Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús A_3

Descubro la Biblia ...y encuentro a Jesús

6 a 9 años

TERCER TRIMESTRE AÑO A

Serie Mi Biblia, mi tesoro

Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús

Serie Mi Biblia, mi tesoro

Textos:

Mercè Gascón

Esther Villanueva

Ilustraciones: Ferni

Diseño:

Agustina Daniela Flores

Revisión teológica:

Jonathán Contero

Es un proyecto de Aula7activa, editora digital de AEGUAE (Asociación de Estudiantes y Graduados Universitarios Adventistas de España), en colaboración con el Ministerio de la Infancia de la UAE (Unión Adventista Española).

Todo el trabajo de elaboración de textos, actividades y revisión se ha realizado de forma gratuita y desinteresada.

Edita:

AULA7ACTIVA-AEGUAE

Barcelona, España

E-mail: redaccion.aula7activa@gmail.com / info@aeguae.org

Web site: www.aula7activa.adventista.es / www.aula7activainfantil.blogspot.com / www.aeguae.org

Primera edición en español, 2024

Es propiedad de:

CC BY-NC-ND 2022, Mercè Gascón, Esther Villanueva

CC BY-NC-ND 2022, Aula7activa-AEGUAE, en español para todo el mundo

Todos los derechos reservados al autor y los editores.

Contacta con nosotros infantil.aula7activa@gmail.com

Nos gustaría recordarte algunas pautas para estudiar con tu hijo la Biblia.

• Busca un momento del día tranquilo tanto para ti como para tu hijo, a ser posible, siempre a la misma hora y que no interfiera con otras actividades ni con los momentos de ocio ni de descanso.

• Si tu hijo así lo quiere, deja que «personalice» el material con sus dibujos, que lo coloree, que pegue pegatinas...

• Es importante que tu hijo/a estudie la lección cada semana. Dedicad un tiempo, pequeño, cada día a estudiar la Biblia. No lo dejes solo con la escuela sabática. Contigo es mucho más divertido. Va a tener preguntas, va a necesitar ayuda para buscar los textos bíblicos y, como hay actividades para distintos niveles de dificultad, los niños más pequeños necesitarán la ayuda de los padres. Observa con ellos las ilustraciones y reflexionad juntos. Adapta el material que tienes entre manos a la edad de tu hijo, a sus gustos y a sus intereses. Cada niño es distinto y tú conoces mejor que nadie a tu hijo.

• Aprovecha su capacidad de aprendizaje y de memorización para que aprenda versículos de la Biblia de memoria. La memorización de estos versículos lo acompañará toda la vida y los podrán recordar en momentos cruciales.

• Los conceptos que tu hijo debe aprender de las historias bíblicas son: amor a Dios y al prójimo, confianza en Dios porque él está al mando, obediencia por amor (nunca por miedo al castigo), alegría de convivir con Dios cada día y esperanza de que aunque las cosas no nos salgan como nosotros queremos, algún día todo será perfecto. Lo importante es que tu hijo se familiarice con la historia de la salvación y que aprenda pautas para relacionarse con Jesús y con sus semejantes de acuerdo a los valores cristianos.

• Nunca le trasmitas ideas como: tengo que portarme bien porque Dios me vigila, cuando hago algo malo Dios se enfada y me castiga, al cielo solo irán los niños buenos o Satanás me persigue para ser malo. Son conceptos que, además de no tener base bíblica, crean una imagen distorsionada de Dios. Busca ideas en positivo: Tengo que portarme bien porque es bueno para mí y para las personas que están conmigo; Dios me ama tanto si hago las cosas bien o mal, pero se alegra cuando las hago bien y tomo buenas decisiones; a veces hacemos las cosas mal, y tengo que sufrir las consecuencias de mis actos, pero Jesús siempre está dispuesto a ayudarnos a hacer las cosas bien; aunque Satanás me quiera engañar, con Jesús, soy más listo que él.

• Disfrutad de esos momentos. Que cuando sea mayor recuerde con cariño esos minutos de complicidad entre vuestra familia y Jesús.

Un abrazo en Jesús.

Índice

LECCIÓN 1. AGUA DE UNA PIEDRA

LECCIÓN 2. LAS NORMAS DE LA FELICIDAD

LECCIÓN 3. AMANDO A DIOS

LECCIÓN 4. CÓMO AMAR A LOS DEMÁS

LECCIÓN 5. PROMESAS ROTAS

LECCIÓN 6. UNA CASA PARA DIOS

LECCIÓN 7. UN LUGAR PARA EL PERDÓN Y LA ESPERANZA

LECCIÓN 8. DOS ESPÍAS VALIENTES

LECCIÓN 9. REBELIÓN EN EL DESIERTO

LECCIÓN 10. DIOS AYUDA A PESAR DE TODO

LECCIÓN 11. BALAAM, EL PROFETA CODICIOSO

LECCIÓN 12. JOSUÉ PREPARA LA CONQUISTA

LECCIÓN 13. LA TIERRA PROMETIDA

VERSIONES DE LA BIBLIA

Hemos utilizado la versión Dios habla hoy (DHH). Cuando se utiliza otra versión, se indica.

• Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.

Aguade una piedra Agua de

Comprende y memoriza:

«Toma en cuenta a Dios en todas tus acciones y él te ayudará en todo».

(Proverbios 3:6, Versión en lenguaje actual)

TU LECTURA DEL DOMINGO

Los israelitas continuaron su camino. ¿Te imaginas la alegría que debía haber en el campamento porque ahora eran libres? Seguramente recordaban cómo Dios los había protegido de las plagas que había sufrido el país de Egipto y cómo habían pasado el mar Rojo entre dos muros de agua. Cada día, cuando se levantaban, tenían comida en abundancia. Cuando miraban al cielo veían esa nube que los protegía del calor durante el día y les daba luz y calor de noche para que no tuvieran miedo.

La siguiente parada debía ser el oasis de Refidim. Refidim era un oasis que todos los viajeros conocían.Allí encontrarían el agua que necesitaban para seguir su viaje hasta el monte Sinaí donde Dios les había dicho que debían ir. Cuando llegaron se llevaron una desagradable sorpresa: el oasis estaba seco. No había agua (ver Éxodo 17:1)

¿Recuerdas lo que había sucedido la última vez que les faltó el agua? La gente se enfadó tanto que querían volver a Egipto, pero Dios hizo potable el agua de Mara y todos lo agradecieron. ¿Sabes cómo reaccionó la gente esta vez? ¿Confiaron en Dios? (Lee Éxodo 17:3)

Seguían sin confiar en Dios, solo que ahora era peor. Esta vez estaban tan rabiosos que hasta querían matar a Moisés (ver Éxodo 17:4).

Para los padres

Haced reflexionar a vuestros hijos sobre las consecuencias del sentimiento de rabia. Cuando estamos rabiosos podemos hacer daño a otras personas y hacernos daño a nosotros mismos.

• Busca las letras escondidas en el dibujo, ordénalas y sabrás qué le falta a este oasis. No tengas en cuenta las letras O y X.

Para los padres

Cada vez que el sentimiento de rabia llene tu corazón pídele a Dios que lo cambie por el sentimiento de confianza. Él sabe todo lo que necesitas y todo lo que te conviene. Dios nunca hubiera permitido que su pueblo muriera de sed. Enseña a tu hijo a confiar en Dios mediante las vivencias de cada día.

TU LECTURA DEL LUNES

Los israelitas se habían quedado sin agua otra vez. ¿Qué harían ahora? Seguramente el oasis más cercano estaba muy lejos de allí. No podían mandar a nadie a buscar agua para tantísima gente. Pero Moisés confiaba en Dios. Cada vez que Moisés tenía un problema se lo contaba a Dios. ¿Qué le dijo Dios a Moisés esta vez? (Lee la solución de Dios en Éxodo 17:5,6).

La gente vio salir del campamento a Moisés y a los ancianos. Tenían curiosidad por saber a dónde iban y qué iba a suceder. Cuando Moisés y los ancianos llegaron hasta la roca, Moisés tomó su vara y golpeó la roca como le había ordenado Dios. Enseguida comenzó a salir agua de la roca como si fuera un río. Este hecho fue recordado cientos de años más tarde por el jefe de los cantores del rey David que escribió varios salmos. Puedes leer en Salmo 78:15,16 la cantidad de agua que salió de la roca

¿Cómo crees que reaccionó el pueblo? Seguramente comenzaron a gritar: «¡Agua! ¡Venid rápido, ya tenemos agua!».

Los niños llegaron corriendo a beber agua, los papás y las mamás también bebieron, los animales bebieron agua. Todos bebieron toda el agua que quisieron hasta que ya nadie tenía sed. Una vez más Dios les demostró que para él no hay nada imposible.

TU LECTURA DEL MARTES

Los israelitas se quedaron unos días en Refidim descansando, reponiendo fuerzas y recogiendo toda el agua que podían llevar. Lo que no sabían es que en el desierto se iban a encontrar con enemigos.

En aquella región vivía un pueblo llamado Amalec. Los amalecitas eran una nación cruel y malvada que estaban acostumbrados a la guerra. Cuando vieron que un pueblo tan numeroso pasaba cerca de su territorio pensaron que los israelitas les querían quitar su país. Además, sabían que los israelitas eran ricos porque habían sacado muchas joyas y tesoros de Egipto. Si les hacían la guerra podrían quedarse con todos los tesoros de Israel.

Pero los amalecitas sabían que no se podían enfrentar a todo el pueblo de Israel porque era muy numeroso. Prefirieron atacar a la gente que iba por detrás, a los que no podían seguir el ritmo de la mayoría. Eran los más ancianos, los niños o los enfermos que debían viajar más despacio. ¡Qué cobardes! (ver Deuteronomio 25:17,18)

• Encuentra 6 soldados amalecitas escondidos dispuestos a atacar.

Los israelitas no tenían un ejército que los protegiera. ¿Cómo podrían pelear con Amalec? Uno de los líderes valientes y leales que ayudaba Moisés se llamaba Josué. Moisés llamó a Josué y le encargó la defensa contra los amalecitas.

• Cuando Moisés decidió defenderse de los amalecitas no pensó en formar un gran ejército o en buscar todas las armas que hubiera en el campamento. ¿Cuál era el arma secreta de Moisés? Coloca las vocales que faltan y lo descubrirás. (Éxodo 17:9).

¿Sería suficiente esta «arma» para vencer a los amalecitas?

Para los padres

A Dios no le gustan las guerras, ni que las personas se maten unas a otras. A Dios tampoco le gusta que los más fuertes se aprovechen de los más débiles para atacarles o reírse de ellos como hicieron los amalecitas. Es una buena ocasión para enseñarles a tus hijos a ayudar a las personas más débiles que ellos (invitando a tu casa a algún niño que no tiene amigos, algún anciano sin familia, etc.).

Para los padres

Recordad a vuestros hijos que Dios quería enseñar a su pueblo que nos necesitamos unos a otros para vencer al enemigo, por eso hizo que Aarón y a Hur tuvieran que ayudar a Moisés. Comentad formas con las que podemos ayudarnos unos a otros en la familia, en la iglesia o en el colegio para ser mejores.

TU LECTURA DEL MIÉRCOLES

Moisés confiaba en que Dios iba a defenderlos de los amalecitas. A la mañana siguiente, Moisés subió a una la montaña cercana con la vara en la mano. Aarón y Hur le acompañaron mientras Josué y sus hombres estaban en el valle. Cuando los amalecitas atacaron, Moisés levantó sus manos hacia el cielo para orar por su pueblo. Sabía que los israelitas necesitaban la ayuda de Dios pues solo Dios podía librarlos de los amalecitas. Mientras Moisés mantenía sus manos en alto los amalecitas no tenían fuerza para ganar a los israelitas. Pero cuando se cansaba bajaba los brazos. ¿Qué sucedía entonces? (Léelo en Éxodo 17:11)

Aarón y Hur buscaron una piedra para que Moisés pudiera sentarse, pero aun así se cansaba mucho. Entonces Aarón y Hur tuvieron una idea: ellos le levantarían los brazos. Durante todo el día Aarón y Hur se mantuvieron al lado de Moisés sosteniendo sus brazos, apoyándole para que Dios pudiera actuar en la batalla.

Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.

A la puesta de sol los amalecitas habían sido vencidos y Moisés pudo descansar. Al día siguiente, Moisés mandó construir un altar de agradecimiento para que todo el mundo que pasara por Refidim recordara el poder de Dios manifestado en aquella batalla.

Luego Dios le dijo a Moisés que hiciera algo: le pidió que escribiera la historia de lo que sucedió ese día para que nadie la olvidara (ver Éxodo 17:14). Es la primera vez que la Biblia menciona esta acción. Es la primera vez que Dios ordena escribir lo que hoy, 3.500 años después, conocemos como la Biblia.

TU LECTURA DEL JUEVES

Cuando Moisés salió de Madián para regresar a Egipto, su esposa Séfora y su hijo Gerson iban con él. Mientras vivieron en Egipto nació su segundo hijo, que se llamó Eliecer.

No sabemos muchas cosas de la familia de Moisés en Egipto, pero suponemos que, debido a las amenazas del faraón y a que Moisés estaba muy ocupado preparando la salida del pueblo de Israel, Séfora y los niños volvieron a Madián, a casa de su padre Jetro.

La noticia de que los hebreos habían salido de Egipto y de que habían atravesado el mar Rojo de forma milagrosa debió llegar enseguida hasta Madián. Era el momento para que la familia se reuniera de nuevo.

Moisés recibió un mensaje de su suegro. Léelo en Éxodo 18:6

Cuando llegaron al campamento todo fue una gran alegría: se abrazaron y rieron y se besaron. Por fin estaba con su querida familia.

Para los padres

Preguntad a vuestros hijos cómo se sienten cuando están alejados de los padres, hermanos, primos, abuelos uotros familiares queridos. Hacedles reflexionar sobre las situaciones que existen en el mundo que obligan a los padres a vivir separados de los hijos (trabajo, guerras, etc.).

La familia es uno de los regalos más grandes que Dios nos ha dado. ¿Nos acordamos de dar gracias a Dios por tener una familia, aunque no sea perfecta?

Moisés también quería mucho a su suegro. Enseguida le contó todo lo que Dios había hecho por Israel: el paso del mar, la nube que los guiaba, el maná, el agua… Jetro estaba asombrado de cómo Dios había mostrado tanto poder (ver Éxodo 18:11).

Jetro era sacerdote en Madián y se le recibió de acuerdo a su importancia. Esa noche, Jetro ofreció sacrificios y luego Moisés, Aarón y todos los dirigentes del pueblo de Israel compartieron la comida.

la Biblia... y encuentro a Jesús.

TU LECTURA DEL VIERNES

Aldía siguiente, Moisés continuó con su trabajo de gobernante. Había muchísima gente que venía a Moisés para presentarle sus problemas y él tenía que resolver los problemas de todos. Eran tantas las personas que las filas se hacían muy largas y la gente tenía que esperar mucho tiempo para que Moisés los atendiera porque estaba muy ocupado desde que amanecía hasta que anochecía (ver Éxodo 18:13)

Jetro observó lo que estaba pasando y fue a hablar con él. Moisés le explicó cómo todo el mundo venía a preguntarle cómo había que hacer las cosas. Ese era su trabajo. Pero la respuesta de Jetro le sorprendió. (Léela en Éxodo 18:17,18)

Jetro le explicó que no estaba bien que Moisés tuviera que hacer todo el trabajo y le explicó cómo organizarse. Léelo en Éxodo 18:21,22. Así, Moisés solo tendría que resolver los problemas graves.

Para los padres

Nunca debemos despreciar los consejos de las personas mayores. ¿Sabes por qué? En la sociedad en la que vivimos, los niños desprecian la opinión de los ancianos porque asocian la sabiduría con saber usar las nuevas tecnologías. Es un buen momento para enseñar a tus hijos a valorar todo lo que nos aportan las experiencias vividas de las personas mayores, como lo hizo Moisés con Jetro.

• Encuentra nueve diferencias entre los dos dibujos.

Hay muchos dirigentes orgullosos que no les gusta que nadie les dé consejos ni confían en que otros puedan hacer parte de su trabajo tan bien como ellos. Pero Moisés no era así: le pareció buena idea e hizo caso a Jetro. Organizó el campamento en grupos de 10, 50, 100 y 1000. Cada grupo tenía un jefe y cada jefe uno superior. Así solo le llegaban a Moisés los problemas más difíciles. Todo funcionó mucho mejor cuando compartió su carga de trabajo con otros. Estaba muy agradecido con su suegro por su consejo.

Algún tiempo después Jetro tuvo que volver a Madián.

• Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.

Las normasque nos normas que hacen felices

Comprende y memoriza:

«Este es el amor, que andemos según sus mandamientos».

(2 Juan 6, Dios habla hoy)

TU LECTURA DEL DOMINGO

Habían pasado varias semanas desde que el pueblo había salido de Egipto. Durante este tiempo los hebreos habían vivido muchos prodigios y habían sentido cómo Dios los protegía día a día

Después de recoger agua en Refidim, la nube comenzó a moverse y los llevó a una montaña llamada Sinaí.

Dios quería encontrarse con su pueblo de una forma especial antes de llevarlos de vuelta a Canaán. Dios quería recordarles las normas para ser felices. Los israelitas habían sido esclavos durante tanto tiempo que se habían olvidado de ellas y de cómo ponerlas en práctica. Ahora Dios les propondría un pacto. Hasta ahora Dios solo había demostrado su amor y protección sin pedirles nada a cambio. Era el momento de saber si el pueblo confiaba en Dios y quería seguir adelante con él.

Así que, cuando llegaron a Sinaí, Dios llamó a Moisés para darle un mensaje muy especial.

• Descifra el código y sabrás qué somos para Dios, según Éxodo 19:5 (versiones Reina Valera).

Para los padres

Todo el pueblo de Dios pudo oír la voz de Dios. Tus hijos pueden preguntarte: ¿por qué no la oímos hoy en día como lo hizo el pueblo de Israel? Dios nos está hablando cada día a través de la Biblia. Para que pudiéramos entenderla bien nos envió al mejor de los maestros: Jesús. Si queremos oír la voz de Dios, debemos pedirle a Dios que nos ayude a comprender su Palabra. Por eso oramos antes de leer la Biblia.

TU LECTURA DEL LUNES

Moisés llamó a todos los dirigentes del pueblo y les contó lo que Dios le había dicho.

La gente estaba muy agradecida a Dios por todos sus cuidados (el agua, el alimento, la protección de los enemigos…) y por la libertad que ahora tenían. Así que todo el mundo prometió que obedecerían a Dios en todo (ver Éxodo 19:8)

Y Dios no quería que el pueblo pensara que solo quería hablar con Moisés. También quería hablar con todos ellos. ¿Cómo lo haría? (Léelo en Éxodo 19:9).

Todo el mundo escucharía la voz del mismo Dios mientras hablaba a Moisés. ¿A ti te gustaría escuchar la voz de Dios? ¿Te imaginas cómo estarían de nerviosos todos en el campamento? ¡Iban a escuchar la voz de Dios!

