Nos preparamos para el gran solsticio de verano. Se acerca la gran hoguera de renovación de la vida. Sabios de todos los tiempos y lugares han estado conscientes y pendientes de estos dos grandes ciclos: la Navidad y el Solsticio de Invierno, y la entrada al gran periodo de expansión que es a finales de junio. Vivir en contacto y sintonía con la naturaleza es la esencia misma del YugDo y del Camino Espiritual. El cosmos refleja su orden preciso al buen observador de los ciclos. Ir en sintonía con la vida es la clave para no hacerse problemas. El mes de junio huele a San Juan, retamas doradas y fragancias suaves, sabores de cerezas, melocotones y nísperos y el piar de las golondrinas y vencejos. En la mañana temprano, cuando ya se nota el buen tiempo, la sensación de verano ya está presente y es justamente en los amaneceres y las largas horas crepusculares que se saborea en toda su magnitud. Definitivamente los días se han alargado al máximo, son casi las diez de la noche y todavía no ha oscurecido, y el sol también madruga antes, en definitiva hay vida larga y abundante, medios días para la siesta y atardeceres para tomarse un refresco en alguna terraza, eso sí, ¡con buena compañía!
En estos junios del mundo y de nuestras vidas vamos aprendiendo sobre el arte de relajarnos un poco y quitarnos tanta presión interna, por lo cual, una vez más el paseo por el bosque es un bálsamo insoslayable. Tantas formas vegetales caprichosas a mí alrededor y todas distintas y de algún modo entrelazadas en danzas imposibles. El bosque vivo no es para caminantes, sino para observadores y paseantes, se requiere disfrutar de cada paso, explorar cada rincón, percatarse de ese saltamontes camuflado que te mira con curiosidad.
El paseo es arte, la caminata, deporte. Aquí no se trata de metas, ni de superación, tampoco de aliviar frustraciones con esfuerzos ciegos. El paseante es quien goza del dejarse encontrar por la magia del momento. Un mismo camino tiene tantas versiones como velocidades con las que podemos pasar. Curiosamente cuanto más lentos y tranquilos más cosas nos son reveladas. Y además están las pausas, las detenciones, las escuchas... Cuando nos movamos generamos mucho ruido y la vida sutil a nuestro alrededor se repliega. A menudo voy caminando y no escucho nada, como si el bosque se hubiera vuelto mudo. Pero me detengo, me paro, espero un poco y al momento algo se arrastra a mi lado, empiezan a escucharse las aves, los insectos, la brisa, un goteo o quizás las conversaciones de los viejos y sabios árboles centenarios. Así que pasear es salirse del tiempo del reloj, olvidarse del teléfono, smartphone, whatsapp, Internet y prestar plena atención a la vida en estado real. Junio es el gran momento, el tiempo justo para enfocarnos en lo más importante y trascendente de nuestra vida, el amor. Mientras siento esto o aquello, pienso esto o lo de más allá, no estoy plenamente en contacto con la vida que me contiene, que me ama y que me ve. Te invito a dejar que la mente sea mente, el ego, ego y dedicarte a oler, gustar y tocar el paisaje que te rodea. El calor abre, en el calor abrimos puertas, ventanas, corazones o vidas… Así que deja salir lo viejo, no retengas nada ni a nadie, di adiós alegremente al que quiere partir, y deséale buen viaje, y recibe con abrazos al que llega y quiere estar ahí. La hoguera de San Juan, como el propio solsticio, es una enorme oportunidad para la transformación. El fuego purifica y, de él, el ave Fénix resurge renovada... Feliz junio. ¡La aventura empieza!
TAI AIM
ANTONIO IBORRA
A menudo vivimos una tortura mental cuando no nos podemos sacar algo o a alguien de la cabeza. Nos gustaría poder poner la mente en off, encontrar el botón de apagado. La tortura mental puede ser implacable y eso nos puede robar mucha energía, no estamos en paz porque hay ruido. A veces son ideas obsesivas, siempre tras ellas hay una carga emocional, algo no resuelto, no acabado o cabos sueltos. La mente odia los cabos sueltos, por eso cuando no somos capaces de encontrar una respuesta a menudo nos la inventamos. Lo cual funciona por un rato. Pero ¿qué puedo hacer para acallar la mente?, ¿para evitar pensar en ese tema obsesivo? Meditar en ello. Meditar no es pensar de algún modo, ni tampoco dejar de pensar. Meditar es abrirse a lo que llega, despedir lo que se va y lo más importante, estar con lo que hay. Estar con lo que hay es la esencia del acompañamiento, de la verdadera aceptación y del amor. A menudo queremos que exista otra cosa, o que algo o alguien no esté en nuestro presente. Pero la meditación es la vida misma, la vida plena con todo su misterio. Estar con lo que hay. Eso no significa pensar en lo que hay, basta con alumbrarlo con la apertura de la presencia consciente. Si me duele el hombro puedo intentar mil cosas, hacer de todo, masaje, acupuntura, estiramientos, tomarme un calmante, pero la esencia de la meditación es permanecer ahí, sin intención, ni estrategia, pero sin evitar, ni ignorar. Acompaña a tu hombro con una conciencia abierta, amorosa, sin juicio, ni opinión, como una caricia, como una suave luz en la oscuridad. Si hay alguien que te impone respeto, miedo o te genera inseguridad o cualquier alteración, hay que también saber darle la cara, con apertura, amor, presencia y respiración. Sé que podemos preferir esto o aquello, pero la vida es entera, una unidad, no nos podemos quedar con el Yang sin integrar el Yin. Todo tiene dos caras, nada es completamente de nuestro gusto, al menos por mucho
tiempo, así que no hay que elegir, ni preferir el sol a la lluvia: todo absolutamente forma parte de la Unidad. Así que dejar de pensar es simplemente estar con esa mente ansiosa que desea dejar de pensar. Si hay una idea perturbadora que vuelve una y otra vez, la podemos aprovechar para prestarle plena atención, sin rechazo, sin opinión ni elección. Simplemente alumbra esa idea con la conciencia, no la busques, no la expulses, no la atraigas, ni la rechaces, dale la bienvenida, está con ella y déjala partir. No hay que ir contra corriente, ni empujar al río. La vida es perfecta, la mente, también. Solo permanece consciente y cuando veas esa parte de ti que sufre, lucha, elige, evita, se esconde o afronta, simplemente permanece con ello, sin echar leña al fuego, neutro, sin opinar: deja total libertad a los acontecimientos. Si ves que tu ego prefiere, se empeña, se obsesiona o lucha, solo alúmbralo con la conciencia despierta y amorosa, con gran comprensión, sin juicios. No opines sobre las opiniones. Míralas con el corazón abierto y deja fluir a la vida. Cuando practicas el desprendimiento interno se abre la magia de la vida y todo fluye tal y como es, que es como debe de ser. Las cosas no deben de ser diferentes a lo que son ya que la regulación es natural en el movimiento pendular de la existencia. Aprende a dejarte en paz. El amor a ti mismo es el principio de la transformación. Dejar de pensar es mantenerte en el plano de la respiración consciente y sin luchar. Amar, eso es todo. TAI AIM
