BOLETÍN AYDO 205

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Todo lo que existe tiene un propósito y una utilidad: sirve para algo. La inteligencia es la capacidad para solucionar las dificultades e inconvenientes desde el punto de vista individual. La vida como unidad se regula a sí misma porque es pura inteligencia. La inteligencia que proviene del hemisferio izquierdo del cerebro nos ofrece habilidades matemáticas y lingüísticas, pero la inteligencia que proviene del hemisferio derecho del cerebro nos ayuda a conectar con la sensibilidad, la bondad y la belleza. Ahora en verano estamos en la época del calor, la extroversión, los viajes y las playas. Hay más cambios y comunicación. De hecho es la estación del elemento fuego y del Corazón. Así que todo coincide para comprender que nuestro corazón también tiene dos partes y que cuando está en paz su latido es la mejor canción de nuestro verano. Si en tu corazón hay pesar, ruido, alguna pena, quizás un conflicto, no hay paz. Ello implica que nuestro campo energético podría ser un ambiente que atrae todo tipo de parásitos y tóxicos. Por eso, quizás lo mejor que podemos hacer es formatear nuestro propio centro, y eso significa curar y cuidar de nuestro corazón. Hoy sabemos que los problemas de corazón son una de las primeras causas de mortalidad, y sobre todo de forma súbita e imprevista. Dicen que el corazón no da síntomas hasta que es demasiado tarde. Quizás si los da, pero no estamos suficientemente atentos a las señales. Para los antiguos orientales la enfermedad emocional del corazón se asocia a la excesiva exteriorización del individuo. Incluso se le ha tildado como exceso de alegría o, sobre todo, euforia. Eso no quiere decir que nos haga


mal ir de fiesta o tener una buena catarsis de chistes, risas y juerga sana. No, lo que sucede es que hay que recuperar el centro después. Pensamos que meditar es interiorizarse, pero en realidad la meditación implica CENTRO: ni dentro, ni fuera. Naturalmente que si estamos exteriorizados el proceso será de ir hacia adentro hasta encontrar el centro. En verano más que nunca la naturaleza nos ofrece el mejor bálsamo para encontrar el camino. Así que aquí estoy, una vez en las grandes montañas, en los páramos, entre los prados alpinos y los bosques de coníferas. Aquí donde el aire, el agua y la tierra reciben el fuego solar de forma más pura. Llevo una hora contemplando el pastar tranquilo y reposado de los rebecos. Un águila real ha dado ya varias circunvalaciones sobre mí cabeza y aquí, en las primeras horas del día, el aroma fresco y penetrante de los pinos me sume en un estado de paz y calma inconmensurable. No hago nada, y nada queda por hacer. En la paz está contenido el equilibro del mundo. No hay nada que hacer, ni nada que impedir. Desde aquí los ciclos, mareas y ritmos del mundo se ven maravillosos y perfectos. Miro a lo lejos, más allá del valle, y puedo imaginar al niño que fui, el adolescente, el joven, el adulto y el maduro... La respiración es la misma, el cuerpo ha cambiado, pero la respiración es la misma, el aire es libre, puro y totalmente relajado. Todas las vidas de mí vida están aquí, en esta respiración. El niño, el hijo, el padre, el amante, el amigo, los mil oficios, los encuentros y desencuentros. También están los éxitos y fracasos, los errores y los aciertos. Todo se refresca con cada respiración nueva. De hecho, yo no respiro, hace rato que dejé de hacerlo. Se diría que la respiración, el espíritu del aire me visita y se va, a su antojo, a su ritmo. Los rebecos siguen pastando, ahora pasan dos cuervos graznando ruidosamente. Un carpintero negro con su gorro rojo cardenalicio se empeña en perforar un abeto y su repicar parece sumarse al olor a trementina y pino,


humedad de la tierra, fresca y limpia, nubes blancas en constante transformación, silencios que orquestan los músicos naturales. Canciones de brisas y alegrías de golondrinas, todo está unificado y coordinado, y esa nada llena y plena que sustenta el mundo. Estiro las piernas, camino como si habitara un cuerpo cualquiera, los rebecos corren ladera abajo, sin duda sorprendidos por un cuerpo humano. Y no muy lejos, un oso me mira sin verme. Sabe que hay algo ahí, mueve el hocico, construye una forma humana en su cerebro de plantígrado, todo con mensajes olorosos, porque no distingue mi forma, pero sabe perfectamente que estoy ahí. Le envío paz, recibo paz, el Kata del Oso. Así, este julio está lleno de frutas frescas, sandías, melocotones y peras. Realizo a cada paso el gran propósito, ser paz. Hay una mente allí abajo que a veces insiste en preocuparse, que tiene miedos y temores, deseos y búsquedas, y es tan perfecta como los piñones en la piña que estoy examinado, tan bien puestos, tan geométricos, con tanta inteligencia. Mientras bajo hacia el coche, las mariposas no paran de afanarse de flor en flor, unas con diseño naranja y ribetes de negro, algunas de color azul cielo, pequeñas y perfectas, otras grandes y magníficas: no puedo elegirlas porque todas me agradan y complacen. Soy como el monarca del mundo que creo al admirar la belleza en todo. Y no me falta el Pepito Grillo de mi conciencia que junto con Campanilla me guían, momento a momento, por el jardín de la creación. Te invito, en este julio, a descubrir la magia de las aves, las mariposas, los árboles y los bosques. Date un baño de naturaleza, de soledad y de silencio, así tú compartir con los demás será mucho mejor. Cuando vuelvo a la ciudad ya no veo caras tan largas. En realidad me río al comprender que estoy rodeado de criaturas mágicas, semi dioses, humanos.

TAI

AIM

ANTONIO IBORRA


Sí, es cierto, no hay caminos hacia la paz, la paz es el camino. Venimos de la luz, pero venimos inocente e inconscientemente. Y tenemos que regresar a la Luz o reconocernos en la Luz, pero de forma consciente. Entonces el Camino del Destino, aquel que nos trajo aquí, nos empuja a descubrir que es necesario construir la paz. Convertir la luz en paz. Para empezar hay que comprender que el mundo no necesita de salvadores, el mundo es perfecto y está bien. Todo sigue un Plan Perfecto y una Justicia Perfecta Gobierna el Mundo. Y siendo así, ¿cómo vemos tanto caos por todas partes, tanta injusticia, tanta locura, tanto por crecer y evolucionar, tanto horror incluso? Eso es debido a nuestra falta de desarrollo espiritual. Estamos miopes. Generamos mucho dolor, caos, suciedad y desequilibrio, y luego lo proyectamos al exterior. Son los lentes por los que miramos al mundo. Así que el primer trabajo es limpiar nuestros cristales, dejar de producir y generar dolor. Cada mente humana inconsciente puede ser una fábrica de neurosis, crítica y sufrimiento. Pero esa misma mente iluminada por la conciencia se convierte en un diamante precioso. Entonces hay que saber esto: El problema individual es una herencia de la evolución colectiva.

