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Un camino estético hacia Dios – Ruben Sánchez Sabaté
Un camino estético hacia Dios
Ruben Sánchez Sabaté redactor A7noticias, Granollers (Barcelona)
El «no te harás imagen...» junto a la austeridad propia de la Reforma, vaciaron las iglesias de todo tipo de arte plástico para concentrarse en la música. Los adventistas, de acuerdo con nuestra tradición reformada, hemos ignorado la pintura y la escultura en la construcción de nuestros templos. No obstante, en nuestra iglesia existen artistas como Francisco Badilla, pintor chileno y teórico del arte, que proponen rescatar estas expresiones artísticas en nuestra relación con Dios.
Recientemente mi vida topó con la de Francisco Badilla. Calificar nuestro encuentro de fortuito sería discutible, pero fue breve a todas luces. Las menos de dos horas en las que coincidimos en espacio y tiempo me bastaron para convencerme de que el lector de Aula7 gustaría de conocer a este joven pintor adventista de nacionalidad chilena.
Badilla es oriundo de la Novena Región de Araucanía situada en el sur de Chile. Estudió Arte en la Universidad Católica de Temuco, Chile, primero en un ciclo básico de arte durante un período de dos años, para luego ingresar a la carrera de Pedagogía en Artes Plásticas y, más tarde, a una Licenciatura en Artes con mención en Pintura de la que se graduó con una tesina acerca del símbolo de la cruz en la historia del arte.
Desde los 15 años cuando Badilla tomó los pinceles por primera vez, el pintor no ha dejado de plasmar su espiritualidad en sus pinturas, muchas de ellas reconocidas con premios y menciones especiales. Además, este artista chileno cuenta con dos murales en dos instituciones educativas de su país.
En agosto de 2006, la revista de la corporación cultural municipal de Valdivia (Chile), Kimelchen, publicó un texto firmado por la periodista Delicia Jaramillo a propósito de la exposición de doce telas que Badilla tituló «Permanencia». A continuación reproducimos algunos fragmentos:
«Sobre la estructura de las técnicas mixtas, Francisco Badilla incorpora al clásico óleo algunos objetos y símbolos, acudiendo a sus obras una diversidad de conceptos que con marcada presencia remiten a la crucifixión de Jesús como temática central. »Sentimientos de paz y calma invocados a través de albas atmósferas, se funden con detalles de objetos que indagan en la figura de Cristo. Recogimiento y pureza busca revelar el artista. “El objetivo de la muestra es presentar un episodio de la historia que marca el pensamiento de Occidente, me refiero a la crucifixión de Jesús en dos códigos visuales: primero, el conceptualismo y pureza de las obras no figurativas y objetuales, y segundo, la ‘carnalidad’ de la imagen de Cristo crucificado como icono religioso tradicional”, –explica el pintor–. »“Es pertinente, creo, una reflexión hacia la presencia de Jesucristo codificada en su esencia, es decir la cruz, polarizada en esta muestra donde contrasta el aniconismo (ausencia de imágenes) de lo netamente espiritual, con el poder de la imagen”, –agrega Badilla–. »En la necesidad de compartir una expresión personal que aspira a ser leída de la forma en que fue concebida, el artista encuentra la motivación que guía sus creaciones: “Las obras surgen a partir de mi intención de decir que Dios debe estar pre
sente en cada uno; cuestionamiento personal que me inquieta, motivando mi vida y mi proceso de expresión artística.” »Las doce obras que componen «Permanencia» corresponden a un proceso de creación que se inicia el 2003 y que, según indica Badilla, manifiesta su evolución a través del tránsito hacia una propuesta más figurativa y cromática. Es en su taller donde el artista encuentra el espacio físico y vital para conjugar la fase creativa con una profunda reflexión personal en torno a su propia espiritualidad. […] »La confrontación de la figuración y el conceptualismo religioso se aprecian también en sus trabajos