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Hoy toca el Yoga del paseo por el bosque... ¡Es primavera! Me siento en un prado alpino y me doy una terapia de aromas de árnica, campanilla y manzanilla silvestre. Poco a poco voy frenando hasta detener todos los procesos. Siento el Karma en mis muslos, la consecuente reacción a la subida a la cima: mis pulmones, aún agitados, van abrazando al corazón y su tambor implacable. Sin duda el esfuerzo y posterior detención han calmado al mental. Ahora, de forma completamente natural, solo quiero estar aquí. Una brisa fresca me sacude el rostro y reconozco el olor inconfundible del romero en flor, al mismo tiempo una gran alegría acompaña en su vuelo a un águila perdicera. No la veo, pero oigo su canto, su voz de amor en el valle contiguo. Sí, es época de cortejos, de amoríos y encuentros entre múltiples formas de vida. Chovas en la cortada de pizarra, murmullos en los roquedales. Una mariquita de rojo, con traje de topos negros me sube por el brazo, mariposas de la col revoloteando. Todos afanados en lo suyo, cada uno en su propia fiesta de primavera. Miríadas de insectos en procesión de semana santa, un rayo de sol en la coronilla de la cabeza, un tibio calor, un tiempo sin tiempo. Soy en la Ásana de una piedra de carne y hueso. No me muevo con la voluntad, pero mi roulotte, la tierra, recorre sus espirales alrededor del Sol. Mientras eso sucede, mi padre traza vías nuevas en la Vía Láctea. Sí, soy hijo y padre de Sol. E hijo y padre de la vida, como todos los demás, como cualquiera. Me saca del ensimismamiento una culebra de escalera: si no se hubiera movido ni la hubiera visto. Pero ahí está, en su Tai Chi del deslizarse en busca de desayuno. Desisto de seguir el impulso de mi niño y atraparla, solo para jugar con ella, solo para sentirla de cerca, para gozar su piel en mis manos. ¡No!, hoy mi alegría es simplemente contemplarla, gozar de su presencia sin ser advertido, formar parte de su mundo como un Dios protector. Todos los poros de la piel parecen abiertos y al mismo tiempo reciben y emiten mensajes de luz. Tras el manto de vida, el tapiz de verde y los cambios me siento la Emperatriz de la naturaleza, estrenando la moda de la estación, engalanado con los ajuares de las más bellas flores, perlas de insectos vivos, aretes de aves enamoradas, corona de nubes blancas en tocado azul. Y en el interior, en la profundidad, sólo hay alegría silenciosa, un saber sin conceptos ni palabras. Miles de hilos conectando todo y el gran substrato de un silencio inmaculado, jamás experimentado, nuevo, como el arroyo prístino brotando a la vida. Me muevo, estiro los músculos. Las criaturas de mi alrededor huyen despavoridas como diciendo “¿De dónde sale éste?, ¿cómo es que esta roca se vuelve humana?”. Y todavía una mariposa se me posa en la pierna, como preguntando si hay de qué preocuparse. Sonrío. Vuela. Vida nueva. Bajo la montaña con el tambor de las pisadas, creo escuchar una ardilla en lo alto de un piso o quizás sea un pájaro carpintero. Le saludo por si acaso, está en lo suyo. Mucha gente ocupada. Y ya en la loma diviso la colmena de casas en el que habitan cuerpos como el que llevo puesto. Otra gente ocupada. Aprovecho para acariciar la piedra y reír con la roca. ¿Para qué tanto brinco estando el piso tan parejo? La imagen del Maestro y la sonrisa de Sol me alegran el día. Bajo al mundo, eso sí, con un poco de paz de montañas y cielo para regalar a mis congéneres, para ser un poco piedra y transmitirles algo de quietud. Empieza el Yug Do de abril. ¡Feliz Primavera!
