Descubro la Biblia ...y encuentro a Jesús
6 a 9 años
CUARTO TRIMESTRE, AÑO A
Serie Mi Biblia, mi tesoro
6 a 9 años
CUARTO TRIMESTRE, AÑO A
Serie Mi Biblia, mi tesoro
Serie Mi Biblia, mi tesoro
Textos:
Mercè Gascón
Esther Villanueva
Ilustraciones:
Ferni
Diseño:
Agustina Daniela Flores
Revisión teológica:
Jonathán Contero
Es un proyecto de Aula7activa, editora digital de AEGUAE (Asociación de Estudiantes y Graduados Universitarios Adventistas de España), en colaboración con el Ministerio de la Infancia de la UAE (Unión Adventista Española).
Todo el trabajo de elaboración de textos, actividades y revisión se ha realizado de forma gratuita y desinteresada.
Edita:
AULA7ACTIVA-AEGUAE
Barcelona, España
E-mail: redaccion.aula7activa@gmail.com / info@aeguae.org Web site: www.aula7activa.adventista.es / www.aula7activainfantil.blogspot.com / www.aeguae.org Primera edición en español, 2024
Es propiedad de:
CC BY-NC-ND 2022, Mercè Gascón, Esther Villanueva
CC BY-NC-ND 2022, Aula7activa-AEGUAE, en español para todo el mundo
Todos los derechos reservados al autor y los editores.
Contacta con nosotros infantil.aula7activa@gmail.com
Nos gustaría recordarte algunas pautas para estudiar con tu hijo la Biblia.
• Busca un momento del día tranquilo tanto para ti como para tu hijo, a ser posible, siempre a la misma hora y que no interfiera con otras actividades ni con los momentos de ocio ni de descanso.
• Si tu hijo así lo quiere, deja que «personalice» el material con sus dibujos, que lo coloree, que pegue pegatinas...
• Es importante que tu hijo/a estudie la lección cada semana. Dedicad un tiempo, breve, cada día a estudiar la Biblia. No lo dejes solo con la escuela sabática. Contigo es mucho más divertido. Va a tener preguntas, va a necesitar ayuda para buscar los textos bíblicos y, como hay actividades para distintos niveles de dificultad, los niños más pequeños necesitarán la ayuda de los padres. Observa con ellos las ilustraciones y reflexionad juntos. Adapta el material que tienes entre manos a la edad de tu hijo, a sus gustos y a sus intereses. Cada niño es distinto y tú conoces mejor que nadie a tu hijo.
• Aprovecha su capacidad de aprendizaje y de memorización para que aprenda versículos de la Biblia de memoria. La memorización de estos versículos lo acompañará toda la vida y los podrán recordar en momentos cruciales.
• Los conceptos que tu hijo debe aprender de las historias bíblicas son: amor a Dios y al prójimo, confianza en Dios porque él está al mando, obediencia por amor (nunca por miedo al castigo), alegría de convivir con Dios cada día y esperanza de que aunque las cosas no nos salgan como nosotros queremos, algún día todo será perfecto. Lo importante es que tu hijo se familiarice con la historia de la salvación y que aprenda pautas para relacionarse con Jesús y con sus semejantes de acuerdo a los valores cristianos.
• Nunca le trasmitas ideas como: tengo que portarme bien porque Dios me vigila, cuando hago algo malo Dios se enfada y me castiga, al cielo solo irán los niños buenos o Satanás me persigue para ser malo. Son conceptos que, además de no tener base bíblica, crean una imagen distorsionada de Dios. Busca ideas en positivo: Tengo que portarme bien porque es bueno para mí y para las personas que están conmigo; Dios me ama tanto si hago las cosas bien o mal, pero se alegra cuando las hago bien y tomo buenas decisiones; a veces hacemos las cosas mal, y tengo que sufrir las consecuencias de mis actos, pero Jesús siempre está dispuesto a ayudarnos a hacer las cosas bien; aunque Satanás me quiera engañar, con Jesús, soy más listo que él.
• Disfrutad de esos momentos. Que cuando sea mayor recuerde con cariño esos minutos de complicidad entre vuestra familia y Jesús.
Un abrazo en Jesús.
Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús. • 3
LECCIÓN 1. UN PUEBLO MENTIROSO
LECCIÓN 2. ¡CADA UNO A SU CASA!
LECCIÓN 3. TIEMPO DE JUECES
LECCIÓN 4. EL EJÉRCITO DE GEDEÓN
LECCIÓN 5. SANSÓN, UN HOMBRE FUERTE, PERO DÉBIL
LECCIÓN 6. RUT ELIGE CAMBIAR DE VIDA
LECCIÓN 7. SAMUEL, EL NIÑO QUE ESCUCHÓ A DIOS
LECCIÓN 8. ROBAN EL ARCA DE LA ALIANZA
LECCIÓN 9. ¡QUEREMOS UN REY!
LECCIÓN 10. LA TRANSFORMACIÓN DE SAÚL
LECCIÓN 11. DIOS ELIGE UN NUEVO REY
LECCIÓN 12. DUELO DE GIGANTES
LECCIÓN 13. DE HÉROE A FUGITIVO
VERSIONES DE LA BIBLIA Hemos utilizado la versión Dios habla hoy (DHH). Cuando se utiliza otra versión, se indica.
4 • Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.
Aprende y comprende:
«Dios no soporta a los mentirosos, pero ama a la gente sincera».
(Proverbios 12:22, Traducción en lenguaje actual)
La noticia pronto se extendió por todas las ciudades de Canaán.
—¡Los israelitas han conquistado la ciudad de Jericó!
Los cananeos tuvieron miedo y empezaron a prepararse para atacar a los israelitas en cuanto se acercaran.
Los israelitas, sin embargo, tenían un gran problema: se sentían tan fuertes e invencibles que se estaban volviendo orgullosos. Se habían olvidado de que ellos no habían derribado la muralla de Jericó ni con sus armas ni con su fuerza ni con sus gritos. Necesitaban tener siempre en mente que era Dios el que los protegía y el que les daba las victorias. Por eso, cuando llegaron al monte Ebal, Josué quiso hacer algo especial. Léelo en Josué 8:31,32
Josué reunió a todo el pueblo, tanto los israelitas como los extranjeros que habían salido de Egipto con ellos y a los que se les iban uniendo por el camino. También los ancianos, las mujeres y los niños. Todos debían aprender algo. Todos formaban parte del pueblo.
Luego les leyó lo que Moisés había dejado escrito.
Josué sabía que, aunque ya estaban en la tierra prometida, la vida de los israelitas no iba a ser fácil y que tendrían que buscar la ayuda de Dios en todo momento.
Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús. • 5
Haz la siguiente pregunta a tus hijos: ¿Qué harías si unos niños desconocidos llamaran a tu puerta y dijeran que quieren ser tus amigos? Reflexiona sobre la importancia de no tomar ninguna decisión sin hablar con los padres. Hay muchas personas que pueden llegar a engañarnos. ¿Qué podemos hacer? Lee con tu hijo Mateo 10:16 y explícale su significado.
Los cananeos sabían que el Dios de los israelitas era muy poderoso, pero no querían ser sus amigos. Preferían seguir adorando a dioses de madera y piedra; preferían confiar en sus armas, en sus fuerzas y en sus murallas antes que vivir en paz con sus vecinos. Por eso, ¿qué decidieron hacer? (Puedes leerlo en Josué 9:1,2).
No muy lejos de donde estaban acampados los israelitas había una ciudad importante llamada Gabaón. Gabaón era una gran ciudad que estaba en la ruta comercial entre las ciudades cananeas. Eran ricos y seguramente tendrían un buen ejército (ver Josué 10:2). Los gobernantes de esta ciudad y de otras tres cercanas, se dieron cuenta de que no debían enfrentarse a los israelitas. Querían la paz con ellos porque les tenían miedo. Pensaban que si los israelitas sabían que eran ciudades ricas las destruirían para quedarse con sus riquezas. ¡Qué poco conocían a Dios! Por eso pensaron en hacer un pacto de paz con Israel. La costumbre era que cuando se hacía un pacto entre dos pueblos uno ayudaba al otro. Los gabaonitas querían que Israel no los invadiera y que les protegiera de posibles enemigos. Pero a cambio Gabaón, no quería entregar ni una pieza de todo el oro que tenían. En vez de ir directamente a Josué y decirle que ellos reconocían el poder de Dios y querían ser sus aliados, hicieron algo mucho más complicado. Enviaron a un grupo de hombres a negociar con Josué vestidos con ropas estropeadas y viejas, zapatos rotos y comida medio podrida, como si fueran gente muy pobre. Llegaron al campamento de Israel haciéndose pasar por embajadores de un país lejano y pobre. Lo primero que hicieron fue reconocer el poder de Dios y pedir una alianza con Israel. Pero ellos lo único que ofrecieron a cambio era el pan medio podrido y los recipientes de cuero viejo en los que llevaban algo de vino. Dijeron que no podían dar nada más a cambio. ¿Qué decidió hacer Josué? (Puedes leerlo en Josué 9:15)
• Colorea los objetos que los gabaonitas utilizaron para engañar a Josué.
• Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.
Josué y los ancianos estaban orgullosos. Se sentían importantes. De un pueblo de esclavos se habían convertido en un pueblo con el que los demás querían hacer alianzas. Además, según pensaban, estaban ayudando a pueblos muy pobres. Pero olvidaron hacer algo importante.
• ¿Qué es lo que olvidaron hacer los israelitas? Coloca las vocales y lo descubrirás. (Josué 9:14)
Ni Josué ni los ancianos se imaginaban que todo aquello era mentira. Si tú hubieras estado allí con Josué, posiblemente, hubieras creído lo que decían los gabaonitas. El pan estaba viejo, sus ropas y sus zapatos estaban gastados, sus cueros de vino estaban viejos y remendados. Todo lo que hacían, parecía que era verdad. Pero si hubieran sido prudentes hubieran investigado para ver si lo que les decían era cierto o no. Si hubieran sido prudentes habrían consultado a Dios para ver si era bueno hacer un pacto con esa gente a la que no conocían de nada.
Los embajadores de Gabaón se marcharon tan contentos a su ciudad. Habían engañado a los israelitas: habían conseguido la paz y ellos a cambio no les habían dado nada.
¿Has oído el refrán «antes se coge a un mentiroso que a un cojo»? Eso quiere decir que a los mentirosos siempre se les descubre. ¿Cuánto tiempo tardó Josué en enterarse del engaño de los gabaonitas? Solo tardaron tres días en enterarse de que los habían engañado. Entonces, Josué mandó a un grupo de hombres que persiguieran a los gabaonitas y tres días después llegaron a la zona donde estaban las ciudades. ¡Solo tres días! Aquellas ciudades no eran ciudades lejanas, estaban muy cerca. Imagínate cómo se sintieron: como unos tontos.
• Acompaña a los espías para encontrar la ciudad de Gabaón.
Reflexiona con tus hijos sobre por qué mienten. La mayor parte de las veces es por miedo al castigo. Intenta trasmitirles que prefieres saber la verdad, si han hecho algo malo, que descubrir que os han mentido.
Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús. • 7
Explica a tus hijos alguna experiencia personal o alguna historia real actual donde el mentir produjo graves consecuencias.
Enséñales con tu ejemplo a cumplir lo que prometes. Reflexiona sobre qué ocurre cuando no cumplimos lo que prometemos. ¿Qué ocurre cuando las personas dejan de confiar en ti?
¡Los israelitas estaban furiosos! Querían romper el pacto y destruir a los gabaonitas. ¡La culpa la tenían ellos por haberlos engañado! ¿Qué dijeron Josué y los líderes del pueblo? (Lee en Josué 9:19,20).
¿Crees que la respuesta de los líderes era correcta? ¡Sí! Es importante cumplir lo que se ha prometido. Pero ahora que la mentira se había descubierto había que rehacer el pacto. Los israelitas habían prometido que no los atacarían y que les protegerían, y mantendrían su parte del trato. Pero ahora los gabaonitas deberían hacer algo justo por ellos.
Los gabaonitas estaban preocupados. Tal vez Israel querría hacerles pagar unos impuestos muy altos, o querría esclavos o les tendrían que entregar las ciudades. Pero Israel no quería las riquezas de Gabaón y sus ciudades, pero sí que había dos cosas que necesitaban. Los israelitas necesitaban leña y agua, pero no querían cortar árboles ni sacar agua de pozos que no les pertenecían. Los gabaonitas tenían árboles y pozos de agua. Esa sería su parte del trato. Los gabaonitas aceptaron las condiciones, y durante mucho tiempo recogieron leña y compartieron el agua de los pozos con los israelitas
• Descubre quiénes son los gabaonitas y coloréalos.
Recuerda el trabajo que tuvieron que hacer para los israelitas por haberles mentido.
• Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.
Cuando los reyes cananeos supieron que Gabaón y sus ciudades habían hecho un trato de paz con Israel, en vez de tomar ejemplo, se enfadaron mucho con ellos. El rey Adonisedec de Jerusalén se reunió con los reyes de Hebrón, Jarmut, Laquis y de Eglón. ¿Qué es lo que decidieron hacer? (Léelo en Josué 10:4,5).
Cuando los ejércitos de los cinco reyes atacaron Gabaón, los gabaonitas pidieron ayuda a Israel. Esta vez Josué consultó a Dios y Dios le dijo que no se preocupara, que él estaría luchando por ellos.
Josué se puso en camino inmediatamente con todos sus hombres de guerra. ¡Los gabaonitas se sintieron aliviados!
El ejército de los cinco reyes enemigos había rodeado Gabaón. Cuando vieron llegar a los israelitas sintieron mucho miedo y huyeron. Los israelitas y gabaonitas los persiguieron. Pero Dios debía demostrar a los gabaonitas que el verdadero poder no es de tener un gran ejército sino el poder de Dios. Mientras los israelitas perseguían a los enemigos, ¿sabes qué ocurrió? (Léelo en Josué 10:11). Los enormes trozos de granizo solo afectaban a los enemigos porque Dios protegía a Israel y a sus aliados. Una vez más Dios estaba demostrando que es él el que gana las batallas.
Enséñales a tus hijos a confiar en Dios. Ora con ellos pidiendo la ayuda de Dios para que os guie en la solución de los problemas cotidianos. No te olvides de agradecerle su ayuda, junto con tu familia.
Los gabaonitas estaban aprendiendo cómo Dios ayudaba a su pueblo y cómo también los estaba ayudando a ellos, a pesar de que habían intentado hacer trampas en su alianza con Israel.
A pesar del granizo que perseguía a los ejércitos de los reyes cananeos, parecía que la batalla no iba a terminar ese día. Cuando se hiciera de noche, los cananeos se reorganizarían y podrían volver a atacar por la mañana. Cuando el ejército israelita llegó a la cima de la montaña y Josué miró al cielo, se dio cuenta que no podían terminar la batalla antes de que oscureciera. Josué, sus soldados y los soldados gabaonitas deberían seguir peleando. Pero ¿cómo? Ya no quedaba tiempo antes de que oscureciera. Ahora necesitaban otro milagro. Entonces Josué ordenó al sol que se parara. Y el sol no avanzó durante un montón de horas.
Imagínate la cara de los israelitas cuando vieron que pasaba el tiempo y el sol no se ponía, pero imagínate la cara de los gabaonitas y de los cananeos. Los israelitas ya estaban acostumbrados a que Dios hiciera milagros portentosos, pero seguro que los cananeos era la primera vez que eran testigos del poder de Dios. Ante este milagro, los cananeos podrían haberse rendido y reconocido que Dios era más poderoso, pero a pesar de semejante prodigio, decidieron seguir luchando contra Dios. ¿Sabes cuál fue el resultado de la batalla? (Seguro que no te sorprenderá si lo lees en Josué 10:20,21). Todos los soldados volvieron sanos y salvos. Dios había vuelto a vencer.
• Encuentra las siete diferencias entre los dibujos.
• Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.
Es posible que vuestros hijos se den cuenta de que el sol no se mueve, que lo que se mueve es la Tierra, pero esa era la forma de hablar. Este es uno de los milagros más inexplicables de los que habla la Biblia, pero por muy inexplicable que sea no tiene por qué no ser verdad. Es verdad que no entendemos cómo Dios hace las cosas, pero si creemos que él lo puede todo, y nos lo ha demostrado muchas veces, también pudo hacer lo que cuenta este episodio de la Biblia.
Aprende y comprende:
«Elegid hoy a quien vais a servir […]. Por mi parte, mi familia y yo serviremos al Señor».
(Josué 24:15, Dios habla hoy)
Vuestros hijos son pequeños, pero tienen sus retos, situaciones difíciles, problemas y proyectos para el futuro. Explicadles que, aunque les parezcan muy difíciles, si los ponéis en manos de Jesús pueden resolverse. Cuando confiamos en Dios, las cosas imposibles se vuelven posibles.
Los israelitas fueron avanzando por toda la tierra de Canaán. Cada vez que los pueblos cananeos se les enfrentaban, los israelitas con Dios a su lado ganaban todas las batallas. Y los cananeos sabían que las ganaban porque su poderoso Dios los ayudaba.
No sabemos exactamente cuánto tiempo duró la guerra, desde que el pueblo de Israel cruzó el Jordán, pero calculamos que pasaron entre cinco y siete años. Entonces los cananeos ya no atacaron más. Era el momento de decidir dónde vivirían las diferentes tribus de Israel. No podían vivir para siempre en un único campamento.
Mientras Josué preparaba el reparto de territorios, Caleb pidió hablar con él. ¿Recuerdas a Caleb? Caleb había sido uno de los doce espías que habían entrado en Canaán en tiempos de Moisés, y el único, junto con Josué que no había tenido miedo de los gigantes cananeos. Moisés le había prometido una parte especial en el reparto del territorio (ver Deuteronomio 1:36)
Ahora Caleb fue a hablar con su compañero Josué y le recordó la promesa de Moisés. ¿Sabes qué territorio pidió Caleb? (Léelo en Josué 14:12). La tierra de los anaceos era la tierra de los gigantes que tanto habían asustado a los otros diez espías. Josué aceptó.
