus arcos

y despiezo del de entrada, son desde luego favorables a dicha hipótesis, y

la

más

refuerzan

otros caracteres secundarios,

que

reflejan el arte del

mol-

siglo IX, cuales son el peralte extraordinario del arco de entrada, el

duraje todo y

la

supresión de capitel en

la

columna. Por último,

duras funiformes del arco alto recuerdan precisamente dicho

el

señalar

avienen con

Blancas (Aragón,

(i)

gunda

se

el

ms. n." 1236 de día de santa

los

demás

rerum comm.

la Biblioteca

Águeda,

5

asturiano de

y privación de adorno son rasgos bárbaros

siglo. El fuste anillado

que también

lo

datos.

i588; pág. 24) da la

primera fecha, y

Nacional, escrito en 1594. Coinciden

de febrero, para

la

consagración, siguiendo

latina adjunta al Cartulario; pero Blancas lo hace dubitativamente, tenida en

nión del príncipe de Viana, que

mol-

las

fijó

en día de santa

Ana

tal

la

se-

ambos en crónica

la

cuenta

la

opi-

ceremonia. La segunda fecha,

874, se asigna por todos al fallecimiento del abad Transirico. (2)

Compruébase

ello

en vista de

la

exigüidad de noticias que pudieron allegar los

escribas de los códices Albeldense (976) y Emilianense (994), tratando de hacer historia de

Navarra, por vez primera acaso. Ellas arrancan de 906 con Sancho Carees, después de esta declaración:

«Hic

a prcdictis regis

se decía en Albelda, foco tal vez el

(Pampilonensium nomina) ignoro quales

más

culto de Navarra,

centenares de monjes.

40

donde

se

fuisse».

congregaban a

la

Y

esto

sazón


IV

CATALUÑA existencia de influjos

LA

Cataluña, es decir,

dentro de

Cataluña desde

como

un posible

reflujo de

el

dominio franco en

iniciativas

meridionales

organización septentrional, carolingia, que informó a

la

el siglo

del Sr.

el

peninsulares bajo

IX, es cosa no investigada, que yo sepa; libro hay,

Balari(i),

donde

problema

tal

se elude

absolutamente,

con dejación de cuantos datos conducirían a vislumbrarlo, y no menos curiosa es al

caso.

habilidad con que otros (2) retuercen argumentos favorables

la

En

el

terreno artístico

Puig y Cadafalch

el Sr.

(3)

ha consignado

con lucidez hechos que bastan para acreditar su existencia; y ahondando míís en

el

propio tema, parece verosímil descubrir aquí un estado análogo

aunque muchísimo menos pujante. Respecto de maní festaciones sociales y políticas un hecho parece

al del

reino de .Asturias,

seguro, y es

la

no ingerencia de elementos mozárabes en

tiva de Cataluña; a

lo

menos vo no

hallo vestigio en

(i)

Orígenes históricos de Cataluña,

(2)

Por ejemplo,

el

Sr.

el

la

acción direc-

caudal de docu-

1899.

Sanpere y Miquel, en su discurso sobre ^<L'ari barhrev,

págs. 33 y 35. (3)

a

J.

Puig y Cadafalch, A. de Falguera y

Catalunya;

t.

1,

J.

págs. 359 y siguientes.

41

Goday: «L'arq u itcctura

románica


CATALUÑA mentación que

apoyada por

se

me

La íntima conexión con Francia

alcanza.

e

Italia,

que recibía su inspiración del Papa y del Metropoli-

el clero,

tano de Narbona, determinaba en Cataluña una orientación europea capaz

de neutralizar hasta cierto punto, y desde luego oscurecer,

datos acusan, no obstante, su presencia. Hacia 874,

andaluza. Algunos

un presbítero de Córdoba, llamado Tirso, Barcelona, a despecho del obispo, y con apelar al rey de Francia

que

los

corriente

la

obispo a

el

ejercía funciones pastorales en

de invalidarlo

fin

hubo de

favor y éxito, que

tal

No olvidemos

(1).

francos se habían hecho dueños de Barcelona por fuerza y sin

apoyo de su población indígena, que seguramente prefería

musulmán, como insinúa

el

«Mientras tanto, dice,

ciudad era inhospitalaria para

más bien

asociada

al

la

partido de los moros»

esquivase aún

el

mismo pueblo

a

un mozárabe. Además,

la

la

No

(2).

dominio

el

poeta Ermoldo Nigelo, comentando

el

asedio:

el ejército

franco,

pues, extraño que

es,

autoridad del prelado franco, siguiendo

protesta

armada contra

había

los invasores

surgido rápidamente cuando los godos, auxiliares de aquéllos en un principio,

perdieron

uno de

benevolencia imperial, determinando

la

ellos, alzase el

país,

gran daño y vergüenza de

en 826, ayudado por tropas cordobesas y con

yerma y devastada: hacia

tiempo de su conquista

o

la

la

parte de territorio donde

llegados

(i)

España sagrada;

(2)

Pasaje alegado a este propósito por Dozy: Hist.

II.

marquepudo

conquista tuvo luego que recibir gran masa de colonos

pobladores de tierra musulmana, ya

cap.

sur, por los

y hacia norte por las tropas

(4),

árabes auxiliares de Aizón, en forma que consolidarse

que Aizón,

los francos (3).

Cataluña entera quedó ses francos, al

el

t.

XXIX,

págs.

formando grupos con

184 y 464.

des musul. d'Kspagne;

Los versos dicen: «Urbs crat interca francorum inhóspita turmis,

maurorum

t.

II,

votis

adsociata magis.» (3)

Anales bertinianos;

bién en los de Einhart. El Sr. el

hecho de

hasta

la

campaña

Gerona en

insertos en la

Codera pone muy en duda

realizada por

el ejército

cordobés,

sagr.; la

al

Capit. an

.

8

i

5;

X, pág. 574, y tam-

mando

de Marohán y llegando

demás. (Estudios críti-

201).

en Baluze: Capitularía

regum francorum;

Crónica de Ludovico Pío; texto citado en .Marca hispánica,

t.

existencia de este Aizón; pero

827, es perfectamente histórico y garantiza lo

cos de historia árabe española; pág. (4)

España

42

col.

281.

t.

I,

col. 549.


CATALUÑA SUS propios condes, ya sueltos

(i),

y ellos provendrían de

mismo, antaño

o bien serian las {gentes del pais

baja Cataluña

la

fugitivas ante el avance

aselador de los francos. Consta una primera etapa de colonizadores

mozárabes ellüs,

que

Consta cos

se

concepto legal bajo que fueron amparados por

el

(3); y,

nombres de cuarenta y dos de expresan, hay dos árabes, Zoleiman ) Zate, «m il ites» (2).

bajo (>arlo Magno; y entre los

además, tenemos recuerdo suyo en varias

una de 85o que alude por

otra, de 872,

a

que

la

los «sujatarii

cita,

(5),

en que se exceptúa de ser donado a

donaci'm en

la

(7).

Todo

hace sospechar

ello

mozárabes, serían

tes del sur,

los

(4);

condado de

catedral de Barcelona cerca de

llamarse entonces Spania privativamente las tierras

península

el

y una tercera, de 878, más explí-

Montseny «quod spani homines de eremo traxerunt»

tra

cartas, por ejemplo,

yspani», en tierra de Gerona

se reser\an de cierta

Besalú «apprehensiones iiispanorum»

los reyes fran-

si

(G):

bien sabido es

musulmanas de nues-

aquellos

mismos inmigran-

«primi homines» de

documen-

otros

tos (8), laicos y monjes, colonizadores del país bajo el señorío franco, y

que con derecho de «aprisione» llegaban

Uno

en cultivo.

a poseer las tierras

homines»,

de aquellos «primi

Galí, lleva

que metían

nombre que,

corregido en Galib, resulta árabe, y otro se llamaba Samuel, caso frecuente entre andaluces

(i)

Capit

.

(9).

an. 816; en

id., col.

id.,

5óq.

Copiada en

la

España

sagr.

;

t.

XLIII,

pág. 369. (2)

Baluze: obra

cit.; col.

(3)

Id., id.; cois.

549 y 5Ó9.

(4)

Marca hispánica; documento núm. XXI.

(5)

Id.;

499.

documento núm. XXXII.

(6)

España sagrada;

(7)

Valga

XXiX.

t.

como ejemplo

pág. 459.

esta frase de Oliva, el obispo

predecesor Borrel, que «ab hispanis veniens (Villanucva:

Viage literario;

t.

et

lerundam

de Vich, refiriéndose a su

adiens..

morte pervenlum

estv».

VI, pág. 291). «.\rgento de Espania>\ «auro spanescho»»,

«mancusos de Spania», «monete

Ispanie>\ etc., designaban en Cataluña las piezas árabes,

en contraposición a

La diferencia entre Ispania

se declara

en

las

las

del país.

actas del concilio

página 2G2).

Ob.

(8)

Balari:

(9)

Id., id.; pág. 321.

cit.;

y Cotia, es decir, Cataluña,

de Barcelona, año go6 (Villanueva: Ob.

págs. 316 y 316.

43

cil.,

i.

VI,


CATALUÑA Esta

misma razón

nombre

del

hace creer mozárabe a un «Abab-

dela qui vocatur Maradon», testigo en juicio a favor del obispo de

en 8i8

(i);

Sálama

como

era

dueño de

pur

cierta villa

Abdirama», en

al «villare

una

«vilar de Abdela», en la N'ellés (6); a

(9).

Acaso también

misma

(8),

estirpe

tierra de Besalú (5); al

Bañólas

(7);

y a la conocida villa de

lengua árabe corresponda

a

la

«villa lafare», hacia

Moya

a un «castrum Marphani», cerca de

un

(2);

en 950(3), y un Tebet figura

allí,

Recuerdos de otros hombres de

testigo en 1002 (4).

quedaron dando nombre

Calaf

Abdala

otro presbítero de Gerona, en 908, se llamaba

Gerona

el

nombre de una

«speluncam Guandalmate» citada en 939 (10). Nombres genéricos árabes en documentación catalana de entonces deben ser raros: sólo recuerdo un <^camisio de alcotono»

un desarrollo de comercio

más de

a

(i i),

muy

nomenclatura monetal. que prueba

la

vivo (12).

andaluz

es

indicio

un obispo de Gerona, Godmar, dedicó

al

califa

Del influjo científico

la

crónica franca que

Alhaquem, siendo prín-

caso de Gerberto, aquel famoso y cipe (13); mas sobre todo hace fuerza calumniado Silvestre II, que, llevado de un ansia de saber excepcional el

(i)

España sagrada;

(2)

Villanueva: Ob.

(3)

Id., id., id., pág. 24Ü.

(4)

Id., id., id., pág. 257.

(5)

Marca hispánica; documento núm.

t.

cit.; t.

XLIII, pág. 371.

— Villanueva:

Ob.

cit., t.

XIII, pág. 222.

Xlll, pág. 238.

LIV. Esp. Sagr.;

t.

XLlll, págs. 381,

392 y 398(6)

Esp. sagr.;

(7)

Marca

(8)

Villanueva: Ob.

(9)

Id., id.;

(10)

Id., id.;

(i i)

Id.,

t.

id.;

2.°),

infiere

1,

pág. 482.

CLXXIV.

VI, pág. 271.

295.

VI, págs. 270 y 271.

id.,,

pág. 273. cit.;

principios del siglo XI se citan pieles «espanescas» o

págs. 602 y 604, y

mismo

y desde fines del

A

siglo

Balari:

Ob.

cit.,

Homenaje

abundan ya

de referencias acotadas por Balari. (Ob.

(12) t.

cit.; t.

VIH, pág.

t.

«alfanechas» (Balari: Ob.

nota

XXIX,

t.

hisp.; documento

págs. 663 a 673.

cit.;

los

a

D.

F.

Codera,

nombres genéricos

árabes,

pág. 209,

como

se

págs. 601 a 616 y 686.)

— Botet

y Sisó:

Les monedes catalanes;

págs. 26 en adelante. (13)

Referencia de Masudi consignada por

d'estudis catalans;

t.

III,

1909-10, pág.

181.

44

el

Sr.

Codera:

Anuari del Instituí


CATALUÑA entre europeijs de entonces, acud¡('), hacia

Atton, obispo de \'ich, allá

matemáticas con

a estudiar

(jGy,

siendo trasmisor en Europa de ciencias ignoradas

peculiares entonces de las escuelas árabes C(jrdobesas,

\

música y

astronomía, geometría,

Él

(i).

multiplicación y división de los números, obra de un Yúsuf,

la

sabio español, o sea andaluz

y

(2),

la

traducción que Lupito, barcelonés,

había hecho de un libro árabe de astrologia

ánimo de Gerberto con hervían Francia

Italia,

e

Más aún: trastornado

(3).

turbulencias, crímenes

las

y barbarie

aquel gran espíritu catalán en

(4).

el

que

en

suspiraba desde allá por repetir su viaje a Cata-

luña en busca de paz v de consuelos, que trataba de hallar en

tífico

son

mismo sostuvo después obtener libros árabes, como cierto

tísica

correspondencia con catalanes para tratado de

como

la

Hlosofía

Ello viene a darnos idea de un llorecimiento cien-

el siglo

X,

como

reflejo del

de Córdoba y a base de tra-

ducciones árabes en ciertas materias, cuya repercusión en Europa pudo

además, algunos volúmenes contenidos en

ser grande; librería de

medio

(5),

zárabe, en

Ripoll,

sorprendente

creada entonces, se explicarían mu}- bien por este

haciendo ver en el

la

el

mo-

gran cenobio catalán un foco de ciencia

sentido arriba dicho.

Por complemento, sabemos de relaciones diplomáticas, o más bien declaraciones reiteradas de obediencia y clientela, por parte de los

condes de Barcelona, en pro de

menos

(6);

(1)

hecho de que

Biografía

los califas

los historiadores catalanes

(2)

no

t.

se

lo

han dado mucha

Leltres de Gerbert,

de Gerberto, por Richer, citada en Ilavet:

París, 1889. Las alusiones a su aprendizaje

España sagrada;

de Córdoba, hasta 974, a

con musulmanes fueron consignadas por Risco:

XXVIII: Advertencias preliminares.

Cartas nú ms. 17 y 27, escritas desde

Reims en

984:

«Libellum

a loseph

Ispano

editum», y «loseph sapiens sententias quasdam edidit», dice. (3)

Carta

núm.

24 «Lupito barcbinonensi», a quien dice:

«Librum de

astrologia

translatum a te michi pétente dirige.» (4)

Carta 45, dirigida desde Reims en 984, y

(5)

Se catalogaron en

ella,

mética, otro de música, varios

en

el

la 72,

escrita

desde

«de computo»

Abenhayán nos ha trasmitido

y 974, que tradujo

el

Sr.

Codera.

(

en 980.

uno de

págs.

io5 y

107.

prolijos relatos de dos de estas embajadas, en

Boletín de

la

pág. 454.)

-

45

arit-

y otro de los signos del Zodiaco. Beer:

Die Handschriften des Rlosters Santa María de Ripoll; (ó)

Italia

siglo XI, cuatro libros de medicina,

-

.\cade

m ia

de

la

Historia;

t.

971

Xil,


CATALUÑA cuenta,

parecer, no obstante su importancia para reconocer la verda-

al

como probable consecuencia en yOb (i). Asimismo su com-

dera situación política de Cataluña entonces,

de

embestida victoriosa de Alhaquem

la

II

probación plena dásenos en un:i frase dictada por en 988, brindando con su ayuda

rey lluj^o Cápete,

conde de Barcelona Borrell, en caso de

al

que prefiriera obedecerle más bien que

según

a los árabes; de suerte que,

los catalanes seguían reconociendo

ello,

el

pués de asolada su capital por Almanzor

la

soberanía cordobesa aun des-

(2).

Desde entonces empezó a correr en Cataluña

la

moneda

de oro

cordobesa, en señal de que se habían estrechado vínculos de comercio

ambos pueblos

entre

como

así

(3).

hecho de copiarse en Barcelona

el

los

dinares hamudíes de Ceuta revela planes de afianzar su propio crédito a la

sombra

del de

cecas meridionales, hasta llegarse a un ensavo de

las

autonomía monetaria con

las piezas

Ramón, no muy avanzado Gerona con

catedral de

debajo en árabe,

La piedra grabada de

(4).

la

la

condesa Ermesindis, repetido

testimonio del predominio andaluz en Cataluña

En cambio,

(5).

XI

siglo

nombre de

el

es otro

por aquellos días

el

bilingües arábigo-latinus del conde

su desgarramiento de Francia se con-

firma por dos intentos de emancipación eclesiástica, respecto de Narbona, restableciendo

en 958, bajo

la

metrópoli tarraconense: primero con

obispo de Vich, Atton, que, apoyado por ser consagrado arzobispo;

parte

mas

(i)

Dozy: Hist. des mus.,

(2)

Carta

si

usque

12

13)

la

t.

el

infirió luego,

le

nobisque potius obedire delegistis

Iiu<í0,

quam

donde

se dice:

Botet y Sisó: Ob.

lámina

cit.; t. I,

desde

frente del

la

in

hismahelitis, legatos ad nos

tomo

pág. 26. y págs. 72 y 81.

(4)

Id., id.:

Museo español de antigüedades;

al

Ramón

Borrell,

I

hecha por

el

t.

1,

pág. 471. La atribución

(Homenaje

a D. F.

Codera;

España sagrada; t.

Vil, pág.

169.

t.

pág. 21

XL\,

— Marca

a

dicha

Sr. Saavedra, se garantiza por la historia

y por los caracteres epigráficos, mejor que otras suposiciones expuestas por

cit.;

«Quia

Pascha dirigite.»

condesa, mujer de

Ob.

el

cap. V.

III,

(5)

(6)

con

conde Borrell, logró del Papa

muerte violenta que se

de Gerberto, escrita en nombre del rey

fore mavultis,

in

abad Cesarlo,

protecci()n de los leoneses (ó), y trece años después

la

1

el

el

Sr. Carreras.

5).

págs. 160 y 370;

t.

XXV,

pág.

100.

hispánica; documento CXCIV.

-46-

— X'illanueva:


CATAI.UNA en 971, hace sospechar alguna represalia de parte de Francia:

que

allí

acabó

En

síntesis:

la

emancipación deseada

vemos conquistada

lo cierto es

(i).

la

Cataluña por

vieja

los

francos y

sujeta al imperio carolingio; después, reacciones contrarias van decidiendo

un esfuerzo progresivo hacia

que

independencia y nacionalización del

la

logró merced al creciente desconcierto

se

Frente a

ella,

que Cataluña

Europa.

de

C()rdoba desplegaba poderío y cultura en grado máximo, utilizó

para su propio desenvolvimiento, irradiando con

eficacia sobre lo europeo.

Después Andalucía decae: Cataluña pugna por

recoger su parte de herencia en

comercio exterior, fomentandcj relacio-

el

nes marítimas especialmente con la

barbarie

y

país,

Italia,

v así creció y floreció fuera ya de

órbita española.

Esta última fase tiene su representación artística, bien conocida, en el

románico catalán,

arte

comienzos del son

la iglesia

erigida de

siglo XI, parece

grada en 1032,

etc.

la

a

comprobada con obras grandiosas, cuales

de Casserres, consagrada,

1019 a 1040;

muy

Su actividad,

lombardo.

hijo del

parecer, en 1006; la de Cardona,

al

de Tabernoles, coetánea;

la

de Ripoll, consa-

La de Canigó, cuya última consagración data de

102Ó,

desmerece por su rusticidad y arcaísmo, separándose del grupo lombardo.

Ahora hechas

más

bien: ^es dable reconocer, dentro de éste, obras catalanas

guas? No, a mi al siglo

juicio:

pues considero sobrado inciertas

X, sobre fechas de consagración, de otras

símilmente fueron después reconstruidas:

así

como

atribuciones

las

iglesias,

que vero-

parece creíble que

eximio abad de Ripoll y obispo de

\'ich, Oliva, fuese

un propulsor

simo de

Siendo, además,

la

esta revolución

artística.

como primordiales

ciertas obras

rústicas

el

eficací-

arquitectura lom-

barda una importación en Cataluña, no parece razonable en dar

anti-

modo alguno

y mezquinas,

que

si

no

tienen bóvedas es por impotencia, y antes bien representan desviaciones o

degeneración de un tipo más elevado.

Al período carolingio en toda su pujanza corresponde una sola obra,

la

(i)

desgraciada iglesia de S.

España sagrada;

t.

Pedro de

X.XV, pág.

101;

47

i.

las

Fuellas en Barcelona,

XXVIII, págs. 04 y siguientes.


CATALUÑA que

llegó a este siglo

más

menos

o

alterada, pero salvándose de tantos y

tantos estragos, para caer recientemente en

manos desaprensivas^ que

han puesto imposible de reconocer. Es afrenta para

hoy haber dado lugar

a semejante atropello;

mas

la

Barcelona culta de

la

todavía, gracias a foto-

grafías y dibujos,

puede formarse un concepto aproximado de su cariz

primitivo y de

gran importancia que para

ñaba

(i).

la

la

historia del arte entra-

traza cruciforme, su amplitud extraordinaria, su aboveda-

Su

miento, sus pormenores decorativos y su romanismo, en armonía con

las

tendencias del Renacimiento carolingio, todo ello hacía de nuestra iglesia

un monumento primordial y único. Pasa hoy entre

como averiguado que una

los eruditos

parte de su

cuando

fábrica perteneció a la iglesia de S. Saturnino, existente ya en 945, se

consagró

de S. Pedro, y que a esta fecha corresponde lo

la

Los documentos hablan, en de

las Puellas, erigida

y en

el

como

se citan

nave o capilla

cabe pensar

(4),

iglesias (3);

más

aulam,

estrictamente de

no sería

si

circuyen, y

si

la

advocación de

S.

los

pero

es decir,

en cuestión,

ella el edificio

perfectamente homogéneo todo, sino un anejo, de le

testis»,

con distinción ambas

de S. Pedro es calificada

la

(2).

Pedro

efecto, de la iglesia monasterial de S.

entonces «contra atrium Saturnini, Domini

XI todavía

siglo

demás

que, ya renovados,

Pedro, privativa del monasterio, se

generalizaría al cuerpo de fábrica principal, usurpando al cabo la primitiva de S. Saturnino. S.

Pedro fué destruida

(i)

Véanse

En cuanto

dibujos figuras 414 y 473.

disminuida en

la "/,

publicadas por

el

de

la

a plano,

Da mejor

arquit. crist. española;

Puig y Cadafalch: Ob.

(3)

España sagrada;

Puig: Ob.

(5)

Próspero Bofarull: Los cit.;

XXIX,

t.

(5),

Puig en su citada obra, tomo

II,

mediante

los

figura 34 ha de corregirse

I,

de

el

que publicó

figura 526),

el

Lampérez

Sr.

aunque su

escala está

parte del crucero. págs.

1

15

pág. 463.

y 56i.

En un testamento de 962

se

nombra

Geografía general

35o).

(4)

Ob.

la

cit.; t. 11,

t.

Sr.

sancti Petri et sancti Saturnini». (Carreras y Candi:

de Catalunya; nota

Balari:

el

¡dea de conjunto

y hay algún error en

(2)

«monasterium

iglesia

la

— dissipata — cuando entró Almanzor en 985

las fotografías

figuras 35, 36 y 38.

(Historia de

Además, constando expresamente que

cit.; t. II,

pág.

1

15,

nota

6."

condes de Barcelona vindicados;

pág. 277.

-48-

t.

1,

pág. 133.


CATALUÑA mal podríamos reconocerla en cabe que éste sea

mente, su

eri^íidó

estilo se

IX

del siglo

consagrado

el

buena

carolinf;io, haciendíj (

i

mejor, en absoluto, con tradición

la

que

No

rrasa, antigua sede episcopal de Egara.

rraga»,

embargo, que

nombres con que

el

la

pujanza

considenj

como

iglesias de

Ta-

le

).

Otro problema, quizá más arduo, envuehen

cos, parece, sin

Por consecuencia,

SaUírnino antes de 946, y efectiva-

a S.

mucho

compafíina

por Ludovico Pío

edificio conservado.

el

las

restaurada

por los fran-

ella

«castrum Terracinense», o «castro Ta-

el

lugar era designado en

siglo IX, resistía la

el

autoridad del obispo de Barcelona, según consta explícitamente por querella resuelta a

favor de éste en 874

y después, en

(2);

el

último tercio

del X, se citan las iglesias de S. Pedro, Sta. María y S. Miguel de Egara,

con insistente alusión a

sede antigua

la

Todas

(3).

un tiempo y a pocos pasos de distancia entre

sí:

mil que no llegaron a terminarse por entonces

(4).

aunque

ofrece traza

como de

baptisterio,

fueron levantadas a

tres

parece, además, verosí-

Respecto de

S.

Miguel,

no estando dedicada

al

Bautista

y faltando rastro de piscina, no obstante lo afirmado en contrario, es

mera

como baptisterio, y vano el fundar sobre ello toda edificio. En realidad parece sensato y verosímil atribuir

hipótesis considerarla

la

cronología del

lo

primitivo de todas tres iglesias

al

siglo

IX, sobre influjos extraños a

la

tradición española, en cuanto ello es presumible, juzgando por lo conocido.

La existencia de

estribos en partes primitivas de S. Miguel es argu-

mento de fuerza para no los

atribuirle

mayor antigüedad,

si

bien ninguno de

descriptores del edificio parece haberse percatado de ellos: los arcos

peraltados y ábsides con desarrollo ultrasemicircular carácter, haciendo recordar sobre todo ciertas

imprimen también

iglesias

del

Asia Menor,

y desde este punto de vista no será impertinente agruparlas con

(O los

Fr. Francisco Diago:

Historia...

de

los

condes de Barcelona; libro

I!,

la

de

capítu-

XVII y XXIV. (2)

España sagrada;

t.

(3)

Puig y Cadafalch: Ob.

(4)

En ninguno de

X.XIX, pág. 467. cit.; t.

los estudios

1,

pág. 307.

hechos hasta

el

presente de

hace mérito de los arranques conservados y bien ostensibles de aparejo mixto de sillarcjos y ladrillo es uno de los

Cataluña

se

observan.

49

más

claros

la iglesia la

de S. Pedro se

nave primitiva, cuyo

temas carolingios que en


CATALUÑA Germign v-des-Prés,

Francia, cuyo españolismo viene alegándose

en

con un criterio algo romántico. Esta última iglesia, consagrada en

8o(3,

ya no existe, por desgracia. Fué

muy mal

demolida de 1867 a 18O8, por amenazar ruina y además estar hecha: v

como

sustituyó otro edificio análogo, pero correctísimo y esmerado,

la

a los adelantos de nuestro siglo y a eruditos remend(jnes

Se salvaron unos fragmentos, en

desdice va del resto del edificio.

Dely

(i) V los

excelentes dibujos y observaciones de Bouet, abonados por

Según

Vasseur

(2).

dura en

el testero;

tados,

Hemos, pues, de atenernos, para juzgar

a testimonios anteriores, especialmente los trazados de

que hubo,

lo

compruébanse

ello

tres ábsides

En

etc.

taluña o de

la

(3).

la

estribos en los ábsides

aparecieron restos de arquería decorativa

por

reconstruyó en forma de herradura, no sé

con

icSyn

bajo del mosaico, y se

buenos motivos

con planta de herra-

puerta lateral, de que ya se hizo referencia: arcos peral-

mas no de herradura absolutamente: acaso

mavores,

Teodulfo,

Septimania

(4);

el

fundador de

esta iglesia, era godo,

y pues consta que

la

parece

agruparla entre

lícito

menos con

lo

lo

de una escuela de arquitectura

la

local, a

\'ll

da pie para inferir

que correspondan

edificios de Barcelona, Tarrasa y Germigny,

más

de Ca-

otros

No mucho

Narbonense.

visigodo español del siglo

arabizado del X; pero

si

hizo con arte diverso del

galicano, es dable inferir se valiese de algún artífice de

me

compete.

parte del ábside

mosaico que, restaurado también cuidadosamente, no

principal con su

de

museo de Orleans, y

el

la

y

existencia

susodichos

los

que en

el

SO. de

Francia pudieran reconocerse. Escuela de tipo bizantino, con aboveda-

mientos y material de

sillería,

que a su vez dimanase de una escuela des-

arrollada en las cortes visigóticas siglo VI,

apegada sillería

de Narbona y Barcelona durante

y cuyos influjos pudieron actuar sobre al tipo

la

toledana del Vil, tan

cruciforme. Aquella basílica de S. Pedro, construida de

con arte goda

— «miro opere

quadris lapidibus

manu

(2)

Révue genérale de A rch ¡teclure; t. VIII, pág. 113. Bullelin monumental; t. XXXIV, págs. 566 y 621.

(3)

Lasteyrie:

(4)

Nicolás Antonio:

(i)

el

gotthica

1

'

L'archilecture religieuse en France;

Bibliotheca vetus;

podría ser italiano parece escasamente fundada.

5o

t.

I,

figura

pág. 339. La

172 y pág

216.

duda acerca de

si


CATALUÑA nobiliter C(jnstructa»

— que hacia

535 se hizu admirar en

Kuán

(1),

puede

ser testiinunid de lo dicho, y su bizaiitinisniíj explicaría la existencia de restos decorativos peregrinos en Barcelona (2); pero todo ello cae luera del

tenia actual.

Determinado

carácter con que se desarroll»')

el

luña, V retrasado hacia fines del siglo

mismo

un lapso, dentro de este Los

rencia. ellos

documentos

siglo,

X

el

en Cata-

que nos interesa explorar con prefe-

poco enseñan: pero en

presumible, antes, a

es

Así, en Cux¿i (Rosellón) se consigna ser

madera labrada (4);

(3);

lo

la

segunda mitad

menos en

hecha

del

X

ciertas localidades.

la iglesia

de piedra, cal y

de Bañóles construyese abovedada para que no

la

en Ripoll las bóvedas de cañón se juzgan dignas de encomio

y en varias se consagran tres o cuatro altares,

número de sias

lo carcjlin^io

románico-lombardo, queda

alardean de algo nuevo; de un arte y de complicaciones de estructura

no logrados, según

arda

arte

capillas

sin

((3):

embargo,

la

lo

presteza con que todas estas igle-

fuert)n reconstruidas en el siglo XI, salvo partes de la de

prueba que su arte era demasiado mísero en parangón con

Veamos ya

lo

(5),

que representa igual

Cuxá el

acaso,

lombardo.

que, por selección, es dable atribuir en Cataluña

al

siglo X. Induciendo hipótesis de hechos, se ofrecen dos orientaciones verosímiles para

el

arte: la

una francesa,

débil, ya

que Cataluña

se había

desgarrado de ella y que Francia, a su vez, yacía en una calamitosa postración; la otra, española, débil también, puesto que las relaciones de

Cataluña con

los otros

Estados cristianos de

Córdoba, faltando

nificantes; y respecto de

que no

se revela

en

modo alguno después

muy

(1)

Duchcsne: Ilistoriae

Acta sanctoruin;

ayoslo,

t.

Puig y Cadafalch: Ob.

(3)

Id.: id.;

(4)

Id.: id.; id.,

pág. 124.

(5)

id.: id.; id.,

pág. i58.

(ó)

Id.: id.; id.,

pág. 131.

cit.; t.

I!,

cooperación de mozárabes,

como

hacia aquella parte

Francorum scriptores coelanei; cit.; t. I,

San Audoeno.

figuras 397 y 398.

pág. 100.

5l

el

considerable, su influjo no podría

IV, pág. 818, en la vida de

(2)

Oh.

la

Península debían ser insig-

del siglo IX, era difícil adaptar

su arquitectura a los usos cristianos; mas,

esplendor de riqueza y cultura era

la

t.

i,

pág. 638.


CATALUÑA dejar de ejercerse, en cuanto

la

más o menos

El influjo francés, ciertas

iglesias pobres,

ciado, por ejemplo

la

pobreza y rusticidad del país

que

directo, quizá

lo consintieran.

pueda hallarse en

investigadores catalanes habrán despre-

los

de Canapost (Gerona), en su parte primitiva

con

(i),

cabecera cuadrada y bóvedas de cañón, pero cuyo adornado tejaroz y arco doble de el

Rosellón acaso no sean posteriores

llar

de

puerta permiten clasificarla dentro de lo románico,

la

el

En

de san Martin de Fono-

las iglesitas

y santa María de Vida, con bóvedas también vareos peraltados, a más

lo

primitivo de san Miguel de

La otra corriente,

Cuxá

(2).

meridional, única

la

perseguimos, se patentiza mediante

que en

fase

este estudio

presencia sistemática de arcos de

la

herradura de tipo musulmán, no godo, a vueltas de abovedamiento más o

menos completo y gran miseria de estructura, tal como ni antes de este período ni en la baja Edad Media es dable concebirla. Contamos, además, con un dato que a primera vista parecerá baladí matemática; refiérome a

fijeza casi licas,

eran amplias

vcon

celosías

las

embargo,

y, sin

ventanas, que primero, en las basí-

marmóreas; luego,

inseguridad pública

la

hizo reducirlas a una angostura extremada, imposibilitando ellas, a costa

el

entrar por

de entenebrecer las iglesias; pero se inventó formarlas aboci-

nadas, con derrame hacia

muros, poco remediaba

el interior, lo

que, dado

el

mucho

grosor de los

oscuridad susodicha: por último, se promedió,

la

hacia adentro y hacia afuera,

el

derrame, según regla general ya desde

Tal mejora resultaba un éxito demasiado

siglo XI.

una

es de

dejar de utilizarlo siempre,

una vez conocido;

fácil

el

y provechoso para

por consiguiente, su

y,

defecto en edificio religioso vale por indicio de vetustez o arcaísmo casi

Es

decisivo.

cialmente

(i)

las

el

caso de las iglesias a que se restringe este estudio, y espe-

cuatro de Cataluña que a continuación van examinadas

Era parroquia citada ya en loiq. (Esp. sagr.;

901 hay testimonio de

una

(2)

Puig: Obra

(3)

Ellas fueron

«villa

cit.; 1. I,

como

edificios y

págs. 379 y 381;

t.

(t.

base de estudio; pero añadiendo a ello el

lit.;

t.

XIII, pág. 235).

pág. 98.

II,

generalmente desconocidas hasta que

de algunos otros que

XLIIl, pág. 428); además, en

Caneposto». (Villanueva: Viage

Puig y Cadafalch en su tantas veces citado libro sirvió

t.

la

1,

las

págs.

estudió y publicó

369 y siguientes)

52

el

señor

que

me

observación directa de los mismos

preclaro arquitecto catalán agrupa juntos.

(3).


SAN MIGUEL DE OLERDULA Entre

una

de éste

mar y dominando los

En

la

tarraconense,

la

hubo de

los

ella

aunque algo

habitantes

un baluarte

posterior, de

desmantelada y arruinada, ya que

ser

dura

el

silencio hasta

que en

repobló, o lo intentó al menos.

como punto avanzado

contra

goría de capital del Panadés y

la

de

agricultura hicieron

el siglo

el

llano,

geogra-

mantuvo

asi

(i)

cate-

XI. Al conquistarse

repobló de seguida,

camino hacia

el

siglo X, hacia 930,

el

estratégico: luego, en

la

la

De hecho, Olérdula

musulmán, v

condado durante

destruyeron, y aunque se

vides

país

el

Tarragona en 1089 perdió su valor

la

que

tan a ibérico suena, falta por completo en

historia clásicas, y

conde Suñer

valia

extiéndese

mas no cabe duda en que su imponente

país;

el

fecha remota

nombre Ülerda, que

el

llano de cerca. Es posible

hermana de

línea de murallas es

fía e

el

colonos de Tarraco hiciesen de

desde donde subyugar

seguro.

mar

el

constituyesen en refugio para días de guerra o invasión; es po-

la

también que

sible

— Penitense — y

montuosa, donde surge OlcM'dula sobre una de sus cumbres, con

zc^na

vistas al

llanura del Panadcs

la tcrlil

1

108, los

almorá-

conveniencias

las

formándose

la

población

de Villafranca a sus expensas. Quedaba todavía dentro del recinto una parroquia, san .Miguel, pugnando por conservar antiguos;

mas

al lin

la

tradición y

suelo vuelven a seiiorear únicamente chaparros y tomillos,

como hace

siglos,

sobre

las

ruinas

(2)

pues

la

treinta,

Es

fácil

señorío

prodigando

la

como hace

diez

naturaleza su juventud eterna

(2).

Un documento

(i)

otro de 1026 hace

el

ha cedido ante otra nue\a, puesta abajo: y en aquel

de 979

la

mención «urbis visitarlas,

llama «civitate Olérdula» (Balari: Ob. sive castri

yendo desde

Olertulas»

(Marca hisp.;

Villat'ranca del

Desde

la

antigua ciudad destacando sobre

villa el

y por todo

el

horizonte.

-

53

-

camino

pág. 256), y

doc.

CXCVIII)

Panadés en coche o andando,

una vez dejada

la

columbra perfectamente

la

distancia es de unos seis kilómetros, con subida algo fatigosa,

carretera, a lo último.

cit.;

se


CATALUÑA Una hace

escritura, conservada en el archivo de

de

fe

le

\'

Barcelona,

mismo, juntamente con ij^lesia

conde Suñer,

el

obispo de Barcelona Teude-

el

de san Miguel dentr(j del recinto, demarcó sus

subordinó xarias

\'iva.s,

susodicha

la

él

empezó su

términos

Catedral de Barcelona,

reconstrucción del castro de Olérdula por

la

añadiendo que rico,

la

iglesias.

Además, en

otro obispo de

qt)!,

ruego del presbítero Suniefredo, que había renovado

a

ediíicando basílica en honor de san Miguel y san

iglesia,

Pedro, acudió a dedicar sus altares y confirmar sus rentas y términos

Dodalia sancti

(i)

michaelis olerdule in penitensi. de mansis. de honoribus. de

de terminis. de affrontationibus. de decimis.

alodiis.

«IN NOMIiNE Domini

Domnus

moysen

legis lator.

inuocandum nomen

domum

auditam

facta sunt

sibi

Aaron sacerdos.

et

domum.

eius.

a

namque

ex uirgine

nis.

A

renibus

cupiens cudere

christi

processurum qu¡

illius

dei dilectus impleuit edificauit

ille

dominus

el

regenerationis.

uenit

Domum

saluator noster ihcsus christus.

Nutu

dei

íiat

Actum

omnium est.

saluatoris suplex deposcens begnitatem

dedicauitque

decimarum

basilicam.

ac primitiarum

derrum.

per ipsa fonte de canta lupis.

ac

protinus dos

castrum nuncu-

domni

Qui preno-

uiuiani presul insig-

libenler adquiescens

illius

Dediuetera.

ut hedilicarotur baselica

íirmauit.

precibus

donariaquo

oblationumque omnium. A termine et

orti.

fieri

incoat ad

graditur per ipsa lacuna que dicitur palma, et sic

et discurrit ipse

aquaque dicunt aragnon. A

qui

Que

catholicorum tem-

uenerabili uiro suniefredi leuita ceterisque sulTraganeis suis.

ipsa spelunca. qui uocitatur

ipsa

e.\

christi et beati archangeli michaelis. et clauiger etherei petri. In

Ídem clemencia

censuit

uoluminibus. qualiter dominus

Dauid perco

hediticare. sed

ad dcdicandum inueniret pretextam hasilicam.

illius.

maluit

lieri

rubricatis pellibus iussit sibi preparari ad

e.x

noua. Construuntur basclice. dedicanturque ut

patur olérdula. tatus

in diuinis

demum

Apost

domino non

plum remissionis per aquam honore

quam

Dei Eterni miseratoris. Hec est paginóla dotis

impleret iussa dei. Qui utique salomón cauitque. Editum

in

dominicaturis. et cetera.

et primitiis.

uiuas barchinonensis cathedre cod rus In honore sancti michaelis angeli. el apos-

tolorum princebs Petrus fundata. Comperimus per

(i).

torrens usque in gorgo nigro. et iniungit in

parte uero circi inquoat in iamdicta aqua aragnon.

et

uadit usque in strata qui est super ipsa turre, de elmerado. et pergit usque in rio qui dicitur mathana. et discurrit ipse riuus usque in petra

fouexo.

et sic

ficta,

et

per ipsa strata qui pergit ad uilla qui dicitur furriel,

ducto qui dicitur ballobono.

A

uadit usque in riuo de et sic

peruenit

in

aqua

parte uero occidentis inquoat in iamdicto riuulo bailo bono,

et

injungil in rio que dicitur sancti stephani. et sic per ipsa sinapi. et per ipsas borrelarias.

et

per argadarias. et usque ad puio de fluridio. et per ipsa pineda, et graditur per ipsa

comba

luposa usque

ipsas cegias.

et

in ipsa

mare. A parte uero meridies. inquoat per ipsa mare.

per fonte anastasio.

et

sic

-

et sic

per fonte de cuzinas. et per ipso capra

54

-

per

fico. et


OI.KRDrLA Hacia iglesia

más

lo

del

alto

y XV'I; Hgs. 20 y

antif^ua ciudad se conserva esta

la

21):

I

que podemos

'na priniiti\a,

relerir a

inclitus cotncs

sancti JLiÜani. sancti

hilis

ipse

sancta

saiuti ciiristofori. sancti genesii.

pctri.

muros cum üenerabili

sancti michaelis situm infra

ct

niaria

luris

muros,

inquoauil predicta ecclesia

uiro tcuderico episcopo. ignoscat

illis

ahluat uniucrsis piaculis illorum. isdcm et términos firmare maluit uenera-

ct

ohremedium anime

uiuas

pontitc.x

anime

ccclesia sancta digna, sancti petri. sancti saluatoris.

niemoratus idcm comes castruin olcrdula.

qui constru.xit

dominus.

cum

(echa

la

Hos términos pre-

graditur per ipsa gauarra. et usque in spelunca qui dicitur derruin. censLiit suniarius

XV

parecen reconocerse tres edificaciones (Láms.

y en ella

(i),

de

sitio

sue.

suorumque gcnitorum.

et

ob remedium

cum

su<3rumque gcnitorum consanguineorum que omnium.

prelibati sunicl'redi

non inmérito uiuendi dignus, ante quam egregius pontifex aduenlret

casu

fatali

peruentus quod obtabat uidere non meruit. sed tamen miserante deo impleta sunt. Hec

namque

diem dedicationis

oblata sunl deo. a religiosis uiris inlustribusque in

Dedit archilcuita. lobetus pareliata. una. de torra,

et

lecus ferragenal. una. Morgatus ferragenal et spelunca

basilice.

modiatas. duas. de uinea. Enda-

cum

cásale.

Ermegille sesterada.

una. de térra in uitrano. Guifredo simiüter. una. de térra in migriniano. Guilamagnus

mediata, una. de uinea que est ad ipsas tortas. Petrus similiter. una. de uinea

in papiolo.

Vndisclo similiter. una. de uinea ad ipso pozólo. Katuual similiter. una. de uinea qui

ad ipso trescorno. Felice latitudine uero.

miro

filios

suos ferragenal. una. qui est ad ipsa fonte. Trans-

ipsa uinea marciola abintcgre. .Mbarico semodiata. una. de uinea qui est ad ipso tres

corno. in

cum

Aldena

vi.

est

Altimiro. uiridiacario. xv. dextros in longitudine. in

K-illerio.

Teudeuino

uitrano.

ferragenal. una. qui est ad ipsa ualle. Eruinosus similiter. una. de uinea

oferta sunt deo archangeloque.

Ista

aduenerit. occurrat

nissimoque

illius

gratia dei episcopus. fideliter

in

illis

adiutorium.

clauiculario.

ut

eos permittat tangere. Dig-

ut paradisi

qui ad dedicationem istius altaría ueni.

dictum

ut

.Amodo

est.

fíat

et

cum

michaele. ut in ultima ora

manus extranea nos

oferta sunt simul.

consumaui. Voló namque

quo omnium

et

illius

ualuas et

illis

aperiat.

Viuas

opus domini ut ualui

donaria decimarum. primiciarumque oblationum

usque

et

sempiternum. Seniofredus archipresbiter.

Suniefredus presbiter. Julianus presbiter. .\udegarius sacerdos. Lonuardus preshiter. Gaucefredus presbiter. Ermenardus presbiter. Vidale presbiter. Guillara presbiter. Bonaricus presbiter. Maller presbiter. Eruigius presbiter

cognomento marchio qui

mas

Annus Domini .DCCCC. nonagesimus

dotis exarauit. era .xxx. pus millesima.

mus. inditione

.v.

et

cum duobus

litteris

superpositis in uerso

.x.

et

cum

iudex has quiga-

die et

pri-

anno quod

supra. Hiis terminj castri olerdule.»

Catedral de Barcelona:

Antiqu

i

tates;

t.

IV,

Miquel. (1)

Puig: Ob.

cit.;

t.

I,

pág. 382.

55

t'ol.

iio.

Transcripción del señor Gil y


CATALUÑA aproximada de 930, y será objeto de estudio especial aliora. Otra, mucho más amplia, dominándola hacia sur, con cabecera cuadrada, nave única, puerta de arco sencillo

al

costado meridional y ventana

de

dos arcos a los

pies; ello

puede creerse

lo

terminado en 991. Y, por último, una transforma-

mismo edifilevantando más sus

ción de este cio,

paredes, erigiendo cimborio

y abovedándolo todo,

conforme

a los procedi-

románicos

mientos

los

:

caracteres de la puerta del

espadaña

hastial y de la

como

acreditan esta obra

un

arte

se haría

des-

perteneciente

avanzado, v pués 1

de

108,

al edificio.

en

el

invasión

la

que

acarrease

a

gran

destrozo

Una

variación

aspecto de

postería

la

mani-

denuncia

proceso de

rejuntadas

mas no

este

las obras,

sultando por fuera

jas,

de

verosímil

es

las

re-

muy

partes ba-

las altas,

que

son de aparejo más cui-

dadoso y conservan abiertos los

mechinales donde

se fijó el

A Fig. 20. San Miguel de Olérdula: planta general.

56

lo

andamio. de 991

aun no

pUCdc atribuiTSC aboicn-


OLÉRDULA go lombardo, por su cabecera cuadrada y

ventana del hastial, con arcos

la

redondos gemelos, que acusan mucha vejez; mas queda incierto techos o bóvedas, y

ya ent(.)nces acusaba su na\'e

si

si

llevarla

división en tramos,

la

con estribos interiores y arquerías murales, cosa poco verosímil, juicio:

supongamos abovedada con simple cañón

dura en

la

nave, sobre

línea

la

mi

una arma-

capilla, y

la

de muros que hoy constituye

a

fondo de

el

susodichas arquerías.

las

Siguiendo

hasta

esta hipótesis,

el

siglo XII

no hub(j de procederse a

recrecer por dentro lus muros, según veremos luego repetido en Pedret, facilitándose así el

impostas a

bisel,

abovedamiento general. Los arcos son redondos y con

que no vuelan sino en

cornisas. El cimborio ofrece

como

frentes, y lo

los

particularidad

mismo

son

esquinado hacia

ir

exterior su octógono, respecto del cuadrado sobre que cabalga, como en

mas por dentro no

baptisterio italiano de Biella (i);

bardo usual. Resulta esbelta de proporciones: de

sillarejos,

Una

y en algún

capilla lateral es

Examinemos ya

Una

capilla

que

el

el el

lom-

aparejo de los pilares es

aparecen rejuntados con cintas de relieve.

moderna, y enfrente nunca tuvo compañera.

la

obra primitiva,

minúscula y una sola nave

arruinada, pues ella:

sitio

el

difiere del tipo

las

muro

septentrional de

de 930, según apariencias.

la

la

constituían. Esta última yace

la iglesia

posterior avanza sobre

pero quedan arranques de su pared contraria, y aun es verosímil la

capilla lateral

Respecto de

la

moderna cabalgue sobre

capilla primitiva

arco V en comunicación con

la

los

cimientos de su hastial.

quedó sirviendo de

otra capilla mayor,

metro más elevado. En cuanto a formas,

la

tal

cuyo suelo

arco de herradura hacia

derrame

sensible, pero

la

el

del testero:

respecto de

(1)

la capilla,

Rivoira:

muro

ensanchando algo de arriba

la otra,

hacia

está

un

bóveda

anterior,

de cuarto

que abría su

nave. Recibe luz mediante dos saeteras sin

revés por fuera, hasta acabar casi en punta.

medio

está casi

capilla, rectangular por

fuera, truécase en absidal por dentro, y se cubre con

de esfera, prolongado hasta entestar con

cegado su

sacristía,

el

a abajo por dentro y al

Una de

ellas está abierta

costado derecho. El arco,

hecho de

sillería

(Lám.

W

Le origini dclla archittetura lombarda;

-

57

-

y

figs.

muy

fig.

21),

en

angosto

con su

199 y 200.


CATALUÑA dovelaje

muy

desigual, sin trasdosar y despezado con esta orden: sif^uiendo

líneas radiales en el tercio

promediada su del otro.

direcci(')n

medio de

en

el

la

curva, horizontalmente en lo bajo,

resto y

con desigualdad un lado respecto

Su amplitud excede justamente en una mitad

círculo; y las impostas, cortadas en los salmeres;

todo ello

como

semi-

del radio al

forma de nácela, sobresalen algo de

en Alelque. exacto. El aparejo, en

demás

lo

del edificio, es de

mam-

postería, con esquinas de sillares gruesos, y reves-

tido todo por dentro.

La

piedra es una caliza basta,

la

misma

sobre que

el

del suelo edificio se

alza.

La forma de ábside, curvo y con envoltura cuadrangular, va nos es

conocida en Aíelque, y

también

se

da en santa

María de Tarrasa; pero

nunca trasciende a

Fig. 21. Olérdula: arco de la capilla primitiva, por fuera.

mánico. sin

derrame, justifican igualmente una gran vejez,

marca posterioridad

al

arte de las basílicas, y

si

Las ventanas,

bien su angostura

aun respecto de las iglesias

de Tarrasa. datos de cronología que se robustecen observando toral,

el

arco

perfectamente ajustado a ejemplares mozárabes del siglo IX y prin-

cipios del X, salvo laje,

lo ro-

el

mayor arcaísmo que representa no

trasdosar

cosa general en las iglesias catalanas aquí agrupadas.

el

dove-

La fecha de 930

resulta verosímil; pero en caso de faltar este dato sería perfectamente lícito

suponer mayor antigüedad mozárabe, según

la

al edificio,

amplitud

del arco

58

aunque dentro siempre demuestra.

del período


SAN QUIRCE DE PEDRET Carece de historia. El lu^ar, Pedredo. consta en escritura de 983, y su en otra de

iglesia

tendido sobre

la

margen izquierda

la

La portada

actual, el

reforma de uno de

más antiguo una nas

XVI

el

los valles altos,

campiña de Berga, y ocupa un

del

río (2).

Una masía

abovedamiento de

hov hacia

reforma considerable de esta avanzado, o sea en

punto donde, traspasados

el

la

la

siglo XII.

de ambos

(3),

ello,

es

arte

el

figs.

más

fácil

románico

reconocer en

lo

(Lámi-

edificación prerrománica con arcos de herradura

y XVII, y

la

mayor, todo acredita una

capilla

Descartado

acompaña.

nave en cañón agudo,

cuando imperaba

iglesia

en ladera,

alto,

tan sólo la

los ábsides laterales y las pinturas

sus puertas que se abren

mismo nombre,

Existe juntíj al puente del

(i).

horizonte por

se dilata su

sobre

el

1180

Elobregat, en

22 y 23).

Las paredes son de mampostería, y los arcos y jambas, de sillarejos mal cortados, acusando mayor rusticidad que lo de Olérdula, pero dentro

mismo

de un

período artístico. La capilla

con angosta ventana, hoy cegada, en

el

mayor

(1)

Puig y Cadafalch: Ob.

confines de Ripnll en 888 (2)

El

cit.;

t.

1,

bóveda

testero (4) y

peraltado en forma de herradura; encima caía

pág. 369.

el

es de base trapecial,

de cañón algo

tejado, pero

— Un «rio Petrelo»

se cita entre los

(Marca iiispánica; documento XLVI).

camino más corto para

de Berga, y siguiendo luego a pie

la

llegar a esta iglesia es por ferrocarril hasta la estación

misma

vía adelante, sin pérdida posible, hasta

de Pedret, que son apenas tres kilómetros. Subiendo hasta Berga también hay y una distancia próximamente igual, por senda de herradura;

cementerio de

llegando

al

dar en

puente susodicho.

el

(3)

pie del

la villa,

la iglesia

y se sigue a lo largo de

La que hoy da

suprimidas en

el

pintures muráis catalanes;

luz, en el costado derecho, es

un pequeño

adjunto plano, que dan a

-

los ábsides laterales.

5y

-

fase.

moderna y

el

fácil

puente

camino

empieza a verse en

Las del ábside meridional, bien conservadas, se reprodujeron

d'Estudis Catalans, en Les (4)

moderna-

por

I.

1907.

lo

mismo

valle hasta

el

Institut

sus puertas,


CATALUÑA mente

se le

puso armadura, una vez alzados

metros, hasta igualar con

el

cuerpo de

los

la iglesia.

muros en cantidad de dos El arco toral, prescin-

diendo de su deformación por rebajamiento, aparece hoy como de medio

punto y rozada

la

jamba dehaciasur, que, además, algo

marca de prolongación en herradura,

permitiendo su-

poner que primiti-

vamente fué semejante a los colaterales.

De arcos tando

estos otros

dos,

naves me-

las

nores,

entes-

correspon-

dían a los ábsides: el

de

hacia norte

quedó deshecho

al

elevar

el

el

piso;

otro se conserva ce-

gado, y es de herra-

dura con impostas Fig. 22.

San Quirce de Pcdrct: planta.

de nácela

como para

ladas,

'caer

se halla.

de planta ultrasemicircular, conservando

siglo

la

VI

al exterior

(i) (2)

capilla de Leiría (i), en la basílica de (2),

y en

la

el

Los respectivos ábsides son

que habremos de ver arcaísmo, ya que España no que en

vo-

sobre columnas, que ya no existían cuando en

XII fué pintado, según hoy

siglo

muv

su curvatura, en lo

les

conserva

así

más

Cabeza del Griego, del

ruina de Marialba (León). Francia ostenta los de

o Archeologo portugués; Memorias de la Acad. de

t.

Vil, pág.

316.

Historia;

la

t.

III,

lám. VIII. El dibujo ori-

ginal para ella, firmado por Isidro Vclázqucz, existe en la sección de

Biblioteca Nacional. — Lampércz: Ob.

cit.; t.

I,

60

fig,

59.

Estampas de nuestra


PEDRET Germif;ny-des-Prés, correspondientes

San Salvador de Brescia, atribuido la

IX

al

\'lll

al

);

i

(

e

{2).

Italia,

de

el

Pedret,

\in

tenor de nica su

la

b<'>veda es

como

cur\atura del muro. El otro ábside muestra

parte alta, con bóveda mejor desarrollada,

del ladu de

el

menguando en

de cañón,

cripta de

derrame hacia

Epístola recibe luz por dos saeteras con amplisim(j

dentro, y su

la

desarrollo a

como obra romá-

cornisa a bisel por

i

Fig. 23. Pedret: sección transversal de las naves.

fuera y ventanillo arqueado que promedia su derrame hacia

ambas

haces.

Antes remataba seguramente a igual altura que su compañero; mas, como el

terreno va en declive y llegase a resultar casi enterrado este ábside,

convino, hacia

el

siglo XII, subir de nivel su solería, y al par la bóveda,

para quitarle humedades. Respecto del cuerpo de

y Pijoán

es exacta,

muros, en

los

la

se abrían

izquierda, la

agregaron en

XII para

queda

(i)

visible el

(2)

al

nave central por facilitar el

monumental;

otro

el

t.

edificio,

XXXIV)

muro

y arcos que se

le

abovedamiento. Al lado derecho

arranque de arco inmediato

nuevo

muy distantes uno

arcos, se conserva perfectamente,

La planta vulgarizada entre nosotros por

y corresponderá

(Bull.

el siglo

dos arcos a cada lado,

muros y

aunque oculto desde

sólo

hipótesis de los señores Puig

la

reconociéndose que formó tres naves, separadas por

que sólo

de otro. Lo de

iglesia

la

el

Sr.

al testero,

Lampérez

siendo también

se

debe a M. Lisch

obra suya. La antigua y fidedigna se dio por Bouct y

siguieron F'nlart y Haupt.

la

Cattanco: L'archi tect urc en

1

tal

i

61

o

d u

\'

le

au

.\

I

<=

siécle;

fig.

63.


CATALUÑA primitiva

parte

la

que toca

de los pies y este mismo, con una

al hastial

exigua puerta, arqueada en semicírculo y rudísima: otro arco mayor se

vislumbra en

el

ábside, v acaso

muros de se

les

la

nave

de sur, junto a su

lateral

únicas entradas primitivas. Los

nave principal no sólo están recrecidos por dentro, sino que

la

alz'i

muro correspondiente a ambos arcos fueron las

más, acusándose por fuera variación de obra, precisamente

desde encima de los arcos divisorios.

De

las

naves laterales,

de

la

hacia sur quedó

especie de capilla, con ventanas de doble

moderna: pero rampante,

la

casi

derrame y bóveda de

nave del otro lado conserva en todo su lar^o una

llana y

hecha de

lajas pizarrosas,

una

reducida a

como

lo

aristas

bóveda

demás. Ella

un problema inte-

suscita

sobre todo

resante,

la

si

consideramos primitiva,

lo

que no puede negarse á

examinando

priori,

su

construcción. Otras así cu-

bren

capillas laterales

las

de san Pedro de Tarrasa,

antigüedad tam-

pero su

puede

poco

bastante.

garantizarse

Desde luego

ella

no ayuda en modo alguno para equilibrar central, ya

que

la

bóveda

falta

en

la

parte de sur,

más compro-

metida por

descendiendo

Fig. 24. Pedret: arco divisorio de las naves.

hacia

allí

el

terreno; y su forma,

zada, obedece sólo a

como en

los triforios

comodidad para echar encima

el

ir

de Avila y La Cal-

tejado. Cabría

pen-

una solución primitiva con abovedamiento completo, supuesto un cañón semicilíndrico en la nave mayor, según la figura 23 adjunta propone: v aun podría inferirse que, habiendo cedido a su empuje toda la parte

sar en

meridional, por

quedando

la

intacto

razón susodicha, se impusiera el

62

el

reforma del siglo XII,

muros haría

posible todo

caso, parecerá

más razona-

otro colateral. El grosor de

esto; mas, faltándonos modelos que acrediten

la


PEDRET suponer un piimitixo sistema de cubiertas de madera para

ble

Los arcos de herrad lu'u son de i^ual tipo que cuantié a impostas y desari'olhj de al

curva,

la

el

de

las tres

naves.

(Jlúi'dula,

en

más exceder su diámetro

C(jn

hueco de entre jambas, como en Melque. Sus dovelas son angostas; en

alf^ún caso, hacia el salmer. están puestas

piedras

el

grosor del arco,

(i), y, si

hacia

clave, pues lo

la

zontal, según sube

(Figura

como en

hay dovelaje

antiguas

el

musulmanas de

ciertas obras

radial,

únicamente

es

demás va inclinándose poco

las

más

en una estrecha zona a poco, desde la hori-

arco, exagerando lo ya visto en Olérdula y

Melque

24).

El testero de

la iglesia

no

está orientado, sino

vez por ceñirse a los niveles de

tal

de espejo, componiendo varias

la

ladera.

Sus

que

se desvía hacia SE.,

titulares son san

Quirce

y santa Julita.

En suma,

como

edificio

todos los datos coinciden para juzgar

la iglesia

de Pedret

próximamente coetáneo de san Miguel de Olérdula. con

rasgos mozárabes arcaicos, que hacen probable su atribución al siglo

poco avanzado. base, entonces

mil el

si

Si

un abovedamiento complet(j primitivo

habríamos de ver en

atendemos

a los caracteres

ello influjo

se le

X

compro-

provenzal. nada inverosí-

que luego fueron

típicos de lo catalán en

período románico, y ello sin alteración de cronología.

SANTA MARÍA DE MARQUET Ni siquiera de nombre es conocida por diplomas antiguos: y

gaminos que constituirían su de

historia dícese

últimos poseedores del manso a que corresponde.

los

(i)

También hay

los

otros ejemplares cristianos poco significativos,

Aun

conserva

como

varios arocs

del recinto de Avila y la puerta de la iglesia de Belpuig, en el Rosellón (Lasteyrie:

citada;

fig.

385).

-

63

_

per-

que fueron quemados por uno

Obra


CATALUÑA esta iglesia calidad

de ermita, pero ya sin culto y desprovista del retablo

gótico en que se representaban de pintura santa Eulalia, en medio, san Se-

bastián y san Juan Bau-

con sus respectivos

tista,

martirios,

además,

y,

una pequeña imagen de

Madre de

la

Dios,

que

subsiste y datará del si-

es

Su situación

XIII.

glo

un altozano sobre

la

izquierda del Llo-

orilla

bregat, a

medio kilóme-

tro por bajo del

puente

de Vilomara, parroquia de Rocafort

En

(i).

rusticidad de apa-

rejo

mal

y

replanteo

gana con mucho

aunque dentro

Pedret,

misma

de una

a la de

artística,

evoluci(Sn

y ha llegado a

nosotros aun

más

cerce-

nada su obra primitiva (Láms. XVII y

figs.

1

25 a 27).

a

XXIII,

La cons-

tituven una capilla, pró-

ximamente cuadrada, y una especie de crucero, Fig. 25. Santa

dividido

Maria de Marquet: planta.

en tres

com-

partimientos, de los que el

meridional fué destruido, quedando, sin embargo,

arcos y bóveda para juzgar de

(i1

Desde

la

él.

Las

tres

lo

bastante de sus

naves, que a continuación se

estación de ferrocarril de San Vicente de Castellet basta andar cosa de un

kilómetro rio arriba para llegar a esta

iglesia,

pudiéndose

-64-

ir

aun en

tartana.


MARQUET desarrollaban, lampocu existen, habiéndolas sustituido una sola,

como

del

con bóveda de cañón peraltado sobre arcos perpiaños, ventanillas

siglo Xll,

con doble derrame y puerta arqueada, todo ello de manipostería menuda, pero cuidadosa. De lo antiguo quedan un arranque y cimientos a norte,

que permiten reconocer su El

aparejo de

seros:

y

donde

los

sitios

la

hay. en

exactamente

largo,

el

mismo

de

la

nave actual.

parte primitiva es de mampostería o sillarejos grolienzo de hacia norte y partes altas centrales,

el

cantos aparecen sistemáticamente colocados formando raspa,

opus spicatum, que

decían los latinos. Los cañones de

va peraltado en herradura

de

el

la

capilla

bóveda

son,

mayor, ya en semicírculo y respecto

paralelos

ambos

de

aquél,

colaterales; se voltearon

sobre zarzos de cañas, que han

dejado su impresión, trias,

mo

la

en

la

como

es-

argamasa, y asimis-

ostentan algunos arcos.

Éstos son de herradura todos: los torales

con desarrollo de dos

tercios de su radio, a

más

semicírculo, y los arcos

jvmw^ Fig. 26. Marquet: sección transversal por

el

res

crucero.

del

meno-

prolongados en una mitad

del tal radio: rizontal

el

dovelaje es ho-

inclinán-

por abajo,

como jarjamentos (i) al tomar tramo superior. En forma análoga se

dose débilmente luego, v formando algo direccirSn radial o suprarradial su

fraguaron

las

bóvedas, según permite verlo

la

de hacia sur, hoy medio

arruinada. Las impostas, aunque tan rústicas, algo se acercan nácela: los salmeres

quedan

retraídos algún tanto respecto de ellas, y

diámetro del arco excede siempre, y no poco, bas respectivas. Las

ventanas

queándose en herradura tangular

(i)

la

del

la

al corte

de

al

hueco de entre

las

de el

jam-

tienen amplio derrame hacia adentro, arla capilla

(Lámina XXIII). y siendo rec-

tramo izquierdo.

Jarjamentos o jarjas son los hombros del arco aparejados a hiladas horizontales,

procedimiento usual en

lo

árabe español, así

como en abovedamientos ()D

góticos.


CATALUÑA En un velo tería,

mayor

capilla

la

atraviésase en alto

un madero, que conserva

adornos pintados, y haria veces de trabes para colgar lámparas o

restos de

acaso.

como

Queda

En

hay un macizo cuadrado, de mampos-

la capilla lateral

base de altar. incierto

un punto, a saber,

tramo central

cubierta del

la

del

crucero. Allí aparecen remetidos hoy dos muros, a derecha e izquierda,

con aberturas para entrar en

capillas

las

bóveda de cañón, mucho más baja que

y soportando una

laterales

los arcos torales

caberos y con una

Encima fórmase

tronera.

un aposento con puerta hacia sur,

no

muy

antiguo y

cubierto de madera y

teja,

en forma bien mezquina. Rastros de otro cerramiento

abovedado, de corona-

ción ni de ventanas, no se

perciben. La tronera de

la

bóveda, para registrar algo de

la iglesia

der a

ella

y aun deseen-

desde

el

^^^^^^^^^^^^^^^

referido Fig. 27. Marquet: sección longitudinal de

la

cabecera.

aposento, asegura que se trata de vivienda o refugio;

pero

disposición de

la

encajados malamente y deformando toda

la

la

bóveda y muros,

obra, da testimonio de que ello

un expediente brutal y relativamente moderno. Para resolver cómo se cerraría aquel tramo, de 3 por 2.10 ms., donde correspondería cimborio o fué

una

torre,

faltan datos y ejemplos sobre

simple cañón atravesado parecerá

lo

más

Tarrasa, Canapost y Amelie-les-Bains

do longitudinal y más

muros

alto, lo

que

inferir hipótesis; quizá

sencillo,

(i);

como en

un

san Pedro de

o bien otro cañón en senti-

que podría explicar

el

grueso mayor de los

laterales primitivos.

Con toda

su rudeza,

la

de Marquet constituye un tipo

iglesia

más

complejo, más singular y que tal vez refleja otras construcciones de arte cuidadoso y fino, ya desaparecidas.

(i)

Puig y Cadafalch: Ob.

cit.;

t.

I,

fig.

358 y

66

t.

II, fig.

146.


SAN JULIÁN DE BUADA Así se llama hoy citó,

de pasada,

Juan

(2),

y un

pueblecillo a que esta iglesia corresponde, y así

el

el Sr.

Sanpere

documento de

de Buadela, según Balari

(3).

El Sr. Montsalvatje

(i).

1362

como parroquia de

designa

la

De todos modos no consta su del siglo XII,

dral de cia,

en

dán

(5),

san Juan

existencia antes

fué cedida a la cate-

Gerona

(4);

la fértil

llanura del bajo

y está en su provin-

abandonada y

modo que se

cuando

(Láms.

Su aspecto

a

Ampur-

sin culto hoy, de

poco en arruinar-

es fácil tarde

XXIV

la

nombra san

la

XXVI

y

figs.

28 y 29).

mezquinísimo: su cons-

es

trucción revela un tímido esfuerzo ante

problema de

abovedamientos, y contrasta su ruda manipostería en muros

el

y bóvedas con

los

cuidadoso aparejo de

el

muy

arcos, hechos con sillares tados, atestiguando

L'art barbre; pág. 30.

(2)

Noticias históricas de t.

bien cor-

un esmero inverosí-

(i)

de Gerona;

los

XVII, pág.

20.

la

provincia

El señor Puig

la

llama sant Feliú de Boada, equivocadamente, pues

cuya

éste es otro lugarejo distinto,

como doc.

San Julián de Buada: planta.

Fig. 28.

Ob.

cit.;

(4)

Montsalvatje: Obra y lugar citados. Dice que

III,

y relaciona

Córdoba en (5)

el

«estilo árabe» del

1017

iglesia se cita

(Marca hispánica:

CLXXIV).

(3)

guer

parroquia en

edificio

con

pág. 106. la la

cesión fué por

Ramón

Beren-

expedición de los catalanes a

1010.

Desde La Bisbal

unos cuatro kilómetros,

la

se

puede

ir

en cochecillo a Buada; pero cae

estación de ferrocarril de Sant Climent, en

67

-

mucho más

la

cerca, a

línea de Palamós.


CATALUÑA mil,

dada

la

considerase

miseria del conjunto. Quizá cuando este edificio surgía se

como una obra

de Fonollar. en

el

maestra; y

lateral,

vez imitación suya es san Martín

tal

Rosellón, que tanto se

Una pequeña nave compartida capilla con

le

parece

(i).

en dos tramos por un arco, puerta

planta de trapecio

hastiales constituyen el edificio,

le

muy

ridad de aparecer desligados los tres

ambos

fondo, y ventanitas en

al

mal replanteado y con la particulatramos de que se compone, como si hubiesen ido agregándose

uno

a otro; pero quizá se

pretendi(')

con

ello localizar

cualquier ruina o desplo-

mo

que, con motivo de ar-

cos y bóvedas, se suscitase.

Las bóvedas son de cañón, prolongado

de

el

la

forma de herra-

capilla en

dura; y se voltearon sobre zarzos de cañas, entreteji-

dos cuidadosamente,

que

quedar im-

determinan,

al

presos en

argamasa, un

la

gracioso dibujo (Fig. 30).

Sin embargo, se superpuso otro revestimiento, y, ade-

más,

la

capilla y su arco

tuvieron pmturas Fig. 29. San Julián de Buada: arco de

la capilla.

gran

aun

se perciben,

dominando

los colores rojo

ventana de

período románico. La

la

al

fresco

de santos con nimbos, en serie,

cuyos vestigios

y amarillo: quizá datasen del

capilla

forma un arquito de herra-

dura, cuyo derrame inferior acaso no es primitivo, pues se obtuvo a costa

de reducir se

la

altura del hueco por fuera.

vislumbra, tapada

fi)

Puig: Ob.

cit.;

l.

como

1,

se halla,

por

La otra ventana de

las

los pies sólo

hiendas del revestido, y sería

pág. 379. Fotografías de D. Adolfo Más, de Barcelona

68


nUADA if^ual

que

la

otra.

En

la

puerta

se reconoce

mal loque haya de primitivo;

quizá fué un arquito, trasdosado por una contrajamba, visible hacia poniente y por ruda, arquivolta de lajas; las

jambas de

sillería

y

el

dintel,

que

hoy están caídos, parecen modernos.

Ambos arcos

torales, de herra-

dura, resultan curiosos por

la

total

diversidad de procedimientos con que

fueron hechos, no obstante hermanar su aspecto y materiales. El de pilla (Fig. 29)

la

ca-

excede en poco de un

tercio del radio su prolongación

por

bajo del semicírculo; las dovelas, en Fig. 30. Buada: impresiones en las bóvedas.

número de

treinta

y

seis, lo

que equi-

vale a dar idea de su estrechez, no van trasdosadas, y respecto de su direc-

ción pocas atluN'en bajo, ya por

al

centro de

encima de

él,

la

curva, yendo a puntos diversos, va por

con poca regularidad, haciendo creíble que su

Fig. 32. Buada: impostas del arco medianero.

Fig. 31. Buada: impostas del arco loral.

trazado no se regía por un patrón de conjunto, sino por plantillas empí-

ricamente ordenadas, variando de los dos tercios bajos en este último tan sólo donde

la

forma de cuña y

-

69

-

la

al central,

y siendo

convergencia se pro-


CATALUÑA curaban con relativo esmero. Toda

mente respecto de jambas

e

arquivolta se retrae considerable-

la

impostas,

puntas como dientes de lobo, modelo

las

casi

cuanto conocemos de aquellos siglos (Fig. El otro arco

manes

(Liím.

XXV) guarda

del siglo X, resultando

Cataluña,

lo

que

tal

línea de impostas,

exactamente igual a

la

las

jambas

obra? De hecho

al

filete

y único en Cataluña, y sin par en 31).

musul-

los

mozárabe por excelencia entre todos

la

si

número de

los

Su prolongación de curva

de

treinta y una,

luz de las jambas, y las impostas 32):

muros

al

centro

laterales y él

70

es

forman nácela

halla todo deformado, por haber

se

empuje. ^Se añadirla

los

convergen

llega al

bien tampoco van trasdosadas; su diámetro

con breve semibocel debajo (Fig. cedido

adornan con un

vez da indicio de cierta posterioridad respecto del de

semirradio; sus dovelas, en la

se

conformidad absoluta con

Olérdula, por ejemplo, tan arcaizante.

de

que

este arco

después para asegurar

aparecen desligados.


V

ASTURIAS EN

la

región cantábrica

árabe fué más rápido

por ostentarse

resurgir cristiano después de la invasión

el

intenso que en los Pirineos, y se caracteriza

e

como prosecución

del poder visigodo neto, y

como

oligarquía aristocrática por consiguiente, sin arraigo popular y aun rela-

jando aquella fisonomía romana que

impusieron en otro tiempo a

pecho de

el

mantener

ni

aun

conveniencias del país español

de Toledo, con menoscabo y a des-

germánicos. Estos revivieron en

los tradicionalismos

la ficción

rido

el

A

sesgo

de soberanía nacional, abandonada por

mero hecho de no acuñar moneda y de contentarse con

pes sus caudillos.

el

nueva Monarquía, ya que en Asturias era impo-

legislativo especial de la sible

la corte

las

la vez,

título

de prínci-

y robusteciendo este criterio, resultaba transfe-

dominio español, con

visos de derecho, a los

musulmanes, según

acreditan sus prerrogativas aun sobre lo eclesiástico, en proveer obispados

y convocar concilios, arrebatándose

que

ellos

a orientación política,

pudo consolidarse, gracias

mente, Alfonso

godo

la

enorme fuerza

social

representaban.

En cuanto rias

así al

ella se dirigió el

una vez que

a pactos

hacia Francia,

con

como

los

el

señorío godo en Astu-

musulmanes probable-

atestiguan las relaciones que

Casto, primero de los príncipes asturianos

sostuvo con Carlo-Magno, que

le

que organizó

corte,

llamaba en cartas «su cliente». Frustrados

71


ASTURIAS luego los planes de conquista que

emperador fomentara respecto de

el

España, y decayendo progresivamente en poder lingios, la eficacia del inllujo francés

hubo de

desde que una serie de campañas contra

los

los sucesivos revés

ir

caro-

menguando, sobre todo

cordobeses y largos años de

paz sucesivos pusieron a Asturias en contacto vivo con Andalucía. Este intervalo de un siglo, edificios cual

no

la

el

IX, se llena en arte con una serie de

ofrece tan copiosa país alguno, gracias a ser

región culta de España que se libró de incursiones siglo X. Ello cae fuera de nuestro

sivo es

tema

única

musulmanas en

como

actual; pero,

la

el

el

período suce-

una mera y aun accidental evolución suya, cumple discurrir algo

acerca de sus modalidades típicas.

Desde luego,

el

arco de herradura, tan generalizado en edificios ante-

riores a la invasión y ya típico de lo cordobés,

para Asturias, hasta que a fines del siglo

En cambio, en

el siglo

la

forma cuadrangular de

IX

queda totalmente extraño

se inicia el influjo

VII, se mantiene siempre, atestiguando que

no alcanzó a restablecer

el

mozárabe.

las capillas, característica el

semicírculo absidal primitivo.

influjo

española

europeo

En cuanto

al

uso

del ladrillo, frecuente en Asturias, sobre todo para los arcos, provino acaso

de Francia, puesto que mal puede rastreársele origen dentro de

lo visi-

godo, y Asturias, por su estructura geológica, más bien es favorable a

un extraño fenómeno

edificar con piedra. Resulta

lombardos, a que parece ral predilección

Las la

la

ausencia de trenzados

tuvo desapego aquí, mientras gozaban de gene-

se

en Europa.

iglesias asturianas (i)

son de tipo

pluralidad de altares y advocaciones

basilical,

con

tres capillas,

demandaba ya en

según

aquellos tiempos;

dos sacristías: porche o nártex, con departamentos laterales generalmente; a veces tribuna encima, v rior,

sobre

la capilla

un refugio,

sin

más acceso que

su arcada exte-

principal. Pilares monolíticos separan las naves, con

molduras arriba y abajo; los arcos torales suelen llevar columnas; hay también pilastras encapiteladas, cosa no vista en España desde que cayó lo

(i)

A más

del

conocido libro del Sr. Lampérez, véanse: Redondo: Iglesias pri-

mitivas de Asturias.

— Selgas:

Monumentos ovetenses

Prados de Oviedo

Laprimitiva basílica de Santianes de Pravia.

del siglo IX.

(en publicación).

72

La basílica de

S.

Julián de los


ASTURIAS romano:

capilla

la

mayor

decora con arquerías murales, y

se

amplias

las

ventanas llevan losas con arquillos y adornos varios calados. Esta unifor-

midad de donde rio

la

tipo y caracteres acusa desde luego algo

anormal para España,

polimorfía es lev, atestiguando una fijeza y persistencia de crite-

que explicaría

proceso de

la

acción asturiana, o sea goda, en

la

considerar aparte dos remociones perturbadoras del suso-

artístico:

la

segunda constituye

primera sólo accidentalmente nos atañe, y

monumental, un examen

Me

el

Reconquista.

Hemos de dicho tipo

fecundo de

lo

el

tema principal nuestro;

la

dado su gran valor

exigiría,

distrayéndonos demasiado y sin provecho

prolijo,

pequeño y desconcertante grupo de San Miguel de Liño, Santa María de Naranco y Santa Cristina de Lena, que tanto ha dado

ahora.

que

refiero al

toda filiación de las

embargo, sigue mal conocido y rebelde

escribir y dibujar, y, sin

Una

estilo.

boutades de Marignan

a propósito de su cronología, y es afianzar en

definitiva la atribución a

Ramiro

cuadro de caracteres que

ellas ofrecen,

(842-850) de estas obras. Tocante al

1

ni

aun

muy

atenuado

es dable

rastrearlo en otro lugar simultánea ni anteriormente, a pesar del

avance que

la

erudición artística de

estos últimos años.

a

embargo, parece resuelta ya, contra

cosa, sin

la

Alta

enorme

Edad Media viene dando en

Queda, como solución algo verosímil del problema,

el

supuesto de un agente, con poderosa fantasía y excepcionales dotes de constructor, que, sobre la arquitectura asturiana ya consolidada, y haciendo

decoración con temas heterogéneos, produjo organismos artísticos de originalidad suma, que son modelos de lógica, de ritmo, de progreso y aun exquisitos, dentro del barbarismo propio de su siglo.

Baste consignar

tiempos de Alfonso

el

algunos rasgos: Fué típico de Casto a

profusamente, cosa no

vista,

medievales, aunque en

lo

Ramiro, a res, a

lo

menos, reforzar

asturiano,

muros con

que sepamos, hasta entonces en

romano

solía

estos estribos, sólidos y recios,

modo

los

lo

desde

estribos edificios

darse a veces. Pues bien, bajo

corresponden refuerzos interio-

bizantino, en forma de columnas, y sobre ellas cabalgan arcos

murales y otros de través, o sea perpiaños, ciñéndose a

que cubren absolutamente

estos edificios. Resultan

consecuencia, los métodos que dos siglos

tema románico lemosino. Lo de

estar

más

las

bóvedas de cañón

inaugurados aquí, por

tarde constituyeron

completamente abovedadas

73

las

el sis-

cons-


ASTURIAS trucciones ramirenses de Oviedo probablemente obedeció a preservarlas de los piratas

normandos, que, incendiándolo todo, amenazaban

aquellos años

Oviedo para

el

la

Asimismo,

(i).

Cámara

al erigir

Alfonso

el

Casto en

santa sobre otra nave abovedada, daría

palacio-iglesia de Naranco.

En

fundamental

lo

el

país por

la

catedral de

tal

vez modelo

estos edificios

cua-

dran absolutamente con una explosión de ideales nuevos, que desde mitad del siglo IX sacudió nuestro país abriendo

las

la

Edades modernas. Su

expresión arquitectónica consistió en abolir todo clasicismo; en un nuevo

canon de proporciones, con ventaja de riales ricos:

la

basílica.

Es

empuje

el

la

el

ponderada lucidez

abandono de mate-

a

que antes respon-

del orientalismo sobre lo europeo,

asalto en asalto llegó a transformar la

en

en complicaciones de estructura, y en buscar emociones de

exaltación espiritual, en vez de dió

la vertical:

el

Occidente;

que de

mas aun para Asturias

revolución era demasiado prematura y violenta, y no llegó a consoli-

darse sino a través de reacciones atenuadas

La segunda implantación a otra crisis

más hondamente

actividades hacia

la

artística, local,

(2).

dentro de Asturias, corresponde

determinada por un incremento de

parte meridional del país, que fué absorbiendo poco a

poco y desvirtuando

los

primitivos ideales políticos de aquella monarquía,

y concluyó por dislocar hacia León y hacia Castilla

los ejes

de su poderío.

Quedó Asturias inmovilizada y en decadencia, que nunca más volvieron a remediar las circunstancias ulteriores, y en virtud de ello se mantuvo con carácter conservador y aristocrático, difícilmente asequible a influjos exte-

siempre tardía en evolucionar y propensa a retrocesos atávicos. Este período arranca de fines del siglo IX, bajo Alfonso el Magno. Su

riores,

nota artística dase mediante el

arco de herradura,

con tendencia a

(i)

(Hübner: (2)

Alude I

a ellos,

como

almena escalonada y decoraciones bizanpero accidentales dentro del organismo construcirse

retrayendo su empleo y debilitarse, en forma

probablemente,

nscr. Hisp. christ.;

Añádase

aparición de caracteres meridionales,

el alfiz, la

tinas bien ostensibles, tivo, y

la

la

n.° 484) y

inscripción de

desde luego

la

la capilla

de

la

de santa Leocadia

Catedral (Id.; n.° aSg).

a la bibliografía contenida en nota anterior, respecto de estos edificios:

Monumentos arquitectónicos

de España:

varias

monografías.

Ilaupt:

Die

Rivoira: Architettura musulBaukunst der Germanen; p. 197 en adelante. mana; pág. 330 en adelante — Marcel Üiculafoy: Kspagne et Portugal.

74


ASTURIAS que un

siglo

tradici(')n

después disipóse todo

quedando

persistente la

asturiana neta, contal fuerza de rutina que apenas hay diferen-

tiempo de Alfonso

cia entre construcciones de

aun

del siglo XI y otras

D.

lo allegadizo,

Pelayo

de

Casto, las de comienzos

posteriores. Al lin, y quizá por obra del obispo

Oviedo (1101-1129), que supo levantar

país con sus escritos, y

impusieron tardíamente ríodo románico

el

fértil

aun las

a

espíritu

del

fuerza de mixtificaciones históricas, se

modas

artísticas

francesas, entrando

un pe-

en arcaísmos.

Desgraciadamente, pocos edificios asturianos del siglo y sólo fragmentos de algunos para determinar

el

que serían

las características

muy

X

se salvaron,

típicos acaso; pero ello basta

susodichas de influjo meridional,

com-

probando que, dentro de Asturias y en el campo del arte, actuaron los factores sociales dominantes a la sazón y reconocidos fuera de allí con más pujanza, según veremos. Además, como no incumbe a nuestro propósito

el

cuadro general de

los estilos asturianos, ni

cen de típico, sino exclusivamente el

lo

aun aquello que ofre-

que fueron aportaciones mozárabes,

estudio de edificios en esta región va hecho fragmentariamente, y se

omiten por sistema edificio inédito y

los

como

trazados gráficos de conjunto, salvo en un caso de

ejemplo, para no tergiversar

investigación.

-

75

-

el

alcance de nuestra


SAN SALVADOR DE VALDEDIOS «Tu generosa piedad, oh Cristo Dios, salva muchas veces a los impios tu generosa Confiésanla los hombres y

porque

te

piedad.

aplauden incesantemente

muerto confiésanla

vivificas lo

resplandezca doquiera; pues

los

hombres.

Seas amparador del mísero; asistas por tus méritos

clemencia en que sobresales

A mí mismo, me hieren

sé tú

amparador

me

en verdad, crueles

alma; y

las

multitudes;

las

al

bueno; con

la

del mísero.

atenazan

caídas mortales del

las

culpas a mí mismo, en verdad, crueles.

Resplandezca ahora clemente tu fructuosa gracia:

la

que levanta

al

derribado resplandezca ahora.

Tu

piedad nos

asista,

amparándonos en cuerpo

en espíritu tu piedad nos asista»

Con lírica

hermosa

esta

española cerrase

(i).

plegaria, la

a todos; y salvándonos

consignada en un mármol,

tal

vez

tradición del gran Eugenio Toledano, que por

dos veces había empleado semejantes ritornellos en sus poesías Existe en esta iglesia de Valdediós, y a su pie, en

conmemora

la

consagración de

ella

en 893 por

lo

se

que

que no consta

y quién, por consecuencia, elevaba

la iglesia

(2).

mismo mármol,

el

siete obispos, entre los

aparece uno mozárabe, Eleca, de Zaragoza. Pero

quién erigió

la

es

deprecación

la

transcrita.

San Salvador de Valdediós escóndese en un frondoso de Villaviciosa

(i)

rias

Asturias y León;

(2)

lám. pág.

U 190,

de tantas otras fundaciones, conserva

muchas veces publicado, por ejemplo, en

El texto latino ha sido

monumental,

número

y, a diferencia

(3),

valle del concejo

b y

5;

Quadrado:

Hübner:

I

Recuerdos

y

Vigil:

Astu-

bellezas de España:

nscriptiones Hispaniae christianae,

261.

Edición de VoUmer, en

Monumenta Germaniae

histórica;

t.

establecido

allí

XIV, pági-

nas 240 y 262. (3)

Dista

de religiosos, en

unos

seis

kilómetros de ella por carretera.

el edificio

Hay

del antiguo monasterio cisterciense.

-

-

un colegio


VALDEDIOS íntegro su edificio, ria.

mas nada de pergaminos que den

La afirmación de que

fué monasterio es gratuita, pues no basta verla

absorbida por otra fundación real cisterciense, que

la

cobijó protegiéndola

desde 1200, y sólo, gracias a sus diplomas, sabemos que antiguo Boiges o Bogies

Magno

donde

(866-910), y a

una vez desposeído del trono?

Se

(2)

le

relegaron sus

le

buscaba en vano cerca de

Gijón, por mala inteligencia del texto de Sampiro, donde

consigna

(3);

él

la

noticia se

pero, de ser cierta su concordancia con Valdediós, se afian-

zaría la presunción, ya verosímil, de

inspirando a

llamaban de

al sitio

^Será por ventura aquel Valle Boides donde

(i).

edificó palacios Alfonso el hijos

conocer su histo-

a

lo

menos su

que Alfonso

poesía deprecatoria,

si

fundase esta

III

no

es

que

la

iglesia,

compusiera

mismo, pues de hombre letrado y erudito dejó fama. El edificio, en su disposición general, pertenece al grupo asturiano

neto y cae fuera de lical

y

los

la

categoría mozárabe.

una transcripción atenuada, ideales

En

él se

alian la tradición basi-

avances de estructura obtenidos bajo Ramiro

nuevos que arriba

se analizaron,

pueblo aristocrático y conservador Pero,

al

tiempo que

muy

por consecuencia,

y,

como

1,

viniendo a ser

razonable, de los

puestos a servicio de un

(4).

esta iglesia se edificaba,

no eran ya solamente

Asturias los valles cantábricos; estaban pobladas León, Astorga y Coyanca,

Campos Góticos y Zamora hasta el Duero. declinaba más y más hacia sur, como antes se dijo, y

y avanzaba por del reino

oligarquía goda veía crecer, allá fuera de sus montañas, en

un pueblo anónimo que

y soleada,

t.

Vigil:

(2)

Sampiro: Cronicón; núms.

La crónica del Silense

de España;

t.

II)

Risco:

«Cultrocis»

la

misma

la

España sagrada;

Téngase en cuenta

planos publicados falta indicar pecto de

la

llanura

de

mismo

la

texto: «Bortes villula»,

XXXVII, el

el

págs.

ms. 8396 de

2177

222.

la

No

Antigüedades

que no

es errata,

en

Biblioteca Nacional.

es «valle Boidis» sino

texto. Así lo entendió Flórez,

puntuando

bibliografía consignada en la nota 2.* de la pág. 74. la

fértil

(España Sagrada;

edición de Berganza:

códice Complutense (Biblioteca Nacional: ms. 1358,

el

la

antigua

pág. 604.

lección arroja t.

la

la

organizaba sobre bases diversas de

y i5 de la edición de Flórez

localidad aneja a Gegione, según

su edición de contormidad con (4)

2

(n." 62

transcribe sobre el

vez de «Boites», puesto que (3)

se

Asturias monumental;

(1)

XIV).

El centro

los

f.

En

35).

los

existencia de otra sacristía, hacia norte, y simétrica res-

meridional, cuya puerta y arranques de muros subsisten.

77


ASTURIAS las

suyas godas, ansioso de libertad, mirando hacia

los dilatados

horizontes

meridionales y discurriendo según experiencias adquiridas en su trato con

moros. Este factor social nuevo

los

que hace su aparición

artística en

es el

Valde-

dios, con elementos de indudable estirpe

andaluza, y mozárabes por consiguiente,

ya que no son mero trasplante sino adaptaciones elaboradas con vistas a

un medio

diverso, cual podrían ocurrirse a cristianos salidos de tierra precisamente cordobesa.

En

efecto,

si la

netamente asturiana;

si

mientos y formas constructivas, es obra

sus arcos son de medio punto, comprendidos los

de cantería que desarrolla su minúsculo pórtico serie de

de Valdedios, en

todos sus caracteres esenciales, procedi-

F'g-33Valdedios: ventana de la nave central.

una

iglesia

piezas decorativas

cedentes conocidos en Asturias,

lateral,

en cambio hay

sin pre-

como obra

de un escultor advenedizo, pero que allá hizo escuela, según veremos.

Todas

las

ventanas

XXIX), más

(Fig. 33 y lám. tía

que subsiste

tipo toledano

altas de la iglesia la

de

la sacris-

(Fig. 34), son gemelas, del

de San Ginés, con sendos

arquillos de herradura, alfiz, columnitas,

adornos y molduraje sogueado, conforme de tiempo de

éste a la tradición asturiana

Ramiro:

los arcos

alcanzan

al

semirradio

en su peralte.

Entran en serie también

ventana de

capilla

la

mayor

(i)

y

fig. 35),

cuyas columnas

(i)

les

si

t

la del Fig. 34. Valdedios: ventana de la sacristía.

aquélla con tres arcos semejantes a los demás, pero

exceden en corpulencia. La del hastial de

Véase dibujada, acompañando

tectónicos,

I

la

aposento de refugio abierta encima (Lámi-

na XXVIII y

1

bien incorrectamente,

al

texto respectivo, en

como

-

de ordinario.

los pies,

Monumentos

arqui-


VALDEDIOS en cambio, es alfiz

tan

muy

esbelta, y

un vastago ondulado, hojas

y

flores,

(Fig. 36 y lám.

de

del

y

la iglesia

XXXI

de

y

que brobizantino

tipo

XX Vil).

Sus capiteles, con todos de

adorna su

los

y del pórtico (Láms.

fig. 37),

demás

XXX

excepto los corintios

las capillas laterales,

son acampana-

dos, con abaco rectilíneo y su collarino retorcido, variando de los bizantinos y

lombardos tan sólo por acusar, debajo de sus ángulos, planos ligeramente cón-

quedan

cavos en forma de hojas, y

así

distribuidos en dos series los

campos de Fig. 35. Valdedios: ventana alta del testero.

ornato que

les llenan:

Naranco y Lena,

recuerdan

los

de

sin su rigidez ni los recuadros de

molduras.

mero

llarse a

sobre

íSS^c^&ÉS^^i^^,

campo

ta-

modela trazos con-

biseles,

uniformemente

destacados

vexos,

en

en vez de

pero,

relleno;

Como

decoración es de

los bizantinos, su

bárbaro

llano y con

desgarbo, aunque a través de ello se rastrean

en

lo

temas decorativos usuales

bizantino

y

muy

especial-

mente en Córdoba.

Todo

parece

comprobar

que

aquí hubo un tracista andaluz, bien

experto en país,

el

arte

musulmán de

actuando sobre

tinario cincel de los capiteles v

el

torpe y ru-

un asturiano. En

ventana de

la

mavor. primera cosa hecha revélase lo que

daba de

el artista

capilla tal vez,

asturiano

trazando; a saber, una

especie de palmas, de las que

Fig. 3Ó. Valdedios: ventana de la lachada principal.

79

su

no


ASTURIAS sabía salir, por lo visto; luego, aparece, en los capiteles del hastial (Lámi-

na XXXI), una trenza de

tres ramales,

corriendo por su abaco,

tal

vez

única en Asturias, mientras era tema usual en dibujos cordobeses; y por todas partes repítense con variedad palmetas, tulipanes, cogollos, tallos

ondulados, hojas dobles y picudas,

De

las

etc.

celosías del porche consérvanse dos (Lám. XXXII), no menos

excepcionales para Asturias:

la

una

es de entrelazados en cuadrícula,

Fig. 38.

Adorno cordobés

con

del

año 855. (Catedral: puerta de san Esteban.)

Fig. 37. Valdedios: capiteles del porche lateral.

un

cierto ritmo,

que acaso arguye conocimientos de

andaluz, ya iniciada. La

la

evolución del lazo

otra es preciosa, con roleos y cogollos,

demos-

trando, mejor aún que los capiteles, ser modelo cordobés, ineptamente interpretado, su dibujo (Fig. 38).

que por

Queda un útimo

solo da evidencia al cuadro:

80

el

rasgo, tan elocuente

rematar ambos hastiales con


VALi)r:i)i()s

almenas, semejantes (Fi¿^. 3()),

tipo;

con

a

y de donde parten la

que coronan

las

la

íjran ^;iMezquita cordobesa

repeticiones conocidas del

tíxlas las

mismo

particularidad

de que estas de Valdedios son únicas en acercarse a las

cordobesas más

guas por

la

anti-

sinuosidad de

su cima, argumento definitivo en favor de nuestra tesis (i).

Los aleros, con

ladrillos volados

Fig. 39. A. Valdedios: almena del testero, B. Catedral de Córdoba: almena.

asoman-

do una esquina, como dientes de

son otra novedad respecto de

sierra,

Asturias, y también de estirpe oriental o andaluza

(i)

Al

hastial

muchos juzgan

de

los

pies

primitiva, y sobre ella fué izada

vértice del frontispicio,

según

enfilan otros remates bulbosos, (2)

fué añadida en tiempos

el

sia)

—y

A

lo largo del caballete del

el

tejado se

singulares.

Esta forma decorativa se halla

musulmán de Oriente

modernos una espadaña, que

almena; mas antes cabalgaría en

otro hastial enseña.

muy

abad (Dieulafoy: L'art antique de a lo

la

(2).

— palacio

a lo bizantino y lombardo.

la

tal

vez primero en

Perse; IV

las

parte, lám.

ruinas sasanidas de Firuz-

XV), trascendiendo luego

de Racca

— y Occidente — palacio de Sedrata

No muy

entrado

mozárabe de san Aliüuel de Escalada.

81

el siglo

X

la

veremos en

la

(Argeiglesia


SAN MIGUEL DE VILLARDEVEYO Cita Sampiro, entre las fundaciones de Alfonso

Miguel de Velio

(i),

que

es

indudablemente

esta parroquial,

de Llanera

haya

de san

III, la iglesia

del concejo

aunque no

(2),

que yo

dicho,

Conservando su

se

sepa.

aspecto

primitivo conociéronla arrui-

nada

los eruditos del siglo úl-

timo, y

la

atribuyeron

al

IX;

pero después ha sido reconstruida

totalmente,

en

1884,

quedando por testimonio único de su abolengo ilustre una piedra en lo alto

celosía de

del testero (Fig.

seme-

40),

jante a otras de Arguelles y

de Liño, y sobre todo a hastial de esta última

pero toda

ella

más

basta,

como

de

Además, en

si.

el

la del

iglesia;

recia

y

material daba ser de

he-

rradura sus arquillos estriba '-v^/

la

>--

monio dc

Fig. 40. Villardeveyo: celosía de la antigua iglesia.

de

la

(i)

Cronicón;

(2)

Es

que (3)

n." 2 de la edición de

fácil visitar este

dista

principal diferencia, testiintlujOS

nueVOS

(3).

Flórez arriba citada.

pueblo, apeándose del ferrocarril en

la

estación de Villabona,

poco más de un kilómetro.

Vigil (obra citada; pág. 416) dice

que

Pedro Armada Valdés hizo una descrip-

D.

ción de esta iglesia antes de su derribo; pero en vano se ha buscado, a ruegos míos, en

archivo de

la

Universidad de Oviedo.

¡2

el


SAN ANDRÉS DE BEDRIÑANA Sirve de parroquial a una aldea cerca de Villaviciosa, hacia norte

De su

historia ni

una palabra

se sabe, ni

hace gran

ya que

falta,

la

(i).

parte

conservada primitiva recibió decoración verosímilmente por

mismo la

artista

el

seudoandaluz que

de san Salvador de \'aldedios.

Es de nave única y hasta sin porche, si

como

ermita, puesto que

tiene puerta lateral ella es

mo-

derna. Postiza también su cabecera, lleva

un arco

toral

romá-

cuatro

columnas,

XI 11

ya: pero la

nico

sobre

como

del siglo

Fig. 41. Bedriñana: ventanas laterales de la iglesia.

capilla

mayor,

asi

como

otras dos late-

rales hacia norte, parecen

nas.

Mide

la

más moder-

nave 7,65 por 4,33 m. de

hueco. Su puerta, a los pies, está hecha

con

tres piedras,

según costumbre en

siglo IX: sobre ella existe

arqueada, con celosía: de

sillares,

y en

la

las

el

una ventana esquinas son

que revuelve hacia

norte queda un modillón de corte con^Fig. 437B¡dlTñana: celosía, a los pies de

(i)

^

la iglesia,

vexo V con

estrias, tipo repetido

veces por allá, desdc que cn Santullano

Dista ella escasamente tres kilómetros, hacia norte.

-

muchas

83


ASTURIAS de Oviedo aparece, sirviendo para apoyar tal

hubo de

ser la

las rastras

cubierta de dicha nave. En

de una armadura, que

los lienzos

de sus costados

abríanse, casi a tres metros de altura, seis ventanas gemelas, de las que sub-

una

sisten

Con

dos a mediodía, sin su columnita central todas (Fig. 41).

a norte v

decir de ellas

que son idénticas

a las de Valdedios, se escusa

repetir lo de sus arcos de herradura, guarnición

Uos en

las

y

alfiz

sogueados, adorni-

albanegas y sencillas columnas laterales. Respecto de

también responde

sía (Fig. 42)

al

mismo

criterio artístico

que

celo-

la

principal

la

de Valdedios, adivinándosela compuesta por tallos ondulados y tangenciales, el

con sus brotes de roleos. y todo

ello rítmico, a

modo

cordobés; pero

intérprete no acertó sino a recortar y grabar finamente círculos con

No

protuberancias formando espirales.

aun

como obra maestra en

vale

obstante produce buen efecto, y

su género. Mide 99 por 56 centímetros.

SANTA CRISTINA DE LENA La célebre ermita grino iconostasis

(2)

(i) sólo

nos interesa por cuanto se

en tiempo desconocido,

si

la

dotó de un pere-

bien próximo

al

de su edi-

ficación. Iconostasis así había en todas las iglesias asturianas de estos siglos,

pero sólo

de Lena se ha conservado completo: y que

el

él

demués-

fué postizo

modo

de adherirse a los muros y por su arte bien diverso, a más de estar hecho con piezas de acarreo, cuya ausencia caracteriza justa-

trase por el

mente

el

grupo de

edificios a

que

este de

Lena corresponde (Lám. XXXIII).

Tres arcos peraltados, sobre columnas,

le

forman: éstas son de mármol

y hermanan con ciertos capiteles certísimos de tiempo de Ramiro

que

se hallan en

Véase

la

puesto

Santa María de Naranco, y datarán de entonces (Lá-

mina XXXIV). Son más probablemente godas (i)

I,

bibliografía de la pág. 74, nota

2.',

las piezas del

además,

y,

el

cancellum

o

estudio especial de

D. Juan B. Lázaro, discreto restaurador del edificio. Existe la ermita dos kilómetros apartada,

hacia norte, de la estación de

Es

(2)

presbiterio,

llamarla

así.

gración a

la

el

Campomanes, correspondiente

nombre que, en

las iglesias

de

generalmente con arcos y donde

se colocan

Detrás corre un velo para ocultar a lus laicos

comunión.

-

84

al ferrocarril

ritos orientales,

-

el

de León a Oviedo.

designa

la

delantera del

imágenes, de que proviene oficio divino,

desde

la

el

consa-


f.ENA

pretil, tral,

con adornos y letreros, que forman barrera en

l-^ncima de los tres arcos, bien peraltados, sube

cinco celosías, rudas y desiguales, de

que

las

central lleva una serie de

la

arquillos de herradura calados; y sobre ello, por arcos,

rematando

Mezquita cordobesa

esta idea

de arcos superpuestos?

mil, y en todo caso el

hecho de

celosía, dicen algo de

mozarabismo. Otras

Valdedios,

como

las

más complicada

mol antiguas, pues quedan

Hemos la

quizá también

primera de

la

de inscripción visibles en una de

pasaría la

ellas.

las

ejemplo, en

ellos

Por consecuencia,

también con arcos v

Lena, fueron usuales en Occidente, por

tegurium

o baldaquino,

trabes direc-

la

Catedral de Torcello.

ruinas de San Pancracio en Canterbury

que

estos

ciertas regiones

de ocultar a

los

fieles

una parte de

corre tras del iconostasis; y

memoria de que

la

liturgia,

mediante

aunque en Occidente,

ello se practicase,

tenemos aún

la

las cortinas,

dragesimale», con que se cubren los altares en cuaresma,

práctica

velo

el

parecer,

al

donde

no tuvo

cobija los altares,

acogida. Respecto de su uso, los ritos orientales han conservado

mode-

como en

escalerillas laterales,

Roma

que en

de Benian, del

la

es de creer

menos en

lo

(i);

y San Miguel de

(2)

como

pero sobre todo basílicas africanas,

algunos de

la

Oriente siguen

el

Véneto, dispuesta

al

de otra iglesia romana mal definida

las

siglo V. y las de Tigzirt (4).

el

la

hechas utilizando losas de már-

y bella: están restcjs

de

cuadricu-

celosías de éstas son

de Priesca, y recordando algo

moda columnas, como por allí

Casos más antiguos ofrecen

los,

parece inverosí-

los arquillos

reforma galicana bajo Alfonso VI. En todo

tamente sobre

(3);

semejanza, junto con

Gran

X, dando a entender que su existencia fué general en España

usándose, y de

Capua

la

No

la

de volver a encontrarnos con iconostasis y trabes en igle-

sias del siglo

antes de

cabalgan otros tres

fin,

obra. ^Estará inspirada en las arquerías de

la

ladas o jaqueladas,

intercolumnio cen-

el

un trecho macizo con

que

se

no hav

«velum qua-

como recuerdo

de una práctica análoga. Sería costumbre, a lo menos, recatar

el

santuario

fuera de las horas litúrgicas, puesto que velos en abundancia, donados a

nuestras iglesias en los siglos de que tratamos, atestiguan

Le origini della architettura lombarda;

(i)

Rivoira:

(2)

Id.: id.; figs.

(3)

Cattaneo: L'architccture enltalic..,; pág.

(4)

Gscll:

Les

el

fig.

hecho. 425.

427 y 428.

monumcnts antiques

85

179.

de lAlgcrie;

t.

H,

figs.

117 y

137.


SAN SALVADOR DE PRIESCA Y SAN PEDRO DE NORA Diversa categoría vienen mereciendo estas iglesias que, sin embargo, son

hermanas:

la

de Priesca figura en los

«Monumentos arquitectónicos

de España», y

1

se la trae y lle-

va con

los prin-

cipales edificios

de

la serie

astu-

riana; consta su

consagración en 921, y responde

con absoluta delidad

fi-

tipo

al

de iglesias arriba descrito

(i).

La de Nora

(i)

(2)

Es del con-

cejo de Villaviciosa,

y dista de su capi-

unos

tal

seis

kiló-

metros hacia oriente

de

,

poco la

desviada

carretera que

va hacia Colunga y Ribadesella. (2)

se

Deteniéndo-

en San Claudio,

estación que es del ferrocarril

de Ovie-

do a Trubia, pue-

Fig- 43-

de llegarse a Nora

San Pedro de Nora: planta.

andando poco más de dos kilómetros.

86


PRIESCA Y NORA es

absolutamente desconocida; de su historia no sabemos sino que en qoS

se la cedió a la Catedral de

sencillo, sigue el tan

Oviedo

(i),

y su edificio, aunque algo

invariable modelo, con

mayor

más

esbeltez y desahogo

en su traza (Figs. 43 y 44).

Respecto de estructura, ellas retroceden a antes, caída en

el

vacío toda

la

los

métodos de un

siglo

gran evoluciiui lograda bajo Ramiro y aun

Alfonso

bajo

Magno,

sin

el

quedar

en su bárbara decoración rasgos de

mozarabismo tampoco.

Nos encon-

tramos, pues, ante

un

rutsinarimo

evidente y una de-

cadencia, que res-

ponde

muy

bien al

estado político: Asturias caía ya fuera del círculo de proSan Pedro de Nora: perspectiva

Fig. 44.

interior.

greso del reino; corte residía en León, y nuevas fuerzas e ideales lo

la

impulsaban todo hacia

sur; su papel histórico había terminado.

No

obstante,

a la zaga todo

como

la

inmovilidad en arte

marcha convergente hacia un

podía menos de acusarse un reflejo de

lo

es

absurda, v más o menos

ideal,

en estas iglesias no

que ya caracterizaba

el

leonés, y así ostentan el arco de herradura, tímido, incierto a veces y

a desgana, pero

marcando con

cierta progresión: las arquerías

punto; los demás arcos de

mucho, y

fi)

Vigil:

obispos en t.

los

XIV, pág.

el

de

las

la

sello elocuente la obra.

como

nótase

murales de su capilla mayor son a medio

cabecera, simplemente peraltados,

aunque no

naves y porche, de herradura, con prolongación equi-

obra citada; pág. 229. Es una de

concilio

En Priesca

arte

las

iglesias citadas

segundo de Oviedo (España sagrada;

401).

-

87

t.

como

residencia de

XXXVII,

pág.

aSo y


ASTURIAS valente a un cuarto de su radio. Dos ventanas gemelas, hecha de ladrillo

una y monolítica reentrante.

zárabe,

su

alfiz

En

la otra,

dan una curva bien peraltada, mas dudosamente

estas ventanas

es

novedad para Asturias, en sentido mo-

desaparición de columnas laterales; y

la

correspondiente, sin dejar espacio entre

él

la

En Nora

segunda ventana y

lleva

los arquillos.

arcos y bóvedas son peraltados y casi siempre reentrantes,

pero sin exceder, ni aun llegar a veces, a un cuarto del radio su prolongación vertical respecto del semicírculo.

SAN MARTÍN DE SALAS De

esta iglesia, en su estado antiguo,

empotrados en la

edificio

puerta del hastial

(i).

moderno

no existen ya sino fragmentos

e insignificante,

Consta su donación a

la

aunque

sea de arte gótico

Catedral de Oviedo en 896;

pero sobre todo conocemos

la

trucción de 961, gracias a

los

dichos

fragmentos,

abundan

que, destruida de iglesia,

suso-

que

los

inscripciones, ya deprecati-

vas ya históricas

la

entre

recons-

un

(2).

Resulta de ellas

mucho tiempo

cierto

Adefonso,

fesso, o sea penitente,

la

atrás

con-

mandó

re-

novar, mejorándola, en dicho año, y allí

fué sepultado en 969.

para crcer de cstírpe

Fig. 45. San Martín de Salas: ventana en su fachada meridional.

real,

Ahora

como

bien, se

ha

supuesto, a este piadoso y culto personaje,

(i)

sobre

monje

vez, no

hay razón alguna: precisamente Adefonso,

San Martín constituye hoy un

la carretera (2)

tal

Vigil:

de Oviedo a Tineo, en

Obra

citada;

barrio, la

próximo a

la villa

de Salas, y ésta se halla

que hay servicio ordinario de coches.

con láminas, que copió Hübner en

paniae christianae, núms. 494 a 604.

el

I

nscri pt iones Mis-


SAN MARTÍN DK SAI.AS primogénito de Froila otra iglesia en

II,

con quien se ha tratado de identificar, edificó

mismo año

el

(j5i,

y

la

inscripción alusiva de ello consigna

su ascendencia, cosa que falta

en

las

de Salas

Subsiste a

la

(i).

cabe-

cera una ventanilla con

arcos gemelos de herra-

dura y guarnición, todo ello en una sola piedra,

Fig. 46.

