Ya estamos en las fiestas decembrinas, las saturnales romanas, en realidad diciembre viene de diez, aunque para nosotros sea el doceavo y último mes del año convencional. Para el cristianismo son días de gran importancia, aunque la mayor parte de los pueblos de la tierra, y en especial en el hemisferio norte han celebrado el solsticio de invierno, que es justamente la época del ciclo anual cuando, desde una perspectiva geocéntrica, parece nacer el nuevo Sol, y así a partir del 22 los días empezarán a hacerse más largos. De un modo u otro a nadie le deja indiferente esta época del año. Son días de frenética actividad, consumismo desproporcionado, reuniones familiares, donde parece que nadie debe estar solo... Por todos lados se mueve el sentimentalismo, a veces con genuinos buenos deseos y otros con simple hipocresía social. De este modo es el tiempo de las cenas de empresa, de los pesebres, los árboles de Navidad y de mil bombillas de colores... En pocos días hay que hacer regalos, felicitar a todo el mundo, cantar villancicos, celebrar el fin y el principio del año y esperar la llegada de los Reyes Magos, eso sin contar a los Santa Claus y los Papa Noel... Hay quien ama y espera la Navidad, también están los que la odian, incluso los que buscan las razones y claves esotéricas, los significados cósmicos y las energías sutiles. De todos modos, es lo que hay, las navidades de hoy no son como las de hace veinte o cincuenta años... Hoy todos llevan un teléfono inteligente en las manos, se sacan selfis, o están más pendientes de las redes sociales que de las redes reales... La tecnología lo ha cambiado todo, aunque en realidad el ser humano no ha evolucionado en la misma medida. En algún nivel seguimos siendo tan monos como siempre y en otro ya nos damos cuenta, al menos una minoría, de que la ciencia y la tecnología no solucionarán nuestros problemas esenciales.
Aprovecho para perderme por el blanco paraje invernal, hoy no es nieve, solo escarcha, pero los dos grados bajo cero no dejan lugar a dudas. Entre jaras y lentiscos, rocas y bolos basálticos, el piar lastimero del acentor parece rasgar el silencio de la mañana. Aprieto fuerte las manos que se niegan a calentarse, incluso y a pesar de llevar doble guante, gorro y bufanda... Camino sin hacer ruido, observando el intenso azul del amanecer, salpicado aquí y allá por algunas nubes de algodón. Huele a nevera, no sabría decir a que, me tengo que aproximar al romero para sentirlo, y es que el frío parece paralizarlo todo, incluso los sentidos. Aún y así la gran paz helada me inspira y conmueve. Camino y observo, observo y camino, pero no me detengo demasiado a causa del frío, incluso mirar me cuesta, es como si los líquidos lubricantes de los ojos se congelaran. Con los primeros rayos de sol llegan los ka, ka, ka de una majestuosa águila imperial...
Primero la oigo, luego la veo, haciendo circunvalaciones en un nítido e inmenso cielo. Para cuándo me decido a hacerle una foto ya está muy lejos. En este paraje acristalado algunas flores de jara parecen de plástico, todo está un poco rígido, aquí en diciembre, no hay adornos navideños, ni centros comerciales calentitos y abarrotados, no veo pesebres, solo quietud, de repente rota por el inconfundible maullido que estaba esperando. Sí estoy en el país del lince ibérico, pardina, moteado, patillas y con pinceles en sus inhiestas orejas y es su momento de amor, el celo. Me lleno de emoción, me caliento incluso con el chute de adrenalina y los guantes quedan en el suelo. Ahora
cámara en mano busco al gran gato bajo los encinares, sé que está ahí, lo siento y escucho, y de repente el monte mediterráneo se ha llenado de vida... En segundos la vida y yo mismo hemos despertado... Prismáticos y cámara, aquí y allá... ¡Un par de conejos, algunas perdices, unos ciervos en la lejanía...! ¡Que emoción! Pero del lince nada... Me recorro un kilómetro casi trotando, María de lejos me hace gestos con la mano... Llego asfixiado y dos personas más corren con unos telescopios pesados a cuestas... Abajo, a no más de doscientos metros dos linces flirtean, se hacen arrumacos y se persiguen... Me tiembla el pulso y casi no puedo enfocar y más aún cuando toca seguirlos desde el camino, van para arriba y un grupo de observadores de naturaleza con todos sus bártulos detrás, eso sí, sin salirse del sendero para no interrumpir el romance felino... Ahora y después, el tiempo se detiene, somos testigos de la atemporalidad de la existencia... En plena naturaleza, han regresado los olores, los sabores y las canciones de las aves... Aquí cada día es Navidad, todo sigue los ritmos y ciclos inexorables del tiempo, la vida y la muerte, el graznido del cuervo, el grito del conejo agonizante en las garras del gran felino... Todo habla del gran juego del Yin y del Yang, de los conflictos y las soluciones y de cómo la vida se pone de acuerdo consigo misma a través del cambio. Me quedo sentado en una roca y me dejo calentar por el sol del mediodía, en invierno cada caloría cuenta y aquí, en las grandes soledades uno se siente más acompañado que nunca... Un rayo de sol, nada sobra, nada falta, ser es suficiente ¡Feliz Navidad, a tu manera!
TAI
AIM
ANTONIO IBORRA
Hace poco escuchar la afirmación: "Lo más importante es hacer que lo más importante sea lo más importante." A pesar de parecer un trabalenguas me dio que pensar. Y entendí que la expresión está hablando de dos cosas, una referente a la inteligencia discriminativa, y la otra nos sitúa directamente en el terreno de la sabiduría. Es cierto que en el increíble momento que atravesamos los humanos todo parece haberse acelerado. La tecnología parece habernos lanzado por un incierto terraplén evolutivo. Y es que de forma paralela la gran cantidad de información disponible parece cegarnos con respecto a los verdaderos aprendizajes, aquellos que como dice el Dr. José Antonio Marina, deben definir a la educación en la verdadera transmisión que nos enseñe a vivir. Por aquí y por allá suenan las alarmas, faltan los valores, las preciadas virtudes humanas, y no sólo entre los jóvenes, es como si el auto denominado homos sapiens, hubiera relegado su sapiens en favor de una nueva versión del egocentrismo y el egoísmo que se desprende del primero. Saturados por la acuciante sobreinformación nos hemos distraído ante lo más esencial de nuestra vida, lo que realmente es importante, lo que de verdad nos importa. ¿Y qué es? Pues sin duda nuestros afectos. Amigos, pareja, familia, los seres queridos. Seguramente muchos podremos convenir en que no dedicamos el tiempo suficiente a la caricia, la escucha o la compañía de los nuestros, y claro esto es algo que en modo alguno puede sustituir WhatsApp, Facebook o Skype...
