Coaching Co-Activo y el cerebro

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Coaching Co-Activo y el cerebro

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Foundation

Coaching Co-Activo y el cerebro: Investigaciones neurocientíficas confirman la eficacia del Modelo Co-Activo

“La neurociencia contemporánea está empezando a proporcionar una base científica que respalda la práctica del coaching.” Por Ann Betz, CPCC

Ann Betz es miembro del profesorado del The Coaches Training Institute (CTI) de San Rafael (California), pertenece al equipo de asesoría del presidente y es la consultora en neurociencia del CTI. Antigua estudiante y profesora de transformación humana y neurociencia, publica numerosos escritos sobre coaching y el cerebro en su blog www.yourcoachingbrain.wordpress. com, y actualmente colabora en un nuevo libro sobre Co-Actividad y neurociencia con la cofundadora del CTI, Karen Kimsey-House. Ann también es socia fundadora de BEabove Leadership (www.beaboveleadership.com), que se centra en el arte y la ciencia de la transformación humana. Se la puede localizar en annbetz@coactive.com.


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Este es un momento apasionante en la historia del desarrollo humano. La profesión del coaching, que este año cumple unos 20 años, se está convirtiendo en una práctica cada vez más común con coaches en 162 países. Al mismo tiempo, los desarrollos tecnológicos de los últimos 30 a 40 años nos han permitido entender y sacar provecho de la verdadera complejidad y flexibilidad del cerebro humano. Gracias a avances como la resonancia magnética funcional (fMRI - Functional Magnetic Resonance Imaging), ya no necesitamos recurrir a la intuición o al método de prueba y error para comprender por qué las personas cambian y crecen —ahora podemos observar cierta actividad cerebral con nuestros propios ojos—. De modo que a medida que la neurociencia y su tecnología han evolucionado independientemente a la profesión del coaching, las conexiones destacables entre ambas disciplinas sugieren que algo mucho mayor que la suma de sus partes está emergiendo: un proceso demostrable científicamente para el óptimo desarrollo y cambio humanos. Todos deseamos conseguir el éxito en la vida, ya sea en el ámbito profesional o particular, o como padre/ madre, amigo/a o pareja. No queremos solo cambiar una circunstancia particular, queremos tener la capacidad fundamental para vivir, trabajar, reaccionar y crear del modo más efectivo. Tal y como revelan las crecientes investigaciones neurocientíficas, las herramientas del Coaching Co-Activo® ayudan profundamente a los clientes a desarrollar nuevas redes neurales positivas, a reaccionar con más serenidad ante situaciones de estrés, a hacer elecciones más fácilmente y a acceder mucho más a la propia creatividad. Inevitablemente, esto nos lleva a vidas más plenas, exitosas y efectivas. En este artículo, exploraremos las poderosas relaciones que se establecen entre el prestigioso Modelo Co-Activo®, aplicado con éxito durante 20 años al coaching, y alguna de las investigaciones científicas que apuntan por qué esta metodología de coaching es tan efectiva y produce resultados tan transformadores.

Los cuatro pilares del Coaching Co-Activo El Modelo Co-Activo sienta su base filosófica sobre cuatro pilares fundamentales.1 Cada aspecto del Coaching Co-Activo está influenciado y sigue estos cuatro pilares básicos; son conceptos centrales y fundacionales de todo el modelo. Estos pilares son, en particular, lo que distingue a un Coach Co-Activo® y le guía en cada interacción. Existen pruebas sustanciales que nos aporta la neurociencia de que esta filosofía es particularmente efectiva para comprometer, motivar y ayudar a los clientes a experimentar cambios y transformaciones duraderos. El primero de los cuatro pilares es la creencia de que las personas somos por naturaleza creativas, completas y estamos llenas de recursos. Esto quiere decir que podemos, y deberíamos, encontrar nuestras propias respuestas, recuperarnos y aprender de los fracasos. Este pilar implica mucho más que solo ver lo mejor en las personas. Partimos de la visión fundamental de que las personas somos inherentemente indemnes, capaces e inventivas. No necesitamos ganarnos o aprender este estatus; es innato. Así, en el Modelo Co-Activo no vemos a las personas como rotas o deficientes, lo que por más de un motivo es fundamental en cómo nuestro cerebro actúa. En primer lugar, cuando consideramos a los demás como seres humanos por naturaleza creativos, llenos de recursos y completos, estamos igualando el campo de juego. El coach no se posiciona en un nivel superior, o como si fuera el más listo o el más desarrollado. La relación en el Coaching Co-Activo es, por definición, una relación entre iguales que mantienen conversaciones por el bien del cliente. Mientras que el coach aporta herramientas y habilidades, el estatus entre ambos es horizontal en lugar de jerárquico.

El Modelo Co-Activo se aplica no solo al coaching, sino al ámbito profesional, a las relaciones paterno-filiales, a las relaciones personales y a la vida en general. Este artículo se centra específicamente en el modelo aplicado al coaching y a la relación cliente-coach, pero sus aplicaciones se extienden a otras áreas de la vida también. 1


