El rol de las organizaciones comunitarias en la prevención del suicidio

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EL ROL DE LAS ORGANIZACIONES COMUNITARIAS EN LA PREVENCIÓN DEL SUICIDIO Autor: Leonardo Martín Dorony Saturno leonardodorony@hotmail.com

Introducción La Organización Comunitaria es un grupo de personas que se reúnen para intercambiar ideas, resolver situaciones que les aquejan así como construir o transformar el espacio territorial y el espacio psicológico social de las personas. Desde el inicio de la historia de la humanidad, las personas se vieron en la necesidad de congregarse para sobrevivir, para lograr satisfacer las necesidades básicas, buscar alimentos, abrigo, protección y fueron encontrando formas y creando medios, instrumentos y herramientas, para modificar su entorno de acuerdo a las realidades que se enfrentaban. Así es que la experiencia humana fue descubriendo que solo mediante la organización, la colectivización de los recursos y la protección mutua, se pudo sobrevivir y expandir hasta nuestros tiempos. A medida que se va desarrollando la humanidad, las personas van aprendiendo a subsistir, van descubriendo que juntos se logran mayores satisfactores y que aquel que es separado, lo más probable es que muera. Así es que se llega a comprender la necesidad de estar con otros, la importancia de congregarse como forma de fortalecimiento y poder enfrentar las diferentes situaciones propias de la vulnerabilidad humana y aquellas que se fueron construyendo a partir de injusticias que otros grupos desde un poder, infligen a otros. Las Organizaciones Comunitarias además se abocan fundamentalmente, a atender aspectos de la vida cotidiana y a buscar alternativas para la mejora de la calidad de vida en diferentes áreas, según definan sus objetivos. Las áreas pueden ser de orden político organizacional, jurídicos, productivos, social, cultural, económico, así como mejora del medio ambiente y los aspectos funcionales y estructurales, tanto de los grupos humanos como urbanísticos, por el cual se transita y se convive en la vida cotidiana. El hablar del rol de las organizaciones


sociales, es retomar la historia organizativa que las personas se dan en cada lugar, en cada región así como en cada cultura. Es un ámbito desde el cual las personas desarrollan imaginarios y materializan formas de ver, sentir y pensar, constituyendo cosmovisiones, creando realidades e instaurando verdades. Los distintos estamentos del poder, suelen imponer su realidad a tales grados que gestan los fundamentalismos, homogenizando la vida y paradójicamente, promoviendo la muerte. Latinoamérica es un ejemplo histórico de intentos de homogenización, de imposición de realidades, de dioses y de vida cotidiana. La dificultad de caer en generalizaciones, es promover modos de invisibilizar, de negar la existencia de lo diferente y fomentar dogmatismos, creando dispositivos de “visón túnel” que se suelen hacer desde conceptos etnocentristas y más, colonialistas o imperialistas. Y que Latinoamérica siga su camino en defensa de su diversidad, es afirmar que Latinoamérica se construye. Es por un lado esperanzador para nosotros, los latinoamericanos, y persecutorio para otros con concepciones de dominación y exclusión social, en este momento de la imposición de la globalización a través del nuevo Dios-Mercado y los nuevos súbditos con prebendas , que controlan a los esclavos modernos (Dorony, 2012). Muchas situaciones que hoy encontramos son los nuevos sicarios del sistema, siendo muchos de nosotros como profesionales o los modernos empleados

de

confianza

(burocracias)

o

los

posmodernos

tecnócratas,

deshumanizando el proceso productivo y por ende, al trabajador, potenciando los efectos sociales de la primera revolución industrial (Bentancurt; Dorony, 2015). Profesionales y técnicos que nos forman con paradigmas de ciencia ajena a las necesidades humanas, imponiendo una lógica explicativa desde conceptos de libertad y derechos humanos hiper-individualistas que atentan contra lo comunitario y por ende, contra la humanidad. Y eso a su vez que nos forman para usar la ciencia en contra de la naturaleza, destruyendo el medio ambiente y contaminando regiones donde se asientan las mayorías de las poblaciones, imponiendo un ecosistema tóxico, de destrucción, violencia y aniquilación de lo humano. Una ciencia que nos conduce socialmente a la destrucción de los vínculos, a la eliminación de la tolerancia y la solidaridad, intentando aniquilar la