Las redes sociales nos entretienen, nos distraen, en cierto modo nos hacen compañía, como antes lo hizo la televisión, pero sin duda el mundo desde una pantalla también nos puede conducir al ostracismo, al aislamiento y lo peor, la progresiva desensibilización y alejamiento de la realidad y la vida. Así podemos llegar a ver el mundo real, de gente de carne, hueso y sentimientos como si fueran simplemente imágenes en nuestro aparato. De este modo el camino del desarrollo humano actual, precisa más que nunca de que nos detengamos un poco, de que bajemos revoluciones, de que nos preguntemos cosas y de que pensemos... Si, pensar, en vez de poner nuestras preguntas en Google. La inteligencia discriminativa es aquella que nos ha de ayudar a cribar la información, a separar el trigo de la paja, y sobre todo la que nos ha de poner en contacto con nuestro interior, con nuestra experiencia real. Un experto nos puede comunicar un conocimiento, pero estamos obligados a sopesarlo y si es posible contrastarlo con otras fuentes y si viene al caso con nuestra experiencia al respecto... Y si no tenemos esas vivencias, tampoco aceptar las voces "autorizadas" como definitivas, más bien, si es de nuestro interés tomar la información como un punto de partida hacia nuestro propio campo de experiencia. Discriminar no es ser escéptico ni creyente, sino mantenernos abiertos sin dar por ciertos los datos... Así que en el tema que nos ocupa quizás si sea muy importante que nos paremos a pensar sobre qué es lo más importante en nuestra vida... Qué es lo que de verdad importa. Y en segundo lugar hay que aplicar la sabiduría, que es la inteligencia práctica, la capacidad de resolver problemas de forma eficiente y satisfactoria. Y claro eso no es precisamente fácil. La sabiduría implica una visión holística y global que incluye a nuestro entorno, los demás y nosotros mismos. De este modo a la hora de decidir y actuar conviene sopesar varias veces y ver afectaciones y consecuencias. Tampoco sabiduría puede excluir el impulso o la espontaneidad, pero si la capacidad de reflexionar, considerar y reconsiderar, incluso, por supuesto, rectificar, disculparse, pedir perdón y volver a empezar.
Hoy la vida nos atropella con urgencias, nuevas y sutiles amenazas de fines del mundo... El envejecimiento global gana puntos a la súper población, el gran miedo a las consecuencias del cambio climático, la contaminación global, la falta de recursos, etc. Pero sin duda nos puede atemorizar o inquietar una nueva humanidad carente de valores, el silencio de la gente "buena", la pasividad ante los tiranos y la manipulación social... Por eso hoy la espiritualidad, más que nunca, debe alejarse de las creencias religiosas y sectarias, del dogmatismo ciego y las doctrinas limitantes.
Hoy todas las variantes del CAMINO espiritual deben fundamentarse en una reconexión con el corazón, con la Tierra, con la vida, hay que apostar por la formación más que por la información, pero sobre todo buscar y provocar el regreso de los sabios, porque más que ideas, incluso que habilidades andamos muy escasos de ejemplos. La sabiduría se transmite y es papel de cada uno de nosotros esforzarnos desde ya en ser mejores exponentes de nuestros mejores sentimientos, es el momento de reivindicar la BONDAD con mayúsculas.
TAI AIM
El animal humano desarrolló su inteligencia aprendiendo a resolver problemas, esa es la esencia de la inteligencia, superar las dificultades. Así primero aprendimos a usar el fuego, luego a retenerlo y conservarlo y más tarde, en un verdadero salto evolutivo, a producirlo. Paralelamente el imaginar que les sucedía a nuestros muertos, el superar el dolor de la pérdida con la imaginación. Todo ello fue sembrando el terreno al pensamiento abstracto, la religión y la filosofía, el culto a la muerte y el valor se la vida. También perfeccionamos y creamos infinidad de herramientas, nos adaptamos a climas y entornos nuevos y aprendimos a domesticar y controlar a las plantas y animales, nuestras fuentes de alimentación y nuestros aliados y amigos entre otras especies. Por este camino desarrollamos otro tipo de herramienta, el lenguaje humano y desde ahí nos convertimos en la especie más poderosa de la tierra o quizás la más pretenciosa, porque todavía no sabemos qué nos depara el futuro. Sin embargo, el poder derivado de la inteligencia, que en principio fue simplemente astucia, instinto de conservación, puede ser la causa de nuestra propia aniquilación. Y tenemos buena prueba de ello en la tecnología armamentística, las guerras, la ciega ambición comercial, la búsqueda de poder individual y el sometimiento y destrucción del hombre por el hombre… Por eso hoy más que nunca nos toca
redefinir la inteligencia... Si esta es realmente la capacidad de guiar la conducta humana para resolver conflictos o problemas, no podemos dirigir nuestro discurso a otro punto que no sea el bien común. A estas alturas de nuestra evolución no podemos desconocer que todo está conectado con todo, que nuestra supervivencia sólo puede ser global y no elitista, que es necesario aunar esfuerzos y mentes, construir soluciones conjuntas... Ya no valen las actitudes egoístas o elitistas, solo nos queda trabajar para que todos ganen, ir cambiando la competitividad por la cooperación, y colocar de nuevo arriba, en el pedestal más alto a la ética. Es más, hoy más que nunca es preciso y urgente definir una ética humana actual y transcultural, sin prejuicios de sexo, raza, edad, o condición social. Lo que engrandece a un ser humano nos engrandece a todos, y lo que degrada a uno, nos degrada a todos. Es momento de apelar y ejercer la inteligencia más elevada, la Bondad.
Para empezar, se hace necesario volver a poner en valor lo que significa una buena persona. Todos quisiéramos eso para nuestros hijos, pero hemos de empezar por nosotros mismos. La Bondad tiene muchos ingredientes, pero así mismo se hace algo indefinible... Porque ser bueno, es más que ser solidario, generoso, sensible o preocupado por los demás. La Bondad debe nacer del cuidado de uno mismo, pero de uno mismo como parte de un entorno, de este modo la Bondad es también ética, justa, tanto con uno mismo como con los demás, y lo recordamos bien con aquellas máximas universales de "no hagas a los demás lo que no quieras para ti", "trata a tú prójimo cómo te gustaría que te tratarán", etc. La Bondad también es fresca, ocurrente y hasta divertida, se alía con el humor y crea esa dimensión fantástica del BUEN HUMOR... La inteligencia bondadosa es constructiva, práctica, sensible y a la vez fuerte. Yo no puedo concebir a un ser espiritual, un alma despierta que no sea bondadosa, lo que no quiere decir que sea perfecto, más bien alguien comprometido con la mejora constante de sí mismo, de su entorno de ayudar a otros en el mismo empeño… Bondad es una buena palabra, que a veces nos parece cursi, incluso que nos empequeñece, pero también es un camino, quizás el mejor entre los senderos que podemos elegir. Me pregunto a mí mismo, si la inteligencia es la capacidad de resolver problemas, que tal enfrentarlos desde una visión bondadosa, quizás ahí esté el secreto del verdadero poder de la actitud.
