Boletín AYDO 161

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BOLETÍN 161 Noviembre 2.015 1


1. EDITORIAL Abro los ojos: Vida. Cierro los ojos: Muerte. Noviembre es el mes de la muerte. La gente acude a los cementerios, se recuerda a los desaparecidos, se celebra Halloween y sus mascaradas de "truco o trato". Y, con suerte, encontramos a la castañera en una esquina, con sus boniatos calientes y esa atmósfera mágica de meigas y duendes... Los chinos descubrieron un punto de Acupuntura que ayuda a abrir los ojos cada mañana, se encuentra justo debajo del maléolo interno de cada pie, y es el resonador 62 de vejiga. Su nombre traducido significa “Pulso de inicio”. Cada mañana se activa el sistema neurosimpático desde ese punto de energía y empieza nuestra vida, en un día que siempre será único y la metáfora de toda una existencia. En estos días ya se aprecia que la luz diurna ha disminuido mucho, a las seis de la tarde ya oscurece y en ese momento se activa otro punto de Acupuntura, el 6 de riñón, que se encuentra justamente debajo de cada maléolo, pero en la parte interior de las piernas. Su nombre, Mar Luminoso, nos recuerda que los beneficios de la Luz se disfrutan y asimilan durante el descanso. En esas horas del atardecer, desde ese punto de energía, se activa la Melatonina del propio cerebro y los ojos sienten el impulso de cerrarse. Es hora de preparación para el descanso y el recogimiento, y muy propicia para la meditación. Por la mañana abro los ojos: Vida. Por la tarde cierro los ojos: Muerte. Sin dramas, sin problemas, disfrutando toda una vida en un abrir y cerrar de ojos. Los orientales durante milenios aprendieron a cerrar los ojos y mantener la espalda erguida y la conciencia despierta; eso dio origen a la meditación. La vida y la muerte son como comer y digerir después. Hay que vivir, pero también hay que asimilar. Necesitamos experiencias, pero sólo la asimilación de lo vivido puede producir conciencia. De este modo es tan importante abrir los ojos como cerrarlos, tener actividades como meditar, y vivir como morir. Si la muerte es un hecho existencial, debe ser buena: una buena vida, una buena muerte. Un buen día, un buen descanso. Solo la angustia generada por nuestra ignorancia nos hace temer a la muerte, aunque quizás temamos solo a lo desconocido, a lo que no podemos controlar... Antes de la noche hay un día, y antes de un día, una noche, y nadie parece sorprenderse por ello. Así que sé que, después de la vida, viene la muerte, y después de la muerte solo puede venir la vida. Es la simple lógica de la observación de los ciclos, sin creencias, imaginación o fantasías... ¿Qué sucede después de la muerte? Pues muy simple. ¿Qué sucede después del hoy? Mañana por ejemplo, ¿qué pasará mañana? Podemos hacer muchas conjeturas y predicciones, pero la respuesta real es NO SÉ. La necesidad de saber es la necesidad de controlar, de reducir el miedo y la angustia ante la incertidumbre. Pero es solo una estratagema mental, una ilusión mental, porque aunque podemos suponer muchas cosas, nadie nos puede garantizar que simplemente no moriremos mañana. Así que por qué no pararse un poco a asimilar lo vivido, a cerrar un rato los ojos conscientemente. Hacer, por decirlo de otro modo, una

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pequeña muerte consciente y considerar cuál sería tu perspectiva de hoy, si tuvieras la certeza de que mañana te toca morir. ¿Qué harías hoy? ¿Cómo te tomarías las cosas? ¿Qué pasaría con todas tus preocupaciones y objetivos, con tus empeños y tus necesidades? ¿Qué nueva proporción aparecería en tu vida si supieras que sólo te queda hoy y luego... Nada? Meditar es situarte en una perspectiva diferente en tu propia vida. Piensa en tus seres queridos, tus cosas, tu vida, tus responsabilidades y compromisos, tus metas y objetivos. Pero de repente se baja el telón y ya no podrás ocuparte, ni vivir nada más. Todo tendrás que dejarlo en el punto de hoy]: Inconcluso. ¿Qué harás hoy entonces? Piensa que tus seres queridos no lo saben, tus amigos, tus conocidos ni tus enemigos lo sospechan. Pero solo te queda este día, estas a pocas horas... ¿Cómo abrazarás hoy a tus hijos, a tu pareja y a tu perro? Entonces pregúntate, ¿tiene algún caso seguir enojado o resentido con alguien? Esa es la perspectiva correcta. Los antiguos tenían una verdadera obsesión por la victoria, por el éxito, le llamaban AGOS, concepto griego sobre el logro perfecto y la consecución de las metas. Era tan importante ser el mejor, el primero, el número uno que, entre los Guerreros, se utilizaba con frecuencia la sentencia: "Victoria o muerte". No había lugar para el segundo puesto, y menos para el tercero. Ningún premio de consolación. O vencer, o nada. Eso produjo la realidad de la agonía, de ese AGOS se llegó a la enfermedad de la agonía. Una muerte en vida, un sufrimiento estúpido. La muerte te enseña que todo es AHORA, en este instante está todo, en cada instante está todo, pero depende de ti descubrirlo. Así que AGOS, la gran victoria o el gran éxito, es que estás vivo, no importa lo que has pasado o estás pasando, si sigues lo suficientemente vivo para leer esto es LA VICTORIA. Este instante es la meta, el objetivo o la misión. Hay un cuerpo, una mente, una persona, unas circunstancias, todo esto está sucediendo aquí y ahora. La mente quiere asumir el control, reaccionar a su programa de reducir el sufrimiento y buscar el placer y la satisfacción, pero esas posibilidades son relativas y ciertamente limitadas. Es así. Esta persona, el ego, busca seguir vivo, sentirse bien, encontrar sentido o al menos una dirección a seguir... La realidad es que, entre todo lo que no podemos manejar ni controlar ni comprender, hay una pequeña parcela de dominio. Esa menudencia es la "gran minúscula libertad que tanto cacarea el ego", simplemente una ilusión. Como mover una ficha de ajedrez mientras estás agarrando en una tabla a merced de un mar embravecido. Sí, claro, ¡aún puedes decidir qué ficha mover! Un poco ridículo, ¿no? Así es el control y la libertad del ego. Por eso te invito a meditar, a cerrar voluntariamente los ojos, respirar lento y pausado y volverte un espectador de este momento. Da igual lo que observes, da igual los pensamientos que aparezcan, da igual lo que imagines. No es lo observado lo importante, sino LA OBSERVACIÓN. No insistas en lo observado ni tampoco en el observador, que también puede ser observado, solo OBSERVACIÓN. Sin nadie que observe. Olvida los títulos, las definiciones, las etiquetas, los personajes, las imágenes del cuerpo, de la persona, del mí, del yo o del otro... Quédate en OBSERVACIÓN. ESO ES TODO. Luego, abre los ojos: Vida. Muévete, descubre el mundo por primera ver.

