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El origen de la «doctrina de la cabeza». El clamor de
La «doctrina de la cabeza» (DC) 1 es una teoría neocalvinista, desarrollada y promovida por el Council on Biblical Manhood and Womanhood [Concilio sobre masculinidad y feminidad bíblica], durante las décadas de 1970 y 1980. Esta teoría fue impulsada por diferentes académicos, bajo la dirección de Wayne Grudem (calvinista) y John Pipper (bautista), aportando las bases teóricas de la «doctrina de la cabeza» en el libro Recovering Biblical Manhood and Womanhood: A Response to Evangelical Feminism 2 [Recuperando la masculinidad y feminidad bíblica: Una respuesta al feminismo evangélico], publicado en 1987. También, se resumió en una definición conocida como The Danvers Statement on Biblical Manhood and Womanhood [La declaración de Danvers sobre la masculinidad y feminidad bíblica]. 3
Los proponentes de esta teoría se identifican como «feministas bíblicos». Sin embargo, dado la centralidad de su argumento sobre la cabeza, teólogos adventistas como Gerry Chudleigh, es uno de los primeros en acuñar el término «doctrina de la cabeza». Véase, Gerry Chudleigh, Una breve reseña de la doctrina de la cabeza (Los Gatos, CA: Smashwords, 2014, e-book, www.smashwords.com /books/ view/434511 (consultado: 18 de agosto, 2017). Wayne Grudem y John Pipper, eds., Recovering Biblical Manhood and Womanhood: A Response to Evangelical Feminism (Wheaton, ILL: Crossway Books, 1991). «Danvers Statement», en Council on Biblical Manhood and Womanhood, https://
Daniel A. Mora
Estudiante del Seminario Teológico Adventista de Venezuela (SETAVEN).
El argumento de la DC parte de dos textos paulinos, sobre la cabeza: 1 Corintios 11:3-4 y Efesios 5:22-23. Así, el vocablo griego κεφαλὴ (kephalé) es traducido como «cabeza» con un sentido de «autoridad sobre», lo que conlleva a la «sumisión de», en este caso el/la sujeto(a) que es el objeto directo de κεφαλὴ (kephalé). Por lo tanto, κεφαλὴ se convierte en un marcador de superioridad oponiéndose a los que están bajo dicha autoridad, se establece así una jerarquía: Dios/Cristo/Hombre/ Mujer. Este modelo jerárquico intenta definir cuál es el rol de las mujeres, no solo en el hogar sino también en la iglesia. 4 Al intentar sostener la sumisión de la mujer, «la teología de la cabeza» debió definir también la «sumisión» y el rol de Cristo, en su relación con Dios.
Sin embargo, la DC debía explicar cuál es el origen de la supremacía masculina, así, como la supremacía de Dios en oposición a Cristo. Para hacer frente a este problema, los teólogos neocalvinistas encontraron un término que satisfizo ese vacío hermenéutico: la ontología. 5 Esta palabra de ori
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5 cbmw .org/about/danvers-statement/ (consultado: 1 de agosto, 2017). Wayne Grudem, «But what should women do in the church?», The Journal For Biblical Manhood and Womanhood 1/2 (1995): 1-7. En adelante, JBMW. Grudem y Pipper, Recovering, 27, 178; John DelHousaye, «Jesus and the Meaning of Marriage: A Close Reading of Mark 10:1- 12», JBMW 1/21 (2016). Para un análisis de ontología, ver, Thomas Hofweber, «Logic gen griego les permitió definir filosofando que la mujer y el hombre fueron creados iguales como humanos (ontología), pero con diferentes funciones (jerarquía). Así, Cristo es igual (ontología) que el Padre, pero como tiene una función diferente, entonces está subordinado (jerarquía). De modo que, la jerarquía entre entidades parte de la funcionalidad, más no de la naturaleza del ser.
Considerando que la DC es inicialmente una propuesta contra el liderazgo femenino, algunos teólogos adventistas adscritos al pensamiento jerárquico, se han esforzado en promover las bases de la DC en la Iglesia Adventista del Séptimo Día. 6
6 and Ontology», en Stanford Encyclopedia of Philosophy, ed. Edward N. Zalta (Stanford, CA: Stanford University, 2009). Edwin Reynolds, «Biblical Hermeneutics and Headship in First Corinthians», Adventist Archives, https://www.adventistarchives.org/biblical-hermeneuticsand-headship-in-first-corinthians.pdf (consultado: 16 de agosto, 2017); Ingo Sorke, «Adam, Where Are You? On Gender Relations», AA, https://www.adventistarchives.org/adam,-where-are-you.pdf (consultado: 6 de marzo, 2015); Esteban Bohr, «Issues Relating to the Ordination of Women with Special Emphasis on 1 Peter 2:9, 10 and Galatians 3:28», AA, www.adventistarchives. org/a-study-ofi-peter-2.9,-10-and-galatians-3.28.pdf (consultado: 26 de abril, 2015); ídem, La ordenación de la mujer, ¿sí o no? (Fresno, CA: Secrets Unsealed, 2015); Clinton y
El origen de la «doctrina de la cabeza». El clamor de la predestinación.
Samuele Bacchiocchi, por ejemplo, fue el primer teólogo adventista en reproducir los argumentos calvinistas de la DC en su libro Women in the Church: A Biblical Study on the Role of Women in the Church 7 [Las mujeres en la iglesia: Un estudio bíblico sobre el rol de las mujeres en la iglesia], publicado en 1987. Era una respuesta a las decisiones de la Asociación General, en ordenar mujeres a los cargos de liderazgo local.
No obstante, la DC presupone desafíos teológicos para el adventismo, dado que el neocalvinismo parte del concepto doctrinal de la predestinación. 8 De manera que, la comprensión adventista sobre la relación Dios/Hijo/Hombre/Mujer, debe ser alterada para poder incorporar los supuestos teóricos de la DC. Los adventistas han definido su cristología y antropología, desde la creencia del «libre albedrío». Por esta razón, los documentos históricos y las declaraciones oficiales de los adventistas, desconocen la supremacía de la cabeza.
Los argumentos de la supremacía masculina
Wayne Grudem y John Pipper, parten de la preocupación en definir la «masculinidad» y «feminidad», desde la perspectiva bíblica. A su juicio, ambas están definidas por los roles; conceptos que la sociedad actual ha «distorsionado». El rol masculino según Pipper, está caracterizado por el
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8 Gina Wahlen, La ordenación de la mujer: ¿Realmente importa? (Silver Spring, MD: Bright Shores Publishing, 2015); John W. Peters, «Restoration of the Image of God: Headship and Submission», AA, www.adventistarchives.org/restoration-of-theimage-of-god-headship-and-submissionjohn-peters.pdf (consultado: 03 de junio, 2015). Samuele Bacchiocchi, Women in the Church: A Biblical Study on the Role of Women in the Church (Berrien Springs, MI: Biblical Perspectives, 1987). Chudleigh, Una breve reseña, 9-10. liderazgo sobre la mujer: «En el corazón de la masculinidad madura está un sentido de responsabilidad beneficiaria para dirigir, proveer y proteger a las mujeres de manera apropiada a las relaciones diferentes de un hombre». 9 Por el lado femenino, se caracteriza por la sumisión: «En el corazón de la feminidad madura está una disposición de afirmar, recibir y fortalecer la fuerza y el liderazgo de los hombres dignos…» 10
La supremacía masculina traspasa de la familia a la iglesia, por lo que los cargos de enseñanza, ancianos o pastores, están restringidos para las mujeres. Ellas por creación están subordinadas al hombre, y ocupar alguno de estos cargos, que supongan autoridad sobre los hombres, es antibíblico. 11 El rol de hombres y mujeres es un orden divino; así, el término inglés established, se repite más de 50 veces en los documentos en Recovering Biblical Manhood and Womanhood.