Eso no pasaba con los dioses egipcios ni con los cananeos. Ninguno de los ídolos de metales, o de madera o de piedra podían hablar. Los sacerdotes paganos decían que sus dioses solo hablaban con ellos en el secreto y la oscuridad de los templos. Pero eso era mentira. Ahora, el Dios verdadero iba a hablar con todo el pueblo sin secretos.

Algún día, cuando Jesús regrese, podremos hablar con él cara a cara y escuchar su voz.

¿Qué te gustaría hablar con él? ¿Qué te gustaría preguntarle? ¿Qué te gustaría que te contara?

• Escríbelo en el globo y compártelo con tus compañeros el sábado en la iglesia.

• Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.

TU LECTURA DEL MARTES

Dios había dirigido al pueblo de Israel hasta el monte Sinaí para tener una reunión con ellos. Tenía cosas muy importantes qué decirles. Y se las iba a decir en persona.

Cuando esperáis una visita importante en tu casa, ¿qué hacéis? ¿Tenéis las camas sin hacer, la vajilla sin lavar o todos los juguetes extendidos por toda la casa? ¿Recibes a las visitas en pijama y sin peinar? No. Todos ayudáis a que la casa esté limpia y recogida y os arregláis para estar bien guapos. Pues los israelitas también querían recibir a Dios de la mejor forma posible y Moisés les dijo a los israelitas cómo tenían que prepararse para recibir al mismísimo Dios. ¿Qué tenían que hacer? (Léelo en Éxodo 19:10,11).

¡Imagínate qué nervios! ¡Cuánta prisa tenían! ¡Tenían solo dos días para terminar con todos los preparativos! El pueblo lavó sus ropas y se lavaron ellos mismos. Y eso no lo hacían todos los días. Nosotros lavamos la ropa en cuanto está sucia y nos aseamos y duchamos todos los días. Pero eso era muy difícil para los israelitas porque en el desierto había que aprovechar muy bien la poca agua que tenían y no se podía desperdiciar.

Moisés les había advertido también que el poder de Dios era muy fuerte y por eso no podían acercarse al monte. Moisés ordenó poner estacas alrededor del monte para que todos supieran hasta dónde podían llegar. Nadie podía ir más allá de las estacas. Todos obedecieron porque estaban deseando oír a Dios.

Para los padres

La limpieza y la higiene siempre ha sido una forma de mostrar respeto a nosotros mismos y a los demás. Por eso ordenamos la casa para las visitas o nos arreglamos de una forma especial para una fiesta o para ir a la iglesia. Hablad con vuestros hijos sobre los momentos cotidianos en los que nos preparamos con más limpieza e higiene (ir a la escuela, ir al médico, ir de visita…) y por qué lo hacemos. Luego comparadlo con el momento de encontrarnos con Dios y con otras personas que también quieren encontrarse con Dios.

TU LECTURA DEL MIÉRCOLES

Cuando llegó la mañana del día tercero todos estaban listos. Miraron hacia la montaña y vieron que la cima estaba cubierta por una nube espesa. La nube comenzó a descender más y más hasta que cubrió todo el monte. El poder que salía de la nube era enorme. Había como rayos y truenos. Entonces, el monte Sinaí se cubrió de fuego y humo. El suelo tembló como en un terremoto.

La gente se acercó alrededor del monte Sinaí y entonces comenzaron a oír la voz de Dios. Moisés hablaba y Dios respondía. La voz de Dios era fuerte y potente como el sonido de las trompetas. La gente se dio cuenta entonces del verdadero poder de Dios. Eso no pasaba con los falsos dioses paganos, ni con los trucos de magia de los sacerdotes y magos paganos, ni siquiera con las fuerzas de la naturaleza. Dios es más poderoso que nada en este mundo.

Dios había venido al monte Sinaí para hablar con su pueblo. Y lo primero que hizo fue presentarse. ¿Quién dijo Dios que era? (Léelo en Éxodo 20:2). No había dudas. Era el Dios que había hecho todos los milagros. Todos estaban muy atentos. Todos escuchaban con mucha reverencia. ¿Qué era eso tan importante que Dios quería decirles él mismo, con su propia voz? Mañana lo sabremos.

• ¡Este dibujante no se entera! ¿Puedes encontrar los siete errores que se han cometido en este dibujo?

Para los padres

Debéis ser cuidadosos al leerles o explicarles las escenas de la manifestación de la gloria de Dios a los niños porque muchas veces, sin darnos cuenta, producimos sentimientos de miedo en los niños en vez de admiración y respeto hacia Dios. Tened en cuenta la magnitud de su poder. Le podéis poner el ejemplo de un tren de alta velocidad. Un tren no quiere hacer ningún daño a las personas, todo lo contrario. Pero cuando pasa a nuestro lado a toda velocidad es una fuerza que nos empuja y si estamos muy cerca podemos tener un accidente. Dios quiso manifestar su poder al pueblo de Israel para que se dieran cuenta que él existía realmente y no era como los dioses de Egipto que no tenían voz ni poder alguno. Quería que esta escena fuera tan impactante que nunca se les olvidara.

• Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.

TU LECTURA DEL JUEVES

¿Sabes qué es lo que Dios quería decirles a los israelitas con su propia voz? Les iba a decir cuáles eran esas normas para ser felices que ellos habían olvidado mientras estaban en Egipto.

Mientras habían sido siervos de los egipcios se habían olvidado del Dios bueno que nos ama y nos protege. Ahora ya conocían al Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob. Ya sabían cuánto los amaba y lo que estaba dispuesto a hacer por demostrarles su amor y cuidado. Ahora Dios quería que su pueblo se portara bien.

Imagínate que llegas a un cole nuevo y el maestro te dice: «Pórtate bien» ¿Sabrías qué tienes que hacer? Para portarte bien necesitas conocer las normas de la clase. Necesitas saber en qué mesa te tienes que sentar, cuándo puedes levantarte de la silla, cuándo es necesario estar en silencio, cuándo es la hora de salir al patio, cuándo tienes que llevar chándal. Todas estas cosas son normas. Y para que puedas portarte bien alguien ha de explicarte qué es «portarse bien». Dios les explicó las normas que nos hacen felices, las normas para portarse bien. Y eso es lo que encontrarás en tu Biblia en Éxodo 20:3-17. Los Diez Mandamientos son tan importantes que Dios no quería que nadie los explicara: quería hacerlo él mismo para que todos se dieron cuenta de su importancia y los recordaran perfectamente.

Para los padres

Todos necesitamos tener una referencia de lo que es bueno y lo que es malo. No marcar unas normas de comportamiento crea gran inseguridad en los niños. Recuérdales que tanto las normas de la familia, de la clase, de la sociedad no están hechas para fastidiarnos sino para que podamos vivir mejor. Utiliza algún ejemplo de qué pasaría si todos desobedeciéramos las normas de tráfico. Dios nos dio los mandamientos para protegernos. Enseña a tu hijo a descubrir el amor en todas ellas.

• Pide ayuda a tus padres para hacer un resumen de los Diez Mandamientos.

TU LECTURA DEL VIERNES

Jesús dijo que los Diez Mandamientos se resumían en al amor a Dios y en el amor a las personas que nos rodean (ver Marcos 12:30,31).

Jesús quería decir que cuando amamos a Dios con todo nuestro corazón cumplimos sin esfuerzo las cuatro primeras normas o mandamientos, y que cuando amamos a otras personas cumplimos los otros seis mandamientos. Las normas de la felicidad de Dios muestran amor. Si todo el mundo cumpliera los mandamientos, todas las cosas irían mejor en este mundo.

Pero Dios sabe que muchas veces nos equivocamos y no hacemos caso de lo que Dios nos pide. Eso en la Biblia se llama «pecado». Nuestros pecados, nuestras equivocaciones, nos hacen infelices y nos hacen daño a nosotros y a quienes tenemos cerca. Por eso el mundo está tan mal: guerras, enfermedades, crisis, muertes, odios… porque todos los seres humanos que han vivido en esta tierra, con excepción de Jesús, han pecado. Y las consecuencias del pecado de todo el mundo nos traen la destrucción.

Pero nosotros sabemos que Dios nos ama y nos perdona, y que ha prometido venir a este mundo a rescatarnos y volver a arreglarlo todo otra vez.

Para los padres

Haced un juego que consista en ensuciaros la cara. Después toda la familia debe mirarse en el espejo.

Explícales a tus hijos que eso es lo que hacen los diez mandamientos son un espejo que nos enseñan qué está mal en nuestra vida y que debemos ir a Jesús para que nos ayude a arreglarlo.

Muchos han escogido ser fieles a Dios y amarlo con todo su corazón. Y si amamos a Dios con todo nuestro corazón amaremos también a las demás personas como a nosotros mismos.

Piensa en las maravillosas normas de la felicidad que Dios nos ha dado y comienza a memorizarlas. No es difícil. Durante las próximas semanas vamos a estudiarlas despacio para que las comprendas bien y sepas lo importante que es para ti y para todos los que te rodean que estén en tu memoria y en tu corazón.

¿Qué mandamientos nos dicen que debemos AMAR A DIOS y cuáles del AMOR A LOS OTROS?

• Únelos con una flecha.

• Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.

Amando a Dios

Comprende

y memoriza:

«Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas»

(Deuteronomio 6:5, Reina Valera 2015)

TU LECTURA DEL DOMINGO

La semana pasada descubriste que las normas que nos hacen felices o mandamientos se pueden dividir en dos grupos: los primeros cuatro, nos enseñan cómo amar a Dios. Los otros seis nos dicen cómo amarnos unos a otros. Cuando amamos a Dios con todo nuestro corazón y amamos a otros como a nosotros mismos, somos verdaderamente felices.

¿Es obligatorio amar a Dios? ¿Es obligatorio amar a otros? Lo primero que debes tener en cuenta es que el amor no es obligatorio. ¿Tú quieres a tus padres? ¿Te obligan a hacerlo? Los amas porque ellos también te quieren a ti, porque te cuidan y te protegen; porque juegan contigo y te enseñan.

Dios nos creó para que podamos sentir y dar amor. Cuando amamos y nos aman somos más felices y nos sentimos contentos. Incluso nuestro cerebro piensa con más claridad y nuestro cuerpo funciona mejor y lucha mejor contra las enfermedades.

Dios nos creó para amar. Y desea con todo su corazón que nosotros lo amemos a él. Él creó un mundo perfecto para nosotros, nos guarda y nos cuida y quiere relacionarse con nosotros. Y la forma de demostrar nuestro amor por él se resume en la primera parte de las normas de la felicidad

Esta semana vamos a estudiar las cuatro primeras reglas que se refieren a cómo demostrar nuestro amor por Dios.

«Nosotros lo amamos a él porque él nos amó primero».

1 Juan 4:19.

Para los padres

Analizad en familia si el trabajo, los estudios, los personajes que admiráis, los entretenimientos, etc. se están convirtiendo en lo más importante y hacen que descuidéis la relación con Dios.

TU LECTURA DEL LUNES

Seguro que ya te sabes de memoria el primer mandamiento, la primera norma de la felicidad. (Si no lo has hecho, apréndetela de memoria; está en Éxodo 20:3)

El pueblo de Israel había vivido en Egipto durante mucho tiempo y se habían acostumbrado a pensar que en realidad había muchos dioses. El dios del agua, el dios del sol, el dios de las cosechas, el dios de la guerra, el dios de la muerte… Para cualquier cosa había un dios distinto. Dios les había demostrado, mientras duraron las plagas en Egipto, que todos esos dioses no servían para nada porque en realidad no existían, eran una invención de los sacerdotes egipcios.

Dios les había demostrado que él era el único Dios verdadero y que no necesitaban más dioses. Él les había protegido de los enemigos, les había dado agua de una roca, les daba comida sin tener que cultivar ni cosechar, les protegía del calor del sol… Dios es el Dios de todo. Por eso no debían tener más dioses. Solo debían confiar en el Dios verdadero.

• Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.

Hoy en día hay gente que piensa que la única forma de ser feliz es teniendo mucho dinero. Con dinero piensan que pueden comprar cualquier cosa: casas, coches, amigos, ropa, ordenadores, salud… hasta incluso que pueden comprar el amor de otras personas. Esas personas no guardan el primer mandamiento.

Otras personas piensan que este mundo solo necesita científicos, no a Dios. Creen que como pueden curar a la gente, descubrir los secretos de la naturaleza, inventar artilugios, construir grandes edificios o transbordadores espaciales no necesitan a Dios. Esas personas no guardan el primer mandamiento.

Y tampoco faltan los que hacen más caso de lo que dicen cantantes, futbolistas, actores, científicos, políticos o presentadores de televisión antes de lo que nos dice Dios en la Biblia. Esas personas no guardan el primer mandamiento.

TU LECTURA DEL MARTES

Lee la siguiente norma de la felicidad en Éxodo 20:4,5.

Este mandamiento se parece un poco al primero. Los paganos hacían estatuas y esculturas de cosas que veían, de animales, plantas, astros… y decían que esa estatua era un dios. No podían adorar a ese dios si no era con una estatua delante. Muchos de los ídolos que hicieron las personas eran verdaderas obras de arte. Cuanto más bonitas, más impresionantes o grandiosas les parecía que tenían más poder. En realidad, todas las cosas que adoraban los paganos habían sido creadas por el Dios verdadero. Es un poco tonto adorar las cosas que ha hecho Dios y no al Dios creador de esas cosas. ¿No te parece?

Hay personas que repiten rezos, frases o gestos antes de realizar una actividad. Otras que creen que algún objeto les va a traer buena suerte, que les va a proteger de algún problema. A esos objetos se les llaman amuletos. ¿Conoces algún niño que crea que alguna pulsera, un colgante o muñeco le da buena suerte?

¿Cómo le explicarías que la «buena suerte» solo la da Dios?

• Lee el Salmo 91:1-4 con tus padres y rodea las fotos que representan la protección de Dios, según el texto

Para los padres

Pensad también en los chistes sobre Dios. Hay veces que podéis hacer bromas con cariño en casa como una forma de mostrar la confianza y el amor que sentís los unos por los otros. A veces también podemos hacer bromas cariñosas sobre Dios para acercar a Dios a nuestra realidad. Otra cosa son los chistes denigrantes e insultantes. No son adecuados ni para Dios ni para ninguna persona.

TU LECTURA DEL MIÉRCOLES

Lee Éxodo 20:7.

Hoy vamos a ver qué significa «tomar el nombre de Dios en vano». Estamos diciendo que los mandamientos son una forma de expresar amor. Y cuando amas a una persona la tratas con respeto. No se te ocurriría burlarte de tus padres o insultarlos, ¿verdad? Cuando amamos a Dios debemos hacer lo mismo. Cuando hablemos de Dios debemos mostrar cariño y respeto. Hay otra costumbre que habrás escuchado muchas veces. Cuando alguien quiere asegurar que una cosa es verdad, o que va a cumplir lo que ha dicho, dice enseguida: «Te lo juro». Jurar quiere decir que Dios es testigo de que tú estás diciendo la verdad y de que vas a hacer lo que has dicho. Si lo que dices no es del todo verdad, o no estás muy, pero que muy seguro de que puedes cumplir tu palabra, es preferible decir «lo prometo». De esa forma estás diciendo que crees que es verdad y que lo vas a intentar con todo tu esfuerzo. Jesús mencionó otra forma de utilizar el nombre de Dios de forma descuidada. (Léelo en Lucas 6:46). Hay personas que se dicen que aman a Dios, pero en realidad no siguen sus consejos. Estas personas están tomando el nombre de Dios en vano porque en realidad, aunque dicen que lo aman, no confían en él.

• Colorea los cuadros que describen cómo mostrar respeto a Dios.

• Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.

TU LECTURA DEL JUEVES

Hoy y mañana vamos a estudiar el cuarto mandamiento. Lo puedes leer en Éxodo 20:8-11.

Seguro que tú tienes amigos. Seguro que os gusta hacer cosas juntos ¿no? Quedáis en la hora del patio o a la salida del cole para jugar ¿verdad? ¿Qué pasaría si quedas con un amigo y él no acude a vuestra cita? Pues que te fastidiaría mucho. Si además no acude a vuestra cita muchas veces, al final, dejaréis de ser amigos y buscarás a otros chicos o chicas para jugar.

Dios quiere ser tu amigo y quiere quedar contigo un tiempo todas las semanas para estar juntos: el sábado. De eso habla la cuarta norma de la felicidad.

¿Por qué Dios ha elegido precisamente el sábado para reunirse contigo? (Léelo en Éxodo 20:11). Cuando celebras una fecha no lo haces cualquier día: el día de tu cumpleaños es el día de tu cumpleaños (aunque luego hagas también celebraciones el fin de semana); el día de Navidad es el 25 de diciembre y no el 3 de febrero; el día de fiesta de tu pueblo o ciudad es un día determinado y no otro.

Dios ha marcado el sábado como un tiempo de 24 horas de encuentro contigo, con tu familia y con todas las demás personas para que sientas que el sábado es un día especial. De esa forma también reconocemos que Dios es nuestro Creador y que a él debemos agradecerle este maravilloso mundo que tenemos. Es verdad que este planeta está muy estropeado por culpa del pecado, pero cuando celebramos el sábado pensamos también en que un día Jesús volverá y dejará nuestro mundo tan bonito y perfecto como estaba el séptimo día de la creación. De esa forma celebramos, tanto la fiesta de la creación como la fiesta de encontrarnos otra vez con Jesús cuando él vuelva.

Para los padres

De cómo se viva en el entorno familiar el sábado dependerá el concepto que tenga el niño de él. Haz que tus hijos deseen que llegue ese día, igual que desean que llegue su cumpleaños, cuidando los pequeños detalles.

• Si el sábado debe ser una fiesta para celebrar con Jesús, haz una lista de las cosas que te gustaría hacer en la iglesia y con tu familia.

Para los padres

Algunos niños de mi iglesia se quejaron de que no les gustaba el sábado porque para ellos no era un día de descanso porque tenían que hacer lo mismo que un día de escuela: iban a la escuela sabática (que era otra escuela) y estaban todo el día dentro de la iglesia mientras sus padres asistían a reuniones que no eran para niños. ¿Qué les responderías a tus hijos si te hicieran esa observación? ¿Qué deberíamos cambiar para que nuestros niños vivieran el sábado como la fiesta que debiera ser?

TU LECTURA DEL VIERNES

El cuarto mandamiento también dice cómo debemos guardar el sábado, cómo debemos celebrarlo. Hoy vamos a leerlo en la otra versión de los Diez Mandamientos en Deuteronomio 5:13,14

La Biblia dice que olvidemos nuestros deberes diarios, que ya tenemos seis días para hacer todas nuestras cosas. Pero el sábado es día de descanso. ¿Quiénes deben celebrar el sábado? La lista es larga. Empieza por nosotros, nuestra familia, incluso los que trabajan para nosotros. ¿Por qué? Porque si es fiesta para ti, los demás también tienen derecho a tener fiesta. El sábado es una fiesta para compartirla con todos los que nos rodean. Por eso vamos a la iglesia, para poder disfrutar de ese día con otras personas que también aman a Dios.

