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¿De dónde viene la naturaleza? Áreas Naturales Protegidas.

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Tzimbac

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Texto: Iván González Fotografía: Aventura Vertical

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¿De dónde viene la naturaleza?

Áreas Naturales Protegidas

La biodiversidad de México es un privilegio que le debemos al clima, a la geología y por supuesto al tiempo, y es que la topografía del país es tan compleja que tardó millones de años en configurarse como la conocemos hoy; además, cuando la variedad de sus microclimas se mezclan con el relieve y el suelo, se produce el milagro que las agencias espaciales de todo el mundo buscan en otros sistemas solares, la llamada vida. La multitud de especies que se manifiestan en México son expresión de la infinidad de hábitats naturales de nuestro territorio, muchas de las especies que habitan en ellos sólo existen por casualidad tectónica y territorial en nuestro país.

Cuando vemos un mapamundi, la mayoría de las personas automáticamente reconocen la forma que tienen algunos de los los países y continentes como África o Australia, porque identificamos su figura, pero no siempre han sido así y tampoco permanecerán de esa manera. Hace más de cuatro mil millones de años nuestro planeta comenzó a formarse a partir de colisiones, presión, gravedad, rocas y minerales; al mismo tiempo, junto con el núcleo del planeta, se echó a andar un mecanismo que conocemos como tectónica de placas, éste, explica una serie de procesos que tienen como resultado el movimiento de las placas tectónicas, es decir, el motor de la Tierra: dicho mecanismo se encarga de crear, destruir y modificar la forma de los continentes. La morfología que tiene México es el resultado de la interacción entre cinco placas tectónicas.

Esto significa que la riqueza de especies en nuestro país evolucionó desde hace millones de años, a la par que las placas tectónicas cambiaban de lugar en el planeta. En relación con las configuraciones pasadas de las placas tectónicas, el origen de las especies también tiene un génesis histórico de millones de años de evolución en lugares específicos, que obligaron a las especies animales y vegetales a modificar sus organismos para adaptarse mejor al ambiente en el que se desarrollan; estos lugares se conocen como regiones biogeográficas. Existen siete en el mundo y en ellas se identifica la distribución y el posible origen de ciertas especies y ecosistemas del mundo. Un ecosistema se compone de elementos relacionados que crean las condiciones necesarias para sostener los distintos tipos de seres vivientes, estos elementos son el aire, agua, suelo, plantas, bacterias. De toda la biodiversidad de la Tierra, más de la mitad se localizan en 12 países del mundo que son denominados como países megadiversos, y la diversidad biológica de México es considerada la cuarta más grande. Después de 1850 las investigaciones geológicas y biológicas de algunos científicos llevaron a concluir que el territorio mexicano es un lugar donde limitan dos regiones biogeográficas, la Neártica y la Neotropical, esto quiere decir que en México no sólo existen diferentes relieves y climas, sino también el contacto de dos conjuntos evolutivos totalmente distintos de especies: en el norte las especies con afinidad Neártica; en el sur, con afinidad Neotrópica y el centro constituye una zona en la que se mezclan especies de ambas regiones.

El Chico Como consecuencia de la actividad minera realizada durante los siglo XVIII y XIX en el estado de Hidalgo, a principios del siglo XX la población del municipio de Mineral del Chico solicitó a la presidencia de Porfirio Díaz detener el deterioro ecológico de la región, así nació el primer parque nacional del país, Parque Nacional El Chico; este lugar destaca por su belleza escénica y por su relieve montañoso. Quienes sepan leer el territorio, identificarán las marcas de un drenaje fluvial activo que ha modelado el relieve en peñas, valles y cañadas (geoformas es como se denomina a las distintas configuraciones morfológicas del relieve), cubiertas por un enorme bosque de oyamel y otros tipos de coníferas (árboles con hojas en formas rectas como palillos o estructuras rectas, que también suelen tener frutos en forma de piñas). Recordando un poco

la historia natural, éste es un lugar en donde convergen especies de las regiones Neártica y Neotropical. En esta área natural puedes acampar, practicar la escalada en roca, el rappel e incluso hay una ruta de cañonismo; además, ¿a quién no le gustan los pastes? ¡De acá son!

Cómo llegar: sin importar tu procedencia, lo primordial es arribar a Pachuca para incorporarse al Libramiento Vía Tampico/Pachuca- Huejutla de Reyes/México 105, recorrerlo nueve kilómetros y buscar la desviación hacia Mineral del Chico, en 20 kilómetros habrás llegado.