Hay dos fuerzas en el universo: la energía fuerte y la energía suave. La energía fuerte, o externa, proviene del ego y de la forma y es la causante de las lesiones y del dolor. La energía suave es la interna y proviene del amor, de la conciencia y del Ser. Esta energía cura, repara y sana. Cuando actuamos desde la energía externa, es decir desde la fuerza del ego, podemos forzar las cosas, manipularlas, controlarlas, manejarlas, pero el resultado nunca es bueno a largo plazo. Quizás el ego se sienta satisfecho, poderoso, astuto, pero el resultado no se sostendrá y al final se convertirá en desgaste y sufrimiento. Por eso necesitamos aprender a movernos con la energía suave, la de la sensibilidad, ductilidad, receptividad y escucha. Para moverse con la vida y la creatividad es necesario conectarse con la tranquilidad y la calma. Aprender a escuchar y a esperar, a percibir las señales y fluir con la naturaleza. No podemos trabajar con esta energía si no confiamos, así que hay que buscar el espacio de detenerse y respirar. Todo es energía y hay que empezar por sincronizarse con lo que nos rodea. Es más que probable que lo primero que notemos sea resistencia. A veces procede del exterior, otras del interior, pero para el caso es lo mismo. La resistencia es también normal, hay que tomarla en cuenta, pero la forma de conectar es respirar pausadamente, con tranquilidad y escucha. Como un plato que se tiene que cocinar, la conexión con la suavidad requiere tiempo, paciencia y no precipitarse. Puedes hacer un ejercicio de conexión con la energía suave con un árbol. Simplemente ponte cerca y toca su tronco con ambas manos. Observa la respiración y céntrate en la sensación de tus manos. Ahora, mientras sigues respirando lento y pausado, déjate caer, conéctate con la tierra, mientras prestas un poco de atención a la parte más elevada de tu cabeza. Estas son las coordenadas: pies en la tierra (preferentemente descalzo), coronilla conectada con el cielo y manos sobre el tronco del árbol. Después sólo respira lento y escucha con tus manos y con todo tu ser al árbol. Una vez dispuesto y "conectado" toca esperar pacientemente, relajadamente. Y ese es el único trabajo: soltarse más, relajarse aún más y escuchar. De repente, quizás empiezas a notar la energía del árbol, como una leve vibración, una sensación de un flujo o un sutil movimiento. Hay que conectarse y acompañar esa
frecuencia, eso es todo, acoplarse, ir con esa vibración con todo tu cuerpo, sin resistencia ni oposición. Cuando activas esta energía el proceso de ordenación y de curación es circular y espiral. Digamos que la empatía energética fluye en un dar y recibir equilibrado y espontáneo, no es dirigido por la voluntad, ni por el Intelecto. En el caso del ejercicio del árbol, la energía curativa y reparadora es beneficiosa para el árbol y para la persona en igual medida. Lo mismo que acariciar a tu mascota otorga beneficio para ambos. Si se aplica en cualquier forma de terapia, la energía suave es buena para el que ayuda y para el ayudado. Y si nos movemos con ella en la práctica de Yug-Do, Yoga o Tai Chi, no solo nos llenamos de armonía nosotros, sino que también el ambiente se llena de armonía. Por decirlo de algún modo, el lugar de la práctica es imantado o magnetizado por el propio practicante. Cuanto más descubres el valor de la energía suave más la vas aplicando en todos los ámbitos de la vida. Aunque el ambiente exterior sea duro o agresivo, oponerte o resistir sólo hará las cosas más difíciles. Si reaccionamos con dureza ante la dureza habrá dolor, es mejor aplicar la suavidad. El Tao dice que lo suave vence siempre a lo duro. En la juventud cometemos muchos errores por forzar las cosas. Pero al madurar sabemos que una herida se hace rápido y tarda mucho en sanar, así que nos hacemos más cuidadosos. Así que te invito a detenerte, escuchar, respirar y sintonizarte. Fluye con la suavidad...
TAI
AIM
El conflicto puede ser apreciado desde dos ópticas. La primera es cuando una fuerza entra en confluencia con otra. Por ejemplo, la fuerza de la estructura de una mesa con el peso que ponemos encima. Se trata de realidades físicas. Otro ejemplo: la necesidad de sobrevivir de una cebra y la de un león. Puede ser que uno gane y otro pierda, quizás la cebra muera entre las garras del león, o el león muera de hambre. A este tipo de conflictos yo, en realidad, los llamaría equilibrios de la realidad o juegos del yin y del yang. Lo cierto es que ante el cambio los organismos que no consiguen adaptarse se extinguen, pero a su vez surgen nuevas especies y nuevas posibilidades. En la vida no hay nada bueno ni nada malo, todo es cambio y transformación. El otro conflicto, el verdadero conflicto para mí, está en la mente humana. Una mente es un programa diseñado con ideas y creencias que están ahí para gestionar la realidad. Sin embargo, la vida cambia y los programas mentales deben de cambiar con la vida. Las personas entran en conflicto debido a que ellas mismas se sienten incapaces de resolver, de aceptar o de cambiar para seguir explorando los cambios de la realidad. Si cualquier smartphone, Windows o demás programas tienen que actualizarse constantemente ¿por qué la mente no ha de hacer lo mismo? De hecho, el conflicto o malestar podría ser un síntoma de una necesidad de actualizar los propios programas mentales, las creencias. Para una mente, su creencia es "la verdad", pero cuando el encuentro con la vida real produce sufrimiento se
vislumbra la realidad de que nuestra "verdad" es sólo una posibilidad entre muchas otras. En un monasterio zen, un monje discutía con otro por haber aplastado a un caracol que se estaba comiendo las lechugas que cuidadosamente se cultivaban en el huerto. El primer monje sostenía que el caracol tenía derecho a vivir, y el segundo monje, que las lechugas y los monjes que se alimentaban de ellas también. Otro monje pasaba por ahí y escuchó ambos puntos de vista y su acalorada discusión, así que les invitó a ir con el abad del monasterio, un reputado y anciano maestro y buscar luz en el asunto, así que los tres monjes se dirigieron para allá. Ante el venerable anciano habló primero el monje que defendía a capa y espada la vida del caracol. El maestro asintió y le dijo que tenía toda la razón. Luego habló el monje que defendía la necesidad de matar a los caracoles que estaban acabando con las lechugas y con las ensaladas de los monjes. El maestro lo escuchó y le dijo que tenía toda la razón en su argumento. El tercer monje no se lo podía creer, y un poco acalorado le dijo al maestro que no podía ser que ambos monjes con argumentos y razones tan contrapuestas tuvieran razón al mismo tiempo. El maestro lo miró y le dijo que tenía toda la razón. Este es el fin de la historia... Y es que el Zen es así, como la vida misma. También este es el fin de la historia. En la realidad existe de todo, todo tipo de intereses y fuerzas, pero todo se complementa con todo, la vida se pone de acuerdo consigo
misma. El problema es que si no podemos ir más allá de nuestra "razón", creencias o empeños, sufrimos innecesariamente. ¿Quiere decir esto que hay que aceptarlo todo y no hacer nada? No. Hay que aceptarlo todo y hacer nuestra parte, pero sin poner el hígado en ello. El Bhagavad Gita dice que tenemos derecho a la acción, pero no al resultado. Según el ego, a veces se gana y otras se pierde. Pero en realidad el dharma del fuego es quemar y el dharma del agua mojar. No hay contradicción, todo es complementario y natural. Si eres una gacela quizás el león es el malo, pero si eres un león, la gacela es tu comida. Hay que asumir que el estrés no es lo que pasa, sino cómo vivimos lo que está pasando. No es malo intentar cambiar el exterior o convencer a los demás, o tratar que los otros o las cosas cambien, no es malo: es humano. Sin embargo, cuando no se logra cambiar lo exterior, al otro, o que los demás actúen como nosotros pensamos que es correcto tenemos que cambiar nosotros. Aprender a relajarnos, soltar expectativas, ver otras posibilidades y estrategias y adaptarnos a nuevas realidades. Nadie dice que eso sea fácil, pero mantenerse en el conflicto que en realidad uno mismo genera se convierte en un veneno para nuestra sangre y nuestras células. Así que respira, confía, espera, ponte en los mocasines del otro, estudia el sentir y la razón de los otros y adáptate. El conflicto es solo un punto de vista, un empeño, una frustración por aferrarse a unas expectativas. Puedes ver las cosas de otro modo y tu hígado se va a aliviar. Quizás incluso descubras muchas ventajas en la nueva realidad, a menudo cuando vamos más allá del sentimiento de pérdida podemos encontrar grandes ventajas y beneficios, aunque sean en otro nivel.