El primer paso en la individuación es revertir el proceso erróneo. La causa del problema no está afuera, la solución tampoco. Así que de un plumazo di adiós a la política y a la religión; la ciencia es sólo un auxiliar neutro, que no aporta ni problema ni solución, ya


que es sólo un medio a utilizar bien o mal. Para lo esencial olvídate de la política, la religión y la ciencia. Empieza por algo más simple. Todo lo que sabes proviene de bits de información, esto es, energía sensorial que es interpretada y decodificada por un decodificador- programado y es ese decodificadorprogramado el que nos hace ver lo que vemos, sentir lo que sentimos, creer lo que creemos, pensar como pensamos y, finalmente, vivir como vivimos. Imagina que todo lo que percibes se pudiera percibir de otra manera, que todo lo que piensas se pudiera pensar de otra manera, que todo lo que sientes se pudiera sentir de otra manera. Solo esta consideración ya te abre a un mundo de infinitas posibilidades y libertad. Bien, entonces quizás te preguntes cómo volver a interpretarlo todo, a pensarlo todo, incluido a ti mismo. La pauta a seguir, la verdad esencial, es que ningún ser quiere sufrir, todos queremos sentirnos bien. Incluso la mente más enferma y distorsionada, el masoquista que le gusta sufrir, lo hace por lo mismo: ¡porque le sienta bien sentirse mal! ¡Todos queremos sentirnos bien! Y eso es la paz. Sin embargo, los condicionamientos, la ignorancia y la inconsciencia puede hacer que hagamos, pensemos y digamos muchas cosas para sentirnos bien que acaben haciéndonos sentir muy mal. Es decir, hacemos un mal uso de las cosas y de nosotros mismos. Volvamos al primer peldaño: SENTIRSE BIEN Tenemos que observar con gran cuidado la capacidad que tenemos, los hábitos y tendencias que generan tensión y violencia interior. Hay una parte de nuestra mente programada para la auto- agresión. A eso le vamos a llamar LA PAUTA AUTO AGRESIVA. Esta actúa en pensamiento, palabra y obras, por lo que debemos desarrollar la correcta, y atenta auto observación, con mucho discernimiento, para contrarrestar este veneno con amor, compasión, relajación y aceptación. Cada vez que te das cuenta de que la mente está prestando atención a algo, ha de surgir la pregunta, ¿es coherente con hacerme sentir bien? ¿Estos pensamientos o ideas me hacen sentir bien? Si no es así, hay que abandonarlos y enfocar la atención en la bondad, la belleza y la verdad. Cuando hablo con otros o conmigo mismo, ¿mis palabras me hacen sentir bien, le hacen sentir bien a los demás? Si no es así, cámbialas. Pon dulzura en la palabra, bálsamo en el verbo. Luego observa tus actos, ¿son coherentes con el sentirte bien? Si no es así, mejor cambia o modifica la actividad.


Poco a poco aparecerá una nueva guía interna más clara y en sintonía con la premisa original de sentirte bien. Ello modificará tus relaciones y comportamiento con los demás. Tus amigos cambiarán, el ambiente cambiará y serás más auténtico. Serás capaz de hacer cosas por los demás, pero siempre sin desestabilizarte. Puede hacerte sentir muy bien el hacer algo por alguien querido, pero ¿puedes saltarte tus apetencias y disfrutar de algo que en principio no te entusiasma? Hay límites. No es coherente sentirte mal para que otro se sienta bien. El verdadero sentirse bien, la paz, es una frecuencia transpersonal, que empieza en lo personal pero va mucho más allá. La paz es siempre equilibro, interno y externo, uno mismo y los demás. Ni egoísta, ni altruista, va más allá de la dualidad, pero requiere de mucho discernimiento para aplicarse con éxito. De todos modos aprendemos a base de ensayo, acierto y error. Así que la paz no es un estado permanente, sino el quicio de la balanza para regresar una y otra vez al equilibrio, a la congruencia con el corazón despierto, con el sentirse bien, momento a momento. A veces es muy complicado porque todo acto trae consecuencias, así que si cometo el error de comer algo equivocado, no servirá sólo darme cuenta, no podré sentirme bien hasta que me pase la indigestión. Eso sí, para otro día estaré más atento. Si hacemos olas emocionales no nos sentiremos bien hasta que regrese la calma, pero hay que ir aprendiendo, y lo primero es valorar lo bien que nos sienta estar en paz. De este modo vamos procurando estar más atentos para no generar nosotros mismos los problemas. Ante las dificultades que vienen del exterior también debemos aprender a gestionarlas, siempre en coherencia con nuestra valiosa paz interior. Si evitamos un conflicto quizás sólo enterremos una tensión, si no sabemos esperar y contenernos quizás hagamos estallar un polvorín. Entonces el discernimiento para saber esperar el momento, el lugar adecuado y el cómo, requieren de meditación y sabiduría. Hay momentos que requieren una respuesta rápida y contundente y otros, paciencia y espera. ¿Qué es lo menos violento? ¿A corto o largo plazo? ¿Estoy posponiendo y evitando demasiado? ¿Es el momento de intervenir? No hay reglas, solo conciencia, discernimiento y un parámetro claro: no violencia.

TAI AIM


"Un amigo se encuentra a otro. Le dice: -“¿Cómo estás?”. -Pues genial, mira, yo tenía un problema: me creía el mejor del mundo, pero ahora lo he superado, y ya soy perfecto". "Un amigo se encuentra a otro. Éste se pasa una hora hablando de su vida y sus proyectos, mientras el amigo asiente. Luego lo mira y le dice: “bueno, llevo ya mucho rato hablando de mí, ahora hablemos de tí. ¿Has leído mi última novela?". Vivir centrados en el ego es un estado de conciencia que sólo genera vacío e insatisfacción. El ego suple su vacío a través de la apariencia, del tener, del tratar de aparentar y ser más que los demás. El ego suple su sentimiento crónico de inferioridad creando un complejo de superioridad. El ego vive de y para su imagen y necesita siempre admiradores, sentirse especial, diferente. A menudo cree que no hay nadie más en el mundo. Egoísmo es vivir aislado en su propia mente, imagen de sí mismo: narcisismo y egocentrismo. El ego siempre desea lo que no tiene, siempre quiere más de todo, es ambicioso y busca siempre la ventaja. Compite constantemente y da igual que se vista de espiritualista que de materialista, es básicamente "yoista". Primero yo, después yo y más tarde, lo mío y quizás los míos... El ego no es malo, es el mejor vehículo para que el Ser se haga consciente de sí mismo mediante el amor y la libertad. Pero el ego es un vehículo, no el conductor. Es el mejor servidor, pero el peor amo. La vida humana consiste en diferenciar el vehículo de la esencia. Usar el vehículo y luego desprendernos de él, al igual que un actor aprende de su personaje, pero luego lo olvida y lo trasciende. Si le pierdes el ojo al ego, éste se cambia de camisa y te vende de nuevo la moto. El ego puede ir de matón, de víctima, de guerrero, de humilde, de maestro, de poca cosa o de especial. Pero no te engañes, siempre va de algo. ¿Tú, de qué vas? TAI AIM


El mal es solo el bien fuera de sitio. El mal es desorden, una configuración errónea que genera sufrimiento. Si reconfiguramos las cosas, si ponemos orden, todo es bueno y para bien. Pero a menudo entramos en conflicto y en un juego de fuerzas opuestas. Imagina que vas en el tren y el viajero de al lado no sabe comportarse y pone música fuerte o habla por teléfono en voz alta, como si su conversación privada le fuera a importar a todos los viajeros. ¿Qué haces? A. Le dices directa, aunque educadamente, que está molestando. B. Te callas y te pones auriculares para aislarte. C. Vas y le indicas al revisor del tren que alguien está generando molestias. D. Te cambias a otro vagón si encuentras un lugar. Existen tantas posibilidades como situaciones e individuos. Todo eso depende de tu personalidad, de tu estado de ánimo, de lo amenazante que sea el tipo o de las condiciones del tren. En fin, es un juego de ceder o poner barreras. Este también depende de la personalidad, del carácter, del ánimo y del momento. Pero ello ocurre todos los días en las relaciones con todos: familia, vecinos, amigos y transeúntes. Y a menudo no está claro qué es lo mejor, ni tampoco la misma estrategia da el mismo resultado. Las personas extrovertidas tienden a soluciones exteriores. Las personas introvertidas a las soluciones interiores. Pero, ¿funciona? ¿Y si somos nosotros los que molestamos?, ¿si ello pasa sin darnos cuenta?, o ¿es desconsideradamente? El mal está ahí, a veces es emocional, otras veces es mal tiempo. Malas experiencias, malestar, sentirse mal. Mal físico, emocional, mental, espiritual. Mal. ¿Qué es el mal? Quizás lo que no me gusta.


