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El Ahau Pájaro Jaguar, río abajo hacia Yaxchilán

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Puerto Vallarta

Puerto Vallarta

Texto y fotografía Iván González

El Ahau Pájaro Jaguar,

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Río abajo hacia Yaxchilán

as ruinas de Yaxchilán fueron descubiertas en las primeras décadas del siglo XIX; después de la primera mitad de aquel siglo, inició la explotación forestal de maderas preciosas en la Selva Lacandona. La red fluvial de la cuenca del Usumacinta era aprovechada para el transporte de grandes troncos de caoba y cedro desde la selva hasta los puertos de embarque en el Golfo de México con destino a las mansiones de aristócratas europeos.

Actualmente el poblado más cercano y que más influencia tiene sobre el sitio es la comunidad chol de Frontera Corozal, localizada a unos 20 km río arriba de Yaxchilán, ésta fue fundada en 1976 como parte de las políticas oficiales de colonización en la Selva Lacandona. Cabe recordar que a partir de 1950 aquí se reubicaron familias de habla chol procedentes de ocho poblados diferentes, que ha-

bían ido surgiendo en la selva como producto de la migración campesina de Los Altos de Chiapas; actualmente la mayoría de encargados en la zona arqueológica son miembros de esta comunidad y el acceso sobre el río al sitio es controlado por una cooperativa de lancheros de Frontera Corozal, así también la vigilancia es realizada por inspectores comunales.

Desde hace algún tiempo, tengo el placer de visitar Chiapas cada año, se ha vuelto casi un ritual para mí, y te aseguro que cuando viajes a este lugar no importa si lo haces por aire o carretera, lo primero que te impresionará es la cantidad de agua y vegetación de la región, es digna de admiración; aquello que considerabas un paisaje bello posiblemente será puesto a prueba. Gracias a sus grandes extensiones de bosques, sin temor a afirmarlo, Chiapas es el estado más verde del país o en su defecto uno de los principales en cobertura vegetal. En él vas a notar muchos contrastes,

una ciudad capital que cada año parece renovarse en extensión, altura y apariencia, un sinnúmero de poblados y cabeceras municipales de muchos tipos, desde los llamados pueblos mágicos como San Cristóbal de las Casas hasta villas a pie de las carreteras que cortan la inmensa selva; algunos de esos poblados son de apenas 10 o 15 familias, de luchas sociales, diferentes culturas e idiomas, variadas gastronomías, plantas medicinales, historias, dioses y ecosistemas. Chiapas es un mundo que no deja de maravillarme.

Frontera Corozal es el destino, se encuentra en el municipio de Ocosingo al este del estado; esta vez compartí el viaje con amigos, lo primero que hicimos fue llegar al aeropuerto de Palenque. Poca gente lo sabe, pero éste es un excelente punto de partida para todo tipo de visitantes; cada vez que aterrizo en este aeropuerto me causa alegría ver a las distintas personas acomodar sus equipos de

aventura, bicicletas, patinetas, equipo de escalada en roca, kayaks, drones o cámaras: ¡es increíble!, incluso no es necesario trasladarse demasiado para tener buenas experiencias, pues en el mismo lugar podemos encontrar excelente comida y cómodos hospedajes para descansar antes o después de las aventuras, además puedes visitar la zona arqueológica de Palenque, considerada patrimonio de la humanidad y uno de los sitios emblemáticos de México, y sus culturas originarias.

Nos dirigimos al municipio de Ocosingo, desde palenque puedes viajar en tu propio vehículo por la carretera dirección Ocosingo hasta el crucero de Chancalá que te conducirá a la carretera fronteriza sur y finalmente seguirla hasta el desvío con destino a Frontera Corozal; también existen servicios de guías turísticos y transporte en miniván desde Palenque hasta nuestro destino.

En el lugar hay pocas opciones de hospedaje; nosotros pernoctamos en el centro ecoturístico Nueva Alianza, encontrarlo es fácil ya que el poblado

es muy pequeño, probablemente unas 15 x 15 cuadras de extensión. Este centro ecoturístico tiene la peculiaridad de ser administrado por los hijos de comuneros locales y es un negocio heredado; una porción considerable de la comunidad vive del turismo o de una actividad relacionada con la zona arqueológica y el río. La localidad es pequeña y tiene pocos habitantes: para ellos el campo es aún una forma de vida y la mayoría poseen tierras o parcelas que cultivan para autoconsumo y comercio local.