La confianza de Caleb en Dios era muy grande. Y algunos años más tarde él vivió en las tierras de los gigantes que todo el mundo veía imposible conquistar.
Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús. • 11
Los israelitas poblaron todo el territorio de Canaán, no se quedaron en un sitio pequeño. Era la voluntad de Dios que los israelitas fueran misioneros. Allí donde fueran los habitantes de Canaán verían que los israelitas vivían de forma diferente y podrían conocer a Dios. Nosotros también podemos ser misioneros cuando nuestros vecinos ven que vivimos y nos comportamos obedeciendo a Dios.
• Localiza en el mapa el territorio que le corresponde a cada tribu y píntalo del mismo color.
Antes de que el pueblo de Israel cruzara el Jordán, y bajo las órdenes todavía de Moisés, ya se había conquistado parte del territorio de Canaán. Las tribus de Gad, Rubén y parte de la tribu de Manasés se habían asentado en las tierras al este del Jordán, aunque sus soldados todavía continuaban ayudando en la conquista de Canaán.
Ahora, el resto de las tribus debían separarse y distribuirse por todo el territorio al oeste del Jordán.
En aquel momento el tabernáculo estaba montado en Silo. Allí acudieron los príncipes de cada tribu, Josué y el sumo sacerdote Eleazar. Delante del tabernáculo, delante de la presencia de Dios decidieron a dónde iría a vivir cada tribu.
A Josué le correspondió una parte especial como agradecimiento por liderar al pueblo en la conquista de Canaán. (Puedes leer en Josué 19:50 qué parte le correspondió)
• Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.
Cuando terminó el reparto de las tribus todavía quedaba pendiente dónde vivirían los levitas. Hasta ese momento los levitas habían acampado en medio del campamento, alrededor del tabernáculo. De esa forma podían atender las necesidades de todos los israelitas y hacer el trabajo del santuario.
El trabajo de los levitas era como el que ahora hacen los pastores y los maestros. Cuando vivieran cada uno en sus tierras, los israelitas no podían reunirse cada sábado en Silo, junto al tabernáculo y hacer todas las semanas un largo viaje.
Antes de la muerte de Moisés, Dios había establecido que los levitas deberían vivir repartidos entre todas las tribus.
Así, si los levitas vivían cerca de ellos podrían estudiar y aprender cada sábado cerca de sus casas. Pero si ellos no tenían tierras propias, ¿dónde vivirían los levitas? (Puedes leer en Números 35:2 lo que Dios le mandó a Moisés) Para los padres
Ahora, cada tribu debía renunciar a algunas ciudades para que los levitas vivieran repartidos entre ellos. En total, recibieron 48 ciudades para vivir.
• Dibuja en el cuadro al pastor de tu iglesia. Con la ayuda de tus padres haz una lista de las tareas que realiza.
Los niños deben saber que los pastores de la iglesia tienen mucho trabajo ayudando a la gente de la iglesia, predicando, enseñando y evangelizando. Si tuvieran que trabajar para ganarse la vida en otro empleo no tendrían tanto tiempo para la iglesia. Al igual que en Israel se separaba una parte del territorio, y de los diezmos y ofrendas para los levitas, en la iglesia devolvemos los diezmos para que se pueda predicar el evangelio y que los pastores puedan dedicarse a servir a la iglesia.
Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús. • 13
Hay ocasiones en las que vuestros hijos se van a ver envueltos en conflictos con otros niños. Muchas veces el buscar la protección en un adulto, ya sea un padre o un profesor se puede ver como un síntoma de cobardía o se puede llegar a ser acusado de chivato. Enseñad a vuestros hijos que buscar la protección de un adulto es algo bueno y deseable.
De entre las 48 ciudades que les correspondieron a los levitas, seis de ellas iban a ser especiales. (Si lees Números 35:6 sabrás qué nombre les dio Moisés y para qué servían).
En aquella época, en Canaán, no había policía que investigara los crímenes. Aunque había gobernantes que hacían de jueces, la gente estaba acostumbrada a resolver sus propios problemas con la venganza. Si alguien moría, la familia podía matar al asesino y a toda su familia o a toda la ciudad, si querían. La venganza era la única ley que contaba. Por eso había guerras constantemente.
En Israel las cosas debían ser distintas. Moisés había dictado unas leyes que exigían que hubiera un juicio justo.
Pero a pesar de todo, siempre se corría el riesgo de que alguien matara a otro por accidente, sin querer, y que la familia, muy enfadada quisiera la venganza. Entonces, ¿dónde se podría proteger el asesino hasta que tuviera un juicio justo? En las ciudades refugio (ver Josué 20:9).
Había tres ciudades de refugio a cada lado del río Jordán. Cualquier persona, tanto israelitas como cananeos podían llegar a una ciudad de refugio desde cualquier parte del país en medio día. Una vez allí, los gobernantes de la ciudad debían acogerle hasta que se celebrara el juicio. Si se demostraba que había sido un accidente, el culpable podía permanecer en la ciudad refugio para protegerse de la venganza de la familia del fallecido.
• Colorea todos los espacios con un punto y sabrás cuántas ciudades refugio había en todo Israel.
• Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.
Cada tribu ya tenía un lugar donde vivir. Ahora era el momento de separarse. También los guerreros de Rubén, Gad y Manasés que todavía estaban en el campamento podían volver con sus familias al otro lado del Jordán. Después de cruzar el río, cuando llegaron a Gilgal, ¿qué hicieron? (Puedes leerlo en Josué 22:10).
Cuando se enteraron los israelitas del oeste pensaron que los de Rubén, Gad y Manasés querían tener otro santuario y así separarse del resto de Israel. Tanto se enfadaron que organizaron un ejército para atacarlos.
Pero antes Finés, hijo de Eleazar, y otros diez príncipes fueron a hablar con ellos. Finés acusó a las tribus del este de ser unos traidores y de querer tener otro lugar donde adorar y ofrecer los sacrificios.
Los de Rubén, Gad y Manasés se quedaron sorprendidos de esas acusaciones. Las tribus del este habían pensado que el río Jordán iba a ser una frontera natural entre unas tribus y otras, que los iba a separar. Como tabernáculo estaba al otro lado del río les iba a ser más difícil ir a Silo a adorar. Pensaron que, con el tiempo, sus descendientes se olvidarían de las órdenes de Dios y no querrían ir a Silo a ofrecer sus sacrificios. Les explicaron que ese altar no era para hacer sacrificios, era solo un monumento para que sus hijos recordaran dónde tenían que ir a adorar al verdadero Dios. Finés y los príncipes se quedaron convencidos de las razones de los de las tribus del este. También un poco avergonzados por haberlos acusado falsamente.
Ayudad a vuestros hijos a no dar pie a cotilleos y rumores. Evitad este tipo de conversaciones en su presencia. Explicadles cómo deben asegurarse de que una noticia es cierta antes de contarla para evitar hacer daño a las personas o que, en caso de que la noticia o rumor no sea cierta, puedan quedar como mentirosos. Ayudadles también a pedir perdón cuando se equivoquen. Si vosotros lo hacéis con naturalidad, ellos tomarán ejemplo de vosotros.
«No andes con chismes entre tu gente». Levítico 19:16, Dios habla hoy.
Estos monos han leído Proverbios 16:28, por eso
1. Uno se tapa la boca antes de hablar mal de los demás.
2. Otro se tapa los ojos para no ver como otros chismorrean.
3.El tercero se tapa los oídos para no oír cosas que no son verdad.
• Cambia los números por las vocales y descubrirás porqué lo hacen.
1—A 2—E 3—I 4—O 5—U
QU32R2N T2N2R M5CH4S 1M3G4S
Pasó el tiempo y las tribus de Israel disfrutaron de un periodo de paz.
Josué tenía más de 100 años, y sabía que ya no viviría mucho tiempo.
Josué quería despedirse del pueblo de Israel al que había gobernado durante muchos años. Así que reunió a todos los dirigentes y jefes del pueblo en Siquem.
Josué comenzó su discurso hablando de cómo Dios había llamado a Abrahán para que saliera de su hogar. Habló de Isaac y de Jacob. Dios les había prometido que algún día la tierra de Canaán sería de ellos y de sus descendientes. Les dijo a los israelitas que Dios había cumplido su promesa. Ahora convivían con los cananeos y conocían también a sus dioses. Josué sabía que era posible que, en algún momento, los israelitas dudarían entre adorar al Dios verdadero o a los dioses cananeos.
Josué recordó al pueblo que había sido el poder de Dios el que los había sacado de Egipto, el que los había cuidado en el desierto y el que los había dado las tierras en donde vivían, las ciudades y los campos. Ahora que Dios había cumplido su promesa era el momento de que ellos también hicieran su pacto con Dios. (Lee en Josué 24:15 el reto de Josué a los israelitas). Josué ya había tomado su decisión: él elegía a Dios.
• ¿Qué contestó el pueblo? Puedes leerlo en Josué 24:24 y escribirlo en la viñeta del dibujo.
Vivir la fe y el compromiso con Jesús en familia hará que vuestros hijos crezcan con una serie de valores que los harán mejores personas. Ayudadlos a conocer la Biblia y al Dios de la Biblia de una forma gratificante. Con vuestro cariño y atención descubrirán las ventajas de vivir con el Señor frente a vivir sin él. Que Dios os ayude y que un día podáis escuchar de labios de vuestros hijos «Yo y mi casa serviremos a Jehová».
Luego, todos regresaron a sus casas. Josué murió cuando tenía 110 años.
• Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.
Aprende y comprende:
«Y que brillen los que te aman, como el sol en todo su esplendor».
(Jueces 5:31, Dios habla hoy)
Israel por fin vivía en la tierra prometida de Canaán. Dios los había librado de algunos pueblos malvados y perversos, pero los israelitas todavía tenían que compartir el territorio con los pueblos cananeos.
Mientras vivió Josué y los ancianos que gobernaron con Josué, el pueblo permaneció fiel a Dios (ver Jueces 2:7).
Pero pasó el tiempo y los hijos que habían nacido en Canaán y que no habían vivido los milagros de Dios en el desierto y en la conquista de Canaán, se olvidaron de las enseñanzas de sus padres. Muchos comenzaron a adorar a los dioses cananeos Baal y Asera y comenzaron a tener problemas con sus vecinos. Así que comenzaron a atacarlos y a luchar con ellos.
En lugar de que los israelitas vivieran felices, ahora estaban sufriendo serios problemas. Pero a pesar de que los israelitas no estaban cumpliendo su promesa de no adorar a otros dioses, Dios les volvió a ayudar. ¿Qué es lo que hizo Dios? (Lo podrás leer en Jueces 2:16)
Imagínate que Dios te dijera que no fumaras, pero tú eliges fumar. Con el tiempo enfermas. ¿Dios se enfadaría? Yo creo que sí. ¿Dios te ha provocado la enfermedad como castigo? No, te las has provocado tú. ¿Quién tiene la culpa de tu desgracia? Tú y tu desobediencia. Así es como debemos entender expresiones como que Dios «se enfadó», «se encolerizó», «se encendió su enojo». Era una forma de hablar de los escritores bíblicos. Si los israelitas pedían ayuda a los dioses paganos, Dios no podía ayudarles. No es que Dios castigue a los israelitas, los israelitas se castigan a sí mismos.
Esta semana y las próximas vamos a estudiar algunas historias de los distintos jueces que gobernaron Israel.
Lo que nos muestran las guerras del Antiguo Testamento es que cuando rechazamos la protección de Dios, no somos libres, estamos expuestos a los ataques de Satanás.
Pasado un tiempo parecía que todos se habían alejado de Dios (ver Jueces 3:7). Por eso llegaron las consecuencias como Dios les había dicho. El rey Cusán Risataim de Mesopotamia invadió Canaán y los israelitas y cananeos se convirtieron en sus siervos.
¿Cuánto tiempo los gobernó el rey Cusán Risataim? (Puedes leerlo en Jueces 3:8). Pero los israelitas reaccionaron. Comenzaron a recordar que bajo la protección de Dios todo les iba mejor. Entonces el pueblo se arrepintió y pidió perdón a Dios. Ahora sí que Dios los podía ayudar. Buscó a un líder valiente para que ayudara al pueblo, y encontró a Otoniel, un hermano pequeño de Caleb. Otoniel es el primer juez que menciona la Biblia. Otoniel organizó un ejército y derrotó al rey Cusán Risataim. Como resultado, Otoniel gobernó 40 años sin peleas ni guerras.
Pero, cuando murió Otoniel, los israelitas volvieron a adorar ídolos y a olvidarse de Dios. Entonces los moabitas invadieron las ciudades de los israelitas.
Al cabo de 18 años se acordaron de nuevo del Señor y Dios pudo enviar a otro juez llamado Aod (o Ehud, según otras versiones) que los libró de los moabitas y los gobernó durante 80 años en paz (ver Jueces 3:30).
• Este es Otoniel. Encuéntralo entre la gente que vive en paz en el territorio de los israelitas.
• Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.
Los israelitas de la época de los jueces se parecían mucho a los israelitas en el desierto. Mientras tenían un buen gobernante, el pueblo obedecía a Dios, pero cuando moría el juez, volvían a desobedecer a Dios y las cosas empezaban a irles mal. Después se arrepentían, Dios tenía misericordia de ellos y les enviaba otro juez. Pero cuando moría el nuevo juez, se repetía la misma historia otra vez. ¿Te ocurre a ti lo mismo? ¿Te comportas bien o mal según sea el niño que dirige el grupo? ¿Cuál crees que debiera ser tu comportamiento?
Después de la muerte de Aod, los israelitas volvieron a adorar a los dioses cananeos y de esa forma Dios no pudo evitar que el rey Jabín invadiera el territorio de Israel y abusara de ellos durante 20 años. Al final de ese tiempo, ¿quién gobernaba Israel? (Lo puedes leer en Jueces 4:4)
Débora tenía su tribunal debajo de una palmera entre Ramá y Betel. En aquella época era normal que un árbol grande y viejo marcara el lugar de reunión de la gente. Se hacía fuera de las ciudades porque cada ciudad tenía sus propios gobernantes, pero el juez, en este caso la jueza, tenía autoridad sobre todos los israelitas, vivieran donde vivieran.
Dios llama a hombres y mujeres por igual para servirle. En esta ocasión
Dios llamó a una mujer para ser, no solo su mensajera sino también jueza y máxima autoridad de Israel. Preparad tanto a vuestros hijos como a vuestras hijas para aceptar el llamado de Dios.
Había un hombre en la tribu de Neftalí llamado Barac. Dios le había hablado y le había pedido que formara un ejército de 10.000 hombres para luchar contra Sísara, el capitán del ejército cananeo. Dios le había prometido que ganaría la batalla. Pero Barac no hizo lo que Dios le mandó.
Entonces Débora, que también era profetisa, mandó llamar a Barac para saber por qué había desobedecido la orden de Dios. ¿Qué respondió Barac? (Puedes leerlo en Jueces 4:8). Barac sabía que Dios vencería, no los soldados.
Cuando vuestros hijos os cuenten un problema, animadlos porque Dios está con ellos. No importa lo difícil que sea, Dios los ayudará a encontrar la solución.
Barac estaba dispuesto a obedecer a Dios solo si Débora estaba con él. De esa forma reconocía la autoridad de la profetisa no solo en asuntos religiosos sino también en el gobierno de los israelitas, incluso en el ejército.
Débora aceptó ir a la batalla con Barac. Nunca ha sido normal que las mujeres mandaran un ejército, pero el Dios de Israel no es un Dios normal. Debía demostrar que no importa quien dirigiera el ataque, el que ganaba la batalla era Dios.
Débora acompañó al ejército de los israelitas a luchar contra el ejército de Sísara el cananeo. Cuando llegaron se dieron cuenta de que el ejército cananeo era mucho mayor y mejor preparado que el israelita: tenían 900 carros de guerra y los israelitas, ninguno; tenían buenas armas y estaban bien preparados y los israelitas apenas eran campesinos que, cuando se los necesitaba, iban a pelear. Pero Débora, Barac y todos los israelitas confiaron en la promesa de Dios.
En efecto, cuando la batalla comenzó, ¿qué ocurrió? (Léelo en Jueces 4:15). Los cananeos no fueron capaces de luchar de forma organizada contra los israelitas. Gracias a la actuación de Dios los israelitas consiguieron la victoria.
Después de aquello, y con Dios a su lado, Israel consiguió ganar la guerra y vivir en paz otros 40 años.
• Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.
Pasó el tiempo. De nuevo los israelitas tenían problemas. ¿Por qué? (Léelo en Jueces 6:1)
Durante 7 años, cuando se acercaba la época de la cosecha, aparecían miles y miles de madianitas y amalecitas en caravanas. Acampaban a las afueras de las ciudades de Israel, se llevaban la comida y el ganado y destruían lo que les quedaba.
Solo les quedaba una solución: intentar esconder las cosechas y el grano. ¿Dónde lo escondían? (Léelo en Jueces 6:2).
Los israelitas vivían con miedo y con hambre porque los madianitas destruían todo a su paso.
Entonces los israelitas volvieron a acordarse de Dios y le pidieron ayuda.
Y como había ocurrido hasta ahora, cuando el pueblo reconocía su error y pedía ayuda a Dios, Dios llamaba a alguna persona para que luchara y liberara a Israel.
La siguiente persona que Dios eligió se llamaba Gedeón.
Gedeón era un israelita fuerte y valiente que amaba a Dios. Había escondido un poco de trigo y ahora lo estaba limpiando en un sitio seguro para que el enemigo no lo encontrara (ver Jueces 6:11).