Samuele Bacchiocchi reprodujo los mismos argumentos de la DC. La estructura de su libro sigue un patrón casi idéntico a la declaración de Danvers. Tanto así, que el prólogo de su libro fue escrito por Wayne Grudem, recomendando sus teorías sobre la supremacía masculina. Bacchiocchi dedicó el capítulo tres para sostener la supremacía precaída. 12 Los análisis aportados de la creación van a dar como resultado un intento teológico para sostener que la sumisión de la mujer es un «orden de la creación». Ellos defienden basándose
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12 John Pipper, «A Vision of Biblical Complementarity: Manhood and Womanhood Defined According to the Bible», en Recovering Biblical Manhood and Womanhood, 29 Pipper, 37. Grudem y Pipper, «An Overview of Central Concerns: Questions and Answers», en Recovering Biblical Manhood and Womanhood, 56. Bacchiocchi, 59-77. en Génesis 1 la igualdad en la creación de varón y la mujer, lo que sería la igualdad ontológica. Sin embargo, usan Génesis 2 para sostener la superioridad masculina basándose en diversos elementos que intentan encontrar dentro de la narrativa: 1. La centralidad masculina: El hombre es creado primero, se le otorga un huerto para que lo trabaje y se le da una esposa. El centro del relato en la creación es el hombre, la mujer es solo un personaje secundario. Ella es creada como la «ayuda idónea». 2. Nombre de la humanidad: El hombre lleva el nombre «hombre» o «humano» que designa a toda la raza humana, es decir, el vocablo hebreo ‘adam. El nombre de la raza humana en Génesis es el nombre propio del hombre, porque es visto como la encarnación de la raza.
Eva es vista como la madre de todos los seres humanos, pero no como la encarnación de la raza humana. Ella es la esposa del hombre que es la encarnación de la raza. 3. Prioridad de creación: La sumisión de la mujer es sugerida por la prioridad temporal de la creación del hombre. El hombre al ser creado primero, se le da la supremacía. Este concepto del primero se afianza en la «primogenitura». 4. El nombramiento de la mujer: Es el hombre quien le da un nombre a los animales y también a la mujer, llamándola:
«varona». Tal acto es una demostración de superioridad sobre la mujer y los animales. 5. El ejemplo de Cristo: La sumisión de la mujer está en armonía con la misma sumisión de Cristo al Padre. 13 La mayoría de teólogos adventistas adscritos a las conclusiones de la DC, sostienen que esta sumisión del Hijo al Padre es desde la eternidad. 14
13 14 Bacchiocchi, 113. Ángel Manuel Rodríguez, «Evaluación de los argumentos utilizados por aquellos
Daniel A. Mora
La ontología como ordenamiento de los roles
Los teólogos neocalvinistas separan la igualdad ontológica de los roles. En Recovering Biblical Manhood and Womanhood, el término ontology, ontological tiene una incidencia baja, solo aparece en cinco ocasiones. Por su lado, Bacchiocchi solo lo usa cuatro veces, para darle la misma connotación de la DC. El uso de ontología es mera demagogia, dado que los proponentes de la DC no se enfocan en definir todo lo que implica la esencia del ser. El entendimiento de la DC sobre el concepto que usa es muy efímero, una forma de suavizar el hecho de que sus argumentos minimizan a la mujer, no solo en las operaciones sino también en la esencia. Ya que los argumentos se enfocarán en la ontología, para justificar la supremacía operacional del hombre.
Así, por ejemplo, Thomas R. Schreiner separa la ontología de los roles: «Las mujeres son iguales a los hombres en esencia y en ser; no hay distinción ontológica, y aun así tienen una función o rol diferente en la iglesia y el hogar». 15 Para Paige Patterson la idea de una inferioridad ontológica es inaceptable, citando Génesis 2 23 , concluye: «Cualquier sugerencia de una inferioridad ontológica de las mujeres no puede sobrevivir a la primera declaración de Adán». 16 Con respecto a la Deidad, Raymond C. Ort
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16 que se oponen a la ordenación de la mujer al ministerio», en Apartadas para el ministerio: Una perspectiva adventista sobre la ordenación, eds. Oscar Mendoza y Daniel A. Mora (Lima: Editorial Fortaleza, 2015), 284-288. Thomas R. Schreiner, «Head Coverings, Prophecies and the Trinity: 1 Corinthians 11:2-16», en Recovering Biblical Manhood and Womanhood, 120. Paige Patterson, «The Meaning of Authority in the Local Church», en Recovering Biblical Manhood and Womanhood, 258. lund, sostiene que son iguales, aludiendo a la «ontología trinitaria». 17 Bacchiocchi, formuló una pregunta basándose en el acto creador de Dios sobre los humanos, para responder al mismo tenor que la DC:
¿Cómo puede una mujer ser igual a un hombre cuando se espera que esté subordinada a su jefatura en el hogar y en la iglesia? Esta aparente contradicción puede resolverse, como ya se señaló en el capítulo 3, al reconocer que las distinciones jerárquicas son funcionales y no ontológicas, es decir, tienen que ver con roles y no con el valor esencial o dignidad de ser. 18
En resumen, para Bacchiocchi y los teólogos adventistas jerárquicos, la diferencia es funcional, no ontológica; es decir, es una cuestión de roles diferentes y no de inferioridad o superioridad. Sin embargo, la comprensión que ellos tienen de la ontología dista mucho del verdadero significado que encierra la palabra.
La Real Academia Española define ontología como «parte de la metafísica que trata del ser en general y de sus propiedades trascendentales». 19 En otras palabras, la ontología no solo es la esencia de la materia del ser, también trata las operaciones que ejecuta ese ser (Jn 1 1-3 ; Col 11 5-17 ; Heb 1 2-3 ). No se puede divorciar las operaciones del ser, la esencia de lo humano es lo que le permite ejecutar sus acciones humanas (Gn 2 15 ; 1 Cr 29 14 ). Esas acciones lo diferencian de otras operaciones que ejecutan otros seres vivos, como los animales (Gn 1 20-25 ).
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18 19 Raymond C. Ortlund, «Male-Female Equality and Male Headship: Genesis 1-3», en Recovering Biblical Manhood and Womanhood, 92. Bacchiocchi, 113. Ver, «Ontología», en Diccionario de la Real Academia Española, dle.rae.es/srv / search?m=30&w=ontolog%C3%ADa (consultado: 18 de agosto, 2017).
El relato de la creación evidencia que Dios no separó la esencia de las acciones. Al crear la humanidad, se hace con igualdad ontológica; es decir, son iguales como seres (Gn 1 26-27 ) y les dio las mismas operaciones: «Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra» (Gn 1 28 ). Es interesante remarcar, que tanto los teólogos neocalvinistas como los adventistas jerárquicos, guardan silencio sobre Génesis 1 28 . En su gran mayoría, solo se limitan a citarlo pero sin hacer un comentario sobre las implicaciones ontológicas del pasaje, a menos para hacer la salvedad de la procreación. Mientras pueden citar Génesis 1 26-27 para hablar de la igualdad ontológica, no lo hacen de Génesis 1 28 , porque allí la igualdad es operacional.
