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ENCICLOPEDIA DE DOCTRINAS BÍBLICAS Dr. Herbert Lockyer

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Prólogo - Prefacio Teología - La Doctrina de Dios Cristología - La Doctrina de Cristo Neumatología - La Doctrina del Espíritu Santo Antropología - La Doctrina del Hombre Hamartiologia - La Doctrina del Pecado Soteriología - La Doctrina de la Salvación Eclesiología - La Doctrina de la Iglesia Angelología - La Doctrina de los Ángeles Escatología - La doctrina de las últimas cosas

Prólogo - Prefacio Prólogo Pablo distinguía entre las simplezas de la Palabra y sus más profundas verdades. Cuando escribió a los corintios, él dijo: "os di a beber leche, y no vianda" (1 Cor.3:2). Ciertamente, bebes recién nacidos en Cristo necesitan la sencilla leche de la Palabra. No obstante, con el desarrollo espiritual, la carne de la Escritura será masticada.


Asombra considerar que la prevaleciente carnalidad entre personas religiosas podría haber sido prevenida si ellos hubieran escuchado consistentemente una predicación doctrinal en sus iglesias. Tememos que mucha de la predicación de nuestros días es no solamente simple sino también superficial. Solo la superficie de la Biblia es considerada, pero sus profundidades son ignoradas. Cuan agradecidos al Señor estamos por Seminarios cristianos fundamentalistas y por Institutos Bíblicos por toda la tierra, en los cuales muchos jóvenes son enseñados a manejar las grandes doctrinas de la Palabra de Dios. La Escuela Bíblica Tennessee Temple es una de las grandes escuelas de entrenamiento de este tipo, y es afortunada en tener un maestro dotado como el Dr. Mark G. Cambron como su Rector. La monumental obra del Dr. Mark G. Cambron, Doctrinas Bíblicas, revela cuánto él se ha sumergido en las profundidades de la Palabra de Dios, y es capaz de presentar, de manera clara y concisa, aquellas gloriosas doctrinas de las cuales Dios en Cristo es Autor, Materia y Consumador. Anhelamos para Doctrinas Bíblicas, una amplia circulación entre Pastores, estudiantes y obreros cristianos a través de los diferentes países. Dr. Herbert Lockyer, D.D., LL.D. Prefacio "Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados" (Rom.6:17). "Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra" (2 Tim.3:16, 17). El clamor de la necesidad de la Iglesia hoy es por el conocimiento de la Palabra de Dios. La Iglesia esta fría, indiferente al propósito para el cual Dios la ha dejado aquí, y ese propósito es ganar a los perdidos para Cristo. Pero parece que algunos de los líderes escogidos por Dios están cayendo en los diferentes "ismos" de hoy; la causa: la carencia de conocimiento de las doctrinas de la Palabra de Dios. Los hijos de Dios se deslizan hacia el pecado; la causa: la carencia de conocimiento de las doctrinas de la Palabra de Dios. Los cristianos deben alimentarse de la Palabra de Dios para entonces crecer. Entonces la Palabra de Dios obrará sobre las vidas y las conductas de los cristianos. El hecho de que los hombres no presten atención a la sana doctrina es una señal de los tiempos, una señal de que Cristo regresará pronto. "Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios;" (1 Tim.4:1). En todos los campos de servicio cristiano hay una gran demanda de pastores y ministros que tracen bien la Palabra de Verdad. Si almas son salvadas, esas almas dependen de la Palabra para crecer. La Verdad les formará, pero el error les deformará. Hay una vasta diferencia entre una persona sosteniendo la Verdad y la Verdad sosteniendo a una persona. Por tanto, mientras estudia las doctrinas de la Escritura, que el estudiante ore a Dios no solo para saber las doctrinas, sino para que ellas lleguen a ser una realidad en su alma y en su espíritu. Capítulo 1 Teología - La Doctrina de Dios


Bosquejo del Capítulo 1 - Teología I. Los Nombres y Títulos de Dios A. Elohim. B. Jehová. C. Adonai D. Las combinaciones con Jehová. E. Las combinaciones con El. II. La Existencia de Dios A. Falsos y Verdaderos Sistemas de Teología. B. Evidencias de la Existencia de Dios. III. La Naturaleza de Dios. A. Definiciones de Dios. B. Espiritualidad de Dios. C. Personalidad de Dios. D. La Trinidad de Dios. E. La Auto-existencia de Dios. F. La infinitud de Dios. IV. Los Atributos de Dios A. Omnipotencia. B. Omnisciencia. C. Omni-sapiensa. D. Omnipresencia. E. Eternidad. F. Inmutabilidad. G. Amor. H. Misericordia. I. Gracia. J. Fidelidad. K. Santidad V. La Paternidad de Dios. A. Enseñanza del Antiguo Testamento. B. Enseñanza del Nuevo Testamento. Capitulo 1 Teología La palabra “teología” viene de la palabra griega theos, la cual significa Dios. De modo que, teología es la doctrina de Dios. Para comenzar el estudio de las muchas doctrinas de la Biblia debemos comenzar con la fuente de todas las cosas: Dios! Debemos comenzar con Dios. No hay nadie ni nada antes de El. Antes de que algo llegara a ser, El era: “En el principio creo Dios…” (Gen. 1:1); “Dios, habiendo hablado muchas veces y de diversas maneras (Heb.1:1); “En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios” (Juan 1:1). Las primeras cosas que vamos a estudiar son I. Los Nombres y Títulos de Dios El Nombre de una persona, lugar, o cosa es eso por lo cual es conocida. Los Nombres de Dios son aquellos por los cuales El es conocido. Ellos denotan su carácter. Si, los


Nombres del Señor son aquellos por los cuales El es conocido entre su pueblo; “Sálvame, oh Dios, por tu Nombre” (Sal. 54: l); “En Ti confiarán los que conocen tu Nombre” (Sal. 9: 10). En castellano, en la versión Reina-Valera1960, se distinguen los 3 Nombres primarios de Dios claramente. Cuando leemos "Dios" sabemos que traduce la palabra hebrea Elohim;la palabra “Jehová” se usa para Jehovah; y la palabra “Señor” para la palabra Adonai. Cada una de estas 3 palabras, Elohim, Jehová y Adonai, describe el carácter de Dios y de Sus acciones hacia la humanidad, distinguiendo entre el santo y el pecador. A. Elohim. La palabra Elohim, que es traducida “Dios,” aparece más de 2300 veces en la Escritura. Y aunque no es un Nombre personal de Dios, es el titulo oficial de Dios, lo que El es, Dios!,Elohim! La palabra Elohim no se usa solamente para Dios, sino también para hombres (“Yo dije: Vosotros sois dioses, Y todos vosotros hijos del Altísimo" (Sal. 82:6 con Juan 10:34, 35), y para ídolos (“No te harás dioses de fundición" (Ex. 34:17). Es el titulo de Dios, así como la palabra “presidente” es el titulo de un oficio. El Presidente es el titulo oficial del más alto ejecutivo del gobierno del país. No es su nombre, sino su titulo. De la misma manera, hay una variada clase de presidentes: de compañías, sociedades misioneras, etc. El nombre oficial de Dios es Elohim, su oficio. Elohim es un nombre plural. En nuestro idioma, entendemos que plural significa dos o más, pero no es de igual manera en el idioma hebreo. Gramaticalmente tenemos 2 números en nuestro idioma: singular, que significa uno; y plural, que significa dos o más. En el Hebreo, no obstante, tenemos 3 números: singular, que significa uno; dual, que equivale a dos; y plural, que denota tres o más. Por tanto, Elohim es un plural, indica tres o más. Génesis 1:1 declara: “En el principio creó Dios [tres o mas] los cielos y la tierra.” Otra sugerencia de la Trinidad se encuentra en Génesis 1:26, 27: “Y dijo Dios [Elohim], “hagamos al hombre a nuestra imagen.” El significado literal de Elohim es El Poderoso, el Infinitamente Fuerte. Y en el primer capitulo de Génesis, se describe a Elohim desplegando todo su poder con estas 10 palabras: creó, hizo, movió, dijo, vio, llamo, dividió, estableció, terminó y bendijo. Ninguna criatura tiene poder sino aquella que lo ha recibido de Dios. El Poder pertenece a Dios. El hombre tiene que trabajar por su poder en todas las facetas de la vida; mientras que Dios solo tiene que hablar, y es hecho. Dios no solo crea, sino que también sostienelo que El ha creado de la nada. Elohim (Dios) también tiene poder para gobernar. Daniel apuntó esto, y Nabucodonosor tuvo que experimentar que “el Altísimo gobierna el reino de los hombres, y que a quien él quiere lo da, y constituye sobre él al más bajo de los hombres” (Dan. 4:17). Con orgullo llenando su corazón, Nabucodonosor fue vapuleado con locura hasta que reconociese que el Altísimo gobierna. Solo entonces su razón le fue devuelta, y llego a ser un firme creyente de esa verdad. Elohim (Dios) también tiene poder para juzgar, ya sea sobre hombres o naciones. Cuando El golpea con fuerza, nadie puede resistirle. El es la forma en singular de Elohim. Se encuentra 250 veces en la Escritura. Es usado en los nombres propios de hombres, tales como Samuel (pedido a Dios) y Elías (Jehová es mi Dios). B. Jehová


Jehová es el Nombre personal de Dios. Es el Nombre que está sobre todo otro nombre. El significado de la palabra es Redentor. Cada vez que se usa en la Escritura esta conectado con liberación de parte de Dios: “Cuando los capitanes de los carros vieron a Josafat, dijeron: Este es el rey de Israel. Y lo rodearon para pelear; mas Josafat clamó, y Jehová lo ayudó, y los apartó Dios de él; ” (2 Cron. 18:31). Aunque el Nombre personal de Dios, Jehovah, se escribía, no obstante jamás se pronunciaba. Los judíos consideraban ese nombre demasiado sagrado como para ser pronunciado por labios humanos. Es posible que su pronunciación no sea la correcta hoy en día, porque el idioma hebreo se escribe sin vocales. El nombre Jehovah, en el Hebreo, se deletrea JHVH. Confiamos que lo pronunciamos correctamente, aunque entendemos que se podría pronunciar Jeheve, o Jihivi, o Jahava, o de muchas otras diferentes maneras. Cuando los escribas llegaban a este nombre Jehová para copiarlo, se lavaban y limpiaban la pluma con la cual lo escribían. Aun en publico, cuando lectores de las Sagradas Escrituras llegaban a esta palabra, no la pronunciaban, temiendo que la tomaran en vano, y la sustituían por Elohim o por Adonai. Una razón por la cual la palabra Jehovahfue suprimida fue para imprimir su solemnidad sobre las mentes de la gente. Cuando el Señor [Jehová] apareció a Moisés en la zarza ardiente, y lo envió para sacar a los hijos de Israel desde Egipto y llevarlos a la tierra prometida, Moisés preguntó, “He aquí que llego yo a los hijos de Israel, y les digo: El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros. Si ellos me preguntaren: ¿Cuál es su nombre?, ¿qué les responderé? Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros.” (Ex. 3:13, 14). Jehovah es el eterno YO SOY. No hay ni pasado ni futuro para con Jehovah; El es el Eterno Presente, el Auto-Existente, Aquel que se da a conocer de si mismo.. En Éxodo 20:2 leemos: “Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre.” Había diferentes Elohims, pero había un solo Jehovah. Leemos en la Palabra, el “Elohim de Israel”; pero nunca, el “Jehová de Israel”; porque no había otros Jehovás. Cuando Elías y los profetas de Baal tuvieron una contienda, fue para determinar cual era Elohim (Dios), Jehovah o Baal. Si, Jehovah estaba siempre relacionado en una manera redentora con su pueblo, pero Su relacionamiento con sus criaturas (eso incluye hombres no regenerados) era siempre como Elohim. Lo mismo es hoy. Dios es Dios de todos los no salvos, pero El es Jehová,el Padre de todos los que son salvos. El libro de Jonás ilustra esto. En capítulos 3 y 4 la gente invoco a Elohim, pero Jonás clamó a Jehovah. Ellos estaban perdidos; Jonás era salvo. Ellos llegaron a ser salvos, y hubieran podido, después de ser salvos, clamar a DiosJehovah. Observen otras Escrituras al respecto: Jueces 7:14, 15; 2 Crónicas 19:6-9; Génesis 7:16; 1 Samuel 17:46. Tenemos además otro nombre de Dios, y ese es JAH. Lo hallamos unas 49 veces en el texto bíblico. Algunos estudiosos bíblicos creen que JAH es una abreviatura de Jehová. El significado es el mismo. “Cantad a Dios, cantad salmos a su nombre; Exaltad al que cabalga sobre los cielos. JAH es su nombre; alegraos delante de él.” (Sal. 68:4). El nombre JAH siempre esta vinculado a la alabanza, y aparece por primera vez en Éxodo 15:2. Creemos que la palabra “Dios” (Elohim), que es plural en Génesis 1:1, definitivamente sugiere que la Trinidad creó los cielos y la tierra. También encontramos que pensadores modernistas interpretan esto de manera diferente. Ellos dicen que esta porción de la Palabra debería leerse, “En el principio Dioses crearon los cielos y la tierra.” Y la razón para esto, ellos dicen, es que Israel, al principio, creía en muchos dioses, y luego la


religión de ellos evolucionó hacia un monoteísmo. Esta forma de razonamiento ha probado ser dificultosa para muchos estudiosos serios. ¿Hay alguna otra Escritura que la refute? Absolutamente sí. Observe Deuteronomio 6:4: “Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es.” Ahora, coloque las correctas palabras de Elohim y Jehová en este pasaje y verá que la Palabra plenamente revela la Trinidad de Génesis 1:1: “Oye, Israel, JEHOVAH nuestro ELOHIM [tres o mas personas] es uno, JEHOVA.’ Por lo tanto, queda claro que el hombre comenzó con la creencia en un Dios y luego “cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles. ” (Rom. 1:23). C. Adonai. El termino Adonai en realidad significa Maestro, Dueño; aquel que es propietario, aquel que rige, aquel que bendice a los suyos. Por primera vez aparece en Génesis 15:1, 2: “Después de estas cosas vino la palabra de Jehová a Abrám en visión, diciendo: No temas, Abrám; yo soy tu escudo, y tu galardón será sobremanera grande. Y respondió Abrám: Señor Jehová, ¿qué me darás, siendo así que ando sin hijo, y el mayordomo de mi casa es ese damasceno Eliezer?” Adonai siempre puede ser traducido con la palabra “Señor”. Hay 2 diferentes formas de esta palabra: Adon, que es singular, y Adonaí, que es plural. Adonai es usado de 2 maneras en las Escrituras respecto a los hombres y sus relaciones terrenales: como un señor de sus esclavos: “Entonces el criado puso su mano debajo del muslo de Abraham su señor, y le juró sobre este negocio. Y el criado tomó diez camellos de los camellos de su señor, y se fue, tomando toda clase de regalos escogidos de su señor…” (Gen. 24:9, l0); y como un esposo para su esposa: “como Sara obedecía a Abraham, llamándole Señor [Adonai]…” (1 Pedro 3:6a). Ver también Génesis 18:12. Un hebreo podía venderse a si mismo a otro hebreo, el cual llegaba a ser su señor. Pero no podía venderse a si mismo para siempre; porque al año sabático, o al año del jubileo, todos los esclavos debían ser liberados. Pero había también una manera por la cual un esclavo podía llegar a ser esclavo para siempre, y eso era por elección: “Y si el siervo dijere: Yo amo a mi señor, a mi mujer y a mis hijos, no saldré libre; entonces su amo lo llevará ante los jueces, y le hará estar junto a la puerta o al poste; y su amo le horadará la oreja con lesna, y será su siervo para siempre.” (Ex. 21:5, 6). Pablo dijo que él era siervo de Jesucristo, comprado por sangre y sujeto por amor! Cada vez que usted vea el Nombre Señor Jesucristo, debe decir, “El es mi Señor.” “Vosotros me llamáis Maestro, y Señor; y decís bien, porque lo soy” (Juan 13:13). D. Las combinaciones con Jehová 1. Jehovah-jireh: “el Señor proveerá.” “Y llamó Abraham el nombre de aquel lugar, Jehová proveerá. Por tanto se dice hoy: En el monte de Jehová será provisto.” (Gen. 22:14). Esta fue la ocasión cuando Abraham llevo a su hijo, su único, Isaac, al monte del sacrificio. Isaac cargaba la Lena; Abraham llevaba el cuchillo y el fuego. Y su hijo le pregunto acerca del sacrificio. A lo que el Padre Abraham le respondió, “Dios se proveerá de cordero para el holocausto.” Y Dios así lo hizo! Antes que Abraham pudiese matar a su propio hijo como sacrificio demandado por Dios, el ángel del SENOR detuvo su mano; entonces su ojos vieron el cordero que Dios había provisto. Hace unos 2000 años atrás el hijo de Dios cargo un madero, la Cruz; y el Padre preparo el fuego (lo cual habla de juicio), y el cuchillo (lo cual nos habla de muerte), y Dios se proveyó a si mismo de un sacrificio por nuestros pecados. Su Hijo, nuestro Señor y Salvador, Jesucristo. Le ha dejado usted ser su Jehovah jireh? Venga lo que venga, recuerde, El es Jehovah-jireh, “el Señorproveerá.”


2. Jehova-Rapha: “El Señor que sana” Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu sanador” (Ex. 15:26). El es Señor, El Médico. La manera en que se utiliza este concepto no es, “Yo curaré tus enfermedades”; sino, “No pondré enfermedades sobre ti.” El mundo es llamado el “mundo enfermo”; Livingstone llamo a África la “herida abierta”; y la razón para ello es la profunda herida del pecado! La palabra “sanar” es una palabra interesante y significa reparar, enmendar, curar. Y hay cura perfecta en JehovaRapha,pues dice: “por cuya herida fuisteis sanados.” (1 Pedro 2:24). Ver también Salmo 41:4. 3. Jehova-nissi: “El Señor nuestra Bandera, o Estandarte.” “Y Moisés edificó un altar, y llamó su nombre Jehová-nisi;” (Ex.17:15). El Señor es nuestra Victoria. Cristo crucificado es nuestra Bandera de Victoria! 4. Jehova-Qadash: “El Señor que Santifica.” “Y guardad mis estatutos, y ponedlos por obra. Yo Jehová que os santifico.” (Lev. 20:8). Y Dios es el mismo Señor de Cristianos y Hebreos: “y diciendo luego: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad; quita lo primero, para establecer esto último. En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre.” (Heb. 10:9, 10). Ver también Hebreos 10:14, y Éxodo 31:13. 5. Jehova-shalom: “El Señor nuestra Paz.” “Y edificó allí Gedeón altar a Jehová, y lo llamó Jehová-salom; el cual permanece hasta hoy en Ofra de los abiezeritas” (Jueces. 6:24). Hay una sola manera de tener paz segura hoy, y es a través del Señor Jesucristo. El es nuestra Paz: “Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación,” (Ef. 2:14). Ver también Romanos 5:1. 6. Jehova-Tsidkenu: “El Señor Justicia nuestra” “En sus días será salvo Judá, e Israel habitará confiado; y este será su nombre con el cual le llamarán: Jehová, justicia nuestra” (Jer. 23:6). Israel será restaurado en la tierra de la promesa una vez mas, y durante el Milenio, Jehová será llamado Jehová-Tsidkenu: “El Señor Justicia nuestra” El Señor vino, el único Justo, y ellos le crucificaron. Pero un día vendrá por segunda vez, e Israel proclamará al Señor Jesucristo como su propia Justicia. Jesucristo es la única Justicia que alguien pueda proclamar. 7. Jehovah-Shammah: “El Señor está presente” “En derredor tendrá dieciocho mil cañas. Y el nombre de la ciudad desde aquel día será Jehová-sama” (Ez. 48:35). Cuando Israel sea restaurada a la tierra prometida, y la tierra sea llena del conocimiento del Señor, Jerusalén será llamada Jehová-Shammah: “el Señor está presente". 8. Jehová-Sabaoth: “El Señor de los Ejércitos" “Y todos los años aquel varón subía de su ciudad para adorar y para ofrecer sacrificios a Jehová de los ejércitos en Silo” (1 Sam. 1: 3a). Israel es el Ejército; el Señor es el Señor de los Ejércitos. Ver también Éxodo 12:41; 2 Reyes 6:14-23; Romanos 9:29; Santiago 5:4. 9. Jehová-Ra-ah: “El Señor es mi Pastor” “Jehová es mi pastor; nada me faltará” (Sal. 23:1). Una vez una pequeña niña estaba mencionando este versículo, y esta es la manera en que lo dijo: “El Señor es mi Pastor, por que habría de estar preocupada?” Ha usted hallado esa fuente de fortaleza? Ha usted encontrado perfecta paz por seguir al Salvador por donde sea que lo guíe? No molestarán los temores; no presionarán las tinieblas; la pobreza no será capaz de destruir, Jesús es su Jehová-Ra-ah, su Pastor. E. Las combinaciones con El


Así como están los nombres que son combinaciones con Jehová, están los nombres que son combinaciones con El. 1. El Elyon: “El Dios Altísimo” “Entonces Melquisedec, rey de Salem y sacerdote del Dios Altísimo, sacó pan y vino" (Gen. 14:18). Elyon significa "El más Alto"; combinado con El, llega a ser "El Dios Mas Alto". Ver también Deuteronomio 32:8; Daniel 4:34, 35. Jesucristo es nuestro El Elyon: “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra” (Mateo. 28:18b). 2. El Olam: “El Dios Eterno” “Y plantó Abraham un árbol tamarisco en Beerseba, e invocó allí el nombre de Jehová Dios eterno” (Gen. 21:33). Si, Dios es el “Dios Eterno”, “el Dios de todos los siglos y edades.” 3. El Shaddai: “El Dios Todopoderoso.” Su primera mención es en Génesis 17:1: “Era Abram de edad de noventa y nueve años, cuando le apareció Jehová y le dijo: Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí y sé perfecto.” “El” significa El Fuerte. Shaddaiviene de la palabra hebrea shad, que significa pecho de mujer, pecho materno. Esto es ilustrado en Isaías 28:9. El Shaddai, por lo tanto, significa El Nutridor, El Dador de Fortaleza, El Satisfacedor. Uno de los más apreciados Nombres de Dios entre los estudiosos de la Biblia es este, El Nutridor, El Dador de Fortaleza, El Satisfacedor, el Todo-Suficiente Dios, el Dios que es Suficiente, El Dios que esta siempre disponible. “por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos” (Heb. 7:25). Por qué? Porque Jesucristo nuestro Señor es nuestro El Shaddai. II. La Existencia de Dios A. Falsos y Verdaderos Sistemas de Teología 1. Deismo. Este sistema reconoce que hay un Dios, pero niega que Dios sustente o sostenga la creación. Para ellos, “Dios es el Creador, pero no el Sustentador." 2. Ateismo. Aquellos que sostienen esta llamada creencia, excluyen a Dios en toda manera. 3. Escepticismo. Escépticos e infieles, están llenos de dudas y descreen de Dios, especialmente del Dios de Revelación. 4. Agnosticismo. Esta escuela de pensamiento no niega a Dios, pero niega que Dios pueda ser conocido. 5. Panteísmo. Para ellos, todo es Dios y Dios es todo. Cada cosa que vemos es Dios. Dios está en todo. Dios y creación serian sinónimos. 6. Politeísmo. Esta es la creencia en muchos dioses. Habría varios dioses sobre nosotros; y sobre ellos tendrían otros dioses, y así sucesivamente. 7. Triteísmo. Esta es la creencia en tres Dioses. 8. Dualismo. Esta es la creencia en dos Dioses; un Dios que es bueno, y un Dios que es malo. Ellos son co-iguales en poder y persuasión.


9. Teísmo. Es la creencia en la existencia de un Dios personal. Disertar sobre esto seria en vano, porque cada uno debe saber quién es Dios, cual es su nombre, a fin de confiar en él. 10. Monoteísmo. Es la doctrina sobre la existencia de un solo Dios. Nosotros somos monoteístas. Los judíos y los mahometanos también. Si eso es cierto, son ellos salvos? No! “Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan.” (Santiago 2:19). Creer que Dios es uno no es suficiente, sino “que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.” (Rom. 10:9). B. Evidencias de la Existencia de Dios. Cada estudiante debe asumir que la Biblia nunca trata de probar la existencia de Dios. Asume que cada hombre sabe que hay un Dios, y declara que, “Dice el necio en su corazón: No hay Dios” (Salmo 14:1). Hay muchas evidencias de la existencia de Dios, la primera es: 1. Por la razón. (Intelectual). a. El argumento de la intuición. Algunas veces llamada “primeras-verdades”; es la creencia que sabe que hay un Dios sin que nadie le revele tal hecho. Un niño sabe que hay un Dios. Quien se lo ha dicho? Todas las razas en el mundo saben que hay un Dios, pese a que ellos no estén adorando al único y verdadero Dios. No hay tal cosa como un verdadero ateo. La evidencia de la existencia de Dios esta en el hombre, nace en él. b. El Argumento Cosmológico. Este es el argumento de causa y efecto. Aquí esta el mundo, entonces, como llego a ser? Hay una Causa o Poder detrás de todo. Debe haber un Hacedor o Creador. Es fácil pensar que detrás de la creación está Dios, pero es imposible pensar que hay detrás de Dios. c. El Argumento Teleológico: Hay un perfecto diseño y orden en el universo. El copo de nieve es un hermoso patrón que el hombre no pudo duplicar. ¿Por qué el hielo sube a la superficie del agua y no se va al fondo cuando se congela? ¿Cómo es posible que primavera, verano, otoño e invierno vengan en orden, y que haya sucedido por milenios? ¿Por qué el sol no está tan cerca de la tierra como para calcinarla ni tan lejos como para que se congele? Debe haber un Diseñador detrás de la creación, y ese Diseñador es Dios! d. El Argumento Antropológico: Este argumento se basa en las cualidades morales e intelectuales del hombre. El hombre es el resultado directo de la creación de Dios, tal como otras criaturas lo son, pese a que las otras criaturas no posean las cualidades morales e intelectuales del hombre. ¿Por qué? El hombre tiene la capacidad de saber, de razonar. Si el hombre no tomó estas cualidades de algún Otro, alguien mayor, un creador, ¿de dónde las tomó? 2. Por la Historia. Ciertamente, la historia es Su Historia! La historia verifica el hecho de que hay un Dios. La historia ha comprobado el hecho de la existencia de Dios contra aquellos que habían repudiado su Ley. De modo que los cristianos nunca deberían preocuparse de las condiciones del mundo. Dios está en Su Trono. Nada puede suceder, sino por Su Voluntad. Alguien ha dicho, “la Profecía es el molde de la historia.” Dios habla, y tiempo después, lo que el habló se cumple al pie de la letra. La Historia registra solamente lo que Dios ha dicho que sucedería. La Historia comprueba que hay un Dios. 3. Por la Experiencia. Esta es una de las más grandes comprobaciones de la existencia de Dios. Los hombres han sido transformados por el poder de Dios. No hay otra explicación sino Dios! Oraciones han sido contestadas atestiguando la existencia de Dios.


4. Por la Escritura a. Lo que la Biblia asume ser. La Biblia es el único libro que es inspirado de Dios. La Biblia es el patrón para toda conducta correcta en el mundo. Si la Biblia no es la Palabra de Dios, entonces no tenemos Dios; no podemos conocer nunca a Dios. b. Revelación Cristológica. En Jesucristo, Dios vino a los hombres para decirnos como es Dios. Si Jesús no es Dios, entonces no hay Dios. Dios nunca podría ser conocido. “A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.” (Juan 1:18). Jesucristo es el Hijo de Dios, y El y Su vida comprueban la existencia de Dios. c. Declaración profética Dios anuncia por anticipado el futuro. Cualquiera que pueda hacer esto es más que un hombre. El hombre no siempre puede hablar sobre el pasado, mucho menos sobre el futuro. Cuando Cristo fue crucificado se cumplieron 25 profecías distintas, profecías escritas con siglos de anticipación. III. La Naturaleza de Dios. A. Definiciones de Dios. 1. Definiciones Escriturales. a. Dios es Espíritu: “Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.” (Juan 4:24). b. Dios es Luz: “Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él.” (1 Juan 1:5). c. Dios es Amor: “El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor.” (1 Juan 4:8). d. Dios es Fuego Consumidor: “Porque nuestro Dios es Fuego consumidor” (Heb. 12:29). 2. Definiciones Teológicas. a. El Catecismo de Westminster: “Dios es un Espíritu, Infinito, Eterno, e Invariable en su Ser, Sabiduría, Poder, Santidad, Justicia, Bondad y Verdad.” b. Dr. Strong: “Dios es el Espíritu Perfecto e Infinito. La fuente de todas las cosas, El Sustento de todas las cosas, el Fin de todas las cosas.” c. Andrew Fuller: “Dios es la primera causa y el último Fin de todas las cosas.” d. Ebrards: “Dios es la Fuente eterna de todo lo que es temporal.” B. Espiritualidad de Dios. 1. Su Esencia. El es un Ser espiritual (“Dios es Espíritu” — Juan 4:24), invisible (“es la imagen del Dios Invisible” Col. 1:15a). Que es un Espíritu? Un Espíritu es un Ser sin carne ni huesos. “Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy; palpad, y ved; porque un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo.” (Lucas 24:39). Dios no puede ser visto por el ojo humano; Dios, en su pura Esencia, nunca ha sido visto. “A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.” (Juan 1:18). 2. Sus Manifestaciones. Mientras que Dios, en su verdadera Esencia, nunca ha sido visto, el se ha mostrado a sí mismo; de diferentes maneras ha revelado su persona a los hombres. En la Escritura pregunta, “¿A qué, pues, me haréis semejante o me compararéis? dice el Santo.” (Is. 40:25). El hombre no puede conocer a Dios sino en la forma en que Dios se haya revelado a si mismo. ¿Acaso no estamos contentos de que Dios se haya revelado a si mismo en Su Hijo? Siendo Cristo la imagen de Dios, el anticristo será una imitación. Pareciera haber algunas contradicciones en la Palabra de Dios; en algunos lugares dice que la gente vio a Dios: “hablaba Jehová a Moisés cara a cara, como habla cualquiera a su compañero. Y él volvía al campamento; pero el joven Josué hijo de Nun, su servidor, nunca se apartaba de en medio del tabernáculo.” (Ex. 33:11); “Y subieron Moisés y Aarón,


Nadab y Abiú, y setenta de los ancianos de Israel; y vieron al Dios de Israel" (Ex. 24:9, 10). En otros lugares de la Palabra dice que es imposible ver a Dios: “Dijo más: No podrás ver mi rostro; porque no me verá hombre, y vivirá.” (Ex. 33:20). La verdad es que, el hombre nunca ha visto la cara de Dios en su verdadera esencia, sino que ha mirado su rostro y ha hablado boca a boca con Dios cuando Dios se manifestó en alguna otra forma sin ser su verdadera esencia. “Cara a cara hablaré con él, y claramente, y no por figuras; y verá la apariencia de Jehová.…” (Num. 12:8a). Sabemos esto, que el Espíritu (El Espíritu Santo) puede manifestarse a si mismo en una forma visible. “También dio Juan testimonio, diciendo: Vi al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y permaneció sobre él.” (Juan 1:32). Fue en el bautismo del Señor Jesús que Juan vio la forma, pero no el Espíritu. Entonces, el Espíritu se había manifestado. Dios se ha manifestado a si mismo en varias formas; entre las cuales están las siguientes: a. En forma de criaturas. Con esta expresión no queremos decir que el Señor apareció en la forma de animales, sino más bien en la forma de seres humanos. Génesis 3:8 y 12:7 ilustran esto plenamente: “Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto.” (Gen. 3:8); “Y apareció Jehová a Abram, y le dijo: A tu descendencia daré esta tierra. Y edificó allí un altar a Jehová, quien le había aparecido.” (Gen. 12:7). Ver también Génesis 16:7, 10, 13; Éxodo 24:9-11; Génesis 18:1-16; Jueces 13:22, 23; Génesis 32:24-30. Dios también se manifestó a si mismo como el Ángel del Señor. “El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, Y los defiende.” (Sal. 34:7); “Además le dijo el ángel de Jehová: He aquí que has concebido, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre Ismael, porque Jehová ha oído tu aflicción.” (Gen. 16:11). La mayoría de los estudiosos de la Biblia creen que el Ángel de Jehová no es otro sino el Señor Jesucristo. b. En formas materiales. El hombre no podría haber visto a Dios; por lo tanto, Dios se manifestó a si mismo en formas desde las cuales el hablo. Una de esas formas fue la zarza ardiente: “Viendo Jehová que él iba a ver, lo llamó Dios de en medio de la zarza, y dijo: ¡Moisés, Moisés! Y él respondió: Heme aquí.” (Ex. 3:4); Otra forma fue mediante la columna de nubes y la columna de fuego: “Y Jehová iba delante de ellos de día en una columna de nube para guiarlos por el camino, y de noche en una columna de fuego para alumbrarles, a fin de que anduviesen de día y de noche.” (Ex. 13:21). c. En la Persona de Jesucristo. Otra vez decimos que nos regocijamos de que Dios no elija hoy para revelarse a si mismo otro que no sea su Hijo Jesucristo. Dios no escoge hoy manifestarse a sí mismo en una neblina, sino mas bien en forma humana: “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. ” Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad. (Juan 1:1, 14). Ver también 1 Timoteo 3:16; Hebreos 1:3. C. Personalidad de Dios. Dios es una Persona, alguien que posee auto-conciencia, auto-determinación, y poder. Algunas personas tienen vagas ideas de Dios, como una fuerza, un poder, una influencia. Pero es imposible tener comunión con una fuerza o con una influencia. Las palabras de nuestro Señor estando en el jardín sugieren comunión con Dios: “Pero ahora voy a ti; y


hablo esto en el mundo, para que tengan mi gozo cumplido en sí mismos.” (Juan 17:13). Ver también Éxodo 3:14; 1 Corintios 2:11. Nunca se debe confundir personalidad con visibilidad. Sustancia no tiene nada que ver con espiritualidad. La personalidad de Dios puede ser apreciada mediante: 1. Sus Nombres “Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros. (Ex. 3:14). Las palabras “YO SOY EL QUE SOY” sugieren personalidad. 2. Contrastes. Con esto queremos significar que las Escrituras contrastan al único Dios sabio con los dioses de los paganos: “porque ellos mismos cuentan de nosotros la manera en que nos recibisteis, y cómo os convertisteis de los ídolos a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero,” (1 Tes. 1:9). Ver también Jeremías 10:16; Hechos 14:15. 3. Sus Atributos. Lo que el hace, denota personalidad, como: a. Dios se aflige. Solamente una persona se puede afligir o doler: “Y se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón.” (Gen. 6:6). b. Dios se arrepiente. Leyendo el versículo citado anteriormente observamos que Dios se arrepiente. 1 Samuel 15:29 dice: “Además, el que es la Gloria de Israel no mentirá, ni se arrepentirá, porque no es hombre para que se arrepienta.” En un pasaje de las Escrituras dice que Dios se arrepiente, y en otro declara que no se arrepiente. ¿Cual es la respuesta a esto? Cuando el hombre se arrepiente, se arrepiente de alguna obra moral; cuando Dios se arrepiente, el se arrepiente de algún hecho judicial. La actitud de Dios hacia el pecado nunca cambia. Tomemos el caso de Jonás y Nínive. Nínive se arrepintió; cambió su mentalidad; y esto cambió su carácter. Dios, de todos modos, no cambia su mente; el no cambia su actitud hacia el pecado. Pero a causa de que Ninive se había arrepentido, no hubo necesidad de juicio contra el pecado. Su pecado había sido confesado y perdonado. c. Dios ama. “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” (Juan 3:16). “Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete.” (Apo. 3:19). Solo una personalidad puede amar. d. Dios odia. “Seis cosas aborrece Jehová, Y aun siete abomina su alma:” (Prov. 6:16). e. Dios oye. “El que hizo el oído, ¿no oirá? El que formó el ojo, ¿no verá? El que castiga a las naciones, ¿no reprenderá? ¿No sabrá el que enseña al hombre la ciencia?” (Sal. 94:9, 10). 4. Sus hechos. a. Dios crea. “En el principio creó Dios los cielos y la tierra” (Gen. 1:1). Ver también Isaías 45:18. b. Dios provee. “Todos ellos esperan en ti, Para que les des su comida a su tiempo. Les das, recogen; Abres tu mano, se sacian de bien. Escondes tu rostro, se turban; Les quitas el hálito, dejan de ser, Y vuelven al polvo. Envías tu Espíritu, son creados, Y renuevas la faz de la tierra.” (Sal. 104:27-30). Las necesidades materiales del mundo entero son suplidas por Dios. c. Dios promueve. Algunas personas, aparentemente, son impulsadas o promovidas por otras. El mundo tiene una palabra para esto: suerte. Pero la correcta respuesta es el Señor! Los reyes reciben el poder de parte suya; los pastores reciben sus cargos de parte suya; el esposo recibe la esposa de parte suya. Todas las promociones son del Señor. “Porque ni de oriente ni de occidente, Ni del desierto viene el enaltecimiento. Mas Dios es el juez; A éste humilla, y a aquél enaltece.” (Sal. 75:6, 7). d. Dios cuida. Dios tiene un corazón; solo una persona tiene un corazón. “Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.” (1 Pedro 5:6, 7). D. La Trinidad de Dios.


1. Trinidad en Personalidad. Mediante esto, por supuesto, queremos decir que Dios es Tres en Uno. Hay algunos errores concernientes a la Trinidad; algunos han sido provocados en ignorancia, y otros deliberadamente. Nosotros sabemos que la Biblia es la Palabra de Dios; si no fuese por ninguna otra razón, lo es porque tenemos la Trinidad en ella. Si el hombre hubiera escrito la Biblia, hubiera dejado la Trinidad afuera de sus paginas; porque la Trinidad es demasiado difícil de entender. La mente del hombre no puede comprenderla. La única cosa que el hijo de Dios puede hacer con ella es aceptarla por fe y pararse sobre lo que Dios dice acerca de ella. Solo porque no podamos comprender todo acerca de ella no es señal de que no sea verdad. Hay un error que propone que hay tres individuos en la Deidad. Pero recuerda, Dios no es una triada. Otro error es que la Trinidad es una Persona, manifestándose a si mismo en tres. Eso sería decir que hay tres esencias en una Persona, y que Jesucristo, el Padre y el Espíritu Santo son solamente manifestaciones. Aun hay otro error, y es el que niega la Trinidad, y consecuentemente hace del Hijo y del Espíritu Santo criaturas de Dios, los cuales llegaron a existir después de Dios. En otras palabras, aquellos que sostienen estas teorías erróneas declaran que hubo un tiempo cuando el Hijo de Dios no existía. Ellos utilizan esta serie de razonamientos: “Un hijo no puede ser tan viejo como su padre, un padre debe existir siempre antes que su hijo a fin de engendrarle; Así que Dios el Padre es el Padre de Dios el Hijo; y por lo tanto, el Padre debe haber existido antes que el Hijo en función de engendrarle.” A esto replicamos: “si una persona declarase que es padre, y lo ha sido por 10 años, entonces nosotros sabemos que ha tenido un hijo por 10 años. Un hombre no puede ser un padre sin haber tenido un hijo. Así es, un hombre que es padre por 10 años ha tenido un hijo por 10 años. Así también es en la Deidad, si Dios es el Padre Eterno, entonces debe tener un Hijo Eterno. La doctrina de la Trinidad es una doctrina de pura revelación de parte de Dios. Y recuerda, nosotros no adoramos tres Dioses, sino un Dios: el Padre, Hijo y Espíritu Santo. Es prácticamente imposible dar ejemplos sobre la Trinidad. Algunos han ofrecido el trébol de 3 hojas como ejemplo; otros han sugerido el agua: liquida en su estado normal; vapor, cuando es calentada; y sólido o hielo, cuando es congelada. Aun así, esto no es claro. Porque Dios es Tres en Uno! Por lo tanto, proponemos que la mejor ilustración es el hombre mismo: cuerpo, alma y espíritu. El no es tres personas, sino tres en uno. Y hay tres cosas que son pertinentes a cada uno separadamente: alimento para el cuerpo, música para el alma, y adoración para el espíritu, pero aun así, las 3 cosas apelan a un solo hombre. Los rayos del sol pueden ser utilizados como otra ilustración. Cuando los rayos del sol caen sobre la tierra, están compuestos de 3 elementos: rayos de calor, que pueden sentirse pero no ser vistos; rayos de luz, que pueden ser vistos pero no sentidos; y los tipos de rayos, que no pueden ser vistos ni oídos, pero hacen sentir sus efectos sobre la piel. Los tres juntos forman el brillo del sol. Sin uno de estos elementos no habría rayos de sol; sin una de las partes del hombre, el hombre dejaría de ser; y sin una de las personas de la Deidad, Dios no sería Dios! a. Nombres en el Antiguo Testamento (1) Nombres plurales “En el principio [Elohim] creó los cielos y la tierra” (Gn. 1:1). Elohim es un nombre plural, que significa tres o más. Esto, por supuesto, sugiere la


Trinidad en la creación. Ver también Génesis 3:5; Éxodo 20:3; Deuteronomio 13:2, 3. Muchas veces es traducido en singular y otras veces en plural. (2) Pronombres plurales “Y dijo Jehová Dios: He aquí el hombre es como uno denosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre…” (Gen. 3:22). Ver también Génesis 1:26; Isaías 6:8. Aquí tenemos a Dios hablando a Dios, eso es la Trinidad. (3) Declaraciones Escriturales Las Escrituras declaran que Dios ungió a Dios, ¿y cómo podría ser eso si Dios no fuese una Trinidad? “Tu trono, oh Dios, es eterno y para siempre; Cetro de justicia es el cetro de tu reino. Has amado la justicia y aborrecido la maldad; Por tanto, te ungió Dios, el Dios tuyo, Con óleo de alegría más que a tus compañeros.” (Salmos 45:6,7). Ver también Hebreos 1:8-12; y Salmos 110:1. (4) Designaciones Escriturales En Génesis 1:1 Dios declara que El creó los cielos y la tierra; y en versículo 2, el Espíritu Santo, aparece la tercera persona de la Trinidad: “El Espíritu de Dios se movía sobre la faz de la aguas.” (Ver también Job 24:13). Y elementos de una personalidad son atribuidos en referencia al Espíritu Santo: “Saldrá una vara del tronco de Isaí, y un vástago retoñará de sus raíces. Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor de Jehová." (Isaías 11:1, 2). El Hijo, la segunda persona de la Trinidad también es presentada: “Yo publicaré el decreto; Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú; Yo te engendré hoy. . . Honrad al Hijo, para que no se enoje, y perezcáis en el camino…” (Salmos 2:7, 12a). El Ángel del Señor del Antiguo Testamento no es otro que Jesucristo mismo, y en la siguiente porción de las Escrituras se lo declara como separado de Dios el Padre y de Dios el Espíritu Santo: “Y la halló el ángel de Jehová junto a una fuente de agua en el desierto, junto a la fuente que está en el camino de Shur.” (Génesis 16:7). Las siguientes Escrituras plenamente revelan la Trinidad de la Deidad: Génesis 18:1,2,33; Isaías 48:16; 63:8-10. (5) Expresiones triples. Donde las Escrituras expresan alabanza o bendición de la Deidad, se declara una exclamación triple que apunta al hecho de que así como Dios es tres en uno estas expresiones también deben ser tres: “Jehová te bendiga, y te guarde; Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz.” (Num. 6:24-26). “Y los cuatro seres vivientes tenían cada uno seis alas, y alrededor y por dentro estaban llenos de ojos; y no cesaban día y noche de decir: Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el que ha de venir.” (Apoc. 4:8). b. En el Nuevo Testamento. (1) El Bautismo de Cristo. El Bautismo de Cristo es una de las mejores ilustraciones que prueban la Trinidad: “Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él. Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.” (Mateo 3:16, 17). Aquí tenemos la voz del Padre desde el cielo, el Hijo saliendo del agua, y el Espíritu Santo descendiendo como paloma. (2) Formula Bautismal. La iglesia de Dios en Cristo Jesús siempre ha utilizado la formula bautismal legada por su fundador, Jesucristo: “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con


vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén” (Mateo 28:19, 20). Observe que la Escritura no dice, “en los nombres de”; sino, “en el nombre de.” Uno en Tres; un nombre,pero tres Personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. (3) La Bendición Apostólica. La iglesia ha utilizado esta bendición (la cual fue primero usada por el apóstol Pablo por inspiración del Espíritu Santo) por más de 19 siglos: “La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén” (II Cor. 13:14). (4) Otra Escritura. El siguiente versículo plenamente revela el hecho de la Trinidad: “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.” (Juan 14:26). 2. La Unidad de su Ser: Indivisible e Invisible. Hay un solo Dios: “Por tanto, tú te has engrandecido, Jehová Dios; por cuanto no hay como tú, ni hay Dios fuera de ti, conforme a todo lo que hemos oído con nuestros oídos.” (II Sam. 7:22); “¿Quién hizo y realizó esto? ¿Quién llama las generaciones desde el principio? Yo Jehová, el primero, y yo mismo con los postreros.” (Isaías 41:4). Ver también Isaías 43:10, 11; 44:6; Deuteronomio 6:4. Dios, Elohim, aunque es una unidad compuesta; eso es, el nombre, Dios (que es plural), es usado siempre con un verbo en singular: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra.” (Gen. 1:1); “Jehová Dios de los dioses, Jehová Dios de los dioses, él sabe, y hace saber a Israel: si fue por rebelión o por prevaricación contra Jehová, no nos salves hoy. (Josué. 22:22). Ver también Génesis 1:5, 8, 13; 33:20. 3. Un sumario de la Escritura a. Tres son Reconocidos como Dios. (1) El Padre es reconocido como Dios. “a todos los que estáis en Roma, amados de Dios, llamados a ser santos: Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.” (Rom. 1:7). Ver también Juan 6:27; I Pedro 1:2. (2) El Hijo es reconocido como Dios “Mas del Hijo dice: Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo; Cetro de equidad es el cetro de tu reino” (Heb. 1:8); “enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo, ” (Tito 2:12, 13). (3) El Espíritu Santo es reconocido como Dios. “Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad? Reteniéndola, ¿no se te quedaba a ti? y vendida, ¿no estaba en tu poder? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a los hombres, sino a Dios. ” (Hechos 5:3, 4). b. Tres en personas distintas. (1) Padre e Hijo son personas distintas una de otra. (a) Cristo distingue al Padre de si mismo. “Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha dado al Hijo el tener vida en sí mismo; y también le dio autoridad de hacer juicio, por cuanto es el Hijo del Hombre.” (Juan 5:26, 27). Ver también Juan 5:32. (b) El Padre se distingue del Hijo Unigénito. Ver Juan 3:16.


(c) El Padre y el Hijo se distinguen como el Enviador y el Enviado. “Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley,” (Gal. 4:4). Ver también Juan 10:36. (2) El Padre y el Hijo son personas distintas al Espíritu Santo. (a) El Hijo se distingue a si mismo del Espíritu Santo y del Padre. “Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.” (Juan 14:16, 17). (b) El Espíritu procede del Padre. “Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí.” (Juan 15:26). (c) El Espíritu es enviado por el Padre y por el Hijo. “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.” (Juan 14:26); “Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí.” (Juan 15:26). c. Estas tres Personas son iguales. (1) El Padre no es Dios como tal, porque Dios es Padre, Hijo y Espíritu Santo. (2) El Hijo no es Dios como tal, porque Dios es Padre, Hijo y Espíritu Santo. (3) El Espíritu Santo no es Dios como tal, porque Dios es Padre, Hijo y Espíritu Santo. E. La Auto-Existencia de Dios. La Existencia de Dios es en sí mismo. Nosotros dependemos de El; El no depende de nada ni nadie. Algo causó que nosotros llegáramos a ser; pero nada causó que El llegase a ser; El siempre fue. Dios no existe porque se trajo a la existencia. Dios existe porque es su naturaleza ser. Nuestras vidas provienen de una fuente externa; y hubo un tiempo cuando nosotros comenzamos. “Mas yo tengo mayor testimonio que el de Juan; porque las obras que el Padre me dio para que cumpliese, las mismas obras que yo hago, dan testimonio de mí, que el Padre me ha enviado.” (Juan 5:36). Nosotros no podemos hablar así. F. La Infinidad de Dios La naturaleza Divina no tiene límites. “Grande es el Señor nuestro, y de mucho poder; Y su entendimiento es infinito.” (Salmo 147:5); “¿Descubrirás tú los secretos de Dios? ¿Llegarás tú a la perfección del Todopoderoso? Es más alta que los cielos; ¿qué harás? Es más profunda que el Seol; ¿cómo la conocerás? Su dimensión es más extensa que la tierra, Y más ancha que el mar.” (Job 11:7-9); “Pero ¿es verdad que Dios morará sobre la tierra? He aquí que los cielos, los cielos de los cielos, no te pueden contener; ¿cuánto menos esta casa que yo he edificado? (I Reyes 8:27); “¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos! (Rom. 11:33). Ver también Isaías 66:1; Salmo 113:5, 6. El mundo es un capullo de la inmensidad de su belleza. El sol es un chispazo de la luz de su sabiduría. El cielo es una burbuja en el mar de su poder. IV. Los Atributos de Dios Los Atributos de Dios son las cualidades esenciales de su perfecto ser.


A. La Omnipotencia de Dios. Esto significa que Dios es Todo Poderoso, Todo Majestuoso: “Y oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos, que decía: ¡Aleluya, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina!” (Apo. 19:6); “Y mirándolos Jesús, les dijo: Para los hombres esto es imposible; mas para Dios todo es posible.” (Mateo 19:26); “¿Hay para Dios alguna cosa difícil?” (Gen. 18:14a). Hay una sola cosa que puede limitar a Dios, y es su propia santa voluntad. Algunas personas necias pueden proponer II Timoteo 2:13: “Si fuéremos infieles, él permanece fiel; El no puede negarse a sí mismo.” Algunas personas dicen, “Aquí hay algo que Dios no puede hacer.” Pero eso no es una cuestión acerca de lo que Dios puede hacer, sino de lo que Dios hará. 1. Dios tiene poder sobre la naturaleza. “Por la palabra de Jehová fueron hechos los cielos, Y todo el ejército de ellos por el aliento de su boca. El junta como montón las aguas del mar; El pone en depósitos los abismos. Tema a Jehová toda la tierra; Teman delante de él todos los habitantes del mundo. Porque él dijo, y fue hecho; El mandó, y existió.” (Salmo 33:6-9); “Porque así dice Jehová de los ejércitos: De aquí a poco yo haré temblar los cielos y la tierra, el mar y la tierra seca;” (Hageo 2:6). Ver también Génesis 1:1-3; Nahum 1:3-6. El hombre tiene que tener herramientas para hacer cosas, Dios solo tiene que hablar, y es hecho. 2. Dios tiene poder sobre los hombres. “Uno solo es el dador de la ley, que puede salvar y perder; pero tú, ¿quién eres para que juzgues a otro? ¡Vamos ahora! los que decís: Hoy y mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allá un año, y traficaremos, y ganaremos; cuando no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece. En lugar de lo cual deberíais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello.” (Santiago 4:1215). Ver también Éxodo 4:11. 3. Dios tiene poder sobre los Ángeles. “Todos los habitantes de la tierra son considerados como nada; y él hace según su voluntad en el ejército del cielo, y en los habitantes de la tierra, y no hay quien detenga su mano, y le diga: ¿Qué haces?” (Daniel 4:35). 4. Dios tiene poder sobre Satanás. En Job 1:12 y 2:6 notamos que Satanás está limitado por Dios; “Dijo Jehová a Satanás: He aquí, todo lo que tiene está en tu mano; solamente no pongas tu mano sobre él. Y salió Satanás de delante de Jehová. . . . Y Jehová dijo a Satanás: He aquí, él está en tu mano; mas guarda su vida.” Y sabemos del fin de Satanás por las siguientes Escrituras: “Y el Dios de paz aplastará en breve a Satanás bajo vuestros pies." (Rom. 16:20a); “Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años; ...Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.” (Apo. 20:2, 10). Ver también Lucas 22:31, 32. 5. Dios tiene poder sobre la muerte. Pablo oraba para que los efesios pudiesen conocer “la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza, la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales, sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero;” (Ef. 1:19-21). Finalmente, la muerte será destruida: “Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda.” (Apo. 20:14). B. La Omnisciencia de Dios.


Omnisciencia significa “todo conocimiento.” Dios es el “Todo-Conociente Dios”. El conoce todo! “pues si nuestro corazón nos reprende, mayor que nuestro corazón es Dios, y él sabe todas las cosas. ” (I Juan 3:20). 1. Incluye todo el orden natural. Dios, el Creador, sabe todo lo concerniente a sus criaturas. a. Incluye su creación inanimada. “El cuenta el número de las estrellas; a todas ellas llama por sus nombres.” (Salmo 147:4); “¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es Jehová, el cual creó los confines de la tierra? No desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance.” (Is. 40:28). b. Sobre su criaturas animales. “¿No se venden dos pajarillos por un cuarto? Con todo, ni uno de ellos cae a tierra sin vuestro Padre.” (Mateo 10:29). c. Sobre sus criaturas humanas. Dios tiene pleno conocimiento del hombre: “No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis.” (Mat. 6:8). El conoce las necesidades del hombre; el tiene conocimiento. El conoce los pensamientos de los hombres: “Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme; Has entendido desde lejos mis pensamientos” (Sal. 139:2). “Jehová conoce los pensamientos de los hombres, Que son vanidad.” (Sal. 94:11). Ver también I Crónicas 28:9 y Hebreos 4:13. Dios conoce el corazón del hombre: “tú oirás en los cielos, en el lugar de tu morada, y perdonarás, y actuarás, y darás a cada uno conforme a sus caminos, cuyo corazón tú conoces (porque sólo tú conoces el corazón de todos los hijos de los hombres); (I Reyes 8:39). Ver también Salmo 44:21 y Hechos 1:24. Dios conoce las experiencias por las que hemos pasado: “Dijo luego Jehová: Bien he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído su clamor a causa de sus exactores; pues he conocido sus angustias, ” (Ex. 3:7). ¡Cuan absurdo es que el hombre trate de engañar a Dios! 2. Abarca todos los tiempos. “Y Dios, que conoce los corazones, les dio testimonio, dándoles el Espíritu Santo lo mismo que a nosotros; ” (Hechos 15:18). Y esto cubre elpasado, el presente y el futuro. Dios puede ver el pasado, porque el nos ha hecho saber aquellas cosas que han sucedido milenios atrás (Libro de Génesis); Dios conoce el presente, el cual es un libro abierto para él: “Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta.” (Heb. 4:13); y el futuro es conocido por él, así como el pasado y el presente son conocidos. El conoce el final desde el principio: “ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros, ” (I Pedro 1:20). I Reyes 13:2 es también una maravillosa ilustración de Dios conociendo el futuro: un bebe fue llamado trescientos años antes que naciese, le fue dado su nombre, fue anunciado de qué familia vendría y las cosas que haría: “aquél clamó contra el altar por Palabra de Jehová y dijo: Altar, altar, así ha dicho Jehová: He aquí que a la casa de David nacerá un hijo llamado Josías, el cual sacrificará sobre ti a los sacerdotes de los lugares altos que queman sobre ti incienso, y sobre ti quemarán huesos de hombres.” Ver también Isaías 44:28; Jeremías 1:5; Galanas 1:15. 16; Éxodo 3:19; Daniel 2:8. Con Dios conociendo el futuro, debemos ponernos a nosotros mismos en sus manos. 3. Incluye todas las posibilidades. Solo Dios conoce lo que hubiese sucedido si algo de lo que ha sucedido no hubiese acontecido. “Y tú, Capernaum, que eres levantada hasta el cielo, hasta el Hades serás abatida; porque si en Sodoma se hubieran hecho los milagros que han sido hechos en ti, habría permanecido hasta el día de hoy.” (Mat. 11:23). Ver también I Samuel 23:12; Isaías 48:18. C. La Omni-sapiencia de Dios.


Por esto queremos decir la “Toda-Sabiduría de Dios”; eso es, Dios tiene toda sabiduría. Hay una vasta diferencia entre sabiduría y conocimiento. Conocimiento es lo que uno sabe; sabiduría es el perfecto despliegue de ese conocimiento. Sabiduría incluye discernimiento y juicio. 1. La elección del más elevado final. Todas las cosas son elegidas para el mejor final y la gloria de Dios. 2. La mejor manera de asegurar ese fin. Aquí la sabiduría se afirma a si misma, no solo escogiendo lo que llevará al mas alto fin, sino instrumentando las mejores formas para asegurar dicho fin. “¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos!” (Rom. 11:33). Ver también Romanos 16:27; I Corintios 2:7; Efesios 1:8; 3:10; I Timoteo 1:17. D. La Omnipresencia de Dios. Hay muchas vagas ideas concernientes a la Omnipresencia de Dios. “Omnipresente” simplemente significa "presente en todo lugar". Dios está presente en todo lugar. Dios está en todo lugar, pero El no está en todo. La creencia de que El está en todo es Panteísmo. Si Dios estuviera en todo, entonces lo que los hombres deberíamos hacer sería inclinarnos ante una piedra, un árbol, una madera, o cualquier objeto, y estaríamos adorando a Dios. Dios no esta en todo, sino que el esta presente en todo lugar. La mejor ilustración para esto es un maestro delante de su clase. El maestro es omnipresente para cada estudiante en esa clase; pero el no es omnipresente para los que están afuera, ni tampoco para los que están en el aula de al lado. ¿Por qué? Porque las paredes y los techos son barreras entre él y aquellos que están en otras partes del edificio. Pero Dios trasciende toda barrera, espacio, materiales y todas las cosas. De todos modos, nosotros creemos que hay ciertos lugares donde El se manifiesta a si mismo, donde El esta localizado, y que desde esa localización El esta presente para todo el universo. “Oye, pues, la oración de tu siervo, y de tu pueblo Israel; cuando oren en este lugar, también tú lo oirás en el lugar de tu morada, en los cielos; escucha y perdona. (I Reyes 8:30). Ver también Jeremías 23:24; Efesios 1:20; Apocalipsis 21:2. Mientras que la morada de Dios está en el cielo, sabemos que El se ha manifestado en otros lugares: en la tierra, cuando moró en la zarza ardiente (Ex. 3:4): “Viendo Jehová que él iba a ver, lo llamó Dios de en medio de la zarza, y dijo: ¡Moisés, Moisés! Y él respondió: Heme aquí.”; y en carne, en la encarnación de Jesucristo: “Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.” (Fil. 2:5-8). El Espíritu Santo está en todas partes, pero también está en los creyentes: “Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros. ” (Juan 14:16, 17). Además El esta con los creyentes: “Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré. Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio.” (Juan 16:7, 8). Dios está con nosotros, no importa donde estemos; El es omnipresente; El está presente en todo lugar! E. La Eternidad de Dios.


