Áurea 003 Letras en movimiento, imágenes que emigran.

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Áurea Revista de arte+literatura #003 enero-marzo de 2014

Narrativa “El arte de la memoria”, Gabriela Damián Miravete Ensayo “Antinomias fatales en la pintura de Carlos Cortés”, Óscar Edgar López Portafolio “Yo migrante, los que se van”, Arturo Valentino Ramírez Gómez

áurea

Severino Salazar el novelista olvidado Alberto Paredes - Dolores Castro Gonzalo Lizardo - José María Espinasa Miguel Ángel Quemaín

y en Twitter: @RevistaAurea o escríbenos a la dirección: aurearevista@gmail.com

áurea, revista de arte+literatura

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2


[ Editorial ]

áurea Lic. Miguel Alonso Reyes Gobernador del Estado de Zacatecas y Coordinador de la Comisión de Cultura de la Conferencia Nacional de Gobernadores Lic. Gustavo Salinas Íñiguez Director General del Instituto Zacatecano de Cultura “Ramón López Velarde” Ing. Héctor Emmanuel Galaviz Castañeda Coordinador Administrativo Lic. Ma. de Jesús Muñoz Reyes Subdirector de Difusión y Animación Cultural Arq. Héctor Ávila Ovalle Subdirector de Enseñanza e Investigación

Letras en movimiento, imágenes que emigran. Queridos Amigos, para el equipo de Áurea Revista de arte y literatura es un placer presentar su tercera edición. La historia de la humanidad es la historia del movimiento, de las caravanas, de las migraciones, de la búsqueda. A través de la historia sabemos de civilizaciones enteras que caminaban en búsqueda de nuevos lugares; todos somos nómadas, todos buscamos. Esta edición está dedicada a esas ganas intrínsecas de movimiento. Recodamos a Severino Salazar, el novelista olvidado, viajero, escritor, que en la distancia nos recuerda el terruño. Les presentamos un dossier con ensayos referentes a este escritor zacateca-

© ÁUREA. Revista de arte+literatura Lorena Rodríguez Santoyo

no, festejando la publicación de sus obras completas por

Dirección Editorial

la editorial Juan Pablos, un poema que Alberto Paredes le

Rodrigo Castillo González

escribió, palabras de la poeta Dolores Castro a su fallecido

Editor

amigo, y una pequeña y fugaz mirada hacia sus textos.

Edgar Khonde Citlalli Luna Quintana

¡Que Severino Salazar no sea olvidado! Este homenaje es

Redacción y Corrección de Estilo

Noemí Moreno

ilustrado por alumnos del taller El Pasillo A. C. Vivimos en un mundo que bien podemos conocer a

cuidado de edición

través de las imágenes, la fotografía se ha vuelto un arma

Javier Alcaraz - elcerezo

estética al alcance de muchos, sin embargo pocos logran

Diseño

Gonzalo Lizardo Juan Gerardo Aguilar Héctor Ávila Benjamín Valdivia Carlos Velázquez Rodrigo Castillo Consejo Editorial

aurearevista@gmail.com www.zacatecas.gob.mx

capturar a través del lente de una manera bella procesos sociales devastadores, por primera vez presentamos un portafolio de fotografía, ésta es una selección de un proyecto más grande de Arturo Valentino, quien habla sobre la humanidad, sobre el movimiento, sobre sus móviles —el dolor y la esperanza—: “Yo migrante, los que se van”. Además regresamos con nuestras secciones fijas, en narrativa presentamos a Gabriela Damián, un ensayo acerca de la pintura de Carlos Cortés por el joven escritor Óscar Edgar López, hablamos del Festival de documen-

Áurea. Revista de arte y literatura es una publicación bimestral editada por el Instituto Zacatecano de Cultura “Ramón López Velarde”, con domicilio en Lomas del Calvario no. 105, Díaz Ordaz, Zacatecas, Zacatecas, 98020. Editora responsable: Lorena Rodríguez. Todos los textos aquí publicados son responsabilidad de quien los firma. Certificado de Licitud de Título: en trámite. Publicación periódica con un tiraje de 1 500 ejemplares. Producción editorial: La Dulce Ciencia Ediciones S. R. L. de C. V.

tales Ambulante que por primera vez viene a Zacatecas y las recomendaciones de cine y literatura. Les dejamos esta edición en sus manos, esperamos que la disfruten. en contraportada:

Dibujo de César Navarrete. Técnica: tinta y acuarela / papel. Inspirado en un fragmento del cuento “Con las alas blancas”, de Severino Salazar: Una confusión de sentimientos me volvía los espacios de mi casa, los corrales, las huertas, las calles del pueblo y las montañas en distancia, todo como un lugar desconocido.

1


[ Contenidos ]

6

E

editorial

F

en foco

10

Presentación

1

Proemio

4

Nido de cantera

6

Emaús

10

Severino, la fe y las catedrales

12

Severino, la lectura y la escritura 14 Severino, simbolismo

16

y naturalismo Severino, los jardines

18

y los desiertos

N 18

Nunc Dimitis

20

Paisajes imposibles

22

narrativa

El arte de la memoria

A

artes visuales

T

tesis

P

poesía

28

Arturo Valentino

28

32

Antinomías fatales en la pintura 48

Demasiados comerciales

52

de preservativo

B

breves

Ambulante, gira de

53

documentales en Zacatecas

R 53

2

Reseñas

Las mujeres matan mejor

54

Seres desconocidos

55

Pretty dead

55

La vida de Adèle

55

Colaboradores

56


Un boleto para cualquier parte, Alberto Ordaz, 2012, litografĂ­a, 55x40 cm.


F En Foco


Proemio Alberto Paredes,

ocho años de que falleciera

Severino Salazar

el novelista zacatecano Se-

y Antonio Marquet. (Foto: Gabriela

verino Salazar (Tepetongo,

Bautista).

1947—Ciudad de México, 2005), la editorial Juan Pablos y el Instituto Nacional de Bellas Artes asumieron la noble empresa de recuperar la totalidad de su legado literario bajo el título Obra reunida, la cual fue presentada recientemente al público en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara 2013. Coordinado por la editora Blanca Sánchez, con la supervisión del escritor Alberto Paredes, este esfuerzo editorial —compuesto por once volúmenes— debió superar varios obstáculos: primero, el desafío de trascender el centralismo cultural mexicano, que por generaciones ha demeritado la creación literaria realizada fuera de la capital, y más todavía, el de vencer la postmoderna desmemoria de nuestros tiempos, cuya fascinación por “lo nuevo” margina sin justicia ni remedio a los autores que —por el pecado venial de haber muerto— no son capaces de promover mediáticamente su obra. En apoyo a la empresa de Juan Pablos y del inba, este tercer número de Áurea ha compuesto el presente Dossier como tributo a un autor que supo recolocar a Zacatecas dentro de la geografía literaria de nuestro país, y como incentivo para que el público —zacatecano, mexicano o hispanoparlante— se interese por la narrativa vigente y vigorosa de Severino Salazar; una obra que hoy, más que nunca, necesitamos para fertilizar nuestra memoria, nuestra identidad y nuestra imaginación estética. n

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Ilustraciones: Eos Otherre.

Nido de cantera Severino Salazar

iempre que llego a la ciudad de Zacatecas lo primero que hago es ir a visitar a los amigos que se juntan en el “Mesón de la Mina”, sobre todo a Cuauhtémoc Gutiérrez y a Ricardo Reyes, los cuales hacen periodismo y radio. Uno puede llegar al lugar a las doce del día y dejarlo a las doce de la noche, después de haber consumido grandes cantidades de cerveza, ron o café. El “Mesón de la Mina” es un lugar agradable y está acurrucado en una de las calles que atraviesan la avenida principal, o sea en la

sus miembros. Y como diría López Velarde, “se

Juárez, a media cuadra de la Biblioteca Mauricio

odian los unos a los otros con buena fe”, como

Magdaleno y del Jardín de la Independencia. En

en cualquier comunidad donde se encuentren

realidad es como un nido de cantera rosa que

más de dos cabezas pensantes. Un grupo no in-

le da abrigo a los diferentes grupos de poetas,

vade los lugares del otro.

narradores, historiadores, investigadores de la

El “Mesón de la Mina” es un restaurante y

uaz, funcionarios públicos y los fígaros, tres vie-

bar en lo que seguramente fue una casa; o tal

jos peluqueros de gran prosapia y tradición en la

vez sí era un mesón, pues consta de un ancho

ciudad, los únicos sobrevivientes, desplazados,

zaguán que desemboca en un patio rodeado de

que quedaron después de la abundantísima pro-

una arcada de cantera, como de claustro, como

liferación de estéticas y salones de belleza. Y tal

acabada de esculpir, techado, y los muros es-

parece que cada grupo tiene su rincón, su mesa,

tán decorados con fotomurales color sepia de

6


[ En Foco ]

diferentes vistas de la ciudad, lo cual nos demuestra que los habitantes de esta ciudad están enamorados de su espacio, que siempre quieren estar viendo las imágenes que forman sus canteras. Los meseros del lugar llevan en sus entrañas el ritmo de la ciudad: son lentos, toda orden la toman con mucha calma. El dueño del lugar lo administra y atiende personalmente. Él sí es un dechado de amabilidades. Uno puede comunicarse con los miembros de su grupo dejándole a

“Los meseros del lugar llevan en sus entrañas el ritmo de la ciudad: son lentos, toda orden la toman con mucha calma.”

él los recados, hablando por teléfono. Una de sus

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grandes obras de filantropía fue haber mantenido al ilustre boxeador zacatecano El Pajarito Moreno en su restaurante por muchos años. Además de beber, comer, platicar y chismear, se puede leer. Casi los 365 del año funciona como un open house party; uno llega a la hora que sea, que siempre habrá alguien en la mesa dispuesto a embarcarse en cualquier tema. Y si no, uno puede leer los periódicos locales o importados que para tal efecto se hallan apilados junto a la caja, mientras llega alguien conocido. El sistema de pago de las cuentas es muy eficaz. A cada contertulio, al llegar y pedir algo, el mesero le abre su cuenta individual, y cuan-

“El ‘Mesón de la Mina’ es como un huerto fértil donde se hacen planes, se dan consejos, se oyen opiniones y críticas despiadadas, pero también se recogen ideas.”

do se retira, paga en la caja exactamente lo que consumió. De esa manera se evitan los problemas que causan las coperachas al final de una

palabras. Y me puso como condición que le

jornada de cantina, cuando ya muchos compa-

diera las primicias de publicación. El cuento ya

ñeros de fama se fueron.

está escrito y dedicado a él.

Esta ciudad es tan pequeña, dice el poe-

Esa misma noche, a la salida del “Mesón”,

ta chihuahuense Ramón Antonio Armendáriz,

Cuauhtémoc sugirió que pasáramos por la casa

hijo adoptivo de Zacatecas desde hace tiempo,

de Juan Francisco Rodríguez Martínez, a quien

que andar por ella es como andar por el patio

habíamos tratado de localizar esa tarde, para

de tu casa, te encuentras a todo el mundo. Y el

que nos platicara los pormenores de la edición

“Mesón de la Mina” es como la sala de recibir,

de su best-seller zacatecano Leyendas de Zacate-

como el comedor de la casa. El punto de refe-

cas, el cual acababa de salir y ya estaba agotado.

rencia. Ahí se da cita el who is who de la cultura

No se podía encontrar ni uno para remedio en

de Zacatecas.

todas las librerías de la ciudad.

