La vida pinta bien en febrero. De hecho, pinta de colores y carnavales, porque aún en los rigores del frío invierno, algo necesita sobrevivir y, aún más, animarse, llenarse de entusiasmo y alegría. Ahora más que nunca, la naturaleza será tu mejor consuelo. Prepara la mochila y un buen abrigo y tira para el monte. Seguramente notarás por doquier los tonos mortuorios del rigor climático: grises, árboles esqueléticos, blancos interminables y un aire difícil de respirar, pero también podrás observar que el lobo, el zorro o el gato montés llevan su pelaje más hermoso, su tupido abrigo de invierno. Y qué decir del petirrojo, que, posado en una rama seca sobre el manto blanco, parece una mancha de sangre viva desafiante, un corazón valiente y abierto. En ninguna otra estación se puede observar tanto contraste entre los colores de las aves y el paisaje de fondo. Por otro lado, en febrero los felinos maúllan sus cantos de amor, su celo: lo vemos en nuestros gatos urbanos y en la campiña, incluso en los linces del matorral mediterráneo. Los gatos están con la sangre hirviendo, por lo que parecen completamente ajenos a las bajas temperaturas. También es notorio que muchos animales se pueden observar mejor, porque los árboles caducifolios han perdido sus hojas y es más fácil apreciar a la vida superviviente, a los campeones del invierno, los que no emigraron ni duermen, los que necesitan luchar por cada caloría para seguir adelante. Son los héroes del bosque y la montaña, los que fortalecen los genes de la especie, los que se reproducen y sobreviven. Los humanos inventamos fiestas de colores y disfraces, chanzas de todo tipo, así como excusas para el baile y la risa porque estamos seguros que la noche invernal pronto pasará y todo renacerá de nuevo. Es la ley de la vida.
En esta ocasión el Yug-Do también se viste de blanco y, con sus mejores galas, reflexiona sobre la divina presencia, la trascendencia y el cultivo de lo esencial. En cierto modo, Yug-Do es siempre un retorno a la substancia base, al origen y al destino, a profundizar en el instante y aprender con alegría sobre lo que hay. Por eso les invito a tomar su bambú y viajar al blanco, al azul y a la nieve, a cortar el aire gélido con los movimientos sinuosos del Yug en armonía con el DO. Sí, es tiempo de retomar el gran pacto con el alma del mundo, de buscar en uno mismo los recursos para dotarnos de bienestar y alegría: se acabaron las excusas, hay que seguir adelante y mejorar, siempre afinando lo mejor de nosotros mismos, y poniéndolo una y otra vez al servicio de la vida. ¡Feliz febrero! TAI AIM
ANTONIO IBORRA
El Maestro comentaba una y otra vez las enseñanzas de su propio Maestro: "A Dios se le ha pedido y se le ha adorado, pero a Dios no se le ha estudiado y es momento de estudiar a Dios". Por otro lado, mi Maestro solía referirse al Ser y al Ser Supremo, y también nos contaba que su Maestro no sentía ningún pudor ni ninguna limitación al hablar abiertamente de Dios. Yo pasé de una educación religiosa y católica a repudiar cualquier aroma a religión y a Dios. Simplemente los representantes de Dios me decepcionaron y el estudio de la historia de las religiones me hizo tomar contacto con una actitud más bien escéptica. Nunca me consideré ateo, aunque tampoco creyente; por otro lado, me interesó sobremanera comprender la naturaleza de la mente humana y sus creencias. Mediante el Yoga pasé de la teoría a la experiencia y entré en contacto con la conciencia. Yo veo al ser humano metido en el círculo de su mente y de sus propias creencias. Y entiendo el sentido de la espiritualidad como el camino o tránsito a una experiencia más allá de éste círculo mental. Como todo lo que podemos comunicar pasa por el lenguaje mental, se hace imposible referirse a aquello que está más allá del mental. Solo se puede sugerir, simbolizar o ejemplificar mediante metáforas. Mediante la experiencia profunda del Yoga he contactado con algo que siento como una Inteligencia Superior, algo más grande que la mente y sus palabras, y lo cual tiene el sabor de la paz, la claridad, la inteligencia, el amor y la alegría. A esa realidad yo la llamo Dios. Y sé que ese campo, por llamarlo de algún modo, me guía, me cuida, me consuela y me protege, nunca me enjuicia y siempre me permite elegir. Mi Dios está en el substrato de todo lo que soy capaz de percibir, sentir o pensar y, aunque duerma, me cuida y está disponible para mí. Más allá de cualquier formulación, puedo hablar con Dios desde el corazón y sentirme escuchando. Desde la humildad y el recogimiento me puede guiar a hacer lo correcto y superar todas las dificultades y vicisitudes de la vida. No necesito sacerdotes, ni otros intermediarios, ni tampoco templos o iglesias, aunque sé que también está ahí, sí, está en los curas y las
catedrales, en las chozas y los prostíbulos, en los mares y en las selvas, en el asesino y en la víctima. Todo, absolutamente todo, procede de Él y regresa a Él. Mi trabajo es levantar la cabeza del sueño de la materia y mirar hacia el infinito, preguntar al Padre Madre Celestial por dónde. Y poner todo de mi parte para hacer yo mismo lo que puedo y lo que debo. No me refugio en Dios para liberarme de la responsabilidad personal. Él me ha dotado de un cuerpo, de una mente, de una personalidad y de un ego, y estos instrumentos pueden ser usados para cumplir una voluntad superior a mí como individuo. Estudio a Dios. ¿Qué me quiere decir a través de lo que acontece, de lo que ocurre, de lo que siento o pienso? Todo proviene de esa voluntad divina y superior y todo tiene un propósito de amor hacia mi persona y la humanidad. Dios no castiga sino enseña, y me dota de voluntad, de inteligencia y de criterio para seguir avanzando y crear paz. Simplemente al conectar con esta Inteligencia Divina ya es el mayor de los regalos, Dios es el mejor amigo del corazón humilde y sincero, y que busca seguir el camino del bien y de lo correcto. Podemos tener capacidad de luchar o de esforzarnos, pero necesitamos la guía, y Dios es la Fuente Suprema. Mi oración es agradecer los infinitos dones de los que dispongo a cada momento. El don de cada respiración, de un vaso de agua, de una flor en el jardín, el don de poder distinguir el bien del mal, lo correcto de lo incorrecto, el don de apreciar la belleza, de poder ejercer la bondad y de reconocer la verdad. Y, sobre todo, el Don de descubrir la posibilidad de la Guía de Dios. Pase lo que pase, si me conecto a esa Inteligencia Superior con devoción y amor, encontraré el camino para cumplir su voluntad, para superar cualquier dificultad, para encontrar la respuesta acorde con su Plan. Dios cuenta con mi capacidad, con mi energía y con mi estado de conciencia, y sabe ayudarme desde mi propio entendimiento, así que solo tengo que escuchar, ponerme en sus manos y trabajar según mi capacidad. Ante la duda, escucho y espero, ya que Él sabe siempre hacerme llegar la respuesta. Así que me declaro estudiante de Dios, un neófito o un aprendiz. Le pido luz y guía, estoy dispuesto a trabajar, a esforzarme y también a tener paciencia y espera. Con su Sabiduría no hay nada que me pueda vencer, estoy en sus manos y pongo las mías, con sencillez, a su servicio.