Esto es una cosa que nunca ha sido comprendida por la mente humana: Dios no tuvo principio y no tiene fin. El es el Eterno. El es el único que es. No hay pasado, y no hay futuro en la eternidad. Dios es eterno; por tanto, no hay ni pasado ni futuro para con Dios. “Dije: Dios mío, no me cortes en la mitad de mis días; Por generación de generaciones son tus años. Desde el principio tú fundaste la tierra, Y los cielos son obra de tus manos. Ellos perecerán, mas tú permanecerás; Y todos ellos como una vestidura se envejecerán; Como un vestido los mudarás, y serán mudados; Pero tú eres el mismo, Y tus años no se acabarán.” (Sal. 102:24-27). Ver también Salmo 90:4. Alguien puede preguntar, “¿Cuál es la diferencia entre Génesis 1:1 y Juan 1:1?” Génesis 1:1 dice: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra.” Juan 1:1 dice: “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.” ¿Son ambos “principios” el mismo? Si así fuese, entonces el Verbo, Jesucristo, tendría un principio! Ambos pasajes comienzan en el mismo punto, el principio; Génesis 1:1 comienza con el principio y mira hacia adelante hacia eternidad; mientras que Juan 1:1 comienza con el principio y mira hacia atrás en eternidad. Por lo tanto, el Verbo, la Palabra, el Señor Jesucristo, no tuvo principio. F. La Inmutabilidad de Dios. En otras palabras, esto significa la “invariabilidad o inmutabilidad de Dios.” Su Ser, actitudes y acciones son sin cambio ni variación; “Porque yo Jehová no cambio; por esto, hijos de Jacob, no habéis sido consumidos.” (Mal. 3:6); “Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.” (Santiago 1:17); “Por lo cual, queriendo Dios mostrar más abundantemente a los herederos de la promesa la inmutabilidad de su consejo, interpuso juramento;” (Heb. 6:17). Para una discusión acerca del arrepentimiento de Dios, ver capitulo I, III, C, 3, b,. G. El amor de Dios. 1. Sus menciones. “El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor. . . Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor; y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él.” (I Juan 4:8-16). Esta es la definición de Dios. Hay muchos adjetivos definiendo a Dios, pero un nombre necesita un nombre. El amor de Dios nos llega por revelación. No viene por propio conocimiento de alguien. Solo desde la Palabra de Dios nos llega el conocimiento de que Dios es amor. Están aquellos que niegan la inspiración de las Escrituras, pero todavía dicen que Dios es amor. Si las Escrituras no son la Palabra de Dios, ¿como sabemos que Dios es amor? Uno puede buscar por el mundo y nunca va a encontrar un “Dios es amor” entre los paganos. Ellos tienen sus dioses e ídolos, pero un Dios que “es amor” es desconocido para ellos. La Biblia es la Palabra de Dios, y ella y solamente ella, nos dice que “Dios es amor.” 2. Sus objetos de amor. Si Dios es amor, entonces ese amor debe estar dirigido a alguien. Y así es, porque aprendemos de las Escrituras que los objetos de su amor son: a. Su Hijo. Dios ama a su Hijo más de lo que cualquier hombre pudiese haber amado a su propio hijo. “Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.” (Mat. 3:17). Ver también Mateo 17:5. El amor de Dios es un amor perfecto y trasciende todo limite: “Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo.” (Juan 17:24).


b. Los creyentes. Todos aquellos que creen en el Señor Jesucristo son objetos del amor de Dios. El manifiesta ese amor día tras día. “pues el Padre mismo os ama, porque vosotros me habéis amado, y habéis creído que yo salí de Dios.” (Juan 16:27). Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado.” (Juan 17:23). c. Israel. Debemos tener cuidado de como hablamos de un judío. El es el objeto del amor de Dios, así como nosotros los cristianos lo somos: “Jehová se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia.” (Jer. 31:3). d. Los pecadores. Dios nunca cambia en lo concerniente a su actitud hacia el pecado. Dios odia el pecado, pero ama el pecador. “Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos)” (Ef. 2:4, 5). “Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos. Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser que alguno osara morir por el bueno. Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.” (Rom. 5:6-8). 3. Las manifestaciones de su amor. a. Al dar su Hijo por los pecadores. “En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él.” (I Juan 4:9). Ver también Juan 3:16; Romanos 5:6-8. El hombre no puede mirar al Calvario y decir, “Dios no me ama.” Un querido hombre dijo acerca del tiempo cuando su propio hijo estaba en los dolores de la muerte, que lo mas difícil que tuvo que hacer fue llegar a decir, “Hágase tu voluntad. Si quieres a mi hijo, lo puedes tener.” ¡Oh, entregar un hijo único! La humanidad da su hijos a Dios, pues El puede cuidarlos mejor de lo que un hombre podría. ¡Pero Dios dio su Hijo Único para pagar por los pecados de pecadores! Así es, nosotros podemos ver nuestros hijos en las fauces de la muerte, pero Dios vio sufrir a su Hijo como ningún hombre nunca lo hizo. El más querido hijo sobre la tierra es solo un extraño comparado con el amor de Dios hacia Su Hijo. Dios apunta hacia el calvario y dice, “¡Vean a mi Hijo! ¿Véanlo burlado, desfigurado y demolido?” Dios lo vio. Dios vio como los pecadores crucificaban su Hijo. Dios los podría haber borrado de la faz de la tierra, pero no lo hizo. Los clavos que atravesaban su Hijo atravesaban el corazón del Padre. Creo que nunca podremos entenderlo. “Porque de tal manera amo Dios al mundo, que ha dado...” El Padre lo entregó en manos de la Justicia, para pagar por nuestros pecados. Cada asesino debería pagar con su vida por su crimen. Jesús fue entregado para pagar por nuestros crímenes de pecado. b. Al darnos Vida y Posición en Cristo. Solo a los creyentes es dada una sagrada posición, en Cristo; allí es donde estamos, salvos, y sin condenación. “Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es.” (I Juan 3:2). “Aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús” (Ef. 2:5,6). c. Al darnos el privilegio de ser llamados hijos de Dios. “Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él.” (I Juan 3:1).


d. Al corregirnos con disciplina. “Porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo. Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina? Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos. Por otra parte, tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, y los venerábamos. ¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos? Y aquéllos, ciertamente por pocos días nos disciplinaban como a ellos les parecía, pero éste para lo que nos es provechoso, para que participemos de su santidad. Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados.” (Heb. 12: 6-11). Recuerda, el castigo del Señor es para nuestro beneficio, para nuestro provecho. Necesitamos castigo; debe haberlo en la vida de un cristiano; y lo recibimos de nuestro Padre que esta en los cielos. e. Al recordarnos como hijos en todas las circunstancias de la vida. ¿Hay amor más grande que el amor de un madre? La pregunta es hecha y es contestada en la Palabra de Dios. Escuchen lo que Dios dice: “¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre?” ¿Es posible que una madre pueda alguna vez dejar su hijo? La respuesta es, “Si, puede que lo haga.” En nuestros días tenemos informes de abandono de niños de parte de sus padres. Es una vergüenza que en nuestros países tengamos que tener leyes que comprometan a los padres a tener cuidado de sus hijos. De todos modos, esa es la naturaleza de la carne; esa es la naturaleza adámica, la naturaleza pecaminosa, naturaleza que conduce a padres a abandonar el fruto de sus vientres. Pero leamos el resto del versículo en la Palabra de Dios: “Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti.” (Is. 49:15). ¡Hay Alguien que nunca abandonará a Sus hijos! f. Al regocijarse ante el retorno de su hijo prodigo. Encontramos esa gran historia en Lucas 15:11-24. Esta es la historia de un hijo, no un pecador. Un pecador no es un hijo. Solamente un hijo es un hijo, y no puede dejar de serlo. Un hijo nació hijo para siempre. Pero aquí tenemos un hijo que cayó tan bajo que el testimonio que debería haber tenido estaba perdido. Recuerda, él era todavía un hijo, tanto cuando estaba comiendo comida de cerdos como cuando estaba en casa del Padre. La relación estaba en pie todavía, pero la comunión estaba quebrada. Tú puedes perder comunión, pero no puedes perder el vínculo de hijo. Repetía en su mente lo que le iba a decir al padre al retornar, pero no tuvo la oportunidad. El dijo, “he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no soy digno de ser llamado tu hijo”; pero antes de que pudiese agregar, “hazme como uno de tus jornaleros,” el Padre, abrazando a su hijo, clamó a sus siervos, “Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies. Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta; porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado.” (Lucas 15:21-24). Sepa el hijo prodigo que si nació de lo alto es un hijo de Dios. Déjenle decidir “levantarse e ir” a su Padre. El Padre le espera con sus brazos abiertos listo para abrazar y besar a su hijo arrepentido. “Levántate y vuelve!” 4. Las formas del amor de Dios. a. En la bondad de Dios. (1) Manifestada en la creación. “Y vio Dios . . . que era bueno.” Esto es característico del primer capitulo de Génesis. Dios es bueno, y todas las cosas que creo y crea son buenas para el hombre. (2) Manifestada en Su cuidado por la Creación. “Los ojos de todos esperan en ti, Y tú les das su comida a su tiempo. Abres tu mano, Y colmas de bendición a todo ser viviente.” (Sal. 145:15, 16).


(3) Manifestada en la placentera variedad de sus criaturas. ¿Por qué toda la belleza natural, sino para ser disfrutada por los ojos humanos? (4) Manifestada en el Don de Su Hijo. Esto prueba la bondad de Dios, demuestra que Dios es bueno. (5) Manifestada en la guía de pecadores al arrepentimiento. “¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento?” (Rom. 2:4). b. En el cuidado amoroso de Dios. “El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?” (Rom. 8:32). Puesto que Dios nos ha dado su mas grande don, Su Hijo, podemos estar seguros que juntamente con él nos dará todas las demás cosas. El Hijo es el Don, y las demás “cosas” las suplirá para llenar de gozo nuestras almas. c. En la Misericordia de Dios. “El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.” (II Pedro 3:9). “Y pasando Jehová por delante de él, proclamó: ¡Jehová! ¡Jehová! fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad” (Ex. 34:6). Ver también Números 14:18. Cuantos de nosotros alabamos al Señor porque el Salvador nos dio “tiempo” para llegar a confiar en El para nuestra salvación? Oh, la misericordia de Dios que fue manifestada hacia nosotros, por ella fuimos habilitados para escuchar el Evangelio varias veces, mientras hay millones que nunca lo escucharon ni siquiera una vez! d. En la Paciencia de Dios. “Pero el Dios de la paciencia y de la consolación os dé entre vosotros un mismo sentir según Cristo Jesús” (Rom. 15:5). Aquí observamos que la paciencia de Dios es un titulo divino, porque El es el Dios de la paciencia! Esto es claramente manifestado en: (1) Su trato con los pecadores: aquellos antes del diluvio. “los que en otro tiempo desobedecieron, cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé, mientras se preparaba el arca, en la cual pocas personas, es decir, ocho, fueron salvadas por agua.” (I Pedro 3:20). El Señor demostró su paciencia por lo menos durante 100 años. Mientras preparaban el arca, el Evangelio era predicado y la gente era advertida. Su paciencia fue colmada, y finalmente las aguas se llevaron los incrédulos. Será lo mismo con la venida del Hijo del Hombre y Su revelación al fin de la tribulación. Todos aquellos que no sean hallados en el Arca, Jesucristo, serán derruidos. (2) Su trato con Israel. “Y aun con todo esto, estando ellos en tierra de sus enemigos, yo no los desecharé, ni los abominaré para consumirlos, invalidando mi pacto con ellos; porque yo Jehová soy su Dios. Antes me acordaré de ellos por el pacto antiguo, cuando los saqué de la tierra de Egipto a los ojos de las naciones, para ser su Dios. Yo Jehová.” (Lev. 26:44, 45). Israel hoy es impío, y con esto no queremos decir que Israel sea peor que cualquier otra nación, sino simplemente que esta sin Dios. Jehová ha enviado profetas a ellos, pero ellos los han apedreado. Dios envió aun a Su Hijo, y ellos le crucificaron. Ellos han sido desparramados hasta los confines de la tierra por eso. Por todo esto, Dios ha mostrado Su paciencia, y esa paciencia será recompensada, porque esa nación nacerá de nuevo en un día, y todo Israel (vivos y dignos al tiempo del regreso de Jesucristo) será salva! (3) Su trato con el mundo hoy. ¿Por qué Dios no arrasa con el mundo hoy? ¿Por qué les es permitido a los hombres blasfemar al Dios del cielo y a Su Hijo Jesucristo? La respuesta se halla en la paciencia de Dios. H. La Misericordia de Dios. 1. Así se menciona. "Porque Dios misericordioso es Jehová tu Dios; no te dejará, ni te destruirá, ni se olvidará del pacto que les juró a tus padres.” (Deut. 4:31). “Misericordioso y clemente es Jehová; Lento para la ira, y grande en misericordia. . . . Mas la misericordia de Jehová es desde la eternidad y hasta la eternidad sobre los que le temen,


Y su justicia sobre los hijos de los hijos;” (Sal. 103:8, 17). “Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos),” (Ef. 2: 4-5). Ver también Salmos 130:7; 145:8; 136:1. 2. Así lo explicamos. Hay poca diferencia en el significado de misericordia y gracia. Misericordia, generalmente hablando, es usada en el Antiguo Testamento, y gracia en el Nuevo Testamento. La misericordia del Antiguo Testamento y el amor bondadoso del Nuevo Testamento van juntos. Alguien ha dicho que la misericordia es mostrada al desobediente, y el amor bondadoso es mostrado hacia el desobediente, pero ambos significan gracia. 3. Así se manifiesta. a. Perdonando al pecador. “habiendo yo sido antes blasfemo, perseguidor e injuriador; mas fui recibido a misericordia porque lo hice por ignorancia, en incredulidad.” (I Tim. 1:13). b. Quitando toda culpa y cargo. “No ha hecho con nosotros conforme a nuestras iniquidades, Ni nos ha pagado conforme a nuestros pecados. Porque como la altura de los cielos sobre la tierra, engrandeció su misericordia sobre los que le temen. Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones.” (Sal. 103:1012). c. Librándonos de peligros. “Vuélvete, oh Jehová, libra mi alma; Sálvame por tu misericordia.” (Sal. 6:4). d. Salvando los objetos de su interés y preocupación. Lucas 10:30-37 registra la parábola del Buen Samaritano. Luego de narrar esta parábola Jesús preguntó, “¿Quién, pues, de estos tres te parece que fue el prójimo del que cayó en manos de los ladrones?” Y la respuesta fue: “El que usó de misericordia con él.” No puede haber dudas de que Jesucristo es el representado por aquel Buen Samaritano, y que El es el que salva, por Su misericordia, los objetos de Su interés y preocupación. I. La Gracia de Dios. 1. Así se menciona. “nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador, para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna.” (Tito 3:5-7). "en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia,” (Ef. 1:7). “Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca.” (I Pedro 5:10). Ver también I Corintios 6:1. 2. Así lo explicamos. Se ha dicho que la Gracia es algo que no se puede definir. La Gracia siempre fluye hacia abajo. Nosotros debemos amar a nuestros pares, o a alguien por encima de nuestros pares, o a veces a alguien por debajo de nuestros pares, pero miremos la vasta diferencia que hay entre Dios y nosotros; no puede haber comparación. La Gracia de Dios hacia nosotros es favor sin merito alguno de nuestra parte. 3. Así se manifiesta. a. Como esa Gracia que justifica. Mas bien, la gracia declara justo al creyente: “por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, ” (Rom. 3:23, 24). b. Como esa Gracia que nos adjudica Justicia. Esto significa que por un acto de la Gracia de Dios, la Justicia de Dios es puesta a cuenta del pecador creyente, “Pero al que obra, no se le cuenta el salario como gracia, sino como deuda; mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia.” (Rom. 4: 4, 5).


c. Como esa Gracia que imparte Nueva Naturaleza. “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.” (Ef. 2:8-10). d. Como esa Gracia que Salva. ¿Por qué Dios debería salvarnos? La única respuesta esGracia! “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios;” (Ef. 2:8). e. Como esa Gracia que Instruye. “Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, ” (Tito 2: 11, 12). J. La Fidelidad de Dios. La infidelidad es el más grande pecado de estos días. Eso es verdad en cada ámbito de la vida, en negocios, en la iglesia, o en cuestiones de estado. Pero tenemos un Dios que es fiel en todo tiempo, bajo cualquier circunstancia. La Palabra sostiene la Fidelidad de Dios de la manera siguiente: 1. En sus citas. Muchos pasajes escriturales proclaman la Fidelidad de Dios: “Conoce, pues, que Jehová tu Dios es Dios, Dios fiel, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta mil generaciones; ” (Deut. 7:9); “Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor.” (I Cor. 1:9); “No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.” (I Cor. 10:13). Ver también Deuteronomio 32:4; I Tesalonicenses 5:24; II Tesalonicenses 3:3; I Juan 1:9. 2. Explicación. El significado de “fidelidad” es permanecer, sostener, apoyar, aguantar. Dios es nuestro apoyo; El es sobre quien podemos apoyarnos; cuando vacilamos, El es nuestro firme apoyo, ¡en todo tiempo! 3. Manifestación. ¿Cómo Dios nos prueba su Fidelidad? a. Guardando Sus Promesas. “Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió... porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa. Porque aún un poquito, Y el que ha de venir vendrá, y no tardará.” (Heb. 10: 23, 36, 37). La promesa del hijo nacido de madre virgen en Isaías 7:14 se cumplió en Lucas 1:26-38 y 2:7; la promesa de Dios a Abraham en Génesis 15:13, que su simiente iría a Egipto y estaría allá por 400 anos, se cumplió en Éxodo 12:41. Ver también: Deuteronomio 7:9; I Reyes 8:23, 24, 56. b. Preservando su Pueblo. Observe Lamentaciones 3:22, 23 junto a Jeremías 51:5 que cuando el pueblo llega a ser el pueblo de Dios, ellos son suyos para siempre. Eso es porque Dios es Fiel: “Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad.” (Lam. 3:22, 23); “Porque Israel y Judá no han enviudado de su Dios, Jehová de los ejércitos, aunque su tierra fue llena de pecado contra el Santo de Israel.” (Jer. 51:5). También otras Escrituras sostienen la Fidelidad de Dios preservando Su pueblo: “De modo que los que padecen según la voluntad de Dios, encomienden sus almas al fiel Creador, y hagan el bien.” (I Pedro 4:19). Ver también Salmo 89:20-26; II Timoteo 2:13. c. Disciplinando sus Hijos. Dios es fiel en aplicar las “disciplinas” que El ha prometido para sus caprichosos hijos: “Conozco, oh Jehová, que tus juicios son justos, Y que conforme a tu fidelidad me afligiste.” (Sal. 119:75). Es necesaria una corrección cuando desobedecemos a nuestro Señor, y ciertamente siempre podemos contar con la Fidelidadde Dios al respecto. “Porque el Señor al que ama, disciplina, Y azota a todo el que recibe por hijo.” (Heb. 12:6). d. Perdonando nuestros Pecados. “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.” (I Juan 1:9).


e. Respondiendo nuestras oraciones. ¿Cómo podremos saber que nuestras oraciones serán respondidas? Dios nos manda a dirigirnos a El en oración sin cesar. ¿Cómo podemos saber que eso redundará en algo bueno? Sabemos que Dios responde nuestras oraciones, porque la Fidelidad de Dios garantiza que Sus oídos siempre estarán abiertos al clamor de Sus hijos: “Oh Jehová, oye mi oración, escucha mis ruegos;Respóndeme por tu verdad, por tu justicia.” (Sal. 143:1). 4. Aplicaciones. a. Nos preservará de angustias. b. Estará pendiente de nuestro murmullo. c. Incrementará nuestra confianza en Dios. K. La Santidad de Dios. Aunque mencionamos la Santidad de Dios en último lugar en la lista de los atributos de Dios, nunca olvidemos que no es el menor de todos. Consideremos lo siguiente: 1. Santidad natural. Este es llamado el atributo fundamental, y es un atributo por el cual Dios quiere que Su pueblo lo recuerde. Algunos estudiosos bíblicos declaran que este es el más importante de todos los atributos de Dios. Y sabemos porque ellos hacen tal declaración. Es porque la Santidad es la mencionada mas a menudo en las Escrituras. Dios es llamado Santo más veces en las Escrituras, y Su Santidad es mencionada más que su poder. Santidad es ciertamente el “atributo de los atributos.” Cuando no pensamos en la Santidad de Dios, pensamos livianamente del pecado. Estamos viviendo en el día del compromiso, cuando las personas sostienen “puntos de vista livianos.” Es difícil encontrar gente que considere su condición de perdidos y el riesgo del infierno que tienen por delante. Ellos piensan livianamente de la salvación, porque ellos tienen un punto de vista liviano de la santidad de Dios: “¿Quién como tú, oh Jehová, entre los dioses? ¿Quién como tú, magnífico en santidad, Terrible en maravillosas hazañas, hacedor de prodigios?” (Ex. 15:11); “Porque yo soy Jehová vuestro Dios; vosotros por tanto os santificaréis, y seréis santos, porque yo soy santo; así que no contaminéis vuestras personas con ningún animal que se arrastre sobre la tierra. Porque yo soy Jehová, que os hago subir de la tierra de Egipto para ser vuestro Dios: seréis, pues, santos, porque yo soy santo.” (Lev. 11: 44, 45); “Por encima de él había serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies, y con dos volaban. Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria.” (Is. 6:2, 3); “Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados.” (Is. 57:15); “Y ya no estoy en el mundo; mas éstos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros.” (Juan 17:11); “Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.” (Ef. 4:30). Ver también Levítico 19:1, 2; Josué 24:19; Salmos 22:1-3; 99:5,9; I Pedro 1:15, 16. 2. Aspectos de Santidad. Hablamos de los aspectos de los cuales Su Santidad se compone. a. Pureza. (1) Cita bíblica. “Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él.” (I Juan 1:5). (2) Su explicación. En El esta la luz. En El no hay tinieblas en absoluto. La Luz es siempre pura. No existe algo como luz sucia, ni nadie puede hacer luz sucia. Dios es Luz, pura, libre de impurezas. Hay dos fases en la pureza: la pasiva, libre de toda


impureza; y la activa, algo puro en si. Dios en Su Santidad es puro: libre de todo lo que contamina, y puro en esencia. b. Rectitud. Ese es otro elemento de la Santidad. (1) Cita bíblica. “El es la Roca, cuya obra es perfecta, Porque todos sus caminos son rectitud; Dios de verdad, y sin ninguna iniquidad en él; Es justo y recto.” (Deut. 32:4). “Justo eres tú, oh Jehová, para que yo dispute contigo; sin embargo, alegaré mi causa ante ti. ¿Por qué es prosperado el camino de los impíos, y tienen bien todos los que se portan deslealmente?” (Jer. 12:1); “Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te he conocido, y éstos han conocido que tú me enviaste.” (Juan 17:25). (2) Su explicación. La fórmula de la Justicia se encuentra en Ezequiel 18:5, 9: “Y el hombre que fuere justo, e hiciere según el derecho y la justicia...” eso es, hacer cosas rectas, de manera correcta, “éste es justo; éste vivirá, dice Jehová el Señor.” Dios es siempre Justo y recto. El posee un carácter por el cual El hace todas las cosas de manera recta. La Justicia siempre requiere que sea recto en carácter. Dios nunca pide algo que no sea recto. Y Dios nunca manda aquello que nos hará hacer algo malo. c. Justicia. (1) Cita bíblica. “Jehová en medio de ella es justo, no hará iniquidad; de mañana sacará a luz su juicio, nunca faltará; pero el perverso no conoce la vergüenza.” (Zof. 3:5). Ver también Deuteronomio 32:4. (2) Su explicación. Las palabras hebreas y griegas para Justicia significan lo mismo. Justicia es la demanda legislativa de Dios, la demanda de su Santidad. Justicia es Santidad judicial, tal acto judicial de Dios que demanda la penalidad para aquellos que no se hayan ajustado a los rectos mandamientos de Dios. La Justicia, la santidad judicial, gobierna a aquellos que son juzgados, y eso trae la ejecución de aquellos que no han cumplido las leyes de Dios. La Justicia es el medio Ejecutor de aquellos que violaron los santos mandamientos de Dios. La justicia de los hombres es a veces errónea, pero la justicia de Dios es siempre recta, verdadera santidad! d. Verdad de Dios. (1) Cita bíblica. “Encamíname en tu verdad, y enséñame, Porque tú eres el Dios de mi salvación; En ti he esperado todo el día. . . . Todas las sendas de Jehová son misericordia y verdad, Para los que guardan su pacto y sus testimonios.” (Sal. 25:5, 10); “Dios no es hombre, para que mienta, Ni hijo de hombre para que se arrepienta. El dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará?” (Num. 23:19); “en la esperanza de la vida eterna, la cual Dios, que no miente, prometió desde antes del principio de los siglos,” (Tito 1:2). Ver también las siguientes Escrituras: Deuteronomio 32:4; Salmos 31:5; 86:15. (2) Su explicación. Lo que Dios ha revelado al hombre en su Palabra es verdad eterna. Dios nunca se contradice a si mismo. Una porción de su Palabra nunca contradice otra. ¿Acaso no nos alegra que la Palabra de Dios no se envuelve en las teorías muertas del pasado? ¡Ciertamente! No desmayemos porque la Biblia no concuerde con algunas teorías modernas de estos días concernientes a la creación, al hombre, etc. El hombre no sabe nada aparte de la Palabra de Dios. Algo aparte de la revelación de Dios es mera suposición. 3. Manifestaciones de la Santidad de Dios. a. Por Sus Obras. Todo lo que Dios ha creado y hecho es perfecto, santo. Dios no creó el pecado. Dios no creó la naturaleza pecaminosa la cual está en el hombre inconverso. Dios creó al hombre, quien luego pecó. El hombre, por pecar, ha pasado a todos los hombres esa perversa naturaleza, esa naturaleza adánica, o como la llamamos nosotros,esa naturaleza “pecaminosa”. Si, Dios creó a un hombre que era capaz de pecar. Si hubiera creado un hombre que no hubiera podido pecar, entonces habría hecho una máquina en vez de un ser con libre voluntad. Si Dios hubiera creado un hombre que no pudiese pecar y aun así no fuese una máquina, el hombre no sólo sería como Dios, sino que además sería Dios mismo. Dios no creó un Dios. El hombre es inferior a Dios. Dios no puede pecar; esa es Su Naturaleza. El hombre sería Dios si no pudiese haber pecado.


b. Por Sus Leyes. Todas las leyes son rectas, son verdad. No hay ni siquiera un simple error en el conjunto de las Leyes de Dios. Esas Leyes de Dios manifiestan la Santidad de Dios. c. Por su odio al pecado. Conoce usted una razón de por qué los cristianos son hoy tolerantes hacia los pecados de otros cristianos, o hacia los pecados de los inconversos? Es porque ellos no odian el pecado como Dios lo odia. A menudo decimos que Dios odia el pecado, pero que él no odia al pecador. Eso no es enteramente cierto. “Los insensatos no estarán delante de tus ojos; Aborreces a todos los que hacen iniquidad.” (Sal. 5:5). Esto puede llegar a ser una revelación para algunos de nosotros. Dios aborrece al pecador a causa de su pecado, y no por causa de si mismo. Dios aborrece al pecador, pero también lo ama, porque Dios sabe que el hombre puede llegar a ejercer santidad, aun pese a haber sido arruinado por el pecado. ¿Por qué Dios inculpa al pecador? ¡Por causa de los pecados del pecador! Dios odia el pecado, no importa donde sea encontrado, ya sea en la vida de un pecador no regenerado, ¡o en la vida de un creyente! La actitud y la conducta de Dios hacia el pecado revelan la santidad de Dios. d. Por su amor a la rectitud. Dios ama la rectitud tanto como odia el pecado: “tú oirás desde el cielo y actuarás, y juzgarás a tus siervos, condenando al impío y haciendo recaer su proceder sobre su cabeza, y justificando al justo para darle conforme a su justicia.” (I Reyes 8:32); “Has amado la justicia, y aborrecido la maldad, Por lo cual te ungió Dios, el Dios tuyo, Con óleo de alegría más que a tus compañeros.... Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido a los santos y sirviéndoles aún.” (Heb. 1:9; 6:10). e. Por Su Justificación para el pecador creyente. Si el hombre ostentara sus “derechos,” el estaría en el infierno; pero es la misericordia y la gracia de Dios que le ofrecen el plan de salvación, el cual si lo recibe, declara al pecador creyente como justificado ante Dios: “a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús.” (Rom. 3:25, 26). f. Por Su Cuidado de Sus Santos, “Jehová es el que hace justicia Y derecho a todos los que padecen violencia.” (Sal. 103:6). “Mucho me han angustiado desde mi juventud, Puede decir ahora Israel; Mucho me han angustiado desde mi juventud; Mas no prevalecieron contra mí. Sobre mis espaldas araron los aradores; Hicieron largos surcos. Jehová es justo; Cortó las coyundas de los impíos.” (Sal. 129:1-4). Ver también las siguientes Escrituras: Salmos 98:1-3; 145:15-19; II Timoteo 1:6-9. g. Por Su Cruz. “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” (Sal. 22:1). Podemos captar solo un vistazo de la cruz leyendo el versículo citado y los restantes textos del Salmo 22. Este Salmo es, por supuesto, profético, y anunciaba unos 10 siglos antes como Cristo sufriría y moriría en la Cruz del Calvario. La muerte de Cristo es una perfecta manifestación de la santidad de Dios. Alguien, sin duda, preguntará cómo puede ser esto. Sabemos que Dios odia el pecado; por lo tanto, cuando su Hijo fue hecho “pecado por nosotros, pese a no haber conocido pecado,” la actitud de Dios hacia el pecado no varió. Dios odiaba el pecado como siempre lo hizo, aun cuando su Hijo fue hecho pecado por nosotros. Ni su propio Hijo le hizo cambiar su punto de vista en absoluto. Jesús, por lo tanto, a causa del pecado llego a ser desamparado por el Padre. Jesús nunca llegó a ser un pecador, sino que él fue hecho pecado. Y como Dios odia el pecado (“Jehová quiso quebrantarlo, Is. 53: l0a), Dios abandonó Su Hijo, porque Dios siempre abandona el pecado. La Santidad de Dios no cambia. V. La Paternidad de Dios Dios es llamado el Padre a causa de la asociación con él. Popularmente el término "Padre" es propio del cristianismo. No hay tal cosa como Dios siendo un Padre en el paganismo, esto solo puede ser hallado en el cristianismo. Hoy existen muchas falacias concernientes a la Paternidad de Dio s. La enseñanza de la Paternidad de Dios y la


hermandad de los hombres no es nada más que Universalismo, que enseña que nadie será enviado al infierno. Los Universalistas razonan que Dios no enviará a ninguno de sus hijos al infierno, y eso es cierto, pero no todos los hombres son hijos de Dios. Las Escrituras que los universalistas usan para predicar que Dios es el Padre de toda la humanidad es Efesios 4:6: “un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos.” Pero esto se refiere, en este contexto, a todos los cristianos, todos los creyentes, no a los inconversos ni a los no regenerados. A. En la enseñanza del Antiguo Testamento. “Pero tú eres nuestro padre, si bien Abraham nos ignora, e Israel no nos conoce; tú, oh Jehová, eres nuestro padre; nuestro Redentor perpetuo es tu nombre... Ahora pues, Jehová, tú eres nuestro padre; nosotros barro, y tú el que nos formaste; así que obra de tus manos somos todos nosotros.” (Is. 63:16; 64:8). Dios es mencionado en el Antiguo Testamento como un Padre, pero no como Padre de un individuo. Más bien se lo considera como el Padre de la nación de Israel. No podemos encontrar en el Antiguo Testamento un texto que hable de Dios como Padre de un pecador renacido. B. En la enseñanza del Nuevo Testamento. El Señor Jesús es el único que presenta a Dios como Padre de individuos. El es el primero en reconocer que Dios es el Padre de cada cristiano por separado. Las siguientes Escrituras presentan ese concepto: “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.” (Juan 1:14); “Y por esta causa los judíos perseguían a Jesús, y procuraban matarle, porque hacía estas cosas en el día de reposo. Y Jesús les respondió: Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo. Por esto los judíos aun más procuraban matarle, porque no sólo quebrantaba el día de reposo, sino que también decía que Dios era su propio Padre, haciéndose igual a Dios.” (Juan 5:16-18); “Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. Yo y el Padre uno somos. Entonces los judíos volvieron a tomar piedras para apedrearle. Jesús les respondió: Muchas buenas obras os he mostrado de mi Padre; ¿por cuál de ellas me apedreáis? Le respondieron los judíos, diciendo: Por buena obra no te apedreamos, sino por la blasfemia; porque tú, siendo hombre, te haces Dios.” (Juan 10:29-33); “Entonces quitaron la piedra de donde había sido puesto el muerto. Y Jesús, alzando los ojos a lo alto, dijo: Padre, gracias te doy por haberme oído.” (Juan 11:41). 1. Dios es el Padre de nuestro Señor Jesucristo. La expresión que usamos, “La Paternidad de Dios,” no significa que Dios vivió por un tiempo y luego engendró al Hijo. Recuerda que Dios es el Padre Eterno, y para ser eterno Padre, el debe tener un Hijo Eterno. El término “Hijo” en la Escritura no siempre significa hijo por generación; también puede significar un hijo por relación. Observemos algunas Escrituras en el Antiguo Testamento: “Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel.” (Is. 7:14); y: “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.” (Is. 9:6). Note en Is.7:14 que el hijo es nacido; en Is.9:6 el Hijo es dado. Si, el niño en Belén fue nacido, pero esa vida fue el Hijo que había sido por siempre. El bebe tuvo un principio; el Hijo no tuvo principio. El ha existido siempre, desde la Eternidad, con el Padre. De modo que, Cristo es el Hijo, no por generación (o por nacimiento), sino por relacionamiento. El está relacionado con el Padre y con el Espíritu Santo; juntos se relacionan uno con el otro, y juntos componen la Deidad; Dios nunca podría ser Dios sin que todos los


miembros de la Deidad estuviesen presentes desde la Eternidad y a través de la Eternidad. En función de que Dios se hiciera carne, debía nacer como cualquier otro hombre; y se manifestó a si mismo como el Hijo que fue concebido por el poder del Espíritu Santo: “Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios.” (Lucas 1:35); “Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley,” (Gal. 4:4). a. El Padre reconoció a Jesús como su Único Hijo. “Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.” (Mat. 3:17); Y vino una voz desde la nube, que decía: Este es mi Hijo amado; a él oíd.” (Lucas 9:35). b. El Hijo reconoció al Padre como su Único Padre. “Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar.” (Mat. 11:27); “Yo, pues, os asigno un reino, como mi Padre me lo asignó a mí,” (Lucas 22:29); “Estas cosas habló Jesús, y levantando los ojos al cielo, dijo: Padre, la hora ha llegado; glorifica a tu Hijo, para que también tu Hijo te glorifique a ti;” (Juan 17:1). c. Los hombres reconocieran a Jesús como el Hijo único de Dios. “Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.” (Mat. 16:16); “Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente....Respondió Natanael y le dijo: Rabí, tú eres el Hijo de Dios; tú eres el Rey de Israel.” (Juan 1:34, 49). d. Demonios reconocieron a Jesús como Hijo de Dios. “Y clamaron diciendo: ¿Qué tienes con nosotros, Jesús, Hijo de Dios? ¿Has venido acá para atormentarnos antes de tiempo?” (Mat. 8:29). 2. Dios es el Padre de los creyentes en el Señor Jesucristo. “un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos.” (Ef. 4:6). Queda claro enfáticamente en las Escrituras que Dios no es el Padre de toda la humanidad. El es solamente el Padre de los hijos nacidos de nuevo de Dios. Todos los seres humanos son criaturas de Dios, pero no todos son hijos de Dios. El hombre es una criatura de Dios por creación; y llega a ser un hijo por regeneración: “Gracia y paz os sean multiplicadas, en el conocimiento de Dios y de nuestro Señor Jesús. . . por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia;” (II Pedro 1:2, 4). No puede haber relación como hijos de Dios sin el nuevo nacimiento espiritual. Un hijo tiene, siempre, la naturaleza de su Padre. El hombre, que es nacido de Adán, tiene la naturaleza de Adán, la cual es corrupta, pervertida, pecaminosa. Y el Padre de la naturaleza pecaminosa de Adán es Satanás. De modo que, la naturaleza de nuestro padre Adán es la misma naturaleza del padre de Adán (Satanás); por lo tanto, nuestra naturaleza es la misma de Satanás. Todos los pecadores no regenerados tienen a Satanás como su padre: “Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira.” (Juan 8:44). Resumiéndolo, si Satanás es el padre de los no salvos por el nacimiento natural, debemos llegar a tener un nacimiento sobrenatural para que Dios llegue a ser nuestro Padre! Dios no tiene comunión con alguien que es de Adán, porque lo heredado de Adán es de condición y naturaleza pecaminosa. Dios solo tiene que ver con Su Hijo. El mundo está dividido en 2 grupos; de hecho, solamente hay 2 hombres que Dios reconoce: Adán y Cristo; por eso, los pecadores están divididos por su identidad con estos 2 hombres. Los


todavía no salvos están identificados con Adán; los salvos están identificados con Cristo. Todos los hombres están identificados por el nacimiento natural con Adán; los hombres nacidos de nuevo están identificados por el nuevo nacimiento sobrenatural en Cristo. Los hombres no salvos pueden llamar a Dios solo “Dios.” Lo hombres no salvos no pueden llamar a Dios “Padre.” Solamente los hijos de Dios pueden llamar a Dios “Padre.” Cuando el Señor Jesús estaba colgando del madero de la cruz, El clamo, “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” Notemos que Cristo no clamó, “Padre mío, Padre mío” sino “Dios mío, Dios mío.” ¿Por qué? ¿Por qué no le llamó a Dios “Padre”? Porque El estaba tomando el lugar del pecador en la muerte de cruz, estaba muriendo el Justo por los injustos. Y como El estaba tomando el lugar de los pecadores (un pecador no puede llamar a Dios “Padre,” sino solamente “Dios”), El solo pudo llamarle a Dios, “Dios.” ¿Donde estamos ahora nosotros? ¿Donde esta usted? ¿En Adán o en Cristo? “Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados.” (I Cor. 15:22). Capítulo 2 Cristología - La Doctrina de Cristo CRISTOLOGIA I. Nombres y títulos de Cristo A. Jesús. B. Cristo. C. Mesías. D. Señor. E. Jesucristo. F. Cristo Jesús. G. El Señor Jesucristo. H. Yo soy. I. El Hijo de Dios. J. El Hijo del Hombre. K. El Hijo de Abraham. L. El Hijo de David. M. El Hijo del Altísimo. N. El Segundo hombre. O. El postrer Adán. P. El Verbo. Q. Emanuel. R. Salvador. S. Rabbi. T. Rabboni. U. Maestro. II. La Encarnación de Cristo. A. El hecho de la Encarnación. B. La manera de la Encarnación. C. Las objeciones a la Encarnación. D. LOs objetivos de la Encarnación. E. La perpetuidad de la Encarnación. F. Las pruebas de la Encarnación. III. Las 2 naturalezas de Cristo. A. La humanidad de Cristo. B. La Deidad de Cristo.


C. La unidad de las 2 naturalezas en Una Persona. D. Los errores concernientes a las 2 naturalezas. IV. La muerte de Cristo. A. El hecho de la muerte de Cristo. B. La forma de la muerte de Cristo. C. Las teorías no escriturales concernientes a la muerte de Cristo. D. Los nombres escriturales de la muerte de Cristo. E. Los objetivos de la muerte de Cristo. F. La extensión de la muerte de Cristo. G. Los resultados de la muerte de Cristo. V. La Resurrección de Cristo. A. La importancia de la resurrección de Cristo. B. El significado de la resurrección de Cristo. C. Las teorías no escriturales concernientes a la resurrección de Cristo. D. Las pruebas de la resurrección de Cristo. E. El resultado de la resurrección de Cristo. VI. La ascensión y el entronamiento de Jesucristo. A. El significado de la ascensión y el entronamiento de Jesucristo. B. El mensaje de la ascensión y el entronamiento de Jesucristo. C. La naturaleza de la ascensión y el entronamiento de Jesucristo. D. La necesidad de la ascensión y el entronamiento de Jesucristo. E. El propósito de la ascensión y el entronamiento de Jesucristo. F. Los resultados de la ascensión y el entronamiento de Jesucristo. Capitulo 2 CRISTOLOGIA Cristología, fundamentalmente, es la doctrina de Cristo. Bendito es aquel que le conoce como Señor y Salvador. A veces se nos advierte que podemos predicar demasiado de Cristo, y de esa manera no enfatizar lo suficiente las doctrinas de Dios Padre y del Espíritu Santo. Entonces digamos que nunca predicaremos demasiado de Jesucristo. Y es mas, no hay tal cosa como celos en la Deidad. Por las Escrituras podemos ver que Dios nos hace enfatizar a Cristo mas de lo que nosotros lo hacemos: “y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia;” (Col. 1:18). I. Nombres y títulos de Cristo Nosotros creemos en la inspiración verbal de las Escrituras. Eso es, creemos que cada simple palabra en los manuscritos es la directa palabra escogida por Dios con la cual nos comunica su voluntad. Creyendo confiadamente, le adjudicamos mucha importancia a los títulos y nombres del Señor Jesucristo. Veamos entonces algunos de sus Nombres: A. Jesús. El nombre Jesús se encuentra en los 4 Evangelios 612 veces, y en el resto del Nuevo Testamento 71 veces. El Nombre Cristo se encuentra en los 4 Evangelios solamente 56 veces, mientras que en el resto del Nuevo Testamento el Nombre Cristo se encuentra 256 veces.


El nombre Jesús predomina antes de su muerte, sepultura y resurrección, mientras que Cristo predomina después. Jesús es el nombre personal del Señor. Es su nombre terrenal, el nombre que le pusieron al nacer, el nombre con que vivió y murió. Es el nombre de su humillación; de su sufrimiento; de su tristeza. Es el nombre de aquel que se humilló a si mismo. El nombre Jesús, en aquellos días del Señor, era bastante común, varios deben haberse llamado de esa manera. Jesús es la forma griega del nombre hebreo Josué, y ambos significan “Jehová nuestro Salvador.” Este nombre, Jesús, era el que fue clavado sobre el en la cruz. Otra vez enfatizamos el hecho de que el nombre Jesús es prominente en los Evangelios, mientras que el nombre Cristo es mencionado más en las Epístolas. El nombre Jesús fue más prominente antes de que la salvación fuese hecha y completada, mientras que el nombre Cristo es prominente después de que la obra de salvación fue terminada. Un cristiano no es una persona que cree en Jesús, el mundo entero cree que hay un Jesús, sino que un cristiano es alguien que cree en el Señor Jesucristo. ¡El es Señor! Con este conocimiento, que una persona es salva si confiesa que Jesús es el Senor (Rom. 10:9), y cree que Dios le levantó de los muertos (y sabemos por I Corintios 15:1-3 que el Evangelio es la muerte, sepultura y resurrección del Señor Jesucristo como sustituto por los pecadores), Entendemos que hay muy poco “Evangelio” en los 4 Evangelios. Los 4 Evangelios dan muy poca doctrina de salvación para pecadores; solamente en los últimos capítulos de cada Evangelio nos encontramos con la muerte, sepultura y resurrección de Cristo. Entonces, en los 4 Evangelios el nombre Jesús es predominante. Las Epístolas son los escritos que nos brindan claramente la doctrina de salvación por gracia por medio de la fe en el sacrificio sustitutorio de Cristo. Las Epístolas están llenas de la doctrina de salvación; y el énfasis es sobre el nombre Cristo y Señor! Antes del Calvario se enfatiza el nombre Jesús; después del Calvario se enfatiza a Cristo: “Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo.” (Hechos 2:36); “y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.” (Fil. 2:8-11). Es interesante observar que cuando el estuvo en la tierra (antes de ser crucificado), nunca le llamaron Jesús cara a cara. Siempre fue llamado Maestro, Señor, o Rabí por sus seguidores: “Vosotros me llamáis Maestro, y Señor; y decís bien, porque lo soy.” (Juan 13:13); “¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo?” (Lucas 6:46). La razón por la cual el nombre Jesús es mencionado mas en los Evangelios (612 veces) es que los Evangelios enfatizan su humillación; la razón por la cual el nombre Cristo es mencionado mas en los Hechos y Epístolas es que estos textos anuncian su exaltación! Hay una razón por la que el nombre Jesús es mencionado en la Epístola a los Hebreos 8 veces: El Espíritu Santo nos hace saber que esa Persona era un hombre. La institución de la Cena del Señor es una perfecta ilustración del énfasis sobre el nombre Jesús en los Evangelios, y el titulo Cristo en las Epístolas: “Y mientras comían, tomó Jesús el pan, y bendijo, y lo partió, y dio a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo.” (Mat. 26:26); “Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan;” (I Cor. 11:23).


Los hombres del mundo, los demonios de Satanás, todos le mencionan como Jesús, pero nunca como Señor. Ciencia Cristiana, Universalismo y Unitarianismo creen en un Jesús, pero ellos afirman que no puede salvar, porque ellos dicen que no hay pecados de los cuales ser salvos. Cada falso sistema de religión tiene al Señor Jesucristo como objeto de su ataque. Cada falso sistema religioso argumenta contra el pecado; y haciendo de ese modo, quitan la necesidad de un Salvador. Dicen que Jesús murió una muerte innecesaria; y haciendo eso, El no sabia lo que estaba haciendo; haciendo eso, El no debe haber sido el Hijo de Dios, porque Dios conoce todas las cosas. Puede usted ver que cada ataque sobre el Hijo de Dios, Jesús nuestro Señor, ya sea en contra del valor de su sangre, su resurrección, su sacrificio sustitutorio o su segunda venida, no es sino un asalto contra la Deidad de Cristo. Nosotros no tomamos nuestro nombre de Jesús, sino de Cristo: somos Cristianos. E incluso sabemos que ese nombre cristianos fue primeramente dado a los creyentes por aquellos que odiaban a Dios y a Cristo; sin embargo, estamos orgullosos de tomar su querido nombre y cargar su vituperio. Nunca, recuerde, nunca los inconversos le llamaron Señor, ellos le llamaron Jesús; y nunca los creyentes le llamaron Jesús, con una sola excepción (y la excepción confirma la regla): “Entonces él les dijo: ¿Qué cosas? Y ellos le dijeron: De Jesús Nazareno, que fue varón profeta, poderoso en obra y en palabra delante de Dios y de todo el pueblo; y cómo le entregaron los principales sacerdotes y nuestros gobernantes a sentencia de muerte, y le crucificaron. Pero nosotros esperábamos que él era el que había de redimir a Israel; y ahora, además de todo esto, hoy es ya el tercer día que esto ha acontecido.” (Lucas 24:1921). Estas fueron palabras de discípulos decepcionados, todas sus esperanzas habían sido arrasadas cuando Jesús fue crucificado. Ellos todavía no entendían las Escrituras, ni recordaban las palabras del Señor que había dicho que se levantaría de entre los muertos, y ellos le hablaron a El como de una causa perdida; y ellos, allí, le llamaron Jesús. Si Cristo no ha resucitado de los muertos, sus esperanzas, y no solo la de ellos, sino también las nuestras, habrían sido destruidas. “Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho.” (I Cor. 15:20). ¡El es Cristo y Señor! No meramente hombre, sino el Dios-hombre. B. Cristo. Ya hemos tratado algo acerca del nombre Cristo, pero vamos a agregar algunos detalles: El nombre Cristo significa el Ungido. Este es el título oficial del Hijo de Dios. Cuando escuchamos la palabra “ungido,” recuerden como, y bajo qué circunstancias, los hombres fueron ungidos. Sabemos que hombres fueron ungidos como reyes, y profetas, y sacerdotes: “Después Samuel dijo a Saúl: Jehová me envió a que te ungiese por rey sobre su pueblo Israel; ahora, pues, está atento a las palabras de Jehová.” (I Sam. 15:1); “A Jehú hijo de Nimsi ungirás por rey sobre Israel; y a Eliseo hijo de Safat, de Abel-mehola, ungirás para que sea profeta en tu lugar.” (I Reyes 19:16) “Habló Jehová a Moisés, diciendo: Toma a Aarón y a sus hijos con él, y las vestiduras, el aceite de la unción, el becerro de la expiación, los dos carneros, y el canastillo de los panes sin levadura. . . . Y derramó del aceite de la unción sobre la cabeza de Aarón, y lo ungió para santificarlo.” (Lev. 8:1, 2, 12). 1. Cristo fue ungido como Profeta. “Porque Moisés dijo a los padres: El Señor vuestro Dios os levantará profeta de entre vuestros hermanos, como a mí; a él oiréis en todas las cosas que os hable; y toda alma que no oiga a aquel profeta, será desarraigada del pueblo.” (Hechos 3:22, 23).


2. Cristo fue ungido como Sacerdote. “Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión. Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.” (Heb. 4:14, 15). 3. Cristo fue ungido como Rey. “Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre Jesús. Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.” (Lucas 1:31-33). En los Evangelios Cristo es presentado como Rey de Israel; en las Epístolas Cristo es presentado como Cabeza de la iglesia. C. Mesias. “Este halló primero a su hermano Simón, y le dijo: Hemos hallado al Mesías (que traducido es, el Cristo).” (Juan 1:41); “Le dijo la mujer: Sé que ha de venir el Mesías, llamado el Cristo; cuando él venga nos declarará todas las cosas.” (Juan 4:25). Mesías es la palabra hebrea con el mismo significado que en griego Cristo, es decir “El Ungido." El Antiguo Testamento está lleno de predicciones sobre el Mesías, mientras que el Nuevo Testamento está lleno de cumplimientos en Cristo; el Antiguo Testamento fue escrito en lenguaje hebreo, mientras que el Nuevo Testamento fue escrito en lengua griega. D. Señor. Este es el titulo de Cristo correspondiente a su Deidad, a su autoridad. Los 3 nombres de Dios, como encontramos en el Antiguo Testamento, están compuestos en un único nombre, Señor. En el estudio de los nombres de Dios, vimos que la palabra “Dios” viene de la palabra hebrea Elohim, mientras que palabra Señor viene de la palabra hebrea Jehová, y el otro nombre que se traduce Señor viene del hebreo Adonai, y significa Maestro. En el Nuevo Testamento la palabra “Señor” viene de la palabra griega kurios, que significa Señor, Dios, Maestro, Amo. Esta es equivalente al Adonai del Antiguo Testamento. Y Cristo, el Señor, es nuestro Maestro y Amo: “Amos, haced lo que es justo y recto con vuestros siervos, sabiendo que también vosotros tenéis un Amo en los cielos.” (Col. 4:1). Además, el titulo “Señor” también incluye otro nombre de Dios, y ese es Jehová, y nosotros sabemos eso por el uso que se le da en el Nuevo Testamento. El Nuevo Testamento traduce “Señor,” cuando en el Antiguo Testamento la palabra es “Jehovah”: “Jesús le dijo: Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios.” (Mat. 4:7). En este versículo también vemos que Elohim (Dios) se adjudica al Señor, que es el Señor Jesucristo. En la doctrina de salvación debemos reconocer que Jesucristo es Jehová, Dios, y Maestro: “que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.” (Rom. 10:9). Y si le identificamos como Señor (Jehová, Dios, Maestro), entonces le reconoceremos como nuestro dueño, el que puede determinar nuestro andar en la vida, el único que tiene derechos sobre nosotros y todo lo que poseemos. Tenemos una gran responsabilidad para con el; Su Voluntad debe llegar a ser la Voluntad para nuestras vidas: “Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor.” (Ef. 5:17). Aun en el


matrimonio uno debería permanecer por voluntad del Señor: “La mujer casada está ligada por la ley mientras su marido vive; pero si su marido muriere, libre es para casarse con quien quiera, con tal que sea en el Señor.” (I Cor. 7:39). Esta palabras toman un significado aun más profundo al comprender que un cristiano no solo debe casarse con una cristiana, sino que lo debe hacer en acuerdo a la voluntad del Señor. Y después de casados la voluntad del Señor debería ser obedecida: “Casadas, estad sujetas a vuestros maridos, como conviene en el Señor.” (Col. 3:18). Ningún hombre puede llamar a Jesús Señor, si no es por el Espíritu Santo, porque la carne (la naturaleza carnal y pecaminosa) no reconoce a Cristo como Señor: “Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu.” (I Cor. 12:3). E. Jesucristo. Este es otro título del Señor, y es una combinación de su nombre personal (Jesús) con su título oficial (Cristo). El énfasis de la palabra es que, Jesús, quien se humilló a si mismo, ahora es exaltado. F. Cristo Jesús. El énfasis aquí es inverso, Cristo, el exaltado, una vez se humilló a si mismo; “Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.” (Fil.2:5-8). C. El Señor Jesucristo. Este es el título más completo del Señor: “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo.” (Ef. 1:3). H. Yo soy. Este es un titulo del Antiguo Testamento traído al Nuevo Testamento. Jehová apareció a Moisés en la zarza ardiente y le mandó que le dijera a Faraón que dejase ir libres a los hijos de Israel desde la esclavitud. “Dijo Moisés a Dios: He aquí que llego yo a los hijos de Israel, y les digo: El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros. Si ellos me preguntaren: ¿Cuál es su nombre?, ¿qué les responderé? Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros.” (Ex. 3:13, 14). El Señor Jesús se llamó a si mismo el gran Yo Soy cuando estuvo en el jardín de Getsemani. Mientras una multitud venía hacia él con antorchas y palos, el Senor se adelanto a ellos y les pregunto, “¿A quién buscáis? Le respondieron: A Jesús nazareno. Jesús les dijo: Yo soy...” (Juan 18:4, 5). "Cuando les dijo: Yo soy, retrocedieron, y cayeron a tierra.” (Juan 18:6). Otro texto de la Palabra enfatiza el hecho de que Cristo Jesús era el gran Yo Soy. “Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy.” (Juan 8:58). “Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad,” (Col. 2:9). I. El Hijo de Dios


Este es el título de Gloria y Deidad personal del Señor. “Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios.” (Lucas 1:35). “Los judíos le respondieron: Nosotros tenemos una ley, y según nuestra ley debe morir, porque se hizo a sí mismo Hijo de Dios.” (Juan 19:7). Ver también Juan 5:18. El Señor Jesús es el Hijo De Dios. Un cristiano es un hijo de Dios. El Señor Jesús es el Hijo de Dios por relación y naturaleza; el cristiano es un hijo de Dios por regeneración y adopción. El Señor Jesús ha sido el Hijo de Dios desde todo tiempo y eternidad; el cristiano llegó a ser un hijo de Dios cuando confió en Cristo el Señor. J. El Hijo del Hombre. Este parece ser el título favorito del Señor para sí mismo, aquel por el cual El se llamaba si mismo vez tras vez: “Y le dijo Jesús: Las zorras tienen guaridas, y las aves de los cielos nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza.” (Lucas 9:58). Este es el titulo milenial de Cristo. Toda vez que aparece, es usado en conexión con el venidero Reino del Señor Jesucristo. Aun en el Antiguo Testamento se cumple lo mismo. Alguien puede cuestionar esto diciendo que Ezequiel se adjudica el mismo título, el hijo del hombre. De todos modos, cuando tiene que ver con el Mesías el Reino Milenial está en contexto. Este es título del Señor y no de los hombres. Yo soy un hijo de hombre, pero El es el Hijo del hombre. El título, el Hijo del Hombre, se halla 88 veces en el Nuevo Testamento: 1 en Hechos; 1 en Hebreos; 2 en Apocalipsis; y 84 veces en los Evangelios; ninguna vez en las Epístolas. Las epístolas son concernientes a la iglesia, y no al venidero Reino Milenial. Cristo es Rey del Reino, y Cabeza de la Iglesia. Y como la Iglesia no es el Reino, por lo tanto, el titulo milenial (el Hijo del Hombre) de Cristo no se halla en las epístolas a las iglesias. K. El Hijo de Abraham. El Evangelio de Mateo se presenta como “el libro de la generación de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham” (Mat. 1:1). “Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas, y a su simiente. No dice: Y a las simientes, como si hablase de muchos, sino como de uno: Y a tu simiente, la cual es Cristo.” (Gal. 3:16). El Mesías (el Cristo) llegó a ser judío. Cristo era judío, era el Hijo de Abraham, y por eso el Mesías! L. El Hijo de David. Este es el Titulo Real del Señor Jesús: “Y oyendo que era Jesús nazareno, comenzó a dar voces y a decir: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!” (Marcos 10:47). M. Hijo del Altísimo. Este es el titulo de Preeminencia: “Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; ” (Lucas 1:32). N. El Segundo Hombre.


“El Segundo Hombre” indica que hubo uno antes que el, solo uno, y ese hombre fue Adán: “El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre, que es el Señor, es del cielo.” (I Cor. 15:47). O. Postrer Adán. “Postrer Adán” indica que no hay otro que le siga. Hay solo 2 hombres ante los ojos de Dios: Adán y Cristo. El mundo está dividido bajo estas 2 cabezas: Adán y Cristo. Todos están en Adán por el nacimiento natural; solamente son de Cristo aquellos que han experimentado el nuevo nacimiento. “Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán, espíritu vivificante.” (I Cor. 15:45). P. El Verbo. “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios.” (Juan 1:1, 2). Así como las palabras habladas revelan los invisibles pensamientos del hombre, del mismo modo la visible (y viviente) Palabra (El Verbo) nos revela el Dios invisible. Q. Emanuel. “He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, Y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros.” (Mat. 1:23). Así como las Escrituras nos dicen, significa “Dios con nosotros.” Recuerda, el Señor Jesús es Emanuel, Dios con nosotros; El nunca nos dejará ni nos desamparará (Heb. 13:5, 6). R. Salvador. “que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor.” (Lucas 2:11). No un ayudador, sino un Salvador! S. Rabí. Esto viene de una palabra hebrea que significa maestro. “Y volviéndose Jesús, y viendo que le seguían, les dijo: ¿Qué buscáis? Ellos le dijeron: Rabí (que traducido es, Maestro), ¿dónde moras?” (Juan 1:38). T. Raboni. Este es el mismo concepto anterior “Rabí,” y significa Maestro, pero proviene de lengua caldea. “Jesús le dijo: ¡María! Volviéndose ella, le dijo: ¡Raboni! (que quiere decir, Maestro).” (Juan 20:16). U. Maestro. “Cuando vieron esto los fariseos, dijeron a los discípulos: ¿Por qué come vuestro Maestro con los publicanos y pecadores?” (Mat. 9:11). El significado aquí es “Instructor.” No implica la idea de dueño, como en la palabra “Señor” (Adonai). El mundo hoy en día reconoce que Jesús fue un gran instructor, pero no le reconoce como Señor. El Señor Jesús no es meramente nuestro instructor: El es nuestro Dios, nuestro Jehová, nuestro Señor!