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Lo que estás apreciando y se requiere. Aprecio para poder comprender este cuerpo, esta mente, esta persona, los demás objetos, las demás personas, animales, cosas: todo es mente, una proyección desde el SILENCIO. Una emisión de luz multiforme. Este instante está para ser apreciado y disfrutado, eres el soñador dentro de tu propio sueño, el creador dentro de tu propia creación. Todo eres tú mismo. ¿Qué temer, entonces? Tú apareces y desapareces en ti mismo. Tú despiertas y duermes en ti mismo. Tú abres los ojos: Vida. Tú cierras los ojos: Muerte. No pasa nada, todo es perfecto; puedes jugar y disfrutar de tu propio juego; dioses y demonios son actores de tu propia creación. No hay nada que temer, amar es comprender la infinita belleza de tu propia creación, belleza que incluye la fealdad, el frío y el calor, el abrir y el cerrar los ojos. Viajo en un tren. Las casas, los árboles y las montañas, todo se mueve hacia atrás. O, ¿soy yo quien va hacia adelante? Noviembre. El noveno mes romano, el número nueve, el ermitaño, el mes de YUG-DO. ¿Por qué? Muy simple, porque es AHORA. Disfruta de las castañas calentitas, de una buena lectura, de un té de especies, de un paseo por un tapiz de hojas multicolores o de todo aquello que aparezca en tu vida. Valora lo que logras pero, aún más y mucho, más lo que simplemente sucede. Esa amigo lector es la gran CLAVE de todo: valora lo que simplemente sucede. TAI

Cinta Blanca ANTONIO IBORRA 4


2. YUG-DO ESOTÉRICO Platón, cuatrocientos años antes de Cristo, declaraba que él tenía dos enseñanzas: una Exotérica, que enseñaba a todo el mundo en sus charlas abiertas y en sus escritos, y una Esotérica, solo para sus discípulos. Platón se quejaba de tanta gente que parecían saberlo todo y, simplemente, decían como loros lo que habían escuchado de otros. Hacían suyas las palabras y la información de otros para parecer más inteligentes y sabios de lo que en realidad eran. Por eso insistía en la enseñanza oral, la verdadera, de labio a oído, de corazón a corazón... Quinientos años antes de Cristo. Siglo arriba o siglo abajo, debió ser una época extraordinariamente productiva para la conciencia humana, porque en esos tiempos aparecieron por la humanidad gente como Buda (Siddhartha Gautama), Mahavira, Confucio, Lao Tsé, Sócrates, Platón y muchos otros. La mayoría no escribieron nada o muy poco, lo mismo que Jesús de Nazaret, otros escribieron por ellos o sobre su mensaje... Fue la era de la enseñanza oral, directa, de labio a oído. La verdadera Transmisión Iniciática, no un mero conocimiento, no unos simples datos. Se transmitió una energía sutil, un saber hacer, un saber vivir, una realización interior desde el Maestro al Discípulo. Dos mil quinientos años después, con un mundo globalizado, con Internet, con tantos avances en la comunicación y en la facilidad de acceso a la información, lo esencial no ha cambiado. Lo esencial nunca cambia... Hoy debemos ser muy conscientes del uso correcto de la información y de los nuevos medios de comunicación. Más información no equivale a más sabiduría. La realización interior, la sabiduría, es el resultado de haber desarrollado la habilidad del discernimiento, para saber qué información, qué datos conviene practicar y experimentar, y qué datos o información puede saturarnos o confundirnos. Cuándo usar un aparato y cuándo desconectarnos. Hoy tenemos las enfermedades de la sobre información y de la desinformación, por acceso a información sin criterio para filtrarla, distinguirla y usarla correctamente. El YUG-DO esotérico es la Obra vivida día a día y compartida entre el Maestro y el Discípulo. La esencia y los secretos se revelan con la paciencia, la constancia, la perseverancia, la entrega y el compromiso. Nada es nuevo. Hoy, como hace miles de años. En un mundo superficial, desequilibrado y comercial, el acceso a lo sagrado, a lo interior y a lo íntimo está vedado para la mayoría. La gran multitud salta de moda en moda, de vendedor de milagros a vendedor de milagros. Solo el que tiene verdadera necesidad sabe distinguir entre tanta propuesta y reconocer las huellas del verdadero camino que, siempre siempre, será un asunto individual, no un fenómeno colectivo. El camino no se reconoce porque haya mucha gente haciendo cola, por las multitudes arrastradas, sino por el aroma suave a lo simple, genuino y congruente. Algo para grumetes, para conocedores y para unos pocos que saben apreciar. La verdad no hace mucho ruido ni parece espectacular, pero el Discípulo sabe reconocerla, incluso en los lugares más insospechados... Lo oculto no es evidente. Lo aparente nunca es la verdad. El CAMINO intuido, sentido, percibido o captado es esa puerta estrecha para minorías, a veces solitario, donde todo lo tiene que hacer uno mismo, donde uno encuentra no el recibir sino la oportunidad de dar. Donde ya no hay quejas, solo agradecimiento; donde las expectativas se han convertido en confianza. Detente, escucha y ten el valor de arriesgarte a vivir lo que sientes como una posibilidad y una oportunidad. Recuerda, cuando el Discípulo está preparado, aparece el Maestro. ¿Y cómo tener la certeza que es tu camino? ¿Y cómo tener la certeza de que es tu Maestro? ¡No hay certezas! Solo el valor y el amor convierten un camino en EL GRAN CAMINO. Adelante. Ponte a caminar y veremos, con el tiempo, si hay Maestro o si hay Discípulo. Tai