Sé que los escépticos dirán que Dios es solo una invención de la mente humana, una necesidad o un sentimiento. Si así fuera, si Dios solo fuera una creencia, un sentimiento, una idea fruto de la vulnerabilidad del ser humano, ya valdría la pena, ya tendría sentido, siempre y cuando la idea de Dios me conduzca siempre a ser mejor persona, a amar un poco más, a dejar la violencia y ejercer la Bondad. Si Dios solo fuera ese pensamiento, ya sería el mejor y el más hermoso de los pensamientos y ya valdría la pena. Hay quien dirá que para ser bueno, correcto y justo no se necesita a Dios, ¡pues bien por su Dios! A mí, lo que menos me interesa de Dios, es darle algún nombre, incluido el de DIOS. Sigo estudiando.
TAI AIM
La mente humana es un maravilloso don, es poderosa y muy creativa, pero del mismo modo puede ser destructiva y retorcida. La mente no sólo es el cristal por el que nos relacionamos con la vida, también es un protector de creencias que cambia y transforma la vida de cada individuo. Hay creencias que curan y otras que matan. La influencia de la mente sobre el cuerpo es enorme. Sin embargo, el gran problema del ser humano es que se identifica con su mente. Se cree que él mismo es la mente, montado en un cuerpo y viviendo en el mundo. La realidad es que el conocimiento profundo de uno mismo pasa por darse cuenta de que no somos el cuerpo, ni tampoco la mente. Al no ser la mente no hay forma de definir quién soy yo. Lo que no equivale a no poder experimentar un potencial infinito más allá de la mente. De hecho, mediante la meditación podemos observar y conocer la naturaleza de la mente, y entonces éste mental, éste ego y la mente se pueden convertir en una secretaria muy eficaz.
La mente está ahí para instrumentar y resolver. Desde nuestro Ser podemos decirle a la mente lo que queremos que haga. Puedo decirle a mi secretaria – mente: "No me pases más llamadas", puedo ordenar a
la mente que se enfoque en las soluciones que le planteo y que no me deje sobre la mesa los periódicos que hoy no quiero leer. Ella me hará caso. En vez de ser un esclavo de tu mente y sufrir por su locura, obsesiones o ansiedad te puedes convertir en el amo, en el señor o señora de la mente. Solo necesitas darte cuenta que los diferentes estados emocionales, de ánimo y otros ruidos, son generados por el programa mental automático, y tú puedes cambiar eso. De ser la mente a ser el dueño de la mente hay un mundo. Así que tú puedes decirle a tu mente que respete tu paz, que es la paz del Rey, y que busque soluciones en vez de atemorizarte con conflictos. La mente te obedecerá, pero para ello necesitas estar presente y atento. El hábito de considerar tu mente como un instrumento de precisión a tu servicio te será de gran ayuda. Los antiguos decían: “la mente puede ser un fiel servidor, pero es un cruel amo”. Todo lo que te ocurre, lo que vives y sientes es obra de la mente, porque se trata de una interpretación de hechos. Si las mismas cosas o situaciones son interpretadas por otra mente, el resultado será otro. Lo que la mente ve terrible, tú lo acabas viviendo así y tu cuerpo se resiente. Ahora puedes tomar el control y decirle a tu secretaria: ¡NO PASA NADA! Lo arreglaremos, lo que no se puede solucionar se puede aceptar, pero lo importante es seguir adelante y darse cuenta que, con un cambio de actitud y dejar pasar un tiempo, todo cambia. Así que no te atormentes a causa de la mente. Ordénale calma, paz y tranquilidad. Desde ahí todo puede mejorar.