El conflicto real, el de la física, ni siquiera existe, es sólo un juego temporal de fuerzas. Y en cuanto al otro, el de nuestra cabeza, conviene darse cuenta pronto que lo generamos nosotros mismos, incluso hay personalidades que lo generan continuamente porque en cierto modo se alimentan de él. Vivir en un eterno conflicto es una opción personal, un punto de vista que alimenta la visión de nosotros mismos como víctimas o como guerreros. Si te consideras un guerrero, tú mismo generarás tensión y la crearás a tu alrededor, y si te consideras una víctima pues tendrás que quejarte de todo para conseguir que todo siga yendo mal y perpetuar la imagen de ti mismo. Otros van de triunfadores e intentan negar el conflicto que al final les explota en la cara. Ir de positivos tampoco servirá de mucho, ni buscar ideas espirituales o filosóficas. Lo que duele, duele y punto. Pero ese no es un punto final. En realidad el conflicto sirve para revisarse a sí mismo, ver de qué vamos y cambiar. Por ejemplo, a soltar el personaje al que nos aferramos, soltar deseos y expectativas, y tomarse un té agradable o un refresco de verano con la querida realidad. Un abrazo. TAI
AIM
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El amor no tiene caminos, el amor es el camino. El amor no es un bello sentimiento, de hecho, el bello sentimiento del amor puede ser la causa de gran dolor. Ese es el famoso "amar duele" de Chabela Vargas. Lo que duele es el apego, la ilusión del falso amor cristalizado en una imagen o pensamiento. El Amor libera, siempre libera, porque amor y libertad son las dos alas del pájaro del espíritu: sin ambas alas no puede volar. Entonces hay que comprender que el amor no es ni una emoción, ni un sentimiento, es en realidad un presentimiento de la Unidad. Todo es Uno, y Uno es perfecto y completo en sí mismo. AMOR es el camino de regreso del Ser UNO tras su viaje evolutivo por la diversidad que el mismo ha manifestado para descubrirse, para hacerse más consciente de sí mismo. El Universo es una fábrica de CONCIENCIA. En su expansión, manifestación y diversificación genera las infinitas posibilidades de su misma unidad. Eso es la libertad, siempre lo mismo, siempre distinto. Y en su sístole cósmica el desorden, el caos regresa al orden a la Unidad original por el camino de la Conciencia. Por eso no puede haber Amor sin Conciencia. El amor sin conciencia es solo apego, deseo, anhelo, querer lo que en realidad ya somos pero lo ignoramos. El presentimiento del amor emerge cuando el deseo cesa y todo empeño en lo exterior se desvanece y a cambio florece el encuentro sagrado, con lo más obvio: siempre has estado en casa, todo está bien. No hay a dónde ir, ni nada que alcanzar. Todo ya es y sin embargo nada se detiene. Solo tu ego te paraliza.
El amor aparece primero como discernimiento, una revelación desde el interior, la profundidad misma se revela en ti. Aparece una sonrisa pacifica un estado de gran alegría y paz, el esfuerzo es efímero e inútil. No puedes mejorar ni perfeccionar al amor, solo entregarte a él. Hay perfección en todo, nada está incompleto. Todas las flores del cerezo son perfectas: buscabas la flor perfecta y hoy te das cuenta que desde el principio del tiempo, todas eran ya perfectas. Todas las flores, todas las etapas de tu vida, todos tus personajes, todas tus edades y reencarnaciones lo han sido. La vida se vuelve relajada y fluye como un arroyo fresco y vivo, te arrulla como las olas del mar, te refresca como la brisa y huele como el jazmín en una tarde de verano. No puedes alcanzar al amor, solo dejarte alcanzar por él. Vives en un océano infinito y abundante de amor, pero si tus puertas están cerradas no podrá entrar en ti. No eres tus títulos, ni tu profesión, ni tu género, ni tu historia personal o familiar, no tienes edad, quizás sólo la edad del mundo, siempre joven, siempre anciano, apareciendo con cada sol, desapareciendo con cada luna. No eres forma sino energía en transformación. Amor no es la meta, ni el origen, es el AHORA cuando despiertas.
TAI AIM
Volví a las cumbres y la diferencia con ayer es clarísima. No me encontré a ningún bípedo de mí especie. Hoy lunes, la gente se concentra en las ciudades y los animales ¡tienen fiesta! Mismo sitio y misma hora no suelen funcionar mucho con la vida salvaje. Hay costumbres, querencias, pero saben que para sobrevivir a los humanos deben cambiar y estar muy alerta. Lo primero que capta mi atención es el Agateador Euroasiático, un pajarillo pequeño, rápido y ágil que siempre anda subiendo y bajando los troncos. Esta costumbre lo delata ya que entre la corteza de Pinos y Encinas encuentra su menú: pequeños invertebrados. Hacerle una foto es todo un reto, que quede bonita y refleje su sutil belleza, un reto más complicado. Viste como los troncos que sube, se mueve rápido entre las sombras, y las fotos no acaban reflejando su hermosura. Mientras estoy tratando de lograr alguna imagen, unos ruidos cercanos me alertan de inmediato de la presencia de un animal grande. No tengo dudas, son las cabras monteses, y están ramoneando a pocos metros. Me acerco a cámara lenta, pero pronto soy detectado, aún y así no debo emitir vibraciones amenazantes porque parecen no inmutarse demasiado. Me quedo un buen rato con varios machos jóvenes a mí alrededor, y no dudo que el gran líder ha de estar en alguna sombra cercana sin perder
detalle. Después de un rato decido seguir adelante haciendo el mínimo revuelo. Ni se inmutan. Arriba del cerro, los gritos del halcón peregrino me entretienen un rato, aunque lo que se deja ver es una pareja de (Corvus corax) cuervos grandes y negros como el azabache. Son majestuosos, muy elegantes y, por lo que sé, cuentan con una de las mentes más desarrolladas e ingeniosas del mundo aviar. Siguiendo sus circunvalaciones acabo descubriendo la cabeza sobresaliente de otra cabra sobre una roca. De las diferentes especies de cabras salvajes, estos bóvidos son endémicos de la península ibérica. Y de la Capra pyrenayca, que es su nombre científico, existían cuatro subespecies. Dos ya están extintas. Justamente la lusitana que habitaba en Portugal y la Pirenaica, que da nombre a la especie. Los últimos bucardos o subespecie auténticamente pirenaica desaparecieron para siempre en los años noventa: el último mohicano en realidad era una hembra y provenía de su último reducto en Ordesa. La tercera subespecie, la victoriae, estuvo a punto de correr la misma suerte: llegaron a quedar un puñado contado de ejemplares. Afortunadamente se ha recuperado bien, y la cuarta, la
hispanensis es la que cuenta la distribución más amplia en la península, desde Andalucía a los nuevos grupos reintroducidos en los Pirineos. Y es justamente la que no para de mirarme. Hoy decido hacer la meditación de las monteses, así que me voy acercando muy lentamente, hasta situarme a unos escasos diez metros. Las tengo arriba, yo estoy abajo, al revés que ayer. Me pongo cómodo en postura de Yoga y me fusiono con la naturaleza. Las escucho a mí lado, quizás vengan a olerme. Ningún movimiento, silencio físico y mental. Agateador, subiendo y bajando Encinas, hay un Herrerillo parado ante mí, Mosquiteros, el mordisqueo y movimiento de las cabras: es la quietud natural. Me llevo muy bien con los capricornio, mi Maestro lo era, mi esposa también, y he tenido buenos amigos. Ahora los capricornio me rodean y estoy tranquilo y feliz. No hay temor alguno. Ha pasado un tiempo indefinido, diría que largo, pero no consulto el reloj. Empiezo a mover las piernas, cuando un pajarillo pasa raudo a mí lado, de inmediato llama mí atención y me activa de golpe. ¡Es el Monarca del bosque! Sí, hoy no se trata de lobos, ni osos, ni siquiera de la imponente montés. El "Rey" es pequeño pero decidido y su corona naranja no deja espacio a la duda. Es un Reyezuelo Listado, una de las aves de la familia de las paseriformes más pequeñas, con apenas nueve centímetros y cinco gramos de peso, esta joya alada es simplemente soberbia y espectacular...