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Yoga es unión, conexión consciente entre la ilusión de separatividad humana y la totalidad. Todo es UNO. Así, Yoga es el despertar del Ser en lo humano. Hace miles de años, en frondosos bosques, selvas y montañas, algunos seres humanos conectaron con la Totalidad al darse cuenta que todo lo observado era un inmenso SÍ MISMO. Maestro y Discípulo escribieron libros en tablillas y pergaminos que fueron posteriormente conocidos como Upanishad. La Sabiduría de los bosques. Allí, en forma poética, se relata la experiencia de ir soltando la identificación con un personaje y el descubrimiento de Ser. Ser en el árbol, la flor, el tigre o la montaña. El silencio, la soledad, la escucha de la naturaleza facilitan indudablemente el apaciguamiento de la mente. En esa apertura sensorial oír, ver, oler, gustar o tocar son vividos como un sentido único. Uno, entonces, percibe, se percibe y, finalmente, todo el campo unificado te remite a encontrarte en la propia escucha. No importan ya las aves, ni los pájaros del deseo, ni los tigres o las emociones activas. Ser una percatación no cualificada ni dirigida o referida a nada. Simplemente Ser. Y aun nos podríamos ahorrar lo de "simplemente". Solo Ser. La naturaleza es la expresión armónica del Gran Silencio. Más allá de toda la magnífica diversidad, todo responde a un sutil director de orquesta. Las nubes, gotas de rocío, hojas verdes, arañas, pájaros cantores, ardillas, venados, culebras y lobos son instrumentos del mismo propósito natural. No falta nada, no sobra nada. Todo crece y decrece para auto regularse eternamente. Expansión y contracción, mundos, galaxias, soles, átomos y células. Una trama sin tejedor. Hace más de dos mil años, un personaje, quizás una escuela de pensamiento, sintetizó miles de años de experiencia yóguica. Fue Patanjali en la India. Allí, en sus Yoga Sutras, manifiesta los ocho peldaños de la escalera del Yoga. Vivirlos en la naturaleza, en el bosque es así:
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YAMA: PREPARACIÓN. Pide permiso para entrar en la naturaleza. Conéctate con todos sus habitantes, incluso los que no verás. Mantén una actitud de respeto, cooperación y limpieza. Sobre todo, NO DAÑAR. No destruir, no ensuciar. Al contrario, llévate la basura que encuentres, aunque no sea tuya. NYIMA: LO CORRECTO Ve a la montaña a servir, a admirar, a poner notas de paz. No solo a absorber. Pon tu presencia al servicio de la vida. ASANA: ESTAR Quédate quieto y fundente con el paisaje. Sé cómo un árbol o una roca, abre tus sentidos y fundente en el entorno. PRANAYAMA: ENERGÍA Intercambia, respira, emana armonía, muévete despacio, alerta y tranquilo, emite ondas de paz. PRATHIAHARA: EMOCIÓN Deja salir las cosas, pero transfórmalas. Miedo en valor, ira en coraje, tristeza en interiorización, ansiedad en centramiento, desánimo en acción. DHARANA: ATENCIÓN Escucha, y escucha al que escucha, y luego al acto de escuchar, y posteriormente al ser consciente de la escucha. DYANA: CONTEMPLACIÓN Concéntrate, pero no en un punto, concéntrate en todo. Es decir, no te enfoques en una sola cosa. Pon el gran angular de la percepción e incluye todo lo posible, incluso al que contempla y a la percepción de la contemplación misma. SAMADHI: SER Identifícate, siéntete y experiméntate como TODO. Lo percibido, el que percibe, el acto de percibir, la percepción sin sujeto. Consciencia silente. Al principio es una experiencia porque existe una identificación con el sujeto experimentador, con un yo que vive la experiencia; luego es una NO EXPERIENCIA, porque el yo está integrado como un árbol más en el bosque, no hay quien viva la experiencia: por eso lo llamo “no experiencia”. Desde el ego o la personalidad surge una necesidad de hacer yoga o Yug Do; luego, a medida que se profundiza en la práctica, el actor desaparece y la práctica se convierte en vida consciente. Entonces, la práctica en sí misma es una vida despierta. Un pájaro canta Las nubes formando navíos celestes Gotas de rocío en una hoja nueva La bruma envuelve la primavera. TAI