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3. KATAS YUG-DO ¿CUÁNTAS KATAS HAY EN EL YUG-DO? Muy simple: una, la que estás haciendo. Decir que tenemos quince o diecisiete Katas es ilusorio... Un Guerrero entrena muchas técnicas, pero un solo movimiento puede marcar la diferencia entre la vida o la muerte. Esquivar vivir, no esquivar morir, he ahí todo el arte del Guerrero. Puedes conocer muchas técnicas pero morir al primer lance. Entonces, ¿cuál es la preparación para un Guerrero? Estar plenamente presente en cada gesto. Ser en cada acto. Se enfunda la espada: Vida. Se desenfunda la espada: Muerte. ¿Qué es un kata? Pleno espíritu en un gesto. ¿Cuántos movimientos tiene un kata? Uno, plena conciencia en el gesto. A la vez, los movimientos que se aprenden numerando, “uno, dos, tres...”, son un solo movimiento. Todo el kata es un solo movimiento, todo el kata es un solo gesto. Una vida: abro los ojos; una muerte: cierro los ojos. ¿Cuál es el objetivo del kata? No tener objetivo, no logro, no meta, rasgar el silencio, cortar las palabras, vivir o morir, según sea el caso. ¿Cuál es el kata más importante? El kata de la Disponibilidad. Entro en el Dojo: Despierto. Observo al Maestro. ¿Qué hay que hacer? ¡Hago! ¿Qué no hay que hacer? ¡No hago! Soy haciendo, soy sin hacer... El Maestro es mi propia luz, el ego, mi propia sombra. ¿Cómo aprender bien un kata? No repitiéndolo. Descubriendo lo que se desprende del correcto actuar y del correcto no actuar. Yo solo soy un instrumento, el Maestro toca la canción. Solo cuido y pongo a disposición del Maestro el instrumento. No soy el músico, solo el instrumento. Cuando me entrego al Maestro desaparezco, ya no soy instrumento ni músico, solo MÚSICA. El Maestro no puede hacer música sin mí, yo no puedo hacer música sin el Maestro, pero en mi lugar siendo honor y lealtad, ya no hay Maestro ni Discípulo, solo música. De ahí lo importante, solo disposición, dejarte ubicar correctamente, ser dócil y flexible. ¿Cuántas katas son necesarias dominar para ser Maestro? Una sola: Humildad. Buena práctica. Tai.

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4. AHORA, EL ESPEJO Siempre vivirás en el AHORA, es tu único país, tu única bandera. Todo lo que aparece en el ahora son aspectos y manifestaciones de ti mismo. El sol saliendo eres tú: admírate. La lluvia cayendo eres tú: refréscate. La chica bonita eres tú: admírate. El chico guapo eres tú: siéntete contento. El niño: eres tú: observa tu inocencia. La viejita eres tú: respétate, admírate y ayúdate. El perrito eres tú: acaríciate. El delincuente eres tú: tente compasión, pero mantén la distancia con este aspecto de ti. Todo lo hermoso eres tú. Todo lo feo, y desequilibrado, también eres tú. Cambia lo que puedas, acepta el resto. No hay mucho que desear, porque ya lo tienes todo, estás disfrutando de todo. Ese magnífico coche es tuyo, esa soberbia mansión es tuya. Las montañas, el cielo y el mar son también tuyos. Los diferentes aspectos de ti a veces están en armonía, a veces se pelean, pero son aspectos de ti. Déjalos, se arreglarán solos: no tomes partido, no prefieras depredadores o presas, se regulan solos. No hay nada que temer. Los monstruos son aspectos de ti, los héroes, también... En el ahora siempre se dan las mismas fuerzas, los mismos contrastes, los mismos arquetipos, pero nunca es igual. De ahí la maravilla. Cada momento es una obra de arte única que emerge de ti para que la admires y la disfrutes; quizás te guste, quizás no, pero nunca más volverá a suceder, no habrá otra ocasión. Es ahora o nunca... Disfruta de tu espectáculo, disfruta de ti mismo. TAI