Desde la encina cercana abre su copete, corona naranja y canta con ganas. Se diría que está en pleno celo, o a lo mejor es una respuesta porque soy un extraño cerca de su nido. Hacía mucho tiempo, quizás un año, que andaba buscando a este hermoso pájaro. Y heme aquí que hoy, junto a cabras, cuervos y agateadores ha venido a hacer patente que aquí –en este rincón de la sierra–, él es el monarca legítimo. Estoy feliz de este buen rato entre tanta maravilla, cada día distinto, con regalos nuevos, colores, cantos y aromas de romero. ¡Quién pierde el tiempo pensando! O, peor aún, ¡amargándose la vida! Una lagartija cruza el camino apresurada y con su sonrisa congelada de lagarto. Yo también sonrío. Entre la persona y la plenitud de la vida, el sufrimiento es una nube negra de pensamientos absurdos. El bálsamo es la naturaleza viva, con sus infinitas maravillas, reyes cercanos e imperios infinitos. Con ese ánimo regreso a casa.
TAI AIM
Reyezuelo Listado (Regulus ignicapilla) El más pequeño de los pajarillos de nuestros campos paseriformes, con apenas 5 gramos de peso, es una pequeña joya voladora. Con su copete naranja encendido, recorre bosques y jardines animando todo a su alrededor. Encontrarte con este pequeño rey es un enorme regalo, ya que su canto y color te subirá la energía y el ánimo de inmediato. Puedes hacer múltiples lecturas de la experiencia, pero lo esencial es que no hace falta ser grande ni voluminoso para ser extraordinario. Lo modesto y sencillo puede ser poderoso si está seguro de sí mismo.
El minúsculo Reyezuelo es toda vida y belleza sin ostentación, siendo lo que uno es con valor y sin complejos. Vuela con el Reyezuelo y lleva música y color allá a dónde vayas. Él te enseña a no compararte con nadie, y te recomienda a lanzarte a vivir tus sueños y aventuras con la sensación de éxito asegurado.
El Ruiseñor Común (Luscinia megarhynchos) El Ruiseñor es el mejor vocalista del bosque ya que canta de día y de noche. Por eso lo asocio a la vida y a la muerte. Se escucha pero no se ve. Así es la muerte: un canto maravilloso y nada que temer. La muerte continúa en la vida a través de la vibración, del canto del que vivió y dejó un hermoso recuerdo. Cada vida es la oportunidad de encontrar nuestra voz, nuestro canto y dejar nuestra melodía para las futuras generaciones. El recuerdo de un alma feliz perdura para siempre: es algo que queda en el banco de memoria de la vida. Escuchar al Ruiseñor, dejarse encontrar por él, es saborear la inmortalidad. Tal como sucede con las obras de Beethoven, Mozart, Vivaldi, John Lennon y una lista interminable de voces eternas. No hace falta ser músico o cantante, basta con que alcances el alma de un poeta y hagas de tu vida una obra de arte. El Ruiseñor es muy discreto, casi nunca se ve. Lo importante no es él o su imagen, sino su obra, su aportación, su canto anónimo que alegra todos los bosques y setos. Si escuchas al Ruiseñor sabrás que con sus alas vuelan nuestros seres queridos al jardín del Edén y a través de su canto los corazones amados están unidos para siempre. El Ruiseñor te dice: “encuentr a tu voz, tu canto y haz tu aportación feliz a la vida sin necesidad de protagonis mo o fama. Hazlo de corazón a corazón”. El ruiseñor es un importante tótem simbólico de muchas culturas de Asia y Europa. En ambas el ruiseñor es el símbolo de los poetas, de la lírica y de la poesía. Para los celtas también eran un tótem simbólico que significaba la amistad y el compartir. Por ello, el ruiseñor es el pájaro tótem de la sociabilidad y los amigos.
SIMBOLOGÍA DEL RUISEÑOR COMO TÓTEM Los celtas, al igual que los nativos americanos, estaban muy integrados con la naturaleza y observaban a los animales en su entorno. Es así que observaron cómo el ruiseñor, un pájaro discreto y difícil de ver, actúa en la crianza de sus polluelos. Los ruiseñores, tanto el macho como la hembra, participan en el cuidado de sus crías. Por eso fue que los celtas asignaron a este pájaro el simbolismo del compartir. Repartirse las tareas de la casa es un recordatorio para no quedarse atascado en los roles de género y enfoques atrasados de este tipo. Los ruiseñores también tienen el don de la fidelidad. Los ruiseñores son aves migratorias, vuelven a Europa en primavera y se van a África en otoño, pero cuando vienen al primero, lo hacen siempre para aparearse, y se vuelven a encontrar con la misma pareja de siempre en el lugar acordado. Su naturaleza fiel y su espíritu familiar y romántico es un ejemplo a seguir en nuestro mundo donde hemos perdido a veces estos valores. El ruiseñor es un ave activa, por lo que su significado simbólico celta incluye la actividad, vitalidad, estado de alerta y la eficiencia. El ruiseñor canta de día y de noche, es el único pájaro que canta de noche, y su melodía es asombrosa y es por eso que ha sido inspiración de tantos poetas en la Europa griega, romana y celta o en China. Cada primavera, en el mes de abril, el ruiseñor se deja oír: al principio es sólo de noche. Su canto es, para muchos, el más espléndido de los que puede emitir un pájaro. Tiene una melodía musical, variada y potente, ascendente y descendente; se oye incluso en lo más cerrado de la noche. Más tarde, en mayo, el ruiseñor canta noche y día, con especial brío en los crepúsculos matutino y vespertino. El ruiseñor es un pájaro libre. Sólo canta cuando está en libertad. Si se le atrapa y enjaula se pone tan triste que es incapaz de cantar, ya que su canto es un canto a la vida y a la libertad. Los ruiseñores jóvenes deben aprender el canto, y para ello les basta con un pequeño estímulo, el cual es recibido en una época receptiva que sigue a sus primeros vuelos. Es decir, les basta con oír unas cuantas melodías de la boca de un cantor ruiseñor adulto para que ellos inicien. Cuando un ruiseñor dotado de unas cualidades cantoras excepcionales deja oír su voz en una zona determinada, automáticamente mejora el nivel de canto de los ruiseñores de aquel territorio. Al revés, cuando muere el mejor de los cantores, la nueva generación pierde calidad. Aquí vemos el simbolismo totémico del compartir el conocimiento con los demás y de la mejora del colectivo gracias a ello. Nos recuerda que debemos ser generosos en nuestros conocimientos y mantener un corazón feliz y ser amable con los demás. El ruiseñor como tótem, por ello, tiene el significado de amistad, compartir, determinación, agudeza, actividad, vida y agilidad. En este sentido nos recuerda que no son los elementos materiales que ganamos lo importante en la vida, sino la calidad de las relaciones con los demás. De hecho, nos dicen que es el camino el que enriquece nuestras vidas.
Esta alegría que simboliza el ruiseñor tótem viene a escuchar los hermosos cantos, los más bonitos de todos los pájaros. Los bardos se inspiraban en sus letras, al oír los trinos de este pájaro cantor. Por eso el ruiseñor se convirtió en símbolo de la poesía musical, el arte y la canción. Al igual que muchas aves cantoras, el ruiseñor es un campeón en la migración y el movimiento, con lo cual nos da el significado de actividad y espíritu libre, sin lastras que aten a ningún lugar. El ave echa raíces allá donde va, en libertad de irse siempre a otro lado y sin esclavizarse a ningún lugar. La tierra entera es su casa. Es un mensaje de libertad increíble la del ruiseñor. El ruiseñor es pura alegría y espíritu libre, pues el ruiseñor deja de cantar si se intenta cautivar en una jaula. Es un pájaro nacido para vivir en libertad y sólo así nos regala sus canciones. Cuando aparece el tótem en nuestra vida, estamos recibiendo el mensaje de ampliar nuestro círculo de contactos, y salir de nuestro recorrido habitual en la vida. Se trata de un mensaje simbólico muy potente, que nos anima a ir más allá de la esfera de lo «conocido» para acceder a la aventura que nos espera. PROPIEDADES MÁGICAS TOTÉMICAS DEL RUISEÑOR El ruiseñor tótem es un símbolo de amistad, sociabilidad, fidelidad de la pareja y libertad sin apegos materiales, y además el ruiseñor el tótem de la alegría por la vida. El que canta a la vida. El tótem ruiseñor hará personas más libres, más leales, fieles y sociables con más amigos, y sobre todo, más alegres y vitales. El ruiseñor tótem también es un excelente emblema para los poetas y cantantes a los que protege, anima e inspira.