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La mente siempre tiende a enfocar algo y al hacerlo desenfoca otras cosas. Es parecido a la óptica de una cámara de fotos: elijes primer plano o el fondo. La mente, como programa, es un excelente instrumento de la evolución: sirve para ocuparse y resolver cosas localizadas, pequeñas y concretas. Sin embargo, cuando hay una ausencia de alguien detrás de la “máquina”, ésta tiende a la entropía, a la obsesión, al estrés y al caos. ¿Quién está detrás de la mente? ¿Yo? Pues no, el “yo” es como esos personajes que forman parte de un programa y te dan una vuelta por Windows. ¡Es el mismo programa informándote sobre el programa! Seguramente te habrá pasado. Sales de ver una película que te ha encantado y durante un rato te sigues sintiendo identificado con el personaje central, con el héroe. De igual modo, al estar todo el tiempo en esta interacción mental te acabas identificando con la mente, con el personaje que te pasea y muestra la mente, y al que llamas “yo mismo”. Este personaje solo sobrevive psicológicamente mediante el enfoque localizado. Si yo, Antonio, me siento a mirar una flor, el acto de ver la flor mantiene la identificación con Antonio, que es el que está mirando la flor. Pero si no me centro en nada, si dejo de “hacer”, “mirar” o “pensar” (que no es otra cosa que hacer con la mente), el actor ¡desaparece! Y como ese sujeto virtual tiene miedo a desaparecer, te estimula y busca ocupaciones para que continuamente estés haciendo, produciendo, actuando, focalizando. Y al enfocar las cosas y al actor, el SER queda difuminado. No es percibido. Entonces la esencia del Yug Do es parar, detener la actividad, el hábito, el mecanismo de la identificación. Al no enfocar, o prestar atención a los objetos ni al sujeto, que en realidad no es más que un “objeto” que reclama el protagonismo de todo, el SER se evidencia a sí mismo. Cuando arrastrados por el hábito y el mecanismo volvemos a enfocar a los objetos, aparece en seguida el “sujeto” y el Ser se difumina, desaparece y regresa a la inconsciencia. Desde la perspectiva del YUG, la UNIDAD, todo es orden, armonía, plenitud, calma, paz, luz y silencio. El ego, el personaje creado por el programa mental y sustentado por la memoria, enfoca en el trabajo y descuida la familia, entonces enfoca en la familia y descuida el trabajo. Enfoca en la materia y descuida el espíritu. Se da cuenta. Se vuelve espiritual. Y la materia se desenfoca y empieza a tener problemas materiales. Al darse cuenta de todo esto, el ego crea conceptos como equilibrio: tratar de ocuparse de todo mediante repartir fuerzas y no obsesionarse. Entonces se estresa y no avanza ni en la materia ni en el espíritu. ¿Qué se puede hacer, entonces?
Hay gente que se enfoca en el dinero y se hace rico, aunque crea un montón de vacíos afectivos y espirituales, y al final siempre surge la pregunta “¿para qué?”. Y si eres de los que siempre se enfocan en lo espiritual, lo esencial o lo trascendente,
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entonces te acabarán llamando del banco por saldo descubierto, incluso observarás tus vacíos afectivos, tu incapacidad para fluir con la materia. Y éste es el gran dilema del ego: ¿espíritu o materia? Si enfocas una cosa, desenfocas otra. Y claro los grandes en la “materia” son los que se han enfocado ahí. Lo mismo que los grandes en el “espíritu”, quienes a menudo han abandonado a la familia o al “mundo”. Y el ego, una vez más la mente disfrazada de personaje, te cuenta el cuento del equilibrio, la moderación, etc. Al final surge algo tibio, mediocre, sin sabor. La Transformación solo proviene de la desidentificación real y no teórica del personaje, del “yo”, del “mental”. Y para ello primero hay que “cazarlo”, hay que “verlo”. Ese ego que no quiere desaparecer ni pasar a segundo plano, y por eso te empuja a hacer y a hacer actos materiales, incluso espirituales, pero actos, con actor, con protagonista… En algunos grupos “espirituales” se invita al candidato al trabajo impersonal, a servir sin buscar reconocimientos ni nada a cambio. En teoría es correcto, pero en la práctica, el “ego se inviste de impersonal” y recauda santidad. Por eso, la mayoría de las propuestas seducen al ego, con otra clase de acción, ahora ya no del tipo “material” sino como Karma yoga o servicio desinteresado, o también con Bhakti yoga, cantos y ceremonias devocionales. Todo eso convierte a un ego material en un ego espiritual, sin mayores cambios. La misma mona vestida de seda. No hacer y la no práctica no es atractivo para el ego que solo se puede sustentar en el mundo de la dualidad: acción-reacción. Causa-efecto. El ego razona así: “Si no hago nada no conseguiré nada”. Y es correcto. Además, si no haces nada desaparecerás (como ego). Así que quizás la NADA no es tan mala. Simplemente siéntate y no enfoques nada en concreto, no busques nada, no intentes nada, no luches con nada, no te resistas a nada. Y cuando percibas tanta tensión, resistencias, deseos, miedos o carencias sucederá un darse cuenta del porqué existe una huida constante. De este modo Yug Do es una NO PRÁCTICA que puede ser practicada con buen humor y naturalidad.