TAI AIM
Curar con animales no es nada nuevo. Se han realizado experimentos que han demostrado ser muy útiles en el tratamiento de niños autistas o con síndrome de Asperger con delfines, caballos y otros animales. Cada vez se dan más iniciativas en este aspecto. Por otro lado, ¿quién negaría el gran papel curativo que puede tener un perro fiel o un gato? El ser humano siempre ha encontrado un gran consuelo y curación en contacto con otras especies. Hoy también se habla del papel salutífero que ofrece la observación de aves silvestres. De hecho, la naturaleza es el alma de la curación del retorno a nuestro contacto con la Tierra, sus ciclos y ritmos. Desde muy niño, mi templo y mi hospital siempre ha sido el contacto directo con los espacios naturales y la contemplación de los animales salvajes. Es ahí donde me siento en gran paz y la coherencia regresa a mi vida. No puedo explicar cómo funciona, pero después de una mañana o una tarde en la naturaleza me siento mucho más equilibrado y sano. Por otro lado, cada animal salvaje en libertad me aporta algo único, es un bálsamo para mi alma. Un lobo sube drásticamente mis endorfinas, y me transmite libertad, fuerza, inteligencia y sabiduría. La mera contemplación de una manada salvaje eleva mi ánimo por un mes y me llena de alegría. Quisiera vivir en tierra de lobos... Un oso en las montañas me transmite poder, fuerza, aplomo, me llena de vida, tanto poder y tanta delicadeza, es un subidón de energía y me conecta con las cuevas ancestrales, los bosques vivos y profundos. Un oso es la tierra misma en movimiento.
Un lince es la belleza sutil y estilizada, y su mirada te cambia para siempre. Es un encuentro con la vida elástica, ágil y flexible, por eso es el señor del monte mediterráneo.
La contemplación de cada animal tiene una vibración completamente distinta, cada ave, con sus colores, pico y alas cuenta con un psiquismo único. Toda especie es una lección de supervivencia y un legado de sabiduría. Un paseo por la naturaleza, con una actitud abierta al encuentro con animales salvajes, es un retorno a la fuente de sabiduría ancestral. Cada animal es una lección y una enseñanza y, diría más, todo ser vivo emana una vibración que puede curar al que la recibe con amor y admiración. TAI AIM
Observo maravillado las bolitas rojas del acebo. Aquí, en la montaña fría y húmeda, contrastan con un poco de hielo en el perfil de las rocas. No son un árbol de Navidad, aunque aquí no faltan pinos carrascos, encinas y algún roble. Todo parece un poco dormido en la mañana invernal, mientras el naranja del sol naciente se perfila en el horizonte. Mientras aprieto las manos en los bolsillos, con la utópica intención de exprimir algo de calor, escucho el inconfundible piar de un halcón, luego diviso su estilizada figura rasgando el azul y trazando círculos entre las fortalezas pétreas de las montañas. Apenas aquí y allá, el silencio helado es cortado por el piar melancólico de un petirrojo, que por el momento se niega tozudamente a mostrarse.
Me pongo a caminar en la pronunciada subida que caracolea y se adentra en el territorio de la Montes. Siempre me chocó un poco la Navidad, porque hay algo esencialmente contradictorio en ella. De pequeño me enseñaron que cuando la madre de Jesús, María, estaba a punto de dar a luz, recorrieron Belén en Galilea, en busca de una posada. Sin embargo, no encontraron la más mínima hospitalidad en ninguna parte. Allí, en aquella época, un supuesto 24 de diciembre, toda la reserva hotelera estaba ocupada al cien por cien y todo el mundo estaba, como hoy, reunido con sus familias, celebrando la Pascua (Las Pascua judía, el paso al nuevo sol, en definitiva, el Solsticio de Invierno). Como hoy, la gente estaba de fiesta, de comilonas, de borracheras y de baile, y todo el mundo judío estaba completamente ignorante de que estaba a punto de nacer un judío que sería el causante del nacimiento de las más de 1.500 sectas en las que se manifiesta el cristianismo moderno, religión que iba a superar y relegar en gran medida al propio judaísmo. El caso es que, el posteriormente llamado "niño dios", tuvo que nacer en un lugar retirado, en las afueras, en el campo, ya que por suerte sus padres encontraron un establo. Y el único calor que encontraron fue el de los animales. Sea como sea y si hay alguna verdad en esta leyenda, el mito quedó claro. Hay cosas muy importantes, quizás las más importantes y trascendentes que pasan totalmente ajenas a las fiestas y reuniones donde la gente busca convivir y distraerse. Hay otra realidad sutil y trascendente que pasa más cerca del bosque, lejos del ruido humano, en las soledades del campo. Así que siempre me he preguntado el porqué los cristianos hacen exactamente lo mismo que los judíos, y para celebrar la fiesta del nacimiento de aquel que no tuvo fiesta ninguna insisten en hacer otra gran celebración.
Claro que yo recuerdo de muy niño un encuentro humilde ante un pesebre en las que mi madre nos hacía rezar y cantábamos villancicos. Había en mi humilde casa un olor a pino, corteza de alcornoque y musgo, materiales que habíamos recolectado en el bosque para construir nuestro propio pesebre. Eran otros tiempos, a los que sinceramente no echo de menos, dado que en mi presente el nacimiento más bonito del mundo es un amanecer y los villancicos son de aves silvestres y de brisa fría. Cuando todo el mundo se reúne, cuando la masa humana se aglomera más que nunca, los pesebres naturales lo celebran aún más, la tranquilidad de la montaña es absoluta y esa ausencia de humanidad resalta la majestuosidad de la escarcha, el picapinos y las nubes blancas. No reniego de lo humano, ni de la humanidad, es un fenómeno más de la historia natural. El planeta se transformó en agua, plancton, bosques, animales, dinosaurios gigantes, ratas, elefantes, humanos y rascacielos, luego, más adelante, todo seguirá transformándose. Por hoy, gozo un rato del silencio, de ese que se siente y se nota cuando la mente se calla, cuando las fiestas terminan, cuando los humanos duermen. Me encanta sentirlo también en mitad del jolgorio y la rumba, porque en esencia es permanente. Lo importante es que lo superficial no te distraiga de lo sutil. Que vayas un poco más allá de los grandes movimientos aparentes, de las carcajadas y risotadas, de la música y el folclore, y captes, aunque sólo sea un momento, esa otra dimensión. Aquella donde quizás algún Jesús esté naciendo, en las afueras, en la soledad del campo, entre animales, en el Silencio.