Gedeón estaba concentrado en sus pensamientos y no se dio cuenta de que un hombre se sentaba debajo de un árbol cerca de él para observarlo. Cuando el extraño habló, Gedeón se asustó. ¿Y si lo habían descubierto los enemigos?
Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús. • 21
En muchos episodios bíblicos se identifica «el ángel de Jehová» con Jehová mismo (Agar, Abrahán, Jacob…). En esta ocasión no hay duda de que Gedeón hablaba con Dios pues los versículos 14 y 23 así lo identifican.
El extraño que estaba sentado bajo la encina saludó a Gedeón ¿Cómo le saludó? (Léelo en Jueces 6:12)
Ante ese saludo Gedeón sabía que el hombre no era enemigo y comenzó a conversar con él. Gedeón no entendía por qué Dios no actuaba para salvar a su pueblo. El extraño miró a Gedeón directamente a los ojos.
—Ve tú –le dijo– y salva tú a los israelitas porque yo te envío (Jueces 6:14)
• Ordena las palabras según el número que las acompaña y sabrás que le dijo Jesús a Gedeón según Jueces 6:16 en la Traducción en lenguaje actual.
En ese momento Gedeón se dio cuenta de que hablaba con alguien especial. Y Gedeón le pidió que le diera una señal para saber quién era en realidad. El visitante esperó a que Gedeón le preparara la comida: un cabrito, pan y caldo. Luego le pidió que colocara toda aquella comida sobre una piedra y que echara todo el caldo sobre ella.
¿Qué hizo entonces? (Léelo en Jueces 6:21) . Inmediatamente Gedeón se dio cuenta de que había estado hablando con Jesús. Jesús lo había elegido para salvar a los israelitas de los madianitas y hacerlos libres otra vez.
• Sigue las flechas y conocerás el nombre que Gedeón puso al altar. (Jueces 6:24, Dios habla hoy)
• Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.
Aprende y comprende:
«No con ejército ni con fuerza sino con mi Espíritu, dice el Señor Todopoderoso».
(Zacarías 4:6, Dios Habla Hoy)
Gedeón era ahora el dirigente de Israel. Y pronto llegó el primer problema: los madianitas iban a atacar a Israel con miles de guerreros. Gedeón se preparó para defenderse. Mandó mensajeros a todos los lugares para que vinieran voluntarios a proteger a los israelitas. Los primeros en unirse a Gedeón fueron los hombres de su familia. Y pronto llegaron miles de israelitas dispuestos a la lucha.
Gedeón estaba agradecido por la respuesta de aquellos hombres. Pero estaba preocupado porque sabía que los madianitas eran muchos más y tenían más armas. La única solución era que Dios hiciera un milagro para salvarlos.
Entonces Gedeón oró a Dios. Quería estar completamente seguro de que era buena idea luchar contra los madianitas. Por eso le pidió una señal a Dios. Le dijo que pondría un trozo de lana de oveja en el campo por la noche. Si a la mañana siguiente la lana estaba mojada pero el suelo estaba seco, sería la prueba de que Dios estaba con él.
Gedeón casi no pudo dormir esa noche. A la mañana siguiente se despertó muy temprano. ¿Recibió la respuesta que había pedido? (Lo sabrás si lees Jueces 6:38).
• Encuentra en la sopa de letras las siguientes palabras:
GEDEÓN
MADIANITAS
MENSAJEROS
SEÑAL
LANA SUELO
PRUEBA
MILAGRO
Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús. • 23
Vivimos en una sociedad donde uno de los valores que se promueven es el ser personas triunfadoras, que se identifica con conseguir todo lo que uno se propone por sus propias fuerzas. La autoestima, en muchas ocasiones, se identifica con valorarse tanto a uno mismo que queda excluida la figura de Dios en nuestras vidas. Enséñale a tu hijo que el verdadero triunfo se consigue cuando dejamos que Dios dirija nuestras vidas, porque todo lo que nos ocurra no ayudará para bien. Enséñale a ser agradecido a Dios recordándole que todo lo que somos y tenemos se lo debemos a él.
Dios había hecho exactamente lo que Gedeón le había pedido. Pero Gedeón todavía estaba inseguro y reflexionó sobre lo que había pasado. Todos sabemos que la lana absorbe el agua fácilmente, como si fuera una esponja. Era lógico que estuviera mojada. Tal vez eso no era un milagro y solo era algo natural. Para estar bien seguro de que era Dios el que le respondía decidió pedirle otra prueba. Gedeón tenía un poco de vergüenza de pedirla, pero quería estar seguro. Esta vez le pidió que el suelo estuviera mojado y la lana estuviera seca. Eso sí que era difícil.
A la mañana siguiente cuando se levantó y fue a ver el vellón, ¿qué encontró? (Puedes leerlo en Jueces 6:40)
A Gedeón no le quedaban dudas. Reunió a todos los hombres y fue a encontrarse con los madianitas. No tenía miedo, había escogido confiar en Dios. Esa misma noche Dios le habló. ¿Qué le dijo Dios a Gedeón?
• Coloca las palabras en el lugar adecuado y lo descubrirás.
alardear casa mismos miedo gente israelitas madianitas
«Traes tanta ………..... contigo que si hago que los …………..…..... derroten a los ………………..., van a ……………...... ante mí creyendo que se han salvado ellos ………...... Por eso, dile a la gente que cualquiera que tenga ………..... puede irse a su ………......» (Jueces 7:2).
• Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.
Gedeón se sorprendió muchísimo con la orden de Dios. ¿Cómo que tenía muchos guerreros? En realidad, no hubiera estado mal tener algunos miles más. Gedeón dijo a los hombres lo que Dios había dicho y más de la mitad volvieron a sus casas. Gedeón se estaba poniendo nervioso.
Luego Dios volvió a hablar con Gedeón. Le dijo que todavía había muchos guerreros. No necesitaba a tanta gente para vencer a los madianitas. Había que mandar a casa a muchos más hombres. ¡Gedeón no podía creer lo que estaba escuchando! Pero escogió confiar en Dios y obedecerle.
Ahora tenía que hacer la selección de los mejores guerreros y pensó en hacerles una prueba. Les ordenó que bajaran al arroyo. Quienes cogieran rápidamente agua con la mano para beber, serían los elegidos. Quienes se pararan y se arrodillaran a beber con tranquilidad, esos deberían volver a sus casas (ver Jueces 7:5)
Gedeón miró a los hombres descender al arroyo. Estaba muy nervioso. Casi todos estaban deteniéndose y arrodillándose para beber agua. Solo unos pocos bebieron el agua con su mano mientras seguían caminando listos para enfrentarse al enemigo. Cuando el último hombre pasó el arroyo, Gedeón contó los que habían bebido sin detenerse. ¿Cuántos eran? (Búscalo en Jueces 7:6)
¡300, solo quedaban 300 hombres! Gedeón no entendía nada. Sobre todo, cuando vio el campamento de los madianitas. ¿Qué vio? (Puedes leerlo en Jueces 7:12)
Los pequeños detalles hablan mucho de cómo son las personas. Dios se fija tanto en las pequeñas como en las grandes cosas que hacemos. Eligió a los hombres que bebieron con la mano porque demostraron que lo más importante para ellos era estar atentos a la batalla. Si se inclinaban a beber en el río cualquier enemigo podría atacarlos por la espalda sin darse cuenta.
Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús. • 25
Dios ama a todos los seres humanos y quiere que todos nos salvemos. Comenta con tus hijos ¿qué creen que hubiera ocurrido si los madianitas hubieran hecho caso al sueño que Dios les envió?
Gedeón necesitaba mucha fe para creer que Dios podía ganar la batalla contra Madián usando solo a 300 hombres. ¡Parecía imposible!
Dios sabía que Gedeón estaba preocupado. La lógica le decía que ir a luchar con solo 300 hombres era ir a un desastre seguro. Por eso Dios decidió darle otra prueba para que estuviera tranquilo. Le dijo que fuera al campamento a espiar a los madianitas y que escuchara lo que decían.
Gedeón y su siervo bajaron la montaña sin hacer ningún ruido. Cuando llegaron al campamento enemigo podían escuchar lo que hablaban los vigías.
Un vigilante estaba contando que había soñado con un pan que bajaba rodando por la montaña y que destruía su tienda. El otro soldado le decía que eso significaba que los israelitas iban a ganar la batalla.
Dios estaba intentando comunicarse con los mismos madianitas en sueños. Les estaba avisando de que no tenían nada que hacer, que Gedeón iba a echarlos de allí.
Gedeón se dio cuenta de que no tenía por qué tener miedo. Volvieron al campamento y animó a sus hombres. Ahora estaba seguro de que Dios vencería.
¿Quería Dios salvar a los madianitas? ¿Cómo les mostró su amor?
«Pues Dios ha mostrado su bondad, al ofrecer la salvación a toda la humanidad» (Tito 2:11).
• Acompaña a Gedeón y a su siervo a espiar el campamento madianita.
• Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.
Dios le dijo cuál sería la estrategia de la batalla. Gedeón llamó a los guerreros y les repartió las armas. ¿Con qué armas deberían luchar?
• Lee Jueces 7:16 y selecciona los objetos.
¿Iban a guerrear o iban de fiesta? ¿Quién había oído que alguien fuera a una guerra llevando esas cosas?
Pero allí estaban los 300 guerreros de Gedeón en medio de la noche, con un cántaro, una antorcha y una trompeta, esperando órdenes.
Los israelitas bajaron sigilosamente la montaña. El enemigo acababa de cambiar la guardia. Todo estaba en silencio mientras los israelitas rodeaban el campamento de Madián como les había dicho Gedeón. ¡Ya estaban todos en sus sitios! En cuanto Gedeón tocó su trompeta, los 300 hombres tocaron sus trompetas. Rompieron los cántaros en el suelo y brillaron las 300 antorchas. Los israelitas gritaron: «¡Espada de Gedeón y de Jehová!» (ver Jueces 7:20)
¡Los madianitas se despertaron! ¡Estaban muertos de miedo! Parecía que los guerreros de Gedeón y las antorchas estaban en todos lados. Los soldados enemigos trataron de huir, pero corrían en todas direcciones y chocaban unos con otros. Los madianitas comenzaron a luchar entre ellos porque no sabían quién era su enemigo. Finalmente, los que quedaron vivos huyeron para cruzar el río Jordán. Corrían lo más rápido que podían (ver Jueces 7:21,22).
Dios les había dado la victoria.
Recuerda con tus hijos la vida de Gedeón. Cómo un hombre que pertenecía a una familia sencilla fue elegido por Dios para desempeñar una labor muy importante. Recuérdales que los grandes hombres y mujeres se miden por su humildad y su obediencia a Dios. Gedeón podría haberse vuelto orgulloso porque todo el mundo quería hacerlo rey por haber ganado la batalla, pero no olvidó que era Dios quién merecía las alabanzas, porque las batallas importantes de nuestra vida es Dios quien las gana. Después no le importó volver a la vida sencilla que llevaba antes, renunciando a la fama, al poder y a las riquezas. Aprendió lo más importante de la vida: ser amigo de Jesús y confiar en él.
Los israelitas estaban muy agradecidos a Gedeón. Tan contentos estaban que le estaban ofreciendo ser rey de Israel. ¿Estaría de acuerdo Gedeón? (Puedes leer su respuesta en Jueces 8:23).
Gedeón tenía claro que era Dios el que tenía que tomar las decisiones sobre el pueblo, cuándo tenían que luchar y cuándo tenían que vivir en paz. Los jueces solo transmitían la voluntad de Dios al pueblo. Dios también quiere ser el que gobierne tu vida. En la Biblia encontrarás cómo puedes ser más feliz cuando obedeces, eres amable con tus amigos o te preocupas de que los demás se sientan felices.
¿Durante cuánto tiempo tuvo paz la nación israelita después de la derrota de los madianitas? (Léelo en Jueces 8:28)
Gedeón volvió a su casa, en Ofra. Allí envejeció y murió.
El relato bíblico vuelve a contar que a pesar de la desobediencia del pueblo y de que volvían a adorar a los ídolos cananeos, Dios siempre estaba cerca de ellos levantando jueces que les ayudaban a volver a Dios y a vencer a sus enemigos.
Recuerda que Dios siempre estará cerca de ti para ayudarte a tomar buenas decisiones, aunque a veces te equivoques.
La normalidad y la paz ha vuelto a las calles de los pueblos bajo el gobierno de Gedeón.
• Encuentra la corona que el juez rechazó permitiendo que Dios cuidara de su pueblo.
• Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.
Aprende y comprende:
«Nadie triunfa por sus propias fuerzas»
(1 Samuel 2:9, Reina Valera contemporánea)
La historia de esta semana comienza con los mismos problemas de siempre: un pueblo vecino, los filisteos, estaba molestando a los israelitas. En la ciudad israelita de Zora vivían Manoa y su mujer que se mantenían fieles a Dios. Un día, Jesús mismo se le apareció y habló con ella. ¿Qué le dijo?
(Sabrás porqué leyendo Jueces 13:3). ¡Qué alegría se llevó!
Le dijo que cuidara su alimentación durante el embarazo para que naciera un niño sano y fuerte. Cuando naciera el bebé, no le cortarían el pelo nunca porque eso sería una señal de que Dios tenía planes especiales para ese niño. Eso iba a formar parte de un pacto con Dios. ¿Por qué sería especial ese niño? (Léelo en Jueces 13:5)
¡Iban a tener un bebé! Un niño que iba a salvar a los israelitas de los filisteos cuando creciera. ¡Casi no podía esperar para darle la noticia a su esposo! ¿Te imaginas lo felices que estaban?
Explícale a tu hijo cuánto deseabas su nacimiento y los cuidados durante el embarazo. Y cómo le pides cada día a Dios que te ayude a ser un buen padre. Explícale que, aunque él todavía los desconoce, Dios tiene planes muy importantes para su vida. Haz una oración con toda la familia y verbaliza todos esos deseos, agradeciendo a Dios el gran regalo que te ha dado: tus hijos.
Pero Manoa quería estar seguro de hacerlo todo bien. Le pidió a Jesús que volviera otra vez. Jesús volvió de nuevo y le explicó a Manoa lo que ya le había dicho a su mujer. Luego ofrecieron un sacrificio de agradecimiento. Mientras el sacrificio se quemaba Jesús entró en el fuego y desapareció con el humo (ver Jueces 13:20). Así ya no les quedaría duda de que era Jesús mismo el que les había hablado.
Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús. • 29
Comenta con tus hijos: Dios tiene grandes planes para cada niño que nace en el mundo y utiliza a sus padres, familiares, maestros para que le den una buena educación. Algunos niños tienen la suerte de destacar en los deportes, en los estudios, en hacer amigos, etc. Parecen tenerlo todo, como Sansón, pero si todo lo bueno que Dios les ha dado no lo utilizan para hacer el bien, no les sirve para nada. Piensa en que talentos te ha dado Dios. ¿Cómo los estás utilizando?
ómo llamaron a su bebé Manoa y su esposa? (Léelo en Jueces 13:24)
Dios ayudó a Manoa y a su esposa a educar a Sansón. Sabían que para ayudar a los israelitas Sansón debía ser fuerte y valiente. Sansón creció y se convirtió en un héroe derrotando a los filisteos que atacaban a los israelitas. Pero comenzó a tomar decisiones equivocadas. Como era fuerte y poderoso pensaba que podía hacer todo lo que le apetecía, sin pensar si era bueno o malo.
Un día se enamoró de una mujer filistea que vivía en la ciudad de Timna y se quiso casar con ella. Cuando Sansón se lo dijo a sus padres, le dijeron que estaba tomando una mala decisión. Pero Sansón no les hizo caso y escogió hacer lo que le gustaba a él en lugar de agradar a Dios.
Cuando fue a Timna para pedir la mano de la chica se encontró con un león y sin pensárselo dos veces lo mató con sus propias manos. Luego, cuando regresó otra vez para casarse, se alejó del camino para ver si seguía allí el esqueleto del león. Allí estaba. Vio que las abejas habían aprovechado para hacer una colmena. Al ver la miel le apeteció, cogió un panal y se la fue comiendo por el camino, incluso les ofreció a sus padres sin decirles de dónde la había cogido. ¡Qué asco!
• Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.
Durante la fiesta de la boda, para divertirse un poco y burlarse de los filisteos, Sansón propuso una adivinanza acerca del león y la miel. (Puedes leerla en Jueces 14:14). Apostaron un vestido cada uno a que en siete días adivinaban la respuesta. Si lo hacían, Sansón les daría una pieza de vestir a cada uno; si no lo podían adivinar, cada uno de ellos le daría una pieza de vestir a Sansón.
Los invitados al banquete no podían resolver la adivinanza. Estaban muy enfadados porque la ropa que tendrían que pagar a Sansón era muy cara. Fueron a hablar con la mujer de Sansón para que los ayudara, pero Sansón no le había dicho la respuesta a nadie ni siquiera a sus padres. Los filisteos eran muy brutos y amenazaron con hacer daño a la mujer si ella no les conseguía la información.
La mujer de Sansón suplicó a su marido que le dijera a ella la respuesta a la adivinanza y Sansón terminó contándoselo. Entonces, ella se lo dijo a los hombres que habían amenazado matarla.
Cuando los hombres le dieron la respuesta correcta, Sansón supo cómo la habían descubierto. Y se enfadó. Se enfadó mucho. Él no tenía el dinero suficiente para pagar su apuesta: los vestidos para todos costaban una verdadera fortuna. Así que se fue a la ciudad de Ascalón, mató a treinta filisteos, les quitó la ropa y pagó su apuesta. Luego, tan enfadado estaba con todos que se fue a casa de sus padres en Zora.
Al poco tiempo, cuando se le pasó el enfado, Sansón volvió a Timna. Pero, como Sansón había abandonado a su mujer, su suegro la había casado con otro hombre. ¿Sabes lo que se le ocurrió? (Lee Jueces 15:4,5).