II. La Encarnación de Cristo Esta es una verdad cardinal del cristianismo. Es el principal fundamento sobre el cual nuestra fe descansa. Sin la Encarnación, el cristianismo no podría mantenerse en pie. No nos han revelado esto los hombres, sino que Dios mismo lo hizo, a través de la revelación de su Palabra: “Porque quiero que sepáis cuán gran lucha sostengo por vosotros, y por los que están en Laodicea, y por todos los que nunca han visto mi rostro; para que sean consolados sus corazones, unidos en amor, hasta alcanzar todas las riquezas de pleno entendimiento, a fin de conocer el misterio de Dios el Padre, y de Cristo, en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento.” (Col. 2:13). La palabra “encarnación” proviene del latín; y cuando hablamos de la encarnación de Cristo, el Hijo de Dios, implica que Dios se hizo hombre, se manifestó en carne humana. A. El hecho de la Encarnación. Dos de los Evangelios, Mateo y Lucas, registran detalles de este acontecimiento. Ambos registros son distintos, pero ambos exponen hechos reales. Mateo, quien presenta a Cristo como Rey a través de todo el libro, describe su nacimiento como: “el que ha nacido rey de los judíos,” trazando su linaje a través de Salomón y David hasta Abraham. Lucas, quien revela a Cristo como el hombre perfecto, enfatiza la humanidad (naturaleza humana) de Jesús, presentando su linaje a través de María, pasando por Natán (otro hijo de David), por David y Abraham, hasta llegar finalmente hasta el primer hombre, Adán. 1. La Virginidad de María. Tanto Mateo como Lucas destacan que ella era virgen. “El nacimiento de Jesucristo fue así: Estando desposada María su madre con José, antes que se juntasen, se halló que había concebido del Espíritu Santo.” (Mat. 1:18). “Al sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la casa de David; y el nombre de la virgen era María. . . Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? pues no conozco varón” (Lucas 1:26, 27, 34). 2. Se descubre que sería madre antes de su casamiento con José. “para ser empadronado con María su mujer, desposada con él, la cual estaba encinta.” (Lucas 2:5). Ver también Mateo 1:18-20. 3. La Paternidad divina. Si José no era el padre de Cristo, ¿entonces quién lo era? Dios, por supuesto: “ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS. Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin. Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? pues no conozco varón. Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios.” (Lucas 1:31-35). Ver también Mateo 1:18-20. B. La manera de la Encarnación. La razón por la cual muchos no creen en el nacimiento virginal de Jesucristo es porque ellos piensan que su nacimiento fue el nacimiento de un mero bebe, y no el nacimiento de un ser único y especial. Recuerden, esto es la encarnación de Dios, Dios manifestado en carne! 1. Testificado por Mateo.


a. En la genealogía de Cristo. Trazando la descendencia del Señor desde Abraham en capitulo uno, desde versículo 1 al 17, notamos que la palabra “engendró” se menciona 39 veces, pero se omite después del nombre de José, el esposo de María. José no engendró a Jesucristo: “y Jacob engendró a José, marido de María, de la cual nació Jesús, llamado el Cristo.” (Mat. 1:16). Entonces, uno puede preguntar, ¿por qué se menciona su genealogía en primer lugar? La razón es esta: el futuro Rey de Israel tenía que venir a través de esta línea (David, Salomón, etc.); y, en función de probar que Jesús era el heredero legal al trono de David, debería mostrarse que El venía de esa descendencia. Cuando José se casó con la virgen María, su hijito engendrado en estado virginal llegó a ser el heredero legal de José y primero para la línea al trono. ¿Era Cristo realmente un hijo de David? Ciertamente lo era, pero no a través de José y Salomón. El era hijo de David a través de su madre; trazando su genealogía a través de Natan (otro hijo de David) hasta David. De sangre Cristo Jesús era un hijo de David a través de María; legalmente El era hijo de David a través de José. b. En la Actitud de José. Veamos Mateo 1:18-25: “El nacimiento de Jesucristo fue así: Estando desposada María su madre con José, antes que se juntasen, se halló que había concebido del Espíritu Santo. José su marido, como era justo, y no quería infamarla, quiso dejarla secretamente. Y pensando él en esto, he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es. Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados. Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta, cuando dijo: He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, Y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros. Y despertando José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado, y recibió a su mujer. Pero no la conoció hasta que dio a luz a su hijo primogénito; y le puso por nombre JESÚS.” Ahora, ¿si esto no habla de nacimiento virginal, de qué habla? En su propia mente, José estaba convencido de que Maria su esposa había caído en impureza moral. El razonaba eso, si el no la había tocado otro hombre lo había hecho. Viviendo bajo la Ley, como un hombre justo que era, pensó en dos alternativas: divorciarse de ella; o exponerla para que sea apedreada hasta la muerte. Hasta ese momento no había concebido la idea de tomarla por esposa y confirmar su matrimonio; de hecho, no hasta que el ángel se le apareció y le ordenó que lo hiciera; y entonces lo hizo. Hoy en día los hombres, incluso algunos predicadores, piensan que es correcto negar que Jesús nació de madre virgen. Ellos dicen que José era el padre, pero José testifico que no lo era. c. En la adoración de los hombres sabios. “vinieron del oriente a Jerusalén unos magos, diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle. . . Al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron” (Mat. 2: 2, 11). Estos hombres sabios realmente fueron hombres sabios. Ellos adoraron al Bebe, y no a su madre María. Estos hombres fueron hombres de Dios, enseñados y guiados por Dios; ellos no deberían haber adorado al Bebe si José hubiese sido su padre. d. En las expresiones “el niño y su madre.” 4 veces aparece esta expresión (Mat. 2:11, 13, 14, 20); nunca se lo menciona como hijo de José. También referido a esto debemos


observar otra declaración: “Después que partieron ellos, he aquí un ángel del Señor apareció en sueños a José y dijo: Levántate y toma al niño y a su madre, y huye a Egipto, y permanece allá hasta que yo te diga; porque acontecerá que Herodes buscará al niño para matarlo. Y él, despertando, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto, y estuvo allá hasta la muerte de Herodes; para que se cumpliese lo que dijo el Señor por medio del profeta, cuando dijo: De Egipto llamé a mi Hijo.” (Mat. 2:13-15). Mi Hijo. No el hijo de José, sino el Hijo de Dios! 2. Testificado por Lucas. a. En la anunciación a Zacarías. “Pero el ángel le dijo: Zacarías, no temas; porque tu oración ha sido oída, y tu mujer Elisabet te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Juan. Y tendrás gozo y alegría, y muchos se regocijarán de su nacimiento; porque será grande delante de Dios. No beberá vino ni sidra, y será lleno del Espíritu Santo, aun desde el vientre de su madre. Y hará que muchos de los hijos de Israel se conviertan al Señor Dios de ellos. E irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto.” (Lucas 1:13-17). Le fue dicho a Zacarías que tendría un hijo y que seria el precursor de Cristo, el Hijo de Dios. b. En la anunciación a María. “Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios. Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS.” (Lucas 1:30, 31). Si María hubiera llegado a estar embarazada de un hombre y Dios todavía la bendijese estando en esa condición, entonces Dios sería un Dios de maldad. Pero sabemos que El tuvo gracia con ella, ella halló gracia ante El, ella llegó a tener el niño pero por intervención del Espíritu Santo. c. En la alabanza de Elizabet. “y exclamó a gran voz, y dijo: Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre. ¿Por qué se me concede esto a mí, que la madre de mi Señor venga a mí? Porque tan pronto como llegó la voz de tu salutación a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Y bienaventurada la que creyó, porque se cumplirá lo que le fue dicho de parte del Señor.” (Lucas 1:42-45). d. En la canción de María. “Entonces María dijo: Engrandece mi alma al Señor; Y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador...” (Lucas 1:46-55). Esta no es una canción de una mujer que había concebido en vergüenza; era una canción llena de gozo y alabanza a Dios, quien la había seleccionado para traer el Mesías al mundo. e. En la profecía de Zacarías. “Y tú, niño, profeta del Altísimo serás llamado; Porque irás delante de la presencia del Señor, para preparar sus caminos;” (Lucas 1:76). Esta es solo una porción de la profecía del padre de Juan el bautista concerniente a la tarea de Juan, su recién nacido. El declara que Aquel a quien Juan iba a preceder y anunciar era el Hijo de Dios, y no el hijo de un hombre. f. En la experiencia de los pastores. “Había pastores en la misma región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño. Y he aquí, se les presentó un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor; y tuvieron gran temor. Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor. Esto os servirá de señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un


pesebre. Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían: ¡Gloria a Dios en las alturas, Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!” (Lucas 2:8-14). Cuando Cristo nació, los cielos entonaron un mensaje de alabanza. Podría todo esto haber sucedido con un hijo bastardo? ¡Por supuesto que no! Pero Jesús era lo que la Escritura dice que El es, Cristo el Señor, el hijo de la virgen María. C. Objeciones a la Encarnación. Muchos de los enemigos de Dios están entre los creyentes profesantes, aquellos que dicen ser cristianos, pero niegan el nacimiento virginal de Cristo. Alguien puede preguntar: “cuando una persona llega a ser salva, ¿tiene que creer en el nacimiento virginal de Cristo para ser salvo? ¿Es esta una doctrina que debe ser entendida y creída para ser salvo? Déjenos responder por medio de otra pregunta: “¿cree usted que es posible para una persona salva no creer en el nacimiento virginal de Cristo?” ¡Por supuesto que no! Todo salvo, todo santo nacido de nuevo de parte de Dios creerá que nuestro Salvador nació de madre virgen. La única cosa que una persona perdida tiene que hacer para ser salvo es arrepentirse de sus pecados y confiar en Cristo como su Salvador, creyendo que El murió por nuestros pecados y que resucitó de entre los muertos. Una persona salva creerá en el nacimiento virginal de nuestro Señor. Aquellos que dicen ser cristianos, y niegan el nacimiento virginal de Cristo, son meros “profesantes” y no “poseedores” de la salvación. Estos enemigos dentro, y aquellos que están fuera de la iglesia profesante, objetan el nacimiento virginal por los siguientes argumentos: 1. Algunos estudiosos se oponen a esto. Este argumento no es verdadero, pero no importaría mucho si lo fuera, porque sabemos que “los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden;” (Rom. 8:7). El corazón no convertido no conoce a Dios ni las cosas que son de Dios; y, por supuesto, no creerían el nacimiento virginal de Jesucristo. Estudiosos no regenerados puede que no acepten esta verdad divina, pero ciertamente, una persona no esta realmente educada hasta que crea en Dios y su Palabra, porque: “El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; Los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza.” (Pro. 1:7). 2. El Nuevo Testamento guarda silencio respecto a esto. Ciertamente Mateo no guarda silencio respecto a esto y Lucas tampoco guarda silencio respecto a este tema. Dios nos ha provisto 2 testigos, porque “Por boca de dos o de tres testigos se decidirá todo asunto.” (2 Cor. 13:1). Dios cumple la Ley, y eso establece la verdad concerniente al nacimiento virginal de nuestro Redentor. ¿Y que si hubiera solamente un testigo? Aun así seria cierto, porque es Dios quien habla. a. Pero hay un testimonio de Marcos. Tenemos evidencia indirecta que prueba el nacimiento virginal de Cristo. Marcos no registra el nacimiento virginal de Cristo; ¿podría significar eso que no existió? Por supuesto que no. El Evangelio de Marcos presenta a Jesús como el Siervo Perfecto; y cuando consideramos un siervo, a nadie le interesa conocer su genealogía; y por eso el nacimiento de Cristo fue omitido en este libro. El primer versículo del Evangelio de Marcos declara: “Principio del evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios.” Cualquier hebreo entiende que esto significa que Jesucristo era igual a Dios, y nosotros sabemos que nos relata cosas que hizo Jesucristo que ningún otro hombre podría haber hecho.


b. Pero también hay un testimonio de Juan. “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. . . Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.” (Juan 1:1, 14). Ciertamente este no es un registro de un mero hombre, sino del Hijo de Dios, ¡Dios mismo! c. Pero también está el testimonio de Pablo. Mientras aclaramos que estos testimonios son de Marcos, Juan, Pablo, y otros, mantengamos en mente que, aunque estos hombres escribieron las palabras, las palabras son las palabras de Dios, y ellas expresan Su mente acerca del nacimiento virginal de Su Hijo. Pablo fue separado “para el evangelio de Dios, que él había prometido antes por sus profetas en las santas Escrituras, acerca de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que era del linaje de David según la carne, que fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos. . . Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne; ” (Rom. 1:3, 4; 8:3). “Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos.” (II Cor. 8:9). Ver también Filipenses 2:5-7; Gálatas 4:4; I Juan 4:2; Colosenses 2:8. 3. La iglesia de los primeros tiempos no lo creía. Este es otro argumento falso en contra del nacimiento virginal que puede ser refutado fácilmente. Los tempranos credos de la iglesia declaran el nacimiento virginal. a. El Credo Apostólico. Este data del siglo segundo. La palabra “credo” viene del latín, credo, lo cual significa, “yo creo.” Estos credos vinieron primero en forma oral, y luego escrita. b. El Credo Niceno. Este pertenece al siglo cuarto. Cuando Arius dijo que Cristo era un ser creado, y no Hijo desde toda la eternidad, un concilio fue convocado para establecer el hecho de que Cristo, pese a haber nacido de una virgen, ha existido eternalmente con el Padre. Fue llamado el concilio de Constantinopla (381). Este concilio también hizo referencias al hecho del nacimiento virginal de Cristo. c. El TeDeum Laudamus. Este fue un antiguo himno preservado por la iglesia, que prueba que la iglesia de los primeros tiempos creía en el nacimiento virginal de Cristo. 4. Es contra las leyes naturales. Ante este argumento contra el nacimiento virginal, nosotros replicamos que, “ciertamente es contra las leyes naturales.” Porque este no fue el nacimiento de un mero bebe, sino el nacimiento del Hijo de Dios en carne humana. ¿Tomaría usted tiempo para considerar que este debe haber sido el único medio por el cual Dios podría haber venido en carne, por el nacimiento virginal? Hay 3 maneras por las cuales Dios hizo seres humanos sin ajustarse a las leyes naturales actuales: (1) Cuando El hizo a Adán lo hizo sin la intervención de hombre ni de mujer; (2) Cuando El hizo a Eva lo hizo sin intervención de mujer; y (3) cuando El engendró a Cristo lo hizo sin intervención de hombre. 5. Tiene demasiado de mitología. Es cierto que muchas religiones idólatras han enseñado que sus dioses fueron vástagos de mujeres, pero no por virginidad; antes bien, aquellas mujeres tuvieron relaciones carnales con otros dioses que produjeron los dioses de la gente. ¿Acaso puede haber alguna comparación entre el nacimiento de Jesucristo y las historias contadas en aquellos mitos? Por supuesto que no! Los nacimientos de hombres en aquellas mitologías no eran de vírgenes, sino el resultado de una relación carnal.


6. Al llamarse a si mismo el Hijo del hombre Jesucristo negaba su nacimiento virginal. Recuerden, el Señor Jesucristo nunca dijo, “yo soy un hijo de un hombre”; sino, “Yo soy el Hijo del Hombre.” 7. La necesidad de la purificación comprueba que fue un nacimiento natural. Bajo la Ley todas las mujeres eran impuras. El propósito de esta ley era la higiene, para preservar la salud de la mujer, protegiéndola ante su esposo mientras ella estuviese en una condición de debilidad, causada por el parto. D. Los objetivos de la Encarnación. ¿Cuáles eran los propósitos del nacimiento virginal? 1. Dar a conocer al Dios invisible. “A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.” (Juan 1:18). Jesucristo es la exposición de Dios, el Revelador de Dios. Si quieres saber cómo es Dios, observa a Jesucristo. 2. Para cumplir la profecía. a. La semilla como un ejemplo. “Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.” (Gen. 3:15). Una mujer no tiene semilla o simiente; la semilla pertenece al hombre. Pero esta Escritura hace mención de “la simiente de la mujer.” Esto es contrario a la naturaleza y se refiere, por supuesto, al nacimiento virginal, cumplido cuando María dio a luz a Jesucristo. b. La virgen como un ejemplo. “Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel.” (Is. 7:14). Esta Escritura significa exactamente lo que dice. 3. Para cumplir el Pacto Davídico. “Saldrá una vara del tronco de Isaí, y un vástago retoñará de sus raíces. . . Acontecerá en aquel tiempo que la raíz de Isaí, la cual estará puesta por pendón a los pueblos, será buscada por las gentes; y su habitación será gloriosa.” (Is. 11:1, 10). “He aquí que vienen días, dice Jehová, en que levantaré a David renuevo justo, y reinará como Rey, el cual será dichoso, y hará juicio y justicia en la tierra. En sus días será salvo Judá, e Israel habitará confiado; y este será su nombre con el cual le llamarán: Jehová, justicia nuestra.” (Jer. 23:5, 6). “Varones hermanos, se os puede decir libremente del patriarca David, que murió y fue sepultado, y su sepulcro está con nosotros hasta el día de hoy. Pero siendo profeta, y sabiendo que con juramento Dios le había jurado que de su descendencia, en cuanto a la carne, levantaría al Cristo para que se sentase en su trono, viéndolo antes, habló de la resurrección de Cristo, que su alma no fue dejada en el Hades, ni su carne vio corrupción.” (Hechos 2:29-31). Ver también I Samuel 7:4-17; Lucas 1:32, 33. 4. Para sacrificio por nuestros pecados. “Y sabéis que él apareció para quitar nuestros pecados, y no hay pecado en él.” (I Juan 3:5). “porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados. Por lo cual, entrando en el mundo dice: Sacrificio y ofrenda no quisiste; Mas me preparaste cuerpo. . . Diciendo primero: Sacrificio y ofrenda y holocaustos y expiaciones por el pecado no quisiste, ni te agradaron (las cuales cosas se ofrecen según la ley), y diciendo luego: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad; quita lo primero, para establecer esto último. En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre.” (Heb. 10:4, 5, 8-10). “Además os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual también recibisteis, en el cual también perseveráis; por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano. Porque primeramente


os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras;" (I Cor. 15:1-4). a. Un sacrificio de animales nunca quita el pecado. Fue Dios quien instituyó sacrificios de animales. Pero aun así toda la sangre que por siglos fue vertida en los altares judíos nunca quitó los pecados. ¿Por qué, entonces, fue ordenado así? Fue para proveer una “cobertura” de los pecados hasta que la sangre de Cristo nos lavara de ellos. No, los sacrificios de animales nunca pudieron quitar los pecados, porque los sacrificios deben estar a la altura del hombre, por quien fueron sacrificados. b. El sacrificio debe ser sin pecado. Los sacrificios de animales no están a la altura del hombre. Además, un hombre pecaminoso no puede ofrecerse como sacrificio por otro hombre pecador, porque si el primer hombre pecador debe morir, el debe morir por sus propios pecados. c. El Sacrificio debe ser un Sacrificio infinito. No solo debe ser un sacrificio a la altura del hombre, por el cual es ofrecido, sino que además debe ser a la altura de Dios, quien debe ser satisfecho! Jesús, nuestro Señor, cumplió con todo esto! “quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.” (I Pedro 2:24). 5. Para proveer un Sumo Sacerdote. “Por lo cual debía ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo. . . Por tanto, hermanos santos, participantes del llamamiento celestial, considerad al apóstol y sumo sacerdote de nuestra profesión, Cristo Jesús; ” (Heb. 2:17; 3:1). Hoy tenemos alguien, nuestro Señor Jesucristo, quien se para por nosotros ante Dios. Tenemos un acusador (Ap.12:10), quien nos acusa diariamente delante de Dios, pero también tenemos un Abogado ante el Padre, quien intercede por nosotros. 6. Para mostrar a los creyentes como vivir. “El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo.” (I Juan 2:6). “Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas;” (I Pedro 2:21). 7. Para llegar a ser la Cabeza de una Nueva Creación. “Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas.” (Ap.21:5). Ver también II Corintios 5:17; I Corintios 15: 4, 47. E. La Perpetuidad de la Encarnación. Con esto queremos decir “encarnación para siempre.” Dios siempre será manifestado en carne en la persona de Jesucristo. 1. Es esencial para la integridad de la humanidad de nuestro Señor. ahora en gloria, tiene hombría, humanidad. El es un hombre hoy.

Nuestro Señor,

2. Es esencial para el Sumo Sacerdocio de nuestro Señor. “Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre. Porque ciertamente no socorrió a los ángeles, sino que socorrió a la descendencia de Abraham. Por lo cual debía ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser


misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo. Pues en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados.” (Heb. 2:14-18). “Y los otros sacerdotes llegaron a ser muchos, debido a que por la muerte no podían continuar; mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos. Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos; que no tiene necesidad cada día, como aquellos sumos sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus propios pecados, y luego por los del pueblo; porque esto lo hizo una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo. Porque la ley constituye sumos sacerdotes a débiles hombres; pero la palabra del juramento, posterior a la ley, al Hijo, hecho perfecto para siempre.” (Heb. 7:23-28). “Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios;” (Heb. 9:24). “puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.” (Heb. 12:2). 3. Es esencial para el retorno del Señor y su Reino Milenial. “Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo.” (Hechos 1:10, 11). “Porque dije: Para siempre será edificada misericordia; En los cielos mismos afirmarás tu verdad. Hice pacto con mi escogido; Juré a David mi siervo, diciendo: Para siempre confirmaré tu descendencia, Y edificaré tu trono por todas las generaciones.” (Sal.89:2-4). “En aquel día yo levantaré el tabernáculo caído de David, y cerraré sus portillos y levantaré sus ruinas, y lo edificaré como en el tiempo pasado; ” (Amos 9:11). Ver también Isaías 9:6, 7; 55:3, 4. F. Las pruebas de la encarnación. Las pruebas de la encarnación están centralizadas sobre Jesucristo mismo! 1. Su vida sin pecado. “Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.” (Heb. 4:15). “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.” (II Cor. 5:21). Solamente Dios, en carne humana, podría vivir una vida sin pecado. 2. Su resurrección. “Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho.” (I Cor. 15:20). ¿Podría El haber resucitado de los muertos si no hubiese sido Dios encarnado? Por supuesto que no. III. Las dos naturalezas de Cristo No puede haber cristianismo sin Cristo. La ortodoxia de cualquier persona, o cualquier iglesia, puede ser establecida en base a esta pregunta: ¿Que piensa de Cristo? Nos maravilla ver como los modernistas de hoy tratan de rebajar a Cristo. Incluso están aquellos que tratan de probar que nunca existió. En una gran Universidad, cierto profesor quiso probar que Cristo fue solo una invención de la mente. Después de varios argumentos, completó su exposición, y entonces pidió algunos comentarios. Entonces, un estudiante humildemente le pregunto, “Si Cristo nunca existió, ¿por qué le está atacando?”


¿Por qué sus enemigos no le dejan si en realidad nunca existió? ¿Por qué hacer algo con él o contra él, si nunca resucitó de los muertos? ¡Pero El existe; El ha resucitado; El vive para siempre! ¿Quién es El? Esta ha sido la pregunta por 2000 años. Tenemos los testimonios y confesiones de hombres que le vieron: Juan el Batista: “El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.” (Juan 1:29); “Y yo le vi, y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios.” (Juan 1:34); Andres: “Este halló primero a su hermano Simón, y le dijo: Hemos hallado al Mesías (que traducido es, el Cristo).” (Juan 1:41); Felipe: “Felipe halló a Natanael, y le dijo: Hemos hallado a aquel de quien escribió Moisés en la ley, así como los profetas: a Jesús, el hijo de José, de Nazaret.” (Juan 1:45); Pedro: “Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.” (Mat. 16:16). Entre las personas había divisiones causadas por esta pregunta, ¿Quién es El? “Entonces algunos de la multitud, oyendo estas palabras, decían: Verdaderamente éste es el profeta. Otros decían: Este es el Cristo. Pero algunos decían: ¿De Galilea ha de venir el Cristo? ¿No dice la Escritura que del linaje de David, y de la aldea de Belén, de donde era David, ha de venir el Cristo? Hubo entonces disensión entre la gente a causa de él.” (Juan 7:40-43). Ver también Juan 9:17, 18; 10: 9-20; Lucas 5: 21. Los hombres han cuestionado la Deidad de Cristo, pero los demonios no. Ellos le reconocieron como el Creador y futuro Juez: “Y clamaron diciendo: ¿Qué tienes con nosotros, Jesús, Hijo de Dios? ¿Has venido acá para atormentarnos antes de tiempo?” (Mat. 8:29). En el juicio del Señor Jesús, predominó esta misma pregunta: “Jesús, pues, estaba en pie delante del gobernador; y éste le preguntó, diciendo: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Y Jesús le dijo: Tú lo dices.” (Mat. 27:11). Ver también Mateo 26:63; Lucas 22: 67, 70. Y mientras colgaba de la cruz, la pregunta todavía agitaba las mentes de sus enemigos: “Y los que pasaban le injuriaban, meneando la cabeza, y diciendo: Tú que derribas el templo, y en tres días lo reedificas, sálvate a ti mismo; si eres Hijo de Dios, desciende de la cruz.” (Mat. 27:39 40). Mientras que tenemos los testimonios y las confesiones de aquellos que le vieron, nosotros mismos que confiamos en El, y que le amamos, tenemos el testimonio interior (Espíritu Santo) de que El es el Cristo, el Hijo del Dios Viviente: “el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.” (Juan 14:17); “nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo.” (I Cor. 12:3b). A. La humanidad de Cristo. En otros tiempos fue la humanidad de Cristo la que estaba bajo ataque, y no su Deidad. Sin importar en qué tiempos vivamos, Satanás es el común enemigo, y es el que mantiene sus continuos ataques sobre el Señor. 1. El era perfectamente humano. Con esto queremos decir que nuestro Señor, pese a que ha sido desde la eternidad, cuando El se hizo carne, llegó a tener un cuerpo humano, un alma y un espíritu. El hombre, sabemos, tiene cuerpo, alma y espíritu: “Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.” (I Tes. 5:23).


a. Su cuerpo físico humano. Si, el Señor Jesús, en su humanidad, tenía un cuerpo: “Porque al derramar este perfume sobre mi cuerpo, lo ha hecho a fin de prepararme para la sepultura.” (Mat. 26:12); (ver también Hebreos 10:5); un alma: “Ahora está turbada mi alma; ¿y qué diré? ¿Padre, sálvame de esta hora? Mas para esto he llegado a esta hora.” (Juan 12:27; ver también Mateo 26:38); y un espíritu; “Y conociendo luego Jesús en su espíritu que cavilaban de esta manera dentro de sí mismos, les dijo: ¿Por qué caviláis así en vuestros corazones?” (Marcos 2:8; ver también Lucas 23:46; Lucas 10:21). b. Su apariencia humana. La mujer junto al pozo reconoció a Jesús como un ser humano: “La mujer samaritana le dijo: ¿Cómo tú, siendo judío, me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana? Porque judíos y samaritanos no se tratan entre sí.” (Juan 4:9). Y después de su resurrección El todavía mantenía su apariencia humana; para Maria, supuestamente, Jesús era el jardinero, reconociéndole como un ser humano: “Ella, pensando que era el hortelano, le dijo: Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo lo llevaré.” (Juan 20:15b). c. Sus padres humanos. Pese a que Dios era su Padre, el Señor Jesús tuvo una madre humana, lo cual prueba que El fue humano: “Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, ” (Gal. 4:4); Pablo fue separado para el Evangelio “acerca de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que era del linaje de David según la carne, ” (Rom. 1:3); “Al tercer día se hicieron unas bodas en Caná de Galilea; y estaba allí la madre de Jesús. ” (Juan 2:1). Ver también Mateo 2:11; 13:55; Juan 1:14. d. Su desarrollo humano. Siendo perfectamente humano, el Señor nació, y creció como todo niño y niña: “Y el niño crecía y se fortalecía, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios era sobre él. . . Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres.” (Lucas 2:40, 52). e. Sus limitaciones humanas. Siendo Dios, llego a ser hombre, y cuando lo hizo, El se limitó a sí mismo a las esferas de acción del hombre. De ese modo, él tuvo limitaciones humanas, las cuales eran cuestiones no pecaminosas. Por favor no confunda debilidad y limitación humana, con pecado. El tuvo debilidades y limitaciones humanas, pero no pecado. El tuvo hambre (“después de ayunar 40 días y 40 noches, tuvo hambre”, Mat. 4:2); El tuvo sed (“Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba consumado, dijo, para que la Escritura se cumpliese: Tengo sed.”, Juan 19:28); El sintió cansancio (“Y estaba allí el pozo de Jacob. Entonces Jesús, cansado del camino, se sentó así junto al pozo. Era como la hora sexta.", Juan 4:6); El durmió (“Y he aquí que se levantó en el mar una tempestad tan grande que las olas cubrían la barca; pero él dormía.”, Mat. 8:24). Ver Mateo 26:36-40, estos versículos describen a pleno la agonía de Cristo en el jardín tal como solo un ser humano puede sufrir. f. Su nombre humano. Su nombre humano era común a todos aquellos de aquel tiempo: “Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.” (Mat. 1:21). Ver también Lucas 2:21. g. Su sacrificio humano y su muerte humana. Su sacrificio y muerte fueron comunes a los experimentados por los hombres. Las Escrituras abundan en el hecho que El poseía un cuerpo humano y sufrió como humano (Mat. 26:26-35; Juan 19:20; Lucas 22:44). Si Jesús no fue un hombre, El no podría haber muerto, porque Dios, en Su verdadera y sola esencia, no puede morir! Y ciertamente El murió, “y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención.” (Heb. 9:12). Y El se levantó de entre los muertos! Y El es aun hombre!


2. El es el ser humano perfecto. a. El trasciende toda limitación de carácter. Todo se combina en El. Miremos todos los atributos del hombre, y encontraremos que algunos hombres poseen algunos mientras que otros hombres poseen otros atributos; pero en El encontramos plenitud, todos los atributos de los hombres. Creemos que el carácter de Jesús está libre de falsificación. Piense en su poder comparado con su humildad: en un momento El pudo echar a los cambistas de dinero del templo, y después lavar los pies de su discípulos. (1) El tiene toda perfección. Nunca huyó por miedo. Nunca nadie le atemorizó. Nunca fue excitado por el éxito. El diablo nunca le frustró. El es el hombre sobre todo los hombres. Nadie puede poner a alguien en el mismo nivel con el Señor Jesús. Tomemos los lideres de este mundo: Cesar, Alejandro el Grande, aun hombres piadosos, como Moody o Billy Sunday, ellos nunca pueden igualarle. Nadie puede poner los dioses de los hombres en la misma plataforma con el Señor Jesús. Hay un solo lugar para nuestro Salvador, y ese es el trono (2) El es sin pecado. El es un ser humano perfecto, el único que este mundo ha visto. Veamos en II Corintios 5:21 y leamos su descripción: “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.” Este versículo de la Escritura no dice que Cristo nunca pecó, pese a que nunca lo hizo, sino mas bien dice que el era sin naturaleza pecaminosa. Si un hombre común viviese toda su vida sin cometer pecado, aun así todavía no seria perfecto. Cristo no tuvo una naturaleza pecaminosa. “por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios.” (Lucas 1: 35c). Ha nacido solo un Bebe Santo en todo este mundo, y le llamaron Jesús! Ningún borracho puede ayudar a un borracho. Un hombre no tiene que llegar a ser un ladrón para ayudar a un ladrón. El Señor Jesús no asumió una naturaleza pecaminosa en función de ayudar a los que tenemos naturaleza pecaminosa. Cuando el Señor Jesús estuvo en el desierto 40 días, el conoció lo que era el hambre. El sabe lo que se siente cuando tenemos hambre. Ningún hombre murió en un madero, o pasó por tiempo de prueba, como El lo hizo con la cruz. El sabe lo que es sufrir. Nosotros tenemos algo dentro nuestro que quiere pecar, pero El nunca quiso pecar, esto es lo que El sufrió: el diablo tratando de hacer que El quiera pecar. Podemos reflotar la vieja pregunta de siglos: “Podría el Señor Jesús haber pecado, o haber querido hacerlo?” Como Hijo de Dios El ni siquiera quería pecar. Pero, alguien puede agregar, ¿si El no podía haber pecado, entonces para qué la tentación? Si El no podría haber pecado, entonces la tentación fue una burla! Esa es exactamente la respuesta! El no fue tentado para ver si pecaría, sino que fue tentado para mostrar (demostrar) que El no pecaría. Hay algo más para considerar: si el Señor Jesús podría haber pecado aquí sobre la tierra, entonces seria posible que pecara en el cielo al hacer intercesión por nosotros. Pero lo cierto es que El no pudo haber pecado en su vida terrenal, y tampoco hoy El puede pecar en el cielo. El es nuestro perfecto Sumo Sacerdote. b. El trasciende toda limitación de tiempo. El es para todo tiempo. Sus enseñanzas no quedan desactualizadas. Por el contrario, ellas están actualizadas! Los libros de nuestros Colegios y Universidades no tienen más de 10 años; ellos cambian. Pero la Palabra del Señor percance cierta y segura.


El es aquel que ha dicho: “Los cielos y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.” Y aunque no tenemos un registro de El escribiendo un libro sobre su vida, aun Sus palabras son verdaderas, porque ellas no han pasado! c. El trasciende todas las limitaciones de todas las nacionalidades. Los judíos eran exclusivos entre todas las personas, y el Señor Jesús viene del grupo étnico más exclusivo, sin embargo El pertenece a toda tribu, pueblo y nación! El pertenece a todos. Los chinos piensan de si mismos como chinos; los ingleses piensan de si mismos como ingleses. Cuando llegamos a ser salvos, tenemos al Señor como nuestro, no importa el grupo étnico al que pertenezcamos. ¡Cristo fue un mentiroso, un lunático, o Señor! Ningún modernista llega a decir que fue un mentiroso, sino que solamente El pensó que era Dios. Entonces debe haber sido un lunático. Por supuesto que no fue ni mentiroso ni lunático; El fue el Hijo de Dios! El Dios hombre! B. La Deidad de Cristo. 1. Predicciones divinas. “Jehová dijo a mi Señor: Siéntate a mi diestra, Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.” (Sal. 110:1); “Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad.” (Miq. 5:2). Ver también Isaías 7:14; 9:8; Jeremías 23:6; y Génesis 3:15. 2. Nombres divinos. a. Se le llamó Dios. “Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío!” (Juan 20:28); “de quienes son los patriarcas, y de los cuales, según la carne, vino Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén.” (Rom. 9:5); “Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna.” (I Juan 5:20). Ver también Mateo 1:23; Juan 1:1; y comparar Salmo 45:6, 7 con Hebreos 1:8. b. Se le llamó Hijo de Dios. Esto implica igualdad a Dios. “También salían demonios de muchos, dando voces y diciendo: Tú eres el Hijo de Dios. Pero él los reprendía y no les dejaba hablar, porque sabían que él era el Cristo.” (Lucas 4:41); “De cierto, de cierto os digo: Viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la oyeren vivirán.” (Juan 5:25); “Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne; ” (Rom. 8:3). Miremos estas otras Escrituras: Marcos 1:1; Mateo 27:40, 43; Juan 19:7; 10:36; 11:4. c. Se le llamó Señor. “porque el Hijo del Hombre es Señor del día de reposo.” (Mat. 12:8); “Vosotros me llamáis Maestro, y Señor; y decís bien, porque lo soy.” (Juan 13:13); “Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa.” (Hechos 16:31); “en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES.” (Ap.19:16). d. Se le llamó por otros nombres divinos. “Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas; yo soy el primero y el último;” (Ap. 1:17). Ver también Apocalipsis 22:13. 3. Igualdad divina. “Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese.” (Juan 17:5); “y el que me ve, ve al que me envió”


(Juan 12:45); “el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse” (Fil. 2: 6a); “Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad” (Col. 2:9). 4. Relación divina. Su Nombre fue aparejado al del Padre. “Yo y el Padre uno somos.” (Juan 10:30). “La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén.” (II Cor. 13:14); “Y el mismo Jesucristo Señor nuestro, y Dios nuestro Padre, el cual nos amó y nos dio consolación eterna y buena esperanza por gracia, conforte vuestros corazones, y os confirme en toda buena palabra y obra.” (II Tes. 2:16, 17). 5. Adoración divina. La adoración pertenece a Dios. Y Cristo recibió verdadera adoración. Por lo tanto, Cristo es Dios! “diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle. . . Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra.” (Mat. 2:2, 11). Los hombres sabios no vinieron para adorar a María, sino a Cristo Jesús. Años después El aceptó adoración: “Entonces los que estaban en la barca vinieron y le adoraron, diciendo: Verdaderamente eres Hijo de Dios.” (Mat. 14:33). Ver también Mateo 9:18; Lucas 24:52. Si Cristo no hubiera sido Dios, entonces esta adoración hubiese sido idolatría. Es mandato de Dios que el Hijo sea adorado. “Y otra vez, cuando introduce al Primogénito en el mundo, dice: Adórenle todos los ángeles de Dios.” (Heb. 1:6). “para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió.” (Juan 5:23). Esto es cierto por todas las edades, los cristianos hemos adorado a Cristo como Dios. Los hombres nacidos de nuevo no hubiesen estado satisfechos de adorar a un mero hombre. 6. Atributos divinos. a. Omnipotencia. “Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.” (Mat. 28:18). El tenia poder sobre la muerte: “Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?” (Juan 11:25, 26). El tenia poder sobre el orden natural: “Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten; ” (Col. 1:16, 17). El tenía poder sobre los demonios: “Y estaban todos maravillados, y hablaban unos a otros, diciendo: ¿Qué palabra es esta, que con autoridad y poder manda a los espíritus inmundos, y salen?” (Lucas 4:36). b. Omnisciencia. “Ahora entendemos que sabes todas las cosas, y no necesitas que nadie te pregunte; por esto creemos que has salido de Dios.” (Juan 16:30). “Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas.” (Juan 21:17). Ver también Mateo 9:4; 12:25; Lucas 6:8; 9:47; 10:22; Juan 1:48, 49; Juan 4:16-19; Marcos 2:8. Aquella pregunta de los doctores de Jerusalén prueba la omnisciencia del Señor Jesús: “Y se maravillaban los judíos, diciendo: ¿Cómo sabe éste letras, sin haber estudiado?” (Juan 7:15). Esto nos lleva a saber que Cristo nunca fue enseñado por los hombres. El no necesitó escuela ni tutores. Sus discípulos se sentaban a sus pies, ¿pero a los pies de quién se sentó El? ¡A los pies de nadie! Pablo fue alumno de Gamaliel, pero quién le enseñó a Jesús? ¡Nadie! Cristo dijo, “aprended de mi”, ¿pero cuando dijo “enséñenme”? Nunca! A veces somos amonestados a ir a una mayor autoridad, pero a cual autoridad


habría de ir El? A ningún otro, porque El tenia toda autoridad. Cuando dijo el Señor Jesucristo, “no recuerdo, voy a consultarlo?” Nunca! Nunca fue sorprendido con la guardia baja. En Marcos 12:13 tenemos estas palabras: “Y le enviaron algunos de los fariseos y de los herodianos, para que le sorprendiesen en alguna palabra.” Ellos trataron de hacerlo caer en alguna trampa por sus palabras, pero El fue sabio en todo y puso Sus perseguidores en confusión. (1) Como El enseñaba. (a) Con Simplicidad. Sus ilustraciones fueron hechas con gran enfoque. Las sacó de la vida misma. (b) Con autoridad. Nunca escuchamos al Señor decir, “Bueno, como suponemos” (Ver Mateo 7:29; Marcos 1:22). (2) Lo que El enseñó. (a) Doctrina. Lo que El enseñó no es popular hoy. Los modernistas sustituyen la doctrina por ética; ellos creen en la salvación por vida ética. (b) Ética. Ciertamente Cristo enseñó Ética, pero la doctrina era primero. La Ética debe tener doctrina por fundamento. c. Omnisapiencia. “en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento.” (Col. 2:3). d. Omnipresencia. “enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.” (Mat. 28:20). “Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre, que está en el cielo.” (Juan 3:13). e. Inmutabilidad. “Ellos perecerán, mas tú permaneces; Y todos ellos se envejecerán como una vestidura, Y como un vestido los envolverás, y serán mudados; Pero tú eres el mismo, Y tus años no acabarán.” (Heb. 1:11, 12). “mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable; ” (Heb. 7:24). “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos.” (Heb. 13:8). Jesús puede cambiar Su posición, pero Su Persona nunca cambia. f. Eternidad. “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios.” (Juan 1:1, 2). “Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad.” (Miq. 5:2). “Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy.” (Juan 8:58). “No temas; yo soy el primero y el último;” (Ap. 1:17c). g. Santidad. “el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca;” (I Pedro 2:22). “Y sabéis que él apareció para quitar nuestros pecados, y no hay pecado en él.” (I Juan 3:5). Ver también Hebreos 7:26. h. Amor. Pablo oraba para que los efesios pudiesen “conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.” (Ef. 3:19). (1) Es espontáneo. (2) Es eterno. (3) Es infinito. (4) No se agota. (5) Es invencible. Ver Efesios 5:25; Apocalipsis 1:5. i. Justicia. “Mas vosotros negasteis al Santo y al Justo, y pedisteis que se os diese un homicida,” (Hechos 3:14). 7. Oficios divinos. a. Creación. Toda la crecían es por el accionar de Dios; y Cristo creo, por lo tanto, Cristo es Dios. “Tú, oh Señor, en el principio fundaste la tierra, Y los cielos son obra de tus manos.” (Heb. 1:10). Ver Juan 1:3; Colosenses 1:16; Efesios 3:9; Juan 1:10. b. Preservación. “El cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo


efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas, ” (Heb. 1:3). “Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten; " (Col. 1: 17). c. Perdón. “Y a ella le dijo: Tus pecados te son perdonados.” (Lucas 7:48). Ver también Marcos 2:5-10. d. Resurrección. “Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero.” (Juan 6:39, 40). e. Transformación. “Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es.” (I Juan 3:2). Ver también Filipenses 3:21. f. Juicio. “Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo. (Juan 5:22). Ver también Hechos 17:31; Mateo 16:27; Mateo 25:31; Romanos 2:16; 14:10; II Corintios 5:10; Apocalipsis 22:12. g. Salvación. “y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.” (Juan 10:28). Ver también Juan 5:25; 6:47; 10:10; 17:2. C. La combinación de dos naturalezas en una sola persona. El hombre no lo puede entender. Esta es una prueba de que la Biblia es la palabra de Dios, porque si el hombre hubiese escrito la Biblia el hubiera dejado de lado las 2 naturalezas de Cristo. Estas son cosas infinitas, y Dios no procura explicarlas, sino que hace simples declaraciones de esas cosas y hechos; Cristo tiene una naturaleza humana y una naturaleza divina, y ambas son completas. No es escritural decir que Cristo es Dios y hombre; más bien, El es el Dios-hombre. Dos naturalezas, con una personalidad, una persona. Nosotros tratamos de que Juan 1:14 diga, “El Verbo se hizo hombre”; pero dice, “El Verbo se hizo carne.” Si hacemos que Cristo tenga 2 personalidades, entonces hacemos que la Deidad sea un cuarteto en vez de una Trinidad. D. Errores concernientes a las 2 naturalezas de Cristo. 1. Ebionetismo. Este error prevaleció durante el primer siglo de la era cristina. Este punto de vista niega la Deidad de Cristo. Establece que Cristo tuvo una relación con Dios el Padre después de su bautismo. 2. Corintianismo. Esto era popular durante los días del apóstol Juan. enfoque erróneo, Cristo no poseyó Deidad hasta que El fue bautizado.

Según este

3. Docetismo. Este fue un error en la iglesia en la segunda parte del segundo siglo. Sostenía que Cristo no tuvo un cuerpo humano. Que El tenía un cuerpo, un cuerpo celestial. El Docetismo negaba la humanidad de Cristo. Tal error es el “espíritu del anticristo” (I Juan 4:1-3). 4. Arrianismo. Este error negaba la naturaleza divina de Cristo. El Arrianismo sostenía que hubo un tiempo cuando el Hijo no existía, y que Dios engendró al Hijo después de El. Entonces negaban la preexistencia de Cristo.


5. Apolinarianismo. Este error sostenía que Cristo poseyó solo un cuerpo humano y que era incompleto. Ellos razonaron así: el pecado está en el alma de los hombres; Dios no tiene pecado; por lo tanto Cristo no tenia alma; y por lo tanto el tenía un cuerpo y era incompleto. 6. Nestorianismo. Ellos tomaron las 2 naturalezas de Cristo e hicieron 2 personas de ellas. Eso es, Dios vino y moró en un hombre perfecto; por lo tanto Dios estaba en Cristo, en vez de Cristo ser Dios. 7. Eutychianismo. Ellos tomaron las 2 naturalezas de Cristo, las pusieron juntas e hicieron una nueva naturaleza. 8. Monotelitismo. Este error consistía en pensar que Cristo tuvo 2 naturalezas, pero una sola voluntad. 9. Unitarianismo. Los unitarianos negaban la Trinidad. negaban la deidad de Cristo.

Y por consiguiente también

10. Ciencia Cristiana. Esta creencia niega la humanidad de Cristo. 11. Dawnismo Milenial. Jesucristo.

Esta creencia niega la existencia personal de nuestro Señor

IV. La muerte de Cristo. La cruz es una verdad fundamental en la revelada Palabra de Dios. Y cuando hablamos de la cruz, no hablamos simplemente del madero sino del sacrificio sobre el madero. Encontramos el emblema de Cristo y su crucifixión desde Génesis, y a través de todo el Antiguo Testamento. La razón principal por la que hubo un Belén es porque habría un Calvario. Nuestra Salvación depende de Cristo y su muerte en la cruz. A. El hecho de la muerte. 1. La anticipación del Antiguo Testamento. a. En topologías. (1) La túnica de pieles (Gen. 3:21). (2) El sacrificio de Abel (Gen. 4:4). (3) El ofrecimiento de Isaac (Gen. 22). (4) El Cordero de Pascuas (Ex. 12). (5) El sistema sacrificial levítico (Lev. 1:1 - 7:16). (6) La serpiente de bronce (Num. 21; Juan 3:14, 15). (7) El Cordero inmolado (Is. 53:6, 7; Juan 1:29). b. En predicciones. (1) La simiente de la mujer (Gen. 3:15). (2) La ofrenda por el pecado del Salmo 22. (3) El sacrificio vicario de Isaias 53. (4) El Mesías y el corte de su vida en Daniel 9:26. (5) El pastor herido de Zacarias 13:6, 7. 2. Revelación del Nuevo Testamento. a. En General. La tercera parte del libro de Mateo, mas de la tercera parte del libro de Marcos, una cuarta parte del libro de Lucas, y la mitad del libro de Juan tratan de la ultima semana de la vida terrenal de Cristo.


b. En Particular. (1) El corazón de Cristo se debía manifestar. (a) Su muerte. “Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida.” (Rom. 5:10). Ver también Filipenses 2:8; Hebreos 2:9, 14; Apocalipsis 5:6-12. (b) Su cruz. “pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura; ” (I Cor. 1:23). Ver también Galatas 3:1; 6:14; Efesios 2:16; Colosenses 1:20. (c) Su sangre. “porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados. (Mat. 26:28). Ver también Marcos 14:24; Efesios 1:7; Colosenses 1:14; I Juan 1:7; Hebreos 9:12, 25; Apocalipsis 1:5; 5:9. (2) Las 3 declaraciones concernientes a su muerte deben ser estudiadas. (a) Fue hecho pecado por nosotros. “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.” (II Cor. 5:21). (b) El Justo murió por los injustos. “Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu; ” (I Pedro 3:18). (c) Por nosotros fue hecho maldición. “Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero), ” (Gal. 3:13). B. La forma de la muerte. 1. Una muerte natural. Su muerte fue una muerte tal como la experimentada por los hombres. Tenia que ser una muerte natural, porque el era un hombre muriendo por todos los hombres. 2. Una muerte especial. Dios no puede morir, pero Dios tenía que morir si iba a llegar a ser el sustituto del hombre. Por lo tanto El se hizo una criatura que podía morir. De todos modos, El nunca se contaminó con el pecado. Los hombres mueren hoy por causa del pecado; pero El no tuvo pecado. Si no fuera por nuestros pecados, El nunca hubiera gustado la muerte. 3. Una muerte preternatural. La muerte de Cristo fue marcada y determinada de antemano. Incluso antes de la caída de Adán, Dios la tenia anticipada. Antes de que el hombre pecara, Dios ya había hecho su provisión para el calvario, porque Cristo es el Cordero inmolado “desde antes de la fundacion del mundo” (I Pedro 1:20). Fueron los pecados de los hombres cometidos antes del calvario quitados por la sangre de toros y machos cabrios? No! Todos los pecados, los cometidos antes y después de la cruz, fueron cargados sobre Cristo en el calvario (Rom. 3:25). 4. Una muerte sobrenatural. Aunque hemos dicho que su muerte fue una muerte natural, aun así fue distinta a la muerte de los demás hombres. “Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar. Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre.” (Juan 10:17, 18). Su muerte fue de su propia voluntad. El mismo entregó su vida; nadie se la quitó. Usualmente toma unos 2 días para un hombre morir por crucifixión, pero El murió en 6 horas. Mateo 27: 46 y 50 declara que El clamó a gran voz. Es probable que sus fuerzas todavía no le hubiesen abandonado. El dio su vida; nadie se la quitó. El inclinó su cabeza y murió; El fue majestuoso, aun sobre la cruz.


Vemos a Cristo sufriendo 2 muertes por nosotros: la primera, la separación de su alma y espíritu de su cuerpo; la segunda, su separación de Dios. Cristo sufrió esa segunda muerte primero, y la primera muerte después. “Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” (Mat. 27:46). Cristo, el mismo Hijo de Dios, estuvo dispuesto a sufrir terriblemente por varias horas para que el pecador no tuviese que sufrir por toda la eternidad. C. Teorías no escriturales concernientes a Su muerte. “Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; ” (I Cor. 15:3b). aquello que no se corresponde a esta Escritura es falso.

Todo

1. La muerte de Cristo fue la muerte de un mártir. Algunos piensan que El murió para mostrarnos lo digno que es morir por la verdad. ¿Como podemos los hijos de Dios abordar este argumento? Simplemente de la manera siguiente: ¿Por qué Cristo no lo dijo así? ¿Por qué Pablo no lo dijo así? ¿Por qué Pedro no lo dijo así? ¿Y por qué Lucas y Juan no lo dijeron así? Si Cristo hubiera simplemente muerto como un mártir, ¿por qué los apóstoles no hubieran dicho: “crean en la muerte de Esteban y serán salvos?, porque Esteban fue un mártir.” Si Cristo murió como un mártir, ¿por qué el Padre no lo acompañó en su muerte como El ha hecho con otros a través de los siglos? Cristo clamó, “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” 2. La muerte de Cristo fue accidental. Algunos críticos con esta declaración quieren decir que El fue victima de un atropello popular. Nosotros sabemos que esto no es cierto, porque el estaba consciente de su futura muerte. 7 veces en el Evangelio de Juan El habló acerca de “mi hora,” la cual estaba en el futuro, y se cumpliría en el calvario. El no necesitaba morir. Los clavos no retuvieron a Cristo a la cruz, sino su propia voluntad. “Si eres Hijo de Dios baja de la cruz,” clamaba aquella multitud; pero Cristo no vino del cielo para bajar de la cruz. 3. La muerte de Cristo fue un ejemplo moral. Esta teoría sostiene que un borracho tiene solamente que pensar en Cristo y mejorará. Para refutar esto preguntamos, “¿por qué su muerte no mejoró a aquellos que le crucificaron?” Si el ejemplo de Cristo es para mejorar al mundo, entonces el cristianismo es un gran error. ¿Por qué no miran a la cruz de Pedro?, pues el fue crucificado cabeza para abajo. Es que los hombres necesitan más que mejorar. 4. La muerte de Cristo fue una exhibición de la disconformidad de Dios con el pecado. En otras palabras, algunas personas creen que el descontento de Dios con el pecado es demostrado en la cruz en vez del infierno. Si lo anterior fuese cierto, ¿para qué la encarnación? ¿Por qué no crucificar a uno o más pecadores, en vez del mejor hombre que ha vivido? 5. La muerte de Cristo fue para mostrarle al hombre que Dios lo ama. Dios ama al hombre, y de hecho la cruz muestra su amor por él, pero la muerte de Cristo no fue solamente para mostrar el amor de Dios. 6. La muerte de Cristo fue la muerte de un criminal. ¿Puede ser posible que alguien sostenga esta teoría? La respuesta es “si.” Y refutamos esta teoría trayendo a la memoria que Pilato no halló en El falta alguna. Un estudio sincero y apropiado de los Evangelios, desacredita esta teoría. D. Nombres escriturales de la muerte de Cristo.


1. Expiación. Este es un concepto que viene del Antiguo Testamento y significa “cubrir, cobertura.” El único lugar donde encontramos “expiación” en el Nuevo Testamento es en alguna versión de Romanos 5:11, pero admitiendo que no es buena traducción; sino que debería traducirse “reconciliación.” 2. Sacrificio. “Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros. ” (I Cor. 5:7). Ver también Efesios 5:2; Hebreos 9:26; 10:12. 3. Ofrenda. “En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre. . . porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados. ” (Heb. 10:10, 14). 4. Rescate. “como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.” (Mat. 20:28). También I Pedro 1:18, 19; I Timoteo 2:5, 6. Hemos sido redimidos por el pago de un precio, el cual es la sangre de Jesucristo. 5. Propiciación. “Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.” (I Juan 2:2). Ver también I Juan 4:10; Romanos 3:25. En Hebreos 9:5 la palabra “propiciatorio” también se traduce “sitio de misericordia,” lo cual es correcto, porque en estas Escrituras también la palabra “propiciación” significa lo mismo. La Ley demandaba muerte por el pecado; por lo tanto, la sangre del sacrificio era colocada en el sitio de misericordia (Ex. 25:22; Lev. 16:13, 14), mostrando que la muerte había tomado su lugar. Dios miraba a ese sitio y veía sangre, vida, y quedaba satisfecho. Desde el calvario en adelante, Dios mira a ese sitio de misericordia, el cual es Cristo, y es satisfecha su demanda. Por lo tanto, la subsiguiente idea de la propiciación es “satisfacción.” 6. Reconciliación. "que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación.” (II Cor. 5:19). Ver también Colosenses 1:20. La palabra “reconciliación” significa causar, o afectar un cambio. Nunca en la Escritura significa que Dios se reconcilia. Es el hombre quien tiene que ser reconciliado; es el hombre quien necesita un cambio. 7. Sustitución. Esta no es una palabra escritural, pero ciertamente es una idea escritural. “Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.” (Is. 53:5, 6). Ver también I Pedro 3:18; II Corintios 5:1. 8. Testador. Un Testamento es una voluntad que va a entrar en efecto a la muerte del Testador. De modo que, nuestra herencia es aquella que recibiremos, la cual ha sido hecha posible por la muerte del Señor Jesús. “Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto, para que interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna. Porque donde hay testamento, es necesario que intervenga muerte del testador. Porque el testamento con la muerte se confirma; pues no es válido entre tanto que el testador vive. ” (Heb. 9:15-17). Ver también Colosenses 1:12-14; Efesios 1:1-7. E. Los objetivos de la muerte. 1. La manifestación del carácter divino. “Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas;. . . con la mira de manifestar


en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús; ” (Rom. 3:21, 26). 2. La vindicación de la Ley divina. La Ley es hasta la muerte. No hay misericordia en la Ley, solo justicia. La Ley condena al pecador a la muerte; Cristo toma el lugar del pecador; por lo tanto, Cristo pagó las demandas de la Ley. 3. El fundamento del perdón divino. Esta declaración permanece sin desafíos en el Nuevo Testamento. Hay un lineamiento esencial sobre el perdón, y ese es: aquel que perdona debe asumir sobre si mismo todo los errores que han sido cometidos. Por ejemplo, si una persona roba un dinero, y el culpable es hallado, pero es perdonado, ¿quien cubre las perdidas? Aquel que ha perdonado. F. La extensión de la muerte. 1. Aspectos generales. a. Su universalidad. Su muerte fue por todos los hombres, por aquellos que iban a creer y por aquellos que no iban a creer. “Pero vemos a aquel que fue hecho un poco menor que los ángeles, a Jesús, coronado de gloria y de honra, a causa del padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios gustase la muerte por todos. ” (Heb. 2:9). Ver también I Timoteo 2:6; 4:10; Tito 2:11; I Juan 2:2; II Pedro 3:9. b. Su limitación. La obra de Cristo sobre la cruz es condicionada, su eficiencia depende del arrepentimiento y la aceptación de Cristo por parte del pecador. “que por esto mismo trabajamos y sufrimos oprobios, porque esperamos en el Dios viviente, que es el Salvador de todos los hombres, mayormente de los que creen. ” (I Tim. 4:10). 2. Aspectos particulares. a. Cristo murió por los creyentes. “quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras. ” (Tito 2:14). Ver también Efesios 5:2; Galatas 2:20; I Timoteo 4:10. b. Cristo murió por la iglesia. “Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha. ” (Ef. 5:25-27). c. Cristo murió por los pecadores. “Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu; ” (I Pedro 3:18). Ver también I Timoteo 1:15; Romanos 5:10. d. Cristo murió por el mundo. “y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación; ” (Ap. 5:9). Ver también Juan 3:16; 1:9; I Juan 2:2. C. Los resultados de su muerte. 1. En relación al pecador. a. Proveyó un sustituto. “Pero vemos a aquel que fue hecho un poco menor que los ángeles, a Jesús, coronado de gloria y de honra, a causa del padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios gustase la muerte por todos. ” (Heb. 2:9).


b. Proveyó un rescate. "el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo. ” (I Tim. 2:6). c. Provee una propiciación. Por causa de la muerte de Cristo, Dios es “sitio de misericordia”, satisfecho. “Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo. ” (I Juan 2:2). d. Provee lo necesario para no imputar el pecado. “que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación. ” (II Cor. 5:19). e. Provee una atracción. “Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo. ” (Juan 12:32). f. Provee Salvación. “Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, ” (Tito 2: 11). g. Provee una invitación de Gracia. “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” (Juan 3:16). 2. En relación con el creyente. a. Reconciliación. “Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; ” (II Cor. 5:18). b. Redención. “en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia, ” (Ef. 1:7). Ver también Galatas 3:13. c. Justificación. “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; ” (Rom. 5:1). d. Exoneración. “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. ” (Rom. 8:1). e. Posesión. “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios. ” (I Cor. 6:19, 20). f. Santificación. “En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre. ” (Heb. 10:10). g. Perfección. “porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados. ” (Heb. 10:14). h. Admisión. “Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne, y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura.” (Heb. 10:19-22). i. Identificación. “Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron; ” (II Cor. 5:14). j. Liberación. “Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre. ” (Heb. 2:14, 15). k. Donación. “El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?” (Rom. 8:32). 3. En relación con Satanás. a. Para Destronarle. “Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera. ” (Juan 12:31). b. Para Despojarle. “Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, ” (Heb. 2:14). c. Para Vencerle. “el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, ” (Col. 1:13). Ver también Efesios 6:12.


4. En relación a todo el universo. “Por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud, y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz.” (Col. 1:19, 20). Algunos enseñan que Filipenses 2:9-11 habla de una salvación universal, pero no es así. Ese pasaje declara la verdad de la adoración universal. V. La Resurrección de Cristo A. La importancia de la resurrección. En la Biblia tenemos algunos relatos de personas que fueron traídas de vuelta a la vida. Estas personas, de todos modos, no fueron resucitadas, sino mas bien restauradas, porque ellos llegaron a morir otra vez. Pero nuestro Señor resucitó; habiendo muerto una vez por todas y habiendo sido resucitado de los muertos, El ahora vive y permanece para siempre. Su muerte fue necesaria, porque El fue hecho pecado por nosotros. 1. Su lugar en la Escritura. Hay como 13 o 14 referencias en el Nuevo Testamento concernientes a la ordenanza del bautismo, y unas pocas referentes a la Cena del Señor. Sin embargo, el hecho de Su resurrección es mencionado más de 100 veces. 2. Su parte en el testimonio Apostólico. “Y con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús, y abundante gracia era sobre todos ellos.” (Hechos 4:33). Ver también Hechos 2:32; 17:18; 23:6. 3. Su prominencia en el Evangelio. Si Cristo no resucitó no hay Evangelio. “Además os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual también recibisteis, en el cual también perseveráis; por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano. Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras; ” (I Cor. 15:1-4). 4. Su Prominencia en la Salvación (I Cor. 15:12-20). a. Primera Proposición. “Pero si se predica de Cristo que resucitó de los muertos, ¿cómo dicen algunos entre vosotros que no hay resurrección de muertos?” (versículo 12). b. Segunda Proposición. “Porque si no hay resurrección de muertos, tampoco Cristo resucitó.” (versículo 13). c. Tercera Proposición. “Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe.” (Versículo 14). Si Cristo no ha resucitado, el Cristianismo es un engaño. d. Cuarta Proposición. “Y somos hallados falsos testigos de Dios; porque hemos testificado de Dios que él resucitó a Cristo, al cual no resucitó, si en verdad los muertos no resucitan.” (versículo 15). Si Cristo no ha resucitado, cada predicador del Evangelio es un fraude. e. Quinta Proposición. “Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó; y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados.” (16 y 17). Si Cristo no ha resucitado, aun esta muerto, y por lo tanto no puede redimirnos. La Pena judicial pagada por cualquier crimen no es un caso cerrado hasta que aquel por quien ha sido pagada quede libre. Mientras Cristo estaba en la tumba, era como que la pena de nuestros pecados no había sido paga; pero su resurrección muestra que esa Pena ha sido pagada. Y, recuerde, esta Escritura fue escrita a aquellos que no estaban en sus pecados.


f. Sexta Proposición. “Entonces también los que durmieron en Cristo perecieron.” (versículo 18). En otras palabras, no habría esperanza para los que murieron creyendo en esto, si Cristo no hubiese resucitado de los muertos. g. Séptima Proposición. “Si en esta vida solamente esperamos en Cristo, somos los más dignos de conmiseración de todos los hombres.” (versículo 19). Si toda nuestra esperanza depende de la resurrección de Cristo, y si El no ha resucitado, nosotros seríamos entre los hombres los mas dignos de lastima. No podemos hacer nada más para asegurar la salvación, y si nuestro Salvador no ha resucitado, no tenemos Salvador. Mejor deberíamos mirar otra religión. h. Octava Proposición. “Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho.” (versículo 20). Alabado sea el Señor, El ha resucitado! El vive! Somos salvos por un Redentor viviente. Nosotros, de entre todos los hombres, somos los únicos pecadores que somos salvos. B. El significado de la Resurrección. Por Resurrección queremos decir resurrección corporal, no meramente una resurrección en espíritu. 1. Provisión de la Tumba. Guardias fueron colocados para asegurar que nadie se robase o tocase el cuerpo. “Entonces ellos fueron y aseguraron el sepulcro, sellando la piedra y poniendo la guardia.” (Mat. 27:66). 2. Reconocimiento de los Discípulos. “Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente. Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío!” (Juan 20:27, 28). 3. El testimonio de los Apóstoles. “A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos.” (Hechos 2:32). 4. Un testimonio del Señor mismo. “Y comenzó a enseñarles que le era necesario al Hijo del Hombre padecer mucho, y ser desechado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los escribas, y ser muerto, y resucitar después de tres días.” (Marcos 8:31). 5. El anuncio de nuestra Transformación. “Y comenzó a enseñarles que le era necesario al Hijo del Hombre padecer mucho, y ser desechado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los escribas, y ser muerto, y resucitar después de tres días.” (Fil. 3:20,21). C. Las teorías no escriturales concernientes a la Resurrección. 1. La teoría del cuerpo no sepultado. Algunos incrédulos sostienen que el cuerpo nunca fue sepultado en la tumba, que los cuerpos de los 2 ladrones, y Cristo, fueron arrojados a un montón de basura. De todas maneras, esto contradice las propias leyes judías: “Si alguno hubiere cometido algún crimen digno de muerte, y lo hiciereis morir, y lo colgareis en un madero, no dejaréis que su cuerpo pase la noche sobre el madero; sin falta lo enterrarás el mismo día, porque maldito por Dios es el colgado; y no contaminarás tu tierra que Jehová tu Dios te da por heredad.” (Deut. 21:22, 23). 2. La teoría de la tumba no vacía. Aquellos que sostienen esto dicen que su cuerpo aun esta allá en aquella tumba. Seguramente el sentido de lógica refutaría este argumento, porque si Cristo no hubiese resucitado, el diablo habría descubierto y dado a conocer su cuerpo durante tantos años.


3. La teoría del cuerpo trasladado. Esta es la teoría que propone que José de Arimatea movió o trasladó el cuerpo fuera de la tumba. Ante este argumento preguntamos, “Si movió el cuerpo, ¿por qué no movió también sus envestiduras?” Todos admitimos que si José removió el cuerpo, lo debería haber hecho en secreto. Si lo hizo en secreto, ¿por qué no hizo rodar la roca de nuevo sobre la entrada? 4. La teoría de que las mujeres se equivocaron. Esta teoría sostiene que las mujeres malinterpretaron lo que los hombres en el sepulcro habían dicho. Refutamos esto diciendo que la Palabra no declara eso, y la Palabra es la única autoridad y testimonio que tenemos. 5. La teoría del error deliberado. Esta teoría sostiene la idea de que Cristo no murió por completo, sino más bien que agonizó en la cruz y fue reanimado por el aire fresco de la tumba. Si ese fue el caso, ¿adonde fue? Seguramente, como El era objeto de interés popular, hubiera sido reconocido y abiertamente aceptado o rechazado. 6. La teoría del fraude. Esta teoría establece que los Apóstoles deliberadamente mintieron y engañaron a aquellos que le escucharon. No obstante, todos los Apóstoles, excepto Juan, murieron martirizados. ¿Por qué? A causa de su devoción a Cristo y Su resurrección. ¿Habría cada uno de ellos sacrificado sus vidas por una mentira tan grande? ¡Por supuesto que no! 7. La teoría del autoengaño. Esta especulación declara que los apóstoles tuvieron una ilusión; eso es que ellos pensaron que El resucitó de entre los muertos, se convencieron de eso, hasta llegar a creerlo. Sabemos, de la experiencia humana, que las ilusiones pronto se esfuman, y que despertamos a la realidad. Los Apóstoles no podrían haberse engañado a si mismos por mucho tiempo. 8. La teoría de la Alucinación. Esta idea supone que ellos pensaron que habían visto al Salvador resucitado, cuando meramente era una alucinación causada por sus nervios y aquellas fuertes emociones. ¿Puede usted imaginarse a Pedro con delirios, y a Tomas histérico? 9. La teoría de la recolección. Este punto de vista ve a los Apóstoles como histéricos huyendo a Samaria, y dice que mientras estuvieron solos en aquel lugar, ellos comenzaron a pensar que Jesús todavía estaba con ellos, y de allí viene la idea de que El resucito de entre los muertos. Las Escrituras, sin embargo, declaran que ellos permanecieron en Jerusalén a puertas cerradas hasta que El se reveló a ellos. 10. La teoría del malentendido. Este razonamiento admite que el salvador murió, pero dice que los Apóstoles predicaron la resurrección de su espíritu, y no la de su cuerpo; pero que de todas maneras, la gente lo tomó equivocadamente. La palabra “resurrección” nunca se conecta a un espíritu, sino mas bien con el cuerpo, porque el espíritu nunca muere. 11. La teoría de la visión espiritual. Esta suposición sostiene que los apóstoles vieron algo. Pero lo que vieron fue una visión mentirosa, no el Señor. El diablo los debe haber engañado. Pero, en realidad, si había algo que el diablo no quería que ellos creyeran, era precisamente la resurrección de Cristo, e incluso, una visión mentirosa de esa verdad. Cristo mismo disipó este argumento al declarar, después de Su resurrección, que “un espíritu no tiene carne ni huesos como veis que yo tengo.” 12. La teoría de los gemelos. Aquellos que ofrecen esta sugerencia dicen que Cristo tenia un hermano gemelo, y que 3 días después de haber sido crucificado y sepultado, Su


hermano gemelo se mostró, declarando que el era Cristo resucitado de los muertos. Ante eso preguntamos, “¿donde estuvo escondido este gemelo durante 33 años?” D. Las pruebas de la Resurrección. 1. La Tumba vacía. Los Evangelios declaran que la gente tenía 2 puntos de vista concernientes a su resurrección. Un grupo, dijeron que alguien había robado su cuerpo; el otro grupo decía que había sido resucitado por el poder divino. La tumba vacía prueba el segundo. Una guardia romana, compuesta de 60 hombres en 4 grupos de 15, fueron establecidos para vigilar la tumba. Cada grupo guardaba la tumba durante un periodo de 6 horas. La guardia fue ordenada para custodiar la tumba ante el probable robo del cuerpo de Cristo. Ahora, los enemigos no deseaban robar el cuerpo. Sabemos que los Apóstoles no lo robaron, ellos estaban atemorizados. Aun en su crucifixión ellos huyeron. Los soldados fueron pagados por los incrédulos para dar falso testimonio. No es acaso llamativo que los sacerdotes judíos no procesaran a los soldados, si el cuerpo verdaderamente había sido robado? Si los discípulos hubieran robado el cuerpo, ¿acaso los sacerdotes no les hubieran presionado hasta que ellos admitieran tal hecho? ¿Por qué ellos ni siquiera hicieron algo? Simplemente porque ellos no creían la historia de que lo habían robado. Era una tumba nueva, ningún cuerpo había estado antes en ella, y sin dudas y no hubo dudas de quién había resucitado de entre los muertos cuando la tumba quedó vacía. Estaba cavada en roca, sólida roca abajo, arriba, y a todos los costados. No había otra entrada. 2. Su envestidura mortal. En oriente los cuerpos de los muertos eran envueltos en sábanas con especias y ungüentos, desde la nuca hasta los pies, en manera similar a las usadas para las momias egipcias. La cabeza era envuelta por separado con sudario. Cuando todo el proceso se terminaba, el cuerpo quedaba firmemente envuelto. Cuando Pedro entró para examinar la tumba por dentro, el vio que ese envoltorio no había sido alterado, el cuerpo de Cristo había salido de la tumba sin desacomodar ni un simple lienzo. Pedro vio que la envestidura estaba sin desacomodar; las sábanas aparentaban estar como habían sido envueltas alrededor del cuerpo, pero no había cuerpo. Y respecto a la tumba, la roca no fue corrida para dejar salir a Cristo, ¡El ya estaba afuera! Al tiempo de salir de sus envestiduras mortales El también salió de la tumba. Si, El ya estaba afuera de la tumba momentos antes de que la piedra fuera corrida. Por un momento los guardias habían estado haciendo vigilancia sobre una tumba sellada, pero vacía. 3. Las apariciones de Cristo. En I Corintios 15:1-11 tenemos registrado el número de testigos que vio al Señor, al Salvador resucitado. Aparentemente este número no incluye a mujeres. El número de testigos registrados en la Palabra del Señor es mas de quinientos. Ciertamente, acorde a la jurisprudencia aceptable, hay suficiente evidencia de que El resucito de entre los muertos. 4. El carácter de Cristo. No hay mayor prueba en la contienda por su resurrección que Su carácter. Pensar que tan vergonzoso final vino sobre El, que era el Perfecto! Ciertamente, Dios en Su Justicia no dejaría al único hombre sin pecado permanecer en la tumba. 5. El Nuevo Testamento. Los 27 libros que componen el Nuevo Testamento son el efecto; la causa el Cristo resucitado. Sin la resurrección de Cristo, no hubiera habido ningún Nuevo Testamento. La muerte de Cristo había deprimido a los discípulos. La fe de ellos estaba destruida. Si Cristo no les hubiese aparecido de nuevo, ellos nunca hubieran escrito nada de El. La historia de su vida creció desde su resurrección.