TAI AIM
La vida es una enorme oportunidad para desarrollar la creatividad, el arte. Como bien decía mi Maestro: "un puente entre lo visible y lo invisible, lo audible y lo inaudible". Me enseñaron de pequeño que aquí estamos de paso, y por eso realicé muchos, muchísimos, pasos para descubrir este mundo, y lo que descubrí es que lo más importante es disfrutar plenamente de cada uno de esos pasos. Al principio creí que se trataba de que mis pasos me llevaran a un lugar mejor, a un paraíso lejano. Luego caminando y viendo muchas montañas y valles, mares y ríos, vi que la tierra era redonda y que al final siempre regresaba a mi propia casa. Quizás ahí me di cuenta de que el paraíso no estaba allá donde pudieran llevarme los pasos, sino en la forma de pisar cada uno de ellos. Cada lugar lo contiene todo, solo hay que desarrollar ojos para ver y oídos para oír. Los otros pueblos son como el tuyo: hay gente buena y gente mala en todas partes. Y por supuesto, el Anciano de los Días, el viejo Maestro que es también Maestra, siempre está enseñado al que quiere oír, bajo algún árbol, en la plaza del mercado o en la cima de una colina. Y así transmite sencillez repleta de sentido un Sócrates, un Lao-Tsú, un Shidarta, un Jesús, una María, una Kuan Yin, una Sofía o cualquier maestro anónimo sin nombre, género o edad. Pero más allá del mensaje de los sabios y filósofos, de los artistas creativos, de los científicos apasionados o de los deportistas de élite, existe la importancia de un solo paso. Las cosas más importantes de la vida te toca descubrirlas a ti. Allí dónde todos señalaron estás tú, en tu propia soledad acompañada, pero en tu paso único y nuevo, como siempre. Y ahí no te preguntarás ¿Cómo irá el día?, ¿cómo será la siguiente experiencia?, ¿cuál será el aprendizaje de hoy? No.
Más bien sabrás o irás sabiendo que todo va a depender de cómo des ese paso siguiente, presente y nuevo. Al final no hay nada, quizás a lo sumo, otra vez empezar. Por eso es necesario que comprendas que a cada instante se presenta ante ti otra posibilidad, no es solo la vía habitual de seguir adelante, movido por una inercia cultural o por cualquier pasión inconsciente, no. Me refiero al camino vertical. En vez de simplemente moverte, darle alas mercurianas a tus pies y trascender lo corriente, elévate, vuela un poco más alto. ¿Cómo se logra? Pisando distinto, más alerta y alegre, oliendo con delicadeza e interés, saboreando dos veces la misma flor, observando la belleza oculta en la fealdad y la sabiduría sabia e inteligente en la estupidez, captando el orden matemático del caos, poniendo siempre tú lo que creas que falta, a cada momento, paso e instante. Vivir hoy con expectativas, ilusiones, miedos, preocupaciones o inseguridades, es como estar ciego en un mundo lleno de tesoros y bellezas inabarcables. De una vez, en tu paso, en este nuevo y viejo, detente y aporta tu asombro, tus ganas de mejorar y embellecerlo todo con tu generosidad. Y entonces, como dijo el poeta: "Y entonces, hijo mío, serás hombre". Y añado: “Y entonces, hija mía, serás Mujer, y entonces, que es ahora, serás y eres Luz para hacer brillar un poco más este magnífico momento”. Disfruta del paso. TAI AIM
En suajili, un idioma del este de África, safari significa viaje. La palabra se puso de moda por los exploradores decimonónicos que recorrieron las llanuras de África central en busca de los tesoros y misterios del continente negro. En aquellos tiempos los europeos se quedaron asombrados con los exóticos animales africanos. Vieron leones, elefantes, rinocerontes, grandes manadas de ñus, cebras, antílopes y, en los ríos, cocodrilos gigantes e hipopótamos. Debieron ser experiencias increíbles las de Livingston, Stanley, Burton, Speke y tantos otros célebres aventureros. Hoy en día ir de safari es portar una gorra con visera, una cámara con teleobjetivo largo e ir montado en un todoterreno con unos cuantos turistas más, en busca de animales, todo ello en alguna reserva o parque nacional africano. Ese es el cliché. Sin embargo, para mí un safari es otra cosa. Yo lo veo más bien como el viaje a pie por la naturaleza al encuentro con el asombro y la vida salvaje.
