Boletín AYDO 186

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El final es el principio. Así es la vida: cambio y transformación. Ya en los albores del Invierno empezamos a celebrar la preparación para la Luz Nueva, es decir la natividad o nacimiento de la Luz, el gran momento del Solsticio de invierno. Justo cuando el norte se ha vestido de blanco, y entre ventiscas y aludes el oso dormita su sueño plácido, una estrella nueva se asoma en el Belén de nuestro horizonte celeste. Es nuestro mismo Sol, pero engalanado de fin de año o quizás sea un puente más hacia el infinito. Las perdices nivales, lo mismo que las liebres montanas y los armiños, todos, lucen blanco sobre blanco, para una vez más camuflarse en las laderas y expresar su canción viva de supervivencia. Gatos y Linces maúllan su celo y dejan sus solitarias vidas para el encuentro amoroso. La familia de lobos deja oír mejor que nunca su aullido nocturno, mientras el valle es cubierto cada amanecer por la densa capa de la Dama Blanca, la niebla. Los termómetros registran valores bajo cero, pero la vida está más viva que nunca. Corzos y ciervos están alerta, la vida no duerme. Y entre los abetos de verde intenso, me dejo desaparecer embriagado por su aroma hasta convertirme en águila real. Cada día de este mes, del uno al veintidós, tenemos un mensaje consciente, un paso más en la meditación y la transformación. Y es que en el Yug-Do celebramos la vida renovada, el bambú de la Luz nueva, la danza de la creación. Hoy te invito a un vaso del mejor vino, el agua de la fuente en Cantabria, Pirineos o cualquier sierra salvaje. Convierte tu agua, tu sangre y tu propia vida en un color del arco iris. Toma tus botas de montaña, tu mejor abrigo y tu cámara; sal a las montañas, no te quedes en casa. Las pocas horas de luz diurna son un maravilloso tesoro de la vida. Te espero. Sí, hace frio, pero no hay nada mejor que disfrutar de la nieve. Vuelve a ser un niño y juega a tirarte por un terraplén. Este Solsticio y este nuevo año traen un mensaje para todos. ¡La vida es un juego! No te tomes nada demasiado en serio, ni siquiera a ti. Sal a jugar, disfruta y comparte. Deja todo pesimismo y preocupación y lánzate a una nueva aventura. La vida continúa, el final es el principio. ¡Adelante! TAI

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Cada foto es un portal, es un instante irrepetible, un fragmento de eternidad hecha tiempo. No hago fotos para ninguna revista de moda, ni para hacer un libro ni para exponer en alguna galería. No vendo mis fotos. Ni siquiera son mías, aunque seguramente hay algo de mí en cada una de ellas. Hago fotos para entrenarme en el VER. No busco hacer composiciones o hacer fotos perfectas. Busco ángulos distintos, agujeros para percibir otras dimensiones de la vida. Eso sí, soy consciente que suelo fotografiar lo irrepetible. Lo que pertenece sólo a ese instante. Cada imagen me recuerda que todo es efímero, vulnerable, infinitamente valioso porque es único. No fotografío un petirrojo, sino EL PETIRROJO. Cada lobo tiene una identidad única, diferenciada e increíble. No se es un número, ni uno más. El encuentro con un lince es un momento detenido, donde el infinito se asoma al asombro. No es un lince más, ni un oso más, ¡son únicos! Más allá del número que queden en libertad de una especie u otra, cada ser es básicamente irrepetible. Por eso, nunca fotografío una ardilla más. Cada una es tan única, como tú y como yo. Por eso fotografío para ver, para verme en lo que veo. Y nutrirme de belleza. Y lo mínimo que puedo hacer es compartirlo. No lo puedo vender, no es mío, la tierra no se puede comprar ni vender. Solo podemos usarla por un tiempo y compartirla con otros. De hecho, compartir es congruente con la vida, porque todos los animales, plantas, minerales y humanos compartimos un hábitat. La vida no es más que relación de la diversidad entre sí; y cuando nos damos cuenta aprendemos a respetarnos. La regla es respetar y tomar solo lo que necesitamos, y siempre dejar algo a cambio. Yo te dejo hoy estas palabras y alguna imagen. TAI

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Lo primero es comprender que cada uno ha tenido su propia experiencia con su madre; no todos han tenido la fortuna de tener una madre amorosa y sabia, así que, en este artículo, me refiero a la Madre arquetípica, a la madre deseada e incluso idealizada que es, en algunos casos, real. La meditación es como una madre: te acepta y te quiere como eres, te espera siempre, te recibe incondicionalmente. Cuando te sientas a meditar eres abrazado por tu madre silenciosa, puedes llegar a ella tranquilo o agitado, con dolor o sufrimiento, ella te envuelve siempre en su manto curativo. En la meditación no se te pide nada, se te acepta totalmente como eres y estás en cualquier situación y circunstancia. La madre meditación es completamente incondicional. Quizás llegues agitado, quizás tengas ansiedad o mucho ruido en la cabeza. La meditación te transformará en su abrazo silencioso. Sólo has de estar ahí, con lo que tienes, con lo que hay. A veces sano, a veces enfermo, a veces con sueño, otras en estado alterado. Tu madre meditación siempre te espera, te sonríe, te acoge, nunca pide nada, siempre te hace saber que ella siempre está ahí. ¿Vas poco, no te das el tiempo, siempre estás ocupado? Ella te espera las veinticuatro horas, siempre está lista, no te pone condiciones; a la hora que llegues ella está siempre lista para consolarte, cuidarte y sanarte. Para acudir a tu madre meditación no requieres nada, sólo estar ahí, sólo sentarte: el amor silencioso te transformará. Por muchas veces que hayas ido, siempre será como la primera vez, siempre será un regalo nuevo. A veces llevarás unas cosas, otras ocasiones será distinto. Pero la paz siempre será refrescante, reparadora y nueva. No necesitas saber meditar, ni aplicar ninguna técnica, solo siéntate en silencio y desnuda tu alma, entrégate al momento, ve con lo que hay, con lo que te pasa, ve con tu realidad plena. No necesitas maquillar nada porque tu madre te conoce, te ama, sabe de tus dificultades, defectos y limitaciones y te ama, acepta y comprende. Cuando no puedas hacer otra cosa, cuando no tengas otras posibilidades, en los momentos más oscuros, siempre estará ahí la meditación, siempre te consolara, te cuidará, te sanara. Si no se puede hacer nada queda la meditación. Ella, tu madre, te dio la vida y te acompañará hasta el último suspiro. He visto ancianos moribundos llamar a su madre, en sus momentos más postreros. La meditación, tu madre celestial, siempre te aguarda. Aunque vayas poco a verla ella está ahí, siempre dispuesta, siempre esperándote. Y no solo en la dificultad o en los malos momentos, la meditación estará contigo ante el paisaje más hermoso, ante el acto más noble y generoso. Siempre, en la montaña, en tu jardín, en tu cuarto, en tu silla. Cuando entras en meditación, en entrega silenciosa, tu medio exterior se convierte en un Templo Sagrado, así estés en la cárcel o en un hospital. Meditar es el encuentro más íntimo y sincero; date cuenta y busca el modo de acercarte a esta dimensión reparadora. Tu madre cósmica, la meditación, te llama desde el silencio. TAI