Esto es importante porque el cerebro es muy reactivo cuando percibe amenazas sobre el estatus. Investigaciones del profesor y experto en inteligencia emocional, Richard Boyatzis, y colegas descubrieron que cuando “los participantes de un estudio eran evaluados por otros y, por tanto, se exponían a una reducción de su estatus, sus niveles de cortisol (un indicador del estrés) se mantenían elevados un 50% más del tiempo” (Rock y Page, 2007). Y cuando el cerebro está influenciado por las sustancias químicas asociadas al estrés, es menos creativo y menos capaz de pensar soluciones a largo plazo (Arnsten, 2008). Dado que en el Coaching Co-Activo no se juzga ni evalúa a nadie, el cliente permanece receptivo a los estímulos y es mucho más capaz de acceder a su propia y singular creatividad. Además, hay pruebas de peso que demuestran que nuestras expectativas determinan nuestra experiencia (Kirsch, 1999). Si el coach ve al cliente como un ser completo, buscará (y encontrará) pruebas de su completitud. Del mismo modo en que empezamos a ver Toyotas de color rojo por todas partes una vez que hemos comprado uno. Lo que tenemos “programado” ver influye en lo que vemos realmente, en lo que recordamos y en lo que ponemos nuestra atención. La visión fundamental e inflexible que tiene un Coach Co-Activo de que su cliente es naturalmente creativo, está lleno de recursos y es completo permite que afloren esa creatividad, recursos y completitud, haciéndose éstos más y más presentes y accesibles al cliente. El segundo pilar es el de danzar en el momento. El Modelo Co-Activo se basa en la dedicación a estar totalmente presente aquí y ahora, abierto, flexible y listo para actuar. Los Coaches Co-Activos no siguen un programa o un guion. En lugar de ello, siguen el movimiento de lo que está ocurriendo en cada momento, manteniéndose conectados y fluyendo con los altibajos de la conversación. Ellos “danzan” con la energía global del coaching y las necesidades del cliente, mientras mantienen su atención e intención en el aprendizaje y movimiento de éste. Existen pruebas de que la presencia misma del coach produce un efecto profundo sobre su cliente. Según un estudio del HeartMath Institute, “un sistema de comunicación ‘energético’ o electromagnético sutil pero influyente tiene lugar justo por debajo de nuestro conocimiento consciente… (y este) campo desempeña un papel importante a la hora de transmitir información social, fisiológica y psicológica entre individuos” (McCraty, 2010). Con el tiempo, un campo más estable y organizado impactará positivamente sobre otro menos “coherente”. A menudo hay clientes que se acercan al coaching preocupados, inseguros o habiendo perdido el norte en alguna área de sus vidas, buscando ayuda para volver a recuperar el control. Cuando el coach se muestra presente, flexible y abierto, se transmite un campo energético más “coherente” que impacta sobre el cliente de muchas maneras positivas que no están en el conocimiento consciente, aportándole una mayor sensación de calma y eficacia. No es raro que un cliente le diga a su Coach Co-Activo: “Simplemente hablar contigo hace sentirme mucho mejor”.


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Además, investigaciones demuestran que el proceso de mantener “conversaciones abiertas, colaborativas” que están emocionalmente en sintonía y no dirigidas construye conexiones neurales positivas en el cerebro (Siegel, 1999). Estas conversaciones son similares a las buenas relaciones del desarrollo temprano, como cuando el cuidador de un niño está receptivo y abierto a sus necesidades. En esta “danza” de afecto y amor se produce un intercambio que crea un lugar ideal para el aprendizaje y el crecimiento. Mientras que el Coaching Co-Activo no pretende en ningún caso readoctrinar, según las investigaciones, las conversaciones conectadas con un coach que esté presente y abierto no solo pueden ayudar sino que producen un impacto positivo sobre el cerebro. El tercer pilar es centrarse en la totalidad de la persona. Los Coaches Co-Activos están formados para trabajar con todo el corazón, mente, cuerpo y espíritu de su cliente, en lugar de simplemente centrarse en cada problema individual que este pueda traer al coaching. El compromiso de centrarse en toda su persona significa ver al cliente como algo más que la suma de sus partes o el papel que desempeña (director financiero, padre, disléxico), sino buscar y comprender todo su ser. Lo que nos enseña la neurociencia es que somos seres increíblemente complejos y llenos de capas, y cuanto más podamos integrar y agilizar dicha complejidad, mucho mejor. Mientras que en el pasado se incentivaba a desarrollar un aspecto por encima del otro (por ejemplo, el gran énfasis que se hacía en la racionalidad y la lógica por encima de la emoción e intuición en el mundo de los negocios), estudios actuales demuestran que las personas más inteligentes y efectivas emocionalmente son aquellas que pueden utilizar a la vez y de modo efectivo los talentos de diferentes partes de su cerebro. Por ejemplo, la empatía y la intuición asociada al hemisferio derecho con la lógica y las habilidades analíticas del izquierdo (Siegel, 2010). Ayudando a los clientes a ampliar su enfoque más allá del actual problema o cuestión que quieran solucionar, el Coaching Co-Activo facilita el compromiso de todo el cerebro. En lugar de solo buscar la respuesta más lógica, el Coach Co-Activo a menudo animará al cliente a explorar tanto entre sus pensamientos como entre sus sentimientos y a dar rienda suelta a sus reacciones más intuitivas e instintivas. Este tipo de atención literalmente ayuda a integrar el hemisferio izquierdo del cerebro con el derecho, lo que no solo hace que afloren nuevas soluciones y la creatividad, sino que también construye conexiones duraderas que podrán utilizarse para resolver problemas futuros2 (Siegel, 2010). Y el cuarto pilar no es otro que suscitar la transformación. El Coaching Co-Activo está comprometido con el cambio sostenible y duradero, lo que significa mucho más que encontrar una simple solución a un problema presente. Deseamos que nuestros clientes logren maneras más efectivas de interactuar con sus profesiones, familias y mundo. Queremos que pasen al siguiente nivel de desarrollo humano a medida que siguen creciendo y ampliando su conciencia. Los Coaches Co-Activos ayudan a sus clientes a ir más allá que simplemente hacer más llevadera su lista de quehaceres; les ayudan a desarrollar nuevas capacidades para navegar por las dificultades de la vida. Existen pruebas científicas significativas que demuestran que el cerebro tiene “neuroplasticidad”, lo que resulta una idea apasionante. Es decir, que es más adaptable de lo que se pensaba, y puede —y, de hecho, lo hace— cambiar con esfuerzo e intención. Tal como apunta el experto en neuroplasticidad Norman Doidge (2007), hay pruebas de peso que apuntan que podemos “reconectar nuestros cerebros a través de nuestros pensamientos”. Entre los neurocientíficos hay un dicho que reza: “si se activa, se conecta”. En otras palabras, gran parte de lo que hacemos crea el potencial para abrir un nuevo camino neural. Gracias a un proceso llamado mielinización, cuanto más usamos un camino, más fuerte se vuelve. Esto ocurre porque cada vez que repetimos una acción, un recubrimiento graso llamado mielina envuelve el camino neural, haciendo que las conexiones se vuelvan más