6. La iglesia de los Apóstoles. Los Apóstoles comenzaron a predicar en Jerusalén solo unas 7 semanas después de su crucifixión. Justo allá en Jerusalén, donde Jesucristo había sido crucificado y sepultado, los Apóstoles declararon que Cristo había resucitado de entre los muertos. Si Cristo no había resucitado, los enemigos podrían haber presentado el cuerpo, porque ellos le habían crucificado y guardado. El silencio de los judíos fue una prueba de su resurrección tal y como los escritos de los discípulos. 7. Los discípulos transformados. La resurrección trajo una transformación sobre los discípulos. Antes, ellos habían visto a Cristo morir, y entonces su fe se había desmoronado. Dos de ellos dijeron, “Pero nosotros esperábamos que él era el que había de redimir a Israel” (Lucas 24:21) Palabras tristes, sin esperanza. Su fe entonces había muerto. Ellos se habían reunido juntos a puertas cerradas, atemorizados, temiendo por sus vidas, cuando el Señor les apareció. No fue fácil convencerlos de Su resurrección, aun pese a que estaba delante de ellos. Pero cuando ellos fueron convencidos, nada pudo alguna vez cambiarlos. ¿Y qué de aquel dubitativo Tomas? El no estaba presente en la primera aparición de Cristo ante sus discípulos, y, por lo tanto, el dudó. Y yo estoy contento de que Tomas haya dudado. Su incredulidad desapareció en la segunda aparición del Salvador; consecuentemente, todas nuestras dudas concernientes a la resurrección pueden ser removidas. 8. La conversión de Saulo. La iglesia nunca había tenido un enemigo más grande que Saulo de Tarso. El era un individuo muy bien conocido en el judaismo, perteneciente a la secta de los fariseos, que creía en la futura resurrección de los muertos, pero ciertamente no en la resurrección de Jesús. ¿Qué hizo cambiar a este terrible perseguidor de la iglesia en un grandioso predicador de Cristo? ¡La resurrección de Cristo! Desde aquel día camino a Damasco, el nunca más dudó de la resurrección. El sufrió a manos de sus propios compatriotas y en las cortes judiciales de extraños a causa de su fe en la resurrección de Cristo. 9. La experiencia cristiana. Desde que hemos nacido de nuevo, esperanza ha sido puesta en nuestros corazones de que nuestros pecados han sido quitados y nuestra futura resurrección nos ha sido asegurada. Esta esperanza solo podría ser garantizada por un Salvador resucitado. No somos salvos de nuestros pecados por una madre viviente, ni por un judío muerto, sino por un Señor resucitado. 10. El registro de los Evangelios. Los Evangelios fueron escritos o dictados por testigos de aquellos hechos: “testigos que Dios había ordenado de antemano, a nosotros que comimos y bebimos con él después que resucitó de los muertos.” (Hechos 10:41b). En una lectura de los Evangelios, notamos pequeños detalles, palabras y frases, que nos prueban cuan naturales y verdaderos fueron aquellos acontecimientos de la vida. E. Los resultados de la Resurrección. 1. En relación a Cristo mismo. a. Fue el sello de la aceptación del Padre. En otras palabras, el sacrificio de Cristo fue suficiente y aceptado por Dios. “Es el "Amén" de Dios al "consumado es" de su Hijo. b. Fue la marca del divino Hijo. Cristo fue “declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos, ” (Rom. 1:4). Al ser clavado en la cruz, El fue desamparado por Dios. Dios no habría de dejar desamparado a su Hijo; por lo tanto Dios lo resucitó de entre los muertos. c. Fue la demostración de su victoria.


(1) Sobre el diablo. Si el Diablo hubiera podido mantenerlo en la tumba, habría sido una victoria completa para Satanás. De todos modos, Cristo se levantó de entre los muertos, garantizando salvación para cada alma creyente. Ahora manda a cada creyente ponerse toda la armadura de Dios en función de resistir los embates del Diablo. Una pieza de esa armadura es el yelmo de la salvación. (2) Sobre la muerte. “Todavía un poco, y el mundo no me verá más; pero vosotros me veréis; porque yo vivo, vosotros también viviréis. En aquel día vosotros conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros.” (Juan 14:19, 20). Ver también II Timoteo 1:10. d. Fue la ilustración de la incorruptibilidad. El propósito y la gracia de Dios “ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio, ” (II Tim. 1:10). 2. En relación al creyente. a. Prueba su Justificación. “sino también con respecto a nosotros a quienes ha de ser contada, esto es, a los que creemos en el que levantó de los muertos a Jesús, Señor nuestro, el cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación. ” (Rom. 4:24, 25). b. Ilustra su Poder. Pablo oró para que Dios pudiese darle a los efesios “espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él, alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza, la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales, ” (Ef. 1:17, 18,19, 20). c. Provee un Sumo Sacerdote. “por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos. ” (Heb. 7:25). Ver también Romanos 8:34; Hebreos 3:1; 7:22. d. Nos hizo renacer a una esperanza viva. “Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros, ” (I Pedro 1:3,4). e. Garantiza nuestra resurrección. “sabiendo que el que resucitó al Señor Jesús, a nosotros también nos resucitará con Jesús, y nos presentará juntamente con vosotros. ” (II Cor. 4:14). Ver también I Corintios 15:22; I Tesalonicenses 4:14. 3. En relación al mundo. a. Da evidencia de su Verdad. Todo lo que dijo es sustentado por su resurrección, porque Dios no levantaría un mentiroso de entre los muertos, y además le declara ser Su Hijo. Su acto prueba Su favor. b. Da evidencia de la resurrección universal. “Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados. ” (I Cor. 15:22). c. Da evidencia de su Juicio al mundo. “Por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos.” (Hechos 17:31). VI. La ascensión y el entronamiento de Jesucristo. Su ascensión es un hecho histórico. Si se niega su resurrección, entonces su ascensión también debería negarse. Es difícil para algunas personas aceptar que un cuerpo glorificado está en la gloria celestial; pero, sin embargo, El está allá. A. El significado de la ascensión y el entronamiento del Señor.


1. De Su Ascensión. Es ese evento, después de su resurrección, en el cual El partió visiblemente desde la tierra al cielo. “Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos. Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo.” (Hechos 1:9-11). 2. De su entronamiento o exaltación. Este fue el acto de Dios por el cual le dio al resucitado y ascendido Señor, todo poder y gloria, sentándolo a la diestra del trono de Dios. “A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos. Así que, exaltado por la diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y oís. ” (Hechos 2:32, 33). “Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono. ” (Ap. 3:21). Cristo no está ahora sentado en su propio trono, sino en el trono de su Padre. B. El mensaje de la Ascensión y el Entronamiento. 1. En Profecía. a. Testimonio del Salmista. “Porque no dejarás mi alma en el Seol, Ni permitirás que tu santo vea corrupción. Me mostrarás la senda de la vida; En tu presencia hay plenitud de gozo; Delicias a tu diestra para siempre.” (Sal.16:10, 11). Ver también Salmo 68:18; 110:4, 5. b. Testimonio del Salvador. “¿Pues qué, si viereis al Hijo del Hombre subir adonde estaba primero?” (Juan 6:62). Ver también Juan 16:28. c. Testimonio de Lucas. “Cuando se cumplió el tiempo en que él había de ser recibido arriba, afirmó su rostro para ir a Jerusalén.” (Lucas 9:51). 2. En la Historia. a. Testimonio de Marcos. “Y el Señor, después que les habló, fue recibido arriba en el cielo, y se sentó a la diestra de Dios.” (Marcos 16:19). b. Testimonio de Lucas. “Y aconteció que bendiciéndolos, se separó de ellos, y fue llevado arriba al cielo.” (Lucas 24:51). Ver también Hechos 1:9-11. c. Testimonio de Esteban. “Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús que estaba a la diestra de Dios, y dijo: He aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre que está a la diestra de Dios.” (Hechos 7:55, 56). d. Testimonio de Pedro. “quien habiendo subido al cielo está a la diestra de Dios; y a él están sujetos ángeles, autoridades y potestades.” (I Pedro 3:22). Ver también Hechos 3:15, 20, 21; 5:30, 31. e. Testimonio de Pablo. “¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.” (Rom. 8:34). Ver también Efesios 1:20, 21; 4:8-10; Colosenses 3:1; I Timoteo 3:16. f. Testimonio de Juan. Todo el capitulo uno de Apocalipsis declara el testimonio de Juan respecto al ascendido y entronado Señor Jesucristo. C. La naturaleza de la Ascensión y el Entronamiento de Jesucristo. 1. El ascendió corporalmente y visiblemente. Lucas escribió: “En el primer tratado, oh Teófilo, hablé acerca de todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar, hasta el día en que fue recibido arriba, después de haber dado mandamientos por el Espíritu Santo a los apóstoles que había escogido; ” (Hechos 1:1, 2). Ver también Hechos 1:9-11.


2. El traspasó los cielos. “Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión.” (Heb. 4:14). 3. El fue hecho más sublime que los cielos. Esto significa que El fue hecho más alto que todos los seres creados en los cielos. “Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos.” (Heb. 7:26). 4. Se sentó a la diestra de Dios. “Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es que tenemos tal sumo sacerdote, el cual se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos, ” (Heb. 8:1). Ver también Efesios 1:20; Colosenses 3:1. D. La necesidad de la Ascensión y el Entronamiento de Cristo. 1. Para demostrar que su obra estaba completa. “A éste, Dios ha exaltado con su diestra por Príncipe y Salvador, para dar a Israel arrepentimiento y perdón de pecados. (Hehos 5:31). El dijo, “He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad; quita lo primero, para establecer esto último. En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre.” (Heb. 10: 9, 10). En el tabernáculo aquí en la tierra no había sillas, y eso significaba que ese sistema nunca completaría la obra aquí en la tierra. El entró en el cielo y se sentó, y eso declara que la obra de la redención fue un hecho terminado. 2. Para facilitar la adoración humana. “Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.” (Juan 4:23, 24). 3. Para el envío del Espíritu Santo. “Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré.” (Juan 16:7). 4. Para constituirse como Cabeza de la iglesia. “y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo. ” (Ef. 1:22, 23). E. El propósito de la Ascensión y el Entronamiento. 1. El entró en el cielo como nuestro Precursor. “donde Jesús entró por nosotros como precursor, hecho sumo sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec.” (Heb. 6:20). Otra idea para la palabra es la de un príncipe líder, alguien a quien siguen los demás. El Señor Jesús nos precedió; le seguiremos para estar con El. 2. El entró al cielo como un repartidor de despojos de batalla. “Por lo cual dice: Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad, Y dio dones a los hombres. . . Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, ” (Ef. 4:8, 11). 3. El fue al cielo para preparar lugar. “En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.” (Juan 14:2, 3). F. Los resultados de la Ascensión y el Entronamiento.


1. Nos da un Intercesor ante Dios. “Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios; ” (Heb. 9:24). Ver tambien Hebreos 7:25. 2. Nos da acceso a Dios. “Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión. Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.” (Heb. 4:14-16). 3. Nos da habilidad para el servicio. “De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre.” (Juan 14:12). “Mayores obras” no significa sanidades, milagros o lenguas, sino el esparcir el Evangelio de salvación. Por ejemplo, Pedro habló, y 3000 se convirtieron; y habló otra vez, y 5000 se convirtieron. 4. Nos da confianza en la Providencia de Dios. “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.” (Rom. 8:28). 5. Nos da una posición celestial. "y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, ” (Ef. 2:6). Capítulo 3 Neumatología - La Doctrina del Espíritu Santo Neumatología I. La Personalidad del Espíritu Santo. A. Propiedad Personal. B. Pronombres Personales. C. Hechos Personales. D. Reacciones Personales. E. Relaciones Personales. F. Designaciones Personales. II. La Deidad del Espíritu Santo. A. El es identificado como Dios en el Antiguo Testamento. B. El es llamado Dios. C. El posee atributos Divinos. D. El hace las obras de Dios. E. El ejercita la Soberanía de Dios. F. El debe ser reconocido como Dios. G. Debemos depender de El como Dios. H. Podemos llegar a pecar contra El, Dios. III. La obra del Espíritu Santo. A. En el Antiguo Testamento. B. En el Nuevo Testamento. Capítulo 3 Neumatología


Neumatología deriva de la palabra griega pneuma, que significa espíritu, viento, o aliento. Por lo tanto, Neumatología es la doctrina del Espíritu, o aliento de Dios: la doctrina del Espíritu Santo. La doctrina del Espíritu Santo es en realidad una doctrina bíblica. La Biblia es la única fuente de la que podemos tomar información segura concerniente a El. Solo la fe cristiana tiene al Espíritu Santo. Mientras estudiamos la doctrina del Espíritu Santo, mantengamos en mente que Cristo es el centro de este libro, el gran tema de toda la revelación. Si no ponemos a cada uno en su lugar, tendremos confusión. El Espíritu Santo no puede desplazar al Hijo de Dios. El Espíritu Santo no viene a hablar de si mismo, sino de Cristo. Alguien que hable continuamente del Espíritu y omita al Hijo muestra evidencias de que realmente no tiene al Espíritu. I. La Personalidad del Espíritu Santo. Primero una palabra de precaución: No llames al Espíritu Santo “algo.” A veces confundimos personalidad con visibilidad. Personalidad no es atributo de un cuerpo; es atributo de un espíritu. En un sentido, usted mismo nunca ha sido visto; porque usted no es un cuerpo, sino un espíritu en un cuerpo. A. Propiedad Personal. 1. El posee Inteligencia. “Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu; ” (I Cor. 12:8). Ver también Isaías 11:2, 3; Nehemías 9:20; I Pedro 1:11; II Pedro 1:21; I Corintios 2:10, 11. 2. El posee una Voluntad. “Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere.” (I Cor. 12:11). 3. El posee Poder. “Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo. . . con potencia de señales y prodigios, en el poder del Espíritu de Dios; de manera que desde Jerusalén, y por los alrededores hasta Ilírico, todo lo he llenado del evangelio de Cristo.” (Rom. 15:13, 19). Ver también Zacarías 4:6; Isaías 11:2; Efesios 3:16. 4. El posee Conocimiento. “las que Dios ha preparado para los que le aman. Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido, ” (I Cor. 2:10-12). 5. El posee Amor. “Pero os ruego, hermanos, por nuestro Señor Jesucristo y por el amor del Espíritu, que me ayudéis orando por mí a Dios, ” (Rom. 15:30). B. Pronombres Personales. El Nombre Personal del Espíritu Santo es desconocido. El titulo “Espíritu Santo” es una designación, lo que El es; no es Su Nombre. El silencio de las Escrituras respecto a Su Nombre Personal es muy significativo. El oculta su propio nombre, para que el nombre del Señor Jesucristo sea exaltado. El título “Espíritu Santo” es un sustantivo neutro en


griego, pero cuando un pronombre se usa en su lugar, siempre se usa pronombre masculino. “Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros. . . Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.” (Juan 14:16, 17, 26). Ver también Juan 16:7, 8, 13-15; Romanos 8:16, 26. C. Hechos Personales. ¿Por qué nosotros actuamos como seres humanos? Porque lo somos. Espíritu Santo actúa como un persona? Porque es una Persona.

¿Por qué el

1. El habla. “Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado.” (Hechos 13:2). 2. El Intercede. “Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.” (Rom. 8:26). 3. El testifica. “Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí.” (Juan 15:26). 4. El da mandatos. “Y atravesando Frigia y la provincia de Galacia, les fue prohibido por el Espíritu Santo hablar la palabra en Asia; y cuando llegaron a Misia, intentaron ir a Bitinia, pero el Espíritu no se lo permitió.” (Hechos 16:6, 7). 5. El supervisa. “Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre.” (Hechos 20:28). 6. El guía. “Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir.” (Juan 16:13). 7. El enseña. “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.” (Juan 14:26). D. Reacciones Personales. Es notable que ciertos hechos que pueden ser cometidos contra el Espíritu solo pueden ser cometidos contra una persona. El Espíritu tiene sentimientos. 1. El puede ser contristado. “Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.” (Ef. 4:30). 2. Puede ser enojado. “Mas ellos fueron rebeldes, e hicieron enojar su santo espíritu; por lo cual se les volvió enemigo, y él mismo peleó contra ellos.” (Is. 63:10). 3. Puede ser tentado. “Y Pedro le dijo: ¿Por qué convinisteis en tentar al Espíritu del Señor? He aquí a la puerta los pies de los que han sepultado a tu marido, y te sacarán a ti.” (Hechos 5:9).


4. Puede ser resistido. “¡Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos! Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros.” (Hechos 7:51). 5. Puede ser blasfemado. “pero cualquiera que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tiene jamás perdón, sino que es reo de juicio eterno. Porque ellos habían dicho: Tiene espíritu inmundo.” (Marcos 3:29, 30). E. Relaciones Personales. 1. Con el Padre. “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; ” (Mat. 28:19). 2. Con Cristo. “El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber.” (Juan 16:14). 3. Con los cristianos. “Porque ha parecido bien al Espíritu Santo, y a nosotros, no imponeros ninguna carga más que estas cosas necesarias: ” (Hechos 15:28). F. Designaciones Personales. 1. El nombre Paracleto. Esta es una palabra griega que significa uno llamado al lado para ayudar. “Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí.” (Juan 15:26). 2. Otras especificaciones. a. Espíritu de la promesa. “En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, ” (Ef. 1:13). b. Espíritu de Poder. “Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor de Jehová.” (Is. 11:2). c. Espíritu de verdad. “Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.” (Juan 14:16, 17). II. La Deidad del Espiritu Santo. El es una Persona Divina. El es Dios! El es coigual, coeterno, coexistente con el Padre y con el Hijo. De todos modos, El es designado como la tercera persona de la Trinidad. En nuestras propias vidas, puede haber personas que son iguales en estado, pero son subordinados en posición. Lo mismo sucede con el Espíritu Santo. Como un ser, El es igual al Padre y al Hijo, pero en posición El es subordinado al Padre y le da precedencia al Hijo. Tomen nota: No hay celos en la Deidad. A. El es identificado como Deidad en el Antiguo Testamento. Jesús del Nuevo Testamento es Jehová del Antiguo Testamento; el Espíritu Santo del Nuevo Testamento es Jehová del Antiguo Testamento. “Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo.” (Jer. 31:33). “porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados. Y nos atestigua lo mismo el Espíritu Santo; porque después de haber dicho: Este es el pacto


que haré con ellos Después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en sus corazones, Y en sus mentes las escribiré,” (Heb. 10:14, 15, 16). B. A El se lo llama Dios. 1. En Hechos 5:3, 4. "Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad? Reteniéndola, ¿no se te quedaba a ti? y vendida, ¿no estaba en tu poder? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a los hombres, sino a Dios." Ananias y Safira murieron instantáneamente por haber mentido al Espíritu Santo. Ellos mintieron en el tiempo de la consagración. Ellos no cayeron bajo juicio por no dar de su dinero, sino porque aseguraron que lo habían dado todo. Ellos mintieron a la iglesia pero aun más, mintieron al Espíritu Santo. 2. En I Corintios 3:16. “¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?” Nosotros somos el templo de Dios porque el Espíritu mora en nosotros. 3. En II Corintios 3:17. Señor, allí hay libertad.”

“Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del

C. El posee atributos divinos 1. Omnipotencia. “Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios.” (Lucas 1:35). 2. Omnisciencia. “Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios.” (I Cor. 2:10). Ver también Lucas 2:25-32. 3. Omnipresencia. “¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, allí estás tú; Y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás. Si tomare las alas del alba Y habitare en el extremo del mar, Aun allí me guiará tu mano, Y me asirá tu diestra.” (Sal. 139:7-10). 4. Eternidad. “¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?” (Heb. 9:14). 5. Amor. “Pero os ruego, hermanos, por nuestro Señor Jesucristo y por el amor del Espíritu, que me ayudéis orando por mí a Dios, ” (Rom. 15:30). 6. Santidad. “Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.” (Ef. 4:30). D. El lleva a cabo las obras de Dios. 1. Creación. “En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.” (Gen. 1:1,2). “Envías tu Espíritu, son creados, Y renuevas la faz de la tierra.” (Sal. 104:30). “El espíritu de Dios me hizo, y el soplo del Omnipotente me dio vida.” (Job 33:4).


2. Regeneración. “Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. . . Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo. El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu.” (Juan 3:3,5-8). 3. Resurrección. “Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros.” (Rom. 8:11). 4. Transformación. “Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está muerto a causa del pecado, mas el espíritu vive a causa de la justicia.” (Rom. 8:10). 5. Salvación. “Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.” (I Cor. 6:11). E. El ejerce la Soberanía de Dios. “Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere.” (I Cor. 12:11). Ver también Zacarías 4:6. F. El es reconocido como Dios. 1. En la Gran Comisión. “Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.” (Mat.28:18-20). 2. En Bendición Apostólica. “La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén.” (II Cor. 13:14). 3. Por designación escritural. iglesias.” (Ap. 3:22).

“El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las

4. En la administración de la iglesia. “Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo.” (I Cor. 12:4-6). G. De El debemos depender como de Dios. “Pero cuando os trajeren para entregaros, no os preocupéis por lo que habéis de decir, ni lo penséis, sino lo que os fuere dado en aquella hora, eso hablad; porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu Santo.” (Marcos 13:11). Ver también Romanos 8:26. H. Podemos pecar contra El como contra Dios. “Y dijo Pedro: Ananás, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad? Reteniéndola, ¿no se te quedaba a ti? y vendida, ¿no estaba en tu poder? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a los hombres, sino a Dios.” (Hechos 5:3-4).


III. La obra del Espíritu Santo. A. En el Antiguo Testamento. Alguien ha dicho que el Espíritu Santo es mencionado 88 veces en el Antiguo Testamento. Sin embargo, la enseñanza de Espíritu Santo no es tan clara en el Antiguo Testamento como lo es en el Nuevo Testamento. 1. Sus manifestaciones. a. Viniendo sobre los hombres. “y alzando sus ojos, vio a Israel alojado por sus tribus; y el Espíritu de Dios vino sobre él.” (Num. 24:2). “Y el Espíritu de Jehová vino sobre Jefté; y pasó por Galaad y Manasés, y de allí pasó a Mizpa de Galaad, y de Mizpa de Galaad pasó a los hijos de Amón.” (Jueces. 11:29). Ver también Jueces 3:10; 14:6. b. Como vestiduras de hombres. “Entonces el Espíritu de Jehová vino sobre Gedeón (lo revistió), y cuando éste tocó el cuerno, los abiezeritas se reunieron con él.” (Jue. 6:34). Ver también II Crónicas 24:20. c. Como derramado sobre los hombres. “Sobre la tierra de mi pueblo subirán espinos y cardos, y aun sobre todas las casas en que hay alegría en la ciudad de alegría. . . hasta que sobre nosotros sea derramado el Espíritu de lo alto, y el desierto se convierta en campo fértil, y el campo fértil sea estimado por bosque.” (Is. 32: 13, 15). d. Como llenando hombres. “y lo he llenado del Espíritu de Dios, en sabiduría y en inteligencia, en ciencia y en todo arte, ” (Ex. 31:3). Ver también Miqueas 3:8. e. Como reposando sobre hombres. “Entonces Jehová descendió en la nube, y le habló; y tomó del espíritu que estaba en él, y lo puso en los setenta varones ancianos; y cuando posó sobre ellos el espíritu, profetizaron, y no cesaron.” (Num. 11:25). Ver también Números 11:26; Isaías 11:2. El Espíritu Santo nunca es representado como morando entonces en el creyente. Espíritu Santo los llenaba, pero nunca hacia su morada en ellos.

El

Ningún santo del Antiguo Testamento fue jamás bautizado con el Espíritu Santo. Ese bautismo inicial vino en Pentecostés de Hechos 2, cincuenta días después que Cristo se había levantado de entre los muertos. 2. Su ministración. a. En relación a la creación. (1) Generación. (a) De los cielos y de la tierra. “Por la palabra de Jehová fueron hechos los cielos, Y todo el ejército de ellos por el aliento de su boca. El junta como montón las aguas del mar; El pone en depósitos los abismos. Tema a Jehová toda la tierra; Teman delante de él todos los habitantes del mundo. Porque él dijo, y fue hecho; El mandó, y existió.” (Sal. 33:6-9). Ver también Job 26:13. (b) De los animales. “¡Cuán innumerables son tus obras, oh Jehová! Hiciste todas ellas con sabiduría; La tierra está llena de tus beneficios . . . Envías tu Espíritu, son creados, Y renuevas la faz de la tierra.” (Sal. 104: 24, 30). (c) Del hombre. “El espíritu de Dios me hizo, Y el soplo del Omnipotente me dio vida.” (Job 33:4). Ver también Génesis 1:26, 27; 2:7. (2) Regeneración. (a) De la tierra. “y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.” (Gen. 1:2b). (b) Del hombre caído. “Y me dijo: Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre, y di al espíritu: Así ha dicho Jehová el Señor: Espíritu, ven de los cuatro vientos, y sopla sobre estos muertos, y vivirán. Y profeticé como me había mandado, y entró espíritu en ellos, y vivieron, y estuvieron sobre sus pies; un ejército grande en extremo.” (Ezeq. 37:9, 10). Ver también Isaías 55:3.


(3) Preservación. “Envías tu Espíritu, son creados, Y renuevas la faz de la tierra.” (Sal.104:30). b. En relación a Satanás. Desde el principio el Espíritu Santo ha sido el antagonista de Satanás. “Y dijo Jehová: No contenderá mi espíritu con el hombre para siempre, porque ciertamente él es carne; mas serán sus días ciento veinte años.” (Gen. 6:3). c. En relación a Israel. (1) Sus padres (Abraham, Isaac, y Jacob etc.). “y dijo Faraón a sus siervos: ¿Acaso hallaremos a otro hombre como éste, en quien esté el espíritu de Dios?” (Gen. 41:38). (2) Sus fundadores (Moisés y sus ayudantes). “Entonces Jehová dijo a Moisés: Reúneme setenta varones de los ancianos de Israel, que tú sabes que son ancianos del pueblo y sus principales; y tráelos a la puerta del tabernáculo de reunión, y esperen allí contigo. Y yo descenderé y hablaré allí contigo, y tomaré del espíritu que está en ti, y pondré en ellos; y llevarán contigo la carga del pueblo, y no la llevarás tú solo.” (Num.11:16, 17). Ver también Números 27:18, 19; Deuteronomio 34:9; Nehemías 9:20. (3) Sus Jueces. “Y el Espíritu de Jehová vino sobre él, y juzgó a Israel, y salió a batalla” (Jue. 3: l0a). (4) Sus reyes. Saul: “Al oír Saúl estas palabras, el Espíritu de Dios vino sobre él con poder; y él se encendió en ira en gran manera.” (I Sam.11:6). Ver también I Samuel 6:14. David: “Y Samuel tomó el cuerno del aceite, y lo ungió en medio de sus hermanos; y desde aquel día en adelante el Espíritu de Jehová vino sobre David. Se levantó luego Samuel, y se volvió a Ramá.” (I Sam.16:1:3). Ver también Salmos 51:11, 12; 143:10. (5) Sus sacerdotes. “Entonces el Espíritu de Dios vino sobre Zacarías, hijo del sacerdote Joiada; y puesto en pie, donde estaba más alto que el pueblo, les dijo: ” (II Cron. 24:20a). (6) Sus profetas. “pusieron su corazón como diamante, para no oír la ley ni las palabras que Jehová de los ejércitos enviaba por su Espíritu, por medio de los profetas primeros; vino, por tanto, gran enojo de parte de Jehová de los ejércitos.” (Zac. 7:12). Ver también Nehemías 9:30; Ezequiel 2:2; Daniel 5:1-14; Miqueas 3:8. (7) Su santuario. (a) El Tabernáculo. Nada fue dejado a la sabiduría humana; no fue hecho por la habilidad humana. “y lo ha llenado del Espíritu de Dios, en sabiduría, en inteligencia, en ciencia y en todo arte, ” (Ex. 35:31). Ver también Éxodo 28:3; 31:1-5. (b) El Templo, “Y David dio a Salomón su hijo el plano del pórtico del templo y sus casas, sus tesorerías, sus aposentos, sus cámaras y la casa del propiciatorio. Asimismo el plano de todas las cosas que tenía en mente para los atrios de la casa de Jehová, para todas las cámaras alrededor, para las tesorerías de la casa de Dios, y para las tesorerías de las cosas santificadas.” (I Cron.28:11, 12). d. En relación al Mesías. “El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel; a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados;” (Is. 61:1, 2). Ver también Isaías 11:2. e. En relación al milenio. “Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones. Y también sobre los siervos y sobre las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días.” (Joel 2:28, 29). “y después” significa después de la restauración de Israel. Ver también Ezequiel 36:25-28 37:14. f. En relación a la inspiración. “Estas son las palabras postreras de David. Dijo David hijo de Isaí, Dijo aquel varón que fue levantado en alto, El ungido del Dios de Jacob, El dulce cantor de Israel: El Espíritu de Jehová ha hablado por mí, Y su


palabra ha estado en mi lengua.” (II Sam. 23:1, 2). Ver también Números 24:2; Hechos 1:16; 4:25; I Pedro 1:10-12; II Pedro 1:21; II Timoteo 3:16, 17. B. En el Nuevo Testamento. 1. El Espíritu Santo y Cristo. a. En referencia a su obra en la antigua dispensación. (1) En la predicación. “Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu; en el cual también fue y predicó a los espíritus encarcelados, los que en otro tiempo desobedecieron, cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé, mientras se preparaba el arca, en la cual pocas personas, es decir, ocho, fueron salvadas por agua.” (I Pedro 3:18-20), Este pasaje de las Escrituras ha sido usado por distintas sectas, para enseñar que Dios da al hombre una segunda oportunidad después de la muerte. Ellos interpretan esta porción de las Escrituras como entendiendo que Cristo, entre su crucifixión y su resurrección, fue al Hades y ofreció salvación a los muertos impíos. Si ellos entonces creían en El, ellos serian salvos. Sabemos que ese enfoque no es verdadero, porque, “está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio, ” (Heb. 9:27). No hay una segunda oportunidad. La correcta interpretación es que Cristo, por el Espíritu Santo en Noe, predico el evangelio a las personas, avisándoles acerca del juicio sobre el mundo. Ellos rechazaron el mensaje; ellos murieron en el diluvio; por eso, sus espíritus están ahora esperando por la resurrección y el juicio. (2) En Profecía. “Los profetas que profetizaron de la gracia destinada a vosotros, inquirieron y diligentemente indagaron acerca de esta salvación, escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo, y las glorias que vendrían tras ellos.” (I Pedro1:10, 11). (3) En Tipos. El Tabernáculo es un tipo de Cristo. Todo en él revela al Salvador, y fue el Espíritu Santo quien capacitó a los hombres para edificar el Tabernáculo. “Mira, yo he llamado por nombre a Bezaleel hijo de Uri, hijo de Hur, de la tribu de Judá; y lo he llenado del Espíritu de Dios, en sabiduría y en inteligencia, en ciencia y en todo arte, para inventar diseños, para trabajar en oro, en plata y en bronce, y en artificio de piedras para engastarlas, y en artificio de madera; para trabajar en toda clase de labor. Y he aquí que yo he puesto con él a Aholiab hijo de Ahisamac, de la tribu de Dan; y he puesto sabiduría en el ánimo de todo sabio de corazón, para que hagan todo lo que te he mandado;” (Ex. 31:2-6). b. Referencias a Su Obra en Su manifestación terrenal. (1) El nacimiento de Cristo. “Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios.” (Lucas 1:35). Nunca en las Escrituras encontramos que Jesús es declarado ser Hijo del Espíritu. El Santo Ser era Hijo de Dios. (2) El Bautismo de Cristo. “Aconteció que cuando todo el pueblo se bautizaba, también Jesús fue bautizado; y orando, el cielo se abrió, y descendió el Espíritu Santo sobre él en forma corporal, como paloma, y vino una voz del cielo que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia.” (Lucas 3:21, 22). Ver también Marcos 1:10, 11; Juan 1:32, 34. (3) La tentación de Cristo. “Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y fue llevado por el Espíritu al desierto” (Lucas 4:1, 2a). Ver también Mateo 4:1; Marcos 1:12. (4) El ungimiento de Cristo. “cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.” (Hechos 10:38). Ver también Lucas 4:16-21. (5) La enseñanza de Cristo. “Porque el que Dios envió, las palabras de Dios habla; pues Dios no da el Espíritu por medida.” (Juan 3:34).


(6) Los milagros de Cristo. “Pero si yo por el Espíritu de Dios echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el reino de Dios.” (Mat. 12:28). (7) La Vida de Cristo. “Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y fue llevado por el Espíritu al desierto” (Lucas 4:1). Ver también Lucas 10:21; Hebreos 9:14. (8) La muerte de Cristo. “¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo? ” (Heb. 9:14). (9) La resurrección de Cristo. “Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros.” (Rom. 8:11). (10) Los mandamientos de Cristo previos a su ascensión. Lucas nos dice lo que escribió en su primer libro: “En el primer tratado, oh Teófilo, hablé acerca de todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar, hasta el día en que fue recibido arriba, después de haber dado mandamientos por el Espíritu Santo a los apóstoles que había escogido; ” (Hechos 1:1,2). Ver también Hechos 1:8. c. En referencia a su obra durante este tiempo. (1) El glorifica a Cristo. “El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber.” (Juan 16:14). (2) El testifica de Cristo. “El Dios de nuestros padres levantó a Jesús, a quien vosotros matasteis colgándole en un madero. A éste, Dios ha exaltado con su diestra por Príncipe y Salvador, para dar a Israel arrepentimiento y perdón de pecados. Y nosotros somos testigos suyos de estas cosas, y también el Espíritu Santo, el cual ha dado Dios a los que le obedecen.” (Hechos 5:30-32). (3) El entrona a Cristo. “Por tanto, os hago saber que nadie que hable por el Espíritu de Dios llama anatema a Jesús; y nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo.” (I Cor. 12:3). 2. El Espíritu Santo y la Palabra. a. Convicción. “Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. De pecado, por cuanto no creen en mí; de justicia, por cuanto voy al Padre, y no me veréis más; y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado.” (Juan 16:8-11). (1) De pecado. No es el trabajo del Espíritu Santo convencer al mundo de asesinato, adulterio, etc; la ley del país hace eso. El Espíritu Santo convence al mundo de incredulidad: “De pecado, por cuanto no creen en mí; ” (Juan 16:9). Muchas veces tomamos la palabra “convencer” en el sentido de sentirse culpable; pero ese no es su significado aquí. El pecador ya ha sido hallado culpable de pecado— incredulidad — ya sea que lo sienta o no. Si, el pecador ya ha sido convicto, condenado, y espera ser sentenciado. “El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios...la ira de Dios está sobre él.” (Juan 3:18, 36c). El Gran Trono Blanco no será el lugar para determinar la culpabilidad del pecador, sino el lugar para sentenciarlo al grado de castigo que merece. (2) De Justicia. ¿De qué manera el Espíritu Convence al mundo de justicia? El Espíritu Santo no convence al mundo de justicia por la que este tiene, sino que convence al mundo apuntando a donde la justicia está: en Cristo: “Por cuanto voy al Padre” (Juan 16:10). (3) De juicio. Si el mundo rechaza a Cristo, nada le queda sino el juicio. “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.” (Hechos 4:12). La concepción del mundo respecto al juicio futuro es confusa. El hombre tiene una falsa idea tras otra. Pero más allá, estas creencias universales, aunque equivocadas, son prueba suficiente de cuando el hombre deba dar cuenta de sí mismo ante Dios. La Biblia es la única fuente segura del Juicio del Gran Trono Blanco. b. Regeneración. “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.” (II Cor. 5:17). Ver también Juan 3:5.


El hombre puede bajar la medida, pensando que puede llegar a ser hijo de Dios de otra manera, pero Dios no lo avala. El todavía requiere que debes nacer de nuevo. c. Refrenando la maldad en el mundo “ Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad; sólo que hay quien al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio.” (II Tes. 2:7). La iniquidad total uno de estos días será encabezada por un solo hombre, el anticristo. Pero todavía hay una persona en el mundo que impide la manifestación completa del pecado; y esa persona es el Espíritu Santo. Durante la gran tribulación, cuando el anticristo sea revelado, el Espíritu Santo dará un paso al costado, quitando su mano que detenía la manifestación del hombre de pecado, permitiendo que él lleve al mundo a la más completa degradación. 3. El Espíritu Santo y la iglesia. Ver Efesios 1:22, 23; 2:12-16; 3:4-16. a. El Espíritu Santo constituye la iglesia. El bautismo del Espíritu Santo es la operación por la cual la iglesia es constituida. “Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu.” (I Cor. 12:13). Hay 7 referencias al Bautismo del Espíritu Santo. Cinco son proféticas (Mat. 3:11; Mar.1:8; Lucas 3:16; Juan 1:33; Hechos 1:5); una histórica (Hechos 11:16); y una didáctica (I Cor. 12:13). En las 5 referencias proféticas, encontramos que 2 se refieren al bautismo con Espíritu Santo y fuego. El bautismo del Espíritu Santo y el de fuego, no son lo mismo. El bautismo del Espíritu Santo habla de la formación de la iglesia, mientras que el bautismo de fuego habla de juicio. Mateo 3:11 y Lucas 3:16 son esos pasajes que hablan de bautismo de fuego. Las 5 referencias proféticas apuntan al futuro; el pasaje histórico mira hacia atrás; por tanto, el bautismo del Espíritu vino entre ambos. Eso es Pentecostés El bautismo del Espíritu Santo no fue esa envestidura de poder que capacitó a los apóstoles para hacer milagros, porque ellos hicieron milagros antes de ser bautizados por el Espíritu. La iglesia es un organismo, no una organización, y el bautismo del Espíritu Santo es ese acto de Dios por el cual une a los creyentes en ese organismo. Dondequiera que las palabras “bautismo del Espíritu” son usadas, son siempre aplicadas colectivamente, a un grupo, nunca a un individuo. ¿Cuándo fuimos nosotros y los corintios (I Cor. 12:13) bautizados con el Espíritu? En Pentecostés, una vez para siempre. Cuando uno recibe a Cristo, es sellado en Cristo con el Espíritu. “En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, ” (Ef. 1:13). Y recibe el bautismo del Espíritu Santo en ese mismo momento. En cuanto a Dios le concierne, hubo un solo Calvario, y hubo un solo Pentecostés. El pecador, de todos modos, se debe apropiar del calvario por fe, y debe reconocer Pentecostés por fe, para hacer de ambos una realidad para su propia alma. Esto toma lugar inmediatamente al aceptar al Señor Jesucristo como Salvador. Nos gustaría dar una explicación del siguiente versículo: “un Señor, una fe, un bautismo, ” (Ef. 4:5). No habla aquí del bautismo del Espirita, sino de bautismo por agua. El versícula anterior explica el bautismo del Espirita: “un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación; ” (E. 4:4). Ese "un cuerpo" es constituido por el bautismo del Espíritu Santo. Pentecostés siempre llega 50 días después de la fiesta de las primicias. La fiesta de las primicias es un tipo de la resurrección de Cristo. El segundo capitulo de Hechos registra lo que aconteció a aquellos 120 discípulos en el aposento alto. El Espíritu Santo no vino a ellos en respuesta a sus oraciones, porque todas sus oraciones y ayunos no habrían apresurado su venida. El vino en tiempo señalado. Es inconcebible pensar que el


Espíritu viniese 49 o 51 días después de su resurrección. después de la resurrección.

El vino a tiempo, 50 días

El Espíritu Santo hubiera venido aun si ellos no hubieran orado. Ellos habrían sido bautizados y habitados por el Espíritu aunque no hubiesen orado, pero no hubieran recibido poder; no hubieran sido llenos del Espíritu si ellos no hubiesen orado. La fiesta de pascuas fue cumplida en el sacrificio de la cruz. Cristo nunca volverá a morir otra vez. La fiesta de Pentecostés se cumplió en el bautismo del Espíritu, y no habrá otro Pentecostés. Nunca más habrá un recumplimiento de la pascua y el sacrificio del cordero, y nunca más habrá un recumplimiento de Pentecostés. La fiesta original de Pentecostés fue también conocida como la fiesta de las semanas, cuando la cosecha era recogida. En Levítico 23:22 leemos: "Cuando segareis la mies de vuestra tierra, no segaréis hasta el último rincón de ella, ni espigarás tu siega; para el pobre y para el extranjero la dejarás. Yo Jehová vuestro Dios.” De modo que, vemos que la cosecha era para 3 clases de personas: 1. Israel en general. 2. Los pobres. 3. Los extranjeros. Estos 3 recibían bendiciones de la cosecha. El bautismo del Espíritu, el cual fue el cumplimiento de la fiesta de la cosecha (semanas), fue para 3 clases de personas: 1. Israel. En Jerusalén (Hechos 2:37, 39). 2. Samaritanos (los pobres). En Samaria (Hechos 8:9-17). 3. Gentiles (extranjeros). En Cesarea (Hechos 10:34-44). El siguiente es el proceso por el cual las 3 clases de personas recibieron el Espíritu Santo: 1. Los judíos en Jerusalén. (a) Por la fe en Cristo. (b) Se bautizaron en agua. (c) Y entonces recibieron el Espíritu Santo. 2. Los Samaritanos en Samaria. (a) Por la fe en Cristo. (b) Se bautizaron en agua. (c) Les impusieron las manos. (d) Y entonces recibieron el Espíritu Santo. 3. Los Gentiles en Cesarea. (a) Por la fe en Cristo. (b) Y entonces recibieron el Espíritu Santo. (c) Entonces se bautizaron en agua. Hay 2 operaciones del Espíritu en el día de Pentecostés. No deben confundirse. Las 2 operaciones fueron “bautismo” y “llenura.” Los creyentes fueron bautizados con el Espíritu en Pentecostés, pese a que la palabra “bautismo” no aparece en Hechos 2. Sabemos que el bautismo ocurrió entonces, por las palabras habladas por el Señor Jesucristo justo antes de su ascenso. “Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días.” (Hechos 1:5).


Hay algunos que creen que hablar en lenguas fue una señal del bautismo del Espíritu, pero si miramos detenidamente, observamos que ellos hablaban en lenguas a causa de que fueron llenos del Espíritu. Pedro declaró, “Mas esto es lo dicho por el profeta Joel: Y en los postreros días, dice Dios, Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, Y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; Vuestros jóvenes verán visiones, Y vuestros ancianos soñarán sueños; Y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días Derramaré de mi Espíritu, y profetizarán.” (Hechos 2:16-18). ¿Qué es “Mas esto es? ¿El evento? ¿El hecho de hablar en lenguas? No. “Esto” es una cita de Joel, y yo lo estoy citando. Pedro estaba dando a Joel como un ejemplo, porque El, Dios, que hará suceder aquellas cosas que ha anunciado Joel, ha hecho que sucedieran estas cosas de las cuales ustedes son testigos. b. El Espíritu mora en la iglesia. “¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?” (I Cor. 3:16). c. El Espíritu edifica la iglesia. “en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu.” (Ef. 2:22). d. El Espíritu administra la iglesia. (1) El nombra los ministros. “Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre.” (Hechos 20:28). Ver también Hechos 6:3, 5, 10. (2) El dirige la obra. “Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado.” (Hechos 13:2). Ver también Hechos 29; 10:19; 16:7. 4. El Espíritu Santo y el cristiano. a. Comenzando por el Espíritu. “¡Oh gálatas insensatos! ¿Quién os fascinó para no obedecer a la verdad, a vosotros ante cuyos ojos Jesucristo fue ya presentado claramente entre vosotros como crucificado? Esto solo quiero saber de vosotros: ¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír con fe? ¿Tan necios sois? ¿Habiendo comenzado por el Espíritu, ahora vais a acabar por la carne?" (Gal. 3:1-3). Llegamos a ser cristianos por la operación de Dios. Una nueva vida es impartida por el Espíritu Santo. Es un nuevo nacimiento: “Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo.” (Juan 3:6, 7). Dios no tiene comunión con personas no regeneradas hasta que el hombre recibe una nueva naturaleza de parte de El. b. Morada del Espíritu. “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?” (I Cor. 6:19). ¿Qué certeza tiene el cristiano de tener la morada del Espíritu? Por sentimientos? Por algún gran éxtasis? No, ¡por la Palabra de Dios! El Espíritu mora en el creyente cuando la persona entra en concordancia con lo que Cristo ha hecho, cuando acepta a Cristo Jesús por fe. La prueba de la morada del Espíritu no se basa en sentimientos, porque los sentimientos de una persona pueden cambiar de un día para el otro. La obra de Cristo en el calvario nunca cambia. “En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado.” (Juan 7:37-39). Esta porción de la Palabra de Dios plenamente establece que los discípulos todavía no habían recibido el Espíritu Santo, pero que lo recibirían en el futuro, y eso sucedió en Pentecostés. Otro pasaje revela que los discípulos todavía no habían recibido la morada del Espíritu Santo: “mora con vosotros, y estará en vosotros.” (Juan 14: 17c). Antes de Pentecostés, el Espíritu estaba con ellos; después de


Pentecostés, el Espíritu estaría en ellos. Ningún creyente de este tiempo debe orar como David: “No me eches de delante de ti, Y no quites de mí tu Santo Espíritu.” (Sal. 51:11), porque David no tenia la morada del Espíritu Santo. Y cada cristiano sí lo tiene. “Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él.” (Rom. 8:9). Otra Escritura que también ha confundido a los hijos de Dios es Lucas 11 13: “Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?” Algunos proponen que nosotros debemos pedir el Espíritu Santo a fin de tenerlo; pero recuerda, esto fue dicho antes de Pentecostés. No hallamos ningún texto en la Escritura, después de Pentecostés, que diga que nosotros debemos pedir el Espíritu. ¿Hubiera dado el Padre el Espíritu a los discípulos antes de Pentecostés si ellos se lo hubiesen pedido? El Señor Jesús dijo que lo hubiera hecho, pero la realidad histórica es que ellos no se lo pidieron. La ultima Escritura que vamos a considerar tocante al tema de la morada del Espíritu es Juan 20:22: “Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo.” Muchos dicen que en ese momento los discípulos recibieron la morada del Espíritu Santo, en vez de en Pentecostés. Sabemos, de todas maneras, que ellos no recibieron el Espíritu Santo en aquel momento, porque a ellos se les dio el mandamiento de: “que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí. Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días.” (Hechos 1:4, 5). Ahora, si ellos ya hubiesen recibido el Espíritu Santo, ¿por qué ellos habrían de esperar para recibirlo? c. El sello del Espíritu Santo. ‘En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, ” (Ef. 1:13). “El sello” es usado muchas veces en la Escritura. (1) El que sella. El que sella es Dios el Padre. “Y el que nos confirma con vosotros en Cristo, y el que nos ungió, es Dios, el cual también nos ha sellado, y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros corazones.” (II Cor. 1:21, 22). (2) Los sellados. Hay 2 que son sellados por el Padre: el Hijo y los creyentes. “Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a éste señaló Dios el Padre.” (Juan 6:27). “Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.” (Ef. 4:30). El Hijo fue sellado por causa de lo que El es. Nosotros somos sellados por causa de Cristo y nuestra posición en El. El momento en que el creyente es sellado es cuando acepta a Cristo como su Salvador: “En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, ” (Ef. 1:13). (3) El sello. El Espíritu Santo mismo es el sello. El sello no se asegura a través de alguna experiencia emocional, sino a través de creer en Cristo: “En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, ” (Ef. 1:13). (4) Significado. (a) El sello significa propiedad. Si fuimos sellados tenemos el sello de propiedad de Dios sobre nosotros. “Pero el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: Conoce el Señor a los que son suyos; y: Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo." (II Tim. 2:19). (b) El sello significa identificación. Es nuestra identificación para el futuro. “En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria.” (Ef. 1:13, 14).


(c) El sello significa seguridad. En Apocalipsis 7:4-8 habrá 144,000 sellados. Además Satanás será sellado y encarcelado en el abismo durante el milenio (Ap.20:3). El libro de Apocalipsis capitulo 5 tiene 7 sellos que ningún ser humano común podrá abrir (Ap. 6-8). Nosotros, los creyentes, somos sellados hasta el tiempo de nuestra redención (Ef. 1:13, 14). (d) El sello significa transacción finalizada. “Y escribí la carta y la sellé, y la hice certificar con testigos, y pesé el dinero en balanza.” (Jer. 32: 10). El sello del Espíritu Santo es aquella evidencia legal que testifica el hecho de que hemos entrado dentro de la obra terminada de Cristo. (e) El sello significa que es algo genuino. “Y recibió la circuncisión como señal, como sello de la justicia de la fe que tuvo estando aún incircunciso; para que fuese padre de todos los creyentes no circuncidados, a fin de que también a ellos la fe les sea contada por justicia; ” (Rom. 4:11). Ver también Ester 3:12. (f) El sello significa que algo es inintercambiable. “Escribid, pues, vosotros a los judíos como bien os pareciere, en nombre del rey, y selladlo con el anillo del rey; porque un edicto que se escribe en nombre del rey, y se sella con el anillo del rey, no puede ser revocado.” (Est. 8:8). (g) El sello significa valor. “¿No tengo yo esto guardado conmigo, Sellado en mis tesoros?” (Deut. 32:34). (h) El sello significa impresión. El sello siempre deja su impresión en la cera. Si estamos sellados con el Espíritu, Su impresión estará sobre nosotros. “Ella muda luego de aspecto como barro bajo el sello, Y viene a estar como con vestidura;” (Job 38:14). “siendo manifiesto que sois carta de Cristo expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón.” (II Cor. 3:3). d. Las arras del Espíritu. “[el cual también nos ha sellado, y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros corazones.” (II Cor. 1:22). Ver también II Corintios 5:5; Efesios 1:13, 14. “Arras” es un emblema que habla del futuro. Es una parte del pago por algo que se terminará de pagar en una fecha futura. Cuando el dinero de arras es pagado por una propiedad, ambas partes se comprometen. Cuando Dios puso su arras en nosotros, El se comprometió por todo tiempo y eternidad. El Espíritu Santo es las Arras de Dios, el anticipo del pago de Dios por nuestra salvación. El creyente al presente no tiene todas las cosas que sabe habrá de recibir. Hay algo pendiente. De hecho, esto agita nuestra imaginación. Si el Espíritu Santo es solo parte de lo que hemos de recibir, y El es Dios, y Dios es todo, ¿qué ha de ser el resto? Si el dinero de anticipo ha sido colocado por una propiedad, y el comprador fallase en completar la transacción, El perdería su dinero de anticipo. Dios nos ha dado el anticipo, el Espíritu Santo. Si fallara El en completar nuestra salvación, El perdería su anticipo; pero sabemos que eso es imposible. Por tanto, es una garantía de nuestra eterna salvación. (1) Ilustraciones de Arras. (a) Los presentes para Rebeca (Gen. 24). Estos presentes fueron el anticipo de lo que después vendría. (b) Los frutos de Cannan (Num. 13). Los frutos fueron el anticipo de lo que había sido prometido, una prueba de la herencia que habría de llegar. (c) Los dones de Booz (Rut 2). Los granos de cereal dejados para Rut, y solo para Rut, fueron un anticipo de lo que Booz tenía para ofrecer en matrimonio. (d) Los primeros frutos (Lev. 23). Esta ofrenda para Dios era el anticipo del hombre que iba a dar su diezmo para Dios. (2) El dador de las arras. ¡Dios es el dador! “Y el que nos confirma con vosotros en Cristo, y el que nos ungió, es Dios, el cual también nos ha sellado, y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros corazones.” (Il Cor.1:21,22).