Si todos queremos en el fondo sentirnos bien, quizás también todos no queremos sentirnos mal. Pero, ¿ello es evitable? No. La vida es dual. Punto. Queremos sentirnos bien, pero a veces nos toca sentirnos mal. Para ello hay remedios. Muchos: respiración, aspirina, caricias, meditación, paseo, una infusión, amor, mucho amor, pero tampoco demasiado, paciencia, sí, también la justa, no infinita. Ante el mal estamos nosotros y hay que aceptarlo. Hacer lo que podemos hacer, lo que nos parece mejor, más ordenado y congruente. También cabe aceptar lo que no podemos cambiar, lo que hoy es simplemente así. Y el discernimiento, siempre discernimiento, es útil para ver si estoy luchando demasiado o muy poco, si estoy aceptando o solo me resigno. El mal forma parte del todo, es la otra cara del bien. La vida es entera y no podemos elegirlo todo. Hagamos lo que hagamos habrá bien y mal, lo que nos gusta y lo que nos cuesta. Idealizamos un mundo partido, solo hecho de bien o de lo bueno. O quizás es que en realidad, la existencia unitaria es simplemente buena pero vivida desde el aparato mental, que es en sí mismo dual, hará que lo veamos todo doble. Bueno o malo. ¿Quién sabe? Hoy os voy a dar la receta definitiva: ¡No hay receta!

TAI AIM


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La salud está de moda, pero lleva estando de moda desde que el hombre es hombre, porque sin salud, todo es mucho más difícil. ¿Qué es la salud? La capacidad de un individuo de adaptarse a los cambios y a su medio. La vida en su conjunto es sana, pero los individuos que la componen tienen que relacionarse con éxito y cambiar con la totalidad. En la actualidad hay un verdadero culto a las dietas, gimnasios, terapias y demás promesas de sentirse mejor, incluso de retrasar la vejez o prevenir las enfermedades. ¿Qué es la enfermedad? Son los conflictos y dificultades que surgen en un individuo en su necesidad de seguir adelante en su adaptación. ¿Cuáles son sus causas? ¡La vida en su conjunto! Por ejemplo, vienen de deficiencias genéticas, patógenos, contaminantes, la mente disfuncional, accidentes o de los otros. Venga de donde venga el problema o la dificultad, hay que ir al ladrillo que construye a un individuo: la célula. Trillones de células con un ADN. Un código genético que quiere reproducirse y subsistir, y que tiene un mensaje cifrado: la misión individual. ¿Qué destruye la célula? Deshidratación. Desnutrición. Patógenos. Toxinas (físicas, campos electromagnéticos, estados psico-emocionales). Lo primero es el hábitat de la célula, su entorno, su medio ambiente. Y éste es básicamente agua. Esta agua puede estar contaminada, ácida, con falta de nutrientes, con deficiencias energéticas o bajo campos distorsionantes. Todo esto en la base, en nuestro micro mundo. En lo grande, nuestra realidad que es la experimentación del mundo que crea nuestra mente. Uno mismo y su mundo son creaciones mentales. Estas pueden ser funcionales o tóxicas. Vamos a plantear la conexión con la vida sana desde tres ángulos: Mental, Físico y Espiritual. A nivel de la personalidad, del individuo como tal, son las siguientes: 1 – BONDAD, 2 – FELICIDAD, 3 – AMOR y 4 - SENTIDO. Este cuaternario tiene tanta influencia y jerarquía sobre lo físico, lo que puede decantar la balanza de la salud en un sentido u otro.


El primero, la bondad del buen corazón, es el mejor empuje al sistema inmunitario, se trata de un sentimiento muy poderoso. Consiste en sentirse buena persona, habitante de un mundo bueno con un creador bueno. La felicidad personal, el segundo, es también la decisión de cultivar un carácter de alegría y contentamiento, de ver las ventajas, de ser positivo, colaborativo y desarrollar las aptitudes para disfrutar de la vida. Es una vitamina para el alma. El tercer sentimiento básico es el amor, el sentirse amado y protegido, el poder expresar el amor y la ternura. Nadie está sano sin sentirse amado o poder expresar el amor. Por último, el cuarto sentimiento de nuestra vida mental y psicológica, la sede de nuestra personalidad e identidad, es el vivir con sentido y propósito. No se trata de metas o correr detrás de objetivos temporales o quizás simples deseos. El sentimiento del "sentido" es profundo y conecta con la percepción y sensación de estar cumpliendo un destino y realizando un potencial inherente. Es como si un piñón supiera que debe liberar y manifestar el pino que lleva dentro. Todo esto implica una relación con los demás y el medio ambiente social. La segunda estantería de la salud total es el cuerpo en sí mismo. Primero el agua, el agua de la vida, la vida es agua. La calidad del agua es básica para la vida de las células. El agua correcta debe ser pura, estructurada, hexagonal, con un pH 7.3, ligeramente alcalino, vital, viva y con un átomo más de hidrógeno. Lo ideal es una fuente en alta montaña, lo real, ayudarnos con tecnología apropiada. La nutrición es el segundo componente y debe de ir de acuerdo con nuestra genética, no con las costumbres culturales. Debe apoyarse en la no violencia, así que preferentemente será vegetariana y equilibrada.


El tercer aspecto es el ejercicio holístico y moderado. Movimiento consciente para activar y desarrollar las cualidades motrices. Y lo ideal es que sea agradable y disfrutemos de ello, y desde luego que implique la atención y la mente. Por último, el cuarto aspecto físico es el de las ayudas, las terapias, los masajes, las sesiones de acupuntura, las plantas, los suplementos, vitaminas y micronutrientes, etcétera. Implica también ponerse en manos de alguien, dejarse ayudar y cuidar. En el nivel espiritual tenemos dos aspectos: el primero es la meditación. El cultivo de la atención para des-identificarse de la mente, el ego y la personalidad. Vivir momentos de silencio. Alejarse regularmente de la extroversión y permanecer en quietud. Es el arte de detenerse, de romper el círculo del hacer para tener y cultivar el saber estar para Ser. Y por último, el segundo elemento, la espiritualidad misma, la conciencia despierta para despegarse de las creencias y abrazar el Misterio con preguntas genuinas sobre la existencia, la vida, la muerte y el devenir. Un sentido de lo trascendente relativiza todos los problemas humanos y nos hace receptivos a la nada. Y la Nada con Conciencia es el TODO.