La integración del cerebro implica enlazar áreas neurales diferenciadas y sus funciones especializadas. (Esto se hace centrando la atención, lo que) dirige el flujo de energía e información a través de circuitos neurales particulares. (Siegel, 2010). 2


fuertes y más seguras. Tenemos trillones de conexiones neurales posibles en nuestro cerebro. Algunas de estas conexiones han acabado convirtiéndose en hábitos y comportamientos fuertemente arraigados que son efectivos, pero otras se han transformado en creencias y estrategias limitadoras que no lo son. Y muchas de ellas existen simplemente como puro potencial. Dado que nuestro cerebro lo que hace por defecto es seguir los caminos que ya están desarrollados, es difícil cambiar sin un esfuerzo intencional, enfocado y respaldado. El Coaching Co-Activo aporta este tipo de enfoque y apoyo, de modo que es posible que nosotros literalmente estemos ayudando al cerebro de nuestro cliente a reconectarse para obtener una mayor efectividad.3 Además, una de las claves de la neuroplasticidad es la novedad, que capta nuestra atención y genera la liberación de una sustancia química en el cerebro que posibilita un nuevo camino neural (Doidge, 2007). Los Coaches Co-Activos hacen que esto aflore desafiando a sus clientes a ampliar sus zonas de confort y a asumir riesgos, animándoles a dar saltos atrevidos, y no a simplemente hacer lo que ya están haciendo pero un poquito mejor. También les formulan preguntas poderosas y expansivas, que a menudo llevan al cliente a ese momento de claridad (“¡Ah!”), que les hace sentir que algo nuevo se abre ante ellos. El Coaching Co-Activo ayuda a las personas a identificar los caminos que no están funcionando y a centrarse en crear otros nuevos que les permitan conseguir unas vidas plenas, efectivas y vibrantes. Con el tiempo, a través del compromiso, el apoyo, la práctica y la reflexión, esos “¡Ah!” se convierten en caminos neurales dominantes y lo que antes suponía un reto ahora se convierte en un lugar común. El cliente se ha transformado de modo sostenible, asentado.

El corazón del Modelo En el corazón del Modelo Co-Activo residen tres principios del Coaching Co-Activo: Plenitud, Equilibrio y Proceso. Los Coaches Co-Activos han sido intensamente formados para ayudar a sus clientes a alcanzar una vida satisfactoria y efectiva utilizando estos principios: Plenitud, que le muestra al cliente los valores, el propósito de vida y la armonía o desarmonía que hay en su vida. Equilibrio, que permite acceder a la creatividad y a la capacidad de elección, y Proceso, que hace aflorar la capacidad de estar consciente ante lo que está ocurriendo

Dado que no se han llevado a cabo estudios de coaching con tecnología fMRI para evaluar el antes y el después, no es posible decir con certeza que esto es lo que ocurre. El estudio directo sobre el impacto del coaching en el cerebro es muy limitado. A medida que el campo de la neurociencia se expanda, esperamos ver más investigaciones explícitas sobre los efectos del coaching, pero, por ahora, lo mejor que podemos hacer es inferir este tipo de conclusiones lógicas que parecen viables. 3


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Coaching de Plenitud en práctica Eric es un directivo de perfil medio, que trabaja en una gran empresa multinacional. En el tiempo en el que estuvo trabajando con una coach como parte de un programa de liderazgo, su supervisor se acercó a él con tres posibilidades diferentes para crecer en su carrera profesional (todas ellas eran trabajos con más responsabilidad, más capacidad directa de decisión y más remuneración). Sin embargo, hablando con su coach, Eric expresó cierta reticencia y confusión sobre el hecho de aceptar o no cualquiera de las nuevas oportunidades laborales. “Simplemente no sé qué pensar sobre ello”, dijo. “Ahora estoy trabajando en un gran proyecto y no quiero dejarlo inacabado. Cada vez que empiezo a pensar en las otras posibilidades, me siento bloqueado, me siento realmente confuso y no sé qué hacer.” Aunque las nuevas oportunidades comportaban cambios positivos y emocionantes para él, pensar en ellas y a la vez preocuparse por cómo tirar adelante el proyecto importante que tenía entre manos, estresaban a Eric sobremanera, dificultándole más aún el pensar, centrarse y tomar una decisión. La coach de Eric le hizo una pregunta simple. “Deja de preocuparte por la decisión por un momento”, le dijo. “Solo dime, ¿qué valores destacarías de quedarte en tu actual puesto y qué valores apreciarías si aceptaras alguno de los nuevos cargos?”. Eric se sintió visiblemente relajado y pudo pasar de estar descentrado y confuso a más lúcido y reflexivo. “Bien”, dijo, “quedarme me hace sentir muy responsable, lo que es importante para mí, pero eso es básicamente todo. Los otros puestos en realidad encajan más con mis valores de aprendizaje, crecimiento, desafío y liderazgo.”