anteriores. Entre ellos figuran “Id” muestra inaugurada el 2003, la que incluyó algunas de las obras que se presentan ahora en Valdivia y que, según explica el artista, “aludían a la necesidad de ‘ir’, de recorrer un camino en esta vida asidos de lo espiritual”. Ese mismo año presenta “Cruz = Vida” en la sala de exposiciones de la Universidad Católica de Temuco y con la que culmina su proceso de formación académica. »Badilla ha explorado la pintura más figurativa, pero, también se ha aventurado a las expresiones más abstractas, volcando en ellas una mayor riqueza cromática. Ha realizado murales religiosos en el Colegio Adventista y el Colegio Brainstorm de Temuco trabajo además en el diseño gráfico para una producción musical de la Universidad de la Frontera y realizó un mural acerca de la historia de dicha Universidad en su 25 aniversario. Actualmente trabaja en un mural para el Colegio Woodland en la ciudad de Los Ángeles (Chile). »Según sostiene Badilla, la pintura le permite «dar forma a espacios para mirar, manipulando lo netamente visual con lo matérico», proceso en que el lograr la fascinación con su obra adquiere vital relevancia para el artista: “Es importante poder ‘encantarme’ con lo que estoy viendo. El sentido de la apreciación estética es de especial importancia en mi proceso.” »En una búsqueda más profunda, la pintura es para Badilla una forma de expresar su sentido espiritual y la fusión de pensamiento con lo material. “Me gusta esa mezcla de ser un intelectual y obrero a la vez” –comenta el pintor–. »Sus más importantes temáticas inspiradoras son la imagen de Jesucristo –al que reconoce como el principal motor del pensamiento occidental– y el sentido religioso de nuestra cultura posmoderna. “El sentido para mí es que trato de vivir mi espiritualidad donde la pintura me es un canal que me permite sacar mis cuestionamientos y mis visiones acerca de Dios”, concluye el artista.» (JARAMILLO, D. «Conceptualismo y materia en torno a la figura de
Cristo». Kimelchen [agosto 2006].)
Recientemente, Badilla ha inaugurado www.franciscobadilla.com, una nueva página Web en la que se puede conocer la mayoría de la obra del autor. Hemos escogido tres de sus pinturas y hemos dialogado entorno al arte y nuestra cultura adventista.
Ruben Sánchez: ¿Por qué eligió la pintura cuando la tradición adventista manda dedicarse a la música? Francisco Badilla: Comencé a dibujar desde muy pequeño. Recuerdo algunos de mis dibujos de cuando tenia 4 años, siempre estaba dibujando y pintando. Pasé por varios temas que me gustaban cuando niño, desde soldados y ejércitos, –mi infancia de desarrolló en el gobierno de Pinochet– animales, músicos, deportes, etc., así podía pasar gran parte del día dibujando y pintando. Por aquel entonces no era adventista, así que puedo decir que conocí el adventismo cuando era adolescente y ya había en mí un gusto por la expresión artística en relación al dibujo y la pintura. Es cierto que la tradición adventista considera a la música como importante para la adoración a Dios, pero creo que Dios usa diversos talentos, cuando se los entregas y decides ponerte en su dirección.
En relación a la tradición musical adventista, creo que existe una distancia hacia la imagen en nuestra cultura, de considerar a la música como cercana a Dios y a la pintura como lejana, menos importante y dada a seres que no alaban a Dios. Quisiera citar un texto de Régis Debray que, si bien no es cristiano, ilustra esta idea.
«En la ascensión espiritual, el ojo se libera del tacto, más bajo, pero este órgano aun más animal, sujeto a la materia, es superado por el oído, el órgano del espíritu que se eleva. En el último plano se encuentran los ángeles, más dados a coger el laúd y la viola que el pincel o el buril. Ordinariamente músicos, pueden ayudar a los pintores en su trabajo pero no se los ve a menudo junto al caballete y no se conocen escultores entre ellos» (DEBRAY, R. Vida y muerte de la imagen. Paidos, pág. 74).