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5. EL MILAGRO OBVIO Lo obvio es un milagro, mira todo lo que aparece en tu presente: esas manos, esa respiración y esas piernas. Podrías no disponer de ellas. Ese asiento, ese asfalto por el que caminas. La alegría, la tristeza, el dolor, todo está ahí, nada queda afuera. No has tenido que poner tu voluntad ni tu esfuerzo, no has hecho nada para que las cosas sean como son, ¡pero ahí están! Todo esto que te rodea es un obvio milagro. Das por sentado todo, te parece normal todo, le quitas importancia a todo. Pero, ¿y si tus pies no respondieran?, ¿y si no pudieras tragar la comida?, ¿y si no pudieras dormir?, ¿y si no tuvieras donde sentarte? Lo das todo por sentado.

El hábito nos hace ciegos, dejamos de apreciar. Hasta que de repente pierdes una facultad física o desaparece un ser querido, entonces empiezas a apreciarlo. ¿Para qué esperar? Hoy estás rodeado de milagros. Tienes facultades físicas, puedes ir al baño, tienes algo de ropa que ponerte, hay muchos seres a tu alrededor. Sale el sol, tienes la brisa. El buen calor.. Cuando llevas muchos días solo en las montañas, sin ver un alma, te apetece contemplar a la gente corriente. Perdido en la selva, encontrar a un simple campesino, ¡es estar salvado! Aprecia, hay miles de milagros a tu alrededor. Hasta lo que no te gusta es un milagro, te permite el contraste y, recuerda, no siempre estará ahí... Todo cambia, no siempre tendrás de lo que dispones hoy. Valorarlo es el milagro. Buen día.

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6. LOS HIJOS SON EL FUTURO Los hijos son el futuro y nosotros, el presente. Ellos son como el agua, si los dejas reflejan la grandeza, la trasparencia y la pureza de sus corazones; si los condicionas, su agua se enturbia y ellos no encontrarán paz para abrir sus alas y, desde el horizonte, ver el amor que les rodea. Esto porque escapamos de la vida en vez de disfrutarla. Nos podemos convertir en un ciervo muy bello, pero asustado, sin saber qué lugar del bosque será el más seguro. Allí, en el bosque, aprendemos el discurrir del tiempo y que todo está reflejando nuestro interior para que la belleza depositada en nosotros haga de nuestro paso y el paso de nuestra descendencia un oasis de tranquilidad, para que el mundo sea un mejor lugar lleno de armonía. Por eso, cuídate para engrandecer el mañana. Hoy para ti solo se requiere un paso de amor y un paso de libertad. Todos somos hermanos del presente y las hojas solo se caen para embellecer el paso del futuro.

Cinta Blanca MARÍA ARRABAL 9


7. …DEL MES…

 CLAVE DEL MES: COMPROMISO

 FRASE DEL MES: El compromiso es la expresión práctica de tu confianza.”.

 PARA LEER: Iriondo , Javier. DONDE TUS SUEÑOS TE LLEVEN: TU PASADO DETERMINA TU FUTURO

Edita ONIRO, 2.012

 PARA VER: EVEREST (2.015) Dirigida por Baltasar Kormákur, con guión de Lem Dobbs, Justin Isbell y William Nicholson.

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8. FRASES PARA NUTRIR EL ALMA Tu eres el cambio que deseas ver en el mundo.

El cielo es descubrir lo que no es evidente para alguien que espera que la solución de sus problemas está ahí afuera.

MAHATMA GANDHI

ANTONIO IBORRA. El mundo abre paso a aquellos que saben a dónde van.

No hay viento favorable para el que no sabe a dónde va.

JAVIER IRIONDO

SÉNECA

No creo que la conciencia sea generada por el cerebro. Creo que el cerebro es más un recibidor de la conciencia.

SÉNECA Si te pones en una posición en la que tienes que estirarte fuera de tu zona de confort, estás forzado a expandir tu conciencia. LES BROWN

GRAHAM HANCOCK

La aceptación se parece a un estado pasivo, pero en realidad trae algo totalmente nuevo a este mundo. Es paz, vibración de energía. ECKHART TOLLE Todo hombre tiene derecho a dudar de su tarea y a abandonarla de vez en cuando; lo único que no puede hacer es olvidarla. PAULO COELHO

