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Con éste número te invito a prepararte para un salto cuántico en la evolución. El 22 de junio se abre el gran portal del Solsticio de verano. Es un momento cósmico de gran trascendencia: el momento de máxima luz solar y diurna en el hemisferio norte, la Navidad en el hemisferio sur. En el sur del planeta, a partir de ese día, la luz empezará a crecer, así que, en esas latitudes, el 22 de junio se celebra el nacimiento de la Luz, el Cristal nuevo. Es la nueva expansión. En el norte, celebramos la Luz Máxima. Cuanta más luz, más claridad y, por lo tanto, es momento de darse cuenta sobre el ritmo y dirección de nuestros pasos. ¿Estoy en la ruta adecuada? ¿En los tiempos previstos? Cuando iniciamos el año teníamos enfoque, propósitos y sueños a cumplir. Ahora, a mitad de camino, paramos un momento para revisar. Todo está en la luz, por eso, desde antiguo los sabios han estudiado al sol, sus ciclos y movimientos. Cuando no hay luz no vemos nada, ni sabemos cómo ubicarnos, ni por dónde ir. La luz no solo nos muestra cómo está todo conectado, sino, y esto es lo más importante, la Luz ¡lo conecta todo! Todas las formas y manifestaciones de la energía son luz. El CHI, el Prana, el Ki, el Elan Vital, el Pneuma son LUZ. Los sistemas nervioso y endocrino funcionan con luz. La máxima posibilidad del ser humano es alcanzar la Iluminación.
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Y eso significa reflejar la gran Luz en un cuerpo humano temporal. La sabiduría es Luz. Cada día tenemos la oportunidad de sintonizarnos con el Sol. Cuando estoy donde tengo que estar, haciendo lo que tengo que hacer, es cuando reflejo mejor la gran luz celeste. Cuando no lo tengo claro, cuando tengo dudas, miedos e inseguridades no reflejo la luz. Hay actos, pensamientos y sentimientos que apagan la propia luz inherente. Mientras que hay actos y presencia que reflejan la luz que conecta todas las cosas. Una buena lámpara no da luz si no está conectada. En este mes, desde el día uno, día del Gran Mago de la Luz, te ofreceré claves vivientes para descubrir y actualizar tu conexión con la Fuente. Así día a día, arquetipo a arquetipo, descubriremos la trama sin tejedor. El hilo conductor de todas las cosas. Te invito a dedicar este mes de tu vida a observar la conexión de todo con Todo mediante la energía luminosa. La Gran Fuente, el Yug, se hace disponible a cada uno mediante el DO, la vivencia despierta del Sendero. Así YUG-DO representa la meta y el camino al mismo tiempo. Es decir, esto será una invitación o una toma de consciencia a moverte hacia la inmovilidad, de caminar hacia AQUÍ, de llegar al AHORA. Y ¿cómo puedes alcanzar el aquí y el ahora? Simplemente no puedes porque no puedes llegar a ser lo que ya eres. El aquí no puede ser alcanzado, ya es presente. El ahora no puede lograrse, nunca se ha movido de sitio. No te falta nada, no te sobra nada. Entonces, Luz es soltar el esfuerzo inútil, abandonar la ilusión, y recordar la paz que eres. ¡Feliz mes de junio!
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El Guerrero a veces siente el cansancio de los siglos. Como si los infinitos caminos y las miles de cargas todas estuvieran gravadas en su cuerpo... A veces ya no quiere caminar, ni siquiera estarse quieto... A ratos le gustaría dormirse en el sueño más largo y, en otros, seguir explorando las estrellas. El desaliento es bien conocido, la falta de aliento, de aire, de vida, en las interminables cuestas del Sendero. Ya no sabe si no puede o si no quiere o, quizás, ambas cosas... Esta más que cansado, más que harto, su dolor ya no se puede localizar en una sola articulación. Dolor significa todo... A veces quisiera ser conformista, tirar todas las toallas, soltar las armas, limitarse al tedio y la rutina ciega. Quisiera ser ignorante y solo beber el vino del olvido... Quisiera no haber amado para no sentir la soledad. Le gustaría entregar su mente al río, para ser una piedra en la cantera... El Guerrero sabe que ha pasado por éste, y por mil estados parecidos. Y que todos pasan... Sabe de la voz que le insta a levantarse de nuevo y seguir caminando, ¡adelante! ¡Adelante! Siempre adelante. Hacia la luz infinita, la que nunca se alcanza. El Guerrero es humano, sus armaduras se han oxidado un millón de veces, las ha pulido otras tantas, se las ha quitado y se las ha puesto... Ha comprendido que ya hace largo tiempo que cruzó el desfiladero de la vuelta atrás... No hay opción de retorno, ni tampoco la quiere... Cuando se asoma al valle, solo ve hormigas que, poco a poco, van despertando y tomando el mismo camino del ascenso. Ellas también cruzarán el desfiladero. Solo adelante. Lo sabe, pero adelante es ahora muy cansado, quizás ha envejecido, las rodillas y las piernas parecen ser más frágiles, a lo mejor solo está enfermo. Ha visto, y recuerda, como las fuerzas acaban por volver... El aliento regresa, el ánimo empuja de nuevo, la ilusión enciende la mirada... Lo sabe, pero ahora mismo, solo ve la cuesta interminable, donde cada paso parece darse a cámara lenta, contra el viento de las resistencias. Sabe que no hay opción, vivirá hasta que muera, dormirá hasta que despierte, camina o revienta... Y camina... Sí, camina, porque no revienta y porque