La salud de es una cuestión global, no un mero asunto individual. Interviene las relaciones humanas, la economía, la ecología, el desarrollo evolutivo interior, el todo. Así que necesitamos una visión grande para comprender algo realmente grande.

TAI AIM


Ecuador, junio 2019. Hace tiempo que prefiero dejarme llevar más que desear. En general he aprendido a desear solo lo que hay. Cuando se acerca el día de "Toca Ecuador" me siento entusiasmado por las sorpresas que me esperan. Soy como un niño en espera de los regalos de Reyes. El grupo de Yug-Do de Ecuador es quien me invita y me trae, quien planifica las aventuras a vivir, los viajes, recorridos y actividades. Antes les sugería, indicaba o solicitaba, pero ahora prefiero las sorpresas. No diré que me fío de ellos, tampoco es que no me fíe, lo que pasa es que estoy en contacto con esa energía, fuerza o como quiera que se llame, que simplemente "mueve los hilos". A menudo vamos a un lugar esperado para encontrar algo, pero la fuerza misteriosa nos tiene reservada otras sorpresas. El viaje en avión, siempre largo y a veces eterno, en esta ocasión fue más suave y ligero. Quizás tuvo que ver el encuentro con el compañero de asiento, Sebastián Arechavala, un joven interesante, cineasta, con alma de artista, quien vive en Los Ángeles, y viene de un curso de meditación en Portugal, va a Quito, en donde viven sus padres, aunque él nació en Argentina. Con ese curriculum casi podría decir que es de los míos, un apátrida, o quizás un mil patrias, alguien que no se circunscribe a las fronteras y convenciones. Charlamos un rato y mostró mucho interés por estar en algún taller o actividad. Hoy ha venido a terapia y estos días seguramente vendrá a más cosas. Así son los encuentros que propicia esa energía sin nombre. Y algunos dirán, “sí tiene nombre”, y tendré que contestarles: “Todos los nombres son fragmentos de su nombre”. Al llegar a Quito, nada, no hay nada. Es la primera vez que no hay nadie para recibirme. No pasa nada. Espero, y al rato llegan Pepito,


Juanita y Estrellita. De hecho, hace rato que andaban por aquí, pero se

fueron a tomar algo en previsión de un retraso en el vuelo. En casa de Martha todo está arreglado, y ella tan amable como siempre me cede su apartamento. ¡Le estoy muy gradecido! La primera noche es larga, muy larga: me levanto quinientas veces, bebo, meo, me acuesto y así sucesivamente. Cuando me parece que ya toca levantase, miro el reloj: la 1.30 am. Tomo otro vaso de agua. A las 3 ya no aguanto más y decido empezar con la gimnasia y lo que sigue. Primer día. Salida al páramo, a los Andes, a las termas de Papallacta. Y, en el camino, antes de desayunar, les digo que vamos a ver osos de Anteojos. No lo digo por decir, pero tampoco es que haya garantías, ni certezas. Enrique, el chófer, ya me conoce. “Don Enrique, pare aquí en la recta”. Salgo del carro. “¡Ahí, chicos, el primer oso!”. Ahora ya están convencidos de que tengo


poderes mágicos. Me preguntan: “¿Cómo lo supiste? ¿Por qué paraste precisamente aquí, siendo las montañas tan inmensas? ¿Cómo lo viste, ahí, justo en frente?”. No es mérito mío, todo se lo debo a Sara. Sara es mi asistente y generadora de buena suerte. En realidad es un mecanismo neurológico, perfectamente terrestre. Las siglas Sara significan: Sistema Activador Reticular Ascendente. Y actúa como un programa cerebral inconsciente que te permite conseguir todo lo que programes. Yo estoy convencido de que soy alguien con muchísima suerte, y si algo puede salir bien, siempre me pasa; y si algo puede salir mal, pues le pasa a otro. Yo decido la suerte y logro todo lo que me propongo y quiero. También les diré que no es nada nuevo, lo vengo ejerciendo desde los quince años, cuando decidí que irme solo a la India sin dinero, ni saber idiomas, era perfectamente posible. Y así lo hice. Desde entonces mi vida siempre tiene lo que de verdad quiero. Y por supuesto que eso no es un mero mecanismo de capricho, ¡no! La condición básica es querer algo con todas tus fuerzas, y estar dispuesto a cualquier sacrificio; también implica creer que es posible y no boicotearse a sí mismo. Los animales me aman, porque yo los amo a ellos, me temen poco y permiten que me acerque, también se me muestran con facilidad. Les dije a los compañeros que había otro por ahí, y a los cinco minutos apareció. ¡Dos osos el primer día!


Nos fuimos a desayunar y les comenté que veríamos más. Los baños calientes fueron espectaculares: llovía, hacía mucho frío. Así es cuando más se goza de Papallacta. Recuerdo aquel día que estaba nevado y nos quedamos con María, mis hijos Lorena y David, que eran bien chiquitos, y que se han olvidado de casi todo el viaje por Ecuador y Colombia, menos de Papallacta, esa sí la recuerdan, esa se nos quedó a todos grabada. Me recreo en fotos zen. Gotas de agua, lluvia y niebla, flores mojadas, llamas, colibrís. Belleza en estado puro, ese lugar nunca defrauda.

Al regreso, hay más y más lluvia, todo está nublado y frío, con agua y viento. Y recuerdo que les dije que veríamos más osos. Pues sí, Sara no falla: más abajo, en una ladera en la que se abre la niebla y se intuye un pálido sol, ¡oso! Y a los minutos, ¡otro! Este último fue el más magnífico y grande, el que mejor hace honor a su nombre: unos buenos anteojos. Son esas marcas blancas en la cara lo que ha hecho valer su nombre, y sus marcas individuales distintivas, porque no hay dos con las mismas, les sirve a los científicos para contabilizarlos y hacer censos y seguimientos. Así que el primer día, ¡hubo cuatro osos! Nada mal.


Eso sí, me quedé helado, mojado y frío, pero la pasión es la pasión y cuando veo un bicho no puedo parar, me da igual todo: frío, calor, mosquitos o hambre. Nada me para. El viernes empieza la aventura y nos vamos a Maquipucuna, una reserva de la Biósfera, un rincón salvaje de selva primaria de muchas hectáreas, en pleno bosque nublado, en las faldas de los Andes. Es el hogar predilecto de más de 300 especies de aves, más de 120 sólo de colibrís. Mamíferos como osos, pumas, venados, saínos, perezosos, zarigüeyas, armadillos, guatusas, etc. Innumerables invertebrados, ranas, serpientes, arañas y más mosquitos de los que puedes imaginar. ¡El paraíso! Sí, porque en las fotos aparecen aves multicolores, mariposas exóticas, flores gigantes, pero no se ven los miles de mosquitos que te acosan, arañas en la cabecera de tu cama, serpientes venenosas, calor húmedo y asfixiante. El paraíso no es lo que parece.

