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Ellen G. White y el movimiento a favor de los dere

:: Ellen G. White y el movimiento a favor de los derechos de las mujeres

Daniel A. Mora

Estudiante del Seminario Teológico Adventista de Venezuela (SETAVEN).

El trasfondo histórico de algunas declaraciones de Ellen G. White respecto al movimiento de las mujeres, 1 es desconocido. Debido a esto, algunas personas adscritas al pensamiento jerárquico 2 consideran que ella estaba negando explícitamente los derechos de las mujeres, en materia de igualdad con el hombre, afianzando un modelo de dominio masculino y de sometimiento femenino. 3

En respuesta a estas críticas que se hacen en contra, 4 los que de una u otra manera apoyan el liderazgo femenino y la ordenación de las mujeres en todos los niveles eclesiásticos; se señala el hecho de que existe un contexto que se desconoce y que es pasado por alto.

Un estudio de sus declaraciones, arroja luz importante sobre lo que ella tenía en mente respecto al movimiento de las mujeres desde sus inicios, y posterior desarrollo. Así como las percepciones que sostuvo respecto a la relación varónmujer. Cuando no se entiende con claridad su posición, es posible entonces que se presente una idea equivocada de lo que la autora propone.

En esta investigación se analizarán varias declaraciones, tomando en cuenta el contexto histórico en el cual se hicieron. Por lo tanto, este estudio se dividirá en cuatro partes: 1) Apreciación inicial sobre el movimiento de las mujeres, 2) el rol de Sarepta Iris Henry, 3) los problemas que se desarrollaron dentro del movimiento, y finalmente 4) Ellen G. White y los derechos de las mujeres.

1. Unión Pro Temperancia de Mujeres Cristianas (WCTU)

Por sus siglas en inglés, Woman’s Christian Temperance Union, era un movimiento en pro de los derechos de las mujeres que se fundó, inicialmente, con la intención de combatir el alcoholismo. Las mujeres preocupadas por la condición de sus maridos –los cuales llegaban ebrios a sus hogares–, decidieron tomar cartas en el asunto. 5 En 1873, en la ciudad de Ohio y Nueva York, varias mujeres fueron a la iglesia a orar, para luego marchar hasta las tabernas, y pedir a los propietarios que las cerraran. De hecho, los resultados fueron tan positivos, que esto las llevó a organizarse como un movimiento. Convirtiéndose de esa forma en el más antiguo y más grande de Norteamérica.

Más adelante este movimiento, incluyo otros problemas sociales aparte del alcohol. Lucharon contra la esclavitud, el tabaquismo, las drogas, el abuso (sexual, emocional, físico, etcétera), y por los derechos de las mujeres. 6

Sentían que se necesitaba hacer cambios profundos en la sociedad, para poder salvar sus hogares. Barbara Leslie Epstein señala que la UPTMC, buscaba la igualdad de las mujeres en diferentes esferas:

Frances Willard y otras mujeres de la UPTMC apoyaron firmemente la igualdad de derechos para las mujeres en todas las áreas de la vida pública. Además, Willard, por lo menos, afirmaba que la mujer debía recibir entrenamiento y educación, y que debía tener a su al

cance una ocupación fuera del hogar, de modo que no tuviera que depender del matrimonio para su sostén. También creía que los hombres debían participar en la vida familiar en general y en el oficio de ser padres en particular, y que el esposo y la esposa debían tratarse el uno al otro como iguales. 7 ¿Estuvo de acuerdo Ellen G. White con este movimiento? En sus escritos encontramos que lo apoya, especialmente por el tema de la temperancia. El 18 de junio de 1908, escribió un artículo en la Review and Herald, expresando lo siguiente: The Woman’s Christian Temperance

Union is an organization with whose efforts for the spread of temperance principles we can heartily unite. The light has been given me that we are not to stand aloof from them, but, while there is to be no sacrifice of principle on our part, as far as possible we are to unite with them in laboring for temperance reforms.... We are to work with them when we can, and we can assuredly do this on the question of utterly closing the saloon. 8

Los efectos que tenía el movimiento de mujeres, eran muy notables. White sin

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Ellen G. White y el movimiento a favor de los derechos de las mujeres

tió que estaban haciendo una excelente labor en la cual los adventistas debían participar. Ella entendía que el tema de la temperancia era algo que los adventistas proclamaban al mundo, como una necesidad, por lo tanto, era coherente que se unieran.

Luego en octubre de 1914, la Ellen G. White volvió a hacer un llamado a las mujeres adventistas, sobre este movimiento: We need at this time to show a decided interest in the work of the Woman’s

Christian Temperance Union. None who claim to have a part in the work of God should lose interest in the grand object of this organization in temperance lines. 9

Inclusive esto motivó para que los dirigentes de este movimiento fuesen invitados a las reuniones adventistas para unir esfuerzos:

It would be a good thing if at our camp meetings we should invite the members of the WCTU to take part in our exercises. This would help them to become acquainted with the reasons of our faith, and open the way for us to unite with them in the temperance work. If we do this, we shall come to see that the temperance question means more than many of us have supposed. In some matters, the workers of the WCTU are far in advance of our leaders. 10

2. Una adventista: ¿Líder en el movimiento de mujeres?

Sarepta Irish Henry, una destacada oradora y líder de la Unión Pro Temperancia de Mujeres Cristianas, se unió a la Iglesia Adventista en 1896. Debido a sus pesadas labores en el movimiento protemperancia, su salud se deterioró al punto de que llegó inválida en 1895 al Sanatorio de Battle Creek. Allí fue donde conoció el mensaje adventista.