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En cualquier momento, en cualquier lugar, ya sea en un bosque ribereño, en la ciudad, en el tren o en tu jardín, habita el tesoro más maravilloso del mundo que es el país del silencio espontáneo. A veces no escuchamos nada, y decimos: "¡qué silencioso está esto!". Sin embargo, cuando cesa un sonido, es cuando tenemos la percepción más clara del silencio. Un ruido termina y, de repente, aparece el silencio. Otras veces, agobiados por el ruido mental, el diálogo interno incesante, estamos ávidos de calma silenciosa. En otras ocasiones nos sentimos formalmente a "meditar" con el afán y esperanza de alcanzar o lograr algún consuelo, quizás un poco de paz o claridad. El Silencio Espontáneo es otra cosa, no es la ausencia de sonido, sino el gran e inconmensurable substrato de la existencia. Su gran potencial se hace presente en ti cuando te detienes. Mirando por la ventana, sintiendo la corteza áspera de un árbol o el sabor del té en tus labios. De repente te das cuenta de que siempre estás detrás de algo, con alguna intención, tras algún deseo, buscando gratificación o, al menos, alivio, a veces el motivo es experimentar algo de plenitud, felicidad, sentido, dirección o conexión. Alguien me decía que el infierno no es como lo imaginamos, sino un mundo donde tenemos todo lo que deseamos en abundancia y plenitud, ¡hasta el hastío! Del mismo modo, el paraíso es vivido como la sensación de liberarse de ataduras y sentir que estamos avanzando. Siempre estamos avanzando, como la misma idea de la evolución. En el momento en que te das cuenta que estas dos fuerzas habitan en ti –una, la búsqueda de paraísos y sentirte motivado, y la otra, el emprender la huida de los infiernos, por ejemplo carecer de lo necesario o no valorar lo que tenemos-- es cuando puede suceder una rendición interior, un soltar expectativas y saborear el trasfondo silencioso, sin ninguna oposición al sonido o al ruido. Desde el silencio espontáneo del ser, las olas y el fondo del océano son la misma cosa. Así, el sonido, ruido, música y todo lo demás es también Silencio Perfecto. Y es el silencio de no juzgar, ni comparar, ni etiquetar o analizar. Silencio. Un pájaro canta. Silencio. El pájaro ya no canta. Silencio. Silencio antes, durante y después. Silencio de presencia y de ausencia, sin elección ni opción, solo una aceptación completa de la belleza y sabiduría de todas las cosas. No se requiere de voluntad, ni disciplina, ni técnica, ni método. Lo Buscado es el mismo Buscador. Hay diversidad en la Unidad y vida plena instante a instante. Ten un maravilloso momento. No te

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¿Cómo es el sentimiento correcto?

Hola, SOY tú, cuando no deseas nada y nada te falta. Soy tú, cuando nada temes ni te asusta. Soy tú, cuando estás contento y en paz, sin necesidad de que pase nada ni a causa de nada. Soy tú, cuando cada respiración es suficiente para disfrutar de la vida. Soy tu, cuando te sientes amado y cuidado por todo. Soy tú, cuando ves en cada ser y en cada forma parte de la gran sabiduría. Soy tú, cuando recibes la existencia plena en este momento. Soy tú, cuando sonríes sin motivo. Soy tú cuando comprendes. Jesús decía: "El Reino de los Cielos se ha acercado." Sí, no es para cuando te mueras, eso sí sería un problema porque no morirás nunca. ¡Es para hoy! Todo lo posible es en ti, cuando no pones condiciones ni cualificaciones. Cuando eres, simplemente eres, antes de ser tú, después de ser tú. Cuando hay sonrisas inocentes, sin intenciones.

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El Camino de la Pasión de Cristo que expresa el Vía Crucis cristiano es el reflejo de una sabiduría arquetípica. La cruz, como símbolo universal y pre cristiano, expresa los dos mundos en los que vivimos, el físico y el mental. La línea vertical es el mundo mental, con nuestros ideales y expectativas, mientras que la línea horizontal, es el encuentro con la realidad material, tal y como es. Este encuentro entre líneas, es a la vez un cruce, un centro y también un choque de experiencias; depende del estado de consciencia de cada uno y de lo identificados que estemos con el mental. Como todos tenemos una mente, no podemos evitar tener expectativas, deseos e ideales, y cuando la realidad nos muestra otra cosa, vivimos el desencuentro, el dolor y el sufrimiento. En especial porque desde el mental entramos en resistencia con la línea horizontal, es decir la realidad de las cosas, tal y como están sucediendo. El primer paso en este Vía Crucis, está conformado por negación y resistencia ante lo que sucede, esa es la primera estación ante el dolor. Luego, el segundo paso, negación y resistencia se convierten en ira, rabia y enfado. A veces nos tornamos muy destructivos para nosotros mismos o para los demás. La tercera estación es intentar paliar el dolor mediante la negociación, la astucia, la estrategia, usamos la energía del enfado para tratar de cambiar la realidad: probamos cosas, invertimos más esfuerzos y energía. ¿Cuál es el resultado? Nada. Ninguno. La realidad sigue igual, nada cambia, a pesar de nuestras pataletas. Ni la negación ni las resistencias ni el enfado ni los intentos ni la política ni la astucia funcionan. Las cosas siguen igual. La cuarta fase del Vía Crucis se compone por depresión, desánimo y hundimiento. Nos sentimos impotentes, resignados, cansados de luchar; aparecen mil veces los "¿para qué?". El quinto paso es de Gloria: empezar a aceptar. Aceptar no es resignación ni aguantarse, no replegarse, es empezar a madurar y dejar que nuestro caparazón se ablande. ¿Y si la Línea Horizontal no fuera el enemigo? ¿Y si hubiera una sabiduría implícita en los acontecimientos? ¿Y si pudiera abrirme a ver las cosas de otro modo? ¿Y si mi opositor tuviera razón? Aquí aparece el orgullo y volvemos al paso de la negación de esta aceptación, a nuestras resistencias, y negamos soltar nuestras ideas y posiciones. Por supuesto, no estamos dispuestos a perder. Así que el ciclo se repite interminable, como un Samsara. El resultado es no poder aceptar, preferimos morir a no tener razón y a traicionar nuestros ideales. Pero todo esto es simplemente una manifestación del ORGULLO. Orgullo es pobre, porque el orgullo pertenece a los pobres y miserables. Me refiero a todo tipo se pobreza, tanto física como mental. Al que ha perdido todo, solo le queda lo que llama dignidad. Pero que, en realidad, no es dignidad sino orgullo. Confundimos el orgullo con el valor, con tener la cara bien alta, la última fuerza del caído. Pero esto simplemente es patético, porque ello te hunde más en la miseria. El orgullo positivo simplemente no existe, es el apego a una imagen y una idea. Es el último baluarte del ego: “¡Me queda el orgullo!”. Después de eso viene el olvido; te olvidan y ya está. Te sumerges en el lodo, y quedas pesado como una piedra, porque el orgullo no es flexible ni tampoco fuerte, es solo aparente y poco inteligente. Así que se darán todas las vueltas necesarias, hasta que un día aparezca la verdadera aceptación, sin resignación: la capacidad se soltar expectativas y ver desde otro ángulo. En la aceptación no acaba nada, de hecho empieza todo. Porque para mejorar algo solo puedes trabajar con lo que hay, no con lo que "debería" haber o lo que te gustaría que hubiera. ¡No!, solo puedes trabajar con lo que hay y desde lo que hay. Y entonces pasas de ser destructivo a constructivo, pasas a encontrar modos nuevos de ver y de hacer. El sexto paso, la Sanación, aparece cuando ya has renunciado completamente a curarte, cuando has abandonado las resistencias, y cuando ves en las dificultades y en la Línea Horizontal una expresión de la voluntad divina y una oportunidad más para avanzar. Cuando te haces amigo de tu enemigo ya no tienes enemigo. Sanar es tomar consciencia de que todo es UNO, que la vida es un juego de dos serpientes, una consciente y otra inconsciente y, entre ambas, se realiza la sabiduría. ¡Buen camino!

