BOLETÍN AYDO 221

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AsociaciĂłn para el Fomento del EspĂ­ritu y la Esencia de las Artes Marciales y el Yoga


En un mundo de tensiones y desequilibrios es fundamental tener una actitud firme y relajada para avanzar, es decir, con aplomo. Veo al hermoso pinzón azul, quien bebe agua en una fuente. Se inclina, se levanta y cambia de postura, pero siempre mantiene la actitud justa, el aplomo. Veo la misma sensación de energía estable y equilibrada en los árboles del pinar, en las montañas y en el conjunto de todas las formas entrelazadas de la naturaleza viva. ¿Qué es el aplomo? Tanto un acto correcto como una acción justa requieren partir de una posición estable y a la vez disponible, abierta pero arraigada, y para que esta postura sea real tiene que darse la actitud adecuada. Así, actitud, postura y acción son un todo que denotan el movimiento de algo centrado, armónico e integrado. La vida disociada del hombre llamado civilizado está muy alejada de la armonía, porque suele separar lo material de lo espiritual o el cuerpo de la esencia. A menudo vive en su cabeza, en sus ideas espirituales y así se siente elevado o diferente. En cambio, el cuerpo es visto como un instrumento, como una cosa, como un objeto que el ser espiritual utilizará a su antojo. Esta división de uno mismo entre físico y espiritual es parte del gran error humano, y lo que genera son mil enfermedades físicas y del comportamiento. No hay tal separación. Es necesario dejar la actitud errónea de "cosificar" el cuerpo, y tratarlo como un objeto o una bestia de la que tenemos que ocuparnos.


Esta forma de pensamiento, por cierto muy antigua, divide constantemente el mundo. Por ejemplo, en lo interior y lo exterior, en lo bueno y lo malo, o en lo alto y lo bajo. Así, nuestro lenguaje revela esta actitud errónea, tal como al pretender "elevarnos" espiritualmente. Lo que solemos lograr es tensar los hombros y crear fantasías místicas. De hecho, en el cosmos no hay arriba ni abajo. Estos términos espaciales son relativos. Lo que sí hay es energía, y la comprensión de que no estamos en la vida sino de que somos la vida. No tenemos un cuerpo: somos el cuerpo. Y, por supuesto, no vivimos limitados en una forma separada de todo lo demás sino que somos la unidad infinita e indiferenciada. De este modo, el origen del conflicto está en la percepción errónea de vivirse como entidad separada y así proyectar la dualidad no integrada que se pelea con lo exterior. Aplomo es un concepto de base alquímica. En el simbolismo tradicional, el primer Chakra, la raíz energética o lo que conecta con la atracción terrestre y el magnetismo planetario, pertenece al plomo. Mientras que la coronilla de la cabeza y el séptimo Chakra es el


polo eléctrico conectado al oro, que representa la luz solar. Transmutar el plomo en oro ha sido una vez más mal interpretado. No hay que convertir el plomo en oro, sino situar el plomo abajo para que éste reciba el oro, o sea la luz de arriba. En definitiva, esto significa tener los pies en la tierra y la cabeza en el cielo. Arraigamiento es aceptar la base terrestre y la sutilidad celeste. Estar entre el Cielo y la Tierra. Esta es la base de la curación, del taoísmo, del budismo, del cristianismo y de los demás "ismos". No hay separación entre el Cielo y la Tierra, entre lo espiritual y lo material, en lo interior y lo exterior, en lo denso y lo sutil, o en lo de arriba y lo de abajo. "Cómo es arriba es abajo", dice el Kybalión. El sufrimiento humano es un conflicto mental que implica una falta de conexión real con la existencia. Todo es UNO, pero la mente humana, que es dual, todo lo ve doble y separado. De hecho, para entender y ver cómo funciona algo lo separamos. Así lo aprendimos en anatomía al diseccionar cuerpos, o lo hace la curiosidad de un niño cuando desmonta un juguete para ver cómo funciona. El proceso es válido, pero lo diseccionando deja de funcionar: está muerto. Hay otros modos. Por ejemplo, la meditación y el contacto con el silencio nos regalan la conciencia unificada. Me siento en la postura correcta, y veo que hay un mundo exterior, una realidad externa a mí. Luego, eso está en mi mente, en mi psicología y en mi realidad interior, pero más profundamente solo hay


SILENCIO. De este modo, los mundos superficiales o la dualidad me hacen ver un exterior, un "no yo", y un interior, un "yo", que es la referencia al centro de opinión. Veo, siento, noto, imagino, creo, deseo y necesito. ¿Quién? Pues “yo”. Y, ¿quién es “yo”? Ese que piensa, siente, imagina, cree o desea, etc. Entonces, ¿qué pasa con ese si no piensa, hace, cree, imagina ni desea, etc.? Sin acción y sin verbo, pues hay Silencio. Desaparece. Por eso al “yo”, al “mi”, le gusta más pensar en la meditación que meditar. Incluso tratamos de HACER meditación, y para más color, buscamos meditación de un estilo o de otro, realizamos meditaciones bonitas o feas. Todo esto es falso. Tú no puedes meditar, porque tú solo puedes actuar, y sin acción desapareces. Así que meditar y “yo” nunca se encuentran. Si “yo” medito no hay meditación, y si hay meditación no hay “yo”. No es un rompecabezas: es experiencia pura. En meditación, el SILENCIO absorbe la dualidad y al “yo”, y todo es UNO. Cuando nos levantamos, nos movemos y volvemos a la acción, el ego, el “yo” toma el protagonismo de nuevo, pero entonces va quedando una memoria diferente. Esta es la conciencia de que el “yo” o el cuerpo y la mente son una pequeña parte de lo que soy. Porque también soy el otro, tú, las nubes y el más allá. Va quedando una memoria de la conciencia del Ser Uno. Por supuesto, desde la perspectiva de la mente y la dualidad hace falta práctica para que esa conciencia se


haga estable y firme, y no se olvide a la primera acción. Sin embargo no hay que olvidar que el proceso es ir deteniendo el acto físico y mental, y con la postura y actitud correcta se hace sitio para que la respiración descienda al vientre, los hombros se aflojan y aparece el orden desde la no acción, desde el Silencio que se es. La tensión justa y necesaria que refleja la armonía de Ser. Así recibo la vida en el bosque, con aromas nuevos, con la silueta del lobo en el camino –quien va ahí trotando entre la niebla–, con el canto del acentor, con el aroma a brezos y escobas, con un rayo de sol en el rostro contraído por el frío. ¿Qué más se puede pedir? Hay un disfrute en las pequeñas cosas así como en recibir la belleza natural de lo que se deja ver, de lo que se revela y de lo que llega a ti. Ahora estamos en Escorpio, y por eso celebramos el mito de la muerte y del dejar ir el arraigamiento profundo del ser que somos. Marte y Plutón nos abren el cambio del adentro que conduce a un nuevo afuera. Por eso están el sexo, la pasión, el amor y la celebración íntima de cada instante. Ya huele a setas y castañas asadas; huele a hogar, a encuentro y a celebración. Sin miedo que la vida es pura belleza. ¡¡Feliz noviembre!!

