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La eutanasia un debate permanente – Josep Antoni Álvarez Rodríguez
La eutanasia un debate permanente
Últimos conflictos, nuevas perspectivas
Josep Antoni Álvarez Rodríguez profesor de matemáticas y física y química Col·legi Urgell, Barcelona
El autor ha publicado La eutanasia a debate: Reflexiones desde una perspectiva cristiana (Barcelona: Aula7activa, 2005. En línea: http://www.aula7activa.org/).
Es indudable que la eutanasia sigue estando de actualidad y no hay la menor duda de que periódicamente los medios de comunicación se hacen eco de alguna noticia relacionada con la eutanasia. Con ello contribuyen a ese debate permanente.
Cuando hablamos de un debate permanente en torno a la eutanasia, nos estamos refiriendo a la eutanasia activa y voluntaria, el poner fin de forma anticipada a la vida de una persona mediante la administración de alguna sustancia, ya que la llamada eutanasia pasiva, 1 el dejar de aplicar tratamientos extraordinarios con la finalidad de alargar la vida, es aceptada mayoritariamente en la actualidad. Aunque también es cierto que no existe un consenso absoluto sobre el tema, ya que el límite, la frontera entre lo necesario y lo extraordinario es muy delgada, y siempre depende de la ideología de partida de uno. En ese sentido baste recordar el caso de Inmaculada Echevarría que comentaremos mas adelante.
Es importante matizar e indicar que cuando hablamos de eutanasia entendemos que ese poner fin solamente tiene sentido si se dan ciertas circunstancias extraordinarias. La eutanasia no supone en ningún caso una práctica indiscriminada. La eutanasia única-
1 Algunos autores consideran que el término eutanasia se habría de utilizar únicamente para referirnos a la eutanasia activa. mente se plantea como una opción en el caso de un paciente que padece una enfermedad incurable acompañada de un sufrimiento o dolor insoportable, y que además este haya expresado de forma libre y consciente el deseo expreso de poner fin a su vida. Hemos de entender que esa opción solo se planteará cuando previamente se hayan agotado todas las demás alternativas (curas paliativas, acompañamiento, etc.). Fuera de esas circunstancias extraordinarias no tiene sentido hablar de eutanasia.
Las posiciones en cuanto a la eutanasia no se han visto modificadas en los últimos años. Los argumentos a favor o en contra siguen siendo los mismos que expuse en el pasado, 2 pero si que se han dado algunas circunstancias nuevas que nos invitan a reflexionar y a hablar nuevamente de la eutanasia. Estas nuevas circunstancias pueden ayudarnos a matizar nuestra posición y por otro lado a manifestar de una forma más sólida aquello que creemos y pensamos como cristianos.
Nuevos casos, nuevos dilemas
Cuando nos acercamos a un dilema ético como el de la eutanasia no hay la menor duda de que la realidad supera todo aquello
2 ÁLVAREZ, J. A.: La eutanasia a debate. Barcelona: Aula7activa, 2005.
que previamente habíamos pensado. La teoría se ve nuevamente superada por la realidad que nos rodea.
La realidad a la que nos enfrentamos diariamente nos invita constantemente a reflexionar acerca de como nos acercamos al final de la vida, no tanto al hecho de la muerte en si, sino a como abordamos el proceso que nos conduce a la muerte. Pienso que la preocupación fundamental es en que condiciones voy a llegar al final de la vida y por eso la eutanasia está de permanente actualidad.
Hablar de eutanasia, implica hablar de situaciones reales. No estamos hablando de una cuestión teórica. Estamos hablando de una situación que afecta a personas que aman y sufren igual que nosotros. Además, estamos hablando de una realidad que tarde o temprano nos puede afectar a nosotros o aquellas personas que amamos. Esa realidad nos invita, casi nos obliga a que al abordar el debate de la eutanasia lo tengamos que hacer desde la realidad, desde aquellos casos que nos hablan de personas que sufren y desean poner fin a sus vidas.