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Ya ha cantado el gallo. Desde el pequeño hostal en las afueras de Baeza, miro la negrura fresca de la madrugada y le digo al gallo: “¡Te gané!”, pues hace como una hora que ando trasteando por aquí. ¿Que por qué tan temprano? Quizás porque me acosté a las nueve o, a lo mejor, es el cambio horario, aunque la verdad es que me encanta el silencio del amanecer. Llevo apenas tres días en Ecuador y parece que ya es mucho más tiempo; es impresionante cómo la tierra y las experiencias te van modificando y te vas adaptando a sentir y a pensar de otra manera. Paseando por una región selvática, dejándote impregnar de aromas delicados, que despiertan viejos recuerdos en mí. Otros tiempos, otros lugares, el Terai en Nepal, Kalimantan en Borneo, a orillas del río Gambia, Kaoyai en Tailandia, El Manu en Perú, el Amazonas en Leticia, Yasuni, Cuyabeno en este bendito Ecuador. Son tantos nombres, recuerdos, lugares, y la misma selva, el manto verde e impenetrable, la naturaleza pura e indomeñable. Camino arriba, bañado por cantos de pájaros indescifrables para mí (por cierto que necesito de forma urgente un ornitólogo a mí lado), un frescor cálido, húmedo, entre la muerte y la vida, putrefacción y renacimiento. Una señora de avanzada edad me adelanta y me muestra su sonrisa sin dientes. Aprovecho para hablar con ella el antiguo arte de la conversación humana, sin WhatsApp, ni tecnologías, a pelo, a puro sentimiento. Al verme entusiasmado con la cámara, tras unas "monjas" -que es como aquí llaman a unas fascinantes aves de rostro azul, tocado de cola amarillo y collar de negro intenso, las cuales parecen vestidas para la fiesta de la vida-, no sé muy bien a cuento de qué, lo de "monjas" a mi me parecen corvidos, más bien de la fama de nuestros rabilargos ibéricos. Ellos son escandalosos y un tanto fisgones, no demasiado tímidos y mucho menos religiosos. El caso es que, como no puede ser de otro modo, la charla va de bichos, que es mi tema favorito. Y la señora me cuenta que a un kilómetro de aquí "se saben ver leones", que es como aquí llaman al rey de la montaña, el puma, que de vez en cuando mata alguna res, más bien ovejas, con el vacuno no se mete tanto. También se dejan ver por aquí mismo osos; su marido sorprendió uno en un árbol, hace como un mes. También hay venados, monos (aunque no sé de qué especie), ya que aquí estamos en nuboselva de montaña, concretamente sobre 1750 metros. Bajar del páramo es como llenarse de color y de calor. A medida que descendemos aparecen los primeros helechos arborescentes, testigos del terciario, bromelias, hepifitas, orquídeas y una inmensa variedad de colibríes (hay cerca de 4200 especies de orquídeas y 124 de colibríes solo en el Ecuador).

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Quedo maravillado ante estos seres selfidos, y con eso ya me olvidé de las veinticuatro horas de viaje, de estar doce encerrado en un avión. Ya todo ha sido archivado, lo que cuenta ahora es entender cómo hace este colibrí verde esmeralda con tonos azules e iridiscentes, para quedar sostenido con un pico más largo que todo su cuerpo y poder libar las flores naranjas y amarillas de los floripondios. (Sí, es un Colibrí Espada) Estoy extasiado. No hay mente, solo maravilla, goce, admiración sublime. Delante de mí, a dos metros, danzan cuatro especies distintas de colibríes. Cada forma de pico habla de su menú habitual, de su adaptación morfológica perfecta al medio natural. En Ecuador existen más de quinientas especies de aves, muchas endémicas, y la mayor variedad de colibríes del mundo. Reviso dónde vi mi primera comadreja de cola negra hace unos meses. Y sorprendo a un conejo andino, de orejas más chicas que los de la península ibérica. Ellos son el alimento favorito de depredadores como el lobo del páramo (es un zorro grande, el culpeo) y el gato del pajonal o colocolo (leopardus colocolo), así como de águilas, gavilanes, búhos, comadrejas y hasta de los osos, cuando éstos pueden atraparlos. Un señor del campo me informa que el oso mató una res, no muy lejos de aquí, hace una semana. Y el problema, me cuenta, es que si matas a un oso vas directo a la cárcel, en cambio al ganadero no le dan nada por su vaca. Aquí no hay subvenciones ni nada parecido, aunque sí se intenta ayudar de algún modo. (No puedo dejar de pensar en España, y toda el conflicto entre ganaderos y depredadores como lobo y oso considerando que en España sí les pagan a los vaqueros) Están siendo unos días maravillosos y fascinantes, con nuestro proyecto Yug-Do, creamos grupos por todo el mundo para una sensibilización con la naturaleza y todos sus seres vivos. Fomentamos el veganismo, la salud integral, el cultivo de huertos biológicos, y prácticas de Yoga con bambú, meditación, y convivencia entre humanos y ecosistemas naturales. Nuestra sala de prácticas es, con frecuencia, el bosque, la montaña o la playa. Hoy nos toca estar bajo una cascada. Ha sido maravilloso. Como dicen los maestros japoneses: Shinrin Yoku, la terapia de pasear por el bosque. Ahí vamos, hoy con este equipo vivo y actual de nuestro "hombre y la tierra", en homenaje al maestro y comunicador Félix Rodríguez de la Fuente. Nuestro trabajo y propuesta no es de turismo ecológico, sino de desarrollar una ecología interior y exterior al mismo tiempo. Reconectar al ser humano con su bondad original. Cada día es una experiencia única. Aquí, en una furgoneta alquilada, vamos Pepito, Marthita, Juanita, Estrellita y, tendría que decir, Gimenita, porque son aquí tan cariñosos los ecuatorianos