Hacia el final de la conversación, él había identificado pasos claros para resolver creativamente cómo ceder sus responsabilidades actuales y explorar cuál de las tres nuevas oportunidades le convenía más. Su coach utilizó efectivamente la estrategia de reflexionar sobre los valores para rebajar su nivel de estrés, lo que le permitió pensar con más lucidez y moverse positivamente hacia delante.

bajo la superficie y llevarlo hasta la experiencia consciente. Todos ellos están respaldados fuertemente por varios aspectos de la investigación cerebral. Coaching de Plenitud. Hay pruebas de que reflexionar sobre los valores personales, un componente clave del Coaching de Plenitud, proporciona protección psicológica y biológica ante los efectos adversos del estrés. En un estudio de 2005 llevado a cabo por científicos de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), varios individuos fueron sometidos a un test de estrés en un laboratorio. Aquellos a quienes se les asignó la tarea de identificar sus valores y reflexionar sobre ellos mostraron niveles significativamente más bajos de cortisol (el organismo libera glucocorticoides, incluyendo el cortisol, como respuesta al estrés), en comparación con un grupo de control sometido al mismo test de estrés pero al que no se le pidió identificar o reflexionar sobre sus valores (Creswell et al., 2005). Además, en el Coaching de Plenitud, los Coaches Co-Activos utilizan los valores y el propósito de vida para ayudar a su cliente a darle sentido a su vida y visualizar así un futuro prometedor, algo que, según investigaciones al respecto, contribuye a aumentar la sensación de bienestar general y a reducir el estrés (Recker et al., 1985). A su vez, un estudio de 2010 sobre fMRI (Resonancia Magnética Funcional) realizado en la Case Western Reserve University descubrió que cuando individuos pasan 30 minutos hablando sobre su vida personal deseada, las partes de su cerebro “asociadas a la apertura emocional, perceptiva y cognitiva y a un mejor rendimiento” se activan (Boyatzis, 2010). A menudo utilizado cuando un cliente se siente bloqueado o reprimido, el Coaching de Equilibrio es un proceso mediante el cual el coach ayuda al cliente a cambiar una perspectiva limitadora o negativa, o, en términos neurocientíficos, a replantearse una circunstancia para regularse emocionalmente. Entonces el coach trabaja con el cliente para desarrollar un plan de acción para avanzar desde una perspectiva nueva y más motivadora. El proceso, tal y como se enseña en el Coaches Training Institute (CTI), trata fundamentalmente de ayudar a los clientes a entender que aunque ellos no tengan el control sobre todas las circunstancias de sus vidas, lo que sí tienen es el poder de elegir cómo percibirlas. Esto produce una mayor sensación de control, que resulta ser efectiva para reducir el estrés, aumentar la satisfacción vital e incluso alargar la vida de ancianos en residencias, tal y como demuestran estudios tanto de psicología como de neurociencia. (Roding. J., Langer, J.E., 1997).


Coaching de Equilibrio en práctica Marisa es la directora de operaciones de una gran organización nacional sin ánimo de lucro. Ella sola se encarga de los presupuestos, los temas de personal, la gestión de las instalaciones y mucho más. Como segunda al mando después del director ejecutivo, ella asume muchas responsabilidades grandes y pequeñas, y se las toma todas muy en serio. Durante una sesión de coaching ella se quejaba de toda esa carga de trabajo tan abrumadora. “¡Todo lo que no pertenece a ninguna área, acaba recayendo sobre mí!”, se lamentaba. “Y no hay suficientes horas a lo largo del día para todo”. Su coach primero la ayudó a identificar cuál de sus muchas responsabilidades era la más frustrante y le consumía más tiempo (esto de por sí ya fue de gran ayuda, ya que Marisa se dio cuenta de que no se trataba realmente de “todo”). Descubrieron que básicamente se trataba de sus responsabilidades en torno a la organización de las funciones informáticas, un área que ella estaba dirigiendo, pero de la que tenía poca formación o experiencia. En el coaching, Marisa fue capaz de ver que su percepción actual de las funciones informáticas —“todo recae sobre mí y lo tengo que hacer yo sola”— solo era un modo de ver las cosas, pero no la única manera. A medida que exploraba diferentes perspectivas posibles con su coach, se volvió más creativa y soluciones que nunca antes se le habían ocurrido emergieron. “Un momento”, dijo con tono de sorpresa en la voz. “Me acabo de dar cuenta de que nadie me ha dicho que esto lo tenga que hacer yo sola. Yo gestiono el presupuesto, así que podría contratar más ayuda ahí. Quizás ser responsable no quiera decir que lo tengo que hacer todo yo. De hecho, ¡probablemente es más rentable que yo no lo haga!”. A través del proceso de coaching, Marisa fue capaz de abandonar sus creencias más arraigadas, hasta cierto punto subconscientes, sobre cómo tenía que hacer su trabajo y experimentar una sensación de mayor autoridad y mucho más control. Su cerebro, a base de replantearse de nuevo la situación, encontró la creatividad y lucidez necesarias sobre un tema que la había tenido preocupada durante meses.