El Ruiseñor del Japón (Leiothrix lutea) Este bellísimo pájaro, que además canta de maravilla, es el artista del bosque. Él mismo y su vida son la obra de arte. En realidad no es de la familia de los ruiseñores europeos, ni tampoco es originario de Japón. Todos estos son malentendidos humanos. Esta preciosa ave vive en los bosques y selvas de montaña de Indochina (Myanmar, Thailandia, etc.) y en las faldas del Himalaya oriental. Los humanos lo atraparon, lo enjaularon para tenerlo prisionero en jaulas y gozar de su visión y canto, robando su libertad. En Japón se escapó de cautiverio y colonizó algunas zonas. En otros lugares del mundo pasó lo mismo. Por ejemplo, en España un grupo de ellos ha prosperado y se ha adaptado muy bien en los bosques de Collserola, cerca de Barcelona. Ahora lo catalogamos de especie "invasora", pero, ¿de verdad nos está invadiendo? Más bien la hemos traído nosotros. Los humanos hemos contribuido a la transformación del planeta, y como somos una especie más, bastante invasora y colonizadora, al final todo esto forma parte de la evolución natural del planeta. El mundo cambia rápido y no todo es por el clima: la ley es que cambia todo. Ir a buscar y poder encontrar en el bosque a esta colorida y magnífica ave, junto con las aves autóctonas, es una nota de color y de vida maravillosa. En España viven mexicanos, japoneses, suecos, hindúes y chinos, como en todas partes, y ninguno somos especie invasora. Toda esta mezcla enriquece y embellece si se adapta y no atenta con el medio ambiente. Hasta donde sé, esta ave insectívora, hace una buena labor y ningún daño, ya que convive con Herrerillos, Carboneros, Petirrojos y Mirlos. Cuando veo a alguien de otro lado, enriquece y da bellas pinceladas de color y diversidad. Así que este cantor engalanado me hace disfrutar y me vuelve abierto y tolerante a lo nuevo y distinto. TAI AIM
El Corazón Verde no es una joya exótica, ni un ser mitológico, tampoco un lugar secreto. Este es la determinación por encontrar la belleza sublime presente en cada momento y a menudo velada por el ruido de la mente, por el malestar, la ansiedad o el sufrimiento humano. La belleza es el puente natural entre lo decible y lo indecible, lo visible y lo invisible, lo audible y lo inaudible. La realidad vestida de Yin y Yang esconde el secreto del Tao, que no es otro que el equilibrio. En el ámbito humano, a eso se le llama sentido común. Sin fuegos artificiales ni hundimientos en la miseria, la vida se camina bien andando, y también podemos volar como aves si abrazamos la totalidad de cada momento. Hoy comprendí que la profunda belleza del Ruiseñor no está en su discreta imagen, sino en su canto sin forma. Así que le digo al Ego que baje la cámara y abra los oídos. A veces lo realmente importante no se ve, se escucha. TAI AIM
Puedes ir mil veces a un sitio y siempre es diferente, y en la naturaleza esto es todavía más evidente. Inicio la ascensión al Reino de la Montes. Las cabras monteses o íbices (Capra pyrenaica) son los antepasados de las cabras domésticas y unos rumiantes especialistas en la escalada extrema. Parecen no conocer el vértigo ni el miedo a los abismos. Son capaces de correr a gran velocidad en un mundo vertical y de rocas. Hoy estoy abierto a sentir y vivir un rato en el mundo de las cumbres, allá donde la roca granítica parece besar al azul infinito y donde las estrellas parecen más claras y cercanas. A diferencia de otros entornos, la montaña es exigente para aquel que se siente atraído por el ascenso, para quizás gozar luego de la increíble perspectiva del águila o el halcón. Acometo la subida con entusiasmo, y aunque no me siento especialmente en forma, mis piernas y cuádriceps – puestos a reto– me devuelven firmeza en mí propósito. De hecho, a cada paso me siento más fuerte y contento: las endorfinas funcionan y los pulmones se amplían. Además escucho el canto alegre del Pinzón Común, coreado aquí y allá por algún Carbonero. Y ¿eso que se oye al fondo? Sí, es un Herrerillo Común. Voy directo para los enclaves en los que en otras ocasiones he descubierto los grupos de monteses. No tengo la costumbre de ir a lo difícil sin pasar por lo fácil, ni a lo lejano sin contemplar bien lo cercano. He vivido muchas veces el ir a buscar a un animal muy lejos y, al final, encontrarlo al lado del refugio, cuando ya voy de regreso. Así que voy a echar un vistazo, una "visual",
como dice mi amigo Eugenio, a una zona cercana, casi en la falda de la montaña, donde en no pocas ocasiones he tenido agradables sorpresas. Esta vez siento que voy tarde, que habrá mucho movimiento humano (con una carrera de montaña incluida), por lo que tendré que ir a lo más alto y lo antes posible. Pero, por si acaso, me asomo a un precioso balcón natural, entre jaras, romeros, tomillos y encinas. Me quedo un rato tratando de seguir los movimientos raudos de un Agateador, mientras sube y baja un tronco, pero a penas consigo hacerle una foto. ¡Es súper rápido! Y, además, tenía muchas ganas de verlo. De repente un ruido me alerta y pienso que hay algún caminante que se me ha adelantado, pero mi sorpresa no tiene igual cuando a diez metros aparece un inmenso macho Montes, con su imponente porte y cornamenta de lira. Me petrifico como las rocas sobre las que estoy, y le hago varias fotos. Para mi sorpresa detrás le sigue otro, también de considerable tamaño, y luego otro y otro más. ¡Es un club de solteros! ¡Son siete machos! Los dos más jovencitos son los últimos, quienes van como escuderos o ayudantes de tan imponentes caballeros. No parecen reparar demasiado en mí, de momento, pero en cuanto hago el ademán de seguirlos se desaparecen pronto. Eso sí, sin correr ni perder su dignidad de señores del roquedal.
Ahora me toca aplicar la astucia: calculo por dónde van a salir y pienso un poco como una cabra. Quizás sí es verdad que a menudo estoy como una cabra, pero hoy, dentro del contexto montañés, eso me será útil. Efectivamente, como esperaba, el gran macho líder absoluto del club de las cumbres asoma mayestático y un tanto soberbio. La verdad es que me impone verlo caminar hacia mi escondrijo, y más aún cuando está claro que me ha visto. La verdad que una cornada de esta bestia imponente no tendrá que ser dulce. Sin embargo, parece seguir en paralelo con sus aires aristocráticos y actitud de puro desprecio a esa cosa tras la cámara. Detrás de él toda la cohorte le sigue: parecen andar en una jerárquica digna de palacio medieval. Solo los jóvenes parecen menos solemnes y se dedican a jugar a ser grandes caballeros y se dan de topetazos para ver quién es el mero mero entre los astados de las cumbres. Sin duda es un juego de aprendizaje y también para ir estableciendo quién es quién en la fila. El último, el más jovencito, parece todavía ajeno a las cuitas de sus mayores. Pasan casi cuarenta minutos mientras me mantengo cerca del grupo, viendo sus ramoneos, escarceos e interacciones, hasta que deciden entregarse a una buena siesta entre los quejigos y retamas. María ha ido siguiéndome y ya alcanzada mi posición pasamos un buen rato en silencio, viendo si las
cabras meditan o rumian. Se las ve tranquilas y el ambiente es de paz total. Nosotros también rumiamos un buen rato, hasta que unos paseantes hacen ruido y la comitiva cabruna se pierde entre los madroños. Hoy no hará falta subir mucho, todo está muy cerca: une pareja de cuervos, unos jovenzuelos halcones peregrinos llamando a mamá o a papá. Y, por toda la loma, hay carboneros, Herrerillos Capuchinos, Pinzones y un Petirrojo. Con María vemos las letrinas de una garduña, la madriguera de una familia de tejones, una lagartija ibérica solearse y una fiesta de color con flores variadas y abejas aplicadas. Es una primavera muy dinámica y colorista. Mirando las cumbres veo escaladores, excursionistas, montañeros y demás paseantes. Pero hoy hay demasiados humanos arriba, por eso las cabras están aquí abajo. No dejo de sorprenderme: a veces tienes que dejar de correr detrás de tus ideas y escuchar lo que está pasando hoy. Los señores de las cumbres han bajado hoy a las zonas bajas, y entre semana suele ser lo contrario. Aun así, con los animales y la naturaleza nunca hay que dar nada por sentado. Si hubiera tirado para arriba, sin observar bien lo cercano, no hubiera visto más que gente neurótica que quizás están como una cabra, pero que no tienen cuernos, al menos visibles... Cada día es único e irrepetible. He venido mil veces a esta zona pero nunca había disfrutado tanto y tan cerca de los señores del abismo. En el camino de vuelta veo rastros de jabalí. Mi alma está llena de silencios, rocas, romero y tomillo. Mañana será otro día. Mi hija me llama por teléfono. “Papá, ¿dónde estás?”. “En la montaña, hija”. No sé porque no me extraña, dice ella. “¿Dónde va estar mi padre?”, comenta, y mientras la escucho llegué al coche.