TAI

ANTONIO IBORRA


Utilizar la conciencia respiratoria para vivir mejor no es taoísmo, ni budismo, ni Yoga, ni meditación, ni algo con sabor a nueva era. Es simplemente un recurso humano inteligente o, lo que es lo mismo, un recurso para humanos inteligentes. Es bien sabido que la vida mental y emocional afecta a la biología, como también lo es a la inversa. El caso es que una buena forma de llevar mejor cualquier molestia, inconveniente o problema vital es respirar mejor. La respiración es la función básica de la vida. Todos los demás procesos orgánicos dependen de ella. De este modo, y para no entrar en conceptos demasiado técnicos, la respiración actúa como un director de orquesta con respecto a todos los órganos y funciones. Normalmente la respiración inconsciente, que es la habitual, está constreñida por las diferentes armaduras emocionales. Estos cuadros de tensión psicológica aprietan las clavículas, la espalda, los intercostales, el diafragma y los abdominales. La tensión y el estrés


literalmente bloquean la capacidad de respirar bien, y evitan producir energía orgánica. La naturaleza del CHI del Pulmón es descender. De este modo, hay que empezar por relajar el vientre y hacer espacio a la respiración profunda, abdominal o diafragmática. Hay que entender que la primera norma es no forzar la respiración, ni empujar el aire: solo hay que relajar, dejarse caer y abrir espacio en las entrañas. El aliento descenderá si nos aflojamos y, paradójicamente, si desciende el aire nos aflojaremos. Así que este es un acto conjunto: relajarse un poco y abrir espacio en el vientre para que el aire llegue ahí, al área del ombligo. La respiración profunda, relajada, rítmica y abdominal cambia nuestra frecuencia emocional y mental. Nos produce calma y tranquilidad, y actúa como un medicamento espiritual porque nos serena sin efectos secundarios. El plexo solar en la boca del estómago es el lugar de más impacto emocional: allí las impresiones pesadas y todo lo


que no nos gusta del mundo nos golpea. Y mucho de este impacto irá posteriormente al hígado, y luego también a la espalda, generando todo tipo de limitaciones y mal estar. Recuperar la respiración consciente, profunda y permitir que baje y entre en el abdomen nos ayudará a liberar las tensiones y emociones, además de encontrar una mejor adaptación al momento. Como la respiración empieza en la nariz, el aire deberá pasar por la garganta, la clavícula, el pecho, las costillas y, sobre todo, el centro emocional del plexo solar. Has de entender que puedes respirar cualquier cosa. Si hay ansiedad puedes respirar la ansiedad; si hay temor puedes respirar el temor; si hay preocupaciones puedes respirarlas; lo mismo con la tristeza, con la tensión, con un pesar o con cualquier inquietud. Todo lo puedes respirar, y al hacerlo te sentirás mucho mejor porque todo fluirá con más facilidad. Deja que entre el aire: abre espacio, permite que llegue al vientre, luego déjalo salir, que salga el aliento, suelta, suelta, suelta. Al entrar el aire llega la energía limpia y nueva, la información para sanar y actualizarte. El aire no solo trae oxígeno, también lleva iones, información, humedad, olor y vida.


Recibe la energía del momento. Luego deja salir todo: más la tensión, el dolor y la preocupación. Deja que todo salga como un suspiro. Déjate caer. Es momento de soltar y soltar. Ábrete a lo nuevo, y deja salir lo viejo. Es así de simple, de natural y de sanador. Vive el momento: llega lo nuevo y sale lo viejo. Renuévate a cada instante. Cada respiración es una vida. La respiración es el barco con el que puedes cruzar cualquier océano aunque haya tempestad o calma. Respira. Como un buen capitán no puedes cambiar al mar, pero debes cambiar tú: ajustar las velas y las amarras, o sea descender la respiración con calma, cuidado y observación. Nada empeora con una respiración más suave, consciente y baja. Al contrario, todo se lleva mejor. La calidad de la respiración es la calidad de la vida. Recuerda: lo principal es nunca forzar la respiración. Al contrario, hazla suave, lenta y profunda para que alcance tu vientre. Pero haz esto sin llenarte, solo


hasta recibir relajadamente el aire nuevo. Luego hay que soltar y soltar, dejar salir el aire y con ello las tensiones y las emociones. Recuerda que si pones la punta de la lengua muy relajada en el paladar superior cerrarás el circuito energético para no absorber nada negativo del exterior. Es como un sello de protección. Cuando sientes cómo el aire entra por las fosas nasales y pasa por el cuello puedes mantener un control suave de la epiglotis. Luego percibe cómo cruza la zona de las clavículas, se abren un poco las costillas y se relaja el diafragma; un poco más tarde, el aire desciende, sigue el impulso suave hasta el ombligo. Finalmente, acompaña su salida con el soltar y la liberación del dióxido de carbono y de toda tensión interior. ¿Y la mascarilla? Mientras escribo esto, respiro plácidamente con la mascarilla puesta dentro de un avión a punto de despegar. ¡No pasa nada! Sí se puede. Que nada ni nadie te robe la respiración. Es más importante la calidad que la cantidad. ¡Que lo disfrutes! Buen viaje.

TAI AIM


El SER quiere ser y busca materializarse y expresarse en la frecuencia del mundo material. El Ser encuentra dos obstáculos: las resistencias y la relajación. Estas son las dos R. Erre que erre. Primera R Resistencias Lo nuevo y el ser deben hacerse sitio en lo que hay. Así, la novedad, la vida, la idea nueva y el Ser deben enfrentar las resistencias. Aunque nos guste, estemos a favor, estemos motivados y dispuestos a lo nuevo, las resistencia están ahí. Estas no solo son inconscientes, sino que son la presencia de la estructuración de lo anterior. Todo tiende a cristalizarse y a formar un cierto campo. Por ejemplo, una emoción o una situación enfermas manifiestan su propio balance, y la sanación a menudo genera incomodidad al tener que romper el equilibrio desequilibrado de ese padecimiento. Así que las resistencias están ahí: el cambio es inevitable y las resistencias al cambio también


aparecen. Sin embargo, al estar más conscientes de las resistencias las podemos soltar antes. Esta es la ganancia del trabajo interior, por ejemplo del Yug-Do.

"Tengo resistencias, Maestro". Estupendo, porque solo así puedes vivir el Yug-Do, el cual consiste en soltarlas una y otra, y otra vez, durante el pequeño periodo de toda tu vida. Las resistencias no son el problema: son parte del proceso. Estas son, de hecho, el contraste necesario para el avance y la conciencia. Por ejemplo, no saber por dónde avanzar puede ser resultado de las resistencias a ver. Ver por dónde hay que seguir puede generar ansiedad y angustia. Estas últimas también son resistencias. ¿Qué puedes hacer? Avanzar y avanzar. Dejar lo conocido, que en el fondo sabemos que nos estanca, y seguir adelante. La mente, en sus