En el Coaching de Equilibrio, se anima al cliente a entender que tanto sus perspectivas iniciales como las perspectivas “opcionales” posteriores no son necesariamente la última verdad, sino más bien un modo particular de ver el mundo que influye en cómo se sienten y en las decisiones que toman. El investigador Kevin Ochsner apunta que “la actividad de la amígdala cae durante el proceso de replanteamiento, lo que sugiere que el hecho de reconsiderar algo consigue cambiar lo que la amígdala ‘ve’, es decir, deja de seguir detectando un acontecimiento como provocador y averso”. (Ochsner, 2008). Nuestra amígdala —una pequeña parte del cerebro con forma de almendra en el sistema límbico— desempeña un papel clave en la detección de amenazas y, si encuentra una, nos empuja a un modo de “lucha o huida” en el que nuestros organismos se inundan de sustancias químicas como el cortisol y formas de adrenalina. Estas hormonas del estrés impactan sobre nuestra capacidad de pensar claramente y, a menudo, nos hacen tomar decisiones poco meditadas de las que nos arrepentimos más tarde (Arnsten, 2008). De ahí que la habilidad de ser capaz de replantearse las cosas, o, en términos de coaching, elegir una nueva perspectiva, puede ser un antídoto efectivo contra el estrés. Además, en el Coaching de Equilibrio, al cliente se le pide que se fije en las reacciones de su cuerpo, así como en sus pensamientos y actitudes desde diferentes perspectivas. Esto añade un aspecto de plena conciencia al coaching cuando al cliente se le ayuda a centrar su atención simplemente en lo que está experimentado en el momento presente, y describírselo al coach. Numerosos estudios sugieren que incluso algo tan sencillo como prestar “atención consciente” puede ayudar a desarrollar fibras integradoras en el cerebro, lo que aumenta la empatía, la atención y la capacidad de recuperarse del estrés (Siegel, 2010). También es interesante destacar que las investigaciones demuestran que tenemos una marcada preferencia por el statu quo —es decir, por el camino neural establecido— cuando tomamos decisiones (Fleming et al., 2010). Cuando el cliente somáticamente (físicamente), emocionalmente e intelectualmente explora una serie de nuevas perspectivas, esta experiencia sienta el potencial para crear nuevos caminos neurales. Por lo tanto, elegir una nueva dirección puede que ya no sea tan desafiante para el cerebro porque un camino puede haber sido potenciado de antemano (sería algo como cavar una nueva zanja para que el agua fluya por ella).


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Coaching de Proceso en práctica

En el Coaching de Proceso, los Coaches Co-Activos ayudan a sus clientes a disfrutar del viaje de la vida más plena e

Cynthia se había divorciado hacía unos años.

íntegramente. Las herramientas de este principio están

Trabajando con un coach, empezó a quererse a sí

diseñadas para permitir al cliente estar plenamente presente

misma un poco más, también estaba cuidándose

en la experiencia, en lugar de deambular dormido por la vida

mejor a sí misma y “siguiendo con su vida”. Pero un

o resistirse subconscientemente a ciertos aspectos o áreas. El

día, durante una sesión de coaching, un sentimiento

coaching de proceso ayuda a convertirse en consciente todo

profundo de pena la embargó. Su coach, en lugar

aquello que está hirviendo bajo la superficie —a menudo

de obviar dicha emoción, la ayudó a explorarla e incluso a ahondar en ella, proporcionando presencia y conciencia al estado emocional interior de Cynthia. A Cynthia se le hizo un gran nudo en el estómago y se dio cuenta de que era dolor que aún quedaba

solo experimentado como sensaciones vagas o pensamientos fugaces—. Nos ayuda a entender nuestras emociones, lo que hace más fácil responder más que reaccionar a los desafíos de la vida.

de su divorcio. Su coach la ayudó a centrarse en

Increíblemente, estudios recientes han descubierto que tenemos

sus sensaciones corporales a medida que el nudo

neuronas no solamente en nuestro cerebro, sino también en

se deshacía y cambiaba. Tras 45 minutos de estar

nuestro corazón y en nuestro intestino (McCraty, 2010; Siegel,

presente y observarse a sí misma, un cambio profundo

2010). Nuestro organismo entero está asimilando información

tuvo lugar: el dolor y el miedo que estaba sintiendo

fundamental constantemente, haciéndolo lo mejor posible, a

fueron sustituidos por una sensación de serenidad y

nivel somático, para dar sentido al mundo. Esta información

sentimientos de amor propio.

tan útil demasiado a menudo es ignorada en nuestro día a día,

A través del coaching, Cynthia se dio cuenta de

posiblemente porque los caminos del cuerpo conectan con el

que bajo la superficie había estado ansiosa por el

hemisferio derecho del cerebro, que no está entrenado para

hecho de amar, por el riesgo de perder ese amor y sentir dolor. Prestando atención consciente a toda la experiencia con la guía y apoyo de su coach, fue capaz de estar presente a un miedo enterrado y profundo, permitiendo que emergieran la consciencia, el conocimiento y la recuperación.

Durante el coaching, se animó a Cynthia a hablar de lo que estaba sintiendo y notando en su cuerpo. El hecho de utilizar palabras para describir las sensaciones permitió enlazar el hemisferio derecho presente emocionalmente aunque inarticulado con el hemisferio izquierdo más centrado, racional y articulado. Cuando hacemos esto, potenciamos nuestra capacidad de comprender nuestros sentimientos, un paso necesario para tirar para adelante. Es como colocar las últimas piezas de un puzle y finalmente poder verlo al completo: la imagen cobra vida. El coaching es vital para este proceso porque el coach proporciona una mente observadora, que no está vinculada o unida a las creencias limitadoras del cliente. Se requiere coraje para permanece en un lugar emocional incómodo el tiempo suficiente como para realizar la integración, y es mucho más fácil hacerlo con un guía objetivo como puede ser un coach que intentar hacerlo solo.

traducir las cosas al lenguaje lineal y comprenderlas de manera lógica. Cuando la información no es procesada e integrada, permanece vaga y borrosa, y a menudo sigue fastidiando al cliente aunque no sepa por qué. El coaching de proceso ayuda al cliente a ser más consciente de esta información, y a través del uso de la metáfora se centra en las sensaciones corporales y en otras herramientas, para profundizar en la experiencia y conectar con las emociones que tiene. De este modo, temas que han estado preocupando al cliente, y otros que ha estado evitando (a veces durante años), a menudo se resuelven. Aunque la neurociencia aún no ha identificado la localización exacta de lo que se conoce comúnmente como nuestro “cerebro subjetivo” (la parte de nosotros mismos que es capaz de observar y narrar nuestras experiencias), está claro que los seres humanos tenemos una capacidad única para ser tanto el observador como el observado. Ayudando al cliente a prestar una atención más consciente a su experiencia presente, el Coaching de Proceso consigue poner en sintonía lo que podemos llamar el “yo observador” con el “yo experimentador”, construyendo así la capacidad de estar más despiertos y, por tanto, ser más efectivos ante cualquier cosa que nos pase en la vida, buena o mala.


