3ª PONENCIA
EL SÁBADO, ANTÍDOTO DE LA NUEVA ERA A continuación, vamos a mostrar como el pecado de Eva en el Edén equivale a la transgresión del significado del sábado. El pecado de Adán fue el de haber preferido a su mujer antes que a Dios. Hemos visto esta mañana como Eva aceptó los seis fundamentos de la filosofía panteísta prefiriendo −como hacen hoy nuestros contemporáneos− la palabra de la serpiente a la del Dios. Recordemos cuales eran las seis bases del panteísmo: • Primera, la inmortalidad natural del alma: «no moriréis». • Segunda, el ocultismo, esoterismo y espiritismo: «vuestros ojos serán abiertos». • Tercera, la divinidad de todas las criaturas: cada ser vivo puede llegar a ser Dios: «seréis como dioses». • La cuarta, el acceso a la omnisciencia: «conoceréis el bien y el mal». • Quinta, el rechazo de todo tipo de revelación: «¿es que verdaderamente Dios os ha dicho que...?» • Sexta, la obertura de la inteligencia para poder despertar las energías internas. Cuando digo que el pecado de Eva fue la transgresión del sábado, me refiero a la transgresión del significado del sábado. En la escuela sabática estamos estudiando el libro de Nehemías. Sabéis que los padres de Jeremías estuvieron cautivos en Babilonia por haber adoptado prácticas panteístas (incluso practicaban el panteísmo en el mismo templo de Salomón al adorar al dios Baal, Astarté, el Sol y la Luna, la comunicación con los espíritus, e incluso en el tiempo de Manasés existía la prostitución sagrada en el atrio central). El libro de Nehemías en el capítulo 13 explica la razón de la deportación a Babilonia: «¿No hicieron así vuestros padres y trajo nuestro Dios todo este mal sobre nosotros y sobre esta ciudad?» (Nehemías 13: 18). Es decir, Nehemías interpreta la causa de la deportación a Babilonia como la profanación del sábado, en una relación de causa de efecto. La observación del sábado es un signo. En todo signo existen dos elementos: el significante y el significado. El significante es el soporte del significado. Por ejemplo, para un español este espacio por el cual entra la luz se denomina ventana. Cuando algún español escucha el soporte lingüístico o signo ventana, imagina un espacio por el cual entra la luz. Si se dice utiliza idéntico signo (ventana) hacia un francés, este significante pierde todo su significado; lo recupera sin embargo si a un francés le digo fenêtre. En Éxodo 31: 13, el Señor decide que el sábado es un signo con un significante de 24 horas. Al observar el sábado: ¿qué sentido posee ese significante?, ¿qué significado concuerda con ese significante?... Lo encontramos en la ley: «acuérdate del día de reposo –ahora viene la razón de la obediencia al sábado– porque en seis días el Eterno hizo los cielos, la tierra, el mar...» (Éxodo: 20. 8, 11). Dicho de otro modo, el significado del sábado equivale a la aceptación de ser criaturas de Dios, aceptar una relación de dependencia respecto de Dios, gracias a la cual el Dios creador nos hace participar de su divinidad. Comprenderéis entonces que cuando Eva se introduce en un proceso de autodivinización mediante el cual pretende iluminar su propia divinidad, lo que realmente hace es rechazar el significado del sábado. Por ello cuando Moisés redacta el Pentateuco, extraerá de él el cuarto mandamiento para ubicarlo en el primer capítulo del Génesis. De esta forma demuestra que el pecado del Edén equivale a la ruptura de la alianza de la fe en un Dios creador. Y es por esto que el sábado cobra una importancia muy grande en estos días del fin, importancia que no hay que contemplar únicamente a nivel de significante. Los católicos y los protestantes nos acusan diciendo que 24 horas de reposo, sean lunes o martes... o quizá domingo... −no importa el día− significan únicamente 24 horas de reposo... ¿Por qué no queréis −nos interpelan− ser solidarios con el resto de los cristianos; por qué precisamente el sábado?
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