Pero fíjate que no solamente es fiesta para las personas. La Biblia dice que también es fiesta para nuestros animales. Los animales nos recuerdan que fueron creados antes que nosotros y que gracias a eso tenemos leche y huevos para comer, lana para hacer ropa o perros que ayudan a cuidar de personas o del ganado. Durante mucho tiempo los animales fueron los medios de transporte de las personas, o se utilizaban para llevar cargas de un lado a otro. Con la fiesta del sábado agradecemos que Dios creara también animales que nos acompañan, nos cuidan y nos ayudan. Es el día para celebrar que el Dios que creó los cielos y la Tierra quiere ser nuestro amigo. ¿Cómo demostró Dios su amor por el pueblo de Israel? (Léelo en Deuteronomio 5:15).

Los seis días de trabajo de la semana nos recuerdan la esclavitud, las obligaciones. El séptimo día, el sábado nos recuerda también la liberación y todas las veces en que Dios nos ha ayudado.

• Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.

Cómo amar a los demás

Comprende y memoriza:

«Si Dios nos ha amado así, también nosotros debemos amarnos unos a otros»

(1 Juan 4:11, Dios habla hoy)

Para los padres

Comentar con vuestros hijos qué beneficios obtenemos a nivel personal y como familia cuando respetamos, obedecemos y cuidamos de los padres, y de nuestros abuelos.

TU LECTURA DEL DOMINGO

Esta semana vamos a hablar de las últimas seis normas que nos ayudan a ser más felices. Estas seis normas nos dicen cómo amar a los demás. Vamos a comenzar con la norma número cinco. (Léela en Éxodo 20:12). Honrar a tus padres significa que los quieres, los respetas y obedeces. Dios te ha dado unos padres para que te cuiden y te eduquen mientras eres niño y que te aconsejen cuando seas mayor. Mientras seas niño, te darán todo lo que necesitas, te prepararán la comida y tendrás una casa limpia y agradable para vivir. Te ayudan a hacer los deberes, te cuidan cuando estás enfermo y juegan contigo. ¿Qué tienes que hacer tú a cambio?

Esta norma incluye honrar también a tus abuelos. Ellos cuidaron de tus padres y seguro que también te quieren, te cuidan y se preocupan de ti. Piensa también en que algunas veces, en las civilizaciones antiguas, llamaban «padres» a cualquier persona mayor y de experiencia. De esa manera se enseña a los niños el respeto que se debe mostrar a cualquier persona mayor.

¿Cómo puedes honrar a tus abuelos? Cuando les damos amor, los respetamos y cuando cuidamos de ellos, los estamos honrando.

Recuerda ser educado y amable con todo el mundo.

Para los padres

Reflexiona con tus hijos sobre los juguetes y los juegos donde se juega a matar a otros. Antiguamente esos juegos servían como entrenamiento para los niños que irían a la guerra o que tendrían que defender su ciudad de los asaltantes. De esa manera, cuando llegaba la hora de matar de verdad, ya estaban acostumbrados. Ahora piensa, ¿es necesario que tu hijo se entrene para matar a alguien? ¿Crees que Jesús jugaba a que se peleaba con otros? ¿Jugaría Jesús con algunos juegos que hay en las tiendas?

TU LECTURA DEL LUNES

Lee la sexta norma de la felicidad en Éxodo 20:13.

Lamentablemente todavía hay personas a las que no les importa hacer daño e incluso matar a otras personas. ¡Esto es muy triste! Todos los días vemos o leemos noticias que nos hablan de guerras, de atentados y de crímenes en los que la gente se mata unos a otros. Estamos acostumbrados a ver morir a personas en el cine, la televisión o en los juegos. Pero ni la muerte ni la violencia estaban en los planes de Dios al crear nuestro mundo o el universo. Dios es un Dios de vida, de alegría y de felicidad y nadie debería decidir sobre si otra persona debe morir o no, por muy mala persona que sea. Matar solo nos trae tristeza, odio y deseos de volver a matar por venganza. Por eso la prohibición de matar es una norma de la felicidad.

El deseo de matar a otra persona empieza con un sentimiento que es el odio. ¿Sabes qué dice la Biblia sobre las personas que odian, que aborrecen a otras personas? (Léelo en 1 Juan 3:15). Quiere decir que cuando nos enfadamos tanto, tanto con alguien y lo odiamos, no estamos cumpliendo la norma número seis. Pero no solamente se puede matar de forma violenta. Algunas personas se matan poco a poco haciendo cosas en contra de su salud. Tienen vicios como fumar, beber alcohol o tomar drogas. Su cuerpo se estropea poco a poco y también su cerebro. Hacen cosas que perjudican a los demás, muchas veces sin querer, pero que destruyen su vida.

• Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.

TU LECTURA DEL MARTES

Lee Éxodo 20:14. Esta es la norma de la felicidad número siete

Esta es una norma para tener familias más felices. Cuando una pareja se enamora y se casa, se prometen amarse y cuidarse mutuamente. Cuando esta promesa se rompe, se dejan de cuidar o incluso comienzan a amar a otras personas se produce el adulterio.

¿Por qué es importante que los papás y las mamás se quieran y se cuiden? Porque cuando lo hacen ellos son felices. Y unos padres felices harán todo lo posible para que sus hijos también lo sean. Además, las personas que los rodean, amigos y familiares también estarás felices por ello. Ese es el plan de Dios.

Lamentablemente podemos conocer a parejas que no han podido mantener esta promesa y eso produce mucho sufrimiento tanto en la pareja como en los hijos. Pero, aunque no era el ideal de Dios, él los sigue queriendo y seguirá cuidándolos para que tanto los papás como los hijos puedan volver a ser felices.

Mientras seas niño también puedes ir aprendiendo para cuando seas mayor y quieras formar una familia. En algunas películas y series de televisión se cuenta cómo los chicos y chicas se pelean por ser populares, y una de las maneras de saber si eres popular es tener novio o novia, o que gustes a los chicos o a las chicas. Pero ¿sabes?, eso son cosas de adultos. Ni los niños ni las niñas necesitan novios o novias para ser felices. Sigue siendo tú mismo y disfruta de tu niñez aprendiendo poco a poco a ser mejor persona.

Para los padres

La mejor forma de que el niño comprenda este mandamiento es por medio del ejemplo de los padres. Normalmente se acostumbran a reproducir los modelos de pareja que hemos vivido durante la infancia. Sed conscientes del trato que os tenéis el uno al otro y del que dais a vuestros hijos.

Para los padres

Los niños deben aprender desde los primeros años que no deben quedarse con cosas que no son suyas. Si tu hijo trae objetos nuevos a tu hogar, no hagas la vista gorda. Averigua de dónde proceden y oblígale a devolverlos.

TU LECTURA DEL MIÉRCOLES

Hemos aprendido que, aunque algunos mandamientos son cortitos, quieren decir muchas cosas. ¿Qué dice la norma de la felicidad número ocho? (Lee Éxodo 20:15)

¿Qué es robar? Robar es coger algo que no es tuyo. Todos hemos oído hablar de robos, ladrones y atracadores. Todos estamos de acuerdo en que eso está mal, ¿verdad? Pero ¿qué te parece cuando coges una galleta y tu padre te ha dicho que no lo hicieras? ¿Y coger dinero del monedero de tu madre para comprar chuches sin su permiso? ¿Y tomar algo prestado a un compañero del cole y no devolverlo?

Puedes pensar que robar es solo quedarse con algo que no es tuyo. Pero cuando le quitas algo a alguien, aunque tú no te lo quedes, estás robando. Si le rompes un cuaderno a un compañero de clase es como si se lo hubieras quitado, porque él ya no lo puede usar y tendrá que comprar otro.

Lo mismo ocurre con las cosas que son de todos: los muebles del colegio, las vallas de los parques o los bancos de la iglesia. Los que lo estropean queriendo, los rompen o hacen grafitis donde no deben están robando al colegio, al ayuntamiento (municipio) o a la iglesia, porque habrá que limpiar, arreglar o reponer lo que está dañado y eso cuesta mucho dinero.

• Encuentra 7 diferencias entre los dos dibujos.

• Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.

TU LECTURA DEL JUEVES

Lee la norma de la felicidad número nueve en Éxodo 20:16. Decir falso testimonio significa decir mentiras. El mandamiento dice que no debemos decir mentiras contra nuestro prójimo, es decir, contra cualquier persona. Cuando mentimos sobre alguien lo estamos perjudicando, le estamos haciendo daño. Y cuando amamos a las personas no debemos hacerles daño. No importa si las mentiras son grandes, pequeñas, mentirijillas o medias verdades. Todas hacen daño tarde o temprano.

Recuerda la historia de Jacob. Su vida estuvo marcada por mentiras que él dijo o por las que le dijeron a él. Dios estuvo siempre a su lado, ayudándolo, pero tuvo que sufrir las consecuencias de las mentiras.

¿Crees que tú puedes ser feliz cuando otra persona a tu lado se siente mal, o cuando alguien te ha hecho daño a ti? Por eso Dios nos dio las normas para que

Para los padres

Cuando el ambiente del hogar se alimenta del chismorreo, es mucho más fácil que se digan mentiras sobre otras personas. Intenta no comentar los aspectos negativos de las maestras, los padres de otros niños, los amigos de tus hijos, etc., y así evitarás que tus hijos reproduzcan ese comportamiento. sepamos cómo ser felices y hacer felices a los demás.

Otras veces mentimos porque tenemos miedo porque hemos hecho algo malo. ¿Es esa una forma de arreglarlo? Te has equivocado, has cometido un error y lo quieres solucionar con otro error… Es como querer quitar una mancha de aceite del pantalón manchando todo el pantalón de aceite. Aunque sea difícil al principio, siempre es mejor decir la verdad.

• Descifra el código y podrás leer un versículo de la Biblia. ¿Estás de acuerdo con el autor?

Para los padres

Reflexiona con tus hijos sobre algún juego u objeto que han deseado mucho porque lo tenían otros niños y del que muy pronto se olvidaron. Háblales de los valores realmente importantes de la vida para que se den cuenta que estos no se pueden comprar ni vender.

TU LECTURA DEL VIERNES

Lee hoy la norma de la felicidad número diez en Éxodo 20:17

Codiciar es desear tener algo con tanta fuerza que es lo único que te importa en la vida. Puede ser una cosa como un juego, una ropa, dinero… pero también querer ser amigo de alguien, o ser el preferido de la profe.

No está mal querer tener cosas o querer tener amigos, pero cuando deseas tanto una cosa y ese deseo hace que tengas malos sentimientos hacia los demás no puedes ser feliz.

Cuando la codicia se asienta en tu cabeza y solo puedes pensar en lo que no tienes puedes llegar a hacer daño a otras personas con tal de conseguirlo y eso a la larga te hará daño a ti mismo.

La codicia al final se relaciona con el egoísmo. La codicia nos convierte en egoístas porque solo pensamos en nosotros mismos y en la forma de conseguir nuestros deseos.

En nuestros días, la codicia se podría llamar consumismo. Solo queremos comprar y comprar porque sí, porque nos gusta. En los anuncios las personas se ven felices por tener un coche, un teléfono móvil o están jugando con un juego que parece divertidísimo. Y cuando lo tenemos y nos damos cuenta de que no lo necesitamos, ni lo usamos, ni jugamos con ello, nos aburre y lo dejamos tirado en un rincón. Nos sentimos tristes y defraudados y buscamos comprar otra cosa que nos haga felices como a la gente de los anuncios o a los vecinos.

Jesús nos propone una alternativa a codiciar y es el compartir. (Lee Lucas 3:11).

• Encuentra en las sopas de letras cómo son las personas que comparten y cómo son las personas que codician.

EL RETO

• Vamos a aprender palabras nuevas. Con la ayuda de tus padres búscalas en un diccionario. Luego escríbelas debajo del cuadro que corresponda. SUSPICAZ - FILÁNTROPO - ALTRUÍSTA.

• Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.

Promesas rotas

Comprende y memoriza:

«No tendrás dioses ajenos delante de mí»

(Éxodo 20:3, Dios habla hoy)

TU LECTURA DEL DOMINGO

Dios había dictado las normas que nos hacen felices al pueblo de Israel para que todo el mundo pudiera oírlas. Pero tenía muchas más cosas que explicarles. Por eso llamó a Moisés y le dijo que subiera al monte porque tenía mucho que contarle.

Moisés subió solo al monte para hablar con él. Cuando regresó al campamento, anotó lo que Dios le había dicho en un libro, para que no se olvidara de nada (ver Éxodo 24:4). Luego, Moisés llamó al pueblo para una reunión. Les leyó lo que había escrito y el pueblo prometió obedecer todo lo que Dios había dicho.

Después de leer las instrucciones de Dios para el pueblo, Moisés debía volver a subir al monte para seguir hablando él. Esta vez tenían que acompañarlo Aarón, Nadab, Abiú (que eran hijos de Aarón) y setenta ancianos de Israel.

• Encuentra entre los dirigentes de Israel a Aarón y a sus hijos, Nadab y Abiú.

Para los padres

No sabemos qué aspecto ni forma tiene Dios. Que sepamos solo Moisés pudo ver directamente «su espalda». La Biblia le atribuye rasgos físicos humanos para que podamos comprenderlo, pero hemos de saber que nadie ha visto realmente a Dios en toda su plenitud (ver Juan 1:18 y 1 Juan 4:12). Ellen G. White dice que pudieron ver la Gloria de su presencia. Pero eso es mucho más de lo que cualquier persona ha podido ver nunca.

Los acompañantes de Moisés no podían subir a la cumbre del monte. Solo hasta un cierto lugar. Pero allí pudieron ver algo increíble. (Léelo en Éxodo 24:10). La Biblia dice que vieron a Dios. No fue una visión, ni un sueño porque la Biblia dice que comieron y bebieron, es decir estaban despiertos (ver Éxodo 24:11). No sabemos qué vieron exactamente aquel grupo de personas. Moisés escribió que no lo vieron como una figura definida (ver Deuteronomio 4:12)

Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.

Para los padres

Es importante que tus hijos memoricen los Diez Mandamientos, estos van a ser sus normas éticas a lo largo de la vida. Puedes buscar una versión de la Biblia con un lenguaje sencillo.

TU LECTURA DEL LUNES

Aarón, sus hijos y los setenta ancianos tenían que volver al campamento, Pero Moisés todavía debía quedarse allí un poco más. Dios quería darle al pueblo algo especial para que les ayudara a recordar su promesa. ¿Qué era? (Lee Éxodo 24:12)

Moisés debía subir hasta la cumbre del monte Sinaí y entrar en la nube que lo cubría. Esta vez, Josué acompañó a Moisés una parte del camino. Mientras Moisés y Josué estaban en la montaña, Aarón y Hur se quedaron encargados del campamento porque Moisés no sabía cuánto tiempo iba a estar en la presencia de Dios.

Moisés subió y entró en la nube que marcaba la presencia de Dios. Dios estuvo hablando con Moisés cuarenta días. Le dijo cómo debían cumplir las normas que nos hacen felices. También le dio muchas otras normas para que el pueblo supiera cómo comportarse cuando hubiera problemas entre los israelitas. Pero sobre todo le dio instrucciones de cómo debían adorarlo. Dios quería vivir con su pueblo y quería que ellos lo pudieran tener siempre presente. Quería explicarles el plan que había hecho para salvarlos de las mentiras de Satanás y que podamos vivir de nuevo todos juntos. Por eso le mandó construir una tienda especial que serviría de templo. Todo eso lo estudiaremos la semana que viene. Dios le recordó que en las normas que nos hacen felices había una señal especial, un trato entre Dios y las personas que escogen amar a Dios y confiar en él. ¿Cuál es esta señal? (Lo sabrás si lees Éxodo 31:13)

• Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.

Al terminar esos cuarenta días, Dios le entregó a Moisés los Diez Mandamientos, las normas que nos hacen felices, en dos tablas de piedra escritas por delante y por detrás con el mismo dedo de Dios (ver Éxodo 31:18).

TU LECTURA DEL MARTES

El pueblo de Israel esperaba al pie del Monte Sinaí a que descendieran Moisés y Josué. Pasaron los días. Pasaron semanas. Y Moisés y Josué no volvían. El pueblo se puso nervioso.

Otra vez empezaron a quejarse. ¡Moisés y Josué estaban tardando mucho! ¿Y si no regresaban? ¿Quién les guiaría? Ellos sabían que Dios era el que les conducía por el desierto y que Moisés transmitía sus órdenes. Se les ocurrió una idea y pensaron que era muy buena. (Léela en Éxodo 32:1).

Es decir, como Moisés no estaba, creían que Dios no les hablaría. Entonces decidieron hacerse una estatua de Dios, que pudieran ver, para que los guiara hasta Canaán.

Tanto, pero tanto insistieron que Aarón aceptó. Primero pidió que quien quisiera trajera los pendientes de oro que llevaban (ver Éxodo 32:2). Los egipcios

Para los padres

¿Recuerdas los consejos que Dios te ha dado? El pueblo de Israel se olvidó muy pronto de ellos, pero muchas veces a nosotros nos ocurre lo mismo, también los olvidamos.

estaban acostumbrados a usar joyas que eran verdaderas obras de arte. Aarón pensó que a la gente le gustaban tanto sus pendientes que no los regalarían para fundirlos. Pero Aarón estaba equivocado y pronto se encontró con un montón de aretes de oro que la gente había traído.

Luego, Aarón construyó un crisol. Un crisol es un pequeño horno de piedra para fundir metales. Cogió todos los aretes que trajeron los echó en el crisol y se fundieron. Cuando el oro se enfrió, tallaron una figura en forma de becerro, seguramente como las que habían visto en los ídolos egipcios. Luego Aarón construyó un altar para colocar encima el becerro.

Al día siguiente, adoraron e hicieron sacrificios delante del becerro como si se tratara de Dios. Luego comenzó una fiesta: comieron, bebieron, cantaron, bailaron y pronto parecía que todos se habían vuelto locos. Moisés no tenía ni idea de lo que estaba sucediendo, pero Dios, sí. Entonces Dios le dijo a Moisés lo que estaba pasando en el campamento. Moisés debía volver con el pueblo.

• Une los puntos y descubrirás qué aspecto podría tener el ídolo.

Para los padres

Habla a tus hijos de la paciencia y de la seguridad de que Dios nunca nos abandona. Dios nos da lo que necesitamos en el tiempo que cree oportuno. Siempre debemos confiar en sus promesas porque, como nos explica la Biblia, siempre se cumplen.

TU LECTURA DEL MIÉRCOLES

Dios le dijo a Moisés que el pueblo había roto la promesa de no hacerse ídolos y de adorarlos y que debía volver al campamento cuanto antes. Moisés bajó de la montaña con las dos tablas de la Ley en las manos y se encontró con Josué. Juntos volvieron al campamento.

Cuando se acercaron se escucharon sonidos raros. Lo primero que Josué pensó es que había una batalla en el campamento porque se oían gritos que parecían de pelea. Imagínate cómo estaban de locos adorando un trozo de metal.

Cuando pudieron ver el campamento, vieron que el pueblo gritaba y bailaba delante de su ídolo. ¡Moisés se horrorizó! Dios ya lo había avisado, pero Moisés no se imaginaba lo que vio allí. ¡Estaban actuando como paganos!