Los cinco contextos Los cinco contextos del Coaching Co-Activo son una constelación de habilidades siempre presente que profundiza y enriquece la relación coach-cliente y crea oportunidades para su aprendizaje y crecimiento. El primer contexto es la Escucha. En el Coaching Co-Activo, los coaches demuestran la capacidad de comprender y escuchar a muchos niveles. Esto significa que los coaches primero aprenden a dejar a un lado sus propias respuestas autorreferentes automáticas (conocidas como el Nivel Uno de escucha en Coaching Co-Activo), se centran atentamente en lo que el cliente está diciendo (Nivel Dos de escucha) y finalmente también aprenden a oír lo que no se está diciendo (Nivel Tres). Veámoslo desde la perspectiva de la neurociencia. En primer lugar, en realidad nosotros nunca abandonamos el Nivel Uno. Si lo hiciéramos, no entenderíamos a nadie. Esto tiene que ver con el hecho de que muchas de las neuronas del cerebro son “multimodales”: las mismas neuronas se activan si hacemos algo (como levantar un bolígrafo), si vemos a alguien hacer algo (incluso si no lo estamos haciendo nosotros, las mismas neuronas motoras del cerebro se activan si otra persona levanta un bolígrafo), si imaginamos algo (visualizándonos a nosotros mismos levantando un bolígrafo) y si recordamos algo (recordando el momento en que hemos levantado un bolígrafo). Tal como apunta el neurocientífico, Jérome Feldman, experto en cómo el cerebro entiende el lenguaje: “Si no puedes imaginar a alguien cogiendo un vaso, no puedes entender el significado de ‘Alguien ha cogido un vaso’”. Tenemos que crear una idea a través de nuestra propia experiencia. Simulamos cosas en nuestro propio cerebro a fin de darles sentido. Sin embargo, en el Coaching Co-Activo, a diferencia de lo que ocurre en la mayoría de conversaciones humanas, el coach aprende a separar hábilmente sus propios pensamientos y reacciones del “Nivel Uno” de lo que le está pasando al cliente, y utiliza esos pensamientos sólo como información útil y conocimiento potencial sin estar atado a su propia visión del mundo. Los Niveles Dos y Tres de escucha son maneras de comprometer intencionadamente los hemisferios duales del cerebro4 para maximizar la conexión y comprensión. Idealmente, funcionan conjuntamente en una relación de Coaching Co-Activo: el Nivel Dos proporcionando una escucha precisa y focalizada (más del hemisferio izquierdo), y el Nivel Tres ampliando la conciencia hacia una manera de asimilar la información más intuitiva, inclusiva y holística (más del hemisferio derecho). Los Coaches Co-Activos hábiles danzan delicadamente entre estos niveles, escuchando no solamente las palabras e ideas específicas, sino asimilando el contenido emocional y los deseos que subyacen bajo las palabras, algo de lo que no siempre es plenamente consciente el propio cliente. El segundo contexto es la Intuición. Esas corazonadas o sensaciones instintivas que tenemos sobre un tema son algo que a los Coaches Co-Activos se les enseña a identificar y confiar. Como seres humanos, estamos diseñados para conocernos los unos a los otros preconscientemente (es decir, intuitivamente) a través de nuestro sistema de neuronas espejo. Científicos italianos descubrieron esta parte del cerebro hace tan solo 15 años, y aún hay cierta controversia sobre cuánta de nuestra conexión intuitiva podemos atribuirle. Como he mencionado antes, lo que descubrieron fue que las mismas neuronas de nuestro cerebro se activan cuando hacemos algo o cuando vemos

Se sabe desde hace mucho tiempo que el cerebro tiene dos hemisferios diferenciados que “se encargan” de dos maneras distintas de enfrentarnos al mundo. Aun estamos conociendo lo que cada hemisferio hace y no hace, pero el pensamiento actual es que el hemisferio izquierdo nos proporciona un enfoque de un único punto, la capacidad de distinguir un ítem particular de importancia entre un escenario caótico del mundo. Este hemisferio trata con los análisis y símbolos, como el lenguaje, y evita que la emoción nos abrume. Por el contrario, el hemisferio derecho nos proporciona una sensación de interconexión y completitud y recibe señales de los otros caminos neurales del organismo (corazón e intestino). Por lo tanto, podemos decir que es nuestro lado más intuitivo. Para más información sobre el tema, véase el poderoso libro The Master and His Emissary (El maestro y su emisario) de Iain McGilchrist. 4


uger Coaching Co-Activo

“Con su nueva edición actualizada, Coaching Co-Activo sigue siendo la biblia de la guías de coaching.” -- Stephen R. Covey, autor del best seller Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva

a otra persona hacer algo con una intención detrás (no funciona con acciones caóticas al azar). Se asume que nosotros hemos evolucionado de este modo como habilidad de supervivencia para ayudarnos a anticipar lo que el otro hará a continuación. Esto explica por qué podemos sentir las emociones del otro, llorar cuando alguien está de duelo o sufriendo y, de algún modo, incluso “saber” qué le está pasando a alguien “bajo la superficie”. Los Coaches Co-Activos aprenden a reconocer la información intuitiva y se sirven de ella. Los coaches descubren que su intuición es increíblemente valiosa para la conversación de coaching, incluso si su propia interpretación de lo que significa es o no acertada para el cliente. Se les anima a exponer lo que están sintiendo sin ataduras, preguntándole al cliente qué puede significar en su vida o situación, si es que significa algo. El siguiente contexto es la Curiosidad. Los Coaches Co-Activos fundamentalmente se mantienen en la zona del “no se sabe”, abiertos a todo y sin emitir juicios. El contexto de la Curiosidad implica fascinación por cualquier cosa, una manera de estar con los clientes a modo de esponja de observación y aprendizaje. Esta curiosidad sin juzgar a nadie del coach es esencial para que el cliente desarrolle la habilidad de aprender y comprometerse. Investigaciones utilizando escáneres de fMRI (Resonancia Magnética Funcional) demuestran que la actividad de las áreas del cerebro asociadas al aprendizaje y al cambio de comportamiento se intensifica cuando el coach se muestra abierto y compasivo y cuando ayuda a su cliente a centrarse en un futuro positivo. Esta actividad no está presente cuando el coach se centra en los defectos de sus clientes, cuando ya tiene una respuesta para ellos y cuando emite juicios (Boyatzis y Jack, 2010). Cuando un coach es sinceramente curioso, el cliente es el que tiene que hacer el trabajo de coaching. Los Coaches Co-Activos aprenden a formular preguntas curiosas, poderosas y abiertas para hacer pensar al cliente. Esto estimula la reflexión, lo que ayuda a anclar el aprendizaje, desarrollar nuevos caminos neurales y producir un crecimiento duradero (Zull, 2002). La curiosidad del coach también estimula la propia curiosidad del cliente sobre su vida (quizás a través del sistema de neuronas espejo antes mencionado). Dejándose fascinar y no emitiendo juicios, el coach muestra al cliente nuevas posibilidades de ver la vida, permitiéndole afrontar incluso circunstancias difíciles desde una perspectiva más abierta, menos apegada. El cuarto contexto es Profundizar en el aprendizaje y llevar a la acción. En el Coaching Co-Activo, los clientes no solo están asimilando información incesantemente, ni tampoco están simplemente cambiando de un tema a otro como si la vida fuera una cadena de montaje. A los coaches se les enseña a mantener el foco en la danza entre tener al cliente avanzando en la acción —haciendo cosas que muevan su vida hacia adelante— y profundizar en el aprendizaje —reflexionando y dando sentido a lo que ha intentado y conseguido—. Según James Zull (2002), esto crea un ciclo de aprendizaje ascendente y positivo para el cliente, del siguiente modo: cuando actuamos, nuestro córtex motor lleva a cabo el plan de acción. Cuando recordamos la experiencia, el córtex sensorial recibe el input de los cinco sentidos, y cuando reflexionamos, el córtex integrativo posterior


da sentido a ese input. Luego, el córtex frontal (que se encarga del pensamiento y la planificación estratégicos) utiliza la información del córtex integrativo posterior (que interviene en el proceso de almacenar memoria y reunir datos sensoriales) para desarrollar o revisar un plan de acción que nos permita seguir adelante. Omitir cualquiera de estos pasos nos priva de un crecimiento y desarrollo potenciales, aunque hoy en día es muy común, con el ritmo de vida ajetreado de la sociedad, saltarse el paso de la reflexión. Si el coaching no hiciera nada más que proporcionarle al cliente un espacio donde simplemente actuar, reflexionar, revisar, actuar y reflexionar, seguiría siendo efectivo y proporcionaría un desarrollo cerebral válido. El contexto final es la Autogestión. Tal como hemos visto en el debate anterior sobre el Nivel Uno de escucha, es natural que los seres humanos se identifiquen con las experiencias de los demás a través de sus propios filtros. De hecho, si alguien nos dice que en su empresa están trabajando en un nuevo y emocionante proyecto para “maxienlazar” el proceso de evaluación del rendimiento de la misma, nosotros probablemente pondremos una mirada perdida (o nos desconcentraremos). Pero si se para y nos dice: “Oh, perdonad, en nuestra empresa utilizamos esta divertida palabra para referirnos a maximizar las conexiones entre grupos”, entonces podremos conectar e identificarnos con ello. Esto ocurre porque subconscientemente, sin ningún esfuerzo o intención, hemos penetrado en nuestra propia experiencia con “maxienlazar” y, por lo tanto, somos capaces de sentir lo que debe ser. Aquí es donde la autogestión entra en juego. Los Coaches Co-Activos están formados para desarrollar la capacidad de dejar a un lado sus propias inclinaciones y reacciones, escuchar en los Niveles Dos y Tres, permanecer curiosos y utilizar su intuición en beneficio del aprendizaje y crecimiento del cliente. Dado que estamos tan programados para comprendernos los unos a los otros a través de nuestras propias experiencias, este contexto es absolutamente fundamental. Los Coaches Co-Activos aprenden a distinguir su propio Nivel Uno de escucha y a utilizarlo para obtener información, para finalmente volver a poner el foco en el cliente. Sin este contexto, el coaching puede ser limitado y demasiado dirigido a medida que el coach sucumbe a la idea de que es él quien tiene la mejor respuesta para el cliente. Con este contexto, el coaching se vuelve poderoso, dinámico y emocionante mientras el cliente va descubriendo el poder y las respuestas que él mismo alberga en su interior.


uger

Sobre The Coaches Training Institute (CTI) El CTI es la mayor y más antigua escuela de formación de coaches presencial y una de las organizaciones de formación de liderazgo

Conclusión Las investigaciones neurocientíficas actuales nos están proporcionando cada vez más pruebas de que la filosofía y herramientas del Modelo Co-Activo están alineadas poderosamente con lo que se conoce sobre el desarrollo cerebral efectivo.