Henry, buscó consejos en Ellen G. White respecto de lo que debía hacer después de su bautismo. White vivía en ese entonces en Australia cuando recibió la carta de Henry. Pronto entablaron una linda amistad. 11 La pregunta de ella era si debía continuar trabajando para la UPTMC.

White le respondió lo siguiente:

I thank the Lord with heart, and soul, and voice that you have been a prominent and inf luential member of the

Woman’s Christian Temperance Union.

In the providence of God you have been led to the light, to obtain knowledge of the truth [...]. 12

Reafirmó en Henry la importancia de su presencia en el movimiento:

The Lord does not bid you separate from the Woman’s Christian Temperance Union. They need all the light you can give them. You are not to learn of them but of Jesus Christ. Flash all the light possible into their pathway. You can agree with them on the ground of the pure, elevating principles that first brought into existence the Woman’s Christian Temperance Union. 13

Esos principios puros incluían todos los puntos que se han mencionado. Para White eran apropiados y debían ser impulsados. También hizó frente a las críticas contra Henry, por parte de algunos adventistas:

I would not have any of our people so narrow that they should say to Sister Henry, Sever your connection with the Woman’s Christian Temperance Union. Sister Henry can sow the seeds of truth in this society. Not that she needs to give all the knowledge she has obtained on subjects that are objectionable. She can tell the glad tidings of salvation. Then when hearts have become warmed by the Holy Spirit’s working, and the walls of prejudice begin to give way, she can present the truth point by point. This work for the WCTU has a wearying and discouraging side, and we should unite in helping our sister. Only eternity will reveal what has been accomplished by this kind of ministry, how many souls, sick with doubt, and tired of worldliness and unrest, have been brought to the Great Physician, who longs to save to the uttermost all who will come unto Him. Christ is a risen Saviour, and there is healing in His wings. 14

Sarepta Henry, recibió una credencial ministerial desde 1898-1899, 15 por parte de la Asociación General. 16 Ella vio que las mujeres adventistas estaban desatendidas, y las mujeres que trabajan en la iglesia con ella, eran apáticas y frías, respecto a las necesidades de otras mujeres adventistas. Animada por las cartas de Ellen G. White, trabajó en la organización del Ministerio de la Mujer, para la denominación. 17

Uno de los objetivos de este Ministerio, era fortalecer los derechos y capacidades de las mujeres adventistas. Así como la preparación que debían tener para salir al campo misionero. Debe recordarse que ya para esa época, había más de una veintena de pastoras con credenciales extendidas por diferentes Asociaciones (sin ordenación).

De hecho, la labor que realizo Henry fue de gran bendición para la iglesia. Pero inesperadamente murió en 1900, mientras iba camino a una reunión de la Asociación General. 18 Su muerte representó mucho para White, y los líderes de la iglesia. En ese mismo año White escribió:

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I feel very sad in regard to Sister Henry’s death. The light given me by the Lord was that He had a work for her to do among the WCTU, and that her strength must not be absorbed among our people. She could do for the WCTU that which no other one in our ranks could do, and she must not allow our people to lead her to use her God-given capabilities upon them. The Lord would go before her in her work. 19

Sister Henry’s whole soul was enlisted in the work of reform, and her influence was a savor of life unto life. Her personal labors we shall greatly miss. She has borne her testimony unfalteringly, yet judiciously. 20

El Pr. L. A. Hoopes, Secretario de la Asociación General (para ese momento), escribió en memoria de Henry:

The women who have responded to the call have the same ministry that they had while Sister Henry was alive. There is just as much need of their continuing their work as ever. The woman ministry will continue as long as the work of the gospel continues. 21

3. La política: Una pésima idea

Ellen G. White, desde 1898 había empezado a detectar el problema que aquejaría a este movimiento, que tanto bien había hecho hasta ese momento. La relación que había empezado a tomar con los negocios de la política, eran una pésima idea. Consciente de esto, escribió a Sarepta Henry:

But with sadness I have discerned that many of them are becoming politicians, and that against God. They enter into questions and debates and theories that they have no need to touch. 22

Frances Willard, 23 la segunda presidenta del movimiento, empezó a promover otras ideas. Estas llevaron a que el movimiento se distanciara del feminismo, por sus fuertes lazos con la política. La propaganda para promover el voto femenino tenía asociación con la promoción del amor

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libre, el espiritismo, y la eliminación del “vil sistema de matrimonio”. 24 Lo que en sí suponía una distorsión de los propósitos iniciales del movimiento.

