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Vete Olvidando
from PARĒNS
by AUCH revista
Cuando me dijeron que no podía quedar embarazada con el tratamiento que me iban a dar por mi Artritis Reumatoide, tenía 21 años. Sí que es verdad que, por aquel entonces, no tenía interés alguno en tener hijos, pero algo cambió cuando llegaron mis dos sobrinos.
Me dí cuenta que no es lo mismo cuando son “tuyos” y empecé a pensar en la realidad sobre ser madre algún día. Pero ya me habían avisado años antes que con el tratamiento no era posible. Así que, si quería sí o sí, ser madre, tendría que empezar un trabajo intenso de desintoxicación y adecuación de mi cuerpo para llevarlo a cabo. De algún modo me consolaba saber que había alguna opción.
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Cuando decidimos que tenía que operarme las caderas, lo primero que me hicieron fue quitarme el tratamiento biológico, y entre una cadera y la otra estuve unos 9/10 meses sin tratamiento. Al volver a ponérmelo, me hizo una reacción de rechazo brutal. Y pensé “He quemado un cartucho”.
Hay muchas marcas y nombres raros de estos medicamentos, pero son pocas las opciones. Hay diferentes (pero no muchas) maneras en las cuales una medicación o tratamiento aborda una enfermedad, y con esos estudios son muchas las marcas que desarrollan su versión. A la hora de la verdad, cuando un tratamiento deja de hacer efecto, ya no lo pueden volver a usar contigo. Ni ese ni los otros que se hayan desarrollado en esa misma línea de tratamiento.
Por lo tanto, son pocos los cartuchos. Había quemado uno para operarme y empecé a pensar en que, si dejaba el tratamiento actual para quedar embarazada, podía quemar otro cartucho y después quedaría la odisea de volver a probar tratamientos y tratamientos, hasta volver a encontrar uno que funcionase. Empezaba la cosa a decantarse hacia el lado del “vete olvidando” (Continúa leyendo en la revista y disfruta el resto de los artículos)