Cuando abordé por primera vez el tema de la eutanasia no pude dejar de hacerlo desde esa realidad, desde esos casos 3 que llamaron poderosamente mi atención. Pero, es indudable que en los últimos años se han ido produciendo algunos casos que no pueden pasarnos desapercibidos. No se trata de casos que difieran sustancialmente de los anteriores, pero si que ponen de manifiesto un cierto grado de hipocresía por parte de nuestra sociedad. Me gustaría por ello recordar por un lado los casos de Piergiorgio Welby e Inmacula Echevarría y por otro lado los de Jorge León, Madelaine Z. y Chantal Sébire.
Piergiorgio Welby, Roma (Italia)
Piorgiorgio padecía distrofia muscular progresiva, a consecuencia de la cual tenía que estar conectado a un respirador artificial. Finalmente, el día 20 de diciembre de 2006, con 60 años y después de nueve años conectado a un respirador artificial, el médico anestesista y de reanimación Mario Riccio accedió a la voluntad de Piergiorgio de ser desconectado del respirador artificial que lo mantenía con vida, y así poner fin a esta. Después de sedarlo y desconectar el respirador artificial Piorgiorgio murió.
3 Ibídem, pp. 45-58. nasia. Como consecuencia de ello, el cardenal arzobispo de Roma, Camillo Ruini, impidió que Piergiorgio recibiera un funeral católico alegando que «una ceremonia católica habría legitimado una actitud contraria a la ley de Dios». 4
Inmaculada Echevarría, Granada (España)
En 2007, Inmaculada Echevarría se convirtió en noticia por solicitar que le retiraran el respirador artificial que la mantenía con vida desde hacía 10 años impidiendo que muriese
ahogada. En ese momento contaba con 51 años y llevaba más de 30 años padeciendo distrofia muscular progresiva. Inmaculada únicamente podía mover con dificultad los dedos de las manos y de los pies, y ligeramente los músculos de la cara. Su enfermedad se había complicado con osteoporosis, rotura de huesos, dolores continuos y dificultades para hablar.
4 GONZÁLEZ, E. «El cardenal Martini dice que la renuncia al encarnizamiento terapéutico no es eutanasia». El País [Madrid)] (23 enero 2007). <http://www.elpais.com/articulo/sociedad/cardenal/Marti ni/dice/renuncia/encarnizamiento/terapeutico/eutanasia/ elpepisoc/20070123elpepisoc_8/Tes> [Consulta: 2 noviembre 2008]
La solicitud de Inmaculada se fundamentaba en la ley de Autonomía del Paciente de 2002 que establecía que un paciente tiene la libertad de rechazar un tratamiento. Como era de esperar la sociedad se dividió nuevamente entre aquellos que consideraban que la solicitud se ajustaba a un derecho y aquellos que estaban en contra considerando que se trataba de una eutanasia encubierta. La Iglesia Católica después de la decisión de acceder a los deseos de Inmaculada obligó a que está fuera trasladada, ya que se encontraba en un centro de la Iglesia. Finalmente, el 14 de marzo de 2007, Inmaculada después de ser sedada para evitar el sufrimiento y de despedirse con un beso de todos aquellos que la acompañaban se le retiró el respirador artificial y murió.
Los casos de Piergiorgio e Inmaculada ponen de manifiesto la controversia existente en tono al final de la vida, y como en numerosas ocasiones las posturas previas condicionan toda reflexión objetiva. Desde mi punto de vista es obvio que no estamos ante unos casos de eutanasia, en todo caso de eutanasia pasiva. Afirmar lo contrario es confundir los términos y distorsionar la realidad. Las solicitudes de Piergiorgio e Inmaculada implicaban retirar un tratamiento, y a consecuencia de ello se derivaría la muerte. Esta ya se hubiese producido hace mucho tiempo de no ser por el respirador artificial al cual se hallaban conectados. En ningún caso hay administración de fármacos para acabar con sus vidas. En ningún caso la muerte es provocada de forma activa, es consecuencia de la situación en la cual se encuentran.