White observo que el movimiento estaba tomando un rumbo igual que los sindicatos, los cuales fueron fuertemente reprobados por ella, no por los derechos laborales y el trato justo de los trabajadores, sino por su naturaleza política. 25 Esto se refleja en su respuesta a la Sra. Graves:

She had a burden upon her mind and ever since she knew I was at home she desired to see me. She said she felt that she must talk out her feelings to me. She is desirous that women’s suffrage should be looked into by me. 26

A medida que comenzaron a hablar, White señaló que ambas encontraron puntos en los cuales estaban de acuerdo, como por ejemplo el cierre de prostíbulos, atención a las mujeres abusadas, y protección a los niños: 27

Mrs. Graves viewed the matter as I do in regard to the increase of crime and demoralization of society. She says women must vote if this law is [to be] withstood. We had a long talk in regard to temperance. I told her that my mind was unprepared for any such matter as women voting. She had been thinking and dwelling upon these things and her mind was ripe upon them. 28

Lo interesante es que Ellen G. White no se opuso a la necesidad de cambios en la sociedad, pero no se sentía preparada para tomar parte activa en dichos propósitos. Porque, de acuerdo a su apreciación, la obra del evangelio era el mejor antídoto, y su labor iba en ese rumbo:

…while my work was of another character. We were doing upon the point of temperance what no other class of people in the world were. We were as much in favor of a pledge against tobacco as liquor. 29

Debe enfatizarse que White no estaba en contra de que las mujeres ejercieran su derecho a votar, sino las consecuencias de estar involucradas en partidos políticos, en forma activa. Las mujeres que estén maduras para tomar la decisión de votar, como la Sra. Graves, deben hacerlo como cualquier ciudadano.

Este problema bajo el liderazgo de Willard, era algo que estaba incomodando inclusive a Sarepta Henry ya en 1896, que era dirigente en ese mismo movimiento. Sin embargo Willard murió en 1898.

4. Ellen G. White y los derechos de las mujeres

Los jerárquicos intentan sostener que Ellen G. White, negó de forma explícita los derechos de las mujeres, entre ellos

Ellen G. White y el movimiento a favor de los derechos de las mujeres

la igualdad. Posiblemente la declaración más usada, es una que ella hizo en 1864, pero a su vez es la menos entendida en su contexto:

Those who feel called out to join the movement in favor of woman’s rights and the so-called dress reform might as well sever all connection with the third angel’s message. The spirit which attends the one cannot be in harmony with the other. 30

Sin embargo, Gerhard Damsteegt 31 pasa por alto el hecho de que el movimiento contra la esclavitud y la templanza estaban relacionados con el movimiento a favor de los derechos de las mujeres, 32 como se ha demostrado, si White apoyo el ideal inicial de estos dos movimientos, también lo hizo de forma parcial con el tercero. Ellen G. White sentía que un movimiento no determinaría los derechos de las mujeres que están contemplados en la Biblia. En ningún aspecto, White negó estos derechos, en especial la igualdad, como se verá más adelante. ¿Qué se proponía Ellen G. White con esto? Simplemente evitar, la relación con los aspectos políticos y espiritistas 33 que habían ganado terreno entre los líderes del movimiento. Así como los conceptos errados en la vestimenta, que iba en abierta violación a los principios bíblicos,

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La naturaleza de este movimiento feminista distaba de los ideales de la iglesia. Uno estaba preocupado por los asuntos políticos y seculares, 34 mientras que White enfatizaba la importancia de la vida espiritual, y la reforma de las personas para tener un cambio.

Por otro lado, sentía que la misión de la iglesia podía comprometerse en ese momento por la dirección que el movimiento estaba tomando, si los adventistas eran confundidos con los espiritistas nadie los iba a escuchar:

Spiritualists have, to quite an extent, adopted this singular mode of dress. Seventh-day Adventists, who believe in the restoration of the gifts, are often branded as spiritualists. Let them adopt this costume, and their influence is dead. The people would place them on a level with spiritualists and would refuse to listen to them. 35

a. Defensora de los derechos de las mujeres

La declaración de White, no queda solo en las advertencias del movimiento en pro de los derechos de las mujeres, sino que

profundizó en la igualdad de las mujeres. Ella continua diciendo:

The Scriptures are plain upon the relations and rights of men and women. 36

Según Alicia Worley, 37 una búsqueda de la frase “derechos”, revelo 400 declaraciones de libros, cartas y manuscritos de Ellen G. White, que abordan diferentes puntos sobre los derechos de las mujeres. Para ella, todos debían tener acceso a los derechos innatos dados por Dios, por ejemplo, derecho a la vida, felicidad, libertad, de conciencia, individualidad y pensamiento independiente. 38 Así como recibir atención, y un pago justo por su trabajo.

Para White, la Biblia es clara en cuanto a los derechos de las personas, que no necesita depender de un movimiento para que sean reconocidos. Dios los otorgó a todos. En este caso, existen suficientes pruebas bíblicas para la igualdad de las mujeres y los varones.