La ontología es la que ordena los roles. Por esta razón la DC parte de argumentos sobre aspectos de la esencia del ser para sostener una supremacía masculina de los roles. Expresiones como, «el hombre fue creado primero», «la mujer sacada de una costilla», «encarnación de la humanidad» o «el hombre le da nombre a los animales y a la mujer», tiene que ver con ontología. Clinton Wahlen, comenta:
Para comenzar, fue «construida» (banah) de una de las costillas del hombre. Dios pudo haber hecho a la mujer del polvo de la tierra (como hizo al hombre), para demostrar que eran exactamente lo mismo, pero las interacciones del Creador con el hombre antes de la creación de la mujer y la manera en que ella fue creada indican una diferencia en la función. 20
Los defensores de la DC, terminan afirmando que la diferencia «funcional» es producto de la ontología. Se aplica un valor superior al hombre sobre la mujer en la esencia como seres creados, todos estos
20 Clinton Wahlen, 64
El origen de la «doctrina de la cabeza». El clamor de la predestinación.
argumentos parten de la materia creada, no de los roles. Sí no es así, ¿por qué se esfuerzan en demostrar la derivación física y material de la mujer por debajo del hombre? Como Esteban Bohr, que llegó a sugerir que la estatura física de Adán denota superioridad sobre la mujer. 21
Es paradójico que la DC intente refugiarse en la protología. Los actos de creación son ontológicos, pues contienen la esencia de todas las cosas. Sí el varón y la mujer fueron creados iguales ontológicamente, también lo son en sus operaciones. No hay una división entre lo que se es y lo que se hace. No existe en la narrativa de la creación ningún indicio de la supremacía operacional de un humano sobre otro, puesto que ambos son la imagen de Dios. En este sentido, la DC se frustra porque no puede encontrar nada en la narrativa ontológica que Dios asigne el rol de la supremacía masculina, solo recurren a la imaginería.
El ordenamiento de la jefatura
La declaración de Danvers, Massachusetts, sostiene: «Las distinciones en los roles masculinos y femeninos son ordenadas por Dios como parte del orden creado y deben encontrar eco en todo corazón humano». 22 Ahora, la supremacía masculina es dotada como una doctrina. La sumisión de la mujer es propia de una predeterminación divina, Dios «estableció» desde que creó a la humanidad estos códigos de
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22 Esteban Bohr, «Biblical and Spirit of Prophecy Evidence for Male Headship By Pastor Stephen Bohr», Secrets Unsealed, www.secretsunsealed.org/wp-content/ uploads/2014/06/Bohr-Handout-Biblical-SOP-Evidence-for-Male-Headship.pdf (consultado: 20 de agosto, 2017), 7. The Danvers Statement on Biblical Manhood and Womanhood», Council on Biblical Manhood and Womanhood, www.cbmw.org/ uncategorized/the-danvers-statement/ (consultado: 17 de agosto, 2017). jefatura. Esta definición de ordenamiento tiene que ver con categorías y niveles.
Dios creó a un humano masculino para dominar y a otro humano femenino para subyugarse. El lenguaje de predestinación se asoma, es una creación arbitraría para imponer la supremacía masculina. 23 Aquí, no hay libertad de elección, y la sumisión de la mujer no es voluntaria, sino que la misma se deriva de su condición ontológica. Ella, es creada para subyugarse a la jefatura masculina.
Tanto los teólogos neocalvinistas como los adventistas jerárquicos, para dotar a la jefatura masculina de legalidad divina, recurren a 1 Corintios 11 3-9 y Efesios 5 22-23 . Lo cierto es que terminan alterando el vo
23 «Mientras que estos textos habían sido notados por los adventistas y otros protestantes antes de 1970, nunca fueron usados para enseñar lo que los neocalvinistas ahora enseñaban –es decir, que había una jerarquía dentro de la Trinidad desde la eternidad (Cristo en sumisión al Padre), que Eva estaba en sumisión a Adán antes de la Caída, que el pecado de Eva fue intentar escapar de su rol en la creación, y que el pecado de Adán fue el de no ejercer autoridad sobre Eva. Algunos neocalvinistas incluso pensaron que la esclavitud era apropiada a la luz de tales Escrituras. Mientras que estas ideas eran atractivas para Bacchiocchi como una manera de evitar la ordenación de las mujeres en la Iglesia Adventista, ellas no eran conocidas en el adventismo antes de Bacchocchi (1987), así que su introducción dentro del adventismo me parece una medida desesperada que algún día lamentaremos. ¿Puede uno agarrar una sola manzana de un árbol que incluye otras manzanas como la predestinación, el infierno eterno y la santidad del domingo?» Jon Paulien, «¿Qué acerca de la Teología de la Cabeza?», Escogidas para servir, www.escogidaspara servir.com/jonpaulien-que-acerca-de-la-teologia-de-lacabeza/ (consultado: 20 de agosto, 2017) cablo κεφαλὴ (kephalé) para introducir explicaciones y conjetura que los pasajes no están diciendo. 24 La DC concluye que estos textos están dirigidos exclusivamente para hablar del liderazgo masculino en la iglesia, y la prohibición de las mujeres en ocupar puestos de autoridad, basados en el relato de la creación. La realidad es que estos textos no están hablando en absoluto sobre el liderazgo eclesiástico. 1 Corintios 11 discute si es apropiado o no que la mujer ore con la cabeza descubierta, o el hombre se la cubra para orar (11 4-6 ), pero Pablo usa κεφαλὴ con diferentes connotaciones, que va desde la cabeza literal a la cabeza metafórica. 25
En este último el significado apunta por el contexto a «fuente», ya que como se observa, el apóstol habla de que la mujer procede del hombre.
Pablo apeló a la creación de ambos (Gn 1 26-27 ), para hablar de la deshonra que hay en el uso indebido del velo. Los hombres al no cubrirse la cabeza, honran a Dios de quien son imagen (11 7 ); por su parte, las mujeres al no cubrirse su cabeza deshonran a sus maridos. El apóstol empleó la palabra δόξα (dóxa), se refiere a la honra: «la mujer es la honra del hombre». Es posible que Pablo esté recurriendo a Génesis 2 23-24 , para sustentar el argumento de honor, ya que la mujer es de la misma sustancia que el varón (11 8-9 ); así, como hace
24 25 Bacchiocchi, 97-126. Véase, Teresa Reeve, «1 Corinthians 11:2-16 and the Ordination of Women to Pastoral Ministry», AA, www.adventistarchives. org/1-corinthians-112-16-and-the-ordination-of-women-to-pastoral-ministry.pdf (consultado: 12 de enero, 2016). Se puede acceder a la versión en español, Teresa Reeve, «1 Corintios 11:2-16 y la ordenación de mujeres al ministerio pastoral», ES, www.escogidasparaservir.com/1-corintios-112-16-y-la-ordenacion-de-mujeresal-ministerio-pastora/ (consultado: 20 de agosto, 2017).