Moisés estaba enfadadísimo. ¡No podía creer que el pueblo fuera tan tonto! Habían visto un montón de milagros en Egipto que demostraban que Dios era más grande y poderoso que cualquier estatua. Había demostrado que las estatuas son simples objetos que no hablan, no escuchan y mucho menos

pueden guiar a todo un pueblo. El Dios verdadero había hecho milagros que los habían salvado de los ejércitos, les había dado agua, comida y protección. El Dios verdadero había hablado con ellos e incluso se había mostrado a los principales ancianos del pueblo.

Tanta rabia le dio a Moisés, que ¿qué hizo? (Lee su rabia en Éxodo 32:19).

Lo primero que hizo Moisés fue coger el becerro y machacarlo a golpes hasta hacerlo polvo. ¿Qué poder tenía esa estatuilla si un hombre podía hacerla desaparecer en un momento? Luego regañó a Aarón que hubiera hecho caso a esa gente sabiendo que Dios había prohibido hacerse ídolos. Muchas otras personas se dieron cuenta de que habían hecho muy mal y pidieron perdón. Se arrepintieron por lo que habían hecho.

• Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.

TU LECTURA DEL JUEVES

Hacía cuarenta días que los hijos de Israel habían prometido obedecer las normas que nos hacen felices y ya se habían olvidado de que Dios no quería ídolos. ¿Te pasa a ti algunas veces que prometes portarte bien pero enseguida se te olvida?

Ahora Moisés ya no se fiaba de dejarlos solos para ir a hablar con Dios. Eran como niños pequeños que en cuanto se les dejaba solos podían volver a hacer una travesura y ponerse en peligro. Entonces Moisés cogió una tienda y la llevó fuera del campamento. Esa iba a ser la tienda de reunión. Todo aquel que quisiera estar cerca de Dios o que necesitara pedir perdón podía acercarse a la tienda de reunión. Para Moisés era un lugar especial. Cada vez que necesitaba hablar con Dios iba a la tienda y allí recibía sus instrucciones. Luego volvía al campamento para continuar con su trabajo de gobernante mientras Josué montaba guardia

delante de la tienda.

Para los padres

Enséñale a orar a tu hijo. A los niños les es fácil aprender oraciones de forma rutinaria, pero les cuesta hablar con Dios como si fuera un amigo.

Los encuentros con Dios debieron ser especiales. (Lee lo que la Biblia dice sobre cómo eran las conversaciones entre Dios y Moisés en Éxodo 33:11).

El pueblo estaba aprendiendo la importancia de estos encuentros de Dios y Moisés, así que cada vez que Moisés salía hacia la tienda de reunión, todos se ponían en pie y observaban a Moisés mientras caminaba hasta allí. Entonces la nube que los acompañaba de día y de noche se ponía delante de la tienda y todo el mundo sabía que Moisés estaba hablando con Dios. No sabemos cuánto tiempo pasaba Moisés con Dios, seguramente era mucho. ¿Te imaginas estar cara a cara con Dios?

• Escríbele una carta a Jesús como si fuera tu mejor amigo.

Para los padres

Cuando somos amigos de Dios también nos cambia la expresión de nuestro rostro, como le ocurrió a Moisés. Nuestra cara no brilla, pero en ella se refleja el amor, la alegría, la bondad… Comenta con tus hijos el refrán popular: «La cara es el reflejo del alma». También podéis jugar a imitar las caras de los diferentes miembros de la familia cuando se enfadan, cuando están tristes, cuando están preocupados, etc.

TU LECTURA DEL VIERNES

Un día, Dios le pidió a Moisés un encargo especial. Puedes leerlo en Éxodo 34:1 Por la mañana Moisés se levantó temprano y subió al monte Sinaí con sus dos tablas lisas de piedra. Y Dios volvió a escribir su Ley en tablas de piedra, símbolo de que sus mandamientos, las normas de la felicidad, son para siempre, igual que la piedra.

Allí le recordó de nuevo el deseo de mantener el pacto con el pueblo de Israel. Ese pacto, eterno como las tablas de piedra, es el mismo que Dios quiere mantener contigo y conmigo. Si confiamos en Dios y guardamos sus mandamientos seremos un poquito más felices en esta tierra mientras esperamos a que Jesús vuelva a buscarnos y a crear una Tierra Nueva para nosotros.

Otra vez estuvo cuarenta días en la cumbre del monte Sinaí aprendiendo directamente del mismo Dios.

Muchas de las cosas que Dios le enseñó a Moisés durante esos días han quedado escritas en los libros de Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio.

Esta vez, los israelitas esperaron pacientemente su regreso. A las seis semanas Moisés bajó de monte hacia el campamento con dos tablas nuevas escritas por la mano de Dios.

Pero cuando llegó al campamento había algo distinto en Moisés. Él no se daba cuenta, pero su cara brillaba. Durante esos cuarenta días, Moisés había estado tan cerca de Dios que su gloria se le contagió y cuando Moisés bajó del monte, tuvo que taparse la cara porque la gente se asustaba y no quería acercarse a él. Luego, Moisés los reunió y les explicó todo lo que había pasado esos cuarenta días en el monte.

• Ayuda a Moisés a encontrar el camino y así pueda dar a conocer a su pueblo los Diez Mandamientos.

• Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.

Una tienda para Dios

Comprende y memoriza:

«Quiero que me construyáis un santuario para vivir entre vosotros»

(Éxodo 25:8, Traducción en lenguaje actual)

TU LECTURA DEL DOMINGO

Cuando Moisés subió al monte Sinaí, Dios le dijo que construyera una tienda de campaña especial. Le dijo que esa sería una tienda para él. ¿Sabes dónde tendría que estar esa tienda? (Léelo en Números 2:1)

Sería como si Dios tuviera su propia tienda en el campamento. En realidad, Dios no necesitaba una tienda para vivir, pero así quería enseñarles algo muy importante: Dios no quiere que pensemos que está en el Cielo lejos de sus hijos, sino que lo que quiere de verdad es vivir con nosotros, entre nosotros, como si fuera nuestro vecino, nuestro amigo, nuestra familia.

Esa tienda de campaña o tabernáculo iba a enseñarles cómo Dios quiere salvarnos, lo que Dios pensó hacer para conseguir eliminar el pecado de este mundo y salvarnos de Satanás.

Desde que Adán y Eva pecaron Dios puso en marcha un plan que incluía que Jesús nacería como un niño y que daría su vida por nosotros. Gracias a Jesús nuestros pecados serían borrados y cuando él vuelva viviremos felices en la Tierra Nueva.

A esa tienda especial también la llamamos santuario porque era un lugar apartado, santo, que debía ser respetado, porque todo lo que había y las ceremonias que se hacían eran para adorar a Dios. Cada detalle, los muebles, la estructura, o los rituales que se realizaban tenían una razón y una enseñanza para los israelitas. También tiene una enseñanza para todos nosotros, aunque hayan pasado miles de años.

Para los padres

Comentad lo importante que es la participación de todos en la iglesia tanto aportando ofrendas, trabajando de forma voluntaria, participando de las actividades o agradeciendo el trabajo realizado por otras personas.

TU LECTURA DEL LUNES

Moisés debía construir el tabernáculo. No podía hacerlo de cualquier manera porque cada mueble, cada tela y cada objeto que hubiera dentro tendría un significado especial, sería un símbolo. Cada detalle en el tabernáculo daría una información sobre ese plan de Dios para eliminar el pecado.

Por eso Dios le dio instrucciones exactas sobre cómo construir el tabernáculo (ver Éxodo 25:9). Le dijo cómo debía ser exactamente cada parte de la tienda y cada mueble. Eso es lo que vamos a estudiar estas dos semanas.

Dios le dio a Moisés la forma que debían tener, las medidas, y de qué materiales hacerlo todo. Incluso Dios ya sabía quienes debían ser los encargados de hacer todo el trabajo. (Sabrás sus nombres si lees Éxodo 31:2-6).

Pero ellos no hicieron todo el trabajo solos. También muchas otras personas trabajaron confeccionando las telas, tallando madera, fundiendo metales o cosiendo las túnicas de los sacerdotes. Todas las personas que sintieron en su corazón que debían ayudar echaron una mano. Era muy importante que todo lo que hicieran, lo hicieran por amor (ver Éxodo 35:26; 36:1,2). Todas obedecieron perfectamente las órdenes de Dios y lo que les mandaban Bezaleel y Aholiab. Hemos estudiado cómo cada detalle era muy importante y por eso tenía que ser todo muy exacto. ¿Tuvo cuidado la gente de hacer todo exactamente como Dios dijo? (Léelo en Éxodo 39:42,43)

Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.

TU LECTURA DEL MARTES

Cuando Moisés le contó al pueblo que Dios quería que construyeran un tabernáculo, la gente se alegró. Les emocionaba tener un lugar para Dios en medio del campamento. Dios mismo había dicho qué forma, qué medidas y qué materiales se utilizarían en su construcción.

• ¿Qué cosas le dijo Dios al pueblo que necesitaría? Lee Éxodo 25:3-7. Luego encuéntralas en la sopa de letras. Hemos utilizado la versión Dios habla hoy.

¡Menuda lista! ¿verdad? Pero tenían que hacer los muebles, cortinas, túnicas para los sacerdotes y muchas otras cosas. Pero ¿de dónde iban a conseguir el material que necesitaban para construir el santuario si estaban en el desierto? No había tiendas donde comprar las cosas.

Dios pidió ofrendas voluntarias. Cada familia, cada persona podía tener alguna cosa. Lo importante era que cada uno trajese lo que le apetecía darle al Señor. ¡Dios no quería ninguna ofrenda que el pueblo trajera por obligación!

Cuando Moisés terminó de hablar, la gente regresó a sus tiendas y comenzaron a buscar cosas que pudiesen servir para dar su ofrenda a Dios. ¿Encontrarían lo que necesitaban? ¿Sería suficiente? ¿Estarían dispuestos los israelitas a entregar todas estas cosas para construir el santuario? (Leamos lo que hicieron en Éxodo 35:29) El pueblo mostró su gratitud a Dios entregando sus regalos. Estaban agradecidos porque Dios los había cuidado durante su viaje por el desierto. Ahora trajeron voluntariamente sus ofrendas a Moisés. ¿Habría bastante para terminar la obra? Los encargados de recoger las ofrendas tuvieron que mandar un mensaje a Moisés.

—Por favor, parad de traer cosas. ¡Ya no sabemos dónde meter todo lo que estáis trayendo! Moisés tuvo que avisar a la gente que, por favor dejara de traer materiales porque había de sobra (ver Éxodo 36:5-7)

Para los padres

Tened en cuenta que los colores de las telas pueden ser traducidos de diferentes formas según las versiones de la Biblia. Adecúa el texto a la versión de la Biblia que utilicéis.

TU LECTURA DEL MIÉRCOLES

Llegó el momento de comenzar la construcción. Las instrucciones que Dios le dio a Moisés permitían que el santuario se montara y desmontara fácil y rápidamente para transportarlo cuando el pueblo se movía. Además, lo primero que había que montar antes que cualquier otra tienda era el tabernáculo de Dios. Por eso estaba hecho de tablones y postes que se sujetaban en el suelo con unas bases metálicas, de bronce, como si fueran un puzle. Los tablones y postes sujetaban las telas que hacían de paredes, separaciones y techo. Todos los materiales debían ser de primera calidad para aguantar bien el montaje y el desmontaje sin romperse o estropearse, y para que duraran muchísimo tiempo. Vamos a ver cómo era el santuario o tabernáculo. Primero nos encontraríamos con una valla alrededor del tabernáculo. La valla estaba hecha de unos postes o columnas que se mantienen sobre unas bases de bronce. Sujetas a estas columnas unas cortinas de tela blanca, símbolo de limpieza, pureza y falta de pecado. A todo este recinto se le llama ATRIO (Puedes leer todos los detalles en Éxodo 27:9-19).

La puerta del atrio está orientada hacia el este. Como puerta hay una hermosa cortina tejida con colores azul, púrpura y escarlata. Al atrio podía entrar cualquier persona. Todo el que quisiera llevar sus ofendas o sus sacrificios por el pecado podía entrar.

• ¿Puedes colaborar en la construcción? Decora las cortinas de la entrada del atrio según el relato bíblico.

• Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.

TU LECTURA DEL JUEVES

Justo enfrente de la entrada nos encontramos con el altar de los sacrificios. Era un altar de madera de acacia y se recubrió de bronce (ver detalles en Éxodo 27:1-8). Allí era donde se ofrecían los sacrificios y se quemaban las partes de los animales de debían ser consumidas por el fuego. ¿Recuerdas el significado de la muerte de los corderos? Cuando una persona pecaba y llevaba su cordero a sacrificar le recordaba que algún día Jesús moriría por sus pecados como el cordero inocente. Algunas de las partes del cordero se quemaban y así desaparecían entre el fuego. Eso es lo que Jesús hace con nuestros pecados: los hace desaparecer como ceniza. Cuando las personas salían del tabernáculo podían estar seguros de que Dios los perdonaba.

Un poco más allá está la fuente de bronce. Era un gran recipiente para agua hecho con los espejos que muchas mujeres trajeron como ofrenda. (En aquel tiempo los espejos no eran de cristal, eran de bronce muy, muy pulido). En esa agua debían lavarse los sacerdotes antes de entrar en el tabernáculo. El lavarse con esa agua significaba que el sacerdote se lavaba sus pecados. No podía entrar ninguna impureza dentro del tabernáculo, porque Jesús no pecó, estaba limpio (ver más detalles en Éxodo 30:17-21; 38:8). Cuando hacemos algo malo, cuando pecamos podemos sentirnos sucios. Pero el perdón de Jesús nos hace sentirnos limpios de nuevo.

• Coloca algunas de nuestras acciones en el lugar que corresponda. Y puedes estar seguro de que Jesús te perdonará y te ayudará a transformar tus malas costumbres en buenas conductas.

Para los padres

Tened en cuenta que los colores de las telas pueden ser traducidos de diferentes formas según las versiones de la Biblia. Adecúa el texto a la versión de la Biblia que utilicéis.

TU LECTURA DEL VIERNES

Detrás de la fuente de bronce estaba el tabernáculo. Allí solo podían entrar los sacerdotes. En realidad, era un edificio de paredes de madera y techo de telas. Las paredes eran de tablas de madera de acacia bañadas en oro que encajaban perfectamente la una en la otra. Las bases para que se mantuvieran en pie, eran de plata. Así, aunque lloviera o pasara el tiempo, las paredes no se estropearían.

El techo del tabernáculo estaba formado por varias capas de telas. La primera era de tela de colores blanco, azul, púrpura y escarlata, con bordados de querubines. Encima había otra capa de pelo de cabra. Encima otra cubierta de pieles de carnero teñidas de rojo y por último otra capa de pieles de tejón. Con tantas capas era imposible que el agua entrara dentro y el interior estaba perfectamente protegido.

La pared de la entrada estaba formada por cinco cortinas bordadas de tela blanca, azul, púrpura y escarlata y cinco columnas cubiertas de oro.

Dentro había como dos habitaciones. Estaban divididas por una cortina o velo azul, púrpura, carmesí y blanca con querubines bordados. La parte de delante era el LUGAR SANTO y la de detrás del velo era el LUGAR SANTÍSIMO. Todos los sacerdotes podían entrar a hacer los rituales del Lugar Santo, pero ninguno podía entrar en el Lugar Santísimo, solo el sumo sacerdote entraba una vez al año, como veremos en la lección de la semana que viene. (Los detalles en Éxodo 26).

• Imagina y diseña las cortinas que separaban el lugar santo del lugar santísimo según la lectura de hoy.

• Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.

Un lugar para el perdón y la esperanza

Comprende y memoriza:

«Y no me acordaré más de sus pecados y maldades»

(Hebreos 10:17, Dios habla hoy)

TU LECTURA DEL DOMINGO

Dentro del tabernáculo, en el LUGAR SANTO, había unos pocos muebles. Todos ellos significaban un aspecto de lo que Jesús hace por nosotros. A la entrada, a la derecha había una mesa de madera de acacia recubierta de oro. La llamamos la mesa de los panes de la proposición o de la presencia. En ella se colocaban dos montones de panes, en total 12 panes (ver detalles en Éxodo 25:23-30).

Jesús dijo que él es nuestro «pan de vida» (ver Juan 6:35)

Tu necesitas comer todos los días, ¿verdad? Igual que necesitamos alimento para que nuestro cuerpo funcione, necesitamos a Jesús para que nuestra vida funcione correctamente.

Cuando vivimos con Jesús y aprendemos de él aprendemos que un día él regresará y viviremos para siempre. Por eso Jesús es un alimento que nos da vida eterna.

Los panes eran cambiados cada sábado y entonces los sacerdotes podían comerlo juntos dentro del santuario.

¿Qué haces tú cada sábado? El sábado vamos a la iglesia a adorar y a «alimentarnos» de la Palabra de Dios junto a las demás personas.

TU LECTURA DEL LUNES

Ala izquierda de la entrada había un hermoso candelabro de siete brazos. Era de oro macizo y había sido tallado a martillo como si fuera una escultura. En cada brazo había un recipiente para aceite que era el que se quemaba para dar luz (ver detalles en Éxodo 25:31-40)

La luz debía estar constantemente encendida. Los sacerdotes debían cuidar que ninguna luz se apagara nunca mientras el candelabro estaba dentro del santuario.

Sin luz todo esta oscuro y no podemos ver nada. Cuando hay luz podemos conocer los que tenemos alrededor, podemos aprender. ¿Quién dijo que era la «Luz del mundo»? Lo puedes leer en Juan 8:12.

El candelabro también simbolizaba a Jesús. Jesús nos enseña a ser mejores y a aprender más sobre Dios. Con Jesús podemos conocer mejor lo que Dios quiere de nosotros.

¿Sabías que la luz se refleja en las cosas y por eso podemos verla? En el espacio no hay nada que refleje la luz, por eso lo vemos todo oscuro. Pero cuando la luz tropieza con algo entonces vemos el objeto y la luz. Por ejemplo, cuando la luz del Sol se refleja en la Luna podemos ver la Luna, pero también nos ilumina por la noche.

¿Sabes lo que Jesús dijo de nosotros? (Léelo en Mateo 5:14). Nosotros, como sus discípulos, debemos también ser luz para otros, para que puedan conocer a Jesús.

• Jesús es luz. Encuentra las 7 diferencias.

Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.

TU LECTURA DEL MARTES

Al fondo, cerca del velo estaba el altar del incienso. Era de madera de acacia recubierta de oro. Allí, todos los días el sacerdote quemaba incienso (ver detalles en Éxodo 37:25-29).

¿Has visto alguna vez un palito de incienso que se quema? No tiene llama, pero sí un hilo de humo que se ve perfectamente. El incienso simboliza las oraciones que hacemos cada día. Igual que el humo del incienso se fundía con la nube que estaba encima del tabernáculo, nuestras oraciones llegan a Dios y nos unen más a él.