TAI AIM
Camino suave y dulcemente por el sendero sensorial que es el bosque vivo. Me detengo aquí y allá para oler el fragante aroma de los saúcos, la flor de los enamorados, la que calma la mente y te retorna a descubrir la vida como juego y pasión. Aquí y allá, escucho. Ya aprendí a reconocer el canto del pájaro carbonero, tan inteligente y activo, y el trino suave del herrerillo. Así, en cualquier tronco viejo, me siento un rato a ser bosque. Cierro los ojos cinco minutos para fundirme con el melódico recital del ruiseñor del Japón y los aromas de la zarzamora y el pino, tomo un baño de floresta. Al abrirlos, están como aparecidos una piara de cuatro jabalíes dirigidos por una hembra grande y robusta, quienes caminan hacia mí sin, aparentemente, haberse percatado de mí presencia. Percibo su inconfundible olor a cochino de monte, como a regaliz, su gruñir retórico y hocicudo por estar escarbando. Ellos se van acercando... Con movimientos de Tai Chi, activo la cámara y me escondo detrás del objetivo. Siguen adelante, se diría que van a chocar conmigo. Pero, de repente, el ruido de unos caminantes en otra senda los alerta y entonces atónitos me ven y parecen no creerse, ni saber bien qué cosa soy... Por si acaso gruñen desconfiados y se van por la tangente entre matorrales y espinos. Me quedo lleno de esa visión por el encuentro inesperado, pero pronto llama mi atención el arrendajo que, como buen garrulo, anda escandalizado un poco todo. A los minutos, todo de nuevo está en calma. Otra vez el bosque se halla vacío. Todo y nada suceden, de aparición en aparición, ¡ni siquiera estoy escondido! O quizás llevo el mejor camuflaje del mundo: ¡estar quieto! ¡No pensar! Me he dado cuenta, a base de pasear por la naturaleza, que los humanos cargamos con mucho ruido mental y que los demás seres vivos lo perciben. Hasta diría que muchos pájaros parecen adivinar mi pensamiento. El caso es el siguiente: cuando simplemente siento el momento y me integro en el paisaje, entonces formo parte de la paz y la vida se despliega a mí alrededor. El bosque animado me revela sus
secretos y a sus habitantes de incógnito. Camino como un gato lo hace en su tour por el territorio: observando, parando y escuchando… Ahora no hay duda: un macho de Ruiseñor me dedica una serenata. Tardo un poco pero al fin lo veo. Se está dejando los pulmones en su canto: es precioso, todo un tenor. Me siento en un viejo muro derruido y cubierto de musgo, ahora desde la quietud me deleito con las idas y venidas de un trepador azul en su agujero en un gran platanero. Entra como un rayo con un bichito en el pico. Espero, y apunto con la cámara. Él sale raudo en busca de más, lo que hay en agujero debe ser insaciable, porque la mamá no para de proveer. Sin moverme de sitio, unos diez metros más abajo, también en el hueco de otro platanero parece tener ocupas. Veo un herrerillo común, quien porta su atuendo azul cielo y amarillo y su corbata negra, quien sigue el mismo patrón: alimenta a sus polluelos. Cuánto más quieto estoy más cosas pasan a mi alrededor. De hecho, el barrio está lleno y ni me había dado cuenta. De camino de regreso, un arrendajo me da un buen susto al posarse de golpe en un tocón y luego me mira a ver si estoy impresionado con su aterrizaje. Como no le digo nada, se va un poco ofendido y me muestra sus franjas azul brillante, por si no me había dado cuenta de lo guapo que es. Ya cerca del asfalto, un Estornino Negro como un Tizón me grazna alegre con su pico limón abierto de par en par. Me recuerda mis últimos intentos por volver a ver a su primo rosado, pero la verdad es que este negro brillante es muy elegante, parece vestir un traje de noche. Antes de coger el tren, una curruca cabecinegra me da un recital de despedida y un conejo de monte se pone de puntillas como para asegurase de que de verdad me largo. Me gusta pensar que vivo en los bosques, y aunque no sea del todo cierto, la verdad es que los minutos, horas o días que uno pasa en plena naturaleza van siendo los que más calan en el alma. Así que, con pájaros en la cabeza y algún que otro jabalí, me pierdo en el asfalto.
TAI AIM
Silencios llenos de vida. Regresar al espíritu, Regresar a la naturaleza. Es no levantar barreras. Es no crear resistencias. Es no lastimar tu templo. Es no hacer de tu vida un encierro. “Él” es solo un momento de simplicidad. Todo tiene un valor, no está allí para que se deprecie, No restes valor si tu vida te parece exaltada y agitada. Recuerda tu espíritu. “Él” es un lugar sencillo imperturbable y manso. “Camina en forma solitaria y serena por la Taiga”. Te sorprenderá escuchar nada. Siente solo el aroma suave del Maestro en tu interior. Al espíritu del silencio en ti. Sánate con su presencia y disfruta de ese pájaro azul.
No dejes que nada te aleje de ello. Luchad, Guerreros de la Luz. Estás caminando y te sientes inspirado, Estás sincronizado con la frecuencia del recuerdo de ti mismo. Lo que no es, no tiene fuerza cuando dejas de mirarlo. Recuérdate, nadie te dijo que fuera fácil, Baja de la taiga y llévate tu pájaro azul, Tu cielo está limpio, purificado. Tu mente, en paz. Gracias, Maestro.
TAI
MARÍA ARRABAL
Más que mil palabras inútiles, vale una sola que otorgue paz.
Buda
La paz más desventajosa es mejor que la guerra más justa . (Erasmo de Rotterdam)
Cuando el poder del amor sobrepase el amor al poder, el mundo conocerá la paz.
Que la paz que anuncian con sus palabras esté primero en sus corazones. (Francisco de Asís)
(Jimi Hendrix)
Si quieres la paz, no hables con tus amigos, sino con tus enemigos
(Moshé Dayán)
La conciencia es la presencia de Dios en el hombre.
(Víctor Hugo)
Quien tiene paz en su conciencia, lo tiene todo.
La paz comienza con una sonrisa.
(Don Bosco)
(Madre Teresa de Calcuta)
Sueña con un mundo de amor y paz, y lo haremos realidad.
(John Lennon)
Mi conciencia tiene para mí más peso que la opinión de todo el mundo. (Cicerón)
MARÍA ARRABAL
CLAVE DEL MES: LUZ
FRASE DEL MES:
PARA LEER: Bueno, me largo.
PARA VER:
Autor: Hape Kerkeling Ediciones Suma
"Oh, Ser de Luz, hazme instrumento de tu Paz."