El “Mesón de la Mina” es como un huerto

Íbamos con la intención de estar sólo unos 15

fértil donde se hacen planes, se dan consejos,

minutos con él. Lo encontramos en su estudio,

se oyen opiniones y críticas despiadadas, pero

rodeado de sus libros, frente a su escritorio y su

también se recogen ideas. Cuando uno deja el

piano. Lo acompañaban dos de sus compadres,

lugar sale enriquecido. Por ejemplo, el último

uno que venía del desierto, de Cañitas o de Feli-

día del año pasado ocupábamos una mesa del

pe Pescador, donde es recaudador de rentas; y el

mero centro Cuauhtémoc, Ricardo, creo que

otro, ingeniero, venía de Lázaro Cárdenas. Esta-

también estaban Miguel Ángel de Ávila y mu-

ban esperando el año nuevo con ponches, bran-

chos más. Antes de retirarse, Ricardo nos con-

dy y Coca Cola. Las mujeres y los niños y niñas

tó la hermosa historia de un frondoso árbol que

tanto de Juan Francisco como de su compadre

crece en la huerta de su casa paterna como a

estaban en el comedor, del cual solamente nos

80 kilómetros al sur de la ciudad, ya en los lí-

separaba una cortina. Y mientras hablábamos de

mites de Jalisco. Cuando terminó su narración

libros y autores y nuestro anfitrión nos mostraba

le dije que me había gustado tanto que le pe-

sus tesoros de ediciones antiguas de libros y fo-

día permiso para escribirla con mis propias

lletos de y sobre Zacatecas, de edictos del siglo

8


[ En Foco ]

xix y muchas otras raras maravillas, del come-

borrachos, bajamos el callejón; yo rumbo al hotel

dor, y por espacio de más de dos horas, se derra-

y Cuauhtémoc rumbo a su casa. Habíamos can-

maban las voces de un coro de niños y señoras

tado y platicado durante muchas horas. Había-

entonando villancicos. Pero la sorpresa me dejó

mos bebido. Yo a esas horas debería de haber

sin aliento cuando se descorrió la cortina y vi

estado en Tepetongo con mi familia.

que el grupo de niñas vestidas de encaje blanco

El frío atravesaba la ropa y la carne hasta

y niños pulcros y bien peinados con sus madres

los huesos. Los empedrados de la ciudad esta-

al lado no leía lo que cantaban como yo suponía,

ban mojados. En las luces que colgaban de los

sino que cantaban los villancicos de memoria.

postes, en cada esquina, se veían los remoli-

De pronto me acordé que Armando García, el

nos de pequeñísimos copos de nieve que al caer

autor de María Santísima, me había dicho meses

al suelo se deshacían. Cuando pasamos frente al

antes que la gente de esta región del estado canta

“Mesón”, ahora cerrado, a oscuras, muerto, ni

más que el resto, en la iglesia, en las peregrina-

parecía que ése fuera el lugar que se llenaba de

ciones, en las celebraciones.

gente que hablaba de literatura y chismes: de la

Después de una rica cena de año nuevo con

vida. Y Cuauhtémoc me dijo, o yo le dije a él,

bacalao, ensaladas y buñuelos, cargando bol-

“qué bueno que existen estos lugares como el

sas de dulces y chocolates que nos habían dado

‘Mesón de la Mina’, que tienden puentes entre

los niños cantores, y un libro que nos obse-

las personas y los lugares más mágicos, los que

quió Juan Francisco, ya de madrugada y medio

sólo construye el mundo de la literatura”. n

9


su hueco se llamaba Villiers le reclamó murmurando por un poco de tiempo seguimos aquí guardando tu memoria en nuestra esperanza ahíta Y partiste Adiós Villiers! Adiós Seve! Nadie rebaje a lágrima o reproche –el endecasílabo es de Borges– el momento exacto y perenne cómo y cuándo tú la vida el cáncer el destino de golpe dijeron con un palmetazo seco en la mesa del bar Se acabó!

Alberto Paredes Cuando dos o más nos encontramos al azar 1.

si somos nosotros los tuyos

Nos faltas Severino

estás ahí

donde sea que estemos

retrasamos el momento

nosotros tus amigos

gozándolo

de pronto un vacío

hasta decir por lo que sea

ese hueco

“Severino”

eres tú Nos faltas

Es tan sólo un instante un aleph escondido en el tiempo

Habría que decirlo con Verlaine

minuto formidable

aunque te fuiste sin gozar su compañía

en que algo se abre luminosamente

–el tiempo es mezquino– Le pauvre Lélian

No

cierta vez

no te has vuelto ausencia

en verdad se entristeció

sigues acompañando

ese bello y tibio sentimiento

hablo por el pellejo dolorido de mi alma

que pocas veces nos permitimos

pues a solas

que pocas veces

en el sigilo de mis días

merecemos vivir

compartidos conmigo mismo

y del que tanto sabe tu prosa

–afuera llueve como en la pesadumbre de Vallejo–

Verlaine ese día

acompañas

volvió a tomar el papel

la cháchara no ha cesado

10


[ En Foco ]

–todos los que no te conocieron– desbordadamente les digo hubo este hermano este sol en nuestros corazones unidos No sé qué pretendo Severino Y lo mismo otros nombres insignias de otros veranos dulces e imprevistos que sorprenden incluso hiriéndonos extrayendo la sal de nuestra sangre y al partir nos mutilan Ya sólo ser el clan de lobeznos aullando solitarios sin ti Alicia Qué busca uno al deshacerse en palabras opacas Ilustración: César Ramos. Te parabas dormido, recorrías gran parte del internado. Severino Salazar.

que no se volverán la más pequeña llama de la zarza dichosa que entibió la noche en el desierto

Deberá sucederle a todos no hay prodigios egoístas

Solamente deseo

cada uno de los tuyos en su momento

a los amigos fatigados de mi perorata

volverá a oírte reír

les deseo

porque estás ahí

con mi más triste rabia de dientes triturados

Tu prudente frivolidad

ahogando su silencio

“Severino!”

que también ustedes

Esa palabra basta

se den de bruces

enmudezco como piedra

se mecen la barba

resonando hacia adentro

y gesticulen enmudecidos

escondiendo la violenta voz

cómo es posible

por qué el camino

que no entiendan

tiene que acabar o interrumpirse

que su imaginación no les diga

tan de golpe Severino?

aunque sea a señas confusas que hubo un astro terreno

2.

vino brilló y se apagó entre nosotros

No sé qué pretendo

fue hace tan poco

cuando a otros

y tenía por nombre…

11


Severino Salazar: un autor, cuatro lectores Para prologar su Obra reunida, fueron invitados once escritores familiarizados con el legado de Severino Salazar. Entre esas once aproximaciones al narrador tepetonguense, en exclusiva para este dossier de Áurea, hemos seleccionado cuatro fragmentos, en los cuales se reflexiona sobre los temas y símbolos más específicos de ese mundo naturalista y barroco, regionalista y erótico, literario y vital, singular y mítico, que Severino construyó con su escritura.

Severino, la fe y las catedrales Prólogo a Paisajes imposibles –la danza de los ciervos–. José María Espinasa

uando Severino Salazar publi-

barroco europeo. Salazar hace de esa construc-

có su novela Donde deben estar

ción arquitectónica un proceso de identidad.

las catedrales, en 1984, con la

Pronto sus libros dejaron ver que en el proceso

que recibió el Premio Juan Rul-

de encontrarse o reencontrarse estaba la mé-

fo para primera novela, no solo

dula de su escritura. Y que esa condición tan

llamó la atención de la crítica y los lectores sino

marcada en el título de su novela, el deber del

que anunció una manera de concebir el géne-

estar, era un deber del ser que se enfrentaba a

ro literario claramente paralelo a la arquitec-

su anulación fantasmal.

tura. La catedral verbal se correspondía con la

Como la geografía de Comala, habitada por

catedral arquitectónica y establecía el deber de

fantasmas, pedruscos y huizaches, la de Tepe-

un estar. Sé que la frase anterior es alambicada,

tongo era igual de fantasmal, aunque estuviera

pero lo es también el barroco que Salazar toma

poblada por iglesias barrocas y casas de cantera.

como modelo, el de la catedral de su natal Zaca-

El desierto está creciendo, había dicho Nietzs-

tecas, y que se asienta sobre una idea del cons-

che, aunque Dios no haya muerto, agregaba Se-

truir contra el tiempo, aun a sabiendas de que la

verino en sus ficciones.

duración siempre derrotará el desafío del hom-

Su narrativa, ligada tanto a la fe como a la

bre, pues no sólo él sino también sus creaciones

creencia (que no es lo mismo) cristiana, planea-

terminarán siendo polvo.

ba la liturgia como una construcción conceptual.

El barroco mexicano tiene una cualidad ex-

En la catedral se encarnaba —aunque volver la

traña, y así como sor Juana comparte una época

piedra carne es un milagro— una concepción re-

con Góngora, a la vez que es distinta, el trabajo

ligiosa del mundo. La catedral entonces tiene un

de los canteros en el portal de la Basílica dedi-

inicio, nace y se desarrolla en el tiempo, como

cada a la Virgen de la Asunción es distinto del

una manera de escapar a su cruel dictadura, es la

12


Foto del archivo familiar.

búsqueda de la permanencia enfrentada a la vida.

necesidad de encuentro no pasaba por la fama,

Hay algo de milagroso en la condición aérea de

la farándula literaria y el protagonismo, sino por

esa catedral, como lo hay en la prosa densa pero

una exigencia interna.

alada del narrador. Aquello que las búsquedas

Tal vez fue eso lo que lo llevo a ser un maestro

barrocas de Terra Nostra (Carlos Fuentes) y Se-

del cuento. México es un país de extraordinarios

gundo sueño (Sergio Fernández) no habían con-

cuentistas, que nada piden a los novelistas, aun-

seguido antes de pronto se intuía posible: la

que se escondan o se cobijen bajo su sombra. Y

cantera como plumaje, el fraseo como trino.

Salazar bebió de esa tradición a conciencia. Por

Esa primera novela hizo pensar, al menos me

eso pudo practicar con gran talento la novela

lo hizo pensar a mí, que la obra se desarrollaría

corta, espectro genérico en el que encontró su

como una proyección geométrica: a una catedral

mejor dimensión y de la que es ejemplo perfecto

debe seguir una mayor aún, como en San Gi-

La arquera loca. Pero si el tiempo fue su materia

miniano, en Nueva York o en Kuala Lumpur los

prima —su cantera—, nunca lo concibió como

rascacielos se desafían unos a otros. Pero cuan-

un tiempo en pasado —sus narraciones no son

do hablamos de catedrales, y designamos con

ni históricas ni de época—, pero tampoco como

las mismas palabras las iglesias románicas, las

un presente continuo, sino como una construc-

construcciones góticas o las basílicas barrocas

ción de la duración. Esa es su verdadera raigam-

sentimos que hay una insuficiencia en la palabra.

bre barroca, de un barroco que viene de la Edad

Y Severino, hombre tímido, optó por una con-

Media y de la religiosidad como revelación, de

dición que se podría calificar de franciscana. No

la vivencia como milagro. Y así pudo llegar a ser

porque sus narraciones tuvieran una condición

en algunos relatos arrebatadamente cursi, cul-

humilde (hay orgullo en la espiritualidad romá-

tor de una estética kitsch, deudora a su vez de

nica y en la sencillez franciscana) sino porque su

su condición homosexual. n

13


Severino, la escritura y la lectura Prólogo a Ensayos y artículos reunidos Alberto Paredes

alazar fue un lector agudo y ge-

ejemplo a Martha, la protagonista (heroína, dice

neroso; pasional y culto. Digamos

el relato reflejando su propia voz interior) de

que es lo que deben expresar todos

“¿Quiénes son ellas?”: … en este cuartucho de las

los textos sobre literatura o arte en

calles de Boturini, con un ropero, un librero (que

general provenientes de los crea-

le compró su padre) y que tenía tan pocos libros

dores. Pues evidentemente nos acercamos a tales

que desde su cama, y en la penumbra del cuar-

textos porque salen del mismo cuaderno o tecla-

to, con solo ver la sombra de los lomos, recitaba

do que sus obras consideradas como creación.

en secreto, los títulos de derecha a izquierda, y

Nos importan porque el escritor muestra su perfil

viceversa.¿Y qué decir de los niños de “Libro Co-

de lector, invitándonos a su biblioteca Los Ensa-

razón”? ¿Y de los libros de ese niño viejo de su

yos y artículos reunidos de Salazar satisfacen am-

tierra que él tanto admiró y con cuya obra nunca

pliamente estas condiciones. Los lectores que ya

dejó de dialogar: Ramón López Velarde? En fin,

conozcan con anterioridad su narrativa así como

el propio niño viejo que Severino se confesaba

quienes lo estén haciendo por primera vez gra-

ser: un profesor universitario soltero, vivien-

cias a esta colección, verán desplegarse un pa-

do con los placeres y mesuras de la clase me-

norama variado, orgánico y recurrente. Leer es

dia urbana, entre los cuales hablar de libros es

releer y Salazar gozaba sobremanera este retor-

uno de ellos; pero mucho menos hablar de aquel

no benéfico. Y dentro de todo aquello que leyó,

que estuviera escribiendo sino del que estuviera

las obras a las que dedicó un texto manifiestan

leyendo, siempre con vehemencia y ojos muy

un espíritu cálido con sus libros. Una imagen es

abiertos. Permítaseme un recuerdo: es por esta

frecuente en el entorno que define a sus pro-

combinación de entusiasmo y agudeza que en

tagonistas: uno o dos muebles libreros, casi

diversas reuniones formales o amistosas entre

nunca más, donde se mantienen en buena cus-

colegas, escuchábamos con atención sus ideas.

todia unos cuantos volúmenes. Tomemos como

Varios de los textos aquí reunidos responden a

14


[ En Foco ]

Foto del archivo familiar.

peticiones y compromisos expresos de participar en diversos coloquios, encuentros, publicaciones temáticas y actividades universitarias. Salazar era formal y sus colaboraciones nos nutrían con la chispa de su agudeza. Leer es una de las formas de la ermita en su obra. Ermitas: lugares de retiro físico y existencial; sea en un sentido religioso (católico, no en pocas ocasiones con ecos hebreos), y entonces la ermita sacraliza la cultura como operación espiritual de apartamiento y depura-

“Una imagen es frecuente en el entorno que define a sus protagonistas: uno o dos muebles libreros […]”

ción de mundo. O sea en espíritu laico, bajo el cual leer sigue siendo un retiro de reflexión y

idéntico en todos los ejemplares, pero cada cual

búsqueda de luces. Leer: a un tiempo ascesis

recorrerá un camino diferente.

y peregrinación.