Por ejemplo en la relación matrimonial, escribió muchas veces sobre la individualidad de la esposa, en su pensamiento y conciencia:

God has given her a conscience, which she cannot violate with impunity. Her individuality cannot be merged into that of her husband, for she is the purchase of Christ. It is a mistake to imagine that with blind devotion she is to do exactly as her husband says in all things, when she knows that in so doing, injury would be worked for her body and her spirit, which have been ransomed from the slavery of Satan. 39

Con respecto al trabajo, la Ellen G. White defendió decididamente el derecho que tenían las mujeres de recibir un pago igual que el de los hombres, incluyendo aun a las esposas de los pastores:

Our nurses are encouraged to pledge themselves to work for certain parties for a certain sum. They bind themselves to serve thus and so, and afterward they are dissatisfied. It is necessary that more

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equality be shown in dealing with our nurses. There are among us intelligent, conscientious nurses, who work faithfully and at all times. It is nurses such as these that we need, and they should receive better wages, so that should they fall sick, they would have money enough laid by to enable them to have a rest and a change. 40

Select women who will act an earnest part. The Lord will use intelligent women in the work of teaching. And let none feel that these women, who understand the Word, and who have ability to teach, should not receive remuneration for their labors. They should be paid as verily as are their husbands. 41

There are ministers’ wives—Sisters

Starr, Haskell, Wilson, and Robinson— who have been devoted, earnest, wholesouled workers, giving Bible readings and praying with families, helping along by personal efforts just as successfully as their husbands. These women give their whole time, and are told that they receive nothing for their labors because their husbands receive wages.

I tell them to go forward and all such decisions will be revised. The Word says,

“The labourer is worthy of his hire.”

Luke 10:7. 42

También protestó contra las injusticias que la organización cometía contra las mujeres, ignorando sus necesidades, cuando estas dedicaban sus horas a servir a la causa:

When any such decision as this is made,

I will, in the name of the Lord, protest. I will feel it my duty to create a fund from my tithe money to pay these women who are accomplishing just as essential work as the ministers are doing, and this tithe

I will reserve for work in the same line as that of the ministers, hunting for souls, fishing for souls. 43 ¿Cuál fue la posición de White respecto al derecho de preparación que tiene la mujer? Sostuvo una defensa, sobre el derecho que las mujeres tienen al acceso de la educación con el fin de ocupar cargos de responsabilidad:

Why should not women cultivate the intellect? Why should they not answer the purpose of God in their existence? Why may they not understand their own powers, and realizing that these powers are given of God, strive to make use of them to the fullest extent in doing good to others, in advancing the work of reform, of truth and real goodness in the world? Satan knows that women have a power of influence for good or for evil; therefore he seeks to enlist them in his cause. 44

We hear much of the education of women, and it is a subject that is deserving of careful attention. The highest education for woman is to be found in the thorough and equal cultivation of all her talents and powers. The heart, the mind, the spirit, as well as the physical being, should be properly developed. 45

b. La igualdad entre hombres y mujeres

Los jerárquicos han tratado de mostrar un cuadro errado de Ellen G. White, especialmente intentando establecer criterios misóginos sacando citas de su contexto histórico-cultural. Para ellos, es evidente que la mujer no puede optar por derechos de igualdad, sino estar sometida al hombre. La única opción que tienen es ser madres y amas de casa.

Pero esta idea es una verdad a medias, porque la procreación no es un asunto de una sola persona, sino de dos. 46 La crianza y educación es responsabilidad de la pareja, cada uno con sus roles. 47 Sin embargo, este hecho biológico no impide que las mujeres se puedan desarrollar en otras áreas.

Por otro lado, White apunta hacia la importancia que da la Biblia no solo a la (1) relación varón-mujer, sino a los (2) derechos de cada uno. No hay necesidad de un movimiento para establecer estos criterios de igualdad, porque la Biblia ya los establece.

Woman should fill the position which God originally designed for her, as her husband’s equal. The world needs mothers who are mothers not merely in name but in every sense of the word. 48

She should feel that she is her husband’s equal—to stand by his side, she faithful at her post of duty and he at his. 49

Es evidente que Ellen G. White, consideraba que la mujer fue creada en igualdad al hombre, el plan original de Dios se pervirtió con el pecado, pero aun así, en Cristo se debe volver a lo que fue el inicio:

Eve was created from a rib taken from the side of Adam, signifying that she was not to control him as the head, nor to be trampled under his feet as an inferior, but to stand by his side as an equal, to be loved and protected by him. 50

El texto de Génesis 3:16, según White, es descriptivo no prescriptivo, a “Eva se le habló de la tristeza y los dolores que sufriría”. 51 Alguno de los dos debía sujetarse al otro para mantener la armonía, sin embargo esta sujeción fue pervertida, asumiendo una jerarquía agresiva, rompiendo el designio divino: 52

Neither husband nor wife is to make a plea for rulership. The Lord has laid down the principle that is to guide in this matter. The husband is to cherish his wife as Christ cherishes the church.

And the wife is to respect and love her husband. Both are to cultivate the spirit of kindness, being determined never to grieve or injure the other. 53

Por otro lado, se ha distorsionado la función del esposo, con el concepto de que es el “sacerdote” del hogar, convirtiéndose en un mediador de la mujer. Ellen G. White, usa la imagen de los patriarcas, quienes construían altares para mostrar su lealtad a Dios. En este sentido ella invitaba a los padres para que presentaran

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a su familia ante el Señor: “Si alguna vez hubo un tiempo cuando todo hogar debería ser una casa de oración, es ahora. Los padres y las madres debería elevar sus corazones a menudo hacia Dios para suplicar humildemente por ellos mismos y por sus hijos”. 54 La aplicación que ella hace del padre como sacerdote, es quien construye ese altar.