Yaxchilán se encuentra 20 km río abajo del centro ecoturístico Nueva Alianza; para visitar la zona arqueológica es necesario trasladarse en lancha. Una forma de organizar la economía local es controlando el acceso a la zona arqueológica de manera que los gastos del visitante en transporte, alimentos y recorridos en la zona arqueológica se hagan a través de los servicios que prestan los habitantes locales.

Llegamos al centro ecoturístico en la noche; no quedaba mucho por

hacer más que cenar, registrarnos y ocupar nuestra cabaña. Durante la noche llovió pero ni las miles de gotas de agua que caen sobre las hojas de la selva pueden opacar el sonido de la fauna nocturna: mamíferos, anfibios, aves e insectos al unísono se manifiestan; para mi es un placer escucharlos, aunque los monos aulladores chirriando a veces desde las cuatro de la mañana no son mi idea de sonido relajante, pero al menos te recuerdan que estás de nuevo en la naturaleza.

En la mañana, nos alistamos y caminamos hacia el embarcadero donde amigos de la comunidad nos esperaban para acompañarnos y platicarnos del ecosistema y el lugar, actualmente el viaje se realiza con lanchas de motor. En 1882 el explorador Désiré Charnay lo hacía aferrándose con las manos a los bordes de un cayuco, que era una embarcación de una sola pieza tallada en el tronco de inmensos árboles. con dirección al sitio hoy llamado Yaxchilán, pues existían los rumores de unas ruinas que sólo estaban esperando a que

el primer explorador reclamara su nombramiento y la gloria académica; su expedición tuvo problemas y esperaron un tiempo a las orillas del río para poder continuar según lo narra el propio Charnay en su libro Les Anciennes Villes du Nouveau Monde. Mientras deliraba por la fiebre y desesperación a la orilla del río Usumacinta, le pareció ver un grupo de personas de apariencia no salvaje viajar en su misma dirección. Al observarlos pasar frente a sus ojos, se derrumbaron las ilusiones de gloria de Charnay, pues los viajeros resultaron ser una expedición liderada por el inglés Alfred Maudslay. Aproximadamente una semana después, para sorpresa de Maudslay, Charnay se presentó con su expedición en la zona arqueológica donde ya trabajaba su equipo; con vergüenza, Désiré reconoció su derrota afirmando a Alfred que había perdido total interés en la región. Ante esto, Maudslay aseguró a Charnay que no había ningún problema en que ambos realizaran sus propias investigaciones, incluso le pidió darle nombre a algunas de las estructuras

El 26 de marzo de 1882 dejaron el sitio, aún nadie lo conocía como Yaxchilán; de hecho, Charnay lo bautizó como Ciudad Lorillard en honor a uno de sus patrocinadores; Maudslay la nombró Menché en honor a uno de sus mejores amigos fallecido después de la expedición debido a la malaria. Cómo sea, creo que ambos escogieron nombres inapropiados, pero lo mejor es que nosotros iremos al mismo lugar, mucho más seguros y cómodos que en aquella época.

El ambiente de la región se caracteriza por la selva y su gran biodiversidad; se estima que antes del año 300 de la era común los primeros asentamientos humanos tuvieron lugar en la región, y de una pequeña aldea pasó a convertirse en una ciudad; el resultado de 400 años de cultura se plasmó en más de 120 construcciones que se distribuyen en tres conjuntos: el primero denominado la Gran Plaza; el segundo y tercero corresponden a la Gran Acrópolis y la Pequeña Acrópolis. Yaxchilán y otros sitios mayas como Bonampak o

Piedras Negras pertenecen a la llamada provincia del Usumacinta y comparten características como las cresterías, acabados al centro de los templos.