De lo irreal a lo real De la oscuridad a la Luz De la ignorancia a la sabiduría
Alicione
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El SER es la PRESENCIA que constantemente te presencia. No es que tú lo presencies a ÉL, o a ELLO, es que eres presenciado. El estado de la conciencia que llamamos DISCÍPULO es aquel en el que aparece una gran disponibilidad, una receptividad sin condiciones, sin expectativas, sin esperanza. Una apertura a lo QUE ES. Entonces, el Discípulo provoca la aparición del Maestro y del ser encontrado por él. Recuerda: el ego, el pequeño “yo” con el que te identificas, se perpetúa a sí mismo mediante el intento, el deseo, el acto, la búsqueda, la acción, el pensamiento o el miedo. Por lo tanto, Yug Do es simplemente permitir que la UNIDAD, el SER, el YUG, alumbre naturalmente a la dualidad humana y al mundo (DO). El ego no entiende, ni confía, ni cree que SER CONSCIENTE sea suficiente. Siempre acabará diciendo: “¿Pero algo habrá que hacer, no?, ¿Tendremos que mejorar?”. Y en cierto modo el ego tiene razón, porque su experiencia le informa que “ser consciente” nunca es suficiente. Si eres consciente de que el coche está roto, el ser consciente de ello no lo va a arreglar. ¡Habrá que llevarlo al mecánico! Y
en estas líneas
está
el
meollo de todo, porque ser
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consciente, darse cuenta desde el “ego”, no es el verdadero DARSE CUENTA. De igual modo que la información no equivale a la sabiduría. El ego intenta, hace… El ego trata de meditar, trata de observar, trata de presenciar. Y a veces aparece algo de paz, en ocasiones, frustración, y en otras, nada. La verdadera PAZ no son dos segundos de tranquilidad del ego. El gran anhelo de completitud del ego no se sacia con estados transitorios, ni siquiera edulcorados con música de sitar, arpa o cantos de mantrams celestiales. El verdadero anhelo del ego es la eternidad, lo atemporal, el NO DESEO, la NO NECESIDAD. Pero como el ego es en sí mismo temporal, jamás lo podrá alcanzar. El tiempo no puede alcanzar a la eternidad, del mismo modo que jamás una ola alcanzará al océano. Imagina por un momento un enorme deseo, un enorme esfuerzo, una gran necesidad por parte de una ola de convertirse en océano. ¿Es absurdo, no? Porque la ola no tiene ninguna naturaleza distinta al océano. Recuerda, es perfectamente posible un océano sin olas, pero ¿lo es una ola sin océano?
Pues así están las cosas. Eres una ola, es decir, una ilusión de separatividad, tratando de ser lo que ya eres, lo que siempre has sido y lo que siempre serás. Entonces, ¿de lo que se trata es de desidentificarte con la parte? La misma pregunta te remite una y otra vez a la identidad como ola. En la comprensión las preguntas desaparecen. La PAZ, que no es alterada por el tiempo o los cambios, se hace presente. Siéntate cómodo, y solo date cuenta que algo te presencia, que algo se da cuenta de ti y de todo. Quédate ahí simplemente. Las olas aparecen y desaparecen, los estados pasan. Lo que no cambia
es
siempre
PRESENTE. El Presente te presencia. TAI
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Al igual que vivimos la ilusión de que el conocimiento equivale a la sabiduría, también el ego “sabiondo” se disfraza de maestro y cree saberlo todo, aunque luego no entienda por qué está enfermo, por qué tiene problemas materiales, por qué no le va bien con la pareja, por qué está estresado. Con tanto que sabemos, ¿por qué siempre estamos sufriendo? Porque no nos damos cuenta de nada. Creemos darnos cuenta, usamos la palabra “conciencia” de forma sobre actuada, pero por los hechos y nuestras vidas se nos reconoce. Hoy, más que nunca, el mundo está lleno de gente confundida por la información, por el creer saber ya que tienen datos: han visto Google y consultado a la Wikipedia. Antes nadie sabía de nada, ahora todo el mundo sabe de todo. Les hablas de meditación, de yoga, de veganismo, de eneagrama, de la cúrcuma… ¡y todos lo han visto internet! Y esta es la mayor ignorancia posible, el creer saber. Le dices algo al Discípulo y contesta: “Así es”. ¡Qué pena!, y ¡qué pérdida de tiempo! La mente saca conclusiones, los estúpidos aún son más rápidos que la mente. Un investigador, un científico, un verdadero sabio, un Iniciado, ¡jamás concluye nada! Toma en consideración, experimenta, prueba, vive y pone una y otra vez a su propia memoria en cuarentena. Sin prejuicios, sin saber. Volver a probar. Volver al misterio, a entrar en el bosque nuevo. Poca gente es suficientemente limpia para reconocer su ignorancia, y darse cuenta de “todo lo que no se dan cuenta”. Y no hay que verlo como un gran trabajo más “a realizar”, es decir, como una meta sino como un proceso que se da trabajando y viviendo momento a momento sabiendo por primera vez. La
humanidad
ha
avanzado
en
tecnología,
en
información, pero ¿qué pasa en la verdadera consciencia? ¿Sabemos qué
es
la
CONSCIENCIA?