¿Oras todos los días? A Jesús le gusta oírte. Le gusta que le cuentes lo que te preocupa, lo que te pone triste. Pero también le gusta que le cuentes las cosas buenas que te han pasado lo que te gusta hacer y que lo compartas con él como se lo cuentas a un amigo.

Con la oración él también te puede hablar. Tal vez no con palabras que puedas oír con tus oídos, pero sí que llevará a tu mente ideas que te darán soluciones, te ayudará recordar cosas bonitas y agradables y te hará sentir que estás acompañado. La oración nos hace estar más unidos a Jesús.

• Atraviesa el humo del incienso para que tus oraciones lleguen a Dios.

TU LECTURA DEL MIÉRCOLES

El LUGAR SANTÍSIMO era el sitio más importante de todos. El espacio no era muy grande, pero es que allí solo iba a estar el arca de la alianza. También se le llama el arca del pacto porque ella debería guardar los símbolos del pacto entre Dios y los hombres.

• Busca en Hebreos 9:4 y colorea solo los objetos qué contenía el arca.

Tenía una porción de maná que simbolizaba todo lo que Dios nos cuida y nos protege. Allí se guardaban las tablas de piedra con las normas de la felicidad como símbolo de cómo debemos comportarnos los que aceptamos vivir con Jesús. Y también estaba la vara florecida de Aarón como muestra del poder y de la autoridad de Dios.

El arca era una caja de madera de acacia, no muy grande. Estaba bañada por dentro y por fuera de oro. El arca no podría ser tocada por nadie. Por eso para llevarla de un lugar a otro tenía unos aros por donde se introducían unas barras y así la podían llevar entre cuatro sacerdotes sin rozarla siquiera (ver detalles en Éxodo 25:10-16).

La tapa del arca se llamaba propiciatorio. Era una placa de oro macizo en la que había dos esculturas de dos querubines, uno a cada lado formando una sola pieza, de forma que las alas de los ángeles cubrían el propiciatorio (ver detalles en Éxodo 25:17-20). Allí estaba la presencia de Dios.

• Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.

TU LECTURA DEL JUEVES

El tabernáculo había sido terminado y los muebles colocados en el lugar que Dios había indicado. Aarón y sus hijos se habían lavado y ahora se estaba vistiendo, con la ayuda de Moisés. ¡Que emoción! Iban a inaugurar ese hermoso edificio portátil. Sus vestimentas eran muy bonitas, de colores muy vivos, los mismos colores de las cortinas del santuario: azul, granate y rojo.

Sobre el pecho de Aarón, Moisés colocó una especie de medallón cuadrado. Ese medallón se llama pectoral y llevaba doce piedras preciosas. Cada piedra llevaba grabado el nombre de una tribu de Israel.

En los hombros del chaleco del sumo sacerdote (efod) también había otras dos piedras. Eran piedras de ónice, cada una de ellas también llevaba grabadas el nombre de seis tribus.

¿Por qué Dios ordenó que vistieran de esa forma tan rara y con tantas piedras?

Para los padres

Tened en cuenta que los colores de las telas pueden ser traducidos de diferentes formas según las versiones de la Biblia. Adecúa el texto a la versión de la Biblia que utilicéis.

Dios quería que el sumo sacerdote nunca olvidara que todas las personas de su pueblo eran muy valiosas y que debía llevar sus problemas en los hombros y en el corazón. Eso significa preocuparse como si esos problemas fueran suyos.

Cuando Moisés acabó de vestir a Aarón puso sobre su cabeza un gorro que se llama mitra. Tenía una banda de oro puro con la inscripción: «SANTIDAD A JEHOVÁ». Esa banda brillaba con tanta intensidad que todo el mundo comprendía su significado. Aarón debía ser un hombre bueno. Debía dar ejemplo a todo el pueblo de Israel.

Los hijos de Aarón miraban atentamente todo lo que Moisés hacía con su padre. Ahora les tocaba el turno a ellos, Moisés los vistió con una túnica blanca, un cinturón y un gorro. Estaban preparados para el sacrificio del cordero.

• En Éxodo 28:17-20 hay una lista de las piedras que estaban engarzadas en el pectoral del sumo sacerdote. Encuéntralas en la sopa de letras.

Rubí, crisólito, esmeralda, granate, zafiro, jade, jacinto, ágata, amatista, topacio, cornalina, jaspe.

TU LECTURA DEL VIERNES

Todo lo que ocurría dentro del tabernáculo era una lección sobre cómo Dios quiere vivir con nosotros. La muerte de los animales que se sacrificaban a la entrada del santuario, en el atrio, significaba el perdón de nuestros errores. Lo mismo que cuando los sacerdotes se lavaban para entrar al tabernáculo. Lo primero que Dios hace por nosotros es perdonarnos, no le importa lo que hemos hecho mal. Él se olvida de las cosas malas que hayamos hecho (ver Isaías 43:25).

Luego, cuando vivimos con él, cuando entramos dentro de su casa, de su tabernáculo, podemos conversar con él por medio de la oración, igual que el humo del incienso simbolizaba las oraciones que subían. También aprendemos más y más cómo ser mejores, cómo tratar mejor a las personas con las que vivimos y cómo conocer mejor a Dios. Eso es lo que significaba la luz del candelabro.

También, cuando vivimos en la casa de Dios, encontramos alimento, encontramos los panes. Dios nos cuida y nos proporciona vida. Igual que la comida nos da energía y crecimiento, Dios nos ayuda cada día a crecer.

Y el momento más importante, el momento de encontrarnos delante de la presencia misma de Dios en el Lugar Santísimo. Dios ha hecho un pacto con nosotros. Por eso el arca de la alianza. Y es nos ha prometido que algún día podremos estar cara a cara con él en la Tierra Nueva.

Y todo ello gracias a Jesús, que es nuestro sacerdote, aquel que nos ha enseñado cómo es Dios, que vino a vivir con nosotros y que dio su vida para que nosotros podamos vivir la vida eterna.

• Al trasladar el tabernáculo de lugar el sumo sacerdote se ha despistado. Ayúdale a colocar en el lugar correcto cada una de las piezas. Pon el número adecuado junto a cada mueble.

• Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.

Dos espías valientes

Comprende y memoriza:

«Nosotros tenemos de nuestra parte al Señor. ¡No tengáis miedo!»

(Números 14:9, Dios habla hoy)

TU LECTURA DEL DOMINGO

Hacía ya un año que el pueblo de Israel había salido de Egipto y habían pasado muchas cosas. En el monte Sinaí, Dios había explicado las normas de la felicidad y las había escrito en dos tablas de piedra. También habían construido un hermoso santuario para Dios.

Ahora era el momento de celebrar una fiesta para recordar que eran libres gracias al poder de Dios. ¿Recuerdas cómo se llamaba la fiesta que celebraba la liberación de Israel?

Como un mes después alguien gritó: —¡La nube se mueve! ¡La nube se mueve!

• Sigue el laberinto para saber en qué dirección iba la nube.

Todos miraron hacia el tabernáculo. Era verdad, la nube se estaba moviendo. Todos sabían lo que eso quería decir. ¡Iban a Canaán!

Todo el mundo se puso a preparar su equipaje. Los levitas comenzaron a desmontar el tabernáculo para poder transportarlo. Los sacerdotes cubrieron los muebles del santuario y algunos levitas ya estaban preparados para llevárselos.

Todo se hacía con mucho cuidado y con orden. Para que todos supieran cuando tenían que empezar a caminar se utilizaban trompetas de plata para dar señales. Todos entendían esas señales. Los jefes de las tribus sabían cuando le tocaba el turno a su tribu para dar la orden de ponerse en marcha. Era la primera vez que el campamento se movía desde que Dios había hablado en el monte Sinaí (ver Números 10:11-13)

Para los padres

Haced entender a los niños que muchas veces pedimos cosas que nos gustan mucho pero que no son buenas para nosotros. Cuando hagas oración dile a Dios que si lo que pides te puede hacer daño que no te lo dé. Jesús cuando oraba siempre le decía a su padre que se hiciera su voluntad.

TU LECTURA DEL LUNES

Por fin, todo estuvo listo para seguir su viaje a Canaán. Las trompetas dieron la señal y todo el pueblo salió. Al mirar atrás, el pueblo sabía que iban a echar de menos el Sinaí, donde habían acampado rodeados de montañas. No había ninguna autopista por la cual viajar. Ni siquiera había un camino trazado. Así caminaron durante tres días. La nube se detuvo y los israelitas montaron de nuevo el campamento. Un día, Moisés se dio cuenta de que la gente estaba protestando y quejándose. Se quejaban de que desde que estaban en el desierto apenas comían carne ni pescado. Empezaban a decir que en Egipto se comía mejor y que era mejor vivir allí (ver Números 11:4-6). Moisés se sintió triste. Es verdad que ahora comían muy pocas veces carne. Alguna vez la carne de los sacrificios, otras veces algo de caza. Y en la fiesta de Pascua, habían comido cordero. Pero gracias al maná, no necesitaban carne para poder estar bien alimentados y sanos. Ahora, en vez de agradecer a Dios que en medio del desierto nunca les había faltado agua ni maná, aquellos

desagradecidos recordaban Egipto porque allí comían carne y pescado. Querían comer carne, ¡y la querían enseguida! ¿Qué podía hacer Moisés? No podía encontrar pescado en medio del desierto. ¿Verdad? Tampoco se podía poner a sacrificar el ganado porque si lo hacían se quedarían sin leche y sin lana para hacer tejidos. Como siempre, Moisés le consultó el problema a Dios. Dios sabía que la mejor alimentación para su pueblo no era la carne. Pero una mañana apareció una gran cantidad de codornices. Eran tantas que las podían coger sin problemas, como lo habían hecho antes. Cogieron tantas que cada uno podía hacer 10 montones. ¡Qué alegría! (Ver Números 11:32)

• Cuenta cuántas codornices hay en el dibujo. ¿Puedes encontrar también otros animales?

TU LECTURA DEL MARTES

¡Qué alegría había en el campamento! ¡Iban a comer carne! Todo el que quiso salió a cazar codornices. Los niños se divertían mucho porque eran muy fáciles de coger. Dos días enteros estuvieron yendo y viniendo a por las aves.

Era imposible comer tanta carne en un solo día, y entonces no existían neveras ni congeladores para guardar la carne que sobraba. Había una forma de mantener comestible la carne durante mucho tiempo y era dejándola secar. Es lo que se hace hoy con los jamones, las cecinas y los embutidos. Así que prepararon un lugar alrededor del campamento para poner las codornices a secar. Tendrían carne durante muchos meses.

Pero hubo gente que no se conformó con comer un poco de carne y guardar el resto. Tenían tantas ganas que comieron y comieron y comieron… ¿Qué te pasa a ti cuando comes demasiado? Lo llamamos empacho. Te duele el estómago y la cabeza y tienes ganas de vomitar. Pues los israelitas comieron tanto que se empacharon. Pero es que algunas personas, aunque se encontraban enfermas, siguieron comiendo. Tanto comieron y tan enfermos se pusieron por comer sin medida, que muchos de ellos murieron.

La alegría se convirtió en una tragedia por ser tan avariciosos, codiciosos y glotones. Ellos sabían que Dios les daba siempre lo que necesitaban. Todos los días tenían el maná justo que iban a comer. Tenían bastante carne de ave para varios meses, seguramente hasta que pudieran llegar a Canaán. Pero ellos no se conformaban con eso. Acaparaban la comida como si Dios les fuera a fallar y a dejar sin alimentos. Despreciaron el alimento sano y sabroso que era el maná y prefirieron empacharse hasta morir. ¡Qué tontos!

Para los padres

Es muy importante que reflexiones sobre la alimentación saludable con tus hijos. Al igual que el pueblo de Israel podemos haber estropeado nuestro gusto y añoremos comer comida basura, chuches, etc. La glotonería perjudica igualmente la salud, aunque consumamos alimentos sanos.

TU LECTURA DEL MIÉRCOLES

El pueblo de Israel siguió su camino hacia la tierra de Canaán. Estaban acampados en Cades, en el desierto de Parán, a solo unos días de camino de la tierra prometida. Todos estaban emocionados. Nadie de los que estaban allí conocía Canaán. Algunos, tal vez, tenían dudas sobre si la tierra, de verdad, valía la pena en comparación con Egipto. Por eso, para que no tuvieran dudas, Dios les pidió que eligieran doce personas para que se adelantaran a Canaán y les contaran cómo era la tierra en la que, a partir de entonces vivirían.

¿Sería buena la tierra para cultivar alimentos? ¿Habría suficiente pasto y agua para sus animales? ¿Qué clase de gente encontrarían en la nueva tierra? ¿En qué tipo de ciudades vivían?

Los espías viajaron por todo Canaán visitando poblados, aldeas y algunas ciudades como la que se había construido en Hebrón. Estuvieron casi 6 semanas. Observaron y tomaron nota de dónde había pozos, arroyos, ciudades, bosques y zonas de cultivo. Tenían que explicarles muy bien a todos si podían vivir en aquella tierra.

Mientras, el pueblo esperaba impacientemente que volvieran. Estaban nerviosos por saber cómo era su nuevo hogar.

Por fin volvieron los espías. No solo traían noticias y un informe sobre cómo era Canaán, también traían algunos frutos que habían encontrado: granadas, higos y un racimo de uvas tan grande que lo tenían que cargar en un palo ¡entre dos hombres! ¡No había duda acerca de la comida que crecía en Canaán!

Con mucha atención el pueblo escuchó el informe de los espías. ¿Qué fue lo primero que dijeron? (Lo podrás leer en Números 13:27).

¡Qué alegría! Dios estaba cumpliendo su promesa. Eran un pueblo libre en el país que Dios había prometido a Abrahán.

• Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.

TU LECTURA DEL JUEVES

Las buenas noticias sobre lo fértil y hermosa que era la tierra de Canaán entusiasmaron a todos. Es posible que cada uno empezara a hacer planes sobre dónde vivirían y qué casa se podrían hacer.

Pero entonces comenzó a hablar uno de los espías sobre cómo eran los habitantes del país y pronto las sonrisas desaparecieron. Puedes leer por qué en Números 13:28,32,33

Las ciudades tenían enormes murallas de piedra. Sus habitantes eran guerreros crueles y fuertes. No les iba a gustar que de repente más de un millón de personas se fuera a vivir a su tierra. Seguramente les atacarían para que no se quedasen allí. Entonces Caleb, el representante de la tribu de Judá, animó a todos a entrar en Canaán. A su lado estaba Josué, de la tribu de Efraín y ayudante de Moisés. (Lee lo que dijo en Números 13:30)

Pero los demás espías desanimaron a todos. Israel no era un pueblo guerrero. No sabían luchar, no tenían espadas ni carros de combate. ¿Cómo iban a pelear contra ellos? Empezaron a contar lo terribles que eran sus habitantes.

• ¿Cómo que animal se sintieron los espías al ver a los cananeos? Ordena las letras y lo descubrirás. (Números 13:33)

Para los padres

Pregúntale a tu hijo que es lo que le da más miedo. Explícale alguna experiencia vivida que muestre como te enfrentaste al miedo por medio de la confianza en Dios.

G L N S T A A O

Los diez espías eran unos cobardes y unos mentirosos, los israelitas no eran tan pequeños como langostas, aunque los cananeos fuesen muy altos. Eran líderes que no confiaban en las promesas de Dios. ¡Qué mal ejemplo le estaban dando al pueblo!

Los israelitas hicieron más caso a los diez espías que a Caleb y a Josué. Se sentían defraudados. Se pasaron toda la noche llorando y por la mañana decidieron algo. ¿Qué decidieron? Léelo en Números 14:4. Ya no querían seguir a ese Dios que los había liberado de los egipcios y de los amalecitas. Ahora solo pensaban en que iban a morir en manos de los cananeos. Ya no se acordaban de cómo Dios los había cuidado.

TU LECTURA DEL VIERNES

• Anima al pueblo de Israel a continuar su viaje a Canaán y enséñales el camino.

Para los padres

Comenta el versículo de Hebreos 13:6 con tu hijo. Háblale de la importancia de confiar en Dios tanto en las pequeñas como en las grandes cosas de la vida. En como Dios quiere que nos parezcamos a él siendo personas honestas merecedoras de confianza. Muéstrale que le amas y que confías en él. Cumple tus promesas para que él pueda confiar siempre en ti.

El pueblo de Israel quería volver a Egipto, a la esclavitud, a los dioses paganos. ¡Qué pena! ¿Acaso no recordaban que Dios los había liberado del ejército más poderoso de la tierra, mucho más poderoso que los cananeos, hacía apenas un año y medio? ¿Es que Dios no les había demostrado cuál era su poder en Sinaí? Eso es lo que Caleb y Josué dijeron a los israelitas (Lo puedes leer en Números 14:7-9).

Caleb y Josué eran los únicos dirigentes valientes que confiaban en Dios. El pueblo no quiso escuchar lo que dijeron Caleb y Josué, prefirieron la versión de los otros diez espías. Es más, estaban tan enfadados con Moisés, Aarón, Josué y Caleb que empezaron a pensar en coger piedras y matarlos a pedradas (ver Números 14:10).

Pero Dios no lo permitió. De repente la Gloria de Dios se apareció ante todos. Dios estaba muy triste. Dios no podía tolerar que el pueblo tratara de esa forma a Moisés.

Si los israelitas no confiaban en Dios él no podía dirigirlos hasta Canaán. Mientras, deberían permanecer en el desierto, viviendo en un gran campamento, aprendiendo a vivir como hombres y mujeres libres, que no eran esclavos de nadie y a ser valientes dejando que Dios los cuidase. Pero la promesa de vivir en una tierra de libertad se cumpliría, pero no en esas personas tan desconfiadas y desagradecidas. La promesa pasaría a los niños y jóvenes; ellos serían quienes disfrutarían de la tierra prometida. Dios les dijo que tendrían que pasar 40 años antes de tener la oportunidad de vivir en Canaán (ver Números 14:31,34).

Así que podemos decir con confianza: «El Señor es mi ayuda; no temeré. ¿Qué me puede hacer el hombre?» (Hebreos 13:6)

• Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.

Rebelión en el desierto

Comprende

y memoriza:

«Hacedlo todo sin murmuraciones ni discusiones»

(Filipenses 2:14, Dios habla hoy)

Para los padres

A Dios no le gustan las guerras. Él puede darnos todo lo que nos ha prometido sin que nosotros tengamos que usar la violencia. Cuando queremos conseguir las cosas por nuestras propias fuerzas y dejamos de lado a Dios siempre acaba todo mal y tenemos problemas.

TU LECTURA DEL DOMINGO

Los hijos de Israel habían tenido miedo de los habitantes de Canaán sin pensar que Dios estaba a su lado. Les había prometido que vivirían en Canaán y que él se ocuparía de los problemas, pero los israelitas se habían enfadado tanto que querían matar a Moisés y volver a Egipto.

Como consecuencia, Dios les dijo que no podrían entrar en Canaán hasta que aprendieran a vivir confiando en él. Y Dios sabía que eso no iba a pasar hasta que sus hijos fueran mayores. Los hijos de esas personas desobedientes serían quienes vivirían en la tierra prometida.