Daniel A. Mora
con Efesios 5 28-29 . Aunque la mujer, tiene autoridad sobre sí misma para adorar a Dios (11 10 ). Sin embargo, así como la mujer procede del hombre, en el Señor ambos son iguales y su existencia es mutua, los hombres proceden de las mujeres: «…pero todo proviene de Dios» (11 11-13 ), Pablo termina con una pregunta: «¿Es apropiado que la mujer ore a Dios sin cubrirse la cabeza?» (11 14 ). No termina diciendo: «¿Es apropiado que las mujeres sean dirigentes en la iglesia?».
Efesios 5, aborda la relación matrimonial hombre/mujer, como un «pálido» reflejo de la mística relación entre Cristo/la iglesia. La argumentación parte de Efesios 5 21 : «Sométanse unos a otros, por reverencia a Cristo». A partir de allí se construye la relación marido/mujer, las esposas se les invita a «sujetarse» a sus esposos (5 22 ). El uso del verbo ὑποτάσσω
(hypotássô), da la idea de «mantenerse unido a». 26 Pero el objeto directo de su sujeción es «al Señor». Pablo expone que el marido es la cabeza de ella y lo compara con Cristo (5 23-24 ). Sin embargo, κεφαλὴ
está condicionado a las acciones de Cristo sobre la iglesia (5 25-31 ). Richard Davidson, sostiene que la combinación de κεφαλὴ y ὑποτάσσω, denotan la dirección del esposo dentro del hogar. 27 La relación esposo/esposa es intransferible, Pablo solo restringe el uso de κεφαλὴ a los esposos y no a los miembros de la iglesia. Es decir, no se está hablando de las relaciones generales entre hombres y mujeres. Así Miguel Á. Núñez, señala que el propio contexto
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27 Miguel Á. Núñez, «’Qué significa ser cabeza de la mujer’», Revista Adventista, revista.adventista.es/2015/09/que-significaser-cabeza-de-la-mujer/ (consultado 20 de agosto, 2017). Richard M. Davidson, «Dominio, sumisión e igualdad en la Escritura», en Mujer y ministerio: Perspectivas bíblicas e históricas, ed. Nancy Vyhmeister (Berrien Springs, MI: Andrews University Press, 2004), 188. proporciona las características de lo que significa ser «cabeza»: «Cristo es el ejemplo, que se sacrifica por la iglesia, y la santifica con su acción. Cristo no impone, ni manda de manera arbitraria, Cristo ama, de manera incondicional. Cabeza en este versículo no tiene que ver con jerarquía ni mando, sino con sacrificio y entrega…». 28
También, ὑποτάσσω está en voz media, la sujeción es un acto voluntario de la esposa y el esposo (5 21 ), que parte de una decisión libre y no arbitraría. La sumisión no es producto de una predestinación o inferioridad ontológica. Por último, Pablo apeló a la creación (Gn 2 23-24 ) para argumentar sobre el misterio de Cristo y la iglesia: «Esto es un misterio profundo; yo me refiero a Cristo y a la iglesia». (5 32 ).
Gerry Chudleigh, sostiene que la diferencia entre los adventistas y calvinistas, determina la manera en que son leídos los textos como 1 Corintios 11 y Efesios 5. Para los arminianos, la base del gobierno divino se basa en la libertad de acción, así, Cristo decidió en libertad sacrificarse por la humanidad (Mt 20 28 ; Jn 10 11, 17, 18 ; 15 13 ; Efesios 5 2 ; 2 Co 5 19 ; 1 Tim 2 6 ; Gá 4 1 ). Él tampoco predetermina las decisiones del hombre, pues pide una entrega voluntaria personal (Mt 15 8-9 ; Jn 4 23-24 ; 1 Jn 4 8 ). «Los Adventistas del Séptimo Día han enseñado por décadas que sin libre albedrío genuino el verdadero amor —ya sea hacia Dios, hacia los hombres, o hacia las mujeres— no es posible». 29 Chudleigh continúa diciendo:
Cuando los arminianos leen 1 Corintios 11:3-16, no ven un sistema de autoridad y sumisión. Al contrario, ven a Pablo corrigiendo un problema con las mujeres arrogantes y disruptivas de Corinto. Veían instrucciones para que el marido protegiera tiernamente, cultivase y se sometiese (o «prefiriese») a
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29 Núñez, «’Qué significa ser cabeza de la mujer’». Chudleigh, Una breve reseña, 10. las decisiones de su mujer, como Cristo atiende tiernamente a la iglesia. 30
Cómo es de esperarse, κεφαλὴ tiene diversos significados. Pero, los autores del Nuevo Testamento nunca usaron este término para hablar de los líderes. A fin de no introducir algún tipo de jerarquía dentro de la comunidad cristiana. Jon Paulien resalta esto:
En el Nuevo Testamento, Kefalé es también usado en el mismo sentido.
Pero en las epístolas de Pablo, cabeza y cuerpo son usualmente usados como metáforas de Cristo y la iglesia y ocasionalmente Kefalé es aplicado al rol del esposo en el hogar (Efe. 5:25-27).
La iglesia, sin embargo, eligió no aplicar esta palabra a apóstoles, obispos, ancianos o diáconos, fue solo aplicada a Jesucristo. La Iglesia es más que una institución, es un organismo viviente y los organismos vivientes pueden exitosamente tener solo una cabeza. Las funciones de liderazgo en la iglesia, por lo tanto, son substancialmente diferentes de otros tipos de organizaciones.
Kefalé no apunta a una jerarquía, sino a una relación. Como «cabeza» Cristo es aquel que sustenta el cuerpo y provee para su crecimiento. 31
Esto se debe a que el liderazgo cristiano, no se fundamenta en la supremacía ontológica u operacional. Sino, en la base del servicio desinteresado hacia la comunidad entera. La colaboración de los creyentes con sus líderes locales no es producto de que así deban hacerlo, porque los líderes son la «cabeza», sino porque estos son «esclavos» y «siervos» de Cristo. 32
30 31 Ibíd. Paulien, «¿Qué acerca de la Teología de la Cabeza?».
32 Ver, «Acerca de Cristo como la única cabeza de la iglesia una declaración del Seminario Teológico Adventista del Séptimo Día», Andrews University, www.andrews.
El origen de la «doctrina de la cabeza». El clamor de la predestinación.
La ontología en la doctrina adventista
Al revisarse el cuerpo doctrinal de los adventistas, las creencias que tiene como objetivo definir la antropología bíblica, hay una ausencia de las premisas de la DC. También, el Handbook of Seventh-Day Adventist Theology [Tratado de Teología de los Adventistas del Séptimo Día] 33 una ampliación académica de las Creencias fundamentales de los Adventistas del Séptimo Día, 34 desconoce la supremacía masculina. En el resumen de la creencia relativa a la «creación», el adventismo sostiene que tanto al varón como la mujer son iguales en esencia y en operaciones: «Hizo al primer hombre y la primera mujer a su imagen como corona de la creación, y les dio dominio sobre el mundo y la responsabilidad de cuidar de él». 35 Mientras que los defensores de la DC, sostiene que el hombre es el que gobierna, los adventistas niegan esa premisa. De hecho, los adventistas van más allá, al declarar que el valor de los humanos radica en su ontología, y que una distorsión de la misma es alterar las operaciones del ser: «No importa el sexo, la raza, la educación o la posición, todos han sido creados a imagen de Dios. Si se comprendiera y se aplicara este concepto,
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35 edu/sem/about/statements /9-19-14-updated_unique_headship_of_christ_final_-_spanish.pdf (consultado: 20 de agosto 2017). Tratado de teología Adventista del Séptimo Día, ed. Raoul Dederen (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2004). Asociación Ministerial de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día, Creencias de los Adventistas del Séptimo Día: Una exposición de las doctrinas fundamentales de la Iglesia Adventista del Séptimo Día (Nampa, ID: Publicaciones interamericanas, 2006). Creencias, 76. se eliminaría el racismo, la intolerancia y cualquier otra forma de discriminación». 36
Para los adventistas, las acciones de gobierno de los humanos se basan en Génesis 1 28 y 2 8 . Es decir, la mayordomía y el liderazgo son operaciones por igual del varón y la mujer; que se direccionan hacia la flora y la fauna. 37 No existe ningún lenguaje que pueda sugerir que la operación del hombre sea la de gobernar y el de la mujer la sumisión unilateral a ese gobierno. Los redactores de las creencias adventistas, fueron muy cuidadosos en evitar distinciones de roles de dominio/ sumisión, ya que están ausentes en la narrativa de la creación. El uso del término hombre es genérico.