diversidad de lo humano, convirtiéndose en el virus que condena a los grupos humanos hacia la metáfora de “los zombies”. Seres no pensantes que atacan a los sanos, pensantes (Dorony 2014). Una nueva estrategia de condenar a las mayorías hacia un proceso de animalización para ser usados como los nuevos animales de carga, como los posmodernos instrumentos laborales a base de sangre y pulmón, con el plus de ser ecológicamente biodegradables. Además hoy podemos decir que incorporan el proceso de autodestrucción, mediante los diferentes procesos de violencia y fundamentalmente el suicidio, logrando así crear el imaginario que aquellos que dominan y estructuran hoy a la sociedad. Se dicen inocentes, culpando al obrero, al trabajador, al que despierta de esta Matrix (Dorony, 2014b), criminalizando toda iniciativa de lucha por salir, por haber despertado y por querer ser solidario, humano y despertar a otros. Otros, que despiertan y se frustran de la inmensidad de la injusticia, se vuelcan a las sustancias como forma de intento de otra forma de dormitar, de anestesiarse. Otra forma de quedar ajeno a la realidad aplastante cuando ve que con su salario es imposible la existencia, el alimentar a sus hijos, para seguir soportando la humillación y la enajenación en su labor. Seres-Máquinas, (profesional-técnico), al servicio del Dios-Mercado en aniquilar y picar la carne del cuerpo del/a trabajador/a. Encargados de promover la organización de los nuevos inquisidores del SXXI, usando el lugar del poder para dividir, discriminar y fomentar el terror. Quien hoy no se organice se condena a ser el moribundo que camina en este infierno, soportando la tortura desde la ilusión del vivir. Desarrollo y Aspectos Referenciales El pensar entonces en el Rol de la Organizaciones Comunitarias, es lograr dilucidar estas prácticas en y desde la comunidad que materializan las políticas y mandatos de estos Seres-Máquinas. Retomar la sabiduría de la comunidad desde el cual se está inserto, es comenzar con la escucha de las necesidades y las formas que han aprendido a buscar y lograr los satisfactores (Max Neef, 2013). A decir de Freire, (1992), buscar articular la sabiduría popular con el conocimiento científico y ponerlo al servicio de esas necesidades de las personas de la


comunidad y no centrarse en las necesidades del mercado y de quienes resguarda sus intereses. El Rol de las Organizaciones Comunitarias, es lograr procesos de gestión a través de las diferentes acciones, permitiendo materializar desde lo operativo, la interacción del conocimiento científico y el saber popular. Es por esto que se abre la imperiosa necesidad de que en los congresos académicos y científicos, estén presentes y participen activamente las Organizaciones Sociales, presentando sus experiencias, sus conocimientos y sus análisis. Son las personas que se encuentran en “las trincheras de la guerra por la vida”, trayendo a la dimensión académica investigativa la información que permite generar esa praxis, dando cuenta del desarrollo del pensamiento, del saber científico y el desarrollo de la comunidad. La academia tiene que trabajar estrechamente con las organizaciones sociales, siendo éstas las que metabolizan en su espacio, lo popular y lo científico. No se trata de importar métodos para imponer en la comunidad, sino de tomar como referencia las diferentes experiencias de la diversidad comunitaria y la estructura multicultural de América Latina. Otro de los roles que cada organización tiene, es ser un referente de crear espacios de reflexión, de promover el pensamiento y de colectivizar experiencias entre las personas del lugar, retroalimentar experiencias de otras organizaciones y buscar sumar personas que pretendan generar y gestionar acciones con el objetivo de fomentar la transformación social hacia condiciones de vida más saludable y promocionar aspectos, productos y acciones que permitan ir conquistando mayor calidad de vida. También procurar relacionarse con otras organizaciones y establecer actividades en común, ampliando así el mapa de acción y conquistando mayor territorialidad en la esfera pública. A su vez, las organizaciones logran acercar a cada persona así como a su familia, a servicios de salud, pudiendo reorganizar o coadyuvar en las políticas asistenciales y preventivas de las instancias públicas y de las mismas ONG o AC. Además de gestores y promotores de políticas y proyectos diversos para la comunidad y sus personas, ofician del nexo y/o conector a proyectos diversos con