¿Cómo se sintieron cuando Moisés les contó los nuevos planes de Dios? (Lee Números 14:39)

Esa noche estuvieron pensando y reflexionando. Reconocieron que se habían equivocado, pero no querían vivir 40 años en el desierto. Así que tomaron una decisión a espaldas de Moisés. No les importaba si Dios había dicho que no fueran a Canaán, irían de todas formas con Dios o sin Dios. ¡Qué curioso, ahora ya no tenían miedo de los cananeos!

Cuando Moisés se enteró les advirtió que otra vez estaban desobedeciendo. Dios no aprobaba ese ataque a los cananeos. Si atacaban, Dios no les iba a ayudar, y sin la ayuda de Dios no podían vencer a un pueblo entrenado para la guerra. Dios había prometido que él les daría la tierra, no que ellos la ganarían guerreando. Sin embargo, a pesar de la advertencia de Moisés, se empeñaron en preparar un ejército de soldados mal entrenados y mal armados y atacar a los cananeos. Te puedes imaginar las consecuencias. (Léelas en Números 14:45).

Para los padres

Pregúntale a tus hijos si alguna vez han sentido celos o envidia de sus hermanos porque pensaban que tú hacías más caso a los otros que a él. Muéstrale que los celos y la envidia nos hacen infelices. Crea un ambiente familiar favorable para que tus hijos puedan mostrar sus sentimientos y analiza con ellos las diferentes situaciones. Si te has equivocado dando un trato de favor a unos respecto a los otros, no te importe pedirles perdón. Los niños pueden aceptar un fallo, pero no la injusticia.

TU LECTURA DEL LUNES

Gobernar un pueblo tan grande viviendo en un campamento no era nada fácil. Dios había elegido a Moisés como su gobernante y a Aarón y a sus hijos como sacerdotes. Pero las decisiones que tomaban no siempre le gustaban a todo el mundo, aunque esas decisiones fueran dictadas por Dios mismo.

Ayer vimos cómo una parte del pueblo decidió enfrentarse a los cananeos sin la dirección de Dios y las consecuencias que eso tuvo. Esta semana vamos a ver cómo algunas personas se quejaron de Moisés y cómo Dios tuvo que intervenir.

Una vez, estando en Haserot de camino hacia Cades, Aarón y María, los hermanos de Moisés fueron a quejarse de Séfora, la mujer de Moisés. Tal vez pensaron que Séfora le decía a Moisés lo que tenía que hacer. Le tenían envidia porque ella no era israelita, era madianita. Entonces Dios los llamó a la tienda de reunión para hablar con los tres.

Dios les explicó que era cierto que la autoridad de Aarón como sumo sacerdote era muy importante, también la autoridad de María como profetisa. Ellos también hablaban en el nombre de Dios. Pero con Moisés era diferente. Con Moisés Dios hablaba cara a cara, como con un amigo, así que las decisiones que Dios tomaba y Moisés transmitía al pueblo no podían ponerse en duda. Para que quedara claro que Dios confiaba en Moisés, ¿qué le pasó a María? (Lee Números 12:10). Moisés se asustó y le pidió a Dios que quitara la lepra de su hermana porque, aunque le hacían enfadar, él quería mucho a sus hermanos (ver Números 12:13). Dios lo hizo, pero, según las leyes de salud, debía permanecer fuera del campamento siete días hasta que se aseguraran de que estaba curada y no podía contagiar a nadie. María no volvió a dudar de Dios y de sus decisiones.

• Encuentra el dibujo pequeño que es exactamente igual al grande.

• Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.

TU LECTURA DEL MARTES

Algunas personas en el campamento seguían viendo injusto que fuera Moisés quien diera las órdenes. Aún después de la derrota de Horma, no entendían por qué, si ya estaban tan cerca de Canaán no podían entrar, matar a todos los cananeos y quedarse con sus tierras. Empezaron a pensar que Moisés y su hermano Aarón se aprovechaban de los demás.

No querían entender que eso era una decisión de Dios. Poco después, hubo un intento de quitarle el mando a Moisés y a Aarón por parte de unos hombres llamados Coré, Datán y Abirán. Estos hombres pusieron en contra de Moisés a 250 miembros del consejo. El mayor problema era que todos querían ser sacerdotes, e incluso Coré quería ser sumo sacerdote en vez de Aarón. Pero esa era una labor muy sagrada que solo podían ejercer los elegidos de Dios y Dios había elegido a Aarón y a sus hijos.

Así que, para que quedara claro quién debía ser sumo sacerdote, Dios propuso una prueba. Cada representante de cada tribu traería un bastón al tabernáculo. Cada bastón llevaría escrito el nombre de su dueño. Las varas se meterían en el Lugar Santísimo y Dios haría florecer una de esas varas. La vara que floreciera diría quien era el sumo sacerdote.

Para los padres

A todos los niños les gusta ser el que manda cuando participan en juegos o en otras actividades. Recordadles que mandar y hacerlo bien requiere una gran responsabilidad y preparación más que un privilegio sobre los demás.

• Encuentra las 12 varas de los jefes de cada tribu

TU LECTURA DEL MIÉRCOLES

Todos los representantes trajeron su vara. No entendían lo que Dios quería hacer. Eran palos de madera seca que hacía mucho tiempo que habían sido cortados del árbol, le habían quitado la corteza y los habían tallado. Esos palos no podían florecer de ninguna manera.

Las varas pasaron toda la noche en el tabernáculo. A la mañana siguiente llegaron todos los líderes de las tribus para ver cómo había respondido Dios.

Moisés entró al tabernáculo y miró las varas. ¿Qué fue lo que vio Moisés? (Lo sabrás si lees Números 17:8)

¿Te imaginas la sorpresa de los jefes de las tribus cuando vieron la vara de Aarón? Siendo un trozo de madera seca se había convertido en una rama de almendro con hojas, flores y ¡hasta con almendras!

Eso era imposible, ni siquiera el almendro vivo tiene a la vez hojas, flores y frutos y que crezcan en una noche. Seguramente que ahora no había duda alguna de quién había escogido Dios, ¿no es cierto?

Para que sirviera de recordatorio de que Dios era el que había elegido a Aarón como sumo sacerdote, la vara se colocó dentro del arca de la alianza (como podrás leer en Hebreos 9:4). La vara de Aarón nos recuerda que Jesús nos dirige pero que usa personas para que le ayuden.

Dios sabía que Moisés y Aarón eran los mejores dirigentes para el pueblo de Israel.

• Rodea las palabras que describen cómo son los buenos dirigentes. Pide a tus padres que te expliquen las palabras más difíciles.

¿Crees que Moisés y Aarón eran así?

• Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.

TU LECTURA DEL JUEVES

Otra decisión de Moisés que fue cuestionada tenía que ver con el reparto de la tierra de Canaán. Mientras estaban en el desierto, Moisés comenzó a preparar un plan sobre dónde viviría el pueblo de Israel cuando llegasen a Canaán. No podían vivir todos en el mismo sitio, así que decidió qué territorio ocuparía cada familia. Cada tribu viviría en una región distinta y cada familia tendría una heredad, una propiedad para vivir.

Llegó el turno de un hombre llamado Zelofehad, de la tribu de Manasés. Este hombre había muerto en el desierto. Si alguien moría en el desierto su herencia pasaba inmediatamente a sus hijos varones. El problema es que Zelofehad no tenía hijos, pero sí cinco hijas. Al hacer el reparto, como no había herederos varones, las hijas se quedaron sin tierras.

Las hijas no estaban de acuerdo. Les parecía injusto quedarse sin tierras y fueron a quejarse. La queja llegó hasta Moisés. ¡Qué atrevimiento para unas mujeres de aquella época! Moisés también podía haber ignorado la petición de las mujeres, pero como no sabía qué hacer le preguntó a Dios. ¿Cuál fue la respuesta de Dios? (Léela en Números 27:7).

A Dios también le pareció injusto que las mujeres no tuvieran derecho a la herencia, por eso dictaminó que las hijas pudieran heredar de sus padres. Para Dios todos somos iguales (ver Gálatas 3:8). A partir de entonces se convirtió en ley para todos los israelitas (ver Números 27:11)

Las personas nos equivocamos y los dirigentes de Israel se equivocaron al no dar su parte de la herencia a unas mujeres. Pero Dios dio la razón a quien la tenía y los dirigentes tuvieron que rectificar.

• Tacha las letras E, U, P, B y descubrirás el nombre de las cinco hijas de Zelofehad.

PEMEAHLBA

UNEOA

Para los padres

Las leyes humanas pueden ser injustas, cambian según los tiempos en los que vivimos, los países y las personas que tienen el poder (puedes analizar alguna ley actual que sea injusta), pero las leyes de Dios siempre son justas porque están basadas en el amor.

Para los padres

Pregunta a tus hijos qué cosas tienen en cuenta a la hora de elegir a sus amigos. ¿Eligen a los más listos, a los que tienen más dinero y juguetes, al más fuerte o tienen en cuenta que sean unos niños que obedecen a Dios y a sus padres?

TU LECTURA DEL VIERNES

Moisés tenía otra decisión importante que tomar. Era ya muy anciano y si moría en el desierto los israelitas eran capaces de enfrentarse, pelear y matarse entre ellos por conseguir el gobierno del campamento. Quería dejar elegido a un sucesor. Era una decisión muy importante ya que su sucesor era el que tenía que tomar posesión de la tierra de Canaán y repartir los territorios para que no hubiera peleas entre los israelitas. Por otro lado, estaban los cananeos que eran crueles y malvados y no querrían compartir sus tierras con esos extranjeros.

Su sucesor debía ser una persona que confiara plenamente en Dios y que conociera perfectamente al pueblo.

Moisés pensó en su ayudante Josué. Él había estado todas las veces en el monte Sinaí cuando Moisés subió a hablar con Dios. Él cuidaba la tienda de reunión antes de construirse el tabernáculo. Él había estado al mando en la lucha contra los amalecitas. Había sido uno de los espías que habían ido a explorar Canaán y uno de los que habían animado al pueblo a confiar en Dios. Parecía que era el candidato perfecto. Pero Moisés sabía que no era su decisión sino la decisión de Dios.

Un día Dios le habló y le dijo que ya era el momento de nombrar a un sucesor. ¿A quién eligió Dios?

• Coloca las palabras en el lugar adecuado y lo descubrirás. (Números 27:18-20, TLA).

CABEZA HOMBRE JOSUÉ PRINCIPAL PUEBLO

Llama a , que es un valiente y me obedece; llévalo ante el sacerdote Eleazar y ante todo el , y en presencia de ellos pon tus manos sobre su . Así le pasarás tu autoridad y lo harás jefe del pueblo.

Moisés se alegró de que su ayudante fuera a ser el próximo gobernante de Israel. Lo llevó delante de todo el pueblo y anunció la decisión de Dios. Luego le impuso las manos como señal de que Dios lo había elegido.

Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.

Dios ayuda a pesar de todo

Comprende

y memoriza:

«Vivirás en paz y protegido por Dios; dormirás confiado y lleno de esperanza sin miedo a nada ni a nadie y muchos querrán ser tus amigos»

(Job 11:18,19, Dios habla hoy).

Para los padres

Cuando las cosas no te salen como habías pensado ¿te enfadas y le echas la culpa a otras personas y a Dios? ¿Qué es mejor enfadarte o confiar en que Dios te ayude? ¡Pídeselo!

TU LECTURA DEL DOMINGO

Los hijos de Israel llevaban muchos años en el desierto. Volvieron de nuevo al desierto de Zin y volvieron a acampar en Cades. La Biblia nos da una noticia triste. ¿Qué pasó en Cades? (Léelo en Números 20:1).

María había estado junto a su hermano Moisés desde su mismo nacimiento y le había salvado la vida junto al Nilo. Dios hablaba con ella y fue una ayuda imprescindible para su hermano, pero ya era muy anciana y murió.

Después, los israelitas tuvieron un problema muy grave. No sabemos si es que había un periodo de sequía, pero el oasis de Cades se había secado. Necesitaban agua con urgencia.

Desde aquel día en que Moisés había golpeado la peña de Horeb para darles agua cuando estaban sedientos, nunca les había faltado de nada. Durante casi 40 años, Dios, siempre les había conducido a un lugar con agua. Los israelitas ni siquiera se acordaban de agradecérselo. Ahora estaban acampados en Cades y no había agua. ¿Tú crees que oraron a Dios y le contaron su problema? ¡No! En vez de pedirle ayuda a Dios se enfadaron mucho con Moisés y protestaron y protestaron (ver Números 20:2,5)

¿Te suena esto de antes? A Moisés y a Aarón también. Tal vez recordaron que por cosas como éstas Dios decidió que el pueblo no estaba preparado para entrar en Canaán hacía casi 40 años. Ahora los dos hermanos estaban ya muy ancianos y no tenían ni las fuerzas ni la paciencia de cuando eran más jóvenes. Pero Moisés y Aarón fueron a ver a Dios, era su única esperanza. Dios les dijo que no se preocuparan.

Para los padres

La impotencia y la frustración ante los malos comportamientos de los demás nos producen ira. Eso puede ocurrir también con nuestros hijos, pero Dios quiere que tengamos la misma paciencia con los otros como él la tiene con nosotros. Cuando te sientas impotente y frustrado porque tus hijos no responden a tus expectativas, intenta no reaccionar con ira, sino poniéndote en las manos de Dios.

TU LECTURA DEL LUNES

Dios le dijo a Moisés que haría brotar agua de una roca otra vez. ¿Te acuerdas cómo fue la primera vez? Dios le dijo que golpeara la roca con la vara y saldría agua (ver Éxodo 17:6)

Esta vez iba a ser un poco distinto. Puedes leerlo en Números 20:8

¿Has encontrado la diferencia? Esta vez Dios le dijo que debía hablarle a la roca y de la roca saldría el agua que necesitaban.

Moisés y Aarón reunieron al pueblo junto a la roca y Moisés les habló muy enfadado. ¿Qué les dijo? (Lee las palabras de Moisés en Números 20:10).

¿Qué te parece? ¿Moisés y Aarón eran capaces de hacer salir agua de la roca? ¡Claro que no! Era Dios el que hacía el milagro. Moisés había dejado que el enfado le hiciese decir cosas que no pensaba.

Tanta era la rabia que sentía por dirigir a un pueblo tan desagradecido que perdió el control: cogió su vara y golpeó la roca dos veces con fuerza (ver Números 20:11)

No, eso no era lo que Dios le había dicho que hiciera. Moisés debía hablar y solo hablar a la roca. De todas formas, Dios hizo el milagro y brotó agua de la roca.

• Encuentra las ocho diferencias entre los dos dibujos.

Poco tiempo después, cuando todo se calmó, Dios quiso hablar con Moisés. Léelo en Números 20:12. Dios no estaba castigando a Moisés por no haber obedecido. Dios quería hacerle entender que los próximos años, mientras entraban en Canaán, iban a ser muy difíciles para dirigir al pueblo. Se necesitaba un líder más joven, fuerte y paciente, como había sido Moisés durante cuarenta años. Era el momento de dejar que otra persona dirigiera al pueblo.

• Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.

TU LECTURA DEL MARTES

El pueblo de Israel siguió su camino hacia Canaán. El camino pasaba por el país de Edom. Moisés mandó un mensaje al rey de Edom pidiendo permiso para pasar por su país. Le aseguraron que no iban a hacerles ningún daño, ni estropearían los campos de cultivo. Ni siquiera beberían del agua de los pozos. Era una forma de decirles que no les iban a quitar nada. Pero los edomitas tenían miedo, no se fiaban de que un pueblo tan numeroso pasara por sus tierras y contestaron de forma brusca. (Léelo en Números 20:18). Al final los israelitas tuvieron que tomar otro camino.

Durante el tiempo que el pueblo de Israel estuvo en el desierto tuvieron que dar alguna vuelta, pero valió la pena porque así evitaron muchas guerras con los otros pueblos que vivían por el camino.

• Lleva al pueblo de Israel por un camino seguro hasta la Tierra Prometida.

Cuando llegaron al monte Hor, Dios le dijo a Moisés que había llegado el tiempo para que Aarón muriera. Aarón había sido el sumo sacerdote que representaba a Jesús en el santuario. Era una triste noticia tanto para Moisés y la familia como para el pueblo porque querían mucho a Aarón.

Los dos hermanos, Aarón y Moisés, subieron la montaña junto con Eleazar, el hijo de Aarón. Una vez en el monte, Aarón se quitó las vestiduras de sumo sacerdote y Moisés ayudó a ponérselas a Eleazar. A partir de ese momento Eleazar sería quien representara a Jesús en los rituales del santuario. Luego Aarón murió. Su hermano y su hijo lo enterraron con tristeza (ver Números 20:27,28)

Cuando regresaron al campamento, Eleazar llevaba puesta la ropa del sumo sacerdote. Todos supieron que Aarón había muerto. Para mostrar su pena el pueblo esperó 30 días antes de continuar su viaje.

Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.

Para los padres

La serpiente no era un ídolo. No tenían que hacer ningún ritual para que la serpiente les curase, ni hacer sacrificios u ofrendas. Era una forma de demostrar su fe y confianza en la promesa de Dios. Solo mirar y creer.

TU LECTURA DEL MIÉRCOLES

El pueblo había tenido que dar un gran rodeo para llegar a Canaán y además estaban tristes por la muerte de Aarón. Estaban de mal humor y pronto se dejaron oír las quejas otra vez.

El pueblo olvidó otra vez cuánto Dios los había ayudado. Durante años Dios les había dado alimento, agua, calor y sombra con la nube, los había protegido de sus enemigos. Además, Dios les daba fuerzas para que nadie se sintiera débil al caminar, que sus ropas no se estropearan (lo puedes leer en Deuteronomio 29:5) y alejaba los animales salvajes y peligrosos del campamento.

Tanto se quejaron que, para que se dieran cuenta de su protección, Dios dejó de protegerlos por unos momentos de las serpientes venenosas. Las serpientes mordieron a muchos y algunos murieron por el veneno. Todos tenían mucho miedo. La gente corrió buscando a Moisés. Reconocieron que habían sido injustos al quejarse sin razón y pidieron ayuda a Dios. Ahora sí se daban cuenta de lo importante que era la protección de Dios hasta en las cosas más sencillas. Moisés, como siempre, consultó a Dios. ¿Qué le dijo Dios a Moisés que hiciera? (Lee la extraña solución que Dios le plantea en Números 21:8).

¡Qué curación tan rara! ¿Cómo podía una serpiente hecha de bronce sanar a alguien? Moisés obedeció. Hizo una serpiente de bronce, como le había dicho Dios, y la puso en un lugar alto, para que desde todo el campamento pudiera ser vista. Si una serpiente mordía a cualquier persona solo tenían que levantar la vista y mirar a la serpiente. Inmediatamente el veneno desaparecía. No tenía que hacer nada más. Solo debía confiar en que Dios había dicho que los curaría.

• Solo una de las serpientes pequeñas es exactamente igual a la grande. ¿Sabes cuál es?

• Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.