constantes resistencias, nos puede justificar todo el tiempo. Nos entran las dudas: ¡resistencias! “No lo tengo claro”: ¡resistencias! “Estoy confundido”: ¡resistencias! “Tengo miedo”: ¡resistencias! “Por un lado sí, por el otro no”: ¡resistencias! Entonces, ¡tengo muchas resistencias! No, solo hay una. Te estás resistiendo a tus resistencias. Deja de patalear, de quejarte, de aferrarte y de pensar: solo es miedo y apego. ¡¡¡Resistencias!!! Acepta tus resistencias, agradécelas y avanza. No hay más cuento. Deja de posponer. La vida es demasiado corta para perder el tiempo... Si avanzas y aciertas, pues qué bien. Si avanzas y te equivocas, pues qué bien. No te atores: solo sigue. Cuenta con el miedo y con las resistencias, pero tu trabajo es dejarlas a un lado. Es seguir. Segunda R Relajación. Hay una relajación buena, pero de esa me ocuparé otro día. Y está la otra, la de hoy, que no sirve para tu verdadera realización interior. Es simplemente maya: una ilusión, un darte “gustos y placeres” que te conducirán al dolor, al sufrimiento y al vacío existencial. Media humanidad está ahí. La mitad del tiempo está


atorada en sus resistencias, la otra parte de su vida está compensándose con sus distracciones y sus vicios. Hay vicios como el tabaco, el alcohol, las drogas, la televisión, las compras, el gastar tu vida en relaciones narcisistas, el sexo, el salir con alguien o el que te hagan caso, que son cosas puramente adolescentes. Estos son vicios de apegarse a lo que nos apetece y dar rienda suelta a nuestros deseos. Si bien es importante el placer en nuestra vida, hay que detenerse en la adicción emocional, el escapismo, el negarse a crecer o el síndrome de Wendy o Peter Pan. La Relajación que obstaculiza la realización Ser es el querer dormir, el negarse a responsabilidad, el posponer el deber, y interminable y aburrido juego de justificaciones.

del la el las

Sin disciplina no hay avance. Tal como nos lo enseña la Casa Siete y el signo de Libra, la balanza, es necesario un equilibrio entre el


placer, Venus, y el deber, Saturno. Pero siempre hay que poner el deber antes. Así que no es un equilibrio mental, del tipo, 50 por 50. No, es primero el deber. Y la Realización del Ser es imposible sin sacrificios. Así que, por favor, dejemos la literatura barata sobre el darnos gusto en todo y recordemos que sin el poder de la voluntad férrea no hay crecimiento ni grandeza. Todos lo que no nos cuesta no tiene valor. O, ¿quizás sí? Por supuesto que hay que ser agradecido a los infinitos regalos de la vida y a apreciar lo que simplemente nos es dado. Pero siempre hay una montaña que subir. Así que, con resistencias, ¡adelante! Y hazlo sin mucha relajación, solo la justa para subir, porque costar, sí cuesta. No hay ninguna duda. Es que en la relajación, la conciencia se vuelve laxa y hasta desaparece. Así que despacito y con buena letra. Goza del viaje, no busques referencias en lo que te cuesta o no, ni en lo que te gusta o no, sino en lo que reclama tu alma. Cumple tu sagrado deber con alegría. TAI AIM


1.- ACTITUD Es la postura, posición o disposición correcta. No puede surgir un buen movimiento de una postura incorrecta, ni una buena respiración, ni una buena expresión. Primero alinéate con la verdad, con lo correcto y con la corrección necesaria al darse cuenta. ¡Estoy en el punto de partida! Posición, actitud, corrección y disposición. Busca mejorar tu postura. Empieza con el cuerpo que eres, erguido y humilde, no tenso y orgulloso, abierto y disponible, atento y cooperativo, no con uno competitivo. Busca el centro de gravedad en la pelvis y déjate caer. Para ascender primero tienes que descender. La columna vertebral no debe de ponerse


rígida, ni tiesa. La imagen correcta es elevarse como un alga que flota fluidamente y busca la luz de la superficie. Entonces, la colocación de la pelvis, la relajación y apertura de la pelvis permitirán que la espalda esté en su centro dinámico, fluido y equilibrado. Ponerse un pequeño objeto en la cabeza puede ayudar en este objetivo o usar la misma caña de bambú en equilibrio sobre la coronilla de la cabeza. 2.FACILITAR EL DESCENSO DE LA RESPIRACIÓN No hay que empujar el aire hacia abajo, sino más bien hacer sitio. Para ello hay que aflojar el vientre y no tener miedo a la barriga. Recuerda que nadie desarrolla una panza respirando bien, al contrario que comiendo mal o excederse con la cerveza. Confiar en el poder regulador de la respiración profunda es muy importante. Un cambio espiritual y evolutivo requiere de una nueva organización energética que produce la respiración saludable, profunda, natural y relajada. Recuerda, todos los estados mentales y emocionales pueden ser respirados, pueden ser atravesados por el barco de la respiración pausada, tranquila y a la vez profunda. No dejes que nada ni nadie te intimide. Respira profundo.


El aire no sólo es el aire: es el CHI, la energía, la vida renovándose y el principio espiritual. No hace falta pensar tanto, ni imaginar esto o aquello. Solo ábrete a la respiración transformacional, profunda, real y vital. Eso es la Escuela de la Respiración YugDo. 3.- LA TENSIÓN JUSTA Necesitamos aceptar la tensión porque la vida es una tensión. La energía entre la unidad y la diversidad es un cierto tono, una nota, una música o una tensión justa. La sobre tensión es sufrimiento, disonancia del ser o resistencias del ego. Todo problema en al menos un 50 por ciento es exceso de tensión. Apretar, esperar, activar o desear demasiado. Demasiado, demasiado. La otra mitad del problema es el otro “demasiado”: demasiada carencia, falta de tono, de empeño, de deseo, de esfuerzo, de consentimiento o de flojera. Es la laxitud. Por eso, el exceso de relajación tampoco es bueno, así como tampoco lo es el exceso de placer, de pasividad o de posposición.


"Ni tanto fuego que queme al santo, ni tan poco que no lo alumbre". Moderación sí, pero también hay que moderar la moderación y no volverse demasiado moderados, cobardes o apáticos. La medida la pone la vida, la conciencia despierta y el Maestro. Sin eso, vamos como el péndulo de un lado al otro, porque cada estudiante está preso en sus propias tendencias, en su tipo de mente. Unos están por exceso y otros, por déficit. De este modo, la terapia y la guía del Maestro vivo te ayudan a corregirte y a ver cómo te desequilibras todo el tiempo. Así que Dojo, Maestro y Disciplina te permiten avanzar de forma real. Eso no se logra yendo por tu cuenta o de forma individual. Solo el tono correcto abre la puerta a tu crecimiento, a tu avance y a la conquista de la vida que te mereces. Esto es a la vida superior y a la auténtica felicidad. Una vez más te lo digo: más vale un gramo de práctica que una tonelada de teoría.