objetivos a consolidar espacios públicos, la apropiación de los mismos por parte de la misma comunidad y propiciar actividades y diversas acciones que establezcan salud en todas las áreas de la existencia humana y del mismo ambiente, como forma de restablecer los equilibrios necesarios entre naturaleza y humanidad en su contexto ecológico y sustentable. Procuran ser las facilitadoras de las diferentes formas de pensar, de sentir y de vivir de una manera armónica con las diversidades formas de existir de las personas. Se trata que promuevan la coexistencias desde la multiculturalidad y oficiar de un espacio de contención de emociones ante las diversas frustraciones e impotencias que la población suele vivir. Propician el reflexionar sobre las condiciones de existencia y buscan alternativas que permita mejorar la calidad de vida y la co-participación comunitaria

mediante

la

asunción

de

la

corresponsabilidad

social. Las

organizaciones comunitarias se transforman así en un catalizador de voluntades e imaginarios que entre las personas se gestan mediante el proceso de asociación de lo dicho, lo vivido y lo pensado, creando así cosmovisiones particulares, locales y regionales. Sin estas cadenas asociativas que los grupos gestan mediante su organización, no sería posible la factibilidad de crear alternativas ante la violencia y la miseria humana que cada vez más este sistema globalizado nos induce y nos condiciona. Las Organizaciones Comunitarias auspician la capacidad de expresión de las personas para crear espacios participativos, fortalecimientos de los vínculos interpersonales basados en la búsqueda colectiva de alternativas para la mejora de la calidad de vida. Establecen lógicas de funcionamiento en el espacio público de formas consensuadas, siendo un instrumento de empoderamiento social comunitario en defensa de los intereses de las mayorías locales. Son las encargadas de sistematizar diferentes acciones que conlleva a la creación cultural, promoción, creación y colectivización de valores, así como los establecimientos simbólicos referenciales que hacen a la identidad comunitaria. Permiten el proceso que vehiculiza los procesos psicosociales (Montero, 2004), como ser el sentido de pertenencia, la inversión del tiempo personal hacia lo comunitario, trasmiten la historia