TAI AIM
Alguien me dijo... "Para mí cada día es Navidad". El comentario venía ante la observación de que en estos días todo el mundo parece más afable, más persona... Parece que es parte de un protocolo implícito felicitar a todo el mundo, dar algunas monedas a los pobres y sentir más empatía hacia los desfavorecidos. Uno se siente más generoso, piensa en hacer algunos regalos. Todo ello porque reina el espíritu de la Navidad... ¿Es real?, ¿un mero convencionalismo social?, ¿Una manipulación cultural? Todos recordamos de algún modo nuestra niñez en estos días, la inocencia y ello dispara todo tipo de reacciones y respuestas, si tuviste una buena familia quizás tengas buenos recuerdos... Pero hay quien no encuentra nada bueno que recordar... Por eso también es época de depresiones, y hasta suicidios, de encuentros familiares y a veces de desencuentros... Todo parece un poco intenso estos días, comidas, compras, fiestas... Yo tengo muy buenos recuerdos navideños, pero también experimenté de joven estar solo en algún país lejano sin cultura cristiana, y me di cuenta de que hay que liberarse de la influencia social y cultural. Si la Navidad, que significa, algo que nace, sea Jesús o el nuevo sol del solsticio, te ayuda a ser mejor persona, entonces aprovéchalo, pero no te quedes en las fechas del calendario, haz que cada día sea un nacimiento, una nueva Navidad real...
Y si no te gusta nada que huela a Navidad, entonces supera esta aversión y decide ser plenamente feliz a pesar de las navidades... Quizás después de todo puedas aprovechar plenamente este momento. La Navidad puede ser lo que tú quieras que sea, puedes celebrar no estos, sino todos los días, a tu manera y con tus propios significados. Son días de fuerte presión social, de eso no hay duda, pero también es una excelente oportunidad por aprender a liberarte de tales influencias. En lo personal me encanta meditar estos días, ir a la naturaleza y compartir la proximidad de los que amo. No me importa felicitar, ni que me feliciten por Navidad, porque puedo verle el lado bueno a todo. Tampoco está mal pasar un rato con familiares cercanos o lejanos, la paz interior es tuya y la puedes irradiar a tu alrededor. Quizás mucha gente no sabe por qué hace lo que hace y simplemente se deja llevar por rituales y costumbres. Sin embargo, tú puedes elegir estar más consciente y despierto. El ignorante sufre ante lo que sucede, el sabio lo aprovecha. Así que te invito a disfrutar y aprovechar estas navidades para crecer un poco más y ejercer la inteligencia bondadosa...
TAI AIM
I
La esencia de la vida es expresar y manifestar tú verdad, liberar el potencial de lo que eres. Cumplir con tú propósito existencial. Cuando no sepas cómo hacerlo empieza por hacer las cosas bien, ejerce tú dignidad, es decir haz lo correcto, y hazlo bien hecho. Puedes empezar por lo que tengas entre manos, por tú presente. Si toca fregar los platos hazlo bien, con excelencia, buena postura, buena actitud, deja las resistencias y disponte a aprender cómo hacerlo mejor, más impecable, no gastar más agua de la cuenta, el detergente justo, colocar bien la vajilla, etc. Así con todo, ir a la compra, preparar la cena, manejar tú coche, pon renovada atención y excelencia en los actos más sencillos y cotidianos, y luego ves más allá, continua con una mejora de la comunicación con los demás, amabilidad, servicio, escucha, etc. Y luego también a tu ámbito laboral. Haz que toda tú vida cotidiana sea mejor, tú aseo, vestimenta, trato con todos. Haz las cosas pequeñas mejor y luego... Las grandes. Y, por último, conéctate con la belleza. Primero trata de verla y descubrirla en todo y en todos. No hay una sola forma de belleza, hay infinidad... Procura ser participativo y embellecer tu entorno, cosas bellas, palabras bellas, pensamientos bellos, verás como la belleza te nutre y alimenta. En una ciudad hay belleza por todas partes, edificios magníficos, puentes, plazas, parques... En cualquier lugar hay belleza, solo tienes que descubrirla, al conectarla tú mismo embelleces... La verdadera espiritualidad es la práctica de la belleza, ella te conduce suavemente a la bondad y esta última a tu propia verdad. No lo dejes en palabras, si no sabes crear belleza al menos compártela... Todo es bello.
TAI AIM
Viajar a Ecuador es como darse una vuelta por las paletas de colores de un pintor. Mientras un grupo de seres humanos excepcionales me miran atentamente, y son más de treinta. Otro ser humano excepcional, Paco me hace una presentación singular, me recuerda que hace unos pocos años, allá por el año noventa y cuatro, un joven Antonio con treinta y tres veranos recién cumplidos, apareció por Quito para dar unas charlas y Talleres sobre el Tarot Vivo, ofreciendo una óptica muy novedosa, para aquellos tiempos, la conexión de los arquetipos junjianos con la psicología transpersonal. Con asombro por mi parte recibo de la suya, una entrevista que me hicieron en un periódico local, y además el comentario agradecido de quienes desde esos días vieron en el Tarot un campo de indagación completamente diferente. Hoy veinticuatro años después, se me invita a seguir dialogando sobre el camino de los arcanos y el despertar de una nueva conciencia sanadora. Esta magnífica audiencia está compuesta por gente muy preparada e ilustrada, mucho, mucho más que yo. Doctores en Medicina, Psicólogos, Terapeutas, Empresarios de éxito y gente que ha profundizado en el crecimiento interior. Confieso que el Tarot no me apasiona, como no me apasiono yo, para mí la vibración más alta se desprende de la aventura de vivir, de la inmersión sin más en el exótico y estimulante presente. Así que más que hablar me dejo transmitir sobre el éxtasis de la vida apasionada. En tus ojos me veo y al verme, un Oso Andino come Achupayas en el pajonal del altiplano ... Los arcanos son simplemente los misterios en las plumas tornasoladas, brillando en el traje de gala de un Colibrí... Hace décadas que el Tarot desapareció en mí y se convirtió en la danza viva del Yug-do, o el néctar sutil de veintidós flores de árboles... Nadie pareció decepcionado porque no me entretuviera en símbolos abstractos y esotéricos... Simplemente la vida habló desde una boca, sobre la importancia de vivir y la importancia de compartir, parafraseando a mí hermano Lin Yutang. En fin, hace mucho que me dejo contemplar por las águilas y los cóndores y disfruto hábilmente del goce de lo salvaje.
Llegué hace mucho tiempo, la última vez, sólo hace diez días. Pero cada encuentro es la suma de un gran camino inacabado. Allí, en el nuevo aeropuerto de Quito, los abrazos de Juanita, Estrellita, Pepe, me hacen sentir de nuevo en otra habitación de mi gran casa... ¡Qué suerte, tengo casas en todas partes…! Mil hermanos, mil miradas, soy de dónde estoy, así que pronto me conecto a mi dialecto quiteño y me permito disfrutar de sus aromas y sabores únicos. Enseguida mi Estrellita me regala una esencia, esta vez de Palo Santo, y mi Martita me recibe en su casa... Con su discreción y buen hacer me dejan pronto solo para el merecido descanso. Ha sido un viaje largo, de más de once horas y más de dos de turbulencias... Llegué a pensar en la posibilidad de que fuera el último viaje en este ciclo, no me inquietó mucho, pero el movimiento era desagradable. Me levanté cinco veces en la noche, y al final dije que ya era hora de activarse, así que sobre las 3.30 de la mañana me puse una música adecuada y empecé a ejercitar el cuerpo, en una hora sude a tope y me di una ducha helada, cabeza y todo, una especie de electroshock para el sistema nervioso que me activo y despertó totalmente. Luego tuve tiempo para el Yoga, la respiración Pranayama y la meditación... Así, a las cinco de la mañana ya había colocado el cuerpo, la energía y la mente en la situación de disfrutar de un gran día... Entonces llamé a mi amor, a María y tuve, como cada mañana una hora de encuentro íntimo entre dos partes de una misma alma. Ese día tocaba descanso, es decir Papallacta... Baño sagrado en las termas de los Andes... Y claro la posibilidad de volver a encontrarme con el hermano Oso.