TAI AIM


No importa las veces que vayas a la fuente de la sabiduría, allí siempre te sentirás iluminado y feliz por estar junto al Maestro, escuchando la charla o visitando ese lugar. Al rato de salir, regresará la oscuridad. Y llegará un momento en que te sentirás mal. Te preguntarás: “¿Por qué entendiéndolo todo no me sirve de nada?”. Tienes un diez en teoría y un dos en realización interior. Suspendes una y otra vez, y crees saberlo todo, pero en realidad no sabes nada. Porque el verdadero saber es una habilidad, no una idea bonita. El saber no es una teoría ni una hermosa filosofía, menos aún una creencia. "Yo creo" o "yo pienso" no sirven de nada. Da igual lo que pienses, creas, si tienes fe en lo que sea. ¿Te aguantas en la cuerda floja o te caes? Fin de la filosofía. La sabiduría es habilidad real. Es un fruto indiscutible de práctica continua y sistemática. Y aun practicando Yoga, Tai Chi, Meditación o Yug-Do caerás una y otra vez en tu desorden emocional, en tus tendencias que


pueden ser los celos, la envidia, la inseguridad, la posesividad, el control, la obsesión, la ansiedad, la competitividad, la ira o el miedo. La práctica de Yug-Do es emocional, es Prathiahara, es corregir tus zonas erróneas, es superar tus defectos, es dejar de criticar a los demás, es trascender a la víctima y a los apegos así como centrarte solo en el poder de tu SER. Ese es el verdadero significado de empoderarse. Mientras que la gente lo usa al revés, porque se hacen fuertes en su ego, en sus sistemas de defensa o en su castillo. ¡Defienden su cárcel como si fuera su castillo! ¡Es el mundo al revés! Todo es muy simple si vas a la fuente de la sabiduría. No podrás llevarte nada porque fuiste sin una vasija o un cuenco en el que llevarte algo de esa agua de vida. El Maestro vierte sobre todos, pero solo retiene y contiene el que ha construido su vasija. Eso es el discipulado.


Sin vasija no te transformarás, no podrás contener ni transmitir el agua de vida que te ofrece el Maestro. Y esa vasija solo se construye con disciplina, con servicio, con entrega, dando lo que uno tiene y construyendo las habilidades de la sabiduría. Corrigiendo los defectos así como tapando los agujeros del ego y las contradicciones. No hay atajos: la iluminación no es nada sin auto construcción, sin auto realización, sin trabajo constante y guiado. ¿Alguien puede concebir la excelencia de un bailarín de élite sin su entrenador o sin su maestro? No seamos ingenuos, el Camino no está en Internet ni en los conocimientos, sino en el trabajo real sobre uno mismo, que responde a las ayudas necesarias. Hay que construir una vasija, hay que construir al Discípulo, y cuando esté preparado aparecerá el Maestro.

TAI AIM


Escorpio nos enseña que es una constelación doble, la del escorpión y la del águila. A esta última a veces la llamamos la treceava constelación, el treceavo signo: el del Águila. Y es que en la Casa Ocho encontramos las claves de la Alquimia, de lo secreto y de la puerta al mundo superior o a la evolución. Tanto el signo como la casa hablan de la muerte. Y es que la iniciación siempre representa un rito de paso, un portal a algo más que nos lleva al misterio de la vida. Si no morimos no podemos volver a nacer. Si no terminamos no podemos empezar. Así que el apego nos impide la trascendencia y la transmutación. Se hace necesario una renuncia, una pérdida o un soltar para recuperar el Camino.


Todo lo que no queremos soltar nos es quitado más tarde o más temprano y con mucho dolor y sufrimiento. En cambio, al soltar los apegos nos convertimos en Águilas Reales. Hay más que lo que vemos. Siempre hay más. La vida descrita por un científico no es mentira, pero tampoco es verdad. Por ejemplo, el sexo es mucho más que unos genitales, que unas hormonas o que una energía. El sexo es cuando dos triángulos se entrecruzan para generar una séptima posibilidad. Un triángulo físico, emocional y mental de polaridad Yin que se une con un triángulo físico, emocional y mental de polaridad Yang. Y luego hay una puerta, un Dáleth, que se puede abrir. El mundo azul, cielos inmensos y mares inconmensurables nos despiertan a la posibilidad cuántica. Sólo existe El Campo: una mente individual extrae del campo una realidad y otra mente individual extrae del campo otra realidad. Lo que se materializa para el individuo es la frecuencia de su mente individual. Si una persona vibra igual, siempre vive lo mismo. Por eso, cuando aprendes que la única manera de cambiar tu realidad es modificar tu frecuencia mental, ya estás en camino. Sin embargo más allá de lograr materializar lo que uno desea, al final queda atrapado en su propia creación. De este modo el sabio modera el deseo y empieza a valorar lo que le llega del Silencio.


Un pájaro azul no sólo son huesos y plumas, o un conjunto genético, o un sistema energético particular. Un pájaro azul puede ser también una señal, una guía, un mensaje, una de las infinitas formas en las que el campo se pone en contacto con la persona que crees ser. De este modo, cada instante es una posibilidad cuántica donde los mil universos también están aquí. Cuando camino por las montañas y bosques, entre animales, plantas, piedras, ríos y nubes, sé que solo percibo una ínfima parte de lo que hay y de lo posible. A veces un mundo mágico se despliega ante mí, otras solo veo matorrales y árboles. Cuando de repente surge un ser como aparecido de la nada, un gato montés, un lobo, un águila o un pinzón azul celebro el encuentro conmigo mismo. Incluso cuando no parece haber nada, siento cómo duerme el lirón en el hayedo o dormita un zorro en la zorrera.


Las vidas siguen ahí, no se muestran. Simplemente siguen sus vidas con hambre, descanso, celo o paseo. Entrar en un escenario natural es también convertirse en actor ante cualquier posible encuentro. Porque no solo uno ve al oso o al corzo, en incontables ocasiones somos observados por los ojos de la espesura. Hay mil ojos que también nos ven. Así que el mundo azul es el mundo del encuentro, del ser encontrado y del encontrar. Todo habla para el que tiene oídos para oír. Una visita a cualquier mundo natural sea azul, verde o rojo, es abrir los sentidos en dos direcciones: afuera y adentro. Vivir no es lo mismo que ver. Así que los mundos azules te transforman porque te enseñan otras partes de ti. Te deseo un buen paseo.

TAI AIM


Hace un frío que pela. Aún y así, mientras encojo los hombros no dejo de maravillarme de la bóveda celeste. Contemplo cientos de estrellas y algún planeta que no sé identificar, ¿será Marte?, ¿Venus, quizás? Pienso en los antiguos sabios que sabían leer directamente el libro del cielo. Por mi parte me contento con gozar del espectáculo. Es luna nueva, quizás por eso se ven tan brillantes las estrellas, y en el silencio que precede al amanecer me siento libre. Entre la silueta de las encinas se empieza a intuir el alba, y de vez en cuando la noche es rota por el bramido del ciervo macho, encelado todavía, ronco ya ante sus quejidos lastimeros. Acurrucado en mí escondite, y tapado como un aldeano medieval miro la noche. Sin embargo, los recuerdos del ayer afloran nítidos y tersos como la superficie del lago.