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que todo lo acaban en "ito" o "ita". Yo sería entonces, "Antoñito". Aunque no sé por qué prefieren llamarme "Maestro"; yo, más bien, soy un amigo... Enrique, o "Enriquito", es nuestro simpático y disponible chófer; así que vamos de aventura viva. Cada flor, mariposa, escarabajo gigante, serpiente, lagarto o ave merece una parada y un momento de disfrute. A ratos me toca también hacer alguna terapia, que sobre todo consiste en ordenar la energía vital de la persona mediante la Acupuntura y métodos afines, y ofrecer alguna orientación nutricional. Aunque, lo más importante, es reconectar a cada persona con lo mejor de sí mismo. Para mí, el vientre contiene la información de la bondad, la cabeza, la verdad de cada uno, y el corazón, la belleza. Y es mediante la percepción y conexión con la belleza, que la verdad de la cabeza se abraza con la bondad del vientre. El corazón sabe que la verdad es buena y la bondad verdadera. El caso es que el contacto directo con la naturaleza obra milagros y nos mantiene cuerdos. Llevo ya días sin televisión, ni noticias, ni política. ¡Qué delicia! Nos dirigimos a la Cascada Mágica. El nombre es, de por sí, muy elocuente. Seguimos transmitiendo en vivo y en directo. La cascada de San Rafael pertenece al Parque Nacional Cayambe Coca, que es de los más extensos y rico en diversidad del Ecuador. De hecho, hay partes de alta montaña y otras que descienden progresivamente a la pluviselva tropical. Es precisamente debido a las grandes montañas andinas, lo que va produciendo una enorme variedad de ecosistemas. San Rafael nos recibe con unos guardas y un oso de Anteojos gigante, pero ¡de peluche! Nos dan las recomendaciones necesarias para acceder a un área natural protegida y de paso nos informan sobre la fauna de la zona. A esta altura no vive el jaguar. El león de montaña, o puma, es aquí el mayor depredador. También hay ocelote y mamíferos medianos, incluidos dos especies de monos, los más grandes de América del Sur. El Chorongo o Mono Araña Lanudo y el Mono Aullador. También hay gran número de aves, reptiles, anfibios, etcétera, sin contar con una ingente variación de insectos, arácnidos y moluscos. ¡Pura vida! Nos hacen ver que, seguramente, poco animal veremos. Tras saludar y pedir permiso al bosque, entramos despacio, en silencio y en observación. Me maravillan los increíbles tonos de color, fragancias, flores y mariposas. Hay hojas de helechos más grandes que una persona. Otros arborescentes y, en un momento dado, escucho algo, muy arriba en el dosel forestal. Un canto agudo, caída de frutos, movimientos furtivos. Y, ¡de repente! ¡Ahí están! Una familia de monos lanudos, los Chorongos, quienes tienen su quinta mano: la cola prensil. Pasamos un tiempo detenido, maravillados, mirando hacia arriba. Casi me duele el cuello, pero no puedo dejar de mirar hacia las copas. Las fotos no serán buenas, se camuflan bien, es un fuerte contraluz y, cuando están quietos, parecen bolas peludas.

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Pero solo estar ahí ya es una maravilla y un regalo. No esperábamos esta sorpresa. El camino está lleno de vida, vemos un lagarto de la familia de las agamas y varios colibríes. Y el espectáculo final, una cascada impresionante. Nos paramos a meditar y sentimos la energía del lugar. Luego vamos a seguir por la ruta hasta pasar a otro lugar, el Río Malo y la Cascada Mágica. La verdad es que no me llama la atención el lugar y más bien siento una energía densa. Noto que aquí han pasado cosas, pero no me dejo llevar ni me conecto con la energía de los muchos chamanes que gustan de hacer rituales por aquí. Para mí está claro: San Rafael es un punto eléctrico, y esta última cascada es una zona más magnética. Estamos en las estribaciones del volcán Reventador, que ahora está en nivel de alarma: color naranja. Todo el bosque está cubierto de polvo de ceniza. La ruta nos lleva a comer en un restaurante familiar, donde nos preparan un arroz con lentejas y plátano frito. Son gente muy sencilla y amigable. Además están celebrando el cumpleaños de una hermosa nieta de seis años, así que, entre jolgorio y buen humor, seguimos el viaje. Llegando a nuestro hostal en Baeza, me escapo un rato a bichear. (O sea, el arte de observar cualquier bicho viviente) Cada vez estoy más sintonizado con el lugar: conejos, ardillas y aves tan preciosas como variadas. Encuentro Bienteveo, Chingalo, Urraca Inca, golondrinas, Oropendolas, colibríes, Azulejos, Cardenales. Y eso que estoy usando los nombres locales y comunes. (Luego pasaré a lo científico) Ya en una noche oscura tenemos nuestra meditación silenciosa para reconectarnos con nosotros mismos, e ir más allá del pensamiento. ¡Silencio! Me levanto, como siempre, sobre las cuatro. Me aseo y me dedico a escuchar la montaña. Luego me comunico con mi casa, para compartir un rato con María y ver cómo va todo por el planeta tierra. Hoy el plan será practicar Yug-Do al estilo Gallito de las Rocas, que aquí llaman, de las Peñas. Es lo mismo. Me han informado de un lugar cerca de las cascadas que se suelen ver sobre las seis de la mañana. Sé que no será fácil, hay pajareros y ornitólogos que vienen de USA, Australia o Europa para intentar verlos. Los gallitos son joyas voladoras, de un rojo intenso, casi anaranjado, del tamaño de una paloma y eso es de apreciarse en un mundo verde esmeralda. Habitan la selva de montaña o nuboselva tropical, en la región andina. Los machos tienen un copete que les cubre hasta el pico, lo que les da una apariencia roma y extraña. A parte de la dificultad de encontrarlos, hay que tomar en cuenta la escasez de luz a esa hora y la densidad del dosel forestal. No me hago ilusiones. Tras pedir permiso al bosque avanzamos en riguroso silencio, una bajada muy resbaladiza sobre piedras y barro verdes, llenos de musgos. Es una pista de patinaje. Y en la mano llevo el bambú, la cámara lista, los prismáticos. ¡Qué emoción!