Dos horas después les indique a mis compañeras dónde dejar el carro y tras una prospección con los binoculares... ¡Allí está! Exclame... Si, ahí, ahí, bajo el camino, entre el pajonal, comiendo sus deliciosas y apreciadas achupayas... Hace justo un año, cumplí un sueño de vida, ver un Oso Andino, salvaje y en libertad... Fue muy complicado, casi un milagro, y de todo el grupo solo lo vi yo... Y mira ahora, ayer estaba en Murcia y hoy, un día después estoy extasiado viendo al coloso de las montañas... Y lo más bonito, todas mis compañeras también lo han podido ver... Para ellas es la primera vez... Un subidón de energía... Y la cosa fue a más cuándo alcanzamos a ver un segundo ejemplar... Con el alma encendida continuamos viaje hacia el oriente, el descenso a la selva. Ahí la búsqueda del esquivo Tapir de Montaña no dio fruto, pero en cambio mil colibríes de colores y formas imposibles nos trasladaron al mundo de las hadas vivas... Y claro al final, las curativas y fantásticas aguas termales de Papallacta... Una experiencia para desaparecer dentro. Así fue el primer día, irreal, demasiado mágico para ser verdad... La tónica continuó así, levantarse muy temprano, entrenamiento físico activo, duchas electrizantes, y luego Yug-do en el parque... Comida vegana sana, buenos amigos y paseos de aclimatación... Un curso no salió, pero lo aprovechamos muy bien... Nuevos recorridos por la magia del Páramo... Hoy Venados de Cola Blanca, preciosos, magníficos, no uno, ni dos, más de veinte o treinta, perdidos en pequeños grupos en la inmensidad del pajonal... ¡Nunca los había visto…! ¡Que belleza! Que elegancia, que sutilidad... Y además los mágicos y muy raros Ibis Dorados, los halcones Kara Kara, o Curiquingues, soberbios... Y por todos lados, los diminutos conejos de orejas cortas... Tan preciosos.
Fuimos e insistimos con el oso, pero nada, ni tampoco logramos la comadreja de cola larga, aunque encontré su casa, su madriguera, y sabía a ciencia cierta que estaba dentro... Sin embargo, se negó a recibirme... Es normal, estaba durmiendo... Busqué y miré, miré y busqué... Lobos del Páramo (zorro culpeo), Tapir, acaso algún Puma... Nada... Pero fue bastante para ese día. Y al tercer día, no resucité, pero sí volvimos a encontrar osos, y esta vez fueron tres, nos acompañó Juanito, el hijo de Germán y Juanita, un joven apuesto e inteligente y también tuve el honor de iniciarlo al oso... Fantástico ... Todos felices y además tuvimos el regalo de un Cóndor... De los que quedan menos de cien en Ecuador... Y al fin llegó el momento de la Convivencia... En el Yug-do solemos elegir un lugar en plena
naturaleza y rodeados de vida silvestre, para aunar en una misma propuesta la práctica del Yoga, la meditación y el encuentro con uno mismo, con la contemplación, observación y estudio de la naturaleza, una suerte de ecología interior y exterior al mismo tiempo. Esta vez el noroccidente nos condujo a Río Blanco y fue tal el impacto recibido, que, al revés de otras ocasiones, no tuve ni el tiempo, ni el ánimo de escribir... Solo ver, solo maravillarme, solo volverme loco ante aves tan hermosas, bellas e increíbles... Literalmente cruzamiento de un umbral, desde un pueblo normal ecuatoriano, con su bullicio y tipismo, a un mundo verde, húmedo, brumoso... El lugar de mayor biodiversidad de la tierra... Como en un espectáculo de varietés...
Ante los ojos del asombro pasaron Tucanes de tres especies diferentes, Tucanetas verdes, el gran Tucán del Choco... El elegante Arasari, todos con picos gigantes y desproporcionados como sabios narigudos… Pero la locura era que a cada recodo una variedad de Tangaras nos deslumbraban, azules, dorados, rojos, de todo... Y de repente una turquesa viviente, un Mielero... En fin, no encuentro el modo de expresar tanta belleza, el Momot de cara roja, el Cuco Ardilla... Aves que ni había soñado y todo rodeado por incontables colibríes, de todo tamaño y formas de pico... El verde de la selva, el gris de la bruma y joyas y joyas de colores aviares... No daba abasto... Allí Silvia, o Tatiana, o Estrellita, o Cualquiera de mis compañeros me llamaba para hacer una foto, para inmortalizar un instante... Sabiamente Patricio el dueño del Lodge, que lleva veinte años cultivando este lugar excepcional, me dice... "A algunos, si nos portamos bien, se nos permite visitar el Paraíso con antelación..."
Y así fue, y así es... De ahí fuimos a la hacienda Paraíso para quedarnos unos días de selva, de verde, y de mil sonidos despiertos... Escarabajos gigantes, conciertos de ranas y mariposas de azul eléctrico, tan grandes como una mano...
Resumir estos días es una cruel mutilación... Allí el alma se expande al infinito y regresa como ave del paraíso, o como Tangara de Cabeza Azul, que nos dejó con la boca sin poder cerrarse... Paseos silenciosos, Yug-do, Yoga... Meditación y por la noche a buscar armadillos, cusumbos, u otros mil ojos de la penumbra. Es tal el estruendo de los animales de la noche, que para la persona de ciudad cuesta conciliar el sueño, es como si tumbado en tú cabaña estuvieras flotando en un corazón palpitante y verde... Al regreso... Aún hubo más osos... Entre actividad y actividad profesional, entre terapias, disciplinas y talleres la fuga a las montañas era inevitable... Así ahora fueron tres osos más, en una sola tarde... Y además aves, cielos y las cumbres nevadas e impresionantes del Antisana. Otros paisajes fueron los del alma humana, cada persona, mayores, jóvenes, que vinieron a sanar los vi pasar del dolor, del estrés y de la tristeza a sonrisas amorosas, curación y sanación, almas de regreso a la paz... Y seguro que, a parte de las agujas de Acupuntura y las orgonitas, también actuaron los colibrís, mi alma impregnada de aves luminosas y los sempiternos abrazos de oso.