Primero nos asomamos a Río Blanco, y entre desayuno y almuerzo, nos damos un homenaje de aves increíbles. Tángaras azules, amarillo con negro, verde esmerada, Mieleros turquesa, pájaros carpinteros, colibrís de todo tamaño, forma y colores de lentejuelas como bailarinas aladas


de flamenco. Es un cuadro vivo, momento a momento salen nuevos intérpretes, a cada cual más engalanado. Y ya en la tarde hacia el lodge en mitad de la selva, eso sí, sin antes quedarnos atrapados en el barro, la furgoneta patina, y allí se queda. Estas son otras primicias del paraíso. Tenemos que esperar ayuda, aguerridos hombres de campo que a puro músculo y buen talante nos sacan del atolladero. A medida que nos acercamos y no terminamos de llegar, me pregunto qué estamos haciendo aquí, donde Jesucristo perdió el gorro, en mitad de la nada, o de un todo verde y tenebroso. Llueve y llueve, hay barro y barro, veo mosquitos y mosquitos en el corazón de las tinieblas. Por fin llegamos y entre exóticas cabañas descubrimos para nuestro asombro que hay luz eléctrica, agua potable y ¡hasta Internet! Y esta vez, a pesar de los malos presagios, todo funciona. Además hay comida vegetariana de calidad, tal como habíamos solicitado, con personal amable y una sensación extraña en esa cabaña, rodeados de verdes infinitos, pumas, osos, serpientes y mil formas de vida. La lluvia impide la salida nocturna, pero de hecho tampoco es que hoy nos muramos de ganas. Mañana a las 5.30 habrá Yug-Do selvático. Luego, un ligero tentempié y salida de observación de fauna. Carlos, un hombre mayor con un solo brazo, será nuestro guía de hoy, y resulta un buen hombre, tranquilo y agradable, quien sabe muy bien lo que se hace. Nos permite ver a


muchos animales invisibles, que nos hubieran pasado desapercibidos. Tucanes, Trepatroncos, Momots y muchas aves exóticas. La suerte nos permite encontrarnos con ardillas de selva, agutíes, un venado y mil seres fantásticos.

Regresamos para el desayuno y luego tuvimos una nueva salida de exploración. Ahora fue por el sendero del humedal. Vemos rastros de puma. Carlos nos relata sus escalofriantes encuentros, cara a cara con el gran felino. Hace un par de años andaban por aquí demasiados pumas, un turista se encontró tres en una sola salida, aquí justo donde estamos. Empapados de selva nos regresamos a las cabañas y nos damos una buena ducha. Antes de comer toca hacer Asanas de Yoga, en la tarima de madera, rodeados de verde, entre colibrís y Tucanes Arasari. Un rato de siesta y de nuevo al bosque. En tres días parecen haber pasado meses, ya nos sentimos parte de tanta mariposa, mandalas voladoras, cantos de aves, lianas, helechos de diez metros de altos, orquídeas, bromelias y frutos de Osos. En la noche el paseo con la linterna nos descubre que estamos rodeados de arañas, algunas grandes y de aspecto amenazante, ranas verdes como las hojas en las que habitan, grillos, luciérnagas, y mil bichos más, pero no tengo suerte con los armadillos y otros mamíferos nocturnos.


A las tres de la madrugada, en una noche oscura como la boca de un lobo, me armo de valor y me salgo solo al camino de los pumas. La linterna es poco potente y me cuesta habituarme a la penumbra, por más de una hora me adentro en un mundo onírico, escuchando fieras agazapadas en cada recodo. ¿Y si me sale un puma de frente? ¿Miedo? Sí, claro, pero menos que deseo de encontrarlo, lo llamo de hecho, aunque Sara esta vez no está operativa o quizás no quiere hacerme el regalo. Busco puntos luminosos en la negrura, ojos brillantes de ciervo, pecarí, kinkayou o lo que sea, y no me lo puedo creer, pero unos ojos avanzan directamente hacia mí. Mientras ilumino al animal del tamaño de un gato, trato en balde de activar la cámara. A un metro y medio tengo a un tlacuache, como dicen los mexicanos, una raposa la llaman aquí, una hermosa zarigüeya, un marsupial fuera de Australia. Es un fósil viviente. Ya con eso me siento satisfecho, con hambre de puma, pero al menos vuelvo entero a casa. Para cuando todos se despiertan para la práctica de Yug-Do, yo como gato díscolo y salvaje regreso de los tejados, poco duermo en la selva, porque hay demasiado que ver, demasiado que vivir. Para resumir, siguen los paseos, las observaciones, las prácticas de meditación integradas al bosque, los diálogos entre el Ser y lo humano. Y así, sin darnos cuenta toca regresar a la otra jungla, la de asfalto, y explorar ahora los entresijos del alma humana, sus fieras internas, sus dolencias y anhelo, su búsqueda del paraíso y el edén de la Quietud.


Siguen los días de terapia, acompañamiento y señalización de la puerta del silencio. Hubo amaneceres Yug-Do en los parques, entre árboles, aves y el Pichincha. Como siempre, somos agradecidos anónimos: Pepito, Juanita, Martha y Estrellita, compañeros de aventuras, amigos del alma, aventureros de la conciencia. Y otros que llegan: Fany, Consuelo, Inés, Silvia y Tatiana. Nos preparamos para un encuentro de almas, con la sanación y la paz. En pocos días con Francisco Jarrín, Roberto Chato, y tantos amigos más.

Hay abrazos a la espera y alguna que otra aventura más. Las montañas están aquí demasiado cerca y en las noches, los osos me llaman. TAI AIM


Resumir 10 u 11 días por las tierras de Ecuador no me resulta fácil. Básicamente porque las vivencias intensas sobrepasan las palabras o el mero relato de hechos y actividades. El último día tuvimos un encuentro profundo de almas: abrimos la Escuela de Cinturones Negros de Ecuador o, mejor dicho, su re-apertura y actualización. Fue una oportunidad para reflexionar sobre el Camino Iniciático: valor, ideales, mecanismo transformador y reto que supone dar pasos al frente.

Cuando el corazón habla, todo tiene un sabor eterno y, paradójicamente, nuevo... Las lecciones a aprender implican un trabajo fino de auto observación así como cambios reales de actitudes, hábitos y costumbres. No se trata de teorías, ni de metafísicas, sino de poner en valor el trabajo bien hecho, con amor y con humor, sobre uno mismo. El apoyo insoslayable del compromiso con el grupo –generado por la empatía, la diversidad y el reconocimiento del otro– nos conduce a expresar el amor mediante el placer de ayudar y ofrecer nuestra ayuda a cada uno de


nuestros compañeros de viaje. Todo esto se asienta como una nueva etapa, en la cual realizaremos nuestro sueño de un mundo mejor. El día anterior tocó presentar un taller sobre auto educación al que llamamos “Sanar íntegramente”. Fue un diálogo abierto sobre la vida que todos queremos vivir, en el que consideramos los elementos necesarios para que la propuesta del Yug-Do sanador sea holística, completa. A una veintena de asistentes, cuatro horas se nos esfumaron rápidamente, pero bastaron para sembrar la semilla y la necesidad de un trabajo continuo en la línea coherente con nuestro ser interior.

El primer día de este viaje, en el que recorrimos la biodiversidad animal y humana, pudimos encontrar cuatro osos de anteojos, también conocidos como osos andinos. Luego fuimos varias veces más, pero nada hallamos. En días sucesivos, tuvimos viento, lluvia, frío, desbordamiento de ríos, carreteras cortadas o niebla. Esto es porque en el sur empieza el invierno, mientras que en el norte, el verano. Quito gozó de buen clima, pero las montañas se volvieron hostiles y tenebrosas. Aun así, el empeño, el intento, la búsqueda y la pasión estuvieron, por lo que buscamos y buscamos... Así que, ya el último día, después de concluir lo previsto en la agenda, me propusieron una comida de despedida, pero mi alma quería despedirse del oso. Así que lo propuse abiertamente para el que quisiera acompañarme. Después de la montaña, con su impronta en el alma, me dejarían luego en el aeropuerto.