Cinta Blanca MARÍA ARRABAL 11


9. EL COMPROMISO Empezamos a formar parte del Mundo Yug Do debido a la novedad del Bambú, y porque se relaciona con la gimnasia que veníamos practicando. Luego sentimos bien hacer un Kata y aprendimos los siguientes. Éramos un grupo de conocidos que nos gustaba hacer ejercicio, respiración y sentir esa satisfacción del ejercicio realizado al final de la práctica. Cuando llegó el Maestro, nos dimos cuenta que eso no era todo. Aprendimos a sentir algo más. No hacía falta que te expliquen con las frases comunes: “ponte así”, “inhala aquí” o “hazlo perfecto”. No. Aprendimos a sentir ese cambio interior en el cuerpo, en la mente. Escuchar sus mensajes, y entenderlos en toda la extensión de sus palabras, nos ha costado mucho, aún más practicarlos. Estamos en el camino de encontrar el ser profundo, el verdadero centro, la esencia. En el camino confundimos el mensaje con nuestras ideas, deseos, influencias y sensaciones. Así llegamos a desmotivarnos muchas veces y nos preguntamos ¿qué perseguimos? La respuesta ha venido fugazmente en varias ocasiones, en otras ha sido clara. Yo entiendo que debo ir representándome a través de los cambios en mi interior. Cambios que me van dando seguridad y paz. En esta nueva visión surge el compromiso como algo inherente a las mismas. Ya no estamos en un tiempo de cumplir solo cuando es emergente. Si bien es cierto que las obligaciones y compromisos externos al Yug Do no nos permiten estar al cien por ciento -y no me refiero a una presencia física todos los días-, yo me refiero a un compromiso con libertad. Para hacerlo, debemos cuestionarnos lo siguiente: ¿Qué hacemos cada uno para que el Yug Do se fortalezca y crezca? ¿Qué hacemos para dar más de cada uno? ¿Qué hacemos para seguir el Sendero? Yo puedo decirles que me apoyaré en cada uno de ustedes, daré mi testimonio y contingente y contaré con ustedes, si me lo permiten.

Cinta Plateada MARTHA YÁÑEZ 12


10. LA DANZA DEL GUERRERO DE YUG-DO

Un guerrero se prepara para no pelear. Un guerrero le sonríe a la vida, danza con ella. El guerrero danza con la música de su paz interior.

El guerrero, tras librar varias batallas, aprendió a amarse, por lo tanto, el guerrero es amoroso consigo mismo y los demás: su espada es el amor.

El guerrero se reconoce a sí mismo en los demás, por eso el guerrero trata a los demás como se trata a sí mismo, como le gustaría ser tratado.

El guerrero es sincero, amable, leal y comprensivo, ha aprendido a aquietar su mente, se supera a sí mismo, y confía en la vida, se entrega a ella y se pone a su servicio.

El guerrero de YUG-DO conserva su individualidad, trasciende y se transforma en la UNIDAD, se vuelve UNO con el TODO. .

Cinta Plateada PERLA PALMA 13


11. LA SANACIÓN Más allá de conceptos, como la restauración de la salud de un organismo desequilibrado a través de procesos de regeneración, la reparación a nivel físico- energético, la resolución de la neurosis o la psicosis a nivel emocional- mental, día a día descubro la curación como otra cosa. Exploro la sanación como un movimiento que nos acompaña en la vida diaria. A veces estamos mejor, a veces peor. A veces nos sentimos más equilibrados, a veces menos. Yo lo veo como el caminar o el dar un paso. Para que un niño dé su primer paso se necesita una buena dosis de desequilibrio. Es un equilibrio dinámico. Para pasar de un estado equilibrado, en reposo, a otro, en movimiento, se necesita cierto desorden para luego volver a ordenarse en otro punto, en otro nivel más equilibrado. Cuando los niños crecen, es decir cuando cambian, es muy común que aparezca la enfermedad. Es un síntoma de cambio. Como la marcha o la carrera que se podrían definir como un conjunto de estados equilibrados unidos a otros menos equilibrados. Un equilibrio dinámico, al fin y al cabo. Pero a través de un recorrido o camino, ¿no? Como la vida misma. Si todo está totalmente controlado, nos volvemos demasiado estáticos, nos estancamos, nos paramos, y luego morimos. Pero hay una diferencia entre sufrir lo que te pasa, y que se repita de forma inconsciente, y saber qué te está ocurriendo: es decir, por qué te pasa lo que te pasa. Te enfermas menos o te recuperas antes, ya que te predispones hacia la sanación. La diferencia está en la Conciencia, en darme cuenta cómo vivo, siento o percibo lo que me pasa o lo que vivo. Es como si todo cobrara sentido, y se hiciera más natural, sin tanto sufrimiento o estrés innecesario. Estar más de acuerdo con lo que pasa o hay. Cuando estoy presente en todo lo que en mi vida acontece, lo puedo afrontar mejor, porque me adapto mejor; es decir, sufro menos para llegar al mismo resultado. Así que evoco palabras del Maestro cuando dice que “lo importante no es el sufrimiento en sí, sino darme cuenta por qué sufro”. Y en cierto modo sufro para darme cuenta. Es como si la respuesta fuera la misma pregunta. Por lo tanto es importante preguntarse: ¿cómo estás, cómo te encuentras? Nunca dejamos de aprender, pero depende de ti el cómo y cuándo te reconcilies contigo mismo, más tarde o temprano, el resultado será el mismo. En lo profundo, para mi sanar es estar hondamente conectado y de acuerdo con la vida, facilitándola y sirviendo, mientras que enfermamos cuando nos desconectamos de ella, de nuestro corazón. Y no tiene que ser algo negativo, puede ser que enfermemos por un cambio necesario que tenemos que dar. A menudo el cambio vendría a través del plano