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Llegando al lugar, que creo que es el que me dijeron, escucho una enorme algarabía, un sonido como un graznido suave, incomparable: ¡son los gallos! Luego se disparan todas las emociones. Y el estrés de tratar de hacer alguna foto. Ellos no paran, no están quietos. ¡Por eso son pájaros! Y la poca luz dificulta mucho el enfoque. Tengo varios a tiro, pero no alcanzo a enfocar. Es tan frustrante. Seguimos. Pepe me señala uno, Estrellita, otro, Juanita, un tercero. Yo mientras, subiendo y bajando a toda velocidad, tratando de no resbalar. Al final lo conseguimos, ¡uff! Ya estamos en la cascada. Ese sí es un lugar lleno de Prana de QI, de energía elevada. Aquí vivimos una práctica altamente trascendente. Estamos en pleno territorio de los Gallos de las Rocas. Estamos todos con la felicidad que se nos sale por los poros. Hay algo enormemente sanador en esta experiencia y, de por sí, justifica plenamente el que haya vendido al Ecuador. En el camino de regreso, ya con más luz, el señor del bosque, don Gallito, nos regala unas estupendas imágenes. Es todo como un regalo increíble. Con tanto bicho suelto, para un apasionado como yo, casi no tengo tiempo de comer o dormir. ¡Hay tanto qué descubrir! Tras el desayuno nos metemos en un mundo de colibríes, orquídeas y mariposas. Las fotos hablan por sí mismas. Casi me tienen que arrancar de ahí porque hay que volver a Papallacta. En este ambiente festivo y pletórico, con el alma llena de colibríes de tonos metálicos y picos increíbles, de gallitos rojos y monos lanudos, tenemos la última comida de esta etapa, en este nuevo Lodge, donde -como gran valor añadido- disponemos de piscinas termales maravillosas, de una calidad de agua excelente, además que cada cabaña tiene su propia bañera termal. Después de un día de campo, esto es ¡la gloria! Hasta aquí va la primera parte de la historia, algunos compañeros se retiran a sus obligaciones en Quito, y Marthita, Estrellita y un servidor nos quedamos aquí, junto con otra compañera, Luciana, que llega esta noche, para mañana al alba salir unos días de expedición con nuestro guía, Patricio, en busca de osos, tapires de montaña y todo ser viviente que tenga a bien mostrarse. ¡Buenas noches a todos! Mañana, la historia continúa. Un abrazo.

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Ver un oso en estado salvaje y en completa libertad, en su hábitat natural, es un privilegio y algo extremadamente raro y, en general, difícil de conseguir. Hay algunos lugares del planeta en los que esta experiencia es más o menos factible. Hay Osos Negros en USA y Grizzly en Canadá. En España se pueden ver osos salvajes y libres en algunos lugares privilegiados; no es fácil, pero sí factible. Cuando hace seis meses decidimos armar una pequeña expedición de dos días a los Andes de Ecuador para intentar ver osos de Anteojos, o mejor llamados Osos Andinos, sabía de sobra que sería prácticamente imposible, a pesar de contratar a guías locales que, por supuesto, no te aseguran nada. Más bien te dicen que al menos dediques una semana, y aún así es díficil. De todos modos, los sueños están para cumplirse y me conformaba en pasar dos días "en tierra de Osos", y disfrutar del entorno del Parque Nacional Cayambe Coca. Me asesoré bien, me explicaron con detalle sobre las especies de animales salvajes que habitan. Los superpredadores y en la cabeza de la cadena trófica, están dos animales rivales: el Oso Andino y el Puma. Otros depredadores de la zona el Zorro Culpeo, que aquí llaman Lobo del Páramo, son el Ocelote, la Comadreja de cola negra, el Zorrillo, el Coati, el Kinkayu y herbívoros de gran importancia como el Tapir de Montaña, tres tipos de venados, el más grande es el de Cola Blanca o de Virginia, el Mazama y el más pequeño entre los cervidos, el minúsculo Pudu. Entre las rapaces más importantes, en la cabeza está el gran Cóndor de los Andes, el Águila Pechinegra, y el Gavilán Variable, también el Búho Coronado, y un tipo de Mochuelo. Existe una extraña rata Pescadora, y aves raras como el Pato de Pico Amarillo, y las increíbles joyas de gran número de especies de colibríes. También hay unos bellos y tímidos Conejos de orejas pequeñas. Esto es todo un mundo de vida maravillosa. Estamos entre montañas de cuatro y cinco mil metros. Cuando preparas algo así, a seis meses vista, es imposible prevenir el clima, que en las altas montañas es –de por sí- siempre imprevisible. Por eso, ayer cuando arrancamos la aventura, nos encontramos con un tiempo tapado, niebla espesa y lluvia todo el día. El ambiente era espectacular, parecía la isla de King Kong o algo parecido. Los animales se mueven más en estos ambientes, sin embargo la niebla dificulta enormemente su observación; por otro lado hay que proteger el equipo del agua. A ratos hacía mucho frío, te helabas. Recorrimos las zonas más propicias para observar osos, entrando en el vehículo a cada rato para

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calentarnos. Vimos infinidad de paisajes increíbles, maravillosos, pero con poca fauna. A lo lejos observamos un tímido conejo andino, al Gavilán Variable volando a lo lejos, algún colibrí. Pero de Osos, ¡nada! Sin embargo en un momento dado tuvimos la increíble fortuna de toparnos con un Culpeo o Lobo de Páramo. Se dejó fotografiar, y eso ya fue el regalo del día. Más tarde pasó un Cóndor. Pasamos diez horas buscando, ninguna huella de osos. Eso sí, aprendí muchísimo sobre este ecosistema y la naturaleza andina, ya que Mario resultó un guía preparado y excelente, y nos explicó a Martha, Estrellita, Luciana y a mí los pormenores de la vida del oso, del puma y demás. En todas partes la convivencia entre los grandes depredadores y los humanos es problemática y, aquí, no es una excepción. El Oso Andino no es tan vegetariano como pretenden algunos libros, sino un cazador temerario que depreda con frecuencia sobre vacas a las que mata o deja mal heridas. Por otra parte, aquí no hay subvenciones por parte del ministerio de medio ambiente. Así que hay furtivismo y una lucha entre conservacionistas y ganaderos. ¡Nada nuevo! En España es el pan nuestro de cada día. Aprender a convivir con la vida salvaje requiere de un gran trabajo de gestión y un cambio de conciencia. Llegamos agotados. Lo mejor fueron los avistamientos del Zorro Andino, el Cóndor y la experiencia misma. Son las cuatro de la mañana. Día segundo. Segunda y última oportunidad. Salimos más temprano. Mal tiempo, hay niebla. Pero al menos no llueve. Hoy nos acompaña el hermano de Mario, Patricio. Los dos son buenos profesionales y están empeñados en ayudarnos y que consigamos ver osos. Vamos de punto a punto, esquivando la niebla. El primer regalo del día son dos magníficos Cóndores. Los vemos de cerca, y hacemos fotos aceptables. Recorremos y recorremos. Hoy vemos menos animales que ayer: patos, algún ave. Sí, todo es precioso, pero de oso ¡nada! A medida que llega el medio día se hace evidente que no lo vamos a conseguir. El pajar es demasiado grande para encontrar la aguja. Escuchamos muchas historias sobre pumas, osos y demás. Les comparto mis fotos de osos de España. Llegamos a un páramo sobre los 4000 metros y decidimos comer ahí. Patricio, ya como última intento, se sube en una loma para avistar los alrededores, y nosotros nos quedamos a comer. Como el guía se tarda un rato, decido subir a un cerro a entretenerme y mirar un rato, mientras esperamos. Encuentro una roca que está ni pintada para sentarme, y me pongo a observar las montañas con detenimiento, para ello cuento con mis binoculares 8x42. No tienen mucho alcance pero son muy nítidos y luminosos. Los guías nos han dicho que tenemos que fijarnos en puntos negros en la vegetación pajiza. Veo muchos, pero suelen ser piedras. De hecho llevo todo el día de hoy y el de ayer viendo piedras negras.