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un pino siempre será un pino, una nube, una nube, y un Guerrero... Tampoco tiene opción... La existencia es una cárcel y la libertad, solo aceptación. Sabe que “aunque la mona se vista de seda, mona se queda” ... Y así son las opciones y los cambios que se pueden hacer. Meros disfraces. Lo de adentro es intocable... Puedes subir alegre, cantando, maldiciendo, sufriendo, positivo o negativo. Pero subirás. Y el misterio es que no lo harás tú, sino la vida en ti. Así que libertad, la única libertad, es aceptar. Por eso el Guerrero es aquello en ti, en uno mismo, que comprende, que lucha sin luchar, que vence sin ganar. Los ánimos vienen, se van, oscilan. La juventud, la vejez, el cansancio, la energía, la enfermedad, la salud, la gente, los amados, los odiados, todo aparece y desaparece. Y sigues adelante con lo que tienes, con lo que hay, a veces agradecido, a veces quejándote, a veces alegre, otras, triste. Ya has olvidado los grandes mensajes, las perlas de Sabiduría, las claves secretas. Esta el Camino y tú, y se sigue, sin un porqué, sin un para qué. Porque el aprendizaje, la lección y la comprensión florecen y se marchitan, pero la ruta sigue y aunque descanses, luego seguirás, porque la vida en ti es simplemente imparable. La vida en ti no tiene edad, pero si la memoria de los siglos. Al final, después de mil vueltas a tu habitación, sales de nuevo al Camino. Y el final siempre es el principio. Las lecciones que no has aprendido se repiten, y las que sí aprendiste se perfeccionan. Te puedes cansar de dar siempre vueltas a lo mismo, pero un día te das cuenta que jamás has repetido una sola vuelta. Todas fueron distintas. Vuelven las primaveras, pero nunca son iguales; vuelven los amores, pero nunca como los de antes. Así pasa con el desánimo, también es distinto esta vez, también pasará esta vez. Aunque no quieras soltarlo se irá. Todo se va. Y lo que llega siempre es nuevo, aunque a veces te parezca tan viejo como el mundo. Así que, paso a paso, el Guerrero sigue y sigue, sin opción, descansa y descansa, sin opción, ríe y ríe, llora y llora. Y con cada paso abraza nuevos horizontes. Inspira aire fresco, expira aire caliente. Y en silencio CAMINA, porque al final, como al principio, todo, absolutamente todo es CAMINO. TAI
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Una foto refleja un instante irrepetible. La vida es un conjunto de situaciones únicas pero que pocas veces sabemos apreciar; esto es debido a que la mente pasa de una cosa a la otra y en su devenir crea el tiempo. Cuando la mente está angustiada el tiempo se le hace muy largo, en cambio cuando la mente está disfrutando, siente que se le escapa. En la meditación ocurre que la "película" mental se va deteniendo hasta apreciar fotograma a fotograma. Es decir, un film no es más que un conjunto de imágenes entrelazadas y secuenciales que pasan a cierta velocidad y es, justamente, la rapidez del movimiento lo que hace que no podamos descubrir que todo está formado por imágenes únicas. Cada foto, cada imagen y cada momento vivido con plenitud, con presencia completa, es un PORTAL, una puerta que nos puede conectar con la "no dimensión" atemporal. Es decir, con lo que está más allá del tiempo y la mente, el Ser Esencial. De este modo, el arte en sus diferentes manifestaciones nos conduce a la foto del momento: detiene la secuencia del mental y nos permite saborear un atisbo del Ser Infinito. Cada foto que surge de la meditación expresa con el juego de la Luz aquello que está más allá de los sentidos, y que nos deja una sensación, no sólo agradable, sino incluso una invitación a la trascendencia, a permanecer en Silencio. Una foto, como un cuadro, o una pieza de música nos pueden conducir a un estado propicio, lo mismo que una Ásana de Yoga o una Danza Derviche. El punto donde la Unidad y la diversidad se encuentran, el puente que contacta la No Dimensión del Ser, con los estados y cambios de la forma manifiesta. Naturalmente que lo que el arte puede proporcionar, lo mismo que cualquier técnica mística o espiritual es solo una oportunidad. El que esa oportunidad sea tomada y el puente cruzando depende de la maduración del Ser en cada una de sus propias manifestaciones. Así se ha dicho que el Ser duerme en el mineral, se organiza como vida en el vegetal, se mueve en el animal y empieza a tomar consciencia de sí mismo en el humano. Cada instante es una foto, lo invisible es insinuado por lo visible. La apreciación permite dar los primeros pasos, concederse la oportunidad de ESCUCHAR y permanecer en el aroma del SILENCIO. Cada vez que seas invitado por la belleza, la bondad o la verdad, puedes reconocer el Camino y pasar a otra cosa. O quedarte un poco más ahí, profundizando hasta que el tiempo se transforme en NO TIEMPO. Y el Ser se despierte en ti.