TAI
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¿Para qué nos preparamos? Pues para despertar. O, mucho mejor dicho, para crear el ambiente y disponer el terreno para que el SER se haga consciente de Sí mismo en esta forma cambiante. Como egos no podemos hacer nada mejor. Reunimos salud, tranquilidad, bajar los niveles de estrés negativo, estudiar, estar abiertos a disciplinas que nos faciliten alcanzar el umbral donde un cambio cuántico pueda suceder. Y la naturaleza de esa transformación es muy interesante, porque el ego siempre busca, siempre anhela, siempre pide, siempre espera. Vas a un grupo, a un Ashram, a un Maestro. Y buscas y esperas algo. ¿Es lo normal, no? Aunque sea lograr un poco de paz, de buena energía, de luz, de entendimiento. Sí, es lo normal, por eso cuesta tanto que el verdadero cambio suceda. La actitud ha de ser otra: hay que ir a los grupos, a las escuelas, a los Ashram, o Dojo no a buscar sino a ofrecer. Lo mismo que en el gran Dojo que es la vida. Disponte a llevar tú la luz. "¿Yo? ¡Pobre de mí!” Pues sí. Así es el asunto. La gente va a una terapia y espera que le funcione, buscan recibir salud, y pagan por ello. Pero ahí se equivocan. Y por eso gastan tanto tiempo y dinero. ¡La salud no puede ser comprada! Debes ir dispuesto a pagar un precio mucho más alto que el dinero. Debes estar dispuesto a no engañarte, a dar de ti, a dejar de ignorar lo que no quieres ver. Estar dispuesto a trabajar, a curarte a ti mismo con la ayuda del guía, del terapeuta, del Maestro. Pero haz de hacerlo tú. La mente pequeña siempre se atasca en lo mismo. Dicen: “Yo pago. Quiero resultados”. Debes transformar todo esto. No puedes comprar la verdad. EN cambio, dar y pagar es el mayor de los privilegios. Así que el CAMINO se
abre
para el que paga
con
dinero
y
tiempo para servir. Hasta ahora siempre has pagado para que te sirvan, así
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funciona el mundo de abajo. En el de arriba, el cambio es radical. Pagar para ofrecer, pagar para servir, pagar para liberarte del propio ego, sus carencias o su victimismo. Cuando vayas al Cielo deberás llevar tu propia Luz. La LECCIÓN para este nuevo año cósmico es muy sencilla: ¡Tú pones la Luz! Así que no importa si el día está nublado. Si todo se presenta mal, ¡alégrate! Tú tienes la capacidad de expresar el verdadero poder al DAR. Hay un paciente que curó a su terapeuta, un Discípulo que enseñó a su Maestro, un hijo que protegió a su madre. Es necesario que descubras que la queja, el pedir o el esperar generan una distorsión. Encuentra en ti la capacidad de sobreponerte a todo. alora y descubre que servir, pagar, dar, ofrecer, aportar, colaborar y ayudar te dignifican. Entonces, este año la esperanza va dirigida a tu interior. A lo que eres capaz de sacar de ti mismo, tú capacidad de ser útil. De iluminar al mundo. De ser. De SER LIBERTAD. No nos preparamos para mañana, sino para hoy. “Preparación” es un ardid, un truco, porque se suele referir al futuro. Prepararse de verdad es actualizarte, devenir más consciente ahora. TAI
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CLAVE DEL MES:
FRASE DEL MES:
APRECIACIÓN
La verdadera apreciación implica darse cuenta de los detalles a la vez que reconocer
su
inmensa
valía.
PARA LEER: Punset, Elsa EL LIBRO DE LAS PEQUEÑAS REVOLUCIONES Edita: DESTINO, 2016 (En Papel y E-Book)
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PARA VER: Lo que de verdad importa (The Healer). (2.017) Dirigida y guionizada por Paco Arango, con música de Nathan Wang.
Mira dos veces para ver lo justo. No mires más que una vez para ver lo bello.