(3) Descripción de las arras. El Espíritu Santo es las arras: “y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros corazones.” (II Cor. 1:22b). (4) El lugar de las arras. Ese lugar es nuestro corazón: “ las arras del Espíritu en nuestros corazones” (II Cor.1:22b). (5) La garantía de las arras. (a) Garantiza nuestra resurrección “y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo.” (Rom. 8:2.3). (b) Garantiza nuestra herencia. “Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados.” (Rom. 8:17). (c) Garantiza nuestra gloria. “Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad, a lo cual os llamó mediante nuestro evangelio, para alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo.” (lI Tes. 2:13. 14). e. Llenura del Espíritu. “fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.” (Hechos 2:4). Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios.” (Hechos 4:31). “No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu, ” (Ef. 5:18). La llenura del Espíritu tiene que ver con la vida y obra del cristiano, que es llenado de poder para hacer lo que le manda el Señor. (1) ¿Qué? Hay muchas opiniones en cuanto al significado de la “llenura” del Espíritu. Algunos creen que esto sucede cuando la persona nace de nuevo. El creyente recibe el Espíritu Santo en su conversión pero no la llenura del Espíritu; es la regeneración del Espíritu (Tito 3:5). Otros proponen que la “llenura" del Espíritu es la experiencia por la cual [el creyente] recibe al Espíritu Santo algún tiempo después de haber sido salvo. ”Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él.” (Rom. 8:9). La “llenura” del Espíritu puede confundir a muchos a causa de la palabra “llenura.” Ellos piensan en una llenura material, como un vaso lleno con agua. El Espíritu, de todas maneras, no es algo material, sino una persona. Es verdad que un vaso a medio llenar puede ser completado con más agua, pero es imposible para el creyente, quien ya tiene el Espíritu, tener mas de El. Uno no puede tener más de Dios, sino que Dios puede tener más de uno. Ahora, el creyente ya tiene el Espíritu, no obstante es llamado a ser “lleno” de El. El Espíritu Santo ya mora en el creyente; ha sido sellado con el Espíritu; ha sido bautizado con el Espíritu, y ha sido regenerado por el Espíritu; y aun así es llamado a ser “llenado” con el Espíritu. ¿Qué es entonces la “llenura" del Espíritu? Una mejor palabra para pensar en la “llenura” es ser “controlado por” el Espíritu. Así que, el cristiano es amonestado a ser controlado por, ser poseído por, ser dominado por el Espíritu. Ahora sabemos el significado pleno de la expresión, “No es cuanto tiene uno del Espíritu Santo, sino cuanto tiene el Espíritu Santo de uno.” (2) ¿Cómo? ¿Es segura esta experiencia a través de la búsqueda y a través de la oración? No hay ningún pasaje en la Palabra donde una persona haya orado por la llenura del Espíritu y la haya recibido. Todo es por sometimiento al Señor. Cuando nos sometemos El, nuestra voluntad muere, y su voluntad es la voluntad de nuestras vidas; nuestras ambiciones caen como cenizas a sus pies. Alguien puede preguntar, ¿“qué es sometimiento”? Es el acto por el cual el creyente se coloca a si mismo sobre el altar de Dios: “Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante.” (Ef. 5:2). Esa ofrenda de olor


fragante era un sacrificio continuo la cual nunca llegaba a faltar, porque cuando uno se consumía, otro cordero era puesto en su lugar, uno en la mañana y otro en la tarde. Esa era la única manera en que podía ser una ofrenda continua un sacrificio continuo. Esta ofrenda encendida nunca fue instituida como ofrenda por el pecado, sino más bien como una ofrenda de alabanza. El cristiano es exhortado a entregarse a si mismo como sacrifico vivo, una ofrenda encendida continua, mostrando nuestras alabanzas a El que nos llamó de las tinieblas a su luz admirable (I Pedro 2:9). (3) ¿Cuándo? ¿Cuándo el Espíritu lo lleva a cabo? ¿Cuándo El controla al creyente? Al instante en que el creyente se somete, ¡cuando se rinde completamente! ¿Hay cierto número de pasos que uno debería tomar en función de rendirse al Señor? No. ¿Cuáles son los requerimientos entonces para ese sometimiento? Una completa sujeción a la voluntad de Dios! Para alguno puede ser morir a su propio ego; para otro, obediencia al llamado de Dios; aun para otros, el renunciar a pecados conocidos, etc. Sea lo que sea necesario para someterse a la voluntad de Dios, ¡ése es el requerimiento! (4) ¿Por qué? ¿Debería el creyente alguna vez hacer esta pregunta? ¿Hay una necesidad de llenura del Espíritu? Respondemos: “sí” a ambas preguntas. Algunos creyentes no entienden que existe realmente algo como la “llenura” del Espíritu, y por lo tanto ellos viven sin poder. Además del mandato de Dios a ser “llenos” del Espíritu, entendemos que esta “llenura” es un mandato para tener poder en el servicio y en la vida, no por ganancia egoísta, sino para la gloria de nuestro Señor Jesucristo y para ganar los perdidos para El. (5) ¿Qué entonces? Un resumen de aquellos que han sido verdaderamente “llenos” del Espíritu revela estos resultados: (a) Ellos reproducirán a Cristo en sus vidas. (b) Ellos convencerán al mundo. (c) Ellos amarán la Palabra. (d) Ellos serán llenos de poder. (e) Ellos serán llenos de vida. Contraste entre Bautismo y llenura. Bautismo del Espiritu Llenura del Espiritu 1. Tiene que ver con el cuerpo, la iglesia. 1. Tiene que ver con el individuo. 2. Bautismo es externo. 2. Llenura es interno 3. Cada creyente es bautizado con el Espíritu 3. Un creyente puede o no ser llenado con el Espíritu 4. Ningún creyente es exhortado jamás a ser bautizado con el Espíritu 4. Todo creyente es exhortado a ser lleno del Espíritu 5. Es una obra inicial al momento de la salvación 5. Un creyente puede ser llenado aun años después del momento de su salvación. 6. El creyente es bautizado una sola vez. 6. El creyente puede ser lleno muchas veces 7. Ningún creyente fue jamás bautizado antes de Pentecostés. El bautismo coloca al creyente en el cuerpo 7. Algunos creyentes fueron llenos antes de Pentecostés. La llenura es esencial para el servicio. f. El fruto del Espíritu Santo. “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.” (Gal. 5:22, 23). El fruto del Espíritu Santo es el verdadero carácter cristiano. Observe que la palabra “fruto” es singular. La vida de nuestro Señor es el más grande ejemplo del fruto del Espíritu. El fruto siempre procede de la vida misma. Cuando llega el tiempo de Navidad vemos adornos


colgando de los arbolitos, sabemos que son artificiales. Pero en los árboles naturales, los frutos son naturales. De la misma manera hay muchas religiones sociales que solo dan frutos figurativos y artificiales. Ellos pretenden dar frutos, pero no tienen vida en si mismos, no tienen Espíritu; por lo tanto, ellos tienen forma externa de piedad pero no tienen poder interior. Un manzano no hace obras para producir manzanas; simplemente las produce naturalmente. Lo mismo pasa con el cristiano. No procura el fruto del Espíritu como de su propia labor, sino que simplemente lo genera. (1) Fruto en relación a si mismo como individuo: amor; gozo; paz. (2) Fruto en relación a los demás hombres: paciencia, benignidad, bondad. (3) Fruto en relación a Dios. fe; mansedumbre; templanza. g. Caminando en el Espíritu. “Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne.” (Gal. 5:16). El Espíritu hará que andemos. Un viejo ejemplo son las ropas: la persona que va dentro hace que las vestiduras caminen. La responsabilidad de las vestiduras es colgar sobre la persona y vestirla. No deberíamos tener una voluntad propia, sino como esa ropa, solo la deberíamos cubrir, vestir. Donde el Espíritu vaya, vamos. La voluntad del Espíritu debe ser nuestra voluntad. h. La renovación en el Espíritu. “nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo,” (Tito 3:5). i. Fortalecimiento en el Espíritu. Pablo oraba que Dios pudiese fortalecer a los efesios, "conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu; ” (Ef. 3:16). j. Sembrando para el Espíritu. “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna.” (Gal. 6:7, 8). Este pasaje no fue escrito para los no salvos, sino para cristianos. El cristiano puede sembrar para la carne, eso es, vivir en pecado; de todos modos, el tiempo de la cosecha vendrá. k. Guiados por el Espíritu. “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.” (Rom. 8:14). Algunos interpretan esto como “aquellos que consultan al Espíritu en las decisiones de la vida están seguros de que son hijos de Dios.” Ahora, pese a que es una bendición buscar y encontrar del Espíritu Santo Su voluntad en nuestras decisiones, parece que este pasaje no se refiere a eso. La guía del Espíritu parece que hace referencia a la conducción de los cristianos en su camino hacia la gloria. 1. Santificación en el Espíritu. “elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sean multiplicadas.” (I Pedro 1:2). m. La suministración del Espíritu. “Porque sé que por vuestra oración y la suministración del Espíritu de Jesucristo, esto resultará en mi liberación, ” (Fil. 1:19). n. Los dones del Espíritu Santo. (1) La enumeración de los dones. “No quiero, hermanos, que ignoréis acerca de los dones espirituales,...Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu; a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu. A otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas. Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere.” (I Cor. 12:1, 8-11). (2) El otorgamiento de los dones. La primera cosa que debemos establecer es que los dones no son dados al hombre por sus deseos ni por sus oraciones, sino de acuerdo a la voluntad del Espíritu, dotando a cada persona como El quiere. La segunda cosa a la que debemos prestar atención es que los dones fueron dados en función de sustentar las demandas de Cristo y sus discípulos, que Jesucristo fue verdaderamente el Hijo de Dios, que la dispensación de la Ley había llegado a su fin, y que la dispensación de la gracia había comenzado. “¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan


grande? La cual, habiendo sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron, testificando Dios juntamente con ellos, con señales y prodigios y diversos milagros y repartimientos del Espíritu Santo según su voluntad. (Heb.2:3, 4). Ciertamente había una necesidad de parte de Dios de verificar esta nueva enseñanza que había comenzado con el Señor mismo para aquellas personas que habían estado bajo las tradiciones de la Ley por alrededor de 14 siglos, e iba a ser difícil para ellos comprender que Dios había terminado con el Antiguo Testamento y había dado lugar al Nuevo. Además, ningún libro del Nuevo Testamento había sido escrito todavía. Finalmente, enfatizamos el hecho de que ningún creyente recibe todos los dones. “Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas, lo tercero maestros, luego los que hacen milagros, después los que sanan, los que ayudan, los que administran, los que tienen don de lenguas. ¿Son todos apóstoles? ¿son todos profetas? ¿todos maestros? ¿hacen todos milagros? ¿Tienen todos dones de sanidad? ¿hablan todos lenguas? ¿interpretan todos? (I Cor. 12:28-30) La respuesta es no. (3) La utilización de los dones. ¿Cómo deben ser usados estos dones? El capitulo 13 de Primera Corintios declara plenamente que todos debemos ser motivados por amor. Pablo, por inspiración del Espíritu Santo, declara que si tuviese todos los dones, y no tuviera amor, no seria nada; su vida seria infructífera, y sus recompensas nulas. Alguien puede preguntar, “¿Es el don de lenguas para hoy en día?” “¿Acaso no dice la Biblia, no impidáis hablar en lenguas?” Trataremos este tema mas a pleno en la próxima sección; de todos modos, algo debemos decir acerca de eso aquí. 1 Corintios 14:39 dice claramente: “Así que, hermanos, procurad profetizar, y no impidáis el hablar lenguas.” Pero si usamos capitulo 14 como permiso para hablar en lenguas, entonces los que hablan en lenguas deben ser gobernados por el mismo capitulo sobre el uso de ese don. Entonces, ¿debería una persona hablar en lenguas en una reunión de iglesia? Ciertamente, pero si lo hace conforme a 1 Corintios 14. “Si habla alguno en lengua extraña, sea esto por dos, o a lo más tres, y por turno; y uno interprete. Y si no hay intérprete, calle en la iglesia, y hable para sí mismo y para Dios.” (I Cor. 14:27, 28). Toda vez que el don de lenguas sea ejercido, solo 2 o a lo sumo 3, pueden hablar en la reunión. Esta regla eliminará mucho del movimiento de hablar en lenguas. Hablarán por turnos y uno sólo a la vez. Esto eliminará aun más del movimiento de hablar en lenguas. Y luego las Escrituras dicen que si no hay intérprete, debe callar. Mas aun se eliminaría del hablar en lenguas. Finalmente dice: “vuestras mujeres callen en las congregaciones; porque no les es permitido hablar, sino que estén sujetas, como también la ley lo dice.” (I Cor. 14:34). Y esto prácticamente le pone un fin al movimiento de hablar en lenguas, porque la mayoría de aquellos que lo practican son mujeres. Muchos pueden rebelarse contra estos pasajes, diciendo que esto no significa “lenguas.” Si esto no significa “lenguas,” entendemos que dice silencio, y eso incluye lenguas, cuando dice que las mujeres guarden silencio en las iglesias. Esto, no obstante, hace referencias solo a lenguas, porque otras porciones del mismo libro de primera corintios aceptan a la mujer hablando y orando en la iglesia. “Pero toda mujer que ora o profetiza con la cabeza descubierta, afrenta su cabeza; porque lo mismo es que si se hubiese rapado.” (I Cor. 11:5). “Profetizar” significa “proclamar”; eso es, una mujer puede proclamar la Palabra de Dios en la Escuela Dominical, y en otros ámbitos. (4) La restricción de los dones. ¿ Puede ser posible que Dios restrinja muchos de sus dones a los creyentes de hoy en día, los cuales dio al principio? No solo es posible, sino también una certeza. En capitulo 13 de I Corintios, el Espíritu Santo dice, “El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará. Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos; mas cuando venga lo perfecto, entonces lo que es en parte se acabará.” (versiculos 8-10). Recuerda, I Corintios 13 está hablando sobre “dones” del Espíritu, y cuando dice las profecías se acabarán, no


significa que algunas de las profecías antes anunciadas por hombres de Dios, registradas en la Biblia, dejarían de cumplirse. Significa que el don de profecía un día dejarla de operar. Cuando dice que las “lenguas cesarán,” no significa que en algún momento futuro toda lengua iba a silenciarse, sino que el don de lengua dejaría de operar. Y cuando dice que “la ciencia acabará,” no significa que llegaría un momento cuando el conocimiento o la ciencia no existirían más, sino que el don de ciencia dejaría de operar. ¿Pero cuándo los dones de profecía, lenguas y ciencia cesarían? Cuando “viniese lo perfecto.” Creo que no está hablando de la segunda venida de Cristo, sino mas bien de cuando la completa revelación de la Palabra de Dios sea dada. ¿Tenemos hoy esa completa revelación de Dios? Si, cuando el apóstol Juan escribió, “La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén.” (Ap. 22:21), la plena revelación de Dios fue completada, había llegado lo perfecto. Por lo tanto, puesto que tenemos la revelación completa, los dones de profecía, lenguas, y ciencia han cesado. Ya no son para hoy. Volviendo a Efesios 4:11 leemos, “Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros.” Observe en esta posterior revelación que no aparecen en la lista los dones milagrosos, como sí aparecen en I Corintios 12, 13 y 14. Ya no hay más necesidad de los dones milagrosos, porque ahora tenemos la plena y completa revelación de Dios. El hijo de Dios es más bendecido por tener la completa revelación de Dios que si tuviera todos los dones milagrosos. La demanda es hecha por algunos que dicen que nosotros necesitamos esos dones como señales de la llenura del Espíritu. Es cierto que Dios dio estos dones de milagros por señales; pero no de la llenura del Espíritu, sino para la confirmación del apostolado de Pablo (II Cor. 12:12); para la confirmación del envió de Pablo a los gentiles (Rom. 15:18, 19); para la confirmación de la salvación a través de la persona de Jesucristo (Heb. 2:3, 4); y para la confirmación de la palabra (Marcos16:20). ¿Necesitamos esos dones hoy para confirmar la palabra, el evangelio, y el apostolado de Pablo? No. 2000 años de historia de la iglesia los confirman. (5) La permanencia de los dones. “Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor.” (I Cor. 13:13). Cada cristiano posee estos 3 dones. El, controlado por el Espíritu Santo, puede utilizarlos. o. Testimonio del Espíritu “El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.” (Rom. 8:16). La Ley establece que por la boca de dos o tres testigos será declarada la verdad. Eso es, tenemos 2 testigos que declaran que somos hijos de Dios. Ellos son el Espíritu Santo, y nuestro Espíritu. ¿Cómo el Espíritu Santo da testimonio de nuestra salvación? A través de la Palabra escrita. ¿Como da nuestro espíritu testimonio? Por sentimientos, o por nuestra conciencia? No. Los sentimientos son engañosos. Nuestro espíritu da testimonio por fe en la Palabra de Dios. La Palabra de Dios declara nuestra salvación cuando confiamos en Cristo; la creemos. Por lo tanto, el Espíritu da testimonio “juntamente con” nuestro espíritu. p. La unción del Espíritu. “Pero vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas...Pero la unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe; así como la unción misma os enseña todas las cosas, y es verdadera, y no es mentira, según ella os ha enseñado, permaneced en él.” (I Juan 2:20, 27). La unción en las Escrituras, ya sea en el Antiguo Testamento o en el Nuevo, era para algún servicio. Reyes y sacerdotes fueron ungidos para sus servicios u oficios especiales. Cristo fue ungido (Hechos 10:38). El mismo nombre “Cristo” significa “el ungido.” El fue ungido como Profeta (en el pasado); Sacerdote (para el presente); y Rey (para el futuro). El creyente en Cristo recibe su unción para el servicio cuando nace de nuevo. La unción del Espíritu no es para unos pocos favorecidos. Todos los creyentes son ungidos: “ya la


habéis recibido.” La unción del Espíritu es una vez para siempre: “permanece en vosotros.” No hay lugar en las Escrituras donde uno recibe una fresca unción. Falsas religiones tratan de alejarnos de Cristo, inducirnos a salir de la fe; pero tú, al escuchar sus apelaciones, no debes deslizarte, porque si eres creyente ya tienes la unción. “Y no necesitas que nadie os enseñe.” q. Adorar por el Espíritu. “Porque nosotros somos la circuncisión, los que en espíritu servimos a Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, no teniendo confianza en la carne.” (Fil. 3:3). La única adoración y servicio aceptados por Dios deben ser generados por el Espíritu. Uno no sirve al Señor con manos, pies y labios, sino por el Espíritu Santo a través de las manos, pies y labios. r. Comunión en el Espíritu. “La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén.” (II Cor. 13:14). La Palabra “comunión” es también traducida “compañerismo; compartir.” De modo que, “comunión” significa “participación y compartir.” El Espíritu Santo y el cristiano tienen una cosa en común, Jesucristo! s. Orar en el Espíritu. “Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos.” (Rom. 8:26, 27). ¿Es un error orar al Espíritu Santo? En ningún lugar de las Escrituras se nos ordena orar al Espíritu Santo, pese a que es un miembro de la Deidad; cuando oramos a Dios, oramos a El. t. Luchar en el Espíritu. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.” (Gal. 5:17). u. La enseñanza del Espíritu. “Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios.” (I Cor. 2:10). El Espíritu Santo revela su Palabra solamente a cristianos nacidos de nuevo, y no a aquellos que aun están fuera del cuerpo de Cristo. Los hombres sin el Espíritu de Dios no pueden entender las verdades de Dios. 5. El Espíritu Santo y las Escrituras. a. Inspiración. “Toda la Escritura es inspirada por Dios” (II Tim. 3:16a). El significado literal de “inspiración” es “soplado por Dios.” Ninguna profecía vino por el propio ingenio humano. Nosotros creemos en la inspiración verbal de la Palabra de Dios. Las palabras son inspiradas, dadas por Dios en el idioma original. Alguien podría preguntar, “¿Acaso no usó Dios instrumentos humanos?” Si, pero el uso de instrumentos humanos no afectó a la Palabra de Dios. Cuando usted lee el Pentateuco, no lee las palabras de Moisés, sino que lee las palabras de Dios. Ver I Corintios 2:12, 13; 10:11; Romanos 4:20-25; 15:4. b. Iluminación. La mejor manera de estudiar el libro es conocer al autor. El mejor intérprete del libro es su escritor, el Espíritu Santo. Así como el Señor Jesús hizo saber las Escrituras a sus discípulos, así el Espíritu Santo lo hará para nosotros hoy (I Cor. 2:914). 6. El Espíritu Santo y los pecados. a. Contristando al Espíritu. “Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención. (Ef. 4:30). b. Mintiendo al Espíritu. “Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad?” (Hechos 5:3). Ananias le mintió a la iglesia, el templo del Espíritu Santo. Nosotros también podemos mentirle al Espíritu Santo. Podemos cantar una mentira. A veces en una reunión muy emotiva personas dedican sus vidas a un servicio cristiano, pero luego son negligentes en cuanto a lo prometido. Eso es mentirle al Espíritu Santo.


c. Apagar el Espíritu. “No apaguéis al Espíritu.” (I Tes. 5:19). Apagar puede también significar extinguir. Uno puede apagar los dones del Espíritu, y puede apagar el Espíritu en otros impidiéndoles usar los dones del Espíritu (Num. 11:28, 29). d. Resistir al Espíritu. “¡Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos! Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros.” (Hechos 7:51). e. Afrentar al Espíritu. “¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia?” (Heb. 10:29). f. Blasfemar contra el Espíritu. Este es el pecado imperdonable que se encuentra en Mateo 12:31, 32 y Marcos 3:29, 30. Si la gracia de Dios, la cual perdona todos los pecados de la humanidad, no perdona este, entonces este debe ser un pecado inusual. No es asesinato, no es incredulidad. Rechazar la persona de Cristo no es pecado imperdonable; de todos modos, el hombre que rechaza a Cristo y muere, ciertamente está perdido. El Espíritu no contenderá con hombres después de la muerte. Su rechazo final de Cristo no es algo imperdonable, sino algo no perdonado. Deberíamos distinguir entre: No perdonado e imperdonable. No olvidado e inolvidable. No salvo e insalvable. Creo que la blasfemia contra el Espíritu Santo, que algunos denominan imperdonable, fue un pecado limitado al tiempo cuando Cristo estuvo sobre la tierra. No hay pecadores en la lista negra hoy. Aquellos ofendieron al Espíritu, blasfemaron del Espíritu que hacia las obras en Cristo ¿Puede alguien que ha cometido blasfemia ser salvo hoy? Si, el ejemplo es el apóstol Pablo, “habiendo yo sido antes blasfemo, perseguidor e injuriador; mas fui recibido a misericordia porque lo hice por ignorancia, en incredulidad. . . Pero por esto fui recibido a misericordia, para que Jesucristo mostrase en mí el primero toda su clemencia, para ejemplo de los que habrían de creer en él para vida eterna.” (I Tim. 1: 13, 16). 7. Emblemas del Espíritu Santo. a. La paloma. “También dio Juan testimonio, diciendo: Vi al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y permaneció sobre él.” (Juan 1:32). El Espíritu no descendió sobre ningún otro de esta manera. En Génesis 1:2 el Espíritu Santo se movía sobre la faz de las aguas, como una paloma entibiando sus huevitos. La paloma es una mansa y limpia ave. Por tanto así son los que son del Espíritu: “mansos como palomas” (Mat. 10:16). Ciertamente un hermoso emblema del Espíritu Santo. La Palabra nos presenta la ira del Hijo pero nunca la ira del Espíritu Santo. b. Agua. “Porque yo derramaré aguas sobre el sequedal, y ríos sobre la tierra árida; mi Espíritu derramaré sobre tu generación, y mi bendición sobre tus renuevos; ” (Is. 44:3). Ver también Juan 7:38, 39. Lo que el agua significa para los labios sedientos, y la lluvia significa para la tierra seca, es lo que el Espíritu significa para cada ser humano. No hay nada que calme esa sed mejor que el agua; no hay nada que satisfaga esa sequía del corazón mejor que el Espíritu Santo. c. Aceite. “Y Samuel tomó el cuerno del aceite, y lo ungió en medio de sus hermanos; y desde aquel día en adelante el Espíritu de Jehová vino sobre David. Se levantó luego Samuel, y se volvió a Ramá.” (I Sam. 16:13). Ver también Isaías 61:1; Hechos 10:38. Cuando el sacerdote era ungido con aceite, se seguía el siguiente procedimiento: primero, su oreja, para oír la Palabra de Dios; luego su pulgar, para que sus acciones fuesen para la gloria de Dios; y después el dedo de su pie, para que anduviese con Dios. d. Viento. “Y me dijo: Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre, y di al espíritu: Así ha dicho Jehová el Señor: Espíritu, ven de los cuatro vientos, y sopla sobre estos muertos, y vivirán. . . Y pondré mi Espíritu en vosotros, y viviréis, y os haré reposar sobre


vuestra tierra; y sabréis que yo Jehová hablé, y lo hice, dice Jehová.” (Ez. 37:9, 14). Ver también Juan 3:3-8. El viento sugiere actividad. No se lo puede ver, pero es poderoso. La visibilidad no es el límite de su acción. El viento también habla de limpieza (Job 37:21). e. Fuego. “y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos.” (Hechos 2:3). El fuego tipifica al Espíritu de Dios. Es fuego que purifica, consume, calienta, prueba, ilumina y energiza. Es lo mismo con el Espíritu Santo. f. Vestiduras. “Entonces el Espíritu de Jehová vino sobre Gedeón, y cuando éste tocó el cuerno, los abiezeritas se reunieron con él.” (Jue. 6:34). "Vino sobre" implica como vestiduras. Y eso habla de protección. El Espíritu es nuestra protección. Capítulo 4 Antropología - La Doctrina del Hombre ANTROPOLOGIA I. El Hombre en su Estado de Integridad. A. Su Origen. B. Su Naturaleza. C. Su Constitución. D. Su Condición. E. Su Liderazgo. II. El Hombre en su Estado de Pecado. A. La caída del Hombre. B. Los hijos caídos de Adán. III. El Hombre en su Estado de Gracia. A. Su Posición. B. Su Estado. C. Sus dos Naturalezas. Capitulo 4 ANTROPOLOGIA Antropología viene de la palabra griega “anthropos,” que significa “hombre.” Antropología es la doctrina o el estudio del hombre. Hay variadas definiciones del hombre, algunas cómicas, algunas trágicas. En este estudio de Antropología iremos a las fuentes, la Escritura. El hombre siempre ha buscado saber quien es, de donde ha venido, y a donde va. La Santa Palabra de Dios nos da las respuestas completas. I. El Hombre en su Estado de Integridad. Hablamos de su estado original de pureza. A. Su Origen. 1. Lo que no es. a. No por generación espontánea. Esta teoría sostiene la creencia de que no hubo un creador del hombre, sino que simplemente el hombre llegó a ser un ser y sin una causa comenzó a existir.


Este argumento no necesita respuesta, pero en función de un examen o critica adecuada, simplemente decimos que si tal cosa fuese posible, no habría poder alguno para impedir que sucediese otra vez. Pero no hay registro alguno de que haya pasado otra vez, y, por supuesto, es evidente que no ha sucedido la primera vez. b. No por evolución ni desarrollos naturales. Una breve definición de evolución es: “el proceso por el cual, a través de algún tipo de agresión sobre la materia pasando por muchas edades y especies, por casualidad o por alguna ley, el hombre apareció.” Este concepto ha sido aceptado por muchos años, pero parecería que sus adherentes declinan. La ciencia moderna, tal como la antropología, está refutando estas declaraciones. La Biblia declara que el hombre es una creación de Dios separada de su persona, y que los animales fueron creados en diferentes tiempos, completamente aparte del hombre. La evolución enseña que el hombre y los animales tienen un origen común, que los llevó a llegar a ser diferentes especies. En refutación a esto nosotros usamos las Escrituras y el razonamiento humano de la siguiente manera: (1) Se opone a la Escritura. La Escritura dice: “según su especie” (Gen. 1:24). Esto limita a cada especie dentro de ella misma, prohibiéndole evolucionar hacia una nueva especie. (2) No hay ningún registro de animales llegando a ser hombres. Seguramente, en 6000 años, si la evolución fuese cierta, debería haber ejemplos vivientes de eso hoy. (3) No hay evidencia de eslabones perdidos que hayan sido encontrados. Muchos de los llamados libros de historia muestran ilustraciones de criaturas que denominan eslabones perdidos. Estas ilustraciones son fotografías o dibujos, y no fotos de criaturas reales, pues ninguna de ellas existe. El “eslabón perdido,” como hemos dicho, es aquella criatura entre el hombre y el simio. Su figura es totalmente de la imaginación del artista que ha tomado un trozo de hueso o diente y ha construido un supuesto ser viviente. Vamos a citar lo que dijo William Jennings Bryan concerniente al “eslabón perdido”: “si el eslabón perdido ha sido encontrado, por que todavía lo están buscando?” (4) No hay evidencias de que el hombre primitivo difiriese del hombre de hoy. (5) Hay pruebas de que la sangre humana es una sangre. (Hechos 17:26). La sangre de un hombre negro puede ser colocada en las venas de un hombre blanco, y viceversa, y dar vida. Las transfusiones de sangre han estado en practica solamente durante este ultimo siglo, pero, Dios ya había revelado esto 2000 años atrás. (6) Hay una gran diferencia entre la constitución de un hombre y la de un animal. (a) Físicamente. El hombre es un ser erguido, mientras los animales no. (b) Mentalmente. El hombre tiene intelecto, mientras que los animales tienen instintos. (c) Moralmente. El hombre es la única criatura de Dios que tiene cualidades morales. (d) Espiritualmente. Solo el hombre ha sido creado con conceptos espirituales. Solo el hombre entre las criaturas puede adorar a Dios. 2. Lo que es. El hombre es una creación directa de Dios. “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.” (Gen. 1:27). B. Su Naturaleza. 1. Imagen original del hombre. “Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza” (Gen. 1:26a). “El que derramare sangre de hombre, por el hombre su sangre será derramada; porque a imagen de Dios es hecho el hombre.” (Gen. 9:6). Ver también I Corintios 11:7; Santiago 3:9. a. Lo vemos en la triunidad del hombre. “Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente.” (Gen. 2:7). “Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.” (I Tes. 5:23).


b. Lo vemos en la naturaleza intelectual y moral del hombre. “No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos, y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno, ” (Col. 3:9, 10). Ver también Efesios 4:24. c. Lo vemos en su semejanza física. Ciertamente Dios es espíritu (Juan 4:24); Dios es invisible (Col. 1:15). Pero aun Dios siempre ha tenido una forma en la cual se manifiesta a si mismo: “En cuanto a mí, veré tu rostro en justicia; Estaré satisfecho cuando despierte a tu semejanza.” (Sal.17:15). Ver también Filipenses 2:6,7; Marcos 15:12; Juan 5:37. Cristo no fue hecho a la forma e imagen de Adán, sino que Adán fue hecho a la forma, o imagen de Cristo, quien habría de venir: “No obstante, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, aun en los que no pecaron a la manera de la trasgresión de Adán, el cual es figura del que había de venir.” (Rom. 5:14). 2. Inocencia original de Adán. Algunos declaran que Adán fue creado en santidad, o justicia. Esto no es totalmente correcto. El hombre fue creado perfecto, si, pero fue creado en inocencia. Hay una vasta diferencia entre inocencia y justicia. Inocencia es impecabilidad sin haber sido probada. Justicia es inocencia que ha sido probada, y ha salido victoriosa. C. Su constitución. Como hemos visto, el hombre está compuesto de elementos terrenales (Gen. 2:7) y de elementos espirituales (I Tes. 5:23; Heb. 4:12). 1. Cuerpo. Su cuerpo fue hecho de la tierra. Esta fue la primera parte del hombre en ser formada. “Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente.” (Gen. 2:7). El cuerpo es puesto primero en la Escritura como la casa del hombre interior. “¡Cuánto más en los que habitan en casas de barro, Cuyos cimientos están en el polvo, Y que serán quebrantados por la polilla!” (Job 4:19). Ver también II Corintios 5:1, 3, 4. El proceso por el cual Dios hizo al hombre es desconocido; debemos dejar eso a Dios. Los hombres dan sus opiniones y especulaciones, pero ellas permanecen como tales. La palabra “polvo” no significa barro, sino finos materiales de la tierra. a. Análisis prueban el origen del hombre. Modernos análisis químicos detectan en el cuerpo los mismos elementos que existen en la tierra que esta bajo nuestros pies; tales como sodio, carbono, hierro, y otros. b. La tierra sostiene la existencia del hombre. El cuerpo es sustentado por lo que crece sobre la tierra. Es el cuerpo del hombre y no su espíritu lo que es sustentado. El hombre en nuestros días modernos ha probado que si eliminamos la vegetación, la vida perece. Maten la vegetación y mataran al hombre. c. La muerte recicla los elementos del cuerpo del hombre. A la muerte se pone en marcha un proceso de corrupción, y el cuerpo del hombre pronto retorna al polvo de donde había sido formado. “Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás.” (Gen. 3:19). 2. Alma. “Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente.” (Gen. 2:7). Ver también I Corintios 15:45. El alma es el sitio de las emociones. Plantas, animales y hombres tienen cuerpos; solo los animales y el hombre tienen almas; pero solamente el hombre tiene un espíritu. El alma es esa vida conciente que esta en el hombre y en los animales. Las plantas tienen vida, pero es inconciente. Hay una diferencia entre las almas de los hombres y las almas de los animales. El alma del animal esta conectada con su cuerpo, mientras que el alma del hombre esta conectada con su espíritu. El alma del animal muere con el


animal, pero el alma del hombre nunca muere, pues fue hecha “alma viviente”, un alma que nunca moriría. Como dijimos, el alma del hombre es el sitio de las emociones y los apetitos emocionales, y las siguientes Escrituras nos presentan los grados de algunos: Apetitos: “Con todo, podrás matar y comer carne en todas tus poblaciones conforme a tu deseo, según la bendición que Jehová tu Dios te haya dado; el inmundo y el limpio la podrá comer, como la de gacela o de ciervo.” (Deut. 12:15). Deseos: “Y si el hombre le respondía: Quemen la grosura primero, y después toma tanto como quieras; él respondía: No, sino dámela ahora mismo; de otra manera yo la tomaré por la fuerza.” (I Sam. 2:16). Ver también Deuteronomio 12:20; Salmo 107:18; Proverbios 6:30; Isaías 29:8; I Samuel 18:1. Odios: “Y si el hombre le respondía: Quemen la grosura primero, y después toma tanto como quieras; él respondía: No, sino dámela ahora mismo; de otra manera yo la tomaré por la fuerza.” (II Sam. 5:8). Angustias: “Mas su carne sobre él se dolerá, Y se entristecerá en él su alma.” (Job 14:22). Amargura: “Déjala, porque su alma está en amargura, y Jehová me ha encubierto el motivo, y no me lo ha revelado.” (II Reyes 4:27b). Regocijo: “En gran manera me gozaré en Jehová, mi alma se alegrará en mi Dios; porque me vistió con vestiduras de salvación, me rodeó de manto de justicia, como a novio me atavió, y como a novia adornada con sus joyas.” (Is. 61:10). Sufrimientos: “Y decían el uno al otro: Verdaderamente hemos pecado contra nuestro hermano, pues vimos la angustia de su alma cuando nos rogaba, y no le escuchamos; por eso ha venido sobre nosotros esta angustia.” (Gen. 42:21). Tristezas: “Y les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí y velad.” (Marcos 14:34). De donde obtiene el hombre su alma? a. Pre-existencia. Esta teoría enseña que todas las almas que han estado en el mundo, y todas las que estarán, fueron creadas en el principio. Al tiempo de concepción, ellas son unidas al cuerpo. Esto fue ensenado por Platón, pero nunca fue aceptado por la iglesia, no tiene fundamento bíblico. b. Creacionismo. Esta creencia sostiene que a los 40 días de la concepción el alma se une con el cuerpo. Si esta creencia fuese verdadera, entonces Dios seria creador de almas pecaminosas. c. Traducianismo. Esta es la verdad que sostiene que tanto el alma como el cuerpo derivan de los padres. “Y vivió Adán ciento treinta años, y engendró un hijo a su semejanza, conforme a su imagen, y llamó su nombre Set.” (Gen. 5:3). Ver también Hechos 17:24-26. 3. Espíritu. Aquí es donde el hombre se diferencia de todas las otras criaturas. En Hebreos 12:9 Dios es llamado “Padre de los espíritus.” Esto no significa padre de Ángeles, sino espíritus de hombres hechos perfectos. Nunca se dice que Dios es padre de almas. “Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta.” (Santiago 2:26). Cuando un cuerpo muere, el alma parte con el espíritu del hombre. El alma y el espíritu pueden ser separados: “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.” (Heb. 4:12). De todos modos, no tenemos prueba escritural que ellos estén separados. El hombre rico de Lucas 16 una vez muerto fue al Hades, y tenia alma y espíritu consigo. Ver también Mateo 10:28. El espíritu del hombre es el asiento de su inteligencia. “Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios.” (I Cor. 2:11). Los animales no poseen inteligencia. “No seáis como el caballo, o como el mulo, sin entendimiento, Que han de ser sujetados con cabestro y con freno, Porque si no, no se acercan a ti.” (Sal. 32:9).


La palabra “espíritu,” tanto en hebreo como en griego, se traduce a veces como “aliento,” y “viento.” El contexto determina la traducción. Los materialistas dicen que la palabra espíritu debería ser “aliento,” y que cuando el hombre muere se va para siempre. Algunas personas dicen que el hombre perdió su espíritu al momento de la caída y que lo recupera con la conversión. Esto haría al hombre un ser dual, y esta concepción no es escritural. 4. Corazón. Cuando hablamos del corazón, no hablamos del músculo del cuerpo, sino mas bien del asiento de nuestra conciencia. “acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura.” (Heb. 10:22). Ver también I Juan 3:19,20; Hechos 2:26; 5:3, 5; Mateo 22:37. Siempre se hace una advertencia de que puede haber una profesión sin una posesión, conocimiento en la cabeza sin confianza en el corazón. “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.” Mateo 7:22-24. D. Su condición. Con esta expresión queremos referirnos a las condiciones del hombre en su estado de integridad antes de que cayese. 1. Su conocimiento. Al ser creado el hombre tuvo capacidad de conocimiento inmediato, y conocimiento intuitivo. El no era un infante adulto. Le puso nombre a todos los animales que fueron creados por la mano de Dios; y había que ser un hombre inteligente para hacer eso. “Y puso Adán nombre a toda bestia y ave de los cielos y a todo ganado del campo; mas para Adán no se halló ayuda idónea para él. ” (Gen. 2:20). 2. Su comunión. Tenía la habilidad de tener comunión con Dios. “Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; ” (Gen. 2:16). “Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer.” (Gen. 1:29). 3. Su hogar. Fue puesto en un jardín. “Y Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso allí al hombre que había formado.” (Gen. 2:8). Algunos sostienen que el hombre primitivo era un hombre de cavernas, pero no fue así, el era un hombre de jardín. El primer registro que tenemos de hombres viviendo en cuevas es sobre los perseguidos: “de los cuales el mundo no era digno; errando por los desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la tierra.” (Heb. 11:38), y de los insanos: “Y cuando salió él de la barca, en seguida vino a su encuentro, de los sepulcros, un hombre con un espíritu inmundo, ” (Marcos 5:2). Ese jardín fue llamado el jardín del Edén. 4. Su compañía. “mas para Adán no se halló ayuda idónea para él... Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre.” (Gen. 2:20, 22). Las palabras “ayuda idónea” no son una palabra compuesta, sino dos palabras distintas, ayuda idónea, ayuda idónea para Adán. Algunos que se ríen de esta "historia de la costilla” no saben decirnos de donde proviene la mujer. Por qué Dios no hizo a la mujer del polvo de la tierra? Por la simple razón de que Dios no quiso que hubiese dos orígenes para el hombre.


Dios puede hacer un ser humano por lo menos de 4 maneras: Sin Sin Por Sin

la participación ni de hombre ni de mujer, como a Adán. la participación de mujer, como a Eva. concepción, como a nosotros. participación de hombre, como a Cristo.

5. Su obra. “Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.” (Gen. 1:28). “Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase.” (Gen. 2:15). Había empleo en el jardín, pero no fatiga. Había trabajo, pero no fatiga. De que debía Adán guardar el jardín? De animales salvajes? No, porque no había. De humanos agresivos? No, porque Adán era el único hombre. El debía proteger el jardín contra una eventual llegada del diablo. Donde sea que el hombre es puesto en una posición de confianza, Dios siempre le da amplia advertencia. 6. Su alimento. “Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer.” (Gen. 1:29). El primer hombre y los primeros animales fueron vegetarianos. Sus dietas no incluían carnes. El hombre no era carnívoro como los evolucionistas dicen. 7. Su responsabilidad. a. Poblar y sojuzgar la tierra. “Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.” (Gen. 1:28). Adán era el primer hombre: “Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente” (I Cor. 15:45a). Eva es la madre de todos los seres humanos. “Y llamó Adán el nombre de su mujer, Eva, por cuanto ella era madre de todos los vivientes.” (Gen. 3:20). b. Abstenerse de comer del fruto prohibido. Este fruto era del árbol del conocimiento del bien y del mal. “Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.” (Gen. 2: 16, 17). Eran libres para comer de los árboles plenamente. Pero había solamente un árbol prohibido para ellos. No sabemos que clase de fruto era. Creemos que nada estaba mal con el fruto en si; pero había una prohibición de Dios sobre el. Dios quería que Adán y Eva tuviesen conocimiento, pero no quería que ellos lo obtuvieran por desobediencia. Recuerden, el hombre había sido puesto en guardia; debía estar atento contra el enemigo; Satanás no vino de improviso. ¿Por qué Dios permitió que Adán y Eva quedaran expuestos al ataque del diablo? La prueba siempre viene antes de la bendición. El hombre siempre debe ser probado antes de ser promovido. E. Su liderazgo. La raza humana por entero proviene de aquel único hombre, Adán. Y como es la cabeza, así son los descendientes. 1. Ethnografia. Esta es la rama de la antropología que considera al hombre geográfica y descriptivamente, tratando de la subdivisión de razas, las causas de migraciones, y temas relacionados. Esta ciencia marca una tierra natal común par el ser humano, las inmediaciones de Armenia.


2. Psicología comparativa. Esta es la ciencia de lenguaje, y considera que todos los hombres proceden de un mismo origen. 3. Psicología. Esta es la ciencia del estudio de la mente, y también considera que todos los hombres proceden de un mismo origen. 4. Fisiología. Esta es la ciencia que estudia la estructura orgánica del cuerpo, y también declara que todo los hombres proceden de una misma fuente, un origen común. II. El Hombre en su Estado de Pecado. A. La caída del hombre. Algunos dicen que la caída del hombre es una vieja fabula babilónica, pero solo tenemos que mirar al hombre agotado por su pan, debilitado en sus enfermedades, y muriendo en su miseria, para darnos cuentas que realmente tuvo un caída. “Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.” (Rom. 5:12). 1. La fuente del pecado. “Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?” (Gen. 3: 1). “Pero temo que como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de la sincera fidelidad a Cristo.” (II Cor. 11:3). Dios no habla de una bestia cuando menciona una serpiente, sino una persona. Esto es meramente una declaración de lo que Dios piensa del diablo. En ningún lado de la Escritura dice que Satanás estaba en la serpiente, sino que dice que la serpiente era el diablo. “Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años; ” (Ap. 20:2). 2. La naturaleza del pecado. “Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal. Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella.” (Gen. 3:4-6). Ahora todo estaba bien con el fruto; era un buen fruto, pero pesaba sobre él la prohibición de Dios. a. El dudó del Amor de Dios. Al dudar del Amor de Dios, el hombre negó la bondad de Dios, y actuó aparte de Dios y se convirtió en un pecador. “Hay camino que al hombre le parece derecho; Pero su fin es camino de muerte.” (Prov. 14:12). Ver también Isaías 55:6. b. El dudó de la Palabra de Dios. Al dudar de la Palabra de Dios, el hombre negó Su Verdad; y negando Su Verdad, el avanzó a pesar de Dios y se convirtió en un criminal. “Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley.” (I Juan 3:4). c. El dudó de la Autoridad de Dios. Y al dudar de la Autoridad de Dios, el hombre negó la Deidad de Dios; y negando Su Deidad, llego a ponerse en contra de Dios. Y entonces, llegó a ser un enemigo de Dios y un rebelde en el Universo de Dios. “Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios.” (Rom. 8:7, 8). La prueba fue dada para ver si el hombre permanecería fiel ante Dios. El falló porque quiso ser un dios. El diablo mismo falló (Is. 14), porque quiso ser como el Dios Altísimo. Esto trajo su caída, así que el plantó la semilla de la falsa ambición en Adán y Eva para ver si esto provocaba la caída de ellos, y lo logró.


Alguien puede preguntar, “¿Fue justo esto para con ellos?” Ellos fueron alertados y ubicados en guardia contra Satanás. Además había una sola prohibición en el jardín. Ellos no necesitaban el fruto; ni les faltaba nada. 3. Los efectos del pecado. a. Inmediatamente afectó sobre Eva. (1) Vergüenza. “Y estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, y no se avergonzaban.” "Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales." (Gen. 2:25; 3:7). Dios mismo se viste con vestiduras de luz (Sal. 104:2); y cuando El hizo al hombre, lo hizo a Su propia imagen y semejanza. Por eso, algunos creen que el hombre también estaba vestido con ciertas vestiduras de luz. Cuando el hombre peco, esas vestiduras de luz se perdieron, y se hizo a si mismo delantales de hojas de higuera para reemplazar lo que se había perdido. Desde entonces, el hombre ha tratado de ponerse lo que ya una vez le fue dado, pero no tiene nada sino trapos sucios. (2) Miedo. “Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí.” (Gen. 3:10). El hombre todavía trata de esconderse de Dios. (3) Separación de Dios. No hay duda de que el hombre perdió su naturaleza perfecta y terminó su comunión con Dios. No hay tal cosa como la Paternidad universal de Dios y la hermandad de los hombres, del hombre natural, del hombre no salvo. (4) Expulsión del Jardín. “Y lo sacó Jehová del huerto del Edén, para que labrase la tierra de que fue tomado. Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente del huerto de Edén querubines, y una espada encendida que se revolvía por todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida.” (Gen. 3:23, 24). El hombre fue expulsado y sacado del jardín. (5) Perdió su señorío sobre la creación. En el principio Adán ciertamente fue el soberano de las criaturas terrenales: “Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos; Todo lo pusiste debajo de sus pies: Ovejas y bueyes, todo ello, Y asimismo las bestias del campo, Las aves de los cielos y los peces del mar; Todo cuanto pasa por los senderos del mar.” (Sal. 8:6-8). Esto no se aplica al hombre de hoy. El ha perdido ese señorío. Cristo lo recuperará para el hombre cuando el retorne (Heb. 2 y Is. 11). b. Consecuencias sobre la descendencia de Adán. (1) El espíritu en tinieblas. “Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente, 4:18 teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón;” (Ef. 4:17, 18). La oscura habitación del entendimiento permanece a oscuras hasta que el Espíritu Santo la ilumina. (2) Su alma se corrompió. Hablando de no creyentes, dice, “los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza.” (Ef. 4:19). Ver también Jeremías 17:9. (3) El cuerpo quedó sujeto a enfermedades y muerte. “porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios.” (Rom. 8:21). 4. Los efectos sobre el pecado. a. La expresión inmediata del Juicio de Dios. (1) Sobre la serpiente. “Y Jehová Dios dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre todas las bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida. Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.” (Gen. 3:14, 15). Satanás, en toda su majestad, no es nada, sino que es considerado una serpiente. Una serpiente que se arrastra sobre el polvo por siempre, esto muestra la condición en la que quedó el diablo.


(2) Sobre la Mujer. “A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti.” (Gen. 3:16). (3) Sobre la Creación. “Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo.” (Gen. 3:17, 18). (4) Sobre el Hombre. “Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás.” (Gen. 3:19). Ver también Génesis 5:29. b. La expresión futura del juicio de Dios. “Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.” (Ap. 21:8). 5. La provisión para el pecador. “Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.” (Gen. 3:15). En la hora que el hombre pecó, Dios prometió un Redentor. La Simiente de la mujer es el Señor Jesucristo. “Y Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió.” (Gen. 3:21). Cuando ellos se dieron cuenta de su desnudez, se cubrieron con delantales de hojas de higuera. Pero Dios los vistió con túnicas de pieles. A los efectos de de cubrir la desnudez, las hojas de higuera son tan buenas como las pieles de animales; sin embargo entendemos que debía derramarse sangre. “Porque sin derramamiento de sangre no hay remisión de pecados.” Ellos debían ser cubiertos con aquello que fue sacrificado por sus pecados. Del mismo modo, los pecadores hoy deben ser revestidos con la justicia de Aquel que murió por ellos. B. Los hijos caídos de Adán. 1. Su posición. a. En Adán. “Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos. Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados.” (I Cor. 15:21, 22). Ver también I Corintios 15:45, 47; Romanos 5:12-21. Solamente hay 2 hombres representativos en el mundo: el primer hombre y el segundo hombre; el primer Adán y el postrer Adán. Todos los seres humanos nacen en Adán; todos los nacidos de nuevo están en Cristo. b. En pecados y culpas. “¿Qué, pues? Somos nosotros mejores que ellos? En ninguna manera; pues ya hemos acusado a judíos y a gentiles, que todos están bajo pecado. Como está escrito: No hay justo, ni aun uno;” (Rom. 3:9, 10). Ver también Romanos 3:19. 2. Su estado. Por su estado, queremos referirnos a su condición espiritual; eso es, la ausencia de justicia en su vida espiritual. a. Pecaminoso por naturaleza. “He aquí, en maldad he sido formado, Y en pecado me concibió mi madre.” (Sal. 51:5). Ver también Efesios 2:3; Génesis 6:5; Jeremías 17:9; Romanos 8:7; Galatas 5:19-21. b. Pecaminoso en práctica. “Porque nosotros también éramos en otro tiempo insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de concupiscencias y deleites diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles, y aborreciéndonos unos a otros.” (Tito 3:3). Ver también Romanos 3:23; Colosenses 1:21; Salmo 14:1-3. c. Perdidos en pecados. “Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.” (Lucas 19:10). Ver también Isaías 53:6; II Corintios 4:3, 4. d. Espiritualmente muertos. “Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados," "aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos),” (Ef. 2: 1, 5). El cuadro de Dios del


pecador es el de un hombre muerto. El pecador esta separado de Dios y no puede moverse en las cosas de Dios. e. Bajo la ira de Dios. “Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad;” (Rom. 1:18). Ver también Juan 3:36. f. Esperando su muerte física. “Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio," (Heb. 9:27). g. Rumbo al infierno. “Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.” (Ap. 20:15). Ver también Apocalipsis 21:8. III. EL HOMBRE EN SU ESTADO DE GRACIA A. Su Posición 1. En Cristo. Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados.” (I Cor. 15:22). Ver también I Corintios 15:21, 45, 47; Romanos 5:12-21. 2. En Perfección. “según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado.” (Ef. 1:4, 6). No hay cargos contra el que es Cabeza; y, por tanto, no puede haber cargos contra el Cuerpo. B. Su Estado. Hablamos de su condición espiritual. Sus diferencias respecto al hombre aun no creyente. En la vida del creyente la justicia esta presente, la justicia del Señor Jesucristo. 1. Una nueva criatura. “Si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron, he aquí, todas son hechas nuevas” (II Cor. 5:17). Ver también II Pedro 1:4; Galatas 6:15; Juan 3:16. Regeneración es una re-creación. Solo Dios puede crear; y solo Dios puede re-crear. 2. Salvo. “quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos,” (Il Tim. 1:9). Ver también Efesios 2:8,9. 3. Muerto al pecado. “Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.” (Rom. 6:11). “quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.” (I Pedro 2:24). 4. Hijo de Dios. “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;” (Juan 1:12). “pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús; ” (Gal. 3:26). 5. Bajo el favor de Dios. “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, ” (Ef. 1:3). Ver también Romanos 5:2. 6. Esperando a Dios y su Gloria. “Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.” (Fil. 3:20,21).


7. Seguros de ir al Cielo. “Y el Señor me librará de toda obra mala, y me preservará para su reino celestial. A él sea gloria por los siglos de los siglos. Amén.” (II Tim. 4:18). Ver también I Pedro 1:4. C. Sus 2 Naturalezas. “Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.” (Gal. 5:17). Este texto no podría describir a cualquier persona, sino a un hombre salvo. El pecador inconverso tiene una sola naturaleza; el hijo de Dios tiene 2 naturalezas. Cada creyente genuino experimenta la lucha de la cual Pablo habla. Esta lucha esta ilustrada por la casa de Abraham. El tenía 2 hijos, Ismael, el mayor; e Isaac, el menor. Ismael representa al que ha nacido en la carne, mientras que Isaac al que es nacido del Espíritu. El problema comenzó cuando Isaac llegó a esa casa. Y el problema comienza para el hombre cristiano cuando la nueva naturaleza impartida por Cristo llega a su vida. 1. La descripción de la vieja naturaleza. a. Nombres y Características. (1) La Carne. “Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.” (Juan 3:6). Ver también Romanos 7:18, 23; 8:9. Al hablar de “la carne” no hablamos de "músculos", los cuales son parte del cuerpo humano, sino más bien de naturaleza carnal, la cual poseemos desde nuestro nacimiento. No hay tal cosa como un ser en la carne; la carne esta en nosotros. “Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien” (Rom. 7:18a). Ver también Juan 6:63; Romanos 8:8. No hay tal cosa como una persona nacida con una “chispa divina” en su interior. (2) El hombre natural. “Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.” (I Cor. 2:14). Eso es lo que el hombre es por naturaleza, por su nacimiento natural. (3) El viejo hombre. “sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado.” (Rom. 6:6). Ver también Efesios 4:22; Colosenses 3:9. Esto es el hombre viejo, lo que éramos: corrupto, lleno de maldad y deseos de lujuria. (4) El hombre exterior. “Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día.” (II Cor. 4:16). (5) El corazón. “Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez. Todas estas maldades de dentro salen, y contaminan al hombre.” (Marcos 7:21-23). Oímos a menudo de un cambio en el corazón del hombre, pero eso es imposible, solo Dios puede darnos un nuevo corazón. (6) La mente carnal. “Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden;” (Rom. 8:7). (7) Pecado. “Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.” (Rom. 5:12). La palabra “pecado” se refiere a la naturaleza caída del hombre, mientras que “pecados” se refiere a las acciones de dicha naturaleza. b. El carácter y el fin. (1) Es una naturaleza adánica. Significa que Adán cayo, y sus descendientes son, por lo tanto, hijos caídos de aquel padre caído. (2) Es una naturaleza heredada. Recibimos nuestra naturaleza caída de Adán. (3) Es una naturaleza malvada. El capitulo 8 de Romanos expone este concepto. (4) Es una naturaleza incambiable. “Lo que es nacido de la carne, carne es” (Juan 3:6a). Mientras el hombre viva, esa naturaleza caída permanece en él. Será erradicada


solamente al momento de la resurrección de los muertos en Cristo y la transformación de los que estén vivos en Cristo, a la hora de buscar a su iglesia. (5) Su fin es la muerte. “Porque la paga del pecado es muerte” (Rom. 6:23a). Ver también Romanos 8:5-13. 2. La descripción de la nueva naturaleza. a. Sus nombres y características. (1) Espíritu. “Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.” (Juan 3:6). (2) Naturaleza divina. “Por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia;” (II Pedro 1:4). Ver también I Juan 3:9; 5:18, 19. (3) El nuevo hombre. “y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.” (Ef. 4:24). Ver también Colosenses 3:10; II Corintios 5:17. (4) El hombre interior. “Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día. ” (II Cor. 4:16). “Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; ” (Rom. 7:22). Ver también Efesios 3:16. (5) Mente. “Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado.” (Rom. 7:25). b. Su carácter y fin. (1) Es la naturaleza de Cristo. (2) Es una naturaleza impartida. (3) Es una naturaleza santa. (4) Es una naturaleza que ya no cambia. (5) Es una naturaleza no penalizada. Versículos 1 y 2 de I Juan 2 hablan de la relación de los santos con el Padre. Aun cuando los santos pequen es un asunto familiar. (6) Su fin es resurrección y arrebatamiento. “He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad... Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo. (I Cor. 15:51-53, 57). 3. El conflicto entre las 2 naturalezas. a. La experiencia del creyente. Cada hijo de Dios tiene 2 naturalezas; el hombre inconverso tiene una sola. La vieja naturaleza no puede ser erradicada mientras el creyente viva en su cuerpo terrenal; por lo tanto, enfrentamos la lucha entre la vieja y la nueva naturaleza. “Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.” (Gal. 5: 17). Romanos 7:15-25 es otro ejemplo ilustrando esta verdad. De todos modos, alguien podría declarar que este pasaje muestra un conflicto en la vida de Pablo antes de ser salvo, pero un versículo en este pasaje claramente revela que este conflicto, que se describe tan vividamente, ocurrió después de haber sido salvo: “Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; ” (Rom. 7:22). Ningún inconverso puede deleitarse en la ley de Dios. También, solo el hombre salvo tiene un hombre interior, el cual es la nueva naturaleza. b. La responsabilidad del creyente. (1) En relación a su vieja naturaleza. (a) Acepta la apreciación de Dios sobre ella. “sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que


no sirvamos más al pecado. Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado. Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él; sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñorea más de él. Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas; mas en cuanto vive, para Dios vive. Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro. ” (Rom. 6:6-11). Esta es una verdad que debe ser destacada: nunca se dice que el viejo hombre deba ser crucificado en el creyente, sino que es crucificado con Cristo. ¡Es una realidad! ¡Acéptelo! Y no es una cuestión de sentimientos, sino de fe. Toda esta verdad es según el punto de vista de Dios. Desde el punto de vista del creyente, él sabe que la vieja naturaleza, el viejo hombre, no está muerto; está bien vivo. La Escritura dice, “consideraos muertos al pecado.” Si la vieja naturaleza estuviese muerta, el creyente no tendría que considerarse así; pues lo sabría. (b) No hace provisión para la carne. “sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne" (Rom.13:14). En otras palabras, no alimentes la carne, más bien prívale de alimento. (c) Mortifica la carne. “Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría; ” (Col. 3:5). Un término mas fuerte es, “Pon tus miembros en muerte o a morir.” Las palabras “ya casi muerto” (Heb. 11:12) tienen la misma terminología. (d) Nunca trata de mejorarla. “ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia. ” (Rom. 6:13). (e) Se despoja de ella. “En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, ” (Ef. 4:22). La misma palabra se traduce “echándole fuera” en Hechos 7:58. (2) En relación a la nueva naturaleza. (a) Se considera vivo para Dios. “Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.” (Rom. 6:11). (b) Camina en vida nueva. “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.” (Ef. 2:10). Ver también Romanos 6:14; 7:6. (c) La alimenta y la nutre. “desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación, ” (I Pedro 2:2). Alimentamos la nueva naturaleza por la exposición a la Palabra de Dios, y no por la exhortación de hombres. Sabemos que tenemos 2 naturalezas, y bueno es considerar que el alimento de una será hambre para la otra. Es el cristiano individualmente quien debe decidir cual hombre o naturaleza va a alimentar. No puede alimentar ambas al mismo tiempo. (d) Se viste del nuevo hombre. “y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad. ” (Ef. 4:24). (e) Depende del poder del Espíritu Santo. “Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención. ” (Ef. 4:30). “Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza.” (Ef. 6:10). “No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos.” (Zacarías 4:6b). Capítulo 5 Hamartiologia - La Doctrina del Pecado HAMARTIOLOGIA I. El Origen del Pecado. A. La entrada del pecado en el universo. B. La introducción del pecado en la raza humana. II. La realidad del pecado.


A. La Escritura declara el Hecho del Pecado. B. La naturaleza proclama el Hecho del Pecado. C. La Ley descubre el Hecho del Pecado. D. La Experiencia comprueba el Hecho del Pecado. E. El Hombre confiesa el Hecho del Pecado. III. La Naturaleza del Pecado. A. El punto de vista moderno del pecado. B. El punto de vista Bíblico del Pecado. C. La Declaración Escritural del Pecado. D. Las Definiciones Teológicas del Pecado. E. El Sumario de las Escrituras concernientes al Pecado. IV. La Extensión del Pecado. A. Por los cielos. B. Por la Tierra. V. El alcance del Pecado. A. Como Hecho. B. Como Estado. C. Como Naturaleza. VI. La Penalidad sobre el Pecado. A. La Penalidad Natural. B. La Penalidad Activa. Capítulo 5 HAMARTIOLOGIA Hamartiología se deriva de la palabra griega: hamartía, que significa “errar al blanco, pecado.” De modo que, hamartiología es la doctrina del pecado. I. EL ORIGEN DEL PECADO A. La Entrada del Pecado en el universo. Consultando Ezequiel 28:11-19, vemos que fue Lucifer quien introdujo el pecado en el universo: “Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor; yo te arrojaré por tierra; delante de los reyes te pondré para que miren en ti. ” (v. 17). No había pecado antes que Lucifer pecara y se convirtiera en Satanás. Su pecado, el primero en el universo, fue cuando el eligió su voluntad por encima de la voluntad de Dios, deseando ser igual a Dios. ¿Por qué Dios permitió que el pecado entrara en el universo? Esa es una pregunta que Dios no nos ha respondido aun. B. La introducción del pecado en la raza humana. Así como hay pecado en la raza humana, debe haber habido un principio del pecado. Si no hubiese un principio para el pecado, el hombre hubiese sido creado en pecado, y entonces, Dios sería el creador del pecado; pero no lo es. El pecado entró en la raza humana a través del engaño y la desobediencia, motivados por la incredulidad o la duda. “Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en trasgresión.” (I Tim. 2:14). ¿Por qué Dios permitió que el hombre pecara? La única posible respuesta que podemos dar está en Efesios 2:7: “para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús.”


II. LA REALIDAD DEL PECADO A. La Escritura declara el Hecho del pecado. “por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, ” (Rom. 3:23). “Mas la Escritura lo encerró todo bajo pecado, para que la promesa que es por la fe en Jesucristo fuese dada a los creyentes. ” (Gal. 3:22). B. La Naturaleza proclama el Hecho del pecado. “Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora; ” (Rom. 8:22). C. La Ley descubre el Hecho del pecado. “ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado.” (Rom. 3:20). El Apóstol Pablo pensó que era libre del pecado hasta que se miró en el espejo de la Ley de Dios: “Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás.” (Rom. 7:7b). D. La Experiencia comprueba el Hecho del pecado. Las experiencias de Moisés, David, Pedro y Juan revelan la realidad del pecado. nuestra propia experiencia honestamente la declara.

Aun

E. El hombre confiesa el hecho del pecado. 1. Los Santos lo reconocen. Fue Job quien dijo, “Yo soy vil, y me aborrezco.” Isaías declaró, “Ay de mi, hombre inmundo de labios.” Daniel, de quien nada pecaminoso se menciona, dijo, “hemos pecado.” Pedro clamó, “apártate de mi, que soy hombre pecador.” Pablo escribió, “Cristo Jesús vino al mundo a salvar a los pecadores; de los cuales yo soy el primero.” Lutero reconoció: “Tengo más miedo de mi corazón que del Papa y de todos los Cardenales.” Moody dijo, “El hombre con el cual tengo más problemas es aquel que camina bajo mi sombrero.” 2. Los pecadores lo reconocen. Las Escrituras abundan de confesiones de pecadores y de sus pecados: Faraón declaró, “He pecado esta vez ” (Ex. 9:27b). Acán respondió, “he pecado contra Jehová” (Josué 7:20b). Balaám admitió, “Yo he pecado,” (Num. 22:34b). Y aun Judas, quien traicionó al Señor, dijo, “yo he pecado” (Mateo 27:4). III. LA NATURALEZA DEL PECADO A. El punto de vista moderno sobre el pecado. 1. La sociedad lo llama indiscreción. 2. Los educadores lo llaman ignorancia. 3. Los evolucionistas lo llaman trato de bestias. 4. Los científicos pseudo cristianos lo enseñan como ausencia de lo bueno. 5. El hombre carnal lo excusa como debilidad amable.


6. Los nuevos teólogos lo declaran como mero egoísmo. B. El enfoque bíblico del pecado. 1. Pecado es perder la marca, errar al blanco. destituidos de la gloria de Dios, ” (Rom. 3:23). significa “no acertar con la divina puntería”

“por cuanto todos pecaron, y están Ver también Romanos 5:12. Pecado

2. Pecado es Trasgresión. “Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley. ” (I Juan 3:4). La trasgresión de la Ley puede ser casual o intencional. Aun así, en ambos casos es pecado. Había pecado antes de la Ley, pero no era trasgresión. Ver Números 4:15; Josué 7:11, 15; Isaías 24:5; Daniel 9:11; Oséas 6:7; 8:1. 3. Pecado es la distorsión de lo que es recto. “Y David dijo a Jehová, cuando vio al ángel que destruía al pueblo: Yo pequé, yo hice la maldad; ¿qué hicieron estas ovejas? Te ruego que tu mano se vuelva contra mí, y contra la casa de mi padre.” (II Sam. 24:17). Ver también Romanos 1:18; 6:13; II Tesalonicenses 2:12; II Pedro 2:15; I Juan 5:17. 4. Pecado es rebelión contra Dios. “Oíd, cielos, y escucha tú, tierra; porque habla Jehová: Crié hijos, y los engrandecí, y ellos se rebelaron contra mí. ” (Is. 1:2). Ver también II Tesalonicenses 2:4, 8. 5. Pecado es una deuda. “Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.” (Mat. 6:12). Ver también Lucas 11:4. Las palabras “ordenado” (Lucas 17:10), “debéis” (Juan 13:14) y “debemos” (II Tes. 2:13) provienen todas de una misma raíz en el griego que denota deuda. 6. Pecado es desobediencia. Pecado es una falta en responder a Dios. “en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, ” (Ef. 2:2). Ver también Efesios 5:6; Juan 3:36. 7. Pecado es una desviación ante los requerimientos de Dios. Esto significa una caída; cada ofensa contra Dios es una caída. Pecado es siempre una caída que hiere. “Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial;” (Mat. 6:14). Ver también Galatas 6:1; Romanos 5:15-20. 8. Pecado es incredulidad. “El que cree en el Hijo de Dios, tiene el testimonio en sí mismo; el que no cree a Dios, le ha hecho mentiroso, porque no ha creído en el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo.” (I Juan 5:10). 9. Pecado es impiedad. “mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia.” (Rom. 4:5). “Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos.” (Rom. 5:6). Ver también I Timoteo 1:9; I Pedro 4:18; II Pedro 2:5, 7; Judas 4, 15. 10. Pecado es iniquidad. Esto significa un proceder equivocado ante el orden moral del universo. “Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.” (Gal. 5:19-21). Ver también Colosenses 3:5-9; Marcos 7:19, 20.


C. La declaración escritural del pecado. “Toda injusticia es pecado; pero hay pecado no de muerte.” (I Juan 5:17). Ver también I Juan 3:4; Proverbios 14:21; 21:4; 24:9; Romanos 3:23; 6:23; I Samuel 15:23; Jeremías 3:25; 14:7; Santiago 2:9; 4:17; Romanos 14:23. D. La definición teológica del pecado. 1. Pecado es la transgresión de la Ley de Dios, o la falta de conformarse a la ley de Dios. 2. Pecado es la deficiencia de amar a Dios y a los hombres. 3. Pecado es dar preferencia al ego en vez de a Dios. 4. Pecado es insubordinación. 5. Pecado es falta de conformidad con Dios o su Ley Moral en acto, disposición, o estado. 6. Pecado es lo que no deberíamos ser. E. Sumario de la Escritura concerniente al pecado. 1. Hacia Dios. a. Rebelión. “Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación.” (I Sam. 15:23a). b. Falla en la supremacía de amar a Dios. “Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas.” (Deut. 6:5). 2. Hacia la Ley de Dios. a. Transgresion voluntaria. “Mas la persona que hiciere algo con soberbia, así el natural como el extranjero, ultraja a Jehová; esa persona será cortada de en medio de su pueblo.” (Num. 15:30). b. Violación de la Ley en ignorancia. “Si una persona pecare por yerro, ofrecerá una cabra de un año para expiación.” (Num. 15:27). Ver también Hebreos 9:7. 3. Hacia los hombres. a. Injusticia. “No oprimirás a tu prójimo, ni le robarás. No retendrás el salario del jornalero en tu casa hasta la mañana.” (Lev. 19:13). b. Falla en amar al prójimo como a nosotros mismos. “No te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo Jehová.” (Lev. 19:18). 4. Hacia nosotros mismos. a. Egoísmo. “Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?” (Mat. 16:26). b. Corrupción. “He aquí, en maldad he sido formado, Y en pecado me concibió mi madre.” (Sal. 51:5). IV. La Extensión del Pecado A. En los cielos. La Escritura revela el hecho de que tanto el pecado como la salvación comienzan en el cielo y se extienden a la tierra. El pecado comenzó en el cielo con la caída de Satanás (Ez. 28). La salvación es completada en el cielo con la obra mediadora de Cristo (Heb. 9:24).