Me pareció un buen colofón, una clausura correcta y encadenada al primer día de osos, ¿por qué no lo sería el último? Así que con Juanita, Estrellita y Tatiana, nos pusimos una vez más rumbo a las cumbres, y como en ocasiones anteriores, de forma proporcional a como nos alejábamos del Valle, así empeoraba el tiempo. Nubes, llovizna y nieblas descendían hacia nosotros. Yo les dije que “así como es arriba, es abajo”, y, por la misma ley, así como fue el principio habría de ser el final. Esto es: esperaba ver osos, despedirme con el alma rebosante. Pero ya en el sitio, el que parecía tener más oportunidades, no hubo nada; y más arriba solo había más niebla. Los primero que vi fueron los halcones Kara Kara, o Curiquingues, y lo que me dio una pista fue que estaban mucho más bajos que en otras ocasiones. En el Antisana no los vimos. Eso tendría que ver con el clima; por lo tanto, los osos podrían estar también más abajo. Así que miramos y miramos, buscamos y buscamos, cambiamos a dos o tres escenarios y, finalmente, tuve que desistir. Los osos no querían despedirse. Tendría que ser para la próxima vez. Ya de bajada, Juanita propuso parar en un restaurante de la carretera, frente a las montañas, pero ya en una zona más baja y humanizada. Y me dijo: "así, mientras pedimos unas sopas de locro, puedes seguir mirando las montañas”. Las cordilleras eran hermosas, y desde ahí se veían puntos negros que eran matorrales, cuevas, caballos y ganado… Todos lo pensamos: “sería bonito ver un oso desde el restaurante, mientras estamos calentitos y escuchamos música”. De este modo, llegó la sopa caliente y el té de canela. En una última ojeada, ¡lo vi! No me lo podía creer, ¡estaba viendo un oso! No me atreví a decir nada hasta cerciorarme por completo y, lo más importante, ubicarlo. Al final lo dije, y casi lo pierdo. Pero no pasó eso, y conseguí una foto como prueba. ¡Desde el interior del restaurante! El dueño no se lo cree hasta que le enseño la filmación que acabo de hacer. De hecho, él nos dijo al entrar, cuando le preguntamos, que hacía dos meses si habían visto osos.


Mientras trato de indicarles a las chicas el punto exacto, a la vez que trato de filmar algo, veo que por detrás aparece otro oso. ¡Dos! ¡Esto es increíble! El segundo se ocultó en el follaje y el primero se quedó tranquilo porque comía achupallas. Al final si vinieron a despedirse, y aparecieron dónde nunca los hubiera buscado: muy abajo, en un ambiente más humanizado y desde dentro del restaurante. LECCIÓN. Nunca hay que cejar en el empeño. Cada oportunidad es como comprar un número de lotería: pero si no juegas seguro que no ganas. La neurociencia reconoce y demuestra hoy que la gente que logra cosas, no lo hace por inspiración, por suerte o por estar especialmente dotados, aunque sin duda estos factores influyen. Los logros sostenibles y reales sólo vienen con esa pasión que hace que estemos dispuestos a seguir intentando, esforzándonos, luchando. Es la voluntad, pura y dura.

Así sucedió con los osos en el alma, la paz de las montañas y los mil corazones unidos. Me dispongo a salir para continuar viaje. Dejo mis abrazos, despedidas y agradecimiento siempre a la Escuela de Cintos Negros y al Colegio de Plateados de Ecuador. ¡En noviembre seguimos...!

TAI AIM


Tener la conciencia limpia es señal de mala memoria.

(Steven Wright)

Siempre recuerda que tú eres único. Absolutamente igual que todos los demás. (Margaret Mead)

Creo que he encontrado el eslabón perdido entre el animal y el hombre civilizado. Somos nosotros.

Claro que lo entiendo. Incluso un niño de cinco años podría entenderlo. ¡Qué me traigan un niño de cinco años! (Groucho Marx)

(Konrad Lorenz)

Por supuesto que debes casarte si consigues una buena esposa. Si consigues una buena esposa serás feliz. Si consigues una mala, serás filósofo. (Sócrates)

Un arqueólogo es el mejor esposo que una mujer podría tener. Cuanto más envejece ella, más interesado está él en ella. (Agatha Christie)

Trabajar no es malo, lo malo es tener que trabajar.

(Don Ramón)

Santa Claus tenía la idea correcta: visita a la gente una vez al año. (Víctor Borge)

MARÍA ARRABAL


CLAVE DEL MES: SUAVIDAD

PARA VER: El Nacimiento del Dragón. Dirección: George Nolfi EEUU Biografía 103 min.

FRASE DEL MES: " La fuerza del ego es potente y exterior, pero siempre es vencida por el poder interior, el que emana del amor”. PARA LEER: Ocho Millones de Dioses. Autor: David B. Gil Editorial: Suma 2019


Cuántas veces nuestra alma se revela cuando observamos actos que son injustos. Por ello cada pequeño acto de bondad, por pequeño que éste sea, es una bendición para la humanidad. Constantemente, por los medios de comunicación, nos bombardean con actos que son degradantes e indignos para todo ser humano: es como si hubiera una tendencia a enfatizar lo negativo y degradante, priorizándolo más que poner atención en lo positivo y que eleva al ser humano. Afortunadamente son muchos más los actos de bondad, generosidad y de conciencia que se realizan en el mundo, que los actos que degradan. Todo cambio de estación encierra un misterio en cada solsticio porque hay una oportunidad para la renovación y la toma de conciencia. El sol, cuando nace en horizonte, nos regala su luz, calidez, energía y fuerza, a través de las cuales podemos disfrutar de este gran regalo que llamamos vida.

Cuando soy bondadoso y generoso me hago participe de la Ley de unidad en la que todos somos uno y todos, sin diferencia de edad, raza o género, nos damos la oportunidad de manifestar este


principio esencial y cósmico a través de actos nobles y de conciencia de la cooperación y relaciones de interdependencia positivas. Todos nos necesitamos y desde esos actos de nobleza y bondad llegamos a la comprensión de que la humanidad tiene el mismo origen: venimos de la misma fuente de energía. Cuando un ser humano desarrolla su conciencia elevando su propia vibración, se eleva el estado vibratorio de toda la humanidad. Me gusta practicar el egoísmo sano. Al ayudar a otros también me ayudo a mí mismo. De ahí viene la importancia del servicio impersonal: poder servir se convierte en un gran privilegio y arte de vida. Para aquellos que han comprendido que solo desde el amor, la bondad, la belleza y la generosidad es posible realizar el propósito del alma, hacia una evolución espiritual más allá del ego y la propia mente. El terreno está preparado para la manifestación de lo intangible, del ser y de la luz que hay en cada uno de nosotros, y que se hace evidente a través de la sabiduría y transmisión del Maestro. La unidad de la mente, el cuerpo y el espíritu es de gran importancia para ser un instrumento de la divinidad. TAI

Raúl Villar


En pleno mes de junio ya se presiente y huele el verano, aunque en algunos lugares como en La Laguna, Tenerife, parezca que tarda en llegar más. Medito en esto mientras salgo a pasear por el Rincón, rumbo a la playa de Los Patos, por un pequeño barranco que termina en el acantilado que da hacia el mar. La flora, las aves y los insectos me acompañan. Creo que es la primera vez que escucho a los lagartos chillar. Al principio pensé que era una rata en una cueva, pero al acercarme vi tres lagartos al sol. Ello fue como dar una vuelta a los orígenes, ¡sin duda! Fue aquí donde comenzó mi época de salidas, de búsquedas, de exploración, de aventuras de acampada, con familiares y amigos, cuando contaba con apenas once años.

