Puertollano-Almadén Diciembre 2020
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NuestroPatrimonio
Iglesia de San Juan Bautista y Santo Domingo de Silos CHILLÓN
Francisco Javier Morales Hervás Doctor en Historia
acía pocos meses que Fausto ha bía regresado de su dilatada es tancia en México, donde había desarrollado una exitosa carrera como experto en mineralogía, aunque sus co nocimientos científicos eran tan amplios que abarcaban otras disciplinas, donde había alcanzado renombre internacional por sus llamativas aportaciones como, por ejemplo, el descubrimiento del wol framio. La España que encontró a su re greso era bastante diferente, en la que se percibía una tensa relación entre los par tidarios del absolutismo y los defensores del liberalismo que, en esos momentos, habían logrado hacer jurar a Fernando VII la Constitución de Cádiz, aunque todo apuntaba a que sería por poco tiempo. Fausto acababa de ser nombrado di rector de la Academia de Minas de Al madén, donde quería aplicar las últimas novedades en este campo. A pesar de es tar cercano a los 70 años su vitalidad era sorprendente. No obstante, de vez en cuando necesitaba momentos de reposo y aquella mañana había decidido cambiar de aires realizando una breve visita a la cer cana localidad de Chillón, pues le habían hablado maravillas de su iglesia parroquial.
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Tenía buen gusto para apreciar bienes pa trimoniales, pues durante su juventud había realizado diversos viajes por Europa, donde
pudo contemplar destacados monumen tos y conocer los principios básicos de los distintos estilos arquitectónicos. La primera impresión que tuvo Fausto al contemplar el exterior de la Iglesia de San Juan Bautista y Santo Domingo de Silos, fue que se trataba de un edificio que respondía a un tipo de construcción bastante común en este territorio, en el que predominaba el uso de gruesa mam postería de piedras cuarcitas para realizar los muros perimetrales, en los que se in tercalan algunas hiladas de ladrillo plano. El uso de estos materiales le confería cierta tosquedad al aspecto exterior, donde destacaba una llamativa espadaña que, según pudo saber Fausto, se había levantado sobre la Torre del Homenaje del antiguo castillo de los Donceles, con el que la iglesia compartía parte de los muros, además de dicha torre. Cuando Fausto accedió al interior de la iglesia se sintió gratamente sorprendido al contemplar un espacio dividido en tres amplias naves, separadas por arcos de medio punto. El edificio se había iniciado poco des pués de que la reina Isabel la Católica con cediese a Chillón Carta Puebla y el título de Muy Leal, y era evidente que era deudor