Es cierto que la familia constituye un modelo de la iglesia, pero no está presidida solo por los hombres. Ellen G. White, creía que los esposos en igualdad representan a Dios 55 y la presiden:

Cada familia es una iglesia en la que presiden los padres. La primera consideración de los padres debiera ser trabajar por la salvación de sus hijos. Cuando el padre y la madre, como sacerdote y maestra de la familia, toman su posición plenamente del lado de Cristo, se ejercerá en el hogar una buena influencia. 56

Entonces, cuando ese vínculo de igualdad se rompe, la relación se ve seriamente afectada. Para White, la sumisión es mutua en el Señor (Ef 5:21). 57

Woman, if she wisely improves her time and her faculties, relying upon God for wisdom and strength, may stand on an equality with her husband as adviser, counselor, companion, and co-worker, and yet lose none of her womanly grace or modesty. She may elevate her own character, and just as she does this she is elevating and ennobling the characters of her family, and exerting a powerful though unconscious influence upon others around her. 58

Mantuvo además una visión igualitaria respecto a los miembros de la iglesia, considerando que los problemas que surgen se deben porque no se respeta la igualdad que todos tienen. 59 Y consideró que el Espíritu Santo capacita a hombres y a mujeres para ser pastores de su grey. 60

Por lo tanto, ese concepto de que Dios estableció un liderazgo masculino para regir a la iglesia, para White, va contra lo que dice la Biblia. El liderazgo de la iglesia es entre hombres y mujeres. 61

c. Problemas de interpretación

Muchos de los problemas que tienen los jerárquicos, es por la mala interpretación que hacen de algunos pasajes bíblicos para querer imponer el criterio de dominio. Ellen G. White fue consciente de ese problema, ya que escribió a maridos autoritarios para mostrarles cuál era su mal proceder:

It is no evidence of manliness in the husband for him to dwell constantly upon his position as head of the family. It does not increase respect for him to hear him quoting Scripture to sustain his claims to authority. It will not make him more manly to require his wife, the mother of his children, to act upon his plans as if they were infallible. The Lord has constituted the husband the head of the wife to be her protector; he is the house-band of the family, binding the members together, even as Christ is the head of the church and the Saviour of the mystical body. 62

Un esposo que considera inferior a la esposa, está haciendo la obra del enemigo. 63 También, White señaló los problemas en las relaciones sexuales, cuando los esposos quieren convertir a sus esposas en objetos sexuales, 64 violando su valor y dignidad como mujer. Lo cual es un producto de la mala interpretación bíblica.

Por otro lado, los jerárquicos fallan en interpretar que la cabeza de la iglesia son solamente los hombres, anulando así a Cristo. Ellen G. White no consideró que el liderazgo en la iglesia recaiga solo en los hombres. Cristo es la cabeza de la iglesia, y todos forman parte de su cuerpo. No existe ese concepto de que el hombre es cabeza de la iglesia, o que las mujeres no pueden ser líderes. Ella, creía que ninguna persona puede ser cabeza en la iglesia, puesto que se desplaza a Cristo de su puesto, corriéndose el riesgo de caer en el concepto jerárquico del sistema papal:

God has never given a hint in His word that He has appointed any man to be the head of the church. 65

Instead of appointing one to be their head, Christ said to the disciples, “Be not ye called Rabbi;” “neither be ye called masters: for one is your Master, even

Christ.” Matthew 23:8, 10. The head of every man is Christ.” God, who put all things under the Saviour’s feet, “gave

Him to be the head over all things to the church, which is His body, the fullness of

Him that filleth all in all.” 1 Corinthians 11:3; Ephesians 1:22, 23. 66

The church is built upon Christ as its foundation; it is to obey Christ as its head. It is not to depend upon man, or be controlled by man. 67

Esto incluye el concepto de que tanto hombres como mujeres, están en el plano de igualdad, como seres humanos son propensos a errar. Pretender ser guiados por un finito, es usurpar la obra del Espíritu Santo. 68 Lo cual destruye por completo las argumentaciones de los jerárquicos, quienes consideran que las mujeres no pueden ser líderes porque son más propensas al pecado o intelectualmente inferiores.

Conclusión

Ellen G. White, mantuvo una visión optimista hacia el movimiento a favor de los derechos de las mujeres, la Unión Pro Temperancia de Mujeres Cristianas, especialmente por los ideales de la temperancia, sin descartar los aspectos positivos que mantenía. Sin embargo orientó a las mujeres adventistas para que trabajaran en ese movimiento, a fin de presentar la verdad de los Tres Ángeles a otras mujeres, y teniendo en cuenta que llegaría un momento en que se debería cortar todo lazo con dicho movimiento que se había apartado de los ideales iniciales.

La relación que mantuvo con Sarepta Henry, demuestra como White estaba in-

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teresada en la labor de este movimiento, animándola para que siguiera como líder de ese movimiento, a fin de mantener la visión primaria de la predicación.

El problema del movimiento de mujeres, era su asociación con la política. Pero no cohibió a las mujeres de poder ejercer su voto, como ciudadanas. Por lo tanto, tenía muchos puntos en común.