local

que

generan

anclajes

identitarios,

promueven

estilos

de


personalidad, formas de procesos de vinculación social y construyen espacios por donde se expresan y se determinan las prioridades de la vida cotidiana, su apropiación y concreción. Es tomar en cuenta los aspectos estructurales y funcionales que una comunidad construye, como forma de vivirse y compartir en la vida cotidiana. Aspectos estructurales como aquello que se construye, de plazas, vías, casas, centros, comercios, espacios lúdicos, entre tantos otros, para lograr una determinada interacción entre las personas, constituyendo los aspectos funcionales que son característicos a cada comunidad y particularizan la realidad comunicacional y afectiva de sus habitantes. Estos aspectos funcionales son los que permiten y establecen las formas de interactuar, la posibilidad del apoyo mutuo entre las personas, las formas de influencia, así como los aspectos de la construcción subjetiva y representacional que definen un modo de culturización local y por lo tanto, la construcción de realidades singulares que hacen a esa comunidad y sus formas de existir. En cuanto a la esfera de lo representacional en lo comunitario, permite establecer los modos afectivos de la interacción y su valoración en y desde los diferentes aspectos como ser; el sentimiento fraterno, el de seguridad, la amistad, lealtad, honestidad, confianza y gratitud entre otros. La importancia de las Organizaciones Comunitarias, estriban en donde cada quien puede y logre aportar desde sus capacidades, los talentos desarrollados, para lograr resolver los problemas que aquejan a las personas en las diferentes necesidades. Son espacios que nos permiten desarrollarnos, comunicarnos y socializamos para lograr condiciones más justas en la sociedad en la que vivimos. Es por esto que los diferentes momentos históricos, así como de las necesidades económicas y políticas, establecen los roles de las organizaciones comunitarias, de acuerdo a los objetivos que se establezcan según las necesidades a atender. Una organización permite utilizar y multiplicar los recursos de las personas y del lugar de pertenencia, la tierra, el agua, los alimentos, la seguridad entre otras cosas. Permite colectivizar los recursos existentes y promover la creación de satisfactores mediante la instauración de métodos,

herramientas

experiencias.

e

instrumentos

que

se

retroalimentan

de

otras


Las organizaciones permiten formas de conocer, colectivizar saberes, aprender a negociar entre las demandas individuales y aquellas colectivas, comunitarias y sociales. Promueven las gestiones con los diferentes niveles de gobierno, así como de instaurar mecanismos de acción en conjuntos con entidades públicas y privadas como forma de lograr distribuir mejor los recursos. Son las encargadas en que se logren materializar las políticas públicas y las intenciones del conjunto de las personas que habitan en esa localidad, logrando eficientizar los recursos generales para crear mejores resultados. Por otra parte la organización

promueve

el

desarrollo

de

liderazgos

y

la

asunción

de

responsabilidades para la toma de decisión. Como aspectos a tomar en cuenta, es que las organizaciones comunitarias son con participación voluntaria, lo que expresa un nivel de compromiso y responsabilidad social, aceptando que las necesidades individuales se logran instaurar y satisfacer en general a través de la satisfacción conjunta de la comunidad. Es por esto que promueve la colectivización de recursos para emplearlos armónicamente de acuerdo a la cosmovisión local y experiencias históricas de formas de resolución. Discuten las diferentes opiniones y opciones, como forma de lograr planificar las acciones y las tareas de acuerdo a los recursos existentes, estableciendo metas y objetivos. Construyen campos subjetivos de acción de acuerdo a las representaciones e imaginarios sociales existentes, creando mapas con rutas de acuerdo a la territorialidad pensada simbólicamente. Desde este acontecer, se establecen prácticas cotidianas de acuerdo a una estética y a una ética (Rebellato, 1989), constituyendo esquemas perceptivos que construyen la realidad y establecen fácticamente en los campos del hacer, modos de estar y de sentir. De esta manera vuelven a generar los insumos de retroalimentación cotidiana como procesos de culturización, a través de la familiarización y naturalización de los acontecimientos. Este aspecto de retroalimentación social-individual e individual-social, se desarrolla desde la dialéctica que estructura todo el campo magmático, el contexto dado en el momento histórico (Castoriadis, 1975), constituyendo los imaginarios sociales y por ende, los procesos de ideologización.