San Martín de

Salas:

fragmentos en

la

fachada septentrional.

que mide 5o por 38 centímetros (Lám.

XXXV).

Otras cuatro ventanas compónense de tres arcos,

levemente prolongados en herradura y más ancho

que

los tiene iguales,

central, excepto

el

sobre parejas de columnas y con

alfiz,

una

desarrollado

en faja con adornos. Su ancho toacerca a 80 cmts. (Fig. 46).

tal se

Dos de

ventanas, colocadas

estas

hoy hacia

sur, están completas; las

otras, en el lado contrario,

servan sino

no con-

piedra superior, con

la

arcos y alfiz (Fig. 46); y todas ellas,

en

el

campo que media

y otro, albergan catorias.

con e

la

la

tres tableros

cruz tan repetida en Asturias

fragmentos de Piedra en

leyendas depre-

Hay, además,

inscripciones

Fig. 47. San Martin de Salas:

entre unos

(Fig. frisos

47),

y dos

decorativos.

La prodigalidad ornamental de

fachada meridional.

Valdedios, que se nos eclipsara en Priesca y Nora, vuelve a enriquecer estas piedras, definitiva.

Hay algún adorno, como

tallo vegetal,

técnica de relieves de Valdedios; pero en todo lo

tamente a

biseles,

como

tud, otros andaluces,

(i)

Vigil:

Obra

si

bien ya en despedida

donde

demás

se

mantiene

la talla es

la

resuel-

bizantina, y sus temas repiten, a veces con exacti-

aunque desarrollados

a capricho,

dando

clara

citada, pág. 329: inscripción de Santa Eulalia del Valle.

- 8y-

prueba


ASTURIAS de mozarabismo. Alguna vez aun perseveran

sogueadas;

mas

la

necido, pudiera ser

En (I

molduras

piedra donde ello se observa, con cruz y letrero desva-

más

antigua.

1006 era monasterio, cuando fué cedido segunda vez, juntamente

con otros y todos sus bienes, quita

las tradicionales

a la Catedral

de 0\ iedo por

reina Velas-

la

).

SAN MARTÍN DE LASPRA Y SAN MIGUEL DE BARCENA Tras

las

piedras excepcionales de San Martín de Salas no volvemos a

hallar cosa parecida. Rutina y

modelos antiguos siguen campeando en

las

escasísimas obras conservadas; pero el

arco de herradura tampoco des-

aparece, según

ventanas

dos ejemplares de

monolíticas,

diseñando

sendos arquillos gemelos y ambas fuera de su lugar primitivo, por reedificación de las iglesias a

que co-

rresponden.

La una de Aviles

está en

Laspra,

(2); lleva

territorio

por parteluz una

columnilla sin capitel, y otras dos

medias a

los

lados,

indicando que

probablemente corresponde

a

los

primeros años del siglo X. Su tamaFig. 48. Laspra: ventana.

_

es

r

c /iro\ de 76 por 63 cmts. (Fig. 48). ,

no

..

El segundo ejemplar, rudísimo, con arquillos casi redondos del todo y

(i)

España sagrada;

(2)

Dista pocos centenares de metros de

t.

XXXVIll,

285.

pág. la

modernísima estación veraniega de Las

Arenas, a donde llega un ramal de ferrocarril desde Aviles.

90


LASPRA Y BARCENA sólo la

una columna en medio (Fig.

iglesia

49), se

conserva en

lo alto del testero

fundado en 973 por los condes D. Vela y Totilde, iglesia de hoy es románica, de la segunda mitad del menos, y

siglo XII, a lo

En

de

de Barcena, concejo deTine(j(i), donde hubo un monasterio

el

muy

está

se{j;ún

dicen

(2).

La

derrotada.

claustro hay una piedra sepulcral,

muy

bárbara, con orla andaluza de hojas y letrero que

parece decir: «-|-

Hin nomine domini

corpore conlegite requiescit confessa et obiit

ec lapide posite a kapite

fámula dei arogontine

ic

kalendis septembris era

lili feria die

milessima XLI a.»

Corresponde

al

año 1003

Probablemente

(3).

difunta es una Aragonte, conocida los

condes fundadores

prueba

la

(i)

Dista de

(2)

Yepes:

(3)

Vigil:

(4)

el

Fig. 49-

Barcena: ventana."

nieta de

horrible estilo con que está redactada

incultura miserable a que Asturias llegó en este tiempo.

tipo de letra es

(Obra citada,

y

(4);

como

la

Su

también mozárabe (Lám. XXXVI).

Tineo unos once kilómetros por sendas de herradura.

Corónica de Obra

citada;

la

orden de

S.

Benito;

VI,

f.

13.

pág. 673 y lámina correspondiente. La transcribió

n.° 5o6), interpretándola mal.

España sagrada,

t.

t.

XXXVIII,

pág. 64.

91

Hübner



VI

GALICIA

NO

obstante las grandezas relatadas acerca de

tela,

obra de Alfonso

ni las

Todo hace sospechar que dino,

comprobándolo

la del

el

el

del siglo

subsuelo de

edificios tan miserables

dio albergue, sucesivamente,

misma

cesión refrendada luego por

allí

por

la capilla

pobre y anode Samos

(2)

abad Argerico y su hermana

al

musulmán, en tiempo

procedencia, bajo Ramiro

Ordoño en

presbítero, cordobeses, puestos

basí-

Sil.

Sarra, venidos desde Spania, o sea de país Froila; al obispo Fatalix, de la

como

la

allí,

IX o X, que yo sepa.

arte gallego en" estos siglos fué

abad Tranquila junto a Rivas de

Samos

aparece resto alguno

ni

amplias excavaciones practicadas en

han aportado elementos decorativos

lica

y

que

III (i), ello es

Compos-

de

la iglesia

el

853; a cierto

mismo

del rey I,

con-

Audofrido y a un

rey en 852; y, por último,

monja María y el presbítero Vincencio, que llegaron también huyendo de Córdoba (3). En 902 anejóselc otro monasterio, bajo

al

abad Offilón,

la

de san Vicente, fundado en 786 por Aduano, hijo de cierto Egila,

título

emigrado de país musulmán con su familia, reinando Froila

(i)

España sagrada;

(2)

Villa-Amil y Castro;

(3)

Yepes:

Historias...;

Arch.

hist.

(4) así:

XIX, pág.

t.

p. 143.

nac; ms. 267 B,

fs.

sagr.;

t.

19.

XIV, pág.

t.

367. — Bibl.

ct

ecclesiam.» Esp. sagr.

,

mazon t.

III,

f.

216 vto.

— Sandoval: 260. —

nac, ms. 18387,

f.

363 a 355, donde se copian tres cartas reales inéditas.

Se hizo esta fundación con monjes de Samos, uno de

«Avolinus e(d)itor

la

344.

Iglesias gallegas; pág.

CorónicadelaOrden de san Benito;

— Esp.

Mas

(4).

XL,

qui

p. 367.

cum

propria

manu

Véase, además,

93

el

ellos arquitecto,

misit

fundamentum

susodicho ms. 18387,

f.

que firmó in

262.

illam


GALICIA relajación y los vicios no cesaron de

corromper aquella

casa, exigiendo

una inmediata reforma. La semilla mozárabe parece haber prendido Galicia, v careci(3 de elicacia en lo tocante a arte. Sólo

mal en

de

mozárabe

estilo

hacen excep-

Celanow

y Vilanova, que son como en su lugar veremos (i).

iglesias del ilustre san Rosendo,

ción las

muy

leonés,

SAN PEDRO DE ROCAS A

monasterio, análogo por su disposición

este

Peña, viene atribuyéndose origen godo, sin inscripción

allí

conservada

(2),

que

más

al

de San Juan de

la

garantía que una extraña

se asigna a la

Era 611, cuando su tipo

de letra y otros indicios obligan a leer

Era

1

1

de mil. de ejemplos. la

dando

(5cxi),

1

1

lo

que

signo

al

valor

6,

probable haya otros

es

Con más

verosimilitud corre

leyenda del caballero Gemondo,

rado a este

para hacer vida eremí-

sitio

donde luego fundó un monas-

V

tica,

instancias de Alfonso III, do-

terio, a

mismo rey. Al fin se corporó como priorato a Celanova

tado por

el

(i)

Capitulo VIII;

(2)

Boletín de

ria;

XLI, pág.

t.

tal

5o2.

Acad. de

La

losa en

(3).

menos

Histo-

la

que

caja, abierta

vez se contendría o a lo

nasterio,

in-

al final.

la

bada cubre una pequeña

donde

reti-

está gra-

en

la

archivo del

el

los títulos

peña,

mo-

de propiedad

indivisa que corresponderían a individuos cuyos

nombres consigna mente: «

-f-

Eati Flavi

cidas

el

letrero,

diciendo simpleFig. 5o.

Ruve

era

S'CX'I.» Mide

molduras y una cruz, tendida (3)

Yepes: Obra citada;

t.

la

piedra 49 por 82 cmts., y se adorna con

como

altar.

retor-

a lo ancho.

IV,

f.

197 v. Se halla este santuario a distancia de

once kilómetros hacia NE. de Orense. Puede luego por sendas un trayecto

San Pedro de Rocas: soporte de

Quinedi

Her editas n. Eufraxi Eusani

de

tres kilómetros.

94

unos

irse por carretera hasta Vilar de Ordelles, y


ROCAS La excavación

en semicírculo; mas,

mente

los

de sus cuevas forma tres capillas con ábsides

artística

como

sus portadas de cantería no traspasan segura

-

últimos anos del si^lo XII, es verosímil que ábsides, lucillos y

arcos interiores no sean tampoco

más

antiguos.

Primitivamente debían ser simples cuevas, hechas capilla y viviendas,

según costumbre acreditada por documentos del siglo X dose del tiempo de capilla o gruta de

la

la

fi),

fundación, con toda probabilidad,

izquierda, hacia norte, que es una

cuyo soporte, cuadrado en su dura esculpidos en cada

el

conservánaltar de

mesa de

la

granito,

base, lleva parejas de arquitos de herra-

frente, sobre fustes y zócalo sogueados, y,

un monograma adherido a una cruz y compuesto de

además,

las letras R\'.

Mide

77 cmts. de altura por 44 de base, y coincide perfectamente con

el

asturiano de fines del siglo IX, impregnado de mozarabismo (Lám.

XXX\M

y

estilo

fig. 5o).

SAN MIGUEL DE EIRÉ Y SAN JUAN DE CAMBA Según

noticias y dibujo de D.

Ángel del

(Lugo), a pocos kilómetros de Rocas

(2),

en Mosteiro de Eiré

Castillo,

tapando un hueco

al

poniente

de su iglesia románica, existe una ventanilla monolítica,

formando arcos de herradura gemelos, de labor

tosca y

(i)

cuyo tamaño

es

de 60 por 36 cmts. (Fig. 5i.)

Por ejemplo: uno de 990 consigna, que «Pelagius cog-

nomento Zuleiman

frater»

dona

bulo sancti Martini episcopi, ad F'ig.

5i. Eiré: ventana.

centi et

270

V.)

Socueva, (2)

Véanse más adelante

las

penna intus cabala, voca-

moñacos prenominati Cres-

Gamil cum omnia mea que intus abebam»; a saber,

cereales, ropa y utensilios de oro y plata para f.

«illa

¡líos

el

culto.

(Tumbo

descripciones de San Millán de

de la

la

Catedral de León;

Cogolla, San Juan de

etc.

Unos

diez y nueve, hacia norte, pasado

el Sil

y Miño. El titular de esta iglesia es san Miguel.

-

95

-

y sobre

la

divisoria de los ríos

Cabe


GALICIA Otra análoga conserva

el

museo de Orense

San Juan de Camba, antiguo monasterio de

la

(Fig. 52), procedente de

diócesis de Astorga, pero

enclavado en tierra gallega, y que va no existe piedra

la

(i).

por 64 cmts.:

Sy

quizá está mutilada

impostas

Mide

es

y

en

de

las

granito

basto.

Dos

relieves rudísimos, de

<A

o

la

misma procedencia y con

escenas sagradas, a saber,

la

Magos y

el

adoración de

los

bautismo de Cristo, parecen corresponder

Fig. 52.

San Juan de Camba: ventana.

(i)

tado; pero

iluminando

el altar,

Dista unos 38 kilómetros el Sr.

al

según

siglo XI,

y ventana

es

verosímil que

les

sea coetánea. Desde luego,

y sus

ésta

consignadas, estaban puestas, sin duda, en iglesias,

al

el

la

similares

arriba

testero de las respectivas

rito (2).

este de

Vázquez Núñez afirmaba que

Orense, en tierra de Caldelas. allí

no había sino

las

No

piedras que

lo él

he visirecogió

para dicho museo. (2)

Es citado este monasterio en documento de io85

pág. 468).

-96-

(España sagrada;

t.

XVI,


VII

PORTUGAL LA

arquitectura de este país bajo los godos ilústrase mediante dos igle-

sias,

conocidas desde ha pocos años: San Fructuoso de Montelios, junto

Braga

a

(i),

y San Pedro de Balsemón, antiguo lugar de Medelo o

Amedello, cerca de Lamego

cuya advocación

cuadrado y con crucero central,

mezquita del Cristo de

revelándose además

como

la

el

santo

año 660, resulta ejemplar máximo nues-

lleva, cerca del

tro del tipo bizantino la

La de Montelios, edificada por

(2).

a

que pertenecen

Luz, en Toledo, y San Martin, en Segovia,

simplificación de San Vital, en Ravena, y con-

génere, por sus triples arcadas inscritas en tres de los arcos torales.

Su

robustez de muros denuncia un abovedamiento completo; los arcos son

de herradura, de tipo godo; y laterales

basilical sencillo

Menos

sible.

— Albano (2)

1898,

la real

de pilastras, pero corriendo

Balsemón

es de tipo

p.

Bellino

Associaíao de Architectos civis

e

Archeologos

18: la reconstrucción ideada aquí por el Sr. Korrodi es

Archeologia Christíá;

:

1900,

p.

33.

inadmi-

Terra portu-

191Ó, p. 5o.

Arte;

1908,

n.°''

39, 40, 48.

románica em Portugal; excursiones,

Terra portuguesa; 1916, n.°' ó y 7. Arte — Boletín de la Sociedad Castellana de

láms. 41 a 45.

n." 84: artículo del Sr.

Lampérez.

— »3

modo

clásica, la iglesia de

con capilla cuadrada; sus impostas de gran rollo resultan

Boletín de

portugueses; guesa;

columnas, corintias, llevan responsiones

encapiteladas igualmente, a

en torno de cada pilar.

(i)

las

97


PORTUGAL similares de otras, seguramente godas, que existen aprovechadas en

la

Alcazaba de Mérida. y de una hermosa quicialera del Museo de Sevilla, procedente de

la

Giralda: también las hay en las naves extremas de la pri-

mitiva Gran Mezquita de Córdoba: son

así los

modillones asturianos del

siglo IX. en Oviedo. Goviendes, Valdediós, Bedriñana. Llera, etc.. y final-

mente, ciertas impostas de Santullano. Valdediós y Priesca.

bien éstas

si

mucho menor campeo entre su molduraje. La ornamentación, bárbara como es. recuerda partes de Sta. Comba de Bande (Orense) y San

dan

al rollo

Nave (Zamora), y también, los moldurajes sogueados asturianos: pero sus antecedentes legítimos han de verse en las Cítanías romanoPedro de

célticas

la

de

la

misma

región

portuguesa, representando así

indígena

el arte

en persistente actividad.

La transformación cuando Alfonso

ulterior del país realizóse a la

llevándose consigo a los cristianos de

te.

I.

frontera por él arras<i>i¿. y

^a.

mitad del siglo VIII,

aambre que hizo huir en

berberiscos y árabes, determinaron

la

la

sentido contrario a

despoblación del territorio hasta

Viseo. Coirabra. libre del reparto de tierras entre

musulmanes

(i).

man-

tuvo probablemente un gobierno autónomo, y fué respetada también por Alfonso, constituyendo acaso

foco

el

hecho vino a

pais occidental. L'n

amenazada por enemigos, obtuvo solamente gallegos,

la

más

el

:o después de 8óó. pues,

trastorr.. el

de mozarabismo en

p*3tente

auxilio de Alfonso

Magno, que no

el

incorporó a sus estados sino que llevó hasta

allí

pobladores

quedando nuevamente urbanizadas Braga. Oporto. Viseo. Lamego

y demás ciudades

Coimbra. Viseo y

irr."

'"~'2S hasta

La:. ._.

:..-

el

Tajo.

ñn

la

987.

sumisión de

Almanzor. aunque acarrease

devastaciones, no {>arece haber desquiciado establecidas (3), y por

En

mucho

las

las

usuales

bases sociales ya

realizó su conquista dennitiva

Fernando

I.

de

1067 a 10Ó4.

(1)

(a)

Dozt: Recherches t. I, p. 74. También Saniarém, más a sur. Chroaica Albeldease: «Coaimbriam ab inimicis possessam eremavit, ;

galleéis postea p.op-.:laTii.>

Sampiro parece corregir

lo anterior,

diciendo

:

et

«Conimbriam ab

iaimicis obsessam defendit, suoque imperio subiugavit.» (3)

Portugaliae

ioo5 a la invasión

como

monumenta

histórica: cartae:

n.*

CLXXXXIV. alude ya

cosa pasada. Véase Herculano: Hist. de Port.; L

-98-

III,

nota

en

.XI II.


PORTUGAL Los fondos diplomáticos por mi conocidos aclaran bien, respecto de algunos puntos

lo anterior,

timonios directos

La

:

colonización gallega compruébase por tes-

mas. junto a

(i>;

los

advenedizos del norte, persevera

una masa de población diferente, con nombres arabizados a medias, todo en territorio de Coimbra, y de cepa tan cristiana que afecta a

&ol>re

nume-

rosos presbíteros y monjes, sobre características exactamente iguales

que

en cuyo examen nos detendremos luego trátase, por tanto, de

las leonesas,

mozárabes, y su foco más ostensible dase en

monasterio de Lorbán,

el

cerca de Coimbra, cuyas relaciones con andaluces arriba quedaron apuntadas, a propósito

dd

arquitecto cordobés Zacarías ípág.

7),

y cuyo origen

mozárabe parece indudable. Citas de esclavos moros hay también; pero

más elocuente

musulmanes perfectamente reconoci-

resulta la presencia de

quienes no alcanza rastro de nombres europeos, citándoseles siem-

bles, a

pre en igual forma, con su filiación respectiva y un gentilicio, que nunca

da entre cristianos

se

riana, por lo

menos en

tierra

ya que se observa

el

de Qjímbra. ni

hecho de no

caldaria. según práctica

allí

goda de Asturias, sino que regia

La corte

de Sevilla, y

él

nos llegados de tierras musulmanas

AfjCf

hist.,

^opauná^m Pon. moii.

Mirii e: ¿d

XIV

ns».

terra.m per

zaai. Halaí ibe^

-íist.

VI).

y

de otros cristia-

ct

— Año 1C38:

aJbcDdc Adeíonsom pnDC.ptm

cum corou

et

iOKÍooe dotnini Adeíonsi prÍAc:pb».

pomipat^ Maiiamen

CCXL,

cum

et

Sahema

corre&poQdiefiícs

t

et

il<l^ n.*

ma uro».

CCCIV).

— Núme-

Zafara ip&as siau-

Loroáa. aix» ioi5 j loiS:

^...:^ testigos, eritrt mochos: lahu iben Fa.-h ;oca

Aada AiaoiaT^ Ahmat faift.,

ílvcndc de

«Venerant saos friMTok» id pre-

de Adderahnien neptus de Hant. Zuleimar itcn Giarab

i

Pon. Bon.

o^rnum

áist.: cartae. N.» XII, año 8crr *Abdel§ar

CCXXIX, CCXXX

tierras

Aciki j Oborroi ...._-.

(jl

a.*V,

j XV^L, a. 907: «Maociputs

— N.**

«cadeo

conquistó a Q»imbra

facilitó la afluencia

«Prescrant nosxroi pnore%

Vin'taraLni>.

Pon mon.

(2)

romana

La ley

(3).

S70: «Villa qac prssimas crum

comité L-addií

rege».

I

prueba

por cónsul o alvazir a Sisnando, hijo de David, un mozárabe

educado en

(1)

su organización,

registrarse por allá juicios con

i

puso

ros

de Almanzor destruyeron

Librum udicum. Todavía cuando Fernando

del

tí.

la

como tampoco probablemente

convivencia religiosa,

la

Es, pues, notorio que ni La dominación astu-

(2).

ii>ea

L'mar .Ainiurad;. A>deii?

n.'I>LXXXI.— :^

de Pon., >• ed^

t.

lU, p- <ji

99

:-r.czM; san

— l-.ii

íec

•^e••5

Abcm

Alha-

Zttds AikairJ.


PORTUGAL Con

esta persistente acción del

puede extrañar que

los

formas romanceadas,

documentos

reflejo del

elemento indígena en Portugal, no latinos ofrezcan

un

cierto caudal de

habla vulgar, y palabras árabes, alusivas

principalmente a importaciones comerciales y a técnica de organización

andaluza

(i).

Respecto de arte, un solo edificio parece haberse conservado

de este periodo, v pues, consistencia

ofrece predominantes caracteres de arcaismo.

él

el

supuesto de que

la

Toma,

arquitectura mozárabe no cobró

fisonomía peculiar y valores de sistema constructivo sino después y en tierra leonesa,

como

se irá viendo.

SAN PEDRO DE LOUROSA

En

territorio de

Coimbra, sobre

y cerca ya de las estribaciones de

la

vertiente izquierda del

la sierra

de

la Estrella existe esta iglesia,

hoy parroquial de un lugarejo correspondiente Hospital, y en lo antiguo

encomienda de

dato a que alcanza para mí su historia,

Mondego,

la

concejo de Oliveira do

al

orden de Malta

más

la

(2);

único

fecha de 912, según

veremos.

(i)

mon.

a

las

que

se citan en el capítulo siguiente

hist., bajo las fechas adjuntas:

Alkazoua,

alcazaba: 1094.

Addarbis,

añádanse

Aleara o karia, calle: 1083.

éstas,

consignadas en Port.

alquería: años 897 y looi.

Scnoga,

sinagoga: 968.

— Maza-

ría, almacería, tienda: 960. — Assamassa, solana?: 1080. — Mazadoria, manantial: 944. — Alfagia, alegato favorable: 1039. Menequiis, clase de maravedís; 1084. Hallices, clase de sueldos o moneda: 1046. — Mohomati, ídem: 977. — Adaraga, escudo: 1041. Alhácama, cabestro: 922. — Arriaces, gavilanes de espada: 1078. — Alcalla, vasija de barro: 1042. — Alleale, abalorio?: 968. — Almitiga, especie de forro: 1043. Acou ve, capuchón: 1090. — Alamir, especie de tela: 994. — Hubeidi, idem: 1093. Olarí, idem: 1021. — Dulcerí, idem: 1008. En cambio, suprímanse alimonia y folie, (a)

Tomás López Mapa :

de Portugal, 1778.

100

,

>

'

¡'

-.

>


LOUROSA El edificio recibió alteraciones profundas

resuelvan

hoy para

los españoles,

incertidumbres de hoy

las

dificultan reconocer lo

más apurado, que circunstancias

primitivo, mientras un estudio directo políticas dificultan

que

(i)

y sobre todo exploraciones, no

(Figura 54: láminas XXXX'll

y XXXVIII). Su amplitud y distribución desde luego responden al tipo basiücal, con nave de 5.38 m. de ancho; otras colaterales, de 2.20. aproximadamente, por 8.63, separadas entre

como

por arquerías de a tres huecos,

en Balsemón, y aquí también sobre columnas. Éstas marcan un punto de

mayor analogía con

las iglesias

mozárabes leonesas de tipo

basilical, res-

pecto de las asturianas; pero su especialidad consiste en ser de orden

dórico romano, sin cimacio ni collarino. Capiteles así no recuerdo otros sino en

la

ampliación tardía de San Millán de

CogoUa, y

la

cimacio solamente fué algo general en Asturias: pero

muy

romanas y aprovechadas, cosa

si

estas

que afianza más dicha

la

cripta de la Catedral de Falencia,

cos y las

donde sirven de basas

fustes son cortos, de i.i5

ellas v

Balsemón y en capiteles dóri-

m. en longitud;

sobre los capiteles retráense algo los salme-

cosa que, según ya sabemos, parece señal de arcaísmo. Tocante a los

arcos. "son de herradura,

con despiezo

radial, dovelaje trasdosado, robusto,

y amplitud de un tercio de su radio bajo

godo: acusa, pues, todo

andaluza (Fig.

lo

— tres

antiguo pudo

metros

acreditar

la

ello

— de

resulta ello

porque aquí en Lourosa

Arte;

como en

lo

más de tradicionalismo que de evolución hoy

1911,

muy

prolongada hacia

formar porche, dados

de tribuna

y en Valdediós. y ello no obstante

(i)

semicírculo,

la

los

pies:

excesiva

mas

amplitud

su arco de entrada y una ventana encima, que parece

existencia

Arte románica

el

55).

La nave central en

tierra,

impostas, que sirven de arranques a los extremos de estas arquerías,

forman nácela, y sobre res.

columnas son

hoy bajo

hipótesis, repitiéndose el caso en

aun jónicos romanos. Los

de

verosímil, su anormalidad quedaría

explicada; por basas existen capiteles iguales, invertidos, lo

la falta

existe,

el

como en San Miguel

hacia los pies del cola-

Terra portuguesa;

láms. 40 a 52, y VIII.

de Liño

caso contrario de San Juan de Baños:

como prolongación

n.*" 82, 83 y 87.

em Portugal;

alta,

lOi

191Ó, n.°* 9, 10 y i3.


PORTUGAL

Fig. 54. San Pedro de Lourosa; planta restituida.

102


LOUROSA teral

hoy

de norte, un cuerpo de edificio en que se aloja vetusta escalera, sin uso,

cuya única explicación

es

haber servido para dicha tribuna.

La ventana

mide

del hastial

i.5o

por 0.88 metros; adintelada y sin derrame por dentro, muestra hacia

exterior

el

dos

arquillos

de

herradura rebordeados, sobre pilastras pie,

con molduraje por cabeza y

como

faltando

en otros asturianos, y el. soporte medial (fig. 56).

Debajo,

el

arco de entrada primi-

tivo resulta

de medio punto con gran dovelaje; mas pudieron ser

rozados sus salmeres en

el

siglo

arco menor;

entre

ambos hay una

1

1

DCCCCL»,

«E R A

impostas

e

meter dentro

y por relleno piedra,

como

de ventana, donde se

desús naves.

hacia adentro, cmts. de alto:

al

otro

dintel Fíg. 55. Lourosa: arquerías

XVIII,

que corresponde

al

en

caracteres

año 912

lee,

de

(Fig. 67).

La cabecera ofrece mayores dificultades aún para restituirla.

En

el testero

de

las

naves laterales

hay arcos de herradura; otros dos más costados de

la central,

especie de crucero,

tal

la capilla

vez mediante

como en

la interposi-

Escalada, y

allí

mayor, hoy ampliada y deshe-

cha. Sobresaliendo a los costados de las

hay cuerpos de

en los

indican que se formaba una

ción de un iconostasis, entestaba

allá,

edificio,

naves,

con puertas hacia norte y

sur respectivamente, iguales entre

sí,

adinteladas

y con arco escazano para descarga, exactamente

como en Melque;

la

pared septentrional deja ver

su aparejo de granito en sillería grande, y para estrechar su puerta modernamente aprovecharon

dovelas de otro arco de herradura (Lám.

103

Fig. 5o. Lourosa: ventana del hastíjl.

XXXVIl). Nótense

las

jambas


PORTUGAL como

atizonadas de dicha puerta, derivación de

la

tendencia

Puertas laterales

tadamente alegó

así

el Sr.

al

suelen verse en Asturias y Toledo,

monolitismo propia de

este periodo.

hacen recordar San Pedro de

la

Nave, como acer-

Pessanha, y también Santullano de Oviedo, impo-

niéndose restituir dos alas de crucero salientes y capillas menores, aunque para éstas no haya elementos de reconstrucción perceptibles, y aunque suministre ejemplo negativo Santa María de Marquet. La solución de capillas

en esta iglesia preséntase indecisa; mas

ella o ellas,

desde luego, serían

sus únicas partes abovedadas.

qCC€€%1 Fig. 57. Lourosa: Piedra sobre

el

La piedra con fecha 912, aunque por

arco de entrada.

si

no constituya dato explícito,

convida sin embargo a tomarse como referencia del año en que el edificio.

Ejemplos

tales

Catedral de Sigüenza;

hay en periodos subsiguientes, cual

mas no en

el

que nos ocupa.

esta iglesia suscitaría controversias,

se hiciera es el

de

la

Si ella faltase, el fechar

pues quizá se buscasen argumentos

para creerla goda; mas, en realidad, sus caracteres, afianzados por dese-

mejanzas con

los edificios godos, inclinan a creer

adecuada va con

la

fecha preinserta, que guarda un cierto paralelismo

con San Miguel de Escalada, y que basilical

que su cronología más

mozárabe. Su

lisura,

vez da idea del tipo dominante

tal

aun en moldurajes, y sus columnas aprove-

chadas préstanse a reflexionar sobre

el

fenómeno de no

existir vestigios

apreciables de arquitectura mozárabe en la regiones meridionales, pues

ciertamente edificios

como

el

de Lourosa, una vez demolidos, apenas deja-

rían rastro.

104


VIII

LEÓN arcos de LOSAsturias

herradura y dem¿is indicios mozárabes registrados en

movimiento desarro-

v Galicia sólo eran reflejo débil del

llado al sur de

la

poblados bajo Ürdoño

cordillera Cantábrica, en los territorios I

nuevamente

y a que dio enorme impulso Alfonso

Dos corrientes de arte luchan

allí:

el

Magno.

La una, meridional, da lugar a los

fenómenos arriba enunciados y que estudiaremos ahora; la otra, procedente de Asturias, apenas tuvo desarrollo: la cripta de la catedral palentina, en su tramo primero, sería pujante, que es de

la

lo principal,

como

trasunto exacto, pero

más

nave baja u oratorio de Naranco; pero ya su ábside

constituye anomalía, y

además razones

históricas abren la sospecha de

aquello será una obra simplemente románica de tiempo de Sancho

Mayor sias

(i).

Mármoles

de Alfonso

el

de tipo asturiano,

Casto y Ramiro

I,

como

abundan

empleados en

los

la

(i)

en

la

Quadrado: Falencia.

— Simón

tomo XIV. Las

el

Descu br m icntos arq ucológicos i

Boletín

teorías desarrolladas aquí por el

contrarias a lo e.xpucsto arriba.

— 14

y Nieto:

Catedral de Falencia; publicado en

muy

este

punto, en xMoreruela de Távara y en Camarzana.

Excursiones;

son

más

ya rehecha de San

Pedro de Montes, habiéndolos también con aspecto de cosa visigoda en

mismo

el

las igle-

en otras leonesas de las

antiguas, cuales son las de Mazóte y Escalada, y en

si

io5

de

la

Sociedad lispañola de

benemérito erudito palentino


LEÓN Algunas de

estas localidades

Moreruela

son históricas:

San Pedro de Montes,

el

mo-

(i) fué

nasterio fundado por san Froila, siguiendo iniciativas de Alfonso

antiguo cenobio de san Valerio, en

11;

1

y

VI,

el siglo

obtuvo una restauración próspera en 895 con san Genadio, protegido

mismo

tambicMi del

rev. Parece

Alfonso en propagar

el

muy

monacato, especialmente en

mientras repoblaba toda

la

que desarrolló

significativa la acción

campos

los

leoneses,

zona amplísima septentrional del Duero, yerma

desde los tiempos del primer Alfonso, y por consiguiente inadecuada para ofrecer expansión al régimen señorial asturiano, por falta de conquistados a quienes reducir a el

servidumbre. Es de creer que en

los

monasterios viese

gran rey un medio de colonización eficaz, educando

piendo tierras eriales y organizando trabajo, ya que por

Duero no

como en

exigía puestos militares contra la la

más

de Asturias, o

sabemos, en

avance repoblador

barrera del

allí la

tan imperiosamente

efecto,

negaban la

que Astorga

se

pobló con bercianos difícil,

si

a siervos y familiares licencia para

(2);

los señores,

la sierra:

mas

ello

como

abandonar sus

es

tierras,

tutela real cobijase, en cuanto era dable, a los fugitivos, se-

gún consta. La solución rio, es decir,

que dimanase

es natural

bien del Bierzo y estribaciones meridionales de

debió resultar precario y sobre manera

y aunque

rom-

región oriental castellana.

El primer proceso de

natural,

morisma

pueblo,

al

eficaz había, pues, de proceder en sentido contra-

de hacia sur, atrayendo

sulmana, y en primer término a

los

al

elemento asimilable de

mozárabes

tierra

mu-

o cristianos sometidos,

cuya emancipación no constituía problema para Asturias. Precisamente ocasión, a fines del siglo IX, era propicia, dado

se

fuerza y

III.

Los hechos comprobatorios abundan:

Zamora

desconcierto y anarquía

misma anarquía daba

reinantes en país de moros, mientras esa estabilidad al reino de Alfonso

el

la

ün

cronista árabe relata que

pobló en 893 con gente de Toledo; que un cristiano de

allí

costeó su cerca, y que luego acudieron a vivir en aquella comarca las gentes

(1)

La forma primitiva de

consigna un documento de gSi se

este

nombre pudo

? (Cartulario

ser Marelola o Morelola, variantes

de Sahagún,

número

18).

da en otro de igual fecha, correspondiente a Celanova. (Su becerro, (2)

Flórez:

Españ a sagrada; tomo XVI,

106

pá^. 425.

que

La forma Morariola f.

149

v.).


LEÓN de

Irudtcra árabe

la

que

C^onsta

(i).

susodichu Rey acogió

el

mozárabe de Ercávica, Sebastián, expulsado por la silla

de (Jrense.

santos

Facundo y

Además

él

compró, en 904,

moros, colocándole en

los

iglesia

la

arruinada de

l^rimitivo, con las tierras vecinas, para

que

allí

un abad Alfonso y sus compañeros venidos de Andalucía, dando al

Sahagún

célebre monasterio de

cordobesa precisamente, fundaron

ñeda. Con posterioridad, de tierra de moros

(4),

mismo

símil que lo

y

(O Oxford,

de Escalada,

los

origen

Mazóte

y Casta-

doña Palmaria y sus compañeras, huidas fundaron el de Vi me, en Sanabria, y se cree vero-

mozarabismo

indicios de

de un «Martinus abba cordovensis»

sentencia dada en Astorga en 878, ante

Fraj^mentos inéditos de y citando

al

la

Ordoño, rey de

por

(0).

Rey, obispo

crónica de Abcnhayán, contenidos en

Razí, en esta forma: «Dice Isa ben

893] dirigióse Adel'onso hijo de

el

(5);

por unos diez con

resulta confirmada, entre otros personajes,

fol. 83,

asi

cierta

la cita

Hay más: una

fundase

sucedería respecto de otros monasterios cuya historia

ejemplo, mediante

corte,

los

(3), y otros monjes, de procedencia

pero que mantuvieron

se desconoce,

obispo

al

Áhmed:

el

códice de

y en ese año

Galicia, a la ciudad de

Zamora,

la

[280= despo-

blada, y la construyó y urbanizó, y la fortificó y pobló con cristianos, y restauró todos sus

contornos. Sus constructores eran gente de Toledo, y sus defensas fueron erigidas a costa

de un hombre agemí de entre

momento comenzó

pues, desde aquel

ellos. Así,

ciudad, y sus poblados se fueron uniendo unos a otros, y a

tomar (2)

sitio

en

ella».

Nota del

sobrino del Rey, que cita incidentalmcntc

y

él

real,

gentes de

la

a florecer la

frontera fueron

Sr. Asín.

P'spaña sagrada; tomo XVII, pág.

quien dedicó su crónica

las

el

No

se le

confunda con otro Sebastián,

mismo diploma

(pág, 246); de seguro aquel a

244.

congetura que no hallo utilizada por nadie a este propósito,

fué obispo de Salamanca. (3)

Escalona: Historia del

lleva el n." i5 en su cartulario, (4)

Así debe entenderse

Ksp. sagr.,

t.

XVII,

p.

161.

monasterio de Sahagún;

conservado en

una

el

doc. XXII, cuyo original

Archivo histórico nacional.

de Flórez, sobre documento astorgano ya perdido:

cita

«Mocelemes»

vale tanto

como «musulmanes»

y no es de-

signación topográfica conocida ni verosímil. (5)

justifica

de

la

No mal

se la

cuente

el

de

.\

pe liare o A bel lar, cerca de León, pues su cartulario

hipótesis acariciada por

Historia, tomo XX, pág.

(6)

Tumbo

de

la

el

Díaz Ximénez: Boletín de la

Sr.

Academia

128.

Catedral de León,

fol.

388

v.

Es donación

pero se otorgaría en tierra de Campos, probablemente, y fecha, 921 o poco antes, pues en dicho

año confirmó

107

la

el

al

monasterio de Abellar;

abad figura como

donación Ordoño

II.

testigo.

(Id.,

f.

Su

38o v.)


LEÓN

nombres árabes

y entre

ellos

un presbítero

En

(i).

carta del obispo de

León, cuatro años anterior, figura también un testigo con nombre árabe

menos, en diploma cortesano de 898

otros tres, a lo

turas de 887, 896 y 900 se multiplican

(4).

Después, entr¿ido

(3)

y más aún en

X,

el siglo

análogos

los casos

enormemente, de suerte que hacen mayoría

los

(2);

escri-

documen-

tos leoneses y castellanos, ya reales ya particulares, en que figuran

individuos con tales nombres, sabiéndose a veces su gerarquía social. De

abundan

gente de iglesia

número que

presbíteros y diáconos, en tanto

los

un centenar; añádanse diez y ocho abades (5), dos prepósitos (7) y algunos monjes (8). Entre los perso-

registrados pasarán de

dos abadesas

(6),

(3)

España sagrada, t. XVI, pág. 426. Id., t. XXXIV, pág. 430. Yepes: Corónica de la Orden de San Benito;

(4)

Tumbo

(5)

Son

(i) (2)

de

la

Catedral Legionense;

Domno

estos:

Mélic, antes de 929

año 926 (becerro de Cárdena, Abogalebh

p. 438).

ragdo en

la

212

fs.

f.

v.

,

(tumbo Legionense,

Zanom; 937 (tumbo

54).

Domno Vellite,

Catedral de Córdoba).

(tumbo Leg.,

p.).

Daudi y

f.

408; cart.

simplemente domno

y 176; Esp. sagr., Ziti,

t.

en

XXXVI,

f.

San Dictino, en Astorga; 1014

(B.

Habibi, de San Prudencio, en

la

f.

XVI,

Sahagún, nros. 426 y

Domno

Domno

fs.

200

v.

Hisccam,

Zithaius o Citaius, de

39).

cogno-

429^. Salvatus

(tumbo Leg.,

Hílale, de Valdesálice; 984 a 1000

IV).

Bierzo; ioi5

el

t.

,

de Valdevimen; 961 (tumbo Leg.,

de Valcavato; 962 (tumbo Astoric). Hilal; 967 (tumbo Leg.,

Hilal, o

Abeiza;

v.).

Esp. sagr.

Astoricense:

y 207). Ramellus, de Algadef; 969 a 962 (cart." Sahagún, nros. 389 y 395).

mento

462

f.

abad probablemente de Barelánica, hacia 940 (cod. de Sma-

presbiter,

Apeliare; 972 a 974

XIV.

II, escrit.

t.

46 y 2o5.

fs.

i54

Eiza, de Algadef; ioo5 (cart. Eslonza, n." 10

(tumbo Astoric). Theodomlro cognomento Muza, de

Nac, ms.

9194).

Havive y

Rioja (Yepes: Ob.

cit.; t.

Citte, en

V,

f.

1029 (Id.). Otro

id.;

89). Pctrus prolix Citis o

Petro Citiz, de Sta. Marta de Tera; 1083 (tumbo Astoric).

Hamama

(6)

Leg.,

fs.

y Habba cognomento Leokadia, en Santiago de León; año 982 (tumbo

321 V. y 347).

(7)

lohannes cognomento Zaide; año 1000 (becerro Sahag.,

f.

195

v.).

Habzon, de

Villazeit; 1012 (cart. Sahag., n." 468). (8)

Frater

Frater Abdela; año 917

Montakem; 952 (tumbo

monago; 980 Zuleiman

(Id.;

frater;

f.

990

Leg.,

f.

167

Astor.). v.).

Mutarraf; 941 (becerro Sahag.,

Habze monago; 958

Frater Abolbalite; 982 (Id.;

374). (Id.,

(tumbo

f.

370

v.).

Frater Hazeme;

f.

321

(Id.;

v.).

1002 (Id., 394

f.

v.).

1014 (San Dictino de Astorga: Bib. Nac. ms. 9194). Frater Valite; ioi5

Xabe monago; 1030 (tumbo

Leg.,

f.

336).

108

37Ó

Pelagius

v.).

f.

85

v.).

Cazeme

cognomento

Hapze monacho; (tumbo

Astor.).


LEÓN najes palatinos (if^uran diez, jueces (i), cinco alguaciles (2) y dos o tres

criados del rev en funciones judiciales

un merino

(5):

un tesorero

dos apoderados

(9),

un despensero

(4);

Kbrahem ms.

f.

226

192 y

id., fs.

V.).

Saiones:

Cárdena,

Amar; 946

Datnun

17).

f.

«Illa (villa)

f.

Sahag., n.° 387).

(cart.

f.

determinavit

nesas

como

sicuti

pueros nostros Zuleiman

testigo,

53

f.

V.).

desde

439

(Id.,

(cart.

f.

Bibl.

real,

Froila

i55).

et

XVI,

Mazarefe; 944

Eben Abdella; 972

(Id., n." 423).

et asignavit

t.

per iussione nostra (Hordonii regis) puero

449

f.

— «Ego

mismo

Este

199).

f.

individuo, alguna

una porción de

figura en

v.),

escrituras leo-

Adefonsus rcx... concedo... ipsa

Aiub determinaverunt

et

c'tario»,

que puede

villa...

consignaverunt»; 931 (becerro

Quati-

III,

209).

f.

comilario; 942 (tumbo

leerse

1

Leg.,

«Munius Aiub cubicularius

(7)

«Abolazan Hanniz comes confirmat»; 959

(8)

«Uazimar qui

testis»;

(cart.

945

tenuit

et

omnem mandationem

(9)

año

994).

el

Pelagio

Quizá distinto

fuit

Sahag., n.° 389).

ct fuit

multisque

eius in

es otro

i5).

entre los magnates de

cognomento Zuleiman

«Eixame maiordomus», en 987 «Abdezalam qui

Sahag., n."

(cart.

maiordomus confirmat»:

et

Sahag., n.° 439). — «Fuit homo nomine Zuleiman

V.;

palacio; o85

maiordomus regina domna locis».

Después

arriba citado

se

— «Hauma frater de domno

«Zuleiman maiordomus», en 961

f.

(1 1)

Hanni

389

llama

(cart.

Sahag.,

(Id., n." 449).

vicarius .\dultí

«Ababdella cellarario de

le

(tumbo Legión.,

quando domno

Cixila consignavit ipsas

vineas ad Ncpotiano et Ncpotianus tradidit cas ad Abdezalam'>v, 929 (tumbo Leg.,

(10)

histórico

195 B).

(6)

n.° 425).

(tumbo Astoric: Arch.

«Cite loanis maiorino de Morales» de Tera; 1083

Tarasia

Leg.,

204-205).

Sah., nros. 24,

Otra diligencia de embargo realizó, por mandato de Ramiro

«frater» y, seguramente, es

345

f.

V.).

(5)

f.

un

(i i),

154).

91 5 hasta 953.

«Abaiub iben Allcama

nac, ms.

(cart.

(8),

p. 425).

,

nus Zelemi, personaje palatino conocido, en 977 (bec. Sahag., (4)

Leg.,

924 (tumbo Astoric:

Abozekar; 958

58).

nostro Abaiub iben Tebite»; año 918 (tumbo Leg.,

f.

(tumho

Gutinus Zclimiz; 970 a 977

24).

vez con título de «iudex» (tumbo Leg.,

Card.,

del rey en Castilla

Arbori; año 878 (Esp. sagr.

959

Abolkazeme; 1024 ^tumbo Leg., (3)

mayordomos

(Id., n.''439).

filius

Valiti;

Cíjmisario, acaso

arbicier; 941 a 968 (cart. Sahag., nros. 370 y 380; be-

(bec. Sahag.,

Sahag., n."

(cart.

Abrameliz; 985

27, 435 y 427). (2)

Abaiub iudex

i55).

Abaiubiz; 967 a 970

(bec.

un alférez

(10),

cuatro

(7),

Zeiten, Ziuhar y RcvcUe, en Astorga:

iben

F. 4,

II.

un conde

Índices: Vistrcmirus co<ínoinento Hatee, en Leiín; g\5

(1)

cerro

{(')),

Además, un

(3).

rideiussor»; 954

domno Ovecco

(tumbo Leg.,

109

f.

54

v.).

439

v.).

430).

episcopo de Legione,

V.).

«Izani alfierez rex»; 992 (becerro Card.,

f.

f.

testis»;

943 (tumbo


LEÓN vasallo

más

(

I

otro

)

\'

tal

Lin jefe

de

zahbascorta, ejerciendo en Toro

i;uardia o

la

que aparece en Sahagún, venido de Córdoba en 1003 para con-

firmar paces con los cristianos, a consecuencia de

seguramente

así

que

la

fincas,

confirmantes y testigos de escrituras,

gran masa de estas gentes figuraba entre

la

ganaderos y labradores de León y de Castilla

culta,

Un

número de

cierto

muerte de Almanzor

nombres árabes, por muchos centenares,

El resto de

(3).

corresponde a dueños de resultando

(2),

y algunas posteriores

menos

(4).

comprendidas entre

citas,

burguesía

la

las fechas

902 a 1000,

designan individuos bajo nombre de

ciertas,

estirpe cristiana, ya latino ya godo, seguido de

cognomento

un

o sobre-

nombre precisamente árabe y análogo a la «cuniav> clásica, de lo que da buen testimonio el comenzar con gran frecuencia por abu, como entre árabes, contraído en

ab muchas

ambos nombres, no

entre

como en «Recemirus

qui

mento Abolfeta», que «Muza, confessor, ni peculiar

que haya excepciones, ya por

Abulfeta»

et

usual

es lo

nomen

(6);

«cognomento»

ya por trasposición, en este caso: (7).

El sistema no era nuevo

llamábase «Tajus cognomento

\'II,

(2)

«Zahbascorta Venabolhauz sedente in Toro»; 998 (bec. Sahag.,

(3)

«In presentía qui

vasallo, confirmat»; 974 (becerro Sahag.,

ibi fuit

Aunque

(4)

caso de un

aquí,

Domnos

(5)

Leg.,

Cart. de

f.

47) y

«Hoba

et

la corte

de

se

llamen «Vassalle

f.

38;

Gómez

f.

43).

f.

144

v.).

condesa doña Urraca,

documento de

t.

XXXIV,

et Haliffa»,

p. 449.

En

en 976 (tumbo

184).

902. Parecen casos de omisión análogos

Sahag., n." 387). Cixila Abuhabze; 960 y 970

(cart.

Abdella; 960 (cart. Sahag., n." 392). loannes Alatar; 970

(bec. Sahag.,

f.

VermudoAboleze; 940 (Escalona: Hist. de Sahag.

n.°

la

tumbo Legionense; y Esp. sagr.,

(Id., n." 421). (7)

f.

Covarrubías;n° XV.) el

Speraindeo Algalebe; año 969 136 y 206).

v.).

arabizados no resultan desempeñando cargos,

Telia» en 964 (bec. Sahag.,

Tumbo Legionense,

214

Sanctos; 1003 (becerro Sahag.,

los

forma se explicará que otros individuos

(6)

estos:

Castilla,

Escritura de 919 en

f.

Zacbascorta Ebembacri quando venit de Cordova pro

«domino Abolbalite de Arcos», en

1027. (Serrano:

igual

en

muy

nada de arabismos, por ejemplo: Tajón,

sin

«Marban

el

faltar ella,

en vez de «Recemirus cogno-

(i)

pace confirmare ad romanos in

año

(5),

Teudemiro»

eius

célebre obispo aragonés del siglo

dase

Dicha palabra «cognomento» media

de nosotros, puesto que abundan ejemplos coetáneos y aun

anteriores de el

et

sin

veces.

Documento de Sahagún de ion, publicadapor

LXVL

1

10

,

doc. XVIII).

Escalona: Hist. de

Sahagún,


LEÓN Samuhel», y

Ouen

francés san

el

era

«Audoenus cognomento Dado»

en Piasca tenemos un «Deodavit cognomento Amorellas» hacia 86

en 875 es citado un colono leonés «Cesario cognomento Caubello»

Romanus»

diácono de Aslorga se llamó «Celeri cognomento

muchos. En cambio, apenas para una

misma

íljo,

árabes leoneses no fué por

mento» obedecían

nombre árabe y sobrenombre

y que desde luego

moda

a razones

la

excluirla, por tradiciím

aun para que

estos leoneses casi

nunca

un

y

asi

(4),

latin(jí5). lo

caprichosa, sino que

nombre

y

«cogno-

determinadas y constantes. Respecto del nomel

bautismo

cuando menos, que fuese de

«cognomento» algo mediaba de prevenci()n

el

(3);

aparición de nombres

bre varias alusiones hacen saber que era impuesto en

que

(2);

1

da caso de nombre y sobrenombre árabes

se

persona, ni de

que prueba un sistema

(i);

se

(G),

lo

estirpe árabe; y

puesto

religiosa,

llamaron Mahómad, considerado

tal

nombre

como una cierta filiación espiritual del Profeta, impropia de cristianos (7). Esto mismo ya fué observado por Simonet respecto de los mozárabes; y además valga recordar que entre ellos repitióse precisamente leonés,

cuando menos aplicado

un nombre

Acta sanctorum Agosto,

(2)

Cart. de Sahag., n.° 358.

t.

,

(3)

España sagrada,

(4)

Id.,

(5)

Hay

t.

XVI,

t.

f.

los

documentos

p.

431.

connomentum

25i

Ceite»; 993 (bec. Sahag., v.).

Velitc»; 9Ó9 (cart. Sahag., n.° 418).

163 v.). «.Meleke

f.

A un

presbítero

cognomento

«Zuleman Lcgioniz cognomento Salamona»;

dudoso, «Abolbin cognomento Abundancias», en 930

(6)

«Rademundus

(Id.,

f.

cognomento Meliki»

(cart.

qui cognominatus Heyreth» se

(7)

en 960

Parecen excepción de lo dicho estas

año 946 (tumbo Leg.,

(cart.

(bec. Card., t.

WI,

Covarr., n.° f.

83

p. 438).

v.).

El

I).

f.

v.).

citas:

(tumbo

v.^.

f.

llama también

le

411).

Leg.,

f.

Respecto do

465).

un Mahomath, dueño de

tierra de

finca en tierra

Burgos; año 981

«Ajuz xMcdumat», testigo de escritura en Astorga en 937

Mahmud,

278

Mafhomate, confirmante de escritura castellana

Mahomate, poseedor de una viña en

Mahematus de

en Mahemutus, o sea

416

f.

Sahag., nros. 389 y 390), se repite igual giro en 906,

diciendo: «Melic presbiter qui de babtismo Saluti vocatur»

leonesa;

1017 (Id.,

Uellite»;

2i5).

«Heyret presbiter qui de baptismo Rademundus», en 961 (tumbo Leg., otro, «Saluti

y otro

latinos,

IV.

XXXIV,

estas excepciones: «Fata

i048(tumbo Leg.,

sistema

p. 437.

«Ozmanus cognomento

Como

siempre en

cristiano, preferido

(i)

el

a personas de alta categoría social, a saber:

(

Esp. sagr.,

escritura sahaguntina de 922 (Su cart., n." 364) se corrige

por otra de 926 (becerro Sahag.,

III

f.

135).


LEÓN árabe, del que usaban para comunicarse con los dominadores. Bien cono-

metropolitano hispalense Juan, llamado Zeit entre árabes, y obispo Recemundo, por otro nombre Rabi, hijo de Zit (i). Un perso-

cidos son el

el

sobrenombre Abdesalam

naje cordobés, Leovigildo, llevaba por

célebre conde Servando, el

de

Abuamir

Ahora

y

(4),

el

(2);

de Hagege(3): un Sisnando, portugués ilustre,

el

así otros.

bien, no siempre se consignan, respecto de nuestros a

rabiza-

dos leoneses, nombre y sobrenombre a la vez, sino uno u otro, según se infiere de las varias alusiones a una persona misma; por ejemplo: el susodicho «Recemirus cognomento Abolfeta» se nombra otras veces ya sólo por el

cognomento, ya «Abolfeta iben December» o «Recemirus iben Decem-

ber»

(5):

valiti»

un «Vincenti cognomento Citiamone» debe

de otra escritura

Abolmondar»

es el

de otros diplomas

me

o Iscam

«Zitamon Avol-

ser el

de igual modo, un «Ruderico cognomento

(6):

«Abolmondar Sarraciniz» o «Abolmondar

(7);

presbiter»

un «Luvila cognomento Iscam» suele llamarse

Iscia-

y «Saluti cognomento Meliki» firmaba Melichi o Saluti,

(8),

a secas (9). Por consecuencia, en estos casos lo árabe aparece o no según

sea

«cognomento» o nombre

Mucho más

lo

que

se consigne: aquéllo resulta preferido.

frecuente es añadir

nombre

el

de filius, ya con su equivalente árabe, iben o

(1) (2)

Id., id.; p. 478. Id., id.; p. 554,

(4)

Id., id.; p. 655.

(5)

Años 904

Legionense,

nota

vez en

la

a 944. Sahagún: cartulario, nros. 2 y

Cartulario de Sahagún, n

"

449; becerro de id.,

Becerro de Cárdena;

fs.

(8)

Sahagún; cartulario,

n." 387; becerro,

(9)

Tumbo

fs.

He

14;

becerro,

fs.

198 v. y 172.

Tumbo

198, etc.

f.

pág. 425). 896:

Legionense,

aqui las

Aomar

December

(cart.

63.

Sus

citas. 878:

95

2).

filius

Obra

filius

Arbori (Rsp. sagr.

cit.,

t.

9o5: Rapinato iben

Mudarraf,

Ci.xila

112

íilii

,

II,

doc. XIV). 904:

Conantio

XVI,

t.

Mazuia (tumbo Legionense,

gutu iben Mauratelli diaconus, Maurelli eben Deben, Gibuldus filius

años 932 a 939.

a los

v., 58, etc.

Datnun

Teodemiri, Abohalaf

de Sahagún, n."

aeben Tebite, Teodomiru

techas, 987 y 973.

73, 465, etc.

más antiguas filius

fs.

t".

correspondiendo

34, 58 v. y 90 v.,

898: Lupi Benalgotiz, Zaite iben Aiub (Yepes:

iben

(10), rara

1.'

(7)

(10)

eben

Simonet; Historia de los mozárabes; págs. 320 y 606.

(3)

(6)

del padre, ya precedido

f.

4Ó),

Recemirus

(Id., n.° 5). 9i5: Sis-

filius

Ezhac (tumbo Leg.

Almundi, Abaiub ,

f.

2o5), etc.


l.EON

forma de

plur¿il,

bcni, usiida con propiedad aludiendo a colectividades

familiares o a puntos de su residencia, ciertas palabras (i).

que uno u otro

es cristiano

minoría exigua

los

ello diferencia

mento, en

ios

iben

individuos

filiación árabes, y aquellos en

abundan mucho y por

nombres

probando

ta

acierto en la interpretación de

si

Los casos de nombre y

cambio son

igual: en

cristianos ligados por la palabra «iben», no

de estirpe sino uso del nombre, y no de cognodesignados: recuérdese

así

ejemplo de «Abolfe-

el

December» o «Recemirus iben December», tratándose de un mismo

En todo

personaje.

caso estas formas de filiación no traspasan

Otro sistema equivalente fué, por

predominar

en genitivo, seguido o no de

z,

modo

a

nombre

del padre

castellano, reconociéndose

nombres

árabes de filiación terminados en ez o

Mas como

X.

siglo

ganando terreno, hasta

contrario,

el

poner simplemente

del todo, y consiste en

el

hasta

el

mal a

la

iz

estas desinencias se ajustasen

el

último tercio del XI

(2).

nombres

estructura de

árabes, resulla que en ciertos casos la filiación carece de matiz propio,

dejándonos sospechar

923: Froila veni

(i)

cerro Sahag p.

,

214

f.

V.).

si

más

se trata

bien de un sobrenombre

Gonta (tumbo de Castañeda,

9o5: Beneservande,

nombre

f.

Arias veni Karute (be-

39). 974:

topográfico

Dase

(3).

(Es p. sagr.,

t.

XXXVII,

335). 982: «Carraria que discurrit ad Vaneiuniz». 1009: «Carrale que discurrit ad Vani-

keibas»

(tumbo Leg.,

fs.

321

ms. 9194). 978: Benuimber,

v.

1023: «villa in

y 318).

vila cerca

1077: «Casata de Vanimirel (bec. Sahag.,

232

f.

Gonantius Zaleme, Theodemiro Mutarrafiz

disalvus Validiz, Petro Haviviz (Id.; filiación

t.

V, doc. XXII).

v.), etc.

Ejemplos más antiguos: en gi5, Abzuleman Fredenandi (tumbo Leg.,

(2)

917:

Vanidona» (Biblioteca Nacional,

de Covarrubias (Yepes; obra citada;

en

it,

fs.

(Id.).

367 y 388

entre ellos: Ensila Gamarit,

v.), etc.

En 937

se registran

2o5).

f.

Gun-

Hacia 930: Velasco Hakamez,

nombres de

Aboamar Handinit (España sagrada,

t.

XVI,

Pág- 438). (3)

(cart.

Recuérdese

la

nota

6.*

de

la

pág.

en esta otra forma, lulianus aben Motaher árabe los t.

el

Ejemplo de

10.

XVI,

si

no constase designado

Eslonza, n.''2ii). La particularidad de ser

(cart.

p. 438),

ejemplos:

Aiuz Medumat, Aiza

Hacen Algiab

(bec. Cárdena,

y 445), Citi Alhaire (bec. Sahag.,

f.

f.

Zitavit,

34),

En cambio, 171 v.),

Amroze

Alvalite

Zaayti o Zet

filiación

(tumbo Leg.,

Manzor (tumbo

CidcCuleb (tumbo Leg.,

113

la

en

Mahacer Zibalur (Esp. sagr.,

que principian igualmente son verdaderos nombres compuestos.

i5

en lulianus Motahar

ello:

primer nombre, alejando esta hipótesis, hace suponer consignada

siguientes

y Abdella lunes (cart. Sahag., n.°449). V.

1

Sahag., n.° 373) creeríamos que lo árabe era sobrenombre

f.

Leg.,

f.

fs.

2i5)

449

296) y otros varios


LEÓN mote

algún ejemplo de verdadero vo

en Pela^ius Alfane^^o

y en «Zuleiman Quoxo», es decir, cojo,

(i),

nombre

motes, anejos a individuos con

(el

Cabrito), sier-

de acuerdo con otros

(2),

cuales son:

cristiano,

«I'^roila

Rubio», en 944: «Godesteo Nafarro», en 961; «Paternus Fabanecra», en 970; «Donelle Kalvo», en 987; «Velasco Manco», en 1062,

hembras

Las

que

varones

los

nunca

solían llevar

muy

cambio

cristiano (4); en

proporción de nombres

la

escaso, traspasando apenas

una docena

los regis-

(5).

Una siglo

nombre

designa su filiación, y desde luego

se

árabes entre ellas es trados

también «cognomento», en forma igual

o sea pospuesto a

(3),

etc.

de siervo leonés hallamos en

sola cita

X, y

documentación del

la

de «laha Yuzef», servo de Lázaro Tello que, a

es la

compró una

su señor probablemente,

en 926

vila

nombre de

y adviértase

(6),

ano-

la

malía de estructura de este nombre respecto de los arriba consignados.

También

hace notar ausencia de sobrenombre y de

se

filiación

en

las desig-

naciones de judios, que son algo frecuentes en León, ya lleven

hebreo ya de

vulgares árabes, cuales son Habzecri y Aziz, en varones;

los

Tumbo

(O

dos de animales,

nombre

de Celanova,

como

f.

Entre siervos gallegos abundan sobrenombres toma-

56.

Cabrela, Connelio, Xorra, Leclon, Perrot

Muía, Carneiro, Po-

{?),

dengo, Aquilón.

tumbo Legionensc;

(2)

En

(3j

Teodegundia cognomento Anza, esclava (López Ferreiro: Mist. de

1014:

de Santiago;

t.

ap.

II,

cognomento Tenehen año

949),

363

f.

(Id.,

La ya

Son

(5) (id.,

Hamama

f.

v.),

v.),

abbatissa

el

Zuheila (tumbo Leg.,

f.

t.

XVI, (6)

p. 455).

o

(id.,

Amaiub

Legionense,

f.

Maria

cognomento Emulmutarrar(cart. Legionense;

Columba cognomento

Sahag., n." 394), se

316),

Ilaviva

llamaba Eolalia Hala (Simonel:

Oniuzef

Haviva

(id.,

f.

(id.,

388

v.),

Maluca (becerro Sahag.,

(cart.

Sahag., n.° 485;

confianza en f.

f.

309),

Heznona

321 v.),

Aun no tengo

Tumbo

Cat-edral

435),

«Habba cognomento Lcokadia» aparece como excepción,

Omalkazeme

(id.,

Omaiube

(cart.

la f.

nombre.

Hatita (cart. Leg., años 940 y 959),

y 183 v.) y

Quirita

Leg.,

p. 829).

citada abadesa

estos:

432

v.

En Toledo una mujer mozárabe

quizá por llevar traspuesto

mina

442

f.

mozárabes,

Hist. de los (4)

v.).

316

XXX), Simplizia cognomento Zeza (tumbo

Emilo cognomento Hamita

(tumbo Leg.,

f.

el

292

f.

209),

v.),

Masfara f.

tumbo

(id.,

102 v.),

Astor.

,

Vehel

Korexia f.

(id.), (id.,

301),

Omaialde

f.

114

Mau274),

Hadida o (id., fs.

63

en 976; Esp. sagr.,

arabismo de alguno de estos nombres.

201.

(id., f.


LEÓN Cete y Xaba, en hembras. Además, en

«quondam iudeus

o Nabaz

año qoS figura un

postea vero christianus et

sobrenombre v

El uso de

el

llliaciim

Habaz

cierto

monacus»

no hubo de ser general,

ni

(i).

aun entre

cristianos leoneses varones, sino restringido a individuos de cierta categoría

o de cierta procedencia: y las gentes de clase popular debían llevar un

nombre

árabe o cristiano indistintamente, según comprueban

sólo,

los

datos que poseemos de familias enteras. La religiíjn no entraría para nada

en dar preferencia a unos u otros, sino que, en unos casos,

musulmanes en sus ciudades haría aprender su lengua, y

preferir

contrario,

al

nombres

árabes,

el

trato

con

como también

población rural que viviese aislada

la

hablando romance y llamándose como sus progenitores, con nombres vulgares, indígenas, latinos o godos. El ejemplo en León de cierto

seguiría

que únicamente

Froila, presbítero,

arabizados porque en árabe, ^Mjuí

yfi

al

(2),

se

denuncia de pertenecer a nuestros

firmar, en vez de signo, escribía su propio

hace creer que

así

nombre

habrá muchos, imposibles de ser

monjes, y

reconocidos, llevando nombres cristianos. Especialmente entre

aun en aquellas comunidades de origen andaluz, donde consta, por

como lengua literaria, los nombres persoexclusivamente cristianos, sin más excepciones que las arriba

que era familiar

dicios,

nales S(jn casi

árabe

el

consignadas. Escasean también muchísimo

según ya

se dijo, frente a

nombres mujeriles

un gran número de otros bárbaros y

carácter de calificativos domésticos y afectuosos

y

como

na

(3),

este

mismo fenómeno

puede

ello

admitirse

observa en

se

como

lo

íntimo de

niencias del trato social carecían de fuerza. el

palacio episcopal de Astorga

hemos

visto

importantes durante todo

el

cómo

Tumbo

(2)

Cartulario de Sahagún, n.° 29.

(3)

Pons Boigues: Escrituras

Leg.,

f.

392

ellos

siglo X;

(i)

muchos de

la

los

con

segundos;

la

incompleta arabización

familia,

En un

donde

principio

la

las

conve-

corte leo-

a la organización administrativa

no faltan desempeñando cargos

pero sus características especiales

fecha, 974.

mozárabes toledanas.

latinos,

población mozárabe toleda-

v.

Su

árabes,

abundaban en individuos arabizados,

que coadyuvarían con su mayor cultura y política, y ya

la

testimonio de

de estas gentes, que no alcanzaba a

nesa y

in-

Il5


LEÓN debieron poco a poco desvirtuarse, absorbidas por

medio

el

social en

que

vivían, mientras la casta señorial castellana preponderaba y mientras

el

bajo pueblo agrícola olvidaría sus asimilaciones meridionales, de suerte

que en

el

vemos

irse

transcurso del siglo XI los indicios de arabismo en personas

desvaneciendo rápidamente.

Menguadas

noticias

poseemos acerca de

Que

de aquellas gentes arabizadas leonesas.

lidad se prueba por el concilio de Coyanca, a

la

ellas

procedencia y estirpe eran cristianas en su tota-

año io5o, donde no

se autoriza

moros, sino a judíos solos, para morar entre cristianos, situación legal

que no

vari(3 hasta

conquistarse Toledo.

En pro de

su

mozarabismo debe zamoranas que

alegarse un hecho elocuentísimo, mediante las escrituras

poseemos. Sábese, como va dicho, que poblaron ledo y de las tierras

musulmanas

970 y 983 resulta que

la

quedando entre

árabe,

cristianos de

fronterizas; pues bien, en

To-

documentos de

gran mayoría de personas citadas llevan nombre

las

excepciones una hembra, un abad y un monje,

nombre árabe

que, sin embargo, tenía un sobrino con

documento

allí

(i).

Además, un

leonés, sin fecha, pero tardío, cita «illa vinea qui fuit de

nico muccaravi», o sea mozárabe

(2),

Domi-

y otro diploma de 1022 nos revela

el

establecimiento, en cierta alquería leonesa y bajo los auspicios de Alfonso V,

de tres «muzaraves de rex tirazeros», es decir tapiceros, de los que uno

(i)

Son

estos,

en 970: Vitalis

con fessor,

domnus

su sobrino Abdelmec,

lusto abba,

Ablabaz, Zalle, Zaitamira, Donnan, Zuleiman, Ornar, loannes Alatar, Abamorie, Abderra-

keman, Isciam, fincas,

Motarraphe, Placidia, Escla, Seror y Aloni

lahia,

que por colindantes

registra la escritura, siendo natural

respectivas filiaciones y nombres, excepto uno,

n.°42i).

Dos escrituras de 983 añaden

Taureli, Zeit diaconus, K.azem presbiter,

nicus Zicri diaconus, Zeit Abuibet y siete f.

149);

En

Abdimelki,

otra de loio se

cristianos (Id. id.,

diendo en (Id.,

la

f.

149).

(cari.

Tumbo

trata de

se

dueños de

consignen sus de Sahagún,

en calidad de testigos casi todos:

Algalip diaconus, Kazan, Zait,

más con nombre

Domi-

cristiano (becerro de Celanova, etc. (Id.

id.,

f.

i5o).

nombran: lohannes Azetello mendiguero, Abzaet y Naet, entre varios Otros individuos zamoranos: Aiub presbiter zamorense,

Esp. sagr.,

Zulemaniz»; 986

Hodman,

Se

les llevasen (cartulario

K.azem, Alaz, Zaalon, Abdalla presbiter,

Corte; 945 (cart. Sahag.,

n.° 395 y

(2)

Temam,

aunque

los siguientes,

(?);

que no

t.

núm. i5V

XXXIV,

p. 464).

Sahag., n." 447).

Legionense,

f.

357.

116

resi-

Zamora; 962 y 982 «In Zamora curtes que fuerunt de Aiub

Allaytte bresbiter de


LEÜN llevaba

el

nombre árabe de Abiahia

(i).

Un «Hakam cordubense»

como colono

cerca de Sahaf^ún en 9G4

Toletanos

dos alquerías leonesas prueba qué gentes

(4)

y

(2),

=

niuzaravcs de rcx. tatis sanctis

In

nomine

fincaba

llamarse Cordobeses

(3)

y

domno Adulfo

et

poblaron.

las

Plazo intcr iVatrcs de sancti Alartini do Valle de Salicc abba

(i)

fuit

el

Patris ct Filii et Spiritu Sancti et individué scilicel Trini-

verus Deus: ad nuiltis

quidem

scitum non ad paucis

est

dcclaratum. Orla

est

intencio in Valle de Archos inter fratres de sancti Martini de Valle de Salice abba

domno Adulfo

muzaraves de rex tirazeros nominatis Vincente

et

cum omnias

dedit rcx villa de Paliarelios

muzaraves ad ipso abbate super nominatum per hercdilatcs runt de Lctico

de Fulgenzo

ct

Abiahia

et

lohannes cui

in Valle

de Archos quos fue-

de Zalama. Venientes in presencia rex abentes intencia

et

super ipsas hereditates: ordinavit

mcntum secundo

et

adiacencias eorum. Inquircntes fuerunt ipsis

ille

amborum

rex ut dedissent de

partís scientcs et firma-

et íirmassent cum sacramentum verum sic et fecerunt. domno Adulfo frater Froila et Xabe Danieliz et Ovecco in presente viccario de comde dompno Moniu suo maiordomo Arias Fortuniz et salón Abolkazeme, et de parte muzaravis Salvatori ct Viatero. Recensantes fuerunt amborum ut agnoverunt secundo illi abba veritate tcnentc cómodo ipsas ercditates comparavit ille abbate domno

Prescntavit

Hilale de

¡lie

,

per

parte rex

rium non rit vel

in

abba

homines de préstamo determinatas

sumus

natis: iuraturi

ignem

dcterminassent

manu

Froila et

saion

Xabe

Abolkacem

noque de qualiter

lives

nec inmodice.

faciant

Factum

.

est

ita

nunc modo

in

homo

diem tremendum

iudicii

cum Domini

Xpi.

in

hominem

perpetua firmitate. Factum scrípture agnicionis

de

ipsum monastc-

per ipsas hereditates inquietacione fcce-

vite

non abeant parte

hunc factum nostrum íirmum

nomi-

eciam per caldaric

primis careant suis ad frontibus lucernis

luda traditorem in eterna dampnatione deleantur de libro

auri talentis x et

et

ut nullus

de ipsas hereditas disturbancia

aliquis

(Jt si

vero firmantes ipsis desuper

Ovecco per sacra sacramenta

et

homo

corrumpendum venerimus

et scientes

et stabilitum

notum

die

usque

in

in regni Dei. ct

permaneat

quod

erit

in

et

cum

perpetuum. Ad desuper pariet

omni robore

VI kalendas

et

aprilis

— Adefonsus Vermudiz nutu fultus in regnum manu mea confirmavi — Nunus Dei gracia cpiscopus manu mea confirmavi — Moniu Moniz manu mea rovoravi — armiger Rudericus Uelazi — Didacus Frcdinandiz — Garsca Moniz — Froila lohanniz — Arias Fortuniz — Ordonius Veremudiz maior domi rex — Anaia Zitiz — Assur = — Froila frater — iterum Lazarus presbiter lemeliz — frater Lazarus Potro cxaravit — Vela I-^nncquiz manu mea — Moniu Ruderizi manu mea — Munio Garsca manu mea — muzaraves Vincencius — Johanncs — Abiahia, — (Catedral de León: tumbo Era LXIl super millesima.

tcstis

testis

testis

I;

fol.

154 mod.) (2)

Su

cartulario, n."4o6.

correspondiente a 941: «villa de Cordobeses».

(3)

Id., n.° 370,

(4)

Cita de 916, en

Esp. sagr.

,

t.

XXXIV,

p. 436:

hoy, Tóldanos.


LEÓN Ahora

bien,

si la

procedencia de país

musulmán

tanto lo que al problema de su estirpe se refiere.

datos de los que hoy poseemos, sentó

dando vuelo

riscos (i); y,

la

es cosa evidente,

Dozy, sobre menos

hipótesis de

que fuesen berbe-

a su fantasía, llegó a ver en los

maragatos

la

argumentos

descendencia de aquellos arabizados cristianos del siglo X. Sus

nombres personales uno

carecen de solidez en absoluto: entre los

no

solo halló

berberisco, Taurel; además, es falacísimo traer, a colación de iMalacoria o

iMalacuera éstos

suceso alguno de berberiscos ni de maragatos; y tocante a

(2),

no cabe suponer seriamente sino que puedan ser reliquia de

riscos

granadinos

Romey

(3).

creyó que

(4)

el

los

mo-

León pro-

influjo árabe en

vino de los cautivos, tránsfugas y renegados sarracenos, hechos subditos leoneses, opinión

tuvo a su vez

la

combatida por nuestro gran

H ere ulano

que man-

(6),

mozarabismo, abonada por tantos y tantos datos

teoría del

como vamos exponiendo. Sin embargo, no ha de negarse algún valor relativo a los otros fac-

tores sociales posibles:

que era gétulo,

historia del mártir de

allí

que entre aquéllos

les

y monje

se hizo cristiano

máxime cuando una

dominadores árabes no

Córdoba Félix enseña

mauritano o berberisco; que desde Compluto fué

es decir,

llevado a Asturias y que repetirse,

la

Este caso

(G).

pudo

fraternidad entre invasores berberiscos y

llegó a establecerse,

y cuando además

es verosímil

hubiese cristianos, puesto que hijos de cristianos

eran ciertamente; mas, fuera del referido, yo no hallo hecho alguno sobre

que afianzar

Una

teoría.

alusión clara de

(7)

no

es

Recherchcs;

(2)

España sagrada;

(3)

Es

res de las

t.

I,

p.

116.

XXllI, págs. 310 y 381.

l.

cómo

opinión vulgar; además no hallo

maragatas sean iguales a

los

de

las

explicar de otro

donde

ellos traficaban

(,4)

Hist. de España,

(5)

Hist. de Portugal,

(6)

E.ulogio de Córdoba:

(7)

Cart. de

Sahagún;

t.

como

IV, cap. t.

III,

local, y

pág.

arrieros.

i(j5

y nota XIV, pág. 426.

año 968.

los colla-

debió aplicár-

III.

Memoriale sanctoru m

n." 38G,

modo que

moriscas granadinas, no volviéndose a ver

en otras regiones. La designación de maragatos no es geográfica ni seles en Castilla,

el

convincente. Listas de prisioneros o «mancipia» posee-

(1)

la

falta:

exiguus» cierto «Petrus cognomento Abderrali-

calificarse de «christianus

man»

convertido leonés nos

118

;

lib. 111,

cap.

VIH.


m:ón mos

variiis, especialiiicnto

serie de se

nombres godos,

en Galicia;

la

de Santiaj^o, de

dimanaban de mercados musulmanes,

como

así

quos fuerunt ex gente smaelitarum

nombres europeos, aunque

corresponde a siervos de tribus ismaelitas

«mancipios

maurorum» heredados por

Entre

san Rosendo, y que

a su monasterio de Celanova, figuran un «Fees

y un «Salvator Rodesindiz alusi(Sn al

de caballo»

(5).

Obsérvese que en Galicia y

una de

lo

no moviese a

los

interés

más

sino a largo plazo y

cierto

el

Bierzo,

«pistores»

donde

estos siervos

cristianos la esclavitud

a

un cambio de

se

religión,

las categorías

la

y,

preeminentes a

sobre todo, vista

L(jpez Ferreiro: Hist.

de

Catedral de Santiago; tomo

la

la

región habitada por ellos.

datos concordantes ofrecen las escrituras, con

(1)

I!,

ap.

nom-

XXX.

(2)

Becerro de Celanova: folio

(3)

Esp. sagr.;

(4)

Bec. de Celanova;

(5)

Al conceder un abad Armentario a cierto monasterio de Astorga, en 920, una

en

intus in

el

t.

XXXVII, fs.

161 v.

p. 293.

198 y 56.

Bierzo, heredada de sus padres, añade: «et

illa villa

homines de nostra criazón qui sunt

quos fuerunt ex nostra condictione per unguUas caballunas quos adduxi-

extra sarrazinorum ex tribu hismaelitarum, id esi luliano et eius coniuge

luliana quos fuit comparata in una mulla et stent villa

tam

en

Arch.

el

no

bien por inllujos del ambiente social; pero desde

número de arabizados correspondía,

Nuevo orden de

mus

como

y asimismo resulta curiosa

musulmanes cautivos

ausencia casi absoluta de siervos en

viia

asignó

mauro de monte Corduba»

contrario que entre moros, parece natural que

luego no satisface este medio para explicar

que

«servos de origine

no procediendo, por consiguiente, derivar

Además, como entre

los otros.

redimía convirtiéndose, el

igualmente, que

población libre arabizada, de tipo leonés v

la

castellano, falta casi en absoluto, la

(4),

man-

procedimiento de adquirir siervos en tierra de moros «a uña

musulmán abundan,

de país

maurus»

fuit

él

los

et

lista

y otra, de 1042,

(2),

se consigna,

(3).

españoles

Una segunda

fi;uerra.

agarini»

et

que

individuos aludidos

los

inédita, de 1032, ofrece iguales características, y es de

ima

arroja una

los otros serían

islamizados o mozárabes hechos prisioneros en

sólo contiene

i),

(

i

latinos y árabes, y entre éstos alf^unos de los

imponían a esclavos únicamente, probando que

cipellas

(ji

illos

quam

hist.

stirpe sua qui

nac; ms.

n.° 1193 B,

semper

ipsos

ex illorum nati fuerint.» f.

8ó.

I

K

)

nomine

homini

in servitio in ipsa

Tumbo

astoriccnce: copia


LEÓN bres geográficos árabes en

muy

sonales en su gran mayoría (i); pero algunos,

acusan designaciones topográficas, v son

En p.

Asturias: Villa de

tomados de apelativos per-

tierras leonesas,

escasos relativamente,

estos:

Almunia; año 1042 (Esp. sag.,

t.

XXX\'lll,

291-292).

En

Galicia:

En En

el

San Pedro de Mezquita; io5i (tumbo de Celanova,

Bierzo: Almázcara; año 1000

tierra

962

(id.,

f.

Hadraysces; 966

42).

(cart.

f.

En

Algo-

Sahag., n.° 408). Xaharices;

tierra

de León: Alcoba;

1042 (Esp. Sag.,

t.

XXXVI,

Castro Alcova; 885: en documento de autenticidad dudosa p. 339).

Alcorzekis; 1026 (tumbo Legión.,

(id.,

(id.,

f,

(cart.

f.

313

309). V.).

Vallelio de

Muzandiga;

tierra de

Almanza; 1044

Campos:

1023

(id.,

(id., f.

327

v.). f.

t.

XIX,

Villare de Almazarefe;

386

v.).

Garrafe; 989

v.).

Valle

Villa Alcopa; 989 (Quadrado:

t.

III, p.

Almanara; 960

28).

Valle de Almunia; 977 (bec. Sahag., (id.,

sagrada, Villa

297

(id.,

Rozzaffe, 963

f.

t.

1

Mazockos; 986

En

p. 436). Villa

cap.

I).

fs.

Sahag., n.° 22).

(cart.

143 v. y 187 v.). Valle de

(id., id.).

Castro Fadoth; 916

Anebza;

(España

Giniganate; 967 (cart. Sahag., n.°4i7).

(id., n.*' 440).

tierra de Burgos:

(id.).

(i)

Avasta; 1046

15). Villa

XXXIV,

Zamora,

Sahag., n.° 5oo). Almaraz; 1087 (López Ferreiro:

(cart.

Hist. de Santiago,

1046

f.

Alver; 911

p. xlmi).

Sahag., n.° 403).

En

1068

126).

(id., n.° 474).

1029

964

vm).

Astor.). Zauttes: 1028 (id.).

de Zamora: Villa Alkamin; 909 (bec. Sahag.,

tierra

p.

929 (tumbo Astoric). Rivulo Xodanebebel; 1027 (Esp. sagr., t. XVI, p. 460.)

(id.).

Zamuta; 1022 (tumbo

tre;

XXXVI,

t.

i58).

de Astorga: Alhannastros:

Almuzara; i025

En

(Esp. Sagr.,

f.

Alkocero; 1068

(cart.

Moral, n.°

I).

Haraluzela;

Villa de Mezerese; 978 (cart. Covarrubias, n.° VII). Villa

He aquí algunos, recordados

al azar:

Mes-

Castrum Gunzalvo ibcn Muza, hoy Castro-

gonzalo; Castrello de líale, hoy Castilfalé; Villa de Zait o Villaccle, Castrum de Abeiza Guterriz, Castro Mutarraf, Castro de Abaiub, Castro de

Muza, Valle de Zuleiman, Valle

de Aboxoque, Sta. Eugenia de Haggege, Puteo de Abdurama, hoy Pozadurama; Autero de

Abozaabel, Valle de

Mahmude,

villas

de Avelacet, de Havivi, de Autman, de Maizara, de

Axarifcs, de Azuake, de Nazare, etc., etc.

Poquísimos de entre

120

ellos se

han perpetuado.


LEÓN kina; 962 (becerru (^iirdeña,

Fueros,

loyS (Muñoz:

.\lLi/,iehar;

87). Mazarctiis;

1".

p. 260). Villa

de Zafalanes: 978 (cartu-

lario (A)varr., n." \'I). \'illa /(jiiiicta: loHS (bec. Card.,

En ps.

tierra

f.

97).

de Xájera: Zahara y Zafira u Azofra; 1076 (Muñoz: Fueros,

293 y 294).

La lücalización de

la

marcas de Astorga, León y

donde

seca,

perfecta ¡dea del territorio ara-

región montañosa, con Galicia y

más

progresa

casi totalmente,

nombres da

estos

bizado, que, dejando libre

y

más en

Castilla;

dirección hacia sur por las co-

pero comprende sobre todo

la

región

la

sistema de praderas y árboles con regadío es sustituido

el

Páramo

el

Zamora y Campos. Despoblado dominación musulmana demasiado efímera para que hayan de todo ello desde el siglo N'lll,

y tierras de allí

Bierzo,

el

por cultivos amplísimos en secano, de viña y cereales, a saber,

fué

Arlanza).

io3() (cartulario

atribuirse a entonces

nombres árabes

topográficos.

Además, relacionados

con aquéllos que derivan de personas, suelen figurar éstas mismas en

documentos, como propietarios y fundadores de observación cuadra, y es reconocer que,

nombres árabes por pueblos,

lo

como hemos

ciudades, entre

la

si

las

granjas aludidas. Otra

gente

bien aquella

y marcaba con designaciones tales algunos

visto, la

lengua árabe no debió de hablarse sino en

gente culta, entre judíos acaso y en ciertos monasterios.

se explica la ausencia general de

nomenclatura árabe en

que con tanta frecuencia

como en Aragón

modo no

se

consignan

escritos, aJ contrario de

lo

expuesto arriba, importa

mucho

palabras árabes, que, como nombres apelativos de

mismos

textos latinos,

pues

ellas

Lo conocido de público hasta hoy, referente a

palabras, anteriores

al

Academia Española), y al siglo

XI 1, en

el

año

mil, recogidas por

coleccionar cosas, se

prueban eficazmente

aportaciones que este elemento meridional llevó consigo

(1)

el

Sr.

esta materia, es

121

dan en

calidad de

una

lista

de diez

Codera (Discurso de recepción en

como

índice de documentos de Sahagún, por

las

(i).

otras catorce, con etimologías aceptables, incluidas,

glosario del

la

la

anteriores

el Sr.

Aquí van acotadas unas ciento setenta, fruto imprevisto y sorprendente de

16

de

los deslindes

sucedió más tardíamente, por ejemplo.

Relacionado con

los

llevaba

común

El vulgo de campesinos se expresaría en romance, pues de otro

terrenos,

los

la

Vignau. revisión


.

LEÓN En punto de naturaleza

y

campo

como

escasean ellas muchísimo,

va

dicho, no obstante tratarse de gentes que vi\ian de productos agrícolas

por completo, v cu\as referencias llenan inlinÍLlad de documentos leoneses, gallegos

y castellanos. Son estas:

Alcor:

colina. 911:

Allarace:

tumbo Legionense.

López Ferreiro:

caballo. 982:

de Santiago,

t.

386

f.

v.

de

llist.

Catedral

la

178.

II, p.

Azémila:

caballo albardón. 1063:

Metranza

(kavallo en): ^cerril? 1076: cart. Sahagún,

Muñoz: Fueros...

p. 230.

586.

Las palabras que se refieren a obras rústicas son:

Almunia:

Aldia, aldea: granja. 1030:

Mazaría: ^vivero?

Almuzara:

sagr.,

Siglo XI: bec. Sobrado,

f.

cisterna. 916: Esp. sagr.,

t.

Alisare: borde. 1039: Esp. sagr.,

p. 441

241 v.

f.

23.

96.

f.

hidráulica. 946: cart. Sahag., n."

iG.

XXXIV, p. 440. XXXVI, p. xl.

t.

Allizaze: cimiento. 1028: bec. Sahag.,

Vereda: camino para ganado.

XXXI V,

t.

nac; ms. 18387,

Bibl.

cercado. 964: bec. Cárdena,

Azenia: rueda Xafarice:

España

huerto con casa. 916:

140 v.

f.

tumbo

1002:

Adovera:

sitio

Atemina:

estercolero. 1026: bec. Sahag.,

Leg.,

f.

321 v.

de hacer ladrillos. 1063: bec. Cárdena, 222

f.

f.

5i v.

v.

Conceptos urbanos envuelven estas otras palabras:

Alfoze: término de pueblo. 945:

Alvares:

Esp. sagr.,

egidos. 998:

Arravalde: suburbio, Mezkita:

t.

XL,

f.

76 v.

p. 409.

arrabal. 960: bec. Celanova,

oratorio. 1031: id.,

Alfóndega: posada.

bec. Card.,

1033:

f.

f.

i85.

tumbo

Legión.,

f.

298

v.

de escrituras, en gran parte inéditas; pero esta abundancia obliga a reducir

que podrán tener cabida en estudio

depurando

lo

hacia 1100;

la

antigua, sin variantes, etimologías ni crí-

Entonces será hora de aquilatar conceptos,

idea

deque

descenso en palabras nuevas, mayor aún que hasta

reaccionar, dentro del

romance

citas para

más

la

que ahora sólo con carácter provisional

mas cabe aventurar

las

especial.

cada palabra a una sola, generalmente tica,

70.

el

el

territoriales.

I

22

de voces córtase

período sucesivo haría patente un gran

observado en

castellano,

se ofrece. El acopio

más

el siglo

XI, respecto del X,

tarde y a impulsos de conquistas


LEÓN Maragata:

venta. 1003: bec. Celan.,

Azore: muralla.

A

conceptos

OG

f.

Muñoz: Fueros,

1076:

v.

p. 2(ji.

personales se refieren:

Kben, iben

o

aben:

hijo,

Véase arriba, pá^.

para designar

l¡liaci<Mi.

la

898, etc.:

12.

i

Gy. bec. Card., U nía madre, en sentido de a\a o ama, quiz.'i. Mozlenios, mocelemes. muzleimitax: musulmanes, moros. (j'")8:

:

994:

Esp. Sag.,

f.

X\'l, p. i(m, etc.

t.

Muzáraves o muccára\'i: ci'istianos sometidos a mí)ros. tumbo Legión., 154. servicio. Mal lato: criado de 934: Esp. sagr., t. XL, p. 400.

i(j24:

I".

M a lata:

«puella^>,

Forro: hombre

moza. Siglo XI: glosas

libre.

Mesk-ino: pobre.

1074:

Mazarefe: ¿mercader? Tirazero:

v.

p. 275.

XL,

p.

411.

tumbo

Legión.,

f.

albeitar. 1023: bec. Celanova,

XI:

sillero. Siglo

id.,

más

Personales tambitMi, pero estos

t.

317

f.

950: cart. Eslonza, supl. P., n.^G.

tejedor de seda. 1024:

Alveidar: herrador,

Zerraco:

Muñoz: Fueros,

Esp. sag.,

1032:

silenses,

f.

¡54. f.

157.

67.

afectos a organización

colectiva, son

nombres:

Alvazile: consejero.

Zahbascorta:

Zavazouke:

1076:

Esp. Sagr.,

prefecto de policía. 998: bec. Sahag.,

964: bec. Celanova,

Alfiérez: abanderado. 932: bec. Card., caudillo. 1076:

54

Muñoz: Fueros,

p. 284.

nac, ms.

juez. 1081: Bib.

Alidar: abogado.

.x.xxv.

v.

Alcaedi:

n." 720.

1081: Id., id.

1088: cart. Eslonza, supl. P.. n.° 18.

testigo jurado. gbS: cart. Cat. Jaca.

Azetor: ¿encubridor?.

io55: cart. Sahag., n." 531.

Harra/.e: guardia. 95o: tumbo Legión., los

48.

146.

1069: Id., id., p. 249.

Aimoxerif: contador o mayordomo.

A

f.

f.

Alcalde: juez municipal.

Guliffa:

f.

p. 314.

prefecto del mercado. 1020: Fuero de León,

A la miro: comandante. Alcayde:

XXXVIll,

t.

mismos conceptos, de orden

estas palabras con significación objetiva:

123

f.

449

v.

social y administrativo, responden


LEÓN Aleive: deshonor.

Maneria:

falta

Vignau: cart. Eslonza,

logS:

de hijos. gSo: Muñoz: Fueros,

Adrias: tributo por yugadas Alcabalas: impuestos,

Nubtio,

(i).

p. 28.

Asturias,

897: Vigil:

Corónica.

iioi: Yepes:

p. 368.

V,

t.

p. 58.

p. 494.

nució: derecho de sepultura. 1020: Fuero de León. xwi.

A n nafa ka:

derecho de aprovisionamiento. 972:

Atafeke: avenencia

judicial. ii'44: bec. Celan.,

Alalas: ¿gananciales? 103 1:

Albaroc: propina,

id.,

88.

f.

131 v.

f.

36 v.

f.

robra. gOS: bec. Sahag.,

tumbo

Adufaira:

renta en pago. 964:

Alimonia:

subsidio. 960: cart. Sahag.,

Saturca: limosna sagrada.

id.,

46.

f.

Legión.,

447.

f.

21.

946: id., n." 372.

Falifa: pacto de alianza. Siglo XI: Anales Complutenses.

Alvende:

^;promesa? 870: Santa Rosa: Elucidario,

Azofra: ¿prestación?

Albara: exención.

1069:

1039: bec. Card.,

Maquila: pago en grano. Almutelio: medida de

Almude, almute:

Muñoz: Fueros, 98

cart. Irache.

Muñoz: Fueros,

libras. 1020:

registro. gSo: Yepes:

Morabetino:

Hazumí

lo

Corónica,

Id., p.

t.

oro, diñar. giS: L. Ferreiro: ob.

mismo, maravedí.

1082: cart.

(argento):

Annuteba: Adras, en al

,

el

aviso de guerra. 969: bec. Card., cronicón de Cárdena (Berganza;

empleó en

XXXVIII, 63

el

f.

28 v.

f.

104.

p. 288.

v.

texto, sin

..,

t.

II, p.

583),

duda genuino,

antigüedad o permanencia de aquel voto, pro-

erigir castillos v palacios,

t.

f.

85.

II, p.

Oña, suplemento.

Antigüedades

voto de Santiago. El diploma ovetense citado en

bablemente histórico sin embargo, pues Alfonso la

t.

¿dirhemes de Alcásim?io72: bec. Sahag.,

tiene, entre otras excelencias, la de rebatir la

menos, y

cit.,

(argentum): clase de moneda. 984: bec. Sobrado,

:

(i)

173.

V, escr. X.

Alfetena: sedición, revuelta. 1031 Esp. sag.

aludiendo

p. 71.

cuartal. 1102: id., p. 391.

Metcal: peso de

Caz mí

32.

f.

1028: bec. Cogolla.

lo anterior.

Garfato: medida de un puñado. Siglo XI:

Albala:

109.

p.

v.

áridos. 966: bec. Card.,

Arrelde: peso de cuatro

1,

p. 248.

970: cart. de Ibeas de Juarros.

Kafiz: otra medida, cahiz. 1061:

Arrobo:

f.

t.

124

111

cobraba esta renta en Asturias, a

según

instituci(^n

de sus predecesores.

lo


LEÓN Fossatum;

tala,

Fueros,

devastación. 978: Muñuz:

Arcato: correrla

p. 49.

militar. 974: id., p. 3H.

Atalaya: reconocimiento

militar. 1017: cart.

Azeipha: expedición de verano. Al mafala: campamento. 1064:

Recoage: cabalgada.

1099:

uña,

n.° 9.

Siglo X: Cron. de Sampiro.

Britto:

Monar.

Muñoz: Fueros,

usyt.,

1

1.

11,

f.

377

v.

p. 347.

Es decir, que tanta exigüidad de nomenclatura rural árabe como resultó al principio, desaparece ante la vida

como

país leonés, este e

orden

rellejase

imitados de

las

si

la

conceptos nuevos también, dentro de aquella sociedad,

León; pero, aun dado caso de ser

así, el

con-

hecho de un

influjo poderoso,

queda subsistente, y ello es natural ponían en contacto un idioma riquísimo, como el árabe,

y una jerga deshecha, cual era entonces

que sólo poseemos esa nomenclatura que

sería razonable lo

a los arabizados cristianos,

toda vez que se

los

No

organizaciones musulmanas.

que usos tradicionales asturianos cambiasen de nombre en

trario, a saber,

merced

urbana y administrativa del

abundancia de palabras meridionales nuevas en

el

romance. Además, no

a través de

documentos

notario se esforzaba siempre por salvar

el

lingüístico, traduciendo las

la

latinos, en

pureza del

artificio

denominaciones bárbaras del lenguaje común,

y sobre todo neologismos, hasta que Resulta notable

la

se olvide

la

fuerza de

la

costumbre

se

impuso.

pobreza de nomenclatura monetal, formando vivo

cialidad comercial en

como síntoma de una escasa potenprimero francesa, tal León y de poca moneda

vez

contraste con

(i),

opulencia catalana,

la

y luego árabe

circulante, cosa

que

la

documentación acredita

consignando frecuentísimas transacciones y tributos en especie y actividad agrícola productora tan sólo; mas ello, con la ganadería y los bien,

hilados caseros

pannos, lenzos

— que aun perduran

fabricándose en

nuestras montañas, bastaba para vivir.

Ahora

bien,

si las

características leonesas acusan sobriedad y falta de

estímulos progresivos en

el

vulgo, también son notorios los refinamientos

y fastuosidad de las clases elevadas, que se acreditan por

mentos y por alimentar

la

tal

muchos docu-

cual pieza conservada en nuestras iglesias. Esto había de

importación de productos exóticos de artes suntuarias, y algo .'I

(1)

«Solidos gallicenses», en 885 y 906: becerro de Celanova,

I

25

*

fs.

43 y 128

v.


LEÓN Atestiguan

de industria. Galicia (i)

colonia de mozárabes tirazeros, o sea tapiceros,

aquella

y

segundo frecuentes transacciones de seda en

lo

protegidos de Alfonso V, a que arriba se aludió leonés, en

manos de

judios probablemente

levantinas, con Navarra o Cataluña

como

o franciscas, valor tiene

decían

el calificativo

(2).

comercio

al

nada trasluce de relaciones

(3).

y poco de cosas europeas, francas

(4),

abundan más

(5);

En cuanto

de greciscas

las

telas bizantinas, si tal

pero sobre todo

(6),

de importaciones venía de tierra musulmana, según

la

mera

gran masa

la

de

lista

nom-

bres árabes alusivos a ello hace patente.

Refiérense a primeras materias, casi todas exóticas, estas palabras:

Almafil, ammafide:

marfil. 942: bec. Celanova,

Alaules:

Esp. sagr.,

Cenne:

perlas. 1063:

latón o fuslera. io25: cart.

Algotón: algodón.

Alchaz:

960:

Alphaneke:

piel

f.

3.

p. cl.xxxix.

Sahagún, n."47i.

Esp. sag.,

seda. 942: bec. Celan.,

XXXIV,

t.

f.

XXX1\',

t.

p. 455.

3.

de comadreja blanca. 923: bec. Sahag.,

Cingabe:

piel

de ardilla. 976: cart. Sahag., n.° 430.

Gardunio:

piel

de gato garduño. 1060: bec. Celan.,

f.

f.

237.

183.

Utensilios varios:

Arrodoma (1)

o

rotoma:

frasco. 942: bec. Celan.,

robo de mil libras (1047:

el

id.,

Págs.

(3)

El proceso de 1047, citado en nota anterior, versaba sobre el

1

les

fueron arrebatados

la

(4) (6)

«Facistergulo francisco»; 938; bec. Celan,

126 se citan «solidos de Uñeros iaqueses»: cart. Eslonza, supl., n." 26.

franka obtima»: looó;

Abundan

id.,

— «Kappa

3.

f.

tumbo Legionense,

referencias con

f.

320

f.

6

— «Caliccm

franziska»:

franciscum», «fialas

1003; cart.

tal calificativo,

que no f.

era de color, pues

5);

de géneros preciosos. Debían ser cosa bizantina

que pudimos

t.

XXXVl,

p.

lx), pero

los

no abundan hasta

recibir a través del árabe.

126

«Spata

una vez

mas tampoco puede ciclatones, o

dos formando círculos, que más adelante se llamaron «pallia rotata»: Hay

en 1073 (Esp. sag.,

Melón.

v.

habla de dalmática grecisca cárdena (938: bec. Celan., se tratase

cierto

seda y sayales y lienzos en gran número.

Sólo en

1

hecho de que

tenía «suos hebreos in sua casa qui facicbant suo mercaiu et de

cuando

argénteas franciscas»: 942;

que

63, 65, etc.)

16 y 117.

Menendo Gundesalviz

(6)

fs.

131 v.).

f.

(2)

plures»,

3.

hacían pagos mediante libras de sirgo (loio: bec. Celanova,

Allí se

y un proceso consigna

homes

f.

el

cita

se

inferirse

sea broca-

de ciclaton

siglo XII, y es palabra


LEÓN A/.cptrc:

Ganza:

escudilla grande.

Tacara: Bi/ath .A

saj^r.,

XXXV'I,

1.

tunibu Legiun.,

971»:

f.

334.

(navicella): fuente llana. 942: bec. Celan.,

candelero.

Máncale: mesa. Árganas:

Limace:

(170:

tumbo

Ksp. sa^.,

1073:

Le^^ion., t.

XXX\1,

f.

3.

334.

f.

p. l\.

alforjas. 922: cart. Sahag., n." 3(34.

riCüraza? 922: bec. Sobrado,

45

f.

v.

(lancea): de bordes ondulados. 1034: bec. Sahag.,

lleites (spolas):

de cuello largo. 932: bec. Card.,

Artarfe: punta,

acicate. 932: Id., id.

Ballugas: borceguíes.

Amorcesce: sagrada,

Natamia:

XXXVI,

50

v,

Samos. 1063:

España

p. cl.\.\.xix.

labor de cuentas enfiladas. 988: cart. Samos.

Romí: manufactura

bec. Celanova,

Irak.? 942:

vestir,

Almexía:

Pintella: cierta túnica exterior. 938:

id.,

túnica, cota. 943: bec. Card.,

Adorra: túnica abotonada. Moffarrex: túnica

etc.

84

f.

v.

f.

f.

130.

5.

f.

94.

Rev. hispanique,

936:

t.X'lI, p. 317.

abierta. 1099: cart. Sahag., n.° 710.

Mutebag: túnica ceñida sin mangas. 1103: Feyrach: ropón. 942: bec. Celan., f. 3. Arrita: manto. 998:

cart. Santillana,

Feruzí: especie de manto. 921:

Barragán: manto de

bec. Card.,

f.

toca. 929:

29 v.

3(17.

tumbo

t.

Legión.,

127

f.

3.

f.

14.

'

bec. Card.,

Rev. hisp.,

Sahag., n.° 730.

10 v.

f.

lana. 942: bec. Celan.,

Zoramen: albornoz. 955: id., Mobatana: manto forrado. 944: velo. 979:

cart.

23 v.

f.

Zarama: capa. 947: tumbo Legión., f. 216. Kabsane: sobretodo. 933: cart. Sahag., n.°

Alhagara:

3,

de cama y de mesa y paramentos:

túnica cerrada. 919: bec. Celanova,

Alfimiane:

f.

tumbo Ovetense.

griega o romana. io85:

Reiteles: alhaja incierta. 928: bec. Celanova,

Algupa:

f.

87.

f.

formando cadena.

metálica

labor t.

1074: cart.

Eyracli, iraké, erag: ^del

Prendas de

p. xliii.

Samos.

vaso. 1074: cart.

Imanara:

Alavés

Esp.

1042:

c¿ilLlereUi.

Vil, f.

p. 316.

331 v.


LEÓN Alara: quizá

Almágana:

Elucidario,

lo anterior. 969:

velo bordado. 938: bec. Celan.,

Almeleha: sábana de

vestir. 927:

Allihafe o alifafe: manto

-Mmuzalla: cobertor

Cithara:

cortina. 969:

5.

f.

Legión.,

f.

385.

f.

1002:

f.

5.

3.

3.

f.

Sahag., n.° 364.

cart.

id., n."

lo anterior.

Mataraffe:

id.,

rico. 938: id.,

Izare, izale: sábana. 922:

Fazale: mantel. 996:

tumbo

109.

p.

1,

rico de pieles. 93H: bec. Celan.,

Fatele: manta de abrigo. 942:

Fazalelia:

t.

455.

Esp. sag.,

Esp. sagr.,

XVIII,

t.

tapete. 938: bec. Celan.,

XXXVl,

t.

p. xiv.

p. 337.

5.

f.

Anamat: paramento, frontal. 1083: bec. Almandra: cogin. 1063: Elucidario,

Sahag.,

p. 96.

I,

t.

Folie: manta para caballo. 922: bec. Card., Serie tan copiosa no abarca, sin embargo,

66 v.

f.

37.

f.

sino prendas de cierto

valor y amplitud que merecían consignarse en inventarios, con destino

común,

eclesiástico, por lo

además, con otra

o

precio en transacciones. Acreciéntase,

nombres

serie de

manufactura o adorno de

como

calificativos,

determinando colores,

mismas prendas, cuya explicación

vaga y aun incierta, generalmente, cosa bien experimentada siempre que de las

indumentaria tratamos. Son

Carmez:

estos:

carmesí. 914: bec. Card.,

20

f.

v.

Saibí: rubio. 969: Santa Rosa: Elucidario,

Zamor:

rojizo, gbo:

Zumake:

Amarello: Azul:

f.

944: bec. Card.,

938: bec. Celan.,

bordado. 938:

Hatani: bordado con Atibachi: brocado. :

XXXIV,

p.

1,

108.

p. 455.

37.

5.

14.

f.

f.

5.

id., id.

oro. 927:

969:

tumbo

Esp. sagr.,

tejido de seda labrado. 934:

Batunada:

forrada. 1019:

Exagege

exakeka:

o

f.

t.

amarillo. 919: cart. Sahag., n.° 361.

Alvexí: brocado.

Tiraz

t.

938: bec. Celan.,

mismo.

esto

Morgom:

Esp. sag.,

bermejo. 922: bec. Card.,

Meskí: pardo.

es

t.

XVIII,

Esp. sagr.

386.

t.

,

p. 337. t.

XL,

p. 400.

tumbo Lucense.

tela

Legión.,

de seda. 938: bec. Celan., 128

f.

5.


LEÓN Sardone:

especie de tafetán. 1068: bec. Sahag.,

Kaskerxí:

de seda cruda? 938: bec. Celan.,

^;tejido

Albaz: paño.

tumbo

927:

Legión.,

f.

Marayze: Habí:

de lana roja. 994: bec. Card.,

Morcús:

Canzi: paño compacto. Cazaví:

3.

v.

73

(.

10G8: bec. Sahag.,

tela listada. 1042:

Vitione:

tela

¿?

Ozolí:

¿?

Elucidario,

t.

Esp. sagr.,

Bazorí:

¿?

1042:

Oveite:

^r*

998:

Fazenzal:

23 v.

f.

XXX\'I, f.

.xliii.

p.

3.

5.

p.

i,

XL,

t.

941: bec. Liévana,

¿?

108.

Sahag., n.° 3O7. f.

998:

Zuranni:

cart.

938: bec. Celan., gbg:

¿?

t.

para forrar. 942: bec. Celan.,

Acata: ^gironada? 932:

Suruz:

Esp. sag..

p.

I,

t.

62.

f.

tejido de canutón. 998: cart. Santillana,

Leztori:

Aluz:

f.

blanca y negra. 959: Elucidario,

tela

5.

f.

385.

tela rameada. 942: bec. Celan.,

tela

G2.

f.

f.

109.

p. 409.

37 v.

tumbo Lucense. Esp. sagr.,

t.

XL,

p. 409.

996: cart. Sahag., n.° 455.

¿?

Faltan absolutamente verbos y partículas en este acarreo de voces

árabes leonesas,

como

dada

la

lengua en que

la

documentación

Respecto de apelativos, es latino o bárbaro cuanto se

fué redactada (i). refiere a

es natural,

conceptos vulgares y apremiantes de

la

vida: lo árabe toca sólo a

refinamientos suntuarios, lujo, mercadería, complicaciones y trabas sociales,

que arguyen

la

presión de otro estado de cosas

nizado, cual había de ser

el

más complejo y

de Córdoba y aun de Zaragoza,

la

orga-

corte semi-

española semiárabe, cuya superioridad de cultura era notoria. El haber

nido

allí

Alfonso

musulmanes los

(2),

el

el

Suele darse etimología árabe a nuestra preposición hasta las

Sahas., n." 65o), ata (983:

formas arcaicas adía

tumbo

Sólo hallo hata una vez, en 1098 (2)

17

Ordoño. para educarse con

Cron.

al

los Benicasi

porvenir de

el

arabismo, que tanto progresó, efectivamente, bajo

pero no son favorables a ello cart.

a su hijo

demuestra cómo aquel gran rey orientaba

leoneses hacia

(i)

Magno

te-

,

derivándola de hatta;

(945: bec. Card.,

f.

jb

Astoricense) y fasta (1074: .Muñoz:

v.),

adte

Fueros,

(1092:

p. 274).

(cart. Silcnse).

bel dense, n." 67 de

la

edición de Flórez:

l-:sp.

sagr.

.

t.

XIII. p. 453.


LEÓN mismo Ordoño, segundo de

aquel

su nombre. Nótese, además, que

más bien

desarrollo no fué progresivo ni duradero, sino que

extinguirse pasado

el

X,

siglo

y,

navarra y afrancesada de Sancho Castilla y de

León en

la

desde luego, una vez que

Mayor

el

persona de Fernando

Toledo abrió nuevos cauces

zado, habiendo de ceder en general bajo

galicana o europea,

ulterior de

quedó

éste

localila

definitivo.

la serie

de códices escri-

con caracteres minúsculos, que en gran número se conservan, no sola-

tos

mente producidos en en

tema

a fa\"or de nuestro

estirpe

la

presión de otra corriente,

la

más congénere y de arraigo

También conduce

mas

tiende a

herencias de

las

La conquista

I.

inlUijo meridional;

al

con

se alzó

tal

zona cristiana

la

letra

siglo;

libre.

La antigüedad de

estos últimos quizá no pasa de

IX, mientras otros del sur les exceden acaso en

fines del siglo

medio

mozárabes, a saber, Andalucía y Toledo, sino

tierras

más de

pero todos forman un solo grupo, caracterizado por aquella

«mozáraba

vel toletana»,

según

la

apellidaban en

Xlll

el siglo

que

(i),

hoy, con notoria inexactitud, llamamos visigoda, y que, aun pareciéndose a

la

lombarda, va en contraposición con todas

más antiguos

libros,

que en León y Asturias

Andalucía, según canta uno de

ellos:

Magno

europeas. Los

se registran,

emigraron de

«Samuel librum ex Spania veni»

Luego, aparecen otros, de tipo toledano, con cipis librum^>, refiriéndose al

las escrituras

rey,

este dictado:

según todos

(2).