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Para tomar una buena instantánea, una vez elegido el motivo, la luz es esencial, porque el arte de la fotografía es la capacidad de reflejar la luz correctamente. Y esa luz, y su juego de sombras, el enfoque y desenfoque, dan la textura y expresan el mensaje que ofrece la imagen. Considera que tú eres también como esa foto maravillosa y artística, todo depende de cómo reflejes la luz. En este caso, "luz" es la expresión de tu paz y bienestar, y para ello es preciso darte a ti mismo el trato más adecuado y correcto. Hay un terreno sobre el que habitan tus emociones, pensamientos y sensaciones, y donde se despliega la vivencia de cada momento. Ese terreno, esa base, es el estado mental o humor esencial, "humor" entendido como substancia o vibración elemental. Sobre él se despliegan los estados de ánimo, energía, pensamientos, emociones, y sensaciones. El "terreno" ha de ser cuidado y mantenido en ese nivel de equilibrio que, a menudo, llamamos paz, contentamiento o tranquilidad. Es la base del verdadero bienestar. Eso no tiene nada que ver con tener más o menos cosas; es, más bien, el modo en cómo vivimos lo que tenemos o lo que no tenemos. Los yoguis de antaño llamaron a ese terreno básico "el campo", y en el Bhagavad Gita, uno de los textos más afamados de Yoga, se habla del Yoga del Campo y del Conocedor del Campo. El Conocedor del Campo es la Consciencia despierta, es decir que tú no eres esa amalgama de ideas, sensaciones, emociones o identificaciones, sino más bien el Origen de la Paz. La Consciencia Despierta, que en realidad eres, es la cuidadora del Campo, el Conocedor del Campo. Y como conocedor y cuidador debes mantener el Campo en el estado de limpieza y equilibrio que reconocemos como armonía, paz o calma. En lo más profundo de cada ser humano, todos anhelamos el verdadero bienestar porque estar bien es la consecuencia directa de que el Ser que eres ilumine tu presente. El recuerdo del Ser, o la Consciencia Despierta que eres, debe cuidar al CAMPO. Y ese cuidado real es la esencia del verdadero Yoga. Todo pensamiento, acto, sentimiento o situación que altere o no vaya en consonancia con la paz y la tranquilidad esencial debe ser desechado o transformado. Todo descansa, pues, en el control y conciencia sobre la afectación.
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Lo que me afecta de un modo u otro tiñe o contamina el Campo y debe ser trascendido. Y es bueno considerar la palabra "trascender", porque no niega nada, sino que te invita a pasar a través de ello, pero no detenerte: ir más lejos. Cuando detectas una idea, pensamiento o sensación que te produce tensión o desagrado, que de algún modo te inquieta, puedes mirar más lejos, sin negar nada, pero apuntando en la dirección adecuada. Es decir: ¿este objeto en la consciencia es congruente con la paz, tranquilidad, serenidad y bienestar? En el caso de que no, escucho su mensaje y apunto directamente a lo que de verdad quiero, es decir, la paz y la armonía; no presto más atención a la perturbación. En cambio, presto plena atención a la respiración y a la tranquilidad... Un día, con la práctica, te das cuenta de que eso no es tan difícil, porque la paz, la tranquilidad y la calma son tu propia naturaleza esencial, así que no tienes que alcanzarlos, ni lograrlos ni conseguirlos, basta con que los contactes y los reconozcas como el Sí mismo que estás siempre buscando. Entonces todo volverá a fluir con naturalidad. Volvamos a la metáfora de la fotografía. Un motivo, la luz o el fondo. El motivo es la conexión de la diversidad con la unidad, no como realización, sino como consciencia, ya que nada está realmente separado. Así que el verdadero motivo es hacerse más consciente. Integrarte en la totalidad es el objetivo. El fondo, que es tan trascendental para realzar una imagen, es el estado de paz, armonía, tranquilidad, calma. Y la luz, la Luz lo es ¡todo! Ella es cuando esta forma humana encuentra su ubicación de servicio. La Luz reflejada es la energía de la conexión, y se hace evidente cuando se manifiesta el sentimiento de ubicación y utilidad a la vida. Ya que eres tu mejor fotografía, cuida el enfoque y hazte más consciente. Observa el fondo, cuida la paz y la tranquilidad y, sobre todo, refleja la Luz. La observación de cada momento, de cada foto de tu vida, es exactamente comprender que permitir que la Consciencia despierte en ti es vigilar el fondo (paz, tranquilidad, sosiego), y reflejar la Luz. Sentir que vives con pleno sentido, que estás donde tienes que estar dispuesto a hacer lo que tienes que hacer. Y no hace falta que tu intelecto lo entienda todo. Ni que estés continuamente activo o ayudando a todo el mundo. Basta con la disposición y con estar disponible. Entonces en ese fondo relajado y tranquilo puedes esperar y, cuando la vida te invite a actuar, pasa el impulso por tu corazón, que es el conector con la totalidad. Desde ahí sabrás, momento a momento, cuál es la respuesta coherente, aquella que refleja mejor la luz. Tú, que eres la mejor foto, ¡ya está lista! TAI
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A veces hay que decir: ¡Basta! A veces, incluso hay que dar un puñetazo en la mesa, o en ocasiones toca indignarse. Sin embargo, no hagas de esto una actitud. El "no" tan normal y común, no es malo porque establece límites, defiende. Pero no vivas a la defensiva. Apuesta por la luz, alumbra, enfoca, céntrate y presta atención a lo que es correcto. Apoya y aplaude todo acto luminoso, sea de quien sea. Pero cuando no estés a favor de algo procura reflexionar sobre la tolerancia, el respeto, la flexibilidad y la diferencia. Son muchas las ocasiones en las que no necesitamos estar en contra. Basta con apoyar otra cosa, y permitir que otros hagan sus elecciones. Nuestro "centro de opinión", que es un mecanismo del ego, tiende a afirmarse a sí mismo negando a los demás. A menudo nos volvemos violentos defendiendo opiniones, creencias y supuestos