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Hace un rato ya hablé con Marthita y Estrellita sobre el hecho de que no esperaba ver ningún oso, sabía de antemano que era casi un milagro, y menos en dos días, además con este tiempo. Patricio nos cuenta que hay quien se pasa una semana y no ven. Para animarnos también nos dice que unos ingleses vieron un oso justo el último día y antes de regresar. Es evidente que están decepcionados por no haberlo conseguido. Por mi parte, me conformo con la experiencia y la vivencia del lugar, quizás nunca llegue a ver un Oso de Anteojos libre, en especial porque no vivo en Ecuador. Estoy pensando en todo esto cuando, de repente, enfoco debajo de la cumbre de un cerro y ¡maravilla! Veo una roca que se mueve. Me tiembla el pulso de la emoción: ¡es un Oso de Ateojos! Se está desplazando hacia la derecha. No me atrevo a dejar de mirar y buscar la cámara para no perderlo. Es como si estuviera soñado. Estoy solo. Estrellita y Martha están abajo donde comimos; Patricio, el Guía, por lo alto de otro cerro. Yo, aquí, en el medio, viendo al oso. ¡Es alucinante! Saco la cámara, está lejísimos, pero hago dos fotos, también una pequeña filmación. Todo pasa en minutos. Llamo a las chicas, también va bajando el guía. Eufórico les cuento, veo como el oso pasa al otro lado de la loma. No consiguen verlo. Se alegran mucho por mí porque saben de mi pasión, pero yo quisiera que ellos lo puedan ver. Decidimos tomar el coche y buscar por el otro lado del cerro. Llegamos a la zona y a buscar de nuevo. Esta vez estamos los cuatro. De nuevo detecto al oso, quien va dando la vuelta y otra vez se pierde. Tampoco consiguen verlo. Es una pena. Estoy feliz a más no poder y, sin creerme lo que acabo de vivir, bajamos hacia la hostería de Guango, dónde nos dijeron que se vio Tapir ayer. El lugar está lleno de colibríes y todo tipo de aves. Huelo a Tapir. Sé que está por ahí, pero el tiempo juega en nuestra contra. Tenemos que regresar, no podemos prolongar el viaje más. Hay un transporte que ha de venir a recogernos. Me quedo con pena de no ver al Tapir, pero ya no se puede pedir más. La operación Oso de Anteojos ha sido ¡un éxito completo! Así, agitados y felices, regresamos a Quito. En el viaje de vuelta aprovecho para escribir estas líneas. Las filmaciones del oso han quedado mejor que las fotos, ya que estaba demasiado lejos, pero al menos es un testimonio vivo de que no estaba soñado o, ¡quizás sí! De vuelta a la ciudad toca procesar esta increíble experiencia. Me siento bendecido por la vida. Gracias, gracias, gracias. Un abrazo a todos.

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Decía mi Maestro: “Hay que tomar distancia con la queja”. Decía mi Maestro: “Hay que tomar distancia con la queja”. También decía lo siguiente: -“Los que somos materialistas, nos dejamos llevar mucho por el instinto, le damos al instinto lo máximo, y sobre todo le damos poder./-Los que somos emocionales tendemos a lo artístico, viviendo entre la agonía y el éxtasis./- Los que somos mentales nos metemos a descubrir sin importarnos si son bombas atómicas o alimentos para todos; lo importante es investigar y es posible que se acrecienten con ello los problemas de la humanidad./-Los que somos muy místicos, queremos que todos también lo sean, y acabamos pensando que los que no están conmigo, están contra mi. Entonces hacemos guerras santas o conyugales en nombre del amor.” Mi Maestro siempre tenía muy presente que la diversidad humana era compleja y nada fácil de meter en casilleros fijos de materialistas, emocionales, mentales o espirituales ya que todos tenemos lo mismo, y solo nos diferencian las tendencias personales hacia lo que nos interesa. Él siempre nos hablaba que el trabajo estaba en encontrar un equilibrio en esta cruz humana y ponerlo al servicio de la viva, ya que él que más sabe tiene que ayudar al que quiere avanzar. Algunas personas van un poco más lejos y logran vincular la cruz en un centro desde donde partir. No hay una conciencia material, emocional, mental o espiritual: la conciencia es una, y está vinculada al ser. Cuando estamos vinculados no hay división pues es una, ya que esa presencia está libre de pensamiento, y el pensamiento sucede cuando estás ausente e inconsciente. Él siempre nos hablaba de que existimos en dos mundos al mismo tiempo, y que estos dos mundos se encuentran en el parte aguas del corazón. Esos dos mundos tienen que ser unificados por un centro consciente y, cuando esto sucede, lo experimentas como “dignidad”. Esta se refleja en todos tus actos; esa dignidad es vivida desde esa unidad subyacente que nos implica y vincula a todos en el respeto, servicio a la vida, a esta tierra y a todos los seres que la habita. Hay todo un discernimiento interior que se desprende de este saber y tu experiencia vital que lleva a la no violencia hacia ningún ser vivo que comparte este mundo contigo. Aprender de todo es dejar que la presencia divina more en ti, eso implica un cambio radical en la forma de relacionarte contigo. Tú eres el templo de esta presencia. Deja que el Maestro refleje tu luz ya que la luz busca la unidad más allá de la diversidad. Él genera un campo de energía de gran intensidad, su presencia refleja esa dignidad más allá de la forma del grupo, de la familia o el individuo. Él reúne un grado de presencia invulnerable, no es algo que esté fuera de ti, él es el ahora y no es algo a conseguir sino a vivir.

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CLAVE DEL MES:

FRASE DEL MES:

PREPÁRATE

Hay que prepararse para el AHORA

PARA LEER:

PARA VER:

PAUSCH, RANDY

LA ULTIMA LECCION (2010

La librería (2017)

)

Edita: DEBOLSILLO y PUNTO DE LECTURA

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Dirigida y con guión de Isabel Coixet, según la novela de Penelope Fitzgerald y música de Alfonso de Vilallonga Protagonizada por Emily Mortimer, Patricia Clarkson y Bill Nighy.


Incluso la noche más oscura terminará y el sol saldrá.

Nos podemos quejar porque los rosales tienen espinas o alegrarnos porque los espinos tienen rosas.

VICTOR HUGO

ABRAHAM LINCOLN

Escribe en tu corazón que cada día es el mejor día del año

El optimismo es la fe que conduce al logro. Nada puede hacerse sin esperanza y confianza.

RALPH WALDO EMERSON

HELEN KELLER Tomar la iniciativa no significa ser insistente, molesto o agresivo. Significa reconocer nuestra responsabilidad de hacer que las cosas sucedan.

Si algo he aprendido en la vida es a no perder el tiempo intentando cambiar el modo de ser del prójimo.

STEPHEN COVEN

CARMEN MARTÍN GAITE

Cuando no se puede lograr lo que se quiere, mejor cambiar de actitud.