Estos dos casos son sumamente interesantes porque plantean como mínimo dos dilemas. El primero es hasta que punto hay que someter a un paciente a un tratamiento, dónde se encuentra el límite entre lo legítimo y lo necesario, dónde comienza el ensañamiento o encarnizamiento terapéutico, cuándo un tratamiento es innecesario, en definitiva dónde están los límites. El segundo y no menos importante es hasta que punto estamos dispuestos a aceptar la autonomía de las personas a la hora de decidir sobre el final de su vida. ¿Puede la sociedad imponer un criterio a todos por igual? o bien por el contrario ¿hemos de aceptar que otros piensen de forma diferente a la mía?
Jorge León, Valladolid (España)
En el año 2000, Jorge León sufrió un accidente doméstico al caer de dos metros de altura, después de resbalar de las barras en las que practicaba gimnasia. A raíz de la caída se rompió el cuello y como consecuencia de ello quedó pentapléjico. Posteriormente, su situación se complicó porque las infecciones se convirtieron en crónicas por la tolerancia cada vez menor a los antibióticos. Tal situación iba acompañada de fuertes sufrimientos, tanto físicos como psíquicos. Ante la situación en la que se encontraba, Jorge expresó su deseo de morir, así como la necesidad de que alguien lo ayudara con las palabras siguientes:
«No debería estar aquí. Una nueva, digamos, contingencia humana ha vuelto a frustrar el poner fin a esto justo cuando el resto de las circunstancias eran idóneas y mi predisposición fuerte. [...] »Necesito la mano que sostiene el vaso, la mano hábil que supla mi mano inútil, una mano que actúe según mi voluntad aún libre: tengo todo preparado para que quien me ayude quede incógnito». 5
Finalmente, recibió la ayuda de alguien y el 4 de mayo de 2006, con 53 años vio cumplidos sus deseos.
5 DE LUÍS-ORUETA, F. «Necesito la mano que sostiene el vaso». El País [Madrid] (8 mayo 2006). <http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Necesito/man o/sostiene/vaso/elpepisoc/20060508elpepisoc_2/Tes> [Consulta: 2 noviembre 2008]
Madelaine, padecía desde el año 2001 esclerosis lateral amiotrófica (ELA), una enfermedad degenerativa y mortal. Esta se caracteriza por provocar un debilitamiento progresivo de los músculos provocando finalmente una parada respiratoria. Ella escribió:
«Sabéis, desde que me han dicho que tengo esta enfermedad, ELA, he perdido las ilusiones. Es difícil, es lo peor. Una frase bonita que he leído: después de las montañas hay estrellas. Que bonito para la gente que puede luchar contra sus males. ELA no te deja nada sabiendo que poco a poco... nada ¡ni esperanza!» 6
Finalmente, Madelaine se quitó la vida el 12 de enero de 2007. En ese momento tenía 69 años y la enfermedad la había debilitado de tal forma que su vida se veía limitada de ir de la cama a una silla. Además, los dolores a
veces eran tan intensos que le impedían realizar cualquier mínima actividad que para cualquiera sería normal.
Chantal Sébire, Dijon (Francia)
En 2002, Chantal Sébire fue diagnosticada de estesioneuroblastoma. Un tumor muy extraño del cual se han identificado tan solo unos mil casos en los últimos veinte años. Se trata de una enfermedad degenerativa del sinus y de la cavidad nasal. Esta acaba provocando una deformación brutal e irreversible de la cara. En el caso de Chantal, esta le había desfigurado totalmente el rostro de tal forma que su imagen impactaba fuertemente. Además, la enfermedad la había dejado prácticamente ciega, y le causaba fuertísimos dolores que podían llegar a durar horas y que no podía mitigar con morfina porque era intolerante a esta.