Aunque viajemos por todo el mundo para encontrar la belleza, debemos llevarla con nosotros para poder encontrarla.
HENRY F. AMIEL
EMERSON
Los monos son demasiado buenos para que el hombre pueda descender de ellos.
Por muy poderosa que se vea el arma de la belleza, desgraciada la mujer que sólo a este recurso debe el triunfo alcanzado sobre un hombre. SEVERO CATALINA
FRIEDRICH NIETZSCHE
La ciencia moderna aún no ha producido un medicamento tranquilizador tan eficaz como lo son unas pocas palabras bondadosas.
Cuando todos los días resultan iguales es porque el hombre ha dejado de percibir las cosas buenas que surgen en su vida cada vez que el sol cruza el cielo.
SIGMUND FREUD
Benevolencia no quiere decir tolerancia de lo ruin, o conformidad con lo inepto, sino voluntad de bien.
PAULO COELHO
ANTONIO MACHADO No puedes obligarte a ti mismo a sentir algo que no sientes, pero si puedes obligarte a hacer el bien, a pesar de lo que sientes. PEARL S. BUCK
El único símbolo de superioridad que conozco es la bondad. LUDWIG VAN BEETHOVEN
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De nuevo llegamos a la Primavera. Un nuevo ciclo que marca inicio de un nuevo año. Una nueva oportunidad para la conciencia y para la expansión de la luz. Todo adquiere una nueva dimensión en donde la magia del corazón se hace presente. Los colores fríos y grises se vuelven cálidos y luminosos, la naturaleza viva despierta de su letargo, resurge del periodo invernal para expresar su luz y belleza; todo cobra vida para que una vez más la unidad se manifieste desde la diversidad. Como se suele decir, en primavera la sangre se altera, y eso se debe a que el fuego del corazón es un torrente de luz, pasión y vida; es el movimiento dinámico que acelera el proceso del despertar y de la propia evolución a través de las experiencias que generan conciencia. El Yug-Do es un gran despertador que me conecta con la luz, la guía, el Maestro. Todo lo que en mí estaba contraído, contenido y resumido -al igual que la luz en la estación de Invierno- se activa y florece en una nueva conciencia que va más allá de la mente del ego. El espíritu de libertad que experimenta esa conciencia es el Ser en esencia, en donde no hay atavismos ni ceguera mental ni boicots, en donde no existe el doble juego, el autoengaño, no hay desanimo ni tributo a las adicciones y tendencias del ego y del deseo. Por el contrario, aparece una claridad y una certeza de que todo está conectado. También se presentan chispa, motivación y entusiasmo en SER, en formar parte de la solución, de la respuesta consciente y de la pregunta que genera la respuesta para celebrar el silencio que da lugar a la conciencia y de la regeneración. Y de todo aquello que, de forma anónima, conspira con este gran misterio que llamamos vida. El deber y el querer son, para mí, la clave esencial para el complimiento del propósito de mi alma, de mi DHARMA: contribuir desde mi corazón y mi espíritu a ser una luz, una antorcha para los demás. Siempre celebro esa unidad, ese espejo en donde me reconozco y que con humildad observo sin juicio y con amor.
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Ciclos cósmicos y microcósmicos que inician y terminan de acuerdo al cambio y al movimiento. Así también sucede con la vida y la muerte, el parpadeo de los ojos, la circulación de la sangre, etcétera. Hay infinidad de ejemplos a cada instante y simultáneamente en todos los órdenes de la vida: solo hace falta darme cuenta. En el ciclo anterior de la visita del Maestro a nuestro país fue en febrero de 2017, y fue completamente original y distinto con respecto al viaje de julio del año 2016. Hubo sueños logrados con alegría, disposición y entrega desde la guía del Maestro. Hoy iniciamos otro gran sueño: el nacimiento de un nuevo ciclo luminoso lleno de primavera y con todo renaciendo, renovando desde la luz. Siempre estamos atentos a las indicaciones y señales de los ciclos. Es un entrenamiento que venimos realizando poco a poco con la disciplina. En esta etapa de tres meses que dura la primavera se presenta la oportunidad de experimentarla astrológicamente con Aries, Tauro y Géminis. Sin dejar de ser primavera, simplemente viviendo conscientemente las palabras claves de estos signos: “Yo Soy” por Aries; “Yo quiero” por Tauro, y “Y yo pienso” por Géminis. La disciplina astrológica forma parte también de la observación en el Camino, tal como ocurre con la meditación y el yoga. Todo va dirigido hacia el darme cuenta, hacia el saber más y para servir más. Ser más. Entonces, este 21 de marzo y su punto vernal es el inicio del ciclo de crecimiento de la luz. Todo señala a prestar atención al momento más importante del año. En el Yug Do festejamos con alegría y naturalidad este acontecimiento único y todos unidos realizamos la gran luz. ¡¡Feliz año nuevo natural!! Este es un gran sueño que ya despierta. Un abrazo lleno de primavera.