Los Hermanos Sisters. Dirección: Jacques Audiard EEUU 121 min
Escucho el canto de los pájaros que alegremente me despiertan por la mañana anunciando el comienzo de un nuevo día. Cada día es una oportunidad para la conciencia, para nuevos propósitos, cada día tiene su canción. El universo, la vida, nos provee diariamente de infinitas oportunidades para experimentar el amor de manera más consciente. Cada acto cada gesto qué beneficia a una mayoría, es un acto de amor consciente. Debido a lo que hemos absorbido de la cultura, de la sociedad en la que vivimos, de la educación de nuestros padres, confundimos el amor con el querer, cón poseer, con el apego que genera tantos desequilibrios en el plano emocional. Cuando estoy en la disposición de ayudar a otros sobreponiéndome a mí drama e historieta personal puedo vivir esa experiencia que va más allá de mi egocentrismo, de mi necesidad o autocomplacencia. Creo en ese egoísmo sano que me permite atender esas áreas de mí, para estar en la mejor disposición de servir en lo sagrado, en la vida, a los demás. Entiendo el egoísmo sano como el asumir la plena responsabilidad sobre mí mismo y de las circunstancias que prevalecen en mi vida, para ser cada vez más consciente de lo que es adecuado y correcto en cada momento. Uno de los aspectos mas importante para mi en la vida es: no renunciar a mis sueños, a mi anelos, a aquello para lo que he nacido en esta vida. Y que determinará la paz en mi alma y la tranquilidad de mi corazon.
TAI
Raúl Villar
Siempre me pareció una utopía la felicidad. Fue así hasta que llegué al Yug-Do, cuando comprendí que todo lo vivido anteriormente fue preparatorio para vislumbrar la experiencia consciente. Cuando el Maestro nos guió al interior del bosque, se dio inicio a la experiencia del Yoga del bosque. Practiqué inconscientemente mucho tiempo haciendo asanas, sin saber el porqué. La guía informativa de los instructores al frente de la clase era muy escasa y hasta a veces deformada, salvo en aquellas ocasiones –mucho tiempo después– cuando el Maestro Marcelli nos dirigía la experiencia de la "UNIDAD" y de "UNIÓN" (Yoga). Su claridad con alegría no tenía palabras. Yoga es "UNIÓN", la conexión consciente entre la ilusión de separatividad humana y la Totalidad. Él nos instruía y nos decía que “todo es "UNO", así Yoga, es el despertar del Ser en lo humano”. Con el Maestro Antonio todo se me comenzó a aclarar. Por ejemplo, cuando nos dijo: “Hace miles de años, en frondosos bosques, selvas y montañas, algunos seres humanos conectaron con la Totalidad al darse cuenta de que todo lo observado era un "INMENSO SÍ-MISMO”. Maestro y discípulo escribieron libros en tablillas y pergaminos, que fueron posteriormente conocidos como Upanishad, la sabiduría de los bosques”. Con el Maestro Antonio comencé a darme cuenta a través de cada palabra, risa, broma, comida, paseo, taller, yoga o meditación.
Con el Maestro urbano, de pueblo, de caminos, de la montaña y del bosque todo es una constante celebración: ser en el árbol, ser la flor, el tigre o la montaña, el silencio, la soledad o la escucha de la naturaleza facilitan indudablemente el apaciguamiento de la mente. La naturaleza es la expresión armónica del "Gran Silencio". Esto lo señala el Maestro vivo en la Senda de la vida, del Yug-Do. Y el Maestro Yogui del bosque señala: "YAMA" (Preparación). Y también orienta: “Pide permiso para entrar en la naturaleza, conéctate con todos sus habitantes, incluso con los que no verás, mantén una actitud de respeto, cooperación y limpieza, sobre todo de "NO DAÑAR", no destruir, no ensuciar, ¡al contrario!, llévate la basura que encuentres, aunque no sea tuya”. "NIYAMA" (Lo correcto): Ve a la montaña a servir, a admirar, a poner notas de paz, no solo a absorber, pon tu presencia al servicio de la vida. “ASANA" (Estar): Quédate quieto y fúndete con el paisaje, sé cómo un árbol o una roca, abre tus sentidos y fúndete en el entorno. Continuaré en el próximo Boletín.
TAI
Serafín Mendoza
Salgo a buscar una ruta Yugdo. Subo el camino respirando, conectando con los elementos del bosque, percibiendo y escuchando el ser vivo que representa y es para mí el monte. Busco una ruta circular…, o aproximadamente espiral para el grupo. Tomo pronto el desvío que pone los Canarios. Se trata de una zona de recuperación del monte verde, talada de eucaliptos, con huertos altos de otra época, que ahora se están recuperando con esto de la crisis. Reparo en cómo la tierra siempre provee al que busca, se esfuerza y cultiva. La Tierra es un valor seguro. Aunque veo algunas aves, pronto abandono el camino por una vereda que llama mi atención. Va subiendo progresivamente y pasando de fayal- brezal a laurisilva. Los animales me acompañan todo el tiempo; lavanderas, mirlos, abejorros, polillas…, una babosa negra con esbozo de concha, que ya he visto en Anaga, seguramente algún endemismo isleño de zonas húmedas. De repente las escucho. Son las palomas de la laurisilva. Primero sus aleteos, sus huidas, pero no veo ninguna. Sé que son oscuras, pero lo único que alcanzo a percibir son unas sombras muy rápidas. Intuyo que no quieren ni que las vea, así que sigo. Más arriba se abre el camino: Las jaras, botones de oro y no me olvides, están en su máximo apogeo. Los pinzones vulgares, que de vulgares nada, y petirrojos no paran de dar su canto en movimiento. Comparto unos minutos de curiosidad, escucha y observación. Me resuena la sutilidad, la ligera delicadeza y a la vez la fuerte viveza que transmiten estos pájaros. Sigo adelante y me encuentro con un bosquecillo de grandes pinos a modo de tagoror, como decían los guanches; mesa redonda o espacio circular, donde se decidían los temas importantes. En este caso en medio de un monte cuajado de líquenes a modo de barbas de grandes sabios que respiran y observan desde una vibración serena pero alta. En un momento del camino me paro entre dos carteles que separan ambos municipios. En uno pone La Matanza, que fue la de los españoles bajo manos de los guanches durante la conquista de la isla de Tenerife, y el otro, La Victoria, la victoria de los otros al avanzar la misma. Y al final siento que la historia de una manera u otra nos une, la vida es solo una…
Es tarde ya, debo regresar, no sin antes deleitarme por el camino de toda una familia de pinzones azules picoteando su cena a escasos metro del recorrido… En un cruce dudo por donde volver. ¿Por dónde vine, o por un camino nuevo que conducirá a La Vica? Recuerdo palabras del Maestro; “… Nada que decidir” Respiro, observo… La vida es nueva a cada instante, y hoy toca vivir lo nuevo. Donde la vida me lleve, aunque sea con la incertidumbre del camino. Hoy puedo, y elijo la aventura, aunque sea por hoy. Así que retomo el sendero que más pronto que tarde me trae de regreso, pero diferente, al punto de partida. Al aquí y al ahora, pero algo transformado. La espiral se ha realizado. Qué bueno ha estado este ratito de no mente! Otro día volveremos. Al inicio cada día Maestro!
TAI
Eugenio Pareja
Siempre hemos querido saber el porqué de las enfermedades y cómo relacionarlas con nuestras emociones, por lo que me aprovecho de estas reflexiones de un experto para comprender y tener una conciencia plena cómo nuestro cuerpo reacciona a estos estímulos: "La enfermedad es un conflicto entre la personalidad y el alma". El resfrío "chorrea" cuando el cuerpo no llora. El dolor de garganta "tapona" cuando no es posible comunicar las aflicciones. El estómago arde cuando las rabias no consiguen salir. La diabetes invade cuando la soledad duele. El cuerpo engorda cuando la insatisfacción aprieta. El dolor de cabeza deprime cuando las dudas aumentan. El corazón afloja cuando el sentido de la vida parece terminar. La alergia aparece cuando el perfeccionismo está intolerable. Las uñas se quiebran cuando las defensas están amenazadas. El pecho aprieta cuando el orgullo esclaviza. La presión sube cuando el miedo aprisiona. Las neurosis paraliza cuando el niño interior tiraniza. La fiebre calienta cuando las defensas explotan las fronteras de la inmunidad. Las rodillas duelen cuando tu orgullo no se doblega. El cáncer mata cuando te cansas de "vivir". Y ¿cuáles son tus dolores callados? ¿Cómo hablan en tu cuerpo? La Enfermedad no es mala, te avisa que te estás equivocando el camino.
