primer libro de la Biblia: «En el principio Dios creó los cielos y la tierra» (Génesis 1: 1). Puesto que Moisés había vivido una cultura en la que la percepción de lo divino era de tipo panteísta, donde dios no es una persona creadora sino que dios es una fuerza, es una energía manifestada en mí, pero es a la vez la misma energía que se manifiesta en todos los lugares en el cosmos. Y como los egipcios creían en la energía manifestada también en la luz es por ello que Dios va a crear la luz. Los egipcios adoraban las fuerzas de la naturaleza, concretamente el agua que estaba en el Nilo y va a ser Dios el que separará las aguas que están arriba de las que están abajo. Se adora a las fuerzas de la naturaleza a través de la vegetación y será Dios el que va a crear la vegetación. Todos los dioses egipcios eran animales y va a ser Dios el que va a crear los animales. En el panteísmo egipcio como por otra parte en todos los panteísmos se adora el Sol, la Luna y estrellas y ahora va a ser Dios quien va a crear y que va a suspender Dios como una luz extraordinaria en el cielo. Se adora al hombre y el hombre no es sino una criatura de Dios. Se cree en la inmortalidad del alma y esta no hace sino que reencarnarse y Dios va a crear el hombre a partir del polvo de la tierra para insuflarle su soplo, para que así el hombre sea un alma viviente. Ved pues, que todo el primer relato del Génesis existe para destruir y combatir el panteísmo egipcio, donde finalmente es la energía cósmica la que es Dios. Y siendo yo pues una partícula pequeña que pertenece a un gran todo, entonces yo soy divino. Para que el pueblo de Israel entendiese bien a un Dios que crea todas las cosas, para que nadie se crea una partícula energética de un todo enorme. Es por ello que el primer capítulo termina en la institución del sábado. Acuérdate pues que no eres una energía sino que dependes de la vida de un Dios. Mientras que si un egipcio hubiera escrito el primer versículo, del primer capítulo de Génesis, hubiera dicho: «al principio el cielo y la tierra era Dios». Y por el sábado... Al principio, no la persona como una energía cósmica que puede gestionar esa energía como y cuando quiera, sino que esa energía que me anima y que me denomina no es sino un don de Dios. Al principio Dios no al principio la persona, Marcel Fernández. Y esta es la base del evangelio.
Génesis 2 Mientras que en capítulo 1 Moisés tomó un gran angular, una lente para describir el tema de la Creación. Esta vez va a tomar otra lente que se llama zoom y va a centrar el tema de la Creación; y lo va a hacer sobre el hombre. El hombre no es un alma inmortal. Por lo que la creencia en la inmortalidad del alma no supone sino que esta existió desde siempre y si existió desde siempre en consecuencia no necesita un Creador. Evidentemente, y entre paréntesis, los que creen en la inmortalidad del alma rechazan un Dios creador. Así pues el capítulo 2 también se va a centrar en la creación de la mujer. Mientras que en el primer capítulo se termina con la institución del sábado el capítulo 2 va a terminarse también sobre una institución, sobre la institución de la pareja. Y esta institución reposará sobre un texto que Pablo retomará en Efesios, sobre un texto que Jesús mismo retomará en Mateo: «Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne» (19: 5). Olvidando a veces el versículo que dice: «Estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, pero no se avergonzaban» (Génesis 2. 25).
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