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emocional- mental. Pero lo normal y lo que caracteriza la vida es un movimiento continuo entre la sanación y la enfermedad. Si eres más consciente y lo acompañas con los actos correctos en ese sentido, ganas en coherencia, el balance es más positivo, y te sientes mejor y más sano. En estos días me presenté a una importante entrevista de trabajo. Un mes de preparación y estudio, de practicar mi inglés y hacer pruebas. Todo controlado. Nunca me había preparado tan bien. Yo sabía que debía estar atento, porque a menudo en el último momento fracasamos. Y pasó que, por más que me controlaba en la entrevista y respondía específica y de forma completa lo que me preguntaban, me daba cuenta por detalles que el empleo no era mío, como si la plaza ya estuviera dada, hiciera lo que hiciera. También sabía que esto podía pasar. Como una intuición creciente. Y esa era precisamente la prueba para la que me había estado preparando y que el Maestro recordaba en estos días: “Tienes derecho a la prueba, a la lucha, a la danza, no al resultado”. Contentamiento. Aceptación. No resignación. Desapego de las expectativas y resultados. Y ese fue mi aprendizaje y mi premio. Aprender esto, y desde luego estoy contento, porque preparándome me superé a mí mismo. Mensajes: Dios está detrás de cada cosa. Aprende de lo que te toca. Acepta lo que hay con humor, y si hay algo que cambiar, cámbialo, depende de ti. El resto es ser feliz con lo que hay y seguir adelante. Entusiasmándote, divirtiéndote. Es tu vida. Vívela. Supérate sin violencia. Como en la preparación para el equinoccio. Viviendo el ahora con Valor y Confianza. Un Koan que me ha llegado en estos días me sirve para la reflexión: “Cuando sigues la senda del Tao tus debilidades se convierten en tus Fortalezas y, ojo, tus fortalezas en Debilidades”. Esta mañana me desperté conflictuado e iracundo, así que me fui a correr y después a ver el amanecer. Fue muy buena terapia. La recomiendo. Ya cuando estaba junto al Peñón de Algámitas, en pleno amanecer en la serranía, quedé sorprendido. Durante media hora la vida me regaló porque fui testigo de la lucha de dos cabras montesas adultas, probablemente en celo, junto a un acantilado, mientras la familia de una de ellas observaba y seguía camino, al tiempo que los buitres salían y volvían sin perderse el espectáculo de la contienda en sus idas y venidas. ¡Un Abrazo, Guerrer@s, con valor y confianza! TAI

Cinta Plateada EUGENIO PAREJA 15


12. PROCESOS DE VIDA AL ESTILO YUG-DO Tomé mi bambú, el que me acompaña en mis prácticas en casa, y realicé un movimiento tras otro suavemente, como si hoy no tuviera apuro o, tal vez, porque necesitaba ese ritmo. Al finalizar me recosté boca abajo estirando los brazos con el bambú en las manos, comencé a acariciarlo y surgió esta pregunta: ¿Cómo llegó a mis manos este bambú? El bambú me dijo lo siguiente: “Estaba entre muchos otros hasta que ustedes llegaron. Me sintieron con los ojos cerrados, traté de hacer sentir mi energía y mi fuerza a pesar de saber que aún me faltaba tiempo y paciencia para ser más fuerte, resistir más vientos y lluvias, seguir fortaleciendo mis raíces para enfrentar lo que viniera en el futuro. Pero quería que me llevasen, y lo conseguí. Me cortaron asombrándose porque, a pesar de mi altura, mi parte superior era débil aún, con cascarones de hojas que me cubrían desde lo más bajo. Temí no me eligieran, pero fui llevado. “Me separaron en dos partes, la parte más baja era la más fuerte, obviamente se quedaron con esa, y sintieron que aún les faltaba quitarse de encima esas capas: por eso me eligieron. La otra parte, o sea yo, fui llevado a un lugar donde me dejaron recostado en el suelo con la promesa de volver en dos semanas a templarme. Sin embargo, pasaron dos o tres largos meses cuando, al fin, me rescataron. Ya estaba un poco sucia de moho, así que me llevaron, limpiaron, cortaron lo que no servía, y me llevaron a cierto lugar para que cualquier persona que necesitare hiciera uso de mí. ¡Yo quería quedarme y que me usaras solamente tú! “Pasaron otros dos meses y solo serví para estar en casa y ayudarte con tus movimientos. Hasta hoy, gran día el de hoy que despertaste y me tomaste. Yo te sentí que no estabas bien. ¿Cómo haría yo para que sientas que soy tu compañero de viaje, que estoy siempre esperando me tomes para iniciar tu práctica? Por eso me decidí a silbar con más fuerza en cada movimiento tuyo, hasta a mi me extrañaba que los sonidos que podía emitir llegaran a tu alma. Lo hice con todas mis fuerzas. Sentí que te recostabas en el piso, me cogías con las manos y allí te quedaste mucho tiempo acariciándome, sintiendo mis cicatrices, pensando un poco más en mí. “¿Cómo llegué a tus manos? Cierto, no me escogiste tú sino otra persona, pero te has quedado conmigo porque yo insistí en quedarme. Te has hecho consciente de todo mi viaje para llegar a ti y ser tu compañero de viaje. Cuando hoy te rompiste en lágrimas, no supe qué hacer, solo te transmití mi energía. “Estoy aquí”, te decía. Hasta que, de pronto, te levantaste, y me llevaste sobre el fuego. Allí sentí el calorcito, templándome. Solté mi savia para quedar con más brillo. Rodeaste mis puntas con hilo, me gustó sentirme cuidado y querido. Y supe que, al fin, tenía compañía. Soy tu bambú”. Esto acaba de ocurrirme. No sé el significado. Solo lo acepto y me siento renovada. Gracias.