«Adefonsi priny de

los indicios (3);

seguida introdújose por costumbre dotar de un «explicit» o suscripción

cada códice, donde se expresan escriba y

aun

el

del monasterio

la

donde

se editaba.

«Littera ista niO(;:arava appellatur vel toletana», en

(i)

de san Isidoro, procedente de Zaragoza y conservado en

Beato de Ashburnham.

mofarabas»: en

el

Liévana,

Lo mismo, en

derno

Roma,

(P.

I.

67

f.

v.

de trabajos de

I

p.

la

«Un

expediente de

el

del

Estos datos arrancan

un códice de

Escorial (&.

1.

las 3).

laimologías «Estas letras

libro de letra toledada»: 1319, cartulario de la

«Ordinatio ecclesiae Valentinae»:

Escuela española de arqueología

e

Cua-

historia en

81.

(2)

Códice misceláneo de

(3)

Biblioteca del

7).

el

nombre

fecha, principe reinante,

la

catedral de León, procedente de Abellar, n.° 22.

Escorial: Sentencias de san

Otro, citado por Morales, en Oviedo

(Viage santo,

ignora hoy.

130

Isidoro (T.

p.

II.

97),

25) y

Etimologías

cuyo paradero

se


LF.ON

aluden

del ¿iño 9*32 (i),

condes de

(>ast¡lla

dad en su

/.ona,

una \erdadera

reyes leoneses casi excliisivaiiieiile, y, aeleniás, a

a

con frecuencia, acreditando escritorios de gran activi-

desde

en este arte de

re\ oluciíui

los C(')dices,

escritos por Beato de Liévana.

Thompson

miniado por

(antes, de

sabemos; y

el

segundo

precisamente en

En

Ashburnham), data de

de Kscalada en

se termin(')

(juG (2)

muchos más de

(3),

ijhH

cuya

sendos letreros cúficos, meandros

blancas v rojas, otros arcos de

como

los

y está escrito y

por un discípulo de Magius,

la serie, se

conocido.

n(js es

prodigan representacio-

y,

como

palmera,

la

sobre todo, vistas de ciudades y edifi-

un orientalismo

almenas escalonadas, puertas con

l(')bulos,

que aun subsisten morunos,

lechos, cátedras, etc. El

ambiente que

llaves, altares,

lámparas,

estos libros y su arte traspiran, sobre

notorio, es bien otro de aquella diáfana tranquilidad

saturada de luz y bajo

la basílica,

Los Beatos arrastran hacia un

mundo

la

misterioso, inquietante, lleno de

sero rebajamiento del pueblo cristiano, incapaz ya de sentir lo bello, el

amor que

(i)

Vita patrum, en

(2)

Ksta fecha parece indudable, pues resulta consignada

la

+ = 2

4;

1902;

Un abad

p.

Víctoris regía

que conste

gro-

emoción de las

dul-

así:

«dúo gemina

= 900; 3 X

100

10X2

li

ft

y

ms.

in

ter lerna

= 60, que

A descrip-

the collection

ot'

H.J.

304.

mismo, probablemente, que p. 430), sin

3X3X

964; sin embargo, se ha interpretado por Era 932 (año 894):

catalogue of the second series of

Thompson.

al

Biblioteca nacional; ms. n." 10007.

ccnties et ter dena bina era»; o sea 2

componen Era

la

Naturaleza inspira a toda alma sensible y

la

que

inspiración del Evangelio.

horrores y de amenazas, que los discípulos del Apocalipsi oponían

(3)

de

de arcos de herradura, alguna \ez con sus dovelas alternadas

cios, llenos

tive

el

fundaci(')n m()zárabe ya

dero, escenas de guerra, músicos, etc., árboles exóticos,

informó

Apocalipsi,

vida corriente: faenas campestres de vendimia, lagar y mata-

la

cerrojos,

la

un mcjnasterio de san Miguel,

monasterio de Távara, que también

el

estos libros, y en

nes de

el

al

Su más antiguo ejemplar conocido,

cierto Magius, al parecer, en

que puede creerse fuera

caracterizada por

Comentarios

espléndida aunque bárbara serie de los

Mr.

Algo antes hablase producido

niiiad del si^h^ X.

la

el

el

monasterio donde fué escrito

ligura en

una confirmación

real

nombre de su monasterio; pero con

su proximidad a León.

131

el

códice en cuestión;

de 920 (Ksp. sagr.,

l.

el

X\'l,

ello se alianza la hipótesis

de


LEÓN zuras de

palabra de Cristo, y que por

la

punzante de de

los

Novísimos para reaccionar hacia

terrible

irilidad

\

mismo

lu

necesitaba

bueno.

lo

revulsivo

el

Un

misticismo

aquellas representaciones y aquellos textos,

inspir(')

evocadores de una emociim nueva y de un ideal, antitesis de clasicismo, que había de informar el arte de la Edad Media avanzada en toda Europa; pero aquí en España se anticipó casi dos siglos, precipitado por de espíritu,

la

dándose

hasta

XII

el si^^lo

los

estímulos que

los

el

comentarios de

la

las profecías

notable en estos códices leoneses, que

es

de Patmos y de Daniel,

libro favorito en el X.

que habían sido nuestro

Y

tensión

vecindad de moros y caso de no trascender a Europa con éxito

lucha de ideas,

cristianos produjo;

la

muchos de

entre ellos

contienen anotaciones y escolios árabes, ni más ni menos que los de

toledana y andaluza, dando testimonio de que en los monaste-

las series

de país cristiano eran también familiares

rios

andando

el siglo

es

la

Cogolla, en Barelánica, en Carrión,

conocida

observar que, hacia

la

procedencia de

la

primera mitad del

y de Silos, son glosas romanceadas bes

(2),

lengua y escritura árabes,

X, o sea que eran mozárabes, y esto en Távara, en Sa-

hagún. en León, en no siempre

la

las

tales libros (i).

el

puesto que

Valga, por

fin,

siglo XI, en códices de la Cogolla

que vienen

acreditando, en apariencia cuando menos,

mento meridional por

etc.,

a sustituir a las árala

absorción del ele-

castellano.

Las cartas y diplomas enseñan todavía más cosas, a vueltas de su trivialidad habitual, en el

punto de organización. Asturias, Galicia y aun

Bierzo mantuvieron su régimen señorial bárbaro, con

el triste

cortejo

de siervos y «criationes» perseverando siglos, de suerte que hasta en

(i)

Los códices leoneses con notas árabes son

Escorial, arriba

Madrid (ms.

León

ciliar

de

la

Catedral de León (n."

la

en

6).

Academia de

la

la

la

de Sahagún, en

id (n."

1872).

id (Vit.

I.

el

Biblioteca universitaria de

Biblia primera de

San

Isidro de

Historia (n." 20V Morales de san

Biblioteca nacional (n." 80). Fuero juzgo primero, en

de Beato, primeros, en

XI

Sentencia de san Isidoro, en

mencionado. Biblia primera complutense, en

n." 31)- Biblia

(n." 2). Biblia de la Cogolla,

Gregorio, en

estos:

el

id. (n."

10064).

Con-

Conciliar de Carrión, en Id (n.° 10041). Comentarios 4).

Comentarios de Beato, de Távara, en

el

Archivo

histórico nacional (V. 36, n." 257). (2)

Acad. de

la Historia:

ms. de

la

Cogolla n.°6o.

132

— Museo

británico: ms. n.° 30853.


LEÓN se registran allá

con trccLicncia

No

adscritos perpetuaiiieiite al sucio. «in

montes» o «térra de

t'oris

de esclavos, siervos y familias

listas

las

asi

en

las \ertientes

como

loris»,

decían

internas del país,

o sea en

íi),

banda

la

septentrional del Duero, donde se rc\ela desde un principio cierto estado

nuevo y

social

diferente, bajo la tutela del Soberano,

que

un domi-

ejercía

nio patriarcal y absorbente en todos los órdenes. El dualismo antiguo de

señores y siervos se transforma en Estado llano, con simple vasallaje, bajo la

forma de prestaciones y tributos. En torno del

en León, aparecen

rey,

obispos, abades y clero, individuos arabizados, «pueros», o sea «mallatos»,

y otras gentes oscuras, que vendrían a constituir una alta servidumbre

musulmán,

o clientela de tipo

reclutada, en parte acaso, entre mozárabes

cortesanos, sin que figuren hasta cerca de tinos, o sea la

refugiados, y consta

aconsejándole, en la

la

mitad del siglo

X

condes pala-

En cambio, no faltaban allí señores árabes de uno, Omeya, hijo de Ishac, que asistía a Ramiro II,

nobleza goda.

de Simancas

la batalla

(2).

Cuando

salían los pueblos de

potestad real por donación, sus gentes no rendían al nuevo señor sino

prestaciones personales, de tiempo en tiempo y reglamentadas tierras

moro sias

trasmitían

se

(4).

hombres de

sin

Desde luego

las familias

salvo

servicio,

de criazón,

cual

tal

y

(3),

esclavo

los siervos adscritos a igle-

y monasterios no aparecen nunca, y esto desde un principio, en

cuanto

los

documentos alcanzan,

sin

respecto de otro estado previo. Así,

y Alfonso

el

Magno

el

que país

se

perciban rastros de evolución

nuevamente poblado bajo Ordoño

resulta con características sociales

también nuevas.

Sus bases orgánicas traslúcense mediante referencias documentales; tierras

abandonadas por sus antiguos dueños,

árabe, fueron apreendidas por dichos reyes,

(i)

Privilegio de

Ordoño

a

I

la

(Esp. sag.,

el

8 y 166.

t.

XXXIV,

— Tumbo

p. 431).

como

f.

las

de

la

invasión

cosa propia,

al

parecer,

el siglo

Catedral de Oviedo (Esp. sagr.

,

t.

XXXVII,

el

III,

p. 323),

de 875

Celanova,

397, etc., etc.

(2)

Dozy:

(3)

Sobre este punto quizá no haya documento más antiguo y circunstanciado que

3.'

edición, págs.

fuero de Cirueña, de 972: Bol. de la (4)

como

en

1.

Legionense,

Recherches;

allá

Archivo histórico. — Carta de Alfonso — Cartulario de Samos, n." — Becerro de

cuyo original apareció ha poco en

fs.

las

Por ejemplo, en

el cart.

Acad. de

de Sahagún, n."

precio, entre animales, caso explicable

167 y xxix.

si

133

37.S.

la

Hist.,

t.

XXl.X,

p.

34?.

El doc. 397 consigna «.uno serbo»,

eran nobles asturianos los otorgantes.


LEÓN V

empleando en

como

de su ser\idLinibre

ello el trabajo

Ellos conser\aron,

(i).

bienes patrimoniales, una parte de dichas tierras, que trasmitieron a

sus hijos

administradas a veces por hombres arabizados

(2),

y otras

(3),

fueron cedidas a personajes, catedrales y monasterios. Además. Alfonso Maf^no, va ejercitado en repoblar

padre

(4),

comarca de Orense por encargo de su

la

promulgó un edicto de repoblación, hacia

dando aquel suelo vastísimo y

año 876

el

repartido en suertes

fértil,

biin-

(5),

a quienes

(()),

acudiesen a roturarlo y colonizarlo, y ello con propiedad absoluta, salvo tributación real

Aun

(7).

se

alude más concretamente

«Señera ad Turrem de Sea. Maria Alva qu¡

(1)

desqualido de gente barbárica

illut

adprehendimus»: habla Alfonso bajo

el n.° IV).

— «Quinionein

manu

nostrum proprium de presura

dominissimi Adefonsi de populatione ordinationis eius

Ramiro

II,

en Q18 (tumbo Leg.,

iuniores que

serán aquellos afectos

al

dominio

(2)

Véase

(3)

«Fuit

tenuit

el

real

200),

f.

Los

pueris nostris

bone niemorie

patris nostri

de Mora»; habla

in Valle

tales colonos, servidores o libertos del rey,

solían excluirse en las donaciones territoriales,

(Vignau: cart. de Eslonza,

texto primero de

p.

9).

fuit

et

maiordomus regina domna Tarasia

eius in multisque locis»; 994

(tumbo Leg.,

f.

«Pelagius cognomento Zuleiman» era «fratcr», o sea monje, y obtuvo de

Teresa

illa

testar,

o sea donar, cierto santuario rupestre en 990

270

f.

(5)

Esta fecha se induce únicamente de cierta «presura» realizada

XVII,

p.

habuimus

(tumbo Leg.,

Lste

doña

f.

f.

i5o

tercio ante

204).

v.).

f.

i58).

— «Et

— «Sulco antiquo

448).

f.

«lulianus (presbiter) exivi ad térras populandas per heditum regis donni Adefonsi

(7)

principis et

comitum Savaricum, prendidi

Camba

nuscrito

(tumbo Leg.,

«anno

de sorte antiqua»: 934 (bec. Sahag.,

ea (térra, villa) de sueco antiquo»: 928 y 930 (id.,

dividente termino»: 939

flubios

quam habuimus

v.).

la r'úna

244.

disfecta de Pulburaria», y esta batalla se dio en 878

«Hereditate...

345

et

v.).

España sagrada;

(6)

la

(id.,

(4)

t.

quedando

nota anterior.

la

homo nomine Zuleiman

omnem mandationem

cum

domno

Alkamin...

copiado por Escalona,

120;

est

ct

— «Villa

propria f.

la

ordenamiento para

v.).

434

f.

en 909 (bec. Sahagun,

III,

al

de presura de avio nostro

fuit

Hordonio»: habla Garsea, príncipe, en 909 (tumbo Leg.,

secundum nos

el

1

et

195 B,

Vive f.

74).

et

nominis

villa

villa

luliani

— Habla Alfonso

de exqualido relicta ab antiquo secus

in territorio Pin^ie»: 912 (Arch. Hist.,

IV en 931, confirmando

al

ma-

monasterio de Cárdena

posesión de Villafrida: «sicuti et obtinuistis de populatione primeva in diebus principum

priorum nostrorum avorum

quod habuerit

in

et

parentorum»

(bec. Card.,

tempere tune adprehensione

in

ipsum locum Riuvosicco testamentum»

134

63

Rivosicco

ea sibi vindicavit ab integro. Postea vero discurrente era rex fecit de

f.

etc.:

v.).

cum

— «Memoria

illi

fuit

eo

alios plures et post illud

DCCCCVllII

...

934 (tumbo Leg.,

domno f.

Garseani

387). — Dona-


LEÓN repoblar

ciudad de

la

dado por

Le(')n,

mejor en

recta suya revélase

mismo

el

rey

parte central de los nuevos dominios, pues

la

extremas hubieron de intervenir condes, se^ún

en

las

y,

efectivamente, consta de uno, llamado Sabarico, en

próxima

que

Bierzo,

al

La repoblación a

fundar

mantuvo

se

se hizo

Esta acción di-

(ij.

antiguo régimen;

el

adscrita a Astorga (2).

unas veces por individuos sueltos, que acudían

tarde o temprano transformadas en pueblos

vilas,

gallega

regi(')n

la

mas

(3);

lo

general debi(3 de ser agruparse varias familias, «sortitores» o «sodales»,

que permanecían asociadas y con no

era corriente

S(')lo

proindivisi(')n entre C(jherederos (5),

la

o protiliac¡(')n de personas extrañas, que entraban

la ad(jpci(')n

ciún de un

sistema de

Flste

(4).

la

sucio resulta generalizadísimo, puesto que en las testamen-

indivisii')n del

tarías,

comunes

tierras

campo

«sicut illud de scalido prendidit»: 912 (id.,

f.

394).

como

— «Terra

sino

copar-

que

fuit

presura de nostros parentes que est in loco Rivosicco que vocitant Bobatella»; 941 (bec. Saha-

gún, et

f.

85

V.).

— «Habuimus ipsum

bustum de presura de guardiatores

Froila et Latccio,

presserunt cas abios nostros de iscallido in tempore antiquo... de nostros antecessores

bustum ganaverunt»: 938

qui ipsum

eremum prehendere 955 (bec. Card.,

11 v.).

f.

(id.,

— «Nostram

202

f.

vel scadare aut scalidare

domno Adefonso

nosiro

num

Alfonso (1)

III

«Prcsit

Vimara cum suos

filios

aqua

lavoraverunt presea

et

(2)

Véase

(3)

«Villa

la

nota

(tumbo Leg. 6."

de

la

(4)

(tumbo

Sodales:

ona, Hist. de (5)

f.

Leg.,

í.

el

7).

Aquí aparece

istirpe

antiquo ante qualibet pre-

illa

et

tactos suos

molinos

disfecta de Pulburaria possidentes

204).

qui

et

parentorum mcorum

ct

contcsso populavi a populacione in

territorio

Palencie ripa rivulo

322).

doc.

Véanse especialmente

hermanos, contenidas en

impera-

página anterior.

bec. Sahag.,

Sahagún,

tilio

concilio et posuerunt termi-

aduxerunt aqua

et

mea quam ego Manni Oveccoz

prima quam abui de avorum ICarrione»: 977

,

nostros

el

Vernesga ad populalionem de Legione ad

in

abuit iuri quieto in facicm universi anno tercio ante per annos multos»: 915

locum

otros reyes leoneses.

editum principi bone memorie domnissimi Adefonsi de sura signa vel decora,

ibi

Kslonza; supl. P. n."

(cart.

como después

con dictado de emperador,

in

tenucrunt iure quieto

et

Gum domno Gundisalbo

princebs, et adgregati lucrunt

hubi vocitant Canalelia»: gbo

in illo loco

«Que parentibus meis

vindigaverunt

et

posucrunt términos

sicut antiqui dereliquerunt, ct

hereditatcm... ubi habuerunt nostros abios

parentes vustos que prendiderunt de escalido

tori

v.).

potuerunt sicut antiqua gens dereliquerunt»:

f.

212

V.

— Parce ra:

Id.,

f.

4.S v.

— Sortitores:

Ksca-

XCIII. las

particiones testamentarias entre san

becerro de Celanova,

-

.35

f.

-

ibó.

Rosendo y sus


LEÓN tícipes o sea

«heredes» con iguales derechüs

alcanzaba a

las salinas,

la

además,

molinos, hornos, pesquerías,

disponían libremente de

cuente

(i);

proindivisión

la

Los condueños

etc.

suyo, pudiendo venderlo, y de hecho es fre-

lo

reabsorción por individuos ricos o monasterios, que iban poco a

poco adquiriendo raciones de suelo hasta poseer su totalidad. Las susodichas colectividades, fundidas con

común

transcurso del tiempo bajo

el

balanario

frente a los llamados «iuniores», suje-

(3),

y tributo personal, por su calidad de antiguos libertos

Además,

del rey.

de hombres libres llamados de

las categorías

y de benefactoría

(2)

tos a prestación

ellas

constituyeron organismos locales, dotados de cierta

tacultad gubernativa,

como

asuntos judiciales

(4)

y algunos ejemplos de acuerdos en

cesión de fincas,

bien ellos corresponden a territorio castellano

Véase,

(i)

Sr.

razón

de «heredes», que responde a su calidad de propietarios del suelo,

fueron origen probable de

el

la

si

como

acreditan

ejemplo, una carta del becerro de Sahagún,

Tumbo

Legionense,

402

f.

eran de valanario o propias de un

tal

v.,

donde

se

común

224

la «villa

sobre

(5).

extractada por

v.,

bajo

consigna un pleito sobre

Argemiro y su esposa Auria; año

Sentencia contra los habitantes de

(3)

.

mon. de Sahagún,

Vignau, en su índice de los doc. del (2)

independencia de su acción en

la

el n."

si

6o5.

ciertas tierras

941.

sancti Laurenti in Valle Ibdonia»,

cerca de Astorga, «que fuit hereditas sánete Marie (Astoricensis) et aliquibus temporibus

intumuerunt omnes havitantes

in ea

servitium ad supradictum locum

terre ipsius havitatores, asserentes

Pleito sobre

quorum

parentes et avi solitum habuerant exercere

e.xterminarunt se inde, sicut mei averant eos infanzones

et

quod

erat benefactoría»: 1046. (B. N., ms. 712,

unos solares eran de benefactoría o «in préstamo»: 1064 (tumbo Leg.,

si

Becerro de San Martín de Castañeda (B. N., ms. 18382,

(4)

sobre propiedad de esta vila y de su pesquería en rio y

f.

Ranosindo con sus gasalianes: año

el

f.

41): Pleito

como

f.

331).

de Calende,

lago de Sanabria, entre dicho monaste-

927. Celebróse en la iglesia de san

Spino, territorio Sampire (Bierzo), actuando

88.)

Pedro de

villa

jueces «Gutier Fernández, Froyla Veni-

gonta, Dauti, Maurelle, Kldcmiro, Lilla, Trasarico, Trabessa, Absalon vel aliorum iudi-

cum», y recibiendo

«Ego

(5)

Valdeo

et

las fianzas el

Filauria,

sayón Anagillo, sin presidencia

parentes nostros»; 932 (bec. Sahag., et

más

omni collado de Melgare una cum domino Rexindo damus

sancti lohannis et ad abbatc lubla

maiores

ni

trámites.

Teoda, Adica, Gundisalvo, Taione, Isciame, Gomiz, item Adica,

minores iubenes

et

uno prato ad f.

95).

F'onte Auria... pro

— «Nos totos

omnes

in

sancta basílica

animas nostras

concilio pleno de

senes nostras spontaneas volumptales

sic

tibí

domino

nuastí nos de

illo

labore de íUos castellos per sécula seculorum»: 972 (bec. Cárdena,

136

illa

de

donamus atque

roboramus ad

nostro comité García Ferdínandiz

et

Agusyn

defesa pro eo quod ingef.

3).


LEÓN efect¡\

Castilla,

amento, bajo aspcctu análogo

al

de

la

propia-

tierra

una organizaciini más compleja y perfeccionada. Las iniciativas no partían allá exclusivamente del rey sino de los condes,

mente leonesa,

desaiToll<')

soberanos de hecho y aun ccm cierto derecho, puesto que Alfonso debió

la

corona

al

conde Rodrigo; pero

esta

misma

el

Magno

insubsistencia legal de

títulos para declararse independientes y usurpar las prerrogativas reales

dio a Castilla, a

como

a

Navarra y Aragón, cierto cariz democrático, debido

que sus condes sólo a fuerza de prestigio personal afirmaron una supre-

macía notoriamente

que

impusieron

se

eficaz y laudable. Ello explica, tal vez, la fuerza

con

instituciones populares, con ventaja sobre las teo-

allí

de regalismo absoluto. Por otra parte,

inseguridad de fronteras y ser paso obligado de tropas enemigas hacia León, ya que el Duero cortaba rías

desde mediodía

el

merced

privilegio,

llos, lo

a franquicias y exenciones tributarias, en favor de

y ocupando ciudades

los labriegos o villanos,

consecuencia natural de

la

y casti-

al país.

elemento militar

castellanas.

No hay

condado

se revela

V

tal

vez

castillos ni

(i), es decir, al

mucho menos,

grandes propietarios,

y,

el

Monje, señalándole términos «sine rosso el

hecho de consignarse

diversa de lo demás,

(2)

Leg.,

f.

11, y,

397).

no

el

existir

el

le

al

ñn

hacen

sin

al

et

(2).

monasterio de Abellar en 929

homicidio

tumbo Lesiónense

del

El ambiente

et fossataria

(f.

452

v.),

con

vobis letra

muy

sospechoso de falsedad.

testamento de Hermenegildus Felici, diácono, en 936 (tumbo

— Documentación de doña Salomona

— 18

el rey,

su original tampoco, sino copia suelta en letra del

sobre todo, su redacción

Por ejemplo:

las capitales:

cuando puede sondearse algún encumbra-

Aparece como excepción un privilegio concedido

concedimus»; pero

siglo XI

él

hereditario; no se destacan señores

miento, su origen está en simples mercedes del rey

(i)

y con

generalizarse las teorías

más ciudades muradas que

en forma de mera tenencia o vicariato por

carácter permanente, y

por Alfonso

falta,

con carácter de exenciones tributarias, que no hacen su apari-

ción antes de Alfonso

ni

por en-

confianza que inspiraba su frontera del Duero,

sin puentes, de seguro, e invadeable. El

el

muy

contrario, en tierra leonesa no parece acusarse nada semejante,

el

los fueros

un

fortificadas

guerra, considerado

la

que dio su fisonomía y destinos singulares

Por

una situación de

acceso, obligó a fomentar en Castilla

orden especial de gentes aptas para

cima de

la

137

(Id.,

f.

277 y

sigs.).


LEÓN mezquino, aunque

rústico y

sensible es de vulgaridad general,

sin

las

depravaciones y grosería de Galicia. Todo es plebe, de la que solamente el clero y monasterios se destacan, sin salir de cierta vulgaridad tampoco,

moral y

que manejaban; pero quizá con buen

los libros

según acreditan

espíritu

que legitimaría su ascendiente.

religioso,

De administración

poco se trasluce. Probablemente

local

las

colec-

tividades vecinales, llamadas «collaciones» con frecuencia (i) y reunidas en «concilio», se regirían con igual sencillez país

mismo; y aun

las

como

viudas gozaban,

los

concejos de hoy en

hoy, de todo derecho

sayón, encargado de

oficial era el

único funcionario

que

las

actuaban

exacciones legales;

y

mismos, en número ilimitado, reuniéndose en

ellos

El

(2).

fuerza representativa estaba en los vecinos honrados, «homines bonos»

la

(3);

la iglesia,

ejercían autoridad, refrendaban escrituras y ventilaban sus pleitos

allí

conforme a

gótica

la ley

más sanción

sin

(4),

que sepamos. En Astorga

ulterior ni

aun apelación,

obispo presidía los juicios; en León, ya se

el

constituía en tribunal el rey con su corte de obispos y magnates;

juzgaba

el

obispo

(5),

reina

alvacil,

vez, y

tal

mujeres, presidía

la

nota

de

6.'

localidades de realengo, probable-

como en

los concejos; así

Recuérdese

(i)

alcalde

ya

Sólo en casos especiales actuaba un juez del rey, o sea un

(7).

en

mayordomo o un «préside», (6). Cuando el litigio era entre

ya un

esto en causas criminales la

el

la

pág. 136,

donde

se alude a la «coUacio

de Melgare»,

que seguramente era de laicos, puesto que, años después, Filauria e Isciame, dos de sus

tumbo Legionense

individuos, resultan casados. El

cione sancti loannis in Vega», f.

146),

año

(f.

212)

menciona «homines de

colla-

938; y en diploma de Astorga, sin fecha (B. N., ms. 9194,

confirman varios hombres «in coUacione sancti Petri».

(2)

«Goda

et

Senda mulicres viduas ut habeant foro secundum habuerunt parentela

eorum»: año 966 (tumbo Leg., (3)

f.

«Homines bonos qui

(tumbo Leg., (bec. Sahag.,

f.

f.

292

212

v.).

v.);

373).

ibi

presentes fuerunt»

«Homines bonos»:

«rogaverunt», 998

(Id.,

«Concilio» en Astorga, sobre pleito ante

benenatorum hominum»: 1026 (4)

Vignau: obra

(5)

Vignau:

id.;

(6)

Tumbo

Leg.,

(7)

Id.;

f.

cit.,

núm.

302 V.,

fs.

(Id.,

f.

el

otorgamiento de una escritura, 987

«in concilio de Palaciolo et de Ceia», 1003 184);

«rogant», 1027 (tumbo Leg.,

obispo, magnates de palacio «et

277).

núms. 614 y

826.

Tumbo

Leg.,

f.

i85, etc., etc.

586.

463 y 394, datos

año

f.

al

ambos correspondientes

1057.

-

138-

a 1039.

f.

302).—

multorum

fili


LEÓN mente, ejercía rio.

el

conde

De «maiorino», en

o,

en representación suya, un

tierra

mayordomo

leonesa, no recuerdo sino citas

o vica-

muy

tar-

días (i).

El

hecho histórico

poner de

relieve,

Colonizada

Amaya,

la

podrá

vez formularse bajo

111 se

góticos. El procedimiento la

siguiente generalización:

aprovechó de sus victorias sobre

los

Duero, con Zamora y

ses para extender la repoblación hasta el

a gentes de

la

vertiente meridional cantábrica, con el Bierzo, Astorga, León,

Alfonso

etc.,

tal

social, que todas estas series de datos vienen a

adoptado para

ello

hubo de

zona musulmana fronteriza y amparar a

cordobe-

los

Campos

consistir en atraer los fugitivos

anda-

medio musulmán y obligaexpatriarse. Estas gentes, que se reco-

luces, especialmente monjes, inadaptables al

dos, ante las revueltas del país, a

nocían a

mismas como romanas, no godas, según

de «romíes», hiciéronse valer de

tal

modo que

sus

el

concepto árabe

nombres

brillan en la

corte de León, en los palacios episcopales y en la administración del reino

durante todo

el siglo

X; ellos aportaron elementos meridionales de todo

género y signos de cultura, cuales son

encima,

flota algo

los arriba

más profundo y humano, más

enunciados; mas, por decisivo

tal

porvenir nacional, y es un sentido democrático, aprendido en

con musulmanes y en

la

común

el

vecindad

desgracia de los sometidos españoles.

Cuánto pudiese haber de acción modificativa en la

la

vez en

ese pueblo, respecto de

base asturiana o sea goda, quizá se refleje a través de los ordena-

mientos famosos de León y Coyanca; pero realmente es factor imposible de aislar hoy día. En cambio, la parte pasiva, el lastre echado por el vulgo de arabizados leoneses, labriegos trabajados por

la

adversidad y esclavos

del suelo, perdura verosímilmente en el tipo castellano, prosaico, tranquilo, contento con mirar crecer sus mieses en la llanura feraz; pasando

con nabos y centeno, criados a duras penas entre

los

canchales de

la

zona

pobre: serán aquellos villanos, cuyos orígenes no sin sagacidad trató de inquirir

el

benedictino Sarmiento

Ellos mantuviéronse ajenos al

(2).

pulso conquistador de los montañeses, y

(i)

Año

(2)

Valladares:

1042: cart. de Morerucla, n."

i.

— Año

Semanario erudito; tomo

quedaron acorralados

así

139

im-

tras

de

1045: cart. de Eslonza; supl., n.° 10.

V.


LEÓN las colonias militares

zadas contra

la

que progresivamente

morisma, en

los

se iban

bordes de

la

fundando, como avan-

meseta castellana, y donde

floreció nuestra casta de hidalgos inquietos, holgazanes

La vida de

monasterios leoneses nos

los

conocida con cierta

es

Los reyes solían favorecerlos, cediéndoles

precisión.

jurisdicción sobre sus habitantes; pero

de ellos revélase

muy

aparición y fusión de

la

y soñadores.

iglesias v vilas

con

munificencia particular a favor

parca en un principio, determinando esto

muchas fundaciones. Sahagún, cuyo gran

la

des-

cartulario

poseemos, no recibió de particulares sino unas ocho donaciones desde su fundación hasta 960,

al

paso que alcanzan a 36 en

los veinte

y cinco años

sucesivos, y asi progresivamente. Hágase cuenta de que las adquisiciones

monásticas reflejan más bien días de miseria y calamidades, a cuvo remedio

acudían así,

los

monjes, recibiendo en compensación fincas de

por ejemplo,

llamaba

(1),

el

año gSo, que fué de hambre, o año pésimo, como

cesión casi todas; y

como

esto

número de

el

mismo

X

cuando

éste sería

fincas adquiridas, a título de

da respecto del 965. no sólo en

se

dicho libro de Cárdena, sino, además, en

siglo

el

de Sahagún, es dable inferir

mal año. Sin embargo,

la

primera mitad de aquel

fué para los monasterios leoneses su período el

se le

tradúcese en los becerros castellanos de Cárdena y Valpuesta

por un auge extraordinario en

que también

los favorecidos;

entusiasmo de

manos y esfuerzo

iglesias,

taciones personales, a que

los

monjes

les

arte,

llevaba a labrar con sus propias

alardeando de no oprimir el

más fecundo en

al

pueblo con pres-

derecho jurisdiccional autorizaba.

Estas iglesias son las estudiadas a continuación, donde lo andaluz de su arquitectura se justifica por un ambiente mozárabe,

comprobado en su

origen respecto de varias comunidades, y formando grupo bien

géneo, original y de valor extraordinario, dentro de cristiano. Ellas aparecían antes

como

la

homo-

evolución del arte

algo exótico y accidental dentro del

ambiente leonés; mas ahora, una vez reconocida

la

integridad de manifes-

taciones meridionales y arabizadas que hicieron irrupción en aquel suelo,

dicha arquitectura resulta expresión monumental adecuada y aun típica de nuestra España cristiana en

(i)

Bulletin hispanique;

t.

el

siglo X.

Vil, p. 335.

140


SAN MIGUEL DE ESCALADA

l.a

historia de

cripción

latina,

consigna exclusivamente en una ins-

este edificio se

publicada por Risco

testimonios anteriores

(2),

pero nadie

(i),

más

y de cuya existencia poseemos la

copió y ha desaparecido. Ella

honor del arcángel Miguel

dice (3) que: «Este local, de antiguo dedicado en

y erigido en pequeño edificio, tras de caer en ruinas, permaneció largo

tiempo derrotado, hasta que ros de

Córdoba su

el

abad Alfonso, viniendo con sus compañe-

patria, levantó la

arruinada casa en tiempo del poderoso

y serenísimo príncipe Alfonso. Creciendo

número de monjes,

el

erigióse

de nuevo este hermoso templo con admirable obra, ampliado por todas partes desde sus cimientos.

estas obras en doce meses,

Fueron concluidas

no por imposici()n autoritaria

oprimiendo

ni

al

pueblo, sino por

lancia insistente del abad Alfonso y de los frades,

grado este templo por

(i)

el

España sagrada;

obispo Jenadio a doce de

t.

XXXV,

p. 311.

vigi-

cuando ya empuñaba

Mumadona, en

cetro del reino García con la reina

la

la

era g5i, y fué consa-

las

calendas de diciem-

Copiada varias veces, por ejemplo en

Inscripliones llispaniae christianae, por Hübncr, bajo

el

número

(3)

Boletín de

la

Academia de

la

Historia;

t.

XXXII,

p. 369.

«Hic locus antiquitus Michaelis archangeli honore dicatus, brcvi opere instructus, post ruinis abolitus, diu mansit dirulus,

doncc Adcfonsus abba edis

ruinam

crexit

cum

sociis

advcniens a Corduvensi patria

sub valentc seren(issim)o Adefonso principe.

Monachorum numero

crcsccntc

demum

hoc tcmplum dccorum

miro opere a fundamine exundique amplilicatum

Non

erigitur.

iussu imperiali ve) oppresione vulgi

sed abbatis Adefonsi et fratrum instante vigilantia

duodenis mensibus peracta sunt haec opera,

Mumadomna cum DCCCCLI

Garsea sceptra regni paragens

Era

regina

Sacratumque templum ab episcopum lennadium Xii

141

kal.

las

469, con algunas

incorrecciones. (2)

el

decembrium.»


LEÓN bre». La fecha corresponde a 20 de noviembre de 913,

y no vuelve a

saberse otra cosa hasta 1040, año en que un nuevo epígrafe

exención jurisdiccional del monasterio,

parecer.

al

fundación mozárabe de tiempo de Alfonso ses,

IIl

conmemora

Tenemos, pues, una

y con monjes cordobe-

perfectamente documentada.

La iglesia románicas del

lleva caracteres de tal,

siglo XII;

cisa, el edificio suscita

hemos de tuario

irlos

donde primero

aprovechadas

que perseveran hasta en añadiduras

además, aunque su fecha de consagración

problemas

e

incertidumbres,

salvando. Por de pronto,

sueltos; acaso varias (i).

se instalaron los

columnas de

En cuanto

si

baja, y su planta

de ordinario, y

algo queda del pequeño san-

tipo asturiano

que en

la iglesia

la

actual fueron

no puede dudarse que

no deja comprobar modificación; pero en

eran recogidos por aquellos contornos, y

que están labrados arcos de gracilidad

típica;

la

la

arte

de Boñar, con

la

un escultor habilísimo

entalló con gran arte, y se asentaron capiteles de

expresamente y en perfecta armonía con

como

la

los materiales

y no hay de

sillares,

sino algunas molduras. Luego, se trajo caliza fina,

parte

su grosería;

les caracteriza

de obra se escatimaba, cortando grandes

la

curso de

el

obra manifiéstase con toda claridad un cambio. Al principio,

mano

es pre-

cordobeses, han de ser materiales

buque de

al

como

todo surgió de una vez: sus muros guardan absoluta unidad en

la

la

mármol

la

blanco, hechos

obra de piedra;

de

las aras

consagración datan de entonces, y todo hace creer que ello fué realizado

en 913. Por comprobación se impone

el

cotejo de otros relieves, copia

verosímil de los de Escalada, en Boñar, que corresponden a 920; además, nuestra iglesia existía ya, de seguro, hacia 940, cuando pórtico,

que nada de común

tiene, en

cuanto a

arte,

le

fué añadido

un

demás

del

con

lo

y cuya data se comprueba mediante analogías evidentes respecto de Peñalba y Celanova, según veremos.

edificio,

El edificio existe en un rellano, por encima del

Rueda

f 1)

del Almirante,

Además, en

el

dominando

museo de León

la

camino que va

amplia vega del Esla, de cara

se conserva,

como

a

al sol

procedente de esta localidad, un

trozo de piedra arenisca recortado, con labor geométrica a biseles, de aspecto godo, y esta inscripción, cuyo tipo de letra ble para mí:

LCPA

*

puede

RN «SUO.

referirse al siglo Vil, clara y completa,

Quizá

es

mas

ininteligi-

fragmento de arquillos decorativos para ventana.

142


ESCALADA y dispuesto a media ladera de un pelado cerro, que antes llevó encinas, destacado en

el

borde de

romana Lancia

(i).

ni

aun

que

el

muro

fotografías antiguas acusan (2); a la espalda, contra

septentrional de

monte, arrastradas por

iglesia,

la

van aglomerándose

y una soledad absoluta

la lluvia,

ruina para

se traduciría en

edificio

el

el

si

pocos años atrás con una obra de consolidación el

arquitecto D. Juan B. l>á/.aro

Es

difícil

explicar hoy

no hay agua

allí

las la

arcillas del

envuelve, que

Estado no hubiese acudido

muy

laudable, dirigida por

(3).

elección de aquel sitio para monasterio,

la

no fué exclusivamente apego pues

surgió

Del claustro y viviendas monásticas no quedan ya

la

los tapiales

misma meseta en cuya punta meridional

la

al

santuario de san Miguel que

le

si

precedió,

Respecto de sus fundadores, nótese que

siquiera.

andaluz era también, y Alfonso de nombre,

el

abad primero de Sahagún,

citado en escrituras de 904 y 916, sin que pueda asegurarse por ningún indicio tratarse de

una misma persona,

monjes de San Miguel y vindo

llamó

se

nombre

Por

(i)

serlo,

El

table para coches desde

Ha

abad de San Miguel. Esta casa

el

llegando a ser

III,

de

ir

allá

que

irse,

si

se aparta

de

la

carretera, al pie de la meseta de Lancia,

mano

izquierda, por otra carretera que bordea

tancia desde León, por

el

Principalmente

hoy

allí

paso del

río,

lo cruza;

camino más la

el

durante

el

además, hay

un

día,

guardián de Escalada, no hay aloja-

llegar hasta Gradcfes o hasta Mansilla.

corto,

el

la orilla iz-

bien con servicio bastante irregular. La excursión ha de hacerse durante

miento alguno, y para obtenerlo habría que

ro

l'^scalada. El

aunque molesto por una presa de molino que

porque en Valdabasta, barrio próximo donde vive

(2)

y de patronazgo

cedieron en ii55

pues, a caballo, o bien seguir adelante en coche hasta pasado

puente de Mansilla, y luego, a

barca,

la

desde León ofrece algunas dificultades, por no ser transi-

quierda del Esla, hasta llegar a Villamondrín, frente a estiaje, es fácil

muy rica

D.^ Sancha y su hermano Alfonso VI

camino para

Villasabariego.

llevaba en 940

Ramiro

parece fué dotada por real.

de Sahagún; y aun hay más, puesto que Reces-

segundo abad de Sahagún, cuyas memorias alcanzan

el

hasta 947, e igual

los

aparecen relaciones entre los

ni

La dis-

no baja de 30 kilómetros.

de Laurent, que va reproducida en

la

adjunta lámina

núme-

XXXIX. (3)

Este

mismo señor

publicó un estudio del

y amplitud de las obras realizadas por

él

monumento,

pués en casos similares desgraciadamente. Se insertó en

pañola de Excursiones, tomo XI

especificando la tendencia

en 1895, modelo en su género y no imitadas desel

Boletín de

(1903), págs. 8, 36, 69 y 74,

143

la

Sociedad es-

quedando

sin terminar.


LEÓN a la abadía francesa de

San Rufo, transformándose en priorato de canónigos

regulares, con rápida y progresiva decadencia, hasta acabar en parroquia

Fig. 57. San Miguel de Escalada: planta

rural pobrísima. Al P. Fita se debe

la

reconstitución histórica de Escalada

con abundancia de documentos inéditos

(i)

Boletín de

la

Academia de

la

(i).

Historia, tomos XXXI

144

y

XXXll.


ESCALADA

con

Su iglesia

(Fi^s. Sy a

tres ábsides

y crucero;

5();

láms.

mas

XXXIX no

éste

se

XLVII)

a

acusa

basílica

desde donde

al exterior,

naves aparecen corridas

las

.

una

(i) es

de largo a largo, quedando circunscrito por dentro a una

simple discontinuidad en

la

organización de arquerías y a unos atajos en las naves pero

si

respecto de

estructura del

ediíici(j ello

laterales; la

representa poco, en cambio el tal

.

¡^v^ ^v^l

iH,

^fc.,^^.

l

crucero limita perfecta-

^^ f

mente

^

presbiterio, con otro atajo, a

a

,.,,^ ^^ I «

^ ^

-o

« •S

$^\

s^

destinada a

parte

la

mitad de altura, en

nave

la

mavor, a modo de iconosta-

formando

sis,

eos, delante

dido a

la

tres

galanos ar-

un madero, ten-

misma

altura que su

I

remate, y pretiles, de los que

rt

grandes trozos se conservan.

(i)

En

Monumentos

ar-

quitectónicos de España apacuatro láminas

recen ella,

en

referentes a

con planta, alzados y detalles gran

número,

dibujadas

por

D. Ricardo Velázquez, y son de las

más recomendables por su tud y buen arte de toda

En

última

la

lámina

exacti-

la

son

serie.

ajenos

de Escalada los capiteles números 6 y

en

las iglesias

le

el

del

n." 3,

ha fotografiado en grande,

si

— í9

que existen respectivamente

de Santa Cruz y San Lorenzo de Sahagún. Kl

ya no existe, que yo sepa, y

pues no se

g,

lámina

4.*,

pretil n.° 4

de

lámina

3.'

debe también tenerse en cuenta,

bien aparece en nuestra lámina

145

la

XLIV.


LEÓN Obsérvese que

parte restante de naves constituye un cuadrado perfecto.

la

muy

Los ábsides, dispuestos sobre planta de herradura parecen un retroceso hacia y de Marialba, que pasó a

mihrabes, y

es típico del

Pedret, bajo los

mismos

nesas difieren por

ir

el tipo

las

godo de

basílica de

la

desarrollada,

Cabeza

del Griego

mezquitas andaluzas y africanas para sus

grupo leonés mozárabe. Ya

influjos probablemente,

vimos

les

así

en

bien las capillas leo-

si

envueltas en un macizo cuadrangular, como

los

mihrabes y como otros ábsides ya reconocidos, en Melque, Santa María de Tarrasa, etc. No volviéndose a repetir ello en el período románico-morisco

— salvo

el

caso transicional de \'illarmún

argumento cronológico bien seguro para

Que todo

— resulta

lo

de estos ábsides un

mozárabe.

estaba preparado para no llevar bóvedas, excepto

el edificio

— de brazos del crucero son notoriamente modernas — pruébase por delgadez de muros, que no pasan de 56 centímetros, nave mayor y paramento del ábside alto de fabricados — excepto que resistieron central — con mampostería revestida y esquinas de en los ábsides

los

las

la

la

lo

sillares,

siglos

y

tribos,

siglos, gracias a su

aun en

los

riores, resultaron

buen mortero; mas como

puntos donde

desplomos, que comprometían gravemente su permanen-

varias clases, la que

el

En

la

mampostería entró piedra de

predominando una pudinga

suelo daba,

sera y piedra toba; ía cepa se las

obra carece de es-

se ejerce la presión de las arquerías inte-

cia antes de la reparación susodicha.

cuanto a

la

formó con pedruzcos

esquinas, jambas y

muy

pilares son de sillería de piedra

caliza al parecer, en gran aparejo,

que

rojiza gro-

corpulentos, y en

muy basta,

llega hasta 67 centímetros.

Los dos

pilares (Fig. 60) de base cruciforme, van despezados, hilada por hilada, en una o dos piezas, alcanzando algunas 97 centímetros de alto: pilares así, les

aunque

teníamos desde

muy

el siglo

raros antes de lo románico,

VIH

en

la

Córdoba. Piedras mayores aún hay en

gran Mezquita de las

jambas

de los

arcos, alternando a veces las enhiestas con otras tendidas, Fig. 60. Escalada:

que entran como tizones en

pilares del crucero.

de

la

obra. Las jambas

llevan incorporados fustes,

más

del

iglesia,

la

mampostería para trabazón

,,>,, del ábside

como en Melque y

^

i

>

-vtihx

principal (Lam. aLIII)

Asturias, destacando poco

semicilindro, procedimiento excepcional, aun respecto de esta

como

si al

principio no hubiesen pensado sus constructores en co-

146


ESCALADA

En

naves.

las

que sostienen

m¿\rm(')reas sueltas, cuales son las

lumnas

los

como

molduraje

se

la

como

edificios,

algo de

compone de amplísima

(Fig. 6i) se

grupo de

intradós, según

tal

en

costumbre

jamba y algo de IX.

edificios cordobeses del siglo

en

practici')

minúsculos, resultando anómala este

arquerías de

ábsides menores y brazus del crucero coronan las jambas

impostas molduradas, que vuelan sólo por el andaluza, abarcando además la misma pieza arquivolta,

las

lo

El

escota entre dos boceles

combinación, puesto que

godo y andaluz,

es el

lo

usual en

predominio de

nácela o semiescota casi absolutamente.

A

punto de voltearse

de trabajo en

el

arcos hubieron de mejorar

los

las

condiciones

acarreándose entonces piedra caliza compacta,

edificio,

que. por su gran finura, se prestaba, no sólo a tallar dovelajes con cisión debida, sino

constituyen

iglesia

además

decorativos, que en esta

más

nota

su

miembros

a esculpir

pre-

la

singular. Efectivamente, los arcos

XLV)

(Lám.

están despezados en

desiguales, pero angostas dovelas,

y

trasdosadas

ellas

con

y

juntas

sutilísimas; su curva es de herra-

dura, con amplitud que varía de

un

tercio

a

mitad del radio,

la

aproximadamente, sobre

el

semi-

círculo,

excepto los laterales del

crucero,

mucho menos

desarrolla-

I'ig.

6i. Escalada: impostas de arcos

dos, por atenerse su alto a la ra-

sante

de armaduras del cuerpo de

desde luego no se pensó en destacar

cuanto

despiezo

al

sería

necesario

incierto

próximas del radio

a

la

más

como

comprobando

crucero respecto de

el

bien su trazado, pues evidentemente plejo e

iglesia,

la

hacer plantillas el

las naves.

En

para determinar

sistema usual es casi tan

en Melque. Parece, sin

que

ello

embargo, que

las

comjuntas

clave son radiales v las sucesivas convergentes un tercio abajo.

primeros en hacerse,

el

arco de enmedio ofrece

En

los

ábsides laterales,

cuyos arcos serian

los

despiezo parece radial en absoluto (Lám. XLIV);

como

el

particularidad llevar descentrado por eleva-

ción su trasdós (Lám. XLIII), obedeciendo a influjo cordobés precisamen-

147


LEÓN te (i),

y los del iconostasis. llegan a un límite

gancia (Láms.

XLI

construcción se prepararon para los arcos simples

la

sus jambas, salvo en

las otras sueltas

les

ábside mavor, según va dicho;

el

más amplios

después, bajo un régimen de

jambas, o bien se

de gracilidad y ele-

y XLII).

Al principio de

impostas sobre

máximo

recursos, encapiteláronse las

adaptaron columnas tangentes, haciendo juego con

que separan

algún caso en Asturias

(2);

las naves.

De antas

o jambas con capitel hay

pero sobre todo abundan capiteles

así,

de base

rectangular y de estilo corintio bárbaro, en esta región del NO., proban-

do que

se les

usó desde antes de

la

invasión

musulmana

Precisamente

(3).

aquí en San Miguel se aprovecharon dos, recortándolos para acomodarlos al

arco de

la

nave

lateral derecha,

mientras se hacían otros nuevos análogos

de enfrente y para el iconostasis. Las columnas tangentes a jambas, pero llevando capiteles entregos, o sea tallados en un sillar que entra en el

para

el

muro, constituyen regla generalísima en Asturias antes

del período

muy digna

nico, y su repetición en Escalada es particularidad

romá-

de anotarse,

pues demuestra un influjo asturiano, que no vuelve a observarse en

demás

iglesias

causa, es

la

de esta serie. Otra particularidad, achacable a

ausencia de

cimacio

El

hay en Escalada, sobre

como simples

naves, pero

(i)

les

hecho

se repite

misma

sobre los capiteles, que, en relación con

arcos de herradura, constituye caso único, fuera del

Lourosa. Realmente

la

las

menos

significado de

columnas exentas de sus

tableros incorporados a los arcos

con mucha posterioridad, aplicado

al

(4).

arco semicircular, en

arquitectura lombardo-toscana, sin explicación conocida, que yo sepa. Acaso derive bién de lo español, puesto que

vemos

las

la iglesia

la

tam-

románica de San Pedro de Galligans, en

Gerona, con sus ventanajes y una puerta dispuestos de igual modo, o sea descentrado

el

trasdós de sus arquivoltas. (2)

San Salvador de

Priesca, en los arcos de sus capillas laterales. Las pilastras deco-

rativas de Santullano de los (3)

Prados son poco de

Les hay romanos en

Posteriores, en

Camarzana y

el

San Tirso de Oviedo,

Sta.

fiar, tal

como

se hallan

museo de Pontevedra y en e

de recortadas hoy.

Alija de los

Melones (León).

iconostasis de Lena, unos y otros aprovechados, y en

Marta de Tera (Zamora). Desde

el

siglo

X

en adelante quizá no haya

otros en estas comarcas. (4)

Para uno de

ellos,

sobre

la

primera columna del lado del Lvangelio hacia

aprovechóse un mármol con epitafio métrico pagano, sólo en escasa parte bien leída todavía (Bol.

Acad. H

ist

.;

t.

XXXI, 148

p. 514).

los pies,

visible, y ella

no


ESCALADA Los ábsides cúbrensc pues forman

bóveda de

cóncavos y delante un cuarto paño como de

tres cascos al¿;o

proyectando su semicírcuhj tras del arcu de entrada. Ya

aristas,

vimos en Melque

b(')\cdas cupuliformes, de tipo especial,

c<jii

bóveda baída con

la

aquí tenemos otro caso aná-

aristas;

más observaremos en

logo, a base de cúpula, y varios

grupo, constituyendo un verdadero sistema, C(m arraigo en

Como

gallonadas bizantinas y andaluzas. la

mismo

iglesias del las

cúpulas

ejemplar más antiguo recuérdese

constantinupolitana de S. Sergio y Baco

(i).

Los ábsides colaterales de

Escalada no pueden estudiarse en su estructura por hallarse revestidos, y

además si

les

desfiguran cornisas, probablemente modernas;

el

ábside central

tiene visible su aparejo de caliza fina, a hiladas horizontales

tas,

excepto

como en

las

el

casco anterior, volteado

bóvedas de

como

muy

angos-

arco; las aristas se acusan,

romanas, en piezas acodadas, que sirvieron

sillería

de guía seguramente para tramar

la

bóveda, y

ella

arranca sobre un anillo,

modo de friso, esculpido. Las ventanas son rectangulares y con derrame hacia adentro. Sobre la bóveda del ábside mayor, hasta la armadura

a

del tejado,

media un hueco, que

de las iglesias asturianas,

si

trae a la

memoria

los

aposentos o refugios

bien aquí no aparece ventana ni puerta que

le

corresponda. El ría

muro

de arenisca, limitado por dos

del siglo XII, y prosigue,

con esta

la torre,

paramento exterior de silleestribos, lo que se reconoce como obra un

del ábside principal lleva

que

es del

reforma toda

el

abarcando

colateral de hacia sur, hasta unirse

el

mismo tiempo (Lám. XL).

ala del tejado, hecha con

adentro, y obra, en su género, selecta (Fig. 62).

Salvóse, no obstante, en la

misma

caliza fina de

Compónese de modillones

en curva de nácela, formando lóbulos convexos, con sus respectivas tabicas y cobijas, y arrancando sobre listones.

(i)

una cornisita de dientes de

Este último tema es oriental

Sus diez y

seis cascos

Byzaniine churches

in

(2);

sierra entre dos

se le halla en

Córdoba rara

son alternativamente llanos y cóncavos (A. van Millingen:

Constantinople,

fig.

28).

Otras ciipulas bizantinas de gallo-

nes son frecuentes en iglesias del siglo X. ^2)

Como

cornisa, o sea volando sobre su listón de abajo, existe en los palacios sasa-

nidas de Sarvistán y Firuzabad, en tinas desde friso, tal

el

como

siglo

X

las

en adelante, en

en Escalada, se da en

la

ruinas de Raccay de el

palacio

torre de

musulmán

Rabatammán, en

argelino de Sedrata, etc.

San Apolinarc en Ravena

149

iglesias bizan-

(Ricci:

Como

Ravenna,


LEÓN vez

(i),

pero

mucho

en obras toledanas, hecho con ladrillos

más reducido, en

bable que se repitiese,

los ábsides laterales,

(2).

Es pro-

pues hay un

pequeño trozo bajo

el

te-

jado contiguo a

torre.

la

Tocante a

los

modillones son de estirpe cordobesa; les

allí

mos en

tene-

iguales

las partes

más primitiFig. Ó2. Escalada: alero del ábside principal

vas de

gran

la

Mezquita; siguieron imitándose a través del Califato y perseveran hasta el período morisco (3). En lo leonés caracterizan todo el grupo mozárabe, y luego se adaptaron a fig. 53),

en

la

lo

románico

(4).

cabecera de San Ambrosio y torre de San Sátiro en Milán (Cattaneo: obra ci-

tada, figs. 121 y 127), aquélla y éstas atribuidas al siglo IX, y en edificios posteriores

lom-

bardos y catalanes, por ejemplo San Pedro de Galligans. (i)

Guarniciones de arcos en

naves de

las

la

Gran Mezquita, correspondientes

a la

ampliación de Alháquem. (2)

A

partir del

año

1000,

Arte mudejar toledano); en irradiación castellana del (3)

mismo

Así son todos en

el

en

fachadas del Cristo de

morisco, hasta

el

la

Luz (Gómez-Moreno:

siglo

XIV, y en toda

susodicho la

edificio,

incluyendo restauraciones posteriores

Sar en Compostela,

etc.

El grupo francés, provenente de

abarca iglesias de Auvernia, Nevers, Perigeux, págs. 309 y 322).

Realmente

los

a la

misma Córdoba, por ejemplo San Miguel.

Ejemplos románicos: San Isidro y Santa María del Camino en León;

la colegiata del

la

arte.

conquista cristiana, y en iglesias de (4)

las

lo posterior

etc. (Viollet-le-Duc:

la

la

catedral y

misma

Diction naire...

cepa, t.

IV,

ejemplares de Galicia y Francia no se derivan del arte leonés

sino del árabe de Córdoba. La teoría de Viollet-le-Duc a este propósito es tan ingeniosa

como

insubsistente, pero

no conociendo nuestro

busca de explicación para una forma

artística sin

arte era legitimo apelar a la fantasía

en

como

la

precedentes europeos y tan bella

de los modillones de Clermont-Ferrand, a los que acompañan cobijas con platillos gallonados, igualmente cordobeses.

i5o


ESCALADA La nave central, de

encima de

pies a cabeza, levántase, por

cuanto fué necesario para dotarla de ventanaje a

laterales,

lo largo.

parte del edificio varia por estar fabricada con ladrillos y barro,

grosor de 45 centímetros a los muros largos; sillería,

como

las

co-

las

Esta

dando un

esquinas prosiguen de

mampuesto

abajo, y los hastiales siguen también de

hasta

su cima. Los ladrillos son rojos, durísimos y alabeados, por excesiva co-

chura, midiendo 30 centímetros de largo, por

de grueso. va,

y que,

Todo si

inclina a creer

que aun

mitad de ancho y hasta 6

la

esta parte del edificio es primiti-

se varió de material, fué para aliviar

de carga

las

arquerías

sobre que tales muros posan. El ventanaje consta de seis arquillos a cada lado, dispuestos sobre

macizos, aproxi-

los

I

^ ji\^^

T\

madamente: el último

^^f^t{

hace excepción, ca-

^"X'^.íO'U

vendosobresurespectivo arco del crucero;

mas

sólo es decorati-

vo y no se acusa por fuera.

Interiormente

son todos iguales, a

medio punto y abocinados; pero con de-

rrame que varía de Fig.

'13.

Escalada: modillones del alero, a los extremos de las naves

uno

a otro, alternati-

vamente, dejando su abertura exterior ya algo ancha ya angosta. Los arquillos de afuera están recortados en una sola piedra cada uno. Otras ventanas, grandes, rectangulares y provistas de celosías de piedra, hay en

Frisos de dientes de

sierra entre listones,

el

copete de los hastiales.

como

el

del ábside central,

pero hechos con ladrillos, según cuadra a su estructura, corren por estos hastiales, debajo de sus ventanas,

tejado, y llas

además

(Lám. XL). En

bajas,

encima, guarneciendo

a todo lo largo de los las

muros

las

pendientes del

laterales, sobre sus

esquinas, tanto de esta nave central

vuelan modillones de piedra, análogos a

los

de

la

ventani-

como

capilla

de

las

mavor,

pero dispuestos en línea recta y oblicuamente sus lóbulos, que además se

i5i


LEÓN adornan por

costados con rosetas varias (Fig. 63). Estos modillones

los

constituían los extremos de las alas del tejado, cuyos

demás elementos eran

de madera, según dos ejemplares de modillones descubiertos por

señor

el

Lázaro, iguales a los de piedra, pero algo cóncavos en su corte general y con florecillas de seis pétalos, todas iguales, talladas: su grueso es de siete

centímetros (Fig. 64).

Las

armaduras

de

las

modernas y malas, según

muy

el Sr.

bien, no pasa del siglo

con pinturas de ataurique y primitiva estuvo algo

naves bajas son recientes, y sustituyen a otras

más

Lázaro. La de

XIV los

la

nave central

se

conserva

y es obra morisca notable, embellecida

blasones de Castilla v León repetidos. La

baja, y su

punto era menor, según acreditan

los

hastiales.

Fig. 64. Escalada: modillón de madera, procedente de la nave principal

De puertas, una, con doble plancha de madera y no grande, se ve tapiada en el muro septentrional, acaso primitiva y destinada a una sacristía,

se

que, sin embargo, no ha dejado huellas. De otra puerta,

conservan

las

jambas de

sillería

en medio

que tuvo plancha de madera, y en

tal

costumbre. Hacia sur, donde estuvo cesible

hoy

caso

el

la

precedería un zaguán, según

claustro, existe la única puerta ac-

— aparte un postigo moderno — con

achaparrado (Lám. XLVII). Sobre

él

arco de herradura,

la

jurisdicción

muy

hay una piedra con inscripción,

bárbaramente redactada y en rudos caracteres mozárabes parece vindicarse

muy grande,

del hastial de poniente; parece

escrita,

— honorem — de San Miguel, en

el

donde

año 1040,

y sigue una escueta mención de Fernando y Xancia, reyes, de Cipriano, obispo de León, y de Sabarico, abad, con

l52

los frades

y socios que servían

la


ESCALADA Además, en un salmer de dicho arcü

iglesia (i). referid(j,

que

IP

Sabaricus abba die

« t Obiit

LXLVir' super

era

epitafio del abad

niilessima (año

nobembres

kalendas

VIII

feria

io5(j): ipse fecit iste

non abea parte cum Christo orno qui de

iace:

eslá el

dice:

isto loco

arcum: a suo cabo

Amen»

sakare.

(2).

Consta, pues, que Sabarico «hizo» este arco. Sus impostas llevan mol-

duraje

como

de los arcos interiores de

el

desarrollo de

el

la

cabecera (Fig. 61.

la

perfil 3.°);

arquivolta excede justamente en una mitad del radio

al

semicírculo; su despiezo es suprarradial, pero sin convergencias deter-

minadas

ni

siquiera simetría,

siglo IX, por

ejemplo

los

como

tal

observa en ciertos arcos del

se

de Melque y Alcazaba de Mérida, y

el

intradós

desarrolla una cierta concavidad a los lados, lo que se repite en la cabecera

de esta

en res

misma

Cristo de

el

la

más

en varias

iglesia,

Luz en Toledo

(3).

muy

para ser obra del siglo XI

que iremos anotando, y Desconcierta este cuadro de caracte-

del siglo X,

avanzado; pero

la

solución está en ella

misma, viendo trazadas con bermellón, sobre sus dovelas, alfabético, idénticas a las de la inscripción de 1040,

proceder cuando se rehace una obra de

viejos de Escalada,

y

así se

que Sabarico

según

es

en orden

costumbre

para no equivocar

sillares

orden de piezas. Hemos, pues, de suponer que

letras

este arco es

de

los

repuso, llevándolo quizá de otro

lo

explica que veinte años después, al escribir

el

más sitio,

el epitafio, lo

reputa-

es algo defectuosa.

Su copia

sen obra suya.

La transcripción de Quadrado, única vulgarizada,

(i)

literal dice:

^<Honorem nisimo

I

domno

Maria

in sea

suis

I

|

sci

Micaeli arcangeli

nso Fredinandus rex

sub mscdiá

cum timorem Dni (2)

toria;

t.

et platas

|

LXXXVIII' super mila

era et

Scancia

re

|

Dni Sabaricus aba

p. 478.

regnante principe sere-

|

cum ómnibus

t'ratribus et

socüs

in eglesia sectantes».

Publicada ya, pero con graves yerros, en

XXXI,

|

su uirtus Xpi Ciprianus Dei gracia epi

En

la

el

Boletín de

la

Acad. de

la

His-

transcripción de arriba van desligadas las abreviaturas, que

no ofrecen vacilaciones graves, aun dada su barbarie. (3)

Su razón de

ser

no

se

me

alcanza; pero,

barse en Andalucía, será cosa de asimilar

la

si

esta particularidad

susodicha mezquita toledana

trional mozárabe, en cuanto a su estructura.

Con

el

las arquivoltas.

1^3

llega a

al

compro-

grupo septen-

revestimiento general que hoy

mascara por dentro, desde su restauración desdichada, quedó invisible dicha de

no

la

la

en-

concavidad suso-


LEÓN Ante dicha puerta, cubriendo todo hasta ligar con

la

dura sobre columnas. Su número

tramos perfectamente el

cuerpo de

la iglesia,

son

diferencia entre

la

de doce, pero han de cor.^iderarse dos

es

distintos: los siete arcos occidentales, lindantes

más

lo

didos, seguramente, después de

meros,

frente meridional de la iglesia

el

hay un píirtico de arcos de herra-

torre del siglo XII,

con

antiguo; los cinco restantes fueron aña-

hecha

la torre, y,

ambos grupos

aunque imitan

a los pri-

es harto sensible.

Los arcos más antiguos (Lám. XLVI), no sólo son coetáneos, sino aun

mismo

obra del

que

artífice

la iglesia

de Santiago de Peñalba, pues ofrecen

moza-

idénticos caracteres, permitiendo atribuirlos al decenio de 930, v su

rabismo

es absoluto. Ellos rebasan en

llegando

la

la

normal andaluza,

inflexión cóncava (Fig. 65),

tituyendo

alfiz,

como en

piezo, en

V

demás de

los

proporción entre alto y ancho de su curva a 4

sube considerablemente, como en ción es

amplitud a

el

3

:

los cordobeses,

:

esta iglesia,

5;

trasdós

el

de suerte que su propor-

y se guarnece con una moldura de doble

4,

que además trascendía en líneas rectas cons-

Peñalba, Celanova y Córdoba.

arco extremo, donde

el

En cuanto

al

des-

dovelaje es completo, éste

converje a un punto inferior a los centros y único; en los demás,

que están enjarjados, por adovelada converje

una pieza de

S^^

centro de

al

hombros monolíticos,

la

serie

la

parte

curva del intradós, habiendo

ajuste en vez de clave.

tramo forman

este

ser sus

también con

Las las

columnas

de todo

de Peñalba: son siete

iguales, provistas de cimacio, y la primera, a partir de los pies rig. 03.

de

Escalada:

moiduraje del pórtico.

la iglesia, está

en contacto con una jamba monolítica. Luego,

que cierra gigy^ pared en áneulo, t r o & '

jos

el

pórtico, hecha con sillarer

de arenisca, sin guardar hiladas, pero ajustándose perfecta-

ventana con

arcos

gemelos monolíticos de herradura, columna partiéndola, de igual

estilo

mente entre

que

las

alféizar

sí.

En

ella,

de cara a poniente, hay una

otras vecinas, y alfiz

(Lámina XLVII); además

lleva por dentro

con quicialeras para encajar hojas, cosa mal explicable dada su

disposición actual.

de Valdediós, aunque cerrado y con ventanas (Lám. XXIX); posteriores son los de San Salvador de Deva

De

pórticos así

hay precedente en

y San Isidro de León, ambos

al

en tierra soriana, por ejemplo

los

el

norte de sus respectivas iglesias; varios

de San Esteban de Gormaz, románicos 164


ESCAÍ.ADA todos, y por último

anterior. cidos, y

Ui

Realmente

tampoco

cumplida y que derivará de la pórtico de Escalada nos son descono-

serie segoviana, tan

los

modelos del

dable comprobar

es

ejemplo suyo

decoración merece un estudio

la

se harían otros: la

hecho su desaparición

fragilidad de tales construcciones ha

En Escalada

a

si

fácil.

especial.

No hay

otra

tan rica en iglesias del siglo X, y ella cierra casi nuestro ciclo ornamental cristiano de

la

Edad Media remota. Forma

aprovecha-

tres series: piezas

das; las hechas hacia 913, que son lo más y lo mejor; y columnas correspondientes al pórtico, de hacia 930, que forman ciclo aparte, cuyas mani-

festaciones iremos después observando en otros edificios.

Se aprovecharon todos

fustes del interior, excepto dos, situados

los

de poniente, que son de piedra caliza; y además tres en

junto

al hastial

parte

menos antigua

Los primitivos son de mármol, rara vez

del pórtico.

blanco, generalmente

manchado con

vetas grises, y alguno de bella pudin-

ga; sólo dos llevan collarino y varios se

componen de

empalmados.

trozos

Respecto de basas, algunas, de mármol, parecen godas;

son de

las otras

piedra, groseras y desarrolladas en curva continua de gorja. Cinco

teles pertenecen a este

para pilastras, en

el

la

mismo grupo

arco travesano de

capi-

de aprovechamientos, y son: dos la

nave colateral hacia sur, cortados

en un tercio de su ancho, por venir grandes para este

sitio:

llevan

una

fila

de hojas, ancho abaco salpicado de adornillos y collarino; pueden ser godos. Otros dos capiteles (Lám. XLVIII), en las primeras columnas exentas

de

las naves,

son corintios, bárbaros, con hojas

lisas,

que revuelven su

punta considerablemente, y collarino propio: están rotos y desgastados, conociéndose que rodaron

mucho

Goviendes en Asturias,

lo

que

mas con

qué

fijeza

no

sé a

antes de colocarse; algo recuerdan los de

llevaría a clasificarlos dentro del siglo IX,

arte correspondan. El último capitel, puesto

junto a uno de los anteriores (Lám. XLVllI), es

mana con

los del iconostasis

corresponderá, dado la

lo

muy

corpulento y her-

de Santa Cristina de Lena; su fuste parece

bien que ajusta, y su cimacio podrá ser

el

que

lleva

susodicha columna vecina, con molduraje sogueado, particularidad que

decide a creer estas piezas asturianas y no anteriores a Ramiro

Pronto hubieron de agotarse tiguas, disponibles para

ir

las piezas decorativas,

enriqueciendo

el edificio,

hacerlas nuevas. Entonces nacieron capiteles de

i55

y

más

o

I.

menos an-

hubo que pensar en

mármol

grisiento,

para


LEÓN completar

las

columnas de

pues, dado

las naves,

de recibir, exigíase material

más compacto que

el

gran peso que habían

la caliza.

Con

ésta se hicie-

ron los capiteles entregos, y además frisos ornamentales, pretiles, aras y celosías, siendo de notar que estas piezas de caliza fina llevaban teñidos de

según dejan ver perfectamente capiteles y costumbre de Andalucía. Quizá todo ello fué obra de

rojo los fondos del adorno, frisos,

siguiendo

un solo

mo

la

artífice, diestro

tado de fantasía para les,

en

el

relieve a biseles, con el rigor de esquematis-

que desde tiempos godos

modelos bizantinos; do-

se practicaba sobre

componer inagotable

serie de caprichos

girando sobre pocos temas, y de gusto nada selecto,

ornamenta-

comparamos

si

con otras obras que pudieron servir de modelo, pues resulta evidente su inspiración de acarreo, aprendida en los edificios, especialmente godos,

que abundarían entonces. Más indicios de su procedencia meridional sugiere

el

haber representado aves cogiendo un pez con

de simbolismos orientales

el pico,

asunto propio

pero que hallamos repetido en obras cordo-

(i),

X (2) y en la decoración de códices andaluces y toledanos mozárabes, sobre modelos coptos acaso; también hay leones, que no rebesas del siglo

cuerdo sino en Naranco y Lena, mientras fué representación predilecta entre

musulmanes; alguna palmera; goda y asturiana

las tradiciones

(i)

trenza de cuatro ramales, ajena a

la

y por último,

(3);

El águila, teniendo entre sus garras

griegas de Sinope y de Istrus; quizá las imita

el friso

un atún o un

delfín, aparece

n.° 16), y

un ave entre peces

se halla esculpido

ción, de acuerdo con

el

t.

1,

simbolismo

en monedas

un disco de bronce esmaltado descubierto en

Wroxeter (Reports... of the Society of Antiquarics of

(De Vogüé: Syrie céntrale;

del iconostasis,

en

A

lám. 24).

London;

1913, lám.

10,

el

dintel romano-siriaco de Jarbetclbeida

este

último caso podría darse una explica-

cristiano, bien sencilla;

otras escenas de animales vencedores y vencidos, rapaces y

mas en

realidad ésta y tantas

mansos, entran en un simbo-

lismo talismánico, acaso, de los pueblos jonios, explotado luego, más o menos consciente-

mente, por cristianos y musulmanes. (2)

Pilas de

Almanzor, copias verosímilmente de un prototipo

Alhambra, con inscripción suplantada de Mohámed lám. IV); gran parte de otra, con fecha de 988, en

fragmentos de

la

misma en

tando cisnes y peces. Se

la

(Id.;

halla en

t.

Sevilla,

uno de

ellos,

XXI, lám. XI y

t.

el

III

siriaco:

(Rev. de Archivos;

una en t.

Museo arqueológico de Madrid,

la

XXIX, y

más

en su Museo, con trozo de orla represen-

XXXIII, lám.

II).

nimbar de Cairuán, de provenencia mesopotámica,

siglo IX, y (3) en piezas del califato cordobés. Así puede atribuirse a origen meridional su repetición en el

1

56


ESCALADA tallado en yeso, arte peculiar de

de

vista, sin

embargo, que

obras cordobesas, sino caracterizan

composición general del ornato no recuerda

las espirales

de

follaje

decoración de San Pedro de

la

más bizantina

la

moros en nuestra Península. No perdamos con aves entre medias, que la

Nave, en su segunda

fase

y un fragmento inédito del museo de Oviedo, proce-

(i),

dente de Liño, según dicen, (Fig. 66); también, otras obras precisamente orientales,

como

decoración de San Nicolás de Mira

la

(2),

relieves de Ate-

nas y del Athos, de Ravena y Venecia, donde se dan enlaces de cuadrados,

como en

Escalada; y especialmente

didos roleos de

De

arriba descrito y reproducido (Lám. X).

follaje,

hechos con mármol, hay

esta serie, y

y uno en

iglesia

otro pretil de Zaragoza, con esplén-

el

pórtico

el

siete

capiteles dentro de

(Lám. XLIX); entregos, de

caliza,

la

hay hasta

cinco parejas, y coinciden todos en re-

medar

el

orden corintio, llevar con-

sigo el collarino y carecer a veces de

abaco. Sus hojas son

un

acusando

o

cas,

cuando

m.ás:

simples

lisas,

como

pen-

nervio central,

en vez de caulículos tienen

tallos

corvos, o bien anchas

alas rayadas; les

acompañan

flores,

a

modo

de palmetas en abanico, otros

tallos

u hojas, joyeles, leones y aves

llenando huecos, todo

desgarbado, feo

tal

ello

vez.

Fig. 66. Museo de Oviedo: fragmento decorativo, procedente de Liño

caprichoso,

Aunque en

realidad son ejemplares únicos, su

remedo bárbaro de aquellos

modelo podría reconocerse en cualquier

romanos con hojas

otros capiteles

lisas

que

tanto abundan.

De frisos esculpidos hay uno en torno

del ábside central, sirviendo

de imposta a su cúpula, y mide 21 centímetros de alto; otros, con breve

un

capitel

Cataluña

(Lám. XXXI) de San Salvador de Valdediós, caso único entre nosotros, fuera de

iglesia

de San Pedro de

las Puellas,

en Barcelona

—y

de ciertos códices, por

influjo corolingio verosímil. (i)

Boletín de

(2)

Rot:

la

Sociedad castellana de Excursiones:

Kleinasiatische denkmáler;

-

i57

fig.

-

i25.

1906.


LEÓN nácela debajo, corren sobre

el

mismo

arco de este

ábside, a lo

ancho de

nave, y sobre los dos arcos travesanos colaterales; y además, está yeso,

que corona

el

el

la

de

Todos desarrollan vastagos ondulados, con

iconostasis.

su brote de hoja en cada sinuosidad, y dentro, ya un cogollo, ya racimo,

ya leones, ya aves en variadas posturas y algunas con

las alas abiertas.

Pocas veces estos animalejos resultan graciosos; mas ha de considerarse

que para

el

tiempo en que fueron hechos equivalen a

obras maestras.

En cuanto

a prototipo, parece legítimo

buscar obras bizantinas, por ejemplo los marfiles calados que guarnecen

las tapas del

regalo del rey Berengario

sacramental de Monza,

(i).

Las dos celosías, puestas en

ambos

frontispicios de

hastiales (Figura 67), son de piedra caliza

bién, y repiten exactamente tal,

los

tam-

una composición ornamen-

a base de arquillos de herradura y venera o palmeta

en abanico, tema usual en decoraciones godas. Se parecen a otras de Asturias;

mas en

sutileza estas de Esca-

lada difieren.

Sin lugar Fig. 67. Escalada:

(Láms. L a

mado

es:

I

han salvado hasta

tra iglesia, se

celosías de los hastiales

pero seguramente hechos para nues-

fijo,

Lll), de caliza fina,

'02 de alto; o'62 a o'Gy de

de pretiles

seis trozos

cuyo tamaño aproxi-

ancho, que antes hubo de ser

mucho

más, y o'23 m. de grueso; llevan labor de relieve por una de sus caras,

mando

for-

dos series, de cuatro y dos piezas, a tenor de sus respectivos ador-

nos; pero

como no

ajustan entre

las

partes recortadas es imposible

tamaño y disposición primitivos. Hay algún fragmento misma serie en el museo de León; otro paño, totalmente diverso,

cerciorarse de su

de

la

que no he podido

hallar, fué

dibujado por

y finalmente, sirviendo de dintel a

la

el Sr.

puerta de

la

Velázquez (Figura

68),

adjunta capilla de san

Fructuoso, debajo de torre, existe un octavo paño (Lám. Lili), recortado en semicírculo, pero completo longitudinalmente, que mide ¡'27 m. y her-

mana con un

el

otro perdido, por

el

adorno de una de sus zonas;

epitafio sin fecha, pero del siglo XII,

(i)

Colasanti:

que habrá sustituido

L'arte bisaniina in Italia; lám.

i58

90.

lleva en

a otro letre-


Í':SCALADA

La

ro primitivo, tal ve/.

acotando

el

culocaci(')n (^rij^inaria

presbiterio, quizá entre las

de estos pretiles hubo de ser

columnas

del iconostasis, cuyas

basas están mutiladas lateralmente, huecos que coinciden con

el

tamaño

de dicho último tablero, y otros cerrarían los arcos de las alas del crucero, en cuyas jambas hay unas muescas que pudieron servir para encajarlos.

La decoración de se distribuye en

tales pretiles

.

zonas verticales,

alternativamente anchas y angos/JIH^'^Í.

tas;

unas veces

de cuadrados, de

como

albergan red

ellas

'

'^^msw?^^'''^-

í

'

'-'f

bizantino,

tipcj

arriba se dijo, y que, a su

vez, se llena con florones, cogollos,

palmetas

racimos,

y

aves

pico-

teando; otras veces son tallos, de los jas,

que brotan simétricamente horacimos y cogollos; o bien

tallos

forman

como en

espirales,

los frisos, o serie

los

de círculos enla-

zados y casi siempre con aves entre medias; hay también una red de mallas de cuatro lóbulos con florecitas,

y cintas

de

doble

bisel

trenzadas.

Afines de estas piezas son tres aras,

correspondientes sin duda a

los ábsides.

Dos de

mayor, y todas

formando trenzas de dos ramales y

procedente de Escalada: hoy perdido

idénticos a los frisos y pretiles.

dras son coetáneas entre

tres

de caliza fina con orlas

a doble bisel, ya desarrolla-

la

tercera con tallos ondulados y ho-

No

cabe duda tocante a que estas pie-

das en curva ya en ángulos rectos, y jas,

Pretil

son casi

ellas

iguales (Figs. 69 y 70); la otra, talladas,

Fig. 68.

y respecto de todo

el

caracteres epigráficos cuadran perfectamente con

la

913, y con

el

mozarabismo de

sus letreros con los de

la

los

edificio;

además, sus

fecha de consagración,

monjes constructores. Baste comparar

arqueta Ovetense de

las

ágatas (año 910), Montes

(año 919), Boñar (año 920?) y Castañeda (año 921), para desvanecer ¡59

las


,

LEÓN hipótesis

que acerca de una más remota antigüedad formularon

los

seño-

y Hübner (i). Al ara mayor, no conocida en facsímil sino por los «Monumentos arquitectónicos», se atribuyó, en cambio, la fecha de 1126, res Fita

consignada en otra

ins-

cripción que corre por

sus cantos, cuando, en realidad

+H0[lN/qLT/]RESVN7RE[iQy|E

perfecta-

es

mente hermana de

las

aras menores, y todas

S/1NCTIEMILI/1MI PRBRl

enumeran

tres

las reli-

quias santas contenidas

SANCJ1B/1RT0L°ME1/1P5Ü

en sus respectivos alta-

SRNCTISTEFflNlLEVITE

Ahora

res (2).

principal

SflNCTLMARTlMIEnSCOR

hubo de

restaurado en F¡g. 69. Escalada: ara de

uno de sus

tonces,

altares

le

de Santiago

el

Mayor, consignada en un

conmemoró

el

hecho mediante

la

según se desprende de

los

ser

126; en-

no antes,

borde

(3),

se

y se

grabada con

tor-

primitivas

(5).

las

superficial es de 1*03 por o'82

correspondientes dibujos de

nicos, y no son de mármol sino de

(4),

atildamiento de

Inscript. Hisp. christ., n."382. Su tamaño

(i)

tros,

el

1

el

añadió una reliquia

letrerito junto al

inscripción del canto

peza y desaliño, que contrastan con

SI

bien,

me-

Monumentos arquitectó-

caliza fina.

Las hay del mártir cordobés Acisclo; de otros dos santos, Cristóbal y Columba,

(2)

acaso los martirizados en presbítero venerado en

la

la

misma ciudad por

los

musulmanes; de san Millán,

Cogolla; de san Adrián, san Julián y santos

el

célebre

Cosme y Damián, con

especial culto en otras iglesias leonesas, etc. (3)

«f Sci

lacobi apsli frtr sci loannis».

Su

tipo de letra coincide con

el

de

la

inscrip-

ción de Boñar de 980, abajo reproducida. (4)

«

t Sub

Christi

in sancti Mikaeli die

V

nomine Petrus

feria

et

episcopus de sánete Marie qui

XVII kalendas

iuli

era milessima et

feci

CXXVI:

restauracione rcx Adefonso

Suero Alvaric abas». (5)

El ara

bles. t.

mayor

se

conserva en su

sitio,

formando

la

mesa

del altar principal; las

mismo, dentro de cajones fuertemente clavados, y por consiguiente invisiFotografías, mal retocadas, de éstas se grabaron en el Bol. de la Acad. de la H ist.

otras están

allí

XXXIII, págs. 218 y

221.

160


ESCALADA En

el

tramo de

p<'>rtico

más

antigucj sus siete

if^uales entre

s!:

las

tienen

y cimacios son de mármol blanco

fustes de caliza; pero las basas, capiteles

y exactamente

C(jlumnas

basas son áticas; los capiteles (Lámi-

na LIV), corintios, de tipo especial y con so-

gueado collarino; abacos forman

hinSWTRELiO-VIERECONDITE

los

tres ba-

quetoncillos y nácelas

^

5flHnTEN/l RIÑE

ETSANCTECE CI Lie e^SANTl ACIS CU

entre

notar que

un capitel

<^ lleva

^9

Es de

medias.

cierto

remiendo

por abajo, no menos antiguo, y en

ETSANCTI CRISTO FORl

él

escul-

pida pequeña ave pi-

eTS/lNE^E:OLVM Be

'

cando un racimo gura

Fig. 79. Escalada: ara del otro altar colateral

71).

(Fi-

El alto

de

estos capiteles es de 26

centímetros. es

de igual

En

la

ventana del hastial del

tipo, toda

mismo

pórtico su columnilla

de mármol, sin cimacio y con hojas

lisas

picudas su

capitel.

Hay más: en teles

to

parte

la

mayores (Lám. LIV)

uno que

retalladas, a

sólo llega a

— como que miden 39 centímetros de excep34 — son corintios, con hojas gallardísimamente alto,

como siempre, y sogueado que los precedentes, pero mu-

su collarino. Son de

la

todos corresponden a un

bizantino que abasteció de piezas tales

los edificios leoneses

saber,

postiza del pórtico, otros cinco capi-

biseles

misma escuela cho más bellos, y taller

moderna y

Mazóte,

de hacia 920 a 940, a

Hornija,

Bamba, Sahagún,

Peñalba y acaso Eslonza.

Reconócese que

estos cinco pertenecieron a edificio de tipo

bizantino, con pilares y les a los

columnas tangencia-

mismos, pues llevan una cara

vertical para adherirse al

muro. Uno de

lisa

y

ellos Fig. 71. Escalada:

se

corona con cimacio propio, exactamente 161

remiendo de un

capitel de su pórtico


LEÓN como

Vn

primer tramo.

los del

sexto capitel igual, pero destrozado,

hay

almacén, juntamente con trozos de otro y de un cimacio, y por último, en el parteluz de la ventana de la torre, que cae sobre la puerta suso-

en

el

dicha del dintel esculpido. ha\- otro bello ejemplar, de di\erso tipo, aun dentro de

En

la

misma

serie (i).

próximo lugarejo de Valdabasta, que ha venido

la iglesia del

sustituir

como

parroquial a

de 46 centímetros de para

el

alto,

la

a

de Escalada, hay otro capitel semejante, pero

y labrado por todas cuatro caras. Sirve de pila

agua bendita, puesto sobre

estuvo adosado a un muro,

otro,

como

los

menor y

roto,

pero semejante, que

San Miguel.

SAN ADRIANO DE BOÑAR Boñar

es

hoy

el

antiguo territorio o alfoz de Boniare, citado en 953, y

antes Balneare, según

bre que

le

documento de

aun

se explota. Allí

además

del

mismo nombre,

al pie

traria»,

928, en las

montañas de León, nom-

vino por una fuente de aguas cálidas, cuya virtud medicinal

que hoy desecado

es citada

como

localidad Bóvata, junto al arroyo

de un antiguo castro y cerca del «stagnum Tines el

hoyo de Trinitera; lugar donde un conde

Gisvado o Guisvado, con su mujer Leuvina, y aconsejándose de

los

obispos

Genadio, Atila y Cixila, decidieron ampliar honoríficamente cierto monasterio

— atria — en

honor de

los santos

Adrián y Natalia y bajo

de san Benito, cuya iglesia fué consagrada por

mio. Después, en 929,

los

el

que

los

condes

vuelve a saberse más sino que en 1099 terio al de Eslonza;

obispos Cixila y Fruni-

la

lo

al

nuevo

arquillos

que caen sobre

él

autorizando

cierto 1

Ruderico Vermú-

134,

y que entonces

«Monumentos arquitectónicos».

son de herradura, por tradición dentro del arte románico.

162

No

infanta Urraca cedió este monas-

que después fué usurpado por

Alguna idea da su reproducción en

edificio,

dotaban espléndidamente.

diz y su esposa Gontrodo, quienes lo retuvieron hasta

(1)

regla

fundadores obtuvieron del rey Alfonso IV que,

con su corte y cinco obispos, concurriese todos un diploma por

los

la

Los


BOÑAR se

llama «monasterium Balneari<jrum

le

como en que

in

territorio de

Fiuénnar»,

así

1289 es apellidado Sant Adriano de las Callas, o sea Caldas, por-

como

lado iiay otra fuente termal. Reducido luego a priorato,

a su

simple parroquia alcanzó

Aparte

un

ello, a

tiempos modernos.

los

de ballesta de San Adriano, realizóse otra funda-

tiro

San Salvador, en 980, monasterio que era de mujeres

ción, con título de

en 994 y 996, cuando recibió ciertas fincas y enseres en donación temporal

incorporándose también por

,

XII a

menos

lo

fin a

Eslonza, desde principios del siglo

(i).

Ninguna de ambas

conserva sino pocos restos de su edificio

iglesias

primitivo, costando trabajo aun enterarse de su respectivo

sitio,

lo

que

es

dable merced a las noticias que Sandoval recogió. Por ellas venimos a saber que

el

junto

silla,

monasterio de San Adriano estuvo en

el

reedificada en

del Salvador,

Adriano, junto a

las

siglo

el

XU,

está en el otro barrio de

En

la Losilla,

año

ello el

San Adriano, que

es

la sacristía,

y en

mayor de Escalada, con

12

centímetros de

alto.

Desde aquí fué trasladado

paño de pretil, también como

los

de

la

al

fina,

como

dien-

y midiendo

museo de León un

de Escalada (Lám. LV), aunque de

Sobre todo esto véanse: Vignau: Carlulario del monast. de Eslonza, nú-

(i)

— índice de documentos de Sahagún, — Yepes: Corónica de la orden de san Benito, tomo IV,

meros XXIIl, XXV, V, LXIII y CLXXIII. 764, 7Ó7, 2298, etc.

donde

se transcribe literalmente

do en 1602 sobre

el

de su libro de Las (2)

sacra ossa latlo

el testero

facetas,

de sierra, entre dos listones, hecho en piedra caliza

355,

actual

también moderna, quedan dos trozos de un

tes

f.

nombre

(2).

metido en una pared de

friso, idéntico al de la capilla

números

San

realidad no se sabe a qué dos santos correspondían las re-

liquias trasladadas en dicho

capilla de

Lo-

Caldas, y a ella se trasladaron las supuestas reliquias

de san Adrián y santa Natalia en 1268, motivando

En

la

arroyo, donde hay una iglesia completamente moderna. La

al

del lugarejo.

actual barrio de

Id.:

un impreso de

Fr.

Prudencio de Sandoval, redacta-

terreno, y que se incluye, después del capítulo de Eslonza, en ejemplar

fundaciones,

n."

3-8334 de

la

Biblioteca nacional.

Sandoval: lugar citado. La inscripción puesta entonces decía, según

duorum sanctorum,

séptimo calendas

iulii

a

pro quibus multa miracula

domino

Dominus

fecit,

él:

«Hic iacent

quorum

trans-

Petro Martino abbate devotissime facta tuit era

MCCCVI.» 163


LEÓN más

labor algo

zonas verticales:

tosca, dividido en tres

una con trenza

la

de cuatro ramales, otra con roleos conteniendo amplias hojas, zarcillos y racimos menudos, v la central, más ancha, también con roleos vegetales,

pero añadiendo aves en actitud de picotear:

mide ro2 metros de ancho, 93 centímetros de En la casa rectoral se conserva un trozo tros — de

inscripción que

alto

y

18

— mide

de grueso

(i).

por 26 centíme-

31

existió en el hastial de poniente de la igle-

copiaron Ambrosio de Morales y Sandoval (Lám. LV). Es una

sia (2) y

losa de

la

de caliza verdosa basta y

es

mármol

blanco; sus caracteres

dice, supliendo dentro de paréntesis

miden dos centímetros de

cuadrados

lo

que hoy

alto,

y

y disueltas

falta

las abreviaturas:

f Hec Christi aula sanctorum Adriani

cum

famulus Gisvad[o

instruxit Dei

et

N[atalie

nomine

dicata]

coniuge Leuvina]

era discurrente nobies centen[a octava et quinquagena.] Sit tibí

quod

Domine ratum famulorum p[urissimum votum,]

tibi alacri

Suscipiant[ur a qui[squis hic

devo[tione in honore te

Deus orationes miserorum:]

pie

tristis

tuorum testium paraverunt.]

ingreditur reus a prece letior inde redeat.

Consecratumque templum ab episcopis Cixilane Frunimio era

Además, en

(1)

con iguales

muy

DCCCCLVIII

tallos,

semejante a

el

mismo museo

formando

las

allí

(3)

un trozo de otro paño de

círculos en dos zonas, y hojas,

la

pared que cae

baxo de un pequeño campanario donde

no cabe

existe

(3).

una de

pretil

como

ellas

está

al

poniente, por

la

La copia de Morales resulta

muy

una campana de poco más de veinte

descuidada, a diferencia de

en cuanto puede juzgarse por

tuvieron en cuenta

tal

tis,

la

el

la

consignado en

el

texto del

libras,

que

de Sandoval que

al

uno

y otro

no

nominativo Ci-

diploma de 929. Morales da como fecha de consagración ni

en uno ni en otro año

fecha queda incierta y sospechosa de mal leída: sí

perfil,

trozo conservado. Únicamente, en vez de

forma de ablativo usual Cixilane, correspondiente

DCCCCLXIIII; mas como

era 964

de

parte de afuera, de-

«Cixilane», pone «Cixilla nomine», donde Morales «Cixilanensi», porque

la era

vista

mayor.»

es casi exacta,

xllanis

compañero,

que guarnecen un ara de Escalada.

Localízala Sandoval «en

(2)

idus octobris]

(?) IIII

et Fortis

el

el

dia

marcado fué domingo,

cayó en domingo, y este retraso de tiempo viene mejor para

el

obispo de Astorga, cuyas memorias ciertas parecen arrancar de 922.

164

la

día tres de los idus de octubre de la

pontificado de For-


DONAR Lo que, traducido en romance, dicado bajo

siervo de Dios Guisvado con su esp(jsa Leuvina, corriendo Séate, lo

oh Señor, acepto

aparejaron para

acogidas por

tí,

el

oh Dios piadoso,

las

oraciones de los desgraciados, en

como

triste

reo,

templo por

mediante su plegaria luego los

obispos Cixilano, Fruni-

mio y Fortis, el día doce de octubre de 920 (ó 926).» La otra inscripción histórica de San Salvador los

año 920.

con activa devoción en honor de tus mártires. Sean

alegre. Se consagró este

por copias de

el

el

deseo purísimo de tus siervos, puesto que ellos

forma que quien entre aquí

marche

de-

santos Adrián y Natalia, construyó

advocaci(')n de los

la

significa: «Este recinto de Cristo,

mismos

conoce de público

tomadas sobre una piedra

editores,

hay, a poca altura del suelo, en

se

muro meridional de

el

caliza,

misma

la

que

iglesia.

Ella contiene tres epígrafes: dos, perfectamente iguales en cuanto a tipo, y

con caracteres del siglo XII, que son medias, en letra semicursiva y del

como obra

los

publicados, y un tercero, entre

mismo tiempo, pero

de cualquier desocupado. Contiene esta jaculatoria: «Ave fylia

dey patrys ave mater dey fylya ave spon»... y no de

desaliñadísima,

las otras inscripciones, la

más. Respecto

se escribió

no histórica debió ser compuesta en

glo Xll, pues su estructura de versos así lo acredita

(i):

la

si-

el

histórica dice

así, a la letra:

In aula dni nsi ihu xpi sci salvatoris

regnante oac

si

dmo

ramiro rex cialarie ermegildo abba

indi sub xpi dei gra sisnando

epis gino fecit era m'*

lx'* viii

dnicus notuit.

Está perfectamente clara, bien conservada y con triples puntos sepa-

rando

las palabras;

indignus»

no hav pues

ni «notavit»,

y

la

el

«Callaciae^> ni

«Ermenigildo»

ni

«ac

si

era es 1068 sin duda, no 1018. Sería cosa de

echarse a nadar por un piélago de conjeturas para explicarla; sin embargo,

por esta vez sabemos a qué atenernos, viendo en

(1)

el

Al principio del segundo verso no ha de leerse «nec»,

«ñeque». La transcripción de Morales también aqui es errónea.

l65

muro

contrario de

como pone Hübner,

la

sino


LEÓN misma

original,

copió

hacia norte, otra piedra, que es

capilla,

donde aquel Doniinicus no

lo transcrito,

do a través de

la

muy

la

del siglo XII leyó y

Ha

perspicazmente.

pasa-

erudición moderna sin merecer sino

una alusión de Sandoval, no tenida en cuenta, que

sepamos

(i).

La piedra

(Fig. 72) es caliza, de Boñar; su

haz

mide ryo por o'22 metros, y de fondo liega a 62 centímetros, lo que se aprecia gracias a estar metida en esquina: lleva por

ambos extremos y rodeando

la

inscripción una serie de adornos tallados a bisel, de

<,

los

más rudimentarios:

pas, rosetas

ibérico viene

campeando, ya como símbolo ya por

mero adorno, en nínsula

ü^ u^

in

ik

ris

bir Ví3r-

Su

(2).

semicírculos, recuadros, as-

y aquella rueda elizoidal que desde lo

regiones occidentales de

las

dmo

ranimiro rex

sub xpi dei gracia sisnando epis

Su

nada o

tipo epigráfico

mozárabe, recordando más bien en

forma cuadrada de

la

«Lo mismo dize

(1)

la c.

otra piedra,

puerta del norte, metida en

f ermegildo auba

la

ciala rieo ac

gno

muy

tres varas del suelo y

Sandoval no se tomó

el

era

indi

mi

xvín

poco tiene de excepto

El copista Dominico

que

pared, y es

muy

feci

si

lo visigodo,

dos varas de largo y una quarta de alto.»

más de

Pe-

letrero dice:

aula dni nsi ihu xpi sci salvato

regnante

la

está a

un lado de

un hermoso

Como

llena de musgos,

sillar

la

de

está puesta a

seguramente

trabajo de cotejar su texto con el otro,

salvo en cuanto a su fecha, que la prefirió acertadamente.

Este arte

(2) lar,

como

hubo de conservarse en

la

carpintería

acredita una pequeña caja del relicario de

de Astorga, obra verosímilmente de Genadio,

el

la

popu-

Catedral

obispo santo, y

aun perduran supervivencias reconocibles, sobre todo en Portugal (Arte;

1908, p. 24).

166


BOÑAR no advirtió que

el

contexto de cada renglón forma dos partes, que han de y de ahí prcnienen sus oscuridades c invenciones;

leerse por separado,

mas aun queda

difícil

de entender para mi

«auba

el

|

cialarieo»,

si

no está

por «abbatiola», en sentido de pequeño monasterio, y por «reo». Supuesto su sentido sería:

ello,

«En dor

e

el

recinto de Jesucristo nuestro Señor, Ermegildo,

aunque peca-

indigno, hizo este humilde monasterio de san Salvador, en

reinando don Ranimiro rey y siendo, bajo

el

año 980,

gracia de Cristo Dios, obispo

la

Sisnando».

Realmente ya que

buen Hermegildo no había de alcanzar fama

este

por su estilo literario, tuvo éxito cumplido en dar que hacer siglo tras siglo a los el

hombres

curiosos, intrigados por el

Gino, inventado por Dominico

pérez, se desvanece;

megildo

enigma de

la tal

piedra.

A

su vez,

y hecho arquitecto por Llaguno y

mas en cambio podría

entrar,

si

Lam-

place, nuestro Her-

(i).

SAN MARTÍN DE CASTAÑEDA Gastaría o Castinaria llamaban en

el

X

siglo

(2) al

monasterio que,

bajo la advocación de san Martín, fué repoblado entonces por

(i)

Probablemente datan de

fragmentos de losa de cuarcita, de labor igual, la

este

otra con trenza de dos ramales,

dispuesta en biseles su

talla,

período, reflejando

el

la

llo,

borde, con línea en zigzag y

como

la

que rodea

el

ara

mayor de Escalada, pero no

sino todo grabado simplemente y picados los fondos: quizá

peña Salona, sobre

las

lo halló,

entre otros

Caldas de Boñar, donde hay cimientos de un casti-

según dicen. (2)

En

los siglos

XI y Xlll

Véase su libro becerro en de

unos

al

una estrecha, junto

sean de pretiles. Conozco un solo trozo, recogido por un labriego, que similares, en la

arte asturiano,

centímetros de grosor, tallados por ambas haces con

13

compuesta de dos zonas,

mismo

monjes cor-

fincas,

la

se escribió Castañeira, y

el

Xll Castineira y Castanaira.

Biblioteca Nacional, ms. n." 18382. Otro, en forma de apeo

hecho en 1714, hay en

(n." 170 B).

en

el

Archivo histórico, añadido con noticias interesantes

Aquí también su cartulario original (VI,

167

Sao).


LEÓN dobeses, en Es un

bria.

agreste,

solana del monte Suspiazo y

la

que no

mucha holgura

sería dable

hacía 916, quizá con

el aliciente

de

el

lago de Sana-

magnificencia, pero tan retirado y

de imponderable

sitio

dominando

para sus monjes, atraídos

allí

pesquerías del lago, desde Mouzoute,

las

en tierra de Campos, donde primero habitaron, con un abad Martín, que

no hay dificultad en identificar con arriba

En

(i).

921,

como veremos,

San Juan de Rivadelago. hay luego, padeció

la

el

«Alartinus abba cordovensis» citado

fué reconstruido

noticia en

el edificio.

tiempo cercano a

la

si

anejo,

fecha anterior;

decadencia, que al parecer fué general hacia

en todos estos monasterios, y no sabemos

De su

el siglo

Xí,

con intención de restaurarlo

Alfonso Vil, a ruegos de Arnaldo, obispo de Astorga,

le

impuso por abad

un monje famoso de Carracedo, Pedro Cristiano, de noble estirpe, en i5o. Por fin y tras larga resistencia, en 1245 el abad Bibiano accedió a some-

a

i

terlo al Cister, siguiendo el

ejemplo de Carracedo.

El edificio de su iglesia fué renovado, bajo influjos artísticos zamora-

segunda mitad del

nos, en la

siglo Xll. Interesantes a nuestro propósito

quedan sino cuatro piezas de pizarra frontera,

como dovelas de

arcillosa,

no

aprovechadas en una casa

arco (Fig. 73), iguales entre

sí,

con labor

re-

petida de hojas bizantinas, a biseles, y su fondo teñido de rojo, lo que hace creerlas del siglo X,

tidumbre, por

que ninguna

Muy

aunque no con cer-

anómalo de su

lo

otra cosa

significativa es

mozárabe recuerda.

además

ción histórica (Lám. LVI) en

lo alto

tablero de

inscrip-

la

(2),

conservada

del hastial de la iglesia, en

mármol

centímetros.

Sus

letras

son de carácter

un arco

sus autores, siendo andaluces, tenderían

si

a evitar las formas paleográficas el

Fig. 73. Castañeda: dovelas de

de

aras

las

Escalada, que hace sospechar

en

un

blanco, de 47 por 71

mozárabe atenuado, como

mano que

estilo,

allí

en uso, acercándose

al tipo

más ro-

norte perseveraba: ello explicaría ciertas fluctuaciones y

(1)

Página

(2)

Aunque en

107.

esta reproducción aparezcan

grabadas en hueco, según costumbre.

168

como

de relieve sus

letras,

ellas están


CASTAÑEDA el

asomar verf^onzanle de

caracteristicas andaluzas las

Así en este epígrafe se da sistemáticamente

llamar coja,

asi

como

la

más

privativas.

forma de n que podriam<js

enlaces de letras, lo alargado de proporciones,

Respecto de su contexto, es clarísimo remedo del de

la

etc.

otra inscripci(')n

histórica de Escalada transcrita antes (i), con extravagancias explicables por

asimilación de

ella

y por

deseo de obtener algo

el

como

hemistiquios con-

sonantados. Resulta, pues, evidente que los monjes de Castinaria estaban

en relaciones con los de Escalada, cosa natural ya que

la

misma

inscripción

consigna que su abad Juan, renovador del monasterio, procedía de Córdoba. Las copias publicadas

todo en

la

de antiguo son erróneas en varios puntos y sobre

fecha, arbitrariamente modificada para concertarla con los años

de un Ordüño rey, a que

Ambrosio de Morales yándose en

el

al

se alude.

allí

962

— era

En consecuencia,

fué atribuida por

novies centena no(vies de)na

hecho de llamarse Juan

el

abad de entonces, según consta

por diplomas; otro erudito, fray Bernardo de Villalpando de

— corrigiendo:

i)iC)

rísimas de

la

et

— pero

novies centena (sexies) nona

piedra no autorizan tales lecturas, y en

que bajo forma abreviada y s(emis) centena

de entender,

difícil

nona — o sea

— apo-

la

(2),

supuso

las letras cla-

cambio arrojan, aun-

era 969,

— era

nobi(es)

año 921, perfectamente admisible, y

cuando otro documento consigna un abad Juan en

la

más

927.

La inscripción dice textualmente, pero disueltas sus abreviaturas:

— Martinus sanctus honore dicatus brevi opere instructus — diu mansit dirutus hic templum doñee lohannes abba a Córdoba venit — acte saxe exarabit edis ruginam a fundamine erexit — non imperialibus iussus — fratrum vigilantia instantibus dúo tribus mensibus — peracti sunt hec operibus semis centena nona. llordonius peragens sceptra — era nobles Ilic

locus antiquitus

litavit

et

et

et

(3)

et

et

Su versión castellana viene

a ser lo siguiente: «Este local,

(i)

Página

141.

(2)

Yepes:

Corónica,

(3)

Debía decir «iussibus» correctamente y para

t.

V,

f.

de antiguo

91 v. la

consonancia del verso, y luego

«sed» en vez de «et», que descubre una ciega transcripción sobre

169

la

de Escalada.


LEÓN dedicado en honor de san Martín y erigido en pequeño

mucho

edificio,

mantú-

abad Juan vino de Córdoba y pensó hacer aquí un templo. Erigió desde sus cimientos la arruinada casa y la-

vose caldo

tiempo, hasta que

el

bróla con obra de piedra: no por imposiciones autoritarias, sino con

la

insistente vigilancia de los monjes, fueron ejecutadas estas obras en cinco

meses, teniendo Hordoño

Puesto que

no por

la

el

cetro, en el

reconstrucción se llevó a cabo en tan pocos meses

con grandes empujes

iría

como

allí,

año novecientos veinte y uno.»

suntuosidad, y

ni

despojos suyos,

así se

(i),

explica que falten

columnas marmóreas que generalmente

las

suelen conservar, aun después de reedificadas, otras iglesias de entonces.

RIVADELAGO. — En junto a

la

la iglesia

entrada del río Tera en

San Martín,

una ermita arruinada, San Juan

mismo alguna lenguaje. Dice

al

inscripción (Fig. 74), procedente de

el viejcj,

unos 700 metros, hacia

Mide 5G por 38 centímetros; sus mutilaciones

lago de Sanabria, y dependiente de

el

mármol con

existe otro

tran, a distancia de

parroquial de este pueblecillo, situado

cuyos vestigios aun

NP]., y en el confín de su vega.

que pueda determinarse

sin

se regis-

la

amplitud de

como

principio, cu}"a lectura aparece incierta,

otra palabra, todo ello dificultado por

la

asi-

barbarie de su

así:

[ho]c

templum

c[ondidi]

(?)

lohanne Babtista honore dicatum.

llic

requiescor

ego peccator Manesindus prioris loce

s

t

e u s

.

Queso vos s(anc)tisimi D(e)i tis

serví

qu(m) epitafiu(m) hec

pro

me

prelegi

reu(m) exora[re]

D(omi)n(u)m non pigeant. Ambrosio de Morales tradujo,

(i)

sin

embargo, «se acabaron todas

dos años y tres meses.» Quizá simplemente para obtener

«mensibus» omitida

la

se

descompuso

el

la

numeral «quinqué», y esto

palabra «annis».

170

estas obras en

consonancia de «tribus» es

más

sencillo

que suponer


CASTAÑEDA Nótese que,

trase claro V

del siglo

El

la

inscripciim histórica de (^.astañeda ofrece disimulado

andaluz o mozárabe, en esta

tipo de letra

el

si

otra, por el contrario,

mués-

con toda pure/a, resultando grandísimo su parecido con

X que

se

las

conservan en (^.órdoba.

«steus» aparece grabadcj más profundamente, con

das y de diverso tipo,

como

hubiese dejado hueco para otra

se

alli

si

letras espacia-

palabra, quizá

el

nombre propio

La deprecación última recuerda

sitio.

contenida en un diploma

esta otra,

año

real del

(J13:

non pigeant»

«.et

pro nos orare

(i).

Su traducción podrá

EGOfE[[AToP^^A^í¿-StH!)V5

del

ser:

«Edi-

fiqué este templo, dedicado en

honor

de san Juan Bautista. Aquí descanso

rmfém stevó

yo pecador, Manesindo, prior de lugar. Ruégoos,

este

oh santísimos siervos

de Dios que leéis este epitafio, que

no

DnqEPiTAWlfCgElEOi

cansen de rogar por mí, delin-

se

cuente,

Señor.»

al

Hay

noticia de otra

fundación

próxima, hecha por un mozárabe,

ÜNnU'}NFiGLí\

no andaluz probablemente, llamado Zuleiman, quien con su compañero

Fig- 74-

Cipriano, compró tierras en un luga-

Rivadelago: epitafio de la ermita de san Juan

llamado Intranio,

rejo

al

norte de

Castañeda, por donde confinan los territorios de Sanabria y Cabrera, lin-

dante con Abania, hov La Baña. Establecieron

con al

iglesia

dedicada a

los santos

se decidió

(i)

Vignau: Cart. de Esl onza;

tomó

Zamora, tomo

I,

el

tomado consejo

llegar

del obispo Salo-

someterlo a Castañeda en 953, a cambio del auxilio nece-

rro de 1714, folio 20, se hizo tan y de aquí lo

una colonia monástica,

Cosme y Damián; mas, no pudiendo

ápice de perfección que deseaban, y

món,

allí

Sr.

11."

— .M

II.

transcribirse dicho epitafio en

mal que su última línea

Fernández Duro para

dice: *<anno

insertarlo en sus

pág. 262.

171

el

bece-

novingentessimo»,

.Memorias históricas

de


LEÓN sario (i).

quizá

A

podrá referirse

estos sucesos

mismo Zuleiman, que

el

un

tradición de

la

frey Jólime,

vivió retirado en una cueva de

una legua de Castañeda, en donde

XVIII subsistían

a principios del siglo

paredes antiguas a que llamaban «la casa del Santo»

a

la sierra,

(2).