Ir a pie es retomar el viaje esencial, el de nuestros ancestros paleolíticos, el camino como modo de vida, migrar, buscar alimentos, escapar o simplemente descubrir nuevos territorios. El safari a pie está hecho en y para la dimensión humana. He viajado por todo el mundo desde hace cuarenta años, he ido en bus, tren, avión, barco, canoa, caballo, moto, bicicleta, elefante, camello, taxi y de algunos otros modos más que ya ni recuerdo. Una vez fui hasta en tractor y otra en carro de caballos. Sin embargo, me doy cuenta que la perspectiva que te ofrece el ir a pie, no te lo puede dar nada más. Mi safari no es movido por la necesidad de supervivencia, sino por el puro disfrute de la vida. Como naturalista amateur me gusta mirar debajo de las piedras, literal y simbólicamente, tal y como hacen los osos en la cordillera Cantábrica. Claro que ellos buscan algo que echarse a la boca y yo solo y trato de averiguar qué se mueve o duerme por ahí. Mi mirar "bajo las piedras" incluye trepar algún árbol, un muro y una colina, arrastrarme entre matorrales y en definitiva cambiar de perspectiva. A veces hago fotos, pero lo importante es que la curiosidad me mueve a conocer las mil formas de vida de este maravilloso planeta. Esté en el Himalaya, en Nueva York, en la selva amazónica, en un campo de cultivo o en un pueblo murciano, por ahí hay vida. Sí, me refiero a otra vida que suele pasar desapercibida. Como en una dimensión paralela, más de cincuenta especies de aves, roedores, murciélagos, reptiles, anfibios, insectos y muchos micro ecosistemas conviven con la vida humana urbanita de Madrid, Barcelona, Moscú o Tokio. Algunas especies como el titi calvo, que es un monito muy curioso, encuentran su último reducto, no en una selva pérdida, sino en Manaos. El mundo que nos rodea está lleno de piedras a levantar. Solo hace falta que tengas la curiosidad despierta y las ganas de aprender algo nuevo. No te dejes deslumbrar por las luces de neón ni por el ruido humano. Aquí mismo, a dos manzanas, hay seres que nacen, creen, se aman, luchan y buscan su alimento. Se relacionan con su especie y con muchas otras y todo está rodeado de la egocéntrica vida humana. Incluso hay silencio, si sabes escucharlo. El safari a pie es muy fácil y barato. Yo te recomiendo un buen calzado, ropa adecuada al clima, una pequeña mochila donde puedes llevar una botella de
agua, binoculares, cámara de fotos y un bocadillo. Y aún todo esto es opcional. Lo importante es que te dejes llevar por la intuición y la curiosidad y te dispongas a ver lo que pasa fácilmente desaparecido. Hay mil mundos exóticos y cercanos.
Camina a tu ritmo, no para llegar a algún sitio, sino para observar y descubrir, párate, escucha, da la vuelta y pregúntate qué es lo que no has visto. Detente aquí y allá y escucha, percibe las presencias que no ves. Te sorprenderás.
Un gran viaje no es necesariamente largo en espacio o tiempo, es más bien aquel en el que aprendes o descubres algo. Recuerda que la naturaleza es la gran matriz de todo y de todos. Y siempre está aquí, tú vives en ella. No es necesario que vayas muy lejos, ya estás en la naturaleza y nunca saldrás de ella. Yo me he quedado muchas veces asombrado al descubrir un animal fascinante e increíble en las afueras de una ciudad o de un pueblo, sin que la mayoría de los habitantes de la zona se percaten de ellos. Es bonito ir a un país lejano, a una cultura exótica, unos parajes naturales nuevos para ti. Pero hay gente de otros lugares, muy lejanos y exóticos que vendrán cerca de tu casa a ver y a apreciar lo que tú ni conoces, ni valoras, ni aprecias, quizás ni sepas de las maravillas que te rodean. Así que el gran safari siempre está ahí a tu mano, cercano, tan fácil y es posible que quizás nunca lo descubras. Mi safari de hoy está lleno de aves y animales fascinante, el cual te invita a realizar el tuyo. Buen viaje.
TAI AIM
Con usted Maestro, contemplo el templo oculto que permanece perenne detrás mis ojos. Sutil en detalles como paraísos a revelar, desvelar y despertar. Solo silencio. Las estelas del mar revelan La Luz en el agua. Perlas en la conciencia del Maestro. Gracias.
TAI
MARÍA ARRABAL
CLAVE DEL MES: AVANZAR
PARA LEER:
FRASE DEL MES: "No sólo hay que seguir, hay que ser propositivo".
PARA VER:
YO, JULIA
YULI
Autor: Santiago Posteguillo Edita: Obelisco, 2006
Dirección: Iciar Bollain, 2018 “NO WAY HOME”
La persecución, incluso de las mejores cosas, debe ser calmada y tranquila. MARCO TULIO CICERÓN
Las miserias de todos los hombres se derivan de no poder sentarse tranquilos en una habitación estando solos. BLAISE PASCAL
Una mente en calma trae fuerza interior y confianza en uno mismo, por eso es muy importante para la buena salud. DALAI LAMA
Para mí, a veces un cielo de silencio es más expresivo que el rugido del mar. MUNIA KHAN
Un Samurái debe mantener la calma en todo momento, incluso en la cara del peligro. CHRIS BRADFORD
La puerta de la trascendencia es respirar tranquilo. ANTONIO IBORRA
MARÍA ARRABAL