Magarza, la hembra de lince ibérico está tumbada en la cima de la colina, mientras que uno de sus revoltosos cachorros cae de improviso sobre ella. En un juego intermitente de vida y muerte, juega a cazar a su madre, tal y como cada día lo ve hacer a ella sobre algún conejo. Tiene todavía a sus dos jovenzuelos adolescentes a su cargo, así que pronto se pone en marcha, y ahora sí puedo observar un intento real de caza. El lance salió frustrado y el conejo, por esta vez, escapó. Tras dos días de búsqueda, ayer la naturaleza nos regaló unos momentos inolvidables. Venir a la sierra a buscar linces es una cosa, lograr verlos, otra muy distinta. Sin embargo, hace tiempo que aprendimos a disfrutar del viaje... Todo hay que saber vivirlo: ya se trate de buscar lobos, osos, nutrias o gatos monteses, la naturaleza es la vida, y en la experiencia humana sólo el deseo y la búsqueda están garantizados. El encuentro siempre está más allá de nosotros. Un naturalista estudia bien a la especie que desea contemplar: sus hábitos, costumbres y tendencias. Tomamos en cuenta su alimentación, sus épocas de celo, el clima, sus querencias, pero luego acaba el control y empieza el azar y la suerte. Quizás por eso disfrutamos tanto, porque el misterio siempre está ahí


y la incertidumbre, lejos de ser mala, da sabor a la vida. La vida de un naturalista es un viaje de asombro en asombro, porque más allá de lo buscado, la vida siempre te hace regalos inesperados. Cosas que nunca has visto se despliegan ante tus ojos atónitos. Cuando creo conocer un escenario, lo tengo que descubrir de nuevo. A mí me parece que el cuadro vivo que tengo ante mí es un lugar en el que personajes nuevos pueden aparecer a cada momento. En el mismo tronco que he mirado miles de veces hoy, es el lugar elegido para que se pose un picapinos, ave que nunca he tenido el placer de observar en este preciso entorno. En estos días de olor a jaras, tomillos y verdes


lentiscos, con el azul discreto del Roquero Solitario en un bolo granítico, la silueta imponente del buitre negro, la delicada estampa de un gamo joven, o la jarana de los Rabilargos, me gusta todo lo que veo y percibo. Sí, al fin, con los años aprendí a gozar de éxitos y fracasos por igual, no en igual medida, pero sí en igual importancia. El mes pasado no se vio el lince, pero la experiencia también fue única. Hoy, ya de amanecida y con las manos heladas, debemos estar a tres grados, me siento dichoso, lo espero todo. Prefiero, pero me conformo. Lo que se viva bienvenido sea. Nunca faltará nada, porque si los objetivos de la mente no han sido alcanzados, siempre los ojos del espíritu te pueden hacer ver lo que ha llegado a ti. Del mismo modo el alma del viajero seguirá disponiéndose para el siguiente valle. La naturaleza te enseña que más allá de tus deseos e intenciones, siempre hay algo para ti, solo tienes que habilitarte para darte cuenta, para apreciarlo. A menudo, a una mente no entrenada le sucede que buscando una moneda de cobre no aprecia


ni valora una de plata. El sendero del lince me muestra hoy un mochuelo precioso en una roca, una lagartija aprovecha un rayo de sol de otoño, el petirrojo insiste en llamarme la atención a la vera del camino, y ya mi mirada se pierde entre las suaves colinas, deteniéndose aquí y allá en todos los seres vivos que la animan. Una hembra de jabalí con sus dos crías, un muflón sentado bajo una oquedad y el lince que espero volver a ver. Porque la naturaleza, como el universo, es inagotable. En luna nueva todo es nuevo. Así que me dispongo a abrir los regalos del día.

TAI AIM


Hoy disfruté, como nunca lo había hecho, del azul turquesa de una diosa que estaba a la orilla del mar. Alcíone fue una sacerdotisa en la época de la guerra de Troya. Es la hija del Dios de los vientos. Alcíone se informó sobre la muerte de Céix, su esposo, y desesperada lloraba por su amante a la orilla del mar. Su dolor emocionó a los dioses y la transformaron en Martín Pescador. Alcíone es la estrella más brillante de las Pléyades, y también es la más llamativa de la constelación de Tauro. Así mismo en Grecia, los días de Alcíone se refieren a los días soleados de invierno. Los alciónidos son la bella familia de los Martínes Pescadores, de los que existen especies en todos los continentes. Son aves especializadas en la pesca en ríos, en pantanos y en la orilla del mar, tal como me percaté en mi observación de


hoy. Todo en estas aerodinámicas aves es una construcción perfecta para la pesca: su cuerpo es casi una prolongación de su gran y afilado pico, que es como un arpón viviente y azul o un rayo turquesa cuando se lanza en picado. Su belleza mortífera y rotunda me deja extasiado mientras la contemplo al amanecer, justo delante de mi casa. Es mi regalo de octubre: nada más ni nada menos que una diosa del viento y del agua entre los signos de Libra y Escorpio. Alcíone me cuenta su historia de libertad e independencia, como Lilith que hoy entra en Tauro y manifiesta su espíritu de feminidad no sometida a ninguna autoridad patriarcal. Lilith, como la misma Alcíone, es confundida a veces como un mero espíritu rebelde, quizás como un clamor feminista, pero es mucho más. Este arquetipo encarnado por el Martín Pescador refleja perfectamente la voluntad humana de no dejarse manipular, ni someter por la fuerza, ni por venderse a una situación dependiente o de comida segura. Alcíone y la belleza azul del Martín son una bandera a la libertad personal, la cual renuncia a ser


obligado y dominado, aunque eso implique ser excluido del clan y asumir la soledad. Los Martines son solitarios, salvo en la época de reproducción, pero siempre se muestran felices y llenos de vitalidad.

Mientras cierne sobre el mar, a punto de lanzarse como un arpón brillante, Alcíone me muestra otra cara de Venus: la vía del corazón libre. Sin libertad el amor es solo una ilusión y un estado de dependencia. Me voy a casa con el alma azul. TAI AIM


Esa es mi gran apuesta. Hay un trabajo que hacer, y es del tipo mental. El espíritu nos indica: “déjate llevar por la calma de la corriente”. La mente está por otros quehaceres, y no debemos dejarnos arrastrar por ella. La corriente te dice: “déjate llevar, Lentamente, sin prisas”. Estás abierto, pero no dejas que el pensamiento se entretenga en “Lo que me gusta es otra cosa”. “Lo que prefiero no es esa corriente”. Tuya es la decisión de dejar que la corriente te balancee, y después en confiar. Es lo que la vida te propone: de qué se trata. Durante mucho tiempo has estado disfrutando de estar bajo la influencia de la mente y la ansiedad, y la confusión es lo que al final consigues.


Ahora, a través del camino espiritual, la vida te dice: “déjate llevar por la corriente”. Deja que el sentimiento de confianza y calma crezca, pero eso no ocurrirá a través del pensamiento. Confía. Todos están de tu parte. Hasta la vida. También la orilla forma parte del río, pero la corriente es para que confíes y dejes que te lleve. Déjate mecer y sueña. Mira lo que está delante de ti. Ellos no tienen dudas. Confía. Es lo único que puedes hacer con una mente distorsionada por el impacto de la adicción al conflicto. Déjate mecer.

TAI

MARÍA ARRABAL


M

Te quedas contemplando el amanecer y dejas que el sol te caliente con sus tenues rayos. No opinas, ni sientes deseos de hacer otra cosa: estás a gusto y disfrutando. El ejemplo es nuestra mejor arma. Cuando todo lo que hacemos es para dar lo mejor de nosotros mismos, nos surge un principio de una motivación religante rastafari religiosa que te convierte y nos convierte en naturaleza viva. Canalizar tu energía motivada por el impulso teniendo en cuenta a los demás renueva el nosotros, y es lo que más nos hace brillar. Todos anhelamos los cálidos besos que la vida espiritual te da, los cuales son comparables a los amaneceres contemplativos en que tu alma agradece la llegada del brillante sol. En ese momento te sientes un Guerrero del amor, ese que derrite crisálidas.