Los procesos de ideologización, son aquellos por y desde los cuales, las personas participan de diferentes formas, de acuerdo a los aspectos percibidos de su existencia, las necesidades y los imaginarios. Desde éstos se construye la verdad por el cual se cree que se resolverá las insatisfacciones, así como la posibilidad de crear utopías como imaginarios radicales y sociales (Castoriadis 1975), así como la construcción de dispositivos que permiten crear visibilidades que guían el accionar, sentir y pensar a las personas. Cuando las personas ven la posibilidad de compartir estas visibilidades, se unen como miembros de algo que permita desde otra dimensión del sí mismo y de la individualidad, una organización que se nuclea a partir de intereses y necesidades comunes. La decisión de participar, a partir de los diferentes roles y formas, es voluntaria. Cada organización es diferente, ya que dependerá de sus objetivos, intereses de las personas y formas organizativas que se establecerán a partir de la tarea y los estilos de liderazgo. La forma que se anhela es una organización democrática, con la toma de decisión por las mayorías y que permita la libre expresión de la diversidad de pensamiento, como forma de establecer y planificar las actividades a partir de los objetivos establecidos y los recursos existentes y disponibles. Se busca que generen alternativas de solución a los problemas y dificultades establecidas como forma de encontrar beneficios para la mayoría. Es deseable que se fortalezcan valores de cooperación y solidaridad en un campo de asunción de responsabilidades personales, grupales y comunitarias. La tarea trascendental es producir cambios comunitarios y sociales, permeando a cada familia y a cada persona, produciendo una dialéctica entre persona y sociedad. Las estructuras organizativas, así como el funcionamiento que ofrecen las personas congregadas y los objetivos planteados, estarán determinados por varios factores y sostenidos por el aprendizaje histórico de cada uno, de la organización y de la sociedad. Aprendizajes en cuanto a formas de relacionarse, de comunicarse y de interactuar desde la diversidad, así como de la trasmisión de los aspectos históricos que producen los mitos y las tradiciones. Otro factor se encuentra en las situaciones que expresan la salud y enfermedad de las personas, la dimensión de la crítica y autocrítica de las prácticas normativas de la vida


cotidiana y la posibilidad de inclusión establecida, siendo estas partes de los factores ideológicos y culturales. Aspectos como el desarrollo cognitivo y estructuras de pensamiento que trascienda lo concreto, como forma de permitir la apertura a la incertidumbre a través del rescate de los recursos personales y comunitarios. Esta es la capacidad imaginativa que permite desde las fantasías, pensar otras posibilidades de existencia de lo humano y de expresión de la vida misma. Factores que producen la posibilidad de asumir el poder y crear condiciones de operatividad del mismo desde otras concepciones guiadas desde la misma utopía que promueve lo teleológico. Este poder asumido (Foucault, 1986) es irradiado al conjunto desde la misma fuerza que ejerce un grupo. Desde aquí es por el cual se establecen las estrategias de acción, discerniendo las prioridades y caracterizando el impacto esperado. La producción de canales de comunicación, tanto en lo interno como en lo externo de la organización, hacia la comunidad así como también hacia otras organizaciones, es lo que permite establecer los trabajos en red. Es una forma de potenciar esa fuerza y no desgastar los recursos existentes, así como no generar duplicación de tareas y proyectos. Se trata de utilizar todos los recursos desde una estrategia que trasciende lo personal y local para generar los cambios trascendentales que transforma la vida cotidiana y mejora la calidad de vida de las grandes mayorías. Estos aspectos se van gestando a partir de esa dialéctica de transformación personal y social comunitaria, dependiendo de la dimensión que se encuentra en general las personas en el campo de acción e intervención gestionado, Este desarrollo atraviesa lo personal y lo grupal, para acontecer en y desde lo colectivo, mediante el fenómeno de complejización de los aspectos percibidos del contexto y macro contexto. Es así que se impone sistemas evaluativos de la intervención y acción desde diferentes esferas de la vida, lo económico, lo productivo, lo valoral y espiritual, lo comunicacional, lo estético y ético. Por todo esto, el pensar sobre los factores de inclusión de la diversidad, así como desde lo multicultural, es una forma antagónica de los intentos de homogenización social que se impone hoy desde el Dios-Mercado y la globalización (Dorony, 2012).