Aecio E. Cairus, quien escribió sobre «la doctrina del hombre» en el Handbook, 38 habla de la mujer como un significado profundo. La exposición adventista de Génesis 2 plasmada en el Handbook, está en oposición a los enunciados de Wayne Grudem, John Pipper y Samuele Bacchiocchi. 1. La centralidad masculina: «De acuerdo con Génesis 2:20, Dios creó para Adán una ‘ezer, a menudo traducido “ayuda” o
“ayuda idónea”. Sin embargo, la palabra hebrea no implica subordinación como puede hacerlo el término en castellano; puede significar ‘apoyo’ o ‘benefactor’ y se usa regularmente respecto a Dios, quien ayuda a los seres humanos (Sal. 33:20; cf. Sal. 54:4). Además, la frase ke negdô, traducida “para él”, viene de un término que significa ‘enfrente de’ sugiriendo que la compañera que Dios creó para el hombre iba a ser su contraparte, su complemento». 39
36 37 38
39 Ibíd., 82. Ibíd., 82-83. Aecio E. Cairus, «La doctrina del hombre» en Teología: Fundamentos bíblicos de nuestra fe, vol. 2, ed. Raoul Dederen (Doral, FL: Asociación Publicadora Interamericana, 2005), 233-287. Cairus, «La doctrina del hombre», 244. 2. Nombre de la humanidad: «Dios creó a los seres humanos tanto en forma de hombre como de mujer (v. 27). “Adán” no es en realidad un nombre personal en hebreo, sino un sustantivo colectivo que puede traducirse “seres humanos” o
“humanidad” (cf. Gén. 5:2 en diferentes versiones). El término específico para un ser humano masculino, ’îsh, aparece en la Biblia después de la mención de la mujer ’îshshâh (Gén. 2:23)». 40 3. Prioridad de creación: «Algunos autores han leído en el relato de Génesis 2 una jerarquía de los sexos divinamente ordenada. La mujer, creada por causa del hombre (vs. 18-20), tuvo una existencia derivada y fue nombrada por el hombre, quien en esta forma indicó su autoridad sobre ella (v. 23). Sin embargo, en los relatos bíblicos de la creación de la mujer, la historia no se mueve desde lo superior a lo inferior. En Génesis 1 el movimiento es el opuesto: de las criaturas inferiores a las superiores; y en
Génesis 2 va del estado incompleto al de totalidad. La derivación física no implica subordinación; el hombre no está subordinado a la tierra». 41
4. El nombramiento de la mujer: «En Génesis 2:23 Adán habla de la identificación genérica de su “mujer” o “esposa”, pero no le da un nombre propio hasta después de la entrada del pecado (3:20).
El equilibrio de la evidencia bíblica dista mucho de apoyar ningún tipo de superioridad del hombre». 42
5. El ejemplo de Cristo: «Siguiendo el modelo de relaciones en la Deidad (Juan 17:24), una existencia significativa para los seres humanos necesitaba tener una dimensión social. El breve lapso con sólo un ’âdâm tenía el propósito de mostrarle que él carecía de un complemento en la creación animal y así se hallaba en
40 41 42 Ibíd., 243. Ibíd., 244-245. Ibíd., 245.
Daniel A. Mora
necesidad de una ‘ayuda idónea’, o una compañera adecuada. El ideal expresado en la creación era que el hombre y la mujer formasen un todo en el cual fuesen mutuamente complementarios e interdependientes». 43
Los adventistas sostienen que la ontología no parte de la predestinación, sino del libre albedrío:
Por cuanto el hombre fue creado a la imagen moral de Dios, se le dio la oportunidad de demostrar su amor y lealtad a su Creador. A semejanza de
Dios, tenía la capacidad de escoger, es decir, la libertad de pensar y actuar con referencia a imperativos morales. De este modo, era libre de amar y obedecer o de desconfiar y desobedecer. 44
Bajo esta perspectiva de libertad, Dios dispuso que la humanidad en un ambiente de relación recíproca, bajo la igualdad. Pero, la esencia humana se ve en sus acciones. Al comentar sobre Génesis 1 26 los adventistas declaran:
En este pasaje, Dios menciona en la misma frase la imagen divina del hombre y su dominio sobre la creación inferior. El hombre fue colocado sobre los órdenes inferiores de la creación en calidad de representante de Dios. El reino animal no puede comprender la soberanía de Dios, pero muchos animales son capaces de amar y servir al hombre. 45
Los órdenes inferiores al hombre, son los animales. En consonancia con lo que se dice en Génesis 1 28 . Por lo que el dominio/ sumisión no es entre los humanos, ya que el varón y la mujer son los representantes de Dios. William Shea, encargado de desarrollar «la doctrina de la creación» en el Handbook, comentó:
Tanto las formas masculinas como las femeninas de la raza humana manifes
43 44 45 Ibíd., 243. Creencias, 95. Creencias, 96. taron la imagen de Dios en la creación.
Cuando fueron creados originalmente, ambos llevaban la imagen expresa de su Creador. Hubo una igualdad que fue dañada y distorsionada por la caída. 46 ¿Cómo la igualdad fue dañada por la caída? Tanto los teólogos neocalvinistas como los adventistas jerárquicos, sostienen como se ha visto, que la supremacía masculina no es una consecuencia del pecado, sino un orden creado por Dios. Y que las palabras de Dios en Génesis 3 16 son una reafirmación del orden jerárquico que Él creó en el Edén. Pero la declaración doctrinal de los adventistas, sugiere que la sumisión es producto de la caída:
Después de la caída, Dios le dijo a la mujer. «Tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti» (Gén. 3:16). Dios se proponía que este principio, el cual no modificaba la igualdad básica del hombre y la mujer, beneficiara tanto a la primera pareja como a los matrimonios futuros. Desgraciadamente, este principio se vio sometido a distorsiones. Desde ese tiempo, el dominio por medio del poder, la manipulación y la destrucción de la individualidad ha caracterizado al matrimonio a través de las edades. El egocentrismo ha producido una grave escasez de aceptación y aprecio mutuos. 47
La argumentación adventista defiende la igualdad ontológica de los humanos, no solo en su esencia, sino en sus acciones. Al punto de contradecir directamente los enunciados de la DC. El pecado distorsionó la relación entre el varón y la mujer, pero «el equilibrio de la evidencia bíblica dista
46
47 William Shea, «La doctrina de la creación», en Teología: Fundamentos bíblicos de nuestra fe, vol. 4, ed. Raoul Dederen (Doral, FL: Asociación Publicadora Interamericana, 2005), 189. Creencias, 336. mucho de apoyar ningún tipo de superioridad del hombre». 48
Conclusión
¿Por qué los adventistas no favorecen la DC? La evidencia parece apuntar al hecho de que la comprensión adventista sobre la ontología parte del libre albedrío, mientras que la DC lo hace desde un modelo de predestinación. La mujer para los adventistas, es un ser igual al hombre, tanto en su esencia como en sus operaciones. Aunque, el pecado distorsionó el modelo edénico, no significa que el esposo deja de ser la cabeza de su esposa en la actualidad; 49 sin embargo, cabeza no es atendido por los adventistas como un concepto que impida el liderazgo femenino en la iglesia.