Estoy en una celebración de cumpleaños. Gracias a que trabajo en Santa Cruz de Tenerife, me queda cerca ir al festejo de la madre de un amigo que, por cierto, hace meses no veo. Él me llamó días atrás para invitarme, así que aprovecho un momento de descanso y me acerco a verlo. Al llegar a la casa de su madre oigo la música del tenderete. La verdad es que no tengo muchas ganas de ir de fiesta, y por eso me lo pienso dos veces antes de entrar. Finalmente, ya dentro de casa y conviviendo con ellos, me encuentro con caras conocidas de familiares de otros tenderetes a los que fu en el pasado. Aún con la sorpresa, soy consciente de que, en poco tiempo, tengo que regresar al trabajo. Aun así, saludo a todos. Veo que mi amigo Vicente está cantando con Vito, otro buen amigo, mientras hay una pareja bailando al ritmo de la música latina y me sorprendo de no reconocer a Pancho, el hermano de mi amigo Vicente. Me entero en ese momento de que Pancho ha sido operado y le han quitado un riñón. Me comenta que tiene que cuidarse mucho, sobre todo observar su alimentación. A él lo recuerdo siempre trabajando en la finca y en la huerta que hay detrás de la casa. Ya no puede hacer esos esfuerzos. Saludo también a Luciano, hermano de Vicente y Pancho, con quien he pasado horas aprendiendo los acordes de mi guitarra, ya que él fue mi primer profesor en esta materia. La mesa está dispuesta con muchos dulces, rosquetes, pasteles, truchas y un largo etcétera. No he comido mucho durante el día, pero lo que menos me apetece son los dulces. Observo un cuadro en la pared que representa una escena del siglo XIX: Hay un carruaje de caballos con la capota abierta, en el que van sentadas dos mujeres, una de ellas toma las riendas dirigiendo a los caballos. Se ve a un niño que juega con un perro blanco lanudo, bastante hermoso y bien cuidado, a una muchacha vendiendo frutas, a otras damas acompañadas de elegantes caballeros, alguna de ellas con vestido de cola, quienes pasean por la plaza. Allí, se percibe la humedad sobre las calles adoquinadas de una gran ciudad que se difumina y se pierde en la lejanía de una bruma matutina. Pongo atención en el fondo del cuadro y
me percato que alrededor de una fuente aparecen otros jinetes y sus canes. Por un instante, me doy cuenta que el cuadro tiene muchas connotaciones arquetípicas. Me quedo mirando fijamente el cuadro mientras como algo de tarta que, en realidad, no me apetece. A mí alrededor escucho diferentes conversaciones y música con alto volumen, lo cual me impide oír y hablar con claridad. Me siento como un observador no implicado de ambas escenas. Me limito a escuchar, observar e intercambiar algunas palabras. El mismo tenderete en el que vivo no deja de ser una escena vital, otro cuadro en donde está incluido el primero. Hago una mirada doble. La tarde decae, algunos actores de la escena se van marchando y con la música más baja todo cobra un cariz más relajado que da paso a
conversaciones sobre temas cotidianos y comunes nada inusuales para la gran mayoría de seres humanos. Vuelvo al trabajo y abandono el alto Valle, los barrancos y colinas de María Jiménez. TAI
Raúl Villar
Hoy es día de Reyes. Todos están con regalos: niños y niñas tienen sus juguetes y su alegría es notable. En el Yug-Do siempre recibimos regalos, por lo que los Reyes Magos están también presentes. Por ejemplo, el despertar es un regalo, el respirar es un regalo, el servir es un regalo, el camino también lo es. Un regalo es un premio, es una respuesta con alegría, un merecimiento con asombro generado por la entrega, el esfuerzo y el amor hacia alguien o de alguien. En el Yug-Do estamos en ese Camino, la disciplina es un gran regalo que despierta y mantiene al guerrero.
En el simbolismo, que es el lenguaje del alma del guerrero, el cuadrado, el triángulo y el círculo son tres regalos presentes para experimentarlos. La tradición nos habla de los Reyes Magos, quienes eran reyes y magos al mismo tiempo: reyes porque gobernaban una comunidad y magos porque eran sabios. Eran Maestros de sí-mismos.
En el Yug-Do este Reinado y esta Maestría lo relaciono con el proceso y vivencia de la Senda, una etapa menor con la secuencia de los Cintos desde el Negro, hasta el Dorado. Es allí donde se realiza el Reinado sobre sí mismo. Y la etapa de la Senda mayor o Maestría con el Cinto Blanco. También puedo hablar de la alimentación, el ejercicio y la limpieza como los tres regalos necesarios que todos los días hay que llevar a cabo: la alimentación es una experiencia distinta diaria que me mantiene vivo y me sirve. El ejercicio es la base sólida para mantenerme sano, ágil y fuerte. Y la limpieza es la condición fundamental para la elevación, pues cuando todo está en su lugar, todo está en orden. Estos tres factores son tres regalos constantes, necesarios para lograr un regalo mayor: ser un ser humano mejor y feliz. Estos símbolos de la Navidad, el pesebre y los Reyes Magos son acontecimientos relacionados con la vida misma, aquí y ahora, todo desde la Senda y con la guía viviente del Maestro. Un abrazo.
TAI
Serafín Mendoza
Ayer, día 17, día de la estrella y la visión amplia me había propuesto salir a la naturaleza a reconocer un pateo que faltaba por terminar. Hoy día 18, día de la luna, me dispongo a realizarlo. Durante la jornada de hoy todo va saliendo al revés: dificultades en las clases, partes a varios alumnos, trabajos que se acumulan, mi hermana Patricia con quién había quedado para caminar, no da señales de vida… Salgo tarde del trabajo, tardo en comer y justo cuando voy a prepararme para salir llámame mujer y, si claro, toca la familia. Total, que, sin pensarlo, al final de la conversación me preparo y salgo. Tengo apenas una hora de luz y no sé de qué me va a dar tiempo, pero sí tengo claro que la naturaleza me llama y necesito su contacto. Así que dejo el coche en el lugar de salida, qué es también el de llegada, y salgo al trote con la incertidumbre de hasta donde llegaré, pero contento de estar donde debo. Hace bastante frío, ha llovido lo suyo, hay