B. En la tierra 1 El reino vegetal. “Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo.” (Gen. 3:17, 18). Isaías 55:13 revela el acontecimiento bendito de que la maldición será quitada del reino vegetal cuando Cristo venga: “En lugar de la zarza crecerá ciprés, y en lugar de la ortiga crecerá arrayán; y será a Jehová por nombre, por señal eterna que nunca será raída.” 2. El reino animal. Antes de la caída de Adán no había animales carnívoros. Isaías 11:69 nos dice que esto también será removido al tiempo de la segunda venida de Cristo: “Morará el lobo con el cordero, y el leopardo con el cabrito se acostará; el becerro y el león y la bestia doméstica andarán juntos, y un niño los pastoreará. La vaca y la osa pacerán, sus crías se echarán juntas; y el león como el buey comerá paja. Y el niño de pecho jugará sobre la cueva del áspid, y el recién destetado extenderá su mano sobre la caverna de la víbora. No harán mal ni dañarán en todo mi santo monte; porque la tierra será llena del conocimiento de Jehová, como las aguas cubren el mar.” 3. La raza humana. a. La universalidad del pecado. Todos los hombres son pecadores: “por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,” (Rom. 3:23). b. La totalidad del pecado. Todo en el ser humano es pecaminoso, su cuerpo, alma y espíritu. “Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. . . . No hay temor de Dios delante de sus ojos. Pero sabemos que todo lo que la ley dice, lo dice a los que están bajo la ley, para que toda boca se cierre y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios; ” (Rom. 3:12, 18, 19.) V. El alcance del pecado A. Como un hecho. El hombre comete pecados por su conducta. B. Como un estado. El hombre carece de justicia. C. Como una naturaleza. El hombre fue concebido en pecado, nació en pecado, y es, por lo tanto, un pecador por naturaleza. VI. La penalidad del pecado A. La penalidad natural. Esto se ilustra mejor con el caso de un niño que come algún alimento prohibido. Y desobedece y come demasiado, al punto de llegar a enfermarse. La consecuencia natural de su desobediencia fue su enfermedad. La penalidad natural del pecado es enfermedad, desilusión y muerte física. B. La penalidad activa.


Continuando con el mismo ejemplo, vemos que la penalidad natural fue que el niño se enfermara. La penalidad positiva (o activa) es la disciplina que recibe del padre, la cual se describe con las siguientes palabras: 1. Muerte. “Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro. ” (Rom. 6:23). Muerte, en las Escrituras, no significa “aniquilación” o “completa destrucción.” No hay lugar en la Palabra de Dios donde la palabra “aniquilación” se pueda sustituir por “muerte.” a. Muerte espiritual. “Pero la que se entrega a los placeres, viviendo está muerta.” (I Tim. 5:6). b. Muerte eterna. “Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda.” (Ap. 20:14). “y a vosotros que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo; los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder, ” (II Tes. 1:7, 8, 9). Ver también Apocalipsis 20:12; 21:8. No había muerte antes de que el pecado llegara a la vida del hombre. El hombre fue creado para morar con Dios para siempre. Entonces la muerte “pasó a todos los hombres” (Rom. 5:12). La palabra “pasó” se traduce “traspasará” en Lucas 2:35; “pasar por” en Mateo 19:24 y en I Corintios 10:1. 2. Perdición. “Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu nombre; a los que me diste, yo los guardé, y ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de perdición, para que la Escritura se cumpliese.” (Juan 17:12). La palabra “Perdición” es la misma que “perezca” (Juan 3:16) y “destruir” (Mat. 10:28). 3. Condenación. “El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.” (Juan 3:18). La palabra “condenación” es un término legal, e indica una decisión judicial. Esta misma palabra, “condenación,” aparece en Juan 5:29, y como “castigo” en Mateo 11:22, 24; II Pedro 2:4, 9; 3:7; I Juan 4:17; Judas 6. 4. Culpa. “Pero sabemos que todo lo que la ley dice, lo dice a los que están bajo la ley, para que toda boca se cierre y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios; ” (Rom. 3:19). 5. Perdición. “Solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo, para que o sea que vaya a veros, o que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del evangelio, y en nada intimidados por los que se oponen, que para ellos ciertamente es indicio de perdición, mas para vosotros de salvación; y esto de Dios. ” (Fil. 1:27, 28). Ver también Juan 17:12; II Tesalonicenses 2:3; Hebreos 10:39; II Pedro 3:7; Apocalipsis 17:8, 11. Esta misma palabra “perdición” aparece en Mateo 7:13: “Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella.” Ver también Romanos 9:22; Filipenses 3:19; II Pedro 3:16. (En el Nuevo Testamento la palabra “destrucción” significa “ruina”.) En Mateo 26:8 se traduce “desperdicio”: “Al ver esto, los discípulos se enojaron, diciendo: ¿Para qué este desperdicio?” En Mateo 9:17 aparece como “se pierden”: “Ni echan vino nuevo en odres viejos; de otra manera los odres se rompen, y el vino se derrama, y los odres se pierden; pero echan el vino nuevo en odres nuevos, y lo uno y lo otro se conservan juntamente.” 6. Castigo. “E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.” (Mat. 25:46). No hay diferencia entre esta Escritura y Hebreos 12:6: “Porque el Señor al que ama, disciplina, Y azota a todo el que recibe por hijo.” Pero castigo es para los pecadores inconversos, disciplina es para los santos.


7. Eterno. “E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.” (Mat. 25:46). Ver también Judas 6; II Tesalonicenses 1:9; Apocalipsis 20:10; 14:11. Algunos dicen que las palabras “por siempre” y “eterno” significan “una larga vida, una edad”, en otras palabras, dicen que los pecadores culpables sufrirán el fuego del infierno solamente por un tiempo; y después de ser purificados, disfrutaran vida eterna con el resto de los santos de Dios. Pero a esto decimos, “si el infierno y la condenación no son por siempre y eternos, entonces tampoco hay tal cosa como vida eterna, ni eterna salvación.” Es que la misma palabra “eterna,” o “para siempre,” es usada para referirse a Dios, “¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?” (Heb. 9:14). “pero que ha sido manifestado ahora, y que por las Escrituras de los profetas, según el mandamiento del Dios eterno, se ha dado a conocer a todas las gentes para que obedezcan a la fe,” (Rom. 16:26). Si el castigo en el infierno no fuese eterno, tampoco la salvación sería eterna, y ¡Dios no sería eterno! ¡Pero lo es! Así que la salvación es eterna y el castigo es eterno. Gloria sea al Dios Eterno. Capítulo 6 Soteriología - La Doctrina de la Salvación SOTERIOLOGIA I. Arrepentimiento. A. Citas bíblicas. B. Explicación. C. Manifestación. D. Condición. E. Definición. II. Fe. A. Citas bíblicas. B. Explicación. C. Donación. D. Centralización E. Producción. III. Regeneración. A. Citas bíblicas. B. Explicación. C. Necesidad. D. Condición. IV. Justificación. A. Citas bíblicas. B. Explicación. C. Condición. D. Ilustración. E. Manifestación. V. Santificación. A. Citas bíblicas. B. Explicación. C. Condición.


D. Definición. VI. Adopción. A. Citas bíblicas. B. Explicación. C. Originación. D. Consumación. E. Manifestación. VII. Redención. A. Citas bíblicas. B. Explicación. VIII. Oración. A. Afirmación. B. Delineación. C. Explicación. D. Estimulación. E. Ilustración. F. Regulación. G. Condición. H. Limitación. I. Mediación. Capitulo 6 SOTERIOLOGIA Soteriología es la Doctrina de la Salvación. I. ARREPENTIMIENTO A. Citas bíblicas. “En aquellos días vino Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea, y diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.” (Mat. 3:1, 2). “Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.” (Mat. 4: 17). Pablo testifico “testificando a judíos y a gentiles acerca del arrepentimiento para con Dios, y de la fe en nuestro Señor Jesucristo.” (Hechos 20:21). “Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete.” (Ap. 3:19). Ver también Marcos 6:12; Lucas 24:47; Hechos 2:38; 11:18; 26:20; II Pedo 3:9. Para aquellos que dicen que el arrepentimiento no debe ser predicado hoy, y que no es esencial para la salvación, apuntamos que el arrepentimiento fue predicado por Juan el Bautista, el Señor Jesucristo, y el apóstol Pablo. El arrepentimiento fue proclamado antes de Pentecostés, en Pentecostés, y después de Pentecostés. “Os digo: No; antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente.” (Lucas 13:5). B. Explicación. 1. No es simple reforma. Arrepentimiento es totalmente un acto interno de la mente. Para muchos significa volverse de sus pecados, pero si fuera así, seria reformación o reforma. Arrepentimiento no es hacer algo, como un hecho, porque ningún hombre es salvo por hacer algo. Un hombre puede volverse de sus pecados y todavía no ser un cristiano.


2. No es contrición. Queremos decir con esto que el arrepentimiento no es una agonía del alma por el pecado. Muchas personas encarceladas están tristes. ¿Todos están tristes por los crímenes que cometieron? No. Muchos están tristes porque fueron apresados. Creemos, de todos modos, que en un caso genuino de arrepentimiento, el pecador estará triste por su pecado. La tristeza por el pecado no es arrepentimiento, pero puede llevar al arrepentimiento. “Porque la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación, de que no hay que arrepentirse; pero la tristeza del mundo produce muerte. ” (II Cor. 7:10). 3. No es Penitencia. Penitencia es una expresión de tristeza (por algún hecho) que se hace para pagar por el pecado; es algo como un juicio. 4. Es un cambio de mente. El sentido literal de la palabra arrepentimiento es “pensamiento posterior” o “reconsideración.” Por “cambio de mente” no queremos significar un “cambio de opinión”; un “cambio de mente” es la sustitución de una vieja mente por una nueva. Es nueva en carácter. Verdadero arrepentimiento es un cambio de mente que conducirá a un cambio de acción, pero déjeme aclararle que es posible un cambio de acción sin un cambio de mente. Un buen ejemplo de arrepentimiento encontramos en Mateo 21:28, 29: “Pero ¿qué os parece? Un hombre tenía dos hijos, y acercándose al primero, le dijo: Hijo, vé hoy a trabajar en mi viña. Respondiendo él, dijo: No quiero; pero después, arrepentido, fue.” Antes de que alguien pueda ser salvo debe haber arrepentimiento. Debe haber un cambio de mente sobre muchas cosas: pecado, ego, Dios y Jesucristo. “que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad, ” (II Tim. 2:25). Arrepentimiento es poner sus pensamientos del lado de Dios. autojuzgarse.

Arrepentimiento es

C. Manifestación. 1. Cambio en el intelecto. 2. Cambio de sentimientos. 3. Cambio de voluntad. 4. Cambio de acción. D. Condición. 1. Por medio de la bondad de Dios. “¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento?” (Rom. 2:4). Ver también II Pedro 3:9. 2. Por medio del evangelio de Dios. “Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos? Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo . . . Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas.” (Hechos 2:37, 38, 41).


3. Por medio de la enseñanza Escritural. “Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido; 2:25 que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad,” (II Tim. 2:24, 25). 4. Por medio de la disciplina de Dios. “Por tanto, arrepiéntete; pues si no, vendré a ti pronto, y pelearé contra ellos con la espada de mi boca.” (Ap. 2:16). Ver también Apocalipsis 2:5; 3:3; Hebreos 12:6-11. E. Definición. El arrepentimiento es una obra de Dios que resulta en un cambio de mente en lo referido a la relación del hombre con Dios. No es ni tristeza ni penitencia, aunque la tristeza penitente puede llevar a un cambio de mente. El arrepentimiento es siempre un elemento de la fe salvadora. II. FE A. Citas bíblicas. “Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.” (Rom. 1:17). “Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley.” (Rom. 3:28). Ver también Mateo 9:22; Hechos 26:18; Romanos 4:5; II Corintios 5:7; Efesios 2:8; Hebreos 11:6; Santiago 5:15; I Pedro 1:5. B. Explicación. Una buena definición de fe es: confianza en otros; Dependencia sobre un testimonio. La verdadera fe está compuesta por los siguientes elementos: 1. Conocimiento. Uno debe estar informado antes de poder tener fe. Esto es cierto tanto en las cosas de los hombres, como en las cosas de Cristo. Es imposible tener fe en Cristo sin conocerle por la Palabra. “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.” (Rom. 10:17). A veces podemos pedir más fe, pero ese pedido no tiene lugar. Para incrementar nuestra fe, tenemos que leer más la Palabra de Dios. Antes de que una persona pueda tener fe, debe conocer que existe. 2. Creencia. El segundo elemento de la fe es la creencia. Toda persona sabe lo que eso significa, eso es, aceptarlo como la verdad. Las personas pueden saber que hay un salvador por el nombre de Jesús, y creer que El puede salvar. Aun así, esto no es fe salvadora. Para tener fe en una silla, uno debe saber que existe, y creer que puede sostenerlo. Todavía eso no es fe completa en la silla, hasta que el tercer elemento se involucra, y eso es: 3. Confianza. Una cosa es saber que Cristo murió, y creerlo; otra cosa es confiar en El, el Salvador muerto y resucitado, para salvación personal. Tomemos la silla de nuevo por ejemplo: Uno puede saber que la silla existe, y creer que puede sostenerlo, pero la fe no es ejercida hasta que se siente en ella. ¿Está usted confiando completamente en Cristo para su salvación? 4. Reposo. Esto significa completo reposo en Cristo. Cuando alguien se acuesta sobre una cama, se relaja y descansa. Cuando ponemos nuestra confianza en Cristo, deberíamos relajarnos y descansar en El.


C. Donación. 1. De Dios el Padre. “Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.” (Rom. 12:3). 2. De Dios el Hijo. “puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.” (Heb. 12:2). 3. De Dios el Espíritu Santo. “Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu; a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu.” (I Cor. 12:8, 9). D. Centralización. El objeto de fe es Cristo, y sólo El. E. Producción. El fin de la fe es la salvación. “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.” (Ef. 2:8, 9). III. REGENERACION A. Citas bíblicas. “Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. . . Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.” (Juan 3:3, 5). Nosotros somos “renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre.” (I Pedro 1:23). “Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios.” (I Juan 3:9). Ver también I Juan 2:29; 5:4, 18. B. Explicación. 1. No es una Reforma. Algunas personas piensan que por dar vuelta una nueva hoja uno llega a ser un hijo de Dios. Algunas personas dejan de beber por problemas del corazón, no porque saben que es pecado contra Dios. Aunque pudiese cesar de cometer todo pecado; aun así no sería regeneración. 2. No es Conversión. Muchas vece hablamos de regeneración como conversión, pero, en realidad, “conversión” significa volverse. La persona salva puede convertirse (volverse) aun después de ser salvo, como por ejemplo Pedro. 3. No es Confirmación. Algunas iglesias, mientras administran cierto ritual eclesiástico, afirman que los participantes (comúnmente niños de 12 o 13 años de edad) reciben el Espíritu Santo con la unción de aceite. Esta es una falsa doctrina. Uno no recibe el Espíritu Santo por el procedimiento de un hombre, sino por recibir a Cristo como salvador personal. 4. No es por agua bautismal. No hay fe salvadora en toda el agua del mundo. Alguien puede preguntar, entonces, “¿por qué debemos ser bautizados?” Porque aspiramos a una


buena conciencia delante de Dios (I Pedro 3:21b). Es una ordenanza que nos identifica públicamente con la muerte, la sepultura y resurrección de Cristo, y nada más. 5. No es membresía en alguna iglesia. Se nos amonesta en Hebreos10:25 para no dejar de reunirnos como algunos ya lo tienen por costumbre. De todos modos, esto no trae cambio en el corazón del pecador. Recuerda, la palabra “iglesia” significa “asamblea de llamados afuera.” Pero convocar una asamblea humana no puede dar salvación. Algunos creen que la iglesia salva. Pero, acaso hay alguna asamblea en la tierra que pueda dar salvación? Puede una compañía de llamados afuera hacer a una persona hijo de Dios? No. No existe asamblea alguna a la cual le podamos confiar la salvación de nuestra alma. 6. No es tomar la Cena del Señor. No hay eficacia salvadora, o limpieza de pecados, en participar de los elementos de la Cena del Señor. La Cena del Señor se toma solo en memoria de Cristo y su obra en el Calvario. Y debemos hacerlo, en memoria de El, hasta que El vuelva. 7. Es un Nuevo Nacimiento. “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.” (II Cor. 5:17). “Si sabéis que él es justo, sabed también que todo el que hace justicia es nacido de él.” (I Juan 2:29). C. Confrontación. Cada persona debe nacer de nuevo. Es una necesidad declarada por el Señor mismo. 1. En vista a la depravación del hombre. “Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.” (Juan 3:6). Las palabras, “debes nacer de nuevo,” pueden ser mejor traducidas como, “debes nacer de lo alto.” El hombre debe nacer de lo alto si ha de vivir algún día arriba en los cielos. 2. En vista a la necesidad universal del hombre. No hay ningún hombre en ningún lugar que no necesite nacer de nuevo. “por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,” (Rom. 3:23). 3. En vista a la Santidad de Dios. Si alguien va a ser recibido por Dios y va a se hecho un hijo de Dios por el Justo y Santo Dios, un gran cambio debe tener lugar para hacer a ese individuo santo. “porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.” (I Pedro 1:16). D. Condición. 1. La obra de Dios. El proceso para llegar a ser un hijo de Dios no es por una regeneración natural. El hombre no se puede regenerar a si mismo. No es asunto de la voluntad humana, sino de Dios. “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.” (Juan 1:12, 13). Hablando en forma práctica, nosotros no tuvimos nada que ver con nuestro primer nacimiento, y no tenemos nada que ver con este nuevo nacimiento. 2. El elemento humano. Mientras que es Dios quien regenera al pecador que cree, hay un rol que le corresponde al hombre; ¡él debe creer! “Por gracia sois salvos”; Sí, pero “por medio de la fe.” “Nadie va al Padre sino por mí.” Sí, Jesús es el camino, pero el pecador debe venir con fe. El pecador debe recibir a Cristo por su propia fe. Esta es la parte humana. Dios hace el resto. IV. JUSTIFICACION


A. Citas bíblicas. "Siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús,” (Rom. 3:24). “sino también con respecto a nosotros a quienes ha de ser contada, esto es, a los que creemos en el que levantó de los muertos a Jesús, Señor nuestro, el cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación.” (Rom. 4:24,25). “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; ” (Rom. 5:1). “Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.” (I Cor. 6:11). Ver también Romanos 3:26; 5:9; Galatas 2:16, 17; Tito 3:7. B. Explicación. Justificar es “reconocer, declarar justo, o mostrar justo a alguien.” Justificar no significa "hacer justo". Dios declara al pecador que cree como "justo". No lo hace justo. Justificación es un término legal. En las cortes humanas, la ley está por encima del Juez. Si el Juez es honesto y justo, él no puede mostrar misericordia. El debe declarar a la persona inocente o culpable, de acuerdo a la ley. En la corte de la ley de Dios, el hombre culpable, es traído ante el estrado del juicio de Dios y puede ser declarado no culpable. Dios esta por encima de su Ley. En las cortes humanas, una persona culpable podría ser perdonada, el crimen podría ser perdonado pero no pagado. En la corte de Dios no es así. Todos los pecados deben ser pagados por el castigo del pecador. Tres cosas son incorporadas en la justificación de Dios. 1. Perdón. “Mas aquel a quien Dios levantó, no vio corrupción. Sabed, pues, esto, varones hermanos: que por medio de él se os anuncia perdón de pecados, y que de todo aquello de que por la ley de Moisés no pudisteis ser justificados, en él es justificado todo aquel que cree.” (Hechos 13:37-39). Otro ha pagado por lo pecados de este pecador, su sustituto, el Señor Jesucristo. Dios nunca perdona a un pecador aparte de su perdón en Cristo. 2. Imputación. “Bienaventurado el hombre a quien Jehová no culpa de iniquidad, Y en cuyo espíritu no hay engaño.” (Sal. 32:2). “Bienaventurado el varón a quien el Señor no inculpa de pecado.” (Rom. 4:8). “Pues antes de la ley, había pecado en el mundo; pero donde no hay ley, no se inculpa de pecado.” (Rom. 5:13). Imputación significa “poner algo a cuenta de.” Por lo tanto, la justicia de Cristo es puesta a cuenta de los pecadores que creen en El. Todos los pecados de los creyentes fueron puestos a cuenta de Cristo, El pagó por todos ellos. En cambio, Su justicia fue puesta a cuenta de los creyentes, y ellos fueron declarados justos, al momento de creer en Cristo. 3. Comunión. “un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos.” (Ef. 4:6). Esta es la comunión de Dios y el creyente como padre e hijo. Recuerda, Dios es Padre solamente de sus hijos, no de los inconversos. C. Condición. 1. Negativa.


a. No por obras. “Pero al que obra, no se le cuenta el salario como gracia, sino como deuda; mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia.” (Rom. 4:4, 5). Ver también Romanos 11:6. b. No por las obras de la Ley. “Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe vivirá;” (Gal. 3:11). Ver también Romanos 3:20; Galatas 2:16. 2. Positiva. a. Por Dios. Con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús.” (Rom. 3:26). Ver también Romanos 8:33. b. Por Gracia. “Para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna.” (Tito 3:7). Ver también Romanos 3:24. c. Por Sangre. “Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira.” (Rom. 5:9). Ver también Romanos 3:24, 25. d. Por Fe. “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; ” (Rom. 5:1). e. Por Resurrección. "sino también con respecto a nosotros a quienes ha de ser contada, esto es, a los que creemos en el que levantó de los muertos a Jesús, Señor nuestro, el cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación.” (Rom. 4:24, 25). D. Ilustración. 1. Abraham (Rom. 4:1-5). 2. David (Rom. 4:6-8). 3. Noé (Heb. 11:7). E. Manifestación. 1. En obras. “¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? ¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por las obras? Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia, y fue llamado amigo de Dios.” (Santiago 2:21-23). La gratitud es la evidencia de la salvación, y se manifiesta en buenas obras. Muchas veces las buenas obras son muy, muy débiles, pero Dios acepta la buena voluntad que esta detrás de ellas. 2. En experiencia. “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.” (Rom. 5:1-5). V. SANTIFICACION Esta es una fase de la salvación que se confunde mucho hoy en día. El estudiante de la Biblia se sorprenderá de lo que Dios dice acerca de la santificación. Mucho se dice acerca de la experiencia, y creemos en la experiencia; pero seamos cuidadosos y dejemos que la Palabra de Dios interprete nuestra experiencia, en vez de que nuestra experiencia interprete la Palabra de Dios.


A. Citas bíblicas. “pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación;. . . Pues no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a santificación.” (I Tes. 4:3, 7). “a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro:” (I Cor. 1:2). “Porque el que santifica y los que son santificados, de uno son todos; por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos, ” (Heb. 2:11). “Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor. ” (Heb. 12:14). Ver también I Pedro 1:2; Juan 17:17; Éxodo 13:2; Jeremías 2:3; Efesios 1:1. Las palabras “santificación, santidad, y santos” provienen todas de la misma raíz. B. Explicación. 1. No es mejoramiento de la carne. Nunca se dice en la Escritura que la obra del Espíritu Santo sea mejorar la vieja naturaleza. El hombre natural no puede entender al Espíritu Santo. ¿Cómo podría el hombre natural ser mejorado por el Espíritu Santo? Es duro decirlo, sin embargo, es cierto, la carne del creyente no es mejor que la carne de un inconverso. La Escritura dice, “Haced pues morir las obras de la carne.” 2. No es erradicación de la naturaleza pecaminosa. Están aquellos que sostienen que un creyente puede tener una experiencia de purificación que quemará toda su carnalidad, dejándole sin pecado, y sin la capacidad de cometer pecado. Nosotros prevenimos al creyente para que compruebe su experiencia por la Palabra de Dios, en vez de tratar de probar la Palabra de Dios por su experiencia. Aunque el Antiguo Testamento fue escrito en Hebreo, y el Nuevo Testamento fue escrito en Griego, las palabras “santificación,” “santidad,” y “santos” todas tienen la misma raíz de significado. Para aquellos que sostienen que la santificación es una experiencia por la cual la naturaleza pecaminosa es erradicada, necesitamos volver a la Palabra de Dios y ver como el concepto de santificación es usado: “Ungirás también el altar del holocausto y todos sus utensilios; y santificarás el altar, y será un altar santísimo.” (Ex. 40:10). ¿Dónde está la erradicación aquí? ¿Acaso tenía el altar naturaleza pecaminosa? Aquí tenemos otro ejemplo: “Moisés dijo a Jehová: El pueblo no podrá subir al monte Sinaí, porque tú nos has mandado diciendo: Señala límites al monte, y santifícalo.” (Ex. 19:23). ¿Tenía el Monte Sinaí naturaleza pecaminosa? “Y también que se santifiquen los sacerdotes que se acercan a Jehová, para que Jehová no haga en ellos estrago. ” (Ex. 19:22). ¿Cómo podían estos sacerdotes erradicar sus propias naturalezas pecaminosas? “¿al que el Padre santificó y envió al mundo, vosotros decís: Tú blasfemas, porque dije: Hijo de Dios soy?” (Juan 10:36). Aquí Cristo mismo habla de haber sido santificado. ¡Y no hay naturaleza pecaminosa aquí! “Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad.” (Juan 17:19). ¿Significa esto erradicación de la naturaleza pecaminosa? Por supuesto que no. “Porque el marido incrédulo es santificado en la mujer, y la mujer incrédula en el marido; pues de otra manera vuestros hijos serían inmundos, mientras que ahora son santos.” (I Cor. 7:14). Es posible que esposas creyentes puedan erradicar las naturalezas pecaminosas de sus esposos inconversos? Si santificación significa erradicación de la naturaleza pecaminosa, necesitamos una explicación para el siguiente texto: “sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros; ” (I Pedro 3:15). Cristianos carnales son santificados; eso no habla de erradicación de naturaleza pecaminosa (I Cor. 1:1, 2 con 3:1, 3).


3. No es santurronería. Santificación no es una devoción hipócrita ni fingida. Santificación no está marcada por el recorte de la barba, o el uso de medias negras, y cosas por el estilo. 4. No es una segunda bendición. En II Corintios 1:15 Pablo habla de su confianza de ir a la iglesia en Corinto para compartirles un segundo beneficio, no una segunda bendición. Esta epístola fue escrita a personas que ya estaban santificadas (I Cor. 1:2 y 6:11). 5. Es “ser puestos Aparte.” La idea de la raíz de la palabra siempre significa “ser puesto aparte,” o “separación.” Santificar siempre significa poner aparte con un propósito, ya sea respecto a un elemento, un santo o un pecador. El hombre no salvo puede separarse, o santificarse a si mismo al pecado. “Los que se santifican y los que se purifican en los huertos, unos tras otros, los que comen carne de cerdo y abominación y ratón, juntamente serán talados, dice Jehová.” (Is. 66:17). Jesús se santificó a si mismo; pero decir que El erradicó su naturaleza pecaminosa es una blasfemia. El sábado fue santificado, y nosotros sabemos que el sábado no tiene naturaleza pecaminosa. Otra vez enfatizamos que las palabras “santidad,” “santificación,” y “santo” todas provienen de la misma raíz que significa “poner aparte,” “separación.” La palabra “santificar” en Éxodo 13:2, y la palabra “santidad” en Salmo 29:2, y la palabra “santos” del Salmo 34:9 son la misma palabra. La palabra “santificar” de Juan 17:17, y la palabra “santo” de Filipenses 1:1, y la palabra “santidad” de Hebreos 12:10 son todas las mismas palabras. Ahora bien, la Santificación, ser puesto aparte, se expresa de 3 maneras: a. Posicional. “Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.” (I Cor. 6:11). Somos santificados al momento de creer. “Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad, ” (II Tes. 2:13). La Santificación posicional está primera en orden, absolutamente. Dios nunca nos desafía a trabajar por una posición; El primero nos coloca en una posición, nos aparta para El, y nos asegura esa posición. Un santo verdaderamente es un hombre de Dios. b. Práctica. “Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios. ” (II Cor. 7:1). “Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.” (II Pedro 3:18). Ese es nuestro presente estado de santificación. Un santo nunca crece a santificación, sino que crece en santificación. Cada creyente es un santo; de todos modos, algunos creyentes no proceden como santos. El creyente todavía tiene la carne en El y a veces le obedece. Entonces Dios, por Cristo Jesús, por medio del Espíritu Santo, trae disciplina. Ver Juan 17:17; I Tesalonicenses 4:3; Hebreos 12:10; II Corintios 3:18. c. Postrera. La santificación completa y perfecta ocurrirá en el futuro, a la segunda venida de Cristo. “Y el Señor os haga crecer y abundar en amor unos para con otros y para con todos, como también lo hacemos nosotros para con vosotros, para que sean afirmados vuestros corazones, irreprensibles en santidad delante de Dios nuestro Padre, en la venida de nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos.” (I Tes. 3:12, 13). C. Condición.


1. Del lado divino. a. A través de Dios el Padre. “Conságrame todo primogénito. Cualquiera que abre matriz entre los hijos de Israel, así de los hombres como de los animales, mío es.” (Ex. 13:2). b. A través de Dios el Hijo. “Por lo cual también Jesús, para santificar al pueblo mediante su propia sangre, padeció fuera de la puerta.” (Heb. 13:12). c. A través de Dios el Espíritu Santo. “Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad, ” (II Tes. 2:13). 2. Del lado humano. a. Por la Fe en la obra redentora de Jesucristo. “Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención; ” (I Cor. 1:30). b. Por el Estudio de y obediencia a, la Palabra de Dios. “Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado.” (Juan 15:3). c. Por presentar a disposición nuestros cuerpos. “Hablo como humano, por vuestra humana debilidad; que así como para iniquidad presentasteis vuestros miembros para servir a la inmundicia y a la iniquidad, así ahora para santificación presentad vuestros miembros para servir a la justicia.” (Rom. 6:19). d. Por medio de disciplina. “Porque el Señor al que ama, disciplina, Y azota a todo el que recibe por hijo...Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados.” (Heb. 12:6, 11). D. Definición. 1. Santificación es la obra de Dios por el creyente, poniéndolo aparte para Dios. 2. Santificación es la obra de Dios en el creyente, por medio del Espíritu y la Palabra, transformándolo a la imagen de Cristo progresivamente. 3. Santificación es la obra de Dios por la cual perfeccionara al creyente a la imagen de Cristo al tiempo de su regreso en gloria. VI. ADOPCION A. Citas bíblicas. “y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo." (Rom. 8:23). Además hay otros 4 lugares en el Nuevo Testamento donde la palabra “adopción” se menciona: Romanos 8:15; 9:4; Galatas 4:4, 5; Efesios 1:5. B. Explicación. La palabra “adopción” en nuestra sociedad tiene un significado enteramente distinto al del mundo griego de aquellos días. En nuestros días significa tomar una persona de otra familia y hacerla legalmente nuestro propio hijo o hija. La palabra griega significa “colocar como hijo.” En los tiempos del Nuevo Testamento, cuando un niño o niña era menor, él o ella diferían poco de un esclavo (Gal. 4:1). Pero al día señalado por el padre, entre los doce y catorce años, se tenía una celebración declarándole hijo de edad. El niño o niña habían nacido


en la familia como hijos; pero al alcanzar mayoría de edad, ese niño o niña eran declarados hijos en posición de mayores. Lo mismo es cierto en el caso del creyente. No es adoptado a la familia de Dios; es nacido en la familia de Dios. Por nacimiento es un hijo de Dios; por adopción será un hijo de Dios. C. Origen. “según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, ” (Ef. 1:4, 5). D. Consumación. Nosotros ya somos hijos nacidos de Dios. “pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús; ” (Gal. 3:26). Pero seremos hijos de Dios en aquel día señalado por el Padre. A su tiempo nos presentará abiertamente como los hijos de Dios. No lucimos como hijos de Dios ahora, pero algún día el mundo nos reconocerá como los hijos de Dios. Esto tendrá lugar en la segunda venida de Cristo. “y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo.” (Rom. 8:23). E. Manifestación. 1. Liberados de un esclavizante temor a Dios. “Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!” (Rom. 8:15). 2. Poseedores de la posición de hijos. 3. Hechos sujetos a los privilegios y a las responsabilidades de los hijos adultos. VII. REDENCION La Biblia está llena de Redención. Es el carácter de Dios salvar. El puede destruir, pero El ama salvar. El gran tema de la Biblia es Jesucristo. Y el mensaje de la Palabra es redención. A. Citas bíblicas. “Cuando tu hermano empobreciere, y vendiere algo de su posesión, entonces su pariente más próximo vendrá y rescatará lo que su hermano hubiere vendido...Si el forastero o el extranjero que está contigo se enriqueciere, y tu hermano que está junto a él empobreciere, y se vendiere al forastero o extranjero que está contigo, o a alguno de la familia del extranjero; después que se hubiere vendido, podrá ser rescatado; uno de sus hermanos lo rescatará.” (Lev. 25:25, 47, 48). “Sion será rescatada con juicio, y los convertidos de ella con justicia.” (Is. 1:27). “en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia, ” (Ef. 1:7). Ver también Nehemías 5:8; Colosenses 1:4; Galatas 3:13; I Corintios 1:30; Romanos 8:23. B. Explicación. Hay 4 palabras hebreas en el Antiguo Testamento que presentan la Redención, y todas significan “hacer libre.” La palabra “goel” es usada en 2 maneras: primero, Aquel que redime; segundo, el acto de redimir. El “goel” era siempre un pariente cercano. Aunque


la palabra “redención” significa “hacer libre,” incorpora el significado de “comprar, adquirir.” La Redención de un hijo de Dios es por su Pariente Cercano, el Señor Jesucristo, quien tiene el precio de redención, su propia preciosa sangre. 1. La Redención declarada. a. Es enteramente de Dios (Juan 3:16). b. Es a través de una persona, Cristo (I Pedro 1:18, 19). c. Es por sangre (Heb. 9:12). d. Es por poder (I Cor. 1:30). 2. La Redención manifestada. El uso de la palabra “redención” es presentado en las siguientes 3 maneras: a. Comprar o adquirir en un mercado de esclavos. El Señor Jesucristo vino a este mercado de esclavos de pecado y nos compro. b. Adquirir y sacar del mercado. Después de comprar un esclavo, el amo lo saca del mercado. Estamos esperando que nuestro Amo venga y nos saque de este mercado de esclavos. c. Soltar o hacer libre. El Señor Jesucristo no es un comerciante de esclavos; ni cuidador de esclavos. Un día el Señor Jesucristo no hará libres de la esclavitud de corrupción y pecado, y conoceremos la perfecta libertad de ser los hijos de Dios. En Israel un hombre no podía ser esclavo para siempre contra su voluntad. Después de llegar a ser esclavo, el podía ser liberado por redención por un pariente cercano, o esperar el año Sabático o el año de Jubileo, cuando todos los esclavos eran liberados. Pero si él amaba a su amo, de todos modos, y no le interesaba ser liberado bajo ninguna circunstancia, podía ir a su amo, quien agujerearía su oreja y le haría esclavo de por vida (Ex. 21:6). Pablo dijo que era esclavo de Jesucristo, un esclavo de por vida. El fue comprado por sangre, y hecho esclavo por amor. El cristiano debería tener su oreja agujereada, figurativamente hablando. El debería reconocer que ha sido crucificado con Cristo. VIII. Oración La oración es el elemento esencial del carácter cristiano pero lamentablemente es una gran carencia en la mayoría de los cristianos hoy. Una razón para esto es que la oración es malentendida. La oración es la mayoría de las veces una idea de pedir y recibir. Bueno, lo es; sin embargo, es mucho más. Fallamos en ver el valor de la oración como comunión con nuestro Dios (Is. 43:21, 22; 64:6,7; Zof. 1:46; Dan. 9:13,14 con Oseas7:13, 14; 8:13, 14). A. Afirmación. 1. Es pecado ser negligentes en la oración. “Así que, lejos sea de mí que peque yo contra Jehová cesando de rogar por vosotros; antes os instruiré en el camino bueno y recto.” (I Sam. 12:23). 2. Esta así señalado por Dios. “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?” (Mat. 7:7-11).


3. Es un mandamiento de Dios. “Orad sin cesar” (I Tes. 5:17). “Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias; ” (Col. 4:2 ). 4. Es necesario pedir. “no tenéis lo que deseáis, porque no pedís” (Sant. 4:2c). B. Delineación. 1. Abraham oró por Sodoma (Gen. 18). 2. Jacob oró su primera oración personal (Gen. 32:9-12). Ver otras oraciones personales (Deut. 26:1-16; Ex. 5:22). 3. Josué y los Jueces clamaron al Señor (Jos. 7:6-9; Jue. 10:14). 4. Samuel oró como intercesor (I Sam 7:5, 12). 5. David oró con acción de gracias (II Sam. 7). 6. Los creyentes derraman su corazón delante de Dios (Sal. 42:4; 62:8). C. Explicación. 1. Catecismo presbiteriano. “Oración es el ofrecimiento de nuestros deseos a Dios, por cosas accesibles a su voluntad, en el nombre de Cristo, con confesión de nuestros pecados y agradecido reconocimiento por su misericordia.” 2. Definición Escritural. a. Como niño yendo al Padre. “Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!” (Rom. 8:15). b. Como niño clamando al Padre. “El, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga?” (Hechos 9:6). c. Como niño deseando estar con el Padre. “E invocó Jabes al Dios de Israel, diciendo: ¡Oh, si me dieras bendición, y ensancharas mi territorio, y si tu mano estuviera conmigo, y me libraras de mal, para que no me dañe! Y le otorgó Dios lo que pidió.” (I Cron. 4:10). d. Como niño pidiendo al Padre. “Si el cielo se cerrare y no lloviere, por haber ellos pecado contra ti, y te rogaren en este lugar y confesaren tu nombre, y se volvieren del pecado, cuando los afligieres, tú oirás en los cielos, y perdonarás el pecado de tus siervos y de tu pueblo Israel, enseñándoles el buen camino en que anden; y darás lluvias sobre tu tierra, la cual diste a tu pueblo por heredad.” (I Reyes 8:35, 36). e. Como un niño pidiendo intercesión del Padre. “Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero; todos tenían arpas, y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos;” (Ap. 5:8). Ver también Apocalipsis 8:34. f. Como un niño esperando en silencio delante de Dios. “El deseo de los humildes oíste, oh Jehová; Tú dispones su corazón, y haces atento tu oído,” (Sal. 10:17). 3. Experiencia humana. Los santos han encontrado estas verdades a través de la oración. a. Es una mente ferviente puesta en Dios. b. Es laboriosa la tarea (Col. 4:12). c. Es un asunto de emprendimiento. D. Estimulo.


1. Abundante cantidad de testimonios de cristianos demuestra que Dios contesta oraciones. 2. Universalidad de expresiones en las Escrituras: todo aquel, todo aquello, todo tiempo. 3. Las riquezas de las promesas de Dios para las oraciones de los creyentes. 4. El acceso con confianza a través de Jesucristo. “Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne, y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura.” (Heb. 10:19-22). 5. La ayuda segura por el Espíritu Santo. “Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.” (Rom. 8:26). 6. La revelación de Dios a través de Jesucristo. “A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.” (Juan 1:18). 7. El suplir sin limites de la Gracia en Cristo. “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.” (Fil. 4:19). 8. La posibilidad ilimitada de la fe. posible.” (Marcos 9:23).

“Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es

9. La abundante habilidad de Dios. “Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, ” (Ef. 3:20). E. Ilustración. 1. Abraham Intercediendo por Sodoma (Gen. 18:22, 23; 19:29). 2. Oración del siervo de Abraham (Gen. 24:12). 3. Oración personal de Jacob (Gen. 32:9-12). 4. Intercesión de Moisés por Israel (Ex. 32:11-14, 30-34; Num. 14:11-21). 5. Samuel intercediendo por el rey y por el pueblo (I Sam. 12:6-25). 6. Elías orando por fuego y agua (I Reyes 18:25-41; Santiago 5:17, 18). 7. La oración de Nehemias por Jerusalén (Neh. 2:4). 8. La oración de Josué por discernimiento (Jos. 7:7-9). 9. La oración de Sansón por fuerzas renovadas (Jue. 16:28). 10. La oración de Ana pidiendo un niño (I Sam. 1:10, 11). 11. La oración de penitencia de David (Sal. 51).


12. La oración por sabiduría de Salomón (I Reyes 3:5-9). 13. La oración de dedicación de Salomón (I Reyes 8:25-53). 14. La oración de Jonás por su liberación (Jonás 2). 15. La oración de alabanza de Habacuc (Hab. 3). 16. Las oraciones de intercesión de Pablo por los santos (Ef. 1:15-23; 3:14-21; Col. 1:914). 17. La oración del malhechor por perdón (Lucas 23: 42, 43). 18. La oración de Esteban en sumisión (Hechos 7:59, 60). 19. La oración por fuerzas del Señor Jesús (Mat. 26:27-46). 20. La ultima oración de la Biblia (Ap. 22:20). F. Regulación. 1. La postura del cuerpo. Hay muchas presuposiciones concernientes a la postura del cuerpo para orar. Algunos sostienen que la oración no es oración si no se está de rodillas, creyendo de esa manera sería blasfemo orar caminando, y en situaciones similares. Según las siguientes Escrituras no hay una regla establecida para la posición del cuerpo al orar: a. Cristo postrado sobre su rostro. “Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú.” (Mat. 26:39). b. Salomón de rodillas. “Cuando acabó Salomón de hacer a Jehová toda esta oración y súplica, se levantó de estar de rodillas delante del altar de Jehová con sus manos extendidas al cielo; ” (I Reyes 8:54). c. Pedro sobre las aguas. “Señor, sálvame” (Mat. 14:30c). d. El ladrón en la cruz. “Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino.” (Lucas 23:42). e. Elías con su cara entre sus rodillas. “Acab subió a comer y a beber. Y Elías subió a la cumbre del Carmelo, y postrándose en tierra, puso su rostro entre las rodillas. (I Reyes 18:42). f. David en su cama. “Me he consumido a fuerza de gemir; Todas las noches inundo de llanto mi lecho, Riego mi cama con mis lágrimas.” (Sal. 6:6). 2. La hora para orar. Muchos poemas se han escrito sugiriendo la hora para orar. Sabemos que el cristiano debería seleccionar una hora que le sea la mas conveniente para estar a solas con el Señor. Otra vez aquí no hay ninguna regulación estipulada. Veamos los siguientes ejemplos: a. Daniel: tres veces al día. “Cuando Daniel supo que el edicto había sido firmado, entró en su casa, y abiertas las ventanas de su cámara que daban hacia Jerusalén, se arrodillaba tres veces al día, y oraba y daba gracias delante de su Dios, como lo solía hacer antes.” (Dan. 6:10). b. Cristo: temprano en la mañana. “Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba.” (Marcos 1:35). c. Pedro y Juan: a la hora de la oración (3 P.M.). “Pedro y Juan subían juntos al templo a la hora novena, la de la oración.” (Hechos 3:1).


3. El lugar para orar. Cual es el lugar donde Dios se encuentra con el hombre hoy en dia? Jesús le dijo: Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre. . . . Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren.” (Juan 4:21, 23). Aquí también vemos que no hay ningún mandamiento definido, no se especifica ningún lugar para orar. a. Cristo en el jardín: “Entonces llegó Jesús con ellos a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que voy allí y oro.” (Mat. 26:36). b. Cristo en el campo. “Entonces mandó a la gente recostarse sobre la hierba; y tomando los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, bendijo, y partió y dio los panes a los discípulos, y los discípulos a la multitud.” (Mat. 14:19). c. Cristo en la montaña. “En aquellos días él fue al monte a orar, y pasó la noche orando a Dios.” (Lucas 6:12). d. Pablo en un barco en el medio de la tormenta (Hechos 27). ¿Cuál es el lugar donde los cristianos deberían orar? Cristo dijo, “Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.” (Mat. 6:6). El aposento es cualquier lugar donde el creyente puede aislarse del mundo exterior. Ya sea sobre un bus, caminando por la calle, o en una habitación cerrada. Es un lugar donde el y Dios puedan estar juntos en privado. G. Condiciones. ¿Qué deberíamos hacer para que nuestras oraciones sean contestadas? El cristiano es alguien que pide para recibir. Las siguientes verdades garantizan las respuestas de oración. 1. Confianza. “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.” (Heb.11:6). 2. Insistencia. “Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.” (Lucas 11:9). Pedid: Mateo 7:7; buscad: Santiago 5:17; llamad: Hechos 12:5. 3. Determinación. “Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?” (Mat. 7:11). 4. Persistencia. “Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias; ” (Col. 4:2). Ver también Lucas 18:1-8. 5. Fe. “Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá.” (Marcos 11:24). 6. Sumisión. “Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho.” (I Juan 5:14, 15). Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos.” (Mat. 18:19). H. Limitación. 1. Cuando hay profanación espiritual. Esto sucedió en la vida Esaú. “no sea que haya algún fornicario, o profano, como Esaú, que por una sola comida vendió su primogenitura. Porque ya sabéis que aun después, deseando heredar la bendición, fue


desechado, y no hubo oportunidad para el arrepentimiento, aunque la procuró con lágrimas.” (Heb. 12:16, 17). Esaú menospreció las bendiciones que tenía por derecho de nacimiento. Las vendió a bajo costo y las perdió para siempre. En la vida cristiana, días perdidos y oportunidades perdidas se van. El ayer se fue para siempre. 2. Por penas judiciales. “Háblales, por tanto, y diles: Así ha dicho Jehová el Señor: Cualquier hombre de la casa de Israel que hubiere puesto sus ídolos en su corazón, y establecido el tropiezo de su maldad delante de su rostro, y viniere al profeta, yo Jehová responderé al que viniere conforme a la multitud de sus ídolos,” (Ez. 14:4). Ver también Deuteronomio 3:25-27; Jeremías 15:1. 3. Por fallas en el proceder. “Entonces Jehová dijo a Moisés: ¿Por qué clamas a mí? Di a los hijos de Israel que marchen.” (Ex. 14:15). Estemos seguros de que hay un tiempo para “detenerse y ver la salvación del Señor,” pero también hay un tiempo para marchar. 4. Por insinceridad. “Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa.” (Mat. 6:5). 5. Por motivaciones carnales. vuestros deleites.” (Sant. 4:3).

“Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en

6. Por incredulidad. “Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor.” (Sant. 1:6, 7). 7. Por pecado escondido. “Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad, El Señor no me habría escuchado.” (Sal. 66:18). 8. Por fallas al pedir. “no tenéis lo que deseáis, porque no pedís.” (Sant. 4:2c). Algunos encuentran un conflicto entre este versículo y Mateo 6:8: “No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis.” Cuestionan que si el Padre sabe lo que necesitamos, ¿por qué habríamos de orar y pedir? Esto ha frustrado la vida de oración de muchos cristianos. No debería ser así. Es cierto que nuestro Padre sabe todo lo que necesitamos; si no lo supiese no sería Dios. Su conocimiento, no obstante, no es garantía de que ya tengamos las cosas necesarias: “no tenéis, porque no pedís.” Cierto, el Padre sabe lo que necesitamos, pero no obstante nosotros debemos orar por eso. Sin embargo somos advertidos, que nosotros no podemos engañar a Dios y pedir por cosas que no necesitamos. I. Mediación. “Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre,” (I Tim. 2:5). “en quien tenemos seguridad y acceso con confianza por medio de la fe en él; ” (Ef. 3:12). Ver también Juan 16:24-26, “porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre.” (Ef. 2:18). Esta es la formula escritural para presentar nuestras oraciones: al Padre, a través del Hijo, y por el Espíritu. Las oraciones deberían contener lo siguiente: 1. Adoración. 2. Acciones de gracias. 3. Confesión.


4. Súplica. 5. Intercesión. Capítulo 7 Eclesiología - La Doctrina de la Iglesia ECLESIOLOGIA I. El significado de la palabra. II. El uso de la palabra. III. Lo que no es la iglesia. IV. Lo que es la iglesia. A. Un misterio. B. Un cuerpo. C. Un edificio. D. Una novia. V. Los dones para el cuerpo. VI. La iglesia local. VII. Disciplina en la iglesia. VIII. Ordenanzas en la iglesia. A. Bautismo. B. Cena del Señor. Capitulo 7 ECLESIOLOGIA Eclesiología es la doctrina de la iglesia. I. EL SIGNIFICADO DE LA PALABRA La palara “iglesia” no significa el edificio donde la congregación se reúne; ni el sistema papal del catolicismo romano. Tampoco es una compañía, ni un club, ni una organización. La iglesia no es una organización, es un organismo. La palabra iglesia traduce la palabra griega ecclesia, la cual significa compañía de llamados afuera, o asamblea. Si llamáramos a las cosas de la Biblia por los nombres correctos de la Biblia, deberíamos llamar a la iglesia la asamblea de Dios en Cristo. La palabra ecclesia siempre significa asamblea de llamados afuera. Y puede referirse a toda clase de personas; y no está limitada a creyentes en Cristo. Hay tres referencias en la Biblia que enfocan tres diferentes clases de personas. No están relacionadas entre ellas, y son llamadas asambleas. A. Una asamblea popular tumultuosa


“Y queriendo Pablo salir al pueblo, los discípulos no le dejaron. También algunas de las autoridades de Asia, que eran sus amigos, le enviaron recado, rogándole que no se presentase en el teatro. Unos, pues, gritaban una cosa, y otros otra; porque la concurrencia estaba confusa, y los más no sabían por qué se habían reunido...Y si demandáis alguna otra cosa, en legítima asamblea (IGLESIA) se puede decidir. Porque peligro hay de que seamos acusados de sedición por esto de hoy, no habiendo ninguna causa por la cual podamos dar razón de este concurso. Y habiendo dicho esto, despidió la asamblea.(IGLESIA)” (Hechos 19:30-32, 35, 37, 39, 41). B. Los hijos de Israel. Ciertamente los hijos de Israel fueron denominados una compañía de llamados afuera de Egipto, pero sabemos que ellos no eran el cuerpo de Cristo. Cristo aun no se había manifestado en carne. “Este es aquel Moisés que estuvo en la congregación (iglesia) en el desierto con el ángel que le hablaba en el monte Sinaí, y con nuestros padres, y que recibió palabras de vida que darnos; ” (Hechos 7:38). C. El cuerpo de Cristo. Nos referimos al cuerpo de creyentes en el Señor Jesucristo. El Nuevo Testamento abunda en referencias a la ecclesia, la asamblea, los llamados a Cristo fuera del mundo. Veamos unas pocas referencias: Dios “sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.” (Ef. 1:22, 23). “Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, ...Grande es este misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia. [ecclesia, significa asamblea de llamados afuera” (Ef. 5:25, 32). II. EL USO DE LA PALABRA Sabiendo que la palabra “iglesia” proviene del griego ecclesia, y que significa compañía de llamados afuera o asamblea, volvamos nuestra atención hacia aquellos textos de la Escritura que tratan con el cuerpo de creyentes. La palabra ecclesia se usa de las siguientes maneras: A. Una Asamblea o Iglesia local. “Pablo, Silvano y Timoteo, a la iglesia de los tesalonicenses en Dios nuestro Padre y en el Señor Jesucristo” (I Tes. 1:1). “a la iglesia de Dios que está en Corinto, . . .“ (I Cor. 1:2). B. Iglesias o Asambleas locales. Esto hace referencia a varios cuerpos locales. “Pablo. . . y todos los hermanos que están conmigo, a las iglesias de Galacia:...” (Gal. 1:1-2). C. El cuerpo de creyentes vivos. Queremos referirnos a un grupo de creyentes vivos, radicados en cierta región, sin referencia a una asamblea local, y sin número establecido. Por ejemplo, un predicador puede referirse a la iglesia de Buenos Aires, la iglesia de Bogota, etc. Inmediatamente sabemos que se refiere a los creyentes en aquella ciudad. La mejor ilustración del uso de la palabra en este sentido es: “Porque ya habéis oído acerca de mi conducta en otro tiempo en el judaísmo, que perseguía sobremanera a la iglesia de Dios, y la asolaba; ” (Gal. 1:13). Saulo (Pablo) no limitaba su persecución a cierta asamblea, o a algunas


asambleas locales. El iba por todas partes, metiéndolos en prisión, y agrediendo a los primeros cristianos. El consideraba a todos los cristianos como La Iglesia. D. El Cuerpo de Cristo completo. El Cuerpo de Cristo completo es llamado la iglesia, compuesto por todos los creyentes, en todas partes del mundo, desde Pentecostés hasta el arrebatamiento. “Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, ” (Ef. 5:25). III. Lo que la Iglesia NO es A. La Iglesia NO es Israel. “No seáis tropiezo ni a judíos, ni a gentiles, ni a la iglesia de Dios; ” (I Cor. 10:32). Aquí se revela que hay 3 clases de personas hoy: Judíos, Gentiles e Iglesia. Cuando un judío se salva, deja de ser judío, y se convierte en un cristiano. Cuando un Gentil acepta a Cristo, deja de ser gentil, y llega a ser un cristiano. “porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos. Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús. Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa.” (Gal. 3:2729). La Iglesia (el Cuerpo de Cristo) no es el Israel espiritual: “Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación, aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz, ” (Ef. 2:14, 15). El Cuerpo de Cristo (Iglesia) es un nuevo hombre, y no Israel, ni tampoco un Israel espiritual o un Israel reavivado. B. La Iglesia NO es el Reino. Iglesia 1. No hay herederos de la Iglesia. 2. No hay receptores de la Iglesia. 3. Hay Ancianos en la Iglesia. 4. No hay Hijos de la Iglesia. 5. La Iglesia es llamada Templo (Ef. 2:21). 6. La Iglesia es aquí. 7. La Iglesia nunca fue tema de la profecía del A.T. (Ef. 3: 5,9). 8. La Iglesia debe ser edificada (Ef. 4:12). Reino 1. La Iglesia es heredera del Reino. 2. La Iglesia es receptora del Reino. 3. No hay Ancianos en el Reino. 4. Hay hijos del Reino. 5. El Reino nunca es llamado un Templo. 6. El Reino no es aquí, porque el Reino no es al presente (Mat. 6:10). 7. El Reino es el tema de la Profecía. 8. El Reino debe ser establecido (Hechos 15:16). IV. Lo que la Iglesia ES A. Es un Misterio. “que por revelación me fue declarado el misterio, como antes lo he escrito brevemente, leyendo lo cual podéis entender cuál sea mi conocimiento en el misterio de Cristo,


misterio que en otras generaciones no se dio a conocer a los hijos de los hombres, como ahora es revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu: que los gentiles son coherederos y miembros del mismo cuerpo, y copartícipes de la promesa en Cristo Jesús por medio del evangelio, . . . y de aclarar a todos cuál sea la dispensación del misterio escondido desde los siglos en Dios, que creó todas las cosas; ” (Ef. 3:3-6,9). Un “misterio” en la Escritura significa una “verdad revelada por primera vez.” En los versículos citados, el Espíritu Santo nos muestra que La Iglesia ( el Cuerpo de Cristo) fue primeramente revelado al Apóstol Pablo, y que no fue conocido por los profetas del Antiguo Testamento. La verdad de la Iglesia no estaba escondida en los escritos del A.T., sino que estaba escondida en Dios. B. Es el Cuerpo del cual Cristo es la Cabeza. “Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo. Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu. Además, el cuerpo no es un solo miembro, sino muchos. . . . para que no haya desavenencia en el cuerpo, sino que los miembros todos se preocupen los unos por los otros. De manera que si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él, y si un miembro recibe honra, todos los miembros con él se gozan. Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular. ” (I Cor. 12:12-14, 25-27). El Cuerpo es un organismo compuesto por varios miembros. Todos los miembros no tienen la misma función. La Iglesia no es un cuerpo físico, sino un cuerpo espiritual. Los creyentes en Cristo son hechos miembros de ese cuerpo espiritual por el bautismo del Espíritu Santo. Hay algunos que sostienen que I Corintios 12:13 habla de bautismo por agua, pero ese argumento puede ser refutado fácilmente por otra Escritura. I Corintios 12:13 dice que fuimos hechos miembros del Cuerpo de Cristo por bautismo (del Espiritu), mientras que Ef. 3:6 declara que hemos sido miembros de ese Cuerpo por el Evangelio. Ambos son correctos. Si I Corintios 12:13 hablase de bautismo por agua, entonces el agua del bautismo seria parte esencial del Evangelio de Efesios 3:6. Sabemos, de todos modos, que el agua bautismal no tiene parte en el Evangelio. El Evangelio es la muerte, sepultura y resurrección de Jesucristo (I Cor. 15:1-4). Así como es cierto del cuerpo fisco, es también cierto del cuerpo espiritual; cuando un miembro del cuerpo sufre, todos los miembros sufren con él. Ningún miembro puede sufrir persecución sin que todo el cuerpo se duela también. Ningún miembro puede apenarse, sin que todo el cuerpo sufra pena con él. Cuando el Cuerpo sufre, la Cabeza también sufre. Cuando somos perseguidos, Cristo también es perseguido: “y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?” (Hechos 9:4). Recuerde que el Cuerpo es un organismo y debe ser considerado como tal. Un edificio, por ejemplo, puede ser reparado reemplazando viejas puertas y ventanas, pero cuando ciertas partes del Cuerpo son quitadas, como un brazo, una pierna, ojo, y otros, la parte no puede ser reemplazada. Si fuese posible para un miembro del Cuerpo de Cristo perder su salvación, entonces el Cuerpo de Cristo seria mutilado, y esto nunca podría suceder. Aquí tenemos 4 características del Cuerpo de Cristo: 1. Unidad. Un Cuerpo es Uno, algo completo, una unidad orgánica. Así es el Cuerpo de Cristo. 2. Inmortalidad. El Cuerpo de Cristo nunca morirá, porque esta conectado a una Cabeza viviente.


3. Manifestación. El único propósito del Cuerpo de Cristo es manifestar, o revelar a Cristo. “Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia.” (Fil. 1:21). “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. ” (Gal. 2:20). 4. Servicio. Los pensamientos y planes de la Cabeza son para ser manifestados por el Cuerpo. Del mismo modo, el Cuerpo de Cristo manifiesta la voluntad de la Cabeza, el Señor Jesucristo. Lo que El manda debe ser hecho. Su Voluntad debe gobernar nuestros movimientos. C. Es un Edificio Vivo. “Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios, edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor; en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu. ” (Ef. 2:19-22). Los Apóstoles y Profetas del Nuevo Testamento son el fundamento del edificio que es la Iglesia. Ellos fueron los primeros en creer en Cristo Jesús, y ellos fueron los primeros en proclamar al Señor Jesús. “vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo. ” (I Pedro 2:5). Nosotros los creyentes somos piedras vivas de este nuevo edificio de Dios. Cuando el Templo de la antigüedad fue levantado, no hubo ruido de martillo, cincel, o sierra. Todos los materiales se prepararon de antemano. Así también con nosotros, fuimos escogidos en Cristo. Las piedras interiores del Templo no podían ser vistas, estaban recubiertas con madera y oro. Solamente el oro podía ser visto. Nosotros, las piedras vivas del Edificio de Dios, no somos vistos. Cristo solamente es visto. El Edificio fue levantado de piedras de diferentes colores; el Edificio de Dios se compone de personas de raza negra, roja, amarilla, blanca. Dios mora en el Templo, y El permanece en nosotros. D. Es la Esposa (o Novia). Algunos han propuesto que la esposa de Cristo es la misma que la esposa de Jehová en el A.T., la cual es Israel. Pero hay un texto en las Escrituras que desacredita esta teoría, y es Apocalipsis 22:17: “Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente.” Este pasaje declara que el Espíritu y la Esposa están extendiendo la invitación a pecadores para creer en el Señor Jesucristo. Si la Esposa fuese Israel, entonces el Espíritu e Israel estarían extendiendo esta invitación. Pero sabemos que eso no es cierto, porque la mayor parte de Israel no es creyente al presente. ¿Quién está invitando, o urgiendo a las personas a creer en Cristo? Es la Iglesia, no Israel. Por lo tanto, la Esposa es la Iglesia, el cuerpo de creyentes. Efesios 5:25-32 claramente apunta el hecho de que esposo y esposa tienen la misma relación que Cristo y la Iglesia. Especialmente vemos esto en los versículos 28-30: “Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia, porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos.”


1. La Esposa es comprada por Cristo. “Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, ” (Ef. 5:25). Ver también I Corintios 6:19, 20. En el oriente los hombres compraban sus esposas; el precio era su dote. Cristo compro su Iglesia con su propia sangre preciosa. Su sangre es su dote para siempre! 2. La novia está desposada a Cristo. “Porque os celo con celo de Dios; pues os he desposado con un solo esposo, para presentaros como una virgen pura a Cristo.” (II Cor. 11:2). Las bodas orientales difieren grandemente de las nuestras. Las costumbres orientales eran de la siguiente manera: Primero, la esposa era comprada (nosotros hemos sido comprados por Cristo); segundo, se llevaba a cabo la ceremonia, comenzando el periodo de desposorios, el cual duraba mas o menos un año. Durante este tiempo la novia era considerada la esposa de su marido, aunque todavía no Vivian juntos. Ese año de espera era considerado como una protección para el futuro hogar. Si surgía una mancha contra el carácter o la conducta de la novia, debía salir a luz durante ese tiempo. También, la esposa de Cristo está ahora en ese periodo de desposorio. Durante este tiempo, las manchas de la novia, si hubiere alguna, ciertamente se manifiestan ahora. Finalmente llega la consumación del matrimonio. 3. La novia se unirá a Cristo. “Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado. Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos.” (Ap. 19:7, 8). Será la consumación de las bodas de Cristo con su iglesia. El periodo de desposorio habrá terminado; ella estará con su esposo, y para siempre con El (I Tes. 4:17). V. Los Dones para el Cuerpo “Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo. Por lo cual dice: Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad, Y dio dones a los hombres . . . Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, ” (Ef. 4:7, 8, 11). A. Apóstoles. Este fue el primer don dado a la Iglesia como Cuerpo. Sobre los Apóstoles fue edificada la Iglesia de los primeros tiempos. La palabra “apóstol” en el griego es la misma palabra para “misionero” en latín, y significa “un enviado.” Por supuesto, la iglesia tiene misioneros hoy (enviados), pero no tiene apóstoles. B. Profetas. A estos hombres Dios les dio Sus Revelaciones. Al principio, la Iglesia no tenía el Nuevo Testamento, y se necesitaba conocer las doctrinas de Dios; por eso, Dios le dio a hombres su Palabra aun no escrita; y ellos la comunicaban a personas. La Iglesia no tiene profetas hoy porque tenemos la Revelación completa de Dios, el Nuevo Testamento. C. Evangelistas. Otro don para la Iglesia fueron los evangelistas. Estos hombres fervientemente predicaron el Evangelio. Fueron hombres de humildad, con una carga por los perdidos. Al Pastor se le dice que haga la obra de evangelista (II Tim. 4:5). El día del evangelista no ha terminado, y no terminará hasta que Cristo venga a reinar sobre la tierra.