Cronista de lecturas. Todos los cronistas lo

Ahora entendemos que en el retrato interior

saben: lo que se cuenta importa porque dice

de varios de sus personajes, a menudo como

algo, porque tiene sentido, pues la mera anéc-

elemento de un aura de silencio, aparezca el

dota o circunstancia descrita no ofrece den-

modesto librero de pocos volúmenes. Para todo

sidad suficiente como para fundar en ella una

ser humano debiera suceder así, en él se cum-

crónica, necesita haber importancia intrínseca.

plió, en vida y en obra: leer como experiencia

En el caso de Salazar, es la página abierta a los

esencial; leer es peligroso pues, en uno u otro

símbolos, a la vida como símbolo: alegorías que,

grado, de cada libro hemos de salir tocados, a

si el lance es afortunado, se elevan en epifanías.

veces transformados. Lo que está impreso es

Eso es lo que cuenta de lo que se cuenta. n

15


Severino, simbolismo y naturalismo Prólogo a Desiertos intactos.

ntes de forjar sus mundos

la Generación del medio siglo, hacia una litera-

textuales —o justo mientras

tura más cosmopolita y experimental. Su teo-

los forjan— algunos autores

ría de la literatura es realista en tanto satisface

necesitan hallar para sí un lu-

la necesidad de escribir sobre lo real, y también

gar en este mundo real, y co-

simbolista en tanto que el autor y sus persona-

mienzan por buscarlo en ese mundo dentro del

jes abrevan de los símbolos universales, arque-

mundo que es la tradición literaria. Así lo hizo

típicos, para satisfacer su propia sed de Dios.

ver Severino Salazar cuando escribió, en el pró-

Este Desiertos intactos. A semejanza de su pri-

logo a la antología Zacatecas, cielo cruel y tierra

mera novela (que integraba dos historias en

colorada, que deseaba pertenecer como narra-

apariencia incompatibles tal como Las palmeras

dor a la tradición de escritores como Mauricio

salvajes de Faulkner), este quinto libro de Sala-

Magdaleno, Tomás Mojarro y, en menor medi-

zar nos cuenta dos historias paralelas, separa-

da, Amparo Dávila. Las razones por las que se

das por el tiempo pero unidas por el espacio. El

identificaba con esos notables narradores justi-

destino paralelo de dos eremitas singulares que

fican muy bien su propósito de consolidar una

habitaron en distintos siglos pero en un mismo

narrativa.

desierto. Un desierto (aún) fascinante, miste-

La novelística de Salazar ofrece una respuesta

rioso, intacto.

literaria a un momento histórico muy preciso —

Acaso la virtud estética más notable de De-

los años ochenta— marcado por una paulatina y

siertos intactos se manifiesta en su eficacia para

globalizada descentralización del arte: hasta en-

comunicarnos el pavor metafísico de su pro-

tonces la literatura en México —lo mismo que la

tagonista, ese temor suyo ante lo numinoso,

pintura o la música o el cine— se producía y se

mientras nos entretiene con su colorido retrato

administraba desde la capital del país. Gracias a

de la vida reciente o lejana: la corte española,

los talleres y a la creciente oferta editorial en las

los personajes de las juderías, los rufianes de las

ciudades de provincia, se abría tierra adentro la

caravanas o los afanes cotidianos de La Chave-

semilla del arte: la necesidad de autoafirmar su

ña, esa hacienda de provincia con sus carrua-

identidad mediante la creación artística.

jes, sus reses, sus cosechas, las bugambilias y las

Esta percepción crítica de lo literario y lo re-

glorias floreadas de los patios: explorar lo inde-

gional permitió que Salazar forjara, como nove-

cible a través de lo sensible, lo sagrado a través

lista, una poética de la novela que lo distingue

de lo profano, lo terrible a través de lo entraña-

como autor frente a las poéticas dominantes

ble; he aquí la vocación literaria que mejor de-

de su contexto —las cuales apuntaban, desde

fine a esta novela.n

16

Foto del archivo familiar.

Gonzalo Lizardo


17


Severino, los jardines y los desiertos Prólogo a La locura de las flores Miguel Ángel Quemaín

arias veces le pregunté a Se-

que se ordena, se sintetiza y se selecciona. Es a

verino sobre las semejan-

un tiempo un ejercicio de inclusión y exclusión.

zas y cruces entre el jardín

Tú sabes de mi afición por los místicos es-

y el desierto, «tierra espan-

pañoles, me decía. En el espacio de su poética

tosa», tierra de las pruebas

el jardín tiene un lugar privilegiado, es el lugar

y del designio divino que convertirá el tránsi-

donde hombre y divinidad se encuentran. Hay

to en «pueblo elegido». Es el espacio de la re-

algo edénico en esa coincidencia. El collar de la

flexión sobre la tentación: «no solo de pan vive

paloma de Ibn Hazn, El jardín amurallado de la

el hombre». El desierto es un mundo de pruebas

verdad de Sanaí, que justo se trata de un tex-

no de castigos. Es terreno ideal pero no de per-

to escrito después de un largo viaje, una pere-

manencia, el desierto es un tránsito a la tierra

grinación a La Meca y Medina, donde la idea de

prometida.

humanidad, diversidad y pensamiento descan-

La noche, el sueño, temas bíblicos por ex-

sa sobre la metáfora del jardín. Hay conexión

celencia se anudan a su literatura en un primer

con el pensamiento, pensamiento que es oní-

momento abarcando todo su pensamiento na-

rico y erótico. Cuerpo y divinidad dialogan a

rrativo. La noche, el desierto, el sueño son lu-

través de un trabajo de lenguaje en busca de la

gares de retiro espiritual, de indagación y de

imagen perfecta/precisa.

introspección segura, de revelación y de lucha contra el mal.

Si bien el jardín fue una metáfora privilegiada hacia el final de la vida de Severino, el de-

Sobre las posibilidades de ambos espacios

sierto nunca dejó de estar presente y persiste

simbólicos, su convivencia y futura indagación

como un poderoso referente al “primer” mun-

conversamos mucho. A veces por mail, a veces

do que le ofreció el gran material simbólico que

frente a una grabadora y en otras al calor de la

componen sus novelas y cuentos. El desierto es

plática me proponía ideas que ahora sintetizo

el mundo donde se pone a prueba la tentación

aquí y que traigo de distintos momentos: para

(la montaña y el templo bíblicos son los otros

él la creación del jardín era un símbolo de so-

dos territorios de la prueba); no es el mundo de

metimiento que se opera sobre una naturaleza

la elaboración sino de la meditación; al desierto

18


[ En Foco ]

Foto del archivo familiar.

se es llevado o se busca acceder como un es-

conviven dos tipos de árboles, uno eterno y

pacio de conquista espiritual, de resistencia y

universal que está en medio del huerto y que

sacrificio; es una nada muy poblada de signifi-

representa la inmortalidad. Paulina Zúñiga es

cados y creaturas.

testigo de la presencia y poder de ese árbol que

El desierto como elemento simbólico en la

se le recorta contra el horizonte y representa la

Biblia le permitió crear analogías y trazar un

inmortalidad, tema de las culturas más anti-

mapa subterráneo para sus personajes, para sus

guas. También está el árbol del conocimiento,

temas. La rebeldía, la tentación, la soledad del

el bíblico del bien y el mal. El que propone una

hombre que busca sus orígenes en el corazón

elección sobre la inmortalidad.

mismo de su soledad y aislamiento. El tentador

Para Severino Salazar el desierto vive la ilu-

es un diablo que separa y divide, es el demo-

sión verde del jardín que aparece temporal-

nio griego cargado de señas y claves: el ayu-

mente bajo el influjo de las estaciones. Se trata

no, las cuarenta noches, el tránsito judío en el

de un jardín salvaje que se construye a sí mis-

peregrinaje.

mo, sin necesidad del hombre, quien sin em-

En ese mundo mitológico de la Biblia también está el jardín de su encanto donde

bargo aprovecha la estación para tomar los frutos del desierto. n

19


“Nunc dimitis”, Severino Dolores Castro everino Salazar surge como un gran

de estudiar en la unam obtuvo una beca para

árbol de raíces profundas en Tepe-

proseguir en Inglaterra, y ahí conoció a impor-

tongo, extiende la frescura de sus

tantes narradores ingleses que escribían sobre

ramas por toda la capital y el esta-

personajes de pequeñas comunidades como

do de Zacatecas en su historia co-

protagonistas de importantes libros.

lonial, en su presente mágico. Penetra hasta la existencia íntima de sus personajes: niños, jó-

También, me dijo: “quise escribir novelas y cuentos poéticamente”.

venes, adultos y viejos que viven intensamente.

Severino logró eso y mucho más. Conoció a

Él puede presentarlos en virtud de su genialidad

fondo, en sus entrañables maneras de ser a los

para unir sueño y realidad, mediante una ima-

habitantes de Tepetongo, y de muchas peque-

ginación que fortalece sus palabras al revivir las

ñas comunidades de Zacatecas, y así recreó es-

situaciones y convertirse en los personajes mis-

pacios de su historia, reviviendo mágicamente

mos de sus novelas y cuentos

personajes, atmósferas y tonos en medio de una

Leerlo ha sido para mí volver a la infancia, al

cauda de emociones.

lenguaje de mis padres y mis abuelos; recordar

La editorial Juan Pablos publicará próxima-

palabras y giros del español antiguo que fue-

mente la obra completa de Severino Salazar. A

ron repetidos en el habla y aún en la escritura

mí me encargaron el prólogo de su libro Cuen-

de muchas generaciones “bajo un cielo cruel y

tos de Navidad, y doy testimonio de su calidad,

una tierra colorada”; lenguaje que como reposa-

de la belleza de sus narraciones, de su mensaje

da arena de río, se ha ido agregando, y lo retoma

de solidaridad humana, su inteligencia despier-

Severino Salazar para rescatarlo esencialmente

ta ante las emociones, pero también a la crítica

en su rica capacidad lingüística y expresiva.

social y política.

Severino nació en Tepetongo, su pasión por

Los personajes de comunidades pequeñas, los

la literatura lo llevó desde ese poblado de Zaca-

solitarios, los excepcionales, como en Cuentos

tecas a estudiar en la unam, en el Distrito Fede-

de Navidad, los niños, o todos los que aparecen

ral, y fue discípulo de Rosario Castellanos, tal

en el cuento titulado “Nunc dimitis”, revelan

como me refirió la primera vez que tuve el ver-

en el autor no solamente su conocimiento de

dadero gusto de conocerlo, sí, mucho gusto,

los amores y pasiones humanas, sino sus lectu-

pues él en persona tenía cualidades de conver-

ras, desde clásicos griegos y latinos en adelante.

sador y cualidades de escritor natos.

