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El Salto

Texto y fotografía Carlos González

El Salto

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El cañonismo, como una actividad recreativa turística o deportiva, en los últimos cinco años ha tomado un auge importante en ciertas regiones de México. Nuevo León es, sin duda, un lugar con una práctica turística muy importante, ya hablaremos en otra ocasión de la historia de esta actividad recreativa.

Para la práctica del cañonismo se requiere una cañada o un cañón que cuente con determinada orografía; paredes altas, terreno accidentado y para superar ciertas dificultades utilizar maniobras y técnicas especializadas que permitan hacerlo con relativa seguridad. Estos resaltes, desniveles o caminos podrán estar inundados o secos o semisecos. Lo recalco porque para algunos expertos cañonistas o cañoneros hacer cañonismo implica recorridos con dificultades técnicas y siempre en presencia de agua, lo cual no es así: el cañonismo como actividad turística o deportiva trascurre sobre cañadas o cañones, superando dificultades propias del terreno, que van desde una simple caminata hasta resaltes verticales que implican el uso de la técnica de rappel, desplazamientos en un entorno acuático, sobre un terreno totalmente seco o mixto; así que el cañonismo puede ser seco o acuático, técnico o muy técnico (incluso muy peligroso) o relativamente sencillo.

Recientemente tuvimos la oportunidad de visitar Baja California y recorrer uno de los pocos cañones para el recorrido turístico con un dificultad técnica media. El Salto es un cañón que se localiza dentro del centro recreativo Rancho El Salto, al sur de la ciudad de Tijuana y al norte del municipio de Ensenada, y el más grande de los cinco que tiene el estado.

Con el pago de entrada se accede a este centro recreativo, en el que se encuentran senderos, asadores, bancas y un área muy grande para caminar y disfrutar de la naturaleza. Acampar y realizar el recorrido técnico del cañón tiene costos adicionales.

El acceso para realizar el recorrido de cañonismo es una caminata muy sencilla, entre veredas o el lecho del río y algunas pequeñas trepadas entre bloques. Partiendo del estacionamiento de la recepción hasta la llegada a la orilla del precipicio, donde empieza la verdadera aventura, avanzamos 1 km. Este es el sitio donde los guías colocan los sistemas de seguridad, las cuerdas y los sistemas de rappel para iniciar el descenso del primer rappel del recorrido.

La vista desde este lugar es magnífica; el cañón, aunque no tan extenso, es impactante por la textura de la roca: un azul grisáceo que brilla entre las sobras y la luz directa del sol.

Adentrarse requiere un primer rappel y un segundo descenso que nos coloca dentro del cañón sobre una repisa de un metro de ancho, a unos pasos un pequeño rappel que nos deja a orillas de una poza de agua acumulada y remanente de las pasadas lluvias.

Para aquellos aficionados que se animen a hacer este recorrido, es de vital importancia que contraten un servicio con una empresa que cuente con guías certificados y profesionales, así como con el equipo indispensable y certificado para actividades verticales deportivasrecreativas.

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