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Mi canto desde la AR Caro Rivera

CARO RIVERA Cantante y Músico @caroriveramusic

Amo la música, canto desde que tengo uso de razón, mi mamá se dio cuenta de eso por lo que ella dedicaba tiempo para enseñarme canciones las cuales me hacía interpretar los domingos en la iglesia. Siendo niña disfrutaba mucho más mi tiempo a solas, cantando y bailando que jugar con muñecas o juguetes, yo prefería eso ante cualquier cosa, era el mejor panorama de entretención para mí, ese era mi mundo y se me hacía muy normal. Siempre vi el arte como una herramienta de expresión y también como un elemento importante en mi identidad. El arte y mi buena salud las vi como por sentadas, era una persona que solo caminaba por la vida en cierto modo de una manera inconsciente. Sabía lo que quería y luchaba por ello, pero sin entender que mi cuerpo necesitaba cuidados y restricciones, nunca imagine que este ritmo de vida me pasaría la cuenta.

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EL DíA QUE LLEGÓ LA AR A MI VIDA

Cuidábamos junto a mamá, a mis sobrinos, pues mi hermano y mi cuñada estaban en el hospital junto a su otro hijo muy grave, entre el ir y venir de casa de mamá a la mía, yo sentí un dolor fuerte en mi rodilla derecha, dolor y tensión que no me dejaba caminar bien.

Lo comenté con mi mamá y trate de saber que era, pero lo deje pasar, me tomé un Paracetamol y seguí a duras penas en esta rutina. Esa noche me acosté muy cansada y en medio de la noche quise ir al baño, me levanté rauda y enérgica, pues yo era así muy enérgica, ¿y cuál fue mi sorpresa? que no pude pisar bien por el dolor y me caí, le hable a mi esposo asustada, el me ayudo a levantarme y trate de ponerme en pie y no pude, fue terrible y frustrante, tuve que bajar las escaleras de mi casa sentada, hasta llegar al baño y ahí mi esposo me tuvo que ayudar. Ese día pasó y yo sentía que me estaba recuperando un poco, pero seguía el dolor en mi rodilla, al pasar los días poco a poco fue aumentando el dolor, la rigidez y ya era demasiado, el dolor se había extendido a mis pies, mis rodillas, mis muñecas, mis hombros, en fin, a todas las articulaciones de mi cuerpo, dejándome imposibilitada de tener una vida normal, fue como que de la noche a la mañana me habían quitado mis fuerzas, mi movilidad, mi energía, mi salud. A los 4 meses después de este episodio fui diagnosticada con AR ... (Continúa leyendo en la revista y disfruta de los otros artículos)

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