Severino es conmovedor en su narrativa por-

Severino inicialmente había escrito poesía

que sacude las raíces de nuestra forma de es-

(y fue fundamentalmente poeta en su vida y su

tar en el mundo, ya sea por vivir en una aldea,

obra). Recordó en aquella ocasión que después

o una hermosa ciudad, y nos revela múltiples

20


[ En Foco ]

Ilustración: César Navarrete. Una confusión de sentimientos me volvía los espacios de mi casa, los corrales, las huertas, las calles del pueblo y las montañas en distancia, todo como un lugar desconocido. Severino Salazar.

modos de ser o de existir, múltiples sí, y uni-

capital de nuestro país, y tampoco exclusiva-

versales, puesto que en el fondo de cada uno

mente a la capital de Zacatecas. Por sus libros

asoma un ser humano.

conocemos un México rico, iluminado en los

En “Nunc dimitis” (que según consulté en

átomos de su materia humana y sensible que

un diccionario latín-español significa “nunca

forma células y tejidos sociales de gran riqueza.

renuncies a lo que tienes derecho”, en su sig-

En su novela Donde deben estar las cate-

nificación más amplia) es la conmovedora his-

drales, en Desiertos intactos, y El mundo es un

toria de un hombre que sólo posee un pequeño

lugar extraño, en todo, en fin, lo que Severino

rebaño de borregos, y mueren todos bajo la ne-

nos dejó como rica herencia literaria, expresa

vada sorpresiva que ocurre en Zacatecas. Él los

modos de ser en personajes sensibles, plena-

lleva hasta la ciudad para venderlos, pero está

mente humanos, así como la vida en torno de

prohibido transportarlos en el ferrocarril, y se

ellos, y con frecuencia la justicia o injusticia

entera de ello al bajarlos, con ayuda de su mujer

social reinante, la vida de niños, o de jóvenes

y sus hijos, tras muchos esfuerzos el destino de

estudiantes, o de egresados de la minería, o de

esta pobre gente es conocido por un periodista

las universidades que se reúnen sin encontrar

que nada puede hacer por ellos, sino mostrar la

rumbo qué seguir.

situación de los más pobres. En sus novelas, en sus cuentos, descubri-

Esperemos las obras completas de Severino Salazar publicadas en la Editorial Juan Pablos,

mos este México plural, rico en formas de vida

leeremos y releeremos a un escritor de Tepe-

diferentes, a la vez particulares, originalísimas

tongo, de Zacatecas, de México, que es también

siempre de esta vida que no se circunscribe a la

un escritor universal. n

21


Ilustraciones: Eos Otherre.

Paisajes imposibles —la danza de los ciervos— Severino Salazar Fragmentos iniciales de Paisajes imposibles —la danza de los ciervos—, la última novela de Severino Salazar, inédita hasta ahora.

n

Uno …de las figuras artificiales y de las criaturas cuya existencia tiene lugar apenas en los tapices y en los cuadros. Fernando Pessoa, El libro del desasosiego.

Vestida de negro, con alforja de piel al hombro y un cayado nudoso, pero terso por el manejo, llega una vieja. Desarrapada. Ha caminado sin parar cuatro días y tres noches, y ya se le terminó el bastimento que traía para la expedición. Hasta hoy en la tarde, cuando mira a lo lejos una verde colina y sobre ella las murallas de la ciudad que viene buscando, siente un poco de alivio.

22


[ En Foco ]

Gruesos paredones constriñen la ciudad de piedra exqui­sitamente labrada. Como una rosa color salmón a medio abrir, piensa, compara. Al fondo las atalayas, las fortalezas almenadas del alcázar que surgen de los acantilados, dorán-

Como si se los fuera a ofrecer a alguien. Sus ojos grandes, bajo su frente arrugada, giran lentamente como dos planetas habitados por el misterio. Como tratando de descifrar el nuevo mundo en el que han penetrado.

dose con los últimos ra­yos del sol, que se abren

Rostro endurecido por el sol y el viento.

camino entre dos enormes nubes.

Sin mucha tardanza, pero ya de noche, el señor

En la torre más alta, dos banderas se mecen majestuosas con la suave brisa que asciende de los llanos. Bendito el hombre, reflexiona, que es arrojado a un mun­do de piedras; sin embargo, él las amontona, las bruñe, las acomoda y les descubre una infinidad de formas amables. Ha llegado —poco antes de que caiga la noche fría del otoño— con la horda de limosneros que recorre estas co­marcas y sube a las puertas nobles del alcázar. Soplan tiempos recios. Reclama atención especial, y que a ella se le permita hablar con el señor. Alegando que es la portadora de un importante mensaje. Es una agorera. Se llama Raymunda de Languedoc.

y su joven mujer la reciben. Se encuentra un tanto mareada, porque el pocillo en el que bebió el vino fue colmado tres veces mientras comía. El vino ubérrimo y apenas perfumado que dan estas tierras. Retorcidos troncos de olivo arden silenciosamente bajo la campana de una gran chimenea de piedra blanca. Las llamas danzan y brillan en la seda de los gruesos ta­pices y damascos que cubren las paredes circulares de techo a piso. En el aire se respira la nobleza que se ha venido destilando con el devenir de las generaciones. El cielo azul y las estrellas pasan lentamente más allá de los delgados pilares y filigranas de una ventana ojival. Es el inescrutable firmamento, cargando los

Ahora tiene hambre y sed.

misterios de nuestro destino, que nunca deja de

Pero es mucho más grande la apuración por

mirarnos desde todas partes.

entregar el mensaje que le fue comunicado en un sueño, que se repitió siete noches seguidas. Después de que le han dado de comer hasta la saciedad en el refectorio destinado a los mendigos y peregrinos, la hacen esperar en un salón amplio y enlosado. Se halla a la mitad de una torre cilíndrica, que

La saurina sabe que estos espacios del alcázar dan testimonio, en cada uno de sus detalles, de que aquí se piensa más en el bien de lo imperecedero. Y se lucha contra los absurdos e intrincados caminos del deseo sin fin. Ni finalidad.

termina en punta, donde se ha colocado una rosa

No hay duda, ella lo intuye, a la cabeza de

de los vientos: el lugar de la alcazaba más cer-

este orden y bienestar se encuentra un hom-

cano al cielo.

bre próspero y generoso que está en la gracia

Cubre su cabeza y la mitad del cuerpo con un manto negro, pardeado por el sol en algunas partes, con agujeros, lleno de polvo del camino. Y en la mano izquierda sostiene, con delicadeza y cuidado, tres cogollos marchitos de romero.

de Dios. Que sabe cuidar bien de los súbditos que acogen sus mu­rallas; y aun de aquéllos —los más— desperdigados por las amplias llanuras y montañas de sus dominios.

23


Es bueno saber, se consuela la agorera, que en algunos rincones del mundo Dios sonríe complacido. Ocultando a los ojos simples —con tanta indulgencia— la fragilidad y el dolor de la vida. Así sea su santa voluntad. Aunque en otras regiones se burle, y se escuchen a lo lejos sus carcajadas celestiales. Este hombre, sabe la saurina, acaba de recoger las cosechas del año que, como nunca, fueron abundantes. Y, como si fuera poco, envuelto en toda esta riqueza que cae del cielo y sube de los valles por las laderas, Dios también le ha mandado su primer hijo. Cuando Dios socorre, socorre a manos llenas, dice a guisa de salutación la vieja desarrapada.

Es decir, el paisaje a la vez escabroso y bello de estas regiones. Ya que en el instante en que entraran en conjunción dichos elementos, el prodigio sería visible para todos los moradores de esta región. Concreto en una hermosa imagen nunca antes vista. Y esa imagen iba a quedar grabada, a perdurar en la mente de los hombres a través de los siglos por venir. Pues la imagen se formará con el caballo: la más bella de las bestias, la más veloz, que da al hombre que la gobierna el título de caballero. Armadura, el caparazón de fortaleza, la protección del peligro, que más que cubrir el cuerpo, cubre el alma. Lanza, la más honrada y noble de las armas.

Procede a darles las nuevas que la echaron al

Ciervo, el animal que va pensando en el bosque

camino con su cargamento de sueños, en busca

que recorre y lo materializa sobre su cabeza, y

de estas lejanas tierras.

huye con él a cuestas.

Empieza su discurso explicando que el tierno vástago, que la joven señora mece junto al fuego

Y el elemento temido: el abismo, el precipicio, el desfiladero.

en una artesa forrada de zaleas blancas y amari-

El vacío sin fondo.

llas, ha sido llamado entre miles y miles.

El vértigo y el horror.

Llevará a cabo grandes trabajos y presenciará

Que él —el caballero elegido— debía desafiar.

un prodigio para beneficio del género humano.

Y llenar ese vacío aunque fuera por un

Porque va a crecer en él el hombre más amable, sabio, leal y fuerte, y con más noble espíritu, mejor instrucción y crianza que todos los que hasta ahora se conocen. Para esto deberá abrazar la regla y la orden de caballería. Porque en el mundo faltan caridad, lealtad, justicia y verdad; y estos dones deben ser restaurados. El señor se levanta de la butaca donde ha permanecido y, mirándola fijamente, se acerca a su mujer. Y para llevar a buen puerto la gran encomienda que se le ha asignado —continúa la desarrapa-

instante. Para dejar fija en una imagen —como ya lo ha dicho— esa hazaña. En esto consistirá la gran misión del infante, que ahora yace en la artesa. Para que se cumpla el destino, Dios impone tres condiciones. Que cuando el herrero esté forjando la punta de su lanza en la fragua, el propio señor, su padre, apague el hierro candente con una de sus lágrimas. Esa lágrima acompañará al vástago en todas sus aventuras; pero en el momento final, le será devuelta a su dueño.

da—, será menes­ter de caballero, caballo, arma-

Segundo: no cazar ciervos, ya que en la cor-

dura, lanza y ciervo; y un elemento intangible y

namenta de estos animales San Eustaquio vio la

vacío: el abismo; o sea, el precipicio.

cruz donde padeció nuestro Señor.

24


[ En Foco ]

Santa herida en la carne y en el paisaje. Santa imagen en la mente de los hombres. ¿Cuál es la chirimía silvestre?, pregunta intrigado el señor. El señor coge el atizador y da tres pinchazos en el mazacote de brasas: un remolino de chispas —enjambre de moscas de lumbre— sube por el tiro de la chimenea. El fuego se aviva en llamas color naranja. Da unas florecillas extrañas y crece en las riberas del río Jordán, le contesta la agorera. Después de una breve pausa prosigue diciendo: Del centro de una flor diminuta brotan dos; de éstas, cuatro; y a su vez de éstas, ocho, y así... La joven esposa mira la artesa y levanta el velo azul que la cubre. Invita a la vieja con una sonrisa para que se arrime y mire el niño. Cuando la madre sonríe, su cara se llena de complacencia. Piensa que la mujer de negro es tímida. Va hacia la vieja, la toma de la mano y la deja Pues los ciervos llevan en su cornamenta el Calvario. Siendo el más limpio de todos los animales de la creación, el más puro. Y por último, y por muy contradictorio que parezca, la persecución y caza de un ciervo abrirían las puertas del prodigio. En su poder no está descifrar el acertijo, aclara la desarrapada. Y ese niño, la vieja apunta con el índice largo y flaco hacia la artesa blanquísima, de álamo, debe permanecer toda su vida atento. Ojo avizor. Porque una plaga de mariposas de colores y una lluvia de mierda preludiarán el prodigio en un día de verano. Nubes de mariposas sobre los arbustos en flor de la chirimía silvestre. Prodigio que quedará grabado para siempre en la corteza de esta tierra y en la mente de los hombres por venir; no se cansa de repetirlo.

frente a la artesa. La joven madre, aunque hermosa, renquea un poco, como si una de sus piernas fuera más corta. Veo un precipicio sin fondo, dice muy quedito la desarrapada. Ahora las tinieblas cubren mis ojos: soy ciega durante la noche. Sólo veo en mis sueños. Momentos después, los cogollos marchitos de romero chisporrotean sobre las rojas brasas de la chimenea. Un leve sahumerio invade la torre. Afuera, más allá de las filigranas del ventanal de ojivas, silba con fuerza el viento. Con sus frondosas ramas, los castaños y nogales de las huertas, que rodean el alcázar, le lloran a la noche: un llanto grandioso, solemne. A una noche larga y oscura del otoño, que presagia lo crudo que será el invierno. Lloran inconsolables por el viento que, con violencia, reclama para sí sus hojas.

25


Y horas después, muy de mañana, con su alforja de piel al hombro —repleta de provisiones—,

madroños, de las wisterias, de los abetos, de los pinos, de los robles y de los encinos.

apoyándose en el cayado nudoso y terso, cruza

Esas bolsas grises están pletóricas de la vida

el patio principal, cuyo piso es de baldosas blan-

que protegieron durante el invierno; contienen

cas y negras.

color, movimiento, alegría.