En fin, todo es muy fácil, ser feliz y sanar, sanar y ser feliz... Bosques, montañas, animales míticos y reales, esencias de flores, árboles terapéuticos y un Tarot de jaguares, tigres, lobos, águilas y anacondas... Todo vivo, todo real, todo espiritual. Tras el gran encuentro de sanadoras, y con el alma brillante regresamos por última vez a las montañas... Todos creen que tengo un poder mágico para encontrar animales, dónde les digo que paren, ahí están... En realidad, mi poder es solo amor y pasión desbordada, nada más, y claro, insistencia, mucha insistencia... Hay que crear oportunidades... Si no nunca lograrás nada... La suerte viene fácil al apasionado, al que trabaja duro y busca y crea oportunidades... Una y otra vez... Así que aquí estamos, recordando las ocurrencias de Juanita, muertos de la risa, cuándo me llamó para que viera al pelícano... Y claro era un Tucán... Pero ya me imaginaba yo los titulares... "Descubierta nueva especie de pelícano en la selva de montaña" ¡Luego las prisas, convirtieron el “mira el Colibrí en la Flor”, en mira, mira...! ¡Un Coliflor! Y la risa y la ocurrencia desatada, nos hizo ver la mariposa achupaya, la vaca de anteojos, o el perrovaca... ¡Es que cuando uno entra en la risa tonta...! Pero esta vez, la última tarde también les dije donde parar, y una vez más el oso no me falló... El gran oso andino quiso despedirse mientras merendaba sus apetecidas achupayas... Y ya me convertí en un referente para los guías... El año pasado contraté dos y este año se paran en cuanto me ven... Porque saben que así sus clientes verán al oso con anteojos...
Al rato ya había varios carros a nuestro alrededor y todos disfrutando con asombro del plantígrado... Así que les dije a mis compañeras que nos marcháramos, que más adelante encontraríamos más... Con un poco de resistencia dejamos al oso y seguimos... Una vez más una certeza me hizo parar y salí a mirar un poco, y ahí estaba... ¡Una madre osa con su retoño…! ¡Maravilloso…! Mientras trataba de indicarles dónde estaban y filmar a pulso, pude volver a enfocar a la madre, y luego le siguió la cría y... Oh Dios, otro oso... ¡Otra cría...! Increíble una osa con dos cachorros de un año... ¡Y además jugando...!
¡Éxtasis puro! Bueno pues así, llenos de adrenalina, de serotonina y de entusiasmo alocado nos fuimos de nuevo a la selva, un último intento para el Tapir... en la noche... Tratando de estirar la buena racha… Nueve avistamientos de Osos en diez días, con seguridad al menos cinco o seis ejemplares diferentes... Pero la suerte dijo basta por hoy... Y tuvimos que dejar al Tapir como cebo para la próxima aventura… Y ya en el aeropuerto ante un viaje muy largo a casa, a los brazos de mi amada y mis hijos, termino estas líneas con inmenso agradecimiento por todo lo vivido... Gracias Juanita, Marta, Estrellita, Pepe, Fany, Consuelo, Silvia, Tatiana, Francisco Jarrin, Roberto Chato, Pancho, Lorena... Y tantos y tantos nuevos amigos... Gracias Oso, mil gracias por dejar que te encuentre, por mostrarte, por ser mi sueño hecho realidad... Y así podría no terminar nunca... Gracias colibríes, aves de mil colores, selvas impenetrables, montañas gigantes... Gracias María, gracias Maestro, gracias a la vida por darme tanto... Y no me cansaría de agradecer... La vida es el campo de tus sueños, solo tienes que tener el valor de realizarlos... Y así un cóndor volando me indica que es el momento de partir... ¡Buen viaje! TAI AIM
Cuando te apegas, y te alejas, el suave manto de la indiferencia cubre el oculto dolor de la de la separación. Quiero que sepas que: No huyó de ti, sino del sentimiento que me envuelve y no me deja verte. Es un Sentimiento que no abarca mi conciencia. Creer, que la lucha, los desaires, desafíos, dominio, poder, solucionará lo que no entiendo, es dejar que mi ego se haga fuerte en mi ignorancia. Alejo mi corazón de ti al mismo tiempo que la luz de mí. Hermano del corazón; ¿cómo volver a mirarte con ese amor que necesito? ¿cómo beber de esa agua que no te puedo ofrecer? Como dice el Maestro; “hasta que no me convierta en humus, en humildad, no será posible el reencuentro contigo y por añadidura con mi corazón”.
Creer que está amaneciendo y ser el amanecer no es lo mismo. “Me permito estar delante del Maestro, de su guía, y no ser uno con él, por no saber que La Luz es para todos por igual.” La queja no tiene cabida, ni la razón tampoco, porque ese lenguaje no existe para el espíritu. Ese el lenguaje del ego es dominante y te atrapa, pero cuando mi voz se acerca al Maestro, mi lenguaje va lleno de vida, va lleno de amor, va lleno de hermandad. Está lleno de luz. A ti Hermano de mi corazón, cuando te alejas me cubro con una armadura que solo entiende de lucha e indiferencia, compréndelo, no me deja ver La Luz. Si te acercas y me acerco… ¿Qué ocurrirá? TRANSFORMACIÓN.
Tu mirada en belleza, tu sonrisa en estelas, y todos los trenes que pasan por delante son para ti. Pero contigo son espirituales y secretos divinos, mágicos. Solo el nosotros despierta al Ser. Gracias Maestro por su alquimia. “O ser supremo fuente de toda luz y vida...” Gracias
TAI
AIM
MARÍA ARRABAL
AI
CLAVE DEL MES: BONDAD
PARA LEER: Los secretos de la motivación Autor: José Antonio Marina Edita: Editorial Ariel
FRASE DEL MES: “La inteligencia más elevada es la Bondad”
PARA VER: Bhoemian Rapsody Dirección: Bryan Singer, 2018
Pongámonos a combatir argumentos para evitar que combatan personas. Karl Poper
La finalidad de la educación es enseñar a desear lo deseable. Platón
La principal función de la educación no es transmitir conocimientos, sino enseñar a vivir. José Antonio Marina
La suerte es el lugar donde se encuentran la preparación y la oportunidad. Séneca
A veces tu alegría es la fuente de tu sonrisa, pero a veces tu sonrisa puede ser la fuente de tu alegría. Thich Nhuat Hanh
El mundo está lleno de pequeñas alegrías, el arte consiste en saber distinguirlas. Li Tai Po
Los mejores doctores del mundo son: El Dr. Alegría y el Dr. Tranquilidad. Jonathan Swift
La alegría es lo que nos sucede cuando nos permitimos reconocer cuán buenas son realmente las cosas. Marianne Willamson
MARÍA ARRABAL
Una vez más se acerca la Navidad. De nuevo hay una oportunidad para un renacimiento, un cambio o, quizá, un milagro que rete al escepticismo. Es el momento de mayor oscuridad, donde la luz se comprime y resume para después expandirse con toda su fuerza y esplendor, asunto que sucederá en el equinoccio de primavera del nuevo año. Más allá de esto, percibo que este es un momento singular. Observo una luz diferente a mi derredor, con un brillo especial. Hay una sutil vibración que me conecta con el corazón. Es un momento cósmico especial, en el cual se abren puertas hacia la conciencia y un mayor entendimiento.
