y los desafíos políticos en el marco de la vocación universitaria María Luisa Acosta UCA, Nicaragua
Los desafíos políticos en Nicaragua para implementar efectivamente el Pacto Educativo Global que nos propone el Papa Francisco, en el marco de la vocación universitaria, son enormes, ya que el país se encuentra bajo una profunda crisis sociopolítica desde abril del año 2018. La crisis se origina cuando estudiantes universitarios protestaban pacíficamente contra las agresiones perpetradas por fuerzas de choque afines al gobierno en contra de un grupo de ancianos, quienes protestaban por una inconsulta disminución a sus pensiones del sistema de seguridad social. La respuesta estatal fue el uso desproporcionado de la fuerza pública contra los manifestantes, ocasionando la muerte de algunos; un estallido social en todo el país no se hizo esperar. El informe del Grupo Internacional de Expertos Independientes (GIEI), que posteriormente conformó la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH), a este respecto señala: “…el Estado de Nicaragua ha llevado a cabo conductas que, de acuerdo con el derecho internacional deben considerarse crímenes de lesa humanidad”1 .
TEMAS PARA REFLEXIONAR
EL PACTO EDUCATIVO GLOBAL
Una semana antes del estallido social los estudiantes ya habían salido a las calles protestado por la negligente respuesta del Estado ante el incendio en la Reserva Biológica Indio Maíz, que dejó más de 5 mil hectáreas de bosque calcinado, los estudiantes mostraron su indignación y preocupación por nuestra Casa Común. La Universidad Centroamericana (UCA), consecuente con su misión en la formación de personas críticas, reflexivas, inmersas en una realidad y en un contexto específico, respaldó a los estudiantes durante las manifestaciones en el ejercicio de su derecho ciudadano a la protesta pacífica; los jóvenes universitarios reaccionaban tras una década de silencio, ante la concentración del poder por parte del Poder Ejecutivo por la cooptación de los otros poderes del Estado, las fuerzas de seguridad y las fuerzas armadas. Asimismo, a diferencia de las universidades públicas, la UCA subvencionada por el Estado, no sólo no expulsó a los estudiantes que protestaron2, sino que denunció la desproporcionada violencia del régimen y llamó a proteger la integridad física y la dignidad de los estudiantes.
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