Te dejas seducir, porque te lleva al encuentro de la renovación y la promesa de un nuevo día lleno de bendiciones para todos. Estás tan sensible como las alas de una mariposa. Ser religioso es estar despierto en el instante, y dar las gracias. Estás al servicio. La gracia espiritual siempre es con nosotros.

TAI MAS (María Arrabal Sánchez)


Nunca llegarás a tu destino si te detienes a arrojar piedras a cada perro que te ladre. Winston Churchill La envidia es mil veces más terrible que el hambre, porque es hambre espiritual. Miguel Unamuno El secreto no es correr detrás de las mariposas... es cuidar el jardín para que ellas vengan hacía ti. Mario Quintana El ahora no necesita que lo vistas de nada, ya que lo contiene todo y el todo está dentro de ti esperando ser revelado. María Arrabal Si puedes encontrar un camino sin obstáculos, probablemente no va a ningún lugar. Debemos elegir entre lo que es correcto y lo que es sencillo. J.K. Rowling Una persona no puede directamente escoger sus circunstancias, pero si puede escoger sus pensamientos e indirectamente y con seguridad darle forma a sus circunstancias. James Allen La felicidad no puede ser ganada, no es una propiedad. Es la experiencia espiritual de vida de cada minuto con amor, gracia y gratitud. Denis Waitley ¨La gente siempre echa la culpa a sus circunstancias por lo que ellos son. Yo no creo las circunstancias. La gente a la que le va bien en la vida es la gente que va a buscar de las circunstancias que quieren y si no las encuentran, se las hacen, se las fabrican." Wayne Dyer Una flor no dura dos primaveras solo las raíces sobreviven al tiempo. María Arrabal

MARÍA ARRABAL


CLAVE DEL MES: “ PROFUNDIZAR” PARA VER: “ Ya no me siento a

gusto en este mundo” Dirección: Tony Goldwin 107 min. 2010

FRASE DEL MES: " Ves más allá de las apariencias” PARA LEER: “Aullando en los Bosques” Autor: Reidar Müller Editorial: Lumen


Recetas de taller de cocina, Tenerife 2020 “Que tu alimento sea tu medicina”. Hipócrates

¡¡¡¡Bienvenidos a nuestro taller!!!! La razón principal de reunirnos es aportar algo al cambio que estamos viviendo. En este centro, el Centro Gran Dragón en Tenerife, nos juntamos personas interesadas en aprender otra forma de experimentar la vida. Para ello contamos con la presencia del formador, nuestro maestro Antonio Iborra, quien nos visita mensualmente. Con él aprendemos que somos energía: lo es nuestro cuerpo, emociones e ideas. También comprendemos la importancia de la respiración como fuente de vida, así como de todo lo que nos nutre. Por eso entendemos que nosotros podemos moldear nuestra salud con buenos hábitos y disci-plina. Practicamos Yug-Do, yoga, meditación y estudiamos terapias bioenergéticas, además de Astrología, Acupuntura, Qabalah y Tarot.


Respecto al taller, diré que la alimentación vegana es una actitud ética ante la naturaleza, y por ello es una alternativa a la situación actual de la industria alimentaria. No hace falta ser vegano para hacer el taller: podemos estar en transición o complementar con la omnívora. Toda decisión al respecto es perfecta. En este taller queremos hacer lo siguiente: 1) Aprender nuevas formas de cocinar, las cuales sean más creativas, sabrosas, coloridas y nutritivas. 2) Saber cocinar el mismo alimento de diferentes maneras, mientras disfrutamos de sus aromas y de sus texturas. 3) Gozar de los regalos que nos hace la maravillosa Madre Tierra, quien nos ofrece sus dones para que formen parte de nuestra naturaleza, para que ella viva como continuación en nosotros. Mediante este proceso sentimos que todo forma parte de Todo, y aprendemos a hacernos humildes. Disfruten las recetas, y ¡que les aproveche!

HAMBURGUESA DE LENTEJAS INGREDIENTES


*una taza de lentejas *laurel al gusto *cebolla al gusto *ajo al gusto *trozo de beterrada/remolacha/betabel *cilantro al gusto *una taza de harina o gofio de avena *sal al gusto *especias preferidas al gusto (por ejemplo: pimentón, pimienta, una cucharadita de pesto)

PREPARACIÓN Hervir las lentejas en conjunto con el laurel. Hacer una fritura de cebolla, ajo y la beterrada rallada. En un bol mezclar las lentejas trituradas, con la preparación de fritura, más el cilantro picadito y harina o gofio de avena, hasta conseguir la consistencia grumosa para preparar las hamburguesas. Añadir sal y especias preferidas. Calentar en una sartén. Acompañar con ensalada y pan.


PIZZA VEGANA INGREDIENTES *500 g de zanahoria rallada *150 g de harina de garbanzo *una cucharadita de sal *media cucharadita de comino en grano *media cucharadita de hierbas de Provenza *pizca de pimienta molida PREPARACIÓN Mezclar todos los ingredientes en un recipiente hondo. Hacer una base redonda: con ello salen 2 pizzas medianas o una grande. Se ponen en el horno sobre papel vegetal a 200° por 20 minutos. Puede acompañarse con salsa de tomate, verduras asadas y una ensalada.

¡Salud y un Buen Provecho!

Maite Belaza


El ocaso cede el paso a la noche oscura del alma. Entonces se cierra el telón de la Divina Comedia o de cualquier otro drama existencial. Es una oportunidad para la regeneración y para el descanso o, quién sabe si es para visitar otros planos de la propia existencia. En horas tempranas se produce la alquimia. Es el encuentro con la energía vital, sutil, delicada y purificada. Es la energía limpia para activar y para tener un despertar consciente. El silencio es total, y por eso la escucha se agudiza percibiendo más allá de lo profano. Es en ese instante donde es posible escuchar el latido de la tierra, el sonido de una hoja al caer del árbol, la caricia de una brisa ligera o el tiempo se ralentiza dejando paso a una eternidad palpable. Es un momento memorable para el apagón de todas las programaciones del inconsciente y dejar paso a la magia. Es el instante en donde se revela la autenticidad de todo gesto y del movimiento que surge del corazón sin ningún amaneramiento. La respiración acompaña la acción sincera. No hay donde ocultarse: el miedo a soltar se hace presente. No hay nada que lograr ni que demostrar. Es el encuentro con lo sagrado. No hay nada que controlar, ni a lo que aferrarse. Tan solo hay que liberarse y fluir. Mirar en lo profundo de mi morada mientras siento la gota de sudor que resbala en mi cara; sin perder la conciencia del presente, de lo inmanente y de todo


aquello que me rodea, que me envuelve formando parte de un todo, siendo un todo y a la vez siendo nada. Entonces me llegan las palabras del maestro Antonio Iborra: “Esfuerzo útil”. Dejar de ser para ser. Como le sucede al bambú, que es fuerte y flexible a la vez. No hagas nada y no dejes nada por hacer. Escucho un eco audible en mi interior mientras con mi bambú rasgo el velo aterciopelado de la noche. Los primeros rayos de Sol despuntan al alba. La escarcha viste de blanco la tierra que piso, y estoy enraizado y sereno. Doy la bien-venida una vez más al astro Rey. Con agradecimiento escucho en mi interior el canto de un nuevo día.