En la Navidad o Natividad se conmemora y celebra el nacimiento de Jesús o Jhesu, como se conoce originalmente en Belén de Judá. Él fue un Ser de Luz de alta frecuencia que encarnó en la Tierra para despertar las conciencias dormidas, sometidas, y mostrarnos la luz de nuestro espíritu, nuestra verdadera esencia y la oportunidad de amarnos los unos a los otros sin distinción de credo, raza o creencia. Agradezco que mi Maestro siempre me explicara sobre el nacimiento de Jhesu. Nació un 22 de marzo y no un 25 de diciembre según la creencia popular. Nació en un establo de Belén, en ningún hostal o posada de la ciudad. Allí no había nadie para atender o acoger a José y María, la cual estaba embarazada y a punto de dar a luz al Enviado o Hijo de Dios.
Todos estaban en la fiesta, en las grandes comilonas celebrando la Pascua. Así que Jesús nació en un establo que simbolizan humildad y sencillez, como debía de ser el avatar de la Era de Piscis. En ese pesebre harían su presencia tres Reyes Magos. Tres grandes iniciados de Oriente y Occidente que ofrecerán a Jehsu tres claves iniciáticas: la Magia, la Alquimia y la Astrología, las cuales se encarnaban a través del Oro, el Incienso y la Mirra. De pequeño sentía una gran pasión por los belenes. Por eso, a la edad de seis años le pedí a mi padre que me comprara un belén, ¡me hacía ilusión tener uno en casa! Mi padre cumplió con su promesa, lo cual agradecí mucho. Él, en la época de Navidad, siempre nos llevaba a mis hermanos y a mí a ver los belenes de la capital. Me quedaba absorto al contemplar su atmósfera, sus detalles, las diferentes escenas de un momento histórico que trasciende todos los tiempos. Jhesu, el Cristo, representa el cristal que deja pasar luz, pureza y luminosidad en toda su nitidez. La Navidad simboliza ese cristal que llevamos todos dentro para canalizar esa luz que hay en nuestros corazones, desde ese centro que unifica la luz celeste y la luz terrestre, o los planos inferiores con los planos superiores. Es un momento de elevación, de sentir y percibir esa energía espiritual que nos hace ser mejores personas, para compartir más desde el corazón en conexión con nuestro ser. Desde ese compartir tomo plena conciencia que el Yug-Do es para mí una vía de conexión profunda con uno mismo para el desarrollo de la conciencia. A través de las diferentes experiencias y enseñanzas del Maestro puedo llenar y colmar mi taza para después vaciarla a través del servicio a la vida, a los demás. El Yug-Do me permite esa posibilidad: vaciarme en ese compartir para, una y otra vez, llenarme y sentirme pleno, actualizándome en cada momento para lograr una verdadera disposición ante lo que toca realizar en cada momento. Reconocer mi origen espiritual es comprender mi verdadera esencia.
TAI
Raúl Villar
Desde mi infancia he estado en muchos deportes. Por varios años participé en las escuelas de artes marciales de Tae Kwon Do y Karate Do: ¡hasta llegué a ser cinto azul! Aprendí algo de coreano y japonés, entrené muchos katas y presenté muchos exámenes. Recuerdo dos de estos: en uno, me tocó enfrentarme a mi mejor amiga, Verónica, y ella me golpeó sin piedad. Allí entendí que el corazón no debía participar en esto, y que yo tenía que cumplir órdenes en algunas situaciones. El segundo examen que referiré sucedió después de un accidente en un ojo que tuve jugando squash: con todo y parche pasé el examen. Sin embargo, jamás me sentí incluida o feliz. De hecho, lo que más recuerdo son los golpes que me daban con unas varas de bambú en las manos cuando me equivocaba. ¡Y esto era muy seguido! Muchos años después, quizá veinte, conocí al Yug-Do. Mi corazón se detuvo ante tanto amor. Todo fue felicidad porque aquí entrenábamos hasta sudar entre un jardín excelso y después nos abrazábamos hasta el delirio y la felicidad. Aunque no te hicieras amiga íntima de nadie, había la posibilidad. Luego, después de cuatro años de entrenar diariamente, tomé la decisión de hacer mi examen. Entré a un mundo de responsabilidades, primero muy sutiles y necesarias porque tenían que ver conmigo. Me gustó quedarme callada, escuchar y estar en disposición. Así aprendí a ir a mi Escuela de cintos itinerante, a entrenar con otra actitud y a cuidar a mis compañeros. Más tarde, cuando hice el examen para cinto plateado, entendí lentamente las razones de las actuaciones y de la estructura de Yug-Do. Y aquí le sigo, ahora en rojo, sorprendida porque tengo una gran pasión encendida. ***
Llevo semanas con dificultades. A ellas me he enfrentado con las recomendaciones del maestro, y pienso que, si sé preparar un buen desayuno y ser bondadosa en muchos aspectos, también lo seré en este asunto. También he intentado no compartir mi dolor con mis seres amados para no repartir entre ellos mi basura tóxica. Esta carga que traigo no la he podido compartir con nadie más debido a que tengo muchas actividades que me llenan la agenda. El problema está conmigo de forma permanente. ¿Qué historia me traigo entre manos? Una triste porque es el recordatorio de una violación sexual. Sucedió hace seis años, con uno de mis mejores amigos, casi una guía de gran confianza. Lo olvidé por completo. Hace unos meses, ante un acontecimiento cercano lo recordé: las circunstancias, mis temores y emociones, sus palabras. Me dio asco. Y ahora, todo lo que tiene que ver con él me resulta repulsivo. Inhalo. Trato de disculparme. Por haberlo vivido, olvidado y recordado. Por esta razón pido me disculpen si me han notado distante, alejada, en silencio o triste. Eso es lo que llevo ahora, aunque no todo el tiempo. Veo mi sonrisa amorosa decaída. *** Mi práctica diaria de Yug-Do. Cada día amanezco de forma tan diferente que me place saber que mi rutina de higiene y Yug-Do serán las que inicien mi recuperación y rehabilitación. Sí, esto sucede porque cada mañana, tarde y noche hago tantas cosas que la cama hospeda a un cuerpo contento, pero muuuuuy cansado. Entonces, hacer Yug-Do me sintoniza, me alegra, me despierta, me estira, me flexibiliza, me pone en movimiento y me apasiona. Con simpatizantes, cintos o solo con Bamboo, en el parque, mi departamento o en cualquier otra ciudad, el entrenamiento es tan necesario como aire, agua, alimento y motivación. ¡Gracias, Yug-Do! TAI
Ilihutsy Monroy
PariLIHUTSYeja
Actualmente, en el intento de acercarnos a todo tipo de personas y experiencias caemos en el error común de desvalorizar la sabiduría ancestral. Esa depreciación tiene su raíz en una antigua condena que implicó ostracismo. A pesar de las dificultades a las que se ha enfrentado, dicho conocimiento aún es cuidado y protegido por leales transmisores y guardianes capaces de poner al día ese entendimiento que ha de ser revelado en una línea de amor incondicional. Hay otros ejemplos de este proceso de enajenación del conocimiento. Uno acontece cuando la humanidad busca llegar a la conciencia mediante los estados alterados. Así sucedió desde la antigüedad, cuando se usaban drogas para llegar a nuevas formas de coexistencia social. Ahora se usan otras formas de divertimento “terapéutico”, las cuales utilizan el sonido y la danza sagrada. Sin embargo, es oportuno recordar que quien no se ha transformado a sí mismo no puede guiar, porque sólo conduce a estados placenteros y confusos, alimentando egos tal como sucede en una orgía. Otro es el debate entre la separación entre Ciencia y Medicina Natural o sanación y curación. Su división sólo es parte de una estrategia para manipular al ser humano a través del miedo. Con ello lo deja incapacitado y despojándolo de toda herramienta natural de aprendizaje que lo hiciera un ser auténtico y responsable de sí mismo. Quienes ejecutaron este plan querían castrar su espíritu, encarcelar su alma y que así el humano se olvidara de lo maravilloso que es estar sin dependencia externa. Por eso ellos crearon un virus o enfermedad a la que yo llamo el olvido del Amor. Su misión era crear verdaderos esclavos en una sociedad perfectamente estructurada, donde fuéramos como títeres manejados por los hilos del egoísmo y la ambición. De ese modo, el ser humano empezó a separarse de la Naturaleza y, en definitiva, de sí mismo. En contra de este plan orquestado para nuestra inconsciencia, la sabiduría ancestral recibida a través de la meditación y total entrega al Todo es un legado sagrado e infinitamente valioso. Actualizar ese maravilloso entendimiento es una labor de mucha responsabilidad. Esa renovación se da por sí misma, en la que la mente no juega ningún papel importante en ese sentido. Se da la lógica natural de forma mágica. Cada terapia de medicina ancestral es la bella historia del viaje de nuestro reencuentro con nosotros mismos. Así puede ser contada porque el Amor convierte todo en Arte.