SAN CEBRIAN DE MAZÓTE Es fenómeno interesante que haya llegado a tiempos moddrnos en gran meseta castellana un grupito de edificios de

formado por

(i)

«Hec

una

pariter

lohannes abba

Abderrahmen

cum germano meo

et

fieri

Ambiguum

maluimus ego Zuleiman con-

esse

in

monasterio sancti Martini in

non

potest set plerisque

congermano meo Cipriano

et

vocitant Intranio inter térras de fratres de sancto Martino eo nasterio qualiter fructum

plantavimus pomiferis, collegimus in regione

de

illo

domino

Domino Deo

cognitum

patet eo

locello in loco predicto

que

quod fecissemus ibidem mo-

Damiani seu

et

et

habuissem auxilio qualiter

et

episcopo,

commotus in

et

Servandi

laceravimus multis annis

ita ut

et

Germani,

invenissemus

peccato nostro inpediente non potuimus

Nunc verummodo

domino Salomone

Sisaberto a

qui illum in dicione sua tenebat, vel

fratres et

vivorum; sed obsistente zabulo

pervenire ad apicem perfectionis.

mano meo

tibi

caperemus animarum nostrarum. Hcdificavimus domos, con-

struximus ecclesia vocabulo sanctorum Cosmas

locum

y Almanzor, en

III

Sisaberto necnon et abbati nostro Maior

omni congregationi degentes

quod conparavn ego Zuleiman

quem

testamenti

cst cartula pacti vel

sempiternam saluiem amen.

Edad Media remota,

la

de Hornija, Mazóte, Bamba, Baños y catedral de

las iglesias

Falencia, a pesar de las correrías de

versi

la

in

tempere etiam expctivimus conger-

fabulavit

et

ille

a

domino lohannes abba

a misericordia concessit

germano meo

confessione Domini perdurantes unanimiter

ut

Do-

mini fruercmur auxilio ut navigantcs inter undas quoque Domino protegente pervenisse-

mus ad portum, quod habitavimus unanimiter novem pervenire ad portum salutis. nostri,

confugium facimus ad

dipsos et ipsum locum in

Heres

et in

Lausata

talia

et

Sioya

suo accessu et in

vel recessu

Cassaio

nec siquidem potuimus

cogitavimus extremum diem exitus

sancti Martini et ad ipso lohannes

cum omni et in

idus septembris in era

Hanc nos videndo

annis

etiam

abba tradimus nos memeet

pausata

quom habcmus

Facta series pacti vel testamenti pridie

DCCCCLXLl. Regnante serenissimi

principis nostri

Mordonio rex

in

Legione. Ego Zuleiman confessor... Ego Maior qui ibidem regimem tenui... Ego Sisaberto...

Condesindus abba confirma.» Becerro de Castañeda; (2)

Arch.

hist.

nac; libro 170

B.

172

f.

42.


mazotp: cuya

que

táctica sabido es

tocf)

merodeando

que entraba no dejar

la

soldadesca; pero realnienie

cala de paso en aquellas expediciones, y

meras

iglesias,

quizá influyó

el

donde quiera

iglesia en pie la

además, respecto de

ampararse con

Campos no

tierra de

las tres pri-

monte de Torozos, cuyas

el

espesuras fácilmente podían servir de abrigo a los cristianos, desde donde

acometer con ventaja a habían de

muy

ir

Entre dichas da; y tanto,

los

núcleos de tropas morunas, que por necesidad

diseminados en su faena de robar y asolar de San (-ebrián de Mazóte es

iglesias, la

ello la tardía

camino para todas partes

(2).

De documentación hay aún mayor penuria:

de

107,

siempre dan por

nombre

en 1013, se nombra «flumen Bajoz; en 1040 se repitióse dicho

le

(i),

expli-

y escasa información que respecto de su arte conocía-

mos 1

más escondi-

que aun hoy, arrasado ya dicho monte, cuyo nombre antiguo

fué Tarsa y l'araza, cae fuera de

cando

la

el pai».

Mozout, Mozot o Mazóte

Muzghod»

al

bajo

la

decía Mo(¿oti, igualándose con

al lugar; antes,

riachuelo que pasa por

llama «ribu Mozaudi», pero

nombre

varias citas, a partir

al

hoy

allí,

dorso del documento

forma Muzuodi, y finalmente en 1124 el

del pueblo.

Recuerda

el

se

de cierto indi-

viduo Mozhote que vivía cerca de Sahagún en 946, y un Mozaute,

lec^nés,

de 974: probablemente todo viene del nombre personal árabe Masud. Respecto de

la iglesia

quizá nos descubre algo de su historia un pri-

vilegio de gb2, a favor del monasterio de Castañeda, en Sanabria,

haciéndose

memoria de

allí

los

tiempos de Ordoño

cuando poseyó dicho monasterio

las

pesquerías del

II

pues

y año 91G, desde

lag(;

de Sanabria,

declárase que aquellos monjes son los que primero habitaron, con su abad

Martín, en Mouzoute

(i)

Pueden

Valladolid a

la

(3).

De

nombre no

este

del

conoce otra localidad;

automóviles y coches que prestan servicio de

utilizarse para ir allá los

Mota

se

Marqués y a Tiedra, andando

metros en ambos casos, respectivamente, y con

al fin

mucha

un trayecto de cinco

pérdida de tiempo. La distancia

Bamba

desde Valladolid es de unos 38 kilómetros por carretera directa, que pasa por rrelobatón, de suerte que, día.

aun en coche, puede recorrerse

También desde Hornija puede

térito

Véase

(3)

«Textuní de ripa de stangno. Verba

la bibliografía inserta

gloriosi serenissimi

el

camino de

y

To-

ida y vuelta en

un

irse a caballo.

(2)

dena tempore

a tres kiló-

por

el Sr.

Lampércz en su citado

libro.

series agnitione facta erit nobies

domini Ordonii principis relatum quod

de regno avii sui domnissimi Ordonii regis quod

'73

c.x

centena nobies

fuit

tempore pre-

tune usque actenus per curricula


LEÓN además,

el tal

monasterio poseía «sernas» y viñas en tierra de Campos, o

sea en Rioseco, Villaceide y Coianca, desde antes de 940, es decir,

cuando

apenas contaba con otro suelo que su propio término, y añádase que cierta

donación

al

mismo, hecha en

968, aparece refrendada en

Villa de Zait — hoy Belver de los Montes — no lejos

como

pensar que dichos monjes, cordobeses,

primero

el

do de

sequía general,

la

de Mazóte, haciendo

de Escalada, fundaron

monasterio en cuestión, regidos por aquel Martín, abad cordo-

cuya noticia en otro lugar apuntamos

bés,

los

concejo de

el

el

retiraron a Sa-

(2), se

de Escalada, Castañeda y Saha-

los

bien su mozarabismo, según ya, en hipótesis, y

sobre los caracteres artísticos del edificio, expuso

Desgraciadamente

vez huyen-

tal

origen v cronología de nuestro monasterio

quedarán estrechamente ligados con

muy

y que luego,

hambre y epidemias de 916

nabria. Si ello es exacto,

gún, razonándose

(1).

la

conservación de

el Sr.

Agapito Revilla

esta iglesia

(3).

deja mucho que

desear y, entre partes destruidas, encubiertas y renovadas, lógrase a duras

penas formar juicio de su aspecto antiguo, quedando siempre incertidumbres,

sería

que sólo una exploración de piqueta y azada podrá resolvernos. Esto barato y hacedero, salvo los riesgos que la indiscreción de un restau-

rador erudito traería consigo irremediablemente; mas, con todo,

annorum xxxvi de tinaria

piscaría lacu maris egrediente rivulo Terie

que fuimus habitantes

in

quod emimus

Mouzoute... Nos vero supradicti fratres

quieto per

temporum regum domni Hordonii domni

Ranemiri sereníssimi nostrí

domni Ordonií

regís hodíe xxxvi

regís prolis

San Martín de Castañeda:

Bib.

(i)

Página

(2)

Bayanolmógrib,

(3)

De

una en

1

annos usque

Froílaní in

traducción de Fagnam,

vicisitudes históricas apenas

149 (Manrique:

sabemos

t.

Annales cistercienses;

t.

II,

hermanos, que habían recibido de Fernando

II

(Zamora ilustrada;

n.° 41), y

una

II, p.

et

domni

regni sui». Becerro de

Corónica,

t.

V, n." xiv.

p.

cierta vila

en

carta real de 1228 por la

que ocupara.

174

88); otra

1

193,

cuando Al-

en cambio de San Cipriano de

fundó un convento de monjas dominicas, con señorío sobre

278.

de Zamora y D." María Vela y sus

a la catedral de Falencia las rentas de este lugar (Bibl.

edificio

abbate nostro

habuiínus iurc

que referencias de su nombre:

otra cosa

la catedral

Mazóte

de Cas-

107.

fonso IX resolvió una contienda surgida entre

daba

ven-

presens tcmpus gloriosí princípis

39. — Yepes:

f.

et

domni Adefonsi

domni Ranemiri secundo anno

nac, ms. 18382,

fratres

cum

Martinus abba conparavimus ipsa piscaría ex utraque parte rivulo

las

nac, ms. el

que

el

13123).

mismo En

rey

1305 se

pueblo, y aun subsiste

el


MAZÓTE de reconocer en su iiUcj^ridad

t¿ijas

primitivo se sobreponen, y hacen

lo

deseable ver alf^ún día limpio y desembarazado, de cuanto

incompatible,

sea

el edificio.

tamaño

Por

moderno

excede a todas nuestras

del

ij^lesias

mismo

siglo; su es-

tructura posee rasaos de originalidad bien notables, y en su construcción

entran elementos andaluces y bizantinos, que desde luego avaloran esta obra,

nos

\

la

ofrecen acaso

como

prototipo de

la

arquitectura mozárabe

leonesa.

Su planta

(Fig.

naves y crucero,

yS) es basilical, C(jn tres

l-^ste

remala con exedras, ejemphj nunca más visto en España, inspirado acaso en los «trichoros» orientales v romanos, cuya función principal era nuar, mediante sus b(')vedas, los empujes del cimborio. signe ejemplo

la

de

la

y

(i).

llas

respectivo

(2),

la

catedral armenia de

se atribuye al siglo Vil, y ella posee

además

respecto de Occidente, recuérdese

la capilla

Siria,

creyó carolingio,

que

lo

A ellas

la

Bcthléem,

Vinccnt

(2)

Grüneisen: Sainte

(3)

Rott: K.Iei

et

Abel:

lám.

tal

capilla

(4)

Lynch:

Armenia;

Vinccnt

ct

(6)

Bulicti n archéologiquc,

(7)

Pág. 5u.

t.

I,

lámina en

Abel: obra citada,

II.

la

pág. 244.

fig. 6.

1893, láms.

'7 5

(5);

vez esté los

más

justificado,

nuestros de Astu(7).

mayor ahora y con muro

Marie Anliquc; fig. 369. nasiatische Denkmáler; fig. 70.

(5)

que

capillas laterales cuadradas: entre

media un tramo rectangular, hecho

(i)

hoy arruinada

de Germigny-des-Prés, antes explicada

cabecera desarróllanse dos

(4),

se atribuye al siglo \"l:

teniendo en cuenta semejanzas de sus capiteles con la iglesia

Exmiadzin

de San Lorenzo de Grenoble.

con cuatro ábsides, opuestos dos a dos, edificio que

y además

sillería

gemelas y recuadradas por

Ruhaiba en

fuera, poseía igualmente la basílica de

rias (6),

típica

otros ábsides opuestos en sen-

tido longitudinal (Fig. 76); exedras colaterales,

lo

extremos

disposición exactamente repetida en una de las capi-

rupestres de IJrgub (3) y en

pero A. Saint Paul

los

da in-

Las del Athos ofrecen como

que sirven de coros, con su

existencia de ábsides colaterales así, atril

iglesias

Natividad en Belén, con dos ábsides a

del crucero, que datan de Justiniano la

En

el ate-

I

a VIII.



MAZÓTE de cerramiento

muy

alto, el dovelaje

posterior, en

allí

por dentro y hacia

se advierte,

como

como

una ventana rectangular,

inferior, y debajo

lavada de abajo a arriba,

que

que

de un arco bien grande, sea o no primitivo,

gando algún hueco

ficio

el

para salvar

lo

descar-

muv

sos-

altura de otro cuerpo de edi-

la

prosiguiese hacia afuera. Efectivamente, observando en

plano

proporciones

las

el

de

la

su amplitud de alas y

iglesia,

capilla de los pies, resulta pobre-

mente desarrollada

la

cabecera,

y échase de menos un ábside,

análogo

de Melque, y parejo en curvatura a los otros fenecial

mientos de

nociendo

retablo, y

en

el

la iglesia:

la

sólo reco-

pared, tras del actual

excavando por fuera

inexplicable macizo que

hay, podríase comprobar

allí

ello es o

no exacto. Ni extrañe

su desaparición, porque todo r Fig. 70. Catedral de

M

1

Exmiadzin (.\rmenia): planta

edificio

— salvo lado — altos

las del ala

los

de

la

el

descubre lastimosas hue-

^^S de píqUCta demoledora, COn la

das,

si

que fueron

al

suelo sus bóve-

septentrional del crucero y capilla del

mismo

nave central, hacia sur, y otros muros travesanos

y arcos, mutilaciones que parecen efecto de un derribo, suspendido en

buena hora, más bien que amputaciones obligadas por causa de ruina.

modo

El coro occidental, a los pies, sería otra capilla, a

ábside, cuyo diámetro alcanzaba a 6.74 metros; pero solamente dejó reconocible, hacia

mente que

los Sres.

cia implica otro

problema de orden

bio de orientación,

(i)

la

comprobado en

— 23

aun no

así

esclarecido,

obedezcan

de Oriente,

y siguientes.

177

echaron de ver. Su existen-

que ábsides

iglesias

p. 2 ló

la

litúrgico,

hipótesis de

Strzygowski: Kleinasicn,

derribo aludido

parte baja, su curvatura, y tan escasa-

la

Agapito y Lampérez no

en realidad es deficiente

el

de contra-

la

porque al

cam-

de Balbek

(i)


— LEÓN por ejemplo. Inglaterra suministra indicios de otros (i);

hacia

el

IX

les

Grenoble, antes aludida;

En

migny-des-Prés.

desde

el

siglo VII

hubo en Alemania, siendo bien notorio y elocuente en

plano del monasterio de

este sentido el

tales,

y,

según

África se

se dice,

cuentan

Gall

St.

la

añádase

(2):

también

(3).

de

de Ger-

gran basílica copta de Erment,

argelinas de Orleansville y Matifu y las tunecinas de

V Mididi, todas de arte constantiniano

la capilla

asi era la iglesia

las

Uppenna, Feriana

En España consérvase

el

dato

de dos coros, que pueden reputarse ábsides, construidos por un abad

Locúber, año 691, en de Camarzana en

de Castulo

iglesia cerca

de Vidríales (Zamora)

el valle

además,

(4);

parroquial

la

Santiago de Peñalba,

(5),

donde pudo tomarse a Mazóte por modelo, y Santa María de Lebeña, que tiene cuadradas sus capillas y obedece a diverso rumbo. Finalmente, hay edificios

romanos con ábsides opuestos, que no pueden suponerse

por carecer de

diado por

la

el Sr.

orientación ritual; ejemplos:

el

iglesias,

Gasón de Jumilla, estu-

González Simancas; una ruina de

Úxama

y otra en San

Valmuza (Salamanca), enriquecida con pavimentos de mosaico; mas difícilmente podrán ser aducidas como explicación del problema

Julián de

que nos ocupa. Esta iglesia de Mazóte (Láms. LVII a LIX;

San Pedro de

la

figs.

Nave, ofrecía dos tipos de estructura:

verosímilmente, por

las

bóvedas de su cabecera, y

das naves. La central alcanzaba doble altura que sin ventanas, abrirían

norte, acaso

(1)

— Lnlart:

Rivoira,

(2) (3)

Gsell:

Les

monuments antiques

Gauckler: Basiliques (4)

el

los lienzos

y éstas, de sur y

págs.

119,

págs. 5o2, 670 y Ó89.

169 y i85.

570.

de TAlgeric,

t.

II,

págs. 222 y 343.

chréiionnes de Tunisic.

Hübncr: Inscript. Hisp. christ.

siendo de Bailen, D. R. A. de los Ríos: (5)

1,

de

en sus techa-

las colaterales;

Le origini della architett ura lombarda, t.

la

bizantino,

y renovados huecos; dicha

los actuales

Manuel d'archéologie fran^aise, Ann. benedict., t. III, pág.

Mabillon:

el latino

probablemente dos puertas en

donde mismo están

como

77 y 78),

La constituye una

,

núms. 5o2 y

Monum.

670. Publicóla

sola nave, y de su ábside occidental

además, en un huerto próximo, están

los

como

toledana,

arquit. de España: Toledo;

pág. 39.

no quedan sino cimientos;

dos capiteles para pilastras a que arriba se aludió,

parejos a otros que hay en Santullano de Oviedo y San Pedro de Montes,

rresponden a columnas, y también quedan solerías de mosaico vulgares.

178

si

bien éstos co-


— MAZÓTE nave central llexaba en

mente hacia

septentri(')n,

pondencia posible con

como les,

lo alto

sej^ún se conserva perfecta-

f^uardando distancias iguales entre

los

en Escalada, que,

un \entanaje,

si

y sin corres-

cinco arcos bajos medianeros; además obsérvase, bien por dentro todas estas ventanas son igua-

su derrame se acentúa alternativamente

más o menos, resultando por

fuera dos huecos de 18 centímetros y otros dos de 46 en anchura, y con

Fig. 77. Mazóte: sección parcial de

la iglesia

rebajo exterior para encajar celosías de piedra, según costumbre. Entre

nave medial y

el

crucero atravesábase un muro, cuyas señales permane-

cen, sobre un arco, de seguro, garía probablemente rito español. El

más

alto,

que ha desaparecido, y

éste a su vez alber-

un iconostasis o trabes, como en Bamba, según

crucero comprende dos

con ventanas

laterales,

alas

abovedadas y tramo central

cuyas jambas perseveran hacia sur, de-

jando un hueco, aproximadamente igual a iglesia

la

los

más anchos

del

cuerpo de

la

y derramado, pero con menos amplitud, hacia adentro; su cubierta

es creíble

que fuese de carpintería, en atención a

5.55 por 4.86 metros

—y

lo

alargado de su planta

delgadez de muros, no contrarrestados y con ventanas laterales, que hacen inverosímil, igualmente, un cañón de a

la

bóveda. Las capillas laterales son bajitas, y

170

el

tramo de cabecera entre


LEÓN medias, con

que hoy

el

se

comunican mediante arcos modernos, llevaba

seguramente bóveda de cañón, pues resulta

de

lo alto

gualderas todo

las

socavado, denunciando su derribo. El suelo actual en toda estar

más elevado que

el

primitivo, y hay

un pozo en

la

la iglesia

debe

nave de en

me-

dio, hacia los pies. Orientación del edificio, perfecta.

El

aparejo de

menuda

intercaladas de piedra

guardan hiladas con igualmente con

el

mampostería, con algo como cintas

es de

en algunos lienzos; las esquinas, de

mampuesto; por dentro, jambas y

sillares

asimismo de piedra notándose que

muros

los

muy

pilas se

sillería,

forman

largos y de 24 a 30 centímetros en alto; y

caliza y con sutiles juntas es

de

éste y la sillería

el

dovelaje de los arcos,

jambas sobresalen algo de

las

los

para-

mentos, que iban revestidos.

La bóveda que

se

conserva en un ala del crucero

de ladrillo tabicado, moderna

— forma

— pues

otra es

la

cañón semicilíndrico, rematando

con una semicúpula algo prolongada en herradura, sin imposta en su

como por

arranque; y

bajo de ella

parte de los arcos laterales, resulta

semicilindro de

el

la

La bóveda de

exedra abarca

rosca de éstos arqueada también y

disminuyendo progresivamente de grosor hasta lados (Lám. LVIII).

la

la

uno de sus

clave por

la capilla lateral

vecina es de aristas,

de tipo romano, o sea por intersección de dos semicilindros

apean en cio.

En

se

rincones sobre columnas, sin mediación de imposta ni cima-

los

la capilla

compañera, pues ría

que

(i),

del lado meridional sólo el

enorme desplomo de

quedan arranques de

la

bóveda

la

pared lateral exterior provoca-

su ruina.

Los arcos son todos de herradura, incluvendo haz interior. En cuanto a proporciones alcanzan

que viene

a ser

una prolongación de

tres

semicírculo; resultando constituidos sobre altura, y en relación los arcos

como

las el

ventanas por su

mayor

desarrollo,

quintos del radio por bajo del

un triángulo de

igual base

que

cuatro a cinco respecto del diámetro: esto en

grandes, pues los de

las

ventanas son

mucho menos

prolongados.

Su intradós forma concavidad bien acentuada, quizá para avivar más las aristas,

y

ello se

observa con persistencia notable en todo

leonés del siglo X. Las

(i)

Se repiten

así

en

el

impostas son

algibe de

la

recios abacos de piedra sin

Gran mezquita de Córdoba.

180

el

grupo

moldu-


MAZÓTE dunde turman pequeña nácela y se haciendo a su vez oficio de salme-

raje alguno, excepto en las ventanas,

incorporan a

la

curvatura

res (Fig. yy). Respecto del

pero en

las

arco,

despiezo, poco puede verse con

los enlucidos;

ventanas obsérvase gran descentran! ientu del trasdós,

arcos árabes desde la

ilel

el siglo

X; dovelaje

muy

regular, con

como

extremidad superior de algunas dovelas, y su trazado parece ser

a lo

menos desde

la

segunda junta en adelante, yendo •7

radial,

primera a otro

la

punto más bajo, como en

De

cos visigodos. res

en

empalmes hacia

los

ar-

mavo-

no hay visible sino un

trozo

(Fig.

80),

donde

se

nota igualdad de anchos en el

dos

dovelaje,

primeras

juntas horizontales, y luego,

desde la

altura del centro de

la

curva, con\ergen ellas no

punto sino a otro infe-

a este rior,

acercándose

a

así

los

procedimientos musulmanes de aquel siglo; además, hubieron de llevar una guarnición

Fig. 79. Mazóte: ventana de la nave principal

de

yeso,

figurando

molduraje de trasdós

según puede apreciarse por

descentrado,

las

Todos

los arcos

la

pila,

al

grandes se apean sobre

muro, y coronadas

no entregos como en

lo

exentos, que

los

miden de 35

de

el

columnas, ya

exentas ya

estas últimas por capiteles desligados de

asturiano y románico se acostumbrara.

De basas no puede saberse por quedar en su diámetro, desde

contorno y yeso, de seguro.

líneas de su

por unas mellas hechas en cada dovela para sujetar

tangenciales

muy

las

soterradas. Los fustes varían

mucho

que son delgaditos, hasta

capillas,

los

Son generalmente de mármol

a 40 centímetros.

blanco sucio, con vetas negras o de tonalidad gris o rosada; tres hay de granito

muy

oscuro; uno de éstos desarrolla estrías biseladas y en espiral,

pudiendo ser obra del groseramente.

En

el

siglo IX, y varios se

cementerio, contra 181

forman con trozos empalmados la

cabecera de

la

iglesia, existe


LEÓN mármol

tirado otro fuste de

imbricaciones y algo

como

blanco, estrías

muy

deshecho, con labor esculpida de

por su remate superior; mide en largo

2.45 metros y su diámetro,

aproximadamente, 32 centímetros: parece godo. Los capiteles forman colección notabilísima en esta iglesia: llegaría

número

su

éstos

a cuarenta,

hay unas

siete parejas iguales entre sí,

aunque dentro

del tipo corintio siempre.

romanos, hay en flores

en su

dalucía

de los que permanecen veinte y nueve, y entre

el

crucero,

muy elegantes

dominando gran variedad,

Dos y

iguales,

bellos,

con

An-

eje

medial y parecidísimos a otros de

De

tipo bárbaro, correspondientes al arte

(i).

asturiano con probabilidad, hay trece: ya con folíolas talladas y sin caulículos: corpulentos algunos de ellos,

que están en

(Lám. LX,

la

i.°)

y otro con abaco rectilíneo y arrancando

sobre amplia y

como de

estrías,

los pies

de

modo

lisa

siendo

nácela; ya van rayadas sus hojas así

la iglesia,

su abaco (Lám. a

capilla del lado izquierdo: otro bajito

LXÍV,

una pareja colocada en

coro

el

con óvulos de tipo bizantino en 2°). y

un tercero ostenta vasos

de cálices con asitas en medio de sus frentes;

otro hay, de elegantes proporciones, los capiteles gallegos

que algo recuerda

de Sietecoros, con venas de relieve

sus hojas, un retorcido caulículo en

medio y parejas de informes aves llenando huecos (Lám. LX, 2.°): por fin,

dos

más con

hojas

lisas,

semejantes a otros del Museo de

Oviedo y de Escalada, y con finos caulículos uno de

Una

los

ocho, iguales de dos en dos y siado pequeño para les

ellos.

más homogénea,

tercera y principal serie, la

primer término por todos

capiteles exentos de

muy

robustos.

Un

un tan amplio cimacio como

Fig. 80. Mazóte: arco lateral hacia sur

se constituye

las

naves, que son

par de ellos resulta lleva

en

dema-

encima; son capite-

primorosos y de rica estructura; sus astrágalos fueron recortados,

al

cambio añadiéronseles abacos postizos con palmetas rudas y molduraje (Lámina LXllI); los seis restantes son muy corpulentos, llevan

parecer, y en

(i)

la

Uno

de ellos reproducido, sobre fotografía del Sr. Lampérez, en

Sociedad Española de Excursiones,

t.

I«2

X, lámina.

el

Boletín de


MAZOTK astrágalü, va liso va sogueado, caulículos finos

sumamente encorvadas por

\'

a veces retorcidos, hojas

su extremidad, adhirit'ndose alguna vez a ex-

trañas varetas; sus foliólas van retalladas con elegancia y uno de ellos

omega pendientes (Láms. LXl

ostenta cruces griegas, con las letras alfa y

y LXII). Entran en serie cuatro capiteles menores, correspondientes

extremo superior izquierdo de con astrágalo

rales,

de ellos y en el

liso

las

naves y a

arcos de las capillas late-

los

y en cambio labor sogueada en

el

abaco de uno

equino de otro. Una última pareja sirve hoy de

el

agua bendita:

estos capiteles,

que

al

pilas para

vez se arrancarían del iconostasis,

tal

son grisientos, miden 46 centímetros de

alto,

con gran esbeltez de propor-

ciones; llevan sogueados su astrágalo y abaco, las folíolas alcanzan poco relieve, se

acompañan con palmetas en

(Lám. LXIV,

Su

lo alto

y carecen de caulículos

i.°).

belleza, perfección técnica y refinamientos

ponen

estos capiteles a

la

cabeza de todos sus similares, españoles y franceses, correspondientes a

la

Edad Media remota, pudiéndose asegurar de

lengo oriental, siriaco acaso, estilo

y

tal

más

ellos

una

cosa, y es su abo-

bien que bizantino, y con

tal

pureza de

variedad que han de creerse obra de artistas asiáticos. Es de

advertir que estas piezas inauguran porción de otras

— esparcidas

de Escalada entre

ellas

primera mitad del

siglo

Duero para abajo,

ni

X

más

las del pórtico

por tierra leonesa en edificios de

la

exclusivamente, no volviéndoseles a hallar del

en Galicia, Asturias y Castilla, salvo imitaciones en

Lebeña y Vilanova. de fecha algo posterior que los originales marmóreos. Y más admirable es que ni en Cairuán, cuya Gran mezquita brinda con riquísima serie de capiteles bizantinos, ni en

Italia ni

en Oriente

conózcanlos ejemplares equiparables, haciendo inverosímil

que fuesen piezas de comercio traídas de un extremo neo. Es

muy

típico en ellas el astrágalo sogueado, tal

fragmentos del altar de San Clemente en Roma,

(i)

y 45i

el siglo

IX,

a otro del Mediterrá-

como

se halla en los

del siglo VI (i),

que pro-

tema desarrollado con profusión

como sabemos,

sobre reminicencias bizantinas

Venturi: Storia dell'arte italiana,

del mismo libro. — British

hipótesis de

laurel, y es

piamente remeda una corona de en Asturias en

la

mismo

t.

1,

fig.

74.

Véanse también

las figuras 4.}5

Museum: Catalogue of Early Christian Antiqui-

ties, láminas XIII a XVIII, que reproducen

-

la

célebre arqueta de Proyecta.

183

-


LEÓN acaso. Respecto de fecha, viene diciéndose

que todos

estos

mármoles son

godos, y en verdad que su estilo no es indigno del siglo de Justiniano; pero

razón positiva en su apoyo: ni

falta

las iglesias

godas que aun subsisten,

ni

caudal de sus despojos, conservado copiosamente en Toledo, Mérida,

el

Sevilla,

rezca

Córdoba,

(i),

etc.,

ofrecen un solo ejemplar que ni de lejos se

y en cambio

X

los edificios leoneses del siglo

les

siempre en series homogéneas, como hechos expresamente para

una de sus caras

pa-

mantienen ellos

y con

vertical y llana casi siempre; mientras los capiteles godos,

no ser entregos, aparecen completos, aunque

a

les

se

arrimen

al

muro, como

se observa en San Juan de Baños. Fueron hechos, pues, para construccio-

nes ajenas a los métodos visigodos, en cuanto

podemos juzgar de

inclinando todos los indicios a creer que son de

ellos,

primera mitad del

la

X, y que se harían en la región de Astorga o del Bierzo, donde hay canteras de mármol blanco, por ejemplo en Filiel y Camposagrado.

siglo

Otro miembro decorativo sustancial en

alero del tejado, que en desarrollo

muy

y a ejemplo de

serva

el

las

condiciones climatológicas del país

En Mazóte no hemos logrado

obras cordobesas. los

el

grupo leonés de que tratamos adquiere un

grande, conforme a las

uno siquiera de

ni

el

medievales es

los edificios

hallar

modillones que formarían su alero; únicamente con-

lienzo septentrional

una cornisita, quesería su

alicer o

moldura

de apoyo, hecha con piedra caliza fina, de doce centímetros de alto y for-

mando

dientes de sierra entre dos filetes (Fig. 79), exactamente

ya vistas en

como

las

mayor de Escalada y en Boñar. aún son los vestigios de pintura decorativa conservados

la capilla

Más curiosos

a la altura de las ventanas de la nave central, sobre

blanco que cubre

la

el

revestido de yeso

mampostería, y consiste simplemente en un fingido

aparejo de ladrillos rojos entre anchos tendeles blancos, cual se acostum-

braba en edificios musulmanes andaluces de siglos posteriores.

En

i5i8,

según letrero pintado que observaron

y Agapito, concluyóse una armadura en la

señores Lampérez

tramo central

del crucero, de

que subsisten sus cuadrales y estribado, con canes de

tipo morisco y

pinturas lombardas.

(1)

y

los

el

En Toledo son

Una simple

viga

la

el

separaba de

la

armadura de

la

bizantinos un capitel del segundo patio del colegio de Santa Cruz

del cementerio del Cristo de la Vega, pero

184

nada tienen que ver con

los leoneses.


HORNIJA nave, que píirece rehecha después y se adornó con groseras pinturas. Macia el

mismo tiempo

fueron decorados los muros del susodicho tramo con

como

ventanas a medio punto,

más antigua y de huecos en alto

sillería es la

muy

cio,

los años,

que envuelve

capilla lateral de

la

En

XVI

el siglo

añadióse a SE. una sacristía;

hacia 1778, se realizó

terio,

sillería

que surge a

una capilla

los pies,

y,

gran transformación del edifi-

la

con su abovedamiento general de ladrillo tabicado,

espadaña de

NE., con

grandes, entre machones, que luego se redujeron a

ventanillas arqueadas.

andando

de ladrillo, pintadas. Edificación acaso

hacia norte, etc. La espadaña tiene adarajas a

monumental

la

lateral,

para baptis-

la vista,

para enlace

con otros muros no existentes aún, y una portada en medio, haciendo creer en un proyecto de reconstrucción general, que por gran suerte no se llevó a cabo.

SAN ROMÁN DE HORNIJA En que

se

la

continuación a

atribuyó de antiguo a san

murió fuera de Toledo, año San

Historia de los reyes godos por san Isidoro,

la

Román

de

663, y

Hornisga, junto

que Chindasvinto

Ildefonso, dícese

que fué sepultado en al

Duero, que

río

desde sus cimientos; y que yacía dentro de

la

misma

el

él

monasterio de

había edificado

iglesia,

en un gran

sarcófago con frontispicios puntiagudos por sus cuatro frentes, pues

parece explicarse te a

un crucero de Fuera de

cita

la frase

edificio,

esta noticia,

como entendió

(i)

«Cindasvinthus

Morales.

cuya comprobación no arroja

de 891, cuando Alfonso

extra

1

11

cedió a San Salvador de

Tolctum pace

obiit, in

Hornisga secus fluvium Dorii, quod ipse a fundamento in

cornuto per quatuor partes

monumento magno

— 24

i85

así

mejor que suponiéndola referen-

del cronista (i),

hay

monasterioque

fuit».

la

Tuñón, en Astu-

sel.

Romani

aedificavit, intus ecclesiam

sepultus

el edificio,

de

ipsam


LEÓN muchas propiedades, «monaslerium

entre otras

rias,

Ornica

iuxta flumine Dorio»

más apoyo que

Hubo

recelos.

de ser reedificado

pero quizá esta referencia no tenga

(i):

aun todo

texto anterior, y

el

diploma no deja de inspirar

el

monasterio en

el

X, como se probará después; mas no hallo

siglo

referente al

mino por

como

mismo, hasta que en 1124

se

priorato, de

San Pedro de Montes, en

la

documental segura, posesión de su tér-

Ya entonces dependía,

(2).

el

primera mitad del

la

cita

confirmó

reina Urraca, siendo abad Pelagio

la

Romani de

sancti

Bierzo, y

como

tal

sigue

apareciendo en varios documentos, por ejemplo, dos bulas pontificias, que cita

Yepes

(3),

y un diploma zamorano de 1202, autorizado por

el

prior de

Romani de Ornisia», cuyo sello conserva pendiente. Aun duraba la misma situación en 1479, cuando el abad de Montes otorgó foro a San

«S.

Román, que permanece blecer aquí

Luego, dicen que hubo intentos de resta-

inédito.

una comunidad exenta,

que sustentarse; por

sin

buen éxito por

falta

de rentas con

en 1489 D. Alonso de Fonseca, obispo de

ello

Osma y

comendatario del monasterio de Ornija, entró en negociaciones para venderlo a San Benito de Valladolid, con bula pontificia autorizándole,

y volvió a ser priorato suyo por bula de 1603

se llevó a cabo,

La iglesia actual

es

sillería

y lienzos de tapia y

(4).

una construcción amplia, de una

cuyo ancho mide y'So metros, repartida en en

ladrillo,

los

tres tramos,

que

se

como

sola nave,

con estribos de

abren ventanas góticas

con tímpanos de claraboyas, como del siglo XV, y se haría probablemente cuando el susodicho intento de restauración, dejando por cabecera la obra

como

antigua,

XVI, según Ambrosio de Morales

del siglo

to

en Bamba; pero ello se demolió del todo en

(i)

España sagrada,

(2)

Archivo

hist.

t.

XXXVIl,

último tercio

acredita, sustituyéndolo por

pág. 341.

nac; documentación de San Benito de Valladolid; caja 232:

en diploma de Sancho IV. Ornisia es

lugar, y así dura hasta

el

siglo

el

XIV por

lo

la

forma bajo que aparece aquí

menos. En carta

real

de 1279 se

el

le

inser-

nombre

del

llama Ornija,

siempre sin H; Sandoval aun escribe Ornixa; pero Morales restableció eruditamente

forma Hornixa, que ha prevalecido en arroyo que pasa por

allí,

(3)

(4)

Arch.

hisi.

moderno. Ornisia era también

citado para localizar

de 916 y 955 (Esp. sagr.

Corónica de

lo

t.

,

la

nac;

XXXIV,

nombre

la

del

un «castrum de Abeiza Gutérriz» en diplomas

págs. 436 y 459).

orden de San Benito,

sala VI, cajas 232 a 236.

el

186

t.

II,

f.

184.


HORNIJA simple capilla CLiadr¿ida; y por último, a fines del XVllI, agre^^óse a pies un tramo de nave, con torre en el hastial y capillas laterales, obra

un¿i los

sosísima de un

Juan Ascondo, arquitecto. Por delante

t'ra\'

queda un amplio cimiento de grava y argamasa, con

tancia

}'

a cierta dis-

restos de para-

mento de manipostería, que nada enseña. Respecto del edificio antiguo Sandoval y Yepes no supieron otra cosa que glosar a su

modo lo dicho por En un pasaje

Morales, y tampoco esto es de gran

claridad ni provecho.

equipara

los

de Bamba,

arcos de Hornija a los

lo

que viene

que eran de herradura

a significar

otro pa-

(i);

saje dice así: «"^'o vi la iglesia anti-

gua, de obra gótica, con su cruzero

de cuatro brazos, S. Ildefonso

como

descrive

la

quando habla de su fun-

Mas por ha ver después que-

dación.

rido ensanchar la capilla

ha perdido

forma de

la

antigua, y solo

mayor la

se

fábrica

quedan muchas de

colunas de diversos géneros

las ricas

y colores de mármoles que avía por todo

el

edificio»;

además contenía

dos capillas, que en base sin

el

sarcófago de

una mostrá-

la

mármol

blanco,

donde yacía

letrero alguno,

el

cuerpo de Chindasvinto, venerado allí

como

santo, y en

ba colocada, reliquias

allí

sirviendo

Fig. 81. Hornija: ara de un altar

otra esta-

la

de

altar,

depositadas,

pero

un ara antigua con

un conflicto entre

modo

el

el

arte a

ni

alusión

histórica

(2).

que pertenecía. Desde luego suscítase

dato de su fundaci<')n por Chindasvinto y

(1)

Viage santo,

{2)

Corónica general de España,

pág. 87.

-

de

quedan sus mármoles, atestiguando

El edificio cayó por entero; sólo

riqueza y en algún

fecha

sin

inscripción

lib.

187

XII, cap. 28.

-

el

carácter


LEÓN

común

de los susodichos despojos, que nada de

mente godos, y

al

X. El altar aludido, con su inscripci(')n, subsiste convertido en

siglo pila V

no viéndose de letras sino algunas hacia

go, bastan para

de Morales

concordar

(i).

Ahora

IX o principios

siglo

ofrecen con los notoria-

contrario respecto de obras mozárabes leonesas del

alargado y

la

A

la lectura,

los

no completa

ángulos, que, sin embar-

ni

muy fiel,

por desgracia,

bien, sus caracteres epigráficos corresponden al

del X, con la

sin travesano.

C

rectilínea, el ápice izquierdo de la

La piedra

es de granito,

T

con base cuadrada

y molduraje de tradición romana formando cornisa (Fig. 8i).

Otro elemento decorativo notable son alero del edificio, unos puestos

bajo de

la torre,

y otros

hoy como

los

el

losas en el portal de la iglesia,

a la vera sueltos y

allí

modillones que tuvo

muy

rotos. El dibujo

ad-

junto (Fig. 82) da idea buena de su corte cóncavo, repartido en lóbulos

convexos y sin adorno alguno; su

alto es de 64 centímetros: el grueso,

de 21, y están hechos de

tama-

caliza basta. Si su

ño estaba en relación con el

del edificio, esta iglesia

hubo de exceder otras del

las

{

grupo mozárabe

>*

leonés, en

ten

a

las

que

modillones

se repi-

iguales,

aunque menores y generalmente decorados:

ellos

inícianse en Escalada, se-

(i)

n.° 140).

Muchas veces Quizá pudiera

F¡g. 82. Hornija: modillón de alero

repetida y siempre sobre

atendiendo a

restituirse,

el

la

texto de Morales (Inscr. Ilisp. chris.,

exigua parte conservada, en esta forma:

nomi ne Dni Salvatoris mundi In

(?)

hic sunt reliquie sel

Romani monachi Ma

Martini epi sce

sci

riñe virgs sci Petri apli sci

et

loannis bpte

sci Aciscli

aliorum numero scoru.

18»


IlOKiNIJA

gún ya

se adujo,

y van

Lebeña, Moroso y

la

repitiéndose en

Peñalba. Celanova,

Cogolla, hasta pasar a

Vilanova,

románico. Sus prototipos

hj

tambicMi va dicho que son cordobeses,

y además parece averiguado que en los edificios

godos no

usaron ale-

se

ros de modillones, sino cornisas.

En col umnas ja

es

de Horni-

notabilísima y suscita proble-

mas, a gran

la serie

la

par que

la

transcendencia

piezas en

la

iglesia

de Mazóte, de

Hay

artística.

misma, sirxiendo

de pila para agua bendita y sostenien-

do

el

pulpito; en la adjunta casa del

priorato, construida en

molino que de Santo

le

1768; en

perteneció; en

Tomás

ello

la iglesia

— salvo

hay

número

total

algunos grandes

fustes,

de

granito —

el

Bierzo; los capiteles mayores,

es

las

de capiteles

basas, fustes y cimacios en crecido

blanco, algo sucio y veteado generalmente, cuyas canteras

conocidas se hallan en

Tomás

de San .luán en Morales, y en

y ermita del Canto en Toro. El

vistos llega a diez y seis, y

Todo

Fig. Í3. Toro: capitel en la iglesia de Sio.

un

de

número.

mármol

más próximas cuyo diámetro

inferior se acerca a 38 centímetros, estuvieron exentos y son cuatro,

nada

parejos de estilo; medianos, o sea de unos 27 centímetros, hay nueve, todos ellos

con una de sus caras llana

y vertical, para fustes que habían de

tangenciales

ir

y ligados a

la

al

muro

fábrica solamente

por sus cimacios, particularidad

muy

notable, porque en lo visi-

godo no parece haberse observado dijo. Fig.

tí4.

Morales de Toro: capitel en

la iglesia

tal

cosa,

como

ello

para fechar desde luego

neralísimO en nueStraS ¡glesías

de S. Juan

las piezas

181)

bastando

en cuestión y comprobar que

hubo de parecerse por su estructura

se

Al contrario, fué uso ge-

leonesas del siglo X,

edificio

antes

el

a Santa María de Lebeña. Las


LEÓN grandes piezas exentas, sin embargo, hacen sospechar

como en Mazóte. no más antiguos aún,

existirían, a

si

más

del crucero, naves prolongadas,

Pudieran ser godos,

si

fundado por Chindasvinto, dos capiteles de iguales,

que copian

detalles clásicos,

si

los

bien rudos en cuanto a su técnica y llevando consigo

que pudo hacerse en

LXVl

medianos, enteramente

orden corintio romano con toda precisión } aun con

el

un collarino angosto; además tienen una cara

nas

y proceder del edificio

V LX\'II,

el siglo i.°).

X

al

lisa

y vertical, mutilación

aprovecharlos en otro edificio (Lámi-

También de

tipo

romano puro, con

retorcidos

Fig. 86. Hornija: Fig. 85. Hornija: capitel en

la

casa del Priorato

capitel

que sostiene

el

pulpito en su iglesia

caulículos, pero sin collarino, es otro capitel de los mayores,

sosteniendo

el

coro de

la iglesia

toresana de Santo

junto con otro de tipo bizantino, y

ambos

que

existe

Tomás Cantuariense, mármol blanco,

sobre fustes de

de 2'o8 metros de alto y o' 38 de diámetro.

Los restantes capiteles encajan en patrón bizantino, siempre bajo tipo corintio,

más

o

menos

alterado, y

esculpido a manera de soga.

conformes en

lo

de llevar un collarino

Hermanan perfectamente con

los otros

de

Mazóte, Sahagún, contornos de Eslonza, pórtico de Escalada, Peñalba,

Lebeña y Celanova, mas ninguna otra serie le llega en variedad de tipos, haciendo verosímil una prioridad de tiempo, salvo la de Mazóte acaso. He aquí su análisis: tres filas

Un

gran capitel hay, prototipo de

de hojas iguales entre

sí,

los

de Sahagún, con

escotadas, hendidas a biseles y revueltas

sus folíolas con arte admirable, que singulariza este grupo (Lám. abajo). Otro, de igual

tamaño, o sea con 62 centímetros de altura, IQO

LXV, es

más


IIOKMJA exactainenie C(H-inlio, con caulículus, flores y trenzas en su abac(j, ubra magistral (Láni. LX\', encima). Se aludi"),

parece

le

nuiv deteriorado, con menos

otro de Turo, a

el

que antes

se

hojas y florones variados, y sin collarino,

revolviéndose en cam-

bio su zona inferior de hojas

-^

en ligera curva; pero no sa-

ía^ bemos

En sólo llegan a 26,

forma, y

serie de

tamaño me-

centímetros de altura, excepto dos que

algún cáliz y trenzas varia-

flores, aves,

LXVI, LXVIII y LXX;

das (Láms.

la

83).

reveíanse dos tendencias: ya las hojas son de clásica

acompañan palmetas,

las

provendrá de

para rcducir SU altO íFig.

Fig. 87. Hornija y Morales de Toro: basas

más

ello

un cercenamiento moderno

=i:u/

diano, o sea con 30 o pocos

si

fig. 84);

ya

la

disposición es

más

libre,

transformándose sus hojas en cogollos y palmas, con esquematismo bizantino y adoleciendo de cierta mezquindad (Láms. LXVI y LXVll. 2.°): en

un

una hoja y

capitel de estos últimos faltó piedra para

repitiendo

el

se la sustituyó,

caso de Escalada, por una paloma picando racimo (Fig. 85).

Estas representaciones animales son esquemáticas e infantiles. El capitel del pulpito

(Lám. LXIX)

es imitación inexperta y

quedó con hojas

lisas,

excepto por una cara, donde reaparecen los

procedimientos asturianos de

talla

(Fig.

86).

Este último capitel, que iba exento, lleva

un fuste adornado todo con

estrías

-

en espiral

biseladas, dispuestas en dos tramos y coronadas Fig. 88. Hornija: cimacio

por

filas

de hojas, poco artísticamente esculpi-

(Lám. LXIX). Otro

das; su diámetro es de 18 centímetros

asimismo;

estrias tural,

los

demás son

lisos, sin

collarino siempre,

y ya cilindricos, ya en tronco de cono poco acentuado

(i)

En

Monumentos arquitectónicos

duciendo esta columna del pulpito entera y

Además,

los tres del portal

de

la

los

fuste

como

el

ángulo SE. de

moderna.

191

na-

de España grabóse una lámina repro-

dos capiteles grandes de nuestra lámina

casa del priorato,

la iglesia

es

(i).

muy

LXV.

defectuosamente interpretados,

la

que

se

inscripción del ara y otra sepulcral del siglo XIll, era i25o, grabada en un gran

conserva en

hay con

sillar


LEÓN De basas, hay desarrollada,

tres grandes, áticas, sin plinto

y con su escota

muy

ya con tendencia cónica ya de amplia curva, según se

extrema en un cuarto ejemplar, de menos diámetro, que hay en Morales de Toro, bajo el capitel antes reproducido (Fig. 87, perfil 3.°). Otra gran basa, de piedra basta, carácter

hay ante una casa que perteneciese

al

romano bárbaro y mezquino desarrollo, San Román; pero ella no es seguro

frente a la iglesia de

mismo

edificio

que

las otras.

Hay, además, fragmentos de cimacios, sirviendo de base a lastres columnas de la fachada del priorato. Son del tipo usual leonés, que acom-

paña siempre

o'Ti

— excepto

Mazóte

—a

piteles

susodichos

en

de ca-

las series

bizanti-

y que además se les halla en Bamba. Compónennos,

una sobre

se de dos nácelas, Fig. 89. Hornija: adorno de

un cimacio

guarnecidas por conta-

otra, rios

y con un tablero de coronación (Fig.

tiene

además por un

que no parece de

88).

Uno

de estos tres mármoles

frente labor de girones y orla curiosamente adornada,

estilo posterior al siglo

X,

si

bien tampoco hallamos

cosa equiparable (Fig. 89).

Toda que

esta serie de

la iglesia

mármoles, tan bien caracterizada, permite creer

de Hornija fué de tipo mozárabe, formando crucero,

en Mazóte y Bamba, ya fuese de tipo bizantino,

como

ésta última

como la

de

Lebeña, ya con prolongación de naves, como en Escalada y Mazóte,

y,

por correlación de fechas, dataría de hacia 930 Resulta imposible hallar hoy en

correspondiente a un letrero, «en

un poste quadrado, parte de copiado

así:

I

Campo

cuerpo de

de piedras de |

la

Historia

la

papeleta

la iglesia

(de Hornija), en

mármol y

parte de otras»,

lOANNIS

|

MONACHI

|

(2).

San Román de Hornija tiene estación de

a Salamanca.

(2)

(i).

Academia de

NN-DÑ|H-C-R-B- SISTE

PECCA TORI

(i)

él

el

la

y

Hübner: Inscr. Hisp. christ.,

n." 52*

192

ferrocarril en la línea de

Medina

del


SANTA MARÍA DE BAMBA No fué

averiguar C(3mo ni cuándo se dio por cierto que este pueblo

es fácil

Gérticos,

la vila

o heredad de Recesvinto, donde

alcanzó

le

la

muerte

en 672 y donde Wamba fué elegido por sucesor en el reino de los visigodos. La semejanza entre el nombre actual y el de este rey tampoco parece asegurar su etimología ni la

provincia de Zamora;

santo

Tomás

y

(i),

el

la

el

uno hacia

norte, en

XII

siglo

con

(2);

la

particularidad de que,

lián (3) y la crónica de Albelda,

quizá

muy

es

hagún

el

según

el

Gérticos ha de ser un

si

antigua, según lo dicho en

la

Con

Villafáfila, entre las

al

que Gérticos reconocíase a

Tordehumos

lagunas saladas que por

Donaciones a Historia de

viginti millibus

(6),

por encima del

la

Wamba,

f.

el

en

la

Esp. sagr.,

ab Urbe Regia distans

t.

in

Gérticos territorio Salmanticensi

Museo

(5)

villa

(6)

«Subtus monte Cauriense iuxta Autero de Pumos»:

Británico (n." 14092), repite lo

el

in

5 a ó).

a

que antes

obiit:»:

dedit,

Bibl.

mismo, con

monte Cauriensi

122 a 1232.

quae

fcrc

ccntum

nac, ms.,

1358.

Otro

yerros.

sita est

se aludió (pág. 173).

193

1

sita est».

propria mortc dccessit».

1088. ^Becerro de

monasterio de S. Pedro, que luego se llamó de

monte mismo de Torozos

Estaba a NE. de

su archivo; años

nomen

el

nomine Gérticos quae

fs.

Salmanticensi territorio

«In

estaba

nos

VI, p. 535. Dice así, refiriéndose a la

villa

24). Allí

Bamba que

se extienden.

villula qui antiquitas Gérticos

— a5

allí

Zamora conservadas en

catedral de

«In

códice, en

la

monasterio de San Martín de Castañeda por Sancha, hermana de

muerte de Recesvinto: «In

(4)

todo, la otra hipótesis

monte de Cauria, citado con frecuencia en documentos de Sa-

Donación

(3)

declaran

(4),

continuación anónima de san

Alfonso VII, en ii53, y otras sucesivas. (Bib. nac, ms. 18382,

(2)

Templarios en

códice de Alcalá

territorio Salmanticense.

del siglo XI, hacia

(i)

fué de

este último lugar, ya que san Ju-

Isidoro (5) y en la crónica de Sebastián, de

sazón en

de

iglesia

otro al sur del Duero, hacia Salamanca, en Val de

Bamba, cuadra mejor su reducción a que estaba situada en

radicaron en

Lampreana, con

Xema, donde hubo monasterio de san Martín, que el

Bamba

concordancia; otros dos

la

Sahagún,

Espina, y resulta ser


LEÓN ocupa ahora, y en incorporada a

Dihigo

la

fundará

ello se

tal

vez

la

crónica de Sebastián en

andadas

es,

tres leguas a occidente

rreno algo montuoso y de ingrata vista por el

célebre bosque de Torozos, que

Fig. 90. Sta. María de

alto del

pueblo álzase

terio, cuyo abad

la

Ñuño

una sede

documentos son

(i)

es citado

vulgo appellatur

t.

XXIII, (2)

Bambense

le

absoluta

falta

dominaba, no

de arboleda, existe.

(2);

monas-

después fué convento

XII; pero lo

más notable

es

apa-

con su obispo Frunimio, de 928 a 948. Los

in villam

Bamba

et] in

lo

Bamba; planta

en 945 y gSi

el siglo

En

un diploma original de Alfonso IV, expedido en

tres:

«Recesvindus

[a

la

de Valladolid, en te-

iglesia, hoy parroquial y en lo antiguo

de caballeros de san Juan desde recer

texto publicado por Barrau-

el

(i).

Su posición ya que

interpolación de este nombre,

la

propriam venit cui nomen erat Gerticos, quae nunc

monte Caurac

esse dignoscitur.»

(Revue hispanique;

p. 240).

«Nunnus abba

sce.

de Bamba»: 949 (bec. Sahag.,

Marie Bambe» f.

(cart.

58).

194

Sahagún, núms.

i5 y 18).

— «Fratres


,

RAMRA primera fecha preinserta, Nerosimilmente ción del Cíxiice d(j

can<'>nic(_)

de San Juan de

(i); la

ulro de 948(2), y

Peña,

hü_\'

la

suscrip-

perdido, expresan-

que habla

sido

escrito

en 938 en

el

«monasterio

U

m be »

ba

bajo

go-

el

del

bierno

obispo Fru-

por

nimio,

Ñuño

diáco-

no,

proba-

blemente

el

mismo que apa-

luego

abad, según Fig. 91.

va dicho

Bamba: sección de

la

nave central

(3).

Este Frunimio debe ser aquel obispo de León, bien conocido, que duró

(i)

allí

«Frunimius

episcopus Bambensi

se-

dis confirmat»: cartulario de

Sahagún,

(2)

episcopus

n." 14.

«Frunimius

Bambensae

scdis confirmat»:

Fsp.

sagr.,tomoXXXVni, pág. 275. (3)

«Explicit

li-

canonum Deo

iu-

bante sub die xvu

Ica-

ben

lendas iulias die

W

'y^/^/wMwmm^/^/^^^^^^

vi fe-

Fig. 02.

ria

Bamba: sección de

las

naves laterales

hora secunda lxxvi

ter terna cencies era.

Conpletusque

in

monasterio

Ubambe

a

Nunno diácono

licet

sub regiminc Frunimii episcopi regnante Ihesu Xristo eterno ct cathedra residens

-

195

-

indigno

Ranimi-


LEÓN hasta enero de 928, cuando hizo testamento en favor de su Catedral, donán-

menos

dola fincas y objetos, y que luego vivió retirado, hasta 963, a lo

(i).

Ciertamente que Risco dio como seguro que su retiro fué en San Andrés de Perameno, por pero

los otros

intervención que tuvo a favor de sus ermitaños en 944;

la

Bamba

datos de

son más concluyentes, haciendo creíble que

Frunimio fundó

este monasterio,

y ello hacia 928.

A

la edificación

cas,

como

su predecesor Cixila

mismo

munificencia del

la

de su iglesia, y aunque

creada precisamente hacia

ejemplo de

el

mismos

los

es verosímil

años, y

de Apellare,

el

que

se debiera

Siman-

diócesis de

la

de santa María,

el título

raro en monasterios de entonces, podrían llevarnos a sospechar un intento

de sede episcopal nueva en Bamba, sin embargo, se la aplicase el título de sede sin

más

residía en

Samos

más probable

como

y Rudesindo en Celanova

(2)

La decadencia de Bamba hubo de

es

que

motivo que ser residencia de un

obispo dimisionario y sin jurisdicción pastoral,

cuando

lo

andaluz Fatalis

el

(3).

ser rapidísima, y gracias a ella se

libró de renovaciones el edificio, hasta que, bajo los Hospitalarios, padeció

gran reforma, cavendo una mitad de

la iglesia

para dejar

naves,

sitio a tres

con cubiertas de madera y separadas por arquerías

muy

cabecera primitiva con todo

que basta para formar

el

lienzo septentrional,

Quedó

airosas.

la

idea de la distribución y estructura, con fijeza no lograda por quienes

estudiaron antes

el edificio.

Éste parece haber sido un ejemplar de tipo bizantino, con planta en

forma de cruz

inscrita en

un cuadrilátero, y todo cubierto con bóvedas,

cual nos lo ofrecen el Cristo de la

en su parte más

Luz en Toledo, San Martín de Segovia,

Germigny-des-Prés,

vieja,

no advertida aún, de contrarrestarse

los

etc.;

mas con

rus in regno inperante paterno legeris

memento mei.»

1239:

anno autem rcgni

menscs

viii

Ordinatio ecclesiae Valentinae

XXXIV,

(i)

Esp. sagr.;

(2)

«Sub dominio

(3)

«Rudesindus episcopus Dumicnse

t.

sui vi

trabajos:

de Santiago

iglesia, la

mismo grupo. También

Roma: cuadernos de

arqueología e historia en

p.

al

particularidad,

empujes de sus arquerías mediante

estribos, que traen recuerdos de Asturias y de otra de Peñalba, perteneciente

la

el

ser de

planta

Tu

vero qui

dies

.\ii.

(Escuela española de

I).

p. 236.

Fatalis episcopi cimeterio

Samonensi»: Esp. sagr

sedis Cellenovensc»:

340.

196

.

,

t.

XL,

Esp. sagr.,

t.

p. 21 5.

XVIII,


BAMBA cuadrada sus

implica una tradición goda u asturiana, que

tres capillas

luego cayó en los edificios de estructura mozárabe ras 90 a 94; láminas

LXXl

más compleja.

(I''igu-

LXXIII).

a

Respecto de proporciones esta iglesia ofrece notable contraste: arcos son relativamente bajos, no traspasando esbeltos; en

cambio,

ias

bóvedas suben

hiasta

el

duplo de su ancho

un

ios

ios

más

ancho de

triplo del

las

naves, y es verosímil que superase esta proporción su compartimiento

obedeciendo todo a

central,

conveniencia de dar luces directas a cada

la

tramo, de suerte que en realidad cio.

es

Tocante

como

las alturas

son mínimas en todo

edifi-

el

a anchos, la proporción entre sus naves central y colaterales

tres a dos,

siendo cuadrados todos los tramos de aquélla y

pillas colaterales, infiriéndose

de esto que

cuerpo de

el

la iglesia es

las

ca-

alarga-

do, en desacuerdo con los prototipos bizantinos, y por apego a las tradicio-

nes occidentales probablemente. Orientación, normal. El

aparejo de

los

muros

es

nal obsérvanse cintas de lajas

menudas

como en

las

lo

árabe toledano;

En

de mampostería. entre cada

capillas

sin acusar cintas, bien careadas y de parejo

guardan

el

de cantos gruesos,

fila

el

tamaño sus

lienzo septentrio-

mismo piedras,

hiladas, en correspondencia con los sillares de las esquinas,

menguando progresivamente de abajo los estribos y los pilares

de adentro son de

que forman

cuyo

a arriba, y su labor es

rada, siendo de piedra caliza basta todo ello

orden, pero

alto varía,

poco esme-

(Lám. LXXI). Al contrario,

sillería

muy

bien labrada y con

juntas sutiles, alternando sin orden hiladas de unos 64 centímetros y otras

que no pasan de las

20: así

también de cuidadoso

bóvedas van hechas regularmente con

es el dovelaje de los arcos, y

sillarejos largos y

angostos bien

cortados. Las pilas e.\entas son cuadradas en su base.

De bóvedas no en igual sentido que

existen sino seis, todas ellas de cañón, desarrolladas el eje

de

la iglesia,

arrancando sobre impostas y algo

prolongada su curva en forma de herradura, sobre todo en

mayor. El tramo central no puede saberse ya cómo bóveda de los ta,

aristas o de gallones, y

tramos colaterales

al

mismo

la

capilla

se cubría, tal vez

con

abriendo ventanas en sus lunetos. De

queda indicio en una cornisa de impos-

reconociéndose que eran cañones, atravesados respecto del

eje

de

la

iglesia, y a conveniente altura para que las otras bóvedas contiguas reci-

biesen en firme sus empujes. Las

impostas son de 197

filete

liso,

y obsér-


LEÓN vase que ellas rodean por

la

cabecera

tramos de naves conservados,

los

medio por ventanas rectangulares, que parecen anti-

cortándose en

guas (Lám. LXXII). El

muro

de sur aparece desplomado, con deforma-

ción de los arcos y bóvedas de aquella parte, atestiguando que

no logró acertar en

el

edificador

el

contrarresto de empujes.

Los arcos son de herradura, sobre impostas de molduraje y con

como

in-

observa en Mazóte y otras iglesias mozárabes leonesas; su despiezo queda incierto por hoy, pues tradós algo cóncavo en sentido transversal,

se

la iglesia fué re-

vestida grosera-

mente, primero

con barro y paja V encima con

modo

de

yeso,

que sólo están visibles algunas

bajas

juntas éstas

son

y

hori-

ha-

zontales,

ciendo suponer radial el despiezo;

respecto de

amplitud, curva en Fig. 03.

Bamba: sección

las

ves laterales al-

transversal, desde la cabecera

canza a dos cios de la circunferencia; los

la

na-

ter-

medianeros quedan algo cortos, o sea con pro-

longación de dos quintos del radio por bajo del semicírculo (Lám. LXXIII); el

de

la capilla

daba

al

mayor

está oculto por

un revestimiento de madera y

que

centro del crucero tiene unos arranques verticales, salientes e

interrumpidos de mala manera, sobre

los

que

se desarrolla

Esta anomalía no parece explicable sino en caso de tasis,

el

como

los

en semicírculo.

existir allí

un iconos-

de Escalada y Lena y como, según indicios,

generalmente en nuestras

iglesias

hubo

de aquellos siglos, formando tres arcos

sobre columnas, cuyos apeos laterales serían, en

les

198

tal

caso, los salmeres


HAMBA

Fig. 94. Sta. María de

conservados (Fig.

93).

Bamba; perspectiva isomctrica del

Además, ante

el

arco de

costados del tramo anterior, hay gruesos maderos, la, los

la

edificio

capilla

mavor v

como trabes

o

a los

pérgu-

que servirían para colgar lámparas y cruces, y también para tender velos, completando con el iconostasis el cerramiento del presbiterio.

199


LEÓN Las impostas de

los arcos

todos (Fig. 96) son de caliza lina, primo-

rosamente labrada, formando grupos de nácelas o semiescotas escalonadas, en

número de dos

o tres, y entre medias baquetones, ya

remedando em-

como

hojitas enfiladas:

brionariamente contarios, ya con rayas oblicuas, ya es

modelo

persistente en casi todas las iglesias

Fig. 95.

Bamba: impostas de

iremos viendo; pero estos ejemplares de variados, dentro de la serie.

mozárabes leonesas, según

los arcos

Bamba

resultan los

más

ricos

y

Del alero exterior no puede reconocerse

vestigio alguno.

Una gran bendita (Lám.

pieza decorativa posee esta iglesia y es su pila para agua

LXXIV), de mármol

por dentro, exactamente igual que

blanco, en forma de taza gallonada

las árabes,

y con aspecto de capitel co-

rintio por fuera, tallados sus cauliculos y hojas

rigidez de líneas, a

modo

sobriamente y con cierta

griego; la parte medial de cada frente

queda

lisa

y algo convexa, y por abajo, en vez de astrágalo, lleva una escotadura: su alto, 40 centímetros. Los capiteles marmóreos convertidos en pilas son numerosísimos: pero

esta pieza ofrece

200

muchas dudas sobre

si

es

una de


I5AMBA

tantas o

si, al

como

contrario, fué desde luego labrada

y a esto nos

pila,

inclinamos con preferencia. Respecto de tiempo, su parecido con capiteles de Mazóte, y en general con toda

como

grupo leonés mozárabe, aconseja reputarla ciendo ser

más

pieza

la

mayor vecindad

como

artística se halla al

en capiteles de

y de

Itálica

Catedral

la

periodo romano, aunque de cincel griego.

esta iglesia subsiste

un largo trozo de

aprovechado

friso,

material en su torre, con labor de rombos, según repiten varias veces

mármoles godos de Córdoba, por ejemplo: parece de piedra basta

Museo arqueológico de Valladolid contiene blanco, que, según dicen, proviene de esta misma El

las

^^ ^Jk^ '/'il^^

iglesia

^h;#Ai¥~iyy ^ \ /\ /^ J^/iLS^—:'^ Bamba:

Pig. 96.

(i),

mármol

de Bamba. Es

al exterior,

y junto a su borde

"""

^'''

en

la

la

^'"" ''""'"• '"^' ""''«"'''"'' "°

parece traspasar

el siglo

Xlll: su diámetro

mismo

exterior es de 47 centímetros. El friso

como

adorna una cenefita de entrelazados ara-

'Jk'

Ik

andaluzas

(Fig. 96).

otra pila, de

de ocho gallones, no solamente por dentro, sino también

i

este

del siglo X: pero recono-

arcaizante y clásica entre todas, de suerte que su

de Córdoba, correspondientes

Además, en

mantenida en

bi/.antina

la decoraci(')n

torre

museo, y también como procedente de

Bamba, conserva un soporte de en

altar

cuadrangular, esculpido a

lo alto,

ces; su alto

I

'32 metros,

modo

cajita

para reliquias

de pilastra y con grandes cru-

y de base 26 centímetros: es pieza visigoda indu-

dable, y otros ejemplares semejantes

Ha de

marmóreo, con

hay en Mérida, Córdoba y Toledo.

tenerse en cuenta que las atribuciones consignadas en

de dicho Museo ofrecen

En

muy

síntesis, la iglesia

mozárabe

inventario

escasa garantía de exactitud.

Bamba merece

de

leonés, con afinidades las

bien, tal vez por

el

más

economía o premura,

clasificarse dentro del

grupo

directas en Peñalba y Lebeña,

ni tiene

mármoles

ni se

apean sobre

columnas sus arcos. Los cañones con sección de herradura recuerdan iglesia

siglo

X

goda de Baños; pero

no autoriza para retrotraer más

Su prototipo

Alháqucm

II

es.

allá del

es la pila del

aproximadamente, admisible.

Museo arqueológico de Granada, con

y fecha de 970. Vaciado suyo existe en

— 26

la

su construcción, dado que también reaparecen en San Miguel de

Celanova. La fecha de 928

(i)

ello

si

201

el

Musco de

.Madrid.

inscripción de


LEÓN De obras

posteriores

tramo de nave

central,

la

más inherente

cuerpo,

más moderno y con al arte

el hastial,

de ogivas

el

torre, levantada sobre el

lo

primitivo, sobre

que

lo

se alza otro

arcos también para las campanas. Las naves la

evolución ogival. de

modo que

muy

aparejo, de sillería estrecha; portada

sus rica

con fecha de Era 1233; una capilla adyacente, con dos bóvedas

lisas,

capialzadas, y arco medianero a medio punto sobre re-

pisas; claustro hacia norte,

hecha con

que

románico, bajo

arquerías son apuntadas;

en

una

con dos arcos por lado, semicirculares, hoy maci-

zos, y todo ello de aparejo igual

corresponden

es

lajas,

con bóveda de aristas en uno de

los ángulos,

y algunos lucillos y arcos de poca significación.

Toda

esta

obra parece ser de escuela zamorana, cuando menos en su elemento

románico.

SAHAGÚN Alfonso

el

Magno, movido

compañeros, idos de

tierra de

villa de Zacarías, junto a

la

a

compasión hacia

moros

el

a sus Estados,

abad Adefonso y sus

compró en 904

calzata o vía romana, que desde

Burgos cruzaba a León, con su

la

cierta

Rioja y

iglesia

parroquial o basílica de los santos

Facundo y Primitivo, arruinada como

estaba, desde 883, por las tropas

cordobesas: cedióla a los susodichos para que en ella estableciesen un nasterio ejemplar, y así se verificó, bajo la advocación de los

mártires, cuyas reliquias

Zeiense

el

allí se

veneraban

monasterio, por estar en

del castillo del

mismo nombre; mas, de

sanctos» (2) o «Sancto

Facundo»,

(i).

vega del

la

En un

mo-

mismos santos

principio fué llamado

río Zeia o

Cea y depender

ordinario, decíase al lugar

«Domnos

Sanfagund y

lo

que

i5,

publicados por Escalona en su Historia

se

contrajo

en

Sahagún, (i)

Cartulario de Sahagún: núms.

de Sahagún, bajo (2)

los

números

II

i

y

y XXII.

«Domini sanciisimi» llamó Alfonso

904, primero de los arriba citados. — «In tivi-, dice otro

diploma de 960

111

a los mártires aludidos,

locum Domnos sanctos

(n." 21 del Cartulario).

202

et

en su diploma de

aula Facundi

et

Primi-


SAHAÜÚN La fundación prosperó, favurecida pur utros reyes y

carácter muzárabe

priniiiivo, hasta Allbnso VI.

fuerza este rey, cuando luego recobró a

casa o por deshacer lo antiguo, puso desde 1080

la

de

corona, no sabemos

la

ella,

variar su

sin

Hecho monje si

allí

por

por amor

como abades

frente

al

sucesivamente, a dos monjes franceses de Cluní, Rodberto y Ber-

segundo por haber llegado

nardo, famoso

el

reformador de

la Iglesia

a ser arzobispo de

Toledo y

española, es decir introductor del culto y

modas

galicanas, bajo la salvaguardia de los legados pontificios. Sahagún, hecho

cabeza de

la

orden cluniacense en

janza correspondiente a su vera

la

nueva era románica;

Burgo de Sahagún, origen de

el

transformó sus edificios con pu-

Castilla,

abad Bernardo fundó

el

la villa actual,

en io85, dotándolo

de un fuero, célebre por su barbarie y tiranía frente a todos y

así llegó a

entre

dad

plantearse

durante

consumarse

incendios y derribo en

Ya no pesa sobre

el

grandezas de

fueron heredados por

poblachón

el

XIX

incivil, entre

de

el

Sahagún

democracia de

mole del prepotente monassus glorias, su cultura no

la villa; se

quedó

Puyol y Alonso: El

J.

(3)

Es curiosa y ejemplar el

en proporción del estrago

allí

la

a labrarse, en 1121,

una

manera como

procuró enterarse de hacia qué parte del

el

más

digna

bien protu-

monasterio fué vendido: salió a subasta

los edificios

momento un

catalán,

que viendo

remataron por unos pocos miles de

mundo

templo, porque, adquirida por

el

Eduardo Saavedra tuvo un

Estado

sin licitadores reales.

Luego,

caían sus nuevas propiedades, fué allá y

en material vendible, salvándose

y partes adyacentes, porque el reloj de la villa estaba

rretera, D.

iglesia,

convento próximo de Tríanos, como bienes nacionales. Ac-

estas fincas, ocurriósele pujarlas y en él se

año transformó

(3).

Abadengo de Sahagún.

cidentalmente se hallaba presente en aquel

tras

con aires de

ésta

ruinas hechas muladares, y en cuanto a los pro-

(2)

ral del

la

monasterio, conforme a los modelos románicos, o

tal

la legali-

(2).

nuevo régimen comenzó

en Madrid, juntamente con

año

unos y firmes en

extinción del señorío monacal, con dos

la

caserío de

vechos tampoco parecen lucir Bajo

los

éste, sus tesoros artísticos, la

los españoles,

dura guerra que burgueses y monjes sostuvieron

pidiendo franquicias

siglos,

los otros, hasta

terio; las

la

a

la

montado

allí,

la torre

y además,

la

de

la iglesia

puerta late-

zona correspondiente, para abrir una ca-

rasgo, único tal vez en los anales de la ingeniería

española, pero digno de su elevado espíritu, haciéndola pasar bajo de aquella portada, subsistente en calidad de arco de triunfo.

203


LEÓN ogivales, puesto

que bóvedas de ogivas,

embargo, que

cia, sin

hastial de poniente;

la

más

muy

arcaicas,

iglesia antigua quedó en

coro de los monjes, dando ello motivo, cuando

otra pared, en

apoyo de

la

tocándola por su

terremoto de lySS, a que

el

de encima, quedando

muy

mitivo desfigurado y sin uso. K\

pie,

remediarlo hubo precisión de alzar en

se resintiesen sus bóvedas, y para

medio

cubrían. Es creen-

tarde se la echó encima una pared del

menos

o

la

asi el edificio

pri-

erudito arquitecto D. Ricardo

Ve-

herradura y

lázquez asegura haber visto aún arranques de un arco de

columnas marmóreas: dicen que sus muros quedaron soterrados entre la carretera v la casa de los señores Font, donde seria bueno practicar excavaciones; pero realmente hoy no poseemos a la vista sino porción de co-

lumnas espléndidas, que dan razón de su época y Consta que

la

Ramiro

presente

11

consagración de

estilo

esta iglesia fué

y con asistencia de

siete

exactamente.

en 29 de junio de 936,

obispos y ocho abades, según

expresa, por rara casualidad, un diploma de otro monasterio el

mismo

rev.

en 937, hacía una donación a

repparacione eglesie vestre»

los

Además,

monjes de Sahagún «pro

y otros privilegios

(2),

(i).

desde 944, a

reales,

lo

menos, hasta 1094, aluden en su preámbulo a esta nueva iglesia, bajo la fórmula «et templo dicato (o dedicato) mire magnitudinis ornato (o composito)».

Lo de

la

«magnitud» queda probado por otros ejemplos que no

de grandor, y efectivamente, dícese que media esta iglesia cosa de cincuenta por treinta pies (14 por 8'40 metros); iba distribuida en tres

hace

fe

porcionada; en sus paredes se

delgadas y llenas de molduras, que indican es parecida a

las

«muy hermosa

y proven varias columnas de piedra pequeñas y

naves casi iguales, con bóvedas: era toda de piedra:

mucha

antigüedad, y su fábrica

antiquísimas de Oviedo». La llamaban últimamente

capilla de san Mancio, por venerarse

alli

además con-

reliquias suyas;

tenía los sepulcros de Alfonso y Recesvindo, primeros abades del

(i)

Biblioteca Nacional; ms. 720,

f.

236,

donde

se registran incorrectamente varios

diplomas de San Isidro de Dueñas, para uso de Sandoval acaso. Entre nación por Ramiro, rey, de una discurrente era

DCCCCLXXIII anno

los alio die sacracionis (2)

vila,

«subtus castcllum Donnas», en III

monas-

regni nri. feliciter

el

ellos figura la

commorantes

in

Domnos

eiusdem».

Diploma de Ramiro

II;

n." 13 del Cartulario.

204

Su fecha segura

do-

día «IIT kls. iulias

es

Era 975.

sáne-


SAHAGUN du una santa Luinbrosa, guardadora del nüsnKj cuando

teriü, el

deso-

la

lación de Almanzor, y los de aquellos siete condes que murieron en batalla de Uclés,

según dicen

Procedentes del

mismo

la

(i).

son conocidas cuatro parejas de capi-

edificio,

teles y dos más, sueltos; cuatro gruesos fustes, también de

mármol

blanco,

dos de granito y un cimacio. Éste es exactamente igual a los del pórtict) de Escalada;

los

fustes carecen de molduras, probando que corresponden

como

a capiteles provistos de astrágalo,

en efecto

enumerados, con labor en forma de soga, y con caulículos o sin

tio,

en foliólas retalladas a

ellos y hojas

bisel,

capiteles

de sinuosos contornos, distribuidos

con gusto exquisito, que da una supremacia

la

serie

leonesa-bizantina

del

siglo

X.

deban

quizá

reputarse

llevan todos los arriba

ellos se ajustan al tipo corin-

de clasicismo a este grupo, sobre todos los

demás de

le

/^'^JTíIlJii

de

(Domo prototipos los

mayores de

Hornija, reproducidos antes.

que

verosímil

Resulta

la

de

iglesia

Sahagún, no obstante sus bóvedas, que realmente

no constan como primitivas,

fuese de tipo basilical, con dos

columnas

Fig. 97.

San Pedro de

las

Dueñas: capitel

exentas a cada lado, por lo menos, sepa-

rando sus naves, ya que son dos

las parejas

de capiteles, una con caulí-

culos y otra sin ellos, que llevan labor en toda su periferia para tos; otras

rirse al

de

muro, quizá en

extremos de

los

uno, con

menor que

toral y el otro,

todos, a

La pareja de grandes de

tros

de

173.

arquerías divisorias: y respecto

cimacio, pudo corresponder

el

una ventana,

capiteles

y sirve de soporte a

alto,

el

ms. del

arco

exentos, sin caulículos, está en

la

pila del

la

pieza unos 48 centíme-

agua bendita, excavada a a capitel

de unos

LXXV).

Escalona, obra citada, pág. 232. Otras referencias en Yepes:

Otras en

al

tal vez.

cimacio, que hubo de corresponder

30 centímetros (Lám.

p.

las

San Lorenzo de Sahagún: mide cada

su vez en un

(i)

exen-

dos parejas tienen una cuarta parte llana y vertical, para adhe-

los capiteles sueltos,

iglesia

ir

P.

Guardiola, en

la Bibl.

20D

Nao., n.° i5iq,

f.

Corónica,

126.

t.

III,


l-EÓN

De

la

un capitel

ütra pareja, con caulículos,

Falencia, recogido por D. Francisco Simón; pues llega a 63 centímetros, está en

el

estíi

en

el

Museo de

un poco mayor,

otro,

el

Museo de León (Lám. LXXVI);

ambos muy mutilados. De las parejas con parte lisa, tres piezas están en este mismo Museo de León (Lám. LXXVII) y la otra en Santa Cruz de Sahagún, sirviendo de

mucho mejor

se conservan

Un

pila: (i).

capitel, sin caulículos,

alto de 34 centímetros v

su alto aproximado es de 42 centímetros y

muy

en todo análogo a

destrozado, está en

los anteriores,

el

Museo de Palé n cía,

y por último, otro, con caulículos y hojas del todo

San Pedro de gún; su

De

las

Dueñas, monasterio cercano

lisas, sirvió

y dependiente de Saha-

fustes, dos, de mármol, están en los portales de

corresponden

convento de

de pila en

24 centímetros (Fig. 97).

alto,

los

pero con

la

al

Ayuntamiento:

los otros,

en una calleja, en

la plaza, el

que

derruido

Peregrina y en una huerta, todo ello en Sahagún; son cortos,

en proporción de su grosor, y vienen bien para

la

mayoría de

los capiteles

arriba dichos.

En dita,

la iglesia

de Santiago de Sahagún hay una pila para agua ben-

de mármol jaspeado rojizo,

como

el

llones profundos, por dentro y por fuera,

de Cabra, formando ocho ga-

como

a partir del siglo X, bien labrada. Recuérdense

y

la del

Museo de

las pilas la

árabes andaluzas,

de Bamba, por dentro,

Valladolid.

SAN PEDRO DE ESLONZA Las cercanías de este monasterio están sembradas de vestigios arquitectónicos,

de

la

que componen una

serie de

de Sahagún, contándose en

(1)

Dibujado fielmente por

el

Sr.

ella los

columnas, perfectamente

ya descritos capiteles y cimacios del

Velázqucz, en

Monumentos

entre piezas correspondientes a San Miguel de Escalada,

ción suya va por cabeza de

la serie

de láminas adjunta.

206

similar

como

arquitectónicos,

arriba se dijo, y reproduc-


i:SLÜNZA

localidad que sólo dista unos cinco kilóme-

moderno de Escalada,

pórtico

Es presumible

tros hacia oriente de Eslonza. si

bien

no ser

cuatro fustes de

mármol blanco de una

solían labrarse tales allá desde

La fundación de

(2)

el

portada, puesto que no

período románico.

monasterio fué obra del rey García, en 913,

este

basílica de santa Eulalia (i).

zando una antigua

manzor

todo ello procederá de aquí,

arruinado ya, nada conserva de antes del siglo XVI, a

el edificio,

los

si

y estaba disuelto en

iocjíj,

utili-

Fué quemado por Al-

cuando doña Urraca,

la

de Zamora,

esmeró en reformarlo y dotarlo, con ayuda de su hermano Alfonso VI. Entonces hace relación un diploma de su iglesia, edificada con admirable

se

obra y suntuosidad hasta 952 desde

por

real,

el

mandada consagrar por

fundación, y

la

abad Adiuvando, cuyas memorias llegan

dato este último en contradicción con feridas,

el estilo

de

la serie

no anteriores a 930 probablemente, siendo

en 914; pero establecido

primitivo. Si

así

rey García

(3),

de columnas re-

que

el

rey murió

caso habitual fué de hacerse las iglesias años después de

el

el

el

monasterio, cuando su expansión exigía local mayor que

el

como

es

parroquial de

la

Villarmún

se inspiró en Eslonza,

verosímil, dada su proximidad, tendríamos indicio de que esta otra iglesia

perteneció

al

grupo mozárabe, con ábsides como

Descritos ya los del siglo

(1)

X, y

los

Diploma de

mármoles

de Escalada.

los

de esta última localidad, no puestos en obra

de Valdabasta

quedan por

(4),

revisar los siguientes:

fechado en 30 de agosto de 912, no aludiendo aún sino a

este rey,

la

basílica de santa Eulalia y san Vicente. Otro, de 13 de octubre de 913, en que aparece

fundado ya

el

monasterio, bajo

y gobernándolo

el

ponde

al

(3)

I

los santos

documentos de Sahagún; número

hija de los reyes

Fernando y Sancha, fechado en

de 1099, donde se consigna, «quod cenobium (apostolorum Pctri situm) tritavus

meus

et

abbatis Adiuvandi perornavit, qui regio

sumptu eclesiam miro opere

honore predictorum apostolorum consecrare

de Eslonza; pág.

14

de

mayo

Pauli in valle Elisonza

Garsias rex in culmine regni positus construxit, ctiam et coUegio

nachorum sub regula sancti patris Bencdicti Dco militancium decoravit,

(4)

que corres-

755,

988.

Diploma de Urraca,

fatus rex in

Pedro y Pablo,

y H.

Vignau: índice de

año

advocación de santa Eulalia y

abad Adiubando. Publicados por Vignau: Cartulario del monasterio

de Eslonza; núms. (a)

la

14.)

Páginas 161 a 1Ó2.

207

fccit», etc.

eum

edificavit,

mo-

benedictione

quam

supra-

(Vignau: Cartulario


LEÓN

V^ALDALCÓN. mármol blanco

— Capitel

como como los

sucio, con caulículos

pero talladas sus hojas

pila en su iglesia.

utilizado

como en

del pórtico de Escalada,

de Sahagún, recordando

los

una cara

griego; tiene

lisa

acanto

el

y vertical para adhe-

muro; astrágalo sogueado:

rirse a

Es de

36 cen-

alto,

tímetros.

MELLANZOS. — Sirviendo de base al pulpito de su iglesia, capitel muy semejante a los

menores

del pórtico de Escalada; su alto,

27 centímetros.

RUEDA DEL ALMIRANTE. — Fué importante y amurallada, en

el siglo

villa

XII, sobre

un castro antiguo, probablemente,

vestigios de

y a poca distancia de Escalada, río arriba. Su

conserva

iglesia

mismo

if

la capilla

mayor, de

fines del

bárbaramente ordenada, con bó-

siglo,

veda de cañón sobre ogivas y columnas, dos de

capiteles de

llevan

cuales

mármol

blanco, semejantes a los mayores de Escalada.

/y Vi

Otros dos de

misma

la

serie,

con un frente

sirven de peana a dos postes en

m

J.

las

derno de tros.

Fig, 98

Mansilla de las Muías: fuste de columna

misma

la

iglesia;

Además, con

ellos

el

portal

liso,

mo-

su alto, 41 centíme-

hay un

cimacio,

compuesto de nácelas y boceles, como

los

de

Escalada también.

SANDOVAL. — A

poco más abajo de Mansilla, es-

orillas del Esla,

tuvo este monasterio del Cister, fundado en 1167. Su

alto,

como

que

se con-

el

agua bendita, un magnífico

los

mayores del pórtico de Esca-

serva bien, ostenta, sirviendo de pila para

capitel, de 48 centímetros de

iglesia,

lada y de Valdabasta, y labrado en redondo.

MANSILLA DE LAS MULAS. territorio, al

sirve de

paso de

la

— Es

la

carretera que cruza por

villa

más importante

Sahagún hacia León.

guardacantón en una bocacalle, junto a

la

del Allí,

plaza del Mercado, un

magnífico fuste de columna de mármol blanco, partido en dos mitades, con 2G centímetros de diámetro y más de tres metros de alto. Cúbrese todo

208


TAYA HA él C(jn imbric¿icii)ne.s

pina, y rematand(j por arriba en astrágalo con

compañera

excepcional,

pie/.a

como

de relieve al^u C(jnvoxas, en turma almendrada,

de

di¿;na

la

(')vljIos

de

tijKj

bizantino. Es

de capiteles reseñados

serie

(Fifi. y8).

SAN SALVADOR DE TÁVARA Desde aquella mención de torres en cio, dispuestas

para que, aun de

espléndida ciudad ministra

modo más

el

(i),

lejos,

la

basílica

Eborense de San Man-

reconociese por ellas

el

quizá no hay otra en nuestro país hasta

códice de Beato llamado Tavarense

(2).

Al

fin

viajero la

que su-

de este libro, a

de «explicit», hay un texto escrito con palabras latinas, pero de

ininteligible, por el

Magio en

que

se infiere la

muerte

del

968, dejando sin terminar el códice, para lo

la

lo

monje «arcipictore» que fué llamado

al

propio monasterio Tavarense su discípulo Emeterio, presbítero, que efec-

tivamente

le

dio fin en tres meses, a 28 de julio de 970; y ponderando lo

fatigoso de su labor,

según costumbre, exclama: «Ü turre Tabarense

alta et

lapídea insuper prima teca ubi Emeterius tribusque mensis incurvior sedit, ct

cum omni membra calamum

tuvo alientos para llenar torre

el

conquassatus

dorso de

misma, como hecha de

la

sillería

Sin embargo, aun la

policroma, con arcos de herradura,

un andén volado, de madera, en torno él

fuit».

hoja con una representación de

del

cuerpo superior, tejado y sobre

dos ligeras torrecillas con otras tantas campanas. Tres hombres suben a

la torre,

desde su segundo cuerpo, mediante escaleras de mano, que irían

colocadas en

(1)

el interior,

España sagrada;

aunque

t.

el artista,

XIV, pág.

377:

para mayor claridad,

«Nc parum

hace

las

esset, circa basilicam

muri

¡n

latum dispositis turribus instruuntur, ut quisque de longe conspexerit splendidam iudicet *

supcrcrcvissc civitatem^>. (2)

Archivo histórico nacional: V.

cuela diplomática a D.

Ramón

Alvarcz de

35, n." 257. la

Braña.

209

Fué comprado para

la

extinguida Es-


LEÓN visibles desde afuer¿i, y otro

una de

hombre abaju hace

sonar, mediante cuerdas,

campanas. Al lado, en un cuerpo de

las

aparecen Emeterio «fatigatus». pluma en mano; él.

edificio anejo a la torre,

monje Sénior,

el

frente a

escribiendo, y otro indi\idüo cortando pergamino con grandes tijeras

(Lám. LXXVllI). El códice

rabismo en aquellos monjes que El

Tapori de Plinio, llevaba

mismo

lo utilizaron (i).

cenobio Tavarense o Taborense

tal

códice

(3);

la

probando moza-

está lleno de escolios ¿irabes,

nombre que recuerda

(2),

advocación de san Salvador, según declara

debió de existir en

a fines del siglo IX, por el santo

bajo los auspicios de Alfonso

III.

en

1

congregándose

sexos, dedicados al servicio divino

137

(5),

el

actual villa de l^ávara, pro\ incia de

la

Zamora; y consta su fundación,

ambos

los

(4).

La

conserva a sus pies una gran torre,

allí

abad Froila,

seiscientos fieles de

iglesia actual,

como de

consagrada

entonces, romá-

nica y con arquerías sencillas en sus cuerpos altos: lleva escalera, de 48

centímetros de ancho, embebida en viéndola de techo; y está hueco todo

el

muro, con

losas escalonadas, sir-

interior de la torre

el

misma,

al

que

se entra desde la iglesia

por un arco, rudamente hecho, en forma de herra-

dura. Es probable que

éste,

y acaso toda

la

mitad baja del

edificio, lisa

manipostería de pizarra, sea obra primitiva; quizá también,

formando arco sobre columnitas. que hay sobre

Otro códice, copia del Tabarense, hecha en

(i) las

Huelgas de Burgos, que estuvo en manos del

la

la

puerta de

XII, poseyó

el siglo

cuando

P. Flórez,

el

y de

ventanilla, la escalera;

monasterio de

éste publicó el texto

de Beato, y lo describe, copiando con variantes buenas su «explicit» (Sancti Beati... in

A pocal ypsin... com mentaría;

mino, y hoy existe en

que debo pero en

la librería

de Mr. Morgan, en Nueva York, según noticia y fotografías

profesor H. A. Sanders. La copia de la torre contenida en

concuerda y carece de

lo esencial

(2)

más

al

pág. xxxvni). Salió de Kspaña, quizá por mal ca-

el

es bastante libre,

letreros.

Esta segunda forma ortográfica ofrece otro texto original del siglo X, transcrito

abajo. (3)

«In Tavarense arcistcri sub umbráculo

(4)

Biblia

mozárabe de

la

sci.

catedral de León;

Salbatoris».

fol.

101 v.,

donde, relatando

la

vida de

san Froila, se dice: «Edificabit Taborense ccnovium ubi congregavit utratramque

sexum

centies seni

(5)

in era

animas Domino servientium».

Dice una inscripción, junto a su portada: «Rubertus cps. consecravit

.MCaLX.W

pater [noster]

(sic)

abbas quod erat Dominicus Adefonsus

».

210

in

sci.

ista

Martini orate pro

cclam. illo

in


TAVARA mas

ello

queda

incierto, mientras

fué imposible.

\í\

no

pueda ver de cerca,

se la

cuadrado exterior de

la

torre

mide

6.8(j

lo

que me

metros: )

el

arco, en su anchura, 1.43.

La segunda fundación de Froila, asistido por el

mismo

Til

junto

valle,

vara, donde

se

l^sla,

al

\'

se llam<')

Attila su colej^a, fué en

Morerola, hoy

Moreruela de

juntaron doscient(js monjes haciendo vida regular.

Allí la iglesia es del siglo XIII,

pero C(;nser\a fragmentfjs much(j

más

vie-

cuales son, trozos de

jos,

algún friso con labor de trenzas, y

una celosía Ilf l^lJirhv,-^

para ventana, de már-

mol, arqueada, con orla de roleos vegetales, sem¡Hor(')n lobulado y pilastrillas,

según tradi-

ción goda todo ello, y por

consiguiente no corres-

ponde

a nuestro asunto.

AYÓO DE vidríales.

— Muy

al

Fíg. 100. Ay^o: basas de

estas localidades, cerca de los los valles

XV

columnas en su

iglesia

norte de

montes que dividen

la

cuenca del Tera y

de Astorga, existe este pueblo, con amplia iglesia de los siglos

a X\'I.

Su

portal se

blanco veteado de de Mazóte, aunque

apoya en dos

pertenecientes a

gris,

ellas

columnas la

misma

iguales,

serie

que

de

mármol

las

mayores

son relativamente pequeñas, midiendo sus cilin-

dricos fustes dos metros de alto por 22 centímetros de diámetro:

los capi-

y 36 las basas. Estas últimas son muy notables por su gran desarrollo y extraña composición de molduras, resultando

teles, 33

una de

centímetros de

ellas

alto,

acampanada y

son corintios;

el

la

otra casi cilindrica (Fig. 100). Los capiteles

uno, con retorcidos caulículos y abaco sogueado, a dife-

rencia del otro que carece de aquéllos y lleva labor de

en

el

rombos biselados

abaco: las hojas y palmetas están exquisitamente y a biseles talladas,

según costumbre (Fig.

En tuoso,

el

loi).

esta localidad había

un monasterio) o cassa, dedicada

solitario del Bierzo, a la

que Gelvira, 211

a san Fruc-

<vl)eo dicata et Christi ancil-


LEÓN la

prolis

Beremudo princeps», donó en

in Vitriales»,

que fué de su padre

"yl K-: f^i*^ "^

una

«villa

nomine Graniocelio

Consta otra donación a este monas-

(i).

por Severo, obispo de Coria, en

terio \-

io52

1

156,

luego fué anexionado al de San Martín

de Castañeda; pero los Templarios se lo

apropiaron, dando lugar a una bula ponen

tificia

I

182 V a

una sentencia canc'mica

en 1326, obligándoles a restituirlo: todavía en

siglo

el

XVI

lo tenia

qués de Alcañices concordarlo con

el

(2).

usurpado

Quizá sea prudente

monasterio Agegio,

tado en una carta de 940

parece ser

el

el i\íar-

(3),

ci-

nombre que

personal árabe Hachach, se-

1

gún Fig. 10

1.

Ayóo:

transcripción antigua,

la

como tam-

capitel en su iglesia

bién podría ser aquél de donde procedía

san Genadio, y en cuyo testamento

diploma de 1062 da

las

le

llama Ageo

formas Ayo y Aió, no

(4);

se olvide la

pues aunque

el

transformación

análoga de Legione en Leione y Leone.

SAN PEDRO DE MONTES El territorio Bergidense, hoy Bierzo, por donde corre

hacia oriente con

la alta

montaña

el Sil,

ciérrase

del Teleno, nacimiento de dicho rio; y

sus estribaciones, a grande altura y con rápidas vertientes, extiéndense

hacia sur, separando aquel territorio de los valles de Sanabria: llaman hoy

nac, ms. iigS B,

SgS.

(i)

Arch.

(2)

Becerro de Castañeda, de 1714, en

texto de

hist.

ninguno de

los

f.

el

Archivo histórico.

documentos concernientes

referencias van aquí mencionados. (3)

Esp. sag.;

(4)

Id., id., pág. 130.

t.

XVI, pág.

129.

212

a

Ayóo desde

el

No

he podido lograr

siglo XII,

el

que sólo por


MONTES

fué su

Aguiana, corrupción de «monte de Aquiliana», que nombre antiguo. Uno de sus senos es el Valdueza, denominado así

por

riachuelo Üza, que

a esta cordillera la

el

le

baña, valle frondoso y de apacible clima en

verano; pero ello se compensa con padecer inviernos largos, crudísimos e inhospitalarios. Allí, hacia lo alto, desgárrase un cabezo de peñas, con tres C(jrtaduras arliliciales o fosos, a

la

nada con su fuente debajo: hoy de Ordoño

cho antes cionan

11

le

designa

los escritos

«quodam

piana,

como

parte oriental, } dentro una breve lla-

le

llaman

el r,astr(j;

«castello antiquissimo l<u(¡ano»

excelsorum alpium convallia»

mu-

mennomen dedit Ru(mj5,

uno de tantos

Ll es

(2).

privilegio (ij, y

de san Valerio, cuya muerte acaeció en

castellum. cuius vetustus conditor

inter

mas un

reductos primitivos, castros o citanias, donde se guarecían las gentes del

muy

país en tiempos inciertos, pero quizá no

remotos.

Bien cerca y por debajo del Castro eligió su retiro san Fructuoso,

buscando soledad, no mediado aún

el

siglo VI, y edificó

allí

un oratorio

en honor de san Pedro apóstol. Cosa de treinta años después, otro asquea-

do del mundo, gióse en la

susodicho Valerio, siguiendo

el

misma

celda, y

allí

lidades y contradicciones, que

más de

pasó él

mismo

las huellas

de aquél, reco-

veinte años, resistiendo pena-

dejó escritas con ingrata pluma,

hasta que por fin un su sobrino, llamado Juan, logró hacer habitable sitio, el

construyó monasterio, ampli()

Bierzo

la iglesia

el

y ello fué célebre ya en todo

(3).

La invasión musulmana daría de través con aquella Tebaida española; pero

quedaban sus recuerdos, que movieron

alientos, Genadio,

a

con doce compañeros, a restaurar

en 896. Limpiaron de maleza y árboles

el sitio,

un monje de grandes allí la

repararon

vida eremítica las

arruinadas

habitaciones, roturaron y cultivaron tierras, con cuyo producto sustentarse,

y fué abad Genadio, hasta que sus grandes dotes

cuatro años después, a

la silla

se

llamaba monasterio Rufianense

Fundaciones; inoncstcrio de

Sandoval:

(2)

España sagrada;

(3)

Id., id.

(4)

Id., id., p. 414.

t.

XVI,

exaltaron, unos

episcopal de Astorga. Celoso y encariñado

con su fundación, que primero

(i)

le

p. 398.

213

S.

Pedro de Montes,

f.

(4),

20. v.


LEÓN tomando nombre

del castro susodicho, dispuso reedificar su ij^lesia

de

San Pedro, transformándola con ampliaciones y obras admirables, por mano de los monjes mismos y con largueza de pagas: Genadio y otros tres obispos

la

consagraron en 919

(i).

Era opinión, acreditada por Morales y Sandoval. que subsistía

misma iglesia de entonces cio

románico

(2):

pero desgraciadamente no es

del siglo XIl la sustituye,

quedando

güedad varias columnas de mármol en su

un

asi;

tan sólo de

la

edifi-

mavor

anti-

con capiteles de tipo

torre,

asturiano, principalmente los dos del último cuerpo, que pueden verse de

Camarzana y

cerca: uno, semejante a los de Santullano de Oviedo,

Pomar

de

muy

y otro

(3),

bárbaro, con hojas sueltas, ruines caulículos,

veneras, rosetones y aves pareadas, que recuerda la

misma

Pegado además

(i)

al

muro meridional

Inscripción que abajo se copia.

meo

patre apostoli el abbate

eremitarum delectatus, cum duodenis

quem

sanctus Valerius

Sandoval; libro citado, (2)

Morales:

eum

t.

7

p.

p.

1,

Iste

p. 10).

Arandiselo in Ageo monestcrio degercm, vitam

fratribus et benedictione supradictis scilicet ad san-

172.

los

— Sandoval:

la iglesia

Fructuoso

corum

et institutus,

scripta doclarant»;

Dice

Fundaciones,

misma, con

epitafio,

f.

24

v.

Éste indi-

que Flórez copió en

un Viviano, maestro y constructor de

modernos dan por sentado que fué

edificios.

el

arquitecto

(Noticia de los arquitectos y arq

u itec-

así:

dictus fuit hic Vivían us

tegit hic paries

magister erat in eis sperat

et

conditor ccclesiarum.

qui preces pocis earum.

paleografía corresponde al siglo XII o principios del XIII, y este

como obra

fecha. El edificio actual de

personal y hecha en vida, lo que explicaría

San Pedro

es

una

iglesia

románica de

arte

mismo tiempo la

carencia de

avanzado

caizante, pues tiene ogivas en su ábside, y ello será con toda verosimilitud

la

y

aun ar-

obra de Vi-

viano. (3)

Boletín de

el

por 0*46

Deus huic requies angeliceque manus

Nunc denota su redacción,

i'oi

— Testamento de Genadio, donde dice: «Cumque

61) y se refiere a

Llaguno y

Quem

Sit

Su

XVI,

t.

Genadio para sus

turadc España;

que lindaba con

iglesia,

27.

f.

fecha; pero

de quien se valió

la

obtinuit... historiae et vitarium

Viage santo,

(Esp. sagr.,

iglesias, sin

de

perrexi, qui locus positus a beato

ca que su arquitecto estaba sepultado en facsímil

arte de las pilastras de

un tablero de mármol blanco, de

ctum Petrum ad sanctum ercmum post

el

de Santullano y capiteles del iconostasis de Lena.

iglesia

claustro pequeño, existe

adhuc sub

Revilla

la

Sociedad castellana de Excursiones, año XVI,

214

p.

448.


MONTES mctrus, d(jnde, en caradores dcsgarbadíís semimozárabcs, relátase esculpirse a raiz de

ria del edificio,

\'

principalmente

conmemora

debi(')

la

sentido

es:

turado l'^'uctuoso, insigne en méritos, después de fundar plutense, también hizo un oratorio pequeño en

san Pedro. Después de el

ello, el

frades, lo restaurt) en

el

este sitio,

año

el

«Kl bienaven-

cenobio

Com-

con nombre de

no inferior en méritos y santo Valerio amplió

Modernamente, Genadio,

edificio de esta iglesia.

que

consagraci<')n susodicha,

LXXiX). Su

(I.¿im.

histo-

la

Una

8()5.

presbítero, con doce

vez hecho obispo, erigiólo de nuevo

como

desde sus cimientos admirablemente,

se

echa de ver. no mediante

pueblo, sino con grande costa y con sudor de los frades de

opresi(')n del

Fué consagrado

este monasterio.

templo por cuatro obispos: Genadio,

este

astoricense; Sabarico, dumiense; Frunimio, legionense, y Dulcidlo, sala-

manticense, en 24 de octubre del año 919»

(i)-

Genadio había consagrado cinco años antes calada,

aun no correspondiendo a su

de relaciones con sus monjes. Quizá

movió

a renovar esta iglesia de

con

trato

los

la iglesia

diócesis, lo la vista

mozárabe de Es-

que prueba

cierto género

de aquel edificio peregrino

le

San Pedro, y aun puede creerse que su

mozárabes de Escalada siguió siendo asiduo, puesto que entre

la

inscripción histórica de allá y ésta de San Pedro hay contactos evidentes

en

el

desarrollo general y ciertas frases. Recuérdese lo de «brevi opere»,

«miro opere

(1)

«non oppresioni vulgi

a fundamine... erigitur»,

sed...

fratrum

Insigne meritis beatus Fructuosas, postquam Complutense condidit

ccnobium, post

et

nomine

quem non

sancli Petri, brebi opere in hoc loco fccit oratorium;

inpar mcrilis Valerios sanclus opus aeciesie dilatabit.

cum xii fratribus restaurabit, era dccccxx.xiii'; funda mentis mirifice ut cernitur dcnuo crexit,

Nobissime Gennadius presbiter

pontifex etfectus non oppresionc Consecratum

a

vulgi, sed largitate pretii et sudorc fratrum huius monasteri.

est

hoc templum ab episcopis

Dumiense, Frunimio Legionense,

el

nobies centena, decies quina, terna,

Nótese que

la

iiiioi",

et

quaterna,

quinta línea, donde se contiene

la

pág. 97 del es

la

fecha (Inscript. Ilisp. ch rist

Supplemen

t

u

m

,

aun

resulta

poco

fiel

bueno, como de costumbre.

2l5

viiii"

principal

dece este epígrafe, está redactada con letras mayores que sobre Morales, erró

Gennadio Astoricense, Sabarico

Dulcidio Salamanticense; sub era

.,

lo

kalendarum nobembrum.

conmemoración

restante.

n." 243

),

Hübner,

y corregido

a que obeai

copiarla

ello,

en

la

su texto. Fl de Quadrado, en cambio,


LEÓN instante vigilantia» en la de Escalada, haciendo verosímil

persona redactase ambos textos; y cas del segundo, sensibles en coja, etc.,

hacen sospechar

la

particularidades mozárabes epigráfi-

las

T

revuelta por su ápice izquierdo,

también andarían en

si

que una misma

la

la

N

reconstrucción de

San Pedro andaluces.

ERMITA DE LA SANTA CRUZ. Valerio, construyó por su

— Cierto Saturnino,

discípulo de

mano un templo pequeño, con nombre

Cruz y de San Pantaleón, sobre

cierta roca

de Santa

donde acostumbraba san Fruc-

tuoso hacer oración, por bajo del monasterio de San Pedro; hízolo consagrar por Aurelio, obispo de Astorga y después

celda para vivienda suya

No

(i).

consta, pero créese que este oratorio fué

fábrica vio Sandoval: descríbela, diciendo

que cae dos

risco

que

su fecha

está

al

reedificado en goS, cuya

letras

el río

Oza...

como

pequeña lumbrera que tiene encima bien formadas romanas», y la copia, errando la

(2).

Ya tampoco junto

con

el

que estaba «fundada sobre un

de arcabuz de San Pedro, sobre

tiros

parece en una piedra que está en del altar,

añadió una reducidísima

le

existe;

pero

reconstruida,

al ser

más abajo de

camino, en 1723, colocáronse encima de su puerta

los

la

antigua y

fragmen-

tos decorativos de aquélla, formando groseramente una ventanilla gemela,

quizá con

el

mismo orden que guardarían

Sandoval. Son dos

pilastrillas

en

el

testero antiguo,

según vio

de caliza blanca, con labor esculpida de

círculos enlazados, a biseles y con

buen

arte,

que

se revelan

como obra de

tiempos godos, y pueden creerse despojos del edificio primitivo. Otra piedra recorta dos arquillos incompletos, rebordeados y con alfiz, me-

diando entre unos y otro esta inscripción: «Aece sce Crucis», que significará probablemente:

tablero con cruz de las letras alfa

y por remate hay un Angeles, y pendientes de ella

«Ecce (signum) sanctae Crucis» relieve,

como

de los

la

(3);

y omega, según costumbre asturiana; los fondos de esta cruz

(1)

Esp. sagr.,

t.

XVI, págs. 408 y

(2)

Lugar citado,

f.

20.

(3)

Hübncr: Inscr. Hisp. christ.,

s(an)cíl)e Crucis», y lo

41

1.

n." 246, transcribe, sin

mismo Quadrado.

216

embargo: Acc(clcsi)e


MONTES y

(Figura

Por con

ba,

41, 18 tres

de

el

i('>n

.

al siglo

IX.

tablero de

que mide

es de gra-

parecer (Fig.

al

I']scalad¿i

centímetros en sus

7

dimensiones y

nito,

Sus

\'

relie\es de

dos piedras godas

nscri pe

i

los

sirviendo de jam-

lin,

susodichas, está la

como

Seguramente ambas piezas no serán anteriores

loi).

las

teñidos de rojo,

están

iiiscripci'in

\i\

102).

hermanan con

letras

los arquillos

y con

el

las

gran

epígrafe de consagraci(')n de

San Pedro.

Lo con

AELESIELIIVLÍS

escrito en

grandes

el

trente,

abreviaturas,

dice: «In

honore sánete Cru-

Cis sánete

Marie SanCti loan-

Fig.

km. Momcs: piedras de

la

ermita de

la

SamaCruz

nis Babtiste sancti lacobi sancti

Matei sancti Clementis». Y en el

canto derecho se añade: «Era

DCCCCXLIII kalendisdecem-

c£Oj

bris».

dudarse

Podría

tres cifras

últimas de

corresponden a

mas no

la

fecha

la

Era o

las

si

al día:

punto delante, y además, cayendo en domingo el

ha}'

primero de diciembre de

Era

1)43,

hip('>tesis

asegúrase y

consiguiente

i\) I

).

Hühncr, en esto,

cha, por no estimar Fig. 102. Montes: inscripción de la ermita de la Sta.

38

el

lu^ar citado,

'

aun admitiendo

primera

año yo5. por

el (i

la

la

de X, y puso Era 913.

Cruz

217

-

equivocó la

la

fe-

L pendiente


LEÓN

SAN CLEMENTE DE VALDUEZA. Su

iglesia,

un pueblecillo, camino

cuenca del Oza y junto a sus citada en documento de 992 (i), quizá sea la misma que

de San Pedro de Montes, en aguas.

— Es

fundó Juan, otro de

bajo de

lo

los discípulos

la

de Valerio, aunque a ella deja

lo escrito

referente

mucho que

desear en

cuanto a precisión topográfica (2),

y aun se conserva desmante-

lada, sirviendo de

Forma un

cementerio.

rectángulo, de io'85

por 6'75 metros, con muros de i'io

metros de grosor, hechos

con

lajas

de pizarra,

material

único en aquel país, y conserva rastros de siglo

pinturas,

XVI; su

quizá del

frente oriental cié-

rrase en dirección algo oblicua,

con pared llana, que no muesSan Clemente de Valdueza: ventana de la iglesia vieja

tra

Fig. 103.

apariencias de ser moder-

na, y enfrente

abocinada y con arco de herradura, (Fig.

103).

costumbre

hay una ventana

groseramente hecha,

Será cosa del siglo X; pero ventanas

así,

como

en bajo, no eran

a los pies de las iglesias, sino en su cabecera, de suerte

asalta la sospecha de

encarando su

si

todo

que

ésta iría dispuesta, contra la orientación de ritual,

altar hacia poniente.

SANTO TOMAS DE LAS OLLAS En medio

del Bierzo,

rrada. puja entre

ambos

donde confluyen ríos

Biblioteca nacional; ms. 9194,

(2)

Esp. sagr.,

XVI,

p.

Bóeza y

el Sil,

sobre Ponfe-

un macizo rocoso, en parte granítico y en

(i)

t.

el

f.