TAI

Raúl Villar


Sin lugar a dudas esta época y más esta semana son especiales. Tengo muchos asuntos que resolver respecto a mi trabajo, a mi casa, a los padres mayores, a la familia y a mi tema personal. Todo ello requiere su atención, pero con equilibrio, tal como sucede con los astros. Allí las cosas pasan en su justa medida y momento. Aquí también. Cuando me doy cuenta que estoy muy metido en un tema y llevo tiempo en ello, miro el clima externo y cambio el tercio. Si estoy cayendo en emociones pesadas o en agotamiento me dedico a otra cosa. Por ejemplo, tomo una ducha y practico yoga, salgo con la bici, me voy a dar un baño o hago diferentes cosas con mi hijo. Y de momento este contraste me está sirviendo. Así que voy respirando, y todo se va dando. Procuro observar el conjunto de lo que hago como un cuadro, y a ratos tomo distancia para observar lo que va quedando. En otros momentos profundizo en los detalles. También atiendo a que los elementos queden centrados y que haya belleza en las formas. Me fijo en hacer las cosas con amor. Vivo un mayor aprendizaje en los detalles que me cuestan más así como en los que tengo más resistencia. Así que respiro, y su ritmo me lleva. El cuerpo la acompaña. Entonces, afronto las cosas con menos miedo, y luego genero menor preocupación.


Y, como un asana, por momentos siento que la vida me relaja, que la respiración me muestra cómo estoy y dónde está la tensión que debe liberarse. Puedo percibirla, aceptarla, acompañarla y despedirla, y observar cómo el aire me inunda y este llega a lugares a veces no reconocidos o insospechados. Incluso los huesos y los músculos se recolocan de repente, y la emociones se apaciguan en el interior. Lo que más me cuesta son las vueltas de la cabeza alrededor de lo que pasa, pero ellas también se pueden sosegar y disipar en el momento presente. Solo requiero atención y la calma del momento. Reconozco la necesidad de adaptarme a lo que me sucede, de ver al cambio como algo bueno y como parte de la solución o de la propia sanación. Es importantísimo seguir cogiendo o varando olas a pecho, con el corazón abierto y buceando en mi propio mar interior. Para ello es fundamental retomar y seguir la práctica. No perder detalle y seguir regalándome, más pronto que tarde, momentos de respiro y naturaleza, así como espacios de meditación.

TAI

Eugenio Pareja


Para definir todo lo que nos está transmitiendo el Maestro Antonio Iborra uso el mejor adjetivo, la palabra más adecuada y el tipo de sentimiento que me surge: ¡brutal! Es de locura, de auténtica ¡locura!, pero, al mismo tiempo es una bendita locura. Cada formación del maestro es maravillosa. No hay ninguna mejor ni menor. Si bien cada una tiene su esencia y es muy diferente, como si tuviera una luz pura del puzzle de la Obra, cuando se unifican dejan ver la luz, esto es la Obra. Creo que todos los que hemos estado presentes opinamos lo mismo: su transmisión en este 2020 para mí es más intensa que en otros tiempos. Aclaro que en el pasado también fueron intensos y sanadores. Pero todo lo que nos está mostrando en este año de tanto cambio es un Cambio. Veo modificaciones sustanciales para los que asistimos y para todo lo que implica: lo visual, lo oral, lo audible y lo presencial. O sea, ¡esto es brutal!


Y no solo lo veo en los cinturones, sino que también les pasa a los que se están iniciando en alguna formación con el maestro. Perciben lo mismo que yo estoy expresando: salen contentos, sonrientes y eufóricos. Algo está cambiando, algo ha cambiado y ¡qué bueno! Todo lo que está cambiando es porque usted nos está cambiando.

Muchísimas gracias, Maestro.

TAI

J. Antonio Jorge


Camino aparentemente sin rumbo, y sin embargo mis pies saben a dónde ir. Cuando hay conexión con el aquí y el ahora, cuando disfruto cada paso sin buscar llegar a algún sitio en particular, algo distinto se manifiesta. El otro día, después de dejar a mi hijo en el colegio, simplemente comencé a caminar. Retorné cuatro horas después. Más que una mera exploración del espacio geográfico, esta aventura fue una pausa en la actividad rutinaria y en el cumplimento de lo debido. Fue un respiro y una nueva manera de experimentarme. Sabemos que siempre hay mucho más allá de lo que percibimos en un sitio, pero quizás solo lo apreciamos si nos damos la oportunidad de sintonizar con el momento y el lugar. Dicho de otra manera: más bien podemos conectar con lo que hay y lo que no hay. A falta de ruido, pues hay silencio. Me parece que nuestra mente se fija en lo que hay más que en lo que no hay. Así que, habitando la mente, siempre estamos viendo, percibiendo y llenándonos de “cosas” más allá de los pensamientos.


A propósito, la reflexión que me llegó en esos momentos tenía que ver con mi forma de vivir desde una isla mental en la cual me aíslo a través de mi mente ordinaria, la cual ve lo particular y lo parcial. Al explorar el terreno de la isla a pie al mismo tiempo que recorría mi espacio aéreo, es decir mi “aire” o mi mente, me atreví a profundizar un poco más acerca de mis tendencias, cosa que no es ningún mérito. Pero creo que fui aterrizando algunas apreciaciones con la ayuda de la tierra. Una de ellas fue la forma de visualizarme como una isla literalmente separada de otros desde una perspectiva física, mental y emocional. Sin embargo, esta forma de verme como una isla al final se puede comprender como un terreno, o un cuerpo, donde sí habita una mente que está conectada con los “otros” a través del agua. Su liga parte de una perspectiva emocional porque finalmente todos somos parte del gran océano.


En fin, mi pequeña mente se entretiene y se distrae en abstracciones, comparaciones, analogías y metáforas. Me río de este aspecto de mí, y disfruto observarlo. El impacto de los símbolos sobre nuestra psiquis es probablemente comparable con el efecto del olor de una flor sobre nuestro sistema límbico, y por ende sobre la memoria. Ese día de la caminata me sorprendí al encontrar tantos símbolos en todas partes. Encontré una serie de calles con los nombres de los signos zodiacales y planetas. Primero seguí la calle de Libra, en sintonía con el trabajo mensual, lo que me llevó a contemplar cómo vivimos los signos en nuestros múltiples personajes y cómo nos identificamos con aspectos de ellos. Creo que no me encantaría estacionarme o quedar definitivamente en un signo, sino que me llegó la importancia de ubicar estas influencias e integrarlos todos. Así que me gustó el barrio, y más una calle que se llama Luz Zodiacal. Aunque simplemente son avenidas o formas,


la esencia no se atesora en un sitio. La esencia no tiene ninguna forma elemental. Ya que tengo el Sol en Acuario (Aire) y mi ascendente y Luna en Géminis (Aire), verán que hay un gran reto para permitirme mover como el agua, como el fuego y quedarme quieta como la tierra. Si hay alguna conclusión sería la siguiente: la forma, es decir el cuerpo físico, tiene límites tanto como la mente, mientras que eso no le sucede al Ser. Me podría haber cansado después de una caminata formidable como esa, pero este tipo de cansancio se agradece por el descanso mental. Eso es un verdadero tesoro que he descubierto en la práctica de Yug-Do. No me refiero a la práctica matutina con el bambú sino a la práctica de vivir una vida plena, armoniosa, con más responsabilidad, esforzándose sin esforzar, comprendiendo la nueva vida de cada díainstante. Me late que solo deteniendo la mente se revelan los misterios y se percibe lo que no hay.