poca luz ya en el sotobosque debido a la galería que forman las especies típicas de la laurisilva, cómo laureles o loras, follaos, aceviños y viñátigos…, y también a que está bien nublado. Comienzo a trotar sorteando obstáculos en la bajada. Por el camino escucho y veo a los pájaros salirse del sendero a mí llegada. El aire cortante intensifica el frío, pero mientras haya actividad por mi parte no hay problema. De todas formas, voy forrado; gorro, cuello, dos chaquetas, dos pares de calcetines y guantes. Por el camino me sobra todo… El sendero sigue su bajada y, aunque es circular, luego tocará el regreso. Paulatinamente paso de un monte cerrado a una carretera más abierta, pero abandonada, que empata con una pista, la de la orilla, formada por especies secundarias del Monte Verde cómo fallas y brezos, típicas de la etapa de transición en su avance hacia el clímax del bosque. Reflexiono ahora que nuestro en camino hacia la evolución, nosotros también vamos atravesando diferentes estados necesarios, como los cambios que percibo en la vegetación. La pista continúa bajando y sin saber en qué momento daré la vuelta sigo más que al trote descendiendo. Sé que debería llegar a un lugar que le dicen el Monte de Los Pinos de Tegueste y que he escuchado como Pinar de la Orilla. Antes de lo que pienso llego al final del recorrido, empatando con una zona de bosque termófilo, con pinar, pero laxo. Esta zona pasará luego a tabaibal, empatando con veredas en las que ya había estado antes, hacia la parte alta de la mesa de Tejina o Atalaya. Así que los caminos ahora se han conectado. Descanso unos minutos disfrutando del paisaje abierto hacia el mar, reconociendo los olores a tierra húmeda, incienso canario y eucalipto. Pequeño momento de meditación en la intersección de varios caminos… Pero ahora toca el regreso. Está oscureciendo muy rápido y caminando tardaré, así que comienzo el trote a ver lo que en aguanto. Las subidas son
pegadas y se me hacen realmente duras, pero recuerdo palabras del maestro: “El camino son simplemente pasos uno pie detrás, otro delante…” Sorprendido de llegar al final de la pista, continúo al trote por la carretera viendo entre las nubes y sobre los árboles salir una hermosa luna, hoy día 18, día de la disposición, de la corporalidad y del salirse de la entropía a través de la disciplina. La luna me acompaña en mi camino de ascenso. Una vez llego al bosque, sé que puedo seguir corriendo, ya es de noche, pero esta última parte la quiero hacer despacio, caminando y en silencio. En la oscuridad. Podría sacar el móvil y alumbrar el camino. Pero, ¿por qué? ¿por miedo? Si es así, me apetece enfrentarlo. Sé a dónde voy, por eso es más fácil. Así que, con paso firme, pero lento, lo enfrentó. No sé en qué momento puedo encontrar un obstáculo, una rama, o a alguien. Luego estos pensamientos desaparecen… El bosque está en silencio acallado y, aunque camino procurando no hacer ruido, me siento observado y escuchado… y más allá de paranoias de alguien o algo que aparezca, me siento abrigado y protegido, porque soy hermano de este monte. De repente me detengo y escucho, y al escuchar me siento parte de esa escucha. De pronto un pájaro que tenía sobre mi cabeza, probablemente un mirlo, se va sintiéndose observado, se marcha probablemente sorprendido de que me parará justo ahí, debajo de él… Me siento conectado ahora, y ahondando en el silencio de la noche, y en la negrura de mi noche interior observo una necesidad que emerge como una oración: “Dios mío dame fuerzas y entrega, para afirmarme y afrontar esta nueva etapa de mi vida… a cada paso”
TAI
Eugenio Pareja PariLIHUTSYeja
Me conecto a una percepción del Maestro que visualizó sobre mí mientras yo compartía mi escrito. En esta visión él me asocia a un barco. Voy navegando por la vida sin rumbo fijo. Por mi lado van pasando las experiencias y junto a ellas, aparecen mis emociones como si de olas se trataran. Algunas veces las percibo tranquilas y otras veces se baten contra mí, revolcándome a cada momento, sin apenas dejarme respirar. Lucho por mantenerme a flote, pero ellas siguen sacudiéndome con fuerza. Voy perdiendo mi conciencia por lo que decido no luchar más, y me dejó llevar. De repente todo se calma. Mi alma, como si de un parapente se tratara, eleva mi cuerpo, conectándome así a las corrientes de aire, dejando que el viento me lleve a lo más profundo de mi paz interior.
TAI
Juan Antonio Jorge
Si tuviera que repartir los tres colores- luz, los cuales son rojo, verde y azul, entre las culturas de esta Tierra, lo haría de la siguiente forma: Elegiría el rojo, color de la sangre de nuestro cuerpo, para África, porque destaca su vitalidad, su proximidad a lo primitivo, su vida salvaje, sus rituales y sus infinitas posibilidades de crecimiento. El azul, el color más espiritual, lo repartiría entre Oriente, ya que allí impera su silencio, su mirada interior, su búsqueda espiritual, su perspectiva holística de la vida y de la naturaleza del hombre, y por el otro lado, se lo daría a América Latina, porque tiene magia, un gran corazón, gran respeto a la naturaleza, por espiritualizar las pequeñas cosas que les rodean y convivir con ellas en armonía. Por último, entregaría el color verde para Europa y EEUU. Es importante recordar que a éste último lo re-poblaron gente europea, tanto aventureros como exiliados. Éste sería el color que significaría mente, estrategia, tecnología, colonización, grandes retos, determinación y objetivos, poder, jerarquía y beneficios.
