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sara soler + gehitu

Sara Soler (Barbastro, 1992) es una dibujante de cómics e ilustradora aragonesa afincada en Barcelona, donde estudió Bellas Artes y el curso de Arte Gráfico de la Escola Joso. Ha trabajado en estudios de animación como storyboarder y como fondista para la película ‘Memorias de un hombre en pijama'. Comenzó su carrera en el mundo de la narrativa gráfica en 2017, cuando ganó la segunda ronda de la beca Carnet Jove Connecta’t al Còmic, la cual le permitió publicar su primera obra como autora completa, ‘Red & Blue' (Panini). Desde entonces ha trabajado para diversas editoriales españolas y estadounidenses, y ha publicado ‘En la oscuridad' (Planeta), una adaptación del clásico ‘Robinson Crusoe' (RBA), 'Planeta Manga vol. 2’ (Planeta) y, para el mercado estadounidense, 'Dr. Horrible: Best Friends Forever' o ‘Plants vs. Zombies' (Dark Horse). ‘Us’, escrito y dibujado por Sara Soler, está editado por Astiberri, tiene 144 páginas y cuesta 18 euros.

El cómic utiliza un lenguaje ágil que emplea metáforas visuales, humor... No sé si es algo inseparable de tu estilo pero también ayuda a hacerlo accesible y/o didáctico.

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El fanzine me salió así porque a mí me gusta el humor. Luego vi que a la gente se le hacía mucho más llevadero ya que es una historia que en el fondo tiene tintes dramáticos, y también ayuda al contraste. Porque tú te estás riendo y luego te meto una reacción un poco chunga o una escena supertierna. La gente me decía que en una página se estaba riendo y en la siguiente llorando. Me pareció muy guay. Eso quiere decir que funciona.

Hoy sale adelante el anteproyecto de la Ley Trans, ¿tienes esperanzas de que esta vez sea la definitiva?

Sí, encima el día después del Orgullo, madre mía (risas). En general el colectivo LGTB no tenemos esperanza de que salga ninguna ley... Obviamente queremos, y nos manifestaremos por ello todo lo que haga falta, pero nunca hay que dar nada por sentado porque es muy difícil, son muchas barreras que hay que derribar, y aunque sea lo más normal del mundo, porque al final estamos pidiendo derechos básicos, hay mucha gente que no lo ve así. Por ejemplo si tú te cambias el nombre en el DNI y entonces vas al banco con la misma intención, como no tienes el mismo nombre te dicen “no podemos operar contigo”. O a un amigo mío le llegó un paquete de Estados Unidos y, como había cambiado el nombre, no se lo querían dar. Son un montón de movidas en cosas supertontas de la vida.

Ha habido mucha discusión en torno a la ley, a veces con muy malos modos. La mayoría de los artículos de la misma van destinados a evitar esos procesos burocráticos o a defender al colectivo. ¿Crees que hay alguna

validez en las críticas que se hacen? Sacan detalles como “si un tío agrede a su mujer y se cambia de sexo ya no es violencia machista”. No, eso no funciona así. Primero, un tío no se declara mujer para que se cambie el veredicto. Hay que ser muy, muy psicópata para hacer eso y seguir adelante hasta que un psicólogo te lo rebata. Pero aparte en un juicio se juzga un acto por lo que se conocía en ese momento, así que por mucho que el acusado de repente diga que es una mujer no se va a librar de los cargos. Es una estupidez creer que va a interferir en la violencia machista o en la lucha feminista. Y ya lo de que “van a entrar en los baños y nos van a violar a todas” no sé de dónde sale. Uno de los mayores traumas que tienen las personas trans es el poder entrar en el baño que les corresponde y en general estas personas están mucho más asustadas en esa situación que cualquier otra que hay allí. ¿Volverás a hacer historias autobiográficas? Me gusta mucho el rollo autobiográfico pero ahora necesito que pasen más cosas porque mi vida no ha avanzado tanto como para escribir otras 144 páginas (risas). Si puedo contar algo importante abordando experiencias que haya tenido probablemente lo haré. Sí que es verdad que ahora quizá me apetece probar otra cosa porque también me gustan mucho la fantasía y la ficción. Texto de Roberto González.

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