6 ALFAGEMA, A. «Mi libertad es morir con dignidad». El País [Madrid] (18 enero 2008). <http://www.elpais.com/articulo/sociedad/libertad/morir/ dignidad/elpepusoc/20070118elpepisoc_2/Tes> [Consulta: 2 noviembre 2008]
Después de luchar contra la enfermedad y ante el hecho de que era incurable y su extensión irreversible, Chantal solicitó ante el
tribunal de justicia de Dijon que se le practicase la eutanasia. De hecho, suicidio asistido, porque la petición de Chantal consistía en que se le recetase alguna sustancia letal que ella misma se administraría. El tribunal de Dijon amparándose en la legislación vigente le denegó tal posibilidad. Ante el deseo manifestado y la imposibilidad de finalizar de forma legal con su vida. Chantal acabó con esta de forma clandestina el 19 de marzo de 2008 tras la ingesta masiva de pentobarbital, un potente barbitúrico utilizado en veterinaria.
Los casos de Jorge León, Madelaine Z. y Chantal Sébire, independientemente de las circunstancias personales, tienen un elemento en común. Y ese elemento común se encuentra en el fin trágico de sus vidas, de como su muerte se produjo en la clandestinidad, como si se tratase de delincuentes. Es como si su situación personal no fuese suficientemente difícil, es como si el sufrimiento al cual estaban expuestos no fuese tenido en cuenta. Todos manifestaron de forma clara y pública el deseo de poner fin a su vida, en definitiva de morir. La muerte para ellos era una liberación ante la situación en la que se encontraban. Pero la sociedad les denegó el derecho a decidir sobre el final de sus vidas, por lo que tuvieron que recurrir a la clandestinidad, a actuar al margen de la ley. Su muerte tuvo lugar en la clandestinidad, sin ningún tipo de dignidad, sin poder hacer abiertamente uso de su libertad. Tuvieron que recurrir al “delito”.
Yo me pregunto si es legítimo obligar a una persona a actuar al margen de la ley, no tan solo al margen sino en contra de la ley cuando ha manifestado de forma reiterada y libre el deseo de poner fin a su vida, y cuando ese deseo no perjudica de forma directa a nadie. Es evidente nos guste o no, que para ellos ese vivir era un no vivir. ¿Qué beneficio obtenemos al impedir de forma legal que una persona pueda elegir poner fin a su vida en
circunstancias tan excepcionales? ¿Hemos perdido la capacidad de ser sensibles al sufrimiento de nuestro prójimo? ¿Por qué hemos de prohibir aquello que de todas formas se producirá de forma irremediable? ¿Por qué no facilitar ese tránsito respetando la libertad individual?
Entiendo que podamos estar en contra de la eutanasia, me parece una posición tan respetable como la de aquellos que están a favor. Pienso que el debate no debe estar tanto en nuestras posturas personales, sino si estamos dispuestos a que el otro actúe ejerciendo su libertad, en función de sus convicciones éticas. Además, la capacidad de elegir, en ningún momento coarta mi libertad. Hay que entender que otros en las mismas circunstancias desearán continuar con su vida, pero esa es su decisión, no habría de depender de la opinión de unos cuantos. Cuando reflexionemos sobre la eutanasia hemos de hacerlo siempre desde aquellos que sufren y siempre teniendo en cuenta que es fácil hablar, pero que vivir en determinadas ocasiones puede resultar muy difícil, por no decir imposible.
El caso de Holanda
Como ya es sabido, el 28 de noviembre de 2000 Holanda se convirtió en el primer país del mundo en legalizar la eutanasia. 7 Dicha decisión contaba con el apoyo del 85% de la población.
La legalización de la eutanasia en Holanda fue un momento decisivo en el debate en torno a la eutanasia. La decisión tomada por el Parlamento holandés, después de un periodo de prueba suponía un cambio en la situación existente y suponía encontrarse ante una nueva realidad. Por primera vez en la historia sería posible evaluar las consecuencias que tendría legalizar la eutanasia.