Así, mientras cantan los primeros gallos (todos los gallos vienen de Barcelos), como si flotara sobre un tablero de ajedrez, sale del alcázar Raymunda de Languedoc.

Y el misterio de la vida y su fragilidad. Mientras silba, el viento las mece con delicadeza como si fueran badajos mudos. Detiene su caballo y se queda en éxtasis mi-

Sus largos pasos no se escuchan, sólo la punta

rando los pre­carios receptáculos de donde sal-

del cayado que los va marcando contra los cua-

drán las mariposas que van a poblar los prados

dros de piedra.

del próximo verano.

Sus labios se mueven con rapidez, como si las

Él mismo se sorprende, porque nunca antes

oraciones que va rezando las leyera en ese suelo.

había reparado en estos caprichos de Dios, que

En el libro abierto de este país misterioso y

se vale de tantos artilugios para depositar sus

lejano.

criaturas en el mundo. Y por tan breve tiempo. n

¿Por qué hay seres que deben pasar por va-

Libro de piedra

riadas transformaciones y morir tan pronto?, se

Los cascos de su caballo cuatralbo van pisando

pregunta, y mira en el otro lado del arroyo una

una gruesa alfombra de hojarasca empapada, ya

colonia de arces llenos de brotes nuevos a punto

podrida.

de reventar.

El viento frío dispersa el líquido tintineo de los cascabeles de plata. El señor —dos escuderos lo siguen a prudente distancia— cruza la maraña de un bosque gris, pelado, rumbo al alcázar.

La fatiga no le impide demorarse un poco para cortar algunos de esos capullos de crisálida con todo y ramita. Tampoco es un impedimento la felicidad de saber que está a una jornada del hogar, del le-

Ya se encuentran en las cercanías.

cho de la mujer que ama y de los hombres que lo

Él, sumido en meditaciones, esquiva con pe-

respetan y sirven.

ricia las ramas más bajas que atraviesan el cielo del camino. Es una mañana llena de sol y el agua canta entre las piedras de los arroyos, mientras las pule y las limpia, pues se está derritiendo la nieve. Ha pasado tres días recorriendo sus tierras.

Llena su alforja de cuero de crisálidas, con mucho cuidado —para no aplastarlas, para no romperlas—; son tan frágiles. Los tiernos tallos de las anémonas brotan de las franjas más húmedas de las vegas de arcilla. Por fin, en una vuelta del camino, mira a lo

Está a punto de estallar en silencio la prima-

lejos las murallas almenadas de piedra, y atrás de

vera: el viento ya empieza a sacarle el aroma a

éstas la gran mole de torres con sus torrecillas, las

los troncos de los árboles.

lucernas cónicas y sus techos negros de pizarra.

Como si fuera una mañana sagrada, la mañana huele ligeramente a incienso.

El cielo es un manto azul. Su corazón da un vuelco porque sabe que en

El señor mira con curiosidad las hileras de

este momento, desde el paseo de ronda, los ba-

capullos de crisálidas que cuelgan solitarios,

llesteros lo están mirando, y la noticia de que se

aquí y más allá, de las ramas pelonas de los

acerca ya recorre el alcázar.

26


[ En Foco ]

Una catedral en miniatura es la capilla gótica. El sol, moneda de oro, pronto rodará hasta el centro azul del cielo. Desmonta. Un hombre sostiene las riendas. Caballo y hombre avanzan hacia las caballerizas. El señor se dirige a la torre donde se encuentran su mujer y su vástago. Después de que los saluda y besa, abre su alforja de cuero y le explica a su mujer que, en su camino de regreso al alcázar, le ha arrancado al bosque un regalo para su hijo. Y de inmediato se dispone a colgar con mucha cautela las ramitas —de donde penden las crisálidas— en el dormi­torio del pequeño. Cuatro, de las cortinas de la ventana; dos, de la cadena de la lámpara de aceite que pende de la bóveda del techo; una, del velo azul que cubre la artesa. Y las catorce restantes, de un cordón que amarra de pared a pared y que cruza el aposento. Cuando ha terminado su tarea, le dice a su mujer, quien lo mira como pidiendo una explicación: Esos capullos, que ahora se ven grises y ordinarios, están llenos de colores, de belleza, de movimiento, de vida, y también de endebles; por eso sus prodigios son tan efímeros. Una vez sobre el puente que cruza el foso — sin desmontar de su caballo— saluda a los hom-

Se queda callado un momento y luego continúa:

bres y besa a su madre, que ha salido a recibirlo.

Tristemente, hay partes de la vida que son de

Entra al zaguán ancho y profundo que des-

poca duración, como las estaciones, y se queda

emboca en el patio principal, enlosado con cua-

pensativo por algunos segundos.

dros de calcáreas negras y blancas, bien puli-

Su esposa lo mira sin entender y sonríe re-

dos por los cascos y las pezuñas, las ruedas y los

signada, pues ha aprendido que existen infini-

arrastres.

dad de cosas que ella debe ignorar.

Mira los muros, los paseos de ronda, los bal-

A través de la ventana ojival, el señor mira

cones, el cam­panario y las lucernas de la capi-

los campos: una nube de estorninos hace pirue-

lla, el paisaje que le pertenece, que forma parte

tas en el cielo.

de él, que lleva dentro del alma.

Pájaros de buen augurio.n

27


N Narrativa

El Arte de la Memoria Gabriela Damián Miravete

1

el griterío y el chirriar de dientes pronosticados por el Día del Juicio con dragones de siete cabezas coronados por las diademas de piedras preciosas. Al menos así se lo había imaginado Ofelia desde el colegio de monjas. ¿Cuánto faltaba para morir? No recordaba cuánto habían dicho (Ofelia, entre muchas otras cosas más, tenía mala memoria).

hora.

45 minutos

Ofelia despertó cuando la inmen-

Que esta desgracia sucediese se había plan-

sa nube de polvo se asentó en el sue-

teado como una posibilidad en verdad muy

lo, ligera y sedosa como si el tiempo

remota, y la esperanza, la dulce esperanza de

mismo hubiese llegado, por fin, a su

despegar con inconmensurable fuerza para en-

destino. El escudo de la plataforma había re-

contrarnos con los otros. Tener, por fin, la po-

sistido pese a todo, y el golpe en la cabeza no

sibilidad de alguna respuesta, tuvo al mundo

era, por lo visto, demasiado severo. Soñaba con

entero embriagado de dicha.

agua, mucha agua, y con el sol que se filtraba en

El mensaje había sido preciso y casi afectuo-

la mediana espesura de un bosque que no había

so. Vengan, hablemos de cómo hemos crecido

visitado jamás.

sin ayuda de nadie, y dejemos atrás la soledad.

Notó primero que todos estaban muertos. La

No estamos solos en el universo.

sala de control era un amasijo de placas de me-

Las indicaciones eran pulcras, precisas, obvias

tal, carne y sangre. Las señales mudas de radio y

hasta el enfado. ¿Cómo no imaginar este viaje

televisión no daban cuenta del estado del mun-

antes? tres cosmonautas dentro de una naran-

do, si la gente contenía el aliento o se prepa-

ja, arrojada a navegar por el mar del universo en

raba con resignación para el final; si ya sonaba

olas hechas de pura energía.

28


Puede que salga mal, dijeron varios, que un nimio fallo en las coordenadas cave un hoyo

la plataforma los contuvo a ellos también. Sería maravilloso.

profundísimo ahí, en el espacio, el aire, el

La imaginación de Ofelia obró de manera

tiempo, y como una ola volvería en pequeñas

prodigiosa. Supuso a los cosmonautas vivos, un

implosiones una y otra vez, una y otra vez has-

poco zarandeados, pero estables. Ella podría in-

ta acabarlos.

tentar lanzarles durante la siguiente ola, y así

Pero hasta ellos creían que el riesgo valdría la pena. Se construyeron las plataformas, se urdió la naranja con un tejido poderoso de materiales y energía. Se formó el equipo, se eligieron a los

cumplirían con la cita. No tenían nada mas qué perder, y si funcionaba... Entonces no habría terminado todo. El mundo seguiría allá arriba, en alguna parte.

cosmonautas. Ofelia, la que más había puesto

33 minutos

el corazón en cada minúsculo detalle, no pasó

Corrió hasta la naranja, que parecía intacta.

las pruebas. No podían prescindir de ella, sin

Era todavía la perfecta esfera que los deslizaría

embargo. Era como si los otros de allá arriba

por las carreteras de la materia oscura. Imaginó

hablasen a través de ella.

el paisaje, la redondez de los planetas que ve-

Los demás cumplieron todos los protocolos, la misión era impecable. Y ahora esta versión de la vida estaba a punto de terminar. Hizo el esfuerzo. ¿Faltará como una hora para la siguiente ola? 39 minutos

rían pasar a los cosmonautas, los colores de las nebulosas, el latido ronco de los pulsares, el color de fondo del universo... ignoró los cadáveres que atisbaba aquí y allá. Ignoró el dolor que le produjo recordarlos vivos y entusiastas apenas unas horas antes. Manipuló las órdenes para abrir la naran-

Qué desastre, Ofelia. No podía recordar nada,

ja, sus dedos sobre los cristales temblando. Le

ni siquiera en las circunstancias más urgentes. Por

faltaba el aliento. Culpó de ello a sus muslos

eso nunca llegaste a ser cosmonauta, se dijo. ¿Es-

gruesos, a su torpeza habitual. Por eso nunca

tarían vivos aún los chicos? Quizá el escudo de

llegaste a ser cosmonauta.

29

Ilustraciones: Jael Alvarado.

[ Narrativa ]


Pero no era por eso. La atmósfera estaba envenenada ya.

recordaba bien, mira qué cosas tan inútiles guarda una en la cabeza.

Al entrar en la naranja no llamó a ninguno,

Era una fórmula maravillosa: ibas a un lugar,

no quiso confirmar que no le respondería nadie.

por ejemplo, la fachada de una antigua iglesia,

En el fondo, lo sabía. Sólo halló dentro bultos

y asignabas a cada elemento arquitectónico una

inmóviles de pelo, tela y dientes. Qué muerte

parte del recuerdo. Digamos que una quisie-

horrible. No pudo evitar sentirse afortunada por

ra preservar en la memoria el último encuen-

dejar el entrenamiento para ser una cosmonau-

tro con su madre. La hornacina podrían ser sus

ta, pero enseguida se arrepintió de haberlo pen-

ojos. Las columnas, su vestido. La puerta, sus-

sado, era un persona horrenda.

palabras. Cada elemento guardará un trozo de la

Después de todo, ella armó la expedición.

idea, del momento. Y cuando hayamos deposi-

No era una cosmonauta (la memoria, los cálcu-​ tado cada uno de ellos en ese lugar, y después los fallidos, el peso corporal, la inestabilidad

de un tiempo volvamos a él, la fachada orques-

emocional y ¡ah! tantas averías más), pero era

tará el recuerdo para nosotros.

una comandante. Había diseñado las pregun-

10 minutos.

tas, cómo habría de ser el primer intercambio.

¿Qué habitación, qué arquitectura habrá allá

Qué habríamos de decirles que somos a esos

arriba para guardar lo que fuimos? Pensándolo

hermanos desconocidos. Qué pretensión más

bien, el espacio desconocido era el lugar ade-

estúpida, pensó.

cuado para el altar de la memoria humana. Tan

Afuera, a lo lejos, en el mirador del lanza-

vanidosos, tan contradictorios. Tan efímeros.

miento, alcanzó a ver que las raídas banderas

6 minutos.

de las naciones ondeaban aún en el aire. Las

Quizá en realidad había pocas cosas qué pre-

gradas se adivinaban vacías, abandonadas con

servar. ¿Qué significado tendría para los otros

espanto.

un almanaque de fechas y aburridos paisajes?

El sistema de alarma aulló. Vaya, algo tenía que funcionar, después de todo. Anunciaba la siguiente ola: 25 minutos. ¿Sufrirá mucho la gente? ¿Experimentarán dolor, ahora mismo? ¿Y por qué ella seguía viva? Ella, la más torpe, y mezquina, y nunca una cosmonauta. ¿Sufrirían más si impulsaba la naranja con la segunda ola?