valores. Quizás nos sentimos seguros de nosotros mismos, defendiendo e, incluso, imponiendo nuestras opiniones como si fueran la "única verdad". El Bambú es flexible, se puede doblar, se mece con el viento, se adapta, pero no es débil en absoluto, su gran fuerza está en su profunda raíz. De este modo, cuando te das cuenta que tus raíces son la unidad no necesitas convencer a nadie, ni volverte un defensor de causas perdidas. En silencio sabes que hay un plan perfecto y que una justicia perfecta gobierna el mundo. Nada es por casualidad "bueno" o "malo". ¿Quién sabe? Tú eres el Infinito, pero estás aprendiendo a despertar a tu ser desde una forma temporal y cambiante, lo que se traduce en que no has nacido para salvar al mundo. Solo tienes que salvar y hacer despertar a una sola persona. Si sabes mantener tu ambiente interior en equilibrio y armonía, eso será un gran regalo para el mundo. Mientras todo el mundo quiere cambiar a los demás, el sabio se cambia a sí mismo. TAI
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Lago Agrio, Ecuador, a jueves 25 de mayo de 2017. Tras cuatro días en que estuvimos completamente desconectados al estar en el corazón de la selva primaria, aprovecho que tengo un tiempo en el aeropuerto para transmitirles algunas vivencias... Desconectados significa que, cruzando el puente del Río Cuyabeno, se acabó Internet e incluso la electricidad, en días sucesivos, solo pudimos tener de 18 a 22 horas gracias a una planta acumulativa eléctrica. Cuando llegamos al lugar de partida nuestro guía Luis, mitad siona, mitad quechua, nos recibió con afecto y don de gentes, y con una risa -más bien con forma de reír- que le es muy característico ya que parece un cacareo artificioso y divertido. Luis es, a parte de guía profesional, un hombre atento y versado en biología amazónica, y diría ¡un apasionado por la selva! Eso permitió que en estos maravillosos días nos mostrara cada detalle de este increíble laberinto verde. Cuando uno llega al aeropuerto de Lago Agrio, entras de golpe en un mundo caluroso y húmedo, huele un poco a fruta descompuesta y perfumes de madera mojada. Lo que se ve nunca es “bonito”, porque en estos lugares la colonización nunca suele ofrecer lo mejor de cada mundo. Aún y así, todo ha mejorado en los últimos años para que el turismo, que es la principal fuente de riqueza de estos lugares, se lleve una buena impresión. Así que nuestro grupo de doce guerreros es conducido, junto a otros varios, hacia el Puente del Cuyabeno. El trayecto dura dos horas en bus, en el cual se muestran zonas robadas a la selva, casas de madera, pastizales, ganado y bosques secundarios. Hay puestos de abarrotes, que son tienditas que pueden ofrecer al viajero algunas pocas cosas como agua, galletas, bananas, refrescos o linternas. Allí es cuando el guía nos advierte: “es la última oportunidad para comprar algo… De aquí en adelante la selva ha de proveer”. Llegamos al puente, y mientras algunos operarios cargan maletas y pertenencias en una canoa, también nos invitan a sentarnos a comer. Observo que tapan bien el equipaje con plásticos, lo cual fue adecuado porque media hora después llovió. Está prevista la comida vegetariana para unos, vegana para mí, y de carnes y pescado para otros. Es decir, hay para todos los gustos, tendencias y conciencia. Los vecinos cada vez están más acostumbrados a turistas europeos que solicitan comida vegetariana, lo cual hace veinte años ni se contemplaba. La comida no es gran cosa: arroz, verduras, plátano frito y una legumbre, pero eso sí, es más que aceptable. Antes de adentrarnos en la selva, en un viaje de dos o tres horas en canoa a motor, Luis nos reúne para
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darnos la bienvenida y explicarnos las características del tour. Se extiende bastante, pero es que está lloviendo fuerte y espera que amaine un poco. Escucho los típicos y tópicos consejos selváticos, nada nuevos para mí, pero nos ilustra un poco en las características de la región que vamos a visitar. La mayoría, si no es que todos los Lodges que operan por aquí son gestionados por los pueblos indígenas, con más o menos mestizaje. Hay varias etnias, y por eso nuestro Lodge toma el nombre de una de ellas: los Sionas, de los que apenas subsisten unas trescientas personas. También están los secuoyas, los quechuas y tantos otros. La pureza cultural está prácticamente perdida y hoy se tiende a un mestizaje ineludible. La modernidad del siglo XXI es imparable y llena de contradicciones y posibilidades... Así que por un lado se acusa a las petroleras, pero sin petróleo tampoco funcionaria nuestra canoa y tendríamos que ir remando. Y los smartphone y otras delicias son bien conocidos y usados por todos. Por fin afloja la lluvia y podemos montarnos en la canoa e iniciar la aventura. En realidad, la lluvia estará presente en todo el viaje, de forma intermitente, lo mismo que en cada día con sus más y sus menos. Agua vamos a tener todo el tiempo. Por eso nos proveen de ponchos de lluvia y botas para caminar por la selva, que en estos parajes es mucho más útil que los teléfonos o GPS. Entre la lluvia y la bruma, Luis nos muestra un Putu, un chotacabras del tamaño de un búho que se queda quieto y camuflado como una rama rota. Nos explica que hay ornitólogos que viene aquí y se pasan un mes buscando a esta ave tan rara, una joya viviente, y que muchos se van sin haberla visto. Por mucho que intento no consigo hacerle una foto. El tiempo oscuro, la lluvia, la humedad, el movimiento de la canoa, el poncho de agua y el chaleco salvavidas son tan engorrosos que me frustran cualquier intento. Por otra parte, los aparatos eléctricos como la cámara que uso son demasiado sensibles a la humedad y al agua. Así que temo que en cualquier momento me puedo quedar sin equipo. Tras la joya ornitológica seguimos avanzando hacia el corazón de las tinieblas, tal como reflejó sabiamente Joseph Conrad. Este es un mundo tupido, impenetrable, enmarañado, un infierno verde para los exploradores de antaño. Y encima gris, húmedo y lúgubre. Cuando aparece el primer rayo de sol se nos abre un mundo, y hasta el humor cambia. Aquí y allá, Luis nos va explicando cada especie, parando en cada recodo. La anhinga, ave serpiente de cuello larguísimo, los extraños y prehistóricos Hoatzin, o pava hedionda, cuya principal defensa es usar un olor horrible o, quizás, simplemente no usa desodorante, lo cual le sirve tanto que casi nadie quiere comérselo. "Comer o ser comido", repite siempre el guía, es la ley de la selva. Aunque con ayuda de Luis vamos descubriendo todo un mundo oculto, la verdad de la