Ese día disfruté del hacer y del no hacer, del pensar y del no pensar desde una visión más equilibrada de Libra. Me conecté con la gran antena parabólica del Museo del Cosmos, ya que Urano me guía desde su visión global y su vanguardia en la receptividad y la comunicación. A partir de lo integrado de los estudios del mes, espero vivir más desde el “nosotros” y ser congruente en sentir, pensar y actuar, haciendo lo correcto en cada momento para crear, cuidar y curar los vínculos desde el amor y un corazón con más luz.

Una Isla es una ILUSIÓN. Gracias, maestro Antonio. Gracias, maestra María. Gracias, familia Yug-Do.

TAI

Emily Ann Fitz


18- GRACIAS, BENDITO CONFINAMIENTO Y me dirán, “¿por qué dice “bendito confinamiento”?” y “¿qué le pasó a éste?”. Para mí es muy sencillo decir esto porque pasé tantos años de vivir en la oscuridad, de estar completamente equivocado y de creer que era alguien en la vida, y luego vinieron otros tiempos de buscar una mejor forma de vivir, de caminar, de cambiar hábitos, de quererme a mí mismo más y más, y así hasta darme cuenta de un montón de cosas de las cuales uno iba mal encaminado. Entonces estaré eternamente agradecido a esta pandemia, ya que a causa de ella nos confinaron en casa. Y al estar tantas horas en mi domicilio, pues empecé a aprovechar el tiempo que no me daba nunca. Mi rutina consistió en, primero y al despertar, tomar una duchita de agua fría, seguidamente subía a la azotea para estar al aire libre y a la salida del sol empezaba con la práctica de Sungazing. Después, con Cristi al mando, tenía la práctica del Yug-Do. Por eso le estoy muy agradecido a Cristi, ya que yo llevaba mucho tiempo intentando practicar con Toño en Candelaria, pero por motivo de trabajo y de mis entrenamientos me


era difícil combinar todo. En cambio, Cristi se encargó de ponerme al tanto con los 22 movimientos, de los arcanos, de la forma del Dragón, de las asanas y de otras más cositas que se hacen en las prácticas. Muchas gracias, Cristi. Continúo con mi relato: después del entrenamiento, me daba una desayunada bien sana, entonces volvía a subir a la azotea para coger sol, tal como si estuviera en la playa. Eso sí, echaba de menos el bañito en el mar, así como también añoraba los paseos en el monte. Pero como se dice, ¡todo no puede ser! Al terminar la toma del sol, bajaba y me ponía a leer, a hacer cosas cotidianas y la comida. Lo que no hice fue ver la televisión, menos noticias, aunque es verdad que de vez en cuando la prendía para mirar documentales o alguna película interesante. Almorzábamos, descansábamos y por la tarde teníamos otra práctica de Yug-Do. Hubo sol, aire, paz y mucha paz. Llegué hasta decirle a Cristi que ojalá hubiese estado jubilado, ya que me sentía tan a gusto en mi casa y sin tener que salir a trabajar y hacer más cosas. Solo debía ir a comprar la comida, y regresaba a casa como un tiro. Podría estar así “19 noches y 500 días”, como Joaquín Sabina canta en una bonita historia.


Para mí, la moraleja de esta historia es que, gracias a la pandemia, pude realizar mi gran sueño: practicar Yug-Do con Toño. No creía yo que esto fuese tan

alucinante: vivir lo que estoy viviendo en estos momentos y vivir una convivencia con los maestros y con todos los cintos. En esa última reunión me sentí acompañado de una verdadera familia que te quiere, agasaja, comparte su vida y muchísimo más. Estoy eternamente agradecido, maestro Antonio, maestra María, y hermanos. Gracias, gracias, gracias. Os quiero muchísimo. C. N. Santi Marcos Yanes Bello

TAI

Santi Yanes


Alegrémonos de todo lo que nos pasa, sea bueno o malo, porque nada es para siempre. Sólo hay que estar permanente a nuestro lado, con nosotros mismos. Si no hacemos lo posible por ser felices y estar bien, día a día, nadie lo hará por nosotros. Hay que ponerse esa meta y buscar la felicidad en las pequeñas cosas de cada día, viendo el vaso más lleno que vacío y actuando en todo lo que esté a nuestro alcance para llegar a la felicidad. Gracias a todos los cinturones. Gracias, maestro, por la gran oportunidad que nos está brindado. Es un torrente de sabiduría. Como dice la maestra María, “gracias por dejar sólo polvo de estrella iluminada”. Él todo lo ve, todo lo sabe.

TAI

Erlinda Toledo


El Yoga mueve. En una ocasiĂłn el Maestro dijo que la herida habilita cuando sana. La experiencia sanadora es verdadera magia. Yug-Do y Yoga te reconducen a la suavidad de la vida, mientras limpian las veredas y los caminos por donde avanza el Chi. Nadie puede mostrarte lo que con palabras no se explica. Deja que la vida pase por tĂ­, y aprecia la belleza incluso en el dolor. El Yoga abraza. Volvemos a la sencillez, al tesoro de la paz y al recuerdo de uno mismo. Vamos de regreso al silencio que el alma reclama. Yug-Do reconstruye.


Yug-Do es la vida. Nadie mejor que tú sabe lo que necesitas. Enfermar para sanar es un movimiento tramado para llegar a la curación. No hay aspereza que permanezca cuando estás en contacto con la Lux. No hay nada que buscar: sólo tienes que desprender capas. El Maestro es inspiración, devoción y pureza. Él es la frecuencia sanadora con la música en sus palabras.

TAI

Cándida Vera


21- LA ALEGRÍA La alegría conexiona con el corazón. Ella es impaciente, bulliciosa, jovial e irreverente. La alegría es una musa virginal que visita la casa donde habita el amor, donde la tarea está hecha, donde lo pequeño es grande, donde siempre se respiran aromas nuevos de Oriente, donde no se espera nada y se cuenta con todo. Además, allí siempre hay sitio para más. Ella está donde habita el momento sin el antes y sin el después, donde no existe la espera porque siempre es presente, y donde no existe el extraño porque todos comen del mismo plato. La alegría es la convivencia con el color y las flores, es también una armónica danza de sinuosos movimientos. Todos estamos impacientes por recibir sus honores. Es tiempo de abrir las puertas a sus favores y recorrer sus huellas mientras contemplas, en las fulgurosas miradas, las chispas resplandecientes de los ojos en los que habita.

TAI

Maite Belaza


Continuando con las circunstancias actuales y, aunque el Maestro tiene previsto viajar a Tenerife a finales de noviembre (día 26), la Escuela Internacional de Yug-do se ha adaptado, y las actividades se siguen dando ON LINE, lo que resulta ser una oportunidad para que más personas de otros países y lugares del mundo, se puedan integrar a los Cursos, Talleres, Clases Prácticas y Terapias (también vía digital). ¡La vida nos apoya siempre para que crezcamos y nos ofrece como reto la OPORTUNIDAD de mejorar y avanzar!

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