Se debe señalar que la declaración inicial contra el movimiento feminista, fue en 1864, la cual abarca los problemas por los cuales no era bueno unirse, como el espiritismo y la vestimenta o modas. Esta comprensión para White, sobre el buen trabajo del movimiento de la UPTMC, debía ser reforzado. En 1914 ella apeló a quitar los prejuicios contra estas mujeres: The Lord has in that organization precious souls, who can be a great help to us in our efforts to advance the temperance movement. And the education our people have had in Bible truth and in a knowledge of the requirements of the law of Jehovah will enable our sisters to impart to these noble temperance advocates that which will be for their spiritual welfare. Thus a union and sympathy will be created where in the past there has sometimes existed prejudice and misunderstanding. 69

En sus escritos nunca señaló que el problema del movimiento a favor de los derechos de las mujeres, sea el tema de la igualdad entre el hombre y la mujer, sino otros. Pero sostuvo que no era necesario un movimiento como criterio para establecer estos parámetros de igualdad, ya que la Biblia los da.

Se encuentra también, que White, abogó continuamente por los derechos de todos, incluyendo el de las mujeres. Su pensamiento fue revolucionario para su época, ya que además de reconocer los roles en el hogar, siempre orientó para que existiera una responsabilidad compartida.

Demostró que muchos de los problemas en la relación varón-mujer, es debido a la mala interpretación que se hace de la Biblia, considerando que la misma nunca invita a las parejas a estar dominándose mutuamente, sino ejercer sus responsabilidades con la marca de un verdadero cristiano.

Respecto a la iglesia, consideró que los hombres y las mujeres mediante la capacitación del Espíritu, que imparte los dones, pueden llegar a ser líderes de la grey; rompiendo cualquier idea jerárquica dentro de la iglesia. El secreto de la unidad se encuentra en la igualdad que tienen en Cristo.

Todo esto debería enseñarnos sobre la importancia de analizar no solo la Biblia en su contexto, sino también los escritos de Ellen G. White, que fueron escritos en un momento y bajo condiciones puntuales, que es necesario entender, para no hacerle decir a una autora como Ellen G. White, algo que no ha dicho.

1 En la historia de la humanidad se reconocen diferentes intentos que buscaron mejorar la situación de la mujer. Sin embargo el feminismo se consolida en el siglo XVIII y XIX, tras las revoluciones en Europa que marcaron los inicios de los derechos humanos. Pese a que los varones alcanzaron su plena participación en la sociedad, acceso a la educación y el trabajo, las mujeres seguían privadas de estas posibilidades. Ya no es posible mantener una filosofía que enseñe la inferioridad racional de la mujer. Véase, Aurora Bernal, Movimientos feministas y cristianismo (Madrid: RIALP, 1998), 17-26; María Teresa López, ed., Feminismo: del pasado al presente, 1.ª ed. (España: Ediciones Universidad de Salamanca, 2000), 66; Elisabeth Friedman, “Women’s Human Rights: The Emergence of a Movement”, en Women’s Rights, Human Right: International Feminist Perspective, ed. Julie Peters y Andrea Wolper (NY: Routledge, 1995), 18-35. Por lo tanto el feminismo tiene como objetivo la

igualdad de derechos entre los varones y las mujeres. (Diccionario de la Real Academia Española, 23.ª ed.). Dentro de las etapas históricas del feminismo, esta investigación se enfoca en el movimiento del siglo XIX. Algunos historiadores han señalado a esta etapa como “la segunda fase” o “primera ola” del feminismo. “Originariamente, se concentró en la obtención de igualdad frente al varón en términos de derecho de propiedad e igual capacidad de obrar, así como la demanda de igualdad de derechos dentro del matrimonio. A finales del siglo XIX, los esfuerzos se van a concentrar en la obtención de poder político, en concreto el derecho al sufragio”. Estelle Friedman, No

Turning Back: The History of Feminism and the Future of Women (New York: Ballantine

Books, 2002), 464. La segunda fase, comienza a partir de 1960 hasta 1990. El cual busca amplificar las visiones iniciales del feminismo. “Women’s

Movement”, en Enciclopedia Británica, http://www.britannica.com/EBchecked/ topic/647122/womens-movement (consultado: 15 de mayo, 2014). Pero es a partir de la llegada del posmodernismo que el feminismo se radicaliza, con la tercera ola. Incluyendo más ampliamente debates sobre la sexualidad, entre otros aspectos. Por esta razón, el movimiento en pro de los derechos de las mujeres del siglo XIX, no se puede asociar directamente con las formas posteriores del feminismo del siglo XX o XXI. Aunque dentro de sus ramas existieron puntos de vista radicales, como la sumisión de la mujer o el amor libre, no era la marca predominante en la visión inicial del feminismo. 2 Teoría que sostiene la supremacía masculina, y la sumisión incondicional de la mujer. 3 Gerhard Pfandl, Daniel Bediako, Esteban

Bohr, Laurel Damsteegt, Gerard Damsteegt, Jerry Moon, Paul Ratsara, Ed

Reynolds, Ingo Sorke, y Clinton Wahlen,

“Evaluation of Egalitarian Papers”, Theology Ordination Committee Study, http://

Ellen G. White y el movimiento a favor de los derechos de las mujeres

www.adventistarchives.org/evaluationof-egalitarian-papers.pdf (consultado: 13 de enero, 2014). 4 Laurel Damsteegt, hace una crítica contra el libro Mujer y ministerio: Perspectivas bíblicas e históricas, ed. Nancy Vyhmeister (Berring Springs, MI: Andrews University

Press, 2000). Laurel señala que los autores de este libro están asociados con todas las formas del feminismo, sea radical o liberal. Para ella, todas las ramas del feminismo son lo mismo, y no debe hacerse diferencia. Su objetivo, más allá de hacer una investigación seria, apunta a intimidar a los lectores respecto al tema de la ordenación de mujeres, para crear la base de que la ordenación equivale a introducir la homosexualidad y el espiritismo dentro de la Iglesia Adventista.