Mensaje: El camino a la felicidad no es recto. Existen curvas llamadas EQUIVOCACIONES, existen semáforos llamados AMIGOS, luces de precaución llamadas FAMILIA, y todo se logra si tienes: Una llanta de repuesto llamada DECISIÓN, un potente motor llamado AMOR, un buen seguro llamado FE, abundante combustible llamado PACIENCIA, pero sobre todo, un experto conductor llamado DIOS. Tomado de http://psicologos.mx/la-enfermedad-es-un-conflicto-entre-la-personalidad-yel-alma.php y de https://www.pinterest.com.mx/pin/368802656963894088
TAI
José Chérrez
Las piedritas en el camino y la fuente del agua son el movimiento en conjunto. La luz que proviene de la fuente sale a través de tu forma, aquí y ahora. El río calmado es una apariencia y la esencia, todo un reflejo de tu ser. Tu respuesta natural y espontánea es poesía de vida. Tu sabio andar y la sonrisa detrás de todo son la guía. Tu sinceridad y libertad son las alas que me levantan. Conectar no ha sido casual. Este es el aliento que nos inspira a soltar, a soltar y a soltar. Nada se crea ni se destruye, así que permanecerá lo que ES. Nada ha ganado y nada ha perdido. Solo nos damos cuenta y disfrutamos la paz de una suave sonrisa de confianza. Del corazón de una guerrera a otra.
TAI
Cinta Negra Emily Ann Fitz
Envuelta en mi ruido mental, con un nivel de agotamiento en aumento, anhelo la llegada de ese momento: la conexión con la naturaleza junto al Maestro y mis estimados compañeros. Experimento la grandeza de la vida que me rodea al detenerme y tomar contacto con actitud delicada, escuchar el canto de los pájaros, abrazar a los árboles, oler el perfume de las flores y saber que mi vida tiene todo lo que necesita. Agradezco de todo corazón cada encuentro con la naturaleza y me despido de ella con absoluta humildad. Me gustaría compartir un texto de Eileen Caddy, el cual me ha conectado con la belleza de los paseos por la naturaleza. Espero que lo disfruten.
Mayo, 5 Mira la abundancia de la naturaleza, la belleza que te rodea y reconóceme en todas las cosas. ¿Cuántas veces al día mientras vas de aquí para allá miras las maravillas que te rodean y das gracias por ellas? Casi todo el tiempo vas con tanta prisa que te pierdes una buena parte y te quedas sin absorber toda la belleza y hermosura que podrían refrescarte y elevar tu alma. Es cuestión de abrir los ojos y estar muy despierta y sensible. Comienza ahora dándote cada vez más cuenta de las cosas que de verdad importan en la vida, las cosas que alegran el corazón, refrescan el Espíritu y elevan la conciencia. Cuanta más belleza absorbas, más belleza podrás reflejar. Cuanto más amor recibas, más amor tendrás que dar. El mundo necesita cada vez más amor, belleza, armonía y comprensión, y tú eres quien se lo ha de proporcionar. ¿Por qué no abres tu corazón ahora y lo haces? (Tomado de https://alimentoparaelalmacoda.wordpress.com/201 8/05/05/reflexion-5-de-mayo-la-voz-interior-eileencaddy/) TAI
Cinta Negra M. Elisa Jiménez
Me encuentro en una nueva etapa. Nuevas recetas se cocinan en mi interior. Se aviva un fuego sagrado, el cual despierta y elimina lo que ya no es. La mirada cambia, junto con todo lo observado. Y, como consecuencia, la realidad también se modifica. Cada vez más, lo sencillo y el instante cobran importancia. Es la vuelta a lo natural. ¡Qué gran riqueza a nuestro alcance! Visualizo mi entorno y me detengo a observar mis pies. Desde mi comienzo en Yug-Do, éstos parecen haber cambiado de forma. El pie es una parte fundamental en nuestro enraizamiento. Se fortalece, los dedos se abren buscando anclaje, y nos conecta a una mejor toma de tierra. La consciencia de éste es básica para el inicio de cualquier práctica, y del buen fluir de la energía. En el pie se encuentra uno de los puntos de acupuntura más importantes, YONG QUAN (punto JING 1 del meridiano de Riñón). La fuente burbujeante o manantial es puerta de entrada del CHI y de la salida residual de energía tóxica. En el Clásico de la Medicina Interna del Emperador Amarillo dice: "Los riñones canalizan por Yongquan, y Yongquan es la planta del pie", lo que significa que el qi de riñón es como una fuente de primavera,
procedente de la planta de los pies, vertiendo el riego en todo el cuerpo y a través de las extremidades. Es un punto fundamental en el cuidado de nuestra salud, y también lo es para el Arte Marcial. En disciplinas artísticas como la danza, el trabajo con el eje terrestre permite realizar movimientos aéreos tan sublimes casi imposibles de realizar. Incluso la bailarina de ballet clásico, casi etérea en apariencia, posee este dominio terrestre sin oposición entre la ligereza y la fortaleza.
El pie es un mapa holográmico utilizado sabiamente por la REFLEXOLOGÍA o la terapia Metamórfica. En las extremidades están patentes las memorias registradas, y también inicia un viaje fascinante hacia todos los órganos del cuerpo humano. Nuestro Maestro así nos lo enseña en sus seminarios del Espacio Shambala (en Dojo Gran Dragón), uno de los cuales comenzará próximamente.
TAI
Cándida Vera
“PAELLA VEGANA” INGREDIENTES: • • • • • • • • • • • • • • • •
Cebolla Ajo Pimiento Setas Calabacín Berenjena Calabaza Zanahoria Perejil Cúrcuma 1 hoja de laurel 4 hebras de azafrán Tomate triturado Agua Arroz integral Aceite de oliva
PREPARACIÓN Realizar un caldo base a fuego fuerte con cebolla, zanahoria, pimiento y ajo. De este caldo concentrado, se guardará una pequeña parte. Podría ser necesaria para añadir al final de la receta. Saltear el calabacín, berenjena, calabaza y las setas. Este fondo se deja aparte. Se añadirá en los últimos minutos de cocción de la paella.
Sofreímos con aceite de oliva el pimiento, champiñón, y zanahoria. Añadimos el tomate triturado y la cúrcuma. Después añadimos 2 dientes de ajo, 3 ramitas de perejil, 1 pizca de cúrcuma, laurel y el azafrán. Dejar hervir durante 8 ó 10 min. Añadir el arroz. Cocinar durante 15 min. Añadir el caldo si es necesario. La fórmula personal o secreto de esta receta es la siguiente: fondo + caldo + arroz.
Espero que sea una feliz y útil EXPERIENCIA!!
TAI
Julio Brito
Inicio curso de REFLEXOTERAPIA HOLÍSTICA, continuamos con ACUPUNTURA CUÁNTICA, FORMACIÓN DE YOGA, y SEMINARIO DE YUGDO (Excursión y prácticas en la Naturaleza!!), Terapias personales y Prácticas diarias… Posible inicio del curso de ASTROLOGÍA SANADAORA Anímate!!
Terapias personales en Barcelona, Pineda de Mar y Vich.
GRAN COMPARTIR con el Maestro, Convivencia, Solsticio de Verano, Talleres de Sanación emocional, Terapias… Gran Viaje de AVENTURA CON EL MAESTRO ANTONIO IBORRA MONTELLS!! Siguen las clases, talleres y demás formaciones y actividades de Yugdo… La Escuela de Cintos Negros está funcionando en Ciudad de México y en Morelia Sigue la preparación del próximo ENCUENTRO CON EL MAESTRO para el mes de SEPTIEMBRE. GRAN ENCUENTRO ANUAL CON LA PARTICIPACIÓN DE ECUADOR Y MÉXICO EN TEGUESTE TENERIFE Del 08 al 11 de agosto… ADELANTE LA GRAN AVENTURA YUGDO!!
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