Los sistemas evaluativos, se piensan desde lo cuanti y cualitativo, desde la gestión de procesos humanos hasta la gestión operativa y administrativa. Estos criterios de impactos promovidos, gestan las categorías de avance o no de una organización, en concordancia con los proyectos que se van estableciendo. Las perspectivas de estos criterios en la dimensión trascendental de la vida cotidiana, las acciones establecidas como forma de materializar vívidamente estos criterios, establecen los procesos que trazan caminos nuevos a seguir, rearmando y ampliando un mapa en el territorio de la vida comunitaria. Esto establece el aprendizaje histórico, por lo que es tan importante el registro de las actividades y aquello producido, permitiendo nuevas formas de pensar, hacer y estar, a partir de los procesos de reflexión y la creación de dispositivos novedosos que permiten visualizar otras realidades más complejas, ampliando así la conciencia. Esta ampliación de conciencia tiene que ver con la modificación del estatus quo, de la posibilidad de crear y pensar otras formas de estar, pasando de las necesidades inmediatas individuales hacia la colectivización de los recursos y beneficios. Crean puentes entre las reivindicaciones mínimas economicistas inmediatas de intereses individuales, hacia las máximas trascendentales y autorrealizadas de la persona, la comunidad y toda la sociedad. Es por esto que el trascender los conflictos en los colectivos comunitarios, permiten a las organizaciones recrearse en esta dinámica de cambio permanente, favoreciendo la transformación de la sociedad. Permite la orientación del trabajo organizado a través de tomar en cuenta los aspectos de la diversidad de las personas y por ende, de los recursos existentes. Se busca un desarrollo constante a través de la implementación de espacios reflexivos que brinde la posibilidad de desarrollar acciones y ofrecer nuevas oportunidades a las personas y sus colectivos. La apertura de los espacios de expresión es lo que favorecer el desarrollo de las personas, incluyendo lo diverso y la multiculturalidad, aumentando las capacidades para sostener los cambios y la transformación social, apuntalado desde la realidad del contexto y los imaginarios construidos. El crear procesos de evaluación de las diferentes acciones de las Organizaciones Comunitarias, es pensar desde los objetivos inmediatos y aquellos


teleológicos que permite dimensionar la tarea y la estructura organizativa. Establecen límites y descubren las limitaciones desde la praxis que se establece en el acontecer. Aquí es cuando el campo académico y científico debería interaccionar desde un planteamiento ético y moral a partir de establecer un encuentro horizontal con los saberes populares para diagramar en conjunto los mapas posibles y la visualización de la nueva territorialidad. El desarrollo de las intervenciones y acciones también estarán dadas según la apropiación que las mismas organizaciones comunitarias crean desde los aspectos técnicos y tecnológicos que los profesionales, el mundo académico y científico aporta desde los dispositivos que estos mismos crean en los espacios de investigación y teorización, como producto de los insumos también vertidos desde lo comunitario. Conclusión A través del recorrido realizado, afirmamos que el Rol de las Organizaciones Comunitarias es construir espacios por donde las personas puedan interactuar y vincularse, promoviendo salud integral desde la reflexión y la acción, asumiendo valores que represente y orienten los objetivos de mejorar la calidad de vida de las personas, mediante la concepción de la justicia social y la libertad. El que las organizaciones tomen el tema del suicidio, es uno de los objetivos que hoy, en este momento histórico y contextual latinoamericano, es imprescindible para luchar por la vida, contra la esclavitud posmoderna, la alienación, exclusión y aniquilación de las personas. Hoy las Organizaciones Comunitarias, se encuentra en la prioridad de las estrategias que luchan por la vida desde los diferentes aspectos y dimensiones de áreas y actividades de lo humano. Específicamente el rol de las Organizaciones Comunitarias que se centren en el quehacer de la prevención de las conductas suicidas, es promover los trabajos en Red, multiplicando los recursos existentes y compartiendo las experiencias e imaginarios surgidos. Es por esto que desde ASULAC hacemos un llamado a todas las personas, a todas las organizaciones que trabajan por la mejora de la calidad de vida de las personas y por la vida en general, que nos acerquemos y colectivicemos los aprendizajes, experiencias y recursos. ASULAC