La legalización de la eutanasia se hacía bajo ciertas restricciones. El acceso a esta solo era posible si se daban ciertas circunstancias. La ley establecía los siguientes requisitos: 1. El paciente lo ha de solicitar de manera voluntaria y tras una reflexión. Este se ha de encontrar en pleno uso de sus facultades mentales. 2. El paciente ha de padecer una enfermedad grave o incurable, para que la solicitud sea considerada. Este ha de sufrir de manera insoportable o que no tenga perspectiva de vida.
7 La ley entró en vigor el 1 de abril de 2002. 3. El médico habrá de informar al paciente de la situación en que se encuentra y consultar con otro médico. 4. Cada caso deberá comunicarse a una comisión regional que verificará que se han cumplido los requisitos. 8
La decisión tomada en Holanda como era de esperar generó toda una serie de opiniones contrapuestas. Por un lado, los defensores de la eutanasia aplaudieron la decisión tomada por el Parlamento holandés como un paso en el reconocimiento de las nuevas realidades y al mismo tiempo como un reconocimiento de la libertad de elección.
En cambio recibió las críticas más duras por parte de aquellos que son contrarios a la eutanasia. Estos afirmaron que la legalización de la eutanasia se convertiría en un mecanismo para acabar de forma legal con aquellas personas que supuestamente suponían o eran una carga para la sociedad. Algunos auguraron un aumento de los casos de eutanasia con el tiempo. En definitiva la legalización abría la puerta a una aplicación indiscriminada de esta, aunque la propia ley limitaba de forma bastante precisa dicha posibilidad. Los contrarios argumentaban que la legalización de la eutanasia en cualquier caso se convertiría en una pendiente hacia abajo, una pendiente resbaladiza.
Lo curioso es que la realidad ha sido muy distinta. Esta ha puesto de manifiesto que los casos de eutanasia en lugar de aumentar se han estabilizado en torno a los 2.000 casos al año como se puede observar en la tabla adjunta. Además, los datos indican que en la mayoría de los casos las personas que han accedido a esta eran enfermos terminales de cáncer. Otro hecho reseñable es que según los datos del año 2005 solo se practicó la eutanasia a tres enfermos de Alzheimer.
Con las cifras en la mano es indudable que la eutanasia se ha aplicado con normalidad y no se han dado situaciones que nos hagan pensar que la legalización de esta haya supuesto la eliminación de aquellos que podían molestar, más bien todo lo contrario. Los datos indican una mejora de la situación con el tiempo. Parece que las restricciones y controles que la ley establece han funcionado de forma satisfactoria a pesar de los peores
8 En la actualidad existen cinco comisiones regionales. Estas están formadas por un jurista (que ejerce de presidente), un médico y un experto en ética. Estos son nombrados por los ministros de Justicia y de Salud Pública, Bienestar y Deportes por un período de seis años.
augurios planteados por los contrarios a la Recientemente, Luxemburgo se convirtió legalización de la eutanasia 9 . en el tercer país del mundo y de la Unión Europea en legalizar la eutanasia cuando el
Números de casos de eutanasia 19 de febrero de 2008 el Parlamento de dien Holanda 10,11 cho país en primera lectura aprobó por un año nº estrecho margen una ley en dicho sentido por 2003 1.815 30 votos a favor y 26 en contra. 12 2004 1.886 La ley aprobada, a igual que las aproba2005 1.993 das en Holanda y Bélgica, establece unas 2006 1.923 condiciones para acceder a la eutanasia. Las 2007 2.120 condiciones son las siguientes: 1. El paciente ha de ser mayor de edad o El caso holandés se ha convertido en un modelo de referencia y sin ninguna duda se está convirtiendo en el modelo a seguir por todos aquellos países que tomen la decisión de legalizar la eutanasia. La legalización de la eutanasia y su posterior aplicación a puesto de manifiesto que algunos de los argumentos esgrimidos para impedir su legalización no responden a la realidad siempre y cuando la ley se aplique correctamente. menor emancipado. 