Ya cuando estoy en el borde del acantilado, la tarde me observa y me permite observar. Puedo gozar de las horas crepusculares. Transito hasta la playa siguiendo el sendero que baja el acantilado; mientras voy nutriéndome en cada inspiración de la maresía, de la roca basáltica y de la arena pura y negra. También lo hago con la espuma blanca en cada huella, a cada paso.


Esta bahía rocosa, salpicada de cuevas guanches y de vestigios de tiempos remotos, tiene algo. Sus aguas límpidas, claras y a veces remansadas como un lago primitivo guardan la memoria de otra época, de un tiempo primigenio. Reparo ahora en que ya el abuelo de mi abuela se bañaba en estas aguas. Y quién sabe quién más lo hizo antes. Quizás esta es parte de la memoria que ahora me llega, mientras la madre me mece ahora sobre sus ondas. ¡Cuántas memorias del pasado hay! Observo que el presente, el ahora, también nos trae la memoria del alma a través de las relaciones con todo y de la esencia de las experiencias. Se precipita entonces el regreso, pero decido que hoy voy a ensayar por otro lado. Encontraré un camino nuevo. Sube directo por la pared volcánica de estos acantilados mostrando nuevas perspectivas y contrastes a cada paso, como la vida misma. Nueva, momento a momento. Siempre lo mismo…Vuelvo por la vereda que recorre el borde del abismo, entre plataneras, y disfruto del canto de los vencejos, en Canarias andoriñas, del vuelo de las palomas bravías y del otear inmóvil y felino de los cernícalos en el cielo. El sentimiento es de renovación a cada paso…

Ayer compartí con los compañeros de trabajo un rato del atardecer en La Laguna, y reparé en un momento en que a esto mismo hemos venido, a generar conciencia fruto de las relaciones. Relaciones con los espejos del camino y del alma, relación con el entorno divino e íntima con nosotros mismos. Ya que como es adentro es afuera… Pequeños ratos y momentos son detalles que no tienen precio. También son destellos de sabiduría. ¡Qué bueno ya está aquí el verano!

TAI

Eugenio Pareja


SOLSTICIO DE VERANO 2019

1. EL MAGO: SINGULARIDAD. Inicia tu auto descubrimiento. 2. LA SACERDOTIZA: LIMPIEZA. Despréndete de todo lo que te identifica con un personaje para SER. 3. LA EMPERATRIZ: INTERÉS. Investiga continuamente con ingenio e imaginación. 4. EL EMPERADOR: ORDEN. Respira la LUZ y ordena en PAZ. 5. EL SUMO SACERDOTE: LO FÁCIL. Entrega el ALMA en todo. 6. LOS ENAMORADOS: LA MONTAÑA. Cambia la frecuencia y eleva el estado de vibración. 7. EL CARRO: UN SOLO CAMINO. La verdad está en el ojo del que mira con el alma. 8. LA FUERZA: MANSEDUMBRE. Cierra los ojos, respira, abre el corazón y siente con el alma que TODO ESTÁ BIEN. 9. EL ERMITAÑO: SOLEDAD. Saborea nuestra esencia. 10. LA RUEDA DE LA FORTUNA: RECIBIR. De forma libre, alegre y silenciosa, recibe el presente.


11. LA JUSTICIA: LO QUE NO SUMA. Sé la emanación temporal de tu ser sin tiempo. 12. EL COLGADO: DALE LA VUELTA. No te preocupes, mejor ocúpate; disfruta del momento mientras tienes una sonrisa. 13. LA MUERTE: EL OTRO LADO. Esa está siempre aquí y ahora cuando te abres a la frecuencia del amor. 14. LA TEMPLANZA: LA GUÍA. El Maestro está siempre ahí. Silencia el pensamiento y mantente consciente. 15. EL DIABLO: UTILIDAD. Conecta con la utilidad de todo: la belleza, la bondad y la verdad. Presta atención para descubrir la gran inteligencia protectora que te cuida y rodea. 16. LA TORRE: SENCILLEZ. Renuncia a todo logro, recibe lo que hay y detén todo para hacer ¡NADA! 17. LA ESTRELLA: MAQUIPOCUNA. Contacta con la vida de forma natural. Eres cuando no le pones ninguna imagen a lo que eres. 18. LA LUNA: SANGRE. En un campo unificado enciendes tu propia luz: sé un guardián de tus aguas, que es básicamente tu sangre. 19. EL SOL: UNO MISMO. Cedes por fuera pero te afirmas por dentro, como lo hace un bambú: él se adapta sin soltar sus raíces. 20. EL JUICIO: RITMO. Colócate en la mansión del corazón y desarrolla compasión y comprensión hacia nosotros mismos y hacia la vida, decide parar y darte el momento. 21. EL MUNDO: UN MUNDO. Cambia lo que no te gusta de tu vida con coraje, valor, amor y, sobre todo, voluntad. 22. EL LOCO: SOLSTICIO DE VERANO. Hoy es la fiesta del Sol. Festeja la gran luz que es para el que decide ver y ponerse a MEJORAR. A partir de los Mensajes del Solsticio de Verano del 2019, de nuestro guía Antonio Iborra Montells. Con agradecimiento, Maestro, éstas son mis reflexiones.

TAI

Cinta Negra Erika Hernández


Me he dado cuenta, que en mi camino de crecimiento personal, todo se encuentra en mi interior y aun así, caigo una y otra vez en la trampa de las expectativas, aunque sé perfectamente que esperar más produce desilusión. Esto me hace recordar la frase: “Bienaventurados los que nada esperan porque nunca se verán decepcionados”. Sufrir una decepción al desarrollar expectativas que luego no se han correspondido con la realidad hace daño, me hace reflexionar, parar y analizar si merece la pena y me hace darme cuenta de que soy yo la responsable de mi decepción.


Nos paramos a reflexionar sobre nuestra vida cuando tenemos alguna decepción, pero esto puede convertirse en una gran enseñanza, aporta gran información sobre ti misma y lo que te rodea y puede ayudarte a abrir los ojos. La vida te sorprende y te hace cambiar, adaptarte a las nuevas circunstancias y seguir adelante siendo consciente del gran abanico de posibilidades. Aprovecho estas oportunidades para permitir que la ilusión vibre en mí, para aprender y crecer, para seguir dando lo mejor de mí misma a cada momento, soy “Luz” y he venido a “Brillar”. He avanzado en mi camino, ahora me doy cuenta mucho más rápido de cuando me desvío de mi centro, es cuando regreso a los momentos de serenidad y equilibrio que tan bien me hacen sentir. Lo que quiero realmente es estar tranquila, sin conflictos con todo lo que me rodea. He de vivir estos momentos para seguir creciendo, doy las “gracias”, porque me fortalecen. Voy a seguir atreviéndome a hacer cosas nuevas, a experimentar, a confiar en mis sentimientos y en los momentos incómodos, pensar en positivo, a no darles importancia y, desde la tranquilidad, vivirlos. La vida es armonía y equilibrio, es aprender, disfrutar de las pequeñas cosas y estar satisfecho de lo que se tiene en este momento. Quiero darles las gracias a todas las personas que se cruzan en mi camino, siempre me enseñan algo, me siento muy “Afortunada”. TAI