Después de ello, colocaría los tres colores en la pantalla y los mezclaría con un gran pincel Yug-Do. Con esos movimientos, poquito a poco, descubriría con asombro que las tres manchas coloreadas irían mezclándose entre ellas, aparecerían verdes, violetas y anaranjados, los cuales simbolizarían todas las demás culturas cercanas y anexas. Con estos, a su vez, se daría paso a una extensa gama de colores y, más tarde y en poco tiempo, aparecería una centelleante Luz Blanca, que estaría conectada con esa Unidad de la que todos formamos parte. La naturaleza nuevamente nos enseña, de una manera simple y colorida que, aunque estemos ante situaciones aparentemente tan dispares y contrarias, todo está en todo. Nuestra percepción de la realidad debe de estar siempre atenta a este principio. Que la persona más material tiene que equilibrar su espíritu y su contacto con lo sagrado, sin por ello abandonar mente, pensamientos y emociones. Gracias a que el Maestro, con sus enseñanzas, nos facilita el proceso, se convierte en un puente conector entre lo sagrado y nosotros. Por medio de esta alquimia, entramos en conexión con la Unidad Sagrada. Un abrazo a Perla e Ilihutsy. Un abrazo a toda la familia Yug-Do. TAI
Cinta Negra Maité Belaza
El todo no puede ser pronunciado. Pero la frecuencia y vibración del lenguaje oral transmite una manifestación, un cambio y también mucho de lo que hay más allá de la mente conceptual. El sonido esencial contiene la memoria de lo que realmente somos. Se podría decir que la esencia está implícita en el sonido primordial, junto con el recuerdo de lo que somos. Todo se originó a través de un sonido sagrado manifestado por el Universo. Esa música sagrada nos creó como engranaje humano. La gran melodía cósmica es el movimiento generador de la existencia. Veo una danza perfecta de la que somos parte: es la gran oportunidad de la Vida. Nos movemos entre el aprecio y la ignorancia de lo grandioso, los cuales emanan de la pureza y la sencillez. Centrifugamos ideas con numerosas contradicciones que la mente humana encuentra en ese proceso. El entendimiento de la complejidad aparente, que confundimos con ir hacia la profundo y verdadero, nos lleva a lo natural. Las lenguas antiguas contienen una frecuencia determinada, mostrando que el significado de cada oración, resuena fiel a algo misterioso y original. Cada vocal, fonema y prefijo contienen una sabiduría integrada. En mis años adolescentes, estudiaba latín y griego como parte de la opción de Letras Puras. “Traducciones de poemas épicos”, tal como los de Homero (la Ilíada y la Odisea) y las fábulas griegas de Esopo eran los que formaban parte de dicho temario. Al ser trabajos impuestos, me llegaban a ser aburridos e incluso mecánicos. Con el paso del tiempo, siento la necesidad de profundizar en las antiguas lenguas con amor y sin imposición académica. Por eso, agradezco la labor de los amantes, de los guardianes y conservadores de estas verdaderas obras maestras. Por ejemplo, el sánscrito se considera una de las lenguas indoeuropeas más antiguas, por lo que es incuestionable su valor y riqueza. Llega a nuestros días gracias a los rishis y sus antiguas escrituras. Entre ellas se encuentran; la sabiduría sagrada del Yoga, los Vedas y el Ayurveda. Los sabios estaban comprometidos y en conexión con la Divinidad, por lo cual canalizaron estas joyas de entendimiento. ¡Cuánta riqueza hay a nuestro
alcance! Con el paso del tiempo, las lenguas, nuestras formas de expresión y de dirigirnos a los demás, han sufrido grandes cambios. Debido a esta gran evolución queda patente un cambio frecuencial, e incluso pautas diferentes de comportamiento. En consonancia, nuestros circuitos neuronales también han sido modificados. Lo perdido y lo recuperado tiene igual valor. Lo que se olvida da más valor a lo rescatado. Le imprime belleza y significado distintos. Nuestro lenguaje cambia nuestra frecuencia y viceversa. No es necesario rescatar ni buscar verdad en lo escrito, sino que es un medio sagrado de conexión con Purusha y el alma. Son tesoros que nos ayudan a redescubrirnos desde la humildad y la inocencia consciente. Medito sobre cuántas veces escucho las siguientes frases, quizá mal interpretadas: “El Maestro está en nuestro interior” y “Todo está dentro de ti”. Por eso es que sigue siendo importante la labor del guardián fiel y entregado, puesto que el ego quiere gestionar e interpretar a su manera. Recordemos que la vibración amorosa de una voz y una buena palabra conllevan siempre una réplica similar o una buena siembra. Las lenguas y los textos sagrados son nutrición para el Alma. Apreciar la labor de los sabios y los maestros es el principio del Camino hacia el Amor.
LUZ. TAI
Cinta Negra Candi Vera
PAPAS Y ACEITUNAS AL ENELDO Ingredientes para 4 El gusto de compartir y nutrir La creatividad desde el corazón Atención plena y... Todo el amor 4 papas medianas ½ taza de aceitunas negras ½ taza de aceitunas verdes ½ taza jitomate Cherry ¼ cebolla (blanca, amarilla o morada) Eneldo fresco al gusto 1 cucharada aceite de coco Sal y pimienta al gusto Opcional: en lugar de sal y pimienta 1 cucharada de sazonador vegetal (Base de vegetales, sal de mar y cúrcuma) ½ pimienta picante Instrucciones Hervir las papas (con un poco de sal de mar). Cortar las papas en trozos a gusto. Sofreír la cebolla en el aceite a fuego lento. Agregar los demás ingredientes, cocinar a fuego mediano, moviendo ocasionalmente hasta incorporar los sabores.
Cinta Negra Emily Ann
Curso de ACUPUNTURA CUÁNTICA y Bioenergética Integrativa (sábado 2) Curso de ARQUETIPOS Y CHAKRAS (domingo 3), FORMACIÓN DE YUGDO y de YOGA (miércoles 30 y domingo 3), Terapias personales y Prácticas diarias… Excursión “Pinzón Azul”!!
Terapias personales en Barcelona, Vich y Pineda de Mar.
Siguen las prácticas regulares, talleres, y en preparación del viaje de Aventura para mayo de 2019 en el Encuentro siguiente con el Maestro…!
Siguen las clases regulares y actividades, y pendientes ya del próximo Encuentro del 12 al 24 febrero 2019. Excursiones, Prácticas y Convivencia, Terapias personales y mucho más… Una AVENTURA VIVA con el Maestro…!
Encuentro anual en Los Alcázares Murcia, del 18 al 21 de abril. Abierta ya la posibilidad de pasaje, reserva de Estancia para Encuentro y Convivencia.
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