Véase, Laurel Damsteegt, “Spiritualism and Women: Then and Now”, en Prove All

Things: A Response to Women in Ministry,

Mercedes H. Dyer ed. (Berrien Springs, MI:

Adventist Affirm, 2000), 251-272. En este sentido, como se ha demostrado, el feminismo parte de una visión de igualdad de derechos entre hombres y mujeres.

Posteriormente el feminismo sincretiza ideas con otras corrientes, tal como el liberalismo. Algunos autores contra la ordenación reconocen que el feminismo tiene diferentes formas, tal es el caso de Samuele Bacchiocchi, quien aprecia algunas categorías de feminismo según su visión: “(1) Feminista liberal, (2) Feministas evangélicos y (3) Feministas bíblicos”. Véase, Samuele

Bacchiocchi, Women in the Church: A Biblical Study on the Role of Women in the

Church (Berrien Springs, MI: Biblical Perspectives, 1987), 22-24. Desestimando así, la posición de que las diferentes ramas del feminismo son lo mismo. 5 Woman’s Christian Temperance Union, “The

History of the WCTU”, http://www.wctu. org/history.html (consultado: 3 enero, 2014). 6 ____., “Early History”, http://www.wctu.org/ earlyhistory.html (consultado: 3 enero, 2014). 7 Barbara Leslie Epstein, The Politics of Domesticity (Middeltown, CT: Wesleyan. 1981), 147. 8 Ellen G. White, “Disseminating Temperance

Priciples”, Review and Herald, 18 de junio (1908): 8. Énfasis añadido. En adelante RH. 9 ____., “The Temperance Work”, RH, 15 de octubre (1914): 3-4. 10 Ibíd. 11 ____. Manuscript Releases, 7:155 (1898). I would be very much pleased could I be seated by your side and converse with you in regard to the incidents of your experience. I have an earnest desire to meet you. It is not impossible that, even in this life, we shall see each other face to face. When I learn of the gracious dealings of God with you, I feel very grateful to my heavenly Father that the light of the truth for this time is shining into the chambers of your mind and into the soul temple. Across the broad waters of the

Pacific, we can clasp hands in faith and sweet fellowship. I rejoice with you in every opportunity you have of reaching the people. I praise the Lord that He has wrought for you, that the Great Physician who has never lost a case, has healed you, and given you access to the people, that you may set before many your experience of the loving-kindness of a gracious

Redeemer. 12 ____., Letter 118, 1898. White Estate Inc. 13 Ibíd. 14 ____. Manuscript Releases 7:165 (1899). 15 “Summary Report of Spring Council”, Review and Herald, April 19 (1898): 11. We give herewith a summary report of the transactions of the spring council held in Battle Creek, Mich., from March 10 to

April 3: Ministerial license was granted

Mrs. S. M. I. Henry. http://documents. adventistarchives.org/Periodicals/RH/

RH18980419-V75-16.pdf (consultado: 8 de febrero, 2014). 16 Josephine Benton, Called by God: Stories of

Seventh-day Adventist Women Ministers (Lincoln, NE: Advent Source, 2002), 107. 17 Ardis Stenbakken, “Historic Adventist Women”, Ministry, agosto (2001), https:// www.ministrymagazine.org/archive/2001/08/historic-adventist-women. html (consultado: 10 de febrero, 2014).

Este Ministerio no es el mismo, que se abrió en 1995, en el congreso de Ultrech;

Kit Watts, “Forgotten Heritage”, Adventist Review, marzo 16 (1989): 5. http:// documents.adventistarchives.org/Periodicals/RH/RH19890316-V166-11.pdf (consultado: 10 de febrero, 2014). 18 Arthur Whitefield Spalding, Origin and

History of Seventh-day Adventists (Washington, D.C.: Review and Herald, 1962), 2:46-47. E-book: http://documents.adventistarchives.org/Books/OH1962-02. pdf (consultado: 12 de enero, 2014). Murió el 16 de enero, a causa de una neumonía, enfermedad muy común en ese momento y que a menudo provocaba la muerte. 19 Ellen G. White, Manuscript Releases, 7:167 (1900). 20 ____. “The Death of Sister S.M.I. Henry”,

RH, 3 de abril (1900):216. 21 L. A. Hoopes,”A Woman-Ministry”, RH (1900): 69. 22 Ellen G. White, Letter 118, 1898. 23 Paul D. Buchanan, The American Women’s

Rights Movement: A Chronology of Events and Opportunities from 1600 to 2008 (Boston, Mass: Branden Books, 2009), 70-71. 24 Michael Bernoi, “Las mujeres del siglo XIX en el ministerio adventista contra el telón de fondo de su época”, en Ministerio y mujer: Perspectivas bíblicas e históricas, ed.