Comenta con tus hijos el texto de Proverbios 10:23. Muchas veces a los niños les gusta imitar al niño más gamberro de la clase porque lo identifican como el más fuerte, valiente o divertido. Reflexiona con tus hijos sobre lo absurdo de esa forma de actuar y los problemas en los que puede verse envuelto. Busca, juntamente con tus hijos, formas de pasarlo bien. Dios hizo un mundo muy divertido, ¿habéis descubierto todas las cosas interesantes que podéis hacer en él?
• Sansón tuvo que pagar su apuesta. Todas las ropas están repetidas menos una. ¿Sabes cuál es?
Pasado algún tiempo vieron que Sansón estaba visitando a otra mujer. La mujer se llamaba Dalila. Los filisteos le ofrecieron a Dalila una gran recompensa si les ayudaba a capturar a Sansón. Dalila estuvo de acuerdo. Sería una mujer muy rica si descubría por qué Sansón era tan fuerte. Todos los días ella le pedía que le dijera de dónde venía su fuerza y todos los días los filisteos esperaban escondidos para capturar a Sansón.
Sansón se dio cuenta desde el principio de que Dalila no era de fiar, pero le gustaba mucho y pensó en que sería divertido engañarla a ella y a los filisteos. Primero le dijo a Dalila que, si lo ataban con siete mimbres verdes nuevos, desaparecería su fuerza. Dalila lo ató y luego gritó:
—Sansón, los filisteos te atacan.
Entonces Sansón rompió las ataduras y se soltó.
Dalila se hizo la enfadada y siguió preguntando cuál era el secreto de su fuerza. En otra ocasión, Sansón le dijo que si usaban cuerdas nuevas para amarrarlo desaparecería su fuerza. Pero sucedió lo mismo. Cuando Dalila gritó: «¡Sansón, los filisteos te atacan!», las rompió como si nada.
• Sigue los caminos para encontrar un buen consejo basado en Salmo 1:1.
• Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.
Dalila se seguía haciendo la enfadada y Sansón seguía burlándose de los filisteos. La tercera vez le dijo a Dalila que si tejía su cabello largo en un telar como si fuera hilo para hacer una tela se le quitaría su fuerza. Ella lo hizo mientras dormía. Entonces volvió a gritar:
—¡Sansón, los filisteos te atacan!
Inmediatamente, Sansón soltó su pelo del telar.
Sansón se cansó de que Dalila lo estuviera fastidiando tanto día tras día, pero no quería dejar de verla.
Por fin, un día hizo la tontería más grande. ¿Qué le dijo Sansón a Dalila? (Léelo en Jueces 16:17)
Esa noche, mientras Sansón dormía, un hombre entró en la casa y le cortó el pelo. Cuando terminó, Dalila le volvió a gritar:
—¡Sansón, los filisteos te atacan!
¿Qué sucedió esta vez? (Léelo en Jueces 16:20).
Sansón había bromeado con su pacto con Dios. Muchas veces se había comportado mal. La señal más visible que marcaba que todavía tenía un pacto con Dios era su cabellera. Si Sansón no tenía respeto por Dios, Dios no podía seguir ayudándolo. El poder de Dios lo había dejado.
«Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres» (Hechos 5:29).
Pregúntale a tus hijos si en alguna ocasión han hecho algo que no era correcto por temor a perder a un amigo. Los buenos amigos son aquellos que no nos piden que hagamos algo que desagrada a Dios. Enseña a tus hijos a saber decir «no» ante situaciones comprometidas. Ser diferente a los demás no es algo negativo. Enséñales a respetar y a ser respetados, y a no avergonzarse de seguir a Jesús
• Encuentra otras 10 tijeras en el dibujo además de la que están utilizando para cortar el pelo a Sansón.
La vida de Sansón nos enseña que desobedecer a Dios nos hace infelices. La vida de Sansón pudo haber sido muy diferente, pero lo importante es que se dio cuenta de sus errores, pidió perdón a Dios y Dios le perdonó. Murió, pero está en la lista de hombres de fe de Hebreos 11.
Los filisteos capturaron fácilmente a Sansón, pero no querían matarlo. Querían castigarlo, encadenarlo y avergonzarlo. Para que sufriera más lo dejaron ciego. ¡Entonces la gente se podría burlar de él y de su Dios!
Estando preso tuvo tiempo para pensar en lo tonto que había sido. Se sintió triste por haber fallado a Dios y realmente se arrepintió. Y mientras pasaba el tiempo, el pelo comenzó a crecer de nuevo.
Un día, los filisteos hicieron una gran celebración en el templo de su dios Dagón. Había unas 3.000 personas. Era una fiesta para celebrar que Dagón les había ayudado a capturar a Sansón. Celebraban porque creían que Dagón era más fuerte que el Dios de Sansón.
A alguien se le ocurrió una idea que a todos les pareció divertidísima: llevar a Sansón delante de todos para reírse de él por estar encadenado y ciego. Sacaron a Sansón de la cárcel y lo pusieron en medio de toda esa gente que le gritaba. Mientras todos se reían de él, Sansón le pidió al joven que lo guiaba que lo dejara junto a las columnas que sostenían el templo.
Entonces Sansón hizo una oración. Le pidió a Dios que le diera fuerzas. Entonces abrazó las columnas y la fuerza volvió a él. Movió las columnas de su sitio y derribó el templo de Dagón con todos los filisteos que había dentro. Al final, Sansón liberó a Israel de los filisteos, pero no de la mejor manera. Si hubiera sido más inteligente y hubiera confiado más en Dios habría vivido para disfrutar de la paz con todo su pueblo.
• Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.
Aprende y comprende:
«Tu pueblo será mi pueblo y tu Dios, mi Dios».
(Rut 1:16, Dios habla hoy)
La historia de esta semana comienza con una sequía en la tierra de Israel. Sequía es cuando pasa mucho tiempo sin llover. En Israel los campos estaban secos y no se podían cultivar. Por lo tanto, no había alimentos. Y los agricultores no tenían trabajo ni dinero para comprar más comida. Así que pasaban hambre. Por lo tanto, algunos israelitas decidieron ir a trabajar y a vivir a otras tierras, donde había trabajo y alimentos.
Una de las familias que tuvieron que emigrar fueron Elimélec, Noemí y sus hijos Malón y Quelión.
La familia de Elimélec y Noemí decidieron ir a vivir a Moab donde había trabajo. Los moabitas adoraban ídolos, pero no eran enemigos de Israel. Allí vivieron algún tiempo felices, pero sabemos que Elimélec murió (ver Rut 1:3).
Malón y Quelión crecieron y se casaron con dos buenas chicas moabitas. (Podrás leer sus nombres en Rut 1:4)
Comenta con tus hijos la situación de alguna familia de migrantes de tu iglesia o de tu ciudad. Analiza las razones por las que tuvieron que dejar su país.
Pero las malas noticias no habían acabado. No sabemos qué ocurrió exactamente. Tal vez una guerra, tal vez una enfermedad. La Biblia dice que Malón y Quelión murieron también. Noemí y sus dos nueras se habían quedado solas. ¿Qué podrían hacer?
• Escribe el nombre de cada uno de los miembros de la familia.
Pasaron diez años desde que Elimelec y su familia habían emigrado a Moab. Habían llegado cuatro personas de la familia. Pero ahora solo quedaba Noemí con sus dos nueras moabitas. Y eso era un problema porque en aquel tiempo, si los maridos morían, las viudas no podían trabajar y se quedaban sin dinero para vivir. Noemí no tenía medios para vivir y echaba de menos su tierra y su pueblo Belén. Además, en Israel había leyes que cuidaban a las viudas. Un día, llegaron noticias de Israel. La sequía había acabado, había trabajo y alimentos. ¿Qué hicieron las tres mujeres? (Lee Rut 1:6,7)
Noemí era una mujer cariñosa y buena. Estaba agradecida de que Orfa y Rut la acompañaran porque el camino desde Moab hasta Judá era muy peligroso. Tendrían que ir caminando durante varios días, durmiendo al aire libre y con miedo de los ladrones.
Noemí decidió hablar con sus nueras. Intentó convencerlas para que se quedaran en Moab. Ellas eran jóvenes y seguramente podrían encontrar otros maridos y no tendrían que irse de su país. Ella ya era mayor y su única esperanza era regresar a Judá y acogerse a las leyes de cuidado de las viudas.
• Sigue los laberintos y averigua qué camino eligió cada una de las mujeres.
Finalmente, Orfa decidió quedarse en Moab. Pero Rut había aprendido a amar a Dios y confiar en él. Escogió ser leal a Dios y a Noemí por el resto de su vida. Lo que le dijo Rut a Noemí son unas de las palabras más bellas en la Biblia. Léelas en Rut 1:16,17.
• Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.
Noemí y Rut llegaron al principio de la primavera. ¿Qué se estaba cosechando en aquella época? (Léelo en Rut 1:22)
Una de las leyes de Israel para ayudar a los pobres y a las viudas es que cuando estaban cosechando no debían recoger todo el grano, sino dejar algo de sobra para que los pobres y las viudas pudieran tener una parte (ver Deuteronomio 24:19-22)
Rut era una muchacha valiente y trabajadora. Rut le dijo a Noemí que iría a trabajar a uno de los campos. Noemí estaba segura de que nadie molestaría a Rut mientras cogía algunas espigas para hacer harina y la dejó ir a trabajar. Rut eligió un campo donde había muchos segadores. Pidió permiso al capataz y ella recogía las espigas que sobraban. Aunque no lo sabía, había elegido bien. ¿De quién era ese campo? (Léelo en Rut 2:1,3).
Cuando Booz fue a ver a sus segadores, se dio cuenta de que había una joven a la que no conocía y preguntó por ella. El encargado le dijo que era Rut la moabita
Explícales a tus hijos como en nuestra iglesia también tenemos organizaciones para ayudar a las personas pobres. Y como personas generosas como Booz dan donativos para poder ayudar a los necesitados. y que había estado trabajando mucho todo el día. Booz ya había oído hablar de la nuera de Noemí. Ahora resultaba también que era una chica muy trabajadora. Booz fue a hablar con ella. Le dijo que se podía quedar en el campo todo el tiempo que quisiera. Además, le dio permiso para beber del agua de sus trabajadores. Booz fue más generoso todavía: la invitó a comer con los segadores y además les ordenó, sin que Rut lo supiera, que dejaran caer más espigas de lo normal para que ella las recogiera. Rut trabajó todo el día. ¡Llegó a su casa con casi 14 kilos de cebada! Estaba deseando contarle a Noemí todo lo que había pasado.
TU LECTURA DEL MIÉRCOLES
• Encuentra siete diferencias entre los dos dibujos.
Pregúntales a tus hijos si pedirían consejo, a sus abuelos o a personas mayores, cuando tienen un problema. En la sociedad en la que vivimos se identifica la vejez como algo negativo. Haz que tus hijos sientan la experiencia que tienen las personas mayores como un valor positivo. No remarques los errores de tus padres delante de tus hijos. Háblales de lo importantes que son los abuelos para la familia.
Durante todo el tiempo de la cosecha Rut trabajó muchísimo. Ella y Noemí ya no se tenían que preocupar de que no tuvieran suficiente comida. Pero Noemí pensaba en algo más que en la comida, se preocupaba por el futuro de Rut. Cuando ella muriera, Rut no tendría ningún derecho de israelita. ¿Cómo viviría? Entonces se acordó de otra ley que Dios había dado. Él había dicho que, si un hombre moría y no tenía hijos, un pariente cercano podría casarse con la viuda (ver Deuteronomio 25:5-10)
Noemí pensó que Booz sería un buen marido para Rut. Había sido muy bueno con Rut y era pariente de Elimelec.
A Noemí se le ocurrió un plan: si Rut quería, podía ser ella quien le propusiera matrimonio. El plan era que esa noche se acercara a él cuando pudiera hablarle a solas (ver Rut 3:1-5). El plan de Noemí era muy arriesgado: cabía la posibilidad de que Booz la rechazara y pasar mucha vergüenza. ¿Qué opinó Rut sobre ese plan? (Léelo en Rut 3:5)
«Levántate delante de las canas. Muestra respeto ante los ancianos» (Levítico 19:32).
• Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.
Rut confiaba en Noemí y siguió todas sus instrucciones. Rut esperó a que llegara la noche como le había aconsejado su suegra. Cuando todo el mundo se acostó, se acercó donde dormía Booz y allí esperó a que se despertara. Booz dormía profundamente, pero a medianoche se dio cuenta de que alguien estaba acostado cerca de sus pies (ver Rut 3:8). Era el momento de armarse de valor y hablar. Le explicó lo agradecida que estaba por su bondad y generosidad con ella y con Noemí. Le dijo que necesitaban un marido que cuidara de ellas y que se hiciera cargo de las tierras de Elimélec. Él era pariente cercano y ella se ofrecía a ser su esposa.
Aunque se sorprendió, Booz no tuvo que esperar mucho tiempo para dar su respuesta. ¡Sí! ¡Desde luego que quería! La había estado observando los meses que había trabajado en sus tierras y todo el mundo en el pueblo la admiraba por su capacidad de trabajo y por la forma en que cuidaba a su suegra. Para él sería un honor poder casarse con ella.
• ¿Qué dice la Biblia de las mujeres como Rut?
Lo descubrirás si colocas las palabras que faltan en el lugar adecuado.
«Mujeres buenas hay ………… , pero tú las superas a………… . La hermosura es engañosa, la belleza es una ilusión; ¡sólo merece alabanzas la ………… que obedece a …………!» (Proverbios 31:29,30).
Antes de que amaneciera, Booz envió a Rut a su casa con un regalo para Noemí. La anciana estaba deseando escuchar todo lo que había pasado. Después de que Rut se lo contó, ¿qué le dijo Noemí? (Lee Rut 3:18). Noemí conocía bien a Booz. Sabía que era un buen hombre.
Pregúntale a tus hijos por qué creen que es importante escoger bien a la pareja. Ser madre o padre no es fácil, por eso se debe pedir ayuda a Dios a la hora de tomar esa decisión. Explícale como conociste a tu mujer/marido y qué es lo que más te gustó de ella/él.
Cuando se obedece a Dios y se tiene en cuenta los consejos de las personas sabias, los problemas se resuelven correctamente y las historias tienen un final feliz. ¿Cómo te gustaría que se escribiera tu historia? El final depende de ti. Todos podemos tener un final feliz si somos amigos de Jesús.
Pero había un problema. Había otro hombre, otro pariente que era más cercano que él y que podía querer casarse con Rut porque quien se casara con ella tendría derecho también a quedarse con las tierras de Elimelec. Booz fue a hablar con el otro pariente y llamó a los ancianos de Belén para tener testigos de la conversación. Ese pariente quería las tierras de Elimelec. Pero cuando se enteró que también debía casarse con Rut, una extranjera, ya no le gustó tanto. ¿Qué respondió entonces? (Léelo en Rut 4:6). Los ancianos del pueblo y todos los presentes estuvieron de acuerdo en que ahora la propiedad le pertenecía a Booz porque quería casarse con Rut.
El trato se selló con una costumbre que hoy nos parece muy rara: el pariente se quitó la sandalia y se la dio a Booz (ver Rut 4:7,8). Eso era como firmar un documento en el que el pariente renunciaba a las tierras.
Pronto Rut y Booz se casaron. Cuando Rut tuvo su primer bebé, lo llamaron Obed. Nadie sabía que el pequeño Obed sería el abuelo del rey David. También sería un antepasado de la persona más importante que nacería en este mundo. Esa Persona nacería en el mismo pueblo de Belén donde Booz había redimido la tierra de Noemí. ¿Quién sería? ¡Sí, Jesús! ¿Te imaginas la cara que pondrá Rut cuando Jesús regrese y sepa que es una de sus antepasadas?
• Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.
Aprende y comprende:
«Habla, Señor, que tu siervo escucha».
(1 Samuel 3:9, Reina Valera Contemporánea)
Esta semana vamos a conocer a Samuel. Su padre se llamaba Elcana y vivía en Ramá, a unos 20 kilómetros de Silo donde estaba el tabernáculo. Elcana pertenecía a la tribu de Leví y por eso tenía que acudir al tabernáculo durante las fiestas.
Elcana, igual que muchos hombres de la época, tenía dos mujeres. (Puedes leer sus nombres en 1 Samuel 1:2). La Biblia dice que Elcana amaba a Ana, pero como ella no podía tener hijos, se casó con Penina para poder tenerlos. Como era de imaginar, las mujeres no se llevaban bien. Penina se creía superior y se burlaba de Ana por no tener hijos y eso ponía muy triste a Ana.
Elcana intentaba consolarla dándole todo su amor, pero Ana sufría mucho por el desprecio de Penina.
«El hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero yo [Dios] miro el corazón» (1 Samuel 16:7). Comenta este texto con tus hijos relacionándolo con lo que ocurrió con Ana. ¿Alguna vez has visto hacer a alguna persona algo que te parecía mal? ¿Lo has comentado con tus padres para que te dieran una explicación? Puede ser que en tu barrio, en tu colegio o en tu iglesia haya algún niño que tenga algún problema y se comporte de forma extraña, intenta averiguar qué le pasa, como lo hizo Elí, y no lo rechaces, ni te rías de él con otros niños.
En una de las fiestas en las que estaban en Silo, Penina fue especialmente cruel con Ana. Ana estaba tan disgustada que, al terminar la comida, se levantó y se fue al tabernáculo. Allí comenzó a orar y a llorar. Ana le contaba al Señor todos sus problemas y le pedía que pudiera tener un hijo. Pero no se dio cuenta de que había alguien que la observaba. ¿Quién estaba sentado a la entrada del tabernáculo? (Lee 1 Samuel 1:9,12)
Elí era el sumo sacerdote y le extrañó la forma de orar de Ana. Elí pensó que ella había bebido vino o sidra y estaba borracha. Elí se enfadó mucho. ¿Cómo se atrevía esa mujer a entrar al atrio del tabernáculo estando borracha? Elí se acercó a ella y le echó una buena bronca.