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selva es que de lo que más hay es de "nada". Hay vegetales, una inmensa diversidad de árboles por hectárea, plantas de todo tipo, hepifitas, parásitas, palmeras, helechos, inmensas ceibas, dipterocarpaceas, infinidad de árboles adaptados a vivir siempre en el agua, siempre inundados, jardines flotantes laberínticos y orquídeas salvajes. También hay insectos y sonidos abrumadores. Pero animales, lo que se dice ver animales, cada varios kilómetros vimos un pajarito o una bella mariposa morfo (tamaño gigante y de color azul metálico). En realidad poco, poco se ve y, eso sí, mucho se oye... Luis nos cuenta que su padre le enseñó que para observar animales primero hay que saber escucharlos. Cuando llegamos al Lodge, apareció ¡un gran caimán de anteojos! ¡Qué buen recibimiento! Éste vive con otros secuaces y su familia por los alrededores del campamento, y ¡hasta tiene nombre! ¡Pancho! Es difícil resumir estos días selváticos porque quedamos tan absortos con salidas nocturnas, a pie o en canoa; tuvimos caminatas por senderos de barro, de día y de noche, que al final quedamos inmersos en un sueño selvático. Nos despertábamos por la mañana, entrenábamos con disciplina Yug-Do, luego realizábamos los paseos de observación, hacíamos Yoga al medio día. Después teníamos más caminatas. Hubo comida vegetariana y vegana; todo fue correcto... Hubo naturaleza pura, ancestral, nueva, viva. Una tarde nos topamos con una anaconda, la reina del mundo del agua y la tierra. La atrapamos para verla bien y estudiarla, en este caso era un macho de dos metros y medio, ¡era bellísima e imponente! Llegan a alcanzar hasta siete y ocho metros. Es un verdadero reptil gigante. Hay tres súper depredadores en estos bosques, el águila Harpia o monera, el jaguar y la anaconda. Los tres están arriba en la cadena alimentaria. Luis ha visto tres veces al jaguar en toda su vida. Están, pero es muy difícil verlos. Cubren territorios muy grandes, trepan a los árboles, nadan muy bien y se lo pueden comer casi todo. Entre los felinos están también los ocelotes, llamados tigrillos. Luis nos muestra una foto que le hizo a uno hace dos años, frente al río. ¡Hermoso! Pero así mismo es difícil de ver, tanto como el jaguarundi o gato nutria, o el margay, que es el más pequeño de todos, a penas del tamaño de un gato doméstico mediano. Hoy nos sumergimos en un mundo mágico de árboles inundados, bromelias, hepifitas, lianas y vimos golondrinas blanquinegras, una garza tigre preciosa,
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o el martín pescador. Y en la tarde disfrutamos del mejor atardecer del mundo, nos bañamos en la Laguna junto a los inias, los delfines rosados. Estos son animales maravillosos y míticos llenos de leyendas, con un hocico alargado y un cráneo abultado, extraños y majestuosos animales. Una noche, gozamos de observar arañas de todo tipo, incluso la araña escorpión de aspecto espeluznante que, en realidad, no es ni araña ni escorpio, sino un insecto camuflado. Es inofensivo, pero de aspecto terrible. En la canoa pasamos junto a las boas de la selva, las cuales estaban colgadas entre lianas y con un aspecto amenazador. Cuando te internas en la profundidad de la selva y te quedas completamente quieto y en silencio, la quietud de repente cobra vida. Hileras de hormigas cortadoras de hojas, escarabajos escarlatas, lagartos que parecen hojas (anolis) o ranas toro que graznan tan fuerte como patos. Rugidos que no son de depredadores sino del más grande de los simios del nuevo mundo: los monos aulladores. Cuyabeno significa en lenguas vernáculas “hojarasca”, pues todo este mundo es puro abono, campos de hojas caídas, huele a madera en putrefacción, pero también a tonos suaves de flores variadas. Existen incluso hojas que huelen exactamente a ajo. En las noches, tras la cena y el paseo nocturno, ya dispuestos a dormir en nuestras cabañas surgía una sinfonía de insectos, ranas y miles de seres de la noche que nos arrullan. Al principio cuesta dormir en algo tan vivo como la selva. Cuando se apaga la luz de la última linterna, es como si las tenues paredes de madera se disolvieran y te quedaras flotando en la inmensa selva. Es algo alucinante, y ¡sin tomar droga ninguna! Un día y de repente, Luis paró la balsa y nos mostró a los maestros del camuflaje. En un tronco estaban seis murciélagos narigudos, quienes confían en pasar desapercibidos. Nunca había visto algo así a la luz del día. Sin cuevas, en un simple tronco, camuflados. Luis nos cuenta sobre biología y costumbres de cada ser de la selva. Un hongo, el cordiceps, que se apodera de la mente de las hormigas y las usa para sus fines. Insectos, plantas, árboles, aves y mamíferos, todos mantienen el equilibrio de la selva. Aquí y allá veo árboles y hojas enfermas de parásitos, pero en su conjunto la selva es completamente sana y equilibrada. Hoy vimos tucanes a lo lejos. Y tuvimos un espectáculo con tres de las diez especies de monos que habitan aquí. Primero fue una familia de capuchinos, los monos más inteligentes de la selva; luego un grupo numeroso de monos ardilla, o saimiri, preciosos y sociables, lo cual me recordó que en mi juventud crié a un ejemplar de esta especie, y fue maravilloso. Y más allá, el tercero: el extraño mono monje, o saki de cara blanca, que es el más