Y sin embargo, ¿significarían algo nuestras minúsculas bellezas? Aquello que la asamblea había aprobado seguía siendo tan limitado e hipócrita como cuando prohibieron las imágenes de personas desnudas en el disco de oro del Voyager. Si ella hubiera podido viajar, habría escogido cosas más interesantes… Les describiría los cuerpos desnudos, el goce

19 minutos.

de descubrir el propio primero, y el ajeno des-

Todos sus males habrían tenido remedio. Si

pués. El tacto de otra mano embonando con la

hubiera observado la dieta, si hubiera pues-

nuestra. La temperatura del vientre, siempre

to atención en la verificación de los cálculos,

cálido, atareado y ruidoso. El cuerpo de los ni-

si hubiera sabido encontrar un método para no

ños, hecho de un solo trazo, corriendo hacia la

distraerse, para recordar...

ducha. Los guardaría en una nebulosa rosada...

Había uno. El arte de la memoria. La mnemotecnia de Simónides de Ceos, eso sí que lo

30

en la NGC 6357, la más linda de las difusas, una guardería de estrellas niñas.


[ Narrativa ]

5 minutos.

2 minutos.

El olor de los árboles. El rumor nocturno de

Se ha asumido como una impostora. ¿Qué di-

un bosque. La Sh2-277 en Orión podría ser un

rán los otros, si llega a encontrarlos, cuando la

buen lugar para las ramas, el frescor, el rocío. El

vean llegar con tres cadáveres, un traje ajustado

ulular de un búho y el rugido de un oso.

y un paquete de semillas? Le habría encantado

4 minutos.

llevar a bordo la lealtad del perro y la armonía

El arcoiris dentro de un charco de aceite re-

del gato. Pero para eso habrá nebulosas enteras.

gado en el concreto. El baile, el licor de man-

Buscará la Ojo de Gato para preservar el ronro-

zana. El arcoiris fantasma que aparece para

neo y llenará a Sirio con la memoria de los perros

una sola persona cuando está de pie frente a una

que suelen ladrar al mar. El desierto. Los reptiles

cascada, y que perderá si se mueve, y que na-

y sus hermanos, los pájaros.

die más podrá ver, nunca. Nubes anaranjadas y

Es muy probable que la ola no la impulse.

violetas. Los fantasmas y la tristeza de las casas

Pero si algo hay que decir acerca de los huma-

embrujadas. Necesitará un asteroide vacío para

nos, es que solíamos intentarlo hasta el último

guardarlos, un cascarón de cuerpo celeste.

momento.

3 minutos.

Eso hacían los mejores de nosotros.

El traje de repuesto le queda ajustado, pero

1 minuto.

oxigena bien y permite la movilidad. Y qué más

Ah, la lluvia humedeciendo la tierra, los be-

da, si probablemente después de la ola no que-

sos de labios fríos, el olor de la carroña. La mú-

de del planeta, ni del traje, ni de ella, más que

sica. El vuelo de las aves, el fuego. Una sala de

cenizas. O ni eso.

cine, el milagro de la luz. El terciopelo. Hom-

Ha decidido que arriba los cosmonautas ten-

bres que alimentan a cucharadas a sus niñas.

drán mejores honras fúnebres. Las enanas rojas

Ofelia advierte la cercanía de la implosión,

serán perennes flores sobre sus tumbas. Nunca

deja caer a la naranja en el vacío que se aproxima.

se marchitarán.

Sus ojos alcanzan a mirar la ola, y dentro de ella, su silueta de cosmonauta, apenas una sombra en el rostro misericordioso del tiempo. n

31


A Artes Visuales

Yo, migrante Muchos se van. Se van cada hora, de cada día, de cada semana, de cada mes. Quieren reunirse con sus familias, huyen de la violencia o un desastre natural. La ruta al norte es más cara y peligrosa que nunca, pero se siguen yendo y huyendo. Una posible reforma migratoria de los EEUU y la masacre de 72 centroamericanos en San Fernando en 2010, a veces son las únicas noticias que tenemos sobre migrantes o la migración dentro de nuestro territorio, pero lo migrantes tienen rostro. ¿Quiénes son los migrantes?

Los poderosos retratos de Arturo Valentino Ramírez Gómez nos ayudan a empezar a contestar esta pregunta. Nos muestran los rostros de los migrantes y nos hacen pensar en sus diversas experiencias en el camino al norte. Vienen de Honduras, El Salvador y Guatemala. Como Javier, un hondureño de 25 años con destino a Atlanta. La gran mayoría son hombres de entre 20 y 30 años. Llevan días, semanas, o más de un mes viajando. Como Wilmar y Valdemar, unos parecen más grandes que sus años. Unos -como Oscar, Manuel y Mardoqueo- se ven

Cada uno de ellos tiene una historia distinta,

muy serios, mientras que otros -como Andrés y

basada en sus propias experiencias y circuns-

Jorge- sonríen. Helena, la única mujer de la serie

tancias. Pero todos son migrantes y, como las

que viaja con dirección sin rumbo, tiene media

fotos de Arturo Valentino nos recuerdan, todos

sonrisa. Sus flequillos esconden uno de sus ojos

son humanos con vidas e historias que merecen

y parte de su cara. Su humanidad saliendo al

nuestra atención.

mismo tiempo que intenta, tal vez subconscientemente, esconderse para que nadie la tome en cuenta en su camino y llegue sin problemas.

32

—Adam Goodman Todas las fotografías de esta serie son parte del proyecto de fotografía digital Yo migrante, los que se van...


Nombre: Eli Edad: 37 años Origen: El Salvador Dirección: E.U.A. Tiempo viajando: 18 días


Nombre: Óscar Origen: Honduras Edad: 20 años Dirección: New Jersey Tiempo viajando: 12 días


Nombre: Abel Edad: 21 años Origen: Honduras Dirección: E.U.A. Tiempo viajando: 8 años


Nombre: Mardoqueo Edad: 38 años Origen: El Salvador Dirección: San José, California Tiempo viajando: 3 semanas


Nombre: Wilmar Edad: 25 años Origen: Honduras Dirección: E.U.A. Tiempo viajando: 9 días






Nombre: Raúl Edad: 43 años Origen: Honduras Dirección: E.U.A. Tiempo viajando: 18 días


Nombre: Óscar Edad: 53 años Origen: Honduras Dirección: A todas partes Tiempo viajando: Toda mi vida


Nombre: José Edad: 21 años Origen: Honduras Dirección: Arizona Tiempo viajando: 24 días


Nombre: Helena Edad: 29 años Origen: Honduras Dirección: Sin rumbo Tiempo viajando: 29 días



Nombre: Luis Edad: 16 años Origen: Honduras Dirección: E.U.A. Tiempo viajando: 18 días


Aprendiz de monstruo, 2006.

T Tesis

Antinomias fatales en la pintura Aprendiz de monstruo, de Carlos Cortés Óscar Edgar López


I

lienzo y arrollara los tubos de óleo. En la cima

Las historias del arte concuerdan en que la pin-

llegó a confundirse y fue un huevo estrellado

tura redescubrió el poder significativo de la for-

en la frente, un chorro de agua escupido por un

ma pura, del gesto como afirmación humana,

hombre-escultura. Algunos declararon que la

de la misma construcción imperceptible del

pintura de caballete había perecido y que había

universo: así nació el arte abstracto, como la

sido puesta en sepulturas amplias y aclimatadas

afirmación radical de que el cientificismo exa-

llamadas “museos” (en las que ha sido copiada

cerbado arrojaría sobre el surco la semilla de la

sin descanso hasta nuestros días). La gloria de

muerte. Luego daría otro giro, y la pintura se

Tiziano y el impío arrojo de su alumno Caravag-

encontraba con la neofiguración. La forma que

gio, como todos los maestros de la pintura occi-

se había sacudido o puesto en rígido amarillo,

dental, puestos en el revés de cajitas de cerillos;

que había preferido lo antiguo a lo novedoso,

milagros del kitsch.

retornaba al habitual traje de la figura, al límite lumínico de los contornos.

El pintor vidente, así como el poeta profeta, dispersaron los secretos y mecanizaron su tra-

Pero el retorno implicó una revisión pro-

bajo. Hicieron un oficio de lo que era magia y

funda de lo que el hombre venía considerando

sensualidad de las cosas del alma, a la que (ya

como pintura. Para esto desarmó la máquina:

entrados en decadencias) también arrojaron al

propuso nuevas formas de construir, le dio de

margen, puesto que su imprecisión es molesta:

hierro una dura estructura o el albedrio pleno

la ciencia sólo puede hablar en cifras y resulta-

del inconsciente que (niño o demente) provo-

dos, el arte se aproxima pero la palabra es in-

có de cualquier manera la propulsión al infinito,

aprensible. Nunca tendremos otra certeza que

esto es, a la posibilidad, a la proteína de la cosa.

no sea la de nuestro esfuerzo inútil consumado.

El siglo de las vanguardias artísticas terminó

Cara de serio frente al payaso.

con el desencanto abrazado al pecho; caminó

No obstante, una vez en el universo, la pin-

desde el misticismo colorista hasta la herrum-

tura de caballete no podía simplemente apar-

bre de una lata de embutido, desde los vuelcos

tarse. Ello constituye su acto de soberanía, un

espirituales de Paul Klee hasta la parodia ago-

ritual diseñado como una iniciación; el hombre

biante de Chuck Noise. El camino es tortuo-

frente al espejo al que dibuja una proyección de

so, nada simple, no lineal; imposible para es-

sí mismo, el hombre fuera y dentro del mundo,

tos párrafos reducir o hacer entrar las cimas y

reestructurando, charlando con éste: ¿qué es?,

los decibeles de tanto discurso. Despejemos la

¿de qué es?

bruma: la pintura en su aplicación, en su proyección, ha retomado “la figura referencial” y

J

ha puesto a un lado los vericuetos de la abstrac-

El texto es la realización del sentido por las par-

ción, no en términos reduccionistas sino en tér-

tículas que hacen posible los significados. Estas

minos –volvemos otra vez– de búsqueda y de

partes son el cómo del discurso y se encuen-

recuperación.

tran en la articulación de los signos. Las obras

La irrefrenable transformación de los me-

de arte son textos en tanto que pertenecen a un

dios y los contenidos en la pintura (como le

discurso que da significación a las expresiones.

ha sucedido a casi todas las actividades huma-

La pintura Aprendiz de monstruo de Carlos

nas) propició incluso que ésta se cuestiona-

Cortés será nuestro texto, considerando que

ra su propia esencia, traspasara los límites del

las relaciones entre unidades se expresan por

49


los elementos organizados en una superficie

(que excediese incluso al ego) y la permisión de

convencional que obedece a la tradición pic-

acercarse al conocimiento y, de este modo, a la

tórica occidental figurativa. Fijaremos como

eternidad.

punto de partida (como horizonte) la teoría del

Tomada como símbolo, la paloma se relacio-

triángulo espiritual de Wassily Kandisky, teoría

na de inmediato con el Espíritu Santo de la Tri-

que además nos ayudará a entender por qué de

nidad católica, esto es, con los deseos de paz y

esta obra, al contemplarla, nos resulta un im-

con el espíritu misericordioso del Padre. En esta

pacto oscuro y tenebroso.

pintura encontramos un murciélago que, por el

Nuestro texto puede ser dividido en las tres

contexto y el carácter del conjunto, parece in-

unidades tradicionales con las que el Occidente

dicarnos que estamos frente a una alusión al

entiende la estructuración del cosmos: un arri-

mal (precisamente apelando a todos los opues-

ba (Dios), un centro (el hombre), un abajo (la

tos de lo que se menciona líneas atrás). Como si

muerte), el costado izquierdo (la maldad) y el

el Cristo pelado simbolizara la intervención de

derecho (la bondad). Lo que resulta de la topo-

Satanás (su hermano malquerido), el hombre

logía del cuadro es un triángulo apuntado hacía

enfermo (el niño en la parte central) enfrenta

al cielo, partido a la mitad por la figura de los

la revelación del triángulo espiritual y aprende

pies pelados; en el centro, el murciélago atra-

a utilizarla.

pado en pleno vuelo da un chillido alargado, agudo.