Cinta Negra M. Elisa Jiménez


De la música interna emerge el chamán, desde un orden simple; vinculado al ritmo bioenergético. Como dice el Maestro, vamos de la lucha a la danza. Así es en la práctica, como en la vida. Todo cambia, las hojas caen, llueve y todo renace. La emoción (el agua), lo inunda todo, llevándose los pesares del alma, todo lo desprende y purifica. Se aviva el fuego, despertando para accionar en nuevas rutas, descubrimientos e integraciones. Ligereza, sencillez, todo cambia a Plena Luz. El Yug- Caminante no exige. Aprende lo que le toca en cada momento. La disciplina es su oración, y venera su cuerpo alimentándolo de Luz. El cuerpo es su templo, y a él le ofrenda el alimento sátvico. El que genera el Sol y la Tierra con gran maestría. Éste aprende a combinar los alimentos sabiamente, y sin capricho. Su paladar se sutiliza amorosamente. Porque el sufrimiento y la muerte no nutren. En el arte de la vida, se indaga hacia la


verdadera existencia sin fin. El artista va dando pequeños pasos, con miedo o sin él. Responde a la llamada ancestral. El Yug- Caminante empieza a recordar, a caminar con vestidura simple. Manejando los elementos inherentes al ser humano. Y así se da cuenta de que es parte de un ensamble sagrado. Él es surfista, equilibrista, danzarín o danzarina, submarinista y actor consciente. Todos en uno, manejando los elementos como un maestro de esgrima. Yug-Do lo apacigua y ordena. Y así emerge la belleza del Yug-Caminante, brillando como Conciencia materializada para abrazar la Vida plena. TAI

Cándida Vera


La Fuente Origen, el Ser supremo de todas las cosas tiene sus propias celebraciones y nos invita periódicamente a su particular festejo. Nos lo hace saber enviándonos pistas para que sintamos su Presencia, para que nos nutramos con su momento mágico. En el solsticio, coinciden momentos especiales de conexión sagrada en la que todos los espíritus se unifican para intentar elevar la frecuencia en todos nosotros, formando un infinito canal de luz que pasa por cada uno de los asistentes a la vida-celebración en todas las partes del mundo, con el propósito de abrir nuestros corazones, en un esfuerzo sincronizado por elevar nuestra frecuencia vital, iluminar todas las partes oscuras que nos rodean, conseguir para la humanidad un espectáculo de paz y amor, además de visualizar un hermoso y glorioso futuro para todos los rincones del mundo. Es una manera de reajustar energías y poner al día el recuerdo de lo que ya sabemos, saber interpretar los mensajes del universo, hacer una conexión honesta entre nuestra conciencia y nuestro ego, y aportar nuestro compromiso con nuestro cinturón, y la disciplina Yug-do, seguir las enseñanzas del Maestro. Y todo ello viene a coincidir en un objetivo común, tratar de embellecernos espiritualmente y extenderlo a todo lo que nos rodea por medio de herramientas que todos tenemos y todos utilizamos, la bondad, la verdad y la belleza que, aunque parecen palabras muy utilizadas, en cada momento del día nos hacen falta y adquieren diferentes formatos; el poder de la palabra, del orden, de lo correcto, de lo bello, de la compasión, de la escucha activa, de la paciencia…

Maite Belaza


Estimados hermanas y hermanos: Una vez más nos acercamos al gran portal, a la máxima expansión de la luz, la cual compartirnos en todo el mundo. Cada día estoy más agradecido con el camino que, para mí, se llama Yug-Do. Por eso es que me unifico en el camino, el cual es ya para nosotros una forma de vida. Veo la importancia de crear espacios de silencio sanadores en el cual se actualizan nuestros programas incrustados en la mente, para limpiar nuestras células. Por eso puedo decir que cada día soy más consciente del momento. Me siento muy agradecido por todo lo que la vida me enseña y me va dando. Muchas gracias por compartir en la Escuela de Cintos Negros. Es un honor pertenecer a ella.

TAI

Julio Brito


CAZUELA DE CENTENO O ARROZ CALDOSO (4 personas) Ingredientes • Centeno o arroz en grano (3 ó 4 horas en remojo). • caldo base: cebolla, pimiento rojo o verde, ajo, zanahoria, perejil, 1 cdta pequeña de miso y1'5 litro de agua. • verduras y legumbres de temporada (Primavera) : • alcachofas y habas. • Setas al gusto. • 1 cdta. de cúrcuma. • 50 g. de tomate triturado. Preparación 1. Sofreír el ajo, cebolla y pimiento para hacer el caldo base. Añadir la zanahoria, el perejil y la cdta. de miso. Cocer a fuego medio en cazuela de barro. Apartar. 2. Sofreír 1 trozo de pimiento rojo o verde y un diente de ajo. Añadir el tomate triturado. 3. Calentar cazuela a fuego bajo, añadiendo el caldo al sofrito posterior. 4. Añadir el centeno en grano. Por cada 350g de cereal, añadir 800 ml de caldo. Cocer a fuego bajo durante 50 min. 5. Servir en plato hondo para añadir caldo, si es necesario. PROPIEDADES DE LAS HABAS Son ricas en proteína vegetal de excelente calidad biológica, también poseen hidratos de carbono que nos dan energía, fibra


que nos ayuda a regular el tránsito intestinal y su contenido en grasas es casi nulo. En cuanto a las vitaminas del grupo B, entre ellas el ácido fólico o B9 (imprescindible durante el embarazo y lactancia). Incluso las flores de las habas se usan de forma medicinal por su acción diurética y depurativa. Su aporte en potasio hace que estas legumbres sean especialmente beneficiosas para las personas con hipertensión, mala circulación sanguínea o que padezcan de retención de líquidos.

Con el fósforo que nos aportan las habas nos ayudan a mantener un cerebro sano, también proporciona una mayor resistencia física, así como una piel, dientes y huesos fuertes. Gracias a la fibra de las habas mejoramos el tránsito intestinal.

TAI


Talleres y prรกcticas de Yugdo, Yoga, Acupuntura Cuรกntica, nuevo curso de Reflexoterapia Podal, Seminario y prรกcticas en la Naturaleza. Terapias personales, Prรกcticas diarias de Yugdo y Compartir con la Escuela de Cintas Negras de Tenerife.

Terapias personales en Barcelona, Pineda de Mar y Vich.

n


Todavía rememorando esa maravillosa Convivencia de junio. Pasaron tres nuevos Cinturones Negros; Tatiana, Silvia e Inés. Se abre una Nueva Etapa y ya se preparan todos para el próximo Encuetro con el Maestro en noviembre.

Siguen las clases, talleres y demás formaciones y actividades de Yugdo… La Escuela de Cintos Negros está funcionando en Ciudad de México y en Morelia. Sigue la preparación del próximo ENCUENTRO CON EL MAESTRO para el mes de SEPTIEMBRE. ENCUENTRO MUNDIAL DE VERANO EN TENERIFE. Con la presencia de la

Hermandad de Europa, México y Ecuador... Será del 01 al 11 de agosto.

ADELANTE LA GRAN AVENTURA YUGDO!!

Para bajar ésta y anteriores publicaciones:

https://issuucom/search?q=yugdo


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