¡Pobre Ana! ¡Lo que le faltaba! Pero Ana quiso defenderse ante en sumo sacerdote. Le explicó que le estaba contando sus problemas a Dios y que si tenía un hijo ella había prometido que su hijo trabajaría para él.
Elí tuvo que disculparse por haberla juzgado sin conocerla. Y luego la bendijo. Desde ese momento, Ana se encontró mejor. Sonrió con gratitud a Elí y regresó a su tienda. A la mañana siguiente volvieron a Ramá. Ana estaba feliz porque sabía que Dios iba a cumplir su petición.
• Encuentra las lágrimas de Ana en el dibujo. ¿Has contado todas? ¿Cuántas hay? Colorea los espacios con un punto en el cuadro y sabrás cuántas hay.
• Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.
Dios realizó el milagro que le pedía Ana. Se quedó embarazada y tuvo un bebé. (Si lees 1 Samuel 1:20 sabrás el significado del nombre del bebé) Ana no olvidó la promesa que había hecho en el tabernáculo: había prometido que su hijo trabajaría para Dios (ver 1 Samuel 1:11)
Por eso, en la siguiente fiesta, Ana decidió quedarse en casa cuidando al bebé. Entonces tomó una decisión muy importante para su hijo. (Léela en 1 Samuel 1:22). Ana quería que su hijo tuviera una educación muy especial para ser sacerdote. Por eso tendría que estudiar y vivir en el mismo tabernáculo. Aunque tuvieran que pasar bastante tiempo separados, Ana y Elcana no podían encontrar mejor escuela.
Samuel creció. En el momento que pudo comer, vestirse solo y hacer algunos trabajos, Ana y Elcana llevaron a Samuel a Silo.
Ana buscó a Elí y le presentó al niño. Imagínate la alegría de Elí también al saber que Dios le había concedido su petición. Elí se dio cuenta también de que ese niño era muy especial. Lo acogería en el tabernáculo y lo educaría para convertirse en sacerdote.
Explicad a vuestros hijos que Ana no estaba «regalando» a su hijo a Dios y que ella no se desentendió del niño. Dejarlo en el tabernáculo era como dejarlo en un internado donde aprendería la labor más importante para un levita: ser sacerdote. Además, no vivían muy lejos, solo a unos 20 kilómetros, apenas un día y medio de viaje, por lo que seguramente se podrían ver a menudo.
Reflexiona con tus hijos sobre las malas influencias que pueden tener en su entorno. ¿Es eso una justificación para desobedecer a Jesús? «Ese niño me ha dicho que haga…, todos tienen…. y yo no, todos van a... y yo no puedo ir». Estas acostumbran a ser algunas de las justificaciones de los niños para hacer lo incorrecto. Samuel también estuvo expuesto a malas influencias a pesar de vivir en un entorno religioso. Los hijos de Elí fueron su peor ejemplo, y pudieron ser su mejor excusa para hacer lo malo, pero él prefirió obedecer a Dios.
Samuel comenzó a vivir en el tabernáculo. Elí lo cuidaba y le enseñaba con mucho cariño. Sus padres lo visitaban a menudo y creció feliz. Al principio veía a los sacerdotes realizar los sacrificios, y todos los rituales del tabernáculo. Y pronto comenzó a ayudar. Al mismo tiempo iba a prendiendo el significado de todo lo que se realizaba en el tabernáculo. También tendría que estudiar todo lo que Moisés había escrito: todas las historias desde la creación, las leyes, las normas y las promesas de Dios. Cuando fuera mayor tendría que enseñar estas cosas a los demás israelitas. Pero sobre todo aprendería a amar a Dios por encima de todas las cosas.
No era el único niño que vivía en el tabernáculo. También los hijos de Elí vivían y aprendían allí. Los hijos de Elí, Ofni y Finés, también eran sacerdotes y eran los ayudantes principales de Elí. Pero no eran buenas personas (ver 1 Samuel 2:12). Ofni y Finés robaban parte de los sacrificios y ofrendas que los israelitas llevaban al tabernáculo, incluso amenazando a las personas que traían su ofrenda.
Samuel no siguió el ejemplo de los otros chicos: tenía claro qué era lo correcto y qué estaba mal. La gente comenzó a darse cuenta de que Samuel era honrado y lo apreciaban más que a los hijos de Elí. (Lee lo que la Biblia dice sobre Samuel en 1 Samuel 2:26).
• Ordena las palabras según el número de cada una y podrás leer el texto de 1 Samuel 2:26 en la versión La Palabra.
• Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.
La maldad de los hijos de Elí estaba llegando a su límite. El tabernáculo era el lugar más especial donde Dios se manifestaba y que era símbolo de todo el plan de la salvación. Allí los israelitas debían aprender a amar a Dios, no a que les robaran.
Elí amaba a sus hijos a pesar de todo. Los regañaba, aunque no hacían caso. Pero Elí permitió que continuaran trabajando de sacerdotes sabiendo que eran ladrones. Al final, Dios envió a un profeta a hablar con Elí. Su mensaje era muy duro: Dios estaba regañando a Elí por su mal comportamiento y el de sus hijos. (Lee 1 Samuel 2:27-29)
Pero a pesar de las advertencias de Dios, la Biblia no dice que las cosas cambiaran. Ofni y Finés continuaron sus prácticas malvadas y Elí se lo consentía.
Pasó el tiempo. Elí tenía mucho apego por el joven Samuel. Elí se hacía mayor y ya empezaba a perder la vista, por lo que necesitaba a alguien cerca de él que lo cuidara. En vez de confiar en sus hijos, Elí prefería el cuidado de Samuel.
Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.
Todos los niños pueden ser los ayudantes de Dios en la iglesia. Comenta con tus hijos qué pueden hacer por la iglesia y ayúdales para que ellos también sean una parte activa de las actividades.
Pasó el tiempo. Una noche Elí y Samuel se habían ido a dormir. Mientras Samuel estaba durmiendo, escuchó que alguien lo llamaba. Rápidamente saltó de la cama y fue corriendo hasta donde estaba Elí porque pensó que el anciano necesitaba su ayuda. Pero cuando llegó donde estaba, Elí se extrañó: él no lo había llamado.
Samuel volvió a acostarse y al poco rato volvió a escuchar la misma voz. Samuel acudió de nuevo junto a Elí, pero Elí tampoco lo había llamado. Por tercera vez Samuel escuchó la voz que lo llamaba y fue otra vez hasta donde dormía Elí. Esta vez el sumo sacerdote supo lo que pasaba. (Puedes leerlo en 1 Samuel 3:8)
Elí estaba seguro de que Dios estaba llamando a Samuel y le dijo lo que tenía que hacer. (Léelo en 1 Samuel 3:9). Por cuarta vez, Dios llamó a Samuel y esta vez el joven estaba preparado para contestar a Dios.
Dios tenía un mensaje para Elí. En realidad, era el mismo mensaje que algún tiempo atrás había recibido del profeta.
A la mañana siguiente Elí le preguntó por su conversación con Dios y Samuel, con tristeza le contó todo lo que el Señor le había dicho. A partir de entonces Samuel se convirtió en profeta, en mensajero de Dios para su pueblo. ¿Qué hacía Samuel con los mensajes que recibía? (Lee la labor de Samuel en 1 Samuel 3:19-21).
• Encuentra las siete diferencias entre los dos dibujos.
• Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.
Aprende y comprende:
«¡Oh, si hubieras estado atento a mis mandamientos! Tu paz habría sido como un río, y tu justicia como las ondas del mar».
(Isaías 48:18, Reina Valera actualizada)
Elí estaba envejeciendo y sus hijos Ofni y Finés eran unos malos dirigentes. La gente se estaba olvidando de hacer las cosas como Dios había pedido. Mientras tanto, los filisteos estaban molestando a los israelitas otra vez. No sabemos qué pasó, pero los israelitas decidieron declarar la guerra a los filisteos. Dios no lo había ordenado, lo decidieron ellos por su cuenta sin consultar con el joven profeta Samuel.
Los israelitas organizaron un ejército. Llamaron a todos los hombres fuertes y atacaron a los filisteos. ¿Qué crees que pasó? (Lo sabrás leyendo 1 Samuel 4:2) Además, provocaron a los filisteos que querían seguir peleando. Pero en vez de consultar a Dios qué es lo que debían hacer, se les ocurrió otro plan. Decidieron que llevarían el arca de la alianza a la batalla (ver 1 Samuel 4:3). Es como si pensaran que, si Dios no había querido ir a la batalla, ellos obligarían a Dios a pelear con ellos.
Algunas personas creen que los objetos religiosos o incluso la Biblia tienen poderes especiales por ellos mismos. Los niños son muy aficionados a creer que un objeto les da suerte porque lo oyen de otros niños o porque lo ven en la televisión. Aprovecha esta lección para mostrarles que la suerte solo está en Dios.
Los israelitas creyeron que si llevaban el arca de la alianza a la batalla, como había pasado en Jericó, vencerían a los filisteos.
Rápidamente mandaron mensajeros a Silo, que estaba a unos 30 kilómetros de distancia. Allí los sacerdotes, Ofni y Finés estuvieron de acuerdo con el plan. Aunque Elí les suplicó que no lo hicieran, entraron al Lugar Santísimo, el lugar sagrado donde solo podía entrar el sumo sacerdote y sacaron el arca. La llevaron al campo de batalla donde estaban peleando los filisteos contra los israelitas.
Cuando llegaron con el arca los israelitas comenzaron a gritar de alegría. Los filisteos oyeron los gritos y no entendían qué estaba pasando. Habían perdido la batalla y ahora estaban gritando de alegría. Mandaron espías y las noticias que trajeron no les parecieron buenas.
Los filisteos sabían que cuando Dios había acompañado a los israelitas (en Egipto, en la batalla de Jericó, contra Madián o con Sansón) los israelitas habían ganado. Tenían miedo. La batalla comenzó. (Lee en 1 Samuel 4:10 el resultado de la batalla).
Fue la mayor tragedia de Israel. Si hubieran consultado a Dios eso no habría pasado. Se habían comportado como si el arca fuera un ídolo pagano. Peor todavía, habían querido utilizar a Dios como si fuera un arma con la que eliminar a sus enemigos por la fuerza. Ellos mejor que nadie deberían entender cómo era Dios. La misión del arca era que los israelitas comprendieran que Dios quería vivir en medio de ellos, no la de matar a nadie.
• Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.
La batalla había sido una gran tragedia porque muchos hombres murieron, entre ellos los hijos de Elí. Pero ¿qué pasó con el arca? (Léelo en 1 Samuel 4:11)
El viejo Elí ya tenía 98 años y estaba ciego. Estaba sentado cerca de la puerta de la ciudad de Silo esperando recibir noticias de la batalla. Estaba muy preocupado porque sabía que Dios no podía estar en la batalla. También estaba preocupado por el arca. El arca era muy importante porque era el lugar donde Dios se manifestaba. Finalmente llegó un mensajero cansado y sucio. Pasó por donde estaba sentado Elí y entró a la ciudad (ver 1 Samuel 4:12,17).
• Acompaña al mensajero desde el campo de batalla hasta Silo.
Elí escuchó las malas noticias. Israel había perdido la batalla. Su corazón se entristeció porque le dolía la pérdida de tantas vidas. Luego el mensajero le dijo que sus hijos habían muerto. El dolor era profundo, pero debió reconocer que ellos mismos habían causado todo ese mal. Y las malas noticias no habían terminado. ¿Qué ocurrió cuando le dijeron que el arca había sido robada? (Lee en 1 Samuel 4:18 lo que ocurrió).
TU LECTURA DEL MIÉRCOLES
Los filisteos celebraron la victoria y más aún el haber conseguido llevarse el mayor tesoro de los israelitas: el arca que solo podía ver el sumo sacerdote. La fiesta era muy grande porque para ellos es como si tuvieran prisionero al Dios de Israel. Creían que teniendo el arca ganarían todas las batallas porque tenían dos dioses, su dios Dagón y el arca de los israelitas. ¡Qué poco conocían a Dios!
Los filisteos llevaron el arca a la ciudad de Asdod donde estaba el templo del dios Dagón, una estatua que era mitad hombre y mitad pez. Colocaron el arca al lado de la estatua de su dios.
A la mañana siguiente los filisteos fueron a adorar a su dios y a hacerle una fiesta por ayudarles a capturar al Dios de Israel. Pero cuando entraron su alegría se convirtió en preocupación ¿Qué había pasado? (Léelo en 1 Samuel 5:3) ¡Qué raro! ¡Nadie había entrado en el templo! Rápidamente levantaron a Dagón y lo colocaron en su sitio.
Al día siguiente, por la mañana, la estatua del dios Dagón estaba en el suelo hecha pedazos: la cabeza, por un lado, los brazos por el otro y el cuerpo de pez por el otro. Ahora no tenía arreglo. Dios quería demostrarles que su dios era solo un trozo de piedra y que no tenía ningún poder. Él era el único Dios vivo y verdadero. Pero los filisteos no quisieron reconocer el poder de Dios.
• Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.
Poco tiempo después muchos de los filisteos de Asdod comenzaron a enfermar. Los paganos creían que las epidemias y las enfermedades eran resultado de una maldición de los dioses. Comenzaron a pensar que la culpa de esa enfermedad era del arca de los israelitas. Así que decidieron llevar el arca a otra ciudad llamada Gat. Pero en Gat ocurrió exactamente lo mismo, y decidieron mandar el arca a Ecrón. Allí donde el arca era guardada, la enfermedad llenaba la ciudad (ver 1 Samuel 5:8-10). Durante 7 meses el arca fue de ciudad en ciudad filistea. Ya ninguna de las ciudades quería tener el arca cerca, pero era un botín de guerra y querían tenerla ellos. Consultaron con sus sacerdotes, adivinos y hombres sabios. Dijeron que debían hacer una prueba: construirían un carro nuevo y colocarían el arca encima. Para tirar del carro, usarían dos vacas que tuvieran becerros recién nacidos, pero los becerros los guardarían en el establo. Las vacas son unas buenas madres y no se separan de ellos hasta que dejan de mamar. Incluso se pueden poner violentas si creen que corren algún peligro, o si otra vaca se acerca a sus hijos. Si las vacas tiraban del carro dejando a sus becerros, los filisteos sabrían que el Dios de Israel quería que devolvieran el arca.
• Sigue el recorrido que hizo el arca por tierras filisteas. Hazlo de forma que no cruces ninguna otra ciudad ni pases dos veces por el mismo sitio.
Ahora era el momento de la prueba. El arca estaba sobre el carro nuevo. Las vacas estaban listas para tirar de él y los becerros estaban amarrados para que no siguieran a sus madres. Dejaron que las vacas hicieran lo que quisieran. Los filisteos observaron para ver qué sucedía. (Lee lo que ocurrió en 1 Samuel 6:12).
Mugiendo fuertemente, las vacas comenzaron a caminar. Pero no iba en cualquier dirección: iban rumbo al pueblo de Bet-sernes, la ciudad de levitas más cercana. Era como si se hubieran olvidado de sus becerros. No iban en línea recta, ni atravesando los campos: iban por el camino, como si hubiera alguien que las conducía. Así todo el mundo que pasaba por el camino se enteraba de lo que estaba pasando. Los príncipes filisteos no podían creer lo que veían y siguieron al carro hasta cerca de Israel. Pero ni aun así quisieron creer en el Dios verdadero. Poco después, la gente que trabajaba en los campos de Bet-sernes, comenzaron a escuchar ruidos. Levantaron la vista y vieron el carro. ¡El arca había vuelto! ¡Qué alegría! Rápidamente corrió la noticia. Pero ¿qué harían con ella? El tabernáculo no se utilizaba desde la muerte de Elí. Así que decidieron llevarla a casa de un levita llamado Abinadab, donde permaneció durante muchos años (ver 1 Samuel 7:1,2)
• Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.
Aprende y comprende:
«Cantémosle un salmo digno de él, porque Dios es el rey de toda la tierra».
(Salmo 47:7, Reina Valera contemporánea)
Los israelitas dejaron el arca en casa de Abinadab, un hombre de la tribu de Leví. Su hijo Eleazar sería el responsable de su cuidado (ver 1 Samuel 7:1,2). Pasaron veinte años y muchos israelitas preferían participar en las fiestas donde se adoraba a los dioses cananeos y filisteos. En esos años también sufrieron las injusticias y los ataques de los filisteos. Hasta que llegó el momento en que empezaron a recordar que cuando habían confiado en Dios, todo había ido mejor. Durante todo ese tiempo el joven profeta Samuel había sido reconocido y respetado como profeta de Dios. Ahora, les recordó que solo, si dejaban de adorar a los dioses paganos, Dios les podría ayudar a ser libres como ya lo había hecho muchas otras veces. El pueblo por fin reconoció que Samuel tenía razón. (Lee en 1 Samuel 7:4 lo que hicieron).
Para celebrarlo, Samuel convocó una gran reunión con todo el pueblo. Se reunieron en Mizpá y ofrecieron sacrificios a Dios para demostrar su arrepentimiento. Allí, una vez más, prometieron ser leales a Dios. Y eligieron a su dirigente.
• Rellena los espacios con un punto rojo y sabrás el nombre de la persona elegida.
Los filisteos se enteraron de la reunión en Mizpá y se enfadaron mucho. No querían que los israelitas se volvieran a organizar como una nación. Si elegían a sus propios dirigentes, los filisteos no podrían mandar ni se podrían aprovechar de ellos. ¿Qué hicieron cuando se enteraron? (Léelo en 1 Samuel 7:7)
¿Qué debían hacer? La última vez que lucharon habían perdido. Siempre que Dios no estaba con ellos, habían perdido. Así que le pidieron a Samuel que hablara con Dios para saber qué tenían que hacer.