73: «villa

408.

218

Oza

in

Vergido ad scm. Clementem».


LAS OLLAS parte pizarreño,

nombre de

que llaman Colinas.

su iglesia,

la

que en

lo

Allí

antiguo, hacia los siglos XII y XIII, por

Tomás

su posición, era llamada Santo

que recibe

está el pueblecillo

de

Entram basaguas,

y dicen que

perteneció a San Pedro de Montes. Después, por haberse establecido

hornos de el

actual

allí

cuyos restos perseveran, cambió de sobrenombre por

alfarería,

(i).

El archivo de Montes ardió probablemente, con su librería, pocos años

después de

la

exclaustración, y nada se conserva de

aunque una de

historia de esta iglesia: pues

la

la

él

que pudiera

misma

advocaci'Mi fundó

Genadio, consta localizada en un valle próximo a Peñalba en sierra.

Sus caracteres

tante fijeza,

merced

artísticos,

por otra parte,

más

como tampoco

el

en

ni

el

por reminicencias godas, sino que

se les explica

bien tienen relación con obras carolingias, dejando, por tanto, un

absolutas ofrece

v de los inílujosque presidie-

Sin embargo, discrepancias

al 'construirla.

se la

si

compara con

mucho mayores

vez sea razonable atribuirla a los tiempos de Genadio.

el

edificio

menos normal dentro de

LXXX

y

LXXXI;

figs.

Compónese de nave y

v

aun

nuestro románico; de suerte que

lo

tal

nas

que estudia-

cuadro general mozárabe

margen de indecisiones respecto de su fecha ran

misma

la

bien denuncian con bas-

a la estructura de sus arcos, este período

mos, con todo, no entran de lleno en asturiano,

si

ilustrar

serie

la

En

todo caso es

leonesa mozárabe

(Lámi-

104 a 106). capilla,

con orientación exacta y aparejo de

mampostería, que, por estar revestido en su mayor parte, no deja ver bien si

misma antigüedad. La nave

todo alcanza una

románica y otra

hubo

muy

sencilla,

a los pies,

que

se

tiene puerta hacia sur,

conoce estar remetida en obra más

hoy cegada, con arco semicircular,

al

vieja;

parecer, v hacia

norte hase agregado una capilla moderna.

En ancho excede

la

nave

a la capilla

mavor; mas aparecen sus muros

dando

fe

de ser coetáneos, y en altura se igualarían, antes

de haber sido rebajada

la

nave en todo su perímetro.

ligados entre

sí,

La capilla mayor, por tería de pizarra y

(i)

menudos

Dista solamente

fuera, descubre parcialmente su rollos, sin

un kilómetro, hacia

que entren piezas largas formando

norte,

párroco vive en Ponferrada.

2

I

<

I

mampos-

de Ponferrada, por carretera. El


LEÓN

Fig.

esquinas,

como

es

1

06. Sto.

Tomás

de

costumbre, aun en

su trabazón, obtenida aquí mediante

las Ollas:

planta

los aparejos la

más descuidados, para

fuerza del mortero,

muy

grande,

puesto que ni desplomos ni grietas aparecen. De sus dos ventanas, hacia sur es

moderna

v

la

En

contraria está cegada.

parece haber existido nunca, sino un nichito en tica

cruz de piedra, hecho de

sillería

testero

el

la

de

no hay,

ni

albergando rús-

lo alto,

y en cuyo dintel hay dos semicírculos

grabados concéntricos, simulando arco:

na sobre

el

la falta

altar es

de venta-

anormali-

dad notable. Una cornisa de lajas

de

corona

pizarra,

el edificio.

Por dentro sorprende

cúpula de

Fig. io5. Sto.

Tomás de

las Ollas:

sección longitudinal

ría

mural

— seis

metros de ancho

— lleva

desarrollada

esta capilla,

cascos y

con

arque-

ciñéndola, parti-

Cularidad que. a

tamaño, de

(Lám.LXXXI)

ver

en redondo

V////y^// h?;//;///ftfP/

moderna,

más de

SU

relativamente gran-

fuera de los límites usuales este ejem-

plar de capilla, respecto de las otras similares de Escalada, Mazóte. Peñalba. etc.. v

cuvo precedente,

del siglo

W.

?20

es la basílica

de Segóbriga.

como


1

LAS OLLAS va sabemos (Pág. 6o). Parece redonda, y sin embargo jan

un exceso de 5o centímetros en

trasversales, siendo pur consiguiente

o poyo, sobre

el

que

el

las

mediciones arro-

radio longitudinal, respecto de los

ovalada. En torno hay un rebanco

se distribuyen,

colateralmente

al

arco de entrada,

ocho cortos pilares monolíticos de granito, con zócalo y cabeza simple-

Fig. lOÓ. Sio.

Tomás

de las Ollas: perspectiva

i

mayor

mente chaflanada, v sosteniendo nueve arcos de herradura. Éstos guardan la proporción usual del siglo X. o sea excediendo en una mitad del radio

al

semicírculo: su dovelaje. de granito, sobre jarjas perfectamente

definidas, es radial, con junta en

.\rquerias

lumnas,

las

murales

asi.

medio y trasdosado

(Fig. 107).

en ruedo, pero semicirculares y sobre co-

hay en obras carolingias provenzales. como 22

la

catedral de \ ai-


LEÓN son

(i)

y

el

en Borgoña, a través de y en

St.

Venasque

baptisterio de

Restitut (3), obedeciendo, probablemente, al

capillas

allí mismo y rotonda de Dijon

y fueron mantenidas,

era románica; por ejemplo, en

la

apeos que determinó en Asturias

Lena y

(2),

la

mismo

sistema de

organización rectilínea de Naranco y

la

mayores de SantuUa-

no y Priesca; asimismo, en Francia.

San Lorenzo de Grenoble. naves rales de

San Pedro de Vienne

late(4)

crucero de San Martín de Angers

En Ravena San Juan

(5).

Fonte resulta

in

prototipo de esta serie, a siglo

y

la

mitad del

V. Es un sistema cuyo funda-

mento mecánico parece

ser la inde-

pendencia entre bóveda y muros, haciendo que aquélla cargue sobre tales arquerías, en contacto, pero desligadas, de los

muros que. no recibiendo

carga, rebajarían libremente, al hacer asiento, sin tas; éstas,

nolitos

al

mismo tiempo

trasdosados

cubier-

— mo-

flexibles

podían

ponder de su equilibrio; y no hacen

las

sobre apoyos rígidos

—y

arcos

comprometer

los

res-

Fig. 107. Sto.

Tomás

de

oficio sino de caja inerte,

aun recibiendo

el

bóvedas.

Todo

llegarse a

un concepto claro de empujes y contrarrestos.

En

el

el

las Ollas:

arquería mural

muros empuje de arcos y

sistema gótico pudo emanar de aquí, solamente con

caso de Santo

Tomás,

el

voltear

una arquería curvilínea llevaba

consigo dificultades de estereotomía graves, que, sin embargo, se eludieron

Manuel d'A rchéologie frangaise;

(i)

Enlart:

(2j

Lasteyrie: L'

(3)

Id., figs. 271 y 435.

Tournus,

Arch itect ure religieuse Además,

en

fig.

42.

France;

capilla sepulcral de

etc.

(4)

Id., figs.

(5)

Gailhabaud:

34 y 35.

Monumenis anciens 222

et

figs.

Cambon

modernes.

noy

ni.

(Auvernia), giróla de


LAS OLLAS con una sencillez y perfección sorprendentes. Bastó trasformar en polí-

gono,

pilar va en voltas,

no en

los

la capilla,

y todo se redujo a trazar oblicuamente

continua,

la

mismo

quiebra. Ello

quie-

las asi,

cada

junta central del dovelaje

la

repite,

aunque

capilla octogonal de Binbirk.ilisse, en Asia

la

también son de herradura

La cúpula

es de cascos, u sea

uno más de

los

lombarda, como

que ocasiona

moldura de nácela, interrumpida por

el

el

le

Menor, cuyos arcos

de Aquisgrán caro-

número de

el

cascos

interior,

ven-

la

según costumbre.

como

capilla seria de herradura,

la

trasdosa por fuera, con saliente de 24 centímetros:

hubieron de rozarse

los

ellos

arco toral. Arranca sobre

arquillo semicircular de

tana subsistente primitiva, que forma derrame

que

formar arquería

ordenación mural exigía, y aun

la

entrada para

la

mas aquí

posteriores;

que

desiguales, por el desconcierto

El gran arco de

sin

(i).

muchas árabes andaluzas

llega a once,

es el otro

pero situando

macizos, sino en los ejes de tales arcos;

un solo plano con sus dos ramas correspondientes de arqui-

para ajustarlo a

lingia y

redondez de

a partir de ellos, la

bras o vértices,

lo

mas

arranques del primero, para quitar estorbos, y su

desarrollo es exactamente

el

ya observado en

típico árabe,

arquería

la

mural de adentro. Las impostas, con moldura de nácela, corrían en

común

para ambas arquivoltas; y respecto del dovelaje, que es de

de granito, sólo hay visibles algunas juntas, especialmente y distanciadas cosa de 40 centímetros, que será

medido por

el

intradós,

caso de parejas de arcos

quedando así,

mismo, en

el

lombarda de

el

ladrillo,

palacio imperial de Tréveris

(i)

a todo lo

desde

menos antiguos y en

Sobre dicho arco, por fuera y tocando

madero

ancho de

la

nave, que

Strzygowski: Kleinasien, ñgs.

17,

la

Rivoira:

(3)

Id., fig. 549.

223

dovelas,

el

el siglo

18, 108

menor, VI a

lo

(2):

lo

árabe toledano,

decadencia romana;

(3).

pudo

lo

casi a la pared,

servir de

hav tendido un

trabes o pérgula,

y 109.

Le origini della architettura lombarda;

(2'l

las

punto de convergencia. El

pudiendo rastrearse un origen común en obras de por ejemplo,

ancho de

ventanaje superior de San Vital de Ravena

edificios orientales

sillería

de en medio,

concéntricos y retraído brevemente

fué usual en la arquitectura

menos, como acusa

incierto su

el

la

fig.

63.


LEÓN faltando

iconostasis,

para suspender cortinas,

lámparas,

como

etc..

se

observó en Marquet, Escalada y Bamba: y poco más arriba sobresale del muro una cornisa de fílele cuadrado, como en los testeros de Escalada

(Lám. LXXX).

SANTIAGO DE PEÑALBA Después que Genadio hubo renovado de Montes, año 896, fundó

vida eremítica en San Pedro

la

mismas

cerca, en las

allí

de Aquiliana. y una legua desviados hacia oriente de San Pedro,

mitorios, con sus respectivas

San Andrés, valle los

el

el

tres

aula monasterial de

Silencio,

el

oratorio de Santo

Tomás. Para dotación de

señaló, en escritura o testamento de 919, las tierras

que

les

deaban, libros de rezo, cálices, cruces, coronas y lámparas de metal

un año después,

(1)

Según

(Corónica;

el

lib.

el

mismo Genadio

luego, en

acuerdo con corregida

la

el

la

cap. xlv), resulta distinción, primeramente, entre

ambos

el

de Santo

y

texto latino del

el

solicitudinem

omnemque

quam dudum

monasterio de

el

Tomás

reparto de libros, no suena Peñalba, probando no haber

actual topografía y según

ecciesiam sancti Petri, pliavi ct in

(i):

traslado castellano del testamento de Genadio, que vulgarizó Morales

XV,

puntuación propuesta por Sandoval

«Omnem

ro-

que, ya libre del inaguantable yugo

Santiago y otro de Peña Alva, mediando entre

mas

ere-

de Santiago de Peñalba. v entre ambos, en un recóndito

que llaman

mismos

iglesias, a saber:

monte

vertientes del

en

tal

el

Silencio;

distinción, de

documento mismo, una vez

(Fundaciones,

f.

27

industrian! erga supradictum

v.),

en esta forma:

cremum

exercens,

restauraveram, miris aediiicaminibus revolvens

melius ut potui erexi. Deinde autcm

in

montibus

illis

aulam nomine

sancti

amAn-

dreae construxi aliudque monasterium ad ordinem monasticum; intcrvallum distendcns in

memoriam

sancti lacobi tertium construxi,

locum, qui dicitur ad Silentium,

Su traducción

es:

in

honorem

quod vocatur Pennalba; sancti

Tomac quartum

inter

utrumque vero

oratorium fabricavi».

«Desplegando toda mi solicitud y todo mi ingenio sobre

susodicho, amplié y erigí cuanto mejor pude

la iglesia

el

yermo

de san Pedro, que había restaurado

poco antes, transformándola con admirables edificaciones. Después construí en aquellos

mismos montes un

claustro, bajo la advocación de san Andrés, y otro monasterio

224

según


Í'ENALHA

pastoral,

\

anacoretas del Silencio, dispuso de

ivía retiradu entre los

de Laguna, on Somoza, según

la

para que una mitad de

poseyesen

y

ella la

venían disfrutando

C(')nclave cenobial

el

señalados concurrían allá platicando juntos por

él

nobio, a

le

()2(>.

de Santiago

monjes en días

salud de sus almas, y

hizo

11,

primero de

el

vot(j

ellos,

que

de edificar otra casa o ce-

maestro, y deseando atraerse bendiciones

el

Silencio para edificarlo, y

el

ciones;

mas

deseó consumar

el

al

muerte

sucederle, ya en tiempo de

Ramiro

una voz proveyeron que

comenzada, por ser inconveniente

muy

cerca de

Santiago. Por consecuencia,

Salomón mismo, cuanto

11

pultado

el

el sitio

allí,

en

se

mudase

lugar ya fundado y

el

dice

sitio,

allí

a residir,

que Salomón,

(2);

fué se-

morir en 936. probablemente, y

al

aspereza del lugar y pocos rendimientos, la

obra

la

piedad del Señor otorgó y ahora aparece»

la

acudió luego tan gran turba de confesores

ello el príncipe

1),

más apto de

«empezamos y concluímos en aquel

cuerpo de Genadio.

posesiones de

Í931 a 93

de Silencio para cenobio, y que

colocó reliquias de Santiago y san .Martín, sus patronos;

allí

tas

sin llevarlo a término.

designio de su maestro; y congregados los abades y con-

fesores de aquellos lugares, a

se reconstruyese

sitio

fué principiado, siguiendo sus instruc-

allí

asaltó a Fortis. hacia 930. la

Entonces Salomón,

la

elegido

en pro de su alma; lo que gozosamente oído por Genadio. santificó un en

la

(i).

tras otro, en su sede, luego

va dicho. Fortis.

reinando Ordoño

de congraciarse con

fin

uno

siguieron,

como

renunciado,

obispo hacia

la

demás eremitas dispersos por aquel yermo

Dos discípulos

hubo

obispos de Astorga,

o celdas de su contorno, cuyos Irades o

demás reclusiones

otra mitad, los

los

la vila

allí

vista la

aumentó su dotación con

cier-

mitra, en 9 de febrero de 937. autorizándole para

Ramiro.

A

los tres años, éste

último coadyuvó con más

orden monástico; separado un trecho, construí en memoria de Santiago un tercer monasterio,

que

se

llama Peñalba, y entre uno y otro, en

el

lugar que se dice Silencio, fabriqué

un cuarto oratorio en honor de santo Tomás». Efectivamente, entre Peñalba y

España sagrada;

(2)

Constru.\imus

Inchoavimus

et

t.

XVI,

p.

vocabulum,

explevimus

(Testamento de Salomón;

et

ubi

in eo loco

alium locum qui

225

ibi

manct tumulatum

quantum

España sagrada,

— 29

cruza

429.

illud (coenobium)... in

sancti lacobi aposioli

Corpus...

valle del Silencio

derruida ermita de san Andrés.

(1)

aptum

ret

la

el

t.

XV),

pietas

erat

ipsius

Domini

p. 435).

fundatum

el

plus

donni lennadi

iusit et

nunc appa-


LEÓN ofrendas, entre las que descuella, por conservarse aún. una cruz de azófar

con su inscripción dedicatoria

y hay referencia de otras dádivas de

(i),

fincas en el siglo XI: pero la vida del monasterio se pasó en la oscuridad.

Luego, consta su anexión a en

Resulta de

dicho alguna vacilación para fechar nuestra

lo

aunque dentro de

priorato suyo,

y acabó por reducirse a simple parroquia.

siglo XII (2),

el

como

Catedral de Astorga,

la

muy

límites

el

segundo decenio

la

mención secundaria que de

restringidos.

En

fundó y dotó

del siglo X,

efecto,

Genadio, corriendo

cenobio de Peñalba: pero

el

hizo en su testamento, postergándolo

él

de San Andrés, cuyo edificio cuéntase haber sido humilde, y sucesivos, hacen creer que,

si

a Genadio algo

debe de

se

ción, efectivamente, principióse otro cenobio en

món,

es posible

que en

desarrollado antes en

Salomón para cuanto

sitio

la

en

la

el

los

al

hechos

lo actual, ello

fué

Salomón. Bajo su direc-

a consecuencia de las iniciativas de Fortis v de

oratorio anterior de Santo

iglesia,

el

Silencio, quizá sobre el

Tomás: incorporado luego

a Peñalba por Salo-

obra definitiva tomase cuerpo un plan artístico

mas

Silencio:

la frase trascrita:

la

gloria de todo parece recabarla

«empezamos y concluímos en aquel

piedad del Señor otorgó y ahora aparece». Bajo una modes-

jactanciosa trasparentase aquí su bien justa satisfacción, viendo

tia casi

erguirse

el

edificio de Peñalba,

monumento digno

conmemorar

para

la

grandeza y santidad de Genadio, y cuyo mozarabismo resulta explicable, visto el

ambiente en que

jes laicos

se

movían aquellos obispos, rodeados de persona-

y clérigos con nombres árabes

cronología de nuestra iglesia entre acción

común

el

de Genadio y Fortis,

Astorga, en 931, y

la

(3).

En

resolución, puede fijarse

tercer decenio de aquel siglo, bajo la

el

acceso de Salomón al episcopado de

fecha precisa de su conclusión en 937. El oratorio de

San Miguel en Celanova, próximo en fecha y de tura,

como veremos,

Hoy

(i)

el

semejante arquitec-

monasterio ha cedido lugar a unas veinte casas, que se agrupan

Gómez-Moreno: Santiago de Peñalba; en

España sagrada;

censis ecclesiae prior tenens (3)

muy

garantiza, sin género de duda, estas conclusiones.

tellana de Kxcursiones; año Vil, (2)

la

t.

XVI,

t.

Boletín de

la

Sociedad cas-

p. 204. p.

monasterium

España sagrada;

el

485,

figura, en 1154,

sancti lacobi

XVI, págs.

donde

Pinnae Albae».

426, 432, 437 a 438;

226

un «Pelagius Astori-

t.

LXVIIl,

p. 326, etc.


FENALBA humildes en torno de su

iglesia, a

media ladera bajo uno de

los picos

de

la

Aguiana, donde puja un cuchillo gigantesco de caliza marmórea blanque-

que cuadra

cina, entre los pizarrales, al

sirvió de material para nuestra iglesia.

umbrío, que

vado

el

nombre, o

documentos asoman,

es el Silencio;

a

aunque no sepamos

más bien

si

las

La

un arroyo abundante, v entre

la

(i).

de Santiago consérvase hasta hoy en perfecta integridad,

iglesia

Ambrosio de Morales pudo

aun en

digna de ser vista que entre suscribe plenamente

preciosos que

testimonio de

la

antigüedades tiene España»

Edad Media

la

(2),

más curiosa y

(3),

juicios

moderna, reputándola como uno de

arquitectura de

que

los jalo-

rem(;ta conserva,

fuerza extraordinaria v personalismo de nuestro arte na-

la

cional entonces, y ejemplar

y láms.

las

la crítica

de

el siglo

«ser mirada y alabada su traza y fábrica»

llegando Sandoval a juzgarla de «obra mosayca» y «la cosa

más

tajos

supuesta de san Genadio. a que se

gracias a su excelente construcción, tan peregrina que

nes

los

cinco cuevas donde se recluían los anacoretas

antiguos, casi inaccesibles, excepto

ha facilitado un sendero

por tradición ha conser-

si

de imposición erudita moderna, sobre

es

del siglo X. Allí se desliza

man(j derecha,

designación de Peñalba. y que Córtalo por abajo un valle hondo y la

LXXXIl

a

mozárabe de

más potentes

los

(Figs. 108 a

1

10

LXXXIX).

Constituyela una sola nave, que mide

1

1

por

metros, dividida en dos

5

tramos poco desiguales, mediante un gran arco sobre columnas, v forman-

do cimborio

(i)

el

principal: sendos aposentos laterales

tancia es de

y hospedajes aceptables;

el

puede

ir

y volver

un día y con cierto desahogo, pues

unos 20 kilómetros. Ponferrada tiene estación de alquilar caballería

Puede también recorrerse en coche una gran parte la

acompañan, para

El viaje a Peñalba es factible en verano con relativa facilidad. Se

a caballo, desde Ponferrada del Bierzo, dentro de

licia

le

no

ferrocarril en la linea

será difícil, salvo en

del

camino y

el resto,

la dis-

de Ga-

tiempo de

trilla.

andando, aunque

ascensión resulte fatigosa.

En una misma jornada

es posible visitar,

además, San Pedro de Montes, yendo

desde Peñalba por camino casi llano y de magnífica

mente, hasta dar con

el

vista, y

descendiendo luego directa-

de subida, poco antes del pueblo de San Clemente; mas, fallando

alojamiento regular en estos

sitios, sería

necesario apresurar

(2)

Viage santo,

(3)

Fundaciones: San Pedro de Montes,

pág.

mucho

174.

227

f.

19 v.

el viaje.


Figs. io8 y .09. Santiago de l'e帽alba: planta y secci贸n longitudinal



PE N ALBA que dan forma de cruz

sacristías o celdas, la

entrada por

el

dos puertas franquean

al edificio;

tramo secundario, y en

hacia oriente y po-

los testeros,

aunque por

niente, desarróllanse capillas curvilíneas,

fuera disimulen su

redondez con macizos rectangulares, según costumbre: de círculo en su base;

tres cuartos

tado. V

como un

otra es en planta

arco peral-

ambas apean sus arcos delanteros sobre columnas tangenciales

muro, como siempre. De el

la

una alcanza a

la

estas capillas, la secundaria u occidental contiene

sepulcro de san Genadio, a

más que

mano

tapa de su sarcófago, y

la

al

al

derecha, no sobresaliendo del suelo otro lado yace un san l'rbano, abad

desconocido del monasterio, bajo tapa de dos vertientes. El haber sacristías o aposentos laterales venía siendo costumbre española desde tiempos godos

Comba

de Bande

—y

mas en

asturianas;

lo

— ejemplos

en San Pedro de

perseveraron sistemáticamente con

mozárabe leonés

este caso

una modalidad algo frecuente en

iglesias

Nave y Santa

ella las iglesias

de Peñalba es único. Res-

pecto de ábsides opuestos ya se habló a propósito de fué

la

la iglesia

medievales de

de Mazóte:

muy

varias

fechas, pero sin llegar a constituir regla, sino es en el Rhin, al parecer.

Su

presencia obedece, verosímilmente, a razones no litúrgicas; y en efecto, Lasteyrie apunta una bien plausible, afianzando hipótesis ya formulada:

de que

el

venerables

ábside occidental sirvió para contener sepulcros de personajes (i).

gelia) se hizo

Consta, en efecto, que

en 476 para

de

el

las reliquias del

bre santuario de San Martín de Tours

el

así los actos litúrgicos:

que

el

obispo Reparato: que en este santo yacía

cuerpo de

basílica de Zraia (2).

parece argumento definitivo; y

ramente en

lo

en áb-

que no interrumpían

y

así

también

otro, al costado dere-

Aquí en Peñalba

como hubo

la

repetición del caso

prohibición, mantenida seve-

antiguo, de sepultar dentro de las iglesias, quizá se ocu-

rriese la idea de añadir

un oratorio adherente

así

el

los

cuer-

pueblo rendía culto,

su declaración canónica de santidad.

(1)

L'Architecture religieuse en France,

(i)

Gsell:

Les

mismas, para

a las

pos de obispos u otros difuntos venerables, a que

previniéndose

el céle-

ábside occidental de Matifu, antigua Rusgu-

nia, junto a Argel, contenía sepulcros, la

de Orleansville (Ar-

la basílica

side especial y con acceso directo a los peregrinos,

cho de

la

monuments antiques

230

p.

70.

de l'Algerie,

t.

II,

págs. 222 y 342.


PENALBA LüS muros del

ediíiciu, y

aun sus esquinas, están hechos de manipos-

muy

de pizarra y caliza,

tería

(irme v entera: su grueso general es de

72 centímetros, y se refuerzan con estribos de otra tanta corpulencia, no

excesivos y bien puestos, revelando un concepto de su función

sabio que

do con

demostrado en Cataluña y Asturias anteriormente, y de acuerya vistos en Bamba; pero como este uso racional del estribo

el

los

también

se

observa en

posteriores del norte

que obedecen ello,

mucho más

la

lo

Gran Mezquita de Córdoba, en tanto que obras

desxirtuaron, queda realmente dudoso

las iglesias

de

Bamba

el

influjo a

y Peñalba en ese punto, no siendo

desde luego, atributo genérico de mozarabismo. El abovedamiento, general y con desahogo, da

y confianza en

métodos empleados. Las

los

de un gran dominio

fe

sacristías

y

el

tramo primero

de nave se cubren con cañones semicilíndricos, en proporción dupla alzado respecto de

la

planta, y con

moldura de arranque por tramo

o cimborio es

pero con desarrollo

dando

el

prototipo

tres

más

de

elevado,

formando cúpula

muy nuevo (Lám. LXXXVIII): romano

del serápeo de Tívoli,

vos, hace patente Rivoira (i);

ésta,

particularidad de extenderse su

muros, como en Bamba. El segundo

los

San Sergio en Constantinopla, por

y sobre todo, a

la

la

bizantino,

de gallones, recor-

es

cuya analogía con

al oct(í)gono sin

-el

de

alternación de cascos llanos y cónca-

también

cúpulas de Escalada,

se parece a las

sobre arcos. Sus gallones son ocho, pero lógrase

drado

modo

a

absidal de San Lorenzo de Grenoble, arrancando,

la

el

mediación de trompas

ni

tránsito del

el

como cua-

pechinas, con sorpren-

dente facilidad, ventajas y bello aspecto, pareciendo extraño que no se repitiera en edificio

que sepamos, en

alguno conservado, y

la historia

de

la

así

resulte único ejemplar éste,

arquitectura.

Compónese de

cascos

muy

cóncavos, cuya especialidad consiste en un desarrollo mayor de los corres-

pondientes a tir

los

ángulos, que nacen a nivel

más bajo que

de unos embrionarios saledizos, especialmente a

mas todos

los cascos resultan

la

los otros, a

parte de

la

par-

cabecera:

parejos una vez alcanzada su nivelación.

Por base de apoyo no hay, pues, un anillo, como en Escalada v otros ejemplares musulmanes de Andalucía

— desde

los

de

doba, cuyos actuales prototipos vemos en Cairuán

(i)

Le origini dclla Architettura lombarda;

231

la

Mezquita de Cór-

— sino

ñg. 343.

cuatro arcos


LEÓN adheridos a

los

muros, sobre repisas dispuestas en

los

rincones y con mol-

dura por guarnición: arcos que ofrecen de ventaja concentrar en los del

cuadrado

la

en cierto modo, independientes de propósito de Santo

empujes

carga, restando

Tomás de

a los

las cubiertas,

las Ollas,

según

LXXXIX),

nadas (Lám.

crucero de

el

se aplici) a b(')ve-

arcos.

iglesia ostentan

Las dos capillas de nuestra

sistema que. a

el

queda expuesto. En

mismo procedimiento de

ángu-

muros, y haciéndoles,

San Martín de Angers y mausoleo de Placidia en Ra\ena das baldas este

los

asimismo cúpulas gallo-

pero dispuestas sobre un anillo, con siete cascos y

porción semicilindrica, entestando con

el

arco de entrada que

la intersecta,

va que su altura mínima no permite voltearlas en redondo simétricamente, V

mismo sucede en

lo

evidencian

A

las

más

de Escalada,

sencillas, pero tan similares

coordinación artística de todo este grupo leonés de

la

excepción de

los

susodichos arcos de

la

cúpula y otro de

iglesias.

la

puerta

demás en

volteados en semicírculo, todos los

septentrional, por dentro,

que

Peñalba son de herradura, según tipo musulmán, sobresaliendo como especialmente significativos

y

LXXXIX)

nas

el

y

LXXXVI), que

ble,

como en los seis arcos más obra segura del mismo artífice. En estos

el

descentramiento de líneas de

haciendo alargar

la

arquivolta es

más que

los

muv

percepti-

salmeres, según

Escalada y Mazóte. Su trazado y proporciones coinciden

trasdosados por moldura reservan

metro en su flecha o altura

la

medida

la

típica

— tres cuartos del diá-

curva del trasdós, resultando recre-

aun algo más

tronque cordobés y precisamente

X, notándose que estos arcos

siglo

el

— para

cida hasta cuatro quintos, y

califal

a veces, la del intradós: el

en-

de este grupo de iglesias queda

ello patente.

Los arcos

lisos

tantes del edificio

la

la

cla\e una cuarta parte

con normas cordobesas usuales en

vera

moldura guar-

trasdós de su rosca, exactamente

se hizo notar en

con

entrada principal, por fuera (Lámi-

la

llevan alfiz o recuadro y otra

antiguos del pórtico de Escalada,

ejemplares

LXXXIIl

de hacia oriente (Láms.

la capilla

y los dos gemelos de

LXXXV

neciendo

de

el

la

no descentran su dovelaje, pero en

las tres

— sacristías y entrada septentrional (Fig.

susodicha proporción de

los

1

1

puertas res1)

— perse-

cuatro quintos. Los demás aliénense a

regla general de tres cuartos, o sea excediendo su flecha en

una mitad

del radio al semicírculo, y con desarrollo de dos tercios de circunferencia

232


PEÑAI.BA

la

además incorpurado con

rosca. Dichas puertas llevan

también

repetirse en Escalada;

vimos

forma aquellas concavidades

Bamba Luz, como

y en

en Mazóte y Cristo

de

dicho.

En cuanto

la

al

usaba en r.órdoba durante

coiikj se

arranque de su duvelaje,

las

el

intradós,

en los

impostas

ÍX y arcos grandes, el

sif^lo

observadas en esta última

laterales

el

iglesia,

el

va

despiezo

siempre, sin clave y empalmadas alj^unas dovelas es radial

de

los arcos

ternan con

arranques hasta metral

desde

pero la

/

como

las enterizas,

Mazóte;

en

mayores, que al-

los

línea dia-

juntas son hori-

las

zontales, variando en esto de lo

acostumbrado en

sias anteriores v

Su labor

bés.

lo

cordo-

muv

cuida-

en

favoreciendo para ello

dosa, el

es

las igle-

excelente

material

calizo Fig. III. Peñalba: puerta septentrional

que

Peña alba deparaba.

la

La puerta principal

es

muy

digna de alabanza: sus dos arcos gemelos,

sobre columnas, son novedad usurpada de

exactamente

la

misma

las

ventanas, pues ellas repiten

disposición, forma v juego de molduras en

la

.Mez-

quita de Córdoba, Tornerías v torre de Santiago, en Toledo, y torre de

mezquita de Abentulún, en ble.

Cairo

(i),

obra de

de

las sacristías se

las

Sobre

el

(i)

arqui-

adaptan por dentro robustos dinteles o

madera que hay en todo

el edificio.

la

nave, descargándolo y con

principalmente, ábrese otro arco de herradura,

que hav en

los

cuyas

planchas

arco medianero de

otros tales

alféizar, en

madera (Lám. LXXXVIl). A

hojas de

con quicialeras para dos hojas, única

el

Cristo de

la

como

fin

decorativo

ventana, similar de

Luz. en edificios de Oriente y aun en

Velázquez Bosco: Medina Azzahra;

— 30

mano cordobesa induda-

Por dentro cobíjales otro gran arco, sirviendo de

impostas enmangaban llos

el

la

233

fi^.

4.


I.EON

lo

románico. De ventanas, son adinteladas v sin derrame

de

las

los ábsi-

des, provistas de celosías de mármol antiguamente: resultan derramadas

hacia adentro, desiguales y algo descentradas

las

cuatro de

mantienen señales de travesanos a sus lados, como para

nave, que

la

reja o vidriera; e

igualmente, con derrame amplio interior y recortados en forma de herra-

dura sus dinteles,

los tragaluces

Constituven decoración

apeando

la

de las sacristías.

más

nueve columnas,

rica en esta iglesia

principales arcos y tangentes a sus jambas, a las que no se

los

incorporan sino

los

mármol

cimacios. Su material es

manchado

blanco,

de gris parcialmente, llegando hasta ofrecer intensas vetas negruzcas en

gunos fustes, sobre todo; exceptúanse

los

son de granito y algún tanto ahusados. Las

muy

pero con su escota

basas mantienen

tres nácelas, ya

una sobre otra directamente, ya interpuestos menudos

somera como de contarlo, da, Hornija,

puerta,

e iguales a los registrados

Bamba, Sahagún y Rueda (Láms.

muv

son corintios,

el

tipo ático,

desarrollada, juzgando por las de la puerta, únicas

Los cimacios llevan dos o

visibles del todo.

al-

grandes del arco medianero, que

uniformes entre

XC

en

cabalgando

boceles, con labor

el

pórtico de Escala-

y XCI). Los capiteles

variando sólo ligeramente

sí,

menores en tamaño, y apenas

de

los

la

difieren de los de Escalada, en su

tramo primitivo de pórtico, asegurando un absoluto sincronismo entre

ambas

obras, pero con alguna ventaja de arte en los de Peñalba: talla a

biseles, estriados caulículos, collarino

caracteres: los

mismos

.

Pieza decorativa de

celosía de

tros, es

ridas a

la

son sus

'

mucho

valor,

mas desgraciadamente fragmentaria,

ventana del ábside occidental. Mide 129 por o'56

de caliza blanca, y no restan sino él,

etc.

tantas veces expuestos, analizando series análogas,

en este capítulo.

es la

sogueado, bizantinismo,

el

me-

cerco y algunas partes adhe-

sobre todo en lo alto, formando composición de tallos ondulados

y hojas a biseles, con arte similar al de los capiteles susodichos y pretiles

de Escalada (Fig.

1

12).

rativas, cuales son las

de

las sacristías,

gura al

113);

y

el

Igual concierto muestran las restantes piezas deco-

repisas

del

cimborio

e

impostas de

compuestas de nácelas escalonadas, como

m oíd u raje

de

los

del pórtico de Escalada (Fig.

arcos que 114).

234

cimacios (Fi-

llevan, a bisélese idéntico

Las cornisas son simples

cuadrados.

le

los

los arquillos

filetes


PENALHA Otro elemento de estudio son

It^s

lones. más galanos, pero semejantes

aleros del tejado, con sus

de Escalada y Hornija. Desarro-

a los

curva de nácela sus enfilados

llan

número de

baquetones, en siete,

con

de seis pétalos

llores

rueda helizoidal, generalmen-

la

adaptada

te

seis u

y adornan sus costados cir-

culillos

o

modi-

baquetón superior,

al

de doble corpulencia que los otros,

además

V

acompañarles

suelen

modo

unos trazos picudos, a cuernos (Fig.

ii5).

de

Muchos modi-

han desaparecido, sustitu-

llones

yéndoles rudas lajas de pizarra, y las sacristías

tal

nada se conserva de

go,

forman tejado

clavadas sobre

Fig,

1

ventana del ábside occidental

12. Peñalbu:

y capilla occiden-

en

ellos.

Lue-

losas pizarreñas,

maderos

livianos,

conforme

al

constituir

armadura. Por último.

en

la

capilla

uso del país, y sin

mayor y

sacristías so-

bresalen del muro, un metro por debajo de su cima, unas canales o gár-

muy

golas,

pequeñas y

agua llovediza

lisas,

que probablemente servirían para verter

filtrada hasta los ríñones de las bóvedas,

recalos:

también

diendo a

los

Santullano de

alto sus iglesias, a partir de

Prados.

los

Consérvanse por

acá otras dos gárgolas primitivas, notabilísi-

mas

e inéditas: la

una en

formando cabeza de Mérida,

muy

ros y con I

I

3.

el

Museo de Oviedo,

león, y la otra en

larga, llena de

el

de

adornos bárba-

un rostro humano.

Rodea Fig.

el

edificio

un miserable

portal cu-

Impostas de

las sacristías

bierto.

quc

sirvíó

el

de

hay en Asturias, pero ctjrrespon-

las

aposentos de refugio que suelen

más

llevar en lo

en evitación

de

235

cementerio,

dejando


LEÓN libre

sola-

mente

la

cabecera: y a

los

álzase

des

pies

una

mesu-

rada espa-

daña, desfigurando

las líneas exteriores pri-

Por dentro, su encalado y pintura modernos le afean: en tiempo más lejano mitivas.

fueron pintados los arcos

al óleo,

rectificando

algo su despiezo con líneas oscuras; las pare-

des tenían enlucido blanco, y en occidental percíbese un zócalo rojo Fig,

1 1

Peñalba:

5.

modillón del alero

La

SO.

solería

era de losas de

pizarra

que

sobre

,

alza

se

entarimado madera,

de

sin de-

visibles

jar

un

las

basas de las co-

lumnas. mente, de

es

Final-

digna

atención

la

pila para agua bendita,

quizá

coetánea del edificio:

hecha de

mármol gris con vetas negras, mi-

de

I

'06

metros,

-t^

por o'yS figura

Fig.

1

16.

Peñalba: pila para

236

^7- el

agua bendita

-

la

capilla

muy

ter-


"

-

^

^

PENAI.BA una artesa por dentro y guarnécela exteriormente por tres ladus robusta moldura de gorja. Pudiera ser una coronación de pedestal romano apro-

más

vechada; perú todavía choca

soporte, alargado también,

el

ensan-

chandi; progresivamente por sus caras largas, conforme sube, y cun unas X

\

r^

^

ir\

"ff-^ r^^'=f='

v

v

,5

niuescas inexplicables abajo

%é-

^-t^

thiCPfeTROHAWS Fig,

1

_ - ,. 17. Penalba:

-

.

.

.

epitaño grabado en

<'--

.

,

la

cabecera

fieos

>

-i

--

monumentos

l)e

epitírá" ti' ^r

hay en Peñalba un sim-

plicisimo epitafio, que podrá datar del siglo X, con letras mozárabes, de

dos centímetros de está

grabado junto

alto,

diciendo

«f Hic

ventanillo de

al

Petronatus (iacet)» (Fig.

la sacristía

117):

septentrional, que se abre

hacia oriente, en una de las piedras que lo forman. Otro epitafio, con fecha de 979, bar-

baramente

redac-

tado y sin carácter

mozárabe,

se con-

signó en unaloseta,

de 28 centímetros en cuadro, caída de su sitio en (Fig.

tal

así:

1

«¡^

.umulo

el

por-

18).

Dice

[In

ho]c

requi[esc),t

íWM^^Tú ^j Qj E A FTA 1_ PTlífTV (X ISMQ Kl^ 5^MMl_S_ o

g 5

Tlj

tamulusD(e)i[grla-

de memorie D,i,-

mi[alne

y-

boc(atü)

I

ost)r(i)squio[b]it

\

die

IIP f(e)r(i)a

rr

€ ¡^H

;

r

'

:

'^""^=^

X Vi

f\

'J\^\ j

^P^

jj

t^^Z^6^""^^'

~^

^

-—

N\J\

I

o"8©

1

FP^R^nr?"

or(a)IIPXII™ok(a)l(en)das mar(tia)s

[_

era M'í™)^ XVII'i'a».

Fig.

I

i)s.

Heñalba: epiíaiio en

ti

portal

Otro epitafio, poco legible y rudo, eñ el testero del ábside occidental, quizá llo\e por fecha la

Era io52; otro hubo de un lucillo

Vilias,

muerto en

con dos arcos románicos, adosado 237

al

la

Era 1080: posterior será un

mismo

ábside, y en

una jamba


í

LEÓN de

la

puerta septentrional se grabó en versos leoninos

abad Stéfano, franco,

Una

Era

fallecido en la

170

además

inscripción histórica posee

vestimiento interior, a

1

mano derecha

de

(

i

honore(ml

ecl(esi)a in

et

puerta principal, v luego pinta-

la

Vil

epitafio de cierto

grabada en su re-

el edificio,

das de rojo sus letras y de negro un recuadro (Fig. «In era C^ XLIIl pus m(i)l(le)

el

).

1

19).

Dice

idus m(a)rc(i) consecrata est hec

lacobi ap(osto)li et plurimor(um)».

s(an)c(t)i

I

fy

No

se

escribió más,

íT*

'^

lo siguiente:

X

C

faltandolapa-

iHEíiAcxiinFntETvjnD^

fc-—=

torum» V de-

i>«La

mil CONSECRAAESTOCECL A wJL

«.

tancias.

t

consagración

IHHOHORE.SCllACOBIApIlETpkiRf/^CJy •*

Fig. iiQ. Peñalba:

en

'

aunque abunden casos de

mexplica-

consagradas tardía-

iglesias

mente. Desde luego, un criterio cerrado legitimaría conclusión:

mas no creo

mucho más

antiguos vimos grabados en

defensible

hipótesis.

tal

tectura leonesa usual era iglesias

la

entonces su

fijar

muchos años

románica, puesta de

moda

por

de San Isidro de León y Santiago de Compostela:

del edificio:

antes, la arquilas

así lo

dos famosas

acreditan, en

Bierzo mismo, San Esteban de Gorullón, reedificada de 1093 a

el

portada netamente compostelana; San Miguel, en ría

cia

de Bisbayo, aun más vieja probablemente; 1

108; las

en Laciana,

la

misma

la iglesia

villa:

100.

con

Santa Ma-

de Cacabelos. de hay,

Más aún, tenemos en

cronología admitida: v otro tanto significa

más

estos edificios

el

a norte,

oratorio de

e

incontrovertible, en favor de

la

abundancia de caracteres co-

mozárabes leoneses arrojan, con fuerza definitiva

para quienes alcancen noción de nuestras evoluciones artísticas.

(i)

1

de Robles, consagrada en 1090. Ninguna de estas iglesias ofre-

Celanova un argumento de analogía, positivo

munes que

la

de San Martín de Salas, Carracedo y Espinoso,

ce puntos de contacto con Peñalba.

la

el

Letreros sepulcrales

mismas piedras

las

sobre todo, a principios del siglo XII v aun

y,

io5 resul-

I

memoria de consagración ta

ble para nosotros,

Esta

Bol. de

la

Soc. Casi, de Kxcursiones; año

-

238

-

Vil, p.

204.


SAN MIGUEL DE CELANOVA Ingrato

cuando

es,

se desea reconstituir U) antiguo,

no hallar delante

sino un nombre, una fecha, sequedades inexpresivas y vacías de sentido espiritual: pero es

más

dar con historias hechas que, ante

triste

de contradicciones y convencionalismos, se

quedando

sólo en pie las

costumbre. Es siglo X,

el

que ante

mismas

caso de san

nombres

fechas,

Rosendo,

en vez de

la crítica,

hace

la

necesario

conflicto

el

desvirtuar,

e insustancialidades

de

gran figura de Galicia en

el

salir vivificada, se oculta

y escapa,

dejándonos percibir sin embargo un aroma de algo bello y sensible.

He aquí

lo

que

al

parecer hay de cierto, en

lo

que nos atañe, de

la

figura histórica de Rudesindo: Él era hijo mayor de un conde

(Juttier

Menéndiz y de ilduara. emparentados con

que

los reyes leoneses (i),

les

favorecieron con señoríos v fincas en varias comarcas, especialmente Galicia.

Coimbra, Zamora,

cuando Guttier donó

Años

etc.

llevarían de casados ios condes en 912,

a su esposa varias propiedades y, en

compensación de

gananciales, asignóla dinero y siervos de origen moro, ganados probable-

mente en expediciones guerreras que tierra

tición

portuguesa

Falleci() él

{2).

fueron confiadas,

la

herencia de su madre, aun viva. Según

Geloira.

(1)

la

hija

de Ramiro

II,

le

V.),

Alfonso

la

V

la

llama tío suyo: y

como

naturalmente, entre sus respectivos padres, de Alfonso IV y de

como duque,

(3).

entrando en

decía que (Id.;

ella

tradición del siglo XII.

el

mismo

parentesco había,

declaran cartas del susodicho Ramiro,

hermana de ambos. Scemena (Becerro de Celanova,

genere de propinquis erat»

en

en 934, y entonces Rudesindo hizo par-

de bienes con sus cuatro hermanos restantes

también

y 174

le

fs.

37, 74 v.. 173

conde Hermegildo Menéndiz, padre de Guttier, «regio

el

4

f.

v.

— Yepes:

t.

V, escr.

El

v).

entronque

real, sin

em-

bargo, no resulta definido. (2)

Becerro de Celanova;

quantumcumque ganare

potuero que usque ovitum

quod

te

per legem

medietatem (3)

f.

valui de

meum

ig8: «Aditio etiam tibi per

qua dote

in

de munificentia regis de preda vel de ex aliquo ganato

gotorum non conpctebat tam

tibi et posteritati

tue

Becerro de Celanova;

f.

hanc scripturac donationis

coniugio copulavi vcl ganare aut aucmentare

in

argento

in

scrvos de origine

dono atque concedo.» lóó

v.

Su

fecha, a

239

1

1

de marzo.

maurorum


LEÓN Rudesindo

habí¿i

GAl^lCIA

:

nacido en Monte Córduba, junto a Salas, donde Ilduara

hizo construir una iglesia de san Miguel

cumentos un <^monte Córduba» da Cordovarium, junto por su marido, según

(2),

Por incidencia se

(i).

y además una

Aranco, trasferida en propiedad a Ilduara

al río

documento de 912

el

que arriba

a

Arango, que riega

Salas, en el valle de

el

arroyo Aranguín, datos que in-

clinan con probabilidad a localizar aquí, en Asturias, sindo, y no en Corva, localidad portuguesa,

Rudesindo era obispo

como

se

la

Rude-

admite generalmente.

menos

lo

como simple

y ello

(4),

reciendo comprobado que ejerciese ministerio pastoral

hermano menor,

ñedo. Su

patria de

monasterio de San Martin Dumiense. junto a

del

Braga, quizá desde y2i a

que

se aludió (3), y

de identificar hoy con San Miguel de Cordovero, ayuntamiento de

fácil

vila,

en do-

cita

vila en Asturias, llama-

Froila, casado

título,

no apa-

en

Mondo-

ni

allí

con Sarracina, donó en 936 una

en territorio de Búbalo, llamada Villare, heredada de sus padres, para allí

Rudesindo un monasterio, bajo su gobierno, con tem-

estableciese

nombre de Cellanova

plo de san Salvador y

{i)

Kspaña sagrada;

(2)

Véase arriba;

(3)

«In territorio Asturiense villa

fundata iuxta ripa

rivi

XVIll,

t.

Fué cumplido

(5).

así,

ayu-

p. 379.

iig,

p.

quem

Cordovarium ab

integritate qui est

Arancum.» Figura después en cada «colmcllum

divisionis» de la

vocitant

testamentaría susodicha.

En 927

(4)

se le

denomina «Rudesindus

sci.

pus»; pero esta fecha es dudosa (Bec. de Celanova,

alude a

él

Alagundia

Martini Dumiensis monasterii episco-

quizá sea una donación de 916, encabezada tibi

subrino

meo Rudesindo salutem» (Bec.

con seguridad, suscribió de Rivadesil (Arch.

hist.

Esp. sagr.,

escr. XXXI.

como

r.

173),

«Ego Nepotianus

así:

«episcopus Dumiense sedis»

XVII,

p.

18).

y luego otras de 932 (Id.;

f.

f.

28

v.).

En

et

921, al parecer

2.

Yepes:

Corónica;

meo domno Rudesindo f.

i52 v.) y 936 (Id.;

f.

(5)

San Salvador de Fegio,

Becerro de Celanova;

cho Ordóñez, que consta en

sagrada,

t.

lio 174 V. del

XVIII,

p. 326.

el

f.

a orillas del

93. Yepes;

mismo

172). Este

V, escr.

iv. f.

a Froila por

— La carta de donación de San-

1.S2 v.,

240

fué impresa en la

Scemena

Revue hispanique,

mo-

Miño.

libro becerro al

La confirmación

becerro, se publicó en la

t.

vilas

episcopo»

último documento es más explícito, declarando que Rudesindo vivía entonces en un nasterio llamado

IV,

t.

Sigue una donación, en 927, salvo error, de

173 v.), 933 (Id.;

se

uxor mea

restauración del monasterio

la

nacional: diplomas de Samos; n." t.

más antigua en que

cita

Celanova,

en territorio asturiano, por Patruina «vobis nepto (Id.;

La

62).

f.

t.

X,

España

en 936, inserta en p. 371.

el

fo-


CELANOX A dándole también su niadre Ilduara

mismo

puniendo por abad

\'

Rivalogio

el

monasteriu de Rivadesil

(1

y reformadu en 927

),

Ilduara y Rudesindo enriquecieron en j^rande

(2).

de Celanova con (incas, ganado, ropas, servicio de mesa,

abad

hermana l'"iankila

preeminente

con Scemenu Didaci

del obispo, casada

en 969, en Celanu\a,

el

etc.,

luj^ar allí,

como

para obispo de

Iria,

(5).

nueva casa en 938

\i\ia

el

Fru-

nombramiento de Rudesindo

en tiempo y bajo circunstancias discutibles. Lo son

igualmente una especie de virreinato sobre Galicia, que se torias sobre

Aun

(3)

Ado-

Fatalis en Sainos, Cixila en Apeliare y el

de

el

de Rudesindu, que ucupaba

lad(j

al

nimio en Bamba, situación turbada por

en 977

la

respectivamente: y siguióse dunaci<')n de vilas en 950, por

(4),

sinda,

l'rankila,

que. bajo los auspicios del cunde Guttier y de Rudesindu. había

repoblado, en 921,

V 942

a

le

atribuye, vic-

normandos y moros y su abaciazgo en Celanova. Murió aquí

((3).

La personalidad moral de Rudesindo queda menos definible aún

que sus

actos: él dejó adscrita a

maurus

apelativo de

«servos de origine

llos

Celanova una porción de familias

con

(7).

algunas, que probablemente descenderían de aque-

maurorum» adquiridos por

el

conde su padre, cuya

descendencia perpetuamente había de ocuparse en servicio de

los

monjes,

señalándose los oficios que cada una ejercería: panaderos, cocineros, porqueros, lavar las cubas y hacer baños donde los monjes lavasen su cuerpo,

andaderos, olleros, carpinteros de froga, vinateros, lenceros, herreros, sin

que

la

(i)

puesta

de

21

allí

calidad de monjes, alcanzada por alguno de estos siervos, redi-

Documento mismo, en

citado arriba. Tres años anterior es la

Becerro de Celanova,

(3)

Id.,

f.

5 V.:

Í4)

Id.,

f.

2 V.

(5)

Id.,

f.

7 V.

(6)

El

inscripción iiistórica suya,

Ó2.

f

Esp. sagr.

t.

,

XVlil,

p. 325.

parece estar inédita.

Ycpes;

t.

V, escr.

1:

copia

muy

descuidada.

hecho ocurrió entre su testamento, otorgado en

17

de enero, y una carta

real

de marzo, donde ya consta «sanctissimum corpus eius honoritice humatum'* en Ce-

lanova

(Revue hispaniquc,

(7)

i

t.

X,

f.

94: es

p.

4ii\ resultando

justificada la celebración de su

de marzo.

Becerro de Celanova;

que resume

la historia del

diploma

real,

monasterio.

— 31

la

ermita de San Juan del Cachón, y que aun se conserva.

(2)

aniversario en

1002,

etc.,

241

importante y

al

parecer inédito, de


LEÓN miese su condición social

desacuerdo con

En

(7).

:

GALICIA

esto seguíase

legislación asturiana, en

la

nuevos usos del país leonés, donde

los

ni

un solo caso de

como ya sabemos. Rudesindo que consideramos como influjos mo-

siervos y familias registran sus monasterios,

queda

fuera, por consiguiente, de los

zárabes, y su fundación no se revela diferente de los otros monasterios ga-

Hay, sin embargo, un diploma, escrito quizá por Rudesindo mis-

llegos.

mo, donde resplandecen ideas de

justicia pura,

con motivo de restituir

la

ingenuidad, y prerrogativas de ciudadanía romana, a una liberta suya con

nombre

además una

árabe, Muzalha, en 943. dándole

parte de sus bienes

patrimoniales, libremente y sin imposición de señorío alguno

Intriga

(i).

saber quién fuese aquella arabizada, que mereció del insigne obispo tan

señaladas mercedes; pero nada es dable traslucir respecto de

Muzalha,

ello.

cuyo nombre hace sospechar que procediese de mercado musulmán, pudo que

ser su aya, su educadora, la

le

mas todo

bres fácil de rastrear en sus actos:

dumbre alguno. Hay

ello

no alcanza grado de

certi-

otra particularidad, reveladora de gustos depurados,

lujo y aficiones suntuarias en

Rudesindo, que son

las listas

de objetos ofre-

«Notitia de pistoribus huius sce. Cellenove quos eps. Rodesindus tradidit hic qui

(7)

in

infundiese una delicadeza de costum-

hoc cenobio Deo servirent» (Becerro de Celanova,

de apellidos que descubre. Allí consta que «Aulfus stituit ei

servitium

de semine

Incertum

56): es interesante

fuit

in

quibus

fratres

tempus

vite

mus, nec finem

scire

est

por

la

evolución

de criatione de epo. Rudesindo,

sicuii alus fccit, ut custodiret greges

balneos

porcorum

et

abluere cupas

et

Cellenove corpora abluissent».

nomine Domini ego Rudesindus episcopus

In

(i)

suum

illius faceré

f.

tibi liberte

mee Muzalha

salutem.

eo quod mortali ducimur casu, quia nec initium nascendi novi-

valemus

cum

ab hac luce celerius transeamus, atque prophetico elo-

quio docti qui dicit: dissolve colligationes impietatis, solve fascículos deprimentes, dimitte eos qui confracti sunt liberos, et dentes,

tam

in

honore

scimur, verum

simul

et a

et in

penis

mee

caligo servili clara in

verum

et inter

inponendum

pii

omne honus eorum disrumpe.

His enim monitis adten-

Redemptoris nostri cuius nos omnes sanguine redempti cogno-

propitiatione libcratione,

animarum genitorum meorum Absolvimus

te

Guttiherris

et

Ylduare,

ab omni nexu servitutis qualiter detersa

aulam ingenuitatis resplendeas,

et

non

te

liberam ínter liberos statuo,

ydoneos lícentiam tribuo. Civium romanorum consequi priviiegium,

capiti tuo

nitorem ingenuitatis, Concedo

tuum quicquid aucmcntari

vel

tibi

omne peculium

vol

et

ad

peculiarem

aucmentare deinceps cum Domini adiutorio potucris. Adi-

tiens aditio insuper tibi vacca vitulata et

restaurationis adobtivi que mii in

bovem

et

similem rationem de alus meis roborem

colmellum divisionís exierunt

242

inter

germanos meos:

in


CKLANÜVA cidüs por

él

y por Ilduara a Celanova, tan ricas en nomenclatura técnica y es-

pecialmente en palabras árabes, designando ro no tienen rival en los

nominatas,

villas

in

documentos

Bubale Mauregati Vizamondi

ct

Pumares do Viduas

in

liberi

denduní tam libi

dominio subdo,

alicuius

te

regia potestas

quam quemlibet

diem

precipio, ut in

quem

nisi

Domini cereum

natalis

in

libcrtatis vel restaurationis quislibet generis

extrañéis ausu temerario infringere quiverit,

modo tccum

quo

pro tuo iustum

tibi

in

tri-

ad dcfen-

Hoc

vcl qui tibi placuerit.

oblationem

et

villa

animi volun-

tu ipsa tibr'elegeris

domum

Domini

valueris inpendas. Siquis hanc se-

homo tam

de propinquis meis

excomunicatus

sit

libi

heredibus tuis qui uno

de gente nostra

pauperibus stipendium pro anime mee

ot't'eras et

riom

nisi

sunt, aut ct ad confessoribus monasterü Cellenove qui

buant pretium. Va nuUi

tantum

Fraxeneto, in Porlucal

et

cogente necessitate acciderit

si

de ipsa hercdilate pro venderé, non vendas

anbus

i).

(

Caldcllas Piniaria media, in Sallare de Genetivi duas partes,

id sunt: in

de Lc¿a, sub ca tanicn rationc sérvala, ut tas

ropas y vasos, q ue de segu-

telas,

cristianos similares de aquel siglo

el

quam

et

de

ab omni cetu sanctorum

privatus ct insuper parict rcgie polestali auri talentum. Facía scriptura ingenuitatis et restaurationis sub die x" kalendas octobris Era dcccclxxxi'.

episcopus

in

hanc scripluram ingenuitatis

hanc reslauralionem supra mcmorali

mea

el

expialione roborem

el restaurationis

Christi

nomine Rudesindus YIduara

mei gratuito animo confirmo

pontificis ñlii

mea manu

Sub

manu mea (signo). Ego

indidi (signo).» Becerro de Celanova,

Por referirse a una mora, esclava de familia arabizada, puesto que

f.

6o

de

el jefe

pro

el v.

ella tenia

por cognomento Meruán, vale aducir aquí otra carta de ingenuidad, sin fecha, sacada del

mismo

Dice

libro, folio 134.

así:

cum

«In Dei nomine. Ego Goldregoto una

filiis

mino Deo eternam salutem. Dubium quidem non

meis

esl sed

mancipia mea

tibi

multis manet

lulia in

fuerunt genitores tui de tribus ismaelitarum tribu salomorum. Necnon ctiam pradicta

domina

nostra Goto, placuil nobis alque convenit,

spontanea mea volumtáte,

cognomento .Maruan, facimus

tibi

ut pro

remedium anime

scriptura ingenuitatis vel restaurationis ut

vel fece servili

ingenua cive qui

su-

et ipsa

propria nobis accessit

et

noslre vel de virum

Domino mcrcede

ut in dio iudicii ante

Do-

notum eo quod

mcum

et

Adanaricum

indulgentiam accipiamus,

vel

sis libera et

obsoluta ab

omni nexu

romanum deexernimus ut ubi volueris vivendi manendi Neminem quidem te micimus servicium vel patroci-

fovendi maneal indubitala posterilas

Deum

nio retenere nisi (i)

He aquí un

rum galnabbes muzalla

i,

rege poiestatis.»

trozo de

pallias

morgom

et

iiii,

plumazos

galnabes laneas

xviii,

XXX solidos que

fuit

la

pallios

plumazos

de

carta de Ilduara, de 938: «.Addicimus et stragmina leciuo-

allihaffes vulturinas

domino

sic

111

láñeos

ytria. ínter

fazistergias tramisiricas

11,

ambas

pallias

antemanum,

xi,

scaleas argénteas

iii

ut

memoria

savanos

et

manteles parea x ex

casullas de sirico

tapetes

11

eius

una mezqui

243

sit

et alia

i

iii,

linolas

al-

viii,

ex ipsis una exaurata de

meo

et viro

¡mmaginatum cum sua

11

quarto iramisirco, culcitra addani

et

in ea,

vasa enea,

eis litteratos

concum parea

vii

alba pintella alias mata-


LEÓN

GAIJCIA

:

Otro punto que ignoramos en absoluto es de

el

carácter y valor artístico

edificios de Celanova erigidos por Rudesindo. Todo

los

traspasa

XVI; aun

siglo

el

debió serlo también

el

lo

actual no

anterior parece haber sido románica:

la iglesia

sepulcro del fundador, arca de piedra levantada

sobre columnas, que era costumbre golpear reciamente cuando se deseaba

y ningún vestigio subsiste que pueda achacarse

un milagro

(i),

Todo

hecha excepción de un

esto,

presente estudio, } que

además

Es

el

edificio anejo al monasterio,

muy

algo

si

San Miguel,

oratorio o capilla de

especial

le

najes

lo

restauró

medio de un

antiguo de sepulturas de abades y otros perso-

la

memoria de

1002, en virtud de la cual

ella se

al

abad Manilano que

principia con un historial de

sindo edificó domicilios, donde reunió

macén hizo un lo

más

oratorio que,

la

Bermudo

11

111

el

pallas vin

(4).

monjes, y «que cerca del al-

mundo»

(5).

La biografía

exageges una amarella alia suruz vi,

et tercia alba.

es

del

Ítem

orales brosetos de auro et argento t'resatos ni,

cum

un dúos inde mataraffes uno vermiculo 11,

había elegido

aun bajo aspecto de pequeña hospedería,

albas de lino un et quinta túnica, amictos

lo et alios pallios

éste

fundación, diciendo que Rude-

a los

precioso, a juicio de todo

raffes alias lineas v, albas de sirico

frontales

rev

el

disciplina del monasterio, alterada violentamente a poco de

morir su fundador, reponiendo

de

mo-

(3).

Existe una

En

del

singularizase.

dispuesta a pocos pasos del

nasterio, hacia norte, frente a las celdas de huéspedes (2), en

jardín v rodeada en

tema

único aludido expresamente y con

es el

como

elogio en los textos antiguos,

X.

al siglo

una alba de

cruce de argento

filo et

alio

amarel-

fazistergulo tVancisco et alia de alvexi

illo

terzaria exaurata kaskerxi quarta tyrace vermelia quinta grecisca sexta alba similitudinem

de

illis

dalmaticis séptima cárdena similem

exaurata. Velos pallios principales

daré de

illo

servitio

de gricisca

Libros psalterio

11

et

goticum

almágana cárdena Iterum

i

de mensa que nobiscum trahunt troliones un sulzegas

octo culiares extra quod desuper resonat que ad (1)

España sagrada,

(2)

Id., id., p. 388.

(3)

Morales:

(4)

Becerro de Celanova,

(5)

«Rudesindo

11

mandamus salares

11

et

Celamnovam testamus.»

XVIIl, págs. 388 y 410.

t.

Viage santo, f.

p.

55. Yepes:

Corónica,

t.

V,

f.

27.

94.

hedificavit domicilia in

quo adunavit moñacos,

paterfamilias degentes vitam monasticam actualem fecit

i

octava

et

oraculum quem visu ospitiolum parvum

in

ut est pretiosior in oculis

244

et ipsc

super eos

cenobio, et próximo in promtuario

hominum.


CELANOVA santo, escrita por este pasaje,

munje Ordoño hacia

el

r8o

i

glosa indudablemente

(i),

cuando expone que Rudesindo «hizo además, dentro

del claus-

almacén y no lejos de sus iglesias, un oratorio de san Miguel arcángel, con visos de pequeña hospedería, cubierto con admirable obra lapídea y muy admirable a vista de quienes lo contemtro monasterial, junto al

Además,

(2).

terio,

año 942, encargaba sufragios en

el

san Miguel arcángel se ofrezca

hermano PVoilano» de Celanova en

como ya

inclinación de Froila hacia

dicho lleva sobre

la

el

mismo

(3), el

()^i),

ciertos días, y

oficio divino en

a

quien

se dijo.

las

que

(4);

pero

este capítulo,

Existe en un códice de

de D. Eladio Oviedo; y debe ser «Fecit (Rudesindus)

el P.

la

el

primera idea y

edificio suso-

el

es

dable hallar concomitancias

et

comprobada, ofrece

mozárabes, justificando

no obstante radicar en Galicia

Yepes

ello

(5).

coincidieron con los antiguos en

(6)

cita

Herculano, procedente de Alcobaza,

intra monasterii claustrum,

honorem

n.° 133.

prope promptuarium non

Sci. Salvatoris,

secunda

sci.

Petri, tertia

lohannis apostoli), sancti Michaelis archangeli oraculum, visu ospiciolum parvulum,

miro lapídeo opere tabulatum, oculis valde admirabile cernentium.v Nota del

prueba de

ción libre, he aquí los

f.

la

escasez de elementos arabizados en Galicia, entre su pobla-

nombres de individuos

que resultan en

tales

v.);

Adala, testigo en 933

en 947

(f.

83V,

(f.

i52 v.): K-azeme, id. en 934

Marvane, donante en 954

Channiz, firmantes de escritura en 909

cognomento Abdela, donante en 963 (5)

lómetros.

Celanova

(f.

(f.

133 v.); v.);

(f.

80);

Homar,

148);

(f.

Sarracinus iben

presbítero, y Havelaz

Zalamma,

Hazeme,

testigo en 9Ó2

testigo en 969

(f.

142

(f.

bo):

Moysen

v.).

está en la provincia de Orense, hacia sur de la capital y distante 38 ki-

Hay buena

carretera y servicio regular de coches, que hacen

monasterio se halla establecido un colegio de

las

Escuelas Pías.

— Corónica

de

la

(ó)

documentación ga-

la

Celanova coetánea de Rudesindo: Homari, presbiter, compra finca en qo5 (Bece-

42

Sila, id.

Oviedo.

mei Froilani.»

Como

(4)

llega de

Sr.

«Festa vero sancti arcangeli Michaelis dedicetur sepe (obsequellam) in memoria

(3;

dilecti fratris

rro,

el sitio

Biblioteca municipal de Oporto, según comunicación

que

longe ab eisdem ecclesiis (principalis in sci.

la

efectivamente,

y,

edificios leoneses

Ambrosio de Morales y

(2)

memoria d^ mi amado

capilla de san Miguel, obra suya

la

estudiemos en

(1)

de

la íiesta

puerta una oración deprecatoria en favor suyo. Para

mavores analogías con la

debió

que «en

Parece inferirse de ello cierta devota

Arcángel

el

se

Rudesindo y aun para su monasterio no mozárabes

monas-

santo fundador, en su carta de dotación del

plan»

Viage santo,

p. 55.

245

fácil el

orden de San Benito;

viaje.

t.

V,

í.

En

el

v.


LEÓN elogiar efusivamente

:

GALICIA

capilla de san Miguel, miniatura de iglesia, «brinco

la

graciosíssimo», tan pequeña que cabe toda en 8'5o por 3'85 metros de

como

planta y 6'oo de altura: tan sana y completa

que

día en

el

se hizo;

tan maja que alegra verla y suspende con sus primores. Nave, crucero

y ábside

la

componen:

el

último es redondo por dentro, con diámetro de 1

'35 metros,

encarada su ven-

hacia

tanilla

y con

oriente

credencias laterales, para celebrar

el sacrificio sin

de ministro,

dad del

como

la

a\uda

exigüi-

local exige: sería prác-

tica entre reclusos

des, puesto

que

la

y huéspe-

designación

de «hospitiolum» acredita ser n«

así el tipo

de oratorios desti-

nados a presbíteros forasteros (Figuras 120 a

XCII

122:

láminas

XCVIl).

a

La

tierra

gallega ofrece

un material excelente y cil

de cortar en

fá-

sillares,

el

granito, mientras falta cal, de

suerte que

Figs. 120 y 121. S. Miguel de Celanova: planta y sección

aparejo de

impone, cual

se

llería

el

le

si-

ve-

mos en San Miguel de Celanova (Lám. XCII). Los sillares arrojan mucha desigualdad de tamaños, entre 40 y 16 centímetros de alto, pero siempre aventajan en corpulencia

los

de

las

esquinas, puestos de

que hace haz una de sus caras mayores, como en bre; hiladas angostas se intercalan entre las

acodadas, para ajustar niveles diferentes,

más

lo

andaluz fué costum-

altas,

como en

el

y a veces hay piezas portal de Escalada,

por ejemplo. Están asentadas a hueso, es decir, sin mortero en

como en Melque, pues

el

metros, no obstante

la

las juntas,

granito no traba satisfactoriamente con

esta falta de cohesión justifica

que

el

modo

la cal,

y

grueso de muros alcance a 62 centí-

exigüidad del edificio. Préstanle además un apa-

rente refuerzo dos pares de estribos, cuya utilidad no se comprende, y

246


CtLANüVA

Fig. 122. S. Miguel de Celanova: perspectiva isomctrica del edificio

están hechos con piezas atizonadas alternando con otras sueltas cas:

si

en

Bamba

La estructura

mismo

artífice se

lar-

y Peñalba los estribos son elemento preciso y consciente,

aquí parecen obedecer

de acuerdo con

muy

el

más bien

a rutina,

como

otros

muchos de

Asturias.

un sistema perfectamente metódico, y desarrollado en Santiago de Peñalba, como si a un interior acusa

debiesen uno y otro edificio; pero, en

247

tal

caso.

Celanova


LEÓN será posterior en fecha, puesto

que demuestra un mayor avance del

ma, con depuración de formas y

como

lidaran

GALICIA

:

sutilezas,

que

arte delinitivo en nuestro pais.

no

es deplorable

conso-

dominan-

Los caracteres

tes son: abovedamiento general; curva de herradura

se

siste-

engendrando arcos y

bóvedas; descentramiento de curvas, que hubieran podido ser concéntricas,

elevando que,

si

la

mayor, y

puntos más resistentes; métodos

trasferir cargas a los

bien son peculiares del arte califal cordobés, probando un agente

mozárabe, sin embargo revisten apariencia de originalidad en sus aplicaciones;

Tres bóvedas cubren nuestra

como herradura,

iglesita: la

una, de cañón prolongado

sobre imposta que además corre de lado a lado por los

pies de la nave; la del

crucero (Lám. XCV), de

aristas,

normal, como

de Mazóte, pero volteada sobre arcos murales, en forma igual que borio de Peñalba,

modillones de

si

muros

oriental y occidental, los

tentes, en virtud de sus respectivos contrarrestos

Comba

como

brotan sobre les,

las las

más

resis-

de capilla y nave. El cru-

de Bande, edificio próximo a Celanova y de tiempos

godos seguramente, se cubre también con una bóveda de alzada,

los

simplemente recortadas formando lóbulos con-

vexos, y ellas arrancan de los

cero de Santa

cim-

hermanan con

bien son de herradura; sus repisas

los aleros,

el

las

aristas,

pero capi-

lombardas, y mal hecha; en ésta de Celanova sus aristas

que determinan

el

nacimiento

común

de los arcos

mura-

en forma que su línea general diseña diagonalmente otro arco de he-

rradura. La tercera bóveda corresponde al ábside (Lám. XCVII); es una especie de cúpula peraltada, con sección de herradura y dividida en cascos,

alternativamente realzados,

más un paño delantero arqueado:

esto último

exactamente como en sus similares de Escalada y Peñalba.

De arcos,

el

de este

mismo

ábside (Lám.

XCIV)

traza y guarnición, idéntico al de Peñalba, salvo raje; y su despiezo es radial, excepto

converje a un punto inferior, entre nave y crucero tradós,

el

en cuanto a su

simplicidad de moldu-

primera junta de cada lado que

como en Mazóte,

(Lám. XCVI),

formándose hacia

la

la

es,

Escalada,

El otro arco,

etc.

es doble, para aligerar la

crucero una segunda arquivolta

elevada, completamente retraída sobre sus jambas,

como

masa de

in-

más amplia y

suelen algunos

ejemplares godos: dicha duplicidad de arquivoltas obedece a igual principio que

el

arco toral de Santo

Tomás

de las Ollas y otros en San Baudel

248


CELANOVA de Berlanga;

radio al semicírculo, y

grupo de

también excede en dos

flecha de estos arcos

la

tercios del

intradós acusa las concavidades habituales en este

el

Las ventanas sun arquillos semejantes, derramados

iglesias.

hacia adentro; y los dos que miran a poniente marcan por fuera, relevadas

en

remedando

piedra, arquivoltas con su trasdós descentrado,

la

moldura de impostas corre

ábside. Por dentro, toda

muriendo

En

al

molduraje son simples

su pequenez. La cornisa

a 45 grados:

del

de cornisa,

contacto de arcos y bóvedas.

esta iglesia el

diendo a

modo

a

la

la

cuadrados, respon-

nave córtase en bisel

dientes de sierra volados, como en obras orientales que pagina 149, nota

en

la

la

modillones

2.^; la

idénticos a los de Peñalba,

La puerta de nuestra

fila

de

recordaron desarro-

bien compuestos de un

si

y hélices alternando grabadas (Lá-

flores

(Lám. XCVI)

iglesita

se

más importante, pues

del crucero es

mayor número de lóbulos y con mina XCIII).

una

123) lleva, entre dos filetes,

del ábside (Fig.

la

filetes

exterior de

es adintelada,

con batiente

para dos hojas de madera, y sobre su dintel campea un tablero, de i'o8 por o'29 metros y de granito, como todo, en el que se grabó la ins-

cripción antes aludida, con caracteres romanos, de cuatro centímetros de alto,

bastante clásicos, y

tura y alrededor.

modo le

que,

Su

mediando rayas pareadas entre

honra como poeta

(i).

Dice

asi.

vertido al castellano:

cador, en

(i)

gas,

la

amado que

Tú, oh

Cristo, borra sus

El cual desea, y sobre ello

lees esto,

te

conjura en

a el

para que hagas memoria de mí. pe-

oración sagrada.»

Entre

las

copias impresas, únicamente

p. 7), es exacta.

Dice «

-}•

Auctor huius operis

Dele pecata ómnibus

qui obtat ut

la

del Sr. Villa-amil

(Iglesias galle-

así:

Instat presens

me

et in

tu

te

memoria

Domino

peccatorc

Deus

esse crederis.

Christe hic orantibus.

indigno fámulo Froila, te

coniurat, o bone dilecte qui legis,

memoria babeas

— 32

esta obra.

que aquí oren. La presente memoria recomienda

los

Froila. tu indigno siervo.

Señor, oh buen

hermano, poco

a ruego de Froila su

«Tú, oh Dios, eres creído autor de pecados a todos

de escri-

rimado, vale poco literariamente; de

texto, en parte

compuso Rudesindo,

si lo

las líneas

249

sacra e.xoratione.»


LEÓN El

en

pavimento

las iglesias

es de

GALICIA

:

chinarro cementado con

cal,

exactamente como

asturianas de los siglos IX y X. El altar es un tablero de

granito con molduraje y besantes, que pudiera ser del siglo XII tan bien

como de tiempo de

los

Reyes Católicos, puesto sobre un soporte de piedra de 27 centímetros de

en

lado

su

pero

base,

rodeado

de

obra de la-

qui-

drillo,

mentar Miguel de Celanova: cornisa del ábside

Fig. 123. S.

su

estabilidad.

Delante hay

una parte solada con azulejos moriscos y góticos del siglo XVI. Ante la puerta fórmase un portal, sostenido por pilares de piedra bocelados; y,

como

única restauración en

échase de ver un modillón del

el edificio,

alero con adornos varios, no impropios del siglo XII o del XIII. Sólo estor-

ban por dentro

la

encaladura y

los pintarrájeos

de bóveda, arcos y zócalo.

SANTA MARÍA DE VILANOVA Entre

las

donaciones que, en concepto de gananciales, hizo

Guttier a Ilduara, su esposa, en 912

correspondía en Villanova (i)

Véase arriba, pág. 239.

(2)

«Sive dono

tibi in

cum ómnibus

competet

Villanova

t.

XVIII,

figura

la

localidad apellidada de las

meam

el

conde

porción íntegra que

f.

le

Infantas y

portionem ab integrum quantum

prestationibus suis». Becerro de Celanova,

casa los condes, según consta en

grada,

(2),

(i),

el

me

in ea

198. Allí tenían su

diploma de Sancho Ordoñez, año 927. (España sa-

p. 325).

25o


VI LAÑO VA

con

titulo

de

en

villa

Celanova, subre

hija,

aqui otro

l'und('»

monasterio

muerte en gSS

vivió retirada, hasta su

Adosinda, su

como anejado

Celanova, y

a

trasladó a Allariz en 1270

para mujeres, donde ella

el Sr.

pero hay

(3),

lo

(2);

demás queda

que

siguió

la

dificultad de

la

nombre de

conservóse, con

Yepes

incierto:

Vázquez Núñez afirma que que

Capilla, en

la

se

convento de

el

Fenecido

Allariz, protegido por Alfonso X, es de franciscanas. terio, su iglesia

madre

llduara,

y también dicen

(i),

a norte de

luego que enviudó de Scemen(j Didaci. Constan refe-

rencias del monasterio en 982 y 1007 lo cita

misma condesa

riachuelo Arnoya. La

el

de san Rudesindu,

moderno, y distante unos i5oo metros

lo

el

monas-

barrio de

el

Santa María, hasta cerca del año 1880: después fué arruinándose, pero que-

daban partes en

pie hacia 1894; ya

bro decorativo, de que

Recuerdos dan

fe

no hay sino cimientos y

más notable

lo

conserva en

se

el

cual

tal

miem-

Museo de Orense.

López Ferreiro, consignados en cartas de 1907,

del Sr.

de que componían

iglesia

la

sola nave, de quince a diez y seis

una

metros de largo por cuatro de ancho, y una capilla pequeña, redonda por dentro

\-

cuadrada por fuera, como

rejo era de sillería,

muy esmerada

muros carecían de

los

de San Miguel de Celanova. El apa-

la

y recordando

eran todos en esta

tuviese. El Sr.

la

puerta, en

lienzo de los pies,

romanos, y terminando con arco de herradura, como iglesia:

no había bóveda

Vázquez Núñez alcanzó

a ver

La arquería mural

interior

Su sepulcro estuvo en

de que nunca

ni señales

uno de

de herradura y parte de alero con modillones

(i)

el

un nicho de planta semicircular, hecho con

tenía por dentro, a cada lado,

lo

edificio;

estribos, pero interiormente guarnecíanse con arcos

murales, unos cuatro a cada costado;

ladrillos, al parecer

de este otro

la

estos

arcos murales

(4).

cuadra perfectamente con

la iglesia

mayor de Celanova con

Yepes y otros (Hübner: Inscr. Hisp. christ.,

n.° 231.

los

epitafio

España sagrada;

apeos de

que copiaron t.

W

III,

gina 90). Su fecha se aduce con variedad: ya Era 981, ya 986, ya 996. Probablemente

gundo, año 948, a que presta

te

un corresponsal de FIórez,

hasta los años 947 y 948 (bec. Celan., (2)

final

Becerro de Celanova;

fs.

fs.

100

v.

la

es lo exacto,

pá-

lo se-

pues consta viviente

173 y 83).

y

otorgada por Odoino, que dejó inédita

5.

La primera

el

Sr.

(3)

«La arquitectura cristiana en

(4)

Discurso arriba citado,

la

25i

corresponde a una diligencia

provincia de Ürense>>:

p. 27.

cita

López Ferreiro.

discurso; 1894.


LEÓN

:

GALICIA

Peñalba y Celanova, en sus respectivos cruceros, y con

Tomás

de

mayor, que

existe en la solana de

una

casa,

De

carretera, frente al santuario de la Virgen del Cristal (Fig. 124).

la

modillones

los

capilla de Santo

verosímil que correspondiese a ella una repisa,

las Ollas: es

idéntica a las de Celanova, pero

en

la

del alero

quedan varios trozos en

el sitio

además uno entero en

estaba v

el

donde

el edificio

Museo de Orense,

tambÍL'n igual exactamente que los de Celanova

(Lám. XCVlll). Por último, en dicho Museo consérvase un capitel, de los

que apeasen

el

mármol

blanco,

tal

vez de

arco del ábside (Lám. XCVlll).

Tiene cauliculos retorcidos mezquinos, hojas retalladas con minuciosos y varios accidentes foliáceos, de tipo bizantino; así Fig.

1

recordando

En

entre ellas y

sogueado collarino desarróllase un ondulado

24. Vilanova: repisa

análogas.

como

los pretiles

tallo,

de Escalada y demás obras

general todo es pobre y nimio, pero bien clara se ve

imitación de capiteles,

como

los

el

de Hornija, Ayóo, Peñalba,

etc.,

la

hecha

por artista de menos resolución y destreza.

San Miguel de Celanova y Santa María de Vilanova eran hermanos, y emparentados

muy

Bamba,

el

ral

Su

fecha, hacia

decenio de 940, afianza

la

cronología gene-

admitida, y sus rasgos de andalucismo alcanzan evidencia innegable

(i) el

etc.

edificios

de cerca con los de Peñalba, Escalada,

Una

año 962,

ellos cierto tifica

que

carta de donación a

lleva por testigos

(i).

Rudesindo y su monasterio, por «Giloyra Deo vota», en

una porción de monjes, de Celanova probablemente, y entre

«Egeredus magister confessor». Quizá era un monje arquitecto, pero nada jus-

se trate del autor

de

las iglesias referidas (Bec.

252

de Celanova,

f.

9).


SAN SALVADOR DE PALAZ DE REY, EN LEÓN Dice Sampiro, cuya Crónica data de hacia

que Ramiro

II

(931 a 96

1)

palacio real», y ello para poner en

sagrada

al

durante

la

él

niñez de su sobrino Ramiro

Ramiro

II,

Ordoño

III

estrago con

en 988. Sin embargo, Rodrigo, relatando le

que vivió con-

III,

años 967 a gjb

y Sancho

(3)

Gordo

el

dejando de

(4),

la

el

edificio

devastación provocada por Almanzor

la

texto leonés de

el

Dicho

(2).

real, donde fueron sepultados

por su destronamiento, y luego es verosímil que

111

más o menos

sufriera

al

Señor, sin embargo de ejercer luego una especie de regencia,

mismo Ramiro

serlo

ciudad de León, junto

la

a su hija Geloira (i),

monasterio tuvo anejo un cementerio el

es sabido,

«construyó un monasteri(j de admirable magni-

honor de san Salvador, dentro de

tud, en

año 982, como

el

la

crónica del Arzobispo don

sepultura de los susodichos reyes Ordoño y Sancho,

menciona exactamente con su denominación vulgar de «San Salvador

de Pala(¿e (o Falaz) de Rey» Este

«Ranimirus

(i)

(5).

mismo nombre conserva una

filiam

iglesia parroquial,

suam Geloiram Deo

dicavit, ct

de

las

suprimi-

sub nomine eiusdem

mo-

nasterium intra urbem Legionensem mire magnitudinis construxit in honore sancti Salvatoris iuxta toris, in

(2)

palatium

así se

tuit in

sarcophaco iuxta aecclcsiam sancti Salva-

suae regine domine Geloire».

filiae

Esta última fecha consta en un diploma de

tia del

el

año siguiente

mismo, en 982

la

(Bec.

Samos (Re vue hispanique;

sustituye Tarasia,

Sahagún,

f.

171

v.),

madre

del rey.

no debe

La

cita

t.

X,

de una doña

referirse a Geloira,

aunque

haya supuesto. (3)

toris,

— «Sepultus

cymiterium quod construxit

pág. 406). Desde

Ebera,

rcj^alis».

Dice Sampiro, bajo

Ordoño

III:

«Legione sepultus

fuit,

iuxta

auiam

sancti Salva-

secus sarcofagum patris sui Ranimiri regis». (4)

Un

secus patrem (5)

interpolador de Sampiro añadió, bajo Sancio, hijo de Ramiro

suum

in ecclesia sancti Salvaioris

sepultus fuit>^

Biblioteca nacional; ms. n." 1004Ó, procedente de

263

II:

la

Catedral de Toledo.

«Legione


LEÓN das, cerrada luego al culto y resuelto su derribo, quizá para dar gusto a in-

que

tereses topográficos, sin

dadas

ello suscitase protestas,

e insignificancia artística del edificio.

Así

la

mezquindad

la

cuestión en 1910,

el

abolengo

histórico del edificio y alguna idea de cosa extraña contenida en él deter-

minaron una

revisión,

cuyo fruto fué reconocer

partes considerables

allí

de obra primitiva, dignas de conservación y susceptibles de ensancharse

mediante exploraciones. El discretísimo, hábil y entusiasta arquitecto D. Juan C.

Torbado hizo algo en

que bajo

suelo actual prosiguen

acota en

el el

este sentido, resultando, efectivamente,

muros y cimientos, cuyo

plano adjunto, hecho sobre

los datos

desarrollo se

que puso a nuestra dispo-

sición dicho señor, con licencia para hacer público

resultado de sus ex-

el

ploraciones, a las que se debe una iglesia más, entrando en el grupo que

estudiamos, y contar León con un monumento, por testimonio de sus

grandezas políticas del siglo X. Todavía excavaciones amplias y un reco-

nocimiento escrupuloso del edificio arrojarían

formar juicio exacto del monasterio ramirense; ya

el

que hoy

los datos

faltan para

ello será factible, alejado

peligro de que todo cayese de una vez brutalmente, y cabe abrigar

esperanzas de restituir a

la

veniencias de vecindad que

posible integridad lo primitivo, salvando conle

amenazan

La parte más completa subsistente

formando bóveda de

número mayor que

la

(Fig. 126 y

es

un crucero sobre cuatro

aristas capialzada,

de Peñalba y correspondiendo aristas a

determinarían una bóveda de tipo lombardo, de San Vítale en Ravena y recordando cuatro paños cóncavos que aquí hay,

Está hecha

la

obra con

ocho

la la

como

los

modo que la

de

U

ángulos.

ellas solas

capilla

mayor

de Melque; pero, en vez de

los

bóveda leonesa distribuye doce

aristas escazanas intercaladas

sillarejos

arcos,

o mejor dicho de gallones, en

Estas últimas alcanzan desarrollo semicircular, de

cascos, mediante otras

Lám. XCIX).

(Lám. XCIX).

de piedra toba, sobre cuyo revestimiento

percíbense restos de pinturas, figurando sillería con trazos rojos dobles y además adornos geométricos sencillos y figuritas en arcos torales, que parecen corresponder

al

carecen de guarnición e impostas, quedando incierto

forma de herradura; mas clinarse a

como

la

el

el

intradós de los

período románico. Estos arcos si

se

prolongarían en

ejemplo similar de Peñalba autoriza para in-

negativa, y desde luego se apean sobre pilares en ángulo,

en Santa

Comba

de Bande y mausoleo de Placidia en Ravena, con

264


CIUDAD DE LEÓN

Fig. 125. S. Salvador de Palaz de Rey, en León: piania

255


LEÓN la

diferencia de que estos arcos de

vamente

bóveda, según

la

el

León no soportan paredes sino exclusi-

sistema observado en Peñalba y Celanova;

en torno de

ellos

iban adheridos los cerramientos v

del edificio,

que

así

del

miembros

pudieron cercenarse sin comprometer

colaterales

equilibrio

el

cuerpo central.

Su adherencia por

lado de occidente consérvase casi en todo su alto,

el

pero despedazada. Era un ábside, ultrasemicircular por dentro y

neo

como

al exterior,

rodados con mortero de

ramento

cal;

como

interior, así

muros son de morrillos

tantos otros: sus

pero

las

ocupados cgn yeso, entre sus hiladas; y

bóveda

piso;

mas quedan

éstas son

que

alto, sin

pa-

el

sillería

de

solos dos milímetros,

muy

desiguales, desde

falten piezas

acodadas para

una hilada misma, como en Celanova, por

salvar diferencias de nivel en

ejemplo. La

hechos con

median tendeles de

6o a 42 y aun 22 centímetros de

o cantos

amplias y adarajadas esquinas y

los pilares torales, están

caliza basta, casi a hueso, pues

rectilí-

fué deshecha,

una vez alzado considerablemente

el

restos de sillarejos de piedra toba, de i5 a 18 centímetros,

en hiladas horizontales, que

formaban, y aun parece rastrearse que sería

la

de gallones, con desarrollo peraltado en forma de herradura. De su arco toral

no quedan sino arranques

lumnas sobre que occidente

la

cabecera de

crucero junto

al

más

fundada en

la

Nótese

la

y piedras de asiento para las coanomalía de estar situada hacia

pues aunque sería posible otro caso de

la iglesia,

como en Mazóte y

ábsides dobles,

contraria,

se apeaba.

laterales

Peñalba, sin embargo

la

existencia de

ábside occidental y lo débil de cimientos hacia

la

parte

bien autorizan a suponer una orientación anormal, quizá

disposición del palacio a que iba aneja.

La cepa de muros antigua, pues

r86 metros por bajo de

la actual.

solería

no ha sido

se halla

vista,

Formando brazos de crucero

existen

dos alas de edificio, reconocibles en un alto de 36 centímetros, sin que

premioso de

la

excavación permitiera ver

hacia norte, hay soleros, bles, y al otro lado,

como de

si

lo

llevaban estribos; además,

otras columnas, difícilmente explica-

cimientos para jambas de arco. En

la

parte de los pies

descubrióse un cimiento largo, hacia norte, y enfrente un trozo solo, en

medio y atravesado, como para idea de

que

estribo, todo ello de

esta parte del edificio era

Su extremidad, donde ahora

menos

está el altar

256

poca fuerza, dando

recia y firme

mayor de

que

la

la iglesia,

cabecera.

queda por


CIUDAD DK reconocer; mas, suponiendo que hasta rla

una longitud

total

recuérdese ahora

la

dad que merecía en

Hoy

la

alcanzase

allí

el

siglo

X

calificarse de

la iglesia está

muro con una

en

el

la

nave:

grado de reali-

«admirable magnitud».

ábside primitivo: a un costado

el

puerta, no anterior al siglo X\'

correspondiente a una capilla aneja, que era de

el

primitivo, resulta-

de 18*40 metros y un ancho de S'yo para

según letrero puesto sobre otra puerta que da a estaba

lo

ponderación de Sampiro y veremos

puerta de

prolóngase grueso

I.fcÓN

la

tal

vez,

hermandad de Caridad,

la calle (1).

nivel interior sólo unos 80 centímetros por

entonces formóse una cabecera con bóveda gótica

En

encima

muy

el

siglo

XVI

del primitivo:

alargada, sobre

repisas de estilo de Juan de Badajoz: una capillita lateral lleva cúpula del

mismo tiempo,

a

más de una

ventanilla gótica con tres arcos, que puede atribuirse siglo

al

XIV, y

hay otras bóvedas de aristas

y arcos del

XVI: en juno g

^iV^^^Ak

^d^\.l

.^^ZBHffiBSIQií^^SSifliffTlTni^iPUtfV'

to,

poco más

que nada.

VESTIGIOS.

Desolada

León -^

^K^y^^

a^^^

<•

_

««-M

_

por Al-

manzor en

el

año 988, no

se

repobló hasta

principios

del siglo XI,

bajo los auspicios de AlFig. 126.

(i)

del siglo

Musco de León: modillón de

fonso

V

(999-

Dice: «Hicieron la puerta los de la Caridad, cuya es esta capilla», en letra gótica

XVI, y

le

acompaña un escudo de armas con cinco

— 33

alero

267

cruces, perro, cabra y león.


LEÓN

Fig. 127. Modillón

románico Icones

1028), y éste

mismo

les.

En

ellos

consta que

Fig. 128.

la

Museo de León: fragmento de modillón

cercó de

muros

(i),

que son

los

actua-

aprovechóse una gran cantidad de materiales romanos, especialmente

sillares,

epitafios,

columnas,

más, rior,

se

tal

estelas etc.;

ade-

cual fragmento poste-

cuya fecha mínima

por

con

infiére-

las fechas preinsertas,

cuyo mozarabismo

les

y hace me-

recedores de ser tenidos ahora

en cuenta. Su procedencia de las

murallas de

ciudad acre-

la

dítase por

notas del cultísimo

arquitecto

D.

quez,

Ricardo Veláz-

obtenidas a

raíz

de su

descubrimiento, y hoy se conservan

las

piedras en

Arqueológico de

ma. Son

la

el

Museo

ciudad mis-

éstas:

Modillón de

alero, tipo de

Peñalba, con flores de seis pétalos Fig. 129. Modillón de

(i)

13

adornando sus baquetones y

algún apéndice picudo, como en

Mezquita de Córdoba

Cronicón de Cárdena: «Don Alfonso... cerró de buenos muros

(Esp. sagr.;

t.

XXIII, pág. 377).

258

la villa

de León».


CIUDAD DE LEÓN Peñalba (Fig.

corpulento que

los otros,

conocidas, acercándole la faja

ble

que su baquetón superior no

126); se diferencia en

como

solamente en

la

anteriormente re-

se verifica en las series

más en cambio

que aparece sobrepuesta

a los

más

es

cordobeses; y también por

ello a los

baquetones mismos, por debajo y

extremidad superior, porque

de hombre

figurilla

nudo, con

visi-

con una

resto se carga

el

des-

boca abierta

la

y ambas manos entre

primera y úni-

piernas, [^ (C'^

yir^

las

ca representación

humana

QLie es

dable registrar en

la serie

mozárabe. La pro-

cedencia de este modillón disipa

sospecha de que

la

perteneciese

mánico

lie

León: fragmento de

las

pretil

iglesias

Isidro y Santa María del Mercado, son ral;

románicos, ta-

los

como abundan en

les

Museo

pero,

sucesivo;

además, Fig. 130.

período ro-

al

leonesas

menos tendidos en

de

San

su curva gene-

carecen de flores a los costados; también, del remate convexo con

que fenecen por arriba

los

baquetones y de

faja

sobrepuesta, llevando en

cambio, a veces, alguna hoja o bolas en su lugar (Fig.

Fragmento de otro modillón semejante, pero en forma de palma, recorriendo asimismo

más que en

de 19 centímetros, tres

también algo mayores (Fig. (Fig. 129) acredita que, series

128).

aun siendo

el

la

127).

sin figura.

Acusa labor

medial; su grueso es

faja

precedente, y sus baquetones son

La comparación con otros cordobeses éstos últimos el prototipo

común

de

las

mozárabe, leonesa, morisca y auverniense, quedaron sus derivacio-

nes completamente disociadas, constituyendo tipos hermanos, pero irreductibles.

Fragmento de pretil, de mármol blanco, esculpido por dos lados con follajes bizantinos, a base

remate de

la

REDDVNT,

misma, un

de un rombo en letrero, del

la

cara mayor, y llevando, por

que solamente

se

en letra clásica, que puede ser del siglo

25g

X

conserva

la

(Fig. 130).

palabra


SAN MARTIN DE VILLAMOROS Villamoros de

las

Regueras

es

un pueblecillo, a cuatro kilómetros de

León, hacia NE., ribera del Torio. existe

Allí,

en

la

cuesta de

la

Candamia,

una cueva, que llaman de San Martín, cavada en forma de

artificialmente, con

nave y ábside ultrasemicircular, que se

por un arco a medio punto. Unas mellas, que ante

él

iglesia,

comunican

se advierten a los

costados, pudieron servir para

encajar

la

pérgula o trabes de

costumbre. Son datos obtenidos en 1887 por D. Inocencio Arre-

dondo y que conserva la Institución libre de Enseñanza de Madrid

(Figs. 131 y 132).

Solamente

la

forma de

la

capilla induce a clasificar esta

cueva como obra del planta y sección

la

puesto que

la

región

misma

leo-

ruina de Marialba, otro ábside semejante, de período

más antiguo y acaso romano, según Sr.

X:

pero ni aun ello con seguridad,

Figs. 131 y 132. Villamoros: ermita de S. Martin;

nesa depara, en

siglo

indicios, estudiado

asimismo por

el

Arredondo, en i8go, a quien debo una reproducción de sus notas;

y es ruina que aun se conserva con ciertos menoscabos. La cueva de San

Martín da idea, con todo, de

las

ermitas rupestres, cuya cita es frecuente

en diplomas del siglo X, y que probablemente abundarán, sin reconocer

aún, en

la

Montaña.

260


SANTA MARÍA DE VILLARMUN Todo ses

lo

que hemos podido

rastreando de fechas, en edificios leone-

ir

con carácter muzárabe, apenas alcanza a

la

segunda mitad

La inscripción de Boñar de g8o carece de signos progresivos: lada, de io5o y loSg, son bárbaras y sin arte, y

arco de

En

puerta por Sabarico da

la

Asturias,

la

parte de 1023 en

allí

mismo

la

del siglo X. las

de Esca-

reposición del

de una miseria de inventivas singular.

fe

San Salvador de Fuentes tan simple

es

cuanto prolija su epigrafía. El reconstruir con barro y ladrillo Alfonso V la iglesia

de San Isidro de León, nuevo cementerio

de San Salvador, v de arte en

la

capital

el

rudo aparejo de

misma. Todo en

las

el

real,

en sustitución del

murallas marcan igual pobreza

territorio leonés hace patente

que

su decadencia política, guerras civiles y perseverante desgracia de sus ejércitos, frente a los golpes

potencia tocante

de Almanzor, se reflejaron en rápida

a la arquitectura; o fué

más bien que

cuando Alfonso V restauró

aportaciones

ambiente leonés, y que desolación anterior, no quedaban de

meridionales se agotaron sin desarrollarse en luego,

las

im-

la

el

arte sino reminiscencias degeneradas.

Necesitóse un cambio de dinastía y de orientaciones para que León

tomase vida, bajo Fernando

I.

Ya entonces

la

misión artística se cumplió

siguiendo derroteros nuevos, con cierto orientalismo, a veces, por ejemplo en Silos, o con un romanismo pujante, en y

la característica

antiguo,

lo

nueva

iglesia

de San Isidro:

de este período es un absoluto divorcio con todo

ninsular anterior. Solamente lo

la

al

lo

pe-

correr de los años llegó a mirarse otra vez

andaluz, reapareciendo entonces arcos de herradura y lobu-

lados, bóvedas de crucería, follajes bizantinos, caligrafías, lazos, etc.. etc.:

pero siempre dentro de marco netamente románico, haciendo imposibles

de confundir tales usurpaciones con

las

obras de progenie andaluza neta

y genuína. Este

carácter híbrido de

las

dentro del período románico, sirve

reacciones artísticas

como

261

peninsulares,

piedra de toque a su vez para


LEÓN afianzar

la

mostrando la

cronología de los otros edificios no románicos vecinos, deel

iglesia de

hiato que les separa; y a este propósito vale hablar aquí de

Villarmún, única

tal

vez donde

por modelo un tipo mozárabe, anterior en dos

el artista

románico tomó

siglos.

Este pueblecillo dista unos dos kilómetros de Eslonza, hacia sur. Su iglesia es

una

sola

nave, techada y mezquina, más una capilla en su

testero, de planta ultrasemicircular

gura

133),

por dentro y rectilínea por fuera (Fi-

hecha de mampostería, salvo

gruesos: cúbrese con una

cúpula,

esquinas, que son de sillares

las

sin cornisa en su arranque, y delante

ábrese un arco de herradura, con prolongación de un cuarto del radio

sobre

el

semicírculo, cabalgando en columnas, con fustes monolíticos tan-

genciales al muro, altas basas áticas, capiteles y biselados cimacios, todo ello

de piedra basta.

Los capiteles son netamente románicos:

el

hendidas, cargando su punta con una bola; basilisco,

uno el

lleva caulículos

segundo,

y hojas

monstruos:

tres

grifo y sirena, de relieve

plano y rudísimos. El ala del tejado

como

vuela sobre modillones,

los

de

San Isidro de León, con bastones atravesados los unos, y otros forman-

do nácela y con figuras sobrepuestas variadas: ya son cuadrúpedos o una

cabeza de toro, ya hombres, en capri-

^^ '^

^

*

^^ chosas y a veces indecentes posturas, ^^ como en iglesias románicas fué coslUmore.

Fig. 133. Villarmún: cabecera de su iglesia

Clara se ve aquí

la

obra de un

constructor local, encariñado con algún tipo viejo de iglesia; pero cuya

educación diferente demuestran ralte del arco

y

la

bóveda sin

el

aparejo de las esquinas,

aristas ni cornisa; asistióle,

entallador de escuela románica leonesa, que libremente oficio en

columnas y

alero, sin arcaísmos.

262

el

escaso pe-

además, un

desempeñó su


IX

CASTILLA ol

castellana, la de Burgos, y otras periféricas, destacándose

entre ellas Cantabria,

la

Rioja y tierra soriana. La Castilla central,

donde condes como Rodrigo, Fernán González y Sancho, un solo

noticias alcanzan,

rabe, ni cerse.

casi absoluto,

gobernaron con señorío

fueros,

tampoco

se sabe

Abundaban,

tas regiones,

sí,

edificio,

un

por ejemplo hacia Cárdena:

del capítulo anterior, y

(i)

vale

el

como

tal

cual individuo se cita de

nombre

queda registrado, en (i).

Ahora

bien,

los

más secundarios

los la

explicación del

abades con nombre

se registran dos

del de S.

Clemente en Motua de Zafalanes,

de Covarrubias,

que ha hecho famoso su gran calígrafo Florencio,

y estuvo más a sur, cerca de Tordómar, sobre

permanente, como apellido, contra

el

el

Sarraclniz,

Becerro de Cárdena,

en diploma de S. Millán de

la

263

nombre patronímico

Arlanza. El uso de

uso castellano, acreditase con

cognomento Abolmóndar» o Abolmóndar

niz y de Elduara (Serrano: ser la referencia,

preliminares

ya citado Abogalebh, presbítero, de S. Pedro de Baleránica o Bara-

lánica y luego Baralangas, monasterio

derico

accidental del

trabajo de ser estudiada.

Ápaz o Hápaz, presbítero y abad

el

más

árabe: pero todo ello pesa

localidad despoblada hoy en la cuenca del Ausines (Serrano: Cart. pág. 10), y hacia 940

mozá-

pueda recono-

tal

como desbordamiento

no merece más

En monasterios de

árabe: en 978,

buenos

gentes arabizadas, labriegos generalmente, en cier-

estadio leonés. Bajo este concepto

los

no conserva, en cuanto mis

de fundación alguna que

escasamente, y deberá juzgarse

fenómeno

de

el

solo fragmento con carácter

elevada categoría, y hay localidades con

muy

más propia y

caso nuestro han de considerarse, una región

PARA netamente

el

que era

ejemplo de un «Ru-

hijo de Feles Sarracf-

págs. 229 y 347).

Más

valiosa parece

Cogolla, expedido por Fernán González en


CASTILLA De inmigraciones meridionales comprobadas hav desde

la

S(Mo una, en 814.

Alcarria, probablemente, y coincidiendo con una

cida entonces en las tierras del sur

para que alcancemos a medir

hambre pade-

pero es fecha demasiado remota

(2);

de

la eficacia

tal

suceso. El avance repobla-

dor castellano va descubriéndose con distinto rumbo, desde norte y poco a poco, por Amaya (año 860), Auca (antes de 877), Burgos y Ovierna (882),

Cárdena

Osma, Clunia, San Esteban, Roa y Aza (912); Sepúlveda en progresión metódica y aun estratégica, bajo un sistema de

(899),

(930), etc.,

fortalezas

que sirviesen de refugio en casos de invasión enemiga, como

efectivamente se dieron, con desastroso éxito para los castellanos, que

una y otra vez presenciaron los cordobeses,

apenas

el

incendio y devastación de sus ciudades por

ellos se apercibían

de cada progreso cristiano.

Eran condiciones poco tentadoras para que

los

trasladasen allá sus casas ni fundaran monasterios.

mozárabes pacíficos

Además,

necesitaba eran gentes guerreras, dispuestas a vivir sobre

lo

que

el país,

allí

se

en fuerza

de incursiones contra fronterizos, más bien que a crearse trabas con su trabajo, y afanosas de libertad y de medros, a

cambio

del riesgo en

que

las

fortunas del guerrear les colocaban. Este tipo social no podía formarse

en

las tierras llanas

metodizado

comer

fértiles del sur, entre

y

y lleno de responsabilidades;

gentes sometidas a un régimen

porque donde

se vive atado al suelo, prefiriendo ceder

mancera da de

la

siempre algo de sus frutos

antes que arriesgarlo todo frente a quienes nada tienen que guardar y perder.

La

casta guerrera foméntase

de trabajo; donde la

vida y

la

caza y

la

muerte; donde

la el

donde

allí

el

suelo no

ganadería familiarizan con

empapa sudor

los misterios

hombre, mero espectador de

lo

que

se

de

pro-

duce, es arbitro, en cambio, de recoger sus utilidades. Cantabria,

guo por

gSo, de el

la

la fiereza

serranía dominante sobre Castilla, se acreditó en lo anti-

indómita de sus pobladores, y

un üriovo Zahaggeini, entre

los

cargo de «prefecto de los mozárabes»

(Bib. nac; ms. 712,

f.

bj

similares registradas en

v.). la

Añádase

ellos

mismos

confirmantes, es decir, de un individuo que ejercía

— i^áhib-alachem, según

esta voz,

la

zahaggemi, que

transcripción

moderna

era desconocida, a sus

página 123, y también esta otra: atarefa, escudo (10Ó2: cartu-

lario de Arlanza). (2)

serían bien

Gómez- Moreno: Anales castellanos

264

(Discurso), pág. 10.


CASTILLA aptos, en estos primeros siglos de la Reconquista, para

rebasando hacia

ir

más bagaje que armas y rebaños,

sur sus linderos, sin

sin tradición

de

cultura ni ley moral acaso que dirigiera sus conciencias. Los fueros loca-

con exenciones tributarias, serian cebo que

les,

alcance para

adelante organizar entre ellos

que resultó imposible más

sistema feudal francés, predominand(j en

el

cambio un individualismo exaltado. Sólo

Campos

de

condes ponían a su

llenando de guerreros los castillos necesarios en defensa

ir

del pais, bajo tales condiciones de franquicia,

tierr¿i

los

v desde

y explotaciones, irían

los

a su sombra, corriéndose desde

Alcarria, con opuestos designios de trabajo

la

arabizados poblando algunas campiñas, en si-

tuación jurídica grandemente desventajosa respecto de los caballeros, y

por consiguiente sin intiuir, a no ser levantando cargas, sobre

la

marcha

de vida castellana.

podemos

Ésta

Rodrigo fué

tilla;

nan

el

rastrearla en el fuero de Castrogeriz, en las gestas de

Campeador, en

el

nervio de

la historia

la

la

leyenda de Avila y en

como

Reconquista, y

Fuero

viejo de Cas-

sus glorias militares lle-

cruenta de nuestra España. Pero no son éstas las que aquí

de León y de aquellos signos de cultura que, sobre influjos

perseguimos; baste anotar su desacuerdo con de Asturias, y

tal

el

la falta

los tipos sociales

meridionales, venimos anotando. Ellos alcanzaron, sin embargo, acceso en el

como no

país,

podía ser menos: un pasaje relativo

García (ioo5 a 1021) nos en

el

que

descubre vistiendo ropas morunas y sentado

suelo entre cogines mientras daba audiencia

llegó a

Córdoba con su

también celebró biendo

como

el

ejército en loi

caber en

para imponer

el

mismo conde

allí

primer pacto de mudejarismo de que hay

las

regiones periféricas de Castilla,

el

arte,

de

modo que

capítulo anterior,

renciales de regionalismo, en

si

un

califa,

y

noticia, reci-

la

Cantabria occiden-

primitivas de allá podrían

las iglesias

a su vez

armonía con

no presentasen caracteres difelas

notas geográficas. Son

(i)

Dozy: Recherchcs.

(2)

Anales complutenses: l£spaña sagrada,

Anales Compostelanos,

..,

3.*

bajo

edición;

el

año

— 34

Es

o Asturias de Santillana, resulta sujeta a influjos directamente leoneses

en cuanto a su

los

i

(i).

vasallos a los sarracenos de la frontera castellana en 1019(2).

Respecto de tal,

le

conde Sancho

al

t.

1,

loii.

265

mo-

pág. 204. t.

XXIII, pág. 312. Compárense


CASTILLA zárabes, en sentido análogo que otras de Asturias, no porque rastrear colonizaciones meridionales, sino por iniciativa

vidual y porque en

el siglo

X

la

sea dable

allí

puramente indi-

superioridad andaluza en arquitectura

refluía sobre cualquier país aledaño,

siempre que cierta depuración de

gustos hiciese buscar primores de estructura en los edificios sagrados.

