La nยบ 4 Despensa
En momentos difíciles las prioridades quedan más claras, y siendo conscientes de lo más básico, también reivindicamos el derecho a la alegría y al placer. Aunque La Despensa nazca a partir de la carencia, elegimos tener presente la abundancia y el disfrute compartiendo experiencias alrededor de la comida, porque encontrarnos en torno a la mesa es universal. En La Despensa queremos almacenar y compartir recursos, conocimientos, cultura. La comida en su dimensión cultural, como construcción de nuestra identidad, herramienta de cohesión social y fuente de placer. La Despensa es una publicación quincenal, que nace a partir del proyecto de reparto de comida en el contexto de emergencia alimentaria, organizado por la Asociación Cultural Hacenderas, en Retiro.
Hay un momento del proyecto de la Despensa que queremos compartir y es en el que tiramos la fruta y verdura que se estropea antes de tiempo, a la compostera del huerto comunitario de Adelfas. En este fanzine hablamos de los comerciantes, no solo porque han colaborado con el proyecto, sino porque le dan vitalidad al barrio, generan espacios de encuentro y conforman el tejido productivo. El huerto también. Que los vegetales de la Despensa (que intentamos sean los menos) acaben alimentando el huerto, nos recuerda que incluso lo que consideramos descartado puede ser recurso y servir para conectarnos con otras iniciativas, contribuyendo al ecosistema del barrio. Y nos estimula a pensar que podríamos elaborar jabón a partir del aceite usado de los bares y restaurantes, aprovechar los descartes de los talleres de carpintería o costura para construir juguetes, crear bibliotecas itinerantes con libros de segunda mano...
... o hacer como el escultor Hugo França y crear mobiliario público
con los árboles caídos en los parques.
Y después de esta reflexión para el futuro, las deliciosas recetas de Angélica y Ruth, las refrescantes ilustraciones de nuestros artistas infantiles Esnáider, Lizzy y Éric, charlamos con los carniceros y ex carniceros José Luis y Manolo, y la interesantísima historia de los huertos en el barrio contada por Kois, de la Asociación Vecinal de Los Pinos Retiro Sur.
filipinas en pacífico por Lorein y Angélica Malibiran
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Somos de Batangas y vinimos hace 4 años a España con nuestra madre. Cuando llegamos no conocíamos a nadie, pero ahora tenemos amigos, y hasta hijos. Hemos conocido a muchos filipinos, que viven sobre todo en Cuatro Caminos y Tetuán. Antes de venir ya sabíamos algo de español porque hay palabras que se dicen igual: mesa, tenedor, plato o kutsara... y lechón, que se cocina en ocasiones especiales.
Un plato que nos gusta mucho es el Menudo, y por supuesto se acompaña con arroz.
Langka
lutin rroz g de a ulce
En Filipinas se come mucho en la calle y aunque nos encanta la barbacoa, lo que más se come es arroz. Comemos arroz 3 veces al día, da igual que sea desayuno o cena.
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En Filipinas hay muchas frutas tropicales que no se encuentran aquí: lanzones, santol, langka... pero lo que más echamos de menos es el pollo frito de Jolibee. El restaurante al que más van los filipinos en Madrid es el Fabiola, en Bravo Murillo 297.
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Entramos en la carnicería a las 10 de la mañana. José Luis nos saluda desde el otro lado del mostrador. Hay gente comprando. Nos cuenta que la carnicería lleva 40 años en el barrio. Casi todas las personas que van allí a comprar son clientas fijas, “las de toda la vida”, nos dice que incluso ahora compran las nietas de las clientas de siempre. Le preguntamos si el negocio lo lleva él solo, responde sin vacilaciones “hay 3 personas más conmigo”, para José Luis esas tres personas que trabajan con él, uno de ellos su hijo, son imprescindibles, pues conocen perfectamente a la clientela y hacen que el negocio sea familiar y acogedor, cree que eso es indispensable para dar un buen servicio y además considera que el comercio de proximidad tiene que tener ese valor añadido de cercanía en el trato. Gracias a José Luis hemos podido ofrecer carne de calidad en nuestras cestas a un precio reducido, además dedica unas horas a preparar en torno a 90 raciones de forma individualizada, tal y como le detallamos en nuestro pedido semanal y nos la guarda en sus cámaras frigoríficas para
que la carne llegue a las familias en perfecto estado. *Lo que viene a continuación es otra historia, que completa la de José Luis. Una tarde, charlando con un taxista, me contó que él y su mujer habían tenido una carnicería en la calle Seco 12. Manolo, el ahora taxista ex carnicero, recuerda con cariño aquella época y cuenta que para su mujer fue muy triste cerrar el negocio, porque su vida social entonces consistía principalmente en charlar con las vecinas mientras las atendía. También me dice que el que era su jefe cuando él entró de ayudante, lo consideraba su hijo y que lo animó a hacerse cargo del negocio cuando se retiró. Para Manolo, no se pueden comparar los vínculos que se establecen en un pequeño comercio, con los que hay entre empresario y trabajador en una gran superficie. Nos gusta contar estas historias, porque las relaciones y el afecto también nos alimentan y crean comunidad.