Mientras tanto, el ejército filisteo comenzó a acercarse, pero los israelitas seguían orando alrededor del holocausto que estaba ofreciendo Samuel.
¿Qué ocurrió entonces? (Lo sabrás si lees 1 Samuel 7:10).
Tal fue el trueno que se oyó que los soldados filisteos comenzaron a correr muertos de miedo.
Nuevamente, Dios había ayudado a su pueblo como lo había prometido.
Luego, Samuel quiso agradecer a Dios por la liberación de los filisteos y mandó levantar una gran roca como monumento a la ayuda de Dios. Y llamó a ese lugar Ebenezer (ver 1 Samuel 7:12)
• Ordena las palabras para conocer el significado del monumento.
• Dibuja lo que ocurrió.
Comenta con tus hijos por qué creen que Dios nunca se cansa de perdonarnos y ayudarnos. ¿Qué tenemos que hacer para que eso ocurra? Arrepentirnos y entregarle a Jesús nuestro corazón.
• Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.
Los israelitas aprendieron que valía la pena confiar en Dios. Los filisteos también aprendieron la lección. Dejaron de molestar a los israelitas y además les devolvieron las ciudades que habían conquistado. Por fin los israelitas se sentían felices y seguros (Lee 1 Samuel 7:13,14)
El profeta Samuel era muy buen dirigente. Vivía en Ramá y hasta allí iba la gente a consultarle. Pero Samuel no esperaba en su casa a que la gente viniera a él con sus problemas. Cada año visitaba las ciudades de Betel, Mizpá y Gilgal. Allí Samuel se acercaba al pueblo, los escuchaba y les aconsejaba según Dios le daba a entender.
Para Samuel era muy importante que los niños y los jóvenes aprendieran a amar a Dios y que, cuando crecieran fueran buenos maestros, jefes y consejeros. Para eso organizó dos escuelas que se llamaron escuelas de los profetas. Una estaba en Ramá, donde vivía Samuel y la otra en Kiriat-jearim donde estaba el arca. Después hubo más en otras ciudades. A los jóvenes y maestros que vivían en esas escuelas se les llamaba «hijos de los profetas». Los jóvenes estudiaban la Palabra de Dios y las leyes que había dado para Israel. Aprendieron a trabajar por Jesús y también oficios para mantenerse ellos y sus familias. La música era una asignatura importante. La alabanza a Dios por medio de la música siempre ha sido una forma de sentirse más unidos a Dios.
Pregúntales a tus hijos qué aprenden en la escuela y para que creen que les servirán esos conocimientos. Vuelve a preguntarles qué aprenden en la escuela sabática y por qué creen que debemos estudiar la Biblia, aprender a orar, aprender canciones que hablen de Jesús, etc.
Dios podía comunicarse con ellos y servían de mensajeros de la voluntad de Dios para los israelitas. Los hijos de los profetas eran respetados en todo Israel y se les reconocía su inteligencia, sabiduría y autoridad en el conocimiento de Dios. Hoy no existen Escuelas de Profetas. Los pastores estudian en la universidad y las demás personas pueden estudiar en su casa y en la iglesia, en la clase de escuela sabática. Pero también hoy, Dios nos puede utilizar a todos como sus mensajeros.
Un día, todos los ancianos de Israel fueron a ver a Samuel. El profeta se estaba haciendo mayor y los ancianos estaban preocupados porque querían saber quién les gobernaría cuando él muriera. En vez de consultar con Dios ellos ya habían tomado una decisión: querían un rey. Israel era la única nación que no tenía rey y querían tener un rey como todos los demás pueblos.
¡Un rey! Desde que llegaron a Canaán, los israelitas habían sido gobernados por Dios a través de los jueces. Ahora no querían el gobierno de Dios, querían el gobierno de un hombre. ¿Cómo reaccionó Samuel? (Léelo en 1 Samuel 8:6)
Aunque estaba muy triste, Samuel consultó con Dios. Todas las decisiones importantes las consultaba antes con Dios. ¿Qué le contesto Dios? (Lo sabrás si lees 1 Samuel 8:7)
Pero antes Samuel les explicó lo que sucedería cuando tuvieran un rey, aunque fuera un buen rey. Después de un tiempo, no iban a estar contentos. Puedes leerlo en 1 Samuel 8:11-18
¿Has pedido y suplicado para que te compren, te regalen o te dejen hacer algo que realmente no necesitas?
Quizá tu argumento fue: «Todos los demás niños lo tienen». ¿Es ese un buen argumento?
• Señala con un círculo las frases correctas
▫ El rey formaría un ejército y obligaría a los jóvenes a ser soldados.
▫ El rey les daría muchos regalos.
▫ El rey les haría construir pirámides como los egipcios.
▫ Le tendrían que dar tierras y tendrían que trabajar para el rey como siervos.
▫ Necesitaría que construyeran carros de guerra y armas.
▫ Las mujeres jóvenes trabajarían para el rey en los palacios.
▫ Los trabajadores tendrían que pagarle impuestos.
▫ El rey les haría ídolos muy poderosos.
• Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.
Aunque Samuel les advirtió que tener un rey no era lo mejor para ellos, al pueblo le daba lo mismo y decidieron que querían un rey a pesar de todo.
Así que Dios escogió a la persona que el pueblo quería para que fuera su rey. Era el más alto y el mejor parecido de todo Israel. Era el hijo de Cis y se llamaba Saúl. Saúl pertenecía a la pequeña tribu de Benjamín (ver 1 Samuel 9:2)
Un día Cis, lo mandó hacer un recado junto con su siervo. ¿Qué encargo les pidió que hicieran? (Lee 1 Samuel 9:3).
Saúl y su siervo buscaron por todas partes y no las encontraban por ningún lado. Cada vez se alejaban más de su región y las asnas seguían sin aparecer. Ya estaban cansados y desanimados. A lo mejor pensaban que alguien las había encontrado y se las habían llevado pensando que no tenían dueño. Así que Saúl decidió volver a casa, sin los animales. Pero el siervo se enteró que en una ciudad cercana estaba Samuel. Así que decidieron ir a consultarle.
Entraron en la ciudad y caminaron por las calles buscando a Samuel.
Ese día Samuel estaba preocupado. Dios había hablado con él la noche anterior. Le había dicho que ese día iba a conocer al futuro rey de Israel.
Entonces, mientras Samuel iba por la calle, vio a Saúl y su siervo que se acercaban a él. En ese momento Dios volvió a hablar a Samuel. ¿Qué le dijo? (Léelo en 1 Samuel 9:17).
Saúl no conocía a Samuel. Cuando vio a un anciano que venía por la calle, se acercó y le preguntó dónde podía encontrar al profeta. Cuando Samuel le dijo que era él, Saúl se alegró mucho. Pero lo que le dijo después le extrañó mucho: iba a ser el invitado especial con todos los honores en una fiesta en la que no conocía a nadie. Cuando llegó al banquete Samuel lo trató como si fuera el protagonista de la fiesta. Saúl no entendía nada.
A la mañana siguiente Samuel quería hablar con Saúl. Cuando se quedaron a solas ¿qué hizo Samuel? (Lee 1 Samuel 10:1). Había muchas preguntas en la cabeza de Saúl. ¿Seguro que Dios lo había elegido rey? ¿Seguro que ese viejo profeta no estaba equivocado?
Samuel le dijo que, de camino a su casa, se encontraría en tres lugares distintos a varios grupos de personas. Primero encontraría a dos hombres que le dirían que ya habían encontrado las asnas de su padre y que debían volver a casa. Luego, encontrarían a tres hombres que les regalarían dos panes y ya cerca de su casa, encontraría a un grupo de profetas cantando y tocando instrumentos musicales (ver 1 Samuel 10:2-5). Eso le demostraría que él era el elegido para ser rey de Israel.
Samuel y Saúl se separaron. ¿Qué sucedió? (Lee 1 Samuel 10:9). Saúl volvió a su casa. Pero no le dijo nada a nadie sobre su nombramiento como rey de Israel.
• Dibuja el camino por donde pasaron Saúl y su siervo de camino a casa pasando por los grupos de personas que le había dicho Samuel. Para más pistas lee 1 Samuel 10:2-5.
• Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.
Aprende y comprende:
«Si ustedes y su rey obedecen y sirven solo a Dios, él los bendecirá y ustedes vivirán en paz».
(1 Samuel 12:14, Traducción en lenguaje actual)
• Encuentra a Saúl entre el equipaje.
Samuel había ungido a Saúl como rey de Israel, pero tanto él como Saúl lo habían mantenido en secreto.
Después de algún tiempo, Samuel reunió a todos los representantes del pueblo, de cada tribu y de cada familia para presentar a su nuevo rey.
Samuel anunció el nombre del nuevo rey y lo llamó para que todo el mundo lo conociera. Pero Saúl no apareció. Lo buscaron, pero no aparecía por ningún lado. ¿Dónde estaba Saúl? ¡No lo podían encontrar! ¿Alguien sabía dónde estaba? (Lee en 1 Samuel 10:22 y descubrirás quién lo sabía y dónde estaba Saúl)
Al final lo convencieron para que saliera de su escondite y que todo el mundo lo pudiera ver. Cuando se presentó todos se fijaron en que era alto, fuerte y guapo. Sí, sería un buen rey, pensaron, y lo aceptaron como el primer rey de todos los israelitas.
Recordad con vuestros hijos el refrán «Dos no discuten si uno no quiere». Eso es lo que hizo Saúl. Saúl, siguiendo la voluntad de Dios, fue humilde y prefirió no discutir con sus hermanos y aunar fuerzas para que los filisteos no se volvieran fuertes y se enfrentaran a ellos otra vez. Reflexionad con vuestros hijos cómo a veces es más prudente no discutir, aunque tengamos razón.
Pero no todos estaban contentos. Algunas personas, que la Biblia dice que eran malvadas, no estaban de acuerdo y se burlaron de él (ver 1 Samuel 10:27). No sabemos sus razones, quizá ya habían pensado en otra persona que les gustaba a ellos. El rey Saúl lo sabía, pero disimuló humildemente. No quiso empezar su reinado enfrentándose y discutiendo con los mismos israelitas.
Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús. • 59
Un día, llegaron noticias de que los amonitas iban a atacar Jabes, uno de los pueblos de los israelitas. Había que ir a defenderlos y Saúl no perdió el tiempo. Rápidamente envió mensajeros para que todos los hombres de Israel vinieran para ayudar. ¿Sabes cuántas personas respondieron?
• Coloca los números en su lugar y lo sabrás. Verifícalo en 1 Samuel 11:8.
¡Era tanta gente como dos veces todos los habitantes de Lleida! Todo el mundo quería ayudar.
Por la mañana, temprano, todo el ejército atacó el campamento amonita y antes del mediodía habían hecho huir a todos los enemigos.
Esa victoria convenció a todos los israelitas de que Saúl podía ser un buen rey. Así que era el momento de la coronación. Fueron a Gilgal y allí, delante de todo el pueblo y de Dios, Saúl fue coronado rey de Israel.
En Gilgal, Samuel pronunció un discurso. Les recordó que, aunque tuvieran un rey que los gobernara y los dirigiera en la batalla, siempre los derrotarían si Dios no estaba con ellos. ¿Cuál tendría que ser el secreto para que todo les fuera bien a partir de ahora? (Lee 1 Samuel 12:14)
También les recordó que, aunque tuvieran un rey, él seguiría siendo el profeta de Dios, seguiría enseñándoles y haciéndoles llegar los mensajes de Dios.
Recupera la costumbre de que tus hijos memoricen y reflexionen sobre el versículo de la semana.
• Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.
Después de que Saúl se convirtiera en rey, su hijo Jonatán, con sus soldados, atacó una de las fortalezas de los filisteos y ganó la batalla. Los filisteos se enfadaron mucho más todavía y se prepararon para atacar a los israelitas con todas sus fuerzas. Cuando Saúl se enteró de que los filisteos se estaban armando, llamó a los israelitas para defenderse.
La diferencia de los ejércitos era descomunal. El ejército filisteo estaba bien armado, tenían carros de guerra y el número de soldados era enorme. Sin embargo, el ejército israelita iba a la batalla con palos, herramientas del campo y lo que habían podido encontrar. Menos Saúl y Jonatán su hijo, ningún soldado de Israel tenía lanza o espada. Los filisteos no querían que los israelitas tuvieran espadas o lanzas y habían destruido todas la fraguas y herrerías de Israel (ver 1 Samuel 13:19-22).
Hablad con vuestros hijos sobre lo importante que es tener paciencia y saber esperar.
Samuel sabía que los israelitas necesitaban la ayuda de Dios. Así que prometió llegar antes de la batalla para hacer un sacrificio, orar por ellos y esperar a que Dios les dijera qué debían hacer. El rey Saúl tenía que esperar siete días. Mientras esperaban, los soldados empezaron a tener más y más miedo. Muchos se escondieron en cuevas y otros huyeron al otro lado del río Jordán.
El mismo Saúl tenía miedo y se impacientaba. En lugar de confiar en Dios y esperar a Samuel, se le ocurrió una idea. Hizo algo que solo los sacerdotes debían hacer. ¿Qué fue lo que hizo? (Lee en 1 Samuel 13:9 la mala idea de Saúl).
Dios siempre nos perdona cuando nos arrepentimos. Pero el desobedecer siempre trae malas consecuencias.
Relata algún ejemplo de la vida diaria en el que desobedecer haya producido graves problemas.
Nada más terminar de hacer el holocausto llegó Samuel. Cuando Samuel se dio cuenta de lo que Saúl había hecho lo regañó. ¿Sabes qué le respondió Saúl? Le dijo que como Samuel no había llegado, no había quedado más remedio que ofrecer él el holocausto. ¡Qué cara! Ahora resulta que la culpa era de Samuel por no haber llegado antes.
Eso no era propio de un rey. Un rey debía dar ejemplo a sus súbditos y ser el primero en respetar las reglas de Dios y confiar en él. Si ni siquiera el rey lo hacía ¿cómo iban los soldados a confiar en Dios? Samuel traía un mensaje de Dios. ¿Qué le dijo Samuel al rey después de escuchar sus excusas? (Lee en 1 Samuel 13:13,14 las duras palabras de Samuel a Saúl) Israel necesitaba un rey que supiera confiar en Dios y que le obedeciera, porque Dios era su verdadero rey. De todas maneras, Dios no podía permitir que los filisteos vencieran a los israelitas otra vez. Aunque la mayoría de los soldados de Saúl ya habían desertado y otros estaban escondidos en cuevas y cavernas, en el ejército de Saúl había dos hombres valientes que confiaban en Dios: Jonatán, el hijo de Saúl y su siervo.
Jonatán no se parecía a su padre. Jonatán amaba a Dios, confiaba en él y le obedecía en todo. Dios puso un plan en la mente de Jonatán. Cuando Jonatán lo compartió con su escudero, los dos decidieron llevarlo a cabo. Pero no dijeron nada a nadie. Los filisteos tenían un fuerte en lo alto de un monte. Ellos dos solos atacarían el fuerte porque si Dios estaba con ellos, daba lo mismo que fueran dos o fueran miles. Jonatán había comprendido que la victoria era de Dios, no de los hombres.
• Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.
Jonatán y su siervo estaban a punto de atacar a los filisteos ellos dos solos, pero quería estar seguro de que su idea era la idea de Dios. Antes de nada, Jonatán pidió una señal. Si cuando los vieran subir, los filisteos les daban el alto y les decían que se quedaran allí quietos, entonces sería mejor volver al campamento. Pero si los filisteos les decían que subieran el monte, entonces era la señal de que Dios estaba con ellos y atacarían.
Cuando los guardias filisteos vieron que el fuerte estaba siendo atacado por solo dos hombres se rieron y se burlaron de los jóvenes. Muchos filisteos se asomaron al risco para ver a esos dos tontos. Entonces ¿qué les gritaron?
• Sustituye los símbolos por las palabras y descubrirás el mensaje (1 Samuel 14: 12, NVI).
¡Estas palabras eran la señal que Jonatán había pedido! Jonatán y su escudero siguieron trepando entre las piedras con sus manos y sus pies. Sabían que Dios estaba con ellos y no tenían miedo. ¿Qué sucedió cuando llegaron a la cima del monte? (Léelo en 1 Samuel 14:15)
Al otro lado del valle estaban el rey Saúl y sus soldados. Los guardias israelitas se dieron cuenta de algo raro estaba pasando entre los filisteos. Saúl juntó a los 600 hombres leales que se habían quedado junto a él y se dirigió hacia el campamento filisteo. ¡No podía creer lo que vio! ¡Los filisteos estaban luchando entre ellos y matándose unos a otros! Entonces, el rey Saúl se sintió muy valiente. Y no fue el único. Cuando los que estaban escondidos se enteraron de lo que había pasado entonces salieron de sus escondites y fueron a luchar.
Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús. • 63
Cuando el rey Saúl vio que los filisteos huían, él dio una orden muy tonta. Prohibió a sus soldados comer nada hasta que hubieran vencido a los enemigos. Y quien desobedeciera sería ejecutado.
¿Te puedes imaginar a hombres fuertes luchando y persiguiendo a los enemigos sin comer nada? Esos hombres necesitaban alimentarse. Al atravesar un bosque se encontraron con que había colmenas de abejas con mucha miel, pero nadie se atrevió a comer por miedo al castigo de Saúl. Aquella noche los hombres estaban demasiado cansados y hambrientos. Comenzaron a estar descontentos con su rey porque había sido muy injusto.
Jonatán no sabía nada acerca de la orden del rey porque estaba en la guarnición filistea cuando su padre dio la orden. Así que cuando pasó por el bosque se paró y comió un poco de miel.
• Encuentra 15 colmenas de abejas en el bosque.