Las otras dos regiones aludidas

un solo leonés, vos,

edificio de los nuestros

como

principio, Rioja y Soria, conservan

al

cada una; pero insigne, discrepando de

que dan otra nota más avanzada mozárabe. Pudo

merced a nuevos

influjos directos,

ella

dimanar de

de país musulmán,

artífices llegados

que implantaran su gusto propio con más libertad aún que en nesa, por no contrapesarlo corriente alguna extraña; y ello

en los años que corrieron entre correrías de se

lo

su alejamiento justifica, y con arabismos altamente expresi-

el

pudo acaecer

de Simancas (939) y

la feliz batalla

Almanzor, o después, bajo

tierra leo-

las

conde Sancho García, mientras

gozó de paz y pudieron recogerse los adelantos artísticos del Califato. Algo más tarde, cuando, disuelto éste y disipada su amenaza, los cris-

tianos rehicieron su poderío, volviendo a cultivar las artes, bajo

Mayor y sus

hijos, el

predominio navarro

diferente, la transpirenaica, y con ella

llevó consigo

Sancho

un cambio de gustos, que

sobre Castilla y León, reinando Alfonso VI,

el

una orientación atrajo

cristianismo galicano, con

el

sus monjes, ávidos de agiografías, de iconos y de magnificencias con que

alucinar imaginaciones, y aspirando no a tacto lo

agrandó todo:

iglesias, culto,

la

soledad sino a regir. Su con-

imágenes, santos, milagros, peregri-

naciones, guerras civiles, nobleza, conquistas y derrotas; y ello prendió,

como

es natural,

con más fuerza en

donde

Castilla,

pedía un apoyo moral de aventuras también a el

milagro apenas dejó atención para regularse por

Ante

este fulgurar

se desvaneciese, y

diese dos

rumbos:

sores de afuera,

que

humanismo soñador

la

ya, exaltado, venció en fuerza

tomando

y donde

la fe

en

la

España del

siglo

X

raza nuestra

empren-

dinámica a sus propul-

ilusiones por realidades, con logros a veces tan

prodigiosos que hacen dudar de

la

eficacia de la razón;

encerróse en un culto de individualismo, asequibles,

de

vida aventurera

la ley.

de ideales nuevos, resultó que el

la

lo divino,

como

si

propias y extrañas, no valiesen lo que

propio ensueño.

266

ya, deprimido,

todas las realidades la

inmanencia del


SANTA MARÍA DE LEBEÑA Los valles de Liébana, territorio Li vánense bajo Alfonso

I,

antifi;uo,

repoblado

constituyen una región medianera entre y\sturias, León y

con límites naturales de montañas altísimas y en forzado aisla-

Castilla,

miento: pero

como

sus aguas, que forman

Deva, caen

el río

mar

direc-

como apéndice

tamente, parece razonable considerar esta tierra

embargo de corresponder

Asturias de Santillana, sin

al

León en

a

de

las

lo eclesiás-

y de que dependiese de Castilla su gobierno, cuando alcanzó auge

tico,

mayor

el

iglesias,

condado de Carrión y Saldaña. Lo más famoso allí, en punto de es el monasterio de Sto. Toribio, antiguamente llamado San

Martín, en

el

lugar de Torenaio o Torenao, cerca de Potes, anejado

niacense de San Salvador de

uña por

Alfonso,

el

de

las

Navas, en

1

al

clu-

183 (i).

María de Flevenia en la forma Leveña,

Igual suerte corrió en 1187 esta otra iglesia de Sta. (2),

sobrenombre vulgarizado, desde

cuyo tal

XIII,

edificio es joya de aquel país, rivalizando en

con Santiago de Peñalba

Su becerro, en

(i)

cumentos... de Id.

(2)

Alienor...

eiusdem

Planum in

el siglo

id.:

dono

et

la

el

real

Academia de

«Ego Aldefonsus Dei et

cum

Bezerril... etc.

incierta, pero

Pacta carta

debe ser Era

II,

que

i.

et

in

Levana

el

— índice

de do-

pág. 39.

Castelle et Toleti

re.x

monasterio sancti Salvatoris Onie

apud

1225,

B), folio

Historia, tomo

quatuor solaribus... necnon

en otros diplomas (Índice de (3)

la

gratia

eiusdem conventui

ecclesie electo universo regis...

monumen-

(3).

Archivo histórico nacional (990

concedo Deo

importancia

et

una cun»uxore mea vobis

domino

Petro

cuerano quod dicitur

ecclesiam sánete Marie de Flevenia,

et

Burgos era .wccxxi kalendis iulii.» La fecha resulta es

cuando

el

documentos...

Hay dos caminos opuestos para

abad Pedro figura también como electo t.

ir allá: el

11, p.

37).

uno en coche, con

servicio regular des-

de León a Potes, faltando aún hasta Lebeña una legua por carretera, hacia norte;

el

otro,

desde Unquera, estación de ferrocarril entre Asturias y Santander, alquilando coche para recorrer los 31 kilómetros que de arriba.

en

el

allí

En caso de pernoctar habrá de

tiempo que media entre

el

dista nuestra iglesia, por

proseguirse hasta Potes;

paso de dos trenes.

2G7

buena carretera,

mas

la

río

Deva

excursión es factible


CASTILLA

A

propósito de su historia se alega una escritura del becerro de

compuesto

Sto. Toribio,

a principios del siglo

XIV

documento dema-

(i).

siado sospechoso por varios conceptos, pero vulnerable definitiva y direc-

tamente en

pergamino

vista del

original,

fingida letra mozárabe, trasluciendo

en interés de

los

un milagro de

una

Oña probablemente,

cluniacenses de

San Martín. En cambio,

Su última

(1)

en los folios 3 y 8

es la

menos descuidada,

v.,

hecha

copia que publicó

la

María de Lebeña,

Archivo histórico nacional:

(2)

i885, pág. 37),

sala

sit

el

éste certifica

la

resulta dos veces trans-

segunda redacción, que

la

señor Torres

Campos (La

De aquí parece

venir

la

otra copia

274). El falso texto original dice: «In Dei

quod ego Alfonsus comes

cuntís ac manifestum

monasterio de

con algunos verros.

caja 212.

II,

impresa por Sandoval en sus Historias (pág.

nomine. Notum

documento

con variantes considerables; y sobre

está

(2).

iglesia al

documentación auténtica de

fecha, Era 1354, al parecer. Este

crito,

iglesia de Sta.

la

hecha

parece comprobado

ni siquiera

anexión de nuestra

la

con

a fin de acreditar

fundado en tradiciones

Sto. Toribio, quizá

hecho fundamental de

se conserva,

falsificación del siglo Xill,

Rechacémoslo por completo, ya que el

que también

et

mea uxor

lusta

cometissa hedificaumus ecclesiam sánete Marie de Flebenia ut transferrem Corpus sancti Turibii in eam,

et

sum usque adeo quod

iudicio Hagellatus a culpa qui

cum

quantum habui

quia famulis meis precepí ut foderent,

cum

cepissent fodere, divino

factus fui cecus, et milites

sarcuiis cecipissent fodere

in

et

Lcvana sancto Turibio,

mei qui erant inmunes

lumen amiserunt. tune

et tibí

Opila abba,

obtuli corpus

meus

et

ibidem Deo ser-

et clericis

vientlbus, vídelicet offero et concedo eclesiam sánete Marie de Flebenia que est sita in alfoz

de Celorico ibi

ad

me

meo

ecclesia sancti

p^rtinet. et illam

meo

de domino liter

cum

Romani

et

cum

meam maredes que est in alffoz de Cereseda cum ómnibus suis pertinenciis et cum suis

rege Ordonio

bodiam quam habui ex meis sancto Turibio

et sancti

avis.

cum quantum quam comparavi

hereditatibus et collaciis et

hoc totum dono

Martino pro anima mea

ventu clericorum recepi lumen quod perdideram a

et offero et et

terminis

corpus

et

simi-

meum domino

parentibus meis, eo quod inter-

Domino

ihu

Xpo

per intercessionem

beatissimi Turibii et milites mei et famuli receperunt lumen, facta scriptura donationis era dcccclxiii die

Gonzavet

mus

fieri

volverit

iiii

in Castella.

nonas decebris sub principe Ordonio

Ego comes Alfonso

confirmamus

sit

et

manibus

in

Legione

lusta

et

teste.

Muñoz

iussi-

hanc donationem 111

libras auri.

confirmat. Ferrat Roiz confirmat. Tel Diat

Sisegundus. omnes milites de Levana

otra letra y con su signo).

comité Ferrant

hanc cartam quam

maledictis et luda traditore sepultus, et a parte regís terre pectet

lohannes presbiter

comes» (de

mea cometissa

nostris roboraimus. siquis contra

Roderidus Alfosus confirmat. Belasco teste.

et

268

testes.

— Alfonsus


LEBENA existencia de

Alfonso, conde de Lévana, y de su esposa Justa, desde

924 hasta cerca de 963

sucediéndoles en

(i),

según consta en g66

deriz,

(2),

conde Alfonso no consignaba su

además

castellano;

resulta

condado un Fernando Ru-

el

y luego los Benigómez de Saldaña. El

haciendo suponer que no fuese

filiación,

como advenedizo,

a donación real, a contribuciones de

ya que debía sus propiedades

— de conlata amicorum — y

amigos

a compras, sin aludirse a herencia de familia;

pero

que viene más

lo

a

nuestro propósito es saberse, por documenten genuino, que Alfonso y Justa

fundaron y dotaron, junto dicha iglesia de Sta.

María

Xpofori locum vocabulo Cesaría

uxor tue luste

..

Sonna

id est

Emilianus vicarius de comité.»

Froila.

(folio

in

Plano»

40

v.).

collacio sancta in presencia de patre nostro et comité

nante Ranemiro principe ex

manu mea

fui»

(f.

9

didistis

V.).

in

domno

— Era 984: «príncipe

domno Adefonso

(3)

«Notum

Xpo notum Marie

illa

señera ad

«Reg-

orta

illa

Sahagún;

dominis

ecclesie id est

sit

fui et

quam

pren-

in

Legione»

n." 379:

Era 990,

comité nostro Adefonso ín Levanense.»

Sahagún, n.°4i3.

térra Libanensi » Cart. de

et sancti

sita est in

et

et

Ranimiro. Alfonsus comité preses

del monasterio de Piasca, en el de

«Comis Fredenandus Ruderiz

Rufine cuius baselica

Allefonso»... Kra 979.

.

(2)

est

nos convenció

fuit ínter

comité.» Era looi «Sub Sancio principe

«regnante principe nostro Ordonio in Legione

sancti Salvatoris et sánete

domno Adefonso

Era 962. «Regnante principe

etc.

Legione. Allefonsus comes ubi presens in ipsa collacionc

roboravi.» (folio 38).

— Cartulario

sobre-

abitantes in ecclesia sancli

— «Hec

— «Et accepímus de vos térra in Lerones in

de quinta de

(folio 34;.

et

sumus

vobis comiti nostro

et Citi

comutaremus pumares

ut

la

Tod(j esto, no divulgado hasta hoy,

(3).

Becerro de Sto. Toribio: «Nos cultores qui

(i)

et

lugar de su residencia, Flevenia,

al

Romani

et ÍVIartini et

locum quod

patronis meis glorióse

et

sánete Prisce et sánete luste

dicitur Flevenia

quod nos

serbi vestri

Allefonssus et lusta superno timore conpulsi propria et spontanca nostra volúntate absque aliqua persequcione vel necesitate

non

anime nostre redencione eredendo

ei

reeipiet in

eternum centuplum.

et

quia in

atinguet nisi elemosina ipsa extinguet

premium Pro

id

de

esse tali

servatum pro

fide

potestatis

illa

omne peccatum

visi

ideo ad

expectam quia non

sumus abere nos iam

est

sit

(

sícut

in salute nostra

raspad ura)

non

arta

Xpo obtatum

Deus

suscepio pro

set

unum munum...

pecunia quamlibet

promisione gaudentes piacuit nobis

senso ut quidquit

non alícuius ínpulsione

qui dixit: qui diderit

homo

balet

ñeque

credidi nobis

ut mereciatur.

uno animo paríque con-

supradicti id est Aldefonsus et lusta in villa

Flebenia conccdímus ad ipsa ecclesia que nos laboravimus sibe ercditabimus de ea omnia

quantum abemus vincas etiaiii

ct

pumares

in

ipsam villam ipsos palacios

et olivares et figares et

de conlata amicorum sibe

Plebenia sibe

et in

Cesárea casas

et

et

cum suo

pumiferos

et

exitus et regrcssus

quod conperabimus

et

ipsas villas qui

erreos et molinos et servas

26q

et térras et

molinos sive de donacione regís seu

et

pumares

ibidem sunt

sceptis

illa

in

serna


CASTILLA compensa con ventajas

documento carece de

tal

año en que

terior a 924,

alude.

él se

diploma en que su his-

apoyándose.

toria venía

El

descalificación del otro

la

Llaman

los

fecha,

pudiendo sólo

inferirse

condes adquirieron una de

a la iglesia

que

—y

pos-

que en

las fincas a

«baselica», y su principal advocación era

de san Salvador y santa María; expresan haberla ellos construido

mus

es

— labo-

dotan con una cruz, caja, cáliz y patena de plata, lucerna y candelabro de bronce, ciriales, campana también de bronce, dos ra vi

la

un paño para casulla y dos dalmáticas; cama, colcha y manta, para los sacerdotes o monjes que tuviesen la iglesia, y además los

velos de seda,

palacios, tierras, viñas,

frutales,

poseían los fundadores.

Nunca

molinos, campo, dehesa,

que

etc.,

allí

fué monasterio, al parecer, ni tuvo cele-

bridad artística sino en virtud de los estudios publicados por D. Rafael

Torres Campos, desde 1882

La

iglesia

(i).

composición, no

de Lebeña, en su

sino considerada

como un aborto

en su desarrollo, por razones ajenas rante

el

curso de

las obras,

se explica fácilmente

como

artístico; es decir,

que

al edificador,

malogrando

el

idea incompleta

se atravesasen

du-

plan primitivo; pues, dada su

estructura casi perfecta, repele una falta de sentido armónico tan clara y

según nuestros puntos de mira. Quédanos,

a la vez tan fácil de remediar, sin

embargo, un dejo de incertidumbre. observando

otras iglesias leonesas llevan en tes variase

mucho

de sancti Aciscli busta mirabile ex auro

et

modo

del

sí,

como

si la

ecclesie

siricos

ereum obtimum

et

de altera

lum. quia scimus sctiptura que in

manibus

serni

tuis

habes incertum

quod supra iam

locuti

in Flenia ut sacerdotes vel

illud obtineant vendicent

dicit:

est

ereum

(1)

Deo

et regi»

et

redime

enim

panum obtimum

plumacium pallcum

te

homo redime

ut post

mortem

cálice

una maior

te

et

dum

monachi qui

sint liberi

— Becerro de Sto.

vivis

dum

signum

et

kabal-

precium

nostra quis nos redimat. Ideoque sancti Salvatoris

sive et posideant. de

omines

11

nostros

quod

ad atque ingenui nuiliusque adentcs patrocinio

Toribio de Liébana; y

et

almuzaalia

et

minore

ipsa ccclcsia tenuerint firmiter et indubitanter

adque defendant

La ilustración española

argenteum

et altera

pro casulla

sumus donamus adque concedimus primum

ingeniamus post nostrum obitum nisi solo

et ecclesie et

letum palleum

nos-

de tesauro de ecclesie crucem argenteam

casa similiter lucerna erea candelabrum

dúos velos

gen-

como estamos

de sentir actual, formados

et exiitus et regresis. id est

genialidades que

ley estética de aquellas

patena, de bestimentis ornamentis ecclesie id est dúos almaticas ciriales alies

las

americana, 270

1882,

2.

f.

tomo

I,

pág. 276.


LE BE NA Otros bajo fijados

presión de otros modelos y de sistemas lejos o posteriormente

la

(Láms. C a CVII; Figs. 134 a

Un

137).

tipo arquitectónico bien notorio,

cruciforme,

el

necesidad ante nosotros cuando miramos una iglesia con bóvedas, ésta

de Lebeña. Es tipo que, bajo

demuestran

Sta.

que desde

siglo

el

bizantinas. Sin embargo,

últimos, nacidos bajo

el

la

Nave y San Pedro de

vinculado en Oriente para

hemos de reconocer que,

impulso

el

En

planta,

primordial; pero, luego, afición a

el

muchas veces

donde

ni cristiano,

le

la

cruz parece

ser

tema orgánico

alzado lo desvirtúa, quedando tan sólo en vigor

desarrollos centrales

uniforme y bajo, que do,

moro

pe-

arquetipo de crucero diáfano, con su cimborio y brazos domi-

n¿intes iguales.

la

las iglesias

salvo los dos casos

local de ideas extrañas, en todo este

riodo que estudiamos no se depara otro ejemplar,

prospere

Mata;

la

Puellas y en Melque, según se hizo

las

X quedó

como

tal

godos, estuvo en boga por acá, según

Comba, San Pedro de

que persevera en San Pedro de notar, y

los

por

flota

muy

preeminentes y un cerco, todo

ciñe: el Cristo de la

Luz y

las

Tornerías en Tole-

San Martín de Segovia, San Miguel de Tarrasa y Germigny-des-Prés

obedecen a

Bamba,

quet.

Los cruceros de Escalada, Mazóte, Peñalba, Mar-

este ideal. etc.,

quedan embrionarios, por

por discordancia en sus miembros periféricos. Es

que juzguemos casual

este

de organismo central o

falta

mucha

persistencia para

hecho, racionalmente inexplicable, pero

probado, y en consecuencia debemos fundar sobre

com-

una lev estética

ello

local.

Ahora dad

bien,

es aquí en

fecto,

donde su existencia

se nos revela

con aplastante efectivi-

Lebeña. Su planta (Fig. 134) daríanos un crucero per-

de tipo bizantino, sólo con franquear

los atajos

de hacia los pies,

que, en vez de cuerpos laterales de nave, forman aposentos; o bastaría

suposición de que, por acabar antes y con

mo

completo entre

cimborio al

y,

menos

costa, se omitió

desde luego,

los arcos torales

la

mente

falta

son bajos, quitando notoriedad

supuesto crucero. Será justo, por tanto, sancionar

zarnos en componer

un tra-

dos postreros actuales. Además, en alzado,

los

la

lo

hecho, sin esfor-

del arquitecto inventor a gusto con nuestras

ideas.

El hecho real, descontados prejuicios y suposiciones, deja de fiesto

un

edificio

mani-

totalmente cubierto con bóvedas, sobre disposición

271


CASTILLA cuadriculada, reservando una mitad de su área para el clero, sin iconostasis, pero marcada con un escalón a todo lo ancho, más otros que añadían

las

capillas. Éstas son cuadradas, pues ya en

hallaremos ábsides de tipo leonés, y te

si

hoy

se

A

los pies

median-

fórmase en

capilla, que, de serlo, nos recor-

darla los contraábsides de Mazóte y Peñalba:

«^

sucesivo no

comunican entre

arcos escazanos, ellos fueron abiertos en i58o.

medio una prolongación, a modo de otra

lo

mas no

está claro

lo

5

que obe-

Ms

Fig. 134. Sta. María de Lebeña: planta

deciese a otro laicos.

otros

lin

que aumentar

Quedan, a derecha

capacidad del

e izquierda,

como venimos observando

asturianas,

la

aunque dentro

destinado a los

dos aposentos, similares de tantos

en iglesias primitivas nuestras, godas y

grupo mozárabe no

del

sitio

se

repiten sino en

Peñalba, y nunca dispuestos a los pies. El estarlo aquí recuerda, por otra parte, los

compartimientos laterales de porches en Asturias, aunque

comuniquen con

ellos

no

se

es

poco verosímil suponer una entrada en medio del hastial de occidente

la iglesia,

excepto en San Miguel de Liño; además,

aquí en Lebeña, porque, en este caso, dicho tramo central sería porche,

272


LEBENA con

puerta en

el

fondo y arco libre hacia

afuera,

que no

se verifica;

y

para

en rior

estar

muro

el

huelga

tanilla

de

ella

exte-

la

ven-

lo alto.

Sin embargo,

hubo

un hueco gran-

allí

de

lo

y,

según dicen,

informe, antes de ser

restaurado

edificio,

el

desapare-

ciendo entonces sin Fig. 135. Lebeña: sección transversal, hacia los pies

que D. José Urioste, razonara

mente,

las

mismas

el

el

arquitecto,

hecho. Puertas primitivas serian, probable-

actuales renovadas: la principal, hacia sur, con pórtico

delante, fechado en 1797; la secundaria, en el lado opuesto, sirviendo para

i

y

i

y

y

y

M

a

a

a

N

Fig. 136. Lebeña: sección por la nave colateral de hacia sur

273


CASTILLA una

tamaño

también moderna. Su

sacristía,

— es

grosor de muros, 0.60

proporción de vanos anda

— 14.50

por 10.70 metros;

acostumbrado cuando hay bóvedas, y

el

cerca de ser dupla;

mas

la

la

nave central sube

hasta un triplo de su ancho.

La estructura

puede explicarse brevemente, diciendo

del edificio

misma de Bamba, pero agregadas columnas, según el sistema que empezó a tantearse en Escalada y se desarrolló en Peñalba. Mantiene que

es

la

una gran sí

a

miembros, haciendo que

elasticidad de

mismos, desligados de

los arcos

respondan de

muros y sobre apeos monolíticos, trasdosados su vez por jambas, también de una pieza o poco menos. Los muros pe-

riféricos valen de

simple caja, y

sino dentro de límites les;

los

reciben empuje de bóvedas,

ni siquiera

sumamente

restringidos.

No hay

arquerías

mura-

pero todas las bóvedas algún tanto elevadas posan sobre arcos, y ellos,

siempre, sobre apoyos de absoluta rigidez y cohesión. Consecuencia lógica fué

el

prescindirse de estribos; y

la

bondad

estado de conservación perfecto en que

Su aparejo, en adarajadas de

los

muros,

es de

del sistema se acredita por

el edificio se

el

mantiene.

mampostería ordinaria, con esquinas

puestos de canto y haciendo haz una de sus caras

sillares,

mayores. Por dentro, hasta

el

arranque de

los arcos,

hay un sistema uni-

forme de jambas, hechas de una pieza generalmente, sobre

las

que entran

los cimacios, a diferentes alturas, sirviendo

de impostas para los arcos; y debajo de aquéllos van simplemente adheridos capiteles, fustes y basas,

como en

todos los edificios leoneses de nuestra serie. Jambas monolíticas

vimos en

pórtico de Escalada y en Peñalba; y los dos pilares cuadrados

el

repiten exactamente

el

caso de Mazóte,

por cada frente, y compuesta de dos

empleado

es piedra arenisca de

Las puertas de líticas

también y

los

si

bien con una

sillares la pila. El

columna adosada único material

buena calidad.

monocomo en

aposentos aludidos fórmanse con jambas

dinteles, descargados por arcos de

medio punto,

Asturias, salvo que ellos, los arcos, dejan completamente libre su dintel

respectivo para evitar

aunque

las

en

muy

central no

no hay rebajo para batiente de hojas,

denuncien sus correspondientes quicialeras. Las ventanas de

las capillas,

dras y

la fractura;

el testero,

son también adinteladas, hechas con cuatro pie-

amplias, para llevar celosías (Lám. 5i); pero de

queda sino

el

solero, desde

274

que

se

formó

allí

la

ventana

mismo una

esca-


BCi

K


CASTILLA para

lera,

erigida

la torre

encima en

que ya no

1830, y

ventanas forman arquillos de medio punto, hacia

el interior:

cuatro corresponden a

la

muy

existe.

Las demás

pequeños y derramados

nave central, dispuestos en

los

hastiales y hacia sur; otros tantos, a las naves laterales, v tres al lienzo de

poniente.

Todas

las

bóvedas son de cañón,

sin peralte ni impostas: hiciéronse

con piedra toba, irregularmente despezada, y su organización saliente del edificio.

Asturias

Hay

otros con tres naves y

— Liño y Valdediós — anteriores en

más

abovedamiento general en

fecha;

más pequeña de

ve a repetirse sino en Bamba. La

es lo

mas

caso no vuel-

el

estas iglesias,

la

de

Valdediós, lleva cañones a lo largo, sin reparo alguno; Liño tiene otro en

su nave central, elevadísimo y con arcos perpiaños, que ya no existen,

pero

de uno; y

las repisas

si

las

naves laterales iban cubiertas con cañones

atravesados, altos y bajos, alternativamente y por tramos

ya vimos señal de cañones atravesados, pero tan sólo en

los

pondientes a un supuesto cimborio. Lebeña nos ofrece un a lo largo, cortado en su mitad por

matar

el

rabe leonés y castellano, riéndose

forzando

un atajo sobre arco,

nunca

efecto de largas superficies abovedadas,

como tampoco

En Bamba

brazos corres-

cañón central al

propósito de

vistas en lo

mozá-

propiamente árabe, prefi-

lo

impresión misteriosa de altos muros, que no permiten ver, sino

la

la visual,

su acabamiento. De los cuatro arcos medianeros, entre

nave central y colaterales, igualando con

los

los

dos de hacia

la

cabecera son pequeños,

travesanos de las naves menores, y los otros dos, en

cambio, emparejan con especie de

en

(i).

los

travesanos de

la

principal,

crucero, desigualdad a que responden

formando

las cubiertas

asi

una

de los tra-

con sus cañones atravesados, a diferente altura dispues-

mos

laterales,

tos.

Los compartimientos colaterales extremos,

es decir, las capillas

me-

nores y aposentos, llevan cañones, volteados en sentido longitudinal y

muy

bajos, de suerte

que no comprometen con grandes empujes sus muros

exteriores: en conjunto el sistema de equilibrios resulta perfecto (Figuras

135 a 137).

En

los

arcos de

las

tres

capillas rómpese

quizá por influjo asturiano, dando preferencia a

(i)

Haupt: Die

Baukunst der Germanen;

276

fig.

la

la

tradición mozárabe,

curva de

medio pun-

126 y lámina inicial.


LEBENA tü,

con peralte en líneas verticales

seguramente

sorios, jas. 1

Su despiezo cuando

58o,

a lin

de

el

la

ruines

}'

,

formando como un

lisos,

hubo de chaflanarse en

un friso con adornos de re-

alfiz en conjunto: pero su

sorios menores, son de

unos a otros, entre un tercio cumplido de su radio y

en razón inversa del tamaño, según costumbre; pero,

contrario de

como

más de

solía procederse

lo

que

como

el

tanto varia-

semirradio,

sus sal

m eres

curvatura general pide

la

en tiempos godos

despiezo

su desarrollo excede a las mediciones. El

CU I).

en crucería, y cuatro acce-

torales,

herradura, con prolongación algún

o primeras dovelas avanzan

mala he-

bien acaso prim¡t¡\a (Lám.

si

Los demás arcos, a saber, cuatro

ble de

acce-

él los

bóvedas ane-

las

Escalada; de sus extremos penden suplementos verticales,

chura da impresión de cosa postiza, ,

y sin

para

comunicación susodichos, descanti-

se hicieron los arcos de

como en

mayor

mínimu

es radial, y la arista delantera

lados igualmente. El arco toral lleva sobre lieve,

capilla

de lograr un altu

al

efecto óptico de

el

es radial,

con hiladas

horizontales abajo, a las que suelen seguir algunas otras convergentes a

punto más

alto,

para disimular

casos ya registrados.

En medio ajuste

el

desacuerdo de

líneas,

como en

tantos

suele haber, en vez de clave, una pieza de

muy

por abajo

estrecha; el dovelaje es trasdosado, y el

intradós mantiene las concavidades

que desde Escalada tando (Láms.

Como

CU

Celanova

a

se

han ido ano-

y CIV).

va dicho, las

columnas

son entera-

mente de piedra arenisca. Sus fustes conservan el

más

éntasis clásico,

o

menos desgarbadamente

y por excepción. Las basas son áticas, con bocel

filetes,

las

perfil

de

según

(

1

las

basas

el

modelo usual leonés

(Fig. 139),

1

recordando especialmente

impostas de Bamba, aunque sin adorno y más sencillos. Por último,

(i)

El señor Torres

tas protuberancias,

sólo fuera

ron

menudo (Fig. 38), y a veces muv feas ). Los cimacios compónense de dos escotas entre

superior

Fig. 138.

Lcbeña:

las

como

una adherencia

columnas.

Un

Campos afirmó repetidamente que una de garras, en sus ángulos. fortuita de argamasa, y

Hoy no

como

tal

las tiene,

las

basas llevaba cier-

y es presumible que

desapareciese cuando se limpia-

ejemplar de garras sería único en este periodo, caso de haberle.

277


CASTILLA los

capiteles encajan en

culpidos por los

el

la

mismo que

propia serie leonesa, pudiendo creérseles es-

hiciese los de Peñalba y pórtico de Escalada:

de las capillas laterales son especialmente análogos a estos otros: yoría,

cuyo

alto llega a 42 cmts., es

tres filas de hojas,

y siempre

débiles y collarino

mayores plicada

lleva la

solamente dos

muy

Lebeña: de los cimacios

Fjg. 139

desarrollados,

los

más opulenta, con

acompañan uno de

tilas

inferior con roleos,

(Lám. CVl): un par de perfil

las

sogueado;

caulículos

estos

capiteles

de hojas, pero

como

menores

ñores entre

ma-

la

com-

otros de Hornija tiene caulículos

medias, en

uno, y

abacos rectilíneos; pero sobre ellos y mediante escota-

duras fíngense otros abacos de tipo corintio usual (Láms.

CVl, a

la

izquierda, y CVII).

La restauración de

esta iglesia, efectuada en i8g6, bajo excelentes

condiciones técnicas y económicas, redújose por dentro a una limpia ge-

m, Figs. 140 a 143. Lebeña: modillones de los aleros

neral y renovación de enlucidos, sin trastorno sensible; por fuera, en bio, fué

de

el

un desacierto grave

punto de

la

reposición de aleros, nada apremiante, des-

vista de consolidar, y

muy dudosamente

cam-

basada en supuestos que hoy parecen

aceptables, una vez adquirida experiencia

278

mayor de

la


LEBENA que pudcj alcanzarse entonces. Afortunadamente del señor

Torres Campos

a resolver el

Hoy

(i)

los datos

y fotografías

dan alguna idea del estado antiguo y ayudan

problema.

cobijan toda

la iglesia,

salientes aleros, volados sobre

en sus dos zonas de tejados, alta y baja,

modillones, en su mayor

parte

moder-

^) 7>

im

Figs. 144 a 147. Lebeña: modillones de los aleros

nos, pero copia exacta, con toda su prolija decoración, de los antiguos.

Son

éstos de tipo leonés,

como

los

de Peñalba, por ejemplo, con cinco

lóbulos, generalmente, y aventajando

adornan sus costados

las

el

superior en corpulencia a los otros;

usuales ruedas en espiral y flores de seis pétalos,

pero además, hojas, tallos ondulados,

más

flores, lineas

quebradas,

etc.,

con poco gusto y labor mezquina, que recuerda cosas de Asturias (Figuras 140 a

147).

Por solera de estos modillones, cuando van dispuestos

horizontalmente, y a

(i)

modo

Conservados por su

de frisos bajo

hijo, D.

los frontispicios

de

Leopoldo Torres Balbás, y puestas por

ción nuestra.

279

los hastia-

él a

disposi-


CASTILLA corren fajas llenas de adornos también, armonizando con

les (i),

friso del

arco de

la capilla

mayor,

a

que

se aludió arriba (Fig.

otro

el

Su

148).

decoración forma ondulaciones jas,

acompañadas de ho-

y alguna vez aspas a

biseles enfiladas (Figs. 149 a

con

154),

la

particulari-

dad de que cada pieza va rebordeada y que unas a otras se

f

MiV^^i*-""^^

^SSBS^BSS^S

T"^

l1l^Ml^|(¡»lll[^j^j|[y||||lH| llllllu^||!l:l(lllltllll^lllMllll ll^|||||[|lllllJlll

Fig. 148. Lebeña: friso de

encima

III

lili ijiii|iiil lli

del arco toral

yuxtaponen a ca-

pricho, sin enlace ni continuidad.

En

partes no removidas

y en gran parte ocultos

los

res-

la

NE. (Lám. CV), vense

tauración, por ejemplo al costado de la capilla de

remetidos

cuando

modillones, probando que alguna

vez

redujo

se

aleros

estos

el

vuelo de

bajos,

para

su

mayor seguridad, probablemente. Líneas de modillones, corriendo oblicuamente los frontispicios ^i^ij'^i

tal

como

se

sobre

y sin solera,

ven aquí en Le-

beña, chocan, por desvirtuar, !¡|l|IUini1imi¡li¿nillliminiinilimlll.||_limiiiMil/lillUlin,iililuim.»i

quizá, un principio de gran lógica,

guardado en todos

edificios del

sobre

la

los

grupo mozárabe,

razón deque

el

alero

sirve para echar afuera

las

aguas, y que éstas no se de-

rraman sino por

la

base del

tejado. Antes de la restaura-

ción estos frontispicios iban

desprovistos de voladizo o Figs. 149 a

(1)

I

52.

Lebeña:

frisos

llevaban sobre rudos pedrus-

de los aleros

El de hacia poniente, abajo, fué añadido

280

le

cuando

la

restauración, para embellecer.


LEBENA eos, por efecto de

de

la

alguna reforma (Láni.

nave central, intactos

probando que

el

(]).

Todavía

los aleros laterales

parecer, rematan sin modillones de esquina,

al

vuelo no se extendía por

los hastiales,

de acuerdo con

lo

observado en Peñalba, Escalada y Moroso. Todo hace presumible un desacierto en

restauración, y sería plausible restablecer

la

puso mano

en ello ligeramente

La conformidad entre

lo \iej(j,

ya que se

(i).

esta iglesia de

Lebeña y

las

mozárabes leonesas

queda evidenciado, y no hay que insistir en ello. El prescindirse de estribos denota una mayor fijeza en las teorías bizantinas que sus hermanas de

Bamba

de

las capillas

to inicial

y Peñalba. Los tres arcos re\elan qui/.á un inten-

de seguir otro rumbo, dan-

medio punto. Quizá

do preferencia

al

un

educación limitada,

artista de

el

autor de sus hermosos capiteles acaso, inlluído por constructores mozárabes,

produjo todo

el

edificio,

eludiendo

bóvedas complicadas y sutilezas de estereotomía, en lo que

él

desmerece

ll!|l||l|l!l!li!lllfllllllMtil^

sensiblemente. Respecto de cronología relativa, el cotejo les

con

ambas

series, contra la

Mazóte,

etc.,

y 154. Lebeña:

frisos

de los aleros

de estos capite-

de Peñalba y su

los

Figs. 153

fijeza

dentro de un tipo, característica en

exuberancia de variaciones en Hornija, Sahagún,

hace presumible que interviniese un

mismo

artista

en ambas

obras, y por consecuencia su proximidad de fechas, con precedencia

de Lebeña

do con

más

bien, es decir, hacia 930; y ello va perfectamente de acuer-

los datos

que poseemos del conde Alfonso, edificador suyo.

Respecto de éste cabe sospechar bajo

la

si

seria

Magno o de heredados y de nombre

protección de Alfonso

mención de bienes

el

un noble

PJn

los

adjuntos trazados

se

forastero, acogido

Froila su hijo. El no hacerse

patronímico:

rencia de amigos, que contribuyeron a su auge;

(i)

el

la

extraña refe-

nombre de

Justa, su

ha hecho abstracción de estas innovaciones, que

fotografías acusan ampliamente.

Más reproducciones fototipicas publicó

en su monografía descriptiva de

la

restauración.

281 36

la

el

las

señor Urioste,


CASTILLA esposa, extraño en

de figurar

la

región de norte v ratificado de andaluz por

santas sevillanas Justa

las

iglesia, V la dedicaci'jn al

dad de

las titulares

hecho

el

de nuestra

santo cordobés Acisclo de una serna, propie-

mismos condes, parecen

los

Rufina entre

\'

indicios ajustados al caso, tal vez.

SAN ROMÁN DE MOROSO más hacia

TJn poco

de Europa, en influjo

so

el

oriente, lejos ya del

mozárabe leonés en Cantabria, mucho menos si

metros hacia norte

la iglesia

lavega en sentido contrario

Román

la

margen derecha

del río Besaya,

de un valle cubierto de robles, y próximamente

encumbrado que Bostronizo,

de Moroso, dado

lo

al

mente con sus anejos, entre

lugarejo del que dista pocos centenares de

en cuestión, y unos i8 kilómetros de Torre-

tardía

conocemos de

de Silos por

la

que figuran

los

este

monasterio de San

reina Urraca, en 1119, juntala iglesia

de Santa Leocadia

de Bostranigo, campos y dehesas

(2),

permaneciendo, hasta

menos, como priorato de Silos

(3).

Debió quedar abandonado

lo

cuando

(i)

la

las

la

Desde

la

estación de las Fraguas, en

ruina de Moroso queda

pendientes (2)

allí

muy

la

cerca de

la vía férrea,

a

puede

arriba.

irse

En de-

norte de las Fraguas; pero

son enormes, y los senderos, difíciles de reconocer. regis Aldefonsi regineque Constantie

cartam... testamenti... ecclesie sancti Dominici... monastcrii vidclicct sancti est in Asturiensi patria et

minatum BostranÍ90 (3)

a

el edificio

línea de Falencia a Santander,

una media legua hacia NE., cuesta

«Ego Urracha... Ispanie regina

Moroso quod

XIV

el siglo

exclaustración; desapareció su tejado y armadura, cayéronse a

a Bostronizo fácilmente, pues sólo dista

recho,

mismo de

(i).

documentación

Sólo

significativo y valio-

bien no aparece clara una derivación

presumible del mismo. Existe sobre lo alto

los Picos

apacible valle de Iguña, consérvase otro testimonio del

que Lebeña, pero congénere,

hacia

nudo montañoso de

et

cum

D. M. Ferotin:

cum

suis ecclesiis...

cum

filia...

Romani de

suo rure nomine preno-

sua defesa... Facta carta séptimo calendas aprilis era

Charles de Silos,

282

p.

43 y otras.

fació

i

iSy.»


MOROSO pedazos varios miembros, y

amenaza la

asi está,

perdida en medio del monte y con

de seguir arruinándose: su propiedad parece que corresponde a

parroquia de Bostronizo en calidad de ermita.

tamaño

Por

(Láms. CVIII

y disposición este monasterio es de

CX;

a

i55 y

figs.

i5(3):

nave, con una

los

más humildes

sola puerta hacia

norte, y capilla casi cuadrada, en el testero, le constituyen; aquélla

6.30 por 4.50 metros y tuvo

capilla

por

3.36

de madera a dos aguas, y con has-

por consiguiente;

tiales,

la

armadura

mide

no

pasa de

3.20

metros,

conservando arranques de

bóveda

una

cañón

semicilíndrico,

hundida, ángulo

con

de

testero

todo

la

el

^¿v^^^^^^^^^

quizá

SE.,

por culpa de

daña,

de

espa-

erigida sobre su Fig.|i55. S.

durante

Román

de Moroso: planta

pe-

el

ríodo románico, al parecer,

con dos arcos a

í

medio punto y moldurajes

en chaflán (Lámi-

na CIX). Si se

exceptúan

al-

I

gunas grandes piedras en

la

J

base del edificio,

su aparejo es todo me-

nudo, con

sillares

cuyo

grueso no excede de 30 centímetros, y descien-

Fig. i5ü.

Moroso: sección longitudin.il

de hasta casi una mitad

en ciertas hiladas. Sin embargo,

las

esquinas ofrecen apariencia de

grande, por llevar sus piedras asentadas sobre uno de

como

los

sillería

cantos largos,

en Celanova, por ejemplo, y así ofrecen superficies de hasta 107

por 63 centímetros, alternando con hiladas de otros sillarejos tendidos, 283


CASTILLA

Fig. 157.

Moroso: aparejo de su

para encadenamiento de

Puede observarse que mientras

los

la

obra,

ello fué

ángulo de NE.

capilla en el

con bastante buen orden (Fig.

iSy).

asentado a hueso, es decir, sin mortero,

paramentos de hiladas estrechas

solas llevan tendeles de barro

V núcleo interior de pedruzcos, sistema difícil de explicar racionalmente y

cuyo mal resultado ruina de

la capilla.

se

El

denuncia con

material

la

es piedra

arenisca, semejante a la de Lebeña, y su

labra se hizo a punta de cincel, difiriendo

sensiblemente de ría,

más

lisa,

la

sille-

denota que se labró a boca

Quedan

de escoda.

espadaña, cuya

vestigios de

miento por dentro, de color El cañón de

revesti-

rojizo.

bóveda susodicho

era de

también, arrancando, pero sólo

sillarejos

en su costado derecho, sobre imposta de bisel.

en Fig.

1

58.

Moroso: ventana del testero

Al

mismo

forma

de

Ventana, y

284

lado hay una credencia,

nichito;

más

Otra igual en

el

arriba,

una

testero,

am-


MOROSO derramadas

bas

hacia

adentro y provistas de su losa correspondiente, calada en forma de arquillo de herradura,

que

angosta por abajo y

al

exterior diseña una es-

pecie de cruz íFig. i58).

dos

Otras

como

ventanillas,

ábrense

saeteras,

hacia sur en

nave, y

la

una más sobre toral, bien alta,

do con exceso de Fig. i5g.

(Lám. CX)

de

es

Moroso: arco

toral

arco

rebasan-

el

trasdós

colindante bóveda.

Este dicho

con

herradura,

la

el

arco toral

la

prüpürci(3n máxima observada en Mazóte, Peñalba, etc., es decir,

excediendo

en tres quintos del radio su flecha al semicírculo; apenas puede considerarse trasdosado, por a

tramos

desigualdad que con

recorta su dovelaje hacia

se

despiezo aseméjase

lo alto,

y

ciertas

obras

el

la

bárbaras,

al

de

especialmente

de Cataluña y puerta de Escalada, pero llevando las divergencias hasta

que

creíble

se

hacer

procedió sin regla alguna,

y cerrado sin clave, mediante una pieza

que

siquiera guarda simetria; desde

ni

luego, no hav junta alguna en direcci(')n radial,

yendo todas a puntos más

excepto

las

altos,

dos primeras que son hori-

zontales (Fig.

1

59).

barismo arrojan

las

Otro indicio de bar-

impostas

o

cima285

Fig. 160.

Moroso: imposta del arco

toral


CASTILLA cios del arco

mismo, que, remedando

desarrollan sino chaflanes oblicuos en

vuela completamente

al

aire

Fig. 161.

falta

la

usuales nácelas escalonadas, no

número de

molduraje,

su

siete (Fig. 160).

y aun

al

Ahora

izquierdo

lado

Moroso: modillón cabero

jamba monolítica; pero

lumna que

las

la

conservada mantiene rastros de co-

se la adhería tangencialmente,

según costumbre. La puerta

de entrada fué otro arco igual, con impostas idénticas y

de columnas

falto

también; pero se

le

desmontó

con

intención

una

finca próxima,

allí

al

de llevarlo a

lado en

y yacen

montón sus

piedras: bien hubiera el

culpable

hecho

reparar

en

el

daño, asentándolas de nuevo.

<

Respecto

286

las

columnas,

fácil

hallarlas en

algún edíficio dc

las cefcanías.

quizá sea Fig. 162. Moroso: modillón de la nave

de


MOROSO Un

último orden de miembros importante son

formaron

que

las alas

de su tejado, en

rematando

los hastiales,

ambas

los

modillones que

vertientes de norte y sur, puesto

como va

en frontispicios, carecían de ellos,

dicho. Son del tipo leonés usual, con cinco o cuatro baquetones, casi iguales entre

lo

sí,

que será indicio de

cierta

posterioridad, según las

enseñanzas obtenidas en León, y a sus costados llevan

las

ruedas y flores

de costumbre, pero desgarbadas y sin primor alguno (Figs.

i6i y 1G2).

SAN JUAN DE SOCUEVA Un la

Maximiano Regil

artículo de D.

con todas sus deficiencias,

(i),

es

única información que alcanzamos respecto de este modestísimo san-

cuya asimilación

tuario,

comprobaciones

grupo mozárabe parece verosímil, aun faltando

al

históricas.

El valle de Ruesga, en las regiones orientales de la

de Santander, tiene, hacia su parte sur y

man Socueva,

elevada,

el río

Asón, y dominado por

es de caliza gris floja,

la

provincia

un barrio que

adscrito al ayuntamiento de Arredondo, por

cerca de sus fuentes

Juan. Ésta

más

misma

altísima

lla-

donde corre

peña de San

que da lugar a una porción de cuevas,

y entre ellas una se transformó en ermita, con título del santo Precursor. Es, pues,

una gruta natural,

muy

mientos por muretes de mampostería, y neras (Fig.

163).

Constituyese

así

pequeña, dividida en compartila

alumbran escasamente dos

una especie de nave y una capilla

redondeada, mediando entre ambas una de

mando arco de herradura, bisel V

como

muy

credencia, y

(1)

na

todo ello

Boletín de

rústico

allí

la

se

tro-

las

susodichas paredes, for-

de 80 centímetros de luz, con impostas a

(Lám. CXI). En

conserva

el altar

la capilla

vese un nichito,

primitivo, de piedra arenisca,

Sociedad Española de Excursiones, tomo

189.

287

IV, pági-


CASTILLA formado pur un soporte con ochavas algo cóncavas v

tablero, de 5o centí-

metros en cuadro, chaflanado por abajo. Sirve hoy de base a una imagen relativamente moderna.

La

capilla redondeada,

como

los

ampliamente desarrollado, y aun

el

ci(')n.

ábsides leoneses: altar justifican la

traza del arco,

la

susodicha atribu-

pudiendo creerse que

se trata de

ermita del siglo X, análoga a

morus,

la

las

de

una

\ illa-

Cogolla y San Pedro de Rocas,

justificando las referencias de monasterios

rupestres en aquel siglo, donde los ereFig. 163.

mitassc rccügían para

S.Juan de socueva: planta

A-xi

vivir santamente.

'

.<

SAN MILLAN DE LA COGOLLA <>L

Emiliano

'

gados ocios por le

o Millán fué un pastor de ovejas, que entretenía sus oblilos

exaltaron hacia

montes pulsando una especie de la

Divinidad, arrastrándole

al

cuyas melodías

cítara,

cultivo de su espíritu,

bajo las enseñanzas de un famoso eremita llamado Félix. Volvió luego a

villa

Vergegio, su

jóse hasta lo casi

patria, desde

más escondido de

cuarenta años. Por

fin, el

donde, mal avenido con

la sierra

vecina, pasando

de Vergegio; mas

el

le

tal

la

puso a regentar

santo varón, atento a ejercitar

do necesidades, disipó de

en

soledad

obispo de Tarazona, deseoso de aprovechar

sus virtudes, forzóle a ordenarse de presbítero y sia

allí

las gentes, ale-

la

la igle-

caridad socorrien-

suerte los intereses temporales que

le

estaban

confiados, que su clero se alzó en quejas y fué depuesto del cargo. Retiróse

entonces a su antigua morada, cerca del lugar mismo, donde tenía un oratorio: allí

acudían enfermos y endemoniados, buscando

su palabra, hasta que, enfermo y decrépito, ciertas vírgenes

un años cuando Su

consagradas falleció

al

la

virtud eficaz de

hubo de recogerse en

Señor, alcanzando

la

casa de

edad de ciento y

en 574.

vida, escrita por san Braulio, sobre testimonios de personas

2»»

que


LA COÜOLLA trataron a Emiliano

ha dado motivo para pr(jclamar

(i),

gloria de su

la

nombre; pero también para discusiones violentas, fraudes y recelos deplo-

que aun padecemos. Una

rables,

de esta contienda,

fase

de que

la

santo

el

hubiera sido abad y benedictino, cesó ya de merecer sostenerse; otra cuestuvo últimamente un campeón decidido,

tión, la geográlica,

guella

rebatiendo, a favor de

(2),

Min-

P.

el

tradiciim y con éxito, las pretensiones

la

aragonesas, que formulara con su vehemencia natural D. Vicente de Fílente to, el

(3).

Es cuestión resuelta, y más

no alegado que yo sepa, sobre santo hizo vida eremítica.

el

como

acredita

mucho más

diciendo: «Dorius nascit in Dircetii montis»

brióse

dominante sobre

sierra

la

montaña misma donde es llamarla Distercio; el P.

Minguella, dicen:

verdad: un pequeño tratado geográfico,

la

inserto en códice de 932, pero quizá

cación con

la

Lo común y moderno

y ésta es

(4),

toma por base un argumen-

nombre de

pero los códices antiguos de Braulio, «Dircecii montes»

se

si

antiguo, lo menciona,

modo que

de

(5),

Cogolla es indudable.

la

sa en esta forma:

DERCETIO SACRVM

cia epigráfica del

monte Teleno, como advocación de Marte

Entre

(i)

tellana:

la

(6),

el

que

Fundaciones,

se avalora

con

el

citada, pág. 223.

La misma forma empleó, en

nando, poco alterada en «montis CirceCii» (Esp. sagr.,

(ó) III, p.

nomina locorum

vel

occidontalcm partem, cadit

131, y

t.

in

mare oceanum,

inscr. lat. II, núm. 5809.

IV,

p.

1

más

siglo Xii, el

(8)

Suscripción del cod. Emilianensc

como l.

— Bol.

monje Fer-

L, p. 366). B.),

f.

Ó9

v. a 70:

currit milia

de

la

CCCLX.»

Acad. de

la

Historia,

V,

f.

vol. II, núm. 293.

núm.

do en 946: «Gomesani abbati sancto Emiliano

Corónica,

el

respetables.

1.

Additamenta nova ad Corporis

Albelda de gSo figura

(8).

cursu ribulorum... Flubius Dorius nascit in Dircetii montis,

(7)

(Yepes:

t.

el

Códice miscAáneo del Archivo histórico nacional (ms. 1007

Corpus

X

pro-

Toribio Minguella, en

y la de Fr.

cotejo de dos códices, los

Obra

et defluit in

el

ediciones de este opúsculo hay dos, seguidas de traducción cas-

las varias

de Sandoval, en sus

(4)

«Incipit

y

siglo

San Millán de la Cogolla, libro que se publicó en 1883. España sagrada, tomo L, pág. 2 en adelante, y folleto posterior.

(5)

descu-

se expre-

(7),

(3)

(2)

25,

en

la

Academia de

Dircetii monesterii».

la

Historia, fecha-

— En

un diploma de

confirmante: «Stephanus Dercensis abas de sancto Emiliano» 436

v.).

— 37

Allí

recordando otra referen-

Cogolla se apellidaba Dercensis en

la

libro abajo citado, p. 213,

t.

su identifi-

una piedra, con inscripción romana votiva, cuva dedicación

pio monasterio de

la

289

-


CASTILLA Las otras concordancias topográficas, sobre

Vergegio será Berceo, distante un kilómetro de

tad:

no entrañan dificul-

esta base,

CogoUa

la

«Castellum Bilibium», donde Félix habitaba, es hoy

el

a cuyo pie se desliza

cómo

el

dose sus linderos,

No

Ebro

el

consta

falta

como

si,

entrar en

al

pueblo del santo caía en

la

peña de

Queda

Rioja.

la

la

tan sólo, y Bilibio,

sin explicar

diócesis de Tarazona; pero, ignorán-

base para discutir sobre ello.

pasó en Montes, respecto de Fructuoso,

ejemplo

el

de Emiliano tendría imitadores, que organizasen vida monástica en aquel

mismo

paraje antes de la invasión

dicada

al santo,

según

bas,

el

donde

Ni aun consta

hubo de-

mas nada sabemos

la

el

gran

respecto del lugar donde existiera

residencia de monjes en

la

navarros

los

CogoUa bajo la

el

dominio

(i).

mu-

Rioja, no obstante resultar

verosímil para los otros monasterios próximos de Monte Laturce y Al-

ello

belda.

La vida

del de

San Millán solamente

toma de Nájera, en

la

como primer bienhechor

923, por

a Tuta,

la

se acredita

del monasterio (2); pero los hijo,

los otros

es

mencionado

diplomas conocidos

en dos grupos, según aluden

madre, o a Tarasia, esposa de dicho

unos serán de 927 á 929 y

como consecuencia

Sancho Abarca, rey que

no alcanzan sino a García Sánchez, su

rey.

En cuanto

a fechas,

de 930 á 946. Son donaciones de

varios monasterios a San Millán, de vacarizas, ermitas, y,

milagros hechos en su nombre atraían alas tur-

los

sulmán, y antes de conquistar

los

basílica

caluroso epígrafe compuesto en verso por Eugenio,

poeta toledano;

de

musulmana. Una

la

dehesa limítrofe

por último, vilas próximas a Nájera. Siguen confirmaciones y dádivas

de Sancho Garcés y García, cho,

el

el

Trépido; luego, una restauración por San-

Mayor; esplendores bajo García,

cia sucesiva.

No

el

de Peñalén, su hijo, y decaden-

fueron solos en tributar homenaje a Emiliano los reyes

de Pamplona, sino que también constan donaciones por Fernán González,

Carmina Eugeni

(1)

Wollmer:

(2)

Diploma confirmatorio de

Se conservan dos libros becerros de el

otro de letra francesa.

sobre todo, célase hoy

Ambos

al

toletani episcopi,

dehesa del monasterio por Sancho

la

Cogolla:

el

uno,

muy

los alega repetidas veces el P.

números 712 y

el

Mayor, en 1010.

antiguo, de letra toledana, y

Minguella; mas

el

primero,

estudio de los eruditos. Por mi parte no he podido disponer sino

de extractos incompletos y poco escrupulosos, que posee critos

p. 241.

la

897.

290

la

Biblioteca nacional;

manus-


LA CüGOLLA en

y 960, y por un rey Ordoño. Verdaderamente,

(J47

arraigó sobre todo en

ron preciso conceder inmunidad a

CogoUa en tiempos de guerra Contra

lo

a la

(1).

existen-

consignados en sus códices, que hoy guarda

la

Acade-

entre 621 y 906,

donde

contienen a

se

lo

menos ocho

fechas, escalonadas

nombres de un «comes Rusconum», de abades y aun

completa de

serie

que iban

los pei'e^rinos castellanos

la

Historia,

la

santo

al

arriba expuesto exhíbense testimonios remotos de

cia del monasterio,

mia de

devoción

la

de suerte que los reyes navarros considera-

(^astilla,

apócrifo, según el

la

de san Millán; pero todo es absolutamente

ellos a partir

mero estudio de su

paleografía delata

(2),

como también

célebre piedra ochavada, «descubierta», es decir, hecha en 1601, y fruto

la

de

torpísima indiscreción de algún monje que, por estos medios,

la

y,

ade-

más, raspando unas cosas v corrigiendo otras, en diplomas y libros, creyó asegurar los

las glorias del

aragoneses

que produjo todo

(3).

la

Otra etapa de fraudes hubo

los votos

mismo el

en

XVI

por

siglo XII,

el

libro becerro, sobre

de san Millán y otros varios, encaminados a

dotar de riqueza y exenciones

la

casa

(4).

Bien notorio resulta, efectiva-

Ce-

Carta del rey Sancho de Navarra, de 1068, publicada en romance por Yepes:

(i)

rón ica,

t.

1,

f.

266

V.

España sagrada;

(2)

t.

XX.X1I1,

p.

171, sobre

vero posterior del monasterio mismo, que deploraba

La piedra ochavada

(3)

del

allí

introducción de diplomas falsos en

famoso de

el

monasterio, contrariadas a fines del siglo

tiempo en que

existe,

como

testimonio de otro monje, archi-

caso.

patentizando con sus adornos que precisamente data

se la publicó, y los designios

publicó Sandoval; además,

el

transparéntanse demasiado en

no alega ninguno de

éste

que

acta

el

los datos apócrifos

conteni-

dos en los códices, parece verosímil que se confeccionasen algo después, cerca del mismcs

año 60 1. 1

(4) l.

I,

ps.

A más

del de los Votos (índice de los documentos... de la Acad. de la Historia;

233 y 410.

España Sagrada;

t.

L, p. 376), corresponden a esta serie

de 929, confeccionado sobre otro auténtico del rey García registrado en tivo,

bastando

el

cotejo de

ambos para

de Sancho «rex Hispaniarum», que francesa del siglo XII (Bol. de

y falso igualmente podrá ser blicó Yepes

arriba

(Corónica,

t.

el I,

la

certificarse

de

la

el

un diploma

becerro primi-

falsedad, y otro de 1030, a

nombre

ambos constan en un mismo pergamino, con

Acad. de

la

Historia;

t.

XXIV,

p. 239).

Análogo

al

letra

último

otro diploma, alegado en pleito eclesiástico de 1245, que puescr. xxii), y

mencionado, y en un papel

del

también

se

consigna en

Archivo histórico nacional.

291

el

ms.

n.° 712,

f.

11,


CASTILLA mente, que

si

este período

nuestra literatura histíSrica se

mozárabe, como en

zas trajo acá todo

mantuvo limpia de tachas en después

los anteriores,

el

afán de grande-

bagaje de amaños, fantasías y sugestiones bárbaras,

el

cultivado en otros países de antiguo, y es uno de los síntomas que caracterizan nuestro período románico.

Los datos que pudieran acreditar algo de mozarabismo en del monasterio, es natural

que una de

que hayan desaparecido, caso de haberlos, por-

cotizadas

las glorias

orígenes

los

allí

en

XVII

el siglo

hubieran pisado moros aquel suelo. Ello es que

las

que nunca

fué la de

aclaraciones y glosas

árabes, frecuentes en códices de este período, faltan en los de San Millán,

aunque

a fuerza de raspaduras

escrita en árabe, latina:

muy

pudieron eliminarse, excepto una palabra

bien, pero ininteligible (i), y precedida de esta frase

«qui legis ora pro nobis». Disimulado

ello

dentro del texto pudo

salvarse de expurgadores, acreditándose de coetáneo respecto del códice

mismo, que

es la célebre Biblia gótica

y no anterior

como

nombre

CogoUa, fechado en 977

más antiguos

códices emilianenses

menos, dado que tenía

Añádase que

(3).

es en absoluto

gran cultura obtenida en

la

que sustraerse

al

ambiente guerrero

la

el

tipo artístico de los

mozárabe,

ni

CogoUa durante

podía ser el siglo

X

navarros y caste-

e incivil de •

En Albelda formaron probablemente bajo

el

cenobio primitivo cuevas abiertas en

la roca,

señorío de los reyes moros de Zaragoza. Quizá en

el

CogoUa sucedió algo parecido, supuesto que

la

la

existencia de ermitaños

antes de la conquista navarra, parece inferirse por una carta real

de 929, concediendo

al

monasterio de San Millán cinco ermitas vecinas,

cuyo nombre colectivo de

(1)

«celia Alfoheta» parece árabe (4). Varias cartas,

Podría leerse Axbaxnar, pero va escrita sin vocales.

(2)

Cód. n.° 20 de

(3)

Cód.

(4)

«Concedimus

Emilianum) rie

Tam-

árabe, Moterrafe, escribiendo cierto

llanos.

allí,

obra del siglo X,

(2),

sus falsas apostillas quisieron hacer valedero.

bién figura un diácono con libro de la

de San Millán

la

n.° 29 de la ct

Academia de

la Historia; al

f.

70.

misma.

confirmamus vobis quinqué heremitas

id est sancti Martini sánete

qui vulgo dicunt celia Alfoheta

cum

Marie

et

292

vicinas (ad

Sebastiani et sancti loannis

exitis». Bib.

ibi

nac, ms. 897,

f.

139.

et

sanctum

sánete

Ma-


LA COGULLA desde 927, aluden

yacía bajo de un altar

(i),

y otra cláusula de

de sus bienes «in devotione

Más

sancti Emiliani» y al cuerpo del santo,

al <iatr¡uni

et

gún dos diplomas dignos de crédito la iglesia

(3).

Y

nótese que, al calificarse de «su-

terminada, presupone haber ya entonces otra iglesia en

que de

bajo, únifo indicio

nos alcanza en

ello se

antes aludióse a una consagración de

puede creerse que

ella estaría

en

el

mente ocupa

(i)

lugar de

el

Donación de

quiescit

necnon

et

como

Facta carta offertionis

B. N., ms. 897,

f.

Í3)

«De confirmatione •

XX

scmper

et

in

hec

est

Domini

virginis et genitricis

nostri lesu Christi et

Petri et Pauli et sancti

f.

139:

secunda

villa

Gonzalvo

et

Cordovin

et

et viii (?)».

sancti Emiliani:

quam

pagina confirmationis

honore sancti Emiliani presbiteri

et

fieri iussi

Facta carta confirma-

luniz

in die dedicationis ecclesie sancti

Emiliani»... Id.,

Sub nomine

confessoris Christi. Ita

tali

tenore ut

creberrimis orationibus specialiter pro remedio

Domino

omni anno

cum

niam consequi mereamur noxarum nostrarum. Facta die dedicationis ecclesie superioris sancti Emiliani.

na conf. Garsea ipsius regís

filius conf.

et

tribus vicibus exceptis fiat

commemoratio

obtentu precum vestrarum ve-

igitur

Domna

Sancius Lupiz prior

Sancius conf. ínclita

domna

Urraca clusdem regís germaIn

omni imperla

curie rega-

conf. Orlolus episcopus conf. Benedictus eplscopus conf. lulianus episcopus conf.

cellus

villas

potius beatis-

carta confirmationis in era mxxii in

Ego

Urraca conf. Ranimirus prefati regís germanus conf.

et

Urraca regina

ministrantibus

animarum nostrarum

missarum psalmorum clamorum nostrorum apud Deum,

145.

confirmamus vobis abbati

quas párenles mei ob remedium animarum suarum antecessoribus vestris

simo Emiliano devotissime concesserunt

f.

sánete individué Trini-

ego Sancio rex una

Sisebuto ceterisque servis Dei in arcisterio sancti Emiliani

lis

Andree apos-

confirmationis sub era ter terna centena sex dena

«De confirmatione omnium villarum tatis,

veneratione tumula-

«Confirmatio generalis ad sanctum Emilianum».

Id. id.,

M

cum

143.

(2)

tionis era

primi-

de Locrunio y Assa: «patroni nostri Emiliani sanctissimi

sanctorum apostolorum

sancti Michaelis archangeli et toli...

la

se la llama, verosímil-

sanctorum sanctarumque ibidem recondite noscuntur reliquie

sánete Marie

sanctis scilicet

como

de San Millán en 929,

la basílica

sublimius ac reverentius venerari altarlo ubi corpus cius sacra

tum

siglo X; pero,

ermita donde san Millán habitaba y donde re-

la

las vilas

el

lugar de Yuso, siendo quizá

El edificio superior o iglesia de Suso,

tiva.

(2).

memoria tenemos de una dedicación de la iglesia de presentes los reyes de Pamplona Sancho y Urraca, se-

explícita

San Millán en 984,

perior»

confirmación

justifica la

íj2(}

sacratione basilice regentem»

que

Mar-

abba conf. Fortunius Galindonis dux conf. Fortunlo Garseanis conf. Slsebutus abba

sancti Emiliani exaravll». Id.,

f.

14Ó

v.

293


CASTILLA

En

cibió sepultura su cuerpo.

que

misma

esta iglesia

tensiones de dirigida pur

terrible caudillo, en

Cogolla después de 997

Ferrucio y rey Sancho,

Mayor

(5).

nación de Cugolla, en

Cuculla,

(i)

Historia,

latín

f.

valle,

(lo fué

in fronte altarium ecclesie».

más

mano

atildada, pero

(2)

Recherches...,

(3)

La transcripción de

3.'

edición, la

Códice n.° 23 de

de Fernando, monje de

la

t.

1,

in la

Cogolla, intercaladas en (

España sagrada,

10),

que presenta una lisura.

p. 193.

al

esta localidad a Canales de la Sierra,

nacimiento del

río Najarilla,

camino sino para perderse en

pue-

en localidad frago-

la sierra.

los de la Cogolla, va fechado

en 1009.

Este primer diploma, confirmación de licencia sobre pastos, consta en

dicho ms. n.° 897, (6)

es

usque odie

Academia de

El códice conciliar, llamado Emilianense, fué terminado en 994. Otro de Silos,

guardando conformidad con (5)

no

la

desmereciendo en cuanto a espontaneidad y

Dozy redujo

cabo de un valle próximo, junto

sísima, insignificante y que

denomi-

forma árabe Canalex por Canillas abónase con ejemplos

geográficos de la región granadina.

(4)

la

de 993 a 1014), combusit

incompleto y tomándolo de otro ejemplar (cód. n."

redacción posterior,

al

que

ex tolo ab animis labatur huic operi inserendum videlur,

39, en anotaciones de

L, p. 374), pero

blo

apelaciones

sancti Emiliani superioris, cuius dilapidationis vestigia parent

que manent

antiguo

el

según parece abo-

su opúsculo sobre los milagros de san Millán, que publicó La Fuente t.

justifica el

de 1180, aplicada

se registre antes

que dominan aquel

los picos

«Antequam hopnino

fracta capitella,

paso,

al

mismo abad

(6),

relato brauliano quizá, sin

Almazor rex maurorum, tempere Ferrucii abbatis

monesterium

el

Dercensis, llamándose de Vergegio el

qualiter

mismo,

edificio

el

Entonces había caído ya

eruditamente impuestas sobre

uno de

bien a San

escritorio y colección diplomática de la

el

reanudándose en loio, bajo

(4), el

nombre de monasterio

a

ella El

(3).

que carezcamos de fechas para

primero

muy

y a un lugarejo situado

comprobado todavía en

Este desastre,

última campaña

la

que pueden reducirse (2),

recuerdo de

el

modernas pre-

las

pone como términos de

1002,

como Dozy adujo sagazmente

dos leguas hacia norte

contra

(i),

efectivamente, un relato de

— Aldeire — y Canillas,

Cenobio Millán,

el

quemó Almanzor

la

casa, y,

la

XII manteníase vivo

el siglo

«Atrium

f.

1

suso-

52.

sancti Emiliani presbiteri qui est monasterio in Eergegio»,

ción de 952 (Llórente:

el

Provincias vascongadas;

t.

III, p. 328).

«sancti Emiliani de Vergegio» consta entre los destruidos

según diploma de 1027.

(Id. id., p. 366), y

Además,

monasterio

que restauró Sancho

en escritura de Cárdena de 1059.

294

según dona-

el

el

Mayor,


COGOLLA

I.A

nar su etimología de «ccumbre picuda^*

(i),

y luego

Hasta entonces parece que no se habla tocado a

que yacía en

el

un

suelo, debajo de

altar,

como

la

diplomas del

los

solemnemente, puestas dentro de una arca de plata

(2).

sepultura del santo,

1030 eleváronse las reliquias sobre

acreditan; pero en

mismo

cenobio

al

(3),

siglo

con

X

mismo,

altar

el

que, según

lo

devoción popular. Llegado

el

año 1053, cuéntase, ade-

más, que García Sánchez, habiendo fundado

la

iglesia

dicen,

hi

crcci(')

Nájera, trató de enriquecerla con la

de Suso:

iglesia

taba en

el

cuerpo de san Millán y subió por

el

mas un prodigio

comitiva, depositar las reliquias en

de Santa María de

hizo detenerse

a

a la

al pie del valle

enfermería del monasterio, que es-

la

lugar de Yuso, y promover

él

la

allí

construcción de otra

donde fuesen veneradas dignamente. Concluyóse

la

iglesia,

obra en 1067, y hacia

1076 otra arca riquísima, enchapada de oro, con cinceladuras, pedrería y marfiles esculpidos, sustituyó a

la

de plata

otra consagración, en 1137 y presente

conocido

renovados en

(i)

mero

el siglo

Diploma

712, (2)

más todos

(5);

f.

real

el

(3)

medievales de Yuso desaparecieron

XVI.

de 1180, copiado en

el

manuscrito de

Corónica;

la

I,

f.

373.

la

Cuculla» desde

el

Diplomas sospechosos, los

t.

Archivo histórico nacional; núms, a lo

mismos,

menos con parecer

al

(4)

n." 39,

f.

2 v.

esta fecha, citados arriba, y relato del

monje

(España sagrada;

donde

Carta real de 1053, publicada por Yepes

Su descripción, amplísima y de gran

ciones. Hoy

existe

t.

L, p. 365),

valor, la hizo

(Corónica;

la

francesada. La fecha que se

errónea, y asimismo su atribución a un Aparicio;

et

Rodolpho

libro, estudió el

señor Sentenach

tampoco. (Bol. de

driz,

mas

el

le

2

n."

.\xiii).

Fundamo-

viene asignando, 1030, es

nombre de

los autores el

constaba

que podía

los relieves principales

la

de esta arca y de

la

Soc. española de Excursiones,

Referencias a una carta de Alfonso Vil, donando a San Millán

fechada en

I,

la

leerse:

Sobre fotografías tan sólo y no aludiendo a dicho

filio.»

sin distinguirlas (5)

t.

Sandoval en sus

claramente en uno de los marfiles perdidos, con retratos y letrero, en rmagis]tro

el

códice de

solamente una parte de sus marfiles y piedras, puestos en arca

derna; lo demás pereció cuando

«Enel

en diplomas

192,

1

10 y 11.

constan, además, los sucesos posteriores. Fechas escuetamente consignadas en

Academia,

nú-

Biblioteca Nacional,

monasterio «sancti Emiliani de

de Alfonso VIII, que conserva

Fernando, basado en

Emperador, según diploma des-

el

los edificios

25 V. Alusión en Yepes:

Regístrase

Finalmente, hay noticia de

(4).

de noviembre de 1137 en

el

monasterio mismo, a donde

295

t.

el

Féli.x,

XVI).

de

Ma-

rey fué,

con

la vila

varios obispos, a la consagración de su iglesia (Biblioteca nacional; ms. 5790;

de san

fs.

98 y 102).


CASTILLA Respecto de

monacal de

los

de Suso, creíase axiomático, según tradición

iglesia

la

últimos siglos, que

mismo

ella era el oratorio

edificado por

san Millán, y asi vino admitiéndose por tratadistas de arte, salvo aquellos

más remisos que cida mejor

la

como árabe

definían

todo arco de herradura. Hoy, cono-

historia del monasterio, el visigotismo de su iglesia es, desde

luego, poco verosímil, y

aun

examinados sus caracteres un

las apariencias, a

impone absolutamente

se

edificio de tipo

mozárabe y

del siglo

San Millán de Suso álzase a media ladera, en nado

negarlo, una vez

La realidad corresponde, según todas

artísticos.

X avanzado.

solana de un empi-

la

valle, cubierto

de encinas, a vista del monasterio de Yuso y pocos centenares de metros más arriba (i). Forma un conjunto de construcciones vulgares, del que sobresalen escasamente las cumbres de su iglesia, con

una ridicula

torrecilla

(Lám. CXII), y cuyo revoco reciente

le

ha robado

el

escaso matiz de vejez y

la

impresión sigue siendo desfavorable (Láms. CXIII y CXIV), en térmi-

monumentalidad que antes acusara. Por dentro,

nos de que sólo a fuerza de abstracciones lógrase reconocer valor, algo emocionante, fuera del paisaje,

En

prez de las tradiciones emilianenses.

podido omitirse y sin arte,

como

cal en la iglesia,

la

de

ocasión, reduciéndose lo

miendos eruditos,

la

el

la

lo

encubierto y maltrecho; pero se

bueno

a descubrir dos capiteles inte-

escasez de medios y a no terciarse re-

edificio se conserva el

con todos

los estragos

monje Fernando

los

que

el

observó en

XII, y en disposición de poderse estudiar sin mixtificaciones.

Una

tajadura de

manantial que por

allí

La estación de

donde hay abiertas varias cuevas, y un derrama su agua, juntamente con la fertilidad del

la

roca,

ferrocarril

golla, y allí es fácil alquilar coche, irse

algo de

vale y mantiene

recientes obras de reparación ha

incendio de Almanzor provocara, según

(i)

sus bóvedas tabicadas del siglo XVIII, que encubren los

resantísimos. Gracias, con todo, a

el siglo

éste

deshacerse algunas partes desfavorables

altos del edificio, y explorar algo

malogró

que

allí

desde Nájera y desde Santo

menos

distante es la de Haro, a 32 kilómetros de la Co-

pudiéndose

Domingo de

y volver dentro de un día.

ir

la

regular de coches desde Haro. El alojamiento en

Calzada, localidades que tienen servicio la

nas pueden recomendarse.

296

También puede

Cogolla y aun en Santo

Domingo ape-


,

LA COGULLA terreno, razonan

Primero,

las

elección de sitio para viviendas en

la

cuevas servirían de habitación; a

el

lugar de Suso.

arrimándose

irían

ellas

construcciones suplementarias, y en especial un edificio para iglesia, y así

quedó hecho monasterio;

de San Pedro de Rocas y San Juan de

los

la

Peña

ofrecen disposición análoga.

Como

Suso

esta última iglesia, la de

pondientes capillas a creer que no fué

man un cuerpo

tal

la

de dos naves, con sus corres-

es

cabecera (Figs. 1G4 a 166): mas hay razones para

En

su aspecto primitivo.

de edificio que entesta con

pujándola V descollando sobre

la

capillas

efecto, dichas

for-

cortadura del terreno, sobre-

construcciones. Por dentro se divide

las otras

en dos tramos iguales y cuadrados, con sus respectivas bóvedas a grande altura;

un arco media entre

sodichas v dos los

más hacia

ellos, otro se

las actuales naves,

últimos no son iguales entre

viéndose

sí.

lumnas, V descentrado v mal hecho Si este

no

oratorio primitivo.

mucho

lo es

del

el

sí.

las

cuevas su-

todos ellos de herradura: pero el

uno sobre parejas de

tramo próximo a

último arco se considera posterior y adventicio,

disposición de iglesia por el

abre hacia una de

valiéndole de capilla

Aunque parezca pequeña

la

la

lo

co-

gruta.

demás

tiene

cueva, que pudo ser

— 12 por 3.70

metros

para aquellos tiempos, llevando bóvedas, y además su ga-

lana construcción

compensa para ennoblecerla. Solamente su orienta-

ción, hacia norte

casi,

la

rito,

pero justifícase

como impuesta por

topografía natural y con ejemplos similares en las otras dos iglesias

citadas de la capillas nes, el

va contra

Peña y Rocas. Por contra, su disposición de ahora, formando

gemelas

como

al

extremo de dos naves, peca de

insólita por varias razo-

son: la desigualdad de arcos y descentramiento de

uno de

ellos;

gran arco medianero entre ambas, no visto jamás, que yo recuerde, en

capillas antiguas: su elevación grandísima,

superando

a las naves,

y su

traza entera, en planta y cubiertas, reñida con lo usual en iglesias de este

período; faltar ventanas en tan alta

el testero,

que no podía llenar

justificarse

la

pues aunque hay una pequeña, cae

prescripción de rúbrica, y, finalmente, no

por duplicidad de advocación,

como sucede en

la

Peña,

el

caso

de naves gemelas. Por consecuencia, creo verosímil que dicha parte, y sólo ella, constituyó la iglesia del monasterio antes de alcanzar éste su re-

forma en

Con

el siglo

ello

XI.

no estaba,

sin

embargo, completa

— 38

297

la

iglesia:

Sus dos naves


CASTILLA

298


LA COGULLA actuales se quiebran cerca del

É

promedio, en razón del

ángulo que sirviendo

peña forma,

la

muro

de

a

lo

largo del costado izquierdo. Bien se conoce

que

di-

cha quiebra limita dos

tra-

mos de construcción

di-

versos, y

que

los pies fué

terior,

de hacia

el

agregación pos-

con intento, delibe-

rado ya, de formar El tramo

naves.

dos

las

primero

largo una

desarrolla a

lo

arquería de

tres

vanos en

curva de herradura, sobre o.

«

columnas robustas, y encima se abre otra fila de

§

seis

^

arquillos,

la

que

^

mencionó Sandoval,

visi-

2

ble

y,

únicamente hoy desde

encima de ¿ Oí)

bóvedas.

las

interpuestas

que

Nótese

el

arco bajo de en medio es

más ancho y laterales,

alto

que

resultando

los

con

simetría de pórtico, antes

bien que de arquería divisoria entre naves, y éstas

mismas

muy

tienen

desigual,

anchura haciendo

todo creíble que, efectiva-

mente,

la

nave de a

mano

derecha o meridional fuese

pórtico, y

299

que

la

otra


CASTILLA quedase que,

la

al

descubierto, con

al

la

parecer, contuvo

peña en

el

cuerpo de san

el

ahora un antiguo cenotafio, y

fondo y

el

menor y

otra,

santo se recluía durante las cuaresmas

(i).

allí

doble,

con

la

así

donde suponen que

Así quedaba constituida una

muro de

el

sur, for-

arco de herradura sobre parejas de columnas, y en comunicación

por

la iglesia

na CXI

grutas:

las

recordándolo

iMillán,

especie de atrio o claustro, con puerta exterior en

mando

dos de

11).

el

otro arco susodicho,

Más razones apuyan,

al

el

ambas

tejaroz de las capillas que, sin

por aquel lado, y subir

el

muro de

(Lámi-

lleva

las

parecer, esta solución, especialmente

imposibilidad de que, \endu cubiertas

su armadura

que también

la

derecha

naves, dejase de cortar

embargo,

existió

completo

— descabezado como está —

como el medianero de los arcos, cuando lo natural era dejarlo mucho más bajo para tender encima faldones de armadura con la pen-

casi tanto

diente necesaria. Si a ello se agregan

muro antiguo

sobre

la

la

desigualdad de naves,

de

falta

peña, dificultades para echar afuera las aguas

de lluvia que coge, cial

ella re-

simetría

espe-

de los arcos del

supuesto pórtico, disparidad de los torales

y anomalías

más que

ficientes en la

las

tendremos

capillas,

indicios

en

su-

favor de

solución propuesta

(Fig. 167).

Revocada enteramente por dentro iglesia, Fig. 1Ó7. S. Millán de Suso: planta primitiva restituida

(i)

a la

Más

a la izquierda y en alto hay entrada para otra

que van ligadas tradiciones

manuscrito 18387,

mayor,

f.

está la capilla

del

mismo

lar

la

para disimu-

quízá

loS eStragOS

cueva con varios senos y

altar,

santo. Plano de ella, hecho en 1757, hay en

el

347, de la Biblioteca nacional. Al e.xtremo contrario, tras del altar

de Sta. Áurea, que pudo ser también cueva primitivamente.

300


LA COGOLLA

incendio, bien ostensibles desde encima de

del

niedio de reconíjcer

despie/o de

el

las

que tan

no hay

bóvedas,

iniptjrtantes con-

Por fuera, reconócese aún, en parte,

clusiones lleva ordinariamente.

aparejo de muros primitivo:

Kjs arcus, a

es de sillería de piedra caliza íina,

el

muy

bien labrada y con diferencias considerables de altura sus hiladas, lo que, sin la

embargo, y en

las partes

superiores a

menos, depende solamente de

lo

colocación, alternando con regularidad una de 22 a 25 centímetros con

otra de 34 a 38,

formadas

estas últimas

con

sillarejos angostos, pero

asen-

tados de cara sobre uno de sus cantos largos, como en Celanova y Moroso

vimos y como fué regla en ladas

más

los

aparejos andaluces durante

el

Califato. Hi-

bajas muestran sillares de hasta un metro por 64 centímetros de

formando quiebras y ondulaciones, como en Melque. El mortero, en tendeles finísimos, es de yeso, conforme también al haz, y a veces proceden

uso de Andalucía.

En

muro de

el

la

cabecera, hacia oriente, a gran altura,

distingüese por fuera una ventanilla tros,

derramada hacia adentro

como

saetera, de 64 por

única primitiva, ya que

\-

grandes, de hacia sur se abrieron con posterioridad, tel

como

1

5

centíme-

las tres,

su

falta

muy

de din-

acredita.

Los arcos son de herradura, con amplitud, generalmente, de dos

que

cios de circulo, exactos,

excede

muv

al

es la

hueco de entre jambas, y

como

medida cordobesa las

típica; su

ter-

diámetro

impostas siempre forman

nácela,

elevación de jambas

entre

moros

se

suele llegar al duplo del

ancho

del vano: dos arcos tienen parejas de co-

amplia,

lumnas adosadas, como en se

la

acostumbraba;

la

Gran mezquita de Córdoba, y

los del pórtico

apean en otras columnas, con gruesos y despezados fustes y sobre rudos

plintos.

Los arquillos de

encima recuerdan

los

de

la

Gran mezquita

de Damasco y otros de Jerusalén y de El Cairo; no tienen más finalidad

que aligerar de peso

embelleciéndolo, y parecen ser de medio

el edificio,

punto, llevando recortada su arquivolta en solas dos piedras.

De capiteles no puede juzgarse toral

de

las

columnas, pues ya

destruidos por

el

fuego.

No

así

el

como

todo

en los arcos divisorios ni en

el

monje Fernando declaró que estaban

dos del arco de entrada, sobre su jamba

izquierda, últimamente descubiertos caliza fina,

ni

el edificio,

(Lám. CXVlll): están hechos con

y son de tipo corintio, pero con singu-

laridades de estilo que solamente les acerca a los cordobeses de tiempo del

301


CASTILLA Califato, y

más aún

a los

traza general, tan esbelta:

de la

la

Aljafería de Zaragoza. Efectivamente, su

forma de sus hojas;

decorativos libres, de tradición bizantina, y tas,

poner en

el

corte de las

el

como

en cuanto pueden reconocerse, mutiladas

teres de

'J.f,

son carac-

se hallan,

tal

temas

pequeñas volu-

estirpe

mediación,

ellas

andaluza, con

vez, de

modelos

zaragozanos; pero además contienen rasgos peculiares, que les

asimilan a otras piezas decorativas

mozárabes de

estudiadas, follajes,

como

las

rehundidos entre

salientes,

arriba

son: su talla de

que dan

filetes

la ilusión

un grabado en hueco;

de

otros ador-

nos a biseles, de repertorio cristiano, a saber: la rueda helizoidal, trenza los

de dos ramales, círcu-

combinados,

y,

finalmente,

un pez, como ballena, que pudo tener debajo una figura

humana

y representar a Jonás, siendo,

en

caso,

tal

la

única obra de

índole figurativa registrada en lo

ciones, tal vez por los soldados

Fig. 168. S. Millán de Suso: capitel del arco de entrada

de

dudoso

(Figs. i68 y 169).

hay grabada, con

ellos

mozárabe; pero sus mutila-

Almanzor, dejan

le

letras del siglo

X

o del XI,

la

palabra

lOHANE.

capillas, vuela sobre una

forman modillones, que son ejemplares insignes

de arte decorativo (Lám. CXVI). Corresponden los en

punto

Los fustes carecen de collarino, y en uno de

El alero del tejado, correspondiente a las

cornisa de nácela y

el

curva de nácela, como

los leoneses,

al tipo

cordobés, con lóbu-

pero avanzando

mucho menos

y robustecidos por delante con un suplemento angosto y calado, que da forma cuadrangular al conjunto (Lám. CXVll y figs. 170 a 176). En los modillones andaluces del Califato suele haber una

302

faja realzada,

en

el


LA COGOLLA

mismo

lu^ar que

suplementos; Cíjmo \a vimos sobre imitaciones

estíos

leonesas; pero también hay ejemplares, la

T'ig.

129

— en

la

ampliación de

Gran mezquita cordobesa hecha bajo Almanzor, con suplemento prode

modo que

minente (Fig.

177),

modillones de

la (>op;olla

comprobada, y

derivación directamente califal de

los

resulta

mismo

este

la

tipo

sobrevive en obras de carpintería

morisca

(l'^ig.

ciadamente,

17H).

Desgra-

los estragos del in-

cendio, que, sobre todo, atacó la

parte de hacia las naves, y lo

de su material calizo mo-

frágil

tivaron que uno solo de estos

modillones se conserve íntegro; pero

bien

se

reconoce que

la

forma y decoración de dichos suplementos variaba de uno a otro,

como

albanegas

las

de

tanto

los

el

o

adorno de

triangulillos

modillones mismos. Su

repertorio

decorativo,

herma-

nando con

los capiteles,

respon-

de a tradición goda, serie

leonesa:

ramales,

como en

trenzas

de

la

dos

meandros, segmentos

Fig. 1Ó9. S. Millán de Suso: capitel del arco de entrada

de círculos, rueda helizoidal de dos tipos, rosetas con seis pétalos, pentágono estrellado, biseles y

con buen

arte.

ancho y 20 de grueso;

etc..

Los modillones miden 48 centímetros de los

de

las

todo ello a alto,

43 de

esquinas, que volarían más. están des-

trozados; las metopas son casi cuadradas y sus cobijas no existen; pero

en cambio se añadió encima otro orden de canecillos de madera, con su tablazón correspondiente, salvando

En íntimo capillas,

enlace con

el

así los

deterioros de lo primitivo.

alero construyéronse las

bóvedas de

estas

en forma que, sin desbaratar aquél, no pudieron éstas modificarse,

y sus materiales son igualmente piedra caliza blanquecina y yeso. El 303

se-


CASTILLA ñor Lampérez. único en hablar de

novedad que

bóvedas, desconcertado ante

tales

la

supuso rehechas siglos después y bajo

ellas representan, las

influjos ogivales arcaicos; mas. en atenciim a lo susodicho y apreciados la

antigüedad y carácter del alero, impónese dar como coetáneas y

ello sin

ñola

\'

las

bóvedas,

dificultad, puesto que también obedecen a una evolución espa-

moruna, perfectamente reconocida.

Trátase (Lám.

CXV)

de

bóvedas esquifadas con nervios

radiales,

en número de ocho, arrancando sobre cornisas de nácela, iguales que

la

A

^IV

Fig. 170 .

'^.

Millán de Suso:

modillón del alero, por ambas haces

del exterior y a nivel

probablemente:

V formando arcos de medio punto sobre otros; su

ancho

los cascos

nervios

diagonales y peraltados los

las

es de 33 centímetros y sobresalen

encajan en dichos arcos

ella

son de corte cuadrangular.

bóveda, no sólo por debajo, sino también por

que

los

con

como

el

unos 22 del cuerpo de

la

trasdós, haciendo creer

tableros de carpintería engar-

golados. Semejante a estas bóvedas no conozco sino otra en lo alto de la torre

nueva de San Martin de Arévalo, obra morisca no posterior a

segunda mitad del estilo

románico

rez en

siglo XII, puesto

aviles el

que a su

alega

un pórtico de el

Sr.

Lampé-

favor de su hipótesis caen demasiado lejos, porque en ellos los

arcos van aplicados fuera de las aristas, lo

pie arrimase

más puro. Los ejemplos que

la

están igualmente en

la

al

promedio de cada paño, como

torre vieja de la Catedral de

Oviedo y crucero de

San Martín de Segovia, probablemente obra morisca lo es otra

bóveda, esquifada asimismo, en

304

la

esta última,

como

torre vieja de la susodicha


LA COGOLI.A de San Martin de Aré\alu, donde los arcos van dispuestos dia^o-

iglesia

nalinente, cuniu of^ivas, acercándose así al tipo niás complejo de su veci-

Sabemos, además, que

na.

arte calilal

el

andaluz

us(')

corrientemente de

bóvedas sobre arcos cruzados, con admirable variedad de soluciones; que

bóveda esquifada fué niuy suya, como acre-

la

ejemplares cordobeses, también del si-

ditan

molduraje,

las

etc.,

de

hay dificultad intrínseca en la

misma

serie,

m

Cogolla hermanan

la

perfectamente con estas otras, de suerte que

de

K^§S]

X, y que en su aspecto general, estructura,

¿;lo

n<j

clasificarlas dentro

dando de lado

a

semejanzas

incompletas con obras ogivales nuestras, que, en parte a

lo

menos, pudieron originarse por

virtud de intlujos moriscos.

Hechas

sobre

el

razón técnica

ni

insistir

la

r¡ i\o:^

estas observaciones,

apenas

ha}'

No hay

carácter del edificio:

menos

histórica para

que

mantener

atribución a tiempos godos. Su conformidad

con

el

un grado máximo

arte del Califato da

de mozarabismo, dentro de

como obra evidentemente dobés; y aun su pórtico, dole

así,

trae

zona cristiana,

la

inspirada en si

lo

cor-

acertamos llamán-

vislumbres orientales, con su ar-

quería superior, sin otro ejemplo en España.

Tocante

a

fecha,

la

de su dedicación en

resulta fidedigna, desde luego,

cuadro de caracteres

el

artísticos

observados. Figs. 171 y 172.

Indirectamente favorecen este supuesto tajas

que ofrecía

tal sitio

para

de monjes, creyendo ponerse

(184

y verosímil para

la

las

ven-

S. Millán:

modillones

concentración

así a salvo

de

las

devastaciones que

Alman-

zor realizaba por aquellos años: varios códices emilianenses, y en especial el

de Concilios, escrito de 962 a 994. prueba

la

tranquilidad con que se

procedía en su escritorio, y asimismo ayudarían a

la

prosperidad de

la

casa repetidas donaciones de vilas, por los reyes Sancho y García, entre los

años 971 y 997,

— 39

305


CASTILLA La restauración subsiguiente del monasterio, bajo

Sancho

Mayor, trayendo

el

consigo una gran

afluencia

de peregrinos, pudo motivar

que

se

ampliase hacia ponien-

te la iglesia,

y con ello trans-

formarla en dos naves. Ya entonces

la

orden

benedictina de Cluní campeaba en Navarra, y haría sentir su influjo sobre los monjes del país,

estimulando un ideal de engrandeci-

mientos, popularidad y dominio, antes no

conocido, vinieron

parecer.

al

los

localidades

En

arquitectura sobre-

modelos románicos,

como

pero

esta de la Cogoila,

en

tan a

trasmano, sus reglas de construir es verosímil

que no llegasen Fig. 173. S. Millán: modillón y canecillo

y

al

pronto sino

bajo envoltura de

formas tradicionales.

Figs. 174 a 176. S. Millán de Suso: modillones de las capillas

306

muy atenuadas


LA COGULLA Asi

es,

en efecto:

el

tramo de naves gemelas añadido

fué cubierto con

dos b(')vedas de cañón, y sus paredes meridional y occidental llevan

ventanas

cuatro

de

arco

y derramadas,

semicircular

promediando hacia adentro y hacia afuera, cosa no vista

jamás en su

período anterior;

el

aparejo de

dinaria

es

de

sillería or-

toba

estribo

muy

rresta el

empuje de

divisoria,

ría

para

falta

que

se

deberá

trucción, los

contra-

recio

y

las

un

caliza;

arque-

la

en cambio

bóvedas, a tal

lo

vez su des-

no quedando sino

arranques.

Otro arquería y

cantar

dicha

son

el alero,

pues

perseveran apegados a

ellos

la tra-

dición española: dos arcos, Fig. 177. Córdoba: repisas de

la

fachada oriental de

la

Mezquita

separando continuación a siendo,

como

los del

las

forman

antiguo pórtico,

de herradura sobre

ellos,

columnas; pero

las naves,

arquivoltas parecen

de ladrillo; su desarrollo es menor, no

excediendo sino en un cuarto del radio semicírculo,

y ábrense menos que

respectivos intercolumnios. Sus

al

los

impos-

tas córtanse oblicuamente, y una lleva

grabados trazos en

zis-zas.

Las

colum-

nas, compuestas de varias piezas, pare-

cen aprovechadas, a juzgar por su varie-

dad de collarinos: basa y de capitel, y f j

las

-'

les lleva

la

adosadas carecen de exenta de en medio

formando bocelones de bárbara

307

^ ^ „ „. p,g 178. Hino)osa de Duero:

^.

canes de

.

la

armadura de su

iglesia vieja


CASTILLA estructura.

El

alero meridional

cornisa de

iba sobre

quedan sino dos de sus modillones, junto

al ánf2;Ld(j

nácela, pero no

de sur-oeste: son de

arenisca rojiza, e igualan en tamaño, forma y decoración a los de cera, salvo carecer de su aleta suplementaria,

medianeras quedan

a ras del

dadas

las

pulcramente:

circunstancias de que

del fuego, y que,

si al

la

la

esté-

primero

lo

ángulo SO. de

si

en

el

siglo

la iglesia

es en absoluto preferible,

color rojizo de su piedra parece efecto las

dos naves, quedó ellas,

el

pórtico, por su

su alero estaba de

parte nueva de hacia sur,

uniformando

en todo su largo esta fachada.

Hecho luego postergada, y ello los

el

techumbre común de

sobra y pudo ser trasladado a así

el

organizarse

banda septentrional, bajo

metopas o tabicas

obra más antigua o

la

Figs. 170 y 180. S. Millán de Suso: modillones en

se les copió tan

cabe-

179 y 180). Resulta, pues, lícito dudar

corresponderían dichos modillones a

XI

las

muro, probando variación de principios

ticos ¡respecto de la cabecera (Figs. si

y

la

el le

monasterio de Yuso, quedaría valió para conservarse.

la

iglesia superior

muy

Su mérito principal estaba en

recuerdos del santo, v sobre todo haber sido depósito de sus reliquias

durante

siglos, lo

que movió

a

perpetuar

308

el

hecho construyendo un mag-


LA COGULLA

nifico

cenotafio,

modo

a

de sepulcro, con imagen yacente, rodeada de

pequeños monjes y de peregrinos que le imploran, en la cueva donde yaciera, y además engalanarla cun una bóveda de aristas capialzada y arcos redondos sobre columnas, todu ello de arte francés, y obra segura-

mente de

del propio maestro

allí,

erigiera su Catedral y

La fecha de

i

iSy, en

que

mcnte para determinar na con

el

maestro,

claustro

la

la

el

adornara cun otro sepulcro

tiempo de

(>ogolla, suministra

al

mismo

arte exquisito de este

el

ogival

lo

en

Castilla,

incógnito

según

parece,

una contraprueba decisiva, respecto de

pobres bóvedas con nervios de

pueden asignarse

imágenes.

e

obra referida, que también herma-

la

de Silos; y

alt(3

Calzada, bien cerca

la

se principi(') este otrcj edificio, vale apr(jxiniada-

introductor de

primer

actuando en las

que en Santo Domingo de

las

capillas,

que en modo alguno

agente.

'

SAN BAUDEL DE BERLANGA Es ermita distante unos nueve

kil(')metros

entre Caltójar y Casillas, y erigida en

derrama sus aguas hacia

el río

la

Escalóte.

humbría de un pequeño

Hoy

todo aquel

sembrado, pero no ha mucho que era monte de la

de Berlanga, hacia SE.,

ermita. Ella se funda sobre peña viva, que sirvió

para su construcción, y es una caliza basta de color

el

de ceremonial religioso se celebra en

que

raso y

a su vera

además de material

gris.

Como

a diez pasos,

allí la

gente de los pue-

día de san Baudilio,

aunque ya nada

hacia oeste, nace un manantial, y todavía concurre blos inmediatos, en son de romería,

sitio está

quedando

robles,

valle,

la

ermita, y aun estuvo abandonada

y sin puerta durante años, según dicen.

Su traza

es

muv

sencilla:

un rectángulo, con apariencias de cua-

drado, aunque mide 8'5o por y'So metros; puerta hacia norte, único frente del edificio

de

4' 10

que

el

declive del terreno deja libre hasta su base, y capilla,

por 3'6o metros, a su cabecera, desviada bastante de

la

orientacii'm

normal, o sea hacia NE. Quedaría, pues, en obra vulgarísima, de no haber

309


CASTILLA

Fi^. i8i. S. Baudel de Berlanga: plaata

Fig. 183. S. Baudel de Berlanga: sección longitudinal

310



CASTILLA presidido en su fábrica

desi¿;n¡o de excluir ki

el

Además

prevenirse contra incendios.

que respecta a su tribuna, conservada posible reconocer un

ella es

ermitaño,

En

el

tal

como no

esta iglesia es singularísima por lo

muy

bien, no obstante ser obra sutil,

tipo de vivienda para

se hallará otra

monje «incluso» o

en edificio de aquellos siglos acaso.

rincón de hacia sur húndese una gruta, cuyo alto excede poco de

un metro, en forma de tal

en absoluto, \a por

no impropio del periodo que venimos estudiando, \a más bien para

lujo,

y en

iiiadei-¿i

anguloso v con dos senos algo amplios,

calleji'm

vez excavados artificialmente: pudo habitarse antes de existir

V ser ella, juntamente con

CXIX la

a

La tradición

venerable.

solitario

fundamento conocido.

aplica este hecho al santo titular, pero sin

Para abovedar

ermita,

manantial, motivos para su edificación, en

el

honor y recuerdo, quizá, de algún ras i8i a 183; láms.

la

(F'igu-

CXXV).

nave de esta

iglesia, tan

ancha como

es y tan pobre-

mente fraguada, era indispensable que una solución extraordinaria entrase previamente en

los cálculos del edificador,

lingios hubiesen bastado, sin

ver

problema según

el

pues

aun

los arrestos

caro-

un lujo de materiales inverosímil, para

resol-

los principios clásicos.

campo nuevo y más fecundo

ni

En Córdoba

el

apogeo

califal

abovedar ligero y galano; pero también hacer bóvedas cordobesas a su tamaño era cosa reservada para un

abrió

gigante de

la

al

arquitectura. El edificador de nuestra pobre iglesia

aportar solución

en su género.

más

No

precaria, pero digna de

hombrearse con

como

medios insuperable. Efectivamente,

de San Millán de Suso, con ruindad de

las

-

.

aparejo de

el

los

muros

es

una mampostería mal con-

un metro; abajo, enormes

certada, con grosor de

sillares

de pudinga sirven

de zarpa, y otros, mal cortados y no grandes, forman

mantiénense abiertos al

hacerse

la

alabadas

parece sino que los términos del problema eran estos,

elevar al duplo bóvedas

mio

las

hubo de

los

mechinales, donde entraron

las

las

esquinas: aun

agujas del anda-

obra, y varias grietas denuncian que los empujes inte-

riores remo\'ieron aquello, sin

cuanto a proporciones, resulta

comprometer demasiado su el

edificio tan alto

como

estabilidad.

En

ancho por fuera

(Lám. CXIX).

La nave sorprende por dentro (Lám. CXX), viendo alzarse en medio

un redondo

pilar o

macho, que

contribuye

3'2

al sostén

de su bóveda, porque


BERLANGA ésta

no

diliere de las de

San

macho

zarse, irradian del

ramas de palmera, se^ún

que sus

Milláii sino en

hacia

la

periferia (Lánis.

arccjs,

en ve/ de cru-

(>XX1 y CXXV), cunio

de un primer descriptor de este edificio

frase

(

i),

y siendo por consiguiente doble su número. El material es piedra toba,

fraguada con yeso y revestida también con la

éste, a

muy

Cogolla. La b()veda es de tipo esquifado,

por consiguiente más sobre

el

modo

andaluz,

deprimida, y gravitando

macho que no empujando

contra los muros.

Los arcos son delgaditos, de herradura y variad(js en cuanto

según

la

magnitud

del espacio

que cubren; llevan

peralte los

y todos aparecen deformados al^ún tanto.

Los que

van en sentido diagonal no parten de

rincones

los

como en

a desarrc^llo,

más angostos

sino de unas pequeñas ochavas dispuestas en ellos,

trompas abocinadas con

sobre

según

el

modelo cordobés

CXXII), y

típico (Fig. 184 y

esta particularidad, a

indicios, aleja la sospecha de

llarnos ante

arco de herradura,

más de

lámina

tantos otros

que pudiéramos ha-

una creación de tipo ogival, como admi-

tieron los Sres. Mélida y Alvarez al describir esta iglesia (2).

Propiamente la

el

macho no

hueco hasta

llega sino

bóveda, ni ésta cierra sino dejando en medio una

especie de linterna, apenas adivinada por dichos

señores y realmente apenas visible, pero que consti-

tuye una de edificio.

las

particularidades

más

insignes del

Ella tiene su base a nhitad de

la

altura del

abovedamiento, sin más acceso que unas lumbreFig. 184. S. Baudel:

como

ras,

arquillos de herradura, cerrando en pico

por abajo y dispuestos entre los arcos de en

punto donde

el

tros,

el

macho

la

los rincones

es de 24

centíme-

bóveda,

anchura mayor

fenece: su

trompas de

y a través de ellas percíbese un local cilindrico,

cuyo diámetro

apenas alcanza un metro, y cubierto por una cupulilla con nervios

(i)

Pág- 33

D. Elias Romera, en

el

Boletín de

Academia de

la

Historia;

1S.S4;

t.

V,

••

(2)

Boletin de

la

Sociedad i:spañolade E.xcursiones;

— 40

la

313

t.

XV,

pág. 144. 1907.


CASTILLA cruzados, de tipo cordobés perfecto (Fig. i85). Estos nervios son

como como en

puestos en cruz dos de ellos y los otros cuatro pareados,

cúpulas segovianas; desarrollan arcos de herradura,

seis,

en las las

del

Cristo de la Luz, y su remate por abajo son nácelas minúsculas; están

pintados de rojo y blanqueado lo demás. Para nuestros sentires del arte,

meramente

efectistas, este

una puerilidad; mas

primor de obra, destinado a no y especialmente

los antiguos,

verse, resulta

los orientales,

arte por su

el

amaban desen-

fin,

tendiéndose de espectadopues, reser-

Si aquí,

res.

vóse para

tal sitio

una tan

pulcra bóveda, es porque

algún destino elevado se reservaba; ni podía ser

le

otro

que guardarse

allí,

a

cubierto de robos y profanaciones, las preseas sa-

gradas,

como alguna

cajita

con reliquias, una cruz o

un el

precioso,

cáliz

dados

aislamiento y situación

fronteriza, respecto de

o.So

>

I.

1,0

Jo

ros,

/Vi

de esta

agrandaban

Fig. i85. S. Baudel: cúpula de la linterna central

iglesia,

moque

tales peligros.

La capilla principal, en cambio, es tas;

muy

sencilla,

cubriéndose con bóveda de cañón, sin impos-

y su ventana del frente, aunque es

abocinado de herradura en su derrame dichas. Cinco escalones la realzan sobre

Otra capilla corresponde a edificio tral,

(Lám. CXXV). Avanza

como

interior, el

saetera,

como

ella

trompas suso-

piso de la nave.

tribuna, puesta en

la

las

forma un arco

alto a los pies del

en medio, hasta tocar

el

macho cen-

siendo tan exigua que no alcanza sino a i'io metros en cuadro su

planta. El arco de entrada va sobre fustes ruines; su sin impostas; a

mano

izquierda, en bajo, hay

culares, con fuste entre medias, pero sin capitel

314

bóveda

es de

cañón

un par de arquillos semicirrii

impostas en

los

arran-


BERLANÜA ques, y encima da luz otro arquillo de herradura, que a

para registrar

la

puerta de

vez serviría

puesto que cae delante. Allí podría

la iglesia,

celebrarse misa en privado, y esto hace creer que retiro

la

la

tribuna se formó para

de algún presbítero, celada desde abajo por un pretil de i'i3 metros

de altura

independiente de

e

la iglesia,

rotura del pretil y escalera rudísima.

gulo meridional, en para que

el

el

aunque hoy

comuniquen por una

Su puerta antigua cae cerca

del

án-

lienzo de los pies, y a bastante altura desde afuera

entrar ofreciese dificultades, y así

podía ser efectivo.

se

Una

ventana,

como

la

de

la

el

aislamiento del monje

capilla

mayor, daba

vista

y luz hacia poniente.

tribuna cabalga sobre un sistema de columnas,

hsta

bóvedas

muy

curioso, con altura total de i'8o metros (Láms.

CXX1\'). Recuerda, por ejemplo, cruzadas y bóvedas,

rías

aquí son esquifadas, o

como armaduras de ños,

arquillos y

las cisternas bizantinas,

que

CXXIII y

con sus arque-

r -y

más bien cinco pa-

hecho todo con piedra toba

y yeso; pero además los techos se formaron sobre un entrama-

do de maderas, que en

muro de

el

se afianzan

los pies,

asegu-

rando contra desplomos y torceduras una obra tan minúscula,

y ello hace recordar

los

ma-

derajes análogos que envuelven,

en

gran Mezquita cordobesa,

la

sus bóvedas.

Repetidamente va dicho que los

arcos son

de

herradura:

pero dase una excepción en puerta de

la

la

tribuna, que es de

medio punto,

Fig. 186. S. Baudcl; puerta exterior de

trasdosado

la

tribuna

y

Melque y suprarradiales, y probando que esta-

sin impostas por fuera (Fig. i86); su dovelaje recuerda los de

congéneres, procediendo en líneas

mos

ante una obra de tradición indígena, bien lejos de los procedimientos

-

3i5


CASTILLA románicos y de todo clasicismo. Los demás arcos, grandes y pequeños excepto aquella pareja decorativa de la capillita y contando los de las

herradura, hechos de piedra

de

bóvedas, son

generalmente y con despiezo

gando

radial.

a los dos tercios del círculo,

En cuanto

como en

el

mal trasdosados

toba,

a desarrollo varían, lle-

arte

andaluz y toledano del siglo X, los de

puerta principal

la

y capilla de

la tri-

buna, en tanto que

descienden el

mucho

toral y otros pe-

queños.

im-

Las

postas son generalmente

nácelas,

que en

arco de

el

entrada (Fig. se

187)

incorporan con salmeres

los

una

sola

como

se

en

pieza,

observa

en otros cordobeses del siglo

en

algunos

zárabes;

IX y

mo-

difieren

las

arquerías de

la

tribuna,

por

arrancar sobre pieFig. 187. S. Baudcl: puerta principal

zas de base cruci-

forme y desarrollo

vertical, caracteres

que recuerdan, ya cimacios cordo-

beses de tiempo del Califato, ya los de Mazóte, pero cuya mejor explica-

ción sería

el

deseo de

precisamente a así el

la

arco total

mermar

salientes y tropezaderos en obra

altura de la cabeza.

como

el

de

la

iMás notable es

Tomás

de

las

hecho de que,

puerta, sean dobles, incluyéndose

dentro y algún tanto retraído respecto del otro. Lo

Santo

el

que cae

Ollas y en Celanova,

316

mismo

explicable por

uno

se vio ya en el

grosor de


BERLANÜA muros, cuando no

masa de

{^ran la

esta en

intrad(')S

proporción con

los

abrumarla su aspecto

vanos, porque entonces

la

medio no

se

si

por

cíícIkj

compartiese, y es procedimiento que del arte h^mbardo pasó con ex-

traordinaria

profusi(')n

modo alguno

la

románico

al

cronología de nuestra

que

francés, sin iglesia.

F^l

esto

prevenga en

arco de entrada y

el

de

la

tribuna llevan por dentro, en su alféizar, un segundo arco escazano,

como

de bre\isima Hecha, casi

dintel ado\elado, y respaldando

hay una plancha de madera, donde enmangaban

columnas

Las

primero

el

de

la

puerta.

todas carecen de capitel; pero abajo las de

la

tribuna

llevan un plinto, ya descantilado ya con

las hojas

molduraje

y algún cerco de

rayas oblicuas, dándose esto último en las cuatro delanteras, correspondientes a (Fig.

1

la capilleja,

88).

excepto

eñ todo

el edificio

Los fustes aparecen groseramente labrados, quizá para reves-

ya que todo

tirlos,

adorno que hay

y es lo único de

el interior,

\

_. ,

enlucido

está

ellos,

con yeso, siguiendo

la

».

cos-

tumbre moruna. Las cubiertas dicen que fueron

¿.M^ATr?.^.

Hoy son

de piedra.

aleros

^^^jl^^-J

co-

IlÍiMI-

rren losas ligeramente reta-

Pig.

tejados,

liadas en

y

por

1

88.

S.Baudel: basas de columnas de

la

tribuna

moldura de nácela.

Esta ermita de San Baudel, aparte su arquitectura, adquiere gran

notoriedad por

por dentro,

si

la

decoración pictórica que

el edificio,

recalos; la capilla

total.

mas como algunos

hay que juzgar sobre

y con pocos colores;

lados,

las

completamente

mayor

ello.

la

tomaron por base para

Su procedimiento esa temple

pinturas de las bóvedas perdiéronse a fuerza de y

el

rincón oriental, en gran parte, fueron enca-

no manteniéndose visible y bien conservado sino una mitad del

Sus representaciones son del Evangelio, empezando en

fueron dispuestas en tres zonas,

con escudos, alanceando

Su

reviste

bien no hace al caso nuestro estudiarla, por corresponder a

otro arte y a otro período;

fechar

la

estilo es

al

más una adoración de

dragón, pintados en

la

los

la

btSveda. y

Magos y ángeles

capilleja de la tribuna.

seudobizantino, absolutamente rutinario, con arquitecturas de

arcos angulares, redondos y escazanos sobre columnas bizantinas, e inte-

317


CASTILLA resando sobre todo ciertas figuras tomadas del natural, especialmente

grupo de guerreros, guardianes del sepulcro, cuyo

el

con

traje es: loriga

al-

mófar, calzas rojas, zapatos de orejas, yelmo picudo con guardanás y escudo en forma de almendra. Otra zona inferior desarrolla asuntos de la vida ordinaria, expuestos con naturalismo sincero, especialmente cacerías,

personajes militares, animales, telas de Oriente y adornos, sin cosa que revele influjos moriscos, pero traje talar,

si

hay un gran camello y un hombre con

CXXII

yelmo, lanza y adarga redonda con sus borlas (Láms.

CXXIII). En

la capilla se

ilegibles (i).

