Conectados

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CONECTADOS A. Brus

Ilustrado por: Colorprisma y Navehz



¡Finalmente, solo!... Mi vida era casi perfecta hasta que nació él. Hasta mis seis años todo era genial a mi alrededor, mis padres eran los más cool del planeta, tenía mis clases de natación, iba a fútbol —bueno, a eso todavía voy—, y cada vez que podía, me colaba en la cama con mi mamá, que me repetía constantemente: «Eres lo mejor que me ha pasado en la vida», claro, yo ya lo sabía, pero escucharlo era guay. Pues eso se acabó, 3


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porque justo antes de mi cumpleaños número siete, me dieron una noticia que al principio me emocionó, pero ahora he descubierto que fue la peor noticia de mi vida: el anuncio de que iba a tener un hermanito. Claro, a los siete años eres muy inocente y crees que un hermanito está bien, pero ahora que tengo doce y sé la verdad, es una pesadilla, es lo más molesto que hay en todo el mundo, nada es lo mismo, ese engendro es como un pollo sin cabeza corriendo por toda la casa, peor, persiguiéndome a todos lados, hablando sin parar, interrumpiendo los juegos con mis amigos, metiéndose en mi 5


habitación sin permiso, rompiendo mis legos, usando mi tableta; en fin, un incordio... Por eso me gustan tanto los días de lluvia como hoy, porque el enano que vive en mi casa le tiene miedo a los truenos y se queda debajo de las sabanas con mamá. Siempre que llueve, subo a mi cuarto como hoy a leer, pero para mi mala suerte acaba de irse la luz y no veo nada, así que estoy tendido en mi cama solo, respirando; no me había fijado que después de unos segundos, incluso con total oscuridad, se pueden ver algunas sombras que me recuerdan un poco a Star Wars, no sé por qué, 6


creo que por lo de Dark Vader; cada dos minutos puedo ver un rayo en el cielo, eso sí que es bonito, parece una corriente eléctrica que parte el mundo en dos, ojalá se partiera y yo me quedara del lado bueno, donde no esté el enano; lo malo sería que él no puede quedarse solo, así que me tocaría dividir a mis papás, y esa idea no me gusta, pues me imagino que tampoco sería bueno para él estar solo, al fin y al cabo es mi hermano, y mi mamá me dice que es él quien me abrirá la puerta cuando cumpla 16 años y llegue tarde a casa, así que mejor espero a ver si es verdad que lo necesito, porque muy de vez en cuando es 7


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un monstruo divertido y no está tan mal. ¿Qué estará haciendo el resto de la casa en esta oscuridad? Como estoy en el último piso, no escucho nada más que la lluvia y los truenos, y la verdad, estoy aburrido de solo respirar, pero si soy el mejor del mundo armando Legos, ¿por qué no en la oscuridad? Así les muestro a Sam y Tom mañana que incluso pude poner un motor, todo a ciegas. ¡Ellos no son capaces ni de ganarme en la play! ¡Uf…! Por qué no habré recogido este desastre cuando me lo pidieron... —¡¡John!! Busca la linterna que está en la caja de herramienta que deje en tu cuarto. 9


—¡OK, papá! ¡Puaj! Este piso está hecho un asco, debí recogerlo cuando me lo pidió mamá, por qué no lo habré hecho caso, si siempre tiene razón. ¿Dónde estará la caja?, no recuerdo haberla visto, pero papá siempre la deja en el mismo sitio, así que… ¿qué es esto? ¡Ah!, es el peluche estúpido de «el enano», ¿qué rayos hacía en mi habitación?. —Hijo, apúrate con esa linterna. —No la encuentro, papá… ¡Es que no veo nada! A ver, aquí está la caja… Puf, ¿por qué papá tienes tantos objetos inservibles? ¿Será verdad lo que le dice mamá de que solo compra 10


herramientas para acumular cosas inservibles? —¡Aaay! Papá, ¿metiste un bisturí en la caja? Me corté el dedo. —¡Ah!, no encontraba el bisturí para cortar unos cables. Gracias, hijo, pero enfócate en la linterna —Creo que la tengo. ¡Listo, luz! Pero ¿qué es esto? Parece una brújula, pero ¿por qué gira descontroladamente?... —John, ¿qué estás haciendo?, podemos jugar al escondido ahora que no hay luz. —Fuera de mi cuarto, Max. —Pero mamá dijo que podía subir con cuidado, pues seguro encontrábamos algo que hacer 11


juntos para pasar el rato. —Lárgate de mi habitación —le repetí con acento en cada una de las sílabas. —Pero… ¿qué tienes ahí? ¿Por qué tiene esa luz tan extraña? —No lo sé, Max, pero no la toques... Y en ese momento, la tocó, posó la mano sobre la mía y todo empezó a dar vueltas; levitamos por un agujero negro de esos que se ven en las películas espaciales, pero esta vez podía sentirlo; no pude evitar abrir los ojos, y el color azul me cegó, era como cuando estás en la playa y quieres mirar directamente al Sol… simplemente no puedes. Así que 12


intenté ponerme las manos en la cara y me di cuenta de que él estaba ahí, y su mano estaba apretando la mía al tiempo que cerraba sus ojos con toda la fuerza que podía. «El enano» estaba obviamente asustado, pero yo debía mantenerme fuerte, pues al fin y al cabo era el hermano mayor. El viaje habrá durado unos segundos, pero se me hizo más largo que aquella vez que fuimos a Italia en auto. Cuando todo dejó de moverse, puede empezar a ver donde estábamos. —Max, ya puedes abrir los ojos. —¿Qué... qué ha pasado? —No lo sé, pero tenemos que 13


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encontrar la manera de volver a casa. Espera, no te muevas, estamos en una barca. —Es un río. —No es un río, tonto, es un canal; estamos en un canal de… Ámsterdam. Me sentía asustado aunque nunca lo reconociera delante de nadie, y tenía que buscar la manera de regresar los dos a casa. Empezamos a remar con los palos que habíamos encontrado dentro de la barca, quería salir lo más rápido posible del túnel en el canal; había estado antes en los canales de Ámsterdam en un viaje de la escuela, y recordaba que había muchos túneles, pero 15


¡A veces las aventuras están donde menos te lo imaginas! John y Max son dos hermanos que, como muchos otros, suelen discutir, pero no pueden estar separados. El día menos esperado descubren juntos un objeto que los lleva a vivir la aventura más grande que pudieran imaginar en los maravillosos canales de Ámsterdam, donde conocerán personajes de ensueño que los ayudarán a enfrentarse a la criatura que intenta destruir el Planeta. Los hermanos, a pesar del miedo, son conscientes de que tienen una misión que deben cumplir juntos. Atrévete a conectarte con John y Max, y descubre si serán capaces de lograr que la Tierra continúe siendo el lugar que conocemos. Aprende en este cuento el valor del amor y la importancia de cuidar nuestro Planeta.

Valores implícitos La importancia de cuidar el planeta es uno de los valores más destacados de este libro. Durante su gran aventura, John y Max te muestran el daño que se puede causar al ecosistema si no lo cuidamos y respetamos. Aprenderemos también la importancia del amor entre hermanos, que se ayudan en todo momento, logrando trabajar en equipo y terminar felices su emocionante viaje.

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