En un mundo superior puede ser de otra manera, pero aquí abajo, vivir es cambiar y ser perfecto es haber cambiado muchas veces.

TERENCIO

JOHN H. NEWMAN La ilusión no se come -dijo ella. -No se come, pero alimenta -replicó el coronel.

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GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ


Miro hacia el horizonte de mi corazón y abro el baúl de los sueños no cumplidos. Mi alma inmortal me avisa de que ya es la hora. Escucho las notas de música de piano, “My Inmortal” de Evanescence. La decepción, el vacio y la falta de entusiasmo hacen mella en mi corazón; de repente entro en tinieblas y todo es oscuro. El desanimo me embarga y aunque no me gusta reconocerlo, es lo que hay. Han sido días de experimentar la muerte dentro de mí. La noticia de que una alumna mía ha fallecido me deja en un estado reflexivo, meditativo; me siento triste pero no abatido, sigo adelante, sé que mañana será otro día y, mientras agradezco la posibilidad de un nuevo mañana, me preparo para el descanso, con la intención de meditar y ver salir el SOL. Todo es pasajero, nada permanece, ni siquiera las falsas ilusiones; procuro no aferrarme a nada y tan solo aceptar y fluir con los cambios que se producen en mi interior. Nada me espera fuera de mí, así que el único portal de entrada es ir hacia mi interior, a lo más profundo de mi corazón y rescatar mi alma del infierno para elevarla a lo más sagrado. Miro las nubes del cielo y me parecen hermosas, miro el cielo azul y me parece hermoso; miro el rostro sonriente de la hija de cinco años de mi vecina que me está ayudando a restaurar un mueble y me encanta su sonrisa, su risa con tanta espontaneidad e inocencia, sus saltos, celebrando su propia fiesta. ¡Eso es! La vida es una gran fiesta y cada día es una oportunidad de celebración. Por ello, te doy gracias, señor. Pongo mi corazón a prueba en el campo de batalla para poder encontrar lo que realmente merece la pena: un corazón limpio en donde no quepa la hipocresía, ni la mentira, ni el orgullo, ni la falsedad, ni la envidia, ni la competitividad, ni el tener que demostrar nada para creerte que eres alguien especial o por encima de los demás. ¡No!, tan solo un corazón puro, pleno de luz y amor. He sido testigo del sufrimiento ajeno, muerte y soledad en la que mucha gente vive, de la ingratitud de muchos hijos hacia sus padres, de mucha gente resignada con una vida mediocre y vacía; muchos otros viviendo en el conformismo y con mucho miedo a trascender sus propias limitaciones, a dejar sus áreas de confort para seguir viviendo en el autoengaño, de los que restan y no aportan nada y están los pretenciosos que aspiran a subir los peldaños de la espiritualidad sin soltar sus propios egos, con la mínima actitud para emprender tan digna empresa. Sin considerarme mejor ni peor que nadie, aprovecho lo vivido y lo conocido para dar gracias a aquellos que si apuestan por una vida más plena, llena de felicidad, armonía y consciencia, aquellos que desde su generosidad te ofrecen todo lo que tienen, sin pedirte nada a cambio, a los que con su sonrisa y un acorde de guitarra o piano te invitan a asomarte a un mundo de color, luz y esperanza. A los que sí suman y se esfuerzan cada día por ser mejores personas; agradezco la paciencia y guía de mi MAESTRO que me mostró un camino de rectitud, consciencia y amor. Un camino, una forma de vida en donde no hay atajos, no hay cortapisas; que es real por sí mismo, desde la experiencia vivida, desde la disciplina y una verdadera voluntad. Cuando el acto es genuino y nace del corazón, el amor se revela por sí mismo, no hay necesidad de mendigarlo, comprarlo o robarlo. Eso, por sí mismo, trasciende toda ilusión: lo sientes, lo vives y simplemente lo compartes.

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Ha habido frío, calor, ya no llueve; hay desierto, selvas, montañas y costas. Todo esto y más hay en nuestro país, por lo que estamos muy templados, y eso nos da una oportunidad única para experimentar la Senda. "El Maestro es Maestría viva", su templanza hace de la vida un juego creativo para todos. Él juega constantemente en el aquí y el ahora, sin ir al pasado ni al futuro, descubriendo la montaña, sonriéndole a un rico platillo vegano, con su cámara descubre la belleza del Silencio, el juego de luces y sombras del pleno otoño, sin olvidar el saludo del invierno que ya dialoga con el clima, los bosques, la lluvia, los animales y los seres humanos: es toda una aventura única, para bien del plan de la vida. Y me afirmo: ¡qué momento más importante es cuando el Maestro hace contacto con lo profundo! Ello sucede a través de la relación con su "MAESTRE". Es todo un acontecimiento cósmico-universal en la Senda de la Sabiduría, que conforma la historia de la humanidad. Él vive la experiencia de su consciencia en el Camino del Justo medio, porque conoce la naturaleza de las cosas por él mismo, evitando por igual los extremos en la entrega de su servicio universal a la vida, sin distinción de nada, todo ello sintetizado en su eslogan “YugDo. Asociación para el fomento del espíritu y la esencia de las artes marciales y el yoga". Él nos enseña la impermanencia en la vida, y a liberarse definitivamente del sufrimiento, a trascender la muerte a través de la completa liberación. También le observo la práctica del "AHIMSA", el principio de la no-violencia, para con todas las criaturas vivas, incluso los animales e insectos, todo con un justo equilibrio. Y también el desapego, el acto de soltar, desprender lo asido. Todo ello lo veo como el viaje a su interior, el viaje a su mayor tesoro, a la fuente permanente de vida, de belleza y de verdad. Muchas gracias, Maestro, por su "SENDADISCÍPULO" que sella con Luz nuestro caminar.

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Vi el video del oso de anteojos que envió el Maestro, y me reconectó, en un instante, con la atracción por la vida que siento desde antes de tener uso de razón, así como con sus mil y un maravillas. Nunca deja de sorprendernos la Naturaleza. Su capacidad de cambio, de creatividad y las miles de oportunidades que ofrece a cada momento. Todo está ahí contenido. Y es, a cada momento. Un gesto, una brisa en una rama o un animal en libertad captado en un momento, entretenido en su naturaleza salvaje. Caminando en su viaje. Todos somos, en cierto modo, ese animal salvaje, surcando el páramo de nuestro abismo interior. Ese lugar donde el silencio, el vacío y el infinito cobra sentido, al igual que, segundos después, cobra sentido el movimiento, la parte que se expresa en el todo. Esto me reconecta con varias cosas. Primero, con el ejemplo de vida del Maestro, así como con los mensajes de nuestra querida María, o nuestro estimado Serafín. También me conecta con las salidas al monte en Tenerife, con la exploración de nuevos senderos, posibilidades, vibración, con el silencio y la meditación de la carta del mes del Maestro. Tercero, con el mensaje del Tao Te King de hace unos días: "Del vacío de la rueda con los radios surge su uso, del hueco de la vasija surge su utilidad, de las ventanas de la casa surge su servicio". Cuida tus ventanas. Atesora tu vacío, cultiva tu silencio. Mira a tu abismo interior. Disfruta de tu paisaje interno. Observa. A veces agitado, con viento en superficie, pero cuando ves la calma en lo profundo, tu alma se Calma. De ese vacío surge creatividad, pasión y entusiasmo por lo que haces, la motivación del día a día. Es curioso porque de la quietud surge el movimiento y en el movimiento también hay quietud y meditación. Meditación en movimiento. Le doy las gracias, Maestro, porque con la experiencia de estos días comienzo a ver cosas a más larga distancia: dónde quiero estar, cómo quiero vivir, a qué me quiero dedicar. Muchas veces no lo veo o me cuesta conectarlo con los sentimientos. Así que sigo limpiando las ventanas, Maestro. Por eso, ahora aprovecho el momento. Por lo pronto sé que el año próximo quiero estar en Tenerife, en mayor contacto con la Naturaleza, con la familia Yug-Do. Aunque todavía no sé si lo voy a conseguir, ¡ni cómo me las voy a arreglar! Supongo que en Ecuador tampoco se sabía se iba a ver al oso con gafas, ¡perdón, al Oso de Anteojos! Pero recuerdo, Maestro, que si aspiro a descubrir y a ver, ¡debo limpiar bien y a menudo los cristales! Sí se pudo. Gracias, Ecuador. Tai.