D. Pastores y Maestros. La palabra “pastor” significa “pastor de ovejas.” El pastor ha de ser el pastor de sus ovejas, cuidando su rebaño, llorando y regocijándose con ellos. La Iglesia en su necesidad clama hoy por pastores. Bendito sea el hombre que tiene un corazón de pastor. Un pastor no solamente está llamado a predicar 3 sermones a la semana, sino que está llamado a pastorear, cuidar, visitar, amar, proteger, instruir las ovejas. Cada pastor, mientras hace el trabajo de Evangelista, que es ganar almas, también debería ser alguien que es capaz de enseñar la Palabra a su rebano. ¿De dónde los miembros de la Iglesia tendrán la Palabra sino de su pastor? Toda la verdad que algunas personas logran tener está en el sermón dominical. Algunos distinguen entre el pastor y el maestro, creyendo que están aquellos llamados a ser solamente maestros. Esto puede que sea así, pero todo pastor debe ser maestro también. Tal vez todos los maestros no sean pastores, pero todos los pastores deben ser maestros. VI. La Iglesia Local Aunque creemos que el Cuerpo de Cristo está compuesto por todos los creyentes desde Pentecostés hasta el Arrebatamiento, nosotros enfatizamos la importancia de la iglesia local, o asamblea. La Asamblea local es el cuerpo físico por el cual el Cuerpo (Iglesia) se manifiesta. Dios enfatiza la importancia de la Iglesia Local dándole oficios y ordenanzas. El que se avergüenza de la asamblea local, se avergüenza de lo que Dios estableció en Pentecostés. La Iglesia local, como cuerpo de Cristo, fue establecida en Pentecostés. A. Su organización. La Escritura indica que había cierta organización, pero no como la copiada de la sinagoga sino que fue bastante diferente.

de hoy.

No fue

B. Sus oficios. 1. Diáconos. I Timoteo 3:8-13 nos da los requisitos para diáconos. Los diáconos fueron elegidos para ministrar a la iglesia. 2. Pastores y Ancianos. Hay una vasta diferencia entre la Iglesia de los primeros tiempos y la de hoy. La iglesia de los primeros tiempos tenía muchos pastores en una sola asamblea local. Los Ancianos eran llamados así porque eran los mayores en la familia. Si el padre moría, el primer hijo tomaba su lugar. Un anciano era un hombre mayor. Tito 1:5-7 dice, “Por esta causa te dejé en Creta, para que corrigieses lo deficiente, y establecieses ancianos en cada ciudad, así como yo te mandé; el que fuere irreprensible, marido de una sola mujer, y tenga hijos creyentes que no estén acusados de disolución ni de rebeldía. Porque es necesario que el obispo sea irreprensible, como administrador de Dios; no soberbio, no iracundo, no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas.” De acuerdo a lo que dice Tito, el anciano y el pastor eran la misma persona. La palabra “anciano” se refiere a la persona, mientras que la palabra “pastor” se refiere al oficio. Cada obispo era un anciano, pero no todo anciano era obispo. La palabra “obispo” significa “sobreveedor.” Los “sobreveedores” de las iglesias locales eran hombres mayores. Este grupo de ancianos componían el llamado presbiterio (I Tim.1:4). C. Su propósito.


El propósito de la Iglesia es glorificar a Dios en la edificación del Cuerpo de Cristo en la santa fe; y esparcir el Evangelio hasta lo último de la tierra, ganando, bautizando, y enseñando a personas. VII. La Disciplina en la Iglesia Local Aunque es cierto que la Iglesia está bajo la Gracia y no bajo la Ley, la carne todavía está en el creyente, y el Señor ha puesto reglas de disciplina para su iglesia local. Hay 3 pasos en la disciplina de la iglesia local, y son los siguientes: A. Juzgarse a si mismo “Si, pues, nos examinásemos a nosotros mismos, no seríamos juzgados;” (I Cor. 11:31). El creyente sabe cuando ha pecado e inmediatamente debería confesarlo a Dios (I Juan 1:9). Si confiesa su pecado, el se ha juzgado a si mismo. Queda perdonado, y nunca será juzgado por lo mismo otra vez. Confesar no es solo admitir lo que uno haya hecho, es más que eso. Es tomar un paso en contra de lo que haya hecho. B. El juicio de la Iglesia. Si un hermano en pecado no se juzga a si mismo, entonces debe ser juzgado por la Iglesia local. I Corintios 5:11, 12 dice: “Más bien os escribí que no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón; con el tal ni aun comáis. Porque ¿qué razón tendría yo para juzgar a los que están fuera? ¿No juzgáis vosotros a los que están dentro?” Este juicio extremo debería aplicarse solamente después de agotar los esfuerzos por restaurarle. “Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado.” (Gal. 6:1). C. Juicio de Dios. Si el hermano caído no se juzga a si mismo, y tampoco la iglesia le juzga, entonces Dios le juzgará con disciplina. (Heb. 12:5-13). VIII. Las Ordenanzas en la Iglesia Local La Iglesia tiene 2 ordenanzas: Bautismo y Cena del Señor. El Bautismo debe observarse al principio de la vida cristiana; la Cena del Señor debe tomarse durante toda la vida cristiana. Destacamos el hecho de que son 2 ordenanzas y no sacramentos. A. Bautismo. Bautismo viene de la palabra griega baptizo, y significa sumergir, y no rociar. 1. Obligación (Mat. 28:18-20; Rom. 6:1-6; Col. 2:12). A todos lo creyentes se les obliga a bautizarse. Nadie debe orar para buscar la voluntad de Dios en este asunto. Es un mandato del Señor. 2. Administración. ordenado.

El hombre que oficia esta ordenanza debería ser un ministro

3. Explicación. El Bautismo es una declaración pública de fe en Cristo, hecha por el creyente delante de los hombres. Es una demostración externa de un hecho interno, y no solo es un cuadro de la muerte, sepultura y resurrección del Senor Jesucristo, sino


también una identificación pública con El. El bautismo es la declaración pública de su propia muerte en Cristo (II Cor. 5:14): su muerte al pecado, muerte al ego y a su vieja vida. Es también su declaración de resurrección con Cristo, después de haber sepultado su vieja vida, para andar con El en vida nueva. El Bautismo para todos los creyentes, como está registrado en las Escrituras, ilustra la muerte, sepultura y resurrección de Cristo. El Bautismo de Juan el Bautista miraba hacia adelante, a la muerte y resurrección de Cristo, y nuestro bautismo hoy mira hacia atrás a la muerte y resurrección de Cristo. No es un requisito para salvación. El hombre es salvo solo por la fe en Cristo, y esto ocurre antes del bautismo. Es cierto que el bautismo es una declaración pública de fe delante de los hombres, pero Dios mira más allá de las aguas del bautismo al corazón de las personas. 4. Participación. ¿Quiénes deberíamos ser bautizados? Yo creo que solamente los creyentes “El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.” (Marcos 16:16). Lo primero es la fe, después viene el bautismo. Y de nuevo preguntamos, “¿debe la persona bautizarse para ser salvo?” No, si el agua del bautismo hubiese sido esencial para salvación, el Señor hubiera dicho, “el que no fuere bautizado será condenado.” El Apóstol Pablo, escribiendo a los corintios dijo: “Doy gracias a Dios de que a ninguno de vosotros he bautizado, sino a Crispo y a Gayo,. . . . Pues no me envió Cristo a bautizar, sino a predicar el evangelio; no con sabiduría de palabras, para que no se haga vana la cruz de Cristo.” (I Cor. 1:14, 17). Si el bautismo hubiese sido necesario para salvación, Pablo no hubiese destacado el hecho de que bautizó a tan pocas personas en Corinto. Pablo claramente estableció que el bautismo no tiene nada que ver con el Evangelio (Rom. 1:16). Cristo no lo había enviado a bautizar sino a predicar el Evangelio. Es imposible bautizar a un no creyente; si se lo bautizare, será inconverso antes de ser sumergido, y seguirá siendo inconverso después que salga del agua del bautismo. ¿Cuál es la edad limite para el bautismo? Algunos sostienen que la edad de 12 años es la mínima para que alguien sea bautizado. Aunque esto no tiene base bíblica, y creemos que fue tomado de las costumbres judías del Bar-mitz-va. La Escritura claramente establece que el bautismo es para todos los creyentes sin distinción de sexo ni edad. B. Cena del Señor. “Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan; y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí. Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí. Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga. De manera que cualquiera que comiere este pan o bebiere esta copa del Señor indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor. Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la copa.” (I Cor.11:23-28). 1. Origen. Con un poco de atención a la lectura del párrafo anterior entendemos claramente quien instituyó la Cena del Señor. No hay registro de esta ordenanza antes de que el Señor Jesucristo la instituyese. Nosotros, tomamos el pan y la copa de sus preciosas manos. La vaga teoría de que Cristo nunca existió es echada por tierra por la Cena del Señor, pues la Cena es suya y solo suya.


2. Obligación. Las palabras “haced ésto” son un mandato del Señor, y las palabras “todos de él” (Mat. 26:27) establecen que es una ordenanza para todo el cuerpo de Cristo. 3. Participación. a. ¿Quienes? Todo hijo de Dios bautizado debería participar de la Cena del Señor. Aquellos que se sentaron con El a la mesa de la cena estaban bautizados. El Bautismo es un símbolo del comienzo de la nueva vida, y la cena del Señor es un símbolo del sostenimiento de esa vida. b. ¿Con qué frecuencia? Algunas iglesias tienen la Cena del Señor cada domingo; otras, una vez al mes; otras, 4 veces al año. ¿Qué estipula la Escritura para su observancia? “A menudo” (I Cor. 11:26): pero no se establece algo rígido. c. ¿Cual es la manera? Algunos creyentes están confundidos en cuanto a su participación en la Cena del Señor después de leer I Corintios 11:27-29. Ellos leen la palabra “indignamente,” e inmediatamente recuerdan sus errores pasados, y temen comer y beber juicio para si. Entendamos que la palabra “indignamente” es un adverbio, y que modifica el verbo “tomar.” Ahora, ¿quién de nosotros puede llamarse a si mismo digno? ¡Ninguno! Esto hace referencia al acto de la participación. El contexto nos enfoca la explicación. En los primeros días de la iglesia los creyentes ricos traían sus comidas y sus vinos a la cena del Señor, mientras que los creyentes esclavos no traían nada. Al avanzar la fiesta, algunos creyentes corintios ricos se embriagaban. Los pobres, que no tenían nada, se mantenían sobrios. La Cena de Señor se recordaba al final del banquete, y entonces, los creyentes embriagados, en realidad no apreciaban la Cena del Señor. En ese descontrol, para ellos la copa del Señor era una copa más. No discernían el cuerpo y la sangre del Señor; y por eso tomaban la cena “indignamente.” Esos pecados llevaron a algunos creyentes a la muerte en la iglesia de Corinto: “Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros, y muchos duermen.” (I Cor. 11:30). Generalmente, si el creyente se siente indigno, es un buen indicativo de que es digno, y viceversa. El hombre que encuentra alguna cualidad personal en si mismo que lo hace digno de participar en la cena del Señor mejor se debería abstener de participar. La mesa no se prepara para los justos, sino para pecadores justificados por su fe en Cristo. 4. Constitución. Los elementos de la Cena del Señor son pan y jugo de la vid. 5. Interpretación. a. Transubstanciación. Esta es la interpretación de la iglesia Católica Romana. Declara que, por la consagración del sacerdote, el pan y el vino se convierten en el cuerpo y la sangre del Señor Jesucristo. Este dogma establece que cuando el Señor dijo: “De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros” (Juan 6:53), él hablaba de su propia carne y sangre. Por lo tanto, la hostia y el vino en el ritual de la misa se convierten en la carne y la sangre de Cristo. b. Consubstanciación. Algunas denominaciones protestantes creen esta interpretación, que establece que, pese a que el pan permanece pan y el vino permanece vino, el cuerpo y la sangre están presentes en un sentido espiritual, y el cuerpo y la sangre están presentes solo en el momento de participar. Al terminar cesan de ser cuerpo y sangre de Cristo. c. Simbolismo. Creemos que esta es la verdadera interpretación, la cual establece que el pan y el vino son solamente símbolos del cuerpo de Cristo y de su sangre, que fue derramada en la cruz del calvario para remisión de pecados. “Haced esto en memoria de mi”. Observamos la Cena del Señor en memoria de El, y es hasta allí donde esto llega. 6. Limitación. ¿Hasta cuando la iglesia debería continuar esta observancia? Hasta que el Señor regrese. Cual debe ser nuestra respuesta al que se burle de su venida y pregunte, “¿donde está la promesa de su venida?” Debemos apuntar a la mesa del Señor y replicar: “Hay una promesa de su venida.”


7. Evaluación. a. Su valor doctrinal. (1) La Persona de Cristo. (a) Su humanidad. Su humanidad es tan real como su Deidad. Los símbolos hablan de su cuerpo y su sangre, y es muy esencial que El es humano, como el sacrificio debía ser en la naturaleza del que había pecado (“Cristo murió por nosotros”). (b) Su Deidad. Su Deidad se expresa en las palabras “Cena del Señor.” Todos los títulos de la Deidad están en esta sola palabra, “Señor.” (2) La obra de Cristo. (a) Su muerte. Los elementos de la Cena del Señor ilustran este hecho, porque el cuerpo y la sangre están juntos en vida, pero separados en la muerte. (b) Su resurrección y segunda venida. “hasta que El venga” significa hasta que El venga desde el Cielo.” (3) La manera de la salvación. (a) Asume nuestra culpa y desamparo. (b) Enfatiza la sustitución. (“partido por nosotros”) (c) Nos recuerda que la salvación es gratuita. (es dado por nosotros) (d) Declara que el don de la salvación debe ser aceptado. (Tomad, comed y bebed) b. Su valor devocional. (1) Venimos con confesión. (2) Venimos con oración. (3) Venimos con consagración. (4) Venimos con humildad. (5) Venimos con acción de gracias. (6) Se involucra el hombre integralmente. (a) Oídos para oír su invitación. (b) Ojos para ver su símbolo. (c) Manos que manipulan los elementos. (d) Boca que come los elementos. (e) Cuerpo que asimila los elementos. c. Su valor práctico. (1) Es un medio de Gracia. (2) Es un medio de testimonio. (3) Es un medio para fortalecer la fe. (4) Es un medio para promover amor hacia El. (5) Es un medio para promover amor unos a otros. (6) Es un medio para promover comunión. Esta comunión es unos con otros en Cristo alrededor de la mesa del Señor, siendo El el centro. (7) Es un medio para estimularnos a la Santidad. d. Su valor profético. Si el Señor Jesús no viniese por segunda vez, ¿Por qué celebrar la Cena del Señor? ¡El viene! Recuerde, en respuesta a aquellos que preguntan, “¿dónde está la promesa de su venida?”, nosotros señalamos hacia la Cena del Señor. Capítulo 8 Angelología - La Doctrina de los Ángeles ANGELOLOGIA I. Definición. A. Expresión. B. Explicación. C. Designación. II. Descripción.


A. Sus Personalidades. B. Sus orígenes. C. Su enumeración. D. Sus habitaciones. E. Sus características. F. Sus atributos de perfección. G. Sus gradaciones. H. Su división. III. Delineación. A. Ángeles buenos. B. Ángeles malos. IV. Satanás. A. Los Nombres y Títulos descriptivos de Satanás. B. La Personalidad de Satanás. C. El origen de Satanás. D. La carrera de Satanás. E. La ubicación de Satanás. F. El carácter de Satanás. G. La obra de Satanás. H. La limitación de Satanás. I. Nuestra actitud hacia Satanás. Capitulo 8 ANGELOLOGIA Angelología es La Doctrina de los Ángeles. I. DEFINICION A. Expresión. El que hace a los vientos sus mensajeros, Y a las flamas de fuego sus ministros.” (Sal. 104:4). “El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, Y los defiende.” (Sal. 34:7). “Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, Y el hijo del hombre, para que lo visites? Le has hecho poco menor que los ángeles, Y lo coronaste de gloria y de honra.” (Sal. 8: 4, 5). “Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.” (Mat. 25:41). Ver también Génesis 19:1, 15; 24:7; 28:12; Salmo 103:20; Hebreos 1:7, 14; Mateo 11:10; Lucas 7:27. B. Explicación. 1. Traducción de la palabra. El Antiguo Testamento Hebreo y el Nuevo Testamento Griego traducen la palabra ángel como “embajador, mensajero, y ministros.” a. La palabra se usa para mensajeros humanos. Un mensaje de un hombre a otro: “Cuando se fueron los mensajeros de Juan, comenzó a decir de Juan a la gente” (Lucas 7:24a). b. La palabra se usa para mensajeros humanos llevando el mensaje divino. “Entonces Hageo, enviado de Jehová, habló por mandato de Jehová al pueblo, diciendo: Yo estoy con vosotros, dice Jehová.” (Hag. 1:13). Ver también Galatas 4:14. c. La palabra se usa para la providencia impersonal. "Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un


mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera; ” (II Cor. 12:7). d. La palabra se usa para Obispos y predicadores. “Escribe al ángel de la iglesia en Efeso: El que tiene las siete estrellas en su diestra, el que anda en medio de los siete candeleros de oro, dice esto:” (Ap. 2:1). Ver también Apocalipsis 1:20; 2:8, 12, 18; 3:1,7, 14. e. La palabra se usa para demonios sin cuerpos. “Mas los fariseos, al oírlo, decían: Este no echa fuera los demonios sino por Beelzebú, príncipe de los demonios. (Mat. 12:24; 25:41). f. La palabra se usa para seres celestiales. Ver Génesis 18. g. La palabra se usa para un ángel preeminente: El Ángel del Señor. “se le apareció el Ángel de Jehová en una llama de fuego en medio de una zarza; y él miró, y vio que la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía.” (Ex. 3:2). 2. Nota. El término “ángel” no es un nombre personal, sino mas bien un título que describe un oficio C. Designación. Nosotros conocemos los nombres personales de 3 Ángeles: 1. Lucifer. Este es el nombre que tenía el Diablo antes de caer. Satanás es su nombre como criatura caída. “¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones!” (Is. 14:12). 2. Miguel, el Arcángel. Según las Escrituras hay un solo Arcángel. Es mencionado en el libro de Daniel y Apocalipsis. Miguel tiene que ver con la resurrección. “Pero cuando el arcángel Miguel contendía con el diablo, disputando con él por el cuerpo de Moisés, no se atrevió a proferir juicio de maldición contra él, sino que dijo: El Señor te reprenda.” (Judas 9). “Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. ” (I Tes. 4:16). a. Príncipe del pueblo de Daniel, los judíos. b. Jefe de los ejércitos celestiales de Ángeles. 3. Gabriel. Tenemos este nombre en Daniel y Lucas. “Y oí una voz de hombre entre las riberas del Ulai, que gritó y dijo: Gabriel, enseña a éste la visión. ” (Dan. 8:16). “Respondiendo el ángel, le dijo: Yo soy Gabriel, que estoy delante de Dios; y he sido enviado a hablarte, y darte estas buenas nuevas.” (Lucas 1:19). Ver también Daniel 9:21-27; Lucas 1:26, 27. II. DESCRIPCION A. La personalidad de los Ángeles. Ellos son seres personales, y no influencias impersonales, tales como pensamientos, ideas, etc. Pablo escribió: "que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad, y escapen del lazo del diablo, en que están cautivos a voluntad de él.” (II Tim. 2:25, 26). Ver también II Samuel 14: 20; Apocalipsis 12:9, 12; 22: 8, 9. B. Sus orígenes. Ellos son seres creados, superiores al hombre, pero no son como los artistas los pintan. Ellos aparentemente tienen cuerpos pero no como los nuestros. Si nuestros ojos no estuviesen velados por la caída del hombre, seriamos aptos para verlos. Eva vio a


Satanás como un ángel de luz. Los Ángeles no son seres eternos. Aunque vivirán por siempre, ellos no han existido siempre, porque son seres creados. Ellos fueron creados así como el ser humano, pero no como los seres humanos. Un cristiano no se vuelve ángel cuando muere, sino que, en Cristo, él es más grande que lo que un ángel es. “Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.” (Col. 1:16). Ver también Nehemias 9:6; Génesis 18:8; Lucas 24:37. C. Su número o cantidad. “sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles, ” (Heb. 12:22). “¿Acaso piensas que no puedo ahora orar a mi Padre, y que él no me daría más de doce legiones de ángeles?” (Mat. 26:53). Una legión estaba compuesta por seis mil soldados; el Señor podría haber pedido 72000 Ángeles para que lo defendieran. Ver también Daniel 7:10; Sal. 68:17. D. Sus habitaciones. La gran mayoría de los Ángeles mora en los cielos. “Porque en la resurrección ni se casarán ni se darán en casamiento, sino serán como los ángeles de Dios en el cielo.” (Mat. 22:30). Ver también Mateo 18:10; Lucas 2:13-15; Juan 1:15; Galatas 1:8; Apocalipsis 5:11; 7:11. E. Sus características. 1. Los Ángeles son espíritus. “Ciertamente de los ángeles dice: El que hace a sus ángeles espíritus, Y a sus ministros llama de fuego.” (Heb. 1:7). Ver también Hebreos 1:14; Sal.104:4. 2. Los Ángeles son corpóreos. Aunque son espíritus, ellos tienen cuerpos de cierta clase y se manifiestan físicamente. Maria “y vio a dos ángeles con vestiduras blancas, que estaban sentados el uno a la cabecera, y el otro a los pies, donde el cuerpo de Jesús había sido puesto.” (Juan 20:12). Ver también Génesis 18:1-8; 19:1-3; Jueces 6. 3. Los Ángeles son masculinos. Es un error decir que los Ángeles son asexuados. Ellos siempre se han manifestado en forma de varones. Siempre se usan pronombres masculinos en referencia a ellos. “Y cuando entraron en el sepulcro, vieron a un joven sentado al lado derecho, cubierto de una larga ropa blanca; y se espantaron. Mas él les dijo: No os asustéis; buscáis a Jesús Nazareno, el que fue crucificado; ha resucitado, no está aquí; mirad el lugar en donde le pusieron.” (Marcos 16:5,6). Ver también Mateo 28:2-4; Lucas 1:26. 4. Los Ángeles son eunucos. No existe registro alguno de ángel casado. “Porque en la resurrección ni se casarán ni se darán en casamiento, sino serán como los ángeles de Dios en el cielo.” (Mat. 22:30). La Escritura citada no enseña que seremos sin sexo, enseña que no nos casaremos. F. La perfección y atributos de los Ángeles. 1. Ellos no mueren. Ellos nunca morirán, no cesarán de existir. Ellos no envejecerán. “mas los que fueren tenidos por dignos de alcanzar aquel siglo y la resurrección de entre los muertos, ni se casan, ni se dan en casamiento. Porque no pueden ya más morir, pues


son iguales a los ángeles, y son hijos de Dios, al ser hijos de la resurrección.” (Lucas 20:35, 36). 2. Ellos son inmutables. No hay materia en ellos que pueda cambiar. 3. No ocupan lugar. Ellos no están sujetos a limitaciones, o espacio físico como nosotros (Hechos 17:26). De todos modos, no son omnipresentes. 4. Ellos son poderosos. Aunque no son omnipotentes o todopoderosos, ellos son más poderosos de lo que nosotros somos, pero inferiores a Dios. “y a vosotros que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, ” (II Tes. 1:7). Ver también Hechos 5:19; 12:5-11, 23; Sal. 103:20; II Pedro 2:10, 11. 5. Ellos son sabios. Ellos poseen una inteligencia sobrehumana, pero no son omniscientes. Uno de los propósitos de la predicación de Pablo fue “para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales, conforme al propósito eterno que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor,” (Ef. 3:10, 11). Ver también II Samuel 14:17-20; Mateo 24:36; Marcos 13:32; I Pedro 1:10-12. 6. Ellos están subordinados. Siempre están sujetos a Dios. Aun el diablo está en esa categoría; nada puede hacer, si Dios no lo permite. “quien (el Señor) habiendo subido al cielo está a la diestra de Dios; y a él están sujetos ángeles, autoridades y potestades.” (I Pedro 3:22). Ver también Hebreos 1:4-8, 13, 14. G. Sus grados 1. El Ángel del Señor. Este Ángel es presentado como ningún otro Ángel en las Escrituras. El posee una posición que ningún otro ángel puede ocupar. El es el mismo Señor Jesucristo. El mismo se presento a Agar, a Abraham y a Gedeon. 2. El Querubín. Este es el plural de Querub. Estos son seres poderosos, siempre conectados con el Trono de Dios. Estaban presentes en el Jardín del Eden. Fueron puestos allí para cuidar que Adán y Eva no regresaran al jardín. Según las Escrituras, ellos parecen ser más que simples seres angelicales, porque están conectados con Dios como símbolos de Dios mismo. Imágenes de Querubines de oro fueron hechas y colocadas sobre el arca. Ese trono de misericordia es un tipo de Cristo; de modo que parece que los querubines están como protegiendo la obra de Cristo en amor y en luz. 3. El Querubín grande y protector. No hay dudas que este fue Satanás antes de su caída. “Tú, querubín grande, protector, yo te puse en el santo monte de Dios, allí estuviste; en medio de las piedras de fuego te paseabas.” (Ez. 28:14). 4. Los Serafines. Estos seres angelicales se mencionan sólo en Isaías. Ellos sirven al Señor de los Ejércitos. “En el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo. Por encima de él había serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies, y con dos volaban....Y voló hacia mí uno de los serafines, teniendo en su mano un carbón encendido, tomado del altar con unas tenazas; ” (Is. 6:1,2,6). 5. Arcángel. “Pero cuando el arcángel Miguel contendía con el diablo, disputando con él por el cuerpo de Moisés, no se atrevió a proferir juicio de maldición contra él, sino que dijo: El Señor te reprenda.” (Judas 9). Ver también I Tesalonicenses 4:16.


6. Tronos. “Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. ” (Col. 1:16). 7. Dominios. Dios sentó a Cristo “a su diestra en los lugares celestiales, sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero; ” (Ef. 1:20, 21). Ver también Colosenses 1:16. 8. Principados. “Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro” (Rom. 8:38, 39). Ver también Colosenses 1:16; Efesios 6:12. 9. Poderes. “para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales, ” (Ef. 3:10). Ver también Colosenses 1:16; Efesios 1:21. 10. Potestades. “Dios está en la reunión de los dioses; En medio de los dioses juzga.” (Sal. 82:1). Ver también Salmo 89:6. 11. Autoridades. quien habiendo subido al cielo está a la diestra de Dios; y a él están sujetos ángeles, autoridades y potestades.” (I Pedro 3:22). 12. Dignidades. “No obstante, de la misma manera también estos soñadores mancillan la carne, rechazan la autoridad y blasfeman de las potestades superiores.” (Judas 8). Ver también II Pedro 2:10. H. Su división. Los Ángeles están divididos en 2 grandes esferas morales: 1. Los Ángeles Santos o Ángeles de Dios. “Jacob siguió su camino, y le salieron al encuentro ángeles de Dios. Y dijo Jacob cuando los vio: Campamento de Dios es este; y llamó el nombre de aquel lugar Mahanaim.” (Gen, 32:1, 2). Ver también Mateo 25:31; Daniel 4:13. 2. Ángeles caídos o Ángeles de Satanás. “Después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles; pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo. Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él. ” (Ap. 12:7-9). Ver también II Pedro 2:4-6; Judas 6, 7. Estos son llamados los Ángeles de Satanás; no fueron creados por él; llegaron a ser suyos por elección propia. Todos los Ángeles fueron creados en santidad; poseyendo una libre voluntad, y ellos pudieron elegir servir a Dios o servir a Satanás. “Dios temible en la gran congregación de los santos, Y formidable sobre todos cuantos están alrededor de él.” (Sal. 89:7). Ver también Mateo 18:10; 13:9; Marcos 8:38; Juan 8:34; II Pedro 2:4; Judas 6; I Juan 5:18. III. DELINEACION A. Ángeles buenos. 1. Su Adoración. “Y otra vez, cuando introduce al Primogénito en el mundo, dice:


Adórenle todos los ángeles de Dios.” (Heb. 1:6 ). Ver también Isaías 6:3; Juan 12:41; Apocalipsis 5:11, 12. Se nos dice en Colosenses 2:18 que nunca debemos adorar ángeles. 2. Su Ministerio. a. Revelación Angelical. Ellos son capaces de traer la Voluntad de Dios a los hombres. “Porque si la palabra dicha por medio de los ángeles fue firme, y toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución, ,” (Heb. 2:2). Ver también Daniel 8:16, 17; Lucas 1:11-13; Hechos 1:9-11. b. Preservación Angelical. Son enviados para ayudar a los santos de Dios. Y él dijo: He aquí yo veo cuatro varones sueltos, que se pasean en medio del fuego sin sufrir ningún daño; y el aspecto del cuarto es semejante a hijo de los dioses. ” (Dan. 3:25). Ver también II Reyes 6:15-18; Hebreos 1:14. c. Estimulo Angelical. Son enviados para animar a los hijos de Dios. “Porque esta noche ha estado conmigo el ángel del Dios de quien soy y a quien sirvo, diciendo: Pablo, no temas; es necesario que comparezcas ante César; y he aquí, Dios te ha concedido todos los que navegan contigo. Por tanto, oh varones, tened buen ánimo; porque yo confío en Dios que será así como se me ha dicho.” (Hechos 27:23-25). d. Emancipación Angelical. Ellos son enviados para librar a los hijos de Dios. “Mas un ángel del Señor, abriendo de noche las puertas de la cárcel y sacándolos, dijo: Id, y puestos en pie en el templo, anunciad al pueblo todas las palabras de esta vida.” (Hechos 5:19, 20). e. Sustento Angelical. “El diablo entonces le dejó; y he aquí vinieron ángeles y le servían.” (Mat. 4:11). Ver también Lucas 22:43. f. Conducción Angelical. “Un ángel del Señor habló a Felipe, diciendo: Levántate y ve hacia el sur, por el camino que desciende de Jerusalén a Gaza, el cual es desierto.” (Hechos 8:26). Ver también Génesis 24:7; Éxodo 23:20-23; Números 20:16; Hechos 10:38. g. Administración Angelical. Ellos ejecutan la voluntad de Dios. “Bendecid a Jehová, vosotros todos sus ejércitos, Ministros suyos, que hacéis su voluntad. Bendecid a Jehová, vosotras todas sus obras,” (Sal. 103:21, 22). (1) En Juicio. “Sean como el tamo delante del viento, Y el ángel de Jehová los acose.” (Sal. 35:5). Ver también I Crónicas 21:15; II Reyes 19:35. (2) Guardando a los salvos. “En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo” (Dan. 12: la). Ver también Hebreos 1:14. (3) Guardando a los muertos. “Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado.” (Lucas 16:22). (4) Comunicando la Ley. “Entonces, ¿para qué sirve la ley? Fue añadida a causa de las transgresiones, hasta que viniese la simiente a quien fue hecha la promesa; y fue ordenada por medio de ángeles en mano de un mediador.” (Gal. 3:19). Ver también Hebreos 2:2. (5) Acompañando a Cristo. “y a vosotros que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, ” (II Tes. 1:7). (6) Recogiendo a Israel. “Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria,” (Mat. 25:31). (7) Cosechando al fin de los siglos. “Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero.” (Mat. 13:30). B. Ángeles malvados. Son los ángeles seguidores del Diablo. infierno de fuego.

Son aquellos para quienes esta preparado el


1. Su designación. Son espíritus malignos; seductores, impuros, demonios. “Cuando llegó a la otra orilla, a la tierra de los gadarenos, vinieron a su encuentro dos endemoniados que salían de los sepulcros, feroces en gran manera, tanto que nadie podía pasar por aquel camino.” (Mat. 8:28). Ver también Mateo 9:33; 10:1; 12:43; Marcos 1:26; 5:2-5; 9:17, 20; Lucas 6:18; 9:39. 2. Su División. a. Caídos y libres. Efesios 6:12 b. Caídos y encarcelados. “Porque si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que arrojándolos al infierno los entregó a prisiones de oscuridad, para ser reservados al juicio; ” (II Pedro 2:4). Ver también Judas 6. 3. Los Ángeles libres. a. Sus actividades. (1) Pueden poseer cuerpos de seres humanos. “Y los que lo habían visto, les contaron cómo había sido salvado el endemoniado.” (Lucas 8:36). (2) Voluntariamente pueden desalojar los cuerpos. “Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda por lugares secos, buscando reposo, y no lo halla.” (Mat. 12:43). b. Sus energías (1) Pueden derribar a un hombre sin herirlo. “Y Jesús le reprendió, diciendo: Cállate, y sal de él. Entonces el demonio, derribándole en medio de ellos, salió de él, y no le hizo daño alguno.” (Lucas 4:35). (2) Pueden derribar y sacudir una persona. “Y mientras se acercaba el muchacho, el demonio le derribó y le sacudió con violencia; pero Jesús reprendió al espíritu inmundo, y sanó al muchacho, y se lo devolvió a su padre.” (Lucas 9:42). (3) Pueden llevar personas al desierto. “(Porque mandaba al espíritu inmundo que saliese del hombre, pues hacía mucho tiempo que se había apoderado de él; y le ataban con cadenas y grillos, pero rompiendo las cadenas, era impelido por el demonio a los desiertos.)” (Lucas 8:29). c. Características. (1) Algunos son sordos. “Y cuando Jesús vio que la multitud se agolpaba, reprendió al espíritu inmundo, diciéndole: Espíritu mudo y sordo, yo te mando, sal de él, y no entres más en él.” (Marcos 9:25). (2) Algunos son mudos. “Y respondiendo uno de la multitud, dijo: Maestro, traje a ti mi hijo, que tiene un espíritu mudo,” (Marcos 9:17). (3) Algunos son mentirosos. “El dijo: Yo saldré, y seré espíritu de mentira en boca de todos sus profetas. Y él dijo: Le inducirás, y aun lo conseguirás; vé, pues, y hazlo así.” (I Reyes 22:22). (4) Algunos son inmundos. “Y cuando Jesús vio que la multitud se agolpaba, reprendió al espíritu inmundo,” (Marcos 9:25a). (5) Algunos son seductores. “Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios;” (I Tim. 4:1). d. Su poder. Es tremendo. (1) Ellos controlan los cuerpos de hombres y de bestias. (Marcos 5:8-13) Gadara. (2) Ellos provocan enfermedades físicas. “Y a esta hija de Abraham, que Satanás había atado dieciocho años, ¿no se le debía desatar de esta ligadura en el día de reposo?” (Lucas 13:16). (3) Ellos provocan enfermedades mentales. “Y siempre, de día y de noche, andaba dando voces en los montes y en los sepulcros, e hiriéndose con piedras.” (Marcos 5:5). (4) Ellos provocan impureza moral. “Y cuando salió él de la barca, en seguida vino a su encuentro, de los sepulcros, un hombre con un espíritu inmundo, ” (Marcos 5:2). Ver también Mateo 10:1. e. Su existencia. La palabra “diablo” es mejor traducida “demonio.” Hay un solo Diablo, pero muchos demonios, el Diablo es príncipe sobre los demás. Y ciertamente hay al


presente lo que llamamos posesión demoníaca. Poseídos por demonios suelen manifestar fuerza sobrenatural; ellos están totalmente controlados por demonios. Es bueno apuntar que los demonios siempre hablan por la boca de los poseídos. Los demonios en estas personas, reconocen al Señor Jesús, y el distinguió entre el demonio y el hombre. A los demonios no les agrada ser descorporizados; ellos prefieren ser arrojados a una manada de cerdos (Marcos 5:1-20). f. Su evidencia. El demonismo no se limitó a la época de Cristo. Hay evidencias de que existía antes de su primera venida: (1) Los 4 Evangelios presentan el demonismo como un tema conocido. (2) La gente no se sorprendía frente a las posesiones demoníacas. (3) Los judíos echaban demonios por sus poderes. (Mat. 12:27). (4) Después de Cristo, los apóstoles entraron en contacto con el demonismo (Mateo 10:1; Marcos 16:17; Hechos 8:7). (5) Aparece el demonismo en las epístolas cristianas (Ef. 2:2, 6). 4. Los Ángeles encarcelados. a. Sus pecados. “Porque si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que arrojándolos al infierno los entregó a prisiones de oscuridad, para ser reservados al juicio; ” (II Pedro 2:4). Este texto nos muestra claramente que estos ángeles no estuvieron en la rebelión original con Satanás. La caída de Satanás ocurrió antes del tiempo de Adán; los ángeles referidos aquí pecaron después de la caída de Adán. Aparentemente estos serían “los hijos de Dios,” que se casaron con “hijas de hombres.” “Aconteció que cuando comenzaron los hombres a multiplicarse sobre la faz de la tierra, y les nacieron hijas, que viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas, tomaron para sí mujeres, escogiendo entre todas. . . . Había gigantes en la tierra en aquellos días, y también después que se llegaron los hijos de Dios a las hijas de los hombres, y les engendraron hijos. Estos fueron los valientes que desde la antigüedad fueron varones de renombre.” (Gen. 6:1,2, 4). Algunos sostienen que los “hijos de Dios” eran los hijos de Set, y que las “hijas de los hombres” eran las hijas de Cain. Pero, “como pudieron los hijos de Set engendrar hijos de Dios?” Otros sostienen que los “hijos de Dios” eran hombres regenerados, que se casaron con mujeres no regeneradas, llamadas las “hijas de los hombres.” Pero eso también ocurre en nuestros días sin que nazca ningún gigante de esa unión en yugo desigual. Para estar seguros de la correcta interpretación, observemos otros “hijos de Dios” que aparezcan. Hay varias personas llamadas hijos de Dios en la Escrituras: 1. 2. 3. 4.

Jesucristo, el Hijo de Dios por relación a Dios. Adán, un hijo de Dios, por creación. (Lucas 3:38). Ángeles, hijos de Dios por creación. (Job 1, 2). Hombres regenerados, hijos de Dios por regeneración y por adopción.

Recuerden, nosotros no solo somos hijos de Dios por regeneración; seremos declarados hijos por adopción, al momento de la redención de nuestros cuerpos. Observando y eliminando posibilidades “los hijos de Dios” son: Cristo es eliminado, y Adán también, porque había muerto hacía ya tiempo. Tampoco podrían ser hombres regenerados porque la adopción de hijos todavía no había ocurrido. Esto nos lleva sólo a los ángeles.


Ahora surge naturalmente una pregunta, “¿No dice la Escritura que los ángeles no se pueden dar en casamiento?” La Escritura dice que ellos no se pueden dar en casamiento en el cielo. El hombre se casa aquí, pero no se casará en el cielo. Entonces, ¿cómo pudieron ellos casarse con las hijas de los hombres? No sabemos, pero entendemos que los siguientes versículos comprueban, sin dudas, que ellos lo hicieron. Ya hemos citado Judas 6, pero lo haremos citando también versículo 7. “Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día; como Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, las cuales de la misma manera que aquéllos, habiendo fornicado e ido en pos de vicios contra naturaleza, fueron puestas por ejemplo, sufriendo el castigo del fuego eterno.” (Judas 6, 7). Entendemos que estos versículos dicen que estos ángeles pecaron a la similitud de la gente de Sodoma y Gomorra. Esta unión generó una raza de gigantes, en estatura y en pecados, que fueron destruidos en el diluvio. La posesión demoníaca avanzó en los días previos al diluvio; y el Señor Jesús nos ha revelado que, “como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre.” (Mat. 24:37). La posesión demoníaca avanzará a pleno durante la Gran Tribulación (Ap. 12), antes de la revelación de Cristo en su segunda venida. b. Su posición. Fueron echados dentro del Tártaros, la prisión mas interna del Hades, encadenados en oscuridad, esperando el día del juicio (II Pedro 2:4). IV. SATANAS A. Sus Nombres y Títulos descriptivos. 1. Satanás. Este nombre significa “adversario, acusador.” “Satanás se paró contra Israel, y provocó a David a contar al pueblo” (I Cron. 21:1). 2. Diablo. Este nombre significa “calumniador, acusador, engañador.” “Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años; ” (Ap. 20:2). 3. Beelzebub. Este es el príncipe de los demonios. Originalmente significa “Señor de las moscas”; los judíos luego cambiaron su significado a “Señor de la colina del estiércol.” “Pero los escribas que habían venido de Jerusalén decían que tenía a Beelzebú, y que por el príncipe de los demonios echaba fuera los demonios.” (Marcos 3:22). 4. Belial. Esto significa "bueno para nada.” “que han salido de en medio de ti hombres impíos que han instigado a los moradores de su ciudad, diciendo: Vamos y sirvamos a dioses ajenos, que vosotros no conocisteis; ” (Deut.13:13). 5. El Maligno. Aquel que no tiene reverencia a Cristo. “Os he escrito a vosotros, padres, porque habéis conocido al que es desde el principio. Os he escrito a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes, y la palabra de Dios permanece en vosotros, y habéis vencido al maligno.” (I Juan 2:14). Ver también I Juan 2:13; Mateo 6:13. 6. El príncipe de este mundo. El mundo político, el de los negocios y la sociedad están bajo su dominio. Eso se manifestó cuando el Señor Jesucristo fue tentado personalmente por el diablo (Mateo 4; Lucas 4). “Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera.” (Juan 12:31). Ver también Juan 14:30; 16:11. 7. El dios de este siglo. “en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios.” (II Cor. 4:4).


8. El príncipe de la potestad del aire. “en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia.” (Ef. 2:2). 9. La serpiente antigua. “Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él.” (Ap. 12:9). Ver también Apocalipsis 12:3; 20:2. 10. El dragón. “Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años; ” (Ap. 20:2). 11. El malvado. “Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios, no practica el pecado, pues Aquel que fue engendrado por Dios le guarda, y el maligno no le toca.” (I Juan 5:18). 12. Ángel de luz. “Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz.” (II Cor. 11:14). 13. Padre de la mentira. “Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira.” (Juan 8:44). 14. Homicida. “El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira. ” (Juan 8:44b). Ver también I Juan 3:12-15. 15. León rugiente. “Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; ” (I Pedro 5:8). 16. Gobernador de las tinieblas. “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.” (Ef. 6:12). B. La personalidad de Satanás. Negar que Satanás es un ser o persona es negar la Palabra de Dios. enseñan que Satanás es tan persona como el Señor Jesucristo lo es.

Las Escrituras

C. El origen de Satanás. Satanás es un ser creado (Ez. 28:15). Tenía la posición del más grande de los seres angelicales, “Tú, querubín grande, protector, yo te puse en el santo monte de Dios, allí estuviste; en medio de las piedras de fuego te paseabas. ” (Ez. 28:14). Su nombre, Lucifer, significa “hijo de la mañana.” Fue creado en belleza perfecta (Ez. 28:12, 17). Algunos creen que era el director de coros en el cielo, pues los primores de sus tamboriles y flautas estuvieron preparados para el en el día de su creación. (Ez. 28:13). Otros preguntan, “¿acaso no habla Ez.28 del rey de Tiro?” Sí, al principio, pero el escritor inspirado avanza más allá del rey de Tiro, y habla de lo que una persona humana no podría cumplir, “estuvo en Edén” (Ez. 28:13). ¿Quién podría ser sino Satanás? Era perfecto en sus caminos (Ez. 28:15) hasta que se halló pecado en él. D. La carrera de Satanás.


¿Cuál fue el pecado que causó que Lucifer llegara a ser el Diablo? Fue el pecado original en todo el universo: orgullo. “sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo.” (Is. 14:14). El pecado de orgullo fue causado por elegir su propia voluntad por encima de la voluntad de Dios. “yo seré” fue el pecado original en todo el universo creado. Luego apareció en el Jardín del Edén y empujó a toda la raza humana al pecado y a la muerte. Luego vino a Job y tornó su vida miserable. Luego tentó a David para censar al pueblo. Luego tentó a Cristo (Mateo 4) y también a Pedro (Lucas 22:32). Luego estorbó a Pablo en su grandiosa obra (I Tes. 2:18). Y también arranca la Palabra sembrada en los corazones de las personas (Marcos 4:15). E. La ubicación de Satanás. El tiene acceso al Trono de Dios, ya que acuso a Job, y sabemos que es el acusador de los hermanos. “porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche.” (Ap. 12: l0c). Es un error pensar que el diablo vive en algún sector del infierno; aun tiene acceso a las esferas celestiales. F. El carácter de Satanás. 1. Tiene gran Dignidad. Sus títulos muestran eso. “Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera.” (Juan 12:31). Ver también Judas 8, 9; II Corintios 4:4. 2. Tiene gran poder. Dios (Jesús) envió a Pablo a los gentiles “para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados.” (Hechos 26:18). Ver también Job 1:10-12; Lucas 11:14, 18; Efesios 6:11, 12. El mundo entero sin Cristo está debajo de él. 3. Tiene gran astucia y engaño. “Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz.” (II Cor. 11:14). Ver también Mateo 24:24; II Corintios 2:11. 4. Tiene gran maldad. “El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo.” (I Juan 3:8). Ver también II Corintios 4:4. 5. Tiene gran miedo. “Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.” (Sant. 4:7). G. La obra de Satanás. 1. El es el autor del pecado y quien tienta a pecar. “Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo.” (Mat. 4:1.) 2. El produce enfermedades y tiene poder de muerte. “Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, (Heb. 2:14). Ver también Lucas 13:16; Hechos 10:38. 3. El mantiene enlazados a los hombres. “que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad, y escapen del lazo del diablo, en que están cautivos a voluntad de él.” (II Tim. 2:25-26).


4. El quita la Palabra sembrada en los corazones. “Cuando alguno oye la palabra del reino y no la entiende, viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es el que fue sembrado junto al camino.” (Mat. 13:19). 5. El coloca propósitos malvados en los corazones. “ni deis lugar al diablo.” (Ef. 4:27). 6. El enceguece mentes. “en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios.” (II Cor. 4:4). 7. El abofetea hombres. “Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera;” (II Cor. 12:7). 8. El acusa a los hombres delante de Dios. “porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche. ” (Ap. 12:l0c). 9. El puede colocar ideas en un hombre. “Y cuando cenaban, como el diablo ya había puesto en el corazón de Judas Iscariote, hijo de Simón, que le entregase,” (Juan 13:2). 10. El sembró cizaña entre los hijos de Dios. “El campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del reino, y la cizaña son los hijos del malo. El enemigo que la sembró es el diablo; la siega es el fin del siglo; y los segadores son los ángeles.” (Mat. 13:38, 39). 11. Puede ganar ventajas en medio nuestro. “Y al que vosotros perdonáis, yo también; porque también yo lo que he perdonado, si algo he perdonado, por vosotros lo he hecho en presencia de Cristo, para que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus maquinaciones.” (II Cor. 2:10, 11). 12. El resiste y acusa a los siervos de Dios. “Me mostró al sumo sacerdote Josué, el cual estaba delante del ángel de Jehová, y Satanás estaba a su mano derecha para acusarle.” (Zac. 3:1). Ver también Daniel 10:13. 13. El se opone y estorba a los siervos de Dios. “por lo cual quisimos ir a vosotros, yo Pablo ciertamente una y otra vez; pero Satanás nos estorbó.” (I Tes. 2:18). 14. El zarandea a los siervos de Dios. “Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo; ” (Lucas 22:31). 15. El somete al mundo entero. “Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está bajo el maligno.” (I Juan 5:19). H. Las limitaciones de Satanás. 1. El no es Omnipresente. El puede estar solamente en un lugar a la vez. El es un ser creado, y un ser creado no puede estar en 2 lugares a la vez. El no está en todos lados, pero sus seguidores (demonios) pueden estar en muchos lugares. El puede moverse rápidamente por la ayuda de sus agentes (Lucas 10:18). 2. El no es Omnisciente. El es sabio; demasiado sabio para nosotros, pero el no es todo sabio. El Diablo conocería menos si nosotros le informáramos menos. El espiritismo no son solo artimañas. Es demonismo, controlado por el diablo. Nadie puede comunicarse con los muertos, pero el diablo y sus ángeles saben acerca de los muertos y comunican este conocimiento a sus mediums.


3. El no es Omnipotente. El no es todopoderoso, pero tiene mas poder que nosotros. El esta limitado por la Palabra de Dios. Un buen ejemplo de esto lo encontramos en Job 1 y 2. I. Nuestra actitud hacia Satanás. 1. Los derechos retentivos deben ser reclamados por el creyente. “Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte.” (Ap. 12:11). Ver también Efesios 6:16; Hebreos 2:14; Colosenses 2:15; I Juan 3:8. 2. El creyente debe apropiarse de todo su equipamiento. “Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.” (Ef. 6:10, 11). Ver también Efesios 6:12-18. 3. Debemos mantener estricto dominio propio. “ni deis lugar al diablo.” (Ef. 4:27). 4. El creyente debe ejercer vigilancia. “Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar;” (I Pedro 5:8). Ver también II Corintios 2:11. 5. El creyente debe ejercer resistencia. “Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.” (Santiago 4:7). Ver también I Juan 2:14. Capítulo 9 Escatología - La doctrina de las últimas cosas ESCATOLOGIA I. Muerte física. A. La muerte no es cesación de existencia. B. La muerte no es sueño del alma. C. La muerte significa separación. II. Resurrección corporal. A. El hecho de la Resurrección. B. La naturaleza de la Resurrección. C. El tiempo de la Resurrección. III. El estado intermedio. A. Antes de la cruz. B. Al tiempo de la cruz. C. Después de la cruz. IV. La segunda venida de Cristo. A. La importancia de la doctrina. B. El significado de la segunda venida. C. Los eventos de la segunda venida. V. El anticristo. A. Su persona. B. Sus títulos.


C. Sus precursores. D. Su obra. E. Su carrera. F. Su tiempo. G. Su aparición. H. Su fin. VI. La Tribulación. A. La Tribulación del cuerpo de Cristo. B. La Tribulación de Israel. C. La gran tribulación. VII. La batalla de Armagedón. A. Lo que no será. B. Lo que será. VIII. El milenio. A. El hecho del milenio. B. La descripción del milenio. C. Los tipos del milenio. D. Las condiciones durante el milenio. IX. Los juicios. A. Juicios a los cristianos. B. Juicio a las naciones. C. Juicio del gran trono blanco. X. Después del milenio. A. Satanás será soltado. B. Las naciones serán juntadas. C. Los ejércitos serán destruidos. D. La perdición de Satanás. XI. El futuro de los impíos. A. La enseñanza escritural. B. Los términos usados. C. Las teorías propuestas. XII. Los cielos. A. El primer cielo. B. El segundo cielo. C. El tercer cielo. Capitulo IX ESCATOLOGIA Escatología es la doctrina de las ultimas cosas. I. Muerte física La Biblia nos da la suficiente información para la fe del creyente. La Biblia nunca fue propuesta meramente para la curiosidad. Dios enseña a seres finitos a caminar por fe en el infinito inexplicable. A. La muerte no es cesación de existencia.


Como 40 siglos atrás Job preguntaba, “si el hombre muriese, ¿volverá a vivir?” Esta pregunta se ha repetido por siglos. Aun hoy es una pregunta universal. Es un tema de constante interés. Que aquellos que amamos tengan que morir y ser sepultados no nos parece correcto; ¡y no lo es! Dios no hizo al hombre para morir; El lo creó para vivir y tener comunión con el mismo. Pero el pecado trajo la muerte y la tumba, eso es, separación de Dios. Si el Señor tarda, todos los que leen estas palabras, e incluso quien las escribe, moriremos, porque la muerte pasó a todos los hombres (Rom. 5:12). Un buen poema permanece más que el poeta; la voz grabada puede ser escuchada años después de que haya muerto quien la grabó; fotos de queridos nuestros permanecen, aun cuando ellos han partido. Las cosas en esta tierra no son justas. El rico siempre oprimió al pobre; el malvado siempre prosperó por encima de los rectos. La justicia humana demanda un juicio justo sobre todas las cosas en una vida después de la muerte. Vivimos en un mundo cambiante. Los pajaritos edifican sus nidos, aun como lo hicieron en el jardín del Edén, y los animales poseen las mismas características que tuvieron al principio. De todas maneras, el hombre no vive como solía hacerlo, ni aun como lo hizo 25 años atrás. Aunque todo esto es cierto, la mente inquieta del hombre todavía pregunta, “si el hombre muere, ¿volverá a vivir?” Hay como una creencia universal en la vida después de la muerte. Si vamos a las partes más remotas de África, donde Cristo nunca fue anunciado, podemos encontrar personas que creen en una vida después de la muerte. ¿Por qué algunos paganos quemaban las esposas? ¿Por qué algunos sepultaban alimentos con los sarcófagos? Ellos creían que los que partían tenían que tener compañía y alimentos para su viaje más allá de la tumba. ¿Por qué los pájaros emigran? Los mueven instintos internos. El corazón del hombre y sus instintos interiores, creemos que son pruebas de que hay otra vida después. Tanto psicólogos como filósofos sostienen que debe haber una vida después de la muerte. Hay 2 grandes reservas hechas: 1. Reservación para los cristianos. “para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros, ” (I Pedro 1:4). En Filipenses 1:23 el apóstol Pablo usó la palabra “partir” para describir su muerte. Por esta palabra no daba a entender que cesaría de existir. Partir significa “partir.” ¿Significaba eso partir a la tumba con Cristo? Por supuesto que no, porque Cristo no está en la tumba; El está en el cielo. II Corintios 5:8 expone aun mas claro el sentido del partir al decir, “pero confiamos, y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor.” La palabra “presentes” significa “estar en el hogar con.” La muerte de un cristiano, por lo tanto, es presentada como un barco que levanta anclas y navega con rumbo al hogar; en otras palabras, la muerte del cristiano significa “ir al hogar.” 2. Reservación para lo impíos. “sabe el Señor librar de tentación a los piadosos, y reservar a los injustos para ser castigados en el día del juicio; ” (II Pedro 2:9). B. La muerte no es el sueño del alma. La palabra dormir en la Escritura, concerniente a los muertos en Cristo, significa “descanso.” No significa un estado de “inconciencia.” El cuerpo puede morir, pero el alma y el espíritu nunca mueren. En la resurrección, el cuerpo será levantado, no el alma y el espíritu. La Escritura claramente establece que el alma está ausente del cuerpo y presente al Señor; y que el alma y el espíritu están completamente despiertos y concientes


a lo que les rodea. Eso lo vemos claramente en Ap.6:9, 10: “Cuando abrió el quinto sello, vi bajo el altar las almas de los que habían sido muertos por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que tenían. Y clamaban a gran voz, diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra?” Aquí nosotros tenemos almas, vivas, y razonando con Dios. El apóstol Pablo dijo, “Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia.” (Fil. 1:21). “Vivir” significaba que Pablo tenía perfecta comunión con el Cristo viviente. Si la muerte fuese el fin, ¿por qué razón Pablo diría, “y morir es ganancia?” C. La muerte significa separación. Muerte en las Escrituras siempre significa “separación.” Muerte física es la separación de alma y espíritu del cuerpo. Muerte segunda es la eterna, completa, y final separación de Dios (Ap. 21:8). Vida significa “unión” (Juan 3:16). Muerte significa “separación” (Rom. 8:35-39). El ego, el “yo,” vive en una casa de carne. No soy un cuerpo que tiene alma y espíritu, sino un alma y espíritu que tiene un cuerpo. Y ese cuerpo puede sufrir varios cambios, pero nosotros mismos, eso es, nuestro ego, nunca cambia. En realidad las personas no pueden vernos, no pueden ver el ego, sino solamente su casa, o tienda, en la cual mora. La muerte es la partida desde esa casa (II Pedro 1:13,14; Fil. 1:21,24; Gal. 2:20; II Cor. 5:6,7; Job 19:26; Lucas 16:26; II Tim. 4:6; II Cor. 12:2). Los hombres han estado sepultando cuerpos por mas de 6 mil años; sólo cuerpos, no personas. El alma es el asiento de las emociones y apetitos. El espíritu es el asiento de la inteligencia del hombre. La muerte, entonces, no es un círculo, ni una casilla. No seremos informes si partimos de esta vida, sino que nuestra alma y espíritu serán plenamente conscientes, existiendo en la misma forma como nuestros cuerpos. La memoria probablemente se situé en el cerebro, pero el cerebro no es la fuente de los pensamientos. Tal vez recordemos cosas que han sucedido 10 años atrás, pero no tenemos el mismo cerebro que teníamos hace 10 años. Yo poseo un cerebro, pero el cerebro no soy yo. La muerte simplemente significa, “yo he partido”; yo estoy separado de mi cuerpo. II. La Resurrección corporal A. El hecho de la resurrección. 1. Anticipada en el AntiguoTestamento. Algunos términos como “en los últimos días,” “despertar y vivir,” son indicativos de una resurrección. El Antiguo Testamento contiene muchos tipos de resurrecciones. José fue contado como muerto, pero el retornó a su padre; Jonás estuvo en el vientre del pez por 3 días y 3 noches, y luego fue liberado; Daniel fue puesto en el pozo de los leones, un lugar de muerte, pero salió vivo; Israel murió en el desierto, y un nuevo Israel entró a Canaan. Todas estas historias llegaron a ser figuras de resurrección. Las siguientes Escrituras verifican la resurrección. “Tus muertos vivirán; sus cadáveres resucitarán. ¡Despertad y cantad, moradores del polvo! porque tu rocío es cual rocío de hortalizas, y la tierra dará sus muertos.” (Is. 26:19). Ver también Job 19:26, 27; Salmo 16:9, 11; Daniel 6:23; 12:2; Mateo 12:40. 2. Revelada en el Nuevo Testamento. “Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados.” (I Cor. 15:22). Teniendo esperanza en Dios, la cual ellos también abrigan, de que ha de haber resurrección de los muertos, así de justos como de injustos.” (Hechos 24:15). Ver también Mateo 22:30-32; Lucas 14:13, 14; 20:35, 36;


Juan 5:28, 29; 6:39, 40, 44, 54; I Tesalonicenses 4:14-16: II Timoteo 1:10. Cristo no vino para salvar mi alma solamente, sino todo mi ser: mi alma, mi espíritu, y mi cuerpo. Todo mi ser será salvo. B. La naturaleza de la resurrección Nunca se coloca a la muerte como la esperanza del creyente. En Corinto, algunos habían declarado que no había resurrección corporal, pero en I Cor. 15, Pablo les demuestra la realidad de la futura resurrección por la propia resurrección de Cristo: si alguien no cree en la resurrección de los hombres, entonces es imposible creer en la resurrección de Cristo; y si Cristo no hubiese resucitado, no habría Evangelio, y sin Evangelio, no seriamos salvos. Satanás siempre ha estado contra la Palabra de Dios, y tiene muchas armas preparadas para atacarla. La revelación que más deprecia es la resurrección. También el Materialismo niega la resurrección. Ciertos espiritualistas también niegan la resurrección corporal. Nunca debemos dudar de la resurrección. “me olvido de Dios cuando digo, ¿cómo puede ser esto?” Aunque los hombres crean o entiendan que la resurrección significa poco; sin embargo, la resurrección es cierta. Algunas personas no creen que la carne y los huesos serán perfeccionados. Cuando hablamos de la resurrección de Cristo, esa gente sostiene que fue una resurrección espiritual. Nosotros sabemos por la Escritura que ellos no saben lo que dicen. El espíritu de Jesucristo no fue puesto en la tumba; sino solo su cuerpo. Los soldados romanos no vigilaron el sepulcro para guardar un espíritu, sino para guardar su cuerpo. Fue Su cuerpo lo que ellos vigilaron; ¡y fue Su cuerpo que se levantó de los muertos! Un texto bíblico usado por aquellos que creen solo en una resurrección espiritual es I Corintios 15:44: “Se siembra cuerpo animal, resucitará cuerpo espiritual. Hay cuerpo animal, y hay cuerpo espiritual.” Note que el versículo no dice “un espíritu corpóreo", o algo así, sino que dice “cuerpo espiritual.” Creemos que el cuerpo natural está controlado por el alma; el cuerpo espiritual estará controlado por el espíritu; y por tanto será un cuerpo espiritual. 1. Teorías propuestas. a. La teoría germinal. Esta es una vieja creencia que está en el Talmud. Según ella, en el hombre hay un pequeño huesito, que la muerte no puede destruir, y desde ese germen el cuerpo será resucitado. Algunos cristianos adhieren a esta teoría, usando I Corintios 15:36, 37 como base. b. La teoría de la identidad. Esta es la creencia de que el cuerpo en la resurrección será levantado tal como fue sepultado. Si le faltaba un brazo, le faltara; un niño resucitara niño; un lunático será lunático, etc. Los mahometanos sostienen esta teoría. Si esto fuese cierto, no seriamos semejantes a Cristo. c. La teoría de la reencarnación. Esta idea sostiene que cuando un hombre muere va inmediatamente a otro cuerpo. Si esto ocurriese, no estaríamos nunca “en casa” con el Señor. Cuando una persona muere, volverá a ser un ser humano completo al tiempo de su resurrección corporal (I Tes. 5:23). d. La teoría del cuerpo intermedio. Esta teoría afirma que el creyente recibe su cuerpo resucitado inmediatamente después de su muerte. Se basa en II Cor. 5:1-4: “Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos. Y por esto también gemimos, deseando ser revestidos de aquella nuestra habitación celestial; pues así seremos hallados vestidos, y no desnudos. Porque asimismo los que estamos en este tabernáculo gemimos con angustia; porque no quisiéramos ser desnudados, sino revestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida.” Pero el autor de estos estudios


cree que esta Escritura solo se refiere a aquellos creyentes que estén viviendo cuando el Señor venga. 2. La verdad para creer. La resurrección es por Poder Divino! “pero Dios le da el cuerpo como él quiso, y a cada semilla su propio cuerpo.” (I Cor. 15:38). El propio cuerpo resucitado de Jesucristo demostró tener carne y huesos. Cuando Cristo apareció a sus discípulos, El les insistió, “Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy; palpad, y ved; porque un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo.” (Lucas 24:39). Cristo no dijo que no había espíritus, sino que un espíritu no tiene carne ni huesos. Ezequiel 37 presenta la resurrección de la nación de Israel; y se mencionan carne, huesos y espíritu, pero no se menciona sangre. La Ley demandaba el derramamiento de sangre, y Cristo derramó su sangre para pagar sus demandas. En la resurrección, parece ser que tendremos cuerpos sin sangre; la vida estará en el espíritu de los hombres. “Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.” (Fil. 3:20, 21). Nuestros cuerpos, los mismos que fueron plantados en muerte, pasarán por una gran transformación y serán resucitados. Si plantamos una rosa, rosa se levantará; si plantamos trigo, trigo se levantará; si plantamos hierba mala, hierba mala se levantará; si se planta cuerpo natural, cuerpo humano glorificado se levantará. Dios mira los cementerios como campos de cosecha. Las semillas en esos campos son los cuerpos de los muertos, y la cosecha será la resurrección. “y nosotros seremos transformados.” (I Cor. 15:52c). Tendrá lugar una gran transformación, pero será el mismo cuerpo, pues por medio del cuerpo resucitado de Cristo tenemos la comprobación de que será el mismo cuerpo, así como él llevó en su cuerpo resucitado la marca de los clavos. I Corintios 15:42-44 describe la resurrección de los justos (Dios no nos dice nada sobre los cuerpos de resurrección que tendrán los condenados): “se siembra en corrupción; se resucita en incorrupción.” Un cuerpo muerto es un cuerpo corruptible. Un cuerpo vivo es al presente un cuerpo mortal. No se nos dice en la Escritura de plantar un cuerpo mortal. Un cuerpo corruptible está sujeto al deterioro hasta llegar a ser polvo, pero un día será levantado en incorrupción, un cuerpo apto para el cielo, que nunca más será afectado por ninguna corrupción. “Se siembra en deshonor; resucitará en gloria.” Estos cuerpos viles han sido deshonrados por el pecado, pero un día serán levantados en gloria a semejanza del cuerpo de gloria del Señor. “Se siembra en debilidad; resucitara en poder.” El pecado nos ha debilitado. Lo más débil del mundo es un cuerpo muerto. Tiene ojos que no pueden ver y oídos que no pueden oír; no se podrá resistir a ser puesto en un ataúd y en una tumba. El cuerpo muerto no ofrece ninguna resistencia. Pero estos mismos cuerpos débiles serán resucitados con gran poder. Medite en lo que el hombre puede hacer acerca de eso, y luego piense en lo que Dios hará. El creyente resucitado creemos que estará capacitado para ver seres espirituales. El hombre mortal tiene microscopios y telescopios, pero, oh, ¡qué capacidades que tendrán nuestros ojos en los cuerpos glorificados! Así también, hoy tenemos limites de velocidad para movernos, pero pensamos que en la resurrección no tendremos los limites de ahora. En general, nuestros estándares de ahora no serán los límites de entonces. “Se siembra cuerpo natural; resucitara cuerpo espiritual.” El cuerpo natural es nuestro cuerpo animado actual, con carne, huesos y sangre. Nuestros cuerpos espirituales de resurrección estarán compuestos por carne y huesos, probablemente sin sangre, y serán controlados por el espíritu. C. El tiempo de la resurrección.


“Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados.” (I Cor. 15:22). Todos los hombres serán levantados de entre los muertos, pero no todos al mismo tiempo. Las Escrituras plenamente declaran que habrá dos resurrecciones, y no una resurrección general. Ellas son la primera resurrección y la segunda resurrección. (Ap. 20:5, 6). 1. La primera resurrección. La primera resurrección incluye a Cristo y a todos los creyentes de todos los tiempos. Es la resurrección para vida. Esta resurrección sucede en diferentes momentos. Cristo ya resucitó; la iglesia resucitará en el arrebatamiento (antes de la tribulación); y los santos del Antiguo Testamento y tribulación después de la tribulación. a. Cristo, las primicias. “Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho.” (I Cor. 15:20). Las primicias eran las garantías de Dios de que la cosecha entera vendría después. Cristo, como las primicias de Dios, garantiza que la cosecha vendrá mas tarde. “Porque yo vivo, vosotros vivireis” (Juan 14:19b). Hay registros de otras personas levantadas de entre los muertos, pero fueron como resucitaciones, ellos volvieron a morir. Cristo resucitó para nunca mas morir! “He aquí, yo vivo por los siglos de los siglos” (Ap. 1:18b). b. Los santos resucitados en la resurrección de Cristo. “Y se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos que habían dormido, se levantaron; y saliendo de los sepulcros, después de la resurrección de él, vinieron a la santa ciudad, y aparecieron a muchos.” (Mat. 27:52, 53). En una ocasión, el Señor Jesús dijo, “De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto.” (Juan 12:24). Cristo murió y fue plantado como un grano de trigo, pero cuando él resucitó de entre los muertos, el trajo mucho fruto con El. Parte de esos frutos fueron los santos que levantó inmediatamente después de su resurrección. No sabemos quienes fueron, no sabemos cuantos fueron, ni sabemos a donde fueron llevados. Tal vez fueron llevados al cielo con El, El fue las primicias, y sabemos que en la fiesta de las primicias, un manojo de espigas se ofrecía al Señor. Había más de un grano en el manojo. Por eso, podemos creer que hubieron más personas en esas primicias y no sólo Cristo. c. El cuerpo de Cristo (La Iglesia). La iglesia tendrá su propia resurrección. “Los muertos en Cristo resucitarán primero” (I Tes. 4:16). No encontramos a la iglesia en el Antiguo Testamento (Ver Capitulo VII). Por tanto, los profetas del Antiguo Testamento no dijeron nada de su bautismo espiritual, su arrebatamiento, su resurrección y su transformación. La iglesia era un misterio escondido en Dios; y fue primeramente revelado a Pablo (Ef. 3:1-9). Aunque, los santos del Antiguo Testamento sabían de sus propias resurrecciones, lo cual ocurrirá después de la tribulación (Dan. 12:2, 13). La resurrección de la iglesia fue revelada al apóstol Pablo; ocurrirá antes de la tribulación. “Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra.” (Ap. 3:10). Ver también I Tesalonicenses 1:10. Han pasado casi 20 siglos desde que Cristo, las primicias, ha sido resucitado. Y el día de la resurrección de la iglesia es desconocido para nosotros. d. Los santos del Antiguo Testamento y de la tribulación. Esta fase de la primera resurrección tendrá lugar después de la tribulación, más de 7 años después de que la iglesia haya sido resucitada. Incluye todo los santos que no forman parte del cuerpo de Cristo. “Y tú irás hasta el fin, y reposarás, y te levantarás para recibir tu heredad al fin de los días.” (Dan. 12:13). Ver también Daniel 12:1,2. 2. La ultima resurrección. La última (o segunda) resurrección ocurrirá después del milenio, e incluirá a todos los muertos impíos de todos los tiempos. Serán resucitados


para comparecer ante el Gran Trono Blanco. “Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección. Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.” (Ap. 20:5, 6). III. El Estado Intermedio ¿Donde están ahora los muertos? es la gran pregunta en los labios de toda la humanidad. La única cierta y correcta respuesta es dada por la Palabra de Dios. Otras respuestas no son nada, sino voces de babel. Los conceptos siguientes son para recordar mientras explicamos el estado intermedio, el estado de los hombres entre la muerte y la resurrección: La muerte es separación del alma y del espíritu, desde el cuerpo. El alma y el espíritu van juntos en la muerte. El alma es el trono de los apetitos, y el espíritu es el trono del conocimiento, y van juntos en la muerte, como vemos en el ejemplo del hombre rico en el Hades. El estaba en tormentos; tenía sentimientos. El razonaba; su espíritu y su alma estaban juntas. La palabra “Seol” y la palabra “Hades” indican lo mismo. “Seol” es la palabra hebrea en el Antiguo Testamento. “Hades” es la palabra griega en el Nuevo Testamento. Sabemos que significan lo mismo porque el apóstol Pedro citó en Pentecostés el Samo16, diciendo: “Porque no dejarás mi alma en el Hades, Ni permitirás que tu Santo vea corrupción.” (Hechos 2:27). Salmo 16 usa la palabra hebrea “Seol” y en este texto de Hechos aparece la palabra griega Hades. De ese modo, Hades y Seol son lo mismo. Es el lugar adonde parten las almas y espíritus de los hombres. 1. Nunca encontramos estas palabras en plural. 2. El Seol y el Hades nunca son situados sobre la tierra. 3. La Biblia nunca habla de un Seol individual. 4. El hombre nunca es puesto en uno de ellos, como si fuese una tumba. 5. El hombre nunca cava o preparara un Seol, o Hades. 6. La Biblia nunca habla de un hombre tocando un Seol. 7. La Biblia nunca habla de un cuerpo yendo al Seol, a excepción de una vez, y la excepción confirma la regla. Coré (Num. 16:28-33) desafió el liderazgo de Moisés y el sacerdocio de Aarón, e influenció a muchos en Israel contra ellos. Entonces Dios mostró su desagrado haciendo que la tierra se abriese y tragara a Coré y su familia. En Lucas 16:19-31 tenemos la historia de Lázaro y el rico, habiendo ambos muerto y existiendo en el estado intermedio. Algunos piensan que esta historia fue solo una parábola. Pero en todas sus parábolas, el Señor nunca menciona nombres propios, como lo hace aquí. Aun si fuese una parábola, entendemos que cada parábola fue dicha para edificar sobre la verdad (Mat. 13:3). La siguiente es una interpretación común (que no compartimos) de la así llamada parábola: Hombre rico: la nación judía, ricos en lo que Dios les había dado. Lázaro: los gentiles, pobres a la puerta del hombre rico. Ambos murieron: el fin de la dispensación, en la que ambos fueron bendecidos por el evangelio.


¿Cómo puede alguien decir que esto se refiere a judíos y gentiles, cuando la Escritura no lo dice? ¿Por qué el Señor utilizaría al hombre rico para tipificar la nación judía, cuando en el pasaje anterior estaba amonestando al rico? No hay una gran sima entre el judío y el gentil. Ninguna nación de los gentiles ha rogado de los judíos como Lázaro rogó pan del hombre rico. Si la nación judía murió (hombre rico), ¿quiénes fueron los 5 hermanos que quedaron vivos? En definitiva creemos que estos 2 hombres que murieron fueron 2 personas y que fueron al Hades. A. Antes de la cruz. La cruz es la línea divisoria de muchas verdades escriturales. ¿Adónde iban los muertos antes de que Cristo muriera en la cruz? Creemos que todos ellos iban al mismo lugar: el Hades (Seol), pero a diferentes sectores. Desde Números 16:33 sabemos que el Seol, o Hades, esta en algún lugar dentro de la tierra. “Y ellos, con todo lo que tenían, descendieron vivos al Seol, y los cubrió la tierra, y perecieron de en medio de la congregación.” Desde Lucas 16:19-31 sabemos que el Hades tiene 2 compartimentos o sectores: El Seno de Abraham, el lugar de los justos, adonde Lázaro fue llevado; y el lugar de los tormentos, adonde fue el hombre rico. Una gran sima separa estos 2 sectores. Entonces sabiendo que el Seol (Hades) esta en algún lugar bajo tierra, y que tiene 2 sectores, nos volvemos al Señor Jesucristo mismo para encontrar su exacta ubicación. “Porque como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches.” (Mat.12:40). Efesios 4:9, 10 lo hace más claro todavía: “Y eso de que subió, ¿qué es, sino que también había descendido primero a las partes más bajas de la tierra? El que descendió, es el mismo que también subió por encima de todos los cielos para llenarlo todo.” Filipenses 2:9, 10 dice, “Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra;” Esto habla de la futura adoración de Cristo de parte de toda la creación. Ahora, prestemos atención a las palabras entrelineas del texto anterior. Descender “bajo la tierra” significa sumergirse, como un submarino bajo el agua. Por eso, concluimos que el Seol (Hades) está en el corazón de la tierra, está compuesto de 2 sectores, uno para los muertos justos y otro para los muertos injustos, con una gran sima que separa a ambos grupos. Por medio de la revelación del Señor de esta historia del hombre rico y Lázaro, la cual narró antes de su muerte en la cruz, podemos ver que todos los hombres, ya sean justos o injustos, antes de la cruz de Cristo iban al Hades después de sus muertes. B. Al tiempo de la cruz. Bajo este titulo solo consideraremos a 2 personas, el Señor Jesús, y el ladrón arrepentido. Una vez muerto, el Señor Jesús fue al Hades. Sabemos esto por el Salmo 16:10, que dice, “Porque no dejarás mi alma en el Seol, Ni permitirás que tu santo vea corrupción.” El apóstol Pedro, en el día de Pentecostés de Hechos 2, citó ese mismo texto, pero el usó la palabra griega “Hades,”en vez de la hebrea “Seol.” Sus palabras describieron la resurrección de Cristo, y observamos que el había ido al Hades. Entendemos eso por el uso de las palabras “no dejarás.” El Espíritu Santo no hubiera empleado esas palabras si él no hubiera ido allá. En lo referente al ladrón crucificado, creemos que fue al Hades con Jesús, al sector reservado para los muertos justos. “Hoy estarás conmigo en el Paraíso” (Lucas 23: 43b). ¿Cuántos días Jesús estuvo en el Hades? Tres días. Desde el principio de esos 3 días, el ladrón estuvo con Jesús en el Paraíso; por lo tanto, aprendemos que


Paraíso era otro nombre dado al seno de Abraham, el cual era el lugar de los muertos justos. C. Después de la cruz. ¿Adonde van hoy las personas al morir? aguardar el juicio final.

Los impíos aun van al Seol (Hades), para

Los justos, van al cielo para estar con el Señor. “pero confiamos, y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor.” (II Cor. 5:8). Cuando Cristo se levantó de entre los muertos “llevó cautiva la cautividad” (Ef. 4:8). Cristo vació el sector del Hades (Seol) correspondiente a los justos, y los llevó consigo a la gloria. El paraíso estaba, en un tiempo, en el corazón de la tierra; pero ahora está en el tercer cielo. “Conozco a un hombre en Cristo, que hace catorce años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe) fue arrebatado hasta el tercer cielo. Y conozco al tal hombre (si en el cuerpo, o fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe), que fue arrebatado al paraíso, donde oyó palabras inefables que no le es dado al hombre expresar.” (II Cor. 12:2-4). IV. La segunda venida de Cristo A. La importancia de la doctrina. Se ha dicho que uno de cada 25 versículos del Nuevo Testamento habla de la segunda venida de Cristo, mientras que en el Antiguo Testamento hay 8 versículos concernientes a su segunda venida por cada versículo concerniente a su primera venida. En la promesa de un redentor (Gen. 3:15), la segunda venida es mencionada antes que la primera. “ésta te herirá en la cabeza," [ocurrirá en su segunda venida], "y tú le herirás en el calcañal." [ocurrió en primera venida, en la cruz].” 1. Testimonio del Señor. “Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.” (Juan 14:3). Ver también Mateo 24, 25; Marcos 13; Lucas 21. 2. Testimonio de los Ángeles. “los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo.” (Hechos 1:11). 3. Testimonio de Pedro. “y él envíe a Jesucristo, que os fue antes anunciado; ” (Hechos 3:20). Ver también I Pedro 5:4; II Pedro 1:16. 4. Testimonio de Pablo. “Gracias doy a mi Dios siempre por vosotros, por la gracia de Dios que os fue dada en Cristo Jesús; porque en todas las cosas fuisteis enriquecidos en él, en toda palabra y en toda ciencia; así como el testimonio acerca de Cristo ha sido confirmado en vosotros, de tal manera que nada os falta en ningún don, esperando la manifestación de nuestro Señor Jesucristo; ” (I Cor. 1:4-7). Ver también Romanos 11:26: I Corintios 15:23; II Corintios 5; Filipenses 3:20; Colosenses 3:4; I Tesalonicenses (toda la epístola); II Tesalonicenses 1:7, 10; I Timoteo 6:14; II Timoteo 4:8; Tito 2:11-14; Hebreos 9:28. 5. Testimonio de Santiago. Los profetas, citados por Santiago, representan al Señor diciendo, “Después de esto volveré Y reedificaré el tabernáculo de David, que está caído; Y repararé sus ruinas, Y lo volveré a levantar,” (Hechos 15:16). Ver también Santiago 5:7. 6. Testimonio de Juan. “Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él,


porque le veremos tal como él es.” (I Juan 3:2). Ver también I Juan 2:28, y el libro de Apocalipsis. 7. Testimonio de Judas. “De éstos también profetizó Enoc, séptimo desde Adán, diciendo: He aquí, vino el Señor con sus santas decenas de millares, ” (Judas 14). B. El significado de su segunda venida. 1. Lo que no es. a. No es la muerte. La muerte es la partida de un santo, no la venida del Señor. El Señor vendrá, pero la muerte puede que nunca llegue para el creyente. b. No es la caída de Jerusalén. Lucas 21:20-24, y I Tesalonicenses 4:13-18 no ocurrieron cuando cayó Jerusalén. La segunda venida de Cristo esta vinculada al recogimiento de Israel, no a su dispersión. c. No es la venida del Espíritu Santo. Cristo dijo que enviaría a otro (Jun 14:16). I Tesalonicenses 4: 13-18 no ocurrió cuando vino el Espíritu Santo. Observe que todas las epístolas que hablan de la segunda venida fueron escritas después de Pentecostés. d. No es la conversión de un pecador. Si fuera así, el tendría que venir millones de veces. e. No es la difusión del cristianismo. El mismo Señor Jesús, en persona, regresará. f. No es el fin del mundo. Cuando Cristo venga, el mundo no será destruido, porque el reinará por mil años después de que aparezca. 2. Lo que es. a. Será una venida personal. Juan 14:3 dice, “vendré otra vez.” No debemos esperar un espíritu, sino el mismo Señor corporalmente. I Tesalonicenses 4:16, 17 dice “el Señor mismo.” Hechos 1:11 declara “este mismo Jesús”; no otra persona o cosa, sino Cristo mismo. b. Será una venida visible. “Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre.” (Mat. 24:27). Ver también Zacarías 12:10; Apocalipsis 1:7. c. Significado de las palabras griegas usadas. (1) Parousía. Significa su presencia personal. Y se usa esta palabra no solo para hablar de la venida del Señor, sino también de la venida de otros hombres (I Cor. 16:17; II Cor. 7:6,7; Filipenses 1:26). En lo que concierne a la venida del Señor, será en un instante, cuando cese su ausencia y comience su presencia (Mat. 24:3, 27; I Cor. 15:23; I Tes. 2:9; Sant. 5:8). (2) Epifanía. Esta palabra significa sencillamente “aparición.” Es usada para ambos eventos (II Tim. 1:10; II Tes. 2:8; I Tim. 6:14; II Tim. 4:1,8; Tito 2:13). (3) Apokalipsis. El significado literal es “correr un velo o telón para revelar.” Enfatiza la visibilidad del retorno del Señor (II Tes. 1:7; I Pedro 1:7, 13; 4:13. Se usa también para hombres: Romanos 8:19; II Tesalonicenses 2:3,6, 8). d. Es una venida en 2 fases. (1) Cuando Cristo venga por sus santos en el aire. “Pero con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo, y nuestra reunión con él, os rogamos, hermanos, ” (II Tes. 2:1). La promesa del retorno de Cristo de Hechos 1:9-20 fue dada antes de que el arrebatamiento fuera revelado. Hebreos 9:28 no tiene nada que ver con el arrebatamiento. (2) Cuando Cristo venga con sus santos a la tierra. “De éstos también profetizó Enoc, séptimo desde Adán, diciendo: He aquí, vino el Señor con sus santas decenas de millares, ” (Judas 14). (3) Estas 2 fases son grandemente distintas. (a) Diferentes en carácter. “por los suyos” es un acto de fe; “con los suyos” es un acto de juicio público. (b) Diferentes en Manera. Una en secreto, la otra es una manifestación pública.


(c) Diferentes en lugar. “por los suyos”, en el aire (I Tes. 4:17); “con los suyos”, a la tierra (Zac. 14:14). (d) Diferentes en tiempo. “Por los suyos” será antes de la tribulación (Angustia para Jacob); “con los suyos” ocurrirá después de la tributación (Angustia para Jacob). Nunca encontramos en las Escrituras señales para anunciar su venida por sus santos, pero se anuncian señales para antes de su venida con sus santos (Compare II Tes. 2:1-3 con Is. 13: 6-9). (e) Diferentes en Dispensaciones. Viniendo “por sus santos” será terminando la dispensación de la gracia; viniendo “con su santos” ocurrirá al principio de la dispensación del milenio. (f) Diferentes en propósito. Viniendo “por sus santos” cumplirá su promesa de regresar para llevar los suyos (Juan 14:3); viniendo “con sus santos” como guerrero en caballo blanco, destruirá a sus enemigos (Judas 14). (g) Diferentes en relación. “Por sus santos” será la adopción final de los hijos de Dios; “con sus santos” será el tiempo para que los hijos de Dios sean manifestados al mundo. (Rom. 8:19,23). C. Los eventos de la segunda venida en relación al cuerpo de Cristo. Al tratar el tema del arrebatamiento de la iglesia, reconocemos el hecho de que la palabra “arrebatamiento” no es una palabra escritural. No obstante, el arrebatamiento es un hecho escritural. 1. La resurrección de los muertos en Cristo. “Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero.” (I Tes. 4:16). Este acontecimiento incluirá a todos aquellos que murieron antes de alcanzar una edad de responsabilidad ante Dios, tales como bebes, los mentalmente dañados, etc. Si Cristo no regresara, no habría resurrección, y si no hubiese resurrección, el hombre sería por siempre un espíritu. Si el diamante puede ser hecho a partir del carbón, zafiro del barro, y vidrio de la arena, ¿no podría acaso Dios rehacer nuestro cuerpo de manera maravillosa? 2. La transformación de los vivos en Cristo. “He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad.” (I Cor. 15:5153). El cristiano es alguien que no espera la muerte, sino la conquista de la muerte. Las palabras “No todos dormiremos” significan “no todos moriremos.” ¡Qué gloriosa esperanza es esta! ¡Qué grito de victoria será aquel día! “¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?” (I Cor. 15:55). ¿No es acaso una esperanza bendita que sea posible para nosotros partir sin muerte? Ningún hombre, incluso aunque sea cristiano, quiere morir. Eso es natural. El cristiano, no obstante, es alguien que no tiene miedo a morir. El cristiano es la única persona que tiene esperanza de no ver muerte jamás. Ciertamente sabemos que la Escritura dice, “está establecido para los hombres que mueran una sola vez.” ¡Pero la Escritura no dice para todos los hombres! La transformación de los que estemos vivos al momento de su venida no será por muerte, sino que ¡nosotros no moriremos! 3. El arrebatamiento de todos los de la fe en Cristo. “Pero con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo, y nuestra reunión con él, os rogamos, hermanos, que no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar, ni os conturbéis, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera nuestra, en el sentido de que el día del Señor está cerca.” (II Tes. 2:1, 2). Estos textos, y la frase, “seremos transformados,” eliminan la posibilidad de un arrebatamiento parcial. El cuerpo de Cristo por entero será arrebatado;


el cuerpo no puede ser fraccionado. El cuerpo de Cristo estará completo. Ningún miembro de su cuerpo será dejado para pasar por la tribulación. Y alguien puede decir, “¿Como podrá ser eso?” Dios llevo a Elías sin pasar por muerte; Dios puede llevar millones de personas, y aun muchos millones de personas. El arrebatamiento de la iglesia causará una gran separación. Todos los incrédulos serán dejados para pasar por la tribulación. Y el arrebatamiento de la iglesia también será el medio para lograr una gran reunión. “Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.” (I Tes. 4:17). Que grandiosa palabra es “juntamente”; todos nuestros amados en Cristo “juntos” para siempre. “aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo, ” (Tito 2:13). Estamos esperando que venga. ¿Estas esperándole hoy? ¿Estas esperando que llegue esta noche? La Escritura nos instruye y anima a esperarle. V. El anticristo “Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.” (Gen. 3:15). Mientras este versículo habla de Cristo como la simiente de la mujer, también proféticamente creemos que declara al anticristo como la simiente de la serpiente. La simiente de la serpiente, el anticristo, se menciona por primera vez en el primer libro de la Biblia, y se describe plenamente en el último libro de la Biblia; como así también puede ser encontrado entre otros libros de la Biblia. Esto es muy significativo. A. Su persona. Algunos creyentes en los primeros tiempos pensaron que Nerón era el anticristo. Luego de unos siglos los valdenses, los Hussitas y los seguidores de Wycliffe declararon que pensaban que la iglesia Católica Romana era el anticristo. La iglesia Católica Romana, por su parte, declaraba que Napoleón era el anticristo. Durante la primera guerra mundial, se pensaba que el Kaiser Wilhelm de Alemania era el hombre de pecado. Muchos hombres fueron propuestos para este personaje, pero es inútil especular, pues no será revelado hasta después del arrebatamiento de la iglesia (II Tes. 2:1-12). Será un hombre. “Aquí hay sabiduría. El que tiene entendimiento, cuente el número de la bestia, pues es número de hombre. Y su número es seiscientos sesenta y seis.” (Ap. 13:18). Note que la Escritura dice que tendrá número de hombre. El número del hombre es 6. Dios dice su numero será 6-6-6: será un hombre; será un hombre; será un hombre! No será una iglesia falsa; no será un sistema; será un hombre. Y se manifestará finalmente en Jerusalén, no en Roma. 1. Parece que será un judío. “Del Dios de sus padres no hará caso” (Dan. 11:37a). “Dios de sus padres” parece ser de Abraham, Isaac y Jacob. “Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibís; si otro viniere en su propio nombre, a ése recibiréis.” (Juan 5:43). La palabra “otro” parece indicar “otro Judío.” El titulo "anticristo" es un titulo judío, y nos parece que los judíos no aceptarían a un gentil como Mesías. 2. Será un genio. Será el hombre mas destacado que este mundo haya visto aparte del Señor Jesucristo. a. Un genio intelectual. “Y al fin del reinado de éstos, cuando los transgresores lleguen al colmo, se levantará un rey altivo de rostro y entendido en enigmas.” (Dan. 8:23). Ver también Ezequiel 28:3.


b. Un genio en oratoria. “pero vendrá sin aviso y tomará el reino con halagos.” (Dan. 11:21b). Será una imitación de aquel de quien se dijo: “Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre.” c. Un genio en su acción de gobierno. Se levantará desde la oscuridad al poder. El será el “cuerno pequeño” del que habla Daniel 7, y la “bestia” de Apocalipsis 13 y 19. Todos los reyes le entregarán el poder. d. Un genio en su gestión comercial. Nadie podrá comprar ni vender sin su marca. “y que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca o el nombre de la bestia, o el número de su nombre.” (Ap. 13:17). e. Un genio militar. “Y miré, y he aquí un caballo blanco; y el que lo montaba tenía un arco; y le fue dada una corona, y salió venciendo, y para vencer.” (Ap. 6:2). “¿Quién como la bestia, y quién podrá luchar contra ella?” (Ap. 13:4b). f. Un genio de la religión. Demandará ser adorado como Dios. “el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios.” (II Tes. 2:4). B. Sus títulos. 1. Hombre de pecado. Este es el mas importante y mas terrible de todos sus títulos. Todos los pecados del hombre serán corporizados y encabezados en él. “Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición, ” (II Tes. 2:3). 2. Hijo de perdición. El texto anterior lo declara como hijo de perdición. (II Tes. 2:3). 3. El inicuo. “Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida;” (II Tes. 2:8). Cristo es el Justo; el anticristo será el inicuo. 4. El mentiroso. “Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira, ” (II Tes. 2:11). Jesucristo es la verdad; el anticristo será la mentira. Juan 8:44 dice que el diablo es un mentiroso “y el padre de la mentira." 5. El anticristo. “Hijitos, ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el anticristo viene, así ahora han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el último tiempo.” (I Juan 2:18). 6. El rey de Babilonia religiosa. Babilonia es siempre el trono de Satanás. Babilonia de los últimos días reinará el anticristo. (Ap. 17 y 18).

Sobre la

7. El cuerno pequeño. “Mientras yo contemplaba los cuernos, he aquí que otro cuerno pequeño salía entre ellos, y delante de él fueron arrancados tres cuernos de los primeros; y he aquí que este cuerno tenía ojos como de hombre, y una boca que hablaba grandes cosas. Daniel 7:8. 8. El rey altivo. “Y el rey hará su voluntad, y se ensoberbecerá, y se engrandecerá sobre todo dios; y contra el Dios de los dioses hablará maravillas, y prosperará, hasta que sea consumada la ira; porque lo determinado se cumplirá.” (Dan. 11:36). 9. El asirio. “Oh Asiria, vara y báculo de mi furor, en su mano he puesto mi ira.” (Is. 10:5). Ver también Isaías 10:12, 24. 10. La bestia. (Ap. 13, 17 y 19). C. Sus precursores.


Vemos algunos en las Escrituras, y otros fuera de las Escrituras. 1. Caín. El negó la sangre y llegó a ser mentiroso y asesino. (I Juan 3:12). 2. Nimrod. Su historia precedió al llamado de Abraham a la tierra prometida. El anticristo precederá al llamado de la simiente de Abraham y la entrada por segunda vez a la tierra prometida. Nimrod significa “rebelde,” hombre poderoso que se levantó contra el Señor.” Del mismo modo hará el anticristo. 3. Saul. Este rey de Israel fue pedido por el pueblo, pero se levantó contra el ungido del Señor. Pensamos que también el anticristo será aceptado por los pueblos, y se levantará contra el Cristo de Dios. 4. Absalom. Absalom significa “padre de paz”; pese a eso se levantó contra su padre. Ostentaba ser hombre de paz pero trató de robar el reino. Así será con el anticristo. ABSALOM ANTICRISTO 1. Hombre de belleza 1. Lo mismo. 2. Trató de ganar el reino con halagos. 2. Lo mismo. 3. Se edificó una efigie. 3. Lo mismo. 4. Terminó en un fin violento. 4. Lo mismo. 5. Nabucodonosor. Fue el primer rey de imperio mundial, y llegó a ser como un anticipo del gran rey de los últimos días. 6. Antioco Epifanes. Fue un malvado hombre que vapuleó a Jerusalén, matando miles y miles de judíos. Tomó un cerdo y lo sacrificó en el altar del templo. El anticristo también profanará el templo judío. 7. Alejandro el grande. Un genio militar que nunca fue derrotado. adorasen. Lo mismo hará el anticristo.

Buscó que le

8. Caligula. A este emperador romano llegaron a considerarlo loco. Creemos que fue poseído por demonios. El anticristo será plenamente poseído por Satanás. 9. Nerón. Durante su vida, algunos cristianos creían que era el anticristo. 10. Carlomagno. Este hombre fue considerado un gran guerrero y estadista. El anticristo será lo mismo. 11. Napoleón. planes.

El pensó revivir el imperio romano.

El anticristo tendrá esos mismos

12. El Kaiser Wilhelm. Este líder del imperio germano tenía un objetivo similar al de Napoleón. Se dice que cada general tenía un mapa del santo imperio romano. 13. Mussolini. No hay dudas de los objetivos de este hombre. Una vez hizo un mapa de todo el imperio romano e incluyó a Inglaterra en él. Inglaterra reclamó en aquel entonces,


pero el mapa permaneció. El anticristo no solo hará un mapa, sino que levantará un gran imperio. D. Su obra. Su obra será motivada por Satanás, gobernando el mundo y tratando de destruir a los judíos (Is. 10:12-27). F. Su carrera. Recuerde, este será una mueca y una mímica de Cristo. Tal vez declare ser su reencarnación. Su nacimiento será oscuro; comenzará como cualquier hombre en los asuntos del mundo; pero rápidamente será promovido hasta llegar a ser el gobernador del mundo entero. Daniel 9:27 dice que “confirmará pacto con muchos” incluyendo a judíos. Por tres años y medio de la tribulación los judíos estarán respaldados para adorar en el templo que habrán de construir. Esto era difícil de creer años atrás, pero es más fácil mirando al Israel de hoy. Volvieron a ser nación; volvieron a tener gobierno en Jerusalén, ejército, fuerza aérea; y están haciendo negocios con el resto del mundo. ¿Por qué todavía existen? ¿Está sucediendo el último recogimiento de Israel? ¿Están esperando al Mesías? No. La mayor parte de Israel ha retornado a su tierra en incredulidad. Incluso muchos de ellos ni siquiera creen en el Dios de sus padres, y mucho menos en su Mesías rechazado. Y entonces, ¿qué está esperando la nación de Israel? Aunque no lo saben, espera por el surgimiento del anticristo. Este hará pacto con ellos. He allí a Israel aguardando por el anticristo. “Vi una de sus cabezas como herida de muerte, pero su herida mortal fue sanada; y se maravilló toda la tierra en pos de la bestia, ” (Ap. 13:3). Según esta Escritura y Apocalipsis 17, aparentemente el anticristo sufrirá la muerte, morirá. Las palabras “herida mortal” se pueden traducir “golpe de muerte.” Apocalipsis 13:12 tiene la expresión, “cuya herida mortal fue sanada,” lo que indica su muerte y posterior resurrección por algún modo. Ver también Apocalipsis 13:14. No nos debe asombrar que el mundo se maraville entonces y diga, “¿Quién como la bestia, y quién podrá luchar contra ella?” (Ap. 13:4b). El será el séptimo de 7 reyes que regirían al mundo. Cuando muera y vuelva de alguna manera a vivir, llegará a ser el octavo rey. El mundo entonces estará configurado en la forma de 10 reinos unidos, regidos por 10 reyes, “Estos tienen un mismo propósito, y entregarán su poder y su autoridad a la bestia.” (Ap. 17:13). No hay dudas que se levantará para gobernar el mundo en la septuagésima semana de la profecía del capitulo 9 del libro de Daniel. Comenzará entonces el Día del Señor, y en esos tiempos demandará ser adorado como Dios. F. Su tiempo. Aun no se ha manifestado al mundo, pero es posible, a la luz de los eventos mundiales presentes, que en algún lugar del mundo ya haya nacido. No aparecerá como anticristo hasta que el antiguo imperio romano sea reavivado, compuesto por los 10 dedos de la visión de Daniel 2 y los 10 cuernos de Daniel 7. Luego se manifestará como la bestia de Apocalipsis 13 y 17. Otra cosa que debe suceder antes que se manifieste es el arrebatamiento de la iglesia. G. Su aparición.


Parece que será judío por nacimiento, romano por ciudadanía, y sirio por nacionalidad. “Y de uno de ellos salió un cuerno pequeño, que creció mucho al sur, y al oriente, y hacia la tierra gloriosa.” (Dan. 8:9). H. Su fin. “entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida; ” (II Tes. 2:8). Ver también Apocalipsis 19:20. VI. La Tribulación Hay 3 tribulaciones distintas en las Escrituras, y aunque se pueden distinguir una de otra, se puede también caer en confusión. Mientras que la Palabra de Dios dice que el cuerpo de Cristo sufre tribulaciones, también dice que Israel pasará por la tribulación. Además habrá tres años y medio de gran tribulación, angustia como el mundo jamás ha visto. Y es en estos puntos donde muchos se confunden, mezclando estos tres temas, aunque son claramente distintos. Primero, la iglesia sufre tribulaciones, el cuerpo de Cristo actualmente presente en este mundo. Segundo, habrá una futura tribulación conocida bíblicamente como la angustia de Jacob, la cual será al fin de los tiempos y durara siete años. Finalmente, habrá una gran tribulación, la segunda mitad de ese periodo de 7 años. Durara tres años y medio, al fin de la cual regresará el Señor para reinar. A. Las tribulaciones de la iglesia. No hay dudas de que la iglesia sufre tribulaciones. “Porque también estando con vosotros, os predecíamos que íbamos a pasar tribulaciones, como ha acontecido y sabéis.” (I Tes. 3:4). “Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución; ” (II Tim. 3:12). Es natural para la iglesia del Señor sufrir en este mundo. El mundo entero está bajo el maligno; y nosotros siendo celestiales, somos objeto de persecución por parte de Satanás y sus huestes de maldad. La iglesia es un cuerpo; y un cuerpo es natural que sufra, cuando un miembro es herido todo el cuerpo lo sufre. Pablo, escribiendo a los colosenses dijo: “Ahora me gozo en lo que padezco por vosotros, y cumplo en mi carne lo que falta de las aflicciones de Cristo por su cuerpo, que es la iglesia;” (Col. 1:24). Note que la palabra “aflicciones”, significa tribulaciones. Esta es la misma palabra que se usa para tribulación y gran tribulación. También, debemos prestar atención a las palabras “las aflicciones de Cristo”, con artículo definido. Entonces, estas son las tribulaciones de Cristo, las tribulaciones del cuerpo de Cristo, la iglesia. Pablo, escribiendo a los colosenses estaba en Roma, a una gran distancia de ellos; ¿Cómo es que sus sufrimientos en Roma pudiesen ser efectivos para los colosenses? Luchaba por ellos en oración y se esforzaba en escribirles y ministrarles. En Colosenses 1:13 Pablo se refiere a la iglesia como al reino de su amado Hijo, y en el versículo 24 enfatiza sus sufrimientos o tribulaciones. Juan dice lo mismo en Apocalipsis 1:9, “Yo Juan, vuestro hermano, y copartícipe vuestro en la tribulación, en el reino y en la paciencia de Jesucristo, estaba en la isla llamada Patmos, por causa de la palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo.” Ciertamente, la iglesia sufre tribulaciones, las tribulaciones de las cuales Cristo nos previno de antemano. B. La tribulación de Israel. Un término más específico tomado del libro de Jeremías es “Angustia para Jacob.” “¡Ah, cuán grande es aquel día! tanto, que no hay otro semejante a él; tiempo de angustia para Jacob; pero de ella será librado.” (Jer. 30:7).


Los últimos tiempos estarán marcados por un periodo de 7 años, conocido como la 70a semana de Daniel. “Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar la prevaricación, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos. Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos. Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí; y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones. Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador.” (Dan. 9:24-27). Por estos versículos aprendemos que setenta semanas (490 años) están determinadas sobre el Pueblo de Daniel, los judíos. Desde el momento que saliese el mandato para reedificar Jerusalén hasta el tiempo cuando el Mesías (Cristo) fuese cortado, habría 69 semanas y algunos días, o sea 483 años y unos días. Entre la semana 69 y la 70 habría un espacio, para la formación de la iglesia, de la cual Daniel no supo nada, ni ningún otro profeta del Antiguo Testamento (Ef. 3:5). Sabemos que estas 70 semanas tienen que ver solo con Israel. Parece que en los días presentes Dios se ha olvidado de Israel, pero no es así. Luego que la iglesia sea completada, lo que se llama “la plenitud de los gentiles” (Rom. 11:25), la iglesia será arrebatada, y el Señor dará plena atención a los judíos (Israel) nuevamente. En aquel tiempo será la 70a semana , conocida como la tribulación, los últimos siete años. La iglesia no atravesará por ningún segmento o parte de esta tribulación de 7 años. Apocalipsis 4 y 5 describen a pleno el arrebatamiento de la iglesia antes de la tribulación y su adoración en el cielo. Los capítulos 6 al 19 tratan con la tribulación en la tierra. La tribulación comenzará cuando el anticristo haga pacto con los judíos y con muchos. Y concluirá con la venida de Cristo en gloria, poder y juicio. C. La gran tribulación. Aunque a toda la tribulación se le llama "tiempo de angustia para Jacob", el juicio se intensificará en los últimos 3 años y medio. Esa mitad se marcará por la ruptura del pacto por parte del anticristo, y por la manifestación del anticristo como la mentira. “Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador.” (Dan. 9:27). El Señor Jesús re-enfatizó esta verdad cuando agregó algunos detalles a lo ya revelado: “Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda), entonces los que estén en Judea, huyan a los montes. . .porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá.” (Mat. 24:15, 16, 21). De las palabras de Daniel y del Señor Jesús aprendemos que en la mitad de la tribulación el anticristo quebrará su pacto con los judíos, le pondrá fin a los sacrificios en el templo, y se presentará él mismo en el lugar santo, lo cual se describe como la abominación desoladora. II Tes. 2:4 describe este evento y agrega detalles: el anticristo “el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios.”


Durante estos últimos 3 años y medio, cuando el anticristo demandará ser adorado como Dios, el hombre no podrá comprar ni vender si no tiene su marca (Ap. 13:17). Muchas veces surge la misma pregunta: “¿se salvará alguien durante la tribulación (incluyendo la gran tribulación)?” Si, muchas personas serán salvos, aun durante los primeros 3 años y medio de la tribulación. La partida de los santos de la iglesia convencerá a muchos inconversos de la verdad del evangelio; de todos modos, estos creyentes no serán parte del cuerpo de Cristo. “Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida; inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos, y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos. Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira, a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia.” (II Tes. 2:8-12). Estos últimos versículos parecen enseñar que si alguien ha rechazado a Cristo antes del arrebatamiento no tendrá opción de ser salvo en la tribulación. Pero el texto dice que creerán la mentira y pensamos que el anticristo se manifestará como la mentira en la mitad de la tribulación. Algunos estiman, por lo tanto, que se extenderá la invitación a ser salvos a las personas también durante los primeros tres años y medio. Pero si rechazan a Cristo entonces ya no habrá opción avanzando la tribulación. Y surge una nueva pregunta, “¿habrá salvos durante los últimos tres años y medio?” Apocalipsis 7 declara enfáticamente que habrá un incontable número de judíos y gentiles salvos en aquellos días, en los días de la gran tribulación. Entendemos que serán salvos en aquellos días los que nunca antes hayan rechazado el evangelio, y entones lo reciban y no se dejen marcar por la bestia. La salvación de ellos será fruto de la predicación de 144.000 Israelitas (Ap. 7:4-8). Alguien puede preguntar, “¿pero cómo, entonces, será posible para ellos ser salvos una vez que el Espíritu Santo haya sido sacado del mundo?” "Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad; sólo que hay quien al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio.” (II Tes. 2:7). El Espíritu de Dios es omnipresente y no puede ser que quede ausente, pero quitará su mano de restricción de sobre el hombre de pecado y permitirá su carrera de pecado. El Espíritu Santo estará aquí en el mundo, porque es omnipresente, y tendrá una manifestación y un ministerio similar al que tuvo en el Antiguo Testamento. Y recordemos que la gran tribulación terminará con la venida de Cristo a la tierra. VII. La batalla de Armagedón Donde sea que una gran guerra se pone en marcha, la gente teme que sea la batalla de Armagedón. Para entender claramente esta batalla, veamos primero lo que no es, y luego lo que es. A. Lo que No es. 1. No es ni la primera ni la segunda guerra mundial. 2. No es la primera batalla de Gog y Magog. Esta batalla será encabezada por fuerzas de una confederación de naciones y pueblos del norte. No es mas que una batalla, y Dios hará llover sobre estos ejércitos fuego y azufre desde el cielo. Esto probablemente ocurrirá al principio de la tribulación.


3. No es una guerra en el cielo. En la batalla que se describe en Apocalipsis 12:7-17, los ejércitos de Satanás serán vencidos por Miguel y sus ángeles, y luego arrojados a la tierra. 4. No es la segunda batalla de Gog y Magog. Esta será la conclusión a toda batalla física y espiritual. Será después del milenio, cuando Satanás sea soltado por ultima vez y por breve tiempo y salga a engañar a las naciones (Ap. 20:7-9). Fuego descenderá del cielo y destruirá a los rebeldes. B. Lo que Es. 1. Los Participantes. “Y vi a la bestia, a los reyes de la tierra y a sus ejércitos, reunidos para guerrear contra el que montaba el caballo, y contra su ejército.” (Ap. 19:19). Será la simiente de la serpiente luchando contra la simiente de la mujer (Gen. 3:15). Será el final conflicto entre Cristo y el anticristo. 2. El lugar. El valle de Jezreel, el valle de Meguido, en Israel. Este es un antiguo campo de batalla donde Gedeon peleó, donde perdieron la vida Saul y Jonatan, donde Faraón mató a Josías. Los griegos y los romanos batallaron allí; y Napoleón sufrió su primera derrota. 3. El tiempo. La batalla de Armagedón tendrá lugar al final de la gran tribulación, y justo antes del reino milenial de Cristo. 4. Su fin. Todo terminará con la completa destrucción del anticristo y sus ejércitos. Luego el anticristo y el falso profeta serán arrojados vivos al lago de fuego y azufre. “Y la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que había hecho delante de ella las señales con las cuales había engañado a los que recibieron la marca de la bestia, y habían adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre.” (Ap. 19:20). VIII. El Milenio El Milenio es el periodo de mil años de reinado de Cristo sobre esta tierra, y comenzará inmediatamente después de terminada la gran tribulación. Milenio es una palabra que no aparece específicamente en el texto bíblico, pero es innegable como concepto escritural. A. El hecho del milenio. 1. El Señor lo ha decretado (Sal. 2). 2. Cristo lo enseño (Mat. 24; Marcos 13; Lucas 21). 3. La Escritura lo enseña (Is. 2, 11). 4. El salmista lo describe (Sal. 72). 5. Los ángeles lo declararon (Lucas 1). 6. La transfiguración lo ilustra (Mat. 16:28; 17:1). 7. El evangelio lo bosqueja (Marcos 6:45-56). 8. Los apóstoles lo predicaron (Hechos 2, 3).


9. La creación lo aguarda. (Rom. 8). B. Descripción del milenio. 1. Los mil años (Ap. 21:1-7). 2. La era venidera (Ef. 1:21). 3. El Día del Señor (Ap. 6:12-17; Joel 2:10, 11,30, 31; Hag. 2:6,7; Mat. 24; Zac. 14:1-5). 4. El aquel día (Is. 4:2; 2:11, 17, 20, 21; 11:11). 5. La restauración de todas las cosas. “y él envíe a Jesucristo, que os fue antes anunciado; a quien de cierto es necesario que el cielo reciba hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas, de que habló Dios por boca de sus santos profetas que han sido desde tiempo antiguo.” (Hechos 3:20, 21). a. Israel a la tierra prometida (Is. 11:10-12). b. Arrepentimiento de las naciones a Jehová (Zac. 12: 10-14). c. La remoción del pecado y de la iniquidad (Zac. 3:9). d. Restauración de las lluvias (Joel 2:23-29). e. Restablecimiento de la Ley de Jehová (Jer. 31:28-37). f. Redistribución de la tierra (Ez. 48). g. Reconstrucción de Jerusalén (Is. 62; Ez. 40). h. Restitución del reposo libres de miedos (Is. 14:1-3; Jer. 33:14-16). i. Restitución del amor de Jehová (Sof. 3:16-20). 6. La regeneración de todas las cosas (Mat. 19:18; Is. 32). 7. La Roca arrasará y luego como monte reinará (Dan. 2). C. Los tipos del milenio. 1. El año del jubileo (Lev. 25). 2. La fiesta de los tabernáculos (Lev. 23). 3. El sábado. Es ese reposo que viene. 4. El reino de Israel bajo el rey Salomón. Será un reino de paz absoluta. D. Las condiciones de vida durante el milenio. 1. La iglesia: “Palabra fiel es esta: Si somos muertos con él, también viviremos con él; Si sufrimos, también reinaremos con él; Si le negáremos, él también nos negará.” (II Tim. 2:11, 12). Dondequiera que el Señor esté, estaremos con El (I Tes. 4:17). Reinaremos con él, juzgaremos sobre los ángeles y el mundo. I Corintios 6:2, 3 dice: “¿O no sabéis que los santos han de juzgar al mundo? Y si el mundo ha de ser juzgado por vosotros, ¿sois indignos de juzgar cosas muy pequeñas? ¿O no sabéis que hemos de juzgar a los ángeles? ¿Cuánto más las cosas de esta vida?” 2. Satanás. Satanás será atado y encarcelado en el abismo por mil años (Rev. 20:1-7). No tendrá actividad ni influencia durante el milenio. 3. Israel. Llegará a ser cabeza de las naciones, y dejará de ser cola como lo es hoy (Is. 2:1-4; 11:3, 4; 61:5; Zac. 8:23; Deut. 28:13).


4. Las naciones del mundo. Todas las naciones subirán a Jerusalén año tras año para adorar al Rey Jehová en persona. Si anualmente no subiesen para la fiesta de los tabernáculos, Dios hará que no llueva sobre esa nación (Zac. 14:16; Is. 2). 5. La humanidad de entonces. a. Su condición espiritual. Algunos piensan que no habrá pecado en el milenio, pero habrá. La naturaleza humana no ha cambiado de una dispensación a otra. Habrá adoración universal a Cristo (Heb. 8:11; 2:14; Fil. 2:10, 11), pero será una obediencia externa de parte de algunos. Por ejemplo, muchos en prisión obedecen a sus guardias, no porque les amen, sino porque deben hacerlo. ¿De dónde surgirán estos pecadores? ¿Acaso no comenzará el milenio con todos creyentes nacidos de nuevo? Los rebeldes serán descendientes de padres salvos, personas que habrán entrado vivos desde la tribulación al milenio. b. Condiciones físicas. La vida humana será alargada y muchos vivirán a lo largo de todo el milenio. Creemos que puede haber muerte en este reinado de Cristo, no de creyentes sino de alguien que se rebele públicamente. Creemos que ni bebes ni niños morirán. "No habrá más allí niño que muera de pocos días, ni viejo que sus días no cumpla; porque el niño morirá de cien años, y el pecador de cien años será maldito.” (Is. 65:20). c. Condiciones morales. Este no será un periodo de absoluta perfección. No obstante, no se le permitirá levantar cabeza al pecado. Cristo reinará con vara de hierro (Sal. 46:9; Is. 2:4). Sin embargo, habrá pecado en los corazones de los hombres. 6. Creación. a. Física. Cuando Adán cayó, la tierra fue maldecida (Rom. 8:18-23). Y en una tierra maldecida el hombre ha hecho maravillas con sistemas de irrigación y demás cosas similares, ¡pero miren lo que Dios hará! “Se alegrarán el desierto y la soledad; el yermo se gozará y florecerá como la rosa. Florecerá profusamente, y también se alegrará y cantará con júbilo; la gloria del Líbano le será dada, la hermosura del Carmelo y de Sarón. Ellos verán la gloria de Jehová, la hermosura del Dios nuestro.” (Is. 35:1-2). Ver también Isaías 55:13. La creación será restaurada completamente; sin más terremotos; ni tormentas destructivas, sin hambrunas ni pestilencias. (Joel 2). b. Creación animal. Antes de que el hombre pecara, Dios había puesto en los animales temor hacia el hombre. Ellos comían pastos del campo. Durante el milenio los animales volverán al mismo orden que Dios había intentado para ellos (Is. 11:6-9). “y un niño los pastoreará.” (Is. 11:6). Esto significa que un niño durante el milenio podrá conducir tranquilamente a estos animales. IX. Los juicios La Biblia no enseña que habrá un solo juicio final general para todas las personas. En cambio, nos informa que habrá varios juicios, algunos ya han acontecido, otros suceden al presente y otros tendrán lugar en el futuro. Por ejemplo, hay un juicio pasado sobre Sodoma y hay un juicio futuro sobre Babilonia. A. Juicios de los cristianos 1. Juicio sobre el pecado. ¿Cuándo ocurrió ésto? Para los cristianos este es un juicio en el pasado, porque todos nuestros pecados fueron juzgados en la cruz de Cristo. “Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu; ” (I Pedro 3:18). “quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.” (I Pedro 2:24). Ver también Galatas 3:13; Juan 3:16; Isaías 53:5,6.


2. Juicio sobre el servicio cristiano. Ningún cristiano tendrá condenación por sus pecados; sus pecados han sido juzgados sobre Cristo en la cruz. Pero el cristiano deberá dar cuentas a Dios por sus obras. “Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo.” (II Cor. 5:10). El cristiano ha escapado del futuro juicio de los impíos, “de cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.” (Juan 5:24), pero el cristiano estará delante del tribunal de Cristo para recibir recompensas por las obras que haya hecho mientras estaba en el cuerpo. La palabra griega para “tribunal” era la palabra “Bema.” Sucederá cuando Cristo venga y nos lleve. “He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra.” (Ap. 22:12). Se mencionan varias coronas en las Escrituras que el cristiano puede lograr: a. La corona de la vida. “Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman.” (Santiago 1:12). Ver también Apocalipsis 2:10. Esto es un premio a la fidelidad, aun hasta la muerte. b. La corona incorruptible. “Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible.” (I Cor. 9:25). Esto es un premio para aquellos cristianos que viven una vida separada para el Señor. c. La corona de gozo. “Porque ¿cuál es nuestra esperanza, o gozo, o corona de que me gloríe? ¿No lo sois vosotros, delante de nuestro Señor Jesucristo, en su venida?” (I Tes. 2: 19). Esta es un premio para los ganadores de almas. d. La corona de gloria. “Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto; no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey. Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria.” (I Pedro 5:2-4). Esta es la corona para los pastores, los ministros que en verdad lo son. e. La corona de justicia. “Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida.” (2 Tim.4:8) Esta corona es para premiar a los que aman su segunda venida. B. Juicio a las naciones. Este juicio tendrá lugar al regreso del Señor para iniciar el milenio. (Mat. 25:31-46). Una mejor palabra para “naciones” es “gentiles.” Este será el juicio de cada uno de los gentiles que sobrevivan habiendo terminado la tribulación. Se mencionan 3 grupos de personas en la parábola: ovejas, cabritos y hermanos más pequeños del Rey. Los hermanos son los judíos; las ovejas son los justos que heredarán el reino; y los cabritos son los injustos que serán excluídos. Los justos (ovejas, gentiles) entrarán al Reino, y a vida eterna. Los injustos (cabritos, gentiles) serán arrojados al fuego eterno; por lo tanto, ellos no serán juzgados en el juicio del gran trono blanco. Ellos Irán a condenación mil años antes que los muertos impíos. Algunos creen que este es un juicio de obras y que los hombres van al cielo o al infierno sobre la base de sus obras. Pero si observamos con cuidado vemos que este es un juicio basado en la fe de ellos. No hay dudas que el Señor será el Juez. Ahora, ¿qué motivará a estas ovejas de las naciones a servir y ayudar a los judíos durante la tribulación? Ellos harán todo esto porque ellos habrán aceptado la predicación de estos hermanos judíos del Rey. ¿O acaso podemos pensar que ellos visitarían, vestirían, alimentarían y ayudarían a estos judíos durante la tribulación si no hubiesen creído? Recuerden, la tribulación será


un tiempo de peligros y persecuciones. Los hombres no podrán comprar ni vender sin la marca de la bestia. Las ovejas (gentiles creyentes) desafiarán ese orden, rechazarán la marca de la bestia, y aceptarán lo que los judíos prediquen. Sabemos que ellos recibirán a Cristo, porque el Señor dijo, “El que a vosotros recibe, a mí me recibe” (Mat. 10:40). Otra vez destacamos que las ovejas (gentiles) serán salvos por su fe en Cristo, pues Apocalipsis 7:14 declara: “Yo le dije: Señor, tú lo sabes. Y él me dijo: Estos son los que han salido de la gran tribulación, y han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre del Cordero.” Los injustos de las naciones (cabritos, gentiles incrédulos) serán arrojados al fuego a causa de su incredulidad. Al rechazar a los hermanos, habrán de rechazar a Cristo. C. Juicio del Gran Trono Blanco. Encontramos este gran juicio en Apocalipsis 20:11-15: “Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.” Este será el juicio de los muertos impíos de todos los tiempos que serán resucitados en la final resurrección. Ningún creyente nacido de nuevo aparecerá allí. Estos impíos no serán juzgados para determinar si van al cielo o al infierno; sino para demostrar públicamente que merecen ser arrojados al infierno, porque ellos habrán muerto en condenación (Juan 3:18). Además este juicio es para determinar los grados de castigo, “según sus obras” (Ap. 20:13). Habrá 2 testigos que se levantarán contra ellos: El libro, y los libros; eso es, el libro de la vida, y los libros que declararán sus obras. No conocemos de manera específica los grados de castigo que habrá. X. Después del Milenio “Cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión, y saldrá a engañar a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de reunirlos para la batalla; el número de los cuales es como la arena del mar. Y subieron sobre la anchura de la tierra, y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada; y de Dios descendió fuego del cielo, y los consumió.” (Ap. 20:7-9). Esta es la guerra que terminará con todas las guerras. Será el conflicto final de todo el universo. A. Satanás será soltado. Satanás será soltado por un breve tiempo, e intentará una agresión más contra Dios. B. Las naciones serán juntadas. ¿Cómo podría Satanás organizar una revuelta entre las naciones para pelear un vez más contra Dios? Motivará a sublevarse a los que hayan nacido en el Milenio y aun sean inconversos. Algunos creen que serán personas de 99 años de edad para abajo.


Note que no se levantarán armas sobre ellos. C. Rebeldes destruidos. Fuego descenderá de los cielos y los destruirá. D. Satanás sentenciado. Satanás será arrojado al lago de fuego preparado para él y sus ángeles. XI. El futuro de los impíos No nos es difícil pensar en la vida eterna, pero se hace difícil pensar en una eterna condenación en el infierno; no obstante, es cierto. A. La enseñanza escritural. 1. Habrá un día de juicio (Hechos 17:30, 31). 2. Cada ser humano será juzgado por sus obras (Rom. 2:16; Ap. 20:12). 3. Es eterna (Marcos 9:43-48). Ver también Mat. 13. 4. Habrá grados de castigo (Ap. 20:12; Rom. 2:5, 6). 5. Habrá una resurrección de justos como así también una de injustos (Juan 5:29). 6. El lenguaje así lo describe (Mat. 25:46; Marcos 9:45-48; Juan 3:36). 7. Todo se basa en el carácter de Dios como Justo. B. Los términos usados. Los siguientes son los lugares donde los seres humanos impíos y los ángeles impíos están, o serán arrojados: 1. Seol. Esta es una palabra del Antiguo Testamento para describir el lugar adonde van los humanos impíos al morir. 2. Hades. Esta es una palabra del griego del Nuevo Testamento, para describir el estado inmediato al que van los muertos impíos; es lo mismo que Seol. La Biblia no habla de un eterno Hades o un eterno Seol. 3. Tartarus. Este es el lugar donde los ángeles impíos están confinados; es un lugar de oscuridad. 4. Gehenna. Era el lugar fuera de Jerusalén, donde siempre había fuego y humo. El Señor mismo asemejó ese lugar al infierno, describiendo el fuego que nunca se apaga: “Y si tu pie te fuere ocasión de caer, córtalo; mejor te es entrar a la vida cojo, que teniendo dos pies ser echado en el infierno, al fuego que no puede ser apagado, ” (Marcos 9:44). 5. Tophet. Es una palabra hebrea del Antiguo Testamento que significa lo mismo que Gehenna.


6. Abismo. Ese es el lugar para ángeles caídos. Satanás y sus demonios serán atados durante el milenio en ese lugar. 7. Lago de fuego. Esta expresión solo aparece en el libro de Apocalipsis. Parece significar lo mismo que gehena. 8. Eterna. El juicio sobre los impíos será eterno, para siempre. a. Primera interpretación. "Eterna" significa “sin principio y sin fin.” b. Segunda Interpretación. "Eterna" significa “sin principio.” c. Tercera Interpretación. "Eterna" significa “sin fin.” Nosotros adherimos a las 3 interpretaciones. Algunos creen que los impíos sufrirán el infierno durante una edad o era final. Pero la palabra “eterna” describiendo la vida eterna es la misma palabra describiendo el castigo eterno (Juan 3:16), y el Dios eterno (Rom. 16:26), y el Reino eterno de Jesucristo (II Pedro 1:11). C. Teorías propuestas. 1. Universalismo. Esta es la creencia que afirma que todos al final serán salvos, incluyendo el Diablo. ¿Qué significan entonces las palabras “juzgar” y “juicios” si no significan eso mismo? Donde Dios habla de Juicio eterno, El declara que será Juicio eterno (Hechos 3:21-24; I Cor. 15:22; Mat. 18:9; Juan 3:36). 2. Condicionalismo. Esta falsa enseñanza no se halla en la iglesia de los primeros tiempos, sino que hizo su aparición en el siglo 19. Argumenta que la vida eterna se basa en aceptar a Jesucristo. Si alguien lo acepta, tiene vida eterna. Si no lo acepta, nunca vivirá; resultará todo en una no-existencia en la vida venidera. No hay base escritural para esa teoría. 3. Castigo eterno. Esto se basa sobre verdades bíblicas, que vinculan al pecado con el juicio. Todos los pecados cometidos han sido cometidos contra la eternidad. El que peca rechazando a Jesucristo sufrirá el castigo eterno. XII. Cielo Las Escrituras enseñan que hay 3 Cielos: A. Primer Cielo. El cielo más cercano, el cielo de las nubes donde los pájaros vuelan, el cielo atmosférico. B. Segundo Cielo. Este es el cielo estelar, donde se sitúan las estrellas. C. Tercer Cielo. Cristo.

El cielo donde vive Dios; es el lugar desde donde vino y adonde fue

El Señor Jesús subió al primero, luego al segundo y de allí fue al tercer cielo. “Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión.” (Heb. 4:14). El Cielo es tan real como las nubes y las estrellas. Es el lugar adonde Juan fue llevado en el espíritu. Lo primero que vio, fue al Señor Jesús. El es el centro del cielo (Ap. 1, Heb. 9:24). Pablo, también, fue llevado al tercer cielo (II Cor. 12:2). ¿Está el cielo establecido en cuadrado? ¿Es un cubo? ¿Qué tendrán los hombres salvos como futuro hogar? ¿Tendrá el Cielo 12.000 estadios de largo, y de ancho y de alto? Aclaremos que la Nueva Jerusalén (Ap. 21,22) estará establecida en forma de cubo y


tendrá esas dimensiones, y entendamos que ella es solo una ciudad de los cielos, ataviada y preparada como una novia para sus bodas. Los que seremos llevados allá viviremos en completa paz y perfecto amor por todos los tiempos y la eternidad. “os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles, ” (Heb. 12:22).

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