R. S. ¿Cómo nos acerca la experiencia estética a Dios? F. B. Mediante la belleza, aquella que es dirigida por Dios, así mismo por el goce estético que se produce al contemplar una obra
de arte o al producirla. Además es mediante los códigos visuales del arte, la materia, la textura, el, color y la forma, que están presentes en el arte y que son elementos que Dios creó y que están en su creación.
R. S. ¿Qué influencias tiene como artista? F. B. Del arte religioso contemporáneo, me gustan las pinturas de George Rouault, expresionista francés y William Congdon expresionista abstracto norteamericano. Ambos desarrollaron un arte cristiano de códigos fuertes, y trazos y atmósferas violentas, el mensaje de Cristo se presenta en estos artistas de forma clara honesta y bella. Me gusta la abstracción pero también la figuración y la textura, mi obra es una mixtura de abstracción textura y forma, no podría encasillarme en ninguna tendencia contemporánea.
R. S. ¿Dónde le gustaría que estuvieran colgadas sus obras de arte? F. B. En cualquier lugar donde puedan cumplir su función de comunicar acerca de Dios, donde puedan alcanzar a un publico inquieto, que aprecie el arte y quiera percibir un mensaje trascendente; también quiero llegar a un publico de galería o de museo, por supuesto, en un lugar que esté legitimado para mostrar arte, en algunos espacios públicos, donde amplíe la dimensión del lugar como escuelas, universidades, iglesias…, en realidad donde las obras encuentren relación con el medio y operen signos que vayan en una misma dirección, reflejando esperanza. R. S. ¿Considera apropiado que nuestros templos contengan obras de arte? F. B. Sí, pero se debe ser crítico, no todo el arte es para adoración a Dios. Además debe ser de calidad en su técnica, expresión y simbolismo. Acorde con la contemporaneidad, el arte debe así mismo servir de lenguaje de la palabra de Dios, debe narrar contenidos cristianos. En la antigüedad la imagen era considerada "la letra de los analfabetos" pero ahora debe ser simbólica, contemporánea, poética, ampliar los sentidos hacia un conocimiento de Dios.
Creo necesaria la existencia de un arte que sirva de canal para el mensaje de Cristo. Considero que nuestra iglesia carece de educación en las artes visuales, y por consiguiente de una apreciación estética. Por eso mismo, si los templos tuvieran obras de arte contemporáneas, estas servirían de educación visual y lo principal: una experiencia estética que refuerce la alegría de adorar a Dios.
R. S. Háblenos de su proceso creativo. ¿Hasta qué punto se considera inspirado por Dios? F. B. La inspiración no es algo que llega, sino algo que se debe buscar, me siento inspirado por Dios cuando lo busco y logro reflexionar en ideas acerca de Jesús, a veces realizo bocetos rápidos y escribo ideas y re
Francisco Badilla. Espacio y tiempo. http://www.franciscobadilla.com/imagenes/espacioytiempo.jpg
flexiones en relación a su palabra, de esa forma comienzo el proceso creativo que muchas veces termina en una pintura.
Creo en la humildad del ser artista, y dejar que Dios me use como instrumento en su obra, me gusta pensar que puedo servir de canal para expresar estéticamente su mensaje.
R. S. En su obra Espacio y tiempo yo veo la encarnación. [ F. B. Así es, simboliza a Cristo, es una obra muy matérica de mucha textura, representa a Cristo en su corporeidad y en su rol de mediador entre Dios y el hombre. Me resulta interesante aludir a Hegel que propone al arte como intermediario entre la materia y la idea, una obra de mucha "carnalidad" pero abstracta y simbólica.