A los pies del niño vemos que algunos libros han sido leídos y expurgados; esto nos recuerda

A través del análisis de un texto plástico es

a la representación iconográfica de María Mag-

posible establecer una topografía que nos auxi-

dalena, la supuesta amante de Jesús. El niño es

lie en el momento de establecer categorías es-

el hijo de Jesucristo, nacido con la piel conta-

paciales, para después encontrar los signos que

minada (con ese patético ocre oscuro que es tan

producen una interrelación (elementos que, a

tenebroso como en Zurbarán o José de Rivera),

su vez, pueden aislarse y definir así el sentido

y que nos dice cínicamente: conozco la fragilidad

general de la obra).

insoportable del hombre, me lo dicen las osamentas

Partamos de los tres puntos psico-espaciales que hemos señalado. En el arriba encontramos

a mis pies que ha roído la malvada rata que ahora me aconseja; he visto los libros de mi madre.

unos pies descarnados que una manta extendida

En los flancos, dos monos son ejemplo de la

deja descubiertos. Es la piel el único y el primer

animalidad sagrada. Las bestias no ofendieron a

resguardo del hombre, incluso lo que comple-

Dios, tampoco lo retaron estimulando la curio-

ta su materia, lo que lo hace sentir (ser) la físi-

sidad; sin razonamiento y sin pecado, los ma-

ca del mundo; es su receptor más sensible y la

cacos nos recuerdan los inicios terrenales como

que puede decirle cuando la muerte y la enfer-

especie. El de la izquierda (día del tremendum)

medad están cerca, cuando ha concluido la efí-

bosteza con hastió, con cansancio, mientras el

mera estancia. Cristo es la religión del cuerpo

de la derecha (día de gloria divina) también está

despellejado; él es dolor y el dogma a practicar

aburrido, pero su mirada revisa y corrige los

para arremeter contra las necesidades terrena-

movimientos del pequeño.

les, los vicios irredentos del cuerpo. La breve

Analizando tales partes, comprendemos que

estadía en el terreno del hombre: la carne es un

algunas funcionan en el texto como adjetivos y

requisito incuestionable para aspirar a la gracia

otras como sustantivos. Según la relación con

de Dios, a quien el hombre le hizo establecer,

los otros elementos, serían sujetos: el cuerpo,

por capricho, que la muerte fuese indetenible

el niño, los libros y la manta; serían adjetivos:

50


[ Tesis ]

la muerte, la monstruosidad, el hastío y la maldad.

Kandisky escribe que la pintura es una adecuación espacial de los efectos anímicos

El conjunto de elementos nos presen-

traducidos en colores; de tal suerte, mediante

ta un texto en el que predomina la significa-

antinomias el pintor puede configurar un cuer-

ción orientada a una condición fatal exclusiva

po espiritual del que resulte una intención y un

del hombre; de ésta que no podrá sacarse ni ser

sentido.

marginado, pues el sentido último que generan

Aprendiz de monstruo es una obra compuesta

estas figuras es la condición siempre exasperan-

por una gama de colores fríos que, de acuerdo

te y ambigua del ser humano: la muerte de la

con el pintor ruso, produce movimientos con-

materia (el cuál y el dónde de lo que no es car-

céntricos, de meditación y de introspección.

ne, que no es materia).

No es casualidad, por ello, la abundancia de

El cuadro semiótico propuesto por Greimas

esta paleta en la mayoría de los pintores del Te-

del que nos hemos valido para el presente aná-

nebrismo: la oscuridad del cuadro penetra por

lisis puede ser presentado de la siguiente forma:

nuestros ojos. El ánimo y las emociones parecen concluirse en direcciones terribles, espa-

Angustia cuerpo

cios en los que se guardan las muecas molestas de Dios. Con la oposición de colores y formas —por

No cuerpo

no angustia

ejemplo el bermellón del personaje central, con el negro profundo en el fondo—, se produce un nuevo sentido que buscará sacudir alguna de

T

nuestras emociones, para dolor y angustia

Kandisky propone que la vida espiritual es un

de nosotros (pues nos enfrentamos a una obra de

triángulo cuyo lado más corto aumenta o de-

intenciones macabras).

crece. La espiritualidad realiza similares accio-

La composición de Aprendiz de monstruo de-

nes: en la punta se encuentran los artistas, de

muestra la posibilidad vigente del arte supremo

ellos depende la tendencia benéfica o no de los

de pintar con un estilo tan depurado. Los ele-

movimientos del triángulo. El artista produce

mentos que conforman el sentido de esta obra

objetos diseñados específicamente para atentar

se manifiestan apenas echando un vistazo rápi-

contra el ánimo humano. Mediante los colores,

do sobre ella, mas cuando nos detenemos para

el pintor no sólo traduce las emociones, puede

observar lo que pasa, descubrimos que (en lo

además y ante todo manipularlas.

que solemos llamar “nuestro estado de ánimo”)

El color tiene la capacidad de producir efec-

se ha producido una alteración, como si el pen-

tos anímicos a través del contacto físico, de tal

samiento y las emociones percibieran la oscura

manera que encontramos colores en los soni-

fatalidad que muestra esta pintura. n

dos y en las palabras. El rojo, por ejemplo, dice Kandisky, es de una gama extensa tal que en un tono medio expresa virilidad y en uno oscuro sangre, muerte o pasión. Así, cada color viene a introducirse en el alma del espectador a través de una experiencia física que es conducida a un estado metafísico de la forma que lo contiene.

Obras consultadas

Cioran, Emil, La caída en el tiempo, Tusquets, España, 1998. Kandisky, Wassily, De lo espiritual en el arte, Colofón, México, 2000. Pérez Martínez, Herón, En pos del signo, El colegio de Michoacán, Zamora, 1995.

51


P Poesía

DEMASIADOS COMERCIALES DE PRESERVATIVOS Luis Eduardo García

La gente horrible no se ama. El amor sólo puede habitar entre cuerpos macizos y dientes sin caries nunca lo hará entre oscuros bichos mórbidos con cabello reseco ni en lisiados. Todos saben que se alimenta de estilo y de abdómenes bellos. En los ancianos no. En los enfermos no. Las personas de baja estatura no aman nunca. El amor es exclusivo de individuos con ritmo y ojos claros. Para la gente horrible existe el odio.

52


B

Dos películas que se vieron en el festival. Izquierda: H2OMX, de José Cohen en colaboración con Lorenzo Hagerman, México, 2013. Derecha: The Crash Reel, de Lucy Walker, Estados Unidos, 2013.

Ambulante Gira de Documentales en Zacatecas La novena edición de Ambulante Gira de Documentales, del 30 de enero al 4 de mayo, reune 106 títulos de 34 países, agrupados en 12 secciones, y recorrerá 30 municipios y ciudades, entre ellos, Zacatecas.

Breves

y al aire libre, funciones en escuelas y universidades, entre otras. La edición 2013 de Ambulante tiene como tema “la liberación” —como acción transformadora—. Para este año se eligió la noción de tiempo, repensado en y desde el cine documental, percibido en sus múltiples modalidades, expresiones y significados: el “tiempo” que es por naturaleza ambulante. Es una metáfora que hace ver al cine documental como un cronoscopio por el que se observa su paso. Ambulante tuvo lugar en Zacatecas entre el 13 y el 20 de febrero. Con exhibiciones al aire

Ambulante Gira de Documentales es un festi-

libre y en lugares cerrados, todas de acceso

val no competitivo que funge como una amplia

gratuito en Zacatecas (uno de los pocos estados

plataforma, principal pero no exclusivamente,

que gozan de este beneficio). La Cineteca Zaca-

de exhibición de cine documental que busca

tecas se encargó de programar las funciones de

establecer diálogos con el espectador, y acercar

anfitrión de Ambulante, al mismo tiempo que

de manera directa el trabajo de los realizadores

celebró cinco años de proyección y difusión

con el público asistente durante la gira. Las fun-

cinematográfica.

ciones se acompañan de sesiones de preguntas

Las sedes anunciadas fueron el Teatro Calde-

y respuestas con los directores e invitados del

rón, la Plazuela Miguel Auza, las instalaciones

festival.

de la Cineteca, y los municipios de Guadalupe

Ambulante se lleva a cabo con la colabora-

y Fresnillo.

ción de CANANA, el Festival Internacional de

Con 26 documentales y 32 funciones, los

Cine de Morelia y Cinépolis. La mayor parte de

filmes que se exhibieron en Zacatecas giraron

las funciones son de acceso gratuito. Además,

alrededor de diversas temáticas ambientales,

en busca de ofrecer un espectro integral alrede-

sociales, culturales, infantiles y musicales, bajo

dor del concepto cinematográfico documental,

la dirección de José Cohen y Alejandra Licea,

el festival ofrece actividades complementarias

Pablo Tames, Lucy Walker y Natalia Almada,

que giran en torno al mismo: talleres, encuen-

entre otros.

tros con realizadores, conferencias, seminarios, páneles de la industria, proyecciones especiales

Más información en ambulante.com.mx n —Áurea Redacción

53


R Reseñas

novela

Las mujeres matan mejor Omar Nieto Ed. Joaquín Mortiz México, 2013

Me confieso: estaba segura de que para disfrutar una novela negra era indispensable poseer, además de un amplio conocimiento sobre el género, una sensibilidad especial capaz de soportar un discurso cuyo eje central es la violencia. El reto me parecía mayor al hablar de una obra mexicana contemporánea porque para nadie es un secreto el clima de inseguridad que padece nuestra sociedad -nuestro país- día tras día, ¿cómo se las arregla entonces un escritor para crear un artefacto estético a partir de ciertos elementos tan dolorosos y tan nuevos? Lo primero que llama la atención en Las mujeres matan mejor, escrita por Omar Nieto (Puebla, 1975), es el diálogo que sostiene con la realidad inmediata. Si bien es cierto que la literatura donde se subliman tiempos y espacios tiene mayor prestigio, el autor elige acentuar la geografía nacional y usar los conocimientos que tiene como periodista alrededor del fenómeno de la delincuencia organizada para prever, con personajes ficticios pero posibles, un movimiento político en el que se invo-

54

lucran indiscriminadamente todas las esferas que componen el ámbito de lo social: pueblo, narcotraficantes y gobierno. Jesús Olalde, candidato a la gobernatura de Quintana Roo, pierde las elecciones y convoca a una marcha. Al saberse amenazado por la oposición ganadora, contrata los servicios de Celeste Ramírez, una expolicía de origen zacatecano entrenada para matar a distancia, y del periodista Jorge Sánchez Zamudio, quienes parecen estar de su lado pero resultan ser infiltrados, gente de avanzada que planea un asesinato. Lo que Olalde cree que sería un acto de reivindica​ción para él y sus seguidores, se convierte en una odisea hacia su propia muerte. El problema consiste en saber si rendirse o no a la inminencia de un poder invisible, a una red de corrupción que nace en los lugares más insospechados y se extiende como un escudo de hierro para defenderse de la soberanía social. Fiel a la tendencia de las novelas policíacas más recientes, esta obra (finalista del premio Letras Nuevas, Planeta/Sanborns, 2013), plantea al

lector un territorio centralista solo en apariencia. Las decisiones se toman desde la periferia; el destino se escribe al interior de la selva y en carreteras alejadas, a partir de la vida y la muerte de mexicanos fieles a causas que desconocen en esencia, víctimas no de realidades inmediatas, sino de mentiras eternas. Y aunque algunas de las novelas negras mexicanas más memorables tienden a incluir elementos fantásticos para mantener el interés del lector como Asesinato en una lavandería china de Juan José Rodríguez (1996), Omar Nieto apuesta por narraciones realistas en las que la resolución del misterio no es tan importante como la exploración de la condición humana en situaciones límite, de tal suerte que con Las mujeres matan mejor se consigue una luminosa radiografía de nuestro orden social, casi siempre demasiado confuso incluso para vivirlo. Habitada por escenas al mismo tiempo simples y escalofriantes, como aquella en la que el periodista, siendo niño, determina para siempre su destino al apropiarse de una moneda de oro desdeñada por la honestidad de su padre, esta novela nos traslada a la concreción de un mundo simbólico lleno de oscuros presagios: el lector mira el rostro de lo que bien pudiera ser un futuro inmediato y no puede evitar angustiarse a veces, ante los posibles efectos sufridos en su entorno. La ficción se confunde con la realidad, la reconstruye y complementa. Hombres y mujeres traicionan y matan en nombre del poder, pero las mujeres lo hacen mejor porque sus reacciones son irrevocables. La verdad siempre tiene dos caras y en este caso uno de sus flancos —difícil decidir si es blanco o negro— tiene al menos dos pares de manos delicadas, capaces de transformar, ellas solas, el destino de las masas. n —Ana Corvera


[ Reseñas ]

narrativa

Drama

Comedia dramática

Seres desconocidos Mariano García Ed. Adriana Hidalgo. Argentina, 2013.