Nancy Vyhmeister (Maryland, SP: Andrews

University Press, 2004), 148. 25 Véase la sección “Sindicatos en las ciudades” y “Los sindicatos, una fuente de problemas para los adventistas”. Ellen G.

White, Eventos de los últimos días, 119-120. 26 ____., Letter 40a, 1874: 2, 3 (Written from

Battle Creek, Mich., to James White, July 10, 1874).

Daniel A. Mora

27 Ibíd. 28 Ibíd. 29 Ibíd. 30 Ellen G. White, Testimonies for the Church, 1:422. 31 “Aunque Ellen G. White apoyó firmemente dos movimientos reformistas del siglo

XIX, la abolición de la esclavitud y la templanza, rechazó enérgicamente el tercero –los derechos de las mujeres.”

P. Gerard Damsteegt, “A Response to the

North American Division (NAD) Ordination Request”, SDA Theological Seminary,

Andrews University, http://www.andrews. edu/~damsteeg/gc_1995_handout.pdf. (consultado: 1 de marzo, 2014). 32 Aurora Bernal, 29-30. 33 Con respecto a la relación que líderes del movimiento feminista en el siglo XIX tenían con el espiritismo, véase, Ann

Braude, Radical Spirits: Spiritualism and

Women’s Rights in Nineteenth-Century

America, 2.ª ed. (Boston, Mass.: Indiana

University Press, 2001). 34 Aurora Bernal, 34-35. 35 Ibíd. 36 Ibíd. 37 Alicia A.Worley, “Elena G. de White y los derechos de las mujeres”, en Mujer y ministerio:

Perspectivas bíblicas e históricas, ed. Nancy Vyhmeister (Silver Spring, MI: Andrews

University Press, 2004), 254-270. 38 Véase, Ellen G. White, Mente carácter y personalidad, 2:373. 39 ____., Adventist Home, 116. 40 ____., Counsels on Health, 303. 41 ____., Evangelism, 491 (1909). 42 ____., Manuscript Releases, 12:160 (1898). 43 Ibíd. 44 ____., Good Health, junio, 1880; ____.,

Ev, 341. 45 ____., The Signs of the Times, 23 de marzo de 1891. 46 ____. AH, 80-92. 47 Ibíd., 155-208. 48 Ibíd., 231. 49 Ibíd. 50 ____., Patriarchs and Prophets, 46. 51 Ibíd., 58. 52 Ibíd. 53 ____., 7T, 47. 54 ____. Conducción del niño, 490. 55 Ibíd, 453 56 Ibíd, 521. 57 ____., This Day With God, 335. Para Bohr, el texto de Efesios 5:21 no estaría señalando una sumisión mutua, considera que la jerarquía está por encima. Sin embargo se distancia de forma abismal del texto bíblico y de Ellen G. White, que señalan que no debe haber dominio por parte de ninguno. Además que la comparación que hace entre Cristo y el Padre, muestra que el Hijo es inferior. Véase, Esteban Bohr,

“Issues Relating to the Ordination of Women with Special Emphasis on 1 Peter 2:9, 10 and Galatians 3:28”, 37-39, Theology of

Ordination Study Committee, http://www. adventistarchives.org/a-study-of-i-peter2.9,-10-and-galatians-3.28.pdf. (consultado: 7 de marzo, 2014) Este paper fue contrarrestado por alejarse de la hermenéutica adventista, usando los métodos interpretativos de Wayne Grudem, por el ex – director del Biblical Research

Institute, Rodríguez. Vease, Ángel Manuel

Rodríguez, “Evaluation Of The Arguments

Used By Those Opposing The Ordination

Of Women To The Ministry”, Theology of

Ordination Study Committee, http://www. adventistarchives.org/evaluation-of-thearguments-used-by-those-opposing-theordination-of-women-to-the-ministry.pdf (consultado: 17 de enero, 2014). 58 Ellen G. White, Evangelism , 341. 59 ____., Selected Messages, 1:259. The secret of unity is found in the equality of believers in Christ. The reason for all division, discord, and difference is found in separation from Christ. Christ is the center to which all should be attracted; for the nearer we approach the center, the closer we shall come together in feeling, in sympathy, in love, growing into the character and image of Jesus. With God there is no respect of persons. 60 ____., Testimonies for the Church, 6:322. It is the accompaniment of the Holy Spirit of God that prepares workers, both men and women, to become pastors to the flock of God. 61 ____., Pastoral Ministry, 75. Not a hand should be bound, not a soul discouraged, not a voice should be hushed; let every individual labor, privately or publicly, to help forward this grand work. Place the burdens upon men and women of the church, that they may grow by reason of the exercise, and thus become effective agents in the hand of the Lord for the enlightenment of those who sit in darkness. 62 ____., AH, 215. Énfasis añadido. 63 Ibíd., 203. 64 ____., “Christianity in the Marriage Relation”, Review and Herald, 26 de septiembre de 1899. 65 ____., The Great Controversy, 51. 66 ____., DA, 414. 67 Ibíd. 68 Ibíd. 69 ____., RH, 1914.

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