La DC estructura la supremacía masculina desde la ontología, para que el adventismo acepte dicho enunciado, deberá modificar profundamente sus doctrinas sobre «la creación», «la naturaleza humana» y «el matrimonio». También debe reestructurar su cristología y soteriología, porque la sumisión del Hijo es desde la eternidad pasada. En pocas palabras, Cristo debe ser engendrado en la eternidad por el Padre.
Sin embargo, una cosa es cierta: mientras los adventistas no especulen, como lo hacen los defensores de la DC, y mantengan su herencia arminiana del libre albedrío, las mujeres serán apreciadas desde su valor ontológico y operacional. Los que claman contra el liderazgo femenino apoyándose en la DC, claman desde la predestinación. Pero no los adventistas, quienes siguen siendo defensores de la libertad de elección.
48 49 Cairus, «La doctrina del hombre», 245. Ibíd., 285-287.
Asociación de Estudiantes y Graduados Universitarios Adventistas de España
¿Qué es AEGUAE?
Es la Asociación de Estudiantes y Graduados Universitarios Adventistas de España. Fue fundada en 1974 con el propósito de ofrecer a este colectivo de cristianos un espacio de diálogo y reflexión sobre los retos actuales de la integración entre ciencia y fe, promoviendo el intercambio de nuestras vivencias como cristianos con la sociedad contemporánea y el entorno intelectual, siempre con el objetivo del servicio al Señor y a la iglesia.
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NOTIC IA S CAFÉ HISPANO Café Hispano es la sección e n español de www.spectrummagazine.org , una publicación de Adventist Forums , el equivalente de AEGUAE en Estados Unidos. Desde enero de 2010, la edición de Café H ispano corre a cargo de Ruben S ánchez Sabaté.
La enseñanza cínica del Templo http://www.spectrummagazin e.org/cafe_hispano/2010/09/02/ la_ensenanza_c%C3%ADnica_del _templo José Manuel López-Yuste Juan Ramón Junq ueras dijo sobre esta aportaci ón de José Manuel López-Yuste: “Y nosotros llamando aún a los locales de nuestras iglesias, templos; confundiendo continente y co ntenido, paredes con carne y sangre. [..] Gracias, José Manuel. Es siempre un enriquecedor placer leert e.” La Creación en la correspondencia a los Corintios http://www.spectrummagazine .org/cafe_hispano/2010/09/09/ la_creacion_en_la_corresp ondencia_los_corintios
Herold Weiss Te apuesto un guisante a que no sabías que la carta a los Corintios también habla de la creación.
Sauna Espiritual (6): Hoy hablamos de personas http://www.spectrummagazi ne.org/node/2670
Víctor Armenteros Víctor Armenteros, marca de la c asa. “Proclamando la gracia de Dios”, como yo lo vi http://www.spectrummagazine .org/node/2657 Eduardo Kahl Crónica de un joven de la División Sudamericana que asistió al último congreso de la Asociación Genera l de la Iglesia Adventista del Séptim o Día celebrado en Atlanta entre junio y julio de 2010. La Iglesia Adventista y los derechos humanos http://www.spectrummagazin e.org/node/2679 Jonás Berea Víctor Armenteros comentó lo sig uiente respecto a otro comentario sobre dicho artículo de Jonás Berea: “Juan Ramón: Suscribo todas y cada una de tus palabras. Es hora d e levantar la voz y decir que vivimos inmersos en la transgresión con stante del décimo mandamiento. Y, lo que es peor, nos gusta. Hagamo s una huelga a la japonesa: más cariño, más afecto, mas sensibilidad, más empat ía, más asertividad, más cerca nía. Agradezco desde lo profundo de mi reflexión lo expresado en este artículo. GRACIAS.”
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Septiembre de 2010
Uni Diversia... RUBÉN FERNÁNDEZ ALDEKOA En esta ocasión, estudiantes de distintos puntos de España nos hablan de su experiencia en el entorno educativo desde una perspectiva cristiana.
MARTA ORTEGA GÓMEZ
21 Años. Estudiante de segundo curso de Arquitectura Técnica. made in CRE AT IV O ¿Lo has oído alguna vez? Texto: Amador Martín. Estudiante de Medicina. ¿Te resulta familiar esa sensación de estrés, nerviosismo e incerti dumbre que se vive al final de bachillerato? Sacar el curso adelante, aprobar la selectividad con la nota deseada, que te acep ten en la universidad que quieres... Nadie piensa si estás preparado o no para lo que se te viene encima, es algo que no puedes evitar, no te puedes quedar parado. Te enfrentas a un cambio de una época en la que ibas comple tamente guiado a otra en la cual nadie te dice lo que debes hacer; simplemente se espera que ya seas un adulto. Eso, de la noche a la mañana, ¡no es tan sencillo de conseguir! Si tienes suerte conseguirás la nota que quieres, te admitirán en la universidad que tenías en mente, y una vez estés allí te sentirás a gusto con la carrera y todo irá bien. Pero, ¿y si te equivocas? ¿Qué pasa si tu nota no es suficiente? ¿O si la carrera no te gusta?¿O si no te sientes bien en ese entorno?.¿Qué pasa si suspendes o no das la talla? Pues no pasa NADA. Es ahora cuando podemos probar y escoger el camino que más nos convenza. No son fracasos, solamente es el comienzo de tu futuro. Si quieres algo de verdad, hay que te ner mucha paciencia e insistir. Puede que a la primera todo se tuerza, que no hayas encontrado tu lugar aún, incluso que te parezca que no vas a ser capaz de hacerlo. ¿Pero quién no puede conseguir algo si Dios está de su lado? Eso es lo más importante de todo: que Dios sabe qué es lo mejor para ti. Y tarde o temprano, por muy difícil que se lo pongas, te indicará el camino correcto. Ahora bien, ¡más nos valdría hacerle caso desde el principio! Así que escúchale y deja que te guíe. Porque si perseveras y no te rindes, Dios te llevará adonde necesitas estar. estado del ser, lo que los lleva a afirmar: de haber muerto hoy me habría salvado; esto nos conduce a ser temerosos. Otros, no pocos, en tienden que ser pecador es un estado, y que por lo tanto si cambiamos de estado dejamos de ser pecadores, estamos por encima de los pecado res, lo que nos conduce a ser autosuficientes . Cuando uno se sabe pecador, el fruto debe ser el arrepentimiento, la humillación, el horror de uno m ismo, la compresión patética del otro, el ansia de perdón y la compresión de la solidaridad de la muerte. Cua ndo uno se sabe pecador arrepen tido el fruto es el crecimiento de la humildad, la identificación con Cristo, la colaboración en el rescate de los no arrepentidos, la confronta ción con el mundo, el respeto y el amor por los otros expresados en la convi vencia compasiva. ¿Qué espero de los hombres, en tanto en cuanto son pe cadores como yo? ¿Es extraño que el hombre mienta, robe, mate, adultere, envidie o desdeñe rel acionarse con su Dios? Cuando Cristo eligió amar a los hombres sabía que somos pecador es, que vino a un mundo d on de no hay bueno ni aún uno, a un lugar donde todos estamos destituidos de la gloria de