Wheat and Steak, 1981 Creemos que a José Luis y Manolo puede gustarles el desfile que organizó el artista Antoni Miralda en Kansas, con motivo de la feria anual de granjeros, para celebrar el intercambio de productos, la cultura gastronómica y el aspecto ritual y monumental del comportamiento humano. La pieza principal del desfile está expuesta en el Museo Reina Sofía.
la columna de la experta
Ruth comparte su escuela de cocina, Apetitoh, con la Despensa y sabe hacer helado
Receta de Helados Caseros y Sanos HELADO DE PLÁTANO 2 plátanos maduros 1 cucharada de mantequilla Trocitos de chocolate Cortar el plátano en trozos, ponerlos en un plato o en una bolsa de congelación y meter al congelador. Cuando ya esten congelados unas 3 horas, sacarlos y ponerlos en un vaso batidor. Ir triturando hasta que tengan una textura cremosa, entonces añadir la mantequilla. Sacar a un recipiente y añadirle trocitos de chocolate y mezclar. Este helado se come al momento, servido en copas. HELADO DE AGUACATE 2 aguacates 100 gr de azúcar 500 ml de nata El zumo de medio limón o una lima Corta y deshuesa los aguacates. Retira la pulpa y reserva las cáscaras. Haz un puré con la pulpa, el azúcar y el zumo de limón hasta obtener un puré homogéneo y con consitencia. Vierte el pure y la leche en la heladera. Listo! Si usas congelador, vierte la mezcla en un recipiente metálico y déjalo de 3 a 6 horas, mezclando varias veces durante ese tiempo. Para presentarlo puedes poner las mismas cáscaras del aguacate.
esnáider, 11 años
HELADO DE YOGUR 250 g de yogur natural 250 g de queso fresco 150 g de azúcar 75 g de nata líquida 100 g de leche Bate el queso y el yogur hasta que quede uniforme. Añade el azúcar la leche y la nata y mézclalo muy bien para que quede todo integrado. Ponlo en un recipiente y mételo en el congelador hasta que se congele, (o en la heladera). Si añades al servir mermelada de frambuesa, sabe a tarta de queso!
lizzy, 7 aĂąos
eric, 7 aĂąos
breve historia del huerto de adelfas por José Luis Fernández Kois, de la Asociación Vecinal Los Pinos de Retiro Sur
Puente de Vallecas en los alrededores del Arroyo Abroñigal, años veinte.
Agricultura y ciudad parecen hoy dos palabras contradictorias, cuando históricamente los asentamientos humanos se construyeron cerca de lugares donde el agua y la tierra de cultivo fuesen accesibles. Hemos enterrado esas raíces bajo el asfalto, hemos tratado de borrar esa memoria agraria y olvidar nuestra ecodependencia en nombre de la modernidad, pero cada año las fiestas de San Isidro nos recuerdan que tenemos a un agricultor como patrono de la ciudad. Hoy sabemos que la agricultura nunca desapareció del todo en Madrid, que hay una historia arrinconada en sus riberas, arrabales, solares y sobre el entorno construido. Durante las primeras décadas del siglo XX las aguas del Arroyo Abroñigal, la actual M30 en su tramo de Ventas al sur, todavía se utilizaban para regar las huertas tanto del Puente de Vallecas como de Las Californias. La industrialización y la modernización de la ciudad acabaron tanto con el arroyo, como con aquella geografía de casas bajas con huertos. Algunos vestigios de huerta resistieron el paso del tiempo, produciendo verduras hasta los años ochenta, con la M30 ya construida.
Los huertos resisten incluso después de que se construyera la M30.
Finalmente la construcción de El Corte Inglés y las torres de Ericsson, al otro lado del Puente de los Tres Ojos, terminaron por borrar las huellas hortelanas del sur de Retiro. Llamamos “malas hierbas” a aquellas plantas que crecen donde y cuando quieren, contrariando a la voluntad humana. Algo similar tienen los huertos urbanos que se han ido abriendo hueco en la ciudad durante la última decada, suelen cuestionar la omnipotencia del planificador. El huerto comunitario Adelfas, que cumple una década este año, sería uno de los pioneros de la ciudad; promotor de la red de huertos y del impulso de las políticas públicas que han permitido que otros huertos educativos arraiguen dentro del Parque del Retiro. Plantemos tomates, cultivemos relaciones sociales y cosechemos ciudades alternativas.
Acaba julio y también la primera etapa de La Despensa. Gracias a todas las personas que han colaborado y han hecho posible este fanzine: Evelyn, Dani, Fátima, Khadim, Ibra, Yara, Nacho, Nelly, Mariza, Erichel, Nicole, David, Almudena, Alejandro, Elaine, Lala, Joana, Lorein, Angélica, Lorena, Mª Jesús, José Luis, Manolo, Esnáider, Lizzy, Éric, Edurne, Kois, Ángela y por supuesto, Ruth.
Sobre Hacenderas Hacendera es un esfuerzo, una movilización colectiva y gratuita, con un objetivo que beneficie a la comunidad. Hacenderas es una asociación cultural, un espacio de encuentro y reflexión colectiva para las vecinas y vecinos de Retiro. Ha nacido en un momento excepcional para cuidarnos y celebrarnos. Madrid, Julio de 2020 Facebook: Asociación Cultural Hacenderas Twitter: @AHacenderas Instagram: @hacenderas Email: asociacionhacenderas@gmail.com