Cada persona relaciona de diferente manera sus recuerdos y experiencias, para mí el camino a Yaxchilán es como una escena larga de la película Jurassic Park: lo primero es el contexto, te encuentras en la selva lacandona, la más importante del país, el clima es cálido-húmedo, la temperatura normal es de más de 25 grados y además es una de las zonas con más precipitación anual del planeta; te encuentras navegando sobre un río que viaja desde Guatemala hasta el Golfo de México: a tus costados, en la ribera, los cocodrilos descansan, las aves pescan, otras cacarean o vuelan en parvadas sobre la embarcación y si viajas temprano la bruma sobre el río le añade el toque dramático.

Después de un rato, el río se vuelve sinuoso y frente a nosotros hay una pared muy alta de árboles, enredaderas y pastos que indican el lugar

para desembarcar. El camino es estrecho y de escasa luz, hace frío porque los rayos del sol no logran penetrar lo suficiente hasta la vereda por la que andamos; al llegar a un claro, nos encontramos con un edificio de geometría maya y una entrada totalmente oscura, pero decidimos no usar lámparas y a tientas recorrimos los mismos pasillos que alguna vez recorrieron humanos que nacieron hace 1700 años. El interior es húmedo y fresco; el olor a selva húmeda es acompañado por un silencio con eco muy agradable que recorre los pasillos oscuros.

La atmósfera del interior sólo es interrumpida por el viento que circula de vez en vez o por los murciélagos que habitan el lugar, después de andar a tientas un rato, unos escalones indican el camino correcto, al final de ellos damos un giro a la derecha y la luz del exterior que entra por el pasillo indica el camino hacia el exterior.

El exterior es totalmente distinto; cuando los exploradores Chardalay y Maudslay cruzaron el laberinto oscuro seguramente se toparon con un exterior totalmente cubierto de selva, inclusive con árboles saliendo de los edificios y enredaderas cubriendo las esculturas y altorrelieves en forma de caras y deidades que se encuentran por toda la ciudad. Hoy la acrópolis se encuentra libre de vegetación, excepto por los árboles gigantes que los monos usan como zona de juegos; se encuentra rodeada de edificios, estelas, glifos y un templo muy importante. El tamaño considerable del lugar y la cantidad de estructuras te da la oportunidad de imaginar la dimensión de la ciudad y fantasear sobre cómo se desarrollaba la vida hace cientos de años.

Sin duda, lo que más llamó mi atención al llegar al centro de la Gran Plaza, además de las ceibas gigantes, fue un edificio que se encuentra sobre una colina alta. En el

dintel 24, que se encuentra en Inglaterra, se lee que el 28 de octubre de 709 Pájaro Jaguar acababa de nacer como hijo de Escudo Jaguar y Estrella Vespertina, señora de Calakmul. A la muerte de Escudo Jaguar, Yaxchilán se vió envuelto en conflictos armados, y Pájaro tuvo que pelear guerras hasta 752; después de la guerra, Pájaro Jaguar llegó a dominar todos los asentamientos en la ribera del Usumacinta, el río que los mayas llamaban Xocalhá.

Pájaro Jaguar dejó el trono en 772, el año en que partió hacia la tierra de los muertos, Xibalbá; poco tiempo después Yaxchilán fue abandonada. La última fecha inscrita en Yaxchilán es el año 808, al mismo tiempo, en otro lugar del mundo, los vikingos se encontraban asolando las costas de Europa.

En 1961, se publicó un artículo en una revista de Estados Unidos que se tituló “The Lords of the Maya Realm”o en español “Los señores del Reino Maya” en donde se lee: “En los dinteles 29 y 30 están claramente las fechas de nacimiento y ascensión al trono de un cierto Pájaro Jaguar”; quizá no parezca un gran descubrimiento en estos tiempos, pero en aquel momento fue la primera vez que se identificó el nombre de un soberano maya y además desde hace más de mil años por primera vez se volvió a pronunciar el nombre de Pájaro Jaguar, no se sabe como lo llamaba su mujer, sus padres o sus súbditos, pero su símbolo en las inscripciones es el de un pájaro que yace sobre la cabeza de un jaguar. Al respecto, el Ahau Pájaro Jaguar se interpreta como un intermediario entre los hombres y los dioses; es señor, dirigente, rey, líder o sacerdote de su pueblo.

Información y contacto: www.hotelnuevaalianza.org Facebook: CENTRO.TURISTICO.NUEVA.ALIANZA

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