Dios. Pablo com prendió muy bien la naturaleza pecadora del hombre y la describe perfectamente en Romanos 7. Nuestra lucha no es externa, la verdadera lucha se desarrolla en el interior del ser, en las preguntas que se hace uno a uno mismo, en la mente del que desea luchar por convertirse en pecador arrepentido y dejar de ser pecador “a secas”, del que no tiene recursos ni fuerzas para vencer y debe aceptar que puede vencer, haciendo de la victoria un acto de fe. Como hemos menc ionado antes, si concebimos el ser como algo dinámico es ese dinamismo lo que determina mi identidad, así el pecador arrepentido no se siente libre del pecado sino liberado, cada d ía, de éste. El pecador arrepentido no llega a un estado de nirvana espiritual que lo hace estar por encim a del error, para el pecador arrepentido cada día es lucha, cada día es vencer en Cristo, cada día es ver al otro como la posibilidad del milagro de la transformación, sobre todov cuando se equivoca, porque se ha experi mentado en uno mismo. El pecador arrepentido muere cada día para nacer con la misma fre cuencia y acepta este proceso en los dem ás, no juzgando sino condu ciendo, indicando, animando y acompañando a los que forman par te de su mundo como prójimos. El pecador arrepentido tiene la esperanza clara cada día, porque sabe que su lucha terminará, que verá a Cristo con sus ojos viniendo en las nubes de los cielos y que entonces no habrá más lu chas, ni temor, ni clamor, entonces dejará de ser un pecador a rrepentido para convertirse en un ser de luz y gloria rescatado por Dios; un príncipe junto a Cristo sin relación alguna con el pecado. Mi entras tanto nos queda esta naturaleza caída y, teniendo en cuenta nuestra esperanza, crecer en la paciencia de soportarnos a nosotros mismos y a los otros que s on como nosotros, cada día. “L os hombres somos pecadores, no estamos pecadores ”. Esta frase es importante porque enuncia la realidad que somos. S í, “pecador” es un atributo humano. Sólo ha existido un h ombre al que no se le puede atribuir la pecaminosidad de la voluntad: Jesús de Na zaret. Y ha sido este mismo hombre el que mejor ha entendido la natur aleza caída del ser humano, el que mejor la explica, el que con más acierto ha tratado a los hombres, de tal manera, que ha sido capaz de indicarnos el c amino para la transformación del ser, para la superación en un nuevo nacimiento que implica ser otra cosa, otro hombre, aquel a quien no puede atribuirse pecado alguno: Cristo Jesús. Así, en Jesucristo, “pecador” se convierte en lo que éramos antes. Ésta es la clave para entender que lo co ntrario de “pecador” es “pecador arrepentido” y que esta expresión sólo significa alguien que antes era pecador “a secas” . Ser “pecador” o “pecador arrepentido” no son estados del ser sino formas del ser, no son conquistas de la volun tad propia sino del Espíritu que recrea en nosotros la voluntad de Dios. Cristo es la expresión humana de la voluntad divina cooperando con el Espíritu, y Éste es la presencia divina en la voluntad humana que da a luz un nuevo hombre, un nuevo ser, fruto del acto creativo de Dios: el pecador arrepentido. Todas las formas del ser son dinámicas, implican una progresión positiva o neg ativa, un desarrollo existe ncial que se encamina hacia la afirmación del ser o hacia la ne gación de éste. Este dinamismo ha sido muy mal comprendido incluso por los mismos cristianos. Hemos confundido ser y estar. E n otras lenguas como el inglés o el francés ambos conceptos están fusiona dos, no se distinguen, ni se puede a un nivel lingüístico. Muchos entienden que ser salvo es estar salvo; no lo ven como una forma del ser sino como un Abril de 2011 Asociación de Estudiantes y Gradua dos Universitarios A dventistas de Españ a La naturaleza caída Texto: Antonio López Postigo. Licenciado en T eología, Maestría en Exégesis de N. T., Doctorando en Teología Sistemática. Ser “pecador” o “pecador arrepentido” no son estados del ser sino formas del ser [...] E n la cima de una montaña, siento la gé lida brisa de un viento invernal rozar mi cara. Oigo a mi compañero decirme: vamos, des cendamos. Un movimiento y siento cómo l os esquís se deslizan sobre la nieve, cog en veloci - dad, comienzo a descender la montaña y aquí comienza: el sentido de la Trinidad . Al hablar de sentidos decimos: tacto, olfato, gusto… ¿Has pensado cómo sería vivir sin uno de ellos? ¿Cuál refleja a la Trinidad ? ¿Trinidad? La Biblia nos habla de Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo. Son tres, son uno . Teniendo esto claro podemos iniciar la búsqueda… ¿alguna pista? Te lo pondré fácil, se encuentra en la cabeza. Supongo que no te habrá ayudado mucho, pero me sirve para recalcar la importancia de que los sentidos (a excepción del tacto que se sitúa por todo el cuerpo) solo se encuent ren situados en la zona cefálica, todo tiene su orde n como observamos en la naturaleza, en la arquitectura, en la músi - ca…. ¿en la qué? ¡Música! Esa es la palabra clave, ¡porque vamos a hablar de l oído ! ¿El centro del título te ayudó? Pero… ¿en qué se parece el oído a la Trinidad ? Recurriremos a la anat omía y fisiología del mismo: El oído se divide en tres partes , que, desde fuera hacia dentro, son: oído exter - no, medio e interno. Tres, ¡qué casualidad! Si fueses una onda sonora que viaja por el aire y entras por el oído de un ser humano verías lo siguiente: a medida que te vas aproximando a la cabeza, el orificio del oído cada vez se hace más grande hasta que al entrar en él te sien tes como en un túnel. Pero al llegar a lo que parece el final ves que no hay salida. ¿Cómo puede ser eso? Te encuentras delante de la membrana del tímpano; es una maravillosa obra de ingeniería. El estado de tensión que p osee transmite la vibración de la onda a la cadena de hueseci llos. ¿Huesecillos? ¿Adivinas cuántos son? Si has pensado 3, has acertado: martillo, yunque y estribo. Éstos se encuentran en el oído medio. Bueno, pero todo esto, ¿para qué sirve? Para darte un ajuste de impedancia. ¿Un ajuste de qué….? Para que nos entendamos, viene a ser que: si te faltan estos tres huesos y la membra - na timpánica tu sensibilidad a uditiva descende ría de tal modo que un nivel int ermedio de voz te resultaría apenas perceptible . ¡Menos mal que Dios no se olvidó de estos tres huesecill os y la membrana! Añadiré que el estribo es el hueso más pequeño de todo tu cuerpo . ¿Y eso cuánto es? ¡3 mm! Nuestra onda finalmente llega al estribo. Esta es la puerta al compartimento más es - pectacular de todos: el oído interno (dividido en tres partes). En él se aloja el conocido “ caracol ”. Esta ma ravilla arquitectónica transforma las ondas en impulsos nerviosos que posteriorm ente serán procesados por tu cerebro. A nivel básico, el caracol está compuesto