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El cielo y el mar tienen mucho en común. A veces pienso que uno es el reflejo del otro, especialmente cuando miro el cielo desde la ventanilla de un avión, y las nubes parecen la espuma de las olas y el azul infinito es incapaz de ser capturado por el alcance de mis pupilas. La misma sensación me sucede al ver el mar; desde niña recuerdo quedarme mirando hacia lo lejos donde el mar parece unirse con el cielo en una frágil línea que no te deja ver dónde empieza uno y termina el otro. En el fondo, no importa cuan diferente pueda parecer algo, todo está unido, aunque insistamos en creernos diferentes o especiales; lo cierto es que, al final, sólo somos uno. Todo está unido en un gran campo de energía que toma diferentes formas materiales en una gran expresión que llamamos vida. Cuando pienso en la existencia, desde esta perspectiva, todo lo que denomino

“mis problemas” o “mis

preocupaciones” pasan a segundo término y se vuelen pequeños, incluso absurdos, porque me descubro en la infinidad del Ser y no en el limitado mundo del “yo”. Sin embargo, estos chispazos de luz no me llegan muy a menudo; en la dimensión material de la forma es muy fácil confundirnos con todo aquello que nos duele o nos incomoda, nos causa sufrimiento y creemos que lo que nos sucede es terrible y, hasta cierto punto, es verdad. En la dimensión material existe dolor, sufrimiento y separación, por lo menos en idea. Por eso existen naciones, religiones, ejércitos, pobres o ricos; todo está segmentado. Me pregunto, ¿cómo vivir desde la unidad?, ¿cómo experimentar mi forma física desde la “no separación”? No lo sé, ahora mismo, la chica del asiento vecino está estornudando y me molesta la idea de que sus bacterias estén rodeándome. Supongo que ese es el gran reto para muchos --o para todos-- y la única respuesta que llega a mi cabeza es trabajar para ser un yo consiente, sí con S, como dice el Maestro.

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Desde la mujer que soy, a veces me da por contemplar aquellas que pude haber sido; las mujeres primorosas, hacendosas, buenas esposas, echada de virtudes que deseara mi madre que yo fuera. No sé por qué la vida entera he pasado rebelándome contra ellas. La culpa que sus vidas impecables me inspiran. Reniego de sus buenos oficios, de los llantos a escondidas, de hacer siempre lo que los demás querían que fuera o hiciera. Estas mujeres, sin embargo, me miran desde el interior de los espejos, levantan su dedo acusador y, a veces, cedo a sus miradas de reproche y quiero ganarme la aceptación universal, ser la “niña buena”, la “mujer decente”. Sacarme diez en conducta con el trabajo, el estado, las amistades, mi familia, mis hijos y todos los demás seres de este mundo. En esta contradicción inevitable entre lo que debió haber sido y lo que es, he librado numerosas batallas mortales, de ellas contra mí —ellas habitando en mí queriendo ser yo misma— transgrediendo a las mujeres internas que, desde la infancia, me retuercen los ojos porque no quepo en el molde perfecto de sus sueños, porque me atrevo a ser esta loca, falible, tierna y vulnerable, que se enamora como alma en pena de causas justas y siente en su corazón la escucha "ayuda, da lo mejor de ti sin esperar nada a cambio". Porque de adulta me atreví a vivir la niñez vedada. Me atreví a hacer solo lo que me gusta. No culpo a nadie. Más bien les agradezco los dones. Me lo he ganado. Lejos de todo lo que pudiera recordarme lo que debiera haber sido con personas, familias de corazón Aprendí luchando a ser libre.

[Extractos de “No me arrepiento de nada”, de Gioconda Belli, poeta, recopilados por CN. Graciela Leiva] A mi familia de Tenerife y a mis Maestros, GRACIAS.

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…Las montañas existen. Son una masa de árboles y agua, de una luz que se toca con los dedos, de algo más que todavía no existe. Penetradas del aire más solemne, nada como ellas para ser la tierra, siglos de amor ensimismado, absorto, en la creación y muerte de sus hojas. A punto de caer sobre los hombres, milagro de equilibrio, permanecen en su mismo lugar, caen hacia arriba dentro de sí, se abrazan, el cielo las sostiene, les llega el día, la noche, los rumores, pasan nubes, y ríos, y tormentas, guardan sombras que crecen escondidas entre bambúes líricos, dan el pecho a limones increíbles, pastorean arbustos y zacates, duermen de pie sobre su propio sueño de madera, de leche, de humedades. Jaime Sabines, poeta.

Las montañas Todas esas montañas que subimos algunas veces. ¡Cómo olvidar las enseñanzas vividas, las lágrimas y las sonrisas! Al amanecer o en la tarde, éstas siempre dejaron huella. Con el bambú del corazón como guía, estábamos abiertos a la experiencia. Respirando los pasos del camino en unidad con el cielo y la tierra. Quedamos un poco más cerca del sol y las estrellas. C. N. Marina Quevedo

[Recopilado por CN Marina Quevedo]

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 TENERIFE 

Cursos de Acupuntura, Yoga, Esencias Florales y Yoga, del 1 al 5 de diciembre.

 BARCELONA 

Terapias el viernes y sábado 14 y 15 de diciembre.

 ECUADOR 

En Ecuador la Operación Oso de Anteojos...convivencia, cursos de sanación, prácticas y demás ha sido un éxito rotundo. Ahora la Escuela ya se prepara para un nuevo Encuentro en Mayo.

 ARGENTINA 

Siguen las clases y actividades en Posadas a cargo de Graciela Leiva.

 MÉXICO 

iguen las prácticas, clases y actividades y ya preparando el Gran Encuentro de Febrero 2018 OPERACIÓN JAGUAR.. Del 12 al 25 de febrero.

Para bajar las anteriores publicaciones:

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