2. El paciente ha de padecer una enfermedad irreversible asociada a un sufrimiento físico o psíquico constante y sin perspectiva de mejora. 3. El enfermo ha de manifestar de forma voluntaria y reiterada el deseo de morir. 4. El médico habrá de consultar con otro especialista. Además, habrá una comisión que supervisará la aplicación de la ley caso por caso. La decisión tomada por El camino a nuevas legalizaciones los países del Benelux de legalizar la eutanasia, unido a las nuevas realidades La decisión tomada por Holanda de legalizar la eutanasia abrió de alguna manera la puerta a que nuevos países siguieran su ejemplo. El primero en hacerlo fue Bélgica el 15 de mayo de 2002. planteadas anteriormente, así como el apoyo cada vez más mayoritario a su legalización (el 65% de los españoles se declaran a favor de la eutanasia, en Francia esta cifra se eleva al 75% y en Alemania y el Reino Unido se sitúa en el 85%), 13 probablemente lleven en «Mar Adentro». elTato. http://everystockphoto.com/ photo.php?imageId=3248072 un futuro más o menos cercano a que más países de la Unión Europea tomen la decisión polémica de legalizar la eutanasia. Digo 9 Los detractores de la eutanasia consideran que hay polémica porque es imposible alcanzar el numerosos casos que no son notificados a las autoriconsenso como ponen de manifiesto los cadades, y que por lo tanto no están incluidos en los casos de eutanasia que facilita la administración. Además, consideran que en la mayoría de estos casos no se cuenta con el consentimiento expreso del afectado. sos presentados anteriormente. La oposición frontal de la Iglesia Católica y de la mayoría de las confesiones cristianas hará imposible 10 «Los casos de eutanasia se estabilizan en Holanda a el consenso y la polémica estará servida. los 5 años de regularse». El País [Madrid] (31 marzo 2007). <http://www.elpais.com/articulo/sociedad/casos/eutana sia/estabilizan/Holanda/anos/regularse/elpepuint/20070 12 Hay que señalar que la entrada en vigor está condi331elpepisoc_3/Tes> [Consulta: 2 noviembre 2008] cionada a una nueva votación. 11 «Number of euthanasia cases rises». DutchNews.nl 13 OBELLEIRO, P. «Flores para Sanpedro en As Fur(9 abril 2008). nas». El País [Madrid] (14 enero 2008). <http://www.dutchnews.nl/news/archives/2008/04/numb <http://www.elpais.com/articulo/Galicia/Flores/Sampedr er_of_euthanasia_cases_ris.php> [Consulta: 2 noviemo/As/Furnas/elpepiautgal/20080114elpgal_2/Tes> bre 2008] [Consulta: 2 noviembre 2008]
La legalización de la eutanasia probablemente se extenderá a otros países que no forman parte de la Unión Europea.
Conclusiones
Una cuestión que me llama poderosamente la atención, aunque no me sorprende porque es una constante a lo largo de la historia, es la poca predisposición del ser humano a aceptar aquellas opiniones en cuestiones éticas que difieran de las nuestras propias, y no tan solo en cuestiones éticas sino en cualquier tema. Es sorprendente porque todos deseamos que nuestras opiniones sean respetadas, y más sorprendente es aún en una sociedad democrática, que defiende teóricamente la igualdad y la libertad de los individuos. Es sorprendente las asociaciones que se llegan a hacer para evitar la legalización de la eutanasia, y la falta de sensibilidad ante ciertas circunstancias. Algunos intentan hablar de buenos y malos, se utilizan expresiones como la de asesinos y desde posiciones religiosas se llega hablar de pecadores, como dijo Eulàlia Solè hablando del caso de Inmaculada Echevarría:
«[...] cuando antaño no existían los medios capaces de retrasar la muerte. Esta llegaba sin apelaciones, [...] ¿No será en lo contrario, en la manipulación científica y técnica, donde reside el pecado?» 14
Por otro lado, parece que olvidemos que legalizar no me obliga a tomar parte. Parece como si la legalización de esta me fuese a obligar a hacer uso de ella. Legalizar no implica estar de acuerdo, implica considerar y aceptar que el otro pueda diferir de mí. ¿Por qué nos resulta tan difícil aceptar la autonomía de los individuos? ¿Es que alguien tiene el derecho de imponer sus criterios a los demás?