Entre los ejemplos de sabiduría ancestral actualizable de forma natural que encontramos está el de la Red de Indra. Aunque este mito pertenece a una tradición de textos antiguos del hinduismo y del budismo, puede ser fácilmente interpretado como una metáfora de un grupo o de un engranaje humano existiendo y actuando como una red reflectante de almas convertidas en el Todo, como cuando vemos la Geometría Sagrada. Esa red está entretejida sabiamente por la realidad. De hecho, se utiliza en referencia a las redes sociales, donde es demostrable su infinito valor y coherencia. La historia de la Red de Indra cuenta que un rey vivía en un palacio lleno de tesoros. Entre esos había una red formada por joyas brillantes y llenas de luz, las cuales estaban entretejidas como una telaraña delicadamente habitada por gotas de rocío. Cada joya y gota era el reflejo de la otra. Era un ente brillante que reflejaba a la siguiente hasta el infinito. De ahí parten muchas metáforas e interpretaciones que, en realidad, son las mismas. Algunas de esas son las siguientes: Todo está en todo; Todos somos Uno; El humano es un microcosmos del Universo; Cada parte del cuerpo humano es el reflejo de la totalidad; Los elementos de la Madre Naturaleza y el Padre están contenidos en
nosotros; El amor hacia otro ser humano es nuestra parte divina reflejada en el otro, tal como sucede con un espejo mágico. La raíz de este entendimiento básico que se encuentra en la Red de Indra ha dado a luz a la terapia natural. Cada emoción se refleja en un órgano, mientras las autopistas energéticas conocidas como meridianos o nadis son los puentes que conducen al Alma. Cada punto es resonador de una zona y de una parte de nuestro ser. Eso muestra que tenemos una gran necesidad de conexión y de unión con el otro. En realidad, nos buscamos a nosotros mismos continuamente. Por eso se entiende que un grupo de seres conscientes es un engranaje perfectamente diseñado por el Universo. Nada falta y nada sobra. Cada uno se refleja en el otro. Cuando uno brilla refleja en todos. Unos conjuntos de almas están hilvanadas gracias a la luz, al sagrado anhelo de ser amor, y de ser Uno con el Infinito. Esta es una verdadera Red de Joyas. Al mirar esta realidad, nos damos cuenta que es demasiado fascinante como para perder el tiempo con la ayahuasca. Eso sí, debemos recordar que en la evolución real no hay un camino fácil. La conciencia no hace diferencias porque ella conduce al orden.
LUZ TAI
Cinta Negra Cándida Vera
Al estar frente al maestro y decir “sí” a sus palabras de invitación al YugDo, las cuales quedaron grabadas en mi alma, implicó un gran compromiso conmigo misma. Allí estuve consciente de vivir mi misión de vida. Ahora que recuerdo, fue la mejor boda que he experimentado. Fue casarme conmigo misma, aceptarme y cuidarme en salud y en enfermedad. Así también podría identificar la etapa de una luna de miel, momentos con mayor y menor entusiasmo, tal como sucede en cualquier relación. De alguna forma, tengo la sensación que el cinturón siempre ha estado ahí y Yug-Do me lo recuerda instante a instante. Es como un instrumento que sirve para estar atenta a la vida, para recordar a qué vine. También me recuerda que estoy conectada siempre con algo, con algo superior, que formo parte de un gran y hermoso misterio. A menudo se me olvida que está ahí, así que me agrada ponerme físicamente el cinturón, sobretodo, cuando hago conciencia plena que estoy en el dojo. Para mí el cinturón es mucho más que parte de un uniforme. Siempre trato de colocarlo muy conscientemente y disfruto hacer los nudos. Es mi conexión con el maestro, mi conexión con los demás. Aunque admito que no me he acomodado con el cinturón en su forma materializada, y eso me recuerda que siempre hay mucho más por trabajar. Pero me concentro en el ahora y se me pasa. El portar el cinturón negro me ha llevado a experimentar más conscientemente la materia, el cuerpo, la alimentación y las cosas materiales. Comprender su peso, es decir, su importancia, su naturaleza y su lugar en la existencia me han ayudado a soltar poco a poco. Puedo decir que en otros momentos de mi vida cuando me he comprometido con algo, ha sido un verdadero peso para mí. Aquí es todo lo contrario. Lo que aparentemente amarra, realmente libera. Me he sentido mucho más en casa en mi propio cuerpo, lo he disfrutado más y más sanamente. Me he permitido hacer una gran limpieza de cosas
materiales que no me estaban sirviendo, solo pesando. Siento que mi mochila se vuelve cada vez más ligera. Es cada vez más claro el orden al trabajar. Llevar el cinturón puesto es la expresión del querer y poder para mí, la oportunidad de servir. Poder ser monitora y estar al frente de la práctica es una experiencia singular, maravillosa y muy enriquecedora. Iniciar con un grupo fue algo muy natural para mí, y lo agradezco de corazón. Me siento muy honrada de estar aquí y ahora con todos ustedes. Porque el portar el cinturón nos conecta a todos los hermanos Yug-Do de una manera muy especial. Nos permite acceder no solo a la formación con el maestro, a la información tan valiosa que nos ayuda a caminar mejor, sino a la transformación para lo cual no hay palabras. Me siento muy bendecida. Gracias Maestro, sé que porto el cinturón porque lo necesito.