Será verosímil fecharlas

y

traslucen letreros en mavúsculas romanas, pero entre

segunda mitad del

la

si-

glo XII y principios del XIII, valiendo para ello las otras pinturas de

San

Isidro de León,

aunque mucho más

pero es cuestión ajena de

que

él

es

En cuanto

edificio.

el

Deducir otra cosa,

con

que un

edificio se

haya pintado luego de terminarse.

a datos de historia no se conocen sino referencias del

«mo-

nasterio sancti Bauduli», dependiente de Berlanga, y envuelto en los

año inmediato, por

la

langam cum ómnibus terminis

En consecuencia,

el

suis et

al

sud del Duero, y entre

cum

en

el

Osma

al

II,

ellas

«Ber-

monasterio sancti Bauduli»

primer obispo segontino Bernardo,

pudo hacer donación

liti-

y Sigüen-

cual decidió que pasasen del obispado de

de Sigüenza varias parroquias situadas

144,

Osma

en 1136, dando lugar a una bula de Inocencio

za, se ventilaron

1

al

El Sr.

especial de dicho monasterio con sus perte-

Romera habla de un

expresa haber construido

una inscripción, en

el

«letrero gótico, algo estropeado, en el altar,

XVI,

letra francesa del siglo la

difícil

de

leer

en

el

Loperraez:

(3)

«Monasterium nichilominus

cum ómnibus

se

obra del mismo.

sancti Bauduli,

pertinentiis suis

de Sigüenza; copia suya en

donde

zócalo del retablo, y

Colección diplomática del obispado de Osma;

(2)

usibus

(3).

santuario Sansón y su esposa». Ello seguramente se refiere a

que naturalmente no puede aludir sino a

tris

(2).

dotar su Catedral

nencias, cediéndolo a los canónigos para atender a sus necesidades

(i)

es

experiencia de que lo verdade-

la

gios que, sobre límites de jurisdicción entre las diócesis de

en

i8o;

sea coetáneo de ellas, va en contradicción, no solamente con

los caracteres arquitectónicos, sino

ramente raro

i

no ayudando sino para comprobar

lo nuestro,

una fecha mínima de antigüedad para decir,

que datan de hacia

francesas,

la

quod

circa

pág.

318

-

f.

117.

18.

situs est, ves-

adhabendum concedo». Archivo de

Biblioteca nacional, ms. 13073,

-

Berlangam

la

catedral


BERLANGA Verdad

es

que modernamente

nada tenían que ver

C(jn

nuestra iglesia, confundiendo

edilicio, asciterio o cenobio,

con

el

nas,

la

se

congregaban, perso-

seis

cuya pequenez y simplicidad hizo que en su gran mayoría pereciesen

cuando entre

más pequeños y que

creerse, pues, indudable

ermita de hoy son una

Viniendo a juzgar

misma

ruines aún que

cosa.

ser éste «el ejemplar

quitectura mozárabe».

No

desde luego, próximo a

las

de

el

monasterio del siglo XII

el

exacta

los caracteres del edificio, resulta

Lampérez de

sión del Sr.

conservados del grupo mozárabe figu-

los

de Moroso y los catalanes,

el

San Baudel. Ha de y

concepto del gran

el

donde centenares de monjes

monasterio simple, que solía no albergar sino a cuatro o

sin dejar rastro, y

ran

ha dado pur supuesto que estas noticias

se

la

expre-

más mahometano de

en balde también es

ar-

más moderno acaso

el

ciudades aragonesas musulmanas, donde

diciones del norte habían de valer menos, y donde

la

la

cultura de

la

y,

las tra-

Frontera

superior árabe influiría vivamente, dado que los Benicasi y los Tochibíes de

Zaragoza gobernaban de plorable que siglo XI, el

común acuerdo con

sus vecinos cristianos. Es de-

ignoremos todo respecto de arte aragonés antes de mediar

lo

quedando

incierto

si

nuestra iglesia recibiría de

allá

su ser; pero

hecho de una procedencia más o menos directamente andaluza,

su mozarabismo, parece indudable, y tanto que

hace patente sino en

el

arco de entrada a

debemos atenernos, más bien que nas y arcos y a

la

la

el

es decir,

tradición local no se

tribuna. Respecto de fecha,

la

formas algún tanto arcaicas en colum-

a

ausencia casi absoluta de adorno,

al

avance técnico que

representan sus bóvedas de crucería, trompas y cimacios acodillados, referibles al arte del Califato,

según

propagó a

se

las

musulmanas

provincias

a fines del siglo X, en cuanto los edificios de Toledo enseñan.

Ahora do

I,

bien, la conquista de Berlanga por cristianos fué bajo

según testimonio del Silense; también

pero, desde luego,

se

achaca

quedó abandonada hasta que Alfonso

repobló poco después de

i

io8 (i), constando

como señor

Azenárez hacia 1130(2). Son fechas demasiado tardías

que sea dable

ello a

referir a entonces nuestro edificio, y

(i)

Bedoya:

Memorias históricas

de Berlanga.

(2)

Muñoz: Fueros municipales;

págs. 467 y 477.

319

I

Fernan-

Alfonso VI,

de Aragón

la

de ella un Fortún estas últimas para

más teniendo en cuenta

1845.


CASTILLA que agitaron aquellos años, y que San Baudel, lejos de abriamparo de la ciudad, avanza buen trecho delante hacia la frontera

los disturbios

garse

al

que moros y castellanos, en guerra contra el rey aragonés, amenazaban. Con anterioridad sólo alcanzamos a saber que, pasado el azote de Almanzor, la autoridad del

toda

la

frontera, y

conde de Castilla Sancho pesó grandemente sobre

que Berlanga

directo probablemente

(i);

quedó sometida, aunque

le

dominio

entonces, en los primeros decenios del siglo XI,

sería posible

que un monasterio

contornos, y

así

organizase con cierta seguridad en los

se

naciese este peregrino edificio. Ello supuesto poseeríamos

dos iglesias netamente mozárabes:

la

de Melque y

la

de San Baudel.

i

I

(i)

sin

España sagrada;

t.

XXIII, págs. 308 y 319.

320

;

.1


X

PRESEAS ECLESIÁSTICAS AUNQUE

perdura

el

estudiadas arriba,

ocho

la

siglos últimos,

culto cristiano en la mayoría de las iglesias

evolución del

que

mismo

fué tan aparatosa en los

aun siquiera después de indagar

ni

mentos de información salvados, podemos formar cabal idea

que

ellas ofrecieron

terios, es decir,

de

los ele-

del aspecto

en un principio. Desde luego, respecto de los monasla

vida claustral, puede renunciarse a

conocerla; pero tocante a culto

externo quizá

ilusión de

la

sea dable inquirir algo

con provecho, según iremos ahora \iendo a través de documentos, de pinturas y de escasas reliquias.

Base principal de estudio para ello son

los

inventarios de

consignados en testamentos o donaciones, que sos (i); pero síMo respectan a

(ij

con

He aquí en

de

III, 80.

— Cat.

Bec. Celanova, Froliulfi: 910.

f.

mon.

hist., n.° VI.

17 v.

313.

— S.

I,

393.

Martín de Klabio: Id., id; III,

— S.Salva-

—Sta. Maria de Mezonzo:

871. L. Fe-

— Santiago

321

tierra leonesa,

de Auca: 864.

de Santiago;

11,

245.— S. Salvador de

de Lugo: 897. Esp. sagr.: XL, 385.

Galicia histórica;

culto propia-

14.

de Orense: 886. Fsp. sagr., XVII,

— Cat.

el

las citas sucesivas:

— S. Felices

S. Vicente de Armerecio: 867. L. Ferreiro: Hist.

rreiro; II, 22.

modo que

España Sagrada; XXXVll,

numero-

conservan

más importantes que conozco de

Provincias vascongadas;

dor de Sozello: 870. Portug.

41

libre,

que servirá como referencia para

Catedral de Oviedo: 812.

Q3._

zona

serie cronológica los

su fuente bibliográfica,

853. Llórente:

la

se

iglesias,

— S.

Herías: 889.

Juan de Villa

de Compostela: 911. L. Ferreiro;


— .

PRESEAS mente mozárabe no

se

lo

desconocemos por

ven diferencias entre

guesa anterior a

documentación asturiana, gallega y portu-

la

meridionales y

los influjos

mozárabe, salvo en nombres de servicio eclesiástico no varió la

unidad de

tólica se

rito

como

conducto. Sin embargo,

este

mucho

la

del periodo subsiguiente

y vasos, cabe inferir

telas

que

este

punto del

hasta fines del siglo XI, manteniéndose

y sus características nacionales, según desde

organizaron por acá.

edad apos-

la

Lo primero que importa

discernir es

consagración del altar, mediante

el

el

punto hierático. Aquí,

depósito de reliquias santas en

la él,

parece rito indispensable. Los altares tenían forma de mesa, con soporte

único y relativamente angosto, en cuya cabeza formábase una cavidad o

— S. Sebastián de Monsácer: 914. 54. — S. Pedro de Montes; giS. Sandoval: — Id: — Julián de Samos: 922. Yepes: Cerón ica: 17 Esp. sagr.;XlV, 370. — Sahagún: 922. Vignau: Índice de Sahagún, — Sta. María de Aguilar: Museo español de antigüedades: 5gg. — S. Cosme de Abeliare: 927. Infra; págs. 326 y 348. — S. Julián de Boñar: 929. Infra: pág. 338. — Sta. María de Piasca: 930. Ind. de Sahagún, 114. — S. Salvador de Celanova: 938. Supra, 243. — 942. Galicia hist., 128. — Santiago 754, nota. — Sta. Marina de Paradela: 947. L. Ferreiro; de Valdeavita: 949. Ind. de Sahagún, 128. — S. Juan de Vega: gSi. Esp. sagr.; XXXIV, SalgSb. i56. — 146. — 453. — S. Salvador de Sobrado: 962. L. Ferreiro; vador de Porma: 969. Ind. de Sahagún; 140. — S. Salvador de Vimaranes: 959. Port. mon. hist.; lxxvi. — S. Juan de Caaveiro: 122. — S. Salvador de L. Ferreiro: Lorenzana, 969. Esp. sagr.; XVIII, 336. — Santiago de León: 970. Tumbo de León, 334. — S. Salvador de Pozuelo: 973. Ind. de Sahagún, 169. — Celanova: 977. Yepes; — S. Cosme de Covarrubias: 978. V, V, xxii. — Sta. Eulalia de Curtís: 990. Esp. sagr.; XIX, 386. — S. Salvador de Bóvata: 996. Ind. Sahagún, 176. — Cat. de Lugo: 998. Esp. sagr. XL, 409. — Cat. de León: 1002. XXXVI, xiv. — Vimaranes: 1008. Port mon. hist.; cci. — S. Isidoro de Callobre: L. Ferreiro; 35. — S. Martín de Lalín: 1019. Infra, 327. — S. Salvador de Valle Gaudiosa: 1019. Bec. Sobrado, 43. — S. SalvaII,

65.

Id., 11,

Fundaciones;

v.

918.''

S.

II, xiiii.

p. iii

922.^

.

I,

Id.:

p.

II,

p.

góó.''

S.

Id.; II,

Id.:

II,

11,

f.

Id.;

II.

Id.;

;

III,

1018.''

p.

f.

mon.

dor de Leza: 1021. Port.

de Sahagún,

188.

— Santiago de

de León: 1042. Esp. sagr.,

— S.

hist.; rxxLviii.

xliii.

— Catedral —

Catedral de Oviedo: 1045. Vigil: Asturias, 72.

ccccvn.

— S.

riza: io65.

Lix y Lxi.

Isidro

Port.

.S.

de Lugo: 1042.

1

1

1

— Sta.

.

Infra,

Vimaranes: io58. Port.

— S.

María

p. 328.

mon.

.

sagr.

S.

;

hist.; ccccxlviii.

Pedro de Eslonza:

L. Ferreiro; III, 58.

de Lugo, n."

hist.;

XXXVI, clxxxix. — Martín de Vacca— Catedral de León: 1073. Esp. sagr.; XXXVI, 1099. Yepes; IV, xxxvi. — S.to Tomé de Nemenio: iio5.

de León: 1063. Esp

mon.

Tumbo

Meylán: 1030.

XXXVI,

Salvador de Villa Mirelie: io25. Ind.

Cosme de Covarrubias:

322

1

1

12.

Serrano:

Fuentes;

I,

xxi.


ECLESIÁSTICAS sepulcro, donde con

el

se depositaban cajitas de reliquias,

muy

ara o tablero, cuadrado y no

ción declaratoria de las reliquias

grande, que solia llevar inscrip-

contenidas:

allí

cubriéndose luego

pues, de ellas

el cultu,

fué capital en nuestras iglesias.

No puede

admitirse otro tanto respecto de

imágenes.

El canon

famoso del concilio de Eliberri: «Aprobóse que no debe haber pinturas en para que no sea pintado en paredes

las iglesias,

adora»

mantúvose válido entre nosotros; y claro

(i),

quedaban prejuzgados. En

gresiones comprobables

asuntos bíblicos, en

otros y figurillas de apóstoles, en

en

siásticos, ellas

más

faltan,

el

la basílica

si

la

muy

la

más

las

trans-

remota malicia:

mallorquína de

San Pedro de

episcopio emeritense, y poco

como

peligrosos de

periodo antemusulmán

el

redúcense a pocas y de

pavimento de

el

se reverencia y

está que, prohibido

signos icónicos, a saber estatuas y relieves,

ello, otros

ostentar,

que

lo

Sta. María;

Nave; personajes eclesi

acaso. Después

aun

severidad canónica se acentuase, puesto que en

Asturias los minúsculos relieves de los edificios ramirenses carecen de significación religiosa, y en cambio, las

un hecho positivo de altísimo valor son

pinturas de SantuUano de los Prados, en Oviedo, que cubren sus pare-

des totalmente, sin contener

nos que

la

más

representación, signo ni leyenda cristia-

cruz áurea con alfa y omega pendientes

esculpida ya pintada,

como

signo

máximo

de

la

él

mismo decoró también

la iglesia

cual se repite, ya

religión cristiana, por

todas partes. Ni se arguya privación por ineptitud en

porque

(2),

el

pintor de Oviedo,

de San Miguel de Liño, donde,

entre adornos idénticos, rastréase una figura de perfil, sentada en cátedra,

que

tal

vez sea retrato.

Aun

en

los objetos

aplicados

culto

al

la

misma

cruces de altar, cajas eucarísticas, libros litúrgicos, el

Agnus

Dei,

el

Tetramorfos, ángeles... En

privación es regla: etc.,

las Biblias

no llevan sino

todo

el

nuevo Tes-

tamento carece absolutamente de ilustraciones, sin más excepción que unas pequeñas escenas en

(1) et

la

Biblia de

Canon XXXVI: «Placuit,

la

Catedral de León y una Majestad

picturas in ecclesia esse

non deberé; ne quod

colitur

adoratur in parictibus depingalur.» (2)

Fortunato de Selgas. La basílica de

San Julián de

do: 1916.

323

los

Prados en Ovie-


PRESEAS y

Anunciación

la

jados a Maria v Juan dolientes, drería.

San

frente de la Biblia de

al

al

Otro libro lleva dibu-

Isidro.

una simple cruz adornada con pe-

pie de

Tardíamente, libros de rezo, como

el

Antifonario de León de 1067,

ostentan representaciones de santos y de Cristo; su natividad, circuncisión, epifanía, las mujeres ante

piamente contrario cifixión del códice jero,

sepulcro, ascensión, etc.; pero asunto pro-

el

al secreto

primitivo de los dogmas no hay sino

Cru-

gerundense de Beato, pintada por Ende, quizá extran-

en 975. Es de observar además que

la

actitud de bendecir en nuestras

figuras de Cristo ajustase al rito oriental y no al

pulgar y anular tocándose. llanos,

la

cayendo fuera de

la

No olvidemos que

romano, o sea con

los

dedos

todos estos libros son caste-

órbita propiamente mozárabe, v

que represen-

tarán influjos transpirenaicos: los códices andaluces, toledanos y leoneses,

aun siendo que

muy

numerosos, no ofrecen caso alguno de transgresión, en

a esta regla de abstenciones respecta.

Los inventarios de nuestras

enseñan elocuentemente, primero

iglesias

con su silencio y luego con datos positivos, el

lo

culto de las imágenes:

los

cuándo

reyes Fernando

San Isidro de León un primer Crucifijo,

1

C()mo se propagó

y Sancha pusieron en de marfil famoso, que

el

hoy nuestro Museo arqueológico nacional;

atesora

\'

inmediatamente

e

los

inventarios de 10G3 y 1073 consignan éste y otros Crucifijos y frontales

de oro y plata, con representaciones probablemente, a la vez que, en el pórtico o cementerio real de San Isidro, recibíanse por decoración de

Lázaro y curación del leproso,

capiteles escenas de la resurrección de

como avances de romanismo importados desde Navarra, según

todo ello

luego hizo irrupción definitiva con Alfonso VI

Respecto de

(1).

las

imá-

genes conservadas a que se atribuye piadosamente una mayor antigüedad,

Aun

(i)

en Cataluña, donde los influjos extraños predominaron, sólo constan «reta-

bulos» de metal precioso hacia

el

mismo tiempo (Marca hispánica,

argénteas ante altare» desde principios del siglo

Viage; 1087

t.

VI, pág. 273). Asimismo, en

(Portugaliae mon. hist.,

n.*

Coimbra

X

se

no anterior

Monte Sacro», como hecho

al siglo XII,

1

193) y «tabulas

— Villanueva:

consignaba plata para un frontal en

DCLXXVllj. La

escritura de fundación de Santa

María de Covadefonga (Covadongaj expresa: «transtulimus beate Maric de

col.

(Id., cois. 840 y 973.

in

relatado en 718, pero

ipsam ecciesiam imaginem la

falsedad del

quedó reconocida ya por Risco (España sagrada,

págs. 95 y 303.)

324

documento, ^t.

XXXVII,


ECI.KSIASTICAS

SU

examen

según

indicios dan

fe

de este periodo anti-icónico español: Teodulfo,

gran figura nuestra en

mosaico absidal su

iglesia

corte de Garloinagno

la

de Germigny,

dada por querubines; v en

el

de Orleans, probablemente, el

orbe todo con sus

y con los vientos en figura el

pintar una alegoría de

devorados por

ade-

ceñía las tierras,

Aun más

(2).

tierra y

la

significativo es

caso de otro español, Claudio, a quien Ludovico Pío hizo por fuerza

viendo llenas de imágenes

como la

mar que

el

humana soplando

obispo de Turin, para que educase en él,

arca del Testamento guar-

el

de banquetes de su palacio episcopal

sal('>n

mandó

ríos,

decorar con un

(i), al

de imitar a italianos y bizan-

lejos

tinos representando imágenes sagradas, efígió

más

sin excepci<')n concjcida,

\'

es nijtorio.

Más la

artístico lo contradice absí^lutamente

el

Evangelio a aquellas gentes: mas

que

las basílicas y

pueblo

el

aduraba

las

a simples cruces, predicó en contra, calificándolo de idolatría,

así

según

doctrina de san Agustín, y aun atrevióse a destruir todo aquello, de

donde vinieron escándalos y controversias

emperador reunió una

El

(3).

especie de concilio en 925, y poco después, muerto ya Claudio, sus detrac-

que en

tores atreviéronse a impugnarle; pero nótese

naba sino su celo inmoderado

el

fondo no se conde-

por contrario a

e iconoclasta,

la teoría

bien

conocida de san Gregorio, declarada en caso análogo contra Sereno, obispo de Marsella; pues en

lo

de considerar supersticioso

el

estaban acordes todas las iglesias occidentales, donde

787 fué contradicho, y a este propósito nunca se hasta proclamar allá

como

doctrina canónica

culto de las imágenes el

alega.

le

concilio Niceno de

En cambio

canon de Eliberri,

el

cir

ejemplo español tocante a representaciones sagradas, mientras

de

las

costumbres supersticiosas de

Es curioso

(i)

el

empeño que ponen

de Teodulfo, cuando tan claramente Fleury, coetáneo y bien informado. lidad sería nada

menos que

En cambio

la hija del

(3)

«Veni

él

t.

mismo

desconocer y

el

la

patria española

cronista de su abadía de

io5, col. 336.

Inveni

Italiam, civitatem Taurinis.

strucre solus coepí, et idcirco aperuerunt

adiuvisset me, forsitam

se dolían

hacen padre de cierta Gisla, que en rea-

sordibus anathematum imaginibus plenas,

Dominas

adu-

Emperador bien conocida.

(3j

veritatis

le

sin

y de algunas regiones de Oriente,

los franceses en

consignan

la

Migne: Patrología latina; in

Italia

llegóse

omnes

et

omnes

quia,

325

(

ordincm

quod omnes colebant, ego de-

ora sua ad

vivum deglutissent me.»

basílicas contra

blasphemandum me,

Patrol. lat.

;

t.

et nisi

io5, col. 460.)


PRESEAS y

aunque Jonás, principal contradictor de Claudio, conocia nuestro

ello

habiendo residido en Asturias

país,

Ha

a su siglo.

mismo

(i).

querido verse en Claudio un revolucionario, un

Nada menos puesto en razón que

protestaba contra

hombre superior

tal juicio,

pues no solo

él

novedad de sus doctrinas, sino que sus comen-

la

como un perfecto ortodoxo, ceñido a corear las sentencias de los Padres más acreditados y sin rastro de ideas propias ni atrevimientos. De su Apologético sobre las imágenes no queda sino

tarios bíblicos nos

revelan

le

un extracto hecho por adversarios: fuerza tendrían sus argumentos cuando revuelo produjeron en

tal

el

imperio carolingio; mas, dados

sancionadas en España, manteniendo además

oprobio de

contraria a ostentar

el

absoluta eficacia de

las

se

antigua doctrina romana

la

peregrinaciones

e intercesión la

el altar

de

el

las iglesias

antiguas no había nada permanentemente,

lugar sagrado.

En

bóveda o de arque-

la

uso prendían: y aunque

tal

misma

práctica.

Los inventarios consignan, además,

estas piezas directamente aplicadas al culto, bajo el concepto de

teria altaris» u otros equivalentes

(1)

galo:

De

Véanse: Agobardo:

man-

de tipo mozárabe, hay miniaturas castellanas

así repiten las iglesias

que comprueban

la

Asturias todas las iglesias de este periodo

tienen argollas, donde las cadenas apropiadas a

nada

pre-

coronas, luminarias, arquetas y vasos, que solemniza-

perchas, las

y

al

no

elevación moral del medio en

y sólo fué costumbre colgar encima, pendientes de

ban

de los santos,

la

educara.

Sobre

rías

anteceden-

Pasión de Cristo; y respecto de

la

gonarla Claudio no hace sino comprobar

que

los

presumible que Claudio no hizo sino propagar reglas ya

tes del caso, es

i

(2),

y son

las

inagi n bus sanclor u i

m

«minis-

que siguen:

.

— (Claudio:

obras.

Adversus Claudium — Joñas: De cultu imaginum.(Patr.lat.;t. Valgan como ejemplo estos tres inventarios, al parecer inéditos: (2) .

Bún-

104 a 106).

j.

Monasterio de Abeliare; testamento de su fundador

una erea

ministeria altaris: cruces duas

et

el

obispo Cixila, en 927: «ítem

una argéntea fusilem gemaiam

et

deauratam,

cum

capsam argenteam gematam

el

patena similiter gematam

et

deauratam,

unam

deauratam, capsuUa ebúrnea per incensó, inferturia argéntea,

ex eis

aquamaniles

gematam

cum

et

deauratam

de stagno, kalicem argcnteum

et alia

et alies

dúos de stagno, coronas argénteas

susceptoribus, candelabros éreos dúos

326

cum duodecim

brachiis,

sua 111

lucernam


ECLESIÁSTICAS Cruces: Gencralniente cada

hechas de

iglesia tenia varias: las unas,

bronce o de latón, y otras, que se llevarían en

procesiones de los días so-

las

lemnes, eran de oro o plata, dorada con frecuencia, y a veces con piedras

aun

preciosas adornándolas y

que eran fundidas. Una, representada en

a 58 sueldos, y es

de

otras pendientes; suele constar su peso, de 400

forma tradicional goda, con

la

omega colgando de

alfa y

como

largo astil y peana. Se conservan ejemplares,

kampanam

eream, incensarium ereum, signum ereum,

palleum principaiem

et vela altaris ita:

miculum de

manteles, facitergias

ct III

unam vermiculam

et

haddanis

palleas

III

suis amictis, orarios VIII

et

II

V

aliam albam, albas autem

habentem unaqueque tos seu

tramisirgas

kamisam lineam.

et

kasullas lineas

III,

V duas

Janeas

duas túnicas pro diebus quadragesime

et

unum

cumunionibus dúos

textiiem

brosi-

albos, scalas argénteas V. Lectuaria per ospitibus: genabes .XII

III III

aguisum ex eodem metallo. Sane

similiter palíeos tcrcium vero ver-

stamineas

III,

sus brazos,

en su lugar veremos.

quintum haddaní scxtLim alvum

alhaz quartum pinctum

Ítem savanos XII

et

dúos frontales

et

cierta miniatura,

polimatas laneas VI, plumazos XII VI palíeos

T de

tapedes VI, almelehas hatanis VI.» Becerro

Catedral de León,

la

et

f.

VI tramisirgos,

385.

Monasterio de San Martín de Lalín, dotado por Adosinda en 1019: «Idemptidem con-

cedimus ipsam eclesiam quos ibidem lavoramus cum omni ornamento signus

id est

tea,

et

ministeria eius,

metallus, cruces duas argénteas miro opere conpositas, capsa una argén-

III

coronas duas argénteas, cálices dúos argénteos

et

III"

de ammalide

HIT

et

eirake el

patenas suas argénteas, digtacus éneos, turivulos dúos, inferturia de argento, lucerna enea,

candelabros dúos, campaneas V, velos principales

IIII,

alhaiaras de sirgo

et

III

de lino

frontales VIII, pallas VII de super altare, item alias de super cálices V, casulla pesinia

vatanada oveite

I,

tiraze

I,

casulas fazanzales

orales diagonales auriteste psalterios

num

I,

iudicum, canticorum I,

una de

I,

de lino V, tónicas

II,

grecisco

I.

antiphonalium

III,

liber

signo

una, dalmáticas duceri una, pesinias

tiraze, alia eirake, greciscas III, tiraze

I,

alfimiano

comnico

manualio

I,

I,

II,

alvas

polemdos

ordinos

V cum

lili.

IIII,

cruce

I,

cálice

linu, alva

I

I,

preco

I,

versario

I,

con suo amicto, orales

II.

— ítem

les 11, pallas II.

tramisirgus

III,

de C solidos

PZt

cum duas

navccella

in sea.

alhaiara

Tegla

alhaiara

I,

in

1

II

litteratas, litones

XXX.

1

sinonanimarum,

eirake;

conquos

11

frontales

Anzo signo III,

2.°, n."

327

46.

Venesegio III,

casula

cálice

I,

casula

I,

I

ora-

id est lectus palíeos II,

id

sunt palmare

con suos aquamaniles, cancistales

tomo

— In

argéntea, copa de argento

super altare pro cálice. Vasos eirakes,

histórico nacional; Catedral de Lugo,

passio-

I,

Servltium de mensa argénteo

salares, escalas lili argénteas, ferratella siat

I,

frontales

ad ipsum superdictum monasterium pertinet,

mutas de mensa

con sua cooperturia que III,

I,

II,

suos amictos,

orationum

virginitatis sánete Marie.

con sua patena, velos principales

II,

Libros eclesiásticos

regule beati Benedicti, liber beati Martin!, alio beali Agustini,

de argento, cruce una de argento, velo principale

domas

alios

I,

II,

cum

II.»

1,

arre-

Archivo


PRESEAS Capsas: Resultando

ellas

parece que sirvieran para

la

de uso general en nuestras iglesias, verosímil reserva eucarística; tardíamente consígnase

respecto de algunas cajas su destino para reliquias, y otra contenía los

Evangelios, dato que permite asimilar a ella los

superevangeliares me-

algunas veces. Eran de oro, de electro, y

tálicos citados

pesaban de 260 a 5o sueldos, y solían

éstas últimas

más de

las

plata;

doradas y enrique-

ir

cerse con piedras preciosas y perlas. Habíalas también de estaño; una era

de vidrio oriental

— ágata? —

,

dispuesta formando arcos

(i),

y últimamente

de martil con engarce metálico. Se conservan todavía tres de

se hicieron

carácter mozárabe, con reliquias.

DiPTACos: Cítanse varios dípticos de marfil, uno de cobre y otro de plata con peso de 80 sueldos: su uso no estaba generalizado, al parecer, ni

queda muestra de

fuera del consular de Oviedo.

ellos,

Coronas: Quizá no haya inventario de

iglesia

donde no figuren; aun

solían contarse dos o tres en cada una, y eran a veces de oro, pero gene-

ralmente de plata, con peso de 120 a 33 sueldos algunas de doradas, y ostentando piedras preciosas y gemas

ellas; otras

pendientes. Cítanse

Recuérdense

bién de bronce, de azófar, de cobre y de vidrio.

iban

tamde

las

Guarrazar: mas, aparte representaciones en miniaturas, no se conserva

Catedral de Lugo: dotación por Pedro, obispo, en 1042: «Dicimus cciam ria eclesiastiga frontales III

corona argéntea

bazorí;

Adefonso,

dozoruno

deaurata

I

cum

et alia

episcopale

I,

croniga regum argénteas

II,

C

et alia

dcaurata

cum

lapidibus pensante solidos

e.xakeke

I.

psalterium I.

Signum

scalas

aquamanile pare (i)

de miste-

et

argento opere polemito,

111°

calicem de argento deaurato quos nobis concessit üutier

Tenplum

principale

lapidibus quos restauravimus, kapsa simi-

CC

mus. Vestimenta sacerdotale: kasuUas greciscas cisca

cum

alium subter cumsimile, quos nobis concessit Gilvira Ruderiquiz; cruce

argéntea pensante solidos liter

alium

I,

corporale palea de super cálices mirivice conposita.

et et

I,

candidum deaurato

et alia similiter II

iraké

Libros eclesiastigos oracionum

cum canticorum

argénteas

lili,

tomo

salare

I,

I

deaurata quos restauravi-

marayz zomde

dalmatiga ere-

I

de toto anni circulo, ordinum

imnorum perfectum,

et

ex mctailo pensante libras

I.» Id. id.;

I

CLXXX.

sceptra

Serbicio de

cócleas VI, supostorio

I,

kanoiium

I,

mensa concas

cirialc

I,

conko

et

9.°, n." 92.

Sobrado: dotación por Sisnando, obispo, en 955: «Capsam evangeliorum similiter

argenteam solidos C deauratam lapidibus preciosis ornatam.»

Ordoño, rey de Galicia, en opere compositas

et

91

1:

— Compostela: dotación

«Cabsasduas ex auro obtimo cum

cum nomine

nostro.

Aliam ex

-

328

-

vitro

lapillis et

transmarino

por

margaritis miro

in arcos dispositam.»


ECLESIÁSTICAS ninguna. Entre

áurea que

inventariadas en San Isidro de León consta

las

Lucernas: Estaban hechas de cobre, bronce o ima era fundida, y solían tener

pie y

ralmente había una sola en cada

diadema

misma

(i).

latón; especifícase

que

reina Sancha, ofrecida al santuario por ella

la

us(')

la

un remate, quizá de tapadera. Gene-

iglesia, sin

contar

las

muchas, sobre

tod(j

de vidrio, puestas en candelabros. El transcribirse su denominaci<')n latina por la árabe

candil da idea de su forma, y

servados; pero en miniaturas aparecen

Candelabhos: Según

indica su nombre, eran para llevar lucernas y

en

el altar,

la

uno con quince lucernas de

plata

allí

y

con

vidrio, otro

otro, regalo de

un tercero pesaba quinientos sueldos y

?

con peana.

vez se usa con distinción.

palabra árabe

aro

ejemplares con-

almanara, que alguna

día

a la Catedral de

los

platillos

o percha, y les correspon-

colgábanse ante

Menciónanse de

son

pérgula

cirios; la

así

como simples

Alfonso

el

siete,

Magno

Lugo, llevaba una lucerna también argéntea, encima un

escrito el

nombre

del donante.

Había también candelabros de

bronce, entre ellos una pareja compuesta con doce brazos, y otros de cobre fundido y aun de hierro, citándose dos o tres en cada iglesia

Las miniaturas

les

(2).

muestran pendientes de cadenas y con brazos para

candelas, de tres en tres. Sólo han llegado a nosotros ejemplares musul-

mezquita de Elvira (Granada), de bronce y semejantes a otros coptos, ya en forma de disco ya de corona y con brazos

manes

del siglo IX, en

la

para lucernas en torno.

Ciriales (i)

tes III

candeleros: Figuran entre

un candelero de

ellos

plata,

Compostela: dotación por Ordoño, en 911: «Coronas ex auro obtimo prefulgen-

cum

«Coronas

y

lapidibus preciosis órnalas.»

tres áureas;

una ex

dens, alia est de anemnates

his

cum

cum

— S.

Isidro de León: dotación por

Sancha, en 10Ó3:

scx alfas in gyro et corona de alaulcs intus in ea pen-

olovitreo áurea, tertia vero est

diadema

capitis

mei auream.»

La palabra alfas probablemente es árabe, significando gemma. (2)

Catedral de Oviedo: dotación por Alfonso

teum cum lucernis

vitreis

XV,

de Lugo: dotación por Alfonso

et

III

«Kandelabrum cum septem

n." 57.)

nomina

I

— Eslonza:

cum

dotación por

la

candclavro

cum X

brazos

ct

329

1

tumbo, en

el

infanta Urraca, en 1099:

cum duodecim

mazana.»

— Catedral

lucerna argéntea

— Abeliare: brachiis.» — Cova-

lucernis argenteum ante altare illuminandum.»

— 42

«Candelabrum argen-

nostra Heteras scripta.» (Su

dotación por Cixila, en 927: «Candelabros éreos dúos rrubias; rii2: «Et

Casto, en 812:

en 897: «Candelabrum de argento

pesiperius (sic) lucerne hereus ibique

Archivo histórico nacional,

el

lucernas argénteas de alio candelabro VIIII.»


PRESEAS dos parejas de ciriales de latón y otros de bronce: similares debían ser ciertas

lampadas

de plata que consigna un inventario. Dos canicistalesde bron-

ce y

un casistale para lucerna serian soportes

bién

(i).

De

este tipo consérvase

a

modo

de candeleros tam-

un ejemplar andaluz, procedente de Elvira.

CÁLICES: Unos eran de oro con piedras preciosas, perlas

e

incrusta-

ciones de vidrio; los demás, generalmente, de plata, con pesos que caen entre 6o y i5 sueldos, comprendidas sus

patenas o parópsides;

varios

iban dorados y con gemas, según costumbre, y uno se califica de francés. Citanse otros de estaño y de marfil y uno yrake, acaso de vidrio, con

patena de plata. Su número llega hasta cinco en algún inventario

Ninguno

se

conserva anterior

Aquamaniles: Entre

de Silos, a no ser

al

la

(2).

copa de Braga.

piezas de iglesia constan varios de plata, y algu-

urceum

nos de ellos esculpidos y dorados; también, de igual materia, un

y urceolos, con peso de ocho sueldos, y por fin, concos, uno de azófar y los demás de bronce, que serían, así como una peí ve, para verter agua en

Donde más abundan menciones de

ellos.

de comedor: pero, aplicadas

manos

bendita, lavarse las plares de bronce,

al culto,

sacerdote y

el

estas piezas es entre la vajilla

valdrían para bautizar, para

como

el

vinajeras. Existen

que parecen godos, coincidiendo con

agua

ejem-

ciertas representa-

ciones en miniaturas.

Turíbulos

Los de plata pesaban de 33

o incensarios:

a 60 sueldos;

algunos hubo de oro, pero su mayoría era de bronce fundido, de latón y de cobre, en número de hasta tres juntos. Les complementaban sus correspondientes offerturias o inferturias, o sea platillos para

que solían

ser de plata, sirviendo para lo

plata o de marfil,

como

Orense; 886: «Eream lucernam delabra

enea

tria

Covarrubias; (2)

side

cum

cum

«Ex

I

cirial

cum

II,

ex ere, lucerna

argenteum

solidis

argenteum purum. de ammafide

et

rey, en 911:

margaritis oloviireum ornatum.»

L deauratum cum patena

— Lalín: dotación

HIT

eirake

et

— Cat. de

— Sobrado; 955: «Canfusile.» —

cum pede suo eneum

VI mazanas de cazmí malo.»

Compostela: dotación de Ordoño lapillis et

lucernas idem, lampadas de c slds.»

suo casistale vestisque fusiles.»

fusilia, canicistales II

11 12:

mismo también unas cajitas de En las minia-

entre bizantinos se acostumbraba.

Vimaranes; 969: «Candelabros

(i)

incienso,

el

«Calicem aureum

cum

sua parap-

— Sobrado: dotación de 955: «Calicem

lapidibus preciosis

compositum

et

alterum

por Adosinda en 1019: «Cálices dúos argénteos

patenas suas argénteas.»

330

et

IIT


ECLESIÁSTICAS turas

incensario suele representarse bajo

el

forma usual de copa, con

la

tapadera calada y pendiente de cadenas. Respecto de ios offerturia, eru-

como bandejas

ditos extranjeros los explican

por

durante

los fieles

Signos

campanas:

y

ambos nombres,

ofrenda presentada

la

misa; pero nuestra documentación no apoya esta

la

no ser un caso en que

hipótesis, a

para

lin

se las llama fialas

probablemente

(i).

algunos inventarios ofrécense con distinción

sin aclararse la diferencia de concepto:

mas como tam-

campana» y «signos fusiles puede creerse que las campanas pro-

bién se citan «sif^num metalli miriñci sonanti

ex metallo

totidem campanis»

et

(2),

piamente eran fundidas y de una aleación admirable por su timbre, en

que entraba

lat(')n,

es decir,

cobre y cinc, según consta

signos ordinarios eran de cobre o del bronce usual varios agisos o badajos

número de signos

(5); el

mientras

(3),

los

Algunos tenían

(4).

suele llegar a cuatro:

el

de campanas, a cinco, y una vez aparecen cuatro mayores y otras tantas

menores: en cuanto

peso citanse signos de 70, 100, 140, 180 y 200 libras;

a

varios juntos, hasta mil libras, y

una campana

«ministrandíssimum», quizá por destinarse avisar

la

presencia del

acostumbra

(i)

Sacramento fuera de

«Turibulum

argenteun"! fusile

«Turibulum argenteum cum sua tcnentem L solidos

et

infertoria.»

(3)

Dexterigo, presbítero, dota

iae

dúos ex metallo

Sámanos de meo alaione tius et magister

cum

offertura solidis

inferturia áurea.»

— Guimaranes;

XL

»

— S.

Isidro de

Catedral de León; 1073:

969: «Turificarlos

LX cum suis íielis oblatis.» monu menta historicae: chartae; núms.

Portugal

«Offero... signos

cum

II;

unum

alium

(2)

et

el

monasterio de Meylán, sobre

meus Vegitus

el

Miño, en

1030:

CXL libras quos mii laborarunt in aillo de LXX libras quos conparavi cum

uno de

fusiles illo

per precio meo, et

ccccxlviii y lxxvi.

illo

presbiter.» Arch. hist. nac;

tumbo de Lugo,

n.° 111.

La dotación de Obona por Adelgaster (Esp. sagr.; XXXVII, 308) consigna

«Duas campanas de

ferro»;

bablemente fraguado en

(5)

mano para como aun hoy se

a ser llevado a la iglesia,

Oviedo; 812: «Capsella argéntea pro incensó, offertorium pro incensó argenteum.»

León; 1063: «Turibulos dúos áureos

Repite lo

signo califícase de

De campanas manuales queda un famoso ejemplar en

(O).

— Sobrado; gbb:

(4)

Un

12.

mismo

la

pero téngase en cuenta que

el siglo

carta de

cuando

Xll,

el

el

documento

monasterio alcanzó gran íiorecimlento.

Covadonga, arriba condenada (pág.

Monsácer: «Slgnum

cum

es apócrifo y pro-

aquisibus suis.»

324).

— Paradela: «Signum de metallum cum

suos agisos.» (6)

Celanova; 942: «Signos

cum

agisos

331

II

et

teriium ministrandisslmum, campa-


PRESEAS Córdoba; de

grandes, ninguna anterior a

las

fechada en 1086; pero en

la

pintura de

torre

la

de San Isidro de León,

la

Ta várense vemos campa-

nas colgadas de sus asas y que sonaban mediante cuerdas, tirando desde

abajo (Lám. LXXVIIl). La inscripción de dicha

campana de León y un

pasaje de Eulogio ratifican lo ya sabido por los inventarios, a saber, que

aquí llamaban signos a

campanas grandes, como nombre genérico

las

Cátedras: De mueblaje

eclesiástico

poco sabemos:

la

(i).

cátedra episco-

Compostela era de madera y hueso, con clavos y bolas de plata y de admirable trabajo, así como su escabel (2). Varias miniaturas y los pal de

marfiles de San Millán represéntanlas en forma de sillón, con brazales, alto espaldar y la

cátedra en

remates torneados. En

españolas no debió estar

las iglesias

fondo del santuario, según costumbre romana, sino en

el

el

coro o aprisco formado en medio de las naves.

Analogios: Así llamaban

a unos atriles para colocar los libros litúr-

Según miniaturas, eran de madera también, con

gicos mientras se leían.

soportes torneados y arquillos de herradura por adorno.

Velos principales: Este nombre y tanibién vela altaris o vela templi daban a las cortinas con que se ocultaba el santuario, ya fuese durante

una parte de

la liturgia,

tiempos penitenciales, de resma; ya fuera de

las

como aun

lo

se

acostumbra en Oriente; ya en

los

que son reminiscencia nuestros velos de cua-

horas litúrgicas, permitiendo esta incomunicación

dar empleo con cierta libertad a

donde consta que efectivamente

parte de iglesia reservada a los laicos,

la

se

celebraban asambleas populares y jui-

nas II.»

— Curtis; dotación por Pedro obispo, en 990: «Signa ex metallo bona pensantes libras

mille.»

962:

Monasterio de San Vicente, a

«Campanas duas cum (i)

Miño, dotado por

suis tinlinabülis.»

191

(Esp. sagr.; XXXVIIl,

— De igual modo

se

de Germigny

Fáfila, confesor,

v.)

— Cariavio;

christicolis

entendía en Francia, (villa

everteret,

cum

erant; ad

como

testifica

una referencia coetánea, sobre

Germaniacus), erigida por nuestro Teodulfo, aludiendo

Compostela; 911: «Cathedram episcopalem ligneam atque oseam

malis argentéis

templorum

innuendum.» (Apologelic us martyrum;

maderaje de su torre, «de qua signa pendebant». (Baluzius: Miscellanea, (2)

suo scabello miro opere conpositos.»

en

1076:

327.)

pinnaculorum prosterneret, quae signorum gesiamina

conventum canonicum quotidie

la iglesia

f.

«Nonnullas apud Cordubam... urbem basilicarum turres

arces dirueret, et excelsa

22).

orillas del

«Signum metallum canpana.» (Becerro de Celanova,

332

,

.

ir

,

t.

cum

I,

al

p. 492).

clavis et


ECLESIÁSTICAS dormían

cios,

en

los

caminantes,

y bVancia,

Italia

nostasis,

al

el

modo que

etc.

No

había para

ello entre nosotros,

tef^urium o baldaquino, sino pérgulas

e

como ico-

en Oriente y África, según ya sabemos; pero estos

velos principales no pendían de

mayor,

sino ante

el

arco de

subiendo y bajando mediante poleas, que aun

se

conservan en San Salva-

dor de Valdediós, y

de polegia

así lo

allí,

capilla

la

atestiguan algunos inventarios, llamando velos

generalmente, califícanse de palíeos

a los susodichos. Ellos,

o ex palléis, género de piezas textiles que también se aplicaron a frontales,

como voz

tiempos ulteriores resulta pallium

mas

al

zescos»; nótese

palíeos,

cum

auro factum» y «palíeos grecos» o «gre-

además que nuestros inventarios nunca asignan

como

de manufacturas polícromas, el

color a los

materia, pudiendo inferirse de todo ello que se

ni especifican su

cosa preciosa, v ta

genérica de sederías ricas:

principio distinguíase entre «sérico pallio» y «simplici pallio»; en

Cataluña se citan «palleo

trata

En

cubiertas de lecho y, excepcionalmente, a vestiduras amplias.

Notoriamente, eran

tapicería.

valor de uno, estimado en quince sueldos

no resul-

(i),

desproporcionado. Pocas veces estos velos principales se consignan

séricos o de seda; uno estaba bordado figurando papagayos,

nombre árabe de una

y otros se califican de dozoruno o lotzorí,

cubierta

(2).

Hubo, además,

declarándose una vez que

(i)

Ello en Galicia,

se

es

que

el

o sea en total 18 gramos de plata. Ya vemos que esta

parecer,

especie de

subminores,

ciertos velos secundarios o

colocaban por bajo de

año 910. Sabido

al

como

los otros; ellos

eran de

sueldo carolingio valía doce dineros,

misma unidad lomábase

para medi-

das de peso en los documentos de que tratamos; pero su equivalencia nunca consta y

el

sistema es anormal respecto de los países europeos. (2)

Catedral de Orense; 886:

Lugo; 897: «Vela templi sérica.» ex quibus

unum plumatum cum

«Velum de

— Compostela; siptacos.» — S.

arcipreste, en 912: «Velos principales hist.

nac, ii25 B,

f.

74 v.)

— S.

que

inter

polegia palleum

unum.»

gii: «Velos de polegia

— Catedral

de

dúos principales

Ciprián de Pinza; dotación por Juliano,

veslibulum

et altare

dependunt.» ^Arch.

Pedro de Sorga; dotación por Adosinda en 967: «Vela

cea principales qui ad t'aciem apendunt altaris.» (Becerro de Celanova,

f.

89.)

siri-

— Sobrado;

— Catedral de Lugo; 1042: alium subler cumsimile.» — S. Isidro de León; 10Ü3: «Templum principale dozoruno «Velum de templo lotzori maiore cum alios dúos minores arminios.» — La voz cortina,

955:

«Velos principales palíeos

II

et

alios

subminores

lili.»

et

en lugar de velo, aparece en escritura de 1043 (Bec. Celanova,

333

f.

io5).


PRESEAS

arminios y

seda o de lino adornados; otros,

como

jero,

si

otro

Alhaialas

o

alhagakas: Este era

chos velos, vulgarizado en

nombre

el

las

mitad verdes, bordados con oro y

columnas

o sea extran-

privativo árabe de di-

como

región leonesa,

la

principalmente de seda; también, greciscos y de otros, por

espaven

respondiesen a influjos meridionales, equivaliendo así a las

tantos otros. Fueron

uno era morado;

lino;

plata, etc. (i).

Penderían entre

del iconostasis.

Acitaras

o citharas:

Voz equivalente,

al parecer,

de alhaiaras, pues

aplicanse a unas y otras prendas iguales determinativos; pero

más tardíamente

aquéllas generalizóse

dadas

No

(2).

eran tapetes para

uso de suelo,

el

finura y riqueza de su labor, sino paramentos, doseles o cortinas.

la

En un diploma ovetense

muy

pero antiguo, y en otro de fecha

falso,

avanzada figuran azitaras riquísimas, sustituyendo a velos

el

acostumbrados

los

(3).

Frontales: Probablemente

como

se colocarían ante el altar,

ahora.

Los de oro y plata con pedrería se inauguran en San Isidro de León, bajo Fernando I, como ya se dijo; antes todos eran palíeos, que predominan en un principio, y además, de lino adornados, de seda bermeja, blanca o amarilla, bordados con oro o con plata a veces, con una cruz de hilo de plata, greciscos, etc. (4).

(i)

Vimaranes; oSg: «Alara una de

«Alfagara facenzal moreda

I.»

— Lalín;

S. Miguel de León; 1029: «Alfagara

de León; 1073: ante altare

«Unam

I

ah'eicí, velos lineas

grecisca.»

et

— Eslonza;

Lorenzana, en 969; Covarrubias, en 978; Coimbra, en 1087.

(3)

España sagr.;

azitaras: et

I

XXXVII,

constantina de unna

media fazroen (4)

alhaz,

et allia

media baebi

Abeliare; 927:

p. 317, dice:

«Frontales, pallas, acitaras auro textas

«Dúos

et alia loztorí et II

et

I

— Covarrubias;

morgomes

II

II

cum

— Aguilar; 922?: Sex frontales — Catedral de Lugo; 1042: «Frontales ciclatones.»

alios pallios II.»

illos

argento opere polemito, 111° bazorí.»

334

dúos creciscos III:

illa

vermiculum de

alvum.» — Celanova;

cruce de argento

«Et XII

bazlis.»

frontales similiter palíeos, tercium vero

dúos inde mataraffes, uno vermículo

11 12:

greziscas et altera

tapet pallio et altera fazroen et

quartum pinctum, quintum haddaní, sextum

les IIII,

II.»

«Unum velum

1099:

(2)

t.

996:

— — Catedral

de lino

et

argento frixo mirifice textum.»

greciscas bacris et serici lineique ornamenti diversa genera.»

et

III

(Esp. sagr., XXXVI, xxxv).

alagaram dimisam in viridi.»

ponendum auro

— Bovata;

quatuor.»

1019: «Alhaiaras de sirgo

filo et

938: «Fronta-

alió amarello, et

et illos alios bracillis

candidum deaurato

I,

alium

cum


ECLESIÁSTICAS Pallas: Extendíanse sobre cuencia; pero en

la

el altar,

indumenta

según o

rito, se

kamisas

las

o

fre-

donación de llduara constan ocho pallas de diversos

colores y tejidos, todos ellos preciosos los

y eran también palleas con

(i).

Habían de

vestimenta blancos de

cubría

el

ser cosa diferente de

lino, o sea manteles,

con que,

llamados alguna vez túnicas de altaría

altar,

lineas. Cítanse asimismo otras y corporales de bisso; pal-

riquísimas para cubrir

una de

cáliz,

el

ellas

tejida

con oro

(2),

y finalmente otros paños, llamados superevangeliares, que se pondrían

sobre

analogíum

el

o

atril,

como aun hoy

acostumbra, y eran de

se

pal leo a veces.

Las ropas eclesiásticas sacerdotales constituyen otro grupo numeroso de prendas consignadas en inventarios, y con alusiones en ciertos

por ejemplo

libros,

de Leovigildo, presbítero cordobés del siglo IX, titu-

el

«De habitu clericorum». Aquí

lado

v subdiáconos en

la iglesia

costados por abajo; y

era

que

el

orare o

brazo izquierdo, por

los

cruzado además sobre señalados

la

el

enebladium,

diáconos sobre

el

los

de diáconos

especie de amito rodeado

subdiáconos sobre

hombros y por

el

los presbíteros

pecho; que los obispos solamente usaban en días

cetharis o mitra, blanca y con

mismo

el traje

una túnica blanca o alba, abierta en ambos

estola era llevado por los

casulla con capucha picuda, según

que

de los presbíteros, otra semejante, pero negra u

el

obscura; que los diáconos usaban al cuello;

se explica

tal

como

las

flecos,

llevando de ordinario

miniaturas enseñan, uso que,

Varo-

autor, provenia de Torcuato y sus compañeros, los

nes apostólicos evangelizadores de Andalucía, que, aun después de recibir el

orden episcopal, conservaron

la

sencillez monástica, revelada en

el

me-

lote, que dicha otra prenda recordaba. Al contrario, los presbíteros no

velaban con

la

casulla su cabeza (3).

(i)

Véase arriba, pág. 244, nota.

(2)

Vimaranes; gSg: «Palas gliziscas duas,... de aluz quinqué.»

«Pallea de supcr cálice auro textile.»

super callees

Boletín de

(3)

cómo

V.»— Cat.

entendía

vez con

el

— Cat. de

León; 1002:

1019: «Palias VII de super altare; item alias de

de Lugo; 1042: «Corporale palea de super cálices mirivice conposita.» la

Academia do

la historia el P.

jesuíta

— Lalín; la

Historia;

t.

LIV.

p.

5oo.

Para juzgar de

Flórez, a propósito del referido libro, y de acuerdo por esta

Rávago, véanse además

las

páginas 103 y siguientes del tomo LV.

335


PRESEAS Casullas: Abundaban

las

de lino, y entre ellas una cárdena: en

lo

más

antiguo danse de lana, teñidas de rojo alguna vez y otra blanca, sin contar las

de manufactura moruna, a juzgar por los nombres. Son menos fre-

cuentes

las

de algodón, citándose una amarilla y otra blanca: pero, sobre

todo, las preferentes y ricas eran de seda, con gran variedad y

nomencla-

tura árabe: habíalas a dos haces y con forro; también, rameadas en verde, amarillas, bermejas, piscinias, greciscas, de tiraze, irakés, de ciclaton, de

brocado, bordadas con oro,

pues no siempre

etc.,

el

concepto descriptivo

se ofrece claro para nosotros.

Dalmáticas: Resultan mucho menos generalizadas y abundantes que como prenda que parece ser ajena a la tradición española; y

las casullas,

por

común no pasan de una

lo

o dos en cada iglesia

(i).

Eran de seda

probablemente, citándoselas blancas, amarillas, cárdenas, piscinias, bordadas con oro, greciscas,

tirazes, oveites, etc.

Túnicas: La equivalencia griega de nada, es planeta

se

(2):

usaban,

y sólo tardíamente se especifican franjas, etc. Cítanse

este

nombre, alguna vez consig-

como ahora todavía, en Cuaresma (3), como de seda, greciscas, cárdenas con

también túnicas cuculas una vez

(4).

Albas: Habíalas de lino y de seda; alguna amarilla y otras en blanco

y negro. Eran complemento suyo oro, y a ellos

Orales

amictos,

los

puede aludir también una orarios: Equivalen

u

cita

a veces bordados y con

de umerarii

a la stola,

como

se

(5).

hace constar una

vez

(6); eran de seda especialmente, bordados o tejidos con oro y plata: alguno llevaba flecos de oro y gemas, aumentando su riqueza en los últimos

tiempos, cuando aparecen también

(1)

Única

cas donadas a

955:

la

cita

manípulos.

que recuerdo, anterior a

Catedral de

la

Lugo por Alfonso

mitad del siglo X,

Magno

el

(2)

Celanova; 942: «Duas planetas vitiones.»

(3)

Abeliare: véase pág. '327.

(4)

S.Martín de Villamedina; 924 fPort.

«Cugulas de sirgo (5)

teis et

III;

item cugulas

Testamento de Rudesindo;

et

977:

Cítanse orales de bro-

mon.

es la de cinco dalmáti-

en 897.

hist., n." XXVIII).

— Sobrado;

albas lincas fusiles.»

«Indumenta sacerdotum

et

levitarum

cum

bal-

umerariis.»

(6)

S.

Juan de Vega; gSi: «Orales X quod scripturas dicunt

959: «Stolas cultas XII capas duas stolas litoneas.»

336

stolas.»

— Vimaranes;


ECLESIÁSTICAS cado y greciscüs, para diáconos y también un orario de comuniones, que es dato importante ).

tela lisa

para

las

(

i

Balteos

con piedras también

drería, y otros de plata

Capas no

hasta el siglo XII (3). Respecto de

segunda mitad del XI, cuando

la

(2).

mantos: Cítanse alguna capa de seda y otras entre

y

divulgaron

se

uso de

Especificase que algunos eran de oro con pe-

o cÍNGí los:

los inllujos

mas

orales:

mantos, arranca su extraños empiezan a

prevalecer; eran ricos también generalmente, y quizá persevera su

empleo

en nuestros modernos capillos.

Nótese que en tan largas enumeraciones de ropas

como

figuran en los

inventarios nunca se especifican representaciones sagradas decorándolas,

de animales,

ni siquiera

correspondientes

flores, etc.,

en oposición de los italianos y de

los

período sucesivo, pudiendo inferirse que los tejidos

al

usuales eran lisos o con decoraciones esquematizadas y geométricas, así

como

los

bordados. Únicamente se habla de ramajes, bajo

maraize,

sin

que pueda excluirse no obstante

voces, entre las

mal explicadas,

Una de

cargas usuales de

las

se refieran

la

el

nombre árabe

hipótesis de

también

las iglesias era el

que algunas

a oi'den decorativo.

alojamiento y

tención de huéspedes, ya pobres ya señoriales y aun reyes, a

lo

manu-

que obe-

decían en parte las rentas de que se las dotaba; proveíaselas además de

(1)

haddanis

Abeiiare; 927: «Orarios Vill II et III

Id.; 942:

albos.»

León; 1002: «Orales

S.

V auro

XXXVI,

opera ex auro

«Duas

Covarrubias; (2)

xxxv).

et

— S.

Isidro de

1

auro

et

argento compositos

IIII.»

uno cum perpendes deauratos

tres do sirgo et alio

12: «II estolas

et

III.)»

— Catedral de cum gemmis.»

cum argento.» (Lspaña cum amoxerce argénteo et

texitum

León; 10Ó3: «Stolas áureas

aliud argenteum ad amorcece habet opera olovitrca. »

stolas argénteas et 1

938: «Orales brosetos de auro et argento fresales

cum

textiles et illo

Miguel de León; 1029: «Orarios

sagr.,

1073:

— Celanova;

«Orales VIIII, ex quibus

unuin textilem comunionibus dúos brositos seu

— Catedral de

León;

aliam auro fresam quibus inieci manípulos greciscos.»

morcerceles

cum

suas tablas exoratas

Celanova; 942: «Cingulos áureos gematos

II,

et

suas petras.»

alios argénteos exauratos ex

quibus

unum gematum.» — Compostela; 911: «Balteum sacerdotale ex auro gemmis atque lapidibus constructum.» — Lugo; 998: «Circulo cum baltheo argénteo lapidibus.» — León; et

1002:

«Balteum ex auro puro (3)

Un documento

cum

lapidibus suis.»

gallego de 1003 cita «1

kappa franziska»; mas no consta que

fuera de uso eclesiástico (Archivo hist. nac: diplomas del monasterio de Melónj.

— 43

337


PRESEAS no sólo con dicho

vajilla y lechos,

abades, ries

que vivían en

etc.,

ellas,

fin.

por

sino para decoro de los obispos,

que

lo

fi^^uran

de objetos preciosos y ricos, probando una vez

mientos que en

el

si^lo

X

Servicio de mesa. riaba de los usos actuales:

desplegaba

en

más

el

lujo v refina-

sociedad leonesa y gallega (i). El adorno y pulcritud de ella para comer no vala alta

mantelería, que llamaban «mutas de mensa»,

la

era abundantísima, hasta darse 184 pares alguna vez: v

que serían grandes; también, sábanos, o sea

aun de piezas

como

de tamaño menor,

los

ricas

mantilia o manteles,

suele contar dos a diez pares cada fundación. Había

y facitergia o fazalelias, equivalentes de toballas y pañue-

servilletas; los, al

inventarios se-

los

parecer. Manteles y servilletas

su calidad, y

hermanaban formando

según

series,

apellidaban polimitos o polendos, que querría decir

les

labrados a colores; litteratos, que iban adornados con seda, trazando rayas, y litones

o

lintiones, que eran

los

más

ordinarios, quizá con

labor negra. Las toballas a veces eran asargadas, es decir, con sobretrama de

además stamineas, cosa de estambre; algún cogin o pul-

seda. Cítanse

mesas mismas,

billo de mesa, y respecto de muebles,

las

dar y banquetas de refectorio, pues

comensales

los

aunque alguna miniatura represente a

modo clásico. En cuanto a

(1)

He

aquí,

el

Sr.

a los del festín de Baltasar recostados

como

ejemplo, otro inventario leonés, por extraña casualidad dejado

Vignau, en su Cartulario de Esl onza, que bajo el

original completo,

plumacium; de lana vero tapete

argenteam

scifum ereum

I,

sedilias in refictorium

calicem argenteum

sarem ereum

I,

I,

II,

II,

mensas

n.'XXV

cita ai final.

transcribe

Trátase de

crucem ercam 1.

I,

III.

coronam argenteam

Ítem vela

3 v.).

1,

altaris:

I,

galnapem

sacerdotalis: casullas de lino

II.

338

-

de sirico

II,

I,

I,

incen-

alhaialam

I.

Ex

Libros vero eglesiasticos: anliphonahist.

a

nac, Eslonza;

parts., n.° 3 bis.

cupa usque ad minima conca.»

Cubas o toneles formaban principalmente

-

capsam argenteam

candelabrum ereum

altaris: frontales

Sobrado; 962: «Vasa lignea usibus humanis apta f.

lectum

quattuor pulmatios. Scalam

et

ítem ex vasa

rium, comicum, manuale, orationum, precum». Arch.

(Su becerro,

sirico:

sua, conpendeales V, decios V, sellas scapulares V,

cupas

III,

autem domus ex

galnapem polimatam

cum conca

signum ereum

indumento quoque

(a)

que sólo

el

de dotación del monasterio de Boñar, por Gisvadoy Leuvina, de que se trató arriba

(pág. 162), y lleva fecha de 929: «Supellectile et

se colocarían sentados,

vajilla, las

una copia abreviada, menospreciando la carta

con espal-

más vulgares eran de madera, y alguna alusuministra un documento gallego (2); pero las consignadas

sión de ello

inédito por

sillas

esta serie.


ECLESIÁSTICAS

como dotación de iglesias eran generalmente de plata más preciosas, como lo seria el vidrio blanco y tallado atestiguan miniaturas carolingias y

costumbre conservar con

de Oriente. Según

Pentateuco de Ashburnham. fué de mesa colgadas de ca-

ostentaci(')n estas vasijas

menos que

denillas, ni m¿is ni

el

coronas y candelabros de

las

aun

y de materias

ya

las iglesias,

pieza por pieza, ya varias de las menores dentro de un recipiente. Las series

más

ricas

(ialicia

desde principios del

también son considerables y similares en

siglo X, pero

faltando en

numerosas consígnanse en

v

la

castellana; y

si

zas mencionadas, con tecnicismo bien diferente, por lo

quedan localizados

dental,

donde

los

regi'm leonesa,

pobreza

la

con ser casi exclusivamente de estaño y cobre

del país denunciase

Así

la

en Cataluña dase algo parecido,

común,

las pie-

del leonés.

foco oriental, de asimilación francesa, y

el

occi-

el

meridionales predominan, dando lugar a

influjos

serie de vasos y artefactos de

Preferentemente v bajo

la

comedor que siguen:

el

nombre de «servitium mense» agrúpase

un número determinado de piezas argénteas, que

se presentarían al prin-

cipio de la comida, y son:

Inferturias: Recipientes amplios, como bandejas, de

plata; escul-

suposto-

pidas y doradas, a veces. Llamábanlas también intromissios, rios, discos o naves, y

además hablase de un intermisium redondo

y plano, adornado con admirable labor y dorado (i). MissoRios o MENsoRios; Tacitas en que se ser\ían licores; algunas

mismo

veces cuéntanse dos, cuatro y hasta ocho en un solo dorado pesaba 30 sueldos,

(i)

ratum.»

Compostela;

—Sobrado;

uno, omnia

e.x

91

1:

probando que también

les

había grandes

«Intermisium rotundum palmiceum miro opere pictum

935: «In servitio de

vel líalas

argénteas X.»

1,

sulcieram argenteam

— Cclanova; 977; «Fíalas

— Sahagún; 98Ó; «Nave argéntea que cum suo servitio scmper abutimur.» — Vimaranes; 1008: «Servitium de mensa et

turia et trolion et

dúos coliares.»— León;

truiione argénteo

uno

(2)

uno

Sahagún;

salare et

1083;

1042; «Servitio de

uno disco argénteo

«Uno messorio cum suo

uno pigmentario

et

uno

exau-

I,

tarego.'»

339

et ferturia

i

mensa

salaret infer-

argéntea;

uno

culiares argénteas octo.»

servicio de

— Vimaranes;

lidos deaurato.»

mensa

alium

et inferturias

in nostra

auro perlucidas.»

salare argénteo

et

(2).

mensa; fixorium, inferturia, cocleares IIU, trolione

argento solidis XLIII, salarem argenteum

trullionem eburneum, pataras argénteas scultas

vez uno

lote; otra

mensa cum suas

io58; «1

culiares et

mensurio de

XXX

so-


PRESEAS CILIARES

COCLEARES: Cucharas de

O

torce juntas. Se consignan tanibitMi

diminLiliw)

el

número de dos

plata, en c

li

a ca-

liai celli^s (i)

v la

forma romanceada cugares.

Trlliones

o TRULios: Cazos o cucharones provistos de colador, para

servir manjares y escanciar

el

vino sin impurezas. Eran de plata y alguno

de marfil. Excepto una \ez que constan dos y otra cuatro, figurar

uno

lo

ordinario es

solo en cada inventario.

CiFo: Canuto para sorber: aparece nombrado uno de oro

Salares, sulcecas

o

sulcieras

pigmentarios: Eran

y

(2).

vasijas para

condimentos de mesa, como su nombre indica. De pigmentarios no hay sino dos citas algo tardías

(3),

aludiendo

la

primera de

un ejemplar

ellas a

esculpido y dorado, con 17 sueldos de peso.

Tarecos: Pequeñas conservas en salazón

vasijas, de oro y de plata,

que

dencia

se

conocen

moruna

presentaban

se

(4).

Tacaras- A una de oro las

donde

refiérese cierta alusión

tardía,

como

todas

probablemente cilindricos y de proce-

de estos vasos,

(5).

Frixorios: Debían ser recipientes para

el

asado; y pues consta uno

de plata, no se pondrían al fuego.

Tenaces: Serían

tenacillas para coger manjares,

según

cita

única

(6).

Los objetos siguientes aparecen inventariados con distinción respecto de

lo anterior.

ScALAS:

Eran escudillas de

plata,

con peso de

seis a treinta sueldos,

y en número de hasta ocho juntas. Estaban doradas a veces, esculpidas

(i)

Catedral de León; 847: «Scala argéntea, culiarccllos argénteos quatuor, trulione'

argénteo. (Esp. sagr.; (2)

auro

429). in

ihesaurum cum coclearios XII

cifo ex

ct trulios II.» (3)

Vimaranes; io58:

gún; 1083: véase

una

XXXIV,

Vimaranes; 959: «De servicio mcnse

la

nota

2

«1

de

pimcnteira scultile dcaurata continct solidos XVII.»

la

página anterior.

(4)

Sahagún, 1049 y 1083. León, 1073

(5)

León, 1073. Sahagún, 1083.

infertoria et (6)

truUione

San

cum

uno

salare et

— Saha-

V

— Sames,

1074:

«Duas

tagaras et

uno troliono

el

culiares.» (Arch. hist. nac.)

Isidro de León; 10Ó3: «Servicio de

mensa,

coclearibus X.»

340

id

est salare

inferturia tenaces


ECLESIÁSTICAS y aun con

el

nombre

del

donante; doce

Copos: Se asimilaban

esculpidos y aun dorados

oneario

tal

ton es serían nieladas quizá

como

a tres, y eran

(

i).

tazas cilindricas;

igualmente de plata,

cual vez; uno pesaba quince sueldos v otro

(2).

Platillos o tazas equivalentes. Cítanse

Fíalas o patabas:

mención

sas de plata: en otro caso sustituye su

como

i

scalas, quizá

las

número de uno

pero no figuran sino en

era lit

a

I

\()ces siníSnimas, v

también

se cita

a

dos france-

ordinaria de scalas,

la

una «scala argéntea pagel la». Su

peso resulta de doce v de quince sueldos, según un d(jcumento.

CoppAs: Tenían tapadera; eran de

generalmente dorada, excepto

plata,

algunas litones; no se consignan juntas arriba de cuatro; una pesaba sesenta sueldos; de otra consta que servía sobre

y

otra, esculpida

inferirse

el altar

en vez de cáliz

(3),

por dentro v fuera, pesaba 210 sueldos, de donde puede

un tamaño extraordinario

Ferratellas: Su vía. Estas otras vasijas

(4).

tipo originario seria

el

de

herrada, en uso toda-

la

eran pequeñas y cilindricas, citándose una de plata

y otra de azófar.

Calderas: Serían calderetas con MoioLos: Tres de

asa;

una de plata y

plata sobredorada

tres

más

se citan.

pónense juntos, y eran jarros

cilindricos para beber.

Cúcuma: Es

decir marmita, de plata.

Como

Vasos:

voz genérica abarca una porción de tipos de vasijas,

especialmente copas y copos de plata y

Recuérdense estos versos de Teodulfo, hablando de vasos argénteos dorados por

(i)

dentro y nielados

al

exterior:

«Pocula promittit quidam

exierius nigredo decorat,

logía lat.,

cum

Lugo; 998: «Scalas

«Coppo

nes; 1008:

scala

litoneario.»

color argenti sulphure lactus abil.» (Migne:

sculfitas deauratas

— Cartavio;

documento copiado

Lalín, en

(4)

Sahagún; donación rustico

toria pesante

pulchra daturum... inicriusque

Patro-

1076:

II,

alio

copo

sculfito.»

«Copo uno argénteo sculpto

— Vimarael

deauraio

una argéntea.»

(3)

teum quod

cum

se

io5, col. 2Hy.)

t.

Cat. de

(2)

et

preciosos y óptimos de cristal

que apellidaban yrak.es, eirakes, eyraclis

o vidrio blanco, coco, etc.,

aurum

los

del

arriba, pág. 327.

conde Gutier Adefonso;

sermone dicitur copa intus

ccx solidos, quod

in

io52:

et foris mirabiliter

quadragesime diebus sempcr

34'

«Unum

vasculum argcn-

sculptum

usi

cum

sua copcr-

fuimus pocula bibere.»


— PRESEAS O eirikales.

también algún vaso con imágenes y dorado

Cítase

Congas: Eran tazones, ya de

(i).

con pesos de 5o a 36 sueldos y a

plata,

veces doradas, ya iracas, y en un inventario aparecen hasta quince sin especificarse su materia.

urceolo o

Arroto.mas más, ya de

y otra

jarro,

o

Una conca argéntea figura con su correspondiente con su scifum o taza de bronce.

redomas: Es

tipo de vasijas conocido; eran irakés las

ya cúc urnas: otras, de plata dorada con dos asas, o bien

cristal

moruna

de bronce, y otra espanesca, es decir,

(2).

Cítanse hasta doce

una en Astorga, como veremos.

juntas, y se conserva

Navatellas: Consta una

además una navicella bizath:

iraké, y

serian recipientes alargados.

Palmares: Eran vasos

marium

irakés, y lo ratifica el citarse

también un pal-

cristallinum.

Portellas: Tenían

como

asas,

bandejas, y figuran entre vasos irakés.

Kana: Aparece una sola entre vasos irakés. En Cataluña regístranse

can natas o channadas, con tapadera de

estaño, y recuérdense también

nuestras cañas, vasos especiales para manzanilla.

Alcalla: Debe

ser jarro de arcilla, y es cita única de su especie en los

Con

inventarios conocidos.

tructa de cristallo

y otras vasijas preciosas menciónase una

ella

(3).

Soparías: Una dorada y otras bubalinas, más un dente elevan-

cornuas bubalinas, en Lugo, y corneas o inventarios leoneses, como vasos, haciendo creer que alu-

tino, figuran en Celanova;

cornia en den a

los

otros

de forma cónica para vino, imitando cuernos o de asta de buey

precisamente. Cítase además un vasito de una especie de calabazo, coco tal

vez, esculpido, con tapadera y decoración de piedras preciosas en ella (4).

fi)

Véanse estos inventarios, éntrelos citados arriba: Celanova, 942; Lugo, 998;

Lalín, 1019, y S. Isidro de León, 1063.

nac, ms. 18387, stallo

III,

una

f.

Vimaranes, 963:

cum

273

v.).

alcalla, «I

— Vimaranes,

una

— Samos, 1042:

«Vasos airages

tructa de cristallo.»

vaso immaginato

«Aredoma

et

988: «Octo vasos erakes obtimos.» (BibL

(Port.

111,

mon.

arrotomas XII, vasos de hist.,

n."

exaurato.» (Id., n.° LXVII).

índice de Sahagún,

(2)

Bóvata, 996:

(3)

Véase arriba: nota

(4)

Catedral de Lugo; 998: «Alio vásculo in specie de calaba90 sculphito

erea

cri-

CCCXXX).

I,

espanesca

I.»

n." 767.

i.

lapidibus.»

342

et

coopertoria


ECLESIÁSTICAS

Como

era

costumbre lavarse

las

manus inmediatamente

pués de comer, resulta natural que figuren con

aq

uaman iles,

aq ua fusiles o

aquemanibus

antes y des-

concos

frecuencia

entre las piezas de

y

come-

dor, hechos de

bronce fundido, de latón o de cobre, citándose concos

immaginatos.

o sea con figuras y, por último,

tinados también a lavarse

Aun suenan más

las

manos

ydrias o calderos,

(i).

vasijas, tal vez de cocina,

como

erea, un aceptre erreo, un mortalio o mortero de o pestello, arcas,

compendíales, escrituras de

dornas osea

una tazóla

son:

lat(')n

con su

mano

balneos y compingiales o que servían como medida de capacidad, según

vasijas

Sahagún

des-

artesas,

{2).

Para alumbrarse predominan referencias de ciriales de latón, especialmente uno en forma de caballo; infiérese que otro de cobre sería también

así,

pues

le

de dormitorio,

llaman caballello

cancistales o

(3):

candelabrum

con

una lucerna de

En miniaturas

cirios,

sobre

astil

en miniaturas, con sus cabezales altos, les cita,

como

del festín de Baltasar

y trípode.

Los lechos eran de madera torneada, según

de hierro se

latón, otra

castízales de br(jnce en parejas v dos

ceroferales de plata sobredorada. figura un

cítanse

los

les

vemos reproducidos

romanos: pero también

y análogamente lectos strados, baionolas, bis-

ternas y scannos o tarimas. Los más ricos lechos iban adornados de palleo, apreciándoseles en ciento v en doscientos sueldos. La lectuaria, liteira o su perlectile, o sea ropa de cama, ofrece

muchas

dificultades

para ser bien definida. Recuérdese que san Isidoro prescribía que

la

cama

de sus monjes había de componerse de estera, tapete, dos zaleas, manta,

(i)

Celanova; 938: «Concurrí immaginaium

V° cervo, concos immaginatos Vil.»

— S.

Juan de Vega; 951:

«Ydria herea (2)

I

— Valdeavita;

«Aquafusiles

II

et

cum 949:

sua ytria.»

«Conco

et

— Id.;

942: «Ydrias lili et

aquemanibus fundenii.»

suos proprios conccos».

— Oviedo;

1045:

pro aquemanibus.»

Villa Froliulfi; 910,

ras lectos intromissios scalas

donde

se

enumeran: «Cupos cubas

tulias

escamnos kadede-

conkas missorios conpingiales dornas balneos

et

omne

vasa.»

—Samos; 926: «ICatedras conpendiales concas messorios mensas intermisios dornas karros.» (Arch. nac; diplomas de Samos). — Boñar; 929: véase pág. 338. hist.

(3)

Catedral de Oviedo; 1045: «Ciriale similitudinem equiis quod est allatonis.»^

Catedral de León; looa: «Caballello éneo pro céreo portare ad mensa.»

343


PRESEAS tohalla? y dos

almohadas

(

En

).

I

el

sobrecama con envés de

ricos colchoneta,

de cielo ni colgaduras que cerrasen

nomenclatura de

la

CuLciTRAs

X

el

cama

a lo

como después

lecho,

usuales entre

que añadían

pieles y sábanas.

No hay

los

noticia

fué costumbre.

tales ropas:

cozEDRAs: Eran colchonetas o acaso jergones; habíalas

o

nombre árabe

de lino v otra es calificada de inferior con referencias son escasas: quizá no

Plumazos

ropas de

las

un cobertor y una almohada,

pobres eran un tapete,

He aquí

siglo

(2):

más que en

— addaní — Sus

tres inventarios.

Equivalen a colchones lujosos y almohadas, rellenos de

plumas acaso. Que eran

lo

primero pruébase por

el

hecho de usarse como

plumazos

de ka-

peza. plu mellas y fazales, que serían propiamente almohadas; y

a favor

voz equivalente pulvinaria, y que se citen con ellos

de

lo

segundo en lechos pobres valga

y capites en lugar de plumazos. Los

el

aparecer otras veces capitales

más

lujosos eran páleos, o sea de

tapicería quizá: otros, asargados; otros de lana,

yendo uno labrado

a colo-

de lienzo de lino y greciscos; algunos se califican de bisternales; con ellos van otros de cabeza palios fazerolios, y respecto de uno res: otros

Almohada

hácese constar su frunna.

que aparece en documento gallego de ÍA petes:

es

almuvadia distinción,

antemanos, como

acierte a saber la clase de tejido de seda

voz árabe querrá decir

es palabra tardía,

11 16.

Llámanse también, pero con

cales; suelen calificarse de

que yo

o

listado: otro iba

en

la

mantas

otras piezas de

que

mán-

y

cama,

ello significa,

delantera, pues se

sin

pero le

si

llama

de antelecto. Mantas, habíalas moriscas y facenzales.

GÁLNAPEs, GÉNABEs bis

la

manta velluda de lana

estudiamos otras eran

las

había palleas, tasadas ya en diez sueldos, ya en setenta:

antemanu

labradas, greciscas con

(1)

et

«Cuius stratus

y

antemanissime

franja y

erit storea et

31 V.; (3)

La forma degenerada pero quizá deba

A

ir

c

,

asargadas, de lana y de lino

mauriscas,

calificadas de óptimas (3).

stragulum, pellesque lanatae duae, galnabis quoque

facistergium geminisque ad capul pulvillus.» (2)

f.

En tiempos godos llamábase galnaque servía para cobertor. En el período que

O vÉNAPEs:

Regula,

hornazo aparece

bajo

el

cap.

14.

año 8óo en

a cargo del copista, en los comienzos

el

lumbo de Sobrado,

del siglo XIII.

propósito de los páleos, es notable esta cita de 1013: «Pallei superlectiles sirgo

veslilibus pretiosis.»

Port.

mon.

h ist., n.° ccxxn.

344


ECLESIÁSTICAS

Almuzallas: Equivalían

a las gálnapes y mantas, com<j

pero con ventaja en íinura y riqueza, aluiliendu a ellas arriba consignadas, probablemente.

de lino y bordadas

ciclatón,

anamat,

últimas citas

I'>an de paleo, séricas, greciscas, de

Tardíamente suelen apellidarse

moriscas.

palabra árabe no bien definida.

Sábanas: Parece seguro que país sino a ropas de mesa.

este

nombre no

se aplicaba en nuestro

Sus equivalentes de cama,

las

líneas o

nu-

úsanse pocas veces, pero un inventario consigna treinta; otras voces

las,

sin<')nímas árabes,

izares y almelehas hatanis, también aparecen por

excepción, e igualmente escasas son el

las

cubrecamas:

poco valor de estas

telas,

que no

ción, justificará

Allihafes

linteos de

las referencias a

lino;

mas

producto del país y usual materia de tributa-

se las inventariase

generalmente.

Eran colchas, paleas o

o alifafes:

greciscas, con su envés

de piel de marta o de ardilla; también, vulturinos, quizá labrados en espi-

como

ral,

ruedos, y h u be id es, acaso hechos en Ubeda. Serían análogos los i

fateles v atibachis, que aparecen descrít(js con términos equivalentes.

Librerías: El pulso intelectual de clero,

puede advertirse, en

su peculio

más

cierto

modo, mirando

costoso, tenida cuenta de que,

tecas indican mal, generalmente, el

contrario, en aquellos siglos era

un

título

de

la

las iglesias nuestras, es decir

un

Deuda hoy, que no

si

a los libros

en

lo

de su

que fueron

moderno

las biblio-

cultivo de espíritu del poseedor, al

libro cosa tan personal y preciosa

manos de quien

está sino en

se

como

gana su

explotación.

Desde luego no intentemos buscar pozos de ciencia en aquel su cultivo

como

ideal entraba en la

de piedad, meditación sobre

bios. Ejercicios

tudio profundo de trina,

según

la

norma de vida de

la

exégesis bíblica,

entendieron

los

los textos

como medio la fe

o

con más pasic'm y buena voluntad que

la

bien o mal traídos, que razonamientos; con

ritu

de crítica y

la

prez

como

Prudencio, y

la

para consolidar su doc-

corte de Cario

el

cristiano tla-

pluma en defensa de sus

arte:

tos,

En

sagrados y un es-

buen sentido

el

queaban, aquellos hombres cogían enardecidos

filosofía.

antiguos ceno-

Padres: a ello reduciríase. por lo general,

saber mozárabe. Únicamente cuando

ideales,

los

clero, ni

con más copia de tex-

más

Magno

letra

muerta que

espí-

espafioles se llevaban

expositores bíblicos, y al frente de ellos Claudio y Galindo allí

mismo

floreció nuestro

345

gran Teodulfo, moralista y delica-


PRESEAS disimo poeta. En Córdoba sabido es que

bismo, que en

lengua

el

X

siglo

literaria, la

mozárabes avivaron un rena-

los

cimiento de literatura clásica, movidos ante

la

inevitable absorción del ara-

de sus opresores; mas, andando

en condiciones de beber

como

triunfó al cabo, haciendo suya entonces,

la

ciencia griega que

el

el

tiempo,

nos puso

ello

romanismo desechara, y

erigirnos en maestros de filosofía y mística medieval, entre otros saberes,

respecto de Kuropa.

Antes de llegarse a des filósofos

esto, la inferioridad cristiana parecía tal a los

musulmanes

del siglo

XI que por

gran-

española

ellos la ciencia

indígena era considerada nula; y es que, siendo de cepa erudita v bíblica

en exclusivo, carecía de valor para quienes buscasen ideas puras aplicables a lo científico y lirismos arrancados a

pasión. Había, ciertamente, un

la

foco de arte y de belleza fecundísimo en las preces eclesiásticas, exuberan-

de

tes

con sencilla y tierna explosión de afectos, que darían su fruto

fe,

entre almas acondicionadas por una pureza interior:

mas

reducir inteligencias perturbadas por

la

el

hecho

social de

que

su purificación en

los unos,

ignorancia o

la

un nuevo sistema

removió aquellas conciencias, bajo

Providencia vigilante que llevaba castigos intencionado, ayudando

así,

la

las

al

idea de

ser la revolución predicada por los

como el

categoría social cristiana,

Evangelio. Es quizá

de Dios en cenobios y monasterios, a espaldas de

mundo

la

Cruzadas y contuvo, por una parte,

de hombres purificados por

el

doctrinal,

pecador y auxilios

emigración cenobítica, vigorizando

bien a costa de perderse,

cerrando

el siglo

X

al

más una bien

mediante un problema de intereses, a purifi-

hubo de

de Cluní, que arrastró a

por otra,

De aquí

aislamiento cenobítico, mientras otros progresarían

el

a tono con su barbarie,

civiles y,

barbarie.

por millares, buscaron durante

en bestialidad y rudeza, hasta tanto que,

car disipaciones. Tal

sin nervio para

la la

las

monjes guerras

sociedad,

si

casta antigua

Ciudad

el

apogeo de

la

sociedad militante y

la

antiguo, lo que hace misterioso e incomprensible casi

para nosotros aquel siglo X. Este esplritualismo de una parte de nuestros cristianos de entonces

aparece hoy bajo aspecto de rebajamiento rio

buscar en

el

«De contemptu mundi»

artística y sobre todo

e

acicates de progreso y actividad

monumental, cuando

vida. Gracias al fermento clásico, a

que 346

incapacidad; pues sería iluso-

el

el

«omnia vanitas» encauza

la

cristianismo no hizo por sus-


ECLESIÁSTICAS traerse, tras el

hubo

arte mientras la sociedad laica tu\o fuerza espiritual, y

pueblo educado alentó ideales nobles; pero

más y más,

llegó a perderse casi en el siglo

comarca obtuvo

este factor, debilitándose

para Occidente. Sólo una

cierto robustecimiento de vida, dentro del cristianismo,

que fué Andalucía, porque clásica,

X

mien-

dando por

la

educación árabe se implantó

mozárabe, infiltrado en

fruto este arte

la

allí

sobre

la

sociedad leo-

que vimos descaecer demasiado

nesa, gracias a inmigrantes de Andalucía, y

comprobando

pronto, a tenor que los cenobios se llenaban de penitentes,

no ser aquellos hombres, asqueados del mundo, sino mundanos ilustrados y piadosos sus fautores.

Sólo un arte precisaba mantener y aun fomentar en los cenobios, a

despecho de austeridades:

el

de

escritura, puesto que

la

los libros

eran

fuente de vida espiritual, y ejercicio imprescindible su lectura para elevarse hacia Dios mediante

el

rezo. Si los

monjes eran buenos,

a

una edu-

cación literaria, intensamente cristiana y piadosa, deberemos atribuirlo.

y ello explica

la

enorme cantidad de manuscritos que hubieron de produ-

cirse en los siglos

IX a XI. dado

número de

el

embargo, en su conjunto, de ninguna gran formar

por

juicio,

falta

mas aun con

conclusiones que deben acercarse a

que

Una (i)

R.

11. 18,

se

Spaniens,

apoyan

serie de libros,

95),

realidad, vista la concordancia de

la

llamados ecclesiasticos, era imprescindible,

el

del códice

fechado en 882 y que publicó últimamente Beer

pág. 37GJ. Júzgase por todos

el

reuniendo datos, llégase a

ello,

como el

alusivo a códice;

y aun lleva indicios de haber sido escrito, en su parte creerse que

podemos

(i).

Oviedo, donde en tiempo de Morales existía

la

Ovetense (Escorial:

(Handschriftenschátzc

biblioteca de

mas como

la

Catedral de

éste parece ser andaluz,

más moderna, por Eulogio,

bien pudiera

inventario en cuestión se refiere a algún monasterio de Córdoba. Los

inventarios algo importantes, complementarios de estos:

librería eclesiástica

Al frente de los inventarios conocidos figura f.

que aun subsisten. Sin

de inventarios, refiriéndose los conocidos a insti-

tuciones poco florecientes;

indicios sobre

lus

documentos

demás

referidos en la pág. 321

Armerecio; 867. San Salvador de Herías; 889. S. Pedro de Montes;

91 5.

,

son

Samos; 922.

Abeliare; 927. Celanova; 942. S. Juan de Vega; 951. Vimarancs; 959. Caaveiro; 96Ó? Lalin; loiQ. Catedral de

Como más intercalado en

León; 1073. Eslonza; 1099.

importante que

el te.vto

los

demás

ya impreso en

e inédito,

merece publicarse aqu!

pág. 326. Quizá se

la

andaluza, a juzgar por uno subsistente, y dice:

347

el

de Abeliare,

formó con libros de procedencia


PRESEAS más modestas, aunque no siempre

hasta en las fundaciones

muchos

completarla, y a ella corresponden

se

lograse

códices entre los conservados.

Trátase del ritual y oficiero toledanos o mozárabes, peculiares de España,

como por

es bien sabido, y fruto de la antiquísima evangelización acá traída

Varones apostólicos. Desde

los siete

consignan estos

libros,

el

siglo

pudiendo apreciarse un

IX muchos inventarios

cierto orden de agrupación,

que obedece verosímilmente a su empleo, antes de sistema de incorporación, lo

que probablemente

tal

Que contiene

pulpito o

que cerraba con un

las piezas

de canto melódico polí-

uno con voz cantante, junto

fono, desarrollado en tres coros: el

Su no-

siglo XI.

es esta:

Líber antiphonarum:

respondiendo, en

segunda mitad del

se realizó en la

menclatura primitiva

un nuevo

llegarse a

vez a ejemplo del misal y breviario romanos,

al altar; otro,

y un tercero, constituido por

atril,

el

pueblo,

«Gloria» cada antífona. La Catedral de León

triple

conserva un ejemplar insigne de este libro, inédito aún, y otro hay procedente de

la

CogoUa

(i).

Comprende

Líber orationl m:

aquí

la

por incorporación, texto

más completo

«Bibliotegam

rei.

Prosperi liber

nielis liber

I,

I,

et

códice famoso de Verona contiene su

corporibus divisam, Castrorum liber

regularum septem

vitas

patrum

Ezechielis liber

Eucerii. Liber Audacis Sergii.

uno corpore.

in

et ierontico in

Cronicorum

I.

corpore, expositum Zacharie liber

ter

De

I,

de

Catonis liber

et I.

Diversos libellos

Dracontili liber

I.

de efficienciam aqui vini

liber

(i)

diversorum

et

I,

et 1,

Expositum Da-

i.

laterculum in uno

epistoiis liber

Adelelmi

Audaci Sermi ac Ponpegii

I.

I.

alium de versibus precium

psalterios dúos,

I,

et prosa.

orationum

orarum

liber

libor

Liber

Simili-

I.

Eugenii

I.

I.

vel luvenalis.

Etimologiarum

Virginitatem sánete Marie liber I,

lohannis Hosau-

et

et

Marci

libros

II.

Prosopopeia

et

Liber epistolarum. 1,

ordinum

liber

1,

liber I.»

Los prólogos del códice leonés han sido impresos por Férotin, en su <^Liber

sacramen tor um», (a)

sententiarum

diversis sentenciis liber 1.

Libros quoque ecclesiasticos antiphonare liber

civitatis Dc¡, collacio-

Liber Virgili eneldos. Prudenti liber

et olei liber

comnigum unum, manuale

et

I,

Efrem

arte Donati et versos Alcirnii et

Alium collectum ex

domni Eugenii

unum.

libri III,

Beati

Claudiani liber

litteris iuris et

exaracium diversarum, librum antiqum

Liber Alcimi

no constar a veces,

(2).

in tribus

num, institulionum

libros se observa, y

Un

segundo.

el

oraciones anejas a las antífonas, y de

las

relación que entre ambos

col. 916.

Publicado por Bianchini:

Thomasii opera:

-

348

-

1741.


I'XLESIASTICAS LihER comicum: Se compilan en éste las lecciones litúrgicas, tomadas de

Hay

y evangelios.

los profetas, epístolas

subre un códice procedente de Silos

Seguramente

LiBEk máncale:

varios ejemplares, y está publicado

(i).

místico o missale, que

es el

regis-

traba las fórmulas litúrgicas para celebrar los santos misterios; y se llamaría

manual porque había de manejarlo

que ahora

se

usa, razón

tomus, disminuyendo

así

por su

la

que generalmente

volumen y

poco exacto, sobre un códice toledano Líber passionum: Solía ser tas

celebrante, sin

el

se

le

el atril

de altar

dividía en dos

peso. Está publicado con título

(2).

complemento

del anterior, conteniendo ac-

de mártires, aplicadas a sus respectivos oficios, y responde a un códice

de Cárdena, que ahora posee

Museo

el

Además de

Líber psalmorum o psalterium:

ticos

e

himnos.

P'ué

Británico. los

publicado separadamente dos veces por extranjeros,

sobre un códice toledano y sobre otro de Silos que está en Londres Líber ordinum: Al parecer formaba dos cuerpos;

episcopalium y

el otro,

obispos o pontifical, o

cán-

salmos, contenía

las

sacerdotali

u

m

,

el

ordinum

uno,

según contenían

(3).

el ritual

de

ceremonias sacramentales y demás aplicables a vida cristiana. Se conserva, aunque no

diversas circunstancias de

la

pleto, en dos códices de la

CogoUa y de

Silos,

que están publicados

com-

(4).

Líber horarum: Consígnase pocas veces, relativamente, en los inventarios,

quizá por

ir

englobado con

siguiente. Equivale al libro de horas,

el

diurnas y nocturnas, reasumiendo

el

contenido de varios entre

anteriores, hasta dar lugar al llamado breviario toledano, del

los libros

que abundan

ejemplares. Líber precum: Aparece con

rationes o

letanías,

mucha

frecuencia, y contiene las

oficio divino, y están publicadas

zárabes. Juntas con las

formando parte

horas aparecen en

comicus:

del misal y breviario

los libros

(i)

Morin: Liber

(2)

Férotin:

Le libcr mozarabicum sacrainen toru

(3)

Gilson:

Mozarabic Psalter:

Férotin:

al

mo-

de uso de Fernando

1

1893.

1905.

— Blume:

m 1912. Hymnodia

Además, nuestro Lorenzana, en su Breviarium gothicum. {j\)

mise-

generalmente en prosa rimada, correspondientes

Le líber ordinum:

1904.

349

:

gótica:

1897.


PRESEAS y de

reina Sancha, que conservan respectivamente

la

la

biblioteca uni-

versitaria de Santiago y la Real (i).

Líber sermonum: Para edificación de los

fieles, los libros

litúrgicos te-

nían dispuestas homilías o sermones, que se recitaban en las diversas fes-

tomando por modelo quizá

tividades,

de san Agustín, y se conservan

los

códices con ellos solos, no publicados totalmente, cuales son dos de Silos

en

el

museo

Británico, y otro toledano sobre los Evangelios.

Una segunda y es decir, la

sagrada Escritura, o Bibliotheca,

masia, según texto latino distinto del de

damente

demás

nado de Egipto; usaron de

la

él las iglesias

inventarios constan además,

teuco y

el

Vulgata, que hoy estudian ávi-

la

Eptático que,

africanas, y desde

mente

la

España transcen-

más venerable parece

como volúmenes

ser el

Cáven-

Penta-

sueltos, el

a los cinco libros de aquél, añadía los de Josué

y Jueces. Comprendíanse también exposiciones sobre

el

decían por antono-

evolución romana. Dicho texto créese dima-

dió a Irlanda. El ejemplar conservado

En

como

indicios, la antigüedad

independencia respecto de

se.

libros divinos,

los

y que revela, de acuerdo con nuestra peculiar remota de la Iglesia española y su

los especialistas,

liturgia y

forman

preferente categoría

de san Gregorio sobre

Expositum Ezechielis,

el libro

mismo, especial-

lo

de Job, que llamaban Moralia;

obra del mismo;

nimo: comentarios de san Agustín sobre

los

el

de Daniel, por san Jeró-

Evangelios;

siodoro sobre los Salmos, y otros de autor incierto. La

el libro

de Ca-

Explanatio

in

Apocalipsim, por Beato según se cree, no es citada sino una o dos veces, aunque de ella quedan tantos y tan ricos ejemplares, probando quizá ello

haberse propagado especialmente entre

Libros spirituales tores cristianos, fondo tín llevábase la prez,

el

o

laicos.

místicos llamaban en general

más nutrido délas

con sus obras

librerías eclesiásticas.

Véanse,

el

del

la

La suposición

del F. Tailhan,

referencia de ellas consignada en

epístolas (2).

Meyer, de Golinga, comenzado

mozarabischen liturgie»,

mismo, sobre nuestra poesía rítmica (2)

en

W.

estudio especial de

en 1914, sobre «Die Preces der

San Agus-

De Trinitate, De Civitate

Enchiridion, Quaistiones, Sermones y algunas

(1)

a los de doc-

Dei,

Hay

a publicar

y folletos anteriores,

cristiana.

proponiendo que el

se lea

Probam en vez de Probum,

catálogo ovetense de 882, es perfectamente exacta,

3^0


ECLESIÁSTICAS

rónimo, aparte

comentarios

los.

por san Ambrosio; de san Je-

los arríanos,

un ejemplar del tratado contra

De

bíblicos, están el libro

víris illustrí-

bus y epístolas; cítase además bajo su nombre un tratado De predestinatione et libértate arbitrii, que no consta escribiese (i). Sin especicatalóganse obras de san Juan Crisóstomo (Hosaurei), san

ficar títulos,

Efrem, Claudiano, san Próspero, san Fulgencio, Junilio, priano se atribuye un libro titulado española, según se cree

erudition

u

m

(2);

tiones V De octo viti

dan

Gregorio

ticon

is

,

san Ci-

bien obra

de Eucerio se conservan epístolas y

el

Líber

seniorum, Institu-

y de Smaragdo, que murió en

820,

aun abun-

Benito y homilías. Por último, san

a la regla de san

comentario

el

Cenam nubtiarum, más

de Juan Cassiano, lasCollationcs

;

A

etc.

Magno aparece muy estimado, con los Dialoga o GeronPastoral y Homiliai, a más de sus Sententiac, compiladas

el

(3),

por nuestro Tajón.

Entre

los

españoles descuella,

como

es natural,

san Isidoro, con sus

Etymologiae, Sententiae, Synonima, Genera officiorum. Regula,

Chronica, DifterentÍLe, De natura rerum. De viris

bus. Epistolae,

etc.

comentario sobre tín

el

De Apringio hay

citas,

que seguramente aluden a su

Apocalipsis, hoy perdido.

Dumiense y Fructuoso iban inventariadas

De san Leandro, san las respectivas

Valerio y Braulio, sus cartas y biografías; de Juliano,

futuri

temporis; de Eugenio,

opúsculo

De virginitate sanctai María;, uno

.Mar-

Reglas; de

Prognosticon

el

Epitameron, y de

el

illustri-

de los que

Ildefonso,

más

se

el

copia-

ron seguramente.

pues

así dice el original.

Kn cambio,

lationes de Boecio, donde hay

es inadmisible

Más que

Moyen

aluda a

se

artis

las

Conso-

grammatice. (Les 303: en las

Nou-

a los conocidos libros de san Agustín, acércase este título al de

Hinc-

bibliothéques espagnoles du Haut

veaux mélanges, (i)

entender que

Liber conlationum

escrito:

por Cahler,

maro: «De praedestinatione Dei

tomo

age; págs. 302 y

IV).

et libero arbitrio»,

dedicado a Carlos

controversia suscitada en Francia sobre estas cuestiones en

el

el

Calvo. Sabida es

la

siglo IX, recrudeciendo las

teorías pelagianas.

la

(2)

Tailhan: lugar citado; pág. 302, nota

(3)

Este dualismo de

idea de Berganza,

nombres consta en

que atribuye

el

segundo

-

6.* el

códice de Urgel, fechado en 938, contra

título a

35i

-

un conjunto de

reglas monásticas.


PRESEAS De españoles posteriores

invasión árabe no se

a la

cita,

en cuanto

conozco de inventarios, sino a Elipandu una vez; por otra parte, siendo regla general

que

las

obras de este período nos sean conocidas merced

a ejemplares únicos en letra mozárabe,

mismo una

sión, y por lo

total

queda probada su escasa difu-

pérdida verosímil de muchos escritos.

Entre obras anónimas y colecciones,

Vitas patrum. referente

Forum iudicum

llamado

más

repetida es una serie de

monjes orientales; también abundaban

a

Líber Canon um, compilación de legal

la

o

actas conciliares y decretales;

Líber goticum; y

(i).

mática, citándose especialmente

Hay un el

las

difíciles

de

libro de geometría; otros de gra-

Arte de Donato; además, obras de un

Pómpelo y un Audax, que pueden suponerse de historias, aparecen

texto

glosarios latinos,

de que aun subsisten varios ejemplares. Otras citas son más reconocer o incomprensibles

el

el

de Orosio y

mismo

del

la Eclesiástica

género. Respecto

por Eusebio y Rufino,

Laterculum, quizá referente al cómputo pascual. Opuscula poetarum constan separadamente en el inventario de 882, y a este mismo género pertenecen los más de los libros llevados por

y dos veces un

Eulogio a Córdoba gilio, las sátiras

(2).

De

de Horacio,

las

de Juvenal, algo de Marco Catón, sus dís-

morales seguramente: de Ovidio, quizá

ticos

Eneida de Vir-

alto clasicismo figuran tan sólo la

las epístolas,

tario sobre Porfirio, único libro de carácter filosófico,

y algún comen-

y correspondiente

a los de Eulogio.

De bajos tiempos y especialmente himnos,

etc.

cristianos se consignan poemas,

de Avieno, Juvenco, Prudencio y Draconcio, españoles; de

Alcimo, Venancio Fortunato y Coripo, de san Eugenio

Aldhelmo, obispo sajón, que murió ya entrado

mos

el

siglo

el

VIH. Como anóni-

figuran los panegíricos en loor de Atanasio y Justino

radores del siglo VI, y obra de Coripo

En

el

peia.

joven,

empe-

otros países los libros fueron haciéndose viejos y renovándose pau-

Tales, las siguientes:

De efficicnciam aqui

(Eneida.''). (2)

el

segundo.

latinamente, sin crisis de invalidación. España, por

(i)

toledano, y de

Casirorum

líber

De

I.

vini et olci liber

1.

el

contrario, vio

litteris

iuris.

un

Prosopo-

Igerarium gerie. Troyano

Librum Hierem. España

sagr.,

t.

X, pág. 55o.— Simonct: Hisl.

3^2

de los mozárabes,

pág. 346.


pxlesiastií:\s

día su antigüedaí-l atropellada:

puestos en tela de juicio

dad reconocida para

enamora por su sa;

y

como

como

iibrai'Kjs

sus Icxlos saiiUjs, su

\ i(')

heréticos, sin

que

de pr(jscripción

:

valiese lue^o \i<')

nitidez v clai'idad, suplantada por

inevitable postergación,

como en Córdoba

el

como

el

anatema de

difíciles

de leer

romanismo no cayó

los

si

la

bien aníjnimo, que

la

modernistas ya con cabo. Pero así

tampoco dejó de ofre-

tomar en cuenta glorias

al

Era nueva, filosofando

la

historia de Alfonso VI en latín salustiano,

quizá su obra,

los libros \'iejos

sin generosa protesta y revulsi-

nacionales merecidas, sabia ponerse a tono con

sobre

inmuni-

francesa, tan confu-

e inútiles al

vos, ante Alvaro y Eulogio, así la invasión galicana

cernos un contradictor,

la

su escritura, que hoy

la

consecuencia, de ^olpc. a fines del siglo XI,

todos cayeron en desuso, ya bajo

su rezo

lilupf^ia,

loque hace merecedora

crónica llamada Silense, de un primer puesto en los

albores del Renacimiento clásico europeo. Este hecho de

mozárabe

la

renovación de bibliotecas españolas tras del período

trajo consigo, ciertamente, la

en cambio, también rejuveneció

cammo

el

pérdida de

mucho

espíritu nacional, permitiéndole abrirse

libremente hacia donde su genialidad anticlásica

antiguo: mas,

3^3

le

llevara.



XI

MUSEO MOZÁRABE LA

suma

escasez de

mueblaje y enseres

que estudiamos

siglos

correspondientes a los

consigo dificultades de clasificación

lleva

grandes, hasta dejarnos en último término dudosos sobre tación a que algunas piezas obedecieron; porque hay grupos,

por ejemplo, en que ignorándose aún a titulo de

la fase

una

orien-

orfebrería,

andaluza, rechazar o incluir

mozarabismo ejemplares de Asturias no puede

decidirse: y tocante a códices

la

la

sin

temeridad

cierta cuantía de influjos transpirenai-

cos probables y de supervivencias obliga a categorías y distingos, cuvo

examen no adoptado

es

es propio de esta reseña general

de cerrar

las

que bosquejamos. El

aportaciones bajo Fernando

I,

este reinado corrientes de arte nuevas; limitar el estudio

ralidades, puesto

que sobre

con cierta amplitud se

los

impone, preparando

criterio

por decidirse en

de códices a gene-

prepara otro libro especial, y admitir cristiano, cuya agrupación

ellos se

demás enseres de uso así

su estudio de conjunto, por hacer aún.

CÓDICES La

sustituc¡<)n en ellos del

novedad generalizada en

alfabeto uncial por

los paises

pueda saberse de dónde partió •

latinos hacia

la iniciativa.

-

355

-

el

el

minúsculo

siglo Vil!, sin

fué

que

Los motivos y precedentes


MUSEO MOZÁRABE aparecen claros:

escritura uncial y la seniiuncial eran corpulentas, y

la

exigían para trazarse gran parsimonia y habilidad; frente a ellas, desde los

tiempos clásicos, usábase para documentos sueltos otra escritura sim-

plificada y de rápida ejecución, la

cursiva, que aun eñ

para consignar a veces notas, efemérides,

ahorrando tiempo y

fatiga,

etc., sin

los

códices servia

pretensiones caligráficas,

pero con menoscabo del arte que en

ción de libros venia observándose. Hacer clara y artística

poniéndola en condiciones de suplantar

la letra

cursiva,

pudo

alfabeto semiuncial,

al

confec-

la

ser

ocurrencia de un solo hombre: aunque, una vez reconocidas sus ventajas, la

difusión del sistema

Además,

rapidez.

por

los

escritorios

occidentales lograríase con

similitud en sus orígenes de todas las escrituras

la

minúsculas, que luego se diversificaron por regiones, da indicios de probabilidad a

la

hipótesis susodicha.

En España quizá su desgarbo,

más que nada,

distingue los códices de tipo uncial,

su anticlasicismo,

en

forma que

el

tránsito al

nuevo

más bien un avance

sistema no representa dejación de principios, sino

cumplido: y en realidad entre códices semiunciales nuestros, como

Fuero Juzgo del Vaticano y rios al

Génesis de Autún

Ni precisa quizá buscar

romana

cursiva

la

el

de Berlín, y

el

minúsculo de

los

el

comenta-

variación es apenas sensible a primera vista.

lejos los factores

de

evolución, puesto que

tal

la

española, según documentos inéditos, difiere apenas de

nuestra minúscula primitiva. Respecto de fechas,

la lista

de diócesis del

códice Ovetense misceláneo, escrita antes de 779, ofrece una escritura

minúscula

casi pura: luego, el

actas del concilio de

ya cambios hasta

Fuero Juzgo de Colbert, de hacia 828, y

Córdoba de 839 acusan

el siglo

fijación de tipo,

X, cuando dentro de

destacarse varias escuelas caligráficas. Entre las

la

las

no habiendo

Península comienzan a

demás

piezas de escritura

mozárabe primitiva descuellan unos fragmentos poéticos de Juvenco y Eugenio en

la

Catedral de León, otro isidoriano en

la

de Barcelona,

el

códice

de Albi, los fragmentos del Fuero Juzgo de RipoU y varias Etimologías.

Desde resulta

el

muy

punto de

pobre:

el

vista artístico este

primer grupo de

tipo de letra es descuidado, sin claro-oscuro ni

precisión de trazos; en los epígrafes suele conservarse el

mayúsculo en

códices

las capitales

y

títulos,

el

alfabeto uncial, y

pero con variaciones que, fijadas

sobre todo en Andalucía, llegaron a constituir un bello tipo epigráfico en

356


CÓDICES el

mozárabes más

siglo X, y es de las características

fijas.

Suelen darse

acom-

páginas enteras en escritura cursiva, y también glosas marginales,

pañadas

de otras árabes. Por vía de

a veces

adorno

llevan ciertas orlas

\'

sobre todo iniciales con hojitas, trenzas de dos ramales y otros temas sencillos, a colores vivos,

predominando

laberintos, en códices procedentes de

volumen

lleva

esta

los

siglos IX y

X

el

como

simultáneamente en

el

santo monje de Córdoba.

hay diferencias IX

libros y literatura nuestros. El

tanto mozárabes

Magno,

escritos al parecer en Toledo, y

deprecación del escriba: «Eulogii mementote

peccatoris», acaso puesta por

Entre

biblioteca de Alfonso el

la

que dicen «Adefonsi principis librum», otro

Hay

pajizo, verde y rojo de minio.

leonesas,

es

fecundo en

muy la

profundas tocante a

producción de obras,

con cierto valor y de varios géneros:

arte de los códices

no hay ejemplar que merezca

señalarse por refinamiento alguno. El siglo X, en cambio, dio escasísimo fruto literario: las relaciones martiriales de Argéntea y de Pelayo,

Sebastián,

primeros anales Castellanos,

los

cuantos epígrafes, todo ello de

muy

la

seudo-

el

unos

crónica Iriense y

escaso valor y latinidad bárbara; pero

en códices desde un principio se desarrollan perfeccionamientos caligrá-

de iluminaciones, materiales más selectos y un arte similar

ficos, lujo

de

los libros coptos, siriacos

rios

en

al

y bizantinos. Además, los testimonios litera-

de arabización cristiana crecen, ya con glosas de los códices, aun

la

zona

libre,

bes andaluces

como sabemos; ya

la

llegando a ser literaria entre mozára-

lengua de sus opresores, de suerte que Recemundo,

el

obispo, redactó en ella sus tratados de astronomía; Juan, metropolitano

de Sevilla, tradujo los textos

al

árabe

la

Sagrada Escritura, y otro tanto

canónicos, según ejemplar conservado.

nadie entendía

con

entre piezas latinas

influjo de la métrica árabe, y luego

Toledo

características árabes sus notarías, hasta tiempos en

que ya

algunos epitafios descubren

mantuvo bajo

Aun

se hizo

tal

el

lenguaje. Concretando a nuestros

códices mozárabes,

y dentro de una uniformidad perfectamente definida, échanse de ver en siglo

X

el

escuelas y tendencias varias, que responderán a diversidad de

escritorios y a evoluciones sucesivas,

aunque por

faltarnos datos

quede

oscuro este punto. Efectivamente, junto a una obra purista, pero de

extremada sencillez y con dejos carolingios que no prevalecieron, como Biblia Cávense, obra de Danila,

tenemos

-

3^7

-

la

Biblia

la

segunda Complutense,


MUSEO MOZÁRABE ampliamente decorada

(Figs.