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“Cada que un candidato se examina para cinturón, toda la escuela se examina”, es una frase que he escuchado por años. Hoy son las 4:30 am, y no me quiero levantar. Ilihutsy me pregunta cómo estoy, y solo puedo contestarle que me duelen las ruedas de los ojos. Cuando lo reflexiono, me doy cuenta que estoy demasiado dormida para decir eso; lo bueno es que ella me conoce muy bien, como para darse cuenta. Sin embargo, después de que tomo una ducha, me siento energizada y lista para el examen. Mientras caminamos al lugar donde se llevará a cabo la práctica y el examen, el maestro comenta que posiblemente no habrá la postura del árbol, por lo que solté una carcajada porque sé que lo habrá: puede variar todo lo demás, pero hasta ahora el árbol es el árbol. Y si, lo ha habido. Lo primero que hacemos después de abrir el examen es el árbol, y es entonces que comienza la alquimia. Me conecté con el recuerdo de todos los exámenes que he presenciado, los que he vivido, en los que he sudado, llorado o reído. Esta vez juré que no lloraría, pero después de que el maestro nos ha agarrado como si fuéramos piñatas, dándole a unos más golpes que a otros, después del “dale, dale, dale/ no pierdas el tino/ porque si lo pierdes/ pierdes el camino”, después de ver las garzas volar y sentirme liberada de un bloqueo del cual aún no soy consciente, las lágrimas aparecieron, los mocos fluyen. Quisiera limpiarme la nariz, pero ¡no bajaré los brazos¡ Quiero secarme las lágrimas, pero ¡no bajaré los brazos! Mis manos están entumidas por el frío, y aunque el calor poco a poco llega, el fuego interno recorre mi cuerpo. Logro tranquilizarme después de la avalancha emocional, siento el viento, veo el cielo azul y las nubes aborregadas. Escucho el sonido de varias aves y reconozco al pájaro carpintero. Recuerdo que tengo el bambú en las manos, observo a mis compañeros, contemplo sus rostros, y la posición de su cuerpo. Hay momentos de completo silencio y otros en los que reímos, liberando así la energía, dejando atrás los bloqueos. Sé que cada uno trae algo que va dejando a nivel emocional, mental, físico y energético. Incluso el que se ve más sereno y calladito, como Serafín. De él espero que en algún momento dirá “¡sonrían!”, y yo pensaré, “ahora no me siento con ánimos”, hasta que esbozo una ligera sonrisa por pensar eso. Ahora comprendo cuando el maestro dice que dejemos la piel, y es así, nos desprendemos de ella. Dejamos los capullos, nos quemamos por dentro, nos desprendemos de algo que ya no necesitamos para poder renovarnos y seguir creciendo; sacamos las alas y podemos emprender un vuelo diferente. Sí, después de una hora de árbol, hay una transformación, “¡canela pura!” como dice mi estimado Serafín. ¡Bendito Árbol! Al
final nos
damos
cuenta que si tú puedes yo puedo, y si yo puedo tú
puedes.
podemos,
Y
todos
porque
tú
eres yo y yo soy tú, porque
todos
somos
uno y somos un equipo. ¡Gracias,
hermanos,
gracias, maestro, por esta oportunidad!
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nueva
Serie de movimientos de Yug Do con base en los Arcanos Mayores del Tarot. Equinoccio de Invierno 2017 1.
El Mago: pon atención a la solución. Construye.
2.
La Sacerdotisa: haz memoria. Recuérdate a ti mismo.
3.
La Emperatriz: crea. Da una respuesta creativa.
4.
El Emperador: reflexiona. Todo eres tú mismo.
5.
El Hierofante: conecta. Sé feliz siendo útil.
6.
Los Enamorados: ama. Reconócete en todo.
7.
El carro: suelta. Recuerda que menos, es más.
8.
La fuerza: si puedes. Mejórate.
9.
El Ermitaño: sé lux. Ábrete a la luz.