Además, cuando hablamos de eutanasia parece que nos olvidemos en muchas ocasiones de las personas, de los enfermos. Como dice Clara Blanc: 15
14 Solè, E. «A vueltas con la eutanasia». La Vanguardia [Barcelona] (9 marzo 2007). 15 Clara Blanc, tiene en la actualidad tiene 31 años. Cuando tenía 25 años fue diagnosticada del síndrome de Ehlers-Danlos, una enfermedad genética incurable, que afecta al tejido conjuntivo. La enfermedad se caracteriza por una perdida progresiva de la movilidad, de tal forma que llega un momento en el cual el afectado solo puede estar en la cama o en una silla de ruedas. Además, necesita ayuda constante porque no puede comer por si mismo, ni controlar las deposiciones. Por si eso fuese poco, la enfermedad va acompañada de
«Hay tanta gente que imparte lecciones de moral sin haber escuchado a los afectados, a los que nos hemos visto obligados a reflexionar en profundidad sobre este tema [...] –Y añade– No tengo, créame, ninguna tendencia suicida; pero no sé hasta dónde podré llegar, lo que podré resistir. [...] Por eso quiero que me dejen elegir el momento de mi muerte. Quiero poder decir: basta ya de sufrimientos, basta ya de lenta agonía, basta ya de una vida que ha dejado de serlo. Quiero irme cuando no pueda más. Para mí y para mis seres queridos será una liberación.» 16
Parece que olvidemos y no tengamos en cuenta que la eutanasia se plantea como un último recurso. Cuando se dan ciertas condiciones; que el paciente padezca una enfermedad incurable y que le provoque dolores constantes, que haya expresado de forma consciente y reiterada el deseó de morir. Además, el médico siempre habrá de consultar con otro e informar a una comisión que velará por una aplicación correcta de la ley. Quiero reiterar que de la misma manera que la legalización de ciertas cuestiones no me obliga, la legalización de la eutanasia bajo las condiciones mencionadas previamente tampoco me obliga a hacer uso de esta posibilidad.
Pero, independientemente de que la eutanasia sea legalizada o no. Independientemente de que estemos a favor o no. Independientemente de nuestra postura, tenemos la responsabilidad de ser sensibles al sufrimiento de aquellos que nos rodean. Esta responsabilidad es aún mayor si nos declaramos cristianos, porque Jesús es nuestro ejemplo, y es indudable que el vino a consolar a los afligidos. Tenemos el reto de dar paz a un mundo que sufre. En un mundo donde la enfermedad nos degrada hasta llegar a situaciones límite, donde la vida se convierte en un constante sufrimiento, hemos de ser capaces de transmitir la paz que nos proporciona la libertad que encontramos en Jesucristo. Una libertad que nos libra del sufrimiento y de la muerte en una perspectiva de esperanza en las promesas de Jesús. Como seguidores de Cristo hemos de ser sensibles
fuertes dolores desde el principio de tal forma que el enfermo tiene que ingerir analgésicos de forma sistemática. Su historia salió a la luz pública, después de la muerte de Chantal Sébire cuando escribió una carta al presidente de la República Francesa Sarkozy donde solicitaba el derecho a la eutanasia. 16 Blanc, C. Op. cit. En: Cembrero, I. «Su vida acaba aquí». El País (Madrid), 20 abril 2008.
Bibliografía reciente
COMITÈ CONSULTIU DE BIOÉTICA DE CATA
LUNYA. Informe sobre la eutanasia y la ayuda
al suicidio. Barcelona: Generalitat de Catalunya, 2006. VVAA. «L’eutanàsia, entre la teoria i la pràctica».
Annals de Medicina, vol. 84, núm. 4, octubre/noviembre 2005.
Para bibliografía anterior ver ÁLVAREZ, J. A. Op. cit., pp. 99-101.
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