Cuando tu hijo discute alguna norma que le has impuesto, no caigas en el error de decir: «Esto se hace por que lo mando yo». Escucha sus razones y si ves que te has equivocado no tengas miedo de rectificar y pedir perdón. Por eso, no perderás autoridad delante de tus hijos. Al contrario, ganarás su respeto.
• Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.
Cuando llegó al campamento israelita y vio a los soldados muertos de hambre y cansancio, reconoció el error de su padre. Pero cuando Saúl se enteró de que su hijo había comido, se enfadó muchísimo y ordenó su muerte (ver 1 Samuel 14:44)
Los soldados sabían que eso no era correcto y defendieron al príncipe impidiendo que su padre le hiciera daño. Los hombres sabían que Dios había hecho un milagro porque Jonatán y su escudero habían confiado en su poder. Saúl estaba pareciéndose a un rey pagano más que a un rey que amaba a Dios. Se estaba volviendo orgulloso, exigente, duro, arrogante y soberbio. Para él era más importante que sus hombres lo obedecieran a costa de tenerle miedo, que la vida de su propio hijo. Los israelitas empezaban a sufrir las consecuencias de querer tener un rey humano.
Aprende y comprende:
«El hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero el Señor mira el corazón».
(1 Samuel 16:7, Reina Valera contemporánea).
Dios había elegido a Saúl porque era un buen hombre, humilde y respetuoso. Pero en poco tiempo su carácter fue cambiando. La semana pasada vimos algunos episodios en los que se estaba convirtiendo en un hombre soberbio y orgulloso. La Biblia cuenta que más veces no respetó las órdenes de Dios. Una vez fue al campo de batalla con el arca de la alianza, a pesar del peligro que ello tenía (ver 1 Samuel 14:18). Otra vez hizo construir un monumento en su propio honor por la victoria sobre los amalecitas, en vez de darle el honor a Dios (ver 1 Samuel 15:12)
Pero el colmo de la desobediencia fue en una batalla contra los amalecitas. Dios no deseaba que los israelitas se hicieran ricos a costa de la guerra contra los pueblos cananeos y por eso le ordenó que no se llevaran ningún botín de guerra. Todo debía ser destruido, incluidos los animales, que era lo que más riqueza podría darles. ¿Obedeció Saúl esta vez? (Lo sabrás si lees 1 Samuel 15:9)
Pregúntales a tus hijos si alguna vez le han echado la culpa a otros por algo malo que han hecho ellos. ¿Cómo se han sentido? Orad toda la familia para que Dios os ayude a distinguir lo que está bien de lo que está mal.
Cuando Samuel fue a buscar al rey, Saúl lo saludó muy contento. ¿Por qué? (Léelo en 1 Samuel 15:13). ¡Qué cara! Eso era mentira. Y Samuel estaba oyendo a los animales mugir y balar en el campamento. Cuando Saúl se dio cuenta de que le habían pillado en su mentira echó la culpa a los soldados diciendo que eran para hacer sacrificios a Dios (ver 1 Samuel 15:21).
• Encuentra en el campamento una vaca, tres ovejas, un carnero, una paloma, una gallina, la rueda de un carro y un martillo.
Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús. • 65
Samuel, muy enfadado, le dijo a Saúl que Dios no necesitaba sacrificios. Lo único que pedía Dios era obediencia. Y pedía obediencia no para que Dios se sintiera bien sino porque, cuando obedecemos, las personas nos sentimos mejor y somos más felices. Cuando obedecemos las cosas nos van mejor.
Así que Samuel tuvo que darle una mala noticia. (Léela en 1 Samuel 15:26). El humilde hombre que Dios había elegido como rey se había convertido en un orgulloso y tramposo rey. Ahora Saúl no quería dejar de ser rey. Le gustaba mandar, ser importante y que todos le tuvieran miedo.
Entonces Saúl lo cogió del manto a Samuel para que no se fuera y se lo rompió ¿Qué le dijo entonces Samuel?
• Coloca las palabras en el lugar adecuado y lo descubrirás.
«El __________ ha desgarrado hoy de ti el reino de ________. Te lo ha _______ para _______________ a un compatriota tuyo, que es mejor que tú»
(1 Samuel 15:28, DHH).
Aquel día Samuel y Saúl se separaron. Samuel no volvió a ayudar al rey. El rey Saúl estaba desobedeciendo a Dios y siguiendo sus propios planes. Samuel estaba muy triste porque amaba mucho al rey Saúl. Recordaba cómo era cuando Dios lo eligió y le daba mucha pena en lo que se había convertido.
• Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.
Poco tiempo después Samuel recibió un mensaje de Dios. Debía ir a Belén. Allí debía buscar a un hombre llamado Isaí porque uno de sus hijos había sido elegido por Dios para ser el futuro rey de Israel. Así que cogió un cuerno con aceite y salió para Belén. (En aquella época se utilizaban los cuernos como envases. Se limpiaban bien por dentro hasta dejarlos huecos y luego les ponían un tapón).
Cuando llegó a Belén, lo recibieron los ancianos del pueblo. Samuel era una persona importante y lo recibieron con todos los honores. Como solía hacer cuando visitaba algunos pueblos, les pidió que prepararan la ceremonia del sacrificio. Pero además pidió que invitaran a Isaí y a sus hijos (ver 1 Samuel 16:4,5).
Mientras se preparaba la comida, Samuel observaba a los hijos de Isaí. Eliab, el mayor, era alto, fuerte y atractivo. Al verlo Samuel se acordó del rey Saúl. Pensó que ese era el elegido. Pero Dios le habló muy claro. (Sabrás lo que le dijo Dios leyendo 1 Samuel: 16:7)
Isaí siguió presentándole a sus hijos. El siguiente fue Abinadab, pero Dios tampoco lo eligió. El tercero era Sama. Tampoco era el elegido. Isaí le presentó a los otros 3 hijos que habían venido con él. Pero Dios no eligió a ninguno. Samuel no entendía qué estaba pasando. Dios le había dicho que uno de los hijos de Isaí sería el próximo rey y no había escogido a ninguno. ¿Por qué? Mañana lo sabrás.
¿Y TÚ? ¿TE FIJAS SOLO EN LAS APARIENCIAS?
• Señala las respuestas
▫ Juego solamente con los niños que van bien vestidos.
▫ Soy muy amigo de Alí que viene de otro país.
▫ Desde el primer día del colegio, no quiero a mi maestra porque me parece muy seria.
▫ Creo que los extranjeros son todos muy raros.
▫ Soy muy amiga de mi vecina desde que la conozco mejor.
▫ Quiero hacerme el mejor amigo de Arturo porque es el más fuerte de la clase.
Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús. • 67
Pregunta a tus hijos: ¿Si te dijeran que dentro de unos años ibas a ser el presidente del gobierno de tu país, ¿cómo te sentirías? ¿Qué tendrías que hacer? ¿Qué le pedirías a Dios?
Dios le había dicho a Samuel que el siguiente rey de Israel sería uno de los hijos de Isaí. Pero todos los hijos de Isaí habían pasado delante de Samuel y Dios había dicho que ninguno de ellos sería el rey. Entonces Samuel pensó que Isaí tenía algún otro hijo que no estuviera en la fiesta. Efectivamente, había otro hijo llamado David pero que era muy joven y que estaba con el rebaño en el campo.
Inmediatamente Samuel mandó a buscarlo. David se sorprendió mucho cuando llegó el mensajero y le dijo que Samuel quería verlo. No sabía por qué el profeta de Dios quería hablar con él.
La Biblia dice que David era rubio, con unos ojos muy bonitos y muy guapo. Pero también lo eran sus hermanos. ¿Qué dijo Dios esta vez? (Léelo en 1 Samuel 16:12).
Inmediatamente Samuel ungió a David, el hijo menor de Isaí como futuro rey de Israel. Lo hizo delante de sus hermanos para que fueran testigos de cuál había sido la voluntad de Dios. Luego Samuel regresó a Ramá. Todavía no era el momento de proclamarlo rey. Mientras, David siguió en casa de su padre.
• Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.
¿Quién era David?
David era un joven como muchos de los chicos de su pueblo. Trabajaba cuidando los rebaños de la familia con sus hermanos. Pero no creas que el trabajo de pastor era fácil. Tenía la responsabilidad de vigilar que ninguna oveja se alejara y se perdiera. Cada oveja que se perdía significaba mucho dinero para la familia.
Muchas veces tenía que dormir en el campo y caminar mucho tiempo. A nosotros nos puede parecer divertido porque lo hacemos de vez en cuando, pero David lo tenía que hacer muchas veces. Y luego estaba el problema de los animales salvajes. En aquella época, en Israel había leones y osos que podían cazar las ovejas de los rebaños. De hecho, en una ocasión luchó con un león y otra vez venció a un oso. Y lo único que David llevaba para cuidar de las ovejas eran su vara de pastor y su honda con la cual alejaba a los animales que se acercaban a sus ovejas. David era muy valiente y fuerte, pero sabía que, si Dios no lo hubiera ayudado, él no habría podido destruir al león ni al oso.
David tenía un talento muy especial. David escribía poesías y luego les componía música. David tocaba la melodía en su arpa y cantaba las poesías al Creador. David compuso muchas canciones a lo largo de su vida. Algunas de ellas las podemos leer en el libro de Salmos. Escribió muchos de los salmos que conservamos en nuestra Biblia. Allí en el campo podía tocar y cantar todo lo que quería. Y David tenía buena voz y tocaba el arpa muy bien.
Lee con tus hijos el Salmo 23 en una versión sencilla. Explícales quien compuso esa canción y el porqué comparó a Dios con un pastor que nos cuida.
La Biblia dice que era un espíritu malo enviado por el Señor. Esto es una forma de hablar del escritor bíblico. Muchos escritores bíblicos, a veces presentan a Dios como si él hiciera lo que no impide directamente. Sabemos que Dios no envía la maldad. La maldad solo proviene de Satanás. Pero cuando Saúl se apartó de Dios, él ya no podía protegerlo.
Mientras David seguía con su vida de pastor, Saúl había renunciado a Dios y Dios ya no podía estar con él ayudándolo. Saúl comenzó a comportarse de forma muy rara. Tenía cambios de humor muy bruscos. Algunos días estaba feliz y tranquilo y otros estaba iracundo y la tomaba con las personas que estuvieran alrededor. Otras veces estaba tan deprimido que no quería hablar con nadie.
A uno de sus siervos se le ocurrió una idea. Todos sabemos que la música puede ayudar a relajarnos. Eso también lo sabían en los tiempos de Saúl. El siervo de Saúl pensó que, si contrataban a un músico, Saúl mejoraría. El rey aceptó y sus siervos comenzaron a pensar en alguien que fuera un buen músico. Dios usó la mente de un siervo para pensar en la persona correcta. Él lo había oído tocar, tal vez en alguna fiesta de Belén, o en casa de su padre. ¿Quién era? (Ya te lo imaginas, pero lee 1 Samuel 16:18. Así también sabrás qué otras cualidades tenían el joven).
Toda la familia de Isaí se sorprendió cuando llegaron mensajeros de parte del rey pidiendo que dejara ir a David al palacio para que le tocara su arpa y le cantara al rey. David debió ser un chico excepcional.
Al rey Saúl le encantaba escuchar a David. Lo hacía sentir tranquilo en lugar de preocupado, molesto o deprimido. Además, debía ser simpático y amable porque la Biblia dice que Saúl le cogió cariño y le nombró su escudero.
David pasaba mucho tiempo en el palacio del rey Saúl, aunque también pasaba épocas en casa de su padre. Se convirtió en una persona de confianza y muy apreciado.
• Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.
Aprende y comprende:
«tú vienes a mí armado con espada lanza y jabalina; yo voy contra ti en nombre del Señor del universo […] a quien tú has desafiado».
(1 Samuel 17:45, La Palabra).
Los filisteos seguían molestando a los israelitas y Saúl tuvo que convocar otra vez al ejército. Entre los hombres que fueron a luchar estaban los tres hermanos mayores de David. Mientras estaban en la guerra, David había vuelto a casa, a ayudar a su padre.
Los dos ejércitos acamparon uno cerca del otro, pero cuando los israelitas iban a atacar apareció entre los filisteos… ¡un gigante! Ese filisteo era uno de los supervivientes de los gigantes que vivían en Canaán antes de la conquista de Josué. Caleb y Josué los derrotaron, pero algunos todavía vivían en ciudades filisteas.
Goliat era de la ciudad de Gat y era un hombre terrible. Era dos veces más alto que cualquier otro hombre, casi tres metros. Llevaba un casco de bronce en la cabeza y una coraza que parecían las escamas de un pez, pero hechas de metal. Ninguna lanza o flecha podía atravesarla. Esa coraza pesaba más de 5 0 kilos. También llevaba protectores de bronce en las dos piernas. Pero es que sus armas también eran especiales. Solo la punta de su lanza pesaba 6 kilos. Su espada era enorme. Y un guardia cargaba su escudo para protegerlo (ver 1 Samuel 17:5-7)
Pero lo peor era su desafío. Todos los días, por la mañana y por la tarde, se adelantaba hacia el campamento israelita con la misma propuesta: que un israelita luchara contra él. El que venciera ganaba la guerra. Pero ningún israelita se atrevía a responder al desafío: Saúl y todos sus soldados estaban aterrorizados de Goliat (ver 1 Samuel 17:24).
Pasaron los días. Isaí, el padre de David, estaba preocupado porque no tenía noticias de sus hijos mayores, así que le dijo a David que fuera a ver cómo estaban sus hermanos y que le trajera noticias de la guerra. Preparó alimentos que seguro que necesitaban y envió a David (ver 1 Samuel 17:17,18).
David estaba hablando con sus hermanos cuando, de repente, se oyó un vozarrón desde el campamento filisteo. ¿De quién era la voz? (Lo sabrás si lees 1 Samuel 17:23)
Durante cuarenta días, Goliat había estado amenazando al ejército israelita. Exigía que alguien se atreviera a pelear contra él. Pero todos le tenían mucho miedo.
El rey Saúl había prometido una recompensa al valiente que peleara contra Goliat y lo matara. Prometió que el que se atreviera a luchar contra el gigante recibiría muchas riquezas, la mano de su hija y su familia no tendría que pagar más impuestos. Pero ninguno se había atrevido a pelear contra Goliat.
David se sorprendió mucho cuando escuchó a aquel hombre gritar. ¿Quién se creía este hombre? ¿Cómo se atrevía a insultar a Dios y burlarse de su pueblo? ¡Alguien debía hacer algo!
David comenzó a hablar con otros soldados, para ver si alguno se animaba a defender el honor de Israel y de su Dios. Pero todos estaban aterrorizados. Ni por todo el oro del mundo lucharían contra ese gigante. Seguro que los mataba.
• Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.
• Encuentra las siete diferencias entre los dos dibujos
Cuando el rey Saúl supo lo que estaba haciendo David, lo mandó llamar. David habló al rey Saúl con tanta seguridad como hablaba Goliat. Si nadie se atrevía a luchar con el gigante, él lucharía.
El rey Saúl miró al joven David y movió la cabeza. ¡No podía creer que este jovencito pensara que podía pelear contra ese enorme gigante! Le advirtió que él era muy joven, sin experiencia en la guerra y aquel gigante era un experto guerrero. Pero David no se dejó convencer. Le contó al rey Saúl la historia del oso y del león que había matado con la ayuda de Dios. ¿Qué le dijo David al rey? (Lee su valiente respuesta en 1 Samuel 17:37).
Saúl conocía perfectamente al joven músico. Sabía de su valor y de la confianza que tenía en Dios. Al oírlo hablar con tanta seguridad aceptó que fuera el defensor de todo Israel. David pelearía contra Goliat. El rey ordenó que le pusieran su armadura. Le pusieron la coraza y el casco de bronce del rey. David cogió la espada del rey y comenzó a caminar. Pero no podía. Todo aquello era demasiado pesado para él. Así que se la quitó.
Pronto la noticia corrió por el campamento. ¡Una persona se había ofrecido para luchar contra Goliat!
Todos miraban hacia la tienda del rey cuando vieron salir de ella a David. ¡No podía ser ese! ¡Pero si era un chaval! ¡Y no llevaba armas!
Muchas veces pensamos que es necesario ser mayor para hacer cosas importantes y buenas por los demás, pero eso no es cierto. En la Biblia encontramos algunos ejemplos de niños que fueron utilizados por Dios. Explícales a tus hijos una historia actual de algún niño que haya sido noticia por una buena acción. Puedes encontrar historias recientes en internet.
David salió de la tienda del rey con su cayado en la mano y su zurrón de pastor como toda armadura. Se dirigió hacia el campamento filisteo. Al pasar el arroyo, se detuvo. Comenzó a coger piedras del arroyo, las examinó y al final eligió cinco piedras y las metió en el zurrón. Luego sacó su honda de pastor. David avanzó hacia Goliat. Goliat se alegró de que finalmente alguien había aceptado pelear con él. Cuando se acercó David, el gigante no podía creer lo que veía. ¡Pensó que los israelitas se reían de él! ¡El que venía para pelear era un muchacho que traía un palo y una honda!
¡El gigante se enfureció! ¿Quién creían que era para mandar a un jovenzuelo con palos y piedras como si él fuera un perro? Comenzó a maldecir y a jurar por sus dioses paganos. Pero David no se dejó acobardar y le respondió muy sereno pero muy seguro de lo que decía. Los israelitas y los filisteos escucharon su respuesta. (Tú puedes leerla en 1 Samuel 17:45,47)
¡Goliat estaba muy enfadado! Corrió hacia David. Lo aplastaría como a una mosca y luego mataría al resto de los israelitas. David también corrió hacia el gigante. Rápidamente colocó una piedra en su honda y comenzó a darle vueltas. La piedra salió volando de la honda y le pegó al gigante en la frente con tanta fuerza que se le incrustó. El gigante dejó de correr, se tambaleó y cayó al suelo (ver 1 Samuel 17:48,49). No había duda de quien había ganado esa pelea.
• Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.
Tanto los israelitas como los filisteos se asombraron cuando Goliat cayó muerto. Nadie lo esperaba. Todos pensaban que el gigante mataría al pequeño David, pero nadie pensaba que el gigante moriría. ¡Todos comenzaron a gritar! Los filisteos gritaban de terror y comenzaron a huir. Los israelitas gritaban de triunfo y comenzaron a perseguir a los filisteos.
De nuevo se demostró que mientras las personas miramos solo la apariencia, Dios conocía el corazón. Y que mientras los cobardes solo piensan en los problemas, los que confían en Dios ven soluciones. Fíjate:
• Los soldados israelitas se dejaron asustar por la altura y los gritos de Goliat, ¡normal!
• Saúl pensaba que David no estaba entrenado para combatir contra el gigante, ¡normal!
Pero fue David, el pastor de ovejas, el que venció al gigante ¡Eso no es normal! Porque Dios utiliza a las personas que confían en él para hacer grandes cosas.
• Completa el crucigrama.
1. El padre de David
2. Lo que no se quiso poner David
3. Ciudad de donde era el gigante
4. El rey
5. El gigante
6. Lugar donde vivían los soldados
7. El arma que usó David
8. El héroe de la historia
Goliat estaba muerto. El rey Saúl le había pedido a David oficialmente y en público que se quedara con él en la corte. Jonatán, el hijo del rey, estaba contento. Conocía a David cuando iba a tocar el arpa para su padre y seguramente se habían hecho amigos. Ahora, además, lo admiraba por su valentía al enfrentarse al gigante, algo a lo que ni siquiera él se había atrevido. (Lee qué sintió Jonatán en 1 Samuel 18:1,3,4)
Como muestra de su cariño y admiración le regalo su ropa, su espada, su arco y hasta su cinturón. No había nada más valioso que lo que le ofreció a David. Ya hemos dicho otras veces que la ropa era muy cara. Seguramente la ropa de un príncipe sería mucho más lujosa. Solamente por la ropa que llevaba una persona se podía saber si era importante o no. Ahora David tenía ropa de príncipe, y todo el mundo lo vería como a un príncipe.
Pero también le dio sus armas. En lecciones pasadas vimos que las armas también eran muy valiosas porque pocas personas podían tenerlas. De esa forma Jonatán reconocía que David, sin armas había sido mucho más valiente que él, uno de los pocos afortunados que podía pelear con espada y arco.
• Encuentra y colorea los regalos que Jonatán le hizo a David.
• Escribe qué puedes hacer tú por un amigo:
• Escribe qué te gustaría que un amigo hiciera por ti:
«El
amor más grande que uno puede tener es dar su vida por sus amigos» (Juan 15:13).
• Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.
Aprende y comprende:
«El Señor es mi luz y mi salvación. ¿De quién tendré miedo? El Señor defiende mi vida».
(Salmo 27:1, Dios habla hoy)
Hablad con vuestros hijos sobre los celos. Comentad cómo os habéis sentido por su culpa: rabia, enfado, deseos de no ver a esa persona. Recordad que estos sentimientos a los primeros que dañan es a las personas que tienen celos. Valorad cómo podemos evitarlos.
Después de la victoria contra Goliat, Saúl lo nombró capitán. Eso significaba que sería el jefe de un grupo de soldados. El rey confiaba en David. Cuando terminó la batalla, recogieron el campamento y volvieron a casa. La noticia de la muerte de Goliat se supo rápidamente por todos los pueblos y ciudades. La gente salía a las calles cantando y dando vivas a los soldados, pero especialmente a David. David era el héroe de Israel (ver 1 Samuel 18:6,7)
Eso no le gustó mucho a Saúl. Quería ser el protagonista, pero David era más popular que él. A partir de entonces, Saúl comenzó a tener celos de David. Y más todavía, comenzó a desconfiar y a verlo como una amenaza: si la gente lo quería más a él que al propio rey, podían destituirlo y nombrar rey a David. Le daba tantas vueltas a la cabeza que volvió a comportarse otra vez de forma extraña. Menos mal que estaba David con él y comenzó a tocar el arpa. Pero los ataques de ira del rey estaban ahora en contra de David. El rey cogió la lanza que tenía a su lado y se la lanzó. Además, no una, sino dos veces. Menos mal que David era un joven ágil con buenos reflejos. El rey Saúl ya no soportaba tenerlo cerca. Así que siempre que podía lo mandaba a realizar misiones lejos de allí.
Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús. • 77
El rey Saúl había querido matar a David, su soldado más valiente y leal. Aunque David sabía cómo se sentía el rey, confiaba en Dios y seguía siendo leal al rey Saúl porque había sido elegido por Dios y no le deseaba ningún mal. Cada vez que David iba a pelear, ganaba. Eso hacía que la gente lo admirara más y más. Y Saúl estaba cada vez más celoso. Incluso comenzó a pensar seriamente en matarlo. Pero tenía que hacerlo sin que la gente se diera cuenta porque de lo contrario se rebelarían contra él.
El rey Saúl había prometido a David que se casaría con su hija, pero además le dijo que para poder casarse debía matar a 100 filisteos. Seguramente alguno de esos filisteos lo mataría. Pero David hizo lo que le pidió el rey se casó con Mical, la hija de Saúl, como había prometido.
Pero Saúl seguía rabioso de celos. Al final llamó a sus hombres de más confianza, entre ellos a su hijo Jonatán. Les pidió que le ayudaran a matar a David. Jonatán era amigo de David y no podía hacerlo. Así que avisó a David y le aconsejó que se escondiera.
Mientras tanto, Jonatán habló con su padre. Le recordó que David era un gran soldado leal. También le recordó que David era su yerno. Saúl escuchó a su hijo y, para que estuviera tranquilo, le juró que no lo mataría.
• Encuentra a David mientras Jonatán y Saúl hablan.
• Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.
Después de que Saúl asegurara a Jonatán que David estaría a salvo, David regresó al palacio. Allí siguió ayudando al rey Saúl como antes (ver 1 Samuel 19:7).
Pero en la mente del rey nada cambió. Pronto tuvo otro ataque de ira. Los siervos de Saúl sabían que él necesitaba ayuda y fueron en busca de David para calmarlo. Pero mientras David tocaba el arpa, Saúl volvió a coger la lanza e intentó matarlo, otra vez.
David salió huyendo y se fue a su casa. Mical, su mujer, se dio cuenta de que algunos soldados estaban preparados para matar a David por la mañana. Rápidamente ayudó a David a escapar por una ventana. Luego metió una estatua en la cama y la tapó bien. Cuando los soldados vinieron a buscarlo se encontraron con un trozo de madera en lugar de a David. ¿A dónde se fue David? (Lo sabrás si lees 1 Samuel 19:18)
Comentad cómo actualmente también hay gente que tienen que huir de sus casas porque otras personas las quieren matar. Esto ocurre en los países que están en guerra. ¿Conoces a alguien que este en esa situación?
¿Cómo podrías ayudarles?
Explícales a tus hijos la situación en la que viven algunos niños en lugares de guerra que hayáis visto en las noticias. Ora con ellos por esos niños y por la paz del mundo.
Reflexiona con tus hijos sobre el valor de la fidelidad. ¿Cómo distinguirías un buen de un mal amigo? La Biblia nos da la respuesta: «En todo tiempo ama el amigo y es como un hermano en tiempo de angustia» (Proverbios 17:17). En los malos momentos sabes realmente quién son las personas que te quieren. Acuérdate de Jesús. Él es siempre tu mejor amigo y nunca te abandona.
David salió de casa de Samuel y se fue a buscar a su amigo Jonatán. Él quería saber por qué Saúl estaba tan decidido a matarlo, si no le había hecho nada (ver 1 Samuel 20:1). Jonatán aceptó investigar los planes del rey. Pero como no podía confiar en su padre idearon un plan. Al día siguiente había una fiesta importante que duraría tres días. Todo el mundo esperaba que David también estuviera presente.
Cuando Saúl preguntara por David, Jonatán sabría si su amigo corría peligro o no. Si Saúl estaba tranquilo, David no corría ningún peligro, pero si se enfadaba era que quería matarlo.
Después de que Jonatán hablara con su padre en la fiesta, saldría al campo a practicar tiro con su arco y flechas. Allí estaría David escondido. Si Jonatán le decía a su siervo que las flechas habían caído «más hacia aquí» David sabría que estaba a salvo y podría volver. Pero si Jonatán decía que las flechas estaban «más allá», David debería huir.
Cuando Saúl vio que David no estaba en la fiesta se enfureció contra su propio hijo. Incluso ¡le lanzó la lanza a su hijo!
A la mañana siguiente, tal y como habían quedado, Jonatán y su escudero salieron al campo. David estaba escondido donde pudiera escuchar las órdenes de Jonatán. Jonatán lanzó las flechas y gritó a su criado que las flechas estaban «más allá». Cuando David lo escuchó supo que debería huir para salvar su propia vida. Luego Jonatán despidió al escudero y David pudo salir de su escondite. Jonatán y David no sabían si se volverían a ver. Se despidieron muy tristes. Jonatán regresó a su casa y el pobre David huyó para seguir escondiéndose del rey Saúl.
• Jonatán y David se han hecho dos promesas. ¡Descúbrelas!
Promesa 1: Colorea las letras que tienen un punto y completa la frase.
Promesa 2: Sigue las flechas y descubre las palabras.
• Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.
El día después de que David y Jonatán se despidieran, David se fue a Nob. Allí estaba el tabernáculo. El sacerdote Ahimélec dio de comer a David y lo trató muy bien. Luego David le dijo que necesitaba un arma y le preguntó si había alguna en la ciudad. Solo había una. (Puedes saber qué arma era leyendo 1 Samuel 21:9).
Desde allí, David se escondió en un monte y se refugió en una cueva. Cuando la gente se enteró que huía de Saúl quiso unirse a él. Allí fueron su familia y la gente a los que Saúl trataba mal. En total unos 400 hombres, seguramente con sus familias.
• Ayuda a David a salir de la cueva sin cruzar ninguna línea.
Saúl cada vez hacía más barbaridades y perseguía a más personas. Por eso, las personas que se sentían en peligro por culpa del rey se unían al campamento de David donde se sentían seguros.
David y sus hombres tenían que mover su campamento de un lugar a otro para que el rey no los encontrara.
Aunque David era un fugitivo, de alguna manera se mantenía en contacto con su amigo Jonatán. Un día Jonatán y sus hombres visitaron a David en el desierto. Jonatán le confesó que sabía que él no sería rey después de su padre porque Dios había elegido a David (ver 1 Samuel 23:17) . Jonatán no estaba celoso. Quería a su amigo y confiaba en que Dios lo protegería.
Jonatán volvió a su casa, pero David siguió escondiéndose del rey Saúl.
• Señala qué hizo Jonatán por su mejor amigo, David:
▫ Hizo un pacto de amistad
▫ Le hizo regalos
▫ Le escribió cartas
▫ Le telefoneó
▫ Lo defendió delante de su padre
▫ Lo avisó del peligro que corría
▫ Tocó música para él
▫ Le salvó la vida.
▫ Lo visitó
¿Y tú? ¿Qué haces por tus amigos?
Leed Mateo 5:44. ¿Crees que es fácil amar a tus enemigos, tratar bien a las personas que te hacen daño? David nos demostró que es posible y ¿sabes por qué? Porque Jesús hizo un milagro en su corazón. Solo Jesús puede cambiar nuestros sentimientos. Sin Jesús amar a tus enemigos es algo imposible.
Un día, el rey Saúl descubrió dónde estaba David y fue allí con sus soldados. David, al verlos tan cerca se escondió en una cueva. Al poco rato el ejército de Saúl pasó por el mismo lugar y descansaron allí. A Saúl le pareció un buen sitio para ir al baño y entró en la cueva solo y desarmado. Cuando los hombres de David vieron a Saúl que estaba solo, y tan desprotegido, se emocionaron. ¡Esta era la oportunidad para que David matara a Saúl! Pero David no quería matar a Saúl. En vez de eso se acercó muy despacito cogió la punta de su capa y se la cortó.
Cuando Saúl salió de la cueva y ya se iba, David salió detrás de él con el trozo de la capa en la mano.
—¿Ves como no te quiero hacer daño? –le dijo David . Podría haberte matado y no lo he hecho. ¿Por qué me persigues tú?
Cuando David terminó de hablar, Saúl reconoció su mal comportamiento y se calmó. Puedes leer lo que le dijo Saúl en 1 Samuel 24:16-20. Saúl dejo de perseguirlo durante un tiempo.
Pero otra triste noticia le llegó a David. Samuel había muerto. Cuando lo supo, se puso muy triste. Amaba mucho a Samuel pues había sido una gran ayuda y apoyo cuando lo había necesitado. Aprovechando que Saúl estaba tranquilo pudo ir al entierro. Luego volvió a esconderse porque no sabía cuánto tiempo tardaría Saúl en volver a perseguirlo.
• Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.
Versiones de la Biblia utilizadas: Dios Habla Hoy, Traducción en lenguaje actual, Reina Valera Contemporánea (http://www.biblegateway.com ), Reina Valera 2000.
BIBLIOGRAFÍA GENERAL:
• MA XWELL, Arturo S. Las bellas historias de la Biblia. Interamericana, 1965, 10 tomos.
• THOMAS, Jerry D. Las 28 creencias fundamentales para mí. Editorial APIA. Junio 2007.
• VVAA. Comentario Bíblico Adventista. Editorial ACES. http://www.ellenwhitebooks.com/comentario/
• VVAA. Diccionario Bíblico Adventista del Séptimo Día. http://iglesiaadventistaagape.org/Documents/Diccionario % 20B % C3 % ADblico % 20Adventista % 20del % 20 Séptimo%20D%C3%ADa%20parte1.pdf
• WHITE, Ellen G.
• Patriarcas y profetas. Editorial ACES. Varias ediciones. http://patriarcasyprofetas.tripod.com/PatriarcasYProfetas.pdf
LECCIÓN 1. UN PUEBLO MENTIROSO
• Josué 8:30-35; 9–11.
• Patriarcas y profetas, capítulo 47
LECCIÓN 2. ¡CADA UNO A SU CASA!
• Josué 13–24.
• Patriarcas y profetas, capítulos 48 y 49.
LECCIÓN 3. TIEMPO DE JUECES
• Jueces 2–6.
• Patriarcas y profetas, capítulo 53.
LECCIÓN 4. EL EJÉRCITO DE GEDEÓN
• Jueces 6:36-40; 7.
• Patriarcas y profetas, capítulo 53
LECCIÓN 5. SANSÓN. UN HOMBRE FUERTE PERO DÉBIL
• Jueces 13–16.
• Patriarcas y profetas, capítulo 5 4.
Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús. • 83
LECCIÓN 6.RUT ELIGE CAMBIAR DE VIDA
• Rut.
LECCIÓN 7.SAMUEL. EL NIÑO QUE ESCUCHÓ A DIOS
• 1 Samuel 1–3.
• Patriarcas y profetas, capítulos 55 y 56.
LECCIÓN 8. ROBAN EL ARCA DE LA ALIANZA
• 1 Samuel 4–6.
• Patriarcas y profetas, capítulos 57 y 58.
LECCIÓN 9. ¡QUEREMOS UN REY!
• 1 Samuel 8–10.
• Patriarcas y profetas, capítulo 59.
LECCIÓN 10. LA TRANSFORMACIÓN DE SAÚL
• 1 Samuel 10–14.
• Patriarcas y profetas, capítulo 60.
LECCIÓN 11. DIOS ELIGE UN NUEVO REY
• 1 Samuel 16.
• Patriarcas y profetas, capítulos 61 y 62.
LECCIÓN 12. DUELO DE GIGANTES
• 1 Samuel 17; 18:1-5
• Patriarcas y profetas, capítulo 63.
LECCIÓN 13. DE HÉROE A FUGITIVO
• 1 Samuel 18:9-16; 19-24; 25:1.
• Patriarcas y profetas, capítulo 64.
• Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.
• Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.
«Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús» es el material para 6 a 9 años de la serie «Mi Biblia, mi tesoro». El currículo «Mi Biblia, mi tesoro» ha sido escogido por voto de la XXI Asamblea de la Unión Adventista Española para ser utilizado en las clases de escuela sabática infantil de todas las iglesias del territorio de esta Unión durante el quinquenio 2022-2027. Este material impreso se puede conseguir por suscripción anual con Editorial Safeliz a través de las librerías de iglesia. Aquellas iglesias que ya utilizaban este material deberán realizar la suscripción anual de escuela sabática con Editorial Safeliz.
Para cualquier consulta podéis dirigiros a:
Departamento MIAF+ de la UAE (mjroth@adventista.es) o
Sección Infantil de Aula7activa (infantil.aula7activa@gmail.com)
A Dios por todos los milagros que hemos visto y vivido a lo largo de la elaboración de este material.
A todas aquellas personas que con sus ánimos, su tiempo y su aportación económica han contribuido al proyecto. Sin ellos habría sido imposible llegar hasta aquí.
A las iglesias de Lleida y Madrid-Alenza, cuna y desarrollo del proyecto.
A la UAE y al Departamento MIAF+ y a los delegados de la XXI Asamblea de la Unión Adventista Española por la confianza depositada en este trabajo.
Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús. • 87
Te invitamos a comenzar una aventura junto a tus hijos con la Biblia como escenario. Cada semana descubrirás un nuevo tesoro en forma de historia bíblica en el que siempre estará Jesús, tu amigo y compañero de juegos y aprendizaje.
Usa el material como mejor se adapte a vuestra dinámica familiar y a la madurez de tu hijo pero intenta dedicarle un ratito todos los días.
Y, sobre todo, disfruta de estos momentos, pasadlo bien, divertíos y dejad que Jesús forme parte de vuestra vida.
88 • Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.