Co-Activo, que engloba una filosofía, una

Los pilares Co-Activos forman una sólida base filosófica de la eficacia humana a través de su enfoque hacia la completitud, la creatividad, la presencia y la transformación. Manteniéndose fiel a esta base, la función del Coach Co-Activo es activar el cerebro del cliente de manera que cree amplitud, creatividad y el ambiente óptimo para la neuroplasticidad, lo que lleva a un

metodología, un conjunto de habilidades y

cambio transformador y duradero.

una forma de comunicación que establece

Los principios Co-Activos ofrecen al coach una variedad de opciones para ayudar al cliente a salir de la reacción y crear nuevas posibilidades de seguir adelante. Las herramientas de cada principio se pueden asociar a técnicas de reducción del estrés demostradas neurocientíficamente, a la integración de los hemisferios derecho e izquierdo y, de nuevo, a la neuroplasticidad.

más

innovadoras

del

mundo.

CTI

fue

fundado en 1992 por Karen y Henry KimseyHouse y Laura Whitworth, ya ha formado a más de 35.000 estudiantes e imparte cursos en 24 países. Ellos desarrollaron el Modelo

un

equilibrio

entre

la

autoconciencia,

la inteligencia de la relación y la acción valiente, de manera que las personas puedan sentirse profundamente realizadas, permanecer conectadas con los demás y tener éxito en lo que realmente importa. Como base de toda la formación del CTI, el Modelo Co-Activo está siendo aplicado a los negocios, la educación, la medicina, el gobierno, las comunidades y las familias en todo el mundo.

Los contextos Co-Activos proporcionan herramientas siempre presentes para el coach para ayudarle a trabajar con el cerebro del cliente de maneras altamente efectivas, independientemente de qué principio esté usando. Estos promueven la integración, la conciencia corporal y la flexibilidad entre el hemisferio izquierdo y el derecho y maximizan la creatividad del cliente.

El Modelo Co-Activo al completo entrelaza todo esto en una bella danza de crecimiento, aprendizaje y desarrollo continuo. Trabajando en este modelo, los Coaches Co-Activos se convierten en compañeros altamente efectivos en el proceso transformacional. Y dado que el Coaching Co-Activo también se basa en el valor fundamental de “predicar con el ejemplo”, el cerebro del propio coach está aprendiendo, expandiéndose y desarrollándose a través de la utilización de estos procesos y herramientas, personificando el Estilo Co-Activo.


Referencias Arnsten, Amy (2008). “The mental sketchpad: why thinking has limits” (“El bloc mental: por qué el pensamiento tiene

límites”). NeuroLeadership Summit Lecture. Creswell, J.D.; Welch, W.T.; Taylor, S.E.; Sherman, D.K.; Gruenewald, T.L.; y Mann, T. (2005). “Affirmation of personal

values buffers neuroendocrine and psychological stress responses” (“La afirmación de los valores personales amortigua las respuestas al estrés psicológico y neuroendocrino”). Departamento de Psicología, Universidad de California (Los Ángeles). Doidge, Norman (2007). The Brain that Changes Itself (El cerebro que se cambia a sí mismo). New York: Penguin. Boyatzis, Richard y Jack, Anthony. [2010]. “Coaching with compassion can ‘light up’ human thoughts.” (“El coaching

con compasión puede ‘iluminar’ los pensamientos humanos”). Case Western Reserve University. Fleming, Stephen; Thomas, Charlotte; y Dolan, Raymond (2010). “Overcoming Status Quo Bias in the Brain” (“Superar

el Statu Quo preferente del cerebro”). Proceedings of the National Academy of Sciences. Kimsey-House, Henry; Kimsey-House, Karen; y Sandahl, Phillip (2011). Co-Active Coaching: Changing Business, Transforming

Lives (Coaching Co-Activo: cambiando negocios, transformando vidas). Tercera edición. Boston: Nicholas Brealey. Kirsch, Irving (1999). How Expectations Shape Experience (Cómo las expectativas determinan la experiencia). American Psychological Association. McCraty, Rollin (2010). Our Heart Has a Mind of Its Own (Nuestro corazón tiene su propia mente). California: Institute of HearthMath. Ochsner, Kevin (2008). “Staying cool under pressure: insights from social cognitive neuroscience and their implications for self and society” (“Mantenerse en calma bajo presión: percepciones de la neurociencia cognitiva social y sus implicaciones para uno mismo y la sociedad”). NeuroLeadership Journal, tema uno. Recker, Gary; Peacock, Edward; Wong, Paul (1985). Meaning and Purpose in Life and Well- Being (Sentido y propósito vital y bienestar). Oxford: Journal of Gerontology, Volumen 42, Tema 1. Rock, David y Page, Linda (2009). Coaching With the Brain in Mind (Coaching con el cerebro en mente). New Jersey: Wiley and Sons. Rodin. J., Langer, J. E., (1997). Long-term effects of a control-relevant intervention with the institutionalized aged

(Efectos a largo plazo de una intervención con el control como aspecto relevante con personas mayores en residencias). Journal of Personality and Social Psychology, Vol. 35, Nº 12, 897-902. Siegel, Daniel (1999). The Developing Mind: Toward a neurobiology of interpersonal experience (La mente en desarrollo:

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