TAI
Cinta Negra Emily Ann Fitz
Diciembre es mes del solsticio y la navidad. Estas son dos invitaciones a la luz, al Amor y a la Unidad. El solsticio nos recuerda que ya estamos en la línea que cruza la mitad del túnel invernal. Ahora solo se trata de salir a la renovada luminosidad y, aunque todavía tenemos que cruzar el invierno, la luz va abriéndose paso poco a poco para recordarnos que, como todos los años, los días empiezan a alargarse para preparar la explosión de la primavera. El solsticio es celebrado por muchas tribus como una etapa de paso y renovación, de límite, o es medidor de tiempo. Por esto último es que han hecho construcciones aprovechando esta geometría sagrada que produce la dirección del sol para saber exactamente el momento crucial del solsticio. De la misma manera, nosotros festejamos con uvas el paso de un año a otro. Igual que la naturaleza tiene que concentrarse y prepararse para el invierno que le espera y, aparentemente su vitalidad es inerte, la naturaleza humana también necesitó coger impulso para sobrellevar las condiciones de escasez del invierno. Así se explica que se celebre con la tribu o el grupo, porque se vuelve necesario para sobrevivir como si fuera un último empujón antes de la cruda helada invernal. Actualmente, la infancia es la etapa en la que se crea la ilusión de felicidad en la Navidad. Por eso es una gran fiesta para los sentidos, que incluye aromas deliciosos que recorren todos los rincones, multicolores adornos navideños, la alegría alrededor de la mesa cuando todos estamos juntos entonando villancicos, la larga y maravillosa espera a la noche de los Reyes Magos, así como el frío y la lluvia que nos hace pasar horas en casa jugando al parchís o a la baraja. Es maravilloso. Con el paso de los años, te van explicando que esto es una fiesta religiosa y que se trata de la celebración del nacimiento de Cristo. Él, un guerrero de Luz, vivió para servir al Amor y a la Vida, fue un gran renovador y aglutinador de conciencias que marcó un camino a seguir. Sus pasos siempre serán ejemplos válidos para nuestra conexión con el Ser. A pesar de las turbulencias y los cambios que han ocurrido, la idea de la navidad sigue viva: quizá sea porque no podemos olvidar su ejemplo. Por otro lado, la naturaleza se mueve por pulsiones, pequeños espasmos llenos de energía vital que se encargan de equilibrar todo lo que encuentran a su paso. En el cuerpo físico nos mantiene saludables, y si hubiera un mínimo desequilibrio acude a restablecerlo. Esta energía también intenta buscar la paz y la armonía para nuestra mente, y nos regala una maravillosa herramienta: la conciencia. Con ella podemos ser conocedores de nuestro poder y así llegar a reconducirnos. Y, por último, extiende hacia cada uno de nosotros redes invisibles que nos conectan con ella y se alimentan del Amor. Cuando esta trilogía sagrada está en verdadera conexión somos Unidad y sentimos la Unidad. Es en estas fiestas, las fiestas de Navidad, donde conectamos con esa idea de Unidad, de Arcadia, de felicidad y de abundancia, donde el cuerpo disfruta de los sentidos, la mente se prepara relajada a disfrutar. En ese ambiente aparece el ingrediente maravilloso que se
llama Amor, y nos abre una ventana que normalmente está bajo estrecha vigilancia. Parece como si, por un momento, paráramos nuestra programación y diéramos paso a nuestra parte más espiritual. Sigue siendo una fiesta de encuentros, de perdones, de alegría, de comida rica, de viajes, de abundancia y lo respiramos a nuestro alrededor. Todo lo que nos ayude al reencuentro con nosotros mismos, con la Paz deseada y logre la conexión con nuestro Ser, ¡que sea siempre bienvenido a nuestra vida! Buena Navidad.
TAI
Cinta Negra Mayte Belaza
Empiezo compartiendo que Yug-Do me ha ayudado a vivir en el presente, a reconocerme en el pasado, para actuar en el hoy, aceptando y fluyendo ya sin detenerme a preguntarme el porqué, o el qué puede venir después. Simplemente soy sincera con mi corazón, tal como lo enseñó el Maestro: desde la bondad. Desde este punto me siento agradecida porque corresponder al Yug-Do ya es llenarte de virtud, magia, conocimiento y sencillez. Y lo disfruto como es y con lo que está. Por eso estoy involucrando a una de mis personas favoritas en este camino: a mi hija Danna. Ella, poco a poco, se ha interesado más. Así fue que le hice la invitación de acompañarme a Canadá el próximo año, y espero se realice. Sería el regalo prometido por la celebración de sus próximos XV años. Entonces, si algo va a pasar por el simple hecho de estar dentro del Yug-Do, que pase que Danna y yo podamos reunirnos en Canadá, celebrar junto al Maestro y cada uno de ustedes, de los que estamos en este camino, para disfrutarnos, aprendernos y cumplir sueños… ¡Les mando abrazos, hermanos! TAI
Cinta Negra Ana Laura Cuevas
MOUSSE DE NAVIDAD CON CACAO Y AGUACATE Necesitas: 4 aguacates maduros, 5 cucharadas de cacao puro en polvo, 3 cucharadas de melaza o sirope de agave, 1 pizca de sal (si tienes de hierbas), 1 cucharadita de canela en polvo, 1 cucharadita de extracto de vainilla, 60 ml. de leche de coco. Para el topping*, frutos rojos cortados, coco rallado, menta y, si tienes, una pizca de gomasio. (Da para 6-10 personas). *Topping: término moderno dentro de la gastronomía. Se utiliza para hacer referencia en especial a los ingredientes con los que suelen cubrirse la superficie de pizzas o postres.
Método: Machaca o muele los aguacates hasta que sea una pasta homogénea; añade el cacao, miel, vainilla, canela, sal (herbamare o similar de hierbas) y la leche de coco para volverlo a batir de nuevo. Ponlo en copas, agrega el topping, espolvorea una cucharada por copa de gomasio, agrega la menta y déjalo enfriar en la nevera durante un par de horas.
Listo para disfrutar y compartir. ¡Feliz Navidad!
Eugenio Pareja
Cursos de Yoga, Formación de Yugdo, Clases regulares, Curso de Acupuntura CUÁNTICA, Taller de Arquetipos y Chakras, prácticas diarias, Seminario de Yugdo en la naturaleza, Terapias personales…
Terapias personales en Barcelona, Vich y Pineda de Mar.
Todavía integrando el último encuetro con el Maestro y dispuestos a preparar el siguiente para Mayo 2019… La luz sigue iluminando el Camino !!
Trabajando ya para el próximo encuentro con el Maestro en febrero 2019…! La aventura continúa. Clases, talleres de terapias y actividades habituales.
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