R. S.
¿Cómo nos puede ayudar el arte a
trascender nuestras limitaciones espaciotempo-rales y llegar a intuir conceptos propios de Dios como lo eterno, la omnisciencia, omnipotencia y omnipresencia? F. B. Apreciando primeramente el arte, deteniéndose en él, dialogando con la obra. Para que esto ocurra debe haber una experiencia estética, en este caso visual, que nos permita gozarnos en Dios. El arte en su lenguaje simbólico y de polisemia abre nuestra percepción hacia un mejor conocimiento de Dios. De la misma forma que cuando escuchamos una pieza musical sacra y disfrutamos aquella experiencia, percibiendo ampliamente un mensaje que fue hecho para la alabanza de Dios, así debe suceder con las artes visuales. R. S. ¿Por qué divide el cuadro en dos partes? F. B. El cuadro a manera de díptico representa dos episodios de la vida de Cristo, su muerte y resurrección, el formato pequeño de la derecha es la muerte con colores que simbolizan la carnalidad y la sangre.
Y el de la izquierda simboliza la resurrección donde el espacio blanco es el cielo que se abre para recibir a su rey victorioso y también se abre para nosotros en acceso por medio de Cristo hacia Dios. El uso de texturas táctiles refuerza la sintaxis hacia un significado de la coorporeidad de Cristo, a la materia, algo muy discutido por los iconoclastas, pero esta vez sin imagen, solo la expresión de estas dos teofanías.
R. S. A propósito de su obra Jesús ¿Qué significado tiene un Jesús crucificado en nuestra sociedad posmoderna? F. B. Para nuestra sociedad posmoderna es solo historia, un hecho histórico relevante que inició el pensamiento occidental judeocristiano, pero creo que nuestra sociedad no
Francisco Badilla. Jesús. http://www.franciscobadilla.com/imagenes/jesus.jpg
quiere ver a Jesús crucificado, ni de ninguna forma, en cierto modo le incomoda, aunque sabe que necesitan de él.
R. S. ¿No cree que su Jesús es demasiado católico y occidental? ¿Tiene que ver con el hecho de haber estudiado en una universidad católica? F. B. Es que no tenemos iconografía cristiana protestante por así decirlo o bien no se ha decodificado convencionalmente, por lo tanto es natural que una imagen de la crucifixión de Jesús nos remita a pinturas católicas. Creo que es por la distancia que tenemos como adventistas hacia la imagen y nuestra tradición puritana que se arrastra desde el periodo reformador con Calvino.
R. S. Veo que su Jesús, a diferencia de otros, transmite mucha paz. ¿Sentir esa paz
que solo Dios da es imprescindible para poder pintarla? F. B. Sí, como pintor debo estar en paz, pero a la vez inquieto sintiendo necesidad de Dios. Es importante para pintar a Cristo sentir esa paz que me permite tomar decisiones en la pintura, confiando en que Dios dirige mi trabajo y este llegará al corazón de las personas.
R. S. En su obra Símbolo y realidad, ¿Dónde está el símbolo y dónde la realidad?
Francisco Badilla. Símbolo y realidad. http://www.franciscobadilla.com/imagenes/simboloyrealidad.jpg
F. B. En este políptico se entrelazan símbolo y realidad. La cruz es un símbolo que está representado no como forma convencional sino como una imagen de un hombre que carga un madero, es decir, la cruz es un símbolo, pero a la vez es realidad para el aquí y el ahora de cada uno de nosotros. Al pensar en el calvario, vemos nuestra realidad. Los formatos de la derecha simbolizan la trinidad, arriba Dios, al centro Jesús, abajo el Espíritu Santo, y depende de nosotros si los hacemos una realidad para nuestra vida hoy. R. S. ¿Qué nos aporta el símbolo a nuestra percepción de la realidad? F. B. El símbolo nos entrega identidad, nos remite a lo que somos, nos señala que Cristo murió por nuestros pecados, y eso debiera mostrarnos nuestra realidad, debemos ser capaces de decodificar el símbolo de la cruz cada día en nuestra vida, para así ampliar la percepción de nuestra realidad como hijos de Dios necesitados de él.
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