Pretty dead Con Carly Oates, Ryan Shogren. Dir. Benjamin Wilkins. EUA, 2012.

Segunda novela del escritor argentino Mariano García, Seres desconocidos, nos cuenta la historia de un argentino emigrado a Madrid, en donde después de un extraño

El síndrome de Cotard consiste en creer que se está muerto. Todas tus funciones vitales se han detenido y tu carne comienza a pudrirse. Pacientes con este des-

La vida de Adèle Con Léa Seydoux, Adèle Exarchopoulos y Salim Kechiouche. Dir. Abdellatif Kechiche. Francia, 2013. Basada en la novela gráfica Le bleu est une couleur chaude, de Julie Maroh.

y confuso incidente con una de sus alumnas tiene que renunciar a su puesto como profesor del prestigioso instituto en donde daba clases. Este incidente termina por alterar una vida que parece irse al traste, después de que su pareja, una galerista mormona, decida terminar su relación con él, y el portero del antiguo edificio en donde vivía cuando emigró, empiece a chantajearlo, amenazándolo con contar sobre su pasado. Novela de tintes góticos y paranoicos en donde la personalidad del protagonista se va disgregando, hasta hacerle perder contacto con la realidad, está novela de Mariano García se inscribe más dentro de una tradición de horror psicológico, en donde todas las situaciones extrañas, absurdas, a veces aterradoras, en las que cae el personaje, son vistas justo a través de su mirada, una mirada extraviada, convulsa, paranoica, que termina confundiendo realidad con imaginación, y con delirios de persecución. Novela muy bien lograda, que termina integrando al lector, a pesar de lo extraño y oscuro de la trama. n

orden reportan zonas cerebrales con poca o nula respuesta, casi como si estuvieran en estado vegetativo. A Regina Stevens (Carly Oates) le sugieren el diagnóstico cuando es encerrada en una institución de salud mental porque ha sido declarada no apta para ser enjuiciada después de que asesinó brutalmente a dos hombres. Ella afirma estar muerta y que padece la invasión de un hongo que afecta a los insectos. En su estado, dice que necesita comer carne humana para controlar al hongo que de otra manera emergerá en forma de esporas y contagiará a la población. Pretty dead se presenta como una “precuela” de cualquier película de zombies. Rodada bajo el formato de falso documental (Mockumentary) y de bajo presupuesto, apuesta su suerte a la exposición de una tesis factible de cómo podríamos encontrarnos ante un apocalipsis zombie: porque la naturaleza necesita controlar al ser humano. n

—Javier Moro

La joven Adèle es una estudiante de 15 años que quiere salir con chicos de su edad hasta que conoce a Emma, una universitaria de pelo azul, en un bar. Cuando se enamora de ella, cree que su vida quedará resuelta. Junto a Emma recorre un camino que la llevará a crecer confusamente. El tema central que maneja la trama aborda el descubrimiento de la identidad sexual de una adolescente. Dos detalles anecdóticos encuadran la película en el espacio-tiempo: uno es el guiño casi tímido que el director hace a las protestas estudiantiles en Francia; y el otro, la presencia de un fragmento de una bachata llamada “Mi corazoncito” con su respectiva coreografía. Ambos momentos, marcan dos etapas distintas en la vida de Adele. El Festival Internacional de la Historieta de Angulema en su edición de 2011, premió a la historiestista francesa Julie Maroh por su novela gráfica Le bleu est une couleur chaude. El director tunesino Abdellatif Kechiche la adaptó para el cine en 2013 bajo el título de La vie d’Adèle, la cual fue premiada con la Palma de Oro en el Festival de Cannes del mismo año. n —Mar Hernández

55


[ Colaboradores ] EL PASILLO AC. Arte, Cultura, Ciencia.

Organización cultural sin fines de lucro, la cual tiene como cometido construir un espacio de trabajo a propósito de los temas culturales, sociales y científicos que tienen una mayor incidencia en los procesos de reflexión para la vida diaria. El Batiscafo.

Es un taller de arte que surge a partir de la necesidad de un grupo de artistas visuales por producir obra, crear arte, y coincidir en tiempo y forma para el mutuo enriquecimiento de la práctica artística de cada uno de sus integrantes. Es un colectivo de 6 artistas jóvenes, de diferente formación profesional y diferente propuesta visual, lo cual hace que el proyecto sea muy rico y variado en aporte de visiones y trabajos. Actualmente tiene tres exposiciones colectivas propias del taller. Completamente influenciado por el tatuaje y la gráfica que manejan las firmas de skate en el fin de los ochentas y el inicio de los noventas, busca un lenguaje propio a través del conocimiento del street art. Influenciado por los movimientos del muralismo mexicano, el expresionismo abstracto, el arte pop, inicia una formación en la gráfica y buscando conocer más acerca de la historia del arte y las aportaciones de cada una de sus épocas, sin olvidar las raíces callejeras dentro de su propuesta.

Alberto Paredes.

Es un poeta y ensayista originario de Pachuca. Investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México y de la Universidad de Sao Paulo, colabora en el Centro de Estudios Flaubert de la Universidad de Rouen. La última entrega de su obra poética — agrupada bajo el título general de Derelictos— se titula Cantapalabra y fue publicada en 2003. José María Espinasa.

Ensayista, poeta y profesor, nacido en la ciudad de México. Dirigió la revista Nitrato de Plata, fundador de la editorial Ediciones sin nombre y coordinador editorial de El Colegio de México. Entre sus libros de ensayo destaca Temor de Borges (2003). Sus últimos libros de poemas son Sobre un muro de aire (2006) y Al sesgo de su vuelo (2009).

Jaime Uriel Ibarra.

Arturo Valentino .

César Ramos. Asistió al taller de pintura

Dolores Castro. Fundadora unam y colaboradora en la

y grabado “Julio Ruelas” con el maestro Alejandro Nava, la más relevante de sus exposiciones en este taller es La encáustica, en la Ciudadela del arte. Fue seleccionado en el concurso estatal de grabado Periodismo. A lo largo del año 2013 entra en contacto con el maestro Miguel Ángel Ortiz quien ayuda a formalizar su propuesta pictórica, influenciada principalmente por el expresionismo abstracto estadounidense de los años 40, el impresionismo de mediados de siglo xix , así como el arte pop de Andy Warhol y Roy Lichtenstein. César Navarrete.

Funge como diseñador en la sociedad con gustos por el ámbito editorial y la ilustración y con aspiraciones artísticas. Influenciado por diversos artistas de la crítica social contemporánea, ilustradores y diseñadores, ha encontrado un estilo propio donde se mezcla lo cotidiano con la tecnología, papel, acuarelas y tintas, principalmente. Actualmente trabaja como diseñador editorial en el periódico Imagen, y es integrante del Taller El Batiscafo, donde se desenvuelve artísticamente. Miguel Ángel Quemaín.

Originario del Distrito Federal, ha incursionado en el psicoanálisis, el ensayo, la crítica literaria, la investigación y la docencia, aunque sus mayores logros los ha obtenido como periodista cultural, colaborando en La Jornada, Tierra Adentro, Nexos, Le Monde Diplomatique, Este país, Blanco Móvil y Milenio, entre otros medios.

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Colaborador de Amnistía Internacional. En marzo 2012, presenta de forma individual su trabajo documental sobre la Procesión del Silencio, celebración tradicional de los Días Santos en Zacatecas, en la Casa de México, en París. En mayo 2012, regresa a Europa (Berna, Suiza) con una nueva exhibición individual sobre el contexto geo-cultural de los indígenas tarahumaras en Chihuahua. Actualmente, trabaja en un proyecto documental sobre el tema de la migración en México.

Jael Alvarado . Estudió filosofía en la Universidad Autónoma de Zacatecas, es artista plástica e ilustradora, además se dedica a la producción radiofónica. Es miembro del taller de artes plásticas “La Segunda Escalera”. Óscar Édgar López. Licenciado en Letras por la Universidad Autónoma de Zacatecas, ha publicado libros de poesía y cuento. Cursa la maestría en filosofía e historia de las ideas. La providencia y algunos editores han tenido la buena gracia de hacerle publico el oficio: Seis palabras para un mundo deshabitado (2000), Ella ama lo puerco que soy (2005), Solo y sin bolsillos para meter las manos antes de llorar (2006), Como un lagarto lazado en la sabana (2013). Carlos Cortés.

Egresado de la Escuela de Artes Plásticas del Instituto Cultural Cabañas y de Apreciación Cinematográfica y Guión Cinematográfico en el Centro de Arte Audiovisual, se dedica a la pintura desde hace más de una década. Ha ganado importantes premios como xi Premio Nacional de Pintura José Atanasio Monroy 2009, 1er Bienal Nacional Eulalio Ferrer 2012. Participó en más de ochenta exposiciones colectivas y seis individuales entre las que destaca Camera Oscura de Jadite Galleries, en 2009. Ana Corvera. Zacatecas, 1984. Es Maes-

de Radio dirección de Difusión Cultural de la Universidad. También formó parte del grupo Ocho Poetas Mexicanos. Se les llamó así por la antología que reunió su obra, publicada por Alfonso Méndez Plancarte. Su primer libro publicado fue El corazón transfigurado (1949), Entre su obra más reciente destaca Dolores Castro, Anthologie Poetique (2003); ¿Qué es lo vivido? Obra poética Dolores Castro (2003), Íntimos huéspedes (2004). Gonzalo Lizardo.

Narrador y ensayista fresnillense. Ha incursionado en las artes plásticas, el rock, la investigación y la docencia literaria. Es autor de dos libros de cuento, uno de novelas cortas y tres novelas, entre las que destaca Invocación de Eloísa (2011). Apoyado por el Sistema Nacional de Creadores, desarrolla actualmente un proyecto de ensayo sobre hermetismo y novela moderna. Gabriela Damián Miravete . Escritora desde la patria de la infancia. Editora, guionista, locutora y librera radiofónica del Sensacional de libros de Ecléctico, por Código DF. Ganadora del Premio FILIJ al mejor cuento para niños, ex becaria del programa Jóvenes Creadores. Ha publicado La Tradición de Judas (2007) y en las antologías de cuento Así se acaba el mundo (2012), Los Viajeros: 25 años de Ciencia Ficción mexicana (2010), Three Messages and a Warning (2012, finalista del World Fantasy Award) y Bella y Brutal Urbe (2013).

tra en Estudios de Literatura Mexicana por la Universidad de Guadalajara y Licenciada en Letras por la Universidad Autónoma de Zacatecas. Obtuvo el Premio Estatal de Ensayo “Mauricio Magdaleno” (2006) y fue Becaria del FECAZ (2007). Autora del Nocturno corazón de los insectos (Ediciones de Medianoche, 2011). Adam Goodman. México, DF. Historiador

y escritor, además es candidato a Doctor en Historia por la University of Pennsylvania, y periodista freelance. Sus artículos sobre la política mexicana y estadounidense, la migración y la deportación han salido en Al Jazeera America, Los Angeles Review of Books, Boston Review, Dissent, Jacobin, Salon, y Homozapping, entre otras publicaciones. Actualmente radica en el DF. Javier Moro Hernández.

Poeta, periodista y promotor cultural. Es autor del libro de poesía Mareas (Casa editorial Abismos, 2013). Su trabajo ha sido publicado en revistas como Tierra Adentro, El Perro azul, Dónde ir, Palabras Malditas, El humo, Cinosargo (Chile); y en periódicos como El presente (Querétaro), El Financiero, La Jornada (Aguascalientes), El imparcial (Oaxaca). Coordina el “Recital de Poesía Joven Chilango-Andaluz”, Sevilla-Ciudad de México; y el “Gabinete Salvaje”, noches de poesía, artes y cabaret. Actualmente elabora reseñas de los libros que publica Almadía, Sexto Piso, entre otras editoriales.


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#003

Áurea Revista de arte+literatura #003 enero-marzo de 2014

Narrativa “El arte de la memoria”, Gabriela Damián Miravete Ensayo “Antinomias fatales en la pintura de Carlos Cortés”, Óscar Edgar López Portafolio “Yo migrante, los que se van”, Arturo Valentino Ramírez Gómez

áurea

Severino Salazar el novelista olvidado Alberto Paredes - Dolores Castro Gonzalo Lizardo - José María Espinasa Miguel Ángel Quemaín

y en Twitter: @RevistaAurea o escríbenos a la dirección: aurearevista@gmail.com

áurea, revista de arte+literatura

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