por tres rampas. Gra - cias a las 3.500 células ciliadas internas y las 12.000 externas (que forman 3 filas), acciones mecánicas complejas y miles de reacciones percibimos ondas con diferentes frecuencias. Qué bonito es poder distinguir sonidos graves, medios y agudos, ¿no? En íntima relación con el caracol se sitúan los tres conductos semicirculares orientados según los tres ejes espaciales . ¡3D! Estos ca - nales, junto con el utrículo y el sáculo, nos si - túan a nivel espacial, detectan cualquier tipo de movimiento en cualquier dirección, sentido, ángulo… ¿Ves el diseño de la mano de Dios en él? Hasta ahora hemos “teorizado”, vamos a la práctica. En nuestro día a día, el oído es algo clave. Nos permite disfrutar de la buena música … hablando de la buena música, ¿se te ha ocurrido lo importante que es este sentido para un/a músico/a. ¿Qué puede ser mejor que preguntárselo? Este es el testimonio de una magnífica vio linis ta, Silvia Bazantova: “ La verdad es que estando completamente enamorada de la música e ima - ginándome que no pudiera oír o que no tuviera la capacidad de crearla agradezco a Dios cada día el gran regalo de poder oír y sobre todo por la música en sí, ya que por ahora lo que más me acerca al cielo y lo que más cosas buenas provoca en mí es la música (a parte de Él y el amor de las personas que me rodean) .” Siguiendo el hilo musical, los acordes están formados por tres notas de intervalo de ter - cera. ¿No te parece apasionante? Dios le da una gran importancia a la música, millares y millares de ángeles viven para dar gloria y loor a Dios. ¿Y nosotros como humanos? ¿Qué oímos? ¿Qué oyen los demás de nosotros? Recuerdas un grito de triunfo después de un examen difícil; un susurro al oído diciendo: te quiero; gritar el gol de Iniest a en la final del mundial; una melodía que te transporta a un momento especial…mil cosas….¿q ué nos dice Dios? « Si dieres oído a mi voz y guardas mi pacto, serás mi especial tesoro sobre todos los pueblos, porque mía es toda la tierra. » (Exódo 19: 5). « Amo al Señor. Porque ha escuchado mi voz y mis súplicas, porque ha inclinado a mí su o ído, por eso lo invocaré mientras yo viva. » (Salmo 116: 1-2). ¿No merece nuestro amigo Dios toda nuestra alabanza? En la Biblia aparece más de 170 veces las palabras oído, oír o sus d erivados. ¿Queda algo más? ¡Pues si! “El primero será el último y el último el primero.” ¿Qué hace aquí esta frase? Está científicamente demostrado que el último sentido que se pierde es el oído. Cuantas personas habrán aceptado a Jesús en este último momen to, cuando alguien le recordó en forma de susurro: “ Dios te ama, acéptalo .” En breve los oídos de aquellos que se fueron al descanso dejando su esperanza en la segunda venida de Cristo junto con aquellos vivos que hayan permanecidos fieles hasta el final oirán las trompetas de las hues - tes celestiales y al Hijo del hombre decirle: “Sal de la tumba, vuelve a casa junto a mí.” ¿Puedes siquiera intentar imaginar eso? Mi mayor deseo es el oírte gritar de alegría en ese momento, saber que a pesar de las cir - cunstancias de tu vida, el peso de la sociedad, las influencias, los conflictos… decidiste oír la voz de Dios llamándote a vivir junto a Él por la eternidad. En la Biblia aparece más de 170 veces la palabra oído , oír o sus derivados. En este número • UniDiversia: Experiencia de los estudiantes • Noticias: Café Hispano 21 Años. A menudo cuando empezamos en un nuevo centro de est udios como la universidad, tenemos la costumbre de ocultar nuestras creencias a todos nuestros nuevos compañeros. Muchas veces el motivo es que creemos que la gente no nos va a aceptar como somos, ya que guardamos unos principio s incompati bles con los de la sociedad juvenil de hoy en día. Nos sentimos solos ya que es posible que seamos los únicos en nuestra clase con unas creencias tales. La experiencia me ha demostrado que no es así. Pasada la prime ra semana de clase, estaba conversando con el que sería uno de mis mejores amigos cuando surgió el tema de Dios. Resultó que él era católico y monitor de un grupo de confirmación. Con el paso de estos 3 años he ido conociendo a compañeros suyos en la universidad que también tienen a Dios en sus vidas y con los cuales he podido com partir diversas opiniones sobre nuestra forma personal de entender a Dios. Es cierto que no solemos encontrar a gente en nuestro centro de estudios que sea de nuestra misma denominación, pero difícilmente no encontraremos a alguien que tenga presente en su vida el amor de Dios. A falta de un mes para terminar la carrera, he conocido a más de 9 personas que me han demostrado que Dios puede estar donde menos te lo esperas. Así pues no tengamos miedo de decir lo que pensamos o de no sentirnos aceptados. Dios es grande y su amor llega a todas partes. Escuelas, institutos y universidades son solo el principio. Está finalizando el proyecto de fin de carrera de Ingeniería Informática.
• Has leído: La dimensión olvidada de Dios [...] • XXXVI Convención AEGUAE: El laberinto moral
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Las parábolas: Una clave para vivir la fe El sufrimiento humano y el silencio de Dios El sábado
Nueva Era La esperanza adventista: 150 años de historia, 1844-1994 El diluvio
Sexualidad: Una perspectiva cristiana La seguridad personal de la salvación El evangelio de los últimos días La Biblia y la cultura mediterránea La mujer y la iglesia. El racismo en la iglesia El postmodernismo y el cristiano Adventismo: ¿Iglesia, denominación, secta...? El cristiano ante el cine
Bioética
Creer en Dios después de Auschwitz ¿Vale la pena esperar la Segunda Venida? El Sello de Dios para un nuevo orden mundial ¿Y qué hay más allá de todo esto?
2009
Alborache La música en la vida del cristiano
2010
2011
Alborache
Benicàssim El laberinto moral: Afrontando los dilemas éticos del s. XXI
Amor en tiempos de tregua
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2014
2015
Sant Salvador, El Vendrell
Sant Salvador, El Vendrell
Alborache, Valencia
Benicàssim, Valencia El cristiano ante el sufrimiento
Cristianismo hoy, ¿qué importa y qué aporta?
Hablando se entiende la gente. Diálogo interreligioso en el siglo XXI.
Cristianismo y homosexualidad: Perspectiva bíblica y pastoral contemporánea J. Flori y otros varios
G. Stéveny y otros S. Schwantes y otros
C. Puyol y otros
P. Copiz, J. Navarro J. Zurcher
M. Fernández y otros
J. Mager
G. Stéveny J. Zurcher
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R. W. Olson
R. Badenas
J. Zurcher
R. Badenas
R. Badenas
S. Bacchiocchi
M. Fernández
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V. Fantoni, J. A. Martín M. Fernández, A. López, J. A. Martín W. Bucknor, A. Calvo, A. Perera
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