10. La Fortuna: hoy es tu mejor día. Eres paz. 11. La Justicia: ve la normalidad. Todo es único y singular. 12. El Colgado: sueña. Despierta y crea tu sueño. 13. La Muerte: ríe. La vida pasa. 14. La Templanza: protege. Eres el Ángel guardián. 15. El Diablo: estás en la interdependencia. Sírvete sirviendo. 16. La Torre: determina. Actívate desde el silencio. 17. La Estrella: sé tú mismo. Vive el amor incondicional. 18. La Luna: atrae. Detén la sugestión y superstición. 19. El Sol: ilumina. Déjate ser, simplemente. 20. El Juicio: percibe tus ciclos. Ábrete a la confianza. 21. El Mundo: sé feliz en año nuevo y primavera. Ábrete a lo extraordinario. 22. El Loco: prepárate para dar. Ofrece desde el interior. ¡Ten un feliz renacimiento! Interpretación de los mensajes del Equinoccio de Invierno del año 2017 De nuestro estimado Maestro Antonio Iborra Montells. ¡Gracias de parte de todos, maestro!
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Carlota era una amante de los mapas. Ver en un pedazo de papel dibujado el mundo y miles de pequeñas poblaciones contenidas en distribuciones de tierra que llamaban países, le resultaba fascinante. Podía pasar horas mirando las cordilleras, las llamadas fronteras, los mares e islas recónditas que apenas se dibujaban en los mapas. En pocas palabras: le gustaba el mundo; pero todavía más que eso, disfrutaba con la sola idea de imaginar explorarlo y fantaseaba con cómo sería caminar por Bangladesh, cruzar el Amazonas, nadar en ríos exóticos, bailar con música jamás escuchada por sus oídos y, por supuesto, probar todo tipo de platillos raros. La idea de lo “diferente” le parecía fascinante; supongo que por ello se aburría con mucha facilidad. Otras veces sentía que no había nada que el mundo, con toda su variedad de sabores y razas, fuera digno de explorarse, ya que al final de cuentas y más allá de las diferencias culturales solo se trataba de una misma especie: la humana. Era entonces cuando se cansaba del mundo y prefería mirar el cielo. Desde niña le fascinaba acostarse en el jardín a mirar la inmensidad del cielo, las formas de las nubes, los azules y, todavía más que cualquier cosa, las estrellas. Sus pequeños ojos, incapaces de cubrir todo el firmamento, sentían perderse en un viaje sin fin. “En el cielo no hay humanos”, pensaba, y se concentraba en las estrellas, los planetas y en ese espacio negro entre cada una de ellas que, con entusiasmo, llamaba vacío. A diferencia del mundo, nunca sintió ganas de descubrir el cielo. Con tan solo mirarlo experimentaba una sensación de pertenencia a esa gran inmensidad, a veces después de pasar horas viendo el cielo imaginaba cómo sería un mapa del universo. “No hay rutas ni caminos, tampoco fronteras”, expresaba, y aunque sabía que había intentos de cálculos aproximados de nuestra galaxia, también sabía que solo era una entre millones. Saber que jamás podría observar un mapa del universo le daba tranquilidad, como si hubiera un espacio que jamás podrá ser tocado por el hombre. Al hacerse mayor, Carlota conservó su interés por los mapas, convirtiéndose en un gusto que refinó con los años, y se volvió una coleccionista de mapas antiguos. Su pasión por el Universo también se mantenía, solo que ésta seguía tan genuina como la de aquella niña y, al igual que entonces, por las noches salía de su casa para mirar el cielo. A veces se sentía desesperada por el pequeño diámetro de sus ojos, como si al hacerse más grandes pudieran abarcar más pedazos de cielo, otras veces se perdía de tal forma que se olvidaba que tenía cuerpo y experimentaba una sensación absoluta agradeciendo
de
libertad,
profundamente
porque en el universo no hay mapas.
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TENERIFE, Del 30 de marzo al 5 de abril
Talleres de Yoga, Yug-do, Acupuntura, Reflexoterapia y terapias personales. Contacto 606981118.
BARCELONA
7 y 8 de abril, terapias personales.
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MURCIA
¡Convivencia de Semana Santa del 13 al 16 de abril… Yug-do, Yoga, paseos, disfrute en vivo!
ECUADOR
Preparando ya el Gran Encuentro con el Formador Antonio Iborra del 18 al 29 de mayo, con viaje a la selva amazónica incluido, cursos de sanación, disciplinas, terapias etc… ¡No te lo pierdas!!
ARGENTINA
Continúan las clases en Misiones (Posadas) con Graciela Leiva
MÉXICO
Siguen las disciplinas y practicas regulares de YUG-DO en Ciudad de México, Morelia, Acapulco, etc.
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