TU LECTURA DEL JUEVES

Luego se acercaron a otro territorio, el de los amorreos. Los amorreos adoraban ídolos y odiaban al Dios de los israelitas. Querían pelear contra los israelitas porque estaban seguros de que eran muy fuertes y los vencerían. El rey de los amorreos se llamaba Sehón.

Moisés y los israelitas no tenían ninguna intención de empezar una batalla con ellos. De hecho, Moisés les envió un mensaje de paz exactamente igual al que mandó a los edomitas (ver Deuteronomio 2:26-28).

• Escribe en el mensaje qué sitios no tocarían los israelitas al pasar por el territorio amorreo. Lo encontrarás en Números 21:22.

Para los padres

Los niños deben aprender el valor de la no violencia. Enséñale a tu hijo que es mejor ceder, aunque tengas razón que entrar en una pelea con otros niños. Las batallas de nuestra vida las vence Dios, no nosotros.

Pero el rey les contestó muy descortésmente. No les dio permiso de pasar por su tierra, pero es que, además, atacó a los israelitas. Los israelitas se asustaron mucho. Dios habló con Moisés y les prometió que ganarían la batalla. Además, les aseguró que después de esta batalla todas las naciones de Canaán les tendrían más respeto (ver Deuteronomio 2:25). Cuando los amorreos atacaron, los israelitas se defendieron y ganaron la batalla porque Dios los protegía. Ocuparon el territorio y se quedaron a vivir allí durante un tiempo.

Para los padres

Comentad que las batallas que ganaron los israelitas fueron defendiéndose de ataques enemigos cuando no tenían más remedio que defenderse. Cuando los israelitas quisieron atacar perdieron. Comenta el texto de Mateo 5:9 con tu hijo, profundizando en qué significa trabajar por la paz en la sociedad que vivimos y en el entorno con el que se relaciona el niño. Ponle ejemplos de cómo podemos trabajar por la paz.

TU LECTURA DEL VIERNES

Los israelitas iban a pasar cerca de Basán. Entre los cananeos había gigantes. Ya lo habían dicho los espías que habían entrado en Canaán hacía cuarenta años. Og, el rey de Basán, era uno de esos gigantes. No sabemos cuánto medía, pero la Biblia dice que su cama medía 4 metros de larga (ver Deuteronomio 3:11).

Antes de que los israelitas pudieran enviar ningún mensaje, Og y todo su ejército les atacó (ver Números 21:33).

El rey Og y su ejército tenían ganas de pelear. Se creían invencibles. Los israelitas podían ver desde lejos a los miles de soldados. Podían ver sus afiladas lanzas. Veían al rey Og, tan enorme que sobrepasaba a todos sus soldados. Podían escuchar a los soldados gritar maldiciones al pueblo de Israel y a su Dios. ¿Cómo podría ganar Israel a un ejército tan poderoso?

Los israelitas miraron a Moisés. Moisés estaba tranquilo. No mostraba miedo. Eso les dio ánimo y valor. Ellos sabían que Moisés confiaba en las promesas de Dios. Valientemente marcharon hacia el frente a encontrase con el ejército enemigo. ¿Sabes lo que sucedió? ¡Israel ganó!

Los cananeos escucharon la noticia. ¡El rey Og y sus soldados habían sido destruidos! Ahora sí tuvieron miedo de los israelitas, tal como Dios lo había dicho. Cuando los soldados israelitas volvieron al campamento y le contaron al pueblo la victoria que Dios les había dado, el pueblo recordó que Dios les hubiera querido dar esa misma victoria hacía 40 años, pero no le habían creído.

• Los judíos utilizan la palabra shalom para saludar, decir ¡hola!, adiós, buen viaje… ¿Sabes qué significa? Descubrirás su significado si pintas con un mismo color los espacios que tienen un punto.

«DICHOSOS LOS QUE TRABAJAN POR LA PAZ, PORQUE DIOS LOS LLAMARÁ HIJOS SUYOS».

(MATEO 5:9)

• Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.

Balaam, el profeta codicioso

Comprende y memoriza:

«Nadie puede servir a dos amos […]. No se puede servir a Dios y a las riquezas»

(Mateo 6:24, Dios habla hoy)

Para los padres

Hablad a vuestros hijos de que algunas veces podemos comportarnos como el rey Balac con los extranjeros (los israelitas): teniendo miedo de que nos quiten nuestras cosas y deseando que se vayan a su país. O también podemos obedecer a Dios y ayudar a los que nos necesitan, como nos gustaría que nos ayudaran si estuviésemos en esa situación.

TU LECTURA DEL DOMINGO

Balac, el rey de los moabitas, estaba muy preocupado. Se había enterado de que los israelitas habían vencido a los poderosos ejércitos vecinos de Og y de Sehón. El rey sabía muy bien que el Dios de los israelitas era poderoso y que protegía a su pueblo de cualquier amenaza.

El rey Balac buscaba la forma de vencerlos. Entonces alguien se acordó de un hombre que se llamaba Balaam. Balaam era un profeta de Dios, aunque no pertenecía al pueblo de Israel. A pesar de ser profeta, era un hombre ambicioso, al que le gustaba mucho el dinero.

Balaam vivía bastante lejos, en algún lugar junto al rio Éufrates, pero el rey Balac había escuchado que él tenía poder para maldecir y bendecir. Para los moabitas maldecir era como hacer un hechizo para que todo les saliera mal. Así que decidieron pedirle ayuda para que maldijera a los israelitas en el nombre de Dios. ¿Crees que eso era posible?

Los enviados del rey de Moab viajaron muchos kilómetros, hasta las orillas del río Éufrates y por fin encontraron a Balaam. Le contaron el problema que tenían. Creían que si él iba a Moab y maldecía a Israel podrían declararles la guerra y vencerlos (ver Números 22:6).

El rey Balac sabía que Balaam pedía dinero por sus bendiciones, así que si quería que dijese una maldición en contra de Israel tendría que ofrecerle una suma muy importante.

• Descifra el mensaje de Balac para Balaam.

TU LECTURA DEL LUNES

Aunque Balaam conocía a Dios y sabía perfectamente que no podía maldecir a Israel en el nombre de Dios, les dijo a los mensajeros que se quedaran a pasar la noche mientras él consultaba a Dios. Es como cuando tú le pides a tus padres que te dejen ver una película en la tele hasta muy tarde cuando al día siguiente tienes cole. Sabes que tus padres te van a decir que no, pero de todas formas lo intentas.

Dios, que conoce bien nuestros corazones, le habló esa misma noche. (Podrás leer lo que le dijo en Números 22:12).

Con mucha tristeza en su corazón, Balaam dijo que no podía aceptar el trabajo que le proponían (ver Números 22:3)

Pero los mensajeros volvieron otra vez con más dinero y riquezas (ver Números 22:15-17).

Balaam ya sabía cuál era la voluntad de Dios y les dijo que Dios no le permitía ir con ellos, pero intentaría hablar con Dios otra vez esa noche a ver si por casualidad Dios había cambiado de parecer. ¿Qué te parece? Lo que pasaba realmente es que, en su corazón, ya había tomado la decisión de aceptar la oferta de Balac.

Como Dios sabía lo que Balaam pensaba decidió permitir que fuera, con una condición.

• Coloca las palabras correctamente en los espacios del texto. (Números 22:20).

• Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.

TU LECTURA DEL MARTES

Balaam preparó su asna y a dos de sus criados y se puso en camino hacia Moab. En su viaje, le pasó algo sorprendente. Un día, mientras Balaam cabalgaba en el asna se dio cuenta de que el animal se salía del camino y comenzaba a andar por el medio del campo. ¿Por qué se comportaba el animal de una forma tan extraña? (Lo sabrás si lees Números 22:23). Dios permitió que el asna pudiera ver cosas que Balaam no podía ver. Pero la reacción de Balaam fue bastante cruel, ¿no te parece?

Más tarde, el asna se asustó. Estaba viendo otra vez al ángel. Esta vez estaban pasando por un camino de viñas que tenía una pared a un lado y al otro las vides. El asna no se podía meter por el medio de la viña porque sabía que su amo le iba a pegar de nuevo, así que se arrimó a la pared para intentar esquivar al ángel. Pero sin querer, el asna le apretó el pie contra la pared y le hizo daño. ¡Esta vez Balaam se enfadó mucho y volvió a pegar al pobre animal! (ver Números 22:24,25).

Si solo hubiera estado más atento a lo que era la voluntad de Dios, en vez de pensar en todas las riquezas que iba a conseguir en Moab, tal vez Balaam hubiera visto al ángel. ¡Pobre asna! ¿Es que su amo no se daba cuenta de que algo raro estaba pasando?

Para los padres

Reservad un ratito esta semana para estudiar qué dice la Biblia acerca del cuidado de los animales. Os dejamos algunos textos (pueden ser otros) para que los comentéis. Éxodo 23:5; Deuteronomio 22:6,7; Mateo 18:10-14; Mateo 6:26; Proverbios 12:10.

TU LECTURA DEL MIÉRCOLES

Continuaron el camino. Por tercera vez, el ángel se le apareció al asna. Esta vez el pobre animal se topó de frente con el ángel en un lugar muy estrecho. No había forma de pasar. Allí delante había un ángel con una espada en la mano. Solo pudo hacer una cosa: pararse. Parecía que el pobre animal sabía que iba a recibir golpes por tercera vez porque se echó en el suelo. ¿Cómo reaccionó Balaam? Ya te lo puedes imaginar, sí, le volvió a pegar.

Entonces ocurrió algo prodigioso. (Léelo en Números 22:28). Dios permitió que el animal hablara y se quejara a su amo por el trato recibido. ¡Balaam estaba furioso! Estaba tan furioso que cuando Dios hizo el milagro de permitir que su asna hablara, Balaam ni se dio cuenta. Le contestó a su asna como si fuera una persona (ver Números 22:29,30)

Finalmente, Dios permitió que Balaam viera por qué su asna había estado tan asustada. Cuando Balaam vio al ángel se asustó. ¿Cuál era el mensaje que tenía el ángel? (Léelo en Números 22:32,35)

Ya que Balaam no entendía que no debía ir a Moab, al menos solo diría lo que Dios le dijera.

Dios creó los animales para que los cuidáramos y fueran nuestros amigos. Si los animales hablaran ¿qué dirían de tu trato hacia ellos?

• Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.

TU LECTURA DEL JUEVES

El rey Balac salió a recibir a Balaam. Balaam ya le advirtió a Balac, desde el principio, que solo podría hacer lo que Dios le dijera (ver Números 22:38). Al día siguiente, el rey Balac llevó a Balaam a un lugar alto desde donde podía contemplar todo el campamento de Israel. Él debió pensar que para ganarse el favor de Dios podría hacer sacrificios, y además si su sacrificio era siete veces más grande que el de los israelitas, tal vez Dios cambiara de opinión, lo dejaría maldecir a Israel. Así que prepararon siete altares y ofrecieron sacrificios. ¡Qué poco entendía el verdadero significado de los sacrificios! No eran para contentar a Dios sino para recordarnos que su gran amor lo llevaría a morir por nosotros.

Cuando terminaron, Balaam se alejó para escuchar cual era el mensaje de Dios. Al poco tiempo regresó donde estaban todos los jefes moabitas impacientes por ver lo que pasaba. Balaam se puso en un lugar desde donde se podía ver todo el campamento, alzó los brazos y empezó a hablar. Pero en vez de maldecir, de sus labios salió una hermosa oración:

—¡Los israelitas son gente buena! No hay quien pueda contarlos. ¡Los israelitas son gente de paz! ¡Ojalá llegue a ser como ellos! (Números 23:10,Traducción en lenguaje actual)

Balac se enfadó mucho y Balaam se excusó diciendo que no podía hacer otra cosa, dijo lo que Dios le había dicho que tenía que decir.

Para los padres

Los niños oyen la expresión «¡maldito seas!», pero la mayoría de las veces no saben su verdadero significado. Enséñales las acepciones de la palabra consultando un diccionario.

Para los padres

Reflexionad con vuestros hijos si prefieren tener muchos juguetes o muchos amigos. De nada sirve tener mucho dinero o muchas cosas si no puedes compartirlos con los demás. Las personas avariciosas como Balaam siempre están solos ¿Sabes por qué? Pensadlo. Comenta con tu hijo el texto del Salmo 37:16,17.

TU LECTURA DEL VIERNES

El rey decidió probar en otro lugar. Un sitio más escondido, por si Dios los estaba viendo desde el tabernáculo. Creía que si lo hacían a escondidas tal vez podrían burlar a Dios.

Volvieron a hacer sacrificios y una vez más, Balaam fue a consultar a Dios qué debía decir. Cuando regresó, volvió a bendecir a Israel. ¡El rey Balac estaba furioso! Pero no se quiso dar por vencido y probó una tercera vez.

Buscaron otro lugar de cara al desierto y otra vez hicieron un montón de sacrificios. Balaam continuaba decidido a conseguir la recompensa que le había prometido el rey Balac, así que ¿qué hizo? (Léelo en Números 24:1)

Ahora iba a decir lo que él quisiera, no lo que Dios le contara. Pero cuando comenzó a hablar ¿qué pasó? (Lo sabrás si lees Números 24:2)

Para sorpresa de todos, ¡Dios mismo habló por la boca de Balaam! Y la bendición que pronunció Dios fue mucho más amplia que las dos veces anteriores.

El rey Balac se enfadó mucho, tanto que echó a Balaam de su tierra. Balac estaba sumamente enojado y Balaam se fue muy desilusionado. Al final de cuentas, no recibió ningún pago de parte del rey.

• Haz volver a Balaam a su casa. ¿Qué le dirías para que volviera al «buen camino»?

“LO POCO QUE TIENE EL HOMBRE BUENO ES MEJOR QUE LA MUCHA RIQUEZA DE LOS MALOS. PORQUE

EL SEÑOR PONDRÁ FIN A LOS MALOS, PERO SOSTENDRÁ A LOS BUENOS.” (SALMO 37:16,17)

• Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.

12 Josué prepara la conquista

Comprende y memoriza:

«Yo te pido que seas fuerte y valiente, que no te desanimes ni tengas miedo, porque yo soy tu Dios y te ayudaré dondequiera que vayas»

(Josué 1:9, Dios habla hoy)

Para los padres

La mejor forma de enseñar a tus hijos a guardar los mandamientos es por medio del ejemplo, con amor porque es lo mejor para ellos. Nunca deberían aprender a obedecer por miedo a un castigo.

TU LECTURA DEL DOMINGO

Moisés tenía ya 120 años. Era muy anciano y sabía que pronto moriría y quería dejar todo ordenado antes de su descanso mientras esperaba la resurrección.

Primero convocó a todo el pueblo. Les explicó que ya no tenía fuerzas para continuar y que Dios le había dicho que no cruzaría el Jordán. Moisés les aseguró que, aunque él faltara, Dios siempre estaría con ellos y les entregaría la tierra de Canaán (ver Deuteronomio 31:6)

Luego llamó a Josué. Si lo recuerdas, Dios lo había escogido para ser el sucesor de Moisés. Tenía un consejo que darle. (Léelo en Deuteronomio 31:7,8).

Durante todo el tiempo que estuvieron en el desierto, Moisés fue escribiendo todas las historias que hemos estudiado, desde la creación hasta ahora, y también las leyes y consejos que Dios había dado a los israelitas. Todo esto estaba en un libro que Moisés conservaba. Moisés se lo entregó a los levitas. Debían guardarlo en el lugar más importante y sagrado: junto al arca de la alianza. (ver Deuteronomio 31:26)

Moisés les pidió algo importantísimo a los israelitas. Les pidió que enseñaran a sus hijos a obedecer todas las normas y los consejos que Dios les había dado, porque su vida iba a ser mucho mejor si así lo hacían (ver Deuteronomio 32:46,47)

• Coloca las palabras en su lugar y podrás leer la promesa de Dios.

OBEDECES — AMAS — VIVES — VIVIRÁS — BENDECIRÁ

«Si los mandamientos del Señor tu Dios que te ordeno hoy, al Señor tu Dios, como él manda y obedeces sus mandamientos, normas y leyes, entonces y te multiplicarás, y el Señor tu Dios te […]».

Deuteronomio 30:16, Palabra de Dios para todos

TU LECTURA DEL LUNES

Dios le pidió a Moisés que se encontrara con él en el monte Nebo. Moisés subió solo, a encontrase con su amigo Jesús. Desde la cumbre del monte, Moisés vio los territorios del otro lado del río Jordán, la parte de la tierra prometida donde viviría el pueblo. Moisés estaba tranquilo y feliz sabiendo que por fin su pueblo iba a ver cumplidas las promesas del Señor.

Luego, Moisés suspiró cansado. Se acostó tranquilamente y se durmió. Así murió Moisés. Luego Dios mismo lo enterró. Nadie sabe dónde (ver Deuteronomio 34:6)

Dios le había bendecido con una vida intensa. Su salud había sido siempre fuerte a pesar de sus 120 años. Pero lo más importante era que había sido amigo de Dios. ¿Qué dice la Biblia acerca de la vida de Moisés? (Léelo en Deuteronomio 34:10).

Pero la historia de Moisés no termina aquí. Vamos a dar un salto en el tiempo, como 1400 años después.

Jesús llevaba un tiempo predicando y sanando a la gente cuando se tomó un descanso con Pedro, Santiago y Juan, discípulos suyos. Subieron a un monte y allí pasó algo. De repente una luz muy potente lo envolvió y aparecieron junto a él Elías y ¿quién más? (Léelo en Mateo 17:2,3)

Como estudiaremos más adelante, sabemos que Elías fue llevado al cielo vivo en un carro de fuego, pero ¿y Moisés? ¿Cómo es que estaba vivo? Judas, un hermano de Jesús, escribió que el diablo discutió con Jesús sobre qué iba a pasar con su cuerpo (ver Judas 1:9). Jesús debió decidir que era mejor resucitarlo y llevarlo al cielo con él, donde espera a que Jesús regrese de nuevo para poder disfrutar de la Tierra Nueva con todos nosotros.

• Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.

TU LECTURA DEL MARTES

Los israelitas esperaban en el campamento. Entonces Dios habló con Josué y le dio la triste noticia de la muerte de su jefe. Pero no había tiempo que perder. Josué tenía una misión que cumplir: debía llevar al pueblo de Israel a Canaán. El trabajo de Josué no era fácil y él lo sabía. Había sido ayudante de Moisés durante 40 años y sabía lo difícil que era gobernar a ese pueblo. Por eso Dios le repitió en tres ocasiones repitió las mismas palabras de ánimo.

• Léelas en Josué 1:6,7,9 y escribe en la viñeta la idea que se repite tres veces en estos textos.

Para los padres

Explica a tus hijos que ser fuerte y valiente no significa ser violento. Ser fuerte y valiente significa tener ánimo para afrontar situaciones difíciles. Enfrentarse a todo lo que te ocurre en la vida, aunque te dé miedo.

Josué creyó las promesas del Señor de que iría con ellos y les daría la victoria. ¿Cuál fue la primera orden del nuevo líder? (Léela en Josué 1:10). Seguramente los israelitas miraron hacia el tabernáculo. Allí seguía la nube. Moisés no estaba, pero Dios seguía con ellos. ¿Qué respondió el pueblo? (Léelo en Josué 1:16,17).

Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.

TU LECTURA DEL MIÉRCOLES

Josué era valiente pero también era prudente. Él ya había estado al otro lado del Jordán y había visto la ciudad de Jericó, pero habían pasado muchos años y sería mejor asegurarse de cómo estaba la ciudad y sus habitantes. Así que decidió enviar a dos espías a la ciudad. Tendrían que tener mucho cuidado porque muchos cananeos eran gente mala y muy bruta y podrían atacarlos. Los espías llegaron a Jericó. Entraron en la ciudad como otros muchos visitantes o extranjeros que comerciaban o viajaban a otros lugares. La muralla era de piedra y enorme. Habían construido tantas casas dentro de las murallas que apenas quedaba sitio, así que algunas de estas casas estaban construidas directamente en la muralla.

Buscando un lugar donde pasar la noche llegaron a casa de una mujer llamada Rahab. Rahab era de las personas que habían tenido que construir su casa en la misma muralla. Alguien se dio cuenta de que los extranjeros que estaban en casa de Rahab eran israelitas y avisaron al rey.

El rey dio orden inmediatamente de ir a buscarlos y detenerlos.

Cuando Rahab se enteró de que perseguían a los israelitas les buscó un escondite para que los soldados no los encontraran. Aquella mujer, tenía buen corazón y al igual que todos los habitantes de Jericó, había oído las asombrosas historias sobre el Dios de los israelitas.

• ¿Qué pensaba Rahab del Dios de Israel? Descifra el código y podrás leer lo que dice Josué 2:11 en la versión Palabra de Dios para todos.

• Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.

TU LECTURA DEL JUEVES

• Rahab había buscado un escondite para los espías. ¿Sabes dónde los escondió? Encuéntralos en el dibujo. Si no, puedes leerlo en Josué 2:6.

Los soldados no pudieron encontrar a los espías en la casa. Así que se fueron a ver si los atrapaban de camino al Jordán, por si estuvieran volviendo al campamento. En cuanto los soldados salieron de la ciudad, cerraron las puertas de las murallas para que no entrar ni saliera nadie (ver Josué 2:7). Rahab volvió rápidamente a la terraza donde estaban escondidos los espías. Los israelitas estaban muy agradecidos a aquella mujer los había ayudado. Había sido muy valiente porque si la gente de la ciudad se enteraba que ella había escondido a los espías la matarían.

Pero Rahab creía que el Dios de los israelitas era más poderoso que todo el ejército y que los israelitas conquistarían la tierra. Además, ella quería aprender sobre ese Dios que cuidaba tanto a su pueblo.

Entonces Rahab les pidió que, cuando los israelitas conquistaran la ciudad de Jericó, la protegieran a ella y a su familia. Los espías prometieron que así lo harían.

Para los padres

Habla con tus hijos sobre si hay niños en la escuela, en la iglesia, en el barrio, etc. que se ríen o intentan hacer daño a otros niños. Nunca debemos ignorar esas situaciones de violencia, pensando que no es problema nuestro. Recomienda a tus hijos que avisen a los padres, maestros u otras personas adultas que estén cerca lo antes posible.

Para los padres

Existen muchas personas que, aunque no sean cristianas forman parte del pueblo de Dios, y son capaces de arriesgar su vida por hacer cosas buenas.

¿Conoces alguna de ellas?

TU LECTURA DEL VIERNES

Ahora tenían un problema. Las puertas de la ciudad estaban cerradas y vigiladas por soldados, pero los espías debían regresar al campamento para explicarle a Josué qué habían visto

Rahab tuvo entonces una idea. Su casa formaba parte de la muralla, así que consiguió una cuerda para que pudieran descolgarse por la muralla. Luego les aconsejó a dónde ir. Ella conocía bien la zona y sabía que los soldados los buscarían camino del Jordán. Les dijo que se escondieran tres días en el monte y que luego regresaran al campamento.

Mientras se despedían de Rahab, los espías pensaron un plan para salvar a Rahab y a su familia porque cuando conquistaran la ciudad todo iba a ser muy confuso.

• Rahab tenía que seguir unas sencillas instrucciones. Sigue el recorrido de las letras y las descubrirás. (Josué 2:18).

Con toda la confusión de la batalla, los espías no podrían encontrar la casa a no ser que estuviera marcada con ese cordón rojo. Tampoco podrían saber quiénes querían ser salvados a no ser que estuvieran dentro de la casa.

Luego se despidieron con la promesa de que Rahab y todo aquel que estuviera en la casa se salvarían.

Los espías volvieron al campamento israelita. Le contaron a Josué todo lo que les había pasado. Estaban seguros de que Dios les ayudaría.

• Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.

13 En la tierra prometida

Comprende

y memoriza:

«¡Lo que hizo Dios por nosotros fue realmente maravilloso y nos llenó de alegría!»

(Salmo 126:3, Traducción en lenguaje actual)

TU LECTURA DEL DOMINGO

Después de las noticias que los espías habían traído de Jericó, los israelitas estaban impacientes por entrar en la tierra prometida. Estaban seguros de que Dios iba a cumplir su promesa.

Josué dio la orden de mover el campamento. Cuando llegaron al río Jordán, Josué ordenó parar y descansar. Entonces los jefes de cada tribu y de cada familia comenzaron a explicar al pueblo qué es lo que iban a hacer: iban a entrar en Canaán cruzando el río Jordán.

Los israelitas no entendían nada. En aquel lugar no había puentes, y en esa época del año el río traía tanta agua que estaba desbordado. ¿Cómo iban a pasar?

Pero Josué tenía un mensaje para el pueblo. Les dijo que no se preocuparan y que confiaran en Dios, ¿por qué? (Lee el mensaje de Josué en Josué 3:5).

¿Qué sorpresa les aguardaba? Los más mayores recordaban cuando de niños habían pasado el mar Rojo y habían escuchado la voz de Dios en el Sinaí. Todos habían comido maná, había visto salir agua de donde no la había y habían vencido a ejércitos. En unos días todavía iban a vivir otro milagro más.

Para los padres

Normalmente acostumbramos a confiar en las personas que han sido nuestros amigos durante mucho tiempo. El pueblo de Israel descubrió a su amigo incondicional durante los 40 años que pasó con él en el desierto. Ayudad a vuestros hijos a pasar tiempo con Jesús para que descubran en él a un amigo.

TU LECTURA DEL LUNES

Las instrucciones para pasar el río eran precisas. ¿Qué es lo que debían seguir esta vez los israelitas? (Lo sabrás si lees Josué 3:3).

Todos esperaron a que los sacerdotes que llevaban el arca comenzaran a caminar hacia el río. Luego, ordenadamente, todas las tribus comenzaron a moverse.

Cuando los sacerdotes llegaron a la orilla del río, siguieron caminando hasta que los pies estaban dentro del río. Entonces se pararon.

De repente el agua dejó de bajar, como si hubieran cerrado un grifo. El río se secó en cuestión de pocos minutos. En algún lugar río arriba el agua se había detenido.

Los sacerdotes con el arca se quedaron en medio del río seco. Ese era el momento de cruzar. Todo el mundo pasó rápidamente, pero sin atropellarse, ayudándose unos a otros, disfrutando del milagro que Dios acababa de hacer para demostrarles que si él estaba con ellos no tenían nada que temer.

Josué había pedido que doce hombres, uno de cada tribu, cogiera una piedra del lecho del río, del mismo lugar donde estaba parada el arca. Debían llevar esas 12 piedras al otro lado del río y levantar un monumento para que todo el que pasara por allí se acordara que Dios había secado el río mientras el pueblo de Israel cruzaba a Canaán.

Cuando todos terminaron de pasar, los sacerdotes con el arca cruzaron a la otra orilla. Tan pronto como los sacerdotes pusieron su pie fuera del cauce del río, el agua volvió a fluir como antes.

Tal vez no fue tan espectacular como cuando el mar Rojo se abrió con un viento fuerte, pero una vez más Dios abría las puertas de la libertad a su pueblo.

• Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.

TU LECTURA DEL MARTES

Imagínate la sorpresa de los cananeos cuando vieron que el río se secaba y unas horas más tarde el agua volvía a correr como si nada. ¿Qué estaba pasando? La noticia llegó rápidamente a todo el mundo: el Dios de los israelitas había secado el río para que pasaran con todo su equipaje y sus animales. Los reyes cananeos estaban asustados porque sabían quiénes eran los israelitas y su Dios porque habían oído las historias de este pueblo durante cuarenta años. Ahora estaban a las puertas de sus ciudades. Los cananeos no sabían qué hacer. Cada uno se encerró en su ciudad y no se atrevieron a atacarlos.

• Los soldados cananeos tenían miedo de los Israelitas y se escondieron. Encuentra 10 caras de los que se escondieron.

Así que, los israelitas tuvieron tiempo de celebrar la fiesta más importante del año nada más pisar el suelo cananeo. ¿Recuerdas cuál era? La fiesta de la Pascua. Cuando la fiesta terminó sucedió algo. (Léelo en Josué 5:12). Ya no necesitaban más maná. Ya no vivían en el desierto. A partir de ahora podían tener sus propios cultivos y recoger verduras y frutas.

Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.

Para los padres

Explicad a vuestros hijos que Jesús nunca nos deja solos ante los problemas. Hablad de cuáles son sus preocupaciones en este momento, aunque parezcan poco importantes y pedidle ayuda a Jesús.

TU LECTURA DEL MIÉRCOLES

El siguiente paso que debían de dar era entrar en Canaán. Pero Josué no tenía muy claro qué tenía que hacer. Israel no tenía un ejército para atacar las murallas de las ciudades y mucho menos la de Jericó. Era una enorme ciudad amurallada. De momento los habitantes de Jericó habían cerrado las puertas y nadie entraba ni salía (ver Josué 6:1). Pero el problema era que si pasaban de aquella ciudad y se metían en el interior de Canaán se podían encontrar con que los de Jericó les atacaran por detrás y otros pueblos cananeos los rodearan.

Así que Josué salió del campamento a orar en un lugar tranquilo donde nadie le molestara. Mientras estaba pensando y orando, vio a un hombre delante de él con una espada desenvainada en la mano.

Josué no tuvo miedo. Se acercó a él y se enfrentó. No sabía si era amigo o enemigo, así que se lo preguntó. ¿Qué respondió el desconocido? (Lee la sorpresa que se llevó Josué en Josué 5:14).

En realidad, Jesús mismo estaba hablando con Josué. De la misma manera que Jesús se había presentado ante Abrahán o había luchado con Jacob, ahora estaba hablando con Josué.

Le dijo que no se preocupara, que los israelitas vencerían al rey de Jericó y a sus soldados. Luego le dio las instrucciones de cómo debían conquistar la ciudad.

• ¡Este dibujante no se entera! Encuentra los errores que hay en el dibujo

• Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.

TU LECTURA DEL JUEVES

Josué puso en marcha el plan de Dios enseguida.

Explicó a todos los israelitas que, durante la siguiente semana, cada día tendrían que dar una vuelta en completo silencio alrededor de las murallas de Jericó. Solo eso. Solo caminar alrededor en completo silencio. ¿No te parece una forma rara de conquistar una ciudad? Pero es que ellos debían dejar actuar a Dios.

Primero irían los soldados. Luego siete sacerdotes con siete shofares o trompetas hechas de cuernos. Ese era el único sonido que se debía oír y que anunciaba el paso del arca. Luego los cuatro sacerdotes que llevaban el arca de la alianza y detrás todo el pueblo.

Durante seis días hicieron lo mismo, daban una vuelta a las murallas y luego volvían al campamento.

¿Te imaginas qué debieron pensar los habitantes de Jericó? En esos seis días, Dios les seguía ofreciendo la salvación, a la vez que les avisaba de que iba a intervenir destruyendo la ciudad.

El séptimo día, todo fue distinto. Cuando terminaron de dar la vuelta a las murallas, volvieron a empezar. Y luego dieron otra vuelta más y otra más. Dieron siete vueltas alrededor de las murallas. Luego se pararon. De repente había un gran silencio.

Luego Josué dio una orden. Léela en Josué 6:16

En medio del griterío, las murallas de Jericó comenzaron a agrietarse y a caerse por sí mismas. Dios había dado la victoria.

Para los padres

Explicad a vuestros hijos que solo por gritar no caen las murallas de piedra, aunque fuera un millón de personas gritando al mismo tiempo. Dios quiere dejar claro que él es el que actúa, no sabemos cómo, pero él está al control.

TU LECTURA DEL VIERNES

• Une los puntos para saber cómo quedó Jericó.

Con las murallas en el suelo, todos entraron en la ciudad y la conquistaron. Solo había una condición. Nadie debía llevarse nada de la ciudad y quedárselo. El objetivo de la conquista era que el pueblo de Israel pudiera asentarse en Canaán, no de hacerse ricos a costa del saqueo y del pillaje de las ciudades que conquistaban. Lo único que podían llevarse eran los objetos de oro, plata y metales. ¿Para qué? (Léelo en Josué 6:19)

No podían llevarse ni ganado, ni esclavos, ni tejidos (que en esa época eran mucho más valiosos que el oro), ni alimentos. Ellos no eran un pueblo de ladrones como muchos pueblos cananeos.

Pero antes de nada había que cumplir una promesa. Los espías habían prometido a Rahab que la salvarían, así que buscaron una cuerda roja colgando de una ventana. No solo se salvó Rahab sino todas las personas que buscaron refugio allí porque creyeron que valía la pena confiar en el Dios de los israelitas. ¿Qué pasó con Rahab después? Léelo en Josué 6:25 Esta no es la última vez que se menciona a Rahab en la Biblia. En Mateo 1 está la lista de padres e hijos desde Abrahán hasta Jesús. Sabemos que Rahab se casó con un hombre llamado Salmón y que tuvo un hijo llamado Booz y que su tataranieto fue el mismo rey David. Y todavía más: Rahab fue una de las antepasadas de Jesús.

• Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.

Para saber más

Versión de la Biblia utilizada “Dios Habla Hoy” (http://www.biblegateway.com/passage/?search=Génesis+25&version=DHH)

BIBLIOGRAFÍA GENERAL:

• MAXWELL, Arturo S. Las bellas historias de la Biblia. Interamericana, 1965, 10 tomos.

• THOMAS, Jerry D. Las 28 creencias fundamentales para mí. Editorial APIA. Junio 2007.

• VVAA. Comentario Bíblico Adventista. Editorial ACES. http://www.ellenwhitebooks.com/comentario/

• VVAA. Diccionario Bíblico Adventista del Séptimo Día. http://iglesiaadventistaagape.org/Documents/Diccionario%20B%C3%ADblico%20Adventista%20del%20 Séptimo%20D%C3%ADa%20parte1.pdf

• WHITE, Ellen G.

• Patriarcas y profetas. Editorial ACES. Varias ediciones. http://patriarcasyprofetas.tripod.com/PatriarcasYProfetas.pdf

• La historia de la redención. Editorial ACES. Varias ediciones. http://marcosvidal2.blogspot.com/

LECCIÓN 1. AGUA DE UNA PIEDRA

• Éxodo 17; 18.

• Patriarcas y profetas, páginas 304-309.

LECCIÓN 2. LAS NORMAS DE LA FELICIDAD

• Éxodo 19; 20.

• Patriarcas y profetas, capítulo 27.

LECCIÓN 3. AMANDO A DIOS

• Éxodo 20:1-11. Deuteronomio 5:6-15.

• Patriarcas y profetas, páginas 310-318.

• La historia de la redención, páginas 143-144.

LECCIÓN 4. CÓMO AMAR A LOS DEMÁS

• Éxodo 20:11-17.

• Patriarcas y profetas, páginas 315-324.

LECCIÓN 5. PROMESAS ROTAS

• Éxodo 24:32-34.

• Patriarcas y profetas, capítulo 28.

LECCIÓN 6. UNA CASA PARA DIOS

• Éxodo 25-27; 35-38; 39:42,43; 40.

• Patriarcas y profetas, capítulo 30.

LECCIÓN 7. UN LUGAR PARA EL PERDÓN Y LA ESPERANZA

• Éxodo 25-27; 35-38; 39:42,43; 40.

• Patriarcas y profetas, capítulo 30.

LECCIÓN 8. DOS ESPÍAS VALIENTES

• Números 10:1-28; 11:1-15; 11:31-35; 13; 14.

• Patriarcas y profetas, capítulos 33 y 34.

LECCIÓN 9. REBELIÓN EN EL DESIERTO

• Números 12; 14:39-45; 16; 17.

• Patriarcas y profetas, capítulo 35.

LECCIÓN 10. DIOS AYUDA A PESAR DE TODO

• Números 20; 21.

• Patriarcas y profetas, capítulos 37 y 39.

LECCIÓN 11. BALAAM, EL PROFETA CODICIOSO

• Números 22-24.

• Patriarcas y profetas, capítulo 40.

LECCIÓN 12. JOSUÉ PREPARA LA CONQUISTA

• Deuteronomio 31-34. Josué 1; 2.

• Patriarcas y profetas, páginas 502-516.

LECCIÓN 13. LA TIERRA PROMETIDA

• Josué 3; 6.

• Patriarcas y profetas,capítulos 44 y 45.

• Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.

Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.

• Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.

¡Importante!

«Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús» es el material para 6 a 9 años de la serie «Mi Biblia, mi tesoro». El currículo «Mi Biblia, mi tesoro» ha sido escogido por voto de la XXI Asamblea de la Unión Adventista Española para ser utilizado en las clases de escuela sabática infantil de todas las iglesias del territorio de esta Unión durante el quinquenio 2022-2027.

Este material impreso se puede conseguir por suscripción anual a la Editorial Safeliz a través de las librerías de iglesia. Aquellas iglesias que ya utilizaban este material deberán realizar la suscripción anual de escuela sabática a la Editorial Safeliz.

Para cualquier consulta podéis dirigiros a:

Departamento MIAF+ de la UAE (mjroth@adventista.es) o Sección Infantil de Aula7activa (infantil.aula7activa@gmail.com)

Agradecimientos

A Dios por todos los milagros que hemos visto y vivido a lo largo de la elaboración de este material.

A todas aquellas personas que con sus ánimos, su tiempo y su aportación económica han contribuido al proyecto. Sin ellos habría sido imposible llegar hasta aquí.

A las iglesias de Lleida y Madrid-Alenza, cuna y desarrollo del proyecto.

A la UAE y al Departamento MIAF+ y a los delegados de la XXI Asamblea de la Unión Adventista Española por la confianza depositada en este trabajo.

Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús. •

Descubro la Biblia ...y encuentro a Jesús

Te invitamos a comenzar una aventura junto a tus hijos con la Biblia como escenario. Cada semana descubrirás un nuevo tesoro en forma de historia bíblica en el que siempre estará Jesús, tu amigo y compañero de juegos y aprendizaje.

Usa el material como mejor se adapte a vuestra dinámica familiar y a la madurez de tu hijo pero intenta dedicarle un ratito todos los días.

Y, sobre todo, disfruta de estos momentos, pasadlo bien, divertíos y dejad que Jesús forme parte de vuestra vida.

• Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.