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MAMÁ TIENE UNA AMIGA INVISIBLE
from PARĒNS
by AUCH revista
Yolanda Casares
@yolandacasaresalcala
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Cuando una enfermedad llega a un hogar con pequeños, se plantean numerosas preguntas. Entre ellas me gustaría compartir esta: ¿Qué es mejor?, ¿hacemos a los niños partícipes de la nueva situación o se la ocultamos?
La respuesta nunca es fácil y obtendríamos una diversidad de opiniones. Si la enfermedad es temporal, la respuesta es más sencilla y la tendríamos clara. ¡No es necesario! Pero, ¿qué ocurre si aquella se queda y no sabemos si un día se marchará?
Una noche mi hija me hizo una pregunta. ¿Mamá te vas a morir? Fue entonces cuando comprendí que debía explicarle en su lenguaje y para su edad qué me sucedía, evitando que rellenara con su imaginación aquello que todavía no comprendía.
Soy Yolanda Casares Alcalá, autora del cuento “Mamá tiene una amiga invisible”, madre de dos hijos maravillosos y paciente con neuralgia intercostal desde hace cinco años. Después de un largo peregrinaje entre especialistas, sin saber qué me ocurría, llegó el diagnóstico con su respectiva etiqueta de “dolor crónico”.
Hasta entonces, y como cualquier enfermo, conservaba la esperanza de curarme, pero lo anterior supuso caer en una depresión y lo peor, entregarme por completo al dolor. Entonces mis hijos sólo tenían 3 y 6 años, y recuerdo que no quería que tuvieran una imagen equivocada de mí, la de una mamá enferma y triste. Esto me preocupó siempre, hasta que llegó la pregunta de mi hija. Comprendí mi error y, sobre todo, qué era lo verdaderamente importante.
¿Qué pasaba con las emociones de mis hijos ante mi enfermedad? Al igual que nosotros, los niños sienten pena, frustración e incluso miedo cuando sus padres enferman. Aquí radica la principal razón de mi cuento. La necesidad de atender a sus emociones, explicarles en su lenguaje infantil y situarme a la altura de sus ojos para explicarles qué le pasaba a su mamá. (Continúa leyendo en la revista y disfruta del resto de los artículos)