Izta-Popo Este lugar no necesita demasiada introducción. Enclavados en el Eje Volcánico Transversal Mexicano, que va de Veracruz a Colima, se encuentran dos de los más importantes volcanes de México, las montañas llamadas Iztaccíhuatl y Popocatépetl. Este parque no sólo reluce por la belleza estructural de los volcanes nevados, también es importante para los montañistas o alpinistas, ya que las personas que decididan conquistar las cimas más altas del planeta, sí o sí, tienen que probar su fuerza y resistencia en estas montañas durante una temporada, antes de someter su cuerpo a mayor esfuerzo y estrés. Por eso es visitado por atletas y personas de todo el mundo como entrenamiento previo, para ascender a montañas

más altas. Lo mejor es que no necesitas ser un deportista para disfrutar del lugar, pues en compañía de un guía de turismo especializado en alta montaña podrás conocer y caminar en el volcán Iztaccihuatl, además aprender, por ejemplo, que este Parque Nacional es un lugar biológicamente relevante: es hogar del teporingo (Romerolagus diazi), una especie endémica, es decir que no existe en ningún otro lugar del mundo; también refugio de la Amanita muscaria, la famosa seta alucinógena de sombrero rojo y motas blancas, así como de muchas otras especies de flora y fauna.

En ocasiones, durante la oscuridad de la noche, es posible ver el resplandor rojo del cráter del vecino volcán Popocatépetl, además, si tienes suerte podrás observar la expulsión de materiales incandescentes del interior de la Tierra y escuchar el impresionante rugir de un estratovolcán activo.

Cómo llegar: Desde Ciudad de México se toma la autopista México- Puebla 150 hasta la desviación a Cuautla con dirección a Amecameca, para finalmente conectar con Tlamacas hasta llegar a la entrada del Parque Nacional.

El Cielo Entre las vertientes de la Sierra Madre Oriental conocidas como Sierra de Cucharas y Sierra Chiquita, se encuentra la Reserva de la Biosfera El Cielo, en Tamaulipas. Imagina, aquí no llueve de forma común, la humedad de la circulación de los vientos locales es tan grande que descarga como lluvias locales continuas que bañan la sierra desde los lugares más altos y posteriormente el agua escurre hacia las zonas bajas. En el lugar se tiene más de 90% de humedad todo el año: al mezclarse con el relieve y la altitud del lugar, que va de los 200 a los 1700 msnm, nacen los bosques produciendo paisaje de bosque tropical subcaducifolio mezclado con bosque mesófilo de montaña, bosque de Quercus (roble) y bosque de coníferas, ecosistemas perfectos para dar vida a una gran variedad de especies, decenas de orquídeas y más de 300 especies de aves. De todas ellas sobresalen la guacamaya verde, el águila elegante y la cojolita, así como el pico grueso cuellirufo, que no se encuentra en ninguna otra área natural protegida, así como la codorniz silbado-

Cómo llegar: En esta ocasión lo mejor es que analices cuál es la mejor opción para ti, ya que la reserva ocupa espacio dentro de cuatro municipios: Ocampo, Llera, Jaumave y Gómez Farías. En cada uno hay entrada, aunque el acceso más señalizado y transitado es el de Gómez Farías, que también es el último poblado pavimentado. Una vez aquí, sólo será necesario seguir el camino de terracería y la señalización, sin embargo debes considerar que los autos con menos tracción podrían tener dificultades en el último tramo de camino.

ra, el trogón colicobrizo, el momoto mayor y el zorzalito coroninegra; hay muchas especies más: 23 de roedores, 60 de reptiles y 21 de anfibios. El lugar resplandece de vida, sin embargo uno de los aspectos más increíbles es la presencia de grandes felinos como jaguar, gato montés, ocelote, jaguarundi, tigrillo y puma: esta reserva natural reluce de verde y de vida silvestre. Ven a comprobar con tus propios ojos que El Cielo es verde.

Como sociedad urbana, solemos olvidar que los ecosistemas tienen la capacidad de mejorar la calidad de vida humana. Afortunadamente, las áreas naturales protegidas están ahí para enseñarnos las maravillas de la naturaleza y la evolución al regalarnos la oportunidad de conocer, tocar, oler, probar y escuchar los elementos de la naturaleza; además nos ayudan a conocer los límites de nuestros cuerpos y mentes al ponernos a prueba con el clima y el estado del tiempo, altas y bajas temperaturas, distancias y alturas en el relieve, y creo que también a fortalecer lazos sociales y familiares al obligarnos a compartir esfuerzo físico en una caminata larga en grupo o al hacerlo observando el cielo estrellado durante una cena caliente a las brasas. Desde mi punto de vista, están para recordarnos que somos parte de la naturaleza y que podemos regresar a ella siempre que queramos.

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