189 y

190),

mérito principal está en sus ilustraciones,

aludiendo a

y luego

la

como ya eñ las

Hispalense, cuyo otro lugar se dijo

de tipo arquitectónico

Esta Biblia, vinculada en

la

(i).

Catedral

de Sevilla por cierto obispo, en 988, y escrita

pocos decenios antes, da idea de cia

a

la

la

tenden-

andaluza, impregnada de orientalismo, par que en técnica de pintura sigue

los

exquisitos procedimientos de aguazo bizantinos, cuales

no vuelven a reconocerse en

obra alguna española. Pero

lo

más notable

son sus representaciones: abundan aves y peces con estilizaciones rítmicas, a tenor de

un sentido propiamente fica

incluirse

el

árabe (Fig.

que ya en

191),

una

oriental,

(2).

rati-

y es tema representativo

se analizó a propósito

Escalada

como

vez aclaraciones en

Más

de relieves

valor alcanzan tres

humanas simplemente dibujadas, retratando a los profetas Naum, Miceas y Zacarías (Lám. XXVI): el uno, sentado de figuras

frente sobre cojines, con las piernas cruza\

^^'fl'il '^

con ropaje

talar,

todo finamente rayado, barba y toca;

el ter-

das;

el

segundo, de

pie,

cero, en silla de tijera, lles

con amplios zaragüe-

y zapatos, en actitud de escribir con

la

zurda sobre un tablero, teniendo delante un artefacto desconocido y maceta con ramaje;

una especie de aureola rodea

Figs. 189 y 190. Iniciales de la Biblia

mos ción estos dibujos llevan

y desapego a

la

tal

profetas.

Dentro de su bárbara incorrec-

aire de realismo, sinceridad, fuerza, expresión

iconografía tradicional que nos dan impresión de algo

(i)

Véanse: pág.

(3)

Fág.

1

a los dos últi-

Complutense

8, fig.

i

y lám.

I.

56.

358


CÓDICES fuerte y sano en aquella sociedad

mozárabe

procedencia desconocida, aquél donde dolientes al pie de

la

cruz, aludidas arriba y

más terriblemente bárba-

ras aún. agrega tres dibujos marginales, ajenos al texto,

bebedores (Figs. 192 a

uno en

194): el

gran turbante y breves zaragüelles; .sentados sobre

mas

(i).

Una

pie,

que representan

con jarro y copa en sus manos,

los otros,

almohadones, empinando redo-

inspiración absoluta del natural atractivo a estos dibujos, que

mayor

presta

Otro libro, de

del siglo X.

están las figuras de iMaria y Juan

ratifican el juicio arriba emitido sobre la Bi-

independencia, su evoca-

blia Hispalense: su

ción

naturalista,

su

finura

de percepción,

Lo ignoramos todo

bases de arte verdadero.

respecto de pintura durante

el

mas

Califato,

quizá estas pequeñas obras den una tenue idea de su carácter.

La

muy

es

serie de

libros toledanos

parecer

comprende uno concluido

copiosa:

en 902 para

al

Fig. 191. Dibujo de

la iJiblía

Hispalense

abad Trasamundo, por Ar-

el

mentario, «regnantedomno Adefonsum princeps», y otro en cuyo explicit el

presbítero Isidoro consigna que lo escribió para

en 938, «regnante Habderrahmen regni eius XXVII"°, luna

Muhammed

filio

la

abadesa Gundissa.

nepos Habdalla, anni

quod arabice nunccupatur Almuharram»; y

prosiguen nombres de escribas y aun fechas. Todos estos libros son de

así

letra

descuidada y arcaizante, pero hecha con gran soltura: su parte decorativa parece de tipo siriaco o armenio; tiene policromía viva a rojo, amarillo,

yen, a

verde y rara vez azul, sobre perfiles de

más de adornos

vegetales,

preferentemente con animales bras(Figs. 195 a 197) (i)

scintillae

y

el

Academia de

tinta,

es

el

presumible

acuarela* con

y

la

— liebre,

— y personas, en

gallo,

pavón, cigüeña, peces, cule-

grupos y actitudes apropiados a su

Historia: cod. n" 26. Contiene, entre otras cosas,

147, al principiar lo

inferir

que de

allí

constitu-

trenzas, etc., letras capitales formadas

scripturarum * por .\lvaro de Córdoba. Dichos dibujos van en

del Calvario en

Cárdena

la

la

el

«Libellus

los folios i5i a iS^

de Alvaro. Por semejanza con otros códices de vino;

mas por encima

andaluz.

3^9

está

el

atribuirle origen


MUSEO MOZÁRABE papel de letras, salvo alguna representación

san Ambrosio bendiciendo, puesta

y

fig.

198): otra

más

al frente

digna,

como

figura de

la

CXXVII,

de su vida (Lám.

de Santiago, un dibujo de Balaam detenido por

un santo predicando,

etc.

Pero estas insignificantes obras,

el

ángel,

rudas,

sin

nervio y hasta sin gracia generalmente, y en las que apenas vale sino nota de color, denuncian tanta frescura de invención

como

las

andaluzas

en que debieron inspirarse, mas sin su arte ni eficacia representativa; y

peor fué que sobre esta escuela se organizó

Figs.

\->

la

lo

leonesa, heredando así su

192 a 194. Dibujos marginales en un códice andaluz

¿^

rebajamiento. Libros litúrgicos abundan especialmente en

dana, gracias

la

al

mantenimiento aquí

del rito español, pero

la

serie tole-

degenerando

siempre y sin evolucionar.

Los códices de

la

zona libre en una gran

parte no son fáciles de

distinguir de los anteriores propiamente mozárabes, constituyendo ello

uno de informó

los

más

claros

argumentos de

la

acción meridional sobre que se

este periodo. Artísticamente los aludidos son

muy

pobres: esca-

sean en figuras, sobre todo humanas, y su ornamentación carece de originalidad, girando sobre elementos de extracción compleja. esta serie la Biblia de

San Millán por

3*>^

la

Descuella en

exuberancia decorativa de sus


CÓDICES arquerías, correspondientes al canon de Eusebio; pues en lo

demás

es sen-

cillísima.

Destacándose entre

gresivos, que

arranca de un libro de

Biblia de

la

la

grupos más pro1^1

primero

Catedral de León, escrito hacia 910 por Tattilano

letras decorativas

mozárabe mayúsculo la

de imitación hay

caracterizan por sus avances caligráficos.

se

pulcramente, con

los códices

de animales y epígrafes en que

se desvirtúa por influjos clásicos extraños.

Catedral misma, fechada en 920, donde

el

el

tipo

Sigúele

diácono Juan

explayóse trazando una serie de piezas decorativas extremadamente bárbaras, pero sujetas a

un canon

gs.

zado a

listas

1

estético especialísimo, en

95 a 197. Iniciíles de

c(.

que entra

el

mati-

dices toledanos

de vivos colores, sobresaliendo

asi

gelistas y cuatro escenas evangélicas, estilizadas a

alegorías de los

modo

Evan-

caligráfico y sólo

reconocibles en virtud de sus correspondientes letreros (Lám.

CXXVlll),

junto a las cuales resultan obras maestras los dibujos andaluces arriba presentados.

Mas aun

ciones en

códice canónico del abad Superio, no obstante su excelencia

en

la

el

les

ganan en perversión de diseño otras representa-

parte decorativa y colorido.

como evolución del anterior y propiamente castellano, avanza más en elegancia de caligrafía, en romanismo de sus

Otro grupo, al parecer,

mayúsculas y en un amplio concepto de todo.

Corresponde

a

él

las ilustraciones pictóricas,

sobre

una gran cantidad de códices, que ejercieron

influjo sobre las otras escuelas, absorbiéndolas casi al

Su fautor más

(in.

conocido, y desde luego príncipe de nuestra caligrafía, es Florencio,

monje de Baleránica, que nos dejó una primera obra en

— 46

3Ó1

el

el

Smaragdo de


MUSEO MOZÁRABE Córdoba,

que dedicó

sin fecha,

mismo de fué

presbítero Abogalebh, calificándose a

podamos

peregrino, es decir, extranjero, sin que

cosa sobre ello sino

mismo

al

el

orientalismo de su

rematada en 946,

estilo.

inferir otra

Una segunda obra

donde aparecen figuras humanas y

tardío influjo carolingio hubiese llegado a

él

del

capitales

como

de lazos curvos exquisitamente bellas,

un

si

entonces

(Lám. CXXXIX). Otro

Maio serie

o

artista disputa a

Magio,

el

Florencio prioridad, y es

inventor probable de

de códices de Beato, puesto que

fechado en 926,

la

suyo

el

parecer, y sus discípulos

al

ingente

le

ron fielmente. Él resulta influido también y

está

imita-

más

a

ciegas por lo carolingio, con sus capitales de lazos

curvos rematando sierpe, su pintar

'in^^

con

frecuencia

densamente

produciendo

sí,

tonos empastados y sombríos; v sobre todo

códice toledano

de

aguazo, con mezcla

al

de blanco y de otros colores entre

Fig. 198. Figura de un

en cabezas

él

parece

humanamente con más atrevimiento

haberse lanzado primero a interpretar al

hombre,

componer escenas

a

que habilidad, y a

fijar

ilustrativas del texto

por último aquel tipo de personajes terribles, con

mirar torcido y loco, saltándose de sus órbitas concierta con

los ojos,

y que sin embargo

Miceas hispalense. Los datos de cartografía medieval,

el

arquitectura, indumentaria y mueblaje de todo género aportados por estas

representaciones

las

hacen sumamente valiosas (Láms. LXXVIII,

CXXX

y CXXXI). Dentro de

la

escuela que .Magio y Florencio creasen descuellan

códice canónico Albeldense, concluido en 976, con figuras de aspecto bizantino, y

el

Emilianense concluido en 993, como ya

con otros libros de igual procedencia y de

Silos,

el

más

se dijo, que, junto

acusan un recrudeci-

miento de barbarie indígena y de orientalismo, siendo de notar su preferencia por tonalidades exclusivamente azules y pajizas en

(Lám.

CXXXI

El siglo

y

XI

fig.

coloración

199).

arroja un lapso estéril, de

registra libro alguno,

la

1009 a

y luego apenas descubre sino

1039, en el

rutinas anteriores, aun dándose códices tan espléndidos

362

que no

se

sobrevivir de las

como

el

Beato de


CÓDICES Fernando

hasta que los ¡nfluj(;s del arte románico, o postcarolingio

I,

bien, hacen su aparición verj^un/ante en

tado por Frictoso en io55, en en

los

Breviario de Fernando

el

Beatos de

Osma

más pin-

I,

(108G) y Silos (1109?), y

Penitencial de iio5.

el

Aparte

existen varios códices de letra mozárabe, algo singular

ello,

por su predominio de trazos verticales rectos, y con mayúsculas y capi-

sobriamente adornadas según patrón carolingio

tales

:

son probablemente

muy la

antiguos y producto de región levantina, puesto

que uno de

mandó

consta

ellos

hacer un obispo

le

Ma-

galonense. La Biblia de San

Juan de

la

Peña, conservando

a'"^^^^ Jvm

aún arcos de herradura y letra mozárabe, es románica va en sus

adornos;

libro

de

y

último

el

con

español

tipo

fecha conocida parece ser

el

Becerro de Sahagún, que al-

canza a

1

1

10,

mientras aqui

mismo se expidieron diplomas reales en letra francesa desde 1080.

Los códices mozárabes, aparte

su

interés

artístico, Fig. 19Q.

llevan consigo la

el

paleografía

siglo XII, y

con

un códice de

Inicial de

la

árabe, ello

desconocida

cifras

por

numerales

conductos antes

otros

del

IX,

tal

vez las

guas conocidas. También hay escritura hebrea y griega glosas; la

abundan

frases latinas transcritas en

epigrafía cristiana de

no siempre

Cogolla

que ofrece

legible. El

más

del

anti-

en algunas

mayúsculas griegas, como en

Roma, y además una escritura criptográfica, valor de las glosas castellanas de dos códices

ya se advirtió en su lugar. Otro punto de estudio es

la

notación musi-

cal para canto, en neumas, rebelde hasta hoy a ser interpretada: su fase

primera, de gran sencillez, obsérvase en

363

el

canto de

la sibila

Eritrea. según


MUSEO MOZÁRABE lo

transcribe san Agustín, en un códice levantino: asimismo, en algunos

versos del códice de Azagra; pero sobre todo, en

sobre textos de

como

iglesia,

Pasión y del Bautismo, que habían de cantarse en

la

acreditan los registros marginales que este libro lleva.

otra fase avanzada son

con

la

mas

muchos

los

modelos en

escrito por

Dominico,

y sustituida pur

la

lleva en parte

francesa, de

melodía, cosa poco verosímil,

De

la la

libros de rezo toledanos (i),

particularidad de que algún códice de

Manual

Biblia de San Millán,

la

la

CogoUa

el

(2),

precioso

raspada su notación de neu-

modo que

no

a la par

si

se varió

de

podría servir de clave para descifrar

ello

nuestra música.

Todos fino

los códices

como

vitela en

mozárabes están

escritos en

algunos del siglo XI, y no son raros

palimpsestos, en parte no descifrados aún.

de Silos, de hacia pio,

la

pergamino,

Como

resto,

que

de

excepción dase un libro

está sobre

al

princi-

pergamino, y será

el

un antiguo catálogo como «misal toledano de pergamino de

descrito en

trapo». Respecto de

encuademaciones,

las

conservadas son de tablas

gruesas, no siempre revestidas de badana: pero quizá las sas,

los casos

mitad del siglo XI, con 38 hojas de papel

cuva escritura no varía del

casi tan

hubo más

lujo-

ya que ciertas miniaturas reproducen tapas de libros cubiertas de

entrelazados.

INSCRIPCIONES De

la

caracteres

zona septentrional quedan presentadas

más

visibles: adelante se copiarán las de objetos eclesiásticos;

pero todavía faltan otras, epitafios generalmente, afectas

aun en Asturias y rarlas, las

Galicia,

tipo

el

inscripciones participasen de

No

así

(1)

Juan

(2)

N." 50, en

F.

al

mismo

él

mozárabe de escritura

más

o

menos por

corriente,

Riaño: Early

Spanish Music.

Academia de

Historia.

la

3^

que

entero.

de tierras meridionales, pues ellas revelan, a

la

influjo,

que no enseñan bastante para merecer enume-

siendo natural, dado

las

que ostentan

las

falta

de


INSCRIPCIONKS edificios y

mejor aún que

de allá pose}'eron durante

los cristianos

monumental que

potencialidad

los Cí^dices, la

el

siglo

X

y comienzos del XI,

con más siendo generalmente obras de arte selectas y de una originalidad absoluta. Sin embargo, no es del caso sino enumerarlas, puesto que su publicación dignamente será objeto de un futuro estudio especial.

por orden de fechas

Van

:

852 a 886. Epígrafe incompleto de Floresindus, «regnante

met regem sarracenorum»

Mam-

(Fig. 200). Descubierto en Trevélez (Alpujarra:

Granada) hacia 1867. en

Existe

arqueológico nal

(n.*'

.^

Museo

el

nacioSe

16622).

consigna en letra mayúscula,

con

resa-

bio seminucial en las eses, y

van rudamente

picados a golpes sus trazos en

una

losa de

negra

pizarra 923.

(

i

)•

Fig. aoo. Inscripción de Floresindo

Epitafio de

Eugenia, mártir desconocida, redactado en

catorce versos acrósticos.

^^ quedan

Se descubrió junto a Córdoba, en 1544.

925. Epitafio métrico, de igual amplitud que

diente a

lohannes Eximius,

Atanaildo, natural del

hijo de

campo de

el

él (2).

anterior, correspon-

Sindemiro y nieto del gran varón

Beacia y

casa de Córdoba, grabado en tablero de

sino dibujos de

alumno ortodoxo.

mármol blanco

Existe en una

(3).

rimado del presbítero y abad Daniel, descubierto hacia en término de Adamuz (Córdoba) y aquí conservado. Es una losa de

930. Epitafio 191

1

mármol, con

orla de relieve figurando

tamente como en

el epitafio

un ondulado

tallo

con hojas, exac-

de Cipriano abajo reproducido

(4).

(i)

Hübner: Inscriptiones Mispaniae christianae; n.°454.

(2)

Id., id.; n." aao.

(3)

simil de (4)

Id.,

id.;

n." 455.

— Simonet:

llist.

de los Mozárabes, pág.

un calco malo repintado por Fernández-Guerra.

Boletín de

la

Acad. de

la

Historia;

365

-

t.

LXV,

p. 56i.

834, con fao-


MUSEO MOZÁRABE Martinus. monje v obispo Astigimontes de Córdoba en 1729 y se conserva en Málaga,

931. Epitafio en nueve versos de tano.

Hallóse en los

en

hacienda de

la

Concepción, con otras varias, procedentes de

la

de tallos ondulados en doble serie y hojas entre medias 936. Epitafio

rimado de

la

de Córdoba, donde se conserva

(2).

bién guardado en Córdoba, según parece

Largo

958.

586 y

conmemorando

allí

anterior, y tam-

compuesto de veinte y cuatro hemistiquios aso-

epitafio

al

presbítero y cantor

un Cisclus,

962. Breve epitafio de 1

el

(3).

en Comares (Málaga) hacia i855, y existe en

de

(i).

anciana monja Killio, descubierto cerca

948. Epitafiio de lusta. religiosa, descubierto con

nantados,

la

un tablero de mármol con orla

colección Villacevallos cordobesa. Es

conservado en

el

Museo

Samuel. Se descubrió

Museo de

el

Berlín

(4).

descubierto en Córdoba antes

(5).

963? Epitafio, aun menor, de Matheus, párvulo. Hallóse en Cór-

doba y pues

conserva en Málaga. La fecha puede ser algo más avanzada,

se

falta

piedra

(6).

Teudefredo. que

Epitafio rimado, incompleto, de un

¿?

se

des-

cubrió cerca de Córdoba y subsiste en Málaga. Lleva una orla de tallos ondulados con hojas como de yedra, de tipo califal. Aunque su fecha no

puede precisarse,

parece

repitiendo unas

mismas

966. Doble

epitafio

haber servido de modelo para

enlazando,

rimado de Speciosa y su

como en una de

se conserva en

(1)

Málaga

Su

orla se

las aras

Inscr. Hisp. chr.;

n." 223.

Bol. de la Acad. de la Hist.; Id.;

(4)

1

nscr.

H

i

sp

.

(5)

id.; n." 224.

(6)

Id.;

n." 225.

(7)

Id.;

n."

(8)

Id.;

n" 222.—

132.

Tranquilla, línea

quebrada

de Escalada. Procedente de Córdoba,

Berlanga:

Catálogo del Museo

p. 126.

(2)

p.

compone de doble

— Rodríguez de

(3)

LXV,

hija

(8).

de los Marqueses de Casa-Loring,

t.

que sigue,

(Lám. CXXXI).

frases (7)

fallecida ésta antes, en 927.

el

LXV,

t.

p.

558.

467.

ch

r.

;

n." 214.

— R. de Berlanga: Ob. — R, de Berlanga: Ob. R. de Berlanga

-

:

cit., p.

Ob. 366

cit.,

128. p.

cit., p.

-

129 y lám.

XXXIX.

128 y lám.

XXXIX.


INSCRIPCIONES Kpitafio pequeño de cierta Rulina, descubierlu juntamente con

<)77.

los

de 936 y 948, y se conserva con éste último

incierto. Está en

el

Museo de Córdoba

982. Epitafio de

i).

presbítero, cuyo nombre queda

incomplettj de un

Kpitalio

(jHi.

(

(2).

Salvato, con orla formando trenza de dos ramales.

Se descubrió cerca de Córdoba en 1870 y existe en

el

.Museo municipal de

Sevilla (3).

982. Epitafio de Vite,

Didicus Saracini, que ambos

esposa de

fueron hechos prisioneros en Simancas por Almanzor. Existió en Cór-

doba, mas sólo por copias descuidadas

982? Gran

epitafio,

lo

conocemos

(4).

compuesto de 24 hemistiquios asonantados, como

el de 968, hermanando ambos, y queda sin poderse comprobar Es del monje Amansuindo, y se descubrió antes de i585 en la

Málaga: no quedan de 987. Epitafio de

él

sino dibujos

garbe) y

o sea hijo de Táric. Es-

allí

conservado,

donde

una transcripción

(8).

en

is,

piedra fué hallada en i52o.

la

compuesto de ocho versos

Epitafio

y correspondiente

Tiene orla con

No

acrósticos,

Se descubrió en Elvira, cerca de Granada, y existe en ciudad.

Daniel, que se

tallos

ondulados de tipo

el

conoce sino

al

parecer.

.Museo de esta

bizantino (9)

(Lá-

mina CXXXI).

Acad. de

(i)

Bol. de

(2)

Ins. Hisp. chr.; n.''46i.

(3)

Id.; n." 4Ó4.

la

(4)

Id.; n." 226.

(5)

Id.

;

n.°

21 5.

(6)

Id.; n." 228.

(7)

Id.; n." 210.

(8)

Id.; n." 213.

(9)

Id.; n.° 456.

— Bol

.

la

de

la

Hist.;

t.

L.W,

Acad. de

367

la

p.

H

468.

ist.

,

l.

lo

rimando todos

noble Cipriano, hijo de Ellano,

al

(.\1-

(7).

Epitafio, en doce versos acrósticos, del obispo

sería de Badajoz,

1002.

parecer

al

(6).

luliano, descubierto cerca de Tavira

Epitafio del obispo

1000.

sierra de

(5).

Agoblasto Abeatarecus,

tuvo en Córdoba, y tampoco subsisten sino dibujos malos 991.

su fecha.

l,Xl.\, págs.

400 v 4o5.


.

MUSEO MOZÁRABE loio. Parte inferior de epitafio métrico, análogo al de

Amansuindo

y correspondiente a un obispo. Encontrado hacia 1838 cerca de Málaga,

donde quizá

conserve

se

(i).

io5i? Epitafio rudo de cierta

(Granada) y que se conserva en completamente diversa de la de

los

Florite,

Museo de

el

encontrando en

esta ciudad.

el

Padul

Su paleografía

es

precedentes ejempla-

res (2) (Fig. 201).

Sin fecha danse los si-

que todos obedecen

guientes, al

siglo

cordobés

usual

tipo

del

X:

Fragmento de

epitafio a

dos columnas, hallado en

las

Mesas de Villaverde (Málaga) y que existe en el Museo de Granada. Probablemente corresponde a de dicho

la

primera mitad

siglo

(3)

(Lámi-

rry^Y^

na CXXXI). Epitafio de cierta

Mar

i

a P'ig.

existente en

201. Epitafio de Florite

Córdoba y Museo de la misma ciudad. Su

en

descubierto

el

lectura,

no publicada, es:

«In nomine Domini nostri Ihesu Xristi obiit nempe fámula Dei Maria expletis [vitej su[e annjis

décimo kalendas

Fragmento de que

está en el

epitafio métrico,

Museo de Córdoba

Gran fragmento de (i)

triginta

dúo migrabit ab oc

iulias...», faltando al fin la

(3)

Id.; n.'^457.

(4)

Id.; n.''462.

(5)

Id.; 0.-463.

séptimo

(4).

rimado todo en ctus, deunMartino,

(5).

la

fecha en

Simonct

pág. 636.

Id.; n.o 468.

seclo

otro epitafio en versos acrósticos, alusivo a un

Id.; n." 216. Corregida

(2)

Era

-

368

-

:

Hist. de los Mozárabes;


INSCRIPCIONES obispo Leo..., que se descubrió cerca de Lucena en 1735 y hoy está en

Málaga

(i).

rVagmento de no bien

linea,

probablemente métrico, de que

epígrafe,

legible.

Estuvo en Toledo, y

se

conoce por un dibujo

quizá en una baldosa de barro, antes de cocerla; mas

ni

no existe

se

descubrió en

se

(4).

obispo Biterrense,

Epitafio de un

proce-

y se refiere a

a,

llamada Maria. Estaba mutilado cuando :

la

él

(3).

Epitaño en versos acrósticos que todos riman en

Córdoba, en i586

(2).

he visto de

sino vaciados en yeso, hechos por Góngora, ni consta tampoco

cierta anciana

sola

Dominicus, impreso

Epitafio bárbaro y difícil de entender, de un

dencia, seguramente andaluza

una

resta

posterior a

la

Era milésima, que

descubrió en Córdoba hacia 1670, y fué copiado entonces con defi-

ciencias

(5).

Dudosamente mozárabes son siglo

estas

dos inscripciones,

vez

tal

del

IX: Epitafio de un niño llamado

en 1871. y está en su Museo

Anni. que

la

probablemente

(7).

descubrió en Granada

(6).

Baldosa donde se grabó, estando crudo Descubierta en

se

el

barro,

una

Zubia, junto a Granada, en 1888, y

frase evangélica.

allí

se

conservará

PIEDRA Respecto de territorios arabizados no hay sino que repetir al

comienzo de

este libro

:

la

lo

ya dicho

imposibilidad en que nos hallamos de reco-

nocer vestigio alguno pétreo decorativo con carácter mozárabe; mas

(i)

Hübner: obra

(2)

Id

.

;

(3)

Id.

.

11."

{4)

Id.

;

n." 130.

(5)

Id.; n.^ 227.

(6)

Id.; n.'>456.

(7)

Id.; n.<'375.

n.''

citada; n." 128.

— R.

cit., p.

127.

i56,

459.

Su vaciado más completo, en

— 47

de Berlanga; obia

369

la

Academia de

la

Historia.

como


MUSEO MOZÁRABE en

las inscripciones,

resulta explicable

en caso de

más

la

que no puedan

la

zona

ellos

son de tipo

puro,

califal

musulmán, aun

distinguirse de lo

fenómeno ponen de manifiesto

existir, e igual

posteriores a

En

cuando hay adornos,

iglesias coptas

invasión árabe. libre septentrional

afine a los atauriques

poco hay sobre

morunos

del siglo

XI en

ya presentado. Lo

lo

es

una pila convertida

sepulcro,

menterio

en

de

real

\

drode León, una

losa

ce-

el

San

Isi-

y tapada con

moderna, que im-

pide ver su forma interior,

pero desde luego se cian

le

apre-

agujeros para desa-

güe. Mide

1

.

1

2

por 0.60 m.

de base y 0.40 de alto: por abajo desarrolla molduras en torno, de perfil bárbaro,

y encima campea de relieve

un doble

tallo,

formando

ondulaciones, de que brotan largas hojas estriadas

y frutos, alternativamente, estando además los tallos

surcados a

lo

largo por

ranura: destaca

el

una

relieve

sobre fondo teñido de rojo. Fig. 202.

Tabernáculo de

la capilla

de Sta. Leocadia, en Oviedo

Su comparación con adornos de

la

Aljafería zarago-

zana, aun evidenciando una gran semejanza, permite reconocer en

la

leonesa algo de bastardo, que hace inverosímil se trate de una pieza portada, no conociéndose arte leonés

La

además

obra

im-

otra tal en tierra de moros. Dentro del

tampoco hay cosa parecida (Lám. CXXXII).

cripta de Sta. Leocadia en la

Catedral de Oviedo, obra

del

Rey

Casto, tiene ventana en su testero, cobijada por un arco, y debajo hay

370


PIEDRA puesto un tabernáculo de p¡edr¿i en forma de edícula, probablemente

para contener reliquias bajo de su tapa, y en

el frente,

a

modo

de puerta,

fórmase un arquillo de herradura, donde estaba incrustado un tablero,

que no

existe.

máxima

es

tros; el

fondo

Su altura

de 74 centíme-

ancho, de 64, y su

33.

La curva

del arco

arguye mozarabismo, y talla,

la

con ángulos algo ro-

mos, acredita que pertenece

al

diamos

periodo que estu(Fig. 202).

Aunque fragmento decorativo de aplicación incierta, es

digno de ponerse

aquí un tablero de caliza

que

fina,

Museo

está en el

de Oviedo, como procedente de Liño: mas no se parece a cuanto

Mide

allí

Fig. 203.

Fragmento decorativo en

el

.Museo de Oviedo

hay.

35 cmts. por lado de superficie sobre 7 de grueso, y lleva

una figura

de león, simplemente tallada a planos rectos y con esquematismo que

arguye sentido musulmán más que bizantino, dentro de un orientalismo

Como

indudable.

técnica se parece a los adornos de Valdedios (Fig. 203).

MARFIL Reputado

está por

una de

las

más espléndidas

galas del Califato espa-

ñol su taller de marfiles, que, trasladado luego a Cuenca,

de mediar

el

siglo XI:

como también

serie de marfiles cristianos

en que

los

i

n

ti

u jos

se conoce,

duró hasta cerca

aunque no

tanto, la otra

con ojos de azabache, de tiempo de Fernando

mozárabes síMo alcanzan

mente de hei^radura. En uno y otro grupo

a la la

forma de arcos, general-

imaginería entra con prefe-

rencia notable: sobre temas religiosos exclusivamente en

371

I,

el

cristiano, y


MUSEO MOZÁRABE como esparcimientos profanos y de Corte perceptible cómo se progresó, de simples animaban figura

los atauriques.

a cacerías

humana campea con

en

el

musulmán, siendo aquí

animalejos, que

principio

al

en que

y otras composiciones,

la

desenfado.

Entre ambas series y acreditando bien a

arriba expuesto

las claras lo

de mozarabismo y de anti-iconismo, tenemos dos piezas cristianas de marfil, o

más bien sus fragmentos.

La primera fué una cruz procesional de gran tamaño, cuyas dos ramas

verticales figuraron

una colección francesa desde

en

Museo

del Louvre.

menos, y hoy están en

el

cedencia cuando tan

resueltamente fueron clasificadas

desde un principio en París

con

los otros

(i),

y efectivamente, su absoluta

la

CogoUa. Su tamaño,

enchufe para otra pieza redonda central,

según

el

como

españolas

hermandad

fragmentos que luego estudiaremos hace creer que proven-

drían de San Millán de

su forma es

1878 a lo

Debía de constar su pro-

ensanchando por

usual,

la

prototipo bizantino de

tramo de

tajar en largo el

es

la

sin contar las espigas de

de 25 cmts. aproximadamente:

los

extremos en curvas suaves,

cruz áurea de Justino

los pies, v su

II,

pero sin aven-

decoración es homogénea y absolu-

tamente igual por ambas haces, formando cenefas con labor de

que dejan una parte medial

lisa,

donde encajarían chapas

según hacen creer ciertos taladros y marcas de ajuste. También de

los relieves

relieve,

metálicas, el

fondo

conserva o conservó rastros de dorado, que yo no alcancé a

ver(Lám. CXXXIII). La decoración forma roleos de ataurique, con hojas y

frutos de escaso

desarrollo brotando de cabezas monstruosas, y a trechos rítmicamente

campean animalejos:

leones, antílopes, águilas y grifos, siempre repetidos

por igual, dos veces en cada tramo, y todo de plumas enfiladas. Si dobeses del califato,

comparamos

los

ello

dentro de una orla

estos elementos con los marfiles cor-

veremos repetidos todos, excepto

que a su vez entra en piezas marmóreas similares, cia

que

cierta

como

sin

el

mascarón,

otra diferen-

pobreza de invención y mezquindad, propias de

artista

secundario: pues un mozárabe allá en tierras del Norte no podría competir

naturalmente con

(i)

los

maestros de

Gazette des Beaux Arts,

las

atarazanas reales cordobesas,

1878, p. 281: en artículo de A. Darcel.

372


MARFH. aunque en

elkis

luminosa

susodicha comparaci('>n, advirtiendo que

la

precisamente con obras lechadas bajo a

comienzos del XI

las del

— cajas

reinado anterior de

modo que

Pamplona — perú

de Braga y

Alháquem

subsistente en

serie de

— cajas

mucho después

Cogolla.

la

tablero de pórlido verde con que figuró en

como

europeo del siglo XI

pedestal cun

plinto y ceja,

con madera de nogal

)'

con vistas a

Zamora y Londres

de

X

— de

de qjo.

fragmentos decora huy un altar portátil, aun

San Millán de

del tipo corriente

analogías dánse

las

Amíridas, de fines del siglo

los

podría fecharse nuestra cruz no

La segunda

Y aun puede resultar más

hubiese aprendido su arte.

la

bien ha perdido ya

si

Exposición de 1892

(i).

el

Ks

1,

hecho

midiendo de

alto

95 mmts., sobre base de 29 por 21 cmts. Por debajo, su concavidad entera revístese con

un trozo de

tela

de seda asargada, a colores I-'ig.

204. Ara de

la

(Mogolla; parle Je letrero

malva, negro, verde, pajizo y blanco, figu-

rando dobles bustos de leones alados, dentro de círculos con 28 cmts. de diámetro, y tampoco será posterior

XI 1. Por fuera

al siglo

lleva

como

guar-

nición tiras de marfil incrustadas en la madera, y entre medias chapitas

de plata dorada con labor de filigrana, que sólo en parte subsisten,

igualmente

Todo

ello

los marfiles,

da

tinto, pero,

la

sobre todo en

la

cara superior (Lám.

como

CXXXIV).

impresión de ser mal acoplados vestigios de mueble dis-

aun admitido

ello,

precisa reconocer que los marfiles fueron

desde un principio guarnici(')n de

altar,

según acredita su trozo de inscrip-

ción subsistente (Fig. 204). Éste

mide 46 por

21

mmts., diciendo en

letras

mayúsculas de tipo pre-

románico, relevadas según costumbre de árabes y bizantinos: <^Hanc

sacro...» Probablemente constituiría un

dístico,

pudiendo terminar con

alguna referencia personal. Los demás marfiles forman dos series de las

unas, con 22

mmts. de ancho, corren por

aram tiras:

tres lados del plinto, repitiendo

labor de atauriques con antílopes, leones, grifos y águilas, dispuestos en

sentido vertical, exactamente

(i)

Sala

XX,

n." 403.

como

sus similares de

Vaciado suyo, en

el

373

la

cruz arriba descrita.

Museo de Reproducciones.


MUSEO MOZÁRABE con

que no puede dudarse de un origen común para todo

lo

La otra

más angosta

serie de tiras es

marcando

como

hojitas,

en

trozo de

el

son tema cordobés notorio, y en

calmente

los

— 18

el

mmts.

— con

ello (Fig. 2o5).

bordes

lisos u

bien

inscripción, que

la

campo

enfílanse verti-

mismos animalejos, y además

ciervas, cabras y liebres (Fig. 206).

Los fon-

dos del relieve estuvieron dorados, afian-

l^m

zando

que respecto de

ello lo

la

cruz alirmó

Darcel.

Sabido la

es

que en

Cogolla se fabricó

la

magnifica arca de san Millán, adornada

con marfiles, hacia 1070

(i);

y

como

ellos

en nada se parecen a los del ara y cruz suso-

queda

dichos,

antigüedad

dedicada

^¿^

r^ri^/

hi^

.'^M¡

riguó

para

hasta

traerse

un

fijo

límite

éstos,

'^\\

H

mínimo de

que puede retro-

cerca de 984, año en que fué

la iglesia

de Suso,

como ya

se ave-

(2).

Todavía quizá pudiéramos acercar otra obra

al taller

golla. y es la

mozárabe presunto de

la

cajita de Davillier,

Co-

en

el

Louvre, rectangular y con tapa llana, donde campean en relieve los mismos leones, anáguilas y

tílopes,

no

liebres entre ataurique,

mucho

estilo,

mejores, en cuanto a técnica y que las piezas arriba consignadas;

pero cuya discrepancia resulta Ara de Gogolla: mar-

mayor aún Fig. 206.

Fig. 2o5. la

de

los

tentizándolo

así

respecto

cordobeses,

marfiles

pa-

fíles

otra

cajita similar,

Florencia, obra selecta,

la

del

que pudo valer de modelo

(3)

Véase arriba; pág. 2g5.

(2)

Id.; pág. 293.

(3)

G. Migeon:

triéis;

Ara de

Cogolla: marfíles

Bargello, de

(i)

la

figs.

1

15 y

1

Manuel dArt musiilnian. Los

16.

374

arts plastiqucs et indus-


MARFIL Finalmente, en til,

Museo de Kensington hay un tablerito de mar-

el

como de 85 mmts. de

pero de estilo cordobés

el

alto,

con decoración análoga a

las

susodichas,

más puro. Sin embargo, en un pequeño rectán-

gulo reservado hacia su parte superior, aparece un ángel hasta medio

cuerpo, cuya actitud, turma de alas y modelado se despegan absolutamente del resto;

añádanse su color, más blanco que en

dos taladros de

moderna, en cajita a

dejado

sitio

que perteneció

los cortes laterales

del tablero, y los

para hacer creer que se trata de una suplantación

las alas,

el

demás

lo

el

la

como evidencian el reborde superior y No hay, pues, motivo para acoger esta

tablero,

chaflanados.

pieza entre lo mozárabe

para ajustar una pieza de herraje de

liso

(i).

En Santiago de Peñalba consérvanse, como de uso de san Genadio, a principios del siglo X, cuatro

piezas de ajedrez de marfil: dos,

bien grandes y rotas, forman por arriba

vexos

(2),

adornada con grupos de

jantes entre

sí,

una escotadura de lados con-

aunque de tamaño

desigual, son

como

semiesferas prolon-

gadas en cilindros y con una o dos protuberancias en conocidos. el

No

parece inverosímil

seme-

circulillos concéntricos; las otras,

el

origen que se

les

lo alto

:

son tipos

atribuye, y aun quizá

juego de ajedrez fué entretenimiento de los monjes aprendido en An-

dalucía.

CRISTAL La

talla

en

cristal,

ya propiamente dicho ya vidrio trasparente, no

parece haber tenido gran desarrollo entre los se

conocen aquí piezas comparables a

las orientales.

estilizadas bizantinas es lo único de este

pueden agregarse a

ello sino las piezas,

musulmanes de España,

Un

vaso con hojas

orden obtenido en Azahra

(3), ni

relativamente modestas, que aquí

ahora presentamos.

(i)

Migeon: obra

(2)

Id., id.; fig. 327:

(3)

R. Velázquez:

citada;

fig.

130.

reproducción de otra pieza semejante, de

Medina Azzahra;

-

375

ni

lám. LV.

-

cristal

de roca.


MUSEO MOZÁRABE La principal

un

es

frasco esférico de vidrio trasparente v bastante del-

gado, con 95 mmts. de diámetro, solero y gollete cilindrico, va roto, pero

que

sería largo,

como en

ampollas de vidrio común, abundantes en

las

Elvira y Azahra. Se conserva en

el relicario

de

dentro de

una montura metálica del

que

X\'II1,

siglo

Catedral de Astorga,

la

desfigura,

le

diendo reconocerlo bien

y por sim-

dicho se considera cáliz de santo

ple

(D^¿^i m

(i),

impi-

Toribio; pero ni es cáliz ni a este santo, siglo V,

del

posible

es

referirlo.

parece reconocer en

fácil

arrotomas irakés frecuencia en

perdura

— en

él

Más

una de

las

inventariadas con

el siglo

X, y de que aun

cita castellana

I

redoma erag

iii2(Lám. CXXXV).

Su decoración,

tallada en relieve,

desarrolla formas vegetales

muy

estili-

redoma de Astorga

Fig. '¿07. Decoración de la

zadas (Fig. 207), en que se echan de ver

elementos iguales a

una procedencia

oriental:

forma de redoma no

España era

la

de jarros fatimíes análogos, haciendo ello verosímil

los

es

pero

igualmente ha de observarse que esta

conocida por ejemplares de

como una porción de

usual,

allá,

mientras aquí en

representaciones de bebedores

acredita.

El arca

moderna de

tados los marfiles,

reliquias de

aunque no

san Millán, donde subsisten incrus-

todos, de

la

antigua, lleva por remates en

la

espina de su tapa tres piezas de ajedrez, de cristal de roca tallado y

forma semiovoídea,

la

mayor

central de ellas

alto,

5

cmts.

— con

especie de cresta y adorno de palmetas, y las otras dos iguales entre

mitad de tamaño y con entalladuras sencillas (Lám. el

arca de hacia 1070, es verosímil

piezas,

(1)

Madrid

que hacen recordar

Reprodújose

así

las

la

una sí,

a

CXXXV). Datando

anterioridad, quizá

mucha, de

estas

otras, arriba consignadas, de Peñalba.

en Las joyas de la

exposición hist(3rico-curopca de

de 1892; lám. XIV.

376


MADERA

MADERA Poquísimos v puesta, y

iiienLidos objetos

caen dentro de

principal es una cajita f;uardada en

lo

dral de Astorga. Otras

la

clasificación

el relicari(j

de

la

im-

Cate-

tales

para reliquias, ahuecadas ruda-

rT^&^/ r/i:^/

mente en un pequeño tarugo, y escrito a un lado con tinta el

nombre

quias

del santo cuyas reli-

permanecen

contenía,

habitualmente

en

primitivos de

región leonesa:

la

altares

los

excepcionalmente una del

reli-

cario susodicho lleva enchapa-

dura

sutil

grabado lagi»:

de plata, donde fué

nombre: «S. Pe-

el

y no choque

tal

porque como antes de ción galicana

el

miseria, la

reac-

culto de reli-

quias por acá no parece haber salido del rito de consagración Fig. 208.

de los altares, quedando por consiguiente

sepultadas

dentro de su cavidad,

el

rio

HE

ellas

L_

Cajita relica-

de Astorga: A, cara

superior; B, C, costa-

dos; D, cabezal; E, solero.

uso de

relicarios espléndidos quizá fué

desconocido.

La cajita primero aludida es

de madera de peral, en una

pieza

que tendría

de

largo

^^

9 cmts., pero fué cortada por

un extremo

casi

en un tercio:

su ancho es de 25

mmts., y de

i5

su alto,

faltando

la

tapa, que era

corrediza (Fig. 208). Cúbrela una decoración grabada primorosamente, y

empastadas

las incisiones a

colores verde v negro, distribuidos irregular-

— 48

377


MUSEO MOZÁRABE mente, resultando un nielado en madera de que no recuerdo más casos.

En

los

bordes que rodeaban

aspas y crucetas; en espiral

el

tapa y en un costado hay decoración de

la

solero se distribuyen tres florones, con rayos en

de en medio, según fué

el

y entre medias enfílanse letras,

moda como

en los canecillos de tipo mozárabe,

dio fecit». Al otro costado y en

«

Salbatoris.

Mathei.

s.

rece borroso.

En

el

Xpofori.

sci

s.

primer letrero

donde puede

del siglo X.

Benedicti.» Este último se consignaría el

desde luego

el

de su obispo santo, Genadio,

eremítica en

el

Bierzo a íines del siglo IX.

manos? Desde luego

que aun

vale

mantiene vivo

se

como

«+

cabezal subsistente hay:

el

el

;

Sci

nombre apa-

nombre

acabado en dio. Ahora bien, tratándose de Astorga, viene a

sus

leerse

del autor,

mientes

las

restaurador de

la

vida

^Tendremos aquí una obra de

testimonio remoto del arte popular,

e invariable

por aquellas montañas.

En el relicario de San Pedro de Montes hay otra caja, tumbada como las bizantinas, abriéndose al ras de su cobertera, que forma tronco de pirámide; mide i6 cmts. de largo por lo de alto, y es de madera de pino,

con

filetes

incrustados de otra madera oscura,

Posteriormente se siendo

antigüedad para

la

taracea simplicísima.

recubrió con una tela de seda, para enriquecerla; y

la

ella del siglo

como

mayor

XIl, probablemente, queda garantizada una

madera.

ORO Y PLATA En

Angeles, de 808 ria, de 908 lo

Su

(3).

arte,

(2) J.

de

Compostela, de

en cuanto a

mismo

por D.

J.

las filigranas, es

las

que

de

la

Victo-

novedad respecto de

Monumentos arquitectónicos

se hicieron fototipias,

de España; y

No quedan

Reproducciones poco

fieles

la iglesia

y estudio, en

-

378

de

ella sino las fotografías

ampliando sus discos centrales; mas no

han publicado. Véase, López Ferreiro: Hist. de (3)

la

de los

A. de los Ríos.

Desapareció misteriosamente en 1906.

Limia, sobre

874(2), y

la

tesoro de Guarrazar, y esto viene a favor de un

el

Reproducida en coloren

estudio aquí

D.

(i); la

godo, juzgando pur (i)

cruces asturianas:

orfebrería son famosas las tres

-

Mon.

de Santiago;

arq. de España.

t.

11, p.

de se

171.


ÜHO Y PLATA intlujo extrañu, en igual sentido

más,

los

fonso

el

tinos.

Mas aunque no

esmaltes aplicados a

la

que

cruz compostelana prueban que bajo Al-

Magno, desde un principio,

como tampoco cordobesa

se acogieron

sea dable atribuir a

remotas para ajustarse a

fechas de

las

procedimientos bizan-

mozarabismo

negarlo, mientras ignoremos

desde luego

(i),

arquitectura del país inisnio; ade-

la

estas novedades,

rumbo de

el

la orí'ebreria

ambas cruces parecen demasiado

corriente leonesa, y mejíjr se explicaría

la

la

presencia de esmaltes relacionándola con ios edificios ramirenses, tan im-

pregnados de orientalismo.

En

cruz de

la

Victoria (Láms.

la

ez aquellas incrustaciones de

recen a su

\

prodigaron

las

St.

CXXXVII)

Denis

(2),

ser obra española su

reapa-

vidrio coloreado, que tanto

como elementos

cuya repetición solamente hallo fuera de

si,

España en una obra famosa, dente de

y

jo\as bárbaras: pero en forma especial,

relevados de por

florales

CXXXVI

la

patena verde con peces, del Louvre, proce-

que nada aclara

el

problema de orígenes, pudiendo

También

guarnición.

las

íil

igra ñas de

la

misma

cruz desarrollan bizantinismo exquisito, en evolución progresiva desde de

los

como

Angeles: y si el

T, acusa mozarabismo,

la

de Gauzón, donde esta magnífica pieza fué labrada,

taller real

reflejase algo

dado

tipo de letra, en cuanto a

el

menos

de atractivos meridionales, aquí ya

avance de fecha, 908. Sus esmaltes

el

matizan almenillas,

la

flores

inverosímiles, y traslúcidos

fileteados

y animalejos, de colores blanco y violeta, azul

y verde en varios tonos.

La caja de Alfonso

el

Magno, en

quizá destinada en un principio a fase del arte asturiano

(i)

Elvira,

(Láms.

El uso de filigranas bajo

que

se

conserva en

el

el

Museo

el la

relicario de la Catedral de

reserva eucarística, nos revela otra

CXXXVIll

y

CXXXIX)

(Gómez-Moreno

fuese

los

:

Medina

Elvira; lámi-

pasadores de

mencionada (Venturi: Storia dell 'arte italiana,

lícito atribuirlos a

Es de madera,

(3).

Califato no se acredita sino por un dije sencillísimo de

de Granada

na XVI, n." 218). Más importancia tendrían a este propósito Bargello, arriba

Astorga,

t.

11,

la cajita del

fig.

470),

si

no

restauración posterior y cristiana.

(2)

Muchas veces reproducida, por ejemplo en Venturi

(3)

Reproducciones de su frente

se

Boletín de la Sociedad española de excursiones;

:

han publicado

379

obra citada varias;

t.

III.

pero

;

t. II, fig.

la

177.

mejor cu

el


MUSEO MOZÁRABE con chapa de plata dorada; perseveran guarneciéndola incrustaciones de

vidrio azul, rojo v verde sobre montura blanca, con igual cruz de

la

demás campea

Victoria: en lo

que

arte

repujado, muy bárbaro,

el

si

la

se

carolingias, ya reproduciendo

compara con obras similares bizantinas y

vegetales estilizados, ya ángeles en actitud de adoración, probablemente, ya, en la tapa, el

Cordero de Dios,

una chapa con dos de

ellos

que declaran

explicativos,

—y ser

los

símbolos de

otros ángeles,

no dorado y

solero,

falto

una cruz repujada, del

encima unas

flores,

de

acompañados de

«Gabrihel» uno de

consígnanse estos nombres: «Adefonsus rex los bollones

los Evangelistas

los últimos;

— Scemeña

que

le

300 por

95

1

falta

letreros

y además

En

regina».

el

servían de asiento, hay

tipo de la susodicha, con alfa y

omega pendientes y

cuales se repiten con frecuencia en lo asturiano y leo-

significando originariamente candelabros acaso

nés,

mmts. de base y

i65 de altura.

(i).

Su bocallave,

Mide

esta caja

las visagras

y un

con rótulo son añadiduras del siglo XVIII.

cartel

Dichos letreros

daron fabricar

que Alfonso

testifican

esta caja,

donándola quizá

Magno

el

al

él,

man-

y su esposa

cabo de su vida, cuando

estuvo en Astorga. Su forma es bizantina, con tapa tumbada: pero se diferencia de vertical,

las

más antiguas en incorporarse

acercándose

res posteriores.

das que

le

a ésta

una mitad de

cordobés, de que sólo conocemos ejempla-

así al tipo

Quizá cordobesa

también

es

la

idea de las almenillas picu-

Su composición con arcos recuerda

sirven de remate.

algunos sarcófagos constantinianos; y desde luego que

el

del

acuérdase bien con

los caracteres

la

de

no marcar sino

leve tendencia a la herradura la serie superior de aquéllos y ni ralte la inferior

parte

la

aun pe-

remisamente mozárabes

medio asturiano. Otra caja conserva

logía

muy

la

Cámara

grandes respecto de

inscripción histórica grabada: D(e)i

la

santa de

anterior.

(i)

tasar en

Una miniatura

et

En

torno de su base lleva esta

«Susceptum placide maneat hoc

quod offerunt famuli Xpi Froila

Hoc opus perfectum

Oviedo, con puntos de ana-

concessum

castellana del siglo

et

in

Nunilo cognomento Scemena.

est seo Salvatori Ovetensis.

X

ho(no)re

reproduce

el

forma idéntica. Recuérdese además que una pintura

candelabro del

Quisquís

festín

del baptisterio de

Ponciano,

en Roma, presenta otra cruz con candeleros sobre sus brazos, y no es caso único.

-

380

-

de Bal-


ORO Y PLATA auferre hoc donaría nsa presumseri

tum

DCCCCXL^VIIP». Sabemos,

estera

divino intereat ipse. Opera-

fLiIniiric

pues, que

la

ofrecieron Fruela

II

y su esposa en 910, antes de reinar (Láms. (>XL a CXLIl).

Mide 42 por 27 cmts. de base y

17

de

repitiendo

alto,

Astorga. Es de chapa de oro pálido, excepto

la

el tip(j

de

la

de

base, de plata; carece de

yendo en cambio tachonada con pedrería menuda y además, el fondo de los arcos, que lo llenan todo, con irregula-

vidrios incrustados, sin valor;

ridad bien chocante a veces, constituyese por tableros de ónice pulimentado, que motivó

de las Ágatas

llamarse

el

esta caja.

Su decoración

orlas trazan rayitas

más bien cordobeses, y las oblicuas en grupos triangulares, como un mármol de

Hornija

solero de

repujada

es toda de

(i);

pero

el

bizantinos o

follajes

la caja,

a

más de

la

inscripción transcrita y

de cuatro bollones para asiento, lleva en medio una cruz y los

escudos, con

la

exactamente como

símbolos de

forma de bustos alados, que sobresalen de discos

Evangelistas, en

como

los

las

misma

orla, a base de triángulos, y rayos curvos,

ruedas de

estelas célticas

las

repetidas luego en decoraciones godas y leonesas hasta

presentada arriba. Recuérdese que

paganas de por acá, la cajita

símbolo del toro en

el

va sobre dos ruedas iguales a éstas; además

lo

la

de Genadio

caja de Astorga

repiten varias representa-

ciones del Tetramorfos, en miniaturas de códices nuestros, a partir del de los

Morales terminado por Florencio en 946, y aun dase

misma composición

el

caso de que

toda forme una rueda heiizoidal con las alas de los

monstruos (Lám. CXXIX). Por consiguiente ha de buscarse para significación

según

el

adecuada

al

simbolismo de

texto del Apocalipsis,

por tradición, sobre caja es

el

que

la

formas de

disposición igual

:

fig.

de actividad eterna

89.

la tal

andaluzas

las

Ordoño

En Andalucía, bajo

rueda?

II

el

típicas.

(2).

^^Nacería ello,

Como

Califato, danse

Gómez-Moreno: Medina Elvira, lám.

técnica esta estilo,

Recuérdese

a Santiago en 911,

la

y su

des-

que habría

adornos de hojitas en

Vi.

Sanctus sanctus sanctus Dominus Deus omnipotcns, qui erat Et

una

Cap. IV: « Et quatuor animalia... réquiem non habebanl die ac nocte dicentia

(2)

est.

ella

Majestad, no pudiendo ser otra,

de Astorga, pero sin variar de

cripción de otra caja, donada por Veáse arriba,

la

la

sentido pagano de

más primorosa que

letrero acusa ciertas

(i)

la

cum

thronum

darent

illa

animalia gloriam

et

honorem

viventi in saecula saeculorum»...

-

3«i

-

el

et

qui est

et

:

qui venturus

benedictionem sedenti super


MUSEO MOZÁRABE de ser análoga, puesto que tenia vidrios de ultramar dentro de arcos

Nada va dicho tiza,

del

paño central

de

la tapa,

como estupenda obra bizantina que

es,

(i).

ya que resulta cosa pos-

de oro puro, con guarni-

ción fileteada incrustando vidrios rojos, de que sobresalen a trechos perlas

y piedras finas: y jas

los

campos

están excavados, diseñando dragones y pare-

diante incrustaciones mates de turquesa, azul lapis v típico: es

nacional otra caja, semejante y base y 135 de

alto — en

la

debiéndose probablemente

que ya a

un

el

más pequeña

rojo cereza

Museo arqueológico

— i85

por 130 mmts. de

hacia

taller leonés,

el siglo

XI, aunque

muy gruesa, cince-

dorada v nielada, formando arcos de herradura de tipo moruno, rec-

tángulos y curvas con enlaces, bien dispuestos.

Hay

rosetas en varios cruces

y algo de follajes bizantinos, que se desarrollan especialmente en

la

aldaba

de cierre: sus nielad u ras forman raspas y gallones, y es arte que pea también en

la

arqueta de

Alháquem

II.

Gerona, v en otras piezas cordobesas. El asa

una chapa

es

de plata troquelada gótica, del siglo

La Catedral de Braga posee, como la

pino;

incrustan piezas de ónice, ya planas ya almohadilladas, y las

recuadra una guarnición sobrepuesta de chapa de plata

de

la

tampoco hace imposible asignarla

musulmán puro (Láms. C.XLllI y CXLIV). Es de madera de

ella se

los

es evidente y pleno el influjo andaluz,

falta de elementos cristianos en esta obra

lada,

mismo

(2).

Sacada de San Isidro de León, expónese en

origen

el

obra capitalísima en su género, y quizá provenga del tesoro de

reyes godos

en

me-

de aves con un árbol entre medias, que se destacan en colores,

existente en

la

cam-

Catedral de

moderna, y por solero hay

XV.

reliquia de san Giraldo v dentro

famosa caja árabe de marfil convertida en estuche, una copa de

plata dorada,

cuvo

alto es

de once cmts.. con base llana,

astil

provisto de

nudo y arquillos de herradura calados, y recipiente semiovoídeo (Lámina CXLIV). Lleva todo él decoración cincelada y nielada, cuyo tema

(1)

Véase arriba: pá^. 328, ñola.

(2)

En

esta caja,

Monumentos

en pequeño y

contundiéndola con

ma

la

muy

arquit.

de España

se

publicaron cromolitografías de

descuidadas; además, sus letreros e.xplicativos son erróneos,

de Sta. Eulalia, a que corresponden oirás representaciones de

lámina. Vigil copió bien

la

plancha del solero: Asturias

-

382

-

monumental,

la

mis-

lám. IX.


OKO Y PLATA principal es un vastago ondulante de ramaje, albergando en sus senos tres leones, en actitud diferente cada uno, de estilo

animales trasciende a moruno y en

rudo v firme, que en

lada. El pie desarrolla dos lineas concéntricas de escritura

dice

:

«+

ficando

Tuda»

:

(i

In

nne dni Menendus Gundisalvi

«En

el

nombre

los

recuerda temas de esca-

los follajes

mayúscula, que

Tuda donna sum», signisoy de Menendo González y de doña

del Señor,

-f et

).

Ello no expresa donaci(')n ni uso eclesiástico, pues para cáliz resulta

demasiado pequeña; de suerte que ple

disalvi y su esposa, y

nombre de

la

que casó con

creer se trata de una sim-

avorum

verunt

ipsi

la

que hace donación

mei parentes»

(2).

Además

Gundisalvi» resulta actuando en un

del

conde Menendo Gun-

Bermudo

hijo de los

III,

Santiago de cierta

a

parentum meorum Alenendi

et

al

la historia

de ellos Geloira, errando sólo en

la hija

condesa; pero hay una carta de

susodichos reyes, por fuit

fácil

V tuvo por ayos

obispo Pelayo dice que Alfonso

el

más

es

copa de uso domestico. Sus dueños son conocidos:

vila,

«que

domne Tote et ex ea gana«dux domnus Menendus proles

el

litigio

et

con Alfonso

\'.

en 1007

(3); él

mismo confirmó documentos en Coimbra, año 981, y en X'imaranes, año 999; mandaba en Leza en 1004 y había ya muerto en 1014, cuando la condesa domna Tuta ejerce autoridad por sí misma en Vimaranes o GuiTutadomna y falleció entre «comitissa Tuda Vigilaz», hizo donación

maraes. Ella firmaba

1022 y i025, año en que

su hija,

al

ranes de vilas que fueron de sus padres,

Tuta domna»

(4).

zarabismo de

esta singular pieza

todo

si

monasterio de Vima-

«dux Menendus

E\ punto histórico no necesita

más

<3undisalvi et

aclaración, y

el

mo-

queda perfectamente establecido, sobre

en Coimbra, ciudad donde

elemento mozárabe y musulmán

el

se

mantuvieron bien pujantes, como sabemos, encargó Menendo labrar su copa, antes de que

(i)

lám.

Almanzor entrase

Reproducción sobre

fotografía,

CCCXIV. — Véanse además:

religiosa

em Portugal,

en 987.

allí

en

Rohault de Flcurv

Al baño Bel lino:

fascículo

4.".

(2)

López Ferreiro: Hist. de Santiago;

(3)

Id., id.; ap.

(4)

Portugaliae mon.

t.

LXXXIil Iiist.:

chartae.

-

383

-

:

La

Messc;

Archeologia christá,

1!,

ap.

XC.

p.

(.

IV,

78.— Arte


MUSEO MOZÁRABE Si por

pequeña

cuyo

alto es

terio

mismo,

ella

no parece cáliz, en cambio

el

de Silos famoso,

de 30 cmts., desconcierta por grande. Subsiste en

que

al

lo

donara santo Domingo de

Silos, su

monas-

el

abad (1041-1073),

como declaran estas palabras grabadas en su solero: +In nomine Domini ob honorem sci Sabastiani Dominico abbas fecit» (Lám. CXLV). Es de plata dorada y

feo de

equivalencia entre copa y peana contra

la regla

España otra

hechura para nuestros gustos, por

la casi

igualdad de sus curvaturas y del nudo,

e

generalísima que en vasos tales rigió siempre; mas aquí en

con

ley de simetrías verticales

según denuncian, a más de

éste, otros casos

bién obras morunas de tiempo

La forma previene que acentúa su labor de

eje

medial parece haber valido,

de bronces bárbaros, y tam-

del Califato.

ya, por consiguiente, filigranas,

en favor de mozarabismo,

con alambre

liso

generalmente y retor-

cido a veces, sin nada de bizantinismos, pero dibujando series de arcos de

herradura can

la

muy

desarrollados; y en vez de tachones, granos de plata salpi-

composición. Disimetrías constantes en

cuido extraordinario: y lejos

la

la filigrana

prueban un des-

simplicidad de temas organizados con

ella,

tan

de los estilismos y finuras usuales en esta clase de obras, permiten

reconocer un periodo decadente y un arte ineficaz para satisfacer a los

avances progresivos de aquel siglo XI

(i).

BRONCES No

es

propiamente de bronce, sino de azófar o

por su aspecto, una cruz del tipo de

las

Su forma

es

ligera inflexión

como

la

como de oro

asturianas, que está en

de León, llevada desde Santiago de Peñalba, nos es tan conocida (Lám.

latón, y

la iglesia

el

Museo

mozárabe que

CXLVI). de los Angeles, pero sin sequedad, gracias a

cóncava de sus

líneas:

los brazos,

iguales entre

sí,

la

van

unidos a un disco medial, y llevarían otras letras alfa y omega pendientes, en vez de

fi)

por

Dom

las

actuales modernas. Por

Reproducción suya en E. Roulin, en la

el

anverso adórnala una orla cincelada

Monu memos

Revue de

arquit. de España.

l'Art chrétien; 1898.

-

384

-

— Otra

y estudio


BRONCES de tallos ondulados bizantino-andaluces, sencilla y salpicada de chatones,

hoy enteramente nuevos; pero

el

disco medial debe estar invertido, pues se

acusa su orla en repujado, igualmente que

la

de

brazos por su reverso.

los

Éste lleva tenuemente grabado, a leves golpes que produjeron trazos en

una inscripción dedicatoria que dice:

zis-zás,

Ihu

:

Xpi

tipo de

ob onorem

:

^anct

-f"

:

lacobi

«-|-

aplostoli

;

mozárabe con

,

Y[(>h\\

HE

:

:

:

nsi

ofrt». El

O M IH^'-ISÍ

'.

'J)

puntos

IZ. y'ia íZl «aplostoli»

nomine: Domini

es

letra

triples

:

'

Ranemirus rex

ii;Q

X^

:

J

:

M

C$0 H o']l. E

ex-

S:yZ! +SANCí:lAro;EI: braen «apli»,se^

^. . _, Fig. aog. Letrero de

,

la

^ - ,^ . cruz de Penalba

gún costumbre, resultando Este

que

al

cabo

Ranemiro rey

faltó

le

duda

sin

espacio

dádi\as a Santiago de Peñalba en 940 la

(i).

el

campo de Espiel

,

lugar de

dentro de un pozo, corriendo bronce, que hoy conserva

el

comprendida

sonarla a mano, va que

el

el

(Fig.

209).

Respecto de

estilo,

su carácter

el siglo

la

avance mozárabe.

sierra de

X\'l,

una

Córdoba,

se

descubrió

campana pequeña

de

Museo arqueológico de dicha ciudad (Lá-

mina CXLVll). Es semiovoídea, midiendo tanto de alto,

«offert»

tendencia leonesa de aquellos tiem-

pos, valiendo por insigne testimonio del

En

el

segundo de su nombre, que otorgó

es el

meridional en absoluto cuadra con

para

iqS

mmls. por

el

borde v otro

asa con que remata, en disposición para

profundo desgaste de su labio prueba que

badajo hería siempre en dirección paralela del asa misma. Por cuatro perforaciones, dispuestas simétricamente, quizá

el

lo alto tiene

para aclarar

el

sonido, y lleva en torno esta inscripción, grabada en letra mozárabe pura:

(i)

España sagrada,

t.

.\V1, p. 134.

49

385

-


MUSEO MOZÁRABE munus Samson

«4- Offert hoc

abbatis in

Xpi era DCCCCLXLIII.» La lectura de segura,

como

se ve por la

antigüedad por

más

varla

Sabastiani martiris

sci

fecha, correspondiente a qbb, es

— Era 913 ó 963 — con deseo en

año 890 en que

bés famoso, a quien sin

domum

adjunta fotografía: no obstante, asígnasele mayor

los editores

allá del

la

embargo

falleció

muchos de

Samson, abad v

literato

es imposible referir este

ele-

cordo-

pequeño mo-

numento. El monasterio mismo de San Sebastián, a que perteneció, es desconocido (1).

campana, bien granmantiene en San Isidro

Otra de, se

muv

de León,

notable por su

pues ostenta

antigüedad,

este

letrero cincelado cerca del bor-

de: «In

nme Dni ob honorem

Laurenti arce dcni Ruderi-

sci

cus

Gundisalbiz

fieri

iusit

in

hoc

signum

XX" IHP

era C^

pus T" S.» Corresponde, pues, al

año 1086

(Fig. 210).

Su forma

es

abriéndose hacia

más el

elegante,

borde, por

donde mide bj cmts. de diámetro; el asa es redonda, Fig. lio.

Campana de San

Isidro de

bordes por fuera,

León

con re-

como en

la

de

Córdoba: va reforzada por dos y bajo de ellos hay también pequeños taladros.

suplementos

laterales,

Tenía sonido

muv argentino,

desprenderse un trozo, con en su

alto,

(1)

fecto.

fecha precisamente. Las letras, de tres cmts.

guardan similitud con

su analogía con las del siglo X,

la

pero se cascó ha pocos años, y aun amenaza

campanas de

el

tipo

la torre

mozárabe; además

es absoluta

Tavarense, dibujada en un códice

como ya sabemos (Lám. LXXVlll).

Hübner: Inscr. Hisp. christ.;

— R. de Fleury: obra

cit.;

n." 221,

lám. 499.

386

con facsímil del

letrero, algo

imper-


BRONCES El

Museo arqueológicu nacional

conserva, procedente de fon-

dos ant¡¿;uos (n." 857), una lucerna o candil de bronce con dos piqueras V este letrero grabado:

Oc opus Salomonis erat» (Lám. CXLVlil).

*.-f-

Debió destinarse a estar colgado, como denuncian sus piqueras, y

aunque

tierra

remedando

que

sola,

nariz de

II).

que ofrece

aunque menos elegante y

es lo normal; su asa remata en cabeza de ciervo,

obras clásicas;

mide 22 cmts. de

largo, en proporción

que da

y su fundición es tan perfecta que

igualdad de tamaño para ambos,

recipiente no llega a un milímetro de grosor; a juzgar

CXL\

granadina (Lám.

similitud completa de lineas respecto de aquél,

con una piquera

la

para imaginarla otro candil de

falta el asa sirve

mi colección, descubierto en

en

orificios

la

el

aleación parece tener cinc,

por su tono pajizo, siendo por consiguiente azófar.

Este tipo de candiles reconócese

como degeneración

del cristiano pri-

mitivo, conocido por varios ejemplares, con asa figurando una cabeza de grifo o de caballo;

piquera y un gollete

degeneró en un

más escotada

pero los españoles varían en tener

muy

anillo, del

largo. Después, en el siglo

que

X

avanzado,

el

la

asa

brota gran hoja plana, con calados y cin-

celaduras, siendo ejemplar príncipe de esta serie

el

de Elvira, en

el

Museo

de Granada, perfectamente conservado, con su tapa cónica y despaviladeras pendientes de una cadenilla plar del la

Museo de Madrid, cuva

misma cabeza

del

asa, de

la

simple chapa arqueada, remata en

un aguamanil en forma de pavo

líquido;

la

real,

que

cresta lleva taladros en

nocer dos arquillos de herradura; el

ejem-

inscripción del candil referido impónese asociarle

Louvre (Lám. CXLIX). Su

introducía

tipo intermedio véase otro

del ciervo (2).

Por similitud con otra pieza,

Como

(1).

el

asa es a

modo

está

que

en

el

Museo

es fácil reco-

de sierpe, y por

allí se

cola rodéase con seis circulillos, y los espolones,

prolongados en herradura, dan estabilidad

a las patas sin

más

base.

Una

labor grabada, en forma de escamas, remeda las plumas del ave, y en

pechuga vense dos

líneas de escritura finamente

(i)

Gómez-Moreno: Medina Elvira; lám.

(2)

Revista de Archivos;

oxidado, se reproduce aquí en

la

1899; lám.

I.

pág. 13.

-

387

-

la

grabada; la superior dice:

.\.

Otro semejante

al

de Elvira, pero

muy


MUSEO MOZÁRABE «-f-

Opus Salomonis

Abdelmélic

eral>>; y la iníeriur,

La conformación de

cristiano^> (Fig. 2ii)(i).

el

mente como en leones de tiempo

la

lomonis

ojos, entera-

del Califato (2); la cresta y la cola,

recuerdan soluciones análogas en otros bronces de Elvira;

como

«Hecho por

en árabe, significa:

de nuestros candiles, y principalmente

la

boca del asa,

repetición del

la

que

«opus Sa-

erat». son fuertes indicios para creer obra andaluza este singular

aguamanil,

así

como

nombre

el

del artitice delata su

Los textos alusivos a obras salomón iegas

mozarabismo.

se registran sobre

todo

en España: en el

tesoro de losvi-

+opVS"S/^LoM^NlVa^Tv —

"

siglo VI, el

sigodos poseía

'

~"

piezas sorpren-

^1;=^] ¿3X^1

A±cXo^

dentes y pre-

de

ciosas

tal

manufactura; Fij,;.

2.1.

Letrero del afiuamanil del Louvrc

un documento inglés cita

«duobus

urceolis pretiosissimis ex operibus Salomonis»; Este-

de Navarra,

fanía, reina

mandó

vender, en io52, «illos vasos vel forteras

salomonaticas»; en Covarrubias, año

suo cobertuorum de labor salamoniego

moniego», y en

el

bien que de material,

plata.

como

Sobre tales

ello,

et III

(3).

del

mismo

siglo

XI 1, cons-

Parece tratarse de una manufactura,

aunque desde luego

atendiendo a

cum

basos de plata de labor sala-

diploma apócrifo de Obona,

tan «tres vasos salomoniegos»

más

inventariaron «I copa

11 12, se

éste es

siempre bronce o

dos piezas arriba descritas y clasificadas

las

por sus mismos letreros, cabe deducir que

la

obra salomónica

Edad media, y que debió siendo quizá España el primer país occi-

seria de fundición a la cera, arte casi perdido en la

restaurarse por influjos orientales,

dental en que ello se lograra. Realmente una pieza de fundición

(i)

a. Prevost de Longpérier:

Manuel dart musulmán; (2)

i865,

p.

366.

— Migeon:

IX.

Véase

Du Cange

:

el

186.

Por ejemplo, ciertos bronces del Museo de Granada: Gómez-Moreno:

Elvira, lám. (3)

t.

Revue archéologique;

II, íig.

como

Dictionarium mediae

-

388

-

et

infimae laiinitatis.

Medina


BRONCES aguamanil

del

sorprender

á

Louvre revela destreza singular y dominio de

la

técnica para

profanos.

Entre

los

bronces coptos del

Museo

del Cairo valen a nuestro

propósito

los

fragmentos de

una lámpara (Fig. 212), en

forma de co, tí

dis-

de 4G cen-

metros

de

diámetro, con círculos

,

ar-

quillos V cruces, entre

va-

retas radiales,

calados en

él,

y tres asas de

lasquependía,

mediante barras metálicas

-W'

convergentes en una pieza trifolia,

que

a

SU vez remata

Fig. 212.

lámpara copta en

el

.Museo Jel Cairo

en otra asa (i).

Un segundo

ejemplar,

procedente de Calabria, pasó a

Basilewski (Fig. 213), con disco

menor

— 23

cmts.

la

colección

— y abreviada su

com-

posición de ornato, pero concordante; llevaba tres cadenas de suspensión.

(i)

Strzygowski

:

K.optische K.unst;

-

389

n."«

9154 y qi56.


.

.

MUSEO MOZÁRABE y por remate un disco vertical calado (i). Otro platillo de lámpara, muy semejante al copto y sin aspecto de gran vejez, aunque clasificado de bizantino, hay en

diámetro y quizá de (Fig.

xMuseo Británico

el

finito, salió a la

lejos

por

las

en 1910 y 1914. arrastrado

//^^^~~^^

^S^

arquillos v los remates acóa favor

un origen andaluz,

y un tercero, de 34 cmts. de

la

forma de herradura de sus

razonados inclinan

(2),

Granada

comercio

embargo,

sin

214);

el

venta en

asi

^,.-—

JI

\^

¡y-*

(

-^

J v^^^^'^^^^"^^^^^ (

^

de

como

cruces no permiten dudar

de su cristianismo.

Desde luego, la

periferia y

aun

el

de

central

encajar vasos

para

servían

los aros

cónicos de vidrio, iluminando

aun puede

artísticamente: y

creerse que a este tipo de lu-

minarias,

tal

muy

vez no

pro-

pagado por Europa desde

las

Fig. 213. Platillo de

una lámpara calabresa

regiones orientales, aludirán lus

lychnos, pintorescamente

origen clásico tas

al

parecer.

descritos por san Paulino de Ñola (3) v de

Ninguna

como hay en monumentos lo

corresponde a dicho

gráficos,

embargo, y tampoco hay lámparas dar ellas por

representaci(')n eclesiástica, entre tan-

tales

tipo,

de mezquita, no obstante reme-

general obras cristianas.

Esto a reserva, sin embargo, de excepción insigne en nuestra

Mezquita de diada en

1

PZlvira. Reconstruida en 864 por

010 por

los

La messe; lám.

R. de Fleury

(2)

British Aluseum: A guide to the fig.

:

el

R. de Fleury: obra citada;

(4)

Texto de Abenaljatib en Dozy

t.

early Christian and

VI. pág. 4. :

(4).

tenia

439.

41

(3)

Gran

emir Mohámed, incen-

berberiscos y no vuelta a reedificar ya

(i)

antiquities;

sin

Recherches. 390

.

; .

t.

1,

p. 331

Byzantine


BRONCES lám paras exactamente

similares de las susodichas; y seis de ellas,

incompletas, sacadas de sus ruinas, existen en

menos

de Granada

Dos entre

(i).

el

más o

Museo arqueológico

ellas ofrecen características

de arte avanzado,

V datarán, a lo más,

de cuando se reconstruyó

mezquita;

la

m&)^.

cuatro

las otras

pero

son tan similares de

aun

cristianas,

las

cruces

faltándoles

que

,

dificultad

sin

podrían creerse pasadas de iglesias a

mezquita.

como

la

lue-

go, siglos adelante,

fueron tantas otras piezas de mezquitas a

nuestras iglesias.

Desde luego,

si

no

son mozárabes individualm.ente, de se-

guro

copian

tales,

Fig. 214.

a periodos

musulmanes

Las lámparas de Elvira (Láms.

mismas

den de

mente

cadenas: entre

igual

lisas.

sucesivos.

CXLIX

y

CL

y

fig.

21 5)

abundan en

varetas radiales, circuios y remates cordiformes ya dichos: pen-

tres

semejante

ya

de lámpara español

manteniéndose como cosa regional, va que no trascendió su modelo,

que sepamos,

las

Platillo

otras

al

Los

que

el

los

trípodes de suspensión hay uno casi exacta-

copto (Fig. 216), v también un disco de suspensiiSn es

calabrés (Fig. 217); pero platillos

más abundan

de aspecto más

pelotas, va verdugadas,

miden de 44 a 36 cmts. de diálos otros, menores y más finos,

viejo

metro; dos son casi exactamente iguales:

llevan series de arquillos de herradura, siendo quizá prototipos.

(,1)

Gómez-Moreno: .Medina Elvira;

39»

p. 8

y lám. VIH.


,

MUSEO MOZÁRABE En

el

conglomerado informe de bronce, carbón, plomo derretido,

vidrio V estera de esparto

quemada, que

salió en 1874 de las ruinas de la

Mezquita de EIvira, y una vez entresacadas

lámparas

seis

gracias a ^^>r^.

las

la

pa-

ciencia y habili-

dad de mi benemérito padre,

quedóimposible

recomponer

de

^y^

otro

objeto

de

más tenue masa, incompletísimo

hpcwmt

y deshecho, pero

en

el

que pudo

adivinarse

una

corona de luces, de las que Fig. 21

5.

Disco de lámpara de

la

Mezquita de Elvira

tanto hablan los

documentos. Pasados muchos años vino a publicarse otra sencilla, rio va

que

posee el .Museo copto del Cairo (1).

tal.

aunque más

pudiendo arianzarse

crite-

sobre los fragmentos granadinos (Fig. 218).

Constituíala un aro cilindrico, de 28 cmts.

aproximadamente de diámetro por 9 de

alto,

bordes reforzados salientes v calada en

lo

labor de circuios secantes,

mitivas celosías de el

la

como una

demás las pri-

de

Catedral de Córdoba.

borde superior engarzaban

tres anillas

con

para

En las

cadenas de suspensión, y de entre medias caían

Fig. 216. Colgadero de de Elvira.

lámpara

hacia afuera horizontalmente doce barritas triangulares articuladas, de

unos diez cmts. de largo, aplastadas por su extremidad hasta formar aran-

(i)

Gayet: L'arl copie; pág. 29Q.

392


BRONCES délas, en

donde encajaban

los vasillos

de vidrio, soportes que equivalían

de documentos antiguos, comprobados por

a los delfines

la

corona del

Cairo y por otro artefacto de luces argelino, en

forma de

perteneciente a

la

colección

Fuera de dicha Mezquita, entre

las

ruinas del

basílica,

Basilewsky

(i).

mismo tiempo que aquélla, un candelero de bronce, que puede

caserío incendiado al

descubrióse creerse los

también de tipo español

cristiano, pues

conocidos musulmanes son cortos y con cubo

para encajar

muy

esbelto,

para ensartar

gua (Fig.

el cirio,

mientras éste de Elvira es

con base redonda y púa terminal, cirio, según la costumbre anti-

Fig. 217. Bronce de Elvira

el

219).

Su decoración

es

muy

sencilla,

reconociéndose que fué

vaciado sobre un modelo a torno, y se reduce a nudos

Fig. 218.

Corona de luces de

la

su alto es de 49 cmts. Consérvase en la

La población de Elvira

(1)

misma

el

más gruesa zona

anillada;

Museo de Granada, con

otros

procedencia.

hubo de

constituirse en su gran mayoría por

R. de Fleury; obra citada; lám. 438.

— 5o

arandelas

Mezquita de Elvira (restauración)

arriba y abajo, entre los que media una larga y

bronces notabilísimos de

como

393


MUSEO MOZÁRABE renegados españoles y mestizos; pero que también hubo mozárabes acredítase por

un dije de plomo fundido,

allí

también descubierto, y

le

constituye una cruz dentro de aro, cuyo diámetro es de

dos centímetros (Fig. 220).

Otro gran

lote

hay de bronces

cer solamente se descubren hacia

cristianos, el

que

al

NO. de España. Son

jarros con gollete acampanado, base equivalente, las

pare-

si

bien

hay con menor desarrollo, y asa no siempre, que suele

rematar por abajo en un mascarón; además, platos hondos, con tetón en medio. El alto

de aquéllos acércase a 24 cen-

tímetros;

diámetro de

Unos y

el

los platos, a 22.

otros llevan decoración

verdu-

gada, de fundición, y casi todos además letreros y adornillos grabados.

Sus leyen-

das, sumamente bárbaras y

difíciles

Fig. 220. Dije de

Klvira

de

interpretar, parecen deprecaciones en favor de individuos

nombran; y como cierta miniatura represente a un hombre bautizando con un jarro idéntico, es de inferir

que

se

que para

esta

ceremonia

Probablemente

así

se destinasen.

eran los

aquamaniles

y

concos

registrados en nuestros inventarios de iglesias, pudíendo referirse al siglo

IX aproximadamente; pero como obras

de tipo asturiano y origen bárbaro, sin otras conexiones

con Fig. 119. Candelero

tal

lo

mozárabe que

cual adorno.

En

la

forma de algunas

letras

o

atención a ello quede su estudio

de Elvira

para otra ocasión. Baste consignar que de esta serie, un jarro del Museo de

nomine Dni Arvildi

vita

León,

la

pieza príncipe

lleva este letrero:

«+

In

Ds concedat».

TEJIDOS Aparte

los lienzos

y paños con que

necesidades ordinarias, sabemos por

el

394

el

país cristiano proveería a sus

sinnúmero de testimonios alega-


TEJIDOS dos arriba sobre inventarios, que

de Le(jn y Galicia con sus

las iglesias

monasterios atesoraban tejidos preciosos, sederías especialmente labradas con oro, cuyas variadísimas designaciones cun nombres árabes delatan su procedencia; y adeniíís tenemos

rabes, que, estando de Pajarejos

dato de aquellos

el

a servicio de

ti

race ros

Alfonso V, poblaron

la

mozá-

aldea leonesa

(i).

Fantasías de clasificación refieren a aquellos siglos ejemplares ricos,

que probablemente son más modernos; pero queda uno,

Esteban de Gormaz, conservado aquí como Es de

lino,

como

el califa

almaizar, con ancho de 1.12 m., v en

conservada lleva zonas varias con trama de seda, entre

una

letreros y

velo de San

que

trofeo y

testimonio auténtico de haberse tejido para

inscripcií'^n

el

las

la

lleva en su

Hixem

(2).

extremidad

que descuellan

medallones con animales y bebedores. Las sedas

serie de

van matizando de blanco a

verde y morado, más oro de

celeste, pajizo,

Chipre, o sea cabritilla dorada revuelta sobre hilo de seda. El procedi-

miento de labor

que

es de creer

es a

punto de

tapiz,

exactamente como

y

a esto llamasen tiraz en árabe.

Dos ejemplares leoneses permiten

dándonos quizá idea de

lo

que

allí se

terio del Bierzo, el de la

ser

el

anterior,

más famoso y antiguo monas-

Montes. Su borde

urdimbre de

agrupados con

fabricaba sobre modelos andaluces.

El uno es fragmento que proviene del

formados por

las telas coptas,

lleva hilos de fleco

lino; siguen

muy

ralos,

una zona de 22 mmts., con

trama carmesí de seda, otra zona de lino toda, con 69 mmts., y luego, una

ancho de 22 mmts. también, y otra zona carmesí de amplitud incierta. La cenefa labrada lleva

principal, labrada de punto de tapiz, en

por

fin

sedas de colores blanco, celeste, índigo, amarillo, verde y carmesí, for-

mando adorno esquemático igual

que

el

velo de

mucho más

cromática

de gusto indefinido, con técnica exactamente

Hixem, pero

sin oro, resultando

además su gama

viva y alegre. Los tintes son excelentes y

de obra en todo irreprochable, dentro de

las

la

mano

deficiencias propias de

la

(Lám. CLl; izquierda).

tapicería

(1)

Véase arriba; págs. 116 y

(2)

P.

1917; lám.

I.

117.

M. de Artiñano: Catálogo de El

tal

la

velo o enseña militar existe en

395

Exposición de tejidos españoles, la

Academia de

la Historia.


MUSEO MOZÁRABE El Otro ejemplar es una pieza de 2.77 m. en cuadro, y que

tal

vez

alcanzó doble longitud, quedando sólo uno de sus cabos, con fleco de

urdimbre. El tejido de

una

lino, a distancia

cenefita labrada, de 5 cmts., en

tapicería,

de 19 cmts. del

que vuelve

fleco,

da lugar a

a darse igual técnica de

con trama de seda en colores blanco, azul, verde pálido, malva

y tabaco, diseñando temas de remoto carácter vegetal entre rombos, y algo

como

contarios a los bordes.

velo de

Hixem, pero

remate de cenefas en listas

Su tonalidad,

más descuidada su

es

fría

técnica.

las tres telas referidas es

polícromas (Lám. CLI

;

y débil, recuerda

la

del

Valga advertir que

el

perfectamente similar, a

derecha).

Sirvió esta última tela para envolver la mitad de los huesos de san

Froilán en

el relicario

de

la

Catedral de León, donde aun

quedando garantizada su existencia en el sello

la

episcopal que ligaba los cabos de

segunda mitad del la tela

misma

(i);

siglo

subsiste,

XII por

pero no sería

inverosímil retrotraer su origen a fines del siglo X, cuando se llevaron a la

Montaña desde León

(i)

E.

las reliquias del santo,

Diaz-Jiménez:

Reliquias de

y 26. Esta última cita corresponde

al

mas coincidiendo su descripción con trate

de otra

amarillo por

tela

la

para salvarlas de Almanzor.

Iglesia

de de León; págs.

17,

19

sudario del cuerpo de san Pelayo, ahora invisible; la

del otro en lo principal, cabe presumir

semejante y completa, pues mide

ambos extremos.

396

que

se

3 por 1.22 metros, con cenefas de rojo y


.

REGISTRO DE NOMBRES GEOGRÁFICOS

Bañólas, pág. 5i Baños, 10, 13, loi, 172, 184, 201. Baralánica, 108, 132, 263, 361.

Abellar ü Abeliare: págs. 107, 137, 196, 241, 326, 329, 334, 347.

Adamuz,

365.

Ajnas, 29. Albelda, 40, 290, 292, 362.

Barcelona,

Albi, 356.

Barcena del Bedriñana

Alcaudete,

Algarbe,

3,

i5,

18,

5i

6.

,

25,

42 a 48,

157, 271

,

,

356.

Río, 91. 83.

Belén, 175.

5, 6.

Belpuig, 63. Benian, 85.

Alija, 148.

Amaya,

")

139, 264,

Amelie-les-Bains, 66.

Berlanga, 319: véase S. Baudel de

Angers, 222, 232.

Berlín, 356, 366.

Annuna,

Biella, 57.

19.

Binbirkilisse, 223.

Arévalo, 304, 306, Arguelles, 82.

Bisbayo, 238.

Arredondo: véase Socueva. Aquisgrán, 223.

Boñar,

Astorga, 77, 107 a

1

1

1

,

1

Boides o Boiges, xvii,

xvii, 77.

142,

159,

160,

162 a

167, 184, 261, 338.

15, 119, 120,

Braga, 373, 382.

135, 138, 166, 376, 377. 380, 381.

Athos, 175.

Brescia, 61.

Autun, 356.

Badajoz, 367.

Buada, 67 a 70. Burgos, 210, 264. Cabeza del Griego, 60, 146, 220. Cacabelos, 238.

Bailen, 178.

Cairo, 29, 233,

Balbek, 177.

Cairuán, xx,

Ávila, 62, 63.

Ayoo,

21

1

,

252.

Balsemón o Balsemáo,

Bamba,

301,

13, 97,

389, 392, 393. ¡56,

XV, XVII, XXI, 161, 172, 179,

Calzada (Santo

Domingo de

192 a 202, 206, 224, 231, 233, 234, 246, 252, 271, 274. 276, 277, 281.

Bande: véase Sta. (i)

No

es

Comba

183, 231.

Caldas: véase Boñar.

97, loi.

62, 309.

Camarzana,

Camba,

de

io5, 148, 178, 214.

96.

completo, pues faltan referencias accidentales que no tocan a muchas del capítulo X, repetidísimas.

lugares desaparecidos, generalmente, y

la),

397

arte, las

de


REGISTRO Cambón,

Cuxá, págs. 5 Damasco, 301. Deva, 154.

pág. 222.

1

Canapost, 52, 66. Canigó, 47. Canterbury, 85.

Capua, 85. Cárdena, 109, Cardona. 47.

52.

,

Dijón, 222.

Dueñas: véase 140, 263, 264, 349.

Dume,

S.

Pedro de

las

240.

Eiré, 95.

Carracedü, 238. Carrión, 132.

Elvira,

Casillas: véase S. Baudel.

Erment,

Casserres, 47.

Escalada, xvn,

Castañeda,

329,

3,

367,

376,

379, 387,

388, 390 a 394.

xvn,

178.

167 a

xxi, 24, 29, 81, 103 a io5, 107, 131, 141 a 164, 167 a

170, 173, 212.

169, 179, 182 a 184, 188, 190, 191,

107,

159,

Castulo, 178.

198, 2o5, 207, 208, 2i5, 217, 220,

Cava, 35o, 357.

224, 231 a 235, 246, 248. 252, 261,

Celanova,

xvii, xxi,

94,

114,

271, 274, 277, 278, 281, 285, 358.

119,

142, 154, 189, 190, 196, 201, 226,

Eslonza,

161 a 163, 190,

238 a 252, 256, 277, 283, 301, 316, 33I' 342-

Cividale, 29.

Clermont-Ferrand,

Cogolla,

262, 329.

Espinoso, 238. Evora, 209.

Exmiadzin,

i5o.

175, 177.

XV, XVII, XXI, XXII, 24, 36,

Feriana, 178.

95, 101, 132, 189, 288 a 309, 312,

Firuzabad, 81

313. 348. 349, 360, 362 a 364, 372

Florencia, 374, 379. Fonollar, 52, 68.

a 374> 376.

Coimbra, 7, 324, Comares, 366. Compluto, 18. Compostela, 36,

,

5o, 61, 175,

178, 196, 271, 325, 332.

1

93,

119, i5o,

238,

Gerona, 42 a 44, 46, 67, 148, i5o,

328 a 330, 332, 35o, 378, 381. Constantinopla, 149, 231.

Gérticos, 193.

Córdoba,

Gormaz: véase

xx, 3, 4, 6, 13, 14, 23, 25,

45, 5i, 79 a 81, 85, lio, 141, 146, 149, i5o, i54,

149.

Fuentes, 261. Germigny-des-Prés, 25,

383.

206 a 208,

169, 170, 180, 201,

231, 233, 258, 259, 303, 307, 312, 3i5. 316. 332, 346, 347, 352, 362, 365 a 369, 375, 385, 392.

324, 382. S. Esteban de Goviendes, 98, i55.

Gozón, 379. Granada, 5,

13,

i56, 201, 367 a 369,

379, 387, 388, 390 a 393.

Corullón, 238.

Grenoble, 175, 178, 223, 231. Guarrazar, 9, 11, 26, 328, 378.

Covadonga,

Guelma,

324, 331.

19.

Covarrubias, 329. 330, 334, 388.

Hinojosa de Duero, 307.

Coyanca, 77, Cuenca, 371.

Hornija,

1

16,

139.

xv,

161,

172,

i85 a 192,

2o5, 234, 235, 252, 278, 281, 381.

-

398


.

GEOGHAFir.O Mellanzos, pág. 208. Mérida, 5, 9, 13, 14, 23, 98,

Jarbetelbeida, pág. i55.

Jerusalén, 301

Jumilla, 178.

Mididi, 178.

Lalín, 327.

Milán,

Lancia, 143.

Mira, 157.

Laspra, Le be ña,

1

5o,

Monkwearmouih,

90. xvii,

xxi,

190, 201

183,

178, ,

Montalbán,

189,

37.

i5.

Montelios, 97.

267 a 282, 284.

Montes,

Lebrija, xxi.

xvii,

212

186,

Leire, 31, 36.

a

io5,

217,

106,

219,

159,

178,

224,

290,

Leiría. 60.

378, 395-

Lena,

24, 73, 79, 84, 85, 148, i55,

Le(')n

XVII, 8, 20, 77,

i56, 198, 214, 222.

1

,

5o, 154,

1

108 a 140, 142,

58, 206, 210, 238, 253 a

259, 261, 262, 318, 323, 324, 329 a 334, 348, 35o, 361, 370, 382, 384 386, 394, 395.

Liño, 24, 73, 82, loi, 157, 272, 276, 323. 371-

Londres, 349, 35o, 373, 375, 390. Lorbán, 7, 99. Losilla: véase Boñar.

Lourosa,

xvii, xxi,

i58.

Morales de Toro, 189, 191, Moreruela, io5, 106, 211.

Moroso,

1

56, 201, 324,

XXIV, 189. 281, 282 a 287,

301. 319.

Mosteiro de Eiré, 95. Mozote: véase Mazóte. Nájera, 290, 295.

Naranco, 73, 74, 79, 84, io5, Narbona, 42, 46, 5o. Nave: véase S. Pedro de la

Nora, 86

a 88, 89.

xxii,63 a 66, 104,224,271

Mata: véase S. Pedro de

Olérdula,

xvii, xxii,

Ollas: véase Sto.

.

la

las

xvii, xxi, io5, 107, 161

,

13, 37, 74, 98, 148. 157, 159,

172 a i85, 189, 190, 192, 198, 201,

347'

211, 220, 230, 232, 233, 248, 256,

Santullano.

37, 58, 63,

177, 246,

254, 271, 301 ,315. 320.

252. 330.

182, 2(H, 235, 304, 328, 329, 331,

168,

271, 272, 274. 281, 285, 316, 320.

1,

264, 363.

Oviedo,

103, 146, 147, 149, 153,

de

Orleansville, 178, 230.

Osma,

Matifu, 178, 230.

14 a 27,

53 a 59, 63, 70.

Tomás

Orense, 96, 107. 134. 25 Orleans, 325.

Marialba. 60, 146, 260.

xxi,

i56, 222.

Oña, 267, 268.

Málaga, 366 a 369. Mansilla de las Muías, 208.

Melque,

192.

Nuez, 36. Obona, 331, 388.

365, 382, 387, 395.

Mazóte,

Monza,

Nevers, i5o.

100 a 104, 148.

Lucena, 369. Lugo, 328 a 331, 342. Madrid, 7 a 11, 13, 30,

Marq uet,

153,

201, 235, 323.

Jinnis, 19.

37''

37<>-

37^ a 380. Véase

Padul, 368. Palencia,

10,

Pamplona, París,

399

loi, io5, 172, 206.

373.

356, 372, 374, 379, 387, 389.


.

REGISTRO Pedret, 5g a

San Martín de Salas,

64, 146.

Peña: véase S. Juan de

Peñalba,

xvii, xxi,

142,

154,

San Millán: véase Cogolla. San Pedro de la Mata, 9, 26, 271. San Pedro de la Nave, xvi, 8 a 10,

161,

224 a

238, 246, 248, 249, 252, 264, 256, 258, 267, 271, 272, 274, 278, 279,

13,

20 a 22, 97, 98, i57, 178, 230,

281, 285, 375, 384, 385.

271, 323.

San Pedro de

4.

las

Dueñas, 2o5, 206.

Pontevedra, 148.

Sanpetersburgo, 389, 393. San Prudencio, 108.

Pravia, 72.

Santa

Piasca. III.

Priesca,

85a87,89,98, 148,222.

xvii,

Rabatammán,

98,

23.

24,

149,

97,

157,

Comba

de Bande,

10, 18, 23,

230, 248, 254, 271, 287, 318.

Santa Eulalia del Valle, 89. Santa María (Mallorca), 323. Santa Marta de Tera, 108, 148. Sant Gall, 178.

149.

Racca, 81, 149.

Ravena,

222,

223, 232, 254.

Revilla de Pomar, 214.

Santiago: véase Compostela.

Rivadelago,

Santillana, 265, 267.

168,

170.

Tomás

Robles de Laciana, 238.

Santo

Rocas, XV, 94 a 95, Roma, 85, 183, 356,

SantuUano,

RipoU, 45, 47.

288, 297.

Rueda

iio,

98,

148,

178,

Sarvistán, 149. Sedrata, 81, 149.

Segóbriga: véase Cabeza del Griego. Segovia, XXI, 97, ¡55, 196, 271, 304.

175. xvii, 107,

83,

214, 222, 235, 323.

5i.

Sahagún,

72,

5i, 356.

del Almirante. 142, 208, 234.

Ruhaiba,

de las Ollas, 218

a 224, 232, 248, 252, 316.

380.

Rivadesil, 93. 240, 241.

Rouen,

88 a

90, 240.

178, 189, 190, 196, 201, 220,

Peñamelaria,

xvii,

la

132,

Sevilla,

140,

143, 145, 161, 174, 190, 202 a 206,

3,

8,

13, 98,

Sigüenza,

234, 281, 341, 363.

Saint Restitut, 222.

Silos,

7,

104, 318.

132, 261, 282, 309, 349,

Salas del Bierzo, 238.

35o,

362, 363, 365, 384.

Saldaña, 267.

Simancas, 196. Sobrado, 328 a 331.

Samos, 93, 196, 241 San Adriano: véase Boñar.

Tábanos,

Salas: véase S. Martin de

San Baudel, xxi, 248, 309 a San Clemente de Valdueza,

i56. 358, 367.

Sietecoros, 182.

Socueva, 320. 218.

95, 287, 288.

4.

Tabernoles, 47. Tarazona, 288.

Sandoval, 208.

Tarragona,

San Esteban de Gormaz, 154. 395. San Juan de la Peña, xvii, 30 a

Tarrasa, 18,49,58,62,66,146,271. Távara, xvii, 131, 209a 21 1,332,386.

40, 94, 195, 297, 363.

San Juan

del

Cachón, 241.

53.

Tavira, 367.

Tera: véase Santa Marta de

400


.

.

GKOGRAKICO Tigzirt, 85.

Valdesaz,

Tívoli, 231

Valdevimen,

Toledo,

XXI, 6,

8 a

14,

2('),

78, 97,

106,

ii5,

116,

i5o,

163,

184,

196,

201,

233,

271,

314.

319,

357, 359, 369.

i

17.

108.

Valdueza: véase San Clemente de \'almuza, 178. Valpuesta, 140. Valladolid, 201

,

206.

Tolosa, 36. Tólox, 4.

Velio: véase Villardeveyo.

Torcello, 85.

Venecia, 157. Verona, 348.

Venasque,

Tordesillas, 12.

Toro,

122.

Vich, 43 a 47. Vida, 52.

lio, 189 a 191

Tournus,

18,

222.

Tours, 230.

Vienne, 222.

Trevélez, 365.

Vilanova,

xvii,

94,

183,

Tuñón,

Udalla, 36.

Villamoros, 260, 288. Villardeveyo, xvii, 82. Villarm ún, xvii, 146, 207,

Uppenna,

Villaverde, 368.

345.

Urgel, 35

Urgub,

Úxama, Vaisón,

178.

Vime, 107. Wroxeter, i55. Zamora, 11, 77,

175. 178.

221.

Valdabasta, 162, 207. Valdalcón, 208.

Va Id ed ios,

xvii, 22,

106,

107. 116. 120,

Í39. 373-

Zaragoza, 29 a 76 a 81, 83 a 85,

89,98, loi, 154, 157, 276, 333. 371.

401 5i

261, 262.

Vimaranes, 330, 331.

1.

18,

25o

Villacete, 108.

i85.

Turín, 325.

Úbeda,

189,

a 252.

Tréveris, 223.

Zraia, 230.

Zubia, 369.

31, 76, 157. 302, 370.



REGISTRO DE ALGUNAS VOCES DE ARQUITECTURA

ADARAJAS.

Dentellones que se forman en

de un muro, para su trabazón

AJIMEZ. sías,

proseguirlo.

Saledizo ante una ventana,

como

balcón cerrado con celu-

para asomarse las mujeres sin ser vistas. La acepción moderna de

ventana gemela

carece de autoridad: véase pág.

ALBANEGAS.

Enjutas de arco; o sea

a cada lado entre su rosca v

ALFÉIZAR. tro,

al

interrupción lateral

la

el

recuadro o

Recodo que

el

13,

hueco

nota

trianf^ular

véase pág.

alfiz:

4.

13,

que media

nota

2.

forma en torno de un vano hacia aden-

se

para encajar las maderas.

ALFIZ. capricho

le

Recuadro decorativo de arco morisco. Modernamente y

a

llaman arrabaa.

ARISTA. Intersección saliente de dos cóncavas. Bóveda de aristas normal es la cañones perpendiculares

ARQUIVOLTA.

superficies,

que pueden

ser

simple intersección de dos

e iguales.

Rosca de arco, o sea su parte curva, hecha con

piezas cortadas en dirección radial generalmente. Escribir archivulta es

purismo inadmisible

ya;

mas pronunciar

ARRABAA. Véase alfiz. ATAURIQUE. Ornamentación BAIDA.

la

ch no tiene atadero.

morisca de tipo

Bóveda cupuliforme o de casquete

gonal, generalmente

cuadrada.

Su desarrollo

vejetal.

esférico sobre base politotal

es

como pechinas

prolongadas por arriba hasta cerrar en curva continua. Su sección diagonal da

un semicírculo;

BAQUETÓN. BOCEL.

CANON. bién

su

línea

las

normales, arcos escazanos.

Moldura como bocel pequeño.

Moldura convexa semicilíndrica. Bóveda semicilíndrica, generalmente; mas puede

ser

generatriz apuntada, elíptica, escazana, peraltada

herradura.

4'"'3

tamo de


VOCKS DE

CAPIALZAR.

Desarrollar un arco o bóveda con oblicuidad progre-

siva, siendo horizontales

bóveda de

y paralelos sus arranques. La

tas capialzada tiene su clave central

más

alta

que

los arcos

aris-

formeros, y

su sección diagonal da un semicírculo o un arco apuntado.

CIMACIO. sobre

el

medieval

suelto,

como abaco de gran

desarrollo,

que va

con aumento del plano superior de apoyo. Es elemento

capitel,

casi constante y típico.

CINTA. la

Miembro

Hilada angosta y con ancho

que distribuye en zonas

fijo,

organización general de una obra.

COBIJA.

Pieza monolítica, generalmente llana, con que se cubre un

vano. Aplícase a los tableros que, volando entre modillones, constituyen el

ala de

un

tejado.

DERRAME,

muro en

Corte oblicuo del

aumentando su capacidad de una haz y con desarrollo mínimo a

la

a otra, o

un vano,

periferia de

la

promediado hacia ambas

mitad de su grosor. Así,

las

ventanas aboci-

nadas y saeteras.

DESCANTILAR. longitudinal oblicuo:

DESPEZAR. de

la

Robar su

arista a

como chaflanar.

Cortar

el

material de conformidad con

obra; sobre todo en los arcos su

DOBLAR. blado

menos

es

el

Reforzar un

que

una esquina, mediante un corte

despiezo

miembro con

lleva sotopuesta

la

estructura

es esencial.

otro equivalente.

Arco do-

una segunda rosca, concéntrica y de

grosor.

ENJALBEGAR.

Blanquear una pared, con lechada de

cal general-

mente.

ENJARJAR.

ENTREGAR.

Organizar un arco o bóveda con

jamba recortada como

ESCAZANO, de

él

muro un miembro saliente, dotado de en obra como tizón. Columna entrega

Incorpiorar al

masa complementaria que entra es la

jarjas.

tal

columna parcialmente.

Arco de menos desarrollo que

el

semicírculo,

al tercio

generalmente: también, escazarí y escarzano.

ESCOTA.

Moldura cóncava semicilíndrica, o de más desarrollo aún.

Decir escocia es italianismo.

ESPEJO.

como acera, y

Piedra colocada en un se aplica

generalmente

404

muro presentando a

su cara mayor,

mamposterías de poco

tizón.


ARQUITKCTIJK

ESQUIFADA. muros de apoyo;

Bóveda de cascus

\

llanos,

que avanzan en

formando rincones o

se ¡ntersectan

sus secciones normales son semicírculos. Llamarla

octógono regular, cuádrale

ESTRIBOS. bóvedas; como fenecí

el

FORMERO.

su extremidad

o contrafuerte, en cierto modo.

Arco pegado

al

muro, preparando

nacimiento o

el

es galicismo.

Casco cóncavo, rematado en redondo, generalmente, por

más ancha. Moldura de curva compuesta, por arriba cóncava y luego

GORJA.

convexa: también,

papo de paloma.

HERRADURA.

Arco desarrollado en más del semicírculo, exce-

diendo generalmente su flecha o altura en un tercio o en es

base un

muros para contrarresto de arcos

arranque de una bóveda; como forma. Decir formalete

GALLÓN.

los

bóveda en rincón

mas cuando tiene por lombarda. cúpula nombre de

Pilares adheridos a los

con

aristas entrantes, y

es galicismo deshonrible;

de claustro

y

linea

la

mitad del radio:

nombre moderno.

HOMBROS.

Parte inferior de arco o bóveda, que. no

empujando

contra los muros, se despieza libremente, ya incorporada a ellos ya maci-

zado su trasdós para refuerzo.

HUESO

Disposición de los sillares, asentados en contacto unos

(A).-

con otros, sin cuñas ni tendeles.

ICONOSTASIS. orientales,

Cerramiento ante

que atraviesa

la

el

coro y altar, en

las

iglesias

nave principal, formando arquería sobre co-

lumnas, generalmente.

IMPOSTAS.

Miembros

horizontales, salientes y

común, sobre que arranca un arco

INTRADÓS.

o

JARJA.

lo

o bóveda.

La cara o superficie

JARJAMENTO

moldurados por

interior y

cóncava del arco.

Porción inferior u

hombro de un

arco

o bóveda, que se erige sin cimbra y a hiladas horizontales, rematando en corte oblicuo para salmer de

JEMESÍA

o

XEMESÍA.

primera dovela.

la

Enrejado de piedra,

ladrillos, yeso o

dera, para dar luz y ventilación, sin registro desde afuera:

LISTÓN.

Moldura cuadrada de poca

MECHINALES.

como

ma-

celosía.

saliente.

Agujeros que resultan en una pared, por ocuparse

durante su construcción con

las

agujas del andamio.

4o5


VOCES DE

MEDIO PUNTO. así

por

ir

que

se

arco. Se llamó

su punto o centro a mitad del ancho. Por analogía, tercio

de dos centros dispuestos

es el arco el

Curva semicircular, tratándose de

al tercio

de su ancho; cuarto punto,

punto

organiza sobre cuatro divisiones, y todo

centros en los arranques. Parece que los tratadistas

dado buena cuenta de

MOCHETA. miembro

esta

pu nto

nomenclatura, propia de

el

que

tiene sus

modernos no

los

se

han

maestros ogivales.

Listón cuadrado con que remata horizontalmente un

o paramento.

MODILLÓN.

Miembro voladizo sobre que extremos de un dintel: como can

alero, o bien los

NÁCELA. un cuarto'de

Moldura cóncava, que arranca

asienta

una cornisa o

y canecillo.

vertical y suele desarrollar

cilindro.

PARTELUZ.

Pilar medial de

un vano; como alaros en

lo

morisco.

Saledizo en forma de triángulo esférico, dispuesto en un

PECHINA.

rincón para apeo de cúpula o anillo.

PERALTE.

Porción vertical sobre que se desarrolla

la

curvatura de

un arco o bóveda, partiendo de sus impostas.

PÉRGULA. de que pendía

Trabe o madero horizontal, y

el

velo ante

el altar

de

a veces sobre columnas,

las basílicas,

atravesando su nave

mayor.

PERPIAÑO. a otra en

Miembro

un muro, ya

PLANCHA.

el

el sillar

que va de una haz

arco que atraviesa perpendicularmente una nave.

Dintel de

PUDINGA.

travesano: ya sea

madera que

cierra

un vano.

Piedra formada por un conglomerado de cantos

dos, según imitan nuestros

RAMPANTE.

mármoles

menu-

artificiales.

como el arco y la bóveda que nivel. También llamaban así a lo

Construcción en declive,

tienen sus impostas oblicuas o a distinto

capialzado de una bóveda.

RASTRA.

Madero que

se asienta a lo largo del

muro, para trabazón

o apoyo de techo.

REPISA.

Miembro voladizo sobre que carga un

arco o pilar: antes,

represa.

RESPONSIÓN.

Pilar dispuesto a

modo

de columna, o sea pilastra,

y guardando correspondencia con una columna. ROSCA. Arquivolta o dovelaje de arco.

406


ARQUITECTURA

SALMERES.

Piezas en

¿irranque del arco, una a cada lado, ya

el

rematando simplemente sus jambas o postas, para recibir

SARPANKL

encima

las dovelas.

CARPANEL.

o

o dispuestas sobre las im-

jarjas,

Arco rebajado

elíptico:

del

francés

anse de panier.

TABICA.

Tablero que cierra

dós miembros salientes,

TAPIA.

como

vertical u

metopa

la

Obra de argamasa o

oblicuamente

el

huec<j entre-

clásica.

tierra apisonada,

que fragua dentro de

una horma, formada con tableros y agujas movedizos. Su tamaño, de dos varas de largo y una de alto, valía por medida superficial.

TEJAROZ. TIZÓN.

Alero de tejado o guardapolvo.

Pieza alargada que entra en obra puesta de cabe/a, que-

dando ocultas dentro

del

muro

sus caras mayores.

TOBA. Piedra caliza estalactítica, muy esponjosa. TRASDÓS. Superficie exterior convexa de un arco trapuesta al

intradós. Llamarla extradós

TROMPA.

es

o b('>veda, con-

barbarismo insigne.

Arco o elemento de bóveda que, cabalgando en un rincón

diagonalmente, contribuye en equivalencia de

la

al sostén

de ciertas bóvedas o de un ochavo,

pechina.

VERDUGO. Cinta ZAPATA. Especie

saliente,

como baquetón.

de cimacio, alargado y sobresaliendo por dos

frentes opuestos.

407




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