Cinta Negra GRACIELA LEIVA 16


13. BACKSTAGE DE UN MILAGRO MENOR Les comparto un texto de un escritor, Hernan Casciari, que adoro y cuyo blog leo a menudo… El texto en si trata de dar explicación a un milagro que ocurrió en su familia, poco después de morir el padre del escritor… Lejos de quedarnos con la explicación del milagro del autor, sencilla y terrenal, yo me quedo con la SINCRONÍA que une dos momentos aparentemente inconexos y los convierte en Magia… Es posible que la materia que explique no sea marcial y que el contenido no se ajuste con lo que habitualmente hablamos aquí… Háganme el favor, relájense y disfruten del texto, no pretende nada más que contar una buena historia… Voy a contar algo que ocurrió hace un mes y que, por un momento, nos pareció un milagro de entrecasa. Podría narrar el milagro sin dar a conocer su lógica interna, escondiéndoles a ustedes la explicación que lo desbarata. Pero no haré eso, porque me quedaría un cuentito fantástico y nada más. Voy a narrar los hechos sin trucos. Ustedes verán a las marionetas pero también los hilos que las mueven. Dicho esto, la historia empieza con una mujer, sentada en un sillón, y sigue con una chica de once años que va en coche por la ruta. La mujer, que también es mi madre, acaba de echar a todo el mundo de su casa (a los amigos, a los hermanos, a los nietos) porque necesita quedarse sola, llorar sola y esperar sola a que llegue el sueño. Hace cincuenta y dos horas que no duerme. Ahora intenta descansar y se desploma en el mismo sillón donde dos días antes murió su esposo, que también era mi padre. Es la noche del once de julio, hoy hace un mes. Por primera vez en cuarenta años, esta mujer cierra la puerta de su casa sin que dentro viva nadie más. El truco comienza en este párrafo, porque a diez kilómetros, por la ruta cinco, van en coche mi hermana, su marido y sus hijos, de regreso a La Plata después del entierro. Es de noche y nadie habla, porque ha sido un día muy triste y después una noche muy larga. Una chica de once años, que se llama Manuela y es mi sobrina, se recuesta sobre la ventanilla a ver pasar las luces del camino; saca de su mochila un teléfono móvil y se pone a revisar los contactos. Nadie le presta atención. Volvamos a Mercedes. La mujer que es mi madre aprovecha su primera soledad para desahogarse sin testigos. No ha podido hacerlo antes porque no tuvo un segundo sin compañía, sin abrazos o presencias. Se ha mostrado fuerte en todas partes: serena en el salón y en los pasillos de la casa velatoria, y también entera en las calles del cementerio, frente a la bóveda. Saludó, besó y agradeció a todo el mundo; cabizbaja y líquida, es verdad, pero sin desbordes. Ha durado cincuenta horas sin hacer un solo escándalo en público. Ahora, por fin, está sola. Se pone a gritar como si la hubiesen quemado. Lejos de allí, cruzando el peaje de Luján-Mercedes, uno de mis sobrinos observa el celular que maneja Manuela, su hermana. No es el teléfono de siempre, el rosa de juguete, sino uno distinto de color negro, que parece real. El hermano pregunta: —¿De dónde lo sacaste? Manuela no le responde y se queda mirando por la ventana. El hermano insiste: —¿Es un teléfono de verdad? Entonces Manuela se acerca a su oído y le contesta, en voz muy baja para que sus padres no la escuchen: —Es el celular del abuelo Roberto —y también dice—: tiene crédito. Como se ve, lo que va a pasar dentro de un rato no tiene nada que ver con un milagro, pero sigamos con los hechos naturales: en la que fue mi casa, en la que es mi casa, la mujer sigue con sus gritos. No son lamentos al azar, no son aullidos ni onomatopeyas salvajes, sino preguntas retóricas dirigidas a su esposo, en tono de reprobación y con timbre de barítono. La mujer le reprocha al marido, en voz alta, la poca consideración que tuvo al no haber informado sobre su muerte, tan repentina y a destiempo. Se levanta del sillón y le habla. Las frases que dice no tienen sentido, por lo menos no en el terreno de la lógica, pero a la viuda le bastan y le sobran para desahogarse. Ella sabe que gritar ¡por qué no me avisaste! no sirve para nada, pero lo dice de todas formas. Y lo repite, y lo repite una vez más, porque los reproches inútiles, en las casas vacías, suenan mejor con la insistencia. Con el tiempo aprenderá a usar el pensamiento, a conversar en silencio, sin hacer uso de los gestos ni la boca, pero ahora la mujer es inexperta y le habla a su esposo a viva voz. Le habla al sillón, en realidad. Ya no le grita: de a poco la escena se convierte en una conversación típica del matrimonio, en una crisis menor, en uno de los muchos monólogos nocturnos en donde ella siempre gritó y el otro siempre hizo silencio. —Siempre igual vos —le dice—. Cuando hay problemas, calladito. En el coche dos de mis sobrinos duermen; Manuela no. Sigue mirando las luces por la ventanilla, con el teléfono todavía en la mano. Se llevó ese teléfono porque nadie más lo iba a usar, y porque ella todavía no tiene uno. Más tarde confesaría que no fue un robo: dos o tres veces quiso pedírselo a su mamá, pero ella siempre estaba llorando o dejándose abrazar por gente. En un momento se lo mostró a su abuela y le dijo, con mucha vergüenza: —Chichita, ¿lo puedo usar yo ahora? Y su abuela hizo que sí con la cabeza, pero era un sí a cualquier cosa, no estaba mirando a ninguna parte. Por eso ahora la chica piensa en la abuela triste, en su cara de agotamiento y pena, y siente culpa por haberla dejado sola, en Mercedes. Se despidieron en la puerta, sus padres le ofrecieron quedarse, o que se fueran todos a La Plata, pero la abuela no quiso:

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—Alguna vez tengo que estar sola —dijo, y se encerró. Su abuela es fuerte, piensa Manuela, ella no se habría animado a quedarse sola tan pronto. Es fuerte pero está triste. En once años, en toda su vida, Manuela no había visto nunca a Chichita con los ojos sin brillo. Entonces abre el teléfono y le escribe. El hilo y las marionetas se unen en este segundo, porque al mismo tiempo que la nieta pulsa la primera letra del mensaje, la viuda, que conversa en casa con su esposo, le está pidiendo una señal al muerto. —Dame una señal —dice la mujer, que es también mi madre, mirando el sillón vacío. No es increíble, no es mágico que Manuela escriba su mensaje en este punto de la historia. Bien mirado, es natural. Es cierto que también pudo haber ocurrido primero una cosa y mucho después la otra, incluso con horas de diferencia, pero están pasando las dos a la vez y no debe asombrar a nadie. La chica escribe en el coche mientras la mujer, en su casa, le pide a su marido —en voz muy alta— que le dé una señal. También le pregunta qué hará ella ahora, sin los hijos y sin él; cómo se recompone la rutina; dónde están las facturas y cómo se pagan; quiere saber si el tiempo cura; pretende que él la ayude a tramitar la pensión; le pide otra vez una señal; le dice que tendría que haber sido al revés, y dentro de veinte años; pero sobre todo al revés. Mezcla la desesperación filosófica con el planteo doméstico, a veces en la misma frase. Habla con serenidad, pero ya sin control, a la vez que Manuela redacta una frase muy simple, de cuatro palabras, a sesenta kilómetros de allí: —N NO ESTÉS TRISTE, DESCANSÁ —es lo que escribe mi sobrina, y envía el mensaje. Después acomoda la cabeza en el hombro de su hermano, y se queda dormida. Miremos por un instante cómo viaja el texto hasta un satélite, cómo rebota la frecuencia y se convierte en bytes. Veamos la escena desde todos los ángulos, para asegurarnos de que no hay milagro posible, que todo tiene la lógica del tiempo y del espacio. Mientras las palabras de su nieta viajan en medio de la noche, la mujer sigue con su monólogo encendido. Sospecha que su esposo resultará un muerto tímido, como lo fue en vida, poco dado a lo trascendental, porque no aparece. Supone que le costará hacerse presente, dejarse ver. Y así se lo dice: —Vos no sos la clase de tipo que se aparece después de muerto, yo sé que te da vergüenza, pero tenés que hacer un esfuerzo. Vos... Entonces suena, en la casa vacía, el celular de la mujer. Ella se queda con la palabra en la boca y camina hacia el milagro falso, mientras se pone los lentes de leer de cerca. Observa, en la pantalla del teléfono, una frase imposible, en letras mayúsculas: ROBERTO HA ENVIADO UN MENSAJE DE TEXTO La mujer, que es también mi madre, presiona un botón y repasa las cuatro palabras que hace diez segundos ha escrito Manuela desde el coche. —No estés triste, descansá. Se queda un rato largo mirando la pantalla, con los dedos inmóviles. No parpadea ni respira. Tiene la luz verde del teléfono en los ojos, y los ojos muy abiertos. Después la mujer sale del comedor más serena, sin mirar el sillón ni decir una palabra más. Tiene la garganta seca de tanto monólogo. Apaga las luces de la cocina, entra a su cuarto y se acuesta. Se queda dormida y descansa. La historia acaba así, no hay nada más. Podría haber explicado el cuento omitiendo las escenas del coche, y habría salido una historia más o menos prodigiosa, con una viuda que pide una señal y un marido muerto que le responde. Pero no fue así. Conté las cosas como fueron, con el backstage incluido, porque las anécdotas son mejores cuando no tienen nada del otro mundo. Hernán Casciari Lunes 11 De Agosto, 2008

Cinta Negra SERGIO LEAL 18


14. INFORMES Sueñe sueñas el sueño perfecto.

 TENERIFE, Actividades del 1 al 7 de octubre.  Desde el 30 de octubre hasta el cinco de noviembre, actividades de YUG-DO, Seminario, Curso de Yoga, Taller de Shambala, Curso de Acupuntura Cuántica, Curso de Reflexoterapia Podal, Terapias personales… etc.

 BARCELONA  Terapias personales del 6 al 8 de noviembre.  ITALIA  Siguen las clases habituales y labor de difusión.  SEVILLA  Un grupo sigue trabajando regularmente en Pruna.  ECUADOR  Gran Encuentro con el Formador Antonio Iborra, Cursos, prácticas, Seminario, Talleres, Terapias del 11 al 23 de Noviembre.

 MÉXICO  Trabajo de

difusión, cursos, talleres, exhibiciones y preparando el Encuentro de Febrero con el Fundador y Formador Antonio Iborra.

 ARGENTINA  Graciela Leiva sigue adelante con las clases en Misiones.

 ESCUELA DE SABIDURIA ONLINE

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Domingo 9 de noviembre, 18h España Interesados: familiaiborra@gmail.com

¡Seguimos el mes próximo! Para bajar las anteriores publicaciones: hhttttpp::////yyuugg--ddoo..bbllooggssppoott..ccoom m..eess// hhttttppss::////iissssuuuu..ccoom m//aayyddoo

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