la integra personas que son profesionales, investigadores así como también personas que se encuentran trabajando desde la trinchera combatiendo los aspectos de la muerte, como parte de los luchadores sociales que accionan por la vida. Llamamos a integrar mesas de trabajo desde la cual logremos cada día, establecer estrategias en conjunto así como colectivizar y retroalimentar los saberes de las diferentes dimensiones y ámbitos de intervención. El rol de las Organizaciones Comunitarias es promover los trabajos en red, operativizar y gestionar los proyectos y actividades que de éstas se gestan. Este accionar es a partir de las herramientas e instrumentos que los técnicos y científicos colectivizan, la experiencia desde su historia, los recursos propios, siendo a su vez la Organización Comunitaria, la fuente de insumos, la materia prima desde el cual se puedan pensar y desarrollar los dispositivos para crear mayor prevención de la conducta suicida y promover el desarrollo de la vida en la sustentabilidad ecológica. Es por esto que debemos ser incluyentes, multiculturales y romper las barreras y muros del mundo académico para colectivizar los saberes y que la sociedad se empodere nuevamente de lo científico para crear los satisfactores de las grandes mayorías. Es también otra forma de evitar los procesos de exclusión y esclavización moderna que este sistema globalizado mediante los intereses personales y mezquinos, imponen al profesional y técnico, que apriete el gatillo del proceso de muerte. Evitemos ser los sicarios del sistema, reconociéndonos como integrantes de esta comunidad, como latinoamericanos, hermanándonos desde nuestras condiciones sociales y políticas, luchando por la libertad y la justicia como factores centrales de promover la vida y dar existencia al Otro. Con ASULAC podremos materializar estas intenciones, podemos coadyuvar a la construcción de lo latinoamericano. Es una tarea por la cual la intención es llegar a los diferentes gobiernos y brindar las herramientas y los apoyos a las actividades comunitarias. EL Rol de las Organizaciones Comunitarias para la prevención del Suicidio, es parte del Rol de ASULAC, y el congregarnos a partir de los congresos en mesas de trabajo en conjunto, podremos potenciar la tarea de luchar por la vida y las mejoras en las condiciones de vida, por la libertad y la justicia social como ejes que hacen a la prevención de la conducta suicida y a la promoción de la salud. Sin


la participación organizada de quienes pretendemos generar acciones, sin la política de inclusión de la diversidad y la multiculturalidad, sin la interacción inclusiva de lo popular y lo científico, nos condenamos al fracaso y a la muerte. Solo actuando e interviniendo en conjunto es la posibilidad que se abra la puerta a otra dimensión por la instauración de la vida y la construcción de un Nosotros (Levinas, 1991). BIBLIOGRAFIA Bentancurt, L; Dorony,L; (2015); Intervención y acción de las Brigadas Comunitarias, inédito Castoriadis C, (1975) La institución imaginaria de la sociedad, Tusquets Editores, Argentina Dorony L, (2012) El deseo, la sociedad líquida y la alcantarilla, Congreso de SOPAC, México, sopac-leon.org/ -------“----- (2014) La crisis del vacío existencial, Revista de Psicología GEPU, N° 5 (2), revistadepsicologiagepu.es.tl/-g -------“----- (2014b) Simulación, Trabajo y Virtualidad, Congreso de ASULAC en Perú, www.asulac.org Foucault, M (1986) Vigilar y Castigar, Siglo XXI, Madrid Freire, P. (1992) Pedagogía de la esperanza, Paz e Terra, Río de Janeiro Levinas, E (1991) Ética e infinito. A. Machado Libros, España Max Neef, M, (2013), Desarrollo a escala humana, Biblioteca Permacultura, Argentina Montero M. (2004), Introducción a la Psicología comunitaria, Editorial Paidós, Argentina Rebellato, J.L. (1989), Ética y práctica social, EPPAL, Montevideo


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