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vegetariano de todos, monógamo y de carácter discreto, parece un ermitaño de los árboles con su manto gris y lanudo. Otro día también vimos al choringo o mono barrigudo, parecido al mono araña. Cada día, cada tarde, cada noche en la selva es un espectáculo, y practicar yoga aquí es como tener un amplificador a tu alrededor. Hay pura belleza. Al menos una vez en la vida tendríamos que conocer la selva primaria. Es algo transformador. En un árbol aparece uno de los animales más extraños de la jungla, una rata de corona dorada. Es de las últimas especies descubiertas, y de cuya biología apenas se conoce nada. Lástima que no se dejó fotografiar, porque se metió en su nido de pájaro carpintero. Otra noche, una ratita del bambú, sujeta y colgando de una rama, se nos quedó mirando. Parecía un verdadero duende de los bosques. Ella confiaba en la inmovilidad para no ser descubierta, eso y las linternas que la deslumbraban, nos permitió tenerla a un palmo de nosotros y aún así ni se movió. Los gallinazos son de la familia del cóndor y son los basureros de la jungla. Los hay en abundancia y, aunque son inofensivos, su aspecto de enterrador es inquietante y solemne porque siempre visten de luto. Sapos, ranitas, anolis, lagartos y otros animalillos de camuflaje había entre la hojarasca y los árboles. De continuo tienes la sensación de ser observado por miles de ojos. En esta experiencia basta con decir que fuimos doce excelentes compañeros. No voy a comentar nombres ni nada personal porque pienso que, en sí misma, esta vivencia ha sido profundamente transpersonal. Los protagonistas han sido los caimanes, las anacondas, los monos, los gavilanes, los elanios de cabeza gris, los tucanes y toda una intrincada comunidad de seres viviendo la diversidad en perfecta unidad. Yug, UNO. Do, DIVERSO. Universo viviente, donde el aprendizaje se expresa en aprender a vivir en perfecta armonía. Luis, el guía, nos regaló la siguiente historia que les comparto: "Un día se desató un terrible incendio en la selva, el fuego lo devoraba todo. Los animales huían en desbandada corriendo, volando, nadando, arrastrándose. Todos, menos el colibrí que, con su pico minúsculo, tomaba gotas de agua y las lanzaba al fuego. Un saino –el jabalí salvaje- se le quedó mirando asombrado y le dijo: <¡Qué tontería!, ¿acaso crees que gotita a gotita vas a conseguir algo?>. El colibrí, sin dejar de trabajar, lo miró y le dijo: <Yo hice mi parte>”. Así es nuestra vida. Es mejor encender una vela que maldecir la oscuridad.
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Gracias a todos los que han hecho posible una experiencia tan maravillosa. Gracias a todos los que han podido y se han permitido estar aquĂ. Gracias a la comunidad Siona y otras por hacerse protectores y guardianes de la selva. Gracias al equipo y Escuela de YugDo, Ecuador, por regalo tan maravilloso. Gracias a la vida por habernos dado tanto. TAI
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El tiempo de la escucha. El tiempo de la espera. El tiempo del encuentro. Lo posible, en el camino espiritual, es posibilidad, es desarrollo, es tomar una semilla y cada día cultivarla. No te haces sensible de la noche a la mañana. Tienes que escuchar a tu cuerpo, confundido por la cultura, que prefiere lo económico a lo natural. La naturaleza que hace habita en ti, es lo más hermoso a proteger. Cuando te das cuenta empiezas a cultivar el contacto profundo contigo misma. “Es el cultivo de la escucha selectiva”. Si estás ligada a tu maestro, sabes que es muy diferente oír que escuchar. Cuando escuchas desde tu profundidad lo correcto florece, cuando solo oyes las ideas preconcebidas y repetitivas te convierten en algo no cultivable. No hay cultivo solo repetición. Al ego le gusta el protagonismo; es un reto despejar lo que no sirve para sembrar las semillas adecuadas, ya que cultivarás algo que valga la pena solo después de la “escucha selectiva”.
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El mundo que crees conocer no es mundo que te impulsa para que te conozcas a ti misma, eso que dices que eres son ideas que no salen de un encuentro con tu interioridad. Oír no es igual a escuchar. Tu protagonismo personal, tu deseo de ser protagonista, no optimiza tus cualidades: las vela. Si estás condicionado por preferencias un velo suave se corre entre tú y tu camino. Del lado del Maestro se ve, desde tu lado el muro no deja pasar la luz, el agua ni el aire… Contemplas sin que nada te toque o te conmueva, solo tienes la sensación de pérdida. Ella te alerta de que algo no está en su sitio, ya te inquietan y no ves, porque el muro está ahí. Cuando la escucha no está condicionada, no está sometida al deseo de protagonismo personal, la “SENSIBILIDAD” aparece libre de cualquier condicionamiento. El eje sujeto-objeto. Mi Maestro siempre decía: ¡¡¡somos o no somos!!! -SOMOSEs el cultivo de un presentimiento. Primero es tenue, después, el paso de la luz y la belleza despeja las dudas y el muro desaparece. El Maestro siempre ha estado ahí. “Sensibilidad crea la metamorfosis de la identidad que nace del contacto con el Ser”. Por eso se da la relación Maestro Discípulo. La sensibilidad es el cultivo del aspirante. Para ser. Para hacerse permeable al ser del Maestro. La sensibilidad cultivada desarrolla una verdadera percepción: te sientes libre para elegir, ya que no hay nada que elegir. Sensibilidad es igual a una verdadera identidad.
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CLAVE DEL MES:
FRASE DEL MES:
CONEXIÓN
La Luz es el conector de todas las cosas.
PARA VER: EL Círculo (2.017) Dirigida por James Ponsoldt y guionizada
PARA LEER:
por James Ponsoldt y Dave Eggers, según
Chopra, Deepak Sincrodestino
la novela de Dave Eggers y con música de
Edita: PUNTO DE LECTURA, 2008 (En Papel)
Danny Elfman.
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Todos somos muy ignorantes. Lo que ocurre es que no todos ignoramos las mismas cosas.
El más poderoso hechizo para ser amado es amar. BALTASAR GRACIÁN
ALBERT EINSTEIN
Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo.
Está bien celebrar el éxito, pero es más importante atender a las lecciones del fracaso. BILL GATES
BENJAMIN FRANKLIN
Nadie excepto nosotros mismos puede liberar nuestra mente. BOB MARLEY
Cuida el exterior tanto como el interior; porque todo es uno.
Los hombres son como los vinos: la edad agria los malos y mejora los buenos.
BUDDHA
CICERÓN Nadie te puede hacer sentir inferior sin tu consentimiento.
Un amigo es una persona con la que se puede pensar en voz alta.
ELEANOR ROOSEVELT
RALPH WALDO EMERSON
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Hace ya un mes que ocurrió la convivencia de Semana Santa. Fueron momentos maravillosos en compañía de los Maestros y sus hijos, David y Lorena; también estaba mi querida hermana mexicana, Ilihutsy que, como guerrera incondicional que es, cruzó el charco para sumarse a esta gran aventura de reencuentro con la luz, con la vida, con el Maestro y consigo misma. La compañía de nuestros queridos amigos André y su mujer fue muy grata, aportando un nuevo aroma y una nota de color en la convivencia. Cada uno aportamos lo mejor de nuestros corazones, preparando nuestra alma para un cambio; fue una oportunidad para la trascendencia, para estar más atentos y no dar nada por sentado. No bajamos la guardia y estuvimos presentes en cada acontecimiento, dejándonos nutrir por cada instante, en cada compartir, por un hermoso amanecer en donde los bambúes cantaban a coro su melodía anunciando la presencia del Astro Rey. Las palabras y sabiduría del Maestro sacudían mis cimientos para volver a reconstruirlos, esta vez con material espiritual mucho más sólido. Las termas de Mula relajaron mi cuerpo y aquietaron mi mente: en la danza del compartir todos éramos uno. Un solo yo, un solo propósito, un solo corazón latiendo al unísono con el corazón del universo. Probé nuevos sabores y olores en un mercado; fue como retroceder en el tiempo hacia los mercaderes del Al Ándalus, quienes desempeñaban su oficio con esmero. Con la excelente compañía de María e Ilihutsy, contemplaba los enormes dátiles venidos de allende de los mares, los higos frescos, las naranjas murcianas, plátanos dorados como el sol. Frutas y verduras, colores sabores y sensaciones que deleitaban mi espíritu. La experiencia al Parque Nacional de Sierra Espuña fue sensacional: con la guía e inspiración del maestro aprendí el interesante oficio de ser ojeador, es decir: mirar atentamente. Iniciamos con entusiasmo nuestra cacería para captar con una segunda mirada la naturaleza que nos rodeaba. Nuestras únicas armas eran dos prismáticos, una lente de largo alcance que nos permitió observar muy de cerca la vida y el hábitat de cualquier animal que se cruzara en nuestro punto de mira. También contamos con una cámara con un zoom espectacular para inmortalizar, congelar la presencia del espíritu salvaje de un
pájaro,
una
liebre, una ardilla, el lagarto más grande de Europa, y, ¡cómo no!, de nuestra pieza más
codiciada:
Arruiz.
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el
Este es el carnero o Muflón del Atlas, originario del continente africano. Pasaron muchas horas de búsqueda sin rendirnos, sin desistir, hasta que lo encontramos. Nuestras miradas atentas lo localizaron al unísono con el palpitar de nuestros corazones. Un gran espectáculo de vida salvaje en plena libertad; un precioso rebaño que pastaba entre los riscos de la Sierra. Era muy hermoso poder contemplar la escena, la belleza del momento. Podíamos observarlos con toda claridad y cercanía gracias al instrumental y a esa segunda mirada que el maestro siempre trata de inculcarnos. Comprendí que un pájaro no es solo un pájaro, que todos los pájaros o ardillas no son iguales. Al observarlos a través de la lente y con esa segunda mirada pude acceder al alma y corazón de ese ser, viendo a dios en cada ser vivo. Me resulta difícil de explicar, pero creo que, si muchas personas tuvieran la oportunidad de sintonizar, de conectar con el corazón y espíritu salvaje de cualquier animal que esté en libertad, dejarían al instante de comer carne. Comprenderían que los animales son también nuestros hermanos que merecen todo respeto y amor. Me encantó visitar de nuevo la fuente del Marques. Este fue un lugar estratégico templario por su reserva de agua y por estar en la frontera que asomaba a otro mundo, a otra cultura no menos interesante de conocer por su arte y sabiduría. La práctica de Yoga dirigida por el Maestro me sentó genial: estuvimos rodeados de padres e hijos que, al igual que nosotros, disfrutaban de un extraordinario atardecer en el llano donde tiempo atrás los monjes templarios se ejercitaban montados en sus caballos. La historia se sucede en cada momento ante la mirada atenta y erguida del torreón del Marques, coronado por sus cauces de aguas tranquilas y peces multicolores. En la lejanía divisándose la gran fortaleza templaria de Caravaca de la Cruz. No quiero acabar sin mencionar el recorrido a las Salinas de San Pedro de la Rápita, en donde hermosos flamencos, Cigüeñuelas, los Tarros blancos, Colilargos, innumerables gaviotas y demás especies de aves hacían ademan y gala de disfrutar de la libertad y de sentirse vivos, ¡todos juntos en una danza armónica de la unidad a través de la diversidad! Entendí y sentí esa pasión que sienten los naturalistas y toda persona sensible que ama la vida. Como sabiamente dice el maestro, “cuando no hay mente, no hay ego, no hay personaje, no hay nada y, a la vez, está todo”. La conciencia que lo abarca todo. Desde esa conciencia me permito ser y disfrutar con inocencia de este paraíso aquí en la tierra. Muchas gracias, maestro, por haber hecho posible una experiencia inolvidable y muchas gracias también por su hospitalidad.
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La orientación del Maestro está siempre presente y en el ahora. Todas mis actividades diarias, tal como Yug-Do, correr, el experimentar asanas, la meditación, el bañarme, el comer y el leer las lecciones de sabiduría, me hacen recordar los objetivos de mi vida. Todo colabora para que se dé el entrenamiento de mi alma.
Aquí en México estamos preparándonos para su próxima visita, la cual será una aventura con alegría, donde aparece una incertidumbre con confianza, un despertarse con asombro. Todo esto es a favor y para ayudarnos.
Allí está el Maestro con su constancia, siempre en su justo lugar. El Maestro, ese ser humano de luz al servicio de la vida, es la voz que me anima a seguir adelante, el Maestro es el ejemplo vivo para levantarme de nuevo y seguir caminando. Seguir ¡adelante! Seguir y seguir hacia la luz, infinita luz que nunca se alcanza. En el maestro encuentro una especie de reunión entre la alegría y el respeto, sin miedo. En el fondo hay una pincelada de confianza llena de amor. Con el Maestro, el ánimo empuja siempre adelante sin un descanso.
Con él he tomado el camino del no retorno, y con sus palabras firmes siempre descubro la corrección de mis pasos. Por ejemplo, solo hasta ahora he entendido que "adelante" es "ahora".
Agradezco la orientación, Maestro, y su guía. Un abrazo.
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Tomo el boli para escribir, pero no sé, no siento nada. Mi mente me dice “no tienes nada, no te viene, déjalo, estás en blanco”. Me llama la atención cómo aparecen las resistencias. “¡Venga ya!”, me encuentro diciéndome. “La mente es sólo mente, déjate de historias. Tu vida espiritual es de vital importancia. No te descuides, sabes ya lo fácil que es perder la orientación, el norte; más si te enfocas sólo en el plano material-físico, personal-familiar o social, sabes del vacío incomprendido que luego viene. No te despistes de tu vida más íntima, más interna. No es fácil: cuesta, aunque al mismo tiempo es sencillo. Sabes lo que hay que hacer. Si te entretienes o te despistas, y entras en el olvido, es tu historia; lo eliges tú, lo estás escribiendo tú, ahora. Tú estás escribiendo tu historia ahora mismo. ¿Qué quieres hacer? ¿Cómo quieres que sea? Lo estoy haciendo en este preciso instante. O, debería decir, precioso”. Me vienen palabras del Maestro: “Tienes que agarrarte a lo de arriba, pero apoyarte bien en lo de abajo porque, si no, es imposible cambiar la vibración”. Al mismo tiempo que siento esto también me viene la otra cara: si estás bien apoyado en lo de abajo, pero no te agarras a lo de arriba, ¡estás perdido! Lo sé bien. Me vienen ahora varios momentos vividos de esta semana, pero sin duda me resuena la sensación de un instante en particular: Era todavía de noche, pero bajo el mar, en un remanso al lado del puerto, cuando apago la linterna submarina todo queda oscuro, en silencio. Incluso mi mente. Algunas emociones amenazan avanzarme: agobio y miedo. Pero ¿cómo sucede esto? Si estoy abrigado por la fluida tibieza de mi madre. Tras un momento, comienzo a mover suavemente las manos bajo el agua, y entonces sucede. Empiezo a ver relucir pequeñas estrellas móviles y brillantes bajo el agua. Se mecen a través de mis dedos. Por un instante me siento un Dios. Como un gran Titán o un Dios Griego. Me lo imagino ahora en el cielo, moviendo las estrellas en el firmamento, meciéndolas y haciéndolas titilar, con el simple movimiento de sus dedos… Se trata del efecto de las explosiones o blooms de microalgas o fitoplancton bajo el mar en primavera. Al darle energía y movimiento al agua, los microorganismos se vuelven bioluminiscentes, como si se tratara de una dinamo. Creo que algo parecido nos pasa a nosotros con nuestra agua y nuestro propio fuego interno. Nuestra verdadera Luz, nuestra Espiritualidad. Al regreso me siento como un bebe, mecido en la cálida y amorosa matriz de la madre que lo ve nacer. Arrullado por el líquido elemento, al ritmo y melodía de una suave nana creada para mí. Como para cada uno de nosotros. ¡Escúchala! En verdad somos polvo de Estrellas, en parte responsables de su relucir y en parte efecto nutrido de su propio brillo. TAI
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Ahí está antes del amanecer, Sentado, llamando al encuentro de Almas Con su música y su mirada Con las manos y el corazón abierto Con un bambú... Incierta siempre su danza… silenciosa… eterna Tienes que cruzar un laberinto para llegar a Él Nunca será fácil el camino Si accedes, si llegas, te podrá mostrar un instante de lo sagrado Y el silencio… Después la claridad, los abrazos y el sol Las flores, los árboles. Alegría serena. El amor...
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TENERIFE, Del 1 al 7 de junio
Talleres de YUG-DO, Yoga, Acupuntura Cuántica, Reflexoterapia, prácticas y Terapias personales
Contacto 606981118.
BARCELONA
9 y 10 Terapias personales.
ECUADOR: Stage, Del 18 al 28 de mayo
Asimilando y todavía vibrando con el gran Encuentro realizado en Cuyabeno y Quito.
ARGENTINA
Siguen las clases en Posadas, Misiones.
MÉXICO
Siguen las clases y talleres y se prepara ya el encuentro con Antonio Iborra para septiembre.
Encuentro de Convivencia en agosto, en TENERIFE
Del 10 al 13 YUG-DO, Yoga, Caminatas